Nueva Coronica 2. 2013. Meza Bazan Coca y Cocaina
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Mario Meza. Enfoque mdico sobre el uso y consumo de la coca y la cocana
Nueva cornica 2 (Julio, 2013) ISSN 2306-1715, pp. 487-503.
Escuela de Historia. UNMSM
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EL ENFOQUE MDICO SOCIAL SOBRE EL USO Y CONSUMO DE LA COCA Y LA COCANA EN
PER EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX
Mario Meza Bazn1
Universidad Antonio Ruiz de Montoya, S.J., Lima
Recibido: 05/06/2013
Aprobado: 10/07/2013
Resumen
Este artculo estudia la formacin de las corrientes prohibicionistas sobre el uso de la coca y
la cocana en el mundo a travs de los discursos mdicos y sociales, estudia cmo impactan
estas corrientes en los debates internos sobre la conveniencia o no del uso de la coca y la
actividad de la masticacin o chaccheo. Se pone nfasis en cmo intervienen los enfoques
modernizadores e indigenistas dentro de la sociedad peruana para debatir y proponer medidas
a favor o en contra del consumo de la hoja de coca.
Palabras clave: Per, Historia, siglo XX; Historia de la medicina; Coca, cocana;
Prohibicionismo
THE SOCIAL MEDICAL APPROACH TO THE USE AND CONSUMPTION OF COCA AND
COCAINE IN PERU IN THE FIRST HALF OF THE TWENTIETH CENTURY
Abstract
This paper studies the formation of the current prohibitionist on the use of coca and cocaine in
the world through medical and social discourses, examines how they impact those flows in
internal discussions on whether or not the use of coca and mastication activity or chaccheo.
The emphasis is on how involved modernizing and indigenous approaches within Peruvian
society to discuss and propose measures for or against the use of the coca leaf.
Key words: Peru, History, 20th
century; History of medicine; Coca, cocaine; Prohibitions
1 Historiador. Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, magister en
Antropologa por la misma universidad, doctor en Historia por El Colegio de Mxico (Mxico). Profesor de
la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y del Postgrado de Historia de la facultad de CCSS de la UNMSM.
Autor de libros como Justicia y poder en tiempos de violencia. Orden, seguridad y autoridad en el Per, 1970-
2000 (Lima: PUCP, 2013); Historia del estadio San Marcos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Cuadernos del Instituto Antonio Nebrija, 12 (2009), pp. 245-284; y Choquequirao. Smbolo de resistencia andina
(histora, antropologa, lingstica). En Manuel Burga (coord.). Lima: Fondo Contravalor Per-Francia- IFEA-
Fondo editorial de la UNMSM, 2008. Ganador del premio Franklin Pease de Estudios Andinos de la PUCP.
Noviembre 2009; y, del Fondo del Instituto de Estudios Peruanos al mejor trabajo del Seminario de estudios
sobre la Memoria 2011- II. Su tesis doctoral estudia el Movimiento Revolucionario Tpac Amaru y las fuentes
de la revolucin en Amrica Latina.
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La dosis correcta diferencia a un veneno de un remedio Paracelso (1493-1541)
Introduccin
El siguiente estudio2 expone cmo se elabor un discurso mdico social especialmente
prohibicionista sobre el uso y consumo de la hoja de coca y su derivado la cocana en el Per
de la primera mitad del siglo XX. El arbusto conocido como Erytroxylon coca es una especie
vegetal conocida y cultivada en los Andes desde hace miles de aos que desde el siglo XVI se
difundi ms all del uso ritual y socialmente reglamentado entre los grupos aborgenes
andinos. Esta tendencia se acentu a partir del siglo XIX con la introduccin de nuevas
tcnicas y mtodos qumicos que aislaron y depuraron sus contenidos como alcaloide: el
consumo de la cocana o simplemente erytroxylon produjo discursos y opiniones para el
control del consumo de la coca y la cocana basndose en discursos cientficos y morales en
auge en el mundo. Para abordar el enfoque mdico y social de la prohibicin relacionaremos
los aspectos cientficos con los aspectos sociales, culturales, polticos e ideolgicos que
rodearon el debate del consumo de la coca y la cocana en Per.
Nos introduciremos en el trabajo del mdico y farmaclogo Carlos Gutirrez Noriega titulado
Estudios sobre la coca y la cocana en el Per (Lima, 1947). Este texto nos ilustrar el
contexto de las polticas, los discursos y los debates mdicos y sociales prohibicionistas en
auge en el mundo y la manera como afect al Per en esos aos dentro de un debate ms
interno sobre los usos tradicionales de la hoja de coca en el mundo indgena. En el trnsito de
los siglos XIX y XX Per era uno de los principales pases productores y consumidores de la
hoja de coca en el mundo. Los debates entre sus elites intelectuales y mdicos profesionales
exponan las razones prcticas y cientficas de la prohibicin del uso y consumo de la hoja de
coca en un contexto de fuertes debates sobre la viabilidad de la modernizacin en una
sociedad formada por una inmensa poblacin indgena. Es este aspecto, que en su momento
afect sustancialmente el modo de entender el tema del prohibicionismo del consumo de la
coca y la cocana, el que vale la pena recordar ahora porque forma parte de un debate antiguo
pero truncado sobre la legalizacin de las drogas.
Empezaremos este artculo con un marco histrico referencial de largo plazo sobre la
produccin y consumo de la coca y la cocana, seguiremos con las consideraciones cientficas
y comerciales del consumo de la coca y la cocana en el contexto de las consideraciones
cientficas y morales previas a la era prohibicionista que atravesar al mundo en el siglo XX.
Abordaremos tambin cmo resurge el inters en occidente por la coca y el descubrimiento de
la produccin de cocana especialmente en Per; y concluiremos con la presentacin del
trabajo de Carlos Gutirrez Noriega y su Estudio sobre la coca y la cocana en el Per como
parte de un discurso prohibicionista en auge en el mundo. Finalmente plantearemos el debate
entre Carlos Gutirrez Noriega, un representante cientfico del anti consumo de la coca, y
Carlos Monge, un cientfico liberal o tolerante del consumo de la hoja de coca.
2 El presente texto fue presentado originalmente en el Seminario Historia de la Ciencia, Metaciencia y la
Tecnologa en El Colegio de Mxico en el ao 2006. Agradezco a Odalis Valladares Chamorro por la revisin,
comentarios y sugerencias para la reactualizacin del mismo.
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1. La base histrica: el largo plazo de la coca y la cocana Se pueden identificar tres periodos en los estudios y debates sobre el uso y abuso de las
sustancias alcaloides y que estn vinculados con la cocana. Estos periodos son de 1860 a
1910, de 1910 a 1950 y de 1950 hasta hoy.
