módulo 2 postitulo

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Este módulo está compuesto por cuatro clases, cuatro encuentros. Clase 01 Nos invita a un punto de partida, al momento fundacional de nuestro sistema educativo a fines del siglo XIX en línea con un proyecto político-cultural en el que la necesidad de unser nacional encontró en la educación la posibilidad de su realización. Por ese entonces, las prácticas educativas que fueron especialmente seleccionadas para llevar a cabo dicha empresa, encontraron en la enseñanza de la lectura y la escritura la posible unidad lingüística como punto de confluencia, como forma de enunciación colectiva. Esta clase aborda el marco normativo que estableció la Ley 1420 a partir de la cual cobró fuerza política y social el concepto de educación común. Clase 02 Partiremos de los episodios críticos que definieron una débil alternancia entre democracia y dictadura hasta el momento en el que la voluntad popular comenzó a vislumbrar un nuevo horizonte social. Abordaremos la temática de la inmigración para analizar su incidencia en la construcción colectiva de la lengua nacional. También analizaremos las tensiones producidas entre enfoques conservadores de matriz normalista-positivista que adherían al control disciplinario a través del discurso autoritario y las prácticas innovadoras como las del movimiento escolanovista. Asimismo analizaremos la propuesta pedagógica del peronismo y su incidencia en la enseñanza de la lectura y de la escritura. Clase 03 Continuaremos el recorrido por la historia reciente, esa que aún pueden narrar sus protagonistas. Desde la controvertida década del sesenta avanzaremos hacia los sucesos que lesionaron los lazos sociales suprimiendo la vida constitucional en los setenta y arribar a la problemática educativa y sus repercusiones en la alfabetización inicial. En esta misma clase respiraremos el aire de una democracia recuperada en los ochenta atravesando las dificultades de un tránsito político y pedagógico complejo. Clase 4 Finalmente, en nuestra última clase intentaremos comprender el modo en que hemos reconstruido como argentinos la vida democrática. Nos situaremos en la última década del siglo pasado para avanzar hasta nuestros días. Analizaremos el presente, la

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Este mdulo est compuesto por cuatro clases, cuatro encuentros.Clase 01Nos invita a un punto de partida, al momento fundacional de nuestro sistema educativo a fines del siglo XIX en lnea con un proyecto poltico-cultural en el que la necesidad de unser nacionalencontr en la educacin la posibilidad de su realizacin. Por ese entonces, las prcticas educativas que fueron especialmente seleccionadas para llevar a cabo dicha empresa, encontraron en la enseanza de la lectura y la escritura la posibleunidad lingsticacomo punto de confluencia, como forma de enunciacin colectiva. Esta clase aborda el marco normativo que estableci la Ley 1420 a partir de la cual cobr fuerza poltica y social el concepto de educacin comn.Clase 02Partiremos de los episodios crticos que definieron una dbil alternancia entre democracia y dictadura hasta el momento en el que la voluntad popular comenz a vislumbrar un nuevo horizonte social. Abordaremos la temtica de la inmigracin para analizar su incidencia en la construccin colectiva de la lengua nacional. Tambin analizaremos las tensiones producidas entre enfoques conservadores de matriz normalista-positivista que adheran al control disciplinario a travs del discurso autoritario y las prcticas innovadoras como las del movimiento escolanovista. Asimismo analizaremos la propuesta pedaggica del peronismo y su incidencia en la enseanza de la lectura y de la escritura.Clase 03Continuaremos el recorrido por la historia reciente, esa que an pueden narrar sus protagonistas. Desde la controvertida dcada del sesenta avanzaremos hacia los sucesos que lesionaron los lazos sociales suprimiendo la vida constitucional en los setenta y arribar a la problemtica educativa y sus repercusiones en la alfabetizacin inicial. En esta misma clase respiraremos el aire de una democracia recuperada en los ochenta atravesando las dificultades de un trnsito poltico y pedaggico complejo.Clase 4Finalmente, en nuestra ltima clase intentaremos comprender el modo en que hemos reconstruido como argentinos la vida democrtica. Nos situaremos en la ltima dcada del siglo pasado para avanzar hasta nuestros das. Analizaremos el presente, la concepcin de educacin en el ideario de la Ley de Educacin Nacional y las propuestas diseadas por el Instituto Nacional de Formacin Docente vinculadas a la profundizacin de temas propios de la actividad formadora, con especial atencin en la alfabetizacin inicial.Cada de una de estas clases contiene:Recomendaciones sobre informacin terica que habr de guardarse en el cuaderno de bitcora. Son reflexiones que le ayudarn a estudiar el contenido.Recursos audiovisuales y grficos bajo la forma de enlaces virtuales. Puesto que los mismos revisten una significativa importancia, les sugerimos explorarlos atentamente pues de algunos de ellos surgen propuestas de actividades.Consignas de trabajo para el desarrollo de las actividades que habrn de cumplimentarse en funcin de la acreditacin de esta instancia curricular.Para aprobar el mdulo el alumno deber:Para aprobar el mdulo el alumno deber:1. Leer el material de las cuatro clases obligatorias.2. Participar en los foros obligatorios de las cuatro clases dando cuenta de: Lectura reflexiva. Apropiacin de los contenidos vistos en el mdulo. Apropiacin del vocabulario especfico. Ajuste a la consigna solicitada. Comparacin y clasificacin de conceptos. Argumentacin slida y conceptual. Expresin adecuada en los espacios de comunicacin. Escritura correcta y ortogrfica.3. Entregar la evaluacin final del mdulo en la fecha prevista segn el cronograma.

