Misioneros Nº 147

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SNº 147 VERANO AÑO 2014

T E R C E R M I L E N I O

El presidente de Colombia, Juan

Manuel Santos, obtiene el respaldo

del electorado para un nuevo man-

dato, en el que alcanzar la paz

parece su mayor compromiso.

14

en este número...

y además...

EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org

Nº 147. VERANO, 2014

AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41

coeditores


IGLESIA A FONDO

PRIMER PLANO

Este mes de agosto el papa Francisco visi-

tará Corea del Sur, una nación en la que

el mensaje de Jesús está calando hondo

en las últimas décadas, gracias, en buena

medida, a la labor misionera de la Iglesia.

INFORME

La caza furtiva en el continente africano

se ha convertido en una muy lucrativa

ocupación, a través de la cual diferentes

grupos del crimen organizado logran

financiar sus actividades delictivas.

7 TRIBUNA Beatos con "alma africana"

10 EL OBSERVADORR.D. CONGO - MALASIANIGERIA - PAKISTÁN

20 ASÍ VA EL MUNDOKENIA - CHINAEGIPTO - IRAK

36 ENTREVISTAJuan Cruz Vicario, agustino recoleto

40 ANIMACIÓN MISIONERA

45 CARISMASCompañía de SantaTeresa de Jesús

48 CULTURALa voz de la RepúblicaCentroafricana

53 EL CUARTO MUNDO

56 MISIÓN VIVA"Nuestra parroquiatiene alma misionera"

24

30

El rosario de atrocidades

que se cometen en el

mundo contra las muje-

res es más que preocu-

pante; es, como ha apuntado el

papa Francisco, “una herida pro-

funda en el cuerpo de la humani-

dad”, que supura indignación y

asco. Es, aún más, un crimen de

lesa humanidad, que, para mayor

vergüenza, se pretende justificar,

en algunos casos, bajo la sin ra-

zón y el absurdo de ser prácticas

tan antiguas como los hombres.

Ni la cultura ni la religión pueden

ser una excusa. Es inadmisible.

Las cuentas de esta aterradora

oración en recuerdo de las muje-

res víctimas de la violencia sexual

son especialmente dramáticas en

países sacudidos por conflictos. En

estas naciones la violación se utili-

za sistemáticamente como un ar-

ma de destrucción masiva, que

nace del deseo de destruir a la

mujer como portadora de vida. Es

una manera de infligir la muerte a

toda una comunidad, a través de

ejercer la más despiadada y ver-

gonzante violencia contra la mu-

jer, contra quien le ha dado la

existencia. En la R. D. del Congo,

por poner un ejemplo, se calcula

una media diaria de 36 mujeres y

niñas violadas; unas 200.000 des-

de finales de los 90. Y hablamos

de una práctica generalizada en la

mayoría de conflictos, desde la an-

tigua Yugoslavia a la actual Siria.

También es muy frecuente en

estos países en guerra el recurso

al secuestro para conseguir escla-

vas sexuales y domésticas para la

tropa, o como negocio para la

prostitución o compra de armas.

Famoso se ha hecho el caso de

las 200 niñas nigerianas secues-

tradas por el grupo terrorista Bo-

ko Haram, pero ahí están tam-

bién los 40.000 niños y niñas ro-

bados durante dos décadas por el

Ejército de Resistencia del Señor

(LRA) de Joseph Kony en Uganda.

Pero esta violencia contra la

mujer no solo se produce en paí-

ses en guerra, también se da, y

abundantemente, en naciones que,

se puede decir, gozan de cierta es-

tabilidad. Para corroborarlo, ahí es-

tán las 14 millones de muchachas

que, según la ONU, son forzadas a

casarse prematuramente cada año.

Y relacionado con esta práctica,

los “crímenes de honor”, que lle-

van a los propios familiares de es-

tas criaturas a matar a sus propias

hijas ante la “afrenta” de novios y

maridos despechados. En Pakistán,

900 mujeres murieron por este ti-

po de delito en 2013, lo que ha

llevado al Consejo de los Ulemas

del país a proclamar que “la hija

mujer es un regalo de Alá y la

sensación de ser deshonrado por

la propia hija está prohibida en el

islam. Matar a una hija y humi-

llarla es símbolo de ignorancia”.

Y para terminar este rosario

del despropósito y la amargura

estarían los casos de violaciones

y ahorcamientos –con implicación

en muchos casos de las propias

autoridades– que con tanta fre-

cuencia se producen en la India y

en otros países; la venta de espo-

sas que desde las naciones veci-

nas se está dando hacia China; la

trata para la prostitución; el tu-

rismo sexual o la simple y no me-

nos denunciable violencia domés-

tica que se da en todos los países

sin excepción...

Hay que hacer algo. Los Esta-

dos no pueden proclamarse ausen-

tes ante estos crímenes. Son nece-

sarios instrumentos jurídicos para

acabar con este tipo de violencia.

Es fundamental la implicación de

toda la comunidad internacional

para acabar con esta lacra; y se

necesita, sobre todo, un cambio de

mentalidad; una mujer es una ma-

dre, una hija... un ser humano.

E D I T O R I A L

EDITA: Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL DE OMP: AnastasioGil DIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES RosaLanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán, An-tonio José Molina, José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez,

Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, JoaquínMartínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36


Ni la cultura ni la religión pueden ser jamásuna excusa bajo la que se amparen prácticas

abusivas contra la mujer. Es inadmisible.

Violencia contra la mujer

Benedicto XVI no llegó.

Estaba en su agenda y

lo tenía como objetivo

prioritario desde el ini-

cio de su pontificado, pero Asia se

quedó en el horizonte. Francisco

retoma ahora su agenda y después

de los dos primeros viajes interna-

cionales como obispo de Roma –el

primero a la heredada JMJ de Río

de Janeiro y el segundo por inicia-

tiva propia a Tierra Santa–, el Pa-

pa argentino mira a un continente

de futuro para la Iglesia. Pero

también de presente, como de-

muestra el impulso que, desde ha-

ce décadas, vienen demostrando

las comunidades de Corea del Sur.

Será este su primer destino más

allá de Tierra Santa, al que segui-

rá en enero de 2015 una visita

pastoral a Sri Lanka y Filipinas.

