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culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 19 de noviembre de 2006 Coincidiendo con el segundo aniversario del suplemento, les ofrecemos una recopilación de algunas de las páginas más populares en estos casi cien números. Joe Sacco y Miguel Brieva y sus cómics políticos; Joaquín Reyes y la ‘Hora Chanante’; Pepe Colubi disecciona el espantoso mundo de los famosos; la aportación de Chiquito de la Calzada al humor contemporáneo; Quico Cadaval y el arte de narrar; cómo escribir (y leer) una novela negra y los libros superventas que nos inundan. N° 92 Suplemento de artes y letras Páginas populares ¡ !

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Páginas populares artes y letras N° 92 Suplemento de TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 19 de noviembre de 2006

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culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 19 de noviembre de 2006

Coincidiendo con el segundo aniversario del suplemento, les ofrecemosuna recopilación de algunas de las páginas más populares en estos casi

cien números. Joe Sacco y Miguel Brieva y sus cómics políticos; Joaquín Reyes y la ‘Hora Chanante’; Pepe Colubidisecciona el espantoso mundo de los famosos; la aportación de Chiquito de la Calzada al humor contemporáneo;Quico Cadaval y el arte de narrar; cómo escribir (y leer) una novela negra y los libros superventas que nos inundan.

N° 92Suplemento de

artes y letras

Páginas populares

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El tebeo como medio político

1 y 3. Viñetas del recopilatorio de los

números 0, 1 y 2 de Dinero, de Miguel

Brieva. 2 y 4. Viñetas de Palestina, de Joe

Sacco.

observando el trabajo de estosautores, resulta evidente queel cómic es un magnífico me-

dio para comunicar ideas políti-cas, aunque la estética y los plan-teamientos de ambos resultan to-talmente opuestos. Miguel Brie-va, cuyo más reciente trabajo enforma de álbum es la recopilacióndel fanzine Dinero, publicado porEdiciones Doble Dois, busca plas-mar en sus viñetas los valores so-terrados que mueven a la socie-dad postindustrial y de consumo.Dinero se autodenomina ‘Revistade Poética Financiera e Inter-cambio Espiritual’ y utiliza unaestética tomada de los anunciospublicitarios americanos de losaños cincuenta y sesenta, la épocadorada del capitalismo. Brievautiliza la hipérbole para mostrarideas que pertenecen al subcons-ciente de toda una sociedad, llevalas situaciones al extremo parahacer visibles los mecanismos quehacen funcionar a una cultura ba-sada en la desmemoria y en el es-pectáculo,creando iconos poten-tísimos que resumen toda una fi-losofía de vida.

El afán de Joe Sacco tambiénconsiste en hacer visible algo quepermenece oculto. Periodista deprofesión, utiliza el cómic parahacer reportajes sobre conflictosbélicos, rellenando los huecos quedejan las imágenes que envían lasagencias de información para lle-nar los telediarios. Sacco buscalo que se esconde tras el espectá-culo informativo, las historias dela gente que sufre, sus caras, susproblemas cotidianos y cómoconsiguen salir adelante en unascondiciones de tensión extraor-dinaria. Su primera obra de estetipo fue Palestina, una serie denueve capítulos publicada en Es-paña en un sólo tomo por PlanetaDe-Agostini, fruto de una estan-cia en los territorios ocupados aprincipios de los noventa, duran-te la primera intifada. Con un es-tilo duro y minucioso es, en pala-bras de Edward Said, “una obrade contenido político y estético deuna originalidad extraordinaria”

Marcos Sánchez

El cómic les sirve aMiguel Brieva y JoeSacco para ofrecerun discurso sobre lapolítica desdeperspectivas distintaspero con la ambicióncomún de desvelarideas y hechos queno se aprecian asimple vista.

culturas2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 19 de noviembre de 2006

Sacco, elperiodismodibujado Joe Sacco (Malta, 1960) hace

«tebeos periodísticos porque esla mejor manerade unir mis dospasiones: loscómics y elperiodismo. Notengo ningunateoría que me

permita explicarlo.Sencillamente, siempre me heinteresado por la actualidad, y aveces, suceden cosas en el

mundo que me impelen a haceralgo al respecto. Y lo más útilque se me ocurre es ir allí einformar de qué es exactamenteeso que está pasando. Creo quelos cómics son un medioestupendo de presentarinformación compleja. Los tebeosson un medio popular, y megusta el modo en el queconsiguen que haya gente quelea cosas que ignoraríannormalmente en cualquier otromedio». Después de laexperiencia de Palestina, hapublicado otro reportaje sobre elconflicto de la antiguaYugoslavia, titulado Gorazde,zona protegida.

Brieva, un autoramante de laautoedición Miguel Brieva (Sevilla, 1974) se

mueve con facilidad en distintosmedios de expresión. Rebotadodel mundo del arte, es frecuenteencontrar sus trabajosautoeditados pero también enfanzines como ‘Mondo Brutto’,‘Nosotros Somos los Muertos’ eincluso en la revista ‘RollingStone’ y ‘El País de las

Tentaciones’. La renacida‘Ajoblanco’ le ha encargado suportada, en la que refleja unmundo totalitario en el que laesvástica nazi es sustituida porel signo del dólar. Ha colaboradoen la película Astronautas y noparece molestarle en absoluto lecomparen con el humor gráficode El Roto, al que considera lomejor en este campo. Estáprevista la recopilación de losnúmeros de Dinero a partir deltres que todavía se puedenencontrar sueltos en las tiendasde cómics.

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Sobrepasados los cincuenta programas, ‘La HoraChanante’ es ya un espacio de culto. Reciclaje de iconospop, personajes paródicos pero naturales, un lenguajepropio y deliciosas piezas de animación son algunas delas claves de un tipo de humor que rebosa originalidad.Charlamos con su creador.

JOAQUÍN REYES

la Hora Chanante’ (LHC) es unode esos fenómenos que se tras-miten por el siempre infalible

método del boca a boca. Desde sucapítulo mensual en ParamountComedy ha saltado a las televisio-nes generalistas con sus reposicio-nes en Localia y, sobre todo, a esearchivo audiovisual que es YouTu-be.com. Joaquín Reyes es su crea-dor. Desde la facultad de Bellas Ar-tes de Cuenca pasó a la cantera demonologuistas de Paramount yahora alterna su trabajo en LHCcon un papel en la también exitosaserie Camera Café. No para. Char-lamos por teléfono entre una me-sa redonda en Gijón y un coloquioen Ciudad Real y nos ofrece algu-nas de las claves del programa.

