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NUESTRO PLANETA EL MEDIO MARINO NUESTRO PLANETA La revista del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente — Diciembre de 2007 SINFONÍA DE LOS MARES El medio marino

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NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO �

NUESTRO PLANETALa revista del Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente — diciembre de 2007

SINFONÍA DELOS MARES

El medio marino

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Nuestro Planeta, la revista del Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente (PNUmA) PO Box 30552 Nairobi, KenyaTel: (254 20)762� 234Fax: (254 20)7623 927e-mail: [email protected]

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Director de Publicatión: Eric FaltEditor: Geoffrey LeanCoordinación: Naomi Poulton, david SimpsonCoordinadora auxiliar: Anne-France WhiteContribuidor Especial: Nick NuttallDirectora de suscripciones: manyahleshal KebedeDiseño: Amina daraniProducción: UNEP division of Communications and Public informationImpreso por: NaturaprintDistribuido por: Smi Books

El contenido de la revista no refleja necesariamente las opiniones ni las políticas del PNUmA o de sus editores, ni es tampoco un documento oficial. Las designaciones empleadas y la presentación no implican la expresión de opinión alguna por parte del PNUmA en relación con la situación jurídica de ningún país, territorio o ciudad o sus autoridades, o la delimitación de sus fronteras o límites.

* Todas las cifras se expresan en EE.UU ($).

NUESTRO PLANETA

El Vicealmirante Conrad C. Lautenbacher, h., Subdirector del Organismo Nacional del Océano y la Atmósfera, EE.UU...

...describe cómo ayuda a la ordenación sostenible de los océanos y costas el Programa de Acción Mundial del PNUMA para la protección del medio marino frente a las actividades realizadas en tierra.

instrumento flexible - página 4

Cameron Diaz, actriz que ha actuado en 35 películas exitosas de Hollywood y fue nominada cuatro veces al Globo de Oro...

... describe la educación ecológica que recibió de sus padres y explica cómo anima a otros a cuidar el medio ambiente.

la causa de todos - página 31

Sandra Bessudo, Directora de la Fundación Malpelo/MarViva Colombia...

...describe una iniciativa pionera de conservación de una zona única de los mares del mundo.

laboratorio viviente - página 22

El Profesor Dr. Ulf Riebesell, del Instituto Leibnitz de Ciencias Marinas, en Kiel (Alemania)...

...describe la manera en que la acidificación de los océanos ha devenido una nueva razón para adoptar cuanto antes medidas decisivas dirigidas a disminuir las emisiones de dióxido de carbono.

océanos ácidos - página 10

Ibrahim Thiaw, Director de la División de Aplicación de Políticas Ambientales del PNUMA...

repensar, realinear, reorientar - página 18

...describe cómo se está rediseñando el Programa de los océanos y costas en vista de los nuevos problemas.

...describe la importancia que reviste el Derecho del mar en la protección y preservación del medio marino y la función que desempeña en estas áreas.

cuestiones de opinión - página 26

Philippe Gautier, Secretario del Tribunal Internacional del Derecho del Mar; Profesor, Université Catholique de Louvain (Louvain-la-Neuve)...

Efthimios E. Mitropoulos, Secretario General de la Organización Marítima Internacional...

barcos y buques ¿Qué está haciendo la OMI? - página 8

...describe qué se está haciendo para proteger el medio marino frente al transporte marítimo.

...describe los esfuerzos internacionales para crear conocimiento, por medio de la evaluación de los océanos, que sirva de base para la toma sólida de decisiones.

Lee A. Kimball, miembro del Grupo de Expertos de la evaluación de evaluaciones del estado del medio marino...

fomento de los conocimientos - página 12

Gerald Marten, ecologista del Centro Este-Oeste de Honolulú y autor de Human Ecology: Basic Concepts for Sustainable Development, y Amanda Suutari, periodista ambiental,...

...describen de qué manera se puede convertir un círculo vicioso ambiental y de desarrollo en un círculo virtuoso restaurando manglares.

puntos de inflexión - página 20

Su Santidad Bartolomeo I, Arzobispo de Constantinopla, Nuevo Patriarca de Roma y Ecuménico...

...describe la manera en que el desorden en los océanos y otras aguas del mundo perturba profundamente la vida en la Tierra.

en el mismo barco - página 16

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Tanto a nivel mundial como en

sus propias actividades el PNUmA promueve prácticas favorables al medio

ambiente. La presente revista está impresa en papel reciclado al �00%, y en ella se utilizan tintas de base vegetal y otras prácticas ecológicamente inocuas. Nuestra política de distribución procura disminuir la repercusión carbónica del PNUmA.

reflexiones por Achim Steiner, Secretario General adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA Probablemente la mayoría de los lectores de Nuestro Planeta no están familiarizados con el atolón Ducie, pero quizá deberían estarlo. De muchas maneras esta pequeña roca deshabitada en el extremo de una cadena insular del Pacífico simboliza los desafíos que plantea tratar de gestionar de manera sostenible los mares y océanos del mundo. Hace varios años científicos que registraban nuevas especies en la aledaña Isla de Pitcairn fueron a Ducie empujados por la curiosidad. En un paseo matinal catalogaron casi 1.000 objetos de basura y desechos --desde viejas cestas de pan hasta bolsas de plástico, una pelota pinchada, latas de carne desechadas y dos autos de juguete.

Ese nada atractivo botín, reunido a casi 6.000 kilómetros del continente más cercano, es ya algo malo de por sí. Pero quizá lo más alarmante tal vez sea la frecuente contaminación invisible y la incesante explotación excesiva de los recursos marinos. Hace algunos meses, el PNUMA publicó su informe insignia - Perspectivas del Medio Ambiente Mundial-4 (GEO-4). Su punto de partida es la Comisión Brundtland 1987. GEO-4 pregunta cómo nos ha ido en los últimos dos decenios. La respuesta, incluida la relativa a las cuestiones marinas es: ‘no muy bien’. En 1987 los caladeros agotados representaban el 15% del total mundial. En GEO-4 se indica que en la actualidad esa cifra se ha casi duplicado y se acerca al 30%. Hace 20 años una quinta parte de las especies de peces se explotaban excesivamente. Ahora la proporción se ha elevado aproximadamente al 40%. En 2004, existían alrededor de 149 zonas muertas - frecuentemente grandes zonas de aguas desoxigenadas por temporadas, ocasionalmente o incluso permanentemente. Nuevas evaluaciones sitúan la cifra total en 200.

El caso de las zonas muertas y el atolón Ducie ponen de manifiesto otra realidad: gestionar una transición para el retorno a mares y océanos saludables y productivos exigirá que la comunidad internacional haga frente al vínculo que existe entre las actividades que se realizan en tierra y su repercusión en el mundo marino. Es prácticamente inevitable que las aguas cloacales, los desechos sólidos y los fertilizantes, sedimentos, productos químicos, e incluso los materiales nucleares lleguen a las aguas costeras. Los científicos también se preocupan cada vez más por las repercusiones de los gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono, que puede desencadenar la acidificación de los mares, y afectar los corales y crustáceos y, de hecho, acabar con toda la cadena alimentaria.

Entre las principales respuestas internacionales a la gestión del medio marino figuran el Programa de Mares Regionales del PNUMA y el Programa de Acción Mundial del PNUMA (PAM). Más de 60 países -- incluidos Bangladesh, Barbados, Costa Rica, la India y Filipinas-- han elaborado programas de acción, muchos de los cuales han propiciado la revisión o promulgación de leyes en materia de política costera, política sobre recursos hídricos y gestión integral de las zonas costeras. En países como Bangladesh, la India, Nigeria y Sri Lanka se está llevando a cabo la rehabilitación de los ecosistemas costeros, por ejemplo manglares, y está cobrando

impulso, la designación de zonas marinas protegidas, medidas importantes en materia de gestión. Por ejemplo, México ha establecido importantes zonas en los últimos cinco años.

Los beneficios económicos pueden ser importantes. En Fiji, se ha aumentado el número de zonas en que está prohibida la pesca, la mejora de la gestión de las zonas marinas ha propiciado el aumento de especies como las langostas de manglares en un 250% anual, y ha generado aumentos anuales de 120% en aguas aledañas. Entretanto, sigue evolucionando la integración de la gestión de las zonas costeras y las cuencas fluviales internas. El FMAM apoya este enfoque, así como la gestión integrada de los recursos marinos vivos comunes en el Caribe. Existen muchos casos de resultados satisfactorios. Asimismo, existen motivos de optimismo en otros foros, tales como la Organización Mundial del Comercio, en relación con subsidios a pesquerías. No obstante, en GEO-4 se llega a la conclusión de que, si bien hemos logrado que la respuesta multilateral esté a la altura de muchos desafíos a la sostenibilidad, incluidos los de índole marina, no hemos aplicado medidas ni proporcionales ni al ritmo de evolución del problema.

Parte de la respuesta debe provenir de modalidades de asociación entre las Naciones Unidas, los gobiernos, el sector empresarial, la sociedad civil y los ciudadanos. Me complace que la labor del PAM, por ejemplo, haya recibido el apoyo de órganos del sector industrial, incluidos los que se ocupan del dragado y los puertos. La respuesta también tiene que incluir la vigilancia, el cumplimiento y la ejecución de los acuerdos existentes, la obtención del respaldo de los recursos necesarios para lograr el éxito.

El principal “eslabón perdido” es de carácter económico. El mundo tiene que aprender a valorar cabalmente los ecosistemas marinos y salvaguardar su enorme potencial de generación de ingresos. A veces esos beneficios económicos no se tienen en cuenta. Como ejemplo se puede tomar el pez loro. En Kenya, la Reserva Marina de Watamu es un imán para los turistas deseosos de disfrutar sus renombrados mar azul y arena blanca. Según Richard Benett, naturalista local, al masticar el coral cada pez loro produce 1 kilo de fina arena blanca al día. Si desaparecen los peces loro a causa de la contaminación o la pesca excesiva, no sólo se tendrá que decir adiós a esos atractivos organismos marinos, sino también a la arena, los turistas y las divisas, de tanta importancia para la economía.

Foto de portada © SHiNiCHi EGUCHi/ amana images/ Gallo images/ Getty images. Complejo, hermoso, imponente pero frágil, el medio marino es el tema de esta edición de Nuestro Planeta. Vista desde el espacio, la Tierra es el planeta azul. Los océanos cubren cerca del 7�% de la superficie terrestre y albergan una vasta proporción de la flora y fauna silvestres del mundo. Pero los océanos y mares del mundo — de la Antártida al Caribe — se ven cada vez más amenazados por la contaminación, el calentamiento de la atmósfera y el agotamiento de especies. Preservar sus frágiles ecosistemas es un componente clave de la estrategia para revertir el deterioro ambiental del planeta.

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por Conrad C. Lautenbacher

Casi un 80% de toda la contaminación marina se origina en tierra. Aunque la comunidad científica debatió las consecuencias de la contaminación marina de procedencia terrestre durante muchos decenios, en las decisiones de política parece haber regido la frase “ojos que no ven, corazón que no siente”. Sin embargo, esta mentalidad cambió gradualmente, cuando cada vez más personas llegaron a comprender el carácter interrelacionado de los sistemas ambientales del planeta.

Los responsables de formular políticas empezaron a entender la importancia de la sanidad del medio marino para la calidad de la vida terrestre. Lo que es más importante, empezaron a darse cuenta de las consecuencias que tenían para el medio marino las decisiones que se tomaban en tierra y buscaron soluciones para mitigar sus efectos nocivos. La Cumbre para la Tierra que se celebró en Río de Janeiro de 1992 fue un momento crítico en el que la voluntad política empezó a ponerse al día con la visión científica. Las naciones se comprometieron a proteger el medio marino en general y, particularmente, a embarcarse en una iniciativa mundial para combatir las fuentes terrestres de contaminación marina. El apoyo político que se generó en la Cumbre se fortaleció en 1995, cuando más de 100 naciones y la Comisión Europea adoptaron el Programa de Acción Mundial para la protección del medio marino frente a las actividades realizadas en tierra, de carácter voluntario, que ofrece orientación a los responsables de formular políticas y a los administradores de recursos para prevenir, reducir y vigilar los contaminantes marinos.

Los contaminantes marinos se originan en una amplia variedad de fuentes terrestres, incluidas la agricultura, el desarrollo de las zonas situadas cerca de la costa y fuera de ella, y la industria costera. Y cada país tiene sus propias prioridades y limitaciones en materia de políticas. El Programa de Acción Mundial abordó satisfactoriamente esos temas dando gran flexibilidad a las naciones para que cumplieran los objetivos ambientales más amplios.

La sostenibilidad ambiental y la viabilidad económica guardan una relación muy estrecha. Si bien gran parte de la atención se centra en la tensión entre el medio ambiente y la actividad económica, la realidad es que uno depende intrínsecamente del otro. Para tener en cuenta:

El 61% de la producción económica mundial total proviene de zonas ubicadas dentro de los 100 kilómetros de la costa.

Se estima que el turismo marino, las pesquerías marinas y la acuicultura generan beneficios económicos mundiales que ascienden a 161.000 millones, 80.000 millones y 57.000 millones de dólares, respectivamente.

El 70% de las ciudades con una densidad de población que supera los 8 millones de personas se ubica sobre las costas y el 38% de la población humana mundial vive a lo largo de una estrecha franja de tierra costera que constituye apenas el 7,6% de la superficie terrestre total del planeta.

En algunos países, hasta el 90% de las aguas residuales se vierte directamente en el océano.

Cerca de la mitad de los humedales costeros del mundo ha desaparecido.

Gran parte del dinamismo económico se basa en la sanidad y vitalidad del medio ambiente. Al mismo tiempo, gracias al crecimiento económico, es más fácil adoptar políticas y medidas que promuevan la sostenibilidad ambiental. La clave para alcanzar este equilibrio reside en elaborar políticas que sigan siendo flexibles a las prioridades y necesidades cambiantes.

El Programa de Acción Mundial tuvo éxito, en gran parte, debido a su flexibilidad. Fue elaborado para brindar orientación a nivel internacional, regional y nacional y, por lo tanto, se puede emplear para abordar problemas relacionados con las fuentes terrestres de la contaminación marina en todos esos ámbitos o en el más adecuado para la situación. Por ejemplo, ha guiado la elaboración del

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a través de la estructura del Programa de Acción Mundial. Suele traspasar los límites geopolíticos y las disciplinas científicas, y afecta distintas áreas de distintas maneras, lo que subraya la necesidad de intercambiar información y maximizar la flexibilidad.

En última instancia, como sugiere su nombre, el Programa de Acción Mundial fue diseñado para alentar la adopción de medidas. En respuesta a la creciente preocupación pública por la carga de nitrógeno, la Oficina de Coordinación del Programa de Acción Mundial del PNUMA celebró hace poco una reunión oficiosa sobre el nitrógeno reactivo en el medio ambiente en la que los participantes acordaron formar una alianza mundial sobre la gestión de los nutrientes que prestará apoyo a una serie de actividades conjuntas para hacer frente a los efectos del exceso de nitrógeno en los ecosistemas costeros y marinos. Esta respuesta, impulsada por el Programa de Acción Mundial, garantizará que se lleve a la práctica la Declaración de Beijing de 2006, en la que los gobiernos participantes resolvieron “dedicar mayores esfuerzos, financiación y apoyo a abordar fuentes de nutrientes localizadas y de otro tipo … como fuentes de categorías principales y cada vez mayores que afectan directamente a la salud y al bienestar humanos y al medio ambiente”.

Cuando se examinan problemas ambientales tales como las fuentes terrestres de la contaminación marina, resulta evidente que nuestro mundo está cada vez más interconectado. Dado que los ríos y océanos traspasan fronteras políticas, su ordenación debe ser integrada y flexible. Cuando se emplea a nivel local, regional y mundial —ya se refiera a cursos de cabecera, costas o mares—, el Programa de Acción Mundial puede proporcionar a nuestros líderes la información necesaria para promover la seguridad de nuestros ciudadanos, el crecimiento de nuestras economías y la ordenación efectiva de los valiosísimos recursos de nuestro planeta. PNUMA

Programa de Acción Regional del Consejo del Ártico y de una serie de programas de acción nacionales de países como Islandia, el Canadá y Rusia. El plan regional hace hincapié en los problemas transfronterizos, como los contaminantes orgánicos persistentes (COP), mientras que los planes nacionales se centran en las cuestiones internas.

El Programa de Acción Mundial es también flexible en su amplitud. Se ocupa de todas las principales fuentes terrestres (tales como aguas residuales, nutrientes, metales pesados, COP, aceites, sustancias radiactivas, desechos, movilización de sedimentos y alteración y destrucción físicas de zonas costeras), en lugar de concentrarse en una sola. Esto permite que la experiencia adquirida en la gestión de una sola fuente se aplique a la gestión de otras, según proceda.

Dado que no es jurídicamente vinculante, el Programa de Acción Mundial también permite que las naciones adopten medidas sobre la base de las necesidades y capacidades particulares de sus economías e instituciones. Reconoce que no existe una formula única y que las capacidades de administración y gestión varían según las circunstancias nacionales. Asimismo, ayuda a los gobiernos durante la elaboración y la aplicación de sus programas de acción nacionales. Por ejemplo, el Organismo Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA) ha ayudado a 12 países del Gran Caribe a elaborar programas de acción nacionales trabajando en conjunto con la Oficina de Coordinación del Programa de Acción Mundial y haciendo las veces de mecanismo de intercambio de información sobre fuentes terrestres de contaminación.

