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MI ENCUENTRO CON EL PERSONALISMO COMUNITARIO Carlos Díaz

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MI ENCUENTRO CON EL PERSONALISMO COMUNITARIO

Carlos Díaz

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PRESENTACIÓN

Esta es la voz de un camino de casi cuarenta años, sabiduría y locura; en todo caso, vida consagrada a lo largo de los días y de las noches, vida misionera a pesar de tantas fragilidades y de tantos fallos en mí, cheque de un millón de dólares contra un banco en quiebra...

La voz del camino, sí, porque una verdad dicha apagadamente nos parece casi una mentira, mientras que hasta un triste caminar voceado con juventud y brío puede resultar apasionante. Ahora bien, nadie logra la verdadera grandeza de su paso si no está convencido de que su andadura pertenece a la humanidad.

Cuanto más camino, a la vez tanta mayor soledad y a veces también algún sufrimiento. Como alguien ha escrito, toda ciencia viene del dolor, el dolor busca siempre la causa de las cosas, mientras que el bienestar se inclina a permanecer quieto. ¿Sería exagerar decir que la enfermedad es el camino y la salud la meta? En todo caso no hay sacrificios publicitados: la esencia del sacrificio consiste en la oscuridad, que no es lástima de sí mismo ni autocompasión, ambas siempre expertas en pregonarse a sí mismas y en resercarse durante el pregón. El buen piloto, decía Séneca, aun con la vela rota y desarmada, repara las reliquias de su nave para seguir su ruta. Pero los malos pilotos llevan el enemigo dentro. Las águilas, nos recuerda J.A. Marinas, tienen un vuelo alto y poderoso, pero cualquier cazador furtivo puede abatirlas con un disparo. También los cazadores furtivos de nuestro corazón, la mezquindad, el egoísmo, los malos sentimientos, saben disparar certeramente. Feliz aquel que a su lado tiene alguien que se lo recuerda para evitarlo. Todo esto quiero transmitirlo.

En los últimos años hemos logrado escribir una tetralogía («Soy amado, luego existo»), y ahora una trilogía en torno al personalismo comunitario: primero «Emmanuel Mounier. Un testimonio luminoso», después «El don de la persona», y por último Mi encuentro con el personalismo comunitario». En este último libro he pretendido condensar lo

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que ha sido la historia de un ingente esfuerzo por poner en pie junto a otros amigos, para España y Latinoamérica -en realidad para una infinidad de amigos potenciales-, una forma de vida y un estilo de pensar en la línea incoada por Emmanuel Mounier. No está resultando fácil, pero todo esto quiero transmitirlo.

Ahora, cuando llega el momento de dejar a los sentimientos brotar del corazón y de decirle a la cabeza que se calle un poquito, tengo que dar las gracias a Dios por haberme permitido terminar con bien todos estos trabajos. Y también debo dar las gracias más humildes a mi esposa, sin cuya abnegación incondicionada nada hubiera yo podido concluir, y ni tan siquiera comenzar. También todo esto quiero transmitirlo.

CAPÍTULO I

MOUNIER: SU TIEMPO Y EL NUESTRO

1. La historia de las gentes con historia y de las gentes sin historia

1.1. La historia pueblerina

Aunque la posmodernidad haya terminado canonizando eso que se llama «privacidad», la cosa viene de lejos. En efecto, hay pueblos, familias e individuos que carecen de dimensión universal, porque se empeñan en vivir encerrados en su pequeño círculo, el cual les sirve de coraza protectora, de tal manera que los límites de su círculo y los límites de su yo coinciden. La prensa, entonces, se afana por lubricar ese pueblerinismo, o aldeanismo. Tomemos un ejemplo, sin ánimo de ofender a Burgos, ciudad a la que por muchos conceptos estoy vinculado. El Diario de Burgos da esta noticia el 4 de enero de 1905. «El año nuevo ha comenzado con terribles heladas. Sin embargo hay que ser justo: Burgos no es tan frío como se dice. La fama que goza, o que padece, para hablar con más propiedad, es totalmente injustificada. En todas partes cuecen habas». El 11 de julio del mismo 1905 el mismo periódico avisa: «Da vergüenza el estado de abandono y suciedad en que el Arco de Santamaría se encuentra, con las farolas cubiertas por

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una corteza de polvo, la bóveda ostentando inmundas colgaduras y las paredes cuajadas materialmente de telas de araña, todo lo cual hace poco honor al Ayuntamiento y da una triste idea de nuestros hábitos de limpieza. Sin acudir a los barrios extremos donde toda suciedad tiene su asiento y toda inmundicia hace su habitación, en lo más céntrico de la ciudad tienen los encargados de la limpieza multitud de objetos en que ejercitar sus actividades». El 29 de agosto del mismo año el Rey se presenta en Burgos para observar el eclipse, y de paso para otros menesteres: «A las tres y media de la tarde ha tenido lugar la solemne ceremonia de colocar la primera piedra del monumento al Cid Campeador. S.M. el Rey cogió la paleta y se la cedió a su augusta madre para que fuera ella la que depositara la primera pellada de cal. La Reina se resistió al principio, pero hubo de ceder a los ruegos de su hijo y efectuó la interesante operación, que repitió luego la infanta doña María Teresa y, por fin, S.M. el Rey». He aquí, por si alguien lo dudaba, una prueba más del carácter laborioso de nuestra monarquía, siempre dispuesta a echar una manita a la clase trabajadora más necesitada de comprensión y afecto. El 8 de noviembre, en fin, el Diario de Burgos da la noticia de que España reconoce la independencia de Noruega, algo tendrá eso que ver con la futura independencia de Andreas y Daniel, nuestros nietos, respecto de los abuelos de ascendencia burgalesa. He ahí el tipo de noticias que ayer y hoy sirven para configurar la vida de la mayor parte de la población de cualquier ciudad y país, que hoy se identifica con las publicidades y los reportajes banales de la televisión, y poco más, y así pasan la vida hasta que les entierran.

1.2. La historia kairológica

Si distinguimos entre krónos (tiempo de cada individuo particular) y kairós (tiempo histórico, común a la especie humana, propio de las gentes que no viven acorralladas y encorraladas en el corral o jardín de su propio ensimismamiento, Mounier vivió su propio tiempo personal insertado en el tiempo «kairótico» de la comunidad, es decir, de forma histórica, combatiente, militante, ya que militante es quien deja que en el propio tiempo anide el tiempo de la humanidad y quien invita a la humanidad a sentarse a la propia mesa. Eso debería también ser el tiempo del personalismo comunitario: la antítesis de la indiferencia projimal, la antítesis de la militancia ausente, o tasada y de ratos libres, o ameboide, tan comunes y tan cartesianas al final, por aquello de la clausura en el yo: ¡cuántos de los que se han mofado de la vida de clausura viven hiperclaurados en su pobre yo!

Mounier se tomó en serio a sí mismo porque se tomó en serio el tiempo de toda la humanidad, pasada, presente y futura. Ahora bien, tomarse en serio el tiempo

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histórico no significa acomodarse parasitariamente a dicho tiempo haciendo desaparecer la identidad del yo, sino vivirlo con intensidad narrativa para universalizarlo cuando hace falta, incluso contra viento y marea, como lo hacen los mejores. Todos estamos bañados por el tiempo en que vivimos, pero sólo algunos son capaces de aportar algo de su tiempo personal al tiempo comunitario.

2. El kairós bélico de la primera mitad del siglo XX

Como todos sabemos, Mounier nace en 1905 y muere en 1950, pocos días antes de cumplir los 45 años. No resulta difícil comprender que el denominador común de ese tiempo es la guerra por doquier. A pesar de la presencia ubicua y repletiva del fenómeno bélico, pocas generaciones como la de Mounier se habrán visto tan obligadas a encuadrar sus biografías en el marco de los horrores bélicos colectivos. Un término expresa mejor que ningún otro esta situación: holocausto («todo quemado»), término griego siempre unido a Polemós, la guerra.

2.1. La primera Guerra mundial (1914-1919)

En efecto, cuando Mounier empieza a darse cuenta de lo que es la vida tuvo que vivir en una Francia en armas durante la devastadora primera Guerra mundial, con su correspondiente desvastada posguerra. Larga es la memoria del odio: la prehistoria de la primera Guerra mundial se remonta al 2 de septiembre de 1870, fecha en que el emperador francés Napoleón III cae prisionero de los alemanes en los campos de Sedán. Cinco meses más tarde, el rey de Prusia Guillermo I osa proclamarse emperador de la recién unificada Alemania en el mismísimo Salón de los Espejos del palacio de Versalles del rey Sol, Luis XIV: tenía que ser allí, para que todos lo vieran. La humillación del pueblo francés cala tan hondo, que se convierte en uno de los acicates decisivos que pondrán en marcha la primera Guerra mundial como la única posibilidad de desquite y resarcimiento de 44 años de frustración después de que Otto von Bismarck, por su parte, intentara consolidar al Reich alemán y, para tener las manos libres, intentó aislar a la doblegada Tercera República francesa.

Bajo la obsesión por el desquite y tras una serie de enfrentamientos y alianzas en que se involucraron otras naciones, la guerra se hizo inevitable. Era tan grande la rivalidad económica, tan desesperada la carrera de armamentos, y tan exaltados los nacionalismos de uno y otro lado, que parecía no existir otra forma de solucionar la cuestión que con

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la gran sinrazón de las armas. El gran desarrollo capitalista de Francia o de Alemania, que a su vez entraron en competencia con Gran Bretaña, obligó a las potencias europeas a buscar nuevos mercados para sus excedentes de producción y, en consecuencia, a lanzarse a una exacerbada carrera imperialista para asegurar en las colonias las materias primas y los mercados que necesitaban para sus productos. La chispa que originó el incendio final salta en junio de 1914, cuando el heredero del trono austriaco, Fernando, cae asesinado en Sarajevo a causa de los disparos de un estudiante bosnio, al que se supuso en connivencia con Serbia. Austria no aceptó las disculpas de Serbia y le declaró la guerra. El juego de alianzas se puso inmediatamente en marcha: Austria y Alemania (luego Italia también) contra Serbia, Rusia, Francia y Gran Bretaña convirtieron lo que se suponía breve guerra en una interminable guerra de trincheras.

La gran ofensiva de Alemania contra Francia en Verdún se convertiría en una de las batallas más largas (300 días) y más sangrientas (un millón de bajas). El francés Pétain se alza como héroe, y Alemania termina perdiendo la guerra de forma humillante. El orgullo galo, canalizado por Clemenceau, se ceba con el árbol caído alemán. Desde la lógica del resentimento, ¿hará falta recordar que los Aliados victoriosos impusieron el mismo escenario para la firma del tratado de paz (28 de junio de 1919), a saber, el Salón de los Espejos de Versalles? La dureza de las claúsulas impuestas a Alemania hizo que muchas fueran imposibles de cumplir. Esta imposibilidad justificó los intentos ulteriores de Hitler por romper los acuerdos del tratado e intentar recuperar la dignidad perdida. Aún perdida, la llama de la venganza continuaba inflamando el pecho de los derrotados.

2.2. La revolución rusa (1917)

Como una guerra al margen, aunque no sin conexiones con ésta, el mundo alcanza a ver la revolución más grande de la historia, la rusa del 1917, cuya onda de expansión ideológica iba a ser determinante para Francia, un país capitalista y fabril con un fuerte y antiguo movimiento obrero. Las ideas socialistas francesas adoptan la deriva del comunismo ruso, y éste recuerda que la historia de la humanidad no es ni más ni menos que la historia de la lucha de clases, y que la paz no llegará hasta la victoria final del proletariado sobre el capitalismo. Ningún político extranjero ha tenido en la historia de Francia (ni en la de la revista Esprit) tanta importancia como Estalin, el sucesor de Lenin. El estalinismo forma parte del paisaje francés tanto como del moscovita.

2.3. El paréntesis de los felices años veinte

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Apenas terminado todo eso, que conmovió al mundo, aparecen los «felices años veinte», expresión con que se designa el periodo entre 1921 y 1929, caracterizado por el auge económico -propio de toda reconstrucción posbélica en que hay abundancia de trabajo- y por el optimismo generalizado. El coche deviene símbolo del bienestar. La adopción por Henry Ford de la producción en cadena en su fábrica de Chicago, que reducía los costos y por tanto el precio del vehículo, acerca el coche a las clases medias burguesas. Lo propio acontece en París, con sus luminosos, su torre Eiffel adornada con un gran anuncio de la Citröen. Se difunden los electrodomésticos, que liberan a la mujer de parte de sus tareas caseras. Los felices años 20 también reflejan el giro hacia la frivolidad y hacia la prensa del corazón, fenómeno no tan nuevo. El ejemplo de las estrellas del cine como Greta Garbo, Gloria Swanson y Mary Pickford tendrá gran influencia en el cambio de costumbres de las mujeres, deseosas de imitar el estilo de vida de sus ídolos. París se convierte no sólo en la patria de los pintores y demás artistas de la bohemia, sino que se afianza como el centro de la moda mundial. Nuevos tipos de peinado, vestidos más ligeros y cuerpos estilizados, preanoréxicos, cambian por completo la apariencia de la mujer europea de posguerra. Junto a la mutación en su aspecto externo y en su estilo de vida (también se hacen presentes ellas en las fábricas, al morir los varones), la mayoría de las mujeres occidentales consiguen que se les reconozca el derecho a ser equiparadas al hombre como sujetos políticos, accediendo por primera vez al derecho a votar y a ser votadas en las elecciones municipales y legislativas.

2.4. El crack de Wall Street (1929)

Pero en medio de todo esto se produce el crack de Wall Street. Este casino financiero mundial de nuestros días ya estaba potencialmente contenido en aquel, y el girar de su ruleta depara de cuando en cuando sorpresas para muchos ingratas. El pánico se apoderó de la bolsa de Nueva York cuando el valor de las acciones se desplomó en apenas unas horas, sin que casi ningún economista hubiese sido capaz de prever la magnitud de la crisis. El 24 de octubre de 1929 fue un octubre negro para la economía mundial. Miles de empresas fueron a la quiebra, al igual que sus inversores. Decenas de bancos arruinados, pequeños y medianos financierons cayendo al vacío desde los rascacielos neoyorquinos, fortunas de papel bursátil convertidas en basura que los barrenderos retiraron del asfalto de Wall Street, paisaje apocalíptico tras la batalla, eso fue el día negro de la bolsa neoyorquina. Bastaron unas horas para eclipsar las ilusiones y grandezas de toda una década. Las consecuencias fueron muy importantes en todos los

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órdenes; al paro masivo, a las colas de desempleados ante los centro de beneficiencia esperando la sopa boba, al asalto de establecimientos de comestibles, al cierre de empresas y al desorden en el comercio internacional hay que añadir otras más duraderas, como el fin del liberalismo económico según se entendía en el siglo XIX, sustituido ahora por un sistema de economía mixta con la participación de capital privado y estatal, y el surgimiento de políticas de carácter social y laboral asumidas por los Estados.

Aviso para navegantes: el que quiera entender que entienda. La ruleta de Wall Street aún gira. No sólo cuanto mejor le vaya a la Bolsa le irá peor al pobre; es que además cuando la Bolsa está llena tan sólo de especulación (es decir, de nada, de aire) termina yéndole mal a la misma Bolsa, que estalla rápidamente. Desde que cayó el Muro de Berlín (1989), es decir, desde el final de la Guerra Fría, se han producido crisis financieras en el mundo cada dos años, con tendencia a acortar esa frecuencia. ¿Son crisis episódicas, o anuncian crisis cada vez más agudass dentro de una fase expansiva del ciclo, produciendo picos de sierra cada vez más agudos que arrastran a algunos de los países y a las gentes que a ellos pertenecen a grados de miseria y de hambre que parecían olvidados? Las tendencias expansionistas e imperialistas del mercado del imperio, que no pueden descansar en tanto exista algún mercado o algún recurso que permanezca sin incorporar al propio imperio, produciendo continuos agujeros negros, ¿no tiene un fin discatastrófico? ¿se reabsorbe?

2.5. La guerra civil española (1936-1939)

Además se produce la guerra «civil» española, que no fue una guerra local más, sino el último crisol donde a la vez se jugaba la guerra y la revolución, de ahí la presencia de las tropas rusas y de las occidentales en la herida de muerte piel de toro hispana. La República sufre una grave derrota en la batalla del Ebro. El 26 de octubre de 1938 los últimos brigadistas internacionales salen de España, principio de éxodo y barrunto de renuncia a la utopía cosmopolita. Todas las voces que buscan lo eterno, lo común, lo humano, viven a partir de entonces el exilio. Como símbolo, el 22 de febrero de 1939 vuelve al silencio en la noche del olvido la voz de los poetas: Machado muere casi olvidado en la localidad francesa de Colliure.

En España se ha impuesto el futuro, es decir, el imperio del dinero, religión más fuerte, y Mounier lo denuncia1. Franco, que no llega a un acuerdo en Hendaya con Hitler porque el Führer no acepta conceder a España una parte

1    ? Cfr. Tusell, J y Queipo de Llano, G: El catolicismo mundial y la guerra de España. BAC, Madrid, 1993

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del Marruecos francés a cambio de entrar en la guerra, ordena la construcción de un monumento a los caídos empleando presos políticos. Allí está el Generalísimo con su esposa, cuando se comienza a oradar el Risco de la Nava, donde se albergaría la cripta: he ahí cómo la guerra que ha generado la muerte de los vencidos no termina con la muerte, alarga sus sórdidos sonidos dando albergue a la memoria de la venganza. Sólo después, cuando los años extienden su manto de olvido en ausencia de los protagonistas y de sus antagonistas, sólo después queda al descubierto la gran mentira: ¿para qué una guerra tan dramática y cainita entre hermanos, si al final de sus cenizas resucitan sus hijos convertidos en adoradores del mismo becerro de oro, vampirizantes al olor del cebo del dinero, rojos y azules hermanados en la adoración de un mismo deseo mimético? Cincuenta años después tan sólo, la historia de tanta vesanía bélica podría merecer el siguiente epitafio: historia de locos narrada por un idiota2.

2.6. La guerra imaginaria

Pero el veneno bélico se filtra más allá de la conciencia hasta las entretelas del subconsciente, pues una sociedad metida en guerras, o la hace o la teme, o la sueña, o todo a la vez. A los ocho de la noche del 31 de octubre de 1938 la versión radiofónica de «La guerra de los mundos» de H.G. Wells radiada por el actor de 23 años Orson Welles produce un nuevo tipo de pánico en los EEUU cuando se llega al siguiente diálogo: «2º Locutor: señoras y señores, tengo que anunciarles algo muy grave. Aunque parezca increíble, ante las observaciones científicas y las pruebas que tenemos ante nuestros ojos, resulta inevitable dar por sentado que aquellos seres extraños que aterrizaron esta noche en una granja de New Jersey constituyen la avanzadilla de un ejército invasor proveniente del planeta Marte. El desenlace de la batalla librada esta noche en Grovers Mill ha sido una de las derrotas más sorprendentes que jamás haya sufrido un ejército en la era moderna: siete mil hombres armados con fusiles y ametralladoras enfrentándose contra una sola máquina de combate de los invasores de Marte. Hasta la fecha sólo se sabe de unos ciento veinte supervivientes. El resto de las tropas, aplastadas por las piernas metálicas del monstruo, yace sobre el campo de batalla.

