Pastoralia 40 - Adviento 2012 · La urgente llamada del Papa a evangelizar ... ideas para...

Adviento 2013

Edita: Vigairía de Pastoral (Diocese de Ourense) • Dep. Legal: OU 13-07

V i g a i r í a d e P a s t o r a lD I O C E S E D E OU R EN S E

«Edición bilingüe»

Pastoralia 40 v2: Pastoralia 16 28/10/12 20:39 Página 1

Presentación ................................................................................................................................................................................... 3

Sumario .................................................................................................................................................................................................. 5

“Porta Fidei“. La urgente llamada del Papa a evangelizar ..................................... 7José Gómez López

“Creemos y por eso hablamos” (IICor.4,13) .................................................................................. 10José Antonio Gil Sousa

“Señor, yo creo, pero aumenta mi fe” (Mc.9, 24) .......................................................................... 13José Pérez Domínguez

De la Palabra escuchada a la Palabra vivida: el camino de lanueva evangelización. “Por tu palabra echaré las redes” (Lc 5,5) ................ 16

Francisco José Prieto Fernández

Arciprestados para a Nova Evanxelización .................................................................................. 19Francisco Pernas de Dios

El santuario de los Milagros y la nueva evangelización en Galicia ............. 22Eladio Gómez Barrio.

Os arciprestados de Ourense peregrinan á Catedral................................................... 25Félix Álvarez Rodríguez

Experiencia diocesana de iniciación cristianade adultos: Confirmación ........................................................................................................................................... 27

César González Fernández

Año de la Fe. Diócesis de Ourense (Programa)...................................................................... 30

Indulgencia plenaria en el Año de la fe 2012 - 2013....................................................... 31

Credo Apostólico.................................................................................................................................................................... 32


PRESENTACIÓN - PASTORALIA Nº 40 -

Equipo de la Vicaría de Pastoral

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� La belleza de la fe y la alegría de su transmisión son una cons-tante en los múltiples y diversos mensajes del papa, BenedictoXVI, desde el comienzo de su pontificado. Ahora, con motivodel 50° aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y del20° de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica, haconvocado un Sínodo sobre «La nueva evangelización para latransmisión de la fe cristiana», y ha querido enmarcarlo en elcontexto de un Año de la fe (octubre 2012 - noviembre 2013).Para ambientar dicho acontecimiento ha escrito la carta Portafidei, destinada a toda la Iglesia; en ella nos ofrece las orienta-ciones para acoger este año corno tiempo de gracia, corno kai-rós para conocer, celebrar, vivir y orar la fe cristiana.

El día 11 de octubre el papa, Benedicto XVI, procedía a abrircon toda solemnidad el Año de la Fe. El sábado, día 13 deoctubre, el Sr. Obispo, D. Leonardo Lemos Montanet, en sintonía con Roma, inauguraba este año de la Fe

para toda la diócesis de Ourense.

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� Al convocar el Año de la fe, el papa, Benedicto XVI, ha invitado atoda la Iglesia a:

� reflexionar sobre lo que es la fe y revivirla mediante laconversión personal.

� conocer mejor los contenidos de la fe, especialmente conel uso del Catecismo de la Iglesia Católica.

� celebrar gozosamente la fe en las iglesias y en las familias. � confesar la fe como parte de la nueva evangelización.

� Esta convocatoria atañe de manera especial a los sacerdotes, alos religiosos, a las personas consagradas, a los catequistas y acuantos prestan el magnífico e inestimable servicio de transmi-sión de la fe (los educadores cristianos, los padres, los profeso-res y los animadores en la fe).

� La Programación de Pastoral de la diócesis de Ourense, escu-chando la voz de la Iglesia, quiere ponerse en camino para reali-zar la nueva evangelización en nuestra tierra y en nuestro puebloourensano, tomando como punto de partida el Año de la Fe, queha de llevarnos a reflexionar y orar todos y cada uno de los artí-culos de la fe, dejándonos guiar por las enseñanzas del concilioVaticano II, fielmente reflejadas en el Catecismo de la IglesiaCatólica. Somos conscientes de que sólo después de una firme ydecidida conversión personal podremos afrontar en verdad esanueva evangelización que se nos pide llevar a cabo.

� La revista de Pastoralia, una vez más, quiere hacer-se eco de todos estos acontecimientos eclesiales paranuestra diócesis de Ourense y prestar, así, el gran auxi-lio pastoral para cuya finalidad ha nacido y por la quesigue viva entre nosotros.

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SUMARIO (Visión panorámica de la revista)

“SEÑOR, YO CREO, PERO AUMENTA MI

FE” (Mc. 9, 24)

José Pérez Domínguez

En sintonía con el año de la Fe, la dióce-sis de Ourense eligió como lema para estecurso de programación pastoral la súplica:“Señor, yo creo, pero aumenta mi fe” (Mc. 9,24): Esta breve y sentida oración la pronun-ció un padre que pedía la curación de suhijo. Los apóstoles habían intentado, sinéxito, liberar al muchacho de un mal espíri-tu. Cuando llegó Jesús, el padre, con humil-dad y confianza, desde su dolor, le rogó alSeñor que tuviera compasión y le ayudara.Jesús le dijo: “todo es posible al que tienefe” . Entonces el hombre gritó: “Creo, peroayúdame en mi incredulidad”.

DE LA PALABRA ESCUCHADA A LA

PALABRA VIVIDA: EL CAMINO DE LA NUEVA

EVANGELIZACIÓN. “POR TU PALABRA

ECHARÉ LAS REDES” (Lc. 5,5)Francisco José Prieto Fernández

En los inicios del nuevo milenio, el beatoJuan Pablo II alentaba a toda la Iglesia aemprender un nuevo camino, tomandoaquellas palabras con las que Jesús se dirigea Simón Pedro desde la barca en las orillasdel lago de Galilea, después de haber ense-ñado a la gente: “Rema mar adentro” (Lc.5,4) (cf. Nuevo Millennio Ineunte 1; Plan Pastoral dela CEE 2011-2015). El eco de estas palabrasdel Señor resuena actualmente con fuerzaen la vida de la Iglesia Universal y en los pla-nes de acción pastoral de las distintas dióce-sis, también en la nuestra de Ourense, a tra-vés de una sugerente expresión: la NuevaEvange lización.

“PORTA FIDEI”. LA URGENTE LLAMADA

DEL PAPA A EVANGELIZAR

José Gómez López

La belleza de la fe y la alegría de sutransmisión son una constante en los múl-tiples y diversos mensajes del Papa Bene -dicto XVI, desde el comienzo de su ponti-ficado. Ahora con motivo del 50º aniversa-rio de la apertura del Vaticano II y el 20° dela promulgación del Catecismo de la IglesiaCatólica, ha convocado un Sínodo sobre“La Nueva Evangelización para la transmi-sión de la fe cristiana” y ha querido enmar-carlo en el contexto del año de la fe (octu-bre 2012-noviembre 2013). Para convocareste acontecimiento, ha escrito la CartaApostólica “Porta Fidei” destinada a todala Iglesia. En ella nos ofrece sabias y opor-tunas orientaciones doctrinales para aco-ger este año como tiempo de gracia, paraconocer mejor, celebrar y vivir la fe cristia-na y desde esa experiencia gozosa, promo-ver la Nueva Evangelización.

“CREEMOS Y POR ESO HABLAMOS”(II Cor. 4,13)

José Antonio Gil Sousa

He aquí el lema para el trienio (2012-2015) de la Programación Diocesana dePastoral. La fe del cristiano que se dirigea Dios, debe expresarse también –contoda necesidad- al exterior. San Pablo selo recordaba a los fieles de Corinto,basándose en el salmista, cuyas palabrasse aplicaba él a sí mismo y a sus herma-nos en Cristo: “Creí y por eso hablé, noso-tros también creemos y por eso hablamos”(II Cor. 4,13).


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ARCIPRESTADOS PARA A NOVA

EVANXELIZACIÓNFrancisco Pernas de Dios

Na nosa Diocese fai tempo que se vén sentin-do a necesidade dunha reestruturación do mapaarciprestal para responder, desde un proxecto pas-toral común, ás necesidades que as novas situa-cións nos suxiren. Pero, ¿que facer?, ¿como facelo?Nesta reflexión só se pretende ofrecer algunhasideas para reflexionar e percorrer xuntos un cami-ño que siga axudando á nosa Igrexa Diocesana aavanzar polas sendas da Nova Evanxelización.

EL SANTUARIO DE LOS MILAGROS Y LA NUEVA

EVANGELIZACIÓN EN GALICIAEladio Gómez Barrio

El tema viene urgido desde la Evangelii Nuntiandiy en consonancia con el Proyecto de Pastoral de laDiócesis. La nueva evangelización es tarea detodos, laicos o ministros sagrados, como la mismamisión de la Iglesia. Cada uno la cumple según supropia función en ella, y acompañando siempre supalabra con el testimonio de una coherente vidacristiana. Tarea que es preciso realizar desde todoslos frentes y lugares: Santuarios, parroquias, enti-dades, comunidades, …

OS ARCIPRESTADOS DE OURENSE PEREGRINAN

Á CATEDRALFélix Álvarez Rodríguez

A vida humana non se fai unicamente de pala-bra e desexos senón que se manifesta en obras ehistoria. Nunha época na cal esas manifestaciónvisibles son tantas veces malinterpretadas ou des-valorizadas, dende a Programación Diocesana dePastoral, invítasenos a unha manifestación públicade fe, concretada nunha peregrinación. No Ano daFe dísenos que procuremos saír os arciprestadosen peregrinación á Catedral de Ourense. Na pri-meira acción do segundo Obxectivo Preferenteatopamos tal invitación: “Preparar con esmero aapertura e a clausura do Ano da Fe así como asperegrinacións á S.I. Catedral e á Sé de Pedro, paraconfesar a fe.” Pois antes de saír, preparémonos.

