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NUMERO 43 DICIEMBRE DE 1995 el programa comunista ORGANO DELPARTIDO COMUNISTAINTERNACIONAL LO QUE DISTINGUE A NUESTRO PARTIDO la reinvindicación de la línea que va de Marx a Lenin, a la fundación de la Internacional Comunista y del Partido Comunista de Italia (Liorna, 1921); la lucha de la Izquierda Comunista contra la degeneración de la Internacional, contra la teoría del "socialismo en un solo país" y la contrarrevolución estaliniana; el rechazo de los Frentes Populares y de los bloques de la Resistencia; la dura obra de restauración de la doctrina y del órgano revolucionarios, en contacto con la clase obrera, fuera del politiqueo personal y electoralesco. Precio del ejemplar : 500 Pts; 250 Esc; America latina: US $ 0,5; Canada y USA: US $ 3; Europa: 20 FF; 120 FB; 8 FS; 4000 Li; 8 DM; 20 Krs; 2 £ EN ESTE NUMERO LA BURGESÍA HA CELEBRADO LA «LlBERACIÓN» Y EL FIN DE LA GUERRA MUNDIAL 1 EL CAPITALISMO SOVIÉTICO EN CRISIS (1) 3 Siguiendo el hilo del tiempo: ¡ PARA PONER LOS PUNTOS SOBRE LAS IES! 29 A LA MEMORIA DE UN CAMARADA DE LA VIEJA GUARDIA 37

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NUMERO 43 DICIEMBRE DE 1995

el programa comunistaORGANODELPARTIDO COMUNISTAINTERNACIONAL

LO QUE DISTINGUE A NUESTRO PARTIDOla reinvindicación de la línea que va de Marx a Lenin, a la fundación dela Internacional Comunista y del Partido Comunista de Italia (Liorna, 1921);la lucha de la Izquierda Comunista contra la degeneración de la Internacional,contra la teoría del "socialismo en un solo país" y la contrarrevoluciónestaliniana; el rechazo de los Frentes Populares y de los bloques de la Resistencia;la dura obra de restauración de la doctrina y del órgano revolucionarios,en contacto con la clase obrera, fuera del politiqueo personal y electoralesco.

Precio del ejemplar : 500 Pts; 250 Esc; America latina: US $ 0,5; Canada yUSA: US $ 3; Europa: 20 FF; 120 FB; 8 FS; 4000 Li; 8 DM; 20 Krs; 2 £

EN ESTE NUMERO

LA BURGESÍA HA CELEBRADO LA «LlBERACIÓN»Y EL FIN DE LA GUERRA MUNDIAL 1

EL CAPITALISMO SOVIÉTICO EN CRISIS (1) 3

Siguiendo el hilo del tiempo:¡ PARA PONER LOS PUNTOS SOBRE LAS IES! 29

A LA MEMORIADE UN CAMARADA DE LA VIEJA GUARDIA 37

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La burguesía ha celebrado la«Liberación» y el fin de la

Guerra Mundial

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL NO HASIDO UNA CRUZADA DE LA

DEMOCRACIA CONTRA EL FASCISMOSINO LA LUCHA DE DOS ALIANZAS

IMPERIALISTAS POR EL REPARTO DELMUNDO

Los Estados, al igual que las clases, no entran enlucha por ideas, sino para defender intereses mate-riales bien concretos. Alemania, ahogada en la picotadel reparto imperialista salido de la primera guerramundial debía a toda costa modificar a su favor éstereparto del mundo para tener una posibilidad deremontar la grave crisis económica y social en la quese debatía desde el armisticio. Del otro lado, losvencedores de la primera guerra tenían ante todo quemantener las conquistas adquiridas con el conflicto.Esta es la razón por la cual la actitud de estas últimasaparece como fundamentalmente «pacífica» mien-tras que la de Alemania y sus aliados aparece como«agresiva». Pero para el marxismo esta diferencia deactitud es secundaria y no puede esconder que losresponsables de la guerra son todos los Estadosimperialistas. La voluntad de distinguir entre el«agresor» y el «agredido» entre los Estados (o losgrupos capitalistas) «autores de la guerra» y losEstados pacíficos es, por el contrario, típica demovimientos pequeño-burgueses y oportunistas; esla voluntad de unirse a un campo burgués contra otroque pondría en peligro el status quo o sus situacionesadquiridas. Y como en todos los países la clasedominante posee todos los medios para presentarsecomo la víctima de la agresión, es evidentemente asu propia burguesía a la que se unen siempre opor-tunistas y pequeño-burgueses intentando arrastrarcon ellos al proletariado. La «Unión Sagrada» entrelas clases y los partidos que es su consecuencia esun factor indispensable para la entrada en guerra, espues uno de los primeros actos del conflicto: He aquíadonde lleva el deseo de distinguir «buenos» y«malos» entre los Estados burgueses.

Durante la última guerra mundial este esquema

parece no realizarse por un momento de modo tanperfecto como cuando el primer conflicto por lo querespecta a los partidos estalinistas.

Quando estalla la guerra entre Alemania y las«democracias» occidentales, los PC se ponen adenunciar la guerra imperialista y fingiran retomar laconsigna leninista del «derrotismo revolucionario».Incluso un Trotsky se deja coger por esta verborreay creé que los PC tenían todavía militantes revolu-cionarios, cuando no hacen otra cosa que adaptarsea la política extranjera soviética y al pacto ruso-alemán. Poco antes de la firma de este pacto, el jefedel PCF declaraba: «Las dictaduras de Roma yBerlín quieren aislar a nuestra patria para aniqui-larla. Aquellos que gritan «antes la revolución quela guerra» o «huelga general y no mobilizacióngeneral» están completamente fuera del marxismo.En las condiciones presentes estas frases represen-tan un crimen contra la clase obrera (...). ¡De quéimpudicia hacen gala los espias trotskistas quepretenden hacer resurgir la consigna de Liebknecht«el enemigo está en nuestro país»! Nosotros debe-mos denunciar como apoyo directo al fascismo lascalumnias contra la Unión Soviética y la mentirosaafirmación trotskista según la cual todos los impe-rialismos son iguales, poniendo así en el mismoplano la dictadura fascista y las democracias occi-dentales prendadas de paz» (1). Algunos meses mástarde el PCF debe girar 180° y jugar la comedia delderrotismo revolucionario, lo que le vale sufrir larepresión. Pero esta comedia no la juega muchotiempo; consumada la derrota militar el PCF toma lavía de una oposición reformista al gobierno dePétain. Militantes del PCF participan en la redaccióndel mensual petainista «La France au Travail»,fueron emprendidas negociaciones con la Komman-datur para legalizar el periódico «L’humanité», porotro lado tolerado por las autoridades de ocupaciónporque el PCF había abandonado su retórica anti-fascista. Los primeros envios de obreros a Alemaniano conseguiran romper esta política colaboracionis-ta. El slogan del PCF era entonces «Ni Pétain, ni de

LA LIBERACIÓN DEL PROLETARIADO VENDRA DE LA REANUDACIÓNDE LA GUERRA DE CLASE

Las grandes festividades comenzadas en el verano de 1994 para celebrar el cincuentenario deldesembarco y después de la liberación de París fueron el preludio para las celebraciones que se extiendenpor todos los países europeos y que concluiran con las ceremonias conmemorativas de la victoria de losAliados en 1995. Estas diversas manifestaciones han sido ocasión para las diversas burguesías de dar unanueva fuerza a su eterna propaganda patriótica y al adoctrinamiento del proletariado en la idea de que la«Democracia» es un bien supremo, común a todas las clases, que debe ser defendido a costa de cualquiersacrificio contra los peligros que la amenazan sin cesar.

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Gaulle» (2) pero había que entender: «ni regreso a lalucha de clase, ni acción revolucionaria en direc-ción al ejército alemán, etc.».

Fue necesaria la ruptura de la Alianza ruso-alemana y el ataque a Rusia para que el PCF adoptela línea de la Resistencia. Pero este cambio de rumbono era ningún regreso a las orientaciones clasistas ycomunistas: de la colaboración implicita con laburguesía petainista, el PCF pasaba a la colaboraciónabierta con la fracción de la burguesía representadapor de Gaulle (3). Y en este último caso, el papel delos estalinistas era irreemplazable para recuperar losprimeros movimientos espontáneos de rechazo deltrabajo obligatorio en Alemania y para hacer de estostrabajadores, bajo la forma de destacamentos departisanos, supletorios de los ejércitos imperialistasy una masa de maniobra para la burguesía gaullista:La Unión Sagrada en la Resistencia ha sido tan anti-proletaria contrarrevolucionaria y pro-imperialistacomo la Unión Sagrada en el gobierno cuando laprimera guerra mundial. No podía lógicamente de-sembocar más que sobre la Unión Sagrada para laReconstrucción del imperialismo francés.

LA LIBERACIÓN PRIMER PASO DE LARECONSTRUCIÓN DEL IMPERIALISMO

FRANCES

La Liberación suscita en Francia (como en otrospaíses) una ola de entusiasmo porque era el fin delterrible periodo de la guerra con su cortejo dehorrores, privaciones y represión de todo genero.Los liberadores hablaban de la constitución de unanueva República democrática y social, y del inicio deuna era de paz y de progreso ininterrumpido. Pero enel mismo momento en que la multitud celebraba suregocijo, la burguesía conseguía gracias a los gaul-listas y los stalinistas mantener la continuidad de suaparato supremo de dominación, el Estado, y hacerolvidar el parentesis de Vichy: la leyenda de laFrancia resistente y antifascista estaba en marcha.Fuera de las fronteras metropolitanas, los ejércitosfranceses se esforzaban en mantener el imperiocolonial. El 8 de Mayo de 1945, día final de la guerramundial, era también el primer día de las guerrascoloniales que no debían cesar ni un momentodurante la IV República: ataque de las «FuerzasFrancesas Libres» contra Beirut para reconquistar elLibano que se había declarado independiente. EnArgelia, en Indochina, en Africa, los ejércitos fran-ceses - en los que se habían reconvertido buennúmero de antiguos resistentes - marchaban a com-batir a las poblaciones que querían liberarse del yugode la «democracia» francesa.

Las víctimas se contarían por centenas y porcentenares de miles y los métodos utilizados notenían nada que envidiar a los del ejército alemán, quepor otra parte se había inspirado en los métodos derepresión colonial.

La «liberación» ha sido el toque de corneta de unasangrienta tragedia para los pueblos colonizados.

Para el proletariado europeo ha marcado el prin-cipio de un gran ciclo de acumulación capitalista

sobre las ruinas de la guerra y, por tanto, deexplotación marcada por la consolidación del poderde su enemigo de clase, por la constitución decolosos estatales y de alianzas imperialistas sobre labase de una «purificación étnica» sin precedentes,puesto que, a diferencia de la paz de Versalles, losvencedores no se han contentado con desplazar lasfronteras, sino que han desplazado al mismo tiempoa los pueblos.

La burguesía tiene pues todas las razones paracelebrar la «Liberación», dando así un poco de lustrea la colaboración de clase. Tiene tanta más razón entanto que el mundo cambia, que el equilibrio interna-cional y el reparto del mundo de ayer ha estaacabandose, que el gran ciclo de expansión econó-mica se ha acabado.

Por el contrario, el proletariado no tiene ningunarazón para festejar esta «Liberación» que ha dado 50años de vida suplementaria al capitalismo mundial. Aél le hace falta romper con toda la ideología, lastradiciones, los reflejos de la Unión Sagrada entre lasclases en nombre del anti-fascismo o de la defensade la patria. 50 anos después de la «Liberación», elperiodo actual colocado bajo el signo de los enfren-tamientos nacionalistas en la ex-Yugoslavia y delgenocidio en Ruanda, no es una recaida en la «bar-barie» nazi de un pasado revuelto. Es el fruto de estos50 anos de desarrollo capitalista en el curso de loscuales la enorme expansión de las fuerzas producti-vas se ha acompañado de un crecimiento igualmenteenorme de las contradicciones y de los lugares detensión explosiva.

Es pues el anuncio en el cual el proletariadodeberá al fin «liberarse» de todas las sugestionesmentirosas y las falsas vías para lanzarse ardiente-mente en la guerra de clases si no quiere una vez másser triturado por las guerras imperialistas.

(1) Declaración de Maurice Thorez al ComitéCentral del PCF, 21-11-38.

(2) «L’humanité» del 9-7-94 cita extractos (fra-ses chovinistas recortadas) de una declaración deThorez y de Duclos el 10-7-40 que presenta comouna llamada a la Resistencia similar a la de de Gaullede junio de 1940. Esta llamada había de hacerseescuchar muy mal puesto que un año más tarde ydos días antes de la invasión alemana de Rusia«L’humanité» proseguía todavía sus ataques contrade Gaulle y las llamadas de aquél a proseguir elcombate contra Alemania: «Se escucha repetir queVichy hace matar franceses por Alemania; pero¿qué decir de de Gaulle, del críado de Gaulle, queha conducido a la masacre a millares de nuestroshermanos por Gran Bretaña?» (18-6-41).

(3) «L’humanité» del 23-6-41 enarbolaba unnuevo slogan: «Viva Inglaterra», y escribía: «Laclase obrera francesa sacará sus fuerzas de lastradiciones gloriosas de la patria para la luchacontra el pueblo alemán» y «Los obreros y loscampesinos realizaran la unidad nacional de todaslas fuerzas anti-fascistas. La unión de de Gaulle y delos comunistas representa una necesidad vital parala victoria de la patria».

La«Liberación»

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«Las mallas supuestamente infranqueables del telón de acero se pulverizan bajo los potentesgolpes de una crisis económica que amenaza con ahogar a los países del Este europeo y a la URSSmisma hasta el punto de llegar a ser una temible bomba de relojeria en el corazón de Europa»escribíamosnohacedosañosapropósitodelprocesodedemocratizacióndelEste (IlComunistanº23,mayo90). Y continuabamos «es cierto que estos regímenes han entrado en crisis, pero ello no viene de hoy.Están en crisis al menos desde hace l5 años, pero han podido aplazar su caída definitiva graciasal sosten que los países occidentales más potentes les han asegurado» por relaciones privilegiadas enel plano comercial, prestamos de capitales (con la consecuencia del endeudamiento de los beneficiarios),en suma, por un sosten político y económico que tenía como fin garantizar la permanencia de la«coexistencia pacífica». Pero la era de profundas crisis económicas y sociales en la que el conjunto delmundo burgués ha entrado desde 1974-75, si no se ha traducido en el estallido inmediato de una crisiseconómica catastrófica, a la larga ha minado profundamente los equilibrios económicos. Aplazadaartificialmente durante demasiado tiempo, la crisis económica ha acabado por estallar con tanta mayorvirulencia en las rígidas sociedades pseudo-socialistas haciendo volar en pedazos al mismo tiempo elandamiajepolíticobajoel cual seharealizadoeldesarrollodelcapitalismoenestospaíses:nueva ilustraciónde la tesis marxista según la cual la democracia tiene una fuerza de resistencia a los trastornos económicosy sociales mucho mayor que cualquier régimen totalitario.

Un Informe de una Reunión General de nuestro partido consagrado especialmente al análisiseconómico de Rusia volvía sobre el famoso argumento, adelantado tanto por los stalinistas como por lostrotskistas, de la pretendida ausencia de crisis económicas en la Unión Soviética: «Rusia pasa a travésde la crisis económica de entre-guerras como una salamandra (...). ¿Este fenómeno de «indiferen-cia a la crisis» basta para poder hablar de una economía de tipo no-capitalista? En 1929 el jovencapitalismo soviético naciente no tenía canales de comunicación con el capitalismo y con elmercado mundial. Estos canales no llegaran a ser apreciables hasta diez años más tarde con laguerra de 1939. Esto explica porqué la crisis no se comunica a Rusia, que estaba en una fase degrave sub-producción (...). De 1926 a 1939 la llave de la política rusa, que la fuerza de la historiadictaba al «dictador», era la del «telón de acero». Los stalinistas pretendían que la crisis económicano podía golpear más que a Occidente. Los post-stalinistas kroutchovianos reemplazarán este mitopor una posición aún más vil: no puede haber crisis en Occidente, gracias a las teorías emuladorasde la coexistencia de Mikoyan. Si nunca hubiese crisis, los kroutchovianos, abrazados con Keynesy con Spengler y la ciencia borracha de América, nos habrían vencido, y a Marx y a Lenin connosotros (...)».

«Pero si la crisis llega, como llegará inevitablemente, la teoría marxista no solamente habrávencido. (...). Una vez convertido el telón de acero en tela de araña por la emulación mercantil, lacrisis morderá en el corazón de la joven industria rusa. ¡He aqui para que habrán servido launificación de mercados y la libre circulación de sangre en el cuerpo del monstruo capitalista! Peroel que realiza esta unificación unifica también la revolución, que bien podrá encontrar su horamundial tras la crisis de la segunda entre-guerra y antes del tercer conflicto», (R.G. de Turín, mayode 1956, en «Dialogue avec les morts» aparecido en las Ed. Programme).

El estudio que publicamos intenta mostrar la realidad de la crisis del capitalismo soviético encoherencia con todos los trabajos efectuados por el partido, crisis que es la causa fundamental de lostrastornos políticos actuales y futuros en la URSS, cualquiera que sea el nombre y la configuracióngeográfico-política del Estado burgués sobre éste territorio: la crisis ha llegado como habíamos previsto, ylleva con ella, no la perspectiva de la democracia y de la paz, sino los fantasmas rivales de las guerras ylas revoluciones. ¡Los militantes revolucionarios de Occidente deben tomar conciencia, para trabajar, sinprecipitación pero sin retraso, en la reconstitución del partido mundial de la clase!

EL CAPITALISMOSOVIETICO EN CRISIS (1)

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( Artículo publicado por la primera vez en noviembre 1991 sobre«Programmecommuniste» n°92. )

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objetivos propios, socialistas, que no podían seralcanzados más que a escala internacional, por larevolución proletaria en los países capitalistas de-sarrollados. La Rusia atrasada, todavía amplia-mentepre-capitalista, nohabría podidopasar rapi-damente al socialismo más que con la ayudamasiva del socialismo instaurado en el occidentedesarrollado.Elsocialismosignifica laabolicióndelsalario, de la producción de mercancias, la aboli-cióndel dineroydelmercado, laproducción segúnun planúnico internacional y, por tanto, el fin de laproducción por empresas autónomas intercam-biando sus productos según la ley del valor, ladesaparición de las clases sociales y la desapari-ción del Estado... Hasta que Stalin no afirmase locontrario en 1926, ningún bolchevique había pen-sadonunca que fuese posible ir haciael socialismoen el cuadro único de Rusia. Por contra, lo que sípodía ser posible era sujetar a Rusia esperando lavictoriade la revolución mundial,y paraello hacerarrancar a la economía con el fin de poder resistira los ejércitosblancos e imperialistas manteniendo«buenas relaciones»con el inmenso campesinado.En el plano económico era necesario ir hacia uncapitalismo de Estado que se esperaba podercontrolar por el poder del Estado proletario.

Lacontrarrevoluciónstalinistahaconsistidoenemancipar al capitalismo de Estado (bautizado«socialismo») de todo control: eso fueron los pri-meros planes quinquenales, los horrores de laacumulación forzada con sus atanzas y sus nece-sarios terrores para plegar a toda la sociedad a lasleyes del capital.

Los resultadosen elplano deldesarrolloeconó-mico, con cifras de crecimiento records, fuerondurante mucho tiempo presentadas como la prue-ba de la existencia (y del éxito) de un «modosocialistadedesarrollo». Nosotroshabíamos mos-trado enaquella épocaque estecrecimiento rápidoes característico de todo capitalismo joven y quepodía esperarse una disminución regular de estastasas de crecimiento a medida que el capitalismollega a la madurez:

Hace 15 años concluíamos un estudiosobre «laindustria rusa en el ciclo de acumulación de post-guerra»afirmando que la Unión Soviética se abríaa la crisis. Después de haber mostrado como elfamoso plan de veinte años (que debía permitir,según Kroutchev, llegar al nivel de USA en 1980)estaba condenado al fracaso, escribíamos:

«Si los USA no llegan a ser alcanzados nuncaen los años previstos entonces lo serían en estafasehistórica, enrazóndelosgolpes inflingidosporla crisis económica. Esto querría decir solamenteque eldeclivede los ritmos rusos muestra lamismaevolución, sólo que más retrasada, hacia las mis-mas crisis ínfames, a las que los horrores de laacumulación forzada no sirven más que de pedes-tal».

«No está dado al capitalismo ruso, menos quea ningún otro, realizar un desarrollo ideal de laacumulaciónsin choques ni interrupciones. Sobretodo no le estádado hacerlo sin tensiones sociales,en el interior comoen el exterior, poniendode ladolas leyes mismas de la acumulación, la estructurasocial histórica de Rusia, la lucha de la competen-cia internacional.Si al cabodetreintaaños, laorgíaincontestadadel capitalismotoca verdaderamentea su fin, encontrará a una Rusia que ya no estáprotegidaporel impulsode laprimera industrializa-ción sino que, con la reducción de los ritmos y delosdesequilibrios productivos, semueve,en mediode la anarquia mercantil, en la misma direcciónirreversible»(1).

Hoy nadie puede negar la crisis económica enla URSS: es reconocida ydescrita por lasmás altasautoridades del país. Pero esta crisis es presentadapor la burguesía mundial como la crisis del socia-lismo y por los funcionarios soviéticos como unacrisis de la «economía dirigida» o del stalinismo.Todos se esfuerzan en ocultar que se trata de unacrisis del capitalismo (2) porque todos presentancomo remedio la integración más profunda en elmercado mundial, el recurso a los capitales occi-dentales, el libre juego de las leyes del mercado yel mecanismo de la competencia.

Antes de llegar a la crisis actual, vamos arecordar brevemente algunos resultados del traba-jo de nuestro partido sobre la «cuestión rusa»desde un punto de vista económico.

EL DESARROLLO DEL CAPITALISMOEN RUSIA DESPUES DE LA

REVOLUCION

La revolución de Octubre lleva al proletariadoal poder, a despecho de su extrema debilidadnumérica, porque era la única clase capaz deresolver la crisis de la sociedad por la liquidacióndel feudalismo zarista y la ruptura con el imperia-lismo (retirada de la guerra mundial). Más allá deestos objetivos comunes tanto al campesinadocomo a la clase obrera, ésta última tenía sus

Crecimento en volumen, por año, de la rentanational, segun los quinquenios

1928-32 1er plan 13,2 %1933-37 2è plan 16,1 %1938-40 3è plan 12,5 %1946-50 4è plan 11,9 %1951-55 5è plan 11,3 %1956-60 6è plan 9,2 %1961-65 7è plan 6,6 %1966-70 8è plan 7,2 %1971-75 9è plan 5,7 %1976-80 10è plan 3,9 %1981-85 11è plan 3,2 %

(Fuentes: "L'Expansion", 20/2/81 y "L'URSS enrévolution", Ed. Messidor, 1987)

El capitalismo soviético

4

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Esta misma evolución puede leerse, de modoaún más espectacular, en las cifras de la industria:

Hoy algunos quisieran ver en esta disminución

una especificidad soviética, una «tendencia a laineficacia»del«socialismo».Ahorabien, la mismadisminución se constata para todos los grandespaíses (cifras de post-guerra hasta la crisis de1974):

Alemania ysobre todoel Japónque partíade unniveleconómicomásdébilyqueteníaeldinamismode un capitalismo más joven, han conocido tras lasdestrucciones de la guerra cifras de crecimientoeconómico «a la rusa». Los Estados Unidos, capi-talismo ultra-maduro y que no ha conocido des-trucciones sobre su suelo (y, por tanto, sin ningúnlatigazo económico para la reconstrucción) tienentasas de crecimiento mucho más debiles y muchomás oscilantes según los periodos de recesión y deexpansión.

Los estadísticos soviéticos distinguen dos sec-tores en la producción industrial: el sector A cor-respondiente a la producción de los medios deproducción y el sector B correspondiente a laproducción de medios de consumo (los sectores Iy II respectivamente del esquema marxista de laproducción capitalista). Los productos del sectorA están destinados a la prosecución y al ensancha-mientode laproducción, losproductos del sector Bal consumo de la población. La evolución relativade los dos sectores da informaciones muy intere-

santes sobre la economía capitalista de la queforman parte.

En 1913 el sector B representa el 66,7% y elsector A el 33,3% de la producción industrial totaldeRusia.En1922,cuando laproducción industrialde laRusiarevolucionariano es todavíamásqueuntercio (34%) del nivel de pre-guerra, laproporciónentre los dos sectores no ha variado: 68% para By 32% para A. A fines de 1928, inicio del primerplan quinquenal, hay todavía un predominio de Bsobre A: 60,5% contra 39,5%. Este año el nivel deproducción industrial de la URSS sobrepasa neta-mente el de la Rusia zarista puesto que es igual a132% del nivel de 1913. En el plano político lavictoria sobre la oposiciónde izquierdaes totalyenel plano social elproletariado está amordazado: sehan cumplido todas las condiciones para que seinicien losplanes quinquenalesy laorgíaproducti-vista del capitalismo de Estado soviético.

Desde elprimerplan quinquenal el predominiode A se ha establecido y no será puesto encuestión. En efecto, en 1932 tenemos la inversiónde la situación anterior con A=53,4% y B=46,6%.A continuación tenemos (año final de los planesquinquenales):

El aumento relativo del sectorA con relación alsector Bconoce dosexcepciones: inmediatamentedespués de la guerra, en el momento en que elesfuerzo armamentístico se relaja inevitablemen-te, y cuando el quinquenio 1966-70. Este quinque-nio aparece como algo excepcional puesto que esel único en no verificar la tendencia a la disminu-ción de la tasa de crecimiento de la economía: laRenta Nacional aumenta 7,2% contra el 6,6% delquinquenio precedente,y la tasa decrecimiento dela industria varia muy poco (ver cuadros 1 y 2).Este quinquenio era el primero de la era post-krutchoviana y está colocado bajo el signo delabandono de diversas medidas voluntaristas en eldominio agrícola - especialmente un aumento for-zado del número de sovjos, que habían terminadocon la cosecha catastrófica de 1963 - y en el

Cuadro 3. Tasas de crecimiento anuales medios

URSS USA Japon "RFA1947-51 21,2% 6,0% 25,2% 31,8%1952-58 11,4% 1,5% 12,4% 8,9%1959-65 9,1% 6,5% 15,0% 6,5%1966-70 8,5% 3,5% 15,6% 6,0%1971-70 7,4% 4,0% 9,1% 4,2%

(Fuente: «Il Programma Comunista» n° 5/1976)

El capitalismo soviético

5

Cuadro 2. Tasa de crecimento anual de la industriasovietica por quinquenio

1929-32 1er plan 19,3 %1933-37 2è plan 17,1 %1938-40 3è plan 13,2 %1946-50 4è plan 13,5 %1951-55 5è plan 13,0 %1956-60 6è plan 10,3 %1961-65 7è plan 8,6 %1966-70 8è plan 8,4 %1971-75 9è plan 7,4 %1976-80 10è plan 4,4 %1981-85 11è plan 3,7 %(Fuentes: Cifras dadas en «El mito de laplanificación socialista en Rusia», «ProgrammeCommuniste» n°69-70 y «L'URSS en révolution».Para una critica de las manipulaciones de lasestadísticas soviéticas ver más adelante).

Cuadro 4. Proporción de los sectores en laproducción industrial total

Anos Sector A Sector B1913 33,3 % 66,7 %1922 32,0 % 68,0 %1928 39,5 % 60,5 %1932 53,4 % 46,6 %1937 57,8 % 42,2 %1940 61,2 % 38,8 %1945 74,9 % 25,1 %1955 70,5 % 29,5 %1960 72,5 % 27,5 %1965 74,1 % 25,9 %1970 73,4 % 26,6 %1975 74,1 % 25,9 %

(Fuente: «Il Programma Comunista» n° 10/1976)

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dominio industrial (plan de 7 años). Las concesio-nesde losnuevosdirigentes (BrebnevyKossiguin)a los koljos y la reforma económica de 1965afirmando el papel central de la empresa en laeconomía, ydel beneficio en la «autonomía conta-ble» de aquella, daran un latigazo -relativo- a laeconomía del país. Pero el aumento más rápido delaproduccióndelsectorde losmediosdeconsumo,el sector B, fue una sorpresa para los planificado-res: la tasa decrecimiento de este sector alcanzabael 8,4% cuando la cifra prevista no era más que de7,6% .... A continuación «el regreso a la norma-lidad» se realiza y el sector A continua progresan-do siempre más fuertemente que el sector B,inclusocuando losplanificadores esperanver con-tinuar aumentando al sector B: el plan de 1971-75fijaunaprogresiónmás rápidadeésteúltimo(7,9%por año contra 7,4% para el sector A) pero es locontrario lo que pasa: 6,6% de crecimiento anualpara B y 7,8% para A. El plan de 1976-80 tomanota y los resultados confirmaron la dictadura deA: 4,7% de crecimiento para A, 3,9% para B.

Por otra parte, en el interior de A predominaampliamente la fabricación de medios de produc-ción con destino a si mismo. En 1965 el 72,2% dela producción de A estaba destinada a A (27,8%con destino a B). En 1971 las proporciones eranpracticamente las mismas: 72,1% con destino a A,27,9% con destino a B.

¿Cual es la significación de este predominioabsoluto del sector que produce los medios deproducción sobreel sectorproductorde los mediosde consumo?. Lenin nos da la respuesta:

«La producción misma crea su mercado:ella tiene necesidad de medios de producción yaquellos constituyen una rama distinta de laproducción social que ocupa a una parte de losobreros, suministra un producto distinto, rea-lizado parcialmente en el seno mismo de estarama, parcialmente con el cambio con la otrarama: la que produce los medios de consumo.Efectivamente la acumulación es un excedentede la producción sobre la renta (los objetos deconsumo). Para ensanchar la producción(«acumular» en el sentido absoluto de la pala-bra) es necesario en primer lugar producirmedios de produccion. Para ello hace faltaensanchar la sección de la producción socialque suministra los medios de producción, hacefalta asignarle obreros que, desde entonces,son también adquisidores de los objetos deconsumo. Pues el «consumo» se desarrolla acontinuación de la «acumulación» o a conti-nuación de la «producción», por extraño queello parezca, y no podría ser de otra manera enla sociedad capitalista. No hay necesariamenteigualdad en el desarrollo de estas dos seccio-nes de la producción capitalista, al contrario,hay forzosamente desigualdad. Como se sabetal es la ley de desarrollo del capital: el capital

constante se acrecienta más que el capitalvariable, dicho de otro modo, una parte cadavez mayor de capitales nuevamente formadosva a la sección de la economía social quesuministra los medios de producción. Por tantoesta sección aumenta necesariamente más quela que suministra medios de consumo (...). Portanto, los bienes de consumo personal tienenun lugar cada vez más restringido en el conjun-to de la producción capitalista. Esto concuer-da plenamente con la «misión» histórica delcapitalismo y su estructura social específica.La primera consiste precisamente en desarrol-lar las fuerzas productivas de la sociedad(producción por la producción), la segundaexcluye su utilización por la masa de la pobla-ción» (3).

