Nuestra Memoria 21

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nuestra memoriaaño IX / número 21 / abril de 2003

3 Mensaje del PresidenteDr. Gilbert Lewi

4 Testimonio de una sobreviviente del Ghetto de Varsovia Eugenia Unger

5 Homenaje a Iashe Esterman Z”L

6 Nuevos enfoques acerca de la Resistencia Judía contra el nazismoDr. Yossi Goldstein

JORNADAS DE CAPACITACIÓN 8 Racismo y genocidio ¿Por qué estudiar el genocidio nazi?

MESA REDONDA

13 Raquel Hodara Z”L. Una educadora comprometida

14 La Shoá: la mujer en los ghettos Raquel Hodara

16 El papel protagónico de las mujeres en los ghettos Lic. María Gabriela Vasquez

18 Y los hijos redimirán a los padres....Acerca de la resistencia y la transmisiónDr. José E. Milmaniene

21 La Filosofía y la cuestión del lenguaje en los campos de concentraciónProf. Bruno Guitton

25 Austria y el legado del Holocausto. Después de un largo silencioDr. Pedro Germán Cavallero

28 Diario de Emanuel Ringelblum

32 La Shoá como memoria colectiva: representación, banalización y memoriaPatricio Adrián Brodsky

35 Apertura de las actividades 2003. Acto en el Centro Cultural San Martín

36 Conmemoración del Levantamiento del Ghetto de Varsovia

38 Biblioteca. La Fundación en crecimientoLic. Pablo Dreizik

39 Justos de la HumanidadLic. Eduardo A. Chernizki

sumario

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN 2002 / 2003

Presidente: Dr. Gilbert Lewi

Vicepresidente: Sr. Daniel VernikSr. Leon GrzmotDr. Enrique OvsejevichSr. Isaac Ursztein

Secretaria General: Lic. Sima W. de Milmaniene

Pro Secretario: Sr. Daniel Banet

Pro Secretaria: Sra. Susana Rochwerger

Tesorero: Sr. Jaime Machabanski

Pro Tesorero: Dr. Sixto StolovitzkyDr. Manuel Kobryniec

Vocales: Sra. Eugenia UngerSr. Iashe Esterman Z”L

Sr. Samuel ChiromSra. Mónica DawidowiczArq. Cristina FernándezSra. Danuta GotlibSra. Eva RosenthalSra. Susana LutersteinDr. Víctor Sporn

Vocales Suplentes: Rab. Daniel GoldmanSr. Israel L. NielavitzkyArq. Mariela OvsejevichDr. Rubén Abramovich

Revisor de Cuentas Titular:Dr. Abraham Boczkowski

Revisor de Cuentas Suplente:Dr. Alberto Ruskolekier

Asesores Legales: Dra. Irene WeissDr. César Siculer

Directora Ejecutiva: Prof. Graciela Nabel de Jinich

Comité de Redacción:Lic. Sima W. de MilmanieneProf. Abraham Zylberman

Colaboró en la redacción:Prof. Graciela Nabel de Jinich

Colaboración periodística:Lic. Eduardo Chernizki

Corrección: Dana Zylberman

Diseño e impresión: Marcelo Kohan

«Nuestra Memoria» es una publicación de la Fundación Memoria del Holocausto. Las colaboraciones firmadas expresan la opinión de sus autores, declinando laInstitución, toda responsabilidad sobre los conceptos y/o contenidos de los mismos. Asimismo, se reserva el derecho de publicar los trabajos recibidos. Publicación de divulgación y distribución gratuita. Permitida su reproducción citando la fuente.

Fundación Memoria del Holocausto

Tapa y contratapa: Imágenes del Ghetto de Varsovia.

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Damos comienzo a las actividades quela Fundación Memoria del Holocaustodesarrollará en el corriente año, el déci-mo de su existencia, a lo largo del cualconmemoraremos el 60º aniversario delLevantamiento del Ghetto de Varsovia.

Hoy, en el año 2003, las mismas sonmúltiples, abarcando –entre otras– eldictado de cursos, conferencias y capa-citaciones a docentes, tanto acá enBuenos Aires como en cualquier lugardel interior del país que lo requiera. Laconstitución de una biblioteca especia-lizada, que además registre testimo-nios; la elaboración de muestras a exhi-birse en el Museo de la Shoá y en otroslugares; registrar y catalogar los docu-mentos y objetos que forman parte delpatrimonio del Museo; la edición detextos y como siempre la publicaciónde la revista “Nuestra Memoria”, quizála primera de nuestras iniciativas quemantuvo una orgánica continuidad.

También volcamos nuestros esfuer-zos en todo aquello que tenga que vercon los sobrevivientes, a quienes lesbrindamos un ámbito en el cual puedenreunirse, organizar actividades, solu-cionar problemas con las tramitacionesde reparaciones, etc.

De alguna manera tratamos de quenuestra sede sea su casa. Creemos queen parte lo estamos logrando aunquesabemos que no podemos darles todolo que se merecen.

Deseo, en este momento, expresar elprofundo agradecimiento que le debe-mos a todos los sobrevivientes que hancolaborado con la tarea educativa quedesarrollamos, brindando su testimo-nio en cualquier lugar del país en quees necesario, posibilitando que millaresde personas, muchos de ellos alumnosde escuelas secundarias, conocieran aquienes sufrieron las vejaciones instru-mentadas por el nazismo.

Pero diez años, una década, de tra-bajo ameritan efectuar un pequeñoJeshbon Hanefesh (un balance) tanto delo que nos motivó a constituir esta ins-titución y de lo que hemos hecho.

Muchas cosas cambiaron en la Ar-gentina y en su comunidad judía desdeel momento en que un grupo de perso-nas, en 1993, nos comprometimos enun trabajo que tenía dos grandes obje-tivos: que lo ocurrido en la Europa do-minada por el nazismo no se olvide nise tergiverse, y fortalecer –en la inci-piente democracia argentina– la luchacontra todo tipo de segregación, xeno-fobia y descalificación hacia las mino-rías y todo ser humano distinto.

Pese a que hacía poco que habíamossufrido el primer artero golpe del terro-rismo internacional, el atentado quedestruyó el edificio de la Embajada deIsrael, estábamos convencidos que lacomunidad judía debía ofrecer a toda lasociedad argentina una entidad quepudiera centralizar las múltiples tareasnecesarias para la preservación de lamemoria de la Shoá, enfrentando a quie-nes deseaban minimizarla y negarla.

Nuestra inserción no fue para nadafácil, tuvimos que explicar y volver a ex-plicar que no éramos una asociación desobrevivientes sino una incipiente enti-dad académica que intentaría preservarla memoria de la Shoá, erigir un museoque la recuerde y honre a sus víctimas.

Pero un nuevo golpe nos conmovió:volaron el edificio de la AMIA. Lo ocu-rrido nos obligó a repensar cómo im-plementar nuestros objetivos, incenti-var la puesta en marcha de muchos delos proyectos que habíamos elaboradoy ponernos en campaña para conseguirla sesión de uno de los vacíos edificiosgubernamentales para instalarnos ypoder construir el Museo de la Shoá enBuenos Aires.

Tuvimos éxito relativamente rápido yen 1995 el Gobierno Nacional nos ce-dió en comodato, el edificio de Monte-video y Paraguay.

En estos siete años, con la colabora-ción de la Claims Conference, el Gobier-no Nacional e infinidad de donantes,pudimos construir una importante salade exhibición; como también la Sala dela Memoria, que recuerda a nuestroshermanos exterminados por el nazismo;luego adaptamos un sector de la plantabaja para que pudiera utilizarse comosalón de actos y en este último año efec-tuamos tareas de reacondicionamientoen el segundo, tercer y cuarto piso paradotarlos de modernos sanitarios, elimi-nar la humedad de las paredes y cons-truir espacios adecuados destinados a labiblioteca, aulas y sala de preservacióndel patrimonio museológico.

Si bien es cierto que lo hecho en estadécada es mucho, quienes tenemos laresponsabilidad de conducir la Funda-ción somos conscientes que queda mu-chísimo más por hacer, por ejemplo,establecer la muestra permanente delMuseo.

Todo lo realizado, y lo que nos pro-ponemos hacer, es el resultado de untrabajo mancomunado de voluntarios yprofesionales que ponen lo mejor desus conocimientos en pos de la preser-vación de la memoria de la gran trage-dia de la humanidad que fue la Shoá.

Es por eso que quiero agradecer a todosellos por sus esfuerzos, a los que no he demencionar para no caer en algún involun-tario olvido, pero sí recordar especial-mente a quienes ya no están con nosotros,como Sergio Miodownik, Alfredo Berlfein,Iashe Esterman y Ana Kahan

* Discurso pronunciado en el acto de apertura delas actividades del 2003, realizado en el CentroCultural San Martín.

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Mensaje del Presidente*Dr. Gilbert Lewi

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Mi adolescencia transcurrió en elGhetto de Varsovia. Se vivían los últi-mos días de la llamada “Solución Final”.Eramos cuatro hermanos, dos mujeres ydos varones; a Renia y David no losveíamos desde hacía un tiempo, habíandesaparecido; seguramente asesinadosen la lucha diaria por la supervivenciaen el Ghetto o quizás habían sido de-portados a los campos de la muerte.

Desde nuestro confinamiento en elGhetto, las matanzas eran habituales, loque convertía a nuestros días en unaagonía y un martirio.

A veces quisiera no recordar, borran-do de mi memoria estas y otras tantasimágenes de horror que me atraviesande dolor y pena y que aún hoy desga-rran mi ser.

Los mayores se escondían en losbunkers mientras que los jóvenes comoMordejai Anilevich, Antek Zuckerman,Teperman, Tzivia Lubetkin y otros, for-maron grupos y lucharon con coraje ymucho valor por nuestra dignidad y ladel pueblo judío que estaba siendo de-nigrado y aniquilado.

Hoy nos podemos sentir llenos deorgullo por el ejemplo heroico que noslegaron.

Eran adolescentes de 14 a 20 años.Mi hermano Ygnasz, formaba parte deesos grupos de valientes. Un día, entrócorriendo al bunker, alertándonos quelos nazis nos ordenaban, mediante afi-ches pegados en las calles, que al día si-guiente debíamos presentarnos en unárea de aproximadamente 10 cuadras.

Ese día, Ygnasz decidió no reunirsecon su grupo de lucha, para quedarsecon nosotros, los únicos que, de toda lafamilia, quedábamos en ese momentovivos y nos sugirió que desoyéramos laorden.

Recuerdo la escena: estábamos mispadres, él y yo, tomados fuertementede las manos, y así abrazados permane-cimos por un tiempo, temblando comohojas al viento. En un momento Ygnasznos dijo que no debíamos tener miedo,que nos defendiéramos con los preca-rios elementos de lucha que consiguié-semos, que debíamos pelear con valory dignidad hasta el final.

Así estuvimos todo el día que nos pa-reció eterno; los nazis no aparecieronporque estaban abocados a matanzascallejeras. Al anochecer volvimos albunker, sin mi madre, que sorpresiva-mente había desaparecido.

Éste, que resultó el último bunker, eraoriginariamente la panadería donde sehorneaba el pan y que compartíamos

con 14 personas. Al día siguiente, llegaron los nazis,

quienes arrojaron gases dentro de nues-tro escondite mientras nos ordenabanque saliéramos con los brazos en alto.Así fuimos obligados a caminar hasta elUmschlagplatz del Ghetto, lugar dondese reunía a los prisioneros previo a sutraslado a los campos de exterminio. Enel transporte me reencontré con mi ma-dre, pero a mi padre y a mi hermano Yg-nasz nunca más los volví a ver.

A pesar de haber pasado 60 años, es-tas imágenes se me presentan con tantafuerza, que me parece estar reviviendoesos terribles momentos.

Mi nombre es Genia Rotsztejn deUnger, soy una sobreviviente del Holo-causto y ésta es sólo una de las tantasexperiencias que desgraciadamenteme tocaron vivir.

Anhelo que esta trágica experienciade la Shoá sirva para que no se repitanmás las matanzas de los hombres en elmundo entero

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TESTIMONIO DE UNA SOBREVIVIENTEDEL GHETTO DE VARSOVIA

Eugenia Unger

Sra. Eugenia Unger con jóvenes durante su visita a Panamá,

marzo de 2003.

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Con la desaparición de

Iashe Esterman, la

Fundación Memoria del

Holocausto sufre la pérdida

de un compañero leal e in-

condicional con la tarea co-

tidiana y los objetivos de la

institución, a la cual dedicó

su vitalidad y su palabra

justa y mesurada así como

su optimismo realizador.

El recuerdo de su familia es

el mejor homenaje a su me-

moria, y expresa la conti-

nuidad de sus ideales.

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IASHE ESTERMAN, UNA HERMOSA VIDA

¿Cómo podemos homenajear a un Papá y a un Abuelo como Iashe?Quienquiera lo haya conocido, tratado tan sólo un poco, podrá comprender que

no es tarea fácil encontrar palabras suficientemente justas, suficientemente repre-sentativas, acordes para alguien que desde su “estatura mediana” –como él de-cía- supo ser un grande.

Grande por su bondad, su altruismo, su espíritu conciliador, su generosidad.Infatigable en su trabajo, tanto en su juventud como ayer mismo.Entusiasta creador de proyectos, paciente y sistemático en la realización de los

mismos, resistente a cualquier embate y, por qué no admitirlo, siempre triunfador.Iashe además tenía una cualidad que podría parecer menor en comparación

con todo lo anterior: su optimismo. Optimismo que le permitió a lo largo de todasu vida luchar, sobrevivir a una guerra habiendo perdido padres y hermanos, fun-dar una familia, trabajar para nosotros y para la comunidad, ayudar y disfrutar.

En este mundo y en épocas tan inciertas como las actuales, su legado nos es in-conmensurable.

Y como reconocimiento infinito a todo lo que recibimos y como modesto home-naje a su persona, agradecemos la posibilidad de transmitir lo que sentimos enestas líneas dedicadas a él por “Nuestra Memoria”, publicación de la FundaciónMemoria del Holocausto, que ocupara un lugar muy especial en su corazón en losúltimos años de su hermosa vida.

A Iashe con amor.Tus hijas Doris y Mary

Homenaje a Iashe Esterman Z”L

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Sesenta años han transcurrido desdeel levantamiento del Ghetto de Varsoviay el debate en torno al concepto de re-sistencia aún no ha sido agotado. Du-rante décadas se subordinó la historio-grafía a enfoques apologéticos o liga-dos a objetivos ajenos a la investigacióncientífica tales como el impacto de laresistencia en la identidad judía o lanecesidad de supeditar su análisis a co-rrientes sionistas que buscaban laacentuación de la lucha armada.

Historiadores como H. Michel o R.Hilberg pusieron hincapié en la oposi-ción activa o rebelión armada comocondición previa para determinar la"única forma legítima" de resistencia.Aun en Israel historiadores como IsraelGutman optaron hasta los años ’90 delsiglo pasado por asociar el concepto deresistencia con el heroísmo y la luchaarmada. Gutman, sobreviviente delGhetto de Varsovia y uno de sus com-batientes en el levantamiento armado,profundizó esta asociación y la convir-tió en una simbiosis natural, por ejem-plo en su libro sobre "Heroísmo Judíodurante la Segunda Guerra Mundial"(Ed. Aurora). No obstante, ya en esosaños tomó conciencia del profundo de-

bate en torno al concepto y como editorprincipal de la "Enciclopedia del Holo-causto" (Yad Vashem y Sifriat Poalim,1990), aceptó las definiciones de Sh.Krakowski y R. Rossette de Resistencia:"Oposición activa o programada a losnazis y sus colaboradores, por parte deindividuos o grupos judíos; toda activi-dad destinada a contrarrestar el proce-so de deshumanización destinado amasacrar a los judíos". Aun así la resis-tencia armada y organizada fue defini-da como el punto máximo de este pro-ceso y el debate en torno al conceptocontinuó asociándose a la lucha arma-da. La denominada "Resistencia espiri-tual" recibe en este contexto un valorsecundario o una referencia muy aco-tada y parcial.

I. Gutman perpetuó este enfoque ensus textos escolares destinados a estu-diantes de escuelas secundarias de Is-rael, como ser "Shoá y Memoria" (Cen-tro Shazar y Yad Vashem, 1999), en elcual se menciona sólo superficialmenteel concepto de "Santificación de la vi-da" o "Kidush HaJaim"en los ghettos oel fenómeno de auto-ayuda y solidari-dad como una de las formas de super-vivencia. Gutman deja muy en claroque este fenómeno no representa unaforma de resistencia sino tan sólo unelemento que contribuyó a perpetuar la

vida. El capítulo dedicado a la resisten-cia judía contra los nazis está totalmen-te dedicado a las rebeliones armadas ola organización de movimientos clan-destinos sea en ghettos, campos o bos-ques (lucha partisana).

Y. Arad, historiador israelí y durantemuchos años figura clave del InstitutoYad Vashem de Jerusalem contribuyóen sus investigaciones a la modificacióndel concepto de resistencia ("La Resis-tencia armada judía en la EuropaOriental", en D. Bankier, 1986). Su vi-sión de las formas de resistencia abarcólos siguientes fenómenos, a saber: alza-mientos armados en ghettos y campos,guerra de guerrillas, resistencia activade individuos y grupos, actividadesclandestinas de partidos políticos, mo-vimientos juveniles y organizacionesjudías, lucha por la supervivencia a tra-vés de la fuga, vida clandestina y con-trabando de alimentos, conservaciónde la dignidad humana a través de acti-vidades educativas y religiosas y de re-sistencia pasiva.

Sin duda, el historiador israelí Yehu-da Bauer fue un promotor central de losnuevos enfoques de resistencia judíadesde fines de la década del ’70 del si-glo pasado ("Formas de Resistencia Ju-día durante el Holocausto", en D. Ban-kier, 1986). En el contexto de su teoríade "impotencia judía" frente al Nazis-mo, Bauer definió a la resistencia judíacomo "cualquier acción grupal cons-cientemente asumida, en oposición aleyes conocidas o supuestas, a acciones

Nuevos enfoques acerca de la Resistencia Judíacontra el nazismo

Dr. Yossi Goldstein *

* Educador e investigador, director de proyectos edu-cativos en la Agencia Judía, Israel.

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o intenciones dirigidas contra los judíospor parte de los alemanes y de quieneslos apoyaban". Para Bauer, la resisten-cia abarcó tanto la lucha armada comola lucha desarmada, considerando laescasez de armamento y la falta deapoyo civil a todo intento de levanta-miento armado judío.

Según Dan Michman (Curso de laUniversidad Abierta de Israel, Unidad 6,1987) el concepto de resistencia judíadebe ser amplio, abarcando tanto lasformas activas (en hebreo "Hitnagdut")como todo intento de sobreponerse decualquier forma (en hebreo "Amidá" omantenerse erguido y de pie). La resis-tencia requiere conciencia y no unamera reacción por inercia y sus formasson tan variadas como lo es la vida hu-mana en sociedad: económica, social,de ayuda mutua, organizativa, cultural,religiosa, de escondite y fuga, y armadaen todas sus variantes. El esfuerzo deMichman por sintetizar todas estas for-mas tuvo como motivación el rechazo alconcepto de pasividad judía resumidoen la frase "como ovejas al matadero".Lo importante y rescatable fue la volun-tad de resistir y la conciencia de que seejerció una oposición clara a los desig-nios genocidas del nazismo.

Desde una perspectiva educativa, eldebate en torno al concepto de resis-tencia es significativo ya que refleja unaconfrontación de imágenes acerca delactivismo judío en la historia y las for-mas de reacción ante la opresión o elgenocidio desde un punto de vistacomparativo. Ello está directamenteconectado al dilema de universalismoversus particularismo; en este sentidose puede argumentar que la óptica par-ticularista de la Shoá tiende a acentuarlos aspectos heroicos y a rescatar la lu-cha armada como la verdadera expre-sión de Resistencia Judía, mientras queuna perspectiva universalista optarápor resaltar los factores atenuantes co-mo ser la falta de poder o la escasez derecursos para comprar armas, y a pon-derar las diversas reacciones humanasen oposición a la amenaza nazi, par-

tiendo de situaciones individuales. A sesenta años del levantamiento del

Ghetto de Varsovia y en una era de glo-balización que tiende a acentuar el plu-ralismo o multi-culturalismo, no resultaadecuado imponer restricciones o limi-taciones al uso del concepto de resis-tencia o a privilegiar sólo los aspectosactivos de la misma. Las nuevas visionesdel fenómeno deben ser inclusivas y noexclusivas, partiendo de una definiciónconceptual amplia, sin renunciar a unmínimo denominador común como loindican los enfoques de Arad, Michmany Bauer. Sería conveniente retornar alas concepciones fundamentales verti-das por el educador Haim Kaplan en sudiario el 10 de marzo de 1940, antes deque se formalice la construcción delGhetto de Varsovia: "El judaísmo y elnazismo son dos actitudes incompati-bles frente al mundo y, por esta razón,no pueden coexistir una al lado de laotra... Ya que no podemos vivir con lopermitido, viviremos con lo prohibi-do...". Kaplan anticipa una actitud judíatípica de muchos ghettos, la preserva-ción de la vida como fuerza secreta queayuda a afrontar el destino de destruc-ción y total eliminación. No es casualpues que el 2 de ocubre de 1940 hayaescrito en su diario la conclusión lógicade estas premisas: "¡Todo nos está pro-hibido y aún lo hacemos todo! Consu-mamos nuestra vida por medios prohi-bidos, y no con permiso." Es difícil en-contar una explicación más acorde alfenómeno de la resistencia judía. Laviolación de reglas con la concienciadel castigo esperado y con el fin de ma-nifestar activamente la identidad judíaconstituye un acto de resistencia dignoen todo sentido.

Asimismo debemos rescatar comoforma de resistencia el llamado activodesde todo rincón del mundo a ofrecerayuda urgente a las comunidades judíasde la Europa ocupada ante el peligroconcreto de que sean aniquiladas. Unejemplo cabal de ello se refleja en la úl-tima carta del representante del"Bund", partido socialista judío polaco,

Szmul Zygielbojm, ante el Consejo Na-cional Polaco en el Exilio, con sede enLondres, escrita el 11 de mayo del año1943, un día antes de suicidarse comomanifestación contra la indiferenciageneral frente al trágico destino del ju-daísmo polaco y de los combatientesdel Ghetto de Varsovia. La impotenciageneró también este tipo de resistenciaheroica. Zygielbojm escribe con deses-peración: "No puedo callar y no puedovivir mientras mueren asesinados losvestigios del pueblo judío del que soyrepresentante. Mis compañeros en elghetto de Varsovia cayeron con las ar-mas en las manos, en el último gestoheroico. No pude compartir su destino– morir con ellos, como ellos- pero soyparte de ellos, pertenezco a su tumbacolectiva." Sin duda este texto se debeestudiar junto a las demás fuentes pri-marias incorporadas a nuestra memoriacolectiva y asociadas al concepto deResistencia, al igual que la última cartade Mordejai Anilevich, comandante dela rebelión.

