Misioneros Nº 152
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ICIA
SNº 152 FEBRERO AÑO 2015
T E R C E R M I L E N I O
En su recorrido por los ocho
Objetivos del Milenio, Manos
Unidas lanza este año su campaña
bajo el lema "Luchamos contra
la pobreza, ¿te apuntas?".
14
en este número...
y además...
EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org
Nº 152. FEBRERO, 2015
AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41
coeditores
T E R C E R M I L E N I O
IGLESIA A FONDO
PRIMER PLANO
El 1 de marzo se celebra el Día de
Hispanoamérica, la jornada con la que
cada año la Iglesia española renueva sus
vínculos de solidaridad y comunión con
las Iglesias hermanas de Latinoamérica.
INFORME
Sri Lanka y Filipinas; estos han sido los dos
países que el papa Francisco ha visitado en
su segundo viaje por tierras asiáticas. Una
peregrinación de ocho días para confirmar
a estos pueblos en la fe y en la misión.
7 TRIBUNA Misioneros, profetasde nuestro tiempo
10 EL OBSERVADORPOLONIA - VENEZUELAINDIA - MÉXICO
20 ASÍ VA EL MUNDONIGERIA - COLOMBIAPAKISTÁN - EGIPTO
36 ENTREVISTAHna. Paciencia Melgar, Premio Mundo Negro a la Fraternidad
42 ANIMACIÓN MISIONERA
45 CARISMASHermanas Apostólicas de Cristo Crucificado
48 CULTURA"Abrazos", a la búsqueda de la identidadguatemalteca
53 EL CUARTO MUNDO
54 EN EL OBJETIVO
56 MISIÓN VIVALos ángeles del Tukuko
24
30
El salvaje atentado te-
rrorista perpetrado por
yihadistas musulmanes
el pasado 7 de enero
contra la redacción del semana-
rio satírico francés Charlie Hebdo
ha levantado un encendido deba-
te sobre cuáles han de ser los lí-
mites de la libertad de expresión
con relación al respeto de las
creencias y sentimientos religio-
sos. Un enfrentamiento en el que
la primera cuestión fundamental
que tener en cuenta es que ni la
libertad religiosa ni la libertad
de expresión pueden justificar la
violencia o el atentar contra el
derecho más sagrado del ser hu-
mano: su derecho a la vida.
Por eso, la libertad de expre-
sión tiene sus límites a la hora de
hacer apología del terrorismo o
del nazismo, o promover ideas ne-
gacionistas del Holocausto. Como
recoge la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, “estará
prohibida por ley toda propagan-
da en favor de la guerra y toda
apología del odio nacional, racial
o religioso que constituyan incita-
ciones a la violencia, o cualquier
otra acción ilegal similar contra
cualquier persona o grupo de per-
sonas, por ningún motivo, inclusi-
ve los de raza, color, religión u
origen nacional”. De igual modo,
muchos líderes religiosos de dife-
rentes confesiones –entre los que
se podrían citar papas, imanes,
rabinos, patriarcas, lamas...– han
manifestado en múltiples ocasio-
nes que la religiosidad auténtica
es fuente de paz y no de violen-
cia. Tampoco tendrían ningún re-
paro estos mismos líderes religio-
sos en sumarse a las palabras que
en alguna ocasión ha pronunciado
el papa Francisco: “Nadie puede
usar el nombre de Dios para co-
meter violencia. Matar en nombre
de Dios es un sacrilegio”. Y lo que
igualmente es importante: “La li-
bertad religiosa no es un derecho
que garantiza únicamente el siste-
ma legislativo vigente –lo cual es
necesario–; es un espacio común,
un ambiente de respeto y colabo-
ración que se construye con la
participación de todos, también
de aquellos que no tienen ningu-
na convicción religiosa”.
Es cierto que escudándose en
la libertad de expresión se puede
caer en manifestaciones que pue-
dan resultar ofensivas, hirientes,
blasfemas o, simplemente, de
mal gusto. Es aquí donde las le-
gislaciones de los diferentes paí-
ses deben tener en cuenta la
protección del derecho al honor
y promover leyes en contra de la
calumnia, la injuria, la difama-
ción... Con la advertencia de que
algunos Estados han emitido le-
yes contra la blasfemia que han
servido para perseguir a distin-
tas minorías religiosas, llegándo-
se a emitir condenas a muerte
que no tienen sentido ni ningu-
na razón de ser, porque son in-
compatibles con el derecho su-
premo a la vida. Y no es menos
cierto también que, amparándo-
se en ciertos credos y tradicio-
nes, se pueden promover actitu-
des y prácticas que atentan con-
tra derechos humanos.
La elaboración y aplicación de
unas legislaciones adecuadas es
la que va a permitir la necesaria
convivencia entre la libertad de
expresión y la libertad religiosa.
Ambas son imprescindibles. Sin
ellas el mundo está en verdadero
peligro. Por ello, hagamos un uso
responsable de las mismas, para
que su ejercicio contribuya a pro-
mover la justicia, la libertad, el
diálogo y el entendimiento entre
los pueblos, en favor de la paz y
de la solidaridad.
E D I T O R I A L
EDITA: Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL DE OMP: AnastasioGil DIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES RosaLanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán, An-tonio José Molina, José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez,
Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, JoaquínMartínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
T E R C E R M I L E N I O
Ni la libertad religiosa ni la de expresiónpueden justificar atentar contra el derecho mássagrado del ser humano: su derecho a la vida.
Convivencia de libertades
Un misionero celebra laeucaristía al aire libre,entre montañas. Se tratade una misa navideña,
como acredita el belén colocadoante la mesa que hace las veces dealtar. Encima de esta, y junto alPan y el Vino, hay un misal sobreel que se han depositado unas pie-dras para evitar que el viento paselas hojas. Los fieles que asisten a lacelebración permanecen de pie–no hay sillas ni bancos en el cam-po– o arrodillados. Muchos son ni-ños y jóvenes. Uno de ellos ameni-za la celebración con los acordesde una guitarra, mientras que otroparece hacer las veces de acólito.Los adultos permanecen en un se-gundo plano. Son gente humilde,probablemente campesinos de al-guna comunidad rural que vive de
cultivar la tierra y de la ganadería.Detrás de los fieles se atisba inclu-so la presencia de un perro recos-tado y vigilante.
