Observacion de La Criminalidad

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Introducción Con el presente trabajo nos proponemos a tratar de aportar una mirada interdisciplinaria acerca de las muchas maneras en que se presenta la violencia. Desde la plataforma de la seguridad ciudadana trataremos de asomarnos al tema que la atraviesa, pondremos una mirada local, próxima a la manifestación de los problemas y lo más cercana a sus causas. Intentaremos a abordar la problemática desde los gobiernos municipales ya que desde los mismos se pueden llevar a cabo actividades de observación de la criminalidad, de investigación social y de diseño de políticas públicas. Creemos que en el marco estrecho de la localía, de la vecindad, puede asomar una profunda mirada de las causas más que de las consecuencias. Si miramos con ojos de vecino y con criterio de especialistas, podremos combinar conocimientos con realismo practico, enfrentando los problemas desde su origen y al delito más emparentado con sus factores asociados que desde una visión épica donde todo se plantea como un campo de batalla donde los buenos (representados por el personal de seguridad del estado y del ámbito privado) se harán cargo de los “malos” (los que cometen delito) liberando su nefasta influencia a las víctimas (los vecinos). Creemos que ni el delito admite una hipótesis de de guerra, así que descartando un hipotético combate contra el delito y el incremento de las estadísticas, ni tampoco acepta un tratamiento ingenuo, pensado que con multiplicar bienestar habremos de neutralizarlo. Tenemos una mirada realista y aceptamos que donde existan indicios de crimen organizado debe haber un incremento proporcional de la eficiencia del control penal y donde exista delito amateur debe haber un saludable incremento de control informal y un fuerte ataque a los factores a los factores asociados al mismo. Como lo hablado en clases la respuesta penal ha mostrado su falta de eficacia cuanto mas de eficiencia, en el abordaje de las adicciones, de los jóvenes en conflicto con la ley, de la violencia intrafamiliar y en muchos aspectos donde los grandes discursos no alcanzaron la altura de las expectativas, dejando paso al mito que supo consolidar el populismo punitivo. Centrados en observar en qué

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clases de delitos, una mirada desde el punto de vista ciudadno de la seguridad social

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Introduccin

Con el presente trabajo nos proponemos a tratar de aportar una mirada interdisciplinaria acerca de las muchas maneras en que se presenta la violencia. Desde la plataforma de la seguridad ciudadana trataremos de asomarnos al tema que la atraviesa, pondremos una mirada local, prxima a la manifestacin de los problemas y lo ms cercana a sus causas. Intentaremos a abordar la problemtica desde los gobiernos municipales ya que desde los mismos se pueden llevar a cabo actividades de observacin de la criminalidad, de investigacin social y de diseo de polticas pblicas. Creemos que en el marco estrecho de la locala, de la vecindad, puede asomar una profunda mirada de las causas ms que de las consecuencias. Si miramos con ojos de vecino y con criterio de especialistas, podremos combinar conocimientos con realismo practico, enfrentando los problemas desde su origen y al delito ms emparentado con sus factores asociados que desde una visin pica donde todo se plantea como un campo de batalla donde los buenos (representados por el personal de seguridad del estado y del mbito privado) se harn cargo de los malos (los que cometen delito) liberando su nefasta influencia a las vctimas (los vecinos). Creemos que ni el delito admite una hiptesis de de guerra, as que descartando un hipottico combate contra el delito y el incremento de las estadsticas, ni tampoco acepta un tratamiento ingenuo, pensado que con multiplicar bienestar habremos de neutralizarlo. Tenemos una mirada realista y aceptamos que donde existan indicios de crimen organizado debe haber un incremento proporcional de la eficiencia del control penal y donde exista delito amateur debe haber un saludable incremento de control informal y un fuerte ataque a los factores a los factores asociados al mismo. Como lo hablado en clases la respuesta penal ha mostrado su falta de eficacia cuanto mas de eficiencia, en el abordaje de las adicciones, de los jvenes en conflicto con la ley, de la violencia intrafamiliar y en muchos aspectos donde los grandes discursos no alcanzaron la altura de las expectativas, dejando paso al mito que supo consolidar el populismo punitivo. Centrados en observar en qu circunstancias se haban llevado a cabo los hechos motivo de estudio, nos preguntamos sobre la actividad de la observacin de la criminalidad en el gobierno municipal en particular, y sobre la gestin de la Seguridad Ciudadana. As que con la informacin que tenemos al alcance trataremos de mirar objetivamente nuestra situacin y poder presentar un trabajo de acorde a las expectativas esperadas. Desde mediados de la dcada del 70 comienza a estructurarse en Argentina un nuevo rgimen de acumulacin de capital que deviene de un cambio en el patrn de acumulacin internacional. Es decir, que la forma en que se organiza todo el sistema productivo global mut provocando cambio en todas las economas del mundo. Se produjo lo que en la historia econmica se conoce como la crisis de Estado Benefactor. As, el nuevo rgimen productivo se caracteriz por sistemas de produccin ms flexibles para satisfacer mercados ms diversificados por lo que fue necesario series de produccin ms cortas. Por otro lado, las consecuentes variaciones de una demanda ms especfica requera la novedosa idea de producir justo a tiempo reduciendo al mnimo el stock de productos con una condicin indispensable: la flexibilidad laboral. Es decir, la posibilidad de contratar personal teniendo en cuenta los niveles y la periodicidad de la produccin. Ya no es necesario como en pocas anteriores garantizar a travs de nivel de empleo y los salarios el crecimiento de un mercado interno. Al contrario del modo de produccin fordista donde un trabajador poda pensar un ciclo de vida laboral largo y seguro, en este nuevo modo de produccin comnmente denominado postfordismo es caracterstica la precariedad. Los partidos con marcadas caractersticas industriales ubicados predominantemente en el primer cordn metropolitano del AMBA (rea Metropolitana de buenos Aires) quedaron desarticulados ante el cambio del modo de produccin generando despidos masivos que lesionaron seriamente el tejido social.Esto dio lugar a un aspecto clave en la configuracin de la nueva economa: la creciente tercerizacin. Las empresas terciarizaron en principio tareas de mantenimiento, seguridad y limpieza dando lugar a sectores de bajos salarios y condiciones muy inferiores a las que tenan dentro de la misma empresa. De la reestructuracin del mundo laboral resulta el desarrollo de la precariedad en el seno mismo del sector asalariado, as como la aparicin del desempleo. El deterioro en las condiciones del mercado de trabajo trajo como consecuencia un incremento en la segmentacin social y en los niveles de pobreza y marginacin. El aumento de la pobreza y la pauperizacin de una gran parte de la clase media se contraponen a los grupos favorecidos por el crecimiento econmico.

El rol de los gobiernos locales en la observacin de la criminalidad Organizada.

