Monografia de Trastorno Delirante

47
FACULTAD DE HUMANIDADES ESCUELA DE PSICOLOGÍA TEMA: “TRASTORNO DELIRANTE” AUTORAS: MENDOZA LEÓN, Carmen RAMIREZ SILIPU, Leidy TANDAYPAN RISCO, Dirsi ASESOR: NOÉ GRIJALVA, Martín TRUJILLO- PERÚ 2013

Transcript of Monografia de Trastorno Delirante

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

TEMA:

“TRASTORNO DELIRANTE”

AUTORAS:

MENDOZA LEÓN, Carmen

RAMIREZ SILIPU, Leidy

TANDAYPAN RISCO, Dirsi

ASESOR:

NOÉ GRIJALVA, Martín

TRUJILLO- PERÚ

2013

TRASTORNO DELIRANTE

A Dios por su infinita

bondad de habernos

concedido la vida

y la salud.

A nuestros padres

por su esmerado

esfuerzo de educarnos

y formarnos como

seres valiosos

TRASTORNO DELIRANTE Página 2

TRASTORNO DELIRANTE

AGRADECIMIENTO

A nuestro docente de curso por su paciencia y entrega en realizar un

trabajo que busca brindar una educación de calidad.

INDICE

TRASTORNO DELIRANTE Página 3

TRASTORNO DELIRANTE

TRASTORNO DELIRANTE…………………………………………………………..

….…6

I. Historia………………………………………………………….….…

6

II. Análisis histórico conceptual del delirio en el siglo

XX……………8

III. Concepción actual del trastorno

delirante…………………………15

1. Características

diagnósticas……………………………………..16

2. Relación con los criterios diagnósticos de la CIE-

10 ………….17

3. Subtipos…………………………………………………………..

18

IV. Etiología………………………………………………………………

20

V. Síntomas y trastornos

asociados……………………………………21

VI. Criterios para el diagnóstico trastorno

delirante………………….22

VII. Epidemiología………………………………………………………

..25

TRASTORNO DELIRANTE Página 4

TRASTORNO DELIRANTE

VIII. Prevalencia…………………………………………………………

…26

IX. Curso y

pronóstico…………………………………………………….27

X. Tratamiento………………………………………………………….

..29

XI. Farmacoterapia……………………………………………………

….30

XII. Psicoterapia…………………………………………………………

…31

XIII. Conclusiones………………………………………………………

…..32

XIV. Referencias

bibliográficas…………………………………………..33

PRESENTACION

En este trabajo monográfico presentaremos una investigación sobre el

Trastorno Delirante, el cual desde ya manifiesta cuadros no muy

frecuentes, donde cuya sintomatología esencial consiste en la presencia

de ideas delirantes no extrañas pero persistentes, que no se deben a

TRASTORNO DELIRANTE Página 5

TRASTORNO DELIRANTE

ningún otro trastorno mental, como una esquizofrenia, un trastorno

orgánico-cerebral o un trastorno del ánimo. En ellos, aparte de las ideas

delirantes y sus ramificaciones, no hay conductas manifiestamente

extrañas y, en caso de que haya alucinaciones auditivas o visuales, no

son predominantes.

Esta categoría se denominó Trastorno Paranoide en el DSM-III de la APA

pero, puesto que las ideas delirantes son los síntomas primarios de este

trastorno, y dado que el término paranoide tiene, como veremos, otros

significados que pueden inducir a confusión, desde el DSM-III-R se

utilizan la denominación de Trastorno Delirante.

El término delirio no es de uso médico-psiquiátrico exclusivo, sino que

suele emplearse en el lenguaje corriente, donde se recurre a él para

expresar locura, sinrazón, desvarío, queriendo designar un modo

especial de experimentar la realidad. Su origen etimológico varía entre

las lenguas románicas, el alemán y el inglés. La procedencia del vocablo

latino «delire», que significa «salirse del surco» pues se forma a partir

de los prefijos «de» (fuera) y «lirare» (arar o trazar surcos), es la

utilizada y la que está presente en el castellano, portugués, italiano y

francés. En inglés, el término delusion procedería del latín «deludo»

designando «una creencia u opinión falsa sostenida con relación a cosas

objetivas».

A continuación nuestro trabajo de investigación, esperamos sea de su

cordial agrado.

LAS AUTORAS

TRASTORNO DELIRANTE

I. HISTORIA

TRASTORNO DELIRANTE Página 6

TRASTORNO DELIRANTE

El termino PARANOIA deriva del griego para, de lado, paralelo; y nous,

espíritu, pensamiento. Tal vez podría traducirse como pensamiento

paralelo o espíritu no centrado. La primera utilización de paranoia

proviene de las culturas clásicas y concretamente de Hipócrates, quien

utilizaba este término de modo coherente con tal fundamento

etimológico, como veremos, alejado notablemente del uso actual. Para

Hipócrates, dicho estado implicaba un deterioro mental extremo o lo

generalizaba como trastorno mental.

En el siglo XIII los médicos árabes describieron un trastorno mental con

ideas persecutorias, muy semejante al concepto de nuestros días, pero

sin mención del aforismo paranoia.

Por supuesto, sin ordenación taxonómica alguna, encontramos

excelentes descripciones literarias e históricas de sujetos que

padecieron trastornos de esta índole. Citemos a Otelo, con sus celos

morbosos en Shakespeare; al inefable Don Quijote, con sus

interpretaciones delirantes en Cervantes, y al mismo W.A.Mozart, quien

compuso su Requiem convencido de que un complot iba a asesinarle.

También Robert Schumann y Juan Jacobo Rousseau desarrollaron ideas

paranoides en la segunda parte de su vida, que adquirieron en ambos

casos suma intensidad.