El Programa de Acción Mundial también puede adaptarse a tendencias políticas y “temas candentes”. Hace poco, los participantes del PNUMA plantearon el tema de la carga de nutrientes, que, si bien no es un problema nuevo, adquirió notoriedad pública últimamente. El enriquecimiento de nutrientes —en el medio costero preocupa el nitrógeno— es un tema particularmente pertinente para analizar

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“Los ecosistemas acuáticos continúan siendo objeto de una intensa explotación, que pone en riesgo la sostenibilidad del abastecimiento de alimentos y la biodiversidad. (…) El número de capturas marinas totales se mantiene sólo debido a que se pesca todavía más mar adentro y a una mayor profundidad, mermando de forma progresiva la cadena trófica.”informe GEO-4 del PNUmA

cifras

citas

“El mar, el gran unificador, es la única esperanza que le queda al hombre. Ahora más que nunca, esta vieja frase tiene un sentido literal: estamos todos en el mismo bote.”Jacques Yves Cousteau, oceanógrafo

38 millonesCantidad de personas que dependen de las pesquerías para su empleo directo. La mayoría se encuentra en Asia y el Pacífico (87% del total mundial)

61Porcentaje de las zonas de arrecifes de coral del Caribe que se ven amenazadas por la contaminación y la pesca excesiva

80Porcentaje de contaminación marina procedente de actividades terrestres

6.000 millones Población costera prevista para 2025

86Porcentaje de aguas residuales sin tratar que se vierten en ríos y océanos de América Latina y el Caribe

35.000Cantidad de turistas embarcados hacia la Antártida a bordo de buques en 2006 y 2007; en �992 y �993, eran 5.000

¹⁄³Proporción de la superficie costera actual de África que podría desaparecer a causa de las crecidas provocadas por el calentamiento de la atmósfera – proyecciones del PNUMA

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“Cuando yo era niño, esta isla era grande. A medida que fui creciendo, la isla se fue achicando. Ahora, la isla se dividió en dos. El mar se está comiendo la isla con mucha rapidez; las islas se están achicando cada vez más.”isleño de Carteret, Papua Nueva Guinea, entrevistado para un documental de Amigos de la Tierra

“Los donantes deben tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El cambio climático provocará la inundación de muchas partes de Bangladesh, dejará a millones de personas sin hogar y aumentará el déficit alimentario del país.”C. S. Karim, consejero ambiental y agrícola del gobierno provisional de Bangladesh

“El [nuevo] informe [del IPCC] ha puesto de relieve una amenaza al medio marino que el mundo casi no ha notado aún. Esa amenaza es enorme porque puede alterar la esencia de la vida marina al reducir la productividad de los océanos y, al mismo tiempo, empeorar el calentamiento de la atmósfera.”Achim Steiner, director Ejecutivo del PNUmA

“Qué poco acertado es llamar Tierra a este planeta, cuando claramente es Océano.”Atribuido a Arthur C. Clarke

“[Mi hijo] murió en el mar con 81 jóvenes que eran todos pescadores y todos de nuestro pueblo. (...) Desde la época de nuestros antepasados, todas nuestras familias son familias de pescadores. Los hombres solían ir a pescar, las mujeres solían comprar y vender lo que pescaban los hombres.”Yayi Bayam diouf, líder de un grupo senegalés femenino de desarrollo que trabaja para poner freno a la migración. Según la Sra. diouf, la pobreza que causa la disminución de las poblaciones de peces es el principal motivo por el cual los jóvenes están dispuestos a correr el riesgo de ahogarse en el océano Atlántico por tratar de llegar a Europa

6 Factor por el cual incrementó la explotación de los recursos pesqueros de África occidental por parte de flotas de la UE, Rusia y Asia entre los decenios de �960 y �990

A menos que se indique otra cosa, todos los datos se extrajeron de la publicación Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-4) del PNUMA: http://www.unep.org/geo/geo4/media/index.asp

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Cada vez, y con razón, aumenta la preocupación por el medio ambiente y también cada vez hay un miedo mayor, y genuino, a que si no cambiamos nuestras costumbres el daño que estamos infligiendo al planeta hará que las generaciones futuras no puedan disfrutar de la misma economía a la que nos hemos ido acostumbrando nosotros. Cada uno de los contaminantes potenciales, cada uno de los usuarios de energía y cada uno de los contribuyentes prominentes al calentamiento de la atmósfera se ven más y más presionados para dejar de contaminar y adoptar prácticas más verdes.

Desde que inició sus actividades en 1959, la Organización Marítima Internacional (OMI), el organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de la seguridad y la vigilancia en el mar y la prevención de la contaminación marina derivada de los buques, ha adoptado una gran variedad de medidas para evitar y controlar este tipo de contaminación y mitigar los efectos de todo daño procedente de las operaciones marítimas.

Las estadísticas muestran que el marítimo es el medio de transporte que menos perjudica al medio ambiente si se toma en consideración su valor productivo: la enorme cantidad de cereal que hace falta para producir el pan de cada día en el mundo, por ejemplo, no podría transportarse de ningún otro modo. Y cuando se lo compara con la industria terrestre, el transporte marítimo en su conjunto contribuye relativamente poco a la contaminación del mar.

La OMI aprobó el Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques, más conocido por MARPOL, en 1973. El Convenio fue objeto de grandes ampliaciones y actualizaciones y sigue siendo el instrumento internacional más importante para las cuestiones relacionadas con ese tipo de contaminación, ya sea procedente de operaciones normales o de situaciones accidentales. En los seis anexos se estipulan las reglas para prevenir la contaminación derivada de los buques por hidrocarburos; por sustancias nocivas líquidas que se transportan a granel; por sustancias perjudiciales transportadas por mar en bultos; por las aguas sucias; por las basuras; y para prevenir la contaminación atmosférica ocasionada por los buques. Junto con otras medidas, ha sentado las bases para reducciones sustanciales y continuas de la contaminación, a pesar del enorme aumento del intercambio comercial realizado por mar a nivel mundial. Por ejemplo, la cantidad promedio de derrames de más de 700 toneladas de petróleo proveniente de buques cada año pasó de más de 25 en la década de 1970 a sólo 3,7 en la década del 2000.

El MARPOL promueve la aplicación de medidas a nivel mundial pero también reconoce que algunas zonas necesitan más protección que otras. Es por ello que en el Convenio se definen “Zonas especiales” del mar, en las que se aplican medidas de lo más estrictas contra la contaminación. Por otro lado, la OMI ha adoptado criterios para determinar y designar “Zonas marinas particularmente sensibles” que necesitan un nivel aún mayor de protección a causa de su importancia ecológica, socioeconómica o científica particular y de su vulnerabilidad al daño que le pueden causar las actividades marítimas internacionales.

Los convenios de la OMI relacionados con la seguridad, tales como el Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar (SOLAS), ayudan a asegurar que no ocurran accidentes, mientras que otros convenios ambientales contienen disposiciones sobre la cooperación, preparación y lucha contra la contaminación por hidrocarburos y sustancias nocivas y peligrosas y los derechos de los Estados a intervenir en alta mar para prevenir, mitigar o eliminar un peligro para sus costas o intereses conexos originado por una contaminación resultante de un accidente marítimo.

En febrero de 2004, la OMI adoptó el Convenio internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques, que se ocupa del inmenso daño que pueden causar los organismos acuáticos microscópicos transportados alrededor del mundo a través de ese medio y depositados en ecosistemas locales foráneos, que corren el riesgo de ver afectado su delicado equilibrio. En septiembre próximo entrará en vigor un convenio que prohíbe el uso de pintura antiincrustante dañina en los cascos de los buques.

barcos y buques ¿ qué está haciendo la OMI?

Cuando en marzo de 2006 entró en vigor un protocolo del Convenio sobre la Prevención de la Contaminación del Mar por Vertimiento de Desechos y Otras Materias de 1972 se produjo un gran cambio en la forma en que se reglamenta el uso del mar como depositario de desechos. De hecho, a partir de ese momento se prohibió el vertimiento de desechos, salvo para materiales que se incluyen en una lista aprobada. En mayo pasado la OMI aprobó un nuevo convenio sobre la remoción de restos de naufragios que puedan llegar a plantear una amenaza para la navegación o un peligro para el medio marino y costero, o ambos, y actualmente está elaborando un nuevo instrumento vinculante sobre el reciclaje de buques que, según se prevé, se aprobará en 2009.

La contaminación atmosférica es quizás la amenaza ambiental más importante que se presenta al mundo hoy en día. La OMI está pasando revista al anexo VI en vigor del MARPOL, en el que se establecen límites a las emisiones de óxido de azufre y óxido de nitrógeno de los escapes de buques; se prohíben las emisiones deliberadas de sustancias que agotan el ozono; y se pone un tope global al

contenido de azufre en los carburantes. Cuando se haya completado esta revisión, quedarán incluidos, asimismo, las partículas y compuestos orgánicos volátiles.

La OMI también cuenta con un plan de acción para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques, particularmente de dióxido de carbono, que no están incluidas en el anexo. La organización está cooperando en forma estrecha con asociaciones de transporte marítimo internacionales y organismos de las Naciones Unidas para garantizar que la cuestión se trata genuinamente a nivel internacional y para evitar medidas contraproducentes adoptadas a nivel regional o nacional en forma unilateral.

Por otro lado, el PNUMA ha elaborado una serie de planes de acción regionales, que incluyen convenios regionales para proteger el medio marino y costero y protocolos para luchar contra la contaminación del mar en casos de emergencia. La OMI ha ayudado a formular esos protocolos y a garantizar un nivel sustancial de armonización de las disposiciones pertinentes. También participó en actividades que se realizaron tras incidentes de contaminación marina procedentes de otras

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barcos y buques ¿ qué está haciendo la OMI?

por Efthimios E. Mitropoulos

Cuando en marzo de 2006 entró en vigor un protocolo del Convenio sobre la Prevención de la Contaminación del Mar por Vertimiento de Desechos y Otras Materias de 1972 se produjo un gran cambio en la forma en que se reglamenta el uso del mar como depositario de desechos. De hecho, a partir de ese momento se prohibió el vertimiento de desechos, salvo para materiales que se incluyen en una lista aprobada. En mayo pasado la OMI aprobó un nuevo convenio sobre la remoción de restos de naufragios que puedan llegar a plantear una amenaza para la navegación o un peligro para el medio marino y costero, o ambos, y actualmente está elaborando un nuevo instrumento vinculante sobre el reciclaje de buques que, según se prevé, se aprobará en 2009.

La contaminación atmosférica es quizás la amenaza ambiental más importante que se presenta al mundo hoy en día. La OMI está pasando revista al anexo VI en vigor del MARPOL, en el que se establecen límites a las emisiones de óxido de azufre y óxido de nitrógeno de los escapes de buques; se prohíben las emisiones deliberadas de sustancias que agotan el ozono; y se pone un tope global al

contenido de azufre en los carburantes. Cuando se haya completado esta revisión, quedarán incluidos, asimismo, las partículas y compuestos orgánicos volátiles.

La OMI también cuenta con un plan de acción para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques, particularmente de dióxido de carbono, que no están incluidas en el anexo. La organización está cooperando en forma estrecha con asociaciones de transporte marítimo internacionales y organismos de las Naciones Unidas para garantizar que la cuestión se trata genuinamente a nivel internacional y para evitar medidas contraproducentes adoptadas a nivel regional o nacional en forma unilateral.

Por otro lado, el PNUMA ha elaborado una serie de planes de acción regionales, que incluyen convenios regionales para proteger el medio marino y costero y protocolos para luchar contra la contaminación del mar en casos de emergencia. La OMI ha ayudado a formular esos protocolos y a garantizar un nivel sustancial de armonización de las disposiciones pertinentes. También participó en actividades que se realizaron tras incidentes de contaminación marina procedentes de otras

fuentes, en colaboración con otros organismos de las Naciones Unidas, en los casos en que resultó adecuado. Por ejemplo, en 2006 ayudó a elaborar y poner en práctica un plan de acción para asistir a las autoridades del Líbano a limpiar la contaminación por hidrocarburos de sus costas como consecuencia de un ataque aéreo a una refinería. El plan se acordó en una reunión internacional que convocaron la OMI y el PNUMA y su ejecución está supervisada por el Centro Regional del Mar Mediterráneo de intervención en casos de emergencia de contaminación marina (REMPEC), administrado por la OMI, y el Ministerio de Medio Ambiente del Líbano.

El REMPEC fue el primer centro regional en el mundo creado bajo la égida del Programa de Mares Regionales del PNUMA, y recibe un apoyo cabal de la OMI. El sector del transporte marítimo es una industria que se extiende a nivel mundial y para la cual es necesario establecer normas y reglas acordadas a nivel internacional. La cooperación y colaboración regionales resultan importantes para promover una aplicación y cumplimiento efectivos, uniformes y mundiales de las normas internacionales, lo cual es el objetivo fundamental del programa de cooperación técnica mundial de la OMI.

La OMI también mantiene vínculos con el PNUMA a través del Centro regional de capacitación e información y respuesta en casos de emergencia por contaminación marina para la Región del Gran Caribe (REMPEITC-Carib), que presta ayuda a los países de la región a prevenir casos de graves incidentes de contaminación, prepararse para esos casos y poder responder a ellos. Los dos organismos también están asociados, junto a otros, en el Grupo de Expertos sobre los Aspectos Científicos de la Contaminación del Mar (GESAMP) de las Naciones Unidas y en el Grupo de Gestión Ambiental establecido a nivel de todo el sistema de las Naciones Unidas. Asimismo, el proyecto de asociaciones GloBallast para ayudar a los países en desarrollo a reducir la transferencia de organismos acuáticos dañinos en las aguas de lastre, que ejecuta la OMI en asociación con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se apoya en la asistencia que le presta el PNUMA a través de sus oficinas del Programa de Mares Regionales.

Estos ejemplos de cooperación ponen de relieve cómo la labor que realiza la OMI para proteger el medio marino debe formar parte de un esfuerzo común en el que todos y cada uno tiene una responsabilidad y una función que desempeñar, concepto que se refleja en el lema: “Pensar a escala mundial y actuar a escala local”.

Este año, para su tema del Día Marítimo Mundial, que se celebró el 27 de septiembre de 2007, el Consejo de la OMI eligió las cuestiones ambientales. Esas cuestiones fueron el elemento fundamental de una gran cantidad de actividades e iniciativas de la OMI destinadas a educar a la gente, aumentar su conciencia sobre el estado verdadero - y en vías de deterioro - en que se encuentra el planeta, y ayudarnos a todos nosotros a que nos convirtamos en ciudadanos responsables. Porque, cuando se trata del medio ambiente, lo que hacemos todos, todos los días, cuenta de verdad. PNUMA

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Nos rodea una oscuridad total a medida que descendemos lentamente hacia el lecho oceánico. Los números en los paneles de instrumentos de nuestro submarino, JAGO, cambian rápidamente: la profundidad aumenta a 160 m, la temperatura desciende a 4 °C. De repente, un mundo misterioso aparece en el haz de luz proyectada por nuestras luces delanteras. Montículos de corales blancos y rosáceos crecen contiguos, formando arrecifes del tamaño de campos de balompié. Las pintorescas formaciones son un hervidero de actividad. Cuando nos asomamos a mirar por nuestra portilla, vemos pasar peces, cangrejos y pequeños camarones. Al igual que sus congéneres tropicales, los corales de aguas frías proporcionan un hábitat a una miríada de vida marina. Sólo en los últimos 10 años hemos llegado a conocer estos focos de biodiversidad marina profunda. Como las perlas de un collar, los arrecifes de coral de aguas frías se extienden por 5.000 km a lo largo de la margen oriental del Océano Atlántico, desde el norte de Noruega hasta la costa de África. A medida que nos deslizamos sobre los arrecifes admirando su belleza silente, resulta difícil imaginar que esos ecosistemas prístinos pronto podrían desaparecer de nuestro planeta. No obstante, si las emisiones de dióxido de carbono andrógenas siguen aumentando al ritmo actual, en grandes extensiones oceánicas los corales pronto tendrán que vivir en agua de mar que les corroe sus esqueletos calcáreos. La expresión mediante la cual se describe ese proceso es acidificación oceánica: el pH del agua de mar (la medida de su acidez) ha venido disminuyendo constantemente. Al igual que la osteoporosis en los seres humanos, los esqueletos calcáreos de los corales se disolverán con mayor rapidez de la necesaria para reconstruirlos. ¿Pero cómo pueden esas emisiones poner en peligro la vida en los océanos? El proceso subyacente de la acidificación oceánica es muy sencillo, mucho más que los cambios inducidos por el CO2 en nuestro sistema climático. Su origen radica en la absorción de cantidades masivas de CO2 andrógeno por la superficie oceánica. Casi la mitad de la cantidad del gas emitido por los combustibles fósiles mediante las actividades humanas desde el comienzo de la revolución industrial -más de 500 mil millones de toneladas- ha sido absorbida por el océano, por cuanto el mayor hábitat de nuestro planeta funciona como su mayor sumidero de gases de efecto invernadero: a la larga, está previsto que absorba el 90% de la totalidad del CO2 derivada de combustibles fósiles liberado en la atmósfera. La acidificación del agua de mar seguirá descendiendo lentamente hacia las profundidades oceánicas, aún mucho después de que las emisiones disminuyan o cesen. Puede describirse como una bendición para nuestro sistema climático debido a que atenúa el calentamiento de efecto invernadero inducido por el CO2 -- pero resultará una maldición para la vida marina.

Cuando el dióxido de carbono se disuelve en el agua de mar forma ácido carbónico. Parte de éste es neutralizado por el tampón carbonatado, que es una reacción química que consume los iones carbonatados - el material de construcción que los organismos calcificadores utilizan para producir sus conchas y esqueletos. El ácido remanente produce una disminución del pH del agua de mar. Mientras menor sea el pH, mayor será la concentración de iones de hidrógeno y, en consecuencia, mayor la acidez del agua. La absorción por el océano del dióxido de carbono proveniente de los combustibles fósiles ya ha causado una disminución de 0,1 unidades en el pH, que corresponde a un 30% de aumento en los iones de hidrógeno. Si las tendencias actuales en las emisiones de CO2 continúan, en 2100 el pH del agua de mar disminuirá aproximadamente 0,45 unidades en relación con la era preindustrial. Ello sería inferior -- y la tasa de cambio más rápida-- a lo que ha tenido lugar durante al menos los últimos 400,000 años, y probablemente durante los últimos 20 millones de años.

Lo anterior afectará no solamente a los corales de aguas frías, sino a los organismos calcificadores en general. A medida que disminuya la concentración de iones carbonatados, la producción de estructuras calcáreas se dificultará cada vez más. Todas las especies calcificadoras que se han sometido a prueba en simulaciones de laboratorio muestran una disminución de la calcificación en respuesta a la acidificación oceánica. La calcificación es un fenómeno ampliamente difundido entre muchos organismos marinos, que abarca desde los corales, los mejillones, las babosas, las estrellas de mar y los erizos de mar, hasta minúsculos animales y plantas unicelulares calcificadores que conforman la base de la red alimentaria marina. Incluso los peces precipitan carbonato de calcio para construir algunas de sus estructuras internas, tales como plaquetas calcáreas en su aparato vestibular. A juzgar por los actuales resultados experimentales, existe un alto riesgo de que muchos grupos calcificadores puedan perder su capacidad competitiva para prevalecer en un océano cada vez más ácido. Actualmente se desconocen las consecuencias que ello puede tener para la red alimentaria marina.

