PANADERíAS COOPERATIVAS

PANADERíAS

COOPERATIVAS

Proyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)

Biblioteca de E E ~ ~

"La Cooperación"

Volumen VI E E E E ~

Rívas Moreno---¡;---

~~ PAnADERIASCOOPERATIU AS~

11,

'-0"'C .•••

BARCELONA 1910 Imprenta CooperativaBORRELL, 124


AL EXCELENTISIMO SEÑOR

1>. JIug'usfo S:0onzólez 4)esodo

autor del Real Decreto sobre Panaderías

Reguladoras y de otras iniciativas oficiales

de provecho bien notorio para todas las

mamfestaciones del trabajo nacional) como

homenaje de admiración y respeto.

Rivas Moreno.


1EL PROBLEMA DE LAS SUBSISTENCIAS

En la lucha por la existencia no hay día de paz

ni hora de armisticio, pues á pesar de los optimio

mos de algunos sociólogos, la humanidad vivirá

siempre empeñada en la labor sin límites de cum

plir las leyes del progreso.

Sobre todos pesa la obligac·6n de colaborar en

la empresa de mejorar las co íliciones económicas

y morales del presente estad social.

Las fórmulas más aérev'das que algunos consi

deran como la meta de la aspiraciones humanas,

es posible que las leyes de a evolución lleguen con

el transcurso dé! tiempo á demostrar que no son

otra cosa en la vida de la umanidad, que nuevos

puntos de partida para e peños sociológicos de que

hoy no tenemos ni la m, remota idea.El mundo marcha.....

Mucho puede hace se para que la lucha de cla-


8 PANADERÍAS COOPERATIVAS

ses se humanice buscando fórm as de concordia

entre los intereses q e parecen tagónicos.

En esta empreo/', la Coopera ión ofrece solucio

nes que son de una eficacia d lsiva y bien com

probada.

Nuestras instituciones agrícolas tienen por fina

lidad convertir en propietario al modesto colono y

las Cooperativas de producción elevan al ohrero á

la categoría de socio capitalista.

Esta evolución se realiza sin atropellos ni des

pajos y dejando siempre el intp.rés individual como

acicate de los esfuerzos humanos.

Por este medio, la Cooperación ciega 1<. fuente

de donde manan los odios de clase, y la armonía de

todos los intereses sociales pasa desde la región de

las utopias á la vida de la realidad.

El complejo y difícil problema de las subsis

tencias se viene estudiando por los hombres más

eminentes de todas las escuelas y partidos con me

jor deseo que acierto.

En estos trabajos, el sello de parcialidad queda

tan marcado que no hay injusticia al calificarlos de

labor sectllria.

La i~fiuencia de lo derechos arancelarios en la

carestia de las subsistencias, se aprecia de modo

muy opu sto por libre cambistas y proteccionistas.

Escr¡tores hay d ingenio tan peregrino que

han lleglldo á descubrir, que no existe motivo fun-


dado para que las clases trabajadoras SJOnsideren co

mo funesto el impuesto de consumoS.

La depreciación de nuestra moneda es otro fac·

tor que interviene en las cotizaciones de los produc

tos de mayor consumo y puede decirse que son tan

tas las opiniones, como los escritores que se ocupan

de tan complejo y difícil estudio.

No hace muchas horas que leÍ! 's con verdade·

ro asombro en un Informe suscri por persona de

gran representación politica, q . las compañías de

ferrocarriles han llevado en E§paña su liberalidad

á tales extremos, que sería ínsensato pedirles que

hicieran nuevas rebajas en as tarifas.

Ni en precio, ni en ripidez hemos conseguído

el SO y 60 por ciento que respectivamente acusan

de beneficio las estadísticas de otros países al hacer

el estado comparativo de los transportes en distin

tas épocas.Nuestras empresas ferroviarias disponen, por

regla general, de material móvil muy reducido y de 1()pésimas condiciones, yen cuanto á la marcha de ~os

trenes llamados de mercancías, con tales entorpeci

mientos y dificultades se lucha en algunas lineas,

que serían preferibles laa antiguas galeras aceleradas.

Que los derechos arancelarios, el impuesto deíL :2..consumos, los cambios y los transportes influyen de

una manera directa en las cotizaciones de las sub

sistencias es evidente; lo que ocurre es que cuando

PANADERÍA8 COOPERATIVAS 9


ji


alguno ó varios de estos factores acusan baja en el

coste, sólo alcanzan los beneficios á los intermedia

rios, porque las asociaciones cooperatistas no se han

difundido todo lo que conviene al interés público.

0./ La supresión del impuesto de consumos sobre

(J los trigos y las harinas fué una medida de gobier

no que tenía por objeto abaratar la vida á las fami

lias de pocos ·recursos, y el resultado fué que sólo

reportaron provechos los fabricantes ·de pan y harina.

Los agricultores no mejoraron las cotizaciones

de los trigos yel consumidor siguió comprando el

pan fi los precios elevados que de anti¡{uo rigen en

España.

Las sociedades obreras de Valencia y otras po

blaciones acudieron al Gobierno en solicitud de que

se abarataran las eubsistencias, rebajando los dere

chos arancelarios que gravan á los cereales; pero cui

dándose al implantar esta reforma de tomar las

oportunas medidas para que los beneficios llegasen

al consumidor.

1'\o son Jos poderes públicos los llamados área·

l.- lizar determinadas iniciativas; es la acción privada

la que debe fundar cooperativas de consumo par/\

recojer los beneficios que se derivan de medidss de

gobierno que estando orientadas en favor del inte

réR público terminan por ser aprovechadas por unos

pocos intermediarios.


PANADERíA. COOPERATIVAS 11

Costa dice que el problema nacional no pasa

de ser un problema de despensa.

Los cambios bajaron un 20 p r ]00 y las coti

zaciones siguieron las mismas po que los interme

diarios pretestaron que hablan mprado los articu

los en el periodo en que los fra cos se cotizaron con

mayor estimación. /La Cooperación agrlcol ifundiendo la cultu

r a, mejorando los cultivos y facilitando dinero á in

terés tan módico que no uede ni rastro de lo que

hoyes la usura en los cllmpos, contribuirá á solu

cionar el problema de las subsistencias, mejorando

el resultado de las cosechas y consiguiendo por este

medio una baja de importancia en las cotizaciones.

Entregados los latifundios á cooperadores, los

propietarios de las tierras hoy incultas Ó mal "pro

vechadas en nada verán lastimados sus intereses,

puesto que percibirán Integro el valor de sus cam

pos, y en cambio estas tierras por una explotación

inteligente y activa darán rendimientos tan impor

tantes, que determinarán una baja de consideración

en las cotizacio es del mercado nacional.

Los terre s dedicados á cereales producen en

España un 50 por 100 menos que en otros paises de

Europa y los echos estiln demostrando en algunas

regiones de 1 Península, como por ejemplo las pro

vincias Vasco gadas, que con las Cajas Rurales y los

Sindicatos se tienen buenos abonos y semillas se-



leccionadas, con una rebaja de onsideración en el

precio y el heneficio en la cosecha, por la cantidad

y calidad del. producto dp uf 25 por 100.

Las in,\ustrias rurales han negado á un estado

de gran prosperidad en los países de Europa donde

el espíritu de asociación tiene Iln vigor que en Es

paña estamos aún muy lejos de alcanzar, y las Que

eerías y Lechedas Coopewativas, las Bodegas y Des

tilerías y otras muchas Cooperativas de producción

han conseguido el más l'sonjero exito, para iniciativas que en España so calificadas de ensueños y

quimeras por los que e tán ayunos de lo que valen'

las instituciones coop atistas.

Los primeros ens yos de cooperación integral se .

hicieron en Francia or agricultores que tenían fé

ciega en los milagro que pueden realizar nuestras

asociaciones, cuan se confian á una dirección

acertada y en todos los miembros influye por igual

la rectitud de prop sitos.

En España la ooperación agrícola puede du

plicar la producció de cereales, elevando el rendi

miento de 8 Hec itros por Hectárea, que ahora se

consigue en trigo al 12 y ganando otro 50 por 100

con la roturación e terrenos dedicados á pastos que

no siempre tienen útil aprovechamiento.

Que no pueden recusarse 'lstos cálculos' por

estar informados en criterio extremadamente opti

mista, lo prueban las siguientes cifras:


" .PANADERÍAS COOPERATIVAS 13

Francia consecha en el cultivo de trigo 17 H.

por Hectárea; la Gran Bretaña 27; Bélgica 25 y Ho·

landa 22.El presupuesto d gastos representado en Es

paña por algo más d mil millones de pesetas, que·

daría superado por os ingreHos que a las cajas de

los contribuyente llevarían con sus iniciativas y

reformas las Coa erativRs Agrícolas.

De 44 a 46 millones de pesetas se han manda

do algunos años al Extranjero para la compra de

cereales y esta suma quedaría en el país, elevando

la producción agrícola á cifras que conviertan el dé·

ficit que hoy tenemos en un superávit cierto y de

importancia.El agricultor espaiiol thme que dejar su culto á

la rutina para tribut~selomuy ferviente á la Cien

cia, pues produce rrlás, mejor y más barato el paísf·

donde más gener,lizados están los estudios de Físi-

ca, Quimica y j3otánica.

El trabajo in ligente es el gran secreto de las

prosperidades agríc las de algunas naciones de ,Europa.

Es vergonzoso que sigamos dando á la industria

extranJera como primeras materias, vinos y aceites

que con una buena elaboración triplicarían su precio..

Es evidente que la pesadez de los impuestos e8

otra de las causas que determinan la carestía de las

subsistencias.


r

14 PANADERíAS COOPERATIVAS

/'La Cooperación que vive siempre al amparo de

la ley y lleva por todos los caminos su iDflujo mo

ralizador a las actividades de la vida nacional, procurara que las ocultaciones se reme en y pagandocada uno en relación a los medio de fortuna conque cuenta, el fisco podria reduci en un 30 por 100

los tipos de tributación que hoy igen.

En cuanto a las ventas al etalle, las cooperati·

vas de consumo han conseguido en todas partesuna economía del 20 por 1.00 .:omo mínimum, cor

tando de raíz al propio tifmpo los escandalosos abu

sos que en el peso y la medida realizaban muchosde los intermediarios.

Las falsificaciones y adulteraciones han encono

trado un valladar Jnfranqueable en las instituciones cooperatistas y tal vez sea este el servicio de

mayor aprecio que nuestras asociaciones han prestado á los asalariados.

17 El exceso de intermediarios les obliga para po

/" der vivir y formar ahorros, a encarecer los artículos,y la desmedida codicia pone al servicio de la malafé los mas escandalosos abusos.

En Madrid había hace algunos años una panadería por cada 1.800 vecinos y ahora existe unapor cada 900.

Ha llegado acomprobarse que se vendía el pan

en la corte con 150 gramos menos en kg., debien·do agregarse a esto las mezclas, nocivas a la salud,


PANADERíAS COOPERATIVAS 15

que se hacen con las harinas y la cocción deficien·

te de los panes con objeto de que <JI agua supla la

falta de ."ubstancias alimenticias.El intermediario que siempre es UJa rueda

costosa é inútil, lo es mucho más cuando, como

ahora sucede, el exceso de competencia le obliga

para poder vivir á poner en juego los recursos más

reprobados.La Cooperación llega con su cción bienhecho·

ra al campo de los que por ig rancia ó mala fé

la combaten, pues obligando los intermediarios á

reducir las cotizaCIones de s artículos y á dar es

tos de buena calidad y co~ el peso y medida que

en justicia procede, resll'fta que nuestras asociacio

nes no sólo reportan provechos positivos á los miem

bros que las constitu an, sino que llevan á la vida

uacional alivios y v ntajas que antes no se hubie

ran podido conseg ir.I La higiene y la economía nacional~.n

favores que sólo pueden negar los que ven lastima-

~~ dos sus p.goismos, ó los que viven ofuscados por es

píritu sectario.La Cooperación lleva á la vida del trahajo

hombres d~w:.flsico 'y de alml\. sana y en

este campo no prende nunca la mala semilla de

los delirios sociológicos. F~er.tandO I~ cultura yel espíritu de asociación, lo coopera~o es españo

les daremos citoa á la empr sa de rede Ión econó-

(Proyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)

16 PÁNADERíAS COOPERATIVAS

mica que tant intereS~rogresoy bienestar de

todas las cl ses socia.}{s

Encareciendo la importancia del problema de

las subsistencias, Mr. Siegfried decía que dividien·

do en 100 unidades la cantidad mínima que neceo

sita para vivir una familia modesta, 60 correspon·

den á la alimentación, 13 al calzado y vestido, 10

á los gastos generales y 17 á la habitación.

A~piramos á reducir las es adlsticas de morta·

lidad, espeC'ialmente las de la nfancia, la tubercu

losis y el alcoholismo, aum ntando por este me

dio en un 50 por 100 la de idad de población, y

deseamos influir en las co umbres de tal suerte,

que venga á ser una verd d la recomendación de

que amemos á nuestro prtiji como á nosotros mismos.

Esta es ¡,n definitiv la finalidad que desea

mos alcancen nuestros eefuerzos.


II

LO'S ACAPARADORES

El proceso del año agricoJi obliga al modesto

labrador á buscar al prestarrlsta en las épocaH de la

siembra y la recolección.

La usura en los camp s la ejercieron siempre

los acaparadores haciend con el dinero una doble

jugada, pues no satisfechos con fijar á los préstll.

mos un interés ruinoso, ligaban á los agricultores

para la venta de los productos del suelo con obliga

ciones que estaban informadas en un criterio crimi

nal, que debía tener en el Códi~o una sanción aná

loga á la que se establece para las estafas.

Que estas palabras no son resultado de un pe

simismo exageraqo lo comprueban los hechos que

se copian á contÍl¡.uación:

El préstamo se formaliza con la obligación por

parte del labrador de pagar en cebada ó trigo, pero


11I

18 PA:<ADERi.a COOPERATIVAS

fijando á la fanega dos ó cuatro real menos de la

cotización que tenga el grano el dia de la entrega.

Hay que agregar á esto el interés 6 por 100 que

suele marcarse á los tres meses q.ne dura el préóta

mo, ó lo que es igual, un 24 poi 100 al año.

Suponiendo que la cej)ada~eenda durante larecolección á 5 pesetas Unega y e trigo á 10 ú 11,

hágase la cuenta de I que repre nta el quebranto

en el precio y a eguese el 'l por 100 de interés

anual y se ver que es inevi able la ruina de los

agricultores e caen en la garras de los acapara

dores luga¡;eños

Terminada la trilla

trigo, el labrador se enc entra sin grano y sin dine

ro, y cuando llega I sementera tiene que volver

otra vez a llamar a la uerta del usurero en súplica

de que le dé trigo y bada para hacer la siembra y

mantener el ganado.

En este caso la fórmula del contrato varía, pe

ro los resultados sor¡ iguales para el desdichado cam·

pesino.Este se obliga, a entregar en la recolección por

cada fanega de trj~o ó cebada que recibe en Octu

bre, 14 ó 15 celemines, ó su importe en metálico si

el prestamista prefiere eata forma de pago, porque

le brinda nuevas facilidades para seguir formando

la bola de nieve.

Ka hay para que decir que al dinero prestado


l'ANADERÍ S COOl'ERATIVAS 19

ee le fija siempre u interée que no baja del 20

pot'""l1lQ

Estas cosas ni st conocen, ni se creen fuera de

aquellas comarcas agrícolas que sufren tamaña des-

v~ntura. ,.

El tlr. Calderón en un notabilisimo folleto que

titula. «El Pan y el Trigo», hablando de los acapara·

dores, dice entre otras mucha~ cosas interesantes y

bien diocnrridas, lo bigüiente;.• Jj;l acaparamiento pUllde existir en pequeño,

t'n los pueblos en donde el comercio de granos ó ha·

rinas está en pocas manos y el país produce poco

trigo; esta clase de acaparamiento que se presenta

á veces en otra clase de m rcancías es generalmente

pasajero y facil de corregi Lo peligroso y de con

secuencias trascendentale y desastrosas, es el aca

paramiento que abraza do el país y extiende su

nefasta influencia al últi o rincón, lo que pasa hoy

en España.El acaparamiento fu ciona ele dos modos:

1.0 Los grandes capi listas que son todos hom

bres políticos, algunos de lla ó por lo menos caci·

ques provinciales de prim r orden, praetican gene

ralmente la usura con los requeños propietarios, alos cuales compran, arrebarn, estaría mejor dicho,

sus cosechas a precios snm ente bajos. El peque

ño agricultor siempre ende ado, no tiene otro me·

dib de realizar su cosecha q e .entr~gandose a mel'-


20 PANADERÍAS COOPERATIVA

ced del acaparador; aún cuando no fuera su deudor

tiene que venderle sn cosecha á la ,recolección, por

que sus medios no le permiten gu¡¡.rdarla para más

tarde y como son muchos los que se encuentran en

el mismo caso y no tienen medio de hacer la venta

directa en los wercados consumidores, no pueden

escapar de las garras del acapárador, al cual venden

el trigo sumamente bajo, porque la gran oferta así

lo -exige.«Los acaparadores son ad más grandes propie-

tarios ó están en relación y aún en comandita con

ellos. De modo que las grandEjS cantidades de trigo

que quepan sobrantes en 1 s llanuras del centro de l~ Península vienen á ncentr~rBe poco des·

pués de la cosecha entre las anos de los grandAs

caciques de Valladolid, Bur&bs, Toledo, etc., á un

precio ¡lUmamente bajo qae ho es fácil fijar.»«']jodas los acaparadore marchan de acuerdo

no sólo para no vender por . ebajo de un precio da·

du sino además para reglamentar los mercados de

modo de poder siempre dominar las existencias vi·

sibles á su antoj~, á no ser que se tratara de desha

cerse de un competidor improvisado al cual arruina·

rian pronto, vendiendo con pérdida iI su lado."La economí~ y rapidez en las comunicaciones

tanto por tierra como por mar, han roto los diques

en que antes se movían los mercados regionales y

nacionales y hoy vivimos todos sujetos al influjo

del comercio mundial.


Mr. J. A. Patten, llamado en América el rey del

trigo, ganó en los primeros meses de 1909 la enorme

suma de 30 millones de pesetas.

Las jugadas de estos grandes negociantes re:"

percuten en todas las bol.as de granos del mundo,

gracias al telégrafo y para contrarrestar el infiujo

pernicioso de los trust, la coopp,ración ofrece facili

dades que en nuestro país aún están por utilizar.

En Alemanii, los grandes Silos y Almacenes coo·

perati vos re~n las cosechas de los asociados y si

precisan IjC'ursos le/facilitan hasta el 50 por 100

del valo calculado al grano que entregaron en el

d~p' too

Para completar la obra de regeneración econó

mica, las cooperat\vas deben asociar á los depósitos

de trigo los molinos y panadería;;, evitando de este

modo que entre el consumidor de pan y el produc

tur del trigo haya una falanje de intermediarios que

encarezcan en un 50 por 100 el precio de la;; sub

sistenci

El incipio federativo es la espina dorsal de la

cooperae n.

Hay que organizar sindie tos y Cajas Rurales

en las más modestas aldeas y n los centros agrico

las de mayor importancia, fo ando con los de cada

provincia una federación y constituyendo después

la federación nacional con ementos de vida sobra

dos para impulsar el progr so agrícola por todos los


22 PANAEDRÍAS COOPERATIVAS

cauces en que puede derramar su bienestar la fuente

principal de riqueza CaD que cuenta Espp.ña.

:Mucbo tenemos ya JY ha, y el buen fxito que

han alcanzado las instit{ciones cooperatitas en las

comarcas agrícolas que I as propicias se mostraron

a estas experiencias, ebe ser un fu te estimulo

para que se prosiga} obra iniciada.

Algo viene haciendo el Banco de /España para

facilitar dinero arato a los agricultores, pero las

garantias que uestro primer establecimiento de

crédito recia á los sindicatos, no han podido dar·

las ni ellO 01' 100 de los que han pedido dinero.

La siuc idad obliga a decir qlle no ed culpable

el Banco de estos entorpecimientos y que sus exi

gencias son las que nosotros pondriamos en los do

cumentos de préstamo si tuviéramos la responsabi·

lidad de los quebrantos que p1Jdieran originarse A

un esta lecimiento de esta clase.

Muchos sindicatos han formulado peticiones

de dine o, creyendo que cobijan,iose bajo la bandeo

ra de la Agricultura el Banco les abrirla sus cajas

y daria caudales sin tasa ni medida.

Estableciendo las Cajas provinciales y la Nacio·

nal, la federación agrícola podria utilizar el dinero

del Banco en cantidad y á interés proporcionados á

las neceBidades y garantias de nuestra gran insti

tución.

Los acaparadored de todas categorlas sufrirlan


PANAbERíA.:i COOPeRATIVAS 23

de éRte modo u~pe de muerte, y el éxito denuestras iniciativ seria completo si todas las Cajas

de ahorros de a Península secundaran el buen

ejemplo de I s de Córdoba, Valencia, Alicante y al·

gunas m

Esta 'nstituciones al eneontrarse con que, aten·

didas toda lad obligaciones del Monte de Piedad,

tentan dinero fObrante, np acudieron al cómodo re

curso de i vertirlo en papel del Estado, para cortar

el Cll pón como indiano bfurtunado y percibir una

renta sin molestias ni inquietudes de ningunll clase.

Las Cajas de Ahorros citadas, han ensanchado

sus operaciones de tal modo que hoy son verdade

ros Bancos agrícolas, donde los labradores encuen

tran dinero ti interés módico y sin los gastos que se

acumulan por el lujo de garantias á los préstamos

que hace la usura.

La Caja de Ahorros de Córdoba acaba de tomar

una ini iativa para la cual he tenido los más justos

encom os, por lo mismo que considero que la expe

rienci á que aludó proporciouará grandes alivios á

la ag\'Íc:.¡ltnra cordobesa y será una hermosa ense

ñanz~'que tendrá imitadores It docenas.a Caja de A;horros de Córdoba tiene acordado

estab cer grandes almacenes de trigo donde los

agricu tores podr n depositar el todo ó parte de sus

cosechas, recibie o préstamos proporcionados á es

ta gar ntía.



Las Cajas de Ahorros de Madrid y Barcelona,

que han tenido que poner o\lstáculos en los cauces

del ahorro porque recibían dinero en mayor canti

dad del que sus operaciones requerían, deben estu

diar lo hecho en Córdpba y Valencia para tomar

iniciativas análogas y operar con los muchos millo

nes de que disponen, en la forma que deben hacerlo

instituciones que tienen por finalidad de todos sus

actos el amor al prójimo yal interés público.


JIILA MUNICIPALIZACIÓN DEL PAN

En los países donde las leyes del progreso tie

nen mas inmediata y sincera apUcación que en España, son muchos los servicios que se han municipalizado.

Han tenido preferencia los abastecimientos de

agua y luz y, en estos últimos años, son muchos losayuntamientos que se han decidido á explotar por

su cuenta la instalación del teléfono.En España, los ayuntamientos se han limitado

a seguir facilitando gratis los servicios médicos yfarmacéuticos ~ las familias pobres, resultandonuestras corporaciones municipales refractarias a la

municipalización de servicios.El hecho es tanto más de lamentar cuanto que

esta demostrado, teórica y prácticamente, que hayservicios, como por ejemplo el de la luz eléctrica,



que bien admini trado lIe á producir á muchas

empresas, el !ly 16 po], 00 de interés.Para cubrir una buey parte del presupuesto

de ingresos y suprimir ¡f impuesto de consumos sin

daño para los 8er71Os públicos, las corporaciones

municipales tie en un campo muy amplio de ope

raciones eu 1S"Municipalización de los servicios.

Nada importa tanto á la vida nacional como

el abaratar las subsistencias purgándolas al propio

tiempo de las máculas a que recurre el comercio de

mala fé para aumentar las ganancias.

El pan es la base de la alimentación en Espa

ña, y está por lo tanto bien justificado el interés

con que se estudia cuanto hace relación con la bono

dad y precio de éste producto,

Tengo á la vista el Jihro publicado por el señor

Alonso Terrón, con el título muy sujestivo «El Pan

Gratis.»

Para los que no han tenido ocasión de estudiar

estas cuestiones, ni en el (,erreno de las utopias pue,

den admitir que el pan llegue á darse gratis.

Indudablemente que porhej se coloca muy le,

j.os de la realidad el Sr, Alonso Terrón; pero'antes

que su libro ya hubo en Francia una «Liga de dere·

cho á la vida» fundada en Angers, que hizo activa

propaganda para. que los municipios facilitasen g1'atis

el pan á los habitantes,

En 1896 MI'. Clovis Hugues en unión de otros


PANADERÍAS COOPERATIVAS 27

32 colE:gas suyos, tomó en el Parlamento iniciati

vas que estaban en perfecto acuerdo con el criterio

en que ~informa su trabajo el Sr. Alonso Terrón.

La Municipalización del pan se ensayó en Ita·

lia antes que en ningún otro país y el éxito no pudo

ser mas completo. • ,

Fabricado el pan por cuenta de las corporacio

nes municipales, como no hay estímulos personale~

mal sanos que iuduzcan á buscar ganancias por

caminos reprobados, el producto se elabora sin adul

teraciones en las harinas, con una cocción esmerada

y sin que en el peso se resten á los consumidores

cantidades de pan que constituyen una verdadera

estafa.?uede decirse que la Panadería reguladora es el

primer paso para la municipalización de este servicio.

La iniciativa del Sr. González Besada en un

país en que los Municipios no vivieran como aquí

influídos por las más pequeñas pasiones de pandi

llaje, estaría implantada en el 90 por 100 de los pue

blos con resultados notoriamente beneficiosos para

los consumidores y para el interés público.

Como las Tahonas reguladoras y la municipaliza

ción del pan tropiezan en España con dificultades

invencibles, de ahí que haya que pensar en las ini

ciativas cooperativas para dar una solución satisfac

toria al abaratamiento de este ramo de las subsis

tencias.



Las panaderlas cooperativas han arraigado fuer

temente en algunas poblaciones de la Península,

como por ejemplo Barcelona, porque los hechos han

evidenciado que ellas atienden por igual á las exi

gencias de la Higiene y á la Economía doméstica.

También las panaderías cooperativas han dado

en muchas ocasiones, como desea ef Sr. Alonso Te

rrón, el pan gratis.

Puede citarse á este propó 'to lo hecho en Bru

selas por "La Casa del Pueblo y otras cooperati

vas, cuando han ocurrido h 19as ó los miembros

de estas asociaciones por Ita de trabajo ó que

brantos de salud han lleg,do a las puertas de la

miseria.Las cooperativas belgas han procedido siempre

con criterio humanitario J gran liberalidad.

De la misma suerte rocederán los cooperado

res en todas partes,l'por eata razón el Sr. Alonso

Terrón y los quyuomo él pieman, obrarán muy

juiciosamente p,estando su concurso a las iniciati

vas cooperatistas.


IVEL PRECIO DEL PAN

Los cooperadores nos proponemos que la m;Jquina humana con alimentación saoa y suficiente,

dé el máximun de rendimiento con el minimum de

gasto.

Al logro de estos deseos puede contribuir el

Magisterio español divulgando los perniciosos efec

tos del alcoholismo, al propio tiempo que hace re

saltar las ventajas morales y económicas que á los·

individuos y á la sociedad reportan las Cooperativas

de Consumo.

Es preciso conveucer al obrero de que está

muy lejos de la verdad cuando cree que el alcohol

sustituye con ventaja al pan ..El precio de este producto en el mercado, si los

intermediarios proceden de buena fé. se puede pre·

cisar sin más que ver las cotizaciones del día en los

mercados de cereales, pues es sabido que á cada ki·



lógramo de trigo correEponde aproximad~menteotro de pan, dependiendo las mayores alteraciones

que ocurran de la cantidad de agua que el indus

trial quiera dejar cuando haga la cocción.

La libertad de contratación debe llevar apare

jada una sanción penal, dura é inescusable para los

que apelando á medios reprob.1dos sorprenden la

buena fé de los consumidores.

Jj;n ningún país por condescendiente que sea el

a~ntido moral, puede admitirse que al comprador

que paga un kilo de pan ó de otro producto cual

quiera, el intermediario le estafe impunemente 150

ó 200 gramos.

Los factores que han jugado un papel princi

pal en el enriquecimiento de la industria de mala'

fé son el peso, las mezclas de las barinas y las con

diciones de la cocción del pan.

No vendiendo éste al eso, comy' sucede en Ma·

drid, las piezas sueltas s prestan¡( los abusos es

candalosos que á dia .o se dentlllcian en la Corte,

sin que jamás llegue el momento de aplicarles el

duro correcti \"0 qu

La mezcla de las harinas con sustancias de

menos valor perjudican las energías físicas de los

consumidores restándoles caZorias, y acusa mayor

criminalidad en los autores por lo mismo que esta

clase de estafas exige estudio detenido de los ele-



mentos industriales y una cultura nada vulgar pues

ta al servicio del máS perverso estado moral.

El obrero ura vez puede alimentarse en condi

ciones de llegar á las 2800 ó 3000 calorias que ne

cesita un hombre en estado normal y el déficit será

mucho mayor si los alimento. que utiliza no tienen

la fuerza nutritiva que cortesponde al precio que se

pagaron. Según el Dr. Konín el pan normal debe

tener un 35 por 100 de agua y el 65 de sustancias

alimenticias.

El pe,o del pan, que es la única prueba á que

se somete la buena fé de Jos industriales, para que

surta ante la conciencia pública y los tribunales de

justicia los efectos deseados es preciso que vaya.

acompañado de otras dos pruebas de valor bien no

torio; de que la cocción se hizo con arreglo á las

prácticas normales, no dejando agua en sustitución

de harina y que esta sea de la calidad y clase á que

corresponde el precio del pan.

Puede darse este producto hasta con exceso de

peso y quedar estafado el consumidor, bastando pa

m esto que la miga de pan conserve agu;!. en canti

dad bastante para que resulte el peso que desee el

industrial.El Sr. Calderón en el otabilisimo trabajo que

ya antes hemos citado, di e hablando del precio del

pan, entre otras cosas mu interesftntei' lo siglAiente:

«En casi todas las na iones del mnndo, el trigo


32 PANAEDBÍAB Ct!.0PRATlVAS

tiene hoy un precio que osc· entre 15 y 18 pesetas

el quintal (suponiendo el mbio á la par,) lo cual

da al kilógramo de pan u precio entre 25 y 30 cén"

timo~; mas bien mfis cerc~ de la primera que de la

segunda cifra. CalculandQ largamente, para com

plender aún los países quEJ tienen un pequeño dere

cho de aduana sobre el trigo, se puede admitir 'que

el precio del pan en el mundo es boy de 30 cénti

mos el kilógramo. Si un panadero de un barrio aris

tocrático de Paris que paga á sus obreros 10 pesetas

diarias y'6 Ó 7000 pe-'~tas de alquiler anual, que

trahaja poco una parte del verano, vende el kiló

gramo de pan doble que el de la villa que pa

ga á sus obreros 3 ó 4 pesetas y el alquiler no

llega á 1000 pesetas, es muy natural; pero el pri

mer caso es excepci al y no merece tenerse en

cuenta.