Jean Ethienne Esquirol denominó a estas enfermedades Monomanías, ya

que se trata de enfermos que padecen de sintomatología persecutoria,

TRASTORNO DELIRANTE Página 7

TRASTORNO DELIRANTE

megalómana o místicas. Con esto quería destacar un aspecto especial

de la enfermedad que es de una personalidad que fuera de su tema

delirante está bien adaptada a la realidad; pero mucho clínicos

rechazaron el aspecto parcial de esta patología manifestando que es

toda la personalidad la que está profundamente alterada, es el sistema

ideo-afectivo el que se altera y actúa de soporte de la temática

delirante. Pero por sus características de evolución sin déficit, ha hecho

que a éstos delirios se los clasifique fuera de la esquizofrenia y separada

de la esquizofrenia paranoide, esto es tomando un criterio evolucionista

del cuadro.

Partiremos aquí de la contribución de Kraepelin, con quien empieza la

época moderna de la concepción de la paranoia como cuadro delirante

crónico, que cursa SIN DETERIORO NI ALUCINACIONES, a diferencia de la

demencia precoz (esquizofrenia). La definió así: “Desarrollo insidioso,

bajo la dependencia de cusa internas y según una evolución continua,

de un sistema delirante duradero e imposible de sacudir, y que se

instaura con una conservación completa de la claridad y del orden en el

pensamiento, el querer y la acción”.

En cuanto al delirio, destacan dos direcciones frecuentemente

coexistentes. Una es el delirio de perjuicio, en el que se albergan el de

persecución, el de celos y la hipocondría. El otro es el de grandeza, en

el que se incluye el de inventores, interpretadores genealógicos,

místicos y erotómanos. Llamó también la atención a Kraepelin la

TRASTORNO DELIRANTE Página 8

TRASTORNO DELIRANTE

SISTEMATIZACION del delirio. Dice al respecto: “Es elaborado

intelectualmente, coherente a una unidad, sin grandes contradicciones

internas”.

Son enfermedades caracterizadas por ideas delirantes permanentes que

constituyen lo esencial del cuadro clínico. Es la enfermedad mental por

excelencia; cuando hablamos de ideas delirantes nos referimos a una

concepción del mundo, que es fundamentalmente distinta de la vivencia

delirantes, esta última se refiere a una experiencia vivida más en el

campo de la sensorialidad (alucinaciones auditivas, cenestésicas,etc)

donde el paciente está en una actitud pasiva de contemplación de éste

mundo alucinado.

En cambio en los delirios crónicos y en particular en la paranoia, más

que una vivencia delirante se trata de una creencia delirante quiere

decir de una concepción del mundo, o como dice nuestro tango “una

manera de ser y filosofar” equivocada.

II. ANÁLISIS HISTÓRICO- CONCEPTUAL DEL DELIRIO EN EL

SIGLO XX

La revolución industrial y tecnológica que tuvo lugar en la primera mitad

del siglo XX fue acompañada de una evolución espectacular de las

Ciencias, entre ellas la Medicina. No obstante, como en otras ocasiones,

la Psiquiatría avanzó más lentamente que otras disciplinas médicas. En

cualquier caso, la obra de los verdaderos fundadores de la Psiquiatría

TRASTORNO DELIRANTE Página 9

TRASTORNO DELIRANTE

moderna (Kraepelin, Schneider, Jaspers, Ey, Clérambault…) sirvió para

un análisis definitivo de la concepción del delirio.

Formularon diversas hipótesis neurobiológicas y psicológicas aún hoy no

confirmadas. En las primeras décadas del siglo XX son de nuevo los

autores franceses quienes llevan la iniciativa, cediendo luego el

protagonismo a sus colegas alemanes. Pero, al principio, nombres como

Ernest Dupré- quien acuñó el término “monomanía”- o Dublineau-quien

habló de la intuición como generadora de los delirios- llaman la atención

en este período de la Historia de la Psiquiatría.

- Valentin Magnan (1835-1916) y Paul Sérieux (1864-1947):

Desarrollaron la noción de “delirio crónico con evolución sistemática”,

que comprendería cuatro estadíos41:

1) Incubación o humor delirante

2) Cristalización de los delirios de persecución

3) Aparición de delirios de grandeza

4) Demencia o defecto mental

Sus conceptos podrían ser aplicados tanto a los trastornos delirantes

(persistentes o reactivos breves) como a la esquizofrenia o a la manía

con síntomas psicóticos.

TRASTORNO DELIRANTE Página 10

TRASTORNO DELIRANTE

A Magnan se le debe también la magnífica descripción de la

“parasitosis” o delirio por infestación.

Sérieux publicó junto a Joseph Capgras un libro importantísimo acerca

de los errores perceptivos o interpretativos, Les Folies Raissonantes: Le

délire d’ interprétation (1909). Postularon que el citado delirio de

interpretación era mucho más sistematizado de lo que se creía hasta

entonces. Además, concluyeron que las alucinaciones eran muy

infrecuentes en este trastorno, y que el resto de la psique permanecía

intacta y lúcida. Aunque esto último no era óbice para que el proceso

delirante fuese incurable, aunque no terminase en demencia terminal.

Dieron mucha importancia a los factores constitucionales y de

personalidad previa en la génesis de los delirios, concluyendo que “el

delirio de interpretación es, en resumen, una psicosis constitucional o

funcional, que se desarrolla gracias a una anomalía de la personalidad

caracterizada por la hipertrofia o hiperestesia del yo, y por la falta

circunscrita de autocrítica. Bajo la influencia de conflictos sociales

determinados por la inadaptabilidad al medio, esta constitución psíquica

anormal provoca el predominio de un complejo ideo-afectivo y su

posterior persistencia e irradiación” 42.