Como telón de fondo del viaje,

que se extenderá del 14 al 18 de

agosto, la VI Jornada de la Juven-

tud Asiática. Cinco días intensos

que arrancarán con una misa el 15

de agosto en el Estado de Daejeon,

escenario del Mundial de Fútbol

de 2002. El campo será el cenácu-

lo del encuentro con los miles de

jóvenes que acudan a este evento,

que se celebró por primera vez en

1999. Esa misma tarde habrá un

El 14 de agosto Fran-cisco pisará por pri-mera vez Corea del

Sur. Lo hará en elmarco de la Jornada

de la Juventud Asiáti-ca, como peregrino a

una tierra en la queel mensaje de Jesúsestá calando en lasúltimas décadas de

una forma significati-va, fruto de la labormisionera de la Igle-

sia durante el siglo XX.Pero también llega aun país dividido, que

mira al norte cons-ciente del férreo con-

trol de un régimencomunista que hace

prácticamente imposi-ble vivir la fe.

Francisco, ante el desafío

I G L E S I A A F O N D O

Francisco, ante el desafío de las dos Coreas

primer acto simbólico de apuesta

por la paz en el continente, con un

abrazo entre jóvenes de los distin-

tos países presentes en la jornada

en el Santuario de Solmoe, en la

región donde nació san Andrés

Kim Taegon, el primer sacerdote

coreano y primer santo del país.

Especialmente emotiva será la cita

del obispo de Roma con los fami-

liares de los adolescentes falleci-

dos en el naufragio del ferry Se-

wol, en el que murieron más de

300 personas, la mayoría de ellos

estudiantes. “El Santo Padre se

reunirá (con ustedes) y les conso-

lará”, les garantizó el cardenal Ye-

om Soo-Jung, arzobispo de Seúl,

tras reunirse con ellos. Y así será

en el estadio Daejeon.

Mártires coreanosNo menos significativa resulta-

rá la beatificación de 124 mártires

coreanos al día siguiente. Tendrá

lugar en la localidad de Gwangu-

wamun. Con este acto la propia so-

ciedad coreana busca honrar a es-

tos hombres asesinados durante el

siglo XVIII por razón de su fe.

Abrazaron el cristianismo dejando

de lado el confucianismo, religión

de la dinastía Joseon, que dominó

el país desde el siglo XIV hasta co-

mienzos del siglo XX. De ahí que el

acto trascienda su cariz religioso y

se calcule que más de un millón de

personas tomarán parte en él, aun-

que los católicos no sean más de

200.000. “Mirando a la historia, los

mártires coreanos son grandes mo-

delos de santidad que han cruzado

las barreras del estatus social y

amado a su prójimo sin discrimi-

nación de género, clase social, reli-

gión. Ellos fueron los promotores

de los derechos humanos y han

desempeñado un papel importante

en la historia de toda la nación co-

reana”, reflexiona el cardenal Soo-

Jung, que recibió el birrete en el

primer Consistorio de Francisco.

Lo cierto es que algo ha llovi-

do desde que un europeo pisara

por primera vez suelo coreano en

diciembre de 1593. Fue el misio-

nero jesuita español Gregorio de

Céspedes, que trabajó en Japón

desde 1577 y que apenas perma-

neció un año en Corea durante la

invasión japonesa. Fue solo una

toma de contacto, pues la pre-

sencia misionera con un mayor

NÚM. 147, VERANO DE 2014 misioneros 15

De representar hace tan solo 50 añosapenas un 1,1% de la población, loscatólicos coreanos son ya el 10,4%.

Jóvenes coreanas presentes en la JMJ Madrid 2011.

peso no se dio hasta bien en-

trado el siglo XVII. Sin embargo,

ha sido en el último medio siglo

cuando la siembra de entonces ha

hecho de Corea del Sur una po-

tencia emergente de la fe.

De representar hace 50 años

apenas un 1,1% de la población, los

católicos son ya el 10,4%. De he-

cho, en el último año, estos han

crecido un 1,5%, hasta situarse en

los 5.442.996 creyentes. Con otros

datos en la mano, este avance sor-

prende aún más. De 81 sacerdotes

se ha pasado a 4.600 curas y más

de 10.000 religiosos y religiosas, a

los que hay que sumar los misio-

neros de 80 países allí presentes.

Cada año se celebran una media de

120.000 bautismos, siendo el perfil

de estos nuevos cristianos, profe-

sionales, estudiantes y artistas, to-

dos con una alta cualificación.

Pero, ¿dónde radica el origen

de este boom? Sociólogos e histo-

riadores ponen su mirada en la en-

trega, en plena dictadura militar

que vivió el país de 1961 a 1987,

del fallecido cardenal arzobispo de

Seúl Kim Sou-Hwang. Su papel fue

clave para refugiar a los opositores

del régimen, incluso en la cate-

dral, lo que le llevó a convertirse

en mediador y voz autorizada en

medio de las tensiones y la repre-

sión. En este tiempo, también

apostó por la labor social de la

Iglesia cuando el país no sabía que

le esperaban unos años de progre-

so imparables, sino que contaba

con una población sin recursos y

sin formación. Frente a ello, apos-

tó por volcarse con los sectores

más débiles y primar la tarea edu-

cativa para edificar una sociedad

nueva. Fueron precisamente los

misioneros quienes, tras la guerra,

construyeron de la nada un nuevo

sistema educativo alejado de la

tradición confuciana que restrin-

gía el acceso a las niñas. Hoy Co-

rea del Sur cuenta con uno de los

métodos de enseñanza más aplau-

didos basado en la gratuidad.

Una fe en pleno crecimiento

“No creo en ninguna religión,

pero no me queda otra elección

que alabar a los católicos de Corea

del Sur por su positivo impacto en

la historia de esta nación”, recono-

ce Andrei Lankov, profesor de la

Universidad Kookmin de Seúl, uno

de los mayores expertos del país,

que admite que fue esta apuesta

por la libertad, desde la concilia-

ción y las aulas, lo que le dio cre-

dibilidad a la Iglesia. “En Corea el

cristianismo se está convirtiendo

en el motor de la nación”, refle-

xiona Piero Gheddo, misionero del

Pontificio Instituto de Misiones Ex-

tranjeras (PIME) y fundador de la

16 misioneros NÚM. 147, VERANO DE 2014

El gran crecimiento de la comunidadcatólica no podría entenderse sin

la figura del cardenal Kim Sou-Hwang.