Secretario del Interior: ciudadanos, no intentaré ocultar la gravedad de la situación a la que se enfrenta el país, ni la intención del Gobierno de proteger las

2    ? De todos modos, da un poco de rabia ver así las cosas. Para un análisis histórico y doctrinal del progresismo cristiano francés, más por lo que denuncian post festum, aunque desde perspectiva poco neutral, cfr. Illanes, J-L y Rodríguez, P: Progresismo y liberación. Eunsa, Pamplona, 1975, pp. 15-67.

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vidas y los bienes materiales del pueblo.Locutor: Les hablo desde el tejado del

Edificio de Transmisión, en Nueva York. Las campanadas que escucháis anuncian a los habitantes la evacuación de la ciudad ante el avance de los marcianos. Las calles están repletas de gente. La muchedumbre hace un ruido ensordecedor. El enemigo se encuentra a la vista. Hay cinco enormes máquinas de combate. La primera está atravesando el río. Puedo verla desde aquí, está vadeando el Hudson como si se tratase de un hombre que vadea un pequeño arroyo...».

¿Cuál es el valor simbólico infinito de esta radioemisión que prolonga la guerra real en guerra virtual, anticipo también de lo que vemos ocurrir en nuestros días, en que la distancia entre lo real y lo virtual se ha aminorado? Que pone al descubierto una mentalidad agresora que siempre se teme agredida. EEUU ha narrado al mundo desde entonces y sigue narrando millones de veces al día por cada uno de sus canales, canalillos y canalones la misma historia: todos invadimos, todos somos marcianos, hasta los habitantes de la isla de Granada, Nicaragua, etc. Los EEUU se defienden contínuamente de todas las agresiones, pues las suyas son guerras de defensa, además de ser guerras santas.

3. La Náusea

3.1. La náusea existencialista

La primera mitad del siglo XX fue un infierno dantesco, y Jean Paul Sartre, en la Francia ocupada, de forma paradigmática puso nombre a todo esto con su desagarro existencialista: el infierno son los otros, la vida es una naúsea, la forma de amar es la de la puta respetuosa en el burdel, las manos están sucias, los muertos sin sepultura, las puertas cerradas, el humanismo es la gran mentira, y la realidad se compone de sadismo, masoquismo, y sadomasoquismo. Náusea de náuseas, todo es náusea. Cuando el 3 de junio de 1943 estrena su obra de teatro «Las moscas» en el teatro de la Cité se oyen abucheos y pateos en el momento en que el personaje Orestes dice: «hay hombres que nacen comprometidos y hay otros, los silenciosos».

3.2. La náusea burguesa

De ese existencialismo degradante pero aún rebelde habrá de surgir pronto un nihilismo desfalleciente y lleno de miedos que necesita agarrarse a las cosas para no sentir el vértigo y el vacío que se ha instalado en el alma humana. No estamos hablando aquí de ese nihilismo de altura que

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busca al superhombre, sino de ese otro que se entrega a la laboriosidad, a la industria, a la producción y al dinero porque no tiene ya nada más grande a que entregarse, ya que no cree en nada: una especie de calvinismo sin religión, o de poscalvinismo que ha hecho de la propiedad su religión. Estamos hablando del burgués.

La generación de Mounier, pues, tras tanta guerra, abre brecha histórica con dos respuestas a la crisis: el existencialismo amoralista, y el propietarismo burgués, dos manifestaciones diferentes de un mismo desfondamiento antropológico3. Por lo demás, ¿acaso no da que pensar esta situación? Tengamos en cuenta que algo muy similar le ocurre a España tras su guerra civil, a Alemania tras la suya mundial, y a Rusia tras la suya de liquidación del comunismo.

3.3. La náusea totalitaria: dos hiperpersonalismos

Pero hay un tercer desfondamiento antropológico como resultado de la crisis: junto al impersonalismo de los dos modelos antementados, se abren camino dos hiperpersonalismos totalitarios, el comunismo que pasa a ser voz de su amo, y toda la amplia gama de nazifascismos agazapados (no se olvide que el comunismo real de los países socialistas del Este ya derrocados no ha sido en general otra cosa que una variedad de nazismo de Estado) que vacían de identidad a la persona para enaltecer con sus despojos la mística de las hipercausalidades y de los proyectos seudosalvíficos basados en su apelación al genio de la guerra, tentación de la que ni siquiera quedó a salvo Max Scheler.

3.4. El estalinismo

Mientras tanto, el comunismo reina en la URSS y pronto, bajo un Estalin que en 1927 logra hacerse con todo el poder antes en manos de Lenin, termina siendo ferozmente dictatorial. Tras haber masacrado a los rebeldes del

3    ? Tan fuerte es este desfondamiento, que el siglo XXI ha comenzado con los mismos síntomas; o, si se quiere, con una euforización de los mismos síntomas, ya que parece entregada a un éxtasis de felicidad basado en los ojos pedunculantes y en las prótesis tecnológicas que la ingeniería genética, la informática y el cálculo implementan sobre un hombre desalmado, al que se ha quitado el alma. Esta es la paradoja, pues, que el siglo XXI hereda del siglo XX: un hombre des-animado (nihilizante, antropológicamente desfondado) se presenta como un hombre muy animado gracias a los chips bioenergéticos que han de tonificarle. El siglo XXI se abre con la figura plástica de un gigante asentado sobre pies de barro, una vez más, aunque ahora con el formato epocal correspondiente.

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interior por millones, persigue a los disidentes con todo tipo de argucias a lo largo y ancho del mundo: por orden de Etalin según parece, el español Ramón Mercader asesina a Leon Trotsky el 20 de agosto de 1940 en la ciudad de México, donde se había refugiado. Lo que debía ser internacionalismo proletario es una O.N.G. muy peculiar: la venganza sin fronteras.

Durante años las discrepancias entre los socialistas europeos de la segunda Internacional de trabajadores (fundada en 1889) y los comunistas nacidos en la tercera Internacional (1919) son constantes. En Francia, a finales de 1920, en el Congreso de Tours, el Partido Socialista se había escindido en dos, deviniendo su parte más radical la Sección Francesa de la Internacional Comunista (SFIC). Las elecciones francesas de 1932 supusieron una victoria para las izquierdas. Los partidos de izquierda consiguieron 334 escaños frente a 259 de la derecha. De ellos los radicales obtuvieron 157 y los socialistas (SFIO) 129; los comunistas lograron 12. A pesar de ello su influjo siempre fue, en todos los países, más grande que su número.

Asi las cosas, el auge del fascismo lleva a los comunistas a dejar de catalogar a los socialistas como enemigos de la clase obrera («socialfascistas») y en el VII Congreso de la Internacional comunista (1935), por orden de Estalin, se da un giro a su política de alianzas aceptándose su participación en un frente único antifascista. En Francia la amenaza del fascismo parece más real y, por tanto, es allí donde surge, a propuesta del comunista Maurice Thorez, el primer Frente Popular, compuesto por socialistas, comunistas y la Unión de Republicanos Socialistas, que sirve de modelo a procesos similares en otros países, como España. El Frente Popular se instaura en el 1936-37 y es presidido por el socialista Léon Blum.

El comunismo, mientras tanto, se infiltra entre los socialistas y en el pueblo, y extiende sus fronteras por otros países. Mao Tse-Tung toma el poder y proclama el advenimiento de la República Popular China (1949), cuyo régimen es inmediatamente reconocido por la Unión Soviética y sus países satélites.

4. La segunda Guerra mundial

Y luego, por si faltaban cañonazos, aparece en escena la segunda Guerra mundial, desencadenada por Hitler y por quienes le votaron, pues no hay que olvidar que Hitler fue democráticamente elegido el 1 de agosto de 1932. De los 36.178.900 sufragios emitidos, 13.440.000 votos fueron a parar al Partido Nacional-socialista, seguido por los socialistas con siete millones, y por los comunistas con cinco, los tres

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partidos más votados. Sin ir más lejos, la Gaceta del Voss afirmaba todavía en abril del 1932, pocos meses antes: «Entre los dirigentes del movimiento racista en Munich se considera a Gregor Straffer como el verdadero jefe y hombre de porvenir. Adolfo Hitler quedará con el tiempo borrado y promovido al título decorativo de presidente de honor del partido». Ahí queda eso. Por lo demás, ¿cómo podía ser presidente de honor alguien en un partido sin honor? De todos modos, resulta muy difícil predecir el sesgo que tomará la historia futura cuando ella se está viviendo en forma de presente: recuérdase que en otra «guerra relámpago» en que los judíos ganaron a los árabes la verdadera noticia estaba en otra parte en que parecía no estar: en la subida del precio de los crudos, la crisis del petróleo derivada de dicha guerra.

El caso es que las tropas germanas ocupan casi a la vez Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, es la Blitzkrieg o guerra relámpago. En un abrir y cerrar de ojos ese relámpago de la muerte aplasta a los ejércitos aliados tras sortear la linea Maginot. El 14 de junio de 1940 cae París ante Hitler. Una columna del X ejército alemán desfila delante del Arco del Triunfo y baja por los Campos Elíseos hacia la Plaza de la Concordia. El 17 de junio dimite el presidente Reynaud, tras pedir a su pueblo que cese el inútil combate. Ese mismo día el gobierno títere de Pétain asume el poder vicario que Hitler le concede en la eufemísticamente denominada «zona libre», y el 22 firma el armisticio en el mismo vagón en que se había firmado la rendición de Alemania ante Francia en la primera guerra mundial. Finalmente, el 10 de julio, nace el Gobierno de Vichy, con Pétain a la cabeza como «jefe del Estado francés», decapitando así a la III República.

Los judíos son confinados entre el gueto y los campos de concentración. Siete meses tardó en construirse el muro que habría de limitar el gueto donde se confinaría a la población judía de Varsovia, un tercio del total. Cuando concluyó, 350.000 judíos, de los 390.000 que poblaban la capital polaca, fueron arrancados de sus casas y encerrados en ese lugar.

¿Y a estas alturas qué novedad podríamos narrar de los campos de concentración nazis, cuya secuela de inhumanidad dificilmente puede ser rebasable? De los campos de concentración, por mucho que se diga y se haya dicho, nunca se dirá todo, porque de lo que no se puede hablar es mejor callar. Aunque Adolph Hitler no se diera cuenta de que la muerte arrastra a la muerte, su misma espiral termina alcanzándole a él mismo al suicidarse la tarde del 30 de abril de 1945 junto a su amante Eva Braum en el bunker de la cancillería para no caer en manos de los rusos. Mussolini, por su parte, también muere linchado por el pueblo milanés, que se ensaña con su cadáver y con el de su amante, Clara Petacci, porque el odio que genera la muerte continúa vivo cuando la muerte muere para seguir

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matando. El 6 de julio del mismo año esas muertes

continuaban desplegando su lógica, ahora por vez primera atómica: esa madrugada el coronel Paul Tibbets despegaría de la base de Tinian con su fortaleza volante B-29 Enola Gay, que transportaba la bomba atómica llamada Little Boy, lanzándola a las 8'15, cuando gran parte de la población ya se encontraba trabajando o se dirigía a su puesto laboral. De momento, la muerte cierra su círculo infernal cuando, al firmar el ejército alemán la capitulación de Reims (9 de mayo de 1945), el general Jodl proclama mientras se rinde: «Con esta firma el pueblo alemán y sus fuerzas armadas se ponen, para bien o para mal, en manos de los vencedores. En esta guerra, que se ha prolongado por más de cinco años, nuestro pueblo y nuestro ejército han sufrido más que ningún otro pueblo en el mundo».

En la madrugada del 28 al 29 de agosto de 1947 expira el torero Manolete en el hospital municipal de Linares (Jaén); quizás no faltaron quienes culparon de tanta muerte en general al toro «Islero», de la ganadería de Miura, pues la lógica del pecado original consiste en echar las culpas al prójimo y procurar no dar la cara. También muere en 1947 otro que vivió matando, matado esta vez por la sífilis. Tenía 48 años, sobre sus espaldas recaían 300 asesinatos, se llamaba Al Capone. Y balas asesinas mataron también en 1948 al mahatma Gandhi (al que Winston Churchill, tan inglés, había llamado «fakir semidesnudo», quizá porque no vestía como S.M. la reina de Inglaterra), pero la vida del revolucionario Gandhi es de las que cuanto más son cercenadas más florecen y más vida acarrean. Esa es la diferencia: verdadero revolucionario es el que da la vida por los demás, falso el que la quita. Pero volvamos atrás.

5. Nous ne nous engageons jamais que dans des combats discutables sur des causes

imparfaites

5.1. Agosto de 1941-agosto de 1944: cierrre de Esprit

Mounier, arriesgando el tipo, utiliza la semilibertad para dar semiclandestinamente la guerra al semifascismo, aprovecha las similitudes de nombre entre sus valores y los públicamente proclamados por el régimen de Vichy para introducir en ellos el contenido deseable. Nada de cruzarse de brazos; nunca denostar inactivamente los males del mundo. Antes de ser clausurado por Pétain, al menos diez números de Esprit han podido aparecer de noviembre de 1940 hasta agosto de 1941: «nunca he sentido a Esprit tan presente,

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tan fuerte y tan vivo como esta tarde en que creen haberlo matado. Siento que una fuerza joven crece en mí por esta muerte. No dudo de que resucitará de entre los muertos al tercer día, como Dios quiera».

5.2. 1942, el magisterio interior de diez meses de cárcel

Hay muchas formas de ir a la cárcel. La captura de un militante del movimiento clandestino Combat arrastra a Mounier -colaborador con la Resistencia- a la cárcel de San Pablo (Lyon) el 15 de enero de 1942. Transferido a Clermont-Ferrand, el comisario le acusa de ser el líder de la clandestinidad de la región de Lyon: «el cristiano había llegado a ser un hombre que ya no iba a prisión. Los agentes que nos arrestaron eran de la Seguridad general. Seguridad general sobre los egoísmos y los miedos; sobre la envidia y la pálida avaricia, seguridad personal, sofocamiento de todas las inquietudes personales. El cristiano se había instalado en la seguridad general». A sus padres les escribe el 2 de febrero: «soy profundamente feliz por haber pasado por aquí. Un hombre necesita haber conocido la enfermedad, la desgracia o la prisión»: la maladie, le malheur ou la prison. Un compañero de prisión testimonia: «puedo decir con toda certeza que Emmanuel Mounier era el rayo de sol de la celda, pues tenía siempre la palabra amable para calmar un enervamiento momentáneo transmitiendo a su entorno la paz de su alma».

De cárcel en cárcel, mientras tanto. Nuevo internamiento administrativo por duración indeterminada y sin explicación en Lyon. Desde allí a Vals-les-Bains, donde «bajo la mirada de un busto de mármol de Pío IX, entronizado sobre una chimenea monumental, Mounier trabajaba en su Tratado del carácter. Una parte de nuestro tiempo -escribe un testigo- estaba consagrada por iniciativa de Emmanuel Mounier a las conferencias que se hacían al final de la jornada, cuando se nos despojaba de nuestras ropas y se nos ponían los pijamas. Sentados en redondo sobre nuestros jergones llenos de chinches y, cuando comenzaba a hacer un poco de fresco, envueltos en nuestras miserables mantas a la manera de los beduinos, nos inició Emmanuel a la filosofía personalista, al movimiento Esprit, a Charles Péguy, nos dió sus ideas sobre la vida social, política, nacional e internacional, sobre la posguerra tal como él la imaginaba en ese año 1942, sobre el sentido y la finalidad de nuestra Resistencia. Cuando llegaba nuestro turno de dar la 'conferencia' sobre el tema que habíamos elegido, él nos escuchaba con una simpatía activa y fraterna, luego nos preguntaba, nos hacía sus observaciones o sus críticas con una caridad que en rarísimas ocasiones yo había percibido anteriormente y cuyo equivalente iba a encontrar muy raramente después».

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Pero los días pasan sin comunicársele la causa de su reclusión, y decide iniciar una huelga de hambre (junio de 1942) para obtener el final del internamiento arbitrario. La huelga de hambre de Mounier será un testimonio de discernimiento ético: ¿hasta dónde llevará la prueba de fuerza? Sabiendo como cristiano que no tiene ningún derecho de atentar contra su vida, ni comprometer gravemente su salud, ha pedido al médico amigo que le sigue darle la orden de cesar la huelga el día en que estime que se ha llegado a la zona de peligro grave. El cura de la cárcel le niega la comunión, así que «puesto que el sacerdote visible no quiere que yo comulgue con las especies visibles, Dios quiere concederme un reflejo eucarístico en mi presencia en la Iglesia sufriente y abandonada, la Iglesia que en el exterior sufre las persecuciones y la Iglesia que sufre las enfermedades dentro. Desde que la Iglesia local me ha negado los sacramentos, vivo en unión real y visible con vosotros, Iglesia sufriente de Alemania, Iglesia sufriente de Austria, Iglesia sufriente de Polonia». Al noveno día de la huelga, debilitado, es transferido al hospital. Las autoridades se inquietan. Al duodécimo día Vichy capitula: «he aguantado muy bien fisicamente; he perdido once kilos». Es 30 de octubre de 1942. El resultado del juicio es absolutorio. Habían pasado diez meses.

5.3. ¡Liberación de París, agosto de 1944!

Vuelto a un París en el que todo está patas arriba, conoce meses de extrema pobreza comparables a los de su primer periodo lyones. Bastantes amigos de anteguerra han muerto, o están dispersos, o antes que mirar hacia Esprit tienen que hacer frente a mil solicitaciones. Hay que obtener autorizaciones, papel, reunir un equipo, reganar la atención de los lectores. Pero sobre todo eso pasa Mounier, o mejor dicho, con todo eso carga, y puede calificarse de casi milagrosa la aparición de Esprit nouvelle serie desde diciembre de 1944, seis meses antes que las demás revistas. Nada ha logrado desalentar a este Emmanuel Mounier. Junto a la vieja guardia de los Touchard, Lacroix, Marrou, Fraisse, Goguel, d'Astorgue, Humeau, la guerra y la posguerra han añadido a Béguin, Domenach, Jeanson, Paul Ricoeur, Mikel Dufrenne, Beigbeder, Bazin y muchísimos otros: la cárcel de Mounier ha significado un verdadero bautismo de fuego para Esprit, y ha reconfirmado a todos en el valor del acontecimiento, maestro interior. Esprit ha devenido una «gran revista»: en pocos meses sube a 5.000 abonados, dobla, triplica y cuadruplica su tirada, ahora normalmente entre 10.000 y 13.000 números, siendo los lectores indirectos, obviamente, muchos más, hasta el punto de que Esprit crea opinión en la sociedad francesa, pasa a ser una entidad de sentido, una realidad

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significativa. Y si esto es importantísimo en cualquier parte del mundo, lo es más en un país donde la intelligentsia ejerce un poder social tradicional. Bastaría con leer algunas de las cartas de 1945 a 1950 para comprender el efecto catarata de las adhesiones a Esprit. ¿De dónde sacaría tiempo y energía aquel hombre físicamente débil para responder personalmente y para agradecer los testimonios de cientos y de cientos de personajes de la cultura, por ejemplo Karl Jaspers, Albert Camus, Gaston Bachelard, Jean Rostand, etc?