La fotografía que se acaba dedescribir está tomada en algún lu-gar de los Andes y corresponde alcartel del Día de Hispanoaméricade este año. El lema de la jornada(“Evangelizadores con la fuerza delEspíritu”) está tomado del capítuloquinto de la Evangelii gaudium
(EG), ligeramente modificado. Co-mo es sabido, el papa Franciscopropuso esta su primera exhorta-ción apostólica como hoja de rutapara una nueva etapa evangeliza-dora de la Iglesia. “Celebrar la eu-caristía –explican los organizado-res de la cita– es hacer presente elamor de Dios a la humanidad, mis-terio salvador que habitualmente
se celebra en los templos especial-mente dedicados a la celebraciónde la fe. El cartel, sin embargo, nosmuestra otro templo y otro con-texto: la altura de los Andes y lanaturaleza, que evoca el poder cre-ador de Dios”.
9.000 misioneros españolesen América Latina
El misionero de la fotografíabien pudiera ser cualquiera de los9.000 españoles que evangelizanen “el continente de la esperanza”,
14 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
IGLES IA A FONDO
Los misioneros y el Espíritu Santo. Estos son los dos protagonistas delDía de Hispanoamérica 2015, la jornada con la que cada año, desde1959, la Iglesia española renueva sus "vínculos de solidaridad, comunióny colaboración" con las Iglesias hermanas de América. La cita tiene lugarel 1 de marzo, bajo el lema "Evangelizadores con la fuerza del Espíritu".El año pasado, la colecta de este día permitió poner a disposición de losmisioneros y misioneras españoles en América cerca de 65.000 euros,como siempre una pequeña gota de agua en un mar de necesidades.
1 de marzo, Día de HispanoamØrica
Evangelizadores Evangelizadores con la fuerzadel Espíritu
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 15
como lo calificara en su día san JuanPablo II. Trescientos de ellos llega-ron un buen día a él de la mano dela Obra de Cooperación SacerdotalHispanoamericana (OCHSA), y allí si-guen hoy, al pie del cañón, llevandola buena noticia del Evangelio aaquellos hermanos. La OCSHA es unorganismo dependiente de la Comi-sión de Misiones de la ConferenciaEpiscopal Española, que fue creadoen 1949 para canalizar el envío desacerdotes diocesanos españoles aesas tierras. Desde su puesta en
marcha, han sido enviados desdeella ya más de 2.200 presbíteros.
A todos ellos, y a cuantos sacer-dotes, religiosos y laicos misionanallí, se ha dirigido el cardenal MarcOuellet en el mensaje que ha ela-borado para la ocasión como presi-dente de la Pontificia Comisión pa-
ra América Latina (PCAL). En su es-crito, el purpurado canadiense em-pieza por agradecerles la labor quedesempeñan, y tras enviarles “unabrazo fraterno” y sus oraciones,les recuerda, como ya hiciera el añopasado, que la alegría debe ser laseña de identidad de los misione-
Desde su nacimiento en 1949, laOCSHA ha enviado a América
más de 2.200 sacerdotes españoles.
ros, incluso cuando tengan que“sembrar entre lágrimas”. “Ojalá
el mundo actual –que busca a ve-ces con angustia, a veces con es-peranza– pueda así recibir la Bue-na Nueva, no a través de evangeli-zadores tristes y desalentados, im-pacientes o ansiosos, sino a travésde ministros del Evangelio, cuya vi-da irradia el fervor de quienes hanrecibido, ante todo en sí mismos, laalegría de Cristo”, escribe el carde-nal Ouellet citando a Pablo VI.
Los misioneros, por tanto, son,como no podría ser de otra mane-ra, los grandes protagonistas delDía de Hispanoamérica. En el men-saje de la PCAL se los califica de
“manantial que refresca a sus her-manos” y de “instrumentos en ma-nos del Espíritu”. Y este, el EspírituSanto, es, precisamente, el otrogran protagonista. Y es que la mis-ma fuerza que en Pentecostés hizoque los Apóstoles dejasen atrás elmiedo y saliesen de sí mismos pa-ra convertirse en evangelizadoreses la que alienta hoy a estos hom-bres y mujeres que han dejadoatrás su tierra y una vida acomo-dada para partir al encuentro delhermano necesitado. “La propuestaque ofrece el lema de la jornada–dice en su mensaje el presidentede la PCAL– es fruto de la decididaconfianza en el Espíritu Santo, que
«acude en ayuda de nuestra debili-dad» (Rom 8,26), para seguir im-pulsando una corriente evangeliza-dora marcada por esa alegría, másfervorosa, generosa, audaz, llenade amor hasta el fin y de vida con-tagiosa, promovida por «evangeli-zadores llenos de coraje, incansa-bles en el anuncio y capaces de unagran resistencia activa» (EG 263)”.
El cardenal Ouellet insiste enque, como en el primer momento,los misioneros de hoy no acuden aevangelizar “por iniciativa propiao por otros motivos que no sean elanuncio del Evangelio”, sino quelo hacen porque Dios les da una“vocación que transforma su vi-da”. Y que es Dios, “el que da lavocación”, quien otorga “tanto lafuerza de emprender el camino [...]como la alegría del anuncio”. Me-ros “instrumentos en manos delEspíritu”, los misioneros son cons-
16 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
Actualmente tres de cada cuatromisioneros españoles prestan
servicio en el continente americano.
I G L E S I A A F O N D O
cientes y tienen la seguridad –es-cribe el cardenal– “de que no seperderá ninguno de sus esfuerzosrealizados con amor, como no sepierde el amor de Dios; de que sutrabajo dará frutos, pero sin pre-tender saber cómo, ni dónde, nicuándo”. Para proclamar el Evan-gelio han de apoyarse, por ello–afirma–, “en la oración” y “en laaudacia (parresía)”.
El verdadero misioneroEl cardenal Ouellet analiza en
su escrito la clave del quehacer
evangelizador. “El verdadero mi-sionero –dice– sabe que Jesús ca-mina con él, respira con él, traba-ja con él; percibe a Jesús vivo enmedio de la tarea misionera (cf. EG264-265). Y «si uno no lo descubrea Él presente en el corazón mismode la entrega misionera, prontopierde el entusiasmo y deja de es-tar seguro de lo que transmite, lefalta fuerza y pasión. Y una perso-na que no está convencida, entu-siasmada, segura, enamorada, noconvence a nadie» (EG 266). Solodesde ese saberse enviado porDios puede el misionero vivir conalegría el servicio de iluminar,bendecir, vivificar, levantar, sanar,liberar a los demás”.
Pese a la alegría y entusiasmoinherentes a la evangelización, enno pocas ocasiones florecen la de-sazón y las dudas. El presidente dela PCAL habla de “oscuridades”. Ytambién de “cansancio, desalientoy tristeza al no advertir los frutosde muchos sacrificios”; de “sole-dad difícil de sobrellevar”; y, final-mente, de “apatías y escepticis-mos”. Es entonces –concluye–cuando “más necesita el misionerorecomenzar, con el mismo entu-siasmo con el que pronunció en sumomento el «sí» para salir a la mi-
sión; con el «sí» de la renovaciónde las promesas sacerdotales o delos votos de consagración; conaquel «sí» por el que se mostró dis-ponible a la misión ad gentes”.
