NI LAS FLORES DEL MAL NI LAS FLORES DEL BIEN de José Agustín Solórzano

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Ni las flores del mal ni las flores del bien José Agustín Solórzano Premio de Poesía, Carlos Eduardo Turón

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Obra ganadora de los Premios Michoacán de Literatura 2014 en la categoría de Poesía "Carlos Eduardo Turón"

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Ni las flores del malni las flores del bien

José Agustín SolórzanoPremio de Poesía, Carlos Eduardo Turón

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GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACÁN DE OCAMPO

Salvador Jara Guerrero

Gobernador de Michoacán

Marco antonio aGuilar cortéS

Secretario de Cultura

Paula criStina Silva torreS

Secretaria Técnica

María catalina Patricia díaz veGa

Delegada Administrativa

raúl olMoS torreS

Director de Promoción y Fomento Cultural

arGelia Martínez Gutiérrez

Directora de Vinculación e Integración Cultural

eréndira HerreJón rentería

Directora de Formación y Educación

JaiMe Bravo déctor

Director de Producción Artística y Desarrollo Cultural

Héctor García Moreno

Director de Patrimonio, Protección y Conservaciónde Monumentos y Sitios Históricos

Miguel Salmon Del RealDirector Artístico de la Orquesta Sinfónica de Michoacán

BiSMarck izquierdo rodríGuez

Secretario Particular

Héctor BorGeS PalacioS

Jefe del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura

conSeJo nacional Para la cultura Y laS arteS

rafael tovar Y de tereSa

Presidente

Saúl Juárez veGa

Secretario Cultural y Artístico

franciSco corneJo rodríGuez

Secretario Ejecutivo

ricardo caYuela GallY

Director General de Publicaciones

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Ni las flores del mal ni las flores del bien

Gobierno del Estado de MichoacánSecretaría de Cultura

Consejo Nacional para la Cultura y las Artes

José Agustín Solórzano

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Ni las flores del mal ni las flores del bien

Primera edición, 2014

dr © José Agustín Solórzano dr © Secretaría de Cultura de Michoacán

ColecciónPremios Michoacán de Literatura 2014Categoría Poesía “Carlos Eduardo Turón”

JuradosLucía Rivadeneyra, Víctor Manuel León Leitón yJosé Manuel Recillas

Coordinación editorial:Héctor Borges Palacios

Diseño de Colección:Jorge Arriola Padilla

Revisión de textos:Elena Medina PinedaRamón Lara Gómez

Secretaría de Cultura de MichoacánIsidro Huarte 545, Col. Cuauhtémoc,C.P. 58020, Morelia, MichoacánTels. (443) 322-89-00, 322-89-03, 322-89-42 www.cultura.michoacan.gob.mx

ISBN Volumen: 978-607-8201-93-8ISBN Colección: 978-607-8201-85-3

Impreso y hecho en México

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Presentación

Más allá del dilema de que si los premios son bue-

nos o malos, lo único que pide el escritor es que

lleguen a tiempo. Esto significa, para alguien que

se inicia en la escritura, un aliciente para seguir

escribiendo con más fe en uno mismo y dejar de

tener preocupaciones durante el proceso de escri-

tura del siguiente libro. Los Premios Michoacán

de Literatura nacieron con esa vocación: la de des-

cubrir nuevos autores e impulsarlos en su carrera

inicial, que es cuando el escritor más lo necesita.

El Premio de Poesía “Carlos Eduardo Turón” se

ha enriquecido con las voces de jóvenes poetas,

como Leonarda Rivera o Magdiel Torres Magaña

o voces más consolidadas como Rafael Calderón y

Ernesto Hernández Doblas y cada uno de ellos le

han dado prestigio al premio. Toca hoy el turno

a José Agustín Aguilar Solórzano, que ya había

dado muestras de su trabajo poético en Versos,

moscas y poetas, y que es dueño de un estilo desen-

fado pero certero: iluminador porque nos sumerge

en los lados oscuros del alma. Creo que los jurados

Lucía Rivadeneyra, Víctor Manuel León Leitón

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y José Manuel Recillas no se equivocaron… José

Agustín Aguilar Solórzano con su poemario: Ni las

flores del mal ni las flores del bien posee una voz

lúdica que le permite jugar y subvertir elementos

de la tradición lírica de la modernidad. Los tres

apostaron por una poesía fresca y atrevida. Podía-

mos asegurar que Nicanor Parra y Pablo Neruda

estarían felices de conocer esta nueva propuesta

que nos hace reconocernos y enriquecernos al salir

de su lectura.

Ramón Lara Gómez

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PARA ALFREDO CARRERA, porque sin su beca del FONCA este libro no hubiera sido posible.

A JESÚS BARTOLO, por la honestidad intelectual que antes de él sólo había

conocido en los muertos.

A los jurados de los premios de poesía Elías Nandino, Francisco Cervantes, y Salvador

Gallardo Dávalos, entre otros, de las últimas cuatro ediciones. Sin sus dictámenes estos

poemas mediocres y resentidos no habrían sido escritos.

