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Índice

Índice de contenidoPresentación..........................................................................................................................................3Enero: Fiesta del beato Manuel González y Epifanía...........................................................................4Febrero: Llamados a la unidad y renovación de la fe.........................................................................10Marzo: Celebración del 4 de marzo....................................................................................................15Abril:Tiempo pascual.........................................................................................................................20Mayo:Espíritu Santo, Tercera Persona de la Stma. Trinidad.............................................................24Junio: Festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo...........................................................................29Julio: Misioneros de Cristo.................................................................................................................33Agosto: La Asunción de María...........................................................................................................37Setiembre: La intercesión...................................................................................................................41Octubre: La Sagrada Familia..............................................................................................................45Noviembre: Ser Santos en el Año de la Fe.........................................................................................49Diciembre: Adoremos a Cristo con María..........................................................................................54

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Presentación

Dada la buena acogida que ha tenido la anterior recopilación de las Horas Santas realizadas en la Parroquia Sagrada Familia de Santo Tomé, provincia de Santa Fe (2012): decidimos compartir las que se hicieron durante los meses siguientes, octubre a diciembre de 2012 y las de enero a setiembre de 2013. En esta oportunidad se citan al pie los documentos, escritos y sitios de internet de donde se extrajeron gran parte de los textos presentados. Esperamos que las aprovechen para “mayor gloria de Dios, advenimiento de su Reino Eucarístico, honor de su Madre Inmaculada, pronta canonización de su fidelísimo siervo y provecho de nuestras almas”...

¡Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, por siempre!

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Enero: Fiesta del beato Manuel González y Epifanía

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Señor Jesús, hoy 4 de enero, día en que la Iglesia conmemora a tu amigo fiel el beato Manuel González, hemos venido para decirte que creemos que estás presente en el Sacramento de la Eucaristía. En este día tan especial para la Familia Eucarística Reparadora, queremos agradecerte el haber suscitado en don Manuel y en la Iglesia este carisma que es llamada y respuesta, en el mundo, de tu Presencia viva y vivificante en cada Hostia consagrada.

Hermanos, Él está aquí. Cantémosle en el nombre de quién estamos hoy nosotros junto a Él.

Canto: En el nombre del Padre

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos: Durante más de doce días, «la Iglesia celebra el misterio de la manifestación del Señor: su humilde nacimiento en Belén, anunciado a los pastores, primicia de Israel que acoge al Salvador; la manifestación a los Magos, “venidos de Oriente” (Mt 2,1), primicia de los gentiles, que en Jesús recién nacido reconocen y adoran al Cristo Mesías; la teofanía en el río Jordán, donde Jesús fue proclamado por el Padre “hijo predilecto” (Mt 3,17) y comienza públicamente su ministerio mesiánico; el signo realizado en Caná, con el que Jesús “manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él” (Jn 2,11)» (Directorio «La piedad popular y la liturgia», n. 106).

Durante el tiempo navideño, además de estas solemnidades que muestran su sentido esencial, tienen lugar otras que celebran a los santos como expresión de la compañía de Cristo» y que están íntimamente relacionadas con el misterio de la manifestación del Señor: el martirio de los Santos Inocentes; la imposición del Nombre de Jesús por José, el 3 de enero, y un día después la memoria festiva del bienaventurado Manuel González García. Un recuerdo que ha de integrarse en el contexto navideño y del que recibe una gran significación. (Extraído del Granito de Arena de Enero de 2012)

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

(Voz 1) En esta Hora Santa del 4 de enero, hacemos memoria del beato Manuel González, Apóstol de la Eucaristía y fundador de las distintas ramas de la Familia Eucarística Reparadora. Y para poder aprovechar cada momento de esta celebración, invoquemos al que sabe y puede preparar nuestros corazones para recibir, con la humildad del pesebre y la sencillez de la Sagrada Familia, el mensaje personal que Jesús Eucaristía tiene hoy para nosotros.

Rezamos todos juntos la oración al Espíritu Santo que fue repartida.

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 1) Antes de proclamar la Palabra del Señor, recordemos lo que nuestro padre fundador nos

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decía sobre “cómo se oraba en el Evangelio” 1

(Voz 2) (…) Toda oración envuelve o exige algo de nuestro entendimiento como meditación, reflexión o contemplación de las necesidades propias, voluntarias o involuntarias, de sus causas, efectos, remedios posibles y comparación con las ajenas y para eso ayudan los libros ascéticos, la conversación de los buenos, la contemplación de la naturaleza, etc., y algo, lo principal, del Espíritu Santo, Agente Supremo del mundo sobrenatural, infundiendo, excitando, fomentando, avivando nuestra fe y nuestra confianza y nuestro descanso en la Misericordia de Dios, para que más claramente veamos y más fuertemente sintamos y saboreemos a Dios, Padre rico que ha hecho de la oración llave de sus tesoros en favor de nosotros, hijos pobrísimos.Meditando, pues, solamente o con sólo el ejercicio de nuestro entendimiento, no oramos; sino conversando afectuosamente con Padre Dios sobre nuestras necesidades, dejándonos llevar de la moción o impulso del Espíritu Santo.(…) Bien meditado, el Evangelio es todo él una oración. El Evangelio es Jesús hablando con su Padre en nombre de los hombres o con éstos en nombre de su Padre, o son los hombres hablando con el Padre por medio de Jesús y el Padre hablando con los hombres por medio de sus Hijo. Siempre en diálogo afectuoso expresado por medio de palabras, de obras, de miradas, de gestos, de lágrimas, de alabanzas, de acciones de gracias, de bendiciones... Y bajo este aspecto, ¡qué gran maestro de oración, y de oración en todas sus formas y en todos sus grados, es el Evangelio! Leyendo despacio el Evangelio, necesariamente se aprende a orar de todos los modos en que se puede orar.(...) El Jesús del Evangelio es el mismo Jesús vivo del Sagrario. Aquí como allí dice y hace lo mismo. SILENCIO MEDITATIVO.

(Voz 1) Para la proclamación de la Palabra, nos ponemos todos de pie.

(Voz 3) Lectura del santo evangelio según san Juan: Jn 1, 35-41

REFLEXIÓN:(Voz 1) Escuchemos la reflexión que el beato Manuel hizo sobre este pasaje del Evangelio de Juan.2

(Voz 2) EN BUSCA DE DISCÍPULOSPara eso pasaba Jesús por la orilla del Jordán; buscando de entre los grupos de penitentes o sencillos discípulos del Bautista, quien quisiera dejarse atraer por la humildad de su porte y el amor de su mirada... ¡Lo mismo que en el Sagrario! ¡Días y días, años y años en soledad casi absoluta esperando quien quiera dejarse atraer! ¡Qué traza de conquistador, tan distinta y tan opuesta a la usada por los hombres! Y al segundo día se deciden dos a seguirle, Andrés y otro discípulo del Bautista, muy probablemente Juan. Jesús ha sentido sus pasos, ha vuelto el rostro atrás, los ha mirado y les ha preguntado: "¿Qué buscan?"-."Maestro ¿dónde vives?". ¿No sienten palpitar en esta pregunta la emoción de una adhesión cariñosa? Entre los hombres primero es conocerse y después amarse. Con Jesús buscado con corazón sencillo, ocurre al revés. ¡Cuántas veces se le ama primero y se le conoce después! El Corazón de Jesús ha debido estremecerse de gozo al oírse por fin llamar Maestro, y encontrar los dos primeros discípulos. No se les señala día ni hora para recibirlos. Los recibe al instante. ¡Tenía tanta hambre de enseñar! ¿En dónde? Ni les da las señas de su casa, ¡su casa!, la primera cabaña o cueva abandonada que encontrara, ¡un mesón!, si los hubiere en aquellos parajes medio desiertos!

1 OO.CC.I 895-9002 OO.CC.I 255-257

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-"Vengan y verán" Y se estuvieron con Él toda aquella noche, porque eran ya las cuatro de la tarde cuando esta invitación se hacía. Misterio de aquella noche entera de magisterio de Jesús con dos rudos pescadores, ¡cómo nos haces sentir las palpitaciones de un Corazón dispuesto a hacer locuras por iluminar a las almas y cómo haces presentir el misterio dulce, suave e iluminador de tantas noches y de tantos días de Sagrario! ¿Qué ha estado diciendo Jesús aquella noche a Andrés y a Juan? No lo dice el Evangelio. Lo que sabemos es que han salido conociendo quién es Jesús y amándolo con la efusión del celo más activo por buscarle conocedores y amadores. Andrés busca y trae a Jesús a su hermano Simón, el que debía ser cimiento de su Iglesia. Probablemente Juan trae a su hermano Santiago. Después, de estos cuatro discípulos, sacará Jesús cuatro grandes Apóstoles. Y sabemos también que con ese conocimiento y amor del Maestro, debieron sacar un amor fraterno, tan efusivo, tan palpitante, tan nuevo, que más tarde, en los últimos encargos, cuando tenía que separarse de ellos, para ir al Padre, les ha podido dejar esta consigna: "En esto conocerán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros".

¿Amo yo así? Si tengo que hacer de maestro algunas veces por ser sacerdote, padre de familia, catequista, o simple consejero, ¿atraigo y uno a mí a los que he de enseñar por la humildad o el amor? Jesús ni en el Evangelio ni en la Eucaristía es Maestro de mala cara, de palabra áspera, ni de corazón duro. Como discípulo que soy de Jesús, por ser cristiano, ¿me lo conocen las gentes en lo bien que trato y quiero a todos mis condiscípulos, a todos, a buenos y a malos? Espíritu santo, ¡que yo ame así!SILENCIO MEDITATIVO

Canto: No huiré (Cancionero Eucarístico)

PRECES: (nos ponemos de pie)

(Voz 1) Rezamos todos juntos la Novena al beato Manuel González: Corazón de Jesús Sacramentado...

(Voz 3) Oremos al que ha venido para hacernos suyos. A cada invocación respondemos cantando

¡Te lo pedimos Señor!

• Para que toda la Iglesia se configure con Cristo Eucaristía y se entregue con Él a la salvación del mundo. Roguemos al Señor.

• Para que las autoridades del mundo promuevan la libertad y la justicia y cada persona pueda ser educada para la felicidad temporal y eterna. Roguemos al Señor.

• Para que ante el abandono de la Eucaristía el Espíritu nos conceda la gracia carismática de acercar a los hombres al Corazón de Cristo a fin de que participen de su Vida Divina. Roguemos al Señor.

• Para que la Familia Eucarística Reparadora que nace del carisma de nuestro fundador sea signo y fuerza liberadora a favor de los más necesitados. Roguemos al Señor.

• Para que a imagen de María Inmaculada vivamos la oración, la sencillez, la acogida y el servicio como nuestro estilo de vida. Roguemos al Señor.

• Para que el Señor escuche con especial atención las peticiones depositadas en la urna.

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Roguemos al Señor.

• (se pueden agregar peticiones)

Oh Dios, tú nos abres los ojos para reconocerte, concédenos tu Santo Espíritu que nos dé fuerza para estar al pie de la cruz en las diversas situaciones de la vida.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Canto: Eucaristía, mi alegría

(Voz 2) En la Epifanía celebramos el amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza. Es un día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los magos. 3

Ya en las vísperas de la fiesta de la Epifanía o día de Reyes, escuchemos el relato de la visita de los Reyes Magos que hace Mateo en su evangelio. Nos ponemos todos de pie.

Lectura del EVANGELIO:

(Voz 3) Lectura del santo evangelio según san Mateo: Mt 2, 1-11

REFLEXIÓN

(Voz 2) Escuchemos la reflexión que hace al respecto de esta visita, el beato González. 4

(Voz 1) El reino de Dios buscado y encontrado por la oración de los Magos ¿Pero fueron hombres de oración esos gentiles? ¿Y hasta el punto de que puedan servir de modelo a los cristianos? La afirmativa es tan contundente que, con los solos rasgos que nos da el santo Evangelio del viaje de estos felices Magos desde las tinieblas a Jesús, se demuestra que precisamente a su condición de hombres de oración debieron su felicidad. No es preciso hacer violencia al texto sagrado para convencernos de que por la oración los Magos vieron la estrella, y por la oración conocieron, poseyeron y saborearon el misterio de la estrella. Andemos con ellos su camino y veremos cómo el viaje del oriente a Belén de estos hombres es el viaje o la ascensión de unas almas desde los grados más bajos a los más altos de la oración; como que terminan nada menos que en la contemplación sobrenatural y mística de Dios.(...)

Cómo se preparan los Magos para el viaje que había de santificarlos e inmortalizarlos Con una vida de laboriosidad, de rectitud, de humildad y de constancia.

El Evangelio no lo dice abiertamente, pero lo insinúa. El nombre de Magos o sabios con que los presenta indica que eran hombres habitualmente dedicados al estudio de la naturaleza y, por consiguiente, laboriosos; el pretender ver en aquella estrella rara o extraordinaria una señal de Dios, un indicio de algo grande de Dios, prueba la rectitud con que estudiaban y trabajaban buscando a Dios en las manifestaciones de la naturaleza y en los acontecimientos de la vida; aquel no fiarse de ellos

3 http://es.catholic.net/celebraciones/120/301/articulo.php?id=1250 4 OO.CC.I 1014-1022

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mismos e indagar de los que pudieran o debieran saberlo, el significado de aquella estrella y estar dispuestos de antemano a adorar el misterio encubierto por Dios en ella, cantan muy a las claras su humildad de corazón, y aquel ponerse en camino largo, penoso y, al parecer, aventurero, sin amedrentarse de ocultaciones de la estrella ni de engaños de envidiosos, predica su admirable constancia en el buen proceder. ¿Y no son éstas las mejores disposiciones para ser almas de oración?

Almas que se esfuerzan por saber tratar a Jesús Sacramentado y gustar de Él, provéanse de estas disposiciones para vuestros viajes al interior del País de las divinas sorpresas: laboriosidad, cumpliendo vuestro deber y ocupándose seriamente en vuestros trabajos de cada día; rectitud, tendiendo a buscar a vuestro Jesús en cada una de las ocupaciones de vuestro deber; humildad, para que, si no lo encuentran prontamente, pregunten a quien les pueda dar noticia de Él, como al padre espiritual, al amigo discreto, al libro bueno, al ángel de vuestra guarda y a los santos vuestros intercesores, y constancia para no volver la cara atrás ni quitar la mano que pusieron en el arado... ¡Aunque se empeñen el demonio, los nervios y las ocupaciones!... Almas desocupadas y consumidas en una estéril, cuando no viciosa, ociosidad; almas tan enamoradas de ustedes mismas, que en todo y en todos no les queda tiempo, ni fuerzas, ni ganas más que para buscarse a ustedes mismas; almas a las que nada se les ocurre preguntar, porque están creídas que todo lo saben y que nada ignoran; almas lánguidas, flojas, tornátiles como veletas, asustadizas..., es decir, almas sin provisiones para el viaje a Jesús infinitamente laborioso, recto, humilde y constante, ¡así no pueden orar! Podrán pasar ratos delante del Sagrario arrodilladas sobre cómodos reclinatorios: podrán las gentes, al verlos en esa actitud, decir que están orando; pero vuestra imaginación, saltando y brincando de acá para allá como cigarrón; vuestro entendimiento y vuestra voluntad, ocupados, como siempre, en todo menos en buscar y hallar a Jesús; vuestra propia conciencia, si todavía se alarma, les está diciendo que aquello... no es oración. ¿Saben por qué? ¡Porque no han puesto la parte que les tocaba poner en ella! ¡Vean, si no, los primores de transformación, elevación y divinización que hace el Espíritu santo con la laboriosidad, rectitud, humildad y constancia de los Magos!

La parte del Espíritu Santo en la oración de los Magos ¡Qué espléndido se muestra siempre este Divino Operador del misterioso Laboratorio espiritual cuando se le busca para hacer una buena oración! Diríase, hablando en lenguaje humano, que la obra predilecta de este misterioso alquimista y a la que se dedica con más gusto, es este preparado que se llama oración. Y ¡qué variedad tan infinita y maravillosa de fórmulas y modos para propinar su preparado según la índole, las circunstancias, las dificultades y los efectos deseados de los sometidos a su tratamiento! Espíritu santificador, ¡quién conociera esas tus inefables elaboraciones para agradecerlas y desagraviarte de tantas faltas de correspondencia! El Espíritu del Señor, que adornó los cielos con esos bellos luminares que se llaman soles y estrellas, se valió de una de éstas para elevar a alturas infinitamente más elevadas a tres almas. ¿Fue una estrella nueva creada en aquel instante y para aquel caso? Fue solamente una estrella de nuevo aparecida o con especiales resplandores iluminada? No nos importa saberlo. Lo que nos importa considerar es que en aquella estrella puso el Espíritu santo una señal que, entrando por los ojos de muchos, de todos los que la contemplaran, despertara en sus inteligencias la curiosidad de descifrarla y conocerla, y en sus voluntades el deseo de poseerla. Vean aquí al Espíritu santo obrando simultáneamente sobre la estrella y sobre las cabezas y los corazones de multitud de hombres para hacer siembra de curiosidades y deseos del misterio de la estrella. Como ésta debió ser vista y admirada por muchos, las inquietudes de aquellas curiosidades y deseos por muchos también debieron ser sentidas.

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¡Qué pena! ¡Qué tristeza producen siempre las siembras de Dios entre los hombres! ¡Qué desconsoladora desproporción entre la cosecha y la siembra! Sólo tres de entre los miles de admiradores de la estrella se someten al misterioso tratamiento del Espíritu. ¡Sólo tres admiten y aceptan el diálogo que con todos y por aquel medio quería establecer el Dios escondido en la estrella del cielo y en el pesebre de Belén! Y ese diálogo que entre el escondido de la estrella y esos tres afortunados se entabla es precisamente una oración.

El modo de esta oración Oración que por parte de los de la tierra es petición de luz y promesa de adoración y entrega... "Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarle", es la única palabra de su oración...; hemos visto y queremos ver más..., verlo todo..., y venimos para entregarnos del todo..., para adorar al Rey escondido con todo lo nuestro..., conocer para amar..., conocer mejor..., amar mejor para darse más y mejor... Y por parte del Espíritu Santo es infusión gradual y creciente de fuerzas para decidirse a levantarse de entre las tinieblas en que yacían, para emprender y seguir hasta el fin y con certeza el camino que lleva a la luz y para ver por último con ojos nuevos la luz tan ardientemente buscada, y con corazón nuevo amarla, y con obras nuevas servirla, y con rendimiento nuevo y entero adorarla, y con paladar nuevo embriagarse de ella... ¡Qué! ¿el encontrar a Jesús con su Madre, el descubrir en aquel Niño, el más pobre y abandonado de los hijos de los hombres, a un Dios Rey, y en aquella Madre pobre a una Reina, y en aquella cueva un alcázar, y en aquel pesebre un trono, es visión de ojos de carne? ¿El postrarse de hinojos, el ofrecer con ricos presentes la adoración más rendida y la entrega de entendimiento y voluntad, de bienes, de honor y de fortuna y de la vida entera, es obra u ofrenda de corazones de carne vieja pecadora? ¿El llegar en tan poco tiempo a tanta efusiva familiaridad con la corte de aquel Rey, que elevados personajes de ella, como son los ángeles, sustituyendo a la estrella fría y muda que los trajo, se hacen sus guías para el viaje de regreso, es obra de habilidades y granjerías terrenas? No, no; todo eso es la obra del Espíritu renovador de la faz de la tierra, del que creará tierra y cielos nuevos y ojos, bocas, cabezas y corazones nuevos para homenaje, glorificación y reparación del Rey escondido del Sagrario y santificación, deificación y gozo sin fin ni medida de los que lo busquen y traten en oración preparada con laboriosidad, rectitud, humildad y constancia como la de aquellos Magos que vinieron del oriente.

