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NUEVO ARZOBISPODE CAMAGÜEY

Texto y foto: Orlando Márquez

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El pasado lunes 10 de junio, el Papa Juan Pablo II nombró a Monseñor JuanGarcía Rodríguez como nuevo Arzobispo de Camagüey, al tiempo que se ha-cía efectiva la renuncia de Monseñor Adolfo Rodríguez, por haber alcanzado ellímite de edad, según establece el Canon 401, del Código de Derecho Canóni-co.

Monseñor Juan García, nació en Camagüey el 11 de julio de 1948. Cursóestudios elementales en Colegios religiosos. Fue ordenado sacerdote enCamagüey, el 25 de enero de 1972, después de haber estudiado en los Semina-rios “San Basilio Magno” y “San Carlos y San Ambrosio”, de Santiago de Cubay La Habana, respectivamente. El 15 de marzo de 1997, el Papa Juan Pablo IIle nombra Obispo Auxiliar, siendo consagrado el 7 de junio de ese año. Monse-ñor Juan García es Presidente de la Comisión de Misiones de la Conferencia deObispos Católicos de Cuba.

Monseñor Adolfo Rodríguez, quien tuvo bajo su tutela la Iglesia de Camagüeydesde 1964, supo ganarse el cariño, el respeto y las oraciones de toda laIglesia cubana como Pastor sabio, entregado y generoso, siempre dispuestoa servir a Camagüey y a toda Cuba en las buenas y en las menos buenas.

Para Monseñor Adolfo el agradecimiento cordial; para Monseñor Juan losmejores deseos en su misión al frente de la Arquidiócesis camagüeyana.

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Manuel Fernández Santalices

IV ENCUENTRO NACIONAL DE HISTORIAEn Camagüey, con la presencia de su Eminencia el Cardenal Jaime Ortega,

del Arzobispo Monseñor Adolfo Rodríguez y de su recién nombradosucesor Monseñor Juan García, se celebró del 6 al 9 de junio, bajo los auspi-cios de la Comisión para la Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos deCuba, el IV Encuentro Nacional de Historia, con el tema Obra social de laIglesia en Cuba.

Tres Conferencias: “Filosofía católica y sociedad en Cuba” del Padre AntonioRodríguez, “Iglesia Católica y sociedad. Siglo XX” de Monseñor Carlos Manuelde Céspedes García-Menocal, y “La Fe cristiana y su Proyección social” del exVicepresidente de Panamá Doctor Ricardo Arias Calderón; siete intervencionesespeciales, entre las que se destaca “Universidad del Aire. Laicos, diálogo ycompromiso social” de Roberto Méndez, un panel sobre “Congregaciones reli-giosas y su obra social en Cuba” y tres presentaciones de libros, además de quinceponencias de autores de las diócesis de Pinar del Río, La Habana, Matanzas,tituyeron el programa del Evento que contó con la presencia de personalidades

Santa Clara, Camagüey, Holguín, Bayamo-Manzanillo y Santiago de Cuba, constituyeron el programa del Evento quecontó con la presencia de personalidades como Sor Hilda Alonso h.c., residente en Miami, el Padre Manuel Maza s.j.,con residencia en República Dominicana y Manuel Fernández Santalices, periodista e investigador cubano residenteen Madrid, a quien se le ofreció un homenaje.

Durante la homilía de la Misa de clausura, celebrada el domingo 9 en la Iglesia “La Merced”, el Cardenal JaimeOrtega, Presidente de la COCC y su Comisión de Cultura, expresó que a los cristianos católicos les corresponde“seguir los pasos de la misericordia en el sentir y el actuar de nuestros próceres y pensadores”, entre los que recordóal Presbítero José Agustín Caballero y José Martí, “cuyo pensamiento -dijo- desconoce el odio”. Sin ignorar loshechos de violencia que recoge la historia, manifestó que es necesario explorar lo que consideró “esa historiaaparentemente menor, grande en su significado, que pueda alentar en nosotros un esfuerzo de reconciliación tanreclamado en la hora presente”.

En ediciones posteriores, Palabra Nueva ofrecerá a los lectores algunas de las conferencias presentadas en esta IVedición de “Iglesia Católica y Nacionalidad Cubana”, caracterizada por el rigor y seriedad de las ponencias y confe-rencias, los debates e intervenciones.

UCLAP-CUBA/O.M.

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EL NUEVO SEMINARIO

Al este de La Habana, en el kilómetro 13 y medio de la Vía Monumental, hasido colocado el cartel con la inscripción “Obra en Construcción. SeminarioSan Carlos y San Ambrosio”. Allí quedará ubicada la nueva instalación donde

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LITURGIA Y

EVANGELIZACIÓN

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Del 3 al 7 de junio tuvo lugar, en la Arquidiócesis de La Habana, un curso de Liturgiay Espiritualidad Litúrgica, que estuvo animado por el Padre Juan Sosa y el laico RogelioZelada, ambos nacidos en Cuba. El Padre Juan Sosa es Director Ejecutivo del Ministeriode Liturgia y Vida Espiritual y párroco de la iglesia Santa Catalina de Siena, de la Arquidiócesisde Miami. Desde 1982 hasta 1988, el Padre Sosa tuvo a su cargo la Presidencia delInstituto de Liturgia Hispana del cual es miembro fundador. Rogelio Zelada, es DirectorAsociado de la Oficina de Liturgia de esa misma Arquidiócesis y conferencista nacionale internacional en temas de liturgia y teología bíblica.

El Curso tuvo dos sedes. El Lunes 3 se realizó en la parroquia de San Juan deLetrán, en el Vedado. Participaron sacerdotes, diáconos, religiosas y seminaristasinvitados. Las jornadas restantes se efectuaron en la Casa Laical “Julio MoralesGómez”, en La Habana Vieja. Entre otros temas se abordaron los siguientes: -)Relación entre Liturgia de la Iglesia y la religiosidad popular. -) Introducción Gene-ral a la Liturgia. -) El año litúrgico. -) Tensión entre tradición y creatividad. -)Espiritualidad litúrgica. -) El lugar de la Palabra en la Liturgia de la Iglesia, elementosy signos. -) Técnicas de lectura y otros elementos. -) El ministerio de la música ysu importancia en las celebraciones. -) Sentido y función de los ministros extraor-dinarios de la Comunión.

Diácono Ángel Álvarez

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POSIBLES COMPLICACIONESPOR UNA PÍLDORA ABORTIVA

Laboratorios Danco, que produce la píldora abortiva RU-486 en Estados Unidos, hainformado a los médicos mediante una carta que seis mujeres han sufrido enfermedadesgraves y dos de ellas han muerto tras tomar la píldora. Tres mujeres que tomaron la píldorasufrieron hemorragias causadas por la ruptura de embarazos ectópicos. Una de ellas mu-rió. Los embarazos ectópicos son alrededor del 2 por ciento, y generalmente se localizanen las trompas de Falopio. En estos casos, la RU-486 no induce el aborto, de modo que elembarazo sigue adelante hasta que se manifiestan síntomas o hay ruptura y hemorragia.Otras dos mujeres desarrollaron graves infecciones bacterianas después de tomar la píldo-ra, y una de ellas murió. La sexta mujer, de 21 años, tuvo un ataque al corazón tres díasdespués de tomar la píldora, del que se recuperó.

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MONSEÑOR GAZTELU EN EL ESPÍRITU SANTOEl miércoles 5 de junio, propiciada por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, Monseñor Ángel

Gaztelu iniciaba una corta visita a La Habana. El jueves 6 volvía a visitar los predios de su antigua parroquia de El EspírituSanto, donde presidió la Eucaristía en la mañana del domingo 9 en compañía del párroco actual, Padre José MiguelGonzález, y con aquellos que fueron testigos cercanos de su bregar por nuestras tierras: Ramoncito Junco Sterlin, CintioVitier, Fina García Marruz, Roberto Fernández Retamar, Adelaida de Juan, y Dinorah, la “amistosa compañía” de antaño.

Gracias a la comunidad del Espíritu Santo, a Félix, a Josefina Toledo, al Padre José Miguel, que hicieron posible unir alesplendor del día del Señor las voces del coro parroquial dirigido por Solángel y del Coro Vocal Leo, dirigido por Corina Campos,magnífico en la loanza de su Aleluya.

Ivette Fuentes de la Paz

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UN REGRESO A ORÍGENESDurante su visita a La Habana, Monseñor Gaztelu aprovechó para ir al encuentro de su parroquia de Bauta,

punto de coincidencia en la década del 50 de los artistas y poetas que integraron el legendario Grupo Orígenes,patrimonio cultural que preserva y desarrolla allí el Proyecto “Tras la Huella de Orígenes”, animado por lasjóvenes bibliotecarias Silvia Amaro y María Virginia Pérez, quienes acogieron al sacerdote emocionado, junto agran número de feligreses que no lo han olvidado y a jóvenes deseosos de conocer personalmente al sacerdote deproverbial generosidad y al poeta de sensibilidad señera.

“Fue algo magnífico. Me emocioné mucho –dijo Monseñor Gaztelu a Palabra Nueva–. Llevaba noches desvelado pensandoen el momento de volver a ver mi Parroquia. Agradezco mucho la restauración de los cuadros de mi amigo Mariano Rodríguez”(El descendimiento de la Cruz y La Resurrección de Cristo), financiados en su momento por la señora María Luisa Gómez Menapara enriquecer las modestas iglesias del campo.

Rogelio Fabio Hurtado

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O PINIÓN por Orlando MÁRQUEZ

LA SALIDA AL AIRE DE UN CANAL DE TELEVISIÓNeducativo debe reforzar esos costosos planes de expan-dir la cultura nacional. La escasez de maestros puedeser un motivo para aprovechar los modernos medios decomunicación como propagadores de cultura, pero noel único motivo. Hay maestros emergentes en la ciudad,pero hay maestros de academia en las lomas.

A estas alturas de la vida humana, cuando la posibilidadescreadoras del hombre en la ciencia, la técnica, las artes o elpensamiento humanista, han alcanzado niveles superiores,cuando lo inventado ayer es caduco hoy, resulta imposiblepoder conocerlo todo y comprenderlo todo. Ese mismo de-sarrollo, manifestado a través de la expansión comercial y delos medios de comunicación, ha generado lo que se conocehoy como cultura de masas. Es lo que permite a un jovenmasai, cuando recorre los caminos de alguna aldea en el surde Kenia y observa un cartel publicitario de Pepsicola, quedar“conectado” con un joven universitario de Brooklyn, y si bebeel refresco su “conexión” será más fuerte, aunque ambos nochateen entre sí.

El mencionado Canal Educativo, cuando oferta algún do-cumental histórico, nos permite contactar con otras realida-des, conocer otras experiencias y “compartirlas” desde el in-telecto y nuestro conocimiento crece y se expande. Tambiénocurre cuando un profesor explica matemáticas, inglés, his-toria, o geografía. Eso es masificar la enseñanza, poner alalcance de una masa humana, de pueblos enteros, conoci-mientos básicos para el mundo de hoy.

Algo distinto es la masificación de la cultura. La culturano es ciencia pura, no es matemática o física. Esos cono-cimientos básicos complementan el nivel cultural, pero noson la cultura. La cultura no se “enseña”, pero sí se hereday se transmite, se cultiva, se propaga, se posibilita, se ofre-ce, se estimula, se alimenta, es positiva y puede, no debe,ser negativa, es expansiva y no limitada, se multiplica y sefunde en otras culturas, se crea y recrea, se esconde yreaparece, se niega y se supera a sí misma: la cultura ex-presa la naturaleza humana, el espíritu de la persona hu-mana. Y la cultura, como la persona humana, está llamadaa la perfección y el crecimiento.

Ser culto es el único modo de ser libre, según la expresiónde José Martí recogida en el artículo “Maestros ambulantes”,aparecido en la revista La América, de Nueva York, en mayo

de 1884. Para llegar a semejante conclusión es preciso ser unhombre de cultura, como lo fue Martí, pero no por su cono-cimiento de varias lenguas, por haber sido periodista y saberleer su tiempo, por haber viajado mucho o enseñado más,por haber sido poeta o hábil organizador político.

Martí fue un hombre culto, y libre, porque sobre todo bus-có la verdad del hombre, que sólo se haya en el amor alhombre como ser nacido para la libertad y el progreso. Porello, en el mismo artículo, aparecen sentencias como éstas:“Los hombres han de vivir en el goce pacífico, natural einevitable de la Libertad, como viven en el goce del aire y laluz (...) Está condenado a morir un pueblo en que no sedesenvuelven por igual la afición a la riqueza -Martí sí creíaen la necesidad de la independencia económica del individuocomo condición para la felicidad general del pueblo- y elconocimiento de la dulcedumbre, necesidad y placeres de lavida (...) Sólo los necios hablan de desdichas, o los egoístas.La felicidad existe sobre la tierra; y se la conquista con elejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armo-nía del universo, y la práctica constante de la generosidad(...) Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto esel único modo de ser libre. Pero en lo común de la naturalezahumana, se necesita ser próspero -económicamente- para serbueno (...) Y el único camino abierto a la prosperidad cons-tante y fácil es el de conocer, cultivar y aprovechar los ele-mentos inagotables e infatigables de la naturaleza. La natu-raleza no tiene celos, como los hombres. No tiene odios, nimiedo como los obreros. No cierra el paso a nadie, porque noteme de nadie (...) He ahí, pues, lo que han de llevar losmaestros por los campos. No sólo explicaciones agrícolas einstrumentos mecánicos; sino la ternura, que hace tanta fal-ta y tanto bien a los hombres”.

El Canal Educativo puede incrementar nuestros conoci-mientos, nuestro nivel de instrucción y comprensión de lavida moderna, pero no nos hará más cultos si confundi-mos la instrucción con la cultura. El sentido de la instruc-ción es posibilitar ciertos conocimientos que ayudan aldominio del entorno, pero el sentido de la cultura va a lotrascendente, cuestiona una y otra vez, desde las arteshasta la filosofía, pasando por la ciencia y la religión, espor ello que la cultura libera, porque busca la verdad en lalibertad. Este es el verdadero sentido de la cultura, elsustrato profundo que le da consistencia. Allí estaba el

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sustento de la cultura de José Martí: en buscar la verdad delhombre, con discernimiento pero sin temores.

La constitución pastoral Gaudium et spes, del Concilio Va-ticano II, afirma que “la cultura debe atender a la perfecciónintegral de la persona humana, al bien de la comunidad y alde toda la sociedad. Por lo cual conviene cultivar el espíritude tal manera que se vigorice la facultad de admirar, de leerinteriormente, de meditar y formarse un juicio personal...Porque la cultura, al tener su origen inmediato en la natura-leza racional y social del hombre, necesita incesantementeuna justa libertad para desarrollarse y su personal autono-mía, según sus propios principios” (n. 59). La libertad res-ponsable expresa la capacidad, el deseo y la posibilidad deelegir entre dos o más posibilidades, es también, al decir deMartí, el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y apensar y a hablar sin hipocresía. Como la cultura necesita dela libertad, entonces ser libre para elegir, buscar y actuar estambién un modo de ser culto.

El Canal Educativo podría ofrecer otros aportes a la cul-tura del cubano de hoy. Un por ciento dedicado a la ternuramencionada por Martí no estaría mal. Los angustiosos es-fuerzos de educadores o responsables del orden, para man-tener disciplina en las mismas escuelas, demuestran que lainstrucción no basta, ni bastará aunque se habiliten diez ca-nales educativos para “masificar la cultura”. Nuestra cultu-ra de hoy ha sido dañada por la violencia, por ejemplo, do-méstica y social, de palabra y de hechos, y no lo debatimos,ni ofrecemos soluciones que sanen desde las causas. Debe-mos evidenciar con hechos la solidaridad del corazón y lacreencia en el hombre, porque solidarizarse con el hombrey creer en él, es una manera de amarle. Pero en ocasiones,en nuestra “cultura”, hablar de amor al hombre o mujercubanos que respiran nuestro aire y viven con nosotros -noel esposo o la esposa-, para algunos es reflejo de debilidadgenital, o de debilidad ideológica.

El debate franco, honesto y respetuoso es también ex-presión de cultura, por ello me satisfizo gratamente el de-bate suscitado en la Universidad de La Habana entre elseñor James Carter y varios cubanos, en el que cada unodijo lo suyo de forma respetuosa y más o menos sólida, lapoblación lo pudo ver y oír en sus casas y al otro díavolvió a salir el sol. Y volvió a salir el sol cuando fue publi-cado en la prensa. Claro que existen otras corrientes depensamiento social, político o económico que allí no esta-ban representadas. Una oportunidad de encuentro en estesentido sería un aporte muy importante a nuestra cultura,porque es reflejo de nuestra realidad y el debate serio yrespetuoso es manifestación de civilización, y de cultura.

El Padre Félix Varela, de quien se habló bastante aquel día ycuyo nombre lleva la más alta condecoración por la culturaen Cuba, era un hombre que valoraba el debate, no sólo reli-gioso, y consideraba fundamental el encuentro de las dife-rencias. El Padre Varela afirmaba que “la sociedad, aún

prescindiendo de las divisiones jerárquicas, tiene otras muchasproducidas por la distinta profesión y contacto de los interesesde los hombres, y el gran tino político consiste en saberlasdirigir con prudencia, y sacar de ellas todo el partido posiblea favor de todo el cuerpo social” (“Estado Eclesiástico en laIsla de Cuba”, El Habanero, n. 2). Ese reconocimiento de lasdiferencias humanas y esa búsqueda de la verdad del PadreVarela en el amor a otros hombres, le hizo grande entre nues-tros grandes: esa es la única manera de ser grande.

Y hablando del Padre Varela podemos hablar también dereligión. Nuestra cultura matriz es cristiana, pero la religiosi-dad, sobre todo la cristiana manifestada en Cuba, sigue sien-do marginada. Por ejemplo, en la breve sección de efeméri-des que transmite la Televisión cada noche, nos han habladohasta del Cardenal Richelieu, pero no del Doctor ManuelArteaga, nuestro primer Cardenal. En los noticieros nos haninformado, con imágenes incluso, de las celebraciones que elPapa presidió o dejó de presidir en Roma durante la SemanaSanta, pero una procesión religiosa de auténtica devociónpopular en las calles de La Habana o Camagüey, que puedeser vista en Madrid o Miami, no encuentra un espacio de 30segundos en nuestras estaciones de televisión. No podemosser más cultos si no reconocemos nuestra propia cultura.

El notable esfuerzo por la cultura nacional podría frustrar-se si se limita a la instrucción o a definir las manifestacionesculturales que debemos tener, o ignora que la cultura auténti-ca, dirigida al orden moral y al bien común, es autónoma, nose masifica ni se planifica “desde arriba”, se renueva cons-tantemente e incluye no sólo las artes y las ciencias, sinotambién la educación moral y humanística, la experiencia re-ligiosa y todo cuanto conforma el desarrollo de las virtudesindividuales y sociales de una nación.

De los errores históricos ha aprendido la misma Iglesia,por eso afirma la Gaudium et spes que “a la autoridadpública le corresponde pues, no el determinar la índolepropia de las formas culturales, sino asegurar las condi-ciones y las ayudas para promover la vida cultural entretodos, sin excluir las minorías de una nación. Por ello seha de evitar, sobre todo, que la cultura, desviada de supropio fin, sea obligada a servir a las hegemonías políti-cas o económicas” (N° 59).

A la vez que disfruto y agradezco las buenas ofertas delcanal educativo, estimo necesario replantearnos una y otra vezel sentido de la cultura, que es el sentido de la persona humana.De este modo alcanza su dimensión la expresión martiana serculto es el único modo de ser libre. ¿Libre para qué? Pues parabuscar la Verdad eterna y trascendente, auténtica liberaciónque Martí tocó con su espíritu amando al ser humano. Culturay Libertad son medios, y cobran pleno sentido cuando porellos se intenta alcanzar la Verdad: sólo la Verdad es el fin.

Cultos y libres para buscar la Verdad. Después de todo,sabemos también, por Jesucristo, que sólo la Verdadnos hará libres.

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AUTORLa tradición cristiana atribuye a San Lucas el tercer

Evangelio. Y no hay razones sólidas para dudar de ello.Lucas era natural de Antioquia de Siria. Es un cristiano

salido del mundo pagano.Acompaña a San Pablo en sus viajes misioneros. Aun-

que (Col 4, 14) lo llamó “médico querido” no es razónconcluyente para afirmar que fuera médico en sentidoestricto.

Escribe no solo para las comunidades cristianas, sino tam-bién para un posible público helenístico culto. Por eso expli-ca las costumbres judías (22, 1, 7 ázimos relacionado con elcordero pascual). Sistemáticamente omite las palabras durascontra los paganos que vemos en los demás evangelios yexpresa con gozo el valor de la fe de los paganos.

Ha sido llamado el primer historiador cristiano. Señalalos sincronismos de los sucesos mesiánicos con la histo-ria judía y profana. Las indicaciones de tiempo son másfrecuentes en Lucas que en los otros dos Evangeliossinópticos (Mt, Mc). Pero con ellos tampoco pretendeescribir una biografía de estilo moderno. Se interesa máspor el significado de los hechos que por la exactitudcronológica o geográfica de los sucesos.

R ELIGIÓN

San Lucas refleja en su Evangelio su bondad. Trata desuavizar o silenciar todo lo que de violento o demasiadoduro ha encontrado en las fuentes en que se inspira. Quiereque la bondad, la belleza y la alegría expresen la presenciasalvadora de Jesús entre los hombres.

Lucas utiliza materiales empleados por Marcos y Mateo.Pero también tiene fuentes propias notables. Por ejemplo elEvangelio de la infancia (cap 1-2), algunas parábolas, comola tradicionalmente llamada del “hijo pródigo” (15, 11-31),el buen samaritano (10, 25-37), el mendigo Lázaro y el rico(16, 19-31) y ciertos detalles de la pasión.

TEMAS1) Lucas es el evangelista que más importancia da la

presencia y acción del Espíritu Santo desde los relatos dela infancia hasta el final. El Espíritu es lazo de unión delAntiguo Testamento, de Jesús y de la Iglesia. Actuaba enlos jueces y profetas de la Antigua Alianza y de una formadecisiva en Jesús.

Juan Bautista estará lleno del Espíritu (1.15). Éste actua-rá en María (1.35), en Isabel, la pariente (no consta quefuera prima) de María (1.41), en Zacarías, padre del Bau-tista (1,67), en el anciano Simeón (2, 25-27) en el mismo

L EVANGELIO DE LUCAS ESla primera parte de una extensa obraque incluye el libro de los Hechosde los Apóstoles. Al principio estu-E

vieron unidos pero, después que se escribióel Evangelio según San Juan, éste se unió alos tres Evangelios anteriores y los Hechosquedaron desplazados después de aquel.

por Fray Frank DUMOIS, O.F.M.*

El bautismo de Jesús, de la serie Vida de Cristo, pintada porGiotto sobre los muros de la capilla Scrovegni, de Padua.

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Jesús (4, 14-18, 10, 21). En la oración al Padre celestialdará el Espíritu Santo a los que se lo pidan (11, 13). ElEspíritu es la Promesa del Padre (24, 49).

2) A partir de una visión del Espíritu como fuerzaliberadora de Dios. Lucas ha escrito un “Evangelio de lospobres marginados pecadores”. Dios perdona a los exclui-dos de la Antigua Alianza y ofrece su amor liberador atodos los necesitados.

Dante llamó a San Lucas “escriba de la mansedumbrede Cristo”. Se le ha llamado “el evangelista de la miseri-cordia”, por ser el que más recalca la misericordia deldivino Maestro hacia los pecados: parábolas de la ovejay de la dracma perdidas y del hijo pródigo (cap. 15); laescena de la pecadora en casa de Simón, el fariseo (7,36-50), que erróneamente, se ha identificado con la Mag-dalena (que no consta que haya sido pecadora); la con-versión de Zaqueo, el publicano rico y explotador (19,1-10); la petición de perdón para sus verdugos y losque procuraron su muerte (23, 34) y la conversión delbuen ladrón (23, 39-43).

Los orgullosos y los ricos son tratados severamente porLucas, mientras los pobres y los humildes son exaltados:en el Magnificat Dios derriba a los poderosos y soberbiosy exalta a los humildes; en las bienaventuranzas y lucanas(6, 20-26) son dichosos los pobres, los hambrientos, losque lloran, los perseguidos, en la parábola del rico queagrandó sus graneros para darse buena vida se critica suavaricia (12, 13-21); critica a los que buscan los primerospuestos en los banquetes (14, 7-11); establece que no sepuede servir a Dios y al dinero (16, 13) y censura al ricoque se banqueteaba sin tener en cuenta al mendigo Lázaro(16, 19-31) y justifica al publicano que se reconoce peca-dor y no al fariseo engreído por sus obras buenas ydespreciador del publicano (18,9-14).

3) La riqueza del perdón de Dios convierte al hombre enfuente de amor para los otros. En esta convicción se fun-da la exigencia del mensaje económico y social de Lucas.Para ser discípulo de Cristo hay que entregar la propiavida como don para los otros. Por eso, en un mundo en elque existen pobres que carecen de alimentos, la riqueza seconvierte –para Lucas– casi en pecado.

4) Esta exigencia se desvela a lo largo de un camino deseguimiento. Se trata del camino que Jesús ha recorridodesde Galilea a Jerusalén donde muere. Ese camino debenseguirlo los creyentes.

5) La necesidad de la oración y el ejemplo de Jesús y desus discípulos ocupan un lugar notable en La Oración dealabanza al Padre por haber revelado los misterios del Rei-no a los pequeños; oración angustiosa y sangrienta de Je-sús en Getsemaní (huerto de los Olivos); oración en losmomentos decisivos de la misión: en el bautismo, predica-ción, elección de los discípulos, transfiguración, etc.

6) La alegría está más presente en Lucas que en losdemás Evangelios. Todo él está bañado en el gozo mesiánico

de la salvación. Es anunciado a Zacarías (1, 14) a la Vir-gen María (1,28), a los pobres (2,10) y a los hombres quesufren (6,23).

Juan Bautista salta de gozo en el seno de su madre (1,41,44). Se alegra María la humilde esclava del Señor (1, 47).Se alegran los discípulos de Jesús ante el crecimiento delreino (10, 17), la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén(19,37) y la manifestación del misterio pascual (24,52-53). Y se alegra la gente ante la maravilla que ven hacer alSeñor (13,17).

Se llena de gozo Jesús por la conducta de su Padre(10,21) y se alegran los justos en el cielo (15,7) y lospecadores en la tierra por el perdón y la acogida que Diosles dispensa (19,6).

El gozo que recorre todas las páginas del tercer Evange-lio es el gozo infinito de la salvación dada por Dios a losque ha querido que se llamen hijos y lo sean de verdad.

7) El universalismo. Todos los hombres están llamadosa la salvación. También los gentiles.

Por eso la genealogía de Jesús no llega solo hastaAbraham, como en Mateo, sino hasta Adán (3,38). La pro-fecía de Isaías es subrayada en la predicación del Bautista.“Toda carne verá la salvación de Dios” (3,6). En el cánti-co del anciano Simeón se dice del Mesías que es “Luzpara la revelación de los gentiles” (2,32).

El Evangelio debe ser “proclamado a todas las nacio-nes” (24,47). Además, se presentan como modelos alos no judíos: el buen samaritano (10,25-37) y el lepro-so samaritano curado (17,11-19) así como se alaba lafe del centurión (7,9).

8) La importancia dada a la mujer. San Lucas muestraun gran respeto y delicado amor por la figura de María,esposa, madre, miembro eminente de la Iglesia. Y señalacon más detalles que los demás evangelistas la presencia delas mujeres: Isabel, la madre de Juan Bautista; la profetisa

LA RIQUEZA DEL PERDÓN DE DIOSCONVIERTE AL HOMBRE

EN FUENTE DE AMOR PARA LOS OTROS.EN ESTA CONVICCIÓN

SE FUNDA LA EXIGENCIA DEL MENSAJEECONÓMICO Y SOCIAL DE LUCAS.

PARA SER DISCÍPULO DE CRISTOHAY QUE ENTREGAR LA PROPIA VIDA

COMO DON PARA LOS OTROS.POR ESO,

EN UN MUNDO EN EL QUE EXISTEN POBRESQUE CARECEN DE ALIMENTOS,

LA RIQUEZA SE CONVIERTE–PARA LUCAS– CASI EN PECADO.

