Nuevos Visiones Sobre Keynes

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    D EBATES

    N UEVAS VISION ES

    SOBRE KEYN ESMiguel ngel G alindoG obierno y responsabilidad social corporativaMara Jess Muoz-Torres

    Los efectos econmicos del deterioroecolgico y socialPere Riera y Manuel Santos Redondo

    La gestin del agua, base del futuroJos Luis Ramos G orostiza

    Anlisis de la economa venezolanaKerstin Blirkenau y Stephan Kaiser Heberger

    ESTAD O D E LA CUESTI N

    El debate sobre las clases creativasy el crecimiento econmicoJos Miguel Snchez Molinero

    ECONOMISTAS PREMIADOS

    Andreu Mas-Colell(Premio Nacional de InvestigacinPascual Madoz 2006)

    Jorge Sainz G onzlez

    OBITUARIO

    ENRIQUEFUEN TES QUINT ANA(1924-2007)

    Juan Jos Rubio

    JOH N M AYN ARD KEYNES,(1883-1946)

    A o I I . N m er o 3 . O c t u b r e 2 0 0 7. 5

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    qL i b r o s d e e c o n o m a y Em p r e s a2

    ANTERIORES NM EROS PUBLICADOS

    I LUSTRACIN CUBIERTA: John Maynard Keynes

    I SSN: 1885-1630

    D EPSITO LEGAL: M-36819-2005

    I M PRESIN : Litofinter

    D ISEO GRFICO Y REALIZACIN : Bravo Lofish

    D ISTRIBUCIN Y SUSCRIPCIONES: Fundacin Caja [email protected]

    Tel.: + (34) 923 27 3100 Fax: +( 34) 923 27 3120

    PROMOCIN : Ecobook. Librera del EconomistaCristo, 3. 28015 Madrid

    Tel.: + (34) 91 559 51 30 Fax: + (34) 91 559 50 [email protected]

    www.librosdeeconomiayempresa.es

    REAL AC AD EM I A D E C IENCIAS M ORALES Y POLTICAS

    Plaza de la Villa, 2-328005 [email protected][email protected]

    FUNDACIN CAJA D UERO

    Plaza de los Bandos, 15-1737002 [email protected]

    L ibr os de Economa y Empr esaAo I, (2) 2006

    L ibr os de Economa y Empr esaAo I, (1) 2006

    Libros de Economa y Empr esaAo II, (1) 2007

    Libros de Economa y Empr esaAo II, (2) 2007

    REV I ST A FU N D A D A PO R EN R I Q U E FUENT ES QU I N T A N A

    RGANOS RECTORES

    PRESID ENTE

    Juan Velarde Fuertes

    CONSEJO CIENT FICO

    Jos Ba rea Tejeiro

    Fabin Estap Rodrguez

    Jos Luis G arca Delgado

    Luis ngel Rojo Duq ue

    Jos ngel Snchez Asian

    Pedro Schwartz G irn

    Julio Segura Snchez

    Jos Mara Serrano Sanz

    Jaime Terceiro Lomba

    D IRECTOR

    Luis Perdices de Blas

    SUBDIRECTOR

    Sergio A. Berumen

    CO O RD I N A D O R D E LA ED I CI N

    Fernando G onzlez Olivares

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    q3L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    S U M A R I O

    I . D EBATES

    1. Nuevas visiones sobre Keynes 5Miguel ngel Ga lindo Martn

    M ICHAEL S. LAWLOR

    The Economics of Keynes in H istori al C ontext(2007).ROGER E. BACKHOUSE y BRADLEY BATEM AN (eds.)Cambri dge Companion to Keynes(2006).

    GEOFF T I LYKeyness Genera l Theory, the Rate of Interest and Keynesian Economi cs(2007).

    2. G obierno y responsabilidad social corporativa 8Mara Jess Muoz-Torres

    JOSEP M . LOZANO, LAURA ALBARED A et al .Los gobiernos y la responsabi li dad socia l de las empresas.Polti cas pblicas ms all de la regulacin y la voluntar iedad(2005).

    LEONOR VARGAS ESCUD ERO (coord.)M itos y reali dades de la responsabi li dad socia l corporati va en Espaa. Un enfoque multi discipl inar(2006).

    GAUDENCIO ESTEBAN , JOS M ARA GONDRA et al .Responsabi li dad Social Corporat iva. Aspectos jurdicos y econmicos (2005).

    3. Los efectos econmicos del derecho: recensin a Shavell y a Mercuro y Medema 11Fernando G mez Pomar

    STEVEN SH AVELLFoundat ions of Economic Anli sis of Law(2004).

    N ICHOLAS M ERCURO y STEVEN G. M EDEM AEconomics and the Law: from Posner to Post-M odern ism(2006).

    4. Una explicacin del deterioro ecolgico y social 16Manuel Santos Redondo y Pere Riera

    JOS M ANUEL N AREDORaces Econmicas del Deterioro Ecolgico y Socia l. Ms all de los Dogmas(2006).

    5. La gestin del agua, base del futuro 20Jos Luis Ramos G orostiza

    N ACIONES UN I D A SWater, a Shared Responsibi li ty. The Un ited N ati ons World Water D evelopment, Report 2(2006).

    COMISIN EUROPEAD irecting the Flow: A N ew A pproach to In tegrated Water Resources Management (2006).

    6. Balance de las reformas de las economas lat inoamericanas: Venezuela 24La globalizacin d el petrleo al servicio del proletariado ?Kerstin B lirkenau y Stephan Kaiser Heberger

    JORGE SALAZAR-CARRILLO y BERNAD ETTE W ESTO il and D evelopment in Venezuela du ring the 20th C entu ry (2004).

    H CTOR SILVA M ICH ELEN AEl pensamiento econmico venezolano en el siglo X X . U n postigo con nubes(2006).

    PASCUAL SERRANO (coord.).M ir ando a Venezuela (2004).

    7. Ilusiones y trabas de la C omunidad Valenciana 28Diego Such Prez

    JAVIER VIDAL OLIVARESCien empresarios valencianos(2007).

    JAVIER QUESAD A (dir.)La Comunidad Valenciana ante los nuevos retos de competi ti vidad(2006).

    EMERIT BON O M ARTNEZ y JUAN AN T O N I O TOMS CARPI (dirs.).Residu os urbanos y sustentabili dad ambiental (2006).

    I I . RESE AS

    8. Moral por contrato 33

    Victoriano Martn MartnJAMES M . BUCHANANWhy I , Too, Am N ot a Conservat ive. The N ormati ve Vi sion of Classical L iberali sm(2006).

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    qL I B R O S D E E C O N O M A Y E M P R E SA

    Su m a r i o

    4

    9. Enciclopea internacional de las mujeres 35Cristina Carrasco Bengoa

    C. KRAMARAE y D . SPEN D EREnciclopedia Internacional de las Mujeres(2006).

    10. Familia y negocios. Una historia de xitos 37Jos Mara O rtiz-Villajos Lpez

    D AVID S. LANDESD inastas. Fortunas y desdi chas de las grandes fam ili as de negocios(2006).

    11. Un enfoque " moderno" de la docencia de la econometra 39Alfonso Novales

    JEFFREY W OOLDRIDGEInt roductory Econometri cs: A M odern A pproach(2005).

    12. La instauracin del nuevo orden econmico 41Salvador G iner

    N IEVES SAN EM ETERIO M ARTN

    N ueva Economa Instit ucional(2006).

    I I I . ESTAD O D E LA CUESTIN

    13. El debate sobre la " clase creativa" y el crecimiento econmico 43Jos Miguel Snchez M olinero

    RICHARD FLORIDAThe Rise of the Creati ve C lass(2003).The Flight of the Creative Class(2005).

    EDWARD L. G LAESER y ALBERT S. SAI ZThe Rise of the Ski lled C ity(2003).

    GERARD M ARLET y CLAEMENS VAN W OERKEN SSkill s and C reativi ty in a Cross-Secti on of Dutch Ci ties(2004).

    JAMIE PECKStruggling with creative class, In ternational Journa l of U rban and regional Research(2005).

    14. Bibliogra f a econmica sobre Marruecos: explicando el fracaso de las est ra tegias de desarrollo 47Ivn Martn

    IV. ECONOMISTAS PREMIADOS

    15. Andreu Mas C olell, algo ms que un buen economista 51Jorge Sainz G onzlez

    V. OBITUARIO

    16. Enrique Fuentes Q uintana: una leyenda de la H acienda Pblica Espaola 54Juan Jos Rubio Gu errero

    VI. D OCUMENTOS

    17. Reseas de La Teora G eneralde Keynes 57H ENRY CALVERT SI M O N S, Keynes comments on Money" ,The Christian Century, julio 1936:1.016-1.017.

    CH ARLES O SCAR H ARDY, "The G eneral Theory of Employm ent, Interest and Money",American Economic Review, vol 26, septiembre 1936:490-493.

    VII . BIBLIOTECAS

    18. Biblioteca de la Universidad de Santiago de C ompostela 61Ana Esth er C astro y Jo s Francisco Teixeira Bau tista

    VII I . I NFORMES

    19. El modelo econmico de Europa 64

    Mara Nieves G arca Santos

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    1.

    Nuevas visiones sobreKeynesMiguel ngel G alindo Martn

    I . D E B A T E S

    L nombre de Keynes est asociadocon los importantes eventos que se hanvenido produciendo desde el primer ter-cio del siglo XX. Criticado y defendidocasi a partes iguales, su figura no deja in-diferente a nadie. Y no slo desde el pun-to de vista econmico, ya que sus ideaspolticas y diversos aspectos de su vida,como por ejemplo su relacin con el gru-po de Bloomsbury, tambin son objeto deanlisis e inters. Es por ello por lo que,

    ante algunos conflictos que se producen,su nombre se utiliza para defender o ata-car alguna postura. Ejemplos de ello sonque se recurriera por parte de algunosanalistas a su Consecuencias econmicas dela paz, para explicar las efectos o conse-cuencias de ciertos episodios blicos, o queen las recientes elecciones francesas, en losdebates polticos, el diputado J. L. Bour-langes exclamara ante su rival, "Es ustedun discpulo de Colbert, psese a Keynes".

    Este apellido va asociado a la idea delgasto pblico, la inflacin, el Estado del bien-

    estar , y se sigue empleando para defen-der la actuacin del sector pblico o paracriticar alguna medida econmica. D esde elprincipio, varios economistas comprobaronla ventaja que supona asociar sus reco-mendaciones al trmino "keynesiano" paraque t uvieran una mayor d ifusin y acepta-cin.

    Pero, como sucede en otros casos, nosencontramos con tres aspectos a destacara la hora de analizar la figura de Keynes.En primer luga r, cabe cuestionarse si real-mente se han seguido con ms o menos fi-

    delidad las ideas expuestas por este autor.En segundo lugar, hay que tener presenteque nos encontramos con una personali-

    dad compleja, que fue evolucionando a lolargo del tiempo, y que estuvo muy in-fluido por su entorno y por la cultura dela poca en la q ue vivi. Y, en tercer lugar,la gran influencia que tuvo su obra msconocida, La teora general, que ha su-puesto que no slo interesasen las ideaseconmicas defendidas en ella, sino tam-bin su proceso de elaboracin y los efec-tos que tuvo tanto en el mbito acadmi-co como sobre la sociedad. Ello se ha visto

    fortalecido por el silencio que guardKeynes ante ciertos comentarios realiza-dos sobre su obra, tanto por detractorescomo por defensores, y el empeo porparte de un grupo de economistas poremplear su nombre para exponer nuevasideas y modelos.

