Patrimonio de Salud: ¿son posibles las políticas salutogénicas?

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Editorial de Carlos Alvarez Dardet y Maria Teresa Ruiz Cantero en la Revista Española de Salud Pública Rev Esp Salud Pública 2011, Vol. 85, N.º 2

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RevJEspJSaludJPúblicaJ2011;J85:J131-135J N.ºJ2J-JMarzo-AbrilJ2011

PATRIMONIO DE SALUD¿SON POSIBLES LAS POLÍTICAS SALUTOGÉNICAS?

Carlos Álvarez-Dardet ( 1,2) y Maria Teresa Ruiz Cantero (1,2)

(1) Grupo de Investigación en Salud Pública. Universidad deAlicante.(2) Centro de Investigación Biomédica en red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP)

EDITORIAL

No hay nada mas práctico que una buena Teoría

Llevamos 25 años desde la reunión de laOrganización Mundial de la Salud (OMS) enOttawa haciendo promoción de la salud sinuna verdadera teoría detrás, lo que ha deter-minado un vacío notable de conocimientocientífico, mucha retórica prescriptiva,acciones muy dispares, en su mayoría decarácter coercitivo y basadas en factores deriesgo, “estilodevidismo”, y con un conflictoético notable de culpabilización de las victi-mas y de legitimidad para actuar aún noresuelto1. Con razón, a la promoción de lasalud le han llovido muchas críticas. Su faltade evidencia científica tiene como principalconsecuencia la falta de verdaderas políticasde promoción de la salud. Esta situación des-crita podría empezar a solucionarse quizáscon un uso más extensivo de las ideas deAaron Antonovsky, planteando hipótesisrelevantes para la salud pública, como propo-nen Rivera de los Santos y cols en este núme-ro de la Revista Española de Salud Pública2 ,quienes, siguiendo a Morgan y Ziglio, perci-ben la utilidad de fusionar las ideas de laSalutogénesis con el modelo de “Patrimoniopara el desarrollo” de John Mc Knight3. Lateoría original de Mc Knight usa en ingles lapalabra assets para definir los recursos salu-togénicos en las comunidades. En castellano

se suele hablar de activos como traducción deassets. Nosotros mismos hemos usado antesesa traducción, pero assetss puede traducirsetambién por patrimonio que nos parece másadecuado para Mc Knight. Durante la elabo-ración de este texto decidimos empezar ahablar de patrimonio que da también la ideade legado cultural, de posesión comunitariareal. Los activos quizás por la crisis financie-ra y la perversión de las palabras contablestiene otra connotación mucho mas relaciona-da con el dinero.Así que cuando hablemos depatrimonio de salud nos estamos refiriendo alos “assets”.

Paradójicamente a lo que destila el con-cepto de promoción de la salud, este se habasado en la identificación de problemas ynecesidades de las poblaciones, lo que siendopreciso para determinar los recursos y servi-cios profesionales sanitarios y socialesrequeridos define a los individuos y a lascomunidades en términos negativos. Estalínea de pensamiento es la que mayoritaria-mente ha generado evidencia. Por lo tanto esla que además de conducir las prácticas pro-fesionales lidera las políticas. Sin embargo,su perspectiva puede hacer perder empodera-miento a las poblaciones que supuestamentepretenden beneficiar. La gran idea de Anto-novsky fue poner en evidencia esta forma

Correspondencia:Maria Teresa Ruiz CanteroUniversidad de AlicanteApdo. [email protected]

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clásica que tenían los profesionales de mirarla salud de los individuos y las comunidades,es decir, a partir de un modelo de déficit. Yplantear que esta mirada podía revertirse conel fin de apreciar los recursos con los quecuentan los individuos.

