PARADIGMAS DE LA EDUCACIÓN

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PARADIGMAS DE LA EDUCACIÓN EN EL AULA CONTRA EL PROBLEMA GENERACIONAL, COMANDANDO LAS GENERACIONES X, Y Y Z PARA PERMITIR LA ACTUALIZACIÓN A DISTANCIA EN MÉXICO.

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PARADIGMAS DE LA EDUCACIÓN EN EL AULA

CONTRA EL PROBLEMA GENERACIONAL,

COMANDANDO LAS GENERACIONES X, Y Y Z

PARA PERMITIR LA ACTUALIZACIÓN A DISTANCIA

EN MÉXICO.

UNIVERSIDAD DE LOS ANGELES.

MAESTRIA EN INNOVACIÓN EDUCATIVA.MATERIA:RUPTURAS DE PARADIGMAS EDUCATIVOS EN EL AULA TITUOLO:ENSAYO, PARADIGMAS DE LA EDUCACIÓN EN EL AULA CONTRA EL PROBLEMA GENERACIONAL COMANDANDO LAS GENERACIONES X, Y Y Z PARA PERMITIR LA ACTUALIZACIÓN A DISTANCIA EN MÉXICO.ALUMNO:JOSÉ GONZÁLEZ PÉREZMAESTRA:MARIA ELENA TAMARIZHORARIO:DE 3:00 PM A 7:00PM. SABATINO.

PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN EN EL AULA EN MÉXICO

La definición de la educación que demandan los jóvenes es hoy un asunto de intenso debate. Unos piensan que los lineamientos tradicionales son suficientes para perfilar la educación del siglo XXI; otros, que esa es condición necesaria, pero ya no suficiente para el tipo de educación de México.

Las generaciones X trabajaban para vivir tenían una educación limitada solamente el pizarrón, gis y maestro y el maestro siempre tenía la razón.

Las generaciones Y crecieron con economía y tecnología estaban en el auge del internet y aparecieron los primeros videojuegos y teléfonos celulares.

La generación z ya son nativos digitales estos ya traen la tecnología de nacimiento

Creo que las generaciones X y Y tienen un problema en la actualización de aprendizaje por las nuevas tecnologías y el nuevo sistema de aprendizaje y de esa manera se crea un paradigma en la educación.

Hoy se vive, en verdad, una auténtica, inimaginable y apasionante revolución educativa y del conocimiento en el mundo.

Hay una extraordinaria variedad de factores que están influyendo en esa reformulación: la globalización económica y cultural; la velocidad del conocimiento; la idea de que la educación es un proceso permanente, En suma, no es exagerado decir que está emergiendo un nuevo paradigma en la educación, y hay que darle respuesta.

Para empezar, el conocimiento ha dejado de ser lento, escaso y estable. Se estima que la riqueza global de conocimiento acumulado se duplica actualmente cada cinco años.

El programa educativo del gobierno federal ha sido particularmente omiso en el análisis detallado de este problema y en la búsqueda de soluciones. Sólo plantea consideraciones generales y buenas intenciones, pero no hay mecanismos tangibles y medibles para identificar si los recursos destinados a la educación, serán correctamente invertidos. El problema es complejo, no tiene soluciones sencillas ni a corto plazo, pero pueden identificarse.

En los últimos años, ha crecido la oferta educativa sustentada en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y con ella la necesidad de espacios de educación no formal con apoyo tecnológico. Esto se percibe con mayor fuerza en los países con un alto desarrollo tecnológico y económico. Sin embargo, en muchas instituciones educativas aún no se tiene un modelo claro y definido para operar la educación a distancia.

Un aspecto que se debe considerar es que las TIC aplicadas en educación no garantizan por sí mismas la inclusión y equidad social, ni tampoco la calidad o innovación. Además, en muchos casos se utiliza la tecnología para reproducir o hacer más eficientes los modelos de enseñanza tradicionales; de ahí que resulte imprescindible crear nuevas teorías de diseño educativo con El uso de tecnología que vayan de acuerdo con las necesidades actuales, a fin de lograr un conocimiento útil para la resolución de problemas

relevantes y con sentido social.