Nuestra misión hoy en día al encararla temática de la Resistencia Judía du-rante el Holocausto no es la de eterni-zar mitos o perpetuar imágenes acep-tadas; por sobre todo debemos evitar elprejuicio y analizar este fenómeno his-tórico con la mayor objetividad posible,con una máxima tolerancia y apertura,desde una perspectiva humanista ypluralista. No por ello dejaremos de va-lorar la lucha heroica de los combatien-tes de los ghettos, campos y bosques.Todo lo contrario, al tomar concienciade la amplia variedad de opciones y re-conocer las enormes limitaciones delpueblo judío, su impotencia esencialfrente al nazismo, apreciaremos conmayor simpatía la valentía de los com-batientes. Al fin y al cabo ya no precisa-mos emitir un juicio valorativo o hacerun listado por orden jerárquico de lasdiversas formas de resistencia. El obje-tivo es acentuar el denominador comúnde todas las opciones y su meta esen-cial: oponerse a los designios genoci-das de la política nazi

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Apertura

Dr. Gilbert Lewi PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN MEMORIA DEL HOLOCAUSTO

Ante todo quisiera agradecer a losdos disertantes que tenemos del exte-rior, los profesores Stephen Feinberg yPaul Salmons, quienes tuvieron la gen-tileza de venir a Buenos Aires paracompartir con todos ustedes sus cono-cimientos personales.

Y también quiero agradecer al Dr. Ig-nacio Klich su participación, un compa-ñero que está muy involucrado con laFundación por su historia y por su com-promiso personal.

Quisiera hacer algunas reflexiones:ante todo, creo que el tema de la Shoátiene una arista muy importante que sig-nifica el tomar como significado máxi-mo de la discriminación esta historia quehemos padecido hace ya más de sesen-ta años. (...) Creo por historia, por com-promiso, por un deber que tenemos conlos que han padecido esto, que fue lomás irracional que uno pueda llegar apensar y nunca lo vamos a entender (...).

Yo creo personalmente que hubo ungiro en los años sesenta con el temaEichmann, donde a partir de ahí los so-brevivientes tuvieron la vocación o elcompromiso de dar testimonio y éstofue, posiblemente, para la mayoría dela gente, muy fuerte e importante, por-

que uno se comprometió con gente quedijo: "yo estuve ahí, yo soy testigo"(...).

También somos conscientes de queeste nuevo siglo fundamentalmente vaa sufrir la pérdida de muchos de ellos, yentonces esos testimonios se acabaránahí y creo que los historiadores son losque tienen que reproducir fehaciente-mente qué pasó en esos años indignosde nuestra historia.

(...) Hay que estudiar, entender ytransmitir; y con estos seminarios y gra-cias a la capacidad de quienes se dedi-caron toda la vida a estudiar este tema,podemos acercarnos de alguna forma alo que realmente pasó, para que nuncamás suceda...

Dr. Ignacio Klich CEANA - Comisión de Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en Argentina

(...) Quisiera leerles las palabras de losembajadores Fernando Petrella, Secreta-rio de Política Exterior del Ministerio deRelaciones Exteriores, y Alejandro Doso-retz, Representante Especial argentinoante el Grupo de Coordinación Interna-cional sobre Educación, Reelaboración eInterpretación del Holocausto:

“a más de cincuenta años de finalizadala Segunda Guerra Mundial, el interés dereconstruir nuestro pasado dio origenpor iniciativa del entonces Canciller, Ing.Guido Di Tella, a la génesis de la Comi-sión de Esclarecimiento de las Activida-

des del Nazismo en la Argentina, CEANA,que con el apoyo material y logístico dela Cancillería, responsable ante un PanelInternacional y un Comité Asesor, consti-tuyó el primer ejercicio histórico intros-pectivo de América Latina, no solamenterelacionado con la entrada de bienes sa-queados por los nazis y las complicida-des que hicieron posible su llegada alpaís. En razón de las actividades desple-gadas por la Argentina en estos temas,nuestro país fue invitado en 1999 a par-ticipar de las tareas del Grupo de Coope-ración Internacional, conocido en ingléscomo International Task Force.(...)”

En junio de 2002 Argentina fue in-corporada como miembro pleno delGrupo de Cooperación; debemos serconscientes de que es necesaria unamemoria lúcida para construir una so-ciedad coherente, para ello debemosprepararnos para enfrentar nuevos de-safíos, un camino importante, procu-rando fortalecer en todos los nivelesdel sistema educativo la formación éti-ca e intelectual de las aptitudes moralesde los jóvenes. En este proceso estáncomprometidos el Gobierno Nacional yProvincial, ONG’s, y en esta ocasión, laAMIA, B’nai Brith, DAIA, Escuela Inte-gral Hebrea Independencia y la Funda-ción Memoria del Holocausto.

(...)La inauguración de este seminarioes consecuente con estos objetivos;deseamos que el mismo sea el primerode una sucesión de eventos semejantesya que entendemos que sólo a través de

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Racismo y genocidio

¿Por qué estudiarel genocidio nazi?

M E S A R E D O N D A

Jornadas de Capacitación 11/11/2002

CLAIMS CONFERENCE

YAD VASHEM

CEANA

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la educación lograremos la concentra-ción y sensibilización de los integrantesde las sociedades acerca de los proble-mas que hacen al racismo, la xenofobiay la discriminación.

Prof. Stephen Feinberg DIRECTOR DE EDUCACIÓN DEL UNITED STATES HOLOCAUST MEMORIAL MUSEUM

Para comenzar, quiero expresar porqué es importante estudiar el Holocaus-to, a diferencia de por qué es importan-te aplicar las lecciones de la historia.Cuando uno habla de enseñar la historia,está hablando de un período específico,el período entre 1933 y 1945; lo queocurrió allí es importante que los alum-nos lo aprendan para extrapolar, paraaprender lecciones de esa historia.

La razón principal por la cual se debeenseñar el Holocausto es porque fue unevento definitorio de la historia del si-glo XX y de la historia de la humanidad;es por esta razón por la cual esta histo-ria debe estudiarse, pero es más im-portante estudiarla porque fue un mo-mento definitorio.

(...) Un estudio cuidadoso de esa his-toria nos muestra cuán frágil es real-mente la democracia. Además, estudiarel Holocausto también ayuda a losalumnos a investigar el poder del indi-viduo para enfrentar las violaciones delos derechos humanos.

Por otra parte, la historia es extraor-dinariamente poderosa para estudiar elrol de aquellos individuos y organiza-ciones, no sólo en Alemania, sino tam-bién en otros países de Europa, querescataron a judíos. Al tratar de perso-nalizar la historia del Holocausto, esapersonalización tiene implicancias in-creíbles para las acciones individuales.

Otro motivo para estudiar el Holo-causto es analizar las ramificaciones delprejuicio y el racismo en una sociedad,estudiando el punto de vista histórico ylas implicancias de la tolerancia políticaen un entorno multicultural.

Un análisis del Holocausto tambiénmuestra cómo una burocracia, que al-gunos sociólogos americanos han lla-mado "sin rostro", participó en ese ge-nocidio. "Burocracia", para mí, repre-senta a la gente que trabajaba para elsistema de ferrocarriles; sabían perfec-tamente cuál era la necesidad de esta-blecer horarios, tenían relaciones cer-canas con las SS, intercambiaban dine-ro; además, la burocracia se encargabade confiscar propiedades.

(...) También es importante estudiaresta historia para demostrar cómo unanación-estado puede usar su tecnologíay el impacto que ésta tuvo. Hay un arte-facto en el Museo del Holocausto deWashington que se llama Hollerith Ma-chine, que es una forma muy primitiva decomputadora. Durante el período naziera utilizada para crear listas de nombresa las que se les asignaban números; estos

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De izq. a der.: S. Feinberg, P. Salmons,

I. Klich, J. Babot, y L. Bonano

últimos indicaban el transporte corres-pondiente de judíos de campos de Ale-mania a campos en el Este. En tanto, enotros países esta máquina era empleadapara propósitos benignos, como sercensos. En el Tercer Reich se la usó, me-diante una serie de números, para trans-ferir prisioneros de Dachau a Auschwitz.

Más aún, un examen del Holocaustoes importante porque señala los peli-gros de estar callado, del silencio, de laapatía y de la indiferencia en cuanto alas opresiones que sufren los individuos.

Esta investigación demuestra, ade-más, que hay factores múltiples queparticipan en la historia, algunos socia-les, otros religiosos, políticos, económi-cos, históricos. La historia se torna sig-nificativa para muchos estudiantes aldemostrar la complejidad de la misma através de estos diferentes aspectos y delos distintos roles de los individuos.

Cabe destacar que la palabra Holo-causto se usa por su increíble poderpara describir actualidades que sonpolíticas en cuanto a su naturaleza, aveces económicas, pero que de ningu-na manera se aproximan al significadodel Holocausto.

En los Estados Unidos hay personasque no comparten la riqueza de esepaís pero decir que son discriminadoscomo lo fueron los judíos o los gitanosdurante el Holocausto sería un usoerróneo de las lecciones de la historia.Se puede analizar la intolerancia en elperíodo nazi, la intolerancia en Ruan-da, pero igualar ambas experiencias eshistórica y políticamente incorrecto enel verdadero sentido de esta palabra.

Prof. Paul Salmons DIRECTOR PEDAGÓGICO DEL IMPERIAL WAR MUSEUM DE LONDRES

(...) El Imperial War Museum fue fun-dado entre 1917 y 1920 como respues-ta a lo que ocurrió en la Primera GuerraMundial; documenta la historia delconflicto humano a lo largo del sigloXX, a partir de la Primera Guerra, y serelaciona con el impacto que produce

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sobre la sociedad humana, la comuni-dad y los individuos. Es decir que el pe-ríodo que estudia es, en realidad, a par-tir de la declinación del Imperio Britá-nico. Por lo tanto, no enfatiza la gloriade la guerra sino las causas de la misma.

En junio de 2000, el Museo Nacionalde Conflicto del Reino Unido realizóuna exhibición sobre el Holocausto.Uno podría preguntarse por qué tardótanto en crear una exhibición del Holo-causto. Y parte de esto, creo, tiene quever con la perspectiva que la gente hadesarrollado sobre el Holocausto y,ciertamente, desde el punto de vistabritánico el Holocausto fue parte de lahistoria de la Segunda Guerra Mundial.Hubo algunas exhibiciones sobre estetema dentro del Museo, pero el focoestaba puesto en la liberación de loscampos en 1945 y la historia que secontaba era, en gran medida, desde laperspectiva británica y cómo se veían así mismos como liberadores.

A medida que los historiadores hanestudiado la Segunda Guerra Mundial yel Holocausto en mayor profundidad,se ha tornado claro que esto no es unaversión precisa de la Historia.

Gran Bretaña y los otros aliados nolucharon en la Segunda Guerra Mundialpara salvar al pueblo judío. Esa no fue larazón de por qué fuimos a la guerra, enprimer término, y el Holocausto se haconvertido en un estudio por su propiopeso; si bien el contexto de la SegundaGuerra Mundial es importante, mereceser estudiado en y por sí mismo. Porende, el Holocausto debe ser estudiadode esa manera porque realmente fue unpunto de inflexión en la historia delprogreso de la humanidad (...).

Además, el Holocausto es importanteporque nos muestra que no había ga-rantías de progreso en la sociedad hu-mana. La historia del Holocausto tuvolugar en Europa y se originó en el país yla cultura que nos dio a Beethoven y aGoethe; nos muestra que no hay garan-tías de que, aún dentro del mundo "civi-lizado", habrá respeto por la dignidadhumana y habrá una historia perma-nente de avance y progreso; nos fuerza a

mirar, no sólo la historia de los seres hu-manos, sino que también aclara algo dela condición humana. También nos re-vela que no hay garantías de que las ins-tituciones que van desarrollando el pro-greso tecnológico y científico lo utilicencon fines benéficos, si bien gran partede la Historia es la historia del progreso.

La capacidad de los seres humanosde transformar su ingenuidad y sus ha-bilidades en proyectos de terror y defalta de humanidad es algo con lo que,debemos aceptar, convivimos tambiénen el mundo moderno.

Por otra parte, la historia del Holo-causto y la de los perpetradores nosmuestra la profundidad a la cual la hu-manidad puede hundirse; también esimportante el punto de vista de las vícti-mas, de aquéllos que las rescataron y delos observadores. En consecuencia, enlas condiciones extremas de este sucesopodemos destacar algunos aspectos delas conductas humanas, no sólo los peo-res sino algunos de los mejores. Pode-mos ver el coraje y la dignidad de laspersonas en las circunstancias más ex-tremas, la continuidad de la vida coti-diana en las peores condiciones; el valorde aquéllos que decidieron rescatar,salvar, y el hecho de que tuvieron quetomar estas decisiones no sólo una vezcuando decidieron ocultar a alguien ensus casas, sino todos los días cuando,por ejemplo en Polonia, enfrentaban ala muerte por proteger a gente que, enmuchos casos, no conocían. Entonces, lahistoria del Holocausto nos puede mos-trar aspectos del comportamiento hu-mano que nos hablan de la condiciónhumana. Podemos estudiar esta historiay aprender lecciones morales simplespara el día de hoy, aunque no siempreresulte fácil. El peligro es que, a veces,miramos hacia el pasado y esperamosque la gente simplemente haya tomadola decisión moral adecuada; cuando ve-mos que alguien rescató y salvó a unafamilia o a una persona, aprendemos dela historia la lección moral de lo que unohace frente a un enorme mal.

A veces la implicancia es que hubomucha más gente que no salvó a nadie

y, en ese caso, sería un fracaso en unsentido moral. Si bien puede ser cierto,es importante entender el contexto dela época en que esa gente vivió. Poreso, es mejor estudiar la historia condetenimiento y entender las opcionesque tuvieron que tomar estas personas,el contexto, y no predicar leccionesmorales; permitir que la historia hablepor sí misma y que los estudiantes pue-dan arribar a sus propias conclusiones.

Prof. Luis Bonano UNIVERSIDAD NAC. DE TUCUMÁN

(...) El tema de la Shoá es una historiaen constante reescritura, es decir queconstantemente tenemos aportes, in-terpretaciones nuevas, en el marco deun conjunto de temas que se debaten.

(...) En realidad, cuando uno analiza eltema de la Shoá se pregunta por las ver-daderas características de la naturalezahumana de esta sociedad de la que for-mamos parte, de la que teóricamentetendríamos que sentirnos orgullosos,pero cuando conocemos la Shoá no só-lo tenemos vergüenza, sino que ade-más nos llena de indignación moral y, almismo tiempo, de pesimismo. Si bienestamos estudiando un proceso únicoque le pasó a un pueblo en particularen un momento histórico determinado,este no es un hecho aislado en la vidade la humanidad; en realidad, la pala-bra “genocidio” nos remite a un con-junto muy amplio de fenómenos histó-ricos, donde los Estados, en forma máso menos sistemática, se dedicaron a laexterminación de pueblos, fundamen-talmente por encontrar entre sus inte-reses o sus características aparentes ra-zones de divergencia que, para su lógi-ca perversa, justificaban la destrucciónfísica de los hombres.

Por consiguiente, nos preguntamos:¿estuvo presente el odio en la Shoá?Cuando discutimos el tema o hablamoscon los historiadores que más se espe-cializan en esto, ponen el tema "odio"en un paréntesis de duda bastante im-portante porque uno asocia el odio con

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algo visceral surgido de un agravio muyespecífico. A menos que el agravio es-pecífico sea la teoría del "chivo expia-torio", de justificar por qué Alemaniaen su momento perdió la guerra poruna supuesta traición hecha por los ju-díos, no es cierto, es lo que reiterada-mente proclamaba Hitler; no aparecerealmente una relación de causa-efectomuy lógica y, por lo tanto, cuando seven los instrumentos de aplicación de laShoá, a pesar de que hay etapas en es-to, uno nota que existió algo racional-mente planificado, jerárquicamentetransmitido dentro del Estado y delejército, fríamente utilizado por losperpetradores.

Finalmente, uno diría que la mismapalabra usada fundamentalmente del ´40o el ´41 en adelante, "la solución final"tiene una lógica absolutamente racional.

Adorno dijo que Auschwitz simboli-zaba todos los campos de exterminio,clausuraba prácticamente la capacidadcreativa de la cultura de todo lo que eshumano, de todo sentido ético y de to-da solidaridad; era el triunfo de la razónde estado que paradójicamente deriva-ba de proyectos políticos y económicostan irracionales como era el nazismo.

Pero no podemos dejar de reconocerque esa razón de Estado, sintetizada enla proclamación de la raza superior, re-sulta históricamente tan execrable e in-consistente como otras consignas esta-tales que, muchas veces, se hicieronconsignas de las comunidades que hansido igualmente ilegítimas; casi con se-guridad, detrás del concepto de razasuperior como la del "destino manifies-to", "la misión del hombre blanco", "lareligión legítima", "el espacio vital" o"la doctrina de seguridad nacional" va-mos a poder encontrar injusticias, des-trucción y hasta, en algunos casos, ver-daderos genocidios.

En todo ello está implícito que no sereconoce la existencia del otro comoalgo distinto de nosotros mismos, quetiene el derecho a tener sus propias ca-racterísticas, sus propios derechos, susdiferencias. (...) Creo que hay muchasmemorias simultáneamente pujando

en la sociedad, que se contraponenmuchas veces entre sí y que el resultan-te es algo complejo que se construye enel seno de la sociedad. Tenemos, por unlado, la memoria institucional, la me-moria oficial, la memoria de los quetriunfaron, que pusieron el acento en laescritura de esa memoria con determi-nados documentos y con determinadosentido, que generalmente trata de le-gitimar a posteriori lo que se ha obteni-do en el conflicto previo. Por otro lado,tenemos la contraoficial, la de los ven-cidos que, legítimamente o no, trata deexponer alternativas a aquélla.

Tenemos, también, una no institucio-nal que es una memoria colectiva muycambiante, muy dinámica, hecha de re-tazos y de prejuicios, de miedos y deolvidos, de superstición y erudición condosis de verdad, muchas también defalseamiento y que es muy dinámica ensu conformación.

Y tenemos otra memoria que es la quetratamos de construir desde la historia,que supuestamente decimos que es laque más se acerca a la verdad. Pero laverdad siempre constituye algo parecidoal horizonte, que cuando creemos quenos aproximamos se nos vuelve a alejar,pero son conceptos que suponemos quesiempre, y en cada reescritura, estánmucho más cerca de ser operativos paracomprender mejor las realidades de lasociedad en que vivimos.

¿Por qué enseñar el Holocausto en elmedio multicultural argentino hoy? Pri-mero, porque es un tema ausente porvarias razones: en primer lugar, porquelos gobiernos de cuño autoritario, cor-porativista o de otro tipo, que desgra-ciadamente hemos tenido en nuestropaís, han tenido conductas y orienta-ciones claramente antisemitas durantemuchos años y las han transmitido a laenseñanza; este tema ha sido específi-camente omitido en los planes de estu-dio, no se ha formado a los educadorespara que lo puedan realmente incluircon la solvencia científica y la sensibili-dad humana que necesita.

También porque tenemos que reco-nocer que hay una reticencia por parte

de nuestros educadores, a veces, entratar el tema del Holocausto; parecieraque es un asunto que le compete sólo alos judíos y no a todos y cada uno de losseres humanos, y pareciera que ense-ñarlo en forma particular puede consti-tuir algún modo de compromiso conuna comunidad, religión o proyecto es-pecífico que puede existir actualmenteen el mundo contemporáneo; creo quees importante destacar el sentido uni-versal del tema.

Para terminar, creo que necesitamosenseñar la Shoá porque puede ayudar aconstruir una mejor conciencia social,porque tenemos que mejorar la calidadde nuestra sociedad; nada de lo que eshumano nos es ajeno, como han dicholos filósofos, porque es nuestra obliga-ción educar en valores y no sólo trans-ferir conocimientos que podrían pare-cer neutros.

Prof. Judith Casali de Babot UNIVERSIDAD NAC. DE TUCUMÁN

Soy directora dentro de la línea de unproyecto de investigación que está de-dicado al racismo y nuestra preocupa-ción fundamental, precisamente, es latransferencia de esta temática a los do-centes, de manera que también lo heasumido como un compromiso no so-lamente intelectual sino moral.

Indagar sobre el genocidio judío, asícomo sobre los demás exterminios in-tencionales y planificados, es pregun-tarnos por nosotros mismos como sereshumanos, por lo que hemos sido y so-mos capaces de hacer, de callar, de con-sentir. Es por eso que afrontar esta pre-gunta aparentemente específica sobrela Shoá, va más allá de abordar lo quealgunos denominan la Cuestión Judía.

Enseñar la Shoá no es sólo penetrar enla memoria y en la historia plena de cica-trices del pueblo judío; es una cuestiónque alude a la propia cuestión existen-cial humana porque, como señala JeanPierre Faye, los genocidios han sido yson un fracaso de la humanidad que nosabruma, nos afecta, nos responsabiliza a

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todos, pero esencialmente a nosotros ennuestra labor de intelectuales y de do-centes. Porque si el horror y la muerte noparecen haber sido pedagógicos, laeducación aún sigue teniendo la palabrasobre el bien y los valores.

Decía que esta catástrofe denomina-da en hebreo Shoá no concierne sólo alos judíos como tales, sino como repre-sentantes del hombre, al igual que losgitanos, eslavos, armenios con anterio-ridad. Fue el precio que seis millones dehombres pagaron sencillamente por ser.

De modo que la primera respuestaque voy a adelantar al interroganteplanteado es que debemos enseñar laShoá en razón de un humanismo irre-ductible, el único que nos puede llevara resistir y a crear una conciencia de re-sistencia frente a ese mal absoluto quefue el nazismo y que hoy se encarnabajo otros rostros más sutiles, aunqueno menos peligrosos.