Varias personas observan retratos del fallecido cardenal Kim Sou-Hwang.

agencia de noticias AsiaNews. Un

hecho que se refleja en lo cotidia-

no. En los últimos años resulta fá-

cil ver cruces de nuevas iglesias o

en el interior de los hospitales.

Así, la mitad de los presidentes del

último medio siglo han sido cris-

tianos, como Kim Dae-Jung, quien

fuera Premio Nobel de la Paz en

2000 por potenciar la reconcilia-

ción Norte-Sur. A pesar de esta in-

negable primavera, el cardenal

Fernando Filoni, prefecto de la

Congregación para la Evangeliza-

ción de los Pueblos, alerta de que

“en un país con elevada propen-

sión tecnológica, un peligro lo re-

presenta la tendencia a la burocra-

tización (…), como si la Iglesia fue-

ra una empresa o una ONG, como

ha advertido en muchas ocasiones

el papa Francisco”. Estas reflexio-

nes las hizo públicas cuando acudió

al país el pasado septiembre para

celebrar el medio siglo de la dióce-

sis de Suwon, la segunda del país.

Y es que la propia Iglesia local ha

puesto en marcha una ambiciosa

campaña de evangelización conoci-

da como “Twenty-twenty”, confian-

do en que en 2020 se supere el 20%

de católicos en el país.

Ejemplo de cercanía y servicio

La preocupación del papa Ber-

goglio por los pobres y los exclui-

dos, las periferias que son santo y

seña de su ser y hacer como obis-

po de Roma, le llevarán al llamado

“País de las Flores”, en la ciudad

de Eumseong, ubicada en la pro-

vincia de Chungcheon, donde se

reunirá con los “sin techo” y per-

sonas con discapacidad. Además,

como es habitual, tendrá diferen-

tes encuentros con religiosos, lai-

cos y obispos. “En Corea la fe se vi-

ve con mucha devoción, fidelidad

y respeto a la liturgia en general.

Son muchos los bautizados adul-

tos que experimentan crisis. Ini-

cian el proceso de catequesis con

mucho entusiasmo, pero poste-

riormente este decrece porque les

resulta complicado integrar la fe

en lo cotidiano. De ahí que el tra-

bajo se esté centrando en que ten-

gan grupos de referencia en las pa-

rroquias, donde puedan compartir

sus experiencias, recibir formación

bíblica, ayudar a los necesitados”,

explica Amparo Baquedano, car-

melita misionera que lleva 38 años

en el país asiático, donde fue la en-

cargada de fundar la primera casa

de la congregación. Hoy cuentan

con más de 60 religiosas coreanas.

En este tiempo, la hermana Ampa-

ro ha ejercido su labor de aposto-

lado en muy diversos campos, des-

de la enseñanza de español en la

universidad a la visita de enfer-

mos. “Lo que podemos esperar del

viaje de Francisco es un ejemplo

grande para obispos, sacerdotes y

consagrados, para que vivan más

cercanos al pueblo, con una actitud

de servicio al estilo del Papa, y nos

abramos más a la evangelización y

crezcamos en celo apostólico. Para

el pueblo, este viaje puede reforzar

el valor de su fe, para que sientan

la dignidad que les da esta, la ale-

gría en la entrega al servicio de la

comunidad. Con su solo ejemplo,

nos dice mucho. Hay un gran sec-

tor de la sociedad que espera del

Santo Padre una ayuda para que la

gente en general tome conciencia

de los problemas graves de la so-

ciedad coreana, para que los que

están en el poder ayuden a solu-


P R I M E R P L A N O

Cada año se celebran en Corea del Sur una media de 120.000 bautismos.

cionarlos. Y ahí es donde entra la

unidad con Corea del Norte, el

excesivo progreso que va contra la

naturaleza de los pueblos, la eco-

logía y los más necesitados”.

Así pues, Francisco llega el pró-

ximo mes de agosto para respaldar

a quienes han puesto los cimien-

tos y trabajan a pie de obra en es-

tas comunidades jóvenes, pero

también para orar ante un muro

infranqueable: el que separa a las

dos Coreas. De ahí que el acto fi-

nal del viaje sea en Seúl, en la ca-

tedral de Myeong-dong, dedicada

a la Inmaculada Concepción de

María, en una eucaristía por la paz

y la reconciliación, que incluirá

una oración compartida con el res-

to de confesiones.

Y es que hace tan solo unas se-

manas se sabía que Corea del Nor-

te había condenado de por vida a

un misionero bautista surcoreano

bajo las acusaciones de espionaje,

actividad religiosa clandestina y

ofensas a la dignidad de “la supre-

ma dirigencia”. Un hecho que se

une a los castigos que en el régi-

men de Pyongyang sufren los cre-

yentes, en medio de un repunte de

los controles de aquellos norcorea-

nos que viajan fuera del país para

que no “se contaminen” de otras

creencias, así como un incremento

de las detenciones y repatriaciones

de todo aquel que entre en el país

con mensajes del exterior. Son los

medios más eficaces con los que

cuenta Kim Jong-un para garanti-

zar un cordón sanitario ante cual-

quier ideología o moral que ame-

nace la unidad de pensamiento.

No es de extrañar, teniendo en

cuenta que en Corea del Norte es-

tá prohibido cualquier tipo de cul-

to, salvo el de la dinastía reinante.

El país más opresorEl informe World Watch List lo

sitúa como el país más opresor del

planeta en lo que a libertad reli-


Puesto fronterizo entre ambas Coreas.

ste crecimiento de la feen Corea del Sur ha for-talecido la creación de

congregaciones y movimientos.Es el caso de la Sociedad Mi-sionera de Corea, que no llegaa las cuatro décadas de histo-ria, pero que ya busca la ma-nera de que los católicos corea-nos evangelicen otras regionesdel mundo. "Estamos segurosde que vamos a tener la nece-sidad de ir por el mundo paraproclamar la Palabra de Dios",explica el superior general deesta entidad, el padre AndrewKim Young-jae, consciente deque "todavía necesitamos tiem-po para madurar los frutos denuestro trabajo, pero creo queestamos en el camino correc-to". Fundada por el que fueraobispo de Busan, Mons. JohnChoi Jae-seon, envió su primermisionero, con destino aPapúa Nueva Guinea, en 1981.Actualmente cuenta con 95miembros, volcados en laboressociales y sanitarias con presen-cia en ocho países, con una es-pecial incidencia en Asia, conChina como principal preocu-pación y foco, al ser un lugarespecialmente complicado deacceso para los occidentales.De ellos, 26 son seminaristasque se están formando en Co-rea. Además, cuentan con unaescuela misionera. Kim Young-jae reconoce que los alumnosson pocos, pero ya tienen enmarcha una estructura parapreparar "a los sacerdotes dio-cesanos, religiosos, religiosas ylaicos para el trabajo pastoralen el extranjero: van desde elestudio de los idiomas al apoyoespiritual de los pueblos queson diferentes".

