Neo Institucionalismo

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DE la economía y la sociología en ciencias sociales

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  • D. R. 2005. Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Sociales. Revista Mexicana de Sociologa67, nm. 1 (enero-marzo, 2005): 163-203. Mxico, D. F. ISSN: 0188-2503/05/06705-05.

    Resumen: En este artculo se trata de profun-dizar en las propuestas del neoinstitucionalismorespecto de la perspectiva del actor racional enEconoma. Se presentan opciones tericasbasadas en una perspectiva de actores presio-nados por estructuras, que dan sentido a susituacin, que interaccionan para el campo dela Economa. Es decir, el artculo discute tam-bin con la Sociologa econmica y considerainsuficiente su concepto de embebido; asi-mismo, se propone una nocin de configu-racin que puede ser aplicada a las relacionessociales, a la estructura de la teora y al procesode dar sentido.

    Abstract: This article seeks to explore Neo-institutionalistic proposals regarding the pers-pective of the rational actor in Economics. Itprovides theoretical options based on a pers-pective of actors pressured by structures, whichlend meaning to their situation and interactwith the field of Economics. In other words, thearticle also engages in a dialogue with eco-nomic Sociology, whose concept of embeddedis considered insufficient. It proposes a notionof configuration which can be applied tosocial relations, the structure of theory and theprocess of conferring meaning.

    EL NEOINSTITUCIONALISMO ECONMICO y el sociolgico hanpenetrado en los Nuevos Estudios Laborales en Amrica Latinapor dos vas principales: primero, mediante los estudios deencadenamientos productivos (Gereffi y Korzenniewicks, 1994) yde aprendizaje tecnolgico (Nelson y Winter, 1982); segundo, por lasinvestigaciones sobre la industrial governance (Hodgson, 1988) ylos Nuevos Modelos de Produccin (Boyer y Freyssenet, 2001). Sin

    Neoinstitucionalismo, opcin ante la eleccinracional? Una discusin entrela Economa y la Sociologa

    ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO *

    * Doctor en Sociologa; posdoctorado en las universidades de Warwick, Inglaterra, yBerkeley, California. Profesor-investigador del Doctorado en Estudios Laborales de laUniversidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa; coordinador hasta 2003 del grupo deConsejo Latinoamericano de Ciencias Sociales de Trabajo, Sujetos y OrganizacionesLaborales. Temas de especializacin: Teora Sociolgica; Metodologa y Sociologa delTrabajo. Apartado postal: 55-536, 09340, Mxico, D. F. Telfono: 55-58-04-47-94.Correo electrnico: .

    Palabras clave: neoinstitucionalismo; eleccin racional; configuracin.Key words: Neoinstitutionalism; rational choice; configuration.

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    embargo, como ha sucedido con otras importaciones tericas hacianuestra regin, aparecen para el consumo local como teoras de alcancemedio para ser aplicadas con las modificaciones pertinentes en AmricaLatina y no como discusin de sus fundamentos (De la Garza, 1998). Elproblema de importar teoras de alcance medio por ejemplo lastipologas de clusters de Gereffi y Korzenniewicks (1994), los mode-los de aprendizaje tecnolgico de Nelson y Winter (1982), o bien al-gunos de los seis modelos productivos en la industria automotriz deBoyer y Freyssenet (2001) consiste en que se considera su verificacinemprica, mas no la lgica ni los supuestos de que partieron para laconstruccin de sus conceptos. Mientras los Estudios Laborales (comocualquier otra subdisciplina) hagan slo importaciones de conceptos ehiptesis para verificar o falsear, encontrarn dificultades para generarpropuestas tericas alternativas, y stas seguirn siendo prerrogativa delos centros de produccin terica de los pases ms desarrollados(Zemelman, 1992). La intencin de este ensayo no es presentar al de-talle las propuestas tericas del neoinstitucionalismo, del industrialgovernance y de los modelos de produccin, sino entrar a discutir susfundamentos, criticarlos y anotar posibles opciones en un plano todavaabstracto. Tampoco presentaremos las discusiones que origina la pro-puesta neoinstitucionalista en Ciencia Poltica o en la Historia, que apesar de su importancia rebasa el objeto del ensayo: discutir acerca delas relaciones entre Economa y Sociologa en torno de las propuestasde la corriente mencionada.

    I. INTRODUCCIN

    Elster (1989) ha sido uno de los pensadores que con mayor precisinplante cmo las Ciencias Sociales hacia finales del siglo XIX sufrieronuna gran escisin entre las que partieron del individualismometodolgico y del supuesto de actor racional principalmente laEconoma neoclsica y el resto de las Ciencias Sociales, que semantuvieron como holistas durante casi todo el siglo XX. Es decir, entreuna perspectiva que a) considera que los fenmenos sociales sonreducibles a los individuales y la que tiende a pensar que la sociedad esla que se impone a los individuos, y que las entidades macrosociales noson reducibles a las individuales; entre b) la que utiliza el ceteris paribus,

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    es decir la construccin de categoras como si fuera posible el control devariables a semejanza de las Ciencias Naturales en el laboratorio, queconceptualmente fue extendida con los conceptos de falla de mercadoy de exogeneidad, frente a la que busca destacar las diversas influen-cias entre esferas diversas de las relaciones sociales; c) entre la quesupone al actor como racional (en bsqueda permanente de la mximaganancia, calculador de las opciones que habrn de seguirse y coninformacin suficiente para escoger la que le d la mejor relacin costo-beneficio), frente a la que ha destacado sobre todo la influencia en laaccin social de la cultura y el poder; d) entre la que, por un lado, hapensado a la Ciencia Social a semejanza de las ciencias formales(Matemtica o Lgica), que partira de axiomas para demostrarteoremas lgicamente impecables a partir de la deduccin, que seranverdaderos tambin empricamente a condicin de que los supuestosentre otros, el de actores racionales se cumplieran en la realidad, loque en esta perspectiva introduce la confusin entre diagnstico ynormatividad (cmo esa realidad debiera ser para que los teoremascoincidan empricamente con las predicciones de la teora). Por el otrolado, las ciencias que parten de fenmenos concretos y a partir de ellostratan de construir sus conceptos (Habermas, 1999; Alexander, Giesen,Munch y Smelser, 1987).

    En esta escisin, las corrientes hermenuticas que ponen en elcentro la comprensin del sentido fueron, a diferencia de la pocaactual, relativamente marginales. El holismo que predomin en casitodo el siglo XX fue estructuralista; es decir: supuso que el todo lasociedad, incluida la Economa posee partes identificables as comosus relaciones; que esas partes cumplen una funcin positiva en laintegracin del todo; que el todo es mayor que la suma de esas partes;que hay mecanismo de homestasis para recuperar el equilibrio cuandouna de las partes se modifica; y, finalmente, con muchas modalidades ehincapis diversos, que la situacin que guardan los sujetos en lasestructuras determina sus formas de conciencia y sus acciones.

    En esta polmica que dur un siglo (hasta antes de la tercera grantransformacin1 que parte de la dcada de los ochenta del siglo XX),haba problemas de ms fondo:

    1 Polyani llam la gran transformacin a la provocada por la Revolucin Industrial;por eso hemos considerado a la que toc vivir a Polyani como la segunda: la crisis de las

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    a) Si es pertinente hablar de esferas de la realidad (social, econmica,natural), se hallen stas interconectadas o se les trate como sipudiera soslayarse a las otras esferas, o si como sealara Gramsci(1977) la conceptualizacin por esferas sera meramente unrecurso analtico para conocer que posteriormente habra de serreintegrado en su totalidad.

    b) El problema del reduccionismo, si las diversas esferas sonreducibles a otra. Por ejemplo, la propuesta de Parsons (1937) ensu crtica al utilitarismo: en ltima instancia la actividad econmicaestara sujeta a los mismos conceptos y relaciones que todo elsistema social.

    c) Si el actor racional es el concepto que denota una naturalezahumana o se trata de un tipo ideal (Coleman y Fararo, 1992).Histricamente, el concepto de actor racional empez comoatributo de una esencia humana en el liberalismo clsico y, ante laacumulacin de discrepancias empricas entre este tipo de actor yla realidad de los sujetos, los tericos actuales de la eleccinracional lo proponen como simple tipo ideal no sujeto l mismo ala verificacin.

    d) Si la forma de las teoras debera de ser isomrfica con la de losmodelos matemticos con proposiciones con relaciones claras decausa-efecto o funcionales y, a su vez, deducibles unas de otras apartir de axiomas como ha sido la propuesta positivista dela teora estndar contra los que piensan que la mayora de lasteoras realmente existentes en Ciencias Sociales tienen estructu-ras menos rgidas y claras (Perelman y Olbretchs, 1989).

    e) Si criterio ltimo de cientificidad debera ser la verificacincuantitativa implicando un isomorfismo entre lgica de lasMatemticas y de la realidad y los que se abren a formas diversasde encuentro entre teora y realidad.

    concepciones acerca de las bondades del libre mercado, vinculada con la gran crisis del29 y la emergencia del movimiento obrero con sus propias demandas, que llevaron alestablecimiento del Estado, capitalista interventor en la Economa, benefactor. Latercera sera la neoliberal, con reestructuracin productiva y globalizacin que parte dela dcada de los ochenta del siglo pasado.

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    f) Si es posible descubrir leyes universales, frente a los que reivindicanla reconstruccin como necesaria ante los cambios temporales y lainfluencia de lo local en lo general (Stegmller, 1976).