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Ana, Marta y María (10,38-42), la mujer que bendice a lamadre de Jesús (11, 27-28), la viuda de Naín (7,11-87), lapecadora arrepentida (7,36-50), la mujer encorvada (13,11-17), las mujeres que la compadecen (23,27-31), las piado-sas mujeres (8,1-3) que le siguen hasta la cruz (23,49-55;24,105). También las mujeres presentadas por Jesús enlas parábolas: la que encuentra en la moneda perdida (15,8-10) y la que pide justicia al juez malvado (18,1-8).

9) La importancia que tiene el tema del templo y el de laciudad de Jerusalén. En el templo se abre el Evangelio conla ofrenda del incienso de Zacarías (1,5-25). Y termina enel templo con los discípulos bendiciendo a Dios (24,52).

Lucas dedica casi diez capítulos (9, 51-18, 14) al viajede Jesús a Jerusalén, ciudad santa y centro de salvación.Los suyos le acompañan con cierto miedo. Entra en lasciudades que encuentra en el camino. Se fija menos en loshechos que en la catequesis de Jesús sobre la misión delSiervo de Yahvé.

Jesús va decidido. Sube para salvarnos. Obedece al Pa-dre. En realidad esta subida es un camino hacia Él, quetermina en la Ascensión.

La gente le acompaña. Él nos invita a hacerlo, pues setrata también del camino del hombre hacia Dios hasta lasalvación plena.

10) Ambiente de alabanza, gratitud de glorificación deDios: Lucas enfervoriza el corazón con la oración de ala-banza y acción de gracias que encontramos en su Evange-lio. Así Zacarías bendice a Dios en la circuncisión de suhijo; los ángeles glorifican a Dios en Belén (2,14); los pas-tores glorifican y alaban a Dios (2,20); el anciano Simeónbendice a Dios al recibir al Niño Jesús en sus brazos (2,28);la profetisa Ana alaba a Dios al conocer al Mesías (2,38);el paralítico cuando glorifica a Dios y también los que venel milagro (5,25-26); los que ven la resurrección del hijode la viuda de Naim glorifican a Dios (7,16) como la mujerencorvada enderezada por Jesús (13,13) y el leproso cu-rado (17,15); el ciego de Jericó y el pueblo que lo viocurar alaban a Dios (18,43); en la entrada mesiánica deJesús en Jerusalén los discípulos llenos de alegría, alabana Dios a grandes voces por todos los milagros que habíanvisto (19,37-38); el centurión, en la muerte de Jesús, glo-rifica a Dios reconociendo que Jesús era justo (23,47),finalmente los discípulos después de la Ascensión bendi-cen a Dios (24,53).

11) El Evangelio de la liturgia. Los ciclos de adviento yNavidad se basan fundamentalmente en los dos primeroscapítulos de su Evangelio. Lucas es el único autor del NuevoTestamento que ha traducido la Pascua de Jesús en el tiempode los cuarenta días de las apariciones, incluyendo al finaluna ascensión concreta al cielo. La fijación de la venida delEspíritu Santo en el día de Pentecostés es propia del libro delos Hechos. Por eso cuando celebramos la Navidad y data-mos el tiempo de la Pascua, Ascensión y Pentecostés, nosestamos refiriendo siempre a Lucas.

12) El Evangelio “social”. Las obligaciones socia-les están más presentes en Lucas que en los demásEvangelios.

San Juan Bautista señala claramente a la multitud, alos recaudadores de impuestos (publicanos) y a los sol-dados cuáles son sus deberes de estado (3,10-14). Cuan-do Mateo dice: “Sean perfectos”, Lucas dice: “Seanmisericordiosos” (6,36).

Se debe invitar a la mesa tanto a los pobres como a losricos para no esperar retribución compensatoria (14,12-14). El abismo que el rico que desconocía al mendigoLázaro ha cavado, se perpetúa en el más allá (16,25-26).El fariseo, que se separa de los demás hombres por peca-dores, no es justificado (18,10-14).

CONCLUSIÓNBastaría leer el Evangelio de Lucas para borrar la ima-

gen que tienen algunos de un Dios implacable, vengador,que está espiando nuestros pecados para castigarnos. ElDios de Lucas es el Padre misericordioso que sale al en-cuentro del hombre y le perdona siempre que se arrepien-te. Es el Padre que nos descubre su Hijo divino, CristoJesús. Y éste refleja la misericordia infinita del Padre.

Y frente a los que se dejan llevar de la tristeza Lucasnos descubre la alegría y la alabanza que brotan de laFe cristiana.

NOTAS:– Comentarios a la Biblia litúrgica.– Biblia para la iniciación cristiana-2-Nuevo Testamento.– Biblia de Jerusalén.

* Sacerdote franciscano. Ejerce su ministerio en laArquidiócesis de La Habana.

BASTARÍA LEER EL EVANGELIO DE LUCASPARA BORRAR LA IMAGEN

QUE TIENEN ALGUNOSDE UN DIOS IMPLACABLE, VENGADOR,

QUE ESTÁ ESPIANDO NUESTROS PECADOSPARA CASTIGARNOS.

EL DIOS DE LUCASES EL PADRE MISERICORDIOSO

QUE SALE AL ENCUENTRO DEL HOMBREY LE PERDONA

SIEMPRE QUE SE ARREPIENTE.

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por Monseñor Ramón SUÁREZ POLCARI

l día 12 de febrero de 1952 el incan-sable y virtuoso sacerdote jesuitaFelipe Rey de Castro entregaba sualma al Señor con esa paz con la queE

mueren todos aquellos que han cumplido bienla misión recibida, mucho más cuando éstase recibe del Señor. Vocación y misión siem-pre van juntas y sólo se logra que estén a laaltura de lo deseado por el Altísimo cuandoel sujeto elegido se hace objeto dócil y fiel ala Gracia divina.

La Agrupación Católica Universitaria (A. C. U.) fue fun-dada por el Padre Rey de Castro en el año 1931 como unaCongregación Mariana que pudiera unir a profesionales yestudiantes universitarios en un mismo objetivo espiritual.

El Padre Felipe Rey de Castro nació en Brión, Santiagode Compostela, España, el 8 de noviembre de 1889. Ter-minados sus estudios secundarios, ingresó en la Compa-ñía de Jesús el 7 de septiembre de 1908. Realizó los estu-dios de Filosofía en Oña, España, y los de Teología enValkenburg, Holanda. Recibió la ordenación sacerdotal eldía 24 de agosto de 1923, en la Casa de los Padres Jesui-tas Alemanes de esa ciudad holandesa.

Terminada la Tercera Aprobación fue destinado a Cubacomo el primer Prefecto del nuevo Colegio de Belén yejerció esta labor en los cursos escolares de 1925 – 26y 1926 – 27.

El 2 de febrero de 1926 profesó solemnemente comoSacerdote de la Compañía de Jesús.

Al concluir el curso escolar en el Colegio de Belén, sussuperiores le trasladan a España para ejercer el mismo cargoen el Colegio de la Compañía en Gijón, Asturias, por unperíodo de cuatro años.

Al regresar a Cuba en 1931, inicia el proyecto de laAgrupación Católica Universitaria como fruto de unamadura reflexión en la que estuvieron presentes las ideasdel Padre Ángel Ayala, s.j. sobre el grupo de “selectos”preparados, intelectual y espiritualmente, para ser fer-mento en la masa.

Un fruto de colaboración económica y profesional decongregantes y benefactores fue la conclusión de las obrasde construcción del edificio propio de la Agrupación, en elmes de agosto de 1939.

ConsejoDirectivode la ACU.

El Magno Vía Crucis del Calvariofue creado y organizado por la ACU.En la foto: más de 15 mil fieles.

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Del Padre Rey de Castro podemos decir que le caracte-rizó una vida interior muy sólida y una abnegación perso-nal extraordinaria y una voluntad firmísima. Hombre deentendimiento rápido, profundo y luminoso, todo lo cualle facilitaba emitir juicios certeros.

Fue un religioso que centró bien toda su vida en Cristo yla supo proyectar, con celo incansable y fecundo, en elservicio de su prójimo.

Antes de continuar creo que sería conveniente explicarlo que significa una Congregación Mariana y decir algo desu historia en Cuba.

Es el medio de agrupar a los fieles laicos relacionadoscon la Compañía de Jesús (Padres Jesuitas) bajo el patro-cinio de la Santísima Virgen María y con el objetivo deformar doctrinal y humanamente a sus congregantes, ejer-citarlos para la realización de una acción apostólica orga-nizada y, todo esto, dentro de la espiritualidad jesuítica.

En Cuba se fundó la primera Congregación Mariana en1875, en el antiguo Colegio de Belén, ubicado en el másantiguo convento de los Padres Betlehemitas (siglo XVIII),bajo la advocación mariana de la Anunciación, Anunciata,y fue su fundador el Padre Manuel Piñán, s.j.

El primer grupo de congregantes estuvo compuesto por25 estudiantes, 8 comerciantes, 2 marinos, 2 militares, 2empleados y un médico.

El valioso claustro de profesores del Colegio de Belénreunía a los congregantes en la llamada Academia paratratar temas de alto nivel intelectual. Así se formaronmuchos de los más destacados intelectuales cubanos.Los congregantes estudiaron con tesón la encíclica“Rerum Novarum” del Papa León XIII promulgada en1891.Publicada un mes después en su totalidad por elDiario de la Marina.

El fruto de este estudio fue la creación de la “Academia

Nocturna Obrera” una forma muy concretade servicio prestado por los bachilleres ydoctores congregantes a los jóvenes de laclase obrera.

Movido por este trabajo apostólico, el Pa-dre Jorge Camero S.J., fundó la Congrega-ción Mariana Obrera de La Caridad y SanJosé que constituyó uno de los primerosesfuerzos católicos de agrupar a los obre-ros en sindicatos donde no dominaran loslíderes anarquistas españoles.

En el siglo XX, la Congregación Marianade la Anunciata tuvo su Capilla en una zonadel edificio contiguo a la hermosa Iglesia delSagrado Corazón de Jesús de Reina.

Para el Padre Rey de Castro la Agrupa-ción Católica Universitaria debía ser unaCongregación Mariana que sirviera paraque, a través de sus congregantes, se pu-diera influir cristianamente en el ambiente

universitario cuya atmósfera estaba tan cargada de ag-nosticismo, neopositivismo y anticlericalismo. Pero laAgrupación debía preocuparse de mantener en el senode la Iglesia y en la práctica sacramental a los egresadosde las distintas facultades universitarias, muchos de ellosantiguos alumnos de colegios católicos.

El Padre Rey de Castro tenía claro que la Iglesia no pue-de conformarse con salvaguardar la fe de sus fieles detodo error y procurar su crecimiento espiritual si esta ac-ción no conlleva un verdadero compromiso apostólico.

Por otra parte, para hacer efectiva esta acción, seguíala opinión del célebre jesuita español Padre Ángel Ayalaquien estaba convencido que para convertir a la masa eranecesario tener como fermento a un grupo de “selectos”que fueran capaces de orientar, producir impacto y llevarel mensaje evangélico con su activismo, ejemplo de vida ypalabra –oral y escrita– a todos los lugares sin excepción.

Esta labor apostólica dentro de toda la sociedad no ex-cluía, por supuesto, la acción política vista esta como unverdadero servicio a la Sociedad.

La A.C.U., contaba con un Consejo donde trabajanjuntos profesionales y estudiantes, aunque los estu-diantes tuvieran una Directiva especial.

El momento mejor para el ingreso era el de los primerosaños de estudio o del ejercicio de la carrera. De hecho, lamayor parte de los congregantes profesionales habían in-gresado en su época de estudiantes.

Para la selección había dos etapas de pruebas, elpostulantado y el aspirantado. En la primera, se solicitabapor parte del aspirante un conocimiento claro y amplio delos fines, actividades y orientaciones fundamentales de laAgrupación; por parte del Instructor, un conocimiento lomás amplio posible acerca de la personalidad, las aptitudesy conducta del candidato, y si los informes hacían pen-

La ACU tenía sus propias bibliotecas.

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sar en la falta de idoneidad para encajar en la Agrupa-ción, se le hacía saber su incapacidad para proseguirhacia la etapa del aspirantado.

Esta segunda etapa tenía una duración de unos nue-ve meses en los cuales, el aspirante debía realizartodos sus deberes de agrupado incluyendo el apos-tolado. Si durante este tiempo no cumplía con todaslas obligaciones o no guardaba una compostura co-rrecta en su vivir diario o se descubrían en su per-sonalidad elementos extraños o no afines al modelodeseado de congregante, no podía ser admitido comomiembro de la Agrupación. De ahí que sólo un 25 o30 % de los postulantes llegaran a recibir la medallade la Congregación.

La mayor parte de los congregantes eran bachilleresegresados de los Colegios de la Compañía en la Isla ode otros Colegios católicos e, incluso, de los Institu-tos oficiales.

Una vez al año, el día 8 de diciembre, Solemnidad dela Inmaculada Concepción de María, se celebraba la con-sagración de los nuevos congregantes.

La formación espiritual del congregante se centrabaen dos puntos básicos:

1) La obligación de la misa dominical en común,considerada como el acto semanal oficial de la Congre-gación.

2) Los ejercicios espirituales en retiro una vez al año.Además, se les aconsejaba la “guardia sabatina” (ex-

posición menor, rosario y plática del Padre Director) y elretiro mensual que es obligatorio. Y las vigilias a las cele-braciones de Cristo Rey y la Inmaculada Concepción.

La dirección espiritual era imprescindible para uncongregante, y esta podía hacerse con cualquiersacerdote aunque la mayoríalo hacía con el Director ocon el Sub–Director de laAgrupación.

Los cursillos de formación, decarácter obligatorio, se impar-tían una o dos veces en el añocon una duración de cuatro aseis semanas dados en díasalternos. En ellos se impartíanclases de filosofía y de teolo-gía. Al finalizar el cursillo sehacía un examen.

En lo que más hincapié se ha-cía era en la formación intelec-tual y religiosa del congregan-te. Para la A.C.U., un buenapóstol en el campo profesio-nal requería una esmerada for-mación profesional.

¿CÓMO PROYECTÓ LA ACU,SU LABOR APOSTÓLICA Y ASISTENCIAL?

La principal labor apostólica con marcada proyecciónsocial fue la desarrollada por la A. C. U., en el entoncesllamado Barrio de las Yaguas, zona sub-urbana dondevivían unas 7,000 personas en condiciones muchas ve-ces infrahumanas siendo consideradas las familias máspobres de La Habana. Esta obra comenzó en el año 1935,primero con las visitas a las casas, después con la cons-trucción de la Escuela–Dispensario con capacidad paramás de 300 niños a los cuales se les impartía clases dePrimaria elemental con desayuno en la sección de lamañana y merienda en la de la tarde. Sostenido y dirigi-do por la A.C.U., contaba con la atención del colegiopor parte de las Religiosas Siervas del Sagrado Corazónde Jesús y de los Pobres auxiliadas por jóvenes quetrabajaban como voluntarias. Por las noches funciona-ba una escuela nocturna para jóvenes y adultos con unamatrícula de 110 alumnos.

En el Dispensario trabajaban 20 médicos y 4 dentistasayudados por un buen número de estudiantes, todoscongregantes. Siempre que era posible, se entregaba losmedicamentos sin costo para el paciente.

Pero todo no era asistencia médica y educacional sinoque, también, se realizaba una labor catequística dirigidapor los Padres Director y Sub-Director de la Agrupaciónacompañados por agrupados. La misa dominical tenía unagran participación con un promedio de 100 comuniones.Se logró crear tres congregaciones en el barrio: una deseñoras, con 100 miembros; otra de muchachas, con 40;y otra de matrimonios, con 32 parejas.

Transcurridos unos años, la A.C.U., dirigió su atenciónhacia otros centros asistenciales y de promoción humana.

En el Colegio Dispensariolos agrupados impartían clases nocturnas a los obreros.

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En el dispensario–escuela “San Lorenzo” fundado porel Reverendo Padre Spiralli, Agustino que tanto trabajóen esta Arquidiócesis, la Agrupación se encargó de laescuela nocturna para jóvenes y adultos con una matrí-cula de 150 alumnos. A los que tenían condiciones, seles preparaba para ingresar en la Escuela Electromecá-nica del Colegio de Belén.

En el Leprosorio Nacional de “San Lázaro” en elRincón, animando con actos culturales y recreativosa los pacientes.

En el Reformatorio Nacional de Menores en la fincaTorrens, donde impartían clases y conferencias de reli-gión, animaban actividades culturales y deportivas.

En la década del 50, la Agrupación amplió sus laborespara impartir clases de religión en colegios católicos diri-gidos por laicos; la organización y conducción del GranVía Crucis del Calvario el día de Viernes Santo, acto reli-gioso que atrajo la atención y la participación de miles defieles habaneros que se trasladaban ese día hasta las áreasdisponibles del Noviciado Provincial de la Compañía deJesús en el pueblo el Calvario; el gran impulso a la partici-pación en los Ejercicios Espirituales de cada vez mayornúmero de fieles católicos. En este punto hay que recor-dar que fue el Padre Felipe Rey de Castro el principal im-pulsor de esta obra espiritual que tanto bien produjo y quetanto contribuyó al crecimiento progresivo del catolicis-mo en Cuba.

En el campo de la propaganda y documentación católicaen Cuba, la A.C.U., dio un gran aporte con la creación delBuró de Información y Propaganda (B. I. P.) dedicado arecopilar tópicos de interés para el Catolicismo, preparan-do e impartiendo conferencias sobre temas polémicos y edi-tando folletos de divulgación de la doctrina católica.

Fue precisamente a partir de la creación de este Buró, que

la Agrupación se lanzó a unimportantísimo trabajo de investigación dela opinión pública nacional sobre el senti-miento religioso del pueblo de Cuba.

La realización de la encuesta estuvo acargo de más de 60 entrevistadores portodo el territorio nacional y se hizo en for-ma de muestreo entrevistando a un totalde 4,000 personas. Las planillas y los en-trevistadores prescindían de todo tipo deidentificación religiosa que pudiera afec-tar la respuesta libre de los entrevistados.

Todavía hoy sigue siendo un materialde referencia importante para cualquiertipo de análisis científico que guarderelación con la situación de la religiónen Cuba.

Recordemos los valiosos folletos pu-blicados por el B.I.P., con la intenciónde hacer llegar a muchos, temas impor-

tantes para la vivencia de la fe católica. Los folletoseran monotemáticos y se publicaban mensualmente,llegando a una tirada de 155,00 ejemplares cada mes.No eran gratis pero se podían adquirir a un preciomódico (10 centavos).

Entre los frutos de la A.C.U., que podemos constatara lo largo de su existencia en Cuba (1931–1961) se en-contraron:

La Academia de Estudios Médicos (institución priva-da de enseñanza, de nivel universitario, dedicada a afian-zar los conocimientos científicos de estudiantes deMedicina).

El Instituto Católico de Psiquiatría (centro de encuen-tro de Psiquiatras y Psicólogos católicos para tratar sobrelos últimos avances en estas ciencias y procurar unaestrecha colaboración con los directores espirituales).

24 Profesores Universitarios distribuidos en diversascátedras de la Universidad de La Habana y de la Univer-sidad Católica de Santo Tomás de Villanueva.

40 Vocaciones Sacerdotales, unas para la Compañíade Jesús y otras para el Clero Diocesano.

A mediados de la década del 50, la Agrupación conta-ba con 495 congregantes, de los cuales, 280 eran pro-fesionales distribuidos en 82 Médicos, 104 Abogados,94 Ingenieros; y 175 estudiantes. A los que hay quesumar las 40 vocaciones religiosas.

REFERENCIAS- ¿Qué es la A.C.U.? Folleto del Buró de Información

y Propaganda de la Agrupación Católica Universitaria.- Presencia en Cuba del Catolicismo . Manuel

Fernández Santalices.- Boletín de las Provincias Eclesiásticas de Cuba, año

1952.

Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Reina). Febrero de 2002. Misa enmemoria del Padre Felipe Rey de Castro en el 50 aniversario de sumuerte. En la foto figuran antiguos miembros de la Acción Católica y

congregaciones marianas de La Habana que concelebraron con un grupo dejesuitas y presidida por Monseñor Alfredo Petit, Obispo Auxiliar de La

Habana en el 74 aniversario de la fundación de la Acción Católica.

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En el origen de este concilio hubo dos preocupacionesque se plasmaron en tres ámbitos. Las dos preocupacio-nes, muy en sintonía con el espíritu del Papa Juan fue-ron la pasión por transmitir el mensaje de Cristo al mun-do, -debía ser un concilio “pastoral” o apostólico-; y loque se llamó en italiano aggiornamento, actualización opuesta al día en actitud abierta de disponibilidad y de bús-queda. Esas dos preocupaciones, que van muy unidas, seconcretaron en tres ámbitos. En la relación de la Iglesiacon el mundo moderno que procede cada vez más al mar-gen de Dios y de la religión. En la reforma de la Iglesiapara que sea testigo fiel de Jesucristo. En el empeño porabrir caminos hacia la unidad de las confesiones cristianasy por tender puentes de intercambio mutuo con todas lasreligiones. Son como tres ejes que suscitaron en la Iglesiauna forma nueva de mirar al mundo, el reconocimientode que ella misma necesita de continua purificación, la

por Fray Jesús ESPEJA, O.P.

(“Un nuevo Pentecostés”“Responsables de una herencia”).

n un concilio ecuménico se reúnen todoslos obispos, representantes de las iglesiaslocales, presididos por el Papa, en orden aE

proclamar la única fe dentro de la nueva situa-ción histórica y cultural. En sus dos mil años deexistencia la Iglesia celebró ya veintiún conci-lios ecuménicos. El último, llamado “Vaticano II”,fue inaugurado el 11 de octubre de 1962 y JuanXXIII lo presentó como “nuevo Pentecostés”.

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conciencia de que, como las demás confesiones cristianasy en general todas las religiones, también la Iglesia católicadebe renovarse y escuchar a los otros buscando la verdadcompleta.

Esa nueva mentalidad se concretó resaltando aspectosde la fe cristiana olvidados en la práctica eclesial y en lateología de los cuatro últimos siglos. No se niega que elmundo está desfigurado por las fuerzas del mal, pero sereconoce que no es sinónimo de pecado sino que tienevalores y verdades; bendecido por el Creador y redimidopor Cristo, fuera de este mundo ya no hay salvación. Siguesiendo válida la enseñanza de Trento sobre la Iglesia comomisterio –realidad divina en visibilidad histórica- y sobre laexistencia de una jerarquía como don del Espíritu para lacomunidad cristiana; pero se recuerda también que la Igle-sia está integrada por pecadores y que la jerarquía está enfunción del pueblo de Dios. Se reconoce que la Iglesia ca-tólica “se halla enriquecida con toda la verdad revelada porDios y todos los medios de la gracia”; pero “es necesarioque los católicos reconozcan con gozo y aprecien los bie-nes verdaderamente cristianos, procedentes del patrimo-nio común, que se encuentran en nuestros hermanos sepa-rados; la gracia del Espíritu Santo que obra en ellos puedecontribuir también a nuestra edificación”.

En los tres ámbitos, como decía Pablo VI, la Iglesia seha hecho diálogo, abandonando el anatema o la posición deautosuficiencia. Tomar conciencia de que ella misma esparte de una sola familia humana ya trabajada por el Espí-ritu, mirarse humildemente como ansiando esa verdad com-pleta que todavía no es, y mirar a los otros como herma-nos e hijos del mismo padre que a todos da vida y aliento,son signos de salud para la Iglesia católica que celebró elúltimo concilio. Los documentos conciliares no lanzan con-

denas contra quienes no acepten sus enseñanzas. Prevale-ce la misericordia y la verdadera tolerancia en la convic-ción de que “la verdad no se impone de otra manera quepor la fuerza de la misma verdad, que penetra suave yfuertemente en las almas”.

Los documentos conciliares fueron punto de llegada; fru-to de un camino recorrido por la Iglesia y su teología.Pero también punto de partida para nosotros, una herenciaque hemos recibido y que debemos procesar. Pero estarecepción es larga y trabajosa. Dicen los expertos en his-toria que, al menos son necesarios cincuenta años paradiferir la novedad de un concilio ecuménico. Del VaticanoII sólo han pasado cuatro décadas; estamos todavía enproceso de asimilación. Como servicio a esta delicada eineludible tarea, pueden tener sentido los breves comenta-rios que, durante los meses próximos, publicará PalabraNueva.

TEMARIO:

1. Mirar al mundo con los ojos del corazón.2. Nada humano es ajeno a la Iglesia.3. Presencia pública de la Iglesia en el tejido social.4. Éticas seculares y Evangelio.5. Estar en el mundo sin ser del mundo.6. La Iglesia como pueblo de Dios.7. Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada.8. La identidad cristiana como seguimiento de Cristo.9. Que todos tomen la palabra en la Iglesia.10. Sentido y papel de los ministerios ordenados.11. Todos responsables para construir la unidad entre los cristianos.12. Diálogo interreligioso, una llamada de gracia.

LOS DOCUMENTOS CONCILIARESFUERON PUNTO DE LLEGADA;FRUTO DE UN CAMINO RECORRIDOPOR LA IGLESIA Y SU TEOLOGÍA.PERO TAMBIÉN PUNTO DE PARTIDAPARA NOSOTROS,UNA HERENCIA QUE HEMOS RECIBIDOY QUE DEBEMOS PROCESAR.PERO ESTA RECEPCIÓN ES LARGAY TRABAJOSA.DICEN LOS EXPERTOS EN HISTORIA QUE,AL MENOS, SON NECESARIOS CINCUENTA AÑOSPARA DIFERIR LA NOVEDADDE UN CONCILIO ECUMÉNICO.DEL VATICANO II SÓLO HAN PASADOCUATRO DÉCADAS; ESTAMOS TODAVÍAEN PROCESO DE ASIMILACIÓN.

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por YoelPRADO RODRÍGUEZ*

A IGLESIA CATÓLICA ACABA DE ANOTARSE UNtanto a su favor en Brasil. La noticia se repitió en los despa-chos de varias agencias que cubren la actualidad eclesial yL

apareció en las páginas de L’Osservatore Romano, el periódicode la Santa Sede. Resulta que el pasado 18 de enero, durante unacelebración en la ciudad carioca de Campos, el Cardenal DaríoCastrillón Hoyos, figura clave de la Curia Romana, hizo públicauna carta del Papa Juan Pablo II que ha generado grandes expecta-tivas en torno a la solución de uno de los más dolorosos capítulosde su Pontificado.

Meses atrás, Monseñor Licinio Rangely 25 sacerdotes de la Unión San JuanMaría Vianney -un grupo cismático pre-sente en ese enorme país de la Américadel Sur-, se habían dirigido por escritoal Santo Padre expresándole su volun-tad de plena adhesión a la Iglesia y pi-diéndole que los absolviera de la exco-munión que pesa sobre ellos. El Obispode Roma accedió a la solicitud formula-da y los antiguos rebeldes han regresa-do ya a la comunión católica, despuésde hacer profesión de fe, emitir el jura-mento de fidelidad al Papa y declarar queaceptan todas las enseñanzas del Con-cilio Vaticano II.

Este hecho, que en otras circunstan-cias tendría una significación pasajera,merece un análisis que vaya más alláde lo anecdótico. En primer lugar, por-que quienes han regresado al seno dela Iglesia eran hasta hace poco una se-ñal visible en Brasil del cisma que ca-pitaneó el francés Marcel Lefèbvre,acontecimiento que asestó un golpe do-loroso a la unidad católica. En segundo

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lugar, por lo que representa esta re-conciliación que acaba de verificar-se: es fruto del espíritu de diálogoy constituye también un signo deesperanza que abre el camino a fu-turos acuerdos.

Para comprender la génesis de laruptura lefebvriana hay que remon-tarse a los tiempos del Concilio Va-ticano II, auténtico símbolo de laapertura católica al mundo cambian-te de hace 40 años. Iniciado por elanciano Papa Juan XXIII en 1962y llevado a término por su sucesor,Pablo VI, en 1965, el Concilio sepropuso el aggiornamento o puestaal día de una institución milenariacomo la Iglesia, que a menudo pre-fería atrincherarse en sus viejas po-siciones sin intentar al menos dia-logar con la modernidad. De ahí quela agenda del Vaticano II incluyesedesafíos tan apremiantes como losmedios de comunicación, las rela-ciones entre cristianos y judíos, lalibertad religiosa, el papel de los lai-cos, el culto litúrgico, los contac-

tos con otros creyentes e inclusocon los no creyentes, así como elrol de sacerdotes y Obispos.