La seguridad es una de las cuestiones ms sensibles de abordar, tanto por su urgencia como por el complejo entramado que posee. Desde la gestin local tenemos la responsabilidad de buscar soluciones, lo que implica generar instancias de observacin e investigacin en las particularidades de cada barrio, para que las polticas pblicas que se apliquen apunten a resolver desde adentro la problemtica. La necesaria participacin de la sociedad civil en aquellos temas vinculados a la seguridad en los que no slo puede, sino debe tener voz y voto, es amplia y diversa: desde los mecanismos de difusin y fortalecimiento a la denuncia hasta la integracin de redes organizadas, los ciudadanos tienen el potencial de contribuir a mejorar estrategias, programas, proyectos y acciones de sus autoridades. Tienen, incluso, la posibilidad de participar en la supervisin y rendicin de cuentas de la polica; de contribuir en la elaboracin de diagnsticos, de colaborar de manera voluntaria en programas auxiliares de refuerzo a la seguridad comunitaria, de promover y multiplicar programas de prevencin social del delito. Pueden, en breve, gestar un dilogo constante con las instituciones y consolidar, a travs de su actuacin, un rol democrtico y de estricto apego a la ley en donde exista representacin de los intereses grupales y la oportunidad de construir soluciones colectivas.

1: Caracterizacin institucional de la seguridad en el gobierno municipal:Si hablamos de seguridad ciudadana en nuestro entender, estamos haciendo referencia a una concepcin democrtica de la seguridad, cuyas caractersticas fundamentales, aunque no las nicas, sern la conduccin poltica de las agencias policiales; la participacin comunitaria en el diseo, implementacin y control de las polticas de seguridad, el abordaje de la seguridad objetiva y subjetiva, el diseo de agencias policiales descentralizadas, con vocacin de servicio irrestricta a los derechos humanos. El problema es que en muchos mbitos se habla de seguridad ciudadana y se disean polticas que son incompatibles desde lo conceptual y lo material. Al tratar de recopilar informacin para el trabajo nos encontramos con un gran problema, que es el de acceder a datos en materia criminal, aun aquellos que las agencias de control penal han decidido recolectar sistemticamente (cifras de delitos). La planificacin estratgica, caracterstica esencial de una poltica de seguridad ciudadana, se encuentra reemplazada por un conjunto de medidas operativas casi intuitivas, reactivas y espasmdicas. Si la noticia ms recurrente en los medios son los robos a bancos, all iremos a la zona bancaria con mas patrulleros, patrullas y patrullajes. Si los jvenes aparecen ms en los asaltos con armas estaremos pujando por leyes ms restrictivas. Si los robos domiciliarios con o sin moradores se ponen de moda, nada mejor que fortalecer el cuadro situacional sin que desanimen gastos en cerraduras, reja, alarmas seguridad privada, etc., o incluso algo ms nefasto como la segregacin social. Definitivamente el desafo es terminar de superar los vestigios culturales que en materia de polticas de seguridad publica nos ha dejado la dcada de los setenta donde al amparo de la Doctrina de Seguridad Nacional el mundo policial estaba concebido como un engranaje militar, sus agencias diseadas para combatir al enemigo (subversivo o delincuente comn) y sus vnculos comunitarios y territoriales como los de un ejrcito de ocupacin. En este contexto blico todo tena un secreto, toda intervencin atravesada por la institucionalidad de la corporacin uniformada, todo responda a una centralidad estratgica y operativa, todo estaba subsumido en una lgica de combate donde los uniformados buenos se enfrentaban a los delincuentes malos para defender a los habitantes neutrales o inocentes. Si consiguiramos superar esta lgica de enfrentamiento podramos madurar cvicamente, hacindonos responsables de que el delito en un determinado territorio es el resultado de un sinnmero de decisiones polticas, sociales, culturales, individuales y va mucho ms all de un lineal conflicto entre buenos y malos. 2: La institucionalizacin de la problemtica en los municipios.

Muchos se preguntan acerca de si un gobierno municipal deba involucrase en actividades de seguridad ciudadana y de observacin de la criminalidad. Sobre si podan hacerlo, surga claramente que desde hace algunos aos todos los municipios bonaerenses estaban asumiendo actividades, costos y responsabilidades inherentes a la seguridad ciudadana, que entre otras cosas tiene que ver con los niveles de criminalidad que se registran en sus territorios. En este sentido, cada vez con ms frecuencia y proporcin, los presupuestos municipales contemplaban gastos de combustible para los patrulleros, los repuestos etc., alquileres y refaccin de la dependencias policiales y/o judiciales y los no menos difundidos sistemas de vigilancia a travs de cmaras que se han reproducido vertiginosamente y mantienen su crecimiento de la mano de una continua demanda comunitaria. En distintos municipios los jefes comunales, ya sea por conviccin o por necesidad, han asumido que la inseguridad impacta de tal manera en sus administraciones que aun cuando el sistema de seguridad establece la competencia del Gobierno Nacional o Provincial, el gobierno local no pude permanecer ajeno a una activa participacin en esa materia. Esto fue un factor determinante para que en los ltimos aos asistiramos a una especie e institucionalizacin de este proceso mediante el cual casi todas las administraciones municipales incorporaron en su lnea de gestin organismos vinculados a la seguridad ciudadana. Secretarias, subsecretarias, direcciones generales, organismos de control urbano o como se les ha ido llamando, han presentado esa decisin poltica de asumir en el gobierno la gestin de un nuevo servicio tan demandado y complejo como el que nos ocupa. Muchos gobiernos municipales han optado por realizar esfuerzos econmicos muy grandes para crear y sostener patrullas municipales vinculadas a mejorar los niveles de seguridad en sus comunidades. Aun con diferentes orientaciones y posibilidades, todas coinciden en perecerse en un punto: mejorar el patrullaje del espacio pblico y desplegar personal intentando elevarlos niveles de confianza de la poblacin. Tenemos el ejemplo del nuevo nombramiento a cargo de la cartera de seguridad de la provincia de Buenos Aires, del seor Granados cuyo discurso seala que se debate en la actualidad en el mbito legislativo bonaerense la creacin de policas municipales, como as tambin se encuentra en esa etapa de gestacin la polica judicial bonaerense, lo que nos da la pauta acerca de encontrarnos en un proceso de identificacin de un nuevo modelo policial, seguramente traicionado entre causas por la insatisfaccin generalizada acerca del servicio prestado por la polica bonaerense. Pero a contracorriente, este creciente protagonismo municipal en la problemtica de la seguridad estara caracterizado por dos circunstancias:

La mayora de los funcionarios responsables de estos nuevos organismos municipales de seguridad eran policas o militares retirados. La ausencia absoluta de datos estadsticos criminales como base de la gestin.