En ese sentido, ante la tensión exis-tente en todo proceso histórico entre lamemoria - que es selectiva, infiel y frágildebido a la propia condición humana -,la historia y la justicia, el historiador tie-ne el privilegio de indagar acerca de laverdad, de esclarecer a través del cono-cimiento para poder llegar a la justicia yaunque el velo de la ideología sueleatravesarse aún a pesar de sí, los valoresno pueden dejar de acompañarlo.

Digo esto porque probablemente laenseñanza de la Shoá sea el caso para-digmático por excelencia que no puedeimpartirse sin un compromiso ético porparte del docente.

Nuestros alumnos deben compren-der que los procesos genocidas no sonalgo lejano y aislado, no están al mar-gen de la historia y de la vida, han im-plicado el sufrimiento de sociedadesenteras y deben ser reconstruidos comouna experiencia colectiva social.

También debemos enseñar la Shoá ylos genocidios para poder luchar contrala impunidad y la injusticia, porque lamemoria puede pecar de fragilidad,pero la justicia no.(...)

Hay una última y poderosa razón porla cual hay que enseñar la Shoá y los ge-

nocidios. Como decía anteriormente, lahistoria del siglo XX, que ha dejadoprofundas marcas y heridas de los ge-nocidios, ha alumbrado a nuestro siglocon dolor, divisiones, memorias malasimiladas, extremismos de todo tipo,fundamentalismos. Se ha extendido nosólo una extrema derecha política queensombrece el cielo de Europa, sinouna pseudohistoriografía denominadaa sí misma revisionista y a la que prefe-rimos llamar, sin eufemismos, negacio-nista. Son grupos que no se han recon-ciliado con la historia, que no aceptanel pasado nazi tal como ha sido recogi-do y documentado y que, desde unapostura pseudocientífica hasta actitu-des panfletarias, actúan desde hace va-rios años sin poder ocultar su rasgoprincipal: el antisemitismo.

Según la Enciclopedia del Holocaus-to, el negacionismo es un fenómenocuyo núcleo se basa en el rechazo alhecho histórico del asesinato de seismillones de judíos por los nazis duran-te la Segunda Guerra Mundial. La nega-ción incluye la minimización, banaliza-ción y relativización de los aconteci-mientos relevantes de dicho proceso,cuyo objetivo es sembrar dudas sobresu especificidad y autenticidad. Sinembargo, debemos distinguir en su se-no un amplio espectro que va desdeuna línea dura, que niega en una formaabsoluta el Holocausto, hasta, comodecíamos, su relativización o disminu-ción del número de muertos.

Según los primeros, ni las autorida-des nazis ni Hitler planearon jamás eli-minar a los judíos de Europa, ni seconstruyeron cámaras de gas; de modoque la llamada, eufemísticamente, "so-lución final" significó sólo la emigra-ción de los judíos, no su aniquilación.Para apoyar esta argumentación, losrevisionistas señalan que las muertesde judíos llegaron a unas trescientas mily que se debieron a enfermedades ycarencias propias de la guerra.

En relación a la idea del mito del Ho-locausto, según los negacionistas losjudíos inventaron la estafa de los seismillones, expresión de 1973, con el fin

de chantajear al pueblo alemán con ca-dáveres fabricados.

Por otra parte, sostienen que fuecreado con fines políticos y financierospara volcar a la opinión pública a favorde la creación del Estado de Israel.

(...) Con respecto al Juicio de Nurem-berg, es visto como un acto de vengan-za y de injusticia de los aliados, quienesen realidad abusaron de los alemanes.Además, dicen que los bombardeosaliados o las deportaciones de alema-nes fueron tan terribles, o más, que lascámaras de gas.

Obviamente la negación del Holo-causto implica la negación de las cáma-ras de gas. Al mismo tiempo, explican elgran número de crematorios en loscampos de concentración como un me-dio para solucionar rápidamente elcreciente número de víctimas de tifus yotras epidemias, propias de la guerra.

Entonces, en general, podemos decirque el negacionismo, ya sea bajo la po-sición de verdades absolutas, de axio-mas o de argumentaciones complejas ysutiles ha contribuido no sólo a negar laShoá, sino también a confundir, tergi-versar, desconocer y difamar los cuer-pos del exterminio.(...)

Para concluir, quiero recordar una ci-ta de Ian Kershaw: "si queremos estu-diar una lección del Holocausto me pa-rece indispensable admitir, aún reco-nociendo su carácter único en la histo-ria, en el sentido de que no hay prece-dentes de singularidad ni magnitud,que nuestro mundo no está al abrigo deatrocidades similares que puedan im-plicar a otros pueblos, que no sean losalemanes y los judíos. No se trata deexplicar el Holocausto sólo por la His-toria judía, e inclusive la patología delos estados modernos, sino de interro-garse respecto a la civilización".

Finalmente, querría volver sobre loque dijera anteriormente de nuestracomún humanidad con todas las vícti-mas del genocidio, esta vez remitién-dome a una cita de Paul Ricoeur: "lasvíctimas de Auschwitz son por excelen-cia las delegadas ante nuestra memoriade todas las víctimas de la historia"

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RAQUEL HODARA Z”L

Una educadora comprometida

Su saber, sus conferencias, sus mensajes, han dejado huellas im-borrables en quienes la conocimos.

Educadora argentina residente en Israel, se ha caracterizado porser una docente de una gran lucidez y erudición en la transmisiónde sus conocimientos.

Se dedicó con igual rigor y pasión al estudio del Tanaj (Biblia) yla Shoá.

Logró conjugar magistralmente la investigación y la docencia,con una particular pasión por la transmisión del saber.

Estamos seguros que su obra y su trayectoria dejarán una marcaindeleble en sus educandos, los que continuarán, ciertamente, eldesarrollo de sus fecundas propuestas. Éstas constituyen un fuerteestímulo intelectual y emocional para seguir investigando loscomplejos problemas que plantea el pensamiento judío y, enespecial, la significación y las implicancias de la Shoá comohecho crucial en la historia de la humanidad.

La Fundación Memoria del Holocausto la ha contado como unade sus más lúcidas colaboradoras. Su discurso, siempre clarifi-cador, irradiaba una fuerte identificación con la temática de laShoá, lo que generaba en su auditorio una incitación a seguir tra-bajando sin claudicaciones, en aras de fundar una memoriasostenida en el rigor de una minuciosa investigación histórica.

Nuestro homenaje a su persona y su obra reside en transcribir enla página siguiente de “Nuestra Memoria” fragmentos de unaconferencia que dictó en Buenos Aires, en una de sus visitas.

La recordamos como seguramente ella hubiera querido, a travésde la vitalidad imperecedera de su obra.

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(...) Considero que los temas a investi-gar vinculados con la mujer en la Shoáson los siguientes: Primero, la mujer enla familia, en toda su significancia; lamaternidad, los embarazos, los partos,cómo ser madre en el ghetto, cómo serama de casa en el ghetto. Segundo, eltrabajo; qué pasa con el trabajo de lasmujeres en el ghetto. Tercero, el lugar dela mujer en los centros de poder en elghetto, si participó o no en el Judenrat,si tuvo o no influencia sobre las decisio-nes que aparentemente los judíos po-dían tomar. Cuarto, el papel de las mu-jeres en la vida cultural del ghetto.Quinto, la salud de las mujeres. Sexto, lapreocupación de la mujer - incluso en elghetto- por su apariencia personal, porla estética. Y finalmente, todo lo concer-niente a las relaciones con los hombres.

Nuestro análisis se centrará, princi-palmente, en los ghettos de Varsovia,Lodz, Vilna, Kovno, Shavli y Riga.

Tenemos que recordar que en losghettos todavía se conservaban losmarcos familiares y las estructuras so-ciales. El ghetto se diferenciaba delcampo en muchas cosas, pero lo funda-mental era que en el ghetto, hasta cier-to período, la familia - o lo que queda-ba de ella - vivía toda junta en una omedia habitación. En la mayoría de loscasos se encontraban ambos padrescon sus hijos, pero en otros, sólo lasmadres.

¿Por qué decimos “en la mayoría delos casos”? Porque en todos los ghettos,salvo en Vilna, la proporción de las mu-jeres era de alrededor del 65-68 porciento. Es decir, sólo había un 30-35por ciento de hombres. De éstos, mu-chos eran ancianos o niños. Entoncesno sabemos exactamente cuántas mu-jeres solas se quedaron con niños. Esto

ocurría por tres motivos: primero, por-que muchos hombres se escapaban,especialmente a Rusia antes de quefuera invadida. Tenemos infinidad detestimonios de madres, esposas, y delos hombres mismos, que decían: “a lasmujeres no les va a pasar nada, porque¿en qué guerra les ocurrió algo terriblea las mujeres? Sucedieron cosas, perono han asesinado a las mujeres. Encambio, el riesgo más grande es paranosotros, especialmente para los másactivos comunitariamente”.

Segundo: en el comienzo casi exclu-sivamente los hombres eran secuestra-dos para trabajo forzado y muy pocasmujeres, aunque no voy a decir queninguna.

Pero hubo cambios: el primero fue ladesaparición de muchos maridos. Elsegundo, las condiciones físicas en lasque esa mujer tuvo que seguir llevandoa la familia y siendo ama de casa. (...) Aveces vivían en media habitación sieteu ocho personas. En tercer lugar, paramuchísimas mujeres era la primera vezen sus vidas que tenían que trabajar.

Antes de la guerra, en muchos luga-res, menos de un tercio de las mujeresjudías trabajaban. Pero en Lodz, un ter-cio sí trabajaba. Luego serían práctica-mente todas.

El último punto que cambió, y quizáses el más importante, fue la responsa-bilidad por los niños. Es decir, cómo sermadre en estas condiciones.

A pesar de todos estos cambios, llamala atención que no se hayan hecho in-vestigaciones con respecto a las mujeres.De esta omisión, no son solamente res-ponsables historiadores e investigado-res, sino que el tema de la mujer recibepoco tratamiento en fuentes como losprotocolos de los Judenratten o los Dia-

rios de Ringelblum, Kaplan y Levin.También en los testimonios de mujeres

hay muy poca referencia específica a suvida como tal en el ghetto, aunque últi-mamente se están refiriendo cada vezmás al tema.

Con respecto a los embarazos, Varso-via es un caso casi incomprensible porla proliferación de embarazos que hu-bo (lo contrario sucedió en Lodz ya quehubo muy pocos). Ringelblum, en sudiario, apunta que oyó a una niña detrece años decir a su mamá: “¿Cómo es-tas mujeres se atreven a tener hijos ytraerlos al mundo?”. Ese era el proble-ma, pero no hubo prohibición.

A pesar de que falta material prima-rio, Emanuel Ringelblum escribe en sudiario, en agosto del ’41, que cuando elhistoriador del futuro escriba la historiadel ghetto, va a tener que dedicarle unapágina muy especial a la mujer. Lo es-cribe claramente, y dice: “Porque gra-cias a las mujeres sobrevivieron muchasfamilias en el ghetto. ¿Por qué? Por lapreocupación activa de la mujer porconseguir comida”. Ringelblum dice,además, que no sólo en la familia, sinotambién en todas las instituciones deayuda mutua, cuando los hombres ya sedieron por vencidos, son las mujeres lasque siguen haciendo funcionar las ins-tituciones públicas de ayuda social.

Pero a pesar de lo que dijo EmanuelRingelblum, esto no sucedió. Él no sóloescribió un diario, sino que desarrollóla labor de documentación más impor-tante que se hizo en la Shoá. Encargó auna mujer, Cecilia Slepak, socióloga,hacer una investigación sobre las muje-res en el ghetto, en el ’41. Es decir queél mismo se dio cuenta de que había al-go específico en la cuestión de las mu-jeres.

Raquel Hodara La Shoá:la mujer en los ghettos

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¿Por qué es importante investigarlo?En primer lugar, cada vez entendemosmás que las mujeres fueron siempreentre el 51-52 por ciento de cualquiersociedad hasta hoy; no podemos en-tender la historia de la humanidad siobviamos la historia de las mujeres. Esparte de toda la visión actual de la his-toria que empieza a tomar mucho másen cuenta la historia cotidiana, o la his-toria de la gente común. Hasta hace va-rias décadas, casi todos los historiado-res, por no decir todos, se interesabanpor la historia política: los políticos, losgobiernos, las guerras, los parlamentos.Pero no teníamos casi historia de quépasaba con la gente todos los días, quépasaba en las calles, qué pasaba en eltrabajo, qué comían, qué vestían. Pro-bablemente sea la parte más interesan-te de la historia.

Últimamente, gracias especialmente ala escuela francesa, pero no sólo a ella,se pone muchísimo más énfasis en estaparte de la historia y, por lo tanto, tam-bién en la historia de las mujeres. (...)

Lo que hace importante el estudio delas mujeres en el ghetto es el hecho deque hay indudablemente eventos y as-pectos específicos en lo que les ocurrea las mujeres. Para empezar, la mujer esbiológicamente diferente del hombre,entonces no sólo en los campos la mu-jer perdió su regla menstrual, tambiénen casi todos los ghettos, por lo menosdurante una larga época. En los ghettosen los que se prohibieron los embara-zos eso consistiría en un factor adicio-nal de peligro, porque como sufrían deamenorrea no se daban cuenta que es-taban encinta hasta que el embarazoestaba muy avanzado. De eso hablanPeres y otros médicos, y cuentan esocomo un desastre, evidentemente es-pecífico de las mujeres. (...)

Hay algo más con respecto a la biolo-gía femenina, es su vulnerabilidad anteataques sexuales. Y algo más, que es laespada de dos filos, que constituye labelleza femenina. (...)

En la gran mayoría de los testimoniosde la época, y en los posteriores, nos ha-

blan de lo que sintieron las madres queestaban con los niños, cómo ellas seportaron en lugares donde expulsabana los niños a campos de muerte. En un tes-timonio una mujer dice que tomaron alos que trabajaban y los pasaron a uncampo. A todos los que no trabajaban–niños, viejos, enfermos– se los iban allevar. Los que iban a pasar luego al lu-gar de trabajo, sabían lo que les iba asuceder a los otros. Y continúa: “muchasmadres, e incluso padres, se rehusaron apasar al otro lado”. Como si el “inclusopadres” fuera algo sorprendente. Ahora,yo quiero preguntarme si el decir estoes una realidad y obedece a un estereo-tipo. Porque en el caso de separarse delos hijos, yo todavía no puedo afirmarque la conducta de las mujeres fuera di-ferente de la de los hombres. Ese es unproblema. Pero evidentemente la ex-pectativa hace que se hable de la con-ducta de las madres, mucho más que dela conducta de los padres.

(...) Cuando nosotros leemos las me-morias de hombres y mujeres, lo quedicen los protocolos del Judenrat al res-pecto, o el diario que alguien escribiódurante la guerra, en la mayoría de loscasos, cuando se habla en forma gene-ral, se dice “vinieron y les sacaron losniños a las madres” o “las madres llora-ron”, o “las madres corrieron detrás delos camiones”, o cómo se portaron lasmadres, o “enloquecieron”. En muy po-cos casos se habla de los padres. En es-te momento no les estoy diciendo quelas madres se portaron diferente quelos padres; lo que estoy diciendo es quela expectativa del que escribe en el mo-mento posterior hace que se fije más enla conducta de las madres.

Y si todo esto es así, ¿por qué hastaahora no se ocuparon y por qué haycierta reticencia ante los que nos ocu-pamos del tema? Una gran historiadorajudía moderna dice que, en la bibliote-ca, el estante de la historia de las muje-res está casi vacío y el de las mujeres ju-días, aún más que cualquiera. (...)

Son muchos los problemas metodo-lógicos que tengo en este trabajo. La ta-

rea debe ser muy minuciosa, porque elmaterial sobre las mujeres es ínfimo. Ycréanme que a veces me paso horas le-yendo en la biblioteca o en el archivo ypuede ser que no encuentre ni una solapalabra sobre mujeres.

En segundo lugar, el problema cono-cido del uso de testimonios, entrevistasy memorias post-Shoá. Tenemos unproblema terrible respecto a cuánto va-lor, cuánta veracidad le adjudicamos alos testimonios; Primo Levi habla deeso en su libro. Hay un libro extraordi-nario desde muchos puntos de vista, deuna sobreviviente, que dice: “yo estoyescribiendo esto hoy a los cincuenta ydos años, ¿estoy viendo las cosas comolas vi a los dieciocho?”. Entonces, todossabemos cuáles son los problemas delos testimonios. (...) Por un lado, hay co-sas que no nos van a contar, y por otro,hay cosas que cuentan que creen queles pasaron a ellos y, en realidad, les pa-saron a otros.

(...) ¿Cuáles son nuestras medidas deprecaución? Precisamente lo que noso-tros llamamos entrecruzar, entrelazartestimonios. Si algo se repite en uno,dos o tres testimonios no basta, se tieneque repetir en muchos para que sepa-mos que es verdad y no tiene que habermuchas contradicciones en el mismotestimonio o con otros. Lo tenemos quecontrolar a la luz de los documentos dela época, incluyendo los alemanes.

Según una decisión de la UniversidadHebrea de Jerusalén y de Yad Vashempara realizar una investigación, los tes-timonios y las memorias no pueden sermás del 35 por ciento del material do-cumental que se utiliza. Para este temano puede ser así, tiene que ser muchomás, por dos motivos: primero, porquehay pocos documentos y, segundo, por-que estamos hablando de historias per-sonales, no estamos hablando de cosasglobales. Si la persona lo cuenta, no una,sino dos o tres veces, quiere decir quetenemos que tenerle fe, incluso si noencontramos documentación alemanao protocolos que hablen sobre el asun-to. (...)

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"La mujer judía está escribiendouna magnífica página en la historia denuestro pueblo en esta guerra mun-dial", escribió Emanuel Ringelblum. Enefecto, las mujeres desempeñaron unpapel muy importante durante la Shoá.Se puede decir, entonces, que el génerodefinió diferentes horrores en el mismoinfierno1. Los años en los ghettos lasenfrentaron a situaciones nuevas quelas fortalecieron y prepararon para loque vendría después.

Repasar esta etapa de la mano desus protagonistas nos permite com-prender hoy más en profundidad lo quepadecieron aquellas mujeres y la valen-tía con que enfrentaron su destino.

La llegada de los nazis

La ocupación alemana de Poloniaprodujo un shock en todos sus habitan-tes. "Llegó el año 1939 (...) el miedo seapoderó de todos e invadió mi casatambién."2 La vida tranquila, el mundoestable, comenzaron a desdibujarse, a

desintegrarse y la incertidumbre lo cu-brió todo. "Escuchamos por la radioque el ejército alemán ya estaba cercade Vilna. Todos estamos inquietos, con-teniendo el aliento... ¿Qué pasará? Es-tamos todos tensos y nerviosos."3

Debido a que los hombres corríanel riesgo de ser deportados en cual-quier momento, permanecieron escon-didos y quienes debieron salir a las ca-lles fueron las mujeres. Emanuel Rin-gelblum, consciente de los cambiosproducidos en los roles femeninos alcomenzar la guerra, las consideró lasprincipales proveedoras del sustento.Eran ellas las que se arriesgaban a todo,gritaban "Por favor, Señor" y no les te-mían a los soldados4.

Mudarse al ghetto

Los judíos fueron obligados a aban-donar sus viviendas y la mayoría de suspertenencias, ya que sólo podían llevarconsigo lo indispensable, y fueron con-ducidos a los ghettos que les habían si-do asignados previamente. Para lasmujeres fue muy doloroso abandonar

sus hogares debido a que sus activida-des e identidad estaban allí centradas."Muy pronto se difundió la noticia quetodos los judíos debían abandonar sushogares y marchar al ghetto. Empaca-mos una valija con lo más necesario –seacercan el otoño y el invierno- nos po-nemos toda la ropa que podemos (...).Duele separarse de la vivienda, dondenací y me formé... tantas alegrías y pe-nas vividas aquí... ¿Y a dónde nos man-dan ahora? ¿Qué penuria nos espera?"5

El traslado fue traumático ya que sedejaban atrás hogares, recuerdos y per-tenencias de larga tradición familiarpara enfrentar lo desconocido.

Los días interminables en el ghetto

"Al poco tiempo, achicaron el áreadel ghetto, expropiaron todas las cons-trucciones de nuestra manzana y nosvimos obligados a vivir apretados conotras familias, tantas como cabían enuna vivienda."6 Casi desde el comienzo,hubo que compartir habitaciones, co-cinas y baños con desconocidos, lo que

Lic. María Gabriela Vasquez *

El papel protagónicode las mujeresen los ghettos

* Historiadora, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.

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llevó a que la intimidad fuera casi unrecuerdo del pasado y, para las mujeres,fue mucho más difícil adaptarse a dichasituación.

"Hace una semana que el ghetto es-tá completamente aislado. (...) En lascasas y en los patios, donde no lleganlos oídos de la Gestapo, la gente discu-te nerviosamente los verdaderos pro-pósitos que tienen los nazis al aislar elbarrio judío. ¿Cómo conseguiremosalimentos?"7. En efecto, el tema de losalimentos fue central desde el comien-zo y fue quizá el eje sobre el cual se es-tructuraron todas las demás activida-des. Alimentarse fue la prioridad y ali-mentar a los suyos fue la prioridad delas mujeres. La escasez cada vez mayorde alimentos las llevó a ingeniárselaspara "disfrazar" lo poco que tenían pa-ra hacerlo apetecible, vender sus perte-nencias, contrabandear y hasta robarcon tal de obtener algo para alimentar-los. Es decir, la estancia en el ghettoprodujo una metamorfosis en las muje-res. Debido a que los hombres seguíanen peligro de ser deportados, ellas con-tinuaron siendo las proveedoras delsustento. "Al entrar los alemanes a Cer-nauti [Rumania], nos delimitaron a unárea, el ghetto, que por casualidad in-cluía la casa de un tío. Entre los parien-tes que tuvimos que habitarla, el haci-namiento fue más soportable. Y cuandoel hambre fue intenso, mi madre searriesgó a cambiar su cintillo de casa-miento por un ganso del que aprovechóhasta su grasa."8 También vendían enlas calles caramelos, cigarrillos, todo loque lograban obtener para poder com-prar comida. Con el tiempo, debierontrabajar en fábricas y oficinas. Pasabanlargas horas fuera del ghetto, volvíanexhaustas pero, aún así, se ocupabande los suyos, les daban de comer inclu-so sacrificando sus propias raciones y,además, reanudaban sus labores do-mésticas.9

Aunque se prohibieron las escuelas,en forma clandestina funcionaron mu-chas dentro de los ghettos y allí tambiénlas mujeres estuvieron presentes.