INICIACIÓN CRISTIANA DE ADULTOS:CONFIRMACIÓN

César González FernándezNa Diocese de Ourense seguimos

ca teima de por en marcha un centrodiocesano para a Iniciación Cristianade Adultos dando resposta as novassituación pastorais que se nos presen-tan. O obxectivo é iniciar un catecu-menado con aqueles adultos, maioresde dezaoito anos, que non recibiron adebida catequese, nin foron confirma-dos, vivindo casi sempre nunha situa-ción de alonxamento da fe. Quérese,que despois de un proceso catequéti-co máis ou menos longo, se cheguecon certas garantías a unha confesiónadulta da fe, que é a entrega confiadaa Deus realizada no seo da comunida-de eclesial para o servicio ó mundo(CdA 134).

INDULGENCIA PLENARIA EN EL AÑODE LA FE. 2012 - 2013

Desde hoy, y hasta el 24 denoviembre de 2013, el Papa ha conce-dido una indulgencia plenaria a quie-nes, durante el Año de la fe, cumplandeterminadas condiciones.

Tras haber confesado el pecado yrecibir el perdón de Dios, la indulgen-cia implica para el fiel unirse a un movi-miento interior de purificación, que esacompañado por actos concretos.


2.- Presentación global y valoraciónteológico-literaria

2.1. Presentación global.

Aunque se trata de una síntesis doctrinalmuy compacta y unitaria, en la estructura lógicade la Carta Apostólica es posible atisbar estostres núcleos o partes:

a) una introducción;b) orientaciones doctrinales de tipo más

general y

c) camino concreto a recorrer.

a).- Introducción: redescubrir el camino de la fe(números 1-3).

El documento de su Santidad nos dice: Quela puerta de la fe (Cf. Hch. 14,27) empieza con elbautismo con el que somos constituidos hijosde Dios, a quien podemos llamar Padre y seconcluye con el paso de la muerte a la vida eter-

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“PORTA FIDEI”

José Gómez López

LA URGENTE LLAMADA DEL PAPA A EVANGELIZAR

1.- Marco de reflexión yobjetivo

La belleza de la fe y la alegría desu transmisión son una cons-tante en los múltiples y diversosmensajes del Papa BenedictoXVI, desde el comienzo de supontificado. Ahora con motivodel 50º aniversario de la aper-tura del Vaticano II y el 20° dela promulgación del Catecismode la Iglesia Católica, ha convo-cado un Sínodo sobre “LaNueva Evangelización para latransmisión de la fe cristiana” yha querido enmarcarlo en elcontexto del año de la fe (octu-bre 2012-noviembre 2013).Para convocar este aconteci-miento, ha escrito la CartaApostólica “Porta Fidei” desti-nada a toda la Iglesia. En ellanos ofrece sabias y oportunasorientaciones doctrinales paraacoger este año como tiempode gracia, para conocer mejor,celebrar y vivir la fe cristiana ydesde esa experiencia gozosa,promover la Nueva Evange -ización. Aquí tan solo intentare-mos presentar “Porta Fidei”,resaltando los núcleos mássobresalientes como invitacióna una lectura más completa ymeditada.

carta apostólica

en forma de motu propio

PORTA FIDEI

del sumo pontÍfice

BENEDICTO XVI


na. Nuestra fe en la Trinidad es iguala creer en un solo Dios que esAmor. Que la Iglesia en su conjuntoy en ella, sus pastores, como Cristo,han de ponerse en camino para res-catar a los hombres del desierto yconducirlos al lugar de la vida, haciala amistad con el Hijo de Dios, pueshoy con frecuencia los cristianos sepreocupan mucho por las conse-cuencias sociales, culturales y políti-cas de su compromiso, cuando hayuna profunda crisis de fe que afectaa muchas personas. Que debemosdescubrir de nue vo el gusto de ali-mentarnos con la Palabra de Dios,transmitida fielmente por la Iglesia, yel Pan de vida, ofrecido como sus-tento a todos los que son sus discí-pulos, pues la enseñanza de Jesúsresuena hoy con la misma fuerza ycreer en Él, es por tanto, el caminoseguro para poder llegar de mododefinitivo a la salvación.

b).- Orientaciones doctrinales en torno al desarrollode la fe y su transmisión (números 4-7).

Después de describir el marco dentro del cualse celebra el año de la fe y su duración, el Roma -no Pontífice señala que es una ocasión propiciapara comprender que los textos conciliares delVaticano II “no pierden su valor ni su esplendor”,que es necesario leerlos de manera apropiada yque sean conocidos y asimilados como textoscualificados y normativos del Magisterio. “Sonuna brújula para orientarnos en el camino delsiglo” «según J. Pablo II y “si leemos y acogemos,guiados por una hermenéutica correcta, puedenser y llegar a ser cada vez más una gran fuerzapara la renovación siempre necesaria de laIglesia”. Benedicto XVI señala a continuación quela Iglesia, peregrina en el mundo, y “abrazando alos pecadores es santa y siempre necesitada depurificación”, por eso el Año de la fe “es una invi-tación a una auténtica y renovada conversión alSeñor, único Salvador del mundo”.

Gracias a la fe, esta vida nueva impregna todala existencia humana con la novedad radical de laresurrección. En el párrafo 7 el Papa exhorta con

palabras de San Pablo:“La caridad de Cristo nosurge”, nos envía, quiereabrazar a todos. Para locual es necesario un com-promiso eclesial másconvencido a favor deuna nueva evangeliza-ción, redescubrir la ale-gría de creer y volver aencontrar el entusiasmode comunicar la fe quecrece cuando se vivecomo experiencia de gra-cia y gozo. La fe nos hacefecundos porque ensan-cha el corazón en la espe-ranza y permite dar untestimonio eficaz.

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c).- El camino a recorrer (números 8-14)

Invitación a toda la Iglesia a rememorar la fe,reflexionar sobre ella y confesarla en las iglesias,en las casas, en las familias. Conocer mejor lo quecomporta el acto de fe, redescubrir sus conteni-dos, confesarla y celebrarla en la liturgia y testi-moniarla públicamente. El Papa pide que seconozca mejor lo que es la fe y por eso dedica unlargo numero (10) a exponerlo detenidamente.En el nos dice que el acto de fe implica primero“aceptar con el corazón” lo que manifiesta, que lafe es un don de Dios; después profesar la fe conla boca, lo cual quiere decir que la fe implica untestimonio y un compromiso público y, por fin,confesar la fe unidos a la Iglesia. El primer sujetode la fe es la Iglesia, es decir, cada uno confiesa sufe, pero confiesa lo que cree la Iglesia. Tambiénnos recuerda el Papa que hay que conocer bien elcontenido de la fe, para lo cual disponemos delCatecismo de la Iglesia como ayuda preciosa; enél se pone de manifiesto la riqueza de la enseñan-za que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofreci-do en sus dos mil años de historia. En su mismaestructura, presenta el desarrollo de la fe hastaabordar los grandes temas de la vida cotidiana.Añade el Papa que es un año para recordar nues-tra historia donde se entrecruzan santidad ypecado. Debemos aprender a imitar los ejemplosde santidad y purificarnos del pecado. Eso es laconversión, sabiendo que el centro de la Santidades Cristo.

Por último, el Papa nos recuerda que el testi-monio de la fe debe ir acompañado de la caridad,pues la fe sin caridad no da fruto y la caridad sinfe sería un sentimiento constantemente a mercedde la duda. Ambos se necesitan mutuamente.

Conclusión (número 15)

A los núcleos anteriores hemos de añadir laconclusión, que se puede resumir así: invi-tación a todos a buscar la fe, la relación conCristo para ser signos nuevos de la presen-cia del Resucitado, sin olvidar que la fepuede pasar por pruebas y teniendo siem-pre presente que María es maestra de la fe.

2.2. Valoración teológica literaria.

La Carta Apostólica Porta Fideiconstituye una reflexión teológicaen la que desde las primeras líneasse advierten los rasgos que caracte-rizan el estilo teológico del PapaRatzinger. Una reflexión serena,expresada en un lenguaje claro, sen-cillo, comprensible por todos. Unestilo literario constituido con fuer-za y rigor, que en ocasiones apeladirectamente al lector. La reflexiónse desarrolla tomando en considera-ción tanto la situación eclesial comoel ambiente cultural de nuestrotiempo. Todo ello contribuye a logaruna síntesis entre pensamiento yvida, entre reflexión y vivencia de lafe, entre historia y actualidad quecautiva al lector.

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Dificultades a superar para confesarnuestra fe:

Después de volverse hacia Dios, en unimpulso de todo su ser, para expresarlesu fe, el cristiano, sin desviar su pensa-miento de la presencia divina, se vuelve,pues, inmediatamente hacia los hombrespara confesar ante ellos lo que él cree. Elque ha sido regenerado por Cristo ha decomunicar con los demás el don gozosode la fe. El Evangelio es categórico: “Acualquiera –dice Jesús- que me confiesedelante de los hombres, yo también le con-fesaré delante de mi Padre, que está en loscielos. Y a cualquiera que me niegue delan-te de los hombres, yo también le negarédelante de mi Padre, que está en los cielos”(Mt. 10,32-33; cfr. Lc.12,8-9).