Si volvemos nuestra mirada hacia atrás en la historia de la Tierra, podemos aprender una lección del registro paleontológico. Cuando un cometa se estrelló en la Península de Yucatán en el norte de México hace 65 millones de años, cantidades masivas de sulfato de calcio ascendieron impelidas a la atmósfera, y reaccionaron con el oxígeno y el agua para formar ácido sulfúrico. Las cantidades de ácido sulfúrico fueron suficientes para hacer que la superficie oceánica se tornase corrosiva para las conchas y los esqueletos calcáreos de los organismos que habitaban a nivel de la superficie. Probablemente bastaron sólo unos pocos años para que la mezcla con las aguas oceánicas profundas neutralizara la acidificación en la superficie, pero fue lo suficientemente prolongada como para causar la extinción de casi todos los calcificadores planctónicos. Transcurrieron 2 millones de años antes que los corales reaparecieran en el registro paleontológico. Fue necesario que transcurrieran otros 20 millones de años para que la diversidad de especies de los grupos calcificadores se recuperara hasta volver a alcanzar los niveles anteriores a su extinción.

Las investigaciones sobre los efectos de la acidificación actual de los océanos se encuentran aún en su infancia. Nadie sabe la manera en que las respuestas negativas observadas experimentalmente en organismos individuales se manifestarán en las comunidades y los ecosistemas. ¿Cómo se verán afectadas esas respuestas por otros factores de estrés como los cambios de temperatura o la disponibilidad de nutrientes? Existe también un desafío importante en cuanto a determinar la capacidad de los organismos sensibles para adaptarse a la acidificación oceánica. A pesar de la gran incertidumbre, probablemente sea acertado decir que la continuación de la acidificación oceánica causará la pérdida de biodiversidad marina, aparejada de consecuencias aún imprevisibles para los ecosistemas y las redes alimentarias marinas.

En su informe correspondiente a 1995, el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó varias situaciones hipotéticas de emisiones de CO2 proyectadas para el siglo XXI. Su situación hipotética más desfavorable fue juzgada críticamente a la sazón como demasiado pesimista. Sin embargo, los registros tomados durante los últimos 10 años indican que la actual tendencia en las emisiones de CO2 a nivel mundial es superior a la que se estima en esa situación hipotética. A pesar de la mayor concienciación respecto de los problemas vinculados con el aumento en los niveles de CO2 atmosférico, nuestros esfuerzos dirigidos a dar marcha atrás a este proceso aún quedan a la zaga. La acidificación oceánica y los peligros conexos para la vida marina proporcionan un incentivo más para adoptar cuanto antes y resueltamente medidas dirigidas a disminuir las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial. PNUMA

por Ulf Riebesell

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Durante siglos los océanos han infundido temor e inspirado a la humanidad, alimentando sueños de abundancia infinita, desafiando el ingenio, y suscitando espectros de demonios y espíritus guardianes. Las personas siempre han sentido curiosidad respecto del medio marino, pero su necesidad de comprenderlo ha avanzado a paso lento a la par de actividades tempranas como la navegación a vela y la pesca. Esa necesidad aumentó exponencialmente con la gran expansión de su utilización por los seres humanos en la segunda mitad del siglo XX, y ahora guarda relación no solamente con actividades como la explotación de los recursos vivos y minerales oceánicos y la seguridad de la navegación internacional, sino también con la preocupación cada vez mayor respecto del cúmulo de consecuencias de las actividades humanas. La tarea de asegurar a las generaciones presentes y futuras los bienes y servicios del océano está condicionada a la existencia de ecosistemas marinos productivos, sanos y capaces de recuperarse. Es menester que los encargados de adoptar decisiones den un salto cuántico en la comprensión de la manera en que esos sistemas interactúan con la sociedad humana; o sea, en la evaluación de los océanos. En muchos informes fragmentados recientes se describe el deterioro de los recursos y las condiciones de los océanos, pero en pocos de ellos se explica con claridad la manera en que ello afecta el bienestar de las personas. En algunos se examina la manera en que las respuestas técnicas y normativas pueden paliar esas tendencias, o si las políticas adoptadas han tenido resultados satisfactorios. Esto debe integrarse plenamente en la evaluación de los océanos de manera que tanto los encargados de adoptar decisiones como el público comprendan a cabalidad las consecuencias del “criterio de que todo sigue igual” y de las modificaciones que se le proponen. El descubrimiento en 1977 de comunidades de aprovechamiento hidrotérmico dio inicio a revelaciones de vida en las profundidades oceánicas que han modificado la percepción de que el lecho oceánico es un gran erial. A comienzos del año en curso, el análisis de ADN de microbios oceánicos en aguas superficiales reveló millones de nuevos genes. Es menester contar lo antes posible con un medio acordado para evaluar las consecuencias de los nuevos hallazgos en esferas que relativamente no han sido objeto de estudio tanto sobre la salud y productividad de los océanos, como los ciclos biológicos y geoquímicos de la Tierra. Durante más de tres decenios la comunidad científica internacional ha venido desarrollando conceptos sobre las relaciones que existen entre las especies

y el medio ambiente en los ecosistemas marinos, pero no fue sino hasta 2001 que la comunidad política internacional, a sus niveles más elevados, aceptó oficialmente el enfoque por ecosistemas respecto de la gestión de los océanos. Compete a la evaluación de los océanos analizar toda la variedad de presiones que obran sobre las especies y las relaciones ambientales que integran un ecosistema determinado, incluidas las externas. Un proceso de carácter mundial puede ayudar a asegurar que las repercusiones cumulativas de las actividades humanas se tengan en cuenta a la escala geográfica apropiada. Puede patrocinar los análisis más detallados que los encargados de adoptar decisiones a nivel regional necesitan: que incluyan la contaminación o los desechos provenientes de fuentes terrestres y marinas; el estado de los peces y otras especies marinas y sus hábitats; las especies invasoras, así como la influencia de los sistemas de agua dulce, el cambio climático y el agotamiento del ozono en los ecosistemas marinos regionales. Asimismo, puede aunar análisis regionales y temáticos para asegurar que se establezcan las conexiones pertinentes, por ejemplo, respecto de las especies que migran grandes distancias, la contaminación a gran distancia, o los efectos de los cambios en las condiciones oceánicas o atmosféricas en gran escala. Además, puede ayudar a los encargados de adoptar decisiones a prever la aparición de nuevas cuestiones proporcionándoles un panorama bien integrado de las condiciones y tendencias presentes. Durante los últimos 60 años se han establecido órganos intergubernamentales encargados de adoptar decisiones a nivel mundial con competencia respecto de diferentes sectores que afectan los océanos. Han creado una variedad de mecanismos para acopiar y evaluar datos e impartir asesoramiento científico. No obstante, sus mandatos especializados significan que en cada uno de esos órganos los encargados de adoptar decisiones pocas veces ven un panorama coherente del estado del medio ambiente marino, y tampoco uno en que se destaque la importancia relativa de las actividades a las que se asigna atención prioritaria en un marco coherente regional o mundial. Un proceso de evaluación oceánica bien diseñado, en el que se tengan en cuenta estas competencias respectivas, puede proporcionar esos panoramas coherentes. Por último, el ineludible desplazamiento hacia enfoques por ecosistemas más integrados supondrá evaluaciones fundamentadas en diversas esferas de conocimientos especializados. En un mundo marino complejo y en proceso de cambio existirán inevitablemente incertidumbres, nuevas preocupaciones y cuestiones polémicas. Además, el ritmo de adquisición de conocimientos en esferas cada vez más especializadas dificultará mantener actualizados a los científicos, administradores y encargados de adoptar decisiones. Un proceso de

fomento de los conocimientos

por Lee A. Kimball

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evaluación oceánica a nivel mundial en el que se fomenten las comunicaciones y el establecimiento de redes entre especialistas puede propiciar el entendimiento científico común y de esa manera agilizar el concierto político internacional. En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002 (CMDS) la comunidad internacional convino en “establecer antes de 2004 un proceso ordinario en el marco de las Naciones Unidas para la presentación de informes y evaluación a nivel mundial del estado del medio marino, con inclusión de aspectos socioeconómicos... sobre la base de evaluaciones regionales existentes.” La meta de 2004 resultó ser poco realista, pero en 2005 la Asamblea General inició una “evaluación de evaluaciones” (EdE) como etapa preparatoria para el ‘proceso periódico’, como se le denomina. La EdE consiste en: 1) un grupo especial intergubernamental directivo, integrado por miembros de 18 países y seis organizaciones internacionales; 2) el PNUMA y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO en calidad de organismos rectores, para prestar servicios de secretaría y coordinar la iniciativa preparatoria, bajo la orientación del grupo directivo, y 3) un grupo equilibrado de 20 expertos, establecido por los organismos rectores y aprobado por el grupo directivo, encargado de realizar la evaluación de las evaluaciones.

La Asamblea General estipuló que la EdE debía reunir y examinar evaluaciones existentes a fin de determinar: deficiencias temáticas o geográficas, o ambas, en los conocimientos científicos y el acopio de datos, o en las evaluaciones; la manera en que los recursos existentes se pueden incorporar en un proceso ordinario, o contribuir a este; así como las incertidumbres científicas que precisan mayor investigación. El segundo objetivo principal es sintetizar y destacar las mejores prácticas de evaluación, y el tercero es establecer la manera en que las evaluaciones anteriores se han comunicado a los encargados de formular políticas. El grupo de expertos (GdE) también deberá estudiar la utilidad de organizar componentes de evaluación a diferentes escalas, y las limitaciones que ello plantea, así como la manera en que ello pueda guardar relación con las evaluaciones integradas. Deberá analizar la manera en que las evaluaciones existentes establecen los elementos necesarios para la credibilidad científica, la pertinencia

normativa, la legitimidad y la utilidad, así como examinar la necesidad de fomentar la capacidad para apoyar el proceso periódico. Deberá tener en cuenta las interacciones de carácter social con el medio marino y a nivel internacional: las metas y los objetivos acordados relativos al desarrollo humano y la utilización sostenible de los océanos. Conjuntamente, esos análisis conformarán la base para que el GdE determine el marco y las opciones para proceder a establecer el proceso periódico, con inclusión de los posibles costos. El GdE ha organizado su examen de las evaluaciones, sobre la base de un desglose tentativo en 21 regiones oceánicas. Esos exámenes regionales servirán para determinar las deficiencias y mejores prácticas, así como las posibles contribuciones de las actividades en curso. El GdE ha trabajado principalmente por correo electrónico, se ha reunido dos veces en 2007 y tiene previsto realizar otras tres reuniones. Su informe será objeto de un examen por homólogos, y a finales de 2008 los gobiernos tendrán la oportunidad de formular observaciones sobre la EdE, y contribuir a ésta. Se presentará un informe final al grupo directivo especial antes de presentarlo al sexagésimo cuarto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009. La labor del GdE con el fin de determinar un marco y opciones para el proceso periódico se fundamentará en:

la manera de integrar en un todo coherente y válido la variedad de iniciativas sectoriales y temáticas en materia de acopio de datos y evaluación, a los niveles regional y mundial;

la manera de determinar las prácticas más eficaces para realizar y comunicar evaluaciones de manera que los encargados de adoptar decisiones, los administradores, los usuarios y el público reciban la información clara, bien fundamentada y oportuna que necesitan para asegurar la utilización sostenible de los océanos; y

aunque el apoyo institucional a la evaluación oceánica varía en diferentes regiones, la manera de lograr un marco mundial que pueda fortalecer los arreglos y redes regionales, facilitar las conexiones interregionales, y crear un panorama mundial que sea mayor que la suma de sus partes. PNUMA

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Juegos Olímpicos de Beijing 2008 – Reseña ambiental

Este informe analiza los proyectos que se llevaron a cabo en la ciudad de Beijing para incorporar la sostenibilidad ambiental en los Juegos Olímpicos de 2008 y cumplir los compromisos ambientales asumidos durante el proceso de selección de la sede. desde �994, los comités organizadores de los Juegos Olímpicos han prestado cada vez más atención a las cuestiones ambientales, y se espera que ahora dejen un legado sostenible y promuevan la conciencia ecológica. El informe del PNUmA analiza los logros ambientales del Comité Olímpico de Beijing y pasa revista de los éxitos y las dificultades del período previo a los Juegos Olímpicos del próximo año.

Manglares de África occidental y central Este informe presenta un perfil de país de �9 países de África occidental y central, teniendo en cuenta el estado de sus manglares, su distribución, biodiversidad y usos, así como las amenazas que enfrentan y los factores que impulsan su cambio. Aunque se está trabajando mucho para investigar este hábitat a nivel nacional, regional y mundial, aún existen lagunas significativas en la información, lo que pone de relieve la necesidad de seguir tomando iniciativas para mejorar la evaluación en la región.

Desechos marinos en la región de los mares de Asia oriental – Una perspectiva regional Este informe presenta una reseña de los desechos marinos en la región de los mares de Asia oriental, tanto en los niveles regional como nacional, y formula recomendaciones y propuestas de cambio. Entre las áreas que abarca se incluyen conocimientos y datos sobre el problema de los desechos marinos; instrumentos, programas e iniciativas sobre desechos marinos; y carencias y necesidades relacionadas con la prevención, el control y la gestión de los desechos marinos. El informe integra aportes de gobiernos de toda Asia oriental e información proveniente de instituciones dedicadas a la ciencia marina y ONG ambientalistas internacionales.

Planeta océano: viaje al corazón del reino marinoLaurent Ballesta y Pierre descamp (National Geographic, 2007)Este libro, escrito por un fotógrafo marino devenido buzo y un biólogo marino, incluye más de 400 fotografías de extraordinarios paisajes submarinos de todo el mundo. Acompañan a las fotografías 25 ensayos escritos por destacados científicos, en los que se destacan temas que van desde la acuicultura al calentamiento de la atmósfera, ofreciendo una vívida descripción de las amenazas que abruman a los océanos del mundo y de los motivos por los que debemos proteger la increíble diversidad de sus plantas y animales. La Unión mundial para la Naturaleza se ha unido en calidad de asociada del proyecto para garantizar una presentación precisa, oportuna e interesante de este tema de vital importancia.

Antártida: la advertencia de la atmósferaSebastian Copeland (Earth Aware Editions, 2007)El premiado fotógrafo Sebastian Copeland documenta la frágil gloria de la Antártida, capturando tanto la increíble belleza del continente como los estragos que está causando en él el cambio climático. El libro, cuyo prólogo fue escrito por mikhail Gorbachev, constituye una cruda advertencia de que los seres humanos están destruyendo poco a poco uno de los lugares más extraordinarios de la Tierra. Le ha valido a Copeland el galardón al “Fotógrafo Profesional del Año” en los Premios internacionales de Fotografía de 2007.

La revolución de la tecnología no contaminante - La próxima gran oportunidad de crecimiento e inversiónRon Pernick y Clint Wilder (Collins, 2007)Ron Pernick y Clint Wilder estudian las principales fuerzas que han llevado la “tecnología no contaminante” a la vanguardia de los principales negocios, gracias a las inversiones de miles de millones de dólares que hacen gigantes de la industria tales como GE, Toyota y Sharp. El libro pone de relieve ocho sectores principales de la tecnología no contaminante –solar, eólica, biocombustibles, edificios ecológicos, transporte personal, la red inteligente, aplicaciones móviles y filtración del agua– y sostiene que las tecnologías no contaminantes están abriendo un mundo de oportunidades para las empresas, los empresarios y los inversionistas.

El fuego de Apolo: cómo encender la chispa de la economía ecológica en los Estados UnidosJay inslee y Bracken Hendricks (island Press, 2007)Apollo Alliance es un grupo estadounidense de promoción e investigación que reúne a sindicatos, grupos ambientalistas y organizaciones empresariales comprometidas con el fomento de una economía ecológica. En este libro, Jay inslee, legislador por el Estado de Washington, y Bracken Hendricks, fundador de Apollo Alliance, explican en detalle distintas maneras de reducir la dependencia respecto de los combustibles fósiles y combatir el calentamiento de la atmósfera. Entre sus propuestas se incluyen el rediseño del automóvil, la inversión en energía solar y eólica, y la creación de carbón no contaminante y energía nuclear segura.

Parques de paz - Conservación y solución de conflictosEditado por Saleem H. Ali (miT Press, 2007)Aunque en 2004 fue el ambientalista keniano Wangari maathai quien ganó el Premio Nobel de la Paz, muy pocos han considerado la posibilidad de que la conservación ambiental contribuya a la consolidación de la paz en las zonas de conflicto. Este libro explora esa cuestión y analiza las maneras en que puede ayudar la cooperación ambiental en zonas de conservación pertenecientes a distintas jurisdicciones a resolver conflictos políticos y territoriales. El libro analiza el papel de los gobiernos, el ejército, la sociedad civil, los científicos y los conservacionistas, y sus efectos en la ordenación ecológica y el potencial de consolidación de paz en esas zonas.

El pedido de IvanCatherine drury (Stamford House Publishing, 2007)Este libro para niños aborda el problema del calentamiento de la atmósfera con mucha imaginación, mediante una conversación entre el iceberg ivan y dos niños que van en crucero a la Antártida con su familia. ivan le pide a Jo, de doce años, y a Colin, de nueve, que lo ayuden para que no siga derritiéndose. Eso los lleva a difundir el mensaje y sirve de inspiración a otros niños para actuar en favor del medio ambiente.

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en el mismo barcopor Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomeo

En 2005, el PNUmA nombró Campeón de la Tierra a su Santidad Bartolomeo i de Constantinopla, Arzobispo de Constantinopla y Patriarca Ecuménico. Este premio se entrega todos los años a siete líderes ambientalistas destacados que hayan efectuado un aporte significativo a la protección y ordenación sostenible del medio ambiente del planeta. En cada número de Nuestro Planeta se presentan las opiniones de uno de los Campeones del PNUmA. Para más información sobre el premio del PNUmA a los Campeones de la Tierra, véase http://www.unep.org/champions/.

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que señala una necesidad aún más profunda: vivir según la intención de nuestro Creador. La naturaleza de la vida en comunión con Dios es un misterio que hombres y mujeres santos han ponderado y ejemplificado durante muchas generaciones. Algo que sabemos ciertamente es que no fue la intención de Dios que tratáramos los recursos de la Tierra, o sus aguas, como algo para ser utilizado exclusivamente con fines económicos a corto plazo, sin tener en cuenta otras formas de vida en la Tierra o las generaciones futuras. Durante el simposio efectuado el año pasado en la región del Amazonas, y durante nuestra visita a Groenlandia este año, tuvimos la atemperadora experiencia de encontrar culturas indígenas en las que la necesidad de tomar en consideración a las generaciones futuras -y respetar la integridad de los sistemas ecológicos- se comprende mucho mejor que en países prósperos supuestamente herederos de la “civilización cristiana”.