Entre 1860 y 1910 hubo nuevos productos naturales y qumicos ofrecidos en un creciente y
expansivo mercado mundial de medicinas y analgsicos que buscaban cubrir los efectos
derivados del vertiginoso desarrollo modernizador tales como la neurastenia o mal de los nervios (Gootenberg, 2003: 7-8)
3. El punto de partida de este mercado, sin embargo,
podramos trazarlo ms atrs, en el siglo XVI, cuando conquistadores y funcionarios
espaoles mencionaban las viejas costumbres indgenas americanas para trocar la fatiga
gracias a las virtudes de la hoja de coca (o maldades segn la condena de la Iglesia Catlica) y
extender as las jornadas laborales indgenas en las minas. Los viajeros y curiosos naturalistas
redescubriran luego esa virtud de la hoja de coca, sumida an en la ignorancia del mundo que
se fascinaba ms bien con el opio que se extenda como mercanca tras las llamadas Guerras
del Opio en Asia, una base ms de la acumulacin capitalista en Europa.
Este episodio marc el inicio de un mercado de productos narcticos masivos a nivel mundial.
Entre los aos de 1884 y 1910 los pases andinos (Per y Bolivia) vieron la oportunidad para
aprovechar este nuevo inters del mundo por estimulantes como el opio y la hoja de coca.
Propusieron vender los productos derivados de la hoja de coca fuera de sus tradicionales
mercados indgenas, donde haba permanecido circunscrito desde la colonia. Estados Unidos
se convirti entonces en el principal comprador de la hoja de coca (de 600 a 1000 TM
anuales) all pudo ser procesada y convertida en productos para los dolores de vientre, el
clera, la fiebre de heno, la epilepsia, la adiccin al opio y un sin fin de males como la
melancola y la depresin. Los productos anestsicos tambin incrementaron su demanda
especialmente para las operaciones oculares y dentales frente a los peligros de adiccin a la
morfina (Calatayud, 2003: 1503-1508).
La comercializacin de la coca deriv tambin en la creacin de empresas farmacolgicas
dedicadas a la produccin qumica de la cocana, aislada en un laboratorio alemn en 1859. El
uso comercial de productos derivados de la coca a cargo de empresas como la norteamericana
Coca Cola y la francesa Vinos Marini o la inglesa Kew Gardens propicio un consumo menos
comprometido con el contenido estimulante del producto. En esta etapa de intensas
experimentaciones comerciales, Per llegara a ser hasta la Primera Guerra Mundial el ms
importante proveedor de hoja de coca en el mundo4 y en epicentro de un debate que iba
tomando forma en Estados Unidos sobre los usos y abusos que hacan los consumidores de
productos farmacolgicos, especialmente del opio bajo una permisiva comunidad mdica y
farmacolgica (Jean, 1995: 114-129). Los resultados de este debate mundial pusieron en tela
de juicio la libertad de consumo irrestricto de todas las drogas calificadas como narcticas
(Parascandola, 1995: 162-163).
3 Vase tambin Pablo Kohen Historia de las drogas: breve sntesis conceptual de los tres tomos de la famosa
obra de Antonio Escotado. En Psicopatologa.com 4 Antes de la recepcin estadounidense la mayor demanda vendra especialmente de Alemania. (Gootenberg,
2002: 5-10).
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Antes de 1910, la cultura de consumo de narcticos derivados especialmente del opio como la
morfina extendida en los Estados Unidos a raz de la Guerra de Secesin y luego de la Primera Guerra Mundial, llam la atencin en medios cientficos y mdicos porque ella no se limitaba solo a fines mdicos prescritos sino que se extenda al alivio de todo mal antes que
a la curacin propiamente dicha. La medicina pudo hallar en parte y efectivamente gracias a
estos narcticos varias soluciones a problemas propios de una rama cientfica en crecimiento:
tcnicas quirrgicas y tratamientos analgsicos se beneficiaron de ella, por ejemplo en la intervencin de la peritonitis. En otros mbitos se descubri sin embargo que la tos no era
precisamente un problema de salud tratable con estos frmacos (Jean, 1940: 124-126).
La farmacologa precis entonces los usos de estos productos y puso en debate, especialmente
en la prensa sensacionalista, el uso de los alcaloides dentro de una discusin general que
tocaba especialmente los efectos morales de la sanidad entre la poblacin blanca
norteamericana. Para entonces, el uso de los narcticos, especialmente en sus versiones
heroicas como el opio y la cocana, fue identificado con los grupos tnicos minoritarios como
los asiticos, los afroamericanos y chicanos. Pronto las crticas, especialmente de grupos
religiosos conservadores, arreciaron ante el consumo que de estas sustancias adictivas hacan
personalidades de la farndula y los espectculos (Cotler, 1999: 25-26).
En los albores de esta oleada conservadora y en el periodo que va entre 1910 y 1950 la crtica
proveniente de los Estados Unidos frente al uso de estos alcaloides, convirti al control y al
prohibicionismo del uso y libre comercializacin de drogas en un tema de primer orden no
solamente en ese pas sino en todo el mundo (Musto, 1993: 68-80). Para entonces los pases
andinos especialmente Per haba dejado de ser el principal suministrador de la hoja de coca a
los pases demandantes de Europa y Norteamrica. Entre 1910 y 1940 emergieron nuevos
proveedores mundiales especialmente en la isla Java dominada por holandeses y japoneses
(Gootenberg, 2002: 16-21). En ese mismo periodo Per perdi sus lazos privilegiados de
intercambio comercial de coca y cocana con Alemania y los Estados Unidos al poner en
prctica, este ltimo, mecanismos globales de coercin y control a travs de conferencias
internacionales y polticas restrictivas con apoyo de la Sociedad de Naciones en 1920. Se
impuso entonces un mayor nfasis en el control y exportacin de la produccin de coca y
cocana cruda en el mundo5.
Esta poltica mundial restrictiva se mantuvo con lagunas y huecos entre 1930 y 1945,
especialmente por la negativa de Japn y Alemania para someterse a las directivas controlistas
de la Sociedad de Naciones. Esta recin pudo hacerse posible con el fin de la Segunda Guerra
Mundial, sin embargo la ideologa del control y la difusin del peligro que representaban las
drogas, entre ellas la hoja de coca y sus productos derivados que entraron en la lista de
sustancias peligrosas y prohibidas (Conferencia de Ginebra, 1931), haban ganado la partida
entre los crculos oficiales de poder internacional (Gootenberg, 1999: 65)
Entre 1935 y 1945 la coca y la cocana haban perdido total legitimidad para su libre
comercializacin en el mundo. Esta era reglamentada, prohibida y perseguida ms an si
entraba clandestina e ilegalmente al mercado estadounidense. En ese mismo periodo, Per no
se haba comprometido an con las polticas restrictivas y controlistas promovidas por los
Estados Unidos y la Secretara General de las Naciones Unidas. Intereses econmicos de los
5 De los 863 252 kilos de hoja de coca y 461 kilos de cocana que exportaba Per en 1905 esta cifra cay a 200
mil kilos de hoja de coca (Gootenberg, 1999: 48-50).
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hacendados y terratenientes productores de coca y cocana cruda, nacidos en el boom de la
exportacin de fines del siglo XIX, no permitieron la imposicin de una legislacin que
obstaculizara la ganancia de sus empresas. Las permanentes preocupaciones expresadas por la
embajada norteamericana al Per para reglamentar y controlar especialmente las salidas de
coca y cocana cruda, crearon constantes presiones para que el gobierno peruano se sumara al
bando prohibicionista (Gootenberg, 1999: 55)6.