6. La posguerra

En agosto de 1944, tras la liberación de

París, se instaura en Francia el gobierno provisional («de la unanimidad») bajo la dirección del general Charles de Gaulle, vinculado al movimiento de Resistencia. El 2 de diciembre Mounier se instala con su comunidad en Châtenay-Malabry, pues hay que comunizar el personalismo comunitario. En diciembre Francia se alía con la URRSS de Estalin, gran potencia y además muy prestigiada por su actuación en la segunda guerra mundial contra Hitler. Como potencia vencedora sobre Hitler, Francia obtiene un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU y la administración de zonas de ocupación en Alemania y en Austria.

El 9 de septiembre de 1944 se constituye en París el «gobierno provisional de la República francesa». Charles de Gaulle, personificación de la voluntad de resistencia francesa durante la derrota de 1940 y autoridad indiscutible en adelante dentro de la Francia liberada, a la hora de formar su gabinete de «concordia nacional» tiene en cuenta las tendencias políticas más importantes y a los representantes de todas las ramas del movimiento de resistencia. El general sabe que sólo una coalición cuidadosamente equilibrada estará en condiciones de iniciar la estabilización del país, destruído económicamente y quebrantado en cuanto a su identidad nacional. Además no se considera simple jefe de un gobierno de todos los partidos, sino carismático portador de la misión histórica de salvaguardar la continuidad del Estado francés y restablecer el rango de la nación en el mundo.

La situación del país, cuyos puertos atlánticos y zonas fronterizas orientales seguirían en parte hasta la primavera de 1945 en manos de Alemania, era catastrófica. Sólo los costes de la reconstrucción de edificios, instalaciones industriales, vías de comuicación, etc, destruídos durante la guerra ascendieron a una suma dos o tres veces superior a la renta nacional de antes de la guerra. El índice de producción industrial desciende de 100 (1929, el mejor año de entreguerras) a 29 (1944). La balanza comercial

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presenta un fuerte desequilibrio; en la segunda mitad de 1944, por ejemplo, se importa cinco veces más de lo que se exporta. Faltan las materias más necesarias, sobre todo el carbón. Los beneficios de la agricultura descienden en 1945 entre el 25% y el 40%. las raciones económicas para los adultos ascienden en septiembre de 1944 en París a tan sólo 1200 calorías.

La apelación del general Charles de Gaulle a la unidad de los franceses, sus llamamientos a «construir fraternalmente el edificio de la renovación» serán más que simples llamamientos a la lealtad ante la difícil e inminente tarea que hay que realizar. El gobierno provisional enlaza con la «unidad de esperanza y acción alumbrada por la resistencia». El propio general de Gaulle, poco sospechoso de izquierdismo, no quiso ni pudo sustraerse al mandato reformista del movimiento de oposición y así, con la euforia de la «Libération de la France», en el transcurso de dos años se implantó un paquete de reformas sociales y económicas desconocidas desde la Revolución de 1789. La clase trabajadora reaprende a cantar La Marsellesa.

En las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente de octubre de 1945 se produce la victoria de los comunistas (25% de los votos), que están en su cenit de prestigio, de ahí su arrogante denostación de quienes osan musitar contra ellos algún reproche, como lo hace Esprit, socialistas (23%) y demócratas (Movimiento Republicano Popular, 23%). En enero de 1946 De Gaulle, por considerar que el Estado no puede estar a merced de los partidos, y al no poder imponer su punto de vista, dimite sorprendentemente. Con la partida de de Gaulle se inicia el período, de algo más de un año, del llamado «tripartidismo», en que la responsabilidad del gobierno es asumida conjuntamente por comunistas, socialistas y republicanos. Cuatro gabinetes se suceden durante este «matrimonio de conveniencias», en que las controversias entre PCF, SFIO y MRP, cada vez más fuertes, pronto se asemejarán a una guerra fría de unos contra otros.

La IV República se abre del 1946 al 1958, fecha en que comienza la V, que ya no conocería Mounier. En las elecciones para el primer período de legislatura de cinco años de la Asamblea Nacional, el 10 de noviembre de 1946, el PCF se convierte en el partido más fuerte con casi un 29% de los votos; el MRP obtiene un 26%, y los socialistas sólo el 18%. Con la elección del socialista Vincent Auriol el 16 de enero de 1947 concluía la implantación de las instituciones políticas de la IV República, dos años y medio después de la liberación de París.

Como era inevitable, los tres partidos contienden entre sí por divergencias en política social y económica. Al igual que en la mayor parte de los países europeos, la situación económica se agrava en Francia en 1946-47. La producción se estanca, los alimentos escasean, el coste

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de vida sube vertiginosamente. No obstante, el gobierno mantiene los topes salariales para contener la inflación. Las huelgas salvajes se suceden entre la clase obrera, y el PCF ve peligrar su influjo en el sindicato CGT (Confederación General del Trabajo, dominado por los comunistas), y cuya ala socialista se constituirá en abril de 1948 en sindicato independiente (CGT-FO, Confederación General del Trabajo- Fuerza Obrera). Mientras, el general de Gaulle aprovecha la crisis para invitar a todos los franceses a unirse al «Reagrupamiento del Pueblo Francés» (RPF, Rassemblement du Peuple Français), fundado por él para reformar las instituciones de la IV República, combatir el comunismo, y renovar profundamente la vida política de Francia, y obtiene un gran éxito. La Francia que propone de Gaulle es un país en que un hombre libre e inteligente pueda, razonablemente, elegir para vivir.

7. La Guerra Fría (1947-1950)

A las guerras calientes e imaginarias hay que añadirle además la Guerra fría para completar el menú. Por fin, en este medio siglo hiperbélico, apenas concluye la segunda Guerra mundial, y se celebra la entrevista de Yalta entre Roosevelt (EEUU), Churchill (Inglaterra) y Estalin (URRSS), se inaugura la Guerra Fría o equilibrio del terror entre el comunismo de la URRSS y el capitalismo de los EEUU, las dos formas de imperialismo que pusieron al mundo entre la espada y la pared, y que -aún presentándose en forma de bipolaridad- no pretendían en última determinación sino establecer un mundo monopolar, monopolístico, de total monopolio. El frenético anticapitalismo de las autoridades soviéticas tiene su réplica en el feroz anticomunismo de las diferentes administraciones norteamericanas. Si los EEUU intentan frenar por todos los medios la difusión del comunismo en el mundo, por su parte los países de Europa oriental pasan a convertirse en democracias populares vigiladas estrechamente por Moscú. En septiembre de 1947 Estalin impone la creación de la Oficina de Información comunista (Kominform). En la misma fecha los EEUU ponían en marcha el plan Marshall de ayuda económica para impulsar la reconstrucción de Europa tras la guerra. La guerra fría se convierte en guerra caliente cuando Corea es dividida en dos mitades a partir del paralelo 38: en junio de 1950 las tropas comunistas de Corea del Norte invaden Corea del Sur, mientras los americanos envían tropas a Corea del Sur bajo el pabellón de las Naciones Unidas. Pero ya esto no alcanza a verlo Mounier, que muere en marzo.

Es verdad que en 1942 ventiséis países habían creado las Naciones Unidas para garantizar la libertad

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de las naciones, pero en el fondo vigilan las dos superpotencias, la URRSS y los EEUU.

Es la guerra fría. Ante ella, algunos van a proponer la vía del «no-alineamiento», impropiamente denominado «neutralismo», posición novedosísima y antipopular porque parecía una desafección hacia la URRSS, y esta afirmación nuestra se entiende muy bien si la explicamos con un ejemplo: en octubre de 1947 un cierto número de escritores (Albert Camus, con su revista «Combat», Jean Paul Sartre, Maurice Merleau-Ponty, con «Temps Modernes», Emmanuel Mounier) se reunen para manifestar ante la opinión pública la necesidad de no dejar en manos de EEUU ni de la URRSS las iniciativas internacionales: de acuerdo con recibir la ayuda económica americana del plan Marshall que hoy nos resulta imprescindible, pero en desacuerdo si es al precio de un servilismo militar y diplomático a la potencia americana. El manifiesto Primera llamada a la opinión internacional iba a ser publicado simultáneamente en Les temps modernes y en Esprit, pero sólo aparecerá en esta última (noviembre de 1947) porque en el último momento Merleau-Ponty, ante el significado del comunismo, renuncia a publicarlo en su revista.

Se entiende. La Francia liberada ha quedado bajo el influjo del comunismo que ha alcanzado su máximo prestigio durante la Resistencia, bastando con decir el Partido para que la máquina comenzase a funcionar. El PCF ha vuelto masivamente a la vida política tras una resistencia recia hasta el punto de convertirse en el gran partido patriota, el «Partido de los fusilados»; los comunistas rodean a de Gaulle en su recientemente instaurado gobierno, y a los ojos de muchos el PCF ha dejado de ser un partido estalinista (el propio Estalin se había aliado con Roosevelt y Churchill contribuyendo a liberar Europa de la peste nazi), apareciendo en Francia como el genio íncubo de mártires y poetas. Toda Francia admira secretamente al PCF: ninguna época histórica se libra de cuando en cuando de sufrir un eclipse total de la razón. Sin él, sin el comunismo, se piensa que no cabría rehacer Francia, ni soñar la revolución. La fuerza del partido, el coraje de sus militantes, su sentido de la organización, su eficacia: la bella máquina comunista de revolucionarios sin ejércitos impone.

La reconciliación momentánea de Esprit con el comunismo adoptaba también la forma de un triple encuentro simultáneo: el de los cristianos con la clase obrera, el de los intelectuales con el marxismo, el de los revolucionarios con el partido comunista. Y, aunque Esprit seguía rechazando el materialismo dialéctico filosóficamente insostenible y contrario a la fe cristiana, y a pesar de que igualmente muchas de las tesis del Capital de Marx son puestas en cuarentena por Esprit, sin embargo en aquellos años la comunista Hidra policéfala sustituye sus miembros amputados por otros

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renovados: los mismos católicos (el padre Ives Calvez, etc) y los propios comunistas ayer duros (Roger Garaudy, etc) descubren los escritos del «Marx humanista», ¡el hombre nuevo marxista acaba de aparecer, el nuevo eslabón de la humanidad!

También Israel celebra su independencia como Estado el 15 de mayo de 1948, aunque hasta la fecha no haya alcanzado su pacificación. Asimismo, en diciembre de 1948, la ONU aprueba la delaración de los Derechos del Hombre que consta de un prólogo y treinta artículos, aunque se abstuvieron la Unión Soviética y sus países satélites, por entender que el Occidente capitalista en su conjunto no podía instaurar otra cosa que derechos fascistas. Pocos meses después, y Mounier aún llega a conocerlo y comentarlo, los países democráticos firman un pacto defensivo: la OTAN. Estados Unidos, Canadá, y diez naciones europeas forman una nueva entidad a la que se denomina Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuyo objetivo según Truman sería el de conservar la paz mundial, o lo que Truman entiende por tal, es decir, frenar la «creciente amenaza que para los países occidentales representa hoy la Unión Soviética». La posición de Esprit es profética como siempre4, y por eso tradujimos en Acontecimiento muy pronto su artículo de mayo de 1949 titulado 'Pacto Atlántico': «El pacto lleva en sus flancos las más siniestras ilusiones y un mecanismo internacional de freno social. Sin protegernos realmente contra la guerra, nos compromete en una política que agrava el antagonismo entre los dos bloques. Quizás tenga el sentido de preparar y ganar una guerra. Pero nuestro fin no es el de ganar la guerra, sino el de impedirla. Por eso nuestra oposición al Pacto es total... ¿Neutralidad entonces? Tenemos más de una razón para rechazar este término... En verdad, se trata de otra cosa, muy distinta. Ahora hay que denunciar sin descanso todo lo que lleva a la guerra, exigir la paz a los que se agrupan en nombre de la paz, y la libertad a los que se declaran dispuestos a defender la libertad con las armas. Hay que arrancar a los impostores todas las razones de lo que sería su monstruoso y último logro. ¿Qué esperan para hablar las fuerzas espirituales, los agrupamientos de élites y todos los que defienden la cultura, la libertad y la familia con tanta pasión cuando están amenazadas por un reglamento de administración, pero se callan cuando están amenazadas por la bomba atómica?, ¿qué esperan las Iglesias? Deberíamos ver

4    ? Recuérdese que en torno a Esprit y a L'ordre nouveau nacerán unas propuestas sobre la construcción europea, el denominado personalismo federalista. Cfr. Brugmans, H: La idea europea (1920-1970). Moneda y Crédito, Madrid, 1972, pp. 77-84. Por lo demás, para ver el influjo de Maritain, Mounier, Sturzo u otros personalistas en la formación de algunas Constituciones Nsacionales después de la segunda Guerra mundial, cfr. Papini, R (Ed): La idea personalista en las Constituciones Nacionales. Fundación Humanismo y Democracia, Madrid, 1982.

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surgir tantos pacifismos como amores, amistades, fervores y promesas de apostolado hay, allí donde hay una carne frágil, un alma que elevar, o una comunidad que hace vivir. Contra esta guerra ha llegado esta vez el tiempo de los insurrectos»5.

Mientras tanto, la vida de la gente continua: después de ponerse en marcha el tren Talgo, y de comercializarse la penicilina, en el caluroso agosto de 1948 se celebra la primera retransmisión de televisión en España con una corrida de toros en directo desde el coso madrileño de Vista Alegre. El Caudillo sigue manifestando su envidiable capacidad como avezado pescador, y a partir de este momento las redes de la televisión también le ayudarán a llevar a sus vitrinas trofeos con peces de todos los colores.

Todo esto lo conoció Mounier y de ello se hizo eco militante Esprit; en realidad a su muerte ya se encontraba dispuesto el escenario de hoy, de cuyo decorado falta actualmente el comunismo, con todo lo que eso significa de rediseño del espacio anterior. Lo que Mounier ya no pudo ver respecto de la España a la que amaba fueron los dos acontecimientos históricos más importantes del año 1950: la reaceptación de España por la ONU en noviembre de 1950, y el gol de Zarra en la portería del guardameta inglés Willkiams, ganando por 1 a 0 a la pérfida Albión y obteniendo así algo más que un histórico cuarto puesto en el campeonato mundial de fútbol. Desde entonces España es una nación, milagro que se renueva pese a los más exacerbados nacionalismos cada vez que su selección de fútbol está a la altura de la furia española. Don Balón y cierra España.

8. La pobreza, viento de libertad luminosa

5    ? «Acontecimiento», 4, enero de 1986. Hoy los Estados Unidos están detrás de todas las guerras, sin excepción. No hay crisis grave donde no intervengan, donde el punto de vista americano no se tenga en cuenta, y no precisamente para pacificar, sino después de haber expoliado o pensando en expoliar. Son el único país del mundo que tiene flota de guerra en todos los mares. La única que monopoliza la información satelitaria. La hiperpotencia de los EEUU ejerce una hegemonía mundial absoluta, como nunca jamás imperio alguno. De hecho los EEUU han sustituído a las Naciones Unidas. Los EEUU son lo demoniaco, que se presenta como lo salvífico, como la estatura moral de la humanidad representada ayer en Reagan, hoy en Clinton, y mañana en otro que hará buenos a sus antecesores.

Es curioso: durante el periodo de Guerra Fría estaba los EEUU manejaban continuamente el concepto de «amenaza», que supuestamente representaba el comunismo. Hoy en día ya ni siquiera nos sentimos amenazados, sino protegidos, por aquel que hace cumplir su voluntad en el mundo: ¿no es esto síndrome de Estocolmo, agradecimiento al secuestrador?

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8.1. Los pobres, sujeto histórico

Lleva razón Marx, dice Mounier; la liberación de las clases trabajadoras (entonces pobres) es cosa de las clases trabajadoras mismas (de los pobres mismos). Solo que la imponente máquina de la URSS afirma que las clases trabajadoras son el partido comunista, y éste el partido de los pobres. Desde luego el marxismo está cerca de los pobres, pero no son los pobres: el marxismo no es sino una herramienta -ella misma necesitada de engrase y de una muñeca humana para su manejo- en orden a la erradicación de la pobreza. Pero el Evangelio de Mounier no es el marxismo, es el Evangelio del Jesús liberador de los pobres. En marzo de 1950, en respuesta a Garaudy, escribe: «mi evangelio me enseña que nadie es más perspicaz que Dios, porque busca siempre un camino hacia el corazón del más desesperante de los hombres. Mi evangelio, además, es el evangelio de los pobres. Nunca me dejará satisfecho ante un solo malentendido con aquellos que tienen la confianza de los pobres. Nunca me llevará a alegrarme de aquello que puede dividir el mundo y la esperanza de los pobres. Esto no es una política, ya lo sé. Pero es un cuadro previo a toda política y una razón suficiente para rechazar ciertas políticas».

La ajena miseria, punto de partida: «la experiencia o la proximidad de la miseria fue nuestro bautismo de fuego. El cuerpo totalmente herido del proletariado como un Cristo en cruz, los fariseos alrededor, la alegría de los mercaderes, los Apóstoles que han huído, y nuestra indiferencia como la noche abandonada del calvario. Somos los servidores -no los jefes o los salvadores: los servidores- de los miembros dolientes de Cristo, incluso cuando a fuerza de miseria, en la que están implicados algunos discípulos, este pueblo ultraje a Cristo». Al comenzar la Misión obrera de París, Mounier escribe al padre Depierre: «no pudiendo pertenecer actualmente a esa comunidad de pobres y desheredados, quiero que seamos al menos mi mujer, mis hijas y yo, de su Orden Tercera recogiendo las migajas que caen de su mesa'». Tan sólo dos días antes de morir, insiste con esta especie de testamento obrero y pobre: «quiero recordarle en primer lugar nuestra propuesta de tomar algunos contactos, de hacer algunos servicios y de entrar muy indignamente, pero de forma práctica, en la acción colectiva de un sector obrero. Haciéndolo a la menor señal, y de la forma que usted crea mejor. Yo insisto mucho en que encontremos juntos un medio de entrar en el sufrimiento y en las luchas de los trabajadores. Aunque intentemos trabajar por la verdad y la justicia, no estaremos totalmente al lado de Cristo mientras no tengamos roce con estos marginados a través de un trabajo común, al menos de vez en cuando. Al trabajar en Esprit yo debería de algún modo estar cerca de usted, si yo fuera hasta

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el final. No se crea que al pedirle esto quiero pagar el diezmo de una buena conciencia; pero desearía, junto con mi mujer, dar al menos un poco y prepararme para el día en que quizás los acontecimientos nos empujen a darlo todo».

Jean Lacroix, su viejo y fiel amigo, ve en esto la última conversión de Mounier hacia la pobreza absoluta: «el espíritu de pobreza era una realidad vivida en el hogar de Mounier. Se rechazaba la seguridad burguesa, se practicaba el desprendimiento y la sumisión a la divina voluntad. Tenía como un ansia de partir. Gradualmente había ido creciendo en él la idea de que su vocación le exigía la pobreza integral. El espíritu misionero le dominaba por completo. Sin haber tomado todavía una decisión respecto del sistema, Mounier se iba preparando para una transformación de vida que habría significado para la revista y para el movimiento una especie de mudez. La muerte le sorprendió de golpe y le dejó colmado, cuando se disponía a continuar y a realizar un más profundo esfuerzo por 'redescubrir un nuevo rostro de lo espiritual'. François Mauriac añadirá al fin: «no hay militante cristiano, hombre o mujer, que no deba meditar este testamento. La santidad que en él se expresa es la que hoy me conmueve más. He sido contemporáneo de auténticos santos de los que he desconfiado porque su posición política se prestaba a equívocos. Es necesario que ciertos seres mueran para poder acecarse a ellos. El ejemplo de Mounier ayuda a comprender que estar del lado de los pobres no tiene sentido en una vida aburguesada. Él había elegido desde el primer momento, sin ostentación, pero deliberadamente, la pobreza. Nació pobre. La pobreza es un estado del alma».