Por lo menos en la década de los noventa y lo que va de la presente, hemos sido testigos de cambios vertiginosos en el desarrollo de las llamadas TIC que permiten afirmar que, por lo menos las sociedades más avanzadas, han entrado a la llamada sociedad del conocimiento (UNESCO, 2005). No obstante, si valoramos la forma en que esos desarrollos tecnológicos se han ido introduciendo en el campo de la educación, sea en la llamada educación a distancia o como apoyo a la que ocurre en ambientes presenciales, la opinión de los expertos se divide. Si el criterio es qué tanto la incursión de las TIC ha impactado de manera significativa la educación, en el sentido de si se está propiciando un cambio profundo en los paradigmas educativos prevalecientes, en la forma en que se aprende, se enseña y se evalúa, los cambios parecen ser más bien modestos (Natriello, 2005). Esto nos hace pensar que la visión de futuro antes planteada está muy alejada de la realidad educativa presente, por lo menos la que viven los estudiantes mexicanos en su mayoría. No obstante, las posibilidades del empleo de las TIC en la educación son mucho más amplias en relación con sus usos actuales.

Es innegable que el crecimiento en términos de cobertura de la educación virtual y de la incorporación de las TIC en diversos contextos educativos, presenciales y no presenciales, mostrará un aumento significativo en los próximos años. En primera instancia, porque la diseminación de la educación virtual y la generación de entornos educativos híbridos apoyados por las TIC permitirán atender, por lo menos en buena parte, la demanda creciente de educación de una población estudiantil que no tiene demasiadas opciones en la modalidad presencial. Un buen ejemplo de ello son los programas de bachillerato a distancia que se han comenzado a impartir en fechas recientes en nuestro país, respaldados por instituciones educativas con el suficiente prestigio y experiencia en educación virtual.

Más allá de este “fenómeno expansionista” surgen algunas preguntas obligadas: ¿la educación a distancia está resultando exitosa?, ¿realmente es innovadora, está cambiando nuestra forma de enseñar y aprender?, ¿qué modelos educativos se están promoviendo y con qué resultados? Aún no disponemos de evidencia empírica suficiente para dar una respuesta contundente de lo que sucede en nuestro contexto inmediato, nacional y latinoamericano, con la educación a distancia y los entornos apoyados con las TIC. No obstante, en la compilación de estudios y propuestas educativas realizada por Barrón (2006), los autores manifiestan su preocupación por la obsolescencia de la enseñanza receptivo-transmisiva y plantean una diversidad de problemas en situaciones casuísticas referidas a la introducción de los modelos innovadores soportados por las TIC..

Estudios realizados en Estados Unidos (Natriello, 2005) señalan que la tendencia predominante en la dinámica de la introducción de las TIC en las instituciones educativas apunta a que se reproducen, las más de las veces, las premisas pedagógicas de la educación presencial tradicional que tanto critican los propios tecnólogos, y subordinan el papel de los actores al de meros transmisores o receptores de información. Gary Natriello documenta como principal tendencia en el desarrollo de la educación a distancia, la extensión de los modelos o patrones educativos propios de la educación presencial de corte transmisivo-receptivo. Encuentra que en múltiples casos la llamada educación en línea en el nivel universitario “toma prestado” el estilo de los cursos por correspondencia, mientras que en otros consiste en una adaptación de los cursos regulares que se

imparten en la modalidad presencial (frecuentemente centrados en la lectura de textos y la resolución de cuestionarios). En muchas instituciones educativas se carece todavía de un modelo educativo definido y apropiado o de una comprensión conceptual y empírica de cómo opera o debería operar la educación a distancia. Un ejemplo de esto es que la medida del tiempo dedicado a la instrucción e incluso del aprovechamiento potencial del alumno cuando trabaja “en línea” se mide en términos de la presencia física ante el medio (el llamado seat time); o bien, las prácticas de evaluación y certificación del aprendizaje están centradas en la presentación de exámenes objetivos de recuperación de información declarativa.

Tenemos que entender que, dada la multideterminación del fenómeno educativo y la diversidad de agentes, actores y contextos educativos, de oportunidades y restricciones en relación con estos últimos, los resultados de los estudios sobre el uso de las tecnologías en la educación y del éxito de la educación a distancia en ocasiones son contradictorios.