La clave de la acción misioneraradica en la oración, asegura elpurpurado. Pero en una “oracióncontemplativa”, no en “una espiri-tualidad oculta e individualista”. Aeste respecto escribe: “El papaFrancisco insiste en que la misióncomienza de rodillas, se alimentay adquiere su ímpetu de entrega através de una disciplina de ora-ción, se despliega desde la comu-nión con Él en la eucaristía, nece-sita de tiempos de adoración, ysiempre recomienza, más allá de
nuestros desfallecimientos y caí-das, por la frecuencia del sacra-mento de la reconciliación”.
El mensaje para el Día de His-panoamérica 2015 nos deja tam-bién un último apunte sobre el“oficio” de misionero. La misión,que es “pasión por Cristo”, es almismo tiempo “pasión por su pue-blo”. Y ello quiere decir que va di-rigida a todos sin excepción. Por locual, los misioneros, que “no caenen paracaídas sobre la gente”, tie-nen que hacerse pueblo, tienenque crecer con la gente. Solo así,
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 17
en medio del pueblo, podrán ser“manantial que desborda y re-
fresca a sus hermanos”. El carde-nal Ouellet concluye su documen-to con dos afirmaciones rotundas.La primera, que “solamente puedeser misionero quien busca el biende los demás y desea la felicidadde los otros”; y la segunda, que “laactividad misionera en AméricaLatina es una continua solicitudpor los más necesitados”.
Encuentros regionales de la OCSHA
Hasta aquí, el resumen delmensaje vaticano para la jornadade Hispanoamérica. Un texto que,seguro, servirá de estímulo y aci-cate a los 9.000 misioneros espa-ñoles que trabajan en América,una cifra que supone, aproxima-damente, el 75% del total. Tres decada cuatro evangelizadores denuestro país, en efecto, prestan
servicio en el continente herma-no. Esta presencia misionera abar-ca desde Canadá (donde hay 30 deellos), hasta Chile (630) y Argenti-na (869). Los países con mayor nú-mero de misioneros españoles sonVenezuela (con 1.279) y Perú (con
1.246). A las citadas Argentina yChile les siguen México (661), Co-lombia (510), Brasil (492), Bolivia(492), Ecuador (421) Estados Uni-dos (401) y República Dominicana(372). Donde menos hay es en Hai-tí (24) y Curaçao (5).
Los misioneros de la OCSHA enejercicio son actualmente 289, pro-cedentes en su mayoría de las dió-cesis de Toledo (31), Burgos (25),Palencia (14), Madrid (14), Valencia(13), Mérida-Badajoz (12), Cartage-na (10) y Sigüenza (10). En el pa-sado año 2014 las diócesis espa-ñolas no enviaron a ningún sacer-dote a América Latina a través dela OCSHA. Hubo, eso sí, tres que yaestaban evangelizando allí y quese acogieron a este servicio de laIglesia española. Se trata de Ma-nuel Lozano Pino, Juan ManuelBarreiro López y Juan de JesúsBáez Torres. Los tres proceden deMálaga y los tres misionan en Ciu-dad Bolívar (Venezuela).
18 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
Cada dos años, en los añospares, tiene lugar un encuentrocontinental de sacerdotes de laOCSHA. El último de los celebra-dos hasta ahora congregó en Ca-racas a 60 misioneros. En los añosimpares tienen lugar iniciativas si-milares de carácter más regional.En las últimas semanas del pasa-do mes de enero se celebraron yavarios encuentros de este tipo. Elprimero tuvo lugar en la diócesisbrasileña de Cajazeiras, bajo la tu-tela de su obispo, el misionero es-pañol José González Alonso, y aél asistieron nueve sacerdotes. Elsegundo se celebró en Argentina,en la zona de Viedma, y en él par-ticiparon 12 presbíteros, que fue-
ron acogidos por el obispo de Co-modoro Rivadavia, Joaquín Gime-no Lahoz, de origen turolense.Quince sacerdotes asistieron a latercera reunión, que tuvo lugar enChile, y cuatro a la cuarta, la deAmérica Central, que se celebróen Nicaragua. “Son encuentros dealrededor de una semana, no tan-to de reflexión, cuanto de convi-vencia, de fraternidad”, explica elP. Anastasio Gil, director nacionalde las Obras Misionales Pontificiasen España. “Así como los religio-sos tienen sus reuniones y estánacompañados, arropados, los sa-cerdotes diocesanos están un po-co a la intemperie, algo que estosencuentros pretenden ayudar acorregir. Muchas veces experimen-tan la soledad, y en ocasiones sesienten olvidados desde aquí y ex-traños allá”.
La eucaristía del domingo 1 demarzo, Día de Hispanoamérica, queserá retransmitida por TelevisiónEspañola desde una parroquia ma-drileña será concelebrada por 16misioneros de la OCHSA que esteaño celebran sus bodas de oro sa-cerdotales. Merece la pena citar susnombres, como homenaje a tantosaños de esfuerzo y dedicación a losmás necesitados: Manuel Almen-dros, Ángel Burón, José Galán, Pa-blo Laguna, José Lozano, José An-tonio Maya, Juan José Navarro, Ri-cardo Sarra, Serafín Gómez, Primi-tivo M. García, Antonio Mangut,Francisco Martel, Antonio Muerza,Juan Calvo, Juan Bautista Gómez yJosé Emilio Pillado. Ocho de ellossiguen activos en la misión.
Actualmente hay al menos 15miembros de la OCSHA que un díapartieron como sacerdotes y hansido posteriormente nombradosobispos por el Papa para ejercer elministerio episcopal en sus respec-tivos países de misión.
JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
mérica Latina cuentacon 425 millones de ca-tólicos, el 40% de la po-
blación católica mundial, y es-ta condición de "reserva espi-ritual" hizo que Juan Pablo IIla señalase en su día como "elcontinente de la esperanza".Sin embargo, un reciente in-forme del Pew Research Cen-ter, un laboratorio de ideascon sede en Washington quese dedica a investigar sobredistintos ámbitos regionales,asegura que el número de la-tinoamericanos que se defi-nen como católicos ha pasadode un 92% en 1970 a un 69%en 2014. Casi un 20% de losque antes eran católicos sehan hecho ahora protestan-tes. Los ateos, agnósticos ypersonas sin religión son un8%. Un 4% practica otras reli-giones o creencias. Para hacerfrente a esta pérdida de fie-les, la Conferencia de Apareci-
da invitó a la Iglesia de Amé-rica a la Misión Continental.