Es en este periodo que lo que se perciba entonces como un problema exclusivamente mdico
y social mundial se hizo presente en Per ms bien como parte de las dificultades polticas del
Estado para satisfacer las demandas de sus productores nacionales. La incapacidad del Estado
para apoyar y encontrar salidas viables a sus productores de coca y cocana hacia mercados
legales duramente golpeados por la competencia mundial holandesa-javanesa y japonesa; y,
los obstculos propios del controlismo de los pases consumidores del mundo desarrollado,
especialmente de los Estados Unidos, incrementaron las presiones sobre el Estado peruano
para ejercer un efectivo control de la produccin de coca y de los circuitos de
comercializacin de produccin de la coca y la cocana. Al mismo tiempo el debate producido
al interior de las elites intelectuales nacionales, que vena desde inicios del siglo XX
discutiendo la funcin de la coca en el atraso de las poblaciones indgenas y del propio pas,
especialmente por el consumo de la hoja de coca desde tiempos anteriores a la conquista
espaola, agudiz el inters por conocer a travs de estudios mdicos, sociales, polticos y
culturales, los efectos de las inveteradas costumbres de masticacin de la hoja de coca. Esto
configur un escenario para la insercin de una corriente prohibicionista que consideraba los
efectos negativos del masticado o chaccheo de la hoja de coca para los proyectos de
modernizacin del pas. As, convergieron la conveniencia de aceptar erradicar el consumo
de la hoja de coca entre las poblaciones indgenas con el control y combate a la produccin de
la misma por parte de las instituciones mundiales antinarcticos7.
La tercera etapa en este bosquejo histrico va desde la declaratoria del comercio ilcito de la
cocana en 1949 por los Estados Unidos y la estigmatizacin del uso y consumo de la hoja de
coca por la comisin especial de estudio de la hoja de coca de las Naciones Unidas en 1950,
que declar a la cocana y a la coca como productos nocivos y degenerantes para quienes lo
consumieran. Esto seala el nuevo marco mundial de la lucha contra los estupefacientes y la
emergencia de un poderoso mercado ilcito de la coca y la cocana, enfrentado a todos los
poderes legales no sometidos a la corrupcin y la violencia de una industria sumergida en la
ilegalidad. Per entr particularmente a esta etapa represiva y controlista con la creacin de la
Empresa Nacional de la Coca (ENACO) encargada desde su creacin en 1950 del control,
comercializacin y distribucin de la hoja de coca producida en el pas. A la larga la
existencia de ENACO demostrara la poca capacidad del Estado para resolver las dificultades
que planteaban no solo las industrias ilcitas de produccin y comercializacin de coca y
6 Tambin como influyeron estas presiones a raz de los transportes ilegales de cocana a los Estados Unidos
(Gootenberg, 2004). 7 En 1949 Estados Unidos lanz al mundo su lucha frontal contra la cocana ilcita y para consolidar esa poltica
apunt, por pedido del propio gobierno peruano, una Comisin de estudio de las hojas de coca auspiciado por el
Consejo econmico social de las Naciones Unidas un informe de la situacin de la produccin, uso y consumo
de la hoja de coca en Per entre 1949 y 1950. El veredicto conclusivo de dos mdicos y dos controladores de la
ONU, sin embargo, se adelant a sus propias investigaciones cuando culparon a la coca de los efectos nocivos y
degenerativos entre los usuarios indgenas de Per y Bolivia. Declaraciones dadas al diario El Comercio de Lima
el 12 de septiembre de1949 y citado por Fernando Cabieses y Baldomero Cceres en Naturaleza del Fallo del
Comit de expertos de la OMS (1952/53) y citado en Comisin Andina de Juristas (1994: 25).
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cocana, sino las actividades de las poblaciones campesinas dedicadas al cultivo y cosecha de
la hoja de coca y a la elaboracin de cocana. Apoyadas estas ltimas por la violencia del
narcotrfico y la corrupcin de las instituciones de lucha contra las antidrogas, la subversin y
todas las bandas armadas que han usufructuado desde entonces la produccin ilcita de coca y
cocana y en un contexto de fuerte prohibicionismo, han tendido a agudizar el conflicto
planteado por la produccin y comercializacin de estupefacientes en el Per y el mundo.
2. La base cientfica: la hoja de coca antes de ser y al ser qumicamente cocana La hoja de coca, conocida como Erytroxylon coca, fue valorada desde el temprano periodo
colonial fuera de los marcos de referencia tradicionales, rituales y religiosos de las
civilizaciones andinas prehispnicas. La hoja de coca era utilizada por funcionarios y
comerciantes espaoles, mestizos e indgenas como medio de pago y suplemento de salarios
de la poblacin indgena por su accin antifatigante y neutralizadora del hambre en los
trabajos de las minas (Cotler, 1999: 73-74). En los Andes gran parte de las actividades
laborales han funcionado teniendo como base de retribucin el dinero, el alcohol y la coca. No
obstante, este ltimo producto no fue conocido en Europa hasta la demanda de nuevos
productos medicinales y narcticos provenientes de todo el mundo en el siglo XIX. Sus
principales virtudes, especialmente estimulantes y depresoras, se relacionaron entonces con el
alivio de dolores y malestares provocados por enfermedades de bases orgnicas, emotivas o
psicolgicas.
El descubrimiento y aislamiento de la base qumica de productos peruanos tales como la
quinina (1826) y luego de la hoja de coca por el naturalista Wedell, propici el
redescubrimiento en Europa de estos y de otros productos tropicales para su explotacin
comercial. Laboratoristas alemanes como Friedrich Gaedecke, Albert Niemann, Percy y el Dr.
Whler, este ltimo protomdico de Gtinga, lograron aislar entre los aos 1855 y 1859 el
erithroxylon o principio activo de la hoja de coca (Campos y Bahls, 2002: 176; Alcalde, 1986:
27). Con este descubrimiento Alemania se puso a la cabeza de la promocin y elaboracin de
la produccin de narcticos sintticos en el mundo. Entre sus usuarios figuraban mdicos que
aconsejaban tnicos y vinos de hoja coca, tambin eran recomendados por pontfices y
personalidades como Julio Verne y Thomas A. Edison. A partir de 1880 muchos productos de
cocana eran expendidos libremente en Estados Unidos con la firma de Parke-Davis Co. que
produca cigarros, pastillas, jarabes, cremas con base en la hoja de coca.
Los contenidos del alcaloide de la hoja de coca en los productos comercializados podan
llegar hasta un 80% de su contenido total, pero su estructura qumica exacta fue descubierta
recin en 1898 por el laboratorio Merck que difundi desde esa poca el uso de los productos
derivados de la coca en Europa. Uno de los primeros experimentadores de los efectos
alcaloides de la cocana fue Sigmund Freud, l lo recomendaba a sus pacientes para la
depresin, dolencias digestivas, alcoholismo, adiccin a la morfina y asma. El inicio de sus
estudios lo llev a escribir en 1884 acerca de las bondades de la coca (ber coca o Sobre la
cocana) (Campos y Bahls, 2002: 176). Sus experiencias con la cocana no fueron en trminos
personales entonces tan propicias porque indujo a la adiccin por la morfina y cocana a un
colega y amigo suyo, Ernest Fleischel von Marxow. En 1887 escribira Figura y miedo de la
cocana donde describira los sntomas propios de la adiccin: paranoia, alucinaciones y
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deterioro fsico y mental, asociados al consumo repetido de cocana a la cual llam
cocainomana (Ferreria y Martini, 2001: 97)8.