Orgenes y despliegue del Sistema Educativo Argentino. Consideraciones polticas y pedaggicas en torno a la alfabetizacin.Qu sentido tiene en el marco de esta especializacin en alfabetizacin inicial iniciar nuestro recorrido pensando desde una perspectiva poltica y pedaggica? Cules son las razones que fundamentan la reflexin histrica que llevaremos adelante a travs de esta y de las siguientes clases?Existen respuestas histrico-polticas y pedaggicas a aquellas preguntas que cualquier docente comprometido con el objeto de esta especializacin puede formularse: Por qu enseo a leer y a escribir deesta manera? Cmo lo han hecho antes otros educadores? Cules son las razones polticas y pedaggicas que subyacen a las enseanzas de entonces y cules son las que actualmente sostenemos e imaginamos necesarias para el futuro? Continuidades y discontinuidades para analizar, profundizar y complejizar.Hablemos de los comienzos, de los primeros ideales y problemas que impulsaron el proceso emancipatorio en Amrica Latina. Dicho proceso estuvo signado por la disputa entre distintos proyectos de pas, distintos propsitos, por lo tanto, poltico- culturales. En ese sentido, esos proyectos, implican una posicin sobre la formacin, la escuela, la tarea educadora y por supuesto, sobre la alfabetizacin. Se trata, entonces, de reconocer la capacidad de la educacin para incidir en los procesos de transformacin social mediante la participacin en las discusiones por la constitucin de la hegemona. El proceso educativo, impregnado de significado poltico pedaggico, participa en la creacin, recreacin y transformacin de los sujetos sociales e histricos.Si consideramos las prcticas educativas como espacios de construccin de sentidos diversos y antagnicos que pugnan por convertirse en discursos pedaggicos hegemnicos, adems de las prcticas escolares, debemos analizar aquellas no legalizadas, muchas veces combatidas, las menos visibles, pero no por ello con menos potencial pedaggico. Ignorarlas es desconocer la existencia de otras miradas y de su proyeccin en la construccin de un sistema educativo.Esta posibilidad de bsqueda de los otros discursos abre un mbito terico fascinante que permite vislumbrar una nueva historia de la educacin, con el surgimiento de pensamientos y tendencias pedaggicas hasta hoy desconocidas por nosotros. Esta indagacin, afirma A. Puiggrs, implica la recuperacin deprcticas y sentidos perdidos en documentos, en las mrgenes de los libros, en recuerdos, y presentes tambin como negacin, como la interpelacin que estuvo en el origen de la una proposicin que hoy es pedagoga legtima, oficial y antes fue solamente una respuesta en esas palabras pedaggicas dentro de las cuales fuimos interpelados los pedagogos latinoamericanosCmo comenz aquella experiencia social y cultural de alfabetizar dentro de un proyecto poltico primigenio, atravesado por luchas y tensiones ideolgicas pero tambin por expectativas y aspiraciones pedaggicas?En el temprano siglo XIX el aprendizaje de la lectura comenzaba por la memorizacin del abecedario por medio de Cartillas o Silabarios, cuadernillos que presentaban el alfabeto y avanzaban hacia las combinaciones en slabas para luego abordar a los primeros libros de lectura de un modo fluido. Entre estos ltimos fueron muy difundidos y utilizados el Catn Cristiano y Catecismo de la Doctrina Christiana, los catecismos de Astete o de Ripalda, El Tratado de las Obligaciones del Hombre, Lecciones de Moral Cristiana, textos que procedan de la poca de la colonia y se mantuvieron por largo tiempo. Con fuerte contenido moral, estos libros estaban compuestos por mximas o por una serie de preguntas y respuestas fijas que deban leerse en voz alta y memorizarse.Durante la dcada de 1820 se desarroll un significativo intento por impulsar un sistema de escolarizacin en la ciudad de Buenos Aires, destacndose la incorporacin de la nocin de Instruccin Pblica como una necesidad poltica del Estado bajo un sistema de alfabetizacin memorstico y fuertemente disciplinante: el mtodo norteamericano de Lancaster.Entre 1820 y 1853, se desarrollaron experiencias de escolarizacin vinculadas a poderes locales, pensados para pequeos territorios, centrados en la voluntad de caudillos locales y con bajas condiciones de institucionalizacin. En algunos casos el accionar de los caudillos desarroll -en las diferentes regiones que hoy conocemos como provincias- avances en la escolarizacin, aunque con tiempos y ritmos dispares; slo en ocasiones esos avances fueron impulsados por polticas ms generales de la confederacin.A mediados del siglo XIX encontramos antecedentes y propuestas pedaggicas de gran valor vinculadas a la necesidad de construir criterios unificadores de las prcticas educativas. Tal es el caso del Plan de Instruccin Pblica que Amadeo Jacques (1813 1865) y Juan Mara Gutirrez (1809 1878) elaboraron con el objetivo de sistematizar contenidos y metodologas que sirvieran de base para el diseo de planes de estudio. Jacques reconoci la dificultad de la enseanza de la escritura y de la lectura, complejidad que podemos reconocer en nuestra cotidiana tarea de ensear a leer y a escribir.Haga una lista de los proyectos educativos desarrollados entre 1820 y 1884 que no tuvieron alcance nacional y