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8 ANTONIO LÓPEZ Pintor hiperrealista en tiempos de abstracciones, el último Premio Ve- lázquez ha encontrado su sitio en la perseverancia y los detalles. 3 KIKO VENENO Nos visita esta noche un músico arraigado en el cancionero popular por hacer poesía de lo sencillo y mantener una carrera coherente. culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006 El Festival de las Artes entra en su última semana con el estreno en España de lo nuevo del director catalán, una obra irrepresentable en la que se encuentran todos los rasgos de su estilo. 5 N° 78 Suplemento de artes y letras PEER GYNT Calixto Bieito imagina a Ibsen

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El Festival de las Artes entra en su última semana con el estreno en España de lo nuevo del director catalán, una obra irrepresentable en la que se encuentran todos los rasgos de su estilo. 5 N° 78 Suplemento de 3 KIKO VENENO 8 ANTONIO LÓPEZ Nos visita esta noche un músico arraigado en el cancionero popular por hacer poesía de lo sencillo y mantener una carrera coherente. TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006

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8 ANTONIO LÓPEZ

Pintor hiperrealista en tiempos deabstracciones, el último Premio Ve-lázquez ha encontrado su sitio en laperseverancia y los detalles.

3 KIKO VENENO

Nos visita esta noche un músicoarraigado en el cancionero popularpor hacer poesía de lo sencillo ymantener una carrera coherente.

culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006

El Festival delas Artes entraen su últimasemana con elestreno enEspaña de lonuevo deldirectorcatalán, unaobrairrepresentableen la que seencuentrantodos losrasgos de suestilo.

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N° 78Suplemento de

artes y letras

PEER GYNTCalixto Bieito imagina a Ibsen

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n os encontramos en el ecuador del Festi-val de las Artes y aprovechamos para ha-

cer un repaso de lo visto y un sondeo de loque todavía está por llegar. El lado lúdico ymás popular de este evento funciona: juven-tud en las Conchas, multitudes en los espec-táculos de calle, interés por los conciertos...Quizá donde haya que evaluar finalmente lalínea del festival, la parte por la que alcan-zará su sitio en el panorama europeo, sea laprogramación de sala, de teatro. Ahí es don-

de todos los encuentros de este tipo, en lo querepresentan y en lo que producen. Por aho-ra, aquí sólo se exhibe. Lo que hemos visto secaracteriza por una preponderancia de lo for-mal, el collage como forma de construir la es-cena, acaparando imágenes y lenguajes de loaudiovisual. Ha habido propuestas muy su-gerentes y en esta semana llegarán algunasmás, con el estreno nacional de lo último deCalixto Bieito y tres espectáculos de danza.En la música, nos acercamos a Kiko Veneno,

un autor que ha creado canciones inolvida-bles inspiradas en una poesía de lo sencillo yen una carrera coherente. Y va para treintaaños. Habrá también una muestra del pujan-te hip hop brasileño y Amparanoia cerrará lacita. Repasamos también la figura del pintorAntonio López, que acaba de recibir el Pre-mio Velázquez por toda su trayectoria. Y mu-chos libros, ahora que se acerca el verano:Natalia Ginzburg, Lola Beccaria, Carlo Luca-relli y Peter Stamm. N

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1 LA GENERACIÓN QUE VIENENo aparece en las encuestas del Centrode Investigaciones Sociológicas, pero siatendiéramos a ciertos medios, lasituación de nuestro cine debería de seruna de las principales preocupaciones delos españoles. Lo de siempre. Puesprepárense porque viene una nuevageneración de cineastas que va a darmucho que hablar. Habrá que ponerle unnombre en algún momento, pero quizá lescaracteriza que nacieron con el vídeo, sehan educado en lo audiovisual, sabenvender su producto en los medios decomunicación, no connotannegativamente el concepto deentretenimiento y tienen su obra más quetestada porque ellos mismos la cuelgan enel Emule. Algunos de ellos estuvieron elmartes en El Moderno. Koldo Serraestrenará después del verano, previo pasopor el festival de San Sebastián, TheBackwoods (Bosque de sombras), unahistoria con escopetas de caza en la PaísVasco con un toque a Deliberance. Será la‘opera prima’ con más recursoseconómicos que se haya visto en nuestrocine y su reparto lo encabeza GaryOldman. Nacho Vigalondo empieza enun par de semanas el rodaje de LosCronocrímenes, producida por loshermanos Scott. Junto al escritor BorjaCrespo y al autor de cómic Miguel ÁngelMartín, fueron dejando caer anécdotasque, juntas, definen por qué el cine estácomo está. Parece que productores conánimo de riesgo hay, pero que quienesmarcan el listón económico e inclusoestético son las televisiones, que lasdiscográficas quieren videoclips como deChris Cunnimgham a tres mil euros, quehay actores internacionales que tienenmás presupuesto para teléfono de lo quese paga por el guión de la película queruedan, y cómo se iniciaron en una pasiónque poco a poco se ha convertido en suvida.

2 FESTIVAL DEL ARTEComo no podía ser menos, la exposiciónde Joan Fontcuberta La sirena delTormes está causando cierto revuelo. Noha llegado a los extremos de Francia,donde incluso algunos sectores de lacomunidad científica se le echaronencima, pero es evidente que su obra nodeja indiferente. Aquí nos apasiona esegénero cinematográfico del

mockumentary y la búsqueda en loslímites de la representación, o quizáhabría que decir, la ironía sobre loslímites, porque estos se traspasan a todashoras en horario de máxima audiencia.Con su trayectoria, Fontcubertademuestra que domina el género a laperfección y consigue una obra con unsólido peso conceptual y una extrañabelleza. Tiene una magnífica web(fontcuberta.com) donde se puedeapreciar toda su carrera artística.También ha sido revelador la cantidad deespectadores que acudió a la primera delas sesiones de performance en el DA2. Seincumplió el horario previsto en elprograma y hubo quien no pudo ver aUlrike Rosenbach, pero Marcel-líAntúnez congregó a una multitud en elpatio para ofrecer una especie de repasocurricular de su trayectoria en imágenesy una charla con tono didáctico sobre lashibridaciones humanas, robóticas yquímicas con unos magníficos dibujos eilustraciones de fondo.Lo que no se acaba de entender es eltrabajo de decoración de Las Conchaspara las sesiones electrónicas. Regulero.Algunos se preguntarán también cómohan podido subir tanto las cervezas de unaño para otro. Y resultaron bastantedecepcionantes las Dirty Princess, laverdad.