    La tercera gran transformacin que en modelo econmico llev alpredominio en el mundo del neoliberalismo y, en el terreno de lasgrandes teoras sociales, a la decadencia del estructuralismo y delmarxismo, as como al ascenso de las teoras de la eleccin racionalen particular a la emergencia de la nueva teora neoclsica enEconoma como mainstream en la disciplina, ha mostrado tendenciasimperialistas hacia las otras Ciencias Sociales mediante el conceptoampliado de eleccin racional (Gibbson, 1992). En contraposicin, haynuevas sntesis entre estructura, subjetividad y accin social, con laincorporacin de la nueva hermenutica del discurso (Cicourel, 1996).En particular en los mbitos de la Economa y de la Sociologa, los aosnoventa del siglo XX han significado el resurgimiento del neoinstitu-cionalismo originado embrionariamente desde la dcada de los treinta,pero robustecido por una discusin ms fina acerca de la accineconmica y del actor racional, que lo ha llevado a un acercamiento conla Sociologa y otras disciplinas.

    II. LOS ORGENES DEL PROBLEMA

    En los fundamentos de las polmicas del neoinstitucionalismo, de stecon la Economa neoclsica y con la Sociologa econmica, est elcarcter de la accin econmica. La formulacin inicial parti de lasconcepciones liberales clsicas que vieron al hombre como egostae individualista por naturaleza; naturaleza inmutable, que al buscar elmximo beneficio individual, con ello llevara hacia el beneficio general(Heckarthorn, 1997; Lindberg, 1992; Ouchi, 1980). Para optar por elmximo beneficio, ese hombre racional debera tener informacincompleta y capacidad de calcular anticipadamente los resultados de suselecciones para escoger la que le diera la mxima relacin entre el costoy el beneficio. En esta concepcin se hallaba tambin presente la ideanewtoniana del mundo que dominaba en la ciencia natural de la poca;es decir: ver al universo sujeto a leyes universales, sin dualismo fsico ymoral, universo reducible a tomos cuyas relaciones podran ser

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    calculables. Sin embargo, con el tiempo las crticas al concepto de actorracional se acumularon.

    1) Se cuestion el que las metas de la ganancia estuvieran siempredadas, en lugar de ser construidas socialmente; o bien, que en estasmetas no influyeran factores culturales o de poder (Arrow, 1974).

    2) Se puso en duda la capacidad de clculo en todas las accioneseconmicas, al considerar que, primero, la informacin nuncaes completa, pero tambin que la capacidad humana de poseer lasecuaciones que permitieran la prediccin de la ganancia eralimitada (en el mejor de los casos); en esta medida, resultafrecuente que los hombres sobreestimen probabilidades, que hayainconsistencia en las elecciones o desaliento (Simon, 1957).

    3) Que no hay una estructura jerrquica clara en las elecciones (Bates,1994).

    4) Que puede haber otros motivos de la accin: morales,sentimentales, impulsivos (Beckert, 1996; Weber, 1922).

    5) Que es frecuente que, cuando sea posible optimizar, se haga poretapas; la segunda depende de los resultados de la primera y,por tanto, los resultados finales no seran cognoscibles a priori(Boyer y Drache, 1996).

    6) Que en lugar de haber siempre libre movilidad de los factores y,por tanto, libertad de opcin en bsqueda de la mxima ganancia,hay barreras en la entrada de un actor en un campo o rama deactividad por monopolios, reglas institucionales, relaciones polticaso costumbres (Della Giusta, 2001).

    7) Que los resultados de la eleccin pueden depender tambin de lared social en la que el individuo o la empresa se encuentreninsertos (Granovetter y Swedberg, 2001).

    La respuesta racionalista actual se formul debido a la evasin a lascrticas; es decir: aceptar que los sujetos concretos no son estrictamenteracionales, pero sostener el supuesto de actor racional considerndoloun tipo ideal. Sin embargo, se mantiene el empirismo individualista: enla realidad slo existe el individuo (Coleman y Fararo, 1992).

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    III. EL NEOINSTITUCIONALISMO EN ECONOMA

    Fue Ronald Coase quien primero introdujo el concepto de nuevoinstitucionalismo en Economa en The Nature of the Firm (1937) yen The Problem of Social Costs (1960), que llevara posteriormente alplanteamiento acerca de los costos de transaccin. Es decir, que lastransacciones mercantiles a diferencia de la perspectiva neoclsicaentraan un costo, y que las empresas pueden buscar reducir al mnimoestos costos mediante dos vas (posteriormente se aadirn otras): losmercados o bien las jerarquas de la empresa que, mediante suautoridad, ordena las transacciones dentro de la empresa. Es decir,mediante el mando administrativo de la empresa tambin se realizanintercambios y es posible economizar en costos de transaccin. En otraspalabras, la governance del mercado se consigue mediante los precios yla competencia, y por medio de las jerarquas de mando, que fijanderechos y obligaciones, que resuelven los conflictos que nacen delintercambio.

    Williamson es el terico ms conocido sobre los costos de transaccin(1985; 1989; 1991; 1993); su unidad de anlisis no son las organiza-ciones sino las transacciones mercantiles y las no mercantiles. En suplanteamiento, los mercados y las jerarquas seran mecanismo degovernance. Las estrategias de contratacin y de governance por je-rarquas, contrarrestaran la racionalidad limitada de los actores porfalta de informacin o incertidumbre y el oportunismo de otros, ascomo las dificultades de reasignar activos en la bsqueda del mximobeneficio. Las jerarquas actuaran cuando los costos de transaccinfueran altos, es decir las decisiones jerrquicas y los contratoscontrarrestaran limitantes cognitivas e incertidumbres en las tran-sacciones. Para North (1981), se tratara sobre todo de reducir eloportunismo individual mediante un sistema de derechos de propiedadcomplejo, aunque su sostenimiento acarreara tambin un costo.Mathew destaca los costos que exige monitorear y organizar. Es decir,resulta central para el neoinstitucionalismo en Economa que lasinstituciones puedan aportar soluciones a las fallas del mercado, aunquese mantiene el supuesto actor racional con limitaciones; el enganche conla Sociologa de la poca fue mediante el darwinismo y el funcionalismo,puesto que slo las empresas eficaces sobrevivirn mediante un

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    mecanismo de adaptacin al ambiente. Posteriormente, Williamsonaadi el concepto de organismos intermedios, como seran las redesentre empresas, los distritos industriales y las alianzas entre compaas.Un mrito de esta teorizacin en Economa fue haber abierto a unaciencia tan impermeable a la Sociologa los temas de influencia de loscontratos, de la confianza entre los actores (Hirschman, 1977), delriesgo, de la incertidumbre y el oportunismo.

    En trminos de los fundamentos neoinstitucionalistas en Economa yno de las proposiciones para un tema particular como sern los costosde transaccin, stos se alejan y a la vez se mantienen dentro de laEconoma neoclsica (Portes y Landolt, 2000; Granovetter, 1992):

    1) Se acepta la propuesta de Simon de racionalidad limitada (1957),por la que los actores s buscan optimizar como en los neoclsicos,pero tienen limitaciones cognitivas para lograrlo debido ainformacin incompleta, de monitoreo y para llegar a acuerdoentre sujetos.

    2) Por lo tanto, no habra ptimos sino soluciones satisfactorias.3) La firma no es una caja negra como para la teora neoclsica

    (Williamson, 1991), ni reducible a una funcin de produccin, sinoque se trata de una estructura organizativa para obtener ganancias.

    4) La organizacin de la empresa no slo reduce costos de transaccinpor medio de rdenes jerrquicas sino que reduce incertidumbresal establecer sistemas de reglas.

    5) El problema central de la organizacin es la adaptacin (Axelrod,1984).

    Por lo tanto, a la pregunta de por qu hay organizaciones, se contestaque para resolver problemas de gobierno del mercado bajo condicionesde incertidumbre. Es decir, la perspectiva neoinstitucionalista en suversin ms clsica sigue considerando que el actor racional tienelimitaciones y, en esta medida, no contempla otras motivaciones para laaccin; tal racionalidad sera limitada por defectos en el mecanismoracionalista. Adems, hay un descuido por omisin de las institucionesdel contexto (DiMaggio y Powell, 1983).

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    IV. EL NEOINSTITUCIONALISMO SOCIOLGICO

    Esta perspectiva estuvo inicialmente influida por el funcionalismoparsoniano. Talcott Parsons fue un crtico acerbo del neoutilitarismo quetrataba de escapar a lo que consideraba el determinismo racionalista;en tanto las metas y cursos de la accin estaban dados de antemano poruna lgica implacable de lograr la mxima utilidad, su voluntarismocay en un holismo con determinacin cultural que se impona alindividuo mediante la socializacin. La insatisfaccin con el holismoparsoniano llev a la propuesta neoinstitucionalista en Sociologa (Selz-nick, 1969) al considerar que los sistemas de reglas estructuran la acciny limitan la capacidad de alcanzar ptimos; es decir, la institucio-nalizacin limita la racionalidad y privilegia a unos grupos sobre otros.Polyani (1944) expres esta idea de manera ms precisa e influyentehasta la actualidad, al plantear que los intercambios se hallan enredadoso enmaraados en una red de instituciones.2 Dicha institucionalidad,tanto la formal como la informal, limitaran la libertad de eleccinracional. Una institucin es comnmente entendida en esta perspectivacomo sistema de reglas que limitan o impulsan la accin del individuo.Es decir, as como en el neoinstitucionalismo en Economa la racio-nalidad es limitada por la organizacin de la empresa, en el sociolgicose ampla hacia otras instituciones externas a la firma (Powell y Smith-Doerr, 1994; DiMaggio y Powell, 1991), aunque el actor sigue siendoconsiderado con intencionalidad de optimizacin, sin lograrlo plena-mente ahora debido sobre todo a su informacin incompleta y a laslimitaciones institucionales que aportan reglas de comportamiento quepueden no conducir a ptimos. La racionalidad es limitada principal-mente por el contexto.