España se distin ue de todo el mundo por te

ner el prp.cio del p n el 50 o/. más caro, es decir,

próximamente 45 céntimos de peseta. Esta distin

ción no sólo no no la envidia nadie, sino que no

hay probablemente un sólo hombre de Estado en

los países cultos qu hubiera conselltido esta infa

mia social encont ndose el rueblo en la miseria

como es nuestro ca o, y el precio m'uodial del l.rigo

en un grado tan mbdesto.»

Siendo Ministl'O de Hacienda el Sr. García Alix,

publicó un Infm"me sobre e .Problema de las sub-


PANADERÍAS COOPERATlY.lS 33

0'20

2'32

0'20

30'00

2'40

35'12

PesetasILos precios de coste y dEl elaboración de pan

son los siguientes:

Coste de 125 kilos de pan en una tahona

corriente.que elabore 1.259 kilos.

100 kilos de trigo en Valladolid, sobre va

gón, ti. 52 rs. la fanega de 94 libras, ó

sean los 43 kilos.

Transporte de Valladolid á Madrid.

Arrastre, de la estación á la fábrica de hari

nas..

Derechos, de la fábrica de h rinas á una pe

seta los 43 kilos..

Arrastre, de la fábrica ti. la ona..

Total coste de los 75 kilos d harina, resul·

tante de 100 kg. de trigo

sistencias y en este notable trabajo encontramos los

datos que se copían á continuación:

Dice así:

I:r.

=

Venta de los 25 kilos de resUluos á 0'21 pe

setas kilo.. . . . .,. . .

Coste líquido de 75 kilos de harina..

Coste de 25 kilos más de harina para como

pletar los 100. . . . \. . . . .

Total coste de 100 kilos de Harina.

Primera materia.. . . ./. .

Personal de elaboración. . \ .

5'25

29'87

9'95

45'07

39'82

4'00


34 PANADERÍrS COOPER,TlvAS

P~eta9

Alquiler del local.

Contribución..

Ga8tos de motor..

Mecánico, engrases, correas y desgaste del

motor.

Luz .

Sal. .

Utensilios de maseras, pRlas, horquillas, se·

los, mantas y sacos para los obreros.

Leñas y lumbreras. .

Embaldosado del horno.

Personal del acarreo y venia del pan.

Qnebranto de rooneda..

Imprevistos y gastos menlldos de bombi·

llas de luz, cristales, etc.

Total coste de 125 kilos de pan que produ

ce 100 kilógraroos de harina..

0'50

0'10

0'20

0'30

0'15

0'25

0'15

1'00

0'04

2'250-35

0,10

49'21

Determinado el precio de coste de la primera

materia y de elaboración del pan, voy á indicar los

precios de venta para determinar el encarecimiento

de la mercancia por las ganancias de la industria y

los servicios de los intermediarios.

Suponiendo que una tahona elabore y venda

1.250 kilógraroos de pan de difesentes clases, re

sultará:



veNTA Pesetas

312 piezas de un kilógramo iJ 0'45 una. 140,40

93H kilogramos de pan en panecillos de

mellio y de un cuarto de kilógramo, á

O';¿¡) cada uno de los primeros y á 0'25

cada dos los segundos. . 459'00

Total venta. 609'40

Á DeDUCIR

Coste de 1.250 kilógramos de pan á 49'21

Jles~tas los 125 kilógramos. 492'10

üanancia diaria. 117'30

El encarecimiento por ganancias de interme

diarios r<'presenta más del 23 por 100, es decir, que

la elaboración y venta diaria de 1.250 kilógramos

ele pa 0, produce unos ocho mil duros al año. "

Estos gastos indican claramente que ante lo

costoso de la elaboración del pan y la importancia

de las ganancias de los intermediarios, poco puede

slgni.ficar los sacrificios que el Estado se imponga

con la rebaja de los derechos de importación y la

supresión de los consufuos, y que el problema de

las suhsis~pncias seguirá planteado mientras las au

toridades municipales no secunden la acción del

Gobierno, adoptando las disposiciones que son más

necesarias para el abaratamiento de los principales

articulos de consumo/ entre los cnales deberá con-


36 PANADERÍAs COlJPERATl\'AS

tarse en primer término el sostenimiento de taho

nas reguladoras, con matenal suficiente para elabo- ,

rar grandes cantidades de pan en los momentos de

huelgas y confabulaciones perjudiciales para el ve

cindario.»

Del Discurso pronunciado \>01' el Sr. Moret en

la Cámara de Comercio de Madrid con motivn de la

«Información sobre Suhsistencias» están tomados

los siguientes párrafos:

«Empezando por el pan, s recordaré el exce

lente sistema adoptado hace tIempo en Francia, y

que consiste en publicar semll'balmente el precio del

trigo y el de la harina, y añ iendo los gastos de la

mano de obra, Ó sea de la p nificación, fijar el pre

cio compensador del kilógr mo de pan, con lo cua 1

no cabe engaño, fraude, ni abuso. Pues bien; asi

calculado, el kilógramo de pan de primera clase

vale en Paris 0'36, y el pe dos kilógramos, llama·

do pan de familia, 0'74. 1f.ste precio, titulado oficio·

so, varia con el precio d las harinas, habiendo os

cilado en 1903 entre 0'68 y 0'75, Y en los nneve me

ses de 1904, entre 0'66 y 0,74.

y quinta y última causa local de la carestia,

que creo no la debiera llamar causa local, la adulte·

ración de las sustancias alimenticias que ejerce en Ma·

drid uua falal influencia. Eso no se tolera y no exis·

te en ninguna capital europea, yeso no se evita


>

PANADERíAS COOPERATIVAS 3,

porque no se quiere evitar. Pero, ¿porqué la coloco

entre las causas de carestía? Porque el valor de lo

que se toma para alimentarSe depende de las cuali

dades nutritivas que posee. Si por 40 céntimos os

dan un litro de leche que no tiene de substancia

más que 15, es como si ubiérais pagado el litro

más del doble de su aler; ele modo que, para un

niño, para la mujer q e estil criando, para el enfer

mo, el alimento pagado á tan elevado precio no

compensa el sacrificio hecho.

La carestía, pues, aumenta, y su daño se agrava

con ese inveterado fraude y esta constante adulte

ración de las substanci,,-s alimenticias, tanto más

irritante cuando se ensaña y bnsca sus víctimas en

tre los más pobres y lo. más desamparados.»

c;A El Conde d San Bernardo en su folleto «El

Problema del Pan ,escribe las siguientas líneas:

«Obtenido el an á precio que desafíe toda po

sibilidad de conc rrencia, puesto que es mayor lacantidAd de trigo producida con poco gasto (sien

do esta precisame te la razón de que ganen cuando

la cosecha es bue a, porque con el mismo gasto tie

nen más cantida ), cesa instantáneamente la lucha

por el pan, causa d~1 desorden social y del ódio de

clases, el obrero ive mejor porque le cuesta más

barato su alimen o que absorbe hoy casi la totali

dad del jornal y el conjunto de sus gastos; las in

oustrias que hoy e ven imposibilitadas de subir los

::¡


38 PANAEDRiAS COOPERATIVAS

jornales porque no podrlan por car l s Vlmder sus

productos, toman nuevo desenvolví iento, con la

doble ventaja de que el mayor trab '0 de siembra y

recolección en los campos y la ma or superfiCIe de

tierra que se pone en cultivo exi alli un número

más considerable de bracerus y aJeja la posibilidad

de que vengan á las fábricas á h Icer ruda compe

tencia á sus obreros.

Termina también como poi encanto, la lucha

por la vida en los primeros que vayan gozando de

sus beneficios, nivelando hácia arriba, que es lo que

conviene para que todos a~ciendan en la escala so

cial y no en la miseria, como conseguirla el socialis

mo, puesto que suprimiendo el interés individual y

el beneficio en el propio esfuerzo disminuye el tra

bajo, mientras que así se aumenta y con él la rique

za, aliando el interés individual con el patriotismo,

puesto que la primera nao~ón que Jo consiga será laque se imponga en el merpado universal.»

r Hablando en el Ca greso el Sr. Vizconde deEzll., decía lo signiente:

.En Pamplona la p nadería mnnicipal, admira

blemente organizada, viene prestando desde haceun siglo importantes servicios á la ciudad. El Ayun

tamiento tiene siempre á. su disposición grandes

cantidades de trigo, merced á la institución muni

cipal del vinculo (almacenes municipales de granos,

fundados en el siglo XVI, á fin de asegurar la ali-


1'-"NADERíA8 COOPER-"TIV S 39

IJ

//

mentación ,le la ciudad y precaver a carestía de los

cereales.) Merced á ellos ha podid, en épocas cala

mitosas mantener los precios del pan á tipos ase

quibles á todos. Lo mismo se ha intentado en S. Se·

ba~tián y en Granada.»

J>stos días viene publicando en la prensa el pa

nadero de Estella, Vicente j?ernández, ún anuncio

en que ofrece el kilógramo de pan elaborado con

harinas de primera y sujetándose á los últimos ade

lantos industriales, á 0'32 el kilo.

La rebaja como puede observarse es de uno~

13 céntimos por kilo, b:lscando como tipo de com

paración el precio de 0'45 q'le rige en todas las po

blaciones de alguna importancia de la Península.

Respecto al preeio que puedan fijar las panadeo

rias cooperativas, nada hay que decir, porque aún

admitiendo que sea el mismo fijado' por los inter

mediarios, como á los socios se les devuelve más

tarde el exceso d percepci6n bien sea en metálico ó

en servicios, el eooperador nunca paga en definiti

va más que el recio de coste y un recargo insigni

ficante.


vPANADERÍAS REGULADORAS

Madrid es la población donde mayores y más

[recuentes disgustos públicos se originan con moti

vo de la carestía del pan y de los abusoil que los fá

bricantes cometen tanto en el peso como en la~eróntfeJ-.producto. '

La iniciativa particular ninguna disposición ha

tomado de verdadera eficacia para impedir que

se repitan hechos que tienen su sanción en el CÓ

dj~o Penal, y es evidente que tales escánrlalos no

tendrán remedio si el vecindario de la Corte no de

muestra arrestos mayores para terminar de una vez

Ja contienda que de largo tiempo viene empeñada

entre los especuladores de mala fé y los consumi

dores.

Ni el Código penal ni las Ordenanzas Munici

pales han tenido en las Autoridades locales el am-



paro que de ellas demandaban los deberes anejos

al cargo y las conveniencias del interés público.

Siendo Ministro de la Gobernación el Sr. Gon

zález Besada, llevó á «La Gaceta» un Real Decreto

que demuestra las orientaciones hácia la vida de

progreso en que informaba sus actos oficiales este

eminente hombre público.

Bien capacitado el Sr. GonzUez Besada de que

las codicias y abusos de los panaderos demandaban

soluciones más prácticas que la protesta callejera ó

la murmuración de café, tuvo el feliz acuerdo de or

denar al Ayuntamiento de Madrid el establecimien

to de una Panaderla Reguladora, invitando á los

demás Ayuntamientos de la Península á que se aco

gieran á los beneficios del referido Real decre to,

pues el Ministro tenía el propósito de hacer extensi

vos los efectos del mismo á todas las corporaciones

municipales que lo solicitaran.

Una crisis política obligó al Sr. Go ález Besada

á dejar la cartera de Gobernación, y desde aquel mo

mento nadie volvió á ocuparse en Ma rid de la Pana·

derla Reguladora y mucho men s en provincias.

Nuestros hombres de gobier o se prestan á to

do menos á cimentar los pres gios de los que les

precedieron en las posiciones oici~les, "aún cuando,

como en el caso presente, se t~te de una inilJiativa

ministerial que tan favoraMes soluciones podía

llevar al grave problema¡de las subsistencias.


Los cooperadores de toda España suscribiriamos muy complacidos las palabr~s que elSr. González Besada pone en su citado Real de·creta, pues habla de los intermediarios y delconsumidor como á diario lo hacernos los queconfiamos al esfuerzo colectivo el alivio de cier-tos males sociales. ,e •

En cuanto á las promesas que hacía el·señor González Besada, ciego estará el que no veaen ellas verdaderos nuncios de una obra cooperatista llevada p0f los cauces que para estosnobles empeños tiene abiertos el patriotismo.

Reproducimos íntegro el Real de reto sobrePanaderías Reguladoras, 'Porque estiJ)lamos como una obligación sagraua el contribuir á divulgar las buenas ensepanzas que contiene, ycomo justificación, por otra parte, de las justasrazones que tuvo el a11 or de este trabajo paradedicarle al Sr. GonzMez Besada.

Lean nuestros colegas dicho doc mento conla debida calma y r flexionen sobre los beneficios que al interés público hubieran reportadolas Panaderías Reguladoras si se hbiesen !levado ala práctica or personal idó ea y bajo ladirección de auto idades celosas el cumplimiento de sus obligaciones.

Dice así el Real decreto á que venimos hacien do referencia:

VI'PANADERíAS COOPERATIV.'S


..

PAN"D~RÍAS COOPERATIVAS 43

«MINISTERIO DE LA. GOBERNACIÓN

-----.•.--~:xposi13iéJD

SEÑOR: Un.O de lod problemas quemás preocupan la atención del Gobiernoes, sin duda, el de las subsistencias, cuyamagnitud y con.lplejidad bien se le alcanza para que no intente afrontarlo con resoluciones parciales; pero lo apremiante delas circunstancias no admite tregua, y, ~in

perjuicio de presentar oportunamente álas Cortes los Pl'oyectos de ley necesarios,estimo urgente acudir, siquiera sea concarácter provisional, á aquellos extremosen que la necesidad se manifiesta de manera más angUstiosa.

Cree el Gobierno que una buena parte del remedio habrá de hallarse en la municipalización de ciertos servicios :¡,bandonados hoy al interés particular y á lacodicia de Empresas que, al perseguiregoistas utilidades, dañan notoriamenteel interés público .


44 . PANADERíAS COOPERATIVAS

A la municipalización de los servicios acudieron muchas naciones dl3 Europa para remediar análogas crisis, y entreellfts se destaca por su mayor acierto Italia, que con resolución plausible, en 1903promulgó una ll3Y arrancando al interéSprivado y á la iniciati va particular el monopolio de servicios tales como farmacias,baños y lavaderos, frabricación de hielo,ómmnibus y tranvías, carteles públicos,redes telefónicas, hornos y mr.llinos reguladores, mataderos y mercados.

En tanto no llega el momento deabordar el problema en toda su magnitud,juzga el Gobierno conveniente implantaraquellas reformas que caben en sus atribuciones empezando por el Municipio deMadrid; pero dispuesto á autorizar á cuantOR estimen de urgencia aeometerlas.

El Ministro que suscribe, por lo queá sus facultades corresponde, tiene en estudio algunas disposiciones que habrá desometer á la aprobación de V. M. y entreellas aprecía como la primera procurar elabastecimiento del pan, constante preocupación de las Autoridades, que es á la vez,


PA}'iADERÍAS COOPERATIVAS 45

por causas bien conocidas, daño evidentey amenaza de mayores perjuicios para losintereses públicos.

Demuéstr'ase en el informe emitidopor el Sr. Ministro de Hacienda y con datos incontestables, que el precio del pansupone una ganancia de un 23 por 100para el intermedIario, y se asegura quetodos los sacrificios que el Estado puedaimponerse serán inútiles mientras no secunden su acción las Autoridade~ municipales, procurando el abaratamiento de este artículo de primera necesidad por medio de tahonas regnladoras, con materialbastante para elaborar grandes cantidadescuando así lo exijan las huelgas y lasconfabulacilllles encaminadas á subir sinrazón los precios.

En este, como en los demás serviciosque habrán de municipalizarse, no debeperderse de vista la diferencia profundaentre la antigua policía de abastos, querespondió á la intervención constante delEstado, y á la moderna policía de subsistencias, cuyo principal objetivo debe serprevenirse para acometer sin riesgo Ínedi-


111

I46 PANADERíAS COOPERATIVAS

das extraordinarias cuando las circunstancias anormales lo requieran.

El servicio municipal de panificacióndebe limitarse á establecer, en cuanto seaposible, las tarifas reguladorlts de la ventadel pan, á impedir á toda costa el alza artificial del prod~cto y á procurar que enmomertos difíciles se elabore en cantid~d

insuficiente para abastacer á la población.Oon estas restricciones se aleja toda

posibilidad de competencia con la industria particular, cuando ella se circunscribaá una ganancia lícita.

Respecto á la extensión del servicio,la primera cuestión que se plantea es lade si el Municipio debe limitarse á adqui.rir las harinas para la fabricación del pan,ó si es preferible que adquiera el trigopara obtener la harina. Lo primero supondría el riesgo de que en circunstanciasdeterminadas no se dispusiera de cantidadsuficiente p~ra atender á las necesidadesdel vecindario. Lo seg'llldo impone al~1l1nicipio, además de la obligación deconstituir el depósito ó almacén, la necesidad de establecer el molino. Este últimú


PANAD~RíAS COOPERATIVAS 47

sistema ha parecido el mejor, ya que lapráctica ha contrastado su eficacia en algunos Municipios de España.

El Ayuntamiento puede abastecer depan á los centros y establecimientos quede él dependen y á los particulares.En cuanto á los primeros (Asilos, Hospitales, etc. ,) no ofrece la llienor duda, nocabe nagarle tal derecho; es más, puedeadmitirse que, mediante un convenio, suministre también el artículo á las dependencias provinciales del mismo género yaún á las del Estado. Por lo que á los par-

. ticulares se refiere, el asunto varía ya deaspecto, porque la industria particular pudiera verse perjudicada si el Municipio nose contuviese en los límites que antes sehan establecido,.y aprovechándose de susmayores medios, quisiese hacer competencia á la industria privada, lo cual es preciso evitar á todo trance; pero no debe olvidarse que la más elemental previsiónaconseja disponer de medios que impidan,en momentos dados, el perjuicio de todospor la insensata codicia de algunos.

En lo relativo á la organización del


,1


servicio se concede al elemento técnicouna importante representación. Optando,como se opta, por la fabricación de harinas, será necesario un Director ó Jefe técnico encargado de la misma; otro encargado de la elaboración del pan, y un Administrador general encargado de los depósitos, almacenes, contabilidad. etc. Es~os

tres funcionarios compondrán la Oomis~'ón

de goMerno, bajo la presidencia del Alcalde y con la asistencia de un Concejal queturnará por meses, encargado de la inspección de los servicios.

El personal subalterno estará constituído por el Contador, encargado ó encargados de los almacenes de pan, expendedores, auxiliares técnicos¡ administrativosy manuales, etc., etc.

Se juzga de gran conveniencia separar la administración de los fondos municipales de la de los fondos dedicados á esteservicio. Para ello basta con que el Municipio destine una suma determinada, de laque podrá reintegrarse en un plazo, quetambién se determinará, cubriendo el préstamo ó anticipo con un tanto por ciento



mensual ó anual que se reste de las gananCIas.

Por todo lo expuesto, el Ministro quesuscribe tiene el honor de someter á laaprobación de V. 1\1. el siguien te proyecto de decreto.

Madrid 28 de Marzo de 1905,SEÑOR:

A. L. R. P. de V. M. Augusto Gon::á lez Besada..

REAL DECRETO

A propuesta del Ministro de lo Gobernación y de conformidad con Mi Con~f\jo de Ministros

Vengo en decretar lo siguiente:Artículo 1.. El Ayuntamiento de

Madrid establecerá un servicio de panificación para:

A. Fijar una tarifa reguladora delprecio del pan.

B. Surtir de este artículo á los establecimientos dependientes del Municipio y á los de la provincia y del Estado



mediante los convenios que pudieran celebrarse.

C. Sacar á la venta pública unacantidad determinada de pan, especialmente del ordinario vendido al peso.

Art 2 o El Ayuntamiento podrádedicar á este servicio la cantidad que estime necesaria, constituyendo con ellauna Caja especial y reintegrándose delanticipo con un tanto por ciento mensualó anual, tomado de las ganancias que laindustria proporcione. Los plazos del reintegro y el tanto por ciento mencionado sefijarán en el reglamento correspondiente.

Art. 3.0 El Ayuntamiento adquiriráel trigo necesario para este servicio ó lasharinas, según juzge más ventajoso en cada momento, y 'unos y otros serán conservados en almacenes ó depósitos.

Art. 4." Se establecerá un molinodestinado á la fabricación de harinas, perotambién podrá contratarse con los molinosparticulares la molienda de los trigo's quese adquieran.

Art. 5. o Se establecerá asimismo unhM'no regztlado1' para la elaboración del pan.



Este servicio no podrá en ningún caso sercontratado con los hórnos particulares.

Art 6. G El Ayun tamiento suminis1J'ará el pan á los establecimientos que deél dependan Podrá sio. embargo, coo.tratal' con las Empresas ó fabricantes el suministro de una parte del que aquellosnecesiten, siempre q'1e en el pliego decondiciones se estipule:

A. Que el precio del pan ha de serel mismo que aquel á que resulte el fabricado por el horno regulador.

B. Que ha de ser de la misma calidad.

C. Que si el articulo sufriera elevación en el precio este no ha dA ser superior al que señale en tal caso el hornomunicipal.

Si se faltare á cualquiera de estascondiciones, el contrato se entenderá reeindido ..

Art. 7. 0 De todo lo referente al servicio de panificación se encargará una 00Inúión de gobiemo, compuesta de las siguientes personas, bajo la presidencia delAlcalde.


52 PANADERÍAs COOPERATIVAS

El Director técnico de la fabricaciónde harinas.

El Director técnico de la fabricacióndel pan.

El Administrador general.Un Concejal que turnará por meses,

encargado especialmente del servicio deinspección.

Art.8. 0 El Ayuntamiento comenzará este servicio con toda urgencia. Enel término de un mes, asesorándose de laspersonas que estime competentes, redactará el reglamento del mismo.

Art. 9. 0 El reglamento del serviciode panificación desenvolverá especialmente los siguientes extremos:

A. Medios conducentes á fijar en lasmejores condiciones las tarifas reguladorlJ:s.

B. Cantidad de pan mínima y máxima que en circunstancias normales podrá sacarse á la venta pública.

C. Condiciones para la fijación delprecio del pan y las que se han de tenerpresentes para la alteración .de aquél.

D. Adquisición de primeras materias.


PA~ADERÍAS COOPERATIVAS 53

E Almacenes ó depósitos, organización de los mismos, límites de existencias.

F. Elaboración del pan.G. Venta en los puestos públicos.H. Condiciones del suministro á los

establecimientos municipales y á los de laprovincia y del Estado que pudieran contratar este servicio con el AyuntamieEto.

I Condiciones para que los particulares y Empresas puedan contratar Ullaparte del suministro mencionado anteriormente.

J. Requisitos que han de reunir laspersonas que constituyan el personal técnico. Funciones de cada uno de los cargos. Sueldos. Separación del pp,rsonal.

K. Funciones de la Comisión degobierno.

L Personal subalterno.M. Inspección.N. Condiciones para el cumplimien

to de lo dispuesto en el arto 2." respectode la Caja especial.

Art ]O Los Ayuntamientos podrán solicitar del Ministerio de la Gober-


illI

JI

[1I


nación la concesión de las mismas facultades que por este deaeto se conceden alMunicipio de Madrid.

Dado en palacio á veintiocho de Marzo de mil novecientos cinco.

ALFONSO.

El Ministro de la Gobernación Augu,sto González Besada.»

Ya que estos aciertos oficiales no fueron secundados por el Ayuntamiento de Madrid faltando á toda clase de disciplinas y convenien.cias, yo me permito solicitar la atención deldignísimo Presidente de la Asociación de laPrensa D. Miguel Moya hácia un proyecto quereportaría grandes é inmediatos beneficios ánuestra Cooperativa de Consumo y que vendría á suplir, tal vez con ventaja, á la Panaderia Reguladora que no quiso ó no supo establecer el Ayuntamiento de la Corte.

Fundemos una Panat.!eria Cooperativa enque se reunan todos los últimos adelanto. de laIndustria y vendiendo al público con un már-


P}.~ADERíAS COOPERATI,AS 55

gen de beneficios muy reducido las clases depan de mayor consumo en Madrid, elaboradascon toda perfección, la industria particular se

veril obligada á mejorar sus condiciones de vida y á modificar sus relaciones con el público

de suerte que gaue éste tanto en la calidad delproducto como en el precio.

La industrIa de la panadería es un negociode piugües beneficios y las Cooperativas queexisten en la península pueden facilitar al se

ñor ~Ioya datos de sumo interés.La Asociación de la Prensa conseguiria por

este medio nuevos é importantes ingresos y lapoblación de Madrid tendría que agradecernos

alivios muy positivos en el precio y calidad delprincipal artículo de las su bsistencias.


I

11

II

11

11

VICOMO SE ORGANIZAN LAS

PANADERÍAS COOPERATIVAS

Conviene precisar bien la diferente condición

que puellen tener las Panaderíae Cooperativas, para

marcar mas tarde el proceso que debe seguir en su

desarrollo cada una de las variedades á fin de adqui

rir condiciones de viabilidad.

Lae Panaderías pueden ser de producción ó

conilUmo.

Lo~ organismos cooperatistae ni nacen ni viven

acomodándose á patrones determ~ado8.

Cada país y cada localidad tienen sus especia

les condiciones de vida y de ahí que las cooperati

vas de distintas poblaciones rara vez se rijan por

Estatutos que compaginen en los partic:llares demayor in terés.

Son muchas las Panaderiae que deben su exis-


58 PANAEDRÍAS OOOPERATIVAS

vqueño beneficio estan dispuesto" á pactar con el ad·

versario en condicione" que quedan falseados los

cinones del credo cooperatista.

Las Cooperativa~ de consumo cuando no pue

dan manejar más que cuatro artículos, dentro de

ese modesto círculo deben desarrollar sus iniciati

vas, negándose en todo momento á prostituir el

principio cooperativo con arreglos y concesiones qne

están en pngua con la finalidad que en todas oca

siones persignen nuestras instituciones.

Las Panaderías Cooperativas de...pr.oduccion de-.

bían existir por docenas en la Península, con tan to

más motivo cuanto que jos intermediarios viven

con el público en evidente enemistad, originándose

en alguna parte, como por ejemplo Madrid, las más

enérgicas protestas y reclamaciones.

Los obreros de las panaderlas que hacen una

labor tan pesada y qne no siempre están debida

mente retribuidos, han debido acometer la empresa

de fundar por su cuenta Panaderías Cooperativas,

sacudiendo de este modo una tutela qne les cierra

el camino de sus alivios económicos y morales.

Bastantes fábricas de harinas cuando tratan

con personal idóneo y de moralidad bien notoria, no

tienen inconveniente en abrirles crédito, y lo pro

pio acontece con jas casas que se dedican ala venta

de maquinaria.

Ya sabemos que allanadas estas dificultades



los industriales una participación equitativa en los

beneficios.

Todo, todo es eferible il una inteligencia con

los intermediarios!Las Panaderí s Cooperativas de todos 1<)S paises

han luchado en determinados períodos con muy

graves contrarie des para hacer las compras de ha

rinlt~ y estos m~ es sólo se remedian estableciendo

en los puntos mejor acondicionados, molinos que

reunan los últ'mo adelantos y que pu'edan hacer

elabastecimie to de nueSlras instituciones con be

neficios muy ~videntes

En Inglalerra y en Bélgica los cooperadores tu,

vieron que ln~har con muy serias complicaciones

originadas pqr la mala fé de los fabricantes de bario

nas. Estos s habían dejado influir por los interme

diarios y detttinaban á las cooperativas harinas de

pésimas ca diciones que no permitían elaborar un

producto a,ceptable.

abusos, qoli8 89RiliK~_ 'tIna- 'l6rdade8iltafa., se remediarían fácilmente aplicando á las

harinas disposiciones análogas á 1M que hoy rigen

para la venta de abonos minerales. Es sabido que

estos, han de llevar en los envases y facturas un

análisis bien detallado, para que en todo momento

el comprador pueda comprobar si le entregaron en

la debida cantidad las materias fertilizantes que pagó

y si estas tenían la riqueza que acusaba el análisis.



En los sacos de harina podia seguirse igual

práctica, teniendo en cuenta que la caracteristicade estos productos la dala mayor ó menor riqueza

de gluten.


VII

PERSONAL ADMINISTRATIVO COOPERATISTA

El 60 '/. de los fracasos que han tenido nues

tras asociaciones, se debió principalmente á que la

vida económica de las cooperativas "e puso en ma

nos inexpertas, que añadían á esta grave contrarie

dad la de estar regidas por un ánimo ayuno de en

tusiasmos y nada dispuesto á suplir la insuficiencia

con el exceso de trabajo.

Urge en extremo que en España formemos un

personal administrativo cooper~tista que sume á su

idoneidad los entusiasmos propIos dd hombre que

tiene fé en la bondad de una idea y le rinde el culto

de sus mayores entusiasmos. !

Una larga experiencia viene demostrando que

las revistas y periódicos mejor escritos no llegan á

conseguir beneficios si la adm nistración se lleva

con descuido, y en la vida agríc 'la de España, entre

las causas que determinan la risis profunda que


PANADERÍAS COOI/ERATIVAS 63

lamentamos, debe señalarse el hecho de tener en

completo olvido la contaJ;¡ilidad agricola, la mayor

parte de los que viven d¿ los productos del suelo.

La" cooperativas de {consumo y las de produc

ción, fi las exigencias 0rdinarias de toda empresa

indnstrial y mercantil tienen que agregar la cir

cnnstancia muy digna de tenerse en cuenta de que

están destinadas á so"te?er una lucha mny porfiada

en que juegan papel prilncipallas condiciones de los

productos, los precios y/la forma de tratar al pú-

blico. ILa idea que acaricio desde hace muchos años,

de establecer en la P ninsula un centro de ense

ñanza cooperatista, pue e realizarse de la siguiente

manera:Conseguida la fede ción de todos los organis

mos establecidos en Es ña, cada uno de ellos des

tinará el 5 o/ode los ben licios á costear el Centro

de Instrucción cooperati tao

Este dispondria de personal suficiente y bien

capacitado buscando á s profesionales de la Es

cuela de Comercio. que omo ya tienen un sueldo

del Estado sólo nos exi rian por sus servicios una

modcsta gratilicatJión, y á los maestros y maestras

de instrucción primaria que tan buena ayuda nos

pueden prestar en todo .sentidos.

Podian también e~cargarse de alguna cátedra ó

dar cursos cortos sobre algún tema de notorio inte·



rés para la vida de nuestras instituciones, los que

en el ejercicio del apostolado cooperatista tengan

bien demostradas sus aptitudes en esta clase de em

peños.

El Centro de cultura cooperatista, sólo daría

certificados de suficiencia á los q e en él termina

sen los estudios.

Estos abarcarían nociones de Física, Química

y Agricultura, algo de Hi.toria y Geografia y una

preparación teórico práctica de CODtabilidad que

garantice el acierto en la buena gestión de los inte

reses que más tarde se confien á los alumnos.

Una vp.z que los jóvenes tengan el título de su

ficiencia, pasarían un semestre de prácticas en las

cooperativas que lleven vida próspera y que fuesen

designadas para este objeto por el Consejo de la Fe

deración cooperatista española.

No creo que fuera empresa muy árdua la de

conseguir del Estado una suovención para nuestro

nuevo Centro de cultura.

La parte más dificil de esta empresa es con

certar voluntades entre los que figuramos afiliados

á la cooperación.Todos somos teórica y practicamente partida

riod de fomentar el espíritu de asociación; pero son

muchos aquellos de nuestros colegas que se imigi

nan que el mundo esta dentro de la cooperativa a

'lue ellos pertenecen.