También, y sobre todo, es para B, por empapar de llanto mis mejores chistes y celebrar a carcajadas

mis mejores versos.

Las únicas flores que puedes esperar de mí son las de este libro.

Gracias.

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Destruye este papella poesía te sigue los pasos

a mí también a todos nosotros

Nicanor Parra

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QUIZÁS PUEDA ESCRIBIR UN LIBRO

ALGÚN DÍA. Quizás publiquen mis poemas. Tal

vez incluso los traduzcan a otros idiomas. Enton-

ces en algún lugar de la India leerán mis poemas

y entenderán lo que yo jamás quise decir.

Y por eso serán buenos.

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OTRA VEZ B ME DEJÓ LA COMIDA EN LA

MESA y la computadora encendida para que

escriba.

Salió a buscar algo de esperanza a la tienda.

Por qué no me pide que deje de escribir, que con-

siga otro trabajo por las mañanas. Qué pensará

esa mujer:

¿Que puedo escribir poemas que sean más

que un buen chiste?

¿Que esta mala suerte se alejará de mí como se

nos va el camión de la basura todas las mañanas?

¿Y crees que con estas metáforas nos esperan

viajes y publicaciones?

No, mi amor, mejor ve afuera y cómprame el

periódico con los clasificados.

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LOS LIBROS SE NOS ESTÁN ACABANDO.

Ya hemos leído la mayoría y ninguno me ha dado

una gran idea. Esa gran idea.

Mis poemas siguen plagados de lugares

comunes, de cosas comunes. Te lo dije: soy un

hombre común.

Pero tú insistías: escribe un libro, hazme un

poema, si Nogueras pudo, tú por qué no.

-¿Y Parra?, qué me dices de Nicanor Parra, él

escribió que sus poemas no le conducirían a nin-

guna parte.

-B, los poemas no tienen por qué conducir a

ningún sitio. Lo que tú necesitas es un auto, no

un poeta.

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Poema de amor confinal musical

Yo te recuerdo y lanzo pequeñas piedras a tus ojos tranquilos

Luis Rogelio Nogueras

B, quiero decirte que te quiero. No es que necesi-

tes saberlo, tampoco es que yo necesite, urgente-

mente, decírtelo. Es más, olvida que lo he dicho.

Aquí no ha pasado nada.

Al amor ni lo alborotes, sabes cómo se pone.

La última vez que lo dejamos entrar nos dejó

la cama hecha un borlote, y ni qué decir de la

cocina o el baño. Tus ojos tibios dejémoslos así,

también mis manos taquicárdicas y mis instin-

tos salivodentales.

Insisto, no hay poema. Nadie ha dicho nada.

Ah, y el final musical aquí lo tienes:

Chan-chan.

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CON QUÉ DERECHO VIENES, B, A CRI-

TICAR MIS POEMAS, cuando yo te saqué del

fango becqueriano, cuando fui yo quien te libró de

Neruda y puso en tus manos a Nogueras.

Cómo vienes ahora a decirme que mi poesía

es una estafa, si todavía no hace tanto leías con

ilusa juventud los más empalagosos y estúpidos

versos de Benedetti. Cuando fui yo quien frente a

tus ojos abrió al azar un libro de Szymborska para

que te despabilaras y olvidaras las ecuaciones

poéticas de algunos eruditos que más que poesía

hacen somníferos.

¿No jugamos, tú y yo, ebrios, a la lucha libre

y montamos al ring un libro de Novo que termi-

nó deshojado por los brutales derechazos de una

mala edición de Bukowski?

“La poesía debe ser una parvada de patadas

en el culo”, dijimos.

Pero vienes a criticar mis poemas, ahora, y

yo siento tus palabras como un contundente golpe

de alas que se desploma sobre mi culo celeste.

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De una serie de cartas que jamás llegarán a su destino

Pablo, quiero pedirte disculpas. Me acabo de ente-

rar que tus Veinte poemas de amor los escribiste

antes de los 19. Entiendo que a esa edad uno es-

cribe muchas estupideces. Quiero que sepas que te

entiendo, que yo también sufrí de sensiblería y me

enamoré de algunas muchachas bobas que me ha-

cían escribir versos empalagosos.

Aun así, no te perdono del todo. Fuiste el cul-

pable de que más de tres chicas me mandaran al

carajo. Yo creí, también por aquella edad, que a

ellas les gustaba escuchar eso de Me gusta cuando

callas porque estás como ausente. Pero es difícil,

¿sabes?, darnos cuenta que la poesía no es como los

perfumes, los chocolates o el buen aspecto. Aun-

que al principio se les haga curioso que en lugar de

llegar con un par de boletos para el cine aparezcas

con un puñado de hojas manuscritas, luego empe-

zarán a reclamarte –de maneras que ni te imagi-

nas-, algo que no sólo les entre por las orejas.

