Orar en Cuaresma con la M. Cándida

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“Todo son sacrificios que podemos ofrecer por amor de Dios, y en este santo tiempo de cuaresma, en que debemos acompañar a nuestro amado Jesús en su Santísima pasión y a la Santísima Virgen en sus dolores. Debemos aprovecharnos de todo y sufrir con mucha resignación todos los trabajos y contrariedades que se digne enviarnos” Carta nº 260 En esta carta se percibe la fuerza con que la M. Cándida trasmite a sus compañeras el deseo de vivir en profundidad el tiempo de cuaresma, aprovechándose de todo lo que la vida cotidiana trae. En palabras tan simples, podemos descubrir en ella la espiritualidad de lo cotidiano.

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“Todo son sacrificios que podemos ofrecer por

amor de Dios, y en este santo tiempo de

cuaresma, en que debemos acompañar a

nuestro amado Jesús en su Santísima pasión y

a la Santísima Virgen en sus dolores.

Debemos aprovecharnos de todo y sufrir con

mucha resignación todos los trabajos y

contrariedades que se digne enviarnos” Carta nº 260

En esta carta se percibe la fuerza con que la M. Cándida trasmite a sus

compañeras el deseo de vivir en profundidad el tiempo de

cuaresma, aprovechándose de todo lo que la vida cotidiana trae.

En palabras tan simples, podemos descubrir en ella la espiritualidad de lo

cotidiano.

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¿A QUÉ VENGO?

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Me sereno y me dispongo a encontrarme con Dios.

Respiro serenamente, una y otra vez, dejando que en

cada respiración, Dios entre y me comunique su vida y

paz. Dios está aquí. Dios está en mí.

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Señor, que todas mis

intenciones,

acciones y procesos interiores,

estén totalmente ordenados

a cumplir tu voluntad.

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Imaginar delante

de mí a Cristo

nuestro

Señor, puesto en

cruz.

Traer junto a

Jesús, a todos

los crucificados

de la historia.

“Fijemos la mirada en Él que es el iniciador y consumador

de nuestra fe” Heb 12,2

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Señor, Concédeme

vergüenza y confusión

de mí misma,

porque

por mis pecados

padeciste en la cruz,

y hoy sigues

padeciendo en la cruz de

mis hermanas y hermanos

Me doy el tiempo necesario para hacer

esta petición al Señor. Que El mismo me

introduzca a su contemplación.

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Escuchemos a la Madre Cándida que también contempla a

Jesús y se deja impactar por este acontecimiento Salvífico.

“Mortifiquémonos, hijas mías, y hagamos penitencia por nuestros pecados, que tanto le

costaron a nuestro pacientísimo Jesús, que, como manso cordero, se dejó sacrificar por aquellos crueles judíos, que, cual lobos carniceros, le

despedazaron sus carnes hasta que le crucificaron. Pero ¿Quiénes son éstos sino

nuestros pecados? Pensémoslo bien , y esto nos hará andar con más cuidado para evitar toda

falta, por mínima que sea, para que así podamos darle una prueba de amor y consolar su afligido

corazón.” Carta nº 260

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Dijo Jesús: De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.

Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree Él no muera, sino que tenga Vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra el mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios. Juan 3, 14-21

Escuchemos a Jesús que se nos ofrece como camino de

Conversión y Salvación.

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- La M. Cándida vivió una experiencia profunda de conversión al

contemplar a Jesús

- ¿Cuál es mi experiencia de conversión?

- ¿ Qué provoca en mí la contemplación de Jesús en la cruz?

- ¿Qué significa para mí la cruz de mis hermanos?

- ¿Me dejo convertir por Jesús en la Cruz? ¿Me dejo Salvar por Él?

- ¿ A qué cambios concretos me está invitando el Señor, en esta

cuaresma?

- Como la Madre Cándida , ¿permito que la cruz de Jesús me

invite nuevamente a cambiar de vida, a acoger tanto amor

demostrado en su entrega, a serle fiel en los compromisos

asumidos por El y por la humanidad?.

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TERMINO MI ORACIÓN

Dialogando con el Señor.

Muerto en el yeso muerto,hablas, vivo y convocasnuestras vidas,Señor Crucificado.Entre el cielo y la tierra,distendido, Tú reinas,bajando en un abrazosobre todo castigo,echado en un lamentocontra toda esperanza,volando en la victoriaconquistada en la muerte.Guitarra tus costillas, grito y canto.Manos y pies, clavados y en camino.Caída, en alta dádiva, la fraterna cabeza.

Amor inapelable, más fuerteque la muerte.¡Jesús Crucificado!

Pedro María Casaldáliga

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Viceprovincia Argentina.

Ahora que estamos en el Santo tiempo de Cuaresma, acompañémosle en su pasión Santísima, y a la Virgen Santísima en sus dolores. Carta 65

Cándida María De Jesús.

Inmaculada de M. Cándida