3 EL MUNDIALEsto de los espectáculos culturales nos vaa quitar tiempo y espacio para el únicoespectáculo que no necesita apellido. ElMundial es el Mundial de fútbol, punto.Los alemanes han organizado esto de talforma que casi ha habido másexposiciones, conciertos y congresos quepartidos. Hasta ahora, que ya llega elfútbol y se olvida todo. Ya saben queBrasil, que ha convertido este juego en suseña de identidad , es la favorita de lasfavoritas porque es la que más jugadorestiene en los anuncios de Nike. Sepan quehay un montón de jugadores checos quese van a retirar después del Mundialporque ya son muy mayores, que Holandalleva una selección muy joven, que Irántiene mejor equipo de lo que parece y quehay un montón de periodistas deportivosque nos descubrirán muchas másanécdotas culturales irrelevantesmientras esperan los resultados deEspaña para ver si tienen que criticar oalabar. Yo no me lo pierdo.

culturas2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006

Antonio [email protected]

De arriba a abajo: Joan Fontcuberta, autor de la exposición La sirena del Tormes; Nacho

Vigalondo, en primer plano, junto a Crespo, Miguel Ángel Martín, Eli y Refo; Marcel-lí Antúnez,

durante su performance del martes en el DA2 / Fotos: Formigo y Prieto

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Kiko VenenoArte de la calle

decía hace años el crítico musical Diego A.Manrique que ‘Volando voy’ debería serel himno nacional de España. Metidos en

plena vorágine mundialista como estamos, aho-ra que vuelven las eternas discusiones sobre elporqué del eterno fracaso de la selección en la in-franqueable barrera de cuartos de final, uno seplantea si a los chicos de Luis Aragonés no lesirían mejor las cosas si tocaran palmas y canta-ran durante la presentación oficial de los parti-dos en lugar de mirar al cielo con aire solemne ymarcial como hacen ahora. Y es que la músicade Kiko Veneno tiene casi todo lo que falta al jue-go del equipo nacional. Es inteligente, originaly, sobre todo, tremendamente fresca. Insuflatanta vitalidad como las cervezas con limón enlos calurosos días de verano, como los rayos deluz tras la tormenta. Letras irónicas, melodíaspegadizas y ritmos alegres son las señas de iden-tidad de una carrera que, a punto de cumplir lostreinta años, se muestra tan brillante y originalcomo el primer día. Porque, a pesar de que fueentre 1992 y 1995 cuando obtuvo el fervor popu-lar gracias a Échate un cantecito –una colecciónde himnos tarareados por todo el mundo hispá-nico– y a Está muy bien eso del cariño, la tra-yectoria de este catalán de nacimiento y andaluzde corazón ha visto ya casi de todo, desde los ini-cios anárquicos y desvergonzados de Veneno asu reciente deserción de la industria del disco–argumentado que «los ejecutivos son como em-presarios de churrería que ni aman la músicani la entienden»– pasando por su etapa televi-siva caracterizado como Frankenstein en ‘Labola de cristal’. El carácter inquieto que denotasu dilatada carrera, el mismo que le llevó a re-correr con poco más de veinte años Andalucíaen un carromato de cómicos, unido a la coinci-dencia de dar en la efervescente Sevilla de fina-les de los sesenta –por allí andaban Smash, Tria-na y todos los flamencos– con los hermanosAmador, le hizo convertirse en uno de los músi-cos que más decisivamente contribuyeron en elencuentro entre el flamenco y el rock, dos artespopulares que hasta entonces, cuando nada sesabía ni de fusión ni de mestizaje, habían avan-zando por caminos bien distintos.

Desde los ahora respetadísimos y en su tiem-po ninguneados trabajos con Veneno –cuyo pri-mer disco ha sido elegido recientemente como elmejor del rock español por las revistas especia-lizadas ‘EfeEme’ y ‘RockdeLux’– hasta su últi-mo álbum, El hombre invisible, la fidelidad a susparámetros sonoros se ha visto acompañadacon una integridad poco habitual en un mundotan endiosado como el de la música. Cuidandode las canciones como si de un artesano se tra-tase, nada se ha perdido con los años del poderíocompositivo del autor que escribió ‘Volando voy’para Camarón, que dio a conocer por toda Es-paña a los superhéroes de barrio o que salió ai-roso de la osadía de pasar por filtros rumberos a

Bob Dylan. En ‘Contigo’ o ‘Mi morena’, dos delos cortes de su último disco, vuelve a desplegarsu capacidad para hacer estribillos de esos queno se olvidan y para hacer de la sencillez un arte.Quizá en esa capacidad para hacer poesía de losimple radica la grandeza de Kiko Veneno, y qui-zá por ello es el suyo uno de los cancioneros quemás y mejor han penetrado en el imaginario co-lectivo popular, porque, en el fondo, la música–como la poesía, que en definitiva viene a ser mu-chas veces lo mismo– no es de quien la escribe,sino de quien la siente y la necesita, como él biensabe: «Hay que desdramatizar el trabajo de ha-cer música. Ni duele, ni es traumático ni es gran-dioso. Las canciones están en el ambiente; sólohay que entrar y cogerlas. Son algo tuyo que noes del todo tuyo. Componer es como jugar al fút-bol, un arte de la calle, como Zidane y Maradona.Para mí, la gente que se inventa canciones decarnaval o de borrachera tiene tanto mérito co-mo el que hizo ‘Let it be’».

Javier Sánchez Zapatero

Han pasado casi treinta añosdesde los tiempos de losreverenciados Veneno. Kikosigue ahí, componiendocanciones que exaltan la poesíade lo sencillo y calaninmediatamente en la memoriapopular. Esta noche actúa en laPlaza Mayor.

Hip hopbrasileño y‘buen rollito’ La presencia de Brasil como país invita-do apenas ha tenido presencia en la pro-gramación teatral, pero sí se ha dejado no-tar en la de conciertos. El de Arto Lindsayresultó algo frío –quizá su música hubieralucido más resguardada en un escenariomás acogedor que el de la Plaza– y ahorallega Marcelo D2, uno de los máximos ex-ponentes del hip hop brasileño. Compo-nente del grupo Planet Hemp, Marcelo co-mienza su carrera en solitario en 1998 consu disco Eu Tiro é Onda, donde perfila sucaracterística fusión entre hip hop y sam-ba, aunando dos ritmos populares que po-co a poco van encontrándose. Brasil ya es-taba maduro para esta mezcla de ritmoscuando en 2003 lanza su gran éxito, À Pro-cura da Batida Perfeita, trabajo con el queconsigue variados y relevantes premiosque confirman que marchaba en el caminocorrecto. Su último disco, de este mismoaño, es Meu Samba eh Assim, que conti-núa en ese estilo nacido de la calle pero to-cado con la dulzura de la samba.

