No sé qué me pasa - Alfa y Omega

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EDIC. NACIONAL SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 310-30-VI-2002 No qué me pasa

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EDIC. NACIONALSEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 310-30-VI-2002

No sé qué me

pasa

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Sumario

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Etapa II - Número 310Edición Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Pza. del Conde Barajas,1.

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Fax: 913651188

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Internet: Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. -

Depósito legal: M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

3/7El agobio. Consejos

prácticos paradisminuirlo.

No tengo tiempo.Perfil del agobiado

18/19Carta pastoral de los obispos

de Bilbao, San Sebastián y Vitoria:

Preparar la paz.

Nota de Prensa de la Oficina de Informaciónde la Conferencia Episcopal Española

24/25Desde la doctrina social de la Iglesia:

La precariedad laboral,un problema a resolver.

Ante la posible huelga generaldel próximo 20 de junio:

La huelga, decisión personal

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 Una respuesta a la vida.

13 Entrevista a monseñor Pérez,Director Nacional de las ObrasMisionales Pontificias

Iglesia en Madrid

12 III Sínodo diocesano de Madrid.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Museo del Prado: Primero a lápiz.Exposición de dibujos

20 España

Homilía del cardenal Rouco Varelaen la solemnidad del Corpus.

21 Mundo

El Papa trabaja en un documentosobre la Eucaristía

22-23 La vida

Desde la fe

26 Entrevista a Claro JoséFernández-Carnicero, Presidentede la Fundación Tomás Moro.

27 El obispo, en una sociedadsecularizada.

28 Cine.

29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad.

Internet

32 Contraportada

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Carmen María Imbert

Agobio deriva del término latino gy-bus que significa giba, joroba, car-ga, de forma que, etimológica-

mente, el agobiado o agobiada es aquelque lleva una carga, que tiene dentro unagiba o una joroba. Cuando se acude a laPsiquiatría, a la Psicología para determinarcuál es la naturaleza del agobio y, por tan-to, de sus causas y soluciones, sorprende

encontrar que no existe el agobio comotal. Los psicólogos, los psiquiatras, los pe-dagogos, tienen que determinar ese estadode agobio como estrés, depresión, ansiedado una simple falta de responsabilidad. Re-cuperando la raíz de la palabra, se puededecir que el agobio es un sobrepeso, unachepa moral.

Los agobiados, además, arrastran trasde sí, o al menos lo intentan, a todos losprójimos posibles, porque, cuando se estáagobiado, se tiene la sensación de que to-do el universo debería ser partícipe de suangustia, y como un agujero negro suc-ciona a quien se le aproxima. Es el caso,por ejemplo, de Nora. Nora vino desde Ar-gentina con una beca para realizar su in-vestigación en la Facultad de Informáticade la Universidad Politécnica de Madriddurante dos años. Sus compañeros de de-partamento la quieren, porque es simpáti-ca y no hace problema con nada, no se al-tera, siempre puede tomar un café, haytiempo. Al cabo de once meses, su com-portamiento ha dado un giro de 180 grados.La crisis económica de su país reduce eldinero disponible para la beca y, por tanto,acelera el tiempo para concluir su traba-jo. Ya no es la que era. Nadie se acuerda

del color y la forma de su mesa de trabajo,que acumula más y más papeles, todos im-portantes. La señora de la limpieza no seatreve a pasar por aquel rincón. El calen-dario marca con señalador fosforito todoslos días del mes. No tiene tiempo para de-cir hola, porque se aproxima un angustio-so adiós, que equivale a entrega del pro-yecto. Ha empezado a hablar sindejares-pacioentrepalabras. No se acuerda si ésteera el tercer o cuarto disquete que com-pra, porque no hay manera de encontrar elúltimo, que dejó ahí donde no se le podíaextraviar. Come de bocata y lleva post-it decolores por todas partes, le pesan los pár-pados, lleva andares erráticos y, con fre-cuencia, mantiene la mirada perdida. Re-úne todos los síntomas de la más comúnde las tragedias actuales: está agobiada.

El agobio no es sólo exceso de traba-jo, es una reacción de alarma relacionadaíntimamente con la actividad. Agobian losquehaceres, los años, las penas. Se impo-nen actividades o esfuerzos excesivos, nossumen preocupaciones graves que nos cau-san gran sufrimiento. ¡Qué agobio! La ex-presión más desgastada en nuestro queha-cer. ¡Qué agobio! Nunca antes existierontantos medios técnicos para facilitar la vi-da del hombre; desde los aviones ultra rá-pidos hasta los pelapatatas a pilas… Sinembargo, nunca estuvo el hombre tan ago-biado en la historia de la Humanidad, nun-ca estuvo tan cerca de la pérdida del seño-río personal.

El atajo de lo fácil

No existe un trabajo fácil para formarun carácter fuerte, que sepa superar y so-brellevar con serenidad todas las situacio-nes, que me mantenga dueño de mi per-sona. Existen, sin embargo, recursos paraeliminar los sentimientos desproporcio-nados de responsabilidad, con el fin de queno nos agobien las cosas, trabajos y per-sonas. Soluciones rápidas y cómodas, pe-ro que no evitan que el problema siga es-tando ahí; al contrario, debilitan al au-mentar la resistencia a las responsabilida-des. Tapan la herida, pero no la curan. Es elatajo de lo fácil, es la evasión.

El psiquiatra don Enrique Rojas expli-ca esta forma de huir de los aconteci-mientos, para eliminar el sufrimiento o laangustia que genera el peso de la respon-sabilidad, como una actitud de capricho.Lo asemeja a la imagen del «niño mimado,que tanta pena produce al que lo observa.Al no tener educada la voluntad, se con-vierte en una marioneta de las circunstan-cias, traído y llevado, y arrastrado por unsinfín de estímulos, que le llevan de acápara allá». Y termina su ejemplo determi-nando que esa conducta lleva a ser «lo con-trario de un hombre de una pieza». Y aquíel mismo psiquiatra español nos da unapista de lo que puede ser una solución alargo plazo: la educación de la propia vo-luntad. Él lo define diciendo que «la vo-luntad se educa haciendo lo que yo llamoejercicios de gimnasia de fuerza de vo-luntad» que, a continuación, explica có-

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El agobioEl agobio

Mes de junio, puerta de las vacaciones y mes de exámenes:agobio. La palabra agobio existe en el diccionario de la Re-al Academia de la Lengua, pero, para nuestra salud, y da-do que el lenguaje configura el pensamiento, deberíamosdesterrarla de nuestro vocabulario. Es agobiante conver-sar con una persona que cada tres frases emite el lamento:¡Qué agobio! Sin percibir el alcance de su insistente spot,amarga la existencia del que le escucha y el de la suya pro-pia. Pero, ¿qué es el agobio y por qué nos agobiamos?¿Qué nos pasa? Ya Ortega y Gasset dijo que «no sabe-mos lo que nos pasa, y eso es lo que nos pasa»

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mo hacerlos: «Ahora hago esto sin ganaporque es mi deber, luego me aplico aaquella otra tarea aunque no me apetez-ca». De esta forma sencilla se va consti-tuyendo un carácter a prueba de agobio.

¿Por qué se agobian las personas? Unacarga de trabajo excesivo, o una situaciónpersonal en una época determinada, puedehacer sobrepasar los límites personales.Los psicólogos entienden que esto se pro-duce por dos tipos diferentes de situacio-nes: internas y externas. Las internas serefieren a herencias genéticas y de carácter,que inducen al estrés y que se tratan con elmejor remedio: la precaución; y en casosgraves con medicación. Las situacionesexternas, sin embargo, son más comunes.Se refieren a esos ámbitos en los que laactividad desordenada, sin espacios de si-lencio, conduce a la persona al agobio, yaque por sí misma predispone al estrés. Enun amplio estudio realizado por la Socie-dad Andaluza de Medicina Familiar y Co-munitaria, sobre los diferentes trastornos deansiedad y de estrés, se explica cómo laspreocupaciones tienen efectos físicos ymentales.

Padecer sin perecer

Nos viene a la memoria la imagen delestudiante que, en época de exámenes,pierde por completo el apetito, o lo au-menta en dimensiones alarmantes, comoaquellos a los que les afecta al estómago yllegan a encontrarse en un estado de en-fermedad física que se deberá tratar conmedicamentos, pero que tiene sus raícesen una actitud psicológica. El remedio másefectivo, según la citada Sociedad médi-ca, para reducir los efectos del estrés nose basan en una medicación sedante, sinoen aprender unas técnicas específicas alcaso concreto, como animar al paciente apracticar diariamente métodos de relaja-ción con el fin de reducir los síntomas fí-sicos, o la actividad deportiva que preparael cuerpo para acoger mejor la carga psi-cológica, o identificar y superar preocu-paciones exageradas: identificar pensa-mientos pesimistas o preocupaciones exa-geradas (por ejemplo: Mi hija se retrasacinco minutos al salir del colegio: puedehaber tenido un accidente).

Sin llegar a casos graves, con frecuen-cia la solución es tan sencilla como unasdosis adecuadas de realismo, orden y de-terminación. Las personas se agobian por-que hacen una mala estimación de la ta-rea que comienzan. Estimación que signi-fica: prever lo que se va a necesitar parael trabajo a realizar. Si se hace una malaestimación, de tiempo o material, puedeesto ser causa de agobio. Puede ser que laestimación se haya hecho bien, pero se ha-ya hecho mal la planificación. Se han cal-culado bien los materiales, pero se distri-buyen mal en el tiempo. Ocurre muy a me-nudo en los proyectos de trabajo en gru-po. Se hace la estimación adecuada, y seempieza con mucho optimismo al princi-pio, y también con un poco de incredulidadde que aquello vaya a salir bien algunavez, sobre todo si es un trabajo nuevo. Lasolución está en marcar unos plazos muyestrictos para la entrega en partes del tra-bajo. A veces, no se nos agota el tiempo, si-no el dinero, la gestión, que también secontempla en lo planificado para el traba-

jo, y eso también genera agobio. A todoesto se debe sumar el agobio psicológico:falta de confianza en la propia capacidad.Eres inteligente, vales para hacer un exa-men o trabajo de lo que sea, y te agobiascon algo muy pequeño porque crees queno puedes, tienes falta de confianza en timismo. Falta de credibilidad de lo que unopuede hacer, un detenerse ante lo desco-nocido. Más que cansancio real es miedo alo desconocido.

Y lo que se explica desde el orden enel trabajo, se amplía al orden ambiental,social. Hoy todo lo estimamos bueno si,además, es rápido, si nos lleva menos tiem-po. Por ejemplo, Madrid se visita en undía, dentro de un autocar y con un ser mu-giente, al lado del conductor, que detalla

por el micrófono el arte e historia que tar-daron siglos en hacerse. Por su libertad elhombre puede ser dueño también de esascircunstancias, como lo expresaba el filó-sofo Ortega y Gasset: «No somos dispa-rados a la existencia como la bala de unfusil, cuya trayectoria ya está absoluta-mente determinada. Es falso decir que loque nos determina son las circunstancias.Al contrario, las circunstancias son el di-lema ante el cual tenemos que decidirnos.Pero el que decide es nuestro carácter».

Falta de sentido

Uno de los psicoterapeutas más famosodel siglo recién acabado ha sido Víctor E.Frankl, de la Escuela vienesa. Internado enel campo de concentración de Theresiens-tadt durante la segunda guerra mundial,perfiló su teoría basada en la búsqueda deun sentido para la vida del hombre, supe-rando así la interpretación de las disfun-ciones emocionales y psíquicas del indivi-duo como una consecuencia de desajustesinstintivos o subconscientes, como afir-maron otros psicólogos coetáneos suyos,

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Consejos prácticos para disminuir el agobio:

Reducir la cantidad de cambios en su vida. Reducir las obligaciones sociales. Reducir la obligaciones en el trabajo o escuela. Postergar cambios en su condición de vida. Saber decir que no con mayor frecuencia. Llevar una dieta sana y equilibrada. Hacer más ejercicio. No utilizar tranquilizantes sin previa consulta médica. Establecer un horario práctico y ordenado para dormir. Confiar más en uno mismo. Los masajes antiestrés también ayudan. Realizar técnicas de relajación. Saber priorizar los problemas. Dividir el problema principal en sub-problemas, e ir solu-cionando las partes del mismo hasta su completo manejo. Aprender estrategias de afrontamiento. Nunca eludir los problemas (pues reforzaría negativa-mente la huída, haciendo que uno tenga sistemas de inde-fensión, aumentando la inseguridad y el miedo).

En definitiva, acudir al especialista que enseñe a adquirirlos hábitos psicológicos y de conducta aquí señalados.

Doctor José María Sémelas LedesmaDoctor en Medicina

Psiquiatra - Psicoterapeuta

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como Freud y Adler. Crea de esta formauna tercera Escuela vienesa de psicoterapiaque denominó Logoterapia, como análisisexistencial. Su estudio lo recogió de su pro-pia experiencia en el campo de concentra-ción, en el libro El hombre en busca de sen-tido, en el que destacamos este párrafo quetitula La huida hacia el interior:

«A pesar del primitivismo físico y men-tal imperantes a la fuerza, en la vida delcampo de concentración aún era posibledesarrollar una profunda vida espiritual.No cabe duda de que las personas sensi-bles, acostumbradas a una vida intelectualrica, sufrieron muchísimo (su constituciónera a menudo endeble), pero el daño cau-sado a su ser íntimo fue menor: eran ca-paces de aislarse del terrible entorno re-trotrayéndose a una vida de riqueza interiory libertad espiritual. Sólo de esta formapuede uno explicarse la paradoja aparentede que algunos prisioneros, a menudo losmenos fornidos, parecían soportar mejorla vida del campo que los de naturalezamás robusta».

Con frecuencia se puede observar queno es la persona con mayor capacidad fí-sica, incluso una voluntad de hierro, la quesoporta mejor los trabajos, sino la que po-see mayor capacidad interior, que en de-terminados casos se traduce en mayor ca-pacidad de trabajo. Es como si las perso-nas, y así nos lo demuestra el estudio deldoctor Frankl, pudiéramos desarrollar unespacio psicológico dentro de uno mismodonde, en la medida del ejercicio por am-pliarlo, nos cupieran más o menos labo-res sin que su peso alterase la integridadfísica. El motor que impulsaría entoncesa realizar cualquier actividad de forma se-rena sería la existencia misma, el sentidoque demos a la vida.

A Viktor Frankl le gustaba citar aNietzsche: «Quien tiene un por qué paravivir, encontrará casi siempre el cómo».Si este principio se traslada a los aconte-cimientos cotidianos de la vida, lo que seobtiene es una fuerza mayor para acome-terlos. Por ejemplo, un estudiante que pre-para unas oposiciones. El primer paso queda en esta nueva situación es marcarse unobjetivo. Este paso determinará su formade actuar posterior. En la misma medida

en que el sentido de su estudio diario estépresente, se encontrará en mejor situaciónpara acometerlo con éxito. Indudable-mente, le faltarán otros dos pasos impres-cindibles: determinarse y llevar a cabo esaelección para hacerla realidad.

El ajetreo en el que se ve envuelto elhombre de hoy, el campo de cultivo delconsumismo actual, apoya la realidad pro-gresiva del estrés, del agobio, y la amplia-ción de los campos de la depresión. Poreso se debe considerar la defensa que su-pone vivir la propia vida en un aquí y unahora concreto, y con un compromiso in-dividual permanente.

Los cristianos, además de conocer y darsentido de una forma más amplia a todoesto, poseemos confiadamente un hombrosobre el que llorar y desahogarse, abiertolas 24 horas del día: «Venid a mí los queestáis cansados y agobiados, que yo os ali-viaré». Dice aliviaré, no que os aprobaré oterminaré vuestro trabajo, eso corre denuestra cuenta. Pero, eso sí, con la certezade Su presencia.

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No tengo tiempoEl momento presente, fuente de paz y de sentido

Nos hallamos sumidos en una mentalidad eminentemente pragmática, dominada por la impor-tancia del nec-otium, por el utilitarismo. Según esta moral, se vive para alcanzar el éxito, en tér-

minos de poder o en términos de placer, y para eso se trabaja. El pragmatismo en todas sus mani-festaciones es una mirada febril hacia el mundo, en la que está ausente el sentido. Bajo esa mirada,el valor de las cosas y el del tiempo mismo se confunden con su precio. Así, el tiempo es oro y no sepuede perder en algo inútil; ha de invertirse de forma rentable. No se permite regalar el tiempo. El tiem-po es para ganarlo. Y ganar tiempo es hacer buenos negocios, disfrutar de placeres intensos, pro-ducir más, tener más cosas, vivir deprisa. Víktor E. Frankl, uno de los maestros más lúcidos del si-glo XX, escribía: «Se tiene a menudo la impresión de que los seres humanos, sin saber dar a su vi-da una meta, corren y se afanan con velocidad cada vez más acelerada, precisamente para no ca-er en la cuenta de que no van hacia ningún sitio». Superficialidad...

Una crítica imponente a esta visión del mundo puede verse en dos narraciones, infantiles en apa-riencia, pero sumamente profundas y luminosas: Momo, de Michael Ende, y El Principito, de Antoi-ne de Saint-Exupéry. Es verdad que han sido y somos muchos sus lectores. Pero quizás las he-mos leído también demasiado deprisa: «En tu tierra, los hombres cultivan cinco mil rosas en un mis-mo jardín. Y no encuentran lo que buscan... Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en unasola rosa o en un poco de agua... Pero los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón»,observa el joven protagonista de El Principito.

Pero el tiempo no es oro, es vida. Es la vida real del ahora, del momento presente; ese instante detiempo, el ahora, es el tesoro que Dios pone en mis manos para amar, para hacer las cosas conamor, para darles un sentido. Para convertirlas en don.

El instante presente, vivido con calma, es fuente de paz, de serenidad, de verdadera eficacia.En el hall de la sede central de una de las mayores empresas del mundo, en Boston, se lee el siguienterótulo: «Deténgase y reflexione. Es una experiencia extraordinaria». Anticipar el futuro con la ima-ginación, desatendiendo las pequeñas exigencias del ahora, es precipitarse a perder la paz, salirsede ese Haz lo que haces, que me lleva a disfrutar de lo que tengo, de lo que –aquí y ahora– meocupa, a hacerlo con todo el corazón y poner en ello lo mejor de mí mismo.

No es bueno revolver en un pasado sin retorno, ni alborotarse por un después que me imagino deun modo y puede ser de otro. Hay un tiempo para la planificación y otro para el balance. Pero a la ho-ra de actuar es preciso centrarse en el momento presente. A cada día le basta su afán...

Todo en la vida ha de ser contemplado. Contemplar es pararse para mirar con el corazón, para per-cibir el sentido que late en el fondo de los acontecimientos, en el interior de las personas. Uno de los se-cretos de la paz interior, de la vida equilibrada, consiste en aprender a ver pasar la vida sin empujarlasegún la medida insaciable de mi deseo, dándome cuenta de lo que vale y significa el minuto en que aúnla poseo, sin tener prisa de que ese minuto se acabe para dar lugar al siguiente. Vivir así es indispen-sable también para vivir la unión con Dios como contemplativo, en la acción, en las cosas de cadadía.

La vida cristiana no es ajena al ritmo de la paz interior. Como ha escrito un gran educador cristiano,«la santidad no consiste en acciones extraordinarias. Se levanta poniendo el ladrillo, intrascenden-te en apariencia, de cada segundo vivido con amor. Es el heroísmo de la pequeñez que conduce alheroísmo de la grandeza. El instante presente es un regalo de Dios, que me da vida en este momentopreciso, y una presencia suya, misteriosamente oculta en la acción que tengo que ejecutar, en la ocu-pación que ahora me absorbe» (Tomás Morales, S.J.) La vida tiene sus afanes; nada arregla el ve-neno de nuestra intranquilidad, que nos priva de saborear y de agotar hasta el fin toda la intensidady la hondura del momento que pasa para convertirlo en don.

Ana Artázcoz ColomoPiscopedagoga

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Cómo describiría el agobio?Decimos que una persona sesiente agobiada cuando las cir-

cunstancias, la situación, están ejer-ciendo un papel de presión constanteen la que el individuo, o ciertos tipos depersonas, al interactuar con estos fac-tores, pueden sobrellevarlo mejor o

peor: cuando las personas sobrellevanmejor esas circunstancias, podríamosdecir que es un agobio positivo, puestodavía se tienen recursos psicológi-cos suficientes para rendir ante esassituaciones; pero cuando, por el con-trario, las personas no tienen esos re-cursos psicológicos suficientes ante si-

tuaciones o circunstancias difíciles,entonces es cuando empiezan a fallarlos mecanismos para manejar las si-tuaciones de estrés o de tensión. Deesta manera, empezamos a entendermejor que una persona pueda estaragobiada, estresada, y comience a ma-nifestar síntomas en su cuerpo propios

de un estado emocional de ansiedad;también esto se refleja en su conducta.

Las reacciones más frecuentes delagobiado, o de una persona que estémetida técnicamente en el estrés, sonlas siguientes:

Síntomas emocionales: ansiedad,miedo, pánico, vulnerabilidad, desá-nimo, sentimientos de estar atrapado,sentimiento de culpa, rabia, resenti-miento, frustración.

Síntomas cognitivos (forma deprocesar el pensamiento): pensa-mientos intrusivos, pensamientos ne-gativos, pensamientos automáticos,sobregeneralizaciones..., todo esto enel contexto de lo catastrófico y de lonegativo y, por supuesto, con pensa-mientos anticipatorios de situacionesque todavía no han ocurrido. Estospensamientos que anticipan una si-tuación que todavía no es real, peroque puede estar dentro de la mera po-sibilidad de lo real, hace que la per-sona se ponga muchísimo más ner-

viosa y reviva situaciones de distintosgrados de ansiedad. Otros síntomasfrecuentes de una persona que estáagobiada son: palpitaciones, dificul-tad para respirar, respiración jadeante,mareos, sudoración, hormigueos enlas extremidades, sequedad de boca,cansancio, sensación de presión en elpecho, dolor de cabeza, contracciónde los músculos de la nuca y espalda,sensación de ahogo, sensación de tenerun nudo en la garganta, temblores, sen-sación interna de no poderse relajar,irritabilidad, sensación de depresión,dificultad para concentrarse, dificul-tad para memorizar, pérdida del ape-tito, pérdida por el interés sexual, etc.

¿Es una enfermedad, o es igno-rancia de cómo plantearse la vida?

En sí misma, ni es enfermedad ni esignorancia. Podríamos decir que pa-ra la persona que no puede o no haaprendido a superar distintos proble-mas, situaciones o circunstancias dela vida, el agobio puede llegar a for-mularse como una auténtica enferme-

En portadaAlfa y Omega6 6-VI-2002

Perfil del agobiadoEl doctor en Psiquiatría y Psicoterapia don José María Sémelas Ledesma explica, en la siguienteentrevista, las circunstancias y los condicionantes que llevan a una persona a una situaciónestresante. Sin que el agobio sea causa directa de enfermedad, el permanente estado de estréspuede degenerar en alguna de ellas

La relación con Diospuede ayudar a objetivar y

desdramatizar muchasde las situaciones.

Como consecuencia, la persona está más

preparada, porque sehace más trascendente

y valora los acontecimientos

cotidianos desde unaperspectiva menos

dramatizadora

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dad, desembocando en un trastornopor ansiedad, que, mantenido de unaforma crónica, puede desencadenartambién en síntomas que lleven a untrastorno depresivo.

¿Podemos ampliar nuestro discoduro, nuestra capacidad de traba-jo? ¿La adquirimos, o nacemos conella?

