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LA POESÍA DEL ROCK EN LA FORMACIÓN DEL DOCENTE DE LETRAS Autor: Oscar Conde ([email protected]) Institución: IES Nº 1 / Universidad de Buenos Aires Resumen En esta ponencia se da cuenta de una experiencia reciente, realizada en el IES Nº 1, a partir de la implementación desde 2005 de un nuevo plan de estudios para el Profesorado en Letras. La introducción en la currícula de seminarios disciplinares, cuyas temáticas varían de un cuatrimestre a otro, y frente a los cuales los alumnos pueden optar según sus necesidades de formación, permite paliar algunos déficits notables en la formación inicial de los profesores en letras. Uno es la falta de abordajes sistemáticos a las producciones literarias orales, tales como los textos de la canción popular, quizá porque tradicionalmente fueron considerados, desde la perspectiva de los formadores de formadores, como literatura de segunda clase. Dos interrogantes subyacen a esta evidencia: 1) ¿qué literatura hay que enseñarle a un profesor de literatura? y 2) ¿qué se pretende enseñar cuándo se enseña literatura? En el primer cuatrimestre se organizó un seminario denominado “La poesía del rock nacional”, que constituyó para los estudiantes no solo la posibilidad de internalizar una forma de trabajo distinta, sino también un aporte sustancial desde el punto de vista de los contenidos, en vistas de su futura labor profesional en la escuela media. La poesía del rock en la formación del docente de letras Nadie puede negar la importancia de la metodología en la relación enseñanza- aprendizaje, pero obviamente la mejor de las metodologías irá directamente al fracaso si la selección de contenidos es inadecuada o aparece ajustada a paradigmas tradicionales u obsoletos. Esta selección recortada –yo diría acotada más por prejuicios que por otras razones– es, en alguna medida, la que se ha venido presentando en los últimos años dentro de los planes de estudio de los profesorados en Letras, al menos en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. A partir de este año en el IES Nº 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo” comenzó a implementarse un cambio curricular para el Profesorado en Letras que básicamente revela algunos cambios decisivos con relación al plan de estudios anterior (vigente desde 1965), como la introducción en la currícula de seminarios disciplinares, cuyas temáticas varían de cuatrimestre a cuatrimestre, y frente a los cuales los alumnos pueden optar según sus gustos o necesidades de formación. Es evidente que hasta ahora en la formación inicial de los profesores en letras han venido manifestándose algunos déficits notables. Hay uno que siempre me ha resultado llamativo: la falta de abordajes sistemáticos a las producciones literarias orales, tales como los textos de la canción

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LA POESÍA DEL ROCK EN LA FORMACIÓN DEL DOCENTE DELETRAS

Autor: Oscar Conde ([email protected])Institución: IES Nº 1 / Universidad de Buenos Aires

Resumen

En esta ponencia se da cuenta de una experiencia reciente, realizada en el IES Nº1, a partir de la implementación desde 2005 de un nuevo plan de estudios para elProfesorado en Letras. La introducción en la currícula de seminarios disciplinares, cuyastemáticas varían de un cuatrimestre a otro, y frente a los cuales los alumnos puedenoptar según sus necesidades de formación, permite paliar algunos déficits notables en laformación inicial de los profesores en letras. Uno es la falta de abordajes sistemáticos alas producciones literarias orales, tales como los textos de la canción popular, quizáporque tradicionalmente fueron considerados, desde la perspectiva de los formadores deformadores, como literatura de segunda clase. Dos interrogantes subyacen a estaevidencia: 1) ¿qué literatura hay que enseñarle a un profesor de literatura? y 2) ¿qué sepretende enseñar cuándo se enseña literatura?

En el primer cuatrimestre se organizó un seminario denominado “La poesía delrock nacional”, que constituyó para los estudiantes no solo la posibilidad de internalizaruna forma de trabajo distinta, sino también un aporte sustancial desde el punto de vistade los contenidos, en vistas de su futura labor profesional en la escuela media.

La poesía del rock en la formación del docente de letras

Nadie puede negar la importancia de la metodología en la relación enseñanza-aprendizaje, pero obviamente la mejor de las metodologías irá directamente al fracaso sila selección de contenidos es inadecuada o aparece ajustada a paradigmas tradicionalesu obsoletos. Esta selección recortada –yo diría acotada más por prejuicios que por otrasrazones– es, en alguna medida, la que se ha venido presentando en los últimos añosdentro de los planes de estudio de los profesorados en Letras, al menos en el ámbito dela ciudad de Buenos Aires.