resrvela en su bitcora.Sarmiento. La pedagoga oficialSarmiento es, sin lugar a dudas, una personalidad clave para entender el derrotero que el sistema educativo fue protagonizando desde mediados hasta fines del siglo XIX, y su pensamiento polismico dej una impronta de muy larga duracin imprimiendo, a la vez, como dos caras de una misma moneda, elementos democratizadores y tambin restrictivos para entender la funcin poltica de la educacin, sus legtimos destinatarios y el modelo societal que se buscaba construir.Mientras ocupaba el cargo de director de la Escuela Normal de Santiago de Chile, Sarmiento desarroll una fuerte crtica a la enseanza de la lectura y de la escritura a travs de silabarios y del uso de cartillas. Esta crtica lo condujo a elaborar un nuevo Silabario o mtodo gradual para ensear a leer en nuestro idioma. Sin embargo, durante su mandato como Presidente de la Repblica (1868 1874), asumi la tarea de recurrir a la experiencia de maestras primarias de origen estadounidense que propusieron formas de enseanza a partir de la palabra entera. Fue entonces cuando llegaron al pas maestras norteamericanas con formacin normalista.Sin lugar a dudas, en el ltimo tramo del siglo XIX, fue establecindose el marco normativo para organizar el sistema escolar: en 1875 se sancion la Ley de Educacin Comn de la provincia de Buenos Aires, que fue uno de los antecedentes ms significativos de la Ley de Educacin Comn 1420 en el orden nacional, la que analizaremos con mayor detalle ms adelante.En los veinte aos siguientes se sancionaron decretos y leyes de educacin comn en todas las provincias. Sin embargo cabe enfatizar que no se trata all del punto de inicio de la escolarizacin, sino de un determinado modo en que se consagran ciertas decisiones despus de la amplia experimentacin desarrollada durante todo el siglo XIX; de alguna manera el cierre de ciertos debates y una configuracin educacional producto de las alianzas hegemnicas de las dcadas anteriores.La idea de construccin de la igualdad estuvo presente desde los comienzos del sistema educativo argentino. Sin embargo, los modos de pensar esos procesos de inclusin fueron muy diferentes segn las pocas.Desde una mirada crtica podemos realizar una doble lectura y decir que la escuela fue el resultado de una conquista social de caractersticas igualadoras, pero tambin constituy, en palabras de Pineau un aparato de inculcacin ideolgica de las clases dominantes, de caractersticas homogeneizadoras, que signific tanto la dependencia como la alfabetizacin masiva, la expansin de derechos y la entronizacin de la meritocracia, la construccin de las naciones, la imposicin de la cultura occidental y la formacin de movimientos de liberacin entre otros efectos.Es as como el siglo XIX se cierra con la definicin de haber elegido, entre las opciones posibles, la modalidad que Adriana Puiggrs denomin SIPCE: sistema de Instruccin pblica centralizado estatal.NormalismoHasta 1870 la enseanza se encontraba a cargo de personas que no haban sido formadas especficamente para esa tarea, sino que lo hacan en carcter de idneos. Se trataba as de una tarea espontnea, con muy escasa regulacin y supervisin por parte del Estado (que tambin era una entidad en formacin). Por eso, a partir de la dcada de 1850, vemos sistemticos intentos de las autoridades locales por ordenar, prescribir y vigilar la accin realizada por maestros, preceptores y ayudantes. En 1874 Juana Manso envi a la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires un proyecto de Ley Orgnica de la Enseanza Comn en la que solicitaba la formacin en el profesionalismo, sueldos adecuados que se incrementaran con el tiempo, apelaciones a las designaciones, etc.El Normalismo result uno de los pilares fundamentales de los procesos de regulacin social en el marco de la constitucin del sistema educativo, configurndose como una corriente poltico-pedaggica que se articul con el proyecto de construccin de una Argentina moderna. Como tal, el discurso normalista configur prcticas y disposiciones sociales, encuadrando y direccionando la naturaleza del ejercicio de la profesin docente y organizando la institucionalizacin de la pedagoga a travs de normar hasta sus actos ms cotidianos. En este marco, produjo pautas de comportamiento, procedimientos, reglas y obligaciones que ordenaron y regularon cmo se deba desarrollar la profesin de ensear, actuar en la escuela, estar, sentirse y hablar de ella, impactando en el modo en que los docentes construyeron sus experiencias subjetivas y asumieron una identidad en cuestiones pedaggicas y sociales en un sentido ms amplio.Con la creacin del Estado Nacin fue necesaria la invencin de unos sujetos antes inexistentes: los argentinos. La encargada de llevar adelante esta tarea fue la escuela. A este perodo le debemos los rituales de inculcacin de la argentinidad: las marchas, las escarapelas, los edificios embanderados en las fiestas patrias, las marchas cvico-militares, los himnos, el izado de la bandera fueron recursos propicios para la distincin respecto de los ciudadanos de otras naciones y cmo estrategia de imposicin de modos especficos y excluyentes de ser argentinos. Era el tiempo de la inclusin disciplinada, era el tiempo de 'implantar derechos'.