"Cuanto más tiempo pasa más difícilnos resulta creer cómo, sobre el fondode aniquilaciones, crímenes y brutali-dades, pudimos nosotros, los maestros,llevar a cabo esa tarea con los niños delghetto de Vilna, cómo les enseñába-mos, cómo nos reíamos y hacíamos reíra los chicos, cómo cantábamos y hacía-mos que los chicos canten, cómo hacía-mos que olvidaran la espantosa situa-ción en que nos hallábamos, el cons-tante peligro de muerte que no aban-donaba el ghetto por un instante. Era untrabajo duro y más aún cuando, al re-gresar a clase después de una ´acción´había muchos claros en los pupitres es-colares, faltaban niños..."10

Los días pasaban entre la búsquedade comida, los arrestos, las confiscacio-nes y también la abrupta apertura delfuego por parte de los nazis. Los oficia-les de las SS entraban al ghetto y acos-tumbraban matar sin razón alguna."Nos acostumbramos a convivir con lamuerte. La sensibilidad llegó a ser unsentimiento del pasado."11 Así, asesi-natos y violaciones fueron comunespero no sólo en manos de nazis sinotambién de sus cómplices. "Desde esainvisible rendija de nuestro escondite,vimos llevarse a nuestros vecinos. Y alos vecinos de nuestros vecinos. Perotambién vimos matar caballos, rompercristales, arrojar cunas desde los techos,arrastrar parturientas escaleras abajo ysumergir bebés en grandes barriles deagua."12

El final de una etapa y el comienzo de otra

Las mujeres tampoco permanecie-ron ajenas a los movimientos clandesti-nos de resistencia. En general, actuaroncomo correos llevando información,material de lectura prohibido y cartas."Llegan hasta ciudades a las cuales ja-más ha llegado emisario de instituciónjudía alguna, en Volhynia, Lituania, porejemplo ... para introducir en ellas con-trabando tal como publicaciones clan-

destinas, material, dinero, etcétera. Ha-cen todo esto como algo obvio y natural.Hay que salvar a camaradas en Vilna,Lublin y en otros sitios y estas mucha-chas asumen la tarea... La mujer judíaestá escribiendo una magnífica páginaen la historia de nuestro pueblo en estaguerra mundial."13 Y también tuvieronun papel protagónico junto a los hom-bres en rebeliones y levantamientos.

Los ghettos no eran para los nazis lasolución a la cuestión judía; por ello,después de algunos años comenzaron aliquidarlos y enviaron a todos sus habi-tantes a los campos ubicados en el estedel Reich. Las mujeres, como hemosvisto, desempeñaron un gran papel du-rante aquel tiempo, estuvieron al ladode sus hombres y muchas veces los sos-tuvieron y apuntalaron, se arriesgaron,dieron la vida por los suyos, lucharon yresistieron hasta el final y, sobre todo,descubrieron en los ghettos su fortalezainterior, lo que les permitió enfrentarcon entereza, valor y coraje el futuroque les esperaba

Citas1 Duchossoy, Liora. "La mujer en la Shoah". En:

Nuestra Memoria. Buenos Aires, año VIII, n. 18,agosto 2001, p. 31.

2 Unger, Eugenia. Holocausto: Lo que el tiempo noborró. Buenos Aires, Distal, 1996, p.33.

3 Wapner de Lewin, Paia cit. en: Toker, E. yWeinstein, A. Seis millones de veces uno. BuenosAires, Ministerio del Interior, 1999, p. 86.

4 Ringelblum, Emanuel cit. en: Ofer, Dalia."Gender issues in diaries and testimonies ofthe ghetto; the case of Warsaw." En: Ofer, D. yWeitzman, L. Women in the Holocaust. New Ha-ven, Yale University Press, 1998, p. 151.

5 Wapner de Lewin, Paia. op. cit., p. 87.6 Unger, Eugenia. op. cit., p. 37.7 Berg, Mary cit. en: Toker, E. y Weinstein, A. op.

cit., p. 88.8 Fogel de Minz, Marguit cit. en: Wolff, M. y

Schalom, M. Judíos & argentinos; judíos argenti-nos. Buenos Aires, Manrique Zago, 1988, p. 122.

9 Unger, Michal. "Women in the Lodz Ghetto".En: Ofer, D. y Weitzman, L. op. cit., p. 135.

10 Wapner de Lewin, Paia. op. cit., p. 158.11 Unger, Eugenia. op. cit., p. 40.12 Gochberg de Silberstein, Sara cit. en: Toker, E.

y Weinstein, A. op. cit., p. 94.13 Ringelblum, Emanuel cit. en: Gutman, Israel.

"Los movimientos juveniles en la clandestini-dad y en las rebeliones de los ghettos". En:Bankier, David. El Holocausto; perpetradores, víc-timas, testigos. Jerusalén, Magnes, 1986, p. 287.

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Durante el heroico Levantamientodel Ghetto de Varsovia, una de laspreocupaciones centrales de los com-batientes era el deseo de que perdurentestimonios de lo que allí estaba acon-teciendo. Ya no les importaba su muer-te, sino que no desaparezcan las evi-dencias del exterminio, y lo que es másimportante aún, que queden para laposteridad evidencias de la rica y poli-facética vida judía de preguerra con suenorme bagaje cultural y tradicional, asícomo testimonios de la resistencia y delcombate desigual que los judíos habíanemprendido para salvar el honor y ladignidad del pueblo, cuando ya perci-bían signos inequívocos de que la vidajudía estaba condenada a su impiadosay cruel destrucción. Cuando tuvieron lacerteza de la inminencia del fin de susdías, los jóvenes combatientes aposta-ron a la continuidad del pueblo merceda la transmisión de la razón y el motivode la lucha.

Este combate adquiere entonces elsentido de una metáfora esencial: todaresistencia contra los perpetradores per-sigue el sagrado objetivo de preservar lacontinuidad del pueblo judío. Si la vidade los judíos estaba ya perdida, quedabasólo la valentía y la dignidad de una lu-cha a muerte por la transmisión de losvalores que los nazis querían erradicar.

Dado que el objetivo del régimen eraexterminar a todo un pueblo por el me-ro hecho de considerarlo portador de laPalabra y la Ley, de lo que se tratabapues era de preservar esa misma culturay su ética, que debía sobrevivir aún a ladesaparición física de toda una genera-ción. Si la derrota del nazismo se supo-nía en ese momento como imposible,de lo que se trataba pues era de garan-tizar la permanencia del legado que losnazis pretendían borrar de la faz de latierra. Triunfantes en el plano real de laguerra desigual, los nazis habrían final-mente de sucumbir dado que su discur-so e ideología de muerte habrían de pe-recer sepultados por la hegemonía delVerbo que ordena vivir y crear. Ya quenada se podía hacer en términos de larealidad, quedaba el recurso desespe-rado de condenar a la nada al discurso

nazi a través del triunfo de la razón.Entonces, al mandato de no olvidar

proferido por aquellos mártires y héroes,se debe corresponder pues con el deberde la memoria. Pero debe advertirse quea la obsesión nazi de erradicar al pueblojudío del mundo, sin recuerdo ni rastroalguno de su paso por la historia, se ledebe contraponer la permanencia basa-da en una memoria, a condición de nodiluir a ésta en un relato sin identidad. Esdecir, no se trata de inscribir la resisten-cia judía en el marco genérico de las lu-chas globales antifascistas, conducta quesi bien previene del olvido, disuelve em-pero la especificidad y la singularidaddel legado judío, aspiración irrenuncia-ble de los combatientes.

Sostenemos entonces que la trans-misión por la que clamaban los lucha-dores del ghetto y por la que ofrenda-

* Médico Psiquiatra y Psicoanalista. Miembro TitularDidacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Y los hijos redimirán a los padres....

Acerca de la resistenciay la transmisión

Dr. José E. Milmaniene*

El pianista del ghetto.

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ron sus vidas, portaba siempre el ger-men de la fidelidad a los orígenes y elpacto indisoluble con la propia historia,por lo que reconocer el valor de luchamás allá de la cosmovisión por la cualésta se gestó, supone una inconsecuen-cia con ese mismo legado. Así, tanto elrégimen soviético como el humanismouniversalista, tienden a recuperar lamemoria de la Shoá como un capítulomás de la lucha antifascista, sin rescatar

el índice judío de tal gesta. Escribe lúcidamente Alain Finkiel-

kraut 1: "Pero los judíos molestan al an-tifascismo vigilante: el calvario de esosno-proletarios, de esas no-fuerzas delprogreso está fuera de lugar: insulta,está fuera de tono, no tendría que ha-ber ocurrido. Las ceremonias conme-morativas y los monumentos erigidosen los lugares donde se les dio muertese abstienen cuidadosamente, pues, demencionarlos. Antes que dejar a los ju-díos aparecer en tanto tales, la martiro-

logía oficial del poder soviético y de lasdemocracias populares prefiere englo-barlos en las pérdidas de las naciones.Así son integrados, sin su identidad, enel gran relato de la victoria. Así son bo-rrados ellos, los que obsesionaban aHitler, no por el olvido, sino por la ob-sesión del hitlerismo".

Se entiende claramente cómo se tien-de a negar la dimensión judía de la me-moria, a favor de la lucha general de la

humanidad en contradel nazismo. Por lotanto, resulta incómo-do ubicar a los judíos yal privarlos de su iden-tidad diluyendo la es-pecificidad de la Shoá,se obtiene el rédito demovilizar el recuerdo afavor de algún sistemaideológico, dentro delcual los judíos comotales no tienen lugar. Lainquietante amistad de laque habla Finkielkrautes la de todos aquéllosque al no poder incluirel odio destructor ha-cia los judíos en algunaespeculación dialécti-ca que la justifique,deciden preservar unamemoria que libera a lasvíctimas del olvido, perono las redime en su condi-ción, exclusiva causa desu exterminio. Si preten-demos sacar a las vícti-mas de la nada a la cual

condena todo olvido, debemos hacerlocon la convicción que supone rescatar eljudaísmo a causa y por el cual murieron.

Luego de finalizada la guerra, la hu-manidad no pudo ni quiso escuchar lostestimonios del horror. Las mismas víc-timas padecían de tal colapso existen-cial que se les dificultaba la narraciónde las más impensables y extremas ab-yecciones y degradaciones, debierontranscurrir más de cincuenta años paraque se pudiera concretar una impresio-nante tarea testimonial.

Quizás las nuevas generaciones co-mienzan a sentir que no hay posibilidadalguna de inscribirse en la continuidadhistórica si no se intenta articular y tra-mitar simbólicamente el horror. El nihi-lismo, la negación y la ignorancia noimpiden que la verdad exista y que pro-duzca efectos, los que devienen en pa-tológicos cuando ésta no es dicha y na-rrada, claro está, hasta el extremo mis-mo de lo decible2.

Quisiera destacar ahora tres aconteci-mientos que sucedieron en la actualidad,y que son un ejemplo paradigmático decómo la vitalidad y la creatividad delpueblo judío permanece intocada a tra-vés del tiempo, a pesar del más abe-rrante y poderoso aparato militar dedestrucción que jamás se haya abocadoal exterminio de una minoría indefensa.Me refiero a tres obras de los hijos desobrevivientes, quienes no reniegan desu identidad, sino que por el contrario,la recuperan en sus creaciones. Sus pro-ducciones sancionan en acto la definiti-va derrota del mensaje de muerte delnazismo y configuran a la vez, quizás, laforma suprema de rendir homenaje ytributo a la memoria de las víctimas.

El primer acontecimiento consiste en elacto, por parte del astronauta israelíIlan Ramon, de llevar al espacio ademásde una Torá, el dibujo del niño Petr Ginzdel ghetto de Theresienstadt, asesinadoen Auschwitz. El anhelo de evasión através del recurso artístico que le pro-curaba el dibujo de la tierra vista desdela luna, fue realizado luego por Ramon.El mensaje del niño llegó a destino y elespacio infinito del cosmos pulverizósimbólicamente, años después, el bru-tal encierro entre las sórdidas murallasdel campo. Ilan Ramon concretó, aúnmás allá de su desdichada suerte, el de-seo absoluto de libertad que gobiernala vida del pueblo judío desde la salidade Egipto. Así, el anhelo del niño de lle-gar a un lejano y seguro lugar desde elcual se pueda contemplar a la distanciala brutalidad del mundo concentracio-nario en el que la Tierra se había trans-formado, fue plasmado por el viaje realdel coronel israelí Ilan Ramon, quien

“Paisaje lunar”, Petr Ginz (1928-1944), Ghetto de Theresienstadt

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completó así el sueño imposible del ni-ño del ghetto. Triunfo absoluto delhombre que merced a la potente com-binación del arte, la ciencia y la tecno-logía derrotaron una vez más a los si-niestros mensajeros de la muerte...

El segundo acontecimiento de relevan-cia es el generado por el arquitectoDaniel Libeskind, creador entre otrasobras del Museo Judío de Berlín. Ésteganó, también, el concurso para dise-ñar la construcción que se habrá deerigir en el lugar de las destruidas To-rres Gemelas en Nueva York. Su condi-ción de hijo de sobrevivientes del Ho-locausto quizás influyó en su particulartalento para diseñar obras con altocontenido simbólico, las que perpe-túan -con la contundencia de todo ver-dadero memorial- el recuerdo de loshechos traumáticos generados por laviolencia insensata de los hombres. Lasobras monumentales, compactas y ma-cizas que solía erigir el régimen nazihan sido borradas de la faz de la Tierra,pero la elegancia y la magnificencia su-blime de las creaciones de este hijo desobrevivientes se elevan hacia el cielo,ya no como metáfora de la omnipoten-cia destructiva sino como testimoniocreativo de la potencia libidinal delhombre.

El tercer acontecimiento es el confïgu-rado por la presentación de la película"El pianista" de Roman Polanski, basa-da en la novela autobiográfica de otrosobreviviente del ghetto de Varsovia,Wladyslaw Szpilman. Polanski constru-yó la película que él se "debía" a sí mis-mo, dado que a través del film éste in-tenta elaborar y dar testimonio de sudolorosa infancia, tal como escribe Ro-dolfo Rabanal3: "Como Szpilman, en lamisma época y en la misma ciudad to-mada, arrasada y humillada, Polanski,solo, a los cinco años de edad, pudo so-brevivir hasta el fin de la guerra comoun chico perdido en manos del azar. Es-ta historia, ha dicho en Cannes el añopasado cuando lo honraron con La Pal-ma de Oro, es también su historia". Elarte, sostiene Rabanal, no sólo operó

como un salvoconducto que salvó alprotagonista de la historia en la reali-dad, sino que también posibilita la re-constitución subjetiva de las víctimasasí como la redención simbólica de to-dos los judíos.

He tomado estos tres casos paradig-máticos para mostrar la creciente vita-lidad y creatividad de aquellos hijos delos sobrevivien-tes, que con suobra tratan demantener vivo elrecuerdo de laShoá, concretan-do en acto el "de-ber de memoria",en un tiempo enel cual el hedo-nismo narcisista,el individualis-mo y la frivolidadtienden a debili-tar la relación delas nuevas gene-raciones con esaépoca trágica delpueblo, propi-ciando el olvidoy el desinteréspor la Shoá. Re-cordemos al res-pecto las lúcidaspalabras de Fin-kielkraut4:" Olvi-dar es obedecer; olvidar es seguir elmovimiento. El pasado, en cambio, de-be ser tomado por la manga como al-guien que se ahoga. Lo que ha sido notiene el ser sino el lugar que le damos.Los difuntos no tienen defensa y de-penden de nuestra buena voluntad.Cuentan con nuestra iniciativa, con lavoz en nosotros que resiste al impulsonatural y que, en el momento de pasara otra cosa, protesta y nos ordena se-guir siendo testigos de lo invisible. Es-ta voz nos dice que " lo real no está he-cho solamente de cosas palpables yobvias: los buenos negocios, los bue-nos viajes, las gratas vacaciones " (Vla-dimir Jankélévitch en su libro "El per-

dón"). Las vacaciones no son todo. Eléxito no es todo. Está el ajetreo y está lafidelidad. Está el ruido del mundo y es-tá el silencio de los ausentes. Está el fe-bril hoy y está el frágil ayer. Están losplaceres o las preocupaciones de la vi-da y está la oración que nos dirigen losmuertos. Los muertos oran, hay queresponderles: deber de la memoria es

el nombre dado a esta extravaganteconminación".

Los muertos nos convocan a no olvi-darlos y nos llaman a una cita irrecusa-ble: la que supone el encuentro de suausencia con las obras que perpetúansu legado, recuperan su gesta y restitu-yen la dignidad de sus nombres...

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Alain Finkielkraut. Una voz viene de la otra orilla.Bs. As., Paidós, 2002. pp.17.

2. José E. Milmaniene. El Holocausto. Una lecturapsicoanalítica, Bs. As., Paidós, 1998.

3. Rodolfo Rabanal. “El músico de Varsovia”, enLa Nación, sábado 1 de marzo, p.19.

4. Alain Finkielkraut. Una voz viene de la otra orilla.op. cit., pp. 11-12.

Museo Judío de Berlín. Proyecto de Daniel Libeskind.

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1- Los límites del idioma: la conciencia delas debilidades del lenguaje

Hay que hacer hincapié en un obs-táculo importante en la reflexión deluso de la lengua en la industria de lamuerte. De manera dramática, la reve-lación de los campos es para la escu-cha del testimonio la prueba de los lí-mites de la lengua. El signo saussuria-no no puede ayudarnos. Primo Levi loseñala sutilmente en su libro Si esto esun hombre17, "tener frío", "hambre","sueño", "los pies hinchados" remitena significados que no podemos enten-der en la práctica común del idioma."Aquéllo que llamamos hambre, nos di-ce, no corresponde para nada a la sen-sación que podemos tener cuando sal-teamos una comida. De igual modo,nuestra manera de tener frío merece-ría un nombre particular. Decimos"hambre", decimos "cansancio", "mie-do" y "dolor"; decimos "invierno" y aldecir esto estamos diciendo otras co-sas, cosas que no pueden expresar laspalabras libres, que han sido creadas

por y para hombres libres que viven ensu casa y conocen la alegría y la triste-za". Nosotros, los lectores de los escri-tores de la Shoá, encontramos frasesradicalmente simples pero fundamen-talmente desconcertantes. Los sobre-vivientes dijeron que olían el olor de lacarne humana incinerada. Pero, ¿quépuede evocar eso en nosotros? Ha ha-bido accidentes de tránsito donde,desgraciadamente, las víctimas murie-ron quemadas también. Sin embargo,"oler" en esas circunstancias no podránunca significar lo mismo que olercarne humana incinerada, cuando lapersona ha muerto en una cámara degas, después de haber sido llevada entren de ganado hasta el centro de ex-terminio, maltratada a golpes, privadade agua y de comida en el ghetto. Si lafilosofía es la policía del idioma, esdecir, allí donde cada palabra debe re-cobrar, gracias al análisis, su sentido,ello supone que su rol sería el de fijarla norma y determinar lo que ella ha-brá de evaluar. Pues nada puede estarpor encima de una realidad si esta rea-lidad escapa a las palabras que quie-ren comunicárnosla. El lenguaje delcampo, que dice y que cuenta, es unidioma para iniciados, para los que yasaben, utilizable sólo para los que sa-ben y que interpela a los que ya saben.

Pero el que viene de afuera no puededisponer del material para descifrarlo.¿Cómo entrar dentro de este universosi la comprensión supone, tal como loseñala la etimología de la palabra, loque el otro comparte conmigo, el sen-tido común para los dos? La filosofíase ve pues obligada a empezar estelargo trabajo de creación de un espa-cio de comprensión a partir de un len-guaje común, común para los que sa-ben: el lenguaje de los testigos.

¿Podríamos considerar el testimoniocomo género literario definido comorelato de vida o narración?

2- El peligro de la literatura

Hay un peligro: hacer literatura sobrela literatura. Interpretar los libros con laayuda de las técnicas del análisis litera-rio es comentar una obra y no es pen-sar lo que ocurrió. Desde luego, Levi esun gran escritor que tiene un estilo muypuro, muy directo, preciso, que rehuyede los instrumentos de la retórica. Porotro lado, Semprún, en Buchenwald,usa estas construcciones que nos hacenvolver al pasado pero siempre a partirde enfoques diferentes. Su obra es tes-timonio pero es también una reflexiónsobre la constitución de la memoria in-dividual a partir de un juego de pers-

La Filosofía y la cuestióndel lenguaje

en los campos de concentración**

Prof. Bruno Guitton*

* Bruno Guitton: Licenciado en Filosofía, graduado enla Universidad François Rabelais (Tours).

** Corresponde a un fragmento del trabajo original:“Los campos y la filosofía: Las nuevas tareas delpensamiento filosófico”. Parte I en “Nuestra Memo-ria” Nº 20.

Parte II

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pectivas sobre los hechos. Podríamosmencionar muchos otros ejemplos.Pero esa es justamente la trampa don-de la filosofía no tiene que caer. Lo queimporta es concentrarse en lo que di-cen los autores y más humildementelos testigos de aquella realidad, y vol-ver al uso del lenguaje como vector deuna posible significación. ¿Qué se dijoen Treblinka, Auschwitz, Sobibor, Maj-danek, Chelmno, Belzec o en los cam-pos de concentración? ¿Qué dijeron lasvíctimas, los verdugos, los kapos, o losdocumentos ligados a la industria de lamuerte? De nuevo: no me interesan lasfiguras de la retórica que emplearon.Hay que adoptar aquí también la mis-ma actitud: tratar de acercarse a lo quepasó. ¿Qué significación (o ausencia designificación) se intentó fijar y en quémedida me permite conocer un pocomejor esa realidad dramática y, tal vez,aquéllo que puede o no comunicar elidioma en este tipo de situaciones ex-tremas? En esta rama de la experienciade los campos, la posibilidad de verifi-cación del concepto de industria de lamuerte en el uso del lenguaje tiene queser objeto de análisis. Para terminar,sería interesante preguntarse, desdeotra perspectiva, si la filosofía puedepensar algo nuevo con respecto al te-ma del lenguaje cuando decide anali-zar su funcionamiento en el universodel campo de concentración.

3- La destrucción es también destruccióndel lenguaje

En primer lugar, la industria de lamuerte en toda su organización y en elproceso al que eran sometidos los de-portados tenía como primera conse-cuencia la de destruir la capacidad deun idioma de decir o más simplementede describir. El primer efecto de la des-trucción aniquilaba, pues, el bien esen-cial del ser humano: la confianza en supropio lenguaje.