E

El despertar de la vocación misionera

giosa se refiere. En Pyongyang

existen tres iglesias –una católica

y dos protestantes–, frente a las

3.000 que hubo antes de la dicta-

dura. Sin embargo, es una mera

fachada, como su Constitución,

que reconoce la libertad religiosa.

Estos tres templos no cuentan ni

con sacerdotes –no hay constan-

cia de que haya cura alguno en el

país–, religiosos o laicos que las

gestionen, solo funcionarios del

Partido. “Cada vez que voy celebro

misa en la Iglesia católica de Jang-

chung, la única reconocida por el

régimen. Había muchas personas

sentadas en los bancos, pero no

podría decir si eran católicas o no,

porque se me prohibió severa-

mente acercarme a ellas”, señala

el padre Lee Eun-Hyung, secreta-

rio general de la Comisión para la

Reconciliación de la Conferencia

Episcopal de Corea del Sur.

Desde que se estableció el régi-

men comunista en 1953, se calcula

que 300.000 cristianos han desa-

parecido del mapa. Esto hace muy

difícil la presencia de una Iglesia

de las catacumbas, pero la fe resis-

te. “Tenemos la sospecha de que

todavía quedan unas 10.000 per-

sonas en el país que profesan la

religión católica y la practican en

secreto”, apunta Lee Eun-Hyung,

que desvela cómo “algunos refu-

giados que consiguieron escapar

del Norte hablan de las mujeres

ancianas que, sentadas en círculo,

rezan el rosario contando habi-

chuelas mientras murmuran algo

en voz baja”. Desde 1999, esta co-

misión del Episcopado surcoreano

busca tender puentes con Corea

del Norte. De hecho, el padre Lee

se ha reunido con representantes

de la Catholic Association Joseon,

la única entidad católica reconoci-

da por las autoridades. Aunque

previsiblemente controlada por el

sistema, al menos permite a la

Iglesia católica enviar ayuda hu-

manitaria, como comida y carbón.

El arzobispo de Seúl, Mons.

Yeom Soo-Jung ya está moviendo

hilos para que un grupo de católi-

cos del norte pueda participar en

la eucaristía con Francisco. Yeom

Soo-Jung se convirtió en el primer

cardenal en pasar la frontera para

visitar el Parque Industrial de Kae-

song, una zona empresarial com-

partida entre los dos Estados. Ocu-

rrió el 21 de mayo, y fueron úni-

camente unas horas. Si san Juan

Pablo II, que viajó a Corea del Sur

en 1984 y 1989, se dirigió a los co-

reanos con la pena de ver que su

patria estaba trágicamente dividi-

da apelando al “diálogo, de la con-

fianza recíproca y del amor frater-

no”, a Francisco le toca retomar

este desafío que se torna, tres dé-

cadas después, en apremiante.

JOSÉ BELTRÁN


El líder norcoreano Kim Jong-un, en compañía de un grupo de oficiales.

Conseguir la paz. Este esel gran reto que en los

próximos cuatro años tie-ne ante sí Juan Manuel

Santos tras resultar reele-gido presidente de Co-

lombia en la segundavuelta de las elecciones,disputadas el pasado 15

de junio. "Conseguiremosuna paz justa y sin impu-nidad", ha prometido. Enrealidad, esta vez los co-

lombianos no solo acu-dieron a las urnas para

elegir entre un candidatou otro, sino para pronun-ciarse sobre el tema que

polarizó la campaña: elproceso de paz con las

FARC emprendido hace ya20 meses. Y contra todopronóstico, optaron por

dar una oportunidad a lapaz. Mayoritariamente,

Colombia votó esperanza.



El 14 de junio, sábado, laselección nacional de Co-lombia, dirigida por un ar-gentino, José Pekerman,

derrotaba a la de Grecia en su de-but en el Mundial de fútbol de Bra-sil. Fue una victoria contundente,por tres goles a cero. El país enterose echó a la calle a festejar el anhe-lado triunfo, que llegaba después

de 16 años de ausencias mundialis-tas. Tan solo unas horas más tarde,los colombianos tenían una cita degran importancia, vital para el de-venir del país. Ese día debían reno-var en la presidencia para los si-guientes cuatro años a Juan Ma-nuel Santos o entregar el sillónde la Casa de Nariño al “uribista”Óscar Iván Zuluaga. Dicho de otramanera: debían elegir entre dar un

voto de confianza al proceso de pazemprendido por el presidente conlas Fuerzas Armadas Revoluciona-rias de Colombia (FARC) en noviem-bre de 2012, u optar por retornar ala política de mano dura y enfren-tamiento armado implantada du-rante las presidencias de ÁlvaroUribe (2002-2010), de las que San-tos fue entonces también pieza cla-ve como ministro de Defensa.

VOTA ESPERANZAVOTA ESPERANZACOLOMBIACOLOMBIA


Y los colombianos, quizás em-pujados por la euforia del triunfofutbolístico, apostaron, contra pro-nóstico, por dar una oportunidad ala paz. Santos, 63 años en agosto,candidato del Partido de la U, seimpuso por seis puntos porcentua-les (51%-45%) y 800.000 votos dediferencia. Algo difícil de explicar,toda vez que en la primera vuelta,disputada el 25 de mayo, el vence-dor, por casi cuatro puntos, habíasido Zuluaga, de 55 años, candida-to del derechista Centro Democrá-tico (el partido de Uribe) y ex mi-nistro de Economía.

