PADRÓ cap11

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PADRÓ. CAPITULO 11: TEXTOS, LITERATURA Y CIVILIZACION DEL IMPERIO MEDIO LA LENGUA Y LOS ESCRITOS DE EPOCA DEL IMPERIO MEDIO La lengua que se escribía y que se hablaba durante el Imperio Medio es el egipcio medio, también llamado clásico por el rigor de sus reglas gramaticales y ortográficas; e incluso debe considerarse como el descendiente del egipcio antiguo, propio del Imperio Antiguo. Es una lengua eminentemente literaria, y que con la rigidez con que se aplican sus reglas gramaticales hace pensar que el egipcio clásico fue objeto de algún tipo de reglamentación por parte de alguna corporación representante del gremio de los escribas. El egipcio medio era una lengua de carácter sintético, como había sido también el egipcio antiguo. Pero esta peculiaridad fue una de las primeras causas que la alejó del lenguaje hablado. Su belleza compositiva, su rigor expresivo, fueron ya altamente valorados por los mismos egipcios que siguieron cultivándolo, leyéndolo e incluso escribiéndolo hasta casi 2.000 años después de su definitiva extinción como lengua hablada. Es muy importante no confundir la lengua escrita con la escritura. Así, si la lengua escrita durante el Imperio Medio es el egipcio medio o clásico, es este mismo periodo los escribas egipcios utilizaban dos sistemas de escritura: la jeroglífica y la hierática. El primero es la evolución del sistema de escritura mediante pictogramas- cada signo jeroglífico es un pictograma- ideado en el Periodo Predinástico y perfeccionado durante el Imperio Antiguo. Mediante la escritura jeroglífica las variantes posibles para escribir una misma palabra son abundantes y obedecen solo a razones históricas. En cuanto a la escritura hierática, se trata de una variante cursiva de la escritura jeroglífica. Sus reglas ortográficas son las mismas que la de los jeroglificos, distinguiéndose de ellos en que los signos hieráticos son susceptibles de ser trazados con mayor rapidez que los jeroglificos. Los jeroglificos se reservaron en el Imperio Medio para los usos monumentales, mientras que el hierático era la escritura ordinaria utilizada en todo tipo de textos de uso corriente, para los que se usaba como soporte material del papiro.

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PADRÓ. CAPITULO 11: TEXTOS, LITERATURA Y CIVILIZACION DEL IMPERIO MEDIO

LA LENGUA Y LOS ESCRITOS DE EPOCA DEL IMPERIO MEDIO

La lengua que se escribía y que se hablaba durante el Imperio Medio es el egipcio medio, también llamado clásico por el rigor de sus reglas gramaticales y ortográficas; e incluso debe considerarse como el descendiente del egipcio antiguo, propio del Imperio Antiguo. Es una lengua eminentemente literaria, y que con la rigidez con que se aplican sus reglas gramaticales hace pensar que el egipcio clásico fue objeto de algún tipo de reglamentación por parte de alguna corporación representante del gremio de los escribas.

El egipcio medio era una lengua de carácter sintético, como había sido también el egipcio antiguo. Pero esta peculiaridad fue una de las primeras causas que la alejó del lenguaje hablado. Su belleza compositiva, su rigor expresivo, fueron ya altamente valorados por los mismos egipcios que siguieron cultivándolo, leyéndolo e incluso escribiéndolo hasta casi 2.000 años después de su definitiva extinción como lengua hablada.

Es muy importante no confundir la lengua escrita con la escritura. Así, si la lengua escrita durante el Imperio Medio es el egipcio medio o clásico, es este mismo periodo los escribas egipcios utilizaban dos sistemas de escritura: la jeroglífica y la hierática. El primero es la evolución del sistema de escritura mediante pictogramas- cada signo jeroglífico es un pictograma- ideado en el Periodo Predinástico y perfeccionado durante el Imperio Antiguo. Mediante la escritura jeroglífica las variantes posibles para escribir una misma palabra son abundantes y obedecen solo a razones históricas. En cuanto a la escritura hierática, se trata de una variante cursiva de la escritura jeroglífica. Sus reglas ortográficas son las mismas que la de los jeroglificos, distinguiéndose de ellos en que los signos hieráticos son susceptibles de ser trazados con mayor rapidez que los jeroglificos. Los jeroglificos se reservaron en el Imperio Medio para los usos monumentales, mientras que el hierático era la escritura ordinaria utilizada en todo tipo de textos de uso corriente, para los que se usaba como soporte material del papiro.

LA LITERATURA RELIGIOSA Y LA LITERATURA NARRATIVA

La literatura del Imperio Medio posee ya todos los géneros literarios que serán propios de la literatura egipcia de todos los tiempos.