El capitalismo soviético puede dar el ejemplomás purode aplicaciónde esta leydedesarrollo delcapital -la producción por la producción- gracias atoda la potencia del Estado que frena el desarrollodel sector destinado al consumo: la «voluntad» delos planificadores no es más que la expresión detendencias inherentesa laacumulacióncapitalista.No hace falta buscar en otras partes las dificulta-des, complacientemente descritas por la prensaoccidental, de los consumidores soviéticos, ya seapara encontrar mercancias atractivas, alojamien-tos o productos alimentarios. Volveremos de ma-nera más detallada sobre la agricultura, contente-monos aquí con dar algunas cifras que muestran laestructura relativamente atrasada de la UniónSoviética(fuerte proporciónde lapoblación rural)y el atraso de la agricultura -sacrificada comosiempre bajo el capitalismo- que ha llegado a seruna verdadera cargo para la economía del país.

Se constata, pues, que una proporción nota-

ble de la población soviética es rural. Esta propor-ción corresponde alnivel alcanzadoen losUSA enmitad de los años 50, o sea 30 años antes. El niveles muy variable según las diferentes repúblicas dela Unión. La proporción de población urbana enRusia es del 73% en 1986. En todas las otrasrepúblicas el grado de urbanización es inferior:66% en Ucrania, 63% en Bielorusia, entre el 66%y el 71% en los Países Bálticos, 68% en Armenia,54% en Azerbaiyan, 54% en Georgia, 45% en

El capitalismo soviético

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Cuadro 5.Crecimiento de la urbanización

AñosPob. total

(millones / % )Pob. rural(mill./%)

Pob. urbana(mill./%)

1913 159 / 100 131 /82,4 28 /17,61940 192 / 100 131 / 68,2 61 / 31,81956 200 / 100 113 / 56,5 87 / 43,51970 241 / 100 105,7 / 43,7 135,9 / 56,31986 280 / 100 96 / 34,4 184 / 65,6

(Fuentes: «Struttura Economica e Sociale dellaRussia d´oggi» y «L´URSS en révolution». Lascifras de 1.940 corresponden a las fronterasposteriores a las anexiones)

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Moldavia, 42% en Uzbekistan, etc.La estructura de la población activa da resulta-

dos convergentes, por poco que se descarten lasestadísticas soviéticasmás groseras,haciendo unacomparación con los USA y Francia.

El cuadro 6 muestra el peso de la agricultura enla economía soviética (sería absurdo buscar allídatos sobre la composición de clase en estassociedades). El atraso de esta agricultura es admi-tidopor losautoressoviéticosmismosestimando laproductividad de su agricultura en poco más del20% de la de Estados Unidos. Sin embargo, si secalcula que los campesinos y los trabajadoresagrícolas soviéticos (más numerosos que los ame-ricanos, canadienses, europeo-occidentales y ja-poneses tomados enconjunto) nolleganmásque al22% de la producción agrícola occidental, la pro-ductividaddelaagriculturasoviéticanocorrespon-de más que al 10% de la americana («The Econo-mist»9/4/88).

La acumulación forzada de capital se haceinevitablemente en detrimento del consumo demasas. Pero si el Estado puede imponer este «sub-consumo», no puede a la larga ahorrar al capitalis-mo soviético las consecuencias negativas de laacumulación, enparticular, labaja tendencialde latasa de beneficio.

Marx explica: «hemos mostrado que esto esuna ley del modo de producción capitalista: amedida que éste se desarrolla, se produce unadisminución relativa del capital variable enrelación al capital constante y, por tanto, alcapital total puesto en movimiento. (...) A medi-da que disminuye progresivamente el capitalvariable por relación al capital constante, seeleva cada vez más la composición orgánicadel conjunto del capital, y la consecuenciainmediata de esta tendencia es que la tasa deplusvalía se traduce por una tasa de beneficiogeneral en baja continua, el grado de explota-ción del trabajo queda sin cambios o inclusoaumenta. (...) Por tanto, la tendencia progresi-va a la baja de la tasa de beneficio general essimplemente un modo, propio al modo de pro-ducción capitalista, de expresar el progreso dela productividad social del trabajo» («El Capi-tal», Tomo 3, capítulo 13). Recordemos que la

producción capitalista se descompone según lafórmula marxistasiguiente:C+V+Pque daelvalorde toda la producción. C es el «capital constante»(materias primas, medios de producción), V el«capital variable» (el capital que sirve para pagarlos salarios), y P la plusvalía (el sobre-trabajo otiempo de trabajo no pagado, apropiado por loscapitalistas). La relación P/V es la «tasa de plus-valía»(correspondiendoalgradodeexplotacióndelos trabajadores)y la relación P/C+V es la«tasa debeneficio».

Es la tasa de beneficio la que interesa a loscapitalistas, laque les empujaa invertiren talocualrama según sea más o menos elevada. Ahora bienla acumulación capitalista, cuya potencia hemosconstatado en la URSS, lleva a un aumento de C(medios de producción) muy superior al de V y alde P, incluso en el caso en que la tasa de plusvalíano quede constante sino que aumente también: lasbaja de P/V, de la tasa de beneficio es, pues, laconsecuencia necesaria de la acumulación capita-lista.

«A medida que se produce la baja relativadel capital variable, que se desarrolla la fuerzaproductiva social del trabajo, hace falta unamasa mayor de capital total para poner enmarcha la misma cantidad de fuerza de trabajoy absorver la misma masa de plus-trabajo»(ibid)».

La acumulación, el aumento de C por relacióna V, significa el aumento de la productividad deltrabajo: la misma cantidad de trabajo utiliza unamasa acrecentada de medios de producción yproduce, por tanto, una masa acrecentada demercancias. Pero a la inversa ello significa unadisminución de la productividad del capital: unamisma cantidad de capital no podrá ocupar másque un número mucho menor de trabajadores (ouna cantidad menor de trabajo). Dicho de otramanera, hacen falta cantidades de capital siempremayores para asegurar la prosecución del desar-rolloeconómicoo de la acumulación: estoes lo queexplica elralentizamiento de la tasade crecimientoeconómico que hemos puesto en evidencia alprincipio de este artículo.

No disponemos de estadísticas sobre la evolu-ción de las tasas de beneficio en la industriasoviética (4),pero esposible encontrarotra confir-mación indirecta de la existencia de esta ley en laURSS constatando a la vez la productividad cre-ciente del trabajo y la productividad decrecientedel capital.

Cuadro 7: Ver pagina siguiente

El aumento de la productividad puede medirsepor relación a la productividad del trabajo en laindustria americana. Según un autor oficial sovié-tico, la productividaddel trabajoen la industria erael 44% de la americana en 1960, 53% en 1970 y

El capitalismo soviético

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Cuadro 6. Estructura de la población activa

URSS USA FranciaAgricultura 20,9% 3,8% 10,8%Industria 22,9% 24,8% 28,1%Construcción 9,1% 6,2% 8,6%Transportes 6,4% 5% 5,4%Otros 42,5% 60,2% 47,1%

(Fuentes: «Panorama de l´URSS», Feb.-Mar. 1979,Y «L´URSS en révolution». La categoría «Otros»recubre diferentes categorías de servicios, incluidasbajo diversas rúbricas en las distintas estadísticas.Las cifras corresponden a 1980 para la URSS y a1975 para Francia y los USA)

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55% en 1986 (5). Esto muestra que esta producti-vidad queda todavía muy inferior a la americana yqueel acercamientose ralentiza: el cuadro7 indicaque a partir de 1976 el crecimiento de la producti-vidad disminuye a la mitad.

No tenemos cifras sobre la evolución de laproductividad del capital en la industria más quepara los quinquenios1976-80 y81-85.Las tasas decrecimiento por año son negativas: 1976-80: -4,1%;81-85: -3,9%(fuente:NaodnoeKhozjajetvo1980, 1987, citado en «L´URSS au tournant»).

Estabajadadel rendimiento delcapital inquietadesde hace mucho tiempo a los dirigentes soviéti-cos que se esfuerzan sin éxito en encontrar reme-dios.El académicoAganbeguian, granabogado dela perestroika, escribe:

«A título de comparación se indicará quedurante el periodo 1971-85, para un creci-miento de 1,8 veces de renta nacional utilizada,el capital fijo productivo se había triplicado.Una última comparación muestra que el rendi-miento del capital cae fuertemente de un quin-quenio a otro, de media alrededor del 14%». Ynos suministra cifras sobre el rendimiento delcapital social y la eficacia de las inversiones:

Se remarca que los planificadores pueden ce-lebrar haber detenido practicamente la caída de laeficacia de las inversiones en el curso de los dosúltimos quinquenios indicados. ¿Cómo?. Por unareducción drástica del crecimiento de las inversio-nes. El crecimiento de las inversiones en la eco-nomía es por año del 8% en 1961-65, del 7,8% en1966-70, del 6,8% en 1971-75, del 3,4% en 1976-

80, del 2% en 1981-85.Veremos más adelante que esta caída de las

inversiones es la señalde laentrada dela economíasoviéticaen la recesióneconómica mundial.Por elmomento hemos demostrado que la economíasoviética siguebien las leyes del desarrollo capita-lista. Pero antes de dejar por unos momentos anuestro académico es interesante tomar nota so-bre la naturaleza de ésta economía. Aganbeguianreplica a un economista soviético que estima quemercado y socialismo son incompatibles y quehace falta pasar al capitalismo si se quieren elimi-nar las penurias. El académico responde: «Estepunto de vista de cortos alcances sobre laeconomía socialista está bastante difundido(...). Esta tesis está contradicha no solamentepor la teoría (?) y las posiciones científicas(??) sino por la vida misma. El socialismo secaracteriza por la producción de mercancias ypor relaciones mercantiles y monetarias». Des-graciadamente «en la hora actual, el mercadoestá limitado (...). Los medios de producción nose venden y se compran libremente. (...) Elsistema de precios es rígido y centralizado.Una parte de los precios no tiene justificacióny no corresponde a los costes de producción deun producto ni a su eficacia. (...) A causa de taldeformación del mercado se ha visto desarrol-larse lo que se llama «economía subterránea»(...). El mercado negro ha aumentado, la espe-culación se ha extendido».

Es decir que el «socialismo» soviético no es dehecho más que una suerte de capitalismo, más omenos «deformado» por «rigideces»: la tesis quecombate el académico perestroiko no es otra quela del marxismo auténtico y la «teoría»que invocano es otra que la teoría stalinista (véase nuestro«Dialogue avec Staline») que reconoce la existen-cia de la ley del valor en la URSS.....

MATERIAS PRIMAS Y FUENTES DEENERGIA

El grandesarrollo industrial de laUnión Sovié-tica ha sido facilitado por los muy importantesrecursos naturales y energéticos del país, la evol-ución deestas produccioneses un índice importan-te del crecimiento económico. Pero estos recursosnaturales han llegado a ser cada vez más una bazamayor del capitalismo soviético sobre el mercadomundial paliando, al menos en parte, sus dificulta-des en los dominios industriales y agrícolas. Y laURSS cada vez más dependiente del mercadomundial ha sufrido con tanta mayor fuerza todaslas oscilaciones.

Comencemos por el carbón, la más antiguafuente de energía.

Cuadro 9: Ver pagina siguiente

El capitalismo soviético

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Cuadro 7. Efectivos obreros y productividad deltrabajo en la industria, por quinquenios

AñosObreros (enmillones) al

inicio del plan

Productividadpor año (%)

1951-55 12,2 8,2 %1956-60 15,2 6,5 %1961-65 18,9 4,6 %1966-70 22,5 5,7 %1971-75 25,6 6,0 %1976-80 27,3 3,2 %1981-85 29,5 3,1 %

(Fuente: «L´URSS en révolution»)

Cuadro 8. Evolución del rendimiento del capitaly de la efícacia de las inversiones en la

economía (% por quinquenio)

Años Rendimientodel capital

Eficacia de lasinversiones

1961-65 - 17 % - 16 %1966-70 - 5 % - 10 %1971-75 - 16 % - 11 %1976-80 - 15 % - 2 %1981-85 - 15 % - 0,5 %

(Fuente: «Perestroika, le double defisoviétique», Ed. Economica, 1987)

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Hemosaportadolas cifraspara 1.13,el máximode producción antes de la primera guerra mundialy de la revolución, para 1929, el máximo antes dela crisis de entre-guerras, para 1974, inicio de lacrisis económica de 1974-75. Del cuadro resalta elretraso de la Unión Soviética en relación con losEstados Unidos, donde la producción de carbónera ya importante en 1913, año de la máximaproducción por habitante. En el curso de los añossiguientes el capitalismo americano se va a volverhacia fuentes de energía más interesantes porquetienen costes de producción menores.

La producción de carbón lucha en la URSSdesde hace algunos quinquenios contra dificulta-des crecientes. Desde 1976 la producción se es-tanca y a veces retrocede, así como la productivi-dadpor trabajador (laproductividadha retrocedidoen 1976, 79, 80 y 83).

Objetivodeproducciónmedioporaño,previstopor el plan 1981-85: 775, realizado: 715.

Estas dificultades son atribuidas por los sovié-ticos a los costes de extracción crecientes en losyacimientos antiguos. El coste de extracción deuna tonelada de carbón era en 1977 de 19,5 rublosen Petchora contra 2,1 rublos en el nuevo yaci-miento de Ekibastouz (extracción a cielo abierto).El inconveniente de los nuevosyacimientosasiáti-cos es una calidad inferior del carbón y sobre todosu alejamiento de los centros industriales situadosen las regiones de la Rusia europea. Pero hacefalta también, y puede que sobre todo, culpar alretraso técnicodel utillaje, la usuradeequipamien-tos, la debilidad de las inversiones. En consecuen-cia, son las condiciones de vida y de trabajo de los

mineros los que son sacrificados, como lo hademostrado la huelga de 1989. A pesar de ello lasempresasdel sector son regularmentedeficitarias.A mitad de los años 60 las carboneras eran defici-tarias (rentabilidaddel -5%),unaumentodelpreciodel carbón en 1967 permitevolver al equilibrio. Alinicio de los años 80 las carboneras vuelven a serdeficitarias con un déficit de 2,2 mil millones derublosde1981.Un alzadel preciodel 45%en 1982permite reducir el déficit a 768 millones, pero en1984 el déficit volvía de nuevo a 1,5 mil millones(ver «Le Courrier des pays de l´Est» nº 334, nov88).

Pasemos ahora a esa fuente de energía tanimportante para la economía moderna que consti-tuyen el petróleo y el gas natural.

El imperio ruso era ya un gran productor, peroel petróleo no ocupaba entonces más que un lugarlimitado en la economíamundial. Elgran arranquede la producción de petróleo y de gas no tuvo lugaren la URSS más que a finesde losaños 50.En 1960el nivel de la producción soviéticahabía consegui-do el nivel alcanzado por los Estados Unidos 30años antes, y hacia el fin de los años 70 superabael americano, en parte gracias a las caídas de lasproducciones de Estados Unidos después de lacrisis económica munidal y al recurso cada vezmás pronunciado a las importaciones de petróleo.El crecimiento vertiginosode laproducción sovié-tica debe mucho menos al desarrollo de la eco-nomía de la URSS que a las necesidades delmercado mundial: las exportaciones de petróleo yde gas se han convertido en las más importantesexportaciones soviéticas. La parte de las exporta-cionesde productos energéticos en lasexportacio-

El capitalismo soviético

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Cuadro 9 bis.Producción de carbón en millones de toneladas

1975 7011976 711,51977 7221978 723,61979 718,61980 716,31981 7041982 7181983 7161985 726

Cuadro 10. Producción de petróleo en millones detoneladas / en Kg por habitante

Años URSS USA1913 10,3 / 60 35 / 3561929 13,7 / 78 136 / 11171946 21,7 /125 234 / 16491960 147 / 680 348 / 19261970 349 / 1431 475 / 23191974 451 / 1780 431 / 20271985 595 / 2145 438 / 1834

(Fuentes: «Il P.C.» nº 5/1.976 y «L´URSS...»)

Cuadro 9. Producción de carbónen millones de toneladas / en Kg por habitanteAños URSS USA1913 28,9 / 180 517 / 53201929 40 / 227 552 / 45321946 164 / 945 537 / 37841960 510 / 2358 391 / 21641970 624 / 2558 550 / 26861974 684 / 2700 531 / 24981985 726 / 2990 800 / 3350

(Fuentes: «Il Programma Comunista» nº 5/1.976 y«L´URSS en révolution»)

Cuadro 11. Producción de gas natural en miles demillones de M3 / en millones de M3 por habitante

Años URSS USA1913 0,02 / 0,1 16,5 / 1701929 0,4 / 2,3 54 / 4461946 3,9 / 22 118 / 8321960 45 / 209 362 / 20031970 198 / 812 621 / 30321974 261 / 1030 611 / 28741985 643 / 2330 525 / 2225

(Fuentes: «Il P.C.» nº 5/1.976 y «L´URSS...»)

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nes soviéticas ha pasado del 4% en 1950 al 16% en1970 y al 54% en 1984. En 1989 las exportacionesde petróleo y de productos petrolíferos han repre-sentado el 40% de los ingresos en divisas del país,(«Bussines Week» 11/6/90). La Unión Soviéticaes cada vez más dependiente de ésta fuente deingresos, ellamismamuyvariablesegún elazardelcurso del petróleo. El «contra-golpe» petrolero de1985-86habríahechoperder másde8milmillonesde dólares de ingresos por año a la URSS, o seamás de un tercio de sus entradas en divisas, («TheEconomist» 9/4/88). En consecuencia sus impor-taciones de mercancias procedentes de los paísesdesarrollados, y especialmente las importacionesde máquinas y de bienes de producción, han retro-cedido fuertemente con relación a 1984: esto hatenido necesariamente efectos negativos sobreuna economía que tiene una necesidad imperiosade procurarse el aparato técnico moderno que lehace falta.

La producción de petróleo y de gas conoceigualmente dificultades crecientes en razón delagotamiento de los yacimientos más rentables ydela incapacidadde la industria soviéticaparaprodu-cir el material apropiado para la producción y laexplotación de nuevos yacimientos, a menudosituados en la región siberiana con fuertes moles-tias climáticas y a veces a gran profundidad. Paraexplicar la «bajada de la venta de petróleo, dela producción de hierro y de minerales fer-reos», Aganbeguianda unejemplo de la importan-cia de los esfuerzos necesarios a la puesta enexplotación de nuevos yacimientos: «(...) Bastacon decir que el complejo petro-gasístico deSiberia occidental ha exigido la transferenciade más de 1,5 millones de personas provinien-tes de otras regiones del país. En el curso de losaños 81-85 se ha invertido como media 10.000millones de rublos por año, es decir, tantocomo ha costado, por ejemplo, la vía ferreaBalkal-Amour (BAM) sobre 3.100 km. (...).Todo ello explica el serio encarecimiento de loscombustibles y de las materias primas e implicainversiones ligadas a las condiciones de explo-tación. Hace una veintena de años para reali-zar un rublo de producción en la industriaextractiva hacia falta invertir 2 rublos. Ahorabien desde hace 10 años esta cifra ha pasadoa 3-4 rublos, y en el curso de los años 81-85 hapasado a 7 rublos» (Aganbeguian, «Perestroi-ka...»). Desdehace varios años la URSS ha debidorecurrir a losproductos ya la tecnología occidentalpara asegurar el desarrollo de la producción depetróleo y de gas (material de perforación, tubospara los gasoductos, etc.) pero las recientes baja-das de la producción la han obligado a realizar unallamada a los capitales occidentales: en mayo del90 la compañia francesa Elf obtenía un primerpermiso de busqueda en Kazakistan, con los dere-chos de producción sobre el petroleo descubierto,

abriendo la vía a otras compañias petrolíferasoccidentales. Para vender más en el mercadomundial es necesario comprar más y abrirse siem-pre más a ese mercado.

Entre las fuentes de energía nos queda porexaminar la producción eléctrica. La fórmula deLenin «el comunismo es el poder soviético más laelectrificación del país entero» pronunciada en elVIII Congreso de los Soviets (22/12/20) es bienconocida, pero para comprender mejor su sentidono es inútil volver a traer una versión más «elabo-rada» dada numerosas veces por Lenin: «La elec-trificación realizada sobre la base del régimensoviético asegurará en nuestro país la victoriadefinitiva de los fundamentos del comunismo»(Obras, Tomo 30, p. 380). La electrificación es laseñal de que el desarrollo de las fuerzas producti-vas ha alcanzado el nivel de los países capitalistasdesarrollados, es decir, el nivel de los países eco-nomicamente maduros para el paso al socialismo,régimensocialbajoel cual laelectricidad jugaráungran papel en la finalización de la separación entrelas ciudades y el campo. Si el «poder soviético», ladictadura del proletariado, está en vigor, la «cons-trucción del socialismo» no estará realizada comodirán más tarde los stalinistas, sino que los funda-mentos del socialismo estarán adquiridos y enton-ces lavictoria internacionaldelproletariadopermi-tiráelpasodeRusiaalsocialismo, su integraciónenla economía socialista internacional.

Hoyla dictaduradelproletariadonoexisteen laUnión Soviética, aunque la electrificación se hallevado a termino, aún con retraso persistente enrelación con los grandes países occidentales. Elíndice de la produccióneléctrica muestracomo losotros que son finalmente estos países occidentalesy el Japón los que se encuentran más próximos alsocialismo, más que el pretendido «país de lossoviets».

Cuadro 12: Ver pagina siguiente

Las cifras del cuadro indican un alcance deAlemania, del Japón y de Gran Bretaña, incluso siel retrasoen relación a la producción americana essuperior auna quincenade años. La producción deelectricidad,como lade otras fuentesde energía esinferior a la prevista por el plan (pero los objetivosen los planes sucesivos no han podido ser alcanza-dos sin hablar del famoso plan veinteñal de 1960que preveía 2.700 mil millones de Kw/h. para1980). Las pérdidas de corriente alcanzaban ofi-cialmenteen1984laciframuyimportantedel9,4%de la producción en razón del mal estado de la redy de la usura del mantenimiento y de las reparacio-nes. Los 3/4 de las centrales deberían ser moder-nizadasurgentementepara garantizar su fiabilidady disminuir su consumo. Para resolver estas difi-cultades de producción de electricidad el Estadosoviético se volvió hacia las centrales nucleares.

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El capitalismo soviético

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La mayoría son reactores «RBMK» que producenmucho plutonio (utilizado para las bombas atómi-cas). Estos reactores son mucho más simples quelos reactores de agua presurizada de tipo america-no y consumen uranio de metal en lugar de óxidode uranio, más delicado y, por tanto, más caro deproducir.Además laconstrucción sehasimplifica-do en detrimento de la seguridad (ningún cerco deconfinamiento para evitar las fugas radio-activas).Pero el resultado es que el coste de producción delaelectricidadesmuybajo: la centraldeChernobylera la campeona de la serie con un coste de 0,66kopeck el Kw./h contra 0,8 para las otras («LeCourrier des Pays de l´Est» nº 307). Se conoce elresultado de estas economías.

Marx muestra que para luchar contra la baja dela tasa de beneficio, el capitalismo debe buscarreducir el valor del capital constante necesariopara la producción y esto sean cuales sean lasconsecuencias desastrosas para los trabajadores ypara la población: «Lo mismo que el modo deproducción capitalista empuja de un lado al desar-rollo de las fuerzas productivas del trabajo social,igual empujaa laeconomía enel empleo de capitalconstante. Pero no se queda en esta alienación y enestas condiciones de indiferencia entre el obrero,portadordetrabajovivo,ylautilizacióneconómica,es decir, racional y estrictamente calculada de suscondiciones de trabajo. En razón de los antagonis-mos y de las contradicciones que encierra sunaturaleza, el sistema de producción capitalistallega a contar en nombre de la economía en elempleo del capital constante y, por tanto, en nom-bre de los medios para elevar la tasa de beneficio,incluso el despilfarro de la vida y la salud de losobreros, el envilecimiento de las condiciones deexistencia»(Elcapital).Entre losmediosutilizadospor los capitalistas para economizar el capitalconstante, Marx cita las «economías en las condi-ciones de trabajo a expensas de los obreros» y la«economía en la producción y la transmisión de laenergía y en las construcciones». El sector de laenergía en la URSS es una confirmación cruel y laverificación trágica de lo que Marx escribía hacemás de un siglo:

«El sistema de producción capitalista (...),mucho más que cualquier otro sistema de pro-ducción, es un derrochador de hombres, de

trabajo viviente, un despilfarrador de carne yde sangre, de nervios y de cerebros. De hecho,es solamente con el despilfarro más enorme deldesarrollo de los individuos particulares comoasegura y realiza el desarrollo de la humani-dad en general, en el curso de la época históri-ca que precede inmediatamente a la recons-trucción consciente de la sociedad humana»(ibid.).

La URSSdemuestra con el desprecio de la viday de la salud de los proletarios y la exaltación de laproducción a cualquier precio que no pertenece ala época de la «reconstitución consciente de lasociedad humana», dicho de otra forma a la épocadelsocialismo, sinoa laépoca ínfamedel capitalis-mo. Los planes económicos discutidos a fines del90 preveían todos la puesta en funcionamiento decentrales nucleares y de otras instalaciones peli-grosas decididas después de la catástrofe de Cher-nobyl....

ALGUNOS PRODUCTOS BASE

Elexamende algunasproducciones significati-vas es necesario para precisar el cuadro de laeconomía soviética. Comenzaremos por una pro-ducciónagrícola, laproduccióncerealística,queessignificativade lasdificultadesde laagriculturadelpaís y de las consecuencias de estas dificultadessobre el conjunto de la economía.

El cuadromuestra las fuertes variacionesde las

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El capitalismo soviético

Cuadro 12. Producción electrica en miles de millones de Kw/h / en Kw/h por habitante

Años URSS USA Alemania Gran Bretaña Japon1913 2 / 13 25 / 259 - - -1929 6,2 / 35 117 / 958 31 / 480 12 / 263 16 / 2511945 43 / 249 271 / 1929 - 39 / 785 23 / 3211960 292 / 1350 844 / 4671 116 / 2180 134 / 2552 115 / 12341970 741 / 3038 1640 / 8008 243 / 4003 249 / 4577 359 / 34421973 915 / 3681 1947 / 9254 299 / 4823 282 / 5045 429 / 40091989 1722 / 5917 2778 / 11068 440 / 6984 312 / 5473 693 / 5634

(Fuentes: «Il Programma Comunista» nº 5/1976 y «Images économiques du monde 1990».Las cifras de 1973 para Japón son de 1972)

Cuadro 13. Producción de cereales, media anual

AñosProd. total en

millones de tonelasProd. porhabitante

1909-13 72,5 4641946-50 64,8 3651951-55 88,5 4711956-60 121,5 5921961-65 130,3 5831966-70 167,6 7001971-75 181,5 7231976-80 205,0 -1981-85 180,3 -

1985 191,7 6941987 211,3 750(Fuentes: «Il P.C.» nº 15/1976, «Le système

soviétique», Ed. Nathan)

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cosechas y debe ser acompañado de la cifra delcomercio exterior de cereales. Hasta el inicio delosaños 70, la URSSera exportadora (media anualpara 1960-72:3 millones de toneladas),despues seconvierte en importadora.

Las cifras deproducción de1981 a1985 inclui-dosson extrapolaciones, los soviéticoshancesadoenel curso deeste quinqueniode publicar las cifrasde producción anual de cereales, en razón eviden-temente de las cosechas catastróficas que lo hanmarcado. Estas pérdidas han sido estimadas porGorbachov en un discurso de marzo de 1989 en 35millones de toneladas de cereales por año comomedia para los últimos años, cifra comparable a lade las importaciones. Esta enorme cantidad de

pérdidas es una nueva prueba del atraso de laagricultura (falta de instalaciones de almacenaje,de transportes, etc.). Desde 1975 el volumende lasimportaciones de productos agro-alimentarios noha cesado de progresar, llegando a ser la mayorparte del comercio exterior del país.

La débil productividad de la agricultura setraduce también por costes de producción eleva-

dos, que el Estado está obligado a compensar porsubvenciones: para la leche y la carne «los pre-cios al detalle son inferiores a los precios decompra a los agricultores. Este déficit es cu-bierto por subvenciones del Estado que aumen-tan sistemáticamente. En la hora actual, sólopara los productos lacteos y de carne, estasdotaciones alcanzan cerca de 50 mil millonesde rublos para un volumen global de rentaspresupuestarias que se eleva para la URSS a433 mil millones de rublos (1986). Vendiendoun kg. de carne en el comercio al detalle delEstado, al precio medio de 1 rublo 80 kopeckel kilo, el Estado pierde alrededor de 3 rublos»(Aganbeguian, «Perestroika...»). Las subvencio-nes directas a los precios agrícolas han crecido dela manera siguiente (en miles de millones de ru-blos):1965:3,2;1970:13,8;1975:18,2;1980:26,1;.985: 59,9 (fuente: «Finansy SSSR» nº 9/88). Lassubvenciones crecenrapidamente, particularmen-te en los años 80. Si se tienen en cuenta las otrassubvenciones (para las inversiones, para los pre-cios industriales) el total habría alcanzado el 20%del presupuesto nacional en 1988 (tomado de«L´URSS au tournant»).

No es posible ver en estas subvenciones unaprueba de la naturaleza socialista del país puestoque significan que el Estado debe pagar siempremás a la agricultura para que suministre sus pro-ductos. En cuanto al esfuerzo consentido hastaaquí para mantener el bajo precio de los productosde primera necesidad -que por otra parte son decalidad mediocre y a menudo «no disponibles» alpreciooficial- tienepor funciónprincipalmantenerlomás bajoposible elpreciode la fuerzade trabajo,mantener la política de bajos salarios sobre la quese funda la economía soviética.

Examinemos ahora la producción de cemento(Cuadro 14).

Las cifras muestran que es en los años 60cuando la producción soviética alcanza y supera ala americana. Por otra parte, exceptuado Japón,todos los otros grandes países industriales venestancarse su producción de cemento o inclusoretroceder después de lacrisis económicade 1974,mientras que continua progresando en la UniónSoviética.Pero laprogresiónseralentiza:enefecto,

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El capitalismo soviético

Cuadro 13 bis. Producción de cereales, pérdidas eimportaciones en millones de toneladas

Años Producción Pérdidas Importacione1972 168,2 15 22,81973 222,5 33 11,31974 195,7 23 5,71975 140,1 14 26,11976 223,6 31 11,01977 195,7 29 19,11978 237,4 28 15,61979 179,0 22 25,01980 189,0 28 34,01981 149,0 - 44,01982 180,0 - 46,01983 200,0 - 43,01984 170,0 - 56,01985 192,0 - 39,01986 210,1 - 29,5

(Fuentes: Narodnoe Khozaistvo, «Genèse eteconomie de l´URSS», Ed. Breal, 1990. Para laspérdidas: «The soviet impact on commoditymarkets», 1984, en «Les fluctuations économiquesen URSS», Ed. E.H.E.S.S., 1989)

Cuadro 14. Producción de cemento en millones de toneladas por año / Kg por habitante P

Año URSS USA Alemenia Gran Bretania Japón1913 1,8 / 11 16 / 162 - 2,9 / - -1929 2,2 / 12 30 / 242 7,2 / 111 4,8 / 105 3,3 / 521946 3,4 / 20 28 / 198 2,3 / 52 6,7 / 136 0,9 / 121960 46 / 210 56 / 310 25 / 455 13,7 / 257 23 / 2411970 95 / 390 67 / 329 38 / 631 17 / 316 57 / 5481974 115 / 454 70 / 328 36 / - 18 / - 73 / -1985 131 / 471 77 / 321 - - -1989 140 / 481 71 / 284 28 / 453 16 / 276 80 / 648

(Fuentes: «Il P.C.» nº 5/1.976 y «Images économiques du monde 1.990», SEDES)

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de 1974 a 1989 la producción ha progresado el21%, mientras que de 1960 a 974, una duración detiempocomparable, habíaaumentado un 150%. Elretraso inicial de la URSS explica su necesidad deconstruir infraestructuras que los países más de-sarrollados ya se habían dado (presas, puertos,caminos, fábricas yalojamientoscorrespondientesa la rápidaurbanización).Los ritmosdeproducciónson, pues, necesariamente más lentos en los paísesde acumulación capitalista antigua. Las construc-ciones tienen una duración de vida que se cifra endecenas de años, mientras que las guerras no denla oportunidad de «sanear» el mercado por des-trucciones masivas. Si se compara con algunospaísesdedesarrollo rápido, laURSS continuaen lacola:

China tiene la mayor producción mundial y elmayor aumento, pero la producción por habitanteesun buen indice desu retrasoproductivo,ningunasuperioridad del «socialismo chino» a deducir porestas cifras....