Desde el punto de vista de las vícti-mas, la llegada a los campos de exter-minio produjo un choque que parecehaber dejado al idioma huérfano de re-cursos. Muchos testimonios afirmanque la llegada al campo fue como entraren un mundo de locura donde no habíacomprensión posible: "En la memoriade todos los que sobrevivimos y queéramos vagamente políglotas, los pri-meros días en el Lager quedaron mar-cados en forma de película con imáge-nes borrosas y frenéticas, llenas de rui-dos y de furia y exentas de significado:un revoltijo de personajes sin nombresni cara, hundidos en un ruido de fondoconstante y ensordecedor, pero dondela palabra humana no afloraba. Una pe-lícula gris y negra y muda"18. Pero jus-tamente, las víctimas no tenían que en-tender, porque entender abría la posi-bilidad de una reacción de resistencia ode apropiación de la situación por lamisma víctima. Lo que hubiera signifi-cado ser menos víctimas, aún sin tenerarmas. Para entender este choque entrelos que llegaron y el campo, la filosofíatiene que admitir que el lenguaje tienelimitaciones. Puede ser manipuladopor una realidad que no se deja definir,

determinar, y fijar con los elementos deque dispone el idioma. No todo es len-guaje, a pesar de las exigencias dequienes lo quisieran así. Hay realidadesque lo excluyen y destruyen su capaci-dad de decir la verdad.

4- El hablar del campo destruye la posibilidad de la verdad

En segundo lugar, la industria de lamuerte logró destruir uno de los con-ceptos más ampliamente aceptadospor los seres humanos que es el de laverdad entendida como la adecuaciónentre una proposición y la realidad queella señala. Se podría pensar que eldiscurso dentro del campo y aquél quelo traduce mediante el testimonio te-nían por finalidad decir "lo real". Dehecho, el origen de esta definición de"verdad" es señalada, por ejemplo, enun texto de Spinoza: "La primera signi-ficación de verdadero y de falso parecehaber tenido su origen de los relatos; yse ha considerado verdadero un relatocuando el hecho relatado había real-mente ocurrido; falso cuando el hechorelatado no había ocurrido en ningunaparte."19

Sin embargo, pensar el tema de laverdad en el Lager implica aceptar unainadecuación de base entre el pensa-miento y la cosa, es decir: reflexionarsobre un mundo que siempre escapaal ser humano que lo quiere decir. Esteantiguo criterio latino de adaequationrei et intellectus, adecuación entre el es-píritu y las cosas, tiene que ser dejadode lado en el caso del campo. En efec-to, este suponía que la idea estuviera"de acuerdo consigo misma" (a partirdel principio de no contradicción) an-tes de referir, antes de identificarsecon aquello "que quería decir". Pero larealidad del universo del campo nopermitió semejantes ajustes. La con-tradicción es un elemento constitutivodel medio ambiente del Lager. Por otra

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parte, si pensamos el campo como unasociedad o un espacio físico del esta-do, lo que entendemos por estos tér-minos es exactamente lo contrario delo que fue el campo. Una sociedad tie-ne al menos el objetivo de proteger asus integrantes o de consolidar lazosentre ellos. En el espacio del campotodo está organizado con miras a rom-per todo tipo de lazo, todo tipo de so-lidaridad, todo tipo de finalidad depreservación de las personas. En estecaso el discurso ni siquiera dispone designos adecuados. Esto es precisa-mente lo que dicen muchos testigoscuando afirman que no logran encon-trar las palabras exactas o adecuadaspara describir la experiencia. Y en re-lación con los acontecimientos, esta-mos frente a un caso extraordinariodonde el pensamiento se ve desbor-dado por la realidad.

Desde otra perspectiva, la voz de lostestimonios podría al menos permitir allector referirse al mundo de las "esen-cias". Si la verdad se encarna en la rea-lidad a través de copias inferiores deesquemas ideales, deberíamos poderdeducir el sentido de esta experienciausando aquéllo que conocemos de es-tos estereotipos perfectos. Ciertas vir-tudes, el bien y los contrarios son con-ceptos que pueden tener una defini-ción esencial abstracta. Pero el acceso auna verdad intelectual en el caso deideas que son seres perfectos abstrac-tos (en una concepción del platonis-mo20, por ejemplo, que supone una ne-cesaria universalidad e inmutabilidadde la verdad) no puede tampoco ayu-darnos. Si lo que es verdad es esencia,entonces no se la puede percibir. Sólose la puede pensar gracias a un esfuer-zo de la razón que nos arranca de la ex-periencia vivida, dado que el deporta-do no puede extirparse de esta expe-riencia vivida.

Platón nos dice también que tene-mos que superar las formas que nos

acercan los sentidos para buscar lasformas perfectas que podamos con-templar. Esta dialéctica ascendenteabre después la posibilidad de volveral mundo sensible con una dialécticadescendente para tomar concienciade la posible significación imperfectadel mundo empírico, entendido dehecho como conjunto de copias im-perfectas. Pero no hay ninguna posibi-lidad de trascendencia de la figura dela verdad de las esencias para enten-der el efecto del lenguaje del campoporque no existe una referencia espi-ritual ya construida, capaz de ser luegoaplicada a las palabras del universo delcampo de concentración. Y los que su-frieron no pueden asumir una búsque-da trascendente de figuras idealesporque dejar el campo implica aban-donar el soporte que ellos precisa-mente quieren describir, dejar el mun-do de su experiencia fundamental. Losdeportados no pudieron recurrir a es-tas categorías, así como tampoco lostestigos en sus testimonios, ni tampo-co los que quieren entender el fenó-meno en su conjunto. Se trató de unuso inédito del instrumento del idiomaque crea su propia y, sobre todo, nue-va verdad.

¿Esto implica una imposibilidad irre-mediable de transmisión de lo queocurrió?

5- La imposibilidad de comunicación

Nos hemos acostumbrado a pensarque la creatividad propia del idiomapodía permitirnos referir exitosamen-te cualquier tipo de experiencias. Sinembargo, ni el recurso a la ficción o alas herramientas de la retórica (metá-foras, alegorías, etc.) sirvieron a la ho-ra de expresar la realidad del campo olas vivencias de los condenados amuerte. En otras palabras, el poderdestructor de la industria de la muertese aplicó también sobre el lenguaje

que no logra comunicar esta catástro-fe para compartirla con los otros. Im-pedir que el lenguaje transmita la ex-periencia fue lo que precisamente tra-taron de hacer los nazis: "Cualquierasea el desenlace de esta guerra, laguerra contra vosotros la hemos gana-do; ninguno de vosotros quedará paradar testimonio de ella, pero incluso sialguno lograra escapar, el mundo nolo creería. Tal vez haya sospechas, dis-cusiones, investigaciones de los histo-riadores, pero no podrá haber ningu-na certeza, porque con vosotros serándestruidas las pruebas. Aunque algunaprueba llegase a subsistir, y aunquealguno de vosotros llegara a sobrevi-vir, la gente dirá que los hechos quecontáis son demasiado monstruosospara ser creídos: se dirá que son exa-geraciones de la propaganda de losaliados, y se nos creerá a nosotros quenegaremos todo. La historia del Lager,seremos nosotros quienes hemos dedictarla."21 Es la inadecuación entre lacosa y el pensamiento, producto delmismo campo, el que permitió lamentira anunciada por los nazis enesta cita de Primo Levi. Esa inadecua-ción hubiera podido ser un medio pa-ra construir la verdad ideológica ofi-cial de una historia revisitada por losex verdugos en un mundo en el quelos nazis hubieran triunfado. De elladesde luego también nacieron los ne-gacionistas.

6- El campo usa el lenguaje como empresa de reducción del hombre al estado de animalidad

Por otro lado, la voluntad de reduciral hombre a su dimensión animal estápresente en esta maquinaria que haceque la práctica de la comunicación enlos campos termine siendo un instru-mento de gran empobrecimiento. Ellenguaje deja de ser, allí, para el hom-bre, el material rico en posibilidades

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expresivas, origen –gracias a las com-binaciones múltiples que permite- dela libertad de decirlo "todo". Esta pér-dida constituye sin duda una victoriade los nazis; en efecto, las condicionesdramáticas de la vida en el campo, elhambre, los golpes, la incertidumbresobre el propio destino, las "seleccio-nes" a las que se era sometido, etc., re-dujeron las categorías del idioma aaquéllas que eran estrictamente nece-sarias para la supervivencia. Toda laagudeza de que la conciencia era ca-paz se orientó a mantenerse apegado,haciendo uso de las palabras más sim-ples, a aquéllo que podía salvarlos. Es-tamos ante un proyecto que pensóhasta el más mínimo detalle para redu-cir el hombre a su estado de subhuma-nidad, un estado preparatorio para ladestrucción.

7- El idioma de los campos es propedéutico a la matanza y está condicionado por la ideología de los"amos nazis"

Pero matar, destruir, hacer sufrir alser humano y reducirlo a una merapieza del dispositivo de exterminiosupone también una relación directapor parte de los nazis con la lengua delorden y de la desvalorización. El pre-dominio del material léxico del insul-to, de los excrementos, de la bestiali-dad, impidió a los deportados res-guardar su identidad en la lengua pro-pia, la de antes, la de la vida normal, lade los hombres comunes. Esas cir-cunstancias bestiales modificaronpues radicalmente la relación del suje-to con el uso de la lengua. Levi, porejemplo, hace hincapié en el uso defressen, verbo alemán que significa co-mer en caso de los animales22. La om-nipresencia del vocabulario ligado alos excrementos (scheiss, dreck jude,etc...) para calificar a los esclavos delos campos, y a los que iban a matar,demuestra la voluntad de privar al ser

humano de su identidad de ser huma-no, de reducirlo a materia fecal, decortar definitivamente su lazo con unlenguaje que guarda su pasado y lascertezas que supo elaborar su pensa-miento, la herencia cultural.

Lo reiteramos, hay que tener muchocuidado con la cuestión del sentido enlo referente a este campo semántico dela humillación. La filosofía tiene queentender que no se trata de fórmulasmetafóricas o de otros mecanismoslingüísticos de sustitución analógica.Se atribuye a un hombre un rasgo to-mado de otra palabra por desplaza-miento. Pero en la realidad del sufri-miento del campo, scheiss no es ningu-na metáfora. Se trata, por el contrario,en la mente de los verdugos, de un tér-mino acuñado mediante el procedi-miento de denominación objetiva. Elléxico de los insultos aparece como lamatriz creadora de un orden prope-déutico a la eliminación. Pone en evi-dencia la representación según la cuallos únicos seres humanos del camposon los nazis, mientras que los demásson objetos a su disposición para laevaluación y, desgraciadamente, parala acción.

¿Cómo pensar esta triple tendenciaque, en un primer momento, paraliza ellenguaje para después empobrecerloreduciendo las palabras a unas pocasexpresiones indispensables para la su-pervivencia y, por parte de los nazis,esa voluntad de usar la lengua para de-cir con mucha precisión el infinito des-precio que sienten y que es el corazónmismo de su ideología? ¿Cómo la pre-cisión venida de la más despojada sim-plicidad, de la semántica al servicio dela ideología, pueden llegar a descon-certarnos a este punto? La experienciade la vida en un campo de concentra-ción obliga a la filosofía a regresar a lavieja tesis según la cual entender esbuscar, a partir del lenguaje, el objetosignificado, sin técnicas de interpreta-ción, sin teorías semiológicas, sin una

voluntad de considerar el idioma comoun universo cerrado sobre sí mismo. Ellenguaje del universo del campo estáamarrado a su situación de enuncia-ción. Es el idioma contextual por exce-lencia. En el centro del dispositivo de lamatanza, del aniquilamiento del serhumano, aparece como una herra-mienta que reacciona a su entorno. In-dica en forma transparente aquéllo quelo destruye, que lo condiciona, lo ma-neja, lo transforma. A través de los me-canismos que permiten su uso, se pue-de notar que cumple la función de des-pojar al sujeto de sus categorías deanálisis. Lo que dice no surge de unavoluntad subjetiva absolutamente li-bre, más bien todo lo contrario. La si-tuación en la que es empleado le impi-de cumplir una función simbólica, serel producto de un creador que lo asu-me. El idioma del universo del campode concentración es como es porqueprecisamente es el idioma de ese uni-verso, una lengua abierta sobre la zonadelimitada por los alambres de púa ylas torres de guardia.

Al reflexionar sobre estas condicio-nes, la filosofía podría entender mejorqué fue lo que ocurrió, así como refle-xionar sobre un lenguaje humano don-de quien habla no es sino el conjuntode condiciones producidas por la orga-nización de esta industria de la muerte.Este enfoque podría constituir un pro-yecto futuro sobre las relaciones de co-municación entre los interlocutoresdentro del infierno nazi

NOTAS17 Levi, Primo. Si c’est un homme, CH XIII, Editions

Presses Pocket Julliard, 1987, p. 132.18 Levi, Primo. Les naufragés et les rescapés, Alca-

de, Editions Gallimard, 1989, p. 92.19 Spinoza, Baruj. Pensées métaphysiques, Editions

Garnier-Flammarion, 1964, pp. 352-353.20 Platon. Phédon, 65d-66a, Editions Garnier-

Flammarion, 1965.21 Levi Primo. Les rescapés et les naufragés, Alca-

de, Editions Gallimard, 1989, p. 11.22 Ibid, pp. 97-98.

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Desde el punto de vista arquitectóni-co, Viena es una de las ciudades másimponentes del continente europeo.Sus palacios, enormes mansiones yedificios públicos revelan un pasadoimperial todavía intacto. El escaso dañosufrido por la ciudad durante laSegunda Guerra Mundial y una decidi-da política de preservación parecen re-tener el tiempo en las escurridizas ca-llejuelas del sector histórico. Los legen-darios cafés, verdaderos símbolos de lavida local, completan un cuadro demarcada armonía urbana. Convenien-temente, los vieneses prefieren "olvi-dar" que el ritual del café y las medialu-nas fue traído desde otras latitudes.Proviene de los turcos, hoy considera-dos como "ajenos" incluso a la nociónmás extendida y amplia de Europa. So-bre finales del siglo XVII, el rey polacoJan III Sobiesky liberó a Viena del ase-dio asfixiante de los ejércitos otoma-nos. Los campamentos turcos fueronatacados por sorpresa y con tal furiaque al desbandarse dejaron sus reciénhorneados panes (medialunas) y un es-peso brebaje oscuro (café). Con eltiempo, éstos habrían de pasar delcampo de batalla a los elegantes caféscitadinos.

Ocurrió en la plaza

En esta ciudad, algunas páginas delpasado parecen desvanecerse casi sindejar rastros. En la parte vieja, un pun-to de particular interés es la Judenplatz,o Plaza de los Judíos. Ubicada a pocascuadras de Stephansdom (la Catedralde San Esteban) y rodeada por una mu-ralla de cuidados edificios, insinúa losucedido aunque sin llegar a revelarlo.Durante la Edad Media, este fue el cen-tro de la vida comunitaria judía y su si-nagoga llegó a ser considerada una delas más importantes de Europa Central.En 1421, la ciudad tembló al iniciarseun impresionante levantamiento anti-judío que destruyó la gran sinagoga. Ensu interior, más de 300 judíos murieronquemados, rechazando hasta últimomomento la conversión forzada al cris-tianismo. Previendo su reconstrucción,las autoridades retiraron las piedrasrescatadas del incendio y las utilizaronpara levantar la universidad.

Cinco siglos después, cuando en Eu-ropa se empezaban a gestar movi-mientos populares totalitarios (prime-ras décadas del 1900) la ciudad de Vie-na escogió precisamente la Judenplatzpara instalar una estatua de GottholdEphraim Lessing (1729-1781). Estedramaturgo alemán fue un apasionadodefensor de las libertades individualesy en 1779 publicó "Nathan el Sabio",una obra que alcanzó gran repercusión.Dada la época, ese trabajo de Lessingse convirtió en un alegato sorprenden-te contra la intolerancia. En 1938, coin-cidiendo con los nuevos vientos políti-cos que ya soplaban en Austria, la esta-tua de Lessing fue removida y, con ella,todo su simbolismo.

Austria y ellegado del

Holocausto

Despuésde unlargo

silencio

Viena, 1938.

Dr. Pedro Germán Cavallero*

* Abogado. Coordinador del "National Council of LaRaza (NCLR)", Washington.

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¿Víctimas o victimarios?

Desde 1945, los austríacos han man-tenido una relación incómoda con ellegado de la guerra, en particular con lainstrumentación del Holocausto. Laanexión del país al Reich alemán, du-rante el Anschluss de 1938, recogió unrespaldo popular ensordecedor. Enmarzo de ese año, el retorno de Hitler aViena (donde vivió entre 1907 y 1913)convocó a multitudes enfervorizadasque desbordaron las calles. La magni-tud del recibimiento dejó perplejos alos observadores más escépticos. Evi-denció además la sintonía existente conun régimen que desde 1933 empujabaa los alemanes hacia un expansionismosin límites y un racismo patológico.Desde la entrada de Hitler a la capital, ydurante las siguientes semanas, nume-rosos residentes judíos fueron golpea-dos en las calles y humillados pública-mente. Según relata Flora Lewis en Euro-pe: Tapestry of Nations (Europa: Tapiz deNaciones) la brutalidad desatada contrala población judía alcanzó niveles en-tonces desconocidos en la misma Ale-mania. La posterior caída del CancillerKurt Schuschning (enemigo de la ane-xión) y el ascenso del Nazi ArthurSeyss-Inquart consumó un proceso.Como tal, Austria dejaba de existir y sefundía en el Reich alemán. Desde en-tonces, su suerte quedaba ligada a losdesignios del Führer.

Evan Burr Burkey, autor de Hitler’s Aus-tria: Popular Sentiment in the Nazi Era 1938-1945 (Austria Hitlerista: El SentimientoPopular en la Era Nazi), refiere los efec-tos de la Kristallnacht (Noche de losCristales Rotos). Esa noche del 9 de no-viembre de 1938, 91 ciudadanos judíosfueron asesinados, más de 40 sinagogasquedaron destruidas y 7.500 comerciosy viviendas fueron totalmente devasta-dos tanto en Viena como en otras capi-tales provinciales. Además, 3.600 per-sonas fueron detenidas y deportadas a

los campos de Dachau y Buchenwald,de donde sólo fueron liberados quienesacreditaron tener planes para emigrar.No obstante estos antecedentes, la me-moria colectiva de los austríacos conti-nuó apoyándose en una convenientenoción de "país ocupado." La "opre-sión" del Tercer Reich, alegaban, no di-fería de la experimentada por otros paí-ses de la Europa controlada por Hitler.

En 1986, la llegada de Kurt Waldheima la presidencia de Austria catapultó elproblema al plano público. Esto fue po-sible dada la presión ejercida desde elexterior, motivada por las revelacionesdel Congreso Judío Mundial (CJM). Laorganización judía basada en NuevaYork solicitó la realización de una in-vestigación exhaustiva sobre Waldheim.Su desempeño como oficial del ejércitoalemán (durante la Segunda GuerraMundial) lo vinculaba con la comisiónde crímenes de guerra. Paradójica-mente, el asedio al que fue sometido elmandatario reforzó esa sensación de"víctimas" sostenida por algunos aus-tríacos. A pesar del escándalo interna-cional, Kurt Waldheim logró completarsu mandato como jefe de Estado aus-tríaco (1986-1992). En 1993, el Canci-ller Federal Franz Vranitzky causó unaconmoción al afirmar que Austria fueun "aliado voluntario de los Nazis y co-mo tal era responsable del Holocausto".El pronunciamiento, aunque no cambióla perspectiva mayoritaria, reavivó eldebate. Por primera vez, el compla-ciente letargo histórico empezaba aresquebrajarse y los años "críticos" vol-vían a ser examinados. Después de unlargo silencio, Austria se animaba a de-senterrar el pasado.

Del silencio al Memorial

En 1994 el alcalde vienés MichaelHaupl anunció la decisión de construirun Memorial del Holocausto. De re-pente, ese proceso introspectivo inicia-

do con el caso Waldheim y reclamadopor Vranitzky adquirió un empuje im-pensado. Las nuevas generaciones em-pezaron a verse expuestas a una repre-sentación más crítica del período Na-cionalsocialista (1938-1945). Nacidosentre el bienestar y el olvido de la pos-guerra, los jovenes austríacos pasaron aensayar una lectura histórica menoscomplaciente que la realizada por suspadres o abuelos. En ese contexto, elexterminio de 65.000 connacionalesadquirió una dimensión completamen-te diferente.

En 1995, Haupl designó un juradointernacional. Éste evaluaría los pro-yectos presentados por los 9 artistasinvitados a participar del concurso in-ternacional de diseño del memorial. Alfrente del jurado fue nombrado HansHoellein, un reconocido arquitectoaustríaco. Hoellein sería asistido porotras reconocidas personalidades delcampo cultural, histórico y artístico. Si-mon Wiesenthal, el legendario cazadorde Nazis vienés, aceptó integrar el co-mité. La invitación a este sobrevivientede la Shoá implicaba tanto un recono-cimiento a su trayectoria como a su ca-rácter de incansable promotor de laidea. Para Wiesenthal era inadmisibleque Viena aún no hubiera dedicado unespacio público a la experiencia delHolocausto. También era conocido suprofundo rechazo al Monumento Con-tra el Fascismo, la obra del escultor Al-fred Hrdlicka que en 1988 fue empla-zada en el centro de la ciudad. Esta es-cultura representa a un judío vienésquien, obligado a arrodillarse, limpiaen esa posición una vereda. De esamanera, Hrdlicka optó por recrear lahumillación padecida por los judíos lo-cales desde el ascenso del Nazismo.Por su parte, Wiesenthal, acompañadopor otros sectores comunitarios, califi-caron el monumento como "inadecua-do" para conmemorar a quienes su-frieron la persecución y el exterminio.