    Resumen

    Los tres libros objeto de este co-mentario o frecen d istintos a spectos

    referentes a la personalidad y lasideas de Keynes. En concreto, se es-tudian tres cuestiones. En primerlugar, los aspectos relacionados conla personalidad de Keynes: comoeconomista, como poltico y comofilsofo. En segundo lugar, los ante-cedentes y exposicin de las ideaseconmicas expuestas por Keynesen La teora general. Y, en tercer lu-gar, el desarrollo posterior de di-chas ideas.

    Palabras clave: Keynes, poltica m o-netaria, Marshall, keynesianismo.

    M ICHAEL S. LAWLOR

    The Economics of Keynesin H istorial Context

    Palgrave Macmillan, 2007.ISBN. 0333977173.416 pgina s.127,40 euros

    E

    ROGER E. BACKHOUSEy BRADLEY BATEM AN (eds.)

    Cambri dge Companion to Keynes

    Cambridge University Press, 2006.ISBN. 052160060X.342 pgina s.38 euros.

    GEOFF T I LY

    Keyness General Theory,the Rate of Interest and KeynesianEconomics

    Palgrave Macmillan, 2007.ISBN 1403996288.

    256 pgina s.118,30 euros.

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    Todo ello, entre otras cuestiones, haceque el nombre de Keynes siga siendo ob-

    jeto d e atencin, y q ue se siga analizandosu personalidad y ofreciendo nuevas in-terpretaciones de lo que quiso decir.

    Precisamente, las tres publicacionesobjeto de este comentario analizan losdistintos aspectos que acabamos de sea-lar. Se trata de publicaciones que se com-plementan entre s y que se centran enmbitos diferentes de la obra de Keynes.La que ofrece una visin ms general desu personalidad y sus ideas, al analizarcuestiones no slo econm icas sino filos-ficas, polticas, etc., que nos permiten co-

    nocer mejor su figura, es Cambridge Com-panion, editada por Roger Backhouse yBradley Bateman. Los quince artculos que

    qL i b r o s d e e c o n o m a y Em p r e s a6

    componen este libro, escritos por autoresde gran prestigio, como D. L aidler, A. Lei-

    jonhufvud, D. E. Moggridge, entre otros,nos presentan una visin del Keynes eco-nomista, poltico y filsofo. Hay que des-tacar que esta coleccinde la editorialC ambridge U niversity P ress est dedicadaa los grandes filsofos, por lo que no es deextraar que a lgo ms de un tercio de losartculos se centren en este mbito deKeynes, que es el menos conocido por loseconomistas.

    Por su parte, el libro de M. S. Lawlor,tam bin en q uince captulos, proporcionael estudio del desarrollo de las ideas eco-

    nmicas expuestas por Keynes en La teo-ra generalutilizando sus Collected Works,y destacando tres aspectos: la indetermi-

    nacin del anlisis del mercado, la in-fluencia de la especulacin en los merca-dos financieros y el papel de la polticamonetaria.

    En cuanto al libro de Tily, el objetivo

    fundamental que persigue a lo largo desus doce captulos es demostrar que Key-nes prestaba especial atencin a la econo-ma monetaria, y no tant o a la poltica fis-cal. A su vez, indica que el keynesianismono ha seguido fielmente las ideas del eco-nomista ingls, sino ms bien ha sido su ri-val, sealando que los postkeynesianosson una alternativa ms adecuada en laactualidad, en lo que se refiere al desarro-llo y presentacin de las ideas de Keynes.

    Si nos centramos en los aspectos msrelevantes de los libros que son objeto de

    esta resea, nos vamos a referir bsica-ment e a d os cuestiones. En primer lugar, ala personalidad de Keynes, y en segundolugar, a los aspectos econmicos de lasideas defendidas por este autor, que en lastres publicaciones objeto de este comen-tario se refieren fundamentalmente a lasexpresadas en La teora general.

    Por lo que se refiere a la primera cues-tin, esto es, a su personalidad, hay tresmbitos a considerar: el filosfico, el deconsejero, y el econmico, siendo los dosprimeros menos estud iados por los econo-

    mistas, aunque en los ltimos aos hanido apareciendo diversas publicacionesque se ocupan de ellos. Por lo que se re-fiere al Keynes filsofo, hay que tener encuenta, y as se recoge en algunos de loscaptulos del libro editado por Backhousey Bateman, en concreto del 9 al 14, queKeynes al ingresar en el crculo de los"Apstoles" conoci la obra d e Moore, fi-lsofo q ue rechaza el utilitarismo d e Ben-tham y la moral convencional victoriana.D icha filosofa supone que el comporta-miento humano es racional, buscando

    aquellas situaciones que benefician a lacolectividad. Por otro lado, tambin semuestran los efectos que tuvo su relacincon el conocido grupo de Bloomsbury porsu preocupacin, al menos, por dos cues-tiones. En primer lugar, cmo deberan loshombres vivir sus vidas, y en segundo lu-gar, cmo deberan comportarse en las so-ciedades en que viven.

    En cuanto al segundo aspecto de lapersonalidad de Keynes, Lord Kaldor(1982:2) sealaba que era sobre todo unconsejero econmico. Ahora bien, en este

    mb ito, G eorge Peden, en su artculo re-cogido en el libro editado por Backhousey Bateman, considera que una gran parte

    I . D E B A T E S

    John M aynar d K eynes.

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    q7L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    I . D E B A T E S

    de sus recomendaciones han sido malin-terpretadas, lo que ha d ado lugar a la apa-ricin de algunos mitos como, por ejem-plo, la asociacin que se suele hacer de lasideas de Keynes con la inflacin qu e se ge-

    nera por el dficit pblico.Por lo que se refiere al mbito econ-

    mico, los tres aspectos a los que se prestams atencin en las publicaciones que sonobjeto de esta resea son: la elaboracinde La teora general, las ideas expuestas eneste libro y las implicaciones que se deri-varon tras su publicacin.

    En este sentido, comenzando con elproceso de su elaboracin, se ofrecen di-versas interpreta ciones que, desde nuestropunto de vista, son complementarias. Enefecto, la gran mayora de los trabajos que

    se han ocupado de analizar la evolucindel pensamiento del Keynes se centran enel periodo que transcurre desde su Treati-se, de 1930, hasta La teora general , de1936, mostrando la evolucin de sus ide-as y los "prstamos" que tom de sus dis-cpulos y seguidores. En cambio, Lawlor,en su libro, profundiza en las races mars-hallianas del pensamiento de Keynes. Enconcreto, casi la mitad del libro se dedicaa mostrar lo que Marshall, los marshallia-nos y Keynes pensaban respecto al em-pleo, el inters y el dinero, mostrando asi-

    mismo el desarrollo del pensamiento deKeynes en estos temas siguiendo la teoray metodologa de Marshall. Hay que des-tacar t ambin q ue en este libro se plante-an cuestiones relacionadas con la filosofade Keynes, su postura respecto a la espe-culacin, a la q ue nos hemos referido an-teriormente, as como las aportaciones deotros autores como Sraffa, Robertson yWicksell, entre otros.

    Por lo que se refiere a la conexin en-tre el pensamiento de Keynes y el deMarshall, hay que aadir que tambin el

    artculo de Leijonhufvud recogido en ellibro editado por Backhouse y Bateman,resalta esas races marshallianas, sealan-do que, en los aspectos "micro", Keynessegua las ideas que le haba enseado sumaestro Marshall. Ahora bien, tras el fra-caso de la teora a la hora de explicar laG ran D epresin, Keynes plante una al-ternativa, pero separndose de Marshallfundamentalmente en dos cuestiones: enprimer lugar, el aband ono del principio decontinuidad, y en segundo lugar, el descu-brimiento de que las leyes de mocin no

    garantizan el pleno empleo. En definitiva,para Leijonhufvud, Keynes fue marsha-lliano pero fue ms all.

    El segundo tema de inters en estembito ha sido la elaboracin de La teorageneraldel que es objeto d e atencin tan-to del libro de Lawlor como del de Tily,aunque hacen hincapi en distintos aspec-

    tos. Mientras que el primero se centra enel mbito monetario, Tily se refiere a larelacin entre ahorro e inversin y a lapreferencia por la liquidez.

    Por ltimo, una de las cuestiones a lasque m s atencin se ha prestado por la li-teratura especializada es la propagacinde las ideas de Keynes. En los libros obje-to de esta resea, y en especial en los deLawlor y Tily, se hace referencia al papelque tuvo la aportacin de Hicks, consis-tente en la elaboracin del conocido mo-delo IS-LM. Es sabido que, en la reunin

    de la Econometric Society de 1936, Ha-rrod, Meade y Hicks elaboraron sus res-pectivos modelos en los que se pretendarecoger los aspectos centrales de La teorageneralde Keynes. El hecho de que steltimo le dijese a H icks que no t ena quedecir nada desde el punto de vista de lacrtica a su modelo, se ha considerado co-mo un espaldarazo al mismo. Una de lasimportantes consecuencias del modeloIS-LM es que ha servido para que el key-nesianismo formulara sus ideas y para quese apartaran de lo que dijo realmente

    Keynes (Hutchison, 1980:36). Tanto esas que Keynes afirma en el ltimo ao desu vida qu e no es keynesiano. D ebido a d i-cho modelo, se tiene una visin distorsio-nada de lo q ue realmente quiso decir Key-nes. Y sus carencias han servido paracriticar sus planteamientos.

    Pero, como indica Backhouse en su ar-tculo recogido en Cambridge Companion,no son tanto esas limitaciones como laaparicin de la Nueva MacroeconomaClsica, y especialmente las aportacionesde Robert Lucas, las que cuestionaron y

    pusieron contra las cuerdas los plantea-miento s keyenesianos.

    En este mbito, Tily seala, al igualque H utchison, que, en realidad, los auto-res keynesianos no representan fielmenteel pensamiento del economista ingls, si-no que son los autores postkeynesianoslos que, desde mediados del siglo pasado,siguen con una mayor fidelidad sus ideas,actualizndolas y ponindolas a cubiertode los ataques que reciben los keynesianospor parte de otras corrientes de pensa-miento. D ebido a ello, se puede explicar

    en parte la validez que cont inua teniendoel pensamiento de Keynes, expuesto ensus libros ms significativos.

    En definitiva, se trata de libros inte-resantes para profundizar en un perso-naje tan complejo como es Keynes noslo desde el punto de vista econmico,sino tambin desde el filosfico y el po-

    ltico. La nica crtica que se les puedehacer es la poca at encin que se ha pres-tado a otros autores que ofrecieron ide-as muy similares a las de Keynes y quealgunos autores consideran como antici-paciones a La t eora general (Patinkin,1982). En concreto, nos referimos a laEscuela de Estocolmo y a las aportacio-nes del economista polaco M. Kalecki.Por otro lado, se ha concedido, como enel caso de Tily, una gran relevancia a losautores postkeynesianos, cuando susaportaciones no se centran slo en las

    ideas de Keynes, sino que tratan de unir-las con las de Marx, entre otros, y ade-ms muchos de ellos hacen hincapi enotras obras de Keynes distintas a La teo-ra general y, especialmente, al mot ivo fi-nanciero, al que no se le presta atencinen los libros que hemos comentado. Apesar de estas cuestiones, las publicacio-nes son de gran inters para los estudio-sos del pensamiento y de la personalidadde Keynes.