A veces surgen dificultades a la horade confesar la fe. Se puede objetar que lafe no puede ser hablada. Formularla esdetener su impulso; es fijarla. Es hacer dela divinidad una realidad mundana. Esbloquear lo absoluto al nivel de formula-ciones relativas, etcétera. No ignoramosque la letra, vehículo necesario paranosotros, es un vehículo siempre imper-fecto del espíritu. Más todavía, hemosaprendido que “a Dios nadie lo ha vistojamás”(Jn.1,18) y también que Dios “habi-ta en luz inaccesible” (ITim.6,16)2. Además,sabemos que incluso la revelación deDios sólo podemos recibirla en modohumano; que nuestras inteligencias nopueden captar sino un rayo refractado dela luz; que el humilde conocimiento pormedio de conceptos es siempre analógi-

“CREEMOS Y POR ESO HABLAMOS” (II COR. 4,13)

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José Antonio Gil Sousa

1 Cfr. Benedicto XVI, Carta Apostólica, ‘Porta Fidei’, n.10.2 Cfr. ‘Catecismo de la Iglesia Católica’, n.52.

IntroducciónHe aquí el lema para el trienio (2012-2015)

de la Programación Diocesana de Pastoral. Lafe del cristiano que se dirige a Dios, debeexpresarse también –con toda necesidad– alexterior. San Pablo se lo recordaba a los fielesde Corinto, basándose en el salmista, cuyaspalabras se aplicaba él a sí mismo y a sus her-manos en Cristo: “Creí y por eso hablé, nosotrostambién creemos y por eso hablamos” (IICor.4,13).Y a los cristianos de Roma: “En definitiva, ¿quédice la Escritura? Que la palabra está cerca de ti;en tu boca y en tu corazón. Pues bien, ésta es lapalabra de fe que nosotros anunciamos. Porque siproclamas con tu boca que Jesús es el Señor ycrees con tu corazón que Dios lo ha resucitado deentre los muertos, te salvarás. En efecto, cuandose cree con el corazón actúa la fuerza salvadorade Dios, y cuando se proclama con la boca sealcanza la salvación” (Rom.10,8-10). Siguiendo alApóstol, la Tradición cristiana afirma este víncu-lo necesario entre el creer con el corazón y elhablar con la boca. Sencillamente, nuestra feexige de nosotros el servicio del corazón y el dela lengua; ambos se necesitan mutuamente1.


co, inadecuado, relativo, cuando se trata delMisterio de Dios.

Ahora bien, no hemos de confundir inade-cuación con el error o incluso con la inexacti-tud. No hemos de escandalizarnos de la adap-tación de la luz divina a nuestra condiciónhumana. En este sentido nos enseña elConcilio: “Jesucristo, pues, el Verbo hechocarne, hombre enviado a los hombres, hablapalabras de Dios (Jn.3,34) y lleva a cabo la obrade la salvación que el Padre le confió(cfr.Jn.5,36;17,4)”3. En efecto, “La fe apostólicatestifica que la Palabra eterna se hizo Uno denosotros. La Palabra divina se expresa verda-deramente con palabras humanas”4. Jesucristo,palabra substancial del Padre, mediante laEncarnación, nos habla de hombre a hombre.

Por una tentación más ordinaria, sin consi-deraciones de alta crítica, el cristiano puedeexperimentar una especia de pudor a exterio-rizar su fe, a mezclarla –como quien dice- consus pensamientos humanos y sus relacionessociales. Desde esta perspectiva, el discípulode Cristo considera que es preferible respetarsu carácter sagrado, manteniéndola oculta enel santuario de su alma. Ante esta posibleobjeción, hay que señalar que una fe querenunciara a expresarse se condenaría a per-manecer indecisa e incluso inconsistente.

La experiencia diaria nos va mostrando quecorresponde al hombre expresar su convic-ción, formular las certidumbres que determi-nan su vida. La formulación de la fe representala condición misma de su realidad. Y puestoque esta fe no es sólo un secreto guardadocelosamente, sino que debe comunicarse paraconvertirse en el lazo vivo y caluroso de lacomunidad fraterna –ya que lo propio de la fecristiana es ser recibida y vivida en la Iglesia- ,es preciso que la fe se traduzca en fórmulascomunicables, en señales de reconocimiento yen lugar de convergencia de nuestra comunióneclesial.

La confesión de la fe:Dentro de los variados significados

que encierra el término ‘confesar’, deseocentrar el interés en la acepción que tra-duce confesar por ‘testificar’. El autor delsegundo libro de Macabeos pone en bocadel hermano menor el siguiente testimo-nio dirigido al rey que le pide que abjurede la fe: “Yo, como mis hermanos, entregomi cuerpo y mi vida por las leyes de misantepasados, pidiendo a Dios que muestrepronto su misericordia a su pueblo; que tú,después de haber sido castigado y atormen-tado, lo confieses como único Dios” (7,37).

Son variados los testimonios recogi-dos en el Nuevo Testamento. Hablandode la colecta a favor de la Iglesia deJerusalén, san Pablo anima a los fieles deCorinto con estas palabras: “Y es que alexperimentar el valor de esta ayuda, darángloria a Dios por vuestra respuesta de fe alEvangelio de Cristo y por vuestra generosasolidaridad con ellos y con todos”(II Cor.9,13). El Apóstol alaba la confesión de unafe, animada por la caridad, de estos fieles.El autor de la Carta a los Hebreos exhor-ta a los cristianos a la perseverancia enestos términos: “Mantengámonos firmesen la esperanza que profesamos, pues quiennos ha hecho la promesa es digno defe”(Heb.10, 23; cfr. Flp.2,11; ITim.6,2; Apoc.3,5).

El discípulo de Cristo, que fue el pri-mer Testigo, es también el que, a imita-ción del apóstol, Pablo, “da testimonio delEvangelio de la gracia de Dios” (Hech.20,24).El cristiano, que ha descubierto el ‘tesoroescondido’, o la ‘perla preciosa’, corre,entusiasmado, a comunicar esta BuenaNoticia a quienes lo rodean. La confesiónde fe es una consecuencia lógica de laprofunda alegría que el creyente ha expe-rimentado al encontrarse con Jesucristo.

El Espíritu Santo es el Maestro interiorque nos ayuda a confesar nuestra fe. Enefecto, “nadie puede decir ¡Jesús es el

113 Constitución dogmática ‘Dei Verbum’, n.4. 4 Benedicto XVI, Exhortación Apostólica, ‘Verbum Domini, n.11.


Señor!, si no es impulsado por el Espíritu Santo”(ICor. 12,3). Sigue diciéndonos el Apóstol:“Recibisteis un Espíritu que os hace hijos y quenos permite gritar ¡Abbá! ¡Padre!” (Rom. 8,16).Aun siendo conscientes de la pobreza de lapalabra humana para mostrar lo inexpresablede Dios, caemos en la cuenta que la confesiónde la fe es posible gracias a la acción delEspíritu Santo. Él nos permite reconocer aJesús como el Señor. Él nos descubre en Jesúsel rostro del Padre. Quienes son guiados porel Espíritu están en condiciones de confesar sufe, de manera que pueden comunicar, a quie-nes les escuchan, que vivir al servicio delReino es una decisión razonable y, además,profundamente gozosa.

La confesión de fe exige un desarrollo inte-gral de la misma fe. El dinamismo de la feexperimenta un desarrollo, maduración y per-feccionamiento, que lleva al cristiano aimpregnar de un nuevo sentido la totalidad desu existencia. En este sentido, la vida de fe deun cristiano es un flujo continuo de adquisi-ción y transmisión de la fe: “Os entrego lo querecibí” (ICor. 11,23). El cristiano tiene el deberde aprovechar todas las oportunidades que lacomunidad eclesial le ofrece para adquirir día adía una formación integral en la fe cristiana. Estole capacitará para confesar en qué Dios cree,cuáles son los móviles que le inducen a creer ycómo su fe es un componente fundamental desu propia comprensión como persona, comociudadano y miembro de una sociedad.

No es legítimo pensar que este camino esprivativo de cristianos intelectualmente pre-parados en conocimientos de teología; está,por el contrario, abierto a la gente sencilla,que “ha sido seducida” por Dios (Jr.20,7). No setrata, sin más, de hacer un elogio de la ‘fe delcarbonero’, sino de valorar los ejemplos de ferecia, sólida, convencida, que nos ofrece tan-tas veces la gente considerada socialmentesencilla: “Te doy gracias, padre, porque hasescondido estas cosas a los sabios y entendidos ylas has revelado a la gente sencilla” (Lc. 10,21).

Hay que reconocer que quienes mejorhan confesado su fe han sido los mártires.Ellos han dado el testimonio más convin-cente: “Nadie tiene amor más grande quequien da la vida por sus amigos”(Jn.15,13).Pero también los santo canonizados, aun-que no mártires, son considerados comoconfesores de la fe, porque su vida ha sidoun constante testimonio del Dios en quienhan creído. Ellos constituyen una referenciapermanente para los creyentes de todoslos tiempos.