La novedad de la asamblea se pusode manifiesto también en otro deta-l le especial ís imo: junto a losdignatarios católicos -que lógica-mente llevaron el peso de las discu-siones-, asistieron, en calidad deobservadores, delegados de las igle-sias ortodoxas y protestantes. El es-píritu renovador se hizo visible encasi todos los documentos conci-liares. Sin retroceder un ápice encuestiones de fe, la Iglesia supo lle-nar de oxígeno sus viejos pulmonesy empezó a respirar de una maneramás diáfana y efectiva en la atmós-fera de la modernidad.

Aunque la mayoría de los pasto-res y los fieles acogieron con bene-plácito las reformas, algunos sec-tores se pusieron en guardia porcreerlas demasiado radicales. Lesmolestó mucho, por ejemplo, la vo-luntad conciliar de impulsar el diá-logo ecuménico. Y se irritaron ex-

traordinariamente con los cambiosintroducidos en la Liturgia. El Vati-cano II se esforzó por promoveruna participación comunitaria en laMisa como acto central del cultopúblico católico, y en correspon-dencia con ello, perfiló una serie demodificaciones que poco a poco sefueron implementando, entre ellas lasustitución del latín por las lenguasvernáculas. En los bastiones del tra-dicionalismo la inconformidad maldisimulada dio paso a la rebeldía. UnArzobispo francés llamado MarcelLefèbvre asumió el l iderazgoultraconservador y no tuvo objecio-nes en declarar que las reformas delConcilio “nacen de la herejía y ter-minan en ella”.

¿Quién era este hombre que se ex-presaba en tan duros términos?Marcel Lefèbvre había nacido enTourcoing, Francia, en 1905. Abra-zó la carrera eclesiástica, estudióTeología en Roma y en 1929 fue or-denado sacerdote. A finales de ladécada del 40 recibió la consagra-

El pasado 18 de enero,durante una celebración

en la ciudad brasileña de Campos,el Cardenal Darío Castrillón Hoyos

(Colombia),figura clave de la Curia Romana,

hizo pública una cartadel Papa Juan Pablo II

que ha generado grandes expectativas

en torno a la soluciónde este doloroso conflicto.

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ción episcopal y el nombramientocomo Arzobispo de Dakar, enSenegal, África. Hacia 1962 regíala Diócesis de Tulle, en suelo fran-cés, y más tarde se desempeñócomo Superior General de los Pa-dres del Espíritu Santo, posicióna la que renunció en virtud de sudesacuerdo con las reformas con-ciliares. Estimaba que ellas ibanen contra de la Tradición de laIglesia, y así lo proclamó a loscuatro vientos.

Enfiló sus cañones contra la Misapostconciliar, que calificó de “fal-sa”. Este era un asunto extraordi-nariamente sensible en aquellosaños, pues muchos católicos no al-canzaban a comprender el sentidode las modificaciones introducidasen la Liturgia; se resistían a acep-tar lo novedoso, mientras se afe-rraban una y otra vez a las cele-braciones hieráticas que habíanconocido desde niños. MonseñorLefèbvre percibía muy bien estasinquietudes y se convirtió en por-tavoz del descontento.

Es interesante traer a colación loque ha explicado sobre este tema elPadre George Cottier, actual teólo-go de la Casa Pontificia. “No pode-mos olvidar -dice- que en los pri-meros años, sobre todo en algunospaíses, hubo mucho desorden. To-memos un ejemplo: el gregoriano.En una cierta fase había sido recha-zado violentamente. Y para susti-tuirlo ¿con qué? A veces con can-tos que tenían poco de religioso. Ocon una Liturgia ‘charlada’ en laque no hay espacio para el silen-cio. Cierta gente ha sufrido poresto. Y algunos fieles se han en-contrado con Lefèbvre probable-mente sin ni siquiera ver bien elproblema que surgía”.

El Arzobispo francés convirtió ala renovación litúrgica en el blancode sus ataques, pero el movimientoultraconservador que encabezabaarremetió en realidad contra toda laobra modernizadora del Concilio Va-ticano II. Especialmente críticos

loquios sostenidos entre el Vatica-no y los responsables de la Frater-nidad San Pío X, encabezada hoypor Monseñor Bernard Fellay, unhombre más flexible que su prede-cesor. Y como si fuera poco, acabade producirse la reconciliación enBrasil, que supone una gran espe-ranza y podría servir de modelopara lo que inevitablemente ocurri-rá a corto o mediano plazo.

En la carta que Juan Pablo IIdirigió al brasileño Licinio Rangel,le dice que “se está preparando undocumento legislativo que estable-cerá la forma jurídica de reconoci-miento de vuestra realidad eclesial,y con el que se confirmará el res-peto de vuestras características pe-culiares”. En virtud de ese documen-to, revela el Pontífice, “se erigirácanónicamente a la Unión comoadministración apostólica, de carác-ter personal, dependiente directa-mente de esta Sede Apostólica”, yse le confirmará “la facultad de ce-lebrar la Eucaristía y la Liturgia delas Horas según el rito romano y ladisciplina litúrgica codificados pormi predecesor San Pío V, con lasadaptaciones introducidas por sus

fueron sus postulados contra elecumenismo y la libertad religiosa.En 1970, Lefèbvre pasó de las pa-labras a los hechos, al fundar cercade Friburgo, en Suiza, la Fraterni-dad Sacerdotal San Pío X, un gru-po que pronto iba a estar represen-tado en numerosas naciones delOrbe. Sordo a los mensajes de re-conciliación que le enviaba Roma,el Prelado insistió en la desobedien-cia. Aunque Monseñor Lefèbvre seaferró a las posicionesultraconservadoras hasta el final desus días, en 1991, al parecer mu-chos de sus sucesores y partidariosno comparten la misma dosis de in-transigencia.

Desde hace varios meses, se es-pecula sobre un entendimiento parasuperar el cisma. Las señales noson escasas y han dado pie a inter-pretaciones disímiles. Recordemos,por ejemplo, lo sucedido en el ve-rano del 2000 durante las celebra-ciones jubilares, cuando la SantaSede autorizó una peregrinación demiles de lefebvrianos a la CiudadEterna, y les permitió incluso rezaren la propia Basílica de San Pedro.También se han confirmado los co-

EL ARZOBISPO FRANCÉSCONVIRTIÓ A LA RENOVACIÓN LITÚRGICA

EN EL BLANCO DE SUS ATAQUES,PERO EN EL MOVIMIENTO

ULTRACONSERVADORQUE ENCABEZABA

ARREMETIÓ EN REALIDADCONTRA TODA LA OBRA

MODERNIZADORADEL CONCILIO VATICANO II .ESPECIALMENTE CRÍTICOSFUERON SUS POSTULADOSCONTRA EL ECUMENISMO

Y LA LIBERTAD RELIGIOSA.

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sucesores hasta e l Beato JuanXXIII” .

Es precisamente ese el reclamocapital de los lefebvrianos. Pidenque se les permita oficialmente a sussacerdotes decir la Misa según el ritotridentino, tal y como la celebraba laIglesia antes del Vaticano II. ¿Un obs-táculo insuperable? Ciertamente no,y la reconciliación con los brasile-ños así lo evidencia. Además, tal ycomo apunta el teólogo GeorgeCottier, “desde el principio estabaprevista la posibilidad en algunoscasos (por ejemplo, para los sacer-dotes ancianos) de seguir celebran-do según ese rito. Tras el cisma deLefèbvre, se acordó el permiso a laFraternidad San Pío X de mantenerviva esta tradición. Además, el Papahabía pedido que al menos en lasgrandes ciudades hubiera un lugardonde se celebrara la Misa en latín,tal vez incluso con el rito de Pío V”.

Lo más difícil de cualquier nego-ciación consistirá, sin dudas, en lo-grar que se reconozca plenamentela autoridad del Concilio Vaticano II.¿Estarían dispuestos a hacerlo losseguidores del difunto MarcelLefèbvre que viven en todo el mun-do? Y sobre todo, ¿lo haría el gru-po principal de la Fraternidad, queradica en Suiza? Por lo menos alliderazgo tradicionalista le costarámucho, si se tienen en cuenta susdeclaraciones pasadas. Basta recor-dar cómo han desautorizado elecumenismo, pues según ellos, losmétodos empleados por la SantaSede para impulsar la unidad de loscristianos buscan sólo “la conviven-cia pacífica y no la conversión delque se equivoca”.

Aunque se autodefinen como “ca-tól icos f ieles y devotos”, loslefebvrianos también han sido par-ticularmente duros con el Papa.Hubo una época en la que se atre-vieron inclusive a discutir su auto-ridad. Hoy el lenguaje es más con-ciliador, pero todavía se percibe unamal disimulada inconformidad conlos actos del Sumo Pontífice. El

Obispo Bernard Fellay, Superior Ge-neral de la Fraternidad San Pío X,declaró a la revista italiana 30Giorni: “En Juan Pablo II hay dosfacetas, casi contradictorias. KarolWojtyla es una personalidad muy com-pleja. Sus posiciones sobre la moral,la familia, el aborto, dan una impre-sión tradicional. Pero es muy avanza-do en temas como el ecumenismo ylas relaciones con el mundo. Nos gustacuando muestra su cara tradicional,pero la otra nos asusta”.

De ahí se infiere cuán complica-do es el proceso de reconciliacióncon los seguidores del Arzobispofrancés, que según las estadísticasbordean los 350 mil fieles y cuen-tan con varios Obispos y decenasde sacerdotes, seminaristas, reli-giosos y religiosas en numerosospaíses, así como con seminarios,escuelas y centenares de templos.

Sin embargo, por grandes quesean los escollos y por dilatadas queresulten las conversaciones parasuperar el cisma, al final la heridapodrá cerrarse. Así lo ha manifes-

tado el Cardenal Darío CastrillónHoyos, quien preside la ComisiónPontificia Ecclesia Dei: “Sabemosque la Iglesia es madre y maestray, por lo tanto, podemos tranquila-mente confiar en su juicio, en susdecisiones y disposiciones. La so-lución de la ‘crisis lefebvriana’ pa-sará también por la superación dela desconfianza de ambas partes ypor la readquisición fundamental dela confianza en la Iglesia, en sumisterio y en su stabilitas invicta”.Y así lo desea vehementemente elPapa Juan Pablo II, cuyo verbo oc-togenario pero firme no se cansade repetir que “la unidad de la Igle-sia es un don que nos viene del Se-ñor (…), pero que al mismo tiem-po, requiere la respuesta efectiva decada miembro suyo que acoge laapremiante súplica del Redentor:Que todos sean uno”.

* Licenciado en Periodismo e His-toria. Miembro del Consejo de Re-dacción de la revista Amanecer, dela diócesis de Santa Clara.

EL CONCILIO SE PROPUSO EL AGGIORNAMENTOO PUESTA AL DÍA DE UNA INSTITUCIÓN MILENARIA

COMO LA IGLESIA, QUE A MENUDOPREFERÍA ATRINCHERARSEEN SUS VIEJAS POSICIONES

SIN INTENTAR AL MENOSDIALOGAR CON LA MODERNIDAD.

DE AHÍ QUE LA AGENDA DEL VATICANO IIINCLUYESE DESAFÍOS TAN APREMIANTES

COMO LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN,LAS RELACIONES ENTRE CRISTIANOS Y JUDÍOS,

LA LIBERTAD RELIGIOSA,EL PAPEL DE LOS LAICOS,

EL CULTO LITÚRGICO,LOS CONTACTOS CON OTROS CREYENTES

E INCLUSO CON LOS NO CREYENTES,ASÍ COMO EL ROL

DE LOS SACERDOTES Y OBISPOS.

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LA VOZ DEL SACERDOTEanciano se hace casi inaudibleentre los anchos muros y eltañido del reloj antiquísimo. Lecuesta trabajo leer; se nota que lavista no responde tras las gafasde aumento. Por momentosparece perder el hilo del discurso,para retomarlo después conhumilde serenidad. Una vida deentrega, una misión difícil. Pobresresultan las palabras cuando sehabla de cosas invisibles.Esenciales. Y el rito milenario secumple una vez más, como se havenido cumpliendo cada minutode este mundo, desde hace tantossiglos, a todo lo ancho y largo delplaneta. Una continuidad que esanticipo y signo de la eternidadque la inspira.

“Y los poderes del Infierno noprevalecerán...” Ni los leones delcirco, crucifixiones y matanzas,odios y afrentas; ni los cismas ylos tiempos oscuros, laInquisición y las torturas, laReforma y Contrarreforma; ni lasguerras y sus secuelas, laambición de poder y de riquezas,ni el acomodamiento y lacostumbre; ni el miedo, lacoacción, la violencia y la muerte.Ni desde fuera ni desde dentro,nada ha podido contra ella. Todose estrella ante la rocaindestructible de la Verdad que lasustenta. Dondequiera que vayas,es tu casa, y su puerta estáabierta a quien busca consuelo,fortaleza, esperanza. Si llegas por

por Olga SÁNCHEZ GUEVARA“A la memoria de los jesuitas españoles José Fidencio Ramos yFederico Alonso Torío, misioneros en China y en Cuba”.

primera vez, si retornas tras unalarga ausencia, en su recintosiempre habrá una mano que setienda hacia ti.

“Vayan en paz”. A la salida, elaguacero nos retiene a todos, y yome voy al patio colonial donde lalluvia golpea con insistencia lasbaldosas. Cobijada bajo los arcosespero el escampar recordando aMacondo, con la íntima esperanzaalucinada de que pasen dos mesessin que pueda marcharme. Al cabode una hora llueve aún; el cura

anciano pasa junto a mí ataviadopara un bautizo. Una pequeñavestida de blanco y que apenascomienza a caminar, tomada de lasmanos por sus padres, esjubilosamente recibida. El curaanciano y la pequeña; es lacontinuidad, el eterno retorno.Generaciones y generaciones demártires y vírgenes, de misionerosy de amantes, de sabios y gentesencilla: la humanidad entera viveen ellos, con ellos, la aurora delUniverso nuevo.

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La mujer que irrumpe hoy en esta galería de cuba-nos relevantes, sirvió a su país de manera diferente asus antepasados, es decir, no con las armas que gene-ran violencia y muerte, aunque utilizadas en una causatan justa como la guerra por la independencia de Cuba,sino con el ofrecimiento del amor y la profundasustentación de la fe, la esperanza y la caridad.

El 5 de junio de 1902 nació, en el poblado “El Cris-to” (Santiago de Cuba) una niña a quien bautizaroncon el nombre de Lourdes, digna biznieta del MayorGeneral Guillermo Moncada; poco tiempo después,la familia se asentó en la capital de la provincia.Lourdes cursó los primeros estudios en una escuelapública situada donde más adelante radicó la EscuelaNormal para Maestros. Cuentan que, desde pequeña,fue fácil percibir en ella inteligencia y piedad... Erajuguetona y cariñosa como suelen ser todos los ni-ños. Muy aficionada a la lectura y a la contemplaciónde la rica naturaleza que la rodeaba. Ya en el año 1921se gradúa de Bachiller en el Instituto con excelentesnotas, hecho que promovió profundo regocijo entrelos suyos. Espigada y seria era aquella joven de ex-presivos ojos que matriculara en la universidad paraestudiar Farmacia. Todo parecía indicar que en suvida sólo había espacio para la práctica del culto ca-tólico y los estudios... ¿captaría la familia que unadulce voz en el silencio del alma le indicaba otro ca-mino?... no lo sé. Pero lo cierto es que ella lo aceptógozosa: ingresa, en 1925, en el Convento de las Her-manas Oblatas de la Providencia dejando truncos losestudios que realizaba.

La Congregación de Hermanas Oblatas de la Provi-dencia estaba integrada en su casi totalidad por reli-giosas de la raza negra. La Casa madre –que radicaen la ciudad de Baltimore, Estado de Maryland en losEstados Unidos-, acogió con júbilo a la joven cuba-na. Allí, como antes en la querida tierra testigo desus sueños de niña buena, brilló por el talento quedemostró tener, por la práctica de la caridad y la de-voción a Cristo Jesús. Y un dato curioso: años mástarde la “sister Matilde” –nombre que tomó al abra-zar la vida religiosa- le expresó a Carlos E. Formentque “la Reverenda Madre María Lange, fundadora dela Orden, según los datos que tenía, había nacido en

por Perla CARTAYA COTTA

A CIUDAD DE LAS MONTAÑASmás altas –las que en su osadíaparecen besar al cielo– cuenta, entreL

tantas y tantas familias de profundaraigambre patriótica, con aquella que conorgullo lleva el apellido Moncada porconstituir un ejemplo de abnegada entrega,coraje y valentía...

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Santiago de Cuba”, a pesar de que muchos laconceptuaban norteamericana.

Por las virtudes y la capacidad académica que po-seyó, “sister Matilde” fue nombrada Superiora del co-legio “San José” en Cárdenas. De regreso a la patria,decidió reanudar los estudios universitarios, graduán-dose primero de Doctora en Farmacia y cursando des-pués las carreras de Pedagogía y Filosofía y Letraspor considerarlas útiles para el desempeño de sus fun-ciones docentes; pero me sorprendió saber que llegóa aprobar tres cursos de Cirugía Dental.

Su querida Orden le encargaría otras tareas: en lacapital de Cuba fue Superiora del colegio “NuestraSeñora de la Caridad”, situado en la calle Lealtad, du-rante varios años. Después fundó el plantel “MadreConsuelo Clifford”, en Marianao, permaneciendo alfrente del mismo durante dos años, y es de destacarque esta institución escolar –que gozó de gran pres-tigio, según testimonios de la época- estaba anexadaal Instituto, de manera que las alumnas también po-dían cursar allí la segunda enseñanza. Por la capaci-dad organizativa que demostró en el ámbito educa-cional, fue escogida para dirigir la primera Casa quesu comunidad abrió en la hermosa ciudad, testigo desu sólida formación católica: Santiago de Cuba. Este

hecho tuvo lugar el 19 de julio de 1949, considerán-dose desde el primer momento que el colegio “MadreMaría Lange” –situado en la casa número 409 de lacalle General Portuondo casi esquina a Lacret-, lo-graría una abundante cosecha. Y así fue.

En el colegio “Madre María Lange” había un hora-rio vespertino y otro nocturno. Por el día, las niñas–mediante el pago de tres pesos mensuales- reci-bían sólidos conocimientos, formación cristiana yuna preparación para la vida desde el amor, ponien-do el acento en las virtudes que deben embellecer auna mujer. Por las noches acudían muchos obrerosy trabajadores a recibir instrucción y educación demanera gratuita.

Por necesidades de la Orden –tras 5 años en el plantelsantiaguero, también anexado al Instituto-, fue tras-ladada de nuevo a la ciudad que la recibió a su regre-so de Estados Unidos: la capital de la Atenas de Cuba,primer testigo de su intensa y fructífera labor comoreligiosa y maestra... El mar, que volvió a saludarlacon júbilo, se encrespó en señal de luto el 8 de marzode 1951, fecha en que emprendió el tránsito a la Vida.El obispo de Matanzas, Mons. Alberto Mart ínVillaverde, concedió 100 días de indulgencia a los fie-les de su diócesis que rogaran por el alma de la Ma-dre Matilde Moncada.

El análisis de la labor desplegada por esta religio-sa, me permite destacar dos características de sumagisterio:

1 . La capacidad para explicar tanto las asignatu-ras de Ciencias como las de Humanidades, con evi-dente dominio del contenido y modernas técnicasdidácticas.

2 . Fundó, en todos los colegios donde ejerció, ban-das de música, lo cual era una tradición en los plan-teles de las Hermanas Oblatas de la Providencia; peroen Cuba, las suyas fueron las únicas escuelas de ni-ñas que tuvieron formación musical con todos losinstrumentos, razón que les permitía interpretar dife-rentes géneros.

La Cofradía Madre Matilde O.S.P. agrupa en la ac-tualidad a las exalumnas y amigos de las Oblatas dela Providencia en Cárdenas, como homenaje a laejemplar religiosa que regó a su paso por la tierrasemillas de cultura, de caridad y de amor a la Santí-sima Trinidad.

El centenario de su nacimiento será celebrado porlas exalumnas de los planteles que conocieron su amo-rosa y paciente vocación religiosa y magisterial.

He aquí un ejemplo evidente de la contribución dela educación católica a la formación de la mujer y delos trabajadores, durante la primera mitad de la Re-pública cuyo centenario estamos conmemorando des-de esta galería.

LA CASA MADRE–QUE RADICA EN LA CIUDAD DE BALTIMORE,

ESTADO DE MARYLANDEN LOS ESTADOS UNIDOS-,

ACOGIÓ CON JÚBILO A LA JOVEN CUBANA.ALLÍ, COMO ANTES EN LA QUERIDA TIERRATESTIGO DE SUS SUEÑOS DE NIÑA BUENA,

BRILLÓ POR EL TALENTOQUE DEMOSTRÓ TENER,

POR LA PRÁCTICA DE LA CARIDADY LA DEVOCIÓN A CRISTO JESÚS.

DESDE PEQUEÑA,FUE FÁCIL PERCIBIR EN ELLA

INTELIGENCIA Y PIEDAD. . .ERA JUGUETONA Y CARIÑOSA

COMO SUELEN SERTODOS LOS NIÑOS.

MUY AFICIONADA A LA LECTURAY A LA CONTEMPLACIÓNDE LA RICA NATURALEZA

QUE LA RODEABA.

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S O C I E DA D

Cuando cumplió el tiempo reglamentario en la másalta magistratura de su país, se dedicó a trabajar inten-samente para procurar concordia y paz, progreso ymisericordia, democracia y garantías a los derechos detoda persona. Desde inicios de los años noventas, JimmyCarter alcanzó notoriedad en la gestión mediadora queprotagonizó en el proceso electoral nicaragüense quedio muestras de civilidad. Cuatro años después (1994)llevó a cabo varias conversaciones internacionales deli-cadas -en apariencia por su cuenta, sin un vínculo ofi-cial con el gobierno de su país- negociando en primerlugar con Kim Il Sung una solución a las aspiracionesde poseer energía nuclear de Corea del Norte; despuésconsiguió un acuerdo con el régimen militar de Haitípara propiciar una vuelta pacífica al poder del derroca-do presidente electo Jean–Bertrand Aristid, mientras tro-pas estadounidenses se preparaban para hacerlo a tra-vés de una invasión armada. Casi doce meses después,Carter ayudó a alcanzar un alto al fuego en el conflictoen Bosnia. Lo reseñado, anteriormente, por solo citaralgunos ejemplos.

Este hombre, de aspecto humilde y bondadoso, de unaaltura política y diplomática magistral, ha realizado -después de la peregrinación de Juan Pablo II- la visitamás importante que hemos recibido los cubanos. Si la pre-sencia de Fidel Castro en el Vaticano y el viaje apostólico

DESDE LA MAÑANA DEL DOMINGO 12 DE MAYO HASTA ELviernes 17, el ex presidente de los Estados Unidos, James Earl Carter (JimmyCarter en el mundo de la política), visitó la República de Cuba. Este notablehombre público, nació en Plains, Estado de Georgia, el 1 de octubre de1924. En 1943 inició su carrera militar en la Academia Naval de su país.Posteriormente se convirtió en un importante hombre de negocios en suEstado natal, donde ejerció activamente sus responsabilidades ciudadanas.En 1962 fue electo senador por el Estado de Georgia, cargo en el que fuereelecto para un segundo período. Llegó a ser gobernador de ese Estado en1970 y, desde 1977 hasta 1981, ocupó la presidencia de Estados Unidos.

por Roberto VEIGA GONZÁLEZ

Una visita que intentó definir la clavepara que Estados Unidos y Cuba

puedan convivir en el siglo XXI

Fotos: Orlando MÁRQUEZ

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del Santo Padre a Cuba, constituyeron el encuentro cum-bre con la necesidad de reconciliarnos con Dios, con laIglesia y con su verdad sobre el hombre; esta últimavisita –en bastante sintonía con la primera y de algunamanera, consecuencia de ella- constituye el más eleva-do reconocimiento a la necesidad de reconciliación entreambos Estados.

Desde la llegada de Carter -primera visita, aunque pri-vada o más bien semipública, de alguien que ostentauna alta representatividad del Estado Federal Norteame-ricano-, vimos, en un clima de respeto y cortesía,hondear, juntas, las dos banderas y escuchamos los him-nos nacionales de ambos países. El Jefe del Estado cu-bano lo acompañó, casi hasta el final, vestido de civil.Estos signos -junto a otros- por momentos, nos podíananticipar el futuro que podemos alcanzar: civilista, enarmonía y sin beligerancia; si se logra el restablecimientode las relaciones entre los dos Estados y se promueveuna convivencia respetuosa y cordial. A procurarlo –yesto lo dejaron muy claro- vino Jimmy Carter invitadopor la más alta dirección del gobierno cubano.

Cuando se anunció la visita del ex mandatario y sedieron a conocer los propósitos del viaje, quedó claroque son amplios los sectores de la sociedad norteameri-cana que, incluyendo a poderosos, desean un arreglodel conflicto Estados Unidos–Cuba o Cuba–EstadosUnidos, que este anhelo cuenta con un grupo de gesto-

res que procuran crear las condiciones necesarias paralograrlo, y que Carter, de alguna manera, los venía re-presentando. Además se hacía evidente que el Estadocubano se disponía, por lo menos, a explorar esa posi-bilidad; es conocido, por todos, que en la Isla se mani-fiesta este deseo y no sólo por ciudadanos sencillos, loha expresado también el gobierno y muy especialmente,y con alguna insistencia, el propio Presidente de losConsejos de Estado y de Ministros, y el Primer Vice-presidente de ambos Consejos, Ministro de las FuerzasArmadas, General de Ejercito Raúl Castro Ruz. Las du-das que podían suscitarse guardan relación con la for-ma de encaminar y definir el proceso, y con la capaci-dad, en ambos lados, para trabajar en sintonía, sin de-masiados prejuicios y vacilaciones, con el fin de alcan-zar dicho objetivo.

La primera interrogante quedó aclarada el miércoles15, a las seis de la tarde, con la comparecencia del expresidente Carter en el Aula Magna de la Universidad deLa Habana, en un discurso que fue transmitido, en vivo,por las ondas de la radio y la televisión cubanas. Casicuarenta y ocho horas después, la prensa nacional di-vulgó el texto y el debate posterior.

El ex presidente tuvo el valor de viajar a Cuba, desa-fiando los prejuicios y crispaciones de un conjuntoamplio, y con cierta influencia, de personas en su país.Durante su estancia en nuestro territorio dio testimoniode la humildad necesaria para comprender y reconocerlas verdades potenciales del otro, y en este esfuerzo:desmintió las acusaciones de un alto funcionario de suGobierno, que aseguraba la existencia de un compro-miso de las autoridades cubanas con el bioterrorismo;reconoció esfuerzos del Gobierno cubano –que catalo-gó de generosos– para con los pobres del mundo; elo-gió el empeño del Estado de Cuba para con el cuidadode la salud y en el intento de promover una educaciónuniversal; manifestó que las criticas al Gobierno cuba-no en relación con el trato en las prisiones y sobre losprisioneros de conciencia, pueden ser excesivas; criti-có la política del Estado norteamericano para con laIsla; y abundó sobre otras insuficiencias en la políticainterna de su país. Refiriéndose al tema de la política desu Gobierno en relación con el Estado cubano, propusoa las autoridades norteamericanas: suprimir las restric-ciones para viajar entre ambos territorios, restablecerlas relaciones comerciales, revocar el embargo, promo-ver el intercambio científico y cultural entre las dosnaciones, y crear una comisión (conjunta) de ciudada-nos notables –esta propuesta, por supuesto, presentadatambién a las autoridades cubanas- para intentar resol-ver algunos problemas, obsoletos, pendientes. Tambiénrecordó la responsabilidad del Estado cubano en la exis-tencia de esta crisis e indicó los puntos sensibles quemantienen y enconan el conflicto.

CARTER MOSTRÓEL ÚNICO SENDERO

QUE QUIZÁ SEA POSIBLE:EL DE LA HONESTIDAD Y LA CARIDAD,LA MAGNANIMIDAD Y EL REALISMO,

LA RECONCILIACIÓN Y LACONVIVENCIA, LA DECISIÓN Y EL

ESFUERZO.MUCHAS VECES

–CUANDO SE OBSERVAN,EN LAS PARTES ANTAGÓNICAS,

ACTITUDES CONTRARIAS A ÉSTAS–PUEDE PARECER IMPOSIBLEQUE ELLAS SEAN ASUMIDAS

POR UNA CANTIDAD SUFICIENTEDE PERSONAS CAPAZ

DE HACER PREDOMINANTEESTE PROPÓSITO.