Unos días antes de la cita de-cisiva, Leonor, una traductora se-xagenaria de Bogotá que se confe-saba de izquierdas, contaba al dia-rio francés Le Monde por qué iba a

otorgar su voto al presidente. “Esuna ocasión única, histórica, parahacer la paz en Colombia. Santosquiere la paz; Óscar Zuluaga, no.En lo demás, tienen más o menosel mismo programa. Son conserva-dores, y no hablan de educación,de sanidad... Podría votar en blan-co o abstenerme, pero no lo haré.Es un momento muy importante”.El 15 de junio hubo muchas “Leo-nor” en Colombia, gente de a pie,sin unos colores definidos, que norespaldó un programa político, si-no el sueño de la paz.

Las claves del triunfoVarias han sido, según los ana-

listas políticos, las claves de la vic-toria presidencial, empezando porla ya citada euforia mundialista. (A

este respecto, y a título anecdótico,hay que reseñar que gran parte delas papeletas anuladas, un 2,55%del total, lo fueron porque los elec-tores votaron por el seleccionadornacional, Pekerman). Bien fuerapor la alegría desatada tras el éxi-to futbolístico, bien por la toma deconciencia de estar viviendo unmomento histórico crucial, lo cier-to es que la participación electoralfue casi diez puntos mayor que enla primera vuelta, y que ello bene-fició al presidente Santos. Aun así,la abstención superó el 52% (enmayo había sobrepasado con cre-ces el 60%, y el 6% de las papele-tas de quienes votaron estaban enblanco), dato que explica por sí so-lo la desazón, desconfianza yhastío de la gente de la calle res-

El presidente Santos celebra su reelección tras el triunfo en las urnas.

pecto de la política en general yde los políticos en particular.

Otra clave del triunfo estuvoen la propia actuación de las gue-rrillas. El primer capote a Santos selo echó el Ejército de LiberaciónNacional (ELN), la segunda guerri-lla del país con unos 1.500 comba-tientes, que en la primera semanade junio anunció oficialmente elinicio de un “diálogo explorato-rio” con el Gobierno para prepararuna agenda y negociar, ellos tam-bién, la paz. Era una posibilidadque flotaba en el ambiente desdehacía tiempo, pero que no se ha-

bía concretado. El anuncio, nadacasual, no pudo llegar en mejormomento para los abanderadosdel diálogo y de la paz.

La segunda mano se la echa-ron al presidente las propias FARC,y por partida doble. En primer lu-gar, porque anunciaron un cese elfuego unilateral durante las elec-ciones (ha de recordarse que am-bas partes están negociando sinhaber decretado siquiera un alto elfuego, por negativa gubernamen-tal), lo que hizo de estos comicios

los más pacíficos de la historia; y,en segundo lugar, y más impor-tante, porque pocos días antes deque la gente acudiera a votar porsegunda vez, la guerrilla reconociópúblicamente su responsabilidadpara con las víctimas del conflicto,lo que permitirá seguir avanzandoen las negociaciones de La Haba-na. Hasta ese momento, las FARCcondicionaban el reconocimientode sus víctimas a que hicieran lomismo los “otros actores”.

La tercera y última clave hayque buscarla en los apoyos conse-guidos por Santos entre la primera

y segunda vuelta, una vez exclui-dos el resto de candidatos. El man-datario pudo beneficiarse así, porejemplo, de gran parte de los dosmillones de votos cosechados porel izquierdista Polo Democrático deClara López, dirigente que en elbalotaje definitivo respaldó a San-tos, considerado el “mal menor”.

Un país polarizadoDos fueron los mensajes fun-

damentales lanzados en campañapor el presidente colombiano. El

primero, que había llegado la horade elegir “entre el fin del conflictoo un conflicto sin fin”; y el segun-do, que su reelección acarrearía“paz con progreso social”.

Lo que por de pronto sí ha de-jado su triunfo es un país más po-larizado que nunca. Santos ganócon 7,9 millones de votos... pero suderrotado rival alcanzó la nadadesdeñable cifra de siete millones.Zuluaga basó su campaña en lasideas-fuerza de que el hombre quehace unos años combatía férrea-mente a las FARC como ministro deDefensa estaba ahora vendiendo el

país a la guerrilla, y que era abso-lutamente necesaria “una paz ne-gociada con condiciones”, presupo-niendo que el presidente, en arasde la paz, está satisfaciendo dema-siadas exigencias guerrilleras.

Pero, ¿es eso cierto? ¿Se haconvertido Santos en un “traidor ala patria”, como lo calificó Uribe,su antiguo mentor y el hombreque lo lanzó a la presidencia?

Las urnas parecen indicar queuna gran parte de los colombianos–al menos, de los que han votado–


lo creen así, que el presidente estácediendo en exceso ante unos gue-rrilleros comunistas que en los úl-timos diez años han visto conside-rablemente mermada su capaci-dad militar (ahora cuentan “solo”con unos 8.000 combatientes, bue-na parte de ellos adolescentesinexpertos) y que hoy, después demás de 50 años de guerra, 220.000muertos, 25.000 desaparecidos y5,5 millones de desplazados, si-guen aspirando a hacer de Colom-bia una nueva Venezuela.

Las encuestas, sin embargo,dicen también que dos tercios dela población apoya una salida ne-gociada al conflicto armado. Quela ilusión por la paz es real –¡có-mo no va a serlo!– y que, por pri-mera vez en mucho tiempo, loscolombianos empiezan a vislum-brar en el horizonte que ese sue-ño es posible. Algo muy difícil decreer cuando en el pasado ha ha-bido ya tres intentos negociadoresque acabaron en nada.

Ahora bien, la población con-sidera también que esa paz nopuede llegar a cualquier precio. Lamayoría de la gente rechaza, porejemplo, que los autores de críme-nes de lesa humanidad se vayande rositas, sin pasar por la cárcel.Y las FARC, de momento, no acep-tan que sus miembros terminenen prisión; ni renuncian tampoco aparticipar en política cuando dejen

las armas, algo que, igualmente,no es visto con buenos ojos porgran parte de la ciudadanía.

Una paz justaSantos, que inicia su nuevo

mandato el 7 de agosto, ha pro-metido una y otra vez que busca-rá una paz sin impunidad para losvictimarios y con reconocimientoy resarcimiento de las víctimas.“Conseguiremos una paz justa ysin impunidad. Pero para eso ten-dremos que dar pasos difíciles pa-ra asegurar que no solo sea justa,sino duradera”, aseguraba tras eltriunfo electoral.