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Las mujeres buscan hombres, Pablo, no poe-

tas. Quizás tú también te diste cuenta más tarde

que temprano, y por eso ibas a llorar a los cines,

y por eso tu desilusión. ¡Cambiaste los versos de

amor por odas a los tomates!

Estés donde estés, no te sientas mal, Pablo.

Sucede que a veces todos nos cansamos de ser

hombres, de ser poetas. Sucede que nos entera-

mos tarde de las cosas y ya no podemos ocultar la

cabeza ni los versos de amor ya publicados.

La cagaste, mi buen, pero todos la cagamos.

Quizás hoy, que la noche está estrellada y los as-

tros tiritan a lo lejos (igual que todas las noches del

mundo), podamos escribir los versos más tristes;

pero lo mejor será olvidar que sucedimos, quedar-

nos hombres, llamarnos como nos llamamos, y no

cometer la ridiculez de creer en el amor o rebauti-

zarnos como Neruda.

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QUÉ CREES, OCTAVIO, TODAVÍA HAY IM-

BÉCILES que piensan que la poesía es oscura

metáfora y pedantería; se llenan la boca con flores

pestilentes y las perfuman con lenguas en clave

que suenan a cacareos fatuos; debes estar feliz,

en Paz, Octavio. Pero también están los Otros, los

que creen en el poema como sencilla revelación y

se lo comen en la mesa de la cotidianidad, con le-

che o agua; lo que haya, mientras la poesía les dé

palabra aunque sea simple, y la metáfora la en-

tienda hasta el hombre bestia que alimenta al si-

mio letrado que bebe del cántaro de los desleídos.

Ya ves, Octavio, pero de los primeros es el

reino de los ciegos, y de los segundos el arrabal de

los iluminados.

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CUANDO LEER SE VUELVE TIEMPO PER-

DIDO, al igual que el sillón o la consola de vi-

deojuegos, salir de casa es otra forma de escribir a

pasos. Desorientado. Breve andar en el silencio de

una ciudad de brújulas aletargadas. No habría que

ir tan lejos, sino avanzar con lentitud dando vuelta

a las páginas del mundo: escribir que nos encontra-

mos con un viejo amigo, que hablamos de los viejos

años, que recordamos lo viejos que somos, que nos

extrañamos de veras, de la piel para dentro y entre

calles. Que no sabemos olvidarnos de las lecturas

que nos hicieron no querer salir de casa. Saber que

la valentía a veces tiene más que ver con perma-

necer en el viejo sillón o encender la consola de los

videojuegos. Y no con embravecernos allá afuera,

practicando la vida como un deporte extremo.

Hemos aprendido, nos decimos mientras la

despedida y el bus interrumpe nuestro abrazo:

que la vida es un trago de whisky al llegar a casa,

lo demás es buscar la sed con la terquedad propia

de un atleta.

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Cuando vivir se vuelve tiempo perdido, lo

mejor es echarse sobre los cojines de nuestra

tumba y ponerle pilas nuevas al control remoto

de la muerte.

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UN BUEN VERSO ES COMO UNA CUCARA-

CHA: sucio, inevitable, y sobrevivirá al fin del

mundo.

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Tres sugerencias para elescritor independiente

Sobre la autogestión…

Uno no vende su refrigerador para publicarse un

libro. Uno publica un libro para poder comprar un

refrigerador.

Sobre la autocomplacencia…

Recuerda, un artista no sólo se alimenta de aplau-

sos. Pon el ejemplo: una dieta baja en autoengaño

podría fortalecer tu obra y, por qué no, también tu

despensa.

Posdata:

La escritura automática no funciona para los poe-

tas estándar.

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Quiero encontrar el versoque abra todos los cajerosautomáticos.

Mallarmé buscaba el silencio, Paz la blancura,

Baudelaire el infierno. Yo busco la barra libre, un

cheque cada quincena, dos días de asueto. No me

importa ni un poco lo que haya pasado con el uni-

cornio azul. No estoy interesado en ningún ser

inexistente ni en la trascendencia de mi espíritu.

Yo sé, escogí mal. Debí haberme dedicado a

otros menesteres menos ecuménicos. Pero estoy

aquí, en el fango del espíritu, traficando misera-

blemente con el ánima de los lectores, usando un

diccionario para sonar cierto y contundente.

Mi cuenta permanece tan vacía como mi

cuerpo. No encuentro el NIP para dejar salir to-

das estas aguas de silencio que hierven en mis

entrañas.

Quiero un alma pobre, que se conforme con

un televisor encendido, con un paquete de fritu-

ras, con un par de tetas que le acolchonen las ore-

jas por las noches.

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Ya me cansé de los caballos inexistentes

que trotan en mi cabeza, del pájaro azul que

Garcín me disparó a la sien. Me cansé del exceso

de libros, de la escasez de papel sanitario cuando

se necesita.

Espero que Baudelaire esté disfrutando su

infierno. Espero, firmemente, que Mallarmé man-

tenga su cómodo silencio. Confío en que Paz siga

tan poco leído como hasta ahora.

