OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número...

7
Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año LII, número 22 (2.669) Ciudad del Vaticano 29 de mayo de 2020 La oración como refugio ante el mal en el mundo Al finalizar el Regina Caeli el Papa imparte la bendición sobre la plaza San Pedro, donde por primera vez desde el inicio de la pandemia se pudo reunir un pequeño grupo de personas gracias a la reducción de las medidas de seguridad adoptadas para contener la difusión del coronavirus Las amenazas globales exigen una nueva solidaridad ANDREA MONDA «La pandemia debe ser una llama- da de atención. Las amenazasgloba- les mortales exigen una nueva unidad y solidaridad». Lo ha subrayado else- cretario general de las Naciones Uni- das, António Guterres en esta entre- vista exclusiva con los medios vatica- nos. Usted ha lanzado recientemente un lla- mamiento por la paz en el mundo gol- peado por la pandemia. Una iniciativa que se une una vez más a las del Papa Francisco -con quien se reunió en el Va- ticano a finales del año pasado y con quien difundió un mensaje de vídeo- que no deja de pedir el cese de todas las guerras. Usted dijo: la furia del virus ilustra la locura de la guerra. ¿Por qué cree que es tan difícil hacer llegar este mensaje? En primer lugar, quisiera reiterar mi profunda gratitud al Papa Fran- cisco por su apoyo a mi llamamiento global por el alto el fuego y a la la- bor de las Naciones Unidas. Su com- SIGUE EN LA PÁGINA 6 Redescubrir la misión ALESSANDRO GISOTTI Un impacto beneficioso para dar un nuevo impulso al compromiso misio- nero de la Iglesia. A una semana de la publicación del Mensaje del Papa Francisco a las Obras Misionales Pontificias (OMP), que recogimos en español en la edición de la semana pasada, el Cardenal Luis Antonio Tagle se detiene en esta entrevista en los puntos clave del documento, que ha tenido un amplio eco en la Igle- sia y no solo. Para el Prefecto de la Congregación para la Evangeliza- ción de los Pueblos es necesario po- ner en práctica lo que el Papa pidió: redescubrir el auténtico espíritu mi- sionero no apoyándose en prácticas que, bajo la apariencia de eficacia y éxito, alejan del corazón de la mi- sión: el anuncio de la Buena Nueva a todos los pueblos. El mensaje de Francisco a las Obra Misionales Pontificias (OMP) ha sido ampliamente enfatizado mucho más allá del horizonte de aquellos a quienes estaba destinado. Una vez más el Pa- pa destacó lo mucho que la misión está en el centro de la vida y de la identi- dad de la Iglesia. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de este men- saje? Hay muchas cosas que me fasci- naron del mensaje del Papa Francis- co a las Obras Misionales Pontifi- cias. Me gustaría mencionar algunas de ellas. En primer lugar, el Santo Padre había aceptado la invitación de dirigirse a los Directores Nacio- nales de las OMP durante su asam- blea general que debería haberse de- sarrollado en mayo de este año. De- bido a la pandemia, la asamblea fue cancelada. Pero en lugar de tomar la cancelación de una audiencia como una ocasión de reposo, el Papa deci- dió en cambio escribir y enviar un mensaje. Para mí, este documento no sólo contiene las palabras y las ideas del Papa, sino también su pa- sión por la misión y su preocupa- ción por las OMP . Al leer el docu- mento, deberíamos ponernos en es- cucha de su alma, de su entusiasmo, de sus esperanzas y preocupaciones. En segundo lugar, creo que aunque el mensaje está dirigido específica- mente a los Directores Nacionales de los OMP , el Papa quiere que toda la Iglesia, todo el Pueblo de Dios, lo lea, lo estudie y lo medite. Servirá de guía para los Directores Naciona- les. Sin embargo, también servirá co- mo un instrumento para un examen de conciencia de toda la Iglesia so- bre el espíritu y el compromiso mi- sionero. El Papa hizo hincapié en que la mi- sión es un don gratuito del Espíritu Santo, no el resultado de estrategias que imitan “modelos de eficiencia mun- dana”. ¿Qué cree que se debe hacer pa- ra evitar este riesgo de funcionalismo, de eficiencia en los nuevos proyectos de las OMP? Es importante decir que el Papa Francisco no está en contra de la efi- ciencia y los métodos que pueden hacer nuestra misión fructífera y transparente. Pero nos advierte del peligro de “medir” la misión de la Iglesia usando sólo estándares y re- SIGUE EN LA PÁGINA 3

Transcript of OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número...

Page 1: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año LII, número 22 (2.669) Ciudad del Vaticano 29 de mayo de 2020

La oracióncomo

re f u g i oante el mal

en elmundo

Al finalizar el Regina Caeli el Papa imparte la bendición sobrela plaza San Pedro, donde por primera vez desde el inicio de lapandemia se pudo reunir un pequeño grupo de personas gracias

a la reducción de las medidas de seguridad adoptadas paracontener la difusión del coronavirus

Las amenazasglobales exigen unanueva solidaridad

ANDREA MONDA

«La pandemia debe ser una llama-da de atención. Las amenazasgloba-les mortales exigen una nueva unidady solidaridad». Lo ha subrayado else-cretario general de las Naciones Uni-das, António Guterres en esta entre-vista exclusiva con los medios vatica-nos.

Usted ha lanzado recientemente un lla-mamiento por la paz en el mundo gol-peado por la pandemia. Una iniciativaque se une una vez más a las del PapaFrancisco -con quien se reunió en el Va-ticano a finales del año pasado y conquien difundió un mensaje de vídeo-que no deja de pedir el cese de todas lasguerras. Usted dijo: la furia del virusilustra la locura de la guerra. ¿Por quécree que es tan difícil hacer llegar estemensaje?

En primer lugar, quisiera reiterarmi profunda gratitud al Papa Fran-cisco por su apoyo a mi llamamientoglobal por el alto el fuego y a la la-bor de las Naciones Unidas. Su com-

SIGUE EN LA PÁGINA 6

Redescubrirla misión

ALESSANDRO GISOTTI

Un impacto beneficioso para dar unnuevo impulso al compromiso misio-nero de la Iglesia. A una semana dela publicación del Mensaje del PapaFrancisco a las Obras MisionalesPontificias (OMP), que recogimos enespañol en la edición de la semanapasada, el Cardenal Luis AntonioTagle se detiene en esta entrevista enlos puntos clave del documento, queha tenido un amplio eco en la Igle-sia y no solo. Para el Prefecto de laCongregación para la Evangeliza-ción de los Pueblos es necesario po-ner en práctica lo que el Papa pidió:redescubrir el auténtico espíritu mi-sionero no apoyándose en prácticasque, bajo la apariencia de eficacia yéxito, alejan del corazón de la mi-sión: el anuncio de la Buena Nuevaa todos los pueblos.

El mensaje de Francisco a las ObraMisionales Pontificias (OMP) ha sidoampliamente enfatizado mucho másallá del horizonte de aquellos a quienesestaba destinado. Una vez más el Pa-pa destacó lo mucho que la misión estáen el centro de la vida y de la identi-dad de la Iglesia. ¿Qué es lo que másle ha llamado la atención de este men-saje?

Hay muchas cosas que me fasci-naron del mensaje del Papa Francis-co a las Obras Misionales Pontifi-cias. Me gustaría mencionar algunasde ellas. En primer lugar, el SantoPadre había aceptado la invitaciónde dirigirse a los Directores Nacio-nales de las OMP durante su asam-blea general que debería haberse de-sarrollado en mayo de este año. De-bido a la pandemia, la asamblea fuecancelada. Pero en lugar de tomar lacancelación de una audiencia comouna ocasión de reposo, el Papa deci-dió en cambio escribir y enviar unmensaje. Para mí, este documentono sólo contiene las palabras y lasideas del Papa, sino también su pa-

sión por la misión y su preocupa-ción por las O M P. Al leer el docu-mento, deberíamos ponernos en es-cucha de su alma, de su entusiasmo,de sus esperanzas y preocupaciones.En segundo lugar, creo que aunqueel mensaje está dirigido específica-mente a los Directores Nacionalesde los O M P, el Papa quiere que todala Iglesia, todo el Pueblo de Dios,lo lea, lo estudie y lo medite. Serviráde guía para los Directores Naciona-les. Sin embargo, también servirá co-mo un instrumento para un examende conciencia de toda la Iglesia so-bre el espíritu y el compromiso mi-s i o n e ro .

El Papa hizo hincapié en que la mi-sión es un don gratuito del EspírituSanto, no el resultado de estrategiasque imitan “modelos de eficiencia mun-dana”. ¿Qué cree que se debe hacer pa-ra evitar este riesgo de funcionalismo,de eficiencia en los nuevos proyectos delas OMP?