¿Cuáles son esos “pasos difíci-les”? El presidente aún no ha con-testado explícitamente a esta pre-gunta, pero algunas de sus decla-raciones recientes dan pistas depor dónde pueden ir los tiros.Habrá que pactar –decía en una


La desconfianza y el hastío de la gentehacia la clase política se reflejaron

en una abstención que superó el 52%.

Un grupo de mujeres muestra su apoyo al candidato opositor, Óscar Iván Zuluaga.

entrevista en el diario El País del17 de junio– cuánta “justicia se

sacrifica en aras de conseguir lapaz”. Santos se refiere a lo que seha dado en llamar “justicia transi-cional”, que busca únicamente elcastigo para los “máximos respon-sables” de los crímenes más gra-ves, y no para todos los crimina-les. “No se trata de sacrificar lajusticia por la paz, sino de lograrla paz con un máximo de justicia”,explicaba el presidente el año pa-sado en la ONU.

“Las víctimas van a ser el cen-tro de la solución del conflicto. Va-mos a respetar sus derechos den-tro de una justicia transicional”,insiste ahora. Y añade: “Los trata-dos internacionales que ha firma-do Colombia no nos permiten esasamnistías del pasado en las que seborraba todo”.

¿Qué opinión tienen los obis-pos colombianos sobre el particu-lar? Su postura la expresaron yaen un comunicado en mayo delaño pasado, en el que afirman: “Laconsolidación de la paz requiereuna justicia que acentúe la di-mensión restaurativa de la pena ysea capaz de reparar, integral-mente, a las víctimas del conflictoarmado. Es necesario encontrarsalidas jurídicas y políticas que fa-ciliten la reincorporación a la so-ciedad de los sectores armadosevitando, sin embargo, cualquierapariencia de impunidad”.

La Iglesia felicitó inmediata-mente a Santos tras su reelección.Lo hizo tanto el presidente delepiscopado y arzobispo de Bogotá,cardenal Rubén Salazar, como elvicepresidente y obispo castrense,Fabio Suescún. Este último trans-mitió al mandatario la permanentedisposición episcopal de “trabajarsiempre por la unidad y la búsque-da de la paz”. El pueblo colombia-no –afirmó– desea construir una

paz verdadera, de ahí que “no-sotros, como creyentes, vemos enesa voluntad del pueblo el deseode colaborar con este Gobierno”.La Iglesia comparte la aspiraciónde Santos de crear “una nueva Co-lombia, con más libertad y mayorjusticia social”. De hecho, hacetiempo que el cardenal Salazar di-jo que “un auténtico proceso de re-conciliación y de paz no es simple-mente restaurar lo dañado”, sino“crear una sociedad nueva”. Antesde las elecciones, el papa Franciscopidió al presidente colombiano queperseverase en el proceso de paz.Los obispos han jugado un impor-tante papel para conseguir que elELN emprenda también negocia-ciones con el Gobierno.

Problemas realesAunque sea difícil de creer, es-

te de la paz con las guerrillas noes, ni de lejos, la mayor preocupa-

ción de los colombianos, que hacetiempo que han aprendido ya asobrellevar, mal que bien, la situa-ción. El principal problema quetiene el país, según lamentan susciudadanos en las encuestas, es elde la sanidad; y el segundo, la cre-ciente inseguridad ciudadana acausa de la delincuencia común; yel tercero, la educación; y el cuar-to, el paro. Solo en quinto lugar–ahora sí– aparecen las guerrillas.

El retraso del país en lo querespecta al campo de la sanidad,la educación y las infraestructurases más que notorio. Los expertosaseguran que Colombia tiene laspeores carreteras de toda Sudamé-rica y que lleva al menos 15 añosde retraso en esta materia. Hoycuesta menos que un barco llevesu carga desde Hong Kong a Bue-naventura, el principal puerto co-lombiano por donde pasa el 60%del comercio del país, que trasla-



Las carencias en materia de sanidad,educación e infraestructuras son temasque preocupan más que la propia paz.

dar luego esas mercancías por tie-rra desde allí hasta Bogotá.

La economía, en general, vabien, con crecimientos continua-dos en torno al 4% en la últimadécada. Sin embargo, está lastradapor el conflicto interno –el presu-puesto de Defensa supone el 3,3%del PIB y es el segundo mayor detoda América Latina, solo supera-do por México– y por la falta deinversiones extranjeras que de élse deriva. La tasa de paro es del9,6%, y la inflación, del 4%.

Colombia lo tiene todo paraque sus gentes vivan bien: pobla-ción (47 millones de habitantes,más otros tres millones en la veci-na Venezuela), recursos naturalesy forestales, minería... Y sin em-bargo, el país es el segundo conmayor desigualdad de todo el con-tinente, solo superado por Haití.Necesita inversiones, y para queestas lleguen hace falta paz.

El presidente Santos es cons-ciente del potencial de su país yha prometido “profundas refor-mas”. Se presupone que seguiránlos cambios en materia de justi-

cia, sanidad y sistema de pensio-nes, y que se emprenderán tam-bién reformas en el campo, la in-dustria y la minería. Incluso sebaraja también la modificacióndel mandato presidencial (dos pe-ríodos de cuatro años hasta aho-ra, como máximo), ampliando laduración del mismo y eliminán-dose la posibilidad de reelección.

Su máxima prioridad, no obs-tante, es la de conseguir la paz. Yhacerlo, manteniendo al país uni-do. Los acuerdos alcanzados hastaahora en La Habana invitan al op-timismo, pero, por sí solos, no su-ponen nada. “Nada está acordadohasta que todo esté acordado”, re-cuerda, prudente, el presidente.De nada sirven los compromisosparciales si no hay un acuerdo to-tal sobre la agenda, y este es lue-go refrendado por el Congreso.

Santos tiene muy claro cómoquiere ser recordado en el futuro.“Mi legado, lo que yo quiero de-jarle a Colombia, es un país en pazy también más justo social y eco-nómicamente”. Así sea.

JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

n político estadouniden-se dijo una vez que enlas campañas electorales

todo es "poesía": bonitas pala-bras, promesas maravillosas,realidades idílicas, música celes-tial en definitiva. Todo un elen-co de buenas intenciones paraun único fin: conseguir el máxi-mo número de votos posibles.Luego, a la hora de la verdad,cuando toca gobernar, llega la"prosa". Y en la "prosa" nadarima: las promesas se hacenirrealizables, hay que pactar,devolver favores, atender priori-dades, satisfacer intereses, bus-car nuevos aliados...