    Referencias bibliogrficas

    KALDOR, N. (1982), "Keynes as economic

    adviser", en A. P. Thirlwa ll, Keynes as a Policy

    Adviser, MacM illan P ress, Lond res:2-27.

    H UTCHISON, T. W., (1980), Keynes vs. los

    keyenesianos, Espasa Calpe, Madrid.

    PATINKIN, D. (1982), Anticipations of the

    G eneral Theory?, Basil Blackw ell, Oxford.

    Miguel ngel Galindo Martn

    Catedrtico de Poltica Econmica

    Economa Aplicada

    Universidad de C astilla-La Mancha.

    Libro de ms reciente publicacin:

    BAHMANI-O SKOOEE, M . y G ALINDO MAR-

    TN, M.A. (2006), N ext Economic G rowth.

    N ew Factors and N ew Perspectives, Nova Press,

    Nueva York.

    G ALINDO MARTN, M. A. y FERNNDEZ JU-

    RADO, Y. (eds.) (2006), Polti ca socioeconmica

    en la U nin Europea, Delta, Madrid.

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    qL i b r o s d e e c o n o m a y Em p r e s a8

    I . D E B A T E S

    cos e inversores, en un contexto de globa-lizacin y cambio industrial a gran escala.O tro de los factores a destacar, es el mayorprotagonismo poltico y social que ha ad-quirido la preocupacin por el deterioromedioambiental como consecuencia de laactividad econmica y su impacto sobre eldesarrollo sostenible. Adems, los criteriossociales y medioambientales ejercen unainfluencia cad a vez m ayor en las decisiones

    de inversin, tanto a escala individual co-

    A literatura en torno al concepto deresponsabilidad social corporativa (RSC)ha crecido de manera exponencial en losltimos aos en Espaa. Aunque la mayo-ra de los trabajos en torno a la RSC se cir-cunscribe al m bito de la revistas de inves-tigacin o a los informes sobre el estad o dela cuestin realizados por organismos p-blicos o consultoras, son cada vez ms loslibros que, con un enfoque multidiscipli-

    nar, se centran en analizar las implicacio-nes de la incorporacin de la RSC comoestrategia empresarial. La denominada res-ponsabilidad social corporativa supone laintegracin por parte de las empresas delas preocupaciones sociales y medioam-bientales en sus operaciones comerciales yen sus relaciones con sus interlocutores, altiempo que constituye la contribucin em-presarial al desarrol lo sostenibl e(ComisinEuropea, 2001). El trmino desarrollo sos-tenible se concepta en el conocido Infor-me Brundtland (Comisin Mundial de

    Medioam biente y D esarrollo, 1988) comoaq uel que satisface las necesidades presen-tes sin comprometer la capacidad d e gene-raciones futuras de satisfacer sus propiasnecesidades.

    La introduccin de la sostenibilidad enla gestin de las organizaciones, especial-mente de las empresas, esta vinculada a lanaturaleza de los cambios que acontecenen un entorno mundial com plejo y en con-tinua evolucin. Uno de los motores decambio es la existencia de nuevas inquie-tudes y expectativas de los diferentes gru-

    pos de inters con los que interacta laempresa como organizacin: ciudadanos,consumidores, trabajadores, poderes pbli-

    Resumen

    Una definicin para la responsabili-dad social corporativa ampliamenteempleada a nivel internacional es laofrecida por la Comisin Europea:"la integracin voluntaria, por partede las em presas, de las preocupacio-nes sociales y medioambientales ensus operaciones comerciales y en

    sus relaciones con sus interlocuto-res." La integracin en la empresade esta nueva forma de gestin em-presarial esta siendo analizada des-de distintas reas de conocimientorelacionadas con la economa de laempresa, la filosofa, o el derecho,por lo que presenta un marcado ca-rcter multidisciplinar, enfocndosedesde perspectivas tanto normati-vas como instrument ales.

    Palabras clave: responsabilidad social

    corporativa, multidisciplinar, soste-nibilidad.

    2.

    G obiernoy responsabilidadsocial corporativa

    Mara Jess Muoz-Torres

    JOSEP M . LOZANO , LAURA ALBARED A,TAMYKO YSA, H EIKE ROSCH ERy M ANILA M ARCUCCIO .

    Los gobiernos y la responsabi li dadsocial de las empresas.Polticas pblicas ms al lde la regulaciny la voluntar iedad

    Ediciones G ranica, Barcelona, 2005.ISBN 8475777368.297 pginas.18 euros.

    GAUDENCIO ESTEBAN , JOS M ARA GONDRA,JOS M ARIANO M ONEVA y PEDRO RIVERO

    Responsabi li dad social corporativa.A spectos jurdicos y econmicos

    Publicacions de la Universitat Jaume I,Castelln, 2005.ISBN. 8480215089.214 pgina s.15 euros.

    LEONOR VARGAS ESCUD ERO (coord.)

    M itos y realidades de laresponsabilidadsocial corporativaen Espaa. Un enfoquemultidisciplinar

    Thomson Civitas, Madrid, 2006.ISBN. 844702640X381 pgina s.35 euros.

    L

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    q9L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    mo de inversin institucional, la denomi-nada inversin socialmente responsable, yen los criterios de evaluacin de riesgo parala f inanciacin de proyectos empresariales.

    En un contexto europeo, esto se tradu-

    ce en generar un entorno empresarial quepermita la consecucin de los objetivosmarcado s por la U nin Europea en el C on-sejo Europeo de Lisboa del ao 2000: "con-vertir a la econom a europea en 2010 en laeconoma basada en el conocimiento mscompetitiva y dinmica del mundo, capazde crecer econmicamente de manera sos-tenible con ms y mejores empleos y conmayor cohesin social".

    Los tres libros seleccionad os son expo-nentes claros del desarrollo de la investi-gacin en Espaa y de la adecuacin del

    tejido empresarial espaol a esta nueva co-rriente de gestin empresarial. Debido alcarcter multidisciplinar del concepto, laliteratura sobre responsabilidad social cor-porativa se est generando en torno a lasdiferentes reas de investigacin relaciona-das con la empresa: finanzas, organizacin,contabilidad, economa, comercializacin,tica empresarial y en menor medida alderecho, aunque la perspectiva que la in-vestigacin en RSC desde el campo del de-recho tiene sobre el papel de la legislacinen el desarrollo de los sistemas de infor-

    macin y en la delimitacin de la volunta-riedad/obligatoriedad de la aplicacin depolticas de RSC, y de las responsabilida-des asumidas por los gestores empresaria-les en sus relaciones con los diferentes gru-pos de inters, ayuda a profundizar en eldebate abierto en estos campos.

    El concepto de RSC, por su extensin atodo el mbito de la organizacin, las pol-ticas, los procesos y la relacin con gruposde inters, tiene implicaciones en camposque en principio pueden parecer tan dispa-res como derechos humanos, relaciones la-

    borales, seguridad, gestin de recursos fi-nancieros, gestin de cadena de suministroy de clientes, impactos medioambientalesde la organizacin o buen gobierno de lassociedades. Sin embargo, la gestin de unaorganizacin, como es una empresa, generarelaciones con diferentes grupos de intersy puede llegar a tener una complejidad talque implique la gestin de los impactos enalgunos o todos los aspectos antes relacio-nados de forma conjunta. La idea que sub-yace tras la incorporacin de la RSC a lagestin empresarial es la de elevar al mismo

    rango de importancia las demandas rea-lizadas por los diferentes grupos de interslegtimos de la organizacin y realizar una

    gestin equilibrada de sus aspectos econ-mico-financieros, sociales y medioambien-tales.

    A travs de las pginas del libro M itosy reali dades de la responsabi li dad corpora-

    ti va en Espaa. Un enfoque mult id iscipl inar,coordinado desde la Fundacin de EstudiosBurstiles y Financieros, podem os realizarun recorrido profundo sobre las distintasperspectivas y lneas de traba jo abiertas ennuestro pas en torno al concepto de RSC .A lo largo de sus diecisis captulos, ela-borados por un gran nmero de expertos

    procedentes de la academia o del mbitoempresarial, podemos adentrarnos en laevolucin histrica del concepto de RSCy su anlisis desde perspectivas tan distin-tas como la economa, la filosofa, el dere-cho o las finanzas. La investigacin en tor-no al concepto de RSC se enfoca desdeperspectivas normativas o instrumentales,y los diferentes captulos abordan aspectosque pueden agruparse bajo grandes bloquesde an lisis: el papel de la t ica empresarialen la definicin de los instrumentos nece-sarios para la generacin de conf ianza y le-

    gitimidad de las organizaciones, la ventajacompetitiva que puede suponer para lasorganizaciones actuar de forma socialmen-

    te responsable, el papel de las empresas enla sociedad y las responsabilidades que son,o deben ser, asumidas por las empresas se-gn diferentes modelos de gestin empre-sarial, el papel de la inversin socialmenteresponsable como motor de desarrollo dela responsabilidad social de las empresas ylas metodologas e instrumentos que estatipologa de inversin utiliza, los sistemasde informacin que se estn generando entorno a la incorporacin en la gestin em-presarial de la responsabilidad social, o elanlisis del impacto de las polticas de RSC

    sobre diferentes grupos de inters clien-tes, recursos humanos, directivos o inver-sores desde una perspectiva tanto tericacomo de experiencias prcticas.

    En la misma lnea, aunque con un mar-cado enfoque investigador, el libro Respon-sabili dad social corporati va. A spectos jurdi-

    co-econmicos, editado por la UniversitatJaume I, presenta la visin de cuatro ex-pertos en el campo de la economa y delderecho sobre dos aspectos en los que sehan producido modificaciones en la nor-mativa tendentes a incrementar los niveles

    de transparencia en las sociedades cotiza-das; nos referimos al buen gobierno de lasempresas, a travs de la ley 26/2003, de

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    Transparencia, y a la mod ificacin de lanormativa contable cuyo objetivo es, tal ycomo destaca el borrador del nuevo Plande Contabilidad (Instituto de Contabilidady Auditora de C uentas, 2007), "alcanzar un

    mayor nivel de convergencia con las nor-mas internacionales de informacin finan-ciera adoptadas por la Unin Europea". Enreferencia al primero de los aspectos, G au-dencio Esteban, en su aportacin "Interssocial, buen gobierno y responsabilidad so-cial corporativa (algunas consideracionesdesde la perspectiva jurdico-societaria)"analiza los ltimos cambios legislativos entorno a las sociedades annimas y el papeldado a los administradores de stas en cuan-to a la toma de decisiones relativas al inte-rs social, creacin de valor y responsabili-

    dad social de la empresa. La Ley 26/2003,de Transparencia, el cdigo O livencia y elinforme Aldama han ampliado los deberesde los administradores, pasando de la exi-gencia de que acten para satisfacer el "in-ters comn a todos los socios" a "cumplirlos deberes impuestos por las leyes y losestatutos con fidelidad al inters social,entendido como inters de la sociedad".En este contexto, el debate queda abiertoen torno a las responsabilidades que pue-dan exigirse desde un punto de vista legala los administradores que acten en bene-

    ficio de una pluralidad de grupos de inte-rs, poniendo de manifiesto la necesidad dearticular procedimientos de implicacinde los diversos grupos de inters, y la de-terminacin de la relevancia de stos y delos mecanismos de participacin en las de-cisiones empresariales. Pedro Rivero, desdeuna perspectiva acadmica y empresarial,analiza el papel de la RSC como concep-to global de hacer negocio, impregnando yvinculando toda la actividad empresarial.Tras una am plia revisin del concepto y desus implicaciones en la organizacin de la

    empresa, destaca la compatibilidad de losconceptos de RSC y de beneficio empre-sarial, y pone de manifiesto la importanciade los sistemas de informacin empresa-rial para eliminar desconfianzas y gestio-nar de manera adecuada los riesgos.