- Philippe Chaslin (1857-1923): Su gran aportación a la psicopatología

descriptiva es su obra Élements de Sémiologie et Clinique Mentales,

publicada en 1912, justo antes que la monumental y decisiva Allgemeine

Psychopathologie de Jaspers. En ella, proponía un retorno a los hechos

TRASTORNO DELIRANTE Página 11

TRASTORNO DELIRANTE

clínicos, apartando el exceso de teoricismo. Para los historiadores,

Chaslin supuso la culminación del “Siglo de Oro” de la psicopatología

francesa.

Realizó su tesis doctoral acerca de los sueños y delirios, en cual sostenía

que el contenido de las alucinaciones predominantes estaba marcado

por el contenido preferente del delirio.

Posteriormente, en 1912, abordó las ideas delirantes desde una

perspectiva más descriptiva, llegando a la conclusión práctica que las

ideas delirantes no tienen por qué afectar al resto de la psique; fuera del

sistema delirante, las funciones superiores son perfectamente normales.

Es decir, que las paranoias primarias y secundarias constituirían los

mejores ejemplos de delirios sistematizados en los cuales hay una

relativa preservación de las funciones superiores. La paranoia

secundaria sería el residuo de un estado psicótico severo y podría

significar una transición a la demencia. Además, introdujo el concepto

de folie à deux, afirmando que dicho “contagio” del delirio era raro; sólo

acontecía cuando dos personas vivían juntas, y una era

psicológicamente más débil que la otra44.

- Gaëtan Gatian de Clérambault (1872-1934): A él le debemos la

magnífica descripción de los delirios erotomaníacos y celotípicos.

Además de su célebre incursión en las psicosis pasionales, estudió con

acierto el mecanismo generador de las psicosis y las nociones de

TRASTORNO DELIRANTE Página 12

TRASTORNO DELIRANTE

“automatismo mental” y “elaboración del dogma”. En su trabajo Folie á

deux (1923) escribió que la psicosis estaba compuesta por los delirios y

por el fondo material que lo soporta. Este “fondo” sería histológico en el

caso de las psicosis alucinatorias y fisiológico en el caso de la melancolía

periódica. Afirmó que los delirios, como convicciones y producto

intelectual sobreañadido, pueden transmitirse, pero no las psicosis, es

decir, los mecanismos genéticos de los delirios.

- Henry Ey (1900-1977): Indicó que el delirio no consiste sólo en la idea

delirante ni es susceptible de ser reducido a su contenido: “El tema

desarrollado no es sino un reflejo, en la superficie de la conciencia, de la

ósmosis de valores subjetivos y objetivos, de la desorganización de las

relaciones entre el Yo y el Mundo, que el movimiento evolutivo de las

psicosis engendra en el interior del ser.

- Karl Jaspers (1883-1969): Este psiquiatra alemán está considerado

como el padre de la psicopatología moderna, si bien muchos conceptos

atribuidos a él fueron acuñados por autores anteriores (Baillarger,

Chaslin…). La primera obra de Jaspers sobre el delirio data de 1910,

donde se planteó si el delirio de celos era una enfermedad o un

desarrollo de la personalidad.

- Kurt Schneider (1887-1967): Conocido por la definición de los síntomas

claves de la esquizofrenia, Schneider no varió demasiado el concepto de

delirio propuesto por Jaspers. Distinguió entre la “intuición delirante” y la

TRASTORNO DELIRANTE Página 13

TRASTORNO DELIRANTE

“percepción delirante”, la cual fue incluida como síntoma de primer

rango de la esquizofrenia48.

También nos dejó importantes aportaciones sobre el delirio de

interpretación, basadas en los trabajos de Sérieux y Capgras; distinguió

“interpretación delirante” (que compara a las ilusiones) de la “idea

delirante” (que compara a las alucinaciones) 49. Mientras en la idea

delirante el concepto arbitrario surge ex nihilo, en la interpretación

delirante el enfermo se apoya en la percepción (correcta) para

adjudicarla un significado erróneo.

- Ernst Kretschmer (1888-1964): A él le debemos la certera descripción

del “delirio sensitivo de interpretación”. Frente a la postura

kraepeliniana acerca de la gravedad y cronicidad de toda paranoia,

Kretschmer señaló ciertas formas benignas o abortivas que cursarían

con una fijación o incorregibilidad menor que la mayoría de las ideas

delirantes de perjuicio. Por tanto, su curso sería relativamente benigno.

En su obra Der sensitive Beziehungswahn (1918) se basa en trabajos

previos de Wernicke y Friedmann, concluyendo que personas de

carácter extremadamente sensible enfrentadas a un conflicto externo

grave podrían padecer de un delirio de influencia, formado a partir de

ideas sobrevaloradas. Es decir, “habría un conflicto intrapsíquico no

resuelto satisfactoriamente, producido por una serie de vivencias” 50. La

génesis del problema sería psicológica, con tres noxas fundamentales:

carácter, vivencias y ambiente. Jaspers criticó esta visión por

TRASTORNO DELIRANTE Página 14

TRASTORNO DELIRANTE

reduccionista, pero es indudable que dos personas de distinta

personalidad o carácter, y en distinto ambiente vital, producirán delirios

de contenido distinto. Aunque los factores endógenos sean similares…

Además, Kretschmer supuso la ruptura total con la tendencia a dividir lo

somático y lo psíquico, mostrando la gran interrelación que existe entre

ellos. Una muestra de ello fue su monumental obra en la que

relacionaba el carácter de las personas con su fenotipo. Allí ya destacó

la personalidad paranoide como gran factor predisponente a padecer

delirios referenciales o paranoides50.

- Bernard Hart (1879-1966): Autor británico que, ya influenciado por la

teoría psicoanalítica, explicó el delirio en términos de “disociación” o

división de la mente en distintos fragmentos incoordinados.

