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    30ISSN 1794-3108. Rev. crim., Volumen 57, nmero 2, mayo-agosto 2015, pp. 301-317, Bogot, D. C., Colombia

    Fecha de recepcin: 2015/03/10 Fecha concepto evaluacin: 2015/06/07 Fecha de aprobacin: 2015/06/22

    Para citar este artculo / To reference this article / Para citar este artigo: Salas, G. A. (2015). Aspectos principales del espa-cio urbano y la seguridad ciudadana desde la perspectiva de Bogot. Revista Criminalidad, 57 (2): 301-317.

    Giovanny Antonio Salas TorresAbogado.

    Integrante del Grupo Conflicto y C riminalidad, CISJUC,Universidad Catlica de Colombia,

    Bogot, D. C., [email protected]

    Major aspects of urban space and citizen security and safety seenfrom a Bogota perspective

    Aspectos principais do espao urbano e da segurana do cidadodesde a perspectiva de Bogot

    Resumen

    Se conceptualizan algunos rasgos principales del espacio

    urbano, a partir de una revisin terica para explicar la re-

    lacin con el discurso de la seguridad ciudadana, teniendo

    como referencia metodolgica el anlisis crtico del dis-

    curso (ACD) y con el objetivo de ser un aporte para futu-

    ras investigaciones en esta lnea. Las problemticas de las

    grandes ciudades, como la segregacin, la fragmentacin

    y la densidad poblacional, se concretan por medio del ma-

    Aspectos principales del espacio

    urbano y la seguridad ciudadana

    desde la perspectiva de Bogot*

    * Este artculo hace parte de la investigacin Modelo de anlisis de las relaciones y el impacto de los discursos sobre la seguridad en el sistema penalcolombiano, financiada por Colciencias como beneficiaria de la convocatoria 617 de 2013, del semillero Estudio de las transformaciones del DerechoPenal y la Poltica Criminal (Set-DPC), articulado con el grupo Conflicto y criminalidad, CISJUC, Universidad Catlica de Colombia.

    peo de Bogot (2011-2013) y en el marco del Plan Integral

    de Convivencia y Seguridad Ciudadana (PICSC, 2013-2023).

    El trabajo concluye que es necesario analizar el significado

    del espacio fsico de la ciudad frente a la seguridad ciuda-

    dana, y formular polticas pblicas a partir de esta com-

    prensin, para fortalecer la interaccin social, as como

    para recuperar el espacio urbano en toda su dimensin

    poltica.

    Palabras clave

    Factores sociales de la criminalidad, violencia estructural, encuestas de victimizacin, tecnologas de la seguridad, preven-

    cin del delito, poltica criminal (fuente: Tesauro de poltica criminal latinoamericana - ILANUD).

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    Abstract

    Some of the main features of urban space are conceptua-

    lized here from a theoretical outlook in order to explain

    their relationship with the citizen security and safety, with

    the ACD, the critical discourse analysis as a methodolo-gical reference and the objective of providing a contribu-

    tion for future research in this line. The problems faced

    in big cities such as segregation, fragmentation and po-

    pulation density are specified by means of a chart of Bo-

    gota (2011-2013) and within the framework of the Integral

    Coexistence and Citizen Security Plan (ICCSP, 2013-2023).

    In this work it is concluded that there is a need not only

    to analyze the meaning of physical space in the city vis-vis public safety and security, but also to formulate pu-

    blic policies from this insight in order to strengthen social

    interaction and recover urban space in its whole political

    dimension.

    Key words

    Social factors of criminality, structural violence, victimization surveys, security and safety technologies, crime prevention,

    criminal policy (Source: Tesauro de poltica criminal latinoamericana - ILANUD).

    Resumo

    Algumas caractersticas principais do espao urbano so

    conceptualizadas, a partir de uma reviso terica para ex-

    plicar a relao com o discurso da segurana do cidado,

    tendo como referncia metodolgica a anlise crtica do

    discurso (ACD) e com o objetivo de ser uma contribuio

    para as investigaes futuras nesta linha. As problemti-

    cas das cidades grandes, como a segregao, a fragmen-

    tao e a densidade da populao, concretam-se a travs

    do mapeamento de Bogot (2011-2013) e no marco do

    Plano Integral de Convivncia e da Segurana do Cidado

    (PICSC, 2013-2023). O trabalho conclui que necessrio

    analisar o significado do espao fsico da cidade perante a

    segurana do cidado, e formular polticas pblicas a par-

    tir desta compreenso, para fortalecer a interao social,

    assim como para recuperar o espao urbano em toda sua

    dimenso poltica.

    Palavras-chave

    Fatores sociais da criminalidade, violncia estrutural, pesquisas de vitimizao, tecnologias da segurana, preveno do

    crime, poltica criminal (fonte: Tesauro de poltica criminal latinoamericana - ILANUD).

    Introduccin

    En la actualidad las grandes ciudades produ-cen problemas en su organizacin espacial, e. g.,

    la segregacin, la desigualdad y la clasificacinpor medio de fenmenos como la privatizacin deservicios, que en el pasado no aparecan rentablespara los mercados, como la seguridad. Se trata delmiedo que ronda en las ciudades y se convierte encaracterstica de las ciudadanas: el miedo a fre-cuentar ciertos espacios, a las crisis financieras, alambiente, al otro. Vivimos en urbes por razn dela actividad econmica, y la densidad poblacionalde estos espacios es cada da mayor, pero a su vezel miedo que generan las aglomeraciones y ciertos

    lugares es un factor que decide sobre la cultura enlas ciudades y el futuro de los espacios pblicos,

    al cambiar sus significados y hacer que cada dafavorezcan menos las relaciones sociales, pues elrea fsica de la ciudad es un espacio en uso, re-presentativo de un orden ms complejo. Por elloes comn hablar de las sociedades del riesgo y dela vigilancia, o de sociedades annimas, cuya ideaprincipal es la soledad de los habitantes, que debeleerse tambin como un fenmeno que crea unanueva tica de la individualidad y nuevas concep-ciones acerca de la libertad, niveles de violenciaestructural o simblica y de tolerancia.

