Libro Restaurando Las Murallas

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Reconstruyendo las murallas Lecciones de liderazgo del libro de Nehemías Introducción El libro de Nehemías registra el viaje de regreso de Nehemías a Jerusalén desde el exilio en Babilonia (445 a.C.), la reconstrucción de las murallas de esta ciudad en tan solo 52 días, la carrera de Nehemías como dirigente político y su regreso temporal a Babilonia doce años después. La fecha de escritura desde este libro, considerado uno de los mas autobiográficos del Antiguo Testamento, se da entre el 445 y 420 a.C., siendo considerado es escriba Esdras como quien recopilo las memorias de Nehemías. Esdras era un sacerdote y maestro de la Biblia, quien también llego a Jerusalén y centro su atención en la purificación del pueblo. Por otro lado, Nehemías fue mas un estadista y constructor que centro su atención en la protección de la ciudad, aunque no por ello dejamos de ver a un hombre consagrado a Dios, a la oración y a la acción; lo cual es justamente una de las grandes lecciones de este libro: como un hombre que recibe una visión y una carga de parte de Dios logra hacerla realidad, siendo el cumplimiento de esta la bendición de mucha gente y la realización de la voluntad de Dios en ese tiempo. El verso clave de este libro se encuentra en 2: 17 “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio

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Reconstruyendo las murallasLecciones de liderazgo del libro de Nehemías

Introducción

El libro de Nehemías registra el viaje de regreso de Nehemías a Jerusalén desde el exilio en Babilonia (445 a.C.), la reconstrucción de las murallas de esta ciudad en tan solo 52 días, la carrera de Nehemías como dirigente político y su regreso temporal a Babilonia doce años después. La fecha de escritura desde este libro, considerado uno de los mas autobiográficos del Antiguo Testamento, se da entre el 445 y 420 a.C., siendo considerado es escriba Esdras como quien recopilo las memorias de Nehemías.

Esdras era un sacerdote y maestro de la Biblia, quien también llego a Jerusalén y centro su atención en la purificación del pueblo. Por otro lado, Nehemías fue mas un estadista y constructor que centro su atención en la protección de la ciudad, aunque no por ello dejamos de ver a un hombre consagrado a Dios, a la oración y a la acción; lo cual es justamente una de las grandes lecciones de este libro: como un hombre que recibe una visión y una carga de parte de Dios logra hacerla realidad, siendo el cumplimiento de esta la bendición de mucha gente y la realización de la voluntad de Dios en ese tiempo.

El verso clave de este libro se encuentra en 2: 17 “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio”

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Capitulo 1: De la preocupación humana a la carga divina

Nehemías era el copero del rey Artajerjes, por lo tanto tenía un cargo de mucha confianza y también una vida muy lujosa. Sin embargo, vemos aquí en este capitulo algunas decisiones que Nehemías tomó, las cuales nos muestran su corazón y carácter.

Se encontraba laborando (verso 1)Era una persona diligente. Dios lo había colocado en una posición de influencia con un propósito y Nehemías se encontraba realizando sus labores. Era un cargo de confianza, así que este hombre era un varón de confianza, integro y bueno en su trabajo.

Tenia un interés por su ciudad (verso 2)Cuando su hermano y otros varones vinieron a la capital del imperio persa, Nehemías les preguntó por el estado de la ciudad. Vemos que el tenia un interés genuino en conocer el estado de las personas y de la ciudad misma. Y es que una visión de Dios no esta separada de la preocupación e interés humanos por la situación, aunque claro, va mucho más allá que un interés humano.

Se identificó con el dolor de su pueblo (verso 4)Cuando Nehemías oyó el estado en que se encontraba la ciudad de Jerusalén se apesadumbró. Pero, ¿Cuál era el estado de la Jerusalén?

o El pueblo había sido exterminado, solo quedaba un remanente pequeñoo Se encontraban en mala situación y vergüenza o La ciudad se encontraba desprotegida contra los enemigos externos (sin murallas)o Sus puertas quemadas a fuego. Las puertas en la antigüedad comunicaban la importancia,

dignidad de una ciudad. Era el punto de vida social para un pueblo. Pero ahora, ya no había nada.

Al ver esta situación, Nehemías fue muy impactado. No sabemos exactamente lo que pensaba pero vemos que se quebró, lloró e hizo duelo por algunos días en señal de tristeza y desconsuelo.

Acudió a Dios en el momento difícil (verso 4)Estando en angustia, Nehemías tomó la mejor decisión: llevar sus cargas a Dios mismo. Ayunó y oró en la presencia del Señor, invocando la grandeza, misericordia y fidelidad del Señor. Algunos puntos importantes son que era constante en la oración (“que hago ahora delante de ti día y noche”), era una oración de intercesión (“por los hijos de Israel tus siervos”), reconociendo con humildad el pecado del pueblo e identificándose con el (“los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti”).

Estos puntos identifican a esta oración poderosa que elevo Nehemías constantemente en esos días en los cuales buscó el rostro de Dios con el fin de obtener una respuesta a tan desdichada situación. Esta oración no estaba motivada por ningún interés personal de Nehemías, sino para procurar el bien de los hijos de Israel, para reverenciar el nombre de Dios. Una oración así, enfocada en la gloria de Dios y el bienestar de su pueblo siempre puede ser ofrecida con confianza en que contará con el respaldo del Señor.

Otro punto importante es que esta oración empieza no en la necesidad, sino reconociendo quien es Dios, en su pacto, fidelidad y amor. Un creyente siempre tiene en mente que su Dios es más grande que todas las cosas y que nada hay imposible para Dios. Esto no desaparece los problemas, pero nos da una perspectiva diferente y mejor sobre los mismos: Aun en valle de sombra de muerte, nuestro Señor nos dará aliento (Salmos 23: 4)

Conocía la Palabra de Dios (versos 7 al 9)

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El hecho de haber vivido bajo el imperio persa en una nación ajena a su pueblo no impedía que este hombre no conociera la Palabra de Dios. Su oración nos muestra que conocía las promesas de Dios (“de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre”, en referencia a Deuteronomio 30: 1-5) tanto como sus advertencias (“Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos”, en referencia a Levítico 26: 33).

Este conocimiento de la Palabra de Dios le daba a Nehemías la facultad de entender el porqué de la situación de Israel y también el como podrían salir de ella. Aun así, llevo la carga a la presencia de Dios para obtener la respuesta.

Recibió una carga divina por su pueblo (verso 11)Al terminar la oración, Nehemías pide éxito y gracia delante del Rey Artajerjes; vemos que ya tenía en su corazón el solicitar su viaje a Jerusalén a reconstruir los muros. Se realizo la transmisión: Nehemías entrego su preocupación, angustia e interés sinceros pero humanos, y recibió la visión y carga de Dios, con su respaldo y poder para llevar a cabo la labor de reconstruir los muros de la ciudad santa.

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Capitulo 2: Los primeros pasos de la visión

Lo que notamos al iniciar este capitulo es que ahora nos encontramos en el mes de Nisán (Marzo – Abril); pero cuando Nehemías recibe la noticia de los muros de Jerusalén y empieza a orar se encontraba en el mes de Quisleu (Noviembre – Diciembre). Esto nos habla de que Nehemías pasó aproximadamente 4 meses orando y esperando la respuesta de Dios. Que gran ejemplo de perseverancia en la oración, paciencia, humildad y disposición para esperar en Dios la respuesta. Un líder que no posea estas cualidades no podrá ejercer un buen liderazgo, menos en las cosas de Dios.

Llego el mes de Nisán y con el la respuesta de Dios a Nehemías. Ese día Nehemías tenia un semblante triste y el rey lo notó. Vemos que Nehemías no forzó la situación, o sea no andaba todos los días con la cara triste para “provocar” que las cosas pasen, sino que supo esperar el momento apropiado. ¿Cómo lo supo? ¿Cómo supo que ese día era el día exacto? Bueno, un líder debe tener el discernimiento y la sabiduría de Dios para saber como actuar y en que momento hacerlo. El rey Artajerjes notó el cambio en Nehemías, lo cual nos habla de que Nehemías era una persona que era accesible, transparente, sincera y que estrechaba lazos de relación con quienes les rodeaba. Un líder que no se enfoca en las relaciones tampoco podrá hacer un buen trabajo.

Nehemías tuvo temor de responder al rey. Nadie podía estar en la presencia del rey con la cara triste, eso le podía costar la vida. Aun así, a pesar del temor a lo que iba a pasar, Nehemías se atrevió a hablar lo que había en su corazón. Y este pequeño momento es el punto de quiebre, el punto de inflexión donde los sueños se convierten en realidades. La mayoría de los líderes se quedan en un interés o preocupación personal, no llegan a convertirse en una carga divina. Otros solo oran pero no actúan y otros cuando llega el momento de actuar, por temor al que dirán, al sacrificio que el sueño conlleva, a la incomodidad, no dicen nada y prefieren dejar pasar el momento. Claro, la vida de Nehemías iba a cambiar de ahora en adelante; pero él no estaba pensando en ello, sino en el bien mayor: cumplir el sueño que Dios había puesto en su corazón.

Vamos a ver que pasos toma Nehemías para poner en marcha el sueño de reconstruir los muros de Jerusalén:

Abrió su corazón al rey (verso 3)A pesar del temor que lo embargaba, Nehemías decidió abrir su corazón, ser sincero y exponer la causa de su tristeza: la destrucción de la ciudad de Jerusalén. Aun así, fue sabio y menciono el factor emocional por el cual el rey podría identificarse (“casa de los sepulcros de mis padres”). Que importante para un líder saber comunicar con tino y criterio, con el fin no de imponer ideas, ni manipular sentimientos, sino buscar la empatía y la identificación de los demás con el, y viceversa.

Y realmente el cuadro que pinto Nehemías era trágico, pero real. La ciudad se encontraba desprotegida, humillada, quemada, en ruinas. La hermosa ciudad donde Dios había prometido poner su nombre, se encontraba pisoteada por causa del pecado de Israel. Nehemías sabia eso, sabia que la condición de su pueblo era el resultado directo de sus pecados y que Dios cumpliría su promesa de restaurar su ciudad; sin embargo, entendía que nuestro Dios podía usar, y de hecho lo hizo, los medios establecidos en ese momento (El imperio persa era el gobierno dominante en esa época, y Jerusalén estaba bajo su jurisdicción) para llevar a cabo esa restauración.

Ese entendimiento de la soberanía de Dios, pero también de la responsabilidad del hombre y como el Señor decide, no en todos los casos aunque si en la mayoría, usar los “canales regulares” y no saltarse las autoridades que El mismo ha establecido es fundamental para un liderazgo sano y bíblico. Dios puede hacer todas las cosas y no necesita pedir permiso a nadie para hacerlas; pero Él ha establecido autoridades (Romanos 13: 1) y gobiernos humanos que, aun en su impiedad, sirven a los propósitos de Dios y deben por lo tanto ser respetados y obedecidos (claro, en cuanto no nos fuercen a desobedecer la Palabra de Dios, ver Hechos 4: 19, 5: 29).

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Permaneció en oración (verso 4)Asombrosamente, el rey se interesó por el caso de Nehemías. No tendría por qué haberlo hecho, el tan solo era un copero, humilde y remplazable. Sin embargo, la mano de Dios había obrado dándole gracia delante del soberano. Claro, no hay que olvidar que el carácter de Nehemías, su reputación en el gobierno confirmó esa confianza y apertura de Artajerjes hacia él. No hay que olvidar que si bien es cierto el mensajero no es el mensaje en si, lo hace creíble o lo desacredita con su reputación.