Libertad creativa. «La verdades que no pensábamos llegar tanlejos. La cadena nos ha dejado totallibertad. Es una cosa muy rara, quete apoyen y te animen para quearriesgues. No suele ser común,pero hay que tener en cuenta quelas condiciones se dan: es un canalpequeño, un programa mensual,no hay exigencias de audiencia, nohay presión en ese sentido. El am-biente es muy bueno y siempre hasido así». ¿Qué valora el especta-dor de LHC? «Creo que la gentevalora la naturalidad y el riesgo. Elno dar más de lo mismo, el no te-ner que llegar al máximo públicoposible. El programa tiene una per-sonalidad. Y no hacer humor sobreactualidad es una liberación. Si hi-ciéramos parodia de la Pantoja yJulián Muñoz tendría una fecha decaducidad. Y eso en una generalis-ta es casi un imperativo», afirmaReyes.

Un trabajo en equipo. Al co-mienzo, LHC era Joaquín Reyes.Escribía e interpretaba a todos lospersonajes. «El formato se creóalrededor de mí, pero luego, sinuna planificación, se fue incorpo-rando más gente. Estaba claroque si queríamos tener un trayec-to largo no podía ser sólo un có-mico, es evidente. Se ha añadidogente como Ernesto Sevilla, Ju-lián López, gente que luego ha si-do fija. Creo que eso le da versati-lidad al programa y todos traba-jamos en todo. Esa es una de susseñas de identidad». De esa con-fluencia de cómicos han nacidopersonajes como el bacala Vicen-tín, La Pícara Valenciana, El Bom-bas o Gañán. Juntos han creadouna forma de hacer muy recono-cible, tanto en los contenidos co-mo en el aspecto formal. «Nues-tros medios son modestos, peroestoy contento. Hay un trabajo deproducción de Paula y Aranchaque es increíble. Invertimos mu-cho tiempo en producción y pos-producción. Rodamos unos cuatroo cinco días al mes y aprovecha-mos para grabar varias piezas. Lagente está muy involucrada en elequipo y da lo mejor de sí, sientensuyo el programa, y esto es lo ide-al. Nos gusta lo que hacemos, nohay escaqueos. Luego, intentamoshacerlo lo mejor posible, dentro deun programa pequeño, que no seacutre, que la factura final sea bue-na. No queremos que dé la sensa-

ción de dejadez ni de que nos valehacerlo de cualquier forma».

Me decían, Tachenko, qué talpor ahí arriba: Testimonios. Re-ciclando el género documental,uno de los puntos fuertes del pro-grama son esas parodias de perso-najes populares: una bizarra se-lección de iconos pop maquilladoshasta las cejas, resumiendo su vi-da en primera persona. Pero estosdicen lo que ellos nunca dirían desí mismos. Desde ochenteros co-mo Tachenko, Karpov, Mister T,María Jesús y su acordeón o DavidHasselhoff hasta gente como Björko el pintor Antonio López. «Losproponemos entre todos y al finallos elijo yo. Intento que el persona-je sea atractivo, que pueda dar jue-go, situaciones divertidas. Los es-cojo un poco para mí y luego espe-ro a ver cómo reacciona la gente.Mister T le va a encantar a todo elmundo, pero con Karpov tienes du-das. A veces te equivocas».

Tontunos, viejunos y carto-nianos: el lenguaje chanante.«Hemos intentado buscar unos re-ferentes y sin embargo abordarloscon un lenguaje tradicional, las ex-presiones que escuchamos en ca-sa de nuestros padres. Es algo quequisimos hacer desde el principio.Y son palabras que fuera de con-texto funcionan muy bien. No es lomismo oír a un manchego hablaren manchego que oír a MargarethThatcher hablando en manchego.Nos hacía gracia y eso luego se haconvertido en una seña de identi-dad del programa». Por su difu-sión, no llega a ser aquel fenómenode todo el mundo diciendo «nopuedorr», pero sus expresionesvan calando y el espectador las es-pera. «El humor siempre ha inten-tado crear esa coletilla, la frase queengancha. En el 1, 2, 3 lo hacían mu-cho… El humor se basa en la repe-tición. No ha sido algo premedita-do, machacar una palabra para re-

petirla, pero lo cierto es que haypalabras que gustan a la gente, co-mo a mí me gustaba decirlas: re-gomello, viejuno. No sé exacta-mente a qué se debe, simplemen-te funciona. También hay que te-ner cuidado de no cansar. Intentoanalizar qué funciona, desde la es-critura a la edición. Pero incluso enel monólogo, que es una estructuramás ortodoxa, te das cuenta de quehay cosas que se te escapan, quehacen gracia porque sí».

Humor inteligente: di no. Al-guien les enmarca dentro de esaetiqueta que sirve más para negarque para afirmar. «No me gustaesa etiqueta. Son las personas lasque son inteligentes, no el humor.Me parece un poco pedante. El hu-mor... en principio, ninguno es ma-lo. Tienes que hacer reír, y todo loque tiene personalidad es válido.Somos bastante escatológicostambién, es una forma de no re-nunciar a nada. Podemos combi-nar eso con una referencia máselevada».

El reposado mundo de SuperÑoño: animación. A Joaquín Re-yes le sale aquí su formación ‘be-llasartera’. Pequeñas piezas quevan desde el chiste al personaje se-rial como Super Noño –el super-héroe más blando que la mierda depavo–, Bizcoché y Ojos de Huever

o Dr. Alce y Señor Cabeza. «Me en-canta la animación, soy un fan.Quería que fuera una de las cosasreconocibles del programa. Quieroque sea algo inmediato, se me ocu-rre la idea y la saco. Me encanta sa-car el máximo partido posible a al-go sencillo. Super Ñoño es una ca-becita en una cama, pero tiene per-sonalidad, le miras a los ojos y dicealgo, actúa muy bien. A veces lascosas sencillas dan mucho juego».Y no olviden esos videojuegos deplataformas y estética retro prota-gonizados por Gañán, Vicentín oEl Payaso. «Me encantan aquellosjuegos, los de 3D no me interesan.Con los pocos colores que tenía elSpectrum te daba como una codi-ficación de la realidad. Es comocomparar la pintura románica conla hiperrealista».