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De aquel impulso inicial, el memorialcontinuó creciendo aunque nunca lo-gró entusiasmar a amplios segmentosde la sociedad. Con frecuencia, en artí-culos publicados en la prensa o en losmismos intercambios de la calle, losvieneses cuestionaban tanto la "opor-tunidad" como la misma "necesidad"de recordar el Holocausto. No obstante,las autoridades municipales insistieron:la obra debía inaugurarse en 1996,coincidiendo con el aniversario de laKristallnacht. Tras el estudio de los dis-tintos proyectos, el jurado seleccionó lapropuesta de la joven escultora británi-ca Rachel Whiteread. En el camino que-daban múltiples obstáculos: desde lainsistente oposición de la ultraderecha(ahora sumada a la coalición gobernan-

te), hasta las mismas organizaciones desobrevivientes (insatisfechos con el di-seño de Whiteread por su contenidoexcesivamente "abstracto"). Ellos argu-mentaban que las víctimas del extermi-nio "no murieron en abstracto". Para lossobrevivientes, esa básica y fundamen-tal característica de la Shoá se perdía enel diseño ganador. En lugar de irse al-canzando un consenso progresivo, lacontroversia crecía. A las dificultadesiniciales se sumó un presupuesto exi-guo y también los fuertes reclamos "es-téticos" de los vecinos de la Judenplatz.Alarmados con la posibilidad de ver"arruinada" la vista de sus balcones, losvecinos consideraban como poco rele-vante el sentido de reparación históricaimplícito en el memorial.

En octubre de 2000, cuatro años des-pués de lo planeado, el memorial fueterminado de construir. La obra ocupala mitad de la plaza y consiste en unaestructura de forma rectangular (250toneladas de peso) que confronta la lí-nea arquitectónica de su entorno. Re-presenta una biblioteca hermética-mente cerrada que atesora un vacío"imposible de alcanzar". En From Con-troversy to Acclaim: Rachel Whiteread’s Ho-locaust Memorial (De la Controversia a laAclamación: El Memorial del Holo-causto de Rachel Whiteread) AndreaSchlieker interpretó ese vacío como"un hueco en el corazón de Viena, unabrecha en la identidad de la nación". Sudoble puerta de entrada no puede serfranqueda y los muros exteriores exhi-ben libros cuyos lomos ocultos impi-den identificarlos. Como complemento,en torno a la construcción fueron gra-bados los nombres de los campos deconcentración donde murieron judíosaustríacos: Belzec, Bergen-Belsen,Auschwitz, entre otros. Además, real-zando la dimensión histórica del lugar,el memorial se entrelaza con los restosde la sinagoga destruida en el siglo XVy con el centro judío de las inmedia-ciones (Casa Mizrachi). Para la inaugu-ración, ocurrida el 25 de octubre, la co-munidad judía pidió que no fueran in-vitados los integrantes del gabinete. Lapresencia en el evento de una fuerzapolítica de ultraderecha (que entreotras posiciones elogió la "política la-boral del nazismo") hubiera resultadoofensiva. Con una contundencia inusi-tada, el alcalde Haupl expresó que"700 años de antisemitismo habían si-do suficientes." A su turno, el Presi-dente Thomas Klestil reconoció que "elencuentro de la sociedad austríaca conel pasado se había demorado dema-siado." Ese encuentro, agregó Klestil,"debía partir de asumir las responsabi-lidades propias." En ese mismo instan-te, la Judenplatz era testigo de un pasoimportante en esa dirección

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Mi querido amigo:Ha sido colocado un puente de ma-

dera sobre la calle Mlawaska uniendolas calles del Ghetto. Dos líneas de tran-vías, la Nº15 y la 28, han sido suprimi-das. Ahora (febrero, 1941) solamenteuna línea de tranvía está aún funcio-nando –con una enorme estrella judíaencima. Los farmacéuticos cristianosestán haciendo grandes negocios. To-dos sus específicos son comprados, rá-pidamente. Amenaza una epidemia detuberculosis; debido a la promiscuidaddel Ghetto, sería como un incendio enel bosque (...).

La sarna se ha extendido, debido a lacarestía del jabón. (...) En las provinciasextorsionan enormes sumas de dinero:en Radom hubo de colectarse 50.000slotis en tres horas por 500 deportados.Hay rumor de que los judíos serían con-centrados en cuatro localidades. Varso-via, Lublín, Radom y Kielce. Todos losjudíos del distrito de Varsovia serían lle-vados a Varsovia –alrededor de 20.000-la razón, política: en caso de guerra conRusia, los judíos serían concentrados encuatro localidades...

Otra explicación, de la razón de la “ins-talación” (deportación) de judíos del dis-trito varsoviano (al Ghetto de Varsovia) esel arribo de polacos de Pomerania.

(...) Hay una biblioteca ilegal que circu-la de casa en casa. Hay un Talmud Torá alque asisten 700 alumnos, los rabinos sonlos maestros. (...) Los mendigos ejercen suoficio de maneras diferentes.(...) La men-dicidad de niños de tres o cuatro años eslo más penoso. Algunos mendigos ensa-yan posturas teatrales con el deseo de

hacer efecto en las gentes. El estímulopara escribir nuestras memorias es po-deroso: aún las jóvenes en las labores decampo lo hacen. Los manuscritos fuerondescubiertos rotos en pedazos y sus au-tores, golpeados. (...)

AGOSTO 1941

Los carros están repletos con cuerpos.Los ataúdes de los pobres están apiladosunos sobre otros. En algunas de las casasdel sector pobre (por ejemplo en la calleWolynska), mueren familias enteras. (...)Una madre escondió a su hijo muertopudiendo de tal manera utilizar su cartade racionamiento tanto como le fue po-sible. (...) En general, la muerte de fami-lias enteras en el curso de uno o dos díases un hecho muy común. Hay un au-mento muy grande en el número dehuérfanos, desde que la gente mayormuere primero, particularmente loshombres. (Pero) no hay, prácticamente,niños menores de dos años, simple-mente porque no hay leche para nadie,ni para los niños ni para las madres. Silas cosas continúan de esta manera, la“Cuestión Judía” será pronto resuelta enVarsovia.

(...) Una cuestión sumamente intere-sante es ésta de la pasividad de las ma-sas judías, que expiran sin emitir un sus-piro. ¿Por qué no están tan quietos?¿Por qué muere el padre, y la madre, ycada uno de los niños, sin una voz deprotesta? ¿Por qué no hicimos las cosasque amenazamos hacer un año atrás–saqueo y robo- aquellas cosas cuyaamenaza forzó a los Comités de Casas a

Diario de Emanuel Ringelblum*

Emanuel Ringelblum fue un destacado

historiador judío, egresado de la Uni-

versidad de Varsovia. Encerrado en el

Ghetto de Varsovia, escribió la crónica

de la terrible vida cotidiana, que él

también sufrió. Esta crónica comienza

hacia 1939 y se prolonga hasta prác-

ticamente su ejecución, en marzo de

1944. Originalmente asentaba los

hechos cotidianamente, pero a medi-

da que la situación en el ghetto se de-

terioraba, pasó a hacerlo primero se-

manalmente y luego mensualmente.

Ringelblum dirigió la construcción de

un archivo clandestino del Ghetto de

Varsovia. Los materiales que ha deja-

do fueron enterrados en cajas de me-

tal y se hallaron accidentalmente bajo

los escombros de un edificio de la ca-

lle Nowolipki 68. La primera sección

del archivo secreto del Ghetto de Var-

sovia fue localizada en septiembre de

1946 y la segunda en diciembre de

1950. Presentamos estos fragmentos

en homenaje a todos los caídos en los

heroicos días de la rebelión, de cuyo

aniversario se cumplen 60 años, y en

recuerdo de quienes fueron aniquila-

dos durante la Shoá, como una mane-

ra de mantener viva su memoria y el

recuerdo de una vida judía destruida.

* Davar, abril 1956.

Fragmentos

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comprar alimentos para los pobres in-quilinos? Hay muchas respuestas posi-bles a estas preguntas. Una es que lasfuerzas de ocupación (alemanas) hanaterrorizado tanto a la población judíaque la gente tiene miedo de levantar suscabezas. El miedo a que represiones enmasa sería la respuesta a cualquier le-vantamiento de las gentes hambrientas,ha llevado a los elementos más sensiblesa una estudiada pasividad para no pro-vocar ninguna conmoción en el Ghetto.Aún otra razón es que los elementos másactivos entre los humildes se ha estable-cido por allí de alguna manera. El con-trabando ofrece una forma de vida paramillares de porteros, quienes, a pesardel gasto del porte, toman otros 10 slotispor carga y para silenciar el contraban-do. (...) Otro factor que tiene al puebloreprimido es la policía judía que haaprendido a golpear a la gente, cómo“guardar orden”, cómo enviarlos a loscampos de trabajo. Significativamente,son los refugiados de las provinciasquienes se están muriendo de hambre,aquéllos que se sienten perdidos, sinayuda, en estos ambientes extraños. Suprotesta se convierte en un mendicantegrito de dolor, de una enérgica demandade limosnas a los transeúntes, de unafuerte protesta a sus propios lauds-mannshaften (compatriotas), en la de-manda de un pedazo de pan –de unaInstitución Judía o un Comité de Casa.Sin embargo, la ayuda dada es insufi-ciente, especialmente cuando los vecin-darios consisten en gente pobre. (...)

Tuve una conversación con un refu-giado que ha estado hambriento porlargo tiempo. Todos sus pensamientosestaban centrados en la comida. Adondefuera, soñaba con el pan. Se paraba antetoda vidriera donde se exhibía comida.Pero al mismo tiempo, se volvió apático,nada le importaba más. Le era difícil la-varse, y lo hacía por la educación recibi-da en la infancia. Quizás esta pasividadfísica, un resultado directo del hambre,es un factor en la devastación silenciosay sin protestas de la población judía.

(...) Sigue en el orden del día la cues-tión de qué hacer con los mendigos, a

pesar de las 120.000 comidas gratis, apesar de los esfuerzos de la Kehilá y dela ayuda llevada a cabo por el CENTOS(la Asociación de Ayuda a la Infancia). Elnúmero de mendigos aumenta diaria-mente. Aunque la policía emprendióuna enérgica campaña contra ellos, pororden de las autoridades, hoy hay másmendigos que nunca en las calles. Mu-chos de ellos son niños. (...)

Otra plaga es la de los conductores detranvía. La nueva orden prescribiendoseveras penalidades para aquellos pasa-jeros sin boleto ha producido feas con-secuencias. La gente trepa al tranvíadesde ambos lados al mismo tiempo–sabiendo esto, los conductores toman alos que han subido en ese momento y nohan tenido aún oportunidad de adquirirel boleto haciéndoles pagar una multade 5 slotis por no poseer boleto. Si ustedno tiene el dinero para pagar la multa, osi usted dice una palabra de queja alconductor, es llevado ante el guardia. Hahabido casos de personas enviadas aOswiecem por este delito sin que nadase sepa de ellas.(...)

OCTUBRE 1941

Las últimas victorias de los alemanes–el cerco de Moscú, la derrota del ejér-cito de Timoshenko – han llevado a losjudíos a un gran pesimismo. “¿De dóndenos vendrá ayuda ahora?” Cada uno denosotros está muy enojado con Inglate-rra por haber interrumpido los bombar-deos a Alemania durante las últimas dossemanas, aunque era evidente el deseode los ingleses de realizar una ofensivaseparada contra Alemania. El hombremedio supone que a Inglaterra le gusta-ría ver tanto a Alemania como a Rusiaderrotadas, de tal manera que ella yAmérica emergerían como potenciasvencedoras después de la guerra. Pero–las opiniones del hombre medio– ha-biendo derrotado a Rusia, Alemania es-taría en una posición aventajada paraarrojar sus ejércitos contra Gran Bretañacon éxito, cosa que los tácticos inglesesno permitirían. Conozco una casa de fa-milia donde cada mañana la mujer le

hace una escena al marido por la inacti-vidad de Inglaterra. El hombre le prueba,sin lugar a dudas, que él no es responsa-ble por la política británica. Pero esto nole ayuda en nada; su mujer continúaacusándolo. No obstante, cada uno, op-timistas como pesimistas, está conven-cido de que finalmente Alemania per-derá; algunas personas están conjetu-rando que si Alemania toma posesión delos centros industriales de Europa, po-dría tener el mando temporario delmundo. Pero hay pocos que llegan a eseextremo, porque de permitirse creer es-to significaría llevar adelante la necesa-ria conclusión: el suicidio colectivo.(...)

Una característica manifestación re-ciente en el Ghetto es la de los cochesarrastrados por seres humanos. Estapráctica está basada en un simple cálcu-lo: cuesta 80 slotis mantener un caballo ysolamente 20 un ser humano. Además,durante la evacuación se vieron muchoscarros arrastrados por personas y carga-dos de enseres. Durante este tiempo losladrones realizaron horribles daños...

Recipiente que contenía el archivo de Oneg Shabat.

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VENTA DE LIBROS

Las librerías judías ya no existen. Losnegocios fueron clausurados y los librosretirados. Los restos de estos libros quefueron salvados de la calle Swietojerska,donde los libreros judíos eran activosdesde hace generaciones, son ahoravendidos en la calle. El mercado centrallibresco es ahora la calle Leszno, dondelas mejores obras de escritores contem-poráneos son vendidas por canastadas(...). Desde hace un tiempo me enteré dela venta de volúmenes del Talmud – cosano hecha antes. Era considerado sagradoy transmitido de generación en genera-ción. La venta de tales volúmenes es unsacrilegio siendo el mejor testimonio delnivel al que hemos descendido. (...)

PRINCIPIOS DE MAYO DE 1942

Los mendigos que llenan las calles enestos días son distintos a los del año pa-sado. La mayoría de los de las provinciashan muerto. Los recién llegados son deuna clase mejor de gente, su urbanidadse nota en las caras y en las maneras. Ha-blan un buen, y aun algunas veces exce-lente polaco(...). Algunas veces se en-cuentran antiguos estudiantes del Institu-to de Estudios Judíos que piden ayuda enhebreo. Algunos de los mendigos estánperfectamente vestidos. Si no alargaransilenciosamente las manos, o pidieran envoz baja limosna, nunca se imaginaríaque fueran mendigos. (...)

8 DE MAYO

El Ghetto se ha calmado algo desdelas masacres del 18 de abril (cuando cin-cuenta y dos personas fueron ametralla-das en la calle). La gente está un pocomás optimista. Nuevamente han co-menzado a pensar que la guerra termi-nará en un par de semanas y la vida seráotra vez normal. Este buen humor ha au-mentado con los falsos comunicadosque se extendieron después de los ho-rribles acontecimientos del viernes. (...)

Los judíos del Ghetto no pueden so-

portar más esta situación, por eso trata-mos hasta este extremo de ver el fin in-mediato de la guerra. (...) Otra evidenciade la caída de Hitler es la existencia decuatro o cinco radios ilegales y la terri-ble carestía de alimentos. Las cartas deAlemania (escritas en código, por su-puesto) describen una gran insatisfac-ción popular. (...)

En los últimos días de abril y los prin-cipios de mayo vivimos bajo el terror dela deportación. Nadie sabe de dónde sa-lió este rumor. Uno opina que los comer-ciantes polacos hicieron correr este ru-mor para persuadir a los judíos que ven-dan sus pertenencias. Se habló hasta delnúmero de deportados, siendo de150.000 a 200.000 y el país de destino,Rumania. Hubo rumores del Departa-mento de Cocinas de la Kehilá en el sen-tido de que elementos “no productivos”serían deportados y que sólo los trabaja-dores gozarían del uso de la cocina. Sinembargo, la Kehilá nos ha asegurado queel peligro de deportación que pendía so-bre nuestras cabezas ha sido evitado,gracias a la presencia de las fábricas ale-manas en el Ghetto que suministran alejército alemán. Lo mismo fue en Vilna,Rovno y docenas de otras ciudades don-de hubo masacres de judíos. Los únicosque quedaron con vida fueron aquéllosque trabajaban con los alemanes. Nuncahubo una tragedia nacional de esta en-vergadura. Un pueblo que odia a los ale-manes con todas las fuerzas de su ser seve obligado a supervivir ayudándolos ensu victoria –victoria que significa la desa-parición del Judaísmo de la faz de Euro-pa, si no de todo el mundo.

(...) Hay un cartel escrito en alemán enel cementerio prohibiéndoles visitarlo.Se supone que la razón de este cartel essanitaria; en realidad la razón es dife-rente. Multitud de alemanes solía visitarel cementerio para observar con asom-bro el inmenso hoyo donde los esquele-tos de pobres gentes que perecieron dehambre en las calles esperaban la fosacomún. Parados allí, solían los alemanesdiscutir entre ellos la “cuestión judía”.Algunos de ellos gozaban ante la visión

de las víctimas de la política hitlerista;otros, sin embargo, expresaban su re-pulsión ante las consecuencias de lo quellamaban “cultura alemana”. Sin duda,estas excursiones fúnebres dejaban unafuerte impresión en los excursionistas;por lo tanto fueron prohibidas.

(...) Han traído al Ghetto doscientosmil uniformes arrancados de los cuerposde alemanes muertos. Los uniformes es-taban piojosos y empapados de sangre.Por su número (200.000), se puede ima-ginar cuántos cientos de miles y millo-nes de hombres han caído en el frenteruso durante el invierno. En muchos delos bolsillos de las blusas había llamadosde rendición arrojados por aeroplanossoviéticos que constituye como salvo-conductos identificando al portador co-mo amigo del Soviet. Aunque el conser-var tales panfletos era motivo de severocastigo, fueron encontrados en muchosbolsillos de oficiales. Había, también,carta de amigos y familiares que dan unaidea del estado de ánimo tanto de lossoldados como de la retaguardia. Laimpresión general era de una gran de-presión entre los soldados.

El cementerio de Praga, que tiene másde 150 años, está siendo desmantelado.Los demonios no dejan descansar ni a losmuertos. Han hecho la misma cosa en otroslugares de Polonia y Alemania. La antigüe-dad de un cementerio, con su importanciacultural e histórica, es, sin embargo, de nin-guna importancia para ellos.(...)

La cárcel de la calle Gesia contieneahora más de 1.300 prisioneros, entreellos alrededor de 500 niños. (...) Lascondiciones en la cárcel son terribles;puede acomodar de 300 a 500 penados,y ahora hay más o menos cuatro vecesese número. Las celdas están indescripti-blemente sucias. Los intelectuales estánconfinados en mejores condiciones. Lamoralidad es elevada. Sin embargo, losprisioneros se han superado haciendocosas maravillosas por los chicos, quie-nes corren medio desnudos y tostadospor el sol al aire libre. Hacen ejercicios ycantan canciones en idish y polaco. Lasmadres se presentan rogando por sus hi-

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jos, que han sido puestos en libertad ynuevamente encarcelados. (...) Se levan-tan talleres, talleres de sastrería, fábricasde cepillos, lo que salvaría a los reos. Unadelegación de afuera que visitó la cárcelno podía comprender cómo algunaspersonas recibían pena de muerte porcruzar al Lado Ario de Varsovia. Esto, de-clararon, es inconcebible. Esta gente ha-brá cometido algún crimen en el otro la-do. La cárcel estaba idealmente limpia(para la delegación). Se les fue mostran-do un cuarto de baño especial donde lospresos eran bañados y desinfectados dosveces a la semana. La mayoría de los quefueron arrestados eran jóvenes mendi-gos que se escaparon al otro lado; otroseran contrabandistas. Éstos eran los cri-minales de importancia. Han transfor-mado un patio cubierto de tejas en unfloreciente huerto que pronto les reporta-rá 200.000 slotis. Está cultivado por pri-sioneros que hacen de agricultores.

(...) Los hombres de la Gestapo descu-brieron hoy un nuevo juego. Sacaron atodos los músicos judíos de los cafés,jardines, etc. y los llevaron al Pawiakdonde fueron obligados a entretener a lacompañía toda la noche. Hicieron estoayer y lo están haciendo esta noche. Hayla hipótesis de que algunos de Los Trecefueron fusilados porque contrabandea-ron. (...) Los beneficios del contrabandoson enormes (...) como regla los contra-bandistas son generosos con su dinero.Lo que viene fácil, fácilmente se va. Susfiestas son famosas en el Ghetto por laenorme cantidad de comida servida enellas. Les gusta pasar momentos agrada-bles, desde que nunca saben cómo seráel futuro (un balazo, un espía o el arres-to) –por lo tanto, a comer, a beber y apasar un buen rato. De cualquier mane-ra, estos afortunados son liberales con eldinero y la comida -algunas veces ayu-dan a los parientes también. Los contra-bandistas vienen de las clases más bajas–reducidores, ladrones, porteros, “bati-dores”, y el bajo mundo en general (...).

La ayuda no resuelve el problema, só-lo permite a la gente seguir un poco más.Pero de cualquier manera mueren al fi-

nal. La ayuda sólo prolonga el períodode sufrimiento, pero no es la solución;porque para realizar algo, la asociaciónde ayuda debería tener millones de slo-tis por mes a su disposición –y no tienetales sumas. El hecho es que toda la gen-te alimentada en las cocinas públicas seestá muriendo, subsistiendo, como loestán, solamente con sopa y delgadasraciones de pan. Por lo tanto se nos pre-senta la cuestión de si no sería más con-veniente dejar a un lado el dinero parael solo uso de algunos individuos selec-tos, aquéllos que son socialmente pro-ductivos, la élite intelectual u otros. Sinembargo, la situación es que, en primerlugar, la élite constituye un grupo consi-derable y no habría bastante para soste-nerla; y, en segundo lugar, ¿por qué lostrabajadores y artesanos, prácticamentepersonas merecedoras, que eran serestrabajadores en sus ciudades, y a loscuales la guerra y la existencia en elGhetto han privado de su capacidad detrabajo, por qué deben ser juzgados co-mo seres sin valor, escoria de la socie-dad, candidatos para las tumbas colecti-vas? Uno se queda con el horrible dile-ma: ¿Qué debemos hacer? ¿Distribuircucharadas a cada uno, con el resultadode que ninguno sobreviva? ¿O debemosalimentar a unos pocos –teniendo esospocos bastante para sobrevivir?

La celebración del Lag Baomer (Feste-jo del levantamiento de los judíos enca-bezados por Bar Cojba) por los niños hasido este año impresionante. Un largoprograma infantil fue presentado en elTeatro Femina. Representaron niños detodas las escuelas. Fueron premiadoscon caramelos. Procesión tras procesiónde escolares marcharon a través de lascalles hasta el Femina.