El componente qumico aislado ofreca as muchas ventajas para la medicina, pero en el
mbito tico y cientfico empezaron a sopesarse los usos inconvenientes de la misma,
especialmente desde que se intensific su uso por va intravenosa mediante jeringas y agujas
hipodrmicas inventadas en 1827, masivamente usadas para la inyeccin de morfina. En
ambos casos, los efectos de toxicidad y adiccin obligaron a buscar sustitutos y reemplazos de
la cocana. Para 1906 la oleada de crticas a la hoja de coca creci y la empresa Coca Cola la
retir como componente principal de la produccin de su bebida gaseosa, manteniendo en su
composicin solo hojas descocainizadas (Ferreria y Martini, 2001: 98). Estos debates estaban
envueltos adems en dramas sociales, se hicieron alusiones a los peligros creados por las
drogas a travs de la literatura y las figuras de los cientficos descontrolados por su consumo.
Algunos retratos literarios de ese tipo se reflejaban, por ejemplo, en los escritos del ingls
Stevenson, su novela Dr. Jekyll y Mr. Hide o de Sir Cornan Doyle, donde Sherlock Holmes
aparece entrevistndose con Sigmund Freud tratando de liberar de la dependencia de las
drogas a uno de los personajes de la trama, esto reflejaba entonces las preocupaciones de la
problemtica adictiva derivada del consumo de la cocana (Ferreria y Martini, 2001: 98).
Mientras el escenario cientfico mundial de la cocana se sumergi en las consideraciones del
uso y peligro de las drogas, en Per el inters por la coca ms que por la cocana renaci al
amparo del debate planteado entre elites modernizadoras indigenistas y nacionalistas. Las
implicaciones de la produccin y consumo de la cocana, y con ella de la hoja de coca,
involucraron a connotados personajes, adscritos en corrientes ideolgicas e intelectuales que
resucitaron viejos debates coloniales sobre lo inconveniente o no del uso de la hoja de coca.
Alertaban desde sus tribunas cientficas de los peligros intrnsecos que la medicina moderna haba trado, especialmente por el proceso de humanizacin o ms exactamente de
medicalizacin de la sociedad.9 El debate de las ventajas y desventajas de la legalizacin o no
de estos productos en conferencias internacionales10
, se reflej entonces en el medio peruano
a travs de debates antiguos sobre la hoja de coca.
Entre los personajes participantes de estos debates destacaron Jos Casimiro Ulloa, Hermilio
Valdizn, Carlos Ricketts y Carlos Paz Soldn. Para todos haba un carcter histricamente
peruano de la hoja de coca que deba ser aprovechado de algn modo. El primero subrayaba
que la coca poda ser ms beneficiosa para el pas si se comercializaba en el mercado mundial
que entre la poblacin nativa, dado los efectos que haba mostrado sobre esta poblacin a lo
largo de los siglos, de all incluso la necesidad de regularizar y controlar su comercio entre los
8 Incluso se habla de otro a quien tambin indujo a esta cocainomana, Karl Koller, quien sera el primer mdico
en usar la cocana como anestsico en una operacin ocular en 1884. (Calatayud, 2003: 1506). Otros, sin
embargo, consideran que fue producto de su afn por experimentar en s mismo precisamente los efectos
anestsicos de la cocana. 9 El proceso de humanizacin de la medicina o medicalizacin de la sociedad donde los mdicos expertos tratan
de introducir las normas, reglas y prescripciones de un saber cientfico en el ordenamiento social sujeto a
cdigos morales dictados por la razn ilustrada del buen vivir y la sana convivencia. Estos aspectos son discutidos en sus alcances y limitaciones en el captulo 6 del libro de Jos Leopoldo Ferreira Antunes. (Ferreira,
1999) 10
Desde la Conferencia de Shangai en 1909 y la Convencin internacional sobre el Opio en la Haya en 1912, se
sigui una serie de reuniones en Ginebra en 1925 y Bangkok en 1931 donde se incorporaron en una sola lista
productos como el opio, morfina, cocana y sus sales y la Convencin nica sobre Estupefacientes de Nueva
York en 1961 la necesidad de luchar contra el narcotrfico a travs de una efectiva accin policial.
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propios indgenas. Para Hermilio Valdizn, quien estudi y residi en Europa a principios del
siglo XX, la alta correlacin entre el consumo de la hoja de coca con la criminalidad inclinaba
la extrema necesidad de controlar el consumo de la hoja de coca y de cocana en el propio
pas. Similares conclusiones obtenan defensores de indios o luchadores indigenistas como
Hildebrando Castro Pozo y Dora Mayer. Para otros intelectuales de sesgo ms citadino y
aristocrtico, el alcoholismo era un asunto ms importante que el consumo de la hoja de
coca11
.
Para Carlos Paz Soldn comercializar la coca a nivel mundial poda ser muy significativo y
provechoso para el pas en la medida que el Estado creara un Estanco que controlara la
produccin, comercializacin y distribucin de la hoja de coca y cocana. En el pensamiento
de Paz Soldn esto tendra un doble beneficio: por un lado se beneficiaba al pas con un
esquema nacional estatal-privado de corporacin empresarial donde fuese viable la
industrializacin de la coca y su venta en un mercado inmerso en un consumo de cocana en
proceso de la reglamentacin y sin los controles criminalizadores que se dara posteriormente.
Per no participaba entonces en ese mercado. Por otro lado, la insercin del pas en el
mercado mundial de los estupefacientes, producira recursos suficientes para erradicar el
consumo de la hoja de coca entre las poblaciones indgenas mediante campaas de
propaganda, educacin, desintoxicacin y control estadstico de la produccin y regulacin de
los precios12
. Los beneficios de la explotacin de la coca se visualizaban en ese momento en
trminos de exportacin al mercado mundial y reduccin del consumo interno de la coca.
En este escenario de intensos debates es que apareceran nuevas propuestas mdicas que
profundizaran los estudios sobre los efectos de la coca y la cocana sobre la poblacin
indgena y que consolidaron el trasfondo cientfico y las consideraciones polticas sobre la
prohibicin del uso y consumo de la coca y la cocana en el Per.
