Misioneros Nº 129

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El 7 de octubre el pueblo venezo-lano, convocado a las urnas, volvióa otorgar su confianza a HugoChávez para regir los destinosdel país los próximos seis años.

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en este número...

y además...

EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org

Nº 129. NOVIEMBRE, 2012

AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSMenorca, 3. 28009 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41

coeditores

T E R C E R M I L E N I O

IGLESIA A FONDO

PRIMER PLANO

En octubre se celebró el 50 aniversariodel inicio del Concilio Vaticano II, un epi-sodio trascendental en la histora recientede la Iglesia. ¿Cómo afectó este aconteci-miento a las Iglesias de países de misión?

INFORMELa difusión de un vídeo sobre Mahomadesata una nueva ola de violencia en variospaíses musulmanes. Ante ella, el mundo

entero se preguntá el porqué deesta reacción desproporcionada.

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7 TRIBUNA De la tolerancia, a la libertad religiosa

10 EL OBSERVADORPAKISTÁN - SIRIACHINA

20 ASÍ VA EL MUNDOFILIPINAS - HONDURASR. D. DEL CONGO

36 ENTREVISTAMMaarrííaa IIssaabbeell CCoorrrreeiigg, misionera en la R. D. Congo

39 ANIMACIÓN MISIONERA

43 CARISMASMisioneras Clarisas del Santísimo Sacramento

46 CULTURAÁfrica, saqueadaa tres bandas

52 EN EL OBJETIVO

54 MISIÓN VIVANNaattaalliiaa MMoorraattiinnooss,,misionera en Marruecos

56 MISIÓN VIVAPPiillaarr CCoollll,,esa buena noticia

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La XIII Asamblea GeneralOrdinaria del Sínodo delos Obispos para la Nue-va Evangelización, cele-

brada en el Vaticano del 7 al 28de octubre, ha venido a poner demanifiesto que el dinamismoevangelizador que precisan lassociedades secularizadas en lasque se han convertido las comu-nidades de vieja cristiandad nopuede descuidar ni un ápice suimpulso misionero, su vocaciónhacia la misión ad gentes, hacialos territorios de primera evange-lización que todavía no conocen aJesús. Entre otras cosas, porqueuna fe que no se da, que no seofrece gratuitamente al otro, estácondenada a ahogarse en sí mis-ma; no se retroalimenta, empeque-ñece, se marchita y, finalmente,muere. Lo advirtió Benedicto XVIen la homilía de la misa de aper-tura del Sínodo, cuando, tras re-cordar que la Asamblea Sinodalque entonces daba comienzo es-taba “orientada principalmente alas personas que, aun estandobautizadas, se han alejado de laIglesia, y viven sin tener en cuen-ta la praxis cristiana”, añadió acontinuación que, “obviamente,esa orientación particular no de-be disminuir el impulso misione-ro, en sentido propio”.

¿Quién podría guardarse laBuena Noticia sólo para él? Quienpretendiera hacerlo no habría en-tendido el sentido de universali-

dad de la Iglesia católica, que al-canza una de sus mayores expre-siones en su actividad misioneraad gentes, a través del fruto de laentrega de tantos misioneros ymisioneras –con no pocos márti-res entre ellos–, que han sido en-viados por sus comunidades, enun gesto de evangélica generosi-dad, hacia otros pueblos. Además,la Iglesia católica de hoy sigue vi-va y crece especialmente en lospaíses empobrecidos, donde los

misioneros desarrollan su laborde ser testigos de Jesús.

Por estos motivos, entre otros,el mensaje final de la AsambleaSinodal ha querido reconocer “unlugar privilegiado en nuestras co-munidades” a los pobres; “unpuesto que no excluye a nadie,pero que quiere ser un reflejo decómo Jesús se ha unido a ellos”.Y asimismo ha señalado que “elgesto de la caridad, al mismotiempo, debe ser acompañadopor el compromiso con la justi-cia, con una llamada que se reali-za a todos, ricos y pobres”. No esposible imaginar una nuevaevangelización sin un anuncio dela liberación integral de todo lo

que oprime al hombre, el pecadoy sus consecuencias.

El mensaje final del Sínodo hatenido también palabras para lasIglesias de las diversas regionesdel mundo. Se ha referido a co-munidades de fieles sometidas aduras pruebas y con frecuenciaobligadas a emigrar; a los hom-bres y mujeres de numerosos paí-ses de África, que ofrecen testi-monio del Evangelio “muchas ve-ces en situaciones humanas muy

difíciles”; a la Iglesia de AméricaLatina, que, “frente a los desafíosdel presente, sobre todo la pobre-za y la violencia, [...] es exhorta-da a vivir en un estado perma-nente de misión, anunciando elEvangelio con esperanza y ale-gría”; a la presencia minoritaria ya menudo perseguida de los cris-tianos de Asia, comunidad que“crece en el diálogo con las di-versas culturas, con las antiguasreligiones y con tantos pobres”, yes “una presencia preciosa delEvangelio de Cristo que anunciajusticia, vida y armonía”; y tam-bién a los pueblos de Oceanía.Territorios de primera evangeliza-ción, de misión ad gentes.

E D I T O R I A L

DIRECTOR Alfonso Blas REDACCIÓN Rosa Lanoix, Rubén Azuara DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES Anastasio Gil, Rafael Santos, DoraRivas, Montserrat Vilaseca, Antonio José Molina, José Beltrán, José Carlos Ro-dríguez, José Ignacio Rivarés, Volusiano Calzada, José Ramón Carvallada, María

Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Joaquín Martínez, Julio César Vidal, Vicente Marqués Ruiz,Lourdes Gabilondo DOCUMENTACIÓN Ana Fernández ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36

T E R C E R M I L E N I O

No es posible pensar en una nuevaevangelización sin un anuncio de la liberación

integral de todo lo que oprime al hombre.

Nueva evangelización y misión ad gentes

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I G L E S I A A F O N D O

Durante los años 60, ¿llegóel Concilio Vaticano II atodos los rincones delmundo donde la Iglesia

estaba presente? En muchos luga-res de África la respuesta sería sí yno. Tomemos como ejemplo la dió-cesis de Gulu, en el norte de Ugan-da. Durante aquellos años, su obis-

po era el italiano Giovanni Battis-ta Cesana. Llegado al país africanoen 1927, apenas salió de él, hastaque, 60 años después, su frágil sa-lud y los muchos años le obligarona abandonarlo. Sus sacerdotes, ca-si todos ellos misioneros italianos,llegaban por aquel entonces a laenorme diócesis recién salidos del

seminario, eran asignados a parro-quias rurales donde no tenían ac-ceso a informaciones del mundoexterior y volvían a su país de va-caciones cada cinco años para pa-sar unos meses que generalmentededicaban a revisiones médicas,visitas a sus familiares y recogidade fondos. Ni el obispo Cesana ni

El pasado mes de octubre comenzó la celebración del Año de la Fe, quecoincide con el 50 aniversario del comienzo del Concilio Vaticano II. El granacontecimiento tuvo entonces distintas resonancias en las Iglesias de lospaíses de misión. En muchos de ellos su clero apenas asimiló el Concilio,mientras que en otros se abrieron las puertas al diálogo con otras religio-nes y a la renovación en campos como la liturgia y el apostolado bíblico.