La primera de las circunstancias estaba totalmente afincada en el imaginario que los temas de seguridad son atinentes a los uniformados, muy propio de una acendrada visin que policializa los asuntos violentos, criminales o de conflictividad social. La segunda quiz radicara en el hecho que como se careca totalmente de informacin objetiva, haba que recurrir a un manejo intuitivo y personalizado de la cuestin criminal, que lo garantizara de mejor manera un funcionario con contactos en las agencias de control penal. Nadie ha dudado, desde la recuperacin de la democracia en los 80, que la seguridad deba tener una conduccin poltica, pero tampoco se ha credo demasiado en los gobiernos locales que esta pudiera ser una actividad para la que se contara con recursos humanos en su estructura. Las experiencias de reforma en la polica bonaerense en particular y en el sistema de seguridad pblica provincial en general ha sido todo un avance de cambio de paradigma, pero tambin digamos que la participacin comunitaria y la gestin poltica de la seguridad ciudadana no han sido materializadas en todo alcance de la voluntad normativa. Uno de los factores que han sido decisivos, entre muchos otros, fue la necesidad de contar con una masa crtica de profesionales para el diseo y gestin de polticas publica en materia de seguridad ciudadana. Estudios y aproximaciones a la realidad territorial de los diferentes municipios permitieron valorar la importancia de un abordaje local de los problemas vinculados a la seguridad ciudadana, recete que por otra parte viene recogiendo mayoritario consenso y demostr que la gestin centralizada de la agencia policial para una extensa y heterognea geografa provincial, no alcanzaba para solucionar los problemas puntales que cada localidad enfrenta. Por el contrario hoy nadie le asiste duda que cada partido, cada localidad, inclusive cada barrio, tiene problemticas particulares, necesidades especficas y posibilidades diferentes de abordarlas, enfrentarlas y solucionarlas. En esta realidad fue que el papel de los gobiernos municipales se fue consolidando hasta alcanzar cada vez ms un mayor protagonismo en materia de gestin de la seguridad.

3: El problema de las estadsticas criminales:

Desde que los gobiernos municipales decidieron meterse en el problema de la gestin de la seguridad ciudadana muchos fueron los interrogantes que les salieron al paso. Entre los ms importantes estaba enterarse de cul era la magnitud y las caractersticas de la inseguridad en sus territorios. Las noticias ,los reclamos vecinales, las estadsticas policiales, la voz de la calle no eran ms que flecha, cada una con verdades parciales, largadas desde diferentes arcos, intentando impactar en un mismo centro, que no nada menos que el decisor poltico local. Si la agenda estaba influenciada por las noticias corra el riesgo de focalizarse solo en aquellos casos que haban alcanzado resonancia a partir de la particularidad de su comisin, grado de violencia u originalidad. Si segua a los reclamos vecinales corra el riesgo de centrarse solamente en aquellos que tenan voz y capacidad de visibilizar sus aspiraciones, dejando de lado el amplio universo de los que no llegan a hacerse escuchar. Si fuera por las estadsticas policiales la agenda se inclinara para robustecer el discurso del sector uniformado que casi siempre encuentra motivos para festejar una baja en los ndices delictivos, ocupados como estn en solo medir la cifra blanca de la criminalidad. En cambio si se manejara por lo podramos llamar la voz de la calle, que no es otra cosa que un conjunto de percepciones de origen mltiple y causas inasibles que dan forma a la mayora de los mitos urbanos. Ac se nos presenta la gran pregunta de cuan tranquilos debemos sentirnos, cual es la carga real de violencia, criminalidad y conflictividad social que existe en un determinado contexto. Ya sabemos que la carga total de delitos que impactan en un tiempo y contexto determinado es una cantidad muy lejos de ser aprehendida por cifras. Es un universo que ni las cifras blancas ni las cifras negras podrn llegar a contener, de la que ambas son condiciones necesarias pero no suficientes. Todas las acciones humanas previstas como delito y llevadas a cabo durante un periodo de tiempo en un contexto en un contexto territorial delimitado pertenecen en todo caso a la imaginacin, no porque no representen en s mismo un numero finito y representable sino por imposibilidad de relevarlo. Aceptada la imposibilidad de revelarlo. Aceptada la imposibilidad de conocer fehacientemente la totalidad de lo ocurrido en trminos de delito, nos quedara preguntarnos entonces a que podemos aspirar como ideal posible y no es difcil contestar que deberamos estar preparados para conocer la mayor cantidad de datos al respecto, es decir ignorar lo menos posible, por aquello de que cuanto ms conozcamos y menos ignoremos, mejor diagnostico, mayor pronostico y ms eficaz intervencin.

4. El crimen organizado y los municipios:

Existen muchos ejemplos de criminalidad altamente organizada encontramos a diario en las calles de nuestros vecindarios y aunque frecuentemente se trate de delitos federales, ello solo habla de un abordaje burocrtico, ya que su es siempre en nuestros territorios y sobre nuestra comunidad. Con esto no estamos diciendo que el municipio se tenga que ocupar del delito, sino que es imprescindible que se pueda ver en el contexto de su realidad cotidiana los signos que delatan su llegada, su instalacin, su presencia consolidada y tambin su permanente vocacin de asociarse a las autoridades constituidas para acordar espacios de poder y negocios.

Indicadores de crimen organizado:

El termino crimen organizado no se refiere tanto a un tipo especifico de delito como a una estructura construida con la finalidad de cometer delitos graves, no importa tanto que delito se comete sino dentro de cual estructura organizacional se realiza determinada actividad delictiva. Por lo tanto se estudia ms un proceso que un hecho. Cualquier actividad delictiva es considerada individual en todo contexto penal habita, pero adquiere caractersticas distintivas si el entorno en el cual se desarrolla es propio la delincuencia organizada, dado su carcter persistente (tiempo), territorial (espacio), e incremental (cantidad).

Una curiosa definicin que encontramos denomina a la delincuencia organizada, como un grupo estructurado de tres o ms personas que exista durante cierto tiempo y que actu concertadamente con el propsito de cometer uno o ms delitos tipificados. Solo determinados delitos pueden ser propios de la delincuencia organizada ya que el simple hecho de ser cometido en grupo estructurado de tres o ms personas no es merito suficiente como para ser incorporado en esta categora. Deben ser delitos graves, podemos tomar por delito grave todo delito con pena mayor a cuatro aos. En general se afirma que el delito organizado est compuesto por 23 delitos, tales como el narcotrfico, la trata de personas, el trfico de migrantes, el lavado de dinero, el terrorismo, la piratera el robo de vehculos, etc. Como integrantes de la categora.

Por grupo estructurado se entender un grupo no formado fortuitamente para la comisin inmediata de un delito y en el que no necesariamente se haya asignado a sus miembros funciones formalmente definidas ni haya continuidad en la condicin de miembro o exista una estructura desarrollada.