Las culturas tradicionales, al igual que los redactores de nuestras Escrituras y textos litúrgicos, han comprendido intuitivamente la importancia primordial del agua, y el hecho de que su totalidad (desde los océanos hasta las nubes, los pequeños riachuelos y los oasis) integran un sistema único. En uno de los himnos más hermosos de la Iglesia Ortodoxa, una mujer devota de Cristo proclamó las palabras: “Recibe el manantial de mis lágrimas, Tú que sacas agua de las nubes...” Difícilmente exista una expresión más bella de la verdad de que cada molécula de agua en la Tierra, desde el torrente más poderoso hasta una minúscula lágrima, conforma un maravilloso sistema integral.

En tiempos modernos, los científicos han proporcionado un contenido más preciso a esta percepción intuitiva. Por ejemplo, nos han dicho que aproximadamente el 70% del cuerpo humano es agua -- y que casi exactamente el mismo porcentaje de la superficie de la Tierra está cubierta de la misma. Han explicado la manera en que el vapor de agua en la atmósfera es uno de los factores que mantienen relativamente estable la temperatura de la Tierra. Han explicado cada vez en mayor detalle la manera en que, mediante la evaporación y la precipitación, el agua circula perpetuamente alrededor de una biosfera formada por el mar, la tierra y el aire.

Tanto la sabiduría antigua de nuestras Escrituras como las percepciones modernas de la ciencia apuntan a una sola verdad: siempre que hay desorden en las aguas de la Tierra --a causa de la elevación de los niveles del mar, la escasez de agua dulce, o acontecimientos extremos como los huracanes y las inundaciones-- ello constituye una señal profundamente perturbadora para la vida en la Tierra en general. Preocupan cada vez más al Patriarcado Ecuménico esas señales, así como los desórdenes espirituales que ponen de manifiesto. Pero el Patriarcado no perderá la fe en el pacto de Dios con la humanidad, expresado en el relato del justo Noé, quien sobrevivió una terrible inundación. El hombre puede hacer cuanto pueda para destruir los efectos del pacto de Dios mediante su irresponsable y egoísta uso indebido de las aguas y otros recursos de la Tierra; pero el ofrecimiento hecho por Dios --de las “aguas vitales” de la vida humana en perfecta armonía y sinergia con el Creador-- nunca será retirado. PNUMA

Durante más de un decenio, el Patriarcado Ecuménico, una de las instituciones religiosas más antiguas del mundo, ha venido obrando en aras de señalar a la atención general la profunda crisis existencial que el mundo moderno encara como resultado de actividades humanas irresponsables. Si bien el mundo tiene ante sí muchos desafíos ambientales graves, en nuestras actividades hemos asignado una atención sumamente prioritaria al estado de las aguas de la Tierra: los océanos, los lagos, los ríos y la totalidad de la biosfera en la que el agua desempeña una función fundamental. En siete simposios flotantes, a los que han asistido distinguidos científicos, ambientalistas y líderes religiosos, hemos señalado a la atención del mundo los problemas concretos a los que determinadas extensiones de agua ecológicamente sensibles hacen frente: el Mar Egeo, el Mar Negro, el río Danubio, el Mar Adriático el Mar Báltico, el río Amazonas y el Océano Ártico. Todos esos simposios tuvieron lugar a bordo de embarcaciones, navegando por esos bellos pero frágiles lugares, destacándose de esa manera una sencilla verdad: independientemente de nuestra raza, religión o clase económica, “todos estamos en el mismo barco”, en el sentido de que nadie escapa a las consecuencias de una catástrofe ambiental general, y nadie puede evadir la responsabilidad moral de evitarla. La humanidad o bien sigue navegando, o bien se hundirá como resultado de su propio uso irresponsable de las providenciales dádivas de Dios. A veces algunos nos preguntan por qué en sus actividades y pronunciamientos de índole ecológica el Patriarcado ha asignado una atención tan vehemente al agua. Quizá la respuesta primera y más sencilla es que la noción de la importancia primordial del agua como constituyente de la vida está profundamente enraizada en nuestra tradición espiritual y litúrgica. Ello es válido en todas las creencias abrahámicas, que tienen sus raíces en una región del mundo en la que el agua escasea, y en la que es natural describir el ansia del alma humana por Dios como una “sed” de lo que más necesita. Todas las tardes, los cristianos ortodoxos inician su culto recitando el glorioso salmo de la creación (Salmo 104 según la numeración occidental) que, al igual que en el relato de la Creación en el libro del Génesis, parece expresar la profunda percepción de que la vida marina precedió e hizo posible la vida que posteriormente surgió en tierra seca: ¡Cuán múltiples tus obras, oh Señor! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. He allí el grande y anchuroso mar, en donde bullen criaturas sin número, tanto pequeñas como grandes....” El relato del encuentro de Nuestro Señor Jesucristo en el Pozo de Jacobo con una mujer samaritana también es muy apreciado por los corazones cristianos ortodoxos. Rompiendo el molde de la división entre samaritanos y judíos, Cristo pide a la mujer que le dé agua de esta antigua fuente -y entonces procede a ofrecerle el “agua vital” de la perfecta comunión con Dios, el tipo de agua que sacia eternamente toda sed. Mediante relatos como éste, llegamos a percatarnos de una verdad profunda: desde el punto de vista cristiano, la intensa necesidad de agua que todos los seres humanos experimentan no es más que un puntero

en el mismo barcopor Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomeo

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repensar, realinear, reorientarDesde hace tiempo, el programa del PNUMA de los océanos y costas ha sido uno de sus más emblemáticos. Sigue siendo sólido, pero ciertas presiones convergentes lo están obligando –y están obligando también a la comunidad internacional– a repensar la ordenación marina y costera.

La primera presión, la fundamental, proviene de la investigación de una comunidad científica que emplea una nueva profusión de metodologías e instrumentos de alta tecnología. En el último decenio, los científicos han elaborado una serie de informes preocupantes sobre nuevas amenazas para los ecosistemas marinos y costeros y para el bienestar de los miles de millones de personas que viven cerca de los océanos. La más grave es el cambio climático mundial, que perjudica la circulación oceánica, los ciclos químicos y de los nutrientes, la acidez y la temperatura de los océanos y el nivel del mar. Otra es la proliferación de las “zonas muertas”, es decir, zonas que pueden abarcar 100.000 km2 de océano donde la proliferación de algas, estimulada por los fertilizantes y las aguas residuales, ha consumido todo el oxígeno del agua y ahuyentado a los seres vivos.

La alta mar también se ve amenazada. Las actividades pesqueras ilegales, no declaradas y no reglamentadas han frustrado las iniciativas internacionales para que las pesquerías sean sostenibles, mientras que el estudio de los fondos marinos ha revelado que se están destruyendo algunos ecosistemas frágiles de aguas profundas, tal vez para siempre, a medida que las redes de arrastre pesadas arrasan con los montes submarinos. Asimismo, los científicos han seguido documentando otras amenazas y sus causas, entre ellas, el creciente impacto costero de la urbanización y el turismo, la sobreexplotación y la contaminación cada vez mayor de los mares como consecuencia de actividades realizadas en tierra y mar. Ni el público ni los encargados de formular políticas pueden seguir haciendo caso omiso de la ciencia.

En segundo lugar, es la sociedad civil –ONG, centros de investigación y otros grupos internacionales– la que ejerce presión: se ha mostrado indignada con estos datos y ha pedido que se tome una serie de nuevas iniciativas y medidas que den solución a los problemas. Y, en tercer lugar, está la comunidad internacional más amplia.

Alentados por las reformas de mayor escala de las Naciones Unidas, el PNUMA y sus asociados han reconocido que la ordenación convencional en la esfera de los océanos y costas no nos ha dado los resultados que debería y podría haber dado. Muchas iniciativas prometedoras se están quedando paralizadas ante la inercia institucional, la competencia con otros intereses en materia de desarrollo, y las rivalidades locales y la fragmentación entre distintas burocracias.

En consecuencia, dada la diversidad de intereses, entre ellos, los de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, la Asamblea General de las Naciones Unidas, los gobiernos, las ONG ambientales, una decena de organismos de las Naciones Unidas y una multitud de otros interesados directos, es necesario adoptar un nuevo enfoque para la ordenación ambiental internacional. Para ello, a su vez, debemos repensar nuestro enfoque de los problemas relacionados con los mares desde una perspectiva “de abajo arriba”, realinear y consolidar las fuerzas actuales y reorientar nuestros esfuerzos hacia un nuevo conjunto de metas.

Así, el PNUMA está reorganizando sus prioridades en el marco de una nueva estrategia para 2010-2013, en respuesta a los problemas que puso de manifiesto la ciencia. En la

estrategia se identifica la ordenación de los ecosistemas como uno de los seis objetivos principales del programa, y el PNUMA ha iniciado un proceso destinado a detectar elementos dentro de sus divisiones que puedan servir para un programa marino y costero coherente que se ocupe de este tema.

Como parte de ese esfuerzo, en agosto de 2007 la organización celebró una reunión consultiva –para repensar–, con el fin de analizar los nuevos problemas relacionados con los océanos y costas; esbozar las capacidades y el potencial del PNUMA; establecer algunas nuevas prioridades para el programa marino y costero; y determinar las áreas de trabajo que quizá requieren más atención o una atención continua. Entre esas áreas prioritarias se incluyen, a su vez, las siguientes: contaminación causada por actividades realizadas en tierra; la alteración física y la destrucción de los hábitats, incluso por la acuicultura; el impacto que tiene el cambio climático en los océanos y costas; la diversidad biológica marina y costera, incluso la de aguas profundas; los aspectos ambientales de la gestión y ordenación de las pesquerías, la alta mar y los fondos marinos; la vulnerabilidad de las islas; y los productos químicos y otras sustancias peligrosas que perjudican el medio marino.

Se desperdician innumerables recursos humanos y financieros por las iniciativas duplicadas, poco coordinadas y a veces contradictorias de los organismos de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales, convenios y convenciones mundiales, autoridades nacionales y regionales y otros. Las Naciones Unidas están haciendo frente a este problema por medio de una iniciativa de reforma, conocida como proceso “Una ONU”, en el que se utilizan conjuntamente distintos recursos de todo el sistema. Con arreglo a esto, el PNUMA está atravesando un proceso intenso de autorreflexión y aprendizaje orgánico para establecer asociaciones más estrechas entre sus divisiones y más orientadas hacia los resultados.

Hasta ahora, la labor del PNUMA relacionada con los problemas marinos y costeros ha tenido lugar fundamentalmente dentro de dos esferas programáticas: el Programa de Mares Regionales y el Programa de Acción Mundial para la Protección del Medio Marino frente a las Actividades Realizadas en Tierra. El Programa de Mares Regionales reúne a los gobiernos de 17 regiones, la comunidad científica, organizaciones intergubernamentales y otros interesados directos para que evalúen los problemas ambientales marinos y elaboren estrategias, políticas y herramientas de ordenación para solucionarlos. El Programa de Acción Mundial para la Protección del Medio Marino frente a las Actividades Realizadas en Tierra ayuda a los estados a tomar medidas a nivel mundial, regional y nacional por medio de una serie de programas técnicos y de creación de capacidad. El PNUMA seguirá reforzando las fortalezas indiscutibles de los programas pero también tenderá nuevas redes de vigilancia, detectará fuentes de contaminación y evaluará la contaminación marina, la diversidad biológica marina y la evolución de la zona costera a la luz de sus nuevas esferas prioritarias. Trabajará más estrecha y activamente con los acuerdos ambientales multilaterales relacionados con los mares, así como con los programas científicos de sus asociados internacionales.

Ahora, la comunidad internacional está centrando su atención en nuevas prioridades. Por ejemplo, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha instado

a la comunidad internacional a que tome medidas cuanto antes para proteger los corales de aguas profundas, montes submarinos y otros ecosistemas vulnerables de aguas profundas del impacto de la pesca con redes de arrastre de fondo y otras prácticas destructivas en alta mar. Del mismo modo, los objetivos de desarrollo del Milenio se han perfilado como una solución potencial al problema de la competencia entre los intereses en materia de desarrollo, ya que relacionan la pobreza con los problemas de los océanos y costas.

La reunión consultiva del PNUMA elaboró una nueva lista de cuestiones prioritarias, algunas conocidas y algunas nuevas. La contaminación causada por actividades realizadas en tierra y por sustancias peligrosas siempre ha sido motivo de preocupación, pero ahora se está prestando más atención al problema de la alteración física y la destrucción de los hábitats costeros. Las repercusiones que tiene el cambio climático en los océanos y costas, la vulnerabilidad de las islas pequeñas y la pérdida de la diversidad biológica en aguas profundas están cobrando cada vez más importancia en la lista a medida que se dan a conocer nuevas pruebas científicas. Y las prioridades también tienen que ver con las dificultades que atraviesan las poblaciones humanas costeras en relación con cuestiones económicas tales como las pesquerías y la explotación de la alta mar y los fondos marinos.

De conformidad con el mandato del Programa de Acción Mundial y por conducto de su Programa de alteración física y destrucción de hábitats, el PNUMA está centrando su atención en problemas relacionados con el crecimiento demográfico, las construcciones humanas en las zonas costeras y la consiguiente destrucción de los hábitats, y destinando gran parte de sus recursos a solucionarlos.

Mientras tanto, el Programa de Mares Regionales es uno de los instrumentos clave del PNUMA para aplicar las decisiones de los foros intergubernamentales mundiales relacionadas con estos temas, pero sólo puede cumplir su función si se le reconoce su credibilidad científica. Hace poco, adoptó una nueva serie de orientaciones estratégicas y está fortaleciendo sus fundamentos científicos, haciendo más hincapié en la vigilancia y la evaluación y en la cooperación con los asociados científicos del PNUMA y otros organismos especializados. Se está pidiendo a cada uno de los programas regionales que mejoren su base científica y su capacidad de seguir de cerca las cuestiones científicas. También se están destinando más esfuerzos a evaluar el impacto que tiene el cambio climático en el medio marino y costero –y las repercusiones probables en las pesquerías, el turismo, la salud humana, la diversidad biológica marina, la erosión costera y los ecosistemas de las islas pequeñas– para obtener datos que sustenten nuevas estrategias regionales de adaptación.

Cualesquiera sean el enfoque, la alineación y la orientación del PNUMA, es preciso que su labor en materia de océanos y costas siga teniendo una base científica sólida. Es preciso que los nuevos problemas cruciales que detecten los científicos encuentren cabida en la lista de prioridades con más rapidez. Más que nunca, tenemos que entender qué está sucediendo con el medio marino para poder tomar medidas eficaces y concertadas antes de que ecosistemas enteros lleguen a un “punto de inflexión” y no quede margen para reparar el daño. PNUMA

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repensar, realinear, reorientarpor Ibrahim Thiaw

Desde hace tiempo, el programa del PNUMA de los océanos y costas ha sido uno de sus más emblemáticos. Sigue siendo sólido, pero ciertas presiones convergentes lo están obligando –y están obligando también a la comunidad internacional– a repensar la ordenación marina y costera.

La primera presión, la fundamental, proviene de la investigación de una comunidad científica que emplea una nueva profusión de metodologías e instrumentos de alta tecnología. En el último decenio, los científicos han elaborado una serie de informes preocupantes sobre nuevas amenazas para los ecosistemas marinos y costeros y para el bienestar de los miles de millones de personas que viven cerca de los océanos. La más grave es el cambio climático mundial, que perjudica la circulación oceánica, los ciclos químicos y de los nutrientes, la acidez y la temperatura de los océanos y el nivel del mar. Otra es la proliferación de las “zonas muertas”, es decir, zonas que pueden abarcar 100.000 km2 de océano donde la proliferación de algas, estimulada por los fertilizantes y las aguas residuales, ha consumido todo el oxígeno del agua y ahuyentado a los seres vivos.

La alta mar también se ve amenazada. Las actividades pesqueras ilegales, no declaradas y no reglamentadas han frustrado las iniciativas internacionales para que las pesquerías sean sostenibles, mientras que el estudio de los fondos marinos ha revelado que se están destruyendo algunos ecosistemas frágiles de aguas profundas, tal vez para siempre, a medida que las redes de arrastre pesadas arrasan con los montes submarinos. Asimismo, los científicos han seguido documentando otras amenazas y sus causas, entre ellas, el creciente impacto costero de la urbanización y el turismo, la sobreexplotación y la contaminación cada vez mayor de los mares como consecuencia de actividades realizadas en tierra y mar. Ni el público ni los encargados de formular políticas pueden seguir haciendo caso omiso de la ciencia.

En segundo lugar, es la sociedad civil –ONG, centros de investigación y otros grupos internacionales– la que ejerce presión: se ha mostrado indignada con estos datos y ha pedido que se tome una serie de nuevas iniciativas y medidas que den solución a los problemas. Y, en tercer lugar, está la comunidad internacional más amplia.

Alentados por las reformas de mayor escala de las Naciones Unidas, el PNUMA y sus asociados han reconocido que la ordenación convencional en la esfera de los océanos y costas no nos ha dado los resultados que debería y podría haber dado. Muchas iniciativas prometedoras se están quedando paralizadas ante la inercia institucional, la competencia con otros intereses en materia de desarrollo, y las rivalidades locales y la fragmentación entre distintas burocracias.

En consecuencia, dada la diversidad de intereses, entre ellos, los de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, la Asamblea General de las Naciones Unidas, los gobiernos, las ONG ambientales, una decena de organismos de las Naciones Unidas y una multitud de otros interesados directos, es necesario adoptar un nuevo enfoque para la ordenación ambiental internacional. Para ello, a su vez, debemos repensar nuestro enfoque de los problemas relacionados con los mares desde una perspectiva “de abajo arriba”, realinear y consolidar las fuerzas actuales y reorientar nuestros esfuerzos hacia un nuevo conjunto de metas.

Así, el PNUMA está reorganizando sus prioridades en el marco de una nueva estrategia para 2010-2013, en respuesta a los problemas que puso de manifiesto la ciencia. En la

estrategia se identifica la ordenación de los ecosistemas como uno de los seis objetivos principales del programa, y el PNUMA ha iniciado un proceso destinado a detectar elementos dentro de sus divisiones que puedan servir para un programa marino y costero coherente que se ocupe de este tema.