La carrera de Planet Hemp estuvo enbuena parte lastrada por el carácter rei-vindicativo y político del grupo. Bajo laacusación de fomentar con sus cancionesel consumo de drogas –se pronunciaron afavor de la legalización de la marihuana–,se les prohibió tocar en algunas ciudadesbrasileñas. En medio de esa polémica lesllegó una nominación para los GrammyLatinos, que supuso un respaldo para suimagen. Como hemos podido ver en la pe-lícula Fala tu, del ciclo de cine brasileñoprogramado por el Festival, el hip hop esun movimiento muy al alza en Brasil. Ra-peros como Férrez acaban de dar su saltoal mundo de la literatura con Manual prác-tico del odio y en las favelas se encuentraen este tipo de música su vía de escape y decrítica para atacar un estado de las cosasque no convence a nadie. Uno de sus má-ximos representantes llega el viernes a laPlaza.

Amparo Sánchez, Amparanoia, cerra-rá el festival en la noche del sábado. Im-pulsora del ‘buen rollito’, Amparo tieneuna larga carrera a sus espaldas, con can-ciones que concilian cierta inquietud so-cial y el baile, con fusiones de diversas mú-sicas latinas. Antes de todo eso, se fogueóen los conciertos en pequeño formato –enEl Savor actuó en numerosas ocasiones–y desde ahí ha trabajado la dimensión máspopular de la música. Para el concierto deSalamanca llega acompañada de la for-mación Zuco 103.

Con toque brasileño también lleganMedio Cabalo al Corrillo, el jueves, unabanda reciente que se inspira en los clási-cos como Veloso y Djavan. En el jazz se ins-criben José María Carlés –que en esta oca-sión capitanea un trío– y Stromboli, unajoven formación castellano y leonesa queparte del jazz para llegar al funk.

Dentro del programa de las Conchas seencuentra el salmantino DJJD (martes),las madrileñas Le Chic (jueves)–ubicadasen uno de los ‘books’ de más relevancia in-ternacional–, DJ Quantic (miércoles),Kraak & Smaak (viernes) y DJ Yoda, quecerrarán el sábado, de madrugada, la edi-ción del festival.

J. Revuelta

Letras irónicas, melodías pegadizas y ritmosalegres son las señas de identidad de una carreraque, a punto de cumplir los treinta años, semuestra tan brillante y original como el primer día

3MÚSICA culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006

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Entre lo formal y la emociónA la izquierda, El silencio, de Pippo Delbono. A la derecha, un momento de la representación de Nico and the Navigators / Formigo y Perelétegui

la programación de sala delFestival de las Artes deja ensu primera semana sensacio-

nes contrapuestas. Por el lado po-sitivo, parece que se va creandoun cierto ambiente muy propiode festival: el público es numero-so y al salir del teatro se interrogapor lo que ha visto, en opinionesque van desde no entender abso-lutamente nada al entusiasmo,pasando por la valoración de for-mas de expresión –llamémoslas‘vanguardistas’ por ajustarnos auna definición por exclusión– queno se ven habitualmente por es-tas tierras. En lo negativo, siguedando la sensación de que se rin-de culto al número y que la asis-tencia por invitación maquilla losresultados de taquilla. Sólo así seexplica el jaleo con los móviles ylas deserciones a la media horaque hemos vivido en algunas re-presentaciones, algo que no hacemás que perjudicar al espectadorque de verdad se interesa por es-tos espectáculos.

En todo caso, y aunque el Fes-tival no ha ofrecido datos oficia-les, la base social ha crecido res-

pecto al año pasado. O lo que eslo mismo, esto empieza a parecerlo que quiere ser y en lo que, a finde cuentas, debe convertirse to-do festival: un espacio de descu-brimiento de lo que difícilmentealcanza los circuitos comerciales.

Hemos podido ver espectácu-los bien distintos, pero se apre-cian algunos puntos en común: seobserva una preeminencia de loformal, del cómo se hacen los es-pectáculos, con gran tendenciahacia el collage, y la imparable in-troducción ya no sólo de los me-dios audiovisuales dentro de laescena, sino también un contagiode sus lenguajes. Totalmente for-mal fue La Tempestad que pro-puso la compañía 4D Art, y, para-dójicamente, su hallazgo es a la

vez su punto débil. La compañíautiliza ‘personajes virtuales’ –gra-baciones de actores que se pro-yectan con apariencia corpórea–y fondos filmados para hacertranscurrir dos acciones a untiempo. Muy bien los actores,buena la coordinación técnica,pero entre tanto artificio se dilu-ye lo que de verdad importacuando de Shakespeare se trata:ver cómo palpita lo humano enlas situaciones que el dramatur-go propone. En dos ediciones delFestival hemos visto dos Shakes-peare y, de momento, el trono si-gue en manos de aquel RicardoIII de Álex Rigola del pasado año.

El cascarrabias Pippo Delbo-no dio una lección de ego con ElSilencio. Después de discutir con

riencias en el que se aprecia lafragilidad humana bajo una apa-riencia minimalista, basada en eltrabajo de los actores y en unapuesta en escena fría y visual-mente hermosa. Quizá la enormesala del CAEM no era el lugarmás adecuado para entrar en esejuego de gestos, miradas cómpli-ces y cambios de matiz.

The Builders Association tra-jeron con Super Vision otra mez-cla entre escena y nuevas tecno-logías. Su discurso se basa en elchoque entre la identidad del in-dividuo y el acopio de datos quehacen las corporaciones, en lafrialdad de las relaciones ciber-néticas. Un padre que construyea su hijo una personalidad ficticiapara explotarla económicamentey asentarse en un bienestar ma-terial, un viajero bajo sospechapor su aspecto y su origen que seenfrenta a una kafkiana red de da-tos manejados por dispares adua-neros, una joven tecnócrata quecharla por webcam con su abuelapero a la que en realidad no escu-cha. Emociones que se filtran en-tre lo electrónico, que cuestionanel discurso de progreso tecnoló-gico en la comunicación, con unanovedosa puesta en escena quemezcla de una manera inteligentelo virtual y lo real. De aparienciafría en un primer momento por suagradecible carencia de subraya-dos, es quizá el mejor espectáculoque hemos podido ver hasta elmomento. Queda toda una sema-na por delante para descubrirnuevas propuestas.

Antonio Marcos

los fotógrafos y hacer retrasar lafunción diez minutos sin explica-ción aparente, presentó un mon-taje de intención poética con re-sultado dispar. Escenas que élmismo introduce, papel en mano,rompiendo las barreras de la re-presentación que hacen una es-pecie de barrido por la Italia delsiglo XX. Con una banda sonorade canciones que puntúan la ac-ción, escenas aisladas con mayoro menos fuerza visual, es inten-so, evocador y verdadero en susmejores momentos –esos perso-najes vestidos de fiesta bailandoen corro, el padre comiendo en si-lencio– y parece intrascendentey obvio en otros.