Dificultades de la lgica formal en el abordaje del crimen organizado.

En el estudio de la delincuencia organizada es muy alta la tentacin formal, la tendencia a razonar el delito organizado en una secuencia causa-consecuencia. Dentro de esta lgica formal parecera pertinente preguntarse Qu delitos propios del crimen organizado fueron cometidos en el municipio?, con la suposicin de que cauterizando ciertos delitos se estara luchando contra el crimen organizado. Podemos observar que hay una doble serie de dificultades para encontrar hechos o actores protagonistas del crimen organizado: En primer lugar las caractersticas difusas, socialmente legitimadas en muchos casos, la proteccin e involucramiento de instituciones o agentes del estado, la diseminacin territorial e incluso hasta un fino trabajo d inteligencia, dificultan la visibilizacion de las organizaciones del crimen organizado que suelen ir y venir con facilidad a travs de la frontera entre lo legal y lo ilegal. En segundo lugar el mismo carcter organizacional impide ver actores individuales all donde hay estructuras colectivas. El crimen organizado ejecuta ms bien rutinas operativas estandarizadas que delitos de sancin penal. Cuando el delito se ve es porque el crimen esta todava poco organizado.

Crmenes predatorios, etapa predatoria:Se llaman predatorios a los crmenes que las organizaciones llevan adelante como parte del control territorial inicial para establecer su actividad en una zona determinada. Es comparable a la definicin weberiana del estado y su monopolio de la violencia sobre un territorio determinado. En un primer caso la violencia se dirige contra la poblacin y las organizaciones sociales que haya en el lugar. En este sentido cuenta con el descontento local que llevo a la perdida de entidad y pertenencia a la organizacin social. Y tienen en contra el propio carcter aun no organizado de la actividad, lo que determina los proceso de depuracin interna y anarqua que los pone al alcance de la fuerza punitiva del estado. En el segundo caso la violencia es simblica y fsicamente efectista, porque al mismo tiempo se busca tanto eliminar grupos rivales como obtener obediencia de la poblacin adyacente. El caos produce temor y este la sumisin a un nuevo orden. Una vez superada la etapa predatoria, el crimen organizado se consolida y la violencia suele no estar presente. Cuanto ms poltico es el comportamiento del narcotrfico habr menos violencia aparente, porque se logro estabilizar el control territorial. Y cuando el mercado esta mas disputado hay mas crmenes predatorios. La consolidacin del crimen organizado implica invisibilizacion y pocas posibilidades de que la inteligencia criminal detecte los liderazgos importantes. La consolidacin significa sobre todo legitimidad porque el crimen organizado ser socialmente aceptado.

INDICADORES:

1- En esta etapa la inteligencia criminal debe concentrarse en los homicidios callejeros, las heridas con arma blanca, las disputas nocturnas, choque de pandilla, tiroteo sin fines de robo y los homicidios en ria .Cualquier cambio interanual abrupto o episodio llamativo por su crueldad, debe ser asumido como probable crimen predatorio.

2- La fuente de datos no puede ser solo la polica es necesario recabar informacin en las guardias de los hospitales.

3- Los episodios, muchos de los cuales pueden no constituir un delito, deben sumarse y catalogarse por zona y debe seguir una lgica situacional y territorial. Los delitos predatorios suelen cometerse reiteradamente en el mismo sitio y de la misma forma.

4- Los hechos sumados y georreferenciados deben ser contextualizados social, habitacional y ambientalmente.

5- Se recomienda hacer un estudio de sociologa cultural para identificar factores de identidad y pertenencia vinculados a una entidad territorial delimitada.

6- En lo posible se debe construir una historia de los delitos, que incluya los aspectos culturales (smbolos, personajes.) y organizacionales.

7- La existencia de una fuerte identidad anclada en territorios pequeos anuncia la existencia de valores y conductas pre-polticas, de raigambre ms tribal que social.

8- Los indicadores deben acumularse cualitativamente, porque la guerra predatoria es una construccin social, una categora analtica, no un hecho.

Los delitos no territoriales del crimen organizado:

Gran parte de los delitos propios del crimen organizado no tienen un carcter territorial, son desterritorializados. Como todo delito no territorial su comportamiento es tpicamente criminal y no poltico, amerita solo una actuacin policial represiva, donde el aspecto de inteligencia es primordial pero la problemtica es simple. Tanto la piratera del asfalto, como los robos a los bancos etc., cumplen con la definicin de crimen organizado, pero tienen al territorio como insumo secundario. Por lo tanto no son visibles en los barrios de nuestras ciudades y centralmente son (o deberan ser) de incumbencia federal. A nivel municipal la importancia del rastreo del crimen organizado no territorial, adems del registro de informacin para fines federales es doble:1- Al crimen organizado se le quita su razn de ser personal/individual, que es el lavado de activos con fines inmobiliarios. La organizacin no se ve seriamente golpeada, pero sus miembros s.

2- Le quita el escaso carcter territorial que pueda tener, obligndolo al traslado a otra zona.

Legitimidad:El crimen organizado se fortalece mientras encarne una forma simple, inmediata, de justicia social, de equidad econmica y de mnima prosperidad para todos. En varios pases la lucha armada del Estado contra los traficantes no tuvo existo durante mucho tiempo porque los campesinos consideraban mas legtimos a los delincuentes que al Estado Nacional. La baja estatidad del estado es la causa principal y comn de las inestabilidades. Cuando barrios enteros de las ciudades y regiones completas del campo escapan al orden pblico, excepto si este adopta tambin una forma criminal (escuadrones de la muerte, secuestros), cuando pocos servicios elementales estn asegurados, el estado deja de tener existencia fctica, se convierte en una declamacin y pierde legitimidad. Al difuminarse. Abre la puerta a mltiples contra-poderes que mezclan la accin criminal con la reivindicacin poltica. La legitimacin poltica del crimen organizado se forma en un proceso similar al de la nacin. La nacin es una forma en que un centro de poder se legitima al ser ocupado por grupos sociales que sustituyen la anterior vinculacin poltica personal por una impersonal. De este modo se produce una sociedad a la medida del estado, se olvidad la violencia primitiva fundadora (todo estado nace de una guerra civil) y se anulan las legitimidades locales. El estado recrea la historia de la construccin del estado como historia de la nacin, como si fuera anterior y tranhistorica y consiguiera recin en ese momento de la historia dotarse de una estructura poltica diferenciada. Si esta idea tiene gran existo se evitara el surgimiento de nacionalismos perifricos, de colectivos que lancen la idea de otra nacin contra el viejo Estado.

INDICADORES/POLTICAS PBLICAS MUNICIPALES.