Como refieren Rivera y cols2, lo impor-tante para Antonovsky es que las personassean conscientes y tengan la capacidad deutilizar los recursos generales de resistencia(dinero, conocimiento, experiencia, autoes-tima, hábitos saludables, compromiso, apo-yo social, capital cultural, inteligencia, tra-diciones y la visión de la vida). Con estosrecursos las personas tienenmás oportunida-des de hacer frente a los retos y desafíos vita-les y de construir experiencias coherentes ensus vidas. Este es el concepto que Anto-novsky denominó el sentido de la coherencia(SOC), que es a la vez un sentimiento y unavisión del mundo en la que se asume quetenemos la suficiente comprensión de losacontecimientos que ocurren a nuestro alre-dedor, en función de lo cual somos capacesde influir en ellos mediante recursos internosy externos.

Si bien es verdad que la teoría de Anto-novsky siempre ha gozado de predicamentoen los círculos de promoción de la salud,siendo la gran esperanza, también es ciertoque la investigación empírica basada en suteoría ha sido más bien escasa, de base indi-vidual y bastante circunscrita a la aplicacióndel cuestionario del sentido de coherencia.Es decir, una visión restrictiva, básicamentedesde la psicología, como si la de Anto-novsky fuera solo una de las muchas teoríasde afrontamiento existentes. Precisamente,una de las razones por la que se le ha ignora-do es que cuando el hizo su trabajo durantelos años sesenta del pasado siglo, la investi-gación en salud pública era prácticamenteinvestigación en prevención de enfermeda-des y, sobre todo, en enfermedades infeccio-sas. No se le entendió y, como se ha comen-tado, solo pudo ser comprendido por la psi-cología que entonces estaba en plena eclo-

sión de las teorías del coping o afrontamien-to. Pero el sentido de la coherencia, aún pro-curando una gran funcionalidad para ayudara tomar las medidas apropiadas en situacio-nes e individuos específicos, no es un estiloespecial de afrontamiento.

La idea se conceptualizó mediante la elec-ción de la comprensibilidad, manejabilidady significancia como conceptos explicativosclaves, y ha sido reconocida como correcta.Pero, y aquí una de las críticas, no todos losautores están de acuerdo en que la escala delSOC materialice correctamente la idea decoherencia y, por lo tanto, es poco probableque mida correctamente el sentido de lacoherencia4.

Inicialmente, Antonovsky consideró queel concepto de SOC era aplicable solamentea los individuos. De hecho, la mayoría de laspublicaciones son a este nivel5 . Mas tardepropuso que el SOC podría aplicarse a gru-pos y en el ámbito social6 y, aunque apenasexiste producción científica de este nivel,contamos con algunos artículos de base indi-vidual con personas sanas que muestrandatos interesantes de carácter contextual.Veamos a continuación.

Partiendo de la aceptación de que lospatrones dietéticos individuales están influi-dos por las tradiciones (además de por la dis-ponibilidad), se ha evidenciado que la elec-ción saludable de alimentos que hacen laspersonas adultas siguiendo los mensajesactuales de estilos de vida saludable se rela-ciona con su sentido de la coherencia: a masalto SOC elecciones de alimentos mas salu-dables, mientras que un bajo SOC se asociacon un patrón de alimentación menos salu-dable, lo cual se relaciona con altos riesgosde enfermedades crónicas7. Los autores pro-ponen que el conocimiento de la influenciadel SOC en los deseos y habilidad para cam-biar de dieta puede ser útil en el diseño deprogramas de prevención. Pero como men-cionan los autores, esta investigación cuentacon limitaciones comunes a otros estudios

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sobre el SOC, como que las preferencias y laselección de alimentos se asocian a la clasesocioeconómica y no se puede asumir causa-lidad al ser un estudio transversal.