Nico and the Navigators pro-puso un intimista juego de apa-

Repasamos losespectáculos de salade la primera semanadel festival: tendenciaal collage en lo formal ybúsqueda deemociones que nosiempre llegan.

Mezcla de textos,

decorados

virtuales y

actores reales en

Super Vision /

Ladoire

culturas4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006TEATRO

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El hombre que dividía las plateasJoel Joan, agarrado por el cuello en una escena del Peer Gynt de la Compañía Romea

Imagen

de La

Sirenita,

de la

compañía

italiana

Lenz

Rifrazioni

las hemerotecas están llenasde titulares que comienzan«Pitos y aplausos para Bieito

en...» y siguen algunas de lasobras teatrales, zarzuelas y ópe-ras que el más internacional delos directores españoles ha lleva-do a escena en los últimos años.Sin embargo, las crónicas que lle-garon desde Noruega tras el es-treno de este Peer Gynt son en-tusiastas: ovación cerrada con elpúblico en pie para los actores dela compañía Romea y para el di-rector, y una complicidad que lesllevó a cantar el himno del Barçaen el entreacto. Les debió de con-vencer esta visión del personajecreado por Ibsen –del que se ce-lebra el centenario de su muerte–que es para los noruegos algo asícomo nuestro Quijote, un perso-naje clave de su literatura.

Si hay algo que no parece asus-tar a Bieito es el riesgo. Sus adap-taciones de clásicos del reperto-rio teatral y operístico llevan im-plícita una lectura del presente y

tenemos el presente que tenemos.El director no le vuelve la cara ala violencia y a todo aquello quealguien podría calificar como obs-ceno y que solemos pasar por altoen la televisión o en el cine mien-tras en el teatro nos choca, se nosevidencia con toda su desagrada-ble fuerza. Es una parte de su es-tilo, la seña reconocible que le hallevado a ser reclamado y admira-do en Europa y a la vez silbadopor algunos públicos. En Sala-manca creo que lo último suyo fuela Ópera de cuatro cuartos, deBrecht, que sirvió de inaugura-ción al hoy CAEM, un montajeque no tuvo una gran acogida.

La adaptación de Peer Gynttambién era una apuesta de ries-

go. Encargada por el Festival deBergen –ciudad donde Ibsen re-sidió gran parte de su vida– en sucentenario, la obra resulta suma-mente compleja: cuarenta esce-nas, más de cien personajes y unpersonaje principal al que sueleninterpretar tres actores porqueva envejeciendo. Bieito ha redu-cido la acción a tres partes y JoelJoan se convierte en el omnipre-sente Gynt, acompañado en el re-parto por Roser Camí como Sol-veig. «La obra fue escrita sin unavoluntad clara de llevarla a la es-cena. Este hecho concedió a Ib-sen una tremenda libertad en elmomento de la escritura de lapieza. No sólo se movió libremen-te entre el tiempo y el espacio, si-

La actividad escénica de la úl-tima semana del festival estámarcada por la aparición de ladanza. El miércoles llega desdeBrasil –país invitado del Festivaleste año– el Grupo de Rua de Ni-terói, encabezado por el coreó-grafo Bruno Beltrão, con un bús-queda basada en la fusión de losterritorios de la danza contem-poránea y los del hip hop. El vier-nes, la islandesa Erna Omarsdot-tir, coreógrafa que ha colaboradocon Björk, y Damien Jalet pre-sentan Ofaett, un espectáculo enel que ambos bailarines se meta-morfosean hasta fundirse en unsolo cuerpo. El sábado, el Festivalacoge el preestreno absoluto dela continuación de Cartas desdeTentland, en el que seis mujeresiraníes interpretaban y bailabanesas cartas escritas por ellas.Prohibido en su país tras el re-ciente cambio de clima político,la coreógrafa alemana HelenaWaldmann ha ideado una segun-da parte –Return to sender (De-volver al remitente)– en la queesas mujeres bailan sin salir deunas simbólicas tiendas de cam-paña, en una imagen del papel dela mujer en el mundo islámico.

Al margen de la danza, el otroespectáculo teatral que nos de-para el programa es La Sirenita,de la compañía italiana Lenz Ri-frazioni, un cuento infantil desti-nado al público adulto, una histo-ria de amor «excesiva y laceran-te», de la mano de unas sirenasque nos reclaman hacia lo desco-nocido.

A. Marcos

no que ignoró otras fronteras, lasfronteras entre la realidad y lafantasía, entre lo consciente y loinconsciente», afirma el director.«Vivir es luchar contra los trollsen el corazón y en el alma. Escri-bir es juzgarse a uno mismo», di-jo Enrik Ibsen. Viaje iniciáticoque desemboca en una miradaácida sobre la estrechez de mirasde las pequeñas comunidades onaciones, lucha interior entre labondad y el lado oscuro que elhombre alberga dentro de sí, Pe-er Gynt es la obra cumbre de Ib-sen y Bieito la ha abordado conlas premisas de la libertad y laimaginación. La obra se repre-senta mañana en el Liceo, en ca-talán con subtítulos en español.

El director CalixtoBieito no fomenta lapolémica, perointenta que no afectea su libertad creativa.Desde ese postuladoafronta Peer Gynt, unirrepresentablepoema dramático deIbsen. Con élcomienza la semana.

La obra fue escritasin una voluntad clarade llevarla a laescena. Este hechoconcedió a Ibsen unatremenda libertad enel momento de laescritura de la pieza eignoró las fronterasdel tiempo y elespacio, de larealidad y la fantasía

5TEATRO culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006

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Vita brevis

Un apretado ovillo de lana

desde que empecé a escribir y publicar estas re-señas, hace algo más de un año, he ido consta-tando que el estilo del autor del libro que rese-

ño me contagia siempre. Cuanto mejor es el libro, me-jor es la reseña; si el libro reseñado está escrito conbuen estilo, también lo está lo que escribo yo, y vice-versa. Si el autor es parco en palabras, me vuelve par-co a mí; y si es alegre, alegre. Algo así parece haberleocurrido a la italiana Natalia Ginzburg, al menos talcomo este pequeño volumen aparece traducido alcastellano, labor de la que se ha encargado, encomia-blemente, Celia Filipetto, que ha logrado un eleganteestilo hecho de frases breves, sencillas y con esa levepátina de tristeza que apreciamos en el propio Chéjov,sea quien sea el traductor. No obstante, y como ocurrea menudo, el texto de Filipetto empeora hacia la mi-tad. La brevedad del texto hace despertar la imagi-nación del lector. Ginzgurg, por ejemplo, nos pone alcorriente de la extraña personalidad del padre deChéjov, y cómo esta personalidad fue determinanteen la vida de Chéjov. Páginas después, anota: «En elmes de octubre recibió en Yalta la noticia de la muer-te de su padre». Y pasa a otro tema, dejando que ellector rellene un enorme espacio vacío.