Calentito de lo traigo, niano-niano. El Payaso, ese ser radicalque explicita el lado amargo delpersonaje, canta hip hop. «Lo teníacomo un proyecto de hip hop, luegollegó ‘La Hora Chanante’ y lo colo-camos ahí. La intención es editarlo.No sé cómo caerá en los raperos,pero es un proyecto serio». En elfuturo quizá veamos un cómic deLHC y un largometraje de ficcióncreado por Reyes.

Antonio Marcos

«Me gusta sacar el máximopartido a las cosas sencillas»

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Reyes, justo antes de una actuación.

Arriba, caracterizado como María

Jesús y su acordeón y Madonna

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«Debe resultar difícil serPaquirrín y salir indemne»

El mundo rosa es unespectáculo queacapara horas deprogramación. Toda unaindustria delentretenimiento quecrea personajes comocualquier otra factoríade ficción. Colubi –Latele que me parió–acota el campo, analizaa sus criaturas y revela,con distancia,mordacidad y brillantesentido del humor, quela burbuja no contieneabsolutamente nada.

PEPE COLUBI

Usted es un experto en culturapopular, pero meterse con estetema es como rizar el rizo...

Claro, la cultura popular puedetener cierto ‘prestigio’, pero tam-bién unos lados oscuros, intere-santes desde el punto de vista delestudio friki, pero sin tomárselo enserio jamás. Todo el montaje de losúltimos diez años alrededor del ne-gocio de los famosos es interesantey abiertamente parodiable, por esome metí a fondo.

Usted coloca a los periodistas delcorazón y a los famosos en el mis-mo plano, una tesis demoledoraque ellos jamás reconocerán...

Es la principal trampa que lospresuntos periodistas del corazónhan logrado trasmitir. Parece quetengan un departamento de már-keting fabuloso que ha vendido laidea de que hacen periodismo, in-vestigan, tienen fuentes contras-tadas, que dan noticias... Han uti-lizado la terminología del periodis-mo de verdad para aplicarla a unespectáculo de entretenimiento,más o menos denigrante, pero en-tretenimiento al fin y al cabo. Estono es periodismo: que fulanito

Antonio Marcos cambie de novia no es una noticia.Con esa distancia ya se ve esto deotra manera. Karmele o Lydia Lo-zano necesitan esta ahí tanto co-mo Ana Obregón para que la ruedasiga girando. Karmele Marchantedescubrió que donde está ahora segana mucha más pasta, lo que meparece fantástico, si lo reconocie-ra. O un caso más patético como esel de María Patiño, que ha hechode la agresividad y la seriedad subuque insignia para entrevistar a...el padre de Jesulín de Ubrique. Elmundo del corazón es el único enel que los propios periodistas sonnecesarios para que ocurra unanoticia. Si no hay periodistas, nohay noticia. Es la demencia delasunto. Fuera de cámara, algunosadmiten y son conscientes de latrampa que están tendiendo al pú-blico, y que hay que buscarse la vi-da de alguna manera.

Su libro no destapa escándalosni revela ninguna cara oculta, esmás la visión de un espectadorcrítico.

Eso es, al nivel del que está encasa. Los espectadores estamos enlas gradas del circo romano y en laarena están los periodistas y los fa-mosetes, abrazándose o a cara de

perro. El espectáculo funciona así.Yo no abogo por la extinción del gé-nero. Un cuarto y mitad de pro-grama de estos de vez en cuando...o Crónicas Marcianas, que solíamantener un distanciamiento sar-cástico del tema. Pero otros pro-gramas se lo toman absolutamen-te en serio. Desde fuera se ve conmuchísima distancia y cachondeo.

Pero sí parece claro que hay unmorbo que lleva a la gente a vereste tipo de contenidos...

Negar eso es estar de espaldasa la realidad. Hay un interés evi-dente por la vida de los famosos,pero con la llegada de las televi-siones privadas en el 90 se dispa-ra la demanda de contenidos, máspor parte de los programadoresque del público, porque de pron-to se ven con 24 horas de progra-mación diaria que hay que llenar.Pero que hay un interés es claro, sino el ‘Hola’ no llevaría funcionan-do así desde los años cuarenta.Funciona como una vía de esca-pe, y no creo que se deba demoni-zar y colocar esto como el meollode todos los males. La tele tienemuchas cosas interesantes quever. Creo que el peor momento hapasado, que hemos tenido más

corazón del que hay ahora. ‘Tóm-bola’ murió porque dejó de inte-resar, ‘A tu lado’ pasa un mal mo-mento... ahora hay una bajada enesa curva que llegó a ser real-mente asfixiante. Creo que la telese está diversificando y la gentetambién se cansa.

Y los grandes temas siguen sien-do folklóricas y toreros, algomuy decimonónico...

Es lo que sigue funcionando.Parece que estos personajes estánmuy enraizados en el sentir popu-lar, por decirlo de una manera cur-si. Yo tengo debilidad por RocíoJurado: en todo ese universo deasteroides que pululan alrededorde ella –que tiene una carrera mu-sical intachable– parece que hayun plan diseñado por un ente su-perior y maligno. Para el mundodel cotilleo es una suerte que pri-mero se case con un boxeador,después con un torero y que ten-ga de yerno a un guardia civil... niel primer Almodóvar podría es-cribir un guión así. Creo es un ves-tigio del origen de la prensa rosa.Después de la segunda guerramundial se nutría de casas reales yde artistas de Hollywood, como seles llamaba entonces. Esta fasci-nación es muy legítima: una per-sona que lleva una vida rutinariase deja deslumbrar por el glamour.Ha pasado siempre.

Son curiosas las sagas Jura-do-Pantoja...

Han llevado vidas casi parale-las. En el universo Marvel, la Jura-do sería La Cosa, grande pero másbondadosa, y la Pantoja, Hulk, fu-ribunda. En lo personal, la Pantojano ha hecho bien las relaciones pú-blicas. El único famoso del que ha-blo abiertamente bien es de Paqui-rrín. Tendría todas las papeletaspara convertirse en un perturba-do. Le rodea el horror: todo lo quese dice de su madre, toda esa aten-ción tan desmedidas de los medios.Me despierta simpatía porque tie-ne que ser duro ser Paquirrín y sa-lir indemne.

¿Y alguien que le haga cambiarde canal por no soportarlo?

Yo soy tan friki que cuando másme enerva uno, más me cuestacambiar. Disfruto con esa fascina-ción por lo cutre y me gusta verhasta dónde puede llegar alguien.El puesto está disputado, pero quede un divismo como el de Rocío Ju-rado salga alguien como el que fuesu chófer me parece inexplicable.