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    Estas dificultades que se encuentran en las orga-nizaciones espaciales de la ciudad se reproducen enproblemas urbanos en diferentes contextos, comoel desorden, la desapropiacin de los lugares y elcrimen. En consecuencia, se forma una psicologa

    del colectivo en la rutina y uso del orden espacial,y es remarcable que sea la utilizacin de las zonasde los centros urbanos la que genera los significa-dos. La percepcin de inseguridad, el miedo al cri-men y el papel de la violencia surgen en este ideariocomo problemas y unidades de anlisis que estnen el centro de la discusin. Ante tal escenario, elespacio urbano se ha estudiado desde diferentesngulos, ya sea respecto a la desconfianza por lasinstituciones de control, la vigilancia, las libertadesindividuales, las culturas cotidianas de la violencia, ytambin los enfoques de gnero en las conflictivida-des de la ciudad. Asimismo, se considera el impactode estos temas en la representacin del espacio ur-bano y en la conciencia colectiva de estas catego-ras que determinan las formas espaciales, porquela construccin de las mismas violenta y excluye porcuanto predetermina un rgimen de normalidad;pues si se piensa en los edificios que no cuentancon rampas para discapacitados y la infraestructurapara su movilidad y satisfaccin de necesidades, sepuede entender con ms claridad que los lugares es-tn conformados por una parte fsica, pero tambinposeen otra ideolgica, una funcin de representa-cin, porque adems son espacios habitados y en

    constante uso.Por lo anterior, la inseguridad ciudadana se

    manifiesta dentro del orden espacial de la ciudad,porque es donde encuentra materialidad y ordenalas preferencias y actitudes de los ciudadanos paraprevenirse y controlar los brotes de criminalidad yel peligro. La ciudad es el resultado de la conjuncinde ideologas y formas urbanas, los relatos sobre elespacio son los que crean identidades que atravie-san el simple diseo arquitectnico. En ese sentido,la pregunta es: cmo afecta el espacio urbano la se-guridad ciudadana, y viceversa? Se puede reflexio-nar sobre este interrogante desde varios puntos de

    vista: el espacio urbano como condiciones propi-cias para el crimen y como dao social, y por tantoproductor de identidades tendientes a la actividaddelictiva. De otro lado, como qued dicho, en la ma-nera como la inseguridad ciudadana impacta en lacreacin de formas urbanas, como resultado del usode dispositivos de seguridad, la privatizacin de losespacios de esparcimiento barrial y encuentro ciu-dadano, y de la vigilancia, y en las nuevas prcticascotidianas. Estas implicaciones se pueden localizaren las polticas pblicas que estn vinculadas al es-

    pacio pblico y a la seguridad, como una serie de ne-cesidades para el desarrollo humano que se vinculacon los problemas de las ciudades actuales.

    Con el propsito de profundizar en esta rela-cin, el artculo se organiza de la siguiente manera:

    en primer lugar, se precisan las referencias meto-dolgicas que orientan el trabajo investigativo; ensegunda opcin, se especifican los resultados quecorresponden a la revisin terica del espacio urba-no, para indagar en la relacin con el discurso de laseguridad ciudadana; en tercer orden, se concretanalgunas de las principales problemticas de las gran-des ciudades, que fueron resaltadas en la revisinterica por medio del mapeo de Bogot (2011-2013),sobre su caracterizacin espacial, como densidadpoblacional, segregacin y clasificacin estratifica-da, y dentro del Plan Integral de Convivencia y Segu-ridad Ciudadana (PICSC, 2013-2023), y por ltimo, loscomentarios finales.

    Metodologa

    El artculo tiene como base la investigacin do-cumental (ID) y la estrategia del anlisis crtico deldiscurso (ACD) (Knoepfel et l., 2007; Pramo, 2013;Romero, 2012), para desarrollar el marco tericodel espacio urbano en relacin con la seguridad ciu-dadana, y as mismo aportar algunos comentariosacerca de los lineamientos de las polticas pblicas.

    Con base en lo anterior se pretende construir uncampo de discusin para la generacin de trabajosen esta lnea, que profundicen en el anlisis crticode los temas propuestos y los articulen con distintosmtodos de investigacin.

    La propuesta metodolgica del actual estudioes el ACD, con la cual aborda los temas enunciados,que para Van Dijk (2003) es ms bien una perspec-tiva, crtica, sobre la realizacin del saber: es, por asdecirlo, un anlisis del discurso efectuado con unaactitud. Se centra en los problemas sociales, y enespecial en el papel del discurso en la produccin yen la reproduccin del abuso de poder o de la domi-

    nacin (pg. 144).Desde ese punto de vista se apuesta por una

    actitud investigativa desde la cual se entienden laseguridad ciudadana y el espacio urbano como dis-cursos sociales, y a travs de estas propuestas seapoya la iniciativa de entender el espacio fsico dela ciudad con valor lingstico, que interviene en laorientacin de la accin y la interaccin social y po-ltica de los individuos. Asimismo, se estudian las es-tructuras de la situacin social que pertenecen a losprocesos discursivos de la sociedad, los contextos.

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    Este enfoque interpreta el discurso como una for-ma de prctica social, pues se caracteriza por la me-diacin que descubre del sujeto con el mundo y, enconcreto, en los casos de interaccin social, es decir,en la relacin entre lenguaje y sociedad (Fairclough

    & Wodak, 2000, pg. 367). Por tanto, se considerauna relacin dialctica, bidireccional:

    el suceso discursivo est moldeado por las situa-ciones, instituciones y estructuras sociales, pero a suvez les da forma. Otra manera de expresar este fen-meno es decir que lo social moldea el discurso peroque este, a su vez, constituye lo social: constituye lassituaciones, los objetos de conocimiento, la identidadsocial de las personas y las relaciones de estas y delos grupos entre s (Fairclough & Wodak, 2000, pg.367).

    Entonces, el mundo cumple una funcin lings-tica, constitutiva de los procesos sociales materia-les, y en este caso el espacio urbano fsico realizauna labor ideolgica, a travs de la cual moldea lasrelaciones intersubjetivas, las representaciones delmundo y las identidades: es la relacin ideolgicadel individuo con el espacio arquitectnico, en tr-minos del ACD, la apuesta metodolgica. A partirde esta perspectiva central, el presente documentoexplora la percepcin de la (in)seguridad ciudadanay la situacin de las polticas pblicas como contex-to; se trata de un modelo de anlisis, en alusin alcontenido propositivo y a que los resultados se con-cretan igualmente en las investigaciones que en el

    futuro profundicen en la relacin del espacio fsico yla inseguridad ciudadana, debido a que se pretendesuministrar algunos aspectos bsicos terico-meto-dolgicos, en pos del desarrollo cualitativo y cuanti-tativo, a partir de la conjuncin entre la revisin dela literatura y material emprico, cifras y mapeo enBogot (2011-2013).

    Resultados

    1. Ciudad y seguridad

    All donde el mapa corta, el relato atraviesa.Michel de Certeau

    La seguridad ciudadana es un tema de crecienteimportancia para la ordenacin de las relaciones hu-manas dentro de la gran urbe, que se destaca en laposmodernidad y tambin es el eptome de dificul-tades analticas que provienen de la enajenacin delespacio. El desarrollo del problema de la seguridaden los nuevos rdenes globales sostiene una claratendencia a ubicar como prioridad los derechos ciu-

    dadanos individuales, ya que las agencias guberna-mentales han acogido la premisa de garantizar a losindividuos un ambiente propicio para el ejercicio deestas libertades y para su desarrollo humano dentrode una serie de necesidades (Harvey, 2007). Las co-

    rrientes en ese mbito poltico fueron catalogadascomo procesos de democratizacin de las estrate-gias locales y nacionales, a travs de las cuales setiende a estimular a los ciudadanos a la participa-cin poltica y a dotarlos de un medio que permi-ta esa inclusin. De otra parte, es claro que estosenfoques son diferentes de las concepciones de se-guridad nacional que tuvieron auge en el pasado,puesto que en Amrica Latina los sistemas de gobier-no dejaron de ser autoritarios, hecho que condujo ala imposicin de lmites progresistas al discurso y a laspolticas de esta naturaleza.