Un breve episodio me ha desconcertado especial-mente. Sabido es que el teatro contemporáneo nacecon las representaciones de Chéjov por Stanislavs-ki. En la página 65 leemos: «Cuando había asistido alos ensayos en Moscú, se había reído de muchos as-pectos de la dirección que le habían parecido absur-dos. Stanislavski tenía la costumbre de introducir eltictac de los relojes, el sonido de timbres y sonajeros,incluso el canto de los grillos. Quería que se oyeranlos ladridos de perros auténticos para dar la sensa-ción de realidad. Chéjov encontraba absurdos todosesos ruidos. Y lo que más absurdo le parecía eran losladridos de perros auténticos. Había dicho: ‘Es comosi en la cara de una persona pintada en un cuadro se

aplicara una auténtica nariz’». Hoy día asimilamos elteatro-cine de Chéjov a las versiones de Marco Be-llocchio y Louis Malle. ¿Qué le hubieran parecido a él?Y ¿qué significa lo que le hubieran parecido: que esasversiones, y con ellas nuestra idea de Chéjov, estánequivocadas, o que el propio Chéjov no había llegado aentender su propia obra?

Escrita visiblemente al hilo de la correspondenciade Chéjov, esta biografía mínima que parece escritaa contracorriente de las biografías de mil páginas queinundan nuestras librerías, gustará sobre todo a lospoco aficionados a las biografías. Una vida siempreserá un misterio incluso para la persona que la ha vi-vido, mucho más para el resto de los seres humanos.Antón Chéjov, de Natalia Ginzburg, no pretende disi-mular esto. Lo que nos ofrece es tan solo una pequeñacantidad de datos. Sabemos, por ejemplo, que conocióa Tolstoi, y que, a tenor de la correspondencia de am-bos, se admiraron mutuamente. Pero no sabemos na-da más de su relación. Chéjov se nos presenta como unfilántropo que se gasta incluso el dinero que no tieneen fundar escuelas y hospitales para los deshereda-dos, que como médico no cobra a la mayor parte desus pacientes, pero que al mismo tiempo dispone de lavida y la felicidad de su hermana con un egoísmo es-pantoso. Lo dicho: cualquier vida ajena no puede serpara los demás otra cosa que un misterio.

Natalia Ginzburg nació en Palermo en 1916, vivióen Turín y Roma, y murió en esta última ciudad en1991. Su primer marido, del que tomó el apellido, mu-rió en la cárcel durante la Segunda Guerra Mundial.Ella fue diputada de izquierdas. Escribió ensayo (Laspequeñas virtudes), teatro (inédito en español, que yosepa), y narrativa (Palabras de la noche, Ciudad y ca-sa, Léxico familiar y Querido Miguel, llevado al cinepor Mario Monicelli).

Garcimuñoz

el ovillo de lanaes la metáforaque usa la na-

rradora en el primercapítulo de esta no-vela, preámbulo en elque justifica el por-qué de esta narra-ción en primera per-sona. La experienciavivida la ha converti-do en «un largo hililloque se enreda encualquier esquina» .

El capítulo segundo (de la misma brevedadde los de toda la obra, excepto el último) an-ticipa el trasfondo argumental, pero conuna pregunta sorprendente: ¿Cómo nos ve-rán las mariposas? La preocupación de lanarradora está en explicar una experien-cia vivida que para ella constituye un mis-terio. «Esta es la historia –confiesa– de có-mo conocí a una mariposa y me animó a so-ñar que, tal vez, sin saberlo, todos llevemosuna mariposa dentro».

Pianista de profesión, la protagonista seve comprometida a dar un concierto de pia-no fuera de Madrid, a donde vuelve esa mis-ma tarde. El retorno, conduciendo su co-che, se convierte inesperadamente en unapesadilla. Se ha perdido, va sin combusti-ble y, desorientada, aparece en un pueblodesconocido para ella. Se trata de Raspajo

de la Sierra, pueblo curiosamente en el queestá fechada la novela, el 23 de enero de2006. El pueblo se convierte en un espaciodesconcertante, especialmente por la si-tuación de los niños, sucios desarrapados,tristes… unidos de forma curiosa a sus pa-dres: «Cada mujer llevaba una niña cosidaal forro de su abrigo, y cada hombre un ni-ño». Pero la novelista anticipa el sentido dela narración. Cuando la protagonista haceun comentario sobre los niños, un camare-ro le contesta «–¿Niños? Aquí no hay niños,señora». Este estado de sorpresa y des-concierto se transformará con la apariciónmilagrosa de una niña, limpia, impecable-mente vestida, que se acerca a la pianista.La niña se convierte en la salvación y, so-bre todo, en el elemento que le explica a lamujer algo decisivo: «Intuí con más fuerzaque mi vista a Raspajo no era casual».

La niña se convierte en motivo de fas-cinación. Su candidez, pero también su in-teligencia, se transforman para la pianis-ta en una especie de voz de la concienciay, sobre todo, en el símbolo de la infanciaperdida, de la nostalgia de su recuerdo. Noes extraña la reflexión de la narradora:«pensé que era el amor más puro que ha-bía sentido jamás». La relación sentimen-tal acaba en un curioso comentario infantilrespecto a la mujer adulta: «– Subida a esasilla eras como una mariposa». La intensi-ficación de ese cariño explica la marcha de

ambas. Huyen hacia su mundo, después desortear una inquietante en el pueblo. Laalegoría narrativa se disipa de repente; laniña desaparece misteriosa e inesperada-mente del vehículo. El último capítulo, deextensión muy superior a los demás, vie-ne a ser la segunda parte de la novela. En élexplica la clave de lo sucedido: se trata deun sueño inquietante, procedimiento na-rrativo que devalúa la originalidad de lonarrado. Pero el sueño lleva a la protago-nista a intentar recuperar la infancia, altiempo que recupera la relación con suhermana. Afloran los recuerdos y, en es-pecial, la experiencia de las mariposas di-secadas, de hondas connotaciones en la in-fancia. El recuerdo del sueño y el concier-to de piano para unos amigos transformana la protagonista. En la nieve que empiezaa caer cree descubrir «unas alas temblo-rosas, coloridas, volando ligeras y despre-ocupadas, como si la nieve no consiguieratocarlas ni hacerles ningún daño cae hacemás plástico su recuerdo. Unas alas queinvitan a soñar». La protagonista es otra.Sabe que todo es un cuento, pero, en la úl-tima línea confiesa: «Sé que a ella le gus-taría». Se remata así una novela plena desímbolos, con un inteligente aprovecha-miento de las variadas connotaciones dela infancia, casi siempre un misterio lejano.