3. El discurso mdico y social de Carlos Gutirrez Noriega en el escenario mundial de la dcada de 1940
En el ao 1946 el libro de los doctores Carlos Gutirrez Noriega y Vicente Zapata Ortiz
titulado Estudios sobre la coca y la cocana en el Per fue premiado en el rea de Medicina
social por el gobierno peruano. El premio inclua su publicacin al ao siguiente. El estudio
compilaba siete captulos y sus conclusiones recogan especialmente los estudios del primer
autor13
. En este texto se simplificaba con rigor la exposicin de muchos aos de investigacin
11
Se ha sealado el carcter prejuicioso y racista de determinados pensadores de la aristocracia de Lima y
Arequipa como los principales condenadores del consumo de la hoja de coca (Javier Prado Ugarteche, Vctor
Andrs Belande, Jos Encinas), afirmacin que no es correcta o en todo caso es una verdad a medias de los
prejuicios contra la coca. Javier Prado, filsofo positivista de la poca, defenda las virtudes curativas de la coca
y a pensadores y polticos como Belande y Encinas les preocupaba ms que la coca el alcoholismo, tambin es
mas cierto que los ms enrgicos condenadores del consumo de la hoja de coca eran precisamente quienes
defendan y abogaban por los derechos de los indios. Vean este hbito como el medio y el smbolo de la
explotacin feudal en el campo. 12
Paul Gootenberg llama a esta estrategia de Carlos Paz Soldn (publicada en la revista Mercurio Peruano de
1929 con el titulo El problema mdico social de la coca en el Per) el matrimonio perfecto entre la ciencia y la poltica. (Gootenberg, 1999: 58.) Esta idea era compartida por otro promotor del comercio mundial de la coca
Carlos Ricketts. 13
Carlos Gutirrez Noriega naci en Pacasmayo (provincia del departamento de La Libertad) en 1906, estudi
medicina en los aos 1920s y 1930s en la universidades San Marcos de Lima y de Chile, enfocndose especialmente en el rea de psiquiatra. Trabaj luego en las facultades de Medicina y en Farmacologa, fundado
en 1920 en la Universidad San Marcos, realizando estudios de postgrado en esta ltima rea en las universidades
de Chicago, Carolina del Norte y en el Instituto de Neurologa en la Universidad de Noroeste en los Estados
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Mario Meza. Enfoque mdico sobre el uso y consumo de la coca y la cocana
Nueva cornica 2 (Julio, 2013) ISSN 2306-1715, pp. 487-503.
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con mtodos fisiolgicos, farmacolgicos y clnicos positivos los cuadros del consumo de
coca y cocana entre poblaciones presas en crceles nacionales. All se abordaban no solo los
resultados experimentales sino, y esto era lo ms importante, se sistematizaban los
conocimientos en torno al coqueo (accin indgena desde tiempos prehispnicos de masticar
la hoja de coca conocido tambin como chaccheo) en sus aspectos fisiolgicos,
farmacolgicos, patolgicos, psicolgicos y sociales. El chaccheo, considerado entonces un
problema distinto al de toxicomana producto del cocainismo, servira de base en Per para
acercar el problema mundial de la lucha contra los estupefacientes como parte de un debate
paralelo de los efectos perjudiciales de la hoja de coca entre la poblacin peruana, lo que
converta el problema mundial de toxicomana por cocanismo en un asunto domestico o local
por los efectos de la cocamana entre la poblacin especialmente indgena.
El libro premiado de Gutirrez Noriega y Zapata Ortiz abordaba, de este modo, la cocamana
y el cocainismo como aspectos diferentes pero convergentes de un contexto determinado por
un nuevo discurso cientfico marcado por posturas prohibicionistas entre los estupefacientes.
Estos aspectos involucraban adems perspectivas que iban ms all de las fras y aspticas
observaciones cientficas, abarcaban aspectos polticos, econmicos, sociales y morales. Los
argumentos esgrimidos que defenderan las posturas prohibicionistas en el Per se veran
afectados desde entonces por el entendimiento que se tenan de los narcticos en el mundo14
.
El libro de ambos autores empieza no con una definicin estrictamente cientfica del coqueo y
de los coqueadores sino con un acuerdo implcito con todos aquellos que han visto el tema del
consumo de la coca desde el siglo XVI y que identifican la masticacin, que hacen los indios
de la hojas de coca en los Andes sudamericanos, como una costumbre histrica y cultural. La
base explicativa del coqueo parte de esta realidad y lo abordan con una sensibilidad
retrospectiva, ubicando el problema del consumo en el abuso que hicieron los conquistadores
espaoles y el rgimen colonial al expandir una prctica prehispnica, restringida a los
rituales y a la religin entre las clases gobernantes, a toda la poblacin indgena con el fin de
explotarla en provecho del sistema colonial (Gutirrez Noriega y Zapata Ortiz, 1947: 20-27;
Gutirrez Noriega: 1949: 144-145). Esta es, sin embargo, una razn histrica que reforzar los
argumentos morales que encuadrar los hallazgos cientficos para cuestionar la defensa de la
actividad coqueadora.
La base histrico cientfica de la toxicomana por coqueo, define Gutirrez Noriega, era la
inevitable habituacin del consumidor de la hoja de coca por medio de la masticacin o
chaccheo, una prctica que si bien estaba arraigada por siglos en los Andes haba calado
especialmente como producto de la exaccin colonial entre la poblacin aborigen. Gutirrez
Unidos. A su regreso en 1942 fue jefe del departamento de Qumica y Farmacologa del Instituto Nacional de
Higiene y Salud Pblica. Colabor en varias publicaciones mdicas, la principal de ellas fue la Revista de
Medicina Experimental del Instituto de Higiene y Salud Pblica en 1942, donde public la mayor parte de los
artculos que fueron compilados y publicados luego en el libro premiado de 1946. Estuvo ligado desde su
formacin mdica y farmacolgica a los estudios psiquitricos especialmente a la escuela alemana de Emil
Kraepelin, un referente bsico de los estudios experimentales de las drogas sobre la conducta psicolgica. Para
ms detalles de su vida vase Salomn Ayala y Pedro Arellano (2004) y Joseph Gagliano (1994: 141-158). 14
En esta lnea de redescubrimiento de los orgenes de los discursos prohibicionistas reclamada por
investigadores, se hallan estudios como los de Baldomero Cceres Santa Mara Psiquiatra y Prohibicin de las drogas (2003) e Informe sobre el problema de la salud y las drogas (1994: 133-148). Tambin Paul Gootenberg. Entre la coca y la cocana. Un siglo o ms de paradojas de la droga entre Estados Unidos y el
Per. 1860-1980. (2003) y del mismo autor Cocaine: the hidden histories en Cocaine. Global histories. (1999: 1- 17).
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Noriega explicaba que la profunda mortandad y desnutricin crnica de las poblaciones
indgenas desde siglos atrs, se deba a una prctica explotadora del mundo colonial a la
poblacin nativa (Gutirrez, 1944). Su crtica debilitaba muchos de los supuestos beneficios que el chaccheo produca entre la poblacin indgena tales como la mitigacin del hambre, la
dotacin de fuerza fsica y la abstraccin que produca sobre ellos la cocamana. En su lugar
propona que el coqueo degradaba la capacidad de iniciativa, el afn de progreso, la bsqueda
de bienestar y la autntica felicidad de los indios.