    La preocupacin por la seguridad, en tanto rea-lidad discursiva, tiene implicaciones en las estructu-ras poltico-administrativas, en la vida social y en lastransformaciones del derecho penal, pues el debatedoctrinal contemporneo muestra una inclinacinpor el anlisis del impacto de la seguridad en variosde sus elementos y en la funcin de la sancin pe-nal (Cita, 2012). El tema en estudio cumple un papeldestacado dentro de la produccin acadmica re-ciente, y acarrea de esta forma algunas relacionesnecesarias para su comprensin. Una de ellas es conel espacio urbano, que, en mi consideracin, podraser explorada a fondo por metodologas diversas,

    siempre que se fortalezcan bases epistemolgicasy terico-crticas.

    Con este fin es importante resaltar, inicialmente,la definicin de ciudad de Park, citado por Harvey(2013):

    La ciudad es el intento ms coherente y en gene-ral ms logrado del hombre por rehacer el mundoen el que vive de acuerdo con sus deseos ms pro-fundos. Pero si la ciudad es el mundo creado por elhombre, tambin es el mundo en el que est desdeentonces condenado a vivir. As pues, indirecta-mente y sin ninguna conciencia clara de la natura-leza de su tarea, al crear la ciudad el hombre se ha

    recreado a s mismo (pp. 19-20).El debate acadmico actual muestra que las

    ciudades posmodernas, en lugar de ser el espacioprincipal de la actividad poltica, se desarrollan enprocesos de alienacin que culminan en la produc-cin de espacios deshumanizados y en la negacinde derechos ciudadanos. As pues, ms all de queel problema de la inseguridad ciudadana es uno delos ms inquietantes de la agenda pblica, resultahabitual que la percepcin colectiva acerca de esteasunto en particular se convierta en la opinin sobre

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    la situacin poltica en general. El miedo a la victimi-zacin interviene en la constitucin de las formas dehabitar y convivir, al edificar una barrera entre losciudadanos que tambin genera un dficit de legiti-midad y desconfianza en las instituciones guberna-

    mentales, lo cual agrava su impacto en la estructurasocial y poltica. Wacquant (2010) aporta algunasimgenes interesantes al respecto:

    Los habitantes ancianos del gueto evocan connostalgia una poca en la que solan dormir en lasplazas municipales en verano, envueltos en mosqui-teros, o en los techos y balcones, a fin de mitigarlos efectos del calor. En la actualidad las plazas sonconsiderados lugares a los que no hay que ir, enespecial cuando cae la noche; algunas incluso es-tn vedadas a los jvenes que viven en zonas con-tiguas, porque forman parte del territorio de unabanda rival(p. 51).Aunque Wacquant describe el gueto norteameri-

    cano, esta idea colectiva de las condiciones de vidadel pasado, frente a las de un tiempo menos pro-picio para la libertad del cuerpo, est presente enlas comunidades como caracterstica generalizada.La idea del espacio urbano como lugar de reconoci-miento ideolgico ha corrido una suerte de restric-cin, pues an ms que las representatividades delas urbes, los barrios sirvieron como punto de en-cuentro para las identidades sociales.

    De forma tal que los testimonios de los ciuda-danos estn marcados por la conservacin de este

    grupo de vecinos, casas y calles que les pertenecen,ya que todos apuntan a percibir que el barrio se estdeteriorando por la llegada, e. g., de poblacin pe-ligrosa, con costumbres diversas y el asentamientode bandas delincuenciales. Estos sitios estn signa-dos por una marginalidad funcional y la opresinde las poblaciones a travs de la clasificacin y es-tratificacin. La consecuencia obligatoria es que lasreas que estn fuera del campo de vida barrial sonespacios desapropiados, para usar la terminologade Lefebvre, y ello tiene un impacto en el derechoa la ciudad, es decir, a decidir el diseo urbano en elque van a vivir, sobre su futuro y la forma de enta-

    blar relaciones sociales a partir de esa construccin.

    2. Percepcin de (in)seguridad

    ciudadana

    La percepcin de (in)seguridad organiza la for-ma y el uso espacial de la ciudad y ejerce influenciaen los procesos urbansticos actuales. Esta afirma-cin se demuestra en la segregacin social, los n-dices de privatizacin de la seguridad y del espacio

    pblico (Mazza, 2009), la cartografa estratificadade la accin ciudadana, los archipilagos de seguri-dad, los cercos de movilidad, el valor del suelo, losplanes de viviendas, entre otros, que caracterizana las ciudades latinoamericanas. Sobre esta base,

    se ha dicho que el diseo arquitectnico de la ciu-dad corresponde a una arquitectura de la seguridad(Guerrien, 2005), que tambin impacta en la formade organizacin de la estructura social y polticafrente a la vigilancia y el control (Murakami, 2009).

    Las zonas de la ciudad etiquetadas como peli-grosas son parte de la percepcin que en un grannmero de casos se establece, con independenciade las tasas de criminalidad. Esto se evidencia enque, segn la Encuesta de Percepcin y Victimiza-cin de la Cmara de Comercio de Bogot (2014, pp.26-33), aunque los habitantes de La Candelaria fue-ron atacados o lesionados en un sitio pblico en ma-yor proporcin (39 %), la localidad fue la nica quelogr reducir la percepcin de inseguridad (25 %).Adems, en el contexto de Amrica Latina, afirmaKessler (2008):

    Mientras las ciudades de Guatemala y San Salva-dor tienen tasas de homicidios cada 100.000 habi-tantes 20 veces mayor (103 y 95 respectivamente)que Buenos Aires y Santiago de Chile (alrededor de5) (datos del BID 1999-2003), en las cuatro ciuda-des los indicadores de seguridad subjetiva no sonmuy diferentes. Las encuestas de victimizacin decada ciudad nos informan que en Buenos Aires el

    66 % de la poblacin entrevistada afirma sentirseinsegura (2003); el 53 % en Santiago (2003); el 50 %en San Salvador (2004) y el 61 % en ciudad de Gua-temala (2005) (p. 55).La inseguridad subjetiva, entonces, con funda-

    mento en los datos obtenidos, no necesariamentecoincide con las cifras de la objetiva. Esta percepcincolectiva acta sobre el espacio urbano y las clasifi-caciones, pues no solo se ve afectado en cuanto tal,sino que tambin las relaciones sociales se quiebran;junto a los lugares se crean tipologas de gente peli-grosa (los indeseables), y con ello una tendenciaa la evasin, la negativa de la accin comunitaria,

    hasta llegar a asociar a los pobres con delincuentes.Adems, estas representaciones en algunos casosalimentan el discurso de la inseguridad sobre unamediacin sensacionalista de los sucesos criminales;prueba de ello son los casos de prensa que han sidoel comienzo de iniciativas y movimientos para exigirreformas penales (tipificacin, incremento de penaso nuevas interpretaciones de tipos penales).