Nicolás Miñambres

NATALIA GINZBURG

Antón Chéjov

Traducción de Celia Filipetto

El Acantilado, 2006

85 pp. / 9 euros

culturas6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006LIBROS

Llega RobertAnton Wilson

La historia del mundo es la historiade los Illuminati, una secta antigua, po-derosa y oscura que nos ha acompaña-do a través de los siglos. Es el ‘Colegioinvisible’ de la sabiduría, y sus adver-sarios, los destructores, vuelven a ma-nifestarse una y otra vez. En el Nápo-les de 1764, Sigismundo, un joven aris-tócrata, tropieza con un fragmento deese gran diseño. Un asesinato despia-dado durante la misa de Pascua y supasión por la hermosa hija de su ene-migo, provocan que el joven descubrael misterio de los Rossi, antiguos ase-sinos de la MAFIA, y los planes secre-tos de la temida Inquisición.

En su viaje iniciático, de descubri-miento, Sigismundo encontrará en sucamino al Mozart niño, al doctor Fran-kenstein, al famoso Casanova, amante,mago y espía, y al misterioso asesinode ojos color violeta que lo llama ‘her-mano’. La historia de Sigismundo y suépoca es tu propia historia, la de aho-ra mismo: la de una conspiración tanvasta e inabarcable como el misteriomismo del tiempo.

Rodrigo Fresán escribe: «Muchomás cerca del V de Thomas Pynchon,del Jonathan Strange y Mr. Norrell deSusana Clarke, y de las recientes nove-las de Neal Cryptonomicon Stephen-son que de las listas de best sellers as-fixiadas por falsas reliquias sagradas,La Tierra trema y la venida de RobertAnton Wilson es una excelente noticiapara todos aquellos que disfrutan deficciones conspirativas y de misterioshistóricos».

LOLA BECCARIA

Mariposas en la nieve

Anagrama, 2006

172 pp. / 14,5 euros

Natalia Ginzburg narra escuetamente la biografía de Antón Chéjov y confirma que la vida es un misterio

ROBERT ANTONWILSON

La tierra trema

Trad. de Julieta Lionetti

Poliedro, 2006

384 pp. / 22 euros

Un Lazarilloilustrado

Los clásicos nunca pasan, por eso sonclásicos. El Lazarillo sin duda es uno deellos, el gran exponente de un tipo deliteratura netamente castellana. De laLuna Libros ofrece una cuidadísimaedición ilustrada por el excelente pin-tor Javier Fernández de Molina. Conuna reproducción de la edición ar-queológica del ‘Lazarillo de Bancarro-ta’ y su posterior ‘traducción’ al caste-llano actual, la editorial pretende acer-car el texto a todos los públicos. Losmás de cien magníficos dibujos de Ja-vier Fernández de Molina ilustran demanera magistral esta lujosaa edición.

ANÓNIMO

La vida de Lazarillo deTormes y de sus fortunasy adversidades

Ilustrado por Javier Fernández deMolina

De la Luna Libros, 2006

221 pp. / 42 euros

Lola Beccaria evoca símbolos de una infancia envuelta en misterio en Mariposas en la nieve

N O V E D A D E S

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Sentido del deber

Un europeo de visita

locutor y guionista de radio, articulista en diver-sos periódicos y presentador de exitosos progra-mas de televisión, Carlo Lucarelli es una de las

más destacadas figuras de la nueva generación de es-critores italianos. Autor de una extensa obra narra-tiva en la que destacan títulos como Almost blue,Guernica (ambientada en la Guerra Civil Española) oLa isla del ángel caído, escribió durante la década de1990 tres novelas cortas protagonizadas por un mis-mo personaje, el comisario De Luca, publicadas aho-ra de forma conjunta en España por la editorial Tro-pismos. A pesar de que sus tramas son cerradas ypueden ser leídas independientemente sin proble-mas, Carta blanca, El verano turbio y Via delle ocheganan enteros al ser concebidas como trilogía unita-ria y lineal, pues permiten observar la evolución desu personaje principal y, sobre todo, de la convulsasituación de Italia durante la década de 1940. Am-bientadas entre 1945 y 1948, las obras muestran el fi-nal de la II Guerra Mundial, la época de la depura-ción de los cargos fascistas y los vaivenes sociales ypolíticos del país trasalpino en los años de la regene-ración democrática. Todos estos cambios afectan di-rectamente al comisario, cuyo pasado al servicio de lapolicía política fascista dificultará enormemente sureinserción en la vida normal después del final de laguerra, llegando a tener que recluirse durante unatemporada en la clandestinidad.

Personaje de ésos que difícilmente se olvidan, DeLuca es un policía dedicado exclusivamente a su tra-bajo. De hecho, apenas hay en las tres novelas refe-rencias a su vida personal. Meticuloso y tremenda-mente astuto, el comisario afronta con empeño y ri-gor la resolución de los casos. La búsqueda de la ver-dad aparece en las novelas que forman la trilogíadificultada no sólo por las misteriosas circunstanciasde los delitos, sino también por las presiones de sussuperiores, aficionados a orientar sus investigacio-nes hacia una interpretación oficial no siempre coin-

cidente con la real. Los condicionamientos a los que lalabor policial está sometida exponen el cambiante pa-norama político italiano de la época, oscilante entre eldecadente poder fascista de 1945 –más pendiente deser evacuado ante la inminente invasión aliada que degobernar– y la llegada de un régimen republicano en elque tienen cabida partisanos, comunistas y excomba-tientes contra Mussolini. Con las heridas de la guerrasin cicatrizar, con demasiado odio aún latente entre lasdiversas facciones del país, el comisario De Luca se ve-rá obligado a hacer prevalecer su fe en la justicia porencima de la corrupción de las altas esferas. El sentidodel deber del protagonista, superior a cualquier interéspolítico, se convierte así en su principal seña de identi-dad y en su única defensa para superar las acusacio-nes sobre su pasado de camisa negra. Además de mos-trar un personaje de raza bien trazado, El comisarioDe Luca ofrece un interesante fresco de la Italia de me-diados de siglo. Centradas en la ciudad de Bolonia, lastres novelas cortas muestran la adaptación de los di-ferentes estratos sociales a la nueva situación acaecidatras la II Guerra Mundial. En Via delle oche, la últimade las obras incluidas en la compilación, ese retrato esaderezado con la constante inclusión en el texto de ti-tulares de periódicos que dejan ver a una poblaciónitaliana cada vez menos preocupada por la tensión ge-nerada por las consecuencias del conflicto bélico. Elagobiante ambiente policial que aparece al comienzode la trilogía se va diluyendo para ser sustituido poruna situación más calmada que, sin dejar de mostrar laviolencia derivada del conflicto interno del país, mues-tra las ganas de la sociedad por olvidar cuanto anteslos traumas del pasado para poder disfrutar plena-mente del día a día. Testigo privilegiado de ese cam-bio, el comisario permanece impasible, empeñado enhacer justicia y en cumplir aquel viejo lema de serialradiofónico que rezaba que «el criminal nunca gana».