En Colombia puede haber su-cedido algo de esto. Santos hasido aupado a la presidenciapor una coalición tan variopin-ta que lo único que tiene encomún es su apuesta por unfuturo de esperanza basado enla paz con las FARC y el ELN.Lo lógico sería que a medidaque lleguen los obstáculos fue-ra perdiendo paulatinamentegran parte de esos apoyos. Na-die debería extrañarse, por tan-to, si a no mucho tardar lossondeos de opinión dierancuenta de la pérdida de popu-laridad del presidente. Porqueahora toca gobernar "en prosa".

Santos inició los diálogoscon las FARC en noviembre de2012. Primero, en Oslo; luego,en La Habana. Por entoncesaseguró que en un año conse-guiría un acuerdo. El plazo ex-piró hace tiempo. "Aspiro aque este año podamos lograrterminar este proceso", ha de-clarado ahora, antes de preci-sar inmediatamente: "Aspiro aeso, no estoy poniendo unafecha límite".

U

El paso de lapoesía a la prosa


La caza furtiva en África se ha convertido en un mediode financiación de grupos del crimen organizado. Variospaíses africanos han realizado grandes progresos paraterminar con esta plaga, detrás de la cual se oculta untráfico internacional que consigue grandes beneficios.

I N F O R M E


currió en Mombasa, laprincipal ciudad del lito-ral del Océano Índico deKenia, el pasado 4 de ju-

nio. La policía de este país, adver-tida de que en un almacén delpuerto había ocultas enormes can-tidades de mercancía ilegal, entrópor sorpresa y descubrió que, envarias cajas listas para ser embar-cadas a un destino del suresteasiático, se ocultaban 300 colmi-llos de elefante cuidadosamenteenvueltos en sacos de nailon. Losagentes de seguridad consiguierondetener a un sospechoso, el cualintentó sobornar a sus guardianesofreciéndoles cinco millones dechelines (unos 42.000 euros). Ar-

thur Tuda, jefe de la policía que seocupa del Departamento de Caza-dores Furtivos en el este del país,señaló a los periodistas un detalleinteresante: “Si se fijan en la colo-ración de los colmillos, verán queel marfil tiene distintas proceden-

cias: algunos podrían venir denuestro país y otros seguramentehan llegado desde la República De-mocrática del Congo”.

Kenia es uno de los países afri-canos que, a pesar de tener unasfuerzas de seguridad conocidas porsu corrupción y su poca eficiencia,ha conseguido gran-des progresos enla lucha contra lacaza furtiva. Losque la practican oquienes traficancon sus trofeos seenfrentan a duras pe-nas de cárcel y multasmuy elevadas; y éxitospoliciales como los an-tes descritos ocurren ca-da vez con más frecuen-cia. Pero ni las penaliza-ciones más severas ni lainvestigación de la policíapueden evitar siempre lo peor.El mismo día en que los agentes

O

Varios informes internacionales sostienen que la cazafurtiva se ha convertido en la cuarta actividad

criminal con fines lucrativos que se realiza en el mundo.


celebraban su golpe al tráfico demarfil, se conocía también la no-

ticia de la muerte de Satao, el le-gendario elefante keniano conside-rado como el más grande y longe-vo del mundo. Lo abatieron unosfurtivos en el Parque Nacional deTsavo Este. Cuando descubrieron sucarcasa, estaba privado de susenormes colmillos, que le llegabanhasta el suelo. Durante 18 meseslos guardas forestales del parque si-guieron sus movimientos día y no-che, utilizando en ocasiones avio-nes de reconocimiento. Los furtivosque acabaron con la vida de este

animal de 50 años utilizaron fle-chas envenenadas. Eso sí, no todoslos medios que emplean los caza-dores furtivos son tan primitivos.Las autoridades de Kenia recono-cieron que quienes se marcharoncon los colmillos de Satao estabanmuy bien provistos de GPS y deaparatos de visión nocturna.

Profundos cambiosAunque caza ilegal ha habido

siempre en África, antes solía ser

practicada por cazadores de pobla-dos no muy lejanos que abatían aanimales para comer su carne. Mu-cho han cambiado ahora las cosas.Durante los últimos años, los gru-pos que se dedican a esta actividadno buscan alimentarse sino traficarcon marfil. Están cada vez mejororganizados y cuentan con mejoresmedios por lo que se refiere a ar-mas de guerra. De hecho, a menu-do cuentan con un equipamientomás avanzado que el utilizado porlos guardas forestales que prote-gen a los animales salvajes en losparques nacionales. Varios infor-

mes internacionales, como el pu-blicado por Johan Bergenas a prin-cipios de este año (Killing animals.

Buying arms), afirman que la cazafurtiva se ha convertido en la cuar-ta actividad criminal con fines lu-crativos realizada en el mundo,que figura en la lista de otras co-mo el tráfico de drogas o de per-sonas. A esto se añade que el di-nero obtenido por el tráfico demarfil o de cuernos de rinoceronteno va a parar a los bolsillos de al-

gún magnate quevive plácidamenteescondido en algu-na remota man-sión, sino que sir-ve para financiar agrupos terroristasque se han conver-tido en una ame-

naza para la seguridad de paísescon pocos medios para proteger asus ciudadanos.

Entre los grupos que cada añoamasan beneficios de varios millo-nes de dólares procedentes de la ca-za furtiva se pueden citar los isla-mistas somalíes de Al Shabaab; losYanyawid, de Darfur (Sudán); BokoHaram, en Nigeria; los ugandesesdel Ejército de Resistencia del Señor(LRA), de Joseph Kony; o las miliciasSeleka, que desde mediados de

I N F O R M E CAZA FURTIVA EN ÁFRICA

Imagen de Satao. El mítico elefante keniano fue abatido por cazadores furtivos el pasado junio.