El ralentizamiento de la produccióndecementoy el ralentizamiento de la construcción ha sidosobre todo en el curso del quinquenio 1981-85 (lacifraprevistaporelplanpara1985,141millonesdetoneladas de cemento, no ha sido alcanzada toda-vía en 1989) con una bajada de la producción del2,5% en 1982 que sigue a la bajada de la produc-ción industrial de 1981, en fase con la recesióneconómica mundial de 1980-82.

Pasemos a la producción de acero.El índice de producción de acero es el más

significativodel cursode laacumulación capitalis-

ta. Los países capitalistas maduros, que estándotados desde hace mucho tiempo de una baseindustrialpotente tienenritmosdecrecimientomásdébiles, mientrasque nohayan sufrido las destruc-ciones de una guerra como en el caso alemán. Sinninguna duda, a menudo el acero es reemplazadopor otros materiales (la producción soviética dematerias plásticas era en 1987 el 38% de la deEstados Unidos) y los economistas soviéticos de-nuncianelhechodequesu industriautiliza propor-cionalmente demasiado acero con relación a lasindustrias de los países más adelantados. Sin em-bargo, queda que el cuadro 15 muestra que laacumulación soviética continua sobre su marcha,mientras que los grandes países capitalistas hanconocido una verdadera fractura cuando la crisisde 1974-75.

Para estos países tenemos los máximos, losmínimos ylosporcentajes de evolución siguientes(en millones de toneladas): cuadro 15

La producción de acero no bajó en la URSScuando la recesión de 1974-75, por contra la de1980-82 se hace sentir, aunque de modo amorti-guado:1980=148;1981=147;1982=149.Labajadaha sido del 0,9% en 1981, pero a partir de 1989 laproducción de acero vuelve a bajar, 1,8% enrelación al año precedente. La producción deacero con relación al máximo de antes de la crisismundialde1974es, en%,en1989segúnlospaíses:

URSS +17,5; USA -32; RFA -23; G.B. -16; Japón-8; Francia -31; Italia +6.

Pero si la comparamos con los países en desar-rollo tomados en cuenta en el cuadro 14 bis, lahazaña soviética palidece: China 256%; Taiwan845%; Corea del Sur 1.131%; Corea del Norte255%; Méjico 155%. En fin, para Turquía (noposeemos cifras para la producción de acero enEgipto en 1989) la producción de acero de 1989 esde 541% de la de 1974.

Cuadro 15 bis: Ver pagina siguiente

La siderurgia soviética exporta de manera cre-ciente: 1,2 millones de toneladas en 1965, o sea el2% de las exportaciones mundiales del sector, 8,1millones de máximo en 1979 (6,5%), baja a 7,7

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El capitalismo soviético

Cuadro 14 bis. Producción de cemento

PaísAumento(74 a 89)

en %

Prod. total(Millonesde tonelas)

Kg porhabitante

URSS 21 140 481China 716 204 182

Taiwan 279 18 902Corea S. 339 30 717Corea N. 216 13 619Méjico 223 23 273Egipto 260 805 157

Turquia 266 24 424(Fuente: «Images du monde 1989». Para Corea del

Norte las cifras son de 1988)

Cuadro 15. Producción de acero en millones de toneladas / Kg por habitante

Año URSS USA Alemenia Gran Bretania Japón1913 4,3 / 27 32 / 237 19 / 282 7,8 / 171 0,2 / 0,31929 2,3 / 13 57 / 470 16 / 250 9,8 / 214 2,3 / 371946 13 / 77 60 / 426 2,8 / 64 13 / 262 0,6 / 81960 65 / 302 90 / 499 34 / 641 25 / 470 22 / 2381970 116 / 476 119 / 583 45 / 741 28 / 511 93 / 8951973 131 / 527 136 / 646 50 / 798 27 / 478 119 / 11011980 148 / 554 101 / 445 44 / 723 11 / 200 111 / 9511989 160 / 554 88 / 355 41 / 667 18 / 328 107 / 876

(Fuentes: Las del cuadro 14 y «Economic statistics 1900-1983», Ed. The Economist, 1985)

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millonesen 1980 y1981, cuando lacontracción dela economía mundial (6,3 y 6,2% respectivamentede lasexportaciones siderúrgicasmundiales), des-pues una remontada, incluso si la parte relativa delaURSS bajaen elcomercio mundial: 8,7 millonesde toneladas en 1983 (5,9% de las exportacionessiderúrgicas).

La URSS exporta en dirección a los países delEste ydealgunos paísesen desarrollo, pero impor-ta todavía mucho más acero y productos siderúr-gicos de los grandes países desarrollados (acerosespeciales, tubos, etc.): Japón, RFA, Italia, etc.

Por otro lado, la industria siderúrgica acusa enlaURSSunretrasociertoen relaciónconlospaísesdesarrollados. Aganbeguian escribe en su obra:«Nuestro verdadero problema es nuestro retra-so en la aplicación de realizaciones científicasy técnicas. Por ejemplo, el vaciado continuo deacero que por primera vez en el mundo ha sidoestudiado e implantado en la fábrica metalúrgi-ca de Novolipetsk en la URSS está menos exten-dido entre nosotros que en otros países. Losjaponeses han sido los primeros en comprar ala URSS la licencia (...) realizan más del 90% desu acero con tales instalaciones, mientras queen la URSS menos de un cuarto de las láminasson producidas de esta forma, o sea la tasa másbaja de los países desarrollados».

El vaciado continuo mejora la productividadalrededor de un 17%. En 1984 tenemos las propor-ciones siguientes de producción en vaciado conti-nuo por relación a la producción total: URSS12,9%; USA 28,8%; C.E.E. 65,2%; Japón 84,5%(«L´usinenouvelle»l6/5/85).

El retraso tecnológico es característico de nu-merosas ramas industriales del país. Según loseconomistas soviéticos oficiales este retraso seríaincluso creciente: según las ramas sería de 7 a 14años en los 60 y de 15 a 24 en los 80, con relacióna los países occidentales más desarrollados («Ko-munist» nº 8/1989, citado en «L´URSS au tour-nant»).

Enocasióndeunaintervención televisadael11/6/85, Gorbachov había dado a la industria siderúr-gica como ejemplo de improductividad y de malaasignación de inversiones: en los últimos 15 añoscerca de 50 mil millones de rublos «han sidoinvertidos en nuevas construcciones no inte-gradas, mientras que no se han preocupado delas renovaciones técnicas de las empresas» ydespues de haber denunciado el fenómeno genera-lizadodelalargamientodel tiempoderealizacióndelas construcciones, anunciaba que el plan de 1986-90 preveía consagrar la mitad de las inversiones ala renovación de las instalaciones industriales.

El mejoramiento en este plano no puede serrápido(30a40%delasmáquinasenfuncionamien-to en la URSS tenían entre 15 y 20 años y necesi-tabanser reemplazadas).Ello implicaundesarrolloacrecentado de la rama de construcciones mecá-nicas (la industria soviéticadeútiles-máquinases lasegunda del mundo detrás de la japonesa, pero ellamisma sufre de retraso tecnológico y no producebastantes máquinas modernas) y, a fin de cuentas,el recursoalmercado mundial, léase alos capitalesoccidentales. El esfuerzo anunciado por Gorba-chov en 1985 sobre todo está concentrado enalgunos sectores ligados al armamento y el niveltecnológicodela industriacivil habríainclusobaja-do de 1985 a 1988 («L´URSS au tournant»).

PLANIFICACION, SOCIALISMO YCAPITALISMO

La existencia de la planificación en la URSS hasido siempre considerada como una prueba de lanaturaleza socialista (o no capitalista, cualquieraque sea el sentido de este término) de este país. Porejemplo, hace treinta años un economista oficialsoviéticoescribía:

«La economía soviética es una economíaplanificada. La ley del desarrollo planificado,proporcional, de la economía nacional expre-sa la necesidad objetiva de desarrollo de laeconomía socialista de tal modo que las ramasde la economía nacional esten interconecta-das, que produzcan en sentido material y envalor la cantidad, la variedad y la calidadnecesaria para el desarrollo de las ramas cor-respondientes y del conjunto de la economía.Laplanificación de la economía nacional es elreflejo de esta ley. Debe asegurar el manteni-miento de desarrollos proporcionales en elseno de la economía nacional, siendo los másimportantes: 1) la producción de medios deproducción y de medios de consumo, 2) laindustria y la agricultura, 3) la producción y eltransporte, 4) la acumulación y el consumo, 5)las ramas extractivas y manufactureras de laindustria, 6) la circulación de mercancias y larenta financiera de la población» (A. I. Zalkind,«Information USSR» 1962).

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El capitalismo soviético

Cuadro 15 bis. Maximo y minimo de laproducción de acero (Millones de toneladas)

PaísMáximo Mínimo

Años M. T.. Años M. T..

USA1973 137 1975 1061978 124 1982 68

RFA1974 53 1975 401979 46 1983 36

G. B.1973 26 1975 201979 21 1980 11

Japón1973 119 1978 1021979 112 1983 97

Francia1974 27 1977 221979 23 1983 17

Italia1974 23 1975 221980 26 1983 21

(Fuentes: Las del cuadro 14 y «Economic statistics1900-1983», Ed. The Economist, 1985)

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Hemos visto en la primera parte de éste estudioque, en lo que concierne al primer punto (produc-ción de los medios de producción y de medios deconsumo), la economía soviética sigue estrecha-mente las leyesdelmododeproduccióncapitalista.La misma demostración puede hacerse para lospuntos citados por nuestro economista: en todaspartes reina,no elequilibrio, sino la desproporcióny la incoherencia típica del capitalismo. El planifi-cador pretende regentar toda la economía, some-terlaaobjetivos racionalesyevitar así lascausasdelas perturbaciones y de las crisis que conoce elcapitalismo donde las empresas trabajan «ence-guecidas» por el mercado.

El problema es que esta planificación, comoZalkind la llama en este pasaje, es la planificaciónde una economía de mercancias, de dinero, deempresas, por tanto, una economía capitalista.Las causas de las desproporciones existen tam-bién, pero con la diferencia de que no pueden jugarlos factoresque,enuncapitalismoliberal, aseguranuna producción proporcionada por pequeñas «cri-sis» localizadas. Si un sector produce demasiadasmercancias las empresas quiebran o se van haciaotro sector, restableciendo así el equilibrio entre laoferta y la demanda y entre los diferentes sectoreseconómicos. Liberándose de las perturbacionesdel mercado libre (un mercado totalmente «libre»no existe de hecho en ningún país) la accióneconómica del Estado -que da la impresión deliberarse de la ley del valor- permite acelerar elritmo de la acumulación de los medios de produc-ción,el ritmodeacumulacióndelcapital,el ritmodedesarrollo de la industria. Las crisis económicasparciales son atenuadas o contenidas, pero es parafinalmente estallar en una crisis económica gene-ral, tanto más aguda y tanto más grave porqueimplica directamente al Estado, ese «capitalistacolectivo» del que habla Engels. Las consecuen-cias políticas de una crisis económica y sus poten-cialidades desestabilizadoras para el orden capita-lista son allí mayores que en un país de «libreempresa» donde el Estado burgués puede másfácilmente exhibir una neutralidad por encima delas clases.

Stalinistaso trotskistasque negaban laposibili-dad de crisis en la URSS razonaban, para retomarla expresión de Marx, como si existiese en ese país«una producción social, como si la sociedaddistribuyese según un plan sus medios de pro-ducción y sus fuerzas productivas en el grado yen la medida necesarias a la satisfacción de lasnecesidades existentes, cada esfera de la pro-ducción recibiendo el quantum del capital so-cial correspondiente a las necesidadas a satis-facer» (6): pero esto es precisamente la absurdaficción de la planificación «socialista»de una eco-nomía integramente capitalista.

«Las bases de los futuros planes de la eco-nomía que además no podran entrar en vigor

de un día para otro tras la conquista del poder,incluso en los países con la industria muydesarrollada, consisten en el hecho de que ellosestán establecidos fuera del ambiente mercan-til y de la utilización del equivalente monetario»escribe uno de nuestros textos de partido (7).

«Lenin llamaba tales planes «planes mate-riales» y es posible llamarlos «planes físicos» apesar de que en Rusia una necesidad inviolableimponía proceder por planes financieros y, portanto, antes incluso que con planes, se debíatratar de resolver la cuestión del equivalentemonetario, practicamente barrido por una tem-pestad inflacionista sin precedentes, sin contarel hecho de que tal fenómeno no ha alcanzadonunca a las revoluciones burguesas de los si-glos anteriores. Esta necesidad era reconocidapor Lenin en la medida en que, sin renunciarnunca al lazo entre todo acto técnico y adminis-trativo del nuevo Estado y la propaganda porlos objetivos últimos, socialistas y mundiales, sino europeos, sabía tener que verselas con unaplanificación de tipo capitalista en el sentidotécnico-económico del término». Mientras quelanzaron sus planes quinquenales, los planificado-res stalinistasse justificaronrefiriéndose alplandeelectrificación elaborado en la época de Lenin yveían la prueba de su seriedad en el hecho de quecomprendía «un balance material y financiero (enrublos-oro) de la electrificación». Nuestro textocontinua:

«Nosotros estimamos que se verá el primerplan socialista cuando sea eliminada toda par-te expresada en unidades monetarias: natural-mente tal plan debe comprender todos los sec-tores de la actividad productiva y de consumo,pasando directamente de tantos días de trabajoa tantos alimentos y cosas semejantes. Y dentrode sus fronteras deberá comprender al menosal macizo central de Europa, con los rios quedescienden, del Mosela al Ródano, del Danubioal Vistula».

«Este plan no pecará de celoso. Los planesrusos habrían indicado los mismos índices cuan-titativos si la cualidad de socialista no les hubie-ra sido atribuible o atribuido, o si la guerra civilde 1918-22 hubiera sido perdida y el gran planhubiera sido elaborado, no por los grandescapitalistas rusos sino por un trust colosal deempresas occidentales, lo que era el sueño de laburguesía mundial en febrero de 1917. Era elresultado determinista de haber hecho desapa-recer los estorbos medievales y no la obra de untrust de cerebros, rojos o no».

Los planes y las otras medidas económicastomadas por los bolcheviques no respondían aningunaotraexigenciaqueaquella,vital,del levan-tamiento económico de un país arruinado por laguerra, la revolucióny la guerra civil.Antes de queStalin y cia proclamasen lo contrario, todos los

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bolcheviquesnohabían cesado de repetirque seríaabsurdo soñar en «construir el socialismo» en elcuadro de un sólo país, y mucho más en un país tanatrasado económica y socialmente como Rusia. Elobjetivodel planeconómicoera ir haciaun capita-lismo de Estado, hacia un capitalismo que seríacontrolado por el poder proletario, a la espera de lavictoria de la revolución comunista internacional.

Pero la victoria de la contrarrevolución stali-nista rompeelpoder proletarioytodocontrol sobreel capitalismodeEstadoenplenocrecimiento.Estavictoria de la contrarrevolución era la condiciónnecesaria al lanzamiento de los famosos planesquinquenales de siniestra memoria, con la aplica-ción de toda la fuerza terrorista del poder delEstado contra el proletariado y el campesinadopara realizar la acumulación forzada del capital.

La industrialización acelerada necesitaba elreforzamiento de la potencia represiva del Estado,pero implicaba también eldesarrollo de un aparatoadministrativosiempremás importanteparadirigiry controlar la vida económica. En los años 50aparecía con evidencia que los métodos seguidoshasta allí habían agotado sus efectos positivos y seconvertían cada vez más en frenos al desarrolloeconómico. La «desestalinización» se imponía nosolamente por razones de estabilidad política (lapolítica del terror había cumplido su tarea) sinotambién económica (el pillaje económico de lospaísesvencidos cuentamuchoprobablementeenelarranque económico de post-guerra).

No volveremos aquí sobre las reformaskrutchovianas (8) si no es para recordar que nopudieron aportar un verdadero remedio a los pro-blemas que querían resolver. Y desde esa épocalos dirigentessoviéticos, conscientes de las rigide-ces crecientes del sistema económico (sobreacu-mulación en el sector de las industrias pesadas,agriculturaatrasada improductiva, retraso tecnoló-gico en numerosos sectores industriales, etc.) hanhecho alternar las reformas y experiencias econó-micas, sinatacarelpesomuertoconstituidoporeseaparato administrativo evaluado en 18 millones depersonas en 1987. Una reforma radical de laeconomía, en el sentido de la sustitución por «mé-todos económicos» de los «métodos administrati-vos», según la terminología empleada por los eco-nomistasoficiales,habría implicadouna reduccióndrástica del número y de la función de este aparatoque juegaunpapeldeprimerplanoenlaestabilidadpolíticadelpaís.Enefecto,unareformaeconómicaradical de este tipo consiste en conceder plenaautonomía a las empresas liberándolas de la tutelaestatal y, por tanto, crear un mercado libre supri-miendo las ordenes obligatorias del Estado, alige-rando las múltiples reglamentaciones y las deduc-ciones que planean sobre la formación de precios,de los costes de reposición, etc. La competenciaque se establece entonces va a entrañar la elimina-ción de las empresas menos rentables, acelerar el

curso de la productividad y de la eficacia, y, másgeneralmente, va a elevar la tasa de beneficiomedio de la economía nacional.Pero en el nivelsocial la reforma provoca inevitablemente un im-pulso del paro, una fuerte disminución del campe-sinado (el campo no puede quedar al margen de lareforma)yuncrecimientodeléxodorural:ensuma,significa una amenaza de reanimación de la luchade clase en el momento en que el aparato delEstado se aligera.

Porotraparte, el abandonodeldesarolloeconó-mico a las «leyes espontáneas» del mercado entraen contradicción con las necesidades de crear, aveces casi a partir de nada, una base industrialcoherente y viable, con una energía y materiasprimas a bajo precio, una red de transportes diver-sificada,una mano de obra con salarios muy bajos,etc.

Esta es la razón por la cual un mercado verda-deramente«libre»no existeen ningúnpaísyqueentodas partes el Estado intervenga para tomar a sucargo los sectores no rentables (o demasiado pocorentables para que el capital se invierta allí espon-táneamente), léase para impulsar directamente elesfuerzo de acumulación. Lejos de ser un casoexcepcional y único, la URSS ha llegado a ser,después de la segunda guerra mundial, un modeloimitado en diversos grados por los nuevos Estadosindependientes.

Toda la historia económica soviética desdeKrutchov ha sido marcada por el conflicto entre elempuje hacia una autonomia siempre mayor de lasempresas y los esfuerzos siempre más vanos delEstado para limitar esta autonomia y mantener (orestablecer) su dirección de la economía. Al iniciode la época de Brevnev fue realizada la reforma de1965 (sin duda preparada bajo Krutchov) quereconocía en la empresa el elemento fundamentalde la economía, y en la busqueda de beneficio elmotor de la empresa.

Aplicada en un primer tiempo en el sector B dela industria a título experimental, ante su éxito, fuegeneralizada en seguida al sector de los medios deproducción. En la época habíamos analizado am-pliamente esta reforma (ver: «Le nouveau statutdes enterprises d´Etat en Russie, copie de la«Charte du travail» fasciste», Programme Com-muniste nº 35) para demostrar una vez más lanaturaleza capitalista de la sociedad rusa. Ponía-mos también en evidencia la contradicción de estareforma que preconizabaa los lazos directos entreempresas reafirmandoelpapel económico primor-dial del Estado. Y de hecho el Estado no harenunciado a regentar la actividad económica.Hemos demostrado en otras partes el «mito de laplanificación socialista» (ver El programa comu-nista n° 21): los planificadores, que pretendendirigirlo todo,nollegansiquieraa registrarlo todoyson sistemáticamente obligados a revisar sus obje-tivos parahacerlosconcordarcon laevolución real

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de la economía. Ello no significa que neguemostoda influencia del Estado sobre la economía. Porel contrario, el papel del Estado en la economía nocesa de crecer históricamente como es posibleconstatarlo hasta en los países con mayor reputa-ción de liberales. En la URSS, que nosotros hemoscalificado de industrialismo de Estado porqueun vasto sector agrícola no es propiedad estatal, laineficacia de su acción no viene de las «trabasburocráticas» como dicen los trotskistas. A lainversa, son las tentativas de reglamentar y dirigiruna economía capitalista, dividida en decenas demillares de empresas, que son otros tantos centrosde acumulación distintos, la que engendra inevita-blemente una burocracia más y más proliferante,másymás«puntillosa».Kossyguinquería suprimirla«tutelamezquina»de lasadministraciones sobrelasempresas,manteniendolacentralizacióneconó-mica.

Veinte años más tarde, un economista defendíalapolíticadeGorbachovconestos términos: «Mien-tras que algunos señalan el crecimiento proba-ble de fenómenos incontrolados, hace falta noperder de vista que las tentativas de establecerun control al 100% sobre todas las cosasconduce a una anarquía y una pérdida decontrol tales que, en comparación, una anar-quía normal presenta una figura bien ordena-da» (N. Chmelev, «Novy Mir» junio 1987, citadoen «Le système économique soviétique»). Es elreconocimiento abierto de la anarquía típica de laproducción capitalista que la pretendida planifica-ciónhabía intentadosinéxito reprimir, acarreandoen consecuencia el desarrollo exhuberante de unaeconomía subterránea que paliando las lagunas delaeconomíaoficial seaprovechadeella.El corazónde este fenómeno de la economía subterránea nohay que buscarlo en el trabajo negro de los fonta-nerosodelos taxisprivadosclandestinos,ni siquie-ra en las famosas «mafias» brevnevianas queestafaban al Estado en una escala industrial, sinomás bien en las empresas del Estado mismas,obligadas a hacer trampas en las ordenes de lasadministraciones, obligadas a almacenar materiasprimas, incluso personal, obligadas a menudo atener sus propios talleres para fabricar lo que nopueden procurarse, obligadas a procurarse en elmercado negro las materias primas, etc.: «Sabien-do de antemano que sus necesidades de mate-rias primas corren el riesgo de no ser satisfe-chas a menos de pertenecer a un sector priori-tario (...)» las empresas constituyen «una red deaprovisionamiento paralelo que quedará comoun rasgo permanente de la planificación sovié-tica. Una forma de mercado negro de los me-dios de producción pone en contacto a lasempresas constatando un exceso o una faltamutuamente ventajosa. (...) Los mismos mane-jos tienen lugar en lo que concierne a la manode obra: algunos directores, desdeñando las

reglamentaciones sobre las remuneraciones nodudan en hacer abandonar otras empresas alos trabajadores, prometiéndoles condicionesmás ventajosas. A fin de prevenirse contra lainseguridad del aprovisionamiento, los direc-tores constituyen reservas ocultas (...). Igual-mente las empresas exageran sus necesidadesen los «zajavski »(pedidos-NDLR) o sub-eva-luan sus capacidades productivas, crean pe-queños talleres auxiliares productores de ins-trumentos de trabajo, lo que provoca una de-sespecialización de las ramas así como unacaída del rendimiento de los capitalesinvertidos (9).

El proceder de los «tolkatchi» encuentratambién su origen en las lagunas de aprovisio-namiento: la contratación de gestores encar-gados de golpear las puertas de los ministeriospara desbloquear los dossiers ha parecido amás de un jefe de empresa un gasto «socialmen-te útil» en las condiciones de aprovisionamien-to centralizado. Este tipo de gestores no estáexento evidentemente de interferencias políti-cas» (Charles-Etienne Lagasse, «L´entreprise so-viétique et le marché»). Y este autor hace laaproximación con el comportamiento de los «ges-tores comunales y locales de nuestros paísesdeseosos de hacer avanzar sus dossiers en losministerios tutelares» indicando que «en estedominio los Estados Unidos parecen habersepuesto en la escuela de la Unión Soviética. ElWall Street Journal señalaba, en efecto, quedurante la crisis de aprovisionamiento de juliode 1974, sociedades americanas habían recur-rido a los servicios de los «tolkatchi» paraanimar a los suministradores a cumplir másprontamente sus obligaciones contractuales».

La literatura especializadaestá repletade ejem-plos sobre la ingeniosidad de las empresas cuandose trata de astucia con las obligaciones del plan, deutilizar el menor fallo en favor de propio interés endetrimento del «interés general de la economía delpaís», como se lamentan los planificadores. Estosúltimos replicanutilizando losmediosasudisposi-ción,esdecir, losmediosadministrativos, las regla-mentaciones de todas clases, la multiplicación delos índices de producción : la «burocratización»aumenta de manera exponencial a medida que sedesarrolla la economía si el Estado quiere todavíaconcentrar entre sus manos y reglamentar todoslos intercambios.Los planificadoresde losaños60no desesperaban de remediarlo por el recurso aordenadores cadavezmáspotentes, pero, según unautor soviético, «matemáticos de Kiev han calcu-lado que para establecer un plan de aprovisio-namientos materiales y técnicos preciso y com-pletamente integrado sólo para la república deUcrania y para un año, haría falta el trabajo detoda la población del globo durante diez millo-nes de años» (O. K. Antonov, 1965, citado por

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Alec Nove «L´economie soviétique»): incluso losgigantescos progresos de potencia de la informáti-ca no llegarían a registrar todos los intercambios ya dirigir un plan perfecto que bastara ejecutar a laletra para realizar el 100% de los objetivos.

¿La imposibilidad de este sueño burocráticocondena el principio mismo de una economíaplanificada?

Por nada del mundo, significa simplemente laimposiblidaddeunaplanificaciónverdaderadeunaeconomía dividida en centenares de millares deempresas funcionando sobre el principio de la«autonomía contable», fundada sobre la produc-ción de mercancias, es decir, de productos que secambian por dinero según la ley del valor (incluidala mercancia fuerza de trabajo, regida por el sala-rio), la imposibilidad, pues, de la planificación deuna economía capitalista, incluso si Engels señalaque en una economía desarrollada la «ausencia deplan» desaparece en cierta medida, los grandestrustquemonopolizan ramasenterasde la industriadisponen sus propios planes (ver su «Crítica delprograma de Erfurt»).

«No es el socialismo el que puede temer elpeso de burocracia -dice uno de nuestros textos-es la economía fundada sobre empresas nacio-nalizadas, pero aisladas desde el punto de vistacontable, el capitalismo de Estado naufraga enlas aguas del mercantilismo. Este estatismo,este dirigismo mercantil no escapa a todas lasoperaciones anarquicas inútiles que se derivande la contabilidad ingresos/gastos y de los dere-chos individuales de las personas físicas yjurídicas. En el ambiente mercantil, el embara-zoso aparato público no se mueve más que poriniciativas particulares y privadas: todo se hacepor demandas que llegan de la periféria alcentro, que entran en competencia, y que exi-gen comparaciones y cálculos laboriosos, in-cluso simplemente para ser rechazadas» (uneconomista soviéticodaelejemplodelacompeten-cia que se establece objetivamente en el momentode la definición del plan entre cosas tan diferentescomo la limpieza en seco y la producción de frutaspara la obtención de créditos, A. Nove, obra cita-da). Por el contrario, «En la gestión socialista,todo está regulado por el centro sin discusiones,el mecanismo es tanto más simplificado porrelación al precedente como la previsión por elfurriel de las seiscientas raciones de una com-pañia lo es en relación con seiscientas comprasdiferentes en calidad y en cantidad, con todo elfárrago de deliberaciones, registros, cobros,reclamaciones, aceptación o rechazo y recolo-camiento que las acompañan».

«Pero si tal sistema monetario y capitalistapuede temer la burocracia es como un malsocial, no como una tercera fuerza de clase. Unsocialismo incluso de estadio inferior, es decir,en el cual el racionamiento de productos de

consumo sustituye a la moneda y al mercado,pone a la burocracia en la chatarrería, igualque hará según Engels, con el Estado» («Dialo-gue avec les morts», 1957).

O para citar directamente a Engels: «Con latoma de posesión de los medios de producciónpor la sociedad -que no tiene nada que ver, acabade decir, con la propiedad del Estado de estosmedios de producción- la producción mercantiles eliminada, y con ella la dominación delproducto sobre el productor. La anarquía en elseno de la producción social es reemplazadapor una organización planificada consciente.La lucha por la existencia individual termina.Entonces, por primera vez, el hombre se sepa-ra, en un cierto sentido, definitivamente delreino animal, pasa de condiciones animales deexistencia a condiciones realmente humanas.El conjunto de condiciones de vida que rodeanal hombre, pasa ahora al dominio y al control delos hombres, que por primera vez llegan a serlos dueños conscientes y verdaderos de la natu-raleza, en tanto en cuanto que son los amos desu propia organización social. Las leyes de supropia práctica social que hasta aquí se dibuja-ban ante ellos como leyes naturales, extrañas ydominadoras, son desde entonces aplicadaspor los hombres con pleno conocimiento decausa y por ello dominadas. La vida en socie-dad propia de los hombres que hasta aquí sedibujaba ante ellos como concedida por la na-turaleza y la historia se convierte ahora en suacto propio y libre. Las fuerzas objetivas yextrañas que hasta entonces dominaban lahistoria pasan al dominio de los hombres mis-mos. Sólo a partir de ese momento las causassociales puestas por ellos en movimiento ten-dran también de un modo preponderante y enuna medida creciente los efectos deseados porellos. Es el salto de la humanidad del reino dela necesidad al reino de la libertad» (Anti-Dühring, Ed. Sociales, p. 319).

Para comparar la realidad de las sociedadpseudo-socialistas con este cuadro de una socie-dad socialista verdadera, basta volver a las notasdesengañadas de los economistas checos de mitadde los años 60: «difícilmente se puede hablar deplanificación en una economía que funcionacon un plan mal concebido y que evoluciona enuna dirección totalmente diferente de la previs-ta en el plan» y «es una paradoja cruel denuestra época que por causa de una gestión yde una planificación demasiado centralizadas,sea casi imposible dirigir la economía de unamanera realmente planificada con una ciertaperspectiva. Es difícil y a menudo irrealizablealcanzar objetivos sociales» («L´entreprise so-viétique et le marché», op. cit., p.293-294). Estosfalsos socialismos pertenecen todavía a la prehis-toria de la humanidad, a la época de la producción

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mercantil, de la «dominación de los productorespor el producto»: las fuerzas económicas escapanal controlde losplanificadores yse revelanante lasorientacionescuandoellasentranencontradiccióncon su tendencia profunda, demostrando que laburguesía - o los empleados asalariados que lareemplazan - ha llegado a ser incapaz de dirigirsus propias fuerzas productivas sociales. Esasí como en 1984, el vicepresidente del Gosplan(los servicios de planificación) sorprendía a susinterlocutores occidentales -persuadidos hasta en-tonces de la omnipotencia del Estado en la URSS-confesando que su administración «no puede di-rigir la actividad económica» («Economie Pros-pective Internationale» nº 48, p. 7). Sin embargo,hará falta esperar todavía algún tiempo para que,coneldesarrollodela«perestroika»yelestallidodela crisis económica, el Estado renuncie oficial ydefinitivamenteasuspretensionesplanificadorasyreconozca su derrota final frente a la autonomiza-ción de empresas, conclusión que nuestros textosde partidoanunciaban hace35 añosmostrandoquetodas las innovaciones krutchovianas «vuelven laespalda al capitalismo de Estado y van hacia elcapitalismo privado» (10).