Javier Sánchez Zapatero

perteneciente ala última hor-nada de bue-

nos escritores here-deros de la literaturaalemana, una de laspocas lenguas que si-guen conservandobuen hacer entre losautores que predi-can con ella, PeterStamm regresa a lasmesas de novedadestras las gratas sor-presas que supusie-ron sus obras ante-

riores, Agnes, Lluvia de hielo y Paisajeaproximado, todas ellas publicadas, tam-bién, por El Acantilado. En este caso el vo-lumen recoge once relatos en los que el au-tor se muestra como un visitante que esco-ge a gente, y después pretende reconocer-los con breves y sencillas pinceladas traslas que, tal vez, se oculte algún diagnósticopsicológico que baile entre la patología y lorazonable. En un primer vistazo, al lectorse le ocurrirá pensar que se encuentra an-te otro epígono de la literatura norteame-ricana breve, pues el uso de frases cortas, lafluidez de la lectura, la facilidad de la na-rración que nos traslada de una línea a otra,de un párrafo al siguiente y de una página ala consecutiva sin que devorar el libro nos

canse, nos remite a escritores tan conoci-dos que no merece la pena mencionarlos.Sin embargo, hay otro nivel de lectura, elde una elaboración más compleja, el quepuede crear una persona más sabia graciasa la conciencia cosmopolita, que nos habladel mejor espíritu de la Europa de libre-pensadores, e incluso de poetas. En estesentido, el de un compromiso intelectual,Stamm deja atrás a esa gente de EstadosUnidos que a causa de dedicarse tanto auna literatura que no se fija en las demás,termina por fatigarnos con cierto aire pro-vinciano, en un sentido peyorativo del tér-mino.

Pensemos que existe, al igual que en loscuadros de Hopper, un cierto aire de sole-dad de los protagonistas, pero también unacierta ilusión por vivir, la certeza, en el fon-do de sus convicciones, de que va a suce-der algo que tal vez pueda llamarse vida, oen último término será el final de la vida.En cualquier caso, algo que significa vivir.Además, no se elude el desafío social, la lu-cha de clases que aparece muy difumina-da, en último término, tras las actuacionesde unos personajes de muy variadas situa-ciones socioeconómicas. Actitudes narra-tivas como ésta son las que distinguen a ungran narrador de un autor de panfletos. Dealguna manera, este volumen es tambiénuna lucha contra la endogamia literaria, co-mo se refleja en los múltiples orígenes de

los seres que por aquí desfilan, o en los va-riados escenarios, en la concepción delmundo como un mapa global sobre el quecualquiera puede desplazarse, descubrir ydescubrirse, respetando la idiosincrasia delas regiones y la presencia que unifica a lasmismas, que es la del hombre.

Es posible que ninguno de los cuentossea una obra maestra, ni ‘La visita’, que nospresenta a una anciana aguardando la com-pañía de lo que fue su familia, en trance dedecidir, suavemente, que sólo queda espe-rar a la convicción de que ya es hora de des-pedirse, ni ‘La pared en llamas’, donde unvagabundo recogido por una troupe deacróbatas del motor conoce a una chica yvive su última tragedia en una descripciónhermosísima. Puede que tampoco lo sea eldeseo de tener sensaciones que invade a lamujer que cuida el jardín de su vecina en elcuento que da título al libro, ni el ensimis-mamiento que padece el hombre de ‘Todala noche’ durante una nevada, ni las extra-ñas formas de conocerse hombre y mujeren ‘Como una niña, como un ángel’ o ‘Fa-do’, que de alguna manera acaban culmi-nando en el penúltimo relato, ‘El experi-mento’, donde por primera vez asistimos ala posibilidad de que los seres se toquen. Lodicho, puede que no sean obras maestras,pero sin duda es literatura de la buena.

Ricardo Martínez Llorca

CARLO LUCARELLI

El comisario De Luca

Tradducción de Carmen Llerena

Tropismos, 2006

322 pp. / 18,5 euros

Viaje interiorcon K2 al fondo

«¿Algún día esas dos mujeres tan dis-tintas que hay dentro de mí, la maripo-sa y la tortuga, se pondrán de acuerdo?».Con esta pregunta lanzada en la primerapágina de su diario, Julia comienza suandadura hacia el K2 que no es sólo unviaje de montaña con aventuras, escala-das, glaciares, paisajes, sudor y nuevasexperiencias... Es un viaje íntimo al pa-sado, que poco a poco nos va descu-briendo a la protagonista, su entorno, an-helos, miedos, sueños. Corren los pri-meros años del tercer milenio, las gene-raciones de relevo buscan la ilusión entrederechos y deberes, entre el trabajo y larealización personal. Una joven fotógra-fa que ama la escalada, Julia Salas, em-prende su propio camino acompañadade una variopinta y entrañable familia yamistades, que entre viajes y peripeciasla ayudan a explorar todos los rinconesde su alma. Sin embargo un hecho tras-tocará su mundo, empujándola a buscarrespuestas y a intentar recuperar unaparte de sí misma que quizá había olvi-dado. Pati Blasco, una de las mejores es-caladoras españolas, fue redactora de larevista ‘Escalar’ y actualmente es guio-nista y productora de Avista.

PETER STAMM

En jardines ajenos

Trad. de Mª EsperanzaRomero

El Acantilado, 2006

149 pp. / 14 euros

Tropismos compila la trilogía negra que Carlo Lucarelli ambienta en la Italia posterior a la II Guerra Mundial

PATI BLASCO

Andando la vida

Premio Desnivel

Desnivel, 2006

144 pp. / 12 euros

El mito deGoncharova

El origen de estas páginas es, sin du-da, el nombre que compartieron dosmujeres. Se llamó Natalia Goncharo-va la legendaria esposa de Pushkin ytambién, con un siglo de diferencia, lapintora vanguardista rusa que vivióentre 1881 y 1962. Natalia Goncharovaes un texto marcado por la fascinaciónque Tsvietáieva sentía por el mito: elmito de la creación, el mito del héroe,el mito de la belleza fatal y, finalmen-te, el mito trágico del poeta AlexandrPushkin. Si bien es una reflexión sobrela infancia de la pintora (que Tsvie-táieva relaciona con su propia niñez através de coincidencias y correspon-dencias), en él se emprende un viajemás lejano, hasta la cuna, la ‘prehisto-ria’ de Goncharova. Y más lejano aún,porque en esta obra aparecida en 1929,cuya prosa tiene mucho de poesía, laautora se pierde entre las ramas delárbol genealógico de Natalia Goncha-rova y asombra con recuerdos, caden-cias y colores.