El mundo del corazónes el único en el quelos propiosperiodistas sonnecesarios para queocurra una noticia.Es la demencia delasunto

Pepe Colubi

PEPE COLUBI

Planeta rosa

Ediciones El Jueves’, 2005Colección ‘Verdades comopuños’

223 pp. / 17 euros

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acasi diez años del momentocumbre de la carrera del có-mico Chiquito de la Calzada,

alejados por tanto de la polémicay del absoluto éxito que rodeó suaparición, más allá de los ecos le-janos que todavía perduran ennuestros lenguajes coloquiales,quizá sea éste el momento de re-conocer su figura y su trayectoria,singular y destacable en el pano-rama español, aprovechando laocasión providencial del Curso Su-perior de Filología Culturas del hu-mor. La risa en los mundos hispá-nicos, celebrado recientemente.

Resulta ya difícil soslayar la re-levancia de este personaje en lacultura humorística española másreciente, siendo evidente que mar-có el tránsito de un modelo humo-rístico anterior, reinventando la fi-gura del cómico en función del me-dio televisivo y modificando porcompleto la noción de chiste y delos modos de contarlo. Su carác-ter de gran disimulador, de com-pleto enmascarado ha producidocon frecuencia un mal entendi-miento de su persona y de sus cua-lidades cómicas.

Lo que Chiquito de la Calzadaaporta a la cómica hispánica es lareinvención del humor en claveposmoderna. Su formación se re-trotrae al fondo etnológico del hu-mor español en el territorio anda-luz, y más concretamente en Bar-bate, con la incorporación del fla-menco a la performancia del chiste(es importante referir su condiciónde cantaor). A partir de ahí, comoconsecuencia de su conocimientodirecto de la cultura japonesa, em-plea ciertas técnicas del teatro ‘ka-buki’ al servicio de un concepto hu-morístico completamente occi-dental, produciendo un híbridotécnico singular e irrepetible.

Se trataba de devolver la cor-poralidad al chiste, implicando elcuerpo en su teatralización, a tra-vés de la mecanización, la muñe-quización en cortas series de mo-vimientos ritualizados. El cuerpochiquitistaní es un cuerpo enig-mático, feminizado, desubjecti-vado, cuerpo que se expresa engimnasias gestuales casi charlo-tescas, extrañamente coordina-das y urgentes.

Sin embargo, el campo donderealmente destaca es en su trabajolingüístico, produciendo un idio-lecto reconocible como tal, un‘grammelot’ del castellano que in-corpora toda suerte de onomato-peyas, articulaciones guturales,sonidos agudizados, que juegancon una tradición andaluza de lo‘queer’ y con la verbalización codi-ficada del teatro japonés clásico.

En el aspecto más estricta-mente lingüístico, el humor deChiquito de la Calzada se basa enuna repentina recuperación de lahipérbole para la comicidad, enuna línea risueña que remite a losviejos chistes del franquismo del

modelo ‘ser el colmo de’. Las com-paraciones y las construccionessuperlativas del cómico constru-yen en su acumulación la fantasíade mundos sobredimensionados,excesivos, poblados por órdenesde realidades incontenibles, des-mesuradas, activando imaginariosmuy propios de la cultura populartal y como la describía Bajtin.

Se trata de una sucesión depropuestas sobre la realidad queconfigura poco a poco un imagi-nario de la desproporción, del ban-quete utópico, de raíces queve-descas, que encuentra en los clá-sicos universales de la risa, su lu-gar de concreción. Los feos, losgrotescos, los ignorantes, perotambién los narigudos, los calvos,

los viejos, son las categorías hu-manas que participan en este car-naval esperpéntico que son las hi-pérboles chiquitistaníes.

Pero también se abordan otrotipo de órdenes de realidad, aque-llos de las cualidades subjetivas,donde lo que importa es la maneratensa, ansiosa, inesperada que lossujetos tiene de relacionarse con

Ilustración: Elsa García Sánchez

el mundo. En este tipo de cons-trucciones, importa más la obser-vación aguda, ingeniosa, ramonia-na, en ocasiones cercana a la gre-guería, en mundos de conexionesimposibles que llegan a apropiarsede un punto de raro lirismo: «sermás soso que un yogur de agua».

Sin embargo, lo que concede fa-ma y repercusión a Chiquito y loque le otorga su presencia rele-vante en la cultura humorística dela España contemporánea, es elhaber instalado la mayor parte desus acuñaciones en mundo televi-sivo. Se consiguió conferir a larealidad mediática una existenciaautónoma de lo real, retroalimen-tada, en la cual el discurso de la ri-sa se erige como revisión o críticade los personajes y circunstanciasque la televisión suministra. Así,asistimos a una particular lecturade la cultura popular televisiva delos últimos ochenta y de los no-venta, que refiere simultánea-mente dibujos animados, series,telecomedias o películas. Discur-so que habla desde y para lo tele-visivo y que encuentra en la publi-cidad una de sus fuentes de inspi-ración más importantes: «traba-jas menos que el lavavajillas deVillabajo».

Chiquito de la Calzada, por úl-timo, inaugura un fenómeno nove-doso en el espacio del humor quees el del ‘freak’ televisivo, individuoque se ofrece para la burla, el ridí-culo y el absurdo a la sociedad demasas. Su carácter de productoaudivisual, su entendimiento de losmecanismos sociales de la risa leconfirió éxito y capacidad seduc-tora en una operación muy com-pleja y perfectamente planificada.

Una reducida antología de lasacuñaciones hiperbólicas del chi-quitistaní clásico, muchas de ellasprobablemente apócrifas, condi-cionadas por un proceso de recep-ción y transmisión oral y anónimoque, en última instancia, sólo vienea señalar el éxito de Chiquito co-mo generador de un modo parti-cular de humor, una marca de co-micidad que luego se multiplica,se reproduce, se imita.

Llama la atención su rápido en-vejecimiento: muchas de ellas pue-den ser ya incomprensibles y nin-guna duda cabe que en diez añostodas ellas lo serán. El humor deChiquito es un humor profunda-mente histórico, complejamenteinscrito en su contexto cultural, loque garantiza la entidad de su pro-puesta cómica, al tiempo que cer-tifica con probable garantía sucondición histórica. Los futurosarqueólogos del humor sabránleer su cuerpo de produccionescomo un depósito de comicidad, ellugar de memoria del sentido de locómico de la sociedad española definal del siglo XX.