Un ejemplo es el meta análisis conducido por Bernard y Abrami (2004) con 232 Investigaciones realizadas entre 1985 y 2002, en las que se comparan experiencias de educación a distancia frente a instrucción presencial en el salón de clases, y se consideran aspectos como el aprovechamiento académico, las actitudes y la retención de contenidos. Se concluye que no hay una tendencia clara debido a la heterogeneidad de los resultados, puesto que en muchos estudios la educación a distancia supera a su contraparte presencial en las variables mencionadas, pero en otros tantos arroja resultados mucho más pobres.

Otro estudio que atiende la multideterminación antes referida y logra demostrar la complejidad de la incorporación de las TIC al aula regular, es el reportado por Zhao, Pugh, Sheldon y Byers (2002), quienes durante un año dieron seguimiento a un grupo de profesores de educación básica que intentaban llevar a cabo en sus aulas proyectos de innovación educativa centrados en la incorporación de tecnologías. Como era de esperar, el mayor reto era lograr un impacto real en el aprendizaje del alumnado. El estudio es

complejo, pero a manera de síntesis, los resultados obtenidos se agruparon en tres dominios interactivos y ofrecieron algunos factores asociados que demostraron ser los que tenían una mayor contribución al éxito o fracaso de los intentos de innovar el trabajo en el aula con apoyo en tecnologías.

Dimensión 1. El profesor en su papel de innovador

Factores que contribuyen: nivel de competencia de los profesores en el uso de las tecnologías y empleo estratégico de éstas; compatibilidad entre las creencias y enfoque pedagógico de los profesores y las tecnologías en cuestión; manejo apropiado de la cultura (social y organizativa) de la escuela.

Dimensión 2. La naturaleza de la innovación misma Factores que contribuyen: distancia de la innovación de la cultura escolar (creencias, valores y prácticas); distancia de las prácticas educativas previas del profesor; distancia de los recursos tecnológicos disponibles (software, hardware, conectividad, etcétera); dependencia de otros (necesidad de apoyo de personas que no están bajo la autoridad del innovador), dependencia en recursos tecnológicos que están más allá de la autoridad del profesor.

Dimensión 3. El contexto en que tiene lugar la innovación

Factores que contribuyen: infraestructura humana, particularmente el personal técnico que da soporte y mantenimiento a las tecnologías, pero también incluye políticas y procesos facilitadores; infraestructura tecnológica apropiada y disponible; apoyo social de parte de los pares.

Resulta interesante que, al analizar la interacción de los tres dominios, se encuentra que los factores asociados al innovador, es decir, al profesor, tuvieron el papel más significativo. Si los profesores estaban bien capacitados y convencidos, era más probable que sus proyectos fueran exitosos, aun cuando existiera distancia, dependencia o un contexto con poco soporte. Contexto Nacional de Educación a Distancia

Los primeros antecedentes de Educación Abierta y a Distancia en nuestro país, fueron investigados por la Comisión Interinstitucional e Interdisciplinaria de Educación Abierta y se remiten al año de 1947 cuando se fundó el Instituto Nacional de Capacitación del Magisterio en la Secretaria de Educación Pública. En 1975, fecha en que el Instituto se transformó en Dirección General de Capacitación y Mejoramiento Profesional del Magisterio.

Por decreto presidencial se creó en 1971 el Centro para el Estudio de Medios y Procedimientos Avanzados de la Educación (CEMPAE), organismos que en sus inicios se aboca al desarrollo de la tecnología educativa que sirvió de base para implantar los siguientes modelos: Primaria Intensiva para Adultos (1974), Secundaria Abierta (1976) y Preparatoria Abierta (1979) con el fin de atender la demanda del nivel básico, en 1982 se creó el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos.

Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México estableció en 1972 el Sistema de Universidad Abierta. El Instituto Politécnico Nacional y la Dirección General de Institutos de la SEP iniciaron en 1974 la operación del Sistema Abierto de Enseñanza (SAE) y del Sistema Tecnológico Abierto, respectivamente.