El fruto de la oración Y más que fruto, podría decir: manifestación del fruto de tan buena oración. Admirablemente está hecha esa manifestación en las palabras con que termina el evangelista la narración de esta escena: "Se volvieron a su tierra por otro camino". ¡Qué buen sello de oración buena! ¡El cambio de caminos!... Almas que van a hablar muchas veces con Jesús Sacramentado, ¿son vuestros caminos de vuelta de más pureza de intención, de más bondad de corazón, de más puntualidad en el deber, de más generosidad con Dios y con el prójimo, de más vencimiento propio que el camino de ida?... ¿Se conocen vuestros ratos de Sagrario en que salen más vasallos del Rey callado y entregado, entregándose más en silencio y con más buena cara?...SILENCIO MEDITATIVO

ORACIÓN FINAL

En la colecta de la fiesta de nuestro fundador deberían tener cabida iniciativas de solidaridad a favor de hombres y mujeres que, como los Magos, vienen de regiones lejanas; ante estos emigrantes, sean o no cristianos, hemos de mostrar una comprensión acogedora y una solidaridad efectiva. Tal era el espíritu eucarístico-social de don Manuel. Tal es el espíritu que anima, actualmente, las iniciativas y

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actividades realizadas por el Fondo Solidario Beato Manuel González, creado en 2001 con motivo de la beatificación del Fundador de la FER. En algunos centros la colecta de este día se entrega para este fin. 5

Hagamos también nosotros, como aquellos Reyes Magos, en silencio, nuestra ofrenda sincera a ese Niño-Dios-Rey, presente en la Eucaristía.

SILENCIO MEDITATIVO

Canto: Aunque todos... yo no (Cancionero Eucarístico)

Padre Nuestro

Febrero: Llamados a la unidad y renovación de la fe

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Señor Jesús, hoy 4 de febrero, día en que nos reunimos para recordar a tu amigo fiel el beato Manuel González, hemos venido para decirte una vez más que creemos que estás presente en el Sacramento de la Eucaristía, esperándonos. Venimos ante Ti para renovar nuestra fe y nuestra adhesión a tus enseñanzas y al carisma iniciado por el beato Manuel. Estamos aquí para alabarte, adorarte, darte gracias y pedirte todo lo que nos hace falta para seguirte fielmente. Y lo hacemos no solo por nosotros mismos sino también por todos aquellos que no han podido estar aquí presentes, especialmente por nuestros familiares y amigos, pero también por los que no amamos tanto, por los que nos cuestionan constantemente, por los que nos confrontan y nos señalan de manera especial, por los que no tienen fe y les molesta la nuestra. Queremos repararte en tus abandonos y brindarte estos minutos de compañía amorosa e íntima.

Hermanos, Jesús está aquí. Cantémosle en el nombre de quién estamos hoy nosotros junto a Él.

Canto: En el nombre del Padre

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos: Luego de un período de descanso para muchos, de evaluaciones del año que finalizó recientemente, aprovecharemos estos minutos para renovar nuestros propósitos para este 2013 que ya se ha iniciado. Recordemos que estamos en el Año de la Fe y en este marco, iluminados por las enseñanzas de nuestro padre Fundador, meditaremos sobre nuestro caminar a lo largo este período...

En esta Hora Santa del 4 de febrero, hacemos memoria también de aquel 2 de febrero de 1902 en

5 Granito de Arena, enero 2012

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Palomares del Río, España, día en que don Manuel comienza a orientar su vida movido por esa gracia extraordinaria que le marcó para siempre.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

(Voz 1) Para poder ofrecer lo mejor de nosotros en estos minutos y para que los podamos vivir más intensamente, invoquemos a Aquél que nos conoce; a Aquél que es capaz de sosegarnos, de sanarnos, de iluminarnos, de detener nuestros pensamientos y memoria por un rato para poder hacer el silencio necesario para escuchar al Señor... A Aquél que puede potenciar nuestra inteligencia y nuestra espiritualidad...

Cantamos la invocación al Espíritu Santo: Espíritu de Dios, desciende.

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 1) Hermanos:

Tal vez en el período de vacaciones que hemos tenido o estamos viviendo aún, hemos podido plantearnos varios propósitos para llevar adelante durante este año. Y seguramente lo hemos hecho con la ayuda del Espíritu Santo y con el firme objetivo de asegurarnos un crecimiento espiritual y apostólico. La Iglesia necesita que nos acerquemos y participemos activamente de las diferentes propuestas que existen en nuestra comunidad. No se puede emprender la catequesis familiar si no hay catequistas o matrimonios-guías, no podemos tener coros en las Misas si no hay gente que se acerca a cantar … y así con las distintas actividades de los diferentes grupos que funcionan en cada Parroquia. A la Iglesia la formamos todos los bautizados y todos tenemos nuestra responsabilidad en ella a partir de nuestro bautismo. Por eso es tan importante que pensemos en la actividad que vayamos a realizar este año en nuestra Parroquia o en cómo vamos a colaborar con el buen funcionamiento de la misma. No podemos pensar que eso es sólo responsabilidad del Párroco. Hay muchos grupos en los que se puede participar: Legión de María, Apostolado de la Oración, Coros, Carismáticos, UNER, Catequesis, entre otros... y sea cual fuere el que elijamos, tenemos que pensar que todos trabajaremos para y por Cristo y que ninguno tiene prioridad sobre otro. La única prioridad es Cristo y por y para Él estaremos todos juntos trabajando en la Parroquia este año 2013. Y el éxito del conjunto de las actividades dependerá de la medida en que dejemos actuar en nosotros al Espíritu Santo. Seguramente será Él quien se encargue de mostrarnos cada paso a seguir en nuestro apostolado, si es que somos dóciles a su voluntad.

El beato Manuel decía: 6

(Voz 2) Para todo cristiano medianamente enterado (¡hay tantos que no han empezado todavía a enterarse!), es cosa harto sabida, que el valor sobrenatural de nuestras obras así como su eficacia y fecundidad no están en relación con nuestra acción sino con la intensidad de nuestra unión con Dios.

(Voz 1) El primer paso entonces consiste en renovar nuestro encuentro personal con Cristo.

Dice San Agustín, en su libro Confesiones, sobre su encuentro con el Señor:

(Voz 2) “¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me retenían lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.”

6 OO.CC.I 681

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(Voz 1) Benedicto XVI dice: 'No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida...'

Nuestro primer encuentro personal con Jesús seguramente ha sido para cada uno un momento inolvidable. O tal vez siempre hayamos vivido a su lado y si bien no podemos pensar en un “primer momento”, seguramente sí recordaremos el instante en que descubrimos que estábamos enamorados de Él. Esa oportunidad en que tomamos conciencia por primera vez que nuestro corazón se encendía ante su presencia, los pulmones no eran suficientes para inhalar el perfume de su amor, los labios no eran capaces de abarcar una sonrisa acorde a la alegría que sentíamos...

Les proponemos ahora, hacer unos minutos de silencio durante los que recordaremos aquellos instantes y los invitamos a renovar esos sentimientos de entonces. Luego lo expresaremos con una canción.

SILENCIO MEDITATIVO.

Canto: Hasta la locura te amo Señor.

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 1) Escuchemos al profeta Miqueas que nos habla de lo que exige Dios del hombre. Este texto nos revela que la verdadera fe en Dios no se puede separar de la santidad personal ni de la búsqueda de la justicia social.

(Voz 3) Lectura del libro del profeta Miqueas: Miqueas 6, 6-8

PALABRA DE DIOS.

SILENCIO MEDITATIVO

PRECES:

(Voz 1) Rezamos de pie todos juntos la Novena al beato Manuel González y a continuación elevamos al Señor nuestras súplicas: Corazón de Jesús Sacramentado...

(Voz 3) Demos gloria y honra a Cristo, que puede salvar definitivamente a los que, por medio de él, se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor nuestro, y digámosle con plena confianza:

Acuérdate de tu pueblo, Señor.

• Señor Jesús, Sol de justicia que ilumina nuestras vidas, al llegar al umbral de la noche, te pedimos por todos los hombres; que todos lleguen a gozar eternamente de tu luz, que no conoce el ocaso. OREMOS

• Guarda, Señor, la alianza sellada con tu sangre, y santifica a tu Iglesia, para que permanezca unida y sea siempre inmaculada y santa. OREMOS

• Acuérdate de esta comunidad aquí reunida, y que tú elegiste como morada de tu gloria. Que formemos una sola familia y sepamos vivir en armonía. OREMOS

• Que durante este período de vacaciones de verano, los que están en camino tengan un viaje feliz y regresen a sus hogares con salud y alegría. OREMOS

• Acoge, Señor, las almas de los difuntos y concédeles tu perdón y la vida eterna. OREMOS

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• Escucha con especial atención las peticiones depositadas en la urna. OREMOS

• Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Dios todopoderoso, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Canto: Jesús, estoy aquí

REFLEXIÓN ORANTE

(Voz 1) Escuchemos a nuestro padre Fundador describiendo como debería ser el apostolado de una María 7

(Voz 2) La María y la abeja Y ¿en qué quisiera yo que se pareciera la vida de la María a la de la abeja? Dejando a un lado otros puntos de imitación que ofrece a los racionales este misterioso insecto, verdadero prodigio de Dios, grande en lo chico, quiero fijarme singularmente en sus productos y en el modo de obtenerlos. Produce cera y miel y lo produce trabajando, libando y pinchando.

La María como la abejadebe producir cera de piedad blanda, afectuosa y siempre dispuesta a consumirse, para con su Padre Dios, manifestada en una firme y reparadora lealtad para con su Madre Jesús-Eucaristía abandonada, su Inmaculada Madre del cielo María y su santa madre de la tierra la Iglesia, representada en su parroquia. Ésta es la piedad de María: Tratar a Dios como a Padre, y muy Padre; a Jesús Sacramentado como a Madre abandonada, que mendiga caricias de hijos y desagravios; a María Inmaculada como a Madre, que siempre brinda imitación, protección y consuelo; y a la madre parroquia que pide ver y tener en torno de ella a sus hijos y enseña y facilita caminos de luz, de paz y de cielo a los que bajo sus alas forman su familia.

La María como la abejadebe producir miel de bondad habitual de cara, de palabras, de sentimientos, para con ella ejercer su gran apostolado menudo de la amistad en favor de su Padre Dios y de sus madres la Eucaristía, María y su parroquia... Pero bondad que, como la miel, atraiga endulzando y purificando. ¡La miel de la abeja no es sólo pura, sino purificadora! ¡Así debe ser la bondad del apostolado de las Marías! ¡De miel pura que sana! ¡No de melojas pegajosas y enturbiadoras!...

¿Y cómo? I. Trabajando como la abeja: La María debe trabajar con tanto orden y tan asiduamente, hasta llegar a distinguirse de las que no lo son, por su laboriosidad; primero en los menesteres de su casa y estado, y después en su grato oficio de dar y buscar compañía a su abandonado Jesús. ¡Cuánto tiene que hacer una María, si quiere serlo de verdad! Como en las colmenas no se conoce el tipo de abeja ociosa, así entre nuestras colmenas eucarísticas no quisiera que se diera el tipo de Marías lánguidas, largas sólo en soñar y quejarse desde sus casas 7 OO.CC.I 1540-1543

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y cortas en trabajar con las manos, los pies, la lengua, el ingenio y las rodillas, en buscar y pedir amadores para su Jesús abandonado. II. Libando: Buscando con un instinto seguro e infalible la flor que le dé buen pasto, o sea, dulzuras para sus mieles. ¡Ni por equivocación se posa sobre la flor agria, amarga o venenosa! Las Marías que oran y comulgan y visitan y tratan a Jesús como Marías, llegan a adquirir el hábito, y hasta el instinto de la abeja, de no leer más libros, ni gozar de más compañía, ni de vestirse con más moda, ni divertirse con más espectáculos, ni buscar, ni desear más alimento para sus cabezas y sus corazones, que los que les den cera para su piedad y miel para la atracción de su apostolado... III. Pinchando: Y ¡con qué saña y bravura, a imitación de la abeja, endereza la buena María el aguijón de su censura, de su desprecio, de su repulsión a la flor, insecto o mano atrevida que pretenda estorbar su acción, envenenar su miel, o derretir vanamente su cera! Y sobre todo ¡cómo se hinca sin piedad y sin dulzura sobre su amor propio, desordenador de pasiones y envenenador de todo buen pensamiento y cariño y de toda buena intención! ¡Cera para Dios, miel para sus prójimos, aguijón punzante para su amor propio! ¡Ésa es y eso hace la María de verdad!

Y todo en silencio Miren el cirio que arde en el altar, y, si preguntan por el nombre de las abejas que labraron cada gota, nadie se lo podrá decir... Miren el panal de miel que chorrea dulzuras sobre vuestra boca... Nadie les podrá decir el nombre de vuestras obsequiadoras... Marías, alumbren vuestros Sagrarios con toda la cera de piedad que puedan, puéblenlos hasta que rebosen las almas atraídas por la dulzura y pureza de vuestro apostolado, pero si preguntan por vuestros nombres, que sólo obtengan esta respuesta: ¡Las Marías! Eso es trabajar a lo abeja, mejor dicho, ¡a lo Hostia callada!... ¡Madre Inmaculada! que así vivan todas las Marías.SILENCIO MEDITATIVO

ORACIÓN FINAL

(Voz 1) El próximo miércoles 13 de febrero comienza la Cuaresma con la celebración de la imposición de las cenizas. Estos son 40 días de reflexión en los que la Iglesia invita a las personas a replantearse a sí mismas por lo que éste es un tiempo de conversión y arrepentimiento de los pecados a través del perdón, toda vez que se recuerda que Jesús murió por la salvación del mundo, por lo que todos debemos tratar de responderle de la misma manera. Aprovechemos este tiempo de gracias especiales.

Escuchemos un texto del beato González sobre ¿Qué debe hacer una María en la Cuaresma?8

Esa novedad cuaresmal ¿no podría ser visitar por fin vuestro Sagrario que quizá no hayan visitado aun, decidirse a tomar la determinación de acabar con algo malo o peligroso o de empezar la obra buena o la vida ante la que vienen vacilando?... ¡Cuántas novedades les va a pedir desde vuestro Sagrario esta Cuaresma! Y de renovación ¿no piden nada vuestra piedad, quizá rutinaria, vuestra lengua quizá larga, vuestra vista, quizá disipada, vuestra caridad, quizá resfriada, vuestro traje, quizá mundano o provocativo?¡Cuántas renovaciones les pueden pedir desde vuestro Sagrario! Marías, ¿serán generosas? ¡Siquiera una vez al año por Cuaresma!

SILENCIO MEDITATIVO

Canto: Sin abandonos (Cancionero Eucarístico) Padre Nuestro

8 OO.CC.I 709

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Marzo: Celebración del 4 de marzo

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Señor Jesús, creemos que estás aquí presente en la Eucaristía. Hemos venido esta tarde a celebrar juntos esta fecha del 4 de marzo, tan importante para los miembros de la Familia Eucarística Reparadora, justo en el año del centenario de la UNER en Argentina y en este Año de la Fe. En este día queremos hacerte una petición: Que nuestra fe sea como una antorcha encendida que te repare por los que no creen en tu Presencia Eucarística. Queremos agradecerte y cantarte con alegría porque has sido bueno con nosotros, porque nos has dado la oportunidad de vivir este carisma Eucarístico Reparador durante estos años. Hoy también celebramos con júbilo los 103 años de la fundación de la UNER. PAUSA

Estamos aquí para que tu Presencia real renueve nuestra fe. Queremos volverte a decir, en la intimidad de nuestro sagrario, que te amamos, que te damos gracias por tu entrega y obediencia al Padre, que también nosotros queremos darlo todo por vos pero que somos débiles y solos no podemos hacer nada. Por eso hoy, unidos en esta celebración, oramos todos juntos para aumentar nuestras fuerzas y entusiasmo, para sentirnos apoyados mutuamente y asistidos siempre por tu Santo Espíritu. Por eso, antes de comenzar, invocamos este Amor entre Padre e Hijo, para que llegue hasta nosotros, nos asista en este encuentro y a lo largo de toda nuestra vida para que ésta sea un continuo “estar contigo”.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Leemos todos juntos la oración repartida o bien cantamos: Fluye, Espíritu de Dios

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos: Podemos estar seguros de que Dios nos ama. Él nos bendice con su amor. Y esto también se manifiesta en nuestro trato de amor hacia los demás. Su presencia se demuestra en nuestras actitudes y hechos de amor. De esta manera, su amor nos bendice cuando lo recibimos pero también cuando lo compartimos!

Escuchemos la lectura de la primera carta del apóstol San Juan que nos dice que Dios es Amor y nos habla de la plenitud de ese Amor.

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 2) Lectura de la primera carta del apóstol san Juan:1Jn 4, 12-21

REFLEXIÓN: (Voz 1) Como reflexión sobre lo que se acaba de leer, escuchemos parte del mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma 2013, quien hace referencias justamente a uno de los versículos leídos y afirma que “Creer en la caridad suscita caridad”.

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(Voz 3) Queridos hermanos:

La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la Fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.

(…) La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento (…) El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).

La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos con el mismo amor de Dios. (…) En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia General, 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización

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es la promoción más alta e integral de la persona humana.

En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.

Canto: Esto que soy, eso te doy

(Voz 3) Toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.

(…) La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad, que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co 13,13).

Queridos hermanos, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, les deseo a todos que vivan este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.

SILENCIO MEDITATIVO

PRECES DE PERDÓN:

(Voz 1) Nos ponemos todos de pie y rezamos juntos la novena a nuestro padre Fundador para luego elevar al Señor nuestras súplicas. Corazón de mi Jesús Sacramentado...

(Voz 2) Señor, te gusta un corazón sincero. Tú acoges el corazón quebrantado y humillado. Queremos poner ante Ti nuestras limitaciones, nuestras debilidades, aquellas con las que también nosotros te hemos abandonado, para que tu amor de Padre nos purifique.

A cada invocación respondemos: Perdón Señor, por nuestros abandonos• Por no descubrir tu mirada amorosa desde la Eucaristía. OREMOS

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• Por no haber acogido siempre tu mensaje, ni abrir nuestros oídos a tu voz. OREMOS• Por nuestra falta de coherencia para con tu Presencia Eucarística. OREMOS• Por no reconocerte abandonado en los hermanos más necesitados. OREMOS• Por no ser verdaderos testigos de esperanza en nuestros ambientes. OREMOS• Por no inquietarnos ante los grandes desastres de nuestra sociedad. OREMOS• Por el desconocimiento de los problemas, logros y proyectos de la Iglesia. OREMOS• Por no estar siempre atentos a las necesidades de los que nos rodean, ya sea en la familia,

trabajo, como en la Parroquia. OREMOS

Al celebrar un año más la santa Cuaresma, concédenos, Dios todopoderoso, avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Canto: Señor, Tú me conoces

REFLEXIÓN ORANTE

(Voz 1) Escuchemos a nuestro padre Fundador quien nos habla de los abandonos de la Eucaristía-Misa. 9 Justamente en este tiempo de Cuaresma, esta es una reflexión que debería alentarnos a retomar la participación frecuente en la celebración de la Santa Misa.

(Voz 3) El desconocimiento de la Misa No hablo ahora con los que no visitan el templo de Dios. Ni con los que, yendo, por abandono o impiedad, viven incomunicados con Jesús Sacramentado, no comulgando jamás o rara vez. (...) Hablo con los piadosos, y en esta categoría incluyan a muchos, desde los más obligados a una completa instrucción teológica y ascética, hasta a los apenas iniciados en las prácticas de la piedad. Y a estos piadosos de todas las categorías (...) digo (...) esta queja: ¡En qué abandono tan espantoso se ofrece sacrificado cada día Jesús! ¡El altar del Señor está despreciado! Y repito que no hablo ahora de abandonos exteriores, ni de sacrílegos abusos, sino de infidelidades, ingratitudes, disonancias, postergaciones, ignorancias vencibles y desatenciones groseras que pesan sobre el delicado y sensible Corazón de Jesús en cada Misa que se celebra, y que, miradas superficialmente, no pasarán de la categoría de pequeñeces, y a la luz de una sólida y delicada piedad, son de una trascendencia que espanta...

El unilateralismo de la ignorancia y de la rutina ¿Qué es la Misa para el dogma, para la liturgia y para la ascética, y qué lugar ocupa en la fe, en el culto y en la vida espiritual de los fieles? La respuesta a esa doble pregunta dejará al descubierto, ¡qué pena!, un gran abandono, que es a su vez una gran injusticia con Dios y una gran crueldad para con el Corazón de Jesús y un manantial de desdichas para las almas. Uno de los grandes males acarreados por la ignorancia religiosa, y por la rutina, aun de los ilustrados en religión, es lo que pudiera llamar el unilateralismo, y perdónenme la palabreja; o sea, el empequeñecer hasta desfigurar y desnaturalizar nuestros dogmas, misterios y ceremonias, a fuerza de no mirarlos ni conocerlos más que por un solo lado. Ejemplo y confirmación de esto lo tenemos en la santa Misa.