Es importante decir que el PapaFrancisco no está en contra de la efi-ciencia y los métodos que puedenhacer nuestra misión fructífera ytransparente. Pero nos advierte delpeligro de “medir” la misión de laIglesia usando sólo estándares y re-

SIGUE EN LA PÁGINA 3

Page 2: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Ciudad del Vaticanoredazione.spagnola.or@sp c.va

w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

ANDREA MONDAd i re c t o r

Giuseppe Fiorentinosub director

Silvina Pérezjefe de la edición

Redacciónvia del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano

teléfono 39 06 698 99410

TIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICEL’OS S E R VAT O R E ROMANO

Servicio fotográficop h o t o @ o s s ro m .v a

Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A.System Comunicazione Pubblicitaria

Via Monte Rosa 91, 20149 Milanos e g re t e r i a d i re z i o n e s y s t e m @ i l s o l e 2 4 o re . c o m

Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + I VA ): € 100.00 - $ 148.00; AméricaLatina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00.Administración: 00120 Ciudad del Vaticano, teléfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06 698 85 164,e-mail: [email protected] México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios,222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP 14370. Del. Tlalpan. México, D.F.; teléfono + 52 55 2652 99 55,fax + 52 55 5518 75 32; e-mail: [email protected] Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67 82;e-mail: [email protected].

página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 29 de mayo de 2020, número 22

En la Jornada mundial de la comunicación social el Papa recuerda la fiesta de la Virgen de Sheshan

Cercanía y apoyo en medio de laspruebas hacia los católicos chinos

En el V aniversario de la «Laudato si’» el llamamiento por el cuidado de la Creación y de los más frágiles

Regina caeli

Dios amoroso,Creador del cielo, la tierra ytodo lo que hay en ella.Abre nuestras mentes y tocanuestros corazones,para que podamos ser partede la creación, tu don.Estate presente para losnecesitados en estos tiemposdifíciles, especialmente losmás pobres y los másvulnerables.Ayúdanos a mostrarsolidaridad creativa al tratarcon las consecuencias de estapandemia global.Haznos valientes paraaceptar los cambiosvenideros en busca del biencomún.Ahora más que nunca, quetodos podemos sentir queestamos todosinterconectados y somosinterdep endientes.Asegúrate de que podemosescuchar y responder al gritode la tierra y al grito de losp obres.Que los sufrimientosactuales sean los dolores delparto de un mundo másfraternal y sostenible.Bajo la mirada amorosa deMaría Auxiliadora,te rezamos por Cristonuestro Señor.Amén.

La oracióndel Pontífice

Los católicos chinos son «parteintegrante» de la Iglesia universal, que«comparte... las esperanzas» y que«apoya en las pruebas de la vida». Losubrayó el Papa al finalizar el ReginaCaeli del domingo 24 de mayo, fechaen la que en Italia y en otros países secelebró la solemnidad de la Ascensión,a la que Francisco dedicó la reflexiónque precedió la antífona marianarezada desde su Biblioteca privada.

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

Hoy, en Italia y en otrospaíses, se celebra la so-lemnidad de la Ascensióndel Señor. El fragmento

del Evangelio (cfr. Mateo 28, 16-20)nos muestra a los apóstoles que sereúnen en Galilea, «al monte que Je-sús les había indicado» (v. 16). Allítiene lugar el último encuentro delSeñor Resucitado con los suyos, enel monte. El “monte” tiene una fuer-te carga simbólica y evocadora. Enun monte Jesús proclamó las Biena-venturanzas (cf. Mateo 5, 1-12); enlos montes se retiró a orar (cf. Mateo14, 23); allí acogió a las multitudes ycuró a los enfermos (cf. Mateo 15,29). Pero en esta ocasión, en el mon-te, ya no es el Maestro quien actúa yenseña, sino el Resucitado quien pi-de a los discípulos que actúen y pro-clamen, confiándoles el mandato decontinuar su obra. Les confiere lamisión para todos los pueblos. Dice:«Id, pues, y haced discípulos a to-das las gentes, bautizándolas en elnombre del Padre y del Hijo y delEspíritu Santo, y enseñándoles aguardar todo lo que yo os he man-dado» (vv. 19-20). El contenido de lamisión confiada a los Apóstoles es elsiguiente: proclamar, bautizar, ense-ñar y andar el camino trazado por elMaestro, es decir, el Evangelio vivo.Este mensaje de salvación implica,en primer lugar, el deber de dar tes-timonio – sin testimonio no se puedeproclamar – al que también noso-tros, discípulos de hoy, estamos lla-mados a dar cuenta de nuestra fe.Ante una tarea tan exigente, y pen-sando en nuestras debilidades, nossentimos inadecuados, como segura-mente los mismos Apóstoles se sin-tieron. Pero no debemos desanimar-nos, recordando las palabras que Je-sús les dirigió antes de ascender alCielo: «Yo estoy con vosotros todoslos días hasta el fin del mundo» (v.20).

Esta promesa asegura la constantey consoladora presencia de Jesús en-tre nosotros. Pero, ¿cómo se realizaesta presencia? A través de su Espíri-tu, que lleva a la Iglesia a caminarpor la historia como la compañerade cada hombre. Ese Espíritu, envia-do por Cristo y el Padre, obra la re-misión de los pecados y santifica atodos aquellos que, arrepentidos, seabren con confianza a su don. Conla promesa de permanecer con noso-tros hasta el fin de los tiempos, Je-

sús inaugura el estilo de su presenciaen el mundo como el Resucitado.Jesús está presente en el mundo pe-ro con otro estilo, el estilo del Resu-citado, es decir, una presencia que serevela en la Palabra, en los Sacra-mentos, en la acción constante e in-terior del Espíritu Santo. La fiestade la Ascensión nos dice que Jesús,aunque ascendió al cielo para morargloriosamente a la derecha del Pa-dre, sigue estando siempre entre no-sotros: de ahí viene nuestra fuerza,nuestra perseverancia y nuestra ale-gría, precisamente de la presencia deJesús entre nosotros con el poderdel Espíritu Santo.

Que la Virgen María nos acompa-ñe en nuestra senda con su protec-ción materna: de Ella aprendemos ladelicadeza y el coraje para ser testi-gos en el mundo del Señor resucita-do.

Después del Regina Caeli y la sucesivaoración por China, el Pontífice recordóla Jornada mundial de lascomunicaciones sociales, dirigió unpensamiento a la familia salesiana enel día de María Auxiliadora, dirigióun saludo a la comunidad diocesanade Acerra —donde a causa de lapandemia no ha podido acudir devisita como estaba programado— yfinalmente relanzó la iniciativa del Añoespecial por el quinto aniversario de la«Laudato si’».

Queridos hermanos y hermanas:

Unámonos espiritualmente alos fieles católicos de China,que hoy celebran con parti-

cular devoción la fiesta de la Santísi-ma Virgen María, Auxilio de losCristianos y Patrona de China, vene-rada en el santuario de She Shan enShanghai. Confiamos a la guía yprotección de nuestra Madre Celes-tial los Pastores y fieles de la IglesiaCatólica en ese gran país, para quesean fuertes en la fe y firmes en launión fraternal, testigos alegres ypromotores de la caridad y la espe-ranza fraterna y buenos ciudadanos.

Queridos hermanos y hermanascatólicos en China, quiero asegura-

ros que la Iglesia Universal, de laque sois parte integrante, compartevuestras esperanzas y os apoya enlas dificultades de la vida. Ella osacompaña con la oración por unanueva efusión del Espíritu Santo,para que en vosotros brille la luz yla belleza del Evangelio, el poder deDios para la salvación de todos losque creen. Al expresaros una vezmás mi gran y sincero afecto, osconcedo una especial BendiciónApostólica. ¡Qué Nuestra Señora osproteja siempre! Por último, confia-mos a la intercesión de María Auxi-liadora a todos los discípulos del Se-ñor y a todas las personas de buenavoluntad que, en estos tiempos difí-ciles, en todas las partes del mundotrabajan con pasión y compromisopor la paz, por el diálogo entre lasnaciones, por el servicio a los po-bres, por el cuidado de la creación ypor la victoria de la humanidad so-bre toda enfermedad del cuerpo, delcorazón y del alma. Hoy se celebrala Jornada Mundial de las Comuni-caciones Sociales, dedicada este añoal tema de la narración. Que esteevento nos anime a contar y compar-tir historias constructivas que nosayuden a comprender que todos so-mos parte de una historia más gran-de que nosotros mismos y que pode-mos mirar hacia el futuro con espe-ranza, si realmente nos preocupamospor los demás como hermanos.