En 1976 en el nivel medio superior se desarrollaron los sistemas abiertos: del sistema tecnológico abierto (Sistema de Enseñanza Abierta) y de la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial de la SEP (Sistema Abierto de Educación Tecnológica Industrial – SAETI).

En 1978 se emprenden acciones encaminadas a coordinar y orientar las tareas educativas de la nueva modalidad a través de un Consejo Coordinador de Sistemas Abiertos. En 1991 se creó la Comisión Interinstitucional e Interdisciplinaria de Educación Abierta y a Distancia.

En 1995, la Unidad de Televisión Educativa de la SEP inicia la transmisión de programas educativos a través de la Red Satelital de Televisión Educativa (Red Edusat). Para 1997 destaca el proyecto de Educación Media Superior a Distancia (EMSAD), y se inicia la

gestión para el desarrollo del proyecto de la Videoteca Nacional Educativa (VNE), a partir del convenio de colaboración establecido entre la SEP y el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE), en materia de Educación a Distancia. En 1998, durante la XII Reunión del Consejo

de Universidades Públicas e Instituciones Afines (CUPIA) se decidió incorporar a la agenda de trabajo de la Secretaría General Ejecutiva de la ANUIES, la definición de un Plan Maestro de Educación Superior Abierta y a Distancia bajo dos vertientes:

a) Desarrollo de redes (Soporte técnico) y

b) Desarrollo académico (Diseño e implementación de programas, cursos y formación de personal capacitado en Educación a Distancia), cuyo fruto se presenta en diciembre de 1999, en la XIV Reunión Ordinaria del CUPIA celebrada en Colima, Colima.

Bajo este contexto, desde principios del siglo XXI, la política educativa mexicana hace referencia al hecho de que aunque todos los países del mundo enfrentan los retos de la globalización y del cambio tecnológico, pocos se encuentran inmersos en procesos de cambio simultáneo tan profundos y diversos como México (Plan Nacional de Desarrollo 2001 – 2006). De este modo la transición nos obliga a redefinir metas, rediseñar instrumentos y adecuar mecanismos de toma de decisiones; con el sustento de la educación, la salud, la gobernabilidad, la seguridad pública, el desarrollo económico y la competitividad como ejes para garantizar la viabilidad de México como país independiente con un desarrollo social armónico.

Bajo esta premisa se buscó una transformación del sistema educativo, que además de asegurar que la educación, el aprendizaje y la instrucción estén al alcance de todo niño, joven y adulto, ha de cuidar también que nadie deje de aprender por falta de recursos; garantizando que todo centro educativo funcione y que en todo centro educativo se aprenda.

El fomento a la actitud emprendedora e independiente de los ciudadanos, estuvo presente en las modificaciones a los planes y programas de estudio buscando dotarlos de una educación de vanguardia y una preparación avanzada, promoviendo y creando proyectos para mejorar los conocimientos de la población, conduciendo al desarrollo de sus habilidades y destrezas, fomentando la innovación y el avance tecnológico, induciendo el interés por la ciencia y apoyo a la difusión cultural, asegurando el manejo efectivo de la información y propiciando la educación continua, el adiestramiento constante y la actualización y permanente.

El logro de una educación para todos, de vanguardia y de calidad ha sido la política básica. El reto de llevar la educación a todos los mexicanos mediante el sistema educativo formal y de la multiplicación de oportunidades de educación no formal, incluye tomar en cuenta la pluralidad cultural, étnica y lingüística del país para eliminar el rezago en la educación.

En este contexto una educación de calidad significa atender el desarrollo de las capacidades y habilidades individuales en el ámbito intelectual, artístico, afectivo, social y deportivo, al mismo tiempo que se fomentan los valores que aseguran una convivencia solidaria y comprometida, se forma a los individuos para la ciudadanía y se les capacita para la competitividad y exigencias del mundo laboral. La calidad, como característica del sistema educativo, se logrará con la diversidad de instituciones y programas educativos en el país que, en un ambiente de libertad y bajo reglas claras y explícitas de calidad concurran para ofrecer perfiles curriculares, condiciones intelectuales, procesos de instrucción y ambientes humanos atractivos para los mexicanos.