8.2. El optimismo trágico del pauperismo real

Quien vive el compromiso desde la pobreza y la política desde la utopía es alguien liberado. Como para Péguy, también para él mística republicana la hay cuando se da la vida por la república; política republicana, por el contrario, cuando se vive -¡y de qué modo!- de ella. Mounier es testigo de lo eterno. De las calles de lo eterno desaparecen los nombres de los crápulas corruptos, quedan las avenidas de lo inmortal: de lo que se gana regalándolo, de la debilidad que sabe que da más fuerza sentirse amado que creerse fuerte. Dime cuál es tu idea del pecado, y yo te diré cuál es tu política. Siempre recordaremos, en fin, estas palabras de nuestro hermano mayor Emmanuel: «entre el optimismo impaciente de la ilusión liberal o revolucionaria y el pesimismo impaciente de los fascismos, el camino propio del hombre es ese optimismo trágico en el que encuentra su justa medida en un clima de grandeza y de lucha. Hay una distancia inatenuable entre el optimismo histórico que adopta el esquema lineal de una humanidad que

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avanza automáticamente con el progreso de su organización en una dureza monocorde, y el optimismo trágico del cristiano, para quien el sentido del progreso no es jamás enteramente representable, no se define fuera de la paradoja de la cruz, y que no excluye que a través del progreso se desencadenen hasta el último día las catástrofes de los poderes infernales. Partimos por un camino en el que sabemos que jamás estaremos desocupados, jamás desesperados: nuestra obra está más allá del éxito, nuestra esperanza más allá de las esperanzas. Nuestra acción no está dirigida esencialmente al éxito, sino al testimonio. Y aunque estuviéramos seguros del fracaso, partiríamos de todas formas: porque el silencio ha llegado a ser intolerable. Nuestro optimismo no consiste en calafatear el futuro con nuestros sueños: ¿quién conoce las geografías de las potencias del bien y del mal, de sus promesas, de sus posibilidades? No, nuestro optimismo no está vuelto hacia el porvenir como hacia una solución. El éxito es algo sobreañadido. El reino en que creemos existe desde este instante, si yo lo acepto, como un fulgor que me rodea».

Y toda esa vida, aunque no sea una vida política, es un buen punto de partida para la política personalista y comunitaria, aquella que, sabiendo que el mundo es una montaña de basura, la coge con las manos sin mancharse el corazón porque hay en todo ser humano más cosas dignas de admiración que de desprecio. Es decir, que la calle nos espera, y que si deseamos ser dignos de la felicidad haremos bien en recordar que la historia puede ser mejorada ahora y siempre.

8.3. Los perdedores tratados como objeto

Por todo lo visto, el camino del personalismo estaba inédito y lo abrió con su pecho en el 1932 una revista, Esprit, espíritu, dirigida por un hombre de espíritu: Mounier fue hombre de Esprit porque fue hombre de espíritu, y no a la inversa.

Él vió el denominador común de su época: la guerra es siempre guerra del vicio (deseo de poder y de tener) contra la virtud, y el pagador tiene un nombre: los más indefensos, los que no se pueden defender en esa guerra, los pobres. Los pobres son virtuosos no por una suerte de genetismo determinista, sino porque no han podido envilecerse en la guerra (que es guerra de ambición espúrea, de vicio), ya que no les ha dado tiempo a entrar en ella, o han sido centrigugados de ella pronto. Se han envilecido menos cuanto menos han guerreado. Digámoslo de otro modo: aunque la guerra la ganen los buenos se vuelven malos. O menos buenos.

Sólo los pobres de Yahvé son pobres: dimensión cristiana de Mounier, que conocía bien el Evangelio, y lo vivía. Por eso se pone del lado de los pobres de Yahvé. Y por eso escruta con intensidad y cercanía la huelga de hambre

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que el 20 de septiembre de ese mismo 1932 comienza Gandhi, un pobre de Yahvé, para que los parias puedan votar, oponiéndose al proyecto británico de ley electoral. Mounier siempre supo a dónde mirar y cuáles eran sus verdaderos amigos. Por eso no miró hacia el imperio británico con sus civilizadas majestades al frente, que era como mirar a Johnny Weismuller, rey de la natación preparado para convertirse en el rey de las pantallas protagonizando ese mismo año «Tarzán de los monos»: los reyes de este mundo habitan la misma selva.

Llama la atención cómo Mounier le plantó cara a la muerte echándole valor a la vida, apostando por la persona como catalizador de sentido y como horizonte de esperanza fundado en el amor del cielo y del Dios bueno. A Mounier todo lo que ve, incluso lo malo, le sirve por antífrasis para ser mejor, para afanarse por lo que realmente merece la pena. En él sí hay un instinto básico de limpieza.

9. El tiempo de Mounier, y el tiempo nuestro

9.1. De la guerra mundial a la mundialización

Sobre todo, si lo comparamos con nosotros, los ciudadanos globalizados6, sin guerras que perder, bien comidos y bien viajados, pero con decadencia y ruina en el alma: «No hay actividad que pueda socavar al poder. Y no porque el poder sea hoy más fuerte o legítimo, sino porque se ha convertido en difuso y casi impalpable. Lejos de hallarse representado en un centro duro y distinto, el poder se ha allanado subrepticiamente y se camufla en un laberinto de redes. Somos víctimas de un poder, pero no sabemos desde dónde nos acosa ni con qué. Su fuerza se ha metamorfoseado en una epidemia interna, su violencia en nubes de virus que se cuelan desde los ramajes de la informática7.

¿Intangibilidad? Ahí están las stock options de Telefónica: son el derecho que tienen una serie de personas muy escasas, centenares tal vez, a comprar acciones muy por debajo del mercado, de forma que en un determinado

6    ? «Si mañana llegase un marciano sobre este planeta, en cualquier lugar del planeta, y preguntase qué está pasando en este planeta, la respuesta que hay que darle es que lo que pasa es la mundialización» (Ramonet, I: Pensamiento único y globalización: marco general. In «Pensamiento único y globalización». Fere Euskadi, Vitoria, 2000, p. 15).

7    ? Verdú, V: La cultura de masas. In «Pensamiento único y globalización». Fere Euskadi, Vitoria, 2000, p. 108

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momento realizan ese derecho (no obligación) y de la noche a la mañana se convierten en cien millonarias y en mil millonarias. Se trata de una economía virtual que funciona con dinero real, que sale a la vez en la bolsa de Madrid y en la de Nueva York, sin que se contemplen sus cuentas de resultado actuales ni futuras, ni su balance de situación; se trata de intangibles, de expectativas. Más que software (aplicaciones) y hardware (programas), sobre todo venden «humoware», el humo que tienen. El 90% de la economía de hoy es virtual, financiera, que da sus órdenes de compraventa mediante las autopistas de la información de las nuevas tecnologías desde cualquier punto del planeta. Apenas el 10% es economía real, la que crea empleos, productos, servicios.

Pero el dinero que va de unas manos no es inocente, viene de otras. Un primer ministro malayo declaraba en la prensa occidental a la vista de la crisis de 1997 en el sudeste asiático: hemos estado trabajando durante 40 años tratando de levantar nuestras economías y ahora viene un tipo, un especulador como George Soros, que dispone de miles de millones de dólares, y en un par de semanas deshace todo nuestro trabajo8.

9.2. Mecanismos de inclusión globalizadora

Los mecanismos de inclusión de unos son mecanismos de exclusión de otros.

Son mecanismos de inclusión: - Generalización de plusvalías por medio de

la especulación en la bolsa de valores.- Salarios a directivos y ejecutivos

ligados a participación en las ganancias de la empresa (sueldos fabulosos, opciones de compra, etc).

- Innovaciones tecnológicas, nuevos productos y procesos.

- Reestructuración de empresas, fusiones y adquisiciones, por las que se generan plusvalías sustanciales.

- Privatizaciones de empresas públicas.- Inversión extranjera directa y de

cartera, creación y/o fortalecimiento de instituciones financieras.

- Integración regional (Unión Europea, NAFTA, Merrcosur, ASEAN).

- Establecimientos de bancos off-hore y paraísos fiscales.

9.3. Mecanismos de exclusión globalizadora

8    ? Estefanía, J: Hacia una definición de la globalización. In «Pensamiento único y globalización», Fere Euskadi, Vitoria, 2000. p. 52

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Son mecanismos de exclusión:- Simple olvido de los pobres.- Crisis financieras, devaluaciones,

quiebras, aumento del desempleo.- Carrera hacia el fondo» de las empresas

multinacionales con empleos mal pagados y precarios, sin las debidas prestaciones sociales.

- Fuga de capitales y de contribuyentes.- Reducción del sector público y de las

prestaciones del estado de bienestar.- Abandono de las políticas regionales.- Sistemas fiscales defectuosos, corruptos

e injustos.- Progresiva concentración de la riqueza a

nivel nacional.

9.4. Mecanismos de concentración globalizadora

La relación inclusión-exclusión es también una relación de concentración-dispersión.

Fenómenos de concentración:- La gestión de las empresas en pocas

manos, que no son ya las de los propietarios, así como la gestión del capital, concentrado a su vez en gigantescos fondos de pensiones, de inversión, o de seguros, y manejados por unos pocos gestores especializados.

- La integración económica, cuyo líder mundial es la Unión Europea.

- La producción de tecnología en muy pocas manos.

- El «talento» fugado de países pobres a instituciones internacionales, a grandes universidades americanas, y a think tanks que sirven a los intereses de las grandes empresas.

9.5. Mecanismos de dispersión globalizadora

Fenómenos de dispersión:- La emigración.- Internet.- La propiedad de las empresas anónimas,

que son las grandes. La mitad de los ciudadanos de los EEUU poseen acciones en fondos de inversión, o directamente. Es el capitalismo popular. En los países ricos, el 3% o el 4% de los ciudadanos del mundo.

- La dispersión de la propiedad, separada de la gestión, que vuelve irrelevante la vieja cuestión de la nacionalización de las empresas para asegurar su orientación a la producción de bienes y servicios para el bien general de la

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sociedad. Esa será la forma de hacer que la sociedad tomara el control efectivo de sus recursos para el bien común.

En realidad, de nuevo la concentración-dispersión favorece a los ricos y perjudica a los pobres.

¿Intangibilidad? El Instituto de las

Naciones Unidas para la Investigación sobre el Desarrollo Social (UNRISD) dice globalmente que «la pobreza, el desempleo masivo y la desigualdad han crecido en paralelo con la expansión del comercio y de la inversión extranjera con la globalización, al tiempo que el foso entre países ricos y pobres y entre personas ricas y pobres continúa aumentando», y ello de forma muy tangible. Hasta el Banco Mundial reconoce que los más pobres se están quedando atrás y que el crecimiento económico aislado no resuelve el problema, pues entre 1970 y 1985 la renta per capita de los países más pobres cayó un 3'1%. Y esto lo dice una institución que supuestamente lleva ya 50 años con la misión de combatir la pobreza en el mundo9.

Se sabía que el capitalismo era amoral, y ahí está. Pero ¿no habíamos quedado implícitamente en que, pese a ello, en una época de progreso tecnológico sin precedentes y de libre movilidad de capitales de bienes y servicios todos

9    ? Las tres personas más ricas del mundo tienen una fortuna superior al producto interno bruto acumulado de los 48 países más pobres del planeta, que constituyen la cuarta parte de los países del mundo. Mientras, la mitad de la población mundial (es decir, 3.000 millones de personas) vive con un dolar y medio al día. Y este número aumenta. Hay 1.500 millones de habitantes que hoy todavía carecen de agua potable. Según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) durante los últimos 25 años 70 países han visto descender su renta per cápita (es decir, más de un tercio de países, pues apenas hay 200). En EEUU hay 36 millones de pobres, entendiendo por pobre la persona cuya renta es inferior a la mitad de la renta media de un país. En la Unión Europea, que cuenta con 360 millones de habitantes, hay 50 millones de pobres. En nuestro planeta cada año 30 millones de personas mueren de hambre. Y todo esto a pesar de los progresos que hacen que, por ejemplo, una hectárea de cereales produzca más de 50 quintales más de lo que producía hace 25 años, y una vaca lechera cuatro veces más leche que antes. China e India son hoy dos agrandes países exportadores de productos agrícolas. El cuarto país exportador de cereales en el mundo, por ejemplo, es Arabia Saudí, que es un desierto. «El problema que constatamos desde hace unos años en nuestros países es que los perdedores, una vez hundidos en el universo de los vencidos, de los que han perdido, tienen pocas posibilidades de volver a re-emerger» (Ramonet, I: Pensamiento único y globalización: marco general. In «Pensamiento único y globalización». Fere Euskadi, Vitoria, 2000, p. 25).

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íbamos a ser más ricos, aún en distinto grado? Ahora la excusa es, parodiando lo que dijo Churchill de la democracia, que el capitalismo global es el peor de los sistemas conocidos, si se exceptúan todos los demás. ¡Cómo serán los demás, si tenemos en cuenta que en Rusia la esperanza de vida ha caído en el periodo 1980-1995 de 62 años a 58. El incremento de la tasa de mortalidad caracterizada por la extensión de enfermedades como el SIDA, que no pertenecían geográficamente a esta zona, o como la sífilis, supuestamente erradicada, se ha multiplicado por 15. Y han aparecido enfermedades supuestamente erradicadas, como la tuberculosis, la polio o la difteria. La tasa de empobrecimiento de la población, con sus secuelas de desnutrición, anemia, alcoholismo, drogadicción, orfandad y suicidios supera en estos momentos tres veces a la de la Unión Europea. Las mafias hacen su agosto, y la vida se ha vuelto muy insegura. El aumento espectacular de la desigualdad entre pobres y ricos, y entre hombres y mujeres, o la destrucción del sistema educativo con un recorte en los presupuestos del 50%, el incremento del desempleo, en torno al 15%, todo eso hace que la población por debajo del umbral de pobreza haya pasado del 4% en 1988 al 32% en 1994. Es decir, de 13 millones de personas a 120 millones de personas!

CAPÍTULO II

SARTRE, MARITAIN, Y MOUNIER EN LA CULTURA ESPAÑOLA

A. SARTRE

«La paradoja de Sartre, ya implicada en Heidegger, consiste en hacer de este

movimiento del ser no el efecto de una plenitud, sino de una impotencia»

(Mounier: Introducción a los existencialismos)

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1. Cuando el tomismo era «tó mismo» y no había lugar para la diferencia en España

Corrían los años 30-40 del presente siglo en España y, gracias a Ortega y Gasset y a la «Escuela de Madrid» estábamos al día respecto de la filosofía europea, en fenomenología y existencialismo sobre todo. Casi al mismo tiempo que en la cocina europea se iban cocinando en España similares salsas.

En Francia emerge Jean Paul Sartre que, procedente del Instituto Francés de Berlín, en su etapa fenomenológica escribe en 1933 L'imagination, La trascendence de l'ego y el Esquisse d'une theorie des émotions. Su primera novela fenomenológica, La Nausée, aparece en 1938. Sin embargo apenas nadie se fija en España en este autor, sobre todo porque -tras la guerra civil (1936-1939)- la única filosofía de obligado cumplimiento allí abajo será el tomismo. Nada tenemos contra Santo Tomás, genio del pensar, pero nuestra opinión del tomismo (o del «tó mismo») es muy diferente, pues en nombre de Tomás de Aquino se practica en esa época la jibarización de las cabezas y la caza de brujas: en la década de los cuarenta nadie pudo en España hacer otra cosa que hipotomismo, hemitomismo, peritomismo, propinquextratomismo, o cualquiera de esos enjuagues. Mientras tanto, Sartre ha ido evolucionando de la fenomenología al existencialismo. L'être et le néant (1943), Les mouches (1943), Huis Clos, en que Inés, Estella y Garcín viven «un infierno que son los otros», L'existentialisme est un humanisme (1946), Morts sans sepulture, La putain respectueuse (1946) son títulos cuya fuerza dramática alberga un gran desgarro.

Para entonces Mounier, compañero de Sartre en sus oposiciones a cátedra y vencedor en ella a diferencia del propio Sartre, había caminado ya una larga andadura publicando La pensée de Charles Péguy (1931), De la propriété capitaliste a la propriété humaine (1934), Révolution personnaliste et communautaire (1935), Manifeste au service du personnalisme (1935), Anarchie et personnalisme (1939), Les chrétiens devant le probleme de la paix (1939), L'affrontement chrétien (1944), Traité du caractère (1946), Introduction aux existentialismes (1947), Qu'est-ce que le personnalisme (1947), L'éveil de l'Afrique noire (1948), La petite peur du XX siecle (1949), Le personnalisme (1949). Teniendo en cuenta que muere en 1950, y que su pensamiento se vuelca hacia la acción, su «pureza filosófica» o su «matiz técnico» no son los de Sartre. Sin embargo, ni uno ni otro son aún aceptados en España, y la cosa parece clara: si Mounier era contrario a la causa de Franco, el ateo Sartre tampoco podía ser leído. Al personalismo cristiano se le acusaba de comunista, y al existencialismo ateo se le acusaba de todo.

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2. Retraso en la llegada de Sartre

Sartre, que desde la fenomenología se había abierto al existencialismo, pasa ahora del existencialismo al marxismo. Les mains sales (1948) traen a colación la dificilísima tarea de conciliar a Hugo con Hoederer, otro tanto acaece en Les chemins de la liberté (1943-1949), Nekrassov (1955) y, por supuesto, en la famosa Critique de la raison dialectique (1960), sin que esta temática de fondo evitara la pervivencia del viejo caldo de cultivo existencial en obras como Le diable et le bon dieu (1951), o Les séquestrés d'Altona (1959). Sabido es que, en cualquier caso, las relaciones con el marxismo, luego de ser dificultosas, se deterioran más a raíz de la intervención rusa en Hungría (1956), lo que motivó el alejamiento de Sartre respecto del Partido Comunista Francés.

Es precisamente en esta década de los cincuenta a los sesenta en la que la moda sartreana invade España, pero ¿qué Sartre? No el marxistizante, cosa impensable aquende los Pirineos, sino el anterior, el que existencializaba, porque el existencialismo era la primera vía de agua que podía soportar el cascarón del vetusto escolasticismo hispánico en decadencia. Aquel existencialismo teórico sartriano resultaba al fin y al cabo no sólo digerible por el buche académico a pesar del abucheo -¡no podían faltar, claro está, los tomistas existencialistas en las filas renovadoras!-, pero el personalismo era un hueso duro de roer que se atragantaba a la Academia, dada además la crítica radical de Mounier al «sorboneo» de la Sorbona y también al «mamoneo» en torno a Mamona por parte del seudocatolicismo burgués. Demasiado para los filósofos profesionales.