Entonces vemos algo aun más asombroso: Nehemías ora en ese mismo momento, delante del Rey. No ora para pedirle a Dios “revelación” sobre que cosas debía pedir; eso ya lo había hecho en los 4 meses que estuvo en oración, buscando el rostro de Dios y recibiendo los planos de la visión. Oro por el favor delante del rey para que le sea otorgado lo que iba a pedir. Porque si vemos luego, Nehemías no pidió pocas cosas, en realidad fue un pedido bastante atrevido considerando de quien venia y hacia quien iba dirigido. Nehemías era consciente de eso y por ello oró: Si Dios ya había abierto un camino, entonces Nehemías avanzaría pero necesitaba que el Señor abriera las puertas conforme la visión se iba desarrollando.

El Señor ha prometido “clama a mi y yo te responderé” (Jeremías 33: 3) y “al que busca, halla” (Mateo 7: 8); y esta no fue una excepción. Vemos una necesidad, un líder humilde que hace lo que todo líder debe hacer: depender de Dios para cada paso que va a dar. Y el Señor responde dicha oración, pues esta alineada con sus propósitos, hecha con sinceridad y con un corazón humilde.

Había trazado un plan de acción inicial (verso 5 al 8)En respuesta a su oración, el Señor dispone el corazón del rey para poder interesarse en la visión de Nehemías; y la pregunta natural y obvia es: ¿Qué necesitas? Entonces aquí vemos otra cualidad de Nehemías que lo pintan como un buen líder: había planificado lo que necesitaba, tanto en términos de recursos como de tiempo para llevar a cabo la visión que tenía en su corazón.

Nehemías no era un improvisado, era una persona que entendía que los proyectos necesitan una planeación y una estrategia para poder realizarlos. Había tenido 4 meses durante los cuales oraba, para pensar, meditar y planear todo lo que necesitaría para realizar tal empresa. Claro, el no contaba con esos recursos ni tenia la influencia directa para poder conseguirlos; pero cuando llego el momento en el que Dios le abrió las puertas para la autorización y la provisión de los recursos, el sabia exactamente lo que necesitaba. Esta diligencia en el trabajo agradó al rey y fue una señal más de que Nehemías estaba haciendo las cosas bien, ordenadamente y con la bendición de Dios.

Entonces, una vez mas Nehemías reconoce que si bien es cierto él había hecho su parte del trabajo, o sea planificar, orar y actuar en el momento en que se presento la oportunidad, era Dios quien había movido su mano para que las cosas se dieran y el sueño empiece a hacerse realidad. Bien nos dice la Palabra de Dios que “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmos 127: 1)

También es de notar que, en ese momento, junto al rey “se encontraba la reina” (verso 6). Nehemías hace esa aclaración y es muy interesante que lo haga; porque según los estudiosos, es muy probable que la reina que estaba al lado de Artajerjes era Ester, la joven judía que había sido usada por Dios para proteger al pueblo judío de la destrucción. La presencia de ella, permitida por Dios seguramente también había influido en la apertura del rey para la reconstrucción de la ciudad. Recordemos que con el inicio de la orden para la reconstrucción de la muralla se iniciaba la cuenta de las 69 semanas de Daniel antes de la venida del Mesías (Daniel 9: 25); así que estamos hablando de que cosas muy importantes estaban sucediendo bajo bambalinas, mientras Nehemías se esforzaba por cumplir su parte dentro del gran plan de Dios para su pueblo y en general, para la salvación de la humanidad.

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Tomo acción (verso 9 al 10)Una vez que el rey Artajerjes le había dado el permiso necesario para proceder con la ejecución de este proyecto, Nehemías fue hacia Judea y presentó sus acreditaciones oficiales ante los gobernadores de ese lado del imperio. Una vez más, entendemos que Nehemías no pasaba por alto los “canales regulares” sino que respetaba la autoridad. Entendemos que no siempre es así, pero es una enseñanza de la Palabra de Dios el obedecer y honrar a las autoridades, en tanto estas no vayan en contra de la Escritura.

Sin embargo, desde el inicio esta aventura de fe no careció de oposición: se levantaron Sanbalat (“el Dios Sin ha dado vida”) y Tobías (amonita medio judío cuyo nombre significa “el Señor es bueno”), dos dirigentes locales a quienes no les agradó para nada que viniese alguien a procurar el bien de los hijos de Israel. Ambos representan la incoherencia de quienes buscan oponerse a Dios y serian enemigos acérrimos de Nehemías y del proyecto durante todo el tiempo de la reconstrucción de los muros y una oportunidad de probar el carácter y fibra del liderazgo de Nehemías. Tenemos claro que todos los acontecimientos están bajo el control soberano de Dios; pero a la vez entendemos que cuando Nehemías, un hombre de oración y fe, toma acción para servir al Señor en sus propósitos, se levanta la oposición del enemigo con el fin de frustrar los planes del Señor.

Reconcilió el plan con la realidad (verso 11 al 16)Llego Nehemías a su destino: la ciudad de Jerusalén; sin embargo no vemos al hombre comenzando inmediatamente la obra, sino que, sabiamente, elije hacer una inspección rápida y en solitario de la situación para saber en donde se encontraba y que tan exacta había sido su planificación.

Recordemos que Nehemías solo conocía la situación de la ciudad por lo que le habían comentado; entonces tenia solo un mapa mental de la situación y de como restauraría los muros de la ciudad. Ahora era el momento de confrontarlo con la realidad para hacer los ajustes necesarios y no se presenten problemas después, cuando ya se hayan desplegados recursos, hombres y se haya invertido tiempo y esfuerzo.

También vemos que Nehemías prefirió hacer esa inspección solo y no contarle a nadie aun la visión ni los planes que tenia en mente. La pregunta es ¿Por qué? Bueno, la razón mas clara es que Nehemías prefería estar seguro primero el de la situación y de como lo afrontaría antes de comunicar la visión y los pasos a seguir a su gente y que luego en el camino se dé cuenta de que estaba equivocado y tuviera que hacer una corrección. Nada socava más la confianza que un líder que no tiene claras las metas y pasos del plan a realizar. Si el líder no lo tiene claro y constantemente se corrige y duda, ¿que se puede esperar de sus seguidores?

Estaba enfocado y no se distrajo (verso 12)Un pequeño punto que no podemos pasar por alto es que Nehemías salió de noche a realizar la inspección. ¿Por qué lo hizo? Entendemos que quería la tranquilidad de la noche para enfocarse en revisar bien los puntos del trabajo y estar libre de distracciones para poder revisar el plan que había diseñado contra lo que veía. Un líder desenfocado o distraído siempre tendrá problemas pues no esta atento a las cosas que pasan y por ende no tiene capacidad de reaccionar rápidamente, o en el peor de los casos, esta mirando una circunstancia que hace mucho ha cambiado, dirigiendo a sus seguidores hacia una realidad que ya no existe.

Comunico la visión en el tiempo correcto (verso 17 al 18)Una vez que Nehemías tenia claro el panorama y lo había confrontado con su plan de acción, procedió a comunicar la visión y el plan al grupo de personas que lo había acompañado, personas que serian los colaboradores del proyecto y en quienes tenia que apoyarse para hacer realidad la visión. Vemos pues que la visión de Dios para la bendición de su pueblo no esta divorciada del trabajo en equipo, de las responsabilidades personales y del hecho de que Dios trabaja levantando

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lideres pero para que sirvan en medio de una comunidad de creyentes, no como solitarios dirigentes a quienes los demás solo deben obedecer ciegamente.

Nehemías les llamo la atención al hecho de la catastrófica situación de la ciudad. Ellos ya se encontraban antes que Nehemías allí, pero muy probablemente se habían acostumbrado a ver las puertas y los muros destruidos. Sin embargo, Nehemías, lleno de la carga de Dios por la restauración, viene a darles un “aire nuevo”, una perspectiva diferente que les haga despertar a la necesidad. Un líder verdadero inspira y reta a las personas a salir del “status quo”.

Luego de mostrarles la situación y el problema, no los deja allí, sino que ahora los invita a participar de la visión, mostrándole uno de los beneficios del mismo: el pueblo ya no estaría en vergüenza. Nehemías los llama a la acción, mostrándoles como el sueño cumplido seria de bendición a ellos también; y testificando como es que este plan estaba en las manos de Dios, confortando sus corazones y tratando de responder las dudas, temores, inquietudes que pudieran tener los futuros colaboradores antes de que el proyecto empiece. Lo peor que podría pasar para un líder es contar con un equipo desmotivado, que no cree en la importancia del proyecto.

Gracias a Dios, los acompañantes de Nehemías captaron la visión, su importancia y se comprometieron con la labor. Ellos mismos, no por manipulación de Nehemías, sino por su propia decisión, se unieron a la labor, esforzándose por un propósito (“para bien”). Un líder da propósito a las labores que se realizan, da un sentido de destino, de importancia y de esfuerzo grupal.

Se esforzó aun en medio de la oposición (verso 19 al 20)Ahora, Nehemías ya no estaba solo, tenia un equipo de gente comprometida con la visión de este líder, dispuesta a trabajar por cumplir ese sueño de Dios. Y así como Nehemías pudo lograr multiplicar sus fuerzas, la oposición hizo lo propio: ahora se unió a Sanbalat y a Tobías, otro dirigente llamado Gesem, un árabe que también se encontraba en contra de los judíos.

Estos tres enemigos juntos empezaron a menospreciar el trabajo que se pensaba realizar y a tratar de intimidarlos, apelando al rey como alguien que podía detenerlos sin problema. Y aquí vemos otra faceta del liderazgo de Nehemías: el responde no reconociendo que dependían del rey o con temor ante tal amenaza, sino que dice que ellos dependen del Dios de los cielos, que Él los ha bendecido. Nehemías no depende de hombre alguno, entendía que el rey Artajerjes era un instrumento de Dios para llevar a cabo sus propósitos, pero su lealtad estaba con el Señor y no con un hombre. Basado en esa perspectiva, los judíos se levantarían y edificarían sin temor alguno. Estaban en los planes de Dios, nadie podía detenerlos de hacer lo que se habían propuesto.

En este caso, el liderazgo también nos habla de convicciones. Un líder entiende que su llamado, provisión, oportunidades y seguridad viene de Dios mismo, no de un hombre. Teniendo esta óptica, no hay realmente oposición o tribulación que le pueda hacer retroceder de la decisión que había tomado.

Asimismo, Nehemías rápidamente marco distancia con estos dirigentes impíos: la labor a la que se iban a dedicar había partido de, y estaba consagrada a, Dios. Por lo tanto, exigía un respeto y honra que demandaba una separación de aquellos que estaban en contra de los propósitos de Dios. Dios es santo y sus siervos también lo deben ser.

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Capitulo 3: Los componentes de la restauración

Una vez teniendo el apoyo del grupo de judíos que iban a ayudar a Nehemías con la reconstrucción de las murallas y habiendo vencido la primera oposición, ahora empieza el trabajo de restauración. Antes de empezar a ver como fue dividido el trabajo necesitamos ver como afrontó Nehemías este trabajo. Lo hizo de manera muy inteligente, dividiendo el trabajo de la reconstrucción de toda la muralla en secciones, asignando a los pobladores aquellas secciones que estaban enfrente o muy cerca de sus casas, esto con el fin de que ellos se identificaran de manera mas profunda con el trabajo que realizaban, se preocuparan por hacerlo mejor y a la vez no se descuidaran demasiado de sus labores personales.

¿Cuál es la mejor manera de enfrentar un gran problema? Dividiéndolo en partes más sencillas, manejables, las cuales pueden ser delegadas a un grupo de personas, las cuales toman parte en el trabajo, no se quedan inactivas, y son más fáciles de terminar y por ende, contribuyen a mejorar el ánimo de todos al ver que el trabajo se avanza.

Vemos también en este capitulo una capacidad muy grande de estrategia, de organización y valor aun en medio de la oposición. Aun cuando algunos no quisieron apoyar (verso 5), el equipo que Nehemías había formado siguió en el trabajo, dándonos a entender el orden correcto de la labor en el cuerpo de Cristo: primero formar el equipo de personas que van a llevar a cabo el trabajo, luego se inicia el mismo. No podemos obviar a las personas, ni tratarlas como meros “recursos”, olvidando que la labor del ministerio se trata justamente de personas.