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Carter dejó claro los elementos que desde su país ge-neran la beligerancia, también al calificar como una dic-tadura al gobierno de Fulgencio Batista, enfatizó su re-chazo abierto al pasado inmediato a la Revolución, yelogió la Constitución actual de nuestro país. Posterior-mente señaló los elementos que, en su opinión, desdeCuba crean y exacerban el diferendo; reduciendo la cau-sa formal de estos, en la actualidad, a la negación poralgunas leyes, de muchos derechos civiles consagradosen la celebrada Carta Magna, y opinó que, por esta mis-ma razón, es algo fácil de solucionar, pues no entraríaen conflicto con los postulados fundamentales del Es-tado, sino más bien los realizaría de una manera mejor.En sintonía con esto, durante su viaje, se reunió convarias personas que, en Cuba, están en conflicto con elGobierno por pretender, de una forma u otra, que seresuelvan las contradicciones entre los preceptos cons-titucionales y las leyes, y entre estas normas y muchasacciones estatales y gubernativas.

En su mensaje, al abordar estos temas, reconoce unacausa material importante y es precisamente que des-de hace mucho tiempo este cambio de postura internaen Cuba, al igual que la posible variación de las posi-ciones radicales en Estados Unidos, pueden depender,en gran medida, de que la otra parte dé pasos sustan-ciales. Y es aquí donde comienza el problema que pa-rece insoluble. Es difícil solicitar al Gobierno cubanoque comience a deshacer sus trincheras políticas mien-tras se sienta amenazado y logre probar que lo está, ytambién puede ser en vano pedirle a sus adversariosmilitantes que no continúen su batalla feroz mientras

las autoridades cubanas no den un paso que desarmesus actitudes. Resolver esto es algo así como lograr lacuadratura del circulo; sin embargo, si somos respon-sables, estamos obligados a procurarlo. ¿Será posibleencontrar el camino para hacerlo? Esta parece ser lainterrogante conclusiva.

El ex presidente Carter mostró el único sendero quequizá sea posible: el de la honestidad y la caridad, lamagnanimidad y el realismo, la reconciliación y la convi-vencia, la decisión y el esfuerzo. Muchas veces –cuandose observan, en las partes antagónicas, actitudes con-trarias a éstas– puede parecer imposible que ellas seanasumidas por una cantidad suficiente de personas ca-paz de hacer predominante este propósito. Es impor-tante, para que en Cuba los gobernantes puedan sen-tirse estimulados hacia este esfuerzo, que dicho movi-miento en Estados Unidos logre la fuerza necesaria, locual será posible, a su vez, solo si las autoridades cu-banas realizan gestos que den credibilidad a este con-junto de personas.

Si esta fuerza no se logra, si esta decisión no se toma,si se utiliza la causa ideológica como un pretextoparalizador, el proceso de normalización no podrá to-mar la intensidad requerida y para ello habrá que espe-rar la coyuntura que lo facilite, con las consecuenciasnegativas que genera toda demora y que en este caso yason bastantes; pero, de todas manera, ya nada será igual,con esta visita el proceso tomó un rumbo irreversible,aunque –como el del ajuste del espacio de la Iglesia enla sociedad cubana- se nos presente prácticamente im-perceptible y con abundantes obstáculos.

En la sedede la Conferencia

de Obispos Católicosde Cuba (COCC),

el ex presidentenorteamericano

James Carter,fue recibido

por MonseñorPedro Meurice,

Arzobispode Santiago de Cuba

y Vicepresidentede la COCC.

En el centro, al fondo,Monseñor

Alfredo Petit Vergel,Obispo Auxiliar

de La Habana.

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Otra parte de los presentes no creyó posible, para el paísmás rico de la tierra, no tener universidades gratuitas. Paraellos la pregunta había sido mal hecha; por lo tanto, malcontestada. Y volvieron sobre ella, cambiando como bue-nos aprendices de idioma la estructura interrogativa: ¿en-tonces, en los Estados Unidos no hay universidades gra-tis?; ¿siempre hay que pagar para estudiar en la Universi-dad?. No, no hay estudios universitarios gratuitos, res-

por Francisco ALMAGRO DOMÍNGUEZ / fotos: Orlando MÁRQUEZ

IHACE POCOS MESES, UNAprofesora norteamericana invitada aun centro ecuménico para dialogaren inglés con el público -estudiantesdel idioma- disertó sobre laeducación universitaria en losEstados Unidos de América.Después de terminada laconferencia, y algunas curiosidadesirreverentes, como suele empezarcualquier tanteo a un orador, alguiendel auditorio tuvo el siguiente

pondió de nuevo la norteña. Y con frases claras añadió:siempre hay que pagar y en las buenas, por supuesto, sepaga mucho más.

Hubo silencio. De pronto, una voz sin cara, arrestada eintimidante, dijo: ¿Y por qué?. La americanita sonrió. Porel rostro que puso, la inquisición le parecía estúpida, nopor la pregunta en sí, sino por la única respuesta lógicaque podía devolver: ¿y de dónde usted cree que sale el

“Cuando el río es caudaloso no hace ruido”.Mucharrid –Al – Din – Saad

interés: ¿existe alguna universidad importante gratuita en su país?La americanita, pues era bastante joven, entendió perfectamente.Para demostrarlo dio un rotundo no, eso no existe. Podía estardesinformada, pensó una buena cantidad de personas, dentro delas que me incluyo. Hay cientos de universidades, y por lo menosmedia centena pudiera clasificar como de muy alta calidad.

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dinero?, contestó. Mantener una de esas universidades,dijo, donde hay cientos de profesores eminentes, inves-tigaciones de primera línea, publicaciones internaciona-les y bibliotecas inmensas, necesita mucho dinero. Enrealidad, prosiguió, casi la mitad de los estudiantes pa-gan sus estudios con becas, prestamos de todo tipo,trabajo en la propia Universidad, investigaciones o par-ticipación en equipos deportivos; pero, finalizó la po-nente, todo eso se mantiene con dinero, y debe salir delas propias gentes de la Universidad, además dedonaciones y otros aportes sociales.

Más allá de disquisiciones sobre la redistribución socialdel ingreso, y la pertinencia del libre acceso, a veces liber-tino, a la enseñanza superior, aquel conversatorio despertóel deseo de incursionar en el tema del recibir y el dar desdeotra perspectiva. El asunto no es tanto la meditación pro-funda en aspectos económicos o ideológicos como consi-derar las consecuencias psíquicas de una mal entendida, y

por ello mal asumida, gratuidad de servicios. Donde reinael mercado advertimos facilmente los desenlaces mora-les, pues, además de subproductos que sobrenadan sinposibilidad de ocultamiento, la propia dinámica mercantillos revende, a muy buen precio, con atuendos paradóji-cos y banales.

Pero, ¿qué pasa allí donde “lo gratis” se presume siem-pre como derecho, desprovisto de todo deber?. ¿Conoce-mos los efectos de las gratuidades entendidas como me-recimientos naturales, y no como resultante lógica al es-fuerzo personal y social?

IIAl menos tres grandes posturas filosóficas, divergentes

entre sí, tratan de explicar la complejidad humana delbinomio dar-recibir. La primera viene de la antigua tradi-ción judeocristiana y alcanza, con Hume (“la benevolen-cia”) y Rousseau (el “buen salvaje”) la más clara proposi-ción: los hombres son buenos por naturaleza, hechos asípor el Creador, y están destinados a darse sin nada cam-bio. En el otro extremo podríamos colocar la llamada

“moralidad del egoísmo”, con Hobbes a la cabeza: las per-sonas se temen y se deben unas a otras. “Cuando doshombres”, escribió, “desean la misma cosa que no puedengozar juntos se convierten en enemigos”. A medio caminoentre estas dos posiciones dicotómicas está la obra de Kant.Estimaba el filósofo alemán que el bien hacer del hombreno podía juzgarse por los resultados. Debía hacerse porlas intenciones: el juicio o razón tenía un peso fundamentalen las costumbres del hacer.

De todas maneras, la pregunta sigue siendo la misma:¿es el hombre capaz de dar algo sin interés?. El llamadoaltruismo, un termino acuñado por Comte en el XIX, derivade la palabra italiana alteri, y significa “de o para otros”;sería algo como hacer por otros sin esperar nada a cam-bio. Los datos apuntan en la dirección contraria: el hom-bre siempre espera recompensa por sus acciones. El dile-ma es que no todas las recompensas están al mismo nivelmoral. El ser humano parece ser la única criatura donde la

gratificación material nunca sustituye la compensaciónpsicológica. Pudiera pensarse que obtener retribución moralseguiría siendo una manera egoísta de obrar, porque endefinitiva se obtiene algo. Y entonces bien cabría la duda:¿se ayuda para sentirse bien uno mismo, o se ayuda parahacer sentir bien al otro?. Véase como cambia el matiz aldefinir el objeto de la acción: lo hago por el bien de losdemás o por el mío propio.

De ese modo sólo hay sinceridad y franqueza del darcuando pienso en el otro. Sin embargo, aún pudiera sacri-ficarme desde mi egoísmo: hago lo que yo creo que vaayudar y no lo que esa persona necesita realmente. Enton-ces, hay que escuchar a los demás, a los que queremosasistir. Ellos son la medida. Si no los oímos, de nada valetodo lo que hacemos por su felicidad.

Es preciso saber que ningún servicio o bien social esgratuito. Lo no retribuido con dinero constante y sonantese ha de pagar por otras vías, llámese plusvalía en el capi-talismo, plustrabajo en el socialismo. Añadidura básica: haydeudas morales que sería mil veces preferible pagarlas alcontado antes de sufrirlas para toda la vida. Para los lla-

EL ASPECTO MÁS SOMBRÍO DE LA GRATUIDAD MAL ASUMIDAES LA AUSENCIA DE UN COMPROMISO PERSONAL Y SOCIAL,

Y DEBIDO A ELLO, LA FALTA DE AUTONOMÍAPARA IDEAR Y EJECUTAR CUALQUIER PROYECTO.

ESE DESPLAZAMIENTO DE RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD PROPIAHACIA EL OTRO, HACE QUE PERSONAS Y ANIMALES

SE ACOSTUMBREN A RECIBIR SIN EL MÁS MÍNIMO INTERÉSEN SABER DE DÓNDE SALEN LAS COSAS.

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mados servicios gratuitos es mejor hablar de accesouniversal, es decir, para todos y expedito, o sea, demanera rápida y eficaz. Ello, un derecho, un logro alque debe aspirar cualquier sociedad humana, puede te-ner también su lado oscuro cuando el precio implicadesatender otros servicios importantes. La falsa gra-tuidad, el “todo merecido” crea, desde los niños hastalos adultos, una personalidad dependiente, inmadura yegoísta. Una naturaleza dependiente se traduce en lanecesidad de apoyo y supervisión constante, la inma-durez está dada en la incapacidad de tomar decisionesy por tanto, miedo e incertidumbre ante el futuro; y elegoísmo en que aún cuando se puede dar la vida por elotro, no se hace por ese otro sino por uno mismo, locual recibe el sencillo nombre de narcisismo.

IIIEl aspecto más sombrío de la gratuidad mal asumida

es la ausencia de un compromiso personal y social, ydebido a ello, la falta de autonomía para idear y ejecu-tar cualquier proyecto. Ese desplazamiento de respon-sabilidad y libertad propia hacia el otro, hace que per-sonas y animales se acostumbren a recibir sin el másmínimo interés en saber de dónde salen las cosas. Con-secuencia: muy pocos podrían vivir felices en ambien-tes reales, o sea, fuera de sus jaulas. Alimentarse yguarecerse en la sabana abierta es muy duro. Pero, sinduda, allí se respira un aire más natural.

Luis Vives dijo: “no hay espejo que mejor refleje la ima-gen del hombre que sus palabras”. Lo gratis mal entendi-do genera su propio lenguaje. Y de forma circular, el len-guaje de la gratuidad enriquece y perpetua el desacierto.Por ejemplo, no decimos “hay boniato en el puesto” o

“están vendiendo plátanos” sino “están dando boniatos”y “hay plátanos por la libre”. Si una persona compró unautomóvil después de una difícil misión internacionalis-ta, un brillante aporte a la Ciencia o la Técnica, unaexitosa carrera deportiva, oímos “a fulano le asigna-ron” o “le dieron” un carro. Dentro de la sintaxis nohay espacio para inferir los sacrificios personales e ini-maginables para la adquisición del vehículo.

Las esferas donde el espejismo de la gratuidad provoca eldaño más profundo, y, como bumerán, regresa y golpea a lapersona y la Sociedad, son las de la Educación y la Salud.Aquí debemos aclarar de nuevo: el acceso universal y expe-dito a estos servicios son derechos incuestionables de todoser humano. Debían estar garantizados por todos y para to-dos. El conflicto no radica ahí, sino en el nivel de conscienciay grado de compromiso en los costos materiales y psicológi-cos de la aparente gratuidad.

Un muchacho acostumbrado a no pagar los textos deestudio dice “me dieron los libros”. Como no le perte-necen, no los cuida, no los forra, y los llena de garaba-tos. No recompensa monetariamente la instrucción -creen él y su familia- por tener delante un maestro. Eldía de su ausencia el alumno se alegra; total, dice conjúbilo, nada cuesta. Algunos estudiantes y familiarespierden la noción del colegio como un sitio formadorcomplementario; lo ven como la única fuente de apren-dizaje y una obligación del Estado. Ello repercute en lacalidad del estudiante, incapaz, por sí solo, de cooperaren su enseñanza. El fraude académico, esa anomalía tancriticada e internacional, no se asume como lo únicoque puede ser, morboso engaño contra uno mismo; sele toma, en cambio, como una falta contra el maestro, laescuela o el Gobierno.

LA DEBACLE SOCIALISTADEMOSTRÓ QUE LA RIQUEZA,

Y PUEDE PARECER UNA PEROGRULLADA,PRIMERO DEBE CREARSE

PARA DESPUÉS REPARTIRSE.LA RIQUEZA NO SE PRODUCESIN DESEOS DE TRABAJAR,

SIN RESPONSABILIDADANTE LO QUE SE HACE,

SIN LIBERTAD PARA AFRONTARLAS CONSECUENCIAS, MALAS O BUENAS,

DE UN PROPÓSITO.EL HOMBRE NECESITA

SENTIRSE DUEÑO DE SU DESTINO:DUEÑO DE VERDAD,

ES DECIR, DE OBRA, NO DE PALABRA.

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En Salud la situación puede ser muy grave. Individuosconfundidos con delirios de gratuidad entienden su saludcomo “un problema del médico y del Policlínico”. Sufrenuna considerable pérdida de responsabilidad personal paramantenerse sanos, que es, especialmente, precaver. Lascampañas de higienización, contra hábitos tóxicos y en-fermedades de transmisión sexual no se asumen comodeber personal y familiar. Son los médicos y las enferme-ras, y no los pacientes, quienes deben ir por la pruebacitológica para detectarles el cáncer prematuro, limpiarcloacas y vertederos para eliminar los vectores, explicar alos destinatarios del servicio sanitario -ellos: no me moles-te más con esa cantaleta, médico, por favor- que el alco-hol y el tabaco son dañinos para el organismo. La desme-sura y el sobrado tiempo, hace de consultorios y cuerposde guardia desbordados sitios de personas “enfermas”donde la urgencia es una rareza y el certificado médicopara rebaja laboral algo demasiado frecuente.

De la gratuidad nocivamente incorporada no se salva nila Iglesia Católica, a la cual tras muchos años de propa-ganda se le han dado visos terrenales de riqueza salomónica,y para colmo, mal habida. Ello hace incuestionable la obli-gación de repartir la fortuna clerical. Muchos individuosse acercan exigiendo que le enseñen a pescar; y de paso,que le regalen la caña y el pescado. Es un complejo dilemaético tener como precepto la ayuda al pobre y no poderejercer la caridad porque la Sociedad limita su práctica. Ola petición de ayuda convertida en exigencia, y las perso-nas creídas con derecho a cobrar al milenario Cristianis-mo una vieja e indigna deuda con la Humanidad.

IVTodo sugiere que el péndulo, en la diestra, permanecerá

allí un buen rato. Después de la caída de los sistemassocializadores en Europa del Este, se desató una frenéticaprivatización. Las cosas más insignificantes adquirieronprecio; y también las invaluables, como la amistad y elamor. Como suele suceder, detrás del cambio económicovino la transformación política: asistimos a la derechizaciónde ejecutivos y parlamentos del mundo. Quién lo dude debepreguntar a los franceses por el fenómeno Le Pen, últimoy controvertido episodio de un ambiguo serial llamadoposmodernidad.

La debacle socialista demostró que la riqueza, y puedeparecer una perogrullada, primero debe crearse para des-pués repartirse. La riqueza no se produce sin deseos detrabajar, sin responsabilidad ante lo que se hace, sin liber-tad para afrontar las consecuencias, malas o buenas, deun propósito. El hombre necesita sentirse dueño de sudestino: dueño de verdad, es decir, de obra, no de palabra.Pero tampoco lo que se produce puede tener como únicodestinatario un pequeño grupo de personas. Se negaría laesencia humana que es, sin duda, vivir por y para los de-más. La felicidad y el éxito pasa, necesariamente, por ese

otro sin cuyo bienestar siempre faltará algo en el mundo.“No hay mayor pobreza que la soledad”, ha dicho la Ma-dre Teresa de Calcuta.

Si se quiere hacer el bien al otro, se le debe oír, sa-ber exactamente qué necesita, no lo que pensamos queél necesita o lo que creemos quiso decir con esto ycon aquello. Una de las frases más esclarecedoras delNuevo Testamento la pone el Evangelista Mateo en bocade Jesús para hablar de la limosna. En el capítulo 6,Hacer el bien sólo por Dios, el Señor dice: “Tú, cuan-do ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierdadebe saber lo que hace la derecha: tu limosna quedaráen secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te pre-miará” (Mt 6; 3-4).

La relación de Dios con los hombres es el paradig-ma de la gratuidad. Releyendo la conferencia del Car-denal Jaime Ortega, Arzobispo de la Habana, el día20 de febrero de este año, “El amor gratuito de Dios”,se siente la necesidad de cuestionarse hasta que pun-to casi todos contaminamos el vínculo muy especialde Dios con los hombres sobre la base de promesasy pagos al estilo de “si Dios me resuelve” una salidadel país, la curación de un familiar, una novia, o untrabajo en el CUPET haré esto o lo otro. Toda peti-ción al Creador es válida, y puede entrar en el diálo-go. Pero advierte nuestro Pastor Diocesano: “Lo queno está bien es reducir nuestro culto a Dios a cosas,sin que al mismo tiempo nos entreguemos al Señor...Le robamos así a Dios porque le damos algo que novale nada para Él y nos reservamos nuestro corazónpara nosotros mismos”.

Puede ser la clave: no hay gratuidad verdadera y recíprocasi no hay una auténtica entrega del corazón.

DE LA GRATUIDADNOCIVAMENTE INCORPORADA

NO SE SALVANI LA IGLESIA CATÓLICA,

A LA CUALTRAS MUCHOS AÑOS

DE PROPAGANDASE LE HAN DADO

VISOS TERRENALESDE RIQUEZA SALOMÓNICA,

Y PARA COLMO, MAL HABIDA.ELLO HACE INCUESTIONABLELA OBLIGACIÓN DE REPARTIR

LA FORTUNA CLERICAL.

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Fragmentos de una conferencialeída en el Aula

“Fray Bartolomé de las Casas”.Jueves 30 de mayo de 2002

por Monseñor Salvador Riverón, Obispo Auxiliar de La Habana

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LA DIMENSIÓN RELIGIOSADEL HOMBRE

Es un hecho fuera de discusión queentre todos los seres vivos que co-

nocemos, el hombre constituye una excepciónpor varias características exclusivas de su es-pecie, como su inteligencia discursiva y reflexi-va, expresada entre otras cosas en la riqueza ycomplejidad de su lenguaje, así como en su ca-pacidad de transformación del medio ambiente,adaptándolo a sus necesidades y aspiraciones,de un modo que resulta asombroso para él mis-mo y sus semejantes.

Ese carácter excepcional y exclusivo del hom-bre se pone también de relieve por la dimensiónreligiosa, que aparece constantemente a lo largode la historia de la humanidad, en todas las épo-cas, culturas, latitudes y niveles de desarrollo cien-tífico, técnico, intelectual y moral con numerosasvariantes; pero reveladoras todas de un denomi-nador común, relacionado directamente con la na-turaleza espiritual del hombre y su apertura y pro-yección trascendente.

NATURALEZA PÚBLICA DEL HECHO RELIGIOSO Con mucha frecuencia esa presencia pública

del hecho religioso ha quedado integrada o ab-sorbida dentro de las estructuras y bajo el domi-nio completo del poder político o puesta al servi-cio de éste, por un proceso de instrumentalizaciónque desnaturaliza la esencia misma de la religio-sidad más auténtica. Esta tiene su raíz en la ini-ciativa amorosa del único Soberano Absoluto, quees Dios, acogida en la intimidad de la conciencia.Como el sentimiento religioso es una gran fuerza,antropológicamente ineludible, lógicamente elpoder político ha querido y quiere aún actualmen-te, con cierta frecuencia, manejar a su antojo esafuerza. Así, la antigua doctrina política del estadoincluía a la religión, el estado tenía como deberprimordial reconocer los dioses de la patria y ve-nerarlos adecuadamente para asegurar la paz yel bienestar del país. Esa era la práctica de Romacuando apareció el cristianismo: la religión al ser-vicio del poder político.

PROYECCIÓN UNIVERSAL Y PÚBLICADEL CRISTIANISMO.

Dentro de esa gran tradición monoteísta de Is-rael y en continuidad con su mesianismo, se da elacontecimiento fundante de la religión cristiana.Al comienzo de nuestra Era, está situado históri-camente el Ministerio Público de Jesús de Nazaret,ejercido con toda libertad en las calles, las pla-zas, el templo, convocando al pueblo para anun-ciarles la llegada de lo que llamará el Reino deDios o Reino de los Cielos, con un mensaje esen-cialmente religioso, que comunica el amor de Diosa los hombres, les invita a la conversión, es decir,al cambio de mentalidad y de vida y les ofrece elperdón de Dios como fuerza transformante.

La Tradición Apostólica recogida en el NuevoTestamento y que entronca con la vida histórica ylas enseñanzas mismas de Jesús de Nazaret, re-conociéndolo como el Cristo o Mesías prometidopor Dios a Israel, da testimonio de que su misiónno estaba circunscrita a límites geográficos, ni po-líticos, ni culturales ni epocales. Jesucristo se pre-sentó como el enviado de Dios, a quien llamaba“mi Padre”, con una misión pública universal: lasalvación de la humanidad toda sin excepción. Lacredibilidad de esta misión se fundamenta en suPersona, quien acompañando su enseñanza su-blime e incomparable, con signos extraordinariosde superación de los males que afligen a los se-res humanos, se hizo creíble y se granjeó la con-fianza creciente de parte de sus discípulos; con-fianza que llegó a ser absolsuta tras el aconteci-miento histórico imponente de su muerte en la cruzcomo víctima del poder político, y de la experien-cia de decepción y fracaso aplastante que atrave-saron especialmente los Doce más cercanos, perode la cual salen rápida y sorprendentemente porla irrupción asombrosa de su nueva presencia, laexperiencia del encuentro con El Resucitado queles llena de certeza, de vida y de entusiasmo paracontinuar su obra tal como Él les había confiado(Cf. Mt. 28,19).

Los Doce y otros discípulos se saben Apósto-les, esto es: enviados por Él, como Él lo fue por elPadre Eterno. Pedro, cabeza del grupo, se dirige

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primero al templo, es decir va a predicar en el mis-mo lugar público y abierto donde los hombres acos-tumbraban a reunirse para alabar a Dios, allí pre-cisamente donde estaban algunos de los que de-cidieron la muerte de aquél a quien Pedro anunciavivo, porque ha resucitado. No es que desconoz-can o desacaten la autoridad de los guardianes ysacerdotes del templo para conservar el orden enese lugar, sino que saben que lo que ellos haceny dicen proviene de Dios y es por tanto bueno por-que contribuye a un orden y bien superior, por esoante la prohibición fundada en criterios erróneosresponden: ¨Hay que obedecer a Dios antes quea los hombres¨ (Cf. Hch. 4, 19-20)

PRESENCIA Y MINISTERIO PÚBLICODE LA IGLESIA

A través de ese Ministerio público y notorio delos apóstoles y sus sucesores, junto con el deotros muchos discípulos, se difundió desde elcomienzo la fe cristiana, pues la misión de la co-munidad de los discípulos, la Iglesia, es continuarla misión de Cristo. Esa es su razón de ser: laIglesia existe para evangelizar.

La presencia e influencia histórica de la Iglesia,con la consecuente difusión e inculturación de lafe cristiana, hasta llegar a formar parte de los ras-gos constitutivos de la idiosincrasia de muchospueblos y naciones, son argumentos que, paramuchas inteligencias y sensibilidades tienen unpeso especial para entender, reconocer y respe-tar el derecho de la Iglesia a esa presencia y mi-nisterio público. Pero hay una razón esencial, quesi la formulamos para los cristianos, radica en que:la Iglesia anuncia y comunica por voluntad de Diosla única verdad que se ofrece como vía de salva-ción eterna, para todos los hombres sin exclu-sión. Negársela a un pueblo o a una sociedad,aunque esta no lo perciba por ignorancia del asun-to, sería en el ámbito espiritual como negarle eloxígeno en el ámbito material, porque es un donal que tiene derecho. Pero si formulamos esta ra-zón para los no creyentes, pienso que podemosser entendidos si decimos: la pretensión funda-mental del cristianismo es ser la religión verdade-ra, es decir, que contiene todos los medios ade-

cuados de comunicación de Dios con los hom-bres y de estos con Él. Hasta ahora nadie ha lo-grado demostrar de modo incontrovertible que estapretensión sea falsa, su influjo benéfico en la hu-manidad es notorio, se trata pues de una ofertade salvación que debe encontrar espacio en todacultura, época, y sociedad para ser propuesta.

Sabemos que hoy este tema de la verdad se haconvertido en un tabú. Presos en las garras de unrelativismo universal de moda, como consecuen-cia del escepticismo imperante tras el ocaso delas ideologías, se afirma que todo es relativo; sincaer en la cuenta de que esa misma afirmaciónse autodestruye, ya que entonces, nada es abso-lutamente verdadero y tampoco lo es que todo searelativo. Para muchos hablar de la ¨verdad¨ signifi-ca asumir una postura intolerante e impositiva. Pa-radójicamente, a nombre de la tolerancia, se pro-paga hoy la intolerancia ante la verdad o ante loque se presenta con esa pretensión. Pero para laIglesia, hoy está quizás más claro que nunca quela evangelización es una oferta de la verdad, ajenaa toda violencia y toda fuerza, que sólo se propa-ga debidamente bajo el impulso de la luz que deella dimana. La Iglesia no puede renunciar a laverdad. El mundo debe saber que si la verdad ob-jetiva no cuenta, entonces no queda otra instan-cia que la voluntad del más fuerte, el imperio de la

El EmperadorJustiniano

con lospersonajes

de su séquito.Mosaico

de San Vital.Ravena

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arbitrariedad en una inhumana luchade poder. No en vano el Señor nos hadicho ¨la verdad os hará libres¨ (Jn.8,32).

LA PRESENCIA PÚBLICA EN LA HISTORIA La Iglesia es pública por su misma naturaleza y

misión, por eso desde sus comienzos nunca seacogió a la protección que el derecho romano ofre-cía a las agrupaciones de derecho privado, con locual hubiera podido moverse dentro de un espacioreconocido a las asambleas cultuales privadas. Yesto a pesar de que, al llegar a Roma, los cristia-nos son acusados de ateos porque no aceptan losdioses estatales que para ellos no son más queídolos al servicio del poder. Pero la Iglesia sabeque constituye el nuevo pueblo de Dios que pere-grina en la historia, al cual están llamados o invita-dos todos los seres humanos sin excepción, poreso es pública al igual que el Estado, y se dirige atodos los que viven en cualquiera sea el lugar, conla oferta de salvación; respetando por supuesto lalibertad de cada uno de acoger o no su propuesta.Ella sabe que el Evangelio no es una más, entre lavariedad de ofertas que se presentan a los hom-bres, su aceptación o rechazo decide el destinoeterno de los hombres. No se puede equiparar laIglesia con una asociación o un club de perso-nas, que deciden reunirse por intereses particu-lares o gustos comunes en una elección sin ma-yor trascendencia. La pertenencia a la Iglesia eslibre, pero las consecuencias espirituales son vi-tales y decisivas. Los que la acogen participanen plano de igualdad de la vida de fe y de la cele-bración de esa fe que ilumina y transforma susvidas y la de su entorno, propagando el Reino ypreparándose para su plenitud.