    Al decir de North (1986), los enfoques neoinstitucionalistas en laEconoma y la Sociologa pueden ser conciliables, al considerar que lasinstituciones sean de la empresa o del contexto determinan com-portamientos econmicos porque reducen la incertidumbre y ayudan

    2 Embeddednes ha sido traducido como embebido, incrustado, encuadrado ofijado; pero ms all de su traduccin literal, la idea central tanto en Polyani como enGranovetter no avanza en una concepcin diferente de la del actor racional, sino que vea la accin dentro de una red, para Polyani, de instituciones; para Granovetter, de

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    a resolver problemas de coordinacin, no slo a reducir costos detransaccin.

    V. LA PERSPECTIVA DE INDUSTRIAL GOVERNANCE

    Se trata de una perspectiva ampliada del mbito de la empresa al de laactividad econmica en general; es decir, el governance se logramediante las instituciones y sujetos que gobiernan (coordinan, dirigen)el funcionamiento de la Economa, coordinando la actividad de losactores econmicos, en particular sus transacciones. Se critica a la teorade costos de transaccin por su economicismo y por ignorar laperspectiva estratgica del actor y el poder (Thompson, 1991). Es decir,el mercado sera una red de relaciones sociales formales e informales,pero especficamente, as como la produccin, un sistema de poder, ypor tanto no se encamina necesariamente al equilibrio. La distribucindel poder sera ms importante que los precios en la regulacin delintercambio econmico. El actor es de racionalidad limitada y acotadopor instituciones y por el poder. Las instituciones son sistemas de reglasque definen el control sobre los medios de produccin, el acceso a losrecursos, a la informacin y su control estratgico. Adems, la definicinde las reglas legtimas se da en las luchas por el poder (Campbell,Hollingsworth y Lindberg, 1991; Hollingsworth y Boyer, 1997; North yWeingast, 1989).

    Los tipos de governance incluyen a los tradicionales de mercados yjerarquas, pero son extendidos hacia los llamados organismos inter-medios entre la organizacin y los mercados. Los ms comunes seranmercados, redes de obligaciones (basadas en la negociacin o el con-senso y la confianza; no son burocrticas, son flexibles, presuponenidentidad de intereses; las jerarquas que son burocrticas y forma-lizadas; el monitoreo; la informacin como bien colectivo); redespromocionales que incluyen coaliciones temporales, sin jerarquas claras,con confianza y respeto, con negociacin explcita aunque nonecesariamente formalizada; y las asociaciones formales de empresas yempresarios. Los regmenes de gobernabilidad resultan de la combi-

    relaciones sociales. Polyani tambin utiliza enmeshed, que sera algo as comoenmaraado, imagen ms fiel a la idea originaria que la de embebido.

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    nacin de varios de los tipos anteriores y los cambios en governanceresultan no slo de la bsqueda de mayor eficiencia, sino de las luchaspor el poder.

    VI. NEOINSTITUCIONALISMO Y APRENDIZAJE TECNOLGICO

    En la dcada de los noventa del siglo pasado, las teoras evolutivas delaprendizaje tecnolgico se desarrollaron ampliamente (Nelson y Winter,1982), desde antes de que las empresas fueran depositarias deconocimientos, incorporados en rutinas organizacionales y que cambianacumulativamente con el tiempo, tambin segn las condicionescontextuales (Cimoli y Dosi, 1994). stas se encontraron en la dcadade los noventa, con las teoras de las organizaciones (Dosi, 1994) y, eneste encuentro, transitaron estrictamente del aprendizaje tecnolgico ala relacin entre innovacin tecnolgica y organizacin, y a la discusinde los microfundamentos conductuales de los procesos econmicos(Arrow, 2000). El enganche con la discusin del actor racional es me-diante la incorporacin de los procesos cognitivos en las decisiones,restrictivamente tecnolgicas pero potencialmente expandibles. North(1986) ha intentado este trnsito, de la racionalidad a la racionalidadlimitada y a la apertura a las teoras de la representacin, pero haciendohincapi por lo pronto en la cognicin ms que en otras formas de lasubjetividad de los actores. Para North, como para los neoinstitu-cionalistas en general, la rational choice no es vlida en condiciones deincertidumbre porque los individuos pueden no saber qu es mejor parasu inters propio y cmo actuar en consecuencia. As, en lugar de seguirpreso de una racionalidad limitada a la Simon, se atreve a dar el primerpaso hacia formas de representar diferentes de las racionalistas. Se partede teoras del aprendizaje representacional, que ponen el acento en lacognicin, para las cuales se representa mediante categoras queclasifican y organizan las percepciones, y pueden conducir a la cons-truccin de modelos para explicar. Tales categoras no seran estticassino que estaran en retroalimentacin con las prcticas. Adems, losmodelos mentales se ordenaran y reordenaran de lo concreto a loabstracto, en una redescripcin representacional. Por otra parte, elaprendizaje sera filtrado por la cultura, dependera de la trayectoria en

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    el tiempo evolutionary (Opp, 1982) y los aprendizajes tambin serancolectivos condensados en el lenguaje, las instituciones y las tecnologas.

    VII. REGULACIN Y MODELOS PRODUCTIVOS

    Aunque el regulacionismo es sobre todo una conceptualizacin dealcance medio, y sus reflexiones en trminos de los fundamentos sonescasas y menos rigurosas que las que hemos analizado, puede serconsiderada una teora de corte institucionalista. Boyer y Drache (1996)han asumido algunas de las crticas institucionalistas al actor racional, entanto el actor real tendra lmites cognitivos y de clculo: que susdecisiones estn sujetas a incertidumbres, que importan las trayectoriassobre todo de aprendizaje, as como las regulaciones institucionales.Asimismo, adopta la idea de que el mercado es una construccin social,que posee reglas acordadas o impuestas, que siempre hay regulacionesexternas al mecanismo de los precios y, con stas, el ptimo de lacooperacin es diferente del ptimo del mercado libre. Por tales razo-nes, no hay tendencias a la convergencia en modelos de produccin,porque el mercado es cambiante e impredecible, porque en la firma nohay una sola funcin de produccin, sino que sta puede ser diferentepara cada Departamento de la empresa, y en esta medida no haber unsolo ptimo y como Simon la tasa de ganancia no puede ser laptima sino slo la satisfactoria por lmites cognitivos y de clculo,diversas estrategias de los actores y contextos nacionales. Es decir, haypoca originalidad en esta corriente en la discusin de los fundamentosneoinstitucionalistas.

    Modelo de produccin es el concepto sntesis de la teorizacinregulacionista francesa actual que se inici desde finales de la dcada delos setenta del siglo XX. Dicha teorizacin ha seguido una trayectoriaespecial: empez con conceptos centrales de inspiracin marxista, comolos regmenes de produccin (articulacin entre produccin y consumo)y modos de regulacin (instituciones que permiten el acoplamientoentre produccin y consumo), para culminar a finales del siglo XX conel de modelo productivo.3 En la definicin del concepto de modelo

    3 Para los regulacionistas, un modelo de produccin es una combinatoria entrepoltica de produccin, organizacin y relacin salarial. Lo hemos considerado como

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    de produccin, los regulacionistas parten de que el objetivo de laempresa es la ganancia: simplificacin respecto de la discusin neo-institucionalista que hemos emprendido anteriormente; para lograrla,se disean estrategias de negocios, que se vuelven el concepto eje de ladefinicin. Es decir, los dems atributos sern para ser consecuentes conla estrategia escogida que incluye a la tecnologa, la organizacin, laadministracin de recursos humanos (Boyer y Freyssenet, 2001).

    Las estrategias de negocios de las empresas segn esta escuelapueden ser de:

    a) economa de escalas;b) diversificacin del producto;c) calidad del producto;d) innovacin;e) flexibilidad productiva;f) reduccin permanente de costos.

    Es decir, un modelo productivo entraa una poltica de productoconsiderando a cules mercados se dirige, una organizacin productivay una relacin salarial que incluye la gestin de recursos humanos, y lapoltica de remuneraciones.

    Mediante el proyecto internacional de Gerpisa, el grupo de Boyer yFreyssenet (2001) supuestamente habran descubierto, tan slo para laindustria automotriz, seis modelos productivos: taylorismo, woollard-ismo, fordismo, sloanismo, toyotismo y hondismo. Se corrobora as latesis de la no convergencia actual en modelos de produccin.

    Aunque las relaciones explcitas entre supuestos neoinstitucionalistasy conceptos regionales como el de modelo de produccin en dichacorriente no son tan explcitos como en otras teoras, puede deducir-se una fundamentacin de este corte a partir de las dimensiones que seconsideran en los modelos de produccin y sus variables, no todas ellasde mercado. Sin embargo, la incorporacin terica de los fundamentosinstitucionales actuales es incompleta: no aparecen con claridad laimportancia de las redes sociales o institucionales, ni los costos detransaccin, ni la teora de la firma de manera ms compleja, y ladeclaracin evolucionista no tiene consecuencias en la teorizacin; as

    una configuracin que relaciona tecnologa, organizacin y gestin del trabajo,relaciones laborales, perfil de la mano de obra, cultura laboral y gerencial.

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    como tampoco la del aprendizaje tecnolgico. Es decir, a pesar de losconceptos novedosos, esta corriente aparece sin una sintona clara condiscusiones fundamentales como las mencionadas, ms anclada en uninstitucionalismo de viejo corte que en lo que ahora se debate (De laGarza, 1999).

    Decamos al inicio de este ensayo que un eje de la discusin actual delas relaciones posibles entre Economa y Sociologa se encuentra en elneoinstitucionalismo econmico y sociolgico, pero especficamente enlas teoras de industrial governance, del aprendizaje tecnolgico y de losmodelos de produccin, como teoras de alcance medio, las cualesinspiran ahora muchas investigaciones que pretenden competir con losenfoques neoclsicos ms ortodoxos. Volveremos a discutirlas desde susfundamentos e intentar esbozar opciones.