Por tanto la formación de profesionistas, especialistas e investigadores capaces de crear, innovar y aplicar nuevos conocimientos para que se traduzca en beneficio colectivo, requiere del apoyo educativo y tecnológico de las industrias y empresas, servicios y programas formales e informales de educación transmitidos por los medios de comunicación, contar con la infraestructura científica tecnológica y con los acervos de información digitalizada que permita a la población estar en contacto con el conocimiento necesario para su desarrollo.

En este sentido el uso pedagógico de las nuevas tecnologías deberá cuidarse en el contexto de un proyecto social y educativo cuyo eje sea la equidad, con la posibilidad de hacer más eficaces los aprendizajes vía tecnológica por lo que se debe potenciar las capacidades de los profesores y el respeto a las identidades culturales antes que las virtudes prometidas por la tecnología.

De esta manera, se requiere de la educación superior, constituir una oferta flexible, diversa y relevante, adecuada a las necesidades de la población que demanda continuar instruyéndose más allá de su educación básica. Ampliar la cobertura educativa formal y no formal, así como la transferencia tecnológica apropiada y estimular la formación de recursos humanos de alto nivel y alinear las políticas orientadas a la educación superior y el posgrado. Esto siempre en la prospectiva de la excelencia académica.

Educación a Distancia, es una modalidad educativa que se caracteriza por la responsabilidad de una institución para impartir enseñanza, generar y aplicar conocimientos y construir aprendizajes, haciendo uso de las tecnologías para mediar la comunicación entre estudiantes, profesores e instituciones, separados en el espacio y tiempo, potencializando un aprendizaje independiente y flexible (Hernández y Córica, 2007).

En este sentido el uso pedagógico de las nuevas tecnologías deberá cuidarse en el contexto de un proyecto social y educativo cuyo eje sea la equidad, con la posibilidad de hacer más eficaces los aprendizajes vía tecnológica por lo que se debe potenciar las capacidades de los profesores y el respeto a las identidades culturales antes que las virtudes prometidas por la tecnología.

De esta manera, se requiere de la educación superior, constituir una oferta flexible, diversa y relevante, adecuada a las necesidades de la población que demanda continuar instruyéndose más allá de su educación básica. Ampliar la cobertura educativa formal y no formal, así como la transferencia tecnológica apropiada y estimular la formación de recursos humanos de alto nivel y alinear las políticas orientadas a la educación superior y el posgrado. Esto siempre en la prospectiva de la excelencia académica.

La EAD no es un fenómeno de hoy; en realidad ha sido un modo de enseñar y aprender de millones de personas, donde este esquema de enseñanza y aprendizaje ha evolucionado en el último siglo y medio, encontrando así los argumentos de Aretio (2001) quien considera que la Educación a Distancia ha transitado por cuatro etapas;

Correspondencia, Multimedia, Telemática e Internet, y que actualmente está en auge la quinta etapa conocida como Aprendizaje Flexible Inteligente.

Esta modalidad educativa se distingue por los siguientes rasgos:

- El estudiante desarrolla su aprendizaje bajo la orientación del tutor profesor.

- Combina estrategias, métodos y medios tecnológicos didácticos.

- El estudiante aprende con la orientación pedagógica de guías didácticas posibilitando la autoevaluación.

- Tiene capacidad de aprender más allá de un aula, eliminando las barreras de tiempo y espacio por lo que no implica la asistencia a clases presenciales.

- Garantiza al estudiante la misma calidad de aprendizaje que en la modalidad escolarizada.

-La ANUIES (2000), señala en su documento, La Educación Superior en el Siglo XXI, líneas estratégicas de desarrollo, que el crecimiento de la demanda de educación superior que se avizora para las dos primeras décadas del siglo XXI, difícilmente podrá ser atendido de manera adecuada por los sistemas tradicionales. Para hacer frente al crecimiento cuantitativo, al tiempo que se busca mejorar cualitativamente la calidad, es necesario explorar nuevas formas de educación en el nivel terciario1, mediante esquemas de educación a distancia, nuevos modelos de interacción maestro–estudiante, estableciendo currículos menos cargados de horas clase, y sistemas de estudio que aprovechen la tecnología contemporánea, en especial, los sistemas computarizados y redes virtuales entre otras innovaciones. Esto enfatiza la importancia que las modalidades no convencionales tienen para el desarrollo de las Instituciones de Educación Superior (IES), por lo que es fundamental que se busquen estrategias para incorporar estos tipos de modelos a la oferta educativa.