Hoy, en el día de María Auxilia-dora, dirijo un saludo afectuoso ycordial a los salesianos y salesianas.Recuerdo con gratitud la formaciónespiritual que recibí de los hijos deDon Bosco. Hoy debería habermedirigido a Acerra, para apoyar la fede esa población y el compromisode los que trabajan para combatir latragedia de la contaminación en lallamada Tierra de los fuegos. Mi vi-sita ha sido pospuesta, pero envíomis saludos, mi bendición y mialiento al Obispo, a los sacerdotes, alas familias y a toda la comunidaddiocesana, esperando encontrarnoslo antes posible. ¡Iré, seguro! Y hoyes también el quinto aniversario dela Encíclica Laudato si’, con la que

se ha llamado la atención sobre elgrito de la Tierra y los pobres. Gra-cias a la iniciativa del Dicasterio pa-ra el Servicio del Desarrollo Huma-no Integral, la “Semana Laudato si’”,que acabamos de celebrar, se tradu-cirá en un año especial del aniversa-rio del Laudato si’, un año especialpara reflexionar sobre la Encíclica,desde el 24 de mayo de este añohasta el 24 de mayo del próximo.Invito a todas las personas de buenavoluntad a unirse, para cuidar denuestro hogar común y de nuestroshermanos y hermanas más frágiles.La oración dedicada a este año serápublicada en la página web. Serábueno rezarla.

Os deseo a todos un buen domin-go. Por favor, no os olvidéis de rezarpor mí. Buen almuerzo y hastap ro n t o .

Page 3: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

número 22, viernes 29 de mayo de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

Coloquio con el cardenal Tagle

El Papa nos pide que redescubramosla misión en la vida cristiana ordinaria

sultados predeterminados por mode-los o escuelas de administración, pormuy buenos y útiles que sean. Lasherramientas de eficiencia puedenayudar, pero nunca deben reempla-zar la misión de la Iglesia. La orga-nización eclesial más eficiente puedeterminar siendo la menos misionera.Remarcando que la misión es undon del Espíritu Santo, el PapaFrancisco nos trae de vuelta a algu-nas verdades fundamentales como:la fe en Dios es un don de Diosmismo; el Reino de Dios es inaugu-rado y realizado por Dios; la Iglesiaes creada por Dios; la Iglesia des-pierta a su misión, proclama elEvangelio y va hasta los confines dela tierra porque el Señor Resucitadoenvía el Espíritu Santo del Padre.En los orígenes de la Iglesia y sumisión hay un don de Dios, no unproyecto humano. Jesús viene anuestro encuentro como Amor delPadre. Nosotros tenemos un papelque desempeñar: rezar, discernir eldon divino, recibirlo en la fe y ac-tuar sobre él como el Señor desea.Separados de esta raíz de la gracia,las acciones de la Iglesia, no sólo losproyectos de las O M P, se reducen ameras funciones y esquemas precisosde acción. Las sorpresas y “distur-bios” de Dios se consideran destruc-tivas de nuestros proyectos planea-dos. Para mí, para evitar el riesgodel funcionalismo, debemos volver ala fuente de la vida y misión de laIglesia: el don de Dios en Jesús y enel Espíritu Santo. Sin esta fuente devida, nuestro duro trabajo causaríafatiga, aburrimiento, ansiedad, com-petición, inseguridad y desespera-ción. Firmemente arraigados en eldon del Espíritu Santo, podremosen cambio enfrentar nuestra misióny sus sufrimientos con alegría y es-p eranza.

Con una imagen muy fuerte, Francescoinstó a las OMP a “romper los espejosde casa”. Las tentaciones del narcisismoy de la autosuficiencia son “enfermeda-des” que preocupan al Santo Padre.¿Cómo se puede “vacunar” contra estevirus que hace enfermar a la Iglesia?

El narcisismo es el resultado deuna visión puramente pragmática ofuncional de la misión. La misión secentra poco a poco más en mí, minombre, mi éxito, mis logros, mi fa-ma y mis seguidores y menos en laBuena Nueva de la misericordia deDios, la compasión de Jesús, losasombrosos movimientos del Espíri-tu Santo. Y cuando llegan buenosresultados, el narcisismo y el egocen-trismo llevan a sentirse autosuficien-tes. Mis resultados muestran quepuedo contar con mis habilidades.Necesitar a Dios y a otras personases, por lo tanto, un insulto a mis ca-pacidades ilimitadas. Tal autosufi-ciencia refuerza el narcisismo. Estadinámica atrapa a una persona ouna institución en un pequeño mun-do de auto-aislamiento, que es loopuesto a la misión. Este es el espe-jo que el Papa Francisco quiere que

rompamos: el egocentrismo. Debe-ríamos usar un vidrio transparenteque nos permita ver más allá de no-sotros mismos, no un espejo en elque sólo miro mi cara y el entornoque me rodea. O mejor aún, comosugiere el Papa, abramos las venta-nas y puertas, miremos afuera, salga-mos hacia la creación de Dios, haciael prójimo, hacia las esquinas de lascalles, hacia los que sufren, hacia losque están perdidos, hacia los jóve-nes, hacia los heridos. Mirándolos,esperamos vernos a nosotros mismostambién. Vemos a Dios. Son los ver-daderos espejos que deberíamos mi-rar. La vacuna contra el narcisismo yla autosuficiencia es salir de nosotrosmismos. La vacuna se llama ‘La

caciones de la vida cristiana en lasfamilias, los lugares de trabajo, lasescuelas, los negocios, las oficinas ylas parroquias. Creo que un gran de-safío es cómo ayudar a nuestros fie-les a reconocer que la fe es un granregalo de Dios, no una carga. Si so-mos felices y enriquecidos por nues-tra experiencia de fe, entonces com-partiremos este don con otros. Lamisión se convierte en el compartirun regalo, más que en una obliga-ción para cumplir. Caminamos jun-tos con nuestros hermanos y herma-nas en el mismo camino llamado mi-sión. Misión y sinodalidad se en-cuentran.

Una parte importante del Mensaje estádedicada a las donaciones. Para el Pa-

no recordar a nuestros fieles que in-cluso sus pequeñas donaciones,cuando se juntan, se convierten enuna expresión tangible de la caridadmisionera universal del Santo Padrea favor de las Iglesias necesitadas.Ningún regalo es demasiado peque-ño cuando se da por el bien común.

No hay Iglesia sin misión, nos repiteFrancisco una vez más con este fuerteMensaje que nos recuerda la EvangeliiGaudium. ¿Cuál es su esperanza comoPrefecto de la Congregación que tienela misión en su ADN?

El Mensaje de Francisco a los Di-rectores Nacionales de los OMP re t o -ma los temas principales de la Evan-gelii Gaudium. Creo que la EvangeliiGaudium es la forma original del Pa-pa Francisco de articular para nues-tro tiempo la herencia eclesiológica yla misiología del Vaticano II. Tam-bién expresa la influencia de laEvangelii nuntiandi de San Pablo VIen su visión misionera. En los últi-mos sesenta años hemos oído afir-mar a viva voz que la identidad y larazón de ser de la Iglesia es la mi-sión. La misión de la Iglesia es com-partir el don que ha recibido. Meviene a la mente la Primera Carta deSan Juan donde dice: “Lo que exis-tía desde el principio, lo que hemosoído, lo que hemos visto con nues-tros ojos, lo que contemplamos y to-caron nuestras manos acerca de laPalabra de vida…”. “Os escribimosesto para que nuestro gozo sea com-pleto” (I Juan 1, 1-4). Espero quepodamos volver a estos simples yalegres orígenes de la Iglesia y sumisión apostólica.

¿Cómo incide sobre todo esto un mo-mento extraordinario como el que esta-mos viviendo a causa de la pandemia?

La pandemia Covid-19 ha traídomucho sufrimiento y miedo a la fa-milia humana. No podemos y nodebemos ignorar su impacto en laIglesia y la misión. Podría tomarmuchos años más para entender me-jor este evento en nuestras vidas. Pe-ro podemos decir incluso ahora que,entre las incertidumbres, el aisla-miento, el desempleo, la pérdida deingresos y muchos otros efectos dela pandemia, el Espíritu Santo haderramado abundantemente los do-nes de compasión, heroísmo, amor ala familia, oración ferviente, redescu-brimiento de la Palabra de Dios,hambre de la Eucaristía, retorno aun modo de vida sencillo, cuidadode la Creación, por nombrar sólo al-gunos. Cuando la Iglesia se sintió li-mitada en sus actividades habituales,el Espíritu Santo continuó su misiónsin ninguna limitación. La Iglesia es-tá llamada a mirar y maravillarse delas asombrosas obras del EspírituSanto. Apreciamos tal don y relata-remos las historias de la acción delEspíritu Santo durante la pandemiadurante muchos años.

Iglesia en salida’. Sólo entonces nosreencontraremos realmente. Se tratade cambiar los espejos.