Fernando R. de la Flor y Germán Labrador Méndez

Al pan peich y al vino handerr!!!LA APORTACIÓN DE CHIQUITO DE LACALZADA AL HUMOR CONTEMPORÁNEO

Trabajas menos que el fotógrafo del BOE Pecador!!! Agobias más que Dark Vader con un megáfono Eres más de campo que la abeja Maya Trabajas menos que el locutor del hilo musical Eres más inofensivo que las balas del Equipo A Tengo menos dinero que el que se está bañando Eres más peligroso que abrir un paquete de tabaco delante de un aparcacoches

Estás más perdido que Wally en el Frente Atlético Estás más ‘picao’ que el bonobús de Willy Fog

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«Para contar,lo importantees la oreja»Nació en Ribeira, tuvo abuela y se crió en unataberna. Con la oreja atenta y su capacidadcomunicativa, se dedica a contar historias,como narrador o dramaturgo. En estaentrevista reflexiona sobre la cultura y lapolítica de esa tierra mágica, Galicia.

QUICO CADAVAL

Se suele incluir a los narradoresde historias en esa quemada ca-tegoría de ‘cuentacuentos’. ¿Legusta el término?

No me gusta, y a veces aprove-cho el disgusto para introducir misespectáculos. La que me gusta escontador de historias. Cuenta-cuentos provoca una confusión enel público, te pueden confundir conalguien que hace cuentos para ni-ños. No soy radical en contra de lapalabra, pero no me gusta. Cuen-tacuentos, cantautor, parece queestamos hablando de máquinas...lavavajillas.

Su repertorio entronca con esatradición gallega tan rica en his-torias...

De algún modo, para bien y pa-ra mal estoy agarrado a una tradi-ción fuerte. Yo tuve abuela y mecrié en una taberna. Ella me con-taba las historias, la tradición de laaldea, las historias de los muertos,y la taberna es un lugar que con-tribuye a amplificar, a deformar y ahacer más expresivas las historias.Agarré estos dos géneros popula-res y desde esa raíz intento hacermi repertorio personal, me dejoguiar mucho por mis gustos.

Así que no sólo se trata de un es-pectáculo, sino de contribuir a latrasmisión oral de la cultura...

En mi caso, sí. El principal ins-trumento del contador no es la len-gua, es la oreja. Si no eres capaz deoír los acentos, las historias, las co-sas que la gente necesita contar...Creo en la necesidad de contar. Esquizá el mismo mecanismo del co-tilleo: me muero por contar esto.

Hay en Galicia una especie derealismo mágico, con autores co-mo Álvaro Cunqueiro...

Incluso tenemos un escritor amedias con vosotros, Torrente Ba-llester. Cunqueiro es mi héroe. Nova a tener nunca seguidores por-que es inimitable. Si alguien le in-tenta copiar, se le nota mucho. Éltenía la conexión con lo fantásticopopular y, al ser un hombre culto,descubrió lo extraordinariamenteparalelo que era lo culto y lo popu-lar. ‘Tristan e Isolda’, las sagas sa-jonas o los Cuentos de las Mil y unNoches eran cosas muy parecidasa los cuentos que él le oía a las per-sonas sin ilustración, las llamadasincultas.

Y está otro genio de lo popular,Castelao, al que recientementemencionaba como referente elcandidato del Bloque Naciona-lista Gallego. ¿Qué queda de Cas-telao en la cultura gallega?

Los políticos quedan automáti-camente bajo sospecha, y Castelaolo era. Su trabajo como artista fuetan proteico, tuvo tantas facetas,que siempre hay la sospecha deque realmente no debía de ser tanbuen escritor, tan buen dramatur-go o tan buen dibujante... sólo que-dó como el fundador del naciona-lismo gallego. Debió vivir eso quese llama el entusiasmo platónico y

A. Marcos tuvo momentos muy felices. Es ungrandísimo dibujante, a la manerade un dramaturgo porque con po-quísimos trazos define un perso-naje, lo reconoces. Creo que nece-sitábamos otro Castelao. Sin pe-dirle que hiciera cuatro cosas bien,como hizo él. Fue nuestra única luzdurante el franquismo y era un po-co mítico porque se había muertoen el exilio, pero después hubo unaresaca a partir de los ochenta. Re-leí sus cuentos hace unos días y re-almente queda mucho de él ennuestra cultura, esa capacidad defotografiar al personaje popular.Tenía una voluntad de pequeña li-teratura, de pequeños personajes,los del pueblo, ingeniosos y sor-prendentes, pero no héroes.

Tengo que preguntarle por lastodavía hoy sin resolver eleccio-nes gallegas.

El resultado es muy gallego. Yoquería que Fraga recibiese un re-cado muy claro de que nos quería-mos librar de él. Creo que nos he-mos librado, estamos a la espera,pero no se le ha dicho claramente.Parece que esa ambigüedad que senos atribuye, el chiste del gallegoen la escalera, se ha confirmado.Aunque sea un poquito decepcio-nante, todas las humillaciones y laineptitud que demostró el Gobier-no Fraga han recibido la respuestaen unas elecciones. El hecho de quese mueva la situación caciquil, lasensación de inmovilidad, es bue-no, independientemente de que unnuevo gobierno lo haga bien o mal.Peor no lo pueden hacer.

¿Por qué cuaja el conservaduris-mo en una tierra que ha sufridotanto como para disgregarse porel mundo?

Tengo dificultades para expli-carlo porque yo mismo no lo en-tiendo muy bien. Los cambios so-ciales posibles, el liberalismo delXIX y la República, fueron aborta-dos. La guerra civil aquí fue unamatanza. Si la gente se va, los másactivos se van, y los que se quedanigual son conservadores. Tal vezlos progresistas cometieron laequivocación de copiar otros mo-delos, el catalán, el castellano, elfrancés. Y la nación era muy dife-rente. Galicia es casi otra etnia. Notengo interés político en esto delnacionalismo ni creo que una inde-pendencia arreglaría nada, pero yome reconozco como nación dife-rente. Luego, hay una forma del re-parto de la tierra que hizo que nun-ca estuviera muy claro el enemigo,como en el latifundio andaluz o ex-tremeño. El cacique era una mez-cla de amigo y enemigo, un tipoambiguo que te podía perjudicar yfavorecer. Hay una persistencia deuna cultura muy antigua.