Como parte de ese esfuerzo, en agosto de 2007 la organización celebró una reunión consultiva –para repensar–, con el fin de analizar los nuevos problemas relacionados con los océanos y costas; esbozar las capacidades y el potencial del PNUMA; establecer algunas nuevas prioridades para el programa marino y costero; y determinar las áreas de trabajo que quizá requieren más atención o una atención continua. Entre esas áreas prioritarias se incluyen, a su vez, las siguientes: contaminación causada por actividades realizadas en tierra; la alteración física y la destrucción de los hábitats, incluso por la acuicultura; el impacto que tiene el cambio climático en los océanos y costas; la diversidad biológica marina y costera, incluso la de aguas profundas; los aspectos ambientales de la gestión y ordenación de las pesquerías, la alta mar y los fondos marinos; la vulnerabilidad de las islas; y los productos químicos y otras sustancias peligrosas que perjudican el medio marino.

Se desperdician innumerables recursos humanos y financieros por las iniciativas duplicadas, poco coordinadas y a veces contradictorias de los organismos de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales, convenios y convenciones mundiales, autoridades nacionales y regionales y otros. Las Naciones Unidas están haciendo frente a este problema por medio de una iniciativa de reforma, conocida como proceso “Una ONU”, en el que se utilizan conjuntamente distintos recursos de todo el sistema. Con arreglo a esto, el PNUMA está atravesando un proceso intenso de autorreflexión y aprendizaje orgánico para establecer asociaciones más estrechas entre sus divisiones y más orientadas hacia los resultados.

Hasta ahora, la labor del PNUMA relacionada con los problemas marinos y costeros ha tenido lugar fundamentalmente dentro de dos esferas programáticas: el Programa de Mares Regionales y el Programa de Acción Mundial para la Protección del Medio Marino frente a las Actividades Realizadas en Tierra. El Programa de Mares Regionales reúne a los gobiernos de 17 regiones, la comunidad científica, organizaciones intergubernamentales y otros interesados directos para que evalúen los problemas ambientales marinos y elaboren estrategias, políticas y herramientas de ordenación para solucionarlos. El Programa de Acción Mundial para la Protección del Medio Marino frente a las Actividades Realizadas en Tierra ayuda a los estados a tomar medidas a nivel mundial, regional y nacional por medio de una serie de programas técnicos y de creación de capacidad. El PNUMA seguirá reforzando las fortalezas indiscutibles de los programas pero también tenderá nuevas redes de vigilancia, detectará fuentes de contaminación y evaluará la contaminación marina, la diversidad biológica marina y la evolución de la zona costera a la luz de sus nuevas esferas prioritarias. Trabajará más estrecha y activamente con los acuerdos ambientales multilaterales relacionados con los mares, así como con los programas científicos de sus asociados internacionales.

Ahora, la comunidad internacional está centrando su atención en nuevas prioridades. Por ejemplo, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha instado

a la comunidad internacional a que tome medidas cuanto antes para proteger los corales de aguas profundas, montes submarinos y otros ecosistemas vulnerables de aguas profundas del impacto de la pesca con redes de arrastre de fondo y otras prácticas destructivas en alta mar. Del mismo modo, los objetivos de desarrollo del Milenio se han perfilado como una solución potencial al problema de la competencia entre los intereses en materia de desarrollo, ya que relacionan la pobreza con los problemas de los océanos y costas.

La reunión consultiva del PNUMA elaboró una nueva lista de cuestiones prioritarias, algunas conocidas y algunas nuevas. La contaminación causada por actividades realizadas en tierra y por sustancias peligrosas siempre ha sido motivo de preocupación, pero ahora se está prestando más atención al problema de la alteración física y la destrucción de los hábitats costeros. Las repercusiones que tiene el cambio climático en los océanos y costas, la vulnerabilidad de las islas pequeñas y la pérdida de la diversidad biológica en aguas profundas están cobrando cada vez más importancia en la lista a medida que se dan a conocer nuevas pruebas científicas. Y las prioridades también tienen que ver con las dificultades que atraviesan las poblaciones humanas costeras en relación con cuestiones económicas tales como las pesquerías y la explotación de la alta mar y los fondos marinos.

De conformidad con el mandato del Programa de Acción Mundial y por conducto de su Programa de alteración física y destrucción de hábitats, el PNUMA está centrando su atención en problemas relacionados con el crecimiento demográfico, las construcciones humanas en las zonas costeras y la consiguiente destrucción de los hábitats, y destinando gran parte de sus recursos a solucionarlos.

Mientras tanto, el Programa de Mares Regionales es uno de los instrumentos clave del PNUMA para aplicar las decisiones de los foros intergubernamentales mundiales relacionadas con estos temas, pero sólo puede cumplir su función si se le reconoce su credibilidad científica. Hace poco, adoptó una nueva serie de orientaciones estratégicas y está fortaleciendo sus fundamentos científicos, haciendo más hincapié en la vigilancia y la evaluación y en la cooperación con los asociados científicos del PNUMA y otros organismos especializados. Se está pidiendo a cada uno de los programas regionales que mejoren su base científica y su capacidad de seguir de cerca las cuestiones científicas. También se están destinando más esfuerzos a evaluar el impacto que tiene el cambio climático en el medio marino y costero –y las repercusiones probables en las pesquerías, el turismo, la salud humana, la diversidad biológica marina, la erosión costera y los ecosistemas de las islas pequeñas– para obtener datos que sustenten nuevas estrategias regionales de adaptación.

Cualesquiera sean el enfoque, la alineación y la orientación del PNUMA, es preciso que su labor en materia de océanos y costas siga teniendo una base científica sólida. Es preciso que los nuevos problemas cruciales que detecten los científicos encuentren cabida en la lista de prioridades con más rapidez. Más que nunca, tenemos que entender qué está sucediendo con el medio marino para poder tomar medidas eficaces y concertadas antes de que ecosistemas enteros lleguen a un “punto de inflexión” y no quede margen para reparar el daño. PNUMA

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no calificado y mal remunerado en fábricas y dejaban a los niños en el pueblo, al cuidado de abuelos ancianos, con lo que se debilitó aún más la estructura social. A medida que disminuían las pesquerías –tanto por el impacto de los buques arrastreros como por el desmonte de los manglares–, los pobladores tuvieron que adentrarse en el mar y recurrir a métodos más destructivos para pescar cantidades cada vez menores de peces, tales como el uso de dinamita, cianuro y redes de empuje, que raspaban el fondo oceánico y causaban daños a las praderas marinas, los arrecifes de coral y otros hábitats marinos. También tuvieron que invertir en equipos más costosos para no “quedar rezagados” en la carrera por la pesca, cada vez más escasa. Algunos optaron por vender las tierras. Las comunidades costeras se encontraban en una encrucijada en la que las estrategias de supervivencia diaria eliminaban o reducían sus opciones futuras: el resultado fue un espiral descendente que se reforzaba a sí mismo y llevaba al aumento de la pobreza y la degradación social y ambiental.

En 1985, una pequeña organización llamada Yadfon (“gota de lluvia”, en tailandés) empezó a trabajar con los habitantes de los pueblos costeros. Sus fundadores, Pisit y Ploenjai Charnsnoh, conversaron durante meses con la gente y el imán del lugar para inspirar confianza y detectar las necesidades acuciantes. Excavaron juntos para abrir un pozo comunitario y crearon un programa cooperativo destinado a ayudar a los pescadores a comprar aparejos de pesca y motores para sus botes, vender la pesca diaria a precios justos de mercado y disminuir su dependencia respecto de los intermediarios. Establecieron un fondo rotatorio a fin de otorgar préstamos pequeños sin interés a los habitantes más pobres y más endeudados y ayudarlos a emprender proyectos que generaran ingresos, tales como la acuicultura en pequeña escala del mejillón, la ostra y el mero.

Mientras se llevaba a cabo todo esto, a los habitantes del lugar se les ocurrió la idea de recuperar los bosques tan degradados de manglares. Un grupo de personas creó una zona de conservación de bosques y praderas marinas de unas 95 hectáreas, la primera de su tipo en Tailandia, manejada por la comunidad. Vedaron la pesca en ciertas zonas, pusieron freno al uso de cianuro y

Los manglares –“selvas junto al mar”– abarcan un cuarto de la costa tropical y subtropical de la Tierra. Al ocupar dos mundos, como interfaz entre la tierra y el mar, son vitales para la sanidad de los ecosistemas costeros, que a su vez contribuyen a la sanidad de las pesquerías, y, de hecho, funcionan como criaderos de peces. Aumentan la capacidad de recuperación de las costas y las protegen de la erosión, las tormentas tropicales y los maremotos. Retienen los sedimentos que se desprenden de la tierra y evitan así que se atarquinen las praderas marinas y los arrecifes de coral. Y funcionan como un “supermercado” natural, ya que proveen a quienes dependen de ellos una variedad de materiales necesarios, por ejemplo, frutas, miel, otros alimentos, leña, plantas medicinales y material para la construcción. Pero, además, son uno de los hábitats más amenazados del mundo y su tasa de desaparición está aumentando a causa de la conversión de las tierras costeras con fines de desarrollo, la producción de carbón, el turismo y la polémica práctica de la acuicultura del camarón.

De 1975 a 1993, se perdió cerca de la mitad de los manglares ubicados a lo largo de los 2.560 kilómetros de costa de Tailandia. Esto tuvo consecuencias devastadoras en la provincia de Trang, por ejemplo, unos 800 kilómetros al sur de Bangkok, sobre la costa oeste del Mar de Andamán. Hasta el decenio de 1960, los pueblos costeros de esa región vivían principalmente de la pesca y dependían también de los manglares para obtener plantas medicinales y materiales como la paja para las viviendas y los aparejos de pesca. Más tarde, la mecanización de la pesca desencadenó una serie de efectos, que minaron sobremanera el capital natural y social de esos pueblos. Los grandes buques arrastreros comerciales infringían la zona costera, de 3 km de longitud, donde pescaban los pobladores. Sus aparejos y métodos destructivos causaban daños a los arrecifes de coral, raspaban el fondo marino y ahuyentaban a los peces jóvenes, que aún no se habían reproducido, pero los habitantes del pueblo temían hacerles frente. Casi al mismo tiempo, se abrieron los bosques de manglares a los concesionarios, que empezaron a desmontarlos para producir carbón. Algunos de los habitantes más pobres no pudieron más que aceptar trabajos mal remunerados, ya fuera desmontando manglares para los concesionarios o en los buques arrastreros comerciales, destruyendo su propia base de recursos naturales. Los lugareños también empezaron a desmontar los manglares ellos mismos, pensando “si no los desmonto yo, los desmontará otro”. Las mujeres empezaron a buscar trabajo

comunidad y el medio ambiente locales de un círculo vicioso y los insertó en un círculo virtuoso. La tendencia pasó de la destrucción a la recuperación y la sostenibilidad. La invasión de los recursos comunitarios a manos de los intereses comerciales –la mecanización de la pesca y la llegada de los concesionarios del carbón, que se dieron casi simultáneamente– fue un punto de inflexión negativo que dejó a la gente atrapada en un círculo vicioso de recursos cada vez más escasos y una carrera cada vez más frenética por obtener lo poco que quedaba. Las perspectivas parecían tan poco alentadoras que la recuperación habría parecido un sueño imposible.

Pero todo se revirtió, y se generó un círculo virtuoso cuando los pueblos empezaron a crear praderas marinas y bosques comunitarios de manglares. Empezó a restaurarse la pesquería, y los manglares volvieron a dar productos útiles, y se consolidó así el compromiso de la comunidad con la protección y la gestión de esos recursos. Con redes y trampas simples de madera, los niños pueden ganar ahora entre 250 y 300 baht en una sola tarde vendiendo los cangrejos que capturan en los manglares, cifra que equivale a lo que se solía ganar en un día entero de trabajo talando árboles de los manglares para los concesionarios. En lugar de quedar atrapados en el ciclo del agotamiento, los habitantes quedaron atrapados en un ciclo de conservación, ya que los incentivos financieros para preservar los manglares superan ahora los incentivos para destruirlos. En el mismo sentido, según un estudio que se realizó con 500 familias de 1991 a 1994, la captura total de peces creció un 40%. Y mientras los pescadores pasaban entre 3 y 4 horas menos en sus botes en lugar de estar tanto tiempo en el mar, sus ingresos netos aumentaron un 200%. Podían volver con los botes llenos sin usar dinamita ni redes de empuje. Las poblaciones de peces se recuperaban con más rapidez, cosa que les facilitaba aún más el trabajo. Y un mejor ingreso significaba que había menos necesidad de emigrar de los pueblos.

Los puntos de inflexión ecológica como este ofrecen un nuevo paradigma para la restauración de la comunidades, tanto naturales como humanas. Los enfoques convencionales de los problemas ecológicos –desde la microgestión fragmentada hasta la reglamentación vertical, pasando por las soluciones tecnológicas– suelen fallar. Pero si se accionan las palancas adecuadas, se puede recuperar el medio ambiente y las comunidades utilizando las mismas fuerzas que los ponen en peligro. PNUMA

dinamita, y prohibieron las redes de empuje. Volvieron a plantarse zosteras y algas marinas en una laguna litoral y

plantones de manglares en las zonas degradadas del bosque.

Hoy hay cerca de diez bosques de ese tipo, que ocupan entre 12 y 700 hectáreas, y cada uno está dirigido por el grupo de aldeas que lo rodea o depende de él. Si bien cada uno tiene sus propias normas de administración, en ninguno se permite la cría de camarones dentro de los límites de la zona forestal porque todos concuerdan en que ponen en peligro los manglares. Con los años, los bosques han empezado a regenerarse y, por consiguiente, han revivido las pesquerías. En 1992, Yadfon cofundó el Proyecto de Acción por los Manglares, red internacional integrada por unos 800 grupos y académicos conservacionistas de 60 países que trabajan para promover la conservación de los manglares.

La creación de los bosques comunitarios y proyectos conexos empezó a modificar las actitudes de los lugareños que habían olvidado las formas tradicionales de trabajar juntos y los ayudó a redescubrir el sentido del compromiso, la solidaridad y la confianza. A medida que crecía su unidad, empezaron a surgir líderes y a brillar nuevos talentos. Gracias a los logros alcanzados, los habitantes del lugar se convencieron de que podían ayudarse a sí mismos en vez de verse como víctimas de un sistema injusto y esperar que el gobierno acudiera a su rescate. La creación de bienes hizo que sintieran sus recursos comunes como propios y los incentivó a unirse para proteger esos recursos de los intereses ajenos. Invertir en su futuro los motivó a luchar por él. Los pescadores empezaron a hacer frente a los buques arrastreros que infringían la zona costera de 3 km de longitud y presionaron al gobierno para que exigiera que la respetasen. Y cuando una empresa local vertió aceite de palma venenoso en un curso de agua del lugar, los pobladores llevaron el asunto ante las autoridades provinciales y, finalmente, obligaron a la empresa a que pagara una indemnización.

Así, la creación de los bosques de manglares fue un punto de inflexión ecológica: una palanca que accionó una catarata de efectos de gran alcance, sacó a la

puntos de inflexión

por Gerald Marten y Amanda Suutari

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no calificado y mal remunerado en fábricas y dejaban a los niños en el pueblo, al cuidado de abuelos ancianos, con lo que se debilitó aún más la estructura social. A medida que disminuían las pesquerías –tanto por el impacto de los buques arrastreros como por el desmonte de los manglares–, los pobladores tuvieron que adentrarse en el mar y recurrir a métodos más destructivos para pescar cantidades cada vez menores de peces, tales como el uso de dinamita, cianuro y redes de empuje, que raspaban el fondo oceánico y causaban daños a las praderas marinas, los arrecifes de coral y otros hábitats marinos. También tuvieron que invertir en equipos más costosos para no “quedar rezagados” en la carrera por la pesca, cada vez más escasa. Algunos optaron por vender las tierras. Las comunidades costeras se encontraban en una encrucijada en la que las estrategias de supervivencia diaria eliminaban o reducían sus opciones futuras: el resultado fue un espiral descendente que se reforzaba a sí mismo y llevaba al aumento de la pobreza y la degradación social y ambiental.

En 1985, una pequeña organización llamada Yadfon (“gota de lluvia”, en tailandés) empezó a trabajar con los habitantes de los pueblos costeros. Sus fundadores, Pisit y Ploenjai Charnsnoh, conversaron durante meses con la gente y el imán del lugar para inspirar confianza y detectar las necesidades acuciantes. Excavaron juntos para abrir un pozo comunitario y crearon un programa cooperativo destinado a ayudar a los pescadores a comprar aparejos de pesca y motores para sus botes, vender la pesca diaria a precios justos de mercado y disminuir su dependencia respecto de los intermediarios. Establecieron un fondo rotatorio a fin de otorgar préstamos pequeños sin interés a los habitantes más pobres y más endeudados y ayudarlos a emprender proyectos que generaran ingresos, tales como la acuicultura en pequeña escala del mejillón, la ostra y el mero.

Mientras se llevaba a cabo todo esto, a los habitantes del lugar se les ocurrió la idea de recuperar los bosques tan degradados de manglares. Un grupo de personas creó una zona de conservación de bosques y praderas marinas de unas 95 hectáreas, la primera de su tipo en Tailandia, manejada por la comunidad. Vedaron la pesca en ciertas zonas, pusieron freno al uso de cianuro y

Los manglares –“selvas junto al mar”– abarcan un cuarto de la costa tropical y subtropical de la Tierra. Al ocupar dos mundos, como interfaz entre la tierra y el mar, son vitales para la sanidad de los ecosistemas costeros, que a su vez contribuyen a la sanidad de las pesquerías, y, de hecho, funcionan como criaderos de peces. Aumentan la capacidad de recuperación de las costas y las protegen de la erosión, las tormentas tropicales y los maremotos. Retienen los sedimentos que se desprenden de la tierra y evitan así que se atarquinen las praderas marinas y los arrecifes de coral. Y funcionan como un “supermercado” natural, ya que proveen a quienes dependen de ellos una variedad de materiales necesarios, por ejemplo, frutas, miel, otros alimentos, leña, plantas medicinales y material para la construcción. Pero, además, son uno de los hábitats más amenazados del mundo y su tasa de desaparición está aumentando a causa de la conversión de las tierras costeras con fines de desarrollo, la producción de carbón, el turismo y la polémica práctica de la acuicultura del camarón.