DE PERSEGUIDA A PROTEGIDA El imperio romano a donde el Evangelio había

llegado y se había propagado a pesar de variaspersecuciones hacia los cristianos, quiso más tardea partir de Constantino, otorgarle un cierto recono-cimiento oficial, lo cual por una parte abrió gran-des posibilidades para la evangelización y por otra

presentaba una tentación para la Iglesia de insta-larse, con cierta confusión con el poder político. Apartir de la legislación de los emperadores cristia-nos Teodosio y Justiniano, la religión cristiana pasóa ser la religión del Estado, esto último constitu-yó un riesgo grande para la misión, por el peligrode convertirse en una religión política, es decir, encomplicidad o al servicio del poder del Estado.Esa oficialidad se impuso también en toda Euro-pa dominada por Roma. La religión cristiana reci-bía privilegios pero con el peligro de sucumbir bajola tentación del poder.

L A NECESARIA LIBERTAD DE LA IGLESIAHistóricamente, las alianzas del trono y del al-

tar han sido perjudiciales para la misión propia dela Iglesia, en el mejor de los casos todo quedaenvuelto en una ambigüedad y confusión de com-petencias. El respaldo o el apoyo del poder a lamisión evangelizadora de la Iglesia, suele ir endetrimento de su libertad para realizarla acabalidad, porque interfieren otros interesesintramundanos que ocultan y desvían la verdaderafinalidad de la evangelización. Es necesario dis-tinguir la esfera propia del gobierno o administra-ción de la ciudad terrena, es decir la comunidadpolítica a la que pertenecen necesariamente to-dos los ciudadanos; y la esfera de la autonomíade las personas, que desde el santuario íntimo dela conciencia se adhieren libremente a la comuni-dad religiosa. Después de haber conocido a Cris-to, es imposible idolatrar una sociedad, o un sis-tema o un proyecto social como un valor absolu-to, colocándolo por encima de la persona humanay de su destino eterno. Jesucristo nos dijo clara-mente que la institución más sagrada y venerablede Israel: el sábado, fue hecho para el hombre yno el hombre para el sábado. El Vaticano II enfidelidad al Evangelio declara que: ¨el principio, elsujeto y el fin de todas las instituciones socialeses y debe ser la persona humana¨ (G.S. 25). Enla defensa de la dignidad y derechos de toda per-sona humana la Iglesia entra en colisión con elpoder político cuando pretende ser absoluto.

Cuando el Papa Gregorio VII defendió ante Enri-que IV la independencia y libertad de la Iglesia,

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para nombrar los Obispos y determinar los car-gos, estaba reclamando un derecho que todavíapresenta problemas en nuestros días. Ya en el si-glo XX, esa libertad de la Iglesia ha tenido que serdefendida por distintos capítulos y ante distintosopositores, hoy constituye un asunto problemáti-co y no resuelto en China, por ejemplo.

LA DOCTRINA DE LA IGLESIAACERCA DE SU PRESENCIA PÚBLICA

Esta historia accidentada ha propiciado en laIglesia una reflexión detenida sobre sí misma y sulugar y misión en el mundo, que ha sido recogidaen los documentos del Concilio Vaticano II; cuyascoordenadas permanentes son: asegurar la pre-sencia pública, no identificarse con el poder políti-co, pero no mantenerse indiferente ante lo quesucede en la sociedad y no buscar privilegios re-nunciando a su misión profética.

LA PRESENCIA PÚBLICA DE LA IGLESIALa Iglesia sólo reclama de parte del poder civil el

reconocimiento de sus derechos y el respeto a sulibertad para ejercerlos en la práctica. La Iglesiatiene una misión de carácter auténticamente reli-gioso, pero precisamente por ser religiosa, es una

misión plenamente humana. La religión auténticano es una dimensión aislable y separable del res-to de la vida del hombre. Se refiere a la relación deDios con el hombre y del hombre con Dios, y siuna relación interpersonal humana profunda, comopor ejemplo, la del matrimonio, cuando se viveauténticamente, afecta y marca todos los aspec-tos de la vida de las personas humanas implica-das en ella; cuanto más no lo hará una verdaderae intensa relación con Dios. Por eso, el decir quela misión de la Iglesia es esencialmente religiosa,no significa de modo alguno que se le pueda redu-cir al ámbito cultual, separándola del resto de lavida personal y social del hombre religioso. Poreso la libertad religiosa es mucho más, que la sim-ple libertad de culto.

Dicho en otras palabras: precisamente por serde naturaleza religiosa, la misión de la Iglesia tie-ne una influencia notable en todos los ámbitos dela vida humana; pero no puede confundirse conlas tareas y finalidades propias de esos ámbitos.

Esta enseñanza está plasmada claramente enla Constitución Gaudium et Spes del Vaticano II:“La misión propia que Cristo confió a su Iglesia noes de orden político, económico o social. El finque le asignó es de orden religioso. Pero precisa-mente de esta misma misión religiosa derivan fun-ciones, luces y energías que pueden servir paraestablecer y consolidar la comunidad humana se-gún la ley divina. Más aún donde sea necesariosegún las circunstancias de tiempo y lugar, la mi-sión de la Iglesia puede crear, mejor dicho debecrear, obras al servicio de todos, particularmentelos necesitados, como son, por ejemplo, las obrasde misericordia u otras semejantes.” (G.S. No.42).También ha dicho el Concilio: “La fe todo lo ilumi-na con nueva luz, manifiesta el plan divino sobre laentera vocación del hombre; por ello orienta lamente hacia soluciones verdaderamente humanas”(G.S. 11). En este sentido abre horizontes nuevosa la economía y a la política.

Está claro pues, que la Iglesia no pretende usur-par el papel que corresponde a ninguna otra ins-tancia. No tiene una misión política y por ello nobusca ninguna cuota de poder, ni aspira a ningúnprivilegio, ni hace causa común con ningún proyectoTedosio II, papa

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de organización de la sociedad, puestodo eso es contrario a su naturalezay misión que es religiosa: ser comodice el Concilio: ¨un sacramento, osea signo e instrumento de la unión

íntima con Dios y de la unidad de todo el génerohumano¨ (L.G.1.1) y en virtud de su misión y na-turaleza no está ligada a ninguna forma particularde civilización humana ni a sistema alguno políti-co, económico o social. Ella debe convocar a loshombres todos a adherirse a Cristo Salvador, a suenseñanza, a vivir los valores que El nos presenta,a buscar el bien común de la sociedad humana;pero no puede vincularse al campo de la políticaconcreta, pues ésta debe elegir, entre muchos me-dios lícitos, los que estima más convenientes parael fin que se propone. Esa elección puede ser dife-rente para cada cristiano, siempre que los mediosno sean moralmente inaceptables, y depende demuchos factores que condicionan las opinionespolíticas, como las fuentes de información a lasque se presta confianza entre otros. El Evangeliono ofrece elementos para determinar, entre variasopciones políticas éticamente inobjetables, por cuálhay que decidirse; eso pertenece al campo del dis-cernimiento y las preferencias personales, simpa-tías etc. La Iglesia no se reconoce competencia niautoridad para imponer unas u otras.

MÁS ALLÁ DE LO CULTUAL Sin embargo la proyección social de la fe cristia-

na, por ser buena noticia para todo ser humano,que sólo se realiza dentro de una sociedad, es unacondición esencial de la evangelización. Por lo cual,la religión cristiana no puede reducirse a una expe-riencia personal, vivida en el interior de las concien-cias, expresada a lo sumo en actos de culto. Ladoctrina social de la Iglesia, fruto de la profundizacióndel mensaje evangélico y de su mejor comprensióny aplicación a la vida concreta de los hombres, apor-ta principios y promueve y defiende valores huma-nos y criterios, que iluminan desde la revelacióndivina el quehacer humano en el campo social ypolítico. Éste es un aspecto de su servicio al biencomún. Ese es su aporte a la Política como formaeminente de la caridad.

RELACIÓN DE LA IGLESIA CON EL PODER CIVIL Ahora bien, esa presencia pública viva y activa

de la Iglesia, debe y puede ser coordinada con laautoridad civil, mediante un ordenamiento jurídicoeficaz adecuado a su naturaleza y misión, que evitepor parte del poder civil, el intentar reducir la mi-sión de la Iglesia a determinados servicios socia-les; así como el instrumentalizar esta labor en fun-ción de la política de partido. La Iglesia y su mi-sión, incluidas todas estas derivaciones, estásiempre al servicio del hombre, de todos los hom-bres y de todo el hombre con todas sus dimensio-nes espirituales. La Iglesia como tal no puede po-nerse al servicio de ninguna otra causa, proyecto,proceso, o institución, por humanos y valiosos quepuedan ser, ni actuar con otros fines, que no seanel bien común de todos, de cara a la SalvaciónEterna. Cualquiera de estas otras pretensionesdesnaturaliza a la Iglesia y traiciona su misión.

PROYECCIÓN SOCIAL DE LA IGLESIA EN CUBAEn Cuba, la evangelización se dio unida al con-

flictivo encuentro entre culturas, que caracterizóla dominación colonial española. Junto a la cruztambién llegó la espada lamentablemente. Seríaimperdonable, en esta aula, no reconocer que lafigura conocida, que mejor representó el auténticorostro de la Iglesia en esos primeros tiempos fueFray Bartolomé de las Casas, una vez convertidoen defensor de los indios. Aunque a pesar de estafigura, y la de otros sacerdotes dedicados a laatención material y espiritual de los esclavos; laalianza con el poder colonial, por la nefasta de-pendencia del Patronato Real, y el pecado de laesclavitud, ensombrecieron considerablemente ladifusión del Evangelio.

Pero el Espíritu Santo no dejó de mover a la Igle-sia a la fidelidad al Evangelio: a finales del siglo XVI

se establece el primer hospital y ya se habían crea-do las primeras escuelas. La Iglesia será consue-lo para el pobre y luz para el ignorante (ENEC 27).En el siglo XVII por mediación de la Iglesia, se daen el Cobre la plena libertad a los esclavos y co-mienza la devoción a la Virgen de la Caridad. Vanaciendo, con participación de la Iglesia una nueva

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A partir del 1830, muerto el Obispo Espada,por influjo del poder colonial quedan sin gobiernolas dos diócesis de Cuba, y no se permitió quesacerdotes cubanos ocuparan los cargos de ma-yor responsabilidad eclesial. Es una etapa de des-organización pastoral y degradación moral. Sinembargo, aún en los peores momentos se con-servó el testimonio cristiano del pueblo creyente,y los valores evangélicos enraizados en las fami-lias fueron trasmitidos por éstas, lo que unido a laejemplaridad de muchos pastores y especialmentereligiosas, dio continuidad a una presencia dignade la Iglesia.

Terminada la guerra contra España en el 95, laintervención norteamericana trajo para la presen-cia pública de la Iglesia Católica nuevas limitacio-nes, dificultades y complejidades. Se suprimió laoración en las escuelas, se expulsó a las religio-sas del trabajo en la mayor parte de los hospita-les y centros asistenciales del Estado, y se intro-dujeron sectas y confesiones cristianas protes-tantes de origen norteamericano. Pero el final dela época colonial dejó a la Iglesia Católica en ple-na libertad, frente al poder político foráneo.

Con el siglo XX se nombran Obispos cubanos yse erigen cuatro nuevas diócesis, se inicia la reno-vación eclesial, se establecen numerosos colegioscatólicos, asociaciones juveniles, catequesis po-pulares; se fundan los Caballeros Católicos (1925),

cultura criolla, y mulata con caracteres sincréticos.A fines del siglo, el clero ha crecido en número,prestigio y eficiencia logrando una mayor inser-ción en la vida del pueblo. La fe cristiana marcó laidentidad de aquellas comunidades humanas ais-ladas, que más tarde conformarían la nación cu-bana. En el siglo XVIII la Iglesia atiende la Casa deBeneficencia, funda el Seminario San Basilio y laUniversidad de San Jerónimo de la Habana. ElObispo Gerónimo Valdés apoya a los VeguerosHabaneros frente al poder español. El aumentode los criollos en el clero va haciendo mayor ladesvinculación del poder colonial. El Obispo Morellde Santa Cruz será el primer historiador de Cubay constata que son muy numerosos los hospita-les, asilos, escuelas para pobres y otras obrasbenéficas en manos de la Iglesia, presentes has-ta en los pueblos más pequeños. Bajo la lumino-sa guía pastoral del sabio Obispo Juan José Díazde Espada, la proyección social de la Iglesia sedio también en el ámbito cultural más amplio.Baste recordar al Sacerdote Esteban Salas, pa-dre de la música cubana y al Presbítero Félix VarelaMorales, padre del pensamiento cubano. El Se-minario San Carlos y San Ambrosio es el primerlugar en que, conscientemente, se analizan losproblemas sociales de Cuba, con mentalidad decubanos y bajo la impronta del Evangelio.

Obispo Morell de Santa Cruz

EL ESPÍRITU SANTONO DEJÓ DE MOVER A LA IGLESIAA LA FIDELIDAD AL EVANGELIO:

A FINALES DEL SIGLO XVISE ESTABLECE

EL PRIMER HOSPITALY YA SE HABÍAN CREADO

LAS PRIMERAS ESCUELAS.LA IGLESIA SERÁ CONSUELO

PARA EL POBREY LUZ PARA EL IGNORANTE

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la Federación de Juventudes Católicas(1928), la Agrupación Católica Univer-sitaria (1931). En 1943 se constituyenlas cuatro ramas de la Acción Católi-ca y luego en la Juventud de Acción

Católica fueron surgiendo las organizaciones es-pecializadas: Juventud Universitaria Católica, Juven-tud Estudiantil Católica y Juventud Obrera Católi-ca, por otra parte nació también el Movimiento Fa-miliar Cristiano y se inicia el trabajo apostólico conel campesinado. Se organizan misiones popula-res, Congresos Eucarísticos y Marianos y se mul-tiplican las obras de beneficencia que ya en 1955eran más de 250 de las cuales 58 eran asilos yhospitales. Se da atención a los presos comu-nes y políticos. Es decir, hay una presencia acti-va en lo asistencial y promocional educativo. Seincorpora a la misión el uso de la radio, la televi-sión, la prensa y otras publicaciones.

La proyección social de la Iglesia Católica, fuemucho más allá de las obras e instituciones, através del laicado católico, cuya conciencia éticafue formada en los centros eclesiales y tuvo unapresencia significativa en la vida política, con unaparticipación activa en defensa de la justicia y lalibertad, ante los abusos del poder dictatorial delgobierno de Batista.

En 1953, Monseñor Enrique Pérez Serantes,Arzobispo de Santiago de Cuba, interviene parasalvar la vida de los asaltantes del cuartelMoncada. En 1958 el mismo Arzobispo y Monse-ñor Martín Villaverde, Obispo de Matanzas soli-citaron a Batista el abandono del Poder. Ochosacerdotes acompañaron como capellanes a losque luchaban contra el ejército, y decenas decristianos dieron su tiempo y sus vidas buscan-do el bien de la Patria.

“El triunfo de la Revolución fue saludado conlos mejores augurios por la jerarquía católica”(ENEC 55.) Históricamente, las revoluciones radi-cales al realizar cambios rápidos y violentos, cho-can con los que se ven afectados en sus intere-ses, y también con instituciones como la IglesiaCatólica que promueven más bien las transforma-ciones progresivas, y la moderación, tratando demantener la necesaria continuidad; esto unido a

la creciente presencia de militantes comunistasen los puestos claves y la vinculación a los paí-ses socialistas de Europa, donde el socialismomarxista se caracterizó por el ateísmo militante yla lucha antirreligiosa y anticatólica, provocó gran-des tensiones entre la Iglesia y el Gobierno. LosObispos que habían apoyado públicamente lasprimeras reformas socio económicas como laReforma Agraria, ya a mediados del 60 manifes-taron claramente su preocupación por el giro mar-xista que tomaba el proceso; esto fue interpreta-do por el Gobierno como un acto de militancia po-lítica y de contrarrevolución. Además, muchos ca-tólicos participaban en actividades de oposición.Entonces desaparecen los programas radiales ytelevisivos católicos, y en los medios de comuni-cación se presentan negativamente las figuras einstituciones eclesiásticas, se ejercen presionessobre líderes laicos; y son apresados Obispos,sacerdotes y laicos durante la invasión de PlayaGirón en abril de 1961. En Mayo el gobierno inter-viene todos los colegios católicos apropiándosede las instalaciones y en septiembre expulsa a unObispo y 131 agentes de pastoral entre sacerdo-tes y religiosos.

Al perder sus colegios y residencias, la mayoríade los agentes de pastoral dedicados a la ense-ñanza abandonan el país. Otros tuvieron que dejarsus asilos, conventos y hospitales por orden desus superiores, que temían situaciones violentascomo las de la guerra española del 36. De los 800sacerdotes que había en Cuba quedaron poco másde 200. De las 2000 religiosas unas 200 también.

Es cierto que algunos miembros del clero y dellaicado sentían y querían que la Iglesia actuaracomo un poder frente a otro poder, ese sentimien-to de oposición en algunos casos llegó hasta lalucha abierta (Cf. ENEC 57). Como había ocurridoantes, en la lucha insurreccional contra Batista.También es cierto que dentro y fuera de la Isla seutilizaban las declaraciones episcopales con finespolíticos. La confusión generada por todo esto fuemuy negativa para la misión de la Iglesia. Muchosabandonaron la Iglesia, unos perdiendo la fe, otrosconfundidos dejaron la práctica religiosa y mu-chos otros abandonaron el país. De las estructuras

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sobre las que se apoyaba la Iglesia en su pasto-ral como asociaciones, colegios, publicaciones,misiones, etc.; muchas desaparecieron o fueronsuprimidas como consecuencia del cambio so-cio-político. Habiendo perdido las institucioneseducativas, casi la totalidad de los centrosasistenciales y cerca del 90 por ciento de susagentes pastorales, la presencia pública de laIglesia y su proyección social quedó seriamenteafectada.

Varias generaciones de cubanos se formaron enla antigua Unión Soviética en la ideología comu-nista, atea y antirreligiosa. En Cuba también ha-bía escuelas especiales para este tipo de forma-ción para los miembros del partido comunista. Esamisma formación recibían los jóvenes comunis-tas. La religión era tratada desde un enfoque ma-terialista y sociopolítico como una fuerza reaccio-naria, un rezago del pasado, oscurantista yanticientífico que por la evolución histórica debíadesaparecer, por lo cual se incluía la metodologíaadecuada para acelerar la prevista desaparición:impedir todo lo posible que la labor de la Iglesiallegara a los niños y jóvenes y tratar de reducir almínimo el trabajo pastoral de esta. En las escue-las todas aparecía el enfoque antirreligioso en elestudio de la historia, la literatura, etc. y las cien-cias físicas y naturales se presentaban comoavalando las concepciones materialistas y ateas.Esa mentalidad llegó a impregnar el ambiente, ge-nerando temor y repliegue en muchos creyentes.Así vivió la Iglesia durante treinta años. El carác-ter ideológico marxista-leninista ha tenido un pesonotable en el origen de los conflictos.

Evidentemente la conflictualidad de la relaciónIglesia-Estado no era algo eventual o accidentalsino habitual...

En el año 1985, un libro-entrevista sobre la reli-gión, del Presidente Fidel Castro, había desperta-do un interés extraordinario sobre el tema; y ha-bía puesto de relieve su importancia y vigencia.Se observaron algunos signos de distensión. Ladécada de los 90 estará marcada por un ciertodespertar religioso, observado ya a fines de los80, con la respuesta notable a la misión realizadacon motivo del paso de la cruz del V Centenario

de la Evangelización que fue recorriendo todo elpaís. Una vez cursadas las invitaciones al SantoPadre Juan Pablo II, por parte de la Iglesia y delEstado, se comenzó la preparación de su visita,esperada por la Iglesia para fines de 1990 o princi-pios del 91, con una misión en torno a la imagenperegrina de la Virgen de la Caridad. Se produjouna acogida muy notable de parte del pueblo. Estapreparación fue interrumpida a mediado de 1990,cuando las autoridades cubanas informaron en laprensa que no estaban creadas las condicionespara que se efectuara la visita. Desde 1991 quedósuprimido el requisito del ateísmo para la perte-nencia al Partido Comunista, y en 1992 se adoptóuna concepción laica del estado en la Constitu-ción. Esto disminuyó la situación conflictiva. En1993 la Conferencia de Obispos Católicos de Cubapresentó el mensaje ¨El amor todo lo espera¨,para iluminar desde el Evangelio la vida de nues-tro pueblo. De hecho el mensaje encontró unaamplia acogida en muchos sectores del pueblo,pero hubo respuestas airadas, agresivas y ca-lumniosas, atacando a sus autores, en la pren-sa nacional; que por otra parte, no publicó eltexto de dicho mensaje.

SeminarioS a n

Carlosy San

Ambrosio

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Después de la visita del Presiden-te Fidel Castro al Vaticano en 1996,se concretó la fecha y se comenzóde nuevo la preparación de la visitadel Santo Padre a través de la misión

con la imagen peregrina de la Virgen de la Caridadpor todos los pueblos y caseríos del país. Seincrementó así la comunicación y cercanía de laIglesia con amplios sectores del pueblo. La visitadel Papa ha sido el acontecimiento en el cual, seha evidenciado ante la casi totalidad del pueblo lapresencia de la Iglesia Católica, su vitalidad y mi-sión evangelizadora; tanto por la multitudinaria aco-gida y participación en las celebraciones públicas,como por la trasmisión de las Misas por la Televi-sión Nacional. El mensaje evangélico llegó a mu-chos por estos medios. Otros hubieran podidoconocerlo si la prensa nacional hubiera publicadolas homilías y el discurso en el Aula Magna de laUniversidad de La Habana. El Santo Padre, tan-to en sus homilías en las Misas Públicas comoen el Aula Magna de la Universidad se refirió,desde la perspectiva del Evangelio, a temasmedulares para la vida cristiana de los católicosy para la sociedad toda. Se ha podido constatarcierto grado de receptividad a todos los nivelespara su mensaje.

Después de la visita del Papa, la Iglesia ha po-dido estar presente en algunos espacios antesvedados y que ahora presentan cierta apertura to-davía insuficiente. El Jubileo del 2000 puso de re-lieve la simpatía con que es acogida la Iglesia ysu misión, en muchos sectores antes inexplora-dos. Se han ido dando pequeños pasos positi-vos, en la dirección de una presencia más visi-ble y una proyección social de mayor alcance,pero son todavía muchas las restricciones y li-mitaciones que encuentra la Iglesia, para cum-plir cabalmente su misión.

Algunos esperan de la Iglesia lo que no corres-ponde a su naturaleza y misión: unos desean ex-presiones de apoyo al tratamiento político oficialde algunos eventos con implicaciones éticas hu-manitarias, otros una critica sistemática frente alas estructuras de poder entendiendo esto comomisión profética, o posturas de apoyo político a

grupos de oposición o al gobierno, o que se orien-te la formación que la Iglesia puede impartir ensus templos en una dirección política determina-da y otras cosas de ese estilo. La misión pastoralde la Iglesia que es dar a conocer a Jesucristo einvitar a la conversión para que los hombrescomiencen a vivir la vida nueva del Reino quedaríatergiversada tanto si la Iglesia apoyara al gobiernocomo si apoyara a la oposición. En general, losque tienen esas expectativas se sienten defrau-dados por la Iglesia en sus aspiraciones, comoprobablemente le ocurrió a los que descolgaron alparalítico por el techo de la casa donde se encon-traba Jesús, al oír que éste decía: “Hijo tus peca-dos te son perdonados”. Eso no es lo que ellosdeseaban y esperaban, tal vez el paralítico tam-poco y sin embargo era lo más valioso que el Se-ñor le podía dar. Lo de levantarse y caminar, afin de cuentas, podrían con el tiempo alcanzarlolos hombres con el desarrollo de la medicina. Ynada aseguraba que, curado de la cojera, aquélhombre no enfermara al doblar la esquina decualquier otra patología. El perdón divino en cam-bio nunca podrá el hombre alcanzarlo por sí mis-mo, y se le ofrece como un don que preparapara la vida eterna.

Recientemente el señor Cardenal ha dicho en unaentrevista concedida a la revista Ecclesia: ¨No sepuede pedir a la Iglesia que haga el papel del par-tido opositor que no existe en Cuba.¨ (Cf. EcclesiaNo. 3.098. 27 de Abril de 2002)

Hoy parece aceptado en el pensamiento ofi-cial que el hecho religioso no va a desaparecery en consecuencia no se gastan energías enuna lucha inútil contra él. Parece estar claro quees,¨lo que no se debe hacer¨, respecto a la reli-gión; pero el aspecto positivo de cuál es el tra-tamiento adecuado de lo religioso, aún está en-vuelto en muchas confusiones. Los esquemasde los antiguos países socialistas conservan to-davía un cierto peso.

La tendencia a interpretar la actividad de laIglesia en clave puramente política y procederen consecuencia es evidente. Esto es especial-mente conflictivo para la Iglesia Católica por todolo expuesto antes.

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No se acaba de comprender su naturaleza ymisión y se hace extraordinariamente difícil suproyección social. El bien enorme que la Iglesiapodría hacer en el ámbito educativo, en el ordende los valores humanos éticos, morales y espiri-tuales, sin que para ello haya que regresar aesquemas del pasado de colegios propios etc.,todo eso se ve frustrado y no se observa unaevolución positiva en ese campo. La dimensiónpromocional y asistencial, también topa conmentalidades muy cerradas a ella y disposi-ciones que las reflejan e impiden un servicioque la Iglesia ejerce en casi todo el mundo sintrabas. El acceso a los medios de comunica-ción masiva es tan reducido, y la ausencia deinformación al respecto de la Iglesia es tan gran-de, que su misión la envuelve habitualmente unanube de silencio.

En la base de toda esta situación, subyace tam-bién una desconfianza hacia la Iglesia, comosi su proyección social, la que normalmenteejerce en la casi totalidad de los países delmundo en que está presente, estuviera movidapor segundas intenciones de t ipo polít ico.Cuando eventualmente la Iglesia emite un jui-cio ético como es su deber sobre alguna situa-ción que lo requiere, para iluminar las concien-cias de los cristianos y de todo el pueblo des-de el Evangelio, y no coincide con el discursooficial; como es normal que le ocurra a la Igle-sia Católica en todo el mundo, hay sectores dedistintos niveles oficiales, que reaccionan has-ta con irritación, y alimentan sospechas de quela Iglesia actúa bajo presión de los poderes ene-migos de la Revolución.

La Iglesia está convencida de la necesidad yconveniencia de un diálogo sincero con las ins-tancias oficiales, algún paso se ha podido dar enesa dirección, pero no se ve cercano el día en elque la Iglesia y su misión sean aceptadas plena-mente como un bien, y no simplemente toleradascomo un mal menor.

Hoy la presencia publica de la Iglesia es com-prendida y reclamada desde fuera de la misma.Es significativo, que recientemente uno de los polí-

ticos socialistas más respetado en toda Europa yde los más populares en Francia: Jacques Delors,haya pedido “no confinar la religión a la vida pri-vada” argumentando que “las iglesias deben se-guir siendo una fuerza de proposición”. El SantoPadre Juan Pablo II en su visita a Cuba hacecuatro años dejó formulada la convicción de laIglesia Católica sobre el papel del estado frentea la religión cuando dijo: “El Estado lejos de todofanatismo o secularismo extremo, debe promo-ver un sereno clima social y una legislación ade-cuada que permita a cada persona y a cada con-fesión religiosa vivir libremente su fe, expresarlaen los ámbitos de la vida pública y contar conlos medios y espacios suficientes para aportara la vida nacional sus riquezas espirituales,morales y cívicas.”

Mientras intenta avanzar en esta dirección,la Iglesia Católica en Cuba no cesa de prolon-gar, aquí y ahora, como llamado evangelizador;el eco de la primera exhortación del Santo Pa-dre al mundo, al inicio de su pontificado: “Abrande par en par las puertas a Cristo”, con la cer-teza total de que nadie tiene nada que temerde la Iglesia: El Evangelio de Cristo que Ellaanuncia, nunca es un obstáculo para el creci-miento, desarrollo y bienestar de ningún pue-blo, por el contrario contribuye notablementeal bien común de todos los hombres en el res-peto a su altísima dignidad.

HOY PARECE ACEPTADOEN EL PENSAMIENTO OFICIAL

QUE EL HECHO RELIGIOSONO VA A DESAPARECER Y EN CONSECUENCIA

NO SE GASTAN ENERGÍASEN UNA LUCHA INÚTIL CONTRA ÉL.