(...) Jonas Turkow actuó este año conun repertorio en polaco. La razón: nohay buenas obras en idish. Además, éstaes una evidencia de la marcada asimila-ción en el Ghetto. A los judíos les gustahablar polaco. Se oye muy poco el idishen las calles. Hemos tenido algunas agi-tadas discusiones en torno a este pro-blema. Una explicación es que hablar en

polaco es una reacción psicológica con-tra el Ghetto –nos han arrojado al Ghettojudío, ¡pero nosotros les demostraremosque es en realidad una calle polaca! Adespecho de ustedes, seguiremos en lacosa que ustedes tratan de separarnos-¡la lengua y la cultura polacas! Según miopinión, lo que vemos hoy en el Ghettoes solamente la continuación de la po-derosa asimilación lingüística que eranotada aún antes de la guerra y que hallegado a ser más notada en el Ghetto.Cuando Varsovia era mixta, con judíos ypolacos viviendo unos al lado de otros,no se notaba este fenómeno; pero ahoraque las calles son completamente judías,la extensión de esta calamidad llamapoderosamente nuestra atención.

El grupo Oneg Shabat ha llevado a ca-bo una gran misión histórica. Ha llama-do la atención del mundo por nuestrasuerte, y quizás haya salvado cientos demiles de judíos polacos de la extermina-ción. (Naturalmente, sólo el inmediatofuturo dirá si esto último es verdad o no).No sé quién de nuestro grupo sobrevivi-rá, quién será juzgado digno de trabajarcon nuestro material. Pero una cosa pa-ra todos nosotros es clara. Nuestros tra-bajos y preocupaciones, nuestra devo-ción y constante terror, no ha sido en va-no. Hemos infligido a nuestro enemigoun duro golpe. No es importante si la re-velación o no de la increíble carniceríade judíos tendrá el efecto deseado – si laliquidación metódica de comunidadesjudías enteras se detendrá o no. Sabe-mos sólo una cosa –hemos cumplidocon nuestro deber. Hemos vencido todoobstáculo para alcanzar nuestro fin. Nitampoco nuestras muertes estarán des-provistas de sentido, como las muertesde cientos de miles de judíos. Hemosdado al enemigo un duro golpe. Hemosrevelado su satánico plan de aniquilar aljudaísmo polaco, plan que quiso termi-nar en silencio. Hemos descubierto suscálculos y expuesto sus propósitos. Y siInglaterra cumple su palabra y envía laformidable masa de ataques con los queha amenazado a Alemania, entoncesquizás estaremos a salvo[...]

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“...la memoria en el judaísmo no significala exaltación de un pasado ejemplar, sino lapresencia selectiva de lo impostergable,ayer, hoy y mañana. Continuidad no en unsentido escatológico, como cumplimientoinexorable de un destino o de una promesa;continuidad, más bien, como expresión de lofrágil, de aquéllo que se puede perder, ejer-cicio de la rememoración que salva en elpresente aquéllo que de ningún modo tienegarantizada la permanencia, ni en el tiemponi en el recuerdo de los hombres. En estesentido, lo propiamente judío de la memoriase relaciona con lo amenazado, con lo quepermanece en estado de intemperie y que lahistoria de los vencedores -como decía Ben-jamin- desplaza hacia el olvido.”

Ricardo Forster

“...el recuerdo histórico no es ningún puntofijo en el pasado que vaya estando cada añoun año más pasado, sino que es un recuerdosiempre igual de cercano, que propiamenteno ha pasado, sino que es recuerdo eterna-mente presente. Cada uno en particular debever la salida de Egipto como si él mismo hu-biera participado en ella.”

Franz Rosenzweig

“Para nosotros, olvidarse nunca fue unaopción. Recordar es un acto noble y necesa-

rio. La llamada de la memoria, la apelación ala memoria, nos alcanza desde el alba de lahistoria. Ningún mandato figura tan frecuen-temente, tan insistentemente, en la Biblia.Debemos recordar todo lo bueno que hemosrecibido, y todo el mal que hemos sufrido.”

Elie Wiesel

“Siempre habrá judíos mientras recuerden.No hay pecado más grande que el olvido.”

Simón Wiesenthal

“...la única manera para que la historia nose repita es manteniéndola viva.”

Eduardo Galeano

Siguiendo a Forster, Rosenzweig, Wie-sel, Wiesenthal y Galeano debemos decirque este escrito intenta ser la ejercita-ción de la memoria como un acto dereapropiación de un pasado vivo, un pa-sado que no concluye sino que reapare-ce como un magma en permanente mo-vimiento e intercambio. Es un acto derebeldía soberana contra el olvido y losintentos de iconización de la memoria,opuesta a la construcción de una memo-ria teleológica según la cual la memoriase construye de una vez y para siempre;entiendo que la memoria es la unidad delo diverso, la síntesis de múltiples re-cuerdos en una identidad común; ellaestá en permanente movimiento, está enuna perenne reconstrucción asumiendoformas históricamente (culturalmente)diferentes; ella depende de las repre-sentaciones sociales que se asumen en

una sociedad dada, en un tiempo deter-minado. Es por ello que podemos afir-mar sin temor a equivocarnos que lamemoria social de la Shoá es relativa-mente reciente, comienza a dejar de serpatrimonio de los sobrevivientes reciénen la década del ’60 (con la notable ex-cepción de Adorno).

El acto de reapropiación de la memo-ria implica la posibilidad de la produc-ción y reproducción de una identidadcomún, implica la elaboración de unaplétora de representaciones socialesque luego servirán para sostener esaidentidad común en el tiempo y para ir-la resignificando en nuevos contextoshistóricos adoptando, al mismo tiempo,una actitud de crítica y de proceso auto-rreflexivo que acompañe al desarrollode aquella identidad colectiva; sólo deeste modo la memoria será memoriaactiva, por lo tanto memoria crítica.

“...desde la perspectiva habermasiana, laapropiación reflexiva de las herencias histó-ricas es una característica típica de la iden-tidad post-convencional. Otro rasgo de esetipo de identidad consiste en la capacidadde solidaridad que, en el caso presente, im-plica la necesidad de mantener viva la me-moria de los crímenes nazis...La identidadpost-convencional a la que se refiere Haber-mas debe también entenderse como la ca-pacidad para adoptar una perspectiva críti-ca respecto del contexto de vida en el cualuno ha sido educado y también respecto dela barbarie que éste haya generado.” 1

La Shoá comomemoria colectiva:

representación, banalización y memoria*

Patricio Adrián Brodsky

* Este trabajo se construyó en base a fragmentos ynotas de un libro inédito cuyo título es: "Estudiossobre autoritarismo y sociedad de masas: genoci-dio, responsabilidad colectiva y memoria", dePatricio Brodsky.

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La memoria es la fuerza que perpe-túa, que prolonga la identidad colecti-va, logra su perduración en el tiempo yposibilita la supervivencia de la culturaa través del proceso de construcción yreconstrucción de subjetividades.

No es casual que ante cada genocidiolos perpetradores intenten construiruna “memoria oficial”, manipulando lainformación, negando el exterminio,una “historia oficial”; tampoco hay ca-sualidad en el hecho que las víctimassobrevivientes necesiten imperiosa-mente resignificar la persecución in-corporando la memoria de ése como unhito fundante de esa identidad colecti-va. Como veremos más abajo, la Shoáno escapa a ese destino y hoy es consi-derada por todos los judíos sin distin-ción (laicos y religiosos; de izquierda yderecha; sefaradim o ashkenazim; etc.)como uno de los dos hitos históricosmás importantes de la historia del ju-daísmo.

Los sujetos construyen su identidad através de la memoria. La transmisión delas experiencias colectivas de los ma-yores a los menores, junto con la misti-ficación, ritualización y sacralización delos hechos más importantes del pasado,es un proceso indispensable en la cons-trucción de la identidad colectiva. Losmomentos más importantes que vivenlos sujetos se resignificarán como hitosheroicos que funcionarán a modo declivaje cimentador de la propia subjeti-vidad historizada; esto es, social y por lotanto colectiva.

La representación social es “un siste-ma de valores, ideas y prácticas conuna función doble; primero, establecerun orden que les permita a los indivi-duos orientarse en su mundo materialy social para dominarlo; y segundo,para posibilitar que tenga lugar la co-municación entre los miembros de unacomunidad, proporcionándoles un có-digo para el intercambio social y uncódigo para nombrar y clasificar sin

ambigüedades los varios aspectos desu mundo y su historia individual y gru-pal.”2; en este sentido, no puede caberdudas que la Shoá constituye un hitoreferencial en la historia del pueblo ju-dío. Tal vez los dos hechos históricos demayor importancia para el judaísmoson la salida de la esclavitud en Egipto(primer gesto de libertad, tal vez es elmomento fundacional del judaísmocomo “nación”, primera “Aliá”3 de unpueblo “diaspórico”4, momento que serecuerda en la celebración de Pesaj; elsegundo hecho colectivo definitorio dela identidad judía es la casi total desa-parición del judaísmo europeo, laShoá.

En relación con la Shoá, nos pregun-tamos: ¿Cómo y de qué manera puederepresentarse con fidelidad al Holo-causto? En primera instancia creemosque sólo es posible asumir una repre-sentación no metafórica; de todas for-mas, la representación del horror jamáspodrá llegar a ser una representacióncabal, sólo podrá ser parcial, fragmen-taria. Las fotos, las filmaciones y relatossólo son asunciones parciales de unproceso sistemático de destrucción dela subjetividad y de los sujetos porta-dores. ¿Cómo es posible representarse,ergo asumir los sufrimientos, los tor-mentos, las enfermedades, las priva-ciones y las pérdidas, las muertes deseis millones de seres humanos de laforma más atroz durante los doce añosde nacionalsocialismo?

Cientos, quizás miles, de testimoniosde sobrevivientes nos transmiten susexperiencias durante la Shoá; la lecturade sus materiales nos enfrenta al dilemade la significación del Holocausto y desi existe una posibilidad cierta de re-presentar socialmente a la Shoá. Peroentonces, si es imposible la representa-ción, ¿cómo hacer para cumplir el im-perativo de Adorno de educar para queAuschwitz no se repita? ¿Cómo evitar labanalización del mal que produce suje-tos cosificados como Eichmann, quien

es capaz de plantear que una muerte esuna tragedia, pero cien mil es estadísti-ca y nada más?

Los sobrevivientes, habiendo atrave-sado esa experiencia límite expresadaen Auschwitz, máquina desubjetivado-ra, tuvieron que hacer el esfuerzo, alvolver a una vida “normal”5 de renacer,de volver de una muerte en vida, delreino del Tánatos y se encontraron conque no volverían a ser los mismos nun-ca más.

“El superviviente liberado se enfrenta, ensu incorporación al mundo de los seres hu-manos libres -al mundo de la palabra y de lacultura- a la ardua tarea de tener que hablardesde ese mundo y desde esa palabra, dellado nocturno del mundo. Además se enfren-ta a la casi imposible misión de tener que vi-vir a pesar de... El superviviente, habiendorecuperado su cuerpo, se ve obligado a vivirde nuevo con una identidad rota, marcadopor una experiencia de dolor que tiene queaprender a elaborar simbólicamente paravolver a dar sentido a su existencia...” 6

El límite en la capacidad de expresiónen relación a la experiencia del Lager sehalla en el hecho de la existencia de un“resto” inexpresable, irreductible, loque queda de Auschwitz es el horror en-carnado en la destrucción del hombre.

“Recurro de nuevo aquí a Robert Antelme,superviviente de Buchenwald y Dachau, porser uno de los primeros en subrayar la im-portancia de la imaginación para disminuirla distancia existente entre la atroz expe-riencia vivida en los campos, que era nece-sario comunicar, y los límites del lenguajedisponible para dar cuenta de ese testimo-nio. Con estas palabras inicia Antelme su re-lato: “Hace dos años, durante los primerosdías que siguieron a nuestro retorno, fuimostodos, creo, presas de un verdadero delirio.Queríamos hablar, ser escuchados al fin. Nosdijeron que nuestra apariencia física ya erabastante elocuente por sí sola. Pero reciénvolvíamos, traíamos con nosotros nuestramemoria, nuestra experiencia viva aún ysentíamos el deseo frenético de contarla talcual era. Y, sin embargo, ya desde los prime-

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ros días nos parecía imposible colmar la dis-tancia que íbamos descubriendo entre ellenguaje del que disponíamos y esa expe-riencia que seguíamos viviendo casi todosen nuestros cuerpos...” 7

La mejor forma de construir una re-presentación social de la Shoá es recu-rriendo directamente a testimonios desobrevivientes y ensayos de especialis-tas; es decir, sin apelar a metáforas eu-femísticas ni a “metadiscursos” de imá-genes terribles. El horror vivido, resig-nificado por el paso del tiempo y la me-diación del lenguaje, debe ser transmi-tido en forma literal, sin el confortableplacer voyeur que se esconde en la me-táfora donde el horror aparece orna-mentado de arte, lo cual lo torna en unproducto de la Industria Cultural, di-gerible por las masas. Mantener vivoel relato de los sobrevivientes, ese esel mandato; relato construido en laética de ese mandato que las víctimasle transmitieron a los sobrevivientes:“sobrevive y que el mundo sepa cómofuimos asesinados, que no nos olvi-de”, y nuestro mandato adorniano,“que Auschwitz no se repita”.

Existe en los sobrevivientes una ne-cesidad casi compulsiva de que sus re-cuerdos individuales se tornen memo-ria colectiva, que su relato se torne sín-tesis metabolizada en representacionessociales que construyan la verdad his-tórica de los acontecimientos que les hatocado vivir. En muchos relatos está elmandato de sobrevivir para contar, queel mundo “sepa la verdad”.

“Los que estuvimos allá, nunca vamos apoder salir de allí; los que no estuvieron,nunca van a poder entrar...”

Elie Wiesel

“Guardando silencio, actuamos exacta-mente como querían los nazis; como si nadapasara.”

Bruno Bettelheim

“Ruego que crean lo que he dicho sobre

Buchenwald. He informado lo que he visto yoído, pero solamente en parte; para la ma-yor parte de ello, no tengo palabras.”

Edward E. Murrow

Compulsión imperiosa de evitar elolvido, de dar testimonio aunque elotro no quiera oír... evitar el olvido, esasegunda muerte que acecha a los asesi-nados que ya en su anónima muerte, ensu muerte industrial, les fue arrebatadasu identidad; ahora se los quiere deste-rrar de la memoria, pero los sobrevi-vientes se empeñan obstinadamente enhacerlos resurgir como el ave fénix des-de sus propios relatos...

“Los sobrevivientes quisieron comunicartodo lo vivido: la soledad y la aflicción de lavíctima, las lágrimas de las madres conduci-das hacia la locura, las oraciones bajo uncielo ardiente de los condenados...

Cada uno de nosotros sintió la necesidadde recordar cada historia, cada encuentro.Cada uno de nosotros sintió la necesidad deprestar testimonio. Tal era el deseo de losmuertos, su testamento. Desde que el llama-do mundo civilizado no halló utilidad parasus vidas, entonces será habitado por susmuertes...

Después de la guerra nos tranquilizamoscon que sería bastante relatar una sola no-che en Treblinka, contar su crueldad, la in-sensatez del asesinato y el ultraje nacido dela indiferencia: sería bastante con encontrarla palabra correcta y el momento propiciopara decirlo, agitar a la humanidad fuera desu indiferencia e impedir al verdugo volver atorturar.” 8

El programa hitleriano tuvo tal radi-calidad que, luego del nacionalsocialis-mo, todo judío debería considerarsecomo un sobreviviente, su deber conlas víctimas de la Shoá será mantenervivo el recuerdo de su atroz muerte; suobligación es ser la voz de quienes nopueden hablar pues han sido asesina-dos por el hecho de ser judíos; su com-promiso es para con ellos.

“Nosotros, intelectuales judíos, supervi-

vientes de la muerte en los suplicios hitleria-nos, sólo tenemos un deber: actuar para quelo atroz no se reproduzca ni caiga en el olvi-do, asegurar la unión con quienes han muer-to en tormentos indecibles. Nuestro pensa-miento, nuestro trabajo les pertenece: el azarpor el que hemos sobrevivido no debe cues-tionar la unión con ellos, sino hacerla máspalmaria; todas nuestras experiencias debensituarse bajo el signo del horror que nos esta-ba destinado como a ellos. Su muerte es laverdad de nuestra vida, estamos aquí paraexpresar su desesperación y su nostalgia.” 9

Para terminar, quisiera dejar una re-flexión a modo de síntesis. Nosotros, losjudíos, testigos y herederos de esa cargade horror de la que habla Horkheimer,debemos aprender a incorporar ennuestra identidad contemporánea, ennuestra propia memoria colectiva iden-titaria, a nuestros hermanos muertos enla Shoá, esas ausencias siempre presen-tes como dolor y como amenaza, resig-nificadas como nuestra huella mnémica,orificio indicador de lo que la moderni-dad europea fue (¿será?) capaz de ha-cerle al otro, y ese otro somos nosotros

CITAS1 Torpey, John. “Habermas y los historiadores”.

en Punto de Vista. Revista de Cultura. Año XII, nú-mero 36, Buenos Aires, Ediciones Club de Cul-tura Socialista, diciembre 1989, p. 17.

2 Moscovici, 1973.3 Lit. del hebreo “Subir”, término que refiere al

retorno de los judíos a la “tierra prometida”.4 Diáspora es un concepto que refiere a la dis-

persión del pueblo judío por todo el mundoque se produjo luego de la invasión romana yla destrucción del Segunto Templo de Jerusa-lem en el año 70 de nuestra era.

5 Encomillamos la palabra normal pues el procesode destrucción de la judería europea fue de talmagnitud que muchos, la absoluta mayoría, seencontraron con que el mundo que conocieronpre-Shoá ya no existía más, no tenían parientesvivos, ni amigos, ni vecinos, ni conocidos, susshtetls (aldeas) ya no existían más, etc.

6 Bárcena, Fernando. El aprendizaje del dolor. No-tas para una simbólica del sufrimiento humano, In-ternet: http://www.ifs.csic.es/holocaus/texto-s/aprendi.htm, 2000.

7 Bárcena, Ídem, 2000.8 Wiesel. En Internet: http://www.zchor.org

/wiesel.htm9 Horkheimer, Max. Sociedad en Transición: Estu-

dios de Filosofía Social. Madrid, Ediciones Pe-nínsula, 1976.

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El acto formal de apertura de las acti-vidades del presente año de la Funda-ción Memoria del Holocausto, en el desu décimo aniversario, se realizó el 20de marzo en la Sala A-B del Centro Cul-tural San Martín, cedido gentilmentepor el Gobierno de la Ciudad Autóno-ma de Buenos Aires.

En el imponente marco que brinda-ban los casi setecientos asistentes, seexhibió por primera vez –en forma pú-blica– en la Argentina el mediometraje“algunos que vivieron”, de LuisPuenzo, producido por Steven Spiel-berg y la Survivors of the Shoah Visual His-tory Foundation.

La excelente producción de LuisPuenzo, director de cine reconocidointernacionalmente, entrelaza relatospersonales de sobrevivientes del Holo-causto radicados en Argentina y Uru-guay con imágenes documentales de laShoá. En sus testimonios, los sobrevi-vientes cuentan tanto sobre el clima decreciente antisemitismo en Europa enlos años anteriores a la Segunda GuerraMundial, como los sufrimientos quepadecieron durante la misma y en laetapa posterior a ella. El director en-sambla esos testimonios con los episo-dios más oscuros de la historia argenti-na reciente, logrando un efecto singu-lar.

Previo a la proyección del film hizouso de la palabra el único orador de lanoche, el Dr. Gilbert Lewi, Presidentede la Fundación Memoria del Holo-causto, quien se refirió a las diversasactividades que la institución vienerealizando desde sus inicios y a los pro-yectos que se están implementando en

lo que respecta a la preservación de lamemoria de la Shoá, tanto en el campoeducativo como testimonial.

Durante este acto, que fue conduci-do por la Directora Ejecutiva de la Fun-dación, Prof. Graciela N. de Jinich, co-menzó la distribución de uno de los

materiales educativos realizados por laFundación: el cuadernillo “Shoá”, unaguía de estudio preparada por la Fun-dación Memoria del Holocausto y laDirección General de Derechos Huma-nos del Gobierno de la Ciudad paraque maestros y profesores puedan en-señar la Shoá en las escuelas.

Al impacto producido por la exhibi-ción del mediometraje “algunos quevivieron” en el Centro Cultural SanMartín se le debe sumar que varios delos sobrevivientes, cuyos testimoniosforman parte del film, estuvieran pre-sentes en la sala, lo que fue aprovecha-do por muchos de los asistentes parapoder conversar con ellos.

De esta manera la Fundación Memo-ria del Holocausto dio inicio a un nuevoaño de trabajo destinado a la preserva-ción de la memoria de la Shoá, el queserá dedicado –en una parte sustan-cial– a la conmemoración del 60º Ani-versario del Levantamiento del Ghettode Varsovia

Acto en el Centro Cultural San Martín

Apertura de las actividades 2003

FICHA TÉCNICA DEL MEDIOMETRAJE EXHIBIDO

Título: Algunos que vivieron (Some who lived), EE.UU., 2000.Documental segmento de Broken silence.

Duración: 55 min.Dirección: Luis Puenzo. Asistente de dirección: Esteban Puenzo.Música: Daniel Tarrab y Andrés Goldstein. Montaje: Hugo Primero.Sonido: Abate & Díaz.Historiador: Haim Avni.Productor: James Moll.Productor asociado: John Ballon.Producción: Visual History Films, Steven Spielberg y Survivors of the Shoah en

asociación con Historias Cinematográficas. Coordinadora Regional: Graciela Nabel de Jinich.

Steven Spielberg y Luis Puenzo

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El pasado 14 de abril se iniciaron losactos conmemorativos en Argentina delsexagésimo aniversario del Levanta-miento del Ghetto de Varsovia en laFundación Memoria del Holocausto.

Este evento, tan caro a los sentimien-tos, fue conducido por la Directora Eje-cutiva de la Fundación, Prof. Gracielade Jinich y contó con la presencia delJefe de Gabinete de la Secretaría deEducación, Prof. Ignacio Hernaiz; la Di-rectora de la Dirección General de De-rechos Humanos del Gobierno de laCiudad Autónoma de Buenos Aires, Sra.Gabriela Alegre y el Presidente delINADI, Sr. Enrique Oteiza. Represen-tantes de instituciones centrales comu-nitarias y de ONG’s asistieron a este ac-to solemne.

Durante su transcurso se presentó elcuadernillo “Shoá”, realizado en formaconjunta por la Fundación Memoria delHolocausto y la Dirección General deDerechos Humanos del Gobierno de laCiudad Autónoma de Buenos Aires.