El reemplazo de estas cualidades con falsas sensaciones de felicidad y bienestar remataban la
deslegitimacin del origen histrico colonial del chaccheo.15
Las conclusiones tajantes sobre
el coqueo y los coqueadores contenan as una explicacin histrica con una base cientfica
que reforzaban la crtica al colonialismo de la sociedades indgenas. Para estos autores la
habituacin a la cocamana o cocasmo eran fenmenos temporales de largo plazo que aunque
no implicaban intoxicacin aguda inmediata tenan base en la lenta y paulatina intoxicacin
por bajos niveles de ingesta de cocana a travs de las hojas de coca. Esto aumentaba la
dependencia de los consumidores habituados hasta generar toxicidad crnica, lo que equivala
por sus daos y consecuencias a una toxicidad farmacolgica producida por el cocainismo o
el efecto de la cocana qumicamente obtenida en los laboratorios (Gutirrez, 1947: 29, 35,
130)16
. En este caso, la diferencia para la formacin remota de una adiccin no estribaba en
las grandes cantidades ingestadas de hoja de coca por va oral en la actividad de chaccheo
(que poda ser significativa en una ingesta promedio de 5 a 10 gramos de hoja de coca para
obtener una baja dosis de 0,05 a 0,09 gramos en cocana) (Gagliano, 1994: 144), sino en la
larga duracin de una prctica cultural que poda tener consecuencias igualmente nocivas
sobre la raza indgena. Esta opinin se basaba, en todo caso, en las observaciones directas de
los presos de un penal limeo a donde llegaban muchos habituados al coqueo y que
presentaban los sntomas de abstinencia de los toxicmanos de cocana.
En sus experimentos de cocana con perros, Gutirrez Noriega explic tambin que una de las
principales consecuencias de habituacin creciente a la cocana era la intolerancia
desarrollada por el sistema nervioso a la ingesta de esta droga. Al revs de otras drogas, la
coca no estimulaba solamente el sistema nervioso, sino que observaba que con ms consumo
haba una mayor depresin del consumidor. Esta era una afirmacin en contra de los
mentados efectos estimulantes de la coca para el desarrollo de actividades fsicas y mentales
ligadas a su uso17
. Esta calidad ambivalente de la cocana: estimulantes del sistema nervioso y
anestsico local la haran, por otro lado, una sustancia compleja y particularmente interesante
en el grupo de las drogas, no obstante cuestionaba tambin su capacidad para estimular el
15
Sobre la capacidad euforizante de la coca vase Gutirrez (1947: 62-65). 16
Si bien la toxicomana es un estado que se caracterizan por cinco caractersticas: dominio de la droga,
proteccin de la realidad, hambre de la droga, tolerancia y sndrome de abstinencia (Gutirrez, 1947: 33) a
diferencia de la tolerancia que no es desarrollado en los coqueros o cocainmanos, los dems rasgos propios de
cualquier droga heroica estn presentes de uno u otro modo en los coqueadores. 17
Aunque tambin admite que faltaran ms pruebas categricas para afirmarlo, (Gutirrez Noriega, 1947: 49).
En este aspecto, resultaba cuestionable para muchos cientficos opositores a sus tesis el hecho de experimentar
con reos de crcel, antes que con coqueadores libres como eran los campesinos que tanto sealaba. Otro aspecto
era la prueba con animales que en opinin de sus adversarios no contextualizaba en su debido medio ambiente
los experimentos con que quera probar sus hiptesis. El debate con Carlos Monge, mdico y fisilogo que prob
la existencia de un nuevo biotipo humano vinculado al medio ambiente de altura en los Andes y con ello la
necesidad de estos individuos para adaptarse a este hostil medio ambiente a ciertos productos del lugar como la
hoja de coca, fue uno de los puntos importantes en el debate que presentaremos ms adelante. (Gagliano, 1994:
142-144).
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metabolismo del cuerpo hacia un rendimiento fsico ptimo de un coqueador sometido a
fuertes tensiones ambientales o fisiolgicas. Las pruebas con presos de un penal limeo, ratas
de laboratorio y palomas mostraban, en todo caso, cules eran los efectos comparativos entre
los habituados al coqueo y los no habituados pero coqueadores frecuentes.
Los resultados mostrados por los toxicmanos de cocana eran totalmente desfavorables al
desempeo del cuerpo bajo las tensiones fsicas del hambre, solamente el hbito de masticar
coca suprima esas sensaciones, pero no compensaba sus efectos dadas las deficientes
capacidades nutricionales de los coqueadores. Su conclusin ms importante al respecto era
que la coca no poda reemplazar una adecuada alimentacin (Gutirrez, 1947: 101-103)18
.
An cuando los resultados podan mostrar ciertos aspectos benficos de la hoja de coca por el beneficio inmediato de los masticadores, especialmente en la supresin de la sensacin del
hambre y la fatiga, Gutirrez Noriega se mostraba menos persuadido para darle, en una visin
histrica de ms largo plazo, razones de validez a esos resultados. Ms bien crea que el
hbito del coqueo en el largo y en el corto plazo era daino, por lo que poda resultar tan
nocivo como la toxicidad misma de los cocainmanos
Es evidente que la cocana es una de las drogas que tiene un efecto estimulante ms notable
sobre el trabajo muscular, lo que est demostrado experimentalmente en los animales y el
hombre, y tambin en el efecto del coqueo sobre el rendimiento del trabajo, pero no conviene
recomendar su empleo sistemtico. Los beneficios que se obtienen de su accin
neuroestimulante resultan insignificantes si se consideran los efectos txicos de esta droga
[] a los que hay que aadir los peligros de la habituacin (Gutirrez, 1947: 113).
En esta misma direccin y con pruebas de laboratorio descalificaba el valor de la coca para la
adaptacin a las alturas del coqueador ante el enrarecimiento del aire (Gutirrez Noriega,
1947: 103-104). Su percepcin de largo plazo era crucial en la percepcin de los efectos de la
coca porque condenaba los efectos aparentemente positivos e inmediatos del beneficio del coqueo, especialmente porque afectaba la actividad mental. Esto lo conduca a reiterar el
argumento de la nocividad txica de la coca. En este argumento el contenido tico y moral de
la toxicidad de la coca (como toxicomana)19
se haca presente no solo por los efectos
negativos farmacodinmicos demostrados en las pruebas de laboratorio, sino porque en el
marco de su estudio las conclusiones se trasladaban luego a una poblacin estimada en 400
mil habitantes acostumbrada al coqueo (la poblacin indgena segn el censo de la poca era
dos millones) (Gutirrez, 1947: 31). La habituacin de esa poblacin segn las claves
mdicas, cientficas e histricas esbozadas por Gutirrez explicaba, de este modo, el atraso de
la sociedad indgena con respecto a la civilizacin moderna. Para Gutirrez la habituacin
tena tambin un carcter esencialmente psicolgico, que en los casos ms agudos llevaban
incluso a la alteracin de la personalidad (Gutirrez, 1947: 115).
Los efectos de toxicidad crnica o aguda entre los indios eran, por tanto, efecto consecuente
de la permanencia de un largo plazo histrico de un hbito cultural instalado desde la colonia,
que poda estudiar con precisin en los estados mentales de los habituados y que demostraba
que los masticadores de coca, por ejemplo, sufran modificaciones incluso en la visin,
18
Las pruebas del metabolismo analizaron los cambios de temperatura corporal, las acciones sobre el
metabolismo basal, la composicin de la sangre y otras acciones ms del consumo de coca sobre el cuerpo. 19
Son todas las modificaciones de la actividad fisiolgica que se presentan inmediatamente despus de la ingestin de la droga, que no alteran la salud, y que duran un tiempo relativamente breve, hasta que la droga es
eliminada o metabolizada (Gutirrez, 1947: 115).