2012 han sembrado la muerte y ladestrucción en la República Centro-africana. Varios desertores del LRAhan informado de que sus coman-dantes les enviaban a matar elefan-tes en el Parque Nacional de la Ga-ramba, en el noreste de la Repúbli-ca Democrática del Congo, y, desdeallí, transportaban los colmillos –ahombros de jóvenes secuestradosen poblados congoleños–, pasandopor la República Centroafricana,hasta el sur de Darfur, en Sudán,donde soldados del Ejército de estepaís les entregaban armas, muni-ciones y medicinas a cambio delmarfil, que posteriormente pasabaa otras manos para ser vendido acomerciantes chinos.

Estos y otros grupos criminalesobtienen armas y consiguen finan-ciarse gracias a las enormes canti-

dades de dinero obtenidas de estenegocio: como mínimo, 7.000 mi-llones de dólares al año, según da-tos del Departamento de Estadode Estados Unidos publicados enjulio de 2013 (International Illegal

Trade in Wildlife, escrito por Liana

Sun y Pervaze A. Sheikh). Estacantidad incluye el dinero genera-do por el tráfico de marfil, cuernosde rinoceronte y conchas de tortu-gas marinas. Pero la cantidad cita-da podría subir mucho más si seincluyen otras actividades, comola pesca ilegal (sobre todo del es-turión) o el comercio de carne ahu-

mada de animales de la selva. Co-mo ocurre con todos los tráficosde dinero sucio, este negocio exis-te porque detrás hay muchoscompradores, sobre todo, entre al-gunas de las grandes fortunas depaíses asiáticos, que aprecian mu-cho el marfil, para la decoraciónde mansiones, y otras partes delos animales salvajes, para elabo-rar medicinas tradicionales.

Colmillos de elefante,a mil dólares el kilo

Según algunos de estos re-cientes informes, un cuerno de

Hasta un 20% de los elefantes de Áfricapodrían desaparecer en una década si

se mantienen estas tasas de caza furtiva.

rinoceronte –al que se atribuyenpoderes afrodisíacos– se vende

en el mercado internacional por50.000 dólares, y el precio del mar-fil está en 1.000 dólares el kilo, loque significa que un colmillo deelefante se cotiza a 20.000 dólaresla pieza. Para un grupo armadoque opera en un remoto y despo-blado rincón de la selva africana,la posibilidad de obtener grandesganancias para financiar sus acti-vidades criminales nunca estuvotan al alcance de la mano.

El problema es especialmentegrave en los países del África Cen-tral. En la República Centroafrica-na o la República Democrática delCongo, por ejemplo, hay enormesextensiones de territorio con ape-

nas presencia del Estado; lo quequiere decir que, en las escasas lo-calidades mal comunicadas queuno puede encontrarse en esasprovincias, apenas hay policía, niejército, ni mucho menos prisionesdonde custodiar a un sospechosoen caso de que se le pudiera dete-ner, ni un juez que le pudiera apli-car la ley. Los países de esta zona

se han dado cuenta de que solopodrán afrontar el problema conuna coordinación y colaboraciónadecuadas entre ellos. El año pa-sado, en marzo, los ministros deDefensa y del Interior de los paísesde la CEEAC (el bloque regionalque agrupa a diez naciones deÁfrica Central) se reunieron enYaundé (Camerún) para poner enmarcha un plan de emergenciacontra la caza furtiva en la zonacomprendida entre Camerún, Chady la República Centroafricana.

Colaboración entreEstados, la única solución

El año anterior, en 2012, losdiez países de la CEEAC pusieronen marcha un protocolo de actua-

ción conocido como la COMIFAC(Commission des Forets d'AfriqueCentral), formada por Burundi, Ca-merún, Chad, R. Centroáfrica,R. D. del Congo, Guinea Ecuato-rial, Gabón, Congo-Brazzaville,Ruanda y Sao Tomé-Principe). Elplan, de carácter quinquenal, pre-vé medidas como armonizar laslegislaciones y realizar patrullas

conjuntas en laszonas transfronte-rizas, algo hoypor hoy difícil derealizar entre paí-ses que tienenuna mala relación–incluso hostili-dad abierta– entreellos, como ocurreentre Chad y suvecino del sur, laRepública Centro-

africana, o entre Ruanda y la Re-pública Democrática del Congo.

Si llegar a ponerse de acuerdodiez países para luchar de formaconjunta contra el tráfico de mar-fil puede resultar poco realista,más sencillo y eficiente puede serla colaboración entre dos o trespaíses. El año pasado, los presi-dentes de Gabón, Chad, Tanzania


I N F O R M E CAZA FURTIVA EN ÁFRICA


y Botsuana se comprometieron deforma conjunta, durante la Confe-rencia de Londres sobre el tráficoilícito de especies, a observar unamoratoria de diez años en la ven-ta de marfil. Este comercio ya fueprohibido por el organismo mun-dial que regula las especies prote-gidas, la Convención sobre el Co-mercio Internacional de EspeciesAmenazadas de Fauna y Flora (co-nocido como el CITES, por sus si-glas en inglés).

El CITES ha avisado reciente-mente de que hasta el 20% de loselefantes de África podrían des-aparecer dentro de una década sino se termina con las actuales ta-sas de caza furtiva. Este organis-mo calcula que a principios del si-glo XX había en África unos 10millones de elefantes; númeroque cayó a algo más de un millón

en 1980 y, que actualmente, se hareducido a 500.000. Solo el añopasado se abatieron en África20.000 elefantes, la mayor partede ellos en el África Central. El CI-TES avisa de que, de seguir conesta tendencia, dentro de una dé-cada no quedarán elefantes en elcentro de África. En algunos paí-ses, como Senegal, Somalia y Sud-án, es una especie ya extinguida.

Los mayores progresos contrael contrabando de marfil han teni-do lugar en los países de África delEste. Si las confiscaciones de esteproducto se realizaban antes enAsia, desde marzo de 2013 las ma-

yores capturas han tenido lugar entres países africanos: Kenia, Tanza-nia y Uganda, lo que quiere decirque hasta hace muy poco grandesvolúmenes de esta mercancía con-seguían salir del continente africa-no sin ser detectadas en absoluto.Pero, para que estos progresosconsigan detener el empuje de losgrupos armados que se financiangracias a la caza furtiva, hará fal-ta mucha más colaboración entreEstados; y medios para reforzar laseguridad de las zonas más aban-donadas de países con zonas re-motas donde faltan vigilantes.

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ

Muchos grupos terroristas han encontradoen la caza furtiva un medio inmejorable

con el que financiar sus actividades.

Misioneros Nº 147

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