Efectivamente, un delirio puede estar formado por un sector de la

mente, pero el resto mantenerse perfectamente sano (delirio

“encapsulado”). Proporcionó una acertada definición de delirio:

“Creencia falsa, irrebatible por la más completa argumentación lógica de

su imposibilidad, e inmodificable por la presencia de hechos

incompatibles o contradictorios” 51. Para Hart, sólo un estado disociado

de la mente permitiría la génesis de las ideas delirantes.

- Sigmund Freud (1856-1939): El célebre fundador del Psicoanálisis y

descubridor del dinamismo propio del inconsciente también aportó su

explicación sobre los signos de la paranoia y su origen. El paradigma

TRASTORNO DELIRANTE Página 15

TRASTORNO DELIRANTE

psicoanalítico de interpretación de las psicosis paranoides es el

denominado “caso del magistrado Schreber” 52. Éste fue el único

paciente afecto de psicosis psicoanalizado por Freud. A partir de este

caso, Freud postuló que la paranoia era una “neuropsicosis de defensa”

y que los síntomas paranoicos simbolizan las defensas contra las

pulsiones homosexuales. Cuando los mecanismos de defensa dejan de

ser efectivos para luchar contra los impulsos inadmisibles, el aparato

psíquico utiliza mecanismos alternativos de defensa: negación,

formación reactiva y proyección. La dinámica secuencial para la

elaboración inconsciente del delirio persecutorio sería53:

1º) El impulso homosexual es reprimido sin éxito

2º) El impulso homosexual es negado

3º) Mediante la formación reactiva es transformado el impulso originario

en su contrario

4º) El conflicto intrapsíquico es sacado fuera del Yo mediante proyección

5º) Mediante la racionalización se sistematiza: Le deseo- No le deseo- Le

odio- No soy yo quien le odia, él me odia a mí.

Para otras temáticas de la paranoia, el esquema dinámico sería similar.

Así, el delirio de celos representaría el mismo conflicto y la utilización de

similares defensas, quedando el impulso homosexual original

proyectado en su contrario (Mi rival es a quien yo amo – No le amo- Le

TRASTORNO DELIRANTE Página 16

TRASTORNO DELIRANTE

odio- Él me odia- Él es mi rival). Los psicoanalistas postfreudianos,

especialmente Abraham y Menninger, desarrollaron la hipótesis inicial

del neurólogo vienés, postulando el papel de la sexualidad anal en la

génesis del trastorno –especialmente en el período anal expulsivo.

III. CONCEPCION ACTUAL DEL TRASTORNO DELIRANTE

En las clasificaciones actuales del DSM-IV se elimina el término paranoia

como enfermedad para sustituirlo por el de TRASTORNO DELIRANTE, al

objeto de no confundir el tema del delirio con la enfermedad.

El trastorno delirante es una entidad caracterizada por el delirio como

síntoma único o más relevante, con ideas delirantes no extrañas pero

persistentes, en ausencia de otros síntomas característicos de la

esquizofrenia, de los trastornos del estado de ánimo y de los trastornos

orgánicos.

El trastorno delirante es un trastorno psicótico que se caracteriza por

la presencia de una o más ideas delirantes sin que se produzca otra

patología significativa, a su vez hacen que los que lo sufren estén

convencidos de algo irreal.

Estas ideas delirantes no deben ser la consecuencia directa del consumo

de algún tipo de sustancias o enfermedad médica.

Las personas que tienen trastornos delirantes están firmemente

convencidas de cosas que no son realmente ciertas. Por ejemplo, creer

que son buenos escritores y que le han concedido un premio Nobel o

TRASTORNO DELIRANTE Página 17

TRASTORNO DELIRANTE

pensar que están siendo perseguidos y que hay personas que quieren

hacerles daños.

1. Características diagnósticas

La principal característica esencial del trastorno delirante es la presencia

de una o más ideas delirantes que deben persistir durante, al menos, un

mes (criterio A). Si el sujeto ha presentado alguna vez el cuadro clínico

que cumpla el criterio A para la esquizofrenia, no debe diagnosticarse de

trastorno delirante (criterio B). Suelen ser más importantes las

alucinaciones táctiles y olfatorias que las visuales y/o auditivas. La

actividad psicosocial no está significativamente alterada, excepto por

consecuencia directa de las ideas delirantes (criterio C). El criterio D

para diagnosticar de trastorno delirante es que si se presentan episodios

afectivos simultáneos, su duración debe ser relativamente breve, en

comparación con la duración total del trastorno delirante. Dichas ideas

delirantes no deben ser causadas por el efecto de ninguna sustancia o

enfermedad médica (criterio E).

Aunque la consideración de la extrañeza de las ideas delirantes es muy

importante para poder distinguir este trastorno del esquizofrénico, es

especialmente difícil determinar el concepto de rareza, debido a las

diferentes culturas. Las ideas delirantes son calificadas como extrañas si

son claramente improbables y si no derivan de la vida cotidiana; sin

TRASTORNO DELIRANTE Página 18

TRASTORNO DELIRANTE

embargo, las ideas delirantes no extrañas se caracterizan y refieren a

situaciones que son susceptibles que se den en la vida real, como por

ejemplo, ser engañado por el cónyuge.

La actividad psicosocial puede ser variable, ya que en algunos sujetos,

parece conservarse los papeles en el plano interpersonal y en el laboral;

sin embargo, en otros el deterioro incluye una actividad laboral escasa o

nula y un aislamiento social. En general, es más fácil, que se deteriore la

actividad social y conyugal, que la intelectual y laboral.

2. Relación con los criterios diagnósticos de la CIE-10

En los criterios diagnósticos de investigación de la CIE-10, se establece

una duración mínima de los síntomas de 3 meses, a diferencia del DSM-

IV TR en el que sólo se requiere 1 mes.