    Los cambios en la normativa contable,que comenzaron aplicndose a las grandesempresas pero que en b reve sern de a pli-cacin al resto de tejido empresarial, sonanalizados por Jos Mara G ondra desde laperspectiva del derecho mercantil. La de-cisin de la Unin Europea de armonizar

    la normativa de informacin empresarialimplica la introduccin de profundoscambios que implican el abandonar un

    modelo contable continental, que protegeel capital social, para acercarse a un mod e-lo anglosajn, cuyo principio es informa-dor y prot ector de los inversores y de mar-cado carcter pragmtico. A partir del

    anlisis de los impactos sobre el D erechode sociedades de este cambio de modelo,se plantean consecuencias poltico-socia-les y poltico-econmicas derivadas de lamodificacin del marco jurdico de rela-ciones entre los diversos proveedores decapita l (propio y ajeno), as como los efec-tos sobre la confianza en los nuevos crite-rios valorativos, que pueden dejar de serindicadores fiables para los inversores, as-pecto que parece contradecir las indica-ciones recogidas en el informe Aldama encuanto a la necesidad de "informacin co-

    rrecta". Jos Mariano Moneva analiza lainformacin relativa a la RSC en el con-texto de la reforma contable. La necesidadde incrementar la transparencia, derivadade los escndalos financieros de principiode este siglo, ha sido uno de los detonan-tes de la modificacin de los sistemas deinformacin contable y de la publicacinde informacin sobre RSC. No obstante,como destaca el autor, slo lo que se pue-de medir con relativa facilidad ha sido in-corporado a la obligatoriedad de informa-cin: informacin sobre gobierno de las

    entidades as como sobre activos y pasivosmedioambientales, quedando como vo-luntario el resto de informacin relativa ala RSC. El debate sobre voluntariedad ver-susregulacin de la informacin relativa ala RSC queda abierto.

    En el marco del impacto de las medi-das adoptadas por los poderes pblicos enel campo de la promocin de aspectos re-lacionados con la RSC es en el que se con-textualiza el tercer libro destacado Los go-biernos y la responsabilidad social de las

    empresas. Polticas pblicas ms al l de la

    regulacin y l a voluntari edad. Josep MaraLozano y un equipo de investigadores deESAD E plantean, a t ravs del anlisis y larevisin de las distintas polticas pblicasde impulso a la RSC presentes en diferen-tes pases europeos, la co nstruccin de unmodelo de sociedad y el papel que en s-te t iene la empresa. La estruct ura del libronos permite, en primer lugar, contextuali-zar el concepto de RSC a escala europea,clarificarlo y establecer un marco de refe-rencia en el que permitir un proceso dedebate sobre el papel que deben desem-

    pear las polticas pblicas en el fomentode la RSC y su papel en el desarrollo deun determinado modelo de pas. A partir

    de una profunda revisin de los distintosmodelos de actua cin de los estad os euro-peos en la promocin de la RSC, desdeel acuerdo tcito a dopta do por los pasesnrdicos, pasando por la "empresa en la

    comunidad" del entorno anglosajn, o elmodelo continental de "ciudadana em-presarial" hasta el modelo "Agora", re-presentativo de los pases del Sur de Eu-ropa, se incide en la denom inada " visincompartida" de la RSC, donde el papel adesempear por la Administracin es fo-mentar, mediante un amplio abanico depolticas pblicas, la contribucin em-presarial al desarrollo sostenible, a t ravsdel dilogo y la creacin de acuerdos t-citos y redes entre empresas, administra-ciones pblicas y otros grupos de inters

    (tercer sector, O NG ), en lnea con laspropuestas realizadas por la ComisinEuropea en el L ibro Verde: Promoviendouna herr ami enta europea para la respon-

    sabil idad socia l de las empresas.

    Referencias

    C OMISIN EUROPEA (2001), G reen Paper:

    Promoting a European fr amework for C SR.

    (http://europa.eu.int/comm/employment_so-

    cial/soc-dial/csr )

    C OMISIN MU N D IAL D E MEDIOAMBIENTE Y

    D ESARROLLO (1988), N uestro futuro comn,

    O xford, G B, Oxford U niversity P ress.

    INSTITUTO DE C ON TABILIDAD y AUDITORA

    D E C UENTAS (2007), Plan General de Contabi-

    lidad(primer borrador de febrero de 2007).

    Mara Jess Muoz-Torres

    Profesora titular de Universidad

    D epartamento de Finanzas y C ontabilidad,

    Universitat Jaum e I.

    Ms recientes publicaciones:

    MUOZ , M.J. (2006), "Alcance y lmites de

    la responsabilidad social corporativa" , en J. BE-

    NAVIDES, J.L. FERNNDEZ y N. V ILLAG RA, La

    ti ca y la r esponsabi li dad social de las empresas

    y organi zaciones, Ed. Ctedra Javier Benjumea,

    Universidad Pontificia de Comillas:141-152.

    MONEVA, J.M., RIVERA, J. M. y MUOZ ,

    M.J. (2007), "The Corporate Stakeholder

    C ommitm ent and Social and Financial Perfor-

    mance",Indu stri al M anagement and DataSystems, vol. 107, n 1:84-102.

    I . D E B A T E S

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    S casi un lugar comn sealar cmo laeconoma ha ido infiltrndose y no discre-tamente en otros terrenos del conocimien-to. Una d e las "vctimas" ha sido precisa-mente el D erecho. El anlisis econmicodel D erecho, o Law & Economics, como selo conoce ms universalmente, constituyela empresa de anlisis racional de esta ma-teria ms lograda de la segunda mitad del

    analtica y su desbordada exhaustividad. Laobra de M ercuro y Medema, por contra, nopretende presentar de m odo organizado los

    contenidos esenciales del anlisis econmi-co del D erecho. Sustancialmente, persiguetraza r sus orgenes como m ovimiento inte-

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    Resumen

    El anlisis econmico del Derechoconstituye el esfuerzo de anlisis ra-cional de esta materia ms comple-to d el ltimo medio siglo, basado enlos instrumentos de la teora micro-econmica estndar para predecirlos efectos econmicos de las reglasjurdicas y, cada vez ms, en el usode herramientas economtricas paramedir el impacto real de polticasjurdicas. Se basa en una concepcinabiertamente consecuencialista delfenmeno jurdico, an muy mino-ritaria en Europa. Shavell, en su

    monumental manual sobre la mate-ria, sintetiza el ncleo central delLaw& Economicsen sus mbit os mstradicionales: propiedad, contrato,accidentes, litigacin, delitos y pe-nas. Mercuro y Medema caracteri-zan, dentro del pensamiento econ-mico, las distintas corrientes que,segn ellos, cabra adscribir al mis-mo, presentando una visin de plu-ralidad metodolgica probablemen-te generosa en demasa.

    Palabras clave: Economa del Dere-

    cho, justicia y eficiencia, mtodo eco-nmico y jurdico.

    3.

    Los efectos econmicosdel D erecho:Recensin a Shavell y a Mercuro y Medema

    Fernando G mez Pomar

    E

    STEVEN SH AVELL

    Foundations of Economic Anli sisof Law

    Harvard University Press, Boston, Mass., 2004.ISBN. 0674011554.

    608 pgina s.

    79,20 euros.

    N ICHOLAS M ERCUROy STEVEN G. M EDEMA

    Economics and the Law:from Posner to Post-M odern ism

    Princeton University Press, segunda edicin,New Jersey, 2006.

    ISBN. 0691125724.398 pginas.41,80 euros.

    siglo XX y, desde luego, una de las pocasde entre las iniciadas en la dcada de lossesenta, y en las siguientes, del siglo pasadoque continan pujantes en el presente. Suesencia es sencilla: la ut ilizacin de los ins-trumentos de la teora microeconmicaestndar para predecir los efectos econmi-cos de las reglas jurdicas y, crecientemente,el uso de herramientas economtricas paramedir tales efectos. Aqu subyace, sin duda,una concepcin abiertamente consecuen-cialista del fenmeno jurdico que no es, nimucho menos, compartida por la mayora

    de los juristas, sobre todo europeos, quetienden a abrazar visiones ms esencialistas,aunq ue de distinto cuo, sobre el Derecho.

    D os libros de muy distinto perfil y pesosirven muy bien para reflejar el estado ac-tual del Law& Economics. Shavell ensea enla ms antigua y ms grande facultad deDerecho estadounidense, la de Harvard.Es, en palabras, de Richard Posner, el msprolfico y conocido exponente d el anlisiseconmico del D erecho (Richard Posner,"Review of Shavells Foundations of Econo-mic Analysis of Law" , Journal of Economic

    Literature(2006:407), el lder de la tercerageneracin del Law& Economics(la primerasera la de C oase, C alabresi y Becker; la se-gunda, la del propio Posner). Foundationses un manual de anlisis econmico delD erecho. Ni el primero ni el nico, pueslos hay abundantes y buenos: desde el cl-sico de Rich ard Posner, Economic Analysisof Law, ya por la sexta edicin, hasta el deBob Cooter y Thomas Ulen, pasando porlos de David Friedman, Ha ns-Bernd Schf-fer y C laus Ott , Thomas Miceli o, con pos-terioridad a l de Shavell, los de D onald

    Wittman y Cento Veljanovski. En la indus-tria de manuales de Law& Economics, Foun-dationsdestaca por su implacable potencia

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    Shylock, de El mercader de Venecia, ilustracin de M ike Rite.

    q12

    dations, como toda la obra de Shavell, estpresidido por la idea de prevencin (dete-rrence): la prevencin, de conductas inde-seadas, graduada de acuerdo con los cno-nes de la microeconoma neoclsica ante

    el comportamiento, inexorable por lo ra-cional, de los agentes sociales, es la clavede bveda del sistema jurdico. Si en elLaw& Economicscabe hablar de una t eorapura, est aqu. Y se expresa con una fide-lidad a ultranza a los postulados y a losmedios de la economa del bienestar, des-deando los a ta jos, las ilustraciones, los des-vos, los adornos del armazn terico. Porno haber, no hay ni facilidades de com-prensin para el lector en forma de presen-tacin grfica de los argumentos (no hayuna sola figura en las casi setecientas pgi-

    nas), ni tampoco concesiones a terminolo-ga, ms intuitiva en cierto modo, de teorade juegos. Armad o con esta teora, Shavellse plantea y contesta a interrogantes bsi-cos del signo ms diverso sobre la estruc-tura y contenido de un sistema jurdico.