, I 65P.<NADERIAS IlOOPERATIVAS

A los que mas queremos debemos hablarlfs

con mayú sinceridad y ésta exige que digamos á

nuestros colega~ que la incultura es una de las ta

chas que con mas razón señalan á los cooperadores

españoles, los que militan en otro ()ampo.

Hablando el Sr Con(ie de S. Bernardo en su

folleto «El problema del pan», de la carestía de las

sub.istencias y de los rerpedios que podrían apli

carse, escribe las líneas que 8e copian á continua

ción.

Dice asl:

«Debemos citar en primer término la (coopera

ción, que indiscutiblemente mejora la condición de

los que la práctican, pero exige en su organización

una cultura y una disciplina dificil de encontrar en

tre aquellos á quienes pri1cipalmente aprove~ha, y

que por esta causa ni puede generalizarse tanto co

mo fuera de desear, ni sobrF todo con la urgencia

que el estado social demanqa.

Utilísima resulta tam~ién la aplicación del

principio de la participación en los heneficios, pero

no es aplicable más que á producciones muy res

tringidas y no alcanza á los más modestos, á los que

constituyen el mayor número, los trabajadored agrí

colas, por ser muy dificil de calcular su efecto en el

valor total del producto.»

Las palabras del Conde de S. Bernardo fueron

escritas antes de iniciarse en la P"nínsula el extra·


ordiDario desarrollo de las cooperativas agrícolas,

pero el pesimismo que inspiró las líneas que deja

mos copiadas, hay que reconoce\' que los sucesos no

han venido á desautorizarle en absoluto.Hoy somos los cooperadores, dentro del moví·

miento sociológico, la agrupación más numerosa dela Península, pero debilita nuestra influencia y va

ler la falta de cultura y la circnnstancia de DO existir una unión estrecha y, ólida entre todos nuestros

organismos.

,1

IPANADERíAS COOPERATIVAS I 66


VIII

COSTE DE LA VIDA DEL OBRERO

La labor que viene realiZandO) Instituto de

R,e"ID" S"¡~ID ID ID,,¡"ri. "nto j" ,n fin,.¡j

dad como por la perseverancia y buel deseo de losque la dirigen y auxilian.

Es preciso haber luchado con I s dificultades

sin tasa que en nuestro país se pres ntan siempre

que se trata de realizar trabajos est dísticos, para

apreciar en todo su valor los esfu rzos que víenp.

practicando el Instituto de Reform Sociales para

llevar su cometido á feliz término.

Cnando se piden á los Ayun amientos datos

para formar una estadística, los caldes, Secreta

rios y personas que intervienen e la dirección de

los asuntos locales, influido el~nmo por las másabsurdas malicias, deciden, en I mayor parte de

las ocasiones, facilitar cifras que distan mucho de

la realidad de los hechos, per que responden al



próposito de desorientar a los centros oficiales a fin

de que éstos no tengan ni el roati ligero fundamen

to para establecer nuevos iropu stas ó hacer más

peEados los que ya existen.

En la actualidad el Ins tulo esta publicando

en su Boletín nnos estados c n el epigrafe «Coste

de la vida del obrero».

Los datos que han se vida para confeccionar

este trabajo hay que dejar os en entredicho, pues

de ell03 rebulta el desprop sito de que las Coopera

tivas de consumo venden precios más desventajo

sos para el consumidor, q e los que éste puede en

contrar en los fstahlecimie tos de Jos intermediarios.

Los cooperadores de mas agradecer a la re

dacción del Boletln la def nsa que hace de nuestras

instituciones en las línea!! que vamos á copiar; pero

no siendo ellas hastantes/á desvanecer determina

dos errores, las adiciona~emos con algunas obser

vaciones que estimamos de capital interés.

El Boletín del Instituto de Reformas Sociales

se expresa en los siguien~es términos:

«El hecho, dice, de que los datos de Cooperati·

vas arrojen en algunas ocasiones precios más eleva.

dos que los de las .Juntas locales, no significa nada

en contra de la gestión de estas, toda vez que estos

últimos son precios medios obtenidos por el sistema

que queda indicado, yen la suma de datos pueden

entrar precios de localidades en donde por circuns-


-----------------

PANADERÍAS C;QOP.ERATIVAS 69

tancias e~peciales, los Jlrtícul05 sean vendidos con

mayor ecoDomía que en ,aquellas en-las cuales radi

quen las Cooperativas aludidas Ray otra razón y

es la de que son siempr,e en mayor número las Jun

tas lo~ales que suminis ran datos que las Cooperati

vas, y, naturalmente, ~\1 media tiene que ser menor

en el primer caso que en el segundo».

Los precios de lJ.J Cooperativas indican el des

embolso que realiza ey socio en el momento de efec

tuar la compra, pero ha el coste definitivo del pro

ducto, pues éste sólo puede saberse cuando, hecho

el arqueo de fin de año, se determina(llas ganan

cias obtenic19s.

11:s práctica gen ral que de las utilidades se dis

tribuya á los socio un dividenc10 activo que está

en relación con el ilpporte de las compras que cada

uno ha realizado.Ray que ~greg l' á esto las iniciativas que pue

da tomar la Cooper~tiva de consumo para favorecer

á los socios con pel1siones á la vejez ó elementos de

cultura y recreo.

Por lo qlAe ataile a las Panaderías Cooperativas,

que es el p>lrticula¡'r que de momento nos interesa,

hay que afirmar db una manera rotullda y termi

nante, que los in~rmediariOS no dan el pan ni mejor ni más barato que ellas.

El error qn puede señalarse en los datos que

publica el «BoletÍf:1 del Instituto de Reformas So-I 'Proyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)

,.

I

70 PA"¡AEDRiAB COOPER TlVAS

oiales», estriba en que· algunas Cooperativas de con·

sumo que no tienen panadería, hacen la reventa de

este artículo concertandose con los intermedíarios

mediante la rebaja del 6 ó el 8 por 100 sobre la co

tización ordinaria.Este beneficio se reflejará en la caja social cuan·

do se haga el arqueo de fin de año, y no sabe

mos de ninguna Cooperativa, de las que tienen la

venta del pan en la forma indicada, que fije precios

más elevados de los que rigen en la plaza.En los demás artículos las Cooperativas acep

tan. por regla general, los precios marcados por los

intermediarios Y cuando establecen alguna diferen

cia jamás es para rebasar dicho reg'llador, sino para

quedarse por bajo.


IX

CONGRESO DE LA PANADERíA ESPAÑOLA

En el celebrado hace pocos meses notamos, con

pena, que las Panaderías Cooperativas no tenían la

numerosa y lucida representacióD que nuestros ami

gOS podían haber enviado a un acto en que se iban

a discutir cuestiones de sumo interés para el pro

blema nacional de las subsistencias.

Las Panadería" Cooperativas deben llevar a es

tas asambleas las iniciativas que consideren de no

torio interéa para los consumidores, para el fisco y

en muchos casos para las mismas asociaciones.

CUllndo se tiene la justicia por escudo y las pa

labras y los actos estan informados en motivos del

mas noble desinterés, no hay por que eseusar la dis

cusión de los procederes ajenos y de los propios.

A los Congresos dp. la Panadería deben ir los

cooperadores con gran alteza de miras, cnidando

mucho de dejar en justificado olvido las enemista-


12 PANADERÍAB COOIlERATIVAS

eles y pequeñeceA que nacen al calor de la lucha de

conveniencias entre los intermediarios y nuestras

asociaciones y concediendo la merecida atención á

los aFuntos de capital importancia que afectan á la

<Jconomía doméstica y a la higiene.

No es de esperar que la industria particular re

cbace el concurso de las Panaderías Cooperativas en

el nuevo Congreso que se piensa convocar; pero si a

nnestros compañeros se les cierran las puertas de

estas asam bleas, será llegada la hora de llevar {¡ la

pr~ctica iniciatiyas analogas sin otros elementos que

los muy vaJiobísimos de que dispone la cooperación

nacional

La presencia rle los representantes de la coo

pt-ración en 10ti congresos de la Panadería, no podrá

nadie interpretarla como abandono de principios ni

rectificación en los procedimientos.

La Cooperación es la lucha nuble, pero porfiada,

contra los intermediarios y la breve tregua que re

quieren las referidas asambleas, no exige de ellos ni

de no.otros concesiones que puedan significar el

olvido de compromisos motales que tienen para los

que comulgamos en la coop~ración, verdadera fuer·

za dogmatica. ,Nuestra personal aspiráción es que todas las

cooperativas vivan al amparo de la Ley de utilida

des; pero si esta idea no prospera y hay que seguir

sufriendo los vejamenes de ¡la agr&miación, bueno


PANADERí.~S COOPERATI AS 13

será que estos asuntos -8 lleven á os congresos de

la Panadería, para evidenciar las iinjlbticias que se

cometen en la distribución de cn; tas, la imposibili

dad legal de remediarlo y la con eniencia de aplicar

a estos males remedios inmediatos y eficaces.

La Cooperación quiere vivi!: al amparo de las

leyes de tributación, pero no puede consentir que

estas se conviertan, en manos de intermediarios, en

dogal que prive de la existencia il organismos que

tantos servicios pueden presta~ al Estado, la familia

y los individuos.

Deseamos ver á la justicia distributiva en t.()do

su explendoF y si en algún ~omento los egoismos

de alguien la cubren con el más lijero velo, los coo

peradores haremos ti tánicos sfuerzos para rasgarle,

devolviendo de este modo á a ley su valor y efi

cacia.


11 !

II

LA COOPERACIÓN

YLAS REIVINDIGACIONES·SOCULES

Los ejércitos aspirary (1 triunfo con la mayor

economía posible de hombres y dinero.

/.. - ,..- En las contiendas sociales la cooperación ofre-

Le al ejército de aRalariado' facilidades para mejorar

BUS condiciones de vida en forma tal, que se resta

:ln gran contingente al hospital y al cementerio.

Las couperativas de Icon"UIDO, vendiendo los

artículos á precios mas 'red ucidos que los comer

ciantes detallistas y cuipando que la calidad, me

dida y peso nada dejen que desear, resuelven el

problema de las subsistencias con ventajas bien

notorias.

Las utilidades de las Cooperativas se aplican

sin regla fija, y la diversidad de criterio ofrec'l an

cho campo á la discusión, pero sin que las discre

pancias, en lo que ata,j'ie á la distribución de los



beneficios, implique nada en daño de la idea fun

damental.

Los socialistas belgas atienden á la propaganda

política y al socorro de los huelguistas con las utili

dades de la Coopera tiva de la Casa del Pueblo de

Bruselas; y en Valencia tiene la agrupación católica

una Cooperativa de consumo que es la fuente de

donde se abastecen de recur os las escuelas del sistema Manjon.

Es la Cooperación uu ¡trsenal donde todo el

ejército de los asalariados pbede proveerse de ele

mentos de defensa adecuadd¡s á la lucha por la vida

que cada uno tiene que sostener.

Si las Cooperativas de producción ofrecen en

algunos CaSOS puntos vulnerables, estos hechos sólo

servirán para lamentar que rn vez de un beneficio

de cuatro sólo le reporten dl dos.La ley del progreso, qu por la evolución tiene

de día en día aplicación má útil y fácil, llegará á

quitar las asperezas que o ecen á la lucha por la

existencia los organismos qUf han de llevarnos por

caminos de redención á un !estado social más per

fecto que el que tenemos. ~Las Cooperativas de cr dito, asociadas á la de

producción, brindan á los as ariados elementos de

trabajo muy suficientes para edimirse de la explo

tación patronal.

El ejército cooperatista avanza pausadamente,


I

I11


pero sus conquistas se afianzan de tal suerte, que

jamás tienen que retroce(ler un paso en daño de las

posiciones conquistadas.

Las Cooperativas, está c'omprobado, que avivan

siempre en los asalariados los sentimientos de fra

ternidad.

Los asalariados r'eciben en los institutos de la

cooperación una educación social adecuada á las

condiciones de vida en que puede y deb~n desen

volver sus actividades Jos homb"res libres del por

venir.

La acción del cooperatismo /es integral, pero

aúnque se dejara reducida la ef\cacia de nuestras

ideas á un círculo más limitado, nadie, que no esté

ofuscado por el apasionamiento sectario, nos negará

que á la hora presente la cooperación es para los

asalariados el arma de defensa de mayor alcance

que pueden e~grimir en la corttienda por las reivin

dicaciones sociales.

La espina dorsal de la cooperación es el prin

cipio federativo.

El individuo es á la asociación lo que los orga

nismos á las federacioDes: unidades que sumadas,

dan un contingente de energías capaces de vencer

las mayores resistencias sociall's.

Carecemos de organización, y por esta causa no

fomo~ ya en la península una fuerza social atendi

da y respetada.


PANADKRÍAS COOPER.o\TIVA~ Ti

En Canarias está admirablemente preparado el

terreno para que las cooperativas de consumo, pro

ducción y crédito, arraiguen y deo ,'¡ngües benefi

cio8; pero falta quién tome la iniciativa, conociendo

las condiciones del país y contando con una perse

verancia capaz de vencer toda clase de resistencias.

El apostolado de la Cooperación hay que ejer

cerle como se hace la propaganda agrícola eu los

paj8es más adelantados de Europa, llevando la cá

tedra allibulante á todos los centros de poblaeión

donde las iniciatiTas del proselitismo cooperatista

puedan encontrar terreno abonado para su arraigo

y prosperidad.


,I

XI

LAS COOPERATIVAS YLA HACIENDA

Nuestra Legislación· nos dlt a los cooperadores

cuantas facilidades pueden desearse para que los

organismos cooperativos realicen sus operaciones

dentro de la legalidad sin ningún linaje de dificul

tades.

El Reglamento de la Contribución Industrial

en su articG10 74 coloca entre los que no son agrtl

miables, para los efectos de la designación de cuotas,

Alas Cooperativas de pro<\ucción ó consumo, esta

bleciendo de este modo un valladar infranqueable

entre nuestras instituciones y la malquerencia de

los intermediarios.

Las Cooperativas de Qonsumo que sólo venden

á los socios, no tienen para con el fisco otras obli

gaciones que pagar la cuuta que fijen las tarifas álos artículos que expendan.

Han surgido graves complicaciones entre laa


PANADERÍAS COOPER.lTIVAS 191

Cooperativas que venden al público y los ¡¡Temios,

porque estos, bn el deseo de dar en tierra con nues

tras asociacione~, fijan á esta sin qúe haya moth"os

de justicia que lo abone, una cuota gremial que

cuando no es el cuadruplo puede asegurarse que

excede en un 50 por 100 de lo qt¡.e permitiría unreparto equitativo.

A continuación se copían los artículos del Re

glamento de Industrial que mayor relación tienen

con los particulares de que aquí vamos á tratar.

Dicen así los artículos 94 y 95:

Art. 94. «Recibida por los Síndicos la lista del

gremio, procederán en uoión con Jos clasificadores

á establecer las bases generales á que hayan de ajud

tarse para verificar el reparto, fijando esas bases en

razón de los elementos, condiciones ó circunstan

cias especiales de su industria, que sirv!lU para

apreciar los rendimibntos ó utilidades que produce,

y harán constar dichas bases en un acta que deberá

formar la cabeza del reparto.

Según esas mismas bases, los Síndicos y clasificadores harán la distribución del gremio en las

clases que crean convenientes, asignando á Jos indio

viduos que incluyan en cada clase ó categoría la

cuota gremial proporcionada á su capacidad tribu

taria, de manera que el importe de todas las cuotas

individuale~ sea igual al total señalado al gremio

para su distribución.


I1,1

SO P"'~ADERíAS COOPIlRATIVAS

La cuota gremial no deberá exceder para nin

gún individuo del cuadruplo, ni bajar de la cuarta

parte de la correspondiente cuota de tarifa.

Una vez termidado el reparto, el Síndico Pre

sidente mandará formar la lista de los agremiados

por el orden correlativo de su clasificación, expre

sando 1.. cuot.. gremial asignada á cada uno.

Etite documento será formado y suscrito por

los Síndicos y clasific..rlorps y hecho al"í, se proce

derá á abrir juicio para las reclamaciones de agra

vio en el repartimiento gremial.»

.4.rt. 95. «Si al reunirse los Síndicos y clasifi

cadores para establecer las bases á que ha de ajus

tarse el repartimiento gremÍi,1 ocurriese alguna di

sidencia entre ellos que diera lugar á la retirada de

alguno de los concurrentes, se suspenderá la reunión

y se convocará individualmente á otra nueva para

dentro de las :J4 horas siguientes, con citación de

precisa asistencia, y si no se presentasen todos los

citados, se hará constar el hecho en la oportuna ac

ta y se procederá á la fij;1Ción de dichas bases cual

quiera que sea el número de los concurrentes.

La Administración Ó los .\lcaldes en su caso se

abstendrán de admitir bajo ningún pretexto, otro

repartimiento que no sea el formado por la mayoría

de los aHistentes á Ía reunión celebrada par.. el esta·

blecimiento de bases, siempre que se hayan cumpli.

do dichas formalidades sea cualquiera la causa ale-


PANADERÍAS COOPERA-TIVAS 81

gada por los desistentes que pUf¡lden ventilarla en eljuicio de agravios.»

El artículo 100 en su apartado 5.· establece que

las reclamaciones del contribuyente contra el reparto de cuotas hecho por el gremio será atendida si

justifica que está notableInte perjudicado comp,tranda la tributación que s le señala con la que titl

fija á los demás agremiad, s. .Las disposiciones legales que dejamos copiadas

se informaron en una bura fé notoria, puesto quela A.dministración en vez de fijar cuotas á su capri

cho y con grave riesgo e error, les dice á los industriales de los diversos gremios que ellos, consul

tando las condiciones en que cada uno desarrolla el

negocio, fijen la cuota de tributación que les corresponda pagar.

Hay un adagio espaiiol que dice que el mayorenemigo es el del mismo oficio.

Sin que figuren en los repartos gremiales lasCooperativas, rara vez dejan de originarse protestas

y reclamaciones contra la distribución de cuotas;pero cuando en un gremio encuentran una Coope

rativa á esta la convierten en Cabeza de Turco, sinque le quede á la vi~tima elementos de defensa,

pues las condiciones que se exijen para que puedaprosperar una reclamación no hay contribuyente

que las reunan teniendo en contra á todos los de

más agremiados.


1/

I

11

82 PA:<IADERÍAS COOPERATIVAS

Por lo mismo que nuestras aeociacionea desean

cumplir muy escrupulosamente sus deberes para

con la Hacienda, viviendo al amparo de un derecho

que por nadie pueda ser vulnerado, se impone una

reforma en la Legislación inspirada en los mas sa

nos principios de equidad.

Si cada uno ha de pagar con arreglo á las ga

nancias que realiza, las Cooperativas no piden nin

guna gollería al solicitar que se las excluya de la

agremiación y se las lleve á tributar por la ley de

utilidades.

Ya sabemos que esto lleva aparejado el com

promiso de tener una contabilidad con las formali

dades reglamentarias; pero lejos de dañar tales exi

gencias las conveniencias de la Cooperación la~ favo

recería, porque en plazo breve obligarían á refundir

~e á un número de cooperativas que no tienen ele

mentos de vida bastante para reportar á sus so

cios los beneficios que son anejos á nuestras insti

tuciones.

No e~tan en lo cierto aquellos de nuestros cole

gas que consideran al Sr. García Alix como un ene

migo irreconciliable de las Cooperativas.

Es cierto que siendo Ministro de la Goberna

ción dictó una Real Orden que vulnera hallta los

más elementales derechos de las Cooperativas de

Producción; pero esto nI) pasa de ser una de tantas

ofuscaciones como padecen los hombres de gobierno,



que jamás fueron declarados infalibles, y la fé en los

principios de justicia nos hace esperar que dicho

error administrativo será pronto rectificado.

En comprobación de que nuestros juicios res

pecto al Sr. García Alix se acomodan á la realidad

de los hechos, vamos á copiar algunas líneas del

folleto que dedicó siendo Ministro de Hacienda al

estudio del Problema de las Subsistencias.

Hablando de las soluciones más prácticas qUA

debía patrocinar el Gobierno dice:

«Corresponden también'á este género de medio

dnslas Cooperativas de conS:lmo, dictándose aque

llas reglas que faciliten su constitución auxiliada

por la acción del Estado, de la provincia y del Municipio.})

Las palabras no pueden ser más explícitas y

terminantes.

La Ley y Reglamento sobre sindicatos agríco

las son de un valor inestimable para nuestras aso

ciaciones rurales y evidencían que desde las alta s

esfAras del gobierno S6 vé ya claro que sólo en la

Cooperación pueden encontrar todas las actividades

nacionales un desarro1!o normal y próspero.

¡Lástima qu"e los· cooperadores no sepamos

aprovechar circunstancias tan propicias!

En este sitio no debemos presindir de los par-


8-1 PANADERíAS COOPERATIVAS

ticulares que se relacionan con la Contribución industria! y á continuación se copian los articulos que

más pueden interesar á las panaderías cooperativas.Dicen así:

Art. 405. Tahonas ó fábricas de pan. Se pagará:

En poblaciones de 40.000 habitantes en ade

lante.

Pesetas

Por cada piedra movida por caballerías. . 100Por cada aparato para amasar mecánicamente 65

1'ur cada cilindro de afinar la pallta. 40Por cada horno continuo ó de plaza giratoria 13~.

Por cada horno intermitente ó de plaza fija. 66En poblaciones de 20.000 6. 30.999 habitantes

se pagará:

Pesetas

Por cada piedra movida por caballerías. . 80

Por cada aparato para amasar mecánicamente 45Por cada cilindro de afinar la pasta. 25Por cada horno continuo ó de plaza giratoria. 70

Por cada horno intermitente ó de plaza fija. 35En las demás poblaciones se pagará:

Por cada piedra movida por caballerías. . 50Por .:ada aparato para amasar mecánicamente 30Por cada cilindro de afinar la pasta. 15Por cada horno contínuo ó de plaza giratoria 25



Nota -Cuando las piedras á que se refiere elanterior epígrafe sean movidas por agna, vapor ó

gas, se anmentará la cnota señalada á las mismasen un 25 por ciento, siempre que se limiten a lamolturación para el consumo del establecimiento,

pero si además muelen para otros, satisfarán la cuota fijada á las piedras de las fá bricas de harinas en

los epígrafes 391 al 397 se~ún la clasificación de lasmismas.

Las tahonas 6 fábricaa de pan en qne falte alguno ó algunos de los elementos anteriormente expresados contribuirán por los que existan en ella, ysi únicamente tuvieran hornos pagarán en la tarifa

4.' la cuota que les corresponda según sean continnos ó intermitentes.

*••La Real orden referente á la exención del im

puesto de consumo para los combustibles qne se

emplean en las Panaderías y la rebaja de la tarifaaplicable á la sal, es de notorio interés y por eso la

reproducimos íntegra á continuación.Es como sigue:Ministerio de Hacienda-Real orden-TImo. Se-

ñor:Vista la conclusión tercera de las acordadas por

el primer Congreso Naciana! de la Panadería Espa

ñola que la Comisión ejecutiva del mismo eleva á



este Ministerio, en la que se solicita se dicte unadisposición que renuerde a los Delegados de Hacienda de las provincias y a los Presidentes de los Mu

ni!lipios el cumplimiento de los preceptos que declaran libres de pago del impuesto de consumo las le

ñas y carhones vegetales, minerales y de cok, y elde los que disponen se aplique tarifa reducida á la

sal destinado todo ello a la industria panadera:Considerando que en cuanto a la .exención del

impuesto de leñas y carbon~8 destinados á la industria, ademas de estar dispuesto por el número 1. o

del articulo 27 del Reglamento de 11 de Octubre de

1898, se ha dictado recientemente con fecha 3 deMayo próximo pasado, una Real orden de carácter

general regulando el disfrute de dicha exención, yque con respecto á la bonificación de los derechos

de la sal aplicada a los mismos usos, esta asimismo

consignada en el artículo 28 del citado Reglamento,

en el que, ademas, se dispone la aplicación de lospreceptos contenidos en la Real orden de 16 de Junio de 1885, que se invoca en la conclusión de que

se trata, yConsiderando que si bien por lo que se deja

e)l:puesto, no se hace necesario dictar ninguna nue·va resolución sobre estos particulares, no hay tam

poco dificultad en acceder á lo solicitado, recordan

do el exacto cumplimiento de los mencionados pre·ceptos, que son de general aplicación.

II,

I

1/11

,

1/11

¡I/



S. M. el Rey (Q. D. G.), accediendo á lo inte

resado por el Congreso Nacional de la Panadería

Española, se ha servido disponer se recuerde el más

exacto cumplimiento de los repetidos preceptos, asI

á las Administraciones del impuesto encargadas de

su aplicación, como á las Corporaciones municipa

les y dependencias de este Ministerio llamadas á re

solver sobre las reclamaciones que puedan produ

cirse.

De Real orden lo digo á V. S. para su conoci

miento y efectos consiguientes.

Dios guarde á V. S. mucbos años. Madrid 8 de

de Junio de 1909.

BaSADA.

Sr. Director general de Contribuciones, Impues

tos y Rentas.

«La Revista Social», hace el siguiente resúmen

de todas las disposiciones legales hoy en vigor y que

se relacionan con las Cooperativas.

Los preceptos fundamentales son el al ticulo l.'

Y 2.', n.o 2 de la ley regulando el derecho de asocia

ción de 30 de Julio de 1887, incluyendo entre las

sociedades que por ella se rigen, las Gooperativas decrédito ó de consumo; el articulo 124 del Código de

Comercio, que establece cuando esas cooperativas se

convertirán en sociedades mercantiles; la R. O. de

18 de Xoviembre de 1903 emanada del Ministerio


88 PANADERíA8 COOPERATIVAS

de la Gobernación, que prohibe á las cooperativas

suministrar productos á quienes no sean sus asocia·

dos; la ley de Presupuestos de 30 de Junio de 1892

en su artículo 39, que establece el tanto de lo que

las cooperativas deben pagar por concepto de la

contribución industrial (el 6 '10 de sus utilidades li

quidas anuales); el artículo 203 de la ley del Tim

bre de 1.' de Enero de 1906 y sus concordantes del

Reglamento para su aplicación dictado en 29 de

Abril último; la ley de 28 de Enero de 1906, qne en

su artículo 6.' exime á los Sindicatos agrícolas de

los impuestos de timbre y derechos Realed; el regla·

mento de esta ley, publicado en 16 de Enero de

1908; las Reales órdenes de 25 de Marzo de 1907,

eximiendo del impuesto de sellos y timbre á las So

ciedades de obreros; la de 15 de Julio, declarando

que las sociedadp.s obreras no se hallan comprendi .

das en la exención del arto 203 de la ley del Tim

bre; la de 17 de Junio de 1908, fijando el criterio

para aplicación de exenciones tributarias de los pro

ductos españoles.Las Ordenanzas de Farmacia aprobadas por

R. O. de 18 de Abril de 1860, en sus artíclos 4.' y

23: y la R. O. de 27 de Noviembre de 1893 sobre es

ta misma materia.

La Sentencia del Tribunal de lo Contencioso

Administrativo de 21 de Junio de 1893, relativa á

las farmacias tenidas por Corporaciones, y, final-



mente, las Reales órrlenes de 16 de Abril de 1901 y4 de lIarzo de 1904, emanadas de Guerra, sobre intervención de los militares en la gestió.l de las so

ciedades cooperativas.

Ellnstitutu de Reformas Sociales ha remitidoal Ministerio de la Gobernación un notabilísimo

inforTUe referente .á las relaciones entre los centrosoficiales y las cooperativas.

Las conclusiones de dicho trabajo son comosiguen:

«1." Derogación de la Real orden del lIinisterio de la Gobernación de 18 de Noviembre

de 1903, en la que respecta á las Cooperativasde producción, tanto por ser insostenible en sí

misma la disposición cuanto por ser contrariay anular indirectamente las prevenciones de laley de 30 de Junio de 1887. Igualmente deberíaser derogada en lo que afecta á las de consumo,si al vender al público destinasen las utilidadesá obras de solidaridad, beneficencia, educación,

etc..Si es cierto en orden ~, la derogación de las

normas jurídicas que éstas pueden ser anula

das por otras posteriores de igual ó superiorautoridad que ellas, parece natural concebirque la derogación de la Real orden en cuestiónpueda llevarse á cabo con otra Real orden en

que se contengan las declaraciones anteriores.


90 PANAEDRÍAB COOPERATIVAS

2.' Exención de la contribución industrial

á las Cooperativas de consumo que: a) No ven

dan al público, y b) Si reparten beneficios encalidad de ahorros, lo hagan en razón de lo con

sumido por sus miembros. Igual exención corresponderá aún á las que vendan al público,

siempre que: a) Destinen las ganancias á obrasde solidaridad, á crear nuevas Cooperativas, áextender la propia, etc, y b) No dividan su ca

pital, en caso de disolución, entre sus miembros, colaboradores, etc, consignando en los Es·

tatutos que pasará ínteg-ro á alguna ó algunas

obras de solidaridad, educación ó beneficencia.

3.' Cuando las Cooperativas hayan de pagar contribución industrial, debe ser esta fijada

por la Administracion y no por el gremio, den

tro del limite del cuádruplo y de la cuarta par

te de la cuota, según lo dispuesto en el párrafo

3.° del art. 94 del reglamento vigente para la

imposición, administración y cobranza de la

contribución industria! y de comercio.La forma más adecuada para llevar á cabo

estas reformas serla: para la declaración de

exención una ley, y para establecer el modo co·

mo habían de contribuir las Cooperativas no

exentas, un Real decreto.4.' Procedería declarar en cuanto al im.,.

puesto de Consumos, en relación con las Coope·



rativas, que cuando se perciba por concierto ó encabezamiento se conceptúe á estas Sociedades como gremio aparte á tales efectos,obligandolas, siempre que no se recaude porreparto vecinal el impuesto y no quisieranagremiarse con los industriales, á pagar á losgremios concertados los derechos correspondientes, según tarifa, a medida que dichasSociedades entrasen artículos sujetos al im-:puestos.

Esta declaración puede hacerse por mediode Real decreto.

5.' Igualmente procedería declarar que lasSociedades Cooperativas pueden, cumpliendolos preceptos de la ley, ser autorizadas comoCorporaciones para fundar y sostener boticasque despachen medicamentos, fórmulas y especificos autorizados.

También puede llevarse á cabo esta declaración en forma de Real decreto que aclare Ó

modifique lo dispuesto en las Ordenanzas defarmacia aprobadas por Real decreto de 18 deAbril de 1860.

6.' Procede también suprimir en el artículo 203 de la ley del timbre la frase «ó á susasociados como reparto del saldo común de utilidades que la Sociedad obtenga», lo que equivaldría á eximir á las Cooperativas puras del


92 PAXAEDRÍAS COOPERATIVAS

impuesto del timbre. Esto no puede hacerse sino por la vía legislativa.