La capacidad de trabajo se va rea-lizando, en general, mediante una edu-cación motivacional y de voluntad.Ahora bien, no todo el mundo tiene lamisma capacidad para trabajar. Hayunos que pueden tener un porcentajede rendimiento máximo muy alto, yotros, menos alto, y esto depende demuchos factores. En principio, influi-rían los factores de educación, factoresde trabajo adquirido –hábitos–, los dis-tintos métodos de aprendizaje para lasolución de problemas, personalidaddel individuo (por ejemplo, las perso-nas que son más nerviosas y más apa-sionadas suelen tener más dificulta-des, a la larga, de tener problemas pa-ra agobiarse, y, por otra parte, los mástranquilos y con mayor capacidad desolución de problemas suelen ago-biarse menos), de la inteligencia, etc.

¿La medicación es la única solu-ción para estos casos de estrés?

Yo siempre he dicho que la medi-cación ayuda a quitar síntomas, perono a solucionar el problema de base.Lo ideal es que, si una persona estámuy estresada y esos síntomas de es-trés o de agobio le impiden tener unrendimiento adecuado en su trabajo,acudan a un especialista para que, deforma equitativa y racional, se puedamedicar según el caso. Pero insisto,esto sólo ayudará a que la persona pue-da hacer que se sienta mejor, pero noa solucionar su problema. Para mí, esmuy importante que, después de lamedicación, se haga un tratamientode reestructuración del tipo de pensa-miento que pueda tener, y de modificarciertos hábitos o conductas, y así otor-garle la posibilidad de tener instru-mentos psicológicos suficientes paramanejar mejor su situación personal.De esta manera, se adecuará en uncampo mucho más realista, de acuer-do con sus posibilidades y capacida-des.

¿Por qué se llega al colapso, esdecir, la mente en blanco ante unexamen, etc.?

Son precisamente los niveles muyaltos de ansiedad lo que produce la tí-pica expresión de mente en blanco, esdecir, que una persona tiene tanta an-siedad que ya no es capaz de proce-

sar su pensamiento de forma adecua-da ante situaciones de mucha presión.Los aspectos de la memoria, de laatención y de la concentración, que-dan temporalmente afectados, y es es-ta la causa de por qué uno se puedequedar bloqueado o en blanco.

¿Es más frecuente en las muje-res que en los hombres?

Posiblemente sean las mujeres lasque puedan agobiarse más. Las razo-nes son obvias. Actualmente, en nues-tra sociedad, la mujer está recibiendouna mayor carga de presión y de res-ponsabilidades: trabajo fuera de casa,trabajo dentro de casa, etc. Se sigueexigiendo excesivamente a la mujerun papel que debería de ser bastantemás compartido por el hombre, es de-cir, el hombre es el que debería de in-tervenir más en el papel y quehacerdoméstico. Otras de las causas por las

cuales las mujeres puedan estar tam-bién más expuestas o vulnerables aagobiarse, son las hormonales y loscambios fisiológicos que padecen conel período y el climaterio. Con todoesto, lo que queremos decir no es quesea la mujer más propensa en sí misma

a padecer el estrés, el agobio, la an-siedad en nuestra sociedad, sino que esprecisamente el papel que está desa-rrollando la mujer en nuestra socie-dad el que la hace más vulnerable apadecer dichos síntomas.

¿En qué medida entran en jue-go los estados de ánimo?

Es evidente que una persona quetiene más facilidad para deprimirse,tenga una autoestima más baja, se va-lore menos, dependa más del criteriodel qué dirán; estará más expuesta apadecer fluctuaciones en su ánimo y,por lo tanto, a manejar de manera mu-

cho más deficiente las situaciones es-tresantes. Este tipo de personas sonmás vulnerables a estresarse. Hay quesaber distinguir cuáles son los sínto-mas depresivos, pues, aunque sea deuna forma muy leve, acabarán mane-jando mal su situación estresante yterminarán, no sólo deprimiéndosemás, sino estresándose bastante más.Los síntomas para reconocer una de-presión pueden ser varios. Por ejem-plo: la persona empieza a dormir mal,empieza a tener falta de ilusión porlas cosas que hace, a estar más cansa-da de lo habitual, a encontrarse peorpor las mañanas, o quizás por las tar-des; empieza a notar una cierta sen-sación de tristeza en su interior, quese concentra poco, que tiene fallos dememoria, que está más irritable, que,además, puede estar somatizándolocon dolores de cabeza o pesadez depiernas, etc. Estos síntomas puedenvariar, con la intensidad de leve, mo-derada o grave. Para esto, también haytratamientos farmacológicos. Porejemplo: antidepresivos adecuada-mente prescritos por un especialista,junto con distintos tipos de psicotera-pias.

Dios y la religión, ¿tienen algoque ver en todo esto?

Si se vive de forma verdadera, ade-cuada, realista, sin estridencias, sinsubjetivismos, la relación trascenden-tal con Dios puede ayudar a objetivary desdramatizar muchas de las situa-ciones, y qué duda cabe que, al obje-tivar y distanciarse un poco más de lassituaciones estresantes, puede teneruna valoración más realista y tranqui-la de los hechos. Pero, a veces, si no sevive esta relación personal de formaadecuada, entonces uno puede llegar autilizar las prácticas religiosas comoun medio inmediato, cuando el fin esdistinto. En otras palabras, las prácti-cas religiosas no deben utilizarse comola panacea de la solución de nuestrosproblemas, sino en la búsqueda sin-cera y profunda de una relación másíntima y sincera de la verdad, y serconscientes en todo momento de que,pase lo que pase, somos hijos de unDios que es, ante todo, un Padre mi-sericordioso. Como consecuencia deuna relación equilibrada, de las prác-ticas religiosas (y sólo como conse-cuencia, no como búsqueda para so-lucionar nuestros problemas persona-les), la persona está más preparada,porque se hace más trascendente y va-lora los acontecimientos cotidianosdesde una perspectiva menos drama-tizadora.

En portada Alfa y Omega 6-VI-2002 7

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La vertiginosa velocidad con que ennuestro tiempo se desarrollan losacontecimientos nos impide, en másde una ocasión, jerarquizar su im-portancia y situarlos, con el debidodiscernimiento, según la trascenden-cia que tienen. Putin y Bush han fir-mado recientemente, en medio de undifuso desinterés general, un acuerdohistórico, por el que Rusia y la OTANpasan, de ser enemigos, a ser alia-dos por vez primera, y ponen fin ofi-cialmente a la guerra fría. La foto delavión presidencial norteamericanoForce One, en las pistas del aero-puerto de Moscú, con rendimiento demáximos honores, es también ya una

foto para la Historia, y la de Putin en-trando a un salón adornado con to-das las banderas de Europa, y la delmandamás ruso con el PresidenteAznar, en su calidad de Presidentede la Unión Europea, y también, cla-ro, la del Presidente Bush con JuanPablo II. El Presidente norteamerica-no ha sentido la necesidad de infor-mar al Papa y de escucharle. Al salirde la audiencia, comentó: «Es muynecesario escuchar atentamente aJuan Pablo II...» ¿Se quieren enterarlos que, sin saber lo que dicen, le nie-gan lucidez al Papa?

La fotoAlfa y Omega8 6-VI-2002

Una firma para la Historia

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Decir con honradez y libertad la verdad de lo que se piensa es, sin duda,la más alta demostración de respeto verdadero y de caridad cristiana, yla más noble forma de auténtica libertad. Desde este respeto verdadero

está escrito –y así, por tanto, debe entenderse– este comentario editorialsobre la Carta pastoral Preparar la paz firmada por los cuatro obis-pos de las tres diócesis vascas.

No por reiterado se hace innecesario insistir en que cuatro obis-pos que escriben bajo su exclusiva responsabilidad, no son laIglesia; ni siquiera la Igle-sia en España; ni siquierala Iglesia en Vasconga-das. Tampoco lo son,desde luego, 358 sacer-dotes, que representanentre el cinco y el diezpor ciento del presbiteriode esas diócesis. Es más queprobable que los cuatro obispos, sa-bedores del manifiesto político que prepara-ban esos 358 sacerdotes, pretendieran adelantarse yevitar el escandaloso y negativo impacto de un escrito na-cionalista a ultranza firmado por sacerdotes; adelantarse hu-biera sido un acierto, si hubiera sido un acierto lo que se de-cía en el texto del adelanto. Pero, tristemente, no ha sidoasí. Se trata de un texto poco afortunado y, ciertamente, nooportuno, que no facilita en absoluto la paz ni el diálogoque dice buscar y promover.

Sin hacer el menor proceso de intenciones, sino li-mitándonos a la pura objetividad, es de justicia reco-nocer que en la Carta pastoral de los cuatro obispos delas tres diócesis vascas hay, sin duda, elementos posi-tivos plenamente compartibles, que el propio sesgo delos no compartibles ni positivos ha hecho pasar a se-gundo término en la no excesivamente matizada ni equi-librada, pero sí previsible, reacción de la opinión públicamayoritaria, eclesial y social.

No por reiterado se hace innecesario insistir, sobre todo ala vista del empecinamiento más o menos interesado de de-terminados medios, en que la Conferencia Episcopal no man-da –hablando en plata y para que todo el que quiera enten-der entienda– sobre cada obispo de cada diócesis, que en ellaes la máxima autoridad. Pero tampoco está de más recordarque cada obispo, al mismo tiempo que lo es de su diócesis, lo esde la única Iglesia universal, formando parte del Colegio episcopalcuya cabeza es el Papa, como una vez más nos ha enseñado elConcilio Vaticano II. En esta comunión colegial deben actuar, ynada tiene de extraño la gran perplejidad que en el pueblo cau-sa el no hacerlo así, máxime cuando se abordan cuestiones al-tamente polémicas de orden temporal y político, sobre las que unobispo, como cualquier otro ciudadano, tiene el mismo dere-cho a opinar que los demás a no compartir su opinión.

Todo lo que no une, divide, y en este documento hay, la-mentablemente, afirmaciones sorprendentes no propias de unaCarta pastoral, que, en primer lugar, en sí mismas no respon-den a la verdad histórica ni social, y que, además, van contra elsentir unánime de una gran mayoría de los ciudadanos de una sociedadglobal, incluidos los del propio pueblo vasco, al que más directamente va des-tinada la Carta pastoral. Las afirmaciones sobre «las sombrías consecuencias»

que hipotéticamente podría producir la ilegalización de lo que es todo menos unpartido político responsable, no se sostienen, no están probadas, no son de recibo;mucho menos «sean cuales fuesen las relaciones existentes entre Batasuna y

ETA». Osadas afirmaciones basadas en «voces autorizadas» como Am-nistía Internacional resultan preocupantes, aunque no tanto comola ausencia en el texto de referencias ciertamente ineludibles yde justicia.

La Iglesia y la comunidad política tienen cada una su propio ám-bito de expresión, y nunca

ha sido más fructífera lainfluencia recíproca, yla de ambas en el tejidosocial, que cuando seha mantenido cada unaen su autónomo y legí-timo ámbito, a favor,conjuntamente, del

bien común. Tomar partido enuna cuestión que divide, no ya a la sociedad, sino

al pueblo cristiano en la tierra vasca, es un error grave,porque confunde la fe del pueblo, hiere sensibilidades legítimas

muy profundas, merma la credibilidad de la Iglesia y duele mu-cho.Se hace más que oportuna la reflexión que, desde Cristo y des-

de la oración, hizo el cardenal arzobispo de Madrid en su homilíadel Corpus Christi: «¿Cómo vamos a avanzar en la erradicacióndefinitiva del terrorismo si no es por la vía de vidas transformadaspor el compromiso sacrificado con el amor de Cristo, empeñadas encrear un ambiente personal y social donde no quepan ni el odio delos que matan, ni el de los que los inducen y apoyan? Cuando seofrece la vida en la Eucaristía, se está en disposición de rodear concercanía cálida y con protección constante a los amenazados por elterrorismo y de compartir compañía fiel con sus víctimas, orando

constantemente por ellas. Entonces es cuando no se pierde la espe-ranza de que un día no lejano se conviertan los jóvenes protagonistasdel terrorismo: de que haya verdaderamente paz».

Son las más responsables y sensatas reflexiones de cara a un futu-ro ante el que están sobrando excesos, reacciones desmedidas e in-justas, peticiones de imposibles a quienes no las pueden satisfacer yescalada de palabrería irresponsable y de hipócritas gestos para lagalería que distorsionan la realidad. Respeto verdadero, libertad au-téntica, amor cristiano, oración, sensatez, prudencia, equilibrado dis-cernimiento y búsqueda del bien común es lo único que se impone. Ypedir y otorgar perdón por el pecado.

Un obispo extraordinario, el cardenal Wiszynsky, guía y maestro denuestro Juan Pablo II, halló de un modo luminoso la respuesta: «Es-ta noche he comprendido bien –escribe en su diario de la cárcel a laque fue sometido por el terror comunista, tras haber sufrido de sus car-celeros, más que otros días, el maltrato y la humillación– que los se-res humanos se dividen en dos: los que son mis hermanos, y los quetodavía no saben que lo son». Esta luz nueva, la del Evangelio de Je-sucristo, tiene en realidad más fuerza para generar la justicia y la pazverdaderas, que todas las estrategias políticas habidas y por haber.El dolor de nuestra querida tierra vasca está más que nunca necesitadode esta medicina que, lejos del falso diálogo que, buscando términos

medios imposibles, rebaja, dejándola sin valor alguno, la verdad de la fra-ternidad entre los hombres, tiene el coraje de mostrarnos el genuino rostro delhombre, el nuestro y el de todos y cada uno de los seres humanos.

Criterios Alfa y Omega 96-VI-2002

Desde el verdadero

respeto ΩΑ

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Manifestación de fe

Unas de las mayores manifestaciones de la pie-dad popular en las ciudades y pueblos de Es-

paña son las procesiones. En Semana Santa, enlas fiestas patronales, tanto en unas como en otrasprocesiones, no faltan la fe, el amor, la plegaria, elagradecimiento. Pero hay una que destaca de ma-nera singular: la procesión del Corpus. Sale el Se-ñor en las custodias más ricas, los balcones seadornan de mantones y banderas, las calles sesiembran de flores –a veces realizando verdade-ras obras de arte con sus pétalos– y en las plazasse alzan altares con los adornos más vistosos. Unacorriente de recogimiento y respeto embarga a to-dos los asistentes. No cabe duda de que en el Cor-pus todo es muy superior al resto de los festejosprocesionales. Pero se da la circunstancia de que enesta procesión no participa ninguna imagen, no secontempla ninguna figura que ayude a descubrir larealidad sagrada. Sólo actúa la fe. ¿Qué sucede? Esel paso de la Sagrada Forma y la gente sabe queeso es mucho más importante que las imágenesmás queridas: es el mismo Jesús. Lo creen de ver-dad, sin verlo, y acompañan y cantan convencidosde que Dios está aquí. Todo es fe.

Alberto García RuizMadrid

Manipulación de El Mundo

Distinguido director de El Mundo: permítame lla-mar su atención sobre la muy sorprendente for-

ma en que su diario descalificó al Papa, sin que elcontexto palíe tales adjetivos. En el artículo quepresentaba una particular visión de la visita de JuanPablo II a Bulgaria, se interpretaba con estrambóti-ca intención afeadora el recibimiento que se ofreció

«al maltrecho Pontífice» como a «un gran caudillomilitar». Ninguno de los lectores de El Mundo, entrelos que todavía me encuentro, creerá que los búl-garos son tan tontos como para confundir al Papacon un gran caudillo militar, especialmente en sudelicada situación actual. No queda más que la in-tención periodística de desfigurar al máximo el pa-pel del Papa. Ya estamos aburridos, y casi acos-tumbrados, ante una presentación manipulada con-tra el Papa y la Iglesia católica, a la que se presen-ta como grupo político conservador. Pero esto es yademasiado. El Papa no es ni caudillo, ni militar. Esun sufrido mensajero de paz y de amor para toda laHumanidad. Si no se es capaz de admitir esto, porlo menos que no se manipule tanto su figura. Mu-chos lectores estamos preocupados por el giro an-ticatólico de su periódico. ¿Piensan ustedes emularen anticristianismo militante al periódico de Polan-co? No sería un buen camino. Aunque esta cartasea crítica, créame que su valiente publicación ayu-daría a congraciarse con la buena parte de sus lec-tores que respetamos de verdad a la Iglesia católi-ca.

Pablo López López Jerez (Cádiz)

Comercio en la zona cero

Ha venido una chica a la oficina. Ha estado enNueva York y ha dicho que ha ido a ver la zona

cero. Cuál no sería su sorpresa cuando descubrióque, para verla, han puesto una plataforma desdela que se ve muy bien –se ve una visión de conjunto–.Por supuesto, para acceder a ella hay que pagar. Yclaro, ¿hay algo que dé más dinero que el morbo...?¿Cuándo disecarán algún resto mortal de una po-bre víctima para que veamos cómo quedó?

Cristina Susana LarrauriCorreo electrónico

CartasAlfa y Omega10 6-VI-2002

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Para hacer el bien

Como cada año, la mayoría de los contri-buyentes españoles tenemos una cita con

Hacienda en nuestra declaración de la renta.Y es a través de este formulismo legal don-de los cristianos podemos colaborar, entreotros medios, con la Iglesia. Recientementecumplí con esta obligación y, sin lugar a dudas,haciendo uso de mi libertad, puse la cruz en lacasilla de la asignación tributaria a la Iglesiacatólica, porque tuve claro que esta institu-ción cristiana puede percibir del Estado el0,52% de la cuota íntegra, y el resultado es degran ayuda para poner en práctica muchosproyectos. Los ingresos que pueda percibir la Iglesia de cada uno de nosotros es un auténtico ejer-cicio de responsabilidad, porque sin los citados medios económicos faltarían programas de pastoral,retribución a los sacerdotes que trabajan en esa parroquia, mantenimiento de los templos y de los lo-cales que son necesarios para un buen funcionamiento parroquial. La participación de los católicosen el sostenimiento de la Iglesia debe ser una actitud de coherencia vital y de responsabilidad. De-bemos tomar conciencia desde una motivación cristiana, desde la fe, sin avergonzarnos de pertenecera una Iglesia que vive en este mundo y que está sujeta a las limitaciones de lo humano.

Alberto Álvarez PérezSevilla

Campañacontra

la Iglesia

La campaña contra la Iglesiacatólica, iniciada hace poco

de una forma poco usual, estáculminando en otra contra elPapa Juan Pablo II, aprove-chando su edad y su poca sa-lud. Hay un contagio psíquico yse enlaza una idea con otra,queriendo moverle de la SillaPontificia. Bien claro lo ha di-cho él: tiene que cumplir su mi-sión. Y lo hará, aunque mueraen el empeño. No sólo eso eslo duro. Personas que deberíancallarse dan, con todo lujo dedetalles, las enfermedades quetiene, su pronóstico y la nece-sidad, por ello, de su relevo.Unos tentáculos, conocidos deantaño, adormecidos muchotiempo, han revivido y, sin pie-dad ante un enfermo, lo inten-tan remover de su cargo queno desea, ni puede abandonar.Su persona y su poder psíquicoestorban a ciertos servidoresdel mal. La lucha es titánica en-tre el bien y esos servidores.Unas veces será con Juan Pa-blo II; otras, ante debilidadeshumanas de otros. Poco ha-blarán de los miles de mártiresque ha tenido, y tiene aún, laIglesia católica, que fiel a sumisión y a su deber aguantacon dolor, pero serenamente,lo que actualmente estamosviendo. Y lo hace sin reclamara los tribunales. Esto es sucruz, y su honor.

Luis Trinchán MartínAlicante

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José Francisco [email protected]

No seré yo quien vierta ni un solo litro másde opinión inflamable al asunto de la Cartapastoral de los obispos vascos. Por una vez,

y sin que sirva de precedente, con permiso de la au-toridad periodística y como el tiempo nos lo permi-te, dejaré a un lado los medios, que median, y meiré a beber a otras fuentes. Juan Pablo II, en sumensaje para la Jornada mundial de la paz, de 1981,decía: «Sin un respeto profundo y generalizado de lalibertad, la paz escapa al hombre». A estas alturas dela serie, hemos cambiado el decorado de un esce-nario complejo y confuso. Las declaraciones delPresidente del Gobierno han abierto la veda públicadestinada al linchamiento moral de los obispos fir-mantes de la carta. Este argumento para nada exi-me a los citados prelados de la responsabilidad de susafirmaciones, muchas de ellas totalmente acertadasy algunas otras bastande desafortunadas, aunque noes momento para caer en la tentación de no cumplirel precepto de la interpretación escriturística de que«todo texto, fuera de su contexto, se convierte enun pretexto». Quisiera sólo fijarme en el decorado dealgunos ambientes, recurriendo a la petición de prin-cipios, que diría la escolástica. Y el primero, en es-

tos momentos y en estas circunstancias,es el de la Prudencia, en general, no pre-cisamente de la que se ha referido elPresidente del Gobierno, don José Ma-ría Aznar, quien señaló en Helsinki,según nos informan las agencias y losmedios, que «creo que la pastoral ha si-do especialmente desafortunada. Uno,como gobernante, debe tener siemprela prudencia adecuada, sobre todo otrosentimiento. En este caso particular, ha-ce falta un esfuerzo muy especial paramantener la prudencia del gobernanteen sus términos justos y no decir lo quea veces el corazón te puede llevar a de-cir. Quiero resaltar que cuando se llegaa afirmar por escrito que lo mejor que lepuede pasar a las víctimas es que loscriminales anden sueltos –¿dónde estáeso en el documento?, señor Presiden-te–, yo creo que se está ante una per-versión moral e intelectual grave. Es-toy convencido de que nadie con el co-razón tranquilo puede estar de acuerdocon esas ideas».

Tendríamos que recordar todos losnavegantes de esta dura travesía –y

cuando escribo todos, estodos sin excepción– queAristóteles escribió, ensu Ética a Nicómaco,que «la virtud es un há-bito electivo que consis-te en un término mediorelativo a nosotros y de-terminado por un criterio racional, asaber, el criterio con el que lo deter-minaría el hombre prudente». Segúnhemos aprendido de los estudios deS. M. Ramírez, el concepto de Pru-dencia tiene relación con tres términosgriegos: la pronoia, que es la prog-nosis, la previsión de los efectos delas acciones y de los acontecimien-tos en los que uno es protagonista; lafrónesis, o el pensamiento o juiciomaduro, ponderado, cuerdo, mesura-do, no improvisado ni precipitado; yla diácrisis, que hace referencia aldiscernimiento y a la discreción. Apartir de aquí, podemos afirmar que lopasado es objeto de la memoria; lopresente, de la inteligencia; y lo fu-turo, de la previsión. Toda previsiónde las consecuencias de nuestros ac-tos se funda en la experiencia de lopasado y de lo presente, pues lo unosuele ser semejante a lo otro. SanAgustín nos diría en este caso que«la realidad presente, sin aquella es-peranza, es una felicidad falsa y unaauténtica miseria, porque no usa de

los verdaderos bienes del espíritu. No es verdaderasabiduría la que en estas cosas, que discierne conprudencia, soporta con fortaleza, reprime con tem-planza y ordena con justicia, no se propone el finsupremo, en que será Dios todo en todas las cosaspor una eternidad cierta y una paz perfecta».