    La propiedad como principio

    La parte I se dedica a los derechos depropiedad sobre cualesquiera recursos eco-nmicos. Tras una sucinta presentacin d e

    la propiedad como mecanismo de incentivoal trabajo, el anlisis prosigue sobre cues-tiones de siempre sobre el rgimen jurdicode la propiedad. De entrada, las ventajas einconvenientes de los registros pblicos

    de derechos de propiedad, que sintetizacon maestra las razones de los registra-dores de la propiedad y muestra cmo losbeneficios individuales de los propietariosno coinciden co n los sociales. El captulo 5se dedica a la discusin, ya clsica, sobre lasexternalidades y el teorema de Coase. Sha-vell no es coaseanoy no cree que este teo-rema haya de estar en el altar del Law& Eco-nomics. D e hecho, le interesan ms lasaplicaciones, en particular en materia depoltica legal sobre contaminacin: por quun mercado de derechos a ensuciar es pe-

    or solucin que otro sistema de impuestosecolgicos cuando el Estado dispone deinformacin imperfecta sobre los costessociales de la polucin? Si el Estado estmal informado acerca de los costes de re-ducir la polucin, errar en la fijacin de lacantidad total de suciedad admisible, porlo que la fijacin de su montante ser in-adecuada. Pero si recurre a impuestos eco-lgicos, el resultado ser mejor en cuantoa cantidad total de polucin, y en cuantoa qu empresas producen ms y menos.

    Luego repasa con brevedad la provisin

    de bienes pblicos, si bien centra su interssobre la expropiacin forzosa y, en parti-cular, sobre el pago de un justiprecio a losexpropiados. Al hilo de la famosa aporta-cin de Law rence Blume, D aniel L. Rubin-feld y Perry Shapiro (The Taki ng of Land:W hen Should C ompensati on Be Paid?,Q uart erly Journal Economics, 1984:71),Shavell suscita los pros y contras de lacompensacin. La cuestin, muy debatidarecientemente en los Estados Unidos trasla famosa sentencia Kelodel Tribunal Su-premo, de la medida subjetiva u objetiva

    de justiprecio expropiat orio no merece suatencin, sin embargo. A veces, detener laedificacin del argumento en los funda-mentos tiene inconvenientes.

    El captulo 7 se dedica a la propiedadms excitante, y polmica, del momento, lapropiedad intelectual. El tratamiento aqupadece de lo que ha sido una de las esca-sas incursiones de Shavell en la ma teria, sudefensa, terica, del uso de recompensaspblicas frente a derechos exclusivos, comolos de propiedad intelectual. El tratamien-to es en exceso sucinto, teniendo en cu en-

    ta lo nutrido de la literatura del Law& Eco-nomicssobre la materia, bien sintetizadaen la obra de Landes y Posner The Economic

    lectual, y caracterizarlo metodolgicamen-te dentro del pensamiento econmico y desu historia.

    En verdad fundamentos

    Shavell es tal vez el contribuyente sin-gular ms importante, aunque no siempreel primero en el tiempo, a los modelos es-tndar hoy en Law& Economicspara variosde los principales mbitos jurdicos: acci-dentes y daos, contratos, litigacin, dere-cho sancionador y law-enforcement. Es uneconomista terico de extraordinario ri-gor, d e precisin y regularidad legendarias.Pero tambin es reacio a los estudios em-pricos y a los aspectos ms atractivos del

    D erecho en accin. Esto lastra, en parte, elatractivo de la ob ra, de lectura mucho m e-nos colorista que las de Posner o Fried-man, por ejemplo.

    Foundationscubre los temas predilectosdel anlisis econmico del D erecho tradi-cional: propiedad, responsabilidad civil,contrat os, proceso civil y D erecho sancio-nador. A stos, que ocupan las tres cuartaspartes del libro, aad e el autor una sntesisde sus mejores trabajos sobre teora generalde la aplicacin del D erecho y de su pol-mico libro, Fairness versus Welfare. Foun-

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    dad: si permitiramos a los contratantes re-negar ex post de los compromisos volunta-riamente asumidos, estaramos renuncian-do a aumentar el bienestar social.

    El ncleo terico que permite a Sha-

    vell arrojar luz sobre el D erecho del con-trato es la teora econmica de los contra-tos completos. Un contrato completo, concontratantes racionales y voluntarios, espor esencia paret o-ptimo. Por eso, es par-ticularmente at ractivo como piedra de t o-que para calibrar la eficacia de las distintasreglas jurdicas sobre los contratos. Bajoeste prisma aborda las decisiones contrac-tua les bsicas. D e entre ellas, Shavell centrala atencin, en la lnea dominante, en losremedios frente al incumplimiento con-tractual. Su teora bsica la presenta en el

    captulo inicial, perfilndola luego para lasdos grandes categoras de contratos, deproduccin y de transferencia. D esgranaen dos extensos captulos la quintaesenciade los efectos econmicos de los mecanis-mos jurdicos de reaccin frente a un in-cumplimiento. Shavell no hace suya la fa-mosa visin del contrato de Holmes, perose muestra decidido partidario de la in-demnizacin del inters contractual posi-tivo (expectation damages) por delante dela indemnizacin del inters contractualnegativo y del cumplimiento en forma es-

    pecfica. Hay tambin un breve trata-miento de la formacin del contrato, conparticular nfasis en los problemas de in-formacin asimtrica entre los contratantes.D estacan do s resultados sorprendentes pa-ra el jurista: el unravelling, y el distinto tra-tamiento de quien est en posicin vende-dora o compradora.

    Litigio entre lo pblico y lo privado

    En la part e IV, Shavell recoge el estado

    de la cuestin sobre la economa del proce-so, asombrosamente una de las ms preteri-das por la cultura legal europea. La variablebsica para los candidatos a demandanteses la ganancia esperada del pleito descon-tada, dados los retrasos de la Justicia me-nos los costes de litigar. A ello, socialmen-te, hay que aadir los costes que sufraga elcontribuyente y los que asume el deman-dad o. Entonces, los justiciables demanda-rn si su coste privado de hacerlo es menorque los beneficios esperados del proceso.A partir de ah, se trata de que el sistema

    legal fuerce, por un lado, a los interesadosa internalizar los costes no privados de lalitigacin y, por el otro, a tener en cuenta

    Structure of Intellectual Property, HarvardUniversity Press (2003), recientemente tra-ducida al espaol por iniciativa del Conse-jo G eneral del Nota riado.

    Accidentes y contrat os

    Los captulos 8-12 cubren el anlisisde las reglas de responsabilidad civil, tpi-co por antonomasia del anlisis econmicodel Derecho, aquilatando lo que han sidocuarenta aos largos de reflexin sobre lamateria. Bien mirado, enseguida se com-prueba que muy poco ha cambiado real-mente desde las dos grandes sntesis de los80: William Landes y Richard Posner (TheEconomic Structure of Tort Law) y, sobre to-

    do, la del propio Shavell (Economic Analy-sis of Accident L aw).

    D e nuevo, la exposicin de la teora b-sica de la prevencin y sus desarrollos enlas reglas de la negligencia y la responsabi-lidad objetiva, as como la contribucin delos seguros al mejor tratamiento de los pro-blemas de los accidentes, suscitan la dudasobre las limitaciones de un modelo elestndar hoy en Law& Economics, sin em-bargo- que tal vez es vctima de su xito:una y otra vez, Shavell escribe que si, entrelas dimensiones de la precaucin, inclui-

    mos el nivel de actividad, como es razona-ble hacer en relacin con cualquier activi-dad humana, las desventajas de la regla dela negligencia comparada con la regla de laresponsabilidad objetiva se difuminan.

    Los captulos 13-16 condensan el fun-damento de la teora del Derecho delcontrato desde la perspectiva del anlisiseconmico. Para Shavell, comenzar por elcontenido de las reglas es un error de pers-pectiva. Hay q ue edificar por los cimientosdel edificio contractual. Y el fundamentodel contrato estara en el bienestar de las

    partes, supuesto que no interfiera o afecteal bienestar de terceros. Los seres humanoscontratan para mejorar su situacin de par-tida, en especial en presencia de contingen-cias temporales y en relaciones de algunaduracin. Cont ratando, los individuos y lasempresas obtienen bienes y servicios quevaloran ms que su precio, reajustan situa-ciones de riesgo que les afectan, cruzanapuestas sobre el futuro valor de activos, al-teran el curso temporal de pautas de con-sumo o de inversin, expresan su altruismoal incrementar la situacin de bienestar de

    otros. Siempre persiguen, otra cosa es queluego lo consigan, incrementar su situacininicial de bienestar. De aqu su obligatorie-

    los beneficios sociales, que no privados, dela litigacin misma: una sentencia judicial,a diferencia de un acuerdo transaccionalque incluye una clusula de confidenciali-dad , crea precedentes, mueve el D erecho

    hacindolo avanzar. El captulo 18 desarro-lla el modelo bsico, empezando con la fas-cinante paradoja de las reclamaciones devalor negativo, demandas en que los bene-ficios esperados son inferiores a los costes.Una razn es que ponerse en la cola de re-clamantes puede valer la pena si el de-mandado no puede distinguir entre recla-maciones fundadas e infundadas. Otra esque si los costes del pleito son muy eleva-dos para el demandado, el demandantepuede extorsionarle pidindole una canti-dad por no litigar. Pero pueden resultar so-

    cialmente tiles: aunque individualmentesean de valor negativo, acaso colectiva-mente no lo sean. El captulo concluye conuna sntesis, muy recomendable, aunqueacaso hurfana de informacin emprica,sobre el papel de las compaas asegura-doras y de los abogados en la litigacin.

    Aplicacin del derechoy derecho penal: recorriendola senda de Bentham

    Los captulos 20 a 24 se ocupan delD erecho sancionador. De nuevo, respues-tas jurdicas a externalidades negativas. Laperspectiva preventivista es aqu otra vezdominante, pero no exclusiva: un captulose reserva a ot ras funciones del D erechosancionador (incapacitacin, rehabilitaciny retribucin). El punto de partida naturalde un an lisis preventivista del D erechosancionador es el uso de multas, menosgravosas en trminos de co ste social que laprivacin de libertad o el castigo corporal.En este contexto, el gran resultado inicial

    es bentham iano: si la imposicin de la san-cin no es segura, sino probabilstica, esnecesario, si se desea prevenir, incrementarla cuanta de la sancin en atencin a estaprobabilidad (por hiptesis, < 1) de que elcastigo sea efectivo. Esto es, la magnitudde la sancin ptima con imposicin cier-ta debe multiplicarse por la inversa de laefectiva probabilidad de castigo. Adems,como es ms rentable socialmente bajar laprobabilidad de imponerla y elevar enproporcin la cuanta de la sancin, la po-ltica criminal ptima es de sancin mxi-

    ma y probabilidad mnima de castigo. stees el famoso resultado de Becker ("Crimeand punishment: An economic approach"

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    I . D E B A T E S

    76, Journal of Political Economy, 1968),que muchos identifican sin ms con la t eo-ra econmica de los delitos y las penas, ta-chndola de draconiana y represiva. No esverdad: la aversin al riesgo de los poten-

    ciales sancionados, el riesgo de error y losproblemas de solvencia hacen que la san-cin mxima no sea deseable. Ms an, lapoltica de prevencin ptima requiere,dado lo costoso de la aplicacin de la Ley,que se permita un cierto grado de infra-prevencin: en el ptimo, la sancin espe-rada es siempre inferior al dao derivadode la accin sancionable.