Todos tenemos, sin embargo, la ocasiónde confesar nuestra fe en presencia deDios, o en presencia de los miembros de lacomunidad cristiana, o al exterior, antecualquiera que sea. Por lo demás, estas tresconfesiones no pueden, en principio, diso-ciarse. El cristiano se pone en presencia deDios para confesar su fe. Y en toda circuns-tancia lo hace delante de él. Por otro lado,esta fe es siempre la que él recibe de lacomunidad y tiene en comunión con ella.Es la fe que le liga a la Iglesia5. Finalmente,el cristiano ha de estar siempre dispuesto,cuando se presente la ocasión, a declararsu fe a cualquier persona (cfr. IPe.3,15).

125 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 166-167.


Introducción:

� El año de la fe: El Papa Bene -dicto XVI celebraba la solemneapertura del Año de la fe el díaonce de octubre, coincidiendocon el cincuenta aniversario delCon cilio Vaticano II y a los 20años del Catecismo de la IglesiaCatólica. El día 13 de octubre laIglesia diocesana de Ourense,presidida por su obispo, D.Leonardo Lemos Montanet, sereunía en la S. I. Catedral parainaugurar en Ourense, en sinto-nía con Roma, este mismo Añode la Fe.

� El Lema de la programación de pastoralpara este año: en sintonía con el año de laFe, la diócesis de Ourense eligió comolema para este curso de programaciónpastoral la súplica: “Señor, yo creo, peroaumenta mi fe” (Mc. 9, 24): Esta breve ysentida oración la pronunció un padreque pedía la curación de su hijo. Los após-toles habían intentado, sin éxito, liberar almuchacho de un mal espíritu. Cuandollegó Jesús, el padre, con humildad y con-fianza, desde su dolor, le rogó al Señorque tuviera compasión y le ayudara. Jesúsle dijo: “todo es posible al que tiene fe”.Entonces el hombre gritó: “Creo, peroayúdame en mi incredulidad”

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“SEÑOR, YO CREO, PERO AUMENTA MI FE”(MC.9, 24)

José Pérez Domínguez


1.- Lectura de la Palabra de Dios: Mc. 9, 14 – 27:

Leemos con atención la Palabra de Dios,procurando memorizar su contenido, deján-donos iluminar por ella para que muevanuestra voluntad al afecto y al compromisode vida.

Cuando volvieron a donde estaban losdemás discípulos, vieron mucha gente alre-dedor y a unos escribas discutiendo conellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió ycorrió a saludarlo. Él les preguntó: «¿De quédiscutís?». Uno de la gente le contestó:«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene unespíritu que no lo deja hablar; y cuando loagarra, lo tira al suelo, echa espumarajos,rechina los dientes y se queda rígido. Hepedido a tus discípulos que lo echen y nohan sido capaces». El, tomando la palabra,les dice: «¡Generación incrédula! ¿Hastacuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándoos tendré que soportar? Traédmelo». Se lollevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús,retorció al niño; este cayó por tierra y serevolcaba echando espumarajos. Jesús pre-guntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace quele pasa esto?». Contestó él: «Desde peque-ño». Y muchas veces hasta lo ha echado alfuego y al agua para acabar con él. Si algopuedes, ten compasión de nosotros y ayúda-nos. Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posi-ble al que tiene fe». Entonces el padre delmuchacho se puso a gritar: «Creo, peroayuda mi falta de fe». Jesús, al ver que acu-día gente, increpó al espíritu inmundo,diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lomando: sal de él y no vuelvas a entrar enél». Gritando y sacudiéndolo violentamente,salió. El niño se quedó como un cadáver, demodo que muchos decían que estaba muer-to. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de lamano, y el niño se puso en pie”.

Hacemos silencio y repasamos en nues-tra mente la Palabra de Dios: recordamoslos distintos personajes, sus dichos y, sobretodo, las palabras de Jesús.

2.- Asimilando de la Palabra de Dios:

Este relato de la curación de un epilépticopone el acento en la necesidad de escucharal Maestro, subrayada ante la experienciade la impotencia y fracaso de los discípulos.La narración se estructura en tres escenasdiversas: Jesús y la gente; Jesús y el enfer-mo; Jesús y los discípulos. Todas ellas tienenun común denominador: el diálogo.

Este diálogo convierte el episodio enuna magnífica catequesis sobre la fe y laoración. La fe, único medio para vencer elpoder del mal, es una apertura incondicio-nal a la acción de Dios y la firme convicciónde quién, mirándose a sí mismo, podríasiempre afirmar tan sólo su falta de fe. Laoración es la llamada humilde y apremianteen la fe, que conquista la benevolencia divi-na, consiguiendo de Dios lo que humana-mente resulta imposible.

3.- Aplicándola a la vida de los creyentes:

Esta breve oración contiene dos aspectosimportantes: el reconocimiento humilde deuna fe débil y la confianza de que el Señor,con su ayuda, la puede aumentar y fortalecer.Esta enseñanza conserva todo su valor parala comunidad cristiana de todos los tiemposante los exorcismos que se le presenten; esdecir, ante las dificultades y tribulaciones quele sobrevengan. Sin fe y oración, sin una refe-rencia continua a Dios, sin una dependenciatotal de él, el poder de expulsar demonios,que a todo discípulo se le confiere, no le ser-virá de nada. Quedará bloqueado; será inefi-caz. Si la fe se debilita, todo se resiente.Podríamos decir que la falta de fe “impide” laacción de Dios en nosotros y en nuestromundo. Siempre me ha impresionado leer enel Evangelio que Jesús, en Nazaret, donde sehabía criado, no pudo hacer milagros porqueno encontró fe allí (cfr. Mc 6, 56).

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4.- Rezando la Palabra de Dios: «Creo,pero ayuda mi falta de fe»

Como nos recuerda el Papa Benedicto: “Nose comienza a ser cristiano por una decisiónética o una gran idea, sino por el encuentro conun acontecimiento, con una Persona, que da unnuevo horizonte a la vida…”1 ¿Creemos o nocreemos en Él? ¿Lo aceptamos o no? Entretodas la súplicas que se le dirigieron a Jesúsdurante la proclamación de la Buena Nueva nohay quizá ninguna tan desgarradora como la deaquel pobre hombre: “¡Creo, Señor, pero ayú-dame en mi incredulidad”. El padre de aquelhijo curado puso en nuestros labios una súplicaque no se nos debiera olvidar nunca: “¡Fe, másfe, Señor, que necesitamos mucha fe!... Siempreen la Iglesia hemos tenido como señal de salva-ción la afición y el amor a la Palabra de Dios y ala oración. Quien escucha a Dios que nos hablainteriormente por sus inspiraciones, por la lec-tura de la Sagrada Biblia y por la predicación dela Iglesia, ése está en canino seguro de salva-ción. Y se está en camino segurísimo cuando ala escucha de Dios se une la oración confiada. Eloído y la lengua juegan un papel decisivo en elproblema de la salvación. Por eso nos volvemosa preguntar: ¿Escucha hoy el mundo a Dios yreza todo lo que debe?... ¿Sigue actuando toda-vía el demonio sordo y mudo?... . La fe se forta-lece dándola, así nos lo recordó el Beato JuanPablo II, y el Papa Benedicto nos dice: “La fe, enefecto, crece cuando se vive como experienciade un amor que se recibe y se comunica comoexperiencia de gracia y de gozo”. En estemomento de nueva evangelización es necesario“redescubrir la alegría de creer y volver aencontrar el entusiasmo de comunicar la fe.”2.La fe se aviva con el testimonio de la caridad.“La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sinfe sería un sentimiento constantemente a mer-ced de la duda. La fe y el amor se necesitanmutuamente…”3.

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Conclusión:

Tres puntos a atener en cuentapara que la fe se haga presente ennuestra vida:

� San Pedro nos dice: «Os alegráis,aunque ahora sea preciso padecerun poco en pruebas diversas; así laautenticidad de vuestra fe, máspreciosa que el oro... se aquilata afuego» (1 Pe 1, 6-9).

� El papa Benedicto XVI nos recuer-da: «La vida de los cristianos cono-ce la experiencia de la alegría y elsufrimiento. Cuántos santos hanexperimentado la soledad. Cuán -tos creyentes son probados tam-bién en nuestros días por el silen-cio de Dios, mientras quisieranescuchar su voz consola dora»4.

� Y añade: «Las pruebas de la vida, ala vez que permiten comprender elmisterio de la cruz y participar enlos sufrimientos de Cristo (cf. Col 1,24), son preludio de la alegría y dela esperanza a la que conduce lafe»5 (Porta fidei, 15).

4 Benedicto XVI, ibidem, 15.5 Benedicto XVI, ibidem, 15.

1 Benedicto XVI, Deus Caritas est, 1.2 Benedcityo XVI, Portra Fidei, 7.3 Benedicto XVI, ibidem, 14.


En los inicios del nuevo milenio, el beatoJuan Pablo II alentaba a toda la Iglesia aemprender un nuevo camino, tomandoaquellas palabras con las que Jesús sedirige a Simón Pedro desde la barca enlas orillas del lago de Galilea, después dehaber enseñado a la gente: “Rema maradentro” (Lc 5,4) (cf. Nuevo Millennio Ineunte1; Plan Pastoral de la CEE 2011-2015). El ecode estas palabras del Señor resuenaactualmente con fuerza en la vida de laIglesia Universal y en los planes deacción pastoral de las distintas diócesis,

también en la nuestra de Ourense, através de una sugerente expresión: laNueva Evan gelización. Es el término conel que la Iglesia habla y entiende hoy sumisión en el “mar” de la historia. Lareciente celebración durante el pasadomes de octubre de la XIII asambleaordinaria del Sínodo sobre “La nuevaevangelización para la transmisión de lafe cristiana” nos habla del empeño de laIglesia en dar forma y contenido, caucey expresión concreta a esta renovadainvitación al anuncio del Evangelio.