DIALECTICA DEL MILITARISMO

Otro elemento de primera importancia es elpeso muy importante del sector del armamento,que no ha cesado de crecer a un ritmo muy rápidotras las tentativas de Krutchov de limitar el apetitode los «comedores de acero».

Contrariamente a lo que pretende la críticapequeño-burguesadelmilitarismo,ésteúltimocum-ple un papel eminentemente positivo en la eco-nomía capitalista, como lo ha demostrado RosaLuxemburgo que escribía: «el poder de comprade enormes masas de consumidores, concen-trado bajo la forma de pedidos de material deguerra hechos por el Estado, será sustraido a laarbitrariedad, a las oscilaciones subjetivas delconsumo individual. La industria de los arma-mentos será dotada de una regularidad casiautomática, de un ritmo de desarrollo constante(...). Este campo específico de la acumulacióncapitalista parece en primer lugar estar dotadode una capacidad de expansión ilimitada. Entanto que toda extensión de las salidas y de lasbases de operación del capital está ligada enuna amplia medida a factores históricos, socia-les y políticos independientes de la voluntad delcapital, la producción para el militarismo cons-tituye un dominio cuyo ensanchamiento regu-lar y por saltos parece depender en primeralínea de la voluntad del capital mismo» («Laacumulación del capital», tome II, p.134.Cf «Pro-gramme Communiste» n° 91).

Por otra parte, la potencia militar era en el casode URSS uno de los pilares esenciales de su

dominaciónimperialista-ydesuexplotacióneconó-mica-de lospaísesdel antiguobloquedelEste. Lasarmas constituían una de sus raras categorías demercancias en ser competitivas sobre el mercadomundial, con laparticularidad desuministrar comoprima una influencia política y, por tanto, tambiénpotencialmente ventajas económicas.

El sector del armamento, probablemente elúnicosector de la economíasoviética sometidoa la«competencia» directa de los países capitalistasmás desarrollados con los cuales la URSS debíamantener la «paridad estratégica», de alguna suer-te servía de «motor» a toda la economía: ésta«demanda» (o éste «mercado») aparentementeinsaciableycambiante según laevolución tecnoló-gica, alimentaba tanto a la siderurgia como a laindustrianuclear, labusquedacientíficadela indus-tria petrolera o electrónica, y era sin duda elprincipal estimulante del progreso tecnológico enunaeconomía todavíamuyampliamenteprotegidade la competencia del mercado mundial.

Las estadísticas soviéticas dan una cifra bas-tantebajapara los gastosmilitares deestos últimosaños:4,4%delpresupuestoen1988,4,6%en 1987,4,5% en 1986, 4,9% en 1985, contra 8% en 1975,12% en 1960 y 23% en 1940, en vísperas de laguerra (fuente: «L´URSS en chiffres»). Estas ci-fras eran groseramente sub-evaluadas con el co-nocimiento general, y tenían además la desventajade no hacer aparecer las fuertes reducciones delesfuerzo militar anunciadas por Gorbachov. Es asícomo en la primavera de 1989, los soviéticosanunciaron que para el año en curso los gastosmilitares se elevarían a 77,3 mil millones de rublosen lugar de los 20,2 mil millones ínscritos en elpresupuesto.

La proporción de los gastos militares es así de16,1% para 1989 en lugar del 4,2%, 12,5% para1988 y de 19,1% para 1987.

Si se quiere hacer una comparación con el pesode los gastos militares en Occidente, hace faltaexaminar la relación de estos con relación al PNB(índice con el que los soviéticos han sustituido suantiguo Producto Material Bruto): para 1989 losgastos militares representaban el 8,36% del PNB,9,52% en 1988, 10% en 1987, en cuanto que paralos Estados Unidos representaban alrededor del6% del PNB. Se constata, pues, que tras estascifrasoficiales elpresupuesto militarera netamen-te más pesado en la antigua Unión Soviética.

Pero estas cifras oficiales son contestables ycontestadas, incluso en la URSS. El Ministro deAsuntos Exteriores, Shevardnadze, había recono-cido que estas cifras sub-estimaban la talla real delpresupuesto militar. Los servicios de la OTANsegúnmétodosdecálculo todomenosfiableslohanestimado en 130-160 mil millones de rublos para1989. La prensa soviética reformadora que ataca«lamilitarizacióndelaeconomíayeldiktatejercidopor el complejo militar-industrial» ha adelantado

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cifras que van de 200 a 300 mil millones (11).Un estudio de mitad de los años 70 estimaba

que el terciode las industrias de transformación demetales, el quinto de la metalurgia, el sexto de laproducción química yde la producción de energía,teníanuna finalidad militar (12). LaUniónSoviéti-ca parece querer ilustrar perfectamente lo queescribía Engelsa fines del últimosiglo en el «Anti-Dühring»apropósito delcursode los armamentos:«El ejército ha llegado a ser el principal fin delEstado, se ha convertido en un fin en sí; lospueblos no existen más que para suministrarsoldados y alimentarlos. El militarismo dominay devora a Europa. Mas dicho militarismo llevaen sí mismo también el germen de su propiadestrucción. La concurrencia de los distintosEstados entre sí les obliga, de una parte, agastar cada año más dinero en el ejército, en lamarina, en la artillería, etc., acelerando de díaen día el hundimiento financiero (...)» (13).

Tomando el ejemplo de los cruceros de laépoca, Engels añade: «El barco de guerra mo-derno no sólo es un producto, sino, al mismotiempo, un espécimen de la gran industriamoderna, una fábrica flotante que produceprincipalmente gasto de dinero (...). Ahí se vedel modo más evidente como «la violenciapolítica inmediata», que para el señor Dühringes «la causa determinante de la situación econó-mica», por el contrario, se encuentra entera-mente subordinada a la situación económica;como no sólo la fabricación, sino el manejomismo del «instrumento de fuerza» en el mar,del barco de guerra, ha llegado a ser una ramade la gran industria moderna. Y no hay nadiemás contrario a este estado de cosas que laviolencia misma, es decir, el Estado, al cualcuesta hoy cada barco tanto como anterior-mente una flotilla, y que debe resignarse a queestos costosos barcos hayan envejecido depre-ciados antes incluso de hacerse a la mar (...).Por el contrario, nosotros no tenemos absoluta-mente ninguna razón para contrariarnos al verque en esta concurrencia entre el crucero y elcañon, el barco de guerra se perfecciona hastael colmo del refinamiento, lo que le vuelve tancostoso como inapropiado para la guerra, alver que esta lucha revela, hasta en el dominiode la guerra naval, estas leyes internas delmovimiento, estas leyes dialécticas según lascuales el militarismo, como cualquier otro fenó-meno histórico, muere como consecuencia desu propio desarrollo».

Al leer este último pasaje del viejo Engels esimposible no pensar inmediatamente en los porta-aviones nucleares, orgullo de la flota soviética,destinados a rivalizar con sus homólogos america-nos. En 1976 el proyecto de construir estos porta-aviones, presentado por los Ministerios de la De-fensa y de las Construcciones Navales, fue recha-

zado en razón de su precio prohibitivo. A pesar deeste rechazo y de la oposición del Jefe del EstadoMayor, el proyectodelporta-avionesreaparecióenla lista de pedidos de armamento, sin que nadiesupiesededonde venía la decisión: el «lobby»de laconstrucciónnavalmilitarhabíaconseguido impo-ner su voluntad. Hoyuno de estos porta-aviones hasido puesto en servicio, pero los especialistas mili-tares estiman que no sirve para nada y que en casode guerra sería destruido inmediatamente. Lostrabajos sobre losotros3porta-avionesahoraestánparados y el astillero ha intentado buscar desespe-radamente clientes en el extranjero, aunque fuesecomo .... barcos de crucero.

A propósito de otra maravilla de la marinasoviética, los submarinos nucleares lanzadores demisiles, un capitán de navio que protestaba cercadel Ministro contra la construcción de estos inge-nios muy caros y ya técnicamente superados hastael punto de llegar a ser simples «blancos» para losamericanos, se vió respondido por Yazov: «Nopodemosdejarde construirestosblancosporque laclase obrera se quedaría sin salarios» (14).

EsbienevidentequeloquemotivabaalmariscalYazov no eran los intereses de la clase obrera, sinolanecesidaddeproveer lospedidosde losastillerosnavales. Sin duda sería fácil encontrar los mismosejemplosen los otros sectores del armamento (ver,por ejemplo, la nave espacial soviética que esperahoy al chatarrero porque el Estado no tiene losmedios de financiar los vuelos que no sirven paranada, o tal bombardero estratégico construido enreplicaa unhomólogo americanoabandonado des-pués...), lo mismo que los encontramos con profu-sión en los países capitalistas occidentales: el sec-torde los industriales que trabajan parala «defensanacional»-ymásgeneralmentepara lospedidosdelEstado- es el terreno privilegiado de los grupos depresión ocupados en sacar el máximo del Estado,nosolamenteobteniendolos mejorespedidos, sinotambién orientando la política estatal en el sentidomás conforme a sus intereses.

Mientrasqueen lasconcepciones superficiales,descendientes del pequeño burgués Dühring, elsector estatal de la economía, el capitalismo deEstado, representaeldominiode lapolíticasobre laeconomía, esclavizando la economía a la voluntadde la «burocracia» cuando no a los caprichos dealgún dictador, estos ejemplos muestran, por elcontrario, que el Estado está al servicio de laeconomía, o, mejor aún, al servicio de los intere-ses económicos dominantes. En la URSS, paísen que la potencia del Estado era mayor, ésta regladel capitalismo ha encontrado su aplicación másperfecta, la ausenciadegruposprivadosburguesesrivales facilita la identificación del mítico «interésgeneral»con el interés de la producción capitalistaal estilo de un Yazov.

Estos ejemplos bastan también para ridiculizarla teoría de la «burocracia» según la cual los

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funcionarios constituiríanunanuevaclasedirigen-te, con intereses propios que buscarían imponerfrente a los intereses burgueses y frente a losinteresesproletarios.Los funcionarios, losplanifi-cadores, los «primeros secretarios» mismos, sonlos productosdel mododeproduccióncapitalista yestánal serviciode los interesesburgueses, inclusocuando no existen burgueses privados propieta-rios de capitales.

Eldesarrollodelaindustriamilitarestásometidaa las mismas leyes que el resto de la produccióncapitalista, que no puede escapar a sus propiascontradicciones y «en un cierto grado de desar-rollo las condiciones de la acumulación setransforman en condiciones del hundimientodel capital» (15).

La producción militar pertenece al sector A dela economía y su desarrollo creciente es tambiénuna de las causas del predominio de este sector,como hemos ilustrado en la primera parte de esteestudio. Preocupados de paliar los disfunciona-mientos de la economía, los dirigentes soviéticoshanatribuidodesdehacemuchotiempoalcomplejomilitar-industrial la producción de productos deconsumo. Así es como en 1989 «las empresas dedefensa han producido el 100% de los televiso-res y de las máquinas de coser, más del 97% delos frigoríficos y de los magnetófonos, más dela mitad de los ciclomotores y cerca del 70% delas aspiradoras y de las lavadoras» (16), pro-porciones más fuertes que al inicio del decenio, alpunto de que el complejo militar-industrial seríaresponsabledel60%delaproducciónindustrialdelpaís (17).

Desde la época de Brebnev los responsablesrusosse inquietabandel crecimientosin frenode laproducción militar: «Por una parte, es imposibleaceptar una reducción de la potencia económi-ca destinada al dominio militar, porque seríauna amenaza para el potencial defensivo de lanación. Por otra, no se puede permitir uncrecimiento excesivo de la parte de la produc-ción que se destina al dominio militar porque,en definitiva, amenazaría minar las bases mis-mas de la fuerza militar, es decir, la economía,causando un mal irreparable al potencial dedefensa» (18). Pero todas las jeremiadas no po-díanocultarel crecimientode laproducciónmilitar,hasta que,bajoGorbachov,el Estadoreconocequehabía llegadoa ser incapazde financiar laprosecu-ción de la carrera de armamentos, la proliferaciónincontrolable del sector militar había acabado porminar laeconomía,nipuedenimpedirqueestalleenestesector,dondelaacumulaciónhabíasidomayor,la crisis de superproducción: el militarismo so-viético muere como consecuencia de su propiodesarrollo.

La principal condición para la salidade la crisisen los países de la ex-Unión Soviética es la liqui-dación de trozos enteros de este complejo militar-

industrial cuyos empleados se cifran por millones,la reconversión de otras partes hacia produccionesrentables y para las que existan salidas. Nodebería subsistir más que un sector de armamentoconsiderablemente reducido a las posibilidades fi-nancieras de un Estado o de varios Estados, «redu-cidos» también de modo drástico (19).

MARASMO Y CRISIS DE LAAGRICULTURA SOVIÉTICA

Hemos visto precedentemente que la UniónSoviética engloba todavía una parte importante depoblación rural, señal de su retraso enel desarrolloeconómicoysocial en relacióna losgrandes paísescapitalistas: alrededordeun terciode la población,o sea 98 millones de personas, en 1989. El porcen-taje de la población activa empleada en la agricul-tura es importante. Para el año 1989 tenemossegún los países las proporciones siguientes demano de obra agrícola: URSS 20%; USA 2,9%;Japón 7,9%; RFA 5,3%; Francia 6,8%; Gran Bre-taña 2,3%; Italia 9,8%; (estadística de BIT, en «Astudy of the soviet economy», FMI, World Bank,OCDE, BERD, 1991. Las estadísticas soviéticasdan una cifra ligeramente inferior: 19%).

Pero este peso netamente más importante de laagricultura en la URSS no puede ser correctamen-te apreciado si no se recuerda su muy débilproductividad (estimada como hemos visto ensolamente un 10 o 20% de la productividad de laagriculturaamericana).Un cálculo rápido muestraque estas cifras están sub-estimadas todavía: sa-biendo que 2,9 millones de personas trabajando enla agricultura alimentan 236 millones de america-nos,mientrasquede24a27,4millonesdepersonas(según las diversas fuentes estadísticas) no sumi-nistran más que el 92% (20) del consumo alimen-tario soviético, se puede concluir que cada trabaja-dor en la agricultura alimenta en la URSS de 9,6 a10,7 personas (en 1989), y a 81,4 en los EstadosUnidos (en 1984). Pero además, los Estados Uni-dossonelprimerexportador mundialdeproductosagrícolas (14,5% de las exportaciones mundialesen1989): lacifracorrespondientedeberíamoverseal menos alrededor de las 100 personas alimenta-das por trabajador empleado en la agriculturaamericana.

Podemos dibujar el cuadro siguiente (16):

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El capitalismo soviético

Cuadro 16. Numero de personas alimentadaspor agricultor

Año URSS USA1895 - 71914 3 -1960 4 -1970 5 731989 10 100

(Fuentes: «Le Proletaire» nº 139 y cálculo de losdatos del Banco Mundial y anuario estadístico

«L´URSS en chiffres»)

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A la lectura de este cuadro aparece que laagricultura soviética ha progresado realmente enel curso de estos últimosveinte años (mientras quehasta 1960 el progreso en relación con la épocazarista era irrisorio). Pero este progreso no tieneningunamedida enrelación con la super-producti-va agricultura americana. Por otra parte, las haza-ñasde laagricultura soviéticavarian enormementesegún los años. Si se toman las cifras de produc-ción de cereales que constituyen la principal pro-ducción agrícola, aunque no sea más que por supapel primordial en la alimentación, constatamosque un año de buena cosecha es seguido invaria-blemente de malos (y muy malos) años: buenacosecha en 1973 (222,5 millones de toneladas)después del catastrófico año de 1972(168,2 millo-nes de T.) que había obligado por primera vezdesde 1963 a importaciones de trigo. Después dosmalosaños (desastreen1975,140,1millonesdeT),buena cosecha en 1976 y, sobre todo, cosecharecord en1978 (237,4 millones de T,) seguidode 4años de malas cosechas (1981: 149 millones de T.,-38% en relación a 1978), en este quinquenio sólo1983 vuelve a valores aceptables (200 millones deT.), aunque muy inferior a la media prevista por elplan (239 millones de T.). En adelante el recursomasivo a las importaciones cerealísticas es unanecesidad. No es hasta 1990 cuando se vuelvepracticamentealnivelde1978(237millonesdeT.)pero 1991 es de nuevo un mal año (menos de 190millones de T.).

¿Estas fuertes variaciones son debidas a losrigores climáticos conocidos por el país?. Esteargumento clásico no se mantiene si se sabe quelos Estados Unidos están también sujetos a unclimadifícil yvariable, comoasí loseñalanalgunosespecialistas yresponsables soviéticosmismos:unestudio soviético de las variaciones climáticassobre las regiones agrícolas desde el último siglomuestraque nohaydiferenciassignificativasentrela URSS, USA y Canada (21).

Es Marx quien va a darnos la explicación. En1.881 describe las oscilaciones de la producciónagrícola rusa: «1.870 ha sido un año de excelen-te cosecha (...), pero fue un año cumbre y, comotal, fue inmediatamente seguido por un añomuy malo (...). El año 1.871 debe ser conside-rado como el punto de partida de un nuevopequeño ciclo, hasta que llegamos al nuevo añopunta de 1.874 que es inmediatamente seguidopor el año de hambre de 1.875; luego reco-mienza el movimiento ascendente, que terminaen el año 1.880, del peor hambre. (...) lascondiciones climáticas favorables preparan elterreno para un año de hambre al consumirrapidamente y al poner en libertad los fertili-zantes minerales aún latentes en el suelo; entanto que, inversamente, un año de hambre yaún más una serie de años malos consecutivos,permiten que se acumulen nuevamente los

minerales contenidos en el suelo (...). Tal pro-ceso se produce naturalmente en todas partes,pero en otros lugares es modificado por laintervención del agricultor mismo. Se convierteen el único factor regulador allí donde el hom-bre ha dejado de ser una potencia, por falta demedios» (Marx, carta a Danielson, 19/2/1.881).

El hecho de que la agricultura soviética sufratodavía losazares climáticos, sin dudaen un gradoatenuado por relación a hace un siglo pero incom-parablemente más elevado que las agriculturas delos Estados Unidos y de Canada, atestigua conelocuencia su atraso, su «falta de medios». Lasestadísticas oficiales soviéticas hacen aparecerque el trabajo de 100 Ha. de tierras cultivablesdemanda 10 trabajadores, mientras que, según laFAO, en los Estados Unidos y Canada, paísesigualmente decultivo extensivo,con rendimientospróximos por hectarea a los de la URSS (22quintales/ha. para el trigo en los USA, 17,9 enCanada y 19 en la URSS), sólo se necesitanmenos de un trabajador por cada 100 Ha (22).En 1985 casi dos tercios de los trabajadores de laagricultura ejecutaban tareas manuales. El nú-mero de tractores por cada 100 Ha. de tierrascultivables es 3,3 veces menos que en los EstadosUnidos. La tasa de mecanización es muy debil enel sector de las patatas (45% de la cosecha se hacea mano), del algodón (mecanizado al 46%) y lastasas de mecanización en los otros sectores hansido juzgadas irrisoriaspor losespecialistas sovié-ticos, hasta el puntode que la tasade mecanizaciónha desaparecido en la últimas estadísticas... Laagricultura soviética empleaba menos del cuartode lacantidaddeproductosfitosanitariosutilizadosen los Estados Unidos para una superficie sinembargo menor. Está con mucho retraso, tantodesde el punto de vista cualitativo como cuantita-tivo, en la utilización de abonos (23), lo que noimpide, por otra parte, el envenenamiento de latierra y de las aguas por una utilización demasiadogrande de los abonos o de pesticidas (24), ni lasuperproducción de tractores o de trilladoras,superproducción no en relación con las necesida-des, sinoconrelación almercado (25): ilustracióntípica de la incoherencia de unaeconomía fundadasobre la producción de mercancias, sobre la leydelvalor, en suma, de una economía capitalista.Para completar este cuadro elocuente es posiblecitar igualmente la insuficiencia en muchas regio-nes agrícolas de alojamiento, la insuficiencia delaprovisionamiento de agua corriente, de cloacas einclusodeelectrificación(26), lagran insuficienciade la red de carreteras (27)...

La negligencia en que se ha tenido a la agricul-tura en la URSS se manifiesta evidentementetambién por lo que son los sectores de transforma-ción, preparación,acondicionamientoasí como enel almacenamiento de los productos agrícolas. Enun artículo aparecido en los últimos momentos de

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la perestroika un economista del Ministerio deEconomía cifraba en una media del 25% y hastadel 40% en algunos casos la cifra de pérdidas deproductos agrícolas entre su cosecha y su acondi-cionamiento. Y precisaba que «en las ramas detratamiento la situación es crítica. Una parteimportante de ellas han sido construidas des-pués de la revolución o en los años de losprimeros planes quinquenales. (...) Solamenteel quinto de las empresas en actividad respon-den a las normas actuales. Más de un cuarto delas instalaciones tecnológicas del sector debe-rían ser inmediatamente reemplazadas», etc.,etc., (I. Loukonine en «Ekonomist» nº 3/1991)...

Este atraso económico, este débil crecimientode la agricultura, ha sido contemporáneo, comohemos visto, de un fuerte crecimiento de laindustria.Según lascifras soviéticas («L´URSS enchiffres pour 1985») la producción industrial en1985había aumentado25 veces en relacióna 1940y la producción agrícola solamente 2,7 veces.Calculadoporhabitante laproducciónindustrial haaumentado 17,5 veces y la producción agrícola1,89 veces. La sociedad soviética responde per-fectamente a las leyes del desarrollo del capitalis-mo tal como Marx las haexplicado. Históricamen-te el capitalismo nace de la ruina del pequeñoproductor campesino y se desarrolla a expensasdel campesinado. El capital invertirá siempre conpreferencia en la industria mucho antes que en laagricultura porque las tasas de beneficio allí sonmáselevadas, la velocidadde rotaciónmás grande,la producciónmás fácil de aumentar, puesto que laindustrianoconoce los límitesnaturalesde la tierra,(ciclo estacional, fertilidades de los suelos, etc.).La orientación fundamental que la carreraal bene-ficio impone a la sociedad capitalista es laproduc-ción por la producción y no la satisfacción de lasnecesidades humanas, lo que implicaría no des-cuidar, sino al contrario, favorecer la agricultura.El Estado soviético ha podido imponer esta orien-tacióncapitalista fundamentalconunaduraciónsinigual, mostrando así que era el instrumento delcapital, un capitalista colectivo de hecho (En-gels, «Anti-Dühring»).

El descuido de las necesidades humanas -y en

primer lugar losde la claseobrera-enel pretendidosocialismo soviético está ilustrado con el estallidode las dificultades de su agriculturapara alimentara lapoblación. Consultemos las cifrasoficiales delconsumo por habitante: Cuadro 17

Este cuadro muestra primero la gran debilidaddel consumo, sensible todavía en 1950, cuando lasdestrucciones causadas por la guerra no puedenser ya invocadas: después de 30 años de pretendi-do socialismo los consumos por habitante son,según el cuadro, prácticamente los mismos que enla época zarista. Pero estas mismas cifras mere-cen poca confianza. Según «Les Nouvelles deMoscou» (nº 46, nov. 89) los 64 Kg. de carne porhabitante anunciados se reducirían de hecho a 45-50Kg. enrealidad, y,por otraparte, en33 capitalesde regiones y de repúblicas los tickets de raciona-miento no daban derecho ese año (1989) más quea 12-24 Kg., estando bien lejos de los 75 Kg. delrégimen oficialmente recomendado... En 1985 unagrónomosoviéticoescribíaque laURSSproducíamás carne que en 1950, sin embargo, había menosembutidos y carne que entonces (Kommunist» nºl/85, citado en «Le systeme economique del´URSS»).Segúnnuestro agrónomola explicaciónes que el número de ciudadanos ha aumentadofuertemente demandando cada uno de ellos pro-ductos alimentarios: la demanda crecemucho másque la oferta.

En nuestra opinión es en ésta dirección dondehay que buscar la llave del enigma: los datos delcuadro son de hecho cifras no de consumo efecti-vo, sino de disponibilidad teórica por habitante enproductosalimentarios yello puedeser fácilmentedemostradopara algunosproductos. Independien-temente de diversas distorsiones en la comerciali-zación y en la distribución de los productos (porejemplo, el 40% de los productos lacteos se perde-rían o serían desviados hacia la alimentación ani-mal según «USSR Ag. and Trade Report», 1989),una parte importante de las producciones de laagricultura sirve para alimentar a la poblaciónagrícola misma. Los expertos soviéticos estimanque el 80%de la producción agrícola individual esauto-consumida, lo que representaría a casi lamitaddel consumoalimentario rural («L´URSS au

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Cuadro 17. Consumo por habitante y consumo recomendato (Medias en Kg. por año)

1913 1950 1960 1970 1980 1985 1987 1988 Recom.Carne 29 26 39,5 47,7 57,6 61,7 64 65 75Leche y productos lacteos 154 172 240 307 314 325 341 351 434Huevos (número) 48 60 118 159 239 260 272 273 292Productos cerealeros 200 172 164 149 138 133 132 131 120Patatas 114 241 143 130 109 104 105 98 97Verduras y melones 40 51 70 82 97 102 100 100 146Frutos frescos 11 11 22 35 38 48 55 52 95Azucar 8,1 11,6 28 38,8 44,4 42,2 47,2 46 36

(Fuentes: «L´URSS en chiffres»diferentes años; «L´URSS au tournant» para 1.913 y 1.950;los valores recomendados de consumo están sacados de un estudio oficial de 1.976, en «Le système

agro-alimentaire soviétique»)

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tournant»). Las cantidades indicadas no represen-tarían más que las cantidades de productos desti-nadas al consumo urbano, lo que parece confirmarun estudio atento de las estadísticas soviéticas: elanuario estadístico para 1988 indica por primeravez en un pequeña nota que las cifras de produc-ción dadasno tomanen cuenta la producciónen las«explotaciones individualesauxiliaresde lapobla-ción» (sin duda las parcelas individuales), para lacarne no menos del 35% de la producción realtotal así no es tomada en cuenta.

Sicomparamosel crecimiento de la producciónagrícolaconelcrecimientode lapoblación urbana,podemos constatar que de 1940 a 1985, aquellaaumenta 2,89 veces mientras que la producciónagrícola aumenta solamente 2,7veces:la constata-ción empírica de nuestro académico es verificada:al inicio de los años 50, cuando la producciónagrícola ha vuelto a los niveles de pre-guerra, lasdisponibilidades de productos agrícolas para losciudadanos eran superiores a las de 1985; hacien-do el mismo pequeño cálculo partiendo de 1917 yconparando con 1987, tenemos en 80 años unaumento de la población urbana de 6,31 vecescontra un aumento de la producción de cereales de4,24 veces; de carne de 4,18 veces, de leche de4,19 veces. Para estos tres productos, cuyo auto-consumo por los campesinos no era ciertamentetomadoencuentaen1917, ladisponibilidadalimen-taria hadisminuido desde la revolución:miseria dela agricultura soviética, miseria de un modo deproducciónque sacrifica la alimentaciónhumana alaproducción industrial.Laagriculturasoviéticadauna triste demostración de lo que hemos escrito,retomando las enseñanzas de Marx, a propósito dela agricultura capitalista: nunca la mercanciasaciará al hombre (28).

Otras estadísticas muestran que el consumo deproductos alimentarios varia fuertemente confor-me a la renta:

Los anuarios estadísticos soviéticos dan en1989 un salario mensual medio de 217 rublos (237rublos en la industria), pero una mirada al repartode los salarios según su nivel salarial permiteconcluirquese tratadel salario mediano (obtenidohaciendo la media entre el salario más alto y elsalario más bajo). El salario medio era en realidadligeramente superior a 160 rublos (es decir, que

hay tantos salarios que ganan menos como los hayque ganan más). En marzo de 1986 el 16% de losasalariados que habían trabajado durante todo elmes habíancobrado menos de 100rublos yel 4,8%menos de 80 rublos, mientras que el 9,5% de losasalariados habían ganado más de 300 rublos.

El cuadro muestra que los consumos alimenta-rios pueden variar del simple al doble, e incluso altriple, para lo que es la carne, según la renta, lo queexplica porque los proletarios en la URSS dicenque los «burgueses soviéticos» se reconocen porsu tripa...

LA ESTRUCTURA SOCIAL ARCAICADE LA AGRICULTURA SOVIETICA

Mientras que la vulgar crítica burguesa atri-buye los pesares de la agricultura soviética al«socialismo», a la ausencia de propiedad, quedesmotivaría a los campesinos (¿Cómo explicarentonces que las empresas campesinas super-productivas deEuropa o América reposensobre lautilizaciónde obrerosagrícolas?),mientrasque lospartidarios de Moscú alaban el «colectivismo»agrícola,nuestropartidodesde hacemucho tiempoha establecido el carácter retardatario, reaccio-nario, de las estructuras sociales establecidas porel régimen stalinista en el campo. Su fundamentoes el koljos (propiedad colectiva de las tierras) y elsovjos cuyos miembros son asalariados y que sonempresas capitalistas de Estado. Los sovjos norepresentan más que una pequeña minoría enrelación con los koljos poco productivos. Ademáslos campesinos tienen el derecho de poseer unaparcelaprivada (en1988 el98% de loskoljosianosy el 79% de los trabajadores y empleados en elmedio rural la poseían), de la que venden losproductos que no consumen en los mercadoskoljosianos. Incluso si no representa más que unapequeña fracción de las tierras agrícolas, la parce-

la koljosiana ha pesado ypesa todavía con un pesodesproporcionado en la agricultura porque es unafuentede rentasno desdeñabledada ladebilidaddela remuneración colectiva. Pero su muy baja pro-ductividad en razón de la ausencia de mecaniza-ción implica largas horas de trabajo en detrimentodel trabajo en el koljos, el robo de recursos, etc. Lainstitución koljosiana asegura la perennidad de la

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El capitalismo soviético

Cuadro 18. Consumo de productos alimentarios según la renta (Medias anuales por habitantesegún la renta mensual)

Mediateórica

Menos de75 rublos

75 - 100 100 - 125 125 - 150 150 - 175 175 - 200

Carne(kg) 65 27 47 58 67 74 82Leche y lacteos (kg) 367 216 316 352 372 392 417Huevos (Número) 221 109 185 216 230 241 249Verduras (kg) 95 72 85 90 93 97 103

Patatas (kg) 86 43 77 86 91 94 97

(Fuentes: «A study of tehe soviet economy»)

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pequeña producción parcelaria poco productiva ynecesitada de un trabajo embrutecedor -nuevademostración de que la propiedad privada es unobstáculo al aumento de la productividad en laagricultura- pero que no es afectada por el fenó-meno de concentración de tierras y de desapari-ciónde pequeñasexplotaciones como en Occiden-te, en razón de las leyes que impiden la compra-venta de tierras. Esto no es ninguna «conquistasocialista», sino una medida reaccionaria que seoponealprogresoburguésqueel régimenstalinistaadopto por razones de conservación social. Laalianza del capitalismo de Estado en la industriacon esta miriada de pequeños productores campe-sinos individuales ha sido la fórmula de la estabili-dad y de la solidezdel régimen stalinista apesar detodas las tensiones que sufría. Y es por lo que, almodo deun Gorbachov, los dirigentes soviéticos yex-soviéticos manifiestan tal repugnancia a «pri-vatizar» la tierra, es decir, a autorizar su comercio,porque ello significa socavar de manera irreversi-ble el último pilar aún estable de la sociedad,eliminar de la agricultura en plazos bastantes bre-ves a millones de campesinos mientras que laindustria estaríaendificultadespara emplearlos....