El Papa también pide que pensemos enlos más pobres en vez de en la autopro-moción. Pide llegar a la gente “allídónde están y como están en medio desus vidas” y de confiarse del sensus fi-dei del pueblo de Dios. ¿Están lasOMP dispuestas a cuestionarse paradar un nuevo impulso en su misiónfundamental al servicio de la Iglesia?

Reconduciendo la misión a la ac-ción del Espíritu Santo, el PapaFrancisco nos recuerda lo que es laIglesia, Templo del Espíritu Santo,el Pueblo de Dios, sujeto activo dela misión. A las OMP y a otros gru-pos orientados a la misión se recuer-da que la misión no es su competen-cia exclusiva, ni son los únicos pro-motores de la misión. La Iglesia co-mo edificio viviente del EspírituSanto ha sido misionera desde susorígenes históricos. El Papa recuerdajustamente los orígenes de las OMPen la asistencia, la oración y los ac-tos de caridad hacia la gente senci-lla. Las OMP nacieron gracias a mu-jeres y hombres que vivieron la san-tidad en su vida cotidiana, una san-tidad que los impulsó a compartir eldon de Jesús con aquellos que lo ne-cesitaban. Utilizaron los medios queles donó el Espíritu Santo: la ora-ción y los actos de caridad. El SantoPadre anima a las OMP y a la Iglesiaa devolver el significado y la realiza-ción de la misión a la ordinariedadde la vida cristiana, a hacer de la mi-sión una parte simple y sin compli-

pa es necesario superar la tentación deir en busca de “grandes donantes”,transformando las Obras MisionalesPontificias en ONG centradas en la re-caudación de fondos. ¿Cómo se imple-mentarán concretamente estas exhorta-ciones del Papa?

En la visión coherente del PapaFrancisco, las donaciones son vistascomo ofertas de caridad que acom-pañan la oración por la misión. Estaperspectiva hace que las donacioneso la recaudación de fondos sean par-te del don de la fe y de la misión.Cuando el horizonte de la donaciónse reemplaza por el de la eficienciaen la gestión de una organización,entonces las donaciones se convier-ten sólo en fondos o recursos paraser utilizados, en lugar de signostangibles de amor, de oración, decompartir los frutos del trabajo hu-mano. El peligro es que el dinero serecoja en nombre de la misión, perosin convertirse en una expresión decaridad misionera por parte del do-nante. El objetivo podría entoncesconvertirse en el de simplemente al-canzar la cantidad de dinero desea-da, en lugar de aquel de despertar laconciencia y la alegría misionera.Con la mirada puesta en un objetivomonetario, la tentación de confiarsea grandes beneficiarios se hace fuer-te. Sugiero que dediquemos mástiempo y energía a dar a la gente laoportunidad de encontrar a Jesús ysu Evangelio y ser misioneros en suvida cotidiana. Los fieles que se con-vierten en misioneros comprometi-dos y alegres son nuestro mejor re-curso, no el dinero. También es bue-

VIENE DE LA PÁGINA 1

Page 4: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

número 22, viernes 29 de mayo de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 4/5

Mensaje de la Conferencia episcopal española para el Corpus Christi

Como los discípulos de Emmaus

Unidosa Él, nos

convirtamos entestigos de la fe,

forjadores dee s p e ra n z a ,

promotores defraternidad y

constructores desolidaridad en mediode esta situación tandolorosa que estamos

a t ra v e s a n d o

Ad e m á sde alabary dar graciasa Dios por habersequedado connosotros hasta el finde los tiempos,hemos de acoger congozo su invitación acolaborar con Él enel anuncio delReino, en laatención a loshermanos y en latransformación delmundo

Sentado a la mesa con ellosPublicamos, a continuación, el mensaje enviado por losobispos de la Subcomisión Episcopal de Acción Carita-tiva y Social de la Conferencia Episcopal española, conmotivo de la festividad del Corpus Christi, Día de laCaridad, que se celebrará el domingo 14 de junio, bajoel título “Sentado a la mesa con ellos” (Lucas 24, 18).

En la solemnidad del Corpus Christi, el Señor,compadecido de nuestra enfermedad pandémica, denuestra desesperanza y soledad, nos invita a encon-trarnos con Él en el camino y a sentarnos a comer asu mesa. Espera así que, unidos a Él, nos convirta-mos en testigos de la fe, forjadores de esperanza,promotores de fraternidad y constructores de solida-ridad en medio de esta situación tan dolorosa queestamos atravesando.

1.- En un singular ayuno eucarístico

Hemos vivido semanas sin poder partici-par física y plenamente de la Eucaristía.Poco a poco vamos volviendo a unacierta normalidad al poder recuperar la

participación del Pueblo de Dios en la mesa del Se-ñor. Esta participación será progresiva y estará con-dicionada por el cumplimiento de las condicionesde aforo y de las normas. Muchos niños no han po-dido celebrar aún la Primera Comunión y no po-drán acompañar a Jesús sacramentado por las callesde nuestros pueblos y ciudades el día del CorpusChristi. Quera el Señor que esta situación de ayunoeucarístico haya acrecentado en nosotros el deseode la Eucaristía y la necesidad de profundizar en suser y significado.

2. La tentación del abandonoEl Evangelio según san Lucas contiene un pasaje

precioso que recoge la experiencia de dos discípulosque habían abandonado la comunidad, se habíansentido engañados y abandonados por Jesús, queno había cumplido sus expectativas. Desanimados yentristecidos, caminaban esa tarde de domingo ha-cía la aldea de Emaús. Atrás quedaban sus ilusionesy esperanzas, marchitadas por la incomprensiblemuerte de su Maestro. De pronto, el sombrío discu-rrir de sus pensamientos se fue llenando de luz alcompartir su historia con un Peregrino que les al-canzó por sorpresa.

Durante aquel encuentro, el Peregrino fue disi-pando sus dudas y tocando su corazón. Les cautivóde tal manera que ya no les importaba su noche, si-no la de aquel buen hombre que quería continuarsu camino; “quédate con nosotros”, le dijeron. Sen-tado a la mesa con ellos, al repetir los gestos de laúltima cena, mientras pronunciaba la bendición,partía el pan y se los iba dando, lo reconocieron. Almomento desapareció de su vista, pero les quedóclara una cosa: Cristo resucitado les había alcanza-do para compartir con ellos sus oscuridades, abrirsu corazón al sentido profundo de las Escrituras,compartir la mesa, alimentar su vida espiritual, edi-ficar la comunidad e implantar el Reino. Ahora to-caba volver a Galilea para, juntos, comenzar la mi-sión que el Maestro les había encomendado.

En nuestros días, son muchas las personas que,como los discípulos de Emaús, caminan por la vidacon desánimo, sin rumbo, desengañados por malasexperiencias. En ocasiones, expulsados de la convi-vencia social, estos hermanos viven y mueren solosante la indiferencia de casi todos. Algunos fueronempujados a su Emaús particular por desengañosamorosos, por fracasos personales, por creerse auto-suficientes o porque, sencillamente, no encontraronsitio en una sociedad tremendamente competitiva.

Esta situación de muchos hermanos y hermanasnuestros se ha visto agravada por la reciente pande-mia que venimos padeciendo desde hace meses.Dios necesita de cada uno de nosotros para hacersepresente a tantos caminantes de Emaús que avan-zan sin rumbo y sin ánimo. Algunos, además, nocuentan con lo necesario para llevar una vida dignapues carecen de la acogida social, de un hogar ade-cuado y del alimento necesario para el sustento dia-rio. Esta pandemia no solo nos está dejando dolo-rosas muertes, sino que está provocando ademásuna grave crisis económica y social.

Como consecuencia de la crisis, está creciendo elnúmero de personas que sufren física, social, psico-

lógica y espiritualmente. Muchas ya están experi-mentando la noche oscura de los discípulos deEmaús al pensar que todo está perdido. Sin embar-go, en medio de tanto dolor y desánimo, al igualque los discípulos de Emaús, bastantes hermanosestán descubriendo la presencia misericordiosa deDios en aquellos que el Papa Francisco ha llamado“los santos de al lado”: el personal sanitario, lasfuerzas de seguridad, los capellanes de los hospita-les, los vecinos… han sido como estrellas de espe-ranza en el oscuro camino que nos ha tocado reco-rrer. Hoy, más que nunca, tenemos necesidad demuchas personas que puedan ser “santos de al la-do”, de los que Dios se pueda servir para hacersepresente y ofrecer esperanza a quienes caminan per-didos y desesperanzados.

En medio de tanto dolor, no podemos olvidarnosde aquellos hermanos nuestros que han fallecidopor la infección del virus. Oramos por ellos paraque participen por toda la eternidad de la victoriadel Resucitado. Encomendamos también a sus fa-miliares y amigos para que, además de experimen-tar la cercanía y el calor de los más cercanos, pue-dan también descubrir en Jesucristo el fundamento

de su esperanza y el faro que ilumine su peregrina-ción por este mundo hasta el reencuentro futuro.