En el ámbito de la literatura religiosa, los textos de los Sarcófagos, alcanzarían la época de máximo apogeo durante el Imperio Medio, inscritos sobre los sarcófagos rectangulares de esta época. Los Textos de los Sarcófagos derivan de los Textos de las Pirámides del Imperio antiguo, debidamente adaptados para garantizar la supervivencia en el Más Allá del soberano y la de cualquier egipcio. Son un conjunto de formulas religiosas de extraccion antigua, a las que se han incorporado textos de procedencia diversa y de composición más reciente. También son considerados como literatura religiosa los relatos mitológicos como el Cuento de Horus y Set.

En cuanto a la literatura narrativa, hay dos categorías: la Historia de Sinuhé, y la segunda agrupa un numero de narraciones fantásticas (cuentos populares).

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LA HISTORIA DE SINUHÉ

Las más antiguas copias manuscritas que conocemos datan ya del mismo Imperio Medio, mientras las alusiones más recientes al texto de la Historia de Sinuhé son de la Baja Epoca, es decir, de mas de mil años después del momento de su composición. Trabajos escolares encontrados demuestran que la Historia de Sinuhé era utilizada en las escuelas hasta finales del Imperio Nuevo como mínimo, para enseñar a los jóvenes aprendices de escriba el manejo del mejor egipcio clásico.

La Historia de Sinuhé es en apariencia una autobiografía. Es perfectamente verosímil, destacando la total ausencia de hechos maravillosos en la obra. La narración arranca de un hecho histórico bien preciso y dramático: la muerte de Amenemes I. Sinuhé, alto dignatario perteneciente a la corte de Sesostris I, se encontraba en el campamento de éste en el desierto Libico en plenas operaciones contra las tribus nomadas, cuando se entera casualmente de la existencia del complot que ha puesto fin a la vida del viejo monarca en Ittauy. Presa de un repentino e irracional pánico Sinuhé huye del campamento y se interna en la zona de Siria y Palestina, donde acaba siendo adoptado por el jefe de una tribu de beduinos. Allí, sus superiores conocimientos estratégicos y militares puestos al servicio de su tribu le convierten en el hombre más poderoso de la zona. Sin embargo, Sinuhé añora su patria, Egipto, a donde finalmente su fama acaba por llegar. El propio faraón Sesostris I le escribe una carta pidiéndole que vuelva al civilizado Egipto. Sinuhé regresa a Egipto, siendo agasajado por la corte y por el propio rey, quien le instala debidamente para que pueda aguardar tranquilamente la vejez, y entonces decide escribir sus memorias.

El relato esta escrito con autentica maestria por alguien que conocía perfectamente los recursos sintéticos del egipcio medio. Las indicaciones sobre la vida y costumbres de las tribus cananeas del SO de Asia poseen alto valor histórico, y lo mismo puede decirse sobre la profundidad y espiritualidad que ha alcanzado el pensamiento egipcio. La duda final reside en la historicidad o no de la narración. No se posee evidencia de que Sinuhé haya existido realmente, considerándose un personaje de ficción.

Las narraciones fantásticas

Son antiguos relatos populares que se habian ido trasmitiendo por tradición oral, hasta que durante el Imperio Medio se decidio que eran dignos de ser puestos por escrito. Entre estas composiciones, las mejor conocidas son el Cuento del Naufrago y las Historias del rey Quéope y los magos. El Cuento del Naufrago narra las peripicias de un naufrago que aborda una isla misteriosa, en la que vive una serpiente mágica y benéfica. La serpiente no solo le colma de dones, sino que también le devuelve su barco hundido y sus compañeros perdidos, para que puedan volver todos felices a Egipto, pero les advierte que no intenten volver a encontrar la isla, ya que también ella es mágica y no podrán localizarla nunca más.

Las Historias del rey Quéope y los magos, también conocidas como las Historias del Papiro Westcar por el nombre del único papiro que ha conservado aproximadamente la mitad final del texto, es en cambio un relato plenamente adscribible a la literatura popular de transmisión oral. El texto se caracteriza por la dicción formular, es decir, largas retahílas de frases hechas y repetitivas que servían al narrador como muletillas para ayudarle a recordar los pormenores del relato, que decía

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de memoria. El rey Quéope, figura del Imperio Antiguo de la que ya se ha apoderado la imaginación popular, se aburre en su palacio y pide a sus hijos que le cuenten historias para distraerle. Éstos que serian correlativamente sus sucesores en el trono, le narran maravillas protagonizadas por magos que tuvieron lugar durante los reinados que precedieron al del propio Quéope. Finalmente, el ultimo de los hijos de Quéope decide, en vez de contarle a su vez una maravilla del pasado, presentar al rey un mago del presente que sigue haciendo maravillas en aquel momento. El mago hace una profecía mesiánica a Quéope: le cuenta como su dinastía será sucedida por una nueva dinastía cuyos tres primeros reyes serán hijos carnales del propio dios Re y de tres sacerdotes de Heliopolis a las que la divinidad solar dejará encintas. Esta nueva dinastía de faraones sería ña Dinastia V, que en efecto fue llevada al trono por el clero heliopolitano, del que los reyes serian, en cierto modo hijos. Los relatos nos han conservado la visión que la memoria popular había retenido de ciertos personajes y situaciones históricas del pasado. Los paralelismos con las diversas literaturas orientales que pueden establecerse son abundantes, como por ejemplo con la Biblia, el relato del mago que, como hará Moisés años más tarde, abre las aguas de una gran extensión acuática para poder cruzar andando el fondo de la misma.