En cuanto a las creencias yprácticas religiosas en los pa-íses de América Latina y elCaribe, la nación con mayorporcentaje de católicos es Pa-raguay (90%), seguido deMéxico (81%), y el de menos,Uruguay (42%). El país conmayor número de protestan-tes es Brasil.
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 19
BAJA EL NÚMERODE CATÓLICOS
A
"Luchamos contra lapobreza, ¿te apun-
tas?". Este es el lemade la 56 campaña de
Manos Unidas, que sepone en marcha este
mes de febrero. Un to-que de atención que
se inscribe en el cami-no recorrido para lle-
gar este año a losocho Objetivos del Mi-lenio, con el fin de lu-char contra las condi-
ciones de vida queatentan contra la dig-nidad de las personas.
P R I M E R P L A N O
La pobreza huele mal”.
De esta forma tan gráfi-
ca describe el jesuita
Luis de Sebastián, en su
libro África, pecado de Europa, la
condición de carencia de derechos
y bienes imprescindibles en la que
se calcula que viven hoy 1.200 mi-
llones de personas en el mundo y
que, usando baremos más preci-
sos, se suele definir como vivir
con menos de 1,25 dólares al día.
Basta con haber entrado, por
ejemplo, en un barrio de chabolas
de Nairobi (los famosos slums) pa-
ra saber de qué hablamos: puede
que nada nos choque más de la
pobreza que el nauseabundo olor
que se percibe en inmensos asen-
tamientos surcados por calles en-
fangadas, donde se forman char-
cas de las que surgirán millones
de mosquitos que transmitirán la
malaria. Allí brotarán, como hon-
gos, minúsculas barracas, en las
que se hacinan familias cuyos
miembros comen una vez al día y,
faltos de saneamiento, utilizan
bolsas de plástico para hacer sus
necesidades por la noche y lan-
zarlas luego al aire en una nueva
versión del “!agua va...!”. Lejos de
ser un fenómeno marginal, la ma-
yor parte de los habitantes de la
capital keniana malvive en luga-
res así, donde la pobreza extrema
hiere los sentidos, y casi siempre
a poca distancia de ambientes de
lujo insultantes.
Pero hay otras cosas que, en
sentido metafórico, también hue-
len muy mal. El papa Francisco
habla a menudo de la pobreza mo-
ral, que es el caldo de cultivo de
esclavitudes que acaban con el
sentido de la vida, “originadas por
condiciones sociales injustas, por
falta de trabajo, de igualdad res-
pecto a los derechos a la educa-
ción y la salud”, según mencionó
el Pontífice en su homilía de la mi-
sa de Año Nuevo. Pocas veces me
CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS
“
LUCHAMOS CONTRALA POBREZA
24 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 25
ha golpeado tanto la pobreza mo-
ral como un día de junio de 2013,
cuando visité un pueblo cercano a
Faradje, en el noreste de la Repú-
blica Democrática del Congo. Allí,
los miembros de la Comisión Justi-
cia y Paz me contaron el caso de
una chica a la que dos de sus ve-
cinos habían violado hacía pocas
semanas, cuando cerraba el quios-
co del mercado en el que se gana-
ba la vida. La policía, tras poner en
libertad a los dos agresores, dijo a
la familia que arreglaran el asunto
“de forma amigable”, lo cual se
tradujo en una multa de diez cajas
de cerveza, que ambos compraron
para que los jefes del poblado que
juzgaron el caso disfrutaran de
una fiesta nocturna en la que co-
rrió la bebida. La muchacha se sin-
tió tan humillada que al día si-
guiente desapareció para siempre.
La pobreza moral no es exclu-
siva de personas con bajo nivel
educativo. En Gabón, el país don-
de vivo actualmente, se ha revela-
do hace poco que su presidente ha
gastado durante los últimos años
13 millones de euros en coches de
lujo. Eso ocurre en un país donde,
sin tener pobreza extrema, uno
“huele” la miseria en barriadas co-
mo Owendo, PK 9 o Venez Voir,
donde, para acceder a casuchas
sin agua ni saneamiento, uno tie-
ne que pasar por callejuelas infes-
tadas de aguas fecales y ratas.
En una de ellas, conozco a una
madre centroafricana refugiada
que “alquilaba” por horas a su
hija de 14 años para obtener di-
nero con que alimentar a su fami-
lia. Me acordé de lo que me dijo
una vez un veterano misionero
italiano en Uganda: “No hay ma-
yor pobreza que la de la cabeza”.
¿Nos apuntamos a esta lucha?
La lucha contra la pobreza está
en el corazón del lema de la cam-
paña número 56 de Manos Unidas.
Esta veterana organización católi-
ca de ayuda al desarrollo ha dedi-
cado los últimos ocho años a apo-
yar los Objetivos del Milenio mar-
cados por Naciones Unidas en
2000 y cuyo plazo termina este
año. Lejos del ánimo de Manos
Unidas el caer en el catastrofismo,
como se puede ver en el recuadro
que acompaña a este artículo. Los
datos cantan y no se pueden negar
los grandes avances que en estos
15 años ha habido en áreas como
el suministro de agua potable, la
lucha contra enfermedades como
la malaria y la tuberculosis, la re-
ducción de la mortalidad materna
y de la misma pobreza extrema.
Pero, al mismo tiempo, aún fal-
ta mucho camino por recorrer. El
caso citado antes no es, ni mucho
menos, aislado. Una de las caras
más desagradables de la pobreza
es la falta de derechos que las
mujeres sufren en muchas partes
del mundo, especialmente en lu-
gares en conflicto. Por ejemplo, en
la República Democrática del Con-
go no son solo los soldados o los
rebeldes quienes violan a mujeres
con absoluta impunidad, sino que
muy a menudo los autores de es-
tos crímenes pueden ser los pro-
pios vecinos de las víctimas.
Otros grupos de población de los
que no se habla mucho, pero que
en países pobres sufren una mar-
ginación atroz, son los discapaci-
tados y los ancianos. Atrás que-
daron los años en los que la cul-
tura tradicional veneraba a las
personas de más edad; hoy no es
raro verlos faltos de alimento y
cuidados médicos en sociedades
donde el “progreso” ha traído una
mentalidad que valora a la perso-
na por lo que puede producir. En
países como la República Centro-
africana, no es extraño que a los
ancianos (más a ellas que a ellos)
se les acuse de brujería, sin que
se puedan defender. Como poco
se les puede expulsar del poblado,
cuando no matarlos por lapida-
ción o encerrarlos en la cárcel.
Se calcula que 1.200 millones depersonas en el mundo viven hoycon menos de 1,25 dólares al día.