Quizá haya llegado el momento de pedir que ce-sen las interferencias entre los órdenes social y ecle-sial, que se deje a la Iglesia ser Iglesia –por cierto,cuanto más católica y más universal, más Iglesia–, ya la sociedad y a la política, ser política, al serviciodel hombre, para ser más sociedad. La pastoral de losobispos del País Vasco adolece de algunos silenciosesenciales, y la respuesta de la opinión pública sedesparrama en la abundacia de descalificaciones,muchas de ellas cargadas de un nuevo anticlerica-lismo de raíz enciclopédica y volteriana. Toda estamarea negra conforma el clásico clima social de in-terferencias mútuas. Un filósofo español de hacebien poco, X. Zubiri, escribió aquello de que « la co-munidad religiosa cristiana no es primariamente unacomunidad social. Nada de sociologismo ni de hi-persociologismos. Es una comunión de personas,una comunión personal. Así como el cuerpo objeti-vo está fundado en el sistema de organización y enuna cierta solidaridad mayor o menor, la comuniónpersonal está fundada en la dimensión de entrega».

Aquí y ahora Alfa y Omega 6-VI-2002 11

y contarlooír...Ver

La conveniencia de aprender griego

Verdad, de Gian Lorenzo Bernini

Caridad, de Gian Lorenzo Bernini

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Inés Vélez

Qué es un Sínodo diocesano? Es la preguntaque, en estos momentos, muchos fieles ma-drileños se hacen. El motivo es evidente. La

Iglesia en Madrid ha comenzado los trabajos pre-paratorios del III Sínodo diocesano que se celebra-rá, en breve, en nuestra diócesis. Es «una convoca-toria extraordinaria de todo el pueblo de Dios que pe-regrina en Madrid, reunido y presidido por su obis-po», y un «acontecimiento de gracia, en el que elEspíritu Santo nos reúne y, con su luz, nos hace vermás claro a todos lo que Dios está pidiendo a la Igle-sia en Madrid», indica el folleto informativo que,con motivo de esta cita singular, la archidiócesis deMadrid ha editado para informar a los fieles y queilustra esta página.

El pasado 26 de mayo, solemnidad de la Santísi-ma Trinidad, en todas las misas de Madrid se con-vocó a los fieles a inscribirse en los grupos que vana trabajar en el Sínodo, porque todos, obispos, sa-cerdotes, laicos, consagrados y consagradas, están in-vitados a participar. Asimismo, la catedral de la Al-mudena acogió una solemne celebración eucarística,durante la cual se entregó el Reglamento para losgrupos sinodales y las fichas de inscripción.

¿Cómo inscribirse en un grupo sinodal? Es otrapregunta a responder. Todos los bautizados mayo-res de 16 años que quieran participar en estas reu-niones pueden inscribirse en la parroquia, en el mo-vimiento o en la asociación eclesial a la que perte-nezcan. Sin duda, una oportunidad única para refle-xionar en comunión con toda la Iglesia en Madridsobre el tema propuesto para el Sínodo diocesano: latransmisión de la fe.

¿Por qué ahora un Sínodo diocesano? Preguntanotros muchos. Según los responsables de esta reu-nión extraordinaria, se quiere «hacer un examen deconciencia» y «salir al encuentro de quienes no creenen Jesucristo o viven alejados de la vida de la Iglesia,para ofrecerles la Buena Noticia y compartir con ellosla fe». Además, con esta cita se pretende «descubrir

nuevos campos de misión» y «promover iniciativasevangelizadoras nuevas, así como conocer mejor yahondar la doctrina y las orientaciones del ConcilioVaticano II».

Tres etapas

Los trabajos del Sínodo se desarrollarán en tresetapas. La primera es de preparación. En ésta –yaen marcha–, se está informando sobre qué es el Sí-nodo y se están elaborando los materiales que seutilizarán a lo largo de todo el proceso sinodal. En lasegunda etapa, los grupos sinodales reflexionaránsobre la transmisión de la fe en nuestra diócesis, si-guiendo los cuestionarios elaborados por la ComisiónPreparatoria y, a continuación, ofrecerán propuestasprácticas para evangelizar mejor. Por último, en latercera etapa, la asamblea sinodal estudiará las po-nencias que se preparen a partir de las aportacionesde los grupos sinodales, y decidirá las propuestasfinales, para presentarlas al obispo que, en su mi-nisterio apostólico, ofrecerá a todos las orientacionesoportunas para transmitir la fe. Como decía, recien-temente, un sabio sacerdote, «ante todo, el valor deestas reuniones es, sin duda, la posibilidad de co-

nocerse y convivir todos como hermanos». De eso,justamente, se trata, de crecer en la comunión, por-que hacemos juntos el camino.

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 6-VI-2002

III Sínodo diocesano de Madrid

Caminar juntos,motivo de esperanzaLa Iglesia en Madrid ha comenzado los trabajos preparatorios del Sínodo diocesano,

convocado por nuestro cardenal arzobispo. Todos, obispos, sacerdotes, laicos,consagrados y consagradas, estamos invitados a participar, a hacer juntos el camino

–eso, justamente, significa sínodo–, guiados por el Espíritu Santo, alma vivificantede la Iglesia

Coronación pontificia de la Patrona de Getafe

Miles de fieles de Getafe asistieron, el pasado 19 de mayo, solemnidad de Pentecostés, al acto de la Co-ronación Pontificia de la Patrona de la diócesis, Nuestra Señora de los Ángeles, en la explanada del

acuartelamiento aéreo de Getafe. Desde el colegio de los padres escolapios salió la imagen de la Virgen, enprocesión, acompañada por los representantes de la casas regionales y más de 40 Hermandades y Cofradíasde la diócesis. Asimismo, monseñor Pérez y Fernández-Golfín, obispo de Getafe, el obispo auxiliar, el Vica-rio General, el Rector del Seminario y numerosos sacerdotes de la diócesis, y del clero castrense, asistieronal acto, así como toda la Corporación municipal, y militares del Ejercito del Aire, de la guardia civil y de la po-licía nacional y local.

En el acto estuvieron las imágenes de las Patronas de Leganés, Nuestra Señora de Butarque, y de Mós-toles, Nuestra Señora de los Santos, así como la imagen de Santa María de los Ángeles de El Bercial, la deNuestra Señora de Loreto, de la base aérea de Getafe, y la de la Magdalena, titular de la catedral getafense.

7 de junio: día del Sagrado Corazón de Jesús

Mañana 7 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el santuario del Cerrode los Ángeles estará de fiesta. Por la mañana, habrá misas a las 7, 8, 9, 11, 12 y 13 h.

La misa de las 10 h. será presidida por monseñor Joaquín López de Andújar, obispo auxiliarde Getafe. Por la tarde, hay misas a las 16, 17, 18 y 19 h.

A las 20:30 h., monseñor Francisco José Pérez y Fernández-Golfín, obispo de la diócesis,presidirá la solemne concelebración de la Eucaristía en la explanada del santuario.

Con motivo de la fiesta del Sagrado Corazón, este sábado 8 de junio, a las 20 h., en la ca-tedral de la Almudena, de Madrid, se celebrará un acto de Reparación y Desagravio a los Sa-grados Corazones de Jesús y María, organizado por la asociación Mensajeros de los Co-razones de Jesús y María. Comenzará con el rezo del Rosario, meditado; a continuación, laEucaristía, y al concluir habrá unos minutos de adoración al Santísimo expuesto.

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Pocas veces ha estado tan presente el nombre deDios en los titulares de los medios de comu-nicación social y en las discusiones de la opi-

nión pública como en el tiempo transcurrido desdeel 11 de septiembre del año pasado hasta el día dehoy. Se le ha intentado manipular –en versión nue-va y terrible de la blasfemia– para acciones terro-ristas; se ha tratado de desacreditarlo bajo el pre-texto de ese mal uso, y de una supuesta proclividada poder ser utilizado como origen de guerras y con-flictos, para pasar sin solución de continuidad a ne-garlo y a rechazarlo, al menos como instancia de vi-da y moral públicas, en unos términos que recorda-ban también las viejas expresiones de la blasfemiaclásica.

Pero también, por el contrario, ha vuelto a ser in-vocado con nuevo fervor y como la fuente de la ins-piración más honda y auténtica para la renovaciónmoral de la sociedad y de las personas, y como elúltimo apoyo del consuelo y de la esperanza huma-nos. A muchos cristianos les salía del alma, en estascircunstancias, la contestación de Pedro a Jesús,cuando éste, ante el rechazo de muchos de los suyospor su discurso sobre su carne y sangre como ver-dadera comida y verdadera bebida, le pregunta sitambién ellos, los doce, le van abandonar: «¿A dón-de iremos, Señor, si sólo Tú tienes palabras de vidaeterna?»

Lo que resulta muy urgente en esta coyunturahistórica es no negarse a la verdad de Dios, la que Élmismo nos ofrece a través de su Palabra: la que sepuede leer en el libro de la creación y la que Él mis-mo nos ha hablado a través de la historia de la sal-vación, y que ha culminado en Jesucristo, su mis-ma y eterna Palabra, el Hijo Unigénito, el Logos Di-vino, cuando toma carne en el seno de la Virgen Ma-ría por obra y gracia del Espíritu Santo, y en la queDios nos habló todo. Precisamente acabamos de ce-lebrar en la Iglesia el Misterio de la Santísima Tri-nidad; la Iglesia profesa y proclama su fe en Dios quees Padre, Hijo y Espíritu Santo, anunciando al mun-do y a todo hombre de buena voluntad que Dios senos ha revelado en lo más íntimo de su ser y que haquerido habitar entre nosotros, lleno de gracia y deverdad.

Los contemplativos

Se puede conocer al Dios verdadero, por tanto, sise va a su encuentro, si se le abre el alma, se le siguey se permanece con Él, como lo hicieron los prime-ros discípulos con Jesús: Fueron y se quedaron conÉl, nos cuenta san Juan. En la vocación contempla-tiva de tantos hermanos y hermanas nuestras, quese observa ya en los discípulos desde el principiode la amistad entablada con Él, antes de su Pascua y,sobre todo, desde su glorificación al cielo y el envíodel Espíritu Santo, encontramos el modelo insupe-rable del camino que lleva al conocimiento y al tra-to íntimo con Dios; a vivir en su Amor, de su Amory para su Amor: el Amor crucificado, que redime,salva y transforma el corazón de los hombres. Entodas las diócesis de España hemos traído a los con-

templativos a nuestra memoria agradecida. Repre-sentan la fórmula más callada, aunque sin duda lamás excelente, del testimonio del Amor que DiosPadre ha derramado en el mundo por el misteriopascual de su Hijo y por la efusión del Espíritu San-to a través de la Iglesia.

En María, su Modelo y Madre –su Tipo, como seviene diciendo desde los primeros tiempos de la eracristiana, en el mejor lenguaje de los que fueron susmás grandes maestros de teología y de espirituali-dad–, se ha realizado plena y fecundamente para

nosotros, los llamados y destinados a ser hijos deDios, esa vocación contemplativa, de tal modo quecon Ella, por su mediación intercesora, mirándolay acogiéndonos a su amor maternal, podamos con-tribuir con nuestra respuesta fielmente creyente aque la Humanidad contemporánea, especialmentesus generaciones más jóvenes, puedan descubrir enla Iglesia el gran Signo o Sacramento de Jesucristoy la Palabra del Evangelio.

A María, la que invocamos en Madrid como Vir-gen de la Almudena, le pedimos con especial fer-vor por los frutos de gracia y santidad que confiamosobtener del Sínodo Diocesano que comienza la an-dadura de su preparación con la constitución de losgrupos de reflexión y de oración, sintonizando conla liturgia de la Iglesia en su adoración y alabanza ala Trinidad Santísima. La cercanía de la Madre delSeñor, la que nos precede en la peregrinación de laFe, será nuestra guía, nuestra fuerza y nuestro gozoen el camino emprendido.

+Antonio Mª Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 6-VI-2002 13

La voz del cardenal arzobispo

Esa nueva y terribleblasfemia

Conocer la verdad de Dios: una urgencia para nuestro tiempo es el título de la exhortación pastoral, de nuestro cardenal arzobispocon ocasión de la Jornada de los contemplativos, celebrada en la reciente fiesta de la Santísima Trinidad. Dice en ella

Vista de Manhattan, tras el atentado del 11 de septiembre.

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Tanto Leibniz como Heideggerse han preguntado una cuestiónde alta relevancia, a saber:

«¿Por qué el ente y no, más bien, lanada?» Dicha pregunta se podría re-plantear con otras categorías como:¿por qué existir y no, más bien, noexistir?; o, ¿por qué vivir y no, másbien, no haber vivido nunca? Se tra-ta, pues, en todos los casos, de unacuestión vieja, ya que se podría tra-ducir por: ¿cuál es el sentido de mi vi-da?; o mejor, ¿por qué mi vida debetener un sentido?

Cuando Aristóteles decía que «elfin está en el principio», está dando laclave a la interrogación por el senti-do de la vida. Que el fin está en elprincipio no es meramente un juegode palabras. Aristóteles iba a más. Só-lo viviendo bien el presente, necesa-riamente mi verdadero fin se podráver realizado. Sólo si voy haciéndo-me cargo cada instante de mi ser, demi situación vital, entonces veré des-pués el sentido, el significado, el fin.Por tanto, la pregunta clave no es: ¿quésentido tiene mi vida? Sino: ¿qué hehecho o estoy haciendo para que mivida tenga o no sentido? Este matizno es trivial, pues la respuesta por elsentido de la vida, de mi vida, está porhacer, porque mi fin, mi sentido lo voyforjando en mi existir-con, en mi coe-xistencia.

No se trata tanto de descubrir ybuscar el sentido, sino, más bien, dedarlo. Dar sentido a mi existencia esdar una respuesta a la vida. La dife-rencia es casi esencial. Cuando se bus-ca algo es porque ese algo está es-condido, oculto. El descubrimientoes el desvelo de lo oculto. Ésta es lapostura de Heidegger, quien piensaque el ser ha estado oculto a causa delolvido. Dar sentido, en cambio, es po-ner un orden en las cosas, es poner unfin en el obrar, en las acciones quevan configurando mi coexistencia, mivida.

«¿Qué es la alegría, o qué significaestar alegre? –escribe Kierkegaard–.Pues es estar en la realidad presentede uno mismo, y este estar-en-reali-dad-presente-de-uno-mismo equivalea existir hoy, a existir de verdad para eldía de hoy». Sólo dando sentido hoy yahora podrá tener mi vida un Sentido.¿Cómo doy sentido a mi obrar, a miforma de vivir-con? La respuesta a es-ta pregunta no es fácil; es en esto pre-cisamente en lo que versa la ética. Pa-ra llegar a ser médico es necesario ha-cer la carrera de medicina, de lo con-trario sería una atrocidad realizar unaoperación (obra) sin los conocimientosprevios. Podemos decir que el senti-do de la carrera de medicina es evi-dente. Una vez hecha la carrera, elMIR, etc., el médico ya está en aptitudpara curar, prevenir o mejorar la sa-

lud del paciente, que es el fin mismode la medicina. Si un médico quita elfin propio de la medicina y pone cual-quier otro en su obrar (ganar dinero,torturar, ganar prestigio incondicio-nalmente, etc.), entonces ha dado unsentido, aunque el sentido no es el ade-cuado. No cabe el sinsentido, la sin-razón, porque cuando se pierde el sen-tido adecuado nace otro, inadecuado.Pues bien, sólo colma, sólo nos hacefeliz el sentido adecuado, que es, alfin y al cabo, el verdadero. Un sentidoque no corresponde a la naturaleza deuna acción no puede hacer feliz al su-jeto agente de esa acción, porque no esun sentido verdadero.

El don de la libertad

Es evidente que en la naturaleza lascosas siguen un cierto orden, el dina-mismo del mundo de la naturaleza co-rresponde con las leyes que ha puestoel Legislador. Se trata de leyes que ri-gen comportamientos muy distintos,y son diferentes precisamente porqueel mundo es reinante de una magnífi-ca pluralidad de seres. De esta simpleobservación se sigue que lo naturalcontiene ya sus leyes. El lirio y el pá-jaro se comportan conforme a esasnormas sin ningún problema ni pre-ocupación, se trata de vidas naturales.Pero resulta que hay otro tipo de vidaque, además de seguir las leyes de lanaturaleza, posee otro tipo de com-portamiento, puede ir en contra, in-

cluso, de esas leyes. Se trata de la vi-da del hombre, en la que precisamen-te una de sus leyes, de su modo de serya dado, es el ser libre. Esto induce apensar que no sólo existe el ámbito delo natural, sino que debe existir otroque vaya más allá y que, desde siglos,se le ha llamado el ámbito de lo so-brenatural. Pues bien, dar sentido tie-ne que ver con el ámbito de lo sobre-natural. Dar sentido es asumir lo na-tural pero, a la vez, es trascenderlo.No se trata de que lo natural y lo so-brenatural vayan aislados, sino quese complementan; por eso lo bello go-za de una unidad en el conjunto, delser en su plenitud.

Este ámbito de lo sobrenaturalaporta en el hombre la capacidad deinvención. Y aquello que inventa eslo artificial. Lo artificial, dada su na-turaleza ambigua, posee dos compor-tamientos que no se contraponen, dosnormas, a saber: las de la naturaleza ylas que el artífice ha puesto en lo in-ventado. Por eso, un libro de novela,además de estar sometido a la ley de lagravedad, a tener volumen, peso y ma-sa, a tener un determinado color, etc.,nos cuenta una historia, nos dice al-go, algo que de suyo no está en la na-turaleza del libro. Ese algo que de su-yo no está en las cosas (tanto natura-les como artificiales) es precisamentelo sobrenatural.

Cuando de una rama de un árbolelaboramos una flecha, o leña, no lehemos quitado el sentido que tenía

antes de coger la rama, sino que, gra-cias a esa capacidad de invención, lehemos otorgado otro sentido. El hom-bre es un ser que vive dando conti-nuamente sentido a las cosas y a to-dos los seres. Pero en el plano de lamoralidad, de las acciones del ser hu-mano, también nos encontramos conun problema, a saber, el de dar senti-do a nuestra coexistencia. Dar senti-do es poner un sentido mayor al sen-tido primigenio. Así, el cuerpo pide,en su sentido primigenio, sentir pla-cer. Esto es lo natural. Nuestra coe-xistencia, nuestro vivir-con implicamuchas veces satisfacer al otro, y, pa-ra ello, también muchas veces esoimplica prescindir del placer, pres-cindir de las leyes del cuerpo, pres-cindir (trascendiéndolo) de lo natu-ral. Si mi cuerpo (lo natural) me pi-de regocijarme ante la belleza de unaflor (un placer visual), en esa acciónpuramente contemplativa no otorgosentido, pero cuando mi coexisten-cia me llama, doy un sentido mayor(sobrenatural) al cortarla para que ladisfrute otra persona a quien amo.Por ello, podemos también decir quemi coexistencia fundamenta la mo-ralidad de una acción, es decir, quela moralidad o es pública o no puedeser moral. Frente al reclamo de lo na-tural se levanta la exigencia de lo so-brenatural.

Alberto Sánchez León

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 6-VI-2002

Una respuesta a la vidaEn este artículo, el autor, profesor de Filosofía, aborda la cuestión del sentido, de la exigencia humana de dar sentido a la vida

Page 15: No sé qué me pasa - Alfa y Omega

De vuelta de Roma, monseñor, ¿qué con-clusiones trae de esta Asamblea en la queha podido trabajar junto a 115 Directores

Nacionales de todo el mundo?Lo más importante ha sido poder compartir las

alegrías y los dolores que sufre la Humanidad envarios lugares del mundo. Posteriormente, hemosvisto que la acción misionera, en la Iglesia, se realizadesde la unidad que Jesucristo pide al Padre: «Quesean uno para que el mundo crea». De ahí que seestén revisando los Estatutos de las Obras Misiona-les Pontificias, que nos preocupemos de ayudar alas Iglesias pobres y que se fortalezca la solidari-dad con ellas desde nuestras comunidades cristia-nas. Y todo eso desde un amor incondicional a Je-sucristo. Aquí es donde se oye lo que Él dijo: «Sinmí, no podéis hacer nada».

En su mensaje a la Asamblea, el Papa recor-dó a los Directores que «es necesario que, en losdiferentes niveles de responsabilidad, todos enla Iglesia sean educados a cooperar juntos en lamisión misma de Cristo». ¿Cómo se concreta es-te compromiso en la animación misionera de laIglesia? ¿Se nos olvida, a veces, que todos debe-mos ser misioneros, y que no es algo exclusivode los que se van lejos para anunciar el Evange-lio?

La primera misión es ayudar al ser humano paraque se adhiera a la gracia de Jesucristo, y en Él en-cuentre al único Salvador. Él mismo nos lo dice: «Pa-ra eso he venido, para que tengáis vida y vida enabundancia». Cristo ha venido para que un día en-tremos a participar totalmente de su Vida y su Cielo.

Quienes tienen puesta la mirada en el Rostro deCristo no pueden rechazar el rostro humano, deahí que el misionero conjuga estos dos rostros:se entrega a Dios por medio del ser humano y alhombre en nombre de Dios.

Todos somos misioneros desde el momento enque hemos recibido el Bautismo. Pero hay algunosque entregan su vida por esa causa con una entregatotal, hasta la muerte si es preciso. Sienten en el co-razón las palabras de Jesucristo: «Nadie tiene mayoramor que el que entrega su vida por los demás».

El Santo Padre dejó claro, además, que «la ac-tividad misionera no puede reducirse nunca a lasimple promoción humana, a la ayuda de los po-bres, y a la liberación de los oprimidos, y que elauténtico misionero es el santo, y que el mundo es-pera misioneros santos». ¿Es fácil anunciar elEvangelio cuando el misionero se ve rodeado depobreza y desolación, y con tantas cosas prácticaspor hacer?

La promoción del ser humano no solamente esla parte material, sino sobre todo la santidad, es de-cir, ser perfectos en el amor a Dios y al prójimo.Muchas veces nos podemos dejar atrapar o por ma-terialismos o por espiritualismos. Quien ama a Dios,ama verdaderamente al ser humano; busca estar engracia de Dios y ser solidario con los problemas delhombre. Un misionero santo da todo por Dios en elamor al prójimo. El Evangelio se anuncia cuandobuscamos la salvación en Jesucristo, y nos hacemospobres de espíritu y de cartera. La santidad conjugamuy bien esta dinámica evangelizadora. Y quienmejor la ha vivido y nos la enseña es Jesucristo.

Sin duda, en un encuentro internacional co-mo éste, se vive la universalidad de la Iglesia.¿Qué necesidades han puesto sobre la mesa sushermanos Directores de los países más pobres?

La pobreza es abundante, de tal forma que mu-chos proyectos no se van a poder cubrir por falta derecursos económicos. Me duele mucho que tántos seencuentren sin poder cubrir todas las necesidades. Seha tratado de repartir, con justicia equitativa, perocada vez nos superan más los ámbitos de pobreza, yde modo especial en África, donde las guerras y lasenfermedades aumentan. De todas formas, se trata dehacer la distribución lo más justa posible. En el úl-timo ejercicio, del año 2001, los españoles han co-laborado con tres mil sesenta millones de pesetas, un2% más que el año anterior. Espero que la genero-sidad de los españoles siga aumentando. En nom-bre del Papa se lo agradezco.

El cardenal Sepe, Prefecto de la Congregaciónpara la Evangelización de los pueblos, en su dis-curso de apertura de la Asamblea, declaró que«es urgente proyectarse hacia el futuro». ¿Cómose va a llevar a cabo esta apertura hacia el futu-ro en la misión?

Concienciando a los cristianos de la labor misio-nera que el mundo necesita, y de modo especial a loscatólicos. Mirar el futuro con esperanza y con ilusiónevangélica. No quedándonos parados, sino realizan-do lo mejor posible nuestra labor o trabajo de cadadía según el proyecto que Dios tiene sobre nosotros.