El acto comenzó con la lectura de unaconmovedora poesía por parte de lasobreviviente del Ghetto de Varsovia,Eugenia Unger. El encendido de las ve-las recordatorias de los seis millones dejudíos asesinados por el nazismo, fuerealizado por los sobrevivientes MoisésBorowicz, Juan Lichtig, Stella Feigin,Mina Schor, Micheline Papiernik, DavidGalante y Bernardo Hirsch. El recitado

del Kadish, oración fúnebre en home-naje a los mártires inmolados en laShoá, estuvo a cargo del Sr. IehudaLaufban y se escuchó asimismo un vi-brante mensaje del Sr. León Grzmot.

Luego, el Prof. Ignacio Hernaiz se re-firió a la importancia de mantener vivala memoria de la Shoá y presentó elcuadernillo “Shoá”, elogiando su edi-ción y valorándolo en relación a la tareadocente de transmisión.

Algunos fragmentos de sus concep-tuosas palabras:

“[...] este material tan valioso que hoycelebramos que salga a la luz, empeza-rá a circular entre las manos de nuestrosdocentes y de nuestros alumnos, losque encontrarán en este documentoun valioso aporte para la educación,para la memoria, fundamental para suformación.

Nuestro compromiso con los Dere-chos Humanos, nuestro compromisocon esta recordación, es profundo, for-ma parte de nuestras convicciones ynuestros ideales. [...] Educar en la di-versidad es una problemática central enla formación de nuestros docentes y enel trabajo de nuestras escuelas. En estesentido creo que la realidad de diversi-dades culturales, religiosas, económi-cas, de diversidades entre lo urbano ylo rural, generan un desafío difícil paranuestros docentes y nuestras escuelas,

Conmemoración delLevantamiento delGhetto de Varsovia

Encendido de velas por los sobrevivientesJuan Lichtig y Moisés Borowicz.

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pero en eso estamos. Y estamos com-prometidos en no mirar para otro lado,en no ser neutrales, en trabajar por elrespeto a la memoria. Para que nues-tros chicos puedan avanzar en estesentido, hay que trabajar simultánea-mente en espacios de reflexión, a la vezque educarlos a la acción, a las actitu-des comprometidas con la paz, con laconstrucción de un mundo absoluta-mente diferente al que hoy estamostransitando [...].”

Por último el Presidente de la Funda-ción, Dr. Gilbert Lewi, se dirigió a lospresentes enlazando en sus palabras elsignificado de la gloriosa gesta que seconmemora y su inclusión en la actuali-dad a través de los objetivos que persi-gue la Fundación Memoria del Holo-causto. Del mensaje del Dr. Lewi, trans-cribimos algunos fragmentos:

“[...] Hoy, ese hecho emblemático dela historia del judaísmo moderno, elLevantamiento del Ghetto de Varsovia,en el cual recordamos no sólo a quienesdurante semanas se enfrentaron a lasfuerzas militares del régimen nazi enVarsovia sino a cada uno de los actos si-milares que se produjeron en otrosghettos, en los campos de trabajo y deexterminio, debería servirnos de ejem-

plo para que no vuelva a repetirse elgenocidio perpetrado durante la Se-gunda Guerra Mundial [...].

Quienes hace sesenta años, a media-dos de abril de 1943, decidieron queera preferible enfrentar a los alemanesa esperar ser enviados a los campos dela muerte, sabían perfectamente que sulucha sólo tenía una posibilidad, la deser derrotados. Pero eso no los inhibió,todo lo contrario [...].

Recordarlos se convirtió en unaobligación para nuestro pueblo. Todoslos años nos reunimos, organizamosactos, decimos discursos y les rendi-mos homenaje. Pero eso ya no es sufi-ciente. En la actualidad debemos, ade-más de preservar la memoria de loocurrido, comprometernos en una lu-cha destinada a lograr que nada pare-cido vuelva a producirse. Tenemos quehacerlo aunque sepamos que la xeno-fobia, el racismo, la intolerancia reli-giosa, la discriminación a todo aquélque sea diferente continúa existiendo.Esa es nuestra deuda con todos nues-tros hermanos asesinados por el nazis-mo. Y este es el principal objetivo quenos impusimos en esta casa y sobre elcual venimos trabajando desde hace yadiez años [...].

Dentro de esta ardua labor ya he-mos tenido algunos éxitos, como por

ejemplo que el 19 de abril de cadaaño, el día en que se inició el Levanta-miento del Ghetto de Varsovia, seadeclarado “Día de la convivencia en ladiversidad cultural”, durante el cual enlas escuelas se dictan clases alusivas alLevantamiento del Ghetto de Varsoviay cómo respetar al diferente. La tareaencarada ha permitido que centena-res de profesores y maestros partici-paran en cursos y seminarios que rea-lizamos sobre la Shoá. Tampoco po-demos dejar de mencionar la muestraitinerante sobre la vida de Ana Frank,que fue exhibida en Buenos Aires y enlas principales ciudades del interiordel país, posibilitando que muchos desus miles de visitantes, por primeravez, tuvieran acceso a documentaciónrelacionada con la Shoá y pudieranescuchar el testimonio de un sobrevi-viente [...].”

Finalmente el Dr. Lewi despidió a losjóvenes argentinos que este año han departicipar del proyecto “Marcha por laVida”, agradeciendo a su vez al KerenKayemet LeIsrael por el apoyo ideoló-gico y económico prestado, dado queeste proyecto es un “[...] viaje educativoque tanto tiene que ver con nuestrocompromiso con la memoria, el pre-sente del Estado Judío y el futuro denuestros hijos [...]”

Prof. Ignacio HernaizSra. Mina Schor, sobreviviente.

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Cuando lo peor aún estaba porvenir, firmado en 1934, en un Parísde exilio y persecución, el pequeñovolúmen El delirio racista de CamiloBerneri, es un documento único decompromiso y claridad ideológicaanti-nazi escrito en el fragor de losacontecimientos. El texto revisa unoa uno los argumentos nazis acerca

de “la raza judía”, demostrando lo irracional y manipulador de estas de-lirantes ideas. Más aún, si se observa la fecha de redacción junto a loscontenidos principales de El delirio racista, no podrá dejar de ser obser-vada la lucidez anticipadora de Berneri respecto, sobre todo, a la polí-tica exterminadora que adquiriría el régimen pocos años después.

¿Quién fue Camilo Berneri? Camilo Berneri nace en Lodi, Italia, en1897. Ya adolescente se incorpora a la juventud socialista (F.G.S.I.),pero renuncia debido a la actitud del partido ante la guerra. A partirde 1922, pasa a colaborar con la prensa anarquista italiana. En el mis-mo año obtiene, en la Universidad de Florencia, su doctorado en Fi-losofía junto al prestigioso intelectual Gaetano Salvemini, volviéndo-se uno de los asiduos al círculo cultural antifascista fundado por Car-los Rosselli y Ernesto Rossi. Mientras ejerce la docencia se niega a ju-rar por Mussolini –como era obligación por aquellos años– y debe ex-patriarse perseguido a Francia. Desde París, la persecución de los go-biernos fascistas lo conduce a una vida de exilio permanente entreFrancia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Alemania. Durante esta vidaforzadamente itinerante escribe febrilmente diversos libros contra elantisemitismo, el nazismo y el fascismo. También denuncia la políticaautoritaria del stalinismo y de sus partidos, sobre todo en el contextode la Guerra Civil Española. Precisamente, durante la Guerra Civil,Berneri se comprometerá luchando contra el franquismo, actuando enel frente de lucha, incluso en la batalla del Monte Pelado. Sin embargo,su perspectiva crítica libertaria-anarquista con relación al accionar delos grupos comunistas-stalinistas, desata su asesinato en Barcelona, el5 de Mayo de 1937, por agentes de la Cheka (los servicios secretos deStalin) y de comunistas italianos y españoles.

En su introducción, Berneri declara que ”el hitlerismo señala ungran eclipse de la inteligencia y de la cultura germánica, es de todaevidencia en el delirio racista, verdadera y propia psicosis colectiva”.Berneri, el mismo tanto militante libertario como filósofo de rigurosaformación, denuncia en El delirio racista a la Sociedad Alemana de Fi-losofía en cuyo encuentro en 1933, su presidente, el profesor Kruger,terminó su discurso con un elogio a Hitler y cantando el himno racis-ta “Horst Wessel”. Pieza fundamental para quienes estén interesadosen la historia intelectual del siglo XX, este breve libro es también undocumento de dignidad y lucidez

El delirio racista, de Camilo Berneri. Buenos Aires. Febrero de 1935.Ediciones Imán.

El proyecto de una biblioteca en el Museo de la Shoá deBuenos Aires, tal como contemplamos inaugurar en lospróximos meses, constituye una instancia fundamental enel marco de los objetivos principales que el Museo se hapropuesto: la preservación, difusión e investigación de la me-moria de los eventos concernientes al asesinato de millo-nes de judíos europeos por el nazismo durante la SegundaGuerra Mundial. En este sentido, nuestra atención se diri-ge a las diversas modalidades de implementación en elárea de biblioteca por parte de instituciones comprometi-das en la Memoria de la Shoá. Así, observamos con vívi-do interés las experiencias de la Biblioteca del Centred´Histoire de la Résistance et de la Déportation de Lyon o de laFondazione Centro di Documentazione Ebraica Contemporaneade Milán, entre otras.

En el caso de nuestra biblioteca, la primera etapa quedebimos confrontar fue dar una organización básica alvasto fondo de libros, tarea que debió dar inicio con unapuesta en valor del material existente. En este proceso nosencontramos frente a valiosísimos ejemplares, piezas úni-cas y testimonios de sobrevivientes publicados como edi-ciones de autor. Igualmente, también se debió hacer a unlado material que, aunque valioso en sí mismo, no resul-taba, sin embargo, pertinente a los propósitos específicosde la biblioteca.

Otra cuestión importante, que inevitablemente acom-paña la empresa de la organización de una biblioteca de-dicada a la Memoria de la Shoá, concierne a la inevitablediversidad de idiomas, las más de las veces poco frecuen-tados en nuestro medio, como el idish, el húngaro y el po-laco. A este respecto ha sido de inestimable valor la ayudabrindada por voluntarios del Museo cuyo esfuerzo y dedi-cación –por la edad de muchos de ellos– no pueden sinoser considerados ejemplares: Marek Rowenstein, AaronPenchansky, el matrimonio Plesel y Raquel Feigelson.

Con relación a la clasificación temática en que se dis-pondrá el fondo bibliográfico existente, hemos estableci-do secciones para las cuales contamos, en cada caso, conimportantes volúmenes.

Nuestra próxima etapa descansará sobre las tareas deinventario, realización de fichas y computarización, todolo cual permitirá el acceso y consulta de los investigadores.

En esta primera etapa contamos con la muy valiosa co-laboración de diversas personas e instituciones talescomo el Dr. Gilbert Lewi y la Claims Conference, quienescon su apoyo y aporte económico, hicieron posible laconcreción de este proyecto.

La Fundación en crecimiento

Lic. Pablo DreizikBiblioteca

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El hecho de que el primer libro sobre la Shoá editado por la Fundación Memoria

del Holocausto esté dedicado a difundir, entre los lectores de habla hispana, el ac-

cionar de personas no judías que arriesgando sus vidas salvaron a judíos de las ga-

rras asesinas montadas por el nazismo, es meritorio por sí mismo. Adquiere mayor

relevancia por ser su autor el profesor Abraham Huberman, uno de los máximos es-

pecialistas latinoamericanos en temas de la Shoá, y colaborador activo en la labor

educativa que esta institución realiza.

“Justos de la Humanidad” es una obra que permite conocer con dete-

nimiento varios de los miles de casos de no judíos que, por su actuación

durante la Shoá, merecen ser considerados “Justos de la Humanidad’’ y

que el Estado de Israel, en representación de todo el pueblo judío, los ha

reconocido públicamente inscribiendo sus nombres en la Avenida de los

Justos, en el Museo de Yad Vashem. Otros, por decisión personal, no han

querido recibir esa distinción.

El profesor Huberman se refiere en el texto –sin identificarlos– a algu-

nos de los “justos” que ha conocido personalmente, constituyéndose así

en un ejemplo de la profundidad y seriedad con que se ha dedicado a es-

tudiar la Shoá a lo largo de las últimas décadas.

Una de las características que distinguen a este libro es que no sólo

explica por qué ciertas personas merecen ser consideradas Justos de la

Humanidad, sino que previamente explica la situación que se vivía en ca-

da uno de los países en los cuales residían.

Escrito con un lenguaje claro, sin perder la rigurosidad de los estudios

históricos, permite una lectura ágil, facilitando su comprensión y, a la vez,

brinda al lector conocedor de la temática la posibilidad de acceder a in-

formación específica sobre algunos hechos –textos y/o declaraciones–

importantes para valorar a quienes se opusieron por motivos morales o

religiosos a la decisión nazi de eliminar a los judíos. Por ejemplo, el del

pastor André Trocmé y su esposa Magda, en Francia, o el de Ferdinand Duckowitz

en Dinamarca, reconocidos como Justos de la Humanidad o el caso muy interesan-

te de Zofía Kossak Szczucka, que no ha sido reconocida como tal.

Zofía Kossak Szczucka, era una mujer polaca que, por un lado, se opuso a la muer-

te de los judíos y participó activamente en la organización polaca que intentaba sal-

varlos, pero que a la vez consideraba que una vez que terminara la Segunda Gue-

rra Mundial con la derrota del nazismo, que Polonia recuperara su independencia y

los judíos no corrieran peligro de muerte, no aceptaría que los judíos vivieran en su

patria.

“Justos de la Humanidad” está dedicado a “la gesta de quienes salvaron vidas en

la Shoá”, en homenaje a Zeilig y Hela Lewi, y su edición fue compartida con el Co-

legio Tarbut de Buenos Aires y Editorial Milá

Justos de la Humanidad

Lic. Eduardo A. Chernizki

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A fines de 1992, antes de viajar a Is-rael para realizar un curso en la Univer-sidad de Haifa, me enteré que se esta-ba preparando un viaje a Polonia quese realizaría en el mes de abril de 1993,con motivo del cincuentenario de laRebelión del Ghetto de Varsovia. Meinteresaba participar, pero existía elproblema de que serían dos viajes muyimportantes con pocos meses de dife-rencia. Enseguida de regresar del pri-mero comenzaron los preparativos pa-ra el segundo. Yo quería consultar so-bre el viaje con algunas personas. Medirigí a una amiga psicóloga y le pre-gunté si había algún modo de prepa-rarse para tal viaje. Su respuesta fueterminante: "es imposible prepararse".Me dirigí a una alumna que ya habíahecho ese viaje a Polonia el año ante-rior y me hizo el siguiente comentario:"Cuando estás en Auschwitz tenés lasensación de ser una cucaracha". Algu-nos amigos me preguntaban si ese via-je tenía sentido para mí; "¿acaso noleíste bastante sobre ese tema?, habrásvisto seguramente infinidad de docu-

mentales". Todo lo que me decían eraabsolutamente cierto. Sin embargosentía que me faltaba algo que no po-día explicar.

Finalmente se constituyó el grupo ycomenzaron los preparativos finales.Se organizó un curso; me encontré conalgunos de mis compañeros de viaje, alos que en realidad ya conocía. Ibamosa viajar 70 personas: la mitad jóvenes yel resto adultos. Algunos de ellos so-brevivientes de la Shoá. Debido al nú-mero de gente, partimos en varios gru-pos, con diferencia de dos días. Final-mente nos encontramos todos en Var-sovia.

Nos encontramos con nuestros guías,un chica y un muchacho, con quienesrecorrimos Varsovia, la que ya conocíapor un video que había visto anterior-mente. Más allá del interés históricojudío, Varsovia me dio la impresión deser una ciudad nueva-vieja, en ese or-den. La ciudad fue casi totalmente des-truída durante la guerra y luego re-construída, pero con tal mala suerte,que se parece a una ciudad vieja. En el

centro de la ciudad el edificio más alto,es el Palacio de la Cultura, un regalo delpueblo soviético, que los polacos de-testan enormemente. No instalamos enun hotel perteneciente al Ministerio deEducación, donde residían docentesque venían a la capital a hacer cursos.Era jueves y al día siguiente partimos ala mañana temprano hacia Cracovia,donde debíamos llegar antes del co-mienzo del sábado, ya que viajaba connosotros un rabino quien anunció quesi a las seis de la tarde del viernes noestábamos todavía en Cracovia, aban-donaba el ómnibus. Hacia el mediodíaestuvimos en Kielce, donde en julio de1946 hubo un sangriento pogrom. De-cenas de judíos, sobrevivientes de laShoá fueron allí asesinados por unaturba polaca. El pretexto: los judíos ha-bían asesinado a un niño cristiano confines rituales. El motivo real: impedirque esos judíos reclamen y tomen po-sesión de sus viviendas de antes de laguerra.

Tenía extrañas sensaciones. Losnombres de las calles de Varsovia me

Polonia 1993

Prof. Abraham Huberman

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resultaban familiares porque los habíaescuchado en casa de mis padres; tam-bién el idioma polaco me sonaba fami-liar, aunque no lo podía hablar. Tenía larara sensación de haber estado allí an-teriormente, aunque era pura fantasíaya que nací en Buenos Aires. Sentía unacombinación extraña de familiaridad ymiedo. En Cracovia nos encontramoscon muchos judíos de otros países, quecomo nosotros, habían llegado por elmismo motivo

Visitamos la famosa y antigua sina-goga de la ciudad, el palacio real y lacatedral y al día siguiente partimospara Oswieczin, es decir Auschwitz.Llegamos a las nueve de la mañana. Aesa ahora abrían el campo. Nos reci-bieron otros guías, especializados enla temática local. Empezaron contandola historia del campo, utilizando siem-pre la palabra "fascistas" cada vez quese referían a los nazis. Les preguntépor qué no pronunciaban la palabra"nazis" y su respuesta fue sorprenden-te: "Así nos enseñaron". Muy claro. Yo,por supuesto sabía la razón. Durante elperíodo del dominio soviético se lla-maba así al régimen nazi, porque enrealidad, nunca entendieron cuál era ladiferencia. Recorrimos las instalacio-nes y luego las de Birkenau, casi ochohoras, durante las cuales no pude co-mer ni beber. También todas las otrasfunciones biológicas vitales quedaronsuspendidas.

Hacia el mediodía escuché que al-guien hablaba en idish. Me acerqué yme enteré que se trataba de un judíoque había vivido en esa localidad antesde la guerra. No se cómo logró sobrevi-vir, pero lo más importante fue lo quesucedió después; se fue a Israel, dondevivió 15 años, luego regresó a su ciu-dad natal, se casó con una polaca cris-tiana y ahí estaba, delante nuestro.

Al recorrer las barracas, donde po-dían llegar a estar 1.000 prisioneros,comencé a percibir el enorme dolor ysufrimiento que allí se había acumula-

do, las interminables horas de torturasa las que eran sometidos esos desdi-chados judíos, que por el momento sehabían salvado de ser enviados a lascámaras de gas. Estaba recorriendopues, no la antesala, sino los salonesprincipales del infierno terrenal quelos nazis montaron para los judíos dePolonia, luego para los de toda Euro-pa y mañana… tal vez, para los demás.Estaba caminado por ese suelo, pisan-do los lugares donde millones de ju-díos habían sido asesinados, estabarespirando ese mismo aire. Se tratabapues de una dimensión subjetiva de laShoá, que jamás hubiera podido per-cibir a través de los libros o los docu-mentales. Ese mismo día regresamos aVarsovia, donde llegamos ya tarde enla noche.

Al día visitamos el cementerio judío,el teatro judío, el centro de investiga-ción y la única sinagoga de Varsovia. Enel teatro, un coro de judíos ingleses en-sayaba una canción en idish. No pudecontenerme y comencé a llorar. Haciael atardecer fuimos a una plaza situadafrente al monumento dedicado al Le-vantamiento del Ghetto de Varsovia.Eramos miles de judíos llegados de to-das partes. Hacía muchísimo frío, talvez como entonces, el 19 de abril de1943. Un destacamento de soldadospolacos hizo los honores correspon-dientes y comenzó la ceremonia, HablóRabín en hebreo, interrogándose por lagloriosa vida judía de Varsovia que ha-bía desaparecido, por los escritores,por los jóvenes que protagonizaron ellevantamiento y finalizó el discurso di-ciendo: "Sea nuestra desgracia una ad-vertencia para Uds." También hablaronLech Walesa, presidente de Polonia y AlGore, a la sazón vicepresidente de losEstados Unidos. Finalmente un jazánllegado desde Israel ofició la ceremo-nia correspondiente.

Al día siguiente partimos hacia otrocampo de muerte: Treblinka. En el ca-mino empezamos a ver bosques. Pen-

sé¿ cómo hacían los judíos que huye-ron de los ghettos y campos para so-brevivir allí? ¿Acaso comían las hojas ola corteza de los árboles?. En Treblinkase produjo una rebelión, la primera desu tipo en un campo de aniquilación.Como algunos judíos lograron huir, losnazis decidieron destruir el campo. Só-lo hay piedras a manera de lápidas so-litarias con el nombre de las múltipleslocalidades desde las cuales los judíoshabían sido traídos. Había tambiéninscripciones en varios idiomas. El tex-to ruso decía: "en este lugar fueronasesinados tantos y tantos hombres";en polaco: "aquí fueron asesinados mi-les y miles de ciudadanos polacos" y fi-nalmente en idish y hebreo se podíaleer que ‘’los asesinados habían sidojudíos’’. De allí viajamos toda la tardehasta llegar a Lublín, desde donde nosdirigimos al día siguiente a Maidanek,que hoy ya es casi un suburbio de esaciudad. Cruzando la carretera hay vi-viendas y cuando los habitantes desco-rren las cortinas, pueden ver el campodonde se asesinaban judíos. Tal vez, al-gún día decidan que la vista es "moles-ta".

Nuevamente regresamos a Varsovia,donde alguien señaló, que algún diariopolaco alarmado por la cantidad de ju-díos que habían llegado para las cere-monias del cincuentenario del Levanta-miento del Ghetto de Varsovia, pusocomo titular esta insólita afirmación:"Los judíos regresan a Polonia". El jue-ves, último día en Polonia, salimos ha-cia Praga, el suburbio de Varsovia cru-zando el Vístula. Vi una inscripción enpolaco que pude entender. Decía: "Ju-díos al gas". Fue mi último recuerdo dePolonia.

Al día siguiente ya estábamos de re-greso en Buenos Aires, e inmediata-mente comencé a contar lo que habíavivido esa semana. Los que me escu-chaban decía que tenía la voz cambia-da... creo que no solamente mi voz ha-bía cambiado.