Modernizar la investigación penal en la provincia de Buenos Aires

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  • 7/29/2019 Modernizar la investigacin penal en la provincia de Buenos Aires

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    7 0 > www.x.m

    Modernizar lainvestigacinpenal en laprovincia deBuenos airesla participacin ciudadana esfundaMental para lograr unaMejor seguridad deMocrticay terMinar con la coMplicidadde las estructuras de poder.los foros de deBate soBrela organizacin de la policajudicial en la provincia deBuenos aires son un BuenejeMplo.

    guillerMo nicoraAbogado, posgraduado en Derecho Empresario.

    Investigador y miembro de la Junta Directiva Nacional

    del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias

    Penales y Sociales (INECIP). Profesor Asociado de la

    Universidad Atlntida Argentina, y Agente Fiscal del

    Departamento Judicial Mar del Plata.

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    2. Investigacin judicialy seguridad pblica

    Los oros demostraron que la ciudadana ha madu-rado mucho la relacin entre el uncionamiento de

    la justicia penal y la seguridad pblica.

    Desde el propio nombre de la iniciativa, Foros

    para una Seguridad Democrtica, el giro parlamen-

    tario del proyecto a las comisiones de Seguridad

    de ambas cmaras, y el contenido de los discursos,

    se ha asimilado como debi ser siempre que al

    hablar de la agencia de investigaciones criminales

    se est hablando de seguridad y no slo de justicia.

    Esta asociacin no es del tipo patolgico que

    suele verse en los discursos simplistas de algunos

    comunicadores, vinculados a la anticuada ideologade la neutralizacin y que se encadena ms o menos

    as: ms delincuentes presos con condenas ms

    largas = ms tiempo uera de circulacin = menos

    delitos en las calles = ms seguridad pblica. Al

    contrario, vase un ejemplo de un mejor modo de

    vincular una efcaz investigacin penal con la segu-

    ridad, en boca del Dr. Carlos Can, copresidente

    de la CPM, en el ltimo oro (La Plata):

    La Polica Judicial tiene que dedicarse esencial-

    mente a la investigacin de los delitos complejos, que

    tienen que ver realmente con la inseguridad que sure

    la sociedad, en la medida en que hay un entramado

    de complicidades de la polica, del poder poltico, de

    sectores que lucran con los grandes negocios de la

    piratera, de los desarmaderos, del narcotrfco, de la

    trata de personas. Y que se corra el eje de los delitos

    de menor cuanta que estn estigmatizando a los

    excluidos y a los marginados, y que no ocaliza donde

    hay que ocalizar. Para esto se requiere una polica

    muy especializada y con nivel cientfco elevado y que

    tenga tambin una alta moral, y que sea incorruptible

    para que pueda uncionar para investigar lugares muy

    sensibles del poder.Ya no se trata de pura neutralizacin del inadap-

    tado ni de demagogia punitiva: en varios discur-

    sos se seal la importancia de una agencia de

    investigaciones civil y democrtica, que tendr un

    rol central a la hora de corregir este problema que

    seala Can, y que tcnicamente se llama selec-

    tividad del sistema penal: el uso de la persecucin

    penal para perseguir y castigar a los vulnerables,

    aumentando as el poder de los poderosos, perpe-

    tuando y agudizando las desigualdades sociales.

    A

    caba de concluir la ronda de ocho Foros por una Seguridad

    Democrtica con los que la Legislatura bonaerense propuso

    (y logr) abrir el debate pblico sobre el proyecto de ley de

    organizacin de la polica judicial, manda constitucional incumplida desde

    la reorma provincial de 1994. El modelo de amplifcacin y horizontaliza-

    cin del debate es un avance en s mismo: todo lo que lleve hacia ormas

    ms directas de participacin ciudadana debe ser bienvenido, y mucho ms

    an cuando se trata de un tema como el de la articulacin entre seguridad y

    justicia, que est demasiado ausente del debate poltico, ms all de la agita-

    cin meditica vinculada ms al mercado de la seguridad y al uso del miedo

    como herramienta de control social que a la construccin democrtica.

    Algunas buenas nuevas1. El rechazo a la denominacin polica judicialDesde el principio, muchos cuestionaron la denominacin polica judi-

    cial, tomada en el proyecto del Poder Ejecutivo y en su antecedente, el

    anteproyecto de la Comisin Provincial de la Memoria (CPM), desde la

    propia Constitucin provincial. Tuvimos ocasin de sostener la viabilidad y

    conveniencia de abandonar esa denominacin en la primera intervencin

    que hicimos desde INECIP en el oro inaugural, en la ciudad de San Martn.