No solo era necesario levantar nuevamente las murallas, sino que había que hacerlo correctamente y también considerar las puertas que se encontraban en dichas murallas. Vemos que en la ciudad de Jerusalén había 10 puertas, cada una con un nombre particular y que representan una realidad especifica. Levantar la muralla era necesario porque ella impedía a los enemigos ingresar a la ciudad. Cualquier amenaza a la misma quedaba excluida de la ciudad gracias a las murallas. Asimismo, las puertas permitían el ingreso y salida de mercaderías, provisiones, personas las cuales eran incluidas en la vida de la ciudad. Eran muy importantes también como centros de vida social en la ciudad. Entonces, las puertas también debían ser restauradas para que cumplieran su función de proveer una entrada a la ciudad de provisiones, personas y permitir la salida de lo que no era necesario en ella.

Este capitulo sobretodo nos habla no solo de la restauración de un muro y de puertas sino de algo mucho mas grande: Jerusalén era la ciudad del Rey, donde Jehová había colocado su nombre para siempre (2 Reyes 21: 7). Era el centro de adoración establecido por Dios mismo (1 Reyes 9: 3, 2 Crónicas 7: 16). El templo ya había sido reconstruido bajo el liderazgo de Zorobabel (Esdras 6: 15), y con ella la adoración a Dios, aun así ahora la ciudad necesitaba de protección de los enemigos externos.

Jesucristo le dijo a la mujer samaritana que en estos tiempos, el centro de adoración establecido por Dios ya no seria Jerusalén u otro lugar (Juan 4: 21), sino que ahora “los verdaderos adoradores adorarán a Dios en espíritu y en verdad” (Juan 4: 23-24). Entonces, podemos ver en la reconstrucción del muro de Nehemías también un tipo o símbolo de la restauración de la vida espiritual de una persona. El centro de adoración de la persona ahora es su corazón, y tal como la ciudad de Jerusalén, debe protegerse de los enemigos externos que buscan arrasarla y destruirla (1 Pedro 5: 8). Asimismo, hay enemigos internos que buscan que la ciudad (nuestra vida) permanezca en ruinas.

Teniendo en mente la asociación que hemos hecho entre el proceso de restauración que inicio Nehemías del muro de la ciudad con el proceso de restauración que una persona que cree y conoce al Señor Jesucristo, abordaremos ahora la división que realizó Nehemías del trabajo. Básicamente restauró el muro y las 10 puertas de la ciudad; pero cada una de estas puertas nos dice algo sobre el proceso de restauración de una persona que empieza a conocer al Señor:

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1. Puerta de las Ovejas (verso 1)

“Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel”

Esta era la puerta a través de la cual se traían las ovejas a la ciudad para ser sacrificadas en el altar. Es de notar que quienes restauran esta puerta son los sacerdotes, pues era necesario que las ovejas pasaran para que el sistema de adoración del templo funcione normalmente. El templo era el centro de la vida de Jerusalén esta puerta era vital en ese sentido.

Jesús dijo “De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10: 7). Versículos mas adelante dice “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10: 9). Entonces, podemos decir que esta puerta simboliza, en el proceso de restauración de una persona, al nuevo nacimiento. Esta fue la primera puerta en ser restaurada porque sin nuevo nacimiento no hay salvación y mucho menos restauración. La persona debe nacer de nuevo, experimentar la salvación para que pueda cambiar de ser un enemigo de Dios a ser hecho cercano por la sangre de Jesucristo (Efesios 2: 13)

No se menciona que a esta puerta se le haya colocado cerrojos o cerraduras, hablándonos de la universalidad del mensaje de la salvación. Es ofrecida a todos los hombres para salvación. El encuentro con la cruz de Cristo es el punto de partida para la vida espiritual y esta puerta grafica perfectamente esto. Las ovejas pasaban por ella para ir rumbo al altar del sacrificio; Jesús, el Cordero de Dios paso y fue ofrecido en sacrificio por nuestros pecados. Los hombres deben pasar por esta puerta por medio de la fe para poder recibir el perdón de sus pecados y la salvación de sus almas.

2. Puerta del Pescado (verso 3)

“Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos”

Jesús le dijo a sus discípulos que lo siguieran y el haría que se convirtieran en pescadores de hombres (Mateo 4: 19, Marcos 1: 17). Esta puerta nos habla del evangelismo que es una de las labores básicas que debe realizar la persona que ha nacido de nuevo. Recordemos a Saulo de Tarso, quien antes de ser el gran apóstol Pablo, en seguida se convirtió “en seguida predicaba en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios” (Hechos 9: 20). Asimismo, exhortó a su joven discípulo Timoteo a “que prediques la palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo” (2 Timoteo 4: 2). El discípulo de Cristo debe tener muy presente la tarea de la evangelización, porque es un mandato expreso del Señor Jesucristo (Mateo 28: 19-20)

La restauración de la Puerta del Pescado entonces simboliza la comunicación o la restauración de la pasión por evangelizar que cada creyente debe tener para llevar el mensaje del amor de Dios al mundo entero.

El creyente debe tener el deseo innato de hablar de su Señor, de compartir el gozo de la salvación que ha recibido y de ser luz en medio de las tinieblas (Hechos 8: 4, Mateo 5: 14-16). El que no tiene ese amor de Dios para procurar la salvación de las almas, ¿Cómo puede morar el amor de Dios en el? La Biblia declara que una de las marcas de un nacido de nuevo es el amor (1 Juan 4: 8) y nos enseña que la única manera de que los hombres conozcan y crean el mensaje del evangelio es a través de la predicación del evangelio (Romanos 10: 14, 17)

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3. Puerta Vieja (verso 6)

“La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y

cerrojos”

Joiada (“Jehová sabe”) y Mesulam (“reconciliado”) fueron los que restauraron esta puerta. La Puerta Vieja nos habla de una reconciliación con la verdad y el conocimiento de nuestro Dios. Estas son las sendas antiguas que el Señor mandó no olvidar a su pueblo; pero que tristemente si olvidaron (Jeremías 6: 16, 18: 15). Si olvidamos los fundamentos de la doctrina, nos desviaremos y empezaremos a vivir de ideas humanas, erróneas y que no son aprobadas por Dios.

Este mundo actual se caracteriza por un apresuramiento en la búsqueda del conocimiento humano (Daniel 12: 4); pero este es un conocimiento humano, uno que nunca se sacia por buscar cosas novedosas (Hechos 17: 21). De lo que hablamos aquí es de volver al fundamento firme del conocimiento de Dios, el cual se encuentra en su Palabra.

4. Puerta del Valle (verso 13)

“La puerta del Valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil

codos del muro, hasta la puerta del Muladar”

Hanún (“favorecido”), junto con los pobladores de Zanoa (que significa “rechazado”) fueron los que restauraron esta puerta, y no solo la puerta sino que avanzaron todo el muro hasta llegar a la siguiente puerta. Es interesante la combinación de los nombres de quienes edificaron y sobretodo que hicieron mucho del trabajo de la restauración. Esto nos habla de la humildad, de que “cualquiera que se enaltece, será humillado, pero el que se humilla será enaltecido” (Lucas 14: 11).Dios resiste a los soberbio pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6, 1 Pedro 5: 5).

La restauración de la Puerta del Valle nos habla entonces de la humildad, de seguir el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, quien “siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios, como cosa a que aferrarse, sino que se despojo a si mismo…” (Filipenses 2: 6-7). Tal ejemplo de humildad nos lleva a un espíritu de servicio a los demás (Marcos 10: 45, Gálatas 5: 13)

5. Puerta del Muladar (verso 14)

“Reedificó la puerta del Muladar Malquías hijo de Recab, gobernador de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus

cerraduras y sus cerrojos”

La puerta del Muladar (“excremento”) era una puerta cuya salida era hacia el valle de Hinom, a la Gehena. Era el valle donde se tiraba la basura de Jerusalén, donde los ciudadanos sacaban la basura. Esta puerta fue restaurada por Malquías (“mi rey es Señor”), el cual era hijo de Recab. Recordemos que los hijos de Recab, los recabitas, fueron honrados por Dios a causa de la radical obediencia que manifestaban hacia los mandatos de su padre (Jeremías 35: 1-19). ¡Imaginemos que difícil labor fue la de reconstruir esta puerta! Sin embargo, Malquías lo hizo, el no tenia problemas con la obediencia.

Esta puerta nos habla de la obediencia que como hijos de Dios debemos tener para deshacernos de todas las cosas que nos contaminan y nos alejan del camino de la santidad y la obediencia al Señor (Hebreos 12: 1, 12-14). Debemos de purificar nuestras vidas (2 Corintios 7: 1) y esto es un proceso constante durante nuestra vida. De la misma manera que la ciudad necesitaba que la basura se

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saque constantemente a través de esta puerta para evitar enfermedades peligrosas, asimismo necesitamos limpiar constantemente nuestro corazón de lo que nos contamina y aleja del Señor.

6. Puerta de la Fuente (verso 15)

“Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta

las gradas que descienden de la ciudad de David”

Salum (“recompensa”) fue quien restauró la puerta de la Fuente, así también el muro del estanque de Siloé (“enviado”) y demás partes aledañas. Nos recuerda esto al estanque donde nuestro Señor envió al ciego a que se lavara (Juan 9: 7) y vemos que regresó viendo. Esta recuperación de la vista fue progresiva hasta que pudo ver completamente. ¿Que estamos viendo entonces aquí? Vemos la recompensa de la obediencia, cuando hacemos la voluntad del Señor en nuestras vidas y hacemos lo que Él nos envió a hacer.

Jesús le dijo a la mujer samaritana que "el agua que yo le daré será en él una fuente de agua, que salte para vida eterna” (Juan 4:14). Este es un símbolo del Espíritu Santo y de su obra en nuestras vidas, fluyendo en nuestras vidas y permitiéndonos obedecer a su voluntad y a su palabra. Cuando nacemos de nuevo recibimos el Espíritu Santo y todo el transcurso de nuestra vida tenemos la responsabilidad de buscar ser llenos del Espíritu Santo, sometiéndonos a su control y señorío en nuestras vidas.

Hablamos entonces que la restauración de esta puerta simboliza la restauración de la llenura del Espíritu Santo. Es interesante notar que antes de esta puerta fuera restaurada, primero fue restaurada la puerta del Valle (humildad) y luego la puerta del Muladar (sacar la basura). Debemos despojarnos del pecado en una actitud de obediencia para poder andar en comunión con el Señor.

7. Puerta de las Aguas (verso 26)

“Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía”

Versículos antes vemos muchos nombres de sacerdotes, levitas, siervos y oficiales que tomaron su parte también en la restauración de muchas partes del muro. Como habíamos dicho, lo hacían normalmente cada uno enfrente de su casa o cerca a ella. Vemos gran ímpetu y fervor cuando todos estaban enfocados en el trabajo, esforzándose y avanzando como un solo hombre.

Los servidores que vivían en Ofel (“colina”) fueron los encargados de restaurar el muro haciéndolo hasta que llegaron a la puerta de las Aguas. No se menciona que esta puerta haya necesitado restauración, sino que aparentemente esta parte de la muralla seguía aun en pie. Esta puerta nos habla de la Palabra de Dios, la cual limpia al creyente (Efesios 5: 26, Salmos 119: 9, 160), es perfecta, completa y la única norma y base que tenemos para conocer y obedecer a Dios (2 Pedro 1: 19).

Entonces, la restauración de esta puerta (aunque la puerta en si no necesitó restauración) nos habla de un volver a la Palabra de Dios como nuestro único fundamente de vida y fe. Pablo le dijo a Timoteo que cuidara de el mismo y de la doctrina (1 Timoteo 4: 16) y que la Palabra de Dios es perfecta y completa (2 Timoteo 3: 16).