    VIII. LOS FUNDAMENTOS: OTROS CONCEPTOS DE RACIONALIDAD

    La polmica entre el neoinstitucionalismo y la Economa neoclsica hallevado a precisar tres conceptos (posteriores al de Simon) deracionalidad limitada, opcionales al de actor racional; dos de ellosconstituyen versiones modificadas de ste, y el tercero ha permitidodesarrollos importantes de la teora social a partir de mediados de losochenta del siglo XX.

    A. Context bounded rationality

    Este concepto destaca el papel acotador que desempean las reglas ynormas sociales sobre las capacidades optimizadoras de los individuos.La estructura social (entendida como reglas y normas) afecta lasposibilidades de eleccin; tales reglas pueden ser formales e informales.Es decir, el punto central de esta forma de racionalidad es la eleccincon restricciones institucionales. La restriccin es, por tanto, externa alas tendencias optimizadoras del actor, que sigue considerndosetambin en su dimensin individual (Friedman y Hechter, 1998).

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    B. Racionalidad emergente

    Los actores ms que calcular las consecuencias de sus accionesestablecen reglas compactas que orientan dichas acciones anteexperiencias exitosas semejantes. Tambin significa procesos deadaptacin de las reglas ante cambios del contexto o consecuenciasinesperadas de la accin. Se trata de un paso ms delante de la ra-cionalidad acotada porque ahora el actor sustituye su supuestacapacidad de clculo optimizador por una racionalidad eficaz guiadapor normas que l mismo construye y que han dado resultados efectivosen condiciones anteriores semejantes (Granovetter, 1985).

    C. Embeddedness (enredado)

    Polyani haba usado el concepto para la accin social que quedaenmarcada en redes de instituciones que constrien dicha accin.Adems, pens que el concepto slo sera aplicable para sociedadespreindustriales en las que los campos de la Economa, de la religin, lafamilia, y otras instituciones, no estaban claramente diferenciados y queen cambio en el capitalismo se habra operado la diferenciacin poresferas. La crtica que hace Granovetter a Polyani ha ido en el sentidode precisar que el enredamiento de la accin racional est en redessociales (ms que en instituciones): conserva la nocin de actorracional pero enredado. Es decir, el enredamiento de Granovetteracota o restringe la accin racional y busca, de esta manera mediantela ubicacin de la accin como interaccin en redes integrar lo socialy lo econmico. Por otro lado, dicha teorizacin ha combinado elconcepto de enredado con la teora del intercambio de Homans(Homans, 1950; Homans, 1961). Desde la primera mitad del siglopasado, ya haba considerado como unidad de anlisis no al individuosino a la relacin social; relacin social que supona de tipo racionalintencionada, con estructura de preferencias, pero con restricciones apartir de instituciones y recursos escasos. La relacin social era vistacomo intercambio gratificante o costoso entre al menos dos personas.De tal manera que la conducta social era explicada en trminos de

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    recompensas y costos en una mezcla entre eleccin racional yconductismo psicolgico.

    La corriente de Granovetter (su versin de la Sociologa econmica)ha considerado al enfoque neoinstitucionalista en Economa comosuperficialmente social porque no toma en cuenta a la interaccin socialentre actores; asimismo, lo ha acusado de ser funcionalista porque lasempresas se adaptaran, como en Chandler (1984), al ambiente, ig-norando el papel que desempean los errores. En contraposicin, sepropone adoptar el punto de vista constructivista de Berger y Luck-man (1966), pese a que resulta una adopcin superficial al no considerarel mbito de la construccin del sentido y verla finalmente comoconstruccin interesada; aunque toma en cuenta la trayectoria como enel enfoque evolucionista y, por supuesto, el enredamiento de la accin.A pesar de la pretensin constructivista, en dicha perspectiva derealidad sta se construye socialmente, pero los actores estn impulsadospor el inters en los intercambios como en Homans y medianteredes sociales que son a su vez redes de intercambio. Sin embargo,Granovetter (1994) ha criticado a Williamson porque su socializacinde las acciones no toma en cuenta las relaciones sociales, y el contextoes slo de mercado; tambin por sobresocializar a la firma y desligarlatajantemente del mercado, lo cual lo conduce a un dualismo; en lugar,dice Granovetter, de considerar que tanto firma como mercados estnenredados y el enredamiento de las relaciones de largo plazo generaexpectativas de comportamiento que van ms all del autoritarismo dela jerarqua de la firma. Es decir, en Williamson se sobrestima el poderjerrquico en las organizaciones, se oscurece la presencia del conflic-to; adems de que las relaciones sociales entre firmas seran msimportantes que las jerarquas.

    Es decir, entre teora de costos de transaccin y Sociologa econmicade Granovetter, hay diferencias importantes:

    a) Williamson explica la inhibicin del oportunismo y la cooperacinpor parte de las jerarquas; por otro lado, el orden puedeencontrarse tanto en el mercado como en la firma, y a la inversa.

    b) La visin de costos de transaccin resulta muy determinista; la otraperspectiva adopta el concepto de presiones ms que dedeterminaciones.

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    c) La primera resulta muy evolucionista y funcionalista.d) En la primera se ignora el problema del poder.

    IX. LA VUELTA A LOS ORGENES: LA ACCIN SOCIAL

    La discusin emprendida adems de sus connotaciones abstractassobre la accin econmica y la accin social tienen repercusionesimportantes para las relaciones futuras entre Economa y Sociologa enaspectos concretos como el futuro de los modelos de produccin que (sisabemos articularlos con los modelos econmicos y los sujetos sociales)podra guiar mucha de la investigacin laboral y econmica actual. Noobstante, dicho problema tiene detrs otros ms abstractos que formanparte de la historia de las Ciencias Sociales (Weber, 1922).

    A. El problema del estructuralismo y el evolucionismo

    El problema de si la globalizacin y la apertura de los mercadospresionan hacia el establecimiento universal de un modelo deproduccin, adems del econmico. Es decir, se trata del problema de laconvergencia, con la que coquetea una parte de las teoras sobre lareestructuracin productiva de los ochenta y noventa del siglo XX. Es elcaso de la produccin ajustada de Womack (1990), entre los msconocidos; pero el regulacionismo de la primera generacin tambinpareci inclinarse por esta perspectiva mediante el concepto depostfordismo, aunque en los noventa aclar su posicin hacia la nonecesaria convergencia.

    B. El del evolucionismo

    Diferente de la transformacin con tendencias en un espacio deposibilidades dependiente tambin de los sujetos. Es decir, en el fondoest la necesaria complejizacin de las relaciones entre estructuras,subjetividades y acciones.

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    C. El del funcionalismo

    Tan presente en algunas de las perspectivas neoinstitucionalistas entanto adaptacin necesaria al cambio en el contexto, o en la teora demodelos de produccin cuando los consideran coherentes en susdimensiones. Esta perspectiva tiene su ampliacin al campo episte-molgico en cuanto al concepto de teora estndar, entendida comosistema de proposiciones vinculadas entre s de manera deductiva, quesupone definiciones y relaciones claras entre conceptos en lasproposiciones. En contraposicin queda el paradigma configuracionalque no supone slo relaciones duras entre conceptos sino de diversosniveles de claridad, aceptando la posibilidad de la contradiccin, ladiscontinuidad y la oscuridad (De la Garza, 2001a).

    D. El metodolgico

    El hipottico deductivo o la reconstruccin de la teora con la inclusindel actor.

    E. El del actor racional, racionalidad acotada,

    emergente o embeddednes

    Todas estas opciones conservan el supuesto racionalista, aunque lacuarta incorpora las redes sociales. Para todas en su aspecto racionalistavalen las mismas crticas acumuladas al actor racional que hemosmencionado anteriormente. Es decir, en las perspectivas neoinstitucio-nalistas no hay una transformacin de fondo del concepto de accin(Becker, 1976): las motivaciones siguen siendo reducidas a la ganancia yel actor busca optimizar, aunque se encuentra acotado por institucio-nes o redes sociales. Otro tanto se puede criticar del concepto deenredado: la accin sigue siendo racional y sus limitaciones tambinson externas al actor, debidas a su encuadramiento en redes sociales. Esdecir, los intentos neoinstitucionalistas de trascender a la Economaneoclsica continan manejando conceptos reductivos de sujeto encuanto a la construccin de sus metas, de la decisin, de las opciones y

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    de la propia accin, as como el significado de las interacciones (Baker,1984).

    Uno de los trasfondos del anclaje en el actor racional simple omodificado es la creencia de que la sociedad est diferenciada poresferas; la de la Economa sera una de stas, relativamente separada delas otras (Bourdieu, 1984). El problema puede admitir dos soluciones:

    1) Que efectivamente la esfera de la Economa, a pesar de institu-ciones y redes, se caracteriza por un tipo de accin racionalacotada o no guiada por la bsqueda de la ganancia y que essustancialmente diferente de los campos de accin de otras esferas.Los mercados pueden fallar, influir exogeneidades, redes o insti-tuciones, haber informacin incompleta, pero el actor tender a serracional (De la Garza, 1998).