La Iglesia, la familia de los hijos de Dios, imitan-do a su Maestro, quiere seguir ofreciendo el susten-to material a quien lo necesita, el acompañamientoa quienes se sienten solos y el alimento espiritual,que nace de la Palabra y de los Sacramentos, a to-dos los que tienen hambre de Dios o necesitan en-contrarse con Él para descubrir el verdadero sentidode su vida. Esta es la gran obra social que la Igle-sia, nacida del mismo Jesucristo, quiere seguir reali-zando hasta el encuentro definitivo con el Padre.

3. Eucaristía: fuente del amor, de la comunión ydel servicio

El día antes de culminar su entrega a Dios y alos hermanos, muriendo en la cruz, Jesús, durantela última cena con sus discípulos, quiso dejar unmemorial de su obra de salvación instituyendo laEucaristía. Durante la celebración, pide a los discí-pulos que renueven aquel gesto y aquellas palabrasen memoria de su vida entregada por amor. Con laspalabras “haced esto en memoria mía”, confía a la

comunidad cristiana el encargo de reunirse con asi-duidad para celebrar este misterio de amor y comu-nión.

La Eucaristía es, por tanto, para el cristiano, elmemorial del amor de Dios hacia cada ser humano,que se manifiesta en la entrega de su Hijo Jesucris-to. Al participar con fe en la celebración eucarísticanos unimos profundamente a Cristo y recibimos deÉl la fuerza y el amor necesarios para vivir nuestraentrega generosa y servicial a los hermanos. En ca-da Eucaristía, actualizamos sacramentalmente estemisterio de amor, pero un día al año, el día delCorpus Christi, lo hacemos con una especial solem-nidad. Por eso, en esta jornada, la Iglesia celebratambién el día de la Caridad, puesto que anuncia-mos y celebramos con profunda fe que de la Euca-ristía mana la fuente de todo amor y santidad.

La Iglesia, inundada de alegría, adorna, canta,proclama y adora a Cristo muerto y resucitado en elsacramento de la fe y de la comunión. Él es el ori-gen, camino y meta que puede dar sentido a todaexistencia humana y que muestra la vocación a laque es llamado todo cristiano. Jesús nos da real-mente su Cuerpo y su Sangre, verdadero maná, que

alimenta nuestra vida y la llena de sentido nuestraperegrinación por este mundo hacía la patria celes-tial. Al recibir al Señor, recibimos el don de la co-munión para vencer el virus de la división y el dondel amor para hacer frente a la pandemia de la in-d i f e re n c i a .

Además de alabar y dar gracias a Dios por haber-se quedado con nosotros hasta el fin de los tiem-pos, hemos de acoger con gozo su invitación a co-laborar con Él en el anuncio del Reino, en la aten-ción a los hermanos y en la transformación delmundo. En la Eucaristía experimentamos la alegríade vivir y recibimos el alimento necesario para repa-rar nuestras fuerzas desgastadas en el servicio a loshermanos.

Este trabajo de transformación del mundo no po-demos llevarlo a cabo solos. Necesitamos de todosy particularmente de nuestras autoridades políticas,civiles, económicas y religiosas. Necesitamos perso-nas con mucha paciencia, con la mirada puesta enlos más frágiles de nuestra sociedad, y con una fir-me voluntad de llegar a acuerdos y de aplicarlos.

Que exista esa voluntad, es hoy lo más importan-te. Pedimos a todos los ciudadanos que ayuden a

hacer posible un diálogo constructivo y eficaz. Ora-mos para que los muros sean superados, para quelos egos, los intereses particulares y las ideologíassean dejadas a un lado. Oremos para que cuandolos interlocutores se encuentren juntos en la mismasala, se miren a los ojos y perciban nuestro clamor yánimo: «adelante, ustedes pueden…». Esperamosque de estos encuentros emerja también la complici-dad y que el gesto de afecto facilite el acercamientode posturas. Oramos para que el virus de la divi-sión, el diabolos, que estará siempre al acecho, noconsiga romper el buen hacer de todos los interlo-cutores pues está en juego la construcción del biencomún en esta querida casa de todos, que es nues-tra sociedad.

4. Comunidad misionera al servicio de losp obres

Desde la comunión con quienes sufren a causade la enfermedad o de la muerte de sus seres queri-dos, y desde la cercanía a tantas personas que care-cen de lo necesario para vivir dignamente, el Señornos invita a dejarnos alcanzar por Él, a compartirsu mesa, a ser sus discípulos y, llegado el momento,nos anima a salir en misión. No podemos quedar-nos bloqueados por el dolor. El Señor nos llamaconstantemente a ser discípulos misioneros, a salir alos caminos y encrucijadas de la historia para con-vocar a todos, especialmente a los desesperanzados,a los pobres y excluidos, a los que experimentan laviolencia y la persecución, y a los que habitan enlas diferentes periferias de nuestro mundo.

En cada Eucaristía el Señor nos invita a ser comoel peregrino del Evangelio que sale al encuentro detantos hermanos y hermanas que, como los discípu-los de Emaús, deambulan por la vida, marcadospor la oscuridad del sinsentido, de la falta de unhogar, de la soledad e incluso de las ganas de vivir.Al comulgar con el Cuerpo de Cristo, somos envia-dos por Él con la energía y la luz necesarias parasalir al mundo, para partirnos por los heridos de lavida, para forjar las comunidades que puedan reci-birlos con hospitalidad evangélica.

Quienes se preguntan dónde está la Iglesia en es-tos momentos, pueden dirigir su pregunta a los po-bres, a los enfermos, a los discapacitados, a los queestán solos, a los ancianos abandonados, a los quebuscan sentido en medio de la oscuridad, a los quehan perdido un familiar querido, a tantos que bus-can a alguien que les escuche… Ellos han encontra-do el rostro de la Iglesia en la acogida de los miem-bros de Caritas y de tantas otras entidades de Igle-sia, en los hospitales, los comedores, los centros deacogida y las residencias de ancianos de parroquiasy de diversas instituciones eclesiales. Ellos la hanencontrado en tantos hombres y mujeres creyentes,que también son la Iglesia, y que se gastan y des-gastan por edificar un mundo más justo, más frater-no, más humano y más abierto a Dios. La han en-contrado en tantos médicos, enfermeros, auxiliares,transportistas, farmacéuticos, policías, militares, mu-chos de ellos católicos, que son también la Iglesia.La Iglesia, con la ayuda del Señor, seguirá realizan-do este servicio diariamente, con humildad, sin pre-tender ocupar las primeras páginas de los periódi-cos.

Hoy, día del Corpus Christi y de la Caridad, laIglesia que peregrina en España da gracias a Diospor los miles de católicos que, unidos al Señor, ilu-minados por su Palabra, alimentados del Cuerpo deCristo, viven ofreciendo sus vidas y sus recursos alos más necesitados. Damos gracias a los agentes depastoral, a los voluntarios de Caritas y de tantísimasotras instituciones de la Iglesia. Esta familia que esla Iglesia invita a orar con intensidad por todosellos, para que el Señor les regale fortaleza de espí-ritu y lucidez para afrontar la nueva realidad de ne-cesidad y pobreza que está emergiendo. Y, al mis-mo tiempo que recibe el don del Corpus Christi,invoca la especial intercesión de María para quenos libre de la pandemia provocada por el corona-virus y de tantas otras pandemias que a veces nosquedan lejanas pero que provocan sufrimiento amuchos hermanos y hermanas de aquí y del mundoentero. Que Santa María, Madre de Dios y Madrenuestra, nos ayude a poner siempre nuestro corazónen los bienes del cielo y oriente nuestra mirada ha-cia sus hijos más necesitados.

Page 5: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

página 6 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 29 de mayo de 2020, número 22

Entrevista al secretario general de las Naciones Unidas António Guterres

Las amenazas globales exigen una nueva solidaridadProfundo reconocimiento al Papa Francisco por el apoyo al llamamiento por un alto el fuego mundial

promiso mundial, su compasión ysus llamamientos a la unidad reafir-man los valores fundamentales queguían nuestra labor: reducir elsufri-miento humano y promover la digni-dad humana. Cuando lancé el llama-miento por el alto el fuego, mi men-saje a las partes involucradas en con-flictos en todo el mundo fue simple:la lucha debe cesar para que poda-mos concentrarnos en nuestro ene-migo común, la Covid-19.

Hasta ahora, el llamamiento harecibido el apoyo de 115 gobiernos,organizaciones regionales, más de200 grupos de la sociedad civil y deotros líderes religiosos. Dieciséis gru-pos armados se han comprometido aponer fin a la violencia. Además, mi-llones de personas han firmado unapetición de apoyo en línea.