7,' También sería justo declarar que lasCooperativas que dedican todos sus productosal sostenimiento de instituciones de cultura, be·neficencia, mutualidad, amparo y protección á

las clases desvalidas, son dignas del favor y protección que la ley concede á las Corporacionesentidades no cooperativas destinadas á servirfines tan altos,

8.' El Instituto podía encargarse de redactar un Manual del cooperador, donde se recopilasenlos preceptos de las reformas y las instrucciones precisas para que sirviesen de guia á loscooperadores

9.' Sería conveniente que se reformase laReal orden del Ministerio de la Guerra de 4 deMarzo de 1904, relativa á la prohibición de queintervengan los militares en activo en la gestión económica de las Sociedades Cooperativas que suministren géneros á las tropas enque sirvan, declarando, ;si fuera posible, queno existiria la incompatibilidad establecida,en el caso de que los mismos Cuerpos qneconstitu)'an las gnarniciones fuesen cooperadores»

Hay motivos muy justificados para esperar queen los centros oficiales se tomen iniciativas que fa-



ciliten el rápido desarrollo de los organismos coo

peratistas.Los hombres de gobierno deben Postar ya per

suadidos de que nuestras instituciones son el único

valladar infranqueable que puede contener la ola

anarquista.


1,/

la falsificacIón y adulteración de losalimentos y la sanción penal

Cuando Jos cooperadores 11 blamos de los me

dios reprobados que emplean p ra enriquecerse al

gunos intermediarios que respiran el ambiente de

la maja fé, un aluvión de protestas cae sobre noso

tros como si las afirmaciones que hacemos fueran

d eco de una mala pasión.

Sabemos y nos compl~ce hacerlo constar 'que

fn el comercio, como en la~ demás cll\ses sociales, la

mayoría la forman per50na's dignisimas que van al

cumplimiento de SUd debe es profesionales, dirigi

dos por una voluntad sana, y con la vista fija, en

todo momento en la más rígida disciplina de cla,ge;

pero nadie podrá negarnos que hay un núcleo de

de;:preocupados que acepta los caminos má,g t.ortuo

sos para sus empresas, si estos les conducen al fin

á la meta de sus deseos, que no es otra que el aca

paramiento de riquezas á toda costa.



Jamás ningún cooperador empleó en sus escri

tos ni en la propaganda oral frases tan duras y

conceptos tan agresivos, como los que se encuentran

en los documentus oficiales que suscritos por los jefes más autorizados de la magistratura se han dado

á «La Gaceta») para requeri el celo y la energía de

las autoridades judiciales contra la industria y el

comercio que utiliza en sus operaciones medios re

probados.¡

E.u..-oo~n qIle..era Ministro de Gracia y

Justicia I Sr. Conde de Romanones, l~era

ciones y falsificaciones de los productos alimenti

cios se propagaron de tal suerte} que se vió en la

precisión de dirigir una Real orden al Fiscal del

Tribunal Supremo, documento que puede calificarse

de notable por la sinceridad y valentía con que pre

senta los particulares que más importan á la salud

y á la economía naCion ..

Vamos á reproducir algQIlos párrafos de dicho

documento para qce á nadie' quede la menor duda

de que en las primeras líneas de este capítulo los

juicios que emitimos se a' lstan en un todo á lo que

enseña la realidad de la ~da.

Decía el Sr. Ministro de Gracia y Justicia:

«Aparecen notoriame e la salud pública y la

vida de los ciudadanos tan l'ériamente comprometi.

das por los abusos y la co icia de un mercantilismo

sin conciencia, que se ha e de todo punto indispen.I

t


I1/

I

96 PAKAEDRÍAB COOPERATIVAS

sable que el ministerio fiscal se apreste con ,extraor

dinaria decisión y con su bien robado cell,J á la de

fensa de una sociedad que res ta á mercfJG de ver

daderos delincuentes, cien v es más merecedores

de castigo que aquellos que c n algún riesgo de su

vida, yen ocasiones sin inte s directo, ¡;ealizan toda

clase de atentados contra la cosas ó las personas.

Prescindiendo d~ las gtúltiples dilOuncias queá diario registra la prens y ateniénd se solamente

á"la simple lectura de lo estados que ¡publican pe

riódicos de carácter o ial, con el res tado de los

análisis cualitativos y uantitativos v rificados por

los Laboratorios de I oustancias alirqenticias pre

sentadas, por cierto en escaso núm~ro, obsérvase

palpablemente el e rme desarrollo que ha adqui

rido ese mercantili mo de mala fé, ue no repara

en los medios par satisfacer su codicia. El ánimo

más esforzado se aterra ante la tranquilidad con que

se realizan verdl}!ieras estafas é indudables atenta

dos contra las rsonas, haciendo objeto del comer·

cio sustancias en su mayoría alteradas, unas por

agentes natura es, no obstante lo cual son expedi

das como bU$as, y otros por agentes de sofistica

ción en la ca totalidad de los casos perjudiciales y

nocivos para a sulud del consumidor.

Aguas g seosaB edulcorada~ con sacarina; vinos

coloreados c su¡fato de cal ó ácido sulfúrico, ó

,¡mbas cnsas • la vez; tés artifilliales, productores de


PANADERíAS COOPER1IVAS 91

seguros trastornos digestivos;;bebidas alcohólicas,

preparadas con alcoholes a licos, éteres y aldehi

dos; vinagres obtenidos p destilación de maderas;

embutidos de raspadur de pieles, sebos, carne

podrida y desperdicios de todo género; pan, sobre

falto de peso y mal cocido, b{anqueado con sulfato de co

bre ú óxido de plomo; carne conservadas con niveti

na; chocolates de arcilla" materia azucarada, sebo

de carnero, óxido férrico un poco de canela; aza

franes adulterados con s les solubles, sulfatos y clo·

ruros alcalinos; mantec,s que son margarina pura;

guisantes bar.:Jizados coh sulfato de cobre y leches

descremadas primero y mezcladas después con ge

latinas de patas y oreja de ternera y cordero, que

permiten la adición de gua sin destruir eu densi

dad, operación que no rod uciría otras consecuen

cias que las del fraude, si el agua no fuese en multi·

tud de casos el vehícu~o de toda clase de gérmenes

morbosos, y para COlrvar el extracto líquido, producto de tales manip laciones, no se emplease ~ 1ft

vez el bórax, de tan rniciosos efectos para el tubo

digestivo; este es el tiste resultado dA los antedi

chos análisis, que ofr cen, especialmente en Madrid,

cifras aterradoras defbrumadora desproporción en

tre el número de IDU tras aceptables y el extraordi·

nario de muestras a Jteradas.

Por consiguiente debe V. E. prevenir á los iluso


98 PA.NADERÍAs COOPERATIVAS

trados funcionarios á sus órd,tes que el hecho dealterar las bebidas y comestibles destinados al con

sumo público con cualquiera mezcla nociva á la sa·lud; el de vender géneros corrompidos; el de fabricar Ó vender objetos cuyo uso sea necesariamentenocivo á la salud; y. en general, el de defraudar en

la sustancia. cantidad ó calidad de las cosas, debendenunciarlos como delitos comprendidos en los ar

ticulos 356 y 547 del Código penal y sostener lacompetencia de los juzgádos y tribunales «ad hoc»y mantener la acusación en el trámite debido hasta

obtener el fallo correspondiente.

El . Fiscal del Tribunal Supremo mandó á

«La Gaceta» una Circular exéitando el celo"-de los

represent¡ntes del Ministerip público para que persigan co .diligencia y rigorfios delito que se eome

tan en la adulteración dfl las s)lstancias .~life~-;.

ticias.~ "}. ADe dichó documento e3fán tomadas las siguien

tes lineas:Delito afín al que castig el arto 356 es el pre

visto en el 357, que ha de ser Ilerseguido con idéntico

rigor, y aunque no de tanta gravedad, no por eso deja de tener verdadera importancia esa otra odiosa

especulación que consiste en adulteraciones, siquiera no sean nocivas á la salud, de bebidas y alimentos, porque toda defraudació¡¡. en la cantidad ó en la


múnmente cometen los

ue la harina produzca


calidad de las COdas que se entregan en virtud de·

un título obligatorio constituye una estafa, a tenor

del arto 54~ del Código, precept.o que el Tribunal

'> Supremo ha declarado repetidamente ser de aplica

ción a los indicados fraudes ..

«Deseable sería que en la lucha sin tregua que

hay que entablar contra esa clase de enemigos se

contara con el auxilio de todos los ciudadanos,

rompiendo con la tradición de apatfa y de descon

fianza que sólo aprovecba para que los criminales

cobren alientos y para crear dificultades a la mar

cha de los Tribunales. Todos estan obligados a coo

perar a la defensa de la sociedad y de la justicia;

pero lo estan mucho mas cuando de su concurso

depende en buena parte el descubrimiento de los

delitos y subsiguiente caEltigo de los culpahles, y

cuando eda defensa refluye inmediatamente en be

neficio propio y en el de sus familias 'y convecinos.»

Mr. Balland publicó un interesante trabajo en

la Revue Scientífique sobre las falsificaciones que mas

comúnmente S6 emplean erlas panaderías.

El Doctor Juarros traqujo y publicó parte de

dicho estudio y al mismo ertenecen las líneas que

vamos a copiar.

Dicen así:

«El fraude que más c

p8naderos es consegúir


¡I

101) PANADERÍAS COOP,ERÁTIVAS

mayor cantidad de pan que la que corresponde, va

liéndose para ello de la adición de agua en exceso.

Según Millón, 100 kilógramos de harina pueden

dar de 126 á 148 kilógramos de pan con sólo una

muy ligera variación en la cantidad de agnl\. En las

panaderlas militares francesas se obtienen reglamen

tariamente 140....

«Otros panaderos, menos escrnpulosos, no se

contentan con sólo dar agua por pan, sino que, ade

más, añaden harinll8 extrañas al trigo. Esta falsifi

cación es más fácil de descubrir; pues siempre dá al

pan sabor, olor y color extraños, hasta para el más

profano.

«Los granos de almidón, que es lo que ordina

riamente se añade, aunqu,e se deforman durante el

trabajo de panificación y la cocción, son fáciles de

descubrir al microscópio, pues siempre queda al

guno intacto.

«Claro es que estas particularidades puede disi

mularlas un panadero hábil añadiendo diversas

substancias minerales, com alumbre y sulfato de

zinc Ó de cobre, cosa sencilla de descubrir mediante

la incineración de unos cuantos gramos de pan, ya

que en las cenizas, fuera de la sal común, no se de

ben encontrar más elementos minerales que los que

normalmente contiene el trigo»

Acaba de celebrarse en París un congreso para

estudiar las falsificaciones de los productos alimen-


PANADERíAS COOPERATIVAS 101 ~

ticios; procedimientos que deben ponerse en práctica (

para impedir abusos que dañan por igual la salud

pública y ia economía nacional, y sanciones penales

que deben aplicarse á los delitos comprobados.

Han acudido á lUcho Congreso hombres emi

nentes de todos los países, y los informes y estadís·

ticas que han presentado son una demostración pal

maria de que todos los pueblos están siendo objeto

de una explotación criminal.

En las estadísticas se comprueba que las coope

rativas son el valladar más infranqueable que puede

oponerse á las osadías y despreocupaciones de los

industriales de mala fé.

El Código Penal en el Libro Tercero, Capítulo

n, trata De las faltas contra los intereses generales yregimen de las poblacio es.

Al Art. ,,9~ castiga \,on las penas de uno á diez

días de lU"resto Ó multa de 5 á 50 peseta~ á los que

defraudan al público en la' venta de sustancias, ya sea

en calidad ya en cantidad por cualquier medio no penado

expresamente, y á los traficantes ó vendedores á quienes

se aprendierell sUBtancias "limenticiaB que 1W tengan elpeso, medida ó calidad que corresponda.

En sentencia de 4 Be Febrero de 1888 se decla·

ró que incurren en la sanción penal establecida en

el arto 592 número 5." \lel Código Penal, el tahonero

á quien en el local des inado á la venta pública le

son aprendidas piezas e pan falto de peso.


1I

11


Harfamos un detenido eátudio de las Ordenan-J

zas Municipales que debieran regir en las principalesciudades de la Península; pero habiendo evidenciado la experiencia que esas disposiciones jamas tie

nen la debida aplicación y que á lo sumo se sacandel archivo del olvido en días de elecciones, con ob

jeto de ganar por el miedo la influencia electoralque no supo conseguirse haciendo una buena administración, dejamos ese trabajo para ocasión mas

propicia.


LOS CONSUMOS

LA VEN A EXCLUSIVA

Recuerdo que la primer vez que tuve que in

tervenir en una huelga, ca autoridad, fué la causa del conflicto la exigencia de los dueños de una

mina de que los obreros sól habian de abastecerse,para su subsistencia, de 1 Cantina que regentaba

un capataz y que explotaba a Sociedad minera.Protestaban los obreros de la calidad de los

productos y de la carestia de los precios.

Desde el primer mame to se apoderó de miánimo un sentimiento de en gica censura contra la

dictadura mercantil que lleva a á los infelices braceros ala ruina y pérdida de I salud.

Cumplí imparcialmente 1 s deberes de amigable componedor; pero me con atulé muy sinceramente de que los huelguistas naran el pleito.

Habrían de ser los género inmejorables y los

precios ruinosos, por lo bajos, ra el vendedor, y


I

104 l'ANADERfAS COOPERATIVAS

existiría siempre motivo fundado de protesta por

quererse privar á los asalariados del derecho de comoprar donde mejor les cuadrA.

Peor, cien veces peor que 1M antiguas Cantinasmineras, son las tiendas de los que arriendan en las

poblaciones de menos de 5.000 almas los Consumoscon Venta exclusiva.

Dice el artículo 290 del Reglamento de Con

sumos, que en las poblaciones de menos de 5.000habitantes podrán los Ayuntamientos arrendar los

derechos de Consumos, con la facultad de Venta ex·clusiva al por menor de los liquidos, sal y carnes

frescas y saladas.La Real orden de 21 de Diciembre de 1877,.

declaró que no pueden vender carne al por menorlos ganaderos donde se haya establecido la exclusiva.

Se consideran ventas al por menor para losefectos del artículo anterior citado, las que no lle

gan á seis kilogramos ó litros.Se vé que la dictadura mercantil queda pesan

do sobre los asalariados como verdadera losa deplomo.

E! sistema no puede ser más absurdo é inhumano, pues coloca á las familias de pocos recursos

á merced de un mercader &in conciencia, que puedeabusar lo mismo en la calidad y peso de los produc

tos que en los precios.

La exclusiva es el arma más terrible de que se


P.~NAOERí.~S COOPERATIVAS 105

valeo los monterillas de campanario para imponerse

en las campañas electorales y bUHcar medros por ca·

minos reprobados.

Al pobre obrero que le pagan por semanas ó

quincenas y que tiene que comprar al fiado ¿que de·

fenHa le queda contra las exigencias criminales de la

exclusiva?El arrendatario es un testaferro del cacique

local, y muy lejos de la realidad se coloca el que

imagina que los acuerdos del Ayuntamiento y las

disposiciones de la Alcaldia pueden servir de freno

á las desmedidas codicrae y mala fé del que explota

la exclusiva.Para jlpgar de eÉlto~ hechos hay que conocer

los odios afrieanos que se desatan entre los dos ban

dos locales de las pequeñas poblaciones.

La exclusiva debió ser inspiración de alguno de

eeos pequeños señores feudales a quienes el demo

nio lleva de la mano desde el dia en que nació en

ellos la idea de imponer su voluntad á todos sus

convecinos.Con lo dicho basta ;y sobra para dejar de

mostrado que esta forma de arrendar los Consu

mos encarece las subsistencias de tal suerte que

hace punto menos que imposible la vida de la clase

obrera.y que sólo á esta efecta la exclusiva, queda

bien demostrado pasando la. vista por la regla 5.'

IProyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)

11

I11

I

106 PAN ADERÍAS COOPERA ¡VAS

del artículo 294 del Reglamenta/de consumos quedice lo que sigue:

«Los vecinos y forasteros podrán hacer ventasdesde seis kg. y litros inclusive en adelante»

Las familias que disponen de recursos y hacencompras al por mayor, prescinden del intermediariode la exclusiva, y tienen además la ventaja de lacompetencia entre los cosecheros Ó especuladoresen gran escala.

Los abusos de la exclusiva van mncho más lejos de lo que queda consignado, pues en las poblaciones de menos de 5.000 almas, si los articulos de mayor consumo sólo puede venderlos elarrendatario, como á los demás no les queda base para sostener otros establecimientos, la exclusiva term ina por monopolizar la venta de todaslas subsistencias.

¿,Quién es el desgraciado que compra enotra tienda teniendo deudas en la exclusiva?

La primera reforma que reclama el impuesto de Consumos es la supresión del arriendo conventa exclusiva.

Recomiendan llll justicia y la equidad quesi hay que llegar por etapas á la supresión delos Consumos, se empiece por extirpar deraíz los g'randes abusos qne al amparo del impuesto, pueden corqeterse en las poblaciones demenos' de 5.000 almas.



En las grandes ciudades es donde el impuesto de Consumos resulta menos vejatorio,porqne su administraciOn e más humana y loscontribuyentes saben en ú timo caso defenderse contra los malos tratos de los arrendatarios.

La exclusiva es un vall dar que cierra el paso al principio cooperati o en los puntos precisamente donde nuestras Asociaciones mayoresalivios pueden llevar á os asalariados.


¿QUIEN PAGA LOS IMPUESTOS?

Lejos de la verdad se coloca quien afirme quelos recaudadores de contribuciones pueden contestar satisfactoriamente la pregunta que encabeza es

tas líneas consultando los recibos que tienen ensu poder.

Cierto que esos recibos !levan los nombres de

las personas que están obligadas á entregar al Fiscodeterminadas cantidades; pero esas sumas no pasande ser un 'anticipo en la mayor parte de los casos.

El fabricante, para precisar el precio de venta

de sus productos, pone como una de las partidas decargo el importe de todos los impuestos que con su

industria tienen relación, y no se me tachará de ca·viloso si afirmo que no quedará dentro de las lindes

de lo justo.Para el comerciante, los impuestos son una de

las partidas que figuran en el sobre-precio de fábrica de los objetos que tiene á la venta.


PANADERÍAS COOPERATIV.~S 109

Vemog, pues, que fabric>mws y comerciantesno hacen otra cosa que anticipar el importe de la.

contribuciones para reintegrarse á medida que rea

lizan las ventas.

Cuando un gremio se queja de que tiene que

pechar con algún nuevo impuesto, la lamentación

puede tener cierto ligero fundamento, y es que en

careciendo los productos se reducen las ventas, y

por lo tanto son menores los beneficios, aún cuando

ge reintegren de la suma anticipada á la Hacienda.

La difu,si6n del impuesto consiste en eso precisa

mente, en distribuir entre los consumidores, proporcionalmente al gasto, la suma que demanda la

Administracion para atender las obigaciones del

Tesoro.

Cuando se crean nuevos impuestos, hay que

ver algo más que las personas que han de pagar los

recibos.

Ocurre con frecuencia en estos casos' que se po

nen la venda los que 110 tienen la herida.

A estas observaciones se contesta que todos somos consumidores.

Es cierto; pero hay que observar si á todos Jos

consumidores llegan los artículos con iguales recar

gos y gabelas.

El hombre acaudalado compra al por mayor y

excusa uno ó varios intermediarios; pero d modes·

to menestral y el bracero que compran al detall, so-



portan los impuestos y las utilidades del fabricante,

del almacenista y los detallistas.

Para saber lo que sucede con los impuestos, re

cordaré la burda comedia de los cambips.

Las ganancias excesivas se trataban de justifi

car por la carestía de los cambios; cuando estos ba

jaron un 50 por 100, las cotizaciones o tenían alte

ración porque los géneros se habían comprado en la

época en que más elevado estaba el cambio.

Al remedio de estos quebranto pueden acudir

todas las clases sociales fundando cooperativas de

producción y consumo. Para estas instituciones son

siempre menores las gabelas, y cuando existen, sólo

se pagan una vez y en la proporción necesaria, pues

como no hay que satisfacer los egoismos de los in

termediarios' al con~umidor sólo se le pide In extric·

tamente preciso.

La .cooperación es el puerto de refugio de todos

los asalariados.

Para estimar en todo lo que valen nuestras aso

ciaciones, bastará que solicitemos la atención de

nuestros lectores hácia el hecho de que las escuelas

más opuestas, como la Católica y la Socialista, bus

can en la cooperación la fórmula ás adecuada pa

ra resolver el problema de la subSistencia y otros de

orden moral.


SEGUNDA PARTE

PANADERIA~ COOPERATIVA~EN EL EXTRANJERO


1

PANADERÍAS COOPERATIVAS EN BÉLGICA

. Los cooperadores belgas han marcado predilec

ción bien justificada por las Panaderías y Farma

cias Cooperativas.

Hay qne cnidar de que los indjviduos tengan

alimentación sana y suficiente, con objeto de que

las energias físicas y morales no se qu~brantenj pe

ro cUlUld6-esto suc~de, interesa á la familia y la

sociepad que las dolencias se combatan sin perder

mOJIlento y con medicamentos adecuad !t, poniendo

siempre la salud del enfermo por encima de las mez

quinas conveniencias económicas.

La Casa del Pueblo de Bruselas, divulgando

por todos los ámbitos del mundo los éxitos asom- I Obrosos de sus iniciativas cooperatistas, ha realizado

la campaña de proselitismo más meritoria que se

registra en los anales de la Sociologja.

El partido socialista vi6, en la Cooperativa de

Bruselas, una demostración práctica de que, al pro-


I, I


pio tiempo que los obreros pueden mejorar su ali

mfntación y cultura, ¡ grup p.o~ítiea-se pro

POtc'na recursos cua tio~os con que hacer frente álos stos de propag nda, campañas electorales y

au 'lios á los huelg) istas.

Las Casas del Pueblo se han 1 ultiplicado de

año en año por toda Europa y su influencia benéfi

ca ha pasado las lindes del calI)'Po socialista para

reflejarse en los acuerdos y determinaciones del par

tido católico. Este, procediendo con buen consejo,

no desdeñó las enseñanzas útiles que le ofrecian los

advermrios.

La Casa del Pueblo de Bruselas consiguió en

tre los asalariados poderoso ascendiente, porque en

las horas amargas de los infortunios originados por

enfermedades ó por huelgas, la Cooperativa Socia

lista acudió con auxilios proporcionados á la grave

dad del mal y sus explénc1idas liberalidades hicie

ron brotar en todos los corazones la más sÍncera

gratitud.

El 1902, la Casa del Pueblo fabricó 28.000 ki

lógramos de pan para atender á la demanda de ]00

familias; pero dicha cifra se elevó en 1907 á

10 554.000 kilógramos.

La Panadería ha seguido mejorando de año en

año sus elementos de trabajo y aumentando consi

derablemente la producción.



Es en extremo curiosa, la forma en que la Casadel Pueblo de Bruselas distribuye el pan entre sussocios.

Una yunta ele perros de gran corpul'lncia yex.traordinario vigor tira de un pequeño carrito que

está al cuidado de un mozo de la panaderia.

Se dedican á dicba faena 120 perros, que ofre

cen entre otras ventajas, las de alimentarse con me

nos gasto q'le el ganado caballar y permitir unamejor distribución del trabajo.

Cuando los vehículos quedan sOlfs, porque los

mozos qU'l cuidan de ellos tienen p.ue subir á las

casas de los clientes á entregar el pan, los perros

imponen tal temor á los rateros, q e jamás se dá el

caso de que intenten llevarse algunas piezas de lasque quedan en el carro.

Las harinas y la elaboració nada dejan que

desear en la gran Panadería Coop rativa, y la indus

tria particular no puede competir ni en la calidaddel producto ni en el precio.

Se ocupan 170 operarios en l. s trabajos de pa

nadería, y lo mismo en las horas e trabajo que en

los salarios, se les tienen todas la consideraciones á

que viene obligada una industria que está dirigida

por elementos obreros, bien capa tados de los dere

chos y obligaciones anejos á 1 que viven de unsalario.


11


El Voomit de Gante, tiene una historia que no

es menos interesanle que la de la Casa tiel Pu&blo

de Bruselas. En días de terribles crisis para los ele

mentos socialistas, ciunuenta de los más animosos

pusieron á contribución sus modestos recursos eco

nómicos, con objeto de reunir la suma que se estima

ba precisa para instalar una Panadería Cooperativa.

La bodega de una taberna fué el local elegido

para llevar á la prácticlt una iniciativa que estaba

llamada á realizar en brevísimo plazo, prosperidades

que serían el asombl'o de los cooperadores m!\s op

timistas.

El perlado de apogeo se inició en 11;83 y del

camino que lleva recorrido el Vooruit por la senda

de los grandes éxitos, puede 'uzgarse' sabiendo que

hoy pasan de 200 Jos obrerQ/l que ocupa la Panade

ría; que esta reune todos los adelantos conocidos

hasta el dla; que el Vooruit dispone de un local so

berbio de EU propiedad, cuya superficie excede de

ROOO piés y que por resultar este insuficiente se es

tán haciendo grandes obras con destino á espaciosos

almacenes; que costea un periódico diario cuya ti

rada excede de 16 oro ejemplares y por último, que

á la Panadería se han ~umado nuevas iniciativas

que hacen del Vooruit una Cooperativa de produc

ción y consumo que puede compararse con las que

más crédito gozan en Europa.



En 1883, el Vooruitfabricó 20.000 kilos de pan;

en 1886 llegó á 40.000 Y en 1889 excedió de 200.000

kiiógramos.

Esta Cooperativa rivaliza con la Casa del Pue

blo de Bruselas en altruismo cuando hay que llevar

alivios á los asalariados por motivos de salud ó con

ocasión de alguna huelga.

Recordaré It este propósito lo sucedido en la

huelga de Borinage, don~e el Vooruit hizo un ver

dadero alarde de fraternidad y <ieoprendimiento.

El Vooruit vende el pan á precio m'Ís reducido

que la industria particular y en los demás articulas

sus cotizaciones son siempre un 10 ó un 15 por 100

más b"jas que las que tienen los intermediarios quele hacen la competencia.

E.ta orientllción merece to a, mi. simpatías,

pués la prác~ic;,me tiene demostrado que es de más

eficacia para el éxito de las CooI\6rativas de consu

mo el reducir tll exceso de perc pción que dar en

las liquidacio es semestrales ó 4nuales una canti

dad más ó m os crecida á tituld de beneficios.

n los intel'me~'~Tios hay que sostenerla con no za y sin pueril 1desmayos.

Las Cool), rativas 80c.ialis as d~ ~l'uja~, Lieja,Jolimo.1t y o as, han temdo a feltz Idea de fede

rarse para afllnzar mejor el xito de sus negocios y

darles mayo desarrollo.


118 PANADERÍAs COOPERATIYAS

El Progref'o de Jolimont tuvo en el segundo

semestre de 1900, LIn aumento en la demanda de

pan que elevó la fabricación á 1.424.003 kilos ósea

92.325 más que el semestre ant~rior..

Los cooperadores católicos, han hecho en Bél

gica por la clMe obrera esfuerzos dignos de ruereci

dos encomios

Tienen Cooperativas de conaumo y Panaderías

que en nada desmerecen dA las que sostienen los

socialistas. Hay que hacer especial meneión del'

Volksbelang. en Gante, yen Charleroi de la gran

Cooperativa de los Obreros I sunidos.

La Panadería de esta última Sociedad puede

ofrecerse como un modelo de los más perfeccio

nados.

Los socialista" apodaron á su gran ca mpeón

Anseele, Brazo de Hierro por su decisión y firmeza

pam la propaganda de las ideas y organización 'de

sus prosélitos.Tenían los cat9licos depositada en Monseñor

Stillmans la más absoluta confianza.

Los grandes arrestos de este esforzado sociólogo

y sus muy meritorias obr s, dieron ocasión para que

se le enalteciera denomi1ándole el Obispo de Gante.Frente al Vooru.it, c~ocó la famosa cooperativa

Het Vo/k.Esta lucha de prosej.itismo ha reportado como


belgas ~e ven solicitados por

ostolaclo de la cooperación, lo

po socialista que del católico,

rcionar1e6 inejoras morales y

PANADERiAS COOPER~TIVAS 119

primero y más interpsante beneficio el capacitar á

la masa obrem de lo ,que vale la 'cooperación en los

em peños sociológicos.

En España la3 ~entes se cnidan más de avivarJos apasion9lllientos[políticos que de llevar elemen

tos de cultura á la ~asa obrem.'A eota se la bu ca como medio para d logro de

aspiracion6s ni Jegí1fimas, ni noble", en vez de te

n6rla como fin de e fuerzos altrnistas que pudieran

mejorar la SituaCiól económica y su estado moral.Barcelona es n campo de estudio donde se

puede recojer ablln' ante caudal de las más tristesex penenCIas.

Los asalariado

los que ejércen el a

mismo desde el ca

con objeto de pro

materialas.

ICuanto tenem s que aprender y trabajar losespañoles hasta lleg l' en el camino del progre~o so

cio]ógico á la distan 'a en que ahora se encuentran

los belgasl

••


11

PANADERIAS COOPERATIVASI

E PORTUGAL

«.c\. Persistente. se fun ó pn Lisboa en 1900.

En su origen tuvo que ven r no pocas dificultades,

originadas unas veces por 1 personal invertido en

la fabricación, otras por las ondiciones de las hari

nas que alteraban la buena palidad del pan y daban

ocasión á protestas de los s~'os, en algunos casospor lo deficiente de la instal ción yen no pocad oca·

siones por las genialidades d los socios mismos. A

pesar de que la época no era uy propicia á las aso

ciaciones de esta clase, porque el fracaso de algunas

rle ellas, que habían hecho con ebir muy lisonjeras

esperanzas, tenían los ánimos p edispuestos en con

tra de toda iniciativa que requi ese el esfnerzo co

lectivo. «A Persistente» logró ve el' toda clase de

dificultades aumentando consider blemente el nú

mero de asociados gracias á una ac .va y bien diri-


PANADERíAS COOP RATIVAS 121

gida propaganda, en la que se hacía saber al pú

blico las grandes ventajas que había de reportar de

la ayuda que prestase á la e operativa.

El edificio en que se ins ló fué alquilado, y la

Sociedád desde el primer mo ento encaminó todos

sus esfuerzos á constituír un fondo de reserva que

le permitiese construir un lo ,al propio y de condi

ciones adecuadas al fin á que se le había de destinar.

La fabricación y distrib ción del pan requieren

competencia y buena volunt d por parte de la di

rección y del personal á sus órdenes.

«A Persistente» s610 su te de pan á los socios,

siendo por tanto una Coa rativa de tipo legítimo.

La fundación de una asta compañia de panifi.

cacióu que se trató de cre r en Lisboa en 1901 y

que aspiraba. nada menos ue á monopolizar la fa

bricación del pan, no fué otivo para que «A Per

sistente» sufriera el meno quebranto, antes bien

ensanchó sus operaciones d tal suerte, que llevó la

inquietud á los panaderos d los barrios donde has

ta entonces no existían socO s de la Cooperativa.

En la Memoria que te go á la vista se consig

nan las graves complicacio es que á las Panaderías

Cooperativas pueden origi arse sino disponen de ca.

pital bastante para compr r en ocasiones propiciasharinas en gran cantidad.

Las experiencias recogi as por «A Persistente»


122 PAXADERÍ"S COOPERnln

demuestran que, variando con frecneDcia de hari

nas, como estas son unas veces ás ricas en gluten

que en almidón y como el dolor y la calidad del

pan se modifican, los consumidores tienrn motivo

j nsti tieado para disgustarde y form ular protestas,

determinando esloó disgustos la retirada de algunos

cooperadores .