26 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
Y es que luchar contra la po-
breza no es solo cuestión de cons-
truir maternidades, excavar pozos
o levantar aulas. Luchar contra es-
tructuras de injusticia, rebelarse
contra enormes desigualdades que
claman al cielo y transformar cul-
turas para que se trate a los más
débiles con el respeto que se me-
recen es parte de la estrategia.
Tampoco hay que olvidar que un
buen bocado de la geografía de la
pobreza en nuestro mundo coinci-
de con el mapa de los conflictos
armados. Estos echan raíces fácil-
mente en lugares donde hay poca
educación y menos oportunidades,
los cuales suelen ser caldo de cul-
tivo apropiado para el fanatismo.
Y, al mismo tiempo, las guerras au-
mentan la pobreza.
Sudán del Sur es un buen ejem-
plo de ello. Con apenas dos años
de independencia cumplidos, en
diciembre de 2013, el país, uno de
los más pobres del mundo, cayó en
una guerra entre dos bandos, lide-
rados por el actual presidente, Sal-
va Kiir, y su rival, Riek Machar; en
ella, hasta la fecha, han perecido
ya más de 100.000 personas. Mu-
chos jóvenes se alistan a las mili-
cias que matan a gentes de la et-
nia rival únicamente con el fin de
evitar ser ellos los asesinados. Im-
posible tener el más mínimo pro-
greso en un lugar así, en el que las
aulas se cierran, los campos que-
dan desatendidos y los negocios
desaparecen ante la amenaza
constante de la violencia. La gue-
rra es el peor factor que crea po-
breza, y tal vez cuando se enume-
raron los Objetivos del Milenio fal-
tó una referencia clara a crear una
cultura mundial de paz y de reso-
lución pacífica de conflictos.
Mucho conseguido y mucho por hacer
A pesar de todo, al hacer ba-
lance de los ocho Objetivos del Mi-
lenio, basta una mirada a algunos
de los países del mundo que hace
años tenían los índices más alar-
mantes de pobreza, para darse
cuenta de que, en muchos de ellos,
ha habido logros significativos. En
su último boletín, Manos Unidas
destaca los siguientes:
Se ha reducido a la mitad el
número de personas que viven en
pobreza extrema.
Más de 2.000 millones de seres
humanos tienen hoy acceso a un
suministro de agua potable.
Hay un mayor acceso a los
medicamentos para el VIH por par-
te de las personas seropositivas.
Se registran mayores índices
de acceso a la educación primaria,
aunque 50 millones de niños si-
guen sin ir a la escuela.
La igualdad de género ha me-
jorado. Cada vez hay un mayor nú-
mero de países en desarrollo don-
de son frecuentes las mujeres
ministras y parlamentarias.
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 27
2.
3.
4.
5.
1.
Entre los cientos de proyectos
apoyados por Manos Unidas pa-
ra luchar contra la pobreza, men-
ciono uno que he conocido hace
poco: el Centro Arc-en-Ciel (“Arco-
íris”) para niños de la calle en Li-
breville (Gabón), gestionado por
las hermanas Carmelitas de Vedru-
na y que dirige la religiosa espa-
ñola Covadonga Orejas. En este
lugar, cuya construcción financió
Manos Unidas, se acoge a niños de
menos de 12 años como internos,
y a otros, que superan esa edad,
que lo utilizan como centro de día.
El lugar tiene capacidad para dar
alojamiento a 30 internos, aunque
el número de quienes duermen y
comen en el “Arcoíris” varía a dia-
rio. En bastantes ocasiones es la
propia policía la que trae a sus
puertas a niños a los que ha dete-
nido en redadas y con los que no
sabe qué hacer. Las actividades,
que incluyen juegos, terapia psico-
lógica y seguimiento sanitario, gi-
ran en torno a la educación. A to-
dos los niños los escolarizan cuan-
do llegan, con ayuda de la escuela
primaria Saint Joseph, situada en-
frente. En el caso de los mayores
se busca su integración con cursos
de formación profesional, para que
puedan ser autosuficientes. En
otra casa de acogida en la capital
gabonesa, las carmelitas se ocu-
pan también de la rehabilitación y
repatriación de muchachas vícti-
mas del tráfico de personas, a las
que se ha traído a Libreville con
falsas promesas de trabajo y que
han terminado viviendo en situa-
ciones de verdadera esclavitud.
Pero, si hablamos de lo que
queda por hacer, los que trabajan
en primera línea de la lucha con-
tra la pobreza no tienen ninguna
duda: hay que aumentar los recur-
sos de cooperación al desarrollo,
un frente en el que España ha re-
trocedido de forma vertiginosa du-
rante los últimos años. Actual-
mente, el Gobierno español solo
dedica el 0,16% del PIB a la Ayuda
Oficial al Desarrollo, muy lejos del
objetivo de Naciones Unidas de
destinar el 0,70% de la Renta Na-
cional Bruta. En 2008 nuestro país
llegó a destinar el 0,48%, y duran-
te los últimos cuatro años los re-
cortes a la cooperación han supe-
rado el 70%. Alcanzar este reto no
es imposible: aun en un contexto
de crisis, cinco países han alcanza-
do y superado ese umbral de gas-
to: Reino Unido (0,72%), Dinamar-
ca (0,85%), Luxemburgo (1%), Sue-
cia (1,02%) y Noruega (1,07%). En
la Unión Europea, la media de ayu-
da al desarrollo es actualmente del
0,41% de la Renta Nacional Bruta.
Recordar a nuestros Gobiernos
que dediquen más fondos a la
cooperación es uno de los frentes
de lucha contra la pobreza. Otros
ciudadanos de a pie contribuyen
con sus donativos particulares, o
dedicando una parte de su tiempo
como voluntarios. Todos podemos
cambiar muchos de nuestros com-
portamientos para que nuestra vi-
da sea más austera y solidaria. La
lucha contra la pobreza, nos re-
cuerda este año Manos Unidas, es
una tarea que sigue pidiendo cola-
boración. ¿Nos apuntamos?
JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
28 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
Una de las caras más desagradablesde la pobreza es la falta de derechos
que sufren multitud de mujeres.
En el año 2000, los países miembros de las Naciones Unidas acor-daron alcanzar en 2015 unos objetivos que tienen que ver con losproblemas que se consideran más acuciantes. En su último boletín,Manos Unidas resume así su valoración del progreso realizado:
En 2015 se ha conseguido reducir a la mitadel número de personas en condiciones depobreza extrema, pero una de cada nueve
en el mundo pasa hambre. En Áfricasubsahariana es una de cada cuatro.