Fin de la Misa ¿Qué fin se propuso nuestro Señor Jesucristo al instituir el augusto Sacrificio de la Misa?

9 OO.CC.I 158, 161, 166-167

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Con esta sola respuesta tendrían la fe y la piedad sobrado campo en que avivarse, ocuparse y extenderse por espacios infinitos. La Misa se ha hecho por Cristo para esto sólo: Para dejar a los que el Padre le confió el recuerdo vivo, operativo y eficaz de su redención: Hagan esto en memoria mía. Explico estas palabras. La redención se hizo en el Sacrificio de la Cruz y se aplica en el Sacrificio de la Misa. Jesucristo, Hijo natural de Dios, hecho hombre, por su Sacrificio en la Cruz se ha ganado, a más de la gloria de su nombre y de su cuerpo resucitado y sentado a la derecha del Padre, el título de sacerdote, único adorador perfecto de la Trinidad augusta. De Víctima de alabanza, acción de gracias, expiación e impetración infinitas. De Mediador único absolutamente eficaz entre Dios y los hombres. De Cabeza y Modelo de todos los elegidos. De Causa meritoria y ejemplar de su gracia y de la gloria del cuerpo y del alma de ellos. De Hermano mayor o Primogénito de todos los hijos de Dios. De Piedra angular del templo en que Dios recibe de la creación entera su mayor gloria. Y de Pastor supremo de innumerables ovejas. Todo esto ha ganado Cristo Hombre por su Sacrificio y su muerte de Cruz. Y por esto su Sacrificio de la Misa ya no tiene que ganar nada nuevo, sino aplicárnoslo. Y, si vale decirlo así, injertar nuestra alma y nuestro cuerpo en su alma y en su cuerpo gloriosos y honrados con tan altos títulos, realizando, de hecho, en cada uno de nosotros lo que en el Sacrificio de la Cruz no estaba más que como en derecho y en principio.

Y vean ahora, gusten y agradezcan hasta el derretimiento estas aplicaciones. ¿En la Cruz Jesucristo se constituye sacerdote y Víctima? En la Misa, el ministro que celebra, la Iglesia que ofrece y los fieles que participan debidamente, son ¡no se asusten!, cosacerdotes y covíctimas. Cada cual, en su medida y a su modo, sacerdotes son que ofrecen y se ofrecen. Sacrifican a Cristo y se sacrifican con Él. Y con Cristo, alaban, agradecen, expían e interceden. ¿En la Cruz, es Jesucristo único Mediador y Cabeza y Modelo y Primogénito y Piedra angular y Pastor? Por la Misa y por los Sacramentos, que de ella toman virtud, yo, pecador y gusano y extremo infinitamente opuesto a Dios, quedo hecho amigo, hijo adoptivo y heredero de Dios, hermano de Jesús y miembro de su Cuerpo místico y piedra viva de su templo viviente y oveja de su rebaño. Tienen mucho que saborear esas ganancias de la Misa para que se las haga olvidar con otras reflexiones. ¡Lo que nos da una Misa!SILENCIO MEDITATIVO

Canto: Sin abandonos

ORACIÓN FINAL

(Voz 1) Para finalizar esta Hora Santa, en este año de la Fe y siguiendo los consejos de Benedicto XVI, rezamos todos juntos de pie esta oración sanadora que resume nuestra fe: el CREDO (mejor si es el CREDO de Nicea-Constantinopla)

Padre Nuestro

Abril: Tiempo pascual

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres

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veces.)

INICIO:(Voz 1) Jesús sacramentado, llenos de alegría proclamamos, como en el salmo 117, que "este es el día grande en que actuó el Señor: sea el día de nuestra alegría y de nuestro gozo". Estamos exultantes de gozo junto con toda la Iglesia, porque éste es el gran día de la actuación de las maravillas de Dios. Dice el Pregón Pascual: "¿De qué nos serviría haber nacido, si no hubiéramos sido rescatados?". Y así Tú resucitado, creemos y esperamos que nos resucites a nosotros. Nos proponemos vivir ya ahora como resucitados que mueren cada día al pecado. Y, al contemplar nuestra historia personal, vemos que la resurrección se va haciendo momento a momento. Es algo imperceptible, como el crecimiento de un árbol, que no crece de golpe. Y sabemos que tendremos tanta resurrección como muerte, pero también que contamos con el auxilio de tu gracia siempre actuante en nosotros. Por eso hoy más que nunca decimos: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, Señor Jesús".

Hoy, como todos los días 4 de cada mes, estamos en tu casa también para recordar a nuestro Fundador, el beato Manuel González y rogarte por su pronta canonización. Queremos contemplarte a la luz de tu Palabra y de sus enseñanzas y, en tu Presencia todos juntos, alabar al Padre. Antes de ello, invocamos al Espíritu Santo para que nos asista durante esta hora en la que hemos dejado todo para escucharte, acompañarte y hablarte, para que toda esta oración dé frutos de vida eterna.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Leemos todos juntos la oración repartida o bien cantamos: Espíritu de Dios, desciende.

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos:

Escuchemos esta carta que podríamos imaginar que fue escrita por Jesús para cada uno de nosotros.10

(Voz 2) Queridos:

Ya hemos llegado a la Pascua. ¡Que días tan maravillosos! ¡Qué gratos recuerdos de aquellos hechos históricos; de aquellos encuentros gozosos con mis amigos muertos de miedo! Siempre tenía que empezar diciéndoles: “La paz esté con ustedes”. No tenían paz. Estaban nerviosos. No terminaban de fiarse de mi palabra. Y no me reconocían cuando me presentaba a ellos resucitado. Es verdad que el cuerpo glorioso ya es distinto, pero el amor es el mismo. Tenía que hacer gestos concretos, decirles palabras que ellos ya conocían, insistirles que tocaran y vieran que no era un fantasma… ¡Qué duros son los hombres para reconocer a Dios, y sentir la verdad y la cercanía del mundo sobrenatural! Los hombres piden muchos milagros, y cuando ocurren no se los creen. Les pasa como a Pedro: “Señor, si eres tú, di que camine yo también por el agua”. Y le dije: -Ven.- Y comenzó a caminar pero vaciló, no se lo creía, y comenzó a hundirse gritando de miedo… Y sin fe no es posible vivir la Pascua. Si no creen en mí como hombre mortal, ¿cómo van a creer en Mí Resucitado y en cuerpo glorioso?

La Pascua es el tiempo del cambio, del paso a una vida más espiritual. Es la celebración de la conquista de la libertad. Es disfrutar de la alegría de la gracia. En Pascua se valora mejor el Bautismo, y la Penitencia, y la Eucaristía, y tantas cosas. En este tiempo les quiero demostrar que es verdad todo lo que de mí se había anunciado, y Yo lo había repetido tantas veces. La muerte en la cruz era necesaria, pero no era el final. La estancia en el sepulcro era temporal. Ya dije Yo que al

10http://encuentra.com/el_calendario_liturgico/te_invito_a_celebrar_mi_pascua16286/

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tercer día resucitaría, y así lo hice. Esa es la garantía de vuestra fe. Tú tienes que creerme. YO NO ESTOY MUERTO. No siguen ustedes a un muerto. Estoy vivo ahora mismo. Y hablo contigo desde esta carta, y desde la Sagrada Escritura, y en la Oración, y me recibes vivo en la Eucaristía, y te perdono a través del sacerdote, y estoy dentro de ti cuando dejas entrar la gracia en tu alma.

Quiero celebrar contigo MI PASCUA, MI RESURRECCIÓN. Y quiero que se lo digas a todos, pues mi fiesta es para el mundo entero. Comunícaselo a tus amigos, a Mis amigos: ESTOY VIVO. Mi Reino es de vivos. Quiero una Iglesia viva, unas celebraciones llenas de vitalidad. Quiero cantar contigo el Aleluya, el Gloria, y hacer palmas, y sonreír. Es mi tiempo de gozo. No me dejes solo. Estás invitado al banquete de bodas, al banquete de la Vida. Tu lugar está reservado. No pongas excusas para venir, pues Yo te espero para que pasemos un rato agradable. Corre la voz: VUESTRO AMIGO JESÚS ESTÁ VIVO, Y LOS ESPERO PARA CELEBRAR MI ALEGRÍA CON TODOS. NO ME FALLEN.

Un saludo de alegría y paz para ti y para todos.

Tu Amigo JESÚS.

Canto: Amanecer

(Voz 1) En unión con el Hijo, voz perfecta de todo el mundo creado por Él, nos convertimos también nosotros en oración incesante ante el trono de Dios.

Leemos todos juntos, de pie, el salmo 150

(Voz 2) Hermanos:

En el evangelio que escucharemos, veremos cómo la alegría de la resurrección hace de las mujeres que habían ido al sepulcro, mensajeras valientes de Cristo. Una gran alegría sienten en sus corazones por el anuncio del ángel sobre la resurrección del Maestro. Y salen “corriendo” del sepulcro para anunciarlo a los Apóstoles. No pueden quedar inactivas... sus corazones explotarían si no lo comunican a todos los discípulos.

Las reacciones de las mujeres ante la presencia del Señor expresan las actitudes más profundas del ser humano ante Aquel que es nuestro Creador y Redentor: la sumisión y la adoración. ¡Qué gran lección para aprender a estar también ante Cristo Eucaristía!

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 3) Lectura del santo Evangelio según san Mateo: Mt 28, 1-10

REFLEXIÓN: (Voz 2) Escuchemos la reflexión del beato Manuel sobre este evangelio.11

(Voz 1) Lo que da Jesús en sus horas de triunfo ¡Qué página primera de la Resurrección!, ¡qué mañanita aquella la del Domingo de Pascua! De una parte los discípulos..., ¡los hombres! encogidos de miedo, mordidos de la incredulidad y encerrados en un cuarto de Jerusalén, y de otra, las Marías, ¡las mujeres!, tomando la delantera al sol sin miedo a los guardias que el odio puso custodiando al Maestro, para volver a ocupar su sitio junto a Él! Y cuando se ve ese contraste, ¡qué bien cae en el alma la largueza con que Jesús resucitado paga! Sí, sí, ¡cómo les debe llenar el alma de agradecimiento, hasta hacerla rebosar, la donación de tantas

11 OO.CC.I 468-472

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primicias con que fueron honradas y agasajadas vuestras hermanas mayores, las Marías del Evangelio! Para ellas la primera noticia de la Resurrección, para ellas la primera aparición, para ellas la dicha del primer beso en las gloriosas cicatrices de los pies, para ellas el honor de ser las primeras predicadoras de la Resurrección. Y mezclados con esos gozos y enaltecimientos, ¡cuántas enseñanzas y cuántas lecciones ante el sepulcro vacío! Cuando se les haga pesado, casi insoportable por dificultades de las cosas o de los hombres sostenerse junto a vuestro Sagrario-Calvario, acuérdense de las primicias que les esperan, en cuanto llegue la mañanita de la Resurrección...

Cómo hay que prepararse Y cuenten con que esa mañanita llega... ¿No se han fijado en las palabras del Evangelio (...)? ¿No les ha llamado la atención el contraste de ese temor y de ese gozo grande con que dice que salieron las Marías? ¿No les parece contradictorio el relato? Si gozo, ¿por qué temor? Si temor, ¿por qué gozo? Se explicaría bien ese temor antes de llegar y de entrar; los guardias, la soledad del lugar, las tinieblas de la madrugada, la pesadez de la losa del sepulcro, todo eso se comprende bien que hubiera podido servirles de motivo de temor; pero, ¿después?, ¿después de ver con sus propios ojos que allí no hay guardias, ni piedra que quitar, ni muerto que llorar, y sí ángeles de faz sonriente y vestidos blancos y con refulgores de sol?, ¿temor? Y temor grande que las hace salir presto del sepulcro... ¿Verdad que no se lo explican? La explicación de ese temor será precisamente una lección de gran provecho para ustedes, Marías de los Sagrarios-Calvarios, que también se dejan llevar de él con tanta sin razón como vuestras hermanas del Evangelio.

¿Por qué temían? Se lo voy a decir con una palabra: porque les faltaba fe. Sí, a pesar del valor, la abnegación, la fidelidad y hasta el amor fino y obsequioso con que habían seguido al Maestro vivo y muerto, les faltaba fe. Por una paradoja, que a las veces se da en el corazón humano, las Marías iban al sepulcro con más amor que fe, y más diría, con mucho amor y ninguna fe. Amaban al Muerto y no creían en el Resucitado. Multitud de veces le habían oído predecir su Resurrección lo mismo que sus apóstoles y ni éstos ni aquéllas cuentan para nada con la Resurrección. Prueba de ello fue aquel ir a ungir al muerto, como si se hubiera que quedar en el sepulcro para siempre, en vez de irse a esperar su Resurrección. Y todavía se quedaron más atrás en punto a fe los apóstoles. Encerrados en la ciudad y sobrecogidos de miedo, no tuvieron para los varios mensajeros que les iban llegando de la Resurrección más que esta triste palabra del Evangelio: «¡No creyeron!». Pero parecía que al oír de labios de un ángel que Jesús había resucitado, como había predicho, y al contemplar el sepulcro vació y los guardias despavoridos, la fe en la Resurrección debiera nacer al punto en aquellas almas tan bien preparadas, y disipar todas las nubes de incertidumbres, ignorancias o incredulidades que la envolvían. Y, ¡oh misterios del corazón! El sol de la fe en la Resurrección no logró romper y traspasar aquellas nubes.

Las Marías salieron del sepulcro con alguna más fe que entraron, es cierto; pero no con la fe segura,

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completa, viva, radiante, incompatible con el miedo. Y por eso el Evangelista se ve precisado a poner delante de aquel gran gozo, que el anuncio del ángel puso en sus almas, el temor del que vacila y duda. Permítanme que llame vuestra atención sobre ese estado del alma de vuestras hermanas mayores ante el sepulcro vacío. Quizás, quizás algo de eso les ha pasado a ustedes ante vuestro Sagrario-Calvario. Van a él porque aman, es verdad, y porque aman con ardor, con pasión, y dispuestas a remover cuantas dificultades se les presenten. Pero déjenme que les diga que alguna vez se ha repetido en ustedes esa especie de paradoja de amor sin fe que se dio entonces. Creen menos de lo que aman; diríase que es más ardiente vuestro amor que viva vuestra fe. ¿Saben en qué lo conozco? En la facilidad con que se quejan del poco fruto, con que dejan de ir, con que se cansan de estar solas con El, con que se tratan de convencer de que allí no se puede conseguir nada... Yo les aseguro que si vuestra fe en el que visitan fuera de verdad viva, antes se gastarían las losas de los caminos que las conducen a vuestro Sagrario, que vuestros pies de ir y vuestra lengua de hablar y vuestro corazón de palpitar por El...

Marías ¿Quieren que el gozo grande de la Resurrección les acompañe siempre, siempre en vuestras idas y venidas de los Sagrarios? Ya saben el secreto. No den un sólo paso sin fe viva. No lo olviden: fe viva, constante. ¡Escasea tanto entre los que creen y aman!

SILENCIO MEDITATIVO

PRECES

(Voz 2) Nos ponemos todos de pie y rezamos juntos la novena a nuestro padre Fundador para luego elevar al Señor nuestras súplicas. Corazón de mi Jesús Sacramentado...

(Voz 3) Glorifiquemos a Cristo, que resucitó de entre los muertos el primero de todos, y supliquémosle, diciendo:

Tú que has resucitado de entre los muertos, escucha, Señor, nuestra oración.

• Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y extendida hasta los confines del mundo: que tus bendiciones abundantes se derramen sobre cuantos creen en ti. OREMOS

• Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado al ministerio pastoral; que sean para tu pueblo ejemplo de santidad. OREMOS

• Concede, Señor, el espíritu de justicia y de paz a los que gobiernan las naciones y haz que trabajen para que todos podamos vivir según tu ley. OREMOS

• Tú, Señor, que eres el médico de nuestros cuerpos y de nuestras almas, visítanos con tu amor y sálvanos. OREMOS

• Tú que experimentaste los dolores de la cruz y ahora estás lleno de gloria, levanta y consuela a los enfermos y líbralos de sus sufrimientos. OREMOS

• Tú que anunciaste la resurrección a los que estaban en las tinieblas del abismo, libra a los prisioneros y oprimidos, y da pan a los hambrientos. OREMOS

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• Concede la paz a nuestros días y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad.OREMOS

• Tú, Señor, que en la cruz destruiste nuestra muerte y mereciste para todos el don de la inmortalidad, concede a nuestros hermanos difuntos la vida nueva de tu reino.OREMOS

Oh Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Canto: Ya hay un camino

ORACIÓN FINAL

(Voz 1) Para finalizar esta Hora Santa, en este año de la Fe, rezamos todos juntos de pie esta oración sanadora que resume nuestra fe: el CREDO (mejor si es el CREDO de Nicea-Constantinopla)

Padre Nuestro

Mayo: Es píritu Santo, Tercera Persona de la Stma. Trinidad

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, comenzamos cantando En el nombre del Padre y luego rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Jesús Sacramentado,

hemos acudido a tu llamado. Si estamos aquí es porque vos nos convocaste y nos llamaste con tu santo Espíritu, que al mismo tiempo que dijo nuestros nombres invitándonos a este encuentro, abrió nuestros oídos y nuestro corazón para que podamos estar ahora acá. Por eso empezamos en el nombre de la santísima Trinidad, esta hora santa. Queremos alabarte en presencia del Hijo, escondido en la Eucaristía, asistidos por el Espíritu santo y unidos al Padre y ofrecerte estos minutos de oración, de compañía amorosa, de adoración y de reparación por todos los abandonos que recibís de parte de tus enemigos y, peor aún, también de parte de tus amigos.

Hoy, como todos los días 4 de cada mes, estamos en tu casa también para recordar a nuestro Fundador, el beato Manuel González y rogarte por su pronta canonización. Esperamos que esta hora sea de oración profunda. El beato Manuel decía a propósito de la oración (OO.CC.I 895)

(...) Se ora como se pide y se pide según se siente la miseria propia y según se cree y se confía en la misericordia de Dios. A más conocimiento de aquélla y a mayor fe y confianza más viva en ésta, más eficaz oración.(…)Meditando, pues, solamente o con sólo el ejercicio de nuestro entendimiento, no oramos; sino conversando afectuosamente con el Padre Dios sobre nuestras necesidades, dejándonos llevar de la

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moción o impulso del Espíritu Santo.

Por eso, Jesús Eucaristía, invocamos al Espíritu Santo para que nos guíe e ilumine durante esta hora, para que toda esta oración dé frutos de vida eterna.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Cantamos: Fluye, Espíritu Santo o bien sigue la guía leyendo lo siguiente:

Nos unimos a la oración de don Manuel: Dios mío, a quien todo corazón está descubierto, toda voluntad habla y ningún secreto está oculto, purifica por la efusión del Espíritu santo los pensamientos de nuestras almas, para que merezcamos amarte en plenitud y alabarte dignamente. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos:

Esta hora santa está destinada a la preparación para la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y para la fiesta de la Santísima Trinidad.

Les proponemos recorrer un camino trazado por el beato Manuel. Para ello es indispensable ese silencio interior y exterior, dejando de lado todos nuestros pensamientos y sentimientos. Vamos a ir meditando dones del Espíritu Santo, a través de las palabras de Jesús en el Evangelio y de una breve reflexión del mismo beato González, seguida de silencio contemplativo.

(Voz 2) 12Con mucha pena de ser como soy y con muchas ganas de ser como Tú quieres que sea, vengo a pedirte, Corazón de Jesús Sacramentado, la venida del Espíritu santo a mi alma; poniendo por intercesores a mi Madre Inmaculada, a san José y al santo Ángel de mi guarda. Amén.

Don de Entendimiento:

(Voz 3)Leemos en Jn 3, 5: “Jesús le contestó a Nicodemo: En verdad, en verdad te digo, el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios”. SILENCIO

(Voz 2) Fue necesaria la virtud del Espíritu Santo para que las inteligencias de los amigos de Jesús, tan pegadas a la tierra, acabaran de enterarse que Jesús y su obra, que es la redención de las almas, y su triunfo, que es la gloria de Dios y la exaltación de su nombre, no tienen más que un punto de vista: el Calvario, con su cruz arriba para morir en ella, y su sepulcro abajo para resucitar desde él.