En otro estudio se compara el SOC delgrupo de padres de niños con problemas cró-nicos con el del grupo de padres de niñossanos8 . El punto de partida es que la estruc-tura, funcionamiento y desarrollo del siste-ma familiar completo se puede ver afectadopor el hecho de tener hijos con enfermedadescrónicas. Efectivamente, el grupo de padrescon niños con enfermedades crónicas teníanun SOC menor en las dimensiones de signi-ficancia y comprensibilidad que el grupo depadres de niños sanos. Ambos grupos nodifieren en la dimensión de manejabilidad,quizás por la adaptación a la situación de lospadres de niños con problemas crónicos.Adicionalmente, en un estudio realizado conmadres de niños sordos partiendo de escue-las específicas para ellos9, detectaron que elSOC es una medida de apoyo social en rela-ción con la experiencia subjetiva de estrés delas madres, en la medida que la atribución defunciones y responsabilidades es un procesode socialización en la familia. Estos estu-dios tienen las mismas limitaciones antesexpuestas. Esto es, ser transversales. Tam-bién la asociación de sus resultados con elnivel socioeconómico, lo que en términosprácticos significa que si los recursos mate-riales no están disponibles será un mero par-che la intervención pedagógica para el apo-yo al sentido de la coherencia.

Un proyecto que tiene su atención puestaen la salud de los aborígenes de Canadá des-de 1995, viene midiendo el patrimonio per-sonal mediante consultas comunitarias. Susobjetivos se han centrado en la prevenciónen jóvenes del suicidio, del riesgo de HIV yde la violencia doméstica mediante el desa-rrollo de uno de los recursos generales deresistencia: la resiliencia. Interesante es larelación detectada entre la resiliencia de losjóvenes y el orgullo de sus tradiciones, laautoestima y auto-eficacia, y los bajos nive-

les de estrés, pero mas aún la existencia deuna serie de recursos sociales que contribu-yen a la resiliencia, como el sentimiento deapoyo, cuidado, actitud y ejemplo de lospadres así como de la comunidad y de losamigos. Padres y comunidad pueden tenerfunciones diferentes e intercambiablessegún las circunstancias individuales. Losresultados son interesantes en la medida que,como dicen sus autores, los recursos socialespara la resiliencia son de mayor interés queel patrimonio personal por que la comunidadpuede hacer más para cambiarla10.

Lo cierto es que se ha trabajado muy pocodesde una perspectiva de salud pública, concomunidades y su medioambiente, físico ysocial como unidad de observación y análi-sis. Bengt Lindström y Mónica Erikson sonde los pocos profesionales que han intentadodar una dimensión de salud pública demane-ra sistemática al trabajo de Antonovsky,habiendo desarrollado una página web(http://www.salutogenesis.fi/) con excelenteinformación sobre Salutogénesis. Tambiénson relevantes sus trabajos sobre el impactopositivo del SOC en la calidad de vida5, ymás importante aún es la revisión sistemáti-ca de los mismos autores sobre la relaciónentre el SOC y la salud auto-percibida11.

Tiene sentido que Rivera de los Santos ycols llamen la atención sobre las 2 experien-cias realizadas en España2: una de ellas es enadolescentes, etapa en la que según Anto-novsky tiene lugar la evolución del SOC,junto con la infancia. Durante ambosmomentos vitales las experiencias y losmuchos recursos disponibles (los recursosgenerales de resistencia) tanto internos (fac-tores físicos, inteligencia,..) como sociales yculturales (apoyo social, las opciones finan-cieras, y la estabilidad cultural,..) dan laoportunidad de desarrollar un fuerte SOC.Antonovsky plantea que a partir de los 30años el SOC se estabiliza, pero la validez dela hipótesis de estabilidad está puesta encuestión, en la medida que no es un patrimo-nio fijo que se mantiene una vez ganado, si

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no que debe ser recreado a lo largo de lavida. La otra experiencia es con poblaciónanciana, coincidiendo en objetivos conmuchas de las investigaciones realizadassobre el SOC. Curiosamente provienen delos países nórdicos y de Japón en donde susciudadanos tienen una esperanza de vidaposicionada entre las más largas del mundo.