A partir de este año en el IES Nº 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo” comenzó aimplementarse un cambio curricular para el Profesorado en Letras que básicamenterevela algunos cambios decisivos con relación al plan de estudios anterior (vigentedesde 1965), como la introducción en la currícula de seminarios disciplinares, cuyastemáticas varían de cuatrimestre a cuatrimestre, y frente a los cuales los alumnos puedenoptar según sus gustos o necesidades de formación. Es evidente que hasta ahora en laformación inicial de los profesores en letras han venido manifestándose algunos déficitsnotables. Hay uno que siempre me ha resultado llamativo: la falta de abordajessistemáticos a las producciones literarias orales, tales como los textos de la canción

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popular, quizá porque son considerados, desde la perspectiva de los formadores deformadores, como literatura de segunda clase.

Dos interrogantes subyacen a esta evidencia: 1) ¿qué literatura hay que enseñarlea un profesor de literatura? y 2) ¿qué se pretende enseñar cuándo se enseña literatura?

Habitualmente se plantea la siguiente situación: las editoriales que producentextos para la escuela publican de modo permanente antologías con textos de canciones–como Juglares de hoy (Cántaro, 1998)–, y más específicamente con letras del rocknacional –como El rock argentino en cien canciones (Colihue, 2003)–. Muchas veceslos docentes se ven casi obligados a utilizar este material, asediados por partida doble:por una parte, por el establecimiento de un canon escolar, por lo general impuesto desdelas propias empresas editoras y no desde las autoridades educativas, y que es muydistinto de los cánones de la alta literatura y, por otra, por un imaginario “gremial” y“progre” –que suele incluso encerrar un falso gesto democrático–, en el que se imponeenseñar la literatura que curiosamente los adolescentes ya conocen: en este caso, lasletras de rock. Como es de esperar, la mayoría de las veces el experimento sale mal, ysale mal por diversos motivos. Pero el principal de ellos es que el profesor de literaturano suele tener en su formación de base un conocimiento acerca de cómo abordar estamanifestación icónica de la literatura oral: la canción popular contemporánea.

Casi no hace falta resaltar el amplísimo lugar que ocupa la literatura oral ennuestro tiempo. Hoy en día el cine, el video, la televisión y, en menor medida, la radioofrecen una muy variada gama de producciones literarias que van de la telenovela alsketch cómico o al reality show, de la adaptación de una novela de J. K. Rowling a la deun drama de Shakespeare. Es un dato de la realidad que en las comunidades urbanassólo una minoría lee libros y es ínfimo el porcentaje de gente que, dentro de esa minoría,lee poesía. Sin embargo, de hecho, la mayor parte de la población (y mucho más en unasociedad altamente tecnificada como la actual) consume poesía todo el tiempo a travésde las canciones que escucha por radio o televisión, en discos y conciertos. Así loconfirma el especialista Daniel Cassany cuando dice: “[…] es injusto estrechar tanto lavisión de la literatura hasta pensar que solo es literatura la que se hace como unaescritura de élite, o sea, libros. Se sabe que el mayor consumo actual de literatura no esese, sino la de la música de rock, que, obviamente, también es literatura, aunque de tipooral” (Halperín, 1996: 22).

Para empezar, el tratamiento de la canción popular supone el conocimiento de lapoesía popular, y especialmente el de la poesía transmitida oralmente, esto es, en unaperformance. Esto presupondría partir de las canciones e himnos anónimos de la antiguaGrecia, incluida la epopeya homérica, y hacer un recorrido que no excluyese la literaturalatina, los cancioneros medievales, los poemas épicos nacionales –como la Chanson deRoland, el Cantar de los Nibelungos o el propio Poema del Mío Cid–. El problema esque normalmente a los docentes de literatura nos cuesta entender la naturalezanetamente popular de estas expresiones. Y eso porque en nuestra biografía escolar,incluido nuestro paso por la formación profesional terciaria, estas obras aparecencanonizadas dentro de la “alta literatura”. Estos clásicos no pueden ni podrían tener quever nunca con la letra de Los libros de la buena memoria de Luis Alberto Spinetta. Yeste prejuicio lo heredamos de nuestros maestros del profesorado o la universidad.