Esto no es un acto único en el tiempo Pablo le dijo a Timoteo que se ocupara en la lectura (1 Timoteo 4: 13). Siempre debemos estar buscando que leer, memorizar, meditar y predicar la Palaba de Dios. Colosenses 3: 16 nos dice que nuestro corazón debe abundar en la Palabra de Cristo. Esto,

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y no una experiencia, es la base para la vida cristiana victoriosa y la manera de mantener la llenura del Espíritu Santo (la puerta que hablamos anteriormente, la puerta de la Fuente).

8. Puerta de los Caballos (verso 28)

“Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa”

Se nos dice ahora que la puerta que se restauró fue la de los Caballos. Para la época, los caballos simbolizaban parte del poderío militar que tenía una ciudad y que le ayudaba en la protección contra los enemigos. Entonces, la restauración de esta puerta nos habla de la preparación para la batalla. Para el caso de los creyentes, la batalla que enfrentamos es espiritual, contra las fuerzas de las tinieblas (Efesios 6: 12)

Así pues, estamos hablando de “vestirnos de toda la armadura de Dios” con el propósito de “estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6: 11). Esta es la batalla a la que tenemos que enfrentarnos y es nuestro deber estar preparados para ella.

9. Puerta Oriental (verso 29)

“Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental”

Sadoc (“justo”) restauró el muro que se encontraba frente de su casa, y luego de el Semaías (“Jehová ha escuchado”) hizo lo propio. Este era guardia de la puerta Oriental y no se nos dice específicamente que la puerta se restauró o no. Solo podemos conjeturar que tal vez Semaías si la restauró o que no necesitaba restauración. De todas maneras, lo que si podemos decir es que esta puerta simboliza la restauración de la fidelidad de Dios a sus promesas y de la bendita esperanza de la Segunda Venida de Cristo. El profeta Ezequiel vio que la gloria de Dios, que en un tiempo abandono el templo (Ezequiel 10: 16-22), ahora regresaba a su templo y a su Santa ciudad, justo a través de esta puerta (Ezequiel 43: 1-5).

Una vez que la gloria de Dios haya regresado a su pueblo a través de la Puerta Oriental, esta se cerrara (Ezequiel 44: 1-2). Esto es así dándonos a entender que la gloria de Dios, su presencia nunca se volverá a apartar de su pueblo. Entonces, esta puerta nos habla de la restauración de nuestra confianza en la fidelidad de Dios a su Palabra: Dios es digno de ser creído, todas sus promesas se cumplirán y Él ha prometido regresar para estar junto a su pueblo. Los creyentes debemos estar preparados y anhelar su retorno en gloria (Apocalipsis 22:17, 20)

10. Puerta del Juicio (verso 31)

“Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y

hasta la sala de la esquina”

Malquías (“mi rey es Señor”) se encargo de la restauración de esta parte del muro. De la misma manera que con la puerta Oriental y de las Aguas, al parecer esta tampoco necesitó restauración; por lo menos no se menciona, a diferencia de las otras puertas, que se haya restaurado. La puerta del Juicio (otras versiones la llaman puerta de la Inspección), nos habla del juicio de Dios que en un día determinado por El (Marcos 13: 32) se realizará sobre todo ser humano. Él es Señor de todo lo creado, es el Rey de Reyes y Señor de Señores y tiene el poder y la autoridad para juzgar.

Tan cierto como que el Señor volverá por su pueblo, así también juzgara a cada ser humano que haya existido en este mundo (Apocalipsis 20: 11-15). Los creyentes podemos gozarnos de que

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hemos pasado de muerte a vida y ya no experimentaremos condenación ni juicio de parte de Dios. La sangre del Hijo de Dios nos ha librado de la ira de Dios por el pecado y ya no tenemos que temer enfrentar el Día del Juicio final (Romanos 8: 1; Juan 3: 18). Aun así, si enfrentaremos el examen del Señor frente al Tribunal de Cristo, donde seremos recompensados según la labor que hayamos realizado aquí en la tierra con aquello que el Señor nos dio para servirle.

Después de examinar la restauración de las 10 puertas, el versículo 32 nos vuelve a traer a la primera, la puerta de las Ovejas. Todo comienza y termina en la maravillosa obra de salvación que hemos recibido a través de la fe en el sacrificio del Hijo de Dios en la cruz del calvario. La restauración de las puertas nos muestra una hermosa progresión, un símbolo de la restauración que como hijos de Dios debemos experimentar en cada área de nuestra vida, conforme a la voluntad de Dios. Cabe mencionar que aquellas puertas que simbolizan obras que realiza nuestro Señor, tales como la puerta de las Aguas (que simboliza la Palabra de Dios), la puerta Oriental (que apunta al regreso de nuestro Señor) y la puerta del Juicio (que señala el día en el cual el Señor juzgara al mundo con justicia) no necesitaron restauración, a diferencia de las otras puertas que apuntan a obras que tiene que realizar el hombre. Esto es así porque la obra de Dios es completa y perfecta. El hombre es quien debe dar pasos de obediencia y una vez dados, seguir siempre santificándose, a través de la comunión con el Señor por medio de su Palabra, la oración, la obediencia, etc. Se necesita de esfuerzo, constancia y la bendición de Dios para que cada puerta de nuestra vida sea restaurada y cumpla su función, siendo así nosotros buenos hijos de Dios, cumpliendo su voluntad en nuestras vidas.

Como ultima palabra a este respecto, podemos notar que Nehemías hizo un registro detallado de las labores realizadas, así como de a quien le estaban encomendadas. Esto implica que Nehemías siempre estaba pendiente de los avances, conocía a las personas involucradas en el trabajo, sabia como iba avanzando el trabajo; es decir, estaba involucrado en el cumplimiento de la visión. No solo era un “soñador”, sino un solícito participante en la labor. Si el líder mismo no esta involucrado en el cumplimiento de la visión, los seguidores estarán menos dispuestos aun a involucrarse en el trabajo.

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Capitulo 4: Construyendo en medio de la oposición

Este capitulo es muy intenso, dado que Nehemías y su grupo de colaboradores se enfrenta a enemigos cada vez mas agresivos, a conflictos aun dentro de sus filas y a la premura por reconstruir el muro lo mas rápido posible. El pueblo hasta ahora había trabajado con empeño; pero siempre se va a presentar la oposición y aquí tampoco fue la excepción. Sin embargo, la actitud y reacción de Nehemías frente a la presión de los enemigos y de su propio pueblo nos muestra la talla espiritual y de carácter de este gran líder.

Vamos a examinar los diferentes acontecimientos que sucedieron a lo largo de este capitulo, rescatando los principios y enseñanzas que nos deja el liderazgo de Nehemías para nuestros días.

1. La tentación del desánimo (versos del 1 al 3)

“Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará”

Ante el avance constante de los judíos, su esfuerzo y el hecho de que habían tomado en serio la obra de Dios y el cumplimiento de la visión dada a Nehemías, se levantó la oposición. Sanbalat y Tobías ya habían mostrado su disconformidad con la ejecución de esta obra; pero ahora dan un paso más allá en su agresión contra el pueblo de Dios: incitaron al pueblo y al ejército de Samaria contra los que edificaban, burlándose y mofándose de quienes realizaban la labor (“¿Qué hacen estos débiles judíos?”), de su motivación para realizar la labor (“¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios?”), del plan que había desarrollado (“¿Acabarán en un día?”), de los recursos de los que disponían (“¿resucitaran de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?”), así como de la efectividad y permanencia de su labor (“lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribara?”).

Vemos pues que es un ataque directo al corazón de los judíos, con el fin de desmotivarlos, desanimarlos en la labor que realizaban. No se puede tomar en poco este ataque. Un pueblo desmotivado jamás podrá llevar a cabo la obra de Dios correctamente. Es fácil desanimarse cuando las burlas y mofas tienen un cierto porcentaje de verdad: en efecto, la labor que tenían por delante era dura, los materiales pocos, la cantidad de pobladores también, y era probable que lo que se hiciera no fuera lo suficientemente duradero. Pero ese no es el problema, el asunto siempre esta en el corazón de las personas, en su motivación y capacidad para comprometerse con la visión y obedecer en fe al Señor, aunque las circunstancias digan lo contrario.

2. La doble responsabilidad ante las dificultades (versos 4 al 6)

“Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”

Ante semejante dificultad y el riesgo de que el pueblo preste oídos a esas burlas y se empezara a desanimar, Nehemías tomo la mejor decisión: orar al Señor, elevando a El su clamor. La Palabra nos dice que “este pobre clamó y lo oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias” (Salmos 34: 6). Él es la torre fuerte en medio de nuestra tribulación y dirigir la mirada a Dios en vez de las circunstancias es

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la mejor manera de no desanimarse. La oración nos ayuda a recordar y guardar en nuestro corazón que:

“El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar” (Salmos 33: 16-17)

La victoria no viene por la grandeza de nuestras fuerzas o inteligencia. “No es con espada ni con ejercito, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos” (Zacarías 4: 6). La oración nos da la perspectiva correcta de quien es Dios y quienes somos nosotros. ¿Cuál fue el resultado de su oración? Pues que continuaron trabajando, se animaron y llegaron a terminar la muralla hasta la mitad de su altura. Ellos entendieron la doble responsabilidad de todo creyente: la oración dependiente de Dios y la acción por medio de la cual expresamos nuestra fe y dependencia de Dios. No pueden ir solas, las dos deben ir de la mano si se quiere lograr éxito en la obra del Señor.

Muchas empresas espirituales ni siquiera empiezan o mueren al poco tiempo de iniciarse, dado que quienes las lideran ceden al temor, a la duda, la incredulidad y en medio de sus problemas no vuelven su mirada al Señor sino que miran sus propias fuerzas, sus limitaciones y caen en la depresión, la frustración y el desanimo. No hizo así Nehemías: el sabia que esta visión era de Dios desde el inicio, y así se mantuvo coherente durante todo su ministerio, cada problema o circunstancias difícil la llevaba a la presencia de Dios para encontrar solución. Un ministerio efectivo se construye de rodillas, en oración.

3. La obra de Dios hecha a la manera de Dios siempre genera oposición (versos 7 al 9)

“Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño”

Al obrar de la manera adecuada, Nehemías y sus colaboradores despertaron aun mayor oposición: ya no tenían solamente como enemigos s Sanbalat y a Tobías, sino también a los árabes, los amonitas y los de Asdod. La oposición se había multiplicado terriblemente, ya no estaban burlándose solamente de los esfuerzos de Nehemías por reconstruir la muralla, sino que ahora urdieron un plan, conspiraron uniéndose todos para atacar la ciudad de Jerusalén.

“Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche” (Nehemías 4: 9)

Nehemías, ahora unido a otros más de sus colaboradores, dirigieron su clamor a Dios a causa de esta situación tan grave: el pueblo era pequeño aun, la muralla no estaba todavía terminada. La situación era muy delicada y un ataque en este momento traería por tierra todos los esfuerzos previos así como dejaría una marca muy difícil de borrar en la mente y en el corazón de los pobladores de Jerusalén. Siguiendo el esquema de pensamiento de Nehemías, oró y actuó, colocando guardas contra los enemigos, quienes vigilaran de día y de noche.

Un buen liderazgo no ignora los peligros que nos rodean, sino que prevé las dificultades. Los guardas se encontraban en un lugar alto y en una posición donde podían mirar más allá y más tiempo que los demás pobladores. Cualquier ataque podría ser visto antes de que llegara y así el pueblo entero podría estar preparado. Que importante es el cuidado, la previsión y la precaución; esto no es falta de fe, sino responsabilidad, cuidado y madurez para con la obra del Señor, entendiendo que somos responsables por la obra que se nos ha encomendado.