1- Plazas, espacios pblicos , paseos ,centros barriales de deportes, sociedades de fomento , centros de salud (salitas)2- Campeonatos, festivales, competencias, recitales barriales.3- Asfalto, vas de accesos a barrios, buena iluminacin pblica nocturna.4- Comercios abiertos en horarios nocturnos, ocupacin y uso territorial.5- Medios de transporte pblico con llegada a barrios.6- Apertura de calles en casos de urbanizaciones cerradas (asentamientos, barrios de emergencias.)7- Apertura de delegaciones municipales, centro de acceso a derechos, oficinas migratorias, defensa del consumidor, etc.8- Investigacin acadmica sobre el rol e impacto de la polica provincial en el Municipio.9- Incentivos a la participacin social.

El narcotrfico como delito especifico del crimen organizado:

La venta de drogas es la actividad ms extendida y en rpido crecimiento a nivel municipal. Sin embargo, es preciso aclarar que la identificacin del narcotrfico con las drogas olvida que el narcotrfico es mucho ms que drogas (lavado de dinero, por ejemplo). Bajo esta concepcin los delitos del narcotrfico son tomados por separado. Son hechos producidos por una organizacin lo que en consecuencia hace que el narcotrfico cumpla con las leyes de la teora organizacional; por otro lado las organizaciones del narcotrfico se adaptan a rutinas, las que deben ser detectadas y monitoreadas por los organismos policiales. Se desarrollan como pate de una conducta organizacional criminal y en consecuencia no se trata de elecciones o decisiones individuales aisladas. Tienen como objetivo ultimo la ganancia econmica, pero se desarrolla mediante instrumentos y en mbitos no econmicos, sino polticos. El narcotrfico es invisible, no se constituye como tal hasta que las conductas individuales o particulares hayan sido involucradas en una totalidad tica y orgnica a las acciones celulares. Es imprescindible el seguimiento, cuantificacin y diagnostico de los delitos presuntamente predatorios.

INDICADORES:

1- Vigilancia de las inversiones privadas en bienes no rentables, de carcter para-estatal (escuelas, hospitales, centro vecinal, caminos, etc.)2- Vigilancia de las campaas privadas contra el consumo de drogas que tengan rasgos publicitarios y no sanitarios.3- Control estricto de los centros privados de rehabilitacin.4- Fiscalizacin de grupos misioneros extraos.5- Opcin por la re-federalizacin de las causas judiciales de narcotrfico de carcter local.6- Asistencia pblica, universal y gratuita a consumidores.7- Conteo y anlisis de los homicidios y ataques con arma de fuego/arma blanca con imputado fuera del municipio y victima dentro del municipio.

POBREZA Y CRIMEN ORGANIZADO.

INDICADORES:

1- Cambios de hbitos, costumbres, amigos y circuitos de delincuente comunes.2- Herida o asesinato de cabecillas de pequeas bandas o de lderes conocidos.3- Asalto a farmacias, incremento de la tasa del robo de autos.4- Asesinato de menores de edad por menores de edad (probable sicario.)5- Todo sistema de peaje ilegal es sinnimo ms de corrupcin policial que de control territorial.6- Aumento de la distancia geogrfica entre imputados y vctimas.7- Punto de aumento de trnsito vehicular viernes y sbado a la noche.8- Realizacin de entrevistas a actores sociales relevantes.9- Construir escenarios complejos preventivos, en base a datos simples y fragmentarios, proces dialectico1-datosfragmentarios, 2- construccin de escenarios hipotticos, 3- trabajo de campo para corroborar.10- Demanda de informacin a distintas fuentes (agencias policiales, hospitales, alumnos y directivos de escuelas, curas, consumidores) para la construccin de escenarios.11- Mapa del delito con puestos de venta, construido por vecinos.12- Rastreo y armado del circuito municipal proveedor-vendedor-consumidor.13- Intervencin preventiva ante la aparicin de pandillas juveniles no delictivas (rotura de alumbrado pblico, ruidos molestos, nocturnidad.) Gobierno local y seguridad ciudadana:

Los crecientes ndices de criminalidad y violencia que desde los 80 se vienen registrando, salvo honrosas excepciones, han colocado a los gobiernos locales en la necesidad de enfrentarse al problema de cara a una posible solucin o mantenerse ajenos a su intervencin. Cualquiera de ambas posturas posee, como casi todo en la vida, argumentos a favor y en contra. No es intrascendente para el gobierno local, abrumado por un cmulo notable de servicios que presta, bajos presupuestos y constante presin para una gestin eficiente, sumarle nada menos que uno de tamaa importancia como es la gestin de la Seguridad Ciudadana a sus mbitos de competencia.Nadie desconoce cunto les ha costado, les cuesta y seguramente habr de seguirles costando, a las administraciones nacionales y provinciales la gestin de la seguridad, an cuando el margen de sus atribuciones (de poder y presupuestarias) son harto ms generosas. An as la comunidad ha visto en sus gobernantes locales los destinatarios de sus reclamos y maravillosamente se ha repetido la consigna democrtica de que el gobierno local simbolice, en cabeza de sus vecinos, el valor representativo de todo el sistema.Pero tambin es cierto que esta nueva demanda, le ha llegado repentina y sorpresivamente, al punto que casi ningn gobierno local hoy discute si debe hacerse cargo o no de ella, sino ms bien de qu forma hacerlo. Y esto genera otro problema, definir el marco de competencia, el recurso humano y el presupuestario.En este caso mucho habr que debatir si la nueva instancia municipal ser una mera oficina de coordinacin con la agencia policial, ante la cual bregar por ms y mejor servicio (ms policas ac, otro patrullero all, una cmara, etc.) o si optar por una hiptesis de mxima donde se generen mejores condiciones en los ndices de criminalidad, violencia y conflictividad social. No es menor esta opcin, porque resulta bastante fcil y econmica la primera de las posibilidades (aunque sin efectividad alguna a nuestro modo de entender) y compleja y algo costosa la segunda (aunque con resultados positivos mensurables).Al primero de los supuestos la mayora de los municipios lo han resuelto creando instancias burocrticas que ms all del nombre y la relevancia escalafonaria, han consistido bsicamente en un escritorio, un telfono y un contrato de algn funcionario judicial, policial o penitenciario retirado que se encarga de articular acciones municipio- polica en la esperanza de volver eficiente un modelo policial (como el profesional burocrtico hegemnico en Amrica Latina) sobre cuya ineficiencia existe abundante evidencia cientfica.En el segundo de ellos, la tarea ya no ser inmediata y aceptando la complejidad del fenmeno delictual se intentar un abordaje desde lo multidisciplinario, la interagencialidad, la intersectorialidad, poniendo nfasis en las atribuciones de los gobiernos locales, a saber:

1- La gobernabilidad democrtica de la seguridad ciudadana, postura que nos pone en el dilema de no estar gestionando solamente en busca reducir cifras delictuales, sino claramente mejorar las condiciones generales de la comunidad, fundamentalmente en aquellas que registran vinculacin directa o indirecta con los delitos, la violencia y la conflictividad.