.H:J precio del p,m hay que subordinarlo tam

bién al de las barinas, y I.s osciláciones que esto

proyocan son fuente de cOl,ltrariedades que conven

dría cegar acudiendo al procedimiento emplead.)

por las grandfs Cooperativas de Francia, Iuglate

rra y otros países, de crear molinos cooperativos.

La compra de las har~as requiere un cuidado

y una competencia grande por lo m¡"mo que sus

condiciones varían extraor<!imniamente y pueden

ser objeto de numerosas adtllteraciones.

Otro de los problemas ll<, resol ver por lás Pana

derías Cooperativas es el refl'rente al peso del pan,

pues éste en muchos casos S8 reduce, estafando al

público y en otras ocasiones, aún cuando parezl a

que 110 existe el abuso porque re>ulta exacto &1 pe

so, no f1l ddícil it las personas entendidas encontrar

el recurso con que se ha querido encubrir la con

ducta reprobada del fabricante. Tan criminal resul

ta el que descaradamente se queda con algunos grao

mas de pan, como los que dejan en el producto una



cantidad de agua que hace el doble daño de restarle

condiciones higiénicas.

Oolocanclo las harip.as en sitio adecuado, lejos

de perjudicar su almacer)~miento a la buena panifi

cación, lo favorece.

Sería conveniente qpe, á semejanza de lo que

ocurre en la venta de abq'nos, que los expendedores

tienen la obligación de precisar las condicion"s de

los mismos. los fabrican~es de harinas al hacer las

ventas diesen el anAlibis'unido á las muestras.

En la fabricación d vinos, tabacos y otros pro

ductos, es de capital i~portancia el formar tipospermanentes, y una cosa análoga debA hacerse en la

fabricación del pan. A.l 1 gro de este propósito se

encaminó la iniciativa de <A Persistente» de formar

un tipo permauente de h ina, haciendo para "sto

una série de mezclas que rnían gran analogía con el

coupage de los vinos. IEn dlferpntes oca6io es se puso de manifiesto

el gran crédito y buen nir~ que la Oooperativahabía conseguido, por la ormalidad y pericia. conque llevaba el negocio de anificación. .

Las fábricas y gran es almacenes de harinas,

cuando «A Persistente» izo alguna reclamación

tuvieron que atenderla, po ue en la practica se de

mostraba la razón y justicia que la asistía.

A pesar de que la Oooperativa. conta.ba con pero. I


124 PANADERÍAS COOPERA IYAS

sonal técnico de com petencia bie probada, la J un·

ta Directiva dá cuenta en su M oria de la necesi·

dad que tenía la gerencia de i tervenir constante

mente en las mil incidenciaa c0mplicacione¡J que

originaban laH intemperancia de los operarios, las

desmedidag exigencias de los consumidores y el des

cuido Ó mala fé de los fabric ntes de harinas.

En 1903 el consumo e pan llegó á ser tan

grande, que «A Persistente» tWO necesidad de au

mentar el número de horno, ensanchar las demás

dependencias y adquirir m erial de fabricación nelos tipos. más modernos.

Uno de los problemas ás complicados que seufrece á las Panaderías Coo rativas, es el referente

al reparto del pan, porque lo consumidores desean

recibirlo á una hora determ nada y si se entrega

después, se originan al princi io protestas y se ter

mina por perder después al c .ente. Cuando el ne

gocio está en los primeros mo entos de desrrollo y

los socios son pocos y viven grandes distancias

unoti de otros, la complicación tiene solución más

difícil, porque con e18ument de repartidores va

anejo el encarecimiento del pro ucto, pero este in

conveniente se salva á medida que aumentan los

cooperadores. Los hay de estos uy difíciles de sa-

tisfacer en sus caprichos, porq si por culpa de

ellos el repartidor pierde tiempo tiene que mar-


PA)/ADERí.s C!>OPERATIVAS 125

cbarse, á fin de no perjudicar el servicio llegando

tarde á otras partes, formyla.n protesta aún cuandovuelva por su casa el repa,rtidor sólo unos minutosdespués Hay familias qu viviendo próximas, marcan boras muy distintas ara recibir el pan, ori!{inando e.to al personal gr nde& molestias y pérdi

da de tiempo.El personal de rep rtidores necesita de la

más rígida disciplina y para esto se precisa que

los consumidores no puodig'uen las quejas sinsólido tundamento ni oculten las faltas que merE'zcan correctivo.

Las J untas Directivas de «A Persistente» se

duelen tle la falta de d sciplina de muchos ope

rarios, de los efectos q e en otros produce laembriaguez y de la in ultura general que leshace tener en complet olvido los deberes queles impone el puesto q e se les confía.

La educación socia es labor que se impone

á las Cooperativas por qonveniencias del interés público y por exigedcias de la misma coo

peración,1:J.ue necesita ~e personal capacitadode la misión nobilísima ;que estas instituciones

realizan.

«A Persistente» est bleció premios para es

timular la laboriosidad buen comportamiento

y puso en vigor dispo iciones coercitivas con



objeto de conservar la más rígida disciplinadentro de todas las dependencias de la Panadería. Al operario que cometía alguna falta, laprimera vez se le amonestaba, la segunda se leimponía una multa de 100 reis y la tercera sele despedía.

En los primeros días de vida de la Cooperativa, el escritorio estaba confiado a un sóloempleado modestamente retribuído, pero á medida que fué prosperando la Sociedad, aumentóla retribución y fué necesario crear nuevas·plazas.

En 1903 «A Persistente» hizo una emisiónde obligaciones con el 3 por 100 de interés, couobjeto de construir un vasto edificio que reuniera las condiciones indispensables para instalar en forma conveniente la Panaderia.. Algunas Cooperativas de consumo se asociaron á «.-\.

Persistente» para surtirse de pan.

En Mayo de 1901 tenía 500 socios «A Persis~nte> y en 1903 llegaron á 1.800, habiendo tenido una baja de 651 por no hacer los pagos conla debida regularidad. Esto prueba que «A Persistente» usa de un saludable rigor y justificala necesidad de que en las Cooperativas se proceda coa gran independencia y energía al juzgar las condiciones de solvencia y moralidad


PA~ADEEÍAS COOPERATIVAS 127

de lo~ que solicitan ingresar, pués no debe enningún caso alucinar á las .Juntas Directivasel deseo de aumentar el número de cooperadores, pues vale más contar con 100 slicios prudentes, bonrado~ y activos, que tener 500 entrelos que abunden los di s colas, viciosos y malospagadores.

«A Persistente» destina una buena parte delas utilidades á la instrucción y la beneficencia.Su fondo de re5erva se destina también á propaganda y á amortización de débitos. A los consumidores se les abona mensualmente el 3 por100 de las compras de pan que realizan y elimporte de esta bonificación lo reciben precisamen te en pan. A fin de año la distribución delas utilidades se hace teniendo en cuenta elconsumo y las acciones de cada socio.

Las acciones porque se suscriben los sociosefectivos, pueden abonarse con la entrega semanal de 50 reis por acción. Hay que pagar2UO reis por los Estatutos y 20 por la libreta.

Cuando los socios tienen abonado el impar·te de una ó más acciones, pueden consumir ácrédito el 75 por 100 del capital aportado á laSociedad.

A COOPE~ATIVA F~ATE~~AU

Esta Cooperativa de consumo que fué antes


128 PA:<1ADERÍAS COOPERATIVAS

filial de «A Persistente», cuando la prosperidadde ~us negocios le dieron recursos más que sobrados para atender la fabricación de pan porsu cuenta, hizo una in~talación indepeudientey se desligó en la mayor armonía de «A. Persistente». La organización y funcionamiento noacusa nada de extraordinariC' que merezca especial mención.


lB

PANADERIAS COOPERATIVASEN INGLATERRA

En la historia de la Cooperación, Inglaterra tie

ne escrita~ las páginas que más enaltecen a nues

trae instituciones.

Ella fué la que puso la primera piedra en la

obra de regeneración sociológica confiada á las aso

ciaciones cooperatistas.

Los poco versados en esta clase de estudios .. es

timarán, cuando afirmamos que en Inglaterra se

cuentan por millones los individuos que pertenecen

á las cooperativas de consumo, que incurrimos en

exageraciones propias de un sectario; pero las esta

dlsticas del Reino Unido, que reflejan con exactitud

la realidad de la vida cooperativa, autorizan cuanto

dejo dicho.

El número de individuos cabezas de familia,

que figuran en las listas de las Cooperativas se ele-


lilO PANADERÍAS COOPERATIVAS

van á dos millones, y t:alculando e cada uno com

pra, como mínimum, para cinc person~s, resulta

que no hay menos de diez milloc 5 que isfrutan de

los beneficioS" de nuestras asoc' ciones.

Como se ve, Inglaterra ofr ce elemeptos hastan

tes para poder formar una 11 ción exclusivamente

cooperatista. IA quinientos treinta millo es de frarjcos se eleva

ron en 1905 las operaciones (le las co perativlts in

glesas que venden al por ayor.En educación y cult a gastan Jos cooperadores

ingleses todos los años, de dos á tres millones de

francos.

Las operaciones ba carias que realizan las Coo

perativas, dan un giro le excede de dos mil millones

de francos.

Un pueblo reflex vo y práctico como el inglés,

se capacitó pronto d que la cooperación era la úni

ca fórmula para sol ionar los conflictos de orden

económico que interesan, eJ;l primer término, al grao

ve problema de las{subsistencias.

En Inglaterra, como en España, y en todos los

demás países de Europa, dió vida á las PanaderJas

Cooperativas, la extremada codicia de la industria

particular.Las harinas de ínfima calidad, vendidas á pre

cios excesivos, hacían muy precaria la vida de las


[PANADERÍAS COOPERATIVAS 131

familias de pocos ,ecuraos. Se agregaba á esto. el

hecho de que los hornos caseros eran por regla ge

np.ral pequeñ'ls y mal acondicionados.

Al alivio de estos quebrantos acudieron al

gunas sociedades benéficas. fundando á fines del

8i~10 xvnr vario;, molinos en Wolverhampton y

Barham Downs.

No puede afirmarse que estas instituciones tuvieran bien marcado el sello cooperatista; pero es

indudable que significaban un paso de gigante en

dirección á nuestros ideales.

Con la denominación de Subscripwn Mill, se

fundó en Hull. en 1795. un horno de carácter coo

perativo bien definido.

Pronto se dibron cuenta los panaderos de la

brecha que en sua medros peraonales abriría la nue·

va institución, y colocados á la ofensiva. dieron en

los tribunales con los primerps apóstoles del coope

ratismo.

En todos los países y en todos los tiempos, las

luchas entre cooperadores é intermediarios se desa

rrolJaron. llevando sus enconos la industria particu·

lar á extremos de imperdonable apasionamiento

Los tribnnales informaron sus resoluciones !ln

principios de justicia, y la cooperación quitó de su

can,ino los obstácUlOS que había acumulado el

t'goismo de los intermediarios.


13"2 PANADERÍAS COOPERATIVAS

La Cooperativa de Rul! cuenta hoy con mas de

-l.000 socios, y sus operaciones anuales exceden de

('uatro millones de francos.

La Panadería Cooperativa de Sheerness y los

molinos de Whisby y Devonport, fundados desde

J812 a 1815, hicieron una obra de gran provecho

para la salud de las clases trabajadoras, aliviando

al propio tiempo su situación económica.

Roberto Owen inició el apostolado cooperatista

que habla de inmortalizar su nombre, estableciendo

un horno capaz para atender las .necesidades de eje"

familias

La industria particular impo fa á los asalaria

dos que necesitab'an utilizar el édito, el consumo

de pan de pésimas condiciones y á precio muy ele

vado.

E~ta forma dp. ejercer: usura, estuvo y está

genera !izada por todas las n ciones del globo, y sólo

la Cooperación va estrechando las fronteras del

campo <lU que operan los intermediarios sin con

ciencia, que labran grandes capitales sobre.los infor

tunios de los asalariados.

Que en estos juicios no recargo las negruras de

las tintas bien lo justifican los inforo:V~s que dieron,

en 1862 los Inspectores del Trabajo en la Industria

glesa. ~

El 75 por lOO de los panaderos de Londres,' no



satisfechos con fijar precios muy elevados, anicio

naban á las harinas yeso, cal y otras substancias

nocivas á la salud. I

Estos hechos han ido la fuerza misteriosa que

ha permitido á la fa osa Rochdale realizar el ver

dadero mila~ro distribuir, en lH91, un millón tres·cientas mil pes as de utilidades, habiéndose fundado

esta Coo!, tiva en 1844, con 28 socios y un capital

de 700 nancos.L(s Panaderías Cooperativas datan en Escocia

del año 1800

Respondiendo á los mismos estimulos que sus

colegas de Inglaterra, los obreros escoceses buscaron

en la asociación el remedio á los apremios de todas

clases.

Pueden ofrecerse como buenos modelos de

Panaderías Cooperativas, IBa- de Lennoxtown y

::iarkhall;~ 4,.estas, y á otras más notables, exee

cle..la...fuB.dada-an Glasgow, 6n lil31.

El Wholesale inglés, que está. instalado en

Manchester, produce harina por valor de quinientas

mil libras esterlinas. .t/\El molino de uns on, sobre el Tyne, puede

obeeer8e-~mo unljl verd dera ~b"r.a.JllC\d¡¡lQ. Se fnn·

dó en lb91, y trabaja cuarenta sacos de harina por

hora.Entre las Cooperativas de Inglaterra y Escocia,


134 PANADERíH COOPERATIVAS

ocupa lugar muy preferente la de Leeds. Fué insta

lada en 1847, y sus primeras operaciones las realizó

en una modestísima tienda de harinas.

Hoy cuenta con más de 50.000 socios, y dispone

de 80 grandes almacenes. Sus molinos y panade

rías, son la exposición más notables de todos los

progresos realizados en estos ramos de la industria.

Para dar una relaci,7b minuciosa de todos los,

molinos y paDaderías~ue sostienen las Cooperati

vas de Inglaterra y Escocia, habría que escribir

un volúmen de b stantes páginas, y el objeto de

este trabajo qued cumplido, dando en líneas gene

rales una idea ~ roximada de la importancia que

han llegado á ener en el Reino Unido los molinos

y panaderías cooperativas.


IV

PANADER1AS COOPERATIVAS EN FRANClA

La cooperación integral ha hecho en Francia

sus primeras expericencias con un éxito por todo

extremo lisonjero. Los agricultores de los BajoB Pi·

rineos y de otros departamento" tuvieron el feliz

acuerdo de aRociarse para fundar Panaderías Coope

rativas con la base de los trigos por ellos cultivados.

Durante los meses que siguieron á la cosecha de

1898 en el departamento de los Bajos Pirineos, el

precio de las harinas y de los trigos estaba tan dis

tanciado que resultaba un margen diferencial ab

surdo' económicamente considerado.

La cotizaciÓn del trigo era de 21 á 22 franco

los 100 kilos, y las harinas se pagaban a 32 francos'

El pan se vendía á 30 ,céntimos el kilo. Los Sindi

catos :'grícolas vieron en la fundación de las Pl\na

derías Cooperati vas facilidades para realizar una do·

ble jugada, pués destinando el trigo de sus cosechas

a la t'abricación de harinas y panificación, se libra-


1::16 PANADERÍAs COOPERATlVAS

ban de la tutela de los acaparadores y conseguían

precios muy ventajosos.

Se agregaba a esto el hecho de encontrar, como

consumidores de pan, una ventaja positiva en la

calidad del plOducto y precio del mismo. Los pana

deros procuraron dificultar los laudables empeños

de la clase agricola, pretendiendo que se matricula·

sen como industriales; pero ellos se ampararon en

el arto 17 de la ley de Julio de 1880 y en la Circu

lar del 6 de Abril de 1881. que autorizan á los agri

cultores para transformar los frutos que cosechan.

Kn LilIe. los agricultores no podían vender los

trigos á precio remunerador y decidieron elaborar

pan por su cuen tao

Los panaderos, viendo que estas iniciativas po

nían sus negocios en camino de ruina, acudieron á

la asociación y establecieron el cambio de pan por

trigo. No dió el resultado que esperaban esta treta,

pues el trigo no se avenlan á pagarlo con arreglo á

los beneficios que el negocio reportaba, y los agri

cultores pudieron convencerse bien pronto de que

era insensato dejar de aprovecharse de las utilida

des que quedaban en poder de los intermediarios.

El éxito alcanzado con las Panaderías Coopera.

tivas ha hecho pensar en la organización de asocia

ciones analogas para practicar la siembra, siega y

trilla, utilizando los recursos de la cooperación. y la



práctica evidencia á diaria que la idea no ha podido

ser más afortunada.

En los pequeños centros de población la rutina

estaba bien atrincherada, pllrO la cooperll.ción lleva

como ariete la ley del progresos, y no se ha dejado

piedra sobre piedra en el edificio de 1M antiguas

prácticas de panificación.

Así como las Cooperativas de consumo por me

dio de la federación fundan granded almacenes para

la compra de productos al por mayor, las Panade

rías Cooperativas de una misma región deben aunar

sus esfuerzos con objeto de operar en grande escala

y alcanzar de este modo beneficios que no pueden

lograrse cuando se trabaja con recursos menguados.

L·a Unión de las Sociedades Cooperativas de los

Ardennes fundó un gran depósito central de hari

nas para la venta al por mayor. y el éxito alcanzado

no pudo ser más lisonjero.Las Cooperativas del París·Lyon.Mediterráneo

han realizado compras de harinas por valor de dos

millones de francOS.Con elementos tan valiosos, los molinos coope

rativoH dan siempre beneficios que exceden del 20

por 100 del capital invertido.

El molino que tiene en Verón la Federación de

Cooperativas de Oonsumo de Yonne, puede reco

mendarse como modelo que no tiene tacha.


138 PANADERíAS COOPEEATIVAS

Las Panaderías Cooperativas se vienen insta

landa en todos los departamentos de rancia desde

hace años con molinos de sistema perfeccionado y

amasadoras mecánicas de las que ijenen mayor cré

dito por la esmerada labor que realizan.

El pan, de buena calidad y sin mermas en el

peso, lo venden, por regla general, las Cooperativas

francesas de 2" á 30 céntimos !dIo. En España, paa

elaborado cún harinas no siempre libres de adulte

ración, y cocido de suerte que la masa conserve una

buena cantidad de agua, se vende, con peso tasado,

de 10 á 15 céntimos más caro ue en Francia.

Los panaderos particulares rara vez recargan

menos de un 40 Ó 50 por 10Q el coste del productoelaborado.

Se impone, por lo tanto, una activa campaña,

fundada en las enseñanzas recogidas de la realidad,

para llevar el convencimiento al ánimo de todos los

agricultores, de que es preciso·pasar al campo de la

industria para que la ca peración desarrolle todas

sus iniciativas dentro del criterio integral que repre·

senta la aspiración sup ema de m;estras asocia

ciones.

Los beneficios de las PanaderJas Cooperativas

han alcanzado á todos I consumidores, pues la in·

dustria particula,r ha tell~do que refrenar sus codi

cias para no perder por ~ompleto la clientala. Hasta


lPANADERíAS COOPERATIVAS 139

nuestros adversarios reportan provechos bien noto

rios de la cooperación, pues ésta obliga á rebl'jar el

precio de ciertos artículos,.á los intermediarios.

Los asalariados de todas clases que trabaj en en

las Cooperativas, ganan en consideración personal

y mejoran los medios económicos. A estos obreros

se les debe conceder participación en los beneficios

y obligarles á adquirir algunas acciones. Con estos

vínculos de solidaridad se conjurarán todas las re

beldías.

La Panadería Socialista de París, tiene unos

Estatutos que merecen recomendarse como modelo

bien concluído.

En laa Panaderías Cooperativas francesas los

salarios se fijan teniendo á la vista el resultado de

la labor que realiza cada obrero.

Los molinos de las Cooperativ.as de los Bajos

Pirineos, para cubrir gastos han d trabajar diaria

mente como minimum 270 kilóo/amos de trigo. El

75 por 100 se entrega en buen,. ·harina, adecuada

para una panificación esmerad .

En los años en que la co cha desmerece algo,

el 75 por 100 indicado suele educirse á 73.

La blancura de las har nas no corresponde á su

riqueza en gluten.

Las Panaderías Coop rativas de otros departa

mentos dan 80 kilógram s de pan por 100 de trigo.

JProyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)


El pan se lleva á domicilio dos veces á la semana,

si la distancia no excede de cinco kilómetros.

También hay Cooperativas que á cambio de

78 kilógramos de trigo dan 65 de pan.

Los molinos cobran 1,50 francos por moler 78

kilógramos de trigo.

Los trigos que los socios entregan en las Pana

derías Cooperativas son muy escrupulosamente exa·

minados por una comisión compuesta de individuos

de probada idoneidad, y lo mismo se hace cuando

el grano se compra en el mercado.

Las opiniones discrepan mncho cuando se trata

de fijar el margen de beneficios que debe marcar el

precio del pan.

Abogan unos porque sólo se cobre al consumi-'

dar el precio de coste, y otros son partidariod de to

mar como regulador la cotización de la industria

particular, con objeto de evitar por este medio fu

nestos antagonismos.

Para los cóoperadores es de importancia muy

~ecundaria la cuestión de precio, porque si hay ex

ceso de percepción se reint grará en las liquidacio

nes semestrales ó anuales.

Dice un adagio españo , «que es nuestro ene

migo el del mismo oficio», si á esto se agrega que

la contienda entablada entre intermediarios y Coo

perativas no permite concelliones, resulta verdl\de-

IProyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)

PANADERÍAS COOPERATIVAS 141I

ramente pueril colocar la enemistad al amparo de

la más burda diplomacia.

A estas luchas hay que ir con la visera muy

alta y dispuestos a afrent'ar todo linaje de contra

riedades.

La Panadería Cooperativa de la Bolsa del Tra·

bajo de Nimes, fijó un precio ínfimo al kilo de pan

pues cubiertos los gastos sólo quedaba un pequeño

beneficio, que se destinaba a obras de interés gene

ral para los asalariados.

Las grandes Panaderías Cooperativas del Nor

te de Francia, han llegado á repartir, por exceso de

percepción, un 30 por 100.

Las Panaderías Cooperativas arraigan y pros

peran en Francia con un minimum de socios que

varía entre 100 y 200.

Pudiera citar algunas docenas de Cooperativas

de Consumo de la penlnsula que tienen muchos

cientos de socios, y no se deciden a intentar la fa

bricación de pan, porq e consideran que á esta em

presa sólo se puede ir contando COll miles de coo

peradores.En Zaragoza, Barcelona, Córdoba, Madrid y

otros puntos, los cobperadores han debido demos

trar con hechos q las graves cuestiones entre pa

naderos y consu dores sólo tienen solución en las

Cooperativas.


admiten socios

odesta cuota, y

142 PANADERÍA. COOPERATIVAS

Para estas empr¡,sas, los franceses han tenido

procedimientos muy diverso., pues en unos casos

establecieron acciones de 25 pesetas, no pudiendo

adquirir los socios más que una acción, y en otros,

las acciones han variado de 5 á 15 pesetas.

Algnnas sociedades exigen cnota de entrada.

A los obreros, cnya pobreza es notoria, se les

releva del pago de la cuota de entrada; libe

ralidad que demuestra el desinterés y altruismo

en que informan su conducta los cooperadores

franceses.

El capital con que se empiezan los trabajos de

muchas Panaderías Cooperativas, no excede de

4.000 francos.

Con un presupuesto de 5.000 francos se han

instalado Cooperativas con molino y amas!idora

mecánica. La labor diaria es de 500 kilos de pan.

Hay Cooperativas que d,estinan el fondo de

;reserva á impedir que rebase el precio del pan

cierto límite, y otras Sociedades acuden con el

fondo de reserva al alivio de los socios, que, por

enfermedad ó falta de trabajo, se encuentran en

situación precaria. A estos, se les facilita pan

gratis ó á pagar á plazos, seg la situación del

socio.En algunas Cooperativas s

accidentales, que pagan una



DO puedE'D ser electores Di eleglibles eD las

JUDtas geDerales.

CURDdo las Panaderías Cooperativa~, para

eDsanchar sus operacioDes acuden al crédito,

siempre encueDtran el dinero que Decesitan

con un iDterés que DO exc ede del 5 por 100.

Las instituciones béneficas, cuando DO han

podido asociarse á la fu daci6n de Panaderías

Cooperativas, hacen ca é~tas contratos muy

ventajosos.

Los agricultores, que cocian eD los hornos

caseros el paD que De esitaba la familia para

una 6 dos semanas, han abandonado esta prác

tica, porque las Cooper tivas les daD pan de me·

jor calidad y CaD eco amia de alguDos cénti

mos por kilo.ED las Cooperativ s de CODsumo PS frecuen

te que Duestros socios ejen de comprar, por se

guir las mujeres la ca umbre de ir á las tieD

das, dODde de antiguo eciben el agasajo de al·

g'uDa chucherfa, y par impedir las PaDaderlas

Cooperativas que tan ala práctica arraigue en

ellas, han establecido D sus Estatutos que se

imponga una multa al ocio que sin causa jus

tificada deje de hacer c mpras.

Los socios están o ligados á desempeñar

gratuitameDte los cargo para que son elegidos.


1'1

144 PANADRRÍA" COOPERATIVAS

Las enemistades personales y las rivalidades políticas, han dificultado en Ji'rancia elmayor desarrollo de las Panaderia Cooperl\tivas, porque estas asociaciones, cuando se tratade la admisión de nuevos miembros, procedencon gran rigor y escrupulosidad.

En España, la desgravac ón de los trigos ylaR harinas, hubiera sido na reforma de granprovecho para los asalari dos, si las PanaderíasCooperativas estuviesen tan generalizadas comoen Francia; pero sin es defensa, todos los beneficios han quedado n las cajas de los intermediarios.


vPANADERIAS COOPERATIV.A.S EN ITALIA

No hay otro país que pueda ofrecer, para elestudio de las panaderías cooperativas, datos de

tanto interés como Italia.Sufrió en esta nación la pohlación rural, du

rante una centuria, los terribles estragos de lapelagra, enfermedad que aniquilaba las energías

musculares y atenazando el espíritu con sufri

mientos insoportables, proporcionaba á los hospitales, manicomios y cementerios un contigente de víctimas tan considerable, que la po

blación agrícola se fué diezmando de año en año.La pelagra no respetaba edades, sexos ni

temperamentos.

Las aguas impuras, el alcoholismo y las habitaciones malsanas, favorecían la acción mortífera de la temible dolencia.

Con un gran caudal de tristes enseñanzas,

se estudió el origen y desarrollo de la pelagra,


146 PANADERÍAs COOPERATIVAS

conviniendo todos los hombres de ciencia enque este gran azote de las clases menesterosas,tenía su origen en las malas condiciones de laalimentación.

El eminente criminalista Lombroso afirmó,después de una labor cienlifica muy meritoria,que la causa de la pelagra se encontraba en elhongo que se forma en el maíz, debajo de lasmanchas negras que cubren el grano cuandoestá en sitio húmedo.

Para comprobar la certezá de sus afirmaciones, recordó el hecho de que en las poblacionesde América, donde se tuesta el malz antes dela molienda, no se conoce la pelagra, porque laaccion del fuego de~truye el hongo.

Una cosa parecida sucede en Canarias conel gofio de malz, pues sometido el grano á tem

peraturas Q~tante elevadas, desap recen todoslos gérmenes que pudieran originar la pelagra yotras dolencias

Las inquietudes y alarmas que por todaslas provincias de Italia llevó la terrible enfermedad, ofuscaron de tal m do á las gentes, quellegó á pedirse que se suprimiera el malz en laalimentación, y no satisfechos con esta medida,los mas intransigentes llegaron á reclamar quese prohibiera el comercio con dicho producto.



Es más fácil precaver la invasión de la pela

gm, que atajar sus estragos cuando hace presaen un individuo.

El impu~to sobre la molienda agravó la situación de los asalariados, encareciendo el pan demaíz que era la base de su alimentación.

Los dueños de los hornos particulares estaban más atentos á sus medros personales que álas exigencias de la salud pública.

Elaborado el pan con harinas malsanas, le·vaduras de ínfima calidad y sin sal, resultabaun alimento nocivo á la saluL!.

En muchas ocasiones los colonos entregaban en los molinos maíz de inmejorables condiciones y recibían más tarde harinas defectuosas, porque los f'speculadores de mala féacostumbraban hacer estas criminales sustituciones.

Las clases directoras adquirieron el convencimiento de que había que confiar el remedio de tan tos males al esfuerzo coleétivo, y entonces surgió la idea feliz de buscar en la cooperación la ~ealización de este verdadero milagro.

En 1860, el ingeniero Reschisi, director técnico de la rica posesión de Corte Palacio, hizo laprimera experiencia de. panadería cooperativa,



mandando destruír quince hornos particularesque había en este latifundio para levantar unhoruo modelo en que se reuniesen todos los úl

timos adelantos.Pronto pudieron apreciar los campesinos el

favoratJle influjo de esta medida en la 8alud pú-• blica.

Se celebró en 1881 la Exposición Nacional

de Milán, y en ella se hizo un esfuerzo laudable para establecer los Hornos c00perativos enlas ca marcas castigadas por la pelagra, ofrecien·do varios premios para los mejores modelos dePanadería; cooperativas que se presentasen.

Eu 1889, en la Exposión Internacional de

Molinería y Panificación, que se celebró en Italia, fué premiado con diploma de méritó y milliras, un estudio notabilísimo de Labadini sobreHornos Cooperativ(\s

El párroco de Bernate Ticino, Sr. Anelli,

presentó en la Exposición regional de Pavía unfolleto de mérito muy notorio, en que desarrollaba el siguiente tema: «Mejoramiento del pan del

obrero .• Este sacerdote dió numerosas conferencias para llevar al ánimo de los colonos elconveucimiento de que en los Hornos coopera

tlvos estaba el remedio para todos los quebrantos que aniq uilaban su salud.



No fué baldío el esfuerzo del párroco Anelli, pues muchos sacerdotes tomaron su ejemploy no satisfechos con la propaganda oral paraevidenciar las ventajas de la cooperación, sedespoj~ban de los hábitos y demostraban deuna manera práctica en los hornos de pan y enlas lecherías, los beneficios que podían conseguirse, mejorando la calidad de los productos ybuscando determidas economías.

El clero rural de Italia realizó una obra social que tiene mucho parecido con la llevadaá feliz termino en Alemania por los sacerdotesque establecieron las Oajas rurales para combatir la usura en los campos.

En Lombardía se celebró en 1880 una Exposicion, para estudiar las condiciones en quese facilitaban á los colonos los artículos queconstituían la base principal de su alimen

taciónEn este Certámen, los Hornos cooperativos

tuvieron el éxito más completo.Una representación de los Hornos coopera

tivos se reunió en ~ilán el año 1883, para deliberar sobre las iniciativas que convendría llevar á la práctica, con objeto de afianzar la vidaeconómica de estas instituciones.

A la fundación de Hornos cooperativos con·


150 PANA.DERÍAS COOPERATIVAS

I

11

tribuyeron con recursos pecuniarios, el Estado,las Diputaciones, los Ayuntan::ientos, l&s Cajasde Ahorro, las Asociaciones agrícolas y muchaspersonas adineradas, que consideraron que esteera el medio más práctico de f>jercer la caridad.