Pero la desconfianza sigue siendogrande, y es difícil traducir estoscompromisos en acciones que mar-quen una diferencia en las vidas delos que sufren los efectos de los con-flictos.

Mis representantes y enviados es-peciales trabajan de manera incansa-ble en todo el mundo, con mi parti-cipación directa cuando es necesario,para convertir las intenciones expre-sadas en ceses del fuego concretos.

Sigo instando a las partes en con-flicto, y a todos los que puedan in-fluir en ellas, a que pongan la saludy la seguridad de las personas enprimer lugar.

También quisiera mencionar otrollamamiento que he hecho y queconsidero esencial: un llamamiento ala paz interna. En todo el mundo,con la propagación de la pandemiatambién estamos viendo un preocu-pante aumento de la violencia contralas mujeres y las niñas. He pedido alos gobiernos, a la sociedad civil y atodos los que pueden ayudar en elmundo que se movilicen para prote-ger mejor a las mujeres. También hepedido a los líderes religiosos de to-das las religiones que condenen ine-quívocamente todos los actos de vio-lencia contra las mujeres y las niñasy que defiendan los principios fun-damentales de la igualdad.

Hace unos meses, mucho antes de queestallara la pandemia, usted habló delmiedo como la mercancía más fácil devender. Este es un tema que ahora, enestas semanas, corre el riesgo de ampli-ficarse aún más. ¿Cómo cree que sepuede contrarrestar, y especialmente eneste difícil período, el sentimiento demiedo que se está extendiendo entre lagente?

La pandemia del Covid-19 no essólo una emergencia sanitaria mun-dial. En las últimas semanas ha ha-bido un aumento en las teorías deconspiración y sentimientos xenófo-bos. En algunos casos, periodistas,trabajadores sanitarios o defensoresde los derechos humanos han sidoobjeto de ataques sólo por hacer sutrabajo. Desde el comienzo de estacrisis, he hecho un llamamiento a lasolidaridad entre las sociedades yentre los países. Nuestra respuesta

debe basarse en los derechos huma-nos y en la dignidad humana.

También he pedido a las institu-ciones educativas que se centren enla alfabetización digital, y he instadoa los medios de comunicación, espe-cialmente a las sociedades de comu-nicación social, a que se esfuercenmucho más por informar y eliminarlos contenidos racistas, misóginos oque puedan ser perjudiciales decualquier modo, de conformidadcon las normas internacionales dederechos humanos.

Los líderes religiosos tienen unpapel crucial que desempeñar en lapromoción del respeto mutuo en suscomunidades y más allá de ellas. Es-tán situados en una óptima posiciónpara cuestionar los mensajes inexac-tos y perjudiciales y para alentar atodas las comunidades a promoverla no violencia y a rechazar la xeno-fobia, el racismo y todas las formasde intolerancia.

Las noticias falsas de las que reciente-mente usted ha denunciado una propa-gación cada vez mayor contribuyenciertamente a aumentar el miedo. ¿Có-mo podemos combatir la desinformaciónsin arriesgarnos, en nombre de esta ba-talla, a oscurecer la libertad y los dere-chos fundamentales?

La gente en el mundo quiere sa-ber qué hacer y dónde acudir parapedir consejo. En cambio, se venobligados a manejar una epidemiade desinformación que, si va mal,puede poner en peligro vidas.

Rindo honores a los periodistas ya los que controlan la informaciónen la montaña de historias y publi-caciones engañosas en las redes so-ciales. En apoyo de este compromi-so, he puesto en marcha una iniciati-va de respuesta en materia de comu-nicaciones de las Naciones Unidasdenominada Verified, que tiene porobjeto proporcionar a las personasinformación precisa y basada en he-chos, al tiempo que fomenta las so-luciones y la solidaridad a medidaque pasamos de la crisis a la recupe-ración.

Los líderes religiosos también tie-nen un papel que desempeñar, utili-zando sus redes y sus aptitudes decomunicación para apoyar a los go-biernos en la promoción de las me-didas de salud pública recomenda-das por la Organización Mundial dela Salud —desde el distanciamientofísico hasta la buena higiene— y para

desmentir la información falsa y losru m o re s .

Entre la información infundada quellega diariamente a la opinión públicase encuentran muchas críticas a los or-ganismos de las Naciones Unidas, co-mo la Organización Mundial de laSalud (OMS). ¿Cuál es su opinión so-bre este asunto?

Mientras lloramos las vidas perdi-das por el virus, nos angustia el he-cho que haya muchas más, especial-mente en lugares menos capaces dehacer frente a una pandemia.

Mirar hacia atrás para ver cómo seha desarrollado la pandemia y la res-puesta internacional será esencial.Pero en este momento la Organiza-ción Mundial de la Salud y todo elsistema de las Naciones Unidas es-tán librando una carrera contra eltiempo para salvar vidas.

Me preocupa de forma particularla falta de solidaridad adecuada conlos países en desarrollo, tanto paraproporcionarles lo que necesitan pa-ra responder a la pandemia de Co-vid-19 como para hacer frente a lasdramáticas repercusiones económicasy sociales en los más pobres delmundo.

La Organización Mundial de laSalud y todo el sistema de las Na-ciones Unidas están plenamente mo-vilizados para salvar vidas, prevenirla carestía, aliviar el dolor y planifi-car la recuperación. Hemos definidoun plan de respuesta humanitariaglobal de 7.600 millones de dólarespara las poblaciones más vulnera-bles, incluidos los refugiados y losdesplazados internos. Hasta ahora,los donantes han ofrecido casi 1.000millones de dólares y yo sigo esfor-zándome por garantizar que esteplan esté plenamente financiado.

Nuestros equipos en diferentespaíses están trabajando en coordina-ción con los Gobiernos para movili-zar fondos, ayudar a los ministeriosde salud a prepararse y apoyar medi-das económicas y sociales, desde laseguridad alimentaria y la educaciónen el hogar hasta las transferenciasde efectivo y mucho más.

Nuestras operaciones de paz con-tinúan llevando a cabo sus impor-tantes mandatos de protección y sos-teniendo los procesos políticos y depaz.

Las redes de distribución de lasNaciones Unidas se han puesto adisposición de los países en vías dedesarrollo, con millones de equipos

de prueba, respiradores y mascarillasquirúrgicas que llegan ahora a másde cien países. Hemos organizadovuelos solidarios para llevar más su-ministros y operadores a decenas depaíses de África, Asia y América La-tina. Y desde el inicio he movilizadolas competencias especializadas delas que dispone el sistema de las Na-ciones Unidas para proporcionaruna serie de informes y sesiones in-formativas sobre políticas que ofrez-can análisis y asesoramiento parauna respuesta eficaz y coordinada dela comunidad internacional. (htt-p s : / / w w w. u n . o rg / e n / c o ro n a v i r u s / u n - s e -c re t a r y - g e n e ra l )

Vivimos en una época en la que semultiplican los ataques al multilatera-lismo. ¿Es necesario, en su opinión, for-talecer la confianza en las institucionesinternacionales? ¿Y cómo se puede con-seguir esto?

La colaboración y la contribuciónde todos los Estados -incluidos losmás poderosos- es esencial no sólopara combatir la Covid-19, sino tam-bién para hacer frente a los desafíosde la paz y la seguridad que se pre-sentan. También son esenciales paraayudar a crear las condiciones parauna recuperación efectiva en el mun-do desarrollado y en aquel en víasde desarrollo.

El virus ha demostrado nuestrafragilidad global. Y esta fragilidadno se limita a nuestros sistemas desalud. Afecta a todas las áreas denuestro mundo y de nuestras institu-ciones.

La fragilidad de los esfuerzosmundiales coordinados se pone derelieve por nuestra falta de respuestaa la crisis climática, por el crecienteriesgo de proliferación nuclear, pornuestra incapacidad de unirnos pararegular mejor la red. La pandemiadebe ser una llamada de alerta Lasmortíferas amenazas mundiales exi-gen una nueva unidad y solidaridad.

Usted ha aplaudido públicamente lainiciativa europea para desarrollar lavacuna contra la Covid-19. Sin embar-go, el descubrimiento mismo de la va-cuna podría hacer que nazca en algu-nos la tentación de algunos de ocuparuna posición dominante en la comuni-dad internacional. ¿Cómo se puede evi-tar este peligro? ¿Y cómo podemos ase-gurarnos de que, antes de que la vacu-na esté disponible, se prueben los trata-mientos que han demostrado algún tipode eficacia?