Yo como Bulgákov voy a tirar todas mis hojas

a la hoguera y me sentaré a esperar, con mi estado

de cuenta en las manos, la llegada de ese tropel de

caballos que corre en mi cabeza.

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A Alejandro Ontiveros

“HERMANITO, NO TE SUELTES DEL MÁS-

TIL SIN IMPORTAR LO HERMOSO DEL

CANTO DE LAS SIRENAS”

Sigo amarrado al mástil, Alex. Las sirenas

parecen perros que ladran y el mar se ha olvida-

do de acecharme. Realmente ya no recuerdo muy

bien por qué estoy atado en el sitio más alto de

este barco.

A veces sueño con un cíclope que me pregun-

ta mi nombre. Debo decirle que mi nombre es Na-

die y él se aleja llorando por su único ojo.

Desde aquí no puedo ver gran cosa. El cielo

en el que me dejaste es más aburrido que los pro-

gramas de concurso. A la mano tengo la ciudad y

un par de buses que se mueven sobre ella como

perros amaestrados. También hay tiendas de au-

toservicio, ya sabes, un Oxxo en cada esquina, ci-

garros sueltos, gatos en los tejados y postes que

iluminan a los ebrios en la noche.

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Acá no llegan las olas pero las golondrinas

siguen cagándonos desde los cables. Los cines dan

funciones como si las películas se dieran en los ár-

boles y los árboles crecen derechitos, por concien-

cia vial, supongo.

A veces extraño tu casa verde, el mar. A ve-

ces me bajo un rato del mástil y recorro la bahía

de mi cuerpo; encuentro aguas todavía de Pichi-

linguillo, pero de las sirenas ni un solo rastro; acá

los peces no cantan más que para evitar la asfixia.

Debo confesártelo, hermanito, nada me se-

duce pero vuelvo a montarme al mástil porque se

está mejor y desde acá la ciudad parece un cíclope

ciego que no espera a Nadie.

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A Julio Rodríguez

Metáforas indispensables

Los pianos como las cascadas, los poetas como los

animales, los amores como los aeroplanos, el si-

lencio como el fuego, el fuego como la sal, la sal

como la herida, la herida como la espada, la espada

como el silencio, el silencio como los animales, los

animales como las cascadas, las cascadas como los

poetas, los poetas como los pianos.

Pero el amor, lector, el amor como los

aeroplanos.

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Ni las flores del malni las flores del bien

Los poemas son mamíferos deshojados. Decapi-

tados ángeles. Zapatos de lujo para estrenar en

nuestro funeral.

No los aceptes en casa. ¡Cuidado, troyano!,

huye de los enloquecidos potros tripulados por el

escritor de versos. No te fíes jamás de estos ani-

males silvestres. No adoptes uno por más desam-

parado que parezca: muerde.

Los poemas son perros con plumas en los

colmillos.

Y el poeta no es más que un infeliz y estúpido

pájaro.

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Para ganarme el pan, cada mañanavoy al mercado donde se compran mentiras.

Lleno de esperanza,me pongo a la cola de los vendedores.

Bertolt Brecht

A Armando Salgado

LA MUERTE CUELGA DE LOS CABLES: el

cadáver desnudo de unos Convers: un pájaro que

apesta el silencio. La ciudad ofrece vitrinas va-

cías: escaparates atestados de ataúdes: el aire es

un ave dormida en el escape de un Volkswagen.

Slavoj Zizek me ofrece la pastilla azul o la

pastilla roja: huyo de los mendigos porque me

aterran los filósofos contemporáneos. Brecht está

formado en la fila de los vendedores, lleno de es-

peranza ofrece sus poemas: huyo de los estudian-

tes universitarios porque sólo ellos creen en la

poesía.

Y los sindicalizados y los políticos y los acti-

vistas sociales creen en la poesía. Las amas de casa

que enjugan lágrimas frente al televisor creen en

la poesía. Los libreros también y los editores y los

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organizadores de festivales creen en la poesía. Los

hombres de fe, los burócratas, las secretarias y los

periodistas: todos creen en la poesía.

Los poetas no; pero la vendemos con moño,

con corbata, frente a los asalariados y las amas de

casa y los estudiantes universitarios, y ellos, que

sí creen, la mastican ávidamente y la descarnan.

Me voy. Se está mejor en casa, aunque la últi-

ma vez que fumigaron no hayan acabado con todos

los libros de Franz Kafka.

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Breve historia de mis fracasos

Yo también estoy bailando dentro de un ataúd.Fito Paez

Nací en el seno de una familia copa C, desde pe-

queño buscaron un ataúd de mi talla pero nunca

fui de los que lucen bien en traje festivo.

Mis primeras lecturas se las debo a la so-

ledad de ser hijo único. Me gustaron los libros,

hasta que conocí el porno. Entonces conocí a las

mujeres… y me siguió gustando el porno. Luego

me dejó mi primera novia y volví a la tristeza y a

los libros; aunque siempre, entre el abandono y

los poemas de Sabines, hallaba espacio para una

buena chaqueta.