DE LA PALABRA ESCUCHADA A LA PALABRA VIVIDA:EL CAMINO DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

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Francisco José Prieto Fernández

“POR TU PALABRA ECHARÉ LAS REDES” (LC 5,5)


“Rema mar adentro” (Lc 5,4)

Pero, ¿en qué consiste este concepto tanpolivalente y fluctuante que nos invita aseguir remando en la barca de la Iglesia porlos mares de la sociedad, de la cultura, de lavida de los hombres de nuestro tiempo?

No se trata de una absoluta novedad enla vida de la Iglesia. A mediados de los años50 del siglo pasado se hablaba de “evange-lización” para referirse al primer anuncio dela fe cristiana. El concilio Vaticano II impul-só la acción evangelizadora de la Iglesia,Pablo VI abordó esta cuestión en la magní-fica y actual Evangelii Nuntiandi (1975), elbeato Juan Pablo II alentó y profundizó sis-temáticamente a lo largo de su pontificadola llamada a la Nueva Evangelización, espe-cialmente en la Redemptoris missio (1990)Nuevo Millennio Ineunte (2001), y BenedictoXVI quiere darle ya un cauce operativo,concreto y comprometido, como la urgen-te labor que la Iglesia actual debe acometeren este momento (Pontificio Consejo para laNueva Evangelización, Sínodo reciente y el Añode la Fe).

Evidentemente, Nueva Evangelizaciónno significa nuevo Evangelio porqueJesucristo es el mismo ayer hoy y siempre(Hb 13,8) y la misión que confió a sus discí-pulos (cf. Mc 16,15; Mt 28,20) es y sigue siendola tarea principal y siempre nueva de laIglesia, que debe ser en todo tiempo y lugaruna Iglesia evangelizada y evangelizadora (cf.Evangelii Nuntiandi 14). No se trata de anunciarun nuevo Evangelio, sino de anunciar elEvangelio de una forma nueva (nuevos len-guajes, nuevos métodos, nuevos estilos),en una sociedad como la actual que tanprofundas transformaciones ha experimen-tado y experimenta.

Benedicto XVI, en la convocatoria delAño de la Fe, nos hace una llamada a la“exigencia de redescubrir el camino de la fe

para iluminar de manera cada vez más clarala alegría y el entusiasmo renovado delencuentro con Cristo” (Porta fidei 2) y a “uncompromiso eclesial más convencido enfavor de una nueva evangelización pararedescubrir la alegría de creer y volver aencontrar el entusiasmo de comunicar lafe” (Porta fidei 7). Redescubrir la alegría y labelleza de creer y encontrar un nuevoentusiasmo en la comunicación de la fe sonlas claves fundamentales que nos hacencomprender el sentido y el compromiso poruna Nueva Evangelización. Esta, de entrada,no consiste en una cuestión organizativa oestratégica, sino más bien espiritual. Elsecreto último de la nueva evangelizaciónestá en la respuesta que cada creyentedemos a la invitación de acoger en nosotrosla vida nueva que el Padre nos da en Cristopor el Espíritu, o sea, la santidad de cadacristiano (cf. XIII Asamblea sinodal InstrumentumLaboris 91 y 158; Evangelii Nuntiandi 41).

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En el centro de la evangelización está el testimo-nio. No basta sólo con decir y hacer. Sólo evangeli-za quien se ha dejado evangelizar. No se puedetransmitir lo que no se cree y lo que no se vive. Esnecesario que la nueva evangelización esté acredita-da por la propia conducta de vida, por la credibili-dad personal y comunitaria de una vida modeladapor el Evangelio: “creí, por eso hablé” (2 Cor 4,13).

“Por tu palabra, echaré las redes” (Lc 5, 5)

Sólo si volvemos a recorrer el camino de la fepara escuchar a Jesús, que nos invita a creer en él ya extraer el agua viva que mana de su fuente (cf. Jn4, 14), entonces ni la sal de la vida cristiana se vol-verá sosa ni la luz de Cristo en el creyente se apa-gará (cf Mt 15, 13-16). Por ello, es preciso descubrirel gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios ycon el Pan de la Vida (cf. Porta fidei 3) para seguirnutriendo la experiencia de un amor, el de Dios,que se recibe y se comunica como experiencia degracia y de gozo, y que nos abre el corazón y lamente para acoger la invitación del Señor a aceptarsu Palabra para ser sus discípulos (cf. Porta fidei 7).

La Nueva Evangelización será posible si pone-mos el fundamento de nuestro ser y obrar comocristianos en Cristo, Palabra del Padre: “Nuncahemos de olvidar que el fundamento de toda espi-ritualidad cristiana auténtica y viva es la Palabra deDios anunciada, acogida, celebrada y meditada en laIglesia” (Verbum Domini 121). Es ahí donde la fe senutre y crece, tal como nos propone el objetivogeneral de la Programación Pastoral Diocesana paraeste curso. Sólo desde una nueva escucha de laPalabra de Dios, puesta en el centro de nuestra vidacristiana, podremos ser unos entusiastas anunciado-res y testigos del Evangelio (cf. Verbum Domini 122). Deahí, la importancia de fomentar y acompañar losgrupos bíblicos, donde la Palabra se profundiza, sehace oración y compromiso; la necesidad de cui-dar y celebrar con gozo la Eucaristía, lugar privile-giado donde la Palabra de Dios se proclama y elPan de la Vida se parte y se comparte; y avivar eltestimonio de la caridad, expresión de una fefecunda que traduce en gestos de amor la Palabraescuchada y celebrada.

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No olvidemos que las grandesespiritualidades presentes en lahistoria de la Iglesia, que fueron yson cauce de evangelización yrenovación, han nacido de aquelloshombres y mujeres que se handejado plasmar por la Palabra deDios a través de la escucha, la lec-tura y la meditación asidua (VerbumDomini 48).

Entonces, como Pedro, podre-mos, a pesar de los cansancios ydesánimos, recuperar, guiados yalentados por el Espíritu de Jesús,el gozo de creer, de ser testigos dela fe en Cristo, de seguir echando,“por su Palabra”, las redes delEvangelio y rompiendo las puertasque nos mantienen encerrados ennuestros cenáculos (cf. Hch 2,1-4).


Dedicar tempo e reflexión a estatarefa non é algo gratuíto neste momen-to. A realidade eclesial e sociolóxica quevivimos úrxenos a emprender este cami-ño. O panorama da nosa Diocese fainosver como a maioría da poboación con-céntrase na cidade e vilas, mentres que omundo rural, sobre todo en inverno,quédase despoboado. A crise vocacionalfai que o número de párrocos residentesnas súas Parroquias sexa cada día menore co risco de limitarse a unha atención

“funcionarial” dunhas Parroquias envel-lecidas e con poucas esixencias pasto-rais. Os avances fan que as comunica-cións faciliten a mobilidade que o nosopobo, aínda asumindo as dificultades dasmoitas persoas maiores, vive noutrosámbitos e cuia conciencia falta á hora dapráctica da súa fe. Podemos e debemosseguir enumerando argumentos apoia-dos no análise da realidade concreta,pero tamén debemos de asumir o retoque propón a ruptura entre a Parroquia

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ARCIPRESTADOS PARA A NOVA EVANXELIZACIÓN

Francisco Pernas de Dios

“A viño novo odres novos” (Mc.2,22)

Todos experimentamos cada día ofeito de que o noso mundo está some-tido, como constata o Vaticano II, a“cambios rápidos e fondos” (GS.4).Cambios non só no ámbito da ciencia ea tecnoloxía, que nos superan constan-temente, senón tamén na maneira depensar, de sentir, de vivir. Unha socieda-de que vive a este ritmo suscítanos moi-tos interrogantes e, a miúdo, preguntasangustiosas (GS.3). Nun contexto seme-llante, a Igrexa non podemos deixarnoslevar polo que acontece, senón quedebemos de renovarnos interiormentepola forza do Espírito que nos guia, escrutar, coa luz do Evanxeo, os signos dos tem-pos e propor a Boa Noticia con “novo impulso, novo ardor e novos métodos”.

Na nosa Diocese fai tempo que se vén sentindo a necesidade dunha reestrutura-ción do mapa arciprestal para responder, desde un proxecto pastoral común, ás nece-sidades que as novas situacións nos suxiren. Pero, ¿que facer?, ¿como facelo? Nestareflexión só se pretende ofrecer algunhas ideas para reflexionar e percorrer xuntos uncamiño que siga axudando á nosa Igrexa Diocesana a avanzar polas sendas da NovaEvanxelización.

¿Por que é necesaria a reestruturación?


e o pobo: A Parroquia fai unha oferta queesixe unha fe adulta e asumida, e un grannúmero do noso pobo pide uns merosservizos relixiosos que non impliquen nin-gunha esixencia para a súa vida persoal.