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 1)

Don de la amistad con Jesús(Voz 3)Leemos en Jn 16, 12-15: “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre, es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.” SILENCIO

(Voz 2) Para los amigos de Jesús son los secretos del Padre celestial, y las confidencias más íntimas del Corazón de su Hijo, y la luz del Espíritu Santo para conocerlos y entenderlos.

12 Ven, Espíritu del Padre y del Hijo. Invocación al Espíritu Santo. Bt. Manuel González García

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¿Quiénes son los amigos de verdad? Jesús respondió: Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les digo. (Jn 15, 14)

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 2)

Don de Ciencia(Voz 3)Leemos en Lc 12, 11-12 “Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir.” Y en Lc 11,13: “Si ustedes que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!” SILENCIO

(Voz 2) Si toda dirección y todo acierto en acciones y obras para llevar almas a Dios viene del que se ha llamado por la Iglesia Dedo de la diestra del Padre, o sea el Espíritu Santo, el único iluminador, director, guía y santificador de las almas, nuestras buenas obras, tan rebosantes del criterio humano y de direcciones humanas y tan vacías de oración, dejan poco o nada que hacer a Dios Espíritu Santo.

Cantamos: Ven Espíritu Santo, pag 87 cancionero parroquial, canto 265 ( estribillo + estrofa )

Don de Piedad(Voz 3)Leemos en Jn 20, 21-23: “Jesús les dijo de nuevo: ¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes. Al decirles esto sopló sobre ellos y añadió: 'Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen y serán retenidos a los que ustedes se los retengan.” SILENCIO

(Voz 2) Por la Misa somos sacerdotes y hostias con Jesús sacerdote y Hostia; por la Comunión, comensales de Jesús sacrificado y cooperadores del Espíritu Santo que nos asimila a aquél y hace que por cada Comunión, bien recibida, seamos más Jesús. Es muy significativo que las oraciones con que la Iglesia prepara a sus sacerdotes para la Misa sean dirigidas de un modo especial al Espíritu Santo. Misas y Comuniones de los Apóstoles, preparadas por el mismo Espíritu Santo, participadas y agradecidas por la Madre de Jesús en persona, ¡cómo renovaste la faz del mundo!

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 3)

Don de Sabiduría(Voz 3)Leemos en Lc 16, 7-11: “Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se los enviaré. Y cuando Él venga probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio. El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.” SILENCIO

(Voz 2) El Espíritu Santo infunde en los corazones la caridad y, por ella, la valentía de denunciar el pecado en el mundo de quien, resistiendo a Cristo y a su Iglesia, es injusto al no reconocerle a Él como autor de toda santidad y justicia, así como el rechazar su redención. Para saborear al Corazón de Jesús vivo en el Sagrario, búsquese en el Evangelio una máxima o una escena, y con fe viva en el sentido y en la virtud que guarda, por ser Palabra de Dios, léase, medítese, saboréese, aunque por lo pronto nada se saque y el Espíritu Santo premiará nuestra fe y constancia. ¡Veremos y gustaremos!.

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 4)

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Don de Consejo(Voz 3)Leemos en Jn 14, 16-17: “Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes en cambio lo conocen, porque Él permanece con ustedes y estará en ustedes” SILENCIO

(Voz 2) Es el Espíritu Santo, agente supremo de la oración y de la vida interior, el que sabe y quiere enseñar a hablar con Jesús invisible y oír a Jesús mudo. Den por seguro que el Espíritu Santo, el gran agente de la oración que está en la boca cerrada de Jesús Sacramentado, y vuestro oído abierto, les dará la respuesta. ¡Qué espléndido se muestra siempre este divino operador del misterioso laboratorio espiritual cuando se lo busca para hacer una buena oración.

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 1)

Sacerdote de Jesús(Voz 3)Leemos en Jn 14, 25-26: “Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.” SILENCIO

(Voz 2) Yo creo que el principal y más rico Don del Espíritu Santo a los Apóstoles de Jesús fue el Don de darse cuenta, e íntimamente persuadirse, de que eran sacerdotes de Jesús. En la Última Cena se comió la Eucaristía; en el día de Pentecostés se empezó a saborear. Por eso, para conmemorar y agradecer solemnemente la Eucaristía, dice Santo Tomás, eligió la Iglesia los días que siguen a la Octava de Pentecostés en memoria de que en ellos comenzó a ser consagrada y comida.

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 2)

Ser Eucaristía(Voz 3)Leemos en Hechos 1, 4-5: “En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: 'La promesa, les dijo, que yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días.” SILENCIO

(Voz 2) Esa elaboración y conversión gradual y constante de nuestro ser en hostia, por acción de las Hostias de nuestras Comuniones, ésa es la verdadera vida interior o espiritual. Porque el Espíritu Santo es el gran agente de la misteriosa digestión y asimilación de la Hostia, el que con el jugo de la caridad divina, que cada Comunión infiltra en nuestro ser, y con el ejercicio de nuestra libre cooperación y adaptación, va elaborando el hombre-hostia, de modo semejante, aunque no igual, a cómo elaboró en el seno purísimo de la virgen Inmaculada el cuerpo perfectísimo de su Hijo Jesús.

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 3)

Don de Fortaleza(Voz 3) Leemos en Jn 7,37-39: “El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús, poniéndose de pie exclamó: 'El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí. Como dice la Escritura: «De su seno brotarán manantiales de agua viva»'. Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en él. Porque el Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús aún no había sido glorificado.” SILENCIO

(Voz 2) El gran agente de la vida interior, el siempre eficaz y con el que hay que contar siempre, es

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el Espíritu Santo, que es el que habla y obra en el interior. Todo eso es la obra del Espíritu renovador de la faz de la tierra, del que creará tierras y cielos nuevos, y ojos, bocas, cabezas y corazones nuevos, para homenaje, glorificación y reparación del rey escondido del Sagrario y santificación, deificación y gozo sin fin ni medida de los que le busquen y traten en oración preparada con esfuerzo, rectitud, humildad y constancia.

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 4)

Don de Temor de Dios(Voz 3) Leemos en Jn 15, 26-27: “Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.” SILENCIO

(Voz 2) Cuando todos los que tocan cada día a Jesús Sacramentado se decidan a hablar de Él y según Él... el mundo contemplaría un Pentecostés más grandioso que el primero. Señor, el día en que los que creen en la Eucaristía y de ella participan se decidan a imitar la actividad de los ambiciosos y de los soberbios en saciar sus pasiones, ¿no sería el día en que acabaras con todos tus Getsemaní e inauguraras, para no ponerse más, el día de tus Eucaristías-Pentecostés?

Cantamos: Ven Espíritu Santo ( estribillo + estrofa 1)

PRECES 13

(Voz 1) Don Manuel decía que hay que pedirle mucho al Espíritu Santo y con mucha frecuencia. Y enseñó a hacerlo con las oraciones que vamos a elevar al Señor ahora, de pie, y a las que responderemos

Escucha a tu Iglesia, Espíritu divino

• Espíritu Santo, enséñanos por dentro y por fuera el Corazón de Jesús y esto nos basta. OREMOS

• Espíritu Santo, que a través del estudio y de la meditación de la Historia de la Iglesia, de la palabra de Dios y singularmente del Evangelio, descubramos y sintamos las intimidades del Corazón de Jesús.OREMOS

• Espíritu Santo, aviva nuestra fe en lo que fue, pudo e hizo y en lo que es, puede y hace el Corazón sacerdotal de Jesús en el Evangelio y en el Sagrario.OREMOS

• Espíritu Santo, danos el Don de Ciencia con el que veamos y sintamos palpitaciones del amor del Corazón de Jesús en todas las criaturas espirituales y materiales que nos rodean.OREMOS

• Espíritu Santo, danos el Don de Entendimiento que nos abra caminos y descubra relaciones en todos los dogmas de nuestra fe, en todas las verdades reveladas, en toda la vida de la Iglesia y de las almas con el Corazón de Jesús, Dios y Hombre. OREMOS

• Espíritu Santo, danos sobre todo el don de Sabiduría para ver, saber, amar y saborear de todos los modos que pueda ser visto, sabido, amado y saboreado el Corazón de Jesús.OREMOS

Oh Dios, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. AMÉN

13 OO.CC. I 364

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ORACIÓN FINAL

(Voz 1) Para finalizar esta Hora Santa, no queremos dejar de mencionar que el 24 de este mes se cumplen los 100 años de la Unión Eucarística Reparadora en Argentina y que, en nuestra arquidiócesis los festejos con los que se cerrará el año jubilar se realizarán en la Pquia. de Jesús Sacramentado, a los que toda la comunidad está invitada a participar y a rezar por el aumento de las vocaciones consagradas dentro del carisma eucarístico-reparador y por el crecimiento en espíritu y en número de los miembros, en general, de la Familia Eucarística Reparadora.

También queremos compartir con todos ustedes que ayer, 3 de mayo, la congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret ha cumplido 92 años. Fue fundada el 3 de mayo de 1921 en Málaga con el fin de ofrecer a la Unión Eucarística Reparadora: "casa como de madre, escuela para la formación y secretariado para la organización". Aprovechamos esta celebración para dar gracias al Señor por la oportunidad de tener a estas religiosas tan cercanas a nosotros, en Santa Fe, en la casa Nazaret, y le pedimos que las asista constantemente con su Gracia, Providencia, Amor y su infinita Misericordia, afianzando su Carisma Eucarístico Reparador y suscitando nuevas vocaciones.

Nos ponemos todos de pie y rezamos juntos el Padre Nuestro. (Si hay tiempo, cantamos Alma Misionera)

Junio: Festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, comenzamos cantando En el nombre del Padre y luego rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Jesús Sacramentado,

te damos gracias por suscitar en nuestros corazones el deseo de estar aquí a tu lado, para adorar tu Presencia bajo las especies de pan y vino, alabarte, darte gracias, escucharte, hablarte y hacerte compañía durante esta hora. Y por haber propiciado este encuentro con vos y con los hermanos que, como nuestros hermanos mayores Juan y las Marías del Calvario, estamos hoy junto al sagrario. Queremos también, con nuestra presencia, oración y silencio, reparar los abandonos que sufres diariamente en los sagrarios del mundo.

En esta hora santa del 4 de junio, en la que nos reunimos además para recordar a nuestro Fundador el beato Manuel González y pedir por su pronta canonización, reflexionaremos sobre las fiestas de este mes, a saber, la del Cuerpo y Sangre de Cristo y la del Sagrado Corazón de Jesús. Y como conocemos nuestras limitaciones, vamos a invocar al Espíritu santo para que nos ayude a preparar nuestro corazón, nuestra mente, abra nuestros ojos y oídos para que la semilla de gracia que el Señor nos quiera dar, dé frutos en abundancia que lo glorifiquen. Pidámosle al Espíritu santo que sosiegue nuestra alma para que podamos estar atentos al mensaje del Señor y lo acojamos con animosidad y generosidad. Pidámosle también que nos ayude a hacer silencio exterior e interior para que podamos sentir su Presencia y escucharlo más claramente.

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INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

De pie, rezamos todos juntos la Oración del Silencio, que fue repartida.

Enséñame, oh Dios, ese lenguaje silencioso que lo dice todo. Enseña a mi espíritu a permanecer en silencio en tu Presencia. Que pueda adorarte en las profundidades de mi ser y esperar todas las cosas de Ti, sin pedirte nada más que la ejecución de tu Voluntad. Enséñame a permanecer callado bajo tu acción y producir en mi alma esa profunda y sencilla oración que nada dice y lo expresa todo. Ora Tú en mí para que mi oración tienda siempre a tu Gloria y que mis deseos estén siempre fijos en Ti. Fortalece, oh Dios, la voz del silencio y haz que todo mi ser escuche tu Presencia en mi…. Amén

Y en este silencio interior, nos hacemos más conscientes de su Presencia en medio de nosotros y le rezamos la oración del beato Manuel para comenzar: 14

Corazón de Jesús Sacramentado: Con mucha pena de ser como soy y con muchas ganas de ser como Tú quieres que sea, vengo a tener contigo este rato de conversación afectuosa para tu mayor gloria, honor de mi Madre Inmaculada y provecho de mi alma. Ángel de mi Guarda y san José: Enséñenme a oír y a hablar a Jesús. AménMONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos:

Como se dijo al inicio, vamos a meditar sobre las fiestas de este mes de junio. Al respecto, escuchemos las palabras de nuestro fundador: 15

(Voz 2) Ya está ahí junio y el Corazón de Jesús Marías, Discípulos, ¿saben qué? ¡El mes de junio! El mes del Santísimo Sacramento y del Corazón de Jesús. El mes de la gran Misión del Corazón de Jesús, de la fiesta y de la octava del Corpus; es decir el mes más vuestro de todos los meses del año. Y con toda el alma y de rodillas, si quieren, les hago un ruego: Que el Sagrario de vuestras compañías y que los vecinos de vuestro Sagrario, sientan muy hondamente que este mes no se parece a los demás meses... Procuren que vuestra lengua, vuestras manos, vuestros pies y sobre todo vuestro corazón, se muevan, se agiten, se orienten hacia el Corazón de Jesús Sacramentado en este mes de un modo más recto, más vehemente, más firme y más por entero, que en los demás meses...

En el mes del Amo les pido Un poquito de más buen modo con Él No les pido cosas nuevas ni viejas, ni grandes ni chicas, sino que en lo mismo que le dan, Comuniones, Misas, oración, visitas, limosnas, viajes a Sagrarios, obras de celo, de caridad, de justicia y de cumplimiento de mandamientos tengan cuidado en este mes de hacérselas y ofrecérselas con un poquito de más buen modo. ¡Es tan fino este Corazón y se le da un trato tan basto!...

Marías, Discípulos de san Juan, Misioneros Eucarísticos Diocesanos, ¿quieren acompañarme a felicitar al Amo callado del Sagrario con un concierto de silencio? ¡Silencio de dos bocas que tenemos todos dispuestos siempre a abrir para lastimarlo y ofenderlo! La boca de nuestro mucho amor propio, que no sabe hablar más que bien de sí; y la boca de nuestro poco amor del prójimo que sólo gusta

14OO.CC.I 56015OO.CC I 739-743

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hablar mal de él: delante de Jesús perpetuamente callado ¿quién tiene ganas ni derecho de hablar más que de Él y para Él?...

(Voz 1) Les proponemos ahora a cada María y discípulo de San Juan, que en silencio, pensemos qué regalo le vamos a ofrecer al Corazón de Jesús Sacramentado para su Fiesta y dejemos esta intención hoy a sus pies. SILENCIO MEDITATIVO

Canto: Eso que soy, eso te doy

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 1) Escuchemos el relato de la curación del ciego Bartimeo quien, con insistencia, le ruega a Jesús que pueda ver. Para la proclamación del evangelio nos ponemos de pie.

Lectura del Evangelio: (Voz 3) Marcos 10, 46-52

REFLEXIÓN:

(Voz 2) Si algo debemos de aprender de Bartimeo es la insistencia, la exigencia con la que llama a Jesús, convencido que Él era su única opción para resolver su ceguera, dando por descontado lo importante que es poder ver para cualquier individuo. Su convicción era profunda, plena, total…no dejaba lugar a la duda, lo que fue evidente para Jesús, quien le concedió lo que pedía. Hemos de fijarnos en las palabras de Jesús: Vete, tu fe te ha salvado. (...)

Estamos en realidad tratando de descubrir, conocer y aprender el pensamiento de Jesús, en cuanto nos es posible alcanzar. Bastaba que Jesús dijera “Ve, haz sido curado”. Pero deliberadamente Jesús no menciona la curación, sino la salvación de la que Bartimeo había sido objeto. Así, la fe es determinante en nuestra salvación. Es el requisito para alcanzarla. Y seguramente alguno de los frutos de la fe podría ser la solución de alguna de nuestras necesidades, la superación de algún obstáculo, el allanamiento de alguna dificultad, pero este no es su fruto más preciado, sino aquél que señala Jesús: Vete, tu fe te ha salvado. Es la salvación de nuestra alma la que importa, la que constituye el fin último de la fe y esta es posible gracias a Jesús. (…)16

Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.

Otra cosa importante de este Evangelio es el final: “y lo seguía por el camino”. Jesús hizo más milagros, de muchas de esas personas no sabemos su nombre. Se ve que Bartimeo sí siguió al Señor y era conocido de la primera comunidad cristiana. Lo importante no es sólo ver, es ver bien, ver lo que realmente cuenta, lo importante. Hoy en muchos sitios se celebra el Corpus, los que miran con los ojos de la carne sólo verán un poco de pan, nosotros vemos a Cristo. Muchos creen en Dios, tienen fe desde su bautismo, pero en Dios sólo ven lo inmediato, lo obvio. Piden a Dios salud, trabajo, prosperidad, falta de problemas…, pero no están dispuestos a seguirle por el camino. Entre el caos de sus cosas está Dios, saben dónde está y lo encuentran fácilmente cuando lo necesitan, pero es una cosa más entre tantas que nos preocupan. No está el horizonte despejado para poder decir que Dios lo es todo y, cuando algo se pone a la vista y no es de Dios, molesta, está fuera de su lugar.17

El beato Manuel dice de este evangelio:¡Cuántas veces nuestra fe en Jesús Sacramentado saca poco o nada porque el no verlo y no oírlo nos induce a hablarle y a pedirle tan fríamente, tan desconfiadamente como si no nos oyera! Si le habláramos con gritos de sollozos y gemidos, con valentía en vencer las rebeldías de nuestros sentidos y pasiones y con insistencia que no se cansara nunca ¡cómo lo sentiríamos responder a pesar de su silencio!Madre Inmaculada, que ante el silencio de tu Jesús a mis súplicas yo ore, espere e insista, sin

16http://www.aqplink.com/roguemos/2013/05/marcos-10-46-52-tu-fe-te-ha-salvado 17http://www.archimadrid.org/oracionyliturgia/ (evangelio y comentario del día 29 de mayo de 2013)

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cansarme y así repare la pena que le causa que no esperemos en Él hasta el fin. 18

SILENCIO MEDITATIVO

PRECES(Voz 1) Rezamos de pie todos juntos la Novena al beato Manuel González: Corazón de Jesús Sacramentado...

A continuación elevamos al Señor nuestras súplicas

(Voz 3) Oremos a Dios Padre abiertos a la novedad de un Dios que se ha quedado con nosotros en la Eucaristía. Y con esta actitud alegre y confiada abrimos el corazón para presentarle nuestras súplicas. Y respondemos:

ESCÚCHANOS PADRE

Tu entrega da la vida al mundo. Te pedimos por los que hacen de su vida una entrega a los demás: el Papa, los obispos; los sacerdotes, los religiosos ... para que al dar a sus hermanos el Pan de vida encuentren ellos, en ese mismo Pan, su alimento y su fortaleza. OREMOS.

Nos presentas una mesa vacía para que nosotros la llenemos de pan. Te pedimos por todos los cristianos, para que seamos capaces de partir y repartir nuestro pan con el necesitado, para que llegue a todos el pan de la Palabra y el Amor. OREMOS.

Nos dices todos los días: construyan la paz. Para que no escatimemos esfuerzos en poner paz en la familia, en el trabajo, en nuestro entorno, en nosotros mismos y, sobre todo, para que no nos escondamos a la hora de pedir la paz para los países que más la necesitan. OREMOS.

Abres tus manos y nos sacias de tus dones. Te pedimos de una manera especial por los pobres, a los que con tanta frecuencia tratamos de esquivar; los que viven en condiciones infrahumanas, los que no saben cómo solucionar sus problemas en la vida; para que encuentren personas que de verdad practiquen el mandamiento de Amor. OREMOS.

A Ti, el Padre que ama como nunca el hombre podrá comprender. Te rogamos por los padres de familia que tan difícil tienen la tarea de educar a sus hijos, en este tiempo en el que les ha tocado vivir, para que sean valientes, responsables y generosos en tan delicada labor, poniendo en ella todo el amor que sean capaces. OREMOS.

Tu bondad llega cada día a todos los hombres. Te suplicamos que en el mundo crezca el amor, la solidaridad..., para que todos sintamos la necesidad que tenemos unos de otros para vivir y tratemos de hacernos la vida cada vez más feliz. OREMOS.