Por regla general, los Hornos cooperativosal preparar las masas, adicionaban á la harinade maíz un 20 por 100 de harina de centeno.

Por un quintal de maíz entregaban 115 kilógramos de pan y cada quintal de harina setasaba en 148 ó 149 panes de un kilo cada uno.

Los peq ueños hornos pudieron sostenersepor haber constituido una fuerte federacióu.

En todas las empresas industriales á mayornúmero de unidades de producción, corresponde menor rer.argo por gasto d" todas clases, yde ahí que puedan ofrecetse los articulos trabajados en g-rande escala con precios mucho másbajos que los de la pequeña industria.

La federación de las Panaderías cooperativas permite crear grande depósitos de trigos yhari nas y realizar con fac.ilidad y economía operaciones de crédito.

Proceden de llna manera análoga á lo quehacen las Cooperativas de consumo con losgrandes almacenes.

Las Panaderias cooperativas hacían siem-


1PANADERÍA< COOPERATIVAS 151

pre las ventas al contado y conjuraban de estasuerte complicaciones y disgustos.

Cuando las familias de modesta fortunaformalizan sus gastos, viven sin los apremiospropios de quiep ~o sabe poner en concordancialas necesidades con los recursos económiccs.

Los negocios industriales sin buena contabilida , terminan siempre de una manera desas osa.

El ejemplo de Austria, fundando en Vienauna Escuela de molinería, tllVú en Italia muyfavorable acogida, y la Asociación de Molinerosauxiliada por el Ministerio de Agricultura, decidió establecer en Milán una Escuela parecidaá la de Viena.

Para tQdos los ramos de la cooperación. debía seguirse la conducta de la Asociación deMolineros, pues si algunas cooperativas llevanvida lánguida y otras fracasan, es porque losencargados de los s vicios retribuídos no tienen la necesaria p .eparación.

Para, las pers nas de escasa cultura, cuandose argumenta e favor de las Panaderías cooperativas, ofrecie do como razón de mayor fuerzalos moti vos fis ológicos que amparan la saludde los comsu dores, se hace una labor baldía,pero las palab as se abren camino amplio y fá-


¡I152 PANADERÍAS COOPERATIVAS

cil, si en forma clara y prec sa se evidencianlas ventajas de orden econó ico, que por lacooperación pueden alcanza los socios.

En todos tiempos los otivos interesadosfueron la puerta por dond más pronto se llegóal alma social.

:Mas ta,rde se ennQJ~ilecen estas deter'minaciones de la voluntad;! pero en su orig'en, sonbastardas en el 60 por· (JO de los casos ..

Los cooperadores atólicos y socialistas que

en Italia son numero q,s y bien capacitados para realizar la obra dI reg'eneración social, h'lnestablecido Panaderías cooperativas con arregloá los últimos adelantos, que con tan buen acier·to han utilizado los cooperlldores'de otros pllises.

Merece especial mención lo sucedido con laUnión Gooperativ de Milán.

Fué fundada e~ Julio de 1886 por 134 socios,que reunieron la modesta suma de 1.712 liras.

Hoy dispone de un capital que excede de3.000.000 de liras y la Panadería produce 140 quin·

tales de pan. \En 1898 la ven~a del pan se hizo, marcando un

precio que no cubrll\ g,astos, con objeto de no enea·recer la vida á los socios, El déficit que esta medidaaltruista originó, quedó cubierto con exceso, con

los beneficios que se consiguieron en otros artículos.


PAKADERíAS COOPERATIVAS 153

También resulta interesante y curioso el origen

y desarrollo de las Cooperativas de Consumo en

Italia.En 1849 el pan llegó á enearecerse de una ma

nera extraordinaria, achacándose por parte del pue

blo esta grave contrariedad, al hecho de haber rea

lizado grandes acopios de t~igo el Conde de Cavou!,

y no querer hacer ventas hasta conseguir cotizacio

nes más elevadas que las que provocaban el con

flicto.Boitani, aprovechó llis alarmas y turbulencias

ele las masas para recomendarles la cooperación co

mo forma única de viv:ir con economía y libre de

los egoismos de los intenpediarioa.

Se calcula que las Cooperativas Italianas de

Consumo que tienen P(inadería, producen unos

20.000 kilógramos diari1s.En el XI Congreso Nacional de las Sociedades

Cooperativas, se present una proposición que esta

ba orientada hácia la C peración integral.

Se deseaba que los ienes del Kstado, los Mu

nicipios y los rle algunas Eociaciones benéfiC>ls, se

dieran á las Cooperativas Agrícolas federadas, paraque estas mediante un odeBto canon, realizaran

en aqTIellos latifiundios 1 s cultivos más adecuados.

Italia dió el primer aso en la Municipalización

de pan.



El Corregidor de Catania, Sr. De Felice, acome·

tió esta empresa en 1903 con tales arrestos, que en

poco tiempo desaparecieron la mayor parte de las

panaderías que sostenía la industria particular.

Hay que tener presente que Catania es una po

blación de 150.0no habitantes y que el campo delucha era en extremo vasto.

La producción media de pan era de 70 á 80 to

neladas diarias.

Todas las clases sociales ayudaron en su patrió

tica empresa al Corregido! Sr. De Felice, porque lesfacilitaba pan elaborado con buenas harinas, á pre

cio mucho más reducido que el que habían fijado

las industrias particulares.

La práctica estli demostrando que para cubrir

los presupuestos de gastos, el mejor camino que de

hen seguir los Ayulltamientos, es municipalizar los

servicios.

Convencido estoy de que no será baldío el her

moso ejemplo de eatania.


VI/PANADERIAS COOPERAifIVAS

EN LOS ES ADOS UNIDOS

Los asalariados van en A érica por el camino

de la cooperación mny rezaga s á los grandes in

dustriales y productores, y és o se traduce en un

encarecimiento de la vida que ólo puede remediar·

se llevando el convencimiento á los obreros, de blu

sa y levita, de que su redenció económica y moral

• la encontrarán en las granl s asociaciones fede

radas.

El Trust del pan que ahor se trata de organizar en los Estados Unidos par llevar la dictadura

económica á este ramo de i subsistencias, como

ya se hizo con la carne, la m teca, el trigo y otros

productos, no puede encontr r quien impida ó difi

culte tan dañosa empresa, e tanto no se organice la

federación de las cooperativ de producción y con·

sumo.


I11

156 PANADERíAS COOPERAT"'AS

El Trust del pan aspira á imponer la ley en los

mercados de trigo y de este modo lastimará los in

tereses de los agricultores, puesto que estos tendrán

que vender sus productos á cotizaCiones más bajas

de las conseguidas en circunstancias normales.

Asociados los productores dl'} trigo á los asala

riados, organizarían cooperativ811 de producción y

consumo y las ventajas que pretende acaparar el

Trust del pan, quedarían en proyecho de los agricul·

tares y consumidores.

Los fabricantes de harina también se encuen

tran amenazados por el Trust p.el pan, no quedándo·

les otro camino para salvar de una ruina inminente

el capital que tienen invertido, que el que conduce

á una inteligencia con los el¡¡mentos cooperatistas.

Sumadas estas fuerzas y esta blecidos fuertes

lazos de unión por medio de una equitativa armo

nia entre todas sus conveniencias, el Trust del pan

lucharía con un enemigo de arresto. más que sufi

cientes para dar en tierra con la ambición criminal

de los grandes capitali.tas que desean buscar el

acrecentamiento de su fortuna, á expensas de la sa

lud de los asalariados.

También la Argentina nos ofrece el ejemplo de

una gran .cooperativa de Hacendados que proporcio

na todos los años pingües beneficios.

Las Panaderia. cooperativas encuentran en


PANADERÍAS COOPERATiVAS 157

Améi~ca para su desarrollo, un horizonte sin limi

te~, por lo mismo q e disponen de la primera materia á precio ínfim ,ofreciéndose los elementos industriales indispe ables con notorias ventajas yrepresentando la Itima evolución en la vida del

pro~reso moderno


VI

• PANADERíAS COOPERATIV,ASEN/HOLAND A--..+

Durante los últimos mes s de Diciembre y Enero

el Parlamento ha venido dis (¡tiendo en Holanda unproyecto de ley presentado or M. Talma, con unaorientación en principio simpática; la supresión deltrabajo nocturno en las anaderías, pero funda

mentado de una manera oca reflexiva y con uncriterio de parcialidad notoriamente injusto.

El trabajo nocturno debe suprimirse en eótaindustria por nocivo á la alud de los obreros; pero,

en modo alguno puede ustificar dicha medida eldeseo de favorecer á uno industriales cun daño deotros.

Los patronos han rotestado ante el Ministrodel Interior, porque esti an que la reforma ha delastimar sus intereses; p o el Ministro, sin descono

cer el fundamento de la ueja, ha dicho que deja á



la concurrencia el regular el trabajo en las pana

derías.

En la discusión han intervenido oradores de

tendencias muy opuestlts, pués unos han combati

do el proyecto porque estiman que no deben regla

mentarae las horas d,e trabajo, y otros encuentran

desacertado el criterio del Ministro, porque el prin

cipio de la no intervención se desacredita cada dia

más.

En la segunda ámara hay un grupo de repre

sentantes que parec patrocinar la idea de que en

las panaderías se tengan cuadrillas lo bastante nu

merosas para que alternen en los trabajos de noche.

"Esta solución ncarecería la mano de obra y

para las pequeñas industrias resultaría motivo de

ruína.

Las panadería cooperativas tanto en Holanda

como en los demá paises, están obligadas Á. iufor

mar su conducta e razones del más puro altruismo

y bien sea sacrific ndo algunos céntimos An el pre

cio del pan ó tra sigiendo los cooperadores con re

cibir la remesa I la mañana un poco más tarde,

deben facilitar el camino para que se suprima el

trabajo nocturno se haga más tolerable.

Las panaderlfs cooperativas holandesas no hansuscrito la protedta contra el proyecto de ley de

M. Talma.


TERCERA PARTE

PANADERIA~ COOPERATlVA~EN ESPAr'lA


PANADERíAS COOPERATIVAS

EN BARCELONA

1

En esta populosa y rica Ci?~d todas las mani

festaciones de la cooperación ~ el Mutualismo, han

tenido entusiasta acogida, per al llevarlas á la prác·

tica la falta de cult.ura en un s casos y un espíritu

funesto de rebeldía en otr s, han hecho que falte

entre los elementos cooper dores y mutualistas la

unidad de pensamiento y fr ternidad que debían dar

vida á organismos que disp sieron de importantes

elementos económicog á fin e conseguir para todos

los servicios el menor cos posible; ventajas que

siempre son anejas á las mpresas que se realizan

en grande escala.

Puede aplicarse á lo barceloneses el célebre

adagio de que prefieren s cabeza de ,-alón á cola de

león, y que no hay injusti ia en estas apreciaciones,

bien lo confirman los crtos de mutualidades que


I!

164 PAN .• DERÍAS COOPERATIVAS

existen con recursos bien mezquinos y satisfaciendo

más que necesidades Raciales, pueriles e igencias de

amor propio.Unificada la acción de estas mutualidades su

eficacia bienhechora alcanzaría un radio de acción

muy superior al que pueden tener los modestÍsimos

esfuerzos aislados que hoy realizan pequeños grupos

de mutualistas.

Con relación á las Cooperativas de consumo,

podemos repetir todas las palabras queanteriormen·

te hemos consignado hablando de la mutualidad.

Nuestro deoeo sería reducir el número á una tercera

parte de las que hoy existen, haciendo la fusión <.1e

dichos organismos en la forma que en cada ca~o

:¡consejen las circunstancias.

A pesar de esta situación desventajosa en que

vive la cooperación catalana, se han realizado experiencias con el éxito más lisonjero, plldiendo afi ['

mar que en el ramo de panadería son tantos los éxi·

tos como las iniciativas.

En Barcelona como en toda la Península. la

empresa de recoger datos para formar una estadísti·

ca exacta, resulta labor irrp.alizable por la resistencia

sistemática 8e las personas ú organismos que tienen

que facilitar los datos.

Durante algunos meses auxiliado por varios

amigos que tienen entre los cooperadores catalanes



legítima influencia, por ser del país y por tener en

la historia de la cooperación catalana antecedentes

muy honrosos, he lucbado con perseverancia para

traer á estos estudios cuantos datos é informes pu

dieran ser de interés, y be de confesar paladina

mente que los esfuerzos resultaban casi siempre

baldíos.

Tuve que suplir con perseverancia la falta de

diligencia y buen deseo por parte de aquellas per

sonas que nos negaban su concurso ó lo daban tar

de y mal.

Con los datos reunido. voy á poner á continua·

ción cuanto conozco respecto á las Panaderías coo

perativas de Barcelona, haciendo la salvedad de que

no pretendo ni siquiera aproximarme á las cifras

exactas que ofrecería una estadística verdad.

No descubrimos ningún nuevo continente, ha

ciendo saber á los que lean estáB líneas, que la crea

ción de Panaderías cooperativas se dificultó en Bar·

celona, acudiendo los interme iarios al recurso de

influir con los fabricantes de h rína para que no fa·

cilitaran á las cooperativas dic~o producto.No habiendo dado los resultados que se busca

ban estas malas tretas, se acu ió al Ayuntamiento

con gestiones oficiosas que die on por resultado el

establecer como arbitrio el pag de 2.000 pesetas por

cada nuevo borno de pan cocer.


166 PANADERíAS COOPERATlVAS

La Cámara Regional de Sociedades Cooperati

vas de Cataluña-Baleares, con fellz acuerdo gestionó

y obtuvo que tal arbitrio desapareciera ~I-tm:r

mento en que estlls líneas van á la itnfirenta, parece

cosa resuelta 9ne en 10 sllcesivoregi a la diFposición

que se expresa en las lille;l,,~ que sil copian á conti·

nuación.

Dicen a~i:

«Las Cooperativas de consumo ó los sindicatos.

que las mismas constituyan. siempre que unos y

otros cuenten por lo menos un año de existencia y

un número no menor de cincuenta socios consumi

dores, podran establecer horpos de cocer pan, satis

faciendo por licencia de construcción la cantidad de

200 pesetas, pagaderas en na sola vez)' en un sólo

plazo.

Cuando la cooperativ se disuelva, el horno po

drá ser utilizado por un industrial y legalizado su

establecimient.o mediante el pago de la diferencia

que exista Antre la cuota de 200 pesetas s<1tisfecha

y la que hubiera de pagar en la época de la legali

zación dicho industrial silo construyese de nuevo•.

Nuestros plácemes más sinceros á la Cámara

Regional por la buena obra qne ha realizado.

El orden de prelación que vamos á establecer

al hablar de las Cooperativas de Barcelona, no se

determina por la importancia de estas ni por su


PANAD~RíAS COOPERATIVAS 167

mayor antigüedad, pués obedece al hecho de haber

conocido los datos referentes á unas coopelativ3s

antes qne los de otras.

Las Cooperativas de consumo «La Dignidad»

y «~l Reloj')' llegaron lÍ. un acuerdo para establecer

un horno de pan, y en Mayo de 1905 pudieron ina~.

gurar esta nueva industria.

El número de socios no era grande. pués entre

las dos Cooperativas no sumaban más de 150. pero

los iniciadores teniendo en cuenta que iban á dar

un pan elaborado con harinas superiores y con to·

dos los cuidados dI nna fabricación esmerada. á

precio más reducido que el establecido por los in

termediarios, calcularon que la venta á los no coo

peradores aumel)taría considerablemente la deman

da, permitiendo esto gastos y sacrificios que no po

dían atenderse, no contando más que con el concur·

so de 150 copperadores.

Como 18(l cifras son en estos casos más elocuen

tes que las p&labras, vamos á reproducir un estado

en que cons an los ingresos y gastos que durante

cuatro años h tenido esta panadería cooperativa:


168

Año Producción

2.° Semestre 1905 1.817'52 pese as 42350 peselasLer » 1906 3.644'86 f. 52.390

2.° » 1.891'15 59.260 »I l.er » 1907 871'15 84.299

l· 2.° » 2.370'60 93.4.531.e1' » 1908 2.061'15 83.091

!.' » 3.989'15 » 93.715 »

1.er » 1909 5.1i/'45 » 110.313 »

Tolal. . 21.823'63 Ptas. Total 621.871 Ptas.

Hay que hacE'r la aclaración de que las 21.823'03

pesetas que aparecen como beneficio liquido en loscuatro primeros años de esta Panaderla cooperativa,se obtienen después de educir en los dos prime

ros semestres, ellO % para la amortización del capital, y en los semestres sucesivos el 15 %,

Cuando se administran las cooperativas comoen el caso que nos ocupa, con acierto y moralidad,

los resultados son siempre superiores a los que ha

bían calculado los mas optimistas.

El ejemplo que ofrecen los fondistas de Barce

lona, asociándose con objeto de fabricar por su

cuenta pan superior con destino á su clientela, es

indudable que tendrá en otras capitales imita

dores.


PANADERíAS COOPERA'l'IVAS 169',

Los fondistas que ]¡¡an~stablecido la PanaderíaOooperativa, presentan en las mesas de sus comedo

res un pan elaborado con harinas superiores y cocido sin el propósito de que supla el agua la falta demasa.

En cuanto al coste, nada ay que decir porquees sabido qU"l estas iniciativas reportan siempre beneficios de verdadera importapcia.

La Cooperativa de los fa distas de Barcelona,

compra el vino en grllnde eseaIa en los principalespuntos de producción de la Penfnsula y las remesas

se distribuyen después con apeglo á las necesidadesde cada socio. El vino es u o de los artículos quemás se prestan á las falsificaciones y prescindiendo

de los intermediarios, los cooperadores catalanesconsiguen 'complacer á su arroquia y se libran de

caer en las manos de espec ,adores de mala fé.

*" "Hubiera querido hacer una Et,diBtica comple

ta de las Panaderfas Cooperativas que existen en lapeninsula, pero ha resultado bal o mi empeño porque hay Sociedades que no fa ilitan ningún dato

aún cuando se les mande una d cena de cartas.A las Cooperativas de qu antes se ha hecho

mención hay que agregar en arcelona y los pue

blos de la provincia las sigui tes:


no PANADERíAS COOPERATIVAS

Cooperativa de Pescadores.El Nuevo Siglo.

La ArtesanaLa Económjca.La Flor de Mayo.

La Frateridad.La Horm ga Sansense.ta Igualitaria.

La Indep ndiente.La Lealtad Gracisnse.La Nueva Obrera.

La Protectora Ratés.La Republicana Autonomista.La Vanguardia Obrera.

Panaderla y Centro Cooperativo.La Alianza, Molins de Rey.

La Amistad, Calella.La Castellarense, S. Esteban de Castellar.

La Confianza, Esplugas del Llobregat.La Fraternidad, Premiá de Dait.

La Mutua de Pan, Manlleu.

La Paz Rodenae, Roda.La Regeneradora, Villanueva y Geltrú.La Rubinense, RubLLa Sabadellense, Sabadell.

Tahona Cooperatista, Mataró.


PAN.~DERíAS COOPEBATIV.'S 111

La Cooperativa «Mutua de Pam" de Vich, (pro·

vincia de Barcelona), m~.ha remitido lOB siguIentes

datos. .que agradezco y publico a continuación. Di

cen asi:

«En el año 1903 existían ~n 'esta ciudad cuatro

Cooperativas de consumo ¡{ero muy pequeñas, de

lllanera que la mAs graude clantaba sólo con 30 so

cios y todas puramente in lvidualistas. Para el con

sumo del pan se servían de dos patronos panaderos

que les daban una pequeña participación á cambio

de que todos los socios venían obligados el sábado

á pedir en la Coop'rativa á que pertenecían los car

tones (bonos) que eran necesarios para su consumo

y que iban f< buscar durante la semana á los patro

nos mencionados Cegó tanto la envidia de los de

más panaderos que no pararon hasta convencer á los

dos mencionados que dejasen de servir á las Coope·

rativas, creyendo así, qne todos ganarían en parro

quianos. Pero no fué así, inmediatamente de tener

tal aviso, se reunieron jas Juntas de Cooperativas y

acordaron fundar un horno de elaborar pan con el

titulo de «Panadería Mutua de Vich» que al cabo

de ocho días ya empezó á funcionar, siendo inaugu

rado en J.' de Agoáto de 1903.

Como que las cuatro Cooperat.ivas federadas

-solo por el cons mo de pan-llegaban tan sólo á

cien socios y teniendo en cuenta el poco espíritu



cooperatista de la ciudad, creyeron que la «Panade

ría Mutua. no tendría nunca vida propia y á. tal

efecto decidieron admitir socios solo de la Cooperati

va del pan con el nombre de socios proteet res con los

mismos derechos y deberes que los de lás Coopera

rativas La idea fué algo bien acogida por la clase

obrera de la localidad, ya que en tres eses ingresa

saron 80 socios en calidad de prote ores y desde

entonces paulatinamente haD ingresado socios pro·

tectores hasta llegar hoy dia á 242 y 120 de Coope

rativas' siendo el total de socios dEl la «Panadería

Mutua» de 362.

Al cabo de 17 meses ó sea en 3 de Diciembre

de 1904 se habia hecho un beneficio de 1886'50 pe

setas después de haber hecho el apr dizaje y tener

en cuenta lo muy CRras que se hallaban en aquella

época las harinas y que todavía paga ban derechos

de entradl\.

En el año 1905 se elaboraron 48.191 panes de

4 kibs, los que dieron un beneficio de 1.852'35

pesetas.Vino el 1906 y hasta el mes de Julio se vendió

el pan al mismo precio que el anterior ó sea á. 1'50

pesetas los 4 kilos, pero como que entonces las ha

rinas se pusieron muy baratas y no habia derechos

de entradas rebajamos el precio del pan á. 1'40 los

4 kilos ó sea 10 céntimos más barato y como que


PANA.nERÍAs COOPRRATIVAS 173

los panaderos siguieran vendiéndolo al mismo pre

cio que antes, el Sr. Alcalde les hizo algunas obser

vaciones y en vista de su actitud intransigente pi

dió si podía entrar en calidad de socio y entregarle

el pan que necesitase para hacerlo vender él á cuen

ta del Municipio al publico, al Jamo precio que no

sotros ó sea á 1'40 pesetas los 4 ~i1os. Así fué y en

dos meses vendió 10.875 panes 1e 4 kilos que unidos

a los que consumieron los soci eu aquel año as

cendió á 239.284 kilos de pa y un beneficio de

5.149'67 pesetas.

En 1907 se vendió el pan 1 mismo precio que

en el año anterior consumiénd se 62.773 panes de

4 kilos y un beneficio de 8.71624 pesetas solo so

cios.En 1908 debido á la grans hida de las barinas

aumentamos otra vez el pan a '50 pesetas y se con

wD1ieron 6~.662 de 4 kilos on un beneficio de

5 ~12'18 pesetas.

l!:n 1909 se consumieron 6 .232 panes de 4 ki

los con un beneficio de 4.112'89 esetas.

Teuemos que advertirle qu no contamos con

nada de fondo colectivo, única ente los muebles

que han sido amortizados de 10ll eneficios y los de

más repartidos.Nuestros esfuerzos son para h er algo colectivo

y lo primero que vamos hacer es el edificio, pero te-


I

1,

174 PANADERíAS COOPERATI S

nemos que hacerlo con alguna res rva dado el es

píritu individualista que reina en la localidad,

debido principalmente al poco abajo que hay y

todos esperan el reparto de ben flcios como oro en

paño.

La Junta esta constituid

cada Cooperativa y dos socio

gos son gratuitos á excepció del Secretario que co·

bra cuatro pesetas semanal ~ y se cambia cada cua·

trimestre que es cuando se pasa el balance, hay que

advertir que los trabajos de éste son por la noche

a1 concluir el jornal á q e se dedica.

Solo elaboramos pan de dos clases del llamado

moreno y de mediano de 2 y 4 kilos de peso, pero

mucho mejor y mas bueno que el que elaboran los

panaderos, como lo prueba que ahora lo venden

10 céntimos más barato, los 4 kilos, que nosotros y

en vez de elaborar menos casi vamos aumentando.

La Tarmconensa, es una Cooperativa de con

sumo fundada en 1905, con 110 socios y que grao

cias á su bueua administración prospera en tér·

minos que ya cuenta con Panadería cooperativa.

La produción media es de 800 arrobas al

mes. El pan se lleva á domicilio.

El precio y III calidau del producto re~pon-



den á las aspiracione de los asalari dos que seabastecen de esta C operativa.

En Torredemba ra se fundó un Cooperati-va de consumo l:l5 socios y n capital de38.000 pesetas.

Tiene esta ca perativa la f bricación depan, y los re a os son muy sa isfactorios.

OBRo JI I /I

En esta rovincia existe varias pBnaderlasCooperativa¡l!, de entre las cales nos han man

dado datos as que á conti acian copiamos:

~\....J..A-BnM3¡y".,IPanaderia C90perativa «LaReciUu~» • w

s.e..fu-ndó en 1903.

El esmer en la elaboracIón y el empleo deharinas de b ena calidad, lían conseguido para

los product s de esta eJ perativa la merecidaestimació de los consll'midores.

La venta diaria es de 300 kg.

No hacen el se vicio á domicilio y el p~ecio

casi siempre es el ue rige en el mercado.Sólo se vend pan á los socios.

Esta panade Ía cooperativa cuenta con 155

socios; pero se e pera que aumenten porque elpan nada deja ue desear.


I176 PANADERÍAS COOPERATIVAS

La Sociedad Cooperativa de Consumo .LaCasa del Pueblo» de Massauet de C, renys, nosremite la siguiente .carta:

.Sr. Riva s Moreno.

Muy Señor nuestro: Oportunam~te se recibió su

carla-circular. y respecto á los datos que nos pide, he

mos de manifestarle que en esla oblación no existe

más Cooperativa de consumo qUe .La Casa del Pue

blo., y su artículo principal es el pan elaborado en la

misma y por su cuenla, funcionando el horno, casi

puede decirse, con esta base exclusiva. Los resultados

son satisfactorios, y si no lo son más, dE'bese á la inu

sitada competencia y guerra sin cuartel que de tiemponos tienen declarada los cinco fabricantes particula

res de pan que hay en la población, los cuales no nosdejan un mOlDento tranquilos .•

La Cooperativa de consumo .La EconómicaPalafrugellense., nos remite igualmente la siguiente carta que copiamos literalmente:

.Sr. Rivas Moreno.

Muy Señor nuestro: Pasando á cumplimentar suencargo, cábenos manifestarle que en esta villa exi s

ten tres distintas Cooperativas de consumo con los

nombres .La Reformddora., .La Confianza. y .La

Económica Palafrugellense., contando de existencia

respectivamenta 13, 29 y 40 años poco más ó menos.


PANADERfAS COOPERATIVAS 117

Las tres. entre los ar,tículos de consumo que ex

penden, cuentan con I del ramo de Panadería, no

dando mal resultado, s bien se sufre el reflujo de las

fluctuaciones que tieutl precio de las harinas, puésno siempre se amolda el precio de venta del pan á la

exigencia del de la har a. Basta decir que actualmen

te, á pesar de los aHos recios de éste, vendemos en

las Cooperativas el pan ne primera clase á 37 céntimos

el kilogramo.

En est...s Coopera!i as solamente los socios pueden

adq uirit' los articulas q e en ellas se expenden.

Eu las tres j untas ~y unos ~.OOO asociados, si bienlos hay que pertenecen dos de ellas yalgunos á las

tres y que de una mism familia los hay que sou más

de uno que á ellas pe ecen.» f?""'

CO-aO ¡\1A }-~vJ-'"9'"

La Cooperativa Cívico Militar, que tan ad-mirables resultados ha obtenido eu todas susiniciativas, tuvo la buena idea de establecer lafabricación de pan, y en esta empresa como enlas demás, el éxito no ha podido ser más satisfactorio.

ORB

La Ca erativa Cívicdamente po caminos desa anunció q pensaba

-Militar, marchó rápiosperidad y la prentablecer panadería,


178 P¿NADERíAS COOPERATI,AS

notici~ respecto a lo sucedido

de esta

Los obreros de las minas de carbón de Belmez, tienen una panadería cooperativa desdehace alguno~ años y han conseguido economiaen el precio, a la vez que mejorar la calidaddel producto.

I

I

Los asalariados de 8lIia provincia han fundado buen número de Cooperativas de consumoen diferentes pueblo. <-

y¿;i0~""""- ~~En la capital, las ras católico-sociales, se

llevan con gran ac . idad y acierto, y entre lomucho bueno q estos últimos años han hechopor la clase ob ra, los que figuran en esa laudable empre merece mención especial, la fundación en 1 07 de una Panadería Cooperativa.

Esta i iciativa se llevó a la practica atendiendo l exigencias de la higiene y las razones de den económico, que tanto podrían in-


PANADERíAS COOPERAT1YS 179 /

tluir en el alivio de las desv turas que pes nsobre los asalariados.

El pan de esta Coope átiva tiene una elabo·

ración esmerada y el co sumo va en c nstante

aumento.

Las Cooperativ de consu mo deben fede

rarse para estable er la venta delrinas y pan.

maD~IO

La Panadería ooperativa que iene en periodode organización la asa drl Pueblo' reportará bene

ficios muy positivo á todas las cl ses sociales, por

que lo mismo en el precio q~ en la calidad delproducto obligará los interme arios á poner coto

á excesos y extrali itaciones co tra los que vienen

protestando los c nsumidores, sin que sus quejas

sean escuchadas i por los p nade¡·os, ni por las

autoridades.La Panaderí de los socialistas madrileños está

fuera de toda d da que alca$ará el mismo éxito

que la de Bruse s, y los pin .. es beneficios de di

cha empresa dar motivo pa que en otras pobla.

ciones importan s de la Pe ínsula se lleven á la

práctic¡¡ iniciativ s análogas.

jj;l Sr. Gar 'a Cortés e un cooperador entu

siasta y bien c pacitado d la misión que han de

cumplir nuestr s instituci nes y con el mismo


IHO PANADERÍAS COOPERATIVAS

acierto y fortuna que ahora dirige las cooperativas

de consumo de la Casa del Pueblo, llevará á felíz

término el proyecto de panaderla.

Los socialistas madrileños, que con un capital

modesto de 6.000 pesetas han dado ma a la em

presa de establecer las cooperativp.s e consumo en

condiciones de vida pr6spera, no h$ de encontrar

dificultades invencibles para Hev á la práctica

nuevas y provechosas iniciativas.

En Madrid, como en Brusel ,la: cooperación

dará á la Casa del Pueblo recurs s cuantiosos con

que poder aliviar la situación de a clase obrera y

dinero bastante para satisfaceda exigencias de las

campañas politicas.

La venta diaria de la Coopllrativa Madrileña

<'xcede de mil pesetas y en estas Jlmpresas las pros

peridades no se marcan en pI' oreión aritmética,

porque superan de ordinario los mayores opti

mismos.

Cuando visité la Casa del Rueblo no conocía al

Sr. Garc!a Cortés, y salí de aqu grandioso edificio

sin saber á quien era deudor de a enciones y defe

rencias que me obligaban á sincer agradecimientos.

Pocos días después asistí á urla conferencia púo

blica del Sr. Garcfa Cortés y ent nces se desvane

cieron mis dudas.