3. Derrota final del existencialismo y del personalismo, por diversos motivos

En 1968 los mayistas vibran tras las barricadas de París. Un hombre que ha pasado del marxismo al anarquismo arenga sobre un tonel a las enfervorizadas masas estudiantiles, es Jean Paul Sartre, previamente aureolado por el rechazo del Premio Nobel que le había sido concedido por su obra L'idiot de la famille, una reflexión en torno a Flaubert. Es la época en que la repulsa de lo inerte y lo burocrático de los partidos invita a un cierto espontaneismo asambleario donde supuestamente los obreros devienen mecha y los obreros pólvora. Renunciando a grandes proyectos, alentando la revolución permanente, rechazando retóricamente el capitalismo, se echan

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las bases para un romanticismo militante según el cual la posible no-bondad del hombre natural (ontología esencialista nunca aceptada por Sartre) permite al menos proyectos fugaces y siempre solubles, forma estudiantil de vivir lo anarcolibertario.

Pero ahora Sartre vuelve a caer en desgracia en España, y la razón es bien sencilla: el Nóbel y agitador callejero ya no cabe en un tardofranquismo académico donde muchas cátedras universitarias han pasado de las manos tomistas a las de «marxistas-bien», gente seria y de futuro, recambio científico que menosprecia a los anarquistas como gente incómoda de menor cuantía. Este menosprecio por el Sartre libertario se compensa con el «gran descubrimiento» del estructuralismo10, y el propio Lévi-Strauss tratará por su parte de reducir a cenizas no sólo al personalismo, sino al propio Sartre en el último capítulo de La pensée sauvage.

España, la cacareada humanista, no dejaba lugar alguno para existencialistas ni para personalistas. Esa es la realidad.

B.MARITAIN

1. Por qué ha tenido tan mala fortuna el personalismo comunitario en España

10    ? Foucault scripsit: «Entiendo por humanismo el conjunto de discursos a través de los cuales se le ha dicho al hombre occidental: 'aunque no ejerzas el poder, puedes no obstante ser soberano. Mejor aún: cuanto más renuncies a ejercer el poder y más te sometas al que te impongan, más soberano serás'. El humanismo ha inventado sucesivamente todas estas soberanías sometidas, tales como el alma (soberanía del cuerpo sometida a Dios), la conciencia (soberanía en el orden de los juicios sometida al orden de la verdad), la libertad fundamental (soberana interiormente, pero consiente y está de acuerdo con su destino exteriormente), el individuo (soberano titular de sus derechos sometidos a las leyes de la naturaleza o a las reglas de la sociedad). En resumen, el humanismo es todo aquello con lo que en Occidente se ha suprimido el deseo de poder, se ha prohibido querer el poder y se ha excluído la posibilidad de tomarlo». Y, para celebrar el antihumanismo, los estructuralistas suben al poder, desde el que procuran ejercer el monopolio de su antihumanismo «virtuoso»...

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Ha tenido el personalismo comunitario verdadera mala fortuna en España, un país cuyas arraigadas tradiciones cristianas pretéritas (baste recordar a los grandes místicos, o al mismo don Quijote), convenientemente tamizadas por la cultura moderna, hubieran podido generar una floración estimabilísima de corrientes personalistas y comunitarias. No fue así, y tal vez las causas de esa frustración puedan ser enumeradas con cierta facilidad:

En primer lugar, el enquistamiento de la tradición cristiana en la filosofía tomista y el tenebrismo intelectual del franquismo, que durante cuarenta años cercenó cualquier posibilidad renovadora.

Después, la preferencia de los intelectuales independientes -sobre todo a partir de Ortega- por la filosofía alemana de corte poskantiano (sin que por ello pretendamos negar a Kant su raíz personalista).

En tercer lugar, la sucesiva acomodación de nuestra cultura académica al neopositivismo, al conductismo, al estructuralismo y por fin al «transpersonalismo» orientalizante.

Por último, la acentuación de un nihilismo autocéntrico y -además, en el caso de España- bastante anacrónico.

2. La conjura española contra Maritain

En este contexto, Maritain fue admirado en España mucho antes que en otros países europeos11. «Humanismo integral», o lo que sería después este libro, constituyó el objeto de una conferencia suya en el verano de 1934 en la Universidad de Santander, que ella misma publicó en 1935 bajo el título «Problemas espirituales y temporales de una nueva cristiandad». Músicos como Manuel de Falla, escritores como Maurici Serrahima desde las páginas de «El Mati», y sobre todo la revista de José Bergamín «Cruz y Raya» (donde Maritain publica su «Carta sobre la independencia») reflejan esta presencia.

La guerra civil española lleva a Maritain a acentuar su interés respecto de España, y ello por dos motivos. Por el lado social Maritain acepta firmar el Manifiesto de la revista «Esprit» redactado por Mounier y otros intelectuales condenando el «glorioso Alzamiento» de Franco. Además colabora en un intento que resultó fallido por alcanzar una paz negociada entre los dos bandos cuando en febrero de 1937 se formó un Comité por la Paz Civil en España, e igualmente participa en todo tipo de contactos entre las autoridades

11    ? Cfr. Tusell, J: El personalismo en España. Fundación Humanismo y Democracia, Madrid, 1985

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eclesiásticas francesas y españolas exiliadas (Vidal y Barraquer) y las republicanas. Por el lado intelectual, no habiendo ejemplo más antimaritainiano de Estado que el esperpento del «glorioso Alzamiento Nacional», pretendida cruzada naionalcatólica y teocracia de cariz galicanista, el prólogo de Maritain al libro de Alfredo Mendizábal (1937) sobre los orígenes de la Guerra Civil española no deja lugar a dudas: no siendo buena ninguna de las dos opciones, ni la franquista ni la republicana, la «menos horrible» es la republicana, aunque con muchos matices, porque la opción pacifista de Maritain se oponía a la condición armada de ambos bandos, igualmente victimadores de vidas inocentes.

Por lo demás, Maritain se convierte en un enemigo peligroso para el franquismo porque no le ataca desde fuera -esos demonizados enemigos exteriores como marxismo, masonería y judaísmo, tópicamente tomados por el Régimen como chivos expiatorios-, sino desde la identidad cristiana que el franquismo quería asumir a toda costa como legitimación propia. No debería extrañar, pues, que casi la totalidad de los intelectuales no exiliados (con excepciones singularísimas) arremetiesen contra el peligrosísimo intento maritainiano de desvincular Iglesia y Estado y de proponer, en el seno de un Estado laico y aconfesional, el diálogo de los cristianos en pie de igualdad con los demás ciudadanos. La voz de Serrano Suñer12 servirá, así las cosas, para explicar eso que Antonio Aróstegui llamó en su día conjura española contra Maritain: «Tenemos un enemigo más poderoso que el ejército, más poderoso que el socialismo y el comunismo. Quiero denunciar aquí al judío y traidor Maritain y a una cierta prensa cuya lectura nos aterra en tanto que católicos. Nada hay más opuesto a la fe católica que el materialismo histórico y el ateísmo categórico al que sirven -muy conscientemente, por otra parte- esas gentes y esos periódicos que colaboran con la gran infamia de Maritain. Todos los esfuerzos de ese enemigo bilioso de la España nacional están dirigidos desde hace muchos meses a imposibilitar a cualquier precio la victoria de Franco. Felizmente el gobierno está muy por encima de las posibilidades de Maritain».

Ya en 1937 el dominico Menéndez-Reigada había abierto el fuego contra Maritain, y luego casi todos, por ejemplo Joaquín Ruiz-Giménez, que a la sazón contraponía el ideal de un «catolicismo integral» frente al «modernismo maritainiano». Pero lo peor fue lo que salió de la pluma del sacerdote castrense y profesor de Religión en la Universidad Central, Juan Pablo López, que publicó el primer libro anti-Maritain, El mito de Maritain, censurando la postulada separación Iglesia-Estado y considerando «irritante calumnia» la suposición de enfeudamiento de aquélla ante éste, más aún, ensalzando el catolicismo cispirenaico porque, frente al resto

12    ? La Gaceta del Norte, Bilbao, 24-6-1938

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de países, en el nuestro no existía «libertad para el mal»; asimismo rechazaba el pluralismo cristiano por contrario a las encíclicas, la autonomía de lo temporal, y la defensa de la persona frente al Estado; y, por si todo eso fuera poco, culpaba a Maritain de las muertes producidas en la guerra, concluyendo que todas sus tesis merecían «alguna intervención del magisterio eclesiástico». Si Maritain, en fin, había obtenido éxito en los países hispanoamericanos, eso era según él porque «son pueblos jóvenes, sentimentales, llenos de nobleza y apresuramiento».

El segundo libro contra Maritain, El mito de una nueva cristiandad (1951), corrió a cargo de Leopoldo Eugenio Palacios, catedrático de Lógica en la Universidad Central -llegó a ser mi profesor allí mismo- y antiguo maritainiano, que además había escrito en «Cruz y Raya» durante la República. Allí definía el humanismo integral como «cobarde por naturaleza, oscuro por vocación, confuso por procedimiento». Palacios tradujo además el libro del canadiense De Koninck «De la primacía del bien común contra los personalistas». En cualquier caso, comentarios entusiásticos en la prensa diaria sobre el libro de Palacios corrieron a cargo de Florentino Pérez-Embid, José Luis Vázquez-Dodero, Vicente Marrero, y otros.

Intelectuales -luego avergonzados de este antimaritainismo- como José María Díez-Alegría veían en la utilización del principio de analogía del francés la base para un relativismo moral tan inaceptable como el «laicismo cristiano» supuestamente incompatible con la unidad de la fe. Igualmente, Salvador Lisarrague reprochaba a Maritain que «un Estado laico no puede ser el ideal político de un católico», pues un católico no podría renunciar a un Estado confesional. El mismo José Luis Aranguren dijo estar moderadamente en contra de la «nueva cristiandad». No siendo mi interés alargar este memorial de agravios, que agravian sobre todo al agraviador, baste decir que, aún en el año 1959, el claretiano Manuel Zurdo (el mismo que luego escribiría la obra «Mounier y la teología de la violencia») en el libro Las dos ciudades y el hombre nuevo concluía así: «levantemos los muros externos de la Ciudad de Dios en mala hora derruídos por siglos de laicismo total, condición previa para el reinado social de Cristo»13.

3. Los defensores de Maritain

13    ? Algunos detalles más de esta recepción de Maritain en España, así como un intento de visión global del personalismo en España y en otros países puede verse en Burgos, J.M: El personalismo. Autores y temas de una filosofía nueva. Ed. Palabra, Madrid, 2000.

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Sea como fuere, también sonaron ecos favorables a Maritain. Las de José Todolí, Eustaquio Guerrero, José Perdomo, Antonio Aróstegui y otros, no uniformes entre sí, los cuales tampoco podían elevar demasiado su plectro en una España bajo bota militar. Lo más curioso e importante del caso es que, poco a poco, algunas voces debeladoras se convirtieron en abogadas de Maritain. Así, en 1955, Carlos Santamaría publicó su librito Jacques Maritain y la polémica del bien común, texto pronunciado antes en la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, que había dado un buen número de ministros al régimen y que por entonces también contaba con dos ministros en el gobierno de Franco, Martín-Artajo y Ruiz-Jiménez. Este último, por su parte, hasta terminó hipermaritainizando y dirigió además la tesis doctoral de su discipulo Gregorio Peces-Barba (más tarde presidente del Congreso de Diputados español con el Partido Socialista) Persona, sociedad y Estado. Pensamiento social y político de Maritain. La paradoja final, pues, es que, en la última etapa del régimen franquista, el pensador francés fuera aceptado por buena parte de la clase política y que jugara un papel relativamente importante en la primera Constitución democrática tras la dictadura, ya en 1978.

Por lo demás, no extrañará que debido a todas estas circunstancias la obra de Maritain haya tenido que ser leída en francés, o en traducciones realizadas en Argentina, aunque en España también aparecieron «El mal está entre nosotros» (1959), «Siete filósofos encuentran a Cristo» (1961), y la «Filosofía moral» (1962), ya con prólogo de Aranguren. De todos modos, el Maritain político continuó censurado, y así «Humanismo integral» fue vertido al castellano por Alfredo Mendizábal, pero la traducción no apareció en España, sino en Santiago de Chile en 1940 (en 1947 había alcanzado la tercera edición, lo que habla de su influencia en Hispanoamérica).

4. Significado del «caso Maritain»

En cualquier caso, pocas cosas menos lineales que un supuesto irresistible crescendo finale de Maritain en España. No deja de ser paradójico (¿o sarcástico?, ¿o más bien hispánico a secas?) que:

A. Maritain haya estado presente en un Partido Socialista como el español por medio de Peces-Barba, con una presencia más nominal que real pese a todo.

B. Que -y esto podría constituir el colmo del absurdo- mientras el Concilio Vaticano II (1962) aceptaba las tesis de Maritain, el propio Maritain al final de su vida se retractase de ellas en parte, a la vista de las

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consecuencias del desarrollo de dichas tesis durante los primeros años del posconcilio14.

C. Que, en todo caso, se reproduzca al final el antimaritainismo, pero ahora desde vertiente progresista, por aquellos autores que consideran a Maritain preconciliar, tal es el caso del canónigo y teólogo José María González Ruiz, para quien (según su obra «El cristianismo no es un humanismo») las tesis del francés «no suponen una superación de la postura -sin duda, errónea- de la cristiandad sacral de la Edad Media».

D. Que, pese a tanta polémica, Maritain no haya tenido realmente continuadores en España, ni siquiera se hayan editado sus obras aunque sobre el papel haya existido una Fundación con su nombre y una sección española del Instituto Internacional Jacques Maritain, o de beneméritas traducciones individuales, como la de «El hombre y el Estado» (Ed. Encuentro), por parte de Juan Miguel Palacios, hijo del ya citado Leopoldo Eulogio, o de divulgadores como Vidal Abril, o de la buena voluntad de políticos de la ex-UCD como Íñigo Cavero o Eugenio Nasarre.

Resumiendo: el caso Maritain resulta extraordinariamente ilustrativo de nuestra idiosincrasia, donde las florescencias se dan entre enfrentamientos, y donde las fulguraciones carecen de estabilidad o de continuidad, perdiéndose los relevos generacionales mediadores, algo -por cierto- en lo que sí existe continuidad. He ahí un país que durante largos decenios ha presumido de tradicionalista, pero que ha carecido siempre de tradiciones, aunque no de hostilidades. El conjunto de esos enconos hostilizadores ha venido recibiendo el nombre de España. Y, claro, hoy comienza a denominarse Ex-paña15.

14    ? Lo hemos mostrado más detenidamente en El pensamiento de Jacques Maritain. Ed. Cincel, Madrid, 1987

15    ? Sabino Arana afirmó que los maketos han llevado a Euskeria la desvergüenza, el impudor y la blasfemia. Arzallus sale diciendo que «sin los inmigrantes el PNV habría convocado y ganado un referendum», convirtiendo así en «inmigrantes» a los españoles que van de un lugar a otro de su propia patria. Según ese criterio ¿quién no sería hijo de «inmigrante»? ¿Qué sería de mí, pobre nieto de francés, ciudadano español, aunque con poco ahinco (cfr. mi libro España no, gracias) y abuelo de nietos noruegos? Resulta fácil instalarse fanáticamente en el racismo como fundamento del propio sueño. ¿Qué historia podrá escribir quien así desfigura su propia identidad? Los Alfonsos XII y XIII promovieron la industrialización del País Vasco; la oferta de puestos de trabajo fue de tal magnitud, que españoles de todas las provincias se aposentaron en ese rincón y contribuyeron de manera fundamental a la riqueza vasca. Ahora les dicen que son extraños en su tierra, carentes de raíces

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Por lo demás, cuando las cosas son así, el seudopersonalismo aparece undívago y trivial por todas partes sin estar en ninguna. Por increíble que parezca, partidos políticos como el ya desaparecido CDS (Centro Democrático Social, de Adolfo Suárez), o Convergència Democratica de Catalunya, del catalán Durán Lleida, o Alianza Popular (origen del Partido Popular) se han reclamado de un personalismo comunitario que nadie sabe en qué pueda consistir en ellos, y al que sólo han apelado como producto publicitario y para andar trepando por las ramas de una supuesta Internacional democrata-cristiana, que ofende al Evangelio cada vez que abre la boca. Pero como mientras tanto, a la hora de la verdad, no hemos tenido ni tenemos instituciones teorico-prácticas personalistas (individualidades sí, y algunas de ellas ya han sido reseñadas), en consecuencia dificilmente podremos vivir en profundidad y altura el personalismo.

Moraleja: habrá que seguir trabajando y madurando con rigor en eso que Hegel llamaba «la paciencia del concepto», algo sito en la antípoda de la impaciencia del poder. Mientras tanto, para ganar en visión de profundidad, necesitamos echar la vista más atrás, hasta los orígenes, y a ello vamos a continuación.

CAPÍTULO III

MOUNIER Y EL PERSONALISMO EN ESPAÑA

euskaldunas. Para votar allí ¿terminará siendo necesario presentar cuatro euskoapellidos, un análisis de sangre con el RH negativo, una radiografía del cráneo, y bajarse los pantalones ante los miembros de la mesa electoral, a fin de que éstos puedan comprobar las dimensiones anales, pues sabido es que la baja espalda vasca es escurrida, de poca pompa y magra de nalga? Así, ante la mesa electoral, podrían darse situaciones pintorescas: «Pese a su genealogía, tiene usted un trasero demasiado aparatoso: no vote».

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1. Orígenes del personalismo en España

Parece que fue Campoamor quien por vez primera dio el nombre de personalismo a una filosofía cuando en 1855 publicó su libro El personalismo. Apuntes para una filosofía. Sin embargo Mounier lo tomó probablemente del estudio de Charles Renouvier El personalismo, seguido de un estudio sobre la percepción externa y sobre la fuerza. La expresión personalismo comunitario es de Maritain. Ya se ve que a todo hay quien aventaje.

Según Alfonso Carlos Comín, auténtico avanzado del personalismo comunitario en España en la teoría y en la práctica, Mounier fue descubierto entre nosotros cual esperanza que se abría para los estudiantes y los inquietos de los años cincuenta no resignados a la cultura oficialmente establecida. Aquel diálogo de Esprit con el marxismo, aquella presencia de un catolicismo comprometido en el antifranquismo, aquella apertura hacia la increencia, aquel enraizamiento en la inmanencia sin abandonar la trascendencia, todo eso hubo de influir en minorías cognitivas como El Ciervo, Mundo Social, Serra d'Or, Questions de vida cristiana, Signo, Aún, Cuadernos para el Diálogo, movimientos apostólicos, etc16, todo lo cual no impedía que en 1963 uno de los pioneros en el estudio de Mounier, el profesor Francisco Fontecha, escribiera desde Francia: «El personalismo en España no tiene historia. No puede ser considerado como una realidad sólida de los medios intelectuales, sino sólo como una promesa ideológica que se ofrece a la joven generación intelectual actual»17.