    En eecto, la manda constitucional del art. 166 Organizar la policajudicial se cumplir a cabalidad cuando exista un organismo para cumplir

    esa uncin. Eso no obliga a llamar polica a ese organismo, nombre que

    producir una identifcacin social de la polica judicial como otra polica

    ms (de hecho, representantes de organismos de derechos humanos

    resaltaron esta identifcacin diciendo en el ltimo oro no queremos ms

    policas en nuestra provincia).

    Las voces se multiplicaron a la hora de proponer una agencia entera-

    mente civil, proesional, tcnica, destinada a la investigacin de los casos

    penales, enteramente apartada de las disunciones de las agencias policiales

    con que hoy contamos.

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    3. Fortalecimiento y autonomade la defensa pblica

    Quiz parezca extrao que en este artculo orientado hacia la modernizacinde la persecucin penal se hable de la deensa pblica, y ms an que haya sido

    uno de los reclamos ms potentes en los que coincidieron quienes participaron

    de los oros. Pero no lo es, si se considera que el ms veloz y ms poderoso de

    los automviles de carrera es del todo intil si no cuenta con un sistema de

    renos an ms efcaz.

    Es por eso que se levantaron en los oros muchas voces en avor de asegurar

    que la deensa cuente con recursos investigativos propios. Ms an: se reorz

    la necesidad de contar con deensores autnomos y competentes y de toda una

    estructura autnoma de sostn y ortalecimiento de la deensa pblica. Ha sido

    una de las conclusiones ms instaladas en los ocho oros, la conveniencia de

    separar totalmente las estructuras de Fiscala y Deensa, para mejor unciona-

    miento de ambas instituciones.

    4. El fortalecimiento de latransparencia y el control republicanoTambin ue muy defnida la opcin de la gran mayora de los participantes,

    que reclamaron dotar a la nueva agencia de investigaciones de mecanismos de

    transparencia y control republicano. En particular, hubo coincidentes y cons-

    tantes reclamos para reinstalar dos herramientas que el Ministerio de Justicia

    elimin al hacer propio el anteproyecto de la CPM: en primer lugar, la obliga-

    toriedad de la audiencia pblica para la designacin de las autoridades del

    organismo, desde la primera designacin y sin aceptar un perodo especial de

    diseo y consolidacin de la institucin en manos de un uncionario nombrado

    discrecionalmente por el Ejecutivo.

    La segunda medida reclamada por muchos de los oradores es la instalacin

    de un Observatorio Parlamentario que uncione a manera de auditora externa,

    impidiendo que la agencia de investigaciones pueda ser sesgada por los intere-

    ses del uncionariado (aunque de alguna manera responda a la expresin ma-

    yoritaria del pueblo), en detrimento del respeto a los derechos de las minoras.

    5. La implementacin gradual en todos los sentidosSe ha insistido con gran nasis en la necesidad de que la nueva agencia de

    investigaciones no herede los graves problemas uncionales provenientes del

    uncionamiento real y concreto de la Polica de la Provincia. Una medida prof-

    lctica que ha tenido varios impulsores pero que no despierta entusiasmo entrelos fscales y los sectores ms comprometidos con el xito de las tareas inves-

    tigativas es la prohibicin radical de traspasar uncionarios desde los cuerpos

    policiales a la nueva polica.

    Esto determinara (as ue sealado por INECIP, entre otros) una enorme de-

    mora para la puesta en marcha de la agencia, ya que si no se puede incorporar a

    ninguno de los uncionarios que hoy prestan servicios en la Polica de Seguridad

    y en la Polica Cientfca, que depende de ella, y debe confarse en la ormacin

    de nuevos especialistas desde cero, est claro que la provincia quedar sin

    servicios competentes de escena del crimen (base de la investigacin de un

    gran nmero de delitos violentos) por al menos un lustro, si no dos, adems de

    la enorme inversin que demandar la ormacin y

    entrenamiento de los nuevos criminalistas.

    Ante esa realidad, se ha destacado en los oros

    (no quiz por el nmero de las intervenciones

    en ese sentido, pero s con contundencia en los

    argumentos) el criterio de que la nueva agencia de

    investigaciones tendr que intervenir al menos

    durante los primeros aos slo en los casos que el

    fscal a cargo de la investigacin le asigne, y no enun catlogo de delitos preestablecido por ley.

    Tambin se ha puesto nasis en que, a la hora

    de disear las estructuras y organizar los programas

    de ormacin inicial y pereccionamiento de los

    cuadros, la nueva agencia de investigaciones tiene

    que orientarse hacia el delito complejo y cometido

    al amparo de las estructuras de poder, ms que a la

    persecucin indiscriminada del delito comn, como

    sugeran tanto el proyecto del Ejecutivo como de su

    antecedente de la CPM.