Ecos de un Concilioen los países de misión

A LOS 50 AÑOS DEL COMIENZO DEL VATICANO II

Ecos de un Concilio

Juan XXIII

Pablo VI

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sus más directos colaboradores tu-vieron hace cuatro o cinco décadasocasión de participar en ningúncurso de aggiornamento para asi-milar los cambios que llegaron conel Vaticano II. Sorprende poco queen sus predicaciones y cartas pas-torales de los años 60, monseñorCesana siguiera utilizando un len-guaje que hoy calificaríamos depreconciliar: la plantatio Ecclesiae,la administración (y no la celebra-ción) de los sacramentos, la con-versión de los paganos y el podersagrado de los sacerdotes. Las re-laciones con los protestantes eranpésimas. Con una estructura pira-midal de la Iglesia, ideas como “elpueblo de Dios”, ni de lejos. A losfieles católicos, el catecismo y nola Biblia. Parecía como si el Conci-lio hubiera pasado de largo, sin pa-rarse en aquel rincón del mundo.

No es de extrañar. Los movi-mientos que prepararon el Conci-lio y que tuvieron una gran reso-nancia en la Europa de los años 50y 60 –y, en cierta medida, en elcontinente americano– no llega-ron a África. Ni el movimiento bí-blico, ni el movimiento ecuménico,

ni la Nueva Teología de los jesuitasde Lyon o de los dominicos deLe Saulchoir entraron en los semi-narios africanos, donde los aspi-rantes al sacerdocio estudiabanmanuales clásicos basados en de-fensas de tesis y cánones con ana-temas. ¿Curas obreros en África?En ningún otro lugar del mundo elsacerdote se ha visto como una fi-gura tan revestida de un poder ab-soluto. Como mucho, si uno se en-contraba con curas subidos a unandamio, se trataba por lo generalde misioneros que construían igle-sias o aulas en parroquias que seafanaban por levantar, pero nadaque ver con sus colegas del clerofrancés de finales de los años 50,que intentaban que la Iglesia estu-viera presente en un mundo obre-ro alejado de la Iglesia.

Los católicos de a pie en África,sin embargo, sí notaron de formainmediata algunos cambios que

surgieron con el Concilio. De la no-che a la mañana vieron cómo elsacerdote celebraba la misa de ca-ra a ellos, y no de espaldas, y la li-turgia ya no se desarrollaba en elincomprensible latín, sino en supropia lengua vernácula, en la quetambién escuchaban la liturgia dela Palabra, que cobraba una impor-tancia que no había tenido antes.Desde los comienzos de la evange-lización en África, los católicos re-cibieron su fe por el catecismo, unlibrito en lengua vernácula que ha-bía que aprender de memoria, y nopor la Biblia, cuya lectura los mis-mos curas desaconsejaban y cuyaposesión se veía como un signosospechoso de estar demasiadopróximo a los protestantes, llama-dos entonces cismáticos y herejes yvistos como la temida competen-cia. Pero habría que esperar al me-nos dos décadas después delConcilio para que en las diócesis

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Los movimientos que prepararon elConcilio, de gran resonancia

en Europa, apenas llegaron a África.

El 11 de octubre de 1962 daba comienzo la primera sesión del Concilio Vaticano II, tras la inauguración solemne en la basílica de San Pedro.

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africanas empezara a desarrollar-se un apostolado bíblico y se for-

maran comunidades de base (lla-madas de distintas maneras) dondelos cristianos de a pie, con la Pala-bra de Dios en la mano, rezaban yse comprometían a cambiar todo loinjusto que veían a su alrededor.

Promoción del laicadoOtro aspecto que caló de inme-

diato en África y otros países demisión fue la promoción del laica-do. La falta de clero obligó desde

el principio a formar a líderes lai-cos que ejercían multitud de ta-reas en la pastoral, sobre todo loscatequistas. El Concilio Vaticano IIinsistió, además, en el compromi-so de los seglares católicos en elcampo de la política. En el caso deUganda, misioneros como el padreTarcisio Agostoni ya habían co-menzado en los años 50 a formara líderes que pudieran ejercer susresponsabilidades en los campossocial y político. Allí y en otros paí-ses de misión, el Vaticano II trajouna renovación de la Acción Cató-lica, que pasó de ser entendida se-

gún el esquema clásico de unasimple colaboración de los laicoscon la estructura jerárquica de laIglesia, a adoptar el método “ver,juzgar, actuar” del sacerdote belgaJoseph Cardijn, uno de los precur-sores del Concilio y origen de mo-vimientos como la Juventud Obre-ra Cristiana (JOC) y la Juventud Es-tudiantil Católica (JEC).

El Concilio coincidió con losaños de efervescencia de las inde-pendencias africanas. La Iglesia sedaba cuenta de que la nueva si-

tuación le producía un incómododesajuste: mientras los propiosafricanos tomaban las riendas desus nuevos países, la Iglesia pre-sente en ellos seguía dirigida ma-sivamente por obispos y sacerdo-tes europeos. De hecho, en el Va-ticano II –al que se reprochó ha-ber sido demasiado eurocéntri-co–, de entre los 2.488 preladosque participaron, apenas huboobispos africanos presentes y nin-guno de ellos tuvo intervencionesde calado. Precisamente, el carde-nal nigeriano Francis Arinze esuno de los pocos obispos del con-

tinente (69) que participaron en elConcilio y que aún viven.

En algunos países de mayorarraigo católico, como Camerún,Benín (llamado entonces Daho-mey), Tanzania, Uganda o los dosCongos, empezaba a despuntar unclero local que prometía, pero ini-ciativas novedosas como la de losfirmantes del documento Los sacer-dotes negros se preguntan, de 1954,entre los que se contaba el futurocardenal Malula, no dejaban de serexcepciones que confirmaban la re-

gla de un clero forjado con esque-mas muy clásicos y temeroso deembarcarse en los nuevos cambioseclesiales que venían de Europa.