Retomando la tradicin de la pedagoga oficial sarmientina, va a ser en este momento cuando se creen en el territorio nacional las primeras Escuelas Normales. Desde una concepcin puritana de la moralidad y una visin de la educacin tanto como proceso socializador, transmisor y homogeneizador, el Normalismo encontr en la lectura y en la escritura un medio para reproducir narrativas vinculadas con las buenas costumbres, el amor por la patria y otros valores trascendentes -incluso convirtiendo en trascendentes valores particulares de los grupos dominantes-.Estas valoraciones tambin deban ser transmitidas a travs del acto lector. La actitud ante la lectura y la escritura inclua la adquisicin de conductas posturales entre las que predominaba la rigidez, la rectitud de las extremidades, la observacin dirigida por el texto, la respiracin sostenida, entre otros gestos visibles. La lectura en voz alta por parte del maestro deba demostrar precisin fontica y tono armnico de modo que los alumnos pudieran imitar esas cualidades de la mejor manera posible.En cuanto a la escritura, la postura corporal tambin jugaba un papel fundamental ya que de ella dependa la esttica en el trazado y el estilo, aspectos que el maestro deba exaltar de modo ejemplar escribiendo con perfecta caligrafa sobre el pizarrn. Por otro, el mobiliario escolar se encontraba adecuadamente diseado para el disciplinamiento de las destrezas motoras para la escritura y la conservacin de las conductas posturales en funcin de un espacio acotado en el que todo movimiento exiga moderacin y discrecin. Compartimos este enlacehttp://www.me.gov.ar/monitor/nro11/museo.htmEstas aptitudes fueron fomentadas desde el enfoque o corriente higienista que encontraba en la profilaxis su legitimidad debido a las pandemias y epidemias de la poca que instauraron una visin sanitario-biologicista de la sociedad.El Normalismo result un enfoque acorde a los procesos de homogeneizacin de la poblacin escolar, dado que hizo significativos esfuerzos por producir en los sujetos educacionales conductas y saberes que pudieran hacer visibles aspectos formativos comunes.El idioma nacionalEl aporte del Normalismo en materia de lectura y escritura ha sido importante. La expansin de su tarea, fundamentalmente irradiada desde la emblemtica Escuela Normal de Paran, se llev a cabo a travs de la significativa influencia que fueron alcanzando los normalistas en distintas ciudades del pas, as como a travs de la fundacin de escuelas y bibliotecas cuya finalidad consisti, entre otras cosas, en concretar la unificacin lingstica. El Normalismo oper sobre la cultura oral promoviendo el desplazamiento hacia la cultura letrada, buscando instalar el libro y la escritura en el centro de las actividades escolares y socioculturales en general. Conducir a la poblacin criolla desde la oralidad a la cultura escrita result una operacin que tena tambin la complejidad de aplicarse a una poblacin heterognea con el imperativo de homogeneizarlos.De este modo, la tarea de integrar distintos grupos sociales (originarios, poblacin rural e inmigrantes) a travs de la alfabetizacin, result uno de los principales objetivos de la poltica de Estado, abocada intensamente a la formacin del ciudadano, de un posibleser nacional. En la clase 3 del Mdulo Perspectivas para la enseanza de la Alfabetizacin Inicial hemos desarrollado extensamente la problemtica relacionada con este tipo de decisin poltica que instala un modelo de pas en el cuala un estado le corresponde una lengua. Resumimos los siguientes hechos polticos, sociales y educativos de la poca: En el marco de un Estado liberal fortaleci la necesidad de la alfabetizacin como estrategia lingstica unificadora de los distintos grupos poblacionales (originaria, criollos e inmigrantes). Sarmiento encontr en el modelo normalista la posibilidad de un enfoque pedaggico que aportara al proceso de integracin nacional en torno a un proyecto cultural inspirado en cierta concepcin eurocntrica. Maestras estadounidenses llegaron a nuestro territorio para difundir y multiplicar sus prcticas homogeneizadoras. Se fundaron las primeras escuelas normales en nuestro pas. Este enfoque foment el disciplinamiento, lasocializacin y el higienismo que fue adoptado como enfoque complementario en las prcticas escolares. La enseanza de la lectura y de la escritura se constituy en un medio necesario para el desplazamiento de la cultura oral hacia la cultura letrada. Como resultado de las intencionalidades polticas y el clima cultural descripto, se desarroll un cuerpo normativo y un andamiaje institucional que le otorg una particular forma de concrecin.