¿Qué le dijo el Papa?Cuando el cardenal Sepe me presentó al Santo

Padre, le dijo que España estaba siendo un ejemplode labor misionera y de solidaridad con las ObrasMisionales Pontificias. Elogió la labor que estábamosrealizando. El Papa me miró, me dio las gracias, mesonrió y me bendijo. Este agradecimiento, por tan-to, se extiende a todos los españoles.

¿Cómo está el Papa?El Papa físicamente está bajando y se nota el can-

sancio del trabajo y de los años. Interiormente estálleno de fortaleza. Vemos la parte externa. Comome decía el cardenal Somalo, «¿quién ve su inte-rior?» De esto se habla poco. Es un hombre que tie-ne plena confianza en Jesucristo, pasión por la Igle-sia y amor al ser humano; es lo único que le impul-sa a seguir adelante. Es un ejemplo de entrega yamor a Dios, a la Iglesia y a la Humanidad.

Aquí y ahora Alfa y Omega 6-VI-2002 13

Entrevista con monseñor Francisco Pérez, obispo de Osma-Soria y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias

«Los españoles son cada vezmás solidarios»

Monseñor Francisco Pérez, obispo de Osma-Soria y Director Nacional de las ObrasMisionales Pontificias, acaba de regresar de Roma, donde ha participado en laAsamblea mundial de las Obras Misionales Pontificias. En esta Asamblea anual, 115Directores Nacionales de todo el mundo han estudiado temas sobre la animación y lapastoral misionera, y han puesto en común las ayudas que se han de realizar este año,en las Iglesias y lugares más pobres, con la recaudación económica alcanzada. El Papa Juan Pablo II recibió a todos los Directores y les dirigió un discurso, en el queresaltó la gran labor que está haciendo la Iglesia a favor de los países más pobres. A continuación, les saludó personalmente a cada uno

Momento en el que el Papa Juan Pablo II saluda a monseñor Francisco Pérez, después de que éste pronunciara su discurso enla Asamblea anual de las Obras Misionales Pontificias

Page 16: No sé qué me pasa - Alfa y Omega

Nacida en Roma el 15 de diciembre de 1930, murió pocos años después,el 3 de julio de 1937. Estas asombrosas cartas fueron publicadas porprimera vez en 1951. No había cumplido todavía cinco años cuando sus

padres notaron un hinchazón en la rodilla izquierda. Después de algunos diag-nósticos y tratamientos equivocados, la sentencia: osteosarcoma. El 25 de abrilde 1936 le fue amputada la pierna. Superado el primerperíodo duro, a pesar de la in-tervención y las dificultadesprovocadas por el aparto or-topédico, Antonietta continúasu vida de siempre: los juegos,la escuela. Sus padres, mien-tras tanto, toman la decisión deadelantar la fecha de su PrimeraComunión; así, por la tarde, lamadre comenzó a darle un pocode catecismo.

Desde entonces, Antoniettaempieza, primero, a dictar a sumadre y, después, a escribir suscartitas que, cada tarde, pondrábajo una imagen del Niño Jesús alos pies de su cama, «para que Élde noche viniese a leerlas».

«Por la tarde, a menudo, des-pués de haber dicho la oración alÁngel custodio –cuenta su ma-dre–, la niña coge la costumbre dedictarme poesías –como las lla-maba ella–, primero para mí, des-pués para papá, su hermana, y des-pués para Jesús y la Virgencita».

La primera carta es del 15 deseptiembre de 1936. Aunque estasprimeras cartas son expresiones sim-ples de afecto, hay algo no tan co-mún para una niña de cinco años:«¡Jesús amoroso, te dono mi cora-zón; Jesús, dame almas!» (c. 2);«¡Querido Jesús, dame almas! ¡Te lopido con mucho gusto, y Tú dame mu-chas, muchas! ¡Te lo pido para que Túlas hagas ser buenas! (...), porque yoquisiera que fuesen todas al Paraísocontigo» (c. 63); «Haré sacrificios pa-ra salvar muchas almas»; «Querido Je-sús Eucaristía, yo hoy Te vuelvo a ofre-cer mi sacrificio de la pierna; Te doygracias porque nos has dado la fuerzade soportar con paciencia nuestra cruz»(c. 159).

Desde que Nennolina aprende a usarel bolígrafo, empieza a firmar sus poe-sías. Antonietta se dirige a Jesús con tier-na familiariedad. Sus cartitas terminan siempre con abrazos, caricias y besos asus destinatarios celestes. De esta tierna confianza son testigo también las mon-jas, cuando no pocas veces han visto a la niña, antes de salir de la iglesia, acer-carse al tabernáculo y exclamar: «¡Jesús, ven a jugar conmigo!» Lo escribirá tam-bién en sus cartitas, deseando tenerlo siempre cercano: «Querido niño Jesús,ven a la escuela conmigo» (c. 24).

En los dos meses que la separan de la noche de Navidad, sus cartitas expre-san todo su amor por Jesús y el ardiente deseo de recibirlo en su corazón.

A Jesús, Antonietta dirigirá 112 cartas. A Jesús siempre le pedirá la ayuda de

Su gracia: «Querido Jesús, yo me quiero abandonar en Tus manos» (c. 151); ytambién gracias para los que tiene alrededor: «Te confío especialmente aquel pe-cador que Tú sabes, y que es tan mayor, y también, querido Jesús, aquel que

está en el hospital de San Juan» (c. 128). En1936, la pequeña, ofreciendo su sufrimiento,escribía: «Querido Dios Padre, haz que seconviertan miles y miles de pecadores» (c.70).

El 19 de mayo de 1937, Antonietta reci-be la Confirmación. Son los últimos mesesde su vida. «Se veía que sufría –dice la ma-dre–, pero a todos nos decía siempre: Estoybien». Rezaba sus pequeñas oraciones de lamañana y de la tarde. Pidió después queun sacerdote le llevase la comunión. Lashoras de después de la comunión eransiempre apacibles.

La última carta fue del 2 de enero de1937 dirigida a Jesús crucificado. Seráesta carta la que acabe en manos de PíoXI: «Querido Jesús crucificado, yo Tequiero mucho y Te amo mucho. Quieroestar en el Calvario contigo. Querido Je-sús, dile a Dios Padre que también loamo mucho a Él. Querido Jesús, damela fuerza necesaria para soportar los do-lores que te ofrezco por los pecadores».

Un delegado, enviado personalmen-te por el Santo Padre Pío XI, fue a lle-var a la niña la Bendición Apostólica.Su situación se agrava el 12 de junio.Un día le dijo a la madre: «Mamá, enla clínica estaré algo menos de diezdías». La madre no podía saber que,en aquel momento, Antonietta le ha-bía predicho exactamente el día y lahora en que moriría. Pese a que lametástasis iba devastando su peque-ño cuerpo, todos –en el procesoabierto de su causa–, darán testi-monio de lo desconcertante de suextraordinaria serenidad. Según eldoctor, «los dolores eran atroces».Su madre le dijo: «Antonietta, ben-dice a tu mamá». Haciendo un es-fuerzo –dice su madre–, «me hizoen la frente una cruz con la ma-no».

La primera vez que le propu-sieron recibir el sacramento de laSanta Unción, rechazó recibirlo

entonces. Pero cuando le dijeron que«el santo aceite aumenta la gracia», respondió: «Sí, lo quiero». Res-

pondió tranquila a todas las oraciones, recitó el acto de contricción, beso con ter-nura el crucifijo. Todo se desarrolló con sencillez y paz.

La mañana del 3 de julio de 1937, su padre se le acercó para ponerle bien laalmohada, cuando Antonietta le susurró: «Dios..., mamá, papá». El día despuésfue llevada en medio de una multitud conmovida a la basílica de la Santa Cruzde Jerusalén. En esta basílica de las reliquias de la Pasión de Jesús, fue donde,apenas seis años antes, había sido bautizada, el 28 de diciembre de 1930. El díade los Santos Inocentes. En Nennolina resalta con evidencia la palabra del após-tol Pablo en su carta a los Romanos: «Así, pues, no depende eso del querer o delesforzarse de cada uno, sino de que Dios tenga misericordia».

TestimonioAlfa y Omega14 6-VI-2002

Asombrosas cartas de una niña que murió a los seis años y medio

Las cartas de Nennolina«Pero Tú ayúdame, que sin tu ayuda no puedo hacer nada»; «Tú ayúdame con tu gracia, ayúdame Tú, que sin tu gracia nada puedo

hacer»; «Te pido, Jesús bueno, consérvame siempre la gracia del alma». Son palabras de Antonietta Meo en sus cartas de niñaa su querido Jesús. Las cartas de Nennolina –diminutivo cariñoso de su nombre– son sencillas cartas escritas, o también dictadas

a quien mejor que ella era capaz de escribir, de una niña de seis años. El testimonio infantil, y al mismo tiempo heroico, de Nennolina,como se transparenta en sus cartas, remite sobre todo al misterio de la predilección del Señor. Stefania Falasca acaba de recogerlas

en su libro Le lettere di Nennolina, de ediciones San Paolo, de cuya presentación ofrecemos lo esencial:

Page 17: No sé qué me pasa - Alfa y Omega

El Día del Señor Alfa y Omega 6-VI-2002 15

Después de estos dos domingos pasados en los que hemos celebrado,ya dentro del Tiempo Ordinario, las solemnidades de la Santísima Tri-nidad y del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo respectivamente, ce-

lebramos hoy el décimo domingo del Tiempo Ordinario. El Tiempo Ordinariodel año litúrgico comprende treinta y cuatro semanas y se divide en dos etapas,una antes del Ciclo Pascual, la segunda después de terminado éste. En el año2002 la primera etapa la hemos celebrado desde el 14 de enero hasta el 12 defebrero pasados; la segunda etapa va desde el 20 de mayo hasta el 30 de no-viembre y abarca veinte y siente semanas. En este Tiempo se procura profun-dizar en el sentido conjunto de la historia de la salvación, sobre todo a travésde una meditación continuada, fundamentalmente cronológica, del mensaje bí-blico en su desarrollo progresivo. Los ejes fundamentales de este Tiempo sonlos domingos.

El evangelio de este domingo nos narra la vocación de san Mateo y la comi-da que en su casa celebran Jesús y sus discípulos con los publicanos y algunospecadores, a raíz de la cual los fariseos se dirigen escandalizados a los discípu-los para cuestionar el estilo de vida de Jesús y los suyos. El relato de la vocaciónde Mateo tiene muchas semejanzas con el de la llamada de los primeros discí-pulos. Hay, sin embargo, en él dos detalles significativos. En primer lugar, el he-cho de que Jesús llame a un recaudador de impuestos para formar parte de sus dis-cípulos es algo extraño, dado que los recaudadores de impuestos de la Admi-nistración romana eran considerados por los judíos como ladrones y colabora-cionistas, y como tales estaban excluidos de la vida social y religiosa. En segundo

lugar, el evangelista, a diferencia de Marcos y Lucas en los pasajes paralelos, daal nuevo discípulo el nombre de Mateo.

La controversia que entablan los fariseos con los discípulos ha de entender-se desde el significado que tenían las comidas y el ayuno en el judaísmo. Lafrecuencia con que se sentaba Jesús a la mesa de los recaudadores de impuestosy pecadores le había acarreado mala fama entre los fariseos y entre los repre-sentantes del judaísmo legal. Sin embargo, en el comportamiento de Jesús estascomidas expresaban la misericordia y la cercanía de Dios hacia los más alejados.Así es como Jesús convierte a los pecadores y sana a los enfermos, «según la doc-trina de la salvación, sin hipocresía ni acepción de personas» (san Ireneo). Es enel contexto expresado en el que Mateo introduce la cita de Oseas: «Misericordiaquiero y no sacrificios». Esta cita es fundamental para el evangelista. Debe en-tenderse en sentido cristológico; sólo secundariamente tiene sentido parenéticoo exhortativo, y aclara la conducta de Jesús con los publicanos y los pecadoresa la luz del Antiguo Testamento. Pone de manifiesto toda la historia de Jesús: dela conducta de Jesús nace la misericordia con los pecadores, los enfermos y lospaganos. Sólo después de la dimensión cristológica viene la dimensión pare-nética: Jesús quiere la misericordia, tal como lo había propuesto anteriormenteen las bienaventuranzas. Por eso la misión de Jesús, que es también la misión dela Iglesia, consiste en llamar a los pecadores para que se conviertan.

+ Luis Quinteiro FiuzaObispo auxiliar de Santiago de Compostela

X Domingo del tiempo ordinario

La vocación de MateoEvangelio

En aquel tiempo vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado almostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y

lo siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanosy pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípu-los.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es quevuestro maestro come con publicanos y pecadores?»

Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sinolos enfermos. Andad, aprended lo que significa misericordia quiero yno sacrificios: que no he venido a llamar a los justos, sino a los peca-dores».

Es de suma importancia, sobre todo en una sociedad pluralística, tener un recto concepto de las rela-ciones entre la comunidad política y la Iglesia y distinguir netamente entre la acción que los cristianos,

aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos de acuerdo con su concien-cia cristiana, y la acción que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunión con sus pastores. La Iglesia,que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad po-lítica ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente dela persona humana. La comunidad política y la Iglesia son independientes, cada una en su propio terre-no. Ambas, sin embargo, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social delhombre. Este servicio lo realizarán con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto mejor cultiven am-bas entre sí una sana cooperación habida cuenta de las circunstancias de lugar y tiempo. El hombre nose limita al solo horizonte temporal, sino que, sujeto de la historia humana, mantiene íntegramente su vo-cación eterna. La Iglesia, por su parte, fundada en el amor del Redentor, contribuye a difundir cada vez másel reino de la justicia y de la caridad en el seno de cada nación y entre las naciones. Predicando la verdadevangélica e iluminando todos los sectores de la acción humana con su doctrina y con el testimonio de loscristianos, respeta y promueve también la libertad y la responsabilidad políticas del ciudadano. Es dejusticia que pueda la Iglesia, en todo momento y en todas partes, predicar la fe con auténtica libertad, en-señar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, inclu-so sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la perso-na o la salvación de las almas, utilizando todos y sólo aquellos medios conformes al Evangelio y al biende todos, según la diversidad de tiempos y de situaciones. Con su fiel adhesión al Evangelio y el ejerciciode su misión en el mundo, la Iglesia, cuya misión es fomentar y elevar cuanto de verdadero, bueno y be-llo hay en la comunidad humana, consolida la paz en la Humanidad para gloria de Dios.

Constitución Gaudium et spes, 76

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Vocación de san Mateo. Caravaggio. Iglesia de San Luis de los Franceses. Roma

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Carmen Ma-ría Imbert

entro de una sa-la circular, en-moquetada ycon la luz pen-sada para lasmuestras, el

madrileño Museo del Prado presentaesta colección de estudios pictóricosen un ambiente de lujo. De lujo sontambién los propios dibujos a lápiz ytinta, que provienen de importantesautores europeos. Está dividida en cin-co secciones: dos dedicadas a la es-cuela italiana, una a la escuela del nor-te de Europa, otra a la escuela france-sa y una última sección dedicada a di-bujos de artistas portugueses.

La obra que destaca por su firma esla Muchacha lavando los pies a un ni-ño: Estudio separado de las nalgas delniño. Un pequeño dibujo de Leonardoda Vinci de los más vivos y más hu-manos. Olvidado durante muchos años,se dedujo por los años 70, después desu estudio y observación, a qué autorpertenecía. Un hallazgo de Philip Poun-

RaícesAlfa y Omega16 6-VI-2002

Muchacha lavando los pies a un niño.Leonardo da Vinci. Facultad de Bellas Artes, Universidad de Oporto

La Virgen con el Niño en la Gloria con ángelesCaravaggio. Facultad de Bellas

Cristo es clavado en la cruz. Luca Cambiaso. Facultad de Bellas Artes, Universidad de OportoLa Anunciación. Hans Holbein el Viejo. Museo Calouste Gulbenkian, Lisboa

Primero a lápizLos grandes pintores, antesde tomar el pincel, diseñabany estudiaban los gestos yfiguras a lápiz. Hasta el 21de julio de 2002, el Museo delPrado, de Madrid, en su Salade dibujos, muestra en cincosecciones una exposición de78 dibujos procedentes decolecciones portuguesas, conlas firmas de Leonardo,Durero, Van Dyck, Watteauy otros. Es curioso, y muydidáctico, observar losprimeros trazos de plumilla ylápiz, una y otra vez corregidas, queposteriormente dieron lugar a grandes obras

D

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Raíces Alfa y Omega 6-VI-2002 17

cey, del que manifiesta: «RaramenteLeonardo, con su obsesión por lo na-tural, nos da una escena doméstica tanencantadora como este delicioso estu-dio de una mujer lavando a su hijo».Se descubrió que pertenecía al pintoritaliano, entre otras cosas, por la ca-racterística del pintor de ser zurdo. Enel dibujo el sombreado ha sido realiza-do por un artista zurdo, puesto que elsombreado va de la parte inferior de-recha a la parte superior izquierda.

Sin que la muestra lo persiga, lamayoría de los dibujos expuestos res-

ponden a escenas del hecho cristiano,presentes siempre en el arte europeo.

En estas páginas vemos varios deellos, como La Virgen con el Niño enla Gloria con ángeles de Polidoro daCaravaggio. Se trata de un estudio pre-paratorio para el retablo de la Madona

delle Grazie –actualmente perdido–,de la iglesia dedicada a los pescadoresy pescaderos de la ciudad de Nápoles,actualmente derruida.

Otros dos dibujos representan a Je-sús en el Calvario. Uno de Luca Cam-biaso, que, con claro trazo en pluma

y tinta castaña sobre lápiz negro, setitula Cristo es clavado en la cruz. Yotro que, en realidad, es más comple-jo: Dos estudios para una composi-ción del «Camino del Calvario», estavez a pincel, en tinta castaño oscuro,obra de Gian Domenico Tiépolo.

Con un aspecto más acabado está elque, bajo el título La Anunciación, di-bujó Hans Holbein el Viejo, un dibu-jante de xilograbados, vidrieras, orfe-brería y escultura, conocido por suobra en el sur de Alemania durante losprimero años del siglo XVI. Pero unade las obras más acabadas en el Patosalvaje muerto, de Albrecht Dürer, co-nocido en España como Alberto Du-rero. A pluma y tinta negra, coloreado.En él se distingue la fascinación delautor por la belleza del plumaje delave, que traza meticulosamente.

Los dibujos, en conjunto, suponenuna colección interesante, por su enor-me calidad y por la coherencia con laque reflejan la evolución del arte eu-ropeo desde el Renacimiento hasta fi-nal del siglo XVIII.

en con el Niño en la Gloria con ángeles. Polidoro daggio. Facultad de Bellas Artes, Universidad de Oporto

Pato salvaje muerto. Alberto Durero. Museo Calouste Gulbenkian, Lisboa

ápiz

Dos estudios para una composición del «Camino del Calvario».Gian Domenico Tiépolo. Colección particular, Lisboa

Nacimiento de la Virgen. Pietro Vannucci, llamado Rafael. Museo Nacional de Arte Antiguo, Lisboa

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La crudeza y obscuridad del momento presen-te reclaman, además, de nosotros una pala-bra pública y explícita. Numerosos cristianos

la están demandando. Muchos ciudadanos la estánesperando. Conscientes de nuestra misión de pas-tores, queremos decirla, una vez más, con libertadevangélica y con voluntad conciliadora.

En una secuencia de enunciados iremos formu-lando los rasgos más preocupantes de nuestra situa-ción presente. En torno a cada uno de ellos, desgra-naremos de manera escueta la descripción necesaria,la valoración adecuada y algunas sugerencias ope-rativas.

Marcados por el desacuerdo y la incomunicación

Un año después de las elecciones del 13 de mayolos partidos políticos mantienen prácticamente in-tactos sus graves desacuerdos anteriores. No com-parten ni el análisis de la situación, ni la aprecia-ción de la naturaleza de los problemas en juego, ni elconcepto de paz que desean, ni las vías para ir ac-cediendo a ella. Nos parece que el desacuerdo polí-tico es, en gran medida, origen y fruto de una graveincomunicación. Una sociedad bastante bien aveni-da en muchos aspectos de su diaria convivencia, seencuentra, sin embargo, surcada por la incomuni-cación política. Asistimos en las últimas semanas aun repunte de iniciativas de concertación entre di-versas formaciones políticas. Pero son todavía se-ñales parciales e insuficientes. La comunicación enlos puntos candentes está, al día de la fecha, blo-queada. Una gran parte de la ciudadanía no acabade comprender que el vehículo de relación más so-corrido consista en un intercambio de mutuas cen-suras a través de los medios de comunicación so-cial.

La Iglesia aboga de manera neta y decidida por lacomunicación entre los diversos grupos políticos, através de un diálogo paciente que busca el acuerdo.«El diálogo se manifiesta siempre como instrumen-to insustituible, de toda confrontación constructiva,tanto en las relaciones internas de los Estados co-mo en las internacionales» (Juan Pablo II). Dialogarno equivale a claudicar. Precisamente por ser unarelación entre personas (no una pura confrontaciónde ideas o programas), lleva dentro de sí una diná-mica que, en medio de tensiones inevitables, pue-de aproximar efectivamente las posiciones de losinterlocutores. El diálogo es la avenida que condu-ce a la plaza mayor de la paz. Cerrarse al diálogoequivale a renunciar a la paz verdadera, que no con-siste en la victoria, sino en el acuerdo.

La paz es incompatible con el terrorismo

Muchos son los enemigos de la paz, que, conmucho realismo, es calificada como amplia justiciay reducida violencia. La durísima violencia de ETAno ofrece visos razonables de cancelarse próxima-mente. En comunicados recientes anuncian su pro-pósito de mantenerla. De hecho, su práctica subsis-te en varias de sus formas: asesinatos, extorsiones,amenazas...

Son muchos los motivos por los que reiteramosuna vez más que ETA debe desaparecer, con toda

su constelación de violencia. Viola gravemente elderecho a la vida, a la integridad física y a la segu-ridad personal. Al eliminar físicamente al adversa-rio político, socava los cimientos mismos del siste-ma democrático. Contraviene frontalmente la exi-gencia firme de la inmensa mayoría de los ciudada-nos. Destroza a numerosas familias. Provoca en susvíctimas potenciales el miedo insufrible y el sobre-salto continuo. Siembra en nuestra comunidad ladesmoralización y la desesperanza. Conduce a suspropios activistas a un callejón sin salida. Mancha laimagen pública de nuestra sociedad. Constituye, enfin, un fortísimo obstáculo para que los desacuer-dos políticos existentes en nuestra sociedad se plan-teen correctamente y se aborden serenamente.

La valoración moral del terrorismo de ETA hade ser, pues, gravemente negativa. Dicha valoraciónafecta en la debida proporción a todas aquellas per-sonas o grupos que colaboran con las acciones te-rroristas, las encubren o las defienden. Todas laspersonas y grupos sociales y políticos sin excepcióntenemos la obligación moral de definirnos netamentefrente a ETA.

Un desafío a la vida, a la libertad y al sistema democrático

Dentro del variado espectro de las víctimas po-tenciales de ETA, son últimamente los concejales delPP y del PSOE quienes se encuentran en el puntode mira de sus atentados. Tal fenómeno resulta par-ticularmente grave porque es un ataque directo a lademocracia. Ésta, por su misma naturaleza, postulaque todas las opciones políticas tengan sus propiosrepresentantes, libremente elegidos, que participenen la gestión de la comunidad política. Atentar con-tra un concejal por asumir y promover la opción po-lítica de sus votantes es, pues, asestar un rudo golpea la misma democracia. Conseguir por esta vía quealgunos partidos no lograran completar una listaelectoral mínima, poniendo de este modo en riesgola celebración misma de los comicios municipales,equivaldría a herirla gravemente. Esperamos que elapoyo de casi toda la sociedad, las medidas de se-guridad acordadas por los partidos y adoptadas porlas autoridades y el coraje cívico personal de loscandidatos disipe en su momento este sombrío temor.