    En tal sentido, la inseguridad ciudadana, msall de un fenmeno de victimizacin primaria, esun discurso que est construido a partir de las me-

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    diaciones: de un lado, en los escenarios de miedocreados por los medios de comunicacin masiva, yde otro, por la comunicabilidad de las experienciasdel crimen a travs de relatos. Entonces, la confor-macin de ese estado de inseguridad colectiva est

    edificada por imaginarios, en razn al contenido devictimizacin que perciben. Es vlido enfatizar aho-ra en que si bien es considerable que la inseguridadciudadana se justifica por la criminalidad acaecida,es la posibilidad general de ser vctima de un delitolo que configura el sentimiento colectivo, y el miedoest fundado en la representacin o la postulacinde la opinin pblica por los medios. Por esta razn,autores como Rincn & Rey (2008), en Colombia,han adelantado estudios sobre el papel del perio-dismo en el discurso de la seguridad ciudadana, ascomo existen otros planteamientos que apelan arealidades contextuales intersubjetivas (Kessler,2009; Cita, Salas & Zamora, 2014). Estas tesis refle-jan el estado de la inseguridad como un cuento me-ditico (Rincn & Rey, 2008), las redes simblicasde los ciudadanos con la violencia y la incursin detales percepciones en la vida cotidiana.

    La percepcin de (in)seguridad es importantepara el estudio actual, porque tiene un papel des-tacado en la organizacin del espacio fsico de laciudad, tanto para las mismas formas de habitarun rea determinada, e. g., el barrio, los espaciospblicos, los lugares simblicos, la zona cntrica.El miedo de los ciudadanos al otro, a las con-

    centraciones de poblacin, al delito comn (hur-tos, violencia sexual, agresiones fsicas, daos enlas propiedades), influye en la forma de vida en lasciudades. La inseguridad ciudadana impacta en lacreacin de formas urbanas, como resultado deluso de dispositivos de seguridad, la privatizacinde los espacios de esparcimiento barrial y encuen-tro ciudadano, de la vigilancia y en las nuevas prc-ticas cotidianas. El miedo de los ciudadanos ha idoconstruyendo un paisaje de la ciudad, con centroscomerciales atestados de personas, vigilancia pri-vada y cmaras de seguridad, reemplazando pocoa poco las funciones de sociabilidad que tenan las

    plazas pblicas y los barrios; se ven sitios marcadospor el dominio de pandillas y subgrupos de violen-cia urbana, en otros se restringe el acceso a lugarespara el disfrute, se forman conjuntos residencialesprivados, etc. Aparece un crculo vicioso que mer-cantiliza estos dispositivos de seguridad (armas,gas pimienta, cercas elctricas de los conjuntos re-sidenciales, vigilancia privada), porque con su usoal mismo tiempo va creando la percepcin de vio-lencia que estimula el miedo.

    3. Espacio urbano: relaciones sociales

    y dimensin poltica

    La ciudad, como expresin global de los deseosde los ciudadanos y como espacio fsico para la po-

    sibilidad material de la accin, es uno de los obje-tos de anlisis ms importantes de las pretensionesacadmicas que buscan desentramar la posmoder-nidad como tema y las dinmicas contemporneasde las instituciones jurdicas y polticas, no solo porser el espacio-tiempo en donde la (in)seguridadciudadana ocurre, tambin porque las formas de laciudad como materialidad se convierten en un lugarsignificativo. Cuando se tiene como objetivo la apro-ximacin y caracterizacin dicha, hay una hiptesissegn la cual el espacio urbano influye en la (in)seguridad ciudadana, tanto en la percepcin comoen la criminalidad, y al igual, desde una perspectivams abstracta, en los derechos de los ciudadanos ydeterminacin de las relaciones socioculturales.

    Arendt entenda el espacio de la ciudad comouna desmaterializacin por las relaciones humanas,pues las mismas eran la constitucin de la polis, y laexpresin clave de la dimensin poltica de los indi-viduos. Su nocin de espacio est ligada al mundode las apariciones, es decir, a las relaciones socio-polticas de los ciudadanos, con el propsito de dife-renciarse en una interaccin de igualdad y libertad,lo que denomina isonoma. Por tanto, el espacio ur-bano no es otra cosa que el producto de la forma

    como se dan esas relaciones, en el marco de la ad-ministracin de los procesos vitales, la bsqueda dela identidad y la perdurabilidad, y la libertad poltica.Luego la condicin humana se puede sintetizar entres actividades: la labor, el trabajo y la accin po-ltica (Arendt, 2012). En ese orden de ideas, la obrade Arendt es una propuesta por politizar el espacio,porque las caractersticas del campo del pensamien-to que fueran fundamentales en la polisde la EdadAntigua, en las organizaciones polticas de Grecia yRoma, en la Edad Moderna estn alienando la ciu-dad y homogeneizando las necesidades biolgicascomo objeto de la poltica. En palabras de la terica

    alemana:La polis, propiamente hablando, no es la ciudad-Estado en su situacin fsica; es la organizacin dela gente tal como surge de actuar y hablar juntos,y su verdadero espacio se extiende entre las per-sonas que viven juntas para este propsito, sin im-portar dnde estn. A cualquier parte que vayassers una polis: estas famosas palabras no solo seconvirtieron en el guardin fiel de la colonizacingriega, sino que expresaban la certeza de que la ac-cin y el discurso crean un espacio entre los partici-

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    pantes que puede encontrar su propia ubicacin entodo tiempo y lugar (Arendt, 2002, pg. 225).Adems, el desprecio de Arendt por el espacio

    fsico de la ciudad se debe a su idea de reificacin,pues para ella la produccin e intercambio de los

    objetos por medio de la actividad del trabajo apri-sionan la condicin poltica del ser humano. Noobstante, para Calonge (2008), coincidiendo conlas apreciaciones de Beiner (2005), la filosofa delespacio de Arendt debe ser considerada en el dise-o arquitectnico, porque existe la necesidad derecuperar la dimensin poltica del espacio urbanopara acabar con los procesos de alienacin de laciudad (Arendt, 2012, pp. 277-ss)1. Porque, ms quecualquier cosa, el espacio fsico es en donde la ac-cin se hace posible y se materializa la igualdad. Ensu artculo, Calonge (2008, pp. 96-97) recupera losconceptos de Merleau-Ponty y Gibson acerca de larelacin objeto-sujeto y la accin humana dentro deun ambiente que lo posibilita, que permiten la apro-ximacin y el sustento para hacer hincapi en la in-terpretacin de las reflexiones filosficas de Arendten el espacio fsico, punto fundamental epistemol-gico para desarrollar nuevos criterios analticos enbeneficio de las necesidades actuales.