El obispo ugandés que sustitu-yó a monseñor Cesana en Gulu esun buen ejemplo de ello. El prela-do italiano comprendió los nue-vos tiempos que habían llegado aÁfrica y presentó su renuncia en1969, 15 años antes de la edad ca-nónica. Se retiró a una lejana le-prosería, donde ejerció de cape-llán, y allí se suscribió a La CiviltàCattolica. La lectura de sus pági-nas fue seguramente la primera

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oportunidad que tuvo de ponerseal día con el Vaticano II. Su suce-sor, monseñor Cyprian Kihangire,había obtenido un doctorado enRoma, pero asimiló poco el Vatica-no II, como demostraron prontosus formas pastorales y su estilomás bien autoritario. Y es que enmuchos lugares de África bastan-tes de los cambios introducidospor el Concilio se miraron con sos-pecha. No hay que olvidar quemonseñor Marcel Lefebvre, poraquellos años misionero espirita-no y obispo de Libreville, en Ga-bón (y más tarde arzobispo de

Dakar, en Senegal), fue duranteaquellos años el líder de los obis-pos que en el aula conciliar opu-sieron más resistencia a los cam-bios más significativos inaugura-dos por el Vaticano II, como la re-forma litúrgica, la declaración so-bre la libertad religiosa, el diálogocon el mundo moderno o la recu-peración de conceptos como “Pue-blo de Dios” o “comunión” paradefinir a la Iglesia. De hecho, losprimeros seguidores de Lefebvrefueron católicos africanos muytradicionales, a los que los nuevoscambios, que trajeron misas enlengua vernácula y cantos acom-pañados por tambores, no les hi-cieron ninguna gracia.

Diálogo con otrasreligiones y con el mundo

Si hubo un campo en el que elVaticano II encontró un terrenomuy receptivo en los países de

misión, fue el de las relacionescon otras religiones, tema centralde la declaración Nostra aetate.Era la primera vez en la historiade la Iglesia en la que, en un tex-to oficial, se reconocía “todo lobueno” que existe en las religio-nes no cristianas. Ni una sola vezaparece ni por asomo el famosoaforismo “Extra Ecclesiam nulla sa-lus”, que durante tantos siglos seinvocó para hablar de otras confe-siones religiosas. Dicen los histo-riadores que Juan XXIII, dada sugran experiencia en el mundo di-plomático, tenía un particular in-terés en mejorar las relaciones dela Iglesia con los judíos y eliminartodo vestigio de sentimientos an-tisemitas, por lo que, al principio,la Nostra aetate se concibió comoun documento para abordar estetema. Al final, surgió una declara-ción en la que hay párrafos muysignificativos sobre los valores

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Dada la falta de clero local, un aspectoque caló pronto en muchos países

de misión fue la promoción del laicado.

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de religiones como el islam o elbudismo. En muchos países de

África o Asia, donde los católicosconviven a diario en sus aldeas,barrios o en el seno de su propiafamilia, con personas de otras re-ligiones, esta declaración resultóespecialmente significativa.

Por lo que respecta a los mu-sulmanes, el Concilio tiene párra-fos en los que manifiesta apreciarla estima de aquellos por la VirgenMaría, “su reconocimiento del Cre-ador, su profesión de la fe deAbraham y su adoración a un so-lo Dios misericordioso”. Del budis-mo valora “su reconocimiento dela radical insuficiencia de estemundo mudable” y “su búsquedadel estado de liberación y de ilu-minación”. Del hinduismo destacala riqueza de sus mitos y su filo-sofía y aprecia sus formas de vidaascética y de meditación. Muy po-co antes de la aparición de Nostraaetate, Pablo VI publicó su encícli-ca Ecclesiam suam, un bellísimotexto sobre el diálogo. Después desiglos de anatemas y condenas, laIglesia proclamaba no solo la bon-dad del diálogo, sino la centralidadde este como señal de identidadde la propia Iglesia, puesto queDios mismo, con la historia de lasalvación, entró en diálogo perma-nente con la humanidad.

Ese diálogo se ejerce tambiéncon el mundo en el que la Iglesiaestá presente. Uno de los méritosde Juan XXIII fue haber eliminadola actitud de reproche o sospechacon respecto al “mundo”, que ha-bía caracterizado el pensamientooficial católico durante más de unsiglo. El Concilio Vaticano II desa-rrolló una rica eclesiología en tor-no a dos documentos: la constitu-ción Lumen gentium, que mira a laIglesia ad intra y la define como unmisterio de comunión (una de laspalabras más repetidas en los do-

cumentos conciliares), y la consti-tución Gaudium et spes, que con-templa la Iglesia ad extra y se re-fiere a sus relaciones con el mun-do, un lugar que ya no es visto co-mo una amenaza o un rival hostila la Iglesia, ni tampoco como unexilio del que se anhela salir parallegar un día a la patria celestial,sino como un lugar de encuentroy de diálogo. En África y otros con-tinentes donde la Iglesia ejercía sulabor misionera, este espíritu dediálogo significó, entre otras co-sas, un mayor empeño por estarpresentes en campos como los me-dios de comunicación social, elmundo universitario, las ONG y, en

general, los movimientos de la so-ciedad civil que durante las últi-mas décadas han crecido sin pararen los países en desarrollo.

Uno de los asuntos que más setrataron durante los años que pre-cedieron al Vaticano II fue el de laIglesia de los pobres. Pero el temano llegó a cuajar en el Concilio. “Decara a los países pobres la Iglesia sepresenta como lo que es y quiereser: la Iglesia de todos, pero espe-cialmente la Iglesia de los pobres”,había dicho Juan XXIII el 11 de sep-tiembre de 1962, un mes antes decomenzar el Concilio. Obispos co-mo el cardenal Giacomo Lercaro(de Bolonia); el auxiliar de Lyon, Al-

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Los fieles africanos sí notaronde forma inmediata algunos cambios

litúrgicos surgidos del Concilio.

Celebración de la eucaristía en la comunidad de San Isaac (Chiurai), diócesis de Gokwe (Zimbabue).

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fred Ancel; y el de Argelia, GeorgesMercier, desarrollaron esta cues-tión e hicieron lo posible para queadquiriera carta de ciudadanía enlos documentos conciliares. Mose-ñor Mercier llegó a pedir una “Ban-dung cristiana” en defensa de lospaíses pobres, en referencia a la fa-mosa reunión de los Gobiernos depaíses subdesarrollados duranteaquellos años en los que se multi-

plicaron las independencias de na-ciones hasta entonces colonizadaspor potencias europeas.