3. Subtipos

Puede haber varios subtipos dependiendo del tema delirante que

predomine:

3.1 Tipo erotomaníaco: ocurre cuando el tema principal de la idea

delirante consiste en el pensamiento de que otra persona está

enamorada del sujeto. La idea suele referirse más a una amor

idealizado, que a una amor de atracción sexual. Normalmente, la

persona sobre la que recae la idea ocupa un estatus superior, aunque

también puede ser un auténtico desconocido. Pocas veces la idea

TRASTORNO DELIRANTE Página 19

TRASTORNO DELIRANTE

delirante se mantiene en secreto, ya que es más común, que el sujeto

intente ponerse en contacto con la persona objeto de dicha idea, por

ejemplo, mediante cartas, regalos,…

3.2 Tipo de grandiosidad: la idea principal de este delirio consiste en

que la persona cree que tiene un talento extraordinario, o de haber

hecho un descubrimiento importante. Con menor frecuencia, pueden

aparecer la idea delirante de tener una relación con alguien importante

o bien dichas ideas también pueden tener un contenido religioso.

3.4 Tipo celotípico: el tema central de esta idea delirante es que la

pareja tiene un amante o es infiel. Esta idea se apoya sobre inferencias

erróneas apoyadas en pequeñas pruebas, como por ejemplo, manchas

en las sábanas. El sujeto con esta idea intenta intervenir en la fidelidad

imaginada, como por ejemplo, investigando al amante o agrediendo a la

pareja.

3.5 Tipo persecutorio: este subtipo se refiere a la creencia del sujeto

de que está siendo perseguido, engañado, espiado, envenenado,

drogado, u obstruido en la consecución de sus metas a largo plazo.

Normalmente, el núcleo de la idea es alguna injusticia que debe ser

remediada mediante alguna acción legal y la persona puede enzarzarse

en repetidos intentos para obtener alguna satisfacción legal. Estos

sujetos, son, a menudo, irritables y pueden reaccionar contra los que

creen que les están haciendo daño.

TRASTORNO DELIRANTE Página 20

TRASTORNO DELIRANTE

3.6 Tipo somático: en este subtipo, la idea delirante se refiere a

funciones o sensaciones corporales. Las ideas más habituales son la

convicción de que el sujeto emite un olor insoportable por la piel, la

boca, el recto o la vagina; también puede creer que tiene algún parásito

interno o que en algunas partes del cuerpo tiene malformaciones o bien

que hay partes del cuerpo que no funcionan.

3.7 Tipo mixto: este subtipo se aplica cuando no hay ningún tema que

predomine sobre otro.

3.7 Tipo no especificado: se aplica cuando la creencia dominante no

puede ser determinada con claridad o bien cuando la idea no está

descrita en los otros tipos de específicos. Por ejemplo, cuando la idea

autorreferencial no tiene un componente importante de persecución o

grandeza.

IV. ETIOLOGÍA.

Algunos estudios han encontrado que el trastorno delirante es más

común entre parientes de individuos con Trastornos de personalidad

evitativa y paranoide, pero la mayoría no han podido demostrar una

historia familiar del trastorno, lo que sugiere una carencia de

transmisión genética. Se ha encontrado una anormalidad a nivel de

regiones subcortical o tempora-límbicas más que a nivel cortical, ya que

en enfermedades con prominente daño cortical, los delirios son

pobremente formados, relativamente simples y a menudo persecutorios

TRASTORNO DELIRANTE Página 21

TRASTORNO DELIRANTE

(p.ej. en enfermedad de Alzheimer) ; en cambio, las lesiones de los

ganglios basales llevan a delirios más complejos y menos asociados a

trastornos cognitivos. En los hombres especialmente, parece haber

historia de abuso de sustancias o trauma craneano, La respuesta a la

pimozida en varios subtipos de trastorno delirante hace pensar en un

mecanismo común para los mismos de tipo dopaminérgico. Los factores

desencadenantes incluyen la sordera, ceguera, aislamiento social, la

inmigración reciente y la edad avanzada(9).

Desde la perspectiva cognitiva, varias hipótesis se han lanzado

intentando explicar la patogénesis del trastorno : 1) un patrón de

motivación desviado en un sistema cognitivo intacto, 2) un defecto

cognitivo que trastorna la capacidad del paciente para sacar

conclusiones válidas de la evidencia (trastorno del razonamiento), lo que

sin embargo no ha sido demostrado aún, y 3) procesos cognitivos

intactos, pero con los delirios explicando experiencias anormales;

estudios empíricos han reportado que las anomalías de las experiencias

(por déficits de la atención) se correlacionan con la presencia de delirios

en formas diversas.

V. SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS

Pueden producirse problemas sociales, laborales o conyugales como

consecuencia de las ideas delirantes. Las interpretaciones de los

acontecimientos suelen ser consistentes con el contenido de las ideas

TRASTORNO DELIRANTE Página 22

TRASTORNO DELIRANTE

delirantes. Muchos de los sujetos que poseen este trastorno desarrollan

un estado de ánimo irritable, puede haber accesos de ira o

comportamiento violento. Suelen producir, además, problemas legales o

los pacientes con trastorno delirante de tipo somático pueden verse

involucrados en exploraciones y pruebas médicas innecesarias. Los

estresores psicosociales graves y el estatus socioeconómico bajo,

pueden ser predisponentes para el desarrollo de ciertos tipos de

trastorno delirante.

El trastorno delirante puede asociarse al trastorno obsesivo compulsivo,

al trastorno dismórfico, y a los trastornos paranoide, esquizoide o por

evitación de la personalidad.

TRASTORNO DELIRANTE Página 23

TRASTORNO DELIRANTE

■ Criterios para el diagnóstico de F22.0 Trastorno delirante [297.1]

A. Ideas delirantes no extrañas (p. ej., que implican situaciones que ocurren en la

vida real, como ser seguido, envenenado, infectado, amado a distancia o engañado por el cónyuge o amante, o tener una enfermedad) de por lo menos 1 mes de duración.