    De igual modo, conviene aproximarse a la socio-loga crtica de Lefebvre, cuyo planteamiento sobreel espacio est ideado a travs de su concepto deideologa (Alfaro, 2006), y su principal caractersti-ca es la relacin dialctica del espacio abstracto y el

    concreto. Lefebvre afirma lo siguiente: El estudiodel espacio ofrece una respuesta de acuerdo conla cual las relaciones sociales de produccin tienenuna existencia social hasta el punto que ellas tie-nen una existencia espacial, ellas se proyectan a smismas en un espacio, inscribindose en l y en elproceso produciendo este espacio mismo (Alfaro,2006, pg. 100).

    Entonces, para Lefebvre las acciones polticas delos grupos acontecen en un espacio fsico que es-tablece lmites y el orden sociopoltico. Consiste enel espacio de las relaciones sociales, desde el cualla ciudad material adquiere una condicin de valor

    necesario para los procesos de administracin de la

    1 El concepto de alienacin, aplicado al espacio urbano frente a las con-diciones para las interacciones de la poblacin, debe entenderse ensentido amplio y de ida y vuelta, pues la vida social y la ciudad estn in-mersas en procesos de esta ndole. El espacio, al impedir que el hom-bre desarrolle el sentido comn y su actividad de pensamiento para laaccin, y adems, porque su espacio fsico, artificial y concreto es yaproducto de las relaciones de produccin, ordenacin funcional y es-tratificacin de la vida, y como resultado, representa la negacin de lacualidad esperada: ser el lugar donde los hombres participen de su di-mensin poltica. De igual forma, para Henri Lefebvre, no solamentelas relaciones de produccin alienan al hombre, sino que, asimismo,todos los aspectos de la vida contienen un significado alienante, enforma de artculos de consumo (Alfaro, 2006, pg. 99).

    vida. No obstante, este lugar construido est disea-do por las fuerzas de produccin y el flujo de capital,hallndose inmersos la mercantilizacin del suelo ylos puntos de encuentro de las relaciones de pro-ductividad que debera ser el espacio pblico, en

    donde los individuos tienen una existencia funcionalen la mquina clasificadora (Rodrguez, 2005) delcapitalismo. En palabras del propio Lefebvre:

    La actividad dentro del espacio est restringida porese mismo espacio, el espacio decide qu activi-dad puede ocurrir, pero incluso esa decisin tienesus lmites y legalidad. Es el espacio el que estable-ce, porque el espacio implica cierto orden (y, corre-lativamente, un cierto desorden). El espacio ordenalos cuerpos, prescribiendo o proscribiendo ciertosgestos, rutas y distancias (Lefebvre, pg. 143; Calon-ge, 2008, pg. 98).Es all donde se localizan los problemas de des-

    humanizacin de la polis, pues el campo para consti-tuir y permitir el pensamiento y la participacin, quedeberan ser los espacios pblicos y de convivencia,depende de los procesos de ordenacin del capital,es decir, en trminos de Arendt, una imposibilidadde la isonoma debido a la reificacin de la ciudad.No obstante, estos problemas sociales deben serpensados para esa implicacin del espacio en la vidasocial, pues es ah donde se asientan estas debilida-des de la sociedad civil y se agudizan las crisis de lossistemas, pero tambin de los desarrollos humanosentre grupos heterogneos. Calonge cita a Soja para

    ejemplificar los elementos de configuracin del es-pacio de la ciudad en las caractersticas analizadas:

    Para las relaciones capitalistas de produccin nosupone ninguna catstrofe el que la ciudad estdesestructurada con la formacin de guetos con-flictivos; es ms, esta misma segregacin espacialde la ciudad slo sera un reflejo en el espacio ur-bano de las relaciones asimtricas de poder queconfiguran el capitalismo desregulado (Soja, 163,en Calonge, 2008, pg. 93).Por otra parte, para el anlisis de la relacin entre

    seguridad y espacio urbano se deben identificar dosperspectivas: la concrecin de la arquitectura urba-

    na y un conjunto de interacciones donde la acciny los discursos sociales son posibles. Es decir, unespacio apropiado que se vuelve ideologa porquesimboliza una identidad, como anota Leal (1997):

    Adoptamos la perspectiva espacial para recogerlas interacciones entre el espacio y la sociedad ta-les como las del gnero, la clase, el estatus social, laedad y la raza. A estas le aadimos el elemento delespacio en s mismo. El espacio opera en un doblesentido. Afecta la conducta como un medio cons-truido que contiene la accin y como un objeto sig-

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    nificativo. Por otra parte la gente altera y construyelugares como forma de expresar sus necesidades ysus deseos (pg. 35).Harvey (2007) asegura lo siguiente, respecto al

    origen de los problemas en el seno del espacio urba-

    no en conflicto con los derechos ciudadanos:La elevada competencia bajo condiciones de cri-sis ha obligado a los capitalistas a centrar ms suatencin en las ventajas locacionales, precisamen-te porque la disminucin de las barreras espacialesles da a los capitalistas el poder de explotar la di-ferenciacin espacial con consecuencias positivas.Las pequeas diferencias contenidas en el espacio,en trminos de disposicin de fuerza de trabajo,recursos, infraestructuras y otras, incrementan susignificado. El control del espacio se convierte en unarma superior en la lucha de clases. La elevada com-petencia entre espacios llevara a una produccinms variada de espacios dentro de una crecientehomogeneidad en el intercambio internacionalEntonces nos acercamos a la paradoja de quecuanto menos importancia tienen las barreras es-paciales, ms es la sensibilidad del capital respectoa las variaciones del lugar dentro del espacio y ma-yor es el incentivo de los lugares de diferenciarseen formas atractivas para el capital. El resultado hasido la produccin de fragmentacin, inseguridad ydesarrollo desigual (pg. 294).En sntesis, las ciudades posindustriales se

    organizan y se densifican, porque no solo a travs

    de su arquitectura intervienen en propagar la desi-gualdad y la pobreza, la exclusin de los habitantesde ciertos lugares, sino que adems generanuna afectacin de los derechos ciudadanos y losmarginan de poder contribuir a la conformaciny diseo de un futuro espacial de la ciudad. Elespacio es un encuentro de ideologas, identidadesy expectativas que se acondicionan de acuerdo conlos marcos de vida de las colectividades, y en esesentido la reduccin de lo pblico, la fragmentacinde lo social, tanto por el lugar de asentamientocomo de interaccin, instauran la crisis en el mbitosociocultural, pues principalmente los procesos

    de urbanizacin y de distribucin, que estndeterminados por las superestructuras econmicasy polticas, son un problema de legitimacin. Laconstruccin del espacio urbano margina y violenta,porque los lugares para las relaciones de produccinestn legitimados por un consenso, y para seguirla lnea del proyecto poltico de investigacin deHabermas (Quintana, 2002), las crisis del sistemaeconmico que asume el poltico-administrativodesembocan en el subsistema sociocultural donde

    se autolegitima, pero entra en conflicto con lasestructuras econmicas (Habermas, 1985), porqueel problema no desaparece. En otras palabras, lascrisis provocadas por las estructuras econmicasse solucionan, ante la incapacidad de las polticas,

    como un acuerdo ciudadano que termina validandoy asimilando estas realidades crticas.