Resuma los aportes del programa educativo normalista a la construccin del ciudadano argentino. Tome como referencia el apartado Sarmiento y El normalismo. Guarde sus reflexiones en su bitcora

La Ley de Educacin ComnN 1420El 8 de Julio de 1884 fue aprobada la Ley de Educacin Comn durante la presidencia de Julio A. Roca, esta Ley estableci la educacin obligatoria, gradual, gratuita y laica en la Capital Federal y en los Territorios Nacionales, constituyndose en un instrumento legal de injerencia en las jurisdicciones provinciales.

Con el objeto de integrar a los sujetos populares bajo el colectivo ciudadana, la ley se implement en nombre de la civilizacin produciendo importantes cambios en la educacin argentina con resultados visibles como el aumento de la tasa de alfabetizacin.El largo debate de la Ley, plante temas cuya tensin y confrontacin permaneceran abiertos durante todo el siglo XX en los sucesivos debates educacionales. Los principales temas giraron en torno al rol que deba asumir el Estado en relacin a otros agentes educativos; el carcter laico de la enseanza que se impartira en las escuelas; los criterios de idoneidad que deba reunir el maestro; las fuentes de financiamiento, las modalidades y los contenidos mnimos de enseanza, entre otros asuntos.Desde el inicio, los argumentos en torno al rol del Estado en materia educativa expresaron fuertes contrastes. Para quienes sostenan que la familia y la Iglesia eran agentes naturales de la educacin la primera por ser el espacio natural donde nace y crece el nio, la segunda, por su rol demater et magistri- el Estado deba asumir un rol subsidiario. Si bien el texto de la Ley consagr la laicidad y el rol principal del Estado, esta contienda se mantendra durante largo tiempo, resurgiendo en distintos momentos de nuestra historia. El lugar que ocup la enseanza de la lectura y de la escritura fue fundamental puesto que posibilit los medios para la comunicacin de la ciudadana en el idioma nacional y el conocimiento de los contenidos de otras disciplinas.Estas alternativas educativas requirieron la exigencia de actualizacin o lo que hoy definimos como formacin permanente, por parte de la docencia. Como hemos buscado resear, la construccin de un determinado rol para la tarea de educar tiene una rica historia de debates y de propuestas. Durante el siglo XIX argentino, hubo una significativa preocupacin por regular, modelar y prescribir la tarea del magisterio para la enseanza elemental como parte de la enorme empresa civilizatoria que busc hacer masiva la escuela primaria y comn.Pero an sancionada posteriormente la ley 1420, y con leyes que establecan la obligatoriedad escolar en la mayora de las provincias, en 1885-90 era necesario apelar a un reclutamiento personal de los nios para el sistema educativo. La ley no garantizaba por s misma el cumplimiento efectivo del derecho. La universalizacin de la educacin primaria lleg varias dcadas despus y el aprendizaje de sus principales contenidos educativos sigue siendo un desafo actual de las instituciones educativasEn 1905 se sancion la Ley N 4874 (Ley Linez). Esta ley intent ofrecer una respuesta a la situacin de analfabetismo en la que se encontraba un amplio sector de la infancia y a la gran escasez de escuelas en el interior del pas. La mayora de la poblacin infantil sin escolaridad estaba distribuida en provincias argentinas cuyo desarrollo institucional y econmico no resultaba suficiente para garantizar la educacin gratuita y obligatoria.A partir de la aplicacin de esta Ley, el sistema educativo adquiri una estructura dual debido a que en las provincias llegaron a coexistir establecimientos educativos creados y sostenidos pedaggica y econmicamente por los gobiernos provinciales y otros por el gobierno nacional. Esto tambin signific la puesta en marcha de metodologas para la enseanza de la lectura y de la escritura que diferan en cuanto a la utilizacin de enfoques didcticos y recursos.Seale los principales aportes de La Ley de Educacin Comn N 1420 a la educacin y la contribucin que hace la Ley N 4874 (Ley Linez) a la organizacin del Sistema Educativo. Tome como referencia el apartado correspondiente a La Ley de Educacin Comn N 1420 y el Video indicado en la clase. Reserve para su bitcoraEntornos ideolgicos y polticos en los comienzos del siglo XX. Algunas consideraciones pedaggicasA comienzos del siglo XX el Estado liberal ya ha definido su proyecto educativo-cultural, en el que tuvieron gran importancia algunas de las leyes sealadas. Este proceso de homogeneizacin de las diferencias tnico-culturales para garantizar la integracin nacional fue motorizado principalmente por la educacin comn obligatoriaEste Estado liberal y su proyecto educativo positivista- higienista tambin defini una concepcin de niez y juventud en la cual las variables fsicas, es decir, el cuerpo, su contextura, altura, peso, etc., y su disciplinamiento, resultaban centrales para el xito escolar.As, eldisciplinamiento y las clasificaciones escolaresconstituyeron y an lo hacen- algunos de los procedimientos socioeducativos ms representativos de los enfoques autoritarios derivados de este paradigma, que incidieron en los diversos mbitos de la vida escolar. El disciplinamiento significa la imposicin de normas que no surgen de acuerdos sociales.Por su parte, lasclasificaciones escolaresderivan de una particular forma de mirar a los sujetos educacionales, agrupndolos a partir de criterios diferenciadores basados en variables fsicas, sociales, culturales, econmicas tnicas y de las filiaciones polticas materno-paternas. Estas clasificaciones dieron origen a una serie de arquetipos escolares, muchos de ellos instalados profundamente hasta la actualidad en el imaginario pedaggico y en las prcticas docentes.Ahora bien Qu pasaba mientras tanto con la enseanza de la lectura y de la escritura? Sugerimos releer la Clase 1 del Mdulo Perspectivas para la Enseanza de la Alfabetizacin Inicial. All se caracteriza una primera etapa en la enseanza de la lectura, cuyos intereses bien podemos reconocer durante las ltimas dos dcadas del siglo XIX y las primeras tres dcadas del siglo XX. En esta etapa exista una gran preocupacin por los aspectos metodolgicos, es decir, un inters particular por dilucidar los aciertos y errores que pudieran presentar los mtodos utilizados para ensear a leer. En la mencionada clase se hace alusin a los mtodos sintticos y analticos, de los que podemos reconocer sus orgenes e impactos en la enseanza durante los inicios del siglo XX.A continuacin sugerimos entonces rescatar los principales temas de esta ltima lectura La historia poltica argentina presenta alternancias entre dictaduras y gobiernos constitucionales, realidad que atraviesa el sistema educativo mediante estrategias de control social representadas por la categoradisciplinamiento. En la escuela estos procedimientos se manifiestan en determinados rituales y comportamientos sociales. El positivismo pedaggico planteclasificaciones escolaresa partir de criterios de agrupamiento de la infancia y la adolescencia segn las caractersticas constitutivas de los sujetos. Con respecto a los primeros mtodos para la enseanza de la lectura, recomendamos articular estos enunciados con los desarrollos tericos de la Clase 1 del Mdulo Perspectivas para la enseanza de la Alfabetizacin Inicial.