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4. Cuando el ataque viene desde afuera y desde adentro (versos 10 al 12)

“Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros”

Esta es la peor parte de este capitulo, pues la amenaza no solo venia desde afuera de la muralla, sino que se había colado adentro de la misma. Ahora, el pueblo mismo estaba desanimado; tal vez dada la incertidumbre de no saber cuando o a que hora los enemigos de Judá iban a atacar, o tal vez porque Sanbalat y Tobías habían sobornado a personas dentro del pueblo para que influenciaran a los demás. Veremos en los capítulos posteriores que esto fue una de las cosas que hicieron estos malvados hombres. Cualquier acción es valida con tal de conseguir su fin: detener el avance de la obra. Y en cierta forma lo habían conseguido, pues ahora el pueblo estaba desanimado, auto compadeciéndose y fijándose mas en lo que les faltaba por terminar que en lo que habían ya avanzado. Incluso, los judíos que vivían entre estos perversos hombres venían y desanimaban mas al pueblo (lo hicieron diez veces), incitándolos al miedo, la duda y el desánimo. La pregunta obvia es, si estos eran judíos, ¿Qué hacían viviendo con esos malos hombres, porque no venían a vivir a Jerusalén, su ciudad? Bueno, su manera de hablar, sus insidiosos comentarios muestran que sus corazones no estaban con el Señor y su obra, sino en su propia comodidad y conveniencia. Este tipo de personas siempre influenciaran para mal en los demás, incitándolos a que dejen de mirar a Dios y miren sus limitaciones, carencias y deficiencias.

Es siempre más fácil ver lo mucho que nos falta y no ver los avances, lo que el Señor nos ha enseñado, mostrado, permitido madurar. Siempre es más fácil abandonar la pelea que dar el máximo esfuerzo. La oposición ya se había colado dentro de las murallas, ahora el ataque era también por adentro del pueblo. Y los enemigos externos no se habían quedado tranquilos, planearon entrar encubiertamente, infiltrarse, atacarlos y hacer parar el proyecto.

Todo proyecto u obra que se quiera realizar para el Señor no esta exenta de estos dos tipos de ataques: externos que buscan infiltrarse, entrar encubierta y sutilmente con el fin de resquebrajar la unidad, apagar los ánimos, distraer de las prioridades y detener la obra; así como internos, actitudes, comportamientos, pensamientos y palabras que, como pequeñas grietas, van resquebrajando la solidez del trabajo realizado. Ambos ataques tienen un mismo fin: que se detenga la obra de Dios, que no avance, que el nombre del Señor no sea glorificado y sus propósitos cumplidos. Un líder sabio no puede ignorar estos peligros y veremos que Nehemías no lo hizo. Era el momento de actuar y tomar decisiones puntuales y radicales. La obra del Señor estaba en juego.

5. Un líder toma decisiones firmes en tiempos difíciles (versos 13 al 18)

“Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.

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Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí”

Ante circunstancias tan difíciles como las que estamos viendo que pasaba el pueblo de Judá, Nehemías no podía permanecer impávido y sin actuar. Un líder es sobretodo un hombre de decisiones y una vez mas, este hombre de Dios no defraudo el llamado que Dios le hizo: ante la amenaza interna y externa, el tomo acciones concretas, las cuales son:

o No condescendió con el miedo y la duda. El pueblo se encontraba desanimado viendo el trabajo que aun tenían por delante. Nehemías no los compadeció, sino que actúo para revertir ese problema. No podemos darle lugar a la incredulidad, a la actitud pesimista, porque eso es contrario a la fe. Antes bien debemos encomendar nuestras vidas y situaciones al Señor.

o Se enfocó en los puntos débiles del trabajo realizado. La muralla tenia puntos donde podía ser mas fácil el acceso de los enemigos, y Nehemías es enfocó en ellos. Los fortaleció colocando grupos de pobladores armados, preparados para repeler un ataque que el enemigo quisiera realizar por esos puntos débiles. Nehemías se anticipó al pensamiento del enemigo y no le dejó ventaja al momento de atacar.

o Organizó al pueblo para enfrentar el problema. Un líder solo no puede hacer frente a los problemas, necesita de las personas que lo rodean. Al organizar al pueblo por familias, el vinculo familiar haría que ellos se esforzaran por defenderse los unos a los otros y cuidarse entre ellos, lo cual inmediatamente multiplicaría el esfuerzo y la motivación para defender el muro y a ellos mismos. Realmente, esta es una idea brillante, pues no solo Nehemías involucró a todos los pobladores, sino que fortaleció los vínculos que los unían, resolviendo el problema de motivarlos en el camino.

o Animó a los líderes y al resto del pueblo, motivándolos a mirar y confiar en el Señor . Los líderes son esenciales para que el pueblo permanezca motivado y con dirección. Entonces Nehemías se dirigió a ellos, y también al pueblo, motivándoles a confiar en Dios. Les recordó que no había razón de temer a los enemigos, porque el Señor es grande y poderoso. Una vez más, les pone en perspectiva la razón de porque debían defender la obra: se trataba de defender algo más que un muro, se trataba de la seguridad de ellos y sus familias, de sus casas y de todo los que tenían. Nehemías era un estratega para involucrar a los demás en el cumplimiento de la visión que Dios le había dado.

o Permanecieron alertas hasta que la amenaza desaparezca. No se trata solamente de tomar decisiones por tomarlas, sino de mantenerse perseverantes en la decisión que se ha tomado. Un líder de carácter se mantiene en el camino que ha trazado, y tanto Nehemías como el pueblo se mantuvieron organizados, alertas y preparados para el ataque inminente. Esta disposición no les fue ajeno a los enemigos, ellos vieron que el Señor había descubierto sus planes y había fortalecido y animado a su pueblo, y desistieron de atacar.

o No permitió la obra se detuviera. Una vez que la amenaza de un ataque inminente hubo desaparecido, volvieron a trabajar en la obra. Hay un tiempo para todo: hay tiempo para estar listos para la batalla, pero también hay tiempo para seguir obrando, trabajando en pos de la visión. Un líder debe saber reconocer los tiempos, analizar la situación actual y dirigir a sus seguidores a realizar las labores correspondientes al momento en el que se encuentran. Esto demanda discernimiento, sabiduría y consejo sabio del líder.

o Proveyó seguridad y estabilidad para los que trabajaban. Nehemías designó que la mitad de sus siervos apoyaran en la obra de reconstrucción de la muralla, y que la otra mitad

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proveyera un equipo de seguridad al pueblo. Esto daría un ambiente de confianza, seguridad, estabilidad a los pobladores que seguían trabajando, ya que ellos habían dejado de estar en posición de repeler un ataque. Con esto pues, Nehemías se aseguró que siempre tener un grupo de personas dispuestas a pelear inmediatamente sucediera un ataque repentino.

o Involucró en el trabajo a la mitad de sus siervos y a los líderes del pueblo . No solo sus siervos estuvieron dispuestos para la obra y la batalla, sino que vemos que Nehemías también dispuso que los jefes, los líderes de la casa de Judá estaban también allí, participando del trabajo, dando animo a los pobladores. Un líder efectivo sabe involucrar a otros líderes, trabajando en equipo para que la motivación no se pierda y para multiplicar los esfuerzos en la gente que los rodea.

o Preparó al pueblo para que siguiera trabajando pero estén listos para la batalla . Como de todas maneras sus siervos no eran suficientes para defender a todo el pueblo, Nehemías dispuso que todos los pobladores que estaban involucrados en el trabajo de restauración de los muros tuvieran una espada en la mano mientras trabajaban. Con esto, tenia a los pobladores preparados para que dieran una respuesta inicial frente a un ataque mientras sus siervos se movilizaban para apoyar.

o Se mantuvo listo para dar la orden en caso de batalla. Había una persona que tenia la trompeta, lista para dar aviso en caso de urgencias. Esta persona se encontraba cerca de Nehemías para que a cualquier señal de peligro el pudiera saber el estado de la situación y poder tomar las decisiones correctas. Un líder debe estar muy atento y seguir de cerca los problemas que pudieran surgir en la obra del Señor. Un líder desentendido siempre tendrá problemas.

6. La unidad en medio de las dificultades (versos 19 al 20)

“Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros”

Aun a pesar de todos los preparativos que dispuso Nehemías, tenía un problema: el muro era muy extenso y los pobladores eran pocos. Entonces, en el trabajo sucedía que los que edificaban se encontraban separados unos de otros y si sucedía un ataque, podría haber problemas si no se podían movilizar rápido las fuerzas que Nehemías había dispuesto.

¿Cómo soluciono este problema? Bueno, pues a pesar de las dificultades y limitaciones en la obra, vemos que Nehemías debió movilizarse constantemente por toda la extensión de la obra, vigilando y supervisando el correcto avance del trabajo, así como la seguridad del mismo. Ya que el tenia a su lado a quien tocaba la trompeta, en cuanto hubiera señal de peligro, todos debían acudir a la llamada y disponerse a defender la obra.

Aquí vemos que Nehemías tenia la ardua labor de mantenerse siempre en movimiento, supervisando la labor, pero también vemos que el promueve la unidad entre los lideres y el pueblo. SI una parte era afectada, todos debían ir a apoyar. Nehemías entendía que Dios estaba con ellos, no los abandonaría en la obra que El mismo les encomendó; pero también entendía que la unidad de todos era necesaria para poder salvaguardar la labor que Dios les había encomendado. Un pueblo unido podría llevar a cabo la obra de Dios de manera eficiente y adecuada. Un pueblo dividido pronto caería a manos de los enemigos, internos o externos.

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7. Un líder inspira a los demás a la acción (versos 21 al 23)

“Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra. Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse”

Nehemías era un líder de oración y de acción. No solo dirigía y supervisaba, sino que también era parte del trabajo. Ordenó al pueblo a que permanecieran dentro de la ciudad, sirviendo en la obra de día y guardando la ciudad como centinelas de noche. Les estaba pidiendo un gran sacrificio, pues involucraba la totalidad de su tiempo, tiempo que podrían ocupar en hacer otras cosas.

¿Cómo logró la participación del pueblo? Bueno, vemos que Nehemías mismo, junto con sus familiares y su gente cercana hicieron lo mismo, y lo hicieron de tal manera que ni siquiera se daban un descanso, sino que estaban haciendo lo mismo que le habían pedido al pueblo hacer. Los seguidores no invertirán su tiempo y vidas siguiendo a un líder que no esta dispuesto a seguir el mismo camino que el exige a los demás.

Nehemías era un líder que daba todo para lograr el propósito de Dios, y esa pasión, esa coherencia entre lo que decía y lo que hacia, inspiraba a los demás a hacer grandes sacrificios con tal de lograr la visión de Dios. Y esto es la esencia del liderazgo: la capacidad de inspirar a otros a hacer cosas que de otra manera no harían, con tal de hacer realidad un sueño, una visión dada por Dios. Esto es imposible de hacer a menos que tal líder esa una persona de carácter, integro, que vive lo que predica y que camina el mismo camino que sus seguidores, yendo por delante para marcar el camino. Un liderazgo así inspira y motiva a las personas.

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Capitulo 5: Las dos caras del liderazgo

Este capitulo muestra una de las facetas más interesantes pero también una de las menos comprendidas (y aplicadas) del liderazgo: el interés que debe tener el líder por el bienestar y el desarrollo de las personas que lo rodean, y el manejo de los conflictos en el trabajo. En el capitulo anterior vimos como Nehemías organizó al pueblo con el fin de resistir el ataque de los enemigos del exterior; sin embargo, ahora veremos como Nehemías se tuvo que enfrentar a un enemigo interno: aprovechando los tiempos de batalla, algunos judíos que tenían solvencia económica se habían estado aprovechando de sus vecinos mas pobres, engañándoles y esclavizándoles por medio de las deudas y los intereses. La manera como Nehemías trata con este asunto es una muestra de un liderazgo coherente, real y muy comprometido con la obra de Dios, la cual nunca esta desligada de la búsqueda por el bienestar de las personas.