PARECE ESTAR CLARO QUE ES¨LO QUE NO SE DEBE HACER¨,

RESPECTO A LA RELIGIÓN;PERO EL ASPECTO POSITIVO DE CUÁL ES

EL TRATAMIENTO ADECUADODE LO RELIGIOSO,

AÚN ESTÁ ENVUELTOEN MUCHAS CONFUSIONES.

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C IENCIA Y TÉCNICA

EL 8 DE AGOSTO DEL 2000 LA UPI (UNITED PRESSInternational) anunciaba desde Boston: “La NASA informóhoy que la utilización de antimateria, o duplicado opuesto dela materia, en los sistemas de propulsión de las sondas permi-tiría reducir el tiempo de vuelo de la Tierra a la Luna a 23segundos”.

Al parecer el nuevo milenio no se contenta con la simpleidea de que seamos moradores de una “aldea global” y prefie-re una más sugerente: una “aldea universal”. Sin embargo, lonovedoso de ésta no es el fin en sí mismo, sino los mediosque para lograrlo se proponen.

La existencia de la antimateria es una de las realidades que mástrabajo dan para su comprensión, no por los planteamientos desu existencia, sino por su existencia misma. Hasta hace pocosaños la concepción de un Universo en el que se hacía énfasis enuno de sus aspectos solamente, el material, el cual era propuestocomo elemento causal y dominante de todo lo existente, influyóen parte de las concepciones que sobre él existían.

Sin embargo, el descubrimiento de las antipartículas habría decambiar definitivamente el modo de pensar de los físicos res-pecto a la materia. Hasta ese momento se consideraba a la mate-ria como un elemento permanente e inmutable. Werner KarlHeisenberg, el eminente físico alemán, expresaría: “Creo que elhecho de que Dirac haya descubierto partículas y antipartículas,ha cambiado toda nuestra visión de la física atómica... creo quehasta entonces, todos los físicos habían concebido las partículaselementales siguiendo los criterios de la filosofía de Demócritoes decir, considerando esas partículas elementales como unida-des inalterables que se hallan en la naturaleza como algo dado,y que son siempre lo mismo, no cambian, no se trasmutan enotra cosa... simplemente existen en sí mismas...”, y continuaHeisenberg, “tras el descubrimiento de Dirac todo parece distin-to... en consecuencia el problema de la división de la materia haadquirido una dimensión distinta...”.

Es por ello que la simple tesis sobre la existencia de una antítesisde aquello que se proponía como absoluto, la materia, engendrauna gran novedad. Todo elemento material está integrado por áto-mos y éstos, a su vez, por protones, neutrones y electrones. Paracada una de estas partículas elementales se ha planteado la existen-cia de su correspondiente antipartícula, una especie de imagenreflejada en un espejo de la materia convencional del Universo.

El primero en señalar la posibilidad de su existencia fue elfísico británico Paul Dirac quien planteó en 1929 que si elátomo tenía partículas de carga negativa, llamadas electro-nes, debían existir partículas que fueran “electronesantimateria”, a los que llamó positrones, que tendrían la mis-ma masa del electrón, pero de carga opuesta y que éstos seaniquilarían al entrar en contacto, liberando energía. Ya paramediados de la década de los 50s las tres antipartículas bási-cas, las correspondientes a la neutra, la negativa y la positiva,habían sido obtenidas en laboratorio; mientras que el 4 deenero de 1996 se anunciaba la obtención de nueve antiátomosde hidrógeno, lo cual sería de gran importancia al no tratarseya de simples antipartículas elementales sino de átomos deantihidrógeno en el sentido pleno de la palabra. La produc-ción de antihidrógeno abría las puertas para una investigaciónsistemática de las propiedades de la antimateria y la posibili-dad única de comprobar principios físicos fundamentales.

Sin embargo, pese a lo obtenido en laboratorios, surge unainterrogante obligada: ¿Hay masas de antimateria en el Univer-so? Por razones elementales la antimateria fuera de los labora-torios no existe en la Tierra más que momentáneamente; ten-gamos en cuenta que las partículas y las antipartículas se ani-quilan mutuamente cuando entran en contacto. No obstante,debemos evitar la tentación de absolutizar lo que ocurre en laTierra y admitirlo como válido para el resto del Universo. Esposible que existan galaxias compuestas en su totalidad deantimateria, pero es osada cualquier afirmación positiva o ne-gativa al respecto. La porción del Universo visible, hasta don-de se conoce, presenta sus masas constituidas por materia,mientras que la antimateria sólo se ha detectado en diminutas

por Nelson Orlando CRESPO ROQUE

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cantidades y durante pocos instantes como consecuencia defenómenos astrofísicos de altas energías.

Existen laboratorios dedicados a la producción de átomos deantimateria, principalmente de antihidrogeno, ello no implica quede forma inminente podamos crear antimoléculas y luego anticosas(esperemos que en su momento seamos sensatos). Se prevé contarcon tecnologías que permitan investigar posibles fuentes de emi-sión de antimateria, para ello la NASA proyecta instalar este año(el 2 de junio del 2002) en la Estación Alpha un detector deantipartículas diseñado para detectar antimateria atómica denomi-nado Espectrómetro Alfa Magnético (AMS).

Se ha detectado la existencia de una nube de antielectrones(positrones) cercana a un torrente de rayos gamma en lasinmediaciones del centro de la Vía Láctea pero aún no se co-nocen sus fuentes, se asume que la misma debería hallarseen algún lugar aledaño al centro de nuestra galaxia, pero cual-quier respuesta resulta apresurada, habrá que esperar por lasobservaciones del AMS. Por lo que se ha observado hasta elmomento se considera que sólo hay en ella antielectrones y noantiprotones o antiátomos (Astrocosmo, 14/1/2002).

A partir del momento de la aparición en la escena cósmicade los elementos que hoy componen nuestro universo se es-tima que debió coexistir igual cantidad de materia y su opues-to, la antimateria. Si bien ambas debieron haberse combinadoy aniquilado, debió ocurrir una “violación de paridad de car-ga” que generaría diferencias entre la materia y la antimateriay ello ser lo que posibilitó la continuidad del Universo.

Si bien la mera existencia del Universo apuntaba hacia laexistencia teórica de este fenómeno, ya el mismo ha sidoreproducido en laboratorios. La Universidad de Stanfort,California, ha localizado una prueba de esta “violación deparidad de carga” en una pareja de partículas y antipartículas:el mesón B y el antimesón B (CNN, 10/7/2001). Sin embar-go, no hay respuesta a la ocurrencia de la llamada “viola-ción de paridad de carga”. Si se admite que en el nacimientodel Universo se crearon cantidades iguales de materia yantimateria ¿Por qué el aparente predominio de la materiasobre la antimateria?. Al respecto existen dos hipótesis, encierta forma divergentes, la primera plantea la extinción de laantimateria debido a una asimetría (falta de proporción ade-cuada) de las leyes de la física. A partir de esta asimetríadebió existir una pequeña y mayor proporción de partículassobre antipartículas lo cual, a pesar de que en el instanteinicial se mezclaron y aniquilaron, el resultado final fue depredominio de la materia. La segunda variante, por su parte,plantea que esta asimetría en algún momento pudo ser re-vertida en ciertas regiones y ello abriría la posibilidad de queen alguna parte del espacio pueda haber sobrevividoantimateria, incluso antigalaxias. (Astrocosmo, 14/1/2002).

¿Estuvo y está la antimateria condenada al ocaso? ¿Por quéno colapsó el Universo apenas surgido si la materia y laantimateria se aniquilan mutuamente?. Es demasiado precozpara poder responder lo anterior, cualquier respuesta sería pre-matura. La física actual da gran importancia al estudio y com-

prensión de la antimateria y sus leyes. La antimateria debe com-portarse básicamente como la materia, pero, si la antimateriaes diferente y se comprueba que existe fuera de los laborato-rios, tal vez haya comenzado un ciclo en la física en que sepodrían cuestionar hasta sus leyes fundamentales.

Por algún motivo de la interacción y aniquilamiento inicialde la materia y la antimateria quedó suficiente materia, (del 5al 10 por ciento de la composición del Universo), mientrasque de antimateria, sólo la detectada en rayos cósmicos yaceleradores de partículas; pero, si se logra detectar en losrayos cósmicos tan sólo un átomo de antihelio ello abriría depar en par las puertas a la posibilidad de existencia de“antigalaxias”, con las consiguientes implicaciones en lasconcepciones que sobre la asimetría del Universo existen.

Pese a ello, si algo domina al ser humano es tratar de utili-zar todo aquello que tiene en sus manos, y la antimateria nopodría ser la excepción. El tiempo de vuelo y el combustiblehan sido dos impedimentos para viajes espaciales de enver-gadura, sin embargo, una mínima cantidad de antimateriasería suficiente para abastecer de combustible un trasborda-dor ya que “la energía que se obtiene de la aniquilaciónmutua entre partículas y antipartículas es 10,000 millones deveces superior a la que se genera en la combustión química”según ha declarado George Schmidt, científico del CentroMarshall para vuelos espaciales de la NASA (CNN, 10/1/2002). No obstante, “esta tecnología está en fase de paña-les. Existen conceptos sobre como podría funcionar. Pero nova a estar lista en los próximos 20 o 30 años”, ha acotadoStephen Holmes, director asociado de FermiLab, “en cuantoa volar propulsado por ella a cuerpos celestes se espera quela propulsión con antimateria deje de ser ciencia-ficción enun plazo de 50 a 100 años”.

Las interrogantes continúan, tal vez sea necesario revisar, oañadir, nuevos postulados a la física; como recordara AlbertEinstein “el eterno misterio del mundo es comprenderlo”. Laantimateria es sólo un nuevo paso en el proceso cognoscitivo dela humanidad, tal vez el hombre llegue en un futuro en 23 segun-dos a la Luna propulsado por antimateria y repita las palabrasde Neil Alden Armstrong, el primer humano en pisarla, que aldar su primer paso sobre ella dijo: “Este es un pequeño pasopara un hombre, pero es un gran paso para la humanidad”.

Nada, con los nuevos aires que están soplando en este comien-zo de milenio tal vez, obviando los problemas de su atmósfera ydel agua, se pudiera desde ahora ir comprando terrenos (o lunenos)en la Luna ya que, en definitiva, si miramos con perspectivas defuturo, quizás ésta sea una inversión no tan descabellada. Pero,con todo, no está de más estar siempre precavidos por si nosencontramos con nuestra especie de anti-Yo, alguien que seacomo nuestra propia imagen vista en un espejo, tener despierto elinstinto de conservación y bajo ninguna circunstancia dar el tra-dicional apretón de manos y mucho menos un abrazo, si es queno queremos que ambos dejemos instantáneamente este planetaazul bajo efectos de pirotecnia dignos de más de un Oscar de laAcademia de Hollywood por efectos especiales.

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EN ESTE UNIVERSO DE DIOS A cargo de Nelson Orlando CRESPO ROQUE

Increíble pero cierto, aunque no hayamospensado en ello, los dinosaurios también teníanproblemas estomacales que les provocaban in-disposiciones. Lo anterior lo confirma un fósilde vomito tasado en 160 millones de años queha descubierto Peter Doyle, profesor de la Uni-versidad de Greenwich. Se cree que el vomitofosilizado pertenece a un ictiosauro, gran reptilmarino que vivió hace 160 millones de años. Delo que no hay dudas es que nuestro amigoictiosauriano se dio un buen banquete antes deque el estómago le pasara la factura. Por suertepara los arqueólogos éste ha perdido ya sudinosauriano aroma.

Los amantes del surf están de pláce-mes. Desde hace medio siglo las olas es-tán ganando en altura en el Atlántico nor-te, según han señalado en la revista Naturecientíficos alemanes. Para los expertos,dirigidos por el profesor Ingo Grevemeyer,esta evolución del oleaje está relacionadacon perturbaciones atmosféricas yoceánicas. El incremento del tamaño delas olas en esta región, que en ocasionesha alcanzado 17 cm al año, tiene sus cau-sas en el efecto invernadero que ha origi-nado indirectamente fuertes tormentas enlas costas de Europa septentrional. Decontinuar este proceso la altura de las olascontinuará en aumento para beneplácitode los amantes del surfing y para inquie-tud de los pobladores costeros.

OLAS EN AUMENTO LA DISTANCIA DEL HORIZONTEEl punto más lejano que es capaz de

enfocar el ojo humano está en el infi-nito, lugar donde, en teoría, llegaríanuestra visión. No obstante, en el casode una zona llana, o en el mar, la cur-vatura de la Tierra limita la distanciadel horizonte a unos 40 km. A veces,sin embargo, es posible ver objetossituados detrás del horizonte. El mo-tivo: la refracción de la luz, fenóme-no que ocurre cuando la luz atraviesacapas de aire a diferentes temperatu-ras y, por tanto, a diferente densidad.Esto ocasiona que, por ejemplo, en lapuesta del sol, en la cual lo vemoscomo una inmensa bola roja, nuestroastro rey se halla ya realmente pordebajo del horizonte.

Los leones son la especie más so-ciable de todos los grandes felinos yviven en grupos familiares compues-tos por entre cuatro y doce hembrasadultas, sus cachorros, y entre uno yseis machos. Un león puede comerhasta 40 kg de carne de una sola vez ypodrá pasar una semana entera sinalimentarse antes de la captura de unanueva presa. La caza entre ellos esreservada a las hembras, quienestienen que garantizar su propia alimen-tación, la de sus crías y la de los ma-chos de la manada, mientras que és-tos, que pueden llegar a ser un 50%más grandes que las hembras, rara-mente participan en ella, pero, esosí, se imponen para ser los primerosen participar del festín una vez atra-pada la presa, aún cuando para ellotengan que herir a las hembras. Surugido, que en ocasiones puede serescuchado desde 9 km de distancia,suele ser emitido cuando salen de ca-cería al anochecer, cuando la caza hatenido éxito y al amanecer. Los díasde caza pasan de dos a tres horas aldía intentando conseguir alimento,mientras que el resto del tiempo lopasan descansando y durmiendo.

FELINO MACHISTA

DINOSAURIOINDISPUESTO

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DESIERTO NEVADO

En el Sahara sólo ha nevado unavez: el 18 de febrero de 1979.

POBLADOS POR BICHOSEn el cuerpo humano viven 90 billo-

nes de microorganismos, la mayor par-te de ellos bacterias.

ESTÁ QUE HIERVEEl agua más caliente en la que pode-

mos meter la mano sin sufrir quema-duras es la que está a 60°C.

SI DE OJOS SE TRATA...

· Los del águila marina, aunqueson del tamaño de los de un huma-no, pueden localizar una presa des-de una altura de 300 metros en unárea de 3 km2.

· Los de ciertos camaleones son te-lescópicos, pueden moverse indepen-dientemente en cualquier dirección,con uno mira hacia delante y con elotro puede vigilar su espalda.

· Los de las ranas, cuando éstas in-gieren a las presas, se retraen en lascuencas, donde se abultan contra elcielo de la boca y le ayudan a tragar.

· Los del lince son capaces de dis-tinguir a las presas incluso en plenanoche y a grandes distancias, esto sedebe a la enorme elasticidad de su pu-pila que se dilata y gana en tamañocuando hay oscuridad y se hace ape-nas una rendija a pleno sol.

· Los de la araña saltadora son ochoy totalmente independiente unos deotros, los dos mayores se encargande enfocar la presa y los otros dan unavisión periférica.

· Los de los conejos del bosque pre-sentan una lateralidad que le permitenver incluso a su espalda, lo cual le per-mite protegerse de sus muchosdepredadores.

CUADRÚPEDO VELOZ

Los antílopes son por lo general ani-males rápidos y algunas especies estánconsideradas como las más veloces delos cuadrúpedos existentes, pues alcan-zan velocidades de 97 km/h.

ESCAPE DE AGUAA través de las he-

ces fecales perdemosa diario unos cienmililitros de agua.

¿LA ISLA GRANDE?Cuba, tomada desde el cabo de San

Antonio hasta la punta de Maisí, cabe5,3 veces en el río Nilo, con una lon-gitud total de 6.671 Km y unacuenca de aproximadamente 3 millo-nes 350 mil kilómetros cuadrados: 30veces la Isla de Cuba con sus cayosadyacentes.

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D E P O R T E S

“Nací en Pinar del Río el 18 de mar-zo de 1923, pero me inscribieron eldía 19, así que soy un día más joven.Nací al lado del hotel El Globo, y esemismo día se produjo un incendio allítremendo. Hace años que no voy. Dela familia todavía me queda allá el hijode un primo –nos dice y prosigue–.La vida de mi familia en Pinar delRío empieza con la llegada desdeEspaña de mi tatarabuelo, nombra-do Gobernador de Pinar del Río. Miabuelo fue Representante a la Cáma-ra, siempre tuvimos una posición deburguesía media. Vinimos para LaHabana en pleno Machadato. Yo ten-dría unos 10 años.

“Empecé jugando pelota, ya en el 44.Era pitcher, primera –yo soy zurdo–,pero fildeaba y jugaba también la ter-cera (¿No saben que la mejor TerceraBase cubana de todos los tiempos eraun zurdo: Carlos Morán?).”

por Zita MUGÍA SANTÍy Rogelio FABIO HURTADO*

evero NietoFernández: Batea yescribe a la zurda.Habla a las dosS

manos. Seis pies y cientoochenta libras de simpatíaen 79 años de juventud.Memoria paquidérmica,paciencia de ajedrecista yojos de periodistaprofesional. Casado desdela temporada de 1950 conla estelar Rosita MisasPérez. Como padres,batean de tres tres y segúnlos nietos no se les va una.Se ha desempeñado demaravillas como tío,vecino, amigo. Hay queestar loco para disgustarsecon él. Si desea saber conexactitud algo acerca delboxeo y del béisbolprofesional cubano,localícelo. Y no le hagacaso al nombre, todo elmundo le conoce porSeverito. El cree que nocree, pero...

–Para mí que había sido HéctorRodríguez... – interrumpe Fabio consu memoria amateur–.

–Héctor es de la década del 40 y del50, y Morán es de principios del si-glo XX. Le voy a contar una anécdota:

Cuando Ty Cobb, una de las leyen-das del béisbol norteamericano vino ajugar a Cuba, intento tocarle la bola, yMorán lo sacaba out, por mucho quecorriera Cobb, porque el zurdo quedamejor situado para tirar a Primera.

Venían selecciones y equipos deGrandes Ligas, pero perdían más delos que le ganaban al Habana y alAlmendares. No crean. Bueno, juguécon una novena de la Havana BusinessAcademy y en la Universidad juguécon el equipo de Ingenieria Civil, don-de había matriculado. En la Unión Atlé-tica Amateur jugué con el Atlético deCuba. Pero ya yo hacía periodismo des-de 1939. Sí, con 15 años, así aparezco

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en el libro del Círculo de Periodistasy la gente me dice que es imposiblepero el colega que nos presidia dijo:“Yo te creo porque yo empecé tam-bién a los 15, solo que, como tú, yonunca lo digo”.

–¿Recuerda su primer artículo? –pregunta Zita.

De acordarme, te digo que no meacuerdo, pero sin falta tiene que habersido de pelota. Empecé escribiendo enel periódico El Heraldo Pinareño, sinembargo mis primeros trabajos firma-dos fueron en Cuba Deportiva y Amé-rica Deportiva, que eran periódicos dela época. Entonces, hay un joven his-toriador amigo mío a quien le cedí to-dos los periódicos de los años 40s. queyo tenía. Eran de hace más de sesentaaños esos artículos míos... Cuando mepreguntan qué me gustaría ser si na-ciera otra vez, le digo: “lo mismo quesoy: periodista, historiador deportivo.El problema es que nací con esa vo-cación, y he trabajado siempre la te-mática que pocos conocen, el pasa-do, los antiguos. Estoy escribiendo li-bros desde 1948...

–¿Ese es el que hizo con GabinoDelgado...? –pregunta Fabio.

–No, ese es de 1955. El del 48 setitula Historia del Baseball en Cuba(1878-1899) y aquí tengo un ejem-plar... –Severo pone en manos de losentrevistadores el volumen. Fabio lohojea con fervor.

–¿Usted es “mechado” unilateral aldeporte...? –le lanza Zita.

–¡Qué va, al cine!, sobre todo al cinecubano. Rechazo totalmente lo que dijo(Carlos) Galiano y lo que dijo el ante-rior, el que falleció (José AntonioGonzález): que el cine cubano nacióen el año 1961. Aquí tengo escenasde la primera película que se hizo enCuba, y películas como La Virgen dela Caridad, del año 30; El veneno deun beso, de Antonio Perdices, y unaque tuvo un éxito extraordinario: Laserpiente roja, que hizo muy famosoen Cuba a Chang Li-Po. Tengo másde 30 películas de las primeras silentes,de los años 10 y 20. –Severito nossorprende con este cambio del Stadium

al Cine, y los entrevistadores están apunto de solicitar el auxilio de los ami-gos Arístides O’Farrill o Jorge Igle-sias. Entonces, Fabio regresa albéisbol: “Esto es más que estadísticaspuras; es una historia minuciosa. ¿Dedónde sacó tanta información?

–Porque desde niño yo vivía en lasbibliotecas, tanto aquí como despuésen los Estados Unidos. El de 1955 setitula Béisbol cubano. Record y esta-dísticas (1878-1955) lo publicamos enla Editorial Lex, Gabino Delgado y yo,pero el libro es mío. En el prólogoGabino lo dice:

“El archivo personal de SeveroNieto es el más completo y nutridode Cuba, una valiosa joya que novacila en poner a disposición de losmiles de aficionados que tiene elbéisbol en Cuba.”

A mí me convenían las dos fir-mas porque Gabino era más cono-cido que yo. Es lo que ocurre ahoracon el periodista norteamericanoPeter C. Bjarkman, con quien espe-ro publicar la Historia del BéisbolProfesional en Cuba (1878-1961),que tiene 800 páginas.

–¿Y el de Conrado Marrero...?–Bueno, ese lo publiqué aquí con la

Editorial Científico-Técnica. Es unhomenaje merecidísimo a el Premier.

–Y una mini-enciclopedia delbéisbol profesional cubano conboxscore de juegos de los HavanaCubans, los Cubans Sugar Kings, lasSeries del Caribe, una etapa del de-porte cubano que ha sido muy relega-da... –comenta Fabio.

–¿Qué entiende por tradición depor-tiva? –batea Zita.

–Esa pregunta no es fácil de con-testar. Por ejemplo, Cuba es un paísde tradición deportiva, desde la segun-da parte del siglo XIX ya hay una tradi-ción de pelota, que viene de los Esta-dos Unidos y desplaza a los toros, queera aquí lo español. ¿Ustedes saben queaquí vinieron los mejores toreros deEspaña y de México? Pero cuando lle-gó la pelota, se acabó. Fuimos los cu-banos quienes la llevamos al resto delos países de América, México, SantoDomingo, Venezuela. Y enseguida ju-gábamos de tú por tú con los mejoresequipos norteamericanos. Aquí hanjugado 57 inmortales que están en elHall de la Fama de Cooperstown. BabeRuth vino y el cubano José Acosta lepropinó tres ponchados con bolas denudillos. Jugó 10 partidos de exhibi-ción y se embolsó 20 mil dólares... sino los perdió en el Hipódromo deMarianao. Y en periodismo deportivo,empezando por Martí, quien escribió

NO ME GUSTA TANTA EFUSIÓN...PREFIERO QUE ME DIGAN PRIMERO

LAS CRÍTICAS, PORQUE LOS ELOGIOS,AUNQUE ME LOS DIGAN,

MUCHAS VECES NO ME LOS CREO.EL AMIGO MÍO ES AQUEL QUE CRITICA MIS ERRORES.

AHORA QUE VAMOS A CUMPLIR 52 DE CASADOS,ASEGURARÍA QUE NOS CONOCÍAMOS DEL PARAÍSO.

NOS CASAMOS EL 8 DE OCTUBRE DE 1950EN LA IGLESIA DE LA CARIDAD.

NOS CASÓ EL PADRE EDUARDO BOZA MASVIDAL,QUIEN TAMBIÉN NOS BAUTIZÓ A LOS DOS HIJOS MAYORES:

EDDY Y ANA MARI.NUESTRA VIDA HA SIDO Y ES

UN JUEGO LARGO Y MARAVILLOSO.

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–¿Cuántas categorías de periodis-tas deportivos considera?

–Bueno, está el aficionado, el histo-riador, que es la fila en la que me colo-co, está el periodista-narrador. Yo tra-bajé en 1010, en los años 40s., con uncolega que no sé por qué me lo des-miente siempre, Manolo Ortega. Élnarraba y entonces Mario Girona, quees el arquitecto que hizo Coppelia ytoda una serie de obras importantes,era el comentarista oficial junto con-migo, pero yo me ponía nervioso fren-te al micrófono. Nosotros empezamosa incluir los promedios del jugador, lasestadísticas, porque anteriormenteRené Cañizares te narraba el juego aldetalle pero sin agregar nada más.Narrábamos también el boxeo y hastala Lucha Libre.

–¿Recuerda las peleas entre PuppyGarcía y Ciro Moracén? –roletea Fabio.

–Claro, inolvidables. Eran la clásicabatalla entre el fajador y el estilista. Lasheridas que tenía Puppy en los arcossuperciliares Moracén se las martilla-ba con la izquierda, con el jab y el gan-cho. Puppy no lo encontraba en elring, y ya para el quinto o el sextoround estaba en tinto en sangre, y esohacía más dramática la pelea. Moracéntenía lesionada la derecha, el hombro,y con una sola mano estuvo rankeadoentre los mejores del mundo.

–Si llega a tener las dos... ¿Quées para usted la gloria deportiva?–ataca Zita.

–La gloria de un deportista es alcan-zar los éxitos que son inalcanzablespara otros. Los viejos como yo te di-cen: Ramón Fonst, Kid Chocolate yJosé Raúl Capablanca. Los tres songlorias de Cuba a rajatabla. Chocolatecometió errores, pero el primero enreconocerlo fue él, y boxeaba siem-pre por Cuba. No es el mismo casoque Gerardo González, Kid Gavilán,también un gran boxeador, campeónmundial, pero no pensaba tanto enCuba. Otra gloria para el béisbol cu-bano son Miguel A. González, AdolfoLuque y Orestes Miñoso. En Cuba entodos los deportes tenemos que defi-nirlos antes y después del triunfo de laRevolución. Salvando la distancia decalidad, aquí hay un pitcher cubano,Andrés Ayón, fue el mejor lanzador de1961. Se terminó el profesionalismo yentonces iba a México, y cuando ter-minaba la temporada regresaba. Otros,por miedo o por lo que sea, se queda-ban y no regresaban más. Aquí, des-graciadamente, al principio de la Re-volución, por el hecho de haber sidoprofesionales, no se les trató con laconsideración que merecían. El mis-mo Ramón Fonst, muere en Cuba, dejatodas sus medallas en Cuba, perocomo muere en el 61, como él era unafigura del pasado, se le opacó, no sele dio el relieve que merecía. Este fue,según mi criterio, un error que secometió con los atletas que habíansido profesionales. Conozco el casode Jiquí Moreno, a quien me encon-tré en México. Estaba muy dolido,quería regresar a Cuba y me dijo:“Yo no soy un traidor a mi Patria.Yo soy un profesional y quiero, ten-go que ganarme la vida, y estoy aquíporque me pagan”.

–Usted conoce la vida de Mozart ysu conflicto con Salieri. ¿Ha encon-trado en su vida profesional algúnSalieri? –le pone música Zita.

–Pienso que no. Afortunadamente amí todo el que me pide algo se lo doy.Es difícil que yo pueda tener enemigos.

acerca del boxeo antes que todos loshistoriadores de aquí, y sin embar-go no escribió de pelota. Julián delCasal y Wenceslao Gálvez sí lo hi-cieron, en El Fígaro. Había muchasy muy buenas revistas, cuyas colec-ciones desgraciadamente se han per-dido de nuestras bibliotecas, la re-vista Sport, que era la mejor que ha-bía en Cuba, El Pelotero, El Pitcher,entre otras. Nada de eso lo hemospodido conservar porque venían losextranjeros y con el mayor respe-to... del Diablo pedían prestado enlas bibliotecas y no devolvían nun-ca. Yo fui Director y Subdirectorde la revista Jaque Mate y le doné ala Bibl ioteca mi coleccióncompletica, y creo que se ha perdi-do. En los Estados Unidos no le fa-cilitan material original a nadie. Mu-chos de mis datos del béisbol yo losobtuve allí, en las bibliotecas, peroellos me prestaban el microfilm y elaparato, y desde luego que ellos te-nían el microfilm repetido. Ellossaben lo que es eso. Pero en Cubahemos sido muy confiados. Yo mis-mo conozco periodistas extranje-ros amigos míos que han saquea-do aquí las bibliotecas. Y genteque, como dicen que hacían los in-dios, han vendido materiales valio-sos por dos pesetas.