Un agrónomo escribe a propósito de la institu-ción koljosiana que «en este sistema la muy débilproductividad de la mano de obra (...) estabacompensada por su abundancia, relativaman-te al número de ciudadanos a nutrir en unrégimen alimentario muy mediocre. Esta ecua-ción muy particular ha permitido al podersoviético diferir cerca de 25 años toda eleva-ción significativa del potencial (humano y ma-terial) de la producción agrícola y alimentaria.Puesto que había acumulado desde 1953 unretraso colosal» (29).

Trotsky escribía en 1936 en «La revolución

traicionada» que la colectivización «tenía comoconsecuencia, además de la destrucción demás de la mitad del ganado, un hecho aún másgrave: la indiferencia completa de los koljo-sianos por la hacienda colectivizada y para losresultados de su propio trabajo. El gobiernoopera una retirada desordenada. Los campesi-nos tendrán de nuevo gallinas, cerdos, corde-

ros, vacas, a título privado. Recibirán parcelasvecinas a sus casas. La película de la colectivi-zación se desarrolla en sentido inverso».

«Por este restablecimiento de las empresasindividuales, el gobierno aceptaba un compro-miso, pagando una especie de rescate a lastendencias individualistas del campesino. (...).Las necesidades cotidianas del campesinadomedio están por el momento cubiertas en unamedida mayor por su trabajo «para él mismo»que por su participación en el koljos. (...). Estehecho atestiguado por la prensa soviética,hace resaltar con vigor, de una parte, el despil-farro bárbaro de la fuerza de trabajo de millo-nes de hombres y, más todavía, de mujeres, enlos cultivos enanos, y, de otro, el rendimientomuy bajo del trabajo en el koljos».

Y nosotros decíamosen 1957que se trataba delpeor compromiso posible: «el koljos es unaforma estático, que no puede evolucionar sinohacia un predominio siempre mayor de avari-cias egoistas y hereditarias, en la que el capitalde la empresa cooperativa se acumula, no parapreparar la explosión clásica de Marx, sinopara untar las rebanadas de bajas micro-riquezas anti-sociales campesinas. Mañana elEstado no encontrara allí un organismo diri-gente único a coger con su mano para sociali-zar la máquina productiva, ni eventualmenteuna cabeza única que hacer saltar, sino unorganismo invertebrado en centenas, millaresde ganglios vitales, imposibles de alcanzartodos» (30).

No obstante, aún si los rasgos esenciales de laestructura agrícola están siempre presentes, handebido evolucionarbajo lapresión delasnecesida-des más acuciantes de la sociedad yde las leyes delcapital: cuadro 19.

Este cuadro muestra la fuerte reducción delnúmero de koljos en los años 50, que esun procesode concentración porque ni la superficie total ni elnúmero de empleados han disminuido sensible-mente. Esta modificación corresponde a la nece-sidad de recuperar el retraso acumulado en laproducción agrícolaydepaliar ladébil productivi-dad de los koljos. Después asistimos en seguida a

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El capitalismo soviético

Cuadro 19. Evolución de la repartición Koljos / Sovjos

1940 1950 1960 1970 1980 1989N° de Koljos (millares) 236,9 252 41 33 25,9 27,9N° de empleados (millones) - 25,2 21,7 16,7 13,3 11,8Superficie sembrada (millones de Ha.) - 121 123 99,1 95,2 91,9Valor de la producción (millones de rublos) 27,8 34,6 66 82,1N° de Sovjos (millares) -4,2 5 7,3 15 21,1 23N° de empleados (millones) - 1,7 5,2 7,7 11,6 11,2Superficie sembrada (millones de Ha.) - 12,9 67,2 91,7 111,8 109,7Valor de la producción (millones de rublos) - 11,6 24,3 67 80,9

(Fuentes: «Le systeme économique soviétique». «Sovkhoz, Kolkhoz ou le problématique communisme», Ed.du Seuil, 1.964. «Il PC» nº 22/1.976. Anuarios de «L´URSS en chiffres»)

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ladisminuciónlentaperocontinuadelapartede loskoljos en la agricultura hasta el punto de que hansido alcanzados por los sovjos al inicio de los años80. Paralelamente la productividad del trabajo enlos koljos no ha cesado de aumentar. Un cálculorápido del cuadro indica que si en 1960 no era másque el 57% de la productividad de los sovjos, en1989 se había alzado al 96,3% de ésta. Pero lamicro-propiedad familiar, la parcela koljosiana,extendida a los sovjos desde Krutchov, guarda apesar de todo su importancia. En 1987 habíaalrededor de 37 millones de parcelas cubriendo el2,7% de la superficie cultivable total pero produ-ciendoalrededordel25%de laproducciónagrícolatotal, pero probablemente apenas más del 10% delaproducciónagrícola mercantil, unaparte impor-tante de su producción era auto-consumida. Laventa de los productos de la parcela aseguratodavía un cuarto de las rentas de los koljosianos.

Para algunos productos la producción de lasparcelas noes desdeñableyes incluso determinan-te. Este es el caso de las patatas (59% de laproducciónen1989),de lasfrutas(58%,enaumentopuesto que en 1980 sólo producía el 42%), de lasverduras (29%, en aumento igualmente: 28% en1985), de la lana (27% contra 21%), de la carne(29%), de la leche (27%), de los huevos (26%),etc. (fuente: «SSSR v tsifrakh»). En 1989 la pe-queña producción familiar poseía todavía el 20%del ganado (contra 56% en 1941, 30% en 1961,25% en 1971), del cual el 31% de las vacas (75%en 1941, 47% en 1961, 39% en 1971), 23% de lasovejas (cifra en aumento regular desde 1976) ycerca del 80% de las cabras.

(1) Il Programma Comunista nº 6/1976.(2) Los diferentesespecialistas burguesesen la

URSS están obligados a notar la simultaneidad dela crisis a una y otra parte del ex-«telón de acero»,pero no ven más que puras coincidencias. Porejemplo, M. Drach, «La crise dans les pays del´est»,Ed.Ladécouverte,1984,para quien la crisisde los países «socialistas» es debida a la planifica-ción centralizada.

(3) Lenin, «Para una caracterización del ro-manticismo económico» (Obras, Tomo 2) vertambién «A propósito del llamado problemade losmercados»(Obras, Tomo 1).

(4)Según la revistaoficial soviética «NarodnoeKhozaitsva» la tasa de beneficio era más elevada,en pleno acuerdo con la teoría marxista, para lasindustrias ligeras, donde la acumulación es menosimportante: 42,5% en 1970 y 23,5% en 1986; en elconjuntode la industriaera:21,5%en1970y12,5%en 1986. B.Chavance en «Le systeme economi-que soviétique»Ed. Nathan, 1989, da también una

evaluaciónde la tasa debeneficio parala industria:12,2% en 1980, 12,1% en 1984.

(5) L. Albakin en «Voprosy Ekonomista» nº 6/1985citadoen«L´URSSenrévolution»,A.Peregallien la revista italiana«Contraddizione»dalascifrassiguientesde laproductividadsoviéticaenrelacióna la americana, tomando varias fuentes: 16,2% en1928, 26,2% en 1932, 40,5% en 1937, 50,7% en1970 o 56,4% según los cálculos.

(6) K. Marx, «Teorías de la plusvalia», T. 2, p.630.

(7) «Struttura economica e sociale della Russiad´oggi», p. 556, 557.

(8) «Struttura...» así como «Dialogue avec lesmorts» entre otros numerosos testos, ver también«De Krutchov a Gorbachov...», «Le Prolétaire» nº412.

(9) La «Pravda» del 11/5/69 escribía: «Latípica empresa de Leningrado (en las construc-ciones mecánicas) poseé un abanico completode líneas de producción subsidiarias. Tiene su«mini-fundición», su forja y su taller paraplásticos. Fabrica sus propios tornillos y tuer-cas y efectua su propio trabajo de manteni-miento. Todo ello es extremadamente caro»,citado en «Le systeme économique soviétique»,Ed. Nathan,1989. «LaTribune del´Expansion»de27/12/91, describe este fenómeno tal como seexpone al descubierto más adelante: «las grandesempresas soviéticas han llegado a ser auto-suficientes» poniendo como ejemplo una fábricametalúrgica: «producen cada día 1,5 toneladasde pescado fresco»...

(10) «Struttura...», p. 687.(11) «Le Monde», 28/9/90. La cifra de 300 mil

millones de rublos, adelantada para 1991, en lugarde los96,6oficialmente inscritosen elplan, corres-pondería al 30% del PNB.

(12) «Le systeme économique soviétique».(13) Engels, «Anti-Dühring». Es necesario re-

cordar sin embargo que Engels concede un papelcentral de la desintegración del militarismo a laacciónrevolucionariadelproletariado:elmilitaris-mo familiariza al pueblo con el manejo de lasarmas, pues le vuelve «capaz de hacer triunfaren un momento dado su voluntad frente a lasoberania del mando militar. Y ese momentollega cuando la masa del pueblo -obreros de laciudad y del campo y campesinos- tiene unavoluntad. En ese momento el ejército dinásticose transforma en un ejército del pueblo, lamáquina rehusa el servicio, el militarismo pe-rece por su propio desarrollo. Lo que la demo-cracia burguesa de 1.848 no pudo realizar,precisamente porque fue burguesa y no prole-taria -la tarea de dar a las masas trabajadorasuna voluntad cuyo contenido respondiese a susituación de clase-, el socialismo lo realizaráinfaliblemente. Y ello significa la destruccióndel militarismo y con él de todos los ejércitos

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El capitalismo soviético

(Continuará)

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permanentes por una explosión desde el inte-rior» («Anti-Dühring», p. 199). En la ex-UniónSoviética, las Fuerzas Armadas son sacudidasduramente por la crisis y conocen deserciones,motines, escisiones y fracturas según los alinea-mientos «nacionales». Pero en el ejército como enla sociedad, falta trágicamente la presencia y laaccióndel partidode clasepara que el proletariadono se contente con sufrir la crisis, sino que laaproveche para derrocar al capitalismo.

(14) «Les Nouvelles de Moscou» nº 2 y nº 12/1992.

(15) R. Luxemburgo, «La acumulación de ca-pital».

(16) Declaración de Belusov, presidente de lacomisión deEstadopara lascuestionesmilitaresen«Pravda» del 28/8/90, citada en «L´URSS, ladislocation du pouvoir», La Documentation Fran-çaise, 1991. Ya en1965 el100% de los televisores,radios magnetófonos, camaras fotográficas, eranfabricados por las industrias de la defensa, asícomo el 73% de las motos, 49% de los aspiradoresy 41% de las lavadoras, vease «L´URSS au tour-nant». En 1991 el 40% de la producción delcomplejo militar-industrial estaba consagrado aldominiocivil.

(17) «FinancialTimes»28/10/91.(18) A. I. Pozharov, «Les fondements écono-

miques de la puissance militaire de l´Etat socialis-te», 1981, citado en «USA-Document» publicadopor la Embajada de Estados Unidos en Francia.

En el pleno del CC del PCUS de octubre de1980, Brebnev llamaba al complejo militar-indus-trial a sostener las industrias civiles. Sin embargo,ésta llamada no fue respetada y al comparar losobjetivos a este respecto en el X y XI plan (1976-80 y81-85) se constata un ralentizamiento apartir del 81 del esfuerzo de los militares hacia lasproducciones civiles, probablemente a causa de laaceleración de la carrera de armamentos de esemomento (cuadro 20):

De hecho no hubo conversión militar hacia laproduccióncivilyelproblemade la«konversya»seplanteará con una amplitud y una urgencia extre-masy,digamoslo,desesperadas,bajoGorbachovybajo Yeltsin.

(19) En 1989 Ligachov constataba que «laamplitudde laproducciónmilitarvuelve imposiblede hecho toda reestructuración económica», «Pra-vda» 21/7/89.

(20) Cifras obtenidas para la URSS segùn losdatos oficiales del valor en rublos de las importa-ciones alimentarias y de la producción agrícola(anuario de «L´URSS en chiffres»). Para losEstados Unidos cifras calculadas de «L´URSS enrevolution» así como de «Les echanges agricolesmondiaux»en «Les CahiersFrançais»nº 253 (oct-dic 1991)

(21)«LesfluctuationséconomiquesenURSS»,Ed. EHESS, 1989.

(22) «Le systeme agro-alimentaire soviétiqueet les échanges agricoles» CCEET/OCDE, 1991.Para los rendimientos «Images économiques dumonde», 1991. En los paises de agricultura inten-siva los rendimientos son muchomás elevadosyelnúmero de trabajadores aumenta también, aunquequeda inferior a las cifras soviéticas. Ejemplo,Dinamarca: 72,2quintales/ha. con5,6-5,7 trabaja-dores por cada 100 Ha.

(23) «Le systeme...». El crecimiento de laproducción de abonos había permitido resolver la«crisis de los abonos» de la segunda mitad de losaños 70. Pero la producción y su entrega a laagricultura han caído fuertemente después de1988 debido tanto a las penurias de energía o dematerias primas comode la duplicación delpreciode venta de los abonos. En «Quatrième Internatio-nale» nº 44 (mayo-julio 1992), Mandel pretendeque la penuria de abonos en la URSS está causadapor eldespilfarro debidoa las«prioridades arbitra-rias fijadas por la «nomenklatura» y que no tienennada que ver con la «ley del valor»: ¿Porquéaumentan entonces losprecios?. La «nomenklatu-ra» lo ha justificado precisamente por razones derentabilidad...

(24) «L´URSS en chiffres pour 1988» indicaque 5,8 millones de Ha. se han perdido de 1980 a1988 (2,6% del total de la superficie de siembra) ycomenta sabrosamente: «Los procesos son ex-tremadamente desgraciados en cuanto a laconservación y a la utilización racional de losfondos de tierra de nuestra principal riquezanacional». La invocación de la desgracia vale lomismoquela invocación de laarbitrariedadpor lostrotskistas. Una parte de las tierras está fuerte-mente polucionada por exceso de abonos, espe-cialmente en el caso de los cultivos industrialescomo el algodón de Asia central: el ejemplo delMarde Aralparcialmente desecado ypolucionadopor residuos de pesticidas y de abonos extendidosabusivamente para paliar el agotamiento de lossuelos, es conocido en el mundo entero. Entonceses el caso de decir con Marx: «La gran industriay la gran agricultura explotada industrialmen-te actuan en el mismo sentido. Si en el origen sedistinguen porque la primera destroza y arrui-na más a la fuerza de trabajo, la fuerza naturaldel hombre, y la otra más directamente lafuerza natural de la tierra, acaban desarrol-lándose para darse la mano: el sistema indus-

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El capitalismo soviético

Cuadro 20. Producción de bienesde consumo por la industria del armamento

(Sector de la industria militar)

Aumento previsto por (%) 1976-80 1981-85Aviación 50 45Electrónica 90 85Radio 200 80Material de comunicación 200 66

(Fuente: «Problèmes économiques» nº 1750)

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trial en el campo acaba también por debilitar alos obreros y la industrial y el comercio, por suparte, suministra a la agricultura los medios deagotar la tierra» (El Capital, T. 3, Cap. 47).

(25) La URSS produce 4,8 veces más tractoresque los Estados Unidos, lo que no impide que elnúmero de tractores por cada 100 Ha. de tierrascultivables sea 3,3 veces menor que en éste país,a causa de la mala calidad de los tractores sovié-ticos que provoca su rápido desgaste. A partir de1985laproducciónde tractores, así comoel parquede tractores en funcionamiento, han comenzado adisminuir.

A partir de 1987 este fenómeno se generaliza ala mayor parte de las máquinas agrícolas, excep-tuados los camiones («L´URSS en chiffres»). «En1989 se fabricaban 2 o 3 veces más trilladoras«Ienisséi» de las que era posible vender y estapráctica conducía a numerosas empresas alborde de la quiebra» («Le systeme...»). Esinteresanteseñalarque la industriadelmaquinismoagrícola en Occidente acababa, ella también, deentrar en una grave crisis de superproducción.

(26) En 1987 sólo el 10% de los alojamientosrurales disponían de calefacción central y de aguacorriente y el 5% de agua caliente («Le syste-me...»).

Un autor soviético escribía: «En el momentoactual en la mitad de los pueblos y de las aldeasno hay instituciones de salud pública ni decultura, en un tercio ni el menor comercio.Para cada 1.000 niños, las plazas en las insti-tuciones pre-escolares son dos veces menosnumerosas que en la ciudad. Hay tres vecesmenos gas y energía eléctrica para las necesi-dades domésticas de los habitantes de los cam-

pos que de las ciudades», I. Lukonin, en «Ekono-mist» nº 3, sept. 91.

(27) «En la zona de tierras no negras deRusia, se cuentan 3,7 Km. de carreteras porexplotación agrícola mientras que las necesi-dades mínimas son de 25 a 30 Km., etc.» («Lecourrier des pays de l´Est», nº 355, dic. 90). Vertambién el capítulo sobre transportes en «A studyof soviet economy». Esto es confirmado por I.Lukonin: «la falta de caminos transitables, so-bre todo en los distritos atrasados frena seria-mente el desarrrollo de los campos. Hay porcada explotación 5 o 6 Km. de media de cami-nos asfaltados, mientras que la necesidad míni-ma es de 18 a 20 Km., y esto es la condiciónindispensable para una mejora de la vidacampesina».

(28) «Mai la merce sfamera l´uomo» en lacompilacióndelmismonombrede«Hilosdel tiem-po» consagrados a la cuestión agraria, Ed. Iskra,disponibleennuestra dirección.El cálculosobreelconsumo urbanoretoma el razonamiento expuestoen nuestra «Struttura...» a propósito del consumode cereales. «Struttura...» podía así establecerque, contrariamente a las afirmaciones de Krut-chov, el consumo decereales por la clase obrera delas ciudades sólo podía haber bajado. Las estadís-ticas soviéticas oficiales lo reconocen ahora, peroen ello ven una señal de la mejora del régimenalimentario por su diversificación, lo que sólo eraverdad parcialmente incluso antes de la brutalcaída del consumo de carne, frutas y verduras delos últimos meses ...

(29) «L´URSS au tournant».(30) Trotsky, «De la revolution», p. 491,492;

«Struttura ... », p. 501.

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El capitalismo soviético

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Al final de la segunda guerra mundial era fácil afirmar que algunas semanas bastarían para disipar la ilusióngenerosa pero inútil y vana de grandes movimientos revolucionarios armados de la clase trabajadora, quecorresponderían a aquellos que siguieron al fin de la primera guerra mundial.

En el complejo desarrollo de la situación había dos aspectos principales que recordaremos una vez más. Losejércitos victoriosos en lugar de contentarse con la rendición sin condiciones del Estado Mayor enémigo y delpoder político gobernante, eliminaban a ambos y ocupaban por todas partes el territorio de los países vencidosimponiéndoles un estado de sitio militar ilimitado. De allí la inutilización práctica de la relación de fuerzasfavorable entre la clase proletaria y el Estado vencido en la guerra y la imposibilidad de un rapido paso de laadhesión o de la resignación ante la guerra al derrotismo. El otro aspecto era la descomposición del movimientorevolucionario de la Tercera Internacional. Después de haber comenzado por una serie de desviacionesderechistas sobre el plano táctico a partir de l.922, poco después de la constitución del Partido Comunista deItalia, había desertado por etapas sucesivas de todas las posiciones revolucionarias para acabar por encontrarsesobre el terreno de las traiciones de la II Internacional y de la primera guerra mundial, y aún peor.

Por otra parte, estos dos factores de la relación de fuerzas de post-guerra eran visibles no solamente desdeel inicio de la guerra, sino desde la formación de los partidos burgueses totalitarios de gobierno en diversospaíses de Europa, habiendo establecido este hecho histórico la perspectiva asegurada de una reedición de la«guerra ideológica» en el campo europeo y de los «bloques interclasistas» en los campos nacionales.Losdesertores del comunismo ligados a Moscú se habían hundido del modo más repugnante y vergonzoso en estaperspectiva política. Y el hecho de que cesando de ser clasistas y comunistas se hayan quedado totalitarios yque por razones de maniobra política y militar hayan tenido una fase de coqueteo con los burgueses totalitariosnazis no es más que una circunstancia agravante.

Haciendo la suma de estas consideraciones, la conclusión era que la fase de reanudación del movimientoproletario, capaz de estar igualmente alejado tanto de las viejas viruelas oportunistas como de la nueva sífilisaún más virulenta, se revelaba medible no en años sino en decenios. La tarea de los grupos que habían resistido

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Siguiendo el hilo del tiempo:¡PARA PONER LOS PUNTOS

SOBRE LAS IES!

El texto de Amadeo Bordiga que publicamos aqui - uno de los «Hilos del tiempo» - fuepublicado, algunos meses antes de la escisión del Partido Comunista Internazionalistadebida a las divergencias combatidas en este artículo, en el n° 11 del año 1952 del periódicode entonces del partido, «Battaglia Comunista»; a propósito de esta escisión se puede leerel artículo sobre la muerte de Riccardo Salvador en este mismo n° de Programa Comunista.En el proximo n° publicaremos nuestras «Tesis caraterísticas» que contituyen un jalónfundamental en el trabajo de clarificación política y teórica dentro del P.C.I.sta para lareconstitución del partido internacional verdaderamente marxista. Los «Puntos sobre lasies» puntualizan de manera muy eficaz las temas cruciales de la lucha contra todas las«revisiones», todos los «enriquecimientos» - es decir todas las falsificaciones - delmarxismo para adaptarlo de vuelta en vuelta a la situaciones contingentes. Y esto no es sólouna lucha de ayer sino de hoy y de siempre.

INTRODUCCIÓN

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y defendido las posiciones abandonadas por el 99% de los comunistas 1919 no podía dejar de ser largo y difícil,y comenzaba por un laborioso balance del desastre contrarrevolucionario que era necesario estudiar,comprender y utilizar para poder volver a poner en orden.

Es para lo que las limitadas fuerzas disponibles en Italia - y puede que aún más limitadas fuera de Italia- han trabajado desde hace 7 años, restableciendo las informaciones y los hechos históricos, completando untrabajo de análisis que ha podido ser llevado a buen término contra todo pesimismo inclinado a concluir quesi las cosas han ido tan mal, los principios de base deben ser abandonados y reemplazados en todo o en parte.Larevista Prometeo y el periódico Battaglia Comunista han trabajado para mantener en pie este punto de apoyode la continuidad de la teoría y del método de acción de los comunistas.

Estando dados los medios y la tarea, no era menos claro que una repercusión llamativa en la «políticaitaliana» como lo entienden los de la radio, la prensa o los altavoces electorales, era imposible. Y era necesarioincluso desearlo sin dudar: todas las impaciencias groseras no hacen más que volver más larga esta difícil vía.Por lo demás, el marxismo trabaja desde hace un siglo para desembarazarse de aquellos que son sensibles aeste genero de emociones. Y cuando lo consigue es un buen resultado incluso con viento contrario.

La base de este trabajo ha sido el recuerdo de obras y tesis fundamentales del movimiento, de laexperiencia y de la historia de éste desde su nacimiento y la confrontación de los hechos históricos recientescon la visión originaria de los marxistas: lo que ha sido elaborado se encuentra en diversos estudios y lugarescon referencias constantes e incansables a las citas necesarias.

Los nuevos hechos no conducen a corregir las viejas posiciones ni a añadirles complementos orectificaciones. Esta es nuestra tajante afirmación.La lectura de los textos de principio la hacemos hoy comola hacíamos en 1921 o antes, hacemos la lectura de los nuevos hechos del mismo modo y las proposicionessobre el método de organización y de acción quedan confirmadas.

Este trabajo no es confiado a una persona ni a un comité y todavía menos a una oficina: es un momentoy un sector del trabajo unitario que se desarrolla desde hace un siglo y va mucho más alla de la apertura y cierrede las generaciones; no se inscribe en el curriculum vitae de nadie, ni aún de aquellos que han tenido muy largosperiodos de elaboración y maduración con resultados coherentes. El movimiento prohibe y debe prohibiriniciativas improvisadas y personales o contingentes en este trabajo de elaboración de textos de orientación eincluso de estudios de análisis del proceso histórico que nos rodea.

La idea de que con un poco de tiempo, tinta y una pluma cualquier buen chico se ponga a redactar textos- o que lo haga la «base», esa cabeza de turco - en respuesta a una circular o a una efímera reunión académica,ostentosa o clandestina, no es otra cosa que infantilismo. Los resultados deben ser tenidos bajo sospecha yrefutados desde el principio. Sobre todo cuando tal disposición hacia los preceptos viene de los maniacos dela obra y de la intervención humana en la historia. ¿Intervención humana, de algunos hombres o de ciertoHombre con mayuscula?. Vieja cuestión. Son los hombres los que hacen la historia, solamente que no sabenporque la hacen y como la hacen. Pero en general, todos los fanáticos de la acción humana, todos aquellos quese burlan de un pretendido automatismo fatalista, de un lado son aquellos que acarician en su fuero interno laidea de contener en su pequeño cuerpo este Hombre predestinado, y, de otro lado, son precisamente aquellosque no han comprendido que la historia ni gana ni pierde un segundo, mientras ellos duermen como lirones orealizan el sueño generoso de agitarse como condenados.

Con cinismo helado y sin el menor remordimiento, repetimos a todo ejemplar super-activista más o menosauto-convencido de sus importantes funciones y a todo conclave de innovadores y de guías del futuro:«Acostaos».Vosotros no sois capaces ni de dar cuerda al reloj.

La tarea de poner en orden las tesis y de corregir las desviaciones que tienen lugar en todos lados, tareaque siempre hay recomenzar donde menos se espera, necesita otra cosa que el pequeño rato de un congresoo de un discurso.

No es fácil hacer un inventario de los sitios donde ha hecho falta acudir para colmar las vías de agua,obra juzgada evidentemente como poco gloriosa por aquellos que han nacido para «dejar su nombre en lahistoria» con sus maneras contundentes y no para tapones. Nosotros pensamos que puede ser útil un pequeñoinventario que no es perfecto evidentemente y que contiene repeticiones e inversiones. Indicamos las tesiscorrectas frente a las tesis erróneas; no llamaremos a estas anti-tesis para no hacer confusión con la antitesis(1), las llamaremos contratesis.

Dividimos los puntos en tres sectores solo por puras razones de exposición: Historia, Economía, Filosofía(este vocabulario puesto entre comillas). En general, dejamos de lado las contrarias tesis propiamente burguesasque se oponen a nosotros diametralmente y cuya refutación es bien conocida. Tomamos como contratesisaquellas que son ante todo formulaciones incorrectas, extendidas desde hace mucho tiempo en razon de maloshabitos y que engendran equivocos importantes.

(1) En efecto, ello implicaría según el método dialéctico que la oposición entre tesis y antitesis debe resolverse

en una síntesis superior (NDLR).

Los puntos sobre las ies

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nes «para la civilización» en general, pero la revolu-ción burguesa no es por ello menos necesaria, seapara abrir la vía de la gran producción fundada sobrela cooperación de amplias masas que permita laelevacióndelniveldevida yun consumo acrecentadoa las capas miserables de la sociedad, sea para volverposible en el futuro una gestión social, proletaria enun principio, de nuevas formas de producción. Porconsiguiente, los trabajadores luchan con la granburguesía contra la nobleza y el clero, y también(vease el «Manifiesto» de 1.848) contra la pequeñaburguesía reaccionaria.

CONTRATESIS IIIAllí donde la victoria burguesa ha sido seguida de

una contrarrevolución (restauración feudal y dinás-tica), la lucha no ha interesado a los trabajadoresporque enfrentaba a dos de sus enemigos.

TESIS IIIEn toda lucha armada por y contra la restauración

(como, por ejemplo, en las coaliciones contra laRevolución francesa y las revoluciones republicanasde 1.830 y 1.848) el proletariado ha luchado y debíaluchar en las trincheras y en las barricadas junto conlos burgueses radicales. La dialéctica de la lucha declases y de las guerras civiles ha mostrado que estaayuda era necesaria a la burguesía de la industria y dela tierra para vencer; pero, inmediatamente despuésde la victoria, la misma se arrojó ferozmente contraelproletariado que quería mejoras sociales yelpoder.Este es el único esquema de la sucesión inevitable delas revoluciones y de las contrarrevoluciones: estaayuda insurreccional que el proletariado aporta his-tóricamente a los burgueses es la condición para queél pueda un día abatir su poder tras una serie detentativas revolucionarias.

CONTRATESIS IVToda guerra entre Estados feudales y burgueses

o toda insurrección para la liberación nacional delyugo extranjero ha sido indiferente a la clase obrera.

TESIS IVLa formación de naciones-Estado de idioma y

raza uniformes en principio es la condición óptimapara sustituir la producción feudal por la produccióncapitalista, y toda burguesía lucha con esta finalidadantes de que la nobleza reaccionaria sea derrocada.Esta organización en Estados nacionales (éste fuesobre todo el caso de Europa) es para los trabajadores

CONTRATESIS Y TESIS HISTORICAS

CONTRATESIS IHacia el inicio del siglo XIX, la sociedad está

dividida en dos clases antagónicas: los burguesesdetentadores de los medios de producción y losproletarios asalariados.

TESIS ISegún Marx, hay tres clases en los paises plena-

mente industriales: capitalistas de la industria, delcomercio y de la banca; terratenientes, al menos allídonde existe el libre comercio de la tierra; trabajado-res asalariados.

En todos los países, pero sobre todo en aquellosdonde la industria está poco desarrollada y en elperiodo en que la burguesía no ha tomado todavía elpoder político, aún existen otras clases en diferentesgrados, como la aristocracia feudal, los artesanos ylos campesinos propietarios. La burguesía primeroy el proletariado asalariado después, empiezan atener un peso histórico en diferentes épocas en losdistintos paises:En Italia en el siglo XV, en los PaisesBajos en el XVI, en Inglaterra en el XVII, en Franciaen el XVIII, en Europa Central, en América, enAustralia, etc., en el XIX, en Rusia en el XX, en Asiahoy. De ello se deduce que es necesario que distin-gamos áreas muy diferentes en el mundo, caracteri-zadas por reagrupamientos muy distintos de fuerzasde clase en lucha.

CONTRATESIS IILos proletarios son y se muestran indiferentes en

las luchas revolucionarias de la burguesía contra elpoder feudal.