1. Semillas de destrucción (versos 1 al 5)

“Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros”

(Nehemías 5: 1-5)

Había una situación de grave desigualdad social en Jerusalén. El muro se estaba reconstruyendo, y con ello se garantizaba la protección de los enemigos externos, pero las semillas de la destrucción se encontraban dentro de los muros. Mientras algunos estaban viviendo holgadamente, otros estaban siendo vendidos literalmente y esclavizados por un plato de comida o un poco de granos para poder subsistir. Es importante la protección contra enemigos externos; pero la raíz del problema siempre se encuentra en el corazón del hombre, este es “engañoso mas que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17: 9) y que “todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5).¿En que consistía realmente este problema? Los versículos 2 al 5 nos lo describen:

Habían pedido prestado grano para comer y vivir Habían empeñado sus tierras, viñas y casas para comprar grano Habían tomado prestado mas dinero para pagar el tributo del rey, en perjuicio de sus terrenos y

viñas Su necesidad había llegado al extremo de que tuvieron que dar sus hijos e hijas en servidumbre, sin

posibilidad de rescatarlos porque no tenían con que pagar, pues todo lo que tenían ya era de otros, pues ya lo habían dado por conseguir grano para comer.

El cuadro que se nos muestra es muy grave. La población se encontraba en un círculo vicioso de pobreza, del cual no podían salir: para comer empeñaron todo lo que podía generarles riqueza, y ya no tenían mas dinero para comprar grano y poder generar sustento para ellos y sus familias. Se habían esclavizado y dependían de otros aun para su sustento diario.

Esta situación era por demás desesperante y era el caldo de cultivo para actos delincuenciales, revueltas, división y saqueos de la gente desesperada por conseguir comida y grano para trabajar.

2. La respuesta de Nehemías (versos 6 al 11)

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“Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés”

(Nehemías 5: 6-11)

Un líder no solo debe preocuparse de que se haga el trabajo operativo o del cumplimiento de las metas trazadas, sino también de que las personas que están a su alrededor, y que son realmente el objetivo de su trabajo, crezcan y se desarrollen de manera que cumplan adecuadamente el trabajo y las metas trazadas. La labor en el ministerio tiene como propósito la gloria de Dios y se logra a través de personas y las relaciones con ellas. Algo muy importante y que no podemos pasar por alto es la capacidad de influencia que tenía Nehemías: el pueblo, a pesar de vivir en las condiciones en las que se encontraba, de tanta necesidad, estuvo presente y colaboró en la reconstrucción del muro. Eran pocos, estaban debilitados, endeudados y con hambre; sin embargo, participaron de la obra de Dios.

Esta situación de injusticia y necesidad provocó la ira de Nehemías: se molestó pero inmediatamente vemos que meditó la situación para evitar actuar en su ira o impetuosamente, dañando a más personas y empeorando la situación. Un líder debe controlar sus emociones, tener un carácter estable y tomar decisiones basado en sus principios, no en lo que siente en un momento en particular. Que importante, y que raro, es encontrar un hombre que medita sus palabras antes de hablar, que es responsable por sus actos y que se cuida de hablar con tino, criterio, porque tiene en mente el bienestar de la obra de Dios y de las personas que la rodean (Proverbios 10: 19, 12: 18).

“El que ahorra sus palabras tiene sabiduría;de espíritu prudente es el hombre entendido” (Proverbios 17: 27)

Nehemías tomo una decisión luego de meditar el asunto: reprendió públicamente a los líderes del pueblo. Hablar con ellos uno por uno hubiera sido muy difícil, pues pudiera tomarse como un asunto personal con alguno de ellos y no hubiera faltado quien hubiera pedido una excepción o incluso un intento de soborno. Hacerlo publico no atacaba a nadie personalmente, sino al hecho en si que estaban cometiendo y además era un acto donde podrían estar todos los involucrados, los que afectaban y los afectados. La reprensión estuvo compuesta de las siguientes declaraciones:

Estaban abusando de personas con quienes tenían una relación: Eran sus hermanos, pertenecían todos al pueblo de Dios. El abuso, sea a quien fuere, de por si es malo y pecaminoso a los ojos de Dios; mas aun si a quienes se comete es al pueblo escogido del Señor.

“Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero (prestamista), ni le impondrás usura (interés)”

(Éxodo 22: 25)

No estaban cumpliendo el propósito de Dios: Nehemías y los suyos, por medio de la obra de la reconstrucción del muro, estaban rescatando a sus hermanos judíos que se encontraban dispersos

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y en naciones paganas; sin embargo, los del mismo pueblo vendían a sus hermanos más pobres, no cumpliendo el propósito de Dios (Isaías 11: 12, Ezequiel 20: 34) ni de la obra que se le había encomendado a Nehemías. ¿De que servía que reconstruyeran la muralla, que colaboraran, si en sus corazones seguían pensando como las naciones paganas, buscando solo su beneficio personal, yendo en contra de la voluntad expresa de Dios para su pueblo? Al recriminarles esto, no supieron que responder: estaban, y con razón, avergonzados.

No habían entendido la disciplina de Dios en tiempos antiguos: Estaban desobedeciendo explícitamente a Dios con lo que hacían y demostraban que no habían entendido porque fue que Israel había sido desterrado, por su desobediencia constante y contumaz a la Palabra de Dios. Ellos se encontraban haciendo lo mismo y se estaban poniendo nuevamente en la posición de ser disciplinados por Dios (Levítico 25: 35-37, Deuteronomio 15: 7-11).

3. Respuesta al llamado del líder (versos 10 al 13)

“También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés. Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto. Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto”

(Nehemías 5: 10-13)

Nehemías no solo se queda en señalar el problema, sino que también propone una solución al mismo. Ahora, el busca que los líderes apoyen su propuesta, por lo cual parte de un punto en común que tienen tanto ellos como el. Les comenta que tanto el como su gente habían prestado dinero y grano a los pobladores, así que si lo vemos desde un punto de vista meramente material, ellos también serian perjudicados con la propuesta, pero el fin de ella no es el beneficio personal, sino el de todo el pueblo de Dios, su preservación y la gloria de Dios al reconstruir no solo el muro, sino la identidad y unidad nacional.

“Os ruego” dice Nehemías. Este líder entendía que el liderazgo no se trata de imposición, sino de motivar a los seguidores a seguir la visión de tal manera que se identifique con ella. Les pide quitar el interés de los préstamos hechos al pueblo, así como devolver las tierras, viñas, olivares, casas y una parte del dinero, grano, vino y aceite equivalente a la centésima parte del interés cobrado. Esto con el fin de devolverles a los pobladores la independencia económica y la posibilidad de poder volver a cultivar y generar riquezas con lo cual poder mantenerse, pagar sus tributos y salir de la esclavitud y la miseria.

Ante la propuesta de Nehemías, los líderes responden afirmativamente. Deciden devolver todo lo que les habían tomado y no exigirles nada. Nehemías pidió que sea ratificado como un juramento ante los sacerdotes, ya que era un paso de obediencia, no a Nehemías, sino a Dios quien había estipulado este comportamiento en su palabra (Éxodo 22: 22-27). Asimismo, extendió la ordenanza no solo a los líderes sino a todo el pueblo, quien se encontraba presente en la asamblea. Los líderes tienen responsabilidad, pero cada uno de los miembros del pueblo también la tenia.

Vemos al final de la asamblea, que el pueblo alaba a Jehová por la solución dada a este grave problema. Lo que pudo ser la semilla de la destrucción de Jerusalén desde sus propias entrañas, fue usado por Dios para reforzar la unidad, la obediencia a la Palabra de Dios y la identidad como pueblo escogido por el Señor. Un líder ve una necesidad y busca una solución, pero es realmente agradable a Dios cuando el

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líder obedece a Dios, procurando una solución conforme al corazón de Dios y llevando a las personas a dirigir su mirada, tanto en medio de la necesidad como en el gozo de la solución, hacia Dios como la Fuente de nuestra vida.

4. La base del liderazgo de Nehemías (versos 14 al 19)

“También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador. Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aún sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios. También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra. Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban a mi mesa. Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave. Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo”

(Nehemías 5: 14-19)

Nehemías no les había pedido nada a los líderes del pueblo que el mismo no haya hecho antes. Un líder debe caminar primero el camino que los seguidores han de recorrer. Ese testimonio e integridad de carácter le dieron credibilidad a sus palabras, generaban confianza y eran el sustento de la influencia que tenia como líder sobre los demás, motivándolos a la acción aunque esta pareciera muy difícil o demandara muchos sacrificios. El compromiso, la motivación para con la obra no es cosa demasiado difícil cuando el que lidera es una persona comprometida, motivada y dispuesta a sacrificarse por la visión y por el bienestar de las personas. Un líder que no tenga estas características no contará con el apoyo de la gente, ni con la credibilidad para hacer efectivas sus palabras. Lo mas triste que puede ocurrir es ver a un líder sin influencia sobre los demás.

¿En que se basaba la credibilidad y el testimonio de Nehemías, tocante a este tema?

o Durante 12 años que trabajó como gobernador, no quiso recibir sueldo del rey. Esta decisión tenia un doble propósito: validar la sinceridad de su misión ante el rey Artajerjes (el ir a Jerusalén no era un safari para hacerse de dinero, como los otros gobernadores antes que el); y también obedecer a Dios, no poniendo mas carga sobre el pueblo atribulado.

o “pero yo no hice así, a causa del temor de Dios”. La motivación atrás de las decisiones de Nehemías era el temor a Dios (Proverbios 8: 13)

o El mismo formó parte del equipo restaurador del muro y no “aprovechó” su puesto para enriquecerse y obtener beneficios personales.

o Mantenía 150 oficiales que comían de su mesa. Era generoso y hospedador aún en medio de la escasez. Era un líder preocupado por el bienestar de sus líderes y colaboradores cercanos, así como del pueblo en general.

o “Acuérdate de mí para bien, Dios mío”. Su esperanza y motivación estaban en Dios, no en los hombres. Este líder tenía la perspectiva correcta del liderazgo: la gloria le pertenece a Dios, la recompensa viene de Dios, la obra es de Dios, el solo es un servidor humilde, un administrador de lo que Dios le había encomendado (1 Corintios 3: 5, 4: 1).

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Capitulo 6: La batalla continua del líder

Al parecer los problemas no terminan para Nehemías. En el capitulo anterior lo vemos enfrentarse a las semillas de destrucción que se estaban colando en el pueblo, con los abusos que muchos de los lideres judíos estaban cometiendo con sus hermanos mas pobres. Ahora, en este capitulo lo vemos combatiendo la corrupción que ya se había infiltrado entre los lideres y pobladores en la ciudad de Jerusalén, lo cual amenazaba toda la fibra moral de la nación. Ese tipo de componendas y comportamientos pecaminosos eran como grietas que estaban resquebrajando la estructura de la sociedad judía y, de no corregirse, terminarían por destruir la aun débil identidad y unidad del pueblo de Dios.

No solamente esto, sino que vemos como el liderazgo bíblico no esta exento de contratiempos, enemigos y circunstancias adversas. Vemos que los enemigos de Nehemías, Tobías, Sanbalat y Gesem, aun seguían por allí tramando maldades contra los judíos. No se habían dado por vencidos sino que permanecían intentando de muchas maneras oponerse y perjudicar la obra de Dios.

“Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en

las puertas)”(Nehemías 6: 1)

Vemos ahora que el muro estaba edificado. Ahora era mas difícil ya para los enemigos poder ingresar en la ciudad de manera sorpresiva. Sin embargo, los enemigos del pueblo de Dios ahora procuran distraer a Nehemías, amenazarlo y atemorizarlo, contando para ello con el apoyo de algunos lideres corruptos y pobladores que se habían aliado con el enemigo, siendo traba para el avance de la obra de Dios. La manera como trata Nehemías con cada uno de estos obstáculos es una enseñanza de verdadero liderazgo, confianza y dependencia en Dios, digno y necesario de imitar por cada uno de nosotros en este tiempo.