Corrientes poltico pedaggicas: miradas y lecturasYa a comienzos del nuevo siglo, el normalismo empezaba a mostrarse como un movimiento cada vez ms complejo, que contena distintas tendencias. Por un lado, un enfoque de arraigo positivista-normalizador que se haba originado en las propuestas de Jos M. Ramos Meja, Rodolfo Senet y Alfredo Ferreyra. Por otro, las particulares miradas de los normalizadores laicos y catlicos que encontraron en las corrientes pedaggicas que fueron definindose, espacios de inscripcin poltica e intelectual. Esto fue posible porque la condicin demaestro o maestra normalno impeda la adscripcin docente a los nuevos enfoques poltico-pedaggicos de la poca.En esos aos se extenda un discurso escolar que adopt nociones provenientes de la medicina y la biologa. En ellos, la escuela era pensada predominantemente como el mecanismo principal para esa finalidad; deba corregir hbitos e imponer modos de vida a travs de dispositivos de ortopedia pedaggica, homogeneizar a una masa de poblacin que se haba vuelto diversa, compleja y heterognea y argentinizar en torno a una idea de nacionalidad al conjunto de personas que provenan de orgenes, experiencias y tradiciones sumamente diversas. La escuela eraa la vez- inclusiva, disciplinaria, promotora de derechos, impulsora de un orden establecido, constructora de ciudadana y, a la vez, de subalternidad.Algunas de esas corrientespedaggico-conservadorasreforzaron el componente religioso en tensin con el discurso acerca de la educacin laica yse interesaron por preservar las distinciones que caracterizaban a los sujetos educacionales de elite dirigiendo las enseanzas hacia contenidos provenientes de la cultura europea.Las revisiones al paradigma civilizadorLas primeras dcadas del siglo XX estuvieron marcadas por la posibilidad de abrir nuevos interrogantes y tensiones que generaba la crisis social que terminar estallando en el 29- y el problema de la inclusin a un sistema educativo que haba consolidado ya su estructura organizativa y de funcionamiento. En las primeras dcadas del siglo se hace evidente la debilidad del sistema institucional para incluir al conjunto de la sociedad; a partir de all, se irn ensayando nuevas formas de articulacin entre sociedad y estado. En el perodo de entreguerras, la presencia del Estado era algo ya establecido, fuera de discusin en sus elementos ms estructurales. Pero su vinculacin con la sociedad civil y la democratizacin de sus modos de organizacin, en cambio, eran aun objeto de pensamiento y de accin poltico-educativa.En ese clima, unacorriente anarquistaque resista al poder del Estado sobre la educacin, foment la creacin de centros educativos que recibieron el nombre deescuelas racionalistas. Esta corriente conceba la educacin como una prctica poltica concreta antiestatista y antimilitarista. Sus escuelas tenan una profunda orientacin cultural y promovan la distribucin de saberes emancipatorios contra toda forma de control por parte del Estado.Cmo surgieron estas escuelas y cules fueron sus objetivos? Encontramos en un sector de la poblacin inmigrante la necesidad de preservar las identidades culturales como forma de resistencia ante el proyecto nacional homogeneizador, asumiendo la defensa de los dialectos y las lenguas mltiples contra la idea de la conformacin de unidioma nacional.Paralelamente, otra perspectiva educativa comenzaba a definirse. Nos referimos almodelo democrtico radicalizado(utilizando la categora desarrollada por Adriana Puiggrs, que distingua a este grupo de los normalizadores)que defenda la escuela pblica desde una perspectiva federalista y promotora de la educacin de adultos. En estas escuelas se ponderaba la distribucin de conocimientos vinculados con materias prcticas y la apertura de espacios comunitarios para la lectura, facilitando la participacin de estudiantes y vecinos. En cuanto a la alfabetizacin, existi un compromiso concreto con las necesidades de quienes no haban logrado el acceso oportuno a la escuela, fundamentalmente los jvenes y los adultos.Llegando hacia el final de nuestra primera clase, les proponemos tomar nota de las cuestiones ms relevantes de este ltimo tramo. En el seno de las corrientes educacionales predominantes en la poca existieron tensiones y puntos de vista divergentes respecto de la educacin laica y religiosa. La corriente anarquista propuso un modelo de educacin alternativo basado en la divulgacin cultural de saberes emancipatorios. Se valoraron los dialectos y otras lenguas por sobre la consolidacin del idioma nacional. Una tendencia democrtico-radicalizada dentro del Normalismo defendi la escuela pblica desde una perspectiva federalista. Plante la necesidad de reforzar la educacin de adultos con especial inters en la alfabetizacin. La corriente socialista puso en evidencia grupos poblacionales y aspectos de la formacin no contemplados en el proyecto normalista y promovi la creacin de escuelas populares.