La celebración de los 50 añosdel Vaticano II coincide con la pro-clamación del Año de la Fe, en elque se quiere hacer hincapié en laNueva Evangelización. Durante sualocución en Roma, el pasado 11de octubre, al puñado de obisposque participaron en aquel evento,Benedicto XVI explicaba así el sig-nificado de esta coincidencia: “ElAño de la Fe que hemos empezadonos sugiere el mejor modo para re-cordar el Concilio y conmemorar-lo: concentrarnos en el corazón desu mensaje, que es el mensaje dela fe en Cristo”. Al día siguiente,durante su homilía en la misa deapertura de esta conmemoración,el Papa explicó el porqué de estacentralidad de la fe en un mundo

en el que cada vez hay menos es-pacio para Dios: “En estos dece-nios ha aumentado la desertifica-ción espiritual. Si ya en tiemposdel Concilio se podía saber, por al-gunas trágicas páginas de la his-toria, lo que podía significar unmundo sin Dios, ahora lamenta-blemente lo vemos cada día anuestro alrededor”.

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ

ención especial mereceel decreto Ad gentes,en el que el Concilio

define a la Iglesia como "esen-cialmente misionera". Las mi-siones dejaban de concebirsecomo una actividad adicional uoptativa en la comunidad cris-tiana, para convertirse en unaspecto central de la identidadcatólica. Hacía pocos años queel papa Pío XII había publica-do la encíclica Fidei donum,gracias a la cual muchas dióce-sis de países de vieja cristian-dad pusieron más empeño enanimar a miembros de su pro-pio clero para que marcharancomo misioneros. La cartaapostólica de Pablo VI Africaeterrarum, publicada poco des-pués del Concilio, añadió másimpulso a esta llamada, al afir-mar que el futuro de África se-ría cristiano o no, dependien-do de los esfuerzos misionerosque se realizaran en aquel mo-mento. Cuando en 1969 el Pa-pa visitó Uganda y proclamóen el santuario de los mártires:"Vosotros, africanos, debéis sermisioneros de vosotros mis-mos", estaba llevando a lapráctica uno de los puntos car-dinales del Concilio. Si la mi-sión pertenece a la esenciamisma de la Iglesia, ya no sepuede concebir como una par-te de la comunidad eclesial(los países de vieja cristiandad)que evangeliza a otra parte dela Iglesia (la formada por paí-ses del Tercer Mundo, dondela Iglesia tiene una historia depocas décadas). Todas las Igle-sias tienen el deber de ser mi-sioneras, incluidas las que hansurgido más recientemente.

M

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Una Iglesiaesencialmentemisionera

Una Iglesiaesencialmentemisionera

Lectura de la Biblia en lengua shona.

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El 7 de octubre, losvenezolanos volvieron

a otorgar otros seisaños de presidencia a

Hugo Chávez, de suer-te que si el cáncer quepadece no le gana an-tes la batalla, el padrede "la revolución boli-

variana" gobernaráhasta 2019. Llevará en-tonces casi 20 años en

el poder, tratando de"refundar" una "patria"

que, a día de hoy, estámás dividida y polari-

zada que nunca.

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P R I M E R P L A N O

Aunque más disputadasque las anteriores, laselecciones que han en-frentado al presidente

Hugo Chávez y al candidato de laoposición Henrique Capriles hansido “limpias”, más allá de algunas“irregularidades” y la ya habitualutilización de los recursos delEstado con fines partidistas porparte del oficialismo. No obstante,los comicios han dejado también

un buen puñado de interrogantespendientes de respuesta.

Por de pronto, y si la salud selo permite, Hugo Chávez seguirácomo presidente de Venezuelaotros seis años. Un alivio para susincondicionales, y un suplicio parasus detractores y los cientos demiles de personas (se habla ya decerca de un millón) que han deja-do el país desde su primer triunfo,en 1998. El caudillo bolivariano

obtuvo su victoria más ajustada delas cuatro logradas hasta ahora,pero aún así fue tan holgada quesu contrincante, el abogado y em-presario Henrique Capriles, apenastardó una hora desde el cierre delos colegios para reconocer la de-rrota y felicitarle. El populista e in-combustible presidente obtuvo8.136.637 votos, mientras que elrepresentante de la Mesa de laUnidad Democrática (el conglome-

Las elecciones de las incógnitasVENEZUELAVENEZUELA

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rado de partidos opositores, uni-dos por primera vez en un frenteúnico) se quedó en unos merito-rios, pero insuficientes, 6.499.575sufragios. Chávez logró el 55,2%de los votos y ganó en 20 de los 23estados, así como en la capital. Ca-priles, por su parte, solo venció enel estado que gobierna, Miranda, yen el de Táchira, aunque, eso sí,consiguió que la oposición alcan-zase los mejores resultados en ca-si dos décadas, con dos millonesde votos más que en las presiden-ciales de 2006. Aunque la partici-pación fue abrumadora (80,6%), elactual mandatario se quedó muylejos de los diez millones de apo-yos que se había fijado como me-ta en la campaña.

Los resultados, por tanto, notienen una única lectura. El triun-

fo de Chávez fue incontestable. In-contestable y meritorio, por cuan-to, como es sabido, el ex tenientecoronel de paracaidistas sufre des-de junio de 2011 un cáncer “pélvi-co” (sin más especificaciones) quele ha hecho pasar ya en dos oca-siones por el quirófano y le hamermado físicamente en campaña,hasta el punto de dar doce mítinesmenos que en 2006. Ahora bien, sibien salió derrotado, Capriles, de40 años y origen judío (aunque él

se confiesa públicamente católico),ha demostrado ser todo un líder,un hombre de Estado y una claraapuesta de futuro… si sigue con-tando con el apoyo unánime de laoposición, cosa poco segura. De sutalla política dan buena muestrala rapidez y elegancia con que re-conoció la derrota. “Quiero felici-tar al presidente de la República–dijo– y le quiero decir que ojalálea con grandeza la expresión denuestro pueblo el día de hoy.

El candidato Henrique Capriles, en un acto durante la campaña electoral.

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Hay un país que tiene dos visio-nes, y ser un buen presidente es

trabajar por todos los venezola-nos. (…) Para saber ganar hay quesaber perder. Para mí lo que elpueblo diga es sagrado. (…) Creoprofundamente en la construcciónde un solo país”.

En esa misma noche, Chávez,quien a lo largo de la campaña ha-bía calificado una y otra vez a Ca-priles de “majunche” (“poca cosa”,“nada”), ni siquiera fue capaz depronunciar el nombre de su rivalcuando salió al balcón presidenciala celebrar el triunfo.