Todo lo que encontramos en nuestro camino es noticia de tu amor. Te pedimos por nosotros: Para que vivamos llenos de fe esta Eucaristía y nos sintamos inmensamente agradecidos al Señor que cada día nos abre la mesa para darnos fuerzas en el camino, sin escatimar esfuerzos a la hora de realizar el compromiso que esto conlleva. OREMOS.

Señor, Dios Padre nuestro, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo entregados a la Iglesia sirvan para renovar a la humanidad que camina hacia Ti con ansias de salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Canto: Eucaristía, mi alegría

MEDITACIÓN FINAL(Voz 2) Para finalizar esta hora santa, escuchemos y saboreemos las palabras del beato Manuel cuando nos cuenta cómo está Jesús en el Sagrario y cómo debemos estar nosotros ante Él19

18OO.CC.I 1511-151219OO.CC.I 218-129

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(Voz 1) Si Jesús está presente en el Sagrario con sus ojos que me miran, yo debo estar ante el Sagrario mirando con mis ojos de carne la Sagrada Hostia, cuando me la dejan ver; y con mis ojos del alma el interior de esa Hostia. Si Jesús está en el Sagrario con sus oídos para oírme, yo debo estar ante el Sagrario con mi atención para oírlo y con mi mayor interés para hablarle. Si Jesús está presente en el Sagrario con sus manos rebosantes de dones para los necesitados que se lleguen a pedírselos, yo debo estar ante el Sagrario con mi indigencia expuesta en el plato de mi confianza. Si Jesús está en el Sagrario con el Corazón palpitante de amor sin fin a su Padre y de amor hasta el fin a nosotros. (...) Y si ese amor que desciende desde su Corazón a los hijos de los hombres, es amor de Padre, hartas veces menospreciado; de Hermano, casi siempre desairado; de Amigo, las más de las veces abandonado; de Esposo, muy poco correspondido y de Rey, muchas veces desobedecido, vilipendiado y traicionado... Si todo esto es así, yo debo estar ante el Sagrario con todo mi corazón y con todo el amor de él, para sumergirme en aquel Corazón y palpitar con sus mismas palpitaciones y amar como Él ama, alabando, agradeciendo, expiando, intercediendo al Padre celestial y disponiéndome a darme por Él de todos los modos a mis prójimos hasta el fin, sin esperar nada...En menos palabras: si Jesús está en el Sagrario para prolongar, extender y perpetuar su Encarnación y su redención, lo menos que yo debo hacer es presentarle mi alma entera con sus potencias, y mi cuerpo entero con sus sentidos, para que se llenen y empapen de sentimientos, ideas y afectos de Jesús Redentor encarnado y sacramentado... Ésta, ésta es la compañía de compasión, la que pone entre Jesús y yo presentes comunicación y cambio de miradas, de palabras, de necesidades, de afectos... La que me hace mirar, hablar, oír, pedir, recibir, confiar, sentir y amar como Él y con Él.

PADRE NUESTROCanto: Aunque todos... yo no

Julio: Misioneros de Cristo

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, comenzamos cantando En el nombre del Padre y luego rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Jesús Sacramentado,

con mucha alegría de estar aquí junto a vos, nos disponemos a abandonarnos en tus manos durante esta hora para que prepares nuestra “tierra” para que la semilla de tu Palabra germine en nosotros y dé frutos de vida eterna. Queremos también escucharte a través de las palabras tan elocuentes del beato Manuel, a través del silencio y la meditación propuestos, y también expresarte nuestras inquietudes y necesidades. Sabemos de tus abandonos y estamos aquí para repararlos y decirte que te reconocemos presente en la Eucaristía. En este ratito de tiempo queremos consolarte por los dolores causados a tu sacratísimo Corazón con las profanaciones sucedidas contra tu Cuerpo Sacramentado. Estamos aquí en representación de todas tus creaturas. Haznos dignos de estar y de servirte en tu Presencia y que nuestra oración sea agradable a los ojos del Padre.

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Y para hacernos más conscientes de tu Presencia en medio de nosotros te rezamos la oración del beato Manuel para comenzar: 20

Corazón de Jesús Sacramentado: Con mucha pena de ser como soy y con muchas ganas de ser como Tú quieres que sea, vengo a tener contigo este rato de conversación afectuosa para tu mayor gloria, honor de mi Madre Inmaculada y provecho de mi alma. Ángel de mi Guarda y san José: Enséñenme a oír y a hablar a Jesús. Amén

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Invocamos todos juntos al Espíritu Santo, cantando: Espíritu de Dios, desciende

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos:

En este Año de la fe, en estos meses posteriores al Sínodo sobre «La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana» y en este inicio del pontificado del Papa Francisco, la Iglesia se siente eminentemente misionera, enviada por Jesucristo para anunciar la Buena Noticia a todos los pueblos de la tierra.En el mes de junio de 2013 se realizó una asamblea en Zaragoza sobre la Misión de la FER dentro de la Nueva Evangelización. Allí, el Pbro Daniel, asesor de UNER, mencionó, entre otras cosas, lo siguiente:21

• (Voz 2) Un elemento para una misión eficaz es la conciencia de que Dios no sacia la sed del corazón humano con un concepto, sino a través de una persona que se llama Jesús. La invitación implícita en la misión y la nueva evangelización no es una doctrina, sino una llamada a conocer, amar y servir --no a algo--, sino a Alguien. Esta persona, este Jesús de Nazaret, nos dice que Él es la Verdad. Por lo tanto, nuestra misión tiene una sustancia, un contenido.

• Como nos enseñó el beato Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris Missio, la Iglesia no tiene una misión, como si la "misión" fuera una cosa entre las muchas que Iglesia hace. No, la Iglesia es una misión, y cada uno de nosotros que confiesa a Jesús como Señor y Salvador debería interrogarse sobre su propia eficacia en la misión.

• El misionero, el evangelizador, debe ser una persona alegre. “La alegría es el signo infalible de la presencia de Dios”, afirma León Bloy. La nueva evangelización se realiza con una sonrisa, no con el ceño fruncido.

• La Nueva Evangelización, es un acto de amor. Recientemente le preguntaron al obispo de Itanagar, en el noreste de la India, el motivo del enorme crecimiento de la Iglesia en su diócesis, que registra más de diez mil conversiones de adultos al año. "Porque presentamos a Dios como un Padre amoroso, y porque la gente ve que la Iglesia los ama", respondió. No es un amor etéreo, añadió, sino un amor encarnado en maravillosas escuelas para los niños, clínicas para los enfermos, casas para los ancianos, orfanatos, alimentos para los hambrientos.

• Alegría, amor y... último punto… siento decirlo, la sangre. La sangre, la cruz, la entrega. Sí. ¿Podría, por favor, saltarse lo del "derramamiento de tu sangre"? Me dijo una muchacho de un grupo juvenil. ¡Por supuesto que no! Nosotros también estamos llamados a sufrir y morir por Jesús. Fue Pablo VI quien observó sabiamente que el hombre moderno aprende más de los testigos que de los maestros, y el supremo testimonio es el martirio.

• Y sobre la adoración evangelizadora, nos dice: La experiencia demuestra que donde hay adoración permanente se genera evangelización. Hay que buscar la fórmula pastoral para ello:

20OO.CC.I 56021 Discurso de D. Daniel, asesor de UNER, http://eucaristia.wordpress.com/2013/06/09/la-mision-de-la-fer-dentro-de-la-nueva-evangelizacion/

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que se rece en la adoración por la evangelización de la parroquia, por el apostolado. Los mismos adoradores generan fecundidad misionera.

• Finalmente, habló sobre “el puerta a puerta” eficaz: A veces uno mismo sale a la calle a evangelizar. O va de puerta en puerta. Pero todo empieza antes, ¡con la oración personal y con la conversión permanente! Eso crea el estado de ánimo que hace que los cristianos sean creíbles y audibles.

Canto: Alma misionera

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 2) Antes de proclamar el Evangelio, escuchemos al beato Manuel González, hablando a los sacerdotes sobre 22El Evangelio vivo conocido.

(Voz 1) ¡Cuánto debe el hombre al Evangelio! Lo que sabe de Dios, de su alma y de cuanto más le interesa, a él lo debe. Ningún libro le puede enseñar tanto ni proporcionarle más elementos de felicidad verdadera. ¿Jesús se ha hecho en el Sagrario Evangelio vivo? ¿Se reproducen en su vida eucarística las enseñanzas y los milagros de su vida mortal? Pues vean aquí la que queremos que sea primera ocupación de nuestro ministerio: predicar el Evangelio de la Eucaristía y predicarlo no sólo con la lengua, sino con la pluma, el ejemplo y de todos los modos que pueda ser predicado. ¡Oh! ¡Qué bien les hará a los hombres saber no sólo lo que hizo o dijo en su vida mortal hace veinte siglos, sino lo que hace y dice el Corazón de Jesús en su vida actual de Sagrario! ¡Qué bien les hará enterarse de que aquella mano que se posaba sobre los niños de Galilea y sobre los heridos y enfermos tendidos a orillas de los caminos, sigue levantada en cada Sagrario para caer bendiciendo sobre las cabecitas de niños presentados por sus padres y sobre todas las llagas y lástimas, y que aquellos ojos del dulce Nazareno siguen mirando a los Pedros que niegan y lloran, a las Magdalenas que pecan y ungen, a los ladrones que piden perdón; que aquella augusta boca, que se abría en lo alto del monte, sigue predicando Bienaventuranzas de pobres de espíritu y de perseguidos por la justicia (Mt 5, 3-10). Que aquellas sienes benditas siguen coronadas con punzantes espinas de blasfemias de hijos, y que aquel costado sigue abierto para dar entrada al mismo Corazón que hizo la Eucaristía y se dejó crucificar una vez en el Calvario y millones de veces en las aras consagradas.

(Voz 3) Lectura del santo Evangelio según san Lucas: Lc 9, 10-17).

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 2) Meditemos, hermanos, a la luz de este evangelio que acabamos de escuchar y de las palabras del Papa Francisco en ocasión de la homilía en la fiesta de Corpus Christi 2013.

Nos ubicamos en el contexto del evangelio leído. Esta tarde, nosotros somos la multitud de la que habla. Como aquéllos, también nosotros intentamos seguir a Jesús para escucharlo, para entrar en comunión con Él en la Eucaristía, para acompañarlo y para que nos acompañe. Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirlo quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don a Él y a los demás. Preguntémonos entonces: ¿cómo sigo a Jesús? PAUSA.

(Voz 1) Demos un paso adelante: ¿de dónde nace la invitación que Jesús hace a los discípulos de saciar ellos mismos el hambre de la multitud? Nace de dos elementos: sobre todo de la multitud y luego por la preocupación de los discípulos. Frente a la necesidad de la multitud, ésta es la solución de los apóstoles: que cada uno piense en sí mismo: ¡despedir a la gente! ¡Cuántas veces nosotros

22 Beato Manuel González, OO. CC. 4813 y 4814

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cristianos tenemos esta tentación! No nos hacemos cargo de la necesidad de los otros, despidiéndolos con un piadoso: “¡Que Dios te ayude!”. Pero la solución de Jesús va hacia otra dirección, una dirección que sorprende a los discípulos: “denles ustedes de comer”. Esta tarde también nosotros estamos en torno a la mesa del Señor, a la mesa del Sacrificio Eucarístico. Es en la escucha de su Palabra, en el nutrirse de su Cuerpo y de su Sangre, que Él nos hace pasar del “ser multitud” a “ser comunidad”, del anonimato a la comunión. La Eucaristía es el Sacramento de la comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento, la fe en Él. Entonces tendremos todos que preguntarnos ante el Señor: ¿cómo vivo la Eucaristía? ¿La vivo en forma anónima o como momento de verdadera comunión con el Señor, pero también con tantos hermanos que comparten esta misma mesa? ¿Cómo son nuestras celebraciones eucarísticas? PAUSA

(Voz 2) Un último elemento: ¿de dónde nace la multiplicación de los panes? De la invitación de Jesús a los discípulos “Denles ustedes”, “dar”, compartir. ¿Qué cosa comparten los discípulos? Lo poco que tienen: cinco panes y dos peces. Pero son justamente esos panes y esos peces que en las manos del Señor sacian el hambre de toda la gente. Y son justamente los discípulos desorientados ante la incapacidad de sus posibilidades, ante la pobreza de lo que pueden ofrecer, los que hacen sentar a la muchedumbre y distribuyen - confiándose en la palabra de Jesús - los panes y los peces que sacian el hambre de la multitud. Y esto nos indica que en la Iglesia pero también en la sociedad existe una palabra clave a la que no tenemos que tener miedo: “solidaridad”, o sea saber `poner a disposición de Dios aquello que tenemos, nuestras humildes capacidades, porque solo en el compartir, en el donarse, nuestra vida será fecunda, dará frutos. Esta tarde, una vez más, el Señor distribuye para nosotros el pan que es su Cuerpo, se hace don. Y también nosotros experimentamos la “solidaridad de Dios” con el hombre, una solidaridad que no se acaba jamás, una solidaridad que nunca termina de sorprendernos: Dios se hace cercano a nosotros; en el sacrificio de la Cruz se abaja entrando en la oscuridad de la muerte para darnos su vida, que vence el mal, el egoísmo, la muerte. También esta tarde Jesús se dona a nosotros en la Eucaristía, comparte nuestro mismo camino; es más, se hace alimento, el verdadero alimento que sostiene nuestra vida en los momentos en los que el camino se hace duro, los obstáculos frenan nuestros pasos. Y en la Eucaristía el Señor nos hace recorrer su camino, aquel del servicio, del compartir, del donarse, y lo poco que tenemos, lo poco que somos, si es compartido, se convierte en riqueza, porque es la potencia de Dios, que es la potencia del amor que desciende sobre nuestra pobreza para transformarla.Esta tarde entonces preguntémonos, adorando a Cristo presente realmente en la Eucaristía: ¿me dejo transformar por Él? ¿Dejo que el Señor que se dona a mí, me guíe para salir cada vez más de mi pequeño espacio y no tener miedo de donar, de compartir, de amarlo a Él y a los demás? PAUSA (Voz 1) Seguimiento, comunión, compartir. Oremos para que la participación en la Eucaristía nos provoque siempre: a seguir al Señor cada día, a ser instrumentos de comunión, a compartir con Él y con nuestro prójimo aquello que somos. Entonces nuestra existencia será verdaderamente fecunda. SILENCIO MEDITATIVO

Letanías a Jesús Sacramentado(Voz 3) Postrados en adoración ante quien es Rey de reyes y Señor de señores, Siervo de los siervos y Cordero que quita el pecado del mundo, digamos de todo corazón:

Bendito seas tú, Señor Jesús, en el Santísimo Sacramento del altar- Bendito seas tú, en el sacramento del pan y vino consagrados, fruto de la tierra, de la vid y del trabajo del hombre. OREMOS- Bendito seas tú, Jesús Eucaristía, en el sacramento de la Pascua eterna, que inauguraste en la última cena. OREMOS- Bendito seas tú, Pan de la Vida, que nos dejaste como Memorial el sacramento de tu Cuerpo entregado y tu Sangre derramada por nosotros. OREMOS

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- Bendito seas tú, Hijo de Dios, en el sacramento de la caridad. OREMOS- Bendito seas tú, Hijo del hombre, por el sacramento del don del Padre a la humanidad, donde te entregas como ofrenda agradable a Él.OREMOS- Bendito seas tú, Ungido de Dios, por el sacramento que nos trae la reconciliación con el Padre y la comunión de unos con otros.OREMOS- Bendito seas, Cristo Jesús, tú, el amor hasta el extremo, por el sacramento que da unidad a la Iglesia, santa y católica.OREMOS- Bendito seas tú, nuestro Señor resucitado, por el sacramento de la eterna Pascua, anticipo del Reino definitivo y alimento de vida eterna. OREMOS- Bendito seas tú, Esposo de la Iglesia, por el sacramento esencial de tu Pueblo, fundado sobre el cimiento de los Apóstoles.OREMOS- Bendito seas tú, Cordero inmolado en el ara de la Cruz, por el sacramento eucarístico, donde nos permites unir nuestros sufrimientos a tu Sacrificio, único e irrepetible, del Calvario.OREMOS- Bendito seas tú, el Santo consagrado de Dios, por el sacramento del Amor, que nos rescata del pecado y nos va santificando, hasta convertirnos en «Cristos vivos». OREMOS

Bendito y alabado seas, Padre Dios, porque has dado a la Iglesia la misión de ser continuadora de la acción salvadora de tu Hijo, que inició en su vida pública y consumó en la Cruz; concédenos a todos los bautizados ser misioneros en los distintos ámbitos donde nuestra vocación de hijos tuyos nos ha enviado. Por nuestro Señor Jesucristo. AMÉN

ORACIÓN FINAL(Voz 1) Para finalizar esta Hora Santa rezamos todos juntos la oración que el mismo Jesús nos enseñó. PADRENUESTRO

Canto: Aunque todos... yo no (si hay tiempo...)

Agosto: La Asunción de María

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, comenzamos cantando En el nombre del Padre y luego rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Jesús Eucaristía,

hemos venido hoy de la mano de tu Madre. Ella es el camino más seguro para llegar hasta vos. Ella es tu mejor sagrario y siempre está a tu lado. Junto con Ella vinimos a adorarte y a proclamarte nuestro Dios y Señor, nuestro Salvador. Ella es María del sagrario y al pie de cada uno de ellos te adora, escucha nuestras plegarias y atiende nuestros gemidos y oraciones. Allí está, de día y de noche, en invierno y en verano, en el último sagrario abandonado y en el más visitado. Y allí estará María, mientras haya en el mundo una hostia consagrada. Hoy nos tomamos el atrevimiento de llamarla “María de la Eucaristía”. Ella, desde el sagrario, nos invita a amarte y nos dice con ternura y estremecimiento: Trátenmelo bien, porque es el hijo de mis entrañas, es sangre de mi sangre. No lo maltraten recibiéndolo con el alma manchada. Ella nos enseña a amarte y adorarte presente en la

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Eucaristía. Por eso queremos dedicar estos momentos a meditar sobre su bendita Asunción a los cielos, fiesta que celebraremos el 15 de agosto.

También recordamos a nuestro Padre Fundador, el beato Manuel González, por quien te pedimos una pronta canonización. Tal como don Manuel nos lo encomendara, estamos aquí en representación también de todos los que no han podido estar presentes, para repararte en todos los abandonos y ofensas que tu Corazón Sacramentado sufre por parte de amigos y enemigos.

Y para comenzar este momento de oración y hacerlo lo mejor posible, rezamos la oración que el mismo beato nos enseñó y luego invocamos juntos al Espíritu Santo 23

Corazón de Jesús Sacramentado: Con mucha pena de ser como soy y con muchas ganas de ser como Tú quieres que sea, vengo a tener contigo este rato de conversación afectuosa para tu mayor gloria, honor de mi Madre Inmaculada y provecho de mi alma. Ángel de mi Guarda y san José: Enséñenme a oír y a hablar a Jesús. Amén

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

(Voz 1) Invocamos todos juntos al Espíritu Santo, cantando: El Espíritu de Dios está en este lugar

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Escuchemos una reflexión del beato González sobre la Asunción de María: 24

(Voz 2) Mientras más medito que los misterios gloriosos son el estipendio del Padre celestial por la Misa pontifical de su santísimo Hijo, más luz recibo y con más gozo me recreo sobre ellos. La Asunción de María a los cielos, no es ni más ni menos que una porción de ese espléndido estipendio, de esa derrochadora acción de gracias. Para recoger y reconcentrar en un solo foco todos los esplendores de esa explosión de la bondad de Dios, (…) les propongo meditar ese sublime misterio a través de estas palabras del Maestro sacerdote: «Den y se les dará».Ha querido la bondad de Dios fundar las relaciones de los hombres con Él y con ellos mismos sobre un principio de generosidad reproductiva: Den... a la tierra un grano de semilla, y ella les dará una espiga cargada de granos. Den lágrimas sobre corazones de piedra, y los corazones de piedra se ablandarán. Den una moneda o un pedazo de pan a la mano del indigente, y el Padre de los pobres les dará el ciento por uno y la gloria eterna. Den dolores y humillaciones por Dios a vuestra vida, y se les darán gozos y exaltaciones... Den, den lo que tengan y puedan, y se les dará medida llena, rebosante...Si no siembran generosidades, no esperen cosechas de bienes de Dios ni de los hombres. «Lo que cada uno siembra recoge», ha dicho, explicando este plan de Dios san Pablo: «El que siembra poco, poco recogerá». A través de este gran principio de la economía de Dios, miren, mediten y saboreen el misterio de la Asunción. SILENCIO MEDITATIVO

Canto: María mírame

PRECES(Voz 1) Rezamos de pie todos juntos la Novena al beato Manuel González: Corazón de Jesús Sacramentado...