Año 1961.Severo Nietoy su familia.

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He conocido y trabajado con muy bue-nos periodistas. En Prensa Libre, ayu-dé mucho a Rubén Rodríguez, fuiamigo de Ray García, de René Molina.En Jaque Mate trabajé con personasque entonces eran jóvenes muytalentosos como Jesús Suárez, WaldoSerrano, Jesús Rodríguez y con Car-los A. Palacios, mi gran amigo. Ac-tualmente, a veces CUBADEPOR-TES me manda periodistas deporti-vos que vienen a Cuba, y quierensaludarme. Vino un americano y medice: “En Miami dicen que usted esla persona que más conoce del de-porte profesional cubano”, y no tuvemás remedio que llamar a CUBA-DEPORTES y decirles que no memandaran ni uno más sin previo avi-so. Es que me parece un choteo. Ellosdicen: “No, Severo, no es eso.” Perode todos modos no me gusta tantaefusión... Prefiero que me digan pri-mero las críticas, porque los elogios,aunque me los digan, muchas vecesno me los creo. El amigo mío esaquel que critica mis errores. En elperiodismo actual casi todos cono-cen mucho a partir del 59. Salvo ex-cepciones, muy pocos se interesanpor la etapa anterior al triunfo de laRevolución. Por eso admiro muchoa Eddy Martin, que es uno que tratade ahondar en el deporte en generalantes de esa fecha. No todos los de-más lo hacen.

–Ha viajado mucho... –Fabio dejade leer los records del boxeo.

–He hecho más de cincuenta via-jes. Primero, siempre iba a Améri-ca, hasta que me aburrí y empeza-ron a mandarme a Europa. Dondemás me gustaba era a Panamá y aColombia, donde tenía muy buenasamistades. Todavía hay algunoscon quienes me gustaría reanudarrelaciones, pero uno se va dejan-do. Me jubilé del periodismo nomi-nalmente en el 87, hace ya quinceaños. Muchas veces me da penaescribir, no sé si se han muerto...porque son contemporáneos míos,yo tengo casi 80... Y no todos so-mos inmortales.

–¿Cómo se desempeñaría un equi-po cubano actual en las Grandes Li-gas? –lanza Fabio.

–Muy bien. La calidad de nuestrospeloteros es profesional. Se dedicanal béisbol por entero, porque tú no vasa poner a un pelotero de fama a picarpiedra, porque se lastima y lo malo-gras. Siempre hemos tenido fabulosospeloteros, Antonio Pacheco, Capiró,Isasi, Kindelán, Anglada, muchos. Noes de ahora. Yo tengo ahí un libro quedesgraciadamente no se ha publicado,que trata acerca de los equipos cubanosque jugaron en las Ligas Negras de losEstados Unidos, All Cuban Stars, quie-nes en 1947 llegaron a ganar la SerieMundial Paralela que celebraban estasLigas, un equipo dirigido por José Ma-ría Fernández, con Miñoso, SilvioGarcía, Chiquitín Cabrera...

–Severo, su anécdota favorita...–pide Fabio.

–Ah, es de Adolfo Luque. El era uncubano típico, de aquellos tiempos,fumador de tabaco, le gustaban losgallos de pelea, era explosivo y gene-roso, y esta anécdota yo la presencié.Luque estaba dirigiendo en La Tropi-cal y pitcheaba por su equipo AlexRadcliff, un norteamericano negro.Entonces a Luque le pareció que elhombre no estaba poniéndole el cora-zón a eso, como él quería, y Luque vay lo saca del box y el americano ledice una grosería, o lo que le parecióasí a Luque, y con la misma le gritó:¡Párate ahí, que te voy a matar! Y eltipo, cuando vio a Luque con el revól-ver en la mano salió corriendo y paróhasta el aeropuerto. Más nunca vino ajugar pelota a Cuba.

–¿Ha estado alguna vez al borde delabismo? –suelta Zita.

–No –responde encogiéndose dehombros.

–Severo Nieto, ¿y la Coubre? –en-tra Rosita en el juego.

–¡Ah, bueno! Entonces yo era unperiodista del periódico Revolucióny estaba en el muelle cubriendo laAduana, y la descarga del barco, yse me ocurre buscar un rollo de fo-tografías, y cuando salí a buscarlo

oí a mis espaldas el estallido, aque-lla tragedia.

–¿Cómo se conocieron? –les pre-gunta Fabio.

–Eso Rosita te lo puede informarmejor, así que anúnciala comobateadora emergente en el novenoinning –replica Severo.

–Yo estaba trabajando en el antiguoMinisterio de Obras Públicas y ahí loconocí a él –dice con fresca y nítidavoz de maestra–. Me sucedió con élalgo que apenas se ha repetido en mivida: cuando lo miré me dije: “Yo co-nozco a ese muchacho.” Pero no po-día precisar de dónde ni desde cuan-do. Y así, me he pasado 55 años re-flexionando eso, y ahora que vamosa cumplir 52 de casados, aseguraríaque nos conocíamos del Paraíso. Noscasamos el 8 de octubre de 1950 en laIglesia de la Caridad. Nos casó el Pa-dre Eduardo Boza Masvidal, quien tam-bién nos bautizó a los dos hijos mayo-res: Eddy y Ana Mari. Nuestra vida hasido y es un juego largo y maravillo-so. Yo de jovencita jugué soft-ball, ybateaba y cogía bien, pero soy inca-paz de correr –concluye Rosita.

Y cuando buscamos a Severito habíaaprovechado para irse a las duchas.

Severo Nieto Fernández es Vicepresidentede la Comisión Nacional de Historiadoresdel Deporte y miembro de la Society forAmerican Baseball Research (SABR), de losEstados Unidos de América.

* Zita Mugía Santí. Licenciada en Histo-ria. Trabaja en el Coro Nacional de Cuba.Rogelio Fabio Hurtado. Escritor y periodis-ta. Escribe en diversas publicaciones cuba-nas y extranjeras.

– Big Leaguer Teams in Cuba– El Diamante Negro– Cristóbal Torriente, El Bambino Cubano– American Blackball Stars in Cuba– Esteban Bellán, el Precursor– Martín Dihigo, el Maestro

Algunos libros inéditos

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En Sagua la Grande, antigua provincia de Las Villas, el11 de mayo nació el escritor cubano Enrique LabradorRuiz. La Feria Internacional del Libro de La Habana, en laedición del año 2000, rindió homenaje a este autor al editarsus libros de cuentos Carne de Quimera y El gallo en elespejo, por la Editorial Letras Cubanas. Tal hecho puedeconsiderarse un acontecimiento si atendemos a las déca-das de silencio que rodearon a esta notable figura de nues-tra cultura.

Enrique Labrador Ruiz ha sido considerado por los estu-diosos de la literatura nacional y continental como un in-novador de la narrativa cubana. Junto con Lino NovásCalvo y Alejo Carpentier, Labrador constituye el momentorupturista de nuestro relato con la tradición testimonial.Aunque no se trata de un rompimiento absoluto con laspropiedades básicas del realismo, la nueva sintaxis de loslenguajes expresivos se intrinca más en la observación sub-jetiva, en la internalización de lo mirado, fuera de tododidactismo ejemplarizante, atento a la levedad de lo inmedia-to, a su dramatismo impremeditado, con una constan-cia hipercrítica que polemiza con los valores de unmundo que vive la crisis de sus fundamentos. Es elagonismo de la experiencia vital, la sensación de habertocado fondo en los paradigmas de la condición huma-na, la puesta en escena de una discursividad que fragilizalos diques genéricos dando voz a lo preterido en lassombras de la cotidianidad, resemantizando lo bello, lofeo, lo raro y lo anormal, en la elipsis de un trayectoque habían iniciado los modernistas y que la vanguardiacomplejiza en otra fase de la Modernidad.

Acceder a esta “estética personal” explicitada en los pró-logos a sus dos “novelas gaseiformes”: Cresival (1936) yAnteo (1940), así como en su ensayo Manera de vivir(1941), significa constatar una voluntad artística bien de-finida tanto desde el ángulo formal como contenidista, puesel autor apela a la captación de una realidad que, aunqueespeculada desde un yo hipercrítico renuente a todo vín-culo contextualizador que no sea el inmanente a la fusiónsujeto-objeto, tiene como recurso de interés la reacciónexistencial del hombre y los “agonismos” que constituyensu vida, subrayando así las influencias de Kierkeegard yUnamuno, fundamentalmente. Los prólogos a los que alu-dimos y el libro de ensayo tienen carácter programático,

C U LTURA Y A R T E

por Adis BARRIO*

Toda obra se ha ido haciendocasi siempre a pedazos;se ha ido rumiando,forrada de tediocon los documentosde la mezquindad ambientepor soporte y el área cotidianade la angustia por alimento.El tiempo material es lo de menos.(E.L.R., El pan de los muertos, 1958)

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como lo tuvieron otros anunciadores de la “nueva sen-sibilidad” en Latinoamérica. Un fragmento de uno deellos dice:

“Hay que anunciar, además, que en la nueva novelísticacaben todos los matices: humorismo, biografía, reportaje,política, bellas artes, militancia, religión; cuestiones sexua-les, económicas, científicas, deportistas, etcétera, etcéte-ra (...) pues esa nueva novelística no sólo soporta congallardía sino que se enriquece con todos los géneros,desde el poema en prosa hasta el panfleto, ya que no es unresumen sino una copia de la marcas digitales de la vida...(Labrador, 1940: XI)

Para Labrador estas “marcas digitales de la vida” pro-mueven una escritura agilizada que desestima los grandesaparatos argumentales, colocando en su lugar un collagede secuencias que sitúan a través del lenguaje en su tejidodiscursivo, en sus maneras de decir, esa contextualizaciónextrañada de empalmes paisajísticos. En estas variacionesideo-temáticas y composicionales, al autor alude a una“eternidad convencional” que lo identifica con el dualismoevasión-fijeza de la poesía, así mismo, el tono ensayísticoque penetra esta prosa da lugar a reflexiones filosóficas,al cuestionamiento de un pensar muy ligado a los presu-puestos existencialistas que encayan en el ensimismamientolaberíntico plasmado como plataforma teorética en su pri-mera novela: El laberinto de sí mismo (1933).

Triagonías denominó Labrador a sus primeras fic-ciones –El laberinto de sí mismo, Cresival y Anteo-, aesas estructuras gaseiformes, resultantes de un traba-jo de laboratorista en el que se usa desde “un humo-rismo filosófico hasta una filosofía de la despreocu-pación” (1940: XIV).

Las huellas de la literatura española pueden rastrearseen los escritores del Siglo de Oro –Quevedo, Calderón dela Barca, Cervantes-, en la novela picaresca –especialmenteel Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán- y en los auto-res de la Generación del ’98, de forma notable Miguel deUnamuno –en el “sentimiento trágico de la vida”-, Azorín(1) –teorizaciones metaliterarias plasmadas en su estéticapersonal- y, Ramón del Valle Inclán con la configuraciónesperpéntica de los personajes pertenecientes a una reali-dad igualmente deformada en su imposible racionalismofragmentario:

En otra parte acota: “‘Este libro es todo un esperpento yestá hecho con notas sueltas’. En cuanto a lo de esperpento,¡muchas gracias! Persona rara y ridícula; desatino, absurdo,llama el diccionario al esperpento. ¿Algo mejor? Nada mejorquiero yo para defenderme. Después de todo no soy másque un fotógrafo fiel. Y lo que se copia de este tiempo, sea loque sea, ¿no es casi todo un esperpento en cualquiera de susacepciones?” (Labrador, 1940: XVIII)

Como autor consecuentemente innovador, Labrador Ruizpolemiza con la línea creativa que se abisma en escarceosnacionalistas y que aboga por una novela de la tierra

abroquelada en exteriorismos folkloristas y vernáculos. Sinembargo, las ácidas diatribas que dirige en Manera de vi-vir a los autores empeñados en este sentido –los llama“triviales narradores rusticanos”- no le impide valorar conjusteza a otros que tocaron el soterrado drama de lacotidianidad desde el otro margen, también de lo cubano:el espacio rural. Es en su texto imprescindible de corteperiodístico, El pan de los muertos (1958) y en la sem-blanza dedicada a Luis Felipe Rodríguez, cuando nos dice:

“A veces me pongo a mirar sus libros viejos, el Cómoopinaba Damián Paredes, por ejemplo, y encuentro en él,no al satírico que quieren algunos apresurados de dar mar-bete a lo que ignoran, sino al notario tranquilo de sus tie-rras orientales, al hombre que fue atrapando día a día pe-dazos de hombre común al oriente de Cuba. Ese criolloque era siempre Luis Felipe Rodríguez, cazurro un tanto,tenía gran interés que no se le escapase el criollo total,mezcla de vanidoso e inocentón, que él sabía por dónde ycómo andaba. Lo fijó con buenos trazos, y el que viera eneso sátira, vio poco y mal. (...)

En la tarea de perfilar para la literatura el alma de Cuba éltiene sin disputa su puesto al sol.” (1958: 22)

Labrador siente la responsabilidad intelectual de alzar laexpresión insular limpiándola de la hojarasca campestre,del ruralismo empobrecedor que retiene las líneas inalte-rables de un rostro que a base de tanta repetición se tornainverosímil y decadente.

Todo parece indicar por las réplicas del autor que am-pliamente criticado e ignorado en el mundo cultural de sutiempo. Sin embargo, leemos reseñas, cuentos y fragmen-tos de sus novelas en revistas de indiscutible corte innova-dor, como fueron Espuela de Plata y Orígenes, et. al. muyapegadas a la entraña de la cubanidad y a su búsqueda dediálogo en el sistema universal de la literatura.

Lamentablemente, su bregar fue solitario. No fue un pro-vinciano deslumbrado por las novedades de los ismos eu-ropeos, haciendo alquimias para obtener un metal de similor.Se formó este autodidacta apegado a la premura periodís-tica y en la caza de la noticia correntona y ligera halló eloficio de la palabra viva y los gestos y las verdades de unarealidad inapresable. Comprendió los signos de su tiempoy quiso dejar ese espíritu en el dintorno de su escritura.Crítico mordaz, sacó a flote en sus novelas el enmascara-miento y la corruptela que iban tejiendo el contradiscursode la Historia. De ahí, sus personajes-asuntos, esa fusiónautosuficiente que lleva sobre sí toda la estructura del re-lato apoyado en un esmerado trabajo lingüístico con laconjunción orgánica del lenguaje culto y popular.

Con los autores iberoamericanos Labrador tuvo afinida-des notables. Entre ellos pueden mencionarse Pablo Pala-cios, Juan Carlos Onetti, Macedonio Fernández, EfrénHernández, Felisberto Hernández y Félix Fuenmayor. To-dos fundadores de esa voz protagónica en la arrancada delas letras del hemisferio como fueron las vanguardias.

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Su última novela editada: La sangre hambrienta(1950), primera de una serie que llamó “novelascaudiformes”, vence este reto que impusieron losmalentendidos cuando el autor atacaba al ostracismode nuestra llamada “novela nacional”. La sangre... esotra vuelta de tuerca a la narrativa regional, a la saviacriollista que se revitalizó al engarzar nuestros temasal drama humano de la contemporaneidad.

Algunos estudiosos de la obra de Labrador han visto enesta novela un cambio de procedimiento estético. Pero esoes tan solo un espejismo provocado por una mayor densi-dad anecdótica y una línea argumental más definida. Enesencia, lo que prevalece es el carácter inacabado del rela-to, la profusión episódica, el perspectivismo narrativo queprecariza la ilación de lo contado y la absolutización de laverdad y el humor filoso que ahonda en la entraña del cho-teo criollo, sin brusquedades que evoquen lo grosero yvulgar. En La sangre... se interceptan tres aspectos devalor cultural e ideológico: el discurso del género, visto através de las tragedias femeninas en su litigio entre la rea-lidad y la fantasía, polemizando con los estereotipos im-pulsados por el Poder, por la tradición; el discurso de laraza, resaltado también por los personajes femeninos, aun-que no exclusivamente por ellos y el discurso político dela Nación, relieve en filigrana que atraviesa el texto y queencuentra su gran metáfora en las dos secciones que divi-den el libro. La primera, los acontecimientos sucedidos enla casa de huéspedes, único evento en la novela datadocon precisión: 1933 y único reducto que oficia como “lu-gar sin límites”. Es espacio de dispersión en donde seincontrolan las “hambres contenidas”, casa que retienecomo un útero maternal, aunque finalmente vencido por lafuerza de los acontecimientos externos. La segunda partees la cominería provinciana, el “mundillo fabulante” quecrea sus imaginarios, sus mitos, sus verdades y sus men-tiras despiadadas.

Es desde la instancia regional que el autor pone al descu-bierto la hondura dramática de unas vidas asechadas porsus hambres, por los deseos contenidos, en esos univer-sos reticulados entre el “dicen” y la locura.

Es esta novela que compacta el espacio citadino yrural, que hace tramitar indistintamente a sus perso-najes por corredores de laberínticas pasiones y quedejará demostrado el valor y la originalidad de lo au-téntico en una esencia fictiva, no obstante, entendiblemás allá de sus fronteras.

Fuera de su raigal insularidad, Labrador Ruiz divaga atra-pado entre los espejos cóncavos de los laberintos. Su últi-mo libro –memorias, ensayo– es un grito desolado ante laintemperie y el desconcierto. Cartas a la Carte (1991)descubre el otro enigma de los laberintos. El neófito seinicia en los caminos de la Muerte:

“(...) preciso entrar por algún boquete del tiempo y visi-tar el otro lado del laberinto. (...)

Uno anduvo entre laberintos; uno se arrepiente, perouno cae de nuevo en superficie deletérea. Sea mi almauna flor destrozada pero no perdida. Flor, flor, y no juga-dora malevolencia para lanzar flores envenenadas. En elojo humano queda siempre algo: vio el mundo, esta pús-tula, y de ello se corroe su alma. El ojo humano transmitepasión y ardor, excremento salvaje y castidad..., pero elojo humano se cierra de una buena vez, a cierta altura delos acontecimientos, y ya no registra sino la tragedia dela huida, de la espera, de la salida, del pasional desencan-to. ¿Quisiera ver ese ojo mucho más de lo que hay? Esinútil; el queda de este lado en tanto el yo, que es intrans-ferible y no está limitado por nada, recorre con parsimo-nia los primeros estratos del futuro. Allí me pongo, meinstalo, me deslizo y vuelvo: la combustión de la vidaregresa cenizas aromáticas y en ellas quisiera arder denuevo. Mejor, silencio; mejor entretenerse con el perfilde la gente que te saluda al paso.

Seguiré orando el vigilia (...) (Labrador, 1990: 91 y 92)El pasado 11 de mayo Enrique Labrador Ruiz, escritor

cubano, novelista, ensayista, cuentista y periodista, hubie-se cumplido 100 años. Las letras cubanas recuerdan altrabajador incansable, a aquel que reconocido por su irra-diante locuacidad verbal solo pidiera “silencio” en sus “car-tas pre-póstumas”, a ese “agonista”, además que dijera en1984 en conversación con Reinaldo Sánchez:

“(...) Donde quiera que haya un cubano ese es mi her-mano, cualquiera que sea la circunstancia que sea. (...)

Yo temblaba porque el demonio estaba en mí y eso seveía enseguida. La Habana fue ciudad de mis delirios juve-niles. Y yo, que he andado por grandes ciudades de arribaa abajo, siempre he tenido la obsesión de La Habana; se leencuentra siempre en el trasfondo de mi pena y mi alegría.(Labrador, 1984; 40 y 58)

NOTAS:1 Sobre este aspecto considero imprescindible la lectura de Las novelas

gaseiformes, de Enrique Labrador Ruiz, de Perla Rozencbaig, en RevistaIberoamericana, Pittsburg, vol. LVI, jul.-dic. (152-153), 1990.

- Labrador, E. (1933): El laberinto de sí mismo. Carasa y C.A. Habana,179 p.

- “ (1936): Cresival. Talleres de Carasa y C.A., Habana, 234 p.- “ (1940): Anteo. Talleres de Carase y Cía., La Habana, 211 p.- “ (1941): Manera de vivir. (Pequeño expediente literario) Talleres de

“La Mercantil”, de Palacio y Cía., La Habana, 108 p.- “ (1950): La sangre hambrienta. Talleres Ayón, La Habana, 232 p.- “ (1958): El pan de los muertos (Segunda edición con prólogos de

Armando Álvarez Bravo y Juana Rosa Pita). Ediciones Universal, Miami,Florida, 1988, 226 p.

- “ (1984): Labrador Ruiz ... tal cual. Conversaciones con Reinaldo Sánchez.Ediciones Hispanoamerican Books, Colección Letras Hispanas, 93 p.

- “ (1991): Cartas a la Carte. Prólogo, selección y edición al cuidado deJuana Rosa Pita. Ediciones Universal, Miami, Florida, 146 p.

- “ (2000): Carne de Quimera. El gallo en el espejo. Selección, prólogo ycronología de Salvador Bueno. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 269 p.

* Graduada del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varo-na”. Desde 1980 es Investigadora del Instituto de Literatura y Lingüís-tica. Ha trabajado sobre temas del siglo XIX especialmente, la narrativa.Actualmente se especializa en la obra de Enrique Labrador Ruiz.

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El eje central de Miradas es esa te-rrible disyuntiva que alguna vez acosaal ser humano, volver a empezar, re-comenzar de cero. Este filme se apo-ya en una curiosa premisa: el relatoevangélico en que Nicodemo interpelaa Jesús sobre qué hacer para ganar lavida eterna, y Éste le responde: “Hayque nacer de nuevo”. Digo curioso

a producción cinematográfica cubana del pasado año se caracteri-zó por centrar sus líneas temáticas en una de las problemáticas máscandentes y dolorosas de nuestra realidad: la emigración. En estacuerda giraron Miel para Oshún, de Humberto Solás; Nada, deL

Juan Carlos Cremata Malberti; Las noches de Constantinopla, de OrlandoRojas; el mediometraje Video de familia, de Humberto Padrón, y Mira-das, de Enrique Álvarez. Precisamente ésta última ha sido estrenada re-cientemente en los cines.

pues no es nada usual las referen-cias cristianas en la cinematografíanuestra ni tampoco personajes quepractiquen la fe sistemáticamente, yesto también inusualmente está pre-sente en la cinta.

Enrique Álvarez es un realizador jo-ven de talante experimental y lleno deideas, pero éstas, quizás debido a su

juventud, todavía no logran redon-dearse. Así le sucedió con su filmeanterior: La ola (1995), una obra conaliento poético, pero fallida.

Algo similar le sucede con Miradas.Este es un tipo de filme que prometemás de lo que puede ofrecer, que valemás por lo que dice que por lo que esen sí mismo, pues acusa numerososproblemas de dramaturgia. El primerose muestra tras un excelente arranque,donde se necesita destacar el virtuo-sismo del diseño de créditos, cuajadoen la acción de insertar, artísticamen-te, diferentes pasajes de nuestra his-toria, acompañados de una pegajosa eincisiva banda sonora. Pero luego lahistoria se va desvaneciendo hastaprácticamente quedar como polvo enel viento.

Igual la cinta crea una subtrama desuspense con respecto a la maleta queporta el personaje de Miguel Navarro,que culmina cual metáfora, sobre lanecesidad de eliminar viejas cargas queimpiden mirar hacia delante, recursoargumental que resulta forzado, pococonvincente.

Por otra parte, presenta serios pro-blemas de casting. Los protagonis-tas (Mijail Mulkay y Jacqueline Are-nal) hacen un meritorio esfuerzo,pero no logran dotar a sus persona-jes de la fuerza necesaria, mientrasque la debutante Raquel Casado solodemuestra ser, al menos por el mo-mento, un rostro agradable. Rafael

por Arístides O’FARRILL*

Jacqueline Arenalen una escena de Miradas.

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Alonso resulta sumamente inexpre-sivo, sobreactuado, incapaz de sa-carse el lastre de su procedencia tea-tral. Hasta un actor de la talla deMiguel Navarro, en su última actua-ción para el cine, luce engolado,declamatorio, como si estuviera re-citando los parlamentos. Únicamen-te se salvan en este rubro ManuelPorto y Alina Rodríguez, en sus per-sonajes bordeados con fresca na-turalidad.

Otra falla, es la armazón del con-flicto entre los dos hombres que sereencuentran y que compartieron elamor de una misma mujer y se dispu-tan la paternidad de una hija. Esto pa-rece sacado del peor folletín melodra-mático y recuerda el lacrimógeno cineargentino y mexicano de las décadasde los 40s. y los 50s.

Tampoco las referencias íntertextuales a clásicos del cine cuba-no –como Memorias del subdesarro-llo o Lucía– funcionan, pues son de-masiado crípticas, más crípticas quelas referencias de La ola, que es mu-cho decir. Mucho menos funciona eljuego de citas genéricas: el western,Alfred Hitchcock...

Ahora bien, a favor de EnriqueÁlvarez y su Miradas hay cosas quealabar y agradecer. Ante todo un fil-me cubano que aborda con honesti-dad la realidad cubana sin recurrir alhumor fácil, ni a personajes pintores-cos. No estoy en contra del humor,pero creo que el más reciente cinecubano se ha extendido en demasíaal respecto, convirtiéndolo en un cli-ché. Algo que por demás, dicho seade paso, tiende a relativizar muchasveces los conflictos.

Por otra parte hay que reconocerlesutilezas: la secuencia inicial (el diálo-go entre Mulkay y su marchante-no-via en Miami, es interrumpido por rui-dos en la línea telefónica, metáfora deese diálogo nacional, también interrup-to. La crítica irónica, mediante la pu-blicidad de la botella de ron, a labanalización de la identidad nacional,por parte de los publicistas del turis-mo. La valentía de ubicar la acción de

la película en el poblado de Regla, lu-gar de tristes recuerdos, pues fue eldesencadenante del último puente deéxodo que sufrió la Nación. Tambiénhay elementos formales que resaltar:el trabajo visual del maestro RaúlRodríguez, algo esteticista, pero muyefectivo. Igualmente el hecho de que,pese a sus numerosos tropezones, con-siga mantener expectante al público.

Con todos sus defectos, Miradas esuna película osada y, sobre todo, since-ra; que invita a mirar hacia el futu-ro “con mirada limpia”, como rezael parlamento final de la película.

FICHA TÉCNICAMiradas / Cuba-España / 2001 / color, 90’ / Dirección: Enrique Álvarez/ Guión: Sigfredo Ariel y Enrique Álvarez / Fotografía: Raúl Rodríguez/ Edición: Miriam Talavera, Marisela Sosa / Música: Ulises Hernández/ Intérpretes: Mijail Mulkay, Jacqueline Arenal, Raquel Casado, AlfredoAlonso, Manuel Porto, Miguel Navarro, Alina Rodríguez.

Como única vía de sanar viejas le-siones y lograr una auténtica recon-ciliación consigo mismo como pasoprevio a una reconciliación nacio-nal. Esto hace de la película unaobra válida y urgente, y mantiene aEnrique Álvarez como una de laspromesas de nuestro cine. Ojalá, ensu próxima película, logre encon-trar la brújula que lo lleve a buenpuerto, pues talento tiene.

* Miembro del Consejo de Redacciónde la revista Ecos, de la Oficina Católi-ca del Cine en la Arquidiócesis de LaHabana.

A FAVOR DE ENRIQUE ÁLVAREZ Y SU MIRADASHAY COSAS QUE ALABAR Y AGRADECER.

ANTE TODO UN FILME CUBANO QUE ABORDACON HONESTIDAD LA REALIDAD CUBANA

SIN RECURRIR AL HUMOR FÁCIL,NI A PERSONAJES PINTORESCOS.

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Contemporáneos y dispares en casitodo, estos cubanos que no se cono-cieron, terminaron por coincidir enesta triste circunstancia: ambos hanmuerto lejos de la Ciudad y la Patriaque amaron.

Épico el uno, lírico el otro, los pro-tagonistas de sus textos diferían tantocomo el héroe y el vagabundo. Las sen-tencias de Díaz resonaban comotableteos; los versos de Eddy Campafluían como susurros entrecortadospor la poesía. Cada uno partía del tes-timonio veraz de sus experienciasautobiográficas, sin eufemismos niembellecimientos edulcorados.