B. Nunca se ha cumplido el Criterio A para la esquizofrenia. Nota: En el trastorno delirante puede haber alucinaciones táctiles u olfatorias si están relacionadas con el tema delirante.

C. Excepto por el impacto directo de las ideas delirantes o sus ramificaciones, la actividad psicosocial no está deteriorada de forma significativa y el comportamiento no es raro ni extraño.

D. Si se han producido episodios afectivos simultáneamente a las ideas delirantes, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos delirantes.

E. La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej., una droga o un medicamento) o a enfermedad médica.

Especificar tipo (se asignan los siguientes tipos en base al tema delirante que predomine):

Tipo erotomaníaco: ideas delirantes de que otra persona, en general de un status superior, está enamorada del sujeto

Tipo de grandiosidad: ideas delirantes de exagerado valor, poder, conocimientos, identidad, o relación especial con una divinidad o una persona famosa

Tipo celotípico: ideas delirantes de que el compañero sexual es infiel

Tipo persecutorio: ideas delirantes de que la persona (o alguien próximo a ella) está siendo perjudicada de alguna forma

Tipo somático: ideas delirantes de que la persona tiene algún defecto físico o una enfermedad médica.

Tipo mixto: ideas delirantes características de más de uno de los tipos

TRASTORNO DELIRANTE Página 24

TRASTORNO DELIRANTE

anteriores, pero sin predominio de ningún tema

Tipo no especificado

Síntomas dependientes de la cultura y el sexo

Para evaluar la presencia de este trastorno se deben tener en cuenta la

cultura y las creencias religiosas del sujeto. Además el contenido de las

ideas delirantes puede cambiar en las diferentes culturas y subculturas.

No suele haber diferencias genéticas importantes en la frecuencia total

del trastorno delirante, pero, por ejemplo, el trastorno delirante

celotípico es más frecuente en hombres que en mujeres; sin embargo,

no parece que haya diferencias importantes.

VI. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este diagnóstico sólo se establece cuando la idea delirante no se debe a

los efectos fisiológicos de alguna sustancia o enfermedad médica. Un

delirium, una demencia o un trastorno psicótico debido a una

enfermedad pueden presentarse con síntomas que sugieren un

trastorno delirante. Un trastorno psicótico inducido por sustancias

también puede ser idéntico al trastorno delirante, pero puede

diferenciarse por la relación cronológica del consumo de la sustancia.

Este trastorno se diferencia de la esquizofrenia y del trastorno

esquizofreniforme ya que no presenta los síntomas característicos de la

fase activa de los últimos; ocurre además que este trastorno suele tener

un menor deterioro en la actividad laboral y social.

TRASTORNO DELIRANTE Página 25

TRASTORNO DELIRANTE

La distinción entre el trastorno del estado del ánimo con sintomatología

psicótica y del trastorno delirante consiste en la relación temporal entre

la alteración afectiva y las ideas delirantes y en la gravedad de los

síntomas afectivos. Los síntomas depresivos son frecuentes en el

trastorno delirante, pero dichos síntomas son leves y remiten en tanto

que persistan los síntomas delirantes. El trastorno delirante, solo se

diagnostica si la duración total de los episodios afectivos sigue siendo

breve, en relación con la duración total de la alteración delirante. Si los

síntomas que cumplen los criterios para un episodio afectivo están

presentes durante una parte sustancial de la alteración delirante,

entonces el diagnóstico apropiado es trastorno psicótico no especificado,

acompañado por el de trastorno depresivo no especificado o el de

trastorno bipolar no especificado.

Los síntomas del trastorno psicótico compartido pueden parecerse a los

que se observan en el trastorno delirante, sin embargo, su duración y el

curso son distintos. En el psicótico compartido, las ideas delirantes

aparecen en el contexto de una relación muy estrecha con otra persona,

y se atenúan o desaparecen cuando el sujeto con el trastorno psicótico

compartido es separado del sujeto con el trastorno psicótico primario. El

trastorno psicótico breve se diferencia del trastorno delirante ya que los

síntomas se delirantes duran menos de 1 mes.

TRASTORNO DELIRANTE Página 26

TRASTORNO DELIRANTE

Se diagnostica el trastorno psicótico no especificado si no hay

información suficiente para elegir entre el trastorno delirante y otros

trastornos psicóticos.

Es difícil diferenciar el trastorno delirante de la hipocondría, al igual que

del trastorno dismórfico, ya que bastantes sujetos con este trastorno

sostienen sus creencias con una intensidad delirante. Otras veces

también es difícil discernir entre el trastorno delirante y el obsesivo

compulsivo, ya que el juicio de realidad puede perderse en algunos

sujetos alcanzando proporciones delirantes. En el trastorno paranoide de

la personalidad, no hay creencias delirantes persistentes bien definidas

ni persistentes, al contrario que en el trastorno delirante.

VII. EPIDEMIOLOGÍA

El trastorno delirante crónico es una enfermedad poco prevalente, y,

muy probablemente, infradiagnosticada, dada la dificultad existente

para que este tipo de pacientes acudan a la consulta de un especialista –

a menos que se vean forzados por sus familiares o por la Justicia-. La

evaluación detallada de la epidemiología del trastorno delirante se ve

afectada por la poca frecuencia relativa del trastorno, así como por las

diferentes definiciones que ha recibido recientemente. No obstante, la

literatura confirma que este trastorno, aunque poco corriente, ha estado

presente en la población en una proporción relativamente estable 71.

TRASTORNO DELIRANTE Página 27

TRASTORNO DELIRANTE

La prevalencia del trastorno delirante en España se estima en un 0,

025%, mientras que en EEUU los datos arrojan un 0,032% 72. Es decir,

la paranoia es mucho menos frecuente que la esquizofrenia (prevalencia

del 1%), y que los trastornos del estado de ánimo (prevalencia del 6%).