A posta en marcha da renovación ini-ciada polo Concilio Vaticano II impúlsanosa vivir unha Igrexa como Pobo de Deus eSacra mento de comuñón para a misión.Úrxenos a un recoñecemento real da cor-responsabilidade leigal e a potenciar osdiferentes carismas e ministerios que oEspírito regala ás nosas xentes sinxelaspara o ben da Igrexa. Isto pide, de todospero de modo especial dos pastores,unha profunda conversión que nos leve árevalorización dunha pastoral de misión eevanxelizadora onde o traballo en comúnnos leve a descubrir que a Parroquiahoxe, sendo necesaria, é insuficiente paraa misión que ten confiada. Só nunha pas-toral de conxunto, articulada e orgánica,poderemos descubrir o papel do presbí-tero no novo mapa pastoral. Para isodebemos de descubrir a Parroquia e oArciprestado como comunidade de fieis,máis que como territorio (c.515,1). Sónunha pastoral de comuñón e correspon-sabilidade, poderemos afrontar os retosque a secularización propón á Igrexa dehoxe e recuperar a ledicia da fe e a misiónna nosa Igrexa.

¿Que é o Arciprestado?

No Código de Dereito Canónicolemos: “Para facilitar a cura pastoralmediante unha actividade común, variasparroquias próximas entre si poden unir-se en grupos peculiares, como son osarciprestados” (c. 374/2). Se nos fixamos, afinalidade do Arcipres tado é facilitar unhapastoral de comuñón. Para iso débese irconfigurando como un fogar onde sacer-dotes, relixiosos e leigos nos acollemos eimos creando ese espazo cálido ondeconvivir e recuperar o entusiasmo evan-xelizador. Unha escola onde estudamos,reflexionamos e afondamos na misión eun taller onde xuntos programamos edecidimos a execución dos proxectos pas-torais.

Avanzar nesta dirección axudaranos aasumir o proxecto pastoral orgánico paraa Igrexa que é a Nova Evanxelización nacomuñón de toda a Igrexa e adaptado áidiosincrasia propia de cada zona. Perosen dúbida isto é algo novo que pide unhaprofunda conversión: Pasar do “a miñaParroquia” e dunha pastoral de conserva-ción a descubrir que, o ter a responsabili-dade dunha ou varias Parroquias de modoque os fieis identifiquen ao seu pastor,non é incompatible cunha actividade decolaboración conxunta no ámbito arci-prestal. Aquí cabe que nos fagamos unhareflexión: Se no ámbito da pastoral fune-raria logrouse un certo nivel de coopera-ción, ¿por que non tentalo noutros aspec-tos como a Catequese, Grupos Bíblicos,acción caritativo-social…?

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Algunhas pistas para a reflexión

A historia da nosa Diocese mostra que adivisión arciprestal non foi sempre a mesma.Dos 20 que había en 1851 chegouse aos 45 de1956, para quedar na actualidade en 28.¿Cantos se precisan agora mesmo, dadas as cir-cunstancias? É un camiño que require oración,diálogo e unha busca serena en equipo. Paraaxudar a desbrozar este camiño, poden nosaxudar as seguintes pistas:

� Ser conscientes de que a división ideal nonexiste: Todas terán as súas moitas vantaxese algún inconveniente que teremos queasumir.

� A reflexión debe facerse con visión e men-talidade de Igrexa e ollando ao futuro: Denada serve pensar nun mesmo, os seus gus-tos, círculos de relación… dado que nóspasamos e o proxecto debe pervivir anos.Por iso é necesario buscar o ben da Igrexae do noso pobo, por encima de personalis-mos.

� Ter en conta as zonas de influencia: Ver oslugares de referencia para a nosa xente.

� Non é un problema cuantitativo: As Parro -quias grandes sempre deberían ter máisactividade que as medianas e estas que aspequenas, o cal se dá en tódolos ámbitos,rural, urbano, vilas…É un problema denovos enfoques que nos levan dunha pas-toral de mantemento a unha pastoral deproposta evanxelizadora.

� “Non teñades medo”: Este novo camiñonon é só cuestión dunha estrutura que nosleva a cambiar uns límites. Toda esa laborservirá de pouco se non avanzamos nunestilo novo de pastoral que nos esixe revi-sar o que facemos, promover unha maiorimplicación dos leigos e planificar un novomodo de presenza do presbítero. É dicir,un tipo de pastoral moito máis comuni-tario, corresponsable e misioneiro,que nos leve a formar comunidadesvivas, fraternas e orgánicas.

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� Unha certa especialización dosaxentes de pastoral (presbíteros eleigos) segundo os dons e carismasde cada un. Así posibilitaremos quecada un aporte segundo as súasposibilidades e reciba segundo assúas necesidades nunha colabora-ción fraterna que tamén debealcanzar o nivel económico.

� Un proxecto pastoral: Unificar cri-terios, asumir a ProgramaciónDiocesana e aplicala á realidadeconcreta para avanzar desde asituación dada á desexada arriscan-do co método de “ensaio-erro”,dado que non temos garantido oéxito de ningún proxecto humano.Si temos garantida a axuda de Deuse a súa graza que, en moitas oca-sións, escribirá dereito con liñastortas reconducindo as nosas limi-tacións e erros aos seus camiños epropiciando que o Evanxeo cale navida e cultura, a pesar noso.

Todo un reto de formar comunidades defieis que son acompañadas por

un ou varios presbíteros coacolaboración de relixiosos e

leigos cun espírito novopara cavar os camiños daNova Evanxelización fa -cendo presente unhaIgrexa próxima, acolle-dora e samaritana pormedio de cuias estruturasexperiméntase o amor deDeus e a experiencia deque “nada hai verdadeira-mente humano” que llesexa alleo (GS.1). Non só

facer, que é moito oque cada un reali-za, senón facer

xuntos.


EL SANTUARIO DE LOS MILAGROSY LA NUEVA EVANGELIZACIÓN EN GALICIA

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Eladio Gómez Barrio - (Rector del Santuario de los Milagros)

Sería muy pretencioso, por mi parte,querer tratar en dos páginas la nuevaEvangelización en Galicia, cuando otros,más entendidos, han escrito libros. Comolas características, connotaciones y demás,son similares en todo Galicia, lo que sehace o ha de hacer en un Santuario, valepara los demás, salvando las peculiaridadesde cada uno.

Damos por sentado que el elementoreligioso y de fe es lo que da sentido a todolo que acontece en el Santuario (incluidoslos errores); si se prescinde de él, quedan-do sólo con el aspecto social, cultural, etc.,se empobrece y limita su contenido.

En la Novena del Santuario de nuestraSeñora de Los Milagros, que celebramos consolemnidad todos los años, como preparaciónpara su fiesta del 8 de Septiembre, el predica-dor de este año – D. José Pérez Domíngueznos presentó el tema: Por María, del Cristoevangelizador a la Iglesia evangelizadora. Elpredicador y los demás sacerdotes, fuerondesmenuzando la idea para presentarla a losfieles peregrinos de la manera más asequible einteligible, en vistas a que cada uno la lleve a lapráctica según sus posibilidades.

El tema viene urgido desde la “EvangeliiNuntiandi” y en consonancia con el Proyectode Pastoral de la Diócesis.


La nueva evangelización es tarea detodos, laicos o ministros sagrados, como lamisma misión de la Iglesia. Cada uno lacumple según su propia función en ella, yacompañando siempre su palabra con eltestimonio de una coherente vida cristiana.Tarea que es preciso realizar desde todoslos frentes y lugares: Santuarios, parro-quias, entidades, comunidades, …

El sentido de la nueva evangelización esllevar el Evangelio allí donde se encuentranlos hombres en su misma cultura.Aquí, el evangelizador nonecesita desplazarse por-que vienen los fieles.Pero siempre tenemospresente el interro-gante: ¿es suficiente loque hacemos y cómolo hacemos? Aunqueno nos pidan más queesos servicios normales,nosotros no podemos con-formarnos, si queremos que lanueva evangelización sea nuevaen ardor, nueva en sus méto-dos, nueva en su expresión(Juan Pablo II).

Somos conscien-tes de que cada unoviene evangelizado asu manera; desdelos que viven inten-samente su fe en susparroquias, los que lo hacen normal, a losque tienen su fe un tanto dormida o rutina-ria y necesitan un impulso para reavivarla.

¿Qué es lo que vemos?: personas conintensa vivencia cristiana, luego se enfrían yse contagian bajo la influencia de la culturasecularizada. Dios está ausente en las fami-lias, en los niños, en los jóvenes, en loshogares, en las escuelas, en la política, enlos sindicatos, en las empresas, …

¿Qué debe proclamar la NuevaEvangelización? ¿Qué verdades debe esco-ger como fundamentales? ¿Qué debemeter en la cabeza del hombre moderno?

El contenido de la Nueva Evangelización secifra en el mensaje central del Evangelio.

El hombre no puede independizarse deDios. Esto no lo quiere reconocer el hom-bre moderno. Legisla y se rige independien-te de toda ley divina, como si no hubiera unDios ante el cual hay que responder. El

verdadero problema de nuestrotiempo es la “crisis de fe en

Dios”, la ausencia de Dios,camuflada por una reli-giosidad vacía, diceMetz. A esto se le añadela indiferencia ante elhecho religioso; ¡Diosno parece necesario,salvo en los aprietos!

La función de losSantuarios en la evan-

gelización es la misma dela Parroquia. Con la salvedadde que los fieles de la parro-quia son siempre los mis-

mos, mien tras que losdel Santuario no.La misión del San -tua rio es contribuir aque los fieles refuer-cen su ser de cristia-nos activos y se ani-

men en el compromiso con su Parroquia.