    Y con sanciones no moneta rias? Aqu,la informacin acerca de la culpabilidadresulta de importancia extrema: cuando lainformacin sobre la deseabilidad social

    de una accin y la culpabilidad del autores perfecta, se puede lograr con sancionesno monetarias una prevencin ptima sintener que incurrir en el coste de imponerel castigo. D e aqu que el perfeccionar lainformacin sea socialmente productivo.Por otro lado, la sancin ptima en trmi-nos de prevencin para los irreductibles(por ejemplo, no perciben la sancin espe-rada, o el beneficio que obtienen de su ac-cin es anormalmente alto) es cero, aunquela sancin puede justificarse en inhabili-tarlo para futuras tropelas. Otra vez la

    poltica preventiva ptima enfatizara elahorro en costes de deteccin de los in-fractores de la ley: mant eniendo constanteun coste esperado de imposicin de san-ciones, elevar los aos d e prisin y reducirla probabilidad de ser detenido y conde-nado, reduciendo costes sociales. Ahorabien, varios factores apuntan a que la po-ltica draconiana no es ptima: el riesgo deerror y las actitudes de los potenciales de-lincuentes ante el riesgo abonan una me-nor sancin. Aqu no la aversin al riesgo,sino lo contrario, es relevante: la propen-

    sin al riesgo en sentido econmico (y laevidencia emprica muestra que los crimi-nales, de ordinario, lo son, tanto por dis-posicin psicolgica, como por marginali-dad, como porque la desutilidad de laprisin suele ser marginalmente decrecien-te) apunta a que es mejor reducir la mag-nitud de la sancin y elevar la probabili-dad de su imposicin.

    Justicia frente a bienestar

    La parte VII resume su reciente Fair-ness versus Welfare, coescrito con LouisKaplow, otro economista, catedrtico de

    la Law Schoolde Harvard. El ncleo delargumento es la incompatibilidad lgicaentre las aproximaciones morales a las de-cisiones colectivas y las basadas estricta-mente en el cmputo y agregacin de los

    bienestares individuales. Los criterios yreglas morales, aquellos que incorporandimensiones ajenas al bienestar de losafectados, no han de tener espacio en laadopcin de polticas jurdicas.

    Shavell entiende que pautas moralesbsicas (no daar a otros, no mentir, ayu-dar a los dems, castigar en proporcin a laculpabilidad moral del autor de una malaaccin, etc.) sirven de forma benfica albienestar de las sociedades, contribuyendode forma apreciable a la supervivencia y alprogreso de las sociedad es. D e aqu que

    sea apreciable la raz biolgico-evolutivade muchos sentimientos morales elemen-ta les. Pero una cosa es que much os indi-viduos hayan interiorizado muchas de ta-les reglas, tanto por razones biolgicascomo culturales y de socializacin, pasandoa integrar las preferencias y el bienestar deesas personas, y otra bien distinta es quelos criterios morales hayan de tener pesopropio e independiente en el enjuicia-miento de alternativas de decisin colecti-va. El porqu del conflicto entre el valor persede los criterios morales y la economa

    del bienestar se sustenta en un argumentosimple aunque sutil: la adhesin intrnse-ca, como norma de conducta colectiva, acriterios morales puede d isminuir el bien-estar de todos, digo bien, de todos, losmiembros de una sociedad d ada. Es lo queShavell denomina el teorema del conflictode Pareto: si los criterios morales tienenvalor evaluativo independiente de su inci-dencia sobre el bienestar humano, en elextremo podemos hacer prevalecer el cri-terio moral incluso cuando hacerlo reduzcael bienestar de todos y cada uno de los in-

    dividuos. Tomad o en serio, el valor aut no-mo de las reglas morales se antepondra a lavoluntad, unnime y sin fisuras, de todos.

    Cierra esta seccin un captulo dedica-do a cuestiones de distribucin de renta yriqueza. No porque se trate de cuestionesmorales, pues no son ajenas a la economadel bienestar: el cmputo y agregacin delos bienestares individuales en una fun-cin de bienestar social se ve tpicamenteafectado por la mayor o menor igualdaden la distribucin de riqueza . D e aqu, sinembargo, no se deduce q ue el anlisis eco-

    nmico del Derecho deba prestar aten-cin sustancial a las cuestiones distributi-vas, segn Shavell. Al cont rario, al a nalizar

    las reglas del D erecho penal, o del D ere-cho de daos o de contratos, har bien elanalista en no desviar su indagacin hacialas cuestiones de distribucin. El motivoes de ventaja comparativa. Las reglas ge-

    nerales del D erecho privado y pblicofuncionan intrnsecamente peor, para re-solver cuestiones distributivas, que el sis-tema fiscal y los subsidios pblicos a laspersonas de menor nivel de riqueza. El ar-gumento vuelve a ser aqu simple slo enapariencia. Usar el sistema fiscal para re-distribuir riqueza genera una bien conocidadistorsin econmica: alterar la decisinptima entre trabajo y ocio. Usar el siste-ma jurdico (digamos, el Derecho pena l,imponiendo sanciones ms altas a quienms tiene) mantiene la distorsin anterior,

    pero genera una nueva si renunciamo s a laregla jurdica ms eficiente para escogerotra que lo es menos, pero que redistribu-ye riqueza en el sentido deseado. nica-mente me queda una duda: en un mundoen el qu e las rentas gravables (al menos lasde capital) no conocen fronteras, no sabe-mos (y resolver la duda es tarea esencial-mente emprica) si es posible emplear tanslo el sistema fiscal para lograr los nivelesde redistribucin que acaso se considerendeseab les. Tal vez el opt-outsea ms difcilen algunos espacios objeto de regulacin

    por normas jurdicas.

    El Law& Economicscomomovimiento intelectual

    Al contrario que Shavell, Mercuro yMedema no son protagonistas del anlisiseconmico del D erecho, son dos relevan-tes observadores externos. Esencialmente,su aproximacin es la de historiadores delas ideas econmicas, interesados en ana li-zar, desde esa perspectiva, el movimiento

    del Law& Economics. No se puede esperar,entonces, un tratamiento detallado de lossectores centrales del sistema jurdico pa-rangonable al de Foundations, o al de otrosmanuales de la materia, aunque, al hilo dela presentacin de algunas de las escuelasabordadas, se nos presenten, en ocasionescon algn detalle, resultados tericos alcan-zados en el mbito de las externalidades,el incumplimiento contractual, el contratoconstituciona l, los sistem as de voto o la in-terrelacin entre normas sociales y reglasjurdicas, o incluso conceptos bsicos, co-

    mo los distintos de eficiencia.D esde el punto d e vista de historia in-

    telectual, el retrato trazado por los auto-

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    republicanismo cvico de poco claros per-files, este ltimo, su influencia y presen-cia en la investigacin y la docencia deLaw& Economicsha sido, en el mejor de loscasos, testimonial. En cuanto a la inciden-

    cia del estudio de las normas socialesusando instrumentos de la teora de jue-gos, que se presenta en el captulo 7, setratara ms bien de una extensin delanlisis a un campo, eso s es cierto, no ex-plorado en profundidad hasta bien entra-dos los aos noventa. Con la exclusin deLarry Lessig, el resto de los autores exa-minados en esa seccin (Bob Ellickson, EricPosner, Bob Cooter, Richard McAdams) sehallaran cmodamente instalados en elncleo central del Law& Economics.

    En este sentido, la visin de pluralidad

    metodolgica que presentan Mercuro yMedema es, segn mi criterio, exagerada.El anlisis econmico del D erecho es unmovimiento intelectual que ha pasado asuministrar al mundo jurdico-acadmiconorteamericano las claves tericas de an-lisis ms visibles hoy, y compartidas demanera ms o m enos explcita por una ma-yora no por todos, desde luego de losanalistas del sistema jurdico. Ahora bien,desde el punto de vista intelectual, no esms plural de lo que lo es la teora micro-econmica dominante en los departamen-

    tos de Economa estadounidenses y euro-peos. Y no es raro, pues acaso no es sinoeconoma del bienestar aplicada. Tal vezuna parte de las diferencias que, sin duda,existen, se deben ms que a disparidadesde enfoque de partida, a las notables, dis-crepancias ideolgicas, a las diversas op-ciones de poltica pblica, y a las distintasactitudes ante la relevancia concreta delas limitaciones cognitivas y volitivas iden-tificadas por el behavioral economics, queconviven dentro del anlisis econmicodel D erecho en el mom ento presente.

    Fernando Gmez Pomar

    Catedrtico de Derecho Civil

    Facultad de D erecho

    Universitat Pompeu Fabra.

    Ms reciente publicacin:

    G MEZ POMAR , F. y G ANUZA, J. (2007),

    "Should we trust the gatekeepers: Auditors

    and lawyers liability for client misconduct",

    Int ernat ional Review of Law and Economics,27:96.

    q15L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    I . D E B A T E S

    res se puede caracterizar como, a la vez,en exceso generoso y en exceso reduccio-nista. Lo primero, porque incluir el PublicChoice, la aproximacin austraca e insti-tucional (no as la de la N ew Institu tionalEconomics), o la del republicanismo cvi-co, dentro del Law& Economicsno resulta,si bien por razones distintas en cada caso,demasiado acertado. Lo segundo, porqueel mainstream Law& Economicsrepresen-tado perfectamente, por ejemplo, por elFoundationsde Shavell que se hace hoyen las grandes facultades de D erecho nor-teamericanas y en algunas, pocas, europe-as no es Chicago Law& Economics, aunquePosner sea la figura ms conocida del mis-mo. Acaso el desajuste procede de la faltade suficiente atencin a un dato muy im-

    portante de la realidad: el Law& Econo-micsse hace hoy, y ya hace 25 aos, sobretodo en las facultades de Derecho esta-dounidenses, y slo marginalmente en losdepartamentos de economa. No ocurreas en Europa, y eso explica su relativo fra-caso entre nosotros, cuando la economaes idntica a ambos lados del Atlntico.Son factores propios del sistema jurdico,y del mercado a cadmico en D erecho, losque esencialmente han determinado lasenormes diferencias entre Estados U nidos,en que el Law& Economicses parte impor-

    tante, cuando no mayoritaria, en algunasmat erias, como en el D erecho de la com-petencia, los accidentes, las sociedadesmercantiles o la propiedad intelectual, delmundo jurdico, y Europa, donde su pre-sencia es a lo sumo tolerada. Es ste unfactor que Mercuro y Medema, acaso sinvisin comparativa, soslayan, pero que re-sulta esencial para entender la evolucin ysituacin actual del Law& Economics[va-se, Nuno G aroupa y Tom U len, "The mar-ket for legal innovation: Law and econo-mics in Europe and the United States",

    A labama Law Review, 2007)].

    El presente del Law& Economics

    Aunque el papel de la Universidad deChicago, y de grandes figuras como Coase,Becker y Posner, han sido fundamentales,el Law& Economicsno depende hoy deninguna real o presunta escuela de Chica-go. En sustancia, no supone ms que asu-mir que el mejor instrumental para enten-der el sistema jurdico, o gran parte de l

    al menos, es el de la teora microeconmi-ca estndar que hoy se practica en los de-partamentos de Economa, junto con las

    herramientas de verificacin emprica queofrece la econometra. Y ello incluye, enlos ltimos aos, unas gotas de behavioraland experimental economics, aun cuandoms como matizacin de los anlisis prin-

    cipales que como alternativa. La actitudanteriormente descrita exige la aceptacinprevia de una visin funcionalista, y noesencialista; consecuencialista, y no mora-lista , del D erecho y de sus reglas, algo mscercano a la historia intelectual norteame-ricana que a la europea (Neil Duxbury,Patterns of American Jurisprudence, O xfordUniversity Press, 1995, cap. 5). Pero no hayotras adhesiones o convicciones comparti-das. D e hecho, el mainstream Law& Econo-micses hoy extraordinariamente hetero-gneo en trminos ideolgicos y de policy

    orientation.La aproximacin del Economics and the

    Lawes demasiado ecumnica aqu. En esencleo central slo desempea hoy un pa-pel importante, de las escuelas no-Chica-go examinadas por Mercuro y Medema, ladel N ew Insti tuti onal Economicsa la C oasey Williamson. Su nfasis en los costes detransaccin y en las relaciones que tienenlugar fuera de los m ercados casi-perfectos,su inters por la realidad de los entornosinstitucionales y organizativos en que ope-ran los agentes econmicos, y jurdicos

    tambin, su uso de herramientas empri-cas y case studies, han influido no sin dis-crepancias de nota: Richard Posner, "NewInstitutional Economics meets Law andEconomics", 149, Journal of Institutionaland Theori cal Ecomomics (1993:73) en elanlisis econmico del D erecho de pro-piedad, de los contratos y las sociedades.En Europa, el contacto entre ambos es to-dava ms estrecho.