23 OO.CC. 560

24 OO.CC. 2593-2609

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(Voz 3) Proclamemos las grandezas de Dios Padre Todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle, diciendo:

Mira a “la llena de gracia” y escúchanos.• Oh Dios, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la

gloria de Jesucristo, haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella. OREMOS

• Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, y a todos abundancia de salud y paz. OREMOS

• Tú que hiciste de María la llena de gracia, concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. OREMOS

• Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. OREMOS

• Tú que coronaste a María como reina del cielo, haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino. OREMOS

• Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. AMÉN

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 2) Escuchemos el legado de Jesús a la humanidad, ni más ni menos que su propia Madre.

(Voz 3) Lectura del santo Evangelio según san Juan: Jn 19, 26-27

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 2) Escuchemos la reflexión del beato Manuel sobre esta Palabra del Señor. 25

(Voz 1) ¿Cuál será mayor pena: la del hijo que se queda sin madre o la de la madre que se queda sin hijo? Respondan lo que quieran los atribulados por esa pena, yo tengo por un gran misterio de dolor para la Madre Inmaculada el haber sobrevivido a su Hijo. ¿Se meditan y se compadecen bastante los quince o veinte años que la Virgen pasó en la tierra sin su Hijo? Cierto que Ella gozaba de estas tres seguridades: la del amor de su Hijo, la de la presencia real del mismo en la Eucaristía y la de la pronta y eterna reunión con Él. Cierto que cualquiera de esas seguridades bastaría a consolar y fortificar una separación de cientos de años; pero... ¿se puede calcular la fuerza de atracción que dejaron en los ojos de María Madre las miradas de Jesús Hijo durante treinta y tres años y en sus labios los besos de todo ese tiempo y en sus oídos el eco de los balbuceos y lloros de niño, de las pláticas de familia, de las enseñanzas y los consuelos de Maestro y Padre, de los sollozos, de los suspiros de Redentor agonizante y de los gritos de triunfo de Resucitado...? Los que lloran muertos queridos me dirán si esa atracción, no satisfecha, hace sufrir, a pesar de todas las suavidades de la conformidad que espera en paz. ¡Dolor de la Madre de Jesús, sola en la tierra, yo te venero y te compadezco! Pero pregunto: ¿No se había hecho ya la Redención con la Pasión de tu Hijo y los dolores tuyos? ¿Para qué hacía falta más dolor de mi Madre Inmaculada? ¿Qué defensas, qué protecciones había que prestar, qué debilidades amparar con ese nuevo dolor? ¡Cómo me ha consolado y lisonjeado la respuesta que me da la piedad!El dolor de mi Madre sola hacía falta para proteger las tres infancias, en las que se había quedado

25 OO.CC. 1373-1376

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representado su Hijo Jesús. Éste había dado su autoridad y su representación visible a la Iglesia, su presencia real a la Eucaristía, su vida a las almas. ¡La Iglesia, la Eucaristía, las almas! Eso son las tres niñas que han quedado confiadas a la eficacia protectora del dolor de María sola en la tierra. A Jesús debíamos la institución y la doctrina de la Eucaristía y de la Iglesia: al Espíritu Santo éramos deudores de la inteligencia y el sabor de una y otra. Pero a la Madre, como en el hogar a la madre de familia, se reservó el pormenor y la minuciosidad de la práctica y del ejemplo.¡Cómo se alegra y halaga mi corazón al ver en los días que siguieron a Pentecostés a los fieles niños de la Iglesia, niña también, asistir a las primeras Misas, y adorar, y comer, y tratar a la recién nacida Eucaristía como lo iba haciendo mi Madre...! ¡Cómo se sentiría halagado y satisfecho el Jesús representado en Pedro al verse respetado y oído y obedecido en él por su Madre, y, a imitación de Ella, por la Iglesia niña! Y ¡cómo se derretiría de placer al sentirse conocido, entendido, correspondido y desagraviado en su Eucaristía por la influencia del ejemplo y de la práctica de su Madre! ¡Qué alegría para mí saber que cuando trato bien a Jesús en su Eucaristía, en su Iglesia y en sus almas, puedo decir: así lo hacía y me lo enseñó mi Madre! ¡He ahí a tus hijos! Te dijeron en la hora de la separación; y en aquel joven apóstol que te daban por hijo para el tiempo de tu soledad, ¡qué bien se representaban las tres infancias en que quedaba tu Jesús y en que quería que Tú lo siguieras guardando y defendiendo!

Madre Inmaculada, ¿quieres seguir guardando y cuidando a tu Jesús en esta pobre alma mía de niño atolondrado para que le moleste menos y le guste más? SILENCIO MEDITATIVO

Canto: Ahí tienes a tu madre...

Dinámica: (Voz 2) El Señor pidió a María a lo largo de su vida, muchas cosas a las que Ella respondió con su SI convencida y entregada a Su voluntad. Muchas veces no entendió lo que sucedía, pero guardaba todo en su corazón de Madre y de servidora, y siguió aceptando y adhiriendo a los planes de Dios. Si miramos ahora nuestra vida, pensemos ¿cuáles fueron las grandes cosas que nos pidió el Señor? PAUSA ¿Cómo hemos respondido? PAUSA ¿Nuestra actitud fue similar a la de María? ¿En qué? PAUSA Recordemos siempre las palabras de la Madre en las bodas de Caná: Hagan todo lo que Él les diga y pidámosle interiormente que nos alcance de su Hijo esa virtud de Ella que nos hace falta para que se haga en nosotros la voluntad del Padre. SILENCIO MEDITATIVO

ORACIÓN FINAL(Voz 1) Para finalizar esta Hora Santa rezamos todos juntos de pie la oración que el papa Francisco le hizo a la Virgen en el Santuario de Aparecida, durante la JMJ realizada en Brasil:

Madre Aparecida, como Tú un día,Así me siento hoy delante de ti y de Dios,Que nos propone una misión para la vidaLos cuales contornos y límites no conocemos,Las cuales exigencias apenas entrevemos.Pero en Tu fe, gracias a la cual“nada es imposible para Dios”Tú, oh Madre, no has flaqueadoY yo no puedo flaquear.

Aquí está la Servidora del Señor,

Conságrame a ÉlCon todo aquello que soyy con todo aquello que tengo.

Estoy Aquí! Envíame!

Madre Aparecida,Pongo en tus manosY llevo al Padre nuestros y tus jóvenes,La Jornada Mundial de la Juventud:Cuánta fuerza, cuánta vida,

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que se haga en mí según tu Palabra

Así, o Tú o como Tú,Yo abrazo mi misión.En tus manos pongo mi vida.Y vamos, Tú-Madre y Yo-hijo,A caminar juntos, a creer juntos,a luchar juntos, a vencer juntos,como siempre juntos caminaron Tú y Tu Hijo.

Mujer, aquí está tu Hijo!Hijo, aquí está tu Madre!

Madre Aparecida,Un día llevaste tu HijoAl Templo para consagrarlo al Padre,Para que fuera totalmente disponible a la misión.Llévame hoy al mismo Padre,

Y cuánto dinamismo que germina y floreceY que puede estar al servicio de la vidaY de la humanidad.

Acoge y santifica, oh Padre, a Tu Juventud!

En fin, Madre, te pedimos:Quédate aquí,Acoge siempre a tus hijos e hijas peregrinosPero ven también con nosotros,Quédate siempre a nuestro ladoY acompaña en la misiónLa gran familia de fieles,Sobre todo cuando la Cruz pesa de más...Y sostiene nuestra esperanza y nuestra fe.

Sé fiel hasta la muerte y yote daré la corona de la vida! Amén.

Padre nuestro

Canto: Aunque todos... yo no (si hay tiempo...)

Setiembre: La intercesión

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, comenzamos cantando Tú estás aquí y luego rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces.)

INICIO:(Voz 1) Jesús sacramentado,

hemos venido, tus Marías y tus Juanes a imagen de aquéllos que estuvieron al pie del Calvario, a ofrecerte esta hora de compañía reparadora a tu amor mal correspondido, a expresarte todo nuestro amor, agradecimiento, alabanza y adoración y a traerte todo lo que somos y tenemos. Queremos escucharte con los oídos del corazón, mirarte con los ojos de la fe, tomar conciencia de tu Presencia real y sustancial en medio de nosotros y reconocerte Señor, Dios, Pastor, Amigo, Salvador, Intercesor ante el Padre.

Junto con don Manuel, a quien recordamos hoy como todos los días 4 de cada mes, te decimos:26

Corazón de mi Jesús Sacramentado, ¡un rato en tu compañía! ¿Me lo concedes? Mi alma tiene ansias de hablarte; está cansada de hablar con el mundo y no es oída o no es entendida. Déjame descansar hablando contigo. Tú siempre oyes y siempre entiendes, ¡qué alegría!27Corazón de Jesús Sacramentado, en oración perpetua ante el Padre celestial, enséñanos a "hacerlo 26 OO.CC. 54427 OO.CC. 1127

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todo orando", esto es, hablando contigo, dándote gusto, contando con tu misericordia o echándote de menos...

Esperamos que este rato contigo, Jesús Eucaristía, sea el principio de una compañía más constante, alegre y fructífera a Ti y a los demás en Ti. Y para comenzar este momento de oración y hacerlo lo mejor posible, rezamos la oración que el mismo beato nos enseñó y luego invocamos juntos al Espíritu Santo 28

Corazón de Jesús Sacramentado: Con mucha pena de ser como soy y con muchas ganas de ser como Tú quieres que sea, vengo a tener contigo este rato de conversación afectuosa para tu mayor gloria, honor de mi Madre Inmaculada y provecho de mi alma. Ángel de mi Guarda y san José: Enséñenme a oír y a hablar a Jesús. Amén

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

(Voz 1) Invocamos todos juntos al Espíritu Santo, cantando: El Espíritu de Dios está en este lugar ( p.10)

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos,

en esta hora santa vamos a reflexionar sobre la intercesión. Jesús es quien intercede por nosotros ante el Padre. Cristo es el único camino para llegar al Padre, y sólo por Él es que somos reconciliados. En este sentido, Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres.

Dice don Manuel:29 Dios no concede más favores ni gracias que los pedidos por medio de su Hijo. (...) Nada se concede ni se obtiene sino por la única mediación todopoderosa de nuestro único Mediador, Jesucristo: “Porque uno es Dios, uno también el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús” (Cf 1 Tm. 2,5; Hb 12,24).

Pero también se puede ser mediador en otro sentido. Por ejemplo, si le pedimos a alguien que rece por nosotros, entonces esa persona está "mediando" o "intercediendo" por nosotros ante Dios. En este sentido, cualquiera puede interceder ante Dios por otra persona, y esto en nada oscurece o disminuye la mediación y la reconciliación traída por Jesucristo, todo lo contrario. Un intercesor es una persona que lucha en favor de otros. La intercesión es en sí, la actividad que más nos identifica con Cristo. Ser intercesor es ser como Cristo porque eso es Él. ¡Él vivió siempre para interceder! (Hebreos 7,25 y Romanos 8, 34)

Escuchemos las palabras de don Manuel sobre la intercesión30:

(Voz 2) Uno de los puntos de vista más interesantes para penetrar y contemplar las intimidades del Corazón de Jesús y recrearse ante un mundo de maravillas y encantos, es lo fácil que se muestra en el Evangelio a la intercesión. El Evangelio enseña que no eran siempre los necesitados de milagros los que pedían y obtenían, sino que unas veces no eran pedidos, aparentemente al menos, y otras veces, quizá las más, aquellos milagros y aquellas grandes curaciones eran solicitados y alcanzados por un mediador, pariente, amigo o simplemente un compadecido del doliente. Asimismo consta que no eran siempre santos, ni aun leales de Jesús, los que se acercaban a abogar por otros. (...) No se lee que jamás rechazara la intercesión de amigos; en cambio llegaba hasta obedecerlos con la fidelidad de un criado que va detrás de su señor a lo que mande.

28 OO.CC. 560

29 OO.CC .95330 OO.CC. 908-913

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¡Cuántas veces expone el evangelista la respuesta de Jesús a alguna petición que se le hacía en favor de otro, con estas palabras: "Jesús se ponía a seguirlo"...! Y cuando la intercesión era desordenada, en vez de rechazarla, la rectificaba y rectificada la concedía. ¡Que lo diga la mujer del Zebedeo!. Entremos, almas de Sagrario, en esas intimidades de Jesús y en esos secretos para obtener de su Corazón cuantos favores queramos y necesitemos. ¿Por qué hacía tanto caso de esas peticiones? El elemento que se encuentra en todas las intercesiones con fruto ante Jesús, es siempre éste: olvido de la propia necesidad. Mediten todos los casos de intercesiones del Evangelio, y siempre verán, en las razones que se alegan, el bien de otro y jamás el bien propio. Nunca se le da esta razón: cura a este enfermo o resucita a este muerto porque me hace falta a mí, a mi gusto, a mi comodidad, a mi utilidad. En cambio, se le dice muchas veces: cura a mi criado, porque sufre mucho; sana a mi hija, porque está atormentada del demonio; el que amas, está enfermo... ¡Siempre lo mismo: el intercesor arrodillándose ante Jesús, cerrados los ojos, la memoria y la boca y el corazón para las penas propias, y abiertos sólo para la pena ajena! ¡Siempre la eficacia del “nuestro”, del pedir unos por otros del Padre nuestro! ¡Bendito, generoso y fecundo olvido propio de la intercesión! ¡Cuántas veces has abierto las puertas del Corazón de Jesús en el Evangelio y en el Sagrario! ¡A cuántos milagros de su misericordia has abierto y preparado el camino! PAUSA

Cuando el corazón se pone a amar olvidándose de sí, se dispone a amar bien. La intercesión es no sólo la obra de la fe que cree en el poder de Jesús, y de la boca que pide y suplica a la misericordia de Jesús, sino del corazón que ama bien a otro corazón que padece. (...) Para honra del más eficaz intercesor de Jesús, quiero cerrar estas consideraciones sobre la intercesión, poniendo como broche de oro de ellas el nombre augusto, santo y amable entre los nombres grandes, el de María Inmaculada. ¡La gran Intercesora ayer, en el Evangelio, hoy en el Sagrario y siempre en la eternidad! A pesar de lo poco que la nombra el Evangelio y de las pocas escenas que de su vida narra, dice lo bastante para que conozcamos de cierto el lugar que ocupaba, ocupa y ocupará cerca del trono de la Misericordia omnipotente del Corazón de su Hijo. En el Evangelio no se cuenta más que un milagro, y por cierto el primero, obrado por Jesús a ruegos, y casi diría por mandato, de María; que es la conversión del agua en vino en las bodas de Caná (...); pero la presencia de Ella, notada por el Evangelio, en los grandes momentos de la vida de su Hijo en la tierra, da a entender muy a las claras que en la economía redentora entraba que María fuera siempre Madre de Jesús y que Jesús fuera siempre Hijo de María y que, como Él es el Intercesor y el Mediador supremo entre Dios y los hombres, Ella fuera la Intercesora y la Mediadora universal entre su Hijo Dios y sus hijos los hombres.

(…) He tratado de averiguar el secreto del proceder del Padre y del Hijo al admitir y aprobar y gustosamente aceptar otras intercesiones. En los porqués de ese secreto me he encontrado a cada paso con mi Madre Inmaculada y me he sentido obligado a exclamar: ¡Ahí está Ella!

Canto: Ahí tienes a tu Madre (pág.7)

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA(Voz 1) Escuchemos la oración de Abraham, el gran Patriarca, que nos ofrece el primer ejemplo de

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oración de intercesión por la ciudad de Sodoma y Gomorra. Es la primera oración de intercesión clara que nos ofrece el Antiguo Testamento, pero al mismo tiempo es tal vez la oración de mayor confianza que un intercesor humano dirige a Dios en la historia de la intercesión. Escuchemos con atención cada gesto y cada palabra de Abraham al dirigirse al Señor y meditemos luego sobre ellas.

(Voz 3) Lectura del libro del Génesis: Gn 18,16-33.

SILENCIO MEDITATIVO

Dinámica: (a partir del texto del Pbro. Víctor Fernández31)(Voz 1) En esta oportunidad vamos a prepararnos para interceder por otras personas. Primero vamos a pensar en las personas que solemos tratar cotidianamente y que se nos encomiendan en oración, por las que rezamos a menudo, por aquellas que sabemos están pasando por algún momento especial y difícil de sobrellevar solos. Les vamos a entregar unos papelitos y tendrán que escribir sus nombres en ella. Sosteniendo el papel en las manos y pensando en todos ellos, rezamos juntos con fe y confianza a Jesús, presente en Cuerpo, Alma y Divinidad entre nosotros, que se queda aquí para escucharnos y atender nuestras súplicas, la primera oración de intercesión que fue repartida:

"Señor poderoso,quiero poner en tu presencia a estas personas.Tú que les diste la vida por amor,y estás a su lado cada día,mira sus preocupaciones y sufrimientos.Concédeles lo que más necesitanen este momento de su vida.Dales fortaleza para sobrellevarlos problemas que tienen que afrontary ayúdales para que todo termine bien.

Ilumina sus mentes para que puedan tomarlas decisiones correctas. Bendice sus trabajos,

sus proyectos y su vida interior.

Protege todo su ser, sus casas, sus cosasy sus seres queridos.

Cuida sus vidas para que ningún mal les haga dañoy llena su corazón de esperanza.Derrama en su interior tu divina paz.Calma toda inquietud y perturbación,y ayúdales a reconocer tu presencia de amoren medio de cada cosa.Que puedan descubrir cómo los comprendesy los esperas.Que puedan conocerte mejor y

amarte con todo su ser.Amén".

Ahora vamos a pensar en aquellas personas cerradas, que se resisten a Dios o desconfían de Él. Recordemos a estas personas con cariño, escribamos sus nombres en el otro papelito y dejándolos en las manos de Dios, rezamos la segunda oración:

"Señor, te pido que miresa este hermano que no cree,que te ignora, que te rechaza,que optó por vivir sin ti, sin tu amistad,sin tu luz.Yo sé que estás en su vida,que tu amor no lo abandona,que tu Espíritu Santo siembra en su interior

Toca su corazón Señor,sana esa falsa imagenque tiene de ti,y las malas experienciasque lo han llevado a rechazarte.Permítele experimentar tu amory descubrir las maravillas de tu Palabra.Bendícelo y libéralo de todo mal.

31http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/?seccion=articulos&id=222

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muchas cosas buenas.Pero sé también que tú eres el sentido más profundo de su vida, que te necesita,que sus fibras más íntimasestán hechas para conocerte y amarte.

Pacifica su interior con tu luz,y muéstrale que la fe en tinos ayuda a ser más humanosy a construir un mundo mejor.Amén".

ORACIÓN FINAL(Voz 1) Para finalizar esta Hora Santa rezamos todos juntos permaneciendo de pie una SALVE, agradeciéndole a Dios por todas las personas que intercedieron para que nosotros estuviéramos aquí, junto a Jesús Eucaristía, enterados de su Presencia y con la chispa de la fe encendida en nuestro corazón, especialmente por la mediación de su Madre.

Padre nuestro

Canto: Aunque todos... yo no (pág. 3) (si hay tiempo...)

Octubre: La Sagrada Familia

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

De rodillas ante el Santísimo, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces y cantamos En el nombre del Padre)

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos, en esta Hora Santa del 4 de octubre, dedicada a la memoria del beato Manuel González, padre fundador de la FER, los invitamos a adorar a Jesús presente entre nosotros en la Eucaristía, a reflexionar sobre su vida y sus enseñanzas y sobre cómo las ponemos en práctica.

Comenzamos invocando al Espíritu Santo cantando de las hojas repartidas: ¡Espíritu de Dios desciende!