Díaz, aproximadamente diez añosmayor, se integró inmediatamente apartir de 1959 al proceso revolucio-nario y fue protagonista activo deaquellos años duros, que no demoróen reflejar mediante una prosa no me-nos violenta, que iría enriqueciéndosehasta culminar en 1988 con su novelamayor: Las iniciales de la tierra. Des-de su Premio Casa de las Américas,en 1966, y hasta el momento de sudeceso, Jesús Díaz fue un protago-nista de primera línea en nuestra vida

L PASADO MES DE MAYO NOS IMPUSOla pérdida de dos escritores cubanos. El primero deellos fue el conocidísimo novelista y cineasta JesúsE

Díaz, fallecido repentinamente en Madrid, durante lamadrugada del día 2. El segundo, prácticamente descono-cido en Cuba, fue el poeta Eduardo “Eddy” CampaBacallao, hallado muerto en algún rincón de la PequeñaHabana debido a una crisis renal y a la pobreza en quevivía desde su llegada a Miami en 1980.

cultural; dirigió revistas, incursionótambién con éxito en el cine, primerocomo guionista (Viva la República,Ustedes tienen la palabra) y ensegui-da como realizador con el documental55 hermanos y los largometrajes deficción Polvo rojo y Lejanía. Todassus obras fílmicas estaban asociadasal drama del éxodo. Sus libros cono-cieron la traducción a diversos idio-mas y él mismo viajó como invitado aeventos políticos y literarios en Euro-pa y América. Cuando parecía ceñidoal rol de intelectual orgánico, llegaronlos dramáticos cambios en el llamadoBloque Socialista, y sus conviccionese intereses entraron en conflicto conla política trazada por su Partido, yresolvió permanecer fuera de Cuba, sindejar de participar desde allí en la vidaliteraria del País. Para ello, fundó en1996 la revista Encuentro de lacultura cubana, sin cesar de escri-bir y publicar relatos y novelas quemerecen estudio aparte. Es muy pro-bable que haya dejado textos inédi-tos que, de un modo u otro, confir-marán y prolongarán su permanen-cia en nuestra actualidad literaria.

por Rogelio FABIO HURTADO

CONTEMPORÁNEOSY DISPARES EN CASI TODO,

ESTOS CUBANOSQUE NO SE CONOCIERON,

TERMINARON POR COINCIDIREN ESTA TRISTE

CIRCUNSTANCIA:AMBOS HAN MUERTOLEJOS DE LA CIUDAD

Y LA PATRIA QUE AMARON.

ÉPICO EL UNO,LÍRICO EL OTRO,

LOS PROTAGONISTASDE SUS TEXTOS DIFERÍANTANTO COMO EL HÉROE

Y EL VAGABUNDO.LAS SENTENCIAS DE DÍAZ

RESONABANCOMO TABLETEOS;

LOS VERSOS DE EDDY CAMPAFLUÍAN COMO SUSURROS

ENTRECORTADOSPOR LA POESÍA.

Jesús Díaz

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Eddy Campa, con menos de diezaños en 1959, emergió de su adoles-cencia a un mundo cuyos canales depromoción ya no eran tan fluidos, ydonde se le concedía enorme impor-tancia a los antecedentes políticosmeritorios. De origen sumamente hu-milde, tampoco contó con relacionesfamiliares o fortuitas que le allanasen

el camino. “No tengo muchasuerte para las selecciones”,le oí comentar alguna vezluego de haber sido rechaza-do como instructor literariopara las nuevas Escuelas alCampo de Matanzas. Enfun-dado en su saquito deporti-vo gris, leía vorazmente a suspredilectos –Saint JohnPerse, Pedroso, AndréBretón– en los salones de laBiblioteca Nacional y comíapoco, pero sonreía, sonreíasiempre con la naturalidad deun inmortal desterrado. Es-taba orgulloso de haber ma-triculado en el curso para tra-bajadores de la Escuela deLetras y sus poemas erancada vez más expresivos, ilu-minaban las vivencias coti-dianas del cubano de enton-ces y trascendían desde loíntimo a lo universal. Sinembargo, tras un par de inci-

dentes deplorables su hermoso libroCalle Estrella y otros poemas resul-tó tildado de “diversionis-mo ideo-lógico” y fue expulsado del curso.Marcado con esta etiqueta al pare-cer para siempre, cuando comenzóel Éxodo del Mariel abordó sin pen-sarlo demasiado un yate rumbo aCayo Hueso. Allí no fueron bien aco-

gidos ni sus versos indóciles ni su lookde poeta. Acaso un mérito mayor fueafrontar la miseria sin someterse a lasexigencias del medio, y seguir vivien-do como el artista que era. En 1998,consiguió publicar su primer libro enel exilio: Little Havana MemorialPark. Al morir, deja inédito un texto:Manual del estafador.

El pasado año me encontraba devisita en Miami cuando Jesús lan-zó un número de Encuentro de lacultura cubana dedicado a la lite-ratura de los cubanos radicadosallí. Me asombró que los versosde Campa no hubieran sido inclui-dos en la muestra. Eddy se limitóa encogerse de hombros y siguiósacándole humo a su tabaquitodominicano como si fuese un H.Upmann número 1 y no mostró in-terés en saludar al colega escri-to r. Desgrac iadamente amboseran fieles a sus códigos respec-tivos: Jesús brillaba en el escena-rio y Campa permanecía sonrien-do s i lenc ioso en la oscur idaddel teatro.

Ahora ambos comparecen lige-ros de equipaje ante la luz del Se-ñor, quien no olvidará, al juzgar-lo, el amor ilimitado que cada unode ellos, a su modo, prodigó a laLiteratura, ni el pecado de haber-se ignorado entre sí.

Eddy Campa

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AAAAAPOSTILLASPOSTILLASPOSTILLASPOSTILLASPOSTILLAS por Monseñor Carlos Manuel DE CÉSPEDES GARCÍA-MENOCAL

Se equivocó el buen Hermano Nazario y no seguí el ejem-plo de mi padre y de mis tíos, pero de hecho la convicciónde la muerte en juventud me acompañó siempre, lainterioricé desde muy niño y la contemplaba con sumatranquilidad. Quizás de esa convicción, de que yo no al-canzaría la ancianidad física, nacieron dos actitudes quetambién me acompañaron siempre: -1) el aprecio por los“viejos” y la apetencia golosa por escucharlos, por cono-cer lo que sabían, por informarme acerca de sus experien-cias y criterios; -2) el impulso interior, casi siempre in-consciente, por vivir mis años – esos pocos años que vivi-ría según creía -, con la mayor intensidad posible y asícompensar con la intensidad lo que no alcanzaría por eltranscurso del tiempo. Y he vivido muy intensamente,

es verdad; reconozco que hastacon una cierta prisa, para bien ypara mal, que no siempre de-pendió de mí voluntad; pero so-

bre todo ratifico hoy que he apre-ciado y continúo apreciando el te-

soro que es un anciano sabio. Cu-riosamente, hoy, asímismo, ancia-

no ya, desde el belvedere de misaños, valoro con mayor com-

prensión a los jóvenes y mesiento más disponible ypaciente para con ellos,para con sus “impert i -nencias” y su “falta deexperiencia”, de las quecasi nunca son responsablesdirectos y cuya superacióndependerá en gran medi-

da de la actitud de nosotros,

N LOS ÚLTIMOS AÑOS ME CUESTAescribir acerca de la ancianidad, porque me pa-rece que, por algún ángulo, equivale a escribir acercade mí mismo, anciano ya, si como tal se entiendeal que rebasa la curva de la “tercera edad”, por laE

que ya pasé hace seis años. Cuando era joven escribía yhablaba con frecuencia sobre el tema, que no me concer-nía personalmente sino en la medida en que apreciaba so-bremanera a los ancianos que me rodeaban y de cuya sa-via me enriquecía cotidianamente. Desde niño viví con-vencido de que no llegaría a una edad avanzada. Casi to-dos los hombres de mi familia inmediata, de la generaciónanterior a la mía, murieron muy jóvenes, a empezar por mipadre, que murió a los treinta y siete años. Yo pensaba queseguiría su ejemplo. Amén de que, durante los años de laenseñanza primaria, en el Colegio de los Hermanos Maristas,tuve un profesor muy cercano, el Hermano Nazario, queme dijo en muchas ocasiones que yo debía ser “bueno” yvivir siempre en la presencia de Dios, pues moriría muyjoven; que ésa era su premonición.

Su Santidad Juan Pablo IIa su llegada a Azerbaiyánel pasado mayo.

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los “viejos”, sabios o no tan sabios, frágiles o todavíamás fuertes que un trinquete.

Sin embargo, me parece indiscutible que los viejos noestamos de moda; que la mentalidad new age y la actitudlight, promueven lo que tiene que ver con la clase de ener-gía que depende de la juventud y con el tipo de bellezafísica que depende de la juventud y hasta de la niñez. Ypor ese camino, cuando se interiorizan y racionalizan abe-rraciones, llegamos a la pornografía infantil y a la pedofilia.Sí están de moda las cosas viejas, las antigüedades. A ve-ces por orientación estética muy válida, pero para algunosadscritos a la irracionalidad involutiva de la new age, subúsqueda y su posesión están relacionadas con la supues-ta “energización” que proviene de esos objetos o hasta deconstrucciones, como las pirámides de Egipto o las de lasculturas mexicanas y mesoamericanas. Sería simplemen-te ridículo y risible, propio de una buena comedia deMoliere, si no hiciera daño en orden a la evolución positivade la humanidad hacia su Ome-ga real.¡Cómo si la persona tu-viera que buscar energías hu-manas fuera de sí misma, desu dinamismo físico, psíquicoe intelectual bien orientado, yenergías genuinamente espiri-tuales fuera de la órbita delDios Trino y Uno!

Si hoy me decido a pergeñarestas líneas sobre los ancianoscotidianos, sobre los ancianoscomunes que encontramos entodas las familias, barrios y co-munidades cristianas -no sobrelas cosas viejas pseudo-energizantes-, esto se debe pre-cisamente a que no están demoda, a no ser que, en su ámbito, sean personas verdade-ramente excepcionales. Dejo para el final la referencia aun anciano excepcional que, a pesar de su excepcionalidad,podría estar pasando de moda a los ojos de algunos, peroque a los míos se crece cotidianamente...

Tengo la impresión, voraz devorador de la historia comosoy, de que en la cultura occidental siempre se han tenidoen cuenta los valores de la juventud, desde los que perte-necen al hondón del ser, como una cierta audacia en latoma de decisiones y la energía para asimilar las realidadesnuevas, hasta los más exteriores, como la belleza corpo-ral. Basten para sustentar mi afirmación los testimoniosque nos han dejado Egipto, Grecia y Roma. Pero en laantigüedad y hasta no hace demasiado tiempo, este apre-cio aparece siempre balanceado por el no menor sino ma-yor aprecio por la belleza interior que los años pueden ate-sorar: la sabiduría de los ancianos que han sabido recorrerbien sus prolongados años de existencia y que, de manera

muy suya, han interiorizado bien la prueba de la fragilidad.Aprecio naturalmente acompañado por la convicción deque esa sabiduría resulta inalcanzable por otros mediosque no sean los que dependen de una larga vida y de laslimitaciones que ésta impone. De esta valoración positivade lo que su sabiduría existencial o experiencial aporta a lavida de todos, a la vida en todas sus dimensiones, tambiéntenemos suficientes testimonios, que atraviesan toda lahistoria de occidente hasta, por lo menos, el siglo XIX.Yendo hacia atrás en el tiempo, tocando a la Roma clásicacon los dedos de la memoria cordial, recapitulemos el pre-cioso tratadito De Senectute (Acerca de la Ancianidad), deCicerón. Por otra parte, me parece que en las diversasculturas orientales, más autónomas entre ellas mismas ycon relación a las culturas occidentales, la balanza del apre-cio se ha inclinado siempre y, creo, continúa inclinándoseen el sentido de los valores propios de la sabiduría de losancianos. En uno y otro horizonte, cuando de ancianidad

se trata, no se disimu-lan los inconvenientesde la misma, abruma-dores en el orden de laslimitaciones físicas y,frecuentemente, tam-bién en el orden de lascapacidades intelectua-les para la aprehensiónde “lo nuevo”, de lohasta entonces desco-nocido por la personaanciana en cuestión.

La vida hoy, enoccidente, mayorita-riamente, se organizasin contar con las rique-zas de la ancianidad. De

manera tal que, en ocasiones, aún quienes apreciarían lacercanía de un anciano sabio en el seno de la familia, aquien prestarían atención con cariño sumo, no puedenhacerlo porque las condiciones de la vida casi lo imposibi-litan. Llevando las cosas a un extremo sumamente para-dójico, nuestro mundo occidental invierte grandes esfuer-zos y recursos para prolongar la vida física de las perso-nas – hoy solemos vivir mucho más tiempo que hace unsiglo – y, simultáneamente, condena a la mayor parte delas personas de vida muy prolongada a una dosis insopor-table de desamparo afectivo y a una inevitable convicciónde inutilidad, cuando no de estorbo. Y mientras mayor seael grado de desarrollo económico, científico y técnico delpaís o región, más deteriorado está el valor del anciano.Las condiciones de vida, “el sistema” de vida de la socie-dad desarrollada, tal cual se considera hoy en la mayoríade los países que alcanzan sus niveles más altos, deja a lamayoría de los ancianos -y a todos los “frágiles”- al borde

¿QUIÉN COMO JUAN PABLO IIEN LOS ÚLTIMOS DECENIOS

HA SOSTENIDOEN TODAS LAS TRIBUNAS UNIVERSALES

LA VERDAD ACERCA DE DIOS,DE LA PERSONA Y DEL MUNDO,CONTRA VIENTOS Y MAREAS?Y HEMOS TENIDO LA FORTUNA

DE VERLO ENVEJECERY DETERIORARSE FÍSICAMENTE,

SIN QUE EL VIGOR AUDAZDE LA DEFENSA DECAIGA.

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él se desarrollaron y menospreciaron a la persona humanacomo nunca antes en la Historia, así como de las másespantosas guerras conocidas por el ser humano, provo-cadas casi siempre por la naturaleza deshumanizante deesos regímenes, pero también deberá dar cuenta de la pro-liferación racionalizada del aborto, de la eutanasia, del te-rrorismo y de tantas otras formas de violencia contempo-ránea que atentan contra la vida humana, de manera más omenos abierta y confesa.

Afortunadamente quedan hombres de luz que viven parala Verdad y mantienen alerta la esperanza. Pienso ahora enel anciano excepcional que mencioné anteriormente: SuSantidad Juan Pablo II. Proclamo mi admiración y mi gra-titud, sin el “complejo católico”, engendrado por falsospudores o humildades, que a veces conduce a disimularlas cualidades de hombres de su estatura religiosa, ética eintelectual. ¿Quién como él en los últimos decenios ha sos-tenido en todas las tribunas universales la Verdad acercade Dios, de la persona y del mundo, contra vientos y ma-reas? Y hemos tenido la fortuna de verlo envejecer y dete-riorarse físicamente, sin que el vigor audaz de la defensadecaiga. Porque fortuna y tesoro es para nosotros, aun-que sea Calvario y Cruz para él. Hoy el cuerpo del PapaWojtyla ya no es el que vimos en 1978, cuando al contem-plar su talante físico, algunos se permitían pensar y expre-sar que al nuevo Pontífice le resultaba placentero elprotagonismo itinerante. Hoy viéndole el dolor en el ros-tro, el pañuelo en mano para secarse la saliva furtiva queconstantemente asoma en sus labios, el cuerpo encorva-do, el temblor en las manos, el andar dificultoso y a veceshasta imposible y hasta la difícil expresión oral, sabemosque la energía viene de otra parte, no de un frívolo placerprotagónico. Viene de más allá de él mismo y de nosotros;viene de Quien lo eligió para tal servicio o ministerio a laIglesia y al mundo: el Dios Trino y Uno, Unidad y Comu-nión de la plenitud del Ser, Padre, Hijo y Espíritu Santo, lafuente raigal de la vida verdadera y la meta de la misma,realidad que fundamenta toda realidad buena aunque nosresulte inexpresable. Misterio, pero no de noche, sino deluz excesiva para la mirada de nuestro pobre entendi-miento indigente y para nuestra lengua incapaz deexpresarlo. La existencia actual de Juan Pablo II y elestilo de su ministerio, sostenido a pesar del deteriorodel cuerpo, constituyen una especie de apokálypsis (re-velación, develación de algo que un velo mantenía ocul-to) para la Iglesia y para el mundo contemporáneos.

Hace muy poco más de dos meses participé en una re-unión de pequeño grupo en Roma que incluyó un encuen-tro con Su Santidad Juan Pablo II, a quien saludé y con elque pude intercambiar breves palabras que incluyeron surecuerdo de su visita a Cuba hace ya más de cuatro años.Me inspiró admiración y compasión sumas. ¿Cómo esposible –me decía después– que, estando como está, pien-se en las celebraciones de Semana Santa, que ya se le

del camino, sometidos a una especie de oquedad existencial,sin sentido, a pesar de que sus condiciones materiales seanexcelentes. Pues cierto es, y esto constituye la otra carade la medalla, nuestro mundo se siente muy satisfechocuando en ese mismo sistema socio-económico y jurídi-co, en lo que corresponde a la atención a los ancianos -y alos otros seres “frágiles”- funciona bien. O sea, cuandolas personas limitadas por la enfermedad o de una ciertaedad todavía no muy avanzada pueden retirarse con unabuena pensión; cuando los “hogares de ancianos” o impe-didos (eufemismo para disimular la condición de asilo para“desamparados”, que no equivale necesariamente a “per-sonas sin recursos económicos”) son suficientes para quelos sanos y los más jóvenes que todavía pueden trabajar sesientan liberados del peso de los enfermos y de los ancia-nos de la familia, etc.

Es decir, que la mayoría de las personas viven hoy mástiempo en condiciones físicas aceptables, pero se les apartade los espacios en los que se juega la suerte de los hom-bres; se prescinde de ellos para todo lo que realmente cuentaen la vida, a no ser que se trate de personas realmenteexcepcionales, de los que prescindir sería una insensatezsuma. Ahora bien, sabemos que los seres excepcionalesson eso, excepciones, no constituyen la media humana.No todos los compositores son Verdi, ni los instrumentistasson Rubinstein, ni los directores de orquesta son Toscanini,ni los científicos son Einstein, ni los políticos son WinstonChurchill o Adenauer, etc. Pero, ¡cuánta riqueza en esamayoría media, no excepcional, que fue relegada a lamarginalidad social y familiar, y que pudo haber hechopresentes los valores reales de la tradición, la cultura yla religiosidad – no el folklore mágico para uso de turis-tas - y la ética genuina; valores que no pueden llegarsino por ellos, pues el libro, el cine, internet o la TV nobastan. Amén de que el papel y la pantalla de la compu-tadora lo aguantan todo y confunden a los inexpertos o alos menos informados.

Ya es gran cosa que todavía se atienda físicamente biena las personas hasta el final natural de su existencia, aun-que sea en un hogar-asilo, y que en algunos casos losfamiliares y amigos se ocupen realmente de ellos y leshagan sentir un afecto real y los escuchen y aprendan deellos. Porque no podemos alejar de nuestro entendimientoy de nuestro corazón la visión de los demonios que toda-vía se esconden, pero que ya asoman sus feas narices ypodrían hacer tienda en nuestro mundo, ingresando porlas puertas abiertas del sutil y, simultáneamente, más radi-cal medio de marginalización -en este caso, eliminación-de toda forma de enfermedad, limitación física, fragilidadcorporal y dolor; pienso, por supuesto en la “racionali-zación” actual de la eutanasia, o sea, de la muerte supues-tamente voluntaria y provocada de quien padece esas si-tuaciones. Nuestro siglo XX, recién terminado, tendrá quedar cuenta de los regímenes ideológicos y políticos que en

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venían encima, en tan numerosas ceremonias de beatifi-cación y de canonización, en viajes a veces a lugares tandistantes como Toronto, Ciudad México y Guatemala?¿Cómo es posible que continúe ejerciendo su servicio pas-toral con el mismo estilo de hace veinte años, no reducidoa una quietud humanamente más “adecuada” para su si-tuación física? ¿Hasta cuándo podrá hacerlo?

Cuando yo era joven se decía, un poco en broma y unpoco en serio, que los Papas podían estar bien o podíanestar muertos. No se hablaba de enfermedades de los Pa-pas durante su vida; no se exhibían con síntomas eviden-tes de enfermedad. Los detalles de éstas se conocían des-pués. Juan Pablo II no ha ocultado ninguna y, en la medi-da en que la edad y sus limitaciones lo hacen posible, hamantenido su ministerio sin cambios sustanciales. “Debe-ría renunciar”, han dicho algunos, pues entienden que yaresulta inhumano para él y que no es conveniente para laIglesia la continuidad de la imagen de un Papa físicamentefrágil. Estimo, como hace muy pocos días han subrayadoel Cardenal Joseph Ratzinger y el Cardenal Oscar RodríguezMadariaga, que el Papa se mantendrá al frente de la Iglesiahasta el momento en el que Quien lo eligió le haga saberSu voluntad de que cese: sea por el paso a la otra orilla dela vida, junto a El, sea porque el propio Pontífice se perca-te - gracias a El, que tiene Sus caminos que no son nues-tros caminos - de que ya le resulte imposible el ejerciciodel ministerio petrino porque la lucidez comience a aban-donarlo. A quien tiene el coraje de servir a la Iglesia y almundo en semejantes condiciones de debilidad, a quienno se deja vencer por ellas, no le faltará el coraje de decir-nos, si llegara el momento: “Ahora ya no puedo más”. Ysea por un camino, sea por otro, nos dejará como su me-jor herencia que no tenemos derecho a cesar en el cumpli-

miento de lo que debemos hacer como servicio debido auna fuerte dosis de cansancio o de enfermedad; de quepodemos y debemos modificar el ritmo, si el cuerpo noslo impone, pero de que no debemos suprimir la sustanciadel servicio; de que si nos concedemos modificar el ritmo,pasando de un andante molto vivace a un más suave ada-gio, lo hacemos no por comodidad o pereza, sino en arasde prolongar la sustancia y de mantener la articulación dela sinfonía. Para descansar definitivamente ya habrá tiem-po en la otra orilla, en la vida eterna..

Ancianos frágiles fueron también Pío XII, el BeatoJuan XXIII y Pablo VI. Los recordamos más con esacondición que cuando se mantenían en su mejor formafísica. ¡Cuánto debemos en la Iglesia y en el mundo de lasegunda mitad del siglo XX a la sabiduría de estos ancia-nos, que se crecieron en las limitaciones de su ocaso físi-co. En el mismo día en que escribo estas líneas leo lacrónica de la visita de Juan Pablo II a Sofía y pongo espe-cial atención en su encuentro con el Patriarca Ortodoxode la Iglesia de Bulgaria, Maxim, más anciano aún que elPapa, aunque en mejores condiciones físicas. Ambos hanconstruido en estos dos últimos días más de lo que ambasramas de la familia cristiana habían podido levantar en elcamino hacia la unidad durante los años más recientes.. Elabrazo de estos dos colosos viejos y el lenguaje empleadoes todo un estímulo en el laborioso camino de la recons-trucción de la unidad de la Iglesia y del Mundo, así comouna evidente lección de solidaridad, de esfuerzo inaudito yde compromiso con sus certezas de Fe.

Pero ¿acaso no presenta también algunos inconvenien-tes a la Iglesia el deterioro del Papa? Evidentemente, sí, ypor eso los que postulan su renuncia no son sólo algu-nos hombres de los medios no siempre conocedores de

ANCIANOS FRÁGILES FUERON TAMBIÉNPÍO XII, EL BEATO JUAN XXIII Y PABLO VI.

LOS RECORDAMOS MÁS CON ESA CONDICIÓNQUE CUANDO SE MANTENÍANEN SU MEJOR FORMA FÍSICA.

¡CUÁNTO DEBEMOS EN LA IGLESIAY EN EL MUNDO

DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XXA LA SABIDURÍA DE ESTOS ANCIANOS,

QUE SE CRECIERONEN LAS LIMITACIONES DE SU OCASO FÍSICO.

Pío XII

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la entraña de la Iglesia, o personas ajenas a la vida de lamisma. Sin apartarse de la admiración al Papa actual y sindejar de ser hombres leales para con él y para con la insti-tución, prudentes hombres de Iglesia estiman que un “finde Pontificado” excesivamente prolongado, debido a ladebilidad física del Papa, vuelve más lentos algunos pro-cedimientos eclesiales que requieren una cierta prontituden la toma de decisiones, crea algunas confusiones en lacúpula eclesial y favorece especulaciones dañinas. Recuer-do los últimos años de Pablo VI, igualmente admirables,aunque quizás menos dramáticos pues las limitaciones delPontífice no eran tan visibles como lo son hoy. En más deuna ocasión, algunos amigos que entonces servían en laCuria Romana me decían cuando visitaba Roma que, endiferentes oficinas de la Curia, crecía el número de expe-dientes guardados en sobres en cuya cubierta se escribía“per il Successore”, “para el Sucesor”. Sin duda que en lamayoría de los casos se trataba de cuestiones sin gran

urgencia, ni mucha importancia, pero en otros ca-sos no era así: habrían requerido una interven-

ción enérgica que, por caridad para conél, nadie quería solicitar delPontífice. Supongo que en es-tos tiempos está sucediendoalgo parecido en el Vaticanode Juan Pablo II y, anteello, surge la pregunta

acerca de la renuncia.Evidentemente, es

una opción válida yalgunos -

muy pocos- Papas de buen nombre en la Historia, en tiem-pos ya remotos, renunciaron por diversas razones, inclu-yendo una real o equivocada conciencia acerca de su in-capacidad para encarar los problemas de su momento opor la convicción de que su renuncia ayudaría a resolverun problema de real envergadura. Quizás el único caso derenuncia voluntaria, no prácticamente obligada por divi-siones en la Iglesia u otros factores, fue la de San CelestinoV (13.XII.1294), que la fundamentó con estos términos:“Defectu scientiae, malignitate plebis, infirmitatepersonae” (“Limitación en el conocimiento, maldad delpueblo, debilidad de la persona”). Al parecer, los tres ar-gumentos eran objetivos, pero podría haber añadido quetambién pesó en su ánimo, y de manera decisiva, el influjodel enérgico Cardenal Caetani, que lo sucedería con elnombre de Bonifacio VIII. Celestino V murió como monjea los 86 años, el 19 de Mayo de 1296 y fue canonizado el5 de Mayo de 1313 por Clemente V. Como dato curioso,recuerdo que Pablo VI, en 1970, cuando ya se agitabancomentarios a favor de su renuncia, fue al peñón deFumone, en donde murió San Celestino, a rendirle home-naje. Y se decía entonces que, si optaba por la renuncia,allí se retiraría él también.

Personalmente reconozco que doy gracias a Dios dehaber vivido, como hombre de Iglesia, los ejemplares“finales de Pontificado” de Pío XII, de Juan XXIII, dePablo VI y, ahora de Juan Pablo II. Puestas en la balan-za las riquezas de ambas opciones – la renuncia o lapermanencia hasta el final, apoyados en una concienciade su misión y en una inaudita confianza en la gracia -me quedo con la que tomaron estos árboles que sabenmorir de pie, porque saben que lo de ellos, no viene deellos, sino del Espíritu de Dios que, sólo El, puede deci-dir el momento de la partida, sea por muerte, sea porrenuncia inspirada. Saben que cada uno de ellos, con sutemple diverso, no es un simple gerente de una empresaimportante, sino “kêfâs”, roca sobre la que se edificanla comunión eclesial y el servicio de la Iglesia al mundo,en el que está llamada a encarnarse. Y esta realidad per-tenece a otro orden que no debe equipararse al de laeficacia temporal. Deo gratias!

La Habana, 26 de Mayo de 2002.Solemnidad de la Santísima Trinidad.

DOY GRACIAS A DIOS DE HABER VIVIDO, COMO HOMBRE DE IGLESIA,LOS EJEMPLARES “FINALES DE PONTIFICADO” DE PÍO XII, DE JUAN XXIII,

DE PABLO VI Y, AHORA DE JUAN PABLO II. PUESTAS EN LA BALANZALAS RIQUEZAS DE AMBAS OPCIONES -LA RENUNCIA O LA PERMANENCIA

HASTA EL FINAL, APOYADOS EN UNA CONCIENCIA DE SU MISIÓNY EN UNA INAUDITA CONFIANZA EN LA GRACIA-

ME QUEDO CON LA QUE TOMARON ESTOS ÁRBOLES QUE SABEN MORIR DE PIE.

Juan XXIII,al centro, en laclausura de laprimera sesióndel ConcilioVaticano II.