Elecciones limpiasLas elecciones, como ya se ha

apuntado, fueron limpias... aunqueno muy democráticas que se diga.Esta aparente paradoja tiene unasencilla explicación. No hubo, cier-tamente, fraude en el recuento –así

lo reconoció el propio Capriles–, pe-ro sí algunas actuaciones que se-rían reprobadas en cualquier paísmedianamente serio y que aquí, encambio, fueron consentidas por elConsejo Electoral Nacional, cuatrode cuyos cinco integrantes son re-conocidos partidarios del presiden-te. Así, por ejemplo, Chávez com-pareció en televisión durante la jor-nada de reflexión, violando la legis-lación vigente. Además, los cole-gios electorales (que habían abiertoa las seis de la mañana y debían ce-rrar a las seis de la tarde) siguieronrecogiendo papeletas pasada la ho-ra fijada, cuando ya se habíanavanzado incluso sondeos con losprimeros resultados a pie de urna.La oposición denunció que, segúnsus datos, había un empate técnicoa las cinco de la tarde, y que, “des-pués, el Gobierno empezó a movili-zar electores chavistas” en sus ca-

sas y bajo “coacción”, en aquellosdistritos en los que el resultado es-taba más ajustado. Asimismo –seinsiste– los centros de votación“estuvieron abiertos hasta las 21horas”. Ninguna de estas circuns-tancias han podido ser investigadaspor las misiones internacionaleshabituales, pues, como ya ocurrieraen 2006, el régimen no permitió lapresencia de observadores de laOEA, ni de la UE ni del Centro Cár-ter. La jefa de la diplomacia euro-pea, Catherine Ashton, dijo, al feli-citar al ganador en nombre de laUnión, que se debían “reforzar lasinstituciones” y “promover las li-bertades fundamentales”.

El abuso más descarado, contodo, fue el de la utilización parti-dista de los organismos del Esta-do, empezando por la televisión.Desde que se inició oficialmente lacampaña, el 1 de julio, Chávezcompareció en la pequeña panta-lla una media de 30 minutos dia-rios. Teniendo en cuenta que enVenezuela la ley (chavista) obligaa las cadenas privadas a pincharla señal institucional cuando el

La oposición cosechó dos millonesde votos más que en las pasadaselecciones presidenciales de 2006.

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presidente se dirige al pueblo, yque este, en ocasiones, ha llegadoa hablar hasta casi diez horas, esfácil comprender por qué los ana-listas hablan de auténtica “coloni-zación mediática”.

¿Habría cedidoChávez el poder?

La primera gran incógnita quequeda en el aire tras los comicios–que en realidad han sido másbien un plebiscito sobre Chávez yla continuidad de su revolución–es la de saber qué habría pasadoen caso de ganar Capriles. ¿Habríacedido Chávez el poder? ¿Habríarespetado la voluntad del pueblo,aun cuando eso hubiese supuestoenterrar la revolución bolivarianay un fracaso del cacareado “socia-lismo del siglo XXI”? Las pregun-tas están más que justificadas, to-da vez que el mandatario se negóa contestarlas reiteradas veces du-rante la campaña electoral. “No seconcibe una derrota”, era el dis-curso del oficialismo. Hasta el mis-mo día de los comicios, Chávez noprecisó que aceptaría los resulta-

dos “fuesen cuales fuesen”. Pero laafirmación parecía forzada por lascircunstancias. El diario españolABC, además, había desveladodías antes la existencia de un su-puesto “plan secreto”, según elcual las milicias bolivarianas (unejército paralelo de 115.000 efecti-vos afín al régimen) serían movili-zadas si la oposición, tras los co-micios, se echaba a la calle y noreconocía los resultados.

La sangre, gracias a Dios, nollegó al río. El ejército cumplió sulabor de garantizar la seguridaden la jornada electoral (para locual desplegó a 139.000 efectivos,

en el marco del llamado “Plan Re-pública”) y los medios de comuni-cación solo tuvieron que informarde un incidente de gravedad: elasesinato a tiros en Caracas deuna persona que hacía cola paravotar por parte de un individuoque viajaba en una motocicleta. Aello hay que sumar la muerte vio-lenta, el 30 de septiembre, en ple-na campaña por tanto, de tres mi-litantes opositores en el Estado deBarinas, la patria natal de Chávez,a manos de partidarios del lídersocialista, crimen por el que fue-ron detenidas seis personas.

¿Se habría ido Chávez en casode perder? Muchos creen que no.Entre ellos, su biógrafo, AlbertoBarrera. “Para él, entregar el po-der es una traición al pueblo”, ase-guraba en una entrevista.

Los pobres, la gran bazaUna segunda pregunta que

queda en el aire, consecuencia dela anterior, es la de si Venezuela esuna verdadera democracia. La res-puesta es que sí… al menos sobreel papel. Partidos políticos, hay,desde luego, y de lo más variopin-to. Los ciudadanos pueden elegirentre ellos. Y lo hacen. Votan más

que nunca, si cabe. Otra cosa esque acierten o no y que guste máso menos lo que decidan. Desde1998, año en que llegó Chávez alpoder, van ya catorce convocato-rias a las urnas, entre presidencia-les, legislativas, municipales, etc.Y todas ellas, salvo un referéndumde reforma constitucional en 2007,las ha ganado Chávez.

La pregunta es obvia: “Si el Pre-sidente tiene cáncer; si el poder,obviamente, desgasta; si Venezue-la se ha convertido en uno de lospaíses más inseguros de todaAmérica Latina, con más de

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14.000 homicidios al año, segúncifras reconocidas por el propio

Ministerio del Interior (las del Ob-servatorio de la Violencia superanlos 19.300); si la corrupción estambién una de las mayores delmundo, según Transparencia In-ternacional; y si la inflación en2011 fue del 27,9%, la más alta detoda la región, como asegura laprensa, ¿cómo es posible que losciudadanos sigan apostando porun régimen que, además, no dejade recortar las libertades?”.

La respuesta más simple proba-blemente sea la más certera. EnVenezuela la mayoría de la pobla-ción es pobre (Capriles, por ejem-plo, denunciaba en campaña quecuatro millones de compatriotasse acostaban todas las noches sincenar), y para los pobres es másimportante llegar a fin de mes ycontar con una pensión, una becao un subsidio, que disfrutar de li-bertad de expresión. Y hoy porhoy (corrupciones, derroches yabusos aparte) Chávez es el quegarantiza esas ayudas, porque –yesto ha de reconocerse– está go-bernando para los más desfavore-cidos. De hecho, la Comisión Eco-nómica para América Latina y elCaribe (CEPAL), organismo depen-diente de la ONU, considera que

entre 1999 y 2010 la tasa de po-breza en el país ha descendido un21%. Hasta el propio Capriles re-conoció indirectamente la mejoríade los más pobres al afirmar encampaña que él no pretendía aca-bar con los programas sociales delGobierno, sino mejorarlos.