Hay todo un conjunto de creado-res en Galicia –Os Diplomáticos,Reixa, Suso de Toro, Manuel Ri-vas...– que desde una raíz localestán proponiendo una culturamuy universal...

Eso es herencia de Castelao. Elnacionalismo gallego siempre ha

sido universalista, gente activa enla emigración, unida a los movi-mientos culturales de su época...en los años veinte y treinta, el ex-presionismo, el teatro épico tuvie-ron su eco aquí. Conectan con lamitología de la emigración de Cas-telao, el sufrimiento de quien se tie-ne que ir. A nivel sentimental, en-tendemos muy bien a los africanosy a los hispanoamericanos. La sali-da a la calle por el ‘Prestige’ fue laprimera vez en la que los gallegossalieron a la calle desde el siglo XV.Fue el ‘nacimiento de una nación’.

Ha dirigido teatro. Le he oído de-cir que la escena se había aleja-do del público, intelectualizado...

Es uno de nuestros proble-mas, y de más fácil solución. Noes un canto a la supremacía delpoder del público, que lo bueno eslo que gusta más. No es una cues-tión de populismo. El teatro sólosucede, no tiene historia. A mídentro de cien años no me reco-nocerán, sólo si encuentro a mipúblico. Hay que perder el miedoy los prejuicios y liberarse un po-co de los teatrólogos y de los se-guidores de Roland Barthes, contodos los respetos para él. No po-demos estar esperando la bendi-ción de los intelectuales. Aunquepor el sistema, si te bendicen enAlemania ganas más dinero enGalicia. Es atroz, una bastardía.Debo buscarme la vida donde lohago, no debe aumentar mi valor,y por tanto mi supervivencia y micapacidad artística, un intelec-tual. Lo fundamental es el diálo-go con el público, es cuando te re-conoces y sabes quién eres, si Li-na Morgan o Bob Wilson, que enel fondo son muy parecidos: tie-nen muchísimo público.

Ha participado en la ‘OperaciónTriunfo’ de Portugal. Curiosa ex-periencia, ¿no?

Fue una experiencia muy bue-na, en el sentido de que mis cono-cimientos les interesaban a esoschicos. La cuestión de la dignidadme importa un rábano. La digni-dad va por otros sitios. Hice un tra-bajo digno, sobrepagado. Y creoque en el sueldo va que ahora todoel mundo me pregunte ¿qué haceun chico como tú en ‘OperaciónTriunfo’? Mis atractivos eran serdesconocido en Portugal y ser ex-tranjero. Ese punto de la televisióncuando sale Rafaela Carrá o Mi-chael Robinson, que hablan mal.Eso es un atractivo televisivo. Todosuma en la televisión, es una cosatremenda.

El nacionalismogallego siempre hasido universalista,conecta con lamitología delsufrimiento dela emigración

Quico Cadaval

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ción previa a la escritura. Aquí ra-dica uno de los rasgos esencialesde la novela negra, que la convier-te, de este modo, en novela urbana,social y realista por antonomasia.

4. El argumento. Veamos:aventura indagatoria, intriga, rea-lismo, crítica social, espejo en mo-vimiento... Sin embargo, como di-ría Oscar Wilde, para escribir unanovela (negra) sólo se precisan doscondiciones: tener una historia(criminal) que contar y contarlabien. ¿Y qué debemos hacer paraconseguirlo? Antes de empezar aescribir, es preciso tener un argu-mento desarrollado, una trama enciernes, un esquema básico de laacción por la que vamos a transi-tar. Saber qué historia queremoscontar: su tema central. Después,al correr de las páginas, los acon-tecimiento marcarán sus propioscaminos, a veces imprevisibles, pe-ro el autor siempre sabrá haciadónde dirige su relato. Un buenmapa ayuda a no perderse.

5. Lo accesorio no existe. Lavoluntad de contar una historia yatrapar con ella al lector permitepocas florituras y ningún titubeo.Toda la narración ha de estar enfunción de la historia que preten-demos escribir. Si leemos 1.280 al-mas, de Jim Thompson, por ejem-plo, descubrimos que el novelistaescribió una historia exacta, ajus-tada, sin ningúnpasaje prescin-dible. No en va-no, es una obramaestra de lanarrativa mo-derna. Es cierto:una novela cri-minal puedecontener todotipo de elemen-tos disgregado-res de la trama,divagaciones ca-prichosas, pue-de cambiar de espe-jo a lo largo del ca-mino; pero enton-ces no nosencontraremos an-te una novela ne-gra, aunque semueva alrededorde la resolución deun crimen o se des-criba un proceso ju-dicial. En la novela negra, como enla poesía, lo accesorio no existe. Unpoema puede ser bellísimo, pero siquiere llamarse soneto tendrá queescribirse, como mínimo, en ende-casílabos. Es una regla fundamen-tal del juego. Lo mismo ocurre conla novela negra: hay que elaborarlaen función de unas reglas (que aquíestoy disparando a quemarropa)aceptadas a priori por el autor. Ypara que sea buena literatura, hayque escribirla bien.

6. La construcción de los per-sonajes. Cuestión clave: antes decomenzar a escribir, conviene sa-

1. La búsqueda de la verdad.Si el objetivo de cualquier aventu-ra, de cualquier creación artística,es la búsqueda de la verdad (y si no,que se lo pregunten a Alonso Qui-jano), la novela negra es la expre-sión más nítida de esta indagaciónliteraria. Su objeto narrativo nacede la necesidad de desvelar un he-cho oculto/misterioso que nosmantiene sobre ascuas. A travésde sus páginas, el autor se propo-ne, además, desentrañar el impul-so escondido que mueve a los per-sonajes y que justifica la existenciadel relato desde el principio al fin.

2. La intriga: del quién al có-mo. Una novela negra debe escri-birse con esa voluntad de intriga,de revelación; cada capítulo, cadapágina, tiene que conducir al lec-tor hasta la conclusión final sinconcederle el más mínimo respi-ro. Sin embargo, a diferencia de lanovela rompecabezas clásica(Christie, Conan Doyle...), que ci-mentó la gloria de la novela poli-cíaca desde los inicios de la era in-dustrial, en la novela negra escritaa partir de Hammett, con la co-rriente ‘hard-boiled’ (duro y enebullición), tanto o más importan-te que saber quién o quiénes co-metieron un hecho criminal esdescubrir cómo se llega hasta laconclusión. Ahí está Cosecha ro-ja, del gran Dashiell, cualquiera delas novelas de Chandler o el Ches-ter Himes de Un ciego con una pis-tola como ejemplos del cómo.También es importante el porqué,aunque su respuesta puede resul-tar secundaria en una sociedad co-mo la nuestra, en la que, como to-do el mundo sabe, es más rentablefundar un banco que atracarlo.