En un mundo interconectado, na-die está a salvo hasta todos están asalvo. Esa fue, en resumen, la esen-cia de mi mensaje en el lanzamientodel “Acelerador ACT”, es decir, la co-laboración mundial para acelerar eldesarrollo, la producción y el accesoequitativo a nuevos diagnósticos, te-rapias y vacunas para la Covid-19.Debería ser visto como un bien pú-blico. No es una vacuna o una curapara un país o región o la mitad delmundo, sino una vacuna y una curaque sean accesibles, seguras, eficaces,fáciles de administrar y universal-mente disponibles para todos, en to-

VIENE DE LA PÁGINA 1

Page 6: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

número 22, viernes 29 de mayo de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 7

Carta pontificia por los veinticinco años de la «Ut unum sint» de Juan Pablo II

Gestos proféticosen el camino hacia la unidad

das partes. Esta vacuna debe ser lavacuna de la gente.

¿Cómo es posible que haya países deserie A y países de serie B en la luchacontra el virus? Además, existe el riesgode que la pandemia amplíe la brechaentre los ricos y los pobres del mundo.¿Cómo se puede prevenir esto?

La pandemia está sacando a la luzlas desigualdades en todas partes.Desigualdades económicas, desigual-dad en el acceso a los servicios sani-tarios y mucho más. El número depobres podría crecer en 500 millo-nes, el primer aumento en treintaaños. No podemos permitir que esosuceda y por eso sigo pidiendo unpaquete de ayuda global que ascien-da al menos al 10% de la economíamundial.

Los países más desarrollados pue-den hacerlo con sus propios recur-sos, y algunos ya han comenzado aaplicar esas medidas. Pero los paísesen desarrollo necesitan un apoyoconsistente y urgente. El Fondo Mo-netario Internacional ya ha aproba-do la financiación de emergencia pa-ra un primer grupo de países en víasde desarrollo. El Banco Mundial haindicado que, con recursos nuevos yexistentes, puede proporcionar160.000 millones de dólares america-nos de financiación en los próximos15 meses. El G20 ha apoyado la sus-pensión del pago de la deuda de lospaíses más pobres.

Aprecio plenamente estas medi-das, que pueden proteger a las per-sonas, los empleos y aportar benefi-cios en términos de desarrollo. Peroesto no será suficiente y será impor-tante considerar medidas adiciona-les, entre ellas, la reducción de ladeuda, para evitar crisis financieras yeconómicas prolongadas.

Hay quien sostiene que después de lapandemia el mundo nunca volverá aser el mismo. ¿Cuál podría ser el futu-ro de las Naciones Unidas en el mun-do de mañana?

La recuperación de la pandemiaofrece oportunidades para llevar almundo por un camino más seguro,saludable, sostenible e inclusivo.

Habrá que abordar las desigualda-des y las diferencias en materia deprotección social que han surgido demanera tan dolorosa. También ten-dremos la oportunidad de poner a lamujer y la igualdad de género enprimer plano para ayudar a construiruna resiliencia de cara a las crisis fu-turas.

La recuperación también debe irde la mano de la acción por el cli-ma. He pedido a los gobiernos quese aseguren de que los fondos pararevitalizar la economía se utilicenpara invertir en el futuro, no en elpasado. El dinero de los contribu-yentes debería utilizarse para acele-rar la descarbonización de todos losaspectos de nuestra economía y darprioridad a la creación de empleosverdes. Ahora es el momento de im-poner un impuesto al carbón y hacerque quien contamina pague por sucontaminación. Las instituciones fi-nancieras y los inversores deben te-ner plenamente en cuenta los riesgosclimáticos. Nuestro modelo siguesiendo los objetivos del desarrollosostenible y el Acuerdo de París so-bre el cambio climático.

Este es el momento de ser decidi-dos. Decididos a derrotar la Covid-19 y salir de la crisis construyendoun mundo mejor para todos.

Que el Espíritu Santo «inspirenuevos gestos proféticos y fortalezcala caridad fraterna entre todos losdiscípulos de Cristo». Es el auspiciocon el que se cierra la carta que elPapa envio el lunes 25 de mayo alcardenal Kurt Koch, presidente delPontificio consejo para la Promociónde la Unidad de los Cristianos, conocasiàon del XXV aniversario de laencíclica «Ut unum sint» de JuanPablo II: un texto, subrayaFrancisco, que ha confirmado «demodo irreversible el compromisoecuménico de la Iglesia Católica».

Al querido hermano CardenalKurt Koch, Presidente delPontificio Consejo para la

Promoción de la Unidad de losCristianos

Mañana se cumplenveinticinco años de lafirma por parte desan Juan Pablo II de

la Carta encíclica Ut unum sint.Con la mirada puesta en el hori-zonte del Jubileo de 2000, queríaque la Iglesia, en su camino haciael tercer milenio, tuviera en cuentala oración insistente de su Maestroy Señor: «¡Que todos sean uno!»(cf. Jn 17, 21). Por ello, escribióesa Encíclica que confirmó «demodo irreversible» (UUS, 3) elcompromiso ecuménico de la Igle-sia Católica. La publicó en la So-lemnidad de la Ascensión del Se-ñor, colocándola bajo el signo del Espíritu Santo,el artífice de la unidad en la diversidad, y en estemismo contexto litúrgico y espiritual la conme-moramos y proponemos al Pueblo de Dios. ElConcilio Vaticano II reconoció que el movimien-to para el restablecimiento de la unidad de todoslos cristianos «ha surgido […] con ayuda de lagracia del Espíritu Santo» (Unitatis redintegratio,1). También afirmó que el Espíritu, mientras«obra la distribución de gracias y servicios», es«el principio de la unidad de la Iglesia» (ibíd.,2). Y la Encíclica Ut unum sint reitera que «la le-gítima diversidad no se opone de ningún modo ala unidad de la Iglesia, sino que por el contrarioaumenta su honor y contribuye no poco al cum-plimiento de su misión» (n. 50). De hecho, «sóloel Espíritu Santo puede suscitar la diversidad, lamultiplicidad y, al mismo tiempo, producir launidad. […] Es él el que armoniza la Iglesia».Me viene a la mente aquella bella palabra de sanBasilio, el Grande: «Ipse harmonia est, él mismo esla armonía» (Homilía en la catedral católica delEspíritu Santo, Estambul, 29 noviembre 2014). Eneste aniversario, doy gracias al Señor por el cami-no que nos ha permitido recorrer como cristianosen busca de la comunión plena. Yo también com-parto la sana impaciencia de aquellos que a vecespiensan que podríamos y deberíamos esforzarnosmás. Sin embargo, no debemos dejar de confiar yde agradecer: se han dado muchos pasos en estasdécadas para sanar heridas seculares y milenarias;ha crecido el conocimiento y la estima mutua, fa-voreciendo la superación de prejuicios arraigados;se ha desarrollado el diálogo teológico y el de lacaridad, así como diversas formas de colabora-ción en el diálogo de la vida, en el ámbito de lapastoral y cultural. En este momento, pienso enmis queridos Hermanos que presiden las diversasIglesias y Comunidades Cristianas; y también entodos los hermanos y hermanas de todas las tra-diciones cristianas que son nuestros compañerosde viaje. Al igual que los discípulos de Emaús,podemos sentir la presencia del Cristo resucitadoque camina a nuestro lado y nos explica las Es-

crituras, y reconocerlo en la fracción del pan, enla espera de compartir juntos la mesa eucarística.

Renuevo mi agradecimiento a todos los quehan trabajado y siguen haciéndolo en ese Dicas-terio para mantener viva la conciencia de este ob-jetivo irrenunciable dentro de la Iglesia. En parti-cular, me complace acoger dos iniciativas recien-tes. La primera es un Vademécum ecuménico pa-ra obispos, que se publicará el próximo otoño co-mo estímulo y guía para el ejercicio de sus res-ponsabilidades ecuménicas. En efecto, el serviciode la unidad es un aspecto esencial de la misióndel obispo, quien es «el principio fundamentoperpetuo y visible de unidad» en su Iglesia parti-cular (Lumen gentium, 23; cf. CIC 383§3; CCEO902-908). La segunda iniciativa es la presentaciónde la revista Acta Œcumenica, que, en la renova-ción del Servicio de Información del Dicasterio,se propone como un subsidio para quienes traba-jan para el servicio de la unidad.

En el camino hacia la comunión plena es im-portante recordar el trayecto recorrido, pero tam-bién se necesita escudriñar el horizonte con la en-cíclica Ut unum sint, preguntándose: «Quanta estnobis via?» (n. 77), «¿cuánto camino nos separatodavía?». Algo es cierto, la unidad no es princi-palmente el resultado de nuestra acción, sino quees don del Espíritu Santo. Sin embargo, esta «novendrá como un milagro al final: la unidad vieneen el camino, la construye el Espíritu Santo en elcamino» (Homilía en las vísperas, San Pablo ex-tramuros, 25 enero 2014). Por lo tanto, invoque-mos al Espíritu con confianza, para que guíenuestros pasos y cada uno escuche con renovadovigor el llamado a trabajar por la causa ecuméni-ca; que Él inspire nuevos gestos proféticos y for-talezca la caridad fraterna entre todos los discípu-los de Cristo, «para que el mundo crea» (Jn 17,21) y se acreciente la alabanza al Padre que estáen el Cielo.