TESIS IILas masas proletarias luchan en todas partes

sobre el terreno de la insurrección para derrocar losprivilegios feudales y los poderes absolutistas. En losdiferentes paises y épocas históricas, la mayor partede la clase obrera creé ingenuamente que la victoriade las reivindicaciones democráticas burguesas seríauna conquista incluso para los ciudadanospobres.Existe una fracción que ve bien que losburgueses en lucha por el poder son explotadores,pero que, influenciada por el socialismo reacciona-rio, querría aliarse con la contrarrevolución feudalpor odio contra el patrón. La parte más avanzada secoloca sobre la posición correcta: entre patronos yobreros explotados no hay reivindicaciones comu-

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¡PARAPONER LOS PUNTOSSOBRE LAS IES!

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una etapa necesaria, puesto que es imposible llegar alinternacionalismo (afirmado de entrada por los pri-meros movimientos obreros) sin sobrepasar laproducción,el consumo y las reivindicaciones estre-chamente locales propias de la época feudal.

Por tanto, hasta 1870 - época en que esta organi-zación en Estados nacionales esta acabada - elproletariado tiene un interés de clase en luchar por lalibertad de Francia, Alemania, Italia y los pequeñospaíses de los Balcanes. Durante la alianza en la acciónarmada, las ideologías de clase se van diferenciandoy los trabajadores se separan del nacionalismo y delpatriotismo.Para el futuro delmovimientoproletario,las victorias contra la Santa Alianza, contra Austriaen 1859 y 1866, y, en último lugar, contra NapoleónIII en 1870 , han sido de la mayor importancia; porcontra, las derrotas de sus adversarios fueron con-sideradas como negativas por Marx y Engels entodas sus obras, como Lenin recordará en sus tésissobre la guerra en 1914. Todos estos criterios seaplican en «el Oriente» moderno.

CONTRATESIS VDesde el momento que la burguesía tiene el poder

en todos los continentes de raza blanca, las guerrasson guerras de rivalidad imperialista. No solamenteningún movimiento obrero no tiene entonces intere-ses comunes con el gobierno en guerra y continúa lalucha hasta el derrotismo, sino que la victoria de unou otro de los beligerantes no influye sobre el desar-rollo ulterior de la lucha de clase y de la Revoluciónproletaria.

TESIS VSegún Lenin, a partir de 1.871, tras el periodo del

capitalismo «pacífico», las guerras son imperialistas:su aceptación ideológica es una traición. En 1914,todo partido obrero, tanto de los países de la Ententecomo de las potencias centrales, debía luchar contrala guerra para transformarla en guerra civil, aprove-chando sobre todo la derrota militar. Estando exclui-da, por tanto, toda alianza con la burguesía en lasacciones armadas, regulares o irregulares, el proble-ma de los efectos que pueden tener las diferentessoluciones militares debe, no obstante, ser tomado enconsideración. No se puede sostener que, cuandofuerzas tan inmensas se enfrentan, la victoria de unatiene las mismas consecuencias que la de otra. Demodo general, se puede decir que lavictoria militardelos Estados burgueses más antiguos, más ricos ymás estables social y políticamente es la soluciónmás desfavorable para el proletariado y su revolu-ción.

Existe un lazo directo entre el curso desfavorablede la lucha proletariades de hace 150 años, que hatriplicado al menos el tiempo previsto por el marxis-mo, y la victoria constante de la Gran Bretaña en lasguerras contra Napoleón primero y contra Alemaniadespués. El poder burgués inglés es estable desde

hace tres siglos, y si Marx confió en la guerra civilamericana para debilitarlo, aquella no engendró unafuerza capaz de batir a Europa, sino, al contrario, unafuerza de sostén de la potencia inglesa. Si dichoEstado ha llegado a ser gradualmente el centro delcapitalismo mundial, no ha sido tras un conflictodirecto con Inglaterra, sino merced a guerras condu-cidas en común con ella.

En 1914, Lenin indica claramente que la derrotade los ejércitos delZarsería la solución másfavorableporque aceleraría el estallido de la lucha de clase enRusia, y lucha con todas sus fuerzas contra los queconsideraban la victoriade Alemania sobre los anglo-franceses como la hipótesis más desfavorable, fus-tigando siempre de igual manera a los social-chauvi-nistas alemanes.

CONTRATESIS VILa revolución rusa solamente fue el estallido de la

revoluciónproletariaen elpaísdonde laburguesía eramás débil y desde donde la lucha podía extenderse alos demás países.

TESIS VIEs evidente que la revolución proletaria no puede

vencer más que internacionalmente. Sin embargo, sepuede y se debe comenzarla allí donde la relación defuerzas es más favorable. La tésis según la cual larevolución debe comenzar en el país donde el capi-talismo está más desarrollado y extenderse inmedia-tamente a otros es puramente derrotista. Para refutarla posición oportunista, el marxismo plantea el pro-blema histórico de manera muy distinta.

En 1848, Marx considera que la revolución declase no partirá de la Inglaterra industrial a pesar delas violentas luchas del cartismo. Estima que elproletariado francés podrá librar labatalla injertándo-se sobre la revolución republicana. Ante todo consi-dera como punto de apoyo la revolución doble enAlemania, donde las instituciones feudales estabantodavía en el poder, y transcribe la estrategia delproletariado aleman en precisas directivas políticas:primero con los liberales y burgueses, inmediata-mente después contra ellos.

Durante al menos veinte años, y sobre tododespués de 1905 cuando el proletariado ruso entra enliza en tanto que clase, los bolcheviques han prepa-rado una perspectiva semejante en Rusia. Esta estra-tegia se apoya sobre dos elementos: la decrepitud delas instituciones feudales que seran atacadas a pesarde la cobardía de la burguesía rusa, necesidad de laderrota militar que, como aquella contra Japon, debíade dar una segunda ocasión a la revolución. Estre-chamente ligados por la doctrina y la organizacióncon los partidos obreros de los países burguesesdesde mucho antes, el proletariado y su partido sedan la tarea siguiente: tomar a su cargo la lucha porla revolución liberal contra el zarismo y la emancipa-ción campesina contra los boyardos, y luego la toma

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del poder por la clase obrera rusa.Han sido muchas las revoluciones derrotadas en

la historia: unas porque no han logrado tomar elpoder, otras porque la represión armada se lo arreba-tó (Comuna de París), otras más sin represión militardebido a la destrucción de su estructura social(Comunas italianas). En Alemania, la doble revolu-ción esperada vence militarmente (y mucho mássocialmente) en la primera parte y fracasa en lasegunda. En Rusia, la doble revolución triunfa en lasdos fases militares de la guerra civil y en la primerafase economico-social pero fué derrotada en lasegunda, es decir, el paso del capitalismo al socialis-mo, no como consecuencia de una derrota militar,sino por la derrota proletaria fuera de Rusia (1918-1923). Los esfuerzos del poder ruso hoy no estandirigidos hacia el socialismo, sino hacia el capitalis-mo, en progreso revolucionario sobre Asia.

El giro histórico que habría podido tener comocentro en 1.848 a Alemania y en 1917 a Rusiaprobabilmente ya no puede ser interpretado como untrastorno nacional interno. No puede pensarse queChina, por ejemplo, -que, por lo demás, está pasandoya del estadio feudal al estadio burgués- pueda teneruna influencia mundial análoga.

Desde entonces, para comenzar localmente lanueva fase revolucionaria internacional, el eslabóndébil no podía ser resultado más que de una guerraperdida por un país capitalista.

CONTRATESIS VIIEs claro que la formación de sistemas totalitarios

en los países capitalistas no tiene nada que ver con lascontrarrevoluciones restauradoras de las tesis II yIII. Es una consecuencia esperada de la concentra-ción económica y social de las fuerzas productivas.Por tanto, es una recaida en la traición considerar lanecesidad de un bloque del proletariado con la bur-guesía para restaurar el liberalismo en economía ypolítica, así como la adopción del método de lucha delos partisanos. También es erroneo apoyar, en casode conflicto entre Estados burgueses, el campoopuesto a aquél que se propone atacar a Rusia, conel fin de defender un régimen que proviene, a pesarde todo, de una victoria proletaria. Aún siendoverdad, se debía sostener que la salida de la segundaguerra mundial, cualquiera que fuese, no podía tenerninguna influencia sobre las perspectivas de la luchaproletaria de clase y sobre la reanudación proletaria.

TESIS VIINo se agota el problema histórico con afirmar que

la justificación de la segunda guerra mundial como«cruzada», como conflicto de «ideologías», comodefensa de la democracia contra el fascismo, es tanperjudicial como aquellas que en 1914 hablaban delibertad, de civilización y de nacionalidad. Dichasfórmulas de propaganda disimulan en ambos lados elobjetivo de la conquista de mercados y de la domina-

ción económica y política. Todo esto es exacto peroinsuficiente. El fin del capitalismo no llegará más quecomo una serie de explosiones de los sistemasunitarios que son los Estados territoriales de clase.Es este proceso el que es necesario descubrir y, si esposible, acelerar. Desde la época de las guerrasimperialistas está excluido poder acelerarlo por unasolidaridad política y militar del proletariado con elEstado. Pero no es por ello menos importante desci-frarlo yadaptar a él la estrategia de la Internacionaldelos partidos revolucionarios. La política rusa hareemplazado esta orientación de principio por lascínicas maniobras de Estado de un nuevo sistema depoder: es la demostración de que este poder formaparte de la constelación capitalista mundial. Es desdeaquí de donde el movimiento de la clase proletariadeberá volver a comenzar. Y la primera étapa de estedifícil camino es: comprender.

Cuando el estallido de la guerra, el Estado deMoscu concluye un acuerdo con el de Berlín: jamásse divulgará bastante la crítica de este giro históricoacompañado de argumentos marxistas sobre lanaturaleza imperialistayagresivade la guerradirigidapor Londres y París en la que los partidos sedicente-mente comunistas estaban invitados a no participar.

Dos años más tarde, el Estado de Moscú se alíacon los de Londres, París y Washington, y consagratoda su propaganda a demostrar que la guerra contrael Eje no es una campaña imperialista sino unacruzada ideológica por la libertad y la democracia.

Es de la mayor importancia para el movimientoproletario no solamente establecer que las directricesrevolucionarias han sido abandonadas en las dosfases sino también subrayar el hecho histórico de queen la segunda fase el Estado ruso, adquiriendosiempre fuerzas y recursos para su desarrollo capi-talista interno, hacolaborado a lasalidaconservadorade la guerra evitando, con una contribución enormede fuerza militar, la catástrofe al menos para elcentro estatal de Londres que sale por enésima vezindemne de la tempestad guerrera. Tal catástrofe erauna condición extremadamente favorable para elhundimiento de otros Estados burgueses, comen-zando por Berlín, y para un incendio de Europa.

CONTRATESIS VIIIEn el antangonismo actual entre América y Rusia

(con sus satelites respectivos) no hay otra cosa queconsiderar más que dos imperialismos a combatir dela misma forma, excluyendo que la victoria de uno ode otro - o incluso un compromiso duradero - puedadeterminar respectivamente condiciones muy dife-rentes para la reanudación delmovimiento comunistay para la revolución mundial.

TESIS VIIIEsta equivalencia es una posición no solamente

falsa sino insensata si ella no se limita a la condena atodo apoyo a los Estados capitalistas en una eventual

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tercera guerra, de toda participación en las accionesde los partisanos en uno u otro campo, de todarenuncia a las acciones derrotistas autónomas delproletariado cuando se tuviese la fuerza. No seranunca posible tener la visión de la vía que lleva a larevolución mundial (visión necesaria incluso cuandola historia descarta las posibilidades favorables deinmediato y sin la cual no existe el partido marxista)sin plantear la cuestión de la ausencia de una luchadeclase revolucionaria entrecapitalistasyproletariosamericanos e ingleses, donde el industrialismo esmás potente. La respuesta no puede ser separada dela constatación del éxito de estos dos Estados entodas sus empresas imperialistas de explotación delresto del mundo.

Los sistemas de poder en América y enInglaterra no tienen otra exigencia que la con-servación del capitalismo mundial y estan pre-parados por una larga fuerza de vida históricaque se mueve en esta misma dirección. Avan-zan a paso firme hacia el totalitarismo social ypolítico (otra premisa inevitable del enfrenta-miento final) y en sus satélites tenemos unasituación de régimen burgués maduro. En elbloque soviético encontramos condicionesopuestas: son territorios europeos y extraeuro-peos donde la burguesía más reciente todavíalucha social y políticamente contra restos feu-dales, las formaciones estatales son jovenes ytienen un esqueleto menos sólido. Por otraparte, este bloque no puede utilizar el engañodemocrático más que exteriormente y ya haagotado los recursos del gobierno totalitario yde partido único abreviando así el ciclo. Evi-dentemente este bloque será tocado por la cri-sis si ésta golpea el formidable sistema capita-lista cuyo centro está en Washington y queengloba los cinco sextos de la economía madu-ra para el socialismo y de los territorios dondese encuentra un proletariado puro.

La revolución tendrá que pasar por una guerracivil en los Estados Unidos que una victoria america-na en la guerra mundial retrasaría por un periodocalculable en medio siglo.

Puesto que el movimiento marxista no degenera-do tiene hoy fuerzas ínfimas, su tarea no puede serenviar grandes fuerzas para romper desde dentrouno u otro de estos sistemas, tarea a la que se dirigeen principio. Fundamentalmente se trata de reunir alos grupos proletarios (por reducidos que estossean) que comprenden el papel de primer planojugado por Moscú y los partidos moscovitas en losúltimos treinta años para la consolidación de lapotencia capitalista en los sistemas altamente orga-nizados. Por una política errónea en primer lugar,por la aportación de millones y millones de víctimasdespués, han dado la contribución más potente parael éxito de la criminal sumisión de las masas a la

perspectiva del bienestar y de la libertad en el marcodel régimen capitalista y de la «civilización occiden-tal y cristiana».

La manera con que el proletariado dirigido porMoscú en los países atlánticos combate esta malditacivilización es para ella el mayor de los éxitos y lamejor garantía, desdichadamente, incluso para lasprevisiones sobre el desenlace de una guerra quepudiera venir desde el Este.

CONTRATESIS Y TESIS ECONOMICAS

CONTRATESIS IElciclo de la economía capitalista tiende a reducir

cada vezmás elnivel de vida de los trabajadores, a losque solo deja lo imprescindible para vivir.

TESIS ILa doctrina de la concentración de la riqueza en

unidades cada vez mayores en volumen y menoresen número es siempre valida. Pero la teoría de lamiseria creciente no significa que el sistema capita-lista de producción no ha aumentado la producciónde bienes de consumo aumentando progresivamentela satisfacción de la necesidades para todas lasclases. La teoría marxista significa que al hacerlo laanarquía de la producción capitalista dilapida lasnueve decimas partes de estas energías centuplica-das, expropia despiadadamente a todos los pe-queños propietarios de bienes de consumo y aumen-ta enormemente el número de los sin reservas queconsumen día a día su salario quedando así lamayoría de la humanidad sin defensa contra estosfenómenos inherentes al capitalismo que son lascrisis económicas y sociales y las espantosas des-trucciones de las guerras, sin defensa contra lapolítica capitalista de exacerbada dictadura de clase,prevista desde hace más de un siglo.

CONTRATESIS IIEl capitalismo está superado una vez conseguido

asignar al trabajador la parte de plusvalía que le hasido arrebatada (producto integro del trabajo).

TESIS IIEl capitalismo será superado cuando se devuelva

a la colectividad trabajadora no la parte del beneficiosobre el diez por ciento consumido sino el noventapor ciento dilapidado por la anarquía económica.Esto no se consigue con una contabilidad diferente delosvaloresintercambiadossinosuprimiendoelcarácterde mercancias de los bienes de consumo, aboliendoel salario en dinero y organizando centralmente laactividad productiva general.

CONTRATESIS IIIEl capitalismo estará superado ccuando exista

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una economía en la que los grupos productorestengan el control y la gestión de cada empresa y tratenlibremente entre ellos.

TESIS IIIUn sistema de intercambio mercantil entre em-

presas libres y autónomas, como puede ser predica-do por las cooperativas, los sindicalistas y los liber-tarios, no tiene ninguna posibilidad histórica ni nin-gún carácter socialista. Es incluso retrógrado enrelación a numerosos sectores ya organizados aescala general en la época burguesa como requierenlos desarrollos técnicos y la complejidad de la vidasocial. Socialismo o comunismo quiere decir quetoda la sociedad constituye una asociación única deproductores y consumidores. Todo sistema de em-presas perpetúa el despotismo interno de la fábrica yla anarquía en el consumo adecuado de la fuerza detrabajo que hoy es, al menos, diez veces más grandede lo necesario.

CONTRATESIS IVLa dirección de la economía por el Estado, la

gestión de las empresas por el Estado no es socialis-mo pero modifica el carácter del capitalismo tal comoha sido estudiado por Marx, por tanto, modifica laperspectiva de su caída caracterizando una tercerafuerza inesperada de post-capitalismo.

TESIS IVLa neutralidad del Estado no ha sido más que una

reivindicación de la burguesía contra el Estado feu-dal. El marxismo ha demostrado que el Estadomoderno no representa a toda la sociedad sinosolamente a la clase capitalista dominante y que elEstado es una fuerza económica en las manos delcapital y de la clase capitalista. El dirigismo y elcapitalismo de Estado son también formas de sumi-sión delEstado político a la empresa capitalista.Estasformas trazan el contorno del antagonismo finalprevisto entre las clases exasperadas que no es unchoque de números estadísticos sino de fuerzasfísicas: el proletariado organizado en partido revolu-cionario contra el Estado constituido.

CONTRATESIS VUna vez establecido el carácter inesperado de la

forma actual de la economía si el marxismo quierepermanecer con validez debe buscar una terceraclase que ocupa el poder tras la burguesía (grupohumano hoy desaparecido de detentadores de capi-tales) y que no es el proletariado. Esta clase quegobierna y que disfruta de privilegios en Rusia es laburocracia. En América es la clase de los managers,es decir, los dirigentes técnicos y administrativos delas empresas.

TESIS VTodo régimen de clase ha tenido su burocracia

administrativa,judicial,religiosa,militar.Elconjuntodeestaburocraciaesuninstrumentode laclaseenelpoder

pero sus componentes no constituyen una clase por-que una clase es el conjunto de aquellos que tienenidénticas relaciones con los medios de producción yconsumo. La clase de los propietarios de esclavoshabía ya comenzado a disgregarse - no podían alimen-tar a sus propios esclavos (el Manifiesto) - cuando laburocracia imperial dominaba todavía, luchaba contrala revolución anti-esclavista y la reprimía ferozmente.Mucho tiempo después, los aristócratas han conocidolamiseriaylaguillotinaaunquelasestructurasmilitaresyclericales del Estado luchasen todavía por el AntiguoRégimen.NosepuededefinirlaburocraciaenRusiasinun corte arbitrario entre los grandes caciques yel resto:en el capitalismo de Estado todos son burócratas. Estapretendida burocracia rusa, como por su lado la clase«manager» americana, no son más que instrumentossinvidanihistoriapropia,alserviciodelcapitalmundialcontra la clase trabajadora.Los términos hacia los quetiende el antagonismo de clase corresponden a laperspectiva marxista de los hechos económicos, socia-les ypolíticos, ya ninguna otra perspectiva precedente,mucho menos todavía a una nueva elaboración, frutode la tenebrosa atmosfera actual.

CONTRATESIS Y TESIS FILOSOFICAS

CONTRATESIS IPuesto que los intereses económicos determinan

las opiniones de cada uno,en la sociedad actual elpartido burgués representa el interés capitalista y elpartido compuesto de obreros representa el socialis-mo. Todos los problemas se resuelven por medio deuna consulta, no de todos los ciudadanos -mentirademocrático-burguesa- sino de todos los trabajado-res dado que los intereses son los mismos y que lamayoría ve bien su futuro general.

TESIS IEn todas las épocas, las opiniones dominantes, la

cultura, el arte, la religión, la filosofía, estan determi-nadas por la situación de los hombres en relación ala economía productiva y por las relaciones socialesque de ello se deriva. Por tanto, en cada época,particularmente en su apogeo y en el centro de suciclo histórico, todos los individuos tienden haciaopiniones que no solamente no provienen de verda-des eternas o de luces del espíritu sino que sonextrañas al interés mismo del individuo, de la cate-goría o de la clase, porque estan en gran partemodeladas sobre los intereses de la clase dominantey de las instituciones que convienen a aquella.

No es sino después de un largo y penoso conflictode intereses y de necesidades, después de largasluchas físicas, provocadas por el conflicto de clase,que se forma una nueva opinión yuna doctrina propiade la clase oprimida que ataca las defensas ideológi-cas del orden establecido y anuncia su destrucciónviolenta. Incluso mucho tiempo después de la victo-

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ria física,preludio de un largo trabajo de desmantela-miento de influencias y mentiras tradicionales, sólouna minoría de la clase en cuestión es capaz desostenerse solidamente sobre la vía del nuevo cursohistórico.

CONTRATESIS IIEl interés de clase determina la conciencia de

clase y la conciencia determina la acción revolucio-naria. Se entiende por inversión de la praxis laoposición entre la doctrina burguesa según la cualcada ciudadano debe formarse una opinión políticapor razones ideales o culturales y actuar consecuen-temente con esta visión, incluso contra sus interesesde grupo, y la doctrina marxista para la que son losintereses de grupo y de clase los que dictan la opiniónde cada uno.

TESIS IILa inversión de la praxis según la visión correcta

del determinismo marxista significa esto: cada indi-viduo actua según las determinaciones del medio(que no son solamente las necesidades fisiológicassino también las innumerables influencias de lasfuerzas tradicionales de producción), tiende a teneruna conciencia más o menos adecuada a su propiaacción y de sus motivos para actuar. Es el mismocaso para las acciones colectivas que nacen espon-táneamente y bajo el empuje de las condicionesmateriales antes de ser formuladas a nivel ideológico.Por el contrario, el partido de clase reagrupa a loselementos avanzados de la clase y de la sociedad queposeen la doctrina del curso histórico por llegar. Elpartido, que no actua por capricho o según losentusiasmos del momento sino que procede de modoracional, es, por tanto,el único en intervenir activa-mente de modo «consciente» o «voluntario», comodirían los filósofos. La conquista del poder de clasey la dictadura son funciones del partido.

CONTRATESIS IIIEl partido de clase construye la doctrina de la

revolución. Ante situaciones y acontecimientos nue-vos la transforma (la doctrina) según las necesidadesy según las exigencias o las tendencias de la clase.

TESIS IIILa teoría no es otra cosa que la previsión de una

serie de acontecimientos todavía no realizados perode los que ha sido posible descubrir las condiciones

y las premisas en la realidad precedente. Una luchahistórica de la revolución de clase y el partido que larepresenta son hechos reales y no una ilusión doctri-naria en la medida que el cuerpo de una nueva teoríase ha formado cuando la clase ha aparecido histori-camente en el seno de una nueva disposición de lasformas de producción social. La mayor continuidaden el tiempoyen elespaciode la doctrinaydelpartidode clase es la prueba de la exactitud de la previsiónrevolucionaria.

Toda derrota física de las fuerzas de la revoluciónes seguida por un periodo de desarrollo que toma laforma de revisiones de capítulos del cuerpo teóricobajo el pretexto de nuevos datos y de nuevos acon-tecimientos.

Todo el esquema revolucionario se revela cor-recto solamente cuando, y solamente si, se confirmaa lo largo del curso histórico que después de cadaderrota las fuerzas son reconstituidas sobre la mismabase y sobre el mismo programa establecido desde la«declaración de la guerra de clase» (1848).

Toda tentativa de construcciones nuevas y dife-rentes de la teoría equivale para los marxistas a unaconfesión de traición, como lo demuestra,no unaelucubración filosófica o científica, sinouna suma deexperiencias históricas sacadas de la lucha seculardel proletariado moderno.

* * * *

Las explicaciones de estas notas sintéticas seencuentran en numerosos textos del partido y en losinformes de congresos y reuniones. El hecho de quenosotros pongamos freno a peligrosas improvisacio-nes no significa que se pueda considerar este trabajocomo el monopolio o la exclusividad de alguien. Esposible ordenar con más cuidado los argumentos ydar mayor claridad y eficacia a la exposición. Por elestudioyla actividad es posible hacerlomejor ensieteaños a siete horas por semana.

Si enseguida llegan los quemadores de étapas engran número, convendría decir que son de esoshombres que aparecen cada quinientos años, segúnla expresión empleada una vez por el frío Zinoviev ¡yél lo decía de Lenin!

En cuanto a nosotros no damos la talla: esperare-mos tranquilamente a que sean embalsamados.

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ElcamaradaRiccardoSalvadorha fallecidoel31deOctubrede1993, a laedadde93añosensuciudadnatal de Schio, en el norte de Italia.

Queremos recordar su memoria en primer lugarporque ha dedicado su vida de obrero a la luchaproletariadeclase. Acontinuacion porqueRiccardohaaportado unacontribución, sinduda contradicto-ria, pero que merece no ser perdida, al esfuerzo dereorganizaciónde las fuerzas comunistasen partidotras la segunda guerra mundial, al esfuerzo deproselitismo para el partido, en los diferentes mo-mentos de la vidadel PartidoComunista Internacio-nalista, despues Internacional. Riccardo no era unescritor, unorador, unperiodista oun erudito: eraunorganizador,unmilitantequesabíautilizarsu instintode clase para tomar posición yhacer tomar posicióna sus compañeros de trabajo, un militante que dabasu aportación sobre todo en el plano de la actividadpráctica sin descuidar no obstante la lectura y elestudio de los textos marxistas, un militante quecontaba -quizasun poco en exceso - sobre su propiaexperienciapersonalysupropiacapacidadde arras-trar a los hombres.

EL MILITANTISMO CLASISTA

Su actividad ha sido ante todo un militantismoclasista, alimentado e influenciado por la actividadpolíticade laizquierdasocialistaprimero,comunistadespues, en el Partido Comunista de Italia desde suconstitución; sufriendo comotantos militantesde laépoca de la represión, fue arrestado en 1927 ycondenado a12 añosymediode prisión. Su militan-tismo, que le ha visto siempre dispuesto a defenderen laspalabrasyen loshechos los intereses inmedia-tos y generales del proletariado, le conduce en laprisiónarechazarcondesprecio lahabitualdemandade gracia y, por el contrario, a participar en todas lasluchas que se llevan detrás de los barrotes.

La lucha entre los stalinistas y las diferentestendenciasde izquierda, comenzadasamediados delos años 20 hasta la segunda guerra mundial, ledesorienta comodesorienta aotros milesde proleta-rios, divididos entre la necesidad de estar organiza-dos enpartido yel hecho de nopoder contarmás con

la inflexiblecoherenciadelpartidoydela Internacio-nal de los primeros años. Despues de haber rototodos los lazos con el falso partido comunista deTogliatti, Riccardo retoma en Schio, entre 1943 y1945, su puesto entre los obreros más combativos;encontrará allí las confirmaciones practicas de laactividad anti-obrera yanti-comunista deeste parti-do degenerado en partido colaboracionista y con-trarrevolucionario.

Su indomable combatividad ysu seguro instintode clase no podían dejar de conducir a Riccardo aenfrentarse cada vez mas con los burócratas delpartido togliatiano ycon los bonzos sindicales de laCGIL. Por otra parte, actuaba sobre él de nuevo lainfluencia de la Izquierda Comunista quese reorga-nizaba sobre el territorio italiano a partir de 1943 ymás ampliamente trás el fin de la guerra. Existía talcontradicción en los hechos entre su actividad deproletario combativo ycomunista en el terreno de lalucha inmediata yalnivelde lacríticapolítica,ytodolo que representaba el partido de Togliatti (siempremás infectado de ex-fascistas en rapida reconver-sion a medida que el fin de la guerra se aproximaba)que losstalinistasnodudaronenacusarlementirosa-menteaplenapáginadesuperiódiconacional"L'Uni-ta" de ser el responsable de la matanza de Schio(masacre de detenidos fascistas, el 6 de junio de1944 por partisanos próximos a los satalinistas) (1)

Los mesesquesiguieronal finde laguerra vieronla reorganizaciónde las fuerzasquesereconocíanenel viejo programa del nacimiento del partido comu-nistayque,saliendodelaclandestinidadovolviendodelexilio forzoso, deseabantomarensumanoelhilorojo de la lucha comunista y de la oposición alreformismo social-democrática tradicional yal nue-vo reformismo stalinista mucho más aún. Los en-frentamientos nosolamente verbales sino en lo vivode las luchas obreras yde la lucha política, entre loscamaradasde la IzquierdaComunistaylos stalinistasimpulsaron a estos últimos a denunciar a nuestroscamaradas como "provocadores trotskistas", "fas-cistas rojos", "agentes de la patronal pagados paradividir a los obreros", etc. Los stalinistas llegarontambién a los hechos: a Casale Monferrato fueron aasesinar en julio de 1945 a nuestro camarada Mario

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A LA MEMORIA DEUN CAMARADA

DE LA VIEJA GUARDIA

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Acquaviva, a la manera de los mafiosos, por ungranuja armado de un revolver (2), y a nuestrocamarada Fausto Atti en Bolonia. Episodios de estegénero no eran aislados; en el curso de los primerosaños de la post-guerranuestros camaradas ynuestraorganizacióneran constantementeel blancode inti-midaciones, de amenazas, de ataques con revolverpor los stalinistas y sus secuaces. Recordemos elasuntodelasesinatodelMarquiésVivianidellaRobiaen la región de Florencia en septiembre de 1946 porun joven partisano que acababaapenas de adherir alPartidoComunistaInternacionalista:bajolaacucian-te influenciade los stalinistas, lamagistraturamontade una pieza una acusación contra la organizaciónflorentina del partido y condena, al mismo tiempoque al joven partisano, a 4 camaradas de la secciónlocal a largas penas de prisión, a pesar de no tenernada que ver con el asesinato. Tal era en ellos la sedde servir a la burguesía que los stalinistas no retro-ceden ante nada, no tenían ningún escrúpulo enutilizar los medios de la represión fascista o losmétodos de laemboscada para reducir a la impoten-cia aaquellosquese atrevíana reivindicarel progra-ma yla accióndel comunismoverdadero. Esteera elclima de aquellos anas.

El trabajo politico para la clarificación teórica yprogramática, para el balance de la revolución rusay la contrarrevolución conduce en 1.951-52 a losdiferentes grupos que se reconocían en las posicio-nes generales de la Izquierda Comunista de los añosveinte y que se habian organizado en el PartidoComunista Internacionalista a dividirse: de un ladoaquellos que consideraban necesariocontinuar estetrabajo de balance y de restauración fuera de todoactivismo y voluntarismo a la busqueda de éxitosfáciles e inmediatos; de otro, aquellos que creíanposible quemar etapas en la ilusión de que la luchadecisiva contrael poderburgués erauna posibilidada corto plazo.

Si queremos citar para simplificar los nombresque personifican estas divergencias -pero precisan-do que no se trata de ninguna manera de problemaspersonales- diremos que en 1952 una parte de losmilitantes conBordiga se organiza alrededorde unanueva revista "Il Programma Comunista", en tantoque laotra partecon Damencontinua reclamándosede "Battaglia Comunista" cuya propiedad les habíasido reconocida por los tribunales burgueses.