    Todo lo que lleve

    hacia ormasms directas departicipacinciudadana debeser bienvenido, ymucho ms ancuando se trata deun tema como el

    de la articulacinentre seguridad yjusticia, que estdemasiado ausentedel debate poltico.

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    Se disea una organizacin de excelencia y se la

    pretende insertar dentro de un Ministerio Pblico

    cuyo diseo copia las estructuras judiciales sin

    razn para ello, donde todos los cargos de conduc-

    cin son vitalicios, donde no existe una autntica

    carrera ni visos de proesionalizacin (de hecho, lo

    nico a lo que puede aspirar un fscal una vez que

    es nombrado en el cargo es a seguir en l o aban-

    donar el Ministerio Pblico tras una nominacin

    como juez), donde el presupuesto de capacitacin

    es insignifcante, donde no se orma a los fscales en

    la investigacin criminal moderna, salvo esuerzos

    personales loables.

    Qu sentido tiene exigir un inorme anual sobre

    el modo en que trabaj la Agencia de Investiga-

    ciones si el Ministerio Pblico a cuyo servicio est

    no tiene obligacin de hacerlo? En qu cambia-

    r agregar transparencia a la designacin de las

    autoridades de la Agencia cuando los fscales y sus

    auxiliares siguen siendo designados por procedi-

    mientos oscuros y generalmente insatisactorios?Por qu se ponen seversimos requisitos de incom-

    patibilidad a los aspirantes a ingresar a la Agencia

    de Investigaciones y sin embargo se permite a esas

    personas concursar como fscales o ser designados

    como auxiliares directos de estos?

    Las esperanzas de que el debate sobre la

    organizacin de la polica judicial activara produc-

    tivamente el debate sobre el imperioso rediseo

    institucional del Ministerio Pblico se han visto

    bastante diluidas.

    Sin embargo, debe prestarse atencin a un punto: la especializacin en

    la investigacin de delitos complejos no debe ser (a pesar de los anhelosmayoritariamente expresados) una decisin de diseo, sino ms bien una

    estrategia de implementacin. En el largo plazo ha sido contundente el

    reclamo de que se acabe por transerir a la nueva estructura las responsabi-

    lidades sobre toda la investigacin criminal, de orma de apartar de ella en

    orma prcticamente total a la polica de seguridad. Por lo tanto, parece

    conveniente fjar en la ley orgnica las cuestiones centrales vinculadas a las

    especialidades cientfcas y tcnicas y la posibilidad de intervenir en delitos

    de toda ndole, aunque en el proceso de implementacin estas potestades

    no sern desarrolladas de manera prioritaria, y durante unos cuantos aos

    la intervencin primaria en la escena del crimen, tanto desde el aspecto del

    relevamiento de evidencia sica como en la primera actividad de recoleccin

    de inormacin, seguir a cargo en orma masiva de la cuestionada polica de

    la provincia. Volveremos enseguida sobre esta cuestin.

    No todo son rosasEscaso diagnstico sobre el Ministerio PblicoLlama la atencin que, cuando muchas voces se levantaron para denunciar

    las inefcacias del sistema en la persecucin de delitos complejos o que

    se cometen al amparo de estructuras de poder, y no pocas de esas voces

    mostraron una enorme deuda del Ministerio Pblico con la sociedad, sin

    embargo, hubo pocos que alertaron sobre la imperiosa necesidad de echarles

    un ojo a las fscalas antes de entregarles una nueva y poderosa herramienta

    investigativa.Se ha discutido incesantemente sobre la importancia de la ormacin, de

    la asignacin de recursos econmicos y materiales sufcientes para aron-

    tar los modernos desaos investigativos, de la instalacin de un sistema de

    audiencias pblicas para la designacin de uncionarios, de la creacin de

    un Observatorio Legislativo que monitoree el uncionamiento de la Agencia,

    etc., etc. Pero no se han levantado muchas voces advirtiendo que todo ese

    esuerzo de avanzar en los valores organizacionales de democracia, partici-

    pacin, transparencia, excelencia, etc., se malgastar si, paralelamente, no se

    pone nasis en la generacin de una cultura organizacional anloga dentro

    del Ministerio Pblico, que es donde se insertar la nueva organizacin.

    La Polica Judicial tiene que dedicarse esencialmentea la investigacin de los delitos complejos, que tienenque ver realmente con la inseguridad que sure la

    sociedad, en la medida en que hay un entramadode complicidades de la polica, del poder poltico, desectores que lucran con los grandes negocios de lapiratera, de los desarmaderos, del narcotrfco, de latrata de personas.