Más de 10 millones de personas reciben hoytratamientos antirretrovirales para mantener araya el VIH, y las intervenciones contra el pa-ludismo han salvado la vida a millones de ni-ños. Pero todavía en 2012 morían 600 niños aldía por causas relacionadas con el sida.
Más de 2.300 mi-llones de personas han mejorado su acceso al aguapotable, pero en materia de saneamiento no sehan realizado grandes progresos. Además, el cam-
bio climático ha empeorado, dando ori-gen a la figura del refugiado medioam-biental.
Es necesario un modelo de desarrolloasumido por todos. Desafortunadamente, losrecortes y retrocesos en materia de ayuda aldesarrollo no son la mejor garantía para lasostenibilidad de los avances alcanzados.
En los últimos 20 años, la tasa de mortali-dad materna se ha reducido a la mitad.
Sin embargo, solo en 2013 se calcula que murie-ron en el mundo 300.000 mujeres por causas pre-venibles relacionadas con el embarazo y el parto.
En los países máspobres del pla-neta, la mayor
parte de los niños están escolarizados, pero se cal-cula que aún quedan por lo menos 50 millones deniños en el mundo que no han pisado un aula.
Seis de cada diez mujeres sufren algúntipo de violencia a lo largo de su vida. Todavía hay 46 países con menos deun 30% de mujeres parlamentarias.
Calcula la ONU que la mortalidad infantilse ha reducido en dos tercios. Las cam-pañas de vacunaciones han ayudado aevitar millones de muertes. Pero aún
quedan 162 millones de peque-ños con malnutrición crónica.
I N F O R M E
ylzelle rompe a llorar. Ape-nas puede terminar su pre-gunta: “¿Por qué Dios per-mite estas cosas?”. Tiene 12
años y ha sido víctima del aban-dono y la explotación infantil. Po-co después abraza al Papa; Fran-
cisco la acoge y la imagen de am-bos recorre el mundo. Una instan-tánea que capta en esencia la cer-canía del Obispo de Roma ante eldolor de dos pueblos: Sri Lanka yFilipinas. Uno, en su tímido des-pertar hacia la convivencia en paz,tras una guerra que duró tres dé-cadas. El otro –el país con más ca-tólicos de Asia–, por las catástro-fes naturales, que no hacen sinoperpetuar en él la pobreza y lasdesigualdades. Ocho días sin ape-
nas respiro para un Papa que habuscado encontrarse con los fieles,compartir con ellos sus preocupa-ciones y sufrimientos, en este se-gundo viaje al continente asiáticode su pontificado.
Desde que pusiera el pie en SriLanka, la apuesta por la reconci-liación vertebró sus intervencio-nes. La guerra civil devastó la islay Francisco invitó a los distintoscredos presentes en el país –bu-distas, islámicos, hinduistas ycristianos– a comprometerse en laconstrucción de una sociedad queacabe con las diferencias entre ta-miles y cingaleses, y cure las heri-das que generaron los 100.000muertos de uno y otro bando. Noen vano, la Iglesia católica es laúnica institución que cuenta conuna presencia influyente y signifi-cativa en ambos grupos étnicos,demostrando que la convivenciano solo es posible, sino que sepresenta como la vía para avan-zar. “Espero que la cooperacióninterreligiosa y ecuménica de-muestre que los hombres y las
30 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
Un viaje para la historia, en sen-tido literal, si uno se limita úni-
camente a las cifras, a esos sietemillones de filipinos que se con-
centraron en torno a la figuradel Sucesor de Pedro en Manila.
Pero también en lo simbólico, entanto que Francisco ha sido el
primer Papa en pisar suelo tamil,
tras tres décadas de guerra enSri Lanka. En total, ocho días de
peregrinación, en su segundoviaje por tierras asiáticas, para
confirmar a estos pueblos "en lafe y en la misión".
G
mujeres no tienen que renunciar asu identidad, ya sea étnica o reli-giosa, para vivir en armonía consus hermanos y hermanas”, apun-tó Francisco ante los líderes reli-giosos; y lo puso de manifiestocon la visita al templo budista Ma-habodhi, fuera del programa ofi-cial. Desde una firme llamada adefender los derechos humanos,llamó a las autoridades del país atrabajar desde la “búsqueda de laverdad, no para abrir viejas heri-das, sino como un medio necesa-rio de promover la justicia, la sa-nación y la unidad”.
“Las heridas perduran, y hastael momento no se ha planteadoninguna solución política queaborde las raíces del conflicto. ElGobierno no ha investigado quéocurrió con miles de civiles quedesaparecieron y murieron duran-te la guerra. Por eso el desafío deSri Lanka es seguir adelante, parasuperar el pasado, para saber laverdad, para obtener justicia, paraperdonar y reconciliarse”, señalaJehan Perera, director de la Comi-sión Nacional para la Paz de SriLanka, que valora la presencia delPapa en la isla como un alicientereconciliador que avala el papel dela Iglesia en todos estos años: “Du-rante la guerra, los obispos actua-ron como mediadores, llevandomensajes entre los responsables
del Ejecutivo de Sri Lanka y los lí-deres de la milicia de los Tigres Ta-miles”. “Hemos experimentado 30años de guerra civil. Ahora que haterminado, vivimos en paz, pero laausencia de guerra no significa quela paz sea real”, reflexiona a poste-riori el padre Cyril Gamini Fernan-
do, uno de los responsables delviaje: “Tenemos que trabajar duropara lograrlo, y es ahí donde es tannecesaria la reconciliación quemencionaba el Santo Padre. Mu-chas veces hablamos de ello, perorara vez ahondamos en el estado
de ánimo de la gente, como ha he-cho el Papa. En ese sentido, creoque la visita ha sido un éxito”.
Llamada a la unidadFrancisco llegaba a la isla cuan-
do apenas se habían cumplido cin-co días de unas elecciones presi-denciales, que dieron la victoria alopositor Maithripala Sirisena, conel consiguiente temor de posiblesrevueltas, teniendo en cuenta queel norte del país continúa contro-lado por el Ejército. Esos temo-res se disiparon en la tercera vi-
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 31
En este viaje el Papa ha mostrado
de nuevo su predilección por los más
débiles y apartados de las agendas oficiales.
Visita sorpresa al templo budista de Mahabodhi Viharaya en Colombo, Sri Lanka.
sita de un Pontífice a la antiguaCeilán, que cuenta con un 6,1%
de católicos entre sus 21 millonesde habitantes. Bergoglio se convir-tió, eso sí, en el primer Papa en pi-sar territorio tamil, peregrinandohasta el santuario mariano deMadhu, templo que logró ser des-militarizado durante gran partedel conflicto armado y lugar segu-ro para los refugiados, hasta queen 1999 fue bombardeado; murie-ron 38 personas, entre ellas, 13 ni-ños. Tras ser reconstruido, en 2010se reabrió al público. Ante vícti-mas de ambos bandos, el Papa ins-tó a trabajar por la unidad, “acer-carnos unos a otros, con una ver-dadera contrición, dando y reci-biendo el perdón verdadero”.