Los ediles en riesgo grave son una porción de laabultada población amenazada. Son algunos mileslos ciudadanos que viven entre nosotros la zozobracontinua por la suerte de su vida, su integridad, su li-bertad. Todos tenemos que preguntarnos si somossuficientemente sensibles al drama que ellos y sus fa-milias padecen. Desde esta sensibilidad brotará ennosotros la necesidad de defenderlos, acompañar-los y protegerlos. Es un acto de justicia y solidaridad.Para los cristianos el cumplimiento de este oficio esun verdadero banco de prueba de la calidad de nues-tra fe.

No todo vale contra el terrorismo

La conciencia de la injusticia, de la inutilidad ydel peligro del terrorismo y el consiguiente rechazosocial a él se han vuelto más intensos en el mundo apartir del 11 de septiembre. Al mismo tiempo, hantraído consigo la tentación de descompensar el bi-nomio seguridad-derechos humanos, mediante un

acento mayor en el primer miembro de dicho bino-mio. El riesgo de sucumbir a esta tentación no esimaginario.

Siempre que la necesaria firmeza frente al terro-rismo se convierta en indebida dureza, estaremosdeslizándonos por esa pendiente. La sociedad tieneel derecho y el deber de defenderse frente al azote te-rrorista. Ha de utilizar en esta defensa todos los me-dios que sean a la vez moralmente lícitos y políti-camente correctos. En ningún caso debe traspasarel umbral de los derechos inviolables de las personas.

Ni siquiera los mayores malhechores pueden serobjeto, por ejemplo, de malos tratos y, menos toda-vía, de la aplicación de la tortura. El Concilio Vati-cano II es tajante en este punto (cf. Gaudium et spes,27). Legisladores, gobernantes, jueces y Fuerzas deSeguridad han de mantener en este punto un cuida-do siempre diligente. Resulta preocupante escucharvoces autorizadas de personas y organismos (Am-nistía Internacional, Gesto por la Paz) que aseguranque no siempre se respetan debidamente estos lími-tes que nunca deberían ser franqueados.

Gestionar el conflicto entre identidadesnacionales contrapuestascon miras a la paz

La pacificación de este país entraña, desde luego,la desaparición de ETA y el limpio esfuerzo con-certado para combatirla. Pero los problemas que espreciso resolver para alcanzar la paz no terminanahí. Para comprender y sortear las dificultades parala paz en nuestra tierra es preciso enfocar correcta-mente otra realidad que viene de lejos. Todos lossondeos revelan, con obstinada estabilidad, la coe-xistencia de identidades nacionales total o parcial-mente contrapuestas y a veces conflictivas. Unos sesienten sólo vascos; otros sólamente españoles; otrosmás vascos que españoles; otros más españoles quevascos; otros, en fin, igualmente vascos y españoles.

Todos son ciudadanos de pleno derecho en esta co-munidad, y deben ser respetados como tales. Estapluralidad conflictiva de identidades está reclaman-do el hallazgo de una fórmula de convivencia en laque cada uno de los grupos modere sus legítimas as-piraciones políticas en aras de una paz social que esun valor notablemente más precioso y necesario queel imposible cumplimiento de todas las aspiracionesde todos los grupos. «En la casa común hemos decaber, apretándonos, todos aquellos que, por la pa-labra o por los hechos, no se autoexcluyan de un pro-yecto compartido» (Votos para la paz, pp. 5-6). Novemos otro camino que respete las identidades y pre-pare la paz. El afecto por la casa común no puedeser impuesto. Surge de la comunicación confiada.Se alimenta del proyecto compartido y asumido vo-luntariamente. Se malogra cuando quiere imponersepor la fuerza ciega o por el puro imperio de la ley.

En nuestro Encuentro de Oración por la Paz, ce-lebrado en Armentia el 13 de enero de 2001, los obis-pos quisimos plasmar esta vieja convicción en el le-ma Entre todos paz para todos. Todos hemos de serartífices y beneficiarios de la paz que necesitamos yanhelamos. «Lejos de empecinarse en cualquier pro-yecto excluyente, este país necesita... un proyectointegrador. La paz verdadera y plena ha de tener laambición de acabar ganando para su causa incluso alos más recalcitrantes» (Votos para la paz, p. 6).

EspañaAlfa y Omega18 6-VI-2002

Carta pastoral de los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria

Preparar la pazÉste es el texto íntegro de la Carta pastoral firmada en Bilbao, San Sebastián y Vitoria, el 29 de mayo de 2002,

por Juan María, obispo de San Sebastián; Ricardo, obispo de Bilbao; Miguel, obispo de Vitoria; y Carmelo, obispo auxiliar de Bilbao

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España Alfa y Omega 6-VI-2002 19

Conocemos las graves dificultades de un pro-yecto así. Pero el mismo análisis del volumen y de lacomposición de cada una de las opciones nos reve-la que existe un núcleo muy mayoritario de ciuda-danos cuya sensibilidad no es excluyente, sino in-clusiva. En todos los partidos nos encontramos connumerosos votantes y afiliados, que, sin dejar de serfieles a sus opciones, desean ardientemente solu-ciones de concertación.

Es preciso gestionar con delicada sabiduría estapluralidad de identidades contrapuestas, para noconvertirla en guerra de identidades. Los Gobier-nos de Madrid y Vitoria, los partidos políticos y losmedios de comunicación social pueden, con sus pa-labras o sus acciones, atizar o desactivar el conflic-to. Algunas decisiones de gobierno, determinadasdeclaraciones de políticos, ciertas intervenciones enmedios de comunicación social favorecen más laradicalización que la concertación.

Valor y relatividad de las diferentes fórmulas políticas

Las fórmulas políticas que el pueblo ha aproba-do o asumido mayoritariamente tienen, sin duda,gran valor y deben constituir el eje vertebrador denuestra convivencia. No pueden ser suplantadas singraves razones de bien común. Sin embargo, si el va-lor superior de la paz postula que todos revisemos elpropio modelo para aceptar otro construido entretodos y para todos, es evidente que ninguno de esosmodelos tiene valor absoluto e intangible. Mientrasrespeten los derechos humanos y se implanten ymantengan dentro de cauces pacíficos y democráti-cos, la Iglesia no puede ni sancionarlos como exi-gencia ética ni excluirlos en nombre de ésta. En con-secuencia, ni la aspiración soberanista, ni la adhesióna un mayor o menor autogobierno, ni la preferen-cia por una integración más o menos estrecha en elEstado español son, en principio, para la Iglesia dog-mas políticos que requieran un asentimiento incon-dicionado. En este punto, el pensamiento social cris-tiano afirma como un derecho cívico la libertad desostener y promover por vías pacíficas cualquierade estas opciones.

Distinguir nacionalismo y terrorismo

Ateniéndonos estrictamente a nuestra misión deobispos, mantenemos una posición análoga res-pecto al debate sobre el nacionalismo. Ser nacio-nalista o no serlo no es ni moralmente obligatorio nimoralmente censurable. Es un asunto de convic-ciones, de historia familiar, de tradición cultural y desensibilidad personal. Cada una de las diversas sen-sibilidades existentes en nuestro país debe respe-tar la identidad de las demás, apreciar los valores queen ellas se encarnan, procurar un intercambio queconstituya un enriquecimiento mutuo y cultivar unaviva conciencia de pertenecer a un único puebloplural. Nadie ha de sentirse en nuestra tierra másciudadano que los demás por el hecho de poseerdeterminados rasgos culturales específicos, ni ha

de recelar de aquellos conciudadanos de otra tra-dición cultural diferente, considerándolos como ex-traños, y menos como enemigos. Nadie ha de su-bestimar las señas peculiares de este país, comoson, entre otras, la lengua y la cultura, ni alimentaren su espíritu la sospecha de que la connivencia conel terrorismo anida, al menos de manera latente, enel corazón de un nacionalista. Son numerosos los na-cionalistas que, aborreciendo de manera pública elterrorismo con las palabras y los hechos, se sien-ten justamente heridos cuando, de la boca de polí-ticos o comentaristas, se confunde frecuentementenacionalismo con terrorismo.

Un asunto candente y resbaladizo

El Gobierno español, apoyado por otras forma-ciones políticas, se ha propuesto firmemente la re-forma de la Ley de Partidos. A través de cualificadosrepresentantes ha expresado su deseo de disponerpronto de un instrumento legal que pueda permitir lailegalización de Batasuna por vía judicial. Las ra-zones que públicamente aduce para justificar tal ile-galización son fundamentalmente dos: no es justoque un partido vinculado a ETA goce de la cobertu-ra de la ley; la ilegalización debilitará el apoyo queBatasuna ofrece a ETA.

No nos incumbe valorar los aspectos técnicos deun proyecto legal que despierta adhesiones y críticasentre los expertos. Resultaría precipitada en estosmomentos una valoración moral ponderada de di-cho texto, aún no del todo fijado. Tampoco pode-mos prever todos los efectos de signo contrapuestoque podrían derivarse de su aprobación y eventualaplicación. Pero nos preocupan como pastores al-gunas consecuencias sombrías que prevemos comosólidamente probables y que, sean cuales fueren lasrelaciones existentes entre Batasuna y ETA, deberían ser evitadas. Tales consecuencias afectan anuestra convivencia y a la causa de la paz. Nuestraspreocupaciones no son sólo nuestras. Son compar-tidas por un porcentaje mayoritario de ciudadanos dediversas tendencias políticas, encomendados a nues-tro servicio pastoral.

La convivencia, ya gravemente alterada, ¿no su-friría acaso un deterioro mayor en nuestros pueblosy ciudades? Probablemente la división y la con-frontación cívica se agudizarían.

No vemos cómo un clima social así pueda afec-tar favorablemente a la seguridad de los más débiles:los amenazados. Más bien nos tememos que tal se-guridad se vuelva, lamentablemente, más precaria.No somos, ni mucho menos, los únicos que alber-gamos esta reserva cautelosa.

Optar por la paz

La paz es el objetivo prioritario de esta sociedad.A él deben subordinársele otros objetivos legítimose incluso saludables para nuestro país. Es, pues, ne-cesario optar por la paz.

Optar por la paz significa no manipularla, po-niéndola al servicio de otros intereses. Nadie debe ju-

gar con la paz ofreciéndola a cambio de un deter-minado modelo de país. Nadie debe retrasar la paz enaras de unos objetivos electorales más inmediatos. Atodo partido político se le pide hoy la grandeza deánimo necesaria para estar dispuesto incluso a men-guar, a fin de que pueda crecer la paz.

Optar por la paz comporta para cada una de lasopciones políticas una disposición a recortar miproyecto de país, para que pueda surgir en el inter-cambio nuestro proyecto compartido. Cada parti-do tiene derecho a mantener y defender sus pro-puestas, pero ha de someterlas en cada momentoal bien superior de la paz. Absolutizar el proyectopropio no es una manera de acercarnos a la paz; esun modo de alejarnos de ella. Optar por la paz sig-nifica apoyar efectivamente a los movimientos so-ciales que, anteponiéndola a las diferentes sensibi-lidades políticas existentes en su seno, procuranabrir caminos que un día, más o menos próximo,puedan disipar la larga y penosa pesadilla que es-tamos padeciendo en este pueblo. Optar por la pazlleva consigo ofrecer signos de distensión y de apro-ximación. Una política penitenciaria que permitie-ra a los presos cumplir su condena más cerca desus lugares de origen entrañaría, por ejemplo, ungesto de humanidad, sobre todo para sus padres y fa-miliares. Optar por la paz entraña educar para lapaz especialmente a las jóvenes generaciones, sus-citando en ellas el pensamiento crítico, la concien-cia ética, la sensibilidad por toda vida humana, elrespeto al diferente, el sentimiento de pertenencia aun mismo pueblo plural, el compromiso a favor dela reconciliación social. Optar por la paz lleva con-sigo para los creyentes orar incesantemente por ellamanifestando al Señor nuestras dificultades paraconseguirla y ofreciéndole nuestras manos paraconstruirla.

Conscientes de que nuestra misión pastoral en-traña un serio compromiso pacificador, los obisposde estas diócesis renovamos públicamente nuestrofirme propósito de alentar, desde nuestro puesto, es-tas líneas de trabajo. Pedimos especialmente a loscristianos las secunden con generosidad y las apli-quen con tenacidad.

Reavivar la esperanza

La esperanza de un pueblo es capital. No hay fu-turo mejor sin una esperanza firme y constante antelas dificultades. Cuando está viva es capaz de ex-traer de las mismas dificultades una energía mayor.Cuando está muy mermada produce abatimiento ypasividad.

La esperanza de este pueblo está debilitada por lacrudeza, la duración y la complejidad de los pro-blemas que le afligen. La Iglesia puede y debe con-tribuir a sostener esta esperanza histórica porque harecibido del Espíritu Santo un sedimento inagota-ble de esperanza escatológica que es capaz de en-cender las auténticas esperanzas históricas.

Nuestra Señora de la Esperanza, que es tambiénNuestra Señora de la Paz, sostenga nuestra espe-ranza y nos consiga la dicha de la paz.

Ante las reiteradas consultas dirigidas a la Con-ferencia Episcopal Española, por la Carta pas-

toral Preparar la paz, de los obispos de Bilbao, SanSebastián y Vitoria, la Oficina de Información, afecha de 31 de mayo, se siente en el deber de acla-rar los siguientes extremos:

Los obispos de las diócesis citadas han he-cho pública la mencionada carta pastoral bajo su

exclusiva responsabilidad como pastores de sus pro-pias Iglesias particulares.

La Secretaría General de la Conferencia Epis-copal Española no ha conocido el texto de la Cartapastoral hasta unos instantes antes de su difusiónpor los medios de comunicación social.

Ninguno de los órganos de la ConferenciaEpiscopal Española ha estimado necesario pro-

nunciarse sobre la Ley de partidos políticos, cuyaaprobación se está tramitando en el Congreso delos Diputados en el ejercicio de sus competenciasconstitucionales.

Por último, la Oficina de Información quiereponer de relieve la firme condena que hace el do-cumento del terrorismo de ETA, que no tiene justi-ficación alguna, ni moral, ni jurídica, ni política.

NOTA DE PRENSA DE LA OFICINA DE INFORMACIÓN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

Page 22: No sé qué me pasa - Alfa y Omega

Glorifica al Señor, Jerusalén,alaba a tu Dios, Sión», cantá-bamos con júbilo con el sal-

mista, después de la primera lecturadel libro del Deuteronomio. Nuestrasrazones para la alabanza jubilosa y pa-ra el cántico gozoso de la Gloria deDios son mucho más hondas y defi-nitivas que las que sentían los hijos deIsrael al rememorar la liberación dela esclavitud de Egipto. Las superanradicalmente. El Señor nos ha libera-do para siempre de lo que es raíz ycausa de toda esclavitud –el pecado–y de su inseparable y tremenda con-secuencia: la muerte –la temporal y laeterna–, en virtud del sacrificio delCuerpo y de la Sangre de su Hijo en laCruz, que se actualiza sacramental-mente en la Eucaristía, a lo largo detoda la geografía del mundo y por to-dos los tiempos hasta que Él vuelvaen Gloria y Majestad: «Cuando... de-vuelva a Dios Padre su reino, una vezaniquilado todo principado, poder yfuerza. Un reino eterno y universal: elreino de la verdad y la vida, el reino dela santidad y la gracia, el reino de lajusticia, el amor y la paz».

Toda celebración del Corpus Ch-risti es recordación y vivencia litúrgi-ca, centrada expresamente en ese Sa-cramento, memorial de la pasión deCristo, presencia substancial de lossagrados misterios de su Cuerpo y deSu Sangre, para que «experimentemosconstantemente en nosotros el frutode su redención».

«El participar de su Mesa –dice sanAgustín– es lo mismo que comenzar atener vida». Sucede también así, hoy,en esta solemnísima Eucaristía de laexplanada de La Almudena, a la queseguirá la procesión con el SantísimoSacramento por las calles del viejoMadrid, en medio del fervor de la fe,de la aclamación esperanzada y de laplegaria suplicante del pueblo cristia-no, de todos los que sentimos, en lasactuales circunstancias, cómo necesi-ta el mundo experimentar los frutosde la Redención, y cuánto urge, porello, que se renueve en la Iglesia laverdadera veneración del misterio eu-carístico, fuente y culmen de toda suvida y misión.

El fruto del perdón y de la paz

Hace ya largo tiempo que en Es-paña, con especial incidencia en Ma-drid –en esta ciudad querida, hogar detantos españoles–, sufrimos el azotetremendo del terrorismo, nacido del

odio y de la negación desafiante deDios y de su Ley de aquellos que noquieren guardar sus preceptos con unaobstinación de mente –¡la de la duracerviz!– y una crueldad de corazónante las que palidecen las de los isra-elitas en sus rebeliones periódicas con-tra Yahvé en los cuarenta años de de-sierto y, luego, en la tierra prometida.Sigue latente su amenaza de agresiónindiscriminada y de violencia máxi-ma contra la vida y los bienes más ele-mentales de las personas y de la so-ciedad. Atentan de forma directa ybrutal contra la paz.

Desde el 11 de septiembre pasadose ha impuesto el convencimiento deque el fenómeno del terrorismo se hauniversalizado: puede actuar y golpe-ar en cualquier parte del mundo. Susombra siniestra se extiende por to-dos los continentes. La situación enTierra Santa muestra hasta qué gradode extrema gravedad –de acciones ase-sinas masivas y de reacciones igual-mente aniquiladoras– pueden llevarlos sentimientos desatados de odio y

de venganza en contra de la ley santade Dios –del No matarás–. Sin quefalten, por otro lado, en nuestras pro-pias sociedades europeas brotes de pe-ligrosísima violencia, a la que tan fá-cilmente pueden sucumbir jóvenes de-sarraigados o marginados.

El primer fruto de la Redenciónque nos ha venido por el misterio de laPascua de Cristo, de su Paso al Padrepor la Cruz, en la que entregó su Car-ne y derramó su Sangre por nosotros,es el del perdón del pecado del hom-bre, que lo sana, lo llena de gracia y loconvierte en lo más íntimo de su co-razón al amor de Dios y al amor in-condicional del otro hombre, que esya su hermano. Este primer fruto dela Redención se le da a la Iglesia me-diante la celebración del sacramentoeucarístico, en la Santa Misa, con talcapacidad de transformación de la vi-da propia y la de sus hijos que los do-nes que ella aporta –su pan y su vino–puedan ser convertidos, por la fuerzadel Espíritu Santo, en la ofrenda eu-carística misma, de modo que se pue-

da rogar al Padre que, en la ofrendade la Iglesia, reconozca la víctima porcuya inmolación nos ha devuelto suamistad, y para que, fortalecidos con elCuerpo y la Sangre de su Hijo y llenosde su Espíritu Santo, nos transforme atodos los que participamos de ella enofrenda permanente, para que goce-mos de su heredad junto con sus ele-gidos.

La vía: vidas transformadas

Dejarse transformar en ofrenda per-manente con Cristo a través de la Eu-caristía en la existencia diaria es la ta-rea siempre vigente y siempre nuevaen su urgencia para cada momento dela Historia, ante la que se encuentrael cristiano, sobre todo, si se presentatan denso de gravedad como ahora, alcomienzo del tercer milenio. ¿Cómovamos a avanzar en la erradicación de-finitiva del terrorismo si no es por lavía de vidas transformadas por el com-promiso sacrificado con el amor deCristo, empeñadas en crear un am-biente personal y social donde no que-pan ni el odio de los que matan, ni elde los que los inducen y apoyan? Por-que es indudable, cuando se ofrece lavida en la Eucaristía dominical –y nodigamos en la diaria–, se está en dis-posición de rodear con cercanía cáli-da y con protección constante a losamenazados por el terrorismo y decompartir compañía fiel con sus víc-timas, orando constantemente porellas. Entonces es cuando no se pierdela esperanza de que un día no lejano seconviertan los jóvenes protagonistasdel terrorismo: de que haya verdade-ramente Paz.

¡Cristo en todas las almas y en elmundo la paz! reza el himno del Con-greso eucarístico internacional de Bar-celona, del que conmemoramos estosdías su cincuenta aniversario.

Ante el cruelísimo azote del terro-rismo y los peligros que acechan a lapaz del mundo, podríamos suplicar elfruto primero de la Redención en esteCorpus de Madrid y de España conlas mismas palabras con las que el po-eta, autor del himno, se expresó tanbellamente:

«De rodillas, Señor, ante el Sagra-rio, que guarda cuanto queda de amory de unidad, venimos con las floresde un deseo, para que nos las cambiesen frutos de verdad».

A lo que podríamos añadir: paraque nos los cambies en los frutos de laverdad imperecedera del amor divi-no: del amor de Jesucristo, NuestroRedentor.

+ Antonio Mª Rouco Varela

EspañaAlfa y Omega20 6-VI-2002

La Eucaristía transformavidas y fomenta la paz

En la solemnidad del Corpus Christi, el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, pronunció unahomilía a la que pertenecen estos párrafos, que ofrecemos por su evidente interés y actualidad

El cardenal arzobispo de Madrid preside la celebración del Corpus Christi 2002

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Mundo Alfa y Omega 6-VI-2002 21

Jesús Colina. Roma

Para Juan Pablo II, la presenciareal de Cristo en el sacramentoeucarístico no sólo recorre cí-

clicamente –método teológico-filosó-fico básico en el pensamiento de Ka-rol Wojtyla– la serie de trece encícli-cas que abrió en 1979 con Redentordel hombre (Redemptor hominis), sinoque además marca la pista decisivapara el futuro de la Iglesia.

Como él mismo explica en su car-ta programática para inicios de estesiglo y milenio, la Novo millennioineunte (n. 35), «estamos entrando enun milenio que se presenta caracteri-zado por un profundo entramado deculturas y religiones incluso en paí-ses de antigua cristianización. En mu-chas regiones los cristianos son, o loestán siendo, un pequeño rebaño. Es-to les pone ante el reto de testimoniarcon mayor fuerza, a menudo en con-diciones de soledad y de dificultad,los aspectos específicos de su propiaidentidad».

La Eucaristía dominical –explica–,que congrega semanalmente a los cris-tianos como familia de Dios en tornoa la mesa de la Palabra y del Pan devida, es también el antídoto más na-tural contra la dispersión».

Se trata de volver a los rasgos pro-fundos del estilo de vida de los prime-

ros cristianos, que en el Imperio Ro-mano tuvieron que afrontar desafíosparecidos a los que interpelan al cris-tiano de hoy: una sociedad multiétnica,multirreligiosa, y multicultural.

El domingo pasado, con motivo dela solemnidad del Corpus Christi, elPontífice lo explicaba con estas pala-bras: «Desde los inicios, desde la pri-mitiva comunidad de Jerusalén, loscristianos se reunían en el día del Se-ñor para renovar, en la santa misa, elmemorial de la muerte y resurrecciónde Cristo. El domingo es el día del des-canso y de la alabanza, pero sin la Eu-caristía se pierde su verdadero signi-ficado».

Por este motivo, al inicio del nuevomilenio ha propuesto –recordó–, «co-mo nuevo compromiso pastoral prio-ritario, la revalorización del domingoy, en él, de la celebración eucarística:deber irrenunciable, que se ha de vivirno sólo para cumplir un precepto, sinocomo necesidad de una vida cristianaverdaderamente consciente y cohe-rente».