Mis primeros poemas eran así: breves espas-

mos de soledad y cursilería que escupía y dejaba se-

car a la intemperie. No hay una gran historia, ni el

más mínimo atisbo de lo que podría ser una biografía

respetable: mis versos son manchas en la sábana y

en los calzones. Fracasos trémulos y parpadeantes.

Encontré un traje de gala a mi medida y con

él salgo a asustar a los viandantes.

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No ser un boxeador, ser un poeta,con una condena a poemas forzados…

Szymborska

SIEMPRE ES LO MISMO: los escritores son es-

critores porque el fracaso los llevó a ello. De niño

se quiere ser futbolista, astronauta, científico loco,

boxeador, no poeta. Pero se es demasiado torpe con

los balones, con los puños, con las estrellas, con los

microscopios, y uno termina buscando el infinito

de formas menos remuneradas.

Cuándo se ha escuchado decir a un niño:

Mamá, cuando crezca quiero ser poeta.

A la poesía nos llevan los fracasos. La pala-

bra es la casa de los infelices. Por eso cuando no

se puede uno escribe las estrellas con los puños,

se abalanza a patadas contra la hoja en blanco;

recuerda que quiso ser feliz y ser grande, pero la

poesía es la batalla de los enanos, la escritura es

la ciencia de la derrota.

Y Dios, ese astronauta hijo de puta, no para

de atestarnos gancho tras gancho mientras nos

mira desde su microscopio.

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DESPOJAR A LA POESÍA DE TODOS SUS

MALES. Es decir, despojarla del poeta.

Lamentablemente son más útiles los escusa-

dos que las flores.

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Dos vidas sin saber quién eres, dos tragos para el último bye bye…

Leiva

COMO SI CADA POEMA FUERA UNA DES-

PEDIDA. Las únicas palabras sinceras son las

que sirven para decir adiós, lo demás es la false-

dad con lentejuelas en el cuello.

Escribir es hacer una carta de suicidio, inau-

gurar la soledad venidera: echarnos a las faldas

del olvido.

El poema quedará entonces impune y será

real; no una muestra de sensiblería ni una ovación

chapucera frente al espejo.

Al poeta no lo necesitamos:

Dejemos que siga colgando en el silencio, con

esa soga de lentejuelas adornándole el pescuezo.

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El talento es pura gana de molestar a los demás.Roque Dalton

BASTA YA DE LOS POEMAS MERÓLICOS,

de los líricos sonsonetes, del canto de fayuca. Que-

remos poesía para lanzar al fuego, versos que apa-

guen el frío. Queremos un poeta lo suficientemen-

te idiota y lo suficientemente divino. Un poeta que

domine la caligrafía de los imbéciles y de los dioses.

Buscamos el talento en su presentación más

económica: un poeta de mala raza, con dos o tres

palabras en la bolsa y con necesidad de algunos

pesos y un trozo de pan.

Es necesario un poeta a nuestra imagen y se-

mejanza. Uno de carne entre los dientes; algo sucio

y con hambre. No necesitamos uno saciado ni de

buenos modales.

Si lo encuentra no nos escriba; no se moles-

te ni nos moleste. Basta que él esté ahí, enfren-

te suyo. Dele unas monedas, evite los aplausos y

mándelo a su casa sin mayores pleitesías:

Ahí va un dios que necesita estar solo para

picarse la nariz a sus anchas.

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25 freestyle

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Se acabaron los poemitas lacrimógenoslas noches de insomnio

los dos paquetes de cigarrillos al día (...)A partir de hoy todo va a cambiar

¿Te fuiste con tus lindos ojos azules?Mala suerte

Que te vaya bien(y los hermosos ojos azules

te los puedes meter en tu inolvidable culo)

Luis Rogelio Nogueras

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25 freestyle

a veces el poema

no es más tabla de salvación

ni triste pornografía mirada a escondidas

por una rendija desde nuestro propio cuerpo

pasa entonces

que nos afligimos por las grietas de la tabla

por las grietas del mar y por las grietas del cielo

que no salimos a la calle por miedo al poema

nos encadenamos al televisor

a la sala de estar y a un té amargo

nos clavamos el dedo gordo del pie

sobre un suelo nublado

masticamos cualquier cosa que nos estriña el alma

y damos vuelta sobre nosotros mismos

como un perro solo o un planeta

solo

nadie que nos invite a jugar a las canicas

con nuestros duros universos fracturados

nadie que nos abra una bolsa de frituras

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que nos regale el tazo en señal

de fraternidad

la libertad es un hueso duro a veces

el moco náufrago renuente a dejar el dedo materno

la pereza despilfarrada sobre un vaso con

cicatrices invisibles

la sangre caliente que no aplacan ni cinco

trémulas chaquetas

ni el poema

ni su cuerpo enterrado en las uñas

las másdeunmilmaneras

de cabecear:

de sueño

de asco

de

estesequietonosevayaacaerpincheborracho

van a salvarte del silencio que deja

la botella vacía

la mujer vacía

la calle vacía

el taxi vacío

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la cama despeinada

la pasta de dientes abierta en el lavamanos

del mar que guardas en la despensa

nada

de la isla negra a la que te mudas por las noches

nada

del salado sudor que nadie lame

nada

de la falta de mordidas en la espalda

nada

de la fuente desbordándose en el pecho

nada

ni la alcantarilla abierta a media calle

ni la bragueta con candado

ni el foco que parpadea a risa suelta

ni el reloj digital del microondas

nada

de qué te sirve una tabla

un barco entero

un faro en medio de un charco a punto de tener

un orgasmo

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de nada

pura cursilería sembrada en estas hojas

pura saliva echada al cesto de mis

perversiones

soy libre de enfermarme

de aplacar la pesadumbre de los días

con un bostezo o un rascarme losdeabajo

soy libre del olor a muerte de los veinticinco

de la fragancia dulce de un vientre deshilado

por mis manos inquietas y temblorosas

libre de sentir hambre resaca

de maniatar mis mancas ganas

de dispararme

de abrirme la cabeza con el control remoto

y dejar de hacer zapping con un

libro de Nogueras

libre

no feliz

soy libre

no infeliz

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soy libre

no desalmado

ni con el alma en buenas condiciones

sino libre para malbaratar

dos o tres de mis calcetines impares

la tierra entre mis dedos

cinco tangas blancas que robé

para que la gente

al ver mi tendedero creyera que tenía novia

libre para convertir el vino en agua

para desembocar en cualquier esquina

como un río largo y lento que se cansa

y que se va cansado

como un suspiro de agua

a estancarse en la vitrina de los días

y así pasa

que uno se queda sin tabla

sin naufragio

sin un balón al cual ponerle nombre

y pintarle un par de tetas

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¿para qué necesitaba ojos Wilson?

sin poema

se queda uno

y con ganas de coger

un resfriado

aunque sea.

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De cuando no hubo para ir por la despensa

a veces no estoy de humor

para escribir poemas

y me entretengo transcribiendo

recetas de cocina

practicando listas de supermercado

para cuando haya para ir por la despensa

ejerzo la sana labor de dibujar

casitas de palitos habitadas

por la palabra Silla

por ejemplo

la palabra Ventana Puerta

la palabra Cama

la palabra Botella

la palabra Hombresolo

escribo también que Hombresolo ha salido

que atravesó la palabra Puerta

luego de mirar por la Ventana

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palabra que siempre me hace

querer escribir la palabra Cielo

fuera de la casa

pero me aburro

cuando Hombresolo llega a la orilla

de la página

y se da cuenta nos damos cuenta

que el mundo siempre tiene un límite

por eso

como no estoy de humor para escribir poemas

me pongo a transcribir uno de Parra

otro de Lizalde

me entretengo cambiando comas

desgastando los versos más bellos

escribiéndolos una y otra vez

los vecinos escuchan a Paz

Espinoza digo

y la canción también la transcribo

pero me entra el hastío y ese sentimiento

que he llamado la deshora

mejor dibujo un hombre

de palitos

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en la puerta de mi casa

y la palabra Página en el centro de su pecho

salgo

el mundo nunca había estado tan vacío.

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De por qué las mujeres nos prefieren poetas

no soy un poeta mal parecido

mi nombre tampoco es el más feo

pude haberme llamado

por ejemplo: Anivdelarev

o Benito u Octavio

pero no

no soy un poeta con el pene

muy grande

calzo del 26

y mis años todavía son menos

que el dinero que guardo en la bolsa

me alcanza al menos

para invitarte a un cigarro

a una Coca Cola de lata

a caminar e intentar

que pase algo

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por ejemplo:

que mi mano derecha

salga de mi control

y ruin y descarada

te agarre las pompas

mientras yo veo las palomas

y pienso lo bonito

lo realmente bello

que es el parque

“no te enfades”

te diría

“realmente

aunque no quería tocarlas

me gustó

tienes unas bonitas nalgas”

porque

tampoco soy un poeta

con los gustos más exquisitos

me gusta leer la nota roja del periódico

cantar en la regadera

y picarme la nariz a solas

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como puedes ver

de poeta no tengo nada

pero podría tener

al menos esta noche

con quien compartir

la última lata de atún

que guardo en la despensa.