La canción popular es hoy en día la mayor fuente de producción poética en loque hace a la expansión y repetición de sus obras, por más que en estos tiempos de‘oralidad secundaria’ el límite entre lo popular y lo masivo tienda a confundirse. Sin

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embargo, la canción como producto tiene una extensísima tradición en Occidente. Algopara decir al respecto tiene Manuel Vázquez Montalbán, autor de una valiosa antologíade los años ’70 sobre la canción de consumo en España:

La canción de espectáculo es el origen de lo que hoy llamaríamos canción de consumo. Nacecomo ingrediente de las comedias, en los pasos renacentistas. Se consolida en el teatro del Siglode Oro y se acrecienta en el teatro neoclásico y en el género costumbrista del XIX para generar yculminar en el género chico. Desde el siglo XVI hasta el XX hay en España (y en toda Europa)una continuidad perfectamente coherente de tonadilla escénica, que por una parte desembocaentre nosotros en la zarzuela y por otra en la tonadilla en sí misma cantada en recitales aglutinadosen torno a la figura unitaria y centralizadora de un intérprete. (Vázquez Montalbán, 1972)

No son datos menores los que Vázquez Montalbán nos ofrece. La historia de lacanción popular es muy rica y no debe pensarse que se trata de un género nacido en elsiglo pasado a la luz de la industria cultural.

Con la doble intención de paliar el mencionado déficit de contenidos en laformación y al mismo tiempo procurarles a nuestros alumnos la experiencia de unevento académico de cierta magnitud, un grupo de profesores del todavía por entoncesdenominado Departamento de Castellano, Literatura y Latín del IES Nº 1 decidimosorganizar en forma bianual unas Jornadas de Cultura Popular. En 2001 el temaconvocante –aunque no excluyente– fue el tango, en 2003 las literaturas populares yahora, en 2005, los 40 años del rock nacional. Merece decirse que el mismo grupo dedocentes y graduados, con la participación siempre de algunos alumnos avanzados de lacarrera, en los años pares organizamos unas jornadas dedicadas a la didáctica de laliteratura.

En los cinco eventos consecutivos que llevamos realizados el número deponencias es cada vez mayor –esta última vez llegamos casi a sesenta– y las jornadasdel Alicia poco a poco se van convirtiendo para muchos colegas y estudiantes en unasuerte de “clásico” que suele reunir –además de los conferencistas, panelistas yexpositores– a unos 300 asistentes todos los años.

Pero evidentemente esto no bastaba. Era necesario abrir espacios curriculares enlos que se pudiesen abordar, como parte de la formación inicial de cada futuro docentede letras, diversos aspectos relacionados con la literatura popular. Eso fue posible reciéneste año, a partir de la entrada en vigencia del nuevo plan de estudios de la carrera,cuando propuse un seminario denominado“La poesía del rock nacional”.

A pesar del creciente esfuerzo de algunos docentes y de unos pocos autores delibros de texto por incluir en los contenidos de la escuela media distintasmanifestaciones de la literatura popular (como la historieta, el guión o las letras del rocko el tango), resulta manifiesto que la escuela tradicional no ha recurrido frecuentementea estos materiales de lectura, y si lo hizo a menudo fue a partir de ciertas amablespresiones del medio –sustentadas en determinadas representaciones sociales propias delámbito escolar– y sin un marco conceptual adecuado. Teniendo en cuenta esto, a partirde un corte teórico y de los aportes relativos a los conceptos de “literatura popular”,“cultura de élite”, “cultura popular” y “cultura de masas”, se propuso como tema deseminario el estudio de las poéticas del rock nacional, un movimiento que constituye sinduda la expresión más importante de la canción popular de Buenos Aires en los últimoscuarenta años.

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Algunos de los objetivos que nos propusimos fueron que el estudiante:

reflexione sobre las poéticas del rock en tanto manifestación de la cultura popularurbana.

desarrolle capacidades para problematizar los contenidos del seminario y aplicarlosen la enseñanza de la lengua y la literatura.

indague en los códigos culturales y lingüísticos del rock en la Argentina. elabore puntos de vista propios acerca de la cosmovisión reflejada en la poesía del

rock. aplique en sus análisis los estudios teóricos aportados por los estudios culturales y de

género, las ciencias de la comunicación y la sociología. desarrolle la capacidad crítica, evitando así convertirse en un mero repetidor de los

análisis y opiniones vertidas en manuales y libros de texto. valore, dentro del espectro de los fenómenos de comunicación diferida, la letra de la

canción urbana como texto literario.