Vaticano, 24 de mayo de 2020.

FRANCISCO

Page 7: OL’ S S E RVATOR E ROMANO · OL’ S S E RVATOR E ROMANO Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt

página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 29 de mayo de 2020, número 22

En la audiencia general el Pontífice habla del valor de la oración de los justos

Un dique potente ante las oleadas de maldadLa oración es «el dique» y «el refugio del hombre frente a la oleada de maldadque crece en el mundo». Lo subrayó el Papa Francisco en la audiencia generalque se llevó a cabo el 27 de mayo, en la Biblioteca privada del Palacioapostólico Vaticano, sin presencia de fieles a causa de las medidas dedistanciamiento social adoptadas para contener la pandemia. Continuando elciclo de catequesis que se inició el miércoles 6, el Pontífice centró su meditaciónen la oración de los justos.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Dedicamos la catequesis de hoy a la oración de los justos. El plande Dios para la humanidad es bueno, pero en nuestra vida coti-diana experimentamos la presencia del mal: es una experienciade todos los días. Los primeros capítulos del libro del Génesis

describen la expansión progresiva del pecado en los asuntos humanos.Adán y Eva (cf. Génesis 3, 1-7) dudan de las intenciones benévolas de Dios,pensando que puede tratarse de una divinidad envidiosa, que impide su fe-licidad. De ahí la rebelión: ya no creen en un Creador generoso, que deseasu felicidad. Su corazón, cediendo a la tentación del maligno está domina-do por delirios de omnipotencia: «Es que Dios sabe muy bien que el díaen que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conoce-dores del bien y del mal» (cf. v. 5). Y esta es la tentación: esta es la ambi-ción que entra en el corazón. Pero la experiencia va en sentido contrario:

de Dios y el poder de Dios siempre da vida: siempre. Es el Dios de la viday hace renacer.

He aquí por qué el dominio de Dios transita en la cadena de estos hom-bres y mujeres, a menudo incomprendido o marginados en el mundo. Peroel mundo vive y crece gracias a la fuerza de Dios que estos servidores su-yos atraen con su oración. Son una cadena para nada bulliciosa, que rara-mente llega a los titulares de los medios y, sin embargo, es tan importantepara devolver la confianza al mundo. Recuerdo la historia de un hombre:un jefe de gobierno, importante, no de este tiempo, de tiempos pasados.Un ateo que no tenía sentido religioso en el corazón, pero de niño escu-chaba a su abuela rezar y eso permaneció en su corazón. Y en un momen-to difícil de su vida, ese recuerdo volvió a su corazón y decía: «Pero laabuela rezaba…» Comenzó así a rezar con las fórmulas de la abuela y allíencontró a Jesús. La oración es una cadena de vida, siempre: tantos hom-bres y mujeres que rezan, siembran vida. La oración siembra vida, la pe-queña oración: por eso es muy importante enseñar a los niños a rezar. Amí me duele cuando encuentro a niños que no saben hacer la señal de lacruz, porque es la primera oración. Es importante que los niños aprendana rezar. Después, tal vez, se podrán olvidar, tomar otro camino; pero lasprimeras oraciones aprendidas desde niño permanecen en el corazón, por-que son una semilla de vida, la semilla del diálogo con Dios.

El camino de Dios en la historia de Dios ha pasado a través de ellos: hapasado por un «remanente» de la humanidad que no se ha uniformado ala ley del más fuerte, sino que ha pedido a Dios cumplir sus milagros y so-bretodo transformar nuestro corazón de piedra en corazón de carne (cf.Ezequiel 36, 26). Y esto ayuda la oración: porque la oración abre la puertaa Dios, transformando nuestro corazón tantas veces de piedra, en un cora-zón humano. Y es necesaria tanta humanidad, y con la humanidad se rezabien.

El ejemplo de santidad de Pablo VI —del que el 29 de mayo se celebra lamemoria litúrgica— fue subrayado por el Papa en el saludo dirigido a los fielesitalianos que siguieron la audiencia a través de los medios de comunicación.

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española que siguen esta cate-quesis a través de los medios de comunicación social. Los animo a leer lasprimeras páginas del libro del Génesis para redescubrir la fuerza que tienela oración de los «amigos de Dios», y para hacer nosotros lo mismo. Invo-quemos su Nombre con confianza y elevemos nuestra oración conjunta pa-ra que el Señor sane a este mundo de todas sus dolencias, y a nosotros noshaga experimentar la alegría de la salvación. Que Dios los bendiga.

“ La oración cultiva parterres derenacimiento en lugares donde

el odio del hombre ha sido capaz solode ampliar el desierto. Y la oración espotente, porque atrae el poder de Dios

y el poder de Dios siempre da vida:siempre. Es el Dios de la vida y hace

re n a c e r.

zón… Y así la historia de la primera hermandad se concluye con un homi-cidio. Pienso, hoy, en la fraternidad humana… guerras en todas partes.

En los descendientes de Caín se desarrollan los oficios y las artes, perose desarrolla también la violencia, expresada por el siniestro cántico de La-mec, que suena como un himno de venganza: «Y dijo Lamec a sus muje-res: Yo maté a un hombre por una herida que me hizo y a un muchachopor un cardenal que recibí. Caín será vengado siete veces, mas Lamec loserá setenta y siete» (Génesis 4, 23-24). La venganza: «La has hecho, la pa-garás». Pero esto no lo dice el juez, lo digo yo. Y yo me hago juez de lasituación. Y así el mal se extiende como una mancha de aceite, hasta ocu-par todo el cuadro: «Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía enla tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puromal de continuo» (Génesis 6, 5). Los grandes frescos del diluvio universal(caps. 6-7) y de la torre de Bebel (cap. 11) revelan que hay necesidad de unnuevo inicio, como una nueva creación, que tendrá su cumplimiento en Je-sucristo.

Y, sin embargo, en estas primeras páginas de la Biblia está escrita tam-bién otra historia, menos llamativa, mucho más humilde y devota, que re-presenta la redención de la esperanza. si casi todos se comportan de mane-ra brutal, haciendo del odio y de la conquista el gran motor de la vida hu-mana, hay personas capaces de rezar a Dios con sinceridad, capaces de es-cribir de modo diverso el destino del hombre. Abel ofrece a Dios un sacri-ficio de primogénitos. Después de su muerte, Adán y Eva tuvieron un ter-cer hijo, Set, de quien nace Enós, (que significa «mortal») y se dice: «Estefue el primero en invocar el nombre de Yahveh» (4, 26). Después apareceHenoc, personaje que «anduvo con Dios» y al que Dios se lo llevó (cf. 5,22.24). Y finalmente está la historia de Noé, hombre justo que «andabacon Dios» (6, 9), frente a quien Dios contiene su propósito de exterminarla humanidad (cf. 6, 7-8).

Leyendo estos relatos, se tiene la impresión de que la oración es el di-que, el refugio del hombre frente a la oleada de maldad que crece en elmundo. Mirándolo bien, rezamos también para ser salvados de nosotrosmismos. Es importante rezar: «Señor, por favor, sálvame de mí mismo, demis ambiciones, de mis pasiones».

Los orantes de las primeras páginas de la Biblia son hombres obradoresde paz: de hecho, la oración, cuando es auténtica, libera de los instintos deviolencia y es una mirada dirigida a Dios, para que vuelva Él a cuidar delcorazón del hombre. Se lee en el Catecismo: «Este carácter de la oraciónha sido vivido en todas las religiones» (CIC, 2569). La oración cultiva par-terres de renacimiento en lugares donde el odio del hombre ha sido capazsolo de ampliar el desierto. Y la oración es potente, porque atrae el poder

sus ojos se abrieron y se dieron cuentade que estaban desnudos (v. 7), sin na-da. No olvidéis esto: el tentador es unmal pagador, paga mal.

El mal se vuelve aún más perturbadorcon la segunda generación humana, esmás fuerte: es el caso de Caín y Abel(cf. Génesis 4, 1-16). Caín tiene envidiadel hermano: está el gusano de la envi-dia; incluso siendo él el primogénito, vea Abel como un rival, alguien que aten-ta contra su primado. El mal se asoma asu corazón y Caín no es capaz de domi-narlo. El mal comienza a entrar en elcorazón: los pensamientos son siemprede mirar mal al otro, con sospecha. Yesto, sucede también con el pensamien-to: «Este es malo, me hará daño». Y es-te pensamiento va entrando en el cora-