REFLEXIÓN ORANTE: (Voz 1) Hermanos:Habitualmente la festividad de la Sagrada Familia se celebra el domingo siguiente a la Navidad. Nosotros, comunidad de la parroquia Sagrada Familia, con la autorización de nuestro arzobispo, la celebramos como fiesta patronal el tercer domingo de octubre. Por eso esta hora santa está dedicada, en este mes, a contemplar las virtudes y costumbres de la Sagrada Familia de Nazaret y, a la luz de ellas, analizar el comportamiento de nuestras propias familias.

En silencio escuchamos con atención la Palabra del Señor, en el evangelio de Lucas, que narra uno de los pocos episodios en que aparece involucrada la Sagrada Familia completa.

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA: Lc 2, 41-52SILENCIO MEDITATIVO.

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REFLEXION: "El corazón es símbolo de amor e interioridad". María es la mujer toda corazón. Esto significa que aunque en su mente no entendía muchas cosas, ama, espera y cree. Jesús le cambia los planes desde su concepción hasta su muerte.

María siempre aparece en el evangelio revelando su "fiat", su "hágase", su total confianza y obediencia a los planes divinos. Otro aspecto mariano de este evangelio es la prontitud de María, en busca de Jesús. A donde quiera que tenga que ir Jesús allí va María: a Egipto, a Jerusalén, al Calvario. María sigue con prontitud a Jesús, se sacrifica y lo sigue hasta el final, hasta las últimas consecuencias, siempre y a lo largo de toda la vida. También María es la mujer que se deja sorprender por Jesús. Se sorprende ante sus hechos y palabras. Esto demuestra su fina sensibilidad. María invita a recuperar esa capacidad de sorpresa y de admiración. El Dios de María es un Dios sorprendente, admirable, desconcertante. Finalmente María revela esa dimensión profética de la pregunta: ¿Por qué? No permanece callada ante el misterio, ante los acontecimientos difíciles. Le preguntó al Ángel y le pregunta a su Hijo. No se trata de mantener un silencio estéril, se trata de la inteligencia que, limitada ante el misterio de la vida, solicita una respuesta. De la pregunta humilde hecha oración viene la respuesta elocuente de un Dios que habla y se revela hasta en sus silencios.

La familiaridad de María y José con Jesús, el Dios encarnado, no les ahorró incomprensiones y dolores, al parecer gratuitos.

Como María, con frecuencia, somos los primeros en sorprendernos ante un Jesús que parece extrañarnos con su comportamiento cuanto más nos esforzamos por entenderlo; creemos que por haberlo aceptado un día, lo conocemos suficientemente.

María perdió a su hijo y encontró al Hijo de Dios. El caso es que ella no paró hasta recuperarlo y se atrevió a pedirle una explicación a su comportamiento. Fue ansiosa su búsqueda y grande su anhelo por reencontrarlo. La respuesta que Jesús dio a su madre no aclaró su comportamiento: la paternidad de Dios no había sido obstáculo para su maternidad; no lo pudo entender muy bien, pero tuvo que convivir con él.

La forma de conservar a Dios, respetando sus decisiones y aceptando sus opciones, por extrañas que nos parezcan, es, como lo hizo María; conservar en el corazón todo lo que vivía con él. El misterio de Dios no cupo en la mente de María, pero tuvo cabida en su corazón. Es la única manera garantizada que existe de no perder a Dios. Guardar cada instante que con Él vivimos en nuestra memoria, aprovechar toda ocasión, mientras esté con nosotros, y renunciar a entenderlo con la mente para comprenderlo con el corazón.

Que nuestra mirada vuelva a María para que nos acompañe en la escucha atenta de la Palabra, y que al pasar por la experiencia de perder a Jesús, descubramos al Hijo de Dios y la voluntad del Padre. Aprendamos a respetar los caminos de Dios y contemplar su acción misericordiosa y amorosa en cada momento de nuestra vida.

SILENCIO MEDITATIVO.

Oración a María por los sacerdotes

Canto: María mírame

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REFLEXIÓN ORANTE:Las familias de hoy, debemos seguir el ejemplo tan hermoso que nos dejó Jesús tratando de imitar las virtudes que vivía la Sagrada Familia: sencillez, bondad, humildad, caridad, laboriosidad, etc.La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos, donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo. Esto se hace con amor y cariño.

Dijo Juan Pablo II, en el Encuentro con las Familias en Chihuahua, en 1990: “La familia es la primera comunidad de vida y amor, el primer ambiente donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios.”

Por su parte, contaba don Manuel González: 32

¡Cuántas veces, madres, les he dicho que vuestra misión, vuestra más dulce y urgente misión, es la de hacer que vuestros hijos se sepan a Jesús en el doble sentido de la palabra, conocerlo y saborearlo! Les voy a contar una escena que me refieren unos comulgantes, y que ellos presencian conmovidos, de una madre que cumple a las mil maravillas esa misión en la Parroquia de uno de los barrios de Madrid. No saben su nombre; deducen que debe ser de muy modesta posición, por el pobre, aunque limpio atavío con que la ven en el templo. Cada mañana la ven acercarse a comulgar, llevando en brazos a una pequeñita de año y medio a dos años. Mientras comulga, los ojos de la niña siguen con singular devoción a la sagrada Hostia, desde la mano del sacerdote hasta la boca de su madre. A la par que ésta, cuando recibe a Jesús, cierra los ojos como si fuera ella la comulgante, hasta que al tratar de levantarse la madre del comulgatorio, se yergue graciosa de entre los brazos y le estampa un beso muy calladito en la boca, y con las manos juntas delante del pecho vuelve con Jesús y con su madre a su asiento. ¡Preciosa, finísima comunión espiritual a los dos años! ¡Ingeniosísimo modo de dar a conocer y a saborear a Jesús aun antes del uso de la razón! ¡Familias cristianas, pueblos cristianos, Marías, catequistas, apóstoles cristianos, luchen cuanto sea preciso para que vuestros niños no se queden sin ese Jesús que los hace puros, candorosos, creyentes, fuertes, valientes y... hasta graciosos! Y también agregaba: ¡Si fueran a Él los padres!

¡Y si los padres de familia tomaran como primera y más grata obligación de su paternidad, enseñar con su ejemplo y su palabra a sus hijos el camino de la casita dorada de Jesús y hacerles saber las ganas y la prisa que Él tiene de sentarlos sobre sus rodillas, besarles la frente y estrecharles contra su Corazón, o ir, llamado por la fe de los padres, a sus casas, o al camino del cementerio, a curarlos o resucitarlos, si la enfermedad o la muerte hubiese hecho presa en ellos! Y si los que por apostolado hacemos las veces de padres, como los sacerdotes, maestros y catequistas, nos dedicáramos a satisfacer las ansias de Jesús de que se le lleven pequeñuelos, y por todos los medios que nos sugiriera el celo se los lleváramos al Sagrario y les hiciéramos, cantar, rezar, oír, hablar de Jesús para que aprendieran a conocerlo, a quererlo, a tener hambre de comerlo y a aficionarse a estar con Él; y si en vez de irritarnos porque, a pesar de nuestros cuidados e industrias, juegan, alborotan, no entienden, ni se enteran, y se portan, después de todo, como niños aun delante de Jesús, no los echáramos fuera, sino que, con paciente condescendencia, ofreciéramos 32OO.CC. 4283, 4295, 1131

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aquella oración de alboroto y algarabía al Jesús que sabe que así son los niños de ahora, como así eran los de su tiempo de Palestina... Si los padres corporales y espirituales contáramos más con Jesús, si lleváramos más a Jesús a nuestros niños, ¡cómo nuestros niños se parecerían más a Jesús!

SILENCIO MEDITATIVO

Canto: Quiero ser pan

PRECES: Ahora Señor, te presentamos las necesidades de nuestras familias y las de todas las familias especialmente de las que conocemos, de las que sufren o están más solas. A cada invocación, respondemos (de pie)

Escúchanos Señor.

Oh Jesús, acoge con bondad a nuestra familia que ahora se entrega y consagra a Ti, protégela, guárdala e infunde en ella tu paz para poder llegar a gozar todos de la felicidad eterna. OREMOS

Te presentamos, Señor, las familias que sufren, que pasan por muchas dificultades o se ven amenazadas en su indisolubilidad y en el gran servicio al amor y a la vida para el que Dios las eligió. OREMOS

Te pedimos, Señor, por las personas que viven en familias separadas o enfrentan situaciones de conflicto: para que experimenten sanación y reconciliación. OREMOS

Te presentamos, Señor, a todas las familias del mundo, para que logren responder a su vocación, tal y como respondió la Sagrada Familia de Nazaret. OREMOS

Te presentamos, Señor, a los enfermos y sus familiares para que les des la fuerza necesaria para seguir sonriendo aún en su dolor. OREMOS

Te presentamos, Señor, a los que se sienten solos, abandonados de su familia y de sus amigos, para que encuentren en Ti a su Padre y en nosotros a su familia. OREMOS

Te pedimos Señor por nuestras familias: para que asuman gozosa y testimonialmente los deberes y derechos de esa vocación y carisma dentro del “santuario doméstico de la Iglesia” que es la familia cristiana. OREMOS

Te pedimos, Señor, por todas y cada una de las familias de nuestra parroquia: para que vivan en paz y progresen en el amor y den a los demás testimonio de caridad cristiana. OREMOS

Te presentamos, Señor, a los que delinquen y a todos los que siguen enganchados a su destrucción, provocando sufrimiento en sus familias y en otras y hasta en ellos mismos, para que descubran que Tú eres la Vida. OREMOS

Te presentamos, Señor, a las familias que viven en zonas de guerra o en el exilio. OREMOS

Te pedimos, Señor, por toda la Familia Eucarística Reparadora, para que a imagen de la Sagrada Familia de Nazaret, viva en unión y fraternidad. OREMOS

Te presentamos, Señor, todas las peticiones depositadas en la urna. OREMOSSILENCIO MEDITATIVO.

Canto: Ya hay un camino

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ORACIÓN FINAL:

Terminamos esta Hora Santa pidiéndole a nuestra Madre que interceda por nosotros, para que nunca falte el amor, la comprensión y el perdón en nuestras familias. Le pedimos también a San José que nos ayude en todas nuestras necesidades espirituales y temporales, a fin de que podamos agradar eternamente a Jesús con nuestras oraciones.

Recemos todos juntos la

ORACIÓN POR LA FAMILIA

Padre Celestial, Tú nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia. Ayúdanos a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reinen el amor, la paz y la alegría. Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia. Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados. Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das ya dar todo lo que nos pides con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Santos Ángeles de la Guarda permaneced a nuestro lado, guiadnos y protegednos. Amén

Madre Teresa de Calcuta

Concluimos nuestras alabanzas diciendo al Padre del cielo: Padre Nuestro por los sacerdotes

Noviembre: Ser Santos en el Año de la Fe

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

De rodillas ante el Santísimo, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces. Cantamos En el nombre del Padre)

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Hermanos:

En esta Hora Santa del 4 de octubre, dedicada a la memoria del beato Manuel González, padre fundador de la Familia Eucarística Reparadora, los invitamos a adorar a Jesús presente entre nosotros en la Eucaristía, a reflexionar sobre su vida y sus enseñanzas y sobre cómo las ponemos en práctica.

33El 16 de octubre pasado, el Santo Padre anunció su convocatoria al Año de la Fe, que comenzó el 11 de octubre de 2012, en el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre de 2013, con la solemnidad de Cristo Rey del Universo. Y afirmó: Será un

33http://es.catholic.net/aprendeaorar/32/249/articulo.php?id=53095

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momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo (Homilía de Benedicto XVI en la santa Misa para la nueva evangelización, 16 octubre 2011). Con estas palabras, el Santo Padre ha convocado a toda la Iglesia a movilizarse a favor de la gran empresa de la fe en nuestro tiempo.

Pueden ser varios los motivos para convocar un Año Internacional, pero cualquiera que sea, tal hecho busca llamar la atención de la humanidad, "hacer ruido" sobre un valor, y a veces también, por desgracia, sobre un contravalor.Tenemos que prepararnos en este comienzo del año de la fe con corazón magnánimo. Leer, reflexionar, meditar y asimilar con la mente y con la vida, en estos meses, el Catecismo. Es una forma maravillosa, personal y comunitaria, de abrir el alma a la gracia del Año de la Fe. Trabajemos denodadamente a lo largo de este tiempo para que en este Año de la Fe se haga cada vez más fuerte nuestra relación con Cristo, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero.

Aprovechemos esta celebración para elaborar propósitos para vivir intensamente este año de gracias especiales. También, teniendo en mente la fiesta de todos los Santos que hemos celebrado hace unos días, renovaremos nuestras intenciones de serlo, a ejemplo de Cristo y María, con Cristo y con María.

Y aquí, ante la presencia de Jesús Sacramentado, invoquemos al Espíritu Santo para que nos ayude, con sus sagrados dones, en este camino a la santidad. Lo hacemos cantando de las hojas repartidas: ¡Espíritu de Dios desciende!

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 1) 34El Año de la Fe es para redescubrir el brillo, la belleza y la grandeza de nuestra fe católica. El Papa nos recuerda con frecuencia que el cristianismo es sobre todo el seguimiento de una Persona: Jesucristo. Por ello, renovar nuestra fe ha de significar sobre todo crecer en el conocimiento personal de Cristo: un conocimiento íntimo, vivo del Señor. Y para ello no hay mejor camino que la oración. El conocimiento de alguien se alcanza principalmente por el trato, y el amor se despierta y crece a través del contacto personal. Esto que es verdad en las relaciones interpersonales, vale igualmente para nuestra relación con Jesucristo.

Por eso un buen propósito para el Año de la fe, es poner medios concretos para crecer en nuestra vida de oración, mejorar nuestra comunicación con Dios. (…) Sin haber hecho la experiencia viva del amor de Cristo no es posible compartirla. ¿Cuál fue la acción más eficaz de los primeros cristianos? Dar testimonio de lo que habían visto y oído (cf 1 Jn 1,1). El evangelizador es más creíble si es testigo.

Nuestro Fundador afirma: 35

(Voz 3) Bien meditado, el Evangelio es todo él una oración. El Evangelio es Jesús hablando con su Padre en nombre de los hombres o con éstos en nombre de su Padre, o son los hombres hablando con el Padre por medio de Jesús y el Padre hablando con los hombres por medio de su Hijo. Siempre en diálogo afectuoso expresado por medio de palabras, de obras, de miradas, de gestos, de lágrimas, de

34http://www.yocreo.com/espiritualidad_s41/cinco-sugerencias-practicas-para-vivir-el-ano-de-la- fe_n337535OO.CC.I 898

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alabanzas, de acciones de gracias, de bendiciones...Y bajo este aspecto, ¡qué gran maestro de oración, y de oración en todas sus formas y en todos sus grados, es el Evangelio! Leyendo despacio el Evangelio, necesariamente se aprende a orar de todos los modos en que se puede orar.

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA:

(Voz 1) Oremos juntos entonces, escuchando atentamente la Palabra viva del Señor que tiene algo especial para decirnos hoy a cada uno.(PAUSA)

(Voz 2) Lectura del santo evangelio según san Juan: Jn 20, 11-18

REFLEXIÓN(Hna. Mónica Mª (MEN Madrid)):

(Voz 3) El evangelio que acabamos de escuchar nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos. Una vez más, nos pregunta "¿por qué lloras", es decir, ¿qué es lo que deseas y, por no conseguirlo, lloras?, ¿cuáles son tus deseos más profundos? Porque nos puede pasar como a María Magdalena. No deseamos más que "ver a un muerto", deseamos cosas pequeñas, hemos cortado las alas a nuestros anhelos más profundos de paz y felicidad.

María Magdalena busca un cadáver. Esa era su máxima aspiración. ¿No nos pasará a nosotros lo mismo cuando lloramos por aquello que no es lo máximo a lo que podemos aspirar, aquello para lo que nos ha creado Dios? ¿No nos pasará lo mismo a nosotros cuando nos quedamos con la mirada a ras de tierra, sin dejar que los ojos se alcen al cielo, al infinito, a lo divino, a lo pleno?

Es interesante pensar qué hubiera sucedido si María hubiera encontrado el cuerpo de Jesús. La respuesta es fácilmente imaginable: hubiera seguido llorando. Sí, su deseo no era la felicidad plena. Sólo podía anhelar encontrar un muerto con un cuerpo destrozado. Igual que nosotros cada vez que anhelamos cosas pequeñas. No malas, pero que no son el eje de la felicidad.

Pero Dios no la deja en su tristeza. Primero, un ángel le habla. Y después, Jesús, Dios-hombre resucitado le da la felicidad plena, se le revela. Porque la felicidad máxima del hombre es la comunión, el encuentro con Dios.

También a nosotros, en nuestra vida, Dios nos va guiando y cuidando como a María Magdalena. ¿O no hemos tropezado con tantos signos que, como el Ángel a María, nos hablaron de Dios? Y, más aún, ¿no hemos tenido momentos en los que sabemos que Dios mismo nos ha hablado, nos ha llamado por nuestro nombre, se nos ha hecho ciertamente presente?

Si los hemos tenido, hoy puede ser un buen momento para recordar y dejar renacer en nosotros la felicidad y la paz que nos habían inundado. Si creemos que aún no hemos encontrado al Dios de la paz, el gozo y la resurrección, hoy es un buen día para "llorar" pidiéndole este encuentro. ¡Dios no se puede resistir a las lágrimas de quien lo busca sinceramente!

El Dios de la Vida quiere darse a conocer. El Dios del Sagrario sigue necesitando Marías Magdalenas que corran a anunciar a sus conocidos porqué sus lágrimas se cambiaron en gozo incontenible.

SILENCIO MEDITATIVO

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Canto: Eucaristía, mi alegríaPRECES: (Voz 2)

Rezamos todos juntos de pie y a cada invocación, respondemos

Aumenta nuestra fe.

- Señor, danos una fe viva, una fe ferviente, una fe alegre por la cual podamos transmitirte. OREMOS- Danos esa fe viva que nos haga contemplarte en todas las cosas, especialmente en las más pequeñas que a diario Tú nos regalas. OREMOS- Danos esa fe que infundiste a los apóstoles, que nos haga capaces de desafiar todos los elementos que se opongan a la realización de tu voluntad y de tu gloria. OREMOS- Danos aquella confianza que hacía exclamar a tu apóstol Pablo: "SÉ EN QUIEN HE CONFIADO". OREMOS- Y así, fuertes en la fe, permítenos seguir adelante hasta que rindamos la jornada, y nos presentemos delante de Ti para recibir la recompensa, aquella recompensa que Tú tienes preparada para tus siervos que quisieron servirte en las cosas pequeñas. OREMOS- Danos también una fe muy grande que nos permita penetrar muy profundamente en el conocimiento de las cosas de Dios. OREMOS - Y que a ese deseo tuyo: " SI CONOCIERAS EL DON DE DIOS", que expresa tu deseo de que busquemos tus cosas, podamos responderte: Señor, ahora lo conozco. El Espíritu Santo, ha realizado en mi alma la obra de transformación en Cristo". OREMOS - Señor, confiados en tu misericordia, elevamos nuestras necesidades más profundas que Tú bien conoces y te pedimos por las intenciones depositadas en la urna. OREMOSEn este momento en el que nuestra miseria se reconoce como tal ante tu grandeza, te pedimos por la pronta canonización del beato Manuel González. OREMOS

(Voz 1) ESCUCHAMOS UNAS PALABRAS DEL BEATO MANUEL GONZÁLEZ a propósito de “alimentar la fe”: 36

(Voz 3) ¿Cómo obtendrá ese Credo vivo de la Eucaristía el rendimiento absoluto, sin vacilaciones, de nuestro entendimiento, y el amor y el gozo de nuestra voluntad y la adhesión de nuestra libertad y la conformidad de nuestra vida toda? «El que me sigue, dijo en el Evangelio el Maestro callado del Sagrario, no anda en tinieblas sino que tendrá Luz de vida». «El que come mi Carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna». ¿Y en qué consiste esta luz de vida y esta vida eterna? Esa vida eterna se inicia en la tierra conociendo, amando y obedeciendo a Jesús por la fe, que se siembra en el Bautismo, se nutre de la Eucaristía y se consuma en el cielo gozando para siempre de la visión del Padre con la luz que da su Hijo y con el amor que da su Espíritu Santo. De modo que a más Eucaristía imitada, obedecida y comida, más vida de fe en el alma ahora y más vida de gloria después. Madre Inmaculada, que yo viva creyendo y que yo crea viviendo la vida que en silencio da tu Jesús en el Sagrario.