    4. Espacio urbano y seguridad

    ciudadana en Bogot

    Con base en el desarrollo terico acerca de loselementos del espacio urbano dentro de la estructu-ra analtica que se propone, se pueden ejemplificarestas problemticas en Bogot (2011-2013) para con-cretar el estudio: tener una perspectiva bsica de laciudad y describir crticamente las caractersticas delas polticas pblicas y los resultados en la relacincon la seguridad ciudadana. As, entonces, la mar-ginalidad y la exclusin por los planes de viviendase pueden inferir de la densidad poblacional de laciudad, en donde se ha incrementado hacia las reasestratificadas bajas (vid. figura 1).

    Por otro lado, dependiendo de las dinmicas ca-pitalistas, la forma como se materializa y extiende ladesigualdad debido a esa sectorizacin y posteriorfragmentacin del espacio urbano se puede analizaren Bogot segn las figuras 2 y 3, en los cuales losestratos bajos 0 y 1 se encuentran localizados en las

    zonas perifricas, y es imposible acceder al merca-do de los terrenos dado el tipo de exclusin por mediode las relaciones de poder adquisitivo del suelo, endonde este fenmeno se hace evidente.

    En cuanto a la ordenacin del espacio debidoa los procesos de segregacin y discriminacin, sepuede localizar con la variable de la inseguridad ciu-dadana en la ciudad de Bogot, como lo muestra eldocumento de la Secretara Distrital de Planeacin(2013) sobre estas diferencias socioeconmicas yfragilidades, cuyo indicador est ligado a las separa-ciones fsicas (vid. figuras 4).

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    Figura1.DensidadpoblacionalenBogot,

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    Fuente:SecretaraDistritald

    ePlaneacin(2011).

    Densidad

    pob

    lacionalen

    .C.D

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    Figura2.

    Nivelesso

    cioeconmicosenBogot,

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    Fuente:Centro

    deEstudio

    yAnlisisenConvivenciaySeguridad

    Ciudadana-CEACS

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    Figura3.

    Valordereferenciadelm2d

    eterrenoenBogot

    (pesos2012).

    Fuente:CatastroDistritalen

    AglomeracionesyCentrodeEstudioyAnlisisenConvivenciaySeguridad

    Ciudadana-CEACSC.

    V

    alordereferenciadelm2deterrenoenBogot

    (

    pesos2012)

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    Figura 4.Localizacin de los dominios ms segregados por inseguridad.

    De acuerdo con los resultados que se encuentranen el Figura 4, se identifica la segregacin por inse-guridad en la ciudad de Bogot, a partir de la cual sepuede diferenciar la relacin del espacio urbano y laseguridad ciudadana en dos sentidos. En el caso par-ticular, cuando la problemtica es producto del mis-mo espacio, que violenta poblaciones vulnerables ysegregadas por inseguridad, dada la disposicin dela ciudad, y, en otro sentido, cuando el espacio es

    propicio para el delito, la violencia y el desorden. Enel primero se entiende el proceso urbanstico desdeuna dimensin global, y en el segundo el espaciourbano lo conforman reducidos sectores de la es-cala barrial, o bien lugares, en la medicin de zonasseguras e inseguras por sus cualidades espaciales,tales como poca iluminacin, parques grandes, ca-lles en malas condiciones, caminos angostos, espa-cios subutilizados, puentes, etc. Con lo anterior re-

    Fuente:Secretara Distrital de Planeacin (2013).

    Suba

    Usaqun

    Chapinero

    Barrios Unidos

    Engativ

    Fontibn

    KennedyBosa Puente

    Aranda

    Los Mrtires

    CandelariaSanta Fe

    AntonioNario

    RafaelUribe

    Tunjuelito

    CiudadBolvar

    sme

    EstratoSocioecnomico

    Estrato 1

    Estrato 2

    Estrato 3

    San Crstobal

    Teusaquillo

    N

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    sultan algunas conclusiones acerca de la concrecinde las dinmicas capitalistas, tanto de mercado comoideolgicas, a las que responde la ciudad de Bogotejemplificando la construccin terica revisada enarmona con estudios de otras grandes urbes, se-

    gn el propio diseo espacial y la organizacin de lapoblacin, los niveles de vida de los ciudadanos ylas formas de relacin social, que gestionan proce-sos que desfavorecen la actividad poltica junto a losprincipios democrticos orientadores de los planesestratgicos distritales, que buscan construir ciudady ciudadana.

    Frente a estos problemas se han implementadopolticas pblicas para prevenir los delitos y las vio-lencias en Bogot, as como se ha procurado actuarsobre el espacio urbano dentro del discurso de laseguridad. En primer trmino, dichas propuestashan partido del Plan de Desarrollo Bogot Huma-na (2012-2016), dentro del cual se fijan pautas parael diseo y desarrollo de polticas en esta va. En eldocumento se consigna que la seguridad ciudadanaforma parte de un concepto ms amplio de seguri-dad humana, inspirado en el programa de NacionesUnidas, que lo define como el derecho de las per-sonas a vivir en libertad y con dignidad, libres de lapobreza y la desesperacin a disponer de igualesoportunidades para disfrutar de todos sus derechosy a desarrollar plenamente su potencial humano(documento final de la cumbre 2005, resolucin 60/1de la Asamblea General, prr. 143). Es decir, la segu-

    ridad entendida como una serie de necesidades, en-tre las cuales aparece la prevencin del delito, perotambin otras de orden integral, que le permita ala ciudadana gozar de sus derechos en forma librefrente al entorno social, institucional y urbano. Queel ciudadano pueda caminar por la ciudad sin miedo,reunirse en las plazas pblicas, en los parques de ba-rrio, que tenga seguridad alimentaria, en el sectorde la salud, la certeza de conservar su trabajo, etc.Vivir de una forma despreocupada y sin temor paraque pueda decidir sobre el espacio urbano y apro-piarse del simblico, y la ciudad sea un lugar aptopara la convivencia y el intercambio, para el pensa-

    miento y el desarrollo humano.En Bogot, el Centro de Estudio y Anlisis en

    Convivencia y Seguridad Ciudadana (CEACSC) y laPolica Nacional han realizado estudios en distintasvariables relacionadas con la seguridad ciudadana,tales como encuestas de victimizacin escolar, per-cepcin sobre los hurtos en el sistema de transporteTransmilenio, la caracterizacin de las tasas de de-lincuencia, la evaluacin del desempeo de organis-mos pblicos de la seguridad y vigilancia, y en temasrelacionados con el espacio urbano, como georrefe-

    renciacin de los delitos, lo que indica que la seguri-dad ciudadana es concebida como un tema comple-jo, que incorpora aspectos de violencia simblica,de estrategias de prevencin de la criminalidad, depercepcin de inseguridad, y que est relacionada

    con el espacio urbano, aunque dicha implicacin seaconfusa en algunos casos.