    2) La otra puede reconocer la especificidad de la Economa en tantobsqueda de la ganancia, e incluso la observacin de Marshall(1981) de que la Economa reduce la complejidad de lasmotivaciones econmicas de los actores a los precios, pero ahoraentendida a diferencia de los neoclsicos como sobredeter-minacin y no como exclusin de otros motivos de la accin. Esdecir, la concepcin gramsciana (1977) de que la divisin poresferas es puramente analtica, que la relacin social es caleidos-cpica: al mismo tiempo econmica, poltica y cultural, sin des-conocer que una de sus caras puede sobredeterminar sin anular alas otras en cierto campo de prcticas. Es el tratamiento que Marxda al proceso de produccin capitalista en El capital, al verlo a lavez como proceso de creacin de valor (valorizacin), expresable enprecios, y de trabajo como relaciones sociales dentro del proceso detrabajo. Si bien el proceso de trabajo se somete al de valorizacin,no por ello queda anulado en sus efectos sobre aqul. La mismarelacin econmica se desglosa en dos dimensiones para luegobuscar rearticularlas: para cumplir su funcin de explotacin, elcapital tiene que dominar al trabajo en el nivel del proceso detrabajo; es decir, la creacin de la ganancia no se desliga del controlsocial que se ejerce sobre el proceso de trabajo. Se trata de una so-lucin no reduccionista a una de las dimensiones de la relacin y, ala vez, que reconoce la sobredeterminacin de una sobre la otra. Enotras palabras, implica concebir a la relacin social de la cual la

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    econmica sera una de sus dimensiones como una totalidad,totalidad de dimensiones pertinentes y presentes aunque con efi-ciencias diversas (De la Garza, 2001b). La dimensin econmica deuna accin social est guiada por el inters y hasta cierto punto esintencional, pero no se halla solamente limitada por aspectoscognitivos, porque en esa relacin como totalidad no slo influyeel conocimiento, sino tambin los sentimientos, los valores cultu-rales o estticos y las maneras de razonamiento que no se asimilantotalmente al clculo racional sino que incluyen otro clculo propiodel razonamiento cotidiano, sobre el que volveremos ms tarde.

    Reducir el encuadramiento al de redes institucionales o sociales (Scott,1991; Wassermann y Faust, 1994) puede tambin resultar muy limita-do, porque el concepto de estructura que la Sociologa econmicaesboza, reducida a las redes sociales, tambin puede concebirse enniveles diversos de abstraccin, de temporalidad y espacialidad. Redu-cir las estructuras a las redes es volver a un ingenuo positivismo queplanteara que slo existe lo directamente observable, que las abstrac-ciones no existen y, por lo tanto, es acercarse mucho al individualismometodolgico, aunque los individuos sean ahora observables eninteracciones.

    3) El actor racional puede ser visto como una abstraccin y la ciencianecesita abstraer. El problema consiste en saber cul es el nivel deabstraccin pertinente o bien, como deca Marshall, si los motivosde la accin econmica por ser tan diversos tendran quesintetizarse en el sistema de precios, para reducir la complejidad,dira alguien ms actual. Este problema llev a Von Mises (1949) aplantear una especie de respuesta basada en el empirismo demercado; es decir, no importa si las acciones son racionales o no:finalmente el mercado premiara de manera emprica a las queindependientemente de la conciencia de los actores mejoradecuaran medios con fines.

    Es decir, los significados de la modelacin como abstraccin pueden serlos de la estilizacin de la realidad o bien un ideal que seguir, confusincomn entre diagnstico y normatividad en la teora neoclsica. Walras(1954) tuvo mucho que ver con la trayectoria que sigui la Economa

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    convencional al adoptar el mtodo racionalista newtoniano que condujoal ceteris paribus en la Economa, aislando artificialmente en el pen-samiento a esta disciplina de las otras Ciencias Sociales y, por tanto, a laaccin econmica de las otras formas de la accin. Es decir, la lgica deconstruccin de modelos como si las variables no econmicas noinfluyeran, de deducir teoremas lgicamente verdaderos pero que paracumplirse en la realidad emprica requeriran que el mundo obedecieraa los supuestos del modelo terico; entre otros, que lo no econmico nodebe influir y que los actores deben ser racionales. Detrs est elconcepto estndar de teora, el universalismo positivista y un conceptode actor que aisl durante mucho tiempo a la corriente principal enla Economa de las otras Ciencias Sociales (Suppes, 1989).

    En contraposicin, se podra plantear que no hay leyes universales,que la realidad (incluida la econmica) est en constante transformacinde sus propias legalidades, que el proceso histrico puede a su vez serpensado como articulacin, con eficiencias diversas de procesos dediversas temporalidades; aunque tampoco stos corresponderan a laidea de esferas caracterizables por un tipo de accin pura frente a lasde las otras esferas, como hemos visto (Zemelman, 1992).

    En la construccin de la accin social, entendida como interaccin,hay dos momentos:

    Primero. La construccin de la decisin para la accin, con dosmodalidades: la de las prcticas claramente reflexivas y la de lasrutinarias. En ambas influyen en esa construccin presiones delas estructuras. Para la Economa, por supuesto las del mercado;pero algunas tambin de orden poltico, cultural, y de otro tipo.Estas presiones estructurales para convertirse en accin pasanmediante el aparato subjetivo de dar sentido. Estamos utilizandosubjetividad con una significacin que incluye al conocimientocientfico y al clculo, pero que no queda reducido a tales aspectosparciales. La decisin para la accin implica como veremos msadelante no slo pasar por un clculo de optimizacin sino, demanera ms amplia, por la constitucin de configuraciones paradar sentido con componentes cognitivos, valorativos, estticos,argumentativos, con la utilizacin de formas de razonamientoformal y cotidiano, sintetizables o no en discursos. Es decir, laconstruccin de la decisin se halla estrictamente embebida, en el

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    sentido de penetrada, condensada, no slo de lo social sino delos elementos subjetivos que hemos mencionado (De la Garza,1992). Por ello, el concepto de Granovetter al igual que el dePolyani de embebido en cuanto enredado, no va al fondodel asunto de la naturaleza de la accin social. Ya lo observaba elinteraccionismo simblico al considerar que el significado estaba enla accin misma, en tanto condensacin de otros significa-dos constituyentes; pero, diramos nosotros, igualmente difcilesde desentraar solamente del acto sin complementar con laexploracin de la conciencia.

    Sin embargo, permanece el problema de las prcticas rutinarias, al decirde Giddens (1984) y en parte Bourdieu (1984), las cuales son bsica-mente inconscientes, no reflexivas. Sin embargo, en el punto de partidade las rutinas, los hombres las construyeron reflexivamente y sus con-tinuadores tuvieron que seguir procesos reflexivos de segundo orden enel aprendizaje, que ponen el acento en las reglas prcticas o legtimas ysu operacin. Adems, la rutina siempre est sujeta a la emergencia defactores no contemplados que puedan alterar el curso de la accin,porque las reglas prcticas no dejan de ser simplificaciones para evitarla complejidad que puede paralizar o disminuir la eficiencia de dichaprctica. Es decir, la rutina y la regla prctica nunca eliminan tampocola incertidumbre que impone la necesidad del monitoreo de la relacinmedios-fines y la emergencia de la reflexin correctiva, sobre todo sila prctica es vista como interaccin entre varias sujetos. Y, finalmen-te, las prcticas rutinarias aparentemente mecanizadas pueden ser con-cebidas como condensaciones colectivas e individuales de construccionesreflexivas de las decisiones.

    Segundo. Es la interaccin misma entre sujetos o con la naturaleza:estas interacciones son a su vez resultados condensados de dichaspresiones estructurales, las cuales pasan por el aparato de darsentido o decidir la accin, que se retroalimenta en el curso de lainteraccin. Porque la interaccin es en parte comunicativa comointercambio simblico (Habermas, 1999) e implica la intersubjeti-vidad, como comprensin (Geertz, 1987) o negociacin de signifi-cados, un uso del espacio, el tiempo y el cuerpo, as como lainnovacin ante lo imprevisto o incierto de la interaccin.

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    En la interaccin econmica, en las transacciones, puede haber undominio del inters, pero la construccin del acto mismo condensa msque inters y clculos. A su vez, la transaccin como interaccincondensa ms que intercambio de equivalentes de valor o simple uso deredes. Cada parte de la interaccin es a su vez sntesis de msdeterminaciones que el simple inters. Todo esto sin negar la impor-tancia que tiene la formacin de redes (Triglia, 1998), pero ellas puedenser la parte ms superficial de dicha complejidad, adems de que lasestructuras no pueden quedar reducidas a las redes sociales.

    El clculo se vincula con el inters en la relacin econmica, pero enel clculo influyen aspectos cognitivos junto a otros que no lo son,conformando un clculo tambin subjetivizado frente a factores notodos cuantificables ni claramente articulables con las variables deprecios. Esta subjetivizacin del clculo puede deberse como anotabaSimon a la informacin deficiente o incompleta, a la falta deconocimiento de las relaciones causales entre todas las variables queinfluyen, que se llenan diramos nosotros con operaciones noracionales provenientes del pensamiento cotidiano, como las reglasprcticas, las hipergeneralizaciones (Heller, 1977), el principio etcterade Schutz (1966), las analogas y los recursos de la retrica (Perelman yOlbretchs, 1989). De tal modo que, ms que una optimizacin estricta,sta toma la forma de una suma con ventajas y desventajas de tipocualitativo (junto a lo cuantitativo) y donde la ponderacin no esestrictamente racional en el sentido de calculable matemticamente.La incertidumbre nunca puede desaparecer porque slo en la prcticapodemos conocer los resultados y las construcciones del otro en lainteraccin. Adems, sobre los resultados influyen niveles de abstracciny de macro-micro (Alexander et al., 1987), sobre los cuales los sujetospueden tener poco conocimiento y, bsicamente, control; quedan inclui-das las estructuras, mas no reducidas a las redes sociales y entreinstituciones (Heller, 1977).