El tiempo apremia. La agenda delPapa sigue tan llena como antes o más,y todo el mundo es testigo de que po-co a poco sus fuerzas físicas se redu-cen. Él querría dedicar una encíclica,el documento doctrinal más impor-tante de un Papa, al tema. Ahora bien,una encíclica requiere mucho tiempo.

Por eso, según ha podido saber Alfa yOmega, posiblemente agilice la re-dacción, adoptando más bien la for-ma de Carta apostólica. Sería un do-cumento doctrinalmente menos am-bicioso (de hecho, a nivel doctrinal nohay mucho qué decir de nuevo), perorecogería toda la pasión de KarolWojtyla por la causa por la que ha da-do y sigue dando su vida cada día.

La agencia Zenit ha podido confir-mar en fuentes vaticanas que la re-dacción del documento, que en díaspasados fue anunciado por el canalpúblico de la televisión italiana RAI2, se encuentra todavía en sus fasesiniciales.

El documento sería, al mismo tiem-po, la oportunidad para recoger de ma-nera circular (característica propia delpensamiento de Juan Pablo II), las ide-as de su pontificado, uno de los másprolíficos de la Historia. En sus casi 24años de pontificado, este Papa ha pu-blicado trece encíclicas, la última deellas es la Fides et ratio (Fe y razón), de14 de septiembre de 1998.

En su carta programática para laIglesia de inicios de milenio, la Novomillennio ineunte, el obispo de Romapropone: «El mayor empeño se ha deponer en la liturgia, cumbre a la cualtiende la actividad de la Iglesia y almismo tiempo la fuente de donde ma-na toda su fuerza.

Fe y Europa

Sin reducir nunca la fe a lacultura, la Iglesia se es-

fuerza por dar un fondo culturala la vida de fe, para que éstainspire toda la vida privada y pú-blica, la realidad nacional e in-ternacional.

Sabéis con qué interés laSanta Sede sigue los trabajosde la Convención europea. Yomismo he tenido la posibilidadde expresar mi disgusto por laomisión de la referencia a losvalores cristianos y religiososen la redacción de la Carta eu-ropea de Derechos Funda-mentales. Deseo vivamenteque también el MovimientoEclesial de Compromiso Cultu-ral se movilice para que no seignore el componente religiosoque, en los siglos, ha imbuidola formación de las institucio-nes europeas. El patrimoniocristiano de civilización, que tan-to ha contribuido a la defensade los valores de la democra-cia, de la libertad, de la solida-ridad entre los pueblos de Eu-ropa, no debe perderse ni serdescuidado.

Vuestro Movimiento pro-mueve, además, una agudasensibilidad a favor del com-promiso ecuménico de la Igle-sia, y dedica, asimismo, sema-nas de profundización teológi-ca al examen de los desafíosque la actual sociedad multét-nica presenta al diálogo interre-ligioso. Seguid con este precio-so camino de formación en elsector ecuménico y en el cono-cimiento de las religiones. Paracontribuir a crear un mundo másjusto y solidario, que vuestrapreocupación sea difundir y su-brayar aquello que podríamosllamar el Decálogo de Asís, queyo mismo delineé con motivo dela Jornada de Oración por laPaz el 24 de enero pasado.

Se trata de un camino quetenemos que recorrer juntos.Si bien es difícil convivir sin pazpolítica y económica, no puedehaber vida digna del hombresin paz religiosa e interior.

(31-V-2002)

Ha

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Juan Pablo II, a sus 82 años y pese a los achaques, sigue soñando: desde hace unos meses está trabajando en un documento magisterial en el que quiere sintetizar los grandes temas

de su pontificado en relación con la Eucaristía

El Papa trabajaen un documento

sobre la Eucaristía

El Papa trabajaen un documento

sobre la Eucaristía

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La vidaAlfa y Omega22 6-VI-2002

La dirección de la semana

Esta semana les ofrecemos la página web del Instituto SecularCruzadas de Santa María, fundadas por el padre jesuita To-

más Morales. Este nuevo carisma eclesial, dirigido a la juventud ya las familias, propone un estilo de santidad vivida en la cotidia-neidad y está presente en 18 diócesis de España y en varios paí-ses de distintos continentes.

http://www.cruzadasdesantamaria.com

Internethttp://www.cruzadasdesantamaria.com

Nombres propios

Saliendo al paso de contradictorias informaciones en la prensamundial, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede ha

confirmado la visita pastoral del Papa Juan Pablo II a Toronto,Canadá, del 23 al 30 de julio, y a México y Guatemala del 30 de ju-lio al 2 de agosto.

Con motivo del 50 aniversario de la Coronación Canónica deNuestra Señora de la Calle, la diócesis de Palencia ha celebradodiversos actos culturales, en los que han participado el Vicario Ge-neral de la diócesis, don Manuel Sánchez Monge, y el archiverodel Ayuntamiento de Palencia, quien ha hablado sobre La Virgen dela Calle en la historia de Palencia. Del 6 al 8 de junio se celebra unsolemne triduo en la catedral, en el que con el obispo diocesano,monseñor Rafael Palmero, participan monseñor Blázquez, obis-po de Bilbao, y monseñor Castellanos, obispo emérito de Palen-cia. El 9 de junio el Nuncio de Su Santidad, monseñor Monteiro,presidirá la clausura de los actos del cincuentenario.

El Rector del santuario de Torreciudad, don Javier de Mora-Fi-gueroa, ha agradecido el Encuentro Mariano de Familias con Dis-capacitados, que se ha celebrado en el santuario, y asimismo el VIIEncuentro Nacional de Amas de Casa, en el que han participadounas quinientas amas de casa, que han pedido sea potenciada laayuda a la mujer del medio rural.

El Presidente de la Universidad Católica San Antonio, de Murcia,don José Luis Mendoza, será entrevistado el próximo domingo día9 de junio, a las 10 h. de la mañana, dentro del programa Últimaspreguntas, de la 2 de Televisión Española. El programa abordarásu trayectoria personal y profesional como cristiano comprometidoen la Iglesia y en la sociedad, y el proyecto evangelizador que lle-va adelante la Universidad que preside, de cuyo desarrollo se haenorgullecido en público, recientemente, el alcalde de Murcia.

Don Francisco Javier Mahía ha sido elegido Presidente Generalde la Unión Sacerdotal Lumen Dei, tras el fallecimiento, el pasado28 de abril, del sacerdote español padre Rodrigo Molina Rodrí-guez, Fundador de esta institución en Cuzco, Perú, en la décadade los años 60. El padre Mahía era hasta ahora Rector del Semi-nario Unión Sacerdotal Lumen Dei en Trujillo, Cáceres.

Monseñor César Franco presidirá el próximo sábado la Euca-ristía de Acción de gracias con motivo del 50 aniversario de la fun-dación de la Congregación Mariana de Matrimonios de la Asun-ción de Nuestra Señora y San Ignacio de Loyola. Será a las 12 h.en la iglesia de las Hermanas salesas (calle Santa Engracia, 20).

El Centro de la Asociación Católica de Propagandistas en Cádizclausura el curso el próximo día 13 de junio en el Casino gaditano.La lección magistral, sobre Iglesia, cultura y comunicación correráa cargo de José Francisco Serrano Oceja, Redactor Jefe de Al-fa y Omega. Tras la entrega de diplomas a los alumnos de DoctrinaSocial de la Iglesia, don Alfonso Coronel de Palma, Presidente dela Asociación Católica de Propagandistas, clausurará el curso.

Manos Unidas ha concedido sus Premios de prensa, radio, te-levisión y carteles, respectivamente, a Henar L. Senovilla, MaríaJesús Jabato, Antonio Lapeña, Elena Markínez, Fernando deGiles, Pedro Fusté, Belén Torres y Víctor Sánchez Gómez.

RTVE-Música

La memoria auditiva es cau-sa de evocación y nostal-

gia. Bien sabedores de ello, losresponsables de RTVE acabande editar un sugestivo Cd titu-lado Las sintonías de tu vida,que es un repaso a las mejoressintonías de programas de Te-levisión Española que hanmarcado la vida de varias ge-neraciones de españoles. Des-de la que abría el programa deFélix Rodríguez de la Fuente,El hombre y la tierra, a la delos payasos del circo de TVE, odesde las notas de Verano azul y del ¿Qué apostamos?, a la de espacioscomo La Regenta, Teresa de Jesús, Ramón y Cajal o Fortunata y Jacinta.Son sintonías cuyos autores tienen nombres de tanto prestigio comoAntón García Abril, Carmelo Bernaola, Augusto Algueró o Alfonso San-tiesteban. Con esta música para el recuerdo, el sello RTVE suma unacierto más a los muchos de su bien ideada programación.

Las carmelitas de Fuente de Cantos

Las Carmelitas Descalzas del monasterio de Jesús, María y José,de Fuente de Cantos (Badajoz), celebran el 350 aniversario de su

fundación. Las Hijas de santa Teresa se establecieron en la Villa amediados del siglo XVII, como convento y como colegio para niñashuérfanas pobres. La comunidad ha sufrido tres exclaustraciones: en1810, por la invasión francesa; en 1870, por decreto del Gobierno; y en1936, por la guerra civil. La comunidad actual la forman nueve profe-sas y dos novicias.

70 millones de mártirescristianos

En dos milenios de cristianismo, 70 millones de cristianos han sidoasesinados por su fe; de ellos, 45 millones y medio –el 65%– son

mártires del siglo XX. A esta conclusión llega el periodista italiano Anto-nio Socci, en su libro Los nuevos perseguidos. El mapa de la persecuciónactual presenta los países en los que los cristianos sufren persecucióna causa de la fe: Molucas, Bangladesh, India, Nigeria, Sudán, Timor,Cuba, Repúblicas de la ex Unión Soviética, Arabia Saudí y otros paí-ses islámicos, Vietnam, China...; pero hay otras muchas formas sola-padas de persecución en el mundo contra la Iglesia.

Espaldarazo del Papaa Cursillos

Juan Pablo II ha alentado expresamente a los Cursillos de Cristian-dad, movimiento eclesial presente en 800 diócesis de 60 países de to-

do el mundo. «La pequeña semilla, sembrada en España hace más de50 años, se ha convertido en un gran árbol, rico de frutos del Espíritu»,dijo el Papa. Más de 8 millones de personas han pasado por Cursillos deCristiandad. El movimiento ha pedido su reconocimiento canónico y laaprobación de sus estatutos. El Papa les invitó a «ser testigos valientesdel servicio a la verdad y a actuar con la fuerza de la comunión».

La Iglesia y el Mundial de fútbol

La Iglesia católica en Japón y en Corea se ha preparado para acogera los miles de cristianos que visitan esos países durante el Mundial

de fútbol. Se ha previsto la celebración de la Eucaristía en diferentes idio-mas, y la administración de los sacramentos en lugares cercanos a losestadios y en horarios adecuados. De los más de 126 millones de ha-bitantes de Japón, los católicos no llegan al millón. En Corea la comu-nidad católica crece a un ritmo espectacular, probablemente el más al-to del mundo.

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La vida Alfa y Omega 6-VI-2002 23

Cristianos de todos los tiempos –teólo-gos, artistas, escritores...– han querido

plasmar del mejor delos modos posibles lafigura de la VirgenMaría, Madre de Diosy Madre nuestra. Es-te libro de Luis Martí-nez, Las doce estre-llas de La Mujer delCielo, es uno más deesos intentos lleva-dos a cabo por los hi-jos que quieren a sumadre. El autor, doc-

tor en Teología, ha dirigido durante 17 añosel Secretariado de la Comisión episcopalpara la Doctrina de la Fe, de la Conferen-cia Episcopal Española. En los primeros 10capítulos de estas 230 páginas editadas porla BAC, recoge los grandes privilegios teo-lógico dogmáticos de la Virgen María, y re-serva los capítulos finales a doce advoca-ciones de otras tantas Patronas de los pue-blos de la geografía española: el Pilar, Co-vadonga, Montserrat, la Almudena, la Virgendel Camino, de la Cabeza, de los Reyes,del Rocío, Candelaria, Guadalupe, Aránza-zu y Begoña, de los Desamparados, de Val-vanera, la Mayor, de Burgos, y la Real, delas Huelgas, la Fuencisla y la de Sonsoles,en España. Lourdes, Fátima, Cazán, Czes-tochova, la Caridad del Cobre, Chiquinqui-rá, Coromoto, Copacabana, Luján y Maipú,en América. Estas páginas aúnan rigor teo-lógico, amor filial, belleza literaria y sentidopastoral. Y, como dice monseñor Monteroen el prólogo, es «un libro de saberes y desabores».

Don José Pío Gurruchaga (1881-1967) fueun santo y benemérito sacerdote, funda-

dor de las AuxiliaresParroquiales de CristoSacerdote. Este libro,Vivir bajo la mirada dela Trinidad, editado porMonte Carmelo, quie-re ser un perfil de laespiritualidad singularde este sacerdote fun-dador. Monseñor Pal-mero, obispo de Pa-lencia, en el prólogoque titula Buen perfil ybuena mano, refiriéndose a la labor del autor,Manuel Sánchez Monge, Vicario General dela diócesis de Palencia, destaca de este li-bro tres temas de hondo calado y amplia pro-yección espiritual y pastoral: la espiritualidadsacerdotal de don José, las virtudes teolo-gales que llegó a vivir en grado heroico, y elperfil de la religiosa auxiliar parroquial, dis-puesta a vivir, como las santas mujeres delevangelio, completamente entregada al ser-vicio de Jesucristo Sacerdote. Se trata deun trabajo fruto de un esfuerzo intelectualmeritorio, y oferta generosa, a la vez, paraquienes quieran conocer en el ancho cam-po de la Iglesia una parcela bien cultivada,cuyos frutos se recogen ya por todo el mun-do.

M.A.V.

El chiste de lasemana

Libros de interés

Dobritz, en Le Figaro

Cincuenta años de sacerdocio

Don Antonio Astillero Bastante, Deán del Cabildo Catedralicio de Nuestra Señora de la Al-mudena de Madrid, celebra en estas fechas sus Bodas de Oro sacerdotales. Entre los di-

versos actos de homenaje que está recibiendo con este motivo, la Fundación Carlos III aca-ba de nombrarle Capellán Mayor. Los embajadores iberoamericanos acreditados en Madrid,y el Patronato de dicha institución, estuvieron presentes en el homenaje. En la foto, el ho-menajeado con los embajadores de El Salvador, México, Paraguay, Colombia y Perú, y conel Presidente de la Fundación Carlos III, don Carlos Escudero de Burón. Alfa y Omega se unea la felicitación y homenaje a don Antonio Astillero por sus fructíferos 50 años de sacerdocio.

Toma posesiónel nuevo arzobispo de Burgos

El nuevo arzobispo de Burgos, monseñor Gil Hellín,ha tomado posesión de la diócesis. Cinco carde-

nales, 35 obispos y más de 4.000 fieles llenaron lasnaves de la catedral para recibirle. Junto con las pri-meras autoridades de Burgos, de la Junta de Castillay León, y de Murcia. Le dio la bienvenida el hastaahora arzobispo de Burgos, monseñor Martínez Ace-bes, que durante diez años la ha regido con un esti-lo pastoral de sencillez evangélica y de acogida apos-tólica. El Nuncio de Su Santidad en España, monse-ñor Monteiro, leyó el nombramiento papal del nuevoarzobispo. La diócesis de Burgos cuenta con 336.000católicos, 601 sacerdotes, 1.645 religiosos y 1 diá-cono permanente.

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Hola. Mi nombre es Ana y tengo 25años. En casa falta dinero a final demes, y es preciso que yo aporte algo.

He trabajado en una empresa electrónica du-rante dos años y medio, con un contrato de finde obra. Es decir, me podían echar en cual-quier momento, como de hecho ha ocurrido,conmigo y con otras de mis compañeras».Son las palabras de una chica madrileña queha sufrido las consecuencias de la precariedadlaboral. Como ella, otros muchos están en lamisma situación.

La Hermandad Obrera de Acción Católi-ca (HOAC), consciente de este problema, hapublicado diversos comunicados y editadodistintos materiales para que, desde la Iglesia,se reflexione y se busquen soluciones a esteproblema. «Todos los años –nos dice donManuel Díaz Sánchez, Presidente de la HO-AC–, hacemos una reflexión,desde la doctrina social de laIglesia, del principal problemaque afecta al mundo obrero. Es-te año, consideramos que la pre-cariedad laboral es el más gravede todos ellos». En años ante-riores, la HOAC ha reflexionadosobre cuestiones tales como laeconomía sumergida, la sinies-tralidad laboral y la situación delos trabajadores inmigrantes.«Nuestro objetivo principal–continúa don Manuel Díaz– esla evangelización del mundoobrero. Y, desde ahí, ayudar aresolver los diversos problemasque afectan a los trabajadores.En 1992, antes de que nadie ha-blara del tema, dedicamos nues-tra reflexión a los inmigrantes.Consideramos que los inmigrantes son tra-bajadores que vienen a ganarse la vida».

Esta vez, el tema elegido es la precarie-dad laboral. Según asegura la Comisión Per-manente de la HOAC, el empleo precario «seha impuesto en nuestra sociedad», fruto dedecisiones políticas como consecuencia del«triunfo ideológico de la flexibilidad, con-cepto convertido en coartada para reprodu-cir el empleo precario a escala ampliada. Laprecariedad –continúa la declaración de lacitada Comisión– impide que las personaspuedan acceder a un empleo fijo, con un mí-nimo de protección y de derechos, que lespermita construir una existencia personal, fa-miliar y social digna».

Pero la HOAC considera que la precarie-

dad laboral puede, a pesar de todo, resolver-se: «Resulta evidente –dice la Comisión Per-manente– que la complejidad de los fenó-menos sociales dificulta cualquier intento detransformación, pero no lo hace imposible.Necesitamos tener conciencia de que la rea-lidad puede ser transformada; con frecuen-cia, descubrimos signos, intentos por trans-formar el presente hacia una realidad máshumana. Lo mismo ocurre con el desempleoy la precariedad. La transformación del em-pleo precario depende de nuestra voluntad,de que no lo aceptemos como algo natural».

La dignidad del trabajador

Varias son las líneas de acción que la HO-AC propone para resolver este problema. Enprimer lugar –dice la HOAC–, «hay que re-

pensar una economía que hoyestá al servicio de unos pocos,que produce exclusión y po-breza»; y, en segundo lugar,hay que «repensar el trabajo»como tal, para lograr una eco-nomía más humanizada y alservicio de la persona concre-ta. El problema que se escondetras la precariedad laboral noes otro que perder de vista ladignidad de la persona y, portanto, del trabajador. El ser hu-mano, y no otra cosa, ha de serel centro de la economía. «So-mos conscientes –apunta laHOAC– de que los cambiossólo serán posibles, y genera-lizables al conjunto de la Hu-manidad, en la medida en queseamos capaces de lograr que

la persona, y especialmente los más débiles,se conviertan en el centro de la política, de laeconomía y de la vida de las empresas».

Del mismo modo, y en diversas ocasio-nes, se ha expresado el Papa Juan Pablo II:«La consideración de los derechos objetivosdel hombre es lo que debe constituir el crite-rio adecuado y fundamental para la forma-ción de toda la economía, bien sea en la di-mensión de toda la sociedad y de todo el Es-tado, bien sea en el conjunto de la políticaeconómica mundial, así como de los siste-mas y relaciones internacionales que de elladerivan».

Alfa y Omega

Desde la feAlfa y Omega24 6-VI-2002

Reflexiones desde la doctrina social de la Iglesia

La precariedad laboral,un problema a resolver

En la actualidad, la precariedad laboral es un grave problema que afectaa un número creciente de trabajadores. A saber, 3.682.500 españoles estáncontratados temporalmente, 1.168.100 son trabajadores a tiempo parcial,y 2.179.500 están en paro. Según la HOAC, hay que «repensaruna economía que hoy está al servicio de unos pocos y que produceexclusión y pobreza»

El problema quese esconde trasla precariedad

laboralno es otroque perder

de vistala dignidad

de la personay, por tanto,

del trabajador

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Desde la fe Alfa y Omega 6-VI-2002 25

La huelga general es una situación extrema a laque nunca deberíamos llegar; el mero hechode su convocatoria, pone en evidencia el fra-

caso del diálogo, motivado por lo que algunos hanllamado la intransigencia de los sindicatos, al exigirla retirada de todo el proyecto, y por el gesto delEjecutivo que, con el Decretazo, ha cerrado todaposibilidad de evitar la huelga.

La huelga, en determinadas circunstancias, es underecho reconocido a los trabajadores tanto por laConstitución como por la doctrina social de la Igle-sia. No obstante, el reconocimiento de este derechova acompañado de algunas limitaciones, como pue-den ser: la exclusión de la violencia, la garantía delfuncionamiento de los servicios mínimos, para elcorrecto desarrollo de la vida de la comunidad, yque no primen motivaciones políticas ajenas a lo es-trictamente laboral. Los trabajadores tienen dos de-rechos, acudir a trabajar o secundar la huelga; loverdaderamente importante es garantizar la deci-sión personal.

El motivo por el que esta huelga se convoca es, se-gún los sindicatos convocantes, «el rechazo y la eli-minación de las medidas del Decreto Ley en mate-ria de Desempleo aprobado por el Gobierno». Portanto, no estamos en un caso de protesta contra unaempresa o un sector concreto de producción, sinocontra la política global del Gobierno en materia deempleo; es lo que podríamos llamar una huelga quetiene connotaciones políticas, pues no está funda-mentada en cuestiones estrictamente laborales.

Las reformas que ha puesto en marcha el Go-bierno tienen unos ejes fundamentales que se puedensintetizar en los siguientes puntos:

Nuevas normativas para tener derecho a lasprestaciones de desempleo.

Aumento de las exigencias que tendrá el de-sempleado para cobrar las prestaciones, tanto con-tributivas como asistenciales, ya que el parado per-derá la prestación por desempleo, si rechaza unaoferta adecuada de trabajo por tres veces, un traba-jo que esté hasta 30 kilómetros de distancia o a doshoras de viaje de su hogar.

Si el empleado lleva un año sin trabajar, laAdministración decidirá cuál es el trabajo adecuadoque le conviene al parado. En cuanto al salario quedeberá percibir, el punto de referencia será el quefije el Convenio para el puesto que le hayan asig-nado, o el Salario Mínimo Interprofesional.

Para cobrar la prestación, el desempleado de-be comprometerse, por escrito, a aceptar las accio-nes dirigidas a facilitar su inserción laboral (cursosde formación, entrevistas de trabajo, seguimientoindividual...)

Tampoco tendrán derecho al subsidio por de-sempleo los trabajadores que tengan ingresos deri-vados del capital mobiliario o inmobiliario, plusva-lías o ganancias patrimoniales que superen el 75%,del Salario Mínimo Interprofesional y aquellas in-demnizaciones por despido que también sean supe-riores al 75%, de dicho Salario.

Los trabajadores fijos discontinuos, que antesde la reforma tenían derecho a percibir las presta-ciones por desempleo, durante el período de ausen-cia en su actividad laboral ordinaria, ahora pierdensu derecho durante ese mismo período.

Desaparición paulatina del actual Plan de Em-pleo Rural en Andalucía y Extremadura, en un pla-zo de diez años. Incorporación de todos los traba-jadores eventuales del campo, a la nueva prestacióncontributiva que no será gratis.