1. Primera ataque: Distracción (versos 2 al 4)

“Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Más ellos habían pensado hacerme mal. Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera”

(Nehemías 6: 2-4)

Tanto Sanbalat como Gesem intentaron distraer a Nehemías de la ejecución de la obra del muro, hasta en cuatro oportunidades. Como ya no podían ingresar a la ciudad, ellos intentaron que Nehemías saliera hacia ellos. Este rehusó salir, dado que lo pondría en peligro (era evidente que se trataba de una trampa); y además cesaría el proyecto, debido a la distracción y falta de supervisión. Aun la obra no estaba lista y los líderes no estaban aun preparados para trabajar independientemente de Nehemías. El sabía esto, por ello se enfocó en su responsabilidad, dado el tiempo que aun tenía por delante, que era limitado. Si bien es cierto que un líder no debe ser indispensable para la obra, también es cierto que en etapas tempranas de trabajo, la obra requiere de la supervisión y presencia constante del líder, del ánimo y el empuje que este le puede dar no solo al trabajo sino a quienes participan del mismo. En este sentido, el liderazgo es necesario, más no indispensable.

Si bien es cierto el muro estaba ya terminado, las puertas no estaban colocadas en sus posiciones finales y por ende, la ciudad aun se encontraba vulnerable a ataques. Es de resaltar que este gran líder no se distrajo con eventos circunstanciales sino que prosiguió con el trabajo. Sabia cual era su responsabilidad, su llamado y la perseverancia que se necesitaba para terminar la labor encomendada.

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2. Segundo ataque: Intimidación (versos 5 al 9)

“Entonces Sanbalat envió a mí su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano, en la cual estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros; y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey; y que has puesto profetas que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: ¡Hay rey en Judá! Y ahora serán oídas del rey las tales palabras; ven, por tanto, y consultemos juntos. Entonces envié yo a decirle: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas. Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos”

(Nehemías 6: 5-9)

Después de las cuatro veces que quisieron distraer a Nehemías, dieron un paso mas allá en su intento de detener la obra: ahora enviaron cartas a Nehemías donde inventaban toda una historia de rebelión, en la cual la verdadera motivación de Nehemías para reconstruir los muros era rebelarse contra el rey Artajerjes, proclamarse el mismo rey y reinar sobre los judíos. Aun, Nehemías habría colocado profetas que lo validaran como rey en Jerusalén, con el fin de ganarse el aprecio popular. Con esta carta en mano, “invitan” a Nehemías a reunirse con ellos para evitar que la misma llegue a manos del rey.

Tal patraña era un ataque directo a las motivaciones reales de Nehemías para realizar la obra y estaba dirigida no solo a intimidar a Nehemías, sino a ponerlo en contra del rey, a que el pueblo mismo dudara de él y que por ende, la obra se paralizara y no se llevara a cabo. Si no pudieron detener su comienzo, por lo menos la detendrían a medio camino, el fin era que no se termine; que la ciudad no se asegure y que el nombre de Jehová no sea glorificado. Nehemías no se acobarda, sino que claramente declara que esto es una invención del malvado corazón de Sanbalat, y pone el asunto en oración a Dios, dado que El, su gloria y su obra son sus reales motivaciones. En su oración, pide fortaleza para poder seguir obrando y no detenerse en el llamado de Dios.

3. Tercer ataque: Temor (versos 10 al 14)

“Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte. Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré. Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado. Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado. Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo”

(Nehemías 6: 10-14)

Aquí en este punto el ataque realmente se vuelve tenebroso: la corrupción había alcanzado a los mismos líderes del pueblo judío. Uno de ellos, Semaías, había sido directamente sobornado por Sanbalat y Tobías para atemorizar a Nehemías, incitándole a que se esconda en el templo, bajo directa amenaza de muerte de los enemigos de Nehemías. Y entonces es en este punto donde vemos una de las mayores cualidades del liderazgo de Nehemías: su valor e integridad. Nadie sabia de esto, solo Semaías y el, si se escondía en ese momento nadie lo sabría; sin embargo, este gran líder no iba a vender su nombre y todo lo que había representado hasta este momento solo por salvar su vida, en caso fuese real la amenaza.

La respuesta de Nehemías va precedida de dos preguntas que son claves para entender esta porción del texto bíblico:

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¿Un hombre como yo ha de huir? – Y la pregunta es ¿Quién es un hombre como el? Un hombre de convicciones, de valor, de principios. Un hombre así, de integridad, no huye de sus problemas, sino que los enfrenta. Se pone delante de la brecha en favor de aquello que defiende.

¿Y quien, que fuera como yo, entraría en el templo para salvarse la vida? – Un hombre así, ¿usaría el templo de Dios, cuya finalidad es la adoración y el culto a Dios, para sus propios beneficios? De ninguna manera, sino que seria coherente con sus principios. Para un hombre de integridad, hay cosas más importantes que la vida misma: el valor, los principios, la obediencia a Dios, y por ellos, puede dar la vida sin pensarlo dos veces. Esa clase de hombres son líderes probados y aprobados delante de Dios y de los hombres.

La respuesta es obvia: No entraré dice Nehemías. Él no es la clase de hombres que huye de los problemas, que se esconde de los desafíos. Él es un hombre de fe, de convicciones, de valor, un líder hecho y derecho. El retroceder de esa manera seria ir en contra de sus principios, su fe y todo lo que había predicado con sus palabras y sus hechos hasta este momento.

Y aquí entra otra característica del liderazgo bíblico, maduro y agradable a Dios: su discernimiento. Nehemías se dio cuenta de que esta situación era orquestada: Sanbalat y Tobías habían sobornado directamente a Semaías y a demás pobladores para que lo hagan temer, para que en ese temor entrara al templo a salvar su vida, trayendo sobre su nombre y reputación una deshonra e infamia que seria usada por sus enemigos para traer abajo la labor de la reconstrucción de los muros. Entonces, aquí estaba en juego más que solo el buen nombre de Nehemías, sino en si todo el trabajo realizado.

Nehemías cierra esta etapa con una oración, pidiendo la intervención de Dios sobre aquellos que habían intentado infundirle miedo y detener la obra. Es hermoso como Nehemías, a pesar de haber pasado por todos estos problemas, no toma los ataques como algo personal, sino que encomienda a Dios la causa. Un líder que no se deja llevar por la emociones, por la amargura sino que las encomienda a Dios, siempre contará con su aprobación y será de bendición para todos los que le rodean.

4. La recompensa de Nehemías (versos 15 al 16)

“Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra”

(Nehemías 6: 15-16)

La recompensa llegó después de tanto trabajo y esfuerzo: el muro se reconstruyó en tan solo 52 días. En menos de 2 meses, esta gran obra se llevó a cabo; a pesar de que los pobladores eran pocos y débiles, aunque tuvieron muchos contratiempos, pudieron hacer posible lo que parecía imposible.Los enemigos de Nehemías tuvieron temor, fueron humillados y tuvieron que reconocer que la mano de Dios estaba presente durante todo este proyecto. Aunque ellos se endurecieron y permanecieron en sus intentos de detener la obra, habían “trabajado en vano”, pues se enfrentaban no a Nehemías, sino a Jehová de los Ejércitos, quien había determinado la reconstrucción de su amada ciudad, como parte del cumplimiento de sus propósitos con Israel y con la humanidad.

También debemos de notar que la perseverancia, carácter e integridad de Nehemías se mantuvo hasta lo último del proyecto. Esa constancia tuvo sus frutos, pues la obra terminada glorifica a Dios delante de todos. No solo los enemigos fueron asombrados y tuvieron que reconocer la soberanía y poder de Dios, sino también el pueblo seria grandemente animado al ver la mano de Dios sobre su pueblo. ¡Que gran alegría!, ¡que privilegio ver los muros de Jerusalén nuevamente restaurados! Ser parte del plan de Dios, viendo como El cumple sus propósitos, anunciados desde hace muchos años por sus profetas.

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5. Un ultimo ataque: el yugo desigual

“Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías, y las de Tobías venían a ellos. Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías. También contaban delante de mí las buenas obras de él, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme”

(Nehemías 6: 17-19)

En esta ultima parte del capitulo, Tobías toma protagonismo. Él era medio judío y se aprovechaba de esto para tener comunicación con los del pueblo. Muchos del pueblo se habían aliado con el, permitiéndole a Tobías ampliar su peligrosa influencia sobre el pueblo judío. Esta era una peligrosa amenaza para la ciudad de Jerusalén, así como un solapado pero insistente ataque contra el ánimo y valor de Nehemías. Un ataque así, seria aun más peligro que un ataque directo, pues involucraba no solo a los enemigos directos y reconocidos de Nehemías, sino la corrupción de los mismos pobladores de la ciudad santa de Jerusalén.

¿Cuál era el sentido de contarle a Nehemías las “buenas obras” de Tobías? Pues la idea era aprovechar la herencia medio judía de este enemigo de Jerusalén para lograr un puente, una apertura de parte de Nehemías con el fin de tal vez entablar una alianza. Muchos pobladores ya estaban de parte de él; pero como Nehemías no transigía con estas cosas, se mostraban las reales intenciones de Tobías: seguía enviando cartas para atemorizarlo.

Nehemías ya había pasado demasiadas circunstancias y era un hombre lo suficientemente sensato como para entender que no podía hacer ninguna componenda con el pecado ni con los enemigos de Jerusalén. Esa disposición a mantenerse apartado para Dios y su obra siempre es fundamental si se quiere contar con la bendición de Dios. Una pequeña licencia puede arruinar años de trabajo y liderazgo.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?

(2 Corintios 6: 14)

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Capitulo 7: Un líder es necesario, pero no es indispensable

Este capitulo nos habla de como Nehemías, una vez terminada la reconstrucción de los muros de Jerusalén y sus puertas, empieza la reconstrucción de la ciudad por dentro. Para ello Nehemías designa líderes y los distribuye según sus funciones, teniendo cuidado en los requisitos morales y espirituales que debían tener las personas que habrían de ocupar estos cargos de autoridad

Habiendo terminado la reconstrucción de los muros en el tiempo designado, Nehemías debía regresar a la corte persa del rey Artajerjes; pero antes de ello realiza una pequeña organización del pueblo, basándose en el registro de los que habían subido a Jerusalén con Zorobabel. Este registro sirvió como base para poder identificar y ordenar a los pobladores y a los servidores en el templo. Todo lo hizo ordenadamente, dejando al cuidado de la ciudad a los oficiales ordenados, ya que él se volvía al reino; aun así, la obra no debía detenerse. Esto nos habla del cuidado que debe tener el líder para que la obra no dependa de uno, sino que pueda seguir avanzando aunque el no este.

1. Eligiendo nuevos lideres

Lo primero que vemos es que ya se había redificado el muro exterior y sus puertas ya habían sido colocadas, para cuidar tanto el ingreso como la salida de amenazas u oportunidades a la ciudad. Ahora, era el tiempo de comenzar a organizar el trabajo dentro de los muros, con el fin de que el desarrollo de la ciudad fuera sostenible en el tiempo, así Nehemías no estuviera presente. Fueron señalados los obreros básicos para la vida de la ciudad y la obra del ministerio. Delegando de esta manera las responsabilidades, se aseguraba el buen funcionamiento de la obra de Dios y sobretodo, la vida de adoración del pueblo (cantores y levitas). Si se descuidaba el fundamento espiritual de la ciudad, el caos y la destrucción no vendrían desde afuera, sino desde adentro. Nehemías sabia esto, por ello veremos a partir de este capitulo, los esfuerzos por establecer y cimentar los fundamentos correctos para la vida espiritual de la nación.