A fin de cumplir con los objetivos mencionados se trabajó desde el punto devista metodológico con una combinación que incluyó la exposición de algunos temasteóricos con las técnicas de seminario: exposiciones orales de temas convenidos con losestudiantes –mayoritariamente relativos a la poética de determinado período,movimiento o autor–, análisis de letras, debates promovidos con la finalidad defavorecer el intercambio de ideas y opiniones, todo ello acompañado en cada reunióndel seminario por la presentación de material audiovisual y la escucha de varios de lostemas analizados.

Los contenidos del seminario incluyeron: a) dos unidades dedicadas la primera ala cultura popular y la segunda a la literatura y la música populares –ambas fundadas enbibliografía específica actualizada en la que se abordan estos temas desde enfoquesteóricos distintos, como la sociología, la teoría de la comunicación, la musicología y lateoría literaria–; b) una unidad consagrada al rock anglosajón y a su génesis y c) tresunidades más, a las que se dedicó aproximadamente el 80 % del total de las clases (unas76 horas cátedra del total de 96 horas cuatrimestrales), en las que estuvo contemplada laproducción de los principales letristas del rock nacional, desde Litto Nebbia a la BersuitVergarabat, pasando por la producción de Tanguito, Moris, Luis Alberto Spinetta, LeónGieco, Charly García, Gustavo Cerati, Andrés Calamaro, Fito Páez y los grupos ArcoIris, Vox Dei, Sumo, Divididos y Patricio Rey y los Redonditos de Ricota. Así cadaexpositor, una vez que fueron asignados los temas, realizó una selección que a su juicioera representativa y presentó un corpus de textos de canciones producidas por un solistao grupo determinados, sobre el cual basó su análisis y exposición.

Mis expectativas se cumplieron absolutamente y resultan destacables la pasión yel entusiasmo de los alumnos, demostrados en cada una de las reuniones del seminario,así como el éxito de la experiencia en dos sentidos: por un lado, la internalización deuna forma de trabajo nueva y distinta para ellos (el seminario) y, por otra, elenriquecimiento que les aportó desde el punto de vista de los contenidos, según loexpresó la mayoría en la clase de cierre. Sin embargo, el verdadero final del camino esun trabajo de investigación sobre alguno de los autores, las temáticas o aspectosrelativos al rock argentino –en la forma de una ponencia para un congreso o eventosimilar–, que algunos estudiantes ya han entregado y otros entregarán en los próximosmeses. Para la confección de dicho trabajo debieron delimitar un tema de su interés y

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diseñar un proyecto de trabajo que fue siendo ajustado y evaluado en reunionesindividuales conmigo a lo largo del cuatrimestre. Cada uno de estos proyectos deinvestigación, aprobado antes de la finalización del seminario, apunta a la producción deuna ponencia que, en lo posible, debe expresar puntos de vista originales y/o conteneruna tesis propia, por modesta que sea.

Como docentes de futuros docentes creo que deberíamos replantearnos quéliteratura hay que enseñarle a un profesor de literatura, sobre todo en vistas de lo que eseprofesor va a enseñar a su vez. Nuestros prejuicios y nuestros preconceptos no sonsaludables ni beneficiosos. Todavía parece operar en nosotros la forzada oposiciónclásico-popular y a desarmar ese falso dilema es, entre otras cosas, a lo que debeapuntarse. La segunda pregunta, qué pretendemos enseñar cuándo enseñamos literatura,es infinitamente más difícil de contestar, y creo que como respuesta a ella cada uno denosotros podría dar íntimas razones, no siempre certeras, no siempre las mejores. Perohay algo que no podrá discutírseme: la necesidad de que la tarea docente coexista con latarea investigativa. Roland Barthes supo decirlo muy bien: “Hay una edad en la que seenseña lo que se sabe; pero inmediatamente viene otra en la que se enseña lo que no sesabe: eso se llama investigar” (Barthes, 2003: 150).

Bibliografía

Roland Barthes (2003 [1973 y 1978]), El placer del texto y lección inaugural, BuenosAires: Siglo Veintiuno Editores.

Halperín, Jorge (1996). “Mucho de lo que se hace en TV es literatura”, reportaje aDaniel Cassany, Clarín, Buenos Aires, 17 de noviembre, p. 22-23.

Vázquez Montalbán, Manuel (1972). “Introducción”, Cancionero general, Madrid:Lumen. Disponible en <http://www.vespito.net/mvm/intcanc.html>.

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