La incidencia anual del trastorno delirante es de 1 a 3 casos nuevos por

cada 100.000 habitantes, y supone un 5% de todos los ingresos

hospitalarios por psicosis no debidas a enfermedad médica o abuso de

sustancias 71.

La edad media de inicio está alrededor del final de la cuarta década de

la vida, aunque puede iniciarse entre los 18 y los 90 años.

Existe una leve preponderancia de pacientes de sexo femenino. Muchos

enfermos están casados y tienen un trabajo estable, e incluso exitosas

carreras profesionales. No obstante, existe una moderada asociación

entre los trastornos delirantes con inmigración reciente –y

desconocimiento del idioma- y status socioeconómico bajo.

VIII. PREVALENCIA

Este trastorno es, relativamente raro, en el marco clínico, y, los diversos

estudios realizados nos sugieren que el trastorno explica el 1-2% de los

ingresos en los hospitales psiquiátricos. Se carece de información

precisa acerca de la prevalencia de este trastorno, aunque la estimación

TRASTORNO DELIRANTE Página 28

TRASTORNO DELIRANTE

más alta es de 0.03%, debido al inicio tardío de esta enfermedad, el

riesgo de morbilidad suele estar entre 0.05 y 0.1%

La prevalencia de vida es de 24-30% cada 100 Mil habitantes, siendo los

4% mayores de 65 años.

Incidencia anual 1-3 casos/100 Mil habitantes.

El rango de edad de inicio es de 18-90 años, con un pico en los 35-55

años.

El 75% estaban casados.

No AF de SCH ni T afectivos, pero sí elevadas tasas de celos, suspicacia,

personalidad paranoide y T delirante.

Estatus socioeconómico bajo; ligera preponderancia en mujeres y tiene

relación con inmigración reciente.

IX. CURSO Y PRONOSTICO

La edad de inicio de este trastorno es variable, puede oscilar entre la

adolescencia y la edad avanzada. El tipo persecutorio es el más

frecuente. El trastorno suele ser crónico, aunque se pueden producir

oscilaciones en la intensidad de las creencias delirantes. Aunque puede

ocurrir que el trastorno remita, en unos meses, sin que haya de nuevo

recaídas. Algunos datos nos sugieren que el subtipo celotípico puede

tener un mejor pronóstico que el persecutorio.

TRASTORNO DELIRANTE Página 29

TRASTORNO DELIRANTE

El inicio agudo es el más frecuente. Sobre todo al inicio suele haber un

factor estresante psicosocial identificable.

Tras ser diagnosticado, suele ser crónico:

- < 25% deriva hacia SCH

- < 10% a T afectivos

Remisiones entre ½ - 1/3. A largo plazo:

- recuperación 50%

- igual 30%

- empeoramiento 20%

También existen de buen y mal pronóstico.

X. TRATAMIENTO

Estos pacientes ofrecen muchas dificultades para su tratamiento. Por lo

general son renuentes a consultar y a cumplir las indicaciones médicas,

y muchas veces son los familiares los que con dificultad consiguen llevar

al paciente a tratarse.

El terapeuta tiene que escuchar con interés y cortesía las ideas

delirantes del paciente y no sugerir que las cree –puesto que no las cree-

ni discutir acerca de ellas. Debe ser capaz de afrontar y tolerar la

TRASTORNO DELIRANTE Página 30

TRASTORNO DELIRANTE

desconfianza y hostilidad del paciente y, por otra parte, evitar

demasiada amistad o benevolencia. Una neutralidad amistosa pero

distante es habitualmente lo que mejor puede aceptar una persona

paranoide. Se puede ofrecer una terapia que le permita al paciente

convivir más adecuadamente, sin mayor perturbación en sus relaciones

interpersonales, con su trastorno delirante. Debe procurarse la

delimitación de los factores estresantes desencadenantes y ayudar al

paciente a desarrollar respuestas alternativas a los mismos.

En general, cuando se consigue una razonable alianza terapéutica,

pueden ser tratados ambulatoriamente. Ocasionalmente pueden

requerir hospitalización para completar evaluaciones médico-

neurológicas, o cuando la intensidad de su delirio hace dudar de la

capacidad del paciente para controlar impulsos violentos o lo

incapacitan para manejarse apropiadamente en la vida familiar o

laboral.

XI. FARMACOTERAPIA.

Existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas,

reduciéndolos y ayudando a la persona a pensar con más claridad.

El tratamiento de elección lo constituyen los antipsicóticos. Es

recomendable iniciar terapia con dosis muy bajas para evitar los efectos

TRASTORNO DELIRANTE Página 31

TRASTORNO DELIRANTE

secundarios que harían muy probable el abandono de los fármacos. Hay

muy pocos estudios comparados que muestren eficacia comparativa

entre distintos neurolépticos.

Pueden usarse antipsicóticos a bajas dosis como risperidona,

haloperidol, o pimozida, desde 1 mgr/día e ir gradualmente subiendo la

dosis.

En los delirios sensitivos de referencia han mostrado su utilidad los

antidepresivos agregados a los neurolépticos.

XII. PSICOTERAPIA.

No hay datos que demuestren la eficacia y superioridad de alguna

modalidad psicoterapéutica en el tratamiento de estos pacientes. Habría

indicación de terapia individual más que grupal. Se han reportado

buenos resultados, en términos de un mejor funcionamiento social y

laboral, con terapias de insight, cognitivas, conductuales y familiares. En

todas ellas se insiste, como elemento esencial, en la necesidad de

establecer una sólida relación terapéutica en la que el paciente pueda

gradualmente confiar en el terapeuta y colaborar en su tratamiento.