La literatura política. La literatura pesimista

La literatura política esta representada en el Imperio Medio por una serie importante de obras, la mayoría de las cuales posee un marcado carácter optimista. No obstante, la más importante de todas ellas son las Enseñanzas de Amenemes I para su hijo Sesostris I que destaca por su fuerte carga pesimista ante la ingratitud de los hombres y la traición. La obra, supuestamente escrita por el faraón Amenemes I, es manifiestamente apócrifa porque él mismo describe el atentado nocturno que le costó la vida. En el Imperio Nuevo se atribuyó la autoría de esta obra a Áctoes, un escritor conocido de la época anterior. El texto habría sido mandado componer por Sesostris I, para servir como testamento político ficticio y de justificación de la actuación del nuevo rey en el momento de iniciar su reinado como soberano único.

El pesimismo invadió el arte durante la Dinastía XII, como demuestran ciertos retratos de Amenemes II y los patéticos retratos de Sesostris III. Otra obra para mencionar es la del Dialogo del desengañado también conocido como el Misántropo, que tiene forma de dialogo entre el yo y el bai, es decir, el alma. El anónimo autor contrapone dos concepciones del Más Allá: una positiva representada por el yo, y otra negativa representada por el bai. Éste, desengañado de sus semejantes, llega incluso a dudar de la inmortalidad y a especular sobre la bondad del suicidio. Las Lamentaciones de Jajeperreseneb, escritas en época de Sesotris II, ofrece por medio del diálogo entre el yo el coracion una retorica descripción de los males que afligen el país, unspirada en los textos del Primer Periodo Intermedio. El celebre Canto del Arpista copiado en época ramésida de las paredes de la tumba de una rey del Segundo Periodo Intermedio, debe su nombre a que debía ser cantado por el arpista ciego que actuaba en las fiestas que daban los egipcios de las clases pudientes, recordando que no hay un Más Allá, ya que nadie ha regresado de su tumba para contar lo contrario. Por ello aconseja que hay que pasar lo mejor posible en este mundo, y aprovechar el dia sin pensar en el mañana. Su falta de fe fue motivo de escándalo en el Imperio Nuevo, a través de la censura y la manipulación.

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La literatura optimista. Obras didácticas

La literatura optimista impregno también los diversos generos literarios de la época, empezando por el político. En la profecía de Nefertiri, este sabio profetiza al faraón Esnofru, del Imperio Antiguo, la venida de Amenemes I, autentico mesias que habrá de devolver a Egipto la prosperidad y la justicia perdidas. Esta obra enlaza con la tradición mesiana aparecida en las Lamentaciones de Ipu-ur, del Primer Periodo Intermedio, y que hemos vuelvo a encontrar en las Historias del rey Quéope y los magos. Esta tradición es reconducida esta vez a beneficio de la persona de Amenemes I y de toda la Dinastia XII. Otra obra política son las Instrucciones lealistas, stribuidas a Ptahemdyehuti, para suscitar la adhesión al rey de todas las clases sociales, a causa de los beneficios que todas ellas obtenían de la benevolencia del soberano.

En cuanto al genero didáctico, hay que inscribir un tratado que recibió el nombre de kemit y que era una especie de suma de la enseñanza, reflejo de la perfeccion del mismo Egipto cuyo nombre egipcio era Kemet o Kemi. Otra obra es el Aleccionamiento de Áctoes, conocido además como Sátira de los oficios. El escriba Áctoes dedica esta obra a su hijo, y en ella pasa revista a todos los oficios existentes, mostrándole los incovenientes de cada uno de ellos, concluyendo que el mejor es el del escriba.

Otras obras de la literatura clásica egipcia

Otras obras pertenecientes al genero dramático son algunos pasajes de autenticos dramas sagrado, algunos de los cuales fueron incorporados a los Textos de los Sarcófagos. Y en cuanto al genero lirico: himnos religiosos y reales al Nilo, a Osiris, a Sesostris III.

Escritos de carácter técnico. La época del Segundo Periodo Intermedio

El Segundo Periodo Intermedio posee muy poca documentación escrita. Es una época poco creativa, con un inusitado interés por salvaguardar escritos literarios y técnicos del pasado. Solo a su final vemos aparecer una serie de textos relativos a la guerra de liberación contra los hicsos.

Consideraciones finales sobre el Imperio Medio: a pesar de su brevedad, no cabe duda de la gran importancia que los mismo egipcios de tiempos posteriores atribuyeron al Imperio Medio. Su civilización representa la superación de la del Imperio Antiguo, haciéndose en todos los aspectos más equilibrada y más diversificada. Es considerado el Imperio Medio como la consecuencia de la revolución social del Primer Periodo Intermedio.