En la clase prxima abordaremos los acontecimientos que, durante la segunda mitad del siglo XX, definieron los entornos polticos, sociales y pedaggicos que convirtieron ese perodo en uno de los ms profundos, complejos y productivos. Conduciremos nuestro anlisis hacia los sentidos que asumieron las enseanzas vinculadas con la lectura y la escritu ActividadesLa actividad obligatoria de esta claseconsiste en participar del foro aportando las reflexiones surgidas a partir de la lectura de la clase 1.En un texto de hasta 10 renglones escriba una reflexin que d cuenta de la vigencia del disciplinamiento y las clasificaciones escolares en las prcticas educativas actuales.Tome como referencia el apartado correspondiente a Entornos ideolgicos y polticos en los comienzos del siglo XX. Algunas consideraciones pedaggicas.Bibliografa CUCUZZA, Hctor y PINEAU, Pablo (2000) Escenas de lectura en la escuela argentina, enEl Monitor de la Educacin, Ao 1, No. 1, Buenos Aires, Ministerio de Educacin de la Nacin, pp. 24-27. CUCCUZA H. Rubn, (2002) Leer y rezar en la Buenos Aires aldeana en CUCUZZA, Hctor Rubn (dir) y PINEAU, Pablo (coord..) Para una Historia de la Enseanza de la Lectura y Escritura en Argentina. Del catecismo colonial a La Razn de mi Vida, Mio y Dvila Editores. Otero, J. Fronteras imaginarias entre educabilidad e ineducabilidad. En Puiggrs, A. Dussel, I. Thisted, S. Mario, M. Orellano, M. En los lmites de la educacin: Nios y jvenes del fin del siglo. Rosario. Homo Sapiens. 1999. Puiggrs, A. Sujetos, disciplinas y currculum en los orgenes del sistema educativo argentino. Tomo I. Historia de la Educacin en la Argentina. Buenos Aires. Galerna. 1990. Puiggrs, A (DIR) De Luca, Gandulfo y otros. Estado y sociedad civil en los orgenes del sistema educativo argentino. Tomo II Historia de la Educacin en la Argentina. Buenos Aires. Galerna. 1991 Sarmiento, D. F. Educacin Popular. 1915. Southwell M. (2010) Vecinos, nios y educadoras: ciudadana y escolarizacin en la Buenos Aires del siglo XIX Fragoso Anayanci (Comp.)Historias de Mujeres e Infantes en Latinoamrica,Mxico D.F. En prensa. Tedesco, J. C. Educacin y sociedad civil. 1880 1945. Buenos Aires. Solar. 1986.

estado del escritorio del maestro, es posible juzgar acerca del valor de la educacin que se imparte (...). No sera excesivo insistir en la eficacia de este lenguaje de los objetos exteriores y la importancia que tendran para las nuevas generaciones esos hbitos de limpieza, ese gusto por el orden que se desea inspirar con el cuidado puesto en la instalacin material de las escuelas.

Buisson, Ferdinand (dir.), Dictionnaire de pdagogie, Pars, Librairie Hachette et Cie, 1887, pg. 1944.1

Si hay un objeto que nuestra memoria nos trae cuando pensamos en escuelas ese es -seguramente- el pupitre. Por qu la escolaridad necesit que hubiera pupitres?, qu clase de objeto es, qu produce?, por qu hay distintos tipos de pupitre?, es solo una cuestin de modernizacin de los materiales? El pupitre, banco, escritorio es uno de esos aspectos materiales que nos da pistas acerca de cmo la escuela se ha ido consolidando con producciones y tecnologas de distintas pocas, y que ha logrado instalarse y perdurar.