Este mismo espíritu impregnóla canonización de José Vaz, elprimer santo del país. Ante mediomillón de fieles que se congrega-ron en la localidad de Colombo,frente al océano Índico, el pasado14 de enero, Francisco elevó a losaltares a este misionero del sigloXVII, que nació en la colonia por-tuguesa de Goa, en la India, y alque puso como ejemplo de cómola Iglesia católica, “en su servicio,no hace distinciones de razas, cre-dos, pertenencia tribal ni condi-ciones sociales o religiosas”. No
en vano, Vaz viajó con 25 años aCeilán para confortar a la comuni-dad católica, perseguida por loscalvinistas holandeses, y tradujoel Evangelio al cingalés y al tamil:“Nos ha mostrado la importanciade superar las divisiones religio-sas en el servicio de la paz”, re-cordó el Obispo de Roma.
El corazón católico de AsiaTras empaparse de la realidad
de un país multirreligioso, Francis-co aterrizó en el que muchos lla-man el corazón católico de Asia, encuanto el 90% de los 120 millonesde filipinos son católicos. Este he-cho propició que la eucaristía declausura del viaje, celebrada el 18de enero en el parque Rizal, se con-virtiera en el acto más multitudi-nario de la historia de la humani-dad. Se calcula que siete millonesde personas participaron en la mi-sa, dos millones más de las quearroparon en 1995 a Juan Pablo II
durante la JMJ que acogió el país.Fue precisamente ante esa multi-tud cuando el Papa les invitó a serlos “grandes misioneros de la fe enAsia”. Así, se encomendó al Santo
Niño, una de las imágenes quedespierta más devoción popularen el país, para que “siga bendi-ciendo a Filipinas y sostenga a loscristianos de esta gran nación ensu vocación a ser testigos y misio-neros de la alegría del Evangelio,en Asia y en el mundo entero”.
“Sus intervenciones no fuerondoctrinales. Sus gestos llegaron atodos, lo que nos hace pensar a lossacerdotes cómo acercarnos más ala gente y que nos vean más sen-sibles a sus problemas”, explica elpadre Jesús Prol, vicario provincialde los dominicos en Filipinas, queademás recoge cómo “los fielesnos han dado una lección deaguante y perseverancia en la fe;nos han dado a los pastores unalección de fidelidad y sacrificio. Losjóvenes de nuestra humilde parro-quia tuvieron que recorrer varioskilómetros desde las dos de la ma-drugada para poder participar enlos actos. Tenían la disculpa per-fecta de que el tiempo no iba aacompañar y, sin embargo, acudie-ron al encuentro del Papa”. Estesacerdote español, que lleva 42años en el país, está convencido
32 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
de que “yo no soy el misionero: hesido misionado por la Iglesia filipi-na, me he empapado de la fe sen-cilla de su gente, de una culturacreyente”. Considera que el Papaha tenido esta misma sensación:“Creo que no se esperaba esa mul-titud en las calles para verle un so-lo instante. Tanto es así que en laNunciatura quiso salir a saludar atodos los que fueron a verle, pero,por seguridad, le desaconsejaronque lo hiciera. Sin embargo, se lasingenió para acabar invitando aque accediera a las instalacionesun grupo de 50 personas. Esto leha acercado más a la gente y ha he-cho realidad el lema del viaje: cari-dad, misericordia y compasión”.
Para estar con todosY es que, si algo han percibido
los filipinos, es que Francisco haviajado para estar con todos y ca-da uno de ellos, sobre todo duran-te la intensa jornada que vivió enTaclobán, epicentro del tifón Yo-landa, que un año antes se cobróla vida de más de 6.000 personas.Otra tormenta le llevó, sin embar-go, a suspender parte del progra-ma y adelantar su regreso a Mani-la. Prueba de la gravedad de la si-tuación es que una joven volunta-ria filipina de 27 años, Kristel Mae
Padasas, murió al ser aplastadapor la megafonía del altar, despla-
zada por el fuerte viento. Tal fue laconsternación que esto generó enel Papa, que pidió reunirse de in-mediato con el padre de la falleci-da para mostrarle su pésame.
Este temporal obligó incluso acelebrar la eucaristía en un peque-ño altar lateral del gran escenario,y el Papa se enfundó sobre la ca-sulla el mismo chubasquero deplástico que llevaban los miles deperegrinos. Esta empatía le llevó adejar a un lado el discurso que ha-bía preparado en Roma, para ex-presarse de forma espontánea ensu lengua materna, en castellano, yabordar así el misterio del sufri-miento humano, con una actitudorante e intimista. “Muchos de us-tedes han perdido todo. Yo no séqué decirles. Él sí sabe qué decirles.Tantos han perdido parte de la fa-milia... Solamente guardo silencio.Los acompaño con mi corazón ensilencio. Tantos de ustedes se han
preguntado mirando a Cristo: «¿Porqué, Señor?». Y a cada uno, el Se-ñor responde en el corazón desdesu corazón”. En varios momentos,les insistió en que “no estamos so-los”, mientras los asistentes se en-jugaban los ojos al ver al Santo Pa-dre señalar al Crucificado.
Tampoco pudo Francisco ser fielal documento que elaboró previa-mente, cuando la pequeña Gylzelledescribió en Manila el abandonosufrido durante su niñez y que su-peró gracias a que salió en su res-cate la asociación Tulay Kabataan,creada por un sacerdote francés. Yaun día antes, había visitado porsorpresa el hogar donde había sidoacogida, en un gesto más para po-ner de manifiesto su intención deprimar a los débiles y a los aparta-dos de las agendas oficiales. Denuevo, el porqué del sufrimiento deinocentes en primer plano. Y unavez más el Papa, lejos de abordar
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 33
EL PAPA EN SRI LANKA Y FILIPINAS I N F O R M E
el problema desde lo abstracto, sepresentó con humildad ante la
cuestión. “Ella ha hecho hoy la úni-ca pregunta que no tiene respues-ta. No le alcanzaron las palabras ytuvo que decirlas con lágrimas.Cuando nos hagan la pregunta depor qué sufren los niños, que nues-tra respuesta sea o el silencio o laspalabras que nacen de las lágri-mas”. Francisco planteó a partir deahí que “al mundo de hoy le faltallorar” y lanzó al aire unas pregun-tas antes quienes le escuchaban enel campus de la Universidad SantoTomás de Aquino: “¿Yo aprendí allorar? ¿Aprendí a llorar cuandoveo a un niño con hambre, un niñodrogado en la calle, un niño que notiene casa, un niño abandonado, unniño abusado, un niño usado poruna sociedad como esclavo?”. Ade-más pidió a las nuevas generacio-nes que dejaran de ser “jóvenes-museo”, a los que definió comoaquellos “que tienen de todo, perono saben qué hacer. Necesitamosjóvenes sabios. Me pueden pregun-
tar: «Padre, ¿cómo se llega a ser sa-bio?». Este es el desafío del amor”.