La Educación a Distancia puede señalarse como una de las modalidades que mayor expansión ha registrado en los últimos años a nivel mundial (Juarros, 2007) con invitaciones para vincularnos a las redes de cooperación en esta nueva forma de Educación, para compartir nuestros conocimientos y experiencias, ya que es necesario ofrecer una educación de vanguardia y de primer nivel, con una oferta educativa que conviva con la globalización (Ávila 1997), representando con ello la realidad y el reto que la Educación a Distancia (EAD) enfrenta en su incursión en la Educación Superior. Y aunque la EAD se ha clasificado como una modalidad no convencional o alternativa, es claro que en su avance pronto se verá como una modalidad tan convencional como las escolarizadas presenciales.

En términos generales, se referenciará a la Educación Abierta y Distancia como aquella que se caracteriza por la responsabilidad de una institución para impartir enseñanza, generar y aplicar conocimientos y construir aprendizajes haciendo uso de las tecnologías para mediar la comunicación entre estudiantes, profesores e instituciones, separados en espacio y tiempo.

Ya que si bien es cierto que la EAD no es un fenómeno reciente, lo que sí ha resultado preponderantemente es el hecho de que en los últimos 30 años se ha abierto paso en más instituciones de educación de calidad y vanguardia. Esto último ha quedado plasmado en las políticas educativas de los últimos sexenios, y para muestra en la presentación que hace la Secretaría de Educación ante la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) en marzo del 2007, en donde se manifiesta como décimo asunto la importancia que tiene hoy en día propiciar que en nuestro país la Educación Superior esté a la vanguardia.

Es conveniente señalar que aunque la EAD no es la solución a todos los retos, si representa una alternativa viable para aumentar las oportunidades de atención a los graduados de bachillerato y a la población con necesidades educativas a lo largo de la vida, con una oferta de programas educativos flexibles que aseguren formación de calidad para ser evaluados y acreditados por organismos nacionales e internacionales, debido a sus características y la transparencia de sus funciones. Por otra parte, estas mismas características le permiten la colaboración interinstitucional sin fronteras físicas, facilitando el compartir experiencias y conocimientos de manera fluida y eficaz.

Para efectos de una mayor contextualización de EAD, en los apartados siguientes se presentará de manera general un análisis del panorama así como, las políticas que a nivel local, nacional e internacional referencian a la EAD, con la intención de ubicar el papel que la universidad juega ante los retos de la calidad, pertinencia, cobertura y equidad, para lo cual ha tenido que buscar y utilizar modos y medios novedosos para mejorar la calidad, actualizar sus programas, ampliar la cobertura y brindar mayores oportunidades de estudio a la población que lo demande.

Es urgente que el gobierno de México implemente programas de estudio ya con tecnología, a maestros los mande a verdaderos cursos de actualización con sistemas digitales y por lo tanto se implemente la actualización en las aulas de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato y universidad para que de esa manera todos tengamos una actualización digital, por lo tanto el gobierno tendría la obligación de hacer verdaderas aulas digitales para la educación a distancia.

Creo que México no es un país de analfabetas si no que el presupuesto en México para la educación esta desafortunadamente en malas manos y por lo tanto no es usada adecuadamente en programas de actualización, infraestructura, y ayuda a los sistemas educativos que en verdad les hace falta, hay tanto que hacer en educación que si los legisladores y presidente apostaran a la educación en México otro país fuera

En conclusión, si el gobierno, los tres partidos principales, los legisladores, el sindicato magisterial, los intelectuales y los medios siguen pensando que darle la espalda a la educación es una buena política para el crecimiento, la competitividad, el desarrollo y la consolidación democrática del país, no habrá mucho que gobernar ni hacer en los próximos años.