Jesús callado en el Sagrario, me enseña con su sola presencia todo lo que debo creer, me da fuerza, comiéndolo, para que crea y para que viva de mi fe y además, por verlo con los ojos cerrados de mi cara y oírlo con los oídos de carne cerrados está dando a mi fe un valor y un mérito siempre crecientes. El mérito de la fe de los que trataron a Jesús mortal estuvo en que, viendo sólo su humanidad, 36OO.CC.I 1462-1464

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creyeron en su divinidad; el mérito de la fe de los que lo tratamos oculto y callado en el Sagrario es superior; por el solo estímulo de su gracia y por la sola autoridad de la Iglesia, sin ver nada lo creemos todo, sin oír nada lo obedecemos siempre, sin verlo ni oírlo ni gustarlo le rendimos cuanto somos.Madre Inmaculada, que yo siga, obedezca y ame a tu Jesús sin sentirlo, sin verlo, sin oírlo y sin gustarlo... ¡solamente creyendo en Él!

Canto: En mi Getsemaní

REFLEXIÓN ORANTE:(Voz 1) 37El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. San Pablo nos recuerda: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad» (1 Co 13, 13). Con palabras aún más fuertes —que siempre atañen a los cristianos—, el apóstol Santiago dice: «¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos de alimento diario y alguno de ustedes les dice: "Vayan en paz, abríguense y coman", pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no se tienen obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: "Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe"» (St 2, 14-18).La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino.

ESCUCHAMOS UNA PARTÍCULA PARA EUCARISTIZARNOS (Octubre 2012, Hna. Mª Leonor Mediavilla, m.e.n.):(Voz 2) Dice el beato Manuel: «Se puede definir al santo así: un cristiano enteramente sincero, un hombre todo verdad. Verdad en su cabeza, porque cree firmemente en todo el credo, verdad en su corazón, en su sensibilidad, en su lengua y en sus manos, porque ama, siente, habla y obra en perfecta conformidad con su fe» (En busca del Escondido, 6ª ed. p. 54)(Voz 3) Difícilmente encontramos en nuestra sociedad personas o grupos que se manifiesten en defensa de la verdad o que busquen la verdad, posiblemente porque se sabe que esta actitud exige un mínimo de sinceridad personal. Se tiene miedo a la verdad porque se presiente que obligaría a desprenderse de ilusiones y engaños demasiado apreciados y a cambiar de vida.Vivir en la verdad es apostar cada día por ser más honrado que falso; es mostrar que, en nuestros grupos y comunidades, valoramos más al que es auténtico que al que oculta sus errores para que se le quiera; que confiamos más en quien dice la verdad, aunque ponga en evidencia situaciones que compliquen la vida, que en el sumiso que no ocasiona problemas; es preferir en las familias y en los colegios padres y maestros que eduquen en la integridad y en la verdad y no en la apariencia y la mentira.La verdad exige una coherencia de vida, ser fiel a las propias convicciones. Es decir y hacer lo que considero que es verdadero aun cuando la mayoría actúe de forma contraria. «Defender la verdad, proponerla con humildad y convicción y testimoniarla en la vida, son formas exigentes e insustituibles de vivir la caridad» (Caritas in veritatis, 1).Supone no adherirse a los sí que sabemos son no, o de no decir sí cuando en el pensamiento sabemos es no. Es pensar que es sí, decir si y actuar como sí. Expresado con palabras evangélicas, «que vuestro sí sea sí y vuestro no sea no». Decir la verdad en lugares donde predomina la mentira es difícil, pero buscar y querer vivir en la verdad en esos mismos ambientes es arriesgado, aunque no imposible, porque quien actúa de esta manera experimenta las palabras de Jesús: «Si se mantienen fieles a mi Palabra, conocerán la verdad y la verdad los hará libres» (Mt 18,21).

37http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu- proprio_20111011_porta-fidei_sp.html (Porta Fidei)

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Jesús es la única verdad de nuestra vida. Debemos emprender el camino de discernir con humildad qué hay de verdad y qué de mentira en nuestro seguimiento a Jesús. Dónde hay verdad que nos libera y dónde mentira que nos esclaviza.La Iglesia necesita hombres y mujeres que con su vida irradien un estilo más evangélico, necesita verdaderos creyentes que no se dejen llevar por la anarquía y el rigorismo de la ley, sino que busquen con corazón limpio la transparencia.La evangelización para la transmisión de la fe es el tema del Sínodo de los Obispos que se realiza en el marco del Año de la fe. Y la fe proclamada es creíble si procede de una vida auténtica, de un corazón enraizado en la verdad.«No había dualidad en él», se dice del beato Manuel González. «Toda su vida estaba apoyada en Dios y huía de todo lo que podía parecer afectación».Y Él mismo dirá: «Para que el encuentro con Jesús en el Sagrario sea eficaz no hay más que un camino, que empieza en la calle de la limpieza del corazón y desemboca en la plaza del hambre del alma» (J. Campos Giles, El Obispo del Sagrario abandonado, 6ª ed., pp. 464, 460).

Canto: Ya hay un camino

ORACIÓN FINAL: ¡Madre Inmaculada! ¡Qué no nos cansemos! Padre Nuestro...

Diciembre: Adoremos a Cristo con María

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

De rodillas ante el Santísimo Sacramento, cantamos Alabado sea el Santísimo Sacramento o lo que proponga quien lo expone. (Si no hay exposición, rezamos juntos “Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado! Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado”, Gloria, que se repite tres veces y cantamos En el nombre del Padre .)

MONICIÓN DE ENTRADA.(Voz 1) Señor Jesús, presente en medio de nosotros, hemos venido hasta aquí respondiendo a tu llamado amoroso que ha sido invitación para pasar un momento juntos. Queremos adorarte en el sacramento de la Eucaristía, repararte en tus abandonos, agradecerte por las infinitas gracias que nos regalas día a día y, de la mano de tu Madre, contemplarte, disfrutarte, agradecerte, aprender, pedirte... Para ello, primero reconocemos nuestra pequeñez y nuestras limitaciones para aprovechar al máximo este momento que nos ofreces. Por eso es tan importante recordar las enseñanzas del beato Manuel, tu amigo fiel del Sagrario que hoy recordamos como todos los días 4 de cada mes, acerca de cómo debemos estar en tu Presencia. 38

(Voz 2) Si Jesús está presente en el Sagrario con sus ojos que me miran, yo debo estar ante el Sagrario mirando con mis ojos de carne la Sagrada Hostia, cuando me la dejan ver; y con mis ojos del alma el interior de esa Hostia. Si Jesús está en el Sagrario con sus oídos para oírme, yo debo estar ante el Sagrario con mi atención para oírlo y con mi mayor interés para hablarle. Si Jesús está presente en el Sagrario con sus manos rebosantes de dones para los necesitados que se lleguen a pedírselos, yo debo estar ante el Sagrario con mi indigencia expuesta en el plato de mi

38OO.CC.I 218-219

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confianza.Si Jesús está en el Sagrario con el Corazón palpitante de amor sin fin a su Padre y de amor hasta el fin a nosotros; (…) Y si ese amor que desciende desde su Corazón a los hijos de los hombres, es amor de Padre, hartas veces menospreciado. De Hermano, casi siempre desairado. De Amigo, las más de las veces abandonado. De Esposo, muy poco correspondido. Y de Rey, muchas veces desobedecido, vilipendiado y traicionado... Si todo esto es así, yo debo estar ante el Sagrario con todo mi corazón y con todo el amor de él, para sumergirme en aquel Corazón y palpitar con sus mismas palpitaciones y amar como Él ama, alabando, agradeciendo, expiando, intercediendo al Padre celestial y disponiéndome a darme por Él de todos los modos a mis prójimos hasta el fin, sin esperar nada...En menos palabras: si Jesús está en el Sagrario para prolongar, extender y perpetuar su Encarnación y su redención, lo menos que yo debo hacer es presentarle mi alma entera con sus potencias, y mi cuerpo entero con sus sentidos, para que se llenen y empapen de sentimientos, ideas y afectos de Jesús Redentor encarnado y sacramentado... Ésta, ésta es la compañía de compasión, la que pone entre Jesús y yo presentes comunicación y cambio de miradas, de palabras, de necesidades, de afectos... La que me hace mirar, hablar, oír, pedir, recibir, confiar, sentir y amar como Él y con Él...

(Voz 1) Para poder ofrecerte, Señor, esta compañía de compasión durante esta Hora Santa, vamos a invocar a tu Santo Espíritu cantando Espíritu de Dios, desciende...

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 1) Hermanos:

Estamos en tiempos de Adviento y muy cerca de celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. En esta Hora Santa meditemos, ayudados por nuestra Madre, sobre estos acontecimientos que la Iglesia nos marca.

(El siguiente texto fue extraído del devocionario del venerable Pedro Julián Eymard, editado en 1913, fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento.)

Jesús nos ha dejado a su Santísima Madre para que sea madre y modelo de los adoradores. (…) Fue María la primera en adorar al Verbo Encarnado, cuando, ignorado de todo el mundo, se hallaba encerrado en su seno virginal. ¡oh! qué homenajes tan dignos recibió nuestro Señor en ese primer tabernáculo animado!... qué bien servido se vio mientras habitó en él!.. Jamás ha hallado desde entonces un copón de oro más precioso ni más puro!... Jesús se complacía en esta adoración de María más que en la de todos los ángeles del cielo. ¡El Señor ha colocado su tabernáculo en el sol!, dice el salmista; este sol no es otra cosa que el corazón de María...También en Belén fue María la primera en adorar a su divino hijo, reclinado sobre el pesebre. Ella adoró con un amor perfecto de virgen madre, con un amor de dilección, según la expresión del Espíritu Santo, sólo después de ella se acercaron a adorar san José, los pastores y los magos; María abrió ese místico surco que había de bifurcarse luego y ramificarse por todo el mundo.

Qué pensamientos tan sublimes, tan divinos, debía desarrollar en su adoración, María continuó adorando a nuestro Señor en su vida oculta en Nazaret, luego en su vida apostólica y hasta sobre el Calvario, donde su adoración fue el sufrimiento. (...)

María ¡enséñanos la vida de adoración!. Haz que también nosotros, como vos, sepamos encontrar todos los misterios y todas las gracias de la Eucaristía; que sepamos hacer vivir el evangelio y leerlo en la vida eucarística de Jesús.

SILENCIO MEDITATIVO

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Canto: María mírame

PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA:

(Voz 1) Escuchemos atentamente la Palabra del Señor. (Leerla muy lentamente) (Voz 3) Evangelio de san Lucas 9, 23-25

REFLEXIÓN:(Voz 1) Escuchemos la reflexión del beato Manuel acerca fe las renuncias de Jesús al entrar en el pesebre. 39

(Voz 2) Hay tantas relaciones y analogías entre estas dos palabras: Portal de Belén y Sagrario abandonado, que una María de éstos no acierta a separarlas ni en su memoria ni en su corazón. ¿Quieres, Madre Inmaculada del Jesús despreciado de Belén y del Sagrario, enseñarme en las Comuniones de estos días y como fruto de la meditación de aquellos dos nombres, la lección que más falta hace a mi alma: la de empezar en serio a negarse a sí misma? Mi razón se convence fácilmente de que esa negación es el primer paso necesario para seguir a tu Hijo; pero la voluntad, la sensibilidad, las raíces e influencias de mi amor propio, ¡me ponen tantas dificultades! Sí, yo creo que nadie como tu Hijito Jesús, dando su primer paso para buscarme a mí, me puede enseñar y hasta hacerme fácil y gustoso el primer paso mío para seguirlo a Él. Habla, Madre querida, habla a mi alma de las negaciones de sí propio que hace tu Jesús al entrar en estos tres sitios: en el pesebre de Belén para buscar a todos los hombres, en el Sagrario abandonado para buscar a los que viven junto a Él y en la boca mía para buscarme a mí. ¡Qué sitios y qué entradas y qué historias de negaciones tan costosas! ¡Él, que es la única afirmación esencial, negándose a sí mismo!(PAUSA) Querer ser lo que no se es, querer tener lo que no se tiene y querer estar en donde no se está, ¿no son estos tres quereres la aspiración constante del corazón humano y la razón definitiva que nuestro amor propio alega para no dejar a aquél negarse a sí mismo? Ser más, ¡el primero entre todos! Tener más, ¡más que nadie! Estar más allá, ¡en donde siempre disfrute y nunca sufra! He aquí escuetamente lo que bajo una forma u otra, con mitigaciones y moderaciones más o menos hipócritas o con radicalismos desvergonzados, atrae, mueve, agita, empuja, avasalla el corazón humano y pone en actividad constante y vertiginosa todas sus energías, resortes y reservas. (PAUSA) Dios Niño pobre negándose hasta el gusto de descansar y calentarse en los brazos de su Madre, ¡qué escalera de negaciones ha trazado y construido para bajar hasta el gusano! ¿Te acabarás de enterar, alma, de que si Él baja para buscarte por peldaños de negaciones propias, tú no debes ni puedes encontrarlo sino pisando esos mismos peldaños de negaciones tuyas? ¿Te olvidarás de que para encontrar a un Dios, que para buscarte a ti empieza por negarse lo que legítima y exclusivamente le pertenece, es necesario, es urgente, que tú renuncies a lo que después de todo no puedes llamar tuyo sin usurparlo? Sí, decídete a corresponder a aquellos pasos divinos que bajan hacia ti con pasos de conculcación de tu soberbia de ser más, de tu ambición de tener más y de tu sensualidad de gozar siempre. Ahí, y sólo ahí, empieza el camino de tu elevación, de tu riqueza y de tu verdadero bienestar.

FLORECILLA DE MI COMUNIÓN.- Madre abnegada de mi abnegado Jesús, enseña a mi alma a poner al principio de cada obra suya esta etiqueta: JESÚS, SÍ; YO, NO.SILENCIO MEDITATIVO

39OO.CC.I 1249-1250 y 1253

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Canto: Eucaristía, mi alegría.

PRECES

(Voz 3) Puestos todos de pie, realizamos las preces de adoración respondiendo a cada invocación

Te adoramos Señor

• Jesús, aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar donde esperas día y noche para ser nuestro alivio, mientras esperamos estar en tu gloriosa presencia en el cielo, te decimos...

• Jesús, nuestro Dios, en todos los lugares donde el Santísimo Sacramento está reservado, especialmente donde eres poco alabado y donde se cometen pecados contra este Sacramento de Amor, nosotros...

• Jesús, nuestro Dios,quien por nosotros padeciste hambre, frío, trabajo y fatiga…• Jesús, nuestro Dios, quien por nuestro bien te sometiste a la humillación de la tentación, a la

traición y al rechazo de los amigos y de tus enemigos al escarnio...• Jesús, nuestro Dios, quien por amor a nosotros instituiste el Santísimo Sacramento y quien

te ofreces a ti mismo diariamente por los pecados del hombre...• Jesús, nuestro Dios, quien en la Santa Comunión te conviertes en comida para nuestras

almas ...• Jesús, nuestro Dios, pan vivo bajado del cielo …• Jesús, nuestro Dios, vida y corazón de la Iglesia...• Jesús, nuestro Dios, radiante misterio de fe …• Jesús, nuestro Dios, misterio de misericordia para la humanidad...• Jesús, nuestro Dios, fuente de caridad...• Jesús, nuestro Dios, buen pastor y pan divino... • Jesús, nuestro Dios, fuente de la santidad...• Jesús, nuestro Dios, entregado por nosotros...• Jesús, nuestro Dios, ayuda de todos los que acuden a ti...• Jesús, nuestro Dios, muestra de la gloria del cielo...

REFLEXIÓN ORANTE:

(Voz 3) Reflexionemos siguiendo las palabras del beato González, sobre la Visita de María a su prima Isabel. 40

(Voz 1) Me conviene meditar, Madre querida, tu visita a tu prima Isabel y en esa meditación he de aprender el modo de sacar fruto a mis Comuniones, y, sobre todo, ¡cómo me enseñarás a agradecer mi Comunión! Creo que con sólo imitarte en ese misterio, el ángel mío llegaría a poder decir de mí: ¡Qué bien comulga! ¡Qué! ¿No fue la encarnación del Verbo en tus purísimas entrañas una Comunión, la más perfecta de todas? ¡La primera vez que se pudo decir con todo rigor de verdad: Dios en persona ha entrado dentro de una pura criatura! ¡Tú fuiste la primera criatura que pudo decir: ¡Mi Jesús Dios y Hombre verdadero está dentro de mí! y ¡de qué modo! ¡Tan glorioso para ti y tan fecundo para nosotros! (…) (PAUSA) Si la Encarnación fue una Comunión, la Visitación fue su acción de gracias. El Evangelio no dice cuánto tiempo medió entre la visita del arcángel Gabriel y la visita a tu prima; pero deja entender que fueron acciones muy inmediatas. Terminada de contar aquella escena, la más sublime de todas las de la historia, y resonando aún en los oídos el venturoso fiat que da entrada al Verbo en su primer Tabernáculo de la tierra, el evangelista sigue narrando con esta significativa palabra: Y levantándose María... Pero, después de

40OO.CC.I 1302-1306

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elevada a Madre de Dios, ¿podías elevarte más? ¡Oh virtud infinitamente elevadora del amor al prójimo por Dios! ¡Partió... No dice si sola o acompañada, si a pie o montada en un burrito, si de día o de noche, con calor o frío!, ¡nada de eso detiene ni importa al amor; lo que le importa es ir... a donde el amor mande!

¡E ir pronto! No creo que pueda encontrarse un comentario vivo más completo y perfecto del "la caridad de Cristo nos urge" de san Pablo que ese ir con prisa de María a los montes en que habita su prima. ¡Qué al vivo y qué fielmente imita por anticipado la Madre las ansias del Hijo de hacer bien a los hombres! ¡Con prisa! ¡María acabada de ser constituida Madre augusta de Dios, corriendo por calles y montes, para pasar tres meses al servicio de una simple mujer!... Alma, alma, ¿qué te dice esto? Cuando en ti entra el Jesús de tu Comunión y de María, ¿a dónde vas, o mejor, a dónde lo llevas? ¿Al deber de tu estado, fiel y gustosamente cumplido? ¿A la busca del pobre, del ignorante, del niño, del triste, del abandonado? ¿Vas con prisa?

¡Ah! ¡Si imitaras, alma, a tu Madre después de comulgar! ¡Lo que harías a tu paso por el mundo! ¡Los que se alegrarían de tus Comuniones! Jesús llevado por María a la casa de Isabel, transporta de gozo a la Madre, santifica y hace dar saltos de júbilo al hijo que no ha nacido y perfuma de paz, de dicha, de alabanza y gloria de Dios a cuantos allí viven y por allí pasan...

Alma, te pregunto otra vez: ¿a dónde llevas al Jesús de tus Comuniones? ¿Qué haces con Él? ¿Es tal vez a una vida de tibieza y despego para con Él y de mal humor o desabrido carácter habitual o frecuente para con tus prójimos?... Respóndeme, o mejor, respóndete a esta sola pregunta: ¿Se alegra alguien con tus Comuniones?... ¡felices y santas las Comuniones que tienen por acción de gracias la alegría y la paz de los que nos rodean!

FLORECILLA DE MI COMUNIÓN.- Madre querida, que mi alma sea Sagrario en el que se quede el Jesús de mi Comunión y que el bienestar que a mi alrededor siembre mi abnegación silenciosa y constante sea la lámpara que lo acompañe y lo dé a sentir...

Canto: Ahí tienes a tu Madre

ORACIÓN FINAL: (TODOS)¡Madre Inmaculada!Enseña a mi alma y a mi boca a decir con generosidad, firmeza y paz en todo y siempre: “Hágase en mí, según tu palabra”.Madre Inmaculada, Tú que conservaste en tu corazón las palabras que oías a tu Jesús y que veneraste en profunda adoración los silencios de sus horas de sueño y de trabajo callado, enséñanos a amar, a adorar y a paladear el silencio de la Hostia.Madre Inmaculada, Tú que recibiste más abundantemente que ninguna pura criatura los frutos de la salvación y del magisterio de Jesús, siendo su primera redimida con redención preservativa de todo pecado, y su primera y mejor discípula, enséñanos a aprovecharnos de la salvación y del magisterio con que, en silencio, nos brinda desde la Hostia.

Beato Manuel González

Padre Nuestro