Riccardo adherira a «Programma» desde Suizadonde habíaemigrado entre tanto ydonde organiza,enWinterthur, unaseccióndelpartido(5).Las tareasa cumplir en su nueva función de responsable desección, demás en el extranjero y en un ambientesocial bastante poco habituado al marxismo y a laluchapolíticade unpartido totalmenteacontrarrien-te como el nuestro, le impulsaron a plantear a losresponsables de la organización, y más particular-

mente a Amadeo Bordiga, una demanda que no hacesado de regresar: la demanda de volver «máscomprensible» la dura y difícil teoría marxista.Como éste es un problema que no puede dejar dereplantearse, nos parece útil retomarel intercambiode cartas entre Bordiga y Salvador para sacar utileslecciones tanto para lo que es la expresión de unaurgencia perfectamente comprensible como para laneta y siempre válida respuesta que ocasiona.

Amadeo a Riccardo

Napoles, 29/10/52.Querido Salvador: Me acaban de comunicar tu

demanda de que los «Hilos» se vuelvan más com-prensibles. No es laprimera vez que tal demanda eslevantada, yo diría que deello haceuna cuarentenade años y desde hace al menos 35 años yo heabandonado toda preocupación y todo remordi-miento deno escucharla. Te explicoa continuaciónporque mi firme respuesta no debe disgustar ni a tíni a ninguno. El texto debe ser difícil. La vía deloportunismoesbienaplanadayagradablederecor-rer: el estilo de los Mussolini, de los Nenni, etc,siempre ha sido límpida: se veía de modo límpidoqueeran traidores. Nuestravía esdifícil yaquélquese fatiga no puede recorrerla: es encima de estodonde 1a contrarrevolución funda sus repetidoséxitos contra nosotros. El marxismo es una cienciaproletariapero noes unaciencia popular. Entre losgravesobstaculosquese abrenante nosotrosestáelhecho de que la clase inculta debe poseer y saberutilizar la teoría más árdua, mientras que los bur-gueses instruidos se alimentan de pamplinas «alalcance de todos».

Se pueden realizar pocas cosas en la situaciónactual que nos es adversa; yo me encargo de ésteladodel trabajo:exactitudyrigorabsolutos.Yodejode lado, y no es posible hacer de otra forma, lareducción en píldoras de verdaderas rocas.Tu ha-blasde ladificultad de la propaganda, tienes razon.Pero ten en cuenta que lo que paraliza al obrero noes la ignorancia sino la cantidad de cultura de laclase enemiga que se le ha inculcado. Nuestromensual no tiene la tirada de las centenas de milesdeejemplaresde las hojasoportunistasqueestanenla línea del agitprop: nosotros trabajamos a largoplazo.

Bien que yo haya renunciado desde hace muchotiempo a intentar ser claro (y la cosa es paralela alhecho de que no haya acabado por caer en lapolitiqueria), existenbuenosmétodosparaayudaralos camaradas que cansan. En la ciudad de Torrecada «Hilo» es leido y comentado en la sección. Setiene bien presente el espíritu de los «Hilos» prece-dentes y nuestros otros textos, el lector puede remi-tirse a pasajes que explican de modo detallado el

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A la memoria

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concepto que muchas veces está abreviado: volun-tariamenteexistenrepeticionescontinuas, perosi sehiciera más el «Hilo» sería-todavía más largo yfatigoso.

Saludos cordiales, Amadeo.

Riccardo a Amadeo

Winterthur, 11/11/52.QueridoAmadeo,Turespuestanopodíasermás

que aquella que has dado. Nosotros también com-prendemosque nohay atajos para llegar al conoci-miento de la doctrina marxista. Sin embargo, con-servamos todavía la convicción de que si tú quisié-ras podrías facilitar el camino, quedando siemprebien entendidosobre lavía correcta. Deacuerdoenque no es la ignorancia lo que paraliza al obrero, sino la cantidad de cuItura que le ha inculcado laclase enemiga;yespor estoprecisamente por loquenuestro trabajo debe traer la clarificación, clarifi-cación bajo la forma de demolición de ésta culturaburguesa. Desgraciadamente losmedios inadecua-dos de los que disponemos y la fase actual deindiferenciade lamasa proletariano dananuestrostrabajoslosresultadosquedemasiadoscamaradasyparticularmente los jovenesesperan.Esporelloporlo que tu dices con razón que «nosotros trabajamospara sl largo plazo».

Por tanto, escrupuloso rigor científico en losanálisis y en la exposiciónde losprincipios. Perfec-tamente de acuerdo. Pero ¿para que anades ense-guida que «yo he renunciado desde hace muchotiempo a intentar ser más claro»?

Si tu hubieras dicho fácil, nosotros habíamoscomprendido; pero claro cuando todos nuestrosesfuerzos tienden precisamente a hacer la luz, allegar laclaridadparaarrastraralmenosalamejorparte del proletariado del pantano pestilente de laconfusión donde lo ha lanzado el oportunismo.Nosotros los obreros que vivimos dia tras dia encontactoconestoselementos sabemosporexperien-cia directa que esta obra de clarificación es eltrabajo más difícil además de ser el más delicado yelquereclama ademásunabuenapreparación, unaclaridad igualmente buena, tanto en la explicaciónde nuestros principios como en el éxamen analiticoquenosesforzamosenhacerconestosprincipios Tutienes la mejor posibilidad de facilitar este trabajoyesvolvertemásaccesibleesforzándoteenserclaroal menos con nosotros,

Porque querido Amadeo, no debes hacerte de-masiadas ilusionessobre lafacultaddeaprenderporparte de la clase obrera si no quieres cometer tutambién el error de Marx que creía que de ellapodían nacer elementos capaces de apropiarse lafilosofia y la ciencia proletaria, mientras que por elcontrarionosotroshastaelmomentosiemprehemos

tenido en la dirección, comenzando por Marx mis-mo, a elementos llegados de la clase burguesaconvertidos en revolucionarios y, por contra, losrarosobrerosdotadosdeunainteligenciasuperiorala media y empenados en estudiar, que han conse-guidoelevarse, casi todos hanacabado enel panta-node lapolíticaburguesa. Por tanto, paraconcluir:la intransigenciaquedefiendes tanasperamentenosencuentra sin duda de tu lado. La ligereza de lavulgarización donde anidan tan bien los oportunis-tas se vuelve en favor de tus tesis y es por lo quereconocemos la justeza de tu rigidez. Pero querenuncies a ser claro en tus explicaciones, esto, miquerido Amadeo, no llegamos a comprenderlo.

Te pedimos excusas si te importunamos aún conotra demanda. ¿porqué no escribes la historia deloportunismo italiano desde su nacimiento en elmovimientosocialistahastanuestrosdías?Estamosconvencidos de que sería de gran utilidad paraayudaralosobrerosasalirdelconfusionismoenquese debaten actualmente. Además, en razón de tuconocimiento de los hombres y de los hechos en losacontecimientos del movimiento obrero, ello debe-ría dar un trabajo interesante actualmente (8). Tesaludamos fraternalmente. Salvador y los camara-das de Winterthur.

Amadeo a Riccardo

Napoles, 23/11/52.Querido Salvador y otros queridos camaradas.Respondo ahoraque encuentroun pocode tiem-

po (y la cuestión necesitaría, mucho, pero esta es latramapara algún futuro «Hilo»)a vuestracarta del11.

En primer lugar senalo un pasaje de vuestracarta; yo repito con total conviccción lo que voso-trosllamáisel«error»deMarxquecreíaquelaclaseobreradebíadar loselementoscapacesdeapropiar-se de la filosofia y la ciencia proletaria. Marx diceexactamente: el proletariado es el heredero de lafilosofía clásica alemana (leed: crítica moderna).Esto es un hecho histórico y no escolar o cultural:este es un aspecto inseparable de la alternancia delas clases a la cabeza de la sociedad y de la lucharevolucionaria. Yo podríaburlarmedevuestra tesisy atascaros en lo que se llama un circulo vicioso: oMarx tiene razón y entonces os habéis equivocado,o vosotros habéis conseguido rectificar un errorfilosófico de Marx y sois más filosofos que él, portanto... e1 tiene razón. Pero no se trata de burlarse.Otra buena idea de vuestra carta, que yo he tenidoa menudo, es la crónica del oportunismo italiano yporqué no internacional. La parte «Ayer» de los«HilodelTiempo», quealgunoscamaradasquierenabolir, resnondenunpocoaello Y bien, entre tantasanecdotasyopodríacontaros unapolémica cuando

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el congreso de la Juventud Socialista de Bolonia en1.912 entre los culturistas, que querían con Tascareducirel movimientode los jovenes a una pequeñaescuela, y los anti-culturistas, que por mi interme-diación reivindicaban unaplena función política y,enprimer lugar, la luchacontra laderechareformis-ta de la época. Yo siempre he sido opuesta a lospartidariosde laeducaciónydelacultura,y siemprese me ha definido, desde aquella época, como unmaníaco de la rigidez doctrinaria y de las basesteóricas. ¿Contradicción?No, complejidad dialéti-ca del problema e imposibilidad de reducirlo apildoras.

Por tanto, losproletariosno deben tomar cursosde filosofía u otros, sino que deben combatir unica-mente parasu propiaclase. Recuerdo que entoncesla utilización de palabras exactas girando como decostumbrea labusquedadesutilidades, sedecíaqueyo oponía a la cultura de Tasca, la «fé» y el«sentimiento socialista».Y enun cierto sentido estoes verdad: sería un grave error ver en ello unpatinazo fuera del materialismo. Lo que yo tomo abroma, esto es la idea de que cada combatienteindividual de la clase debería poseer la «conscien-cia» : ver la reunión de Roma y los esquemasrelativos a la práxis marxista. ¿Qué quiere decirentonces Marx? Más vale volverlo más difícil ymenos comestible que alterar su alcance.

La burguesia revolucionaria «recibe su heren-cia» de las clases dominantes feudales, la cultura yla filosofía, monopolio sobre todo de la Iglesia; yponeen líneaelmaterial revoluciónariode lacríticaanti-autoritaria, con la que avanza audazmente eneldominiodelascienciasnaturalesyde lacriticadeldogma en tanto que la llama anti-feudal estabatodavía viva. Pero entonces, ¿qué eran estos «bur-gueses»? La clase feudal les trataba de «vilesmecánicos»; se trataba de mercaderes, tenderos,pequeños jefes de manufacturas, a veces de habilesmecánicos, pero siempre extrarños a la filosofíateórica. Los Galileo, los Diderot, los D' Alembert,etc., venían en general de la nobleza, incluso delclero: hechosecundario omás bien incluso síntomade la aproximación de tiempos revolucionarios;ellos forjaronarmaspotentesmientrasque los sans-culottesanalfabetos arrasaban la Bastilla. Es justodecir que la burguesía hereda la dirección intelec-tual de la sociedady funda la filosofía crítica. Pero,si en Inglaterra y en Francia las consecuenciasrevolucionarias fueron impulsadasal extremoen elterrenosocial, enAlemaniaexistió untrabajo teóri-co formidable y un trabajo político nulo o casi: yaen la época de Marx la burguesía alemana habíacaído en la impotencia y volvía al proletariado elherederode la tareade lacrítica, quepermanece enel terreno filosófico, y de realizarla en la historiaabatiendo las instituciones feudales y las institucio-

nesburguesas.Esta tarea pertenece históricamente a toda la

claseya supartidoqueconduce la lucha en la teoríay en la acción (crítica de las armas). Aquélque estáen este campo es «heredero» de ésta tarea de clase,ya sea filosofo o tirador de disparos. En el sentidohistórico, loquedefinealproletariadoesencontrar-se en ese campo: un obrero que se encuentra en unpartidooportunistacumpleunpapelburgués; loqueyohago, lohago en tanto queproletario. Y lo demásno tiene importancia.

No repetimos la tonteria de que los obreros nollegan a comprender. Poco importa. Vosotros notenéisusualmenteque frecuentara intelectualesynosabéishastaquépuntosoncompletoscretinosqueesmuy difícil alejar un milimetro de los prejuiciosambientales. En 40 años yo he aprendido hasta quépunto un auditorio obrero puede acoger más facil-mente tesisaudaces, radicalesyopuestasa las ideastradicionales, allí donde los bien-pensantes carga-dosdediplomasreacciónaránenunciando imbecili-dades gigantescas y lamentables. Por tanto, yo mehe desembarazado de la preocupación de que losobreros no comprendan. Es precisamente porqueellosescapana la víaescolaryque estándotados deun método que tiene más de instinto que de razona-mientoque lleganasudoctrinadeclaseyqueactuanenconsecuencia.

Yo encuentro justa la distinción entre claro yfácil: la simplificación conduce inevitablemente adescuidarslgunosaspectosdelproblema;por tanto,simplificar significa siempre deformar, mientrasque una exposición clara que evita deformar esmejor que una exposición confusa. A ello no le veootra solución que golpear siempre el mismo clavocomo digo a menudo, es decir, repetir numerosasveces la exposición de una tesis, intentar diferentesmétodos de presentación, hasta hablar figurada-mente o bromeando; pero yo no veo demasiado quées lo que podría hacer más, teniendo también encuenta la famosa recomendación semisecular: sieresdemasiado largo, todo elmundo vaa dormirse.

He llegado a veces a dar uno de mis articulos ajovenes camaradas para que lo traduzcan a unlenguajemásaccesible: elresultadohasidosiempredesastroso, incluso tratándose deredactores inteli-gentes y cultivados, se llegaba a hacerme decir locontrario de lo que escribía.

Comoquieraquesea, sepuede tenerunadivisióndel trabajo, como escribís. Yo me encargo de tener,lo mejor que pueda, el rigor.

Por ejemplo, lo que he escrito aquí es muysintético y toca un poco a todas las nociones delmaterialismomarxista. Inclusoentrelospartidariosmás sabios y no oportunistas de nuestra teoría,!cuántosequivocos graves!. Tomad porejemplo loslargosdesarrollosquehedebidoescribirparaponer

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bien en línea nuestra fórmula: Abolir la propiedadprivada. He demostrado que Marx ha escrito contodas las letras que el capitalismo ha abolido lapropiedadprivada, de los productosyde los mediosde producción. ¿Marx no eraclaro? Dichosamenteque no haya sido demasiado cuidadoso,

Recibid todos mis saludos afectuosos, Amadeo.

Si algunos de los camaradas de Winterthur ha-bían tenido la tentación de quedar con BattagliaComunista, la respuesta deBordiga ysu explicaciónde que las «rocas» del marxismo no podían ser«reducidasapildoras»lesdisuade: la secciónhizounbloque alrededor de la nueva organización.

Habiendoalcanzadolaedaddejubilación,Riccar-do vuelvea Schioen 1.966donde fundauna secciónenteramente obrera del partido. Sabe resistir a lasdificultades ya las crisis internas delpartido, la másprofunda de las cuales fue la llamada crisis «floren-tina» al inicio de los años 70, centrada sobre la«cuestión sindical», pero que en realidad tocabatodos los aspectos determinantes y característicasde la acción del partido. En losaños que siguieron lasección de Schio, como por otro lado otras seccio-nes obreras, debían cada vez más hacer frente adivergencias no ya solamente a propósito de lainterpretación de las grandes líneas políticas, sino aproposito de la orientación y de las directivas de laactividad práctica en las fábricas y sobre el terrenosocial más amplio. No se trataba ya de «asistir» adiatribas entre teóricos, de tomar partido «por ocontra Amadeo» (muerto entre tanto en 1.970 des-pues de dos años de enfermedad), de hacer frente aescisiones de «intelectuales»hacia los que los mili-tantesobrerosalimentabanunadesconfianzanatural(aunque a menudo también unrespeto espontáneo).Por otra parte, las secciones del partido no tenían yasolamente queenfrentarse aloportunismo stalinistatradicional, sino a las mil variantes de una nuevaextrema izquierda que ponía a prueba en los hechossu asimilación de la línea política, programática yteórica delmarxismo. Si sobre el terreno específica-mente «sindical» las secciones obreras podían con-tar sobre sus experiencias directas -incluso limita-das- en el terreno social más amplio de la luchapolítica inmediata (paradistinguirlade la luchapolí-tica sobre los grandes principios y los grandesobjetivos teóricos), incluso camaradas de la viejaguardia como Riccardo no podían ya representar,paralos jovenesmilitantesunpuntodeapoyopoliticosuficientemente sólido.

LOSNUEVOSPROBLEMASPOLITICOS

Cuanto más se encontraba el partido frente aproblemas políticos y prácticos diferentes por sunaturaleza, su dimensión o su urgencia (como la

cuestión femenina, del alojamiento, de los parados,la aparición de nuevas organizaciones fuera de losgrandes sindicatos tradicionales o los problemasplanteadosporelpesodecuestionesde tiponacionalen algunos países) y más se revelaban tendencias aparapetarse en un cuadro conocido, en declara-cionesdeprincipio,enuna tirantez ideológica-loquees bien diferente del rigor teórico-, más apareciantendencias a hacer bloque sobre posiciones «desección» o alrededor de camaradas que tomaban laresponsabilidaddecontestar talo cualorientación, ymás se desarrollaba un espíritu de campanario cen-tradosobre laactividad de la sección localosobreunpasado de experiencias personales. Como los otroscamaradas obreros, Riccardo sufre en el curso deestos años el deterioro provocado por todos losproblemas y tentativas que el partido debía y queríaafrontar, adespecho delhecho deque se tratabaparala organización de un terreno totalmente nuevo y apesar de la desapariciónde sucabezadeunmilitantedel calibreyde lascapacidadesdeAmadeoBordiga.Sufre como tantos otros camaradas las desilusionescausadas por la ausencia de la reanudación de lalucha de clase tras la crisis capitalista de 1.974-75,prevista y anunciada por el partido en los años 50.

Si la dirección de un partido duda, si sus deci-siones tacticas y organizacionales son inciertas ocriticables, es inevitable que los militantes de la«base» se vuelvan hacia los camaradas más expe-rimentados, con un pasado más rico, para deman-darles dar las respuestas y tomar las decisiones quetardan en llegar. No hay que disimular que ladirección del partido no se dió cuenta más que conretraso yde manera insuficiente de lo que pasaba enla organización y que no supo responder más quepor lo que nosotros hemos llamado una «centrali-zación ficticia».

ELLOCALISMO

El camarada Riccardo se vuelca en una defensamal comprendidadel partido invadido, segúné1, enel centro como en la periferia, por toda suerte degentes unicamente interesadas en maniobras dudo-sas. El clima político se vuelve tenso y malsanocuandoel localismo tiendeasustituiral centralismo;cuando el fantasma del complot puede surgir en lacabeza de camaradas y la lucha política abierta perofraternal se sustituye por el enfrentamiento entreclanes, entre facciones, entre fracciones: la catás-trofe está asegurada cuando se pierde de vista elinterés colectivo de clarificación política.

En 1a sección de Schio monta poco a poco lacontestación contra todos los esfuerzos por impul-sara losmilitantesasalir del localismoydeprácticasanti-centralistas para consagrarse a las nuevas ta-reas, nacionalese internacionales,que lasituaciónde

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fines de los años 70 planteaba indudablemente alpartido. Como otras, la sección de Schio se rehusaen los hechos -antes de reconocerlo en palabras- aafrontar el cambio de situación social abierta por lacrisiseconómicacapitalistade1.974-75. Tal actitudes en un cierto sentido a la vez conservadora yreaccionaria. Esdecir, que tiende areaccionar frentea lasdificultades de lasnuevas tareas imaginán-dosehacer abstracción de la situación concreta hasta elpunto de rechazar interesarse en estas tareas y enestos problemas.

DOS MODOS DE HACER FRENTE A LOSPROBLEMAS DE LA ACTIVIDAD DEL

PARTIDO

Es útil profundizar estos aspectos puesto quecamaradas del temple de Riccardo, durante muchotiempo ejemplode cohesiónpolítica, no han podidoevitar caer en la trampadel localismoconservador yde la politica personal. Una circular de la direcciónitalianadelpartido, puestaencirculaciónpocoantesdel estallido de la crisis del partido (9), ponía derelieve los dos modos opuestos de responder a losproblemas de la actividadque enadelante emergíande todas las divergencias aparecidas en el curso delos últimos años. La circular explicaba que lasdificultades internasdeesteperiodopodíanexplicar-se «por el fenómeno paralelo de una agravación delas contradicciones sociales, quenos impulsana unaactividad acrecentada, ydeun crecimiento real, aúnque modesto, de fuerzas de partido al nivel interna-cional » que nos hacia entrar en una nueva fase: «lafase donde se convierte en necesario para la organi-zación dotarse de una orientación fija que defina laacciónaemprenderaplicando losprincipios teóricosy tácticos, en el cuadro de una serie de evaluacionesde lasituación,parallegaraladefinicióndeobjetivosprecisos».

Lacuestiónqueseplanteabaera, pues,ésta:«¿Enque medida la situaciór actual es más favorable a lareanudación de la lucha de clase y a la actividadgeneral del partido y de que modo se manifiesta -sies que se manifiesta- la agravación de la oposiciónentre burguesía y proletariado, y la agravación detodas las contradicciones sociales?».

Inmediatamente se precisaba que «la modifica-ción de la situación -estamos todos de acuerdo- noes tan grande como para comportar un cambio de laactividad del partido en función de una influenciaapreciable sobreunmovimientoproletarioque, sinosigue yade una manera tancompacta a las organiza-ciones colaboracionistas, no es todavía el autor deluchas a escala general que escapen a su control.Pero numerosas manifestaciones sociales, sobretodo despues de 1. 974-75, han cambiado de carác-ter al punto de habernos hecho decir que una

manifestación de lucha, incluso a escala reducida,tiene hoy para nosotros, como para el proletariado,más importancia que tenían las grandes huelgas (eincluso losenfrentamientos)dirigidosporel PCIylaCGIL en los años 50-60. En aquella época nuestropapel en el movimiento proletario -independiente-mente de nuestras fuerzas y de nuestras posibilida-des de intervención- estaba destinada a quedar as-fixiada;hoy-allí dondeesposible-esunelementoderuptura de un frente que muestra fracturas conside-rables».

Enesteperiodo lasbrechasotrasveces inexisten-tes se abrían a la acción del partido, noya solamentepara la propaganda y el proselitismo, sino tambiénsobre el plano de la orientación yde la organizaciónde grupos de proletarios que buscan escapar a lasestructuras de la colaboración de clases: era elperiodo de los comités de base yde las luchas extra-sindicales de los ferroviarios, de los trabajadores delos hospitales, etc., la época de las coordinacionesobreras en el metal, en la química, etc. Era posibleafirmar que las luchasno estabanya monopolizadaspor el PC y que estas nuevas organizaciones cons-tituían tentativasde algunascapas obrerasde defen-derse de un modo más eficaz que contentándose enseguir a las jerarquías sindicales tricolores, y queestas tentativas no podían dejar indiferente a unpartido que se decia revolucionario.

Al mismo tiempo la circular afirmaba que «lafluidezde la situación, como la ausencia de elemen-tos de referencia precisosen elplano de la organiza-ción inmediata, no favorece la precisiónde nuestrasindicacionesydenuestrasdirectivastácticas. ¿Cómofavorecer esta fractura entre movimiento proletarioy burguesía, entre movimiento proletario y colabo-racionismo?». Salvo reducir el partido a un círculoculturalempeñadoenunsimpletrabajoderegistrodelos hechos -por tanto, a renegar el concepto mismode partido político- no era posible escapar a estascuestiones. Y el problema que se planteaba era deorden teórico: «¿Cómo interviene el partido en unmovimientoqueen síno esrevolucionarioyqueestásin ninguna duda destinado a ser encuadrado paramucho tiempotodavía pororganizacionescolabora-cionistas, oportunistas y, en parte, “infantiles”, porrazones materiales y no solamente en razón de losmediosdequedisponenalgunas ideologías?¿Enquémedida es posible suministrar hoy al movimientoproletario,ademásdela indicaciónde lanecesidaddereapropiarse el programa comunista yde luchar porobjetivos de clase, una agitación por objetivos másampliosqueaquellosquenacenen las luchasparcia-les, y una contribución organizacional? ¿Qué seproponeobtenerhoyelpartidodesuparticipaciónenlosmovimientos sociales?».

Frente a estas cuestiones los dos modos deresponder eran los siguientes:

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«De un lado, algunos consideran que ésta es lamadurez de la situación -la manifestación de unacontradicción aguda entre los intereses burgueses yproletarios-quedaráalpartido lascondicionesrealesde su inluencia sobre la clase yde su contribución alrestablecimientodeorganizacionesclasistasabiertasa todos los trabajadores. Hasta alli -es decir, hastaque lasituación cesede sercontrarrevolucionaria-eltrabajo de partido consiste en apoyar las luchasproletarias, pero no todavía en promover formas deorganización independiente, quenopodríansermásquecascaras vacias sirviendo de tribuna a las distin-tas “vanguardias”. Mejor: la posibilidad de una ver-dadera inluencia sobre elementos obreros implicamantenerse a distancia de éstas manifestaciones delapolíticadegeneradade formacionespolitícas sedi-centemente revolucionarias». Lo que se ha descritoaquí de modo sintético es la concepción sostenida,con otros, por la sección de Schio.

«De otro lado se senala, por el contrario, que lareanudación de la lucha de clase se expresa desdehoyen manifestaciones que tocan sea al proletaria-do, sea a capas semi-proletarias, sea a elementosque están a la vanguardia del movimiento realporque ellos le suministran las contribuciones ne-cesarias a su desarrollo y a su organización. Perohay que determinar, también, incluso aproximati-vamente, los límites del movimiento más allá de sucarácter, además de su carácter distinto yseparadodel partido.

En este trabajo el partido se vuelve capaz dedirigir losmovimientosmásampliosqueapareceránen el futuro. La formación de una red de lazos,despues de una organización y de una dirección delmovimiento inmediato no es el reflejo de una situa-ción bruscamente radicalizada, sino el resultado deun conjunto de exigencias que en el movimientoproletario quedan más o menos confusas, con elelemento «externo» más o menos «consciente»queno es solamente el partido revolucionario, sino queestá constituido por todas las otras ideologías yorganizacionesqueseproponen influenciarelmovi-miento proletarioutilizando los reflejos ideológicosespontáneos y el grado de madurez presentes en elmovimiento y en las luchas proletarias.

De igual modo, la influencia del partido sobrecapas más o menos grandes del proletariado presu-pone un trabajo que demuestra en la práctica cómoel partido responde (en las palabras yen los hechos)a la sucesión de situaciones en que se encuentranestos proletarios».

Esta oposición entre los dos modos de concebirlas tareas del partido yde responder a ellas no podíadesembocar másque enuna rupturaentre militantesque tendían a actuar de modo diferente. Cuando enunareunión regionaldelpartidoenSchioenseptiem-

bre del 82, cuyo tema era la discusión de estacircular, el camarada Riccardo ataca con una vehe-mencia sin precedentes a los representantes delcentrodelpartido porquesostienen laposibilidaddeacciones comunessobreel terreno inmediato inclu-so con proletarios pertenecientes a otras organiza-ciones deextrema izquierda-adiferenciadel terrenopolítico sobre el cual es necesario actuar con todaautonomía. Para él esto llevabaaconducir alpartidoal pantanode movimientossocialesmaldefinidos, atrapichear con grupusculos de todo género, a aban-donar la vía correcta del trabajo en las fábricas, etc.Otro momento significativo de ésta reunión fue laoposición igualmenteresuelta deRiccardo a la deci-sión de constituir una sección en el gran centroindustrial de Mestre-Marghera bajo el pretexto deque la mayor parte de estos jovenes militantes quetrabajaban en ese centro llegaban depequenas loca-lidadesde losalrededores:habríandebidodesarrollarsu actividad en estas localidades de donde eranoriginarios y donde tenian sus raíces. Bien entendi-do, el fondo de la oposición era que estos jovenesmilitantes obreros no compartían el modo de llevarla actividad del partidodefendida por Riccardo, quedecide, seguido por toda la seccióndeSchio, rompercon el partido a la salida de esta reunión. Demostra-ciónde queel centralismoorganico sehabía conver-tido en una frase vacia, que de hecho la sección erael verdadero centro del partido, que era incluso elpartido. Inutildecirque lasacusaciones lanzadasporestos camaradas no eran más que pretextos parahacer recaer en el centro la responsabilidad de laruptura: el veneno localista y democratico habíaacabado por dar cuenta incluso de la «roca» queRiccardohabia sido durante tantosaños en la activi-dad politica, en la actividad de militante de la claseproletaria como en la vida personal .

En los años que siguieron Riccardo y sus cama-radas continuaron su actividad política de modoautónomo en tanto que «sección de Schio» (sinexplicar nunca de que organización concreta eranuna «sección») vituperando contra la degeneraciónde los «programistas» (10). En 1.988 Riccardo sereincorpora con sus camaradas al grupo que en1.984hareanudado lapublicaciónde«IlProgrammaComunista»yque sepretende elauténticocontinua-dor del partido porque «le reencuentra en plenaconcordancia con la línea seguida con constanciapor él y la sección» segun el artículo publicado enesta revista tras su desaparición (Il PC n° 6/1.993).¿Ello quiere decir que los militantes de Il PC consi-deranque lasposiciones defendidasporelcentro delpartidoen septiembredel 82eran falsasyque, por lotanto, era justo escisionarse? ¿Incoherencia del an-tiguo «Il Programma Comunista» al fin rectificadagracias a la inflexible coherencia de la «sección deSchio»? ¿O incoherencia del nuevo «Il Programma

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Comunista» aliado, tras diversas tentativas, a laincoherencia del grupo de Schio que no reniega denada de sus posiciones anteriores?

La citada circular explicaba que la larga batallallevada en elpartido «seha convertidoen crisis, yhaconocido momentos asperos y dolorosos cada vezqueseriasdiferenciasdeanálisispolíticohandesem-bocado sobre este terrible impasse donde se hadivergido no solamente en la respuesta a dar a losproblemaspolíticosencontradospor elpartido, sinoquenisiquiera sereconocían losmismosproblemas.Cuandonacenenfrentamientosyoposicionesquenopermiten ya la resolución de las divergencias (...)vuelven imposibles el trabajo en común».

Hasta aquí se habia llegado con Riccardo y conla sección de Schio: no se reconocía ya la existenciade los mismos problemas, como si se estuviese enpresenciade dospartidos diferentes;hastaaquísehallegadoconelnuevo«IlProgrammaComunista»quedesde su nacimiento se caracteriza por el rechazo aafrontar los problemas de la crisis del partido, yquehoy todavía finge ignorar la existencia misma deestos problemas y de esta batalla.

Nosotros hemos querido recordar a RiccardoSalvador como militante de la clase obrera y comomilitante del partido de ayer y de anteayer en susimpulsosvalientesyen líneacon lapráxis revolucio-naria como en sus errores y sus debilidades, porquehay ensenanzas preciosas que sacar en ambos ca-sos, másalláde las glorificacioneshipócritasyde lasconmemoraciones sentimentales. Lo que sirve altrabajo de reconstitución del partido de clase y a laluchadeclase son losbalances ylas leccionesque sesacande lavida, de laactividad,de lasposiciones, delas batallas teóricas y políticas, de la práxis delpartido revolucionario, partido hechode individuosde carne y hueso que actuan y que se equivocan,pero que, en la medida en que luchan como parteintegrante del trabajo colectivo del partido de clasedejan efectivamenteuna«herencia»indispensable alas nuevasgeneraciones revolucionarias.

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(1) cf. «l’Unita» del 6/7/45. Ver «Carta de RiccardoSalvador»enBattagliaComunista (BC28/7/45), «CartaabiertaalcomunistaVitoPandolfi»deRiccardoSalvadorpegada como affiche en Schio ysus alrededores (BC 28/7/45), artículo «De Schio a Casale»(BC 6/8/45).