Esos programas son numero-sos, y se financian, sobre todo,gracias a los enormes ingresosque el Estado obtiene con el pe-tróleo: 652.560 millones de dóla-res entre diciembre de 2009 y ju-lio de 2012. Los más célebres pro-gramas sociales son la llamada“Misión Vivienda”, lanzado en2011, y destinado a facilitar unavivienda digna a 200.000 familiasque viven en tugurios (hasta la fe-cha ya se han entregado 40.000),

y la “Misión Cristo”, que se hapropuesto como objetivo erradicarla pobreza para el año 2021. Losentusiastas y defensores del cha-vismo empiezan y no terminan ala hora de enumerar los logros delpresidente a lo largo de todos es-tos años de gobierno: ha hechodescender a la mitad la tasa demortalidad infantil; ha multiplica-do por cinco el número de maes-tros en las escuelas públicas (de65.000 a 350.000); ha generaliza-do la sanidad y la educación gra-tuitas; ha elevado el salario míni-mo, convirtiéndolo en el más altode Latinoamérica; ha concedidopensiones de jubilación a todoslos trabajadores (incluso a los in-formales y las amas de casa) y atodos los ancianos pobres, aunquenunca hayan cotizado; ha hecho lareforma agraria y limitado el lati-fundio; ha aprobado una ley delTrabajo que reduce la jornada a 40horas (antes eran 44), prohíbe lasubcontratación, amplía el permi-so de maternidad a 26 semanas(18 anteriormente) y mejora la in-demnización en caso de despido…

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P R I M E R P L A N O

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Los detractores, en cambio, queven el vaso medio vacío, denuncianque los salarios han aumentado, sí,pero que los precios lo han hechobastante más, con lo que, en reali-dad, los ciudadanos son cada díamás pobres. Insisten en que Chá-vez prometió cinco veces más vi-viendas de las que ha construido;que los maestros, médicos y otrosprofesionales cubanos que estántrabajando en Venezuela le cues-tan, en realidad, un dineral al Es-tado, que está poco menos que re-galando el petróleo (solo a Cuballegan cada día más de 100.000 ba-rriles diarios); y que de los 3,6 mi-llones de hectáreas que ha expro-piado y entregado a nuevos pro-pietarios, solo una mínima parteestán siendo explotadas. Y a todoesto añaden que Capriles, que ase-gura tener como referente al brasi-leño “Lula” Da Silva, había prome-tido la creación de tres millones depuestos de trabajo en caso de salirelegido, y mejorar los programassociales ya implantados.

Probablemente, tanto los unoscomo los otros lleven razón. Más

allá de las dádivas del Gobierno, eltriunfo de Chávez ha de explicarsetambién por otros factores: el pri-mero, por el descrédito que siguenteniendo entre la población lospartidos tradicionales; y el segun-do, por el populismo-mesianismodel líder –“Chávez ya no soy yo.Chávez es un pueblo”, aseguraba,sin rubor alguno, en campaña– ysus malas artes, presentando, ma-niqueamente, a su rival como “elcandidato neoliberal, de los gran-des ricachones y de los corruptos”,mientras él aseguraba ser “el can-didato de la patria y de la vida”.

Además de su indiscutible ca-pacidad para conectar con los hu-mildes y más desfavorecidos (ytambién más iletrados), la tercerade las claves del éxito, y no menosimportante, ha sido la red cliente-lar que ha logrado tejer el chavis-mo. Sirva este dato como ejemplo:buena parte de los asistentes almitin de cierre de campaña delpresidente en Caracas eran em-pleados de empresas públicas, lascuales no solo dieron fiesta a sustrabajadores, sino que, además, ysegún la prensa, les pagaron la co-mida y el equivalente a unos 50dólares por asistir al evento. Y elpaís cuenta con unos 2,5 de millo-nes de funcionarios públicos.

Esta es hoy la realidad de estepaís. Un país que, en verdad, sondos, porque hay una Venezuela pro-ductiva, generadora de riqueza,que cree en la economía de merca-do y en las libertades, y que apues-ta, en definitiva, por la democracia,y otra Venezuela dependiente delEstado a la que se aferran los másdesfavorecidos, que respaldan aChávez y su revolución después dedécadas de olvido por parte de lospartidos de siempre. Y hoy, la se-gunda se sigue imponiendo en lasurnas a la primera.

JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

ué futuro le espera a Ve-nezuela? ¿Logrará elpresidente concluir su

mandato? Si no es así, ¿sobrevi-virá el chavismo a Chávez? Pre-guntas y más preguntas que, adía de hoy, siguen sin respuesta,aunque desde el 10 de octubreestán ya más claras. Ese día,Chávez, de 58 años, eligió al queparece será su delfín. Y lo hizocomo con prisa, tan solo tres dí-as después de ganar y en la mis-ma ceremonia en la que la JuntaElectoral certificó los resultados.Nicolás Maduro, hasta ahoraministro de Exteriores, es desdeentonces el nuevo vicepresidentede la República, en sustitución

de Elías Jaua. De 49 años, Ma-duro ha sido conductor de auto-bús, sindicalista y canciller delGobierno, y sería la persona queasumiría el poder si Chávez mu-riera o quedase incapacitado enlos últimos dos años de legislatu-ra, porque en caso de fallecerdurante los cuatro primeros (an-tes de 2017) habría que convo-car nuevas elecciones.

Q

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Chávez yatiene delfínChávez yatiene delfín¿

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I N F O R M E

a chispa inicial fue un ví-deo de muy poca categoríaartística: La inocencia delos musulmanes, obra pro-

bablemente de un cristiano copto,traumatizado por la situación delos suyos en Egipto. De hecho, lasprimeras imágenes son una críticacontra la persecución de que sonvíctimas los cristianos coptos eneste país por parte de unos extre-mistas islámicos, con la conniven-cia de las fuerzas de seguridad delEstado. El resto de la cinta mues-tra al profeta Mahoma en su ver-sión más denigrante. Se entiendeque la difusión de la película hayaencolerizado a los musulmanes. Elvídeo, de una duración de 14 mi-nutos, es una porquería desde el

L

La imagen que mejor refleja la situación de violenciavivida en los países musulmanes, desde Túnez hasta

Bangladesh, como reacción a un vídeo sobre Mahoma,es la de una explosión de magnitudes colosales.

Pero llama la atención la desproporción entre la causaque la originó y sus catastróficas consecuencias.

punto de vista cinematográfico,pero ha bastado para provocar elincendio en una zona peligrosa-mente explosiva.

Con el ataque al consuladoamericano en Bengasi (Libia), enel que murió el embajador de losEstados Unidos, Chris Steven, yotros tres miembros del consula-do americano, las llamas de la ex-plosión de cólera comenzaron atomar proporciones descomuna-les. La fecha del atentado, un 11de septiembre, undécimo aniver-sario del atentado de Al Qaeda alas Torres Gemelas, no puede in-terpretarse sino como un símbolo,una señal contundente para mar-car la hostilidad de los grupos ex-tremistas musulmanes hacia Is-rael, los Estados Unidos y Occi-dente en general. La destruccióndel consulado y la muerte del em-bajador americano fueron el pun-to de arranque de las manifesta-ciones y violencias que tuvieronlugar posteriormente en variospaíses islámicos: Túnez, Egipto,Yemen, Irak, Irán, Afganistán, Pa-kistán y Bangladesh. Todas ellasenviaban un idéntico mensaje: noa la mofa pública del islam y de

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sus símbolos más queridos, no a lapolítica de Estados Unidos y Occi-dente con respecto a Israel y lospaíses musulmanes.