2- El involucramiento de la comunidad toda en el diseo de un plan de Seguridad Ciudadana con nfasis en la prevencin y que se haga cargo no slo de la inseguridad objetiva (cantidad de delitos denunciados y no denunciados) sino de la subjetiva (miedo a sufrirlo, confianza en las instituciones, deterioro de las relaciones comunidad gobernantes, etc.).

3- El acercamiento de la solucin a la causa de los problemas generadores de delito, violencia y conflictividad y no slo la respuesta penal a sus consecuencias, lo que garantiza permanencia de los beneficios y excelente relacin costo beneficio de lo invertido en los programas.

4- La observacin de la criminalidad (Observatorios locales, Unidades Municipales de anlisis criminal, etc.) como una actividad necesaria para un diagnstico certero en la definicin de las causas del delito y sus factores asociados.

5- La articulacin permanente de las agencias estatales (de control penal y otras) y de los sectores (pblico, privado y comunitario) en beneficio de las acciones necesarias para el abordaje de la bsqueda de niveles ms bajos y tolerables de acciones que afecten la sociedad.

El diagnostico de los problemas de seguridad:

Uno de los desafos ms importantes a la hora de gestionar seguridad es contar con un diagnstico preciso y ajustado de los problemas que se presentan. Saber qu est ocurriendo; dnde y a quines, es en principio indispensable.

En esta tarea se presenta el inconveniente que los medios de difusin y las posibilidades tecnolgicas actuales, actan con una permeabilidad y una repeticin de noticias que marcan agenda. Por otra parte est comprobado que no todos los sectores, personas y hechos poseen la misma capacidad para hacerse escuchar, ni todos los que reclaman resultan siempre los ms afectados. Su caja de resonancia es distinta y nos puede confundir a la hora de establecer prioridades y vemos entonces que podemos caer en el peligro de estar definiendo una agenda desde los medios o desde el reclamo comunitario, fuentes que sin merecer desprecio no pueden constituir una direccin tcnica de las intervenciones.Entonces habr que tener capacidad de definir dnde est la informacin, cmo la reno, la sistematizo, la interpreto, la analizo, la presento y la pongo al servicio de la gestin.

Los Observatorios son una de las modernas herramientas que en seguridad ciudadana vienen desempeando un importante papel para orientar la toma de decisiones en materia de polticas pblicas. Constituyen instancias tcnicas donde se propicia una visin multidisciplinaria del problema y se fomenta un tratamiento metodolgico de la informacin, superando la visin sesgada de la corporacin policial, la judicial, la penitenciaria, los mass media, etc. reemplazndola por una visin universal e integradora. Desde la primaca de lo local es til construir un diagnstico que responda a la realidad de la comunidad a la que pertenecemos y que supere el modelo de recetas homogneas a que acostumbra la macro poltica como si todo el territorio, toda la poblacin, toda la sociedad fuera un sistema parejo de problemas y situaciones. Seguramente con herramientas idneas para el diagnstico podremos advertir que nuestras necesidades, nuestra problemtica, nuestra potencialidad, requieren de un anlisis particular, de un abordaje propio, de una mirada personalizada. No todas las comunidades estn afectadas por el mismo delito, por la misma modalidad criminal, por las mismas amenazas, por la misma intensidad de la inseguridad.

E l Gobierno local como articulador:

Existen en el territorio un apreciable nmero de polticas pblicas con efectos positivos sobre los niveles de criminalidad. Educativas, sanitarias, sociales, de desarrollo, por no mencionar las directamente vinculadas a la prevencin situacional del delito. Por otra parte vemos que en algunos casos son de orden nacional, cuando no provincial y no menos reiteradas de orden municipal. Pues bien, la nica instancia poltica con poder efectivo de coordinacin y articulacin de estos multiniveles y multidisciplinariedad de la poltica pblica es el gobierno local, aquel con capacidad de representar legtimamente los intereses pblicos del Estado en sus distintas jurisdicciones y los comunitarios en sus diferentes facetas.

Slo el gobierno municipal puede hilvanar actividades tan interagenciales como las derivadas de la seguridad, donde por nombrar slo la actividad de control penal tenemos las agencias policiales, judiciales y penitenciarias.

Pero desde la lgica de la prevencin es el nico capaz de representar y sostener una verdadera poltica pblica con nfasis en la generacin de oportunidades para los ms vulnerables (poblacin postpenitenciaria, con adicciones, jvenes en conflicto con la ley, etc.) y en el diseo ambiental como generador de condiciones de seguridad (manejo del espacio pblico, intervencin en sectores crticos, recuperacin de zonas generadoras de inseguridad o miedo, etc.). Finalmente, nada mejor que desde esta instancia para el diseo de un plan integrador de seguridad ciudadana que represente los derechos de la comunidad a alcanzar niveles tolerables de criminalidad, la minimizacin de las respuestas penales- con nfasis en la racionalidad del uso de la fuerza y el reconocimiento de los derechos humanos y la maximizacin del enfoque preventivo con nfasis en las respuestas sociales vinculadas al desarrollo humano.stas y muchas otras, son acciones que los gobiernos locales, y slo ellos, pueden llevar a cabo en beneficio de una mejor gestin de seguridad para sus comunidades. No fcilmente. No sin gestin. No sin competencias adquiridas. No sin asumir que la gestin de la seguridad es un quebradero de cabezas pero, sin duda alguna, uno de los mayores desafos que tiene ante s cualquier gestor poltico.Segregacin.

Lo que se denomina segregacin de base territorial es una consecuencia de la exclusin social. Los ricos se autoexcluyen en barrios impenetrables, donde adems la seguridad no est garantizada por el Estado nacional, del que se reniega por ineficiente y corrupto. Los pobres son excluidos a periferias inviables tambin impenetrables, calificadas de inseguras y violentas. Countries y villas son respuestas, unos a temores infundados socialmente significantes, otros a una exclusin inducida polticamente til. Son relaciones de poder territorialmente determinadas.

Hay una diferencia geogrfica importante entre ambas clases sociales, porque los pobres sienten que si pertenecen al pago que los vio nacer. La visita a su familia de origen en las provincias o en los pases limtrofes implica el reencuentro con un pasado sublimado y propio, al que ya no podran volver. Para los ricos, en cambio, el territorio es un insumo y un consumo, son ante todo propietarios/inversores de un bien inmueble en los lugares que habitan. Los pobres se sienten desgarrados del ncleo originario, los ricos se sienten parte no traumtica de la propiedad en que viven.