El Santuario Mariano es lugar apropiadopara un encuentro evangelizador, sacra-mental y catequético de la Iglesia con laspersonas que a él peregrinan. Por eso nosexige cuidar la acogida, cuidar con esmeroy sencillez la Liturgia para que el peregrinoexperimente el encuentro con Dios y conla Virgen María y lo lleve luego a su vidaordinaria.

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El peregrino viene buscando paz. Y no lees suficiente la que da el entorno. El mejormedio para ello es el Sacramento de laReconciliación. María les ayuda. DesdeMaría y a través de María encontrarán elcamino para llegar al encuentro con su HijoJesús. Por eso la aclamamos como Reina yMadre de Misericordia.

Y de hecho, las tres razones que impul-san a los fieles a venir al Santuario, y lo quemás buscan, es:

� ver y rezar a la Virgen de los Milagros, � recibir el Sacramento del Perdón y � participar en el Sacramento de la

Eucaristía.Hemos de ofrecérselos de la manera

más digna, más asequible, más viva. Otrasrazones para venir son muy secundarias.

Nos exige ser respetuosos con todas laspersonas y con las formas piadosas y devo-cionales, válidas y apropiadas, a la vez queestar vigilantes para purificar aquellas prác-ticas que no se adecuan al sentir de laIglesia. Eso supone catequizar, evangelizarcon paciencia.

Es admirable que se mantenga la religio-sidad que ofrece nuestro Santuario limpiade connotaciones y adherencias. La renova-ción del Concilio Vaticano II, el cambio delos tiempos y las culturas, la continua insis-tencia en los verdaderos valores de la fe,han calado en las personas para adaptarse.Dada la movilidad de los tiempos actuales,hay peregrinos que preguntan o buscancostumbres que han visto en otros santua-rios; algunas de ellas desfasadas, y que, porsuerte, aquí ya no existen.

La piedad popular no puede ser ni ignorada nitratada con indiferencia o desprecio, porque es ricaen valores, y ya de por sí expresa la actitud religio-sa ante Dios; pero tiene necesidad de ser continua-mente evangelizada, para que la fe se exprese, lle-gue a ser cada vez un acto más maduro y auténti-co. … (J.Pablo II, Vigesimus quintus annus 1988).

En Galicia contamos con muchos Santua -rios y Ermitas, la gran mayoría dedicados a laVirgen María, en sus diversas advocaciones.Unos están abiertos todo el año y cuentan conculto diario –es el caso del de Los Milagros–,otros, solamente el fin de Semana, y otros, eldía de la fiesta del Titular. Es bien notoria lagran devoción que hay en la Provincia deOurense a la Virgen María. Siem pre hay fielesen cualquier manifestación religiosa en torno aElla. Es explicable, porque, desde niños, hemosacudido a varios santuarios marianos de losalrededores cercanos y distantes. Tales viven-cias quedan ahí dentro como un rescoldo paratoda la vida, predisponen al cristiano y afloranen momentos puntuales.

En el año 2005, D. Ramiro GonzálezCougil, tuvo la paciencia de recoger brevessemblanzas de los Santuarios más relevantesde la Diócesis de Ourense. María nosSantua rios, 22 santuarios marianos de zonasda Diocese de Ourense. Le agradecemoseste buen trabajo que nos ayuda a acercar-nos a las características de cada Santuario.

En la Evangelización el medio más eficazes la Palabra de Dios, unida al verdaderotestimonio de vida. La Virgen María es nues-tro modelo cercano para el proceso de la fey la evangelización: escuchar, creer, vivir.Ella escucha a Dios, lo acepta-cree, y seofrece para poner en práctica lo que El lepide. Es entonces cuando Dios actúa ytransforma al hombre de fe, de tal suerteque le lleva a hacer maravillas.

San Vicente de Paúl decía –y dice– a susmisioneros que la evangelización ha de hacer-se como lo hizo Cristo: evangelizar al hombre demanera integral, es decir, remediar sus necesida-des espirituales y temporales. Hacerlo así esevangelizar de palabra y de obra, de maneraafectiva y efectiva. La opción por los pobreses el eje central de la nueva evangelización,capaz de hacer creíble la gratuidad amorosade Dios y de suscitar la civilización del amor.

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OS ARCIPRESTADOS DE OURENSEPEREGRINAN Á CATEDRAL

Félix Álvarez Rodríguez

A vida humana non se faiunicamente de palabra e desexossenón que se manifesta en obrase historia. Nunha época na calesas manifestacións visibles sontantas veces malinterpretadas oudesvalorizadas, dende a Pro -gramación Dioce sana dePastoral, invítasenos a unhamanifestación pública de fe,concretada nunha peregrina-ción. No Ano da Fe dísenosque procuremos saír os arci-prestados en peregrinación áCatedral de Ourense. Na pri-meira acción do segundo Obxec -tivo Prefe rente atopamos talinvitación: “Preparar con esmeroa apertura e a clausura do Anoda Fe así como as peregrinaciónsá S.I. Catedral e á Sé de Pedro,para confesar a fe.” Pois, antesde saír, preparémonos.

“Sae da túa terra” (Xen 12, 1)A chamada á peregrinación é

de orde relixiosa. Se outro é omotivo central da saída teremosturismo ou curiosidade, ocio... sófalaremos de peregrinación se omotivo central é relixioso, se ébuscar un tempo e lugar deter-minados para o encontro conDeus. Un encontro que pode serpersoal ou comunitario. Unencontro para o cal hai que sol-


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tar o cotidiano e coller a mochila do novo, dodistinto; no que hai que dispor o corazón a unhaxornada na que a atención e o asombro debenbrillar con forza propia. Non sexa que cambie-mos de sitio pero o sitio non nos cambie.

Deus está en todas partes, si, e o importanteé a oración dende o corazón, ben é verdade,pero non podemos olvidar o que diciamos ó ini-cio destas liñas nin que Deus manifestousetamén en lugares e circunstancias que hoxe nosserven como recordatorio material do divinopaso pola nosa realidade.

“Creo-cremos”A nosa fe leva en si a dobre dimensión per-

soal-comunitaria. Recibimos a fe dentro dacomunidade da Igrexa, moitos fomos bautiza-dos na fe dos nosos maiores: aquí temos a ferecibida, a fe na súa dimensión comunitaria. Enon se reduce a esto senón que se abre óapostolado, á evanxelización, á manifestaciónpública do crer, do xuntarse a outros para ala-bar a Deus. Pero hai tamén esa dimensiónpersoal que supón que eu mesmo, por min,respondo “si” ó Señor; dimensión que secoida na lectura da Palabra e na oración, for-mando así un precioso diálogo que abre máise máis o corazón ó Deus escondido e invisiblepero Pai e cercano, manifestado no seu Filloencarnado.

Unha peregrinación é motivo espe-cial para recordar esto, para compartiro tesouro precioso recibido noBautismo. Esta saída que ten como fun-damento o encontro con Deus nun díaespecial, ábreme ós outros para recor-darme que son irmán dunha grandefamilia e que a miña fe foime transmiti-da, non podo inventala e facela propie-dade egoistamente preservada. Peronon só a nivel espiritual senón que medá a oportunidade de exercer a fe, deconcretala en palabras e obras, de des-cubrir como a fe nos leva ó amor ecomo o amor vai prendido da fe.

A Catedral, igrexa naiO templo da Catedral non é un tem-

plo calquera, é a sé do Bispo diocesano,o lugar de referencia para as diversasigrexas, un lugar no que coidar de modoespecial a liturxia e que sempre estáaberto a calquera fiel en busca dun diálo-go calmo co Señor xa sexa na Misa ou naconfesión. Nunha época na cal tantoindividualismo se nos vende e no quepodemos considerar a parroquia comoun lugar “en contra doutros”, peregrinará catedral recórdanos que somos familiae que a Igrexa é universal, católica.


Na Diocese de Ourense seguimos ca teimade por en marcha un centro diocesano para aIniciación Cristiana de Adultos dando respostaas novas situación pastorais que se nos presen-tan. O obxectivo é iniciar un catecumenado conaqueles adultos, maiores de dezaoito anos, quenon recibiron a debida catequese, nin foronconfirmados, vivindo casi sempre nunha situa-ción de alonxamento da fe. Quérese, que des-pois de un proceso catequético máis ou menoslongo, se chegue con certas garantías a unhaconfesión adulta da fe, que é a entrega confiadaa Deus realizada no seo da comunidade eclesialpara o servicio ó mundo (CdA 134).

Tentamos así dar unha respostade calidade conxunta e diocesana aesa petición de bastantes xóves queacuden as nosas parroquias solicitan-do o sacramento da confirmación.Os sacerdotes moitas veces dába-mos a solución máis doada, aindaque non sempre a máis catequética,invitándoos a algunha entrevista, áconfesión do día anterior, e xa á con-firmación. Agora, por fin, o clero dacidade e a Vicaría de Pastoral, puxé-monos maus a obra para dar novasrespostas.

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EXPERIENCIA DIOCESANA DE INICIACIÓN CRISTIANADE ADULTOS: CONFIRMACIÓN

César González Fernández

“A catequese ó servicio da iniciación cristiá preséntase como un aprendizaxe atoda a vida cristiá, unha iniciación cristiá integral, que propicia un auténtico

seguimento de Xesucristo e introduce na comunidade eclesial” (IC 42)


A convocatoria:Polo mes de decembro pasado iniciamos

unha campaña de difusión nas parroquias,realizando unha sinxela convocatoria taménna folla “Comunidade”, anunciando que se íaa realizar esta nova experiencia de formaexperimental, para poñer ó dia a fe, dandopequenos pasos, en orden a celebra-las con-firmacións a fináis de abril ou maio.