Más leña al fuegoA río revuelto, ganancia de pes-

cadores, dice el refranero español.En este contexto de violencia, elsemanario francés Charlie Hebdo,añadía más leña al fuego cuando,al amparo de la libertad de expre-sión, publicaba una serie de viñe-tas humorísticas haciendo burladel profeta Mahoma. Dichas viñe-tas, como era de esperar, no hicie-ron más que añadir grados a laexasperación ya existente. Pero, eneste caso, se puede sospechar que,además del derecho a la libertadde expresión –reivindicado por elseminario para publicar las carica-turas–, se escondía una fructíferainversión económica.

El caso es que, durante tres se-manas, el mundo ha vivido unavez más una situación de histeriacomparable a la que tuvo lugar en1989, cuando el imán Jomeini pro-nunció la famosa fatua contra elescritor Salman Rushdie, conde-nándole a muerte por blasfemia.Aquella fatua incendiaria fue parael escritor, según cuenta en su re-ciente libro Joseph Anton, el co-mienzo de una vida ocultada de lasociedad. Pero todo el mundo sabeque aquel dictamen, que parecíatener visos de religiosidad, sirvió aJomeini para reforzar su prestigiopolítico y retomar el liderazgo queestaba perdiendo en el mundo is-

lámico. Describir la historia es re-lativamente fácil. Otra cosa es en-tenderla y explicarla. Las simplifi-caciones no valen.

Para entender algo, no solo delos últimos acontecimientos, sinotambién de lo que está pasando enOriente Medio y el Magreb, hayque situarse en el contexto globalde estas sociedades; todas ellas so-metidas a cambios culturales, reli-giosos, políticos y sociales de mu-cha envergadura. El islam, que esla religión y la cultura dominantede estos países, no escapa a losdesafíos de la modernidad. Detrás

de las imágenes dramáticas quenos ofrecen los medios de comuni-cación, se esconden las aspiracio-nes de estos pueblos a un mundonuevo. Las “primaveras árabes”fueron el icono de esas aspiracio-nes a la modernidad, a la demo-cracia y a la libertad. Pero, comodice el sociólogo y politólogo fran-cés Olivier Roy, no hay que echar-les la culpa de no haber alcanzadosus objetivos, confiscados en últi-ma instancia por los HermanosMusulmanes y los salafistas. Lasimpresiones que nos dejan sonamargas y sugieren un mundo

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Más allá de la ley debe estar el respetoa la dignidad de las personas y sus

creencias, por muy diferentes que sean.

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32 misioneros NÚM. 129, NOVIEMBRE DE 2012

caótico y dividido, un campo debatalla, un polvorín que puede

explotar en cualquier momento.Pero, las “primaveras árabes” nosenvían el mensaje de un islam con-vulso y en crisis, entre una tradi-ción que no acepta morir y unamodernidad que no acierta a nacer.

Lo que no vale son las simplifi-caciones que afirman sin maticesque “el islam y los musulmanes”son de una manera determinada.Hay que guardar la perspectiva.Las imágenes de las manifestacio-nes llenan la pantalla, pero no ex-presan toda la realidad. Y la reali-dad es multiforme. Las violenciasfueron obra de una minoría insig-nificante comparada con el con-

junto del islam. ¿Qué representan,por ejemplo, 3.000 manifestantesen una ciudad como El Cairo, quetiene una población de 20 millonesde habitantes?

Posibles causasBusquemos en las posibles cau-

sas. En ellas se mezclan razonesde todo tipo: político, cultural, re-ligioso... Hace unos pocos días, eldiario francés Le Monde recordabael asesinato hace 20 años, en Siria,del periodista Michel Seurat a ma-nos de la Yihad Islámica, brazo ar-

mado del Hezbollah libanés. Mi-chel Seurat escribió un libro cuyalectura recuerda las masacres ymatanzas de hoy… La obra llevael título de Siria, el estado de la bar-barie. Lo interesante de este libroes ver que las causas que conduje-ron a la carnicería de entonces, ex-plicaciones que ya daba en sutiempo el historiador Ibn Jaldúnen el siglo XV, existen todavía hoy.Lo peor es la profecía que revelan;es decir, que ya sabemos lo quepasará al día siguiente de su des-enlace final. El futuro entrará en lalógica de la amalgama de lo reli-gioso y de lo político, y también,una vez más, en las consecuenciasde un sistema social cuya referen-

cia se remonta a catorce siglos. Elautor del artículo acierta. Si la vi-sión de la sociedad y las estructu-ras sociales no cambian, los resul-tados continuarán siendo los mis-mos. No habrá soluciones.

Otra explicación. Tariq Rama-dan, el gurú de muchos jóvenesmusulmanes hoy día, interrogadosobre los últimos acontecimientos,afirma que la muerte del embaja-dor americano fue la respuesta deun grupo local de Al Qaeda a la eli-minación, meses antes, de uno desus activistas, Abu Yahia, a manos

de los servicios secretos america-nos. En cuanto a las manifestacio-nes posteriores de violencia enotros países, dice Tariq Ramadanque estas reflejan más bien la lu-cha por el liderazgo religioso entrelos chiíes, liderados por Irán, y lossunníes, liderados por Arabia Sau-dí. Y añade que no se trata de unalucha entre laicistas progresistas eislamistas, revolucionarios y reac-cionarios, sino más bien de unacuestión de credibilidad religiosa:saber quién es capaz de dar unarespuesta a lo que se dice sobre el

I N F O R M E I S L A M , T R A D I C I Ó N Y M O D E R N I D A D

El embajador norteamericano Chris Steven (i) resultó muerto en el ataque al consulado de EE UU en Libia.

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NÚM. 129, NOVIEMBRE DE 2012 misioneros 33

islam y defenderlo contra los ata-ques de que es objeto.