Un hombre joven, de gran cultura y de mu-



S Garda Cortés, puede

y á su partido servicios

haciendo una emi

reducido, con objeto

a los obrero. de me-

chos arrestos como es el

prestar á la Cooperaciónmuy señalados.

Me ofreció dicho "eñor na nota bien detalladade todo lo hecho respecto á ooperativas de Consu

mo en la CaSa del Pueblo y . e las bases sobre que

piensan fundar la Panaderí pero cuando estas lí

neas van á la imprenta, las uartillas del Sr. GarciaCortés no han llegado á mis manos.

Tanto más siento esta c ntrariedad, cuanto que

me priva de los elementos p ecisos para tratar de la

Casa del Pueblo con la exten ión que merece y queJO pensaba hacerlo.

Los socialistas madrile os reunirán el capitalpara la Panadería Cooperatisión de acciones de valor mu

de que puedan adquirirlas ha

nos recursos.

La amortización de las ac 'ones se subordinaráá las ganancias que realice la Pro adería

Soeiedad Coopeflatlva Gaditana de fabflí~

eaelón de pan

Se fundó en 1898, haciendo una emisión de

200 acciones de á 50 pesetas cada una, que después

se amplió con una segunda emisión de mil. Tuvo

que luchar con grandes complicaciones originadas



por los obreros que á peEar de estar bien considera

dos y retribuídos Ee declararon en huelga varias veces para tener que volv6r otra vez á las labores sin

alcanzar la finalidad que perseguían, y evidencian

do con esta conducta que no eEtaban dentro de lo

razonable las eXígencias que habían formulado.

El abastecimiento de harinas ha sido para esta

como para todas las Panaderías Cooperativas, moti·

va de serios disgustos por las razones que ya que

dan expuestas en diferentes pasajes de este trabajo.Habiendo vencido con suerte cuantos obstácu

los salieron al paso de la marcha próspera de la

Cooperativa, esta acordó asociar á la Panaderia una

fábrica de fideos, que como la de pan, tuvo éxito

completo.Los productos 'de esta Cooperativa fueron des

de el primer d'la muy bien acogidos por el público,

porque la primera materia era inmejorable, la ela

boración esmerada y el servicio se hacía con gran

celo y diligencia.

En la Memoria que tengo á la vista, la Junta

DirEctiva hace constar que los hechos la han confir·

mado en la opinión de que la Panadería es un ne

gocio de pingües resultados, como lo evidencia el

hecho de que habiendo tenido en el año á que se

contrae la Memoria cotizaciones muy altas las hari

nas Vsufrido la Panadería los quebrantos y perjui-



cios originados por tres huelgas, se ha podido des

tinar una suma de relativa importancia a fondo de

reserva y abonar el 6 por 100 a los accionistas.

Hace pocos meses tuvimos Id. satisfacción de

visitar esta Cooperativa, y el estado de sus depen

dencias y la superioridad de los productos elabora

dos, vimos con gusto habían sido un acicate po

deroso para llevar IÍ. la asociación laa simpatías y

ayuda de los consumidores gaditanos.

En esta Ciudad las familias se lamentaron

siempre de que el pan se ofrecía al consumo por al

gunos industriales, mal cocido y con peso tasado;

pero desde que existe la Cooperativa, t.. estas faltas

se les puso remedio muy radical y laa Panaderías

particulares han tomado el buen ejemplo y ahora

son muy contados los establecimientos dontle el pan

no se ofrece en las condiciones que recomienda la

higiene y la justicia.

Mucho nos extrañó que la Cooperativa de la

Compañía Trasatlántica no estuviera en inteligencia

con la Panadería Cooperativa para surtir a su clien

tela del pan que hoy facilitan los intermediarios

Un acuerdo entre las dos Sociedades reportaría

indudables beneficios a los consumidores y al fondo

social de las dos Cooperativas.

El proyecto de fabrica de harinas que tenía en

camino de realización la Cooperativa Gaditana, no



eabemos que se baya traducido en becbos y en ver

dad que es muy de sentir que un emIJeño tan lau

dable baya podido tropezar en la práctica con difi

cultades invencibles.

Recomendamos á los cooperadores gaditanos e.1

ejemplo que de antiguo vienen daDdo nuestros co

legas de Inglaterra, Italia y otros países.

l.Ia Panadeflia ~egaladofla de Rio~Tinto

Antes de visitar la provincia de Huelva, tenía

noticias de que en los centros mineros existían al

gunas cooperativas de consumo, organizada.i y diri·

gidas con gran acierto; pero en el poco tiempo que

llevo recorriendo esta región, be tenido ocasión de

estudiar iniciativas de carácter sociológico de tanta

originalidad. como valor.

La Municipalización de la carne en Moguer y

la gran Panadería Heguladora de Rio.Tiuto, son su·

cesas muy famosos que merecen los bonores de la

publicidad.Mucbo me congratularía de que al divulgar es

tas laudables enseñanzas la eficacia del buen ejem

plo fuera tan grande que por todas partes se encono

trarAn en plazo no lejano, testimonios de que 1"buena semilla babía dado frutos de redención.

Una visita á las minas dA Rio-Tinto, facilite

elementos de estudio para mucbos y muy intere-



santes trabajos; pero no es esta la oportunidad de

ocuparnos de la asombrosa explotación de aquellas

minas, consideradas por los técnicos como las pri

meras del mundo en su clase y hemos de consagrar

este articulo á dar cuenta de cómo Re abastece allide pan la clase obrera.

Hace algunos años tuve ocasión de intervenir

en las grandes contiendas que en las cantinas mi

neras se provocaron en diferentes puntos de la Pe

nínsula, y en el 95 'lo de los casos los obreros tenían

la razón de su parte, pués les obligaban á comprarcaro y malo.

Cuando en Rio-Tinto me invitaron á visitar losalmacenes de la Compañía, confitso ingénuamente

que la primera impresión fué de desagrado, porque

temí que se tratara de una nueva edición, corregida

y aumentada, de las famosas cantinas que tan triste

historia tienen en el pasado de la minería española

Pronto pude convencerme de que en Rio.Tinto

los Almacenes Reguladores son para el obrero una

fuerte defensa de sus intereses económicos.

Los articulos de mayor consnmo se venden alprecio de coste y en los demás sólo se recarga un

pequeño tanto por ciento con ohjeto de cubrir gastos.

Todos los artículos se compran en los principa

les centros de producción de España y el Extranje

ro en gran cantidad y pago al contado, y de ah!



que el obrero pueda disfrutar ventajas que en la'

vida ordinaria le son inaccesibles.

La Compañía de las minas de Rio·Tinto proce

de con buen acuerdo al obrar de esta suerte, pués

con una masa obrera bien alimentada puede conse

guir una labor de lucimiento y los braceros limita

rán tanto ó más sus exigencias cuanto menos cos

tosos sean los articulos destinados á la alimeDtación

y al vestido.

Los locales de los Almacenes Reguladores son

lI.mplios y bien ventilados y los productos de todas

clases que alll examinamos responden cumplida

mente á las conveniencias de los distintos medios

de fortuna de que pueden disponer los compradores.

La fábrica de pan está situada en local inde

pendiente. Cnando la vi por vez primera á hora

avanzada de la noche, expléndidamente iluminada

y con todos sns elementos de trabajo en acción, el

efecto era sorprendente.

La maquinaria corresponde á los progresos rea·

lizados en esta industria y á la gran cantidad de

pan que diariamente se produce.

Hay un motor eléctrico de 965 revoluciones

por minuto; dos amasadoras mecánicas, una sistema

Comeller y Heaton y otra Heaton Leytonstone, de

Londres; dos cilindros para afinar la masa, de la

casa Sturges y Folley, de Madrid; un ascensor con



cable para cólocar las harinas en el Depósito y cua·

tro hornos, que pueden elaborar diariamente 9.000kilógramos.

Una dirección acertada y un núcleo de obreros

de competencia bien acreditada hacen de esta pana

derla un verdadero modelo en 8U clase.

Las harinas que se emplean son escrupulosa

mente reconocidas y en la cocción del pan no hay

las máculas tan frecuentes en la industria privada.

En esta gran fábrica los consumidores no reci

ben agua por harina y por eso el pan tiene condi

ciones higiéilicas inmejorables.

La elaboración diaria es por regla general de

6.000 kg., pudiendo llegar hasta 9.000 si la deman

da lo exige.

El kilógramo de pan que en Madrid y en otros

grandes centros de población se vende á 0'45 Y al

gunas veces hasta 0'50 pesetas kilógramo, en Rio

Tintu oscila entre 0'35 y 0'37, según el precio de los

cereales.

La mejor demostración de que somos justos en

las apreciacione~ que dejamos expuestas, la ofrecen.

las Cooperativas de Rio·Tinto tomando el pan de la

fábrica Reguladora.

El márgen de beneficios que la Compañia ofre·

ce á nuestros compañeros es pequeño y esto la ex-



plican porque los precios del pan ya están en la fá·

brica reducidos á la cantidad minima.

Cuando se visita uno de estos centros de traba·

jo y se vé que patronos y obreros viven en la mayor

cordialidad de relaciones, el ánimo abre las puertas

á la esperanza y el porvenir parece ofrecernos días

de mayor ventura para los asalariados dA blusa ylevita.

Lla Paoadel'ia Coopel'ativa de Silos de

Calafias

Es notoria en la provincia de Huelva la forma·lidad y acierto conque la sociedad minera de Thar-

Bis administra y dirige todas sus explotaciones y

negocios.

No se escatiman 103 gastos precisos ,en esta em·

presa, pero en lo superfluo hilan tan delgado que es

Opinión general que ni por excepción se malgasta

una peseta.

Con estos antecedentes no me cabía la menor

duda de que la Cooperativa de Silos de Calañas

seria un modelo en su gestión administrativa.

Para hacer esta visita tuve que realizar un re

corrido de más de tres horas por el ramal de la

Compañia Tharsis, y en verdad que habla motivo

para felicitarse de este viaje, pués el paisaje es de

licioso y la linea férrea es sin disputa la que tiene


PA:-lADERÚS COOPERATIVAS 189

España en mejores condiciones el asiento del ma-terial fijo. .

El local de la Cooperativa resulta muy reducido.

Para dar instalación adecuada al gran bazarcooperativo que necesitan nuestros amigos de Silos

Calañas, se precisa un edificio de dobles proporciones q\le el que ahora utilizan.

Las familias de los obreros encuentran en lacooperativa los artículos de comer y vestir á precioseconómicos y de ciaoeo bien elegidas.

Hablemos de la Panadería que es lo que ahorainteresa á nuestra labor cooperatista.

La venta de harinas excede todos los años de44.000 reales.

Estas cooperativas de los centros mineros lle

van la contabilidad por reales, porq'ue así lo hacen

todas las compañías inglesas de la provincia deHuelva.

El pan es de harína de excelentes condicionesy la elaboración nada deja que desear.

Los precios son por regla general 0'10 más ba

jos que los normales en los grandes centros depoblación.

El siguiente estado da idea exacta de los pro

gresos que tiene realizados esta Panadería Cooperativa.


Años

PANAD~RíA.S COOPERATIVAS

~gt'amosde pan elabot'ado

Ma.sa blanda Masa dura TOTAL

19061907

. 19081909

44.435 'l.55.782 'l.

110.871149.307

394.933467.743490.682523.004

439.368 'l.523.52t ",601553 672.31 I

Gastos de elabora-Importe de la venta ción por 100 kilos de

Años harina empleadaREALES CTS. REALES CTS.

--- --- ----1906 674.040 10 12 911907 773.918 20 12 171908 962.484 80 12 291909 1.075.697 60 11 30

Empezaron nuestros compañeros su labor coo

peratista en 1891 con 232 socios, siendo el término

medio de las ventas diarias 1.311 reales y las utilidades anuales 7.416•.

. La última Memoria acusa en 1909 las siguien.

tes cifras: 1045 socios; término medio de las ventas

diarias 9.403 reales y utilidades del año 448 367

reales.Reciban nuestros· amigos el más sincero aplau

so por su afortunada gestión y cuenten siempre con

las simpatías y el modesto concurso de este viejo

cooperador.


CUARTA PARTE

CARNECERIAS COOPERATfVA~EN ESPAN"A


1

LAS COOPERATIVAS Y LOS GANADEROS

El artIculo que mayores dificultades ofrece para la venta en las Cooperativas de consumo, es lacarne.

En los meses de calor haV que expender el total de las reses sacrificadas el mismo día que se re

tiran del matadero, y como estas ventas son de ordinario algo inciertas, muchas Cooperativas no sedeciden á correr el riesgo de que la carne no vendi

da origine un perjuicio superior á los beneficios delas ventas.

Las dificultades y molestiiis del matadero son

otro factor que estimula á los cooperadores al retraimiento.

La mayor parte de nuestras Sociedades no pue·den, por ser reducido el número de cooperadores

con que cuentan, vender todos los días una ó varias

reses, y esto, que para muchos aparece como una di·

ficultad insuperable, no debiera tener valor alguno



si las Cooperativas de consumo supieran dar al espíritu federativo todo el valor que merece.

Las Cooperativas de consumo, persuadidas de

que los dos factores principales del problema de las

subsistencias son el pan y la carne, no deben dete

nerse ante dificultades que podrán ser insuperables

para los que desconocen la eficAcia del espíritu de

asociación; pero que nada representan cuando Jos

llamados il vencerlas son hombres que han cosechado

buen caudAl de experiencias, poniendo á prueba el

valor de los esfuerzos colectivos.

Concertados los intereses de los ganaderos con

los de las Cooperativas de consumo y formando es

tse fuertes federaciones, será empresa muy liviana

el dominar los obstáculos ya mencionados y algu

nos otros de que más adelante haré especial mención.

No· es obra de romanos el llevar á feliz término

estos empeños; la dificultad estriba, de ordinario, en

encontrar una Ó varias personas que, capacitadas de

la bondad del pensamiento, aporten para su realiza

ción la fuerza de voluntad y perseverancia que lascircunstancias ,Iemanden.

No hay entusiasmo ni decisión cuando los asun.

tos sólo se conocen muy superficialmente, por ésto,

desde hace bastantes años, todos mis esfuerzos están

orientados hácia la mayor cultura de la gran falange cooperatista.



Establecida una leal inreligencia entre coope

radores y ganaderos, el camino se ofrece libre de di

ficultades, por lo que hace relación con la cuestión

de recursos, pués el importe de las ventas diarias

pueden entregarse á los dueños del ganado, y las

Cooperativas no tienen que hacer anticipo de fondos,

operación, que en alg:mos casos, obligaría a nuestras

sociedades á tener que acudir al préstamo para pro

porcionarse dinero.

La manera de ser de las Cooperativas varia tan

to como las fisonomías de los individuos, y de ahí

que sea di"creto trazar líneas generales; pero reu

sando siempre el absurdo de querer amoldar todos

los organismos á un patrón único.

En este, como en todos los órdenes de la vida,

debe imperar el principio de libertad.

Dos Cooperativas de una misma poblaciól1, tie

nen que regirse por estatutos distintos, pués cada

barrio está influido por costumbres y especiales con

diciones de vida.

La solidaridad de intereses entre la clase gana

dera y los asalariados, es de una evidencia que no

requiere demostración, y en estos empeños que es

tudiamos, y en los cuales juegan papel principal

importantes intereses, que hacen relación con la sa·

lud pública y la vida económica del país, nadie pue

de ejercer una dirección más autorizada y útil, qus

la Asociación General de Ganaderos.


196 PANADl<RÍAS COOPE!<ATIVAS

Fuí siempre, y soy ahora, partidario convencido

de este organismo; pero entiendo que la evolución

de los tiempos obliga á romper los moldes antiguos

y á tomar orientaciones que estén conformes con el

cambio radical que en todas las manifestaciones del

trabajo se han operado en los últimos lustros.

Hace pocos días tuve oca5ión de leer los Esta

tutos porque se rige en la República Argentina, una

importante Cooperativa que han establecido los más

ricos esfancie1'Os de aquel país.

Mucho y bueno han realizado ya los ricos ha

cendados argentinos, y yo estimo que contando la

Asociación General de Ganader08 con hombres de

valer bien comprobado, con influencia oficial de no

toria eficacia) y, por último, con recursos en cantidad

mas que suficiente para llevar a la practica los

proyectos que más directamente se relacionan con

el fomento de la riqueza pecuaria, no sería tarea

muy ardua el ~oJocarse al lado ó delante de los e5

tancieros del Plata en los caminos que conducen al

desarrollo y fomento del importante ramo de la ri

queza nacional que estamos' estudiando.

Ya ~é que las innovaciones, cuando se inicían,

merecen, en la ma.yor parte de las ocasiones, la ta

cha de utópicas) pero la historia de todos los ade

lantos nos enseña, como lo que un día se consideró

delirio de una imaginación calenturienta, á la vUfllta


PAKADERÍAS COOPERATlYAS 191

de algunos años fllé estimado como un acierto deprovechosa reali·dad.

Los ganaderos de la Argentina fundaron la Coo

perativa para combatir, en primer término, la usura

}' exportar ganado al Extranjero.

Su unión ha hecho frente, y á vencido otras

muchas dificultadt:d qut: resultaban abrumadoras

para el esfuerzo individual.

Ya se que la Aaociación General de Ganaderos

tiene que moverse dentro del círculo que le marca

su vida oficial, pero no creo difícil llevar á la prác

tica la idea de acometer, con los mismos elementos

de que hoy dispont: dicha Asociación, empresas

completamente desligadas de la influencia oficial.

La creación de un establecimiento de créditos

que libre á los ganaderos de la tiranía de la usura;

el establecimiento de agencias en los principales

mercados de la Península para la venta del ganado

que los socios remitan; la fundación de una oficina

informadora que, con las estadísticas lo más exactas

posibles, de cuanto atañe al comercio de carnes}'

lanas, pueda contestar con acierto cuantas consultas

la dirijan los ganaderos, lo mismo en lo que hace

referencia al mercltdo interior, que á Jos extranjeros,

y. por último. á la Asociación de Ganaderos que de

tanta y tan merecida confianza goza, no seria em

presa muy árdua el establecer para toda la Penín

sula el seguro de los ganados.



Yo deseo que la casa de la calle de las Huertas,

número 30, se convierta en un centro de gran acti

vidad' con personal numeroso, útil y bien retribuido,

y dependencias bastantes para que la iniciativa pri

vada encuentre consejo acertado y ayuda eficaz. Me

ritoria es la labor que hoy se realiza en las oficinas

de la Asociación General de Ganaderos, y justas

son las alabanzas que al Secretario, y personal &. sus

órdenes, prodigan los ganaderos; pero repito, que las

circlAnstancias exigen campo mucho máR amplio

donde desarrollar iniciativas de utilidad indiscu

tible.

En la lucha con los intermediarios, la Asocia

ción de Ganaderos es la q.ue debe colocarse á la ca

beza de cuantos combatan contra las codicias des

medidas de gentes que sólo orientan su conducta

hácia el medro personal, sin que el interés público

y el derecho de los demás les importe un ardite.

Nos parece una verdadera inocentada el ame

nazar á los tablajeros de Madrid con la aplicación

de los articulas 557 y 558 dél Código Penal, si ele

van el precio de la carne de una manera despropor.

cionada; más práctico y decisivo seria que frente á

los 6-10 carniceros que hoy imponen la ley en el

mercado de Madrid á ganaderos y consumidores;se

presentara una fuerte Asociación con elementos de

defensa tan poderosos, qne nada ni nadie pudiera

impedir el imperio de la justicia, tan maltrecha hoy


P.'NADERÍAS COOPERATIVAS 199

día en lo que hace relación con el comercio de

carnes.

Una gran carneceria cooperatíva tendría en Ma

drid matadero propio y grandes depósitos con CR

maras frigoríficas, donde laa carnes sobrantes pudie·

ran conservars~ en buénas condiciones, aun en los

días mRs cálidod Jel verano.

Las estadi~ticas de los vegetarianos ofrecen en

España mayores contingentes que en ningún otro

país de Europa; pero hay que advertir, que aquí, la

casi totalidad de los que no comen carne, obran de

esta suerte porque no ti.men dinero para comprarla.

Las estadísticas de mortalidad, son la'demo.tra·

ción más triste y palmaria de lo pobremente que en

la Península se atiende al problema .'le las subsis

tencias.

En las naciones más cultas de Europa, la mor

talidad varia entre el 17 y 19 por 1000, y en España

son muchas las poblaciones que doblan esa cifra.

Las Ligas de compradores, que por vez primera

se organizaron hace algunos años en los Estados

Unidos, y que ya tienen en Europa numerosos pro

sélitos, serían en Madrid un fuerte valladar para

contener la ola avasalladora de impuras ambiciones

que tantos daños causan al vecindario de la Corte.

Mi consejo a los cooperadores de toda España,

será el de que se pongan de acuerdo con la Asocia

ción General de Ganaderos ó sus representantes, á



fin de prestarles el más decidido concurso para lle

gar á una inteligencia, y establecer las carneceriasCooperativas.


II¿PUEDE MUNICIPALIZARSE

LA VENTA DE LA CARNE?

A la pregunta que sirve de epigrafe a estas lineas, yo contesto sin la menor vacilación, afirmati

vamente.

Tanto más fácil es en España el municipalizar

la venta de carnes, cuanto que los mataderos y los

terrenos de pastos que pudieran necesitar los gana

dos que hayan de sacrificarse pertenecen á la Ha

cienda Municipal.

Las cooperativas podrán luchar en algunos ca

sos con las trabas de los mataderos y con la dificul·

tad de proporcionarse pastos en cantidad y sitio

adecuados para los ganados que constituyan una

especie de fondo de reserva; pero los Ayuntamien

tos, libres de dichos inconvenientes, tienen una eco

nomia de tiempo y dinero, muy digna de tomarse

en cuenta.Creo que al municipalizar la venta de carnes,


202 PANADllRÍAS COOPERATIVAS

los pueblos y las Asociaciones provinciales ó locales

de ganaderos, pueden establecer bases de inteligen

cia en la misma forma que he propuesto para el

establecimiento de las carnecerfas cooperativas.

Tengo que repetir aquí el mismo razonamiento

que ya hice al hablar de la forma en que las coope

rativas podían vender la carne sin necesidad de

aumentar el capital social.

Los Ayuntamientos, al querer municipalizar la

venta de carnes, tendrían que llev!'r al presuesto

una suma de relativa importancia para hacer frente

á la compra de ganados y á otros servicios, y esta

iniciativa en el 95 O{ • de los casos resultaría irreali·

zable, porque no sería facil demostrar á los vecinos

que los fondos que anticipaban habían de ser en

plazo br.eve reproductivos.

Facilitando los ganaderos las reses que precisen

las tablajerías municipales, el á.yuntamiento nó

tiene que modificar su presupuesto de gastos, y en

cambio, á fin de ejercicio, .as utilidades de la empre

sa que nos ocupa, serán una nueva partida en el

presupuesto de ingresos.

Para conjurar todo riesgo en el pago de las re

ses que se lleven al matadero, hay un procedimien

to de resultados bien evidentes, y es, que los gana

deros designen una intervención para la recaudación

diaria, retirando el imrorte del ganado que se vayavendiendo.


PANADERi.~S COOPERATIVAS 203

Ya se el influjo pernicioso que lleva á todas es

tas empresas el caciquismo local, y por esto no me

forjo ilusiones respecto á la buena acogida que pue·

dan tener mis ideas y al resultado con que se lleven

á la práctica; pero la evolución irá modificando

nuestras costumbres y el tiempo hará posible, en

plazo más ó menos lejano, lo que hoy miramos co

mo una verdadera utopia.


III

MATADEROS CLANDESTINOS

Para los asalariados el problema de las subsis

tencias tiene aspectos muy diferentes, todos ellos degrs vedad bien notoria.

Comprando al detall, con la agravante del fiado,

los precios se encarecen extraordinariamente, por

que los artículos hasta llegar á manos del consum i

dor, han pasado por diferentes intermediarios que

han recargado el valor de la mercancía con arreglo

á los estímulos de sus codicias. ILos préstamos de algunos tenderos llevan apa-

rejado un rédito ruinoso que los asalariados no p~e. <

den rechazar por la penuria en que viven.

Tienen estos que pasar en .ilencio los reparos

que debieran poner á la calidad del producto, al

peso ó á la medida, pués el intermediario ejerce en

estas tristes circunstancias una dictadura de que

sólo se le puede despojar mejorando la situacióneconómÍca de sus víctimas.



Yaeaben los teDderos que hacen ventas al fiado,

que el infeliz obreIO careciendo de medios de de

fensa, tiene que capitular ante las exigencias que le

imponga, aparentando en no pocos casos, que reci

be como· favor muy preciado la más infame de las

expoliaciones.

El segundo aspecto que presenta la compra de

productos alimenticio., es el de las adulteraciones y

fa!.ificaciones.

Los Laboratorios Municipales, comprueban to

dos los dias, verdaderos horrores, pero como el Có

digo Penal no se aplica con el debido rigor á los

negociantes de mala fé, que se enriquecen compro

metiendo la sal ud de la clientela, los abusos y deli

tos aumentan de día en día al calor de la impu

nidad.

El pan, el aceite y el vino, son objeto de infa

mes manipulaciones, pero donde la despreoctipa

ción de ciertos intermediarios llega á un grado in

concebible, es en la preparación de los embutidos.

Esta industria permite utilizar la carne de toda

clase de animales aun cuando la muerte fuese ori

ginada por alguna grave enfermedad contagiosa.

Las conservas de carne preparadas en Chicago se

demostró en diferentes ocasiones que eran en grave

peligro para la salud de los consumidores.

La frecuencia con que se descubren mataderos

clandestinos, es una demostración bien palmaria de


206 PANADERíA.S COOPERATIVAS

que hay gentes que no reparan en llevar el luto á

cientos de familias si en tan criminal empresa· encuentran lucros que satisfagan sus innobles apetitos.

Los fabricantes de embutidos con tienda abier

ta y clientela conocida podrán excederAe en el pre

cio, pero proceden de buena fé en la preparación de

los productos. A. ellos dañan en primer término la

preparación clandestina de embutidos.

En cuanto á lá venta de carnes, mucho y malo

pudiera también decirse, especialmente con relación

á las grandes capitalea, donde hay gentes que SO

pretexto de haber burlado el pago de cierto~ impues

tos, las ofrecen de una manera clandestina á precios

más bajos que los tablajeros.

Las CarnecerÍas Cooperativas ponen á este cú

mulo de abusos, un dique infranqueahle, vendiendo

á precios muy económicos, practicando un recono

cimiento municioso de las reses que destinan al ma·

tadero, y cuidando en éste de que se cumplan con

todo escrúpulo la!' exigencias de la higiene.

Como las carnes y los embutidos de estas ins

tituciones han de consumirlos los mismos que los

preparan y el engaño no les reportarla provecho de

ninguna clase, el consumidor tiene la garantia de

que ni en el precio ni en la calidad sorprenden las

Cooperativas su buena fé.

En el Extranjero son muchas las Carnecerías

Cooperativas, que por la bondad de sus productos y



economía de los precios han hecho imposible la exis

tencia de los mataderos clandestinos, obligando á la

vez á los especuladores de huena fé á presentar en

sus carnecerías, productos sin tacha y á vender con

cotizaciones muy inferiores á las que tuvieron antes

de establecerse la '::::ooperativa.

Citaremos en confirmación de cuanto dejamos

dicho, dos ejemplos, uno de ellos en Inglaterra yotro en Italia.

La Industrial Society de Leeds, dispone de un

matadero que sacrifica todos los años 2.500 bueyes,

500 vacas, 6.000 corderos y 1.000 cerdos.

Esta Cooperativa sostiene 32 carnecerías, sien

do este sólo un ramo de los muchos é importantes

que comprende su vasto negocio.

Las compras las hace siempre en grande escala

y pago al contado, pudiendo por esta causa disfru

tar descuentos de importancia y elegir los productos

donde se los ofrezcan m9jores y más haratos.

En el matadero, lo mismo que en las carnece·

rías, hay un personal muy idóneo que sabe armoni

zar perfectamente las conveniencias de la sociedad

y la de los compradores.

En el Reino Unido, son del dominio público

los buenos servicios que á los asalariados viene

prestllDdo la Cooperativa de Leeds.

La Unión Cooperativa de Milán, tiene en Foro

Bonaparte, un matadero de cerdos que puede re-



comendarse como verdadero modelo en su clase.

Antes de sacrificar el ganado, un profesor vete

rinario de competencia bien acreditada, hace un es

crupuloso reconocimiento, y si alguno de los ani

males presenta el mas ligero indicio de enfermedad,

se retira y es llavado á un departamento especial

hasta que se pone bien ó se inutiliza si la enferme

dad sigue un proceso que no permite destinar la

carne al consumo.

La Unión Cooperativa ha contribuído al abara

tamiento de la carne de cerdo y el problema de las

subsistencias en Milán, debe a las iniciativas coope

ratistas beneficios incalculables.

Si hubiéramos de ocuparnos de los 30 matade

ros cooperativos que existen en Dinamarca y que

sacrifican ganado por valor de muchos millones de

pesetas, y hacen una exportación a Londres de miles

de toneladas; sería nuestro trabajo tarea inacabable.

No debo preoindir en este estudio de hacer una

mención, siquiera sea muy ligel'l\, de lo sucedido en

Dinamarca en 1887 con motivo de haber Bido inva

dido el ganado de cerda por una enfermedad conta·.

giosa que ocasionó pérdidas incalculables.

Las Cooperativas cuidaron por deberes de hu

manida d y por prestigio de aquelIas carnecerías, de

que no se diese al consumo público, ni una so~a de

las reses que morían á consecuencia de la enferme·dad aludida.


~---------------------

P.~'-'DERíAS COOPERATIVAS 209

Los ganaderos daneses, hicieron frente con áni

mo varonil á tan gran desastre, utilizando el crédito

con objeto de no escatimar gastos en la defensa de la

riqueza pecuaria.El establecimiento de factorías en puntos ade

cuados, dió resultados muy satisfactorios, tanto, que

no sólo se logró atajar el mal, sino que además se

vió la exportación favorecida con un aumento de

relativa importancia.Con estos éxitos sólo pueden contar los países

donde el espíritu de asociación se presenta tan vigo

roso como en Dinamarca.Con lo dicho hay bastante para evidenciar que

la cooperación ofrece á todas las clases sociales, me·

dios adecuados para proporcionarse alimentos sanos

y económicos, evitando que la salud pública se

comprometa con el empleo de reprobados procedi

mientos.


IVOpiniones respetables referentes

al comercio de carnes

La riqueza de un país depende de sus medios

de producción, estos se subordinan alas energías de

la maquina humana y esta dispondra de gran vigor

con alimentación adecuada; pero si hay déficit en

los elementos de nutrición, las energías individua

les quedaran desmedradas y el trabajo sera insufi

ciente.A las causas que motivan la carestía de la car

ne y que están anotadas en otros trabajos, hay que

~gregar el hecho citado oportunamente por el ~eñor

Garcia Alix, de que los intermediarios son en mu

cho mayor número del que requiere el ejercicio re·

guiar de esta industria en núcleos de población co

mo el que ofrecen las principales ciudades de la

Peninsula.Se suple la falta de venta haciendo que los pre-



cios de la carne rebasen IDs límites marcad03 por laequidad y la justicia.

Que nuestras palabras no las inspira el apasio·

namiento de escuela, se demuestra consultando Dpi

niones de hombres de estudio que militan en la Po·

lítica bajo banderas muy opuestas.