(2) Sobre el asesinato de Mario Acquaviva, ver porej. «El centrismo ha asesinado a Mario Acquaviva comolasocialdemocracia alemanaasesinó aKarl Liebknecht,el campeón de la lucha contra la guerra» (BC 28/7/45) yenelmismon°delarevistael textodela«CartadelComitéCentral del Partido Comunista Internacionalista» a laCGIL, a los partidos que a ella adhieren, a las Bolsas deTrabajo, a las Ligas de oficio, titulada «Acta de acusa-ción» (BC 6/8/45), «De Schio a Casale» citada y «Enmemoria deMario Acquaviva»(BC 14/8/45).

(3) Sobre la liquidación del marqués y sobre las

absurdas acusaciones contra el Partido Comunista In-ternacionalista ver «Solidaridad proletaria con los dete-nidos de S. Polo» (BC 28/9/46). Y sobre otros ataquescontra camaradas por los stalinistas ver «¿Porqué sufri-moslaviolenciacentrista?»(BC1/1/47 )y«Laderrotadeclase ha tenido sus victimas» (BC 27/3/48 )

(4) A propósito del nombre que debería tomar lanuevaorganización,Amadeo escribíael25/11/52,consuhabitual éstilo seco e irónico, a Ottorino Perrone (quebajo el pseudónimo de Vercesi había sido el principalresponsable de la organización en la emigración de losmilitantesde laIzquierdaComunista):«QueridoOtto (...)Se ha adoptado el criterio: cambiar lo menos posible ysino con la variante más insignificante. Para el nombredel partido: los considerandos judiciales no imponencambiosyyo mehe hecho defensor de la tesis: elnombredel partido se cambia en un gran giro histórico; quellegue y daremos curso a la idea de hacer desaparecer eladjetivo internacional; puesto que el adjetivo mundialseria exagerado, diremos partido comunista, sección deOttolandia. Judicialmente el nombre «Battaglia Comu-nista» debe caer; Napoles dice entonces «Lucha Comu-nista». Milan reflexiona y escribe: «Programma Comu-nista». «El bolchevique» no com lace a nadie. Lo quedicessobreel título Programmano semantiene.Noseráun título sensacional ni estupendo ni super-brillante,pero es muy exacto. Yo había previsto que los damenis-tas irían a hablar de una nueva retirada hacia el trabajointelectual. Pero de hecho el programa no sirve como tudices a la disciplina interna, para eso están los estatutos.El programa, lazo entre la teoría y la acción del partido,es inseparable de éstas y, por tanto, de la agitación y dela propaganda. El título actual tiene todos sus papeles enregla. Para Prometeo (la revista que quedó también enmanos de los damenistas-NDLR) si es tolerado legal-mente nos detendremos en PROMETEOS. Esto no estodavía seguro. Por el momento ningún Prometeo hasalido».

De hecho la decisión de publicar una revista teóricano fue tomada nunca, se encargaa la revista«ProgrammaComunista» de llevar un trabajo teórico considerado enlo sucesivo como fundamental.

A propósito de la escisión que da nacimiento a lanueva organización ver «El alcance de 1a escisión de1.952 en el Partido Comunista Internacionalista», Pro-grammeCommunisten° 93.

(5)Los «Hilos»son losartículos concarácter teóricoy de balance histórico escritos por Bordiga bajo el título«Sobre el hilo del tiempo».

(6)Se tratade«ProgrammaComunista»quetuvo unaperiodicidad bi-mensual.

(7) No hubo nunca un trabajo específico consagradoa lahistoria deloportunismo. El lector puede remitirsealtrabajo sobre la Historia de la Izquierda Comunista(«Storia della sinistra comunista»).

(8) Se trata de la reunion habida en Roma el 1-4-51 ydel esquema de la inversión de la praxis en la teoríamarxista, publicado en castellano en el opúsculo «Parti-do y Clase».

(9) «El partido frente a las cuestiones surgidas en elpasado reciente» 5/9/82.

(10) Ver «Atención a los falsarios», Le Proletaire n°397, artículo de respuestaa lapublicaciónporeste grupode un folleto titulado «Para la defensa del programacomunista».

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No 18 - Septiembre de 1975- Una vez más sobre crisis y revolución.- Portugal: de la revolución floreada a la austeridad.- Cuestiónes de doctrina y de táctica revolucionarias:

Introducción; Partido abierto y partido cerrado; El frenteúnico

- En la continuidad del hilo histórico: Acerca de lasrelaciones del partido comunista con los otros partidos ycorrientes politicas.No 19 - Enero de 1976

- EI mito de la dualidad de poder en Portugal.- EI marxismo y la cuestión rusa.-EI Curso del imperialismo mundia1 (1).- Al margen del 55° aniversario del LLamamienzo a la

claseobrera deambas AmericasdelComiteEjecutivo della III Internacional.No 20 - Mayo de 1976

- 1926-1976: Del socialismo en un solo país a lademocracia en todos.

- El curso del imperialismo mundial (2).- Lucha revolucionaria, partido y militantismo

comunistas.- La función histórica de la democracia en España.

No 21 - Septiembre de 1976- España, Italia, Portugal: El postalinismo latino, honra

del estalinismo internacional.- Las Tesis de la Izquierda: Introducción; EI asalto de

la duda revisionista a los fundamentos de la teoríarevolucionaria marxista;El ciclo histórico de la economiacapitalista; El ciclo histórico de la dominación política dela burguesía.

- Al margen del X° plan quinquenal: el mito de la«planificación socialista» en Rusia.

- Acerca de la Conferencia de los Partidos Comunistasde America Latina y del Caribe: Las vías que llevan a lascloacas de la historia.

- Lo que distingue a nuestro partido.No 22 - diciembre de 1976

- Desde el Libano a la R. Sudafricana pasando porEuropa: las consecuencias extremas y devastadoras de lacontrarrevolución estaliniana.

- Las Tesis de la Izquierda: Introducción; El cursohistórico delmovimientodeclasedelproletariado;Guerrasy crisis oportunistas.

-PropiedadyCapital.-Elementos decríticapolíticaydeapreciación histórica

de la Junta de Coordinación RevolucionariaLatinoamericana.No 23 -Marzo-Mayode 1977

- La revolución burguesa china ya tuvo lugar; larevolución proletaria en China queda aún por hacer.

-Comunismo,democracia y fascismo: Introducción;Lafunción de la socialdemocracia en Italia; Las vías queconducen al "noskismo"; Roma y Moscú.

-Curso del imperialismo mundial (3).- La cuestión de las nacionalidades en España (1).- Verdad y mentira en la Constitución cubana.

No 24 - Junio de 1977-Enlamemoriade losmillaresdeproletarios ferozmente

asesinados en Shanghai el 13 abril de 1927 yen los mesessucesivos en toda China.

- En defensa de la continuidad delprograma comunista(1): Introducción; Tesis de la Fracción Comunista

SUMARIOS DE "EL PROGRAMA COMUNISTA"

Abstencionista del Partido Socialista Italiano (1920).- Factores económicos y sociales de la revolución en

America latina (1).- España: la democracia blindada.- Notas internacionales: La situación en Italia; Las

oposiciones en los paises "socialistas"; La normalisaciónburguesa en Angola.No 25 - Octubre de 1977

- Otro paso adelante en el camino de la confesión de lanaturaleza capitalista de la URSS: la nueva Constituciónsoviética.

- Marxismo y cuestión sindical: Introducción; En lacontinuidad histórica del marxismo; Tesis sindicales.

- Factores económicos y sociales de la revolución enAmerica latina (2).

- Vicisitudes de la Italia de la posguerra.No 26 - Febrero de 1978

- El imperio de los grandes Estados capitalistas agitadopor incurables antagonismos.

- En defensa de la continuidad delprograma comunista(2): Introducción; Tesis sobre la táctica del PartidoComunista de Italia (Tesis de Roma - 1922).

- La cuestión de las nacionalidades en España (2)- A la memoria de Ernesto "Che" Guevara.-Notade lectura:"Debate sobrelosconsejosdefábrica".

No 27-28 - Junio de 1978-Laevoluciónde las relaciones interimperialistas desde

la última guerra.- Cuestión femenina y lucha de clase.- Las proezas del marxismo universitario: A propósito

de la obras de Baran y de Sweezy.- El "pensiamento de Mao": expressión de la revolución

democratica-burguesaen Chinay de la contrarrevoluciónantiproletaria mundial (1).

- Acerca de la revolución en America latina.- El programa del Partido.

No 29 - Diciembre de 1978- Nuestro "saludo" a la nueva Constitución española.- En la defensa de la continuidad del programa

comunista (3): Introducción; La táctica de la InternacionalComunista en el proyecto de Tesis presentado por el PCde Italia al IV Congreso mundial (Moscú - Noviembre de1922).

- El "pensamiemto de Mao": expresión de la revolucióndemocrática-burguesaen Chinay de la contrarrevoluciónantiproletariamundial (2).

- El proletariado chicano, un potencial revolucionarioque hay que defender.No 30 - Marzo de 1979

- La defensa del marxismo es la defensa del arma de larevolución proletaria.

- El terrorismo y el difícil camino de la reanudacióngeneral de la lucha de clase (1).

-Curso del imperialismo mundial: laofensivadelcapitalcontra la clase obrera.

- El "pensamiemto de Mao": expresión de la revolucióndemocrática-burguesaen Chinay de la contrarrevoluciónantiproletaria mundial (3).

- En Iran, revolución a la cosaca.- Nota de lectura: No solo el estalinismo tiene su

"escuela de falsificación".No 31 - Junio de 1979

- De España a America latina: la democratización

45

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despliegua su papel contrarrevolucionario.- Sobre la vía del partido "compacto y potente" de

mañana.- Siguiendo el hilo del tiempo: El proletariado y la

guerra (1): Socialismo y nación; Guerra y revolución;Guerra imperialista yrevolucionaria.

- Nota: ¿ Socialismo o producción individual ?No 32 - Octubre de 1979

- Hace 60 años nacío la Internacional Comunista.- Siguiendo el hilo del tiempo: El proletariado y la

guerra (1): La guerra revolucionaria proletaria;La novelade la guerra santa; Estado proletario y guerra.

- La cuestión agraria. Elementos marxistas delproblema (1).

- Marxismo y subdesarrollo.- Nota de lectura: La Internacional Comunista y la

revolución china de 1927.No 33 - Enero de 1980

- ¡Acuérdate de las dos guerras imperialistas!- Siguiendo el hilo del tiempo: Introducción; La

"invariancia" histórica del marxismo; Teoría y acción;El programa revolucionar io inmediato; Lasrevoluciones múltiples; La revolución anticapitalistaoccidental.

- La cuestión agraria. Elementos marxistas delproble-ma (2).

- El volcán del Medio Oriente: El largo calvario de latransformación de los campesinos palestinos enproletarios.

- Nota de lectura: ETA, o la imposible amalgama denacionalismo y comunismo.No 34-35 - Abril de 1980

- La era de las guerras y de las revoluciones.- En defensa de la continuidad delprograma comunista

(4): Introducción; Proyecto de tesis presentado por laIzquierda al III Congreso del Partido Comunista de Italia-Lyón 1926.

-Unaexigencia fundamentalparaelmovimientoobrero:liquidar ladependenciacolonial delUlster respecto aGranBretaña.

- Nota: Marcuse, profeta de los buenos viejos tiempos.No 36 - Octubre de 1980

- Asociacionismo obrero, frente proletario de lucha ypartido, hoy.

- El marxismo y la cuestión nacional y colonial:Lasrevoluciones múltiples (1953); Presión "racial" del

campesinado, presión de clase de los pueblos de color(1953); Factores de raza y de nación en la teoría marxista(1953): Introducción; La lucha de clases y de Estados enlos pueblos de color, campo histórico vital para la críticarevolutionaria marxista (1958); La Cuestión naciónal ycolonial (1958); El ardiente despertar de los "pueblos decolor" en la visión marxista (1960).

- Lecciones de las contrarrevoluciónes (1).

- Nota de lectura: Pierre Frank manipula la história.No 37 - Enero de 1981

- Polonia: necesidad de la organización, necesidad delpartido.

- El cierre de la fase revolucionaria burguesa en el"Tercer mundo".

-Elprograma revolucionario de lasociedad comunistaelimina toda forma de propriedad de la tierra, de lasinstalaciones de producción y de los productos deltrabajo.

- Lecciones de las contrarrevoluciónes (2).No 38 - Mayo de 1981

- Polonia, punto neurálgico del orden imperialistamundial.

- Las perspectivas de la posguerra en relación con lapletaforma del Partido.

- El viraje de los Frentes Populares o la capitulación delstalinismo ante el orden establecido (1934-1938) (1).

- Trotsky, la Fracción de izquierda del PC deItalia y las"consignas democráticas".No 39 - Septiembre de 1981 - Manifesto del PartidoComunistaInternacional:

- De la crisis de la sociedad burguesa a la revolucióncomunista mundial.No 40 - Enero de 1982

- Tras los acontecimientos polacos: ¿ en qué punto estála reanudación internacional de la lucha de clase ?

- En defensa de la continuidad del progama comunista(5): Introducción;naturaleza, funcióny tácticadelpartidorevolucionario de la clase obrera (1945).

- El viraje de los Frentes Populares o la capitulación delestalinismo ante el orden establecido (1934-1938) (2).

- Los comunistas y las luchas obreras. " ¿ Qué hacer ?" ayer y hoy.No 41 - Noviembre 1990

- Programa comunista reanuda su publicación.- Imperialismo, chuvinismo, antimperialismo de clase.- La reconquista del patrimonio teórico y político de la

Izquierda comunista pasa también con la reapropriaciónde la praxis del partido correcto.

- ¿ Que significa hacer el balance de las crisis delpartido ? (1).

- Lo que distingue a nuestro partido.- El programa del partido comunista internacional.

No 42 - Septiembre 1992-Enel Este: Detrás la omnipresente reivindicación de la

democratia, madura a pesar de podo la reanudación de lalucha proletaria de clase

-Siguiendo el hilo del tiempo: Iglesia y fe, individuo yrazón, clase y teoría

-¿ Que significa hacer el balance de las crisis delpartido ? (segunda parte)

-Una nueva publicación del partido en francés: «Biland'une révolution»

Sumarios

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3.Partido y clase 400Pts—El programa comunista (hasta no 38 y no 40) 400Pts—El programa comunista no 39 (Manifestodel Partido Comunista Internacional - De lacrisis de la sociedad burguesa a la revolucióncomunista mundial ) 400Pts-El programa comunista no 41 400Pts-La epopeya del proletariado boliviano( la lucha de clase en Bolivia hasta 1981 ) 200Pts

EN PORTUGUÉS:1.Teses características do partido :

A las «EdicionesProgramme»

EN ESPAÑOL :1.Los fundamentos del comunismorevolucionario 300Pts2.Fuerza , violencia , dictadura en lalucha de clase 300Pts

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bases de adesâo 200Pts2.Liçôes das contra-revoluçôes 200Pts3.Os fundamentos do comunismorevolucionario 300Pts-.As lutas de classe em Portugal de 25 deAbril a 25 de Novembro 300Pts

ENFRANCÉS :Serie «Les textes du Parti Communiste

International»1.Communisme et fascisme épuisé2.Parti et classe 400Pts3.Les fondements du communismerévolutionnaire épuisé4.Eléments d’orientation marxiste 400Pts5. La «Maladie infantile», condamnation desfuturs renégats (sur la brochure de Lénine«La maladie infantile du communisme») 300Pts6.Force, violence, dictature dans lalutte de classe épuisé7.Défense de la continuité du programmecommuniste ( 224 pages dans lesquelles sontreproduits les textes fondamentaux de notrecourant publiés de 1920 à nos jours ) 1500Pts8.Dialogue avec Staline (la réfutation des théoriesstaliniennes sur le socialisme en URSS) 1200Pts9.Bilan d’une Révolution ( 192 pages surla question russe ) 1500Pts

Opúsculo « le prolétaire »5.Question féminine et lutte de classe 200Pts6.Socialisme prolétariencontre socialismepetit-bourgeois 200Pts7.La grève des nettoyeurs du métro( leçons et bilan ) 200Pts8.Violence, terrorisme et lutte de classe 200Pts10.Postiers en lutte ( la grève de 78 àCréteil et dans les centres de tri ) 200Pts11.Auschwitz ou le grand alibi 200Pts12.Solidarité prolétarienne contre le contrôlede l’immigration 200Pts13.Lemarxisme et l’Iran. . 200Pts14.Foyers de travailleurs immigrés :enseignements de 6 ans de lutte 200Pts16.Pour des revendications et des méthodesde classe ( Orientation pratique d’actionsyndicale ) 200Pts17.De la crise de la société bourgeoise à larévolution communiste mondiale ( Manifestedu Parti Communiste International - 1981 ) 300Pts18.Vive la lutte des ouvriers polonais 200Pts19.La question parlementaire dans l’Internationale Com-muniste 200Pts

Suplemento al « prolétaire »-Mouvements revendicatifs et socialisme 200Pts-Nouvelle-Calédonie : indépendance immédiate et sanscondition ! 200Pts-Pour un anti-racisme prolétarien 200Pts-Révolution et contre-révolution en Russie 200Pts

Serie « Les cahiers d’el-Oumami »1.Le syndicalisme en Algérie 200Pts2.La situation politique en Algérie et lestâches des révolutionnaires 200Pts3.Critique de la théorie de la « Révolutionnationale-démocratique de type nouveau «» 200Pts

Reivista teórica « Programme communiste »-Numeros 1 à 50 (disponibles en fotocopias,15 à 20F le no. cf sommaires)-Numeros 51 à 57 400Pts-Numeros 58 ( 112 pages ) 1000Pts-Numeros 59 à 88 400Pts-Numero 89 400Pts

-Numeros 90 , 91 450PtsEN ITALIANO :

-Storia della Sinistra Comunista ,vol. I , (1912-1919) 2000Pts-Storia della Sinistra Comunista ,vol. II , ( 1919-1920 ) 2500Pts-Storia della Sinistra Comunista ,vol. III , ( 1920-1921 ) 2500Pts-Struttura economica e sociale dellaRussia d’oggi 2500Pts

-Classe, Partito, Stato nella teoria marxista 300Pts-O preparazione rivoluzionaria opreparazione elettorale 400Pts

I testi del partito comunista internazionale1.Tracciatod’impostazione (I fondamentidel comunismorivoluzionario ) 400Pts3.Elementi dell’economiamarxista -Sul metododialettico - Comunismo e conoscenza umana 400Pts4.Partito e classe 400Pts5.»L’estremismo, malatia i nfantil delcomunismo», condanna dei futuri rinnegati 400Pts6.Per l’organica sistemazione dei principicomunisti 500Pts7.Lezionidelle controrivoluzioni 300Pts

Quaderni del Programma Comunista-Il mito della «pianificazione socialista»in Russia 300Pts-Il «rilancio dei consumi sociali», ovvero l’elisirdi lunga vita dei dottori dell’opportunismo.Armamenti : un settore che non andràmai in crisi 300Pts-Il proletariato e la guerra 300Pts-La crisi del 1926 nel partito russo enell’Internazionale 300Pts

Reprint « il comunista »-Marxismo e scienza borghese 400Pts-La lotta di classe dei popoli non bianchi. 300Pts-La successione delle forme di produzionnella teoria marxista 300Pts- Testi di Trotsky : « Insegnamenti dell’Otobre « , « Insegnamenti della Comune « 300Pts-La funzione storica delle classi medie edell’ intelligenza 300Pts-Abaco della economia marxista 200Pts

Otros opúsculos-Il terrorismo e il tormentato camminodella ripresa generale della lotta di clase 300Pts-La lotta di clase ridivampa in Europa colpoderoso moto proletario polacco ( 1980 ) 300Pts-Il marxismo e l’Iran ( 1980 ) 300Pts-Dalla crisi della societa borghese alla rivoluzionecomunista mondiale ( Il manifesto del Partitocomunista internazionale , 1981 ) 400Pts-Punti di orientamento e direttive pratichedi azione sindicale 300Pts-Avanti verso la rivoluzione comunistamondiale ( 1981 ) 300Pts-Non pacifismo, antimilitarismo di clase! (1982) 300Pts

EN INGLÉS :-The fundamentals of Revolutionary Communism300Pts-Party and Class 400Pts-Communist Programm , Ns 1 to 7 400Pts-The Party’s Programme 300Pts

EN ALEMÁN :1.Die Frage der revolutionären Partei 300Pts2.Revolution und Konterrevolution in Russland 400Pts3.Der Kampf gegen den alten undheutigen Revisionismus 400Pts4.Die Grundlagen des revolutionärenKommunismus 450Pts

a las «ediciones programme»

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5.Was heisst es, den Marxismus zu verteidigen ?450Pts6.Gewalt und Diktatur im Klassenkampf 450Pts-Kommunistisches Programm (TheoretischeZeitschrift der IKP, bis Nummer 28) 450Pts

EN ARABE :-Pourlepartiouvrierindépendant 200Pts-Thèses caractéristiques du parti 300Pts-Les communistes et la question de lalibertépolitique 300Pts-Manifeste du Parti Communiste International .300Pts-Ce qui distingue le parti 200Pts

ENTURCO :-Komünist partisi manifestosu , Karl Marxet Friedrich Engels 300Pts-Rusya’ da devrim ve karsi-devrim 200Pts-Journal « Enternationalist Proleter «( 3 numéros parus ) 200Pts

EN HOLANDÉS :-Het demokratisch principe 200Pts

EN POLACO :-W Polsce tak samo walka klasy robotniczej 300Pts

EN PERSA :-Retour au programme communiste révolutionnaire300Pts-Les fedayins et la question de l’Etat 200Pts

EN GRIEGO :-Parti et classe 450Pts

EN DANÉS / SUECO :1. Marxismens grundtraek - Partietskarakteristike teser 450Pts2. Vad är och vad vill det InternationellaKommunistikaPartiet 450Pts

EN LAS SERIES «SUL FILO DEL TEMPO» Y«DOCUMENTARIA» DELAS ED. ISKRA

-Economia marxista ed economiacontrorivoluzionaria - A. Bordiga - ( 263 p.) 1800Pts-I fattori di razza e nazione nella teoriamarxista - A. Bordiga - ( 175 p. ) 1200Pts-Imprese economiche di pantalone

- A. Bordiga - ( 153 p. ) 1200Pts-Proprieta e capitale - A. Bordiga - (202 p.) 1200Pts-Mai la merce sfamerà l’uomo- A. Bordiga - ( 306 p. ) 1800Pts-Lettere di Engels sul materialismostorico ( 1889/95 ) - ( 130 p. ) 1200Pts-Contributi alla storia delmaterialismo - Plechanov - ( 198 p. ) 1200Pts-Scritti e discorsi sulla rivoluzione in Cina1927 - Trotsky, Vujovic, Zinoviev - ( 299 p.) 1800Pts-Relazione del partito comunista d’Italiaal IV congresso dell’Internazionalecomunista , novembre 1922 - ( 124 p. ) 1200Pts-La storia di Big Bill ( L’autobiografia delprincipale rappresentante degli IWW ) -William D. Haywood - ( 376 p. ) 1800Pts

EN LA SERIEDE LAS«EDIZIONI SOCIALI»-«Dialogato con Stalin» - A. Bordiga - 800Pts-«Dialogato coi Morti » - A. Bordiga - ( 236 p. ) 1200Pts-«La tattica del Comintern 1926 - 1940" -O. Perrone - ( 198 p. ) 1200Pts

a las «ediciones programme»

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Supplemento en español a la revista teórica delPartido Comunista Internacional, «programme

communiste»noISSN-0033-037 X.Acabado de imprimir en octobre 1995 en las

imprentas de Grafisa sa - CH

ANUESTROSLECTORES:-LOSTEXTOSACA-BADOS NO ESTAN DISPONIBLES SINO ENFOTOCOPIA - NOINCLUIDOLOSGASTOSDEPORTE(Másun10%delcosteecónomico.Además,consultenosparalosenviosporavión)

Publicaciones del partido

Los fundamentos del comunismorevolucionario

- Introducción- Partido y Estado de clase como formasessenciales de la revolución comunista- Las organizaciones económicas delproletariado esclavo como pálidossubstitutos del partido revolucionario- Desnaturalización pequeño-burguesa delas concepciones «sindicalistas» y«socialista de empresa» delencuadramiento proletario-Conclusiones

Partido y clase

- Introducción- Tesis sobre el papel del partido en larevolución proletaria (1920)- Partido y clase (1921)- Partido y acción de clase (1921)- El principio democrático (1922)- Dictatura proletaria y partido de clase(1951)- La inversión de la praxis (1951)- Partido revolucionario y accióneconómica (1951)- Apéndice

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ElPartidoComunistaInternacionalestàconstitui-dosobrelabasedelosprincipiossiguientesestablecidosenLiornaconlafundacióndelPartidoComunistadeItalia(SeccióndelaInternacionalComunista):

1/Enelactualrégimensocialcapitalistasedesarrollaunacontradicciónsiempre crecienteentre lasfuerzas productivasy las relaciones de producción dando lugar a la antitesis deintereses y a la lucha de clases entre el proletariado y laburguesía.

2/Lasactuales relacionesde producción estan protegi-das porelpoderdelEstadoburgués que,cualquieraquesea laforma del sistema representativo y el uso de la democraciaelectiva, constituyeelórganopara ladefensa de los interessesde la clase capitalista.

3/El proletariado no puede romper ni modificar elsistema de las relaciones capitalistas de producción del quederiva su explotación sin la destrucción violenta del poderburgués.

4/ El partido de clase es el órgano indispensable de lalucharevolucionaria delproletariado. ElPartidoComunista,reuniendo en suseno la fracción másavanzada ydecidida delproletariado unifica los esfuerzos de las masas trabajadorasencauzándolas de las luchas por intereses parciales y porresultadoscontingentesala luchageneralpor laemancipaciónrevolucionaria del proletariado. El Partido tiene la tarea dedifundir en las masas la teoríarevolucionaria,deorganizar losmedios materialesde acción,de dirigir la clase trabajadora enel desarrollo de la lucha de clases asegurando la continuidadhistórica y la unidad internacionaldel movimiento.

5/Después del derrocamiento del poder capitalista, elproletariadonopodráorganizarseenclasedominantemásquecon la destruccióndelviejoaparatoestatalyla instauracióndesu propria dictadura privando de todo derecho y de todafunciónpoliticaalaclaseburguesayasusindividuosmientrassobrevivan socialmente, y basando los órganos del nuevorégimen únicamente sobre la clase productora. El PartidoComunista,cuya caracteristicaprogramática consisteen estarealización fundamental, representa,organiza ydirige unita-riamente la dictadura proletaria. La necesaria defensa delEstadoproletario conra todas las tentativas contrarrevolucio-narias sólopodrá serasegurada privandoa laburguesía ya lospartidos hostiles a la dictadura proletaria de todo medio deagitación y de propaganda política, y con la organizaciónarmada del proletariado para rechazar los ataques inernos yexternos.

6/ Sólo la fuerza del Estado proletario podrá ejecutarsistematicamentelassucesivasmedidasde intervenciónen lasrelaciones de la economia social, con las que se efectuará lasubstitucióndel sistemacapitalista por la gestióncolectiva dela producción y de la distribución.

7/Como resultado, de esta transformación económicayde lasconsiguientes transformacionesde todaslas activida-desde lavida social, irá eliminandose la necesidaddelEstadopolitico,cuyo engranaje se reducirá progresivamente alde laadministración racionalde lasactividades humanas.

* * * * *

La posición del partido frente a la situación delmundo capitalista ydel movimiento obrero después de lasegunda guerra mundial se basa sobre los puntos si-guientes:

8/EnelcursodelaprimeramitaddelsigloXX,elsistemasocial capitalista ha ido desarrollándose en el terreno econó-micoconlaintroduccióndelossindicatospatronalescon fines

EL PROGRAMA DEL PARTIDO COMUNISTA INTERNACIONALmonopolisticos y las tentativas de controlar y dirigir laproducción y los intercambios según planes centrales, hastala gestión estatal de sectores enteros de la producción; en elterreno politicocon elaumentodelpotencialpolicialymilitardelEstado ycon el totalitarismo gobernamental. Todos estosnosonnuevostiposdeorganizaciónconcarácterde transiciónentre capitalismo y socialismo ni menos aún un retorno aregimenes políticos preburgueses; al contrario, son formasprecisasdegestionaúnmás directayexclusivadelpoderydelEstado porparte de las fuerzas más desarrolladasdel capital.

Este proceso excluye las interpretaciones pacifistas,evolucionistasyprogresivas deldevenir delrégimen burguésyconfirmalaprevisióndelaconcentraciónydeladisposiciónantagónica de las fuerzas de clase. Para que las energíasrevolucionariasdelproletariadopuedan reforzarseyconcen-trarse con potencial correspondiente a las fuerzas acrecenta-das del enemigo de clase, el proletariado no debe reconocercomo reivindicación suya ni como medio de agitación elretorno ilusorio al liberalismo democrático y la exigencia degarantias legales, ydebe liquidarhistóricamente elmétodo delas alianzas con fines transitorios del partido revolucionariode clase tanto con partidos burgueses yde clase media comocon partidos seudo-obreros y reformistas.

9/Las guerras imperialistas mundialesdemuestranquelacrisisdedisgregacióndelcapitalismoes inevitabledebidoaque ha entradoen elperiódodecisivo enque suexpansión noexalta más el incrementode las fuerzas productivas, sino quecondiciona su acumulación a una destrucción repetida ycreciente. Estas guerras han acarreado crisis profundas yrepetidas en la organización mundial de los trabajadores,habiendo las clases dominantespodido imponerles la solida-ridad nacional y militar con uno u otro de los bandos belige-rantes.La únicaalternativa históricaque sedebeoponera estasituaciónesvolveraencender laluchadeclasesalinteriorhastallegara laguerracivilenquelasmasas trabajadorasderroquenel poder de todos los estados burgueses y de todas lascoaliciones mundiales, con la reconstitución del partidocomunista internacional como fuerza autonoma frente a lospoderes políticos y militares organizados.

10/ El estado proletario, en cuanto su aparato es unmedioyunarmade luchaenunperiodohistóricodetransición,no extrae su fuerzaorganizativa decánonesconstitucionalesydeesquemas representativos.El máximo ejemplo históricode su organización ha sido hasta hoy el de los Consejos detrabajadoresqueaparecierónenlaRevoluciónRusadeoctubrede 1917, en el período de la organización armada de la claseobrera bajo la única guía del Partido Bolchevique, de laconquista totalitariadelpoder,deladisolucióndelaAsambleaConstituyente,de laluchapararechazar losataquesexterioresde los gobiernos burgueses y para aplastar en el interior larebelión de las clases derrocadas, de las clases medias ypequeño-burguesas, y de los partidos oportunistas, aliadosinfalibles de la contrarrevolución en sus fases decisivas.

11/Ladefensadelrégimenproletariocontralospeligrosde degeneración presentes en los posibles fracasos y replie-gues de la obra de transformación económica y social, cuyarealización integralno es concebible dentro de los limites deun solopaís, no puede serasegurada más que por la dictaduraproletaria con la luchaunitaria internacionaldelproletariadode cada país contra la propria burguesia y su aparato estataly militar, lucha sin tregua en cualquier situación de paz o deguerra, y mediante el control político y programatico delPartido comunista mundial sobre los aparatos de los estadosen que la clase obrera ha conquistado el poder.

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