Contra la corrupcióny la pobreza
Si ante los líderes de Sri Lankareclamó verdad y justicia, a las au-toridades filipinas les encomendóluchar contra la corrupción y la po-breza. En el Rizal Ceremonial Hall,instó al presidente de la república,Benigno Aquino III, a cumplir con“el imperativo moral de garantizarla justicia social y el respeto de ladignidad humana”. Denunció “lacorrupción que sustrae recursos delos pobres” y reivindicó el derechoa “escuchar la voz de los pobres yromper con las cadenas de la in-justicia y la opresión, que dan lu-gar a flagrantes e incluso escanda-losas desigualdades sociales”. En laeucaristía que celebró en la cate-
dral de Manila, estapetición a las insti-tuciones también lahizo extensiva aobispos, sacerdotesy religiosos, comoalgo inherente a suvocación evangeli-zadora: “Solo si lle-gamos a ser pobresy eliminamos nues-tra complacencia,seremos capaces de
identificarnos con los últimos denuestros hermanos y hermanas.Veremos las cosas desde una pers-pectiva nueva, y así respondere-mos con honestidad e integridadal desafío de anunciar la radicali-dad del Evangelio en una sociedadacostumbrada a la exclusión so-cial, a la polarización y a la inequi-dad escandalosa”.
Las familias filipinas recibierondel Papa palabras de aliento du-rante el encuentro que mantuvocon ellas en el Mall of Asia Arena:“No pierdan nunca la capacidad desoñar, porque soñar ayuda a recu-perar el amor con la ilusión”, co-mo una invitación a vivir el sacra-mento del matrimonio “descan-sando en el Señor”. Con la miradapuesta en el Sínodo de los Obisposdel próximo mes de octubre, el Pa-pa denunció lo que llamó “nueva
34 misioneros NÚM. 152, FEBRERO DE 2015
racias, pa-pa Francis-co!". Son
las palabras quenacen de Anianade la Torre, misio-nera de Cristo Je-sús, que forma par-te de una pequeñacomunidad de es-tas religiosas enManila. "El corazónqueda agradecido,ensanchado, toca-do por la magnitudde tanta gracia re-cibida, con el gozode ser Iglesia, detener una cabezatan bien puesta yun corazón llenode compasión y mi-sericordia, que de-rrocha a su paso yque provoca elcontagio. Agradeci-miento por ser unamás de esta greyuniversal que el Pa-pa pastorea", expli-ca esta burgalesa,convencida de que"estamos viviendomomentos históri-cos, cada vez másparecidos a los quese dieron en tiem-
pos de Jesús. Fran-cisco está haciendoque seamos testi-gos de cómo vadejando el poder(que manda y or-dena, anulando lavoluntad de lossúbditos), para ha-blar con autoridad,como Jesús (libe-rando y empode-rando a sus ovejaspara que cada cualtome su responsa-bilidad)". Aniana hapodido comprobarcómo ese abrazo aGylzelle llegaba atodos y cada unode sus compatrio-tas, "especialmenteal sector más afec-tado por la pobre-za y el sufrimiento;pero también gen-tes de otros estatusquedaron tocados,percibiendo la cali-dad del encuentro,la sinceridad de suspalabras, su humil-dad, el cariño, sufe. Alguien me dijo:«Cuando pasó a milado, sentí queFrancisco es un
santo». Puedo decir,sin miedo a equivo-carme, que todoshemos sentido elcalor de su abrazo".
Ahora toca tomarlas riendas: "Nos hadejado una tarea:ser luz para otrospueblos de Asia. Ycomo dijo el carde-nal Tagle, todosnos vamos con él,no a Roma, sino alas periferias, a laschabolas, prisiones,a toda situación dedolor y abandono,llevando en sunombre la alegríadel Evangelio; lacompasión y la mi-sericordia que tan-to nos ha inculca-do". Así, confía enque esto se mate-rialice: "Se esperaun gran cambio enla sociedad: menoscorrupción, más se-guridad ciudadana,más justicia, y quevayan desapare-ciendo las diferen-cias sociales, queen este país son es-candalosas".
colonización ideológica”, que bus-ca destruir a la familia.
Atento le seguía el cardenal ar-zobispo de Manila, Luis Antonio Ta-
gle, su anfitrión en este periplo fili-pino, que resume cuál es la heren-cia dejada por Francisco a la Igle-sia de su país: “La centralidad deamar a los pobres. La centralidadde apreciación de los niños que es-tán indefensos. Cada niño debe servalorado, debe ser acogido. Las ca-lles no son para los niños. Estos noson solo pensamientos, sino refle-xiones que nos invitan a la acción”.
Durante estos cinco intensosdías, el pueblo filipino se volcócon el que han rebautizado como“Lolo Kiko” –“abuelo Francisco”–.Todas las calles estaban tomadaspor la multitud que quería respal-dar a su pastor frente a la lluvia yel viento. Su “Lolo Kiko” no les de-fraudó. “Yo le definiría como elPapa de la sorpresa. Nunca meimaginé que se fuera a vestir conel chubasquero que llevábamos to-dos. Esa era su intención, inclusoantes de venir aquí. Quería seruno con nosotros en misericordiay compasión”, valora el obispo deSan José, Mylo Vergara. De regre-so a Roma, durante la audienciageneral posterior al viaje, Francis-co incidió en este cariño recibido:“Conservaré para siempre en el co-
NÚM. 152, FEBRERO DE 2015 misioneros 35
El gran cambio que esperala sociedad… y los misioneros
razón el recuerdo de la alegre aco-gida de parte de las multitudes–en algunos casos, incluso oceáni-cas– que ha acompañado los mo-mentos destacados del viaje”.
Porque, más allá de las polémi-cas generadas sobre sus declara-ciones en los vuelos, en torno a loslímites de la libertad de expresión
y los “puñetazos”, así como a lapaternidad responsable y los “co-nejos”, Francisco ha vivido esteviaje como “un alegre encuentrocon las comunidades eclesialesque, en aquellos países, dan testi-monio de Cristo: las he confirma-do en la fe y en la misión”.
JOSÉ BELTRÁN
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