    En otras palabras, a las nuevas teoras (especialmente a las neoins-titucionalistas, que polemizan con las de eleccin racional) les hace faltaotra teora de la accin; la inclusin de redes o instituciones slo rodeaal problema de fondo sin atacarlo en su raz. Un concepto de actorque no lo subsuma en las estructuras; que complejice la construccinde las metas utilitarias con la inclusin de otros factores no econmicos

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    en la construccin de la propia meta con dominio en la ganancia; queno parta de un modelo terico de estas relaciones ya construido paraser aplicado, sino abierto a las transformaciones, interacciones, inno-vaciones por parte de los sujetos de su accin ante la incertidumbre; quetampoco suponga que la nica manera de conocer es mediante variablescuantitativas, aunque en la Economa los precios tuvieran un lugarcentral pero no nico. Una perspectiva abierta a cmo los sujetos cons-truyen y reconstruyen sus relaciones, tambin abierta a la construccinde explicaciones, podra salvar de las tentaciones del evolucionismo, delfuncionalismo y del estructuralismo, as como del actor puramenteracional y sus modificaciones neoinstitucionalistas.

    X. EL PARADIGMA CONFIGURACIONISTA COMO OPCIN

    La lnea de discusin emprendida puede resumirse en dos camposproblemticos: el de cmo concebir a la accin econmica: solamenteutilitaria o como hemos visto caleidoscpica con dominio utilitario,y el problema de las redes e instituciones, consideradas por unos comosistemas, aunque tambin podran analizarse como configuraciones. Enla perspectiva caleidoscpica de la accin social no basta con proponerque la misma accin puede tener diversos ngulos, sino especficamentecmo se construye la accin social (en particular la econmica), comopara declarar impertinente el ceteris paribus de la Economa conven-cional, descartadas las perspectivas estructuralista y racionalista deexplicacin de la accin social para las cuales, en el primer caso, lasestructuras son las que se imponen a los individuos y, para el segundo,que las metas estn dadas y es posible suponer pureza utilitaria en laaccin econmica.

    Veamos una perspectiva acorde con las sntesis actuales entreestructura y accin. Un punto de partida puede ser Gramsci cuandoexpresa que las presiones en las estructuras, para convertirse en ac-ciones, tienen que pasar antes por una visin del mundo. En trminosactualizados, remite al tema de la subjetividad (De la Garza, 2001c),entendida como proceso de dar sentido. La importancia actual de lasubjetividad nace de la crisis del estructuralismo mediante la recu-peracin de la tradicin de la hermenutica y las nuevas teoras

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    interpretativas del discurso. Tiene que ver tambin con la ruptura conla concepcin tradicional de cultura, entendida como sistema denormas y valores a la manera del funcionalismo y su conversin enacumulacin de significados. Adems, con el reconocimiento de que notodos los significados tienen que ser normativos: pueden ser morales,estticos, cognitivos, emotivos, combinarse mediante formas cotidianasde razonamiento, que lleva a una distincin entre subjetividad y cultura.En tanto proceso, la primera; de dar significado y cdigos acumuladospara significar, la segunda. Por otro lado, al rechazo que ya estaba enGramsci de ver a la cultura o a la subjetividad como sistemas, y por elcontrario, pensarlas con heterogeneidades, discontinuidades (Foucault,1968), contradicciones y oscuridades. Adems, que la produccin designificados para la situacin concreta implica entre otrasacepciones la seleccin de cdigos socialmente aceptados, acumuladosen campos subjetivos como los de los valores (Smith, 1759), el sentidoesttico, el cognitivo, el emotivo. Que la subjetividad puede reconocerestructuras parciales de significados y diferentes niveles de profundidad:de los ambiguos a los identitarios, con posibilidades de rejerarquizacin,polisemia y mimetismo, as como la asimilacin en ciertas condicionesde nuevos cdigos. En torno de esta propuesta pueden identificarsemuchos problemas, pero el central sera la relacin entre estructuras,subjetividades y acciones sociales.

    El concepto de estructuras que presionan o acotan las posibilidadesde la accin es tambin un problema. Una propuesta discutida actual-mente es la de Giddens, quien las ve como las reglas detrs de las prc-ticas recurrentes. Un problema consiste en reducir la estructura a laregla; el otro es la tentacin de reducir la estructura en el nivel micro delos individuos en sus prcticas recurrentes.

    Si bien las estructuras pueden ser derivadas de las praxis, su eficaciaanaltica tiene que ser resultado de un proceso de abstraccin de lasmltiples prcticas, una estilizacin de las mismas y su conceptualizacinen trminos de grandes entramados. Sin embargo, las estructuras nopueden remitir a una sola estructura social (concepto ms que abstracto,ambiguo por su pretensin de eficiencia para toda praxis), sino a lasestructuras pertinentes para cada situacin y coyuntura. Esta va evitapensar que la sociedad se halla sostenida por una gran estructura, sinoque las estructuras pueden o no estar conectadas; en todo caso, se tratade probar su pertinencia para el problema. Por otro lado, las estructuras

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    pueden remitir efectivamente a prcticas, aunque tambin alejarse deellas mediante procesos de decantacin y cristalizacin que presionan adichas prcticas y, por lo tanto, no son simples resultados de stas;empero, otras estructuras pueden ser subjetivas, como formas de con-ciencia o no conciencia; relacionadas con ellas puede haber estructurasculturales como significados acumulados socialmente que aunque noformen un sistema tienen estructuraciones parciales. Sin embargo, lasposturas anteriores no resuelven el problema de si la significacin sloest en la prctica o s est y a la vez remite al campo de la conciencia.

    La solucin no puede darse actualmente por medio de presupuestospositivistas ya superados de slo considerar real a lo observabledirectamente. Las realidades no directamente observables han sidoaceptadas desde la etapa superior del neopositivismo mediante la teorade los dos niveles del lenguaje cientfico de Carnap, de tal modo que sien las prcticas y en los discursos las significaciones remiten a signos, elproblema no se reduce a su interpretacin sino a su posible conexincon el campo de la subjetividad. De tal manera que, si bien todas lasprcticas pueden ser significativas o textuales, lo anterior no evitaanalizar y conectar prcticas significativas con subjetividad, comoproceso de dar sentido a las propias prcticas que no se agotan en elsignificado de la prctica misma como resultado, porque el productoexiste dos veces: uno como resultado y otro en la subjetividad del actor(Heller, 1977). De tal modo, praxis y subjetividad estn conectadas desdeel momento en que la subjetividad que da significado antecede a laprctica, pero el significado la acompaa en su transcurrir y en losresultados. La repugnancia interaccionista simblica de negarse aexplorar el campo de la subjetividad pareci mas influida por unpositivismo tipo Crculo de Viena (asimilado a destiempo en los EstadosUnidos) que por la hermenutica. Por otro lado, a diferencia de losfenomenlogos, etnometodlogos y las teoras del discurso que reducenlas prcticas a su aspecto discursivo o significativo, diramos que la praxises principalmente prctica interactiva con otros hombres y conla Naturaleza, la cual es asimismo significativa, pero que la significa-cin no agota al contenido material de la prctica sino una de susdimensiones; no la embebe: es parte constitutiva de la misma, le da unsentido humano, que a su vez es transformacin material del mundo yde la sociedad. Los que ven este problema como embebimientosignificativo de la prctica diferente del enredamiento de Granovetter,

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    tendran que considerar que los embebimientos no se agotan en lasignificacin. Otra dimensin del caleidoscopio es el poder: se practi-ca para convencer, para influir, para engaar; pero tambin para vencer,para ganar, para dominar, para tener, de manera reproductiva oproductiva.

    O sea: se puede hablar de estructuras en diferentes niveles deabstraccin, espacialidad y temporalidad, as como de diferentes camposde relaciones sociales. De tal modo que si bien las estructuras se derivanen ltima instancia de las prcticas, fetichistamente sus productospueden independizarse de manera relativa de sus creadores e inclusodominarlos. El alejamiento del sistema social estructurado de la viejaSociologa podra conducirnos a la idea de estructuras pertinentes nosistmicas para el problema concreto de investigacin, bajo la consi-deracin de que las estructuras pueden tener un contenido material yotro subjetivo.

    Las subjetividades no son directamente los sentidos acumulados,aunque stos se utilizan en el proceso de dar sentido concreto a lasituacin concreta. Es decir, la produccin de significados concretos echamano de cdigos acumulados de los campos subjetivos para construiruna configuracin subjetiva para la situacin concreta. Como hanestablecido otros autores, la conciencia siempre es de algo, y para ello semoviliza el aparato de subjetivacin. Sin embargo, tal proceso nofunciona por identificacin de cdigos con hechos, en una relacin deuno a uno; tampoco es la idea computacional del significado, sino quelos cdigos se combinan para dar significado mediante formas derazonamientos cotidianos o cientficos para crear configuraciones. Escierto que las configuraciones pueden rutinizarse, pero su actualizacines permanente frente a imprevistos e incertidumbres; sobre todo cuandoconsideramos a los sujetos en interaccin. Por otro lado, el proceso decreacin de configuraciones subjetivas no es unilineal sino que tienelugar en un espacio de posibilidades para la creacin de configu-raciones. Ello evita caer nuevamente en la idea de que slo es posibleuna configuracin y por tanto una significacin para cada situacinconcreta, aunque tampoco su espacio de posibilidades resulta infinito.Adems, no pueden descartarse las rupturas y crisis subjetivas frente aacontecimientos extraordinarios lo bastante impactantes como parapermitir que cdigos sumergidos se activen, o bien que otros se asimilenrpidamente.