    El Plan de Desarrollo Bogot Humana, en el ca-ptulo IV, consagra: Una Bogot que defiende yfortalece lo pblico, en donde se conforma la seriede propuestas distritales respecto al espacio, talescomo la elaboracin de polticas de reintegracin,mejoramiento y recuperacin del espacio pblico,as como la de comprender el espacio urbano den-tro de la seguridad humana. En tal orden, Bogotcuenta con el Departamento Administrativo de laDefensora del Espacio Pblico (DADEP), para elestudio y las propuestas institucionales del trata-miento del espacio pblico. Sobre este tema se hanpromovido iniciativas de polticas en ese fortaleci-miento del espacio urbano para rescatar lo pblico,y con ello las implicaciones narrativas que significanpara la ciudadana estos sectores urbanos; sin em-bargo, en su mayora no destacan las variables deseguridad ciudadana como problema directamenterelacionado. E. g., la formulacin e implementacinde estas polticas, y de las dems que incorporanel espacio pblico como objeto tanto de anlisiscomo de transformacin, se adelantan con base enla homogeneizacin territorial y, por tanto, de cla-

    ses sociales, introducindolas en una normalidadinexistente de las prcticas urbanas. Es importanteconsiderar que las necesidades de los grupos socia-les clasificados por el espacio fsico y simblico sediferencian entre s, puesto que los regmenes deviolencia, la construccin de las prcticas cotidianasy las experiencias de vida respecto de la seguridadhumana, y en especial de la seguridad ciudadana,modifican las formas de habitar la ciudad y el usodel espacio urbano (est demostrado por la georre-ferenciacin, por medio de las cuales se establecenbarrios que registran mayores tasas de criminalidady por la condicin socioeconmica de zonas perif-

    ricas segregadas). En este punto se halla con msclaridad la relacin entre la seguridad ciudadana y elespacio urbano, cuando se habla de las causas de lafragmentacin de la ciudad y se intenta su articula-cin con las propuestas de polticas pblicas en Bo-got, e. g., la recuperacin de parques y los planesde vivienda prioritaria.

    Como resultado del estudio y diseo del CEACSCse cuenta en la actualidad con el Plan Integral deConvivencia y Seguridad Ciudadana (PICSC, 2013-2023), enmarcado en la articulacin y coordinacin,

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    transversalidad e intervencin priorizada terri-torialmente. Esta transversalidad institucional sematerializa en los programas que se desarrollan enconjunto con la Polica Metropolitana de Bogot(MEBOG), que es la encargada de formular polticas

    de prevencin de violencias, conflictos y delitos.Estos proyectos se diferencian entre nacionales ylocales: de un lado, el Plan Nacional de VigilanciaComunitaria por Cuadrantes (PNVCC)2, y de otro,el Plan Integral Policial para la Seguridad delCiudadano Corazn Verde (PIPSC-CV), que es uninstrumento de poltica pblica para la planeaciny estructuracin de las estrategias de seguridad,convivencia y gobernabilidad distrital.

    Entre las respuestas institucionales comprendi-das en el PICSC se encuentran las siguientes: Pactos para la convivencia ciudadana. Desarme ciudadano. Gestores de convivencia: semilleros de paz, for-

    talecimiento interno de las barras, trabajos conlos medios y la opinin pblica.

    Restriccin de venta y consumo de licor en tien-das de barrio.

    Centros de Atencin a Vctimas de las Violenciasy Graves Violaciones de Derechos Humanos (CA-VIDH).

    Centros de Atencin a Vctimas de Violencias yDelitos, y establecimientos para la recepcin dedenuncias ciudadanas.

    Centros comunitarios LGTBI.

    Atencin integral al habitante de la calle. Plan 19-75 Cien. Entornos escolares seguros: priorizacin de 31

    colegios.El plan 19-75 Cien consiste en la priorizacin

    territorial para las lneas de accin integral, elcual se elabor teniendo en cuenta la frecuenciade los delitos de mayor impacto social y trfico dedrogas, de acuerdo con las capturas por porte odistribucin de estupefacientes (CEACSC) en Unidadesde Planeamiento Zonal (UPZ). En el estudio seidentificaron 19 UPZ, de las cuales 25 barrios fueronpriorizados. Con la relacin de estas variables, el

    Plan de Seguridad Humana posee seis lneas deaccin: infraestructura; creacin de cultura de paz;reduccin de segregacin social y fortalecimientode tejido social; seguridad humana; generacin deempleo, y niez y juventud como defensores yconstructores de paz. Las mencionadas estrategiasde priorizacin territorial, tanto en las UPZ como enlos colegios seleccionados, consisten en el aumentode presencia de MEBOG y de gestores de paz en

    2 Cfr. Llorente, Bulla & Castillo (2011).

    estas zonas, as como en la instalacin de cmarasde seguridad para mejorar la percepcin de la (in)seguridad ciudadana.

    La utilizacin repetida de los dispositivos de se-guridad tiene repercusin en la arquitectura de la

    ciudad, de tal manera que crea un nuevo paradigmade la vigilancia en estas zonas, las cuales dejan de serbarrios en donde la seguridad es un tema comunitariode prevencin y de camaradera entre vecinos, paraconvertirse en zonas seguras privatizadas, puesse hace necesario dar cuenta de que los circuitos deseguridad, que constan regularmente de cmaras,muros, cercas elctricas y vigilancia privada, estnsustentados por patrones capitalistas y de violenciaestructural, que son los que sostienen tambin es-tas formas de divisin y dificultades exploradas conanterioridad. Resulta considerable, como mnimo,que estos dispositivos de seguridad contribuyen aldiseo arquitectnico de la ciudad de acuerdo conlos miedos de los sectores de la poblacin, y por talrazn debe ser entendido como un factor del proce-so urbanstico que perjudica las relaciones sociales yel reconocimiento en el espacio urbano.

    El mapa de la ciudad asegurada se ha producidopor un rgimen que ms que prevenir se dirige aproteger del otro, de las dems clases y barrios,y en este orden acrecienta la brecha urbana. Debi-do a que esta reaccin ante la violencia y el temora la victimizacin surge en algunos sectores de lapoblacin, es apropiado pensar en las poblaciones

    marginadas, signadas por el delito, la violencia fsi-ca y simblica, y segregadas por el espacio urbano,que no producen estas respuestas adaptativas, y encambio aumentan los niveles de normalidad de laviolencia, deslegitimando instituciones, creando supropio orden de convivencia, representacin y ex-presin del espacio en uso. A pesar de lo anterior, elpanorama de las polticas pblicas de Bogot en esembito, fundadas en el concepto de seguridad hu-mana y enmarcado en el plan de polticas de segu-ridad PICSC (2013-2023), muestra dificultades parareconocer estas diferencias, y existe una tendenciaa la comprensin de estas problemticas desde una

    perspectiva homognea, con la cual se promuevenestas prcticas urbanas (relaciones sociales, polti-cas e ideolgico-espaciales) a causa de que no sesatisfacen las necesidades especficas de los grupos.