Una de las primeras acciones que tomo Nehemías con respecto a la organización fue la de ordenar que las puertas de la ciudad de Jerusalén no se abran hasta que haya calentado el sol, es decir, haya suficiente luz y actividad de los ciudadanos de la ciudad para evitar algún ataque sorpresa u actividad extraña de intrusos que provocaran algún problema dentro de los muros. Para ello, se apoyó en su hermano Hanani, quien fue aquel que le compartió la preocupación por el estado de los muros de Jerusalén en un principio (Nehemías 1: 2); como en Hananias. Es de rescatar que se menciona que Hananias era un varón de verdad (integridad) y temeroso de Dios. Nehemías no basaba su elección de líderes en aspectos externos o temporales, sino en el carácter de las personas y su corazón para con Dios y con su obra. Asimismo, Nehemías colocó guardas para los muros de entre los mismos ciudadanos y delante de sus propios hogares; asegurándose que la vigilancia sea consistente y eficiente (¿Quién no se preocuparía en vigilar y cuidar su propia casa?). Una constante vigilancia era lo mejor para el cuidado de la ciudad.

2. Preparándose para pasar la antorcha del liderazgo

Del verso 5 al 59 vemos que Dios puso en el corazón de Nehemías el empadronar a los nobles, oficiales y al pueblo en general. ¿Cuál era el fin de esto? La idea era poder rastrear las genealogías de cada poblador, de cada líder, de cada servidor, con el fin de asegurar la pureza racial de los servidores de Dios, tal y como estaba establecido en su Palabra desde los tiempos de Moisés, así como poder realizar una eficiente organización del pueblo. Dado que los servidores de la casa de Dios se manejaban en función de grupos familiares, era correcto y bueno conocer cada familia establecida en la ciudad, y poder ubicar a cada uno según su oficio, labor y ministerio dentro de la casa de Dios. Para ello, vemos que Nehemías investigó, escudriñó en los libros de las genealogías antiguas con el fin de utilizar lo que anteriormente ya había sido estudiado. Nehemías no solo era un hombre de acción, sino que era

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también un investigador, un estudioso de la realidad y de la historia con el fin de entender los acontecimientos. Este es una hermosa lección de como Dios obra con sus siervos: Dios pone en el corazón del hombre la visión, y corresponda a su siervo el esforzarse, estudiar y poner todo de su parte con el fin de ser lo más eficiente y efectivo posible en la labor que se le ha encomendado.

“Todos los sirvientes del templo e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos. Y estos son los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su genealogía, si eran de Israel”

(Nehemías 7: 60-61)

Lo que Nehemías encontró luego de su investigación fue que hubo un grupo de servidores del templo que no pudieron demostrar su genealogía, hasta el punto de ni siquiera poder demostrar si pertenecían al pueblo de Dios. ¿Y ellos habrían de servir en el templo? Nehemías buscaba mantener la santidad, la pureza y la separación que era inherente a tan sagrado servicio. Esto definitivamente era determinante para que el pueblo pudiera entender gráficamente la santidad de Dios, tanto como para establecer un ejemplo de la obediencia debida a la Palabra de Dios.

“Y de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y se llamó del nombre de ellas. Estos buscaron su registro de genealogías, y no se halló; y fueron excluidos del sacerdocio , y les dijo el gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim”

(Nehemías 7: 63-65)

De la misma manera, se encontraron sacerdotes que no pudieron sustentar su genealogía; por tanto fueron excluidos del servicio activo en la casa de Dios. Esto nos habla tanto del cuidado que debe tener el líder con respecto al nombramiento de nuevos líderes para la obra del ministerio; así como la responsabilidad personal que debe tener cada servidor de Dios. Cada sacerdote debía haber tenido el cuidado, conociendo la Ley como ellos debían conocerla, de tener clara su genealogía, porque eso era tanto la garantía de su llamado como un paso de obediencia básica a las Escrituras. De la misma manera, ese cuidado no solo era una garantía de la pureza sacerdotal, sino también de la vida de adoración del pueblo de Dios, un ejemplo vivo de la santidad y vida separada que Dios demanda de su pueblo. También, una vez garantizada su derecho a servir, dada su ascendencia, les daba la seguridad tanto a ellos como al pueblo frente a cualquier duda o reclamo que pudiera haber después, sea a la decisión de Nehemías de nombrar a aquellas personas, como a la veracidad de su llamado a la obra; dado que nadie en el pueblo de Dios podría dudar de las normas dadas en las Escrituras. Un líder que actúa correctamente conforme a la Palabra de Dios, no fundamenta sus decisiones ni tampoco lleva a las personas a obedecer basado en su propia voluntad, sino que lleva sus decisiones, ejemplo y trabajo a la obediencia a la Palabra de Dios.

3. Los resultados de la obediencia

“Y algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. Los cabezas de familias dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata. Y el resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales”

(Nehemías 7: 70-72)

Esta parte de la Escritura nos habla de uno de los resultados de la obediencia: la bendición y la provisión de Dios. Dios puso en el corazón de su siervo el poder ordenar el trabajo que se estaba realizando, Nehemías obedeció, siendo excelente en el camino, y entonces vemos que Dios también provee las necesidades espirituales de los servidores en la casa de Dios. Tanto los nobles, como el mismo

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Nehemías y los pobladores dieron para el mantenimiento de la obra, el tesoro de la obra y las vestiduras sacerdotales. Vemos que el pueblo se involucró en el dar para la obra de Dios, algo que ciertamente muchos lideres anhelarían; pero las Escrituras nos muestran que dicha respuesta de obediencia y generosidad del pueblo son el resultado de la dirección de Dios, así como de la obediencia del líder y del pueblo.

¿Cuál fue el resultado de estas acciones de Nehemías?

“Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades”

(Nehemías 7: 73)

Vemos que el resultado del obrar de Nehemías fue que el pueblo se encontraba organizado en sus diferentes oficios y posiciones, listos para la obra del servicio, que habitaron en Israel y sus ciudades. Un líder debe enfocar su trabajo no solo en cumplir su labor con la mayor eficiencia y eficacia, sino también en asegurarse que el trabajo pueda continuar aunque él no se encuentre presente. Nehemías no creo una dependencia hacia él, sino que organizó el trabajo de tal manera que hubiera líderes y servidores en cada área de la obra y puedan desarrollar sus labores con libertad y seguridad.

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Capitulo 8:

Este capitulo nos habla de la labor que realizó Esdras con los lideres y sacerdotes en el pueblo de Jerusalén. Ellos empezaron a proclamar y enseñar la ley del Señor al pueblo; y lo resaltante de este punto es que el pueblo entendió las palabras de la Ley y fueron confrontados por la misma. Tanto fue el impacto de la enseñanza que los lideres tuvieron que animar al pueblo a que deje de llorar y entristecerse por causa de lo que la Palabra de Dios les hablaba. Esto nos habla de la importante labor que tienen los líderes de enseñar la Palabra de Dios al pueblo, dando énfasis en que ellos puedan entender correctamente la misma; pues esto trae verdadera transformación y gozo. La actitud de Esdras de enseñar todo el consejo de Dios determina la actitud de los demás líderes y el crecimiento del pueblo en general.

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Capitulo 9:

Este capitulo nos habla de la oración de intercesión que hicieron tanto Esdras como los principales sacerdotes con respecto al pueblo de Israel. Es una oración hermosa, profunda y humilde, donde el pueblo de Israel reconoce la mano de Dios a través de la historia de su pueblo, entendiendo que por el propósito de Dios es que nacieron como pueblo, y que su mano los había sostenido todo este tiempo; a pesar de que ellos constantemente se habían apartado de sus caminos y sus enseñanzas. Esta oración es una remembranza de la historia del pueblo de Dios, por medio del cual ellos se identificaban con el plan de Dios, así como con las consecuencias del pecado que los había llevado al punto en el que se encontraban ahora: la desobediencia a la Palabra de Dios.Ahora, en este punto, luego de haber leído y entendido la Ley, se produce la respuesta natural: buscar el rostro de Dios con el fin de hacer un compromiso con Dios de caminar en obediencia a su Ley y de pedir protección y gracia para sus vidas de ahora en adelante. Sin un volver a la Palabra de Dios, no existe verdadera restauración.

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Capitulo 10:

Este capitulo nos habla del compromiso que tomaron tanto el pueblo como los lideres después de la oración de intercesión de Esdras y los sacerdotes. Ellos habían dado los pasos correctos para ponerse en la situación de hacer un compromiso aceptable delante de Dios: se habían separado de los extranjeros y de toda contaminación, y tenían comprensión y discernimiento para comprender las implicancias del pacto que iban a firmar delante de Dios.Ellos se comprometieron a obedecer la Ley de Dios, a respetar los días de descanso, así como proveer para la casa de Dios, así como para los sacerdotes y levitas. El meollo del asunto era no abandonar el culto de la casa de Dios, ni la obediencia a la Palabra de Dios. El pueblo estaba motivado a obedecer y los líderes encabezaban dicha iniciativa.

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Capitulo 11:

Este capitulo nos habla de la repoblación de la ciudad de Jerusalén, dado que no habían muchos habitantes en ella, debido a que los muros habían sido reconstruido en su extensión original, y quedaban muchos espacios vacíos y sin habitar dentro de los muros. La mayoría de los habitantes se encontraban en las provincias rurales de Judea y eran pocos los que querían ir a habitar Jerusalén por la inversión en tiempo y dinero que supondría eso, además de que la ciudad aun era blanco de conspiraciones y probables ataques por los enemigos de ella.Sin embargo, un grupo de pobladores eligió voluntariamente ir a vivir a Jerusalén para repoblarla. Esto fue digno de admiración por parte de los demás pobladores, quienes veían esto como un acto de patriotismo y valentía.Asimismo, Nehemías designó que uno de cada diez pobladores de Israel fuera a vivir a Jerusalén con el fin de ayudar con la repoblación y con el mantenimiento del culto y el servicio de la casa de Dios.

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Capitulo 12:

Este capitulo nos habla de la dedicación de los muros de Jerusalén. Nehemías organizó una ceremonia significativa, hermosa y de gran alegría, pues estaban consagrando la ciudad, sus murallas y sus pobladores nuevamente al Dios de los cielos, el cual había puesto su nombre en esta ciudad. Nehemías realizó una doble procesión, donde el mismo estaba en un grupo y Esdras en el otro, dando a entender con esto la importante labor del sacerdote que enseña la Palabra de Dios, y del gobernador que trae la administración y el liderazgo al pueblo.Gran gozo se apoderó de la ciudad, tanto que se oían los gritos y la algarabía aun muy lejos, así como gran generosidad del pueblo para los servidores de Dios, pues habían hecho su trabajo correctamente y el pueblo estaba emocionado, agradecido y feliz con la gran bendición que Dios les había dado de poder estar nuevamente en su ciudad, con gran gozo y paz.

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Capitulo 13:

Este capitulo nos habla de las ultimas reformas que realizo Nehemías en la ciudad de Jerusalén, una vez que hubo regresado a la ciudad luego de haber vuelto al rey de Persia a seguir cumpliendo sus labores. A su regreso, encontró que los levitas y cantores se habían vuelto a sus heredades porque se había suspendido el sustento que ellos necesitaban. También muchos pobladores habían contraído matrimonio con mujeres extranjeras, se había descuidado la casa de Dios, tanto que Tobías, uno de los mas acérrimos enemigos de Nehemías y de Jerusalén, el que había antes intentado destruir e interrumpir la obra de restauración de los muros, ahora tenia una sala dentro del templo para usarla como vivienda.Es comprensible que cuando Nehemías regresara, y al enterarse de toda esta situación, tomara acciones drásticas como expulsar a Tobías y sus pertenencias, reprender duramente a los que habían contraído matrimonio con mujeres paganas, a prohibir con pena de arresto a quienes se atrevían a profanar el día de reposo, y restituir nuevamente a los servidores de la casa de Dios.

Nehemías termina su reporte orando para que Dios le bendiga, sabiendo que hizo todo lo que de su parte se encontraba a la mano para hacer

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Conclusiones