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estimulacin de los centros sensoriales del cerebro, pensamientos eidticos, es decir,
alucinaciones y fantasas, pero tambin agudizacin de atencin (estados de alerta), y que en
ltima situacin los vinculaba rpidamente con la actividad delincuencial para pasar luego a
estados introvertidos, huraos e hipoprosxicos (depresivos) y con lapsos de euforia
(Gutirrez, 1947: 61-65). En este contexto los falsos sentimientos de tranquilidad, satisfaccin
o felicidad (alegra cocanica) eran productos inducidos ms por los afectos psicolgicos de
la droga, que por los efectos morales del medio en que se desenvolva el individuo. El mayor
incentivo que presentaba el consumidor para proseguir en la actividad del coqueo se
identificaba bastante bien con la cocainomana lo que afectaba la naturaleza del indio como
un ser no autntico y real.
Otros efectos detectados por los estudios de Gutirrez Noriega en sus diferentes test aplicados
a los masticadores de coca sealaban los bajos ndices de inteligencia, poca memoria,
incapacidad para expresarse hasta los lmites de la subnormalidad tenan como origen el
tiempo de la habituacin, el alcoholismo, la mala salud y otras enfermedades crnicas propias
del masticador de hoja de coca. Desde esta perspectiva las observaciones mdicas se
vinculaban con los aspectos sociolgicos del modo de vida indgena, estos se reflejaban en la
degeneracin biolgica, las altas tasas de analfabetismo y la falta de higiene. El vnculo entre
las actividades del coqueo reforzaban, por otro lado, la relacin de consumo de la hoja de
coca, alcoholismo y falta de una adecuada alimentacin (Gutirrez, 1949: 150-151). Hall
tambin que la mayor concentracin de poblacin indgena en Per, ubicada en los
departamentos de los Andes Sur (Cuzco, Puno, Apurimac, Huancavelica), era consumidora
del 56, 5% del total de produccin nacional de hoja de coca (estimada en cinco mil toneladas
de hoja de coca), cantidad de consumo ms elevada que en la regin centro y norte andina
(segunda poblacin indgena ms numerosa y que agrupaba a departamentos como Junn,
Huanuco, Ancash, Cajamarca y La Libertad). Esta poblacin consuma el 29,5% del total
producido de coca; y, los departamentos de la costa y la amazona, con menos poblacin
indgena, consuma solamente el 14% del total de coca producida en el pas. Era claro
entonces que el alto consumo de la hoja de coca se vinculaba con el carcter tnico de la
poblacin que lo practicaba y con su estado de pobreza y postracin.
En esta dimensin, el pensamiento de Gutirrez Noriega y del propio Zapata Ortiz no
aparecen fcilmente bajo el marco moralista y prohibicionista convencional que rigi al
mundo desde la primera postguerra, tampoco se apoyaba en una sensibilidad racista y
conservadora hacia lo que fuese indgena y que muchos utilizaron en la medicina para normar
y excluir costumbres no occidentales. Su abordaje del problema del cocasmo vinculado al
cocainismo ingresa precisamente a una problemtica local desde una perspectiva mdica
occidental y moderna. Busca entender el fenmeno del coqueo o chaccheo como costumbres
nativas, indgenas, histricamente propios, en suma andinos que deban ser valorados y
promovidos como parte de una identidad indgena en la medida que se percibiera el profundo
arraigo de la prctica ritual prehispnica del coqueo, convertido por el dominio colonial en un
hbito nocivo entre la poblacin aborigen.
Este redescubrimiento del consumo colonial del coqueo en el contexto de la modernizacin
peruana fue un rescate esencial para el debate de la dominacin espaola sobre las
poblaciones nativas desde el siglo XVI hasta la Repblica. Aqu el fenmeno colonial es
entendido desde los mbitos mdicos como una ruptura armnica de la prctica del coqueo en
la vida en los Andes prehispnicos. En este aspecto el enfoque mdico de Gutirrez estaba en
concordancia con las corrientes intelectuales indigenistas que acusaban de los males de una
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cultura indgena a la explotacin colonial. La cultura indgena en la concepcin de Gutirrez
incorporaba en sus propios elementos nativos la explotacin histrica envuelta con caracteres
y costumbres andinas que amenazaban adems con perpetuarse en una actividad tan
comnmente aceptada: el chaccheo.
Los resultados de sus estudios lo llevaron a proponer que la realidad del coqueo deba ser
cambiada racional y disciplinadamente para prevenir los efectos nocivos de la habituacin a
largo plazo. Su actitud se ligaba ms bien al principio operado en otros pases para humanizar
la medicina o medicalizar a la sociedad, es decir, adoptar una forma de construir la
modernidad en Amrica Latina desde el discurso mdico ilustrado. Desde esta perspectiva
Gutirrez Noriega polemizaba con los defensores del chaccheo porque sublevaban artificialmente los sentimientos de supervivencia y de trabajo de la poblacin indgena en un
medio tan hostil como eran los Andes mediante un mecanismo de origen colonial. Para
Gutirrez el supuesto efecto superiorizador de la hoja de coca traa menos beneficios que daos porque provocaba la evasin de la dura realidad indgena y no resolva nada a favor de
ellos mismos.
No debemos olvidar que la gran poblacin habituada a la coca vive en las condiciones ms
precarias y miserables, y que aquella constituye el nico lenitivo. Empero como ocurre en
todas las toxicomanas, el remedio contribuye a aumentar el mal. Quin busca en las drogas
una compensacin a las privaciones en que vive, deja de realizar los esfuerzos indispensables
para satisfacer sus aspiraciones, renuncia casi a la lucha por la vida, adopta una actitud pasiva
e indiferente, y se aleja de la realidad. Esto es, casualmente, lo que ocurre con la mayor parte
de la poblacin andina, en especial en las provincias donde se coquea con ms intensidad
(Gutirrez, 1949: 67).
4. El debate: Carlos Gutirrez Noriega y Carlos Monge Los estudios de Gutirrez Noriega no eran en todo caso conclusivos y l mismo lo reconoca,
sobretodo porque dejaban de lado muchas cuestiones claves como considerar si todo
habituado era toxicmano y si la habituacin no dejaba de producir necesariamente otros
daos (Gutirrez, 1947: 124)20
. Muchas de estas cuestiones fueron retomadas ms bien por
mdicos que no compartan su posicin maximalista de la prohibicin del chaccheo,
sobretodo porque consideraban que ms efectiva que su prohibicin era la educacin que
deba disminuir el consumo de la hoja de coca (Gutirrez, 1947: 125)21
.
Desde la perspectiva mdica, se trat de responder y cuestionar ciertas incongruencias de
laboratorio y de explicacin de los fenmenos estudiados en los penales. Una escuela
importante en Lima conocida como el Instituto de Biologa Andina dirigido por el connotado
mdico, fisilogo y profesor de la Universidad San Marcos, Carlos Monge, critic sus
experimentos con reos antes que con pobladores indgenas libres, especialmente porque no
consideraba en sus conclusiones que el hbito de la masticacin de la hoja de coca, era un
factor necesario de aclimatacin a una geografa complicada como los Andes, situacin que
no poda ser fcilmente probada en reos de crcel o con estudiantes de medicina y menos en
20
La base para tener una opinin que se inclinaba a que si era una toxicomana estaba respaldada en la opinin
del mdico E. F. Poppig quien en 1836, es decir antes de la obtencin de la cocana qumicamente pura para su
consumo, declar que los sntomas habituales de la toxicomana eran propios de los coqueadores (Gutirrez,
1947: 27). 21
Vale aclarar que el prohibicionismo legal era una corriente de opinin resistida en el Per (Gagliano, 1994:
132, 135-136).