Se trata de suprimir la compensación actualque recibe el trabajador por los sueldos que no ha co-brado, mientras dura el proceso judicial en el despidoimprocedente, que, con frecuencia, solían ser supe-riores a los salarios que les corresponden por in-demnización. A cambio de suprimir este salario detramitación, el Gobierno garantiza el cobro de laprestación por desempleo desde el primer día delcese, sin esperar a la resolución judicial.

Este tipo de ayudas y subvenciones es com-pletamente nuevo, y pretende fomentar la movili-dad geográfica; para ello, la ley prevé ofrecer ayudasy subvenciones públicas para gastos de alojamientoy desplazamiento de los trabajadores y de sus fami-lias, según sean las necesidades de la empresa. En elcaso del trabajo temporal, las subvenciones se daránal empresario u organizaciones empresariales para fa-cilitar el desplazamiento; y en el caso del trabajoindefinido, se darían ayudas individuales de hastatres veces el Salario Mínimo Interprofesional, paradesplazamientos y traslados de enseres y mobiliario.

En la reforma también existen otras medidas: A los mayores de 52 años, se les facilitará la

posibilidad de compatibilizar el subsidio con el em-pleo, recibiendo el 50% del salario a que tenga de-recho a cargo del subsidio, y el resto, hasta comple-tar su sueldo, a cargo de la empresa, que además sebeneficiará de las bonificaciones de las cuotas a la se-guridad social.

El abono por el INEM de la cuotas de la Se-guridad Social a las mujeres que, habiendo tenido unhijo, quieran reincorporarse al empleo a los 24 me-ses siguientes al parto.

Posibles ayudas de prestación por desempleoa personas con discapacidad y mujeres maltratadas,que lleven desempleadas más de un año y carezcande ingresos superiores al 75% del Salario Mínimo In-terprofesional.

En resumen, desde mi punto de vista como tra-bajador, la reforma decretada por el Gobierno es unpaso más en el proceso de precariedad y pérdida

progresiva de derechos adquiridos por los trabaja-dores en otras épocas; abaratan el despido y son unrecorte directo de las prestaciones por desempleoque teníamos los trabajadores antes del Decretazoaprobado por el Gobierno recientemente.

La responsabilidad del Gobierno es perseguir ysancionar el fraude, demostrando, caso por caso,quiénes son los que engañan y rechazan ofertas detrabajo, no culpabilizar a los trabajadores desem-pleados en general, recortándoles derechos adqui-ridos cuando sólo en el año 2001 ha habido un ex-cedente financiero en la protección por desempleode 3.230 millones de Euros. Además, el 83% de losdesempleados que buscan empleo, lo encuentranpor sus propios medios, ya que, actualmente, elINEM sólo ofrece un 17% de contrataciones, que nodeja de ser un volumen insignificante para el al-cance que se le quiere dar al INEM, con las nuevasmedidas aprobadas por el Gobierno. Según la opi-nión de muchos expertos, la reforma decretada porel Gobierno establece un cambio completo en lanaturaleza jurídica del sistema de protección por elempleo, que pasa de ser un derecho reconocido deltrabajador, a ser una concesión administrativa deayudas, condicionadas a ciertos requisitos que, ine-vitablemente, pasan por el tamiz de la Administra-ción que las concede, creándose de facto un clien-telismo político.

Teniendo en cuenta estos datos, cualquier perso-na tiene suficientes elementos de juicio para tomaruna decisión consciente, en conciencia, y juzgar losposibles logros o fracasos, y asumir sinceramentelas propias responsabilidades, pues es sabido que laIglesia (exceptuando los casos de extrema necesi-dad) no tiene obligación de decirnos a los cristia-nos si debemos o no secundar la huelga; esta decisióncorresponde exclusiva y estrictamente a la concien-cia personal de cada cristiano, y debe actuar en con-secuencia.

Rafael Serrano Castro

Ante la posible huelga general del próximo 20 de junio

La huelga, decisión personal

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Desde la feAlfa y Omega26 6-VI-2002

A. Llamas Palacios

Por qué surge ésta Fundación?Surge del impulso de personasconcretas, como fundación cul-

tural altruista, de servicio a los demás.Su verdadero impulsor fue don CruzMartínez Esteruelas, un hombre dedensa vida pública y profesional, granjurista y gran servidor del Estado. Ha-ce ya unos años, en 1998, escribió enABC una crónica de lo que fue real-mente la creación de la Fundación To-más Moro. En ella decía que, hace al-go más de 20 años –en este momentoya nos acercamos a los 25–, un grupovariopinto de personas decidió crearun centro de promoción humanista.Formalmente, la Fundación se creó el13 de mayo de 1981, casualmente eldía del atentado del Papa en la Plazade San Pedro. El espíritu de la Cons-titución refleja lo que somos y pre-tendemos ser. Se dice que la sociedadcontemporánea presenta una situaciónde crisis generalizada. Ésta es la re-flexión de la que partimos. Aunque enningún momento histórico el hombreha tenido tantos medios a su alcance,nunca como ahora la libertad, la justi-cia y la paz se han encontrado tan se-riamente comprometidas, ni nunca co-mo ahora el hombre se ha encontradotan desorientado, perdiendo el sentidode su verdadero destino, el sentido desu existencia. Ante esto, lo que se pro-pusieron los fundadores fue crear unforo de reflexión para articular, con lalimitación de nuestros medios, un fo-ro que desarrollara un pensamientohumanista, de contenido social e ins-piración cristiana, que afirme, frente atodo individualismo y materialismo,su preocupación por el destino perso-nal y colectivo del hombre.

¿Qué tipo de actividades llevana cabo?

Venimos fundamentalmente a en-contrarnos. Sentimos esa necesidadde poner en común y reafirmar unosvalores que tenemos. Tratamos de sermejores, aunque esto parezca muygrandilocuente, y también de ser fielesa la memoria del fundador. Aparte delos actos habituales de conferencias,coloquios, seminarios, que ha habido

bastantes, y las publicaciones que, devez en cuando, hacemos, pensamosque teníamos que salir del ambientehabitual de conferencias y seminarios,sin perder nuestras señas de identidad.Así que creamos un Aula de culturay naturaleza, con la intención de aso-ciar el disfrute del patrimonio naturaly cultural. Entendemos que la ecologíahoy es absolutamente esencial, comocuerpo de cultura y aproximación a larealidad. Al fin y al cabo, el acerca-miento a la naturaleza nos ayuda a en-tender más lo que es ser criatura deDios.

¿En qué va a consistir el En-cuentro sobre humanismo cristia-no en Valencia?

El Congreso de Valencia es funda-mentalmente una ocasión para rendirhomenaje a la amistad, a través de laamistad de los grandes humanistas:Juan Luis Vives y Tomás Moro, y conellos, Erasmo de Rotterdam. Inter-vendrán magníficos ponentes, comodon Rafael Alvira, catedrático de Fi-losofía de la Universidad de Navarra,don Alfonso Coronel de Palma, Pre-sidente de la Asociación Católica dePropagandistas, y don Antonio Fon-

tán, catedrático de la UniversidadComplutense.

Queremos poner de relieve la ac-tualidad de la cultura humanista,pensar en el hombre con una visióntrascendente, y queremos demostrarque esa visión angustiada, y de al-guna manera ajena a la trascenden-cia, que algunos humanismos hanpretendido, sobre todo en el sigloXX, es una visión estéril. Lo queverdaderamente ayuda a crear espensar en el otro, y también en elMisterio. El hombre, aunque sea li-mitado, en sus instrumentos, paraconocer, creo que tiene absoluta po-sibilidad para darse cuenta de la evi-dencia del Misterio. El cristianismonos lleva a eso, al amor al otro y apensar que en el espejo del otro es-tamos viendo a Dios.

Entendemos nuestra tarea como unrecuperar el pensamiento humanista através de nuestro interés por la obrade los grandes humanistas, y hacerlocon una voluntad de servicio, no delucimiento académico, prestando unservicio a la Iglesia. Para nosotros, elinterés por el humanismo es indiso-ciable de la doctrina de la Iglesia. Poreso, vamos a tratar también de ponerde manifiesto, y ayudar a descubrir alos demás, la enorme riqueza del pen-samiento de la doctrina de la Iglesia,las encíclicas de los últimos Papas.Las comunicaciones que se nos hanenviado son muy interesantes, y elCongreso será una oportunidad únicapara escuchar a expertos hablar sobreel género epistolar entre los tres gran-des humanistas, o, por ejemplo, la dig-nidad de la mujer y el interés por supromoción que Tomás Moro demues-tra en su obra más importante: La Uto-pía.

¿Cuáles son sus objetivos y có-mo los dan a conocer?

El ser humano, para poder mover-se con seguridad, tiene que estar biensituado en el espacio y en el tiempo.De ahí la importancia de conocer lageografía, y también la Historia. Estarbien instalados en el espacio y en eltiempo es un ejercicio importantísi-mo de equilibrio personal. Es funda-mental conocer bien nuestra lengua,las lenguas clásicas. Tenemos que tra-bajar en red con el resto de las funda-ciones afines que existen en España.En este momento, tenemos un mag-nífico instrumento.

Nuestra dirección es: FundaciónTomás Moro –calle Cea Bermúdez,38. 1º D- 28003 Madrid-Teléfono/Fax91 533 83 10– Correo electrónico: [email protected]

Entrevista a Claro José Fernández-Carnicero, Presidente de la Fundación Tomás Moro

Preocupados por el destinodel hombre

Valencia será testigo, desde el 13 hasta el 16 de junio, del I Encuentro internacional sobrehumanismo cristiano, promovido por la Fundación Tomás Moro y por la Fundación Vives,

de Valencia. Los motivos que han llevado a organizar este Encuentro han sido los principios que mueven a la Fundación Tomás Moro: la preocupación por esta sociedad en crisis, materialista e individualista, y, sobre todo, desorientada. Durante tres días, los protagonistas serán los grandes

humanistas del siglo XVI: Tomás Moro, Juan Luis Vives y Erasmo de Rotterdam. Habla para Alfa y Omega el Presidente de la Fundación Tomás Moro, don José Fernandez-Carnicero

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Desde la fe Alfa y Omega 6-VI-2002 27

Jesús Colina. Roma

Ser obispo en una sociedad se-cularizada es uno de los desafí-os más difíciles», reconoce al-

guien que del tema entiende. El car-denal Giovanni Battista Re, en cali-dad de Prefecto de la Congregaciónpara los Obispos, es la persona queasiste al Papa en el nombramiento delos obispos.

En la última Asamblea Plenariade los obispos italianos, que se cele-bró en el Vaticano del 20 al 24 de ma-yo, el cardenal, de 68 años de edad,recordó que hoy, al igual que siem-pre, «el obispo es el guía de su pue-blo».

Gobernar sirviendo

«Es el que tiene que ir adelante,como el Buen Pastor, indicando conla palabra y el testimonio de vida elcamino que hay que recorrer –siguiódiciendo–. A la hora de guiar, es de-cir, en el ejercicio de su autoridad, elobispo debe estar animado por el es-píritu de servicio. La autoridad, queantes era considerada como algo in-contestable, hoy es persuasiva y efi-caz en la medida en que tiene encuenta la dignidad de cada persona ala que se dirige. Hoy el papel delobispo se ilustra en términos de ser-vicio».

«La preocupación de un obispo nodebe ser nunca su dignidad –advirtióel cardenal italiano–, sino el bien delas almas, lo que es útil a cuantos hansido confiados a su solicitud pasto-ral. Y con frecuencia hay que ir con-tra corriente. Ciertamente, un obis-po tiene que hacer lo posible para quesus iniciativas sean bien acogidas, pe-ro después no debe atemorizarse porlas críticas ni dar demasiado peso alos aplausos y alabanzas».

«Lo que debe importarle a unobispo es ser fiel –aclaró–. Lo quedebe preocuparle al entregarse al biende la Iglesia y de la sociedad es eljuicio de Dios».

Cómo tomar decisiones

«Un obispo debe esforzarse porsuscitar colaboración a su alrededor,debe desarrollar también las oportunasconsultas, dirigiéndose a personascompetentes y utilizando los diferen-tes organismos de los que dispone la

diócesis (los problemas, a veces, soncomplicados desde el punto de vistahumano, social, jurídico, etc.), perodespués le toca al obispo tomar lasdecisiones», explicó el cardenal Re.

«Es importante, además, el diálo-go –dijo–, la participación de los sa-cerdotes, de los religiosos, y de loslaicos y de las diferentes estructurasconsultivas a nivel diocesano, regio-nal o nacional; y es deber del obispoescucharles, pero le corresponde tam-

bién a él decidir, y tiene que decidirsegún su conciencia, en plena verdady libertad ante Dios, ponderando biencada aspecto y no sólo en virtud delpeso numérico de los consejeros. Laresponsabilidad de gobernar la dió-cesis está sobre las espaldas del obis-po».

Colegialidad

A continuación, el cardenal afron-

tó el ministerio del obispo en la co-yuntura actual, que «lanza a la Iglesiauna serie de desafíos a través de lasecularización, del progreso científi-co-tecnológico y económico, queplantea ciertos interrogantes en elcampo biológico impensables en elpasado; a través de una cierta culturaque propone soluciones confusas so-bre la vida y la muerte».

En este contexto –explicó–, «esde fundamental importancia que losobispos, en virtud del mandato y de lagracia que se les ha conferido en laordenación episcopal, afronten losdesafíos trabajando con afecto cole-gial, en armonía de pensamientos yde compromiso, bajo la guía del Su-cesor de Pedro».

«Además, es de fundamental im-portancia que el obispo dedique es-pecial atención a sus sacerdotes, es-tableciendo con cada uno de ellosuna relación cordial, directa, de con-fianza. El obispo debe ser con lossacerdotes padre y hermano», ex-plicó Re.

El viento sopla en contra

«La sociedad de hoy tiene nece-sidad de la cercanía del obispo, delos sacerdotes y de los religiosos,pues tras los azarosos años pasadostiene necesidad de razones de vida yesperanza –insistió–. No es fácil, sinembargo, ser obispo: el viento no so-pla a nuestro favor. Cumplir con estamisión en la sociedad secularizada ypermisiva de hoy, que experimentacon fuerza la atracción de los bienesterrenos y se olvida de los eternos,significa con frecuencia encontrarsecon la incomprensión».

Por eso –reconoció–, «desempe-ñar el servicio episcopal comportacada vez más una responsabilidad queexige valor, espíritu de entrega y pro-fundo amor a Cristo y a la Iglesia».

El cardenal concluyó con una lla-mada a la confianza a los obispos:«Sí, tened confianza a pesar de lasdificultades, pues estar animados porla esperanza y la confianza no signi-fica ignorar las dificultades del tiem-po actual. Confianza en Cristo, quenos ha amado, se entregó por noso-tros, y resucitó. Confianza en la Igle-sia, que siempre es asistida por el Es-píritu Santo. Confianza en nuestrotiempo, pues hoy disponemos tam-bién de muchas oportunidades parahacer el bien. Confianza también ennosotros mismos, pero con la mira-da dirigida en Cristo, que camina jun-to a nosotros y nos da la luz y la fuer-za que viene de lo Alto para cumplirnuestros deberes de pastores del re-baño de Cristo».

El obispo, en una sociedadsecularizada

¿Cómo debe ser el obispo hoy? Según el cardenal Giovanni Battista Re, Prefecto de la Congregación vaticana para los Obispos, el obispo, a inicios de milenio, debe serun guía, que dialoga y consulta, pero que es capaz de tomar decisiones sin dejarsecondicionar por las críticas o los aplausos

El arzobispo de Denver, monseñor Chaput reza junto con a su obispo auxiliar, monseñorGómez, ante la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en la catedral de la InmaculadaConcepción, en Denver

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Desde la feAlfa y Omega28 6-VI-2002

Educando a J., que en inglés si titula algo asícomo Mi primer señor, es una comedia dra-mática dirigida por la veterana actriz televisiva

Christine Lahti y protagonizada por Leelee Sobies-ki y Albert Brooks. La Sobieski, a la que vimos ha-ce poco en el thriller juvenil Nunca juegues con ex-traños, asume en esta ocasión un personaje de hon-do calado dramático y moral, que da la réplica a unAlbert Brooks lleno de solidez y ternura.

Jennifer, conocida como J, es una apática y amar-gada adolescente en crisis, con padres separados ymadre inestable, que se refugia de su infeliz exis-tencia en la soledad de su propio mundo hippie, po-blado de piercings y tatuajes. Urgida por las cir-cunstancias, emprende la búsqueda de un empleo yda con un pequeño empresario casi cincuentón, Ran-dall, que a pesar del abismo que les separa decideapostar por ella. Y es que en el fondo compartenmucho más de lo que parece; fundamentalmente, lasoledad.

Lágrimas y carcajadas se combinan en Educan-do a J., que, a pesar de su pequeño formato y de lodesagradable de alguno de sus diálogos, es una in-teresante crítica al nihilismo y a sus causas. Familiasdestrozadas, incomunicación, falta de afecto verda-dero conducen a la disolución de la autoestima y alcinismo más destructivo. Sólo cuando Jennifer en-cuentra una mirada que la valora de verdad, la miradade Randall, ella puede iniciar el camino del cambio.

Por otra parte, Educando a J. es un conmovedorcanto a la familia y un reclamo a su responsabili-dad. Deja claro que la familia no es un bien opcional,sino una pieza imprescindible de la madurez perso-nal y, por ello, del camino de la felicidad. Por eso, elcambio de nuestra protagonista pasa por recuperar to-dos los pedacitos extraviados de su biografía fami-liar y de la de Randall. Nada se pierde y todo se per-dona, en una película atravesada de una nada inge-nua positividad.

Juan Orellana

Cine

Educando a J.El el panorama de estío cinematográfico que vivimos desde hace meses, es precisoestar más atento que nunca a los títulos que, de alguna manera, se salvan del desiertoque avanza. Educando a J. es una modesta película que, amén de entretener, aportadiversos elementos de interés

Organizado por S.U.N. (Socorro Urgente a los Necesitados), obra dela que es Presidenta la Duquesa viuda de Santa Elena, ha tenido lu-

gar en la catedral de la Almudena, de Madrid, un recital de música sacrapara órgano y dos tronpetas. Ha asistido Su Alteza Real doña Margari-ta de Borbón, duquesa de Soria. El organista inglés Simon Wright y lostrompetistas John Wallace y Adam Wright (hijo del organista) han pues-to su arte al servicio de unas bellísimas páginas de la literatura musical,interpretando la conocida página del Preludio del Te Deum, de M, A.Charpentier; el Preludio y Fuga en Fa Mayor, de J. S. Bach; la Sonata daChiessa (sobre un tema de Monteverdi), compuesta, en 1978, por J.Gardner; el Concierto para dos trompetas, de A. Vivaldi; tres Corales deJ. S. Bach; en contraste con la sonoridad barroca, una obra del orga-nista y ornitólogo francés O. Messiaen, profundo creyente y fallecido ha-ce pocos años: Transports de joie. Por último, una Suite del compositoringlés J. Clarke, formada por doce deliciosas piezas breves.

El magnífico sonido del órgano Grenzing de la catedral de Madrid y laexpresiva sonoridad de las trompetas, resultaron una magnífica combi-nación que, unida a la espiritualidad rezumada por las obras sacras in-terpretadas, hicieron posible un clima especial de goce estético y tras-cendente. Los intérpretes fueron felicitados al final con verdadero calor.

Félix Castedo

Concierto extraordinario organizado por Socorro Urgente a los Necesitados

Cultura católica musical

Simón Wright, durante su interpretación en el órgano de la catedral de la Almudena.Actualmente, es el organista titular de la abadía benedictina de Amplaforth y el director del Coro

Festival de Leeds

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Desde la fe Alfa y Omega 6-VI-2002 29

La Cumbre

Tal vez tengan razón quienes piensan que cambiar cada seis me-ses la Presidencia de la Unión Europea es un sistema imperfec-

to de trabajo que no podrá ser aplicado cuando lleguen los nuevos Es-tados que hoy aguardan a sus puertas. Por el momento, no lo veasí este modesto observador, que lleva algunos años rodando pormuchos rincones del viejo mundo. La Presidencia semestral obliga aponerse las pilas al Gobierno, a los funcionarios y a muchos ciuda-danos del país que la acoge; y como lo que durante esos meses lesocupa suele ser de importancia para los uni-europeos, lo es tam-bién para quienes llevan la mayor responsabilidad, porque ese par-tido se juega en su cancha; y jugar en casa exige siempre un es-fuerzo mayor. Creen algunos que tal trabajo distrae la atención oficialde otras obligaciones; no debe ser así y, ciertamente, no lo ha sido enel caso de España y del semestre que se acerca a su fin. Pero aun-que así fuera, ¿acaso lo que en Uni-Europa se decide no afecta mu-cho, y cada día más, a los intereses de todos y cada uno de sus ciu-dadanos?

Las Cumbres coronan los semestres. Bien aprovechadas, comoaquí está sucediendo, las Cumbres son un magnífico invento quereúne a quienes, elegidos por sus conciudadanos en casi todos los ca-sos, tienen la máxima responsabilidad en la Cosa Pública. Bueno esque los tales se conozcan, discutan, concuerden y desacuerden, in-cluso se hagan amigos o sepan valorar al adversario. Bueno es, tam-bién, que adquieran ante sus pueblos unos compromisos públicosque luego puedan serles reclamados. Estorbar las Cumbres es lomismo que estorbar la globalización: una perfecta bobada. Claro esque hay muchas formas de reunirse, como las hay de globalizar; pe-ro las decisiones que afectarán a la gente y quizá remediarán algunamiseria nacerán a menudo de esas Cumbres y nunca de gritos ca-llejeros, de graffitti incomprensibles o –a veces– de mamporros dadosen nombre de la tolerancia.

Entre las varias Cumbres que tocan ahora a España, ninguna –nila informal de Barcelona, ni la mediterránea de Valencia, ni la venideray formal de Sevilla, todas necesarias– tiene el valor intelectual, emo-cional y práctico de la reciente en Madrid. Y la razón es muy simple:una gran nación como España, presente en el ancho mundo en lar-gos siglos de brega común, posee sobre todo dos grandes dimen-siones universales, ganadas a pulso con el esfuerzo y a veces el sa-crificio de sus hijos: son la europea y la americana. No ofreció nunca,esta última, grandes dificultades para manifestarse; porque el abra-zo de lo español y lo americano, el abrazo hispánico, está en la san-gre y la lengua, en la historia y la fe, mucho más que en las variablescoyunturas políticas. ¿Cree alguien, por ejemplo, que España y Por-tugal estuvieron ajenos al divino designio de que Iberoamérica sea yael mayor depósito de la fe verdadera en el ancho mundo?

Pirineos arriba, el encuentro fue más difícil. Desde viejas rivalida-des hasta lenguas y mentalidades diferentes, desde la Reforma y laContrarreforma hasta las guerras del siglo XX y sus secuelas, muchohubo que superar y algún tramo falta todavía. Por ello, significa tam-bién mucho que este viejo solar ibérico haya albergado el encuentroentre dos grandes geografías llamadas al apoyo mutuo, donde nadieteme intentos hegemónicos desde la otra parte. Claro es: para que unaCumbre sirva hay que estar en ella, señor Chávez.

A veces, cabe poner nombres propios a los hechos históricos. Sidel firmante dependiera, la de Madrid se habría llamado Gabriel Be-tancur Mejía. Larga y fecunda, la vida mortal de ese eminente co-lombiano acaba de terminar, hundido en el inmenso dolor de queunos terroristas que medran bajo la sigla FARC mantengan secues-trada a su hija Ingrid, candidata presidencial. Hombre de muchos sa-beres y recta conducta, hombre también de firme fe cristiana, batallópor dos causas principales: la educación de su pueblo a la que sirviócon eficacia insuperable, dos veces como ministro, pero sobre todocomo inventor del Instituto Colombiano de Especialización Técnica enel Exterior, ICETEX, imitado en muchos países…, aunque no en elnuestro; y la Comunidad Latinoamericana de Naciones, en la queveía una de las dos grandes alas de la Comunidad Iberoamericana.Recuerdo la pasión con la que, pocos años atrás, estudiaba en Ma-drid y Bruselas el modelo europeo, sólo en parte aplicable a la rea-lidad del nuevo continente. Sí: esta buena Cumbre habría merecidotan buen nombre.