Erio Ziglio y Antony Morgan definen elpatrimonio de salud como cualquier factoro recurso que promueve en individuos,comunidades y poblaciones la capacidad demantener y promover su salud y bienestar.Al menos en teoría ellos también ven laposibilidad de que existan espacios y comu-nidades salutogénicos. El patrimonio desalud que delinean estos autores seríanespacios salutogénicos externos al indivi-duo. Es el camino para sacar a Antonovskydel cubículo en donde ha permanecidotodos estos años. De producirse informa-ción en esta línea se abriría una nuevamanera de entender el trabajo en saludpública como un aprovechamiento cada vezmás sofisticado del patrimonio de salud queya tienen nuestras sociedades, y no como enla actualidad, entendida como un creci-miento exponencial de servicios.

España tiene una tasa muy inferior a la delos países del norte de Europa de enferme-dades cardiovasculares. Sin duda la dietamediterránea como parte de nuestro patri-monio de salud tiene mucho que ver coneste espacio salutogénico12 . Probablemen-te, el hecho de que las desigualdades ensalud sean menores en los países mediterrá-neos que en los países del norte con estadosdel bienestar mas desarrollados13 , tengaque ver con otros determinantes de la salud,como el apoyo social y familiar, que estánmás redistribuidos que la economía moneti-zada en estos países. Estos pueden tener unefecto de sostén social. La dieta y la familiamediterránea pueden estar comportándosecomo elementos salutogénicos muy poten-tes de nuestro patrimonio de salud.

Hemos de reconocer sin embargo quetanto las ideas de salutogénesis como lasdel patrimonio de salud se encuentran bienen la periferia del mainstream sanitario.Un paseo por internet nos permite vercomo la idea de salutogénesis esta siendousada por las medicinas alternativas confrecuencia. Además, la propuesta de susti-tución de los servicios públicos por patri-monio social puede ser utilizada como unacoartada técnica en el desmantelamientodel estado del bienestar que sin duda estáen la agenda política oculta o abierta deciertas ideologías en Europa. La idea dellíder de los tories ingleses, Cameron, sobrela necesidad de una gran sociedad (bigsociety), que con su dinamismo supliera alos servicios públicos enlaza muy bien conel modelo propuesto por Mc Knight. Esmás, en una excelente publicación de laasociación de Gobiernos Municipales delReino Unido sobre la aplicación de las ide-as deMcKnight a la salud pública local, suprólogo escrito por un político desliza: “…el enfoque de assetts es uno de los que pue-de ser mas efectivo, a menudo es costo-efectivo, ya que supone un espacio para losciudadanos, las asociaciones caritativas yel empresariado social para complementarel trabajo de los proveedores de servicioslocales. Dadas las presiones financierasque soportan los gobiernos, estos benefi-cios son importantes”14.

Hay que recuperar aAntonovsky para lasalud pública. Obtener evidencia empíricasobre Salutogénesis es quizás la primeraprioridad ahora mismo de la investigaciónen salud pública. Resulta urgente recuperarlas ideas relacionadas con el patrimoniosocial útil para la salud pública y pasar dela visión individual del SOC a plantearnospreguntas sociales y ambientales ¿Existeno pueden existir comunidades o grupos depersonas, relaciones sociales o modifica-ciones medioambientales salutogénicas?¿Puede aplicarse el concepto mas allá delos individuos y de la psicología? La ver-dad es que al ser el cuestionario SOC de

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uso individual y no desarrollar Anto-novsky antes de su muerte ninguna herra-mienta genuinamente de salud publica, elconocimiento producido hasta ahora se vesesgado hacia lo individual. Incluso pode-mos hacernos la pregunta futurista reali-zada al principio del editorial: ¿Será posi-ble hacer políticas salutogénicas? Si larelación de las políticas con la salud empe-zó por el concepto de “Políticas públicassaludables”, y siguió por el de “Salud entodas las políticas” ¿seremos capaces deconstruir una base de conocimiento quepermita realmente el desarrollo de “Políti-cas salutogénicas”? Según John McKnighty los autores que están intentando adaptarsu modelo de patrimonio social a la saludpública, la respuesta es un sí rotundo.

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