3. La acción esencial. Si en ladefinición clásica de Stendhal «unanovela es un espejo a lo largo de uncamino», la novela negra es una na-rración itinerante que describeambientes y personajes variopin-tos mientras se persigue el fin, lainvestigación, la búsqueda. La ac-ción manda sobre los monólogosinteriores, y la prosa, cargada deverbos de movimiento, se haceimagen dinámica y emocionante.Es un camino urbano, ajeno a lasmiradas primarias y a las mentesbienpensantes, donde la creaciónde personajes y la descripción deambientes resultan fundamenta-les y exigen al autor una planifica-

los jueces no usan el mazo, comolos anglosajones, sino una campa-nita; los detectives españoles no in-vestigan casos de homicidio ni lle-van pistola (salvo rarísimas excep-ciones). Hay que conocer las cues-tiones de procedimiento, no paraconvertir la novela en un manual,sino para no caer en errores de bul-to. La verosimilitud lo exige paraque el lector se crea nuestra histo-ria. Hay que saber de qué se estáhablando. Por ejemplo, de quémarca y calibre es la pistola regla-mentaria de la Policía española,¿una pistola es lo mismo que un re-vólver?, cómo se realiza en Espa-ña un levantamiento de cadáver...,y tantas otras dudas que surgen alo largo de la acción.

9. El mundo del crimen. Si latrama que mueve una novela ne-gra ha de ser creíble, los métodosdel crimen, también. La conclusiónde un hecho criminal ha de llegarpor los caminos de la razón. En elsiglo XXI, los enigmas rocambo-lescos, los venenos exóticos y lasconspiraciones insólitas han sidoreemplazados por la corrupcióninstitucional, las mafias, los delitoseconómicos vestidos de ingenieríafinanciera o el crimen de Estado.Vivimos en una era post-industrialdonde la novela negra es un testigodescarnado de las cloacas quemueven el mundo, más allá delagente moralizador de la burgue-sía que campaba en las páginas delas novelas-enigma tradicionales.Los tiempos han cambiado y nohay retorno posible. El realismo yla denuncia imponen su rostro li-

terario. Los mejores perso-najes de la novela negra ac-tual son malas personas, pe-ro, como diría Orwell, algu-nas son más malas queotras.

Y 10. Advertencia final:nada de trucos. Poe, en elDoble crimen de la calleMorge, inauguró el géneropoliciaco y el género negroposterior al ‘crack’ de 1929,porque, al escribir esta his-toria, planteó al lector eljuego de descubrir una ver-

dad, en apariencia sobrenatural,con las armas de la razón, a travésde una investigación detectivesca.Esa voluntad del novelista, estacomplicidad con el lector, exige alescritor no hacer trampas en laconstrucción de sus historias cri-minales y plantea, al mismo tiem-po, una relación privilegiada conel receptor de sus novelas. Diver-tir, entretener, emocionar, escribirpara ser leído... ¿No es éste el ob-jetivo de la Literatura? Hay que ju-gar limpio con el lector. ¡Las ma-nos quietas o disparo! Para freírun huevo, es preciso romper lacáscara. Siempre.

berlo todo sobre ellos.Su pasado, su psicología,su visión del mundo y dela vida... Si conocemos alos personajes principa-les (y muy especialmen-te al narrador o conduc-tor de la historia, si esuno), el relato discurriráfácilmente, se deslizaráa través de las páginascomo el jabón sobre una

superficie de mármol y el lector nopodrá abandonar el libro hasta elpárrafo final. Para ello se aconsejarealizar una biografía resumida delos personajes principales, como sise tratara de una ficha policial o un

currículum para obtenertrabajos basura, dos ins-trumentos de la vida realmuy útiles en la creaciónliteraria.

7. La fuerza de los diá-logos. Cuando hablan, lospersonajes deben utilizarla jerga precisa, sin abusar,con palabras claves, perosin caer en un lenguaje in-comprensible y cambian-te. Vale la pena utilizar demanera comedida pala-

bras profesionales. Por ejemplo, sihabla un policía, cuando vigila a unsospechoso está marcándole; unconfidente es un confite; cuandomatan a alguien, le dan matarile...Cada diálogo cuenta una historia, ymuchos personajes que desfilanpor la novela negra se muestran así mismos a través de sus palabras.El diálogo es un vehículo para mos-trar su psicología y sus fantasmas.Un ejemplo clá-sico: Marlowe,en El sueño eter-no, se disculpaante la secreta-ria de Brody, a la

que ha golpea-do:

– ¿Le he he-cho daño en lacabeza?– pre-gunta el detec-

tive. – Usted y todos los hombres

con los que me he tropezado –con-testa la mujer.

8. Documentarse para ser ve-rosímil. Para que el lector se creael relato que se está contando, elautor debe documentarse con elobjetivo de no caer en mimetismosfáciles (especialmente cinemato-gráficos). Por ejemplo, en España

O Cómo escribir unanovela negra, un decálogoa vuelapluma que no sólomarca pautas de escriturasino que sirve como guíade lectura para adentrarseen las claves elementalesdel género.

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Mariano Sánchez Soler

sin romperlo?¿Se puede freír un huevo

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he vuelto a hacerlo, me acuso,lo reconozco, me flagelo conel látigo crítico de Harold

Bloom, soy culpable de nuevo porcaer en la tentación conspirativa...lo mucho que yo prometía en la Fa-cultad de Filología, Dios mío. Des-pués de la experiencia pseudomís-tica y pseudohistórica de DanBrown voy y me embarco en el queparece su continuador El enigmaVivaldi, de Peter Harris y me pier-do todo el respeto. Cuando llega elfinal del curso unos se dan a la be-bida y otros nos dedicamos a leer aJulia Navarro y a amontonar títu-los de esa nueva versión de novelahistórica-conspirativa-misteriosa-religiosa que apela a nuestra cu-riosidad más morbosa y se revistede intriga y pinceladas culturalesque nos hacen sentir muy inteli-gentes, pese a que es la inteligen-cia del lector, lo que los autores su-bestiman ampliamente. Estos ‘bestseller’ están rematadamente malescritos y responden a un patróntan claramente definido y mano-seado –pareja protagonista que seatrae, ritmo trepidante, escena fi-nal de tiros y descubrimientos,destellos de culturilla general y al-guna curiosidad para que presu-mamos ante los amigos...– que mepregunto hasta qué punto la cons-piración no es acabar con toda lacapacidad crítica de este lector ex-cesivamente agotado de noveda-des editoriales, que sencillamentequiere pasar un buen rato sin ma-nejar una sola de sus neuronaspretendiendo a la vez, que lo hace ylo que es peor, inteligentemente.