Los Sres. Moret y. García Alix, nos ofrecen para

este trabajo noticias y juicios de gran interés ydprecio.

Hablando el Sr. Moret en la Cámara de Co

mercio de Jiadrid sobre el «Problema de las subsis

tencias»' se expresaba en los siguientes términos:

«Lo que en París 11aman carne de buey, afirma

ba y nosotros decimos de vaca, varía ségún la clase;

p&ro fijándonos en la que .consume la clase media

mas cercana á la obrera, clase compuesta de em

pleados, dependientes de comercio, p&nsionistas y

militares de baja graduación, cuesta el kilógramo

de 0'70 a I 'liO, las demas clases, el carnero desde

0'80 francos hasta 2'30 y 3'40 por ser mas apreciado

que la carne de vaca; la ternera de 0'90 a 1'66; el

cerdo de 0'80 á 1'70 francos y el jamón de 1 francoa 1'36 el kilógramo.

El consumidor madrileño resulta perjudicado

en un 37 0/•. »En el Informe que sobre el Problema de las sub

sistencias publicó el Sr. García Alix, siendo Ministre


212 PANADl<RíAS COOPEkATIVAS

de Hacienda, se dice con relación á la carestía de lacarne lo que sigue:

«No be de terminar este informe sin presentar

á la consideración del Consejo de Ministros antece

dentes y datos estadísticos que demuestran la ur

gente necesidad de adoptar medidas de carácter in

terior y de índole municipal, y que ponen de mani·

fiesta la influencia que los intermediarios ejercen

en la carestía de los artículos de primera necesidad.

Aceptando para la comprobación de esta tesis Jos

bechos ocurridos en el mercado de esta Corte res

pecto de los artículos más necesarios para el consu

mo, se ve claramente que el intermediario por sí

sólo encarece la vida en términos verdaderamente

abusivos. En el mes de Diciembre del año 1903, se·

gún datos que tengo á la vista, se vendieron los

bueyes cebados en el Matadero de esta Corte á razón

de 1 pesetas el kiJógramo, á 1'54 las vacas gordas

y á 1'47 el ganado de León, todo al peso en canal.

Este término, en canal, significa que el ganadero re

gala á la compañía de abastecedores ó á la entidad

Matadero, las pieles, la cabeza, los intestinos, los hí·

gados y todo lo demás de dentro del canal, que en

junto importan 21 pesetas por res y el derecho de

con.sumo; según afirma la Sociedad de Ganaderos.

Si las reses.están muy gordas se descuenta un tanto

por ciento por sebo y si no lo están se hacen análo-


/- PANADERÍAS COOPERATIVAS 213

gas descuentos por razón de huesos: luego la carne

que se paga al ganadero es la que como tal puede

venderse en las expendedurias, y por lo tanto, las

partes de las reses que a los ganaderos no se abo

nan, constituyen por si sólo uua respetable partida

que debería ser bastan.te para el pago de todos Jos

servicios y para casi todas las g,mancias de interme

diarios y expendedores; pero los datos que he podi

do adquirir indican que aun se grava la marcancia

con un importante sobreprecio desde el Matadero a

la plaza. En efecto, los precios de que se ha he0ho

mérito fueron: en el Matadero á 1'54 Y 1'47 el kilo

gramo en las clases de carne mas usuales, y en las

expendedurías se vendían en el mes de Diciembre

dichas clases a 2'SO, 2'40 .Y 1'so pesetas el kilógramo,

y únicamente la carne de falda, que es la mas mala

y la que menos influye en el peso total de la res, á

1'40 pesetas igual unidad.

Si desde el Matadero á la plaza se encarece des

de media it mas de una peseta el kilógramo de al

guna de las clases de carne, facil es deducir la

enorme diferencia que en total había entre lo que

por unidad perciben los que crían las reses y lo que

pagan los que consumen las carnes.

Queda, pues, sentado que la carestía de la car

ne de vaca depende muy principalmente de los nu

merosos intermediarios del trafico y de los defec-



tuosos sistemas de abastecimiento de las grandes

poblaciones, pues es seguro que lo razonado respec

to á Madrid es aplicable !I la mayor parte de las

grandes poblaciones de España».

El sabio maestro Mr. Gide, calcula que en

Francia se consume una tercera parte menos de

carne que en Inglatera.

¿,En que proporción está España con relación !I

Francia?

Los asalariados de levita y blusa de la Penin

sula no se verán libres de las expoliaciones de los

tablejeros, hasta que las Carnecerias Cooperativas

se cuenten por cientos; y en cada comarca existe

una fuerte federación de Cooperativas de consumo.

En los grandes desastres nacionales, Francia

nos esta ofreciendo ejemplos muy elocuentes de co

mo se conducen los intermediarios y las Coopera

tivas.La inundación de Paris, que tantos duelos y

desdichas llevó á la capital de la vecina República,

trató de explotarse por los panaderos y carniceros,

recargando los precios de dichos articulos de una

manera exorbitante.

La conducta de los intermediarios no tenia más

norte que un egoismo repugnante. Las Cooperativas

contrarrestaron en lo posible el encarecimiento de

las subsistencias, y del fondo de reserva destinaron


-----~-~-~~---~---~---

PANADERÍAIl COOPERATIVAS 215

sumas de relativa importancia al socorro de las familias perjudicadas por las aguas.

Los cooperadores informaron su cond ucta en el

más noble altruismo.


vLAS CARNECERíA8 COOPERATIVAS

EN MADRID

Grave, muy grave es la situación que algunos

tablajeros de Madrid, asociados a los especuladores'

que vienen explotando la compra de ganado con

destino al Matadero, pretenden crear al vecindario

de la Corte.

En el problema de las subsistencias figura la

carne como uno de los factores primeros, y au encll,

recimiento representa en la alimentación de los asa

lariados un paso de gigante hacia la anemia, la tisis

y la agravación de aquellas otras dolencia~ que tie

nen su orígen en la falta de elementos nutritivos,

indispensables para que la maquina humana fun

cione con absoluta normalidad.

A las codicias desmedidas de los intermedia

rios pudo y debió poner un dique infranqueable la

Asociación general de Ganaderos, formando una



Cooperativa qUtl, siguiendo el ejemplo de la de Cór

doba, ofreciera á los consumidores carnes inmejora.

bies á cotizaciones mucho más bajas que las esta

blecidas ordinariamente por los tablajeros.

La riqueza pecuaria es la que está llamada á

reportar mayores provechos de la práctica de lasideas cooperativas, y la terrible crisis porque hoy

atraviesa este ramo de la producción nacional no

tiene otros remedios de notoria eficacia que los que

ofrecen nuestras instituciones.

El seguro de los ganados son muy contada~ las

provincias donde existe con arreglo á los patrones

que ofrecen los paises de Europa que más cuidado

y diligencia ponen en la defensa y desarrollo de la

riqueza pecuaria.

Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Suiza,

Bélgica, Holanda, Dinamarca y otras muchas nacio

nes han cons.,guido, gracias á la cooperación, que

ciertas industrias rurales tengan una prosperidad

que en España estamos muy lejos de conseguir,

porque el espíritu de asociación se encuentra en todas las clases sociales muy adormecido.

Las lecherías y queserías cooperativas, son en

las naciones aludidas, ricas fuentes de ingresos para

la población rural.Ya sé que la Asociación general de Ganaderos

ha querido llevar á la práctica muy felices iniciati-



vas, con objeto de poner coto á los abusos escanda

losos de que son víctimas los que traen á Madrid

ganado para la venta; pero, no babiendo desapare

cido los males que se querían remediar, el interés

privado y las conveniencias públicas demandaban

de consuno que la Asociación general de Ganaderos

perseverara en sus buenos propósitos hasta darles

cima, orillando toda clase de obstáculos.

Es inícno y vergonzoso que la carne en vivo se

venda á precios ruinosos las más de las veces, para

los criadores, y que en cambio el consumo tenga

qne pasar por cotizaciones tan altas que resulta ar

tículo de lujo la carne para el 60 por 100 de los asalariados.

Los ganaderos de Córdoba formaron una Coo

perativa y las expendedurías que abrieron por su

cuenta dieron en tierra con odiosos monopolios que

habían hecho poco menos que insoluble el graveproblema de las subsistencias.

El público compraba buena carne á precio eco

nómico y los ganaderos conseguían, por las reses

que sacrificaban, un aumento del 20 al 30 por 100

con relación á las cotizaciones que antes imponíanlos acaparadores.

La Asociación general de Ganaderos, con los

poderosos elementos de que dispone, podía dar en

tierra en plazo breve con todas las malal! artes de



los que en Madrid tiranizan y explotan a los gana

deros y al vecindario.

Si se presentan dificultades de mncha monta

para formar una gran Cooperativa no es de creer

que resulte empresa tan ardua la de sostener algu

nas carnecerías reguladoras.

Esta iniciativa contaría siempre con el eficaz

conCUIllO del Alcalde de Madrid.

Respecto á la actitud en que pudiera colocarse

la Corporación Municipal, no queremos aventurar

juicios que seguramente se tacharian de extrema

damente pesimistas.

Hay otro camino, ni largo, ni dificil, para lle

gar a la meta de nuestros deseos.

Existen en Madrid dos cooperativas de consu

mo: la de la Prensa y la de la Casa del Pueblo que

pueden ayudar á la Asociación de Ganaderos en la

labor patriótica y humanitaria de facilitar al vecin

dario de Madrid carnes sanas y baratas.

¿Cómo se lleva á la práctica este proyecto?

Fácil me sería hacer un extracto de los Regla

mentos por que se rigen las principales Carnecerías

Cooperativas deI.Extranjero, pero entiendo que pa·

ra estas empresas no puede darse un patrón fijo,

porque en cada punto hay exigencias de carácter

local que imponen modificaciones de notoria con

veniencia.



Las bases que hahrán de regular las relaciones

entre las Cooperativas de consumo y los ganaderos,

las redactarían pronto y con gran acierto el Presi

dente de la Asociación de la Prensa Sr. Moya, el

Sr. Garcfa Cortés, Presidente de la Cooperativa de

la Casa del Pueblo y el Marqués de la Frontera, Se·

cretario de la Asociación general de Ganaderos.

La cooperación tiene la virtud de que no sólo

beneficia á los que directamente le pagan el tributo

de su entusiasta concurso, sino que llega con su ac

ción bienhechora hasta el hogar de aquellos que la

desconocen ó la denigran.

Establecidas las CarnecerÍas Cooperativas en la

Corte, los intermediarios que ahora tienen tan an

chos y francos los cauces de sus codicias, se verían

en la precisión de acomodar la conducta para con

.el público á las orientaciones que les trazasen las

Tablajerías Reguladoras.El estado sanitario de Madrid, que ofrece esta ~

dísticas desconsoladoras, irá modificándose favora

blemente á medida que el problema de las subsis

tencias vaya soluciomi.ndose por las Cooperativas de

consumo.


VILA MUNICIPALIZACION DE LA CARNE

EN ESPAÑA

Con datos irrecusables podemos demostrar que

en España se han tomado iniciativas de carácter

sociológico con mucha anterioridad á los demás paí

ses de Europa, que aparecen á la cabeza del progre

so moderno.

La participación en los beneficios que hoy se con

sidera en todos los pueblos cultos como un bello

ideal de la clase obrera, fué entre los agricultores y

ganaderos de la Mancha de práctica general, de

biéndose á esto la solidaridad de intereses y cordia

lidad de relaciones que siempre existieron entre los

propietarios y el personal á su servicio.

Cuando en toda Europa se hace una activa

campaña de propaganda en favor de la participación

de los beneficios, los agricultores y ganaderos Man

chegos abandonan el campo que antes que nadie



habían conquistado en la 1ucha por las ideas pro

gresivas.

Hace seis años después de pasar algunas horas

en las ruinas romanas de Sagunto, visité el centro

de la poblaci6n y en una las pl'azas vi el anuncio

de una Caja de Ahorro, que de las informaciones

que después pude recoger resultó que era una OajaRuml, establecida en fecha muy remota por un sa

cerdote de gran cultura y de una fuerza de volun

tad capaz de vencer todas las reeistencias .que le pre

sent·aron la ignorancia y la apatia de sus feligreses.

En Sagunto se anticiparon á los esfuerzos rea

lizados en Alemania é Italia para combatir la usura;

pero el modesto sacerdote valenciano quedó obscu

recido porque sus laudables iniciativas no tuvieron

más radio de acción que el término municipal de

Sagunto.

Las operaciones de la Caja Rural de esta histó

rica ciudad se diferenciaban poco Ó nada de las

fundadas en Alemania por Raiffeisen.

La carestia de las subsistencias tiene ahora en

gran alarma á todas las clases sociales, y como los

articulos más precisos para una alimentación sana

y suficiente son la carne y el pan, todos los sociólo

gos estudian la forma más práctica de que los con

8umidores pobres y ricos puedan proporcionarse

dichos productos con el menor coste posible.



De día en día aumenta sus prosélitos el aposto

lado en favor de la municipalización de los servi

cios, y esta empresa que tan fácil y provechosa re

sulta cuando se trata del alumhrado, el agua y el

teléfono, ofrece dificultades que muchos estiman

invencibles para municipalizar la carne y el pan.

También en esto España puede ofrecer enst

ñanzas del mayor aprecio.La carne estuvo municipalizada en Huelva,

Moguer y otros pueblos de esta comarca hasta hace

muy pocos años, que surgieron rozamientoR entre

Jos ganaderos y las Corporaciones municipales.

El altruismo con que se procedía por el Ayun

tamiento de Moguer, bien merece que se divulgue

como un ejemplo recomendable.

Las reses destinadas al matadero municipal se

adquirían I;0r subasta Ó concurso, y los precios de

la carne en la tablajería municipal durante los me

ses de verano, cubrían gastos y dejaban un marge n

muy pequeño de beneficios, que servía para formar

un fondo de reserva que en invierno permitía ven

der la carne con cotizaciones más bajas que las pre

cisas para cubrir gastos. De suerte que en los días

tristes del invierno cuando por falta de trabajo los

braceros disponían de recursos muy mermados, el

Ayuntamiento les vendia la carne con· pérdida y el dé

ficit que este rasgo de altruismo originaba, se enju-


224 PA~ADERÍAS COOPERATIVAS

gaba con las economías realizadas en los meses más

prósperos del año.

No hay en Europa otro caso parecido de municipalización de la carne.

Con iniciativas de esta clase, los asala>"Íados de

levita y blusa tienen resuelto el problema de las sub

sistencias.

Las Cooperativas y los Ayuntamientos pueden

y deben establecer una leal inteligencia con los ga

naderos, que reportará á todos muy positivos bene

ficios.El consumidor tendrá carnes buenas á precios

económicos y los ganaderos venderán con mayor

estimación cuando se vean libres de la tiranía de

los intermediarios.


APÉNDICE


1

CONGRESO COOPERATISTAy MUTUALISTA

Para los Sres. Azcáratey l\olarqués del Turia.

La Cooperación ha tenido en España estos últimos años un desarrollo extraordinario, pero los oro

ganismos cooperatistas viven sin unidad de penaa

miento y de acción, y ésto hace menos fecunda su

labor.En Alemania, Italia, Suiza, Bélgica y otros paí

ses, los progresos de la acción cooperativa han sidomás rápidos y provechosos que en España, porque

se organizaron fuertes federaciones con las cooperativas similares y el esfuerzo aunado venció rápida

mente todas las resistencias.Hace mucho tiempo que se viene abogando

por la celebración de un Congreso donde tengan

representación todas las Cooperativas de la Penín-


22"l P..,.¡ADERÍAS COOPERATIVAS

sula, lo mi~mo católicas que socialistas, de conS'tl

mo que de producción.

Hasta ahora no hemos pasado de los buenos

propósitos, porque no hay quien tenga dentro del

vasto campo de la cooperación, autoridad bastante

para dirigirse á nuestros organismos marcandoles

reglas de conducta.

Pudo hacerse algo de gran utilidad en Zarago

za, pero se procedió sin la necesaria preparación ysi bien aquel acto fué muy laudable, no puede con

cedérsele mayor alcance que el de una modesta

reunión de prestigiosos cooperatistas.

Si en Valencia se congregan los cooperadores

de todas las regiones de la Península, con cifras

irrecusables demostraremos que su número es muy

superior al que calculan las personas que no están

informadas del rápido progreso de las ideas coope

ratistas en España.

La Exposición Regional de Valencia que ha si·

do un éxito ~andioso de la industria de aquellas

provincias, pasa ahora á ser Exposición Nacional, y

al inaugurarse ésta sería de gran beneficio para to

das las actividades del pais, que se celebrara en la

ciudad del Turia el Congreso Nacional de la Coope

ración.

El Presidente de la Exposición y el Sr. Azcá

rate que lo es de El Instituto de Reformas Sociales,


PAN ADERÍAS COOPERATIVAS 229

serían los encargados de llevar á la práctica esta

iniciativa.

El Cuestionario y las Ponencias pueden acor

darse oyendo la opinión de las cooperativa<l de to

das las provincias, labor que puede ejecutaroe con

relativa rapidez, porque se trata de oir á personas

que estudian y practican aquello mismo sobre que

babrán de informar.

Para redactar el Cuestionario y las Ponencias,

habrá que inspirarse en un espíritu de amplia tole

rancia, esquivando aquell~s cuestiones que no son

esenciales á la Cooperación, y que, á pelar de esto

marcan la línea divisora entre las dos agrupaciones

cooperatistas que cuentan con mayor número de

prosélitos: la católica y la socialista.

Hay problemas de capital interés que importan

por igual á todas las tendencias de la Cooperación,

y á esa fuente hemos de acudir con objeto de llevar

al estudio de la Asamblea Cooperatista un cuestio

nario que se discuta con gran elevación de mira, y

que en vez de distanciar á los congresistas sirva pa

ra establecer lazos de concordia entre todos ellos.

El Congreso no sería plataforma desde la cual

se llevara á los ánimos ideas de enemistad y discor

dia, pnes quien tal intentara merecería ser expulsa

do por traidor y mal patriota.

Los Sres. Marqués del Tuna y Azcárate, pue-



den estar persuadidos de que todos los cooperado

res españoles abogamos con igual entusiasmo por la

celebración del Congreso; lo que no se puede garan

tizar es si Apesar de estos entusiasmos no fal tacA el

concurso real y efectivo de algunos organismos.

La actividad y la perseverancia no son desgra

ciadamente disti ntivos del carácter nacional.

Simultáneamente ó algunos días después que

se celebre el Congreso de la Cooperación, puede te

ner lugar el de Mutualidad.

El 90 "l. de los cooperadores somos mutualis

tas, y por esta causa considero pertinente que las

dos 8sambles se convoquen con la misma fecha.

Tiene la Mutualidad recorrido mucho camino

en España; pero urge limpiar de ci~aña el extenso

campo que lleva conquistado.

El falso Mutualismo es una sangría abundante

en las economías de los asalariados, y estas infames

estafas tienen como corolario el sacrificar la salud

de los que son objeto de tan criminales expolia

ciones.

Los que caen en las manos de los rufianes que

se cubren con la santa bandera de la Mutualidad,

cuando se capacitan del engaño se convierten en

enemigos implacables de las ideas que sirvieron de

señuelo para atraerles, sin comprender que nuestraR

instituciones no tienen nada de común con las gua-


PANADERL-\s COOPERATIVAS 231

ridas de apaches que toman á la lIfutalidad como

E:spejuelo para cazar iDcautos.

Los mutualistas formamos en la Península ver·

dadera legión; pero el día que nuestras asociaciones

,e purgen de graves corruptelas y se impida que á

la sombra de la bandera Mutualista acudan gentes

qne no cumulgan en nuestras ideas, la bupna cltusa

aumentará Jos prosélitos en muchos cientos de mi

!es y los asalariados conseguirán ventajas y alivios

que harán menos precaria 8U existencia.

La Cooperación es la antesala de la Mutualidad

y la~ dos ofrecen á los trabajadores alivios econó

micos y elementos de salud que jamás podrán pro

porcionarse por el esfuerzo individual.

Interesa mucho señalar las dificultades que

pueden presentarse al llevar á la práctica dicboproyecto, porque de este modo se estudiarán con

tiempo las fórmulas más adecuadas para conjurar

los conflictos que se crean probables.Una Asamblea constituida por hombres qUE:

prestan culto fervient€ á muy opuestos ideales, pa

rece condenada á terminar sus tareas de un modo

desastroso.Esta es la reflexión más pesimista que han de

ofrecernos los espíritus apocados y la respuesta quevoy á darles, tengo la inmodestía de creer que no


.232 PANADERÍAS COOPER.,TIVAS

dejará lugar á vaciliacioDes si los que leen este artí

culo están fuera del radio de acción del vasallage

sectario.

Si reunimos en Asamblea á católicos y socialis·

tas para discutir problemas de ultratumba, el resul

tado estará previsto y los hechos vendrán á con fir

mar los augurios más pesimista~; pero un Congreso

en que se discutan las ventajas de los Grandes Al

macenes, Cooperatistas; la forma más fácil y prácti

ca de que las Cooperativas se auxilien en la compra

de productos, los beneficios de las Federaciones coo

peratistas y los procedimientos más rápidos y prác

ticos de organizarlas, &1 establecimiento de Bancos

Populares, la Cooperación Agrícola, las Industrias

Rurales cooperatistas y por último las relaciones de

la Hacienda con los organismos cooperatistas, no

puede ni debe terminar ~omo el Rosario de la Auro·

m, pues los temas ofrecen ancho campo á la discu

sión y esta abrirá las puertas á la concordia, por lo

mismo que todos los congresistas en el estudio de

los problemas económicos han de poner su volun

tad al servicio de la razón y la justicia.

Hay un tema qne en el Congreso de la Coope

ración pnede ser la manzana de la discordia y por

esta causa las per.onlts que redacten el cuestiona

rio estoy persuadido de que sabran esquivar dicho

riesgo_


PAN.'DERÍAS COOPERATIVAS 233

Aludo á la forma de distribuir las cooperativas

los beneficios y al destino que deben dar estos or

ganiHmos á los fondos de que dispongan, pues los

católicos está fuera de toda duda que abogarán por

el fomento de las escuelas profesionales y los socialis

tas, no hay que dudar que llevarán el dinero de que

dispongan al servicio de las escuelas laicas y á la

propaganda del credo socialista.

Es lógica esta discrepancia de opiniones y pro

cedimientos, y nadie que discurra con ánimo sereno

pretenderá el absurdo de querer llevár á términos

de concordia ideas antagónicas.

Es para mi un hecho indiscutible que la Junta

Organizadora del Congreso Cooperatista, tendrá dis·

creción sobrada para prescindir de los particulares

que marcan en la sociología la línea divisora entre

católicos y socialistas.

Cuantas iniciativas se tomen para contrariar

estas reglas de prudencia deben rechazarse con la

mayor .energía.

Es de capital interés el dejar bien delineadas

las lindes en que pueden desarrollarse las discusio

nes del Congreso y para el mejor y máB fácil éxito

de esta empresa, es factor de capital importancia el

buen sentido y la competencia de las personas á

quienes se confíen las ponencias.

A mi memoria viene en este momento los nom-



bres de personas que en la historia de la Coopera

ción tienen escritas páginas muy brillantes y no es

dificil alIado de cada uno de ellos marcar el asunto

que mejor se acomoda á la especialidad de sus estudios.

Al sabio catedrático de la Universidad Central

Sr. Piernas Hurtado, se le podía confiar con la ga·

rantía del mayor acierto, el estudio de las relaciones

de la Hacienda con los organismos coop~ratistas;

para el incansable propagandista Padre Vicent, yo

reservaría el tema: «Ventajas de los Grandes Alma

cenes Cooperatistas»; el Sr. García Cortés, organiza

dor y. Presidente de la Cooperativa de consumo «La

Casa del Pueblo. de Madrid, discurriría con gran

acierto acerca de las ventajas que ofrece la Coopera

ción á los asalariados; el eminente Castroviejo, que

tanto y tan bueno tiene publicado sobre la Coope

ración Agrícola, haría seguramente una labor pri

morosa dentro del marco de esa especialidad; para

el Sr. Vizconde de Eza de tan vasta cultura coope

ratista, considero que niugún tema le merecería

mayor aprecio que el referente á las Instituciones

cooperativas de crédito Agrícola; el notable Aboga

do y Presidente de la Cámara Regional cooperatista

de Barcelona Sr. Ripoll, daría seguramente mucho

y muy interesante hablando de la conveniencia de

funcionar las pequeñas Cooperativas de una misma



localidad; y el reputado publicista Dr. Raduá, re

oactor j~fe de EL COOPERADOR, haría una ponencia

digna de sus talentos, discurriendo sobre la forma

de auxiliarse las Cooperativas de distintas regiones

y de establecer leales y provechosas inteligencias

entre los organismos cooperatistas de todos los

países.Una série de conferencias á cargo de coopera

tistas extranjeros de renombre universal como Luz·

zati y el sabio maestro Gide, y de compatriotas tan

, prestigiosos como Azcárate, Salas Ant6n, Bayo (don

J. M. D.), .\.znar, Albó, Conde del Retamoso, Buy

!la, Sanz Escartín y otros despertarían el más vivo

ínterés y serían un apostolado de resultados sor

prend~ntes.

Las Cooperativas de producción que existen en

la Península deben ponerse al habla con objeto deorganizar de común acuerdo un Pabellón coopera

tista en el certámen valenciano.El viaje desde la ciudad del Turia á Barcelona

es muy cómodo y podía disponerse una excursión

con objeto de que los congresistas pudieran visitar

las principales Cooperativas catalanas.

El Mutualismo tiene 'ln España mucha mayor

importancia de lo que creen aun los más optimis

tas; pero estos organismos viven en lamentable des·

concierto y el 90 por 100 de sus Estatutos, conven -



dría condenarlos al fuego para sustituirlos por otros

que estén informados en un criterio altruista y pre

visor.

Doy aqui por repetidos los mismos razona

mientos que dejo hechos en favor del Congreso de

la Cooperación, pues no tengo que agregar ni supri

mir una sola palabra.

Para las ponencias y conferencias hay personal

de cultura y abnegación bien probadas y los orga

nizadores del Congreso Mutualista, dispondrían se

guramente de una colaboración que haría honor al

mutualismo español.

Si estas ideas han de llevarse á la práctica es

preciso proceder con la diligencia y perseverancia

que exige la notoria apatía del carácter nacional.

No basta para afianzar el éxito de los Congre

sos de la Cooperación y la Mutualidad disponer de

muchos y valiosos elp,mentos; hay que agregar á es

to el poderoso esfuerzo de hombres de tanto valer

como los Sres. A zcárale y Marqués del Turia.


IIEL QUIETISMO ES LA MUERTE

La campaña de proselitismo exige á todos loshombres convencidos estar siempre prontos al combate para defender los ideales a que se rinde culto.

En España los partidos pollticos no ofrecen en

este terreno grandes enseñanzas que poder aprovechar, porque los hombres de todos los matices tienen bien aprendido que con «La Gaceta» en susmanos todas las empresas son faciles en una naciónen que la opinión pública falta de cultura, no siente

entusiasmo por ningún ideal.Hace algunos años que los socialistas trabajau

para organizar las fuerzas obreras, y a pesar de los

pocos recursos de que disponen y de las grandes tra·bas que les han presentado los capitalistas y los ele·mentas oficiales, han conseguido formar una agru

pación respetable que ha podido pactar de igual áigual con el partido republicano.



Los socialistas siempre que tienen ocasión luchan denodadamente por llevar representación de

su partido á los Municipios, las Diputaciones y al

Parlamento, PUAS saben que desde estos sitios hande ejercer una influencia cierta y eficaz en favor desus ideas.

Los cooperadores españoles somos de una masaespecial que sólo dá hombres para el reposo y la

calma.Las luchas que enardecen los ánimos de todos

los que máa ó menos directamente intervienen enlos problemas sociales, á la falange cooperatista nole dan ni frfo ni calor.

Esto es al menos lo que puede colegirse de sucensurable impasibilidad.

El ideal cooperatista no es como pudieran creergentes de corazón muy pequeño, el procedimiento

para llevar á la gaveta algunos céntimos restados álas codicias de los intermediarios.

Vivimos los cooperadores entusiastas y con

vencidos en un ambiente de más nobles ideas, y si

bien es cierto que no desdeñamos el problema económico, también es verdad que éste es medio, perono fin.

Nuestra opinión fué siempre y es ahora favorable á la intervennión de los cooperadores en to

das las lucha electorales y hemos de declarar que


PANADBRÍAS COOPBRATIVAS 239

nos entristece el ver que regiones como Cataluña,rlonde los Cooperadores tenemos una fuerza verdaderamente respetable, nada se hace para que en el

Ayuntamiento, la Diputación y el Parlamentonuestros ideales tengan llna representación biencapacitada de su misión.


I::N""DIOE

PANADERÍAs COOPERATIV.!.S EN EL EXTRANJERO

SEGUNDA. PARTE

PANADERÍAS COOPERATIVAS

l.-El problema de las subsistencias. '7ll.-Los acaparadores. . nm.-La municipalización del pan. 25IV.-El precio del pan. . 29V.-Panaderías reguladoras. 40

VL-Como se organizan las Panaderias Coope-re~~. . ~

VIL-Personal administrativo cooperatisla. 62Vm.-Coste de la vida del obrero. . . 6'7IX.-Congreso de la Panadería Esp.ñola. '71X.-La cooperación y las reivindicaciones so·

ciales.. '74XL-Las Cooperativas y la Hacienda. ~S

XIL-La falsificación y adulteración de los ali-men los y la sanción penal. . 94

Xm.-Los consumos. La venta exclusiva. 103XIV.-¿Quién paga los impuestos? . . lOS

Paga.

. y

PRIMERA PARTE

Dedicatoria.

1¡

l.-Panaderías Cooperativas en Bélgica.n.-Panaderías Cooperativas en Portugal. .

113. 120


242Págs.

lIl.-Panaderías Cooperatívas en Inglaterra. 129IV.-Panaderías Cooperatívas en Francia.. 135V.-Panaderías Cooperativas en Italia. . 145

Vl.-Panaderias Cooperativas en los EstadosUnidos. . . . " 155

VIL-Panaderías Cooperativas en Holanda. 158

TERCERA PARTE

PANADERÍAS COOPERATIVJ.S EN ESPAÑA

l.-Panaderías Cooperativas en Barcelona. . 163

CUARTA PARTE

CARNECERfAS COOPERATIVAS Eft ESPAÑA

l.-Las Cooperativas y los Ganaderos 193Il.-tPuede municipalizarse la venta de la

carne? . . . . 201Ill.-Mataderos clandestinos.. 204IV.-Opiniones respetables referentes al co-

mercio de carnes. 210V.-Las Carnecerias Cooperatívas en Madríd. 216

VI.-La municipalización de la carne en Es-paña. . 221

APÉNDICEl.-Congreso cooperatista y mutualista.

Il.-El quíetismo es la muerte.227237


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/"on¿enée d año ~.3f..~-- ----- -~~-~---'~~~~


de!

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fene~a¿de eó¿e ffda&c~n,ú?rJ'b¿O' cOOZ-OZ-eó

/t-0na!2en¿e a¿ano -(9.3f..Proyecto Rivas Moreno. Digitalización: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)

PANADERíAS COOPERATIVAS

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