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    Las aporas dela implementacinSurge con claridad de la redaccin original del

    proyecto del Ejecutivo (que reproduce casi textual-

    mente el de la CPM) que el viento que hincha las

    velas de esta decisin de organizar la polica judicial

    proviene ms de la inefcacia en delitos comunes

    de alta exposicin meditica que de la preocupa-cin por los crmenes de los poderosos. No de otra

    manera debe leerse la disposicin que impone a la

    nueva estructura organizativa la intervencin en to-

    dos los homicidios dolosos, que en realidad slo son

    delitos complejos cuando son cometidos y encubier-

    tos desde el poder. Integran esta preocupacin las

    disposiciones que (repitiendo lo que ya est previsto

    en el Cdigo Procesal) mencionan minuciosamente

    el rol de los miembros de la agencia en el lugar

    del hecho y en las primeras diligencias previas a

    la asuncin de la direccin del caso por un fscal,

    reglas generalmente intiles a la hora de investigar

    los principales delitos complejos, que son los vincu-

    lados a la corrupcin, a actividades econmicas y a

    organizaciones criminales, y no a hechos de sangre.

    De hecho, sera mucho ms importante (como

    reclamaron casi todos los fscales que participaron

    de los oros) que se regulara el modo por el que la

    nueva agencia podr acceder a los cuantiosos (y

    valiosos) datos almacenados en bases ofciales y

    privadas, o el modo en que se transerir la activi-

    dad de intercepcin y anlisis de comunicaciones

    electrnicas, hoy coto vedado de la SIDE y loscuerpos policiales. En este punto se juega no slo

    mucho de la efciencia investigativa, sino adems la

    suerte del control sobre las principales uentes de

    amenaza a la privacidad de los ciudadanos. Nada de

    esto surge del proyecto ofcial, y es de esperar que

    la revisin parlamentaria del texto se haga cargo de

    que este autntico nudo gordiano debe estar entre

    las primeras competencias investigativas a trans-

    erir. Slo as se justifcar tanta preocupacin por

    la transparencia y el control.

    El centralismo y la construccinde nuevas burocraciasOtro tema en el que ser undamental hacer eje a la hora de reescribir el

    proyecto es el vinculado a la necesidad de deconstruir el potente aparato

    burocrtico centralista que la CPM y el Ejecutivo han previsto para la

    nueva agencia.

    Al Director General (cargo de evidente necesidad y relieve) se le agrega

    un Director Adjunto y una segunda lnea de uncionarios (los secreta-rios) del todo inconvenientes e innecesarios, ya que relegan a las jeatu-

    ras territoriales a un tercer plano intrascendente, siendo que son estas las

    que debern arontar las presiones de los fscales y del pblico. Se replica

    la lgica de la Polica Bonaerense: hay jees platenses entre los cortina-

    dos del poder, y las responsabilidades se diluyen y desdibujan. La selec-

    cin ms o menos transparente de estos cargos intermedios no soluciona

    el problema central, que es que restan en vez de sumar.

    Poner las decisiones en una mesa chica de seis o siete personas que

    viven y trabajan en la capital de la provincia, interactuando de todas las

    ormas posibles con las otras cpulas metropolitanas, produce el en-

    meno de que controlantes y controlados, investigadores e investigados,

    comparten palcos en los actos pblicos, pertenecen al mismo ncleo

    social y, en defnitiva, son muy ciles de cooptar.

    En lugar de esta nueva burocracia (una ms), desde INECIP hemos

    propuesto que por debajo del Director General slo exista un Directorio,

    compuesto por todos los jees departamentales, ms uno o dos uncio-

    narios (del mismo nivel que los anteriores) encargados de las cuestiones

    que necesariamente deben centralizarse, como la coordinacin de los

    laboratorios y otros recursos tecnolgicos de alto costo que no se justifca

    replicar en cada jurisdiccin o la cooperacin entre agencias investigati-

    vas. Este Directorio de ms de veinte miembros es un rgano colegiado,

    distribuido en todo el territorio provincial, y mucho ms resistente a los

    acuerdos de cpula y a las intrigas palaciegas que un pequeo gabinetecapitalino.

    Tambin debe ponerse el reno a la expansin burocrtica compar-

    tiendo reas clave con las fscalas: no hay razn para que no compartan

    una nica estructura administrativa, y una nica rea de capacitacin. Al

    contrario, el compartir estos servicios crear una muy superior permeabi-

    lidad entre dos organizaciones (la de fscales y la de investigadores) que no

    pueden trabajar disociadas y que necesitan compartir principios, objetivos

    y cultura. Especialmente, no puede permitirse que existan brechas admi-

    nistrativas ni de ormacin entre investigadores y fscales: cada desinteli-

    gencia entre ellos equivale a un racaso investigativo, cuando menos.