    El Public Choice, por su parte, se perci-be ms bien como una aproximacin her-mana, centrada en el anlisis del compor-

    tamiento poltico y su entorno. Aunquehay plena conciencia de que se compartenpuntos de partida el rational choice einstrumentos, la influencia recproca ha si-do relativamente escasa, a pesar de queparte de los resultados del Public Choicesetoman como parte del saber adquirido porparte de la expandida teora econmica.Acaso el marcado sesgo del inters haciala labor d e los tribunales de justicia, inclu-so en el mbito del Derecho pblico, quecaracteriza a los juristas y analistas econ-micos del D erecho, ha lastrado en exceso

    la relacin entre el Law& Economicsy elPublic Choice. En cuanto al viejo Institutio-nal Economics, la economa austraca, y el

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    qL i b r o s d e e c o n o m a y Em p r e s a16

    de sus investigaciones anteriores. Al anali-zar la agricultura espaola, Naredo utiliza-ba contabilidad convencional en dinero, pe-ro tambin mediciones fsicas de cantidadesde energa o de toneladas de materiales. La

    agricultura tradicional, preindustrial, pre-sentaba un balance energtico positivo, esdecir, aportaba ms energa de la que con-suma, mientras que la agricultura resulta-do de la revolucin verde consuma msenerga, en forma de combustibles fsiles ymaq uinaria, que la que proporcionaban susproductos. Esta medicin en cantidades deenerga o en toneladas no sustituye a la me-dicin en dinero, pero es tan necesaria co-mo la habitual de los economistas.

    El de 1987 es un texto de historia delpensamiento econmico, que pretende

    explicar lo inadecuado de los conceptosclave de la economa convencional. Porque,adems de estudios concretos que apli-quen un enfoque multidisciplinar, hacenfalt a reflexiones ms generales para enten-der por qu los economistas seguimos ha-ciendo ms o menos lo mismo por muchoque participemos en discusiones metodo-lgicas.

    Races econmicas del deterioro ecolgico y

    sociales un libro mixto. Incluye tanto pen-samiento econmico como estudios emp-ricos, con uso de variables convencionales,

    es decir, medidas en dinero, a la vez que lasinnovadoras medidas en energa o en tone-ladas de materiales. Slo as puede enten-

    EINTE aos despus de publicar Laeconoma en evolucin(1987), y bastantesms desde sus estudios sobre la agricultu-ra espaola y los balances energticos quellev a cabo con Pablo Campos, Naredo

    publica ahora un libro destinado a la lec-tura por un pblico amplio, y que, de algu-na manera, compendia y resume muchas

    derse lo que Naredo llama el "metabolis-mo" de la sociedad. Mientras la contabili-dad en dinero puede mostrar una aparentebuena salud, la contabilidad energtica y demateriales puede poner en evidencia un

    modelo de crecimiento que no se puedesostener, y mucho menos ampliar a todo elmundo.

    La combinacin de los dos anlisis, elque mide en dinero y el que mide en efi-ciencia energtica y en flujos de materiales,es lo que dio a Naredo un puesto preemi-nente entre los estudiosos de la agriculturay de la ecologa. Por eso recomiendo, al me-nos a los economistas, comenzar la lecturade este libro por el ltimo captulo: "Revi-sin del desarrollo econmico espaol",donde el autor aplica la metodologa que

    propone, el enfoque ecointegrador, para en-tender el modelo de desarrollo espaol delos ltimos treinta aos. Analiza los flujosfinancieros, poblacionales y de energa ymateriales. Y muestra cmo Espaa se con-vierte en receptora de capitales, y a partirde 1995 son las empresas espaolas las querealizan inversiones en el exterior, a dife-rencia de lo que ocurri en la dcada de1980, cuando los "no residentes" compra-ban las empresas espaolas para introducir-se en el mercado del nuevo pas europeo.En el caso de Espaa, el sector inmobiliario

    tiene una gran importancia, y la t iene comoinversin, compitiendo con los mercados fi-nancieros. Y esto no se puede analizar slo

    I . D E B A T E S

    4.

    Una explicacindel deterioro

    ecolgico y social

    I.Ecologistas que hacen

    los deberes

    Manuel Santos Redondo

    V

    JOS M ANU EL N ARED O

    Races econmicas del deterioroecolgico y social.

    Ms al l de los dogmas

    Siglo X X I Edit ores, Editorial,Madrid, 2006.

    ISBN. 8432312452.288 pginas.

    18 euros.

    Resumen

    Se trata de un libro mixto. Incluyepensamiento econmico y crtica d elanlisis econmico convencional, ytambin estudios empricos en losque el autor aplica el enfoque ecoin-tegrador, con uso de variables con-

    vencionales, es decir, medidas en di-nero, a la vez que las innovadorasmedidas en energa o en toneladasde materiales. Sus conclusiones ne-cesariamente se entrelazan con as-pectos ticos y polticos. Pero setrata del trabajo y las reflexiones deun economista, aunque acostum-brado a trabajar en contacto conotras d isciplinas. Y sus trab ajos em-pricos son coherentes con sus re-flexiones t ericas.

    Palabras clave: Jos Manuel Naredo,deterioro ecolgico.

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    q17L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    con mediciones en dinero, porque la cons-truccin de viviendas y de infraestructurases una actividad "muy exigente en energa ymateriales y tiene una gran incidencia terri-torial", y por tanto es un grave problema

    ecolgico (pg. 254). El ecologismo debepreocuparse por el "metabolismo" de laeconoma espaola, en la que las viviendasse compran como inversin, con rcord deviviendas secundarias y desocupadas. Laconclusin de este captulo tan emprico yactual es la misma que en los captulos depensamiento econmico: lo que llamamos"desarrollo" es imposible de generalizar atodo el planeta, sobre todo por la ineficien-cia ecolgico-ambiental, y deberamos revi-sar el propio concepto de "desarrollo" deforma que incluya mediciones de flujos f-

    sicos, como hace el autor en este libro y enotros estudios.

    Por tanto, la conclusin de Naredo ensus trabajos interdisciplinares sobre agricul-tura, en los que fue pionero, en sus trabajosempricos sobre los flujos financieros y ensus trabajos de pensamiento econmico esbsicamente la misma, y muy coherente: nose puede gestionar bien la economa, ni si-quiera hacerse una idea de lo que funcionabien o mal, contribuye al bienestar o al de-sastre ecolgico, sin incluir la contabilidadde energa y materiales, o de metros cua-

    drados de suelo destinados a cada uso. Queesa contabilidad no puede sustituir a la pu-ramente econmica lo sabemos los econo-mistas y toda la poblacin. Pero el razona-miento inverso, que la economa no puedeignorar las limitaciones fsicas, es igualmen-te obvio, pero lo olvidamos con frecuenciao no lo queremos saber.

    Creo que despus de leer este captulo,el lector puede hacerse una idea del enfo-que "eco-integrador" que propone Naredo,y a la vez del amplio uso de herramientasconvencionales del anlisis econmico que

    implica ese enfoque. Y entonces vale la pe-na leer la crtica terica y metodolgica alconjunto de las ideas, metforas y medicio-nes habituales de los economistas. Nuestraprofesin tiene una especie de vacuna desensatez, que hace que slo aceptemos loque son pequeos cambios o crticas desdedentro, que dejan intacto lo esencial del ra-zonamiento econmico. Esa aceptacin taninteriorizada y socializada es lo que con-vierte en "dogmas" lo que deberan ser sloinstrumentos de anlisis. Porque a veces ha-cen falta planteamientos radicales; cuando

    la situacin es extrema, lo insensato es nohacerlos. C omo economistas y como acad-micos, la inercia nos lleva a seguir haciendo

    I . D E B A T E S

    lo que hemos aprendido y lo que nos pro-porciona ingresos y prestigio profesional ysocial; esto es, a alejarnos de cualquier alar-mismo y a colaborar en operaciones de ima-gen como el "crecimiento sostenible," que

    resulta imposible sin cambios radicales("Conclusiones y recomendaciones," pg.106). Y esos cambios "exigen contar conpresin social y enfoques capaces de alterarel vnculo entre poder y dinero que ha ge-nerado la presente situacin," pero tambinrequieren "la revisin de los valores, metasy estilos de vida hoy dominantes". Conclu-siones as suenan raras, casi ingenuas yhasta " poco profesionales" para economistas,pero hablar de medio ambiente sin haceresas recomendaciones es engaar o enga-arse.

    Schumpeter, que era un admirador dela teora por la teora misma, escribi sobreel xito de la Teora G eneral de Keynes: "En

    la economa un entusiasmo tal y, anlo-gamente, una marcada hostilidad nuncaaparece a menos que el fro acero del an-lisis, en virtud de las reales o supuestas im -plicaciones polticas que contiene, adquie-

    ra una temperatura que no le es propia"(Schumpeter, 1994:389). Y cita como pre-cedentes de entusiasmos y expresiones ar-dientes a Marx y a los fisicratas. Este librode Na redo fue presentado por la organiza-cin Attac, en un ambiente ms de mili-tancia ecologista e izq uierdista que aca d-mica. Pero, como dijo entonces Carlos Ber-zosa, rector de la Universidad Complu-tense y anfitrin, su fuerza est en los ra-zonamientos, no en las emociones ni en lamovilizacin poltica. Naredo lleva a caboel fro anlisis, pero deja claro que para que

    se realicen los cambios que propone hacefalta esa "temperatura" que Schumpeterconsideraba impropia de economistas.

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    Resumen

    Este libro de Jos Manuel Naredorepresenta una buena oportunidad

    para conocer la obra del autor. Enbuena parte la resume y la culminaen algunos aspectos. El lector pue-de esperar una crtica constante alcapitalismo en general, y en parti-cular al sistema financiero, a lasmultinacionales, a la ciencia econ-mica clsica y neoclsica, a los con-ceptos que sta utiliza Ellos sonlos responsables del deterioro eco-lgico y social. No se trata de un li-bro ponderado donde se presentenpros y contras. Es un libro que to-ma partido.

    Palabras clave: economa ecolgica,economa crtica, pensamiento eco-nmico.

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    Referencias

    C AMPOS, P. y NAREDO, J.M. (1980), "Los

    balances energticos de la agricultura espao-

    la", Agri cultur a y Sociedad, n 15, abril-junio,

    pp. 163-255.NAREDO, J.M. (1987), La economa en evo-

    lu cin. H istori a y perspectivas de las categoras

    bsicas del pensami ento econmico, Madrid, Si-

    glo XXI (tercera edicin, actualizada en

    2003).

    SCHUMPETER , J. A. (1994) [1954], Historia

    del anli sis econmico, Barcelon a, Ariel.