De 1975 a 1993, se perdió cerca de la mitad de los manglares ubicados a lo largo de los 2.560 kilómetros de costa de Tailandia. Esto tuvo consecuencias devastadoras en la provincia de Trang, por ejemplo, unos 800 kilómetros al sur de Bangkok, sobre la costa oeste del Mar de Andamán. Hasta el decenio de 1960, los pueblos costeros de esa región vivían principalmente de la pesca y dependían también de los manglares para obtener plantas medicinales y materiales como la paja para las viviendas y los aparejos de pesca. Más tarde, la mecanización de la pesca desencadenó una serie de efectos, que minaron sobremanera el capital natural y social de esos pueblos. Los grandes buques arrastreros comerciales infringían la zona costera, de 3 km de longitud, donde pescaban los pobladores. Sus aparejos y métodos destructivos causaban daños a los arrecifes de coral, raspaban el fondo marino y ahuyentaban a los peces jóvenes, que aún no se habían reproducido, pero los habitantes del pueblo temían hacerles frente. Casi al mismo tiempo, se abrieron los bosques de manglares a los concesionarios, que empezaron a desmontarlos para producir carbón. Algunos de los habitantes más pobres no pudieron más que aceptar trabajos mal remunerados, ya fuera desmontando manglares para los concesionarios o en los buques arrastreros comerciales, destruyendo su propia base de recursos naturales. Los lugareños también empezaron a desmontar los manglares ellos mismos, pensando “si no los desmonto yo, los desmontará otro”. Las mujeres empezaron a buscar trabajo

comunidad y el medio ambiente locales de un círculo vicioso y los insertó en un círculo virtuoso. La tendencia pasó de la destrucción a la recuperación y la sostenibilidad. La invasión de los recursos comunitarios a manos de los intereses comerciales –la mecanización de la pesca y la llegada de los concesionarios del carbón, que se dieron casi simultáneamente– fue un punto de inflexión negativo que dejó a la gente atrapada en un círculo vicioso de recursos cada vez más escasos y una carrera cada vez más frenética por obtener lo poco que quedaba. Las perspectivas parecían tan poco alentadoras que la recuperación habría parecido un sueño imposible.

Pero todo se revirtió, y se generó un círculo virtuoso cuando los pueblos empezaron a crear praderas marinas y bosques comunitarios de manglares. Empezó a restaurarse la pesquería, y los manglares volvieron a dar productos útiles, y se consolidó así el compromiso de la comunidad con la protección y la gestión de esos recursos. Con redes y trampas simples de madera, los niños pueden ganar ahora entre 250 y 300 baht en una sola tarde vendiendo los cangrejos que capturan en los manglares, cifra que equivale a lo que se solía ganar en un día entero de trabajo talando árboles de los manglares para los concesionarios. En lugar de quedar atrapados en el ciclo del agotamiento, los habitantes quedaron atrapados en un ciclo de conservación, ya que los incentivos financieros para preservar los manglares superan ahora los incentivos para destruirlos. En el mismo sentido, según un estudio que se realizó con 500 familias de 1991 a 1994, la captura total de peces creció un 40%. Y mientras los pescadores pasaban entre 3 y 4 horas menos en sus botes en lugar de estar tanto tiempo en el mar, sus ingresos netos aumentaron un 200%. Podían volver con los botes llenos sin usar dinamita ni redes de empuje. Las poblaciones de peces se recuperaban con más rapidez, cosa que les facilitaba aún más el trabajo. Y un mejor ingreso significaba que había menos necesidad de emigrar de los pueblos.

Los puntos de inflexión ecológica como este ofrecen un nuevo paradigma para la restauración de la comunidades, tanto naturales como humanas. Los enfoques convencionales de los problemas ecológicos –desde la microgestión fragmentada hasta la reglamentación vertical, pasando por las soluciones tecnológicas– suelen fallar. Pero si se accionan las palancas adecuadas, se puede recuperar el medio ambiente y las comunidades utilizando las mismas fuerzas que los ponen en peligro. PNUMA

dinamita, y prohibieron las redes de empuje. Volvieron a plantarse zosteras y algas marinas en una laguna litoral y

plantones de manglares en las zonas degradadas del bosque.

Hoy hay cerca de diez bosques de ese tipo, que ocupan entre 12 y 700 hectáreas, y cada uno está dirigido por el grupo de aldeas que lo rodea o depende de él. Si bien cada uno tiene sus propias normas de administración, en ninguno se permite la cría de camarones dentro de los límites de la zona forestal porque todos concuerdan en que ponen en peligro los manglares. Con los años, los bosques han empezado a regenerarse y, por consiguiente, han revivido las pesquerías. En 1992, Yadfon cofundó el Proyecto de Acción por los Manglares, red internacional integrada por unos 800 grupos y académicos conservacionistas de 60 países que trabajan para promover la conservación de los manglares.

La creación de los bosques comunitarios y proyectos conexos empezó a modificar las actitudes de los lugareños que habían olvidado las formas tradicionales de trabajar juntos y los ayudó a redescubrir el sentido del compromiso, la solidaridad y la confianza. A medida que crecía su unidad, empezaron a surgir líderes y a brillar nuevos talentos. Gracias a los logros alcanzados, los habitantes del lugar se convencieron de que podían ayudarse a sí mismos en vez de verse como víctimas de un sistema injusto y esperar que el gobierno acudiera a su rescate. La creación de bienes hizo que sintieran sus recursos comunes como propios y los incentivó a unirse para proteger esos recursos de los intereses ajenos. Invertir en su futuro los motivó a luchar por él. Los pescadores empezaron a hacer frente a los buques arrastreros que infringían la zona costera de 3 km de longitud y presionaron al gobierno para que exigiera que la respetasen. Y cuando una empresa local vertió aceite de palma venenoso en un curso de agua del lugar, los pobladores llevaron el asunto ante las autoridades provinciales y, finalmente, obligaron a la empresa a que pagara una indemnización.

Así, la creación de los bosques de manglares fue un punto de inflexión ecológica: una palanca que accionó una catarata de efectos de gran alcance, sacó a la

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22 NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO

por Sandra Bessudo

laboratorio viviente

Nuestro planeta es un planeta oceánico: el 70% está cubierto de mares y es en ellos donde se originaron todas las formas de vida. Aun así, hemos hecho mucho menos para proteger el medio marino que para proteger la porción seca del planeta, que es mucho más pequeña. Mientras que casi el 13% de la superficie terrestre de la Tierra está cubierta de zonas protegidas por designación oficial, menos del 0,6% de los océanos se protegen de esa manera, ni siquiera por escrito. Y el WWF estima que menos del 10% de esas zonas marinas protegidas alcanzan sus metas y objetivos de ordenación en la práctica. Los dirigentes que asistieron a la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002, celebrada en Johannesburgo, resolvieron afrontar este problema y se comprometieron a incrementar la cantidad de zonas marinas protegidas y establecer redes conformadas por esas zonas.

Durante los últimos 12 años, Colombia ha protegido y ordenado su extraordinaria isla Malpelo y las aguas que la rodean. Cumbre de una cordillera submarina, que nace a los 4.000 metros por debajo de la superficie del océano Pacífico –unos 490 kilómetros al oeste del puerto de Buenaventura–, la masa rocosa de la isla se eleva unos 90 metros por sobre el nivel del mar. Fue declarada Santuario de Flora y Fauna por el Sistema de Parques Nacionales de Colombia en 1995, y al año siguiente se agregaron seis millas de océano que la rodean. Por último, en 2005, la zona marina protegida se extendió a 25 millas náuticas alrededor de la isla, con lo que se convirtió en la novena zona de veda más grande del mundo, con una superficie total de 8.575 kilómetros cuadrados.

Ha alcanzado un alto grado de reconocimiento internacional. En 2002, la Organización Marítima Internacional declaró la zona marina protegida “zona sensible especial”. BirdLife y el Instituto Alexander Von Humboldt declararon el Santuario zona de importancia ornitológica y la UNESCO, patrimonio mundial en julio de 2006.

Malpelo es un laboratorio viviente natural, tal como han demostrado varios estudios internacionales y nacionales. Desde 1998, el Sistema de Parques Nacionales de Colombia –con el apoyo directo de la Armada de Colombia y la Fundación Malpelo– han llevado a cabo expediciones anuales para estudiar y vigilar especies y ecosistemas de importancia local, regional y mundial. Desde 1985, cuando la Armada de Colombia abrió un puesto en la isla con fines de vigilancia y protección de la soberanía, el gobierno ha tenido presencia permanente allí.

A primera vista, la isla quizá parezca yerma, pero alberga una fauna muy especial que está bien adaptada a su sustrato rocoso. El ecosistema terrestre depende de los nutrientes que provienen del mar, del guano que producen las aves marinas y de su escasa vegetación. Al menos cuatro especies terrestres son endémicas: una de cangrejo, una de geco y dos de lagartija. También alberga una de las colonias de cría de alcatraces de Nazca más grandes del mundo –con un tercio de la población total del ave marina– y otras especies de alcatraces, melvas, aves tropicales, petreles y gaviotas. Algunas de las especies son migratorias y se encuentran en peligro por la destrucción del hábitat, la pesca excesiva y la contaminación.

Los mares que rodean la isla contienen al menos 17 especies de arrecifes de coral duros. Aunque sus formaciones no son muy extensas, están muy bien preservadas y, dentro de sus duras paredes, albergan una fauna marina profusa. Varias especies de tiburones –como el tiburón martillo y el tiburón de Galápagos– nadan alrededor de la isla durante el día para alimentarse y, a su vez, para que las mariposas, lábridos y angelotes les saquen los parásitos de la piel en lo que se conoce como “estaciones de limpieza”. Se han observado alrededor de la isla grandes agrupamientos de más de 1.000 tiburones tollos, aunque todavía se desconoce el motivo. Además, Malpelo es uno de los únicos lugares del mundo donde se puede observar en su ambiente natural al tiburón solrayo, que se acerca a la isla durante los primeros meses del año, cuando el agua está más fría. Los buceadores suelen encontrarse con tiburones ballenas, mantarrayas gigantes y varias especies de tortugas marinas, y junto con los fotógrafos, consideran que Malpelo es uno de sus destinos preferidos del mundo.

Por desgracia, el Santuario enfrenta varias amenazas. La más importante –y la más difícil de controlar– es la pesca ilegal. Hay buques colombianos y extranjeros que patrullan la zona y entran al Santuario, lo que causa un enorme daño porque se lleva cientos de tiburones y atunes, y amenazan con su conducta irresponsable a las especies durante ciclos de vida muy sensibles. En la zona también se realizan actividades pesqueras industriales sin control alguno, por lo que las comunidades de tiburones, marlines, atunes y delfines se ven gravemente perjudicadas. Cuando no se maneja como corresponde, el turismo también puede afectar los ecosistemas, que suelen tener gran importancia biológica y son muy vulnerables.

La Unidad de Parques Nacionales de Colombia, la Armada de Colombia, Conservation International y la Fundación Malpelo/MarViva se han unido para elaborar proyectos de conservación del Santuario. Uno de los más importantes y efectivos es la puesta a punto de un bote, que ya ha contribuido enormemente al patrullaje y la vigilancia de la zona. La Fundación también está trabajando en un proyecto de telemetría acústica y satelital de avanzada para determinar los movimientos de los tiburones, con el que se han obtenido resultados muy prometedores que muestran los movimientos de los tiburones martillos en la región oriental del Pacífico tropical.

Hace tres años, los cuatro países de esa región suscribieron a una iniciativa regional que vinculaba siete zonas marinas protegidas: los Parques Nacionales Coco y Baulas, de Costa Rica; el Parque Nacional Coiba, de Panamá; el Parque Nacional Galápagos, de Ecuador; y el Parque Nacional Gorgona, así como el Malpelo, de Colombia. Esa iniciativa apunta principalmente a conservar los procesos ecológicos, tanto a nivel local como regional, así como a generar una gestión política efectiva que garantice la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la protección de las especies, en especial las que están en peligro. PNUMA

NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO 23

personasEn Kurdistán, se están plantando 250.000 árboles para la Campaña de los Mil Millones de Árboles gracias a SAADIyAh hASSooN, ingeniera química y ambientalista de Iraq. Ex directora del departamento de protección

ambiental del ministerio iraquí de la industria, la Sra. Hassoon fundó luego la ONG llamada “Juntos para proteger a los seres humanos y el medio ambiente”, que organizó la plantación de más de 6.000 árboles en escuelas y orfanatos de Bagdad. Su proyecto actual –cuyo lema reza “Plantar árboles es un símbolo de paz”– se volvió más ambicioso cuando el ministerio kurdo de agricultura acordó facilitar 250.000 plantones. Los ministerios kurdos de medio ambiente, educación y defensa también están ayudando con los costos y la logística del proyecto, así como lo están haciendo Greenpeace, la unión de Kirkuk para la agricultura y el periódico local Alsabah Aljadeed. Mientras que la situación política de Iraq sigue siendo inestable, el admirable impulso que ha cobrado esta campaña puede interpretarse como un signo de que plantar árboles quizá sea la semilla de la paz y la cooperación, incluso en los rincones más conflictivos del mundo.

El bahamés DoN CooPER ha sido designado nuevo Secretario Ejecutivo del Convenio de

Estocolmo y Secretario Ejecutivo Adjunto del Convenio de Rotterdam. Tras haber participado como representante del Gobierno de las Bahamas en las negociaciones de varios acuerdos internacionales desde principios del decenio de 1980, desde hace algún tiempo el Sr. Cooper es miembro del Consejo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial en representación de los países del Caribe. También fue miembro de la Mesa del 23º período de sesiones del Consejo de Administración/Foro Ambiental Mundial a Nivel Ministerial. El Sr. Cooper tiene amplia experiencia como dirigente y administrador, y ha demostrado determinación y capacidad para dar prioridad al medio ambiente no sólo en el programa del Caribe. Asumió su nuevo puesto en la secretaría de los convenios de Estocolmo y Rotterdam el 1º de noviembre.

El 12 de octubre, RAjENDRA PAChAURI, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se enteró de que su organización había sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz de 2007, junto con el ex vicepresidente de los

Estados Unidos, Al Gore. “No lo puedo creer. Estoy muy emocionado”, dijo. “En realidad, es la comunidad científica la que contribuye con la labor del IPCC y los gobiernos que apoyan la labor del IPCC los verdaderos merecedores de esta distinción.” El Grupo recibió el premio “por sus esfuerzos por construir y diseminar más conocimientos sobre el cambio climático provocado por el hombre y sentar las bases de las medidas que se necesitan para contrarrestar ese cambio”. Bajo la dirección del Sr. Pachauri, la principal autoridad del mundo en materia de calentamiento de la atmósfera ha elaborado una serie de informes cada vez más desalentadores sobre el estado del planeta y ayudó así a poner el cambio climático en el corazón del debate público. Cuando anunció el premio, el Comité del Premio Nobel encomió al IPCC por crear “un consenso fundamentado aún más amplio

sobre la relación entre las actividades humanas y el calentamiento de la atmósfera”. Asimismo, el Sr. Pachauri es director fundador del Instituto para la Energía y los Recursos, importante centro de investigación ambiental de la India.

LEoNARDo DICAPRIo es la última de las estrellas de Hollywood que se unió a la lucha por el medio ambiente. Haciendo eco de la preocupación que generó “Una verdad incómoda”, de Al Gore, su película “La última hora” documenta los graves problemas que enfrenta el medio ambiente,

desde el calentamiento de la atmósfera a la deforestación y la extinción de especies. El documental, que fue escrito, producido y narrado por el Sr. DiCaprio, pide a la gente que reoriente la actividad humana mundial a través de la tecnología, la conservación y la responsabilidad social. Participan en él decenas de pensadores y ambientalistas destacados de todo el mundo, incluidos Stephen Hawking, la ganadora del premio Nobel Wangari Maathai y los Campeones de la Tierra del PNUMA Mikhail Gorbachev y Sheila Watt-Cloutier.

ToMMy REMENGESAU, jR., Presidente de Palau, ha diseñado un programa ambiental enérgico para preservar la isla del Pacífico de la invasión del cambio climático: el gobierno de su país ha destinado el 20% de la superficie del país y el 30% del océano cercano a la costa para su conservación. El Sr. Remengesau afirma que las islas del Pacífico ya están experimentando el calentamiento de la atmósfera –con la decoloración de los corales, el aumento del nivel del mar y la sequía– y está pidiendo a las islas de toda la región que se unan a la lucha. “Es cuestión de tiempo. Tiempo para que todos los dirigentes del Pacífico den prioridad a la conservación”, dijo a 20 dirigentes de Estados insulares en

una Conferencia de Dirigentes de las Islas del Pacífico celebrada en mayo. Varios de los Estados insulares que limitan con Palau, incluidas las islas Marshall y Micronesia, ya han adoptado el programa.

La Presidenta de Chile, MIChELLE BAChELET, acompañó hace poco al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, en un viaje a la base de investigación chilena de la Antártida con el propósito de observar directamente los efectos del calentamiento

de la atmósfera, viaje que llevó al Sr. Ki-Moon a hacer un vigoroso llamamiento a la acción para combatir el cambio climático. Además de ser una de las primeras mujeres que dirigió uno de los países latinoamericanos más grandes, la Sra. Bachelet aporta una mayor conciencia de los problemas ambientales y sociales. Ha dado gran prioridad a la pobreza en su plan de gobierno y suscribió diez acuerdos con reconocidos dirigentes ecológicos chilenos en el marco de su campaña presidencial. Durante la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el cambio climático celebrada en septiembre, la Sra. Bachelet comparó nuestro planeta con una isla en el universo. “Podemos destruirlo”, dijo a los 80 jefes de Estado presentes en la reunión, “o salvarlo”.