Carlos Robles Piquer

Punto de vistaL I B R O SAlguien pensará que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valla-

dolid..., traemos a estas páginas el último panfleto del volterianismodecimonónico referido al problema vasco, que decía monseñor Año-

veros en aquella recordada, hoy más que nunca, tercera homilía. El autorde este libro, vate laureado de estudios seminarísticos, colaborador asiduo delos medios de comunicación y novelista de altas plumas, hace una radio-

grafía, sine ira et studio, peromás sin estudio que sin ira, delo que él denomina «el pecadooriginal de la Iglesia vasca».Será de la Iglesia en el PaísVasco, para empezar. Porque,según la más sana teología,Iglesia sólo hay una, santa, ca-tólica y apostólica, universalen su esencia y en su existen-cia. Lo demás es pura imagi-nación, o pura intención ma-nipuladora. Pero entremos enel contenido del libro. Arran-ca con una historia elevada acategoría, a la que suma otraspequeñas, sacadas de contex-to, que sólo producen más es-tupor y desesperación en loslectores. Lo más acertado quetiene este libro es el oportu-nismo, -no buscado por el au-tor, lógicamente-, de haber sa-lido a las librerías en estos mo-mentos y en estas circunstan-cias. Retrata, con intenciónmás manipuladora que real,la génesis del Foro de El Sal-vador, iniciativa loable y le-gítima donde las haya. Y de-muestra algo que, estoy se-guro, no quiere demostrar: laimplicación del Partido Po-pular del País Vasco en losprocesos de constitución y deprimer desarrollo del citado

foro. Una implicación que, curiosamente, no se hace sobre las reglas delbien decir ni sobre las reglas del bien obrar, como lo demuestran las reiteradasexcusas que su secretario tuvo que pedir públicamente por haber implicadoa un grupo de sacerdotes que no habían firmado dicho manifiesto fundacio-nal. Otro de los capítulos estrella es, sin duda, el octavo, dedicado, supues-tamente, a glosar el epílogo de monseñor Fernando Sebastián al libro LaIglesia frente al terrorismo de ETA, de la BAC, y que para memoria de algúncontertulio de la COPE ni está dedicado sólo a recoger textos entresacadosde condena del terrorismo, obviando otras argumentaciones, ni está escritopor Fernando Sebastián. El autor de ETA pro suis cae, precisamente, en es-ta falacia cognitiva: sacar los párrafos de su contexto, del contexto del pro-pio texto y del de la constante predicación y magisterio del arzobispo dePamplona, e interpretarlos, incluso, fuera de la realidad de lo que pasa y nossobrepasa en el día a día del denominado problema vasco que, lógicamente,lo es, pero no sólo vasco. En resumen, un oportunista desacierto que echa másleña al fuego que clarifica las ideas, la historia y los procesos de la siempredifícil relación entre los hombres de carne y hueso de la Iglesia en el País Vas-co y el nacionalismo, que no el terrorismo de ETA. Ya es hora de dejar de con-fundir terrorismo y nacionalismo, en la medida en que, cuando hablemosde terrorismo, nos refiramos al terrorismo, y cuando de nacionalismo, al na-cionalismo. Es cierto que las relaciones de estos dos elementos en la histo-ria del proceso vasco son evidentes. Pero en la historia. No es justa una ge-neralización descalificadora del nacionalismo, dado que, en principio, todageneralización es injusta con la realidad. A estas alturas de la película, nadienegará que los obispos en el País Vasco, y en toda España, han condenado uná-nimemente y sin fisuras el terrorismo de ETA, incluso en la última Cartapastoral. No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que elque no quiere oír.

J. F. S.

ETA PRO SUIS

Título: ETA pro nobis. El pecado originalde la Iglesia vascaAutor: Iñaki EzquerraEditorial: Planeta

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Desde la feAlfa y Omega30 6-VI-2002

Gentes

Stephanos II Ghattas, Patriarca de la Iglesia copta (Egipto)

«En Occidente es necesario estar más atento respecto a la política de in-migración. No se puede ser ingenuo y no reconocer el espíritu intransi-gente del Islam. El Islam impone siempre su cultura y su religión como laúnica verdadera. No hay libertad de poder elegir, y esta falta de elecciónhace que los musulmanes se hagan más fanáticos. El fenómeno del fun-damentalismo musulmán no puede ser subestimado. Estabamos en ma-yoría, pero cuando los musulmanes han llegado, poco a poco, han ejer-citado una presión sobre los cristianos para inducirles a convertirse en mu-sulmanes. Cuando los musulmanes lleguen a ser mayoría, los europeosse encontrarán en dificultad».

Jean Baudrillard, filósofo

«Hay siempre una fuerza indestructible que rige la naturaleza humana yel mundo. El individuo actual dispone de una gran libertad, pero tieneaniquilada su capacidad de distinguir el bien y el mal. Hoy no hay moral,sino reacciones. Y una sociedad sin moral es intrascendente, y hay unaconfusión de valores total. El único criterio es el dinero o el mercado.Con el no-valor me refiero a todos los valores trascendentes, que hansido reemplazados por los valores inmanentes. Antes el sujeto era el pri-vilegiado, pero el yo que ha descifrado el mundo ha desaparecido. Lafelicidad no es la realización de las necesidades, ni la seguridad. Eso nofunciona. La felicidad es un valor existencial».

Federico Mayor Zaragoza, ex Director de la UNESCO

«Creo que, como sucede en todo lo que se considera natural, la contribuciónque ofrecemos a la Iglesia es muy reducida. Son limosnas más que apor-taciones para el adecuado cumplimiento de su compromiso común defraternidad. Tenemos que dar un apoyo mayor. Quien pone la X en la ca-silla de la Iglesia católica es consciente del desamparo y precariedad enla que viven tantas personas. La contribución periódica, a través de las en-tidades bancarias, es el sistema más cómodo y el que permite asegurar unacontribución personal o familiar mínima, que se completa después en las dis-tintas colectas, para que así la Iglesia ejerza su ministerio en las mejores con-diciones posibles y pueda ayudar a los más necesitados».

¿Qué queda de Ángel Herrera Oria?

La formación, unanecesidad urgenteHace pocos días encontré a una religiosa,

de edad avanzada, que, con mucha cu-riosidad, se interesaba por lo que hacíamosen la parroquia. Al final, como resumiendo loque le había dicho, afirmó: «Así, ustedeshacen lo de antes, ¿no?» Desgraciada-mente, cosas como confesar, hacer la visi-ta, el Rosario…, para algunas personas demisa son cosas de antes, del pasado, inte-gristas, que ya han pasado a mejor vida… Y¡ay!, si a alguien se le ocurre revitalizarlas.

Vivimos en una situación de falta de doc-trina. Personas ya de edad, entre ellas reli-giosas y sacerdotes, desconocen en la prác-tica aspectos fundamentales de la vida cris-tiana. La mayoría de los errores y movi-mientos de opinión contrarios al Magisterionacen de una falta clara de doctrina, y deldesconocimiento de documentos básicos yelementales. También, claro está, de pen-sar que podemos manipular la acción delEspíritu Santo.

Estos días, por ejemplo, niños de la pa-rroquia que se preparan para la Primera Co-munión me comentaban, con tristeza, cómose reían de ellos sus compañeros de la pa-rroquia vecina, porque todavía se confesa-ban. Una nueva modalidad sacramental:quemar papeles con los pecados, se pre-sentaba como relevo de la confesión indivi-dual. Y los niños, claro está, por el mero he-cho de confesarse, participaban en celebra-ciones de antes. Temas elementales como lagracia, la vida eterna, la redención, el peca-do están prácticamente olvidados en mu-chas catequesis y comentarios pastorales.Por cierto, recuerdo aún aquella conferen-cia de un Vicario episcopal que, con tododesparpajo, decía a los sacerdotes que es-to de decir misa, confesar..., era algo queteníamos que ir haciendo mientras tuviéra-mos gente, pero que no era lo fundamental.¿Qué es, pues, lo importante? ¿Cómo po-demos olvidar que sólo una cosa es nece-saria? Como la vida misma, son muchas lassituaciones curiosas que evidencian una fal-ta clara de formación. Es lo que pasa, porejemplo, con los que hablan de un supuestoespíritu del Concilio que está por encima, alparecer, de lo que dijo el Concilio mismo.

Al lado de todo esto, encontramos cierta-mente personas e instituciones que unen alesfuerzo propio de buscar la santidad, otrotambién importante que es el de la forma-ción. La llamada formación contínua, per-manente. Los fieles laicos necesitan encon-trar en sus pastores personas formadas yformales. Formarse y hacerlo bien es impre-cindible, sobre todo en una sociedad como lanuestra, en la que no podemos ir únicamen-te con lo que hemos aprendido en la escue-la. De todas maneras, formarse bien incluyehacerlo según el sentir propio de la Iglesia. Noes lo mismo, por ejemplo, lo que dice el Pa-pa que el teólogo díscolo de turno. El púlpitono es el escenario para manifestar las propiasideas, sino el lugar sagrado en el que Dios, através de su ministro, se comunica con supueblo. Formarse bien sintiendo con la Igle-sia, hoy más que nunca, es una necesidad.

Rafael Felipe Freije

Punto de vista

La pregunta surge porque, aparentemente, Herrera Oria no es tan conocido entre los jóvenes españolescomo otras personalidades que, aunque dejando menor huella, gozan de más reconocimiento público.

García Escudero lo explicaba de modo agudo y atinado al señalar que Ángel Herrera, en lugar de actuarsolo, prefirió hacerlo a través de las instituciones que fundó y de los hombres que formó para dirigirlas,que es lo que determina su singularidad en esta España, tan pródiga en sobresalientes individualidadesinsolidarias y sin sucesión. Queda tanto de Herrera que es imposible pormenorizarlo en poco espacio.Este santanderino, inaccesible al desaliento, preside, funda e impulsa numerosas instituciones, entre otras:la Confederación Nacional Católica Agraria, el Instituto Social Obrero, El Debate y su Escuela de Pe-riodismo, la Editorial Católica, el Instituto Social León XIII, y fue el primer Presidente de la Asociación Ca-tólica de Propagandistas, en cuyos centros educativos se forman actualmente más de 30.000 alumnos.Ángel Herrera formó la conciencia social de los católicos, y gracias a él, como dijo Laín Entralgo, el ca-tolicismo español, que estaba anclado en el siglo XIX, entró de lleno en el XX. Herrera asumió los retosde su época, y en su manera de actuar fue testimonio constante del Evangelio. La vigencia de su ejem-plo debe animarnos a sentir su misma pasión por la verdad y la justicia.

Sirva esta mínima y rápida pincelada para tranquilizar a los que se preguntan entristecidos: ¿Quéqueda de Ángel Herrera? Si la esencia es fuerte, nada podrán contra ella quienes intenten destruirla.De nosotros dependerá que, en un futuro, quede la proyección del espíritu de Herrera Oria, o sólo unnombre impreso en la placa de una gran avenida y una estación de Metro de Madrid. No dejemosque se abra esa última puerta tras la que acecha el olvido.

María Alcalá-Santaella

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Desde la fe Alfa y Omega 6-VI-2002 31

Curri Valenzuela creyó inventar la pólvora en latertulia de Radio Nacional cuando lanzó toda unasoflama sobre el dinero que cobran los curas; segúnella, los curas viven de lo que les paga el Estadodesde que Alfonso Guerra, también según ella, ne-goció con la Iglesia lo que negoció –que, por cier-to, algún argumento de elemental justicia encon-traría Alfonso Guerra para negociarlo; ¿por qué nose lo pregunta Curri Valenzuela?– Un sacerdotearagonés, con palabras de exquisito respeto, se en-cargó de sacarla de Babia. Si Curri Valenzuela creede verdad que un cura puede vivir con lo que, en ra-quítica justicia, cobra de los presupuestos del Es-tado, que se nutren con lo que todos pagamos, no sa-be lo que dice. Si, como es su obligación profesio-nal, se tomara la molestia de informarse mínima-mente, antes de echar la lengua a paseoirresponsablemente, el sacerdote aragonés no ten-dría necesidad de testimoniar que lo que cobra unsacerdote de la asignación estatal viene a suponer un15 % de lo que necesita para vivir con un mínimo dedignidad. No quiero recalcar demasiado el servicioque la Iglesia presta a través de sus sacerdotes a to-da la sociedad: en la enseñanza, en la atención alos necesitados, en su alma y en su cuerpo, con loque se ganan más que de sobra, en general, ese 15%.Ni quiero decirle a qué colegios mandan a sus hijoslos que, como ella, se ufanan de que naturalmenteno ponen la X a favor de la Iglesia en la declara-ción de la renta; pero sí quiero decirle que ella, consu dinero, puede hacer lo que quiera, que la Igle-sia seguirá sirviendo a la sociedad sin él; pero ella noes quién para hacer que los demás consideren quenaturalmente no hay que poner la X en la declara-ción de la renta, lo cual, para un católico responsa-ble, no es sólo natural, sino lógico, justo y solidario.Al hijo drogata, al anciano con alzheimer, al sidosoa quien nadie quiere atender, ¿quién lo atiende sinola Iglesia? ¿Le parece suficente a Curri Valenzue-la pagar por eso y por otras muchas más cosas un

15% de lo que un ser humano necesita para vivirdignamente? Infórmese Curri Valenzuela antes dehablar. Y, dicho todo esto, con toda claridad, sí: acuantos –curas o no– independentistas que no quie-ren saber nada con España, ¿por qué razón –no pa-rece ilógico preguntarse– tiene que pagarlws el Es-tado español?

A esa insigne lumbrera de la intelectualidad es-pañola que se llama Gregorio Peces-Barba, le pa-rece, en un inacabable artículo que acaba de pu-blicar en El País, titulado –el sabrá por qué– Por en-cima de las leyes, sostiene que la tesis del cardenalRouco en su discurso de ingreso en la Academia de

Ciencias Morales y Políticas, que fundamenta losderechos humanos en los derechos de Dios, es al-go que «el análisis de la realidad histórica des-miente absolutamente», y habla de fundamenta-lismo. Nótese bien: un profesor que acaba de uti-lizar la palabra absolutamente, haciendo un juiciode valor sobre una opinión ajena, habla de funda-mentalismo. A pesar de que el artículo en cuestiónocupa más de una página de El País, por más que hebuscado y rebuscado –¡ingenuo que es uno!– noencuentro por ninguna parte una argumentaciónque demuestre lo que afirma. Claro que demostrarlo indemostrable es tarea harto ardua, incluso paralumbreras como el señor Peces-Barba, a quien Al-fa y Omega, desde la Fundación San Agustín, leagradece su luminoso y esplendoroso descubri-miento del agustinismo político.

Doña Trinidad Jiménez, candidata del PSOE alAyuntamiento de Madrid, acaba de declarar: «Quie-ro recuperar el orgullo de vivir en el Madrid que ha-bía en la movida». Pues, mire usted, yo no. Con elrebufo de las consecuencias de aquel nefasto in-vento del viejo profesor, yo, y muchos más comoyo, tenemos de sobra para el resto. De todos modos,es muy bueno que la señora Jiménez avise para quela gente sepa a qué atenerse a la hora de votar; elque avisa no es traidor.

Hay periodistas que no se merecen las deferenciasque se tienen con ellos. Al día siguiente de recibirlasy aprovecharlas, dejan de hacer honor a ellas…

Me gustaría que el bendito sacerdote que acaba deadoptar un niño me explicara si la adopción es pa-ra resolver el problema del adoptante, o el del niñoadoptado, que tendrá todo el cariño que se quiera,menos el de una madre.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Uno de los documentos más interesantes, y menos leídos, del VaticanoII es el Decreto Inter mirifica, sobre los medios de comunicación. Un pa-

saje de capital importancia, e inmejorable por su actualidad, es el que ha-ce alusión a la presencia del mal moral en el arte y en los medios de co-municación. «La narración, descripción y representación del mal moral–dice– puede, sin duda, con el auxilio de los medios de comunicación so-cial, servir para conocer y descubrir mejor al hombre y para hacer quemejor resplandezca y se exalte la verdad y el bien mediante oportunos y lo-grados efectos dramáticos». A esto se añade una coletilla del todo nece-saria: el principio es admisible siempre y cuando la explicitación de ese malmoral no sea tan grosera, burda o plana que irrumpa en la mente del es-pectador con afán de desguazarle las piezas de su conciencia, para pro-vocarle deseos execrables, perversiones...; vamos, una especie de des-capitalización moral.

El principio es esencial, porque el visionado del mal moral nos enseña quetodos somos capaces de todo, que en el fondo ninguno tenemos las manosblancas, que Auschwitz no fue cosa de una cofradía de enloquecidos, sinode seres humanos que haraganeaban a la hora de irse a la cama con unanovelita entre las manos y besaban a sus hijos por la mañana antes de ir altrabajo. Por cierto, que los ciudadanos de Dachau (el panadero, el zapatero,el carnicero) andaban encantados con esto de la construcción en su pue-blo de un campo de concentración, porque iba a favorecer sus infraestruc-

turas, sistemas de comunicación, etc. Como lo cuento. En La lista de Schind-ler, Spielberg nos regaló el negativo (las expresiones despiadadas, el su-frimiento, la debilidad pisoteada...) y, con ello, el espectador recibía el po-sitivo de aquel homenaje a la sinrazón (la incomodidad suma, la concienciade que aquello convierte al hombre en un grito de bestia y el compromisovital por evitar en lo cotidiano cualquier saqueo a la dignidad humana). He-mos visto por televisión, en el espacio Línea 900 de La 2, un reportaje es-pléndido sobre la vida del diplomático español Ángel Sánchez Briz, quesalvó la vida a 5.000 judíos de los campos de exterminio nazis.

Conviene asistir a estas lecciones humanas para que nos veamos comosomos: precarios, dispuestos a vender nuestra integridad por un pinchitode tortilla, y siempre necesitados de Dios. De ahí que me parezcan frívolasalgunas propuestas que se han hecho a propósito de echar por tierra el ac-tual museo del campo de concentración de Auschwitz, y construir en su lu-gar un centro para la paz, un espacio para el diálogo de las civilizaciones. Creoque es más oportuno, y más humano, conservar cada detalle tal y comoestá: la celda de Maximiliano Kolbe, las maletas de los recién llegados, laspertenencias diseminadas, las latas de gas venenoso... Todo ello se nosmete en vena y nos recuerda lo fácil que es perder la noción de la realidadmoral; es una lección más eficaz que un discursito de cumbre europea.

Javier Alonso Sandoica

La delgada línea roja del bien y del mal

Dobritz, en Le Figaro

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l siglo XX ha sido denomina-do por el Papa Juan Pablo IIcomo el siglo de los mártires.«La experiencia de los márti-res y de los testigos de la fe–dice el Pontífice– marca to-

das las épocas de la historia de la Iglesia. En el sigloXX, tal vez más que en los primeros períodos delcristianismo, son muchos los que dieron testimoniode la fe con sufrimientos, a menudo heroicos. Allídonde el odio parecía arruinar toda la vida, ellos ma-nifestaron cómo el amor es más fuerte que la muer-te. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que seaborrece a sí mismo en este mundo, se guarda parala vida eterna».

Así hablaba el Papa aquel domingo 7 de mayodel 2000 en el Coliseo de Roma, símbolo del naci-miento heroico del cristianismo, cumpliendo de es-te modo su deseo de dedicar una jornada a los már-tires, testigos de la fe a lo largo del siglo XX.

Entre esta multitud de testigos, de toda edad, se-xo y condición: sacerdotes, religiosos y seglares,surge también, en los albores mismos del siglo XX,6 de julio de 1902, la pequeña flor del campo, co-mo la llamaron sus primeros biógrafos, la niña Ma-ría Goretti, de apenas 12 años, pero fuerte y firmeen su fe y amor inquebrantable a Jesús, al que se en-tregó precozmente y por el que prefirió morir antesque ofenderle con el pecado.

El testimonio de Marieta

Hablando con unas adolescentes con motivo delcentenario de María Goretti, ellas aducían: «¡Es quecualquier chica ante una agresión así, un intento deviolación, se defiende como puede!» Y no les quitola razón.

Sabemos que la sociedad actual es especialmen-te sensible ante los derechos humanos, y que lo querepudia, en el caso de la violación, es la privacióndel derecho de toda persona a la libertad, a decidir porsí misma.

Otra cosa sería analizar esa defensa espontánea; lamotivación al oponerse y resistir ante la amenaza demuerte e, incluso, hasta la ejecución de la misma.

En el caso de María Goretti, ésta resistió y so-portó con entereza la muerte en un acto consciente deamor heroico a Dios, que incluyó el perdón al asesi-no. Defendió su virginidad que quedó intacta, segúntestimonio del mismo asesino y confirmación de losmédicos que intentaron salvarle la vida.

El martirio no se improvisa

Pero hay algo que conviene destacar: María Go-retti antes de su martirio era ya una niña santa. Comoescribe monseñor Antonio Montero, arzobispo deMérida- Badajoz, «el martirio, no lo olvidamos, es undon. Un don misterioso, pero no caprichoso. ¿Aquién se lo regala el Padre? Pues, las más de las ve-ces, a aquellos que ya eran santos antes de derramarsu sangre». Esto queda probado en el caso de MaríaGoretti.

El Papa Pío XII, en documento anterior a la bea-tificación, se refirió a la santidad de María Gorettiantes de su martirio: «El Espíritu Santo –afirmabael Papa–, que sopla donde quiere, quiso enriquecer el

alma de la pequeña Sierva de Dios, con singulares ca-rismas y privilegios extraordinarios, y alimentar yaumentar su santidad más cada día; la atrea de lascosas visibles y naturales a las invisibles y celestia-les. Esto ya desde los primeros años. Crecía en edady en gracia, sin otro Maestro que aquel que tiene porcátedra de su enseñanza la cruz; sin otro libro queel Rosario Mariano…»

Y en los testimonios del proceso se afirma: «Jamásse había notado en ella falta alguna contra la ley deDios; muy al contrario, destacan todas las virtudes;y esto continuamente y en circunstancias difíciles,abrumadoramente duras, que le imponían un cons-tante sacrificio casi insoportable a su edad, en unatotal entrega y servicio inspirado en el amor a Dios ya los suyos, y un sentido sobrenatural que brotabaen ella de la piedad. Y esto, aunque la protagonistasea una débil niña de apenas doce años».

¡Que santa María Goretti, en el centenario de sumartirio, inspire a los jóvenes valor y fortaleza paraluchar y defender con entusiasmo sentimientos ycausas por las que valga la pena vivir e incluso dar lavida si fuera necesario!

Teresa Resusta

AAllffaa yy OOmmeeggaa

AAllffaa yy OOmmeeggaa aaggrraaddeeccee llaa eessppeecciiaall ccoollaabboorraacciióónn ddee::

Centenario del martirio de santa María Goretti

Virginidad, amor sin límite

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Arriba, dibujo de María Goretti; sobre estas líneas, inscripción en la que fuera su casa: «En esta casa donde habitaba, cayó heróicamente, atravesada por un hierro homicida, la angelical niña de doce años María Goretti, víctima por su virginal pureza»