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Yo no tengo equipo de futbol

quizás por eso

yo no grito ¡gol! Los domingos

quizás por eso

me gustan las mujeres

pero del vientre para adentro

quizás por eso

he dejado los dos últimos trabajos

que he tenido

he bebido antes del medio tiempo

del medio día y después de media botella

he orinado más esquinas que escusados

quizás por eso

me molestan los poetas con chaqueta

los seudointelectuales con espíritu de carniceros

los perezosos que vierten su tedio en tazas de té

los contraculturales con mechones largos

los hacedores de festivales

los antologadores que te citan en Starbucks

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quizás por eso

me he leído todas las etiquetas de champú

que he comprado

todos los cuadernos de instrucciones

desde el de Cortázar hasta el de

Walkman Sony

quizás por eso

porque escribo para leer algo

realmente mío

aunque lo único mío

verdaderamente

es lo que he perdido

eso que nunca va a dejarme

con las manos vacías

quizás por eso exprimo todas las tardes

mi alma percudida bajo el sol de las seis

y mi siesta son dos espesos ojos

que se miran uno al otro

quizás por eso hoy amanecí con el orín adentro

con todas mis tripas adentro

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con todo lo mío en su lugar

y no desparramado en una calle vacía

quizás por eso

digo

a mí nunca me ha gustado el futbol

las mujeres cerradas

y sí mucho el aliento de las botellas

las novias que te hablan desnudas

a deshoras

las caminatas nocturnas

e ir en los buses mirando para afuera

quizás por eso estoy solo

y no a solas que no es lo mismo

quizás por eso me he ido a tantos lados

y en todos me he quedado

quizás por eso hoy no encuentro las

llaves de mi casa

y estoy aquí afuera, tocando la puerta

esperando que el yo que estuvo aquí

venga a abrirme

quizás por eso.

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Para Agustín

Mi padre es un hombre flaco

tenue línea de arena

frágil lo veo

con hambre de espuma, de sal

esperando el mar de la tristeza

que de vez en vez revuelca sus ojos

en eso nos parecemos

mi padre me pide un abrazo

cada vez que salgo de casa

y me aprieta la espalda

pero como si fueran los ojos

siento ganas de ser río

y caminar con pasos de agua

hacia el mar del pecho de mi padre

tan amanerado como yo salió él

hijo de su hijo

padre de la semilla que fui

y que le salió árbol malo para los columpios

lo he visto llorar algunas veces

él nunca quiso darme explicaciones

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pero me pedía perdón y yo lo perdonaba

y era como inyectarme olas en mis ojos

olas que me hinchaban el pecho

y le decía:

“algo papá, algo me aprieta la barriga”

y lloraba más

por eso

nunca he vuelto a decirle

aunque mi barriga esté por tronar

de hambre de sed o de tristeza

nada

mi padre me mintió

cuando quiso hacerme creer

que mi primer amor me amaba

que no era un niño feo

me mintió cuando dijo

al verme torturando hormigas

que un día diosito me iba a castigar

y no es cierto, papá

me castigué yo solo

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condenándome a este rincón

donde bebo y me lleno de ruidos

las dos orejas

tan parecidas a las tuyas

donde oigo todavía tus pasos

y me escondo

para que no veas que no me abrigué bien

para salir del vientre

y que de catarros tengo lleno el pecho

para que no veas

que nunca logré ser bueno para el futbol

para el trompo para las canicas

que dejé de ir a morderme las uñas

cada domingo al templo

y que ahora, pa

sé que el poeta eres tú

que nunca necesitaste la letra

que de escribir no te acuerdas

y sin embargo tus ojos

son dos botes donde viaja la tristeza

que tus manos están mejor cosidas que las mías

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que tú todavía estás de pie

como un árbol viejo

mientras yo me derrito

como una veladora de esas

que les enciendes a tus santos

y que a los tres días

despide un humo negro

ojalá bebieras

una cerveza cuando menos

para poderte invitar a un trago

y que pudiéramos los dos

soltar el mar para que se fuera a beber

también un poco de agua dulce

pero no

tu tristeza es más valiente que la mía

y se aguanta como los hombres.

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Yo no quiero afectar

a las nuevas generaciones

como un virus o una receta médica para curar

la gripa

yo no quiero estar solo

porque me gusta la compañía y solas

sólo las mujeres

ni quiero la orilla

la última hoja del calendario

no quiero marcar con una equis

los días que no me duelen

porque lo que me duele de veras me duele

y los doscientos gramos de jabón en polvo

me duelen

como un hueso quebrado

o: la pantaleta de mi novia colgada en

otro tendedero

me duele

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poquito

ya tú verá cómo no

(que diría el Dady Yanky)

pero me duele

y lloro.

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Escribo

porque mi tiempo

no sabe andar libre en los lugares públicos

porque dice la gente

que lo único que sé hacer es eso

no sé si es una ofensa o un halago

escribo porque remendar me da pavor

y arar la tierra me aterra

escribo porque las palabras son mi sostén

y mi par de tetas

escribo cuando y donde se puede

porque escribo siempre sin cuidarme de mí mismo

que soy mi peor y único enemigo

sin precaución escribo

no miro a ambos lados de la página antes de atra-

vesar

su transitada calle sin semáforos

sin cinturón escribo

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aunque escribiendo se me haya caído el pantalón

un par de veces

sin paracaídas

sin tierra firme

sin esperanza escribo

porque quien canta no busca alas

ni pájaros ni huracanes

así escribo

sin fiebres ni sala de espera

mi palabra ésta

afilada

es una inyección de aire

que viene a estrellarse contra mis duras nalgas.