24 NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO

Todos los años, la revista Time publica un número doble que rinde homenaje a los “héroes” del año, es decir, personas de distintos ámbitos que han dejado su huella en el mundo. El tema de este año fue “Héroes del medio ambiente”, en reconocimiento a los “actores más innovadores e influyentes en la protección del planeta”. En palabras de michael Elliott, editor de Time: “Este no ha sido un año cualquiera: en 2007, las cuestiones relacionadas con el medio ambiente –agotamiento de especies, contaminación del aire y el agua y, lógicamente, el cambio climático– han entrado por la fuerza en nuestros debates, ya sea durante la cena a la mesa familiar o en las conferencias donde se reúnen los líderes de todo el mundo”. Los 42 candidatos van desde los más obvios hasta los menos conocidos y las categorías comprenden desde los “líderes y visionarios” a los “activistas” y los “científicos e innovadores”. Entre los nombres conocidos se cuentan Wangari maathai, Al Gore y el Príncipe Carlos, pero la lista incluye muchas personas que son candidatos por primera vez a un premio ambiental, tales como Karl Ammann (fotógrafo y defensor de los grandes simios), Abul Hussam (químico que creó un modo de purificar el agua contaminada con arsénico) y Olga Tsepilova (activista ecológica rusa). Aparecen figuras “ecológicas” de larga data, como Robert Redford, junto a opciones menos ortodoxas, como el empresario británico Richard Branson y el multimillonario de la energía solar Shi Zhengrong. Las candidaturas también premian a las grandes empresas, así como a los movimientos de base comunitaria: cumplieron los requisitos tanto el equipo de diseño de Toyota Prius como el grupo de préstamo sin fines de lucro creado por dos músicos de rock japoneses para financiar proyectos inocuos para el medio ambiente. http://www.time.com

premios y eventos

Los premios Green Awards del Reino Unido, creados en 2006, tienen por objeto reconocer la labor creativa destacada que comunique la importancia de la responsabilidad social de las empresas, el desarrollo sostenible y prácticas éticas óptimas en todos los sectores y en todas las disciplinas de comercialización. Pueden presentarse marcas que promuevan todo tipo de causa, desde el comercio justo y la energía renovable hasta la eficiencia de los recursos y la concienciación sobre desechos. El argumento es que dado que la comercialización es impulsora clave del crecimiento económico, está bien perfilada para convertirse en impulsora clave del crecimiento responsable. En el evento de este año, el Grand Prix fue para Honda, por la iniciativa ecológica de su equipo de Fórmula �. La campaña mostró en los automóviles del equipo de carrera una imagen llamativa de la Tierra, en vez de los habituales logotipos de los patrocinadores. La elección generó cierta polémica, lo que no sorprendió, dado que no suele considerarse que la Fórmula � merezca el aplauso de los ambientalistas. Sin embargo, los organizadores sostuvieron que el debate debe verse como una función positiva del ejercicio de concienciación. En efecto, un portavoz de Honda señaló que si el �% de los fanáticos de la Fórmula � optaran por bombillas que ahorran energía, el consiguiente ahorro de energía mitigaría las emisiones que produce el equipo de carrera de Honda durante tres temporadas. http://www.greenawards.co.uk

Los Premios por la protección del ozono en ocasión del vigésimo aniversario son un reconocimiento a la labor de personas, organizaciones y empresas para proteger la capa de ozono de la Tierra. Los entregan el PNUmA y las Partes en el Protocolo de montreal para premiar los aportes científicos a la comprensión del agotamiento del ozono, así como la aplicación de políticas y la concienciación sobre el ozono. Una categoría interesante es el Premio a la concienciación pública, un reconocimiento a “la labor destacada por concienciar al público sobre el problema del agotamiento de la capa de ozono y los esfuerzos mundiales por solucionarlo”. Entre los laureados se cuenta el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, por su “alto grado de compromiso con la utilización de los preparativos para los Juegos Olímpicos como oportunidad de promover la protección de la capa de ozono y el uso de equipos inocuos para el ozono”. Entre los otros ganadores de esa categoría se incluyen el Banco de maharashtra, de la india, por sus “publicidades innovadoras del día del ozono”; el Consejo del Cáncer, de Australia, por su campaña titulada “Slip, Slop, Slap”, destinada a informar al público australiano sobre cómo reducir la exposición a la radiación ultravioleta; y la dependencia Nacional del Ozono de Níger.http://ozone.unep.org/20th_Anniversary/index.shtml

En 200�, la Asamblea General declaró el 6 de noviembre Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados. Este fue un claro mensaje de que los daños causados al medio ambiente en tiempos de conflicto armado siguen afectando los ecosistemas y los recursos naturales mucho después de terminado el conflicto y a menudo se extienden más allá de los límites de los territorios nacionales y de la generación actual. En su mensaje para el evento de este año, Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, dijo: “Tener en cuenta consideraciones ecológicas es fundamental si queremos evitar problemas ambientales de largo plazo que pueden minar la seguridad y el desarrollo y conducir a más ciclos de conflicto y desplazamiento”. La Subdivisión de Gestión de desastres y Situaciones posteriores a Conflictos del PNUmA, con sede en Ginebra, trabaja en regiones del mundo donde el medio ambiente sufre el impacto de los conflictos y desastres o es un factor que contribuye al conflicto. En la actualidad, el PNUmA está trabajando con el gobierno de la República democrática del Congo y varios asociados de las Naciones Unidas para mitigar los efectos de los desplazamientos en la región oriental del país, donde hace poco se han establecido varios campos en la frontera del Parque Nacional Virunga, Sitio del Patrimonio mundial que alberga la mitad de la población restante total de gorilas de montaña. http://www.un.org/depts/dhl/environment_war/index.html

héroes del medio ambiente

green awards

día Internacional para la prevención de la

explotación del medio ambiente en la guerra y los

conflictos armados

27º período de sesiones del IPCC

premios por la protección del ozono en ocasión del

vigésimo aniversario

En noviembre, un grupo de científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), galardonado con un premio Nobel, se reunió en Valencia con el fin de especificar ciertas recomendaciones clave para los responsables de tomar decisiones antes de la reunión sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en la ciudad de Bali. El informe de 23 páginas que se elaboró durante esa reunión es una síntesis de tres informes del iPCC publicados unos meses antes y, hasta ahora, la advertencia más dura del iPCC sobre el cambio climático. En el documento, producto de cinco días de deliberaciones entre los científicos, se llega a la conclusión de que hoy en día las pruebas del calentamiento de la atmósfera son “inequívocas” y los efectos sobre el sistema climático podrían ser “abruptos o irreversibles”. Se prevé que un aumento de la temperatura de la Tierra de �,5 a 2,5º C pondrá en peligro entre el 20 y el 30% de la flora y fauna del planeta y que unos 75 a 250 millones de habitantes de África se verán afectados por déficits de agua para 2020. El informe ha dado lugar a un llamamiento de las Naciones Unidas a los políticos para que tomen de una vez la iniciativa y aborden la amenaza del cambio climático. www.ipcc.ch

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26 NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO

Los problemas que genera la contaminación de los mares distan mucho de ser nuevos, como lo demuestran las fechas de derrames importantes de petróleo entre los que se cuentan los de Amoco Cádiz (1978), Exxon Valdez (1989), Erika (1999) y Prestige (2002). Lo que probablemente sea nuevo es que, a diferencia de esos sucesos de contaminación, los problemas más recientes, tales como el agotamiento de determinadas poblaciones de peces por la sobreexplotación o la elevación del nivel del mar como consecuencia del cambio climático, son globales y tienen repercusiones universales.

El derecho internacional está relativamente bien preparado para tratar estos problemas. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1982, destina su Parte XII a la “Protección y preservación del medio marino”. Entre otras obligaciones, exige a los Estados que tomen las medidas nacionales e internacionales necesarias para prevenir, vigilar, reducir y controlar la contaminación procedente de fuentes terrestres, actividades relativas a los fondos marinos, el vertimiento, los buques y la atmósfera. La Convención también establece normas relativas a la conservación de los recursos vivos de la alta mar y la zona económica exclusiva, y asigna obligaciones a los Estados del pabellón.

A diferencia de muchos otros tratados internacionales, la Convención también prevé un mecanismo obligatorio para la solución de controversias relativas a su interpretación o aplicación. A petición de un Estado Parte, las controversias

relativas a la Convención pueden someterse a un tribunal o corte internacional, con sujeción a ciertas limitaciones y excepciones opcionales. No obstante, los Estados Partes pueden elegir libremente uno o varios de los medios siguientes para la solución de controversias: el Tribunal Internacional del Derecho del Mar (institución judicial establecida en virtud de la Convención, con sede en Hamburgo, compuesta por 21 jueces que son expertos en derecho del mar y elegidos por los Estados Partes), la Corte Internacional de Justicia, tribunales arbitrales o tribunales arbitrales especiales. Las Partes en una controversia pueden someter una causa al Tribunal a través de un acuerdo especial o una petición unilateral si ambos han hecho una declaración en ese sentido, que se deposita en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. De lo contrario, el mecanismo obligatorio de que disponen las partes en la controversia es el arbitraje, aunque, a diferencia del procedimiento con recurso al Tribunal, el arbitraje genera costos.

Los Estados aún no han hecho un uso extensivo de la gran cantidad de normas ambientales de la Convención en el litigio internacional. Hasta el momento, el Tribunal ha tratado en su mayoría problemas ambientales relacionados con el medio marino en el contexto de procedimientos de medidas provisionales, hasta la constitución de un tribunal arbitral, procedimiento específico que se puede utilizar cada vez que se entablan acciones arbitrales. Como la constitución de un tribunal de esas características puede demorar varios meses, mientras tanto quizá sea necesario preservar los derechos respectivos de las partes en la controversia

o impedir que se causen daños graves al medio marino. Así, a petición de una de las partes, el Tribunal puede decretar medidas provisionales. A la fecha, se han presentado las siguientes causas sobre esa base:

Los casos del atún de aleta azul del sur, presentados por Nueva Zelandia y Australia contra el Japón en 1999, se relacionaban con una controversia por las medidas de conservación de las poblaciones de atún de aleta azul del sur y la asignación de cuotas de captura;

En 2001, Irlanda presentó el caso relativo a la planta de combustible de mezcla de óxidos contra el Reino Unido, que versaba sobre las consecuencias nocivas que podía tener para el mar de Irlanda la apertura de la planta de combustible de mezcla de óxidos en la central nuclear de Sellafield;

En 2003, Malasia presentó la Causa relativa a la reclamación de tierras por Singapur en el Estrecho de Johor y sus alrededores contra Singapur ante el Tribunal. Esta causa se refería al supuesto perjuicio que causaba la reclamación de tierras por parte de Singapur a los derechos de Malasia y al medio ambiente.

También está pendiente de resolución ante el Tribunal un caso entre Chile y la Comunidad Europea relativo a la explotación del pez espada: Chile sostiene que la Comunidad Europea no garantizó que los buques pesqueros europeos

cumplieran sus obligaciones dimanantes de la Convención en lo que respecta a la conservación de las poblaciones de pez espada.

Dada la atención que han recibido los problemas ambientales, cabe esperar que en el futuro se presenten más casos sobre cuestiones relacionadas con la contaminación o las pesquerías ante el Tribunal o una de sus salas. Las partes potenciales en una controversia relacionada con el medio marino deberían tener en cuenta los siguientes elementos:

Suele expresarse una preocupación legítima por la duración de los procedimientos internacionales. La práctica del Tribunal –que se pronuncia en procedimientos urgentes dentro del mes siguiente a su constitución– demuestra que los casos en los que entiende se tratan con rapidez. Esto subraya la función útil que podría desempeñar, en especial cuando se compara con las complejidades de los procedimientos relativos a reclamaciones ambientales internacionales presentadas ante los tribunales municipales: los tribunales estadounidenses demoraron 12 años en pronunciarse sobre el caso del Amoco Cádiz.

Los procedimientos de medidas provisionales pueden resultar de particular interés a los Estados que enfrentan problemas de contaminación ambiental que implican daños graves al medio marino. Los ejemplos quizás estén relacionados con medidas urgentes de descontaminación o mitigación, o con medidas imparciales destinadas a evaluar el alcance del daño ambiental.

cuestiones de opiniónpor Philippe Gautier

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Los problemas que genera la contaminación de los mares distan mucho de ser nuevos, como lo demuestran las fechas de derrames importantes de petróleo entre los que se cuentan los de Amoco Cádiz (1978), Exxon Valdez (1989), Erika (1999) y Prestige (2002). Lo que probablemente sea nuevo es que, a diferencia de esos sucesos de contaminación, los problemas más recientes, tales como el agotamiento de determinadas poblaciones de peces por la sobreexplotación o la elevación del nivel del mar como consecuencia del cambio climático, son globales y tienen repercusiones universales.

El derecho internacional está relativamente bien preparado para tratar estos problemas. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1982, destina su Parte XII a la “Protección y preservación del medio marino”. Entre otras obligaciones, exige a los Estados que tomen las medidas nacionales e internacionales necesarias para prevenir, vigilar, reducir y controlar la contaminación procedente de fuentes terrestres, actividades relativas a los fondos marinos, el vertimiento, los buques y la atmósfera. La Convención también establece normas relativas a la conservación de los recursos vivos de la alta mar y la zona económica exclusiva, y asigna obligaciones a los Estados del pabellón.

A diferencia de muchos otros tratados internacionales, la Convención también prevé un mecanismo obligatorio para la solución de controversias relativas a su interpretación o aplicación. A petición de un Estado Parte, las controversias

relativas a la Convención pueden someterse a un tribunal o corte internacional, con sujeción a ciertas limitaciones y excepciones opcionales. No obstante, los Estados Partes pueden elegir libremente uno o varios de los medios siguientes para la solución de controversias: el Tribunal Internacional del Derecho del Mar (institución judicial establecida en virtud de la Convención, con sede en Hamburgo, compuesta por 21 jueces que son expertos en derecho del mar y elegidos por los Estados Partes), la Corte Internacional de Justicia, tribunales arbitrales o tribunales arbitrales especiales. Las Partes en una controversia pueden someter una causa al Tribunal a través de un acuerdo especial o una petición unilateral si ambos han hecho una declaración en ese sentido, que se deposita en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. De lo contrario, el mecanismo obligatorio de que disponen las partes en la controversia es el arbitraje, aunque, a diferencia del procedimiento con recurso al Tribunal, el arbitraje genera costos.

Los Estados aún no han hecho un uso extensivo de la gran cantidad de normas ambientales de la Convención en el litigio internacional. Hasta el momento, el Tribunal ha tratado en su mayoría problemas ambientales relacionados con el medio marino en el contexto de procedimientos de medidas provisionales, hasta la constitución de un tribunal arbitral, procedimiento específico que se puede utilizar cada vez que se entablan acciones arbitrales. Como la constitución de un tribunal de esas características puede demorar varios meses, mientras tanto quizá sea necesario preservar los derechos respectivos de las partes en la controversia

o impedir que se causen daños graves al medio marino. Así, a petición de una de las partes, el Tribunal puede decretar medidas provisionales. A la fecha, se han presentado las siguientes causas sobre esa base:

Los casos del atún de aleta azul del sur, presentados por Nueva Zelandia y Australia contra el Japón en 1999, se relacionaban con una controversia por las medidas de conservación de las poblaciones de atún de aleta azul del sur y la asignación de cuotas de captura;

En 2001, Irlanda presentó el caso relativo a la planta de combustible de mezcla de óxidos contra el Reino Unido, que versaba sobre las consecuencias nocivas que podía tener para el mar de Irlanda la apertura de la planta de combustible de mezcla de óxidos en la central nuclear de Sellafield;

En 2003, Malasia presentó la Causa relativa a la reclamación de tierras por Singapur en el Estrecho de Johor y sus alrededores contra Singapur ante el Tribunal. Esta causa se refería al supuesto perjuicio que causaba la reclamación de tierras por parte de Singapur a los derechos de Malasia y al medio ambiente.

También está pendiente de resolución ante el Tribunal un caso entre Chile y la Comunidad Europea relativo a la explotación del pez espada: Chile sostiene que la Comunidad Europea no garantizó que los buques pesqueros europeos

cumplieran sus obligaciones dimanantes de la Convención en lo que respecta a la conservación de las poblaciones de pez espada.

Dada la atención que han recibido los problemas ambientales, cabe esperar que en el futuro se presenten más casos sobre cuestiones relacionadas con la contaminación o las pesquerías ante el Tribunal o una de sus salas. Las partes potenciales en una controversia relacionada con el medio marino deberían tener en cuenta los siguientes elementos:

Suele expresarse una preocupación legítima por la duración de los procedimientos internacionales. La práctica del Tribunal –que se pronuncia en procedimientos urgentes dentro del mes siguiente a su constitución– demuestra que los casos en los que entiende se tratan con rapidez. Esto subraya la función útil que podría desempeñar, en especial cuando se compara con las complejidades de los procedimientos relativos a reclamaciones ambientales internacionales presentadas ante los tribunales municipales: los tribunales estadounidenses demoraron 12 años en pronunciarse sobre el caso del Amoco Cádiz.

Los procedimientos de medidas provisionales pueden resultar de particular interés a los Estados que enfrentan problemas de contaminación ambiental que implican daños graves al medio marino. Los ejemplos quizás estén relacionados con medidas urgentes de descontaminación o mitigación, o con medidas imparciales destinadas a evaluar el alcance del daño ambiental.

cuestiones de opiniónpor Philippe Gautier

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El Tribunal ha prestado mucha atención en su jurisprudencia a los derechos procesales de los Estados y tomado medidas para preservarlos. Esto atañe, por ejemplo, al deber de una parte de divulgar información sobre una actividad potencialmente perjudicial o de cooperar en la evaluación del riesgo de que ocurra.

Cuando los sucesos de contaminación provocan daños a una gran cantidad de personas privadas, es posible que los Estados se nieguen a iniciar un litigio internacional porque el derecho internacional exige que las víctimas privadas agoten primero los recursos disponibles ante los tribunales del Estado que supuestamente provocó el daño. No obstante, esto no se aplica en aquellos casos en que la contravención del derecho internacional se relaciona con un derecho que corresponde directamente al Estado solicitante. En los casos en que un Estado ribereño enfrenta daños graves a su medio marino –con consiguiente perjuicio a un grupo de individuos–, cabe sostener que la reclamación internacional se relaciona con una contravención de su propio derecho: sería verdaderamente poco realista exigir a cientos o miles de víctimas que primero iniciaran acciones ante los tribunales locales extranjeros para luego interponer la demanda ante un tribunal internacional.

El Tribunal tiene competencia para conocer no sólo de las controversias relacionadas con la Convención, sino también de aquellas relacionadas con todo

otro acuerdo que le dé jurisdicción. Así, los Estados tienen la opción de incluir disposiciones que confieran jurisdicción al Tribunal en sus acuerdos, incluidos los que se refieran a cuestiones ambientales o relativas a las pesquerías. También se puede sostener que un acuerdo especial de esa naturaleza podría abarcar asimismo acuerdos suscritos entre Estados y entidades privadas (tales como sociedades de clasificación o empresas de seguros) con el fin de evaluar, por ejemplo, cuánto daño causó un siniestro.

Por último, el Tribunal está habilitado para emitir opiniones consultivas, y quizá las Partes prefieran solicitarlas a someter una controversia a su autoridad. Solicitar una opinión –que podría emitirse con carácter de urgente– podría ayudarlas a hallar una solución a través de negociaciones u otros medios. Por ejemplo, un Estado que enfrente un suceso grave de contaminación podría presentar una solicitud para determinar qué reclamaciones podrían admitirse.