Hacer masiva la escuela implic regular en detalle lo cotidiano; entre ello, el uso de los espacios, para alcanzar un ideal de orden y disciplina. Como dice el epgrafe, Buisson sealaba la "instalacin material de la escuela" como uno de los indicios para examinar el orden y el valor de la educacin impartida. El escritorio del maestro era uno de los pilares de la calidad de la enseanza. Sin embargo, el Diccionario dedicaba gran parte de los argumentos sobre la mejora educativa a otro componente: el escritorio de los alumnos.2

Los primeros pupitres fueron, por lo general, bancos mviles de dos o ms plazas, similares a los utilizados en las iglesias. No solo era parecido su formato, sino la finalidad de su uso: lograr una adecuada disposicin de los cuerpos en el espacio y posibilitar -as- el desarrollo de un ritual y el logro de una transmisin. De hecho, pupitre proviene del latn pulpitum, es decir: plpito, lugar utilizado en las iglesias para leer las Sagradas Escrituras y llevar a cabo la prdica.

El pupitre escolar fue puesto en el centro de discusiones y reflexiones de administradores, acadmicos y directores de escuela. Haba un acuerdo en considerarlo un objeto que poda hacer peligrar el orden y la higiene de los alumnos. Un pupitre confeccionado errneamente no prevena las posturas consideradas "nocivas", desencadenantes de patologas como lordosis, miopa o escoliosis. Tampoco garantizaba una posicin correcta de los nios, requerida para llevar a cabo un control de los movimientos y, a travs de ellos, que la tarea se estaba realizando.

Hubo discusiones acerca de las caractersticas que deba tener: dimensiones, cantidad de lugares, movilidad, uniformidad, materiales usados para su fabricacin, entre otros aspectos. Cules deban ser sus dimensiones?, seran fijos o mviles?, uno para nias y otro para nios?, individual o de varias plazas?, graduables de acuerdo con las distintas edades? Esas diferentes opciones dan cuenta de la preocupacin que ligaba la situacin de enseanza a disponer los cuerpos de determinado modo, y que pudieran ser vistos.

Los mtodos de enseanza de la lectura y la escritura se sumaron a las preocupaciones por el formato del pupitre. Se esperaba que sus dimensiones fuesen adecuadas a la talla de los nios, para que ellos pudiesen escribir sin levantar los hombros ni bajar la cabeza y la espalda. La distancia entre el ojo y la mesa, el ngulo ptico de la mirada, la cada de la mano y la ubicacin del libro o el cuaderno eran otras de las cuestiones a considerar. Adems, deban impedir el deslizamiento de los libros, al tiempo de brindar cierto confort para leer y escribir.

Se deca que los de tipo mvil beneficiaran la libertad de movimiento, aunque podan dar lugar a desplazamientos y comunicaciones "no deseados", que quedaran fuera de la mirada del maestro. Algo parecido se sostena cuando se comparaba el banco individual y el de varias plazas; planteando que el primero facilitaba la vigilancia, aislaba al alumno del resto de sus compaeros y permita al maestro pasar por los pasillos fijados entre cada emplazamiento. Si se utilizaba fundicin de hierro para su construccin, se obtena como producto un mueble liviano, fcil de trasladar, aunque se pona en duda su resistencia frente a choques violentos y el paso de los aos. La inclusin del tintero y de las pizarras en la mesa tambin fue objeto de anlisis de las producciones higienistas, en tanto posible foco de infeccin debido a la costumbre de borrar con saliva o llevar la pluma a la boca antes de escribir.

La mxima retomada por Ferdinand Buisson,"el banco debe adaptarse al nio y no el nio al banco", exiga tener pupitres de diferentes tamaos. Esto era ptimo desde el punto de vista fisiolgico promulgado por los discursos higienistas, aunque excesivamente caro desde el punto de vista de los recursos econmicos de los estados. Una de las soluciones adoptadas fue procurar la estandarizacin de las dimensiones, a travs de considerar las tallas promedio, pronto nominadas como normales.

As, el pupitre form parte de la "normalizacin" que intent sujetar todo a un supuesto parmetro comn. El "lenguaje de los objetos exteriores"tendi a individualizar y a corregir los desarrollos fsicos y los hbitos de limpieza que no se ajustaban al patrn normal, as como los comportamientos dentro del aula que no evidenciaban "el gusto por el orden que se desea[ba] inspirar con el cuidado puesto en la instalacin material de las escuelas".* Fac. de Humanidades y Ciencias. de la Educacin, Universidad Nacional de La Plata.

1. Agradezco a la Profesora Marcela Ginestet por la traduccin del francs y a los encargados de la Sala Americana de la Biblioteca Nacional de Maestros por permitir el acceso a esta fuente, de gran importancia para los estudios histricos de la educacin.2. Buisson, Ferdinand (dir.), "Mobilier scolaire", Dictionnaire de pdagogie et d'instruction primaire, 1 parte, t. II, Pars, Librairie Hachette et Cie, 1887, pg. 1940-1948.