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    El concepto de configuracin puede constitutir una opcin ante lade sistema. Una configuracin puede ser vista como una red derelaciones, conceptos o cdigos subjetivos, segn sea para las relacionessociales, la teora o la significacin. Sin embargo, esta red puedereconocer relaciones duras o laxas entre sus elementos (relaciones,conceptos, cdigos). Duras en el sentido causal, funcional o deductivo;laxas (analogas, reglas prcticas, tipificaciones, esquemas, principios,hipergeneralizaciones, recursos retricos, y otros). Sin olvidar losproblemas de las hegemonas en significaciones o bien de cdigos yconfiguraciones legitimadas o impuestas. Los razonamientos cotidianos(Moscovici, 1984), que pueden mezclarse con los cientficos, tienen supropia nocin de implicacin que no es la de la lgica formal.Cognitivamente, supone una seleccin de informacin y su posibleresemantizacin en el conjunto de la configuracin construida;valorativamente, tambin supone una seleccin entre valores difusos yespecficos (Suppes, 1989). Otro tanto se podra decir de los campos delsentimiento y del sentido de lo bello. Las configuraciones subjetivaspueden o no sintetizarse en discursos, pues habra que reconocer que lareflexividad en su sentido ms estricto, como conciencia plena, no esuna condicin para la accin; aunque tampoco resulta convincentecomo en Giddens y Bourdieu que la mayora de las prcticas, porser rutinarias, seran inconscientes. Como hemos visto, hay unaexageracin en estas perspectivas del concepto de inconsciente,entendido simplemente como no consciente, para definir estas ltimasprcticas. Retrica y lgica de discursos cotidianos pueden ser vistoscomo recursos importantes de construccin de configuracionessubjetivas, entendidas como conglomerados de cdigos provenientes dediferentes campos subjetivos o creados para la situacin con el propsitode dar sentido a la situacin concreta. No slo la creacin deconfiguraciones est alejada del determinismo incluso subjetivo y de laidea de sistema, sino que los cdigos pueden transformarse por unava molecular relacionada con cambios graduales en las prcticas y sumonitoreo, o bien, de manera brusca, relacionada con acontecimientosextraordinarios impactantes subjetivamente. El shock subjetivo permiteromper vinculaciones entre cdigos rutinizadas, asimilar otros, o bienque surjan del no consciente y de las memorias histricas.

    Volviendo a nuestro problema original, la accin econmica puededesglosarse en dos momentos: el de construccin de la decisin de la

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    accin (lo equivalente pero de manera compleja al clculo de opti-mizacin que lleva al actor racional a escoger el mejor curso de accin)y la interaccin con otros sujetos. En esta construccin de la accin sies econmica con sobredeterminacin de la utilidad, las estructurasobjetivas o bien subjetivas (en tanto cdigos acumulados) no determinandicha accin; en todo caso, presionan y enmarcan el espacio deposibilidades de construccin de las decisiones. La construccin de ladecisin, por tanto, puede verse como construccin de la configuracinsubjetiva que lleva a la conclusin acerca de la mejor manera deaccionar. Esta configuracin puede movilizar cdigos de los camposmencionados (cognitivos, valorativos, sentimentales, estticos) y no sloinformacin y leyes cognitivo-cientficas. Los modos de relacionarlospueden ser mediante hiptesis verificadas cientficamente, pero combi-nadas con lgicas del razonamiento cotidiano y recursos retricos. Estoporque no hay ciencia total de la totalidad, y las diversas CienciasNaturales o Sociales no estn integradas; adems, porque no hay leyesuniversales y porque la propia realidad no slo el conocimientotiene relaciones oscuras o ambiguas que slo por la propia prcticapodran llegar a soldarse. Esta configuracin que conduce a la decisin(econmica para nuestro caso) tiene reas coherentes y otras que no loson; relaciones duras y laxas; partes funcionales con otras contra-dictorias. Es decir, aunque predomine el propsito de la ganancia, no sepuede tipo-idealizar la accin econmica considerando solamente estadimensin; la dominancia de la utilidad abre la posibilidad de dimen-siones de poder, de prestigio, lealtad, cooperacin o sus contrarios,como ha destacado el neoinstitucionalismo; pero, en nuestra perspec-tiva, no como un dualismo sino como parte constituyente de la decisiny la accin econmica, en donde corresponde a la investigacin concretaen ltima instancia determinar cul de estas dimensiones de la decisiny de la accin sobredetermina a las otras.

    El segundo momento, el de la interaccin, puede efectivamenteguiarse por redes; pero es nuevamente simplificante establecer que lasrelaciones en las redes son slo de intercambio. Si el intercambio comopremios y castigos predominara en la interaccin econmica, no por elloes su nica dimensin; y las mismas consideraciones que hemos hecho ala construccin de la decisin y de la accin valen para la interaccinentre dos o ms actores, con el aadido de que la interaccin adems

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    de material es siempre comunicativa, portadora de sentidos y deobligada intersubjetividad, con significados negociados o impuestos.Vista como proceso, impone un monitoreo de las reacciones del otroas como ante imprevistos e incertidumbres, que puede llevar acambiar las configuraciones subjetivas que condujeron a la construccininicial de la decisin. Acerca de la capacidad de clculo, ya hemosanotado anteriormente que los actores econmicos van a tender a lacuantificacin de los posibles resultados de sus opciones; pero talesclculos no quedan reducidos a las capacidades de las diversas cienciasde modelacin y adquisicin de informacin, sino que intervienenformas de razonamiento cotidiano y lgicas del discurso que junto alo cuantificable en precios se combinan cualitativamente en la formade mayor, menor o igual, por ponderaciones subjetivas que obedecen auna lgica semejante a la expuesta para la creacin de configuraciones.

    En cuanto a las redes de instituciones que enredan a las accioneseconmicas para el neoinstitucionalismo econmico, stas puedenhallarse presentes, mas no necesariamente formar un sistema. Es mejorconsiderarlas como configuraciones, a las que pueden aplicarse lasmismas consideraciones acerca de las redes con relaciones duras o laxas,con funcionalidades o contradicciones, oscuridades y discontinuidades;sobre todo con sujetos que en dichas redes no slo cumplen reglas sinoque empujan para imponer sus intereses.

    Volviendo sobre la especificidad de la Economa no reducida almercado sino en su sentido clsico: como procesos de produccin, inter-cambio, distribucin y consumo, stos conforman campos de interac-cin entre sujetos sociales diversos con eje en la utilidad. No por elloslos actores tienen que ser vistos como racionales totales o parciales. Lacrtica especfica al actor racional parcial es que, al ser intrnsecamenteracional, resulta limitado por el contexto.

    A. Metas de la ganancia

    No pueden desligarse de otros posibles motivos de la accin que jueganjunto con los determinantes de la ganancia mediante la visincaleidoscpica de la relacin social que permite salvar de los dualismos;por ejemplo, mercados o jerarquas.

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    B. Clculo de las opciones

    Sin duda que se tiende a calcular en Economa para tratar de predecirla futura tasa de ganancia, pero los modelos matemticos siempre sonsimplificantes a pocas variables frente a la complejidad y reduciblescasi siempre a las que pueden expresarse en precios. No incluyen fac-tores no ponderables en precios, como los valores morales, la esttica,el sentimiento, cogniciones no cientficas derivadas de la prctica odel sentido comn y modos de argumentacin no verificativos sinoretricos.

    C. Relaciones entre actores econmicos

    No concluyen en el momento de construccin de la decisin, sino queel proceso econmico es interactivo: las mercancas las producen, lashacen circular y las consumen los hombres; entre ellos se repartenlas ganancias de su actividad, o sea que el proceso econmico esbsicamente interaccin entre sujetos y de stos con productosmateriales o inmateriales. Dichas interacciones pueden implicar o noredes sociales entre empresas o instituciones, pero lo ms importanteno es lo enredado del embeddednes, sino lo embebido (condensado) delcomponente de utilidad en la interaccin con otras dimensiones comoel poder o el estatus social. Produccin y consumo, no slo intercambio,son tambin construcciones sociales, parte de la cadena de actividadesque pasan por las transacciones e implican (todas ellas) interaccionescomo las mencionadas con todos sus atributos.

    Finalmente, las consideraciones expuestas acerca de un conceptoabierto de subjetividad y de configuracin no seran pertinentes sinotro de metodologa para conocer, y en particular de uso alternativode la teora social. El positivismo nos acostumbr a pensar que lafuncin de la teora cientfica era proporcionar hiptesis deducidas dela misma para verificar y explicar; pero lo anterior supona una estruc-tura de dicha teora como sistema hipottico deductivo. Sin embargo, elpositivismo y su concepto de teora estndar hace tiempo que entra-ron en crisis, y a su concepto arquitectnico han seguido primerolas nociones ms laxas del postestructuralismo en epistemologa

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    que consideraron conceptos como los de rejilla (Foucault, 1968), deredes con nodos (Suppes, 1989), de conjuntos ms que de pro-posiciones en vnculos deductivos (Stegmller, 1976). En otras palabras,una flexibilizacin de la estructura de la teora, as como de sus unidadesen las que hoy no se descarta la intervencin de trminos del lenguajecomn junto a los cientficos, as como relaciones deductivas y causalesjunto a otras propias del razonamiento cotidiano (De la Garza, 2001c).Es decir, las mismas consideraciones que para otros problemas hemoshecho acerca del concepto de configuracin, valen ahora comosustituto del concepto positivista de teora estndar. En el fondo estel cuestionamiento del dato emprico como dado en la realidadindependiente del sujeto, as como la aceptacin de que todo dato esinterpretado, que depende de la teora, pero tambin del sujeto queinvestiga y de los investigados, de tal manera que la relacin concepto-dato est siempre mediada y no es resultado de una simple deduccin.Una visin configuracional de la realidad y de la teora no necesitade un mtodo de prueba de hiptesis, sino de reconstruccin de lateora, a partir de conceptos no vinculados inicialmente en propo-siciones, sino utilizados como conceptos ordenadores (Zemelman, 1992)y que en el proceso de reconstruccin irn transformndose o bienreafirmando sus nexos y la forma de los mismos, en donde el resultadotampoco sera una teora estndard sino una nueva configuracin. Laforma de esta configuracin si no se quiere caer en una nueva formade estructuralismo configuracional, ms que sealar el futuro a lossujetos, podra definir un espacio de posibilidades para la accin viableen la coyuntura.