Nunca está de más destacar la necesidad de proteger y preservar el medio marino. La función patente que desempeña ya la Convención al garantizar que los Estados dispongan de un mecanismo vinculante de solución de controversias que promueva la solución pacífica pone de relieve la importancia del papel que podría jugar el Tribunal en la resolución de las controversias futuras relacionadas con el ambiente marino. PNUMA

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Allí fueradía de acción de los blogsEl �5 de octubre, 20.600 blogs de todo el mundo escribieron sobre temas relacionados con el medio ambiente como parte de la primera edición del día de acción de los blogs, iniciativa que contó con la colaboración del PNUmA. Participaron diecinueve de los “�00 principales blogs de Technorati”, incluidos mashable, Treehugger y el blog oficial de Google. El Comisario de medio Ambiente de la UE, Stavros dimas, blogger también, participó “chateando” por internet en vivo al mismo tiempo que se celebraba el día de acción de los blogs.

www.ecotippingpoints.comEl sitio web de ecotippingpoints incluye casi �00 casos exitosos de todo el mundo relacionados con el medio ambiente y recopilados por un equipo de científicos y periodistas. Los casos difieren bastante en los detalles, pero tienen una característica importante en común: una “palanca” a la que se denomina “punto de inflexión ecológica”, es decir, un proceso basado en la comunidad que revierte el deterioro del medio ambiente y lo convierte en un ciclo de restauración y sostenibilidad. El sitio web presenta la experiencia adquirida a partir de los casos y, al mismo tiempo, explica cómo funcionan los puntos de inflexión ecológica y qué se necesita para generarlos.http://green-blog.org/

Green Blog es un blog ambientalista escrito por varios autores que proporciona noticias, asesoramiento y perspectivas ecológicas de todo el mundo. incluye secciones tales como “Consumidor ecológico”, “Negocios y política”, “La cita ecológica de la semana” y una categoría titulada “¡Actúa!”.

Medio marino: Enlaces útiles

Esta página contiene vínculos a sitios web de gobiernos, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, empresas, medios de comunicación y otros grupos de todo el mundo para ayudarlo en la búsqueda de información sobre el medio marino. Hemos recopilado estos vínculos luego de revisar una gran cantidad de información disponible en internet, para ayudarlo a encontrar las fuentes más importantes para su búsqueda. Sin embargo, la revista Nuestro Planeta no suscribe los puntos de vista de ninguno de los grupos cuyos vínculos proporciona, y no podemos garantizar la exactitud de la información publicada en estos sitios. más bien, deseamos proporcionarle una amplia variedad de opiniones y perspectivas.

Organismos internacionales

www.imo.orgLa Organización marítima internacional, que se reunió por primera vez en �959, fue creada con el fin de elaborar y mantener un marco reglamentario amplio para el transporte marítimo. Actualmente, su cometido incluye la seguridad, cuestiones ambientales, cuestiones jurídicas, cooperación técnica, seguridad marítima y la efectividad del transporte marítimo.

http://www.cms.int/ La Convención sobre la Conservación de las Especies migratorias de Animales Silvestres es un tratado intergubernamental que aspira a conservar la vida y los hábitats silvestres a escala mundial.

www.un.org/depts/los/doalos_activities/about_doalos.htmLa división de Asuntos Oceánicos y del derecho del mar de las Naciones Unidas informa a la Asamblea General sobre cuestiones relacionadas con el derecho del mar y los asuntos oceánicos. También formula recomendaciones a la Asamblea y otros foros intergubernamentales dedicados a promover una mejor comprensión de la Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar.

www.fao.orgEl sitio web del departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO contiene información sobre estadísticas pesqueras, utilización del pescado, comercio y pesquerías, ordenación pesquera, ecosistemas e investigación sobre pesquerías.

www.ioc.unesco.orgLa Comisión Oceanográfica intergubernamental (COi) de la UNESCO facilita a los Estados miembros de las Naciones Unidas un mecanismo fundamental de cooperación mundial en el estudio de los océanos. Ayuda a los gobiernos a

hacer frente a sus problemas individuales y colectivos en materia de océanos y costas mediante el intercambio de conocimientos, información y tecnología y la coordinación de los programas nacionales.

http://www.coastalmanagement.com/Coastal Zone management (CZm) es una empresa con sede en Australia que presta servicios de consultoría centrados en la ordenación de la zona costera. Entre sus clientes se cuentan la Oficina Nacional de los Océanos de Australia, la municipalidad de dubai, el ministerio del interior de Taiwán y la secretaría de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con sede en Bonn (Alemania).

de un océano a otro

www.ccamlr.org Antártida: El sitio web de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos marinos Antárticos, que tiene por objeto conservar la vida marina del Océano Glacial Antártico.

www.pame.is Ártico: información sobre el Programa de protección del medio marino ártico, que, según su mandato, se ocupa de las cuestiones normativas y las medidas no urgentes de prevención y control de la contaminación para la protección del medio marino ártico frente a actividades terrestres y marítimas.

www.helcom.fimar Báltico: La Comisión de Helsinki o HELCOm trabaja para proteger el medio marino del Báltico de todas las fuentes de contaminación mediante la cooperación intergubernamental entre Alemania, la Comunidad Europea, dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Polonia, Rusia y Suecia.

www.blacksea-commission.org mar Negro: La Comisión del mar Negro proporciona conocimientos técnicos e información sobre la protección del mar Negro frente a la contaminación, la conservación de la diversidad biológica y la ordenación pesquera.

www.ospar.org Nordeste Atlántico: El sitio web oficial del Convenio OSPAR, de �992, instrumento actual que guía la cooperación internacional en materia de protección del medio marino del Nordeste Atlántico.

www.ropme.com Oriente medio: La Organización Regional para la Protección del medio marino reúne a la Arabia Saudita, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, el iraq, Kuwait, Omán, Qatar, la República islámica del irán para que cooperen en la “protección de su medio marino común a pesar de los límites geopolíticos existentes”.

www.sacep.orgmares de Asia meridional: El Programa cooperativo de Asia meridional para el medio ambiente es una organización intergubernamental creada en �982 por los gobiernos de Asia meridional para promover y apoyar la protección, ordenación y mejoramiento del medio ambiente de la región. Sus países miembros son el Afganistán, Bangladesh, Bhután, la india, maldivas, Nepal, el Pakistán y Sri Lanka.

http://www.sprep.orgPacífico Sur: El Programa Regional del Pacífico Sur para el medio Ambiente (SPREP) es una organización regional creada por los gobiernos y administraciones de la región del Pacífico con el fin de cuidar su medio ambiente. de ser un pequeño programa dependiente de la Comisión del Pacífico meridional en el decenio de �980, pasó a convertirse en la principal organización intergubernamental de la región del Pacífico encargada de proteger y ordenar el medio ambiente y los recursos naturales. Tiene sede en Apia, Samoa, y una nómina de más de 70 empleados.

www.unep.org

www.unep.org/regionalseas - mares regionales – El Programa de mares regionales, creado en �974, aspira a hacer frente a la degradación cada vez más rápida de los océanos y zonas costeras del mundo a través de la gestión y uso sostenibles del medio marino y costero. Para ello, procura que los países limítrofes adopten medidas amplias y específicas para proteger el medio marino que comparten. Hoy en día, más de �40 países participan en �3 Programas de mares regionales establecidos bajo los auspicios del PNUmA. Además de las páginas regionales, el sitio web del Programa de mares regionales también contiene enlaces a páginas temáticas tales como el sitio web de marine Litter.

www.gpa.unep.org - Programa de Acción mundial para la protección del medio marino frente a las actividades realizadas en tierra – El único programa intergubernamental que se ocupa de los vínculos entre el agua dulce y el medio costero. Este es un tema clave, ya que cerca del 80% de la contaminación marina proviene de actividades realizadas en tierra. Además de brindar información amplia sobre el Programa de Acción mundial, la página web incluye un enlace a las “redes de profesionales”, lugar de encuentro interactivo en línea para que los interesados directos intercambien experiencias e ideas sobre distintas cuestiones relacionadas con el Programa.

30 NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO

productosReciclar la chancleta Bastoncitos de pescado sostenibles Monitor de energía inalámbrica Impresión ecológica

Bolsas reutilizablesComputadora que ahorra energía Tacho de basura por colores

El monitor de energía inalámbrica de Owl es un dispositivo innovador que muestra cuánta energía está utilizando el usuario en su casa en cualquier momento dado. Cuando se prenden las luces y los aparatos eléctricos, el monitor LCd, fácil de leer, muestra exactamente cuánta electricidad se está usando, cómo varía el costo de electricidad por hora y cuánto CO2 nocivo está emitiendo la casa del usuario. Los productores del dispositivo afirman que con sólo apagar los aparatos eléctricos cuando no se necesitan, los consumidores pueden ahorrar hasta 25% de su consumo de electricidad y, de ese modo, reducir tanto las cuentas como las emisiones de carbono nocivo de los hogares. Lo bueno de este monitor es que da una noción clara de la energía que se está desperdiciando y de la que se podría ahorrar tomando medidas simples como apagar los televisores por completo, lavar la ropa con agua más fría, desenchufar los cargadores de teléfono que no se usan y emplear secadoras lo menos posible. El dispositivo también muestra la energía que se sigue consumiendo durante la noche mientras dormimos, y señala todos los aparatos eléctricos que se dejaron prendidos innecesariamente. Un método innovador de hacer un uso más eficaz de la energía.

http://www.earthwhile.co.uk/Shop/Energy_measuring/Owl_Wireless_Energy_monitor/Product.html

La impresora Stylus Pro 3800 de Epson recibió el Premio Ecohitech de 2007, galardón italiano con el que se reconoce los procesos, productos, sistemas y servicios de alta tecnología más ecológicos. En comparación con los modelos anteriores, la impresora Pro 3800 genera un 44% menos de emisiones estimadas de CO2 durante su vida útil y emplea un 55% menos de recursos para su funcionamiento. La impresora cuenta con la certificación de Ecoleaf, etiqueta ambiental japonesa que reconoce que se ha evaluado el ciclo de vida del producto que la lleva.

www.epson.com

Todos los días, aparecen en las playas de todo el mundo cientos de chancletas desechadas. La orilla de Kenya está llena de calzados provenientes de lugares tan lejanos como el Japón, indonesia y malasia, y el plástico colorido impide que las tortugas de mar pongan sus huevos en la playa y que las crías recién nacidas vuelvan al océano. Hace diez años, los lugareños empezaron a recolectar los desechos no degradables para hacer juguetes, boyas de pesca y relleno para almohadones. El Proyecto de Reciclado de Chancletas, creado en 2005, llevó la iniciativa más allá y pasó a incluir la producción de joyas, esculturas, llaveros, cinturones y bolsos hechos de desechos de chancletas para ayudar a las comunidades locales a mejorar sus medios de subsistencia. Hace poco, esa iniciativa se amplió y pasó a incluir la reutilización de la basura de las comunidades de bajos ingresos de Nairobi, tales como el barrio de tugurios de Kibera.

http://www.uniqueco-designs.com

Brasil siempre se ha caracterizado por su sentido pionero del diseño, y la última tendencia que ha marcado el país quizá sea la presentación de una serie de productos ecológicos fabricados por empresas brasileñas, tales como un tacho de basura para separar los desechos en cuatro categorías distintas. Con una tapa azul, una verde, una roja y otra amarilla, el tacho de basura “Recicla Fácil” es fácil de usar e ideal para enseñar a los niños a clasificar los desechos. Quienes viven en Brasil pueden comprar el tacho en línea, pero los fabricantes también lo han exportado a España, Portugal e italia, lo que indica que la clasificación de basura podría estar cobrando impulso en todo el mundo.

http://planetasustentavel.abril.com.br

Las computadoras consumen entre el 40 y el 60% de la energía que utilizan los equipos de oficina, precedidas sólo por la iluminación en lo que hace al consumo de electricidad. Las computadoras de escritorio son las grandes culpables, ya que consumen unos 70W cuando están prendidas, frente al rango de entre �2 y 22W que necesitan las computadoras portátiles. Novedosa en el mercado, la computadora SC20 con cliente inteligente sube la apuesta y realiza “todas las funciones comerciales de una PC grande utilizando apenas el �0% de la energía”, según Cranberry, su fabricante. La computadora, que tiene el tamaño de un libro de edición rústica, cuenta con un microprocesador ultraeficaz y “ofrece una alternativa verdaderamente viable y más ecológica a la PC de oficina, que es tan vulnerable y consume tanta energía”, afirma Simon Ponsford, Gerente General de Cranberry.

http://www.cranberrynet.com

Young’s, empresa británica de alimentos, ha presentado lo que dice ser el “primer bastoncito de bacalao �00% sostenible” del Reino Unido. El alimento contiene bacalao silvestre del Pacífico de Alaska, pescado con anzuelo y �00% sostenible, certificado por el Consejo de Administración marina (mSC). Young’s recibió el Premio del marisco de 2007 al Logro destacado en reconocimiento de sus iniciativas para apoyar la pesca sostenible. Según Rupert Howes, Jefe Ejecutivo del mSC: “Con esos bastoncitos de pescado y los muchos otros productos de Young’s que llevan la etiqueta ambiental del mSC, Young’s está ayudando a dar forma al futuro de la pesca ofreciendo a sus clientes la mejor opción ambiental en materia de mariscos”.

www.saveourfishfingers.co.uk

El mundo está reaccionando en contra de las bolsas de plástico, que, cada vez más, se consideran contaminantes y poco sostenibles ambientalmente. Bhután, Rwanda, Bangladesh y Sudáfrica las han prohibido por completo, así como lo han hecho San Francisco y mumbai. Pronto podrían sumarse más ciudades, entre las que se incluyen Londres y París. En Taiwán y un creciente número de países europeos, los comercios cobran ahora por las bolsas de plástico. mientras que la bolsa de plástico cae en desgracia, la bolsa reutilizable se ha convertido en una declaración ambiental muy de moda. Hace unos meses, la diseñadora de modas Anya Hindmarch causó un revuelo cuando presentó un bolso de lona con la leyenda “No soy una bolsa de plástico”, que se convirtió en un fenómeno de la moda después de que se entregó junto con los demás obsequios del Oscar de 2007. Luego apareció colgado del hombro de un sinfín de celebridades y se agotó en los comercios minoristas en cuestión de horas. Fuera del mundo de la moda, cada vez más comercios están ofreciendo bolsas de almacén de larga duración hechas de tela lavable, y en www.reusablebags.com hay una amplia variedad de bolsas reutilizables, que se consiguen en todas partes, por ejemplo, en el Japón, el Canadá y la india. incluso la Campaña de los mil millones de Árboles del PNUmA tiene su propio bolso, que viene en tres colores y dice “Plantemos para el planeta”.

http://www.kannarosa.com/

Cameron Diaz

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Tim W

imbourne/Reuters/Corbis

Otrora, al igual que en la famosa lamentación de la rana Kermit, “no era fácil ser verde” en el mundo del espectáculo. Ahora se ha puesto de moda que a veces parece que existe todo un ecosistema de grandes celebridades de Hollywood que compiten por ser más conscientes ambientalmente. No obstante, Cameron Díaz es a la vez una de las mayores entre ellas, y una pionera – una estrella que llevaba la teoría a la práctica antes que ambas cosas se popularizaran, y una de las primeras en comprarse un auto híbrido.

Ciertamente, según explica, parece que era verde antes que ella misma lo supiese. Hija de un trabajador de la industria petrolera, cubano-americano de segunda generación, y de una corredora de importaciones/exportaciones de descendencia inglesa, alemana y americana nativa, debe gran parte de su preocupación por el medio ambiente a la influencia de su abuela materna en la California rural cuando aún era una niña.

“Mi abuela criaba su propio ganado en su traspatio, sus propias hortalizas en su traspatio”, recuerda. “La observaba reutilizar el papel de estaño y las bolsas de plástico. Hacía jabón a partir del goteo de la grasa de la carne que cocinaba. Nada se desperdiciaba. Todo se reutilizaba y reciclaba.

Vivía una verdadera existencia sostenible. Todo lo que tomaba de la tierra lo devolvía. Todo lo que devolvía, lo volvía a tomar. Era un ciclo continuo. Y yo fui testigo de eso, que ejerció una gran influencia en mí. Ello influyó en mi madre, y ella me lo transmitió”.

Aunque originalmente quiso ser zoóloga – y crió dos serpientes como mascotas, y ratones para alimentarlos – dice que al principio la retórica del movimiento ambientalista le produjo rechazo. “Verdaderamente no podía conectarme con lo que se decía, y de la manera en que se decía. Soy una americana egoísta. No quiero darlo todo”.

Pero entonces, añade: “Me di cuenta que ya practicaba los elementos básicos, todo desde el reciclado hasta el estercolado, el ahorro de energía y los autos híbridos. Había venido haciendo esas cosas yo misma sin saber que formaban parte del movimiento. Entonces comencé a prestar mayor atención a lo que se decía, porque quería encontrar una manera de incorporarme. Quería hacer más de lo que estaba haciendo sólo para mí. Quería contribuir a que otras personas hicieran más”.

Indudablemente, ha dedicado la mayor parte de su atención a difundir el mensaje, a menudo en una jerga de chica surfista que llega a los jóvenes. Y ciertamente, dice, “para mí el surfing es una experiencia religiosa. Uno llega a formar parte de la Madre Naturaleza y experimenta su poder”.

Nominada para el Globo de Oro cuatro veces como actriz, ha promovido los vehículos híbridos, las bombillas que ahorran energía, y otras medidas de ahorro del carbono en varios anuncios junto con Gwyneth Paltrow, y desempeñó un papel principal en la serie televisiva Trippin´, que difunde mensajes verdes llevando celebridades a lugares ambientalmente importantes. El verano pasado se unió a Al Gore para promover los conciertos Live Earth (Tierra Viva). “Esta es”, dice, “la única cuestión en la historia de la humanidad que afecta a todos y cada uno de nosotros. Es la causa de todos. Es lo único que realmente todos compartimos en común: el planeta”.

Insiste en que el mensaje se debe dar a conocer positivamente. “No debemos verlo como ‘¡Santo Cielo! ¡Todos moriremos!’ Debemos verlo como ‘¡Sí! ¡Todos viviremos!’ No se trata de prescindir de todo. Se trata de crear algo mejor. Tenemos las respuestas y tenemos el poder, y la resolución y la capacidad para lograr el cambio. Si solamente todos cambiasen un aspecto de su vida, si sólo hicieran algo de manera diferente, sólo eso sería un paso más hacia la solución del problema”. G.I. PNUMA

NUESTRO PLANETA EL mEdiO mARiNO 3�

www.unep.org/ourplanet