MARINA TSVIETÁIEVA

Natalina Goncharova.Retrato de una pintora

Trad. de Selma Ancira

Minúscula, 2006

160 pp. / 14 euros

El Acantilado continúa la edición de la obra de Peter Stamm con un gran libro de relatos

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7LIBROS culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006

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en Velázquez el paisaje aso-ma tras las figuras exten-diéndose hasta un infinito

de cielo de azul Madrid. En Anto-nio López, el paisaje cobra prota-gonismo y se extiende, mancha deaceite infinita de luz Madrid, enun primer plano abigarrado decolores y movimientos. El últimocuadro entregado de este pintormanchego, solitario como un qui-jote de pinceles enhiestos comolanzas, es una visión gigantescadel sur de la gran ciudad que pin-tó desde que en 1997, la comuni-dad de Madrid, como una cortede Austrias, le encargara un re-trato de su mejor monarca. Arri-ba en el parque de bomberos, elpintor hiperrealista premio Ve-lázquez 2006, ha retratado la ciu-dad en una imagen infinita en laque se confunden los cielos con elmosaico caleidoscópico de la granciudad envuelta en la luz certerade un Madrid que no admite som-bras. Desde su atalaya, el pintorsiente el vértigo de la inmensidad,el vacío erguido de los edificios, elmovimiento en sordina. Desde sufortaleza, el pintor solitario pla-nea sobre la ciudad, la adsorbe, laasimila, la retrata y la devuelve asus instituciones, tomad todos deella, esta es la colmena que habi-táis y os habita.

Antonio López aprendió el va-lor de la distancia de tierras in-acabables en su Mancha natal,donde el horizonte se extiendehasta el infinito mezclándose am-bos en una tenue línea de bochor-no. Nacido en Tomelloso en 1936,fue iniciado en la pintura por unode sus tíos al que opuso siempreun deseo de ir más allá del figura-tivismo. Los años en San Fernan-do, sus pocos viajes, su matrimo-nio con la pintora María Moreno,su vida dedicada al trabajo, su fal-ta de estridencias, su docencia leconvirtieron en una personalidadalejada de todo colectivismo. Erafigurativo en un mundo de abs-tractos, era hiperrealista en unaépoca de cambios. Sus cuadros,minuciosos, magnificaban el de-talle con tal precisión que susimágenes aparecían congeladas

tundencia hermosa y sencilla deaquellas pequeñas cosas que, du-rante años, siglos, usaron losabuelos, legaron a los hijos yarrinconamos los nietos. Objetosvividos y vívidos, que forman par-te de nuestro paisaje interior yque cumplen sin estridencias,eternos, su papel de acompañan-tes de un cuerpo que se aja con eltiempo.

Escultor, los paisajes y loscuerpos de Antonio López tienenuna grandeza y una sencillez tanreal que laten. En Valladolid, losReyes de bronce, casi amenaza-dores en su tamaño y realismo,contemplan el patio del museoasentados sobre un banco y nosobre un trono. Sus cuerpos pe-san, son densos, la carne cae, estáviva, es certera, ha dejado la fir-

Carme Riera, autora de El verano del inglés

meza, el bebé sí, el bebé es terso,nuevo, lleno de promesa. Estápresto a estrenar la vida, la luz yel paisaje cotidiano. La minuciadel artesano, cuando alguien qui-so captar el movimiento del cre-cimiento de un cuadro no pudoser otro que Víctor Erice. Elmaestro pintaba un membrillo, elcineasta, rodó cada cambio de luzy cada pincelada, en 1992 El soldel membrillo se convirtió en unexperimento nuevo, una única vi-sión sobre la luz. La luz que des-cubre las líneas de cuerpos y ob-jetos. La luz como protagonistadel paisaje, por eso Antonio Ló-pez, cuando le entregó el últimocuadro ‘Madrid desde Vallecas’ ala Comunidad, dijo que habíapretendido reflejar «Madrid per-manentemente bañada por la luzy siempre en movimiento».

A mí me enseñaron en litera-tura medieval que la luz de la me-seta convierte a los hombres enhéroes sin otorgarles la magia. Ala cruda luz de la tierra sin bos-ques, no caben las fantasías bru-mosas, el Cid sangra y suda, pol-vo, sudor y hierro, por eso DonQuijote está sucio y es humano yentre las tolvaneras acaba vien-do la verdad tras la locura. Realcomo un sueño de siesta, la ciu-dad que pintó a ras de suelo An-tonio López siempre está viva, eslúcida y afilada, es colorida y mo-vida. Tragando el humo de cochesy pisadas, el pintor no se recluye,el pintor pinta la Gran Vía y des-pués, se encierra en su estudio aretratar el objeto con el que vive,la mujer con la que yace, el cuerpoque le sustenta, puros lugares co-munes. Solo, construye día a díauna existencia constante. Entre-garle la luz del Velázquez, fuerade toda discusión sobre lo abs-tracto es un acto de justicia pic-tórica, porque en ese hiperrealis-mo fotográfico de Antonio López,sus maravillosos frontales, susobjetos, sus cuerpos llenos de vo-lumen, está la abstracción de lavida entera. La capacidad de en-tendimiento de la realidad que só-lo tienen los grandes, y la luz, laluz interna que sólo tiene la pielde una infanta de Velázquez, cie-los de Madrid, azul infinito habi-tado por los hombres.

Charo Alonso

Paisajes de Velázquez En ese hiperrealismofotográfico deAntonio López, susmaravillososfrontales, susobjetos, sus cuerposllenos de volumen,está la abstracciónde la vida entera

El pintor manchegoacaba de recibir elreconocimiento a todauna carrera con elPremio Velázquez. Elestudio de la luz, elcuidado de losdetalles, el poder delos objetos y sutozuda trayectoriahacen que lo merezca.

en el tiempo. Inusual en el cuida-do, inusual en la dedicación, el si-tio de Antonio López fue hacién-dose con la misma perseveranciacon la que pasa el tiempo sobrelos objetos. Objetos que retratacon caricia cotidiana y titula consimplicidad franciscana: la bañe-ra, el aparador, mis padres... losobjetos de todos los días que pin-ta López me recuerdan la con-

culturas8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 11 de junio de 2006ARTE

ANTONIO LÓPEZ