Aquella aseveración de Comín y esta otra de Fontecha, aparentemente antitéticas, resultaban sin embargo perfectamente compatibles. Por una parte, en efecto, Esprit -la revista fundada por Mounier- tuvo corresponsales en España durante nuestra guerra civil18, e incluso un personalista de

16    ? Comín, A. C: Introducción a la obra de E. Mounier. Obras. Tomo I. Ed. Laia, Barcelona, 1974

17    ? Fontecha, F: Bulletin des Amis d'E. Mounier. Paris, diciembre de 1963. Fontecha ha estudiado a Mounier en L'attitude philosophique et la philosophie d'E. Mounier. Tesis Doctoral. Universidad Gregoriana, Roma, 1963; Introducción al personalismo de E. Mounier (Ed. 62, Barcelona, 1964); Dimensión espiritual y humana de la propiedad en el pensamiento de E. Mounier (Lumen, 1961, pp. 193-215); Metafísica y ética del humanismo burgués (El pensamiento de E. Mounier) (Lumen, 1962, pp. 193-215); El modelo ético del personalismo (Iglesia Viva, Valencia, 1982, núm. 102, pp. 575-590).

18    ? Cfr. Rivaya, B: ¿Quién fue el padre de Federico Sánchez?

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aquel círculo, Paul Louis Landsberg, luego trágicamente asesinado por los nazis, dictó cursos en Barcelona -de ahí su influencia sobre Joaquín Xirau-, siendo esa ciudad catalana la que más contacto mantuviera siempre con Jean Marie Doménach (ulterior director de Esprit), con Paulette Leclerq, viuda de Mounier, etc. Por otra parte, la línea de pensamiento personalista cristalizó en revistas catalanas19 y madrileñas20, sobre todo de jesuítas21, pero casi nunca fuera del ambiente cristiano22, o que comenzaba a distanciarse del cristianismo

(Legaz versus Semprún). Sistema, mayo de 1988, pp. 79-96 y Rivaya, B: Personalismo, democracia cristiana y filosofía del Derecho: Alfredo Mendizábal Villalba. Anuario de Filosofía del Derecho. XI, Madrid, 1994. pp. 497-520. También Tusell, J: El personalismo en España. Fundación Humanismo y Democracia. Madrid, 1985, pp. 1-20.

19    ? Sobre todo en El Ciervo, donde aparecieron trabajos de J. Gomis: Diario 1960 (1960, núm. 84); A. Jutglar: Mounier diez años después (1960, núm. 83); VVAA: Qué haría, qué diría Mounier hoy (con textos de R. Coll-Vinent, A.C. Comín, E. Cierco, C. Santamaría); VVAA: Mounier, veinticinco años después (1975, num. 260).

Sera d'Or publicó Sobre E. Mounier, de M. Serrahima (abril, 1965) y E. Mounier o la violencia del profeta (1970, número 35).

Diario de Barcelona dio a la imprenta Mounier hoy (11 de abril de 1970), de P. Fauli.

Nuevo Diario publicó Mounier veinte años después, de J. Meliá (20-3-1970).

En Tele-Expres apareció El profeta Mounier (27-4-1970), de J.P.

20    ? En Arbor aparecen: 1949 (febrero) Pereira, J: E. Mounier y el personalismo francés (pp. 227-241); 1953 (núm. 91) Zumalde, I: E. Mounier (pp. 382-411); 1953 (núm. 91) Azaola, J.E: Mounier (Ibi); 1967 (núm. 245) Abril, V: El personalismo político como sistema jurídico y social cristiano (pp. 5-23); 1968 (núm. 276) Pereña, L: Mounier, ese revolucionario (pp. 344-346); 1975 (núm. 333) Valderrey, C: E. Mounier, un filósofo comprometido (pp. 91-96); 1976 (núm. 363) Míguez, J: A. Guy, Mounier y España (pp. 107-111).

21    ? En Mundo Social aparecen (1967) VVAA: Mounier para los españoles (núm. 146) (con trabajos de M. Blas de la Rosa: E. Mounier frente al desorden establecido; F. Molera: El trabajo en E. Mounier); VVAA: Mounier en España, 1970 (núm. 176).

En Razón y Fe vio la luz en 1969 la recensión de Donoso, V: E. Mounier y el desorden establecido, de R. Coll-Vinent (pp. 214-215).

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sociológico, aun proviniendo de él23.De todas formas, ya se considere escasa o

abundante la recepción en España del pensamiento mounieriano, lo cierto es que jamás mereció un interés sostenido, y un dato habla por si mismo: las obras completas no aparecen hasta los años 1988-1993 gracias al Instituto E. Mounier, del que se hablará más adelante24.

2. Algunas hipótesis sobre la presencia/ausencia de Mounier en la cultura

En Hechos y Dichos se publican: 1978, R. Coll-Vinent: La revolución en el pensamiento de E. Mounier (núm. 409); 1970, Manresa, F: La pedagogía exigente de E. Mounier (núm. 409); 1970, J. Marcellán: Un pensamiento sin dogmas: el personalismo (núm. 409).

22    ? En el Anuario de Filosofía del Derecho, vol. XII, pp. 373-448, C. Abril Castelló escribió Las ideologías personalistas ante la ciencia jurídica actual.

En la Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid (1967, pp. 379-490), E. Serrano Villafañe escribía El personalismo de E. Mounier.

En Crisis, dirigida por A. Muñoz Alonso, L. Bruch publica La difunta cristiandad de E. Mounier (1945, pp. 101-102) y en 1971 aparece el artículo de G. Albiac Marxismo y personalidad. Notas acerca de una incompatibilidad epistemológica (núm 69, pp. 63-90).

En Yelda el artículo de J. Ciordia, Mounier: la ciudad personalista y comunitaria (1970, 47).

En Estudios Filosóficos aparecerá en 1982 (núm. 87, pp. 215-248) Mounier: persona y sistemas políticos. En el Instituto Superior de Filosofía de Valladolid, vinculado a esta revista, se han dado algunas conferencias sobre Mounier.

En Anue, el artículo de González Cuenca: Historia de la francesita rubia y el escritor muerto (octubre de 1970).

En Teología espiritual el de J.A. Tudela: E. Mounier y la identidad cristiana (vol. XXIII, enero-abril de 1979, 67. pp. 81-91).

23    ? En Índice, el de Ramírez Molina: Má allá del socialismo: E. Mounier (1965, núm. 243, pp. 19-20); en Cuadernos para el Diálogo, además de los artículos de A.C. Comín y de C. Díaz, aparecieron los de A. Abad, De la Constitución, Mounier, y otras claves (Izquierda Democrática, Madrid, octubre de 1978) y F. Carrillo: Socialismo y personalismo (1966, 33-34, p. 36); AAVV: A. C. Comín, Premio E. Mounier (Editorial, núm. 70, 1970).

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española, o España por pensar

Conforme iba debilitándose el «antiguo régimen» franquista, las culturas filosóficas escolástico-tomistas comenzaron a hacer agua ante el empuje de Marx, Freud y Nietzsche, caracterizados por una fuerte ruptura con los paradigmas personalistas. Resistiendo al embite marxo-freudo-nietzscheano, en Francia surge sin embargo un neotomismo renovado con figuras tan emblemáticas como Joseph Marechal (tomismo kantianizante), o Jacques Maritain (tomismo personalizante), pero en España no arraigan, como tampoco el personalismo comunitario de Mounier25.

Pese a todo, en torno a los años 1970-1980 el personalismo comunitario español da un potente estirón, debido quizá a las espectativas «personalistas» que abre la

24    ? Pasamos por alto recensiones ligeras y sólo citamos los comentarios de Antonio del Toro sobre el importante libro de C. Moix El pensamiento de E. Mounier (Documentación Crítica Iberoamericana, II, 1965), o el de J.M. González Ruiz en Sábado Gráfico (Madrid, 1975, 926, pp. 18-19), o el de M. Rocha al libro de F. Blázquez E. Mounier (Sistema, Madrid, 1973, p. 184).

Las traducciones al español de la obra de Mounier son: Introducción a los existencialismos. Revista de Occidente, 1949, un año antes de morir Mounier; El pequeño miedo del siglo XX (1957), Fe cristiana y civilización, Manifiesto al servicio del personalismo (1965) todas en Ed. Taurus, Madrid; El afrontamiento cristiano. Ed. Estela, Barcelona, 1962. La Ed. Zyx recopila por medio de Blas de la Rosa y Juan Luis Pintos El compromiso de la acción y traduce ulteriormente Comunismo, anarquía, personalismo (1973) así como Revolución personalista y comunitaria (1975). Tras mucho hacerse esperar (en 1968 Ed. Península ya había anunciado la aparición de las Obras Completas en cuatro volúmenes, sin que se publicase ninguno), acabó apareciendo sólo el tomo I en Ed. Laia (Barcelona) en 1974, con prólogo de A.C. Comín.

Hubo también traducciones al catalán de algunas obras de Mounier, así como en Latinoamérica. Tampoco trataremos aquí de las traducciones de otros personalistas, que como en el caso de Jean Lacroix han sido más numerosas que las del propio Mounier. Cfr. el prólogo de C. Díaz al libro de J. Lacroix: El personalismo como antiideología. Guadiana Ed. Madrid.

25    ? Mounier ha sido incómodo en todos los frentes. Cfr. la obra de J.M. González Ruiz Los santos que nunca serán canonizados (Ed. Planeta, Barcelona, 1979), obra que dedica a Mounier un capítulo titulado Mounier, un revolucionario para ambos frentes, profano y sagrado.

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transición del franquismo al posfranquismo. Comienzan así a surgir los primeros libros hispanos en torno a la figura y la obra de Mounier26, así como Memorias de Licenciatura y Tesis Doctorales27, a pesar de que en la sección de Filosofía los pensadores franceses tengan menos predicamento que los alemanes28.

Pero lo más sorprendente ha sido el auge alcanzado por el personalismo en los niveles de Enseñanza Media (o secundaria) tras la muerte de Franco, deviniendo incluso el personalismo tema de obligado tratamiento en el Curso de

26    ? 1968, Roberto Coll-Vinent Mounier y el desorden establecido (Ed. Peninsula, Barcelona); 1969, Carlos Díaz Personalismo obrero. Presencia viva de Mounier (Ed. Zyx, Madrid); Manuel Zurdo De Mounier a la teología de la violencia. La verdad sobre Emmanuel Mounier (Imprenta de Hermanos de Vicente Más, Madrid); 1970, María José Criado Persona y compromiso en Mounier. Ed. Zero, Bilbao; 1972, Feliciano Blázquez E. Mounier (Epesa, Barcelona); 1973, Francisco Vázquez Tres éticas del siglo XX. Ed. Prial, Madrid: 1975, Manuel Maceiras y Carlos Díaz: Introducción al personalismo actual (Ed. Gredos, Madrid); VVAA (Antonio Heredia, editor. Ya en 1969 A. Heredia había publicado una «Aproximación al pensamiento de E. Mounier» en «La Ciudad de Dios», 182, pp. 385-397) Mounier a los 25 años de su muerte. Publicaciones de la Universidad de Salamanca, Salamanca (con aportaciones de Miguel Cruz Hernández, «Mounier en el panorama del pensamiento contemporáneo»; C. Díaz, «Personalismo comunitariio»; E. Rivera de Ventosa, «Mounier ante el personalismo cristiano»; A. Pintor, «Personalismo y existencialismo»; C. Flórez, «Mounier y la 'lectura' del socialismo»; A. Heredia, «Mounier en España»; A. Guy, con una ponencia sobre Mounier en España); 1978, C. Díaz Munier y la identidad cristiana (Ed. Sígueme, Salamanca); 1981, Mounier, Filosofía de la Educación (Nau LLivres, Valencia); 1983, José Candela El discurso personalista sobre el sujeto, el conocimiento y la nueva ciudad. Contribución a una sistematización de la filosofía, la política y el derecho en el pensamiento de Emmanuel Mounier. Esta tesis -de la que aquí tomamos muchos datos- mereció el Premio Internacional E. Mounier.

27    ? Algunas tesis doctorales que recordamos, pero de ningún modo las únicas, son las de Miguel de Renovales Vivanco (Universidad Complutense, Facultad de Filosofía, Madrid, 1977), la de Manuel Rodríguez Macía Una utopía del siglo XX. La Ciudad personalista y comunitaria. Universidad Complutense, Facultad de Filosofía, Madrid, 1979, (extracto publicado en la UNED de Elche), las de Fernando Vela sobre la educación en Mounier, en Valladolid, y la del ya fallecido Antonio Ruiz (también traductor de gran parte de las obras completas de Mounier y del

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Orientación Universitaria. ¿Se debía esto a la menor densidad epistemológica del personalismo? ¿a que en este nivel el profesorado tenía entonces una edad más avanzada, y por ende una formación «más clásica», o, si así se prefiere, «más cristiana»? De todos modos -anécdota que rebasa la calidad de tal- conforme pasó el tiempo fue siendo suprimido el tema en los distintos distritos muniversitarios, según iban alcanzando estos su autonomía gracias a la nueva Constitución. ¿Porque cada año se incorporaban docentes jóvenes, educados al calor del «magisterio de la sospecha»? ¿Por ser considerado como de suyo un «tema menor»? En cualquier caso, todo ello no ha impedido que Antonio Heredia haya llegado a escribir en un estudio estadístico y lleno de pruebas documentales lo siguiente: «La filosofía en el bachillerato franquista y, en general, la filosofía del Estado español de 1936 a 1975, ha ido pasando del tomismo más rígido y dogmático a una filosofía de base cristiana y personalista; y esto, al compás de circunstancias políticas, económicas y religiosas. ¿Quién ha movido a quién? Es evidente que la filosofía oficial ha sido empujada de uno al otro extremo por algo que no es ella: lo económico, lo político, lo religioso. Pero esto -lo económico, lo político, lo religioso- ha evolucionado también gracias a que ha podido ser expresado en una filosofía»29. Desde entonces las cosas han cambiado tan vertiginosamente como suelen hacerlo en España, y el panorama en nada (¡en nada!) se parece al de años tan cercanos.

libro «Mounier en Esprit», Ed. Caparrós), sobre el sujeto ético en Mounier, en la Universidad Complutense de Madrid.

Respecto de las memorias de Licenciatura, la verdad es que se aproximan en toda España al centenar, o tal vez lo sobrepasen.

28    ? También en el ámbito académico hay que situar Cursos Monográficos, como los del profesor Luis Vela, o los Seminarios del Instituto Fe y Secularidad, impartidos por F. Fontecha o C. Díaz, así como por Manuel Maceiras, otro pionero, que ha escrito Dios en el personalismo. Existencia y trascendencia en el pensamiento de E. Mounier. Memoria de Licenciatura. Universidad Complutense, Madrid, 1966; El sueño de Mounier: responder a la crisis total (Entrevista con Mme. Mounier). Razón y Fe, 913, 1974, pp. 150-157; Introducción al personalismo actual (Ed. Gredos, madrid, 1975); Realidad personal en el pensamiento de E. Mounier (En «Antropologías del siglo XX». Ed. Sociales, Madrid, 1976).

29    ? Heredia, A: La filosofía en el Bachillerato español (1938-1975). Actas del primer Seminario de Historia de la Filosofía española. Ediciones de la Universidad de Salamanca, Salamanca, 1978, p. 118.

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3. Algunas hipótesis sobre la presencia/ausencia de Mounier en la política española, o España por pensar

Si pasamos del ámbito académico al político, dificilmente disociables, también aquí la obra de Mounier se difumina en España, si bien el denominador común (como ya insinuamos) es la identidad cristiana, que se abre del modo siguiente.

Por un lado está una cierta línea democristiana, más situada a la derecha de lo que lo estuviera el propio Maritain cuando en Chicago publicó en 1951 «El hombre y el Estado», línea que de hecho no ha realizado ningún esfuerzo serio para acercarse a Mounier, por parecerles excesivamente izquierdista, opinión que no compartirían otros democristianmos de Latinoamérica.

Por otro, una línea evolucionista centrada genérica aunque no exclusivamente en Cuadernos para el Diálogo, luego en parte retomada en sectores democristianos escorados hacia un centro izquierda como el de Joaquín Ruiz Jiménez, que suele expresar en público su convicción mounieriana, y de Gregorio Peces-Barba, ex-presidente del Congreso de los Diputados y ex-prohombre del PSOE. Tanto uno como otro han desarrollado su praxis política bastante al margen de sus convicciones primeras, lo que habla de las dificultades imaginables al respecto en España30.

Una tercera línea fue la de A.C. Comín, que llegó a parlamentario del comunista PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña), lo que vuelve a poner de relieve cuanto acaba de decirse31. En polémica conmigo mismo, y para defenderse

30    ? Cfr. nuestro libro España, canto y llanto. Historia del movimiento obrero con la Iglesia al fondo. Acción Cultural Cristiana, Madrid, 1996

31    ? Su emocionada fidelidad a Mounier queda fuera de toda duda para quien lea su Marxismo con perspectiva cristiana. Carta abierta a E. Mounier. Cuadernos para el Diálogo, Madrid, 1975, pp. 46-48. Véase tambien su Mounier aquí y ahora. Mundo Social, 146, 1967, pp. 6-9; también, su Prólogo a De la propietat capitalista a la propietat humana (Ed. 62, Barcelona, 1968); Qué haría, qué diría Mounier hoy (El Ciervo, Barcelona, 1970, 194, pp. 8-11); Mounier a los veinte años de su muerte (Cuadernos para el Diálogo, Madrid, 1970, 83-84, pp. 27-30), prólogo a Qué es el personalisme i altres assaigs. Ed. 62, Barcelona, 1973; E. Mounier, espíritu profético del siglo XX (Índice, Madrid, 1976, núm. 367, pp. 14 ss); Dos inspiradores del diálogo: Mounier y Machado. Ed. Nova Terra, Barcelona, 1976, num. 38, pp. 28-32.

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de mi acusación -reducción de Mounier a Marx- Comín escribió ya cerca del final de su vida la ya citada Carta a Mounier, al que denominaba «raíz Emmanuel», solidarizándose además con todas las dimensiones de su pensamiento, y no sólo con las por mí señaladas. Lo mismo puede hallarse en su anterior artículo, «Emmanuel Mounier, espíritu profético del siglo XX», donde resaltaba el carácter metapolítico de Mounier.

Otra corriente bastante sensible al personalismo fue la de Editorial Zyx, decididamente situada en la izquierda obrera cristiana. Opuesta al régimen y siempre censurada acremente por el ministerio de Información y Turismo regido por el entonces poco demócrata Manuel Fraga Iribarne, hizo el recorrido completo de muchos grupos de izquierda: primero, inclinada al marxismo como método de análisis; luego hacia el anarquismo como utopía social; más tarde al minifundismo extraparlamentario y contracultural; y por último en suspensión de pagos. A pesar de todo, dentro de Zyx, y desde la perspectiva personalista que no recababa otra cosa que el servicio al pueblo pobre (aunque con un populismo exagerado, que resultó en exceso ideológico), se hizo allí una lectura anarquizante de Mounier, sobre todo por parte de C. Díaz32.

No queremos, por último, silenciar la presencia de un pequeño grupo político clandestino pero muy activo y valioso, que había experimentado una larga evolución. Procedente de la izquierda falangista (la FEA, o Falange Española Auténtica), pasó a llamarse luego Frente Sindicalista Revolucionario -que las personas de edad recordarán porque en sus pintadas clandestinas llenaba las paredes de las grandes ciudades con una espiral- y más tarde terminó denominándose Partido Sindicalista en memoria de Ángel Pestaña. Este pequeño partido, del que guardo gratísimos recuerdos, se reclamaba de la doble herencia anarquista y personalista de Mounier33.