    El tema y problema de la seguridad ciudadanaha trascendido a terrenos polticos y discursivosque no se refieren exclusivamente a la reduccinde la criminalidad en contextos urbanos. Msall de ser una amenaza de ndole social para laintegridad fsica y material, estimula nuevas formasurbanas que excluyen y modifican el habitar, tanto

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    en cuestiones de identidad como de desigualdad,libertades y derechos ciudadanos. La complejidaddel suceso discursivo de la seguridad ciudadanadescubre la relacin con el espacio urbano, que confundamento en el anlisis crtico del discurso est

    dada en forma bidireccional. Esto quiere decir queel espacio urbano surge como producto de miedose inseguridad, pues la sociedad se organiza y le daun sentido a sus relaciones espaciales en la medidade la prevencin del delito, y ms que todo paraestar sin cuidado; pero en direccin opuesta, elespacio urbano ejerce una funcin lingstica quefavorece los ambientes inseguros o bien actualizaun riesgo de victimizacin, porque conserva unenunciado de imposibilidad de convivencia yde fragmentacin. Por esta razn, es necesarioreconocer estos significados para recuperar laactividad poltica y la funcin ideolgica, as comose anot previamente, con el objetivo de que losciudadanos se desarrollen en toda su dimensinhumana y se fortalezcan las relaciones socialespara construir ciudades ms seguras.

    Comentarios finales

    Las polticas pblicas estn orientadas a la sa-tisfaccin de necesidades de los ciudadanos, ahoraya no solamente frente a la prevencin del delito,de acuerdo con la informacin cuantitativa, sinoque pretenden enfocarse en las subjetividades

    propias de la percepcin de (in)seguridad (Chang,2011; Scheider & Bezdikian, 2003), en cierta medi-da, con perjuicio de los contextos materiales de ladelincuencia y de los niveles de violencia simblicaque tiene la ordenacin de la ciudad. Mientras tan-to, estas estrategias de prevencin del delito, quese sirven de los dispositivos de seguridad (talescomo cmaras y vigilancia privada o policial), perotambin de la exclusin y lmites a la movilidad conla creacin de barrios privados, intervienen en lacomposicin y diseo arquitectnico de la ciudad;el espacio urbano se convierte en escenario de cla-sificacin social. Pero esta lgica de los procesos

    urbansticos no est controlada por las polticas gu-bernamentales, una vez ms, porque ha pasado aformar parte de una violencia estructural.

    En ese orden de ideas, la tesis que debe serpostulada dentro del modelo de anlisis actual esla intervencin del diseo arquitectnico del es-pacio urbano en la agravacin de la inseguridadciudadana, desde distintos puntos de vista: en lacirculacin de desigualdades, vulneracin de losderechos ciudadanos y en la realidad discursiva dela marginalidad, que evita la participacin polti-

    ca y los consensos socioculturales, pues no existeun reconocimiento de los espacios fsicos para laconvivencia y la cohesin por parte de la sociedadcivil. A pesar de esta apreciacin, la forma en quese estructuran las polticas pblicas3parte del pre-

    supuesto de la homogeneizacin del espacio urba-no y, por tanto, de los problemas ciudadanos. As,en principio, es adecuado estudiar las condicionessociopolticas de las clases sociales y las emotivida-des de los grupos. El sentido de la observacin estencaminado a que los niveles de violencia subjetivay objetiva (Salas & Zamora, 2014, pp. 4-8) de pobla-ciones frgiles no corresponde con las necesidadesde otros crculos de distinta capacidad econmica.Por esta razn, las polticas deben ser redirigidas,pensar en las particularidades de cada sector urba-no y comprender las diferencias entre la percep-cin de inseguridad y la inseguridad objetiva.

    De otra parte, la relacin entre inseguridad yespacio urbano se encuentra en la caracterizacinde los lugares peligrosos y en la aplicacin de pol-ticas para transformar o mejorar la infraestructurade determinadas zonas que no estn directamenteasociadas con los procesos de segregacin, desa-propiacin ideolgica y deshumanizacin de la ciu-dad. La premisa central en el anlisis, desde estepunto de vista, tiene que ver con las implicacionesdel espacio urbano en la actividad delictiva, dadaslas condiciones de estos escenarios proclives alasentamiento de bandas criminales, pandillas, ba-

    rras bravas, entre otros, que corresponden a luga-res que poseen falta de iluminacin, difcil trnsito,aglomeraciones, tales como puentes, calles angos-tas o parques solitarios y alejados del dominio co-munitario barrial (Jimnez, 2014; Bonastra, 2008).Sin embargo, la aplicacin de estas mejoras de lainfraestructura en parques y zonas deterioradas, ylas polticas de recuperacin del espacio pblico,no deben entenderse de manera independienterespecto a los estudios de inseguridad y al anlisisdesde las relaciones espaciales de otra ndole quese han revisado, pues el interrogante que surge enla opinin pblica es: qu es preferible, el espacio

    privado seguro o el espacio pblico inseguro?Por ltimo, existe una necesidad de fortalecer las

    polticas pblicas sobre el diseo urbano, para trans-formar las ciudades en espacios globalmente ms se-guros. Debido a que la determinacin de los lugarespeligrosos para la sociedad se estudia de manera msamplia a travs de la percepcin de (in)seguridad yde las diferentes variables en la constitucin de es-

    3 Sobre el estudio de las polticas pblicas, vid. Muller (2006) y Roth(2007, 2010).

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    Giovanny Antonio Salas Torres

    tas subjetividades, es necesario reconstruir y resig-nificar estos espacios desapropiados a travs de laspolticas, pero tambin actuar sobre los niveles devictimizacin social por medio de tratamientos dife-renciados de inclusin. Asimismo, reunir esfuerzos

    en la reduccin de conflictos y violencias a travs dela geoprevencin de delitos, para que en esa medidase pueda habitar la ciudad libre de temor, en buscade la interaccin social, el ejercicio de los derechosciudadanos y la dimensin poltica, con el fin de queel ser humano conviva y habite en la polis, la ciudadque se autorregula. Para ello se hace indispensableprofundizar en la relacin de la seguridad ciudadanacon el espacio urbano a partir del ACD, segn el cualla realidad y el discurso pertenecen a una dialcticade la sociedad, y con base en tales aportes tericosy analticos gestar nuevas empresas investigativasen esta rea, con metodologas diversas y enfoquemultidisciplinar.

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