Estos dispares posicionamientos cognitivo-territoriales implican roles opuesto en relacin a las conductas criminales, unos como emisores, otros como receptores. Esto tendr importancia en la comprensin de como el crimen organizado estructura sus capacidades organizativas, apoyndose en las mltiples fronteras de identidad y pertenencia que la segregacin de base territorial establece entre nosotros y ellos , una distincin que nunca es argumentativamente clara pero si cohesivamente slida. Al igual que el sentimiento nacional lo importante no es que sea cientficamente cierto sino que sea socialmente aceptado.

Programas Sociales para la Seguridad Ciudadana.

Recuperacin de los espacios pblicos para la vida comunitaria . Tenemos que tener en cuenta la calidad de vida de las personas y de la comunidad, no mejora con el encierro en casas o en country que parecen fortalezas, sino por la apertura a la interaccin normal de las personas en lugares pblicos rediseados para generar un entorno pacfico, que facilite y estimule la relacin entre los ciudadanos. Esto puede lograrse a travs de la accin conjunta de autoridades locales y de la comunidad, lo que supone el desarrollo de polticas con relacin al diseo urbano, iluminacin, vegetacin, vigilancia, etc.

Programa de resocializacin de jvenes de la calle

Una de las causas de la delincuencia juvenil es la falta de opciones laborales, culturales o sociales integradoras que optimicen el uso de su tiempo libre, como alternativa a los entornos juveniles que fomentan la violencia y las actividades antisociales. En este sentido es necesario ofrecer opciones atractivas a los jvenes, especialmente a los que no concurren a la escuela y a aquellos que carecen de suficiente contencin familiar. Debe promoverse la disponibilidad de opciones culturales, deportivas, de recreacin o capacitacin, que tengan un sentido integrador y de insercin en la vida comunitaria.

Una educacin para la no violencia

El actual modelo educacional carece de instrumentos que enseen a los nios, desde edad temprana, a manejar sus conflictos en forma no violenta. Debe inculcrseles desde pequeos el respeto a las ideas y derechos de los dems en un marco de convivencia reciproco. Es necesario introducir generalizadamente en el sistema educacional la enseanza de tales mecanismos.

Programas participativos para la seguridad Ciudadana.

Plan comuna segura

Cada comuna debe contar con un plan de seguridad municipal, entendido como parte de un plan de seguridad nacional. Dicho plan debe ser desarrollado por las autoridades comunales, la polica y representantes de la comunidad (profesores, comerciantes, padres, industriales, iglesias, etc.) El municipio en interaccin con los dems actores debe fijar los objetivos y plazos, as como las herramientas necesarias para su cumplimiento. El programa se fundamenta en que la delincuencia es diferente en cada comuna y sus habitantes son quienes ms conocen sus necesidades reales.Informacin para la participacin.

Cada persona debe tener acceso a la informacin necesaria para tomar decisiones fundadas y responsables sobre la orientacin de sus actos y lograr un entorno seguro de su vida diaria. Para ello, no son suficientes las solas estadsticas oficiales sobre la delincuencia. Es preciso complementarlas con la informacin que puedan entregar las vctimas de delitos. Encuestas anuales de victimizacin permiten conocer mejor la realidad de la delincuencia en cada localidad y evaluar los resultados de los planes comunales respectivos. Una amplia disponibilidad de informacin contribuye a perfeccionar la poltica desarrollada en materia de seguridad ciudadana.

La orientacin estratgica que subyace a esta experiencia es el restablecimiento de los lazos de confianza entre la comunidad y la polica, la actuacin conjunta y comunicacin para la prevencin de conductas delictivas, tomando como eje central una estrategia de fomento: la articulacin del tejido social local y la administracin local y provincial. Este proyecto es un proceso efectivo de interaccin dinmica y creativa entre agentes pblicos y privados, con objetivos y polticas enmarcadas en una estrategia de desarrollo regional, porque la seguridad es una parte trascendental e ineludible para el desarrollo de una comuna y supone importantes compromisos de gestin entre los actores involucrados. Por otra parte, una mejora en la seguridad en el Municipio, dentro de la crisis que abarca la conurbanacin que lo incluye, hace mejorar considerablemente su competitividad en lo que respecta al desarrollo econmico y productivo del mismo.

Los otros componentes son:

- El fortalecimiento institucional del actor que lidera este proceso e institucionaliza una iniciativa de cooperacin mixta (pblico-privada),- La coordinacin interinstitucional e intersectorial y- El desarrollo de las capacidades de los recursos humanos involucrados, en especial el personal policial.

Optimizando los recursos humanos con el aporte de trabajo de los beneficiarios de los subsidios sociales, incorporarlos en la actividad de operadores en espacios pblicos, asegurando la recuperacin y prevencin en el uso del espacio pblico, de los bienes de uso comn en detrimento de la comunidad.

Los espacios pblicos, son lugares de esparcimiento, de encuentros e interaccin social entre personas de diferentes estratos sociales.

Los cuales son utilizados por toda la comunidad, representando un lugar de pertenencia en comn y de lazo social colectivo por excelencia.

En ellos se desarrollan manifestaciones con distintas diversidad cultural y pluralista, para la comunidad, los espacios pblicos constituyen un emblema de pertenencia y de cohesin social del territorio.

Que la reduccin de la capacidad lumnica a consecuencia de polucin y la contaminacin ambiental, y la falta de mantenimiento, como de sealizacin prohibitiva a ciertos usos, incrementa necesariamente el temor objetivo de las personas, lo cual declinan por retirarse hacia otros puntos alternativas de entretenimiento.

Que la degradacin espacial, el vandalismo humano y la falta de mantenimiento, demuestra un sitio desprotegido que produce el temor y el desplazamiento voluntaria de las personas quienes concurren a los espacios privados de esparcimiento, y otras actividades ldicas considerndolos ms seguros y conservados, con la presencia permanente de seguridad privada.

Que la composicin de operadores de espacios pblicos inducir, en consecuencia con la recuperacin de los espacios pblicos, y fortalecer el sentido de pertenencia como sociedad.

La creacin un cuerpo comunitario de operadores de espacios pblicos, los cules tengan competencia en todos los espacios distritales de concurrencia colectiva, los mismos debern estar provistos de un chaleco refractario con la leyendas pertinentes, un silbato y un talonario de faltas , las mismas tiene la finalidad incidir y re-sociabilizar las conductas de incivilidades provocadas por ciudadanos ,tales como destruccin parcial o total de bienes de uso comn, alteracin o inutilizacin del espacio de manera negligente.etc:

Dicho cuerpo de operadores de espacios pblicos dependa de la secretara de desarrollo social, la coordinacin y funciones, de servicio como de capacitacin pase a depender de la secretara de obras pblicas, que se tipifiquen las faltas, segn el peligro del hecho se imponga una tasa la cual deber abonarse en los lugares que se determinen.