La opinión del escritor marro-quí Tahar Ben Jelloun es parecida,aunque con matices más sutiles.Para Ben Jelloun está claro que de-trás de los acontecimientos se en-cuentra la mano de algunos Esta-dos musulmanes que no quierenadmitir la entrada del islam en lamodernidad. Dice textualmenteque “la noción de pertenencia ab-soluta a la comunidad musulmanahace que la adhesión a la laicidadse confunda con ateísmo y aposta-sía. Tocar el dogma equivale a ha-cer lícito el derramamiento de san-gre”. Tahar Ben Jelloun denunciatambién las “oscuras manipulacio-nes” de algunos Estados fanáticosy señala como culpables a los gru-pos salafistas sostenidos por Ara-bia Saudí. Su diagnóstico es seve-ro y contundente: “La vulnerabili-dad del islam no está en su espíri-tu ni en sus valores, sino en lamanipulación y el mantenimientode poblaciones enteras en sus

creencias. Los muertos, los incen-dios, los gritos de odio, la incom-prensión, la necesidad de venganzano sorprenden sino a aquellos queno quieren aceptar que algunos Es-tados islámicos, contrarios a lamodernidad y la democracia, alien-tan las pasiones de la población,haciéndoles olvidar lo esencial: lainstauración de un Estado de de-recho que favorezca la emergenciade los individuos. El reconocimien-to del individuo equivale a rompercon el clan, el derecho a la libertadde conciencia, la puerta abiertaa la reflexión crítica”.

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Tareq Oubrou, conocido imánde Burdeos (Francia), analiza los

excesos que han tenido lugar enlos países islámicos y los atribuyea consideraciones culturales y reli-giosas de un mundo diferente delmundo occidental. Dice, sin justifi-car estos excesos, que “el resto delmundo no es occidental ni tampo-co demasiado democrático. Mu-chas civilizaciones no ven la liber-tad con los ojos de un Occidentesecularizado. Las libertades indivi-duales incumben a las personas yno a los Gobiernos. Esto no lo sa-ben muchos de los que se mani-fiestan en el mundo musulmán.Siguen pensando que el ‘yo’ indi-vidual se confunde con el ‘no-sotros’ de la comunidad... A pesarde las ‘primaveras árabes’, estamentalidad persiste. La confusiónentre el Estado y el ciudadano es

total, y el vídeo difundido por in-ternet se comprende por lo tantocomo una expresión del Estadoamericano. Esta lectura del mundojustifica a los ojos de algunos quese pueda atacar al embajadoramericano en Libia, a pesar de queeste fuera un gran amigo del pue-blo libio”. Según este imán, “elmundo musulmán debe ir más alláde su susceptibilidad hacia Occi-dente y romper con un espírituque ve complots por todas partescontra ellos”.

Mentalidades diferentesLas diferencias de mentalidad

entre los musulmanes y los euro-peos se hicierion visibles el 26 deseptiembre en la sede de la ONU.El debate sobre la libertad de ex-presión dibujó dos campos y dosvisiones diferentes de las leyes que

deben regir la sociedad y la políti-ca. Por un lado, los representantesdel mundo musulmán, que repro-chaban a los occidentales el hechode refugiarse detrás de la libertadde expresión para ignorar las sen-sibilidades culturales de los de-más. El presidente egipcio Moha-med Morsi, por ejemplo, decía que“esperamos de los demás, lo mis-mo que esperan de nosotros, res-petar lo específico de nuestras cul-turas y de nuestras referencias re-ligiosas, y no que nos imponganconceptos o culturas que nosotrosjuzgamos inaceptables”. Por otrolado, los países occidentales defen-dían la libertad de expresión pormiedo a las consecuencias quepuede tener una ley sobre la blas-femia semejante a la de Pakistán.El presidente estadounidense Ba-rack Obama expresó el sentimien-to de los occidentales diciendo“que la mejor arma contra un dis-curso que ofende no es la repre-sión, sino un discurso mejor”.

Pero en los objetivos de este ar-tículo no entra el debate sobre la

34 misioneros NÚM. 129, NOVIEMBRE DE 2012

En el mundo actual resulta imprescindibleaprender a vivir juntos en sociedades

multiculturales y multirreligiosas.

I N F O R M E I S L A M , T R A D I C I Ó N Y M O D E R N I D A D

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libertad de expresión; una libertadque no está reñida con una convi-vencia sana y respetuosa de losdemás. La libertad de expresión esbuena. Permite escapar de las in-tolerancias y de las dictaduras,tanto religiosas como políticas.Mantenerla es una necesidad paragarantizar las libertades más fun-damentales. Gracias a Dios, no hanfaltado durante estos días vocesautorizadas para defenderla.

Por desgracia, los conflictoshan existido, existen y existiránsiempre. Su solución no es la res-puesta airada ni la violencia física,sino el entendimiento, la búsque-da de las causas, la verdad de loshechos, la voluntad de querer vivirjuntos, el aprecio y el respeto mu-tuo y una adecuada educación a lavida en sociedad. Aprender a vivirjuntos en sociedades multicultura-les y multirreligiosas es una nece-sidad ineludible en el mundo dehoy. Los criterios basados en elpredominio de una religión, raza ocultura no sirven. La democracia,la igualdad de derechos, la libertad

de religión y de conciencia, sinprivilegios ni exclusiones, son lagarantía y la condición de una vi-da en paz y armonía.

Más allá de las leyes están elrespeto a la dignidad de las perso-nas, el aprecio de las conviccionesde los demás, por muy diferentesque sean. El biólogo y moralistaJean Rostand, a pesar de su agnos-ticismo religioso, dice en su libroInquietudes de un biologista algomuy relevante: “Me importa muypoco cómo será el aspecto de lasciudades el día de mañana, la ar-quitectura de las casas y la veloci-dad de los vehículos. Me importa,sobre todo, saber el sabor que ten-drá la vida, las razones para amary actuar. Me pregunto: ¿de qué po-zo sacaremos el aliento para vivir?Se gana más amando que enten-diendo las cosas..., prefiero el amora la inteligencia”. Bellas palabraspara cerrar estas reflexiones. No es-taría mal que los medios de comu-nicación tomaran nota de ello.

AGUSTÍN ARTECHE GOROSTEGUIMisionero de África

NÚM. 129, NOVIEMBRE DE 2012 misioneros 35

n árabe, salafiyya; sa-lafismo, en castellano.Viene de salaf, que

quiere decir "antepasado". Elsalafismo es un movimientoiniciado por MohammedAbdu, en Egipto, a media-dos del siglo pasado, quereivindica una vuelta al islampuro de los orígenes, al is-lam radical de los primerostiempos. El salafismo tienevarias vertientes, pero todas,sean de corte pacífico o vio-lento, se consideran como

un camino de retorno al is-lam primigenio. Rechazantodo lo que pueda conside-rarse interpretación humanaposterior a la revelación deMahoma. Se trata, por con-siguiente, de un islam refor-mista, que rehúsa las prácti-cas del islam popular y lasinnovaciones de toda índole.Los salafistas desean vivir se-gún la tradición original delCorán y de la Sunna del Pro-feta, a quien tratan de imi-tar en todas sus maneras devivir, tanto en la forma decomer como de vestir. Deahí que tengan aversión almodo de vida occidental, yno acepten ni la democraciani la laicidad.

E

¿Qué esel salafismo?¿Qué esel salafismo?

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