    Manuel Santos Redondo

    Profesor titular de universidad

    Departamento de Historia e Instituciones

    Econmicas I

    Facultad de Ciencias Econmicas y Em-

    presariales

    Universidad Complutense de Madrid

    Trabajos de m s reciente pu blicacin:

    SANTOS RE D O N D O, M. (2007), "Sanch os y

    Q uijotes en la Espaa de C ervantes", en M. A.

    G ALINDO , Cervantes y la economa, Ediciones

    de la Universidad de Castilla-La Mancha,

    Cuenca:13-41.

    PE RD I C ES D E BLAS, L . y SANTOS RE D O N D O,

    M. (coords.) (2006), Economa y Lit eratura,

    Edit orial Ecobook/C onsejo Econm ico y So-cial de la C omunidad de Mad rid e Institut o de

    Espaa, Madrid.

    STE ensayo de Jos Manuel Naredoresume, en buena parte, su obra anterior.Lo denota, por ejemplo, que cita hastaveinte trabajos suyos como primer autor.Si el lector no co noce los escritos de Nare-do, ste es un buen text o de m uestra. El li-bro se divide en dos pa rtes. La primera, decinco captulos, se titula N aturaleza y tra-

    tamiento econmico del problema ambiental.La segunda, de contenido no muy distinto,se titula Sobre la persistencia de los dogmas,y contiene cuatro captulos. Es fundamen-talmente un libro crtico. Su pensamientopodra englobarse dentro de la etiq ueta ge-nrica de "economa crtica", heredera endistintos aspectos de la casi desaparecida"economa marxista" .

    Una de las tesis centrales del libro, re-flejada parcialmente en el ttulo, es que laactividad econmica (capitalista) es laprincipal causa del deterioro ambiental, y

    los mximos responsables no somos losciudadano s de a pie, que al fin y a l cabo de-mandamos los productos, sino las grandes

    I . D E B A T E S

    4.

    II

    Ms all de los dogmas?Pere Riera

    E

    JOS M ANU EL N ARED O

    Races econmicas del deterioroecolgico y social.Ms al l de los dogmas

    Siglo X X I Editores, Editorial,Madrid, 2006.ISBN. 8432312452.288 pginas.

    18 euros.

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    q19L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    I . D E B A T E S

    multinacionales, el sistema financiero yen especial los Estados U nidos de Amrica.La argumentacin al respecto es larga (loque no es sinnimo de convincente), basa-da en traba jos previos del mismo autor, en

    citas de otros, en intuiciones a veces y en lautilizacin de numerosas etiquet as y met-foras cuyo comn denominador es su vo-luntad crtica al sistema econmico impe-rante. El uso de metforas es algo, porcierto, criticado por Naredo en el librocuando stas se utilizan para explicar argu-mentos que no son de su agrado (pg. 139).

    No slo las multinacionales, las institu-ciones financieras y los Estados U nidos sonculpables. Lo es t ambin la ciencia econ-mica dom inante en la acad emia. Y es dai-na no solamente en la parte normativa,

    cuando interviene el Estado para corregirla actividad econmica, sino ta mbin en suparte descriptiva. Principalmente por eluso (abuso, segn Naredo) del dinero co-mo unidad de cuenta. El autor contraponela lnea dominante de la ciencia econmi-ca con dos corrientes ms minoritarias: laeconoma ecolgica y la economa institu-cional (pgs. 13 y ss.), aunque no se identi-fica claramente en el libro con ninguna deellas. Seguramente, los seguidores de laeconoma ecolgica se sentirn algo cerca-nos a las tesis del autor, pero no creo que los

    economistas institucionales (vase Schmid,2004) opinen lo mismo. Una de las cosasque echarn en falta dichos economistas, ytam bin los de la lnea do minante, es la au-sencia de trade-offs(Winter, 2005). A me-nudo, Naredo presenta las cosas en blancoy negro (o slo en negro, debera decir).Las multinacionales son muy malas, y losEstados Unidos ms, caricaturizando unpoco. Un ejemplo de entre muchos es suvisin del desarrollo urbanstico. Todo esmalo. No hay nada bueno. Y no hay culpainstitucional (a excepcin del mercado) ni

    de los consumidores (incluidos el propioNaredo, quien escribe esta recensin y q ui-zs quien la lee), sino bsicamente de los"especuladores urbansticos". Contrastacon los resultados obtenidos por otros au-tores, como G arca y Riera (2003), quemuestran cmo la mayora de la poblacinque vive en la regin de Barcelona prefie-re y seran ms felices con un crecimientomenos denso y ms hacia las afueras de loque se est dando actualmente, mientrasque otros son indiferentes y una minoraprefiere un urbanismo m s denso y menos

    disperso. Si no hubiera demanda de ciuda-danos como nosotros para una urbaniza-cin menos densa, sta no se dara. Los tra-

    de-offsmostrando tambin los beneficios,no slo los costes, son sistemticamente ig-norados en el libro de Naredo.

    O tro ejemplo de simplificacin es el an-lisis que se hace con un t ema recurrente co-mo es el de los pases ricos (primer mundo)que expolian a los pobres (tercer mun-do). Las crticas son fundamentalmente alos primeros, pero tambin a los segundospor querer parecerse a los ricos, por quererser ms ricos. Los nicos que se quedan al

    margen en el libro son los pases socialistas(segundo m undo). C urioso, tras tant a crti-ca al capitalismo, toda alusin al socialismoes casi al final del libro para decir que "Laignorancia de este esquema [el papel de-predador del primer mundo] evidencia loserrores de bulto que motivaron la crisis dela ant igua Unin Sovitica y, en general, delos pases llamados "socialistas" que trata-ron de competir con el capitalismo en lacarrera del desarrollo" (pg. 224). Es decir,que, naturalmente, cualquier deterioroambiental o social causado en pases socia-

    listas es en el fo ndo culpa del capita lismo.He intentado transmitir que el libro de

    Naredo es bsicamente crtico, lo que dapie, a mi entender, a ser a su vez crtico conl. A mi modo de ver, lo ms criticable esque tras tanta crtica, las conclusiones posi-tivas a las que llega, las alternativas que nosofrece, sean tan vagas y hasta cierto puntoingenuas. Repasmoslas (pgs. 106-109,apartado "Conclusiones y recomendacio-nes"). 1) "Los crticos del sistema actual de-beran aunar sus protestas con propuestaspara replantear el sistema financiero mun-

    dial". 2) "Conocimiento del coste (fsico) dereposicin de las extracciones del capitalmineral de la Tierra". 3) El conjunto de

    cambios 1 y 2 "no es una simple cuestintcnica, sino que entraa no slo conflictosde poder, sino la revisin de los valores, me-tas y estilos de vida hoy dominante" (sic).

    En definitiva, entre "equilibrado" y "ra-dical" el libro de Naredo es sobre todo losegundo; a mi modesto entender, entre"ponderado" y "dogmtico", de nuevo es losegundo a pesar del subttulo del libro; pe-ro entre "interesante" y "anodino", sin dudaes lo primero. No deja indiferente. Eso s,

    creo que va a deleitar a los convencidos,pero que no va a cambiar la opinin de loscontrarios. O s?

    Referencias bibliogrficas

    G ARCA, D . y RIERA, P. (2003), "Expansion

    versus density in Barcelona: A valuation exerci-

    se", Urban Studies, vol. 40, n 10:1925-1936.

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    rat ion. Insti tucional and Behavioral Economics,

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    tion to Economic Reasoning and Social Issues,

    The U niversity of C hicago Press, C hicago.

    Pere Riera

    Profesor de Economa Ambiental

    Departamento de Economa Aplicada

    Universidad Autnoma de Barcelona

    RIERA, P., G ARCA, D., KRISTRM, B. y

    BRANNDLUND, R. (2005), M anual de Economa

    Ambiental y de los Recursos N atur ales, Thom -son-Paraninfo, Madrid.

  • 8/21/2019 Nuevos Visiones Sobre Keynes

    20/64

    N pleno siglo XXI, cuando el conti-nuo avance tecnolgico nos sorprende ca-da ao con nuevas posibilidades de cre-ciente sofisticacin, algo tan prosaico yhabitual como abrir el grifo y ver manaragua potable en abundancia sigue siendoun sueo milagroso para buena parte de lahumanidad. Pero el agua ya no slo esesencialmente calidad de vida y f uente dedesarrollo econmico, sino, cada vez ms,factor estratgico y posible origen de con-flictos polticos, al tiempo q ue base para lapreservacin de ecosistemas en un m undo

    crecientemente degradado en el terrenoambiental. La reciente aparicin de estosdos informes monogrficos sobre gestinhidrolgica, a cargo de instituciones inter-nacionales tan importantes como las Na-ciones Unidas y la Unin Europea, no ha-ce ms que poner de manifiesto queestamos ante una cuestin clave que an

    ir ganando ms protagonismo en un fu-turo inmediato. Se trata de dos trabajoscon enfoques muy similares, que denotanun consenso bsico en torno a lo que hoyse conoce como nueva cultura del agua: le-jos de la mera apelacin a la tcnica y lainfraestructura para generar nuevas dispo-nibilidades hdricas, que alcanz su puntolgido en los setenta, se prima, a travs dela educacin y el marco institucional (in-centivos, organizacin, regulaciones tcni-cas, mercados, base informativa, etc.), elahorro y la eficiencia en el uso, la gestin

    integrada de los recursos superficiales ysubterrneos, y la accin preventiva frentea la contaminacin, otorgando un prota-gonismo com partido al sector pblico y a lsector privado. No obstante, el consensono es absoluto. Siguen existiendo posicio-nes discrepantes, si bien son minoritarias,que estn representadas tanto por los par-

    qL i b r o s d e e c o n o m a y Em p r e s a20

    I . D E B A T E S

    N ACIONES UN I D A S

    Water, a Shared Responsibili ty.The Uni ted N ations World WaterDevelopment, Report 2

    UN, New York, 2006.

    ISBN: 92-3-104006-5.601 pgina s.83,40 euros versin impresa.G ratuito en formato PD F en:http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001454/145405E.pdf .

    COMISIN EUROPEA

    D irecting the Flow: A N ewApproach to Integrated WaterResources M anagement.

    European C ommunit ies, Luxembourg, 2006.http://ec.europa.eu/research/water-initiative/pdf/iwrm_060217_en.pdfISBN: 92-79-01024-7.55 pginas.

    G ratuito.

    5.

    La gestin del agua,base del futuroJos Luis Ramos G orostiza

    E

  • 8/21/2019 Nuevos Visiones Sobre Keynes

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    q21L i b r o s d e e c o n o m a y E m p r e s a

    I . D E B A T E S

    sos hdricos en el planeta. Se atiende a sudistribucin geogrfica y a los componen-tes principales del ciclo hidrolgico, y serevisa tambin el estado de los ecosiste-mas costeros y de agua dulce, muy ricos

    en biodiversidad pero sujetos a grandesimpactos que estn conduciendo a su r-pido deterioro (las poblaciones de espe-cies de agua dulce disminuyeron un 50%entre 1970 y 2000). Ello puede afectar enbreve, y de forma importante, al bienestarhumano y a las posibilidades de desarro-llo.

    La tercera seccin estudia las presionescada vez mayores a las que se ven someti-dos los recursos hdricos disponibles (des-de 1900 las extracciones de agua se hanmultiplicado por seis, el doble de la tasa d e

    crecimiento demogrfico). Se trata de de-mandas en creciente competencia entre s:abastecimiento y salud humana, agricultu-ra, industria, y energa. En la agricultura,consumidora del 70%de