A principios de xaneiro botamos a andarcon moitas ganas e ilusión un pequeño grupode 12 xóvenes. Os catecúmenos eran 10 chi-cas e 2 chicos, 4 eran extranxeiros, todos deentre 18 e 33 anos. Os motivos polos que ini-ciaban este proceso eran variados: parapoder ser padriño/madriña, para acompañara súa filla que celebraba a primeira comuñón,“para casar”, para afondar na fe, por ser cren-te, con motivo do bautizo de un fillo, porquea invitou o seu párroco, etc…

Os primeiros pasos: Elaboramos un breve itine-

rario de dez temas que nosparecían importantes en ordena unha pequena síntese de fe,algúns deles xa os experimentára-mos nas Caldas, Mariñamansa e enFátima os anos anteriores.

Tíñamos clara a metodoloxía a seguir:Ver–xulgar–actuar; partiamos sempre

dunha carta dun xoven actual que se facíapreguntas sobre o tema en cuestión; daba-mos moita importancia ó linguaxe narrativoda biblia que ilumina a vida do crente; pro-vocábase o diálogo e a comunicación deexperiencias; remataba sempre a sesióncon unha oración para garantir a comunica-ción con Xesús e a síntese do desenrolado;nunca faltaba tamén o linguaxe audiovisuale a veces o testemuño de persoas crentes.Tentamos fomentar o gusto pola oración,pola eucaristía dominical, a integración nassúas comunidades parroquiais e polo testi-monio de vida, tratando de integrar fe evida.

Os catequistas, de forma provisional,eramos os sacerdotes que nos encargamosde este grupo de iniciación: Félix (Vicaría dePastoral), José Seijo (Stma. Trinidade),Frank (Sta. Teresita), Carlos (Sto.

Domingo) e César. En todomomento nos sentimos ben aco-llidos, foise creando un ambientede confianza, de diálogo e parti-

cipación. Creo que eles tamén se sen-tían agusto, comentaban as súasexperiencias de fe e valoraban o con-

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tacto con sacerdotes de dis-tintas parroquias. O lugarelexido foi a parroquia deFátima que nos facilitousalas, proxector, material etodo o necesario, e asítamén coñeceron de pretoalgunhas das actividadespastorais que se realizan naparroquia, en Caritas, Cate -quese e Liturxia. Unha dasnais que se estaba prepa-rando, deu a luz ó longo docurso, e todos participamosda súa ledicia.

Para a celebración dosacramento da confirma-ción incorporámonos á queestaba prevista na parro-quia de Fátima con 30 ado-lescentes, o sábado día 28de abril pasado. Partici -pamos antes con eles noensaio da ceremonia e nacelebración comunitaria doperdón. Presidiu o Sr. BispoD. Leonardo.

De cara ó curso que iniciamosComo o responsable do catecumenado de adultos é o

Sr. bispo da diocese, e agora xa o temos, deberá él facersecargo do grupo, decidir a metodoloxía a seguir, o temponecesario (1 ou 2 anos), o estilo que él crea oportuno, olugar de preparación e as persoas que o fagan posible.

Nós, dende a humilde experiencia de este curso pasado,cos seus fallos e logros e atrancos, cremos que habería queseguir pondo como grandes retos o gusto pola oración epola eucaristía dominical, polo testimonio de vida e a inte-gración nas súas parroquias. Ademáis haberá que ir dandopasos de cara a incorporación de catequistas seglares.Terase que estudiar a posiblidade de incorporar os mate-riais das delegacións de catequese de Galicia, que están apunto de ser publicados. Por outra banda, seguindo o RICA(Cap. IV) e o ICRO (124-133), ver si se acepta o itinerarioamplio cos ritos previstos de “Presentación á comunide”, asentregas do “Simbolo da Fe”, da “Oración dominical” e odos “Evanxelios”, así como as catequesis especiais e recep-ción de sacramentos na coresma e na vixilia pascoal.

Sería doado que os sacerdotes nas suas parroquias fixe-ran unha convocatoria ó longo deste mes de outubro paraempezar co grupo a mediados de novembro.

Son moitos, nas nosas parroquias, os “bautizados noncatequizados” que precisan un proceso de “reiniciacióncristiá” para coñecer, celebrar, vivir e orar a fe da Igrexa,para medrar e madurar na fe.

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� Apertura: 13 de octubre de 2012.

� Santuarios a los que acudir para lucrarse de la

indulgencia plenaria de este año de la fe.

� Formación permanente del Clero: Concilio

Vaticano II.

� Semana de Teología. Tema: el Concilio

Vaticano II.

� Cursillo: “La Fe y Caridad”

� Cursillo: el Catecismo de la Iglesia Católica.

� Peregrinación de los arciprestazgos a la S. I.

Catedral.

� Peregrinación a Roma en unión con la archidió-

cesis de Santiago de Compostela.

� Peregrinación diocesana a Roma

� Entrega del Credo en las catequesis de la

Iniciación Cristiana.

� Clausura: 23 de noviembre de 2013.

AÑO DE LA FE - DIÓCESIS DE OURENSE -


� Tras haber confesado el pecado y recibir elperdón de Dios, la indulgencia implica para elfiel unirse a un movimiento interior de purifi-cación, que es acompañado por actos con-cretos.

� Según un Decreto firmado en nombre delPapa, el cardenal Manuel Monteiro de Castro,Penitenciario Mayor de la PenitenciaríaApostólica, durante el Año de la fe, los fieles«podrán conseguir la Indulgencia plenaria dela pena temporal por los propios pecados,impartida por la misericordia de Dios, aplica-ble en sufragio de las almas de los fieles difun-tos, todos los fieles verdaderamente arre-pentidos, debidamente confesados, quehayan comulgado sacramentalmente y querecen según las oraciones del Pontífice».

� Para ello, y como gesto de purificación, losfieles recibirán la indulgencia «cada vez queparticipen, al menos, en tres momentos depredicación durante las Sagradas Misiones»,que tendrán lugar durante el Año de la fe, «o,al menos, en tres lecciones sobre los actosdel Concilio Vaticano II y sobre los artículosdel Catecismo de la Iglesia en cualquier iglesiao lugar idóneo».

� Los bautizados también podránrecibir la indulgencia «cada vez quevisiten en peregrinación una basíli-ca papal, una catacumba cristianao un lugar sagrado designado porel obispo del lugar para el Año de lafe (por ejemplo, basílicas menores,santuarios marianos o de los após-toles y Patronos) y participen enuna ceremonia sacra o, al menos,se recojan en meditación y conclu-yan con el rezo del Padrenuestro, laProfesión de fe en cualquier formalegítima, las invocaciones a laVirgen María y, según el caso, a lossantos apóstoles o Patronos».

� Será posible ganar la indulgenciacada vez que, en los días determi-nados por el obispo del lugar parael Año de la fe, los bautizados «par-ticipen en cualquier lugar sagradoen una solemne celebración euca-rística, o en la Liturgia de lasHoras, añadiendo la Profesión defe en cualquier forma legítima».

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INDULGENCIA PLENARIA EN EL AÑO DE LA FE. 2012 - 2013

Desde hoy, y

hasta el 24 de

noviembre de 2013,

el Papa ha concedido

una indulgencia

plenaria

a quienes, durante

el Año de la fe,

cumplan determinadas

CONDICIONES

�


� Será también posiblerecibir la indulgencia quie-nes visiten durante el Añode la fe «el baptisterio ocualquier otro lugar don -de recibieron el sa cra -mento del Bautismo, sirenuevan las promesasbautismales de cualquierforma legítima».

� El documento concluye recordando que los fieles que,«por enfermedad o justa causa», no puedan salir de casa odel lugar donde se encuentren, podrán obtener la indulgen-cia plenaria si, «unidos con el espíritu y el pensamiento alos fieles presentes, particularmente cuando las palabrasdel Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos se transmi-tan por radio o televisión, recen, allí donde se encuentren,el Padrenuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legíti-ma y otras oraciones conformes a la finalidad del Año de lafe ofreciendo sus sufrimientos o los problemas de su vida».

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CRE

DO A

POST

ÓLICO

LatínCredo in Deum Patrem omnipotentem,

Creatorem caeli et terrae, et in Iesum Christum, Filium Eiusunicum, Dominum nostrum, qui

conceptus est de Spiritu Sancto, natusex Maria Virgine, passus sub Pontio

Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus,descendit ad ínferos, tertia die resurrexita mortuis, ascendit ad caelos, sedet addexteram Dei Patris omnipotentis, indeventurus est iudicare vivos et mortuos.Credo in Spiritum Sanctum, sanctam

Ecclesiam catholicam, sanctorumcommunionem, remissionem

peccatorum, carnis resurrectionem,vitam aeternam. Amen.

EspañolCreo en Dios Padre Todopoderoso,creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestroSeñor, que fue concebido por obra y graciadel Espíritu Santo; nació de Santa MaríaVirgen; padeció bajo el poder de PoncioPilato; fue crucificado, muerto y sepultado;descendió a los infiernos; al tercer díaresucitó de entre los muertos; y subió a loscielos; está sentado a la derecha del Padre,y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos ya los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesiacatólica, la Comunión de los Santos, elperdón de los pecados, la resurrección dela carne y la vida eterna. Amén.


Pastoralia 40 - Adviento 2012 · La urgente llamada del Papa a evangelizar ... ideas para...

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