Por último, desde 1984, se crea el Instituto Emmanuel Mounier, del que se hablará más adelante,

32    ? Desde Zyx Juan Gómez Casas, que luego tras la muerte de Franco, una vez legalizada la CNT, sería su primer secretario general, y a su vez traductor del libro de Mounier «Revolución personalista y comunitaria», terció en favor de Carlos Díaz contra A.C. Comín con su artículo «Emmanuel Mounier y el anarquismo» (Cuadernos para el Diálogo, Madrid, 1975, pp. 351-353). Todo esto podrá dar a entender un poco cómo era el ambiente de la época, nada indiferente a la teoría. Era la época en que la política no era sólo política...

33    ? Entre los más jóvenes nunca olvidaremos a Paco Zugasti, Javier Espinosa, y Juan Ramón Calo. José Luis Rubio, un universitario cristiano de espléndida preparación y con gran influjo en Hispanoamérica, era su teórico más granado.

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pues la historia, por fortuna, aún no ha concluído, y desde él se alientan publicaciones muy meritorias34. Todo esto quiero transmitirlo, con canto y llanto. Todo esto quiero llorarlo cantando. Todo esto quiero cantarlo llorando.

CAPÍTULO IV

34    ? Quiero dejar aquí constancia del monumental esfuerzo y del gran valor del Diccionario de pensamiento contemporáneo (Ed. San Pablo, Madrid, 1997, 1276 pp), dirigido por el tempranamente malogrado Mariano Moreno Villa, diccionario que iba a denominarse originariamente, y que dejó de llamarse así sólo por motivos comerciales, Diccionario del personalismo contemporáneo.

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MI ENCUENTRO CON LA OBRA DE EMMANUEL MOUNIER

1. Las tres etapas en el descubrimiento de un maestro

1.1. El descubriento del maestro de ética personal

Va ya para cuarenta años oí por primera vez en la entonces oficialmente tenida por Universidad Central de España, la Complutense de Madrid, el nombre de un tal Emmanuel Mounier pronunciado por Adolfo Muñoz Alonso, catedrático de Historia de la Filosofía tan inteligente como visceralmente franquista, agustiniano y no tomista a diferencia de la mayoría, y tan atípico que -pese a su intensa camisa azul que le convertía en uno de los intelectuales más connotados del Régimen- se permitía el lujo de tomar como ayudantes suyos a «rojos» tan fundamentalistas entonces como mi amigo Gabriel Albiac, autor por su parte de un temprano y crítico artículo antipersonalista titulado por culpa de una errata «Marxismo y personalidad», en lugar de «Marxismo y Personalismo» como hubiera sido lo correcto, en réplica a mis propias posiciones teóricas. Vean ustedes, amigos lectores actuales, cómo se han fraguado muchas de las microhistorias de este país aún llamado España: catedrático azul prohijando a su ayudante rojo, y en medio personalista apaleado. Desde mi humilde insignificancia académica, ahora que lo pienso, he alcanzado al menos el mérito no común de verme alanceado desde distintos pero significativos frentes por dos triunfadores de hoy: por el ayer nihilista Fernando Savater (quizá algún viejo del lugar recuerde todavía nuestra larga y dura polémica en la revista «Triunfo», con intervención de terceras personas) y -más suavemente- por el ayer althusseriano de estricta observancia Gabriel Albiac. Premonitorio: nunca supe estar a la altura de lo política ni de lo académicamente correcto.

El caso es que, junto a mis compañeros de curso luego ilustres catedráticos universitarios Fernando Quesada y Manuel Maceiras (con quien en 1975 escribiría una Introducción al personalismo contemporáneo en la Editorial Gredos), también yo me inicié en el personalismo con una Memoria de Licenciatura intitulada «Persona y comunidad en Emmanuel Mounier», defendida a todo correr en 1966 para poder comenzar la tesis doctoral. Sin embargo, con mis veintiún años

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de entonces, todavía vivía yo en la Babia de Academilandia, e ignoraba el peso real de Mounier en aquella España en plena revuelta estudiantil que acabó con mi profesor de Ética, José Luis Aranguren, y con otros más, en el exilio, y en la cual algunos cristianos comunistas como Alfonso Carlos Comín contestaban el tardofranquismo desde el personalismo de Mounier.

1.2. El descubriento del maestro de compromiso social

Sólo después comencé a emerger para el uso de razón social. Fue cuando, tras mi estancia en Alemania, y por la magisterial mediación del inolvidable Marcelino Legido, entré en contacto con la emigración y el fascinante movimiento obrero del exilio. Había cambiado mi propio panorama, pero Mounier seguía interesándome como el primer día: si el primer Mounier me hablaba del hombre ético interior, el segundo me instaba a la revolución desde perspectiva proudhoniana y anarquista. Mientras tanto los marxistas se burlaban de la revolución interior porque preferían creer en el socialismo científico de Marx, y en su interpretación inerrante por Louis Altuhsser y otros acólitos por el estilo, solo que -como tales videntes o creyentes eran legión- formaban una potente secta académica que se parapetaba tras una jerga embolismática y un gatuperio tan ininteligible como rentable. El tiempo ha dicho la verdad.

Yo, mientras tanto, no era más que un pobre personalista sin perrito que me ladrara, condición -por cierto- en la que aún persevero. Todos me decían: pero eso tan irracional y poco riguroso de que hablas ¿con qué epistemología se come, con qué verso rima, con qué opción política se defiende? Desde luego con el cristianismo, y en la dimensión social del anarquismo, pero ambos valores no eran de circulación reconocida: el primero sólo se aceptaba después de marxistizado; el segundo, como tragado por la tierra, no era conocido casi por nadie a pesar de su epopeya histórica en España. Así es como me encontré un buen día en casi completa soledad declarándome anarco-cristiano, e incluso -tal y como llegué a escribirlo tratando de no dejar fuera nada aprovechable- anarco-marxo-cristiano, tren demasiado largo y heterogéneo del que fuí desenganchando con el tiempo sucesivos vagones, no todos. Sea como fuere, todo ese bagaje -leído profusamente en los textos originales- lo integraba llevado por mi afán conciliador bajo el nombre genérico de personalismo comunitario, incluso con su toque fenomenológico para que nada faltase. Fue entonces cuando publiqué mi primer libro, Personalismo obrero. Presencia viva de Mounier (Editorial Zyx, Madrid, 1969), del que se hicieron en poco tiempo tres ediciones. Era aquél, y sigue siendo, un breviario nervado que

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aparecía en la editorial-movimiento Zyx, nacida de HOAC, crisol irrepetible de militantes obreros cristianos capaces de darlo todo a cambio de nada, siempre desde abajo, y cuya desaparición en la España preconsumista supuso para mí una pérdida irreparable, que aún lamento desde el fondo de mi alma. El libro en cuestión trataba, en todo caso, de acercar a Mounier a la causa proletaria y revolucionaria entonces viva, al menos retóricamente viva.

Mientras tanto mis compañeros comenzaban a ingresar en partidos y sindicatos en los cuales les he visto primero ascender, luego trepar, finalmente también gobernar y prosperar hábilmente: hoy sabemos que la opción les ha salido bastante razonablemente. No quisiera enfatizar de nuevo por contraposición mi real divergencia, sobre todo porque también surgía parcialmente del propio error (en efecto, ni el anarquismo real iba a resultar -una vez muerto Franco- como el que yo había estudiado, ni la clase trabajadora, es decir, el pueblo y su martirologio, poseía la santidad que yo le había atribuído), error que por paradoja a pesar de todo me preservaba un poco de la ambición circundante, al mantenerme fuera de las concesiones e inmundicias del poderío, que ha llevado finalmente a muchos de mis coetáneos a desdecirse totalmente de su primer conato de rebeldía, e incluso a perseguir ominosamente a quienes aún lo alentaban, y a la casi totalidad a la apostasía acomodaticia.

1.3. El descubrimiento del maestro de identidad cristiana

En medio de todo este rápido mutar, Mounier seguía conmigo, pues mis publicaciones libertarias estaban impregnadas de fuerte impulso personalista. Sólo algún tiempo después -las perspectivas humanas lo necesitan- el propio discernimiento de la vida terminó situando cada cosa en su lugar, sin mixtificaciones, dando al anarquismo y al personalismo lo suyo respectivo, todo lo cual iba aconteciendo durante ese conspirativo interregno ameboide en que el General Franco vivía y moría a la vez, tiempo largo al que se denominó «transición», quizá por la espectativa de un giro hacia modelos muy diferentes que sin embargo nunca llegaron a sustanciarse. En medio de toda esta complejidad, de forma muy intensa y desgarrada, pero también, por qué no decirlo, con cierto rigor intelectual, terminé situando la identidad cristiana en la base de mi propia vida, sin amalgamar lo libertario y lo cristiano, aunque más que de abandonar lo primero se trataba de reinterpretarlo desde la raíz cristiana. Fue ese, en 1980, el sentido de mi Contra Prometeo. Una contraposición entre ética autocéntrica y ética de la gratuidad (luego traducido al italiano y reeditada), que hubiera podido titularse igualmente «Contra mí mismo», y que desgraciadamente me costó la amistad

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de casi todos los anarquistas de uno y otro lado del Atlántico.Pues bien, he aquí que tampoco ahora

desaparecía de mi horizonte existencial Emmanuel Mounier: este tercer Mounier me descubría la intensa radiación cristiana del compromiso personalista comunitario. En efecto, aquel hombre sólo pudo haber sido lo que fue porque estaba bautizado y vivía como cristiano, cuanto más cercano a la inmanencia tanto más fundado en la trascendencia: su vida, su entrega enamorada a Dios en el siempre prójimo, su pasión por la verdad, su solicitud con los hermanos increyentes, su sentido escatológico del dolor, su militancia combativa contra la injusticia, todo eso me resultaba absolutamente querible y asumible, y todo eso me descubría una raíz cristiana tan inequívoca como admirablemente vivida35. En ello al menos el ya célebre marxista Alfonso Carlos Comín y yo mismo aún pipiolo estábamos plenamente de acuerdo, a pesar de nuestras discrepancias y de las disimetrías de nuestros planos personales.

1.4. ¿Habrá más descubrimientos? Conocimiento e interés

Ya vemos que a cada una de nuestras etapas vitales le acompañaba el descubrimiento de un Mounier nuevo, a la vez lógica del corazón y de la razón, imbricación de interés y de conocimiento. Tres Mounier había habido antes de que yo los descubriese, pero no los hubo para mí hasta que no los viví desde mi propia experiencia biográfica. He llegado a preguntarme si acaso habrá más Mounier que aún me esperan y que podré descubrir cuando se vayan dando en mí las condiciones de posibilidad que me lo hagan narrativamente asumible. Por lo demás, el otro no aparece como tal sino en un horizonte de expectativas. Amar al otro, Mounier por ejemplo, en uno mismo, y a uno mismo en el otro, resulta inevitable. Ojalá supiésemos amarnos a nosotros mismos de forma más dialógica, más fraterna, más democrática en el sentido franciscano del término, aquel por el cual hasta a los animales se les puede hablar de tú y con el calificativo de hermanos; no podemos tomar como seria objeción contra el amor al prójimo la estima de sí propio, ni a la inversa.

2. Reconciliar a Marx y a Kierkegaard

Pero volvamos a Mounier, crítico implacable de ese deporte favorito de la burguesía consistente en

35    ? De hecho, he mantenido a partir de entonces esta misma percepción en la biografía Emmanuel Mounier. Un testimonio luminoso, publicada en el cincuenta aniversario de su muerte (año 2000) por la Editorial Palabra.

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desarrollar un victimismo autorreivindicativo combinado con una crítica verborreica al gobierno y un humanismo abstracto y declamatorio compatible con las estructuras maléficas y el grosor de la propia cuenta corriente. Frente a todo ese imaginario social sólo el humanismo concreto de marxismo y anarquismo le merecía crédito a Mounier porque supo poner el dedo en la llaga y ensanchar el futuro. Sin embargo no podía compartir el ateísmo de esos movimientos, ese espíritu prometeico, ese clauso antropocentrismo, en definitiva ni la antropología ni la cosmovisión de los grandes movimientos proletarios.

Pero Mounier contaba con Kierkegaard como contrapunto, pues este remoto filósofo danés recordaba la urgencia de mantener lo sagrado como fundamento de toda opción fundante: si Dios desapareciese del rostro del otro, ¿quién podría garantizar que el hombre no terminaría expoliando al hombre, en nombre incluso de una revolución favorable al hombre; cómo obviar el peligro de la degeneración de la dictadura del proletariado en una dictadura sobre el proletariado; de dónde el perdón al vencido y no el ensañamiento; cómo superar el rencor de lo pretérito? Y, por el lado de los perdedores, ¿en qué forma resarcir al victimado virtuoso, si Dios no lo resucitara junto a Él?

La fundación en 1932 de la revista Esprit no otra cosa podía significar que el deseo de reconciliar a Marx y a Kierkegaard, al hombre exterior y al hombre interior, a la vez y bajo distinto aspecto, reconciliación necesaria que habría de incomodar a los unilateralizantes de uno y otro signo, aunque hubiera introducido un campo de juego muy abierto. Sin este «Prometeo creyente», sólo la sentencia de Solón nos parece posible: «No va a perecer jamás nuestra ciudad por designio de Zeus, ni a instancias de los dioses felices, sino porque los hombres no saben dominar el hartazgo, ni ordenar su triunfo festivo en paz. De este modo la pública desgracia invade el hogar de cada uno. Mi corazón me impele a enseñar a los atenienses esto: que magnas desdichas procura a la ciudad el desgobierno».

3. Rehacer el Renacimiento

Se trataba con lo anterior, dicho de otro modo, de rehacer el Renacimiento, de volver a nacer desde el macroproyecto del 1789 bajo el lema «Libertad, Igualdad, Fraternidad», aquel magnífico programa pensado futurizamente para la modernidad, y sin embargo aún tan inédito en el tiempo de Mounier como en el siglo XXI.

De haber escuchado a Mounier, no sólo en España, nos habríamos ahorrado las manidas monsergas de las

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posmodernidades que han triunfado pretendiendo hacernos tragar que cabe ser «pos» (o «pis») moderno cuando no se ha rozado ni de lejos el 1789, antes al contrario continuamos aún igual o peor que en los ya citados tiempos de Solón: «Muchos malos son ricos, y muchos buenos muy pobres, pero nosotros no vamos a cambiarles la riqueza por nuestra virtud, porque ésta está firme siempre y los dineros, en cambio, los posee ahora uno y luego otro». Ciertamente, aquel protosabio ateniense anda más cerca de nosotros que el 1789 cuando proclama: «Las leyes se asemejan a las telas de araña, pues -como ellas- cuando les cae dentro algo ligero y débil lo envuelven, pero si cae algo más fuerte las rasga y traspasa».

Rehacer el Renacimiento, es decir, vivir atentísimamente la percepción del tiempo verdadero y fundante. De eso se trata todavía.

4. El acontecimiento, maestro interior

A fin de rehacer la historia renacida de la humanidad había, en definitiva, que asumir plenamente el presente tomando el acontecimiento como maestro interior. La vida de alguien que se autoestima como persona y toma a los otros como tales personas es ciertamente exigente. El tú, valor y no precio, fin y no medio, se me hace presente en el inevitable acontecimiento de la solicitud cotidiana. Pero la existencia llena de acaecimientos y avatares no siempre abunda en plétora de acontecimiento, el cual sólo se da en una existencia personal, ya que relación de encuentro no la hay con las cosas, sino con quienes nos entrambamos en vinculaciones libres, iguales y fraternas.

Pero algo tan excepcionalmente importante se origina a la vez en lo diario, y se salaza con las muchas veces en apariencia insulsa salazón de las minucias de ese día a día que es el gota a gota en que las gentes de buena voluntad escriben sus microhistorias, aunque otras veces -quizás las menos- haya que adoptar grandes decisiones, las cuales pese a todo no hubieran podido tomarse a lo grande de no haberse engrandecido previamente en el magno ejercitarse en lo pequeño.

El «acontecimiento» implica, por otra parte, búsqueda y proyecto cuando se desea vivir la humana dignidad. Eso hace que los más buscadores encuentren más, y que determinados hallazgos «por casualidad» se vean precedidos por ingentes y acuciosos entrenamientos. Pero tal no ocurre entre los burgueses, más amigos del invernadero, de la moqueta y del sillón. Mounier, amigo del acontecimiento, no buscó las siempre manidas, descontextualizadas, y ya fosilizadas «citas de santo Tomás», o «citas de san Carlos Marx», a quienes obviamente estimaba y estudiaba por ser pensadores de gran talla, sino que

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especialmente buscó desde el acontecimiento lo que en ese momento acontecía en el corazón de la gente: la sintonía con Marx, Freud y Nietzsche (tres de los autores más citados por Mounier, como puede comprobarse con sólo echar un vistazo a los índices de los cuatro tomos de sus Obras Completas), pues el acontecimimento exige el diálogo y, si es preciso, desde ahí, el afrontamiento, en última determinación la cárcel36. Quien cincela su vida desde el acontecimiento labra un perfil con relieves verdaderamente dignos de Apolo, es decir, una belleza gallarda y ejemplar.

5. Desde la izquierda mística

Mounier encarna la utopía, el realismo utópico o la utopía que busca ser realizada. No es que pudiera llevar a cabo todos los deseos, ni que careciese de defectos su actuación, ni de contingencia su proyecto, desde luego que no; no hará falta decir que como obra humana hubo de conocer la parcialidad, pero lo mejor de ella estaba animada por lo eterno, lo cual le llevó a un ejercicio modesto y tenaz de su trabajo. Ejerció su práctica amalgamándola con la reflexión, y reflexionó desde la acción. Fue el suyo un cristianismo eclesial fecundado por un «socialismo» real en nada similar al de las posteriores socialdemocracias europeas. Desde la fundación de Esprit en 1932 toda su preocupación será acompasar la predicación y la acción. Por eso convertirá la revista en el mejor foro de debate entre humanistas creyentes y humanistas increyentes (y a la vez todos actuantes) habido alguna vez en la historia de Europa, y quizá del mundo. Desde ahí asume la clandestina resistencia teórico-práctica contra las tropas nazis que ocupan Francia, lo que le lleva a presidio, a la huelga de hambre, a la pobreza y marginación dentro incluso de la propia Iglesia, a vivir su opción preferencial por los pobres, a denunciar desde la libertad cualquier desorden establecido o que tratara de establecerse, y en medio de todo eso a aceptar la tragedia familiar y el dolor personal como parte del misterio de iniquidad, testimoniando su fe ante la vida y ante la muerte con una vivencia honda, evangélica, inquebrantable, luminosa, fiel desde su corazón sito no en la izquierda política sino en la izquierda realmente real, en la

36    ? Obviamente, hay muchas maneras de ir a la cárcel, la de Mounier llenaba la luz de la celda: «1942, cárcel de Clermont: «Se suis profondement heureux d'être passé ici. Il manque a un homme de n'avoir pas connu la maladie, le malheur ou la prison...