Promover la construccin o la utilizacin de infraestructura existente donde funcionar el centro de gestin de espacios pblicos.

La creacin de un predio feril en Ezeiza en aras a inclusin.

Dado el crecimiento de subocupacin informal se ha incrementado de manera progresiva en los puestos de ventas ambulantes sobre las calles y adyacencias cercanas donde concurren una cantidad considerables de pblico, siendo de manera precarizada la instalacin de los puestos y la falta de regulacin municipal, previsto de escasa presencia de seguridad.El trnsito vehicular sobre dichas calles es suprimido simblicamente, por los feriantes provocando un desorden en la movilizacin y la utilizacin de los vehculos por los residentes del territorio. Teniendo en cuenta que la actividad comercial informal afecta el desarrollo patrimonial y sustentable a los comercios locales, generando de esta forma la aparicin de actores que evaden posibles ingresos a las arcas municipales; la solucin no consiste en erradicar estos pseudo - mercado al contrario incluirlo de manera sencilla y eficiente. Podemos dar la solucin con la creacin de un predio feril a cargo del municipio articulando los mecanismos necesarios para la creacin de un predio en el cual, los feriantes puedan ejercer su actividad de manera regulada y controlado por el estado municipal.A travs de la comisin de una tasa mnima, a cada feriante; el estado municipal se comprometa a delimitar las parcelas previamente trazada con el fin de evitar, disputas conflictivas entre vendedores asegurndoles la parcela que subarrend al municipio sea ocupada por l.Es necesario asegurar el control mediante un cuerpo de prevencin, cuya funcin es ofrecer el servicio acotado de auxiliar en prevencin dentro del radio que pertenece a la feria, dicho cuerpo estar compuesto por aquellos beneficiarios de subsidios del Estado; esto se desprende dos pasos :

El primero garantizar que los beneficiarios de subsidios colaboren como auxiliares en prevencin proactiva .Esto tiene como segundo paso por objeto unir lazos de interaccin y reciprocidad entre los vecinos del municipio; se promueva la utilizacin de un espacio que se sirva como estacionamiento para los potenciales clientes, cobrando una tasa mnima, ofreciendo el servicio de observacin y cuidado; como tambin se trabajar en la organizacin del trfico de vehculos dentro del predio para no entorpecer la movilidad urbana cotidiana. se provea al establecimiento de una posta sanitaria y primeros auxilios. se promuevan la creacin de palcos culturales, en donde las personas que asistan a los talleres a dictarse en el municipio puedan compartir con los vecinos las experiencias adquiridas.

En resumen, se lleva adelante un proyecto de inclusin social, trabajando contra la anomia desorganizada, en los siguientes pasos; El primero incluyendo a la diversidad y pluralismo en las actividades comerciales licitas. Esto redundar finalmente, en beneficio para quienes trabajan en los puestos feriantes, como tambin los ingresos que tendrn las arcas municipales, dispondr de recursos extras para desarrollar obras dentro del municipio. Dentro los espacios culturales, se promover la inclusin social , produciendo el tramado social entre la diversidad de gneros y edad colectivo en la comunidad.

La creacin de un espacio feril destinado a la comercializacin licita y regulada de los vendedores ambulantes , promoviendo la inclusin social y pluralistas de los vecinos .

Licenciatura en Seguridad Ciudadana

Alumnos: Zarate Leonardo, Marenna Ral, Cruz Daniela

Ciclo Lectivo: 2013

Cohorte: 2012

Comisin N51 V34

Bibliografa y material para la confeccin del mismo:

La palabra de los muertos, Eugenio Zaffaroni, ED. Edilar.

Documentos acadmicos que accedimos gracias la gentileza de los Dres. Gustavo Sicca y Gabriel Fidel.

Apuntes del seminario sobre Homicidios dolosos/ aportes para una mirada local en seguridad ciudadana

La nueva administracin pblica, Ernesto Carrillo, Alianza Universidad. 1997

Nueva sociedad Separatas, Elias Carranza, artculo aparecido en Nueva sociedad 191, Mayo-Junio 2004

Conclusin:

A travs del presente trabajo pudimos llegar a conclusin que el estado municipal se pretende construir y trabajar con una gestin integral que pondera una mirada completa de la cuestin social desde todas las areas del gobierno local, en una estrecha articulacin con los organismos, y poderes del estado Provincial y Nacional que pueden contribuir con la seguridad ciudadana; podemos afirmar mediante lo plasmado que las polticas pblicas no integran un plan de seguridad, (tarea que deber disearse a posteriori), sino que son medidas de prevencin que tienen como objeto fortalecer la recuperacin social del uso y ocupacin del territorio. En este sentido no son medidas de seguridad, sino medidas polticas. Desde nuestro punto de vista o sea el de alumnos de la carrera de Seguridad Ciudadana, el crimen organizado no es un problema exclusivamente de seguridad, sino un problema que tiende a convertirse en un problema poltico, porque disputa al Estado nacional el control de determinados territorios, algo que en trminos conceptuales es capacidad exclusiva del Estado, junto con el monopolio de la violencia y la legitimidad nacional. En resumen en una mirada ms profunda podemos apreciar en la construccin de un problema dual como es la inseguridad-socioeconmica de manera transversal y las soluciones estatales simplistas que solo atacan los sntomas, y no van hacia las causas del mismo. Las vctimas de la asimetra social que sostiene el Estado, sin dudas es la sociedad toda entre barrios con recursos econmicos y los barrios o villas emergentes. Una clase dividida por su capacidad socio-econmica de la cual la inequidad entre quienes cuentan con recursos y de los que solo subsisten. La primera de esta, adopta medidas privadas de proteccin y presionan a la polica por mayor presencia. Esa desventaja que produce la desigualdad, se hace evidente cuando tambin el delito se desplaza hacia reas de menor poder socio-econmico, ante la incapacidad de presionar polticamente la segunda, queda casi una mnima o ninguna proteccin policial. La actuacin del Estado en resumen es continuar con el modelo tradicional punitivista basado en un crculo meditico: fuerza pblica poder judicial-institucin penitenciario, asegurando de esta manera criminalizar la pobreza por su sola condicin de permanente vulnerabilidad social. La naturalizacin que los rodea, a estas formas de violencia insidiosas, vividas como naturales, llevan a estos sujetos a considerarse inferiores o incapaces y a juzgar intil el esfuerzo de producir algn tipo de cambio para sus vidas o familiares, sucumbiendo muchas veces a un efecto paralizador, de apata, indiferencia y escepticismo, sin reconocimiento de la fortaleza de los derechos ciudadanos que los asisten e impidindoles, por ende solicitar ayuda.

Leonardo Zarate, Ral Marenna.