El delirio habitualmente fluctúa en cuanto a la intensidad y a la

importancia que tiene para el paciente, presentando a veces remisiones

transitorias o incluso definitivas; esto en ocasiones sin claros motivos,

TRASTORNO DELIRANTE Página 32

TRASTORNO DELIRANTE

pero más frecuentemente por la influencia de factores ambientales o

terapéuticos.

Ante una buena aproximación terapéutica el paciente puede a veces

relativizar sus juicios delirantes, someterlos a crítica y conceder que, en

parte, puede estar equivocado. Cuando así ocurre suele sentir un gran

alivio, y hay pacientes que buscan esto activamente con el terapeuta o

con personas en las que tienen mucha confianza.

XIII. CONCLUSIONES

1. El “trastorno delirante crónico” (DSM-IV) o “trastorno de ideas

delirantes persistentes” (CIE-10) es una entidad nosológica poco

prevalente, pero también infradiagnosticada.

2. La concepción de esta enfermedad ha evolucionado mucho a lo largo

de los últimos siglos, así como del propio núcleo del trastorno, el delirio.

Han sido muchas las figuras de la Historia de la Psiquiatría que

contribuyeron a forjar estos conceptos, especialmente de la escuela

francesa y de la escuela alemana. Nombres importantes de la primera

escuela fueron Philippe Pinel, Jean Étienne Esquirol, Jean Pierre Falret,

Jules Cotard, Paul Sérieux, Gatian de Clérambault y Heny Ey. En cuanto a

los autores alemanes, Jaspers, Schneider, Kretschmer y Kraepelin

aportaron datos nosológicos y psicopatológicos fundamentales. El

abordaje psicoanalítico más importante fue a cargo de Sigmund Freud y

Jacques Lacan.

TRASTORNO DELIRANTE Página 33

TRASTORNO DELIRANTE

3. A pesar de numerosas investigaciones previas, la etiología del

trastorno delirante crónico permanece por esclarecer. En ella se

entremezclan factores genéticos, biológicos y psicodinámicos, y en

ocasiones aparece como consecuencia de enfermedades neurológicas,

metabólicas, endocrinas y autoinmunes. Recientes avances en genética

molecular han sugerido el papel de los receptores dopaminérgicos en la

genésis de la paranoia, especialmente por los polimorfismos génicos DR

D2 (Ser311Cys) y DR D3 (Ser9Gly) y el polimorfismo del gen de la

tirosín- hidroxilasa TH (TCAT). Por otra parte, los avances en

inmunogenética han mostrado la implicación del sistema HLA, en

particular del alelo HLA-A 03, aunque también el HLA-A 11 y el HLA-B 50

4. En los últimos años, se han postulado nuevas teorías que contribuyen

a explicar la etiología del trastorno delirante crónico: los desórdenes del

sentido de unidad que provocarían los síndromes de Capgras y Fregoli,

los llamados fenómenos de reduplicación y el neuroticismo como base

de la paranoia son tres buenos ejemplos. Por otra parte, la fluctuación

del nivel de autoestima podría ser considerada como una expresión de

la labilidad de la psicosis. Otra aportación importante es la implicación

de la percepción de las emociones en el desarrollo de la paranoia: estos

pacientes tendrían una percepción menor, favoreciendo su distorsión

cognitiva.

5. La sintomatología delirante se construye a partir de una concepción

errónea sobre una vivencia hipervalorada, catatíticamente deformada. El

TRASTORNO DELIRANTE Página 34

TRASTORNO DELIRANTE

delirio se forma en base a interpretaciones exógenas y endógenas,

dando lugar a los subtipos delirantes clásicos: de reivindicación,

pasionales, de interpretación, sensitivo de relación y de parasitosis.

6. Las posibilidades terapéuticas del trastorno delirante crónico se ven

limitadas por la escasa adherencia al tratamiento de pacientes con

escasísima conciencia de enfermedad.

XIV.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

TRASTORNO DELIRANTE Página 35

TRASTORNO DELIRANTE

1) APARICIO, P. Trinidad. 2013. El trastorno delirante. Revista Puleva Salud. Granada.

Recuperado el 2 de Julio de 2013, de

http://www.pulevasalud.com/ps/contenido.jsp?

ID=58943&TIPO_CONTENIDO=Articulo&ID_CATEGORIA=2212

2) Carvajal, C. (1999)Esquizofrenia y otros trastornos relacionados.

Psiquiatría. Eds. Florenzano, R., Carvajal, C., Weil, K. Mediterráneo, págs

82-91.

3) Jaspers, K. (1966), Psicopatología General, Ed. Beta, Buenos Aires,

págs. 116-132

4) Jerez, S. (2000) Otros trastornos psicóticos. Trastorno delirante.

Psiquiatría Clínica. Editor A. Heerlein. Santiago de Chile: Ediciones de la

Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, págs. 303-307.

5) KRETSCHMER, E. (1959) Delirio sensitivo paranoide. Ed. Labor.

Buenos Aires. 259 págs.

6) Letelier, M. Ojeda, C. y Olivos P. 1976 Análisis psicopatológico de 14

casos de desarrollo paranoide. Rev. Chil. Neuropsiquiatr, vol 15, Nº1,

págs. 27-36. Análisis psicopatológico de 14 casos de desarrollo

paranoide

7) MARCONI, J. (2000). El delirio y sus estructuras psicopatológicas. Rev.

Chil. Neuropsiquiatr. Vol. 38 Nº1, págs. 37-43.

8) MUR, V. Carlos. 2010. EL TRASTORNO DELIRANTE CRÓNICO:

HIPÓTESIS ETIOLÓGICAS Y NUEVAS TERAPÉUTICAS. Recuperado el 3 de

Julio de 2013, de http://eprints.ucm.es/10448/1/T31507.pdf

TRASTORNO DELIRANTE Página 36