Este nuevo ejemplo de diverti-mento conspirativo tiene un esce-nario muy atractivo –la Veneciaque nada tiene que ver con la vi-triólica visión de la misma de Don-na Leon– y un protagonista ocultoque merecería más atención. ¿Sa-be alguien que Antonio Vivaldi fueun sacerdote con una vida cuantomenos ‘peculiar’? Conocido por elsobrenombre de ‘el prete rosso’, elgenial violinista pelirrojo dejó decantar misas un año después deprofesar, dedicándose durante ca-si toda su vida a ser maestro demúsica en el Hospital de la Piedad,un orfanato de niñas del que salíaun coro embriagador al que Vival-di dedicó todas sus energías...cuando no estaba ocupado en el frí-volo mundo operístico promocio-nando a una soprano que decían,

fue su amante. Viajero, genial y ex-travagante, Vivaldi protagonizaríauna historia inusual en medio deuna Venecia decadente y mórbidasi no fuera porque éste tal Harrisle agarra por los pelos rojos comopretexto para hablar de una extra-ña sociedad secreta dedicada apreservar conocimientos arcanosy a ocultar un texto críptico en elque de nuevo se mezclan los di-chosos Templarios –ésa es su mal-dición eterna, servir de perejil a to-das las conspiraciones y secretos–con el auténtico final de Jesucris-to que la Iglesia Católica nos hahurtado. Demasiado familiar, pa-reciera el eco de todo este griteríode novelas conspirativas que sededican a tergiversar la historia envirtud de la ficción y de la intriga yque terminan, todas por igual,arrancando a Jesucristo de las ga-rras de la muerte y elevándolo alridículo más sacro. Aparentemen-te parece que hubiera una teoríaconspirativa para acabar con laIglesia Católica con toda esta ca-terva de evangelios y mensajesapócrifos, pero no, el exquisito teó-logo que tenemos actualmente co-mo Papa respira tranquilo, con unaenvoltura tan endeble –mala lite-

ratura y reiteración salmódica delugares comunes– estas novelas noson ningún peligro para la santa in-quisición, digo, institución, es más,creo que profundizan su carácterde vaca sagrada que rumia miste-rios milenarios con un deje de au-tosatisfacción e ironía para tra-gárselos con la mayor delectacióny prepotencia. Si hurtar la verdades criticable, crear estos artilugiosculturales para mostrar este hurtoes tan estúpido que uno se pre-gunta si la conspiración no consis-tirá en devolvernos a todos porcansancio al seno de la Santa Ma-dre Iglesia.

El gusto por el secreto y la ocul-tación histórica se ha convertidoen un cosquilleo imparable del queno podemos dejar de rascarnoshasta la sangre. Todo se vuelvesímbolo y el arte se carga de ele-mentos mistéricos. En la Edad Me-dia lo hacían mejor, nosotros nos li-mitamos ahora a leer malos nove-listas de cuya existencia apócrifadudamos. Deseosa de saber cómome he leído este engendro –estavez sin disfrutar ni un ápice– buscoal tal Harris en Internet y me saleun artículo en el que se duda de suexistencia y se desglosan sus agra-

A la izquierda, Antonio

Vivaldi, protagonista del

último libro de Peter

Harris. Abajo, Leonardo

Da Vinci.

decimientos previos para mostrarcuán extraños resultan ¿Será esteHarris un probo arqueólogo y so-ciólogo como reza en la presenta-ción del libro que se ha sentidoavergonzado de su propia escritu-ra y no aparece por parte ninguna?¿Se trata de una operación de mar-keting orquestada para seguir laestela exitosa de El Código Da Vin-ci y la novela es fruto de un comitéde sabios? Si de El Amadís de Gau-la se hicieron tantas malas secue-las que tuvo que venir Cervantes aponer orden con El Quijote... ¿Porqué no llega la definitiva novela quecondene absolutamente estos en-gendros conspirativos? Quizás es-tamos esperando el advenimientodel último misterio: por qué en es-te momento nos dedicamos a leerfebrilmente estas historias en lasque se produce una retroalimen-tación cultural de datos históricosy conocimientos diversos –en estecaso musicales y pictóricos– que lemuestran al lector una prueba masde nuestra superioridad occiden-tal y que le divierten tanto que norepara en que se trata de una lite-ratura pésima que usa y abusa deun molde excesivamente manido.

Lo sé, todo es tan vertiginosoque necesitamos un paréntesisde asueto y mejor un libro queuna ración televisiva de imprope-rios. Sin embargo, resulta extra-ño este auge conspirativo y obse-sivo y no sé hasta que punto res-ponde a una trama editorial deembrutecimiento y marketing dellector medio convencido de queposee los diversos conocimientosque adornan esporádicamenteestas obras. No en vano, despuésde tanto libro presuntamenteperturbador y perverso, hasta yomisma creo en las teorías conspi-rativas y vislumbro un asépticotaller de expertos en criptologíadedicados al noble arte de produ-cir misterios que, finalmente, nostragamos sin resolver... sin resol-ver cómo caemos en la insidiosatrampa de sus planteamientos.Prometo que no lo volveré a ha-cer, la próxima vez que quiera en-tretenerme bajaré al kiosko a de-leitarme con la prístina prosa delHola y su felicísima sencillez depapel couché. Lo que yo prome-tía en Anaya...

Charo Alonso

Misterios Varios Sociedad Anónima

Estos ‘best seller’están rematadamentemal escritos,responden a un patróndefinido y manoseadoy parecen destinadosa acabar con lacapacidad crítica dellector

Hace tiempo queacaparan las listas de losmás vendidos. Curiosidadmorbosa, conspiración,intriga y unas pinceladasculturales para presumirante los amigosconforman el cóctel de laliteratura de consumo.

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