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Vivo rodeado de libros

los hay por todas partes

lo que no significa que sean buenos

o que finalmente

tengan alguna utilidad para mí o los otros

más bien podría decirse

que vivo rodeado de papeles

que en mi casa huele a árbol

o que mi habitación es un cementerio

la última morada de un bosque

intento explicar que me siento solo

que los libros comienzan a caer de

los estantes

quiero decir que no los entiendo

que hasta ahora no he podido entender

una sola palabra

los árboles al menos sirven para

columpiarse

los libros no.

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Residencia en la web

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Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,con furia, con olvido,

paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:

calzoncillos, toallas y camisas que lloranlentas lágrimas sucias.

Pablo Neruda

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Residencia en la webo poética de un Nerudahipermoderno

sucede que me canso de ser hombre

yo también

sucede que

de alguna manera no quepo

en 140 letras y silencios

en el mundo dactilar

en las manos que amasan el espejo

yo también recorro Oxxos y jardines

y me sumerjo en el Facebook y

en los parques

sucede que este narciso

fuma delicados con filtro

y se bebe un café en Starbucks

ya nadie casi nadie

cuelga ropa bajo el sol

el sol es un pescado encerrado en las secadoras

sucede que los cines ya son más reales que nosotros

que el olor de los Mc Donalds me hace

llorar a gritos

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yo también me canso de blandir la frente

sucede que mi camisa ya no llora

que no he aprendido a arar la tierra

sucede que el comunismo es una estafa

que el neoliberalismo no libera

yo paseo con calma

con mi laptop como un pan al hombro

paseo con sed, con furia, con cuatro ojos

sin un rincón donde conectar mi alma

no hay dios inalámbrico ni ascensores

ni enlace directo al cementerio

no hay paraguas para mojar la lluvia

yo también quiero un descanso de piedra

pero aquí ya sembraron cables en las rocas

por eso el día lunes arde como luz eléctrica

y

yo también me canso de ser hombre

por eso le doy refresh a mi ventana

y escape

y nada

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Poética del videojugador

por más que trato no puedo

me siento sobre el sillón y enciendo

la página

como una pantalla fría y descarnada

la escritura es un juego

un exorcismo lúdico para sanar ese virus inasible

que es el alma

a veces

la vida se queda sin hojas en blanco

y no encontramos el control remoto

la combinación de botones

para ese combo que nos despierta con una

erección matutina

para qué pararse si no hay dónde meter la cabeza

una plaza con wi-fi un estornudo que nos reseteé

el app para el fin del mundo

para qué despertar si nunca sabremos el

ingrediente secreto

del hambre que nos zampamos a diario

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el día la hora exacta del doomsday

nunca nos alcanzará la quincena para comprarnos

todas las horas muertas

para descongelarnos la sangre en ningún

microondas

a la chingada el poema digo

y me pongo a teclear como un loco

su arquitectura de bits y versos binarios

mejor encomendarnos a Mario Bros

a su heroica forma de destapar la cañería

voy a destruir el circuito vertebral de mi alma

y pegaré de gritos si alguien trata

de detener

mi manera de desangrar el espectro de

colores de mi alta definición

yo no soy nadie si no aparezco en Google

se me puede encontrar en un par de

videos del Youtube

siempre despeinado y pixeleado

-así se ven las cosas cuando uno anda ya

algo tomado-

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el 3D me provoca náuseas porque la realidad a

veces es tan plana

como la pantalla del Word o mi noviecita de la

primaria

soy más real cuando no existo

cuando un artilugio imaginario me emboba

frente al televisor para disparar a los zombis

y me hace creer que la vida es una acumulación

de puntos

canjeables en cualquier tienda virtual por una

muerte cómoda

con su pertinente invitación de Facebook

y miles de me gusta ensuciando con sus huellas

dactilares

mi cadáver frío metálico infértil y reciclable

la muerte también estará presente en mi funeral

siempre y cuando su GPS no le falle

a la hora de venir a buscar el mapa

maloliente

de este cuerpo que no conduce a ningún lado

ni al cielo

ni al infierno

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Virgilio debería pedirnos disculpas

poetas

Virgilio debería venir a enseñarnos el

infierno fuera de este infierno

el cielo debajo de aquel cielo

lo siento

de veras

pero si la poesía no es un juego no entiendo

qué hacemos disparándole a los patitos del televisor

con una pistola que no contiene ni una sola bala

vean

hasta el pinche perro se ríe.

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Se terminó de imprimir en diciembre de 2014en los talleres gráficos de Impresora Gospaubicados en Jesús Romero Flores no.1063,

colonia Oviedo Mota, C.P.58060en Morelia, Michoacán, México

La edición consta de 1,000 ejemplaresy estuvo al cuidado del Departamento de

Literatura y Fomento a la Lectura.

Ni las flores del mal ni las flores del bien

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