    XI. CONCLUSIONES

    El modo de construir la ciencia econmica iniciada por Walras en elsiglo XIX impuso graves deformaciones a esta ciencia en tanto concebirlano como una ciencia experimental sino a la manera de la fsica tericade Newton. Por este camino, se parti de axiomas; por ejemplo, al deactor racional se le aisl de las otras Ciencias Sociales; se demostraronteoremas formalmente impecables, como en las Matemticas, perovlidos para una ciencia que quera decir algo del mundo emprico. Estamisma va llev a la Economa a definirse como la ciencia de la ptima

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    asignacin de recursos, cuando pudo haberse definido de otra manera.Como dicen los neoinstitucionalistas, hay relaciones de mercado en elproceso de produccin, intercambio y consumo de bienes y servicios (yotras que no lo son). Entre los diversos momentos del proceso econ-mico puede haber conexiones e influencias recprocas, as como coninstituciones de otro orden no directamente econmicas. La recons-truccin de la totalidad concreta con una perspectiva abierta yconfiguracional de uso de la teora, implica descubrir las relacionespertinentes y los sujetos, con sus maneras de dar sentido e interaccionarsin suponer que determinada esfera de la realidad no debieraintervenir. A su vez, el eje de la utilidad como centro de la Econo-ma podra sufrir transformaciones sin subvalorarse en una Economacapitalista. Es decir, la manera de definir el problema influir conmucho en los espacios de relaciones y niveles que habra que considerarpara explicar y especificar las opciones viables en la coyuntura operiodo. En esta medida, las abstracciones acerca de cmo considerar laaccin econmica tambin deberan relacionarse con el modo de definirel problema. Y en Amrica Latina hay dos campos problemticos que losestudios laborales han descuidado o bien extraviado en aras de modasacadmicas: uno es la conexin entre la produccin, tal vez comomodelos de produccin (preferimos configuraciones productivas) yel modelo econmico; el otro es la investigacin sobre la constitucin desujetos relacionados de manera directa o indirecta con el trabajo, de susidentidades y posibilidades de constituirse en movimientos sociales.

    En el primer sentido, algo se ha avanzado mediante los estudios sobrecadenas productivas; pero si esta perspectiva no tiene claro el objetivo,se puede perder nuevamente en el anlisis de los clusters exitosos;adems, creyendo como en muchas de las teoras de redes socialesque al definir la estructura de la red, con ello estn dando cuentasuficiente de la estructura de la sociedad, al menos entre empresas. Porotro lado, no es necesario pero s frecuente que los anlisis sobreencadenamientos productivos pierdan la dimensin del trabajo, el cualqueda subordinado a la red entre empresas, de la que se hace dependerel xito o el fracaso. No basta con analizar la morfologa de las cadenasproductivas para dar cuenta de toda una rama econmica; ni muchomenos de las relaciones entre mercado interno y externo; entreagricultura, industria y servicios o de la macroeconoma. As es no sloporque faltan factores que no son productivos como las polticas

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    financieras del gobierno, de gasto pblico, de consumo, y otros, sinoporque nunca ser posible llegar a definir todas las redes y susconexiones en todos los mbitos de la sociedad. Esta utopa se enfren-tara ante la densidad de la red que hara imposible la visualizacin; enparte por ello la ciencia trabaja con niveles de abstraccin y con los ejesmicro y macro. Es decir, el camino de las redes no conducir a laexplicacin del modelo econmico, aunque puede contribuir a ello siestamos conscientes de sus limitaciones. Por ahora, en dichos estu-dios no queda resuelto cmo vincular a la empresa enredada con losotros niveles del modelo econmico. ste puede ser el primer gran reto:la constitucin de una nueva manera de teorizar que permita hacerreconstrucciones de las relaciones entre produccin, cadenas, ramas,sectores, y macroeconoma; es decir, que vaya del modelo de produccino configuracin sociotcnica de los procesos productivos hacia el patrnde desarrollo, tal vez mediante los conceptos de unidad socioeco-nmica de produccin que implicara encadenamientos producti-vos; pero tambin otras relaciones de las empresas con el mercadode trabajo, de la tecnologa, con el gobierno, el sistema de relaciones detrabajo y la cultura.

    De las cadenas a las ramas y a otros sectores; de la produccin a losintercambios y al consumo, de stos a la explicacin de los compor-tamientos de la cuenta corriente de la balanza de pagos y las polticaseconmicas e industriales. Es decir, la posibilidad de ir estableciendo lasconexiones por niveles mediante la idea de configuracin de con-figuraciones micro-macro y por niveles de abstraccin, sin olvidar queestas estructuras no juegan solas, sino que pueden ser transformadaspor las interacciones que privan entre sujetos sociales. Adems, talesredes son slo de intercambio de bienes y servicios, y la construccin dela decisin recproca de participar en la red pone en juego comohemos visto intereses, junto a conocimiento, sentimientos, valores, losrazonamientos cientficos junto a los cotidianos, cooperacin y poder. Esdecir, las redes implican tambin la consideracin de cules son lossujetos que las construyen.

    En cuanto al aprendizaje tecnolgico, no se trata de un problemasolamente cognitivo: el aprendizaje es tambin resultado de la in-teraccin y con ello tiene componentes polidimensionales como los quehemos mencionado en varias ocasiones; especialmente la interac-cin entre razonamiento cientfico con el razonamiento cotidiano, con

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    sentidos prcticos con componentes culturales, sentimentales y estticos.Es decir, ver al aprendizaje tambin como una manera especfica deconstruccin del sentido dependiente de culturas, estructuras y sujetosque intervienen.

    Por lo que respecta a los modelos de produccin, la necesidad depasar del plano de las tipologas y sus combinatorias entre estrategiasde negocios con polticas de recursos humanos, relacin salarial,organizacin, polticas de producto. a la inclusin de los sujetos, decmo construyen sus estrategias de negocios y dems dimensionesde los modelos de produccin. Sobre todo sujetos empresariales ogerenciales, que se mueven por el inters pero ste no es puro; sujetosque interaccionan con otros (por arriba) con el Estado, con conglo-merados empresariales, organismos internacionales, dentro de la em-presa con mandos medios y trabajadores, eventualmente con sindicatos.

    La otra lnea tiene que ver con el problema del fin del trabajo (De laGarza, 2000) como espacio de creacin de identidades, y de la claseobrera como sujeto privilegiado en antiguas teoras en las trans-formaciones sociales. Mucha tinta ha corrido en torno de este tema. Norepetiremos la sntesis ya realizada (De la Garza, 2000); pero detrs,adems de derrotas polticas estn cambios estructurales como elcrecimiento de los servicios, del trabajo no estructurado, de la migracinnacional e internacional, de los microestablecimientos, y otros, parahacer pensar a los tericos del fin del trabajo en la imposibilidad deconstitucin de identidades amplias de los trabajadores, frente alincremento de la heterogeneidad y de las actividades que no reconocenclaramente a un empleador.

    Lo anterior lleva a la necesidad de una ampliacin de la nocin detrabajo ms all de la de trabajo asalariado, proponiendo nuevosconceptos para dar cuenta de actividades laborales no convencionales(trabajo por cuenta propia, a domicilio, familiar, y otros), a sabiendas deque las categoras de anlisis de los procesos productivos han estadomuy sesgadas por el trabajo industrial de la gran empresa y enparticular en la automotriz terminal. Tales categoras (no estructurado,informal, precario) no estn a la mano, no dan cuenta suficiente delmismo; resulta urgente su construccin y la concepcin de relacinde trabajo (no necesariamente asalariada), entendida de manera calei-doscpica, puede resultar muy til, sobre todo en las actividades en lascuales las acciones para producir estn mezcladas con la vida

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    cotidiana no laboral, con la amistad o el parentesco. Ello obliga agenerar conceptos en los que se hagan explcitas las dimensionesproductivas con las que no lo son al mismo tiempo, y que se especifiquecules son sus implicaciones en identidad o fragmentacin. Por otrolado, la vida laboral en sentido ampliado de las personas en nuestrospases se aleja cada vez ms del trabajo estable de por vida, que siemprefue prerrogativa de un sector relativamente privilegiado.

    As, habra que hacer frente al problema de identidad o fragmen-tacin mediante la trayectoria de trabajo y de vida, ms que mediante elanlisis segmentado en un lugar de trabajo, pues la trayectoria y no sloel trabajo presente deja huellas en la subjetividad y repercute sobre lasposibilidades identitarias, de tal manera que la fragmentacin entreestas actividades y su heterogeneidad no necesariamente tendra quetraducirse en identidades igualmente fragmentadas o en el indivi-dualismo (De la Garza, 2001b). Primero porque las identidades puedendesplazarse de niveles ambiguos a otros especficos y no derivarsesolamente de la actividad actual sino del conjunto de mundos de vida,que, a su vez, pueden reconocer una trayectoria (trayectoria de mundosde vida entre los que el trabajo constituye slo uno de ellos). Segundo,porque los procesos de identificacin de amigos y enemigos tampoco sederivan nicamente del lugar de trabajo, y entre trabajos heterogneosen trminos de tecnologas, organizacin, relaciones laborales, puedehaber la posibilidad de identificacin de amigos y enemigos msamplios que los de los lugares de trabajo. Tampoco convence una visina la Antonio Negri, de homogeneizacin de los trabajadores por lo abs-tracto de su subordinacin directa o indirecta al capital para la mayorade la poblacin, que borra las diferencias, heterogeneidades y frag-mentaciones; por el contrario, puede ser ms pertinente la idea demultiplicidad de posibles sujetos federables ms que de un sujetoabstracto casi universal, pero es diferente de plantear estas diferenciascomo absolutas e imposibles de remontar en el movimiento social.

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