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Lima. Monge tampoco vio en sus conclusiones el carcter adictivo a largo plazo que Gutirrez
propona sobre la masticacin de la hoja de coca (Gagliano, 1994: 137). Sobre esta
consideracin Monge nunca acept la masticacin como un problema sociomdico, tampoco
aceptaba la idea que las dosis obtenidas en la masticacin estuvieran en los niveles de
toxicidad, en parte porque la ingesta en la altura era destruida en el hgado evitando que esos
niveles de toxicidad considerados dainos superaran la dosis normal establecida entre 5 y 10
gramos de coca y con un contenido de 0,05 y 0,09 gramos de toxicidad (Gagliano, 1994: 143-
144).
A la larga estos debates entre los especialistas en el mundo indgena fueron tomando un curso
cada vez ms intenso. Los fros hallazgos y mediciones de laboratorio no eran independientes
del debate contextual de los efectos cualitativos del consumo de la hoja de coca entre
especialistas mdicos y profesionales de distintas ramas del conocimiento. As, mientras los
anticoqueadores defendan la posibilidad de que los indios pudiesen vivir como otros grupos
tnicos en la altura sin la ayuda de la coca para aclimatarse a esas condiciones, los que
defendan el valor del coqueo decan que la hoja de coca era necesaria para desempear las
actividades diarias y sobrevivir en medios tan hostiles y con una calidad de vida marcada por
la pobreza (Gagliano, 1994: 146-147).
Todos estos debates mdicos, cientficos, sociales y polticos culturales que cruzaban el
universo de la coca y la cocana en Per perdieron sin embargo peso cuando en 1950 se
impuso legislaciones externas tendientes a prohibir y criminalizar la produccin y el comercio
de coca y cocana. Con esto se cancel la posibilidad de profundizar las implicancias mdicas
y sociales del chaccheo para el pas y el mundo.
Conclusiones
El enfoque mdico y social sobre el uso y consumo de la coca y cocana en Per fue relevante
en la primera mitad del siglo XX por dos motivos: porque hubo una tendencia interna entre
las elites modernizadoras del pas para construir una sociedad que sopesaba como positiva y/o
negativa las costumbres indgenas para el desarrollo de un pas sano y civilizado; y, porque en
esta inclinacin modernizante de la sociedad mejorar las condiciones de vida de la poblacin,
especialmente indgena, pas por la necesidad de humanizar a la sociedad mediante una fuerte
presencia de los discursos medicalizadores, apoyada especialmente en descubrimientos
cientficos y mdicos sobre el uso restrictivo de alcaloides qumicamente aislados, tales como
la morfina y la cocana.
En este marco problemtico las tendencias prohibicionistas predominantes desde fines del
siglo XIX y durante todo el siglo XX en Europa y Estados Unidos, reforzaron las tendencias
modernizadoras intolerantes de usos indgenas tales como el coqueo o el chaccheo. Hasta
antes de ese periodo la coca como producto no elaborado y materia prima de exportacin de
Per, se haba mantenido al margen de los intereses y an del propio conocimiento del mundo
dando un espacio ms libre para plantear debates y estrategias basadas en usos y necesidades
convenientes o no de su uso. Restringido entonces a un consumo interno que se haba
promovido especialmente en el Estado colonial espaol y republicano en el siglo XIX, esta
planta contaba con un prestigio ganado en el mbito cultural de la vida cotidiana en los
Andes, expandindose luego este prestigio hacia el mundo moderno europeo y
norteamericano que buscaba en sus primeros tiempos medicinas y analgsicos para sus males
modernos.
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La tendencia prohibicionista emergente en el mundo desarrollado hacia el consumo de la
coca, ms que de la cocana, fue resistida entonces por productores y comerciantes peruanos
que se sentan por otro lado desplazados por la emergencia de grandes industrias
internacionales de coca y cocana entre 1910 y 1940. Junto a ellos se manifestaron
intelectuales y mdicos peruanos que vean en estas medidas prohibicionistas una injerencia y
exclusin de lo nativo andino, impulsando incluso un nacionalismo cultural y mdico como
reaccin a las tendencias prohibicionistas.
En ese contexto, los logros alcanzados por la qumica, la farmacologa y la propia medicina
para el estudio y uso aplicado de la coca y la cocana, fueron asumidos por los cientficos
peruanos que buscaron enlazar desde una ciencia moderna y occidental con las virtudes y
defectos de la hoja coca. Estudios rigurosos y experimentales en laboratorios y en el campo
convergieron con implicancias mdicas, sociales y culturales con las consideraciones de los
efectos biopsicosociales del poblador andino en el consumo de la coca. De all se desprendan
tambin debates ticos y morales aparejados con los hallazgos cientficos. Estos estudios
arrojaron finalmente resultados que sealaban las particulares condiciones ambientales y
sociales del consumo de la hoja de coca en el pas y como se vinculaban positiva o
negativamente con un proyecto propio de modernizacin social.
La conexin entre ciencia y metaciencia en el estudio del uso y consumo de la coca y la
cocana vinculaban la posibilidad de hacer una ciencia andina en cuanto a las necesidades de los pobladores andinos, con un entendimiento de sus modos de vida dentro de los marcos
de la ciencia occidental. Carlos Gutirrez Noriega representaba, en este sentido, un enfoque
crtico de la habituacin al coqueo creada por la irrupcin de los conquistadores y la opresin
colonial espaola. El hbito creado y mantenido por la explotacin del poder tradicional hacia
el indio deba por tanto ser suprimida en los modos de vida andinos. No se rigi en este
contexto tanto por la prohibicin autoritaria del mundo desarrollado sino por la necesidad de
educar y desarrollar a los pueblos sometidos al coqueo y al chaccheo.
Carlos Monge, en cambio, representaba una opinin opuesta por sus resultados, pero con
consideraciones ticas y morales modernizadoras basadas tambin en la experimentacin
cientfica. Deca que si bien el coqueo no haba creado los cuadros de habituacin o menos
an de toxicidad que sostena Gutirrez, era gracias a que el coqueo los pudo mantener en
mejores condiciones de resistencia y habituacin a las duras condiciones que el medio
ambiente y el rgimen de opresin colonial haban impuesto a los indgenas. Favorecer el
chaccheo en los Andes era crucial para el desempeo de las actividades indgenas diarias.
Ambas opiniones iban ms all de los resultados de laboratorio, respondan a los debates del
momento y al enfoque medicalizador de la sociedad aunque desde perspectivas opuestas, una
prohibicionista y otra tolerante, debatan especialmente el lugar de la poblacin indgena y de
su cultura en la modernizacin del pas. En este contexto, el marco social y cultural del debate
cientfico sobre la coca y la cocana y sus efectos en la primera mitad del siglo XX se cancel
con la implantacin de una poltica prohibicionista internacional en 1950.
Bibliografa
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