Le chrétien était devenu un homme qui n'allait plus en prison... Le chrétien s'était installé dans la sûreté générale...».

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izquierda mística.Para el humanismo personalista, la voluntad

de crear un mundo justo y con entrañas de misericordia, así como la concesión de la primacía del ser sobre el tener, constituyen la metaizquierda pobre y sin patrimonio, pero fermento fiel y sustancial de una civilización de personas. Y todo eso, trabajando aunque sea en solitario y contra corriente, como aquel Misón, al que hallaron en pleno verano agarrado a la empuñadora del arado: «Pero Misón, no es tiempo ahora de arados». «Pero sí de prepararlos». Quien de tal modo se comporta puede decir pollà gerásco didaskómenos (envejezco aprendiendo muchas cosas), a diferencia de los académicos foros de latiniparla, donde se da frecuentemente el colmo del conferenciante: «¿qué dijo el conferenciante?» «No sé, no lo dijo». No, no hemos llegado demasiado tarde para la revolución y demasiado pronto para el Renacimiento, lo que ocurre es que no son pocos los que, en plena historia, ignoran lo que se traen entre manos, como en la anécdota del obrero que salía de la fábrica empujando una carretilla, a quien el guarda dejaba pasar hasta que descubrió que el obrero estaba robando precisamente carretillas.

6. Salvar al sujeto en su totalidad

Como acontecimiento personal, Mounier unificó toda su experiencia desde la fe en Cristo. Hemos de manifestarla aquí, lo cual no impide que él viviera su fe gozosamente al lado de otros hermanos agnósticos.

Para decir el hombre hay que decir primero aquello que impide decir el hombre. Como si estuviera hablando de Emmanuel Mounier, Marko Rupnik señala muchos signos de sufrimiento a cuyo través se hace difícil decir lo humano, sobre todo la dificultad para ser comprendidos en lo que somos, y no somos fragmento que pueda ser curado por profesionales sectoriales. La medicina dice su verdad, la siquiatría la suya, la filosofía la suya, la ecología la suya, la genética la suya, la economía la suya, pero si entre todos la mataron ella sola se murió. Cada disciplina sostiene su propio punto de vista absolutizándolo, pero ¿quién se hace cargo de lo humano? El hombre contemporáneo de Oriente y de Occidente necesita, dice Marko Rupnik, que Cristo se haga cargo de lo humano de su totalidad. Sólo Cristo acabará con ese dualismo que devora lo humano, esa difícil relación entre idea-forma (lo que se dice, lo que se quiere, lo que se teoriza) y materia (lo que se vive). La gnosis moderna es incapaz de unir lo uno y lo múltiple, lo teórico y lo vital, pero lo que la gnosis no puede sí lo puede -sólo lo puede- Cristo. Hay que salir de la gnosis para decir el hombre: «la lógica propia de la persona es la

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lógica de Cristo y, como dice san Pablo, nosotros tenemos el pensamiento de Cristo. Y el pensamiento de Cristo consiste en la muerte y en la resurrección. El pensamiento de Cristo es la cultura de la pascua. La cultura de la pascua es una eterna memoria de todo lo que es consumado en el amor, porque no muere sino que resucita. Por eso no podemos acercarnos al hombre sin una cultura de la pascua y sin una memoria litúrgica, la de la anámnesis en la que todo lo que es amado en Cristo revive eternamente»37.

CAPÍTULO V

EL INSTITUTO EMMANUEL MOUNIER(HISTORIA Y PRESENCIA DE UNA UTOPÍA)

Aunque disto bastante de ser una reencarnación de santa Teresa de Ávila, me gusta también fundar y, llevado de esa vocación, antes de los cuarenta años salí por los cerros de Úbeda a fundar el Instituto Emmanuel Mounier, sin saber que se trataba de una quijotada en la que no habían de faltar algún que otro quebranto, así como una surtida gama de descalabros y manteos junto a sabrosas mañanas de utopía.

¿Para qué tanto trajín, cuando se es funcionario con el trienio asegurado? Para cumplir con lo escrito en los libros de caballería, quizá: mejorar el mundo con un alma de misionero que cree en Dios. El fundador es alguien que, necesitando ampliar la identidad de su autoconciencia recognoscitiva, se dice a sí mismo: ¿cómo sacar de mi pecho lo universal que me trasciende, cómo extender lo meritorio-en-sí-para-ti-y-para-nosotros, acaso no está hecha la luz para alumbrar, el bien para ser difundido, la palabra para ser comunicada?

Los demás esperan del fundador lo mejor que sea capaz de regalarles. Y, para regalárselo, ha de cincelarlo, troquelarlo, elaborarlo, pues un encuentro duradero y fidedigno, es más que un impulso de alteridad o de altruísmo, más que una intuición o un salto emocional; es sobre todo el obsequio fraguado en el yunque del encuentro y forjado en la adversidad. Desde el primer momento intuímos que nuestro trabajo sería mayor que nuestras fuerzas, y que exigiría

37    ? Decir el hombre. PPC, Madrid, 2000

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envejecer anudando en otras manos compañeras. Lo estamos comprobando, hacia el instante de la causa amada. «Fidelidad» podría ser la palabra adecuada para esta experiencia.

Me ha costado mucho, sin embargo, entender que a los demás sólo puedo invitarles a que sumen su esfuerzo agradeciéndoles lo que su liberalidad quiera otorgar, aunque sí tenga el duro deber de alertarles contra su particular narcisismo cuando miren más el propio ombligo que a la causa abrazada. Por lo demás, y lo lamento, disto bastante de la paciencia necesaria para ejercer a la par la ternura y el vigor necesarios para ello. A la bandera enarbolada se han sumado en estos años otros pocos caballeros más o menos andantes, tan Instituto como pueda serlo yo mismo, y en algunas cosas mucho más. Por lo que han sido, se lo agradezco a Juan Ramón Calo, a los hermanos Pablo y Andrés Simón Lorda, a María Dolores Hoyos, a Domingo Vallejo, a José Ángel Moreno, a Paco Cárceles, a Jesús María Ayuso, a Miguel Fernández Blanco, a Félix García, a José Manuel Linares. Por lo que han sido y siguen siendo, a Antonio Guedes, Antonio Calvo, Juan Biosca, Luis Ferreiro, Rafa Soto, Luis Enrique Hernández, Encarna Ayuso, Ángel Nistal, Agustín Lera, Daniel Corral, Julia Pérez, Eduardo Martínez, Luis Narvarte y Alfonso Gago. A José María Vegas, desde la distancia misionera en Rusia. Por la eternidad, a Rubén Vázquez, a Mariano Moreno y Antonio Ruiz. A los demás, demasiados para escribir sus nombres, por lo que en algún tramo caminamos juntos con mayor o menor sosiego, contento o dramatismo. En el Nuevo Mundo no sabemos aún cuál será nuestra presencia ya comenzada, pero hasta entonces esperaremos sembrando. Dios sabrá.

Escribimos estas páginas en el año 2001, ya pasado el cincuenta aniversario de la muerte de Emmanuel Mounier. Como sabemos, él llevó a cabo su gran proyecto, la revista Esprit, desde el 1932 hasta su temprana muerte en 1950. Es casi exactamente el tiempo que también nosotros venimos dedicándonos al Instituto que se honra en llevar su nombre, desde 1894. Lo nuestro no es casi nada al lado de lo suyo, pero es lo que hemos sabido hacer. Que el lector diga y, si le interesa mejorar lo intentando, que sepa que ésta es su casa, y que tiene abiertas las puertas: será el comienzo de una sólida amistad, una amistad de película, por decirlo con las palabras de Casablanca.

Pues bien, aquí estamos. Ojalá llenemos con este humilde trabajo el hueco que hasta hoy suponía la ausencia de mirada diacrónica sobre el IEM. He aquí la historia de lo que estamos queriendo ser, de nuestra «razón de ser», no tan solo de nuestro «ser de razón», pues, como dijera Mounier, «el privilegio de nuestra amistad lo constituye el haberse formado sobre una obra. Tal privilegio le confiere el deber de servir, por encima de sus mismas preferencias, a las exigencias espirituales de esta obra».

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A. 1984

1. Se alza el telón, la idea comienza a

rodar: 1984

1.1. Recordar

Llegamos a la historia en el momento crucial de la desaparición de uno de los dos polos en torno a los cuales se debatía la humanidad, el polo comunista. Entonces no podíamos saberlo. Imposible la plena lucidez respecto del inminente cambio de marcha de la historia de la humanidad cuando los hechos aún no se han producido. Y así, pobres de nosotros, que nos creíamos bien informados y atentos al devenir de la realidad, comenzamos a alzar nuestro telón en el momento mismo en que va a caer el telón de acero, pero no aún su último reducto, el muro de Berlín, en 1989. Los hechos: el 85 llega Gorbachov al poder en la URRSS; en el 87 caen Gustav Husac en Checoslovaquia y Sanos Kadar en Hungría; en el 89 el PC húngaro renuncia con la nueva Constitución a su anterior papel dirigente en el Estado; se legaliza «Solidaridad» (el «sindicato de los curas») en Polonia, donde Tadeus Mazowiecki, seguidor de Mounier, es nombrado primer ministro; cae Eric Honecker y con él -por fin- el muro de Berlín; Gorbachov se entrevista con Juan Pablo II y celebra la cumbre de Malta, acabando trágicamente Ceaucescu en Rumanía.

1984: nace el Instituto Emmanuel Mounier. Recordar es volver a pasar revista con el corazón, no sólo músculo del amor (cor), sino también de la mente (ratio, razón). La persona que re-cuerda se re-mueve o in-cordia (incordiar: dejar hablar lo que aún inquieta al corazón). Todo recuerdo se instala en la memoria, que no es baúl del olvido, sino sabiduría del corazón, por eso en francés «aprender de memoria» es «aprender con el corazón». Y ¿qué es la sabiduría del corazón, sino aquello que queda cuando todo lo demás se ha olvidado? Si la memoria, lo que recordamos, a veces nos falla, es porque nosotros la fallamos a ella, porque nos duele tanto que no la soportamos como es y la deformamos. Pero olvidar, lo que se dice olvidar, es cosa que para la persona profunda no existe, al menos hasta que el Alzeimer llega.

Además, la memoria es un arco polilobulado que se construye con los recuerdos de otras memorias compañeras que la afrontan y reconstruyen: a este juego todos vosotros -también todos ustedes- estáis especialmente invitados a partir de ahora.

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1.2. 1984. Una novela de ciencia-ficción

Mounier muere en 1950, en plena guerra fría o equilibrio del terror entre los EEUU y la URRSS. Un fantasma recorre al mundo tras el totalitarismo nazi: el totalitarismo comunista. La primavera de Praga, la invasión del Vietnam por los EEUU, Mayo del 1968, esos eventos suponen una inflexión importante en la mencionada guerra fría, pero al final todo termina con la caída sobre sí mismo -con la implosión- del muro de Berlín en 1989, doscientos años después de la Revolución francesa.

Nosotros aparecemos en escena el 1984. 1984 es una novela de anticipación escrita en 1949 por George Orwell en la que dibuja un desesperado cuadro del futuro de la humanidad, prisionera de las formas totalitarias del Estado. Pues bien, el 27 de octubre de 1984 lanzamos el IEM en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, y así lo presentaba el izquierdista y efímero diario «Liberación» el 28 de octubre de 1984: «En el clima de desperezamiento y de toma de posición que parece advertirse en algunos colectivos de nuestra sociedad después de dos años de gobierno socialista, hay que enmarcar la reunión de medio centenar de miembros del IEM, especie de ensayo general con todo, antes de lanzarse a poner en marcha sus grupos de trabajo en las distintas autonomías, y de fundar su revista como órgano de expresión. En la línea de Carlos Díaz estuvieron las actuaciones del premio internacional Mounier, J. Eugenio Candela, la del anarcólogo Félix García, y la de Antonio Ruiz»38.

1.3. 1984. ¿Un Instituto Emmanuel Mounier de ciencia-ficción?

Una lluviosa tarde de primavera, abril o mayo, de 1984, asistíamos Juan Ramón Calo, Pepe Candela y Carlos Díaz a la presentación de la Fundación Alfonso Carlos Comín (en cuya mesa predominaban jesuítas y comunistas, por ejemplo el jesuíta Padre Llanos y el comunista Nicolás Sartorius) en el madrileño Ateneo y, aunque gruesas goteras caían sobre las deterioradas butacas del vetusto salón, y pese a estar cerrada la cervecería alemana a que nos encaminamos después, allí nació el proyecto del Instituto Emmanuel Mounier de llevar nuestro personalismo a la calle para construir la ciudad ideal.

En un mundo que decía adios al comunismo, la España cansada de más de cuarenta años de dictadura de Franco, acababa de estrenar socialismo en 1982. El nuevo

38    ? También, y bajo el título «Ecclesia pregunta a Carlos Díaz», apareció en la revista Ecclesia (número 2192) una entrevista el día 6 de octubre de 1984 dando a conocer la salida del IEM.

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socialismo no necesitó mancharse la taleguilla porque las plazas de nuestra piel de toro se le entregaban ya desde el paseillo. Autoarruinada la UCD que siguió al franquismo, el camino triunfal del socialismo hacia el poder se hizo sin enemigos a los que arrollar. Todo el santo pueblo aguardaba a los salvadores de la patria. Es la época en la que acudir a un mítin socialista implica escuchar palabras como decencia, honradez, transparencia administrativa, o aquello de Indalecio Prieto de que se podría meter la pata, pero no la mano en la lata. Y el país entero, oyéndolo, santa añoranza, se da compungidos golpes de pecho. Aquello no es solamente la victoria de las elecciones, es sobre todo la victoria de las emociones. La gente llora, espera recuperar un pasado más idealizado que realizado.

Sin embargo, y a no mucho tardar, se mostraría la verdadera cara de aquella memoria distorsionadora, ya que ni los neosocialistas creían lo que prometeían, ni el pueblo mismo deseaba lo que añoraba. Cuatro décadas habían dado la vuelta a la cabeza y al corazón de los españoles. La realidad de la España del 1982 apenas tenía algo que ver con la del 1939, y en ella -iba a verse pronto- las utopías habían muerto a manos del deseo de lucro burgués. Pero estas cosas no las sabíamos del todo entonces, dado el hipócrita subconsciente colectivo imperante, sólo en marzo del año 2000, cuando el pueblo entrega al Partido Popular de José María Aznar su voto masivo en forma de mayoría absoluta. ¿Qué se puede decir de un pueblo que en 1982 confiere mayoría absoluta (207 escaños de 350) al socialista entonces supuestamente radical Felipe González, y en el 2000 nueva mayoría absoluta (2o2 escaños) al Partido Popular?, ¿dónde estaban las convicciones de ese pueblo ameboide y metalizado, para eso una guerra civil fratricida de inusitada ferocidad tribal en 1936-1939? ¡Si los muertos levantaran la cabeza en este país de vivos! Bien, se terminó la guerra, pero ¿por qué no comenzar a olvidar el trauma construyendo la paz bajo el signo de la justicia, y no bajo el del dinero? ¡Es que ya somos ricos! He ahí el principio de realidad de la España que mira al futuro con una pupila en cuyo fondo de ojo se dibuja el signo dólar, otra vez el becerro de oro.

1.4. El Instituto Emmanuel Mounier: otra España nace en el deseo

En aquel lejano 1984, sin embargo, algunos esperábamos todavía que los autotitulados «luchadores» antifranquistas continuaran siéndolo hasta la victoria final de la sociedad sin clases. Esperábamos, pobres de nosotros, que gentes de diversas trayectorias militantes transformasen el sueño liberador en una utopía comunitaria que ya no se eclipsara más. ¿Cómo esperar otra cosa, dado el

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conspiracionismo y el clamor de socialismo en los medios, en las masas populares, en los cuadros de la élite burguesa, en las comunidades cristianas de base?

Llevados por esa convicción, y para aportar nuestro grano de arena, convocamos a un grupo de amigos a quienes entonces suponíamos interesados en el personalismo comunitario39. Denominador común: un cristianismo profético con voluntad de colaborar aconfesionalmente y en pie de igualdad con todos los militantes enraizados en los pobres y orientados hacia la transformación de las estructuras y de los corazones bajo el lema «libertad, igualdad, fraternidad». Es decir, voluntad crítica frente al poderío del dinero y la moralina burgesa; solidaridad con los últimos; primacía realista de lo espiritual sobre lo material(ista). Nos considerábamos la izquierda mística, la metaizquierda pobre y extraparlamentaria, la que trabaja gratis y es víctima de lo «políticamente correcto», la que ni se apesebra ni arrodilla ante los príncipes de este mundo, la ignorada por quienes definen invariablemente los lugares estratégicos desde sus lugares de privilegio, la tachada de angelista, ingenua y utópica por los pesimistas que han ido a parar al fondo oscuro del eficacismo acomodaticio, y de pesimista por quienes sólo ven felicidad en la vida privada mientras ningún dolor projimal les salpique, ni luchan contra el mal en tanto les sea ajeno, la acusada de ir demasiado deprisa por los rumiantes de oscuras jergas

39    ? En el domicilio de Carlos Díaz se reunieron Manuel Maceiras y Antonio Heredia, docentes y buenos conocedores del personalismo; Julián Gómez del Castillo y José Miguel Oriol, por la anterior trayectoria militante de ambos en la Editorial Zyx surgida de HOAC; Pepe Alonso y Gonzalo Tejerina, docentes y sacerdotes; Alfonso Gándara, entusiasta franciscano profesor de la universidad de los Andes (Venezuela); Juan Ramón Calo, mi más generoso colaborador, antiguo alumno de Bachillerato. El acta de constitución lo firman el 19 de julio de 1984 Carlos Díaz, catedrático de instituto en Madrid; Antonio Heredia, profesor titular de la universidad de Salamanca; José Eugenio Candela, profesor de la universidad complutense; Juan Ramón Calo, estudiante; Manuel Maceiras, profesor de la universidad complutense; José Alonso, profesor de bachillerato en Las Palmas de Gran Canaria; Antonio Ruiz, licenciado; Gonzalo Tejerina, profesor; Alfonso Gándara, profesor de la Universidad de los Andes (Venezuela). Los cargos: Carlos Díaz, presidente; Antonio Heredia, vicepresidente; José E. Candela, tesorero; Juan Ramón Calo, secretario; el resto, vocales. El 23 de julio de 1984 Juan Ramón Calo y Carlos Díaz entregan por triplicado en el Ministerio del Interior el Acta de Constitución y los Estatutos de la Asociación Instituto Emmanuel Mounier, aceptada oficialmente con fecha 8 de octubre de 1984, sin patrimonio fundamental y con un límite presupuestario anual de 90.000 pesetas.

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embolismáticas de escuela, o demasiado despacio por los eficacistas amigos de Bill Gates, ahora que en horas venticuatro podemos enriquecernos con un hábil golpe de Internet, o de poco sensata y centrada, carente incluso de carné de partido que respalde. Nosotros, que al parecer tenemos tantos defectos en cuanto personalistas comunitarios, no podemos menos sin embargo de esbozar una sonrisa cuando vemos a partidos y agrupaciones reclamarse de su identidad personalista y comunitaria (el CDS de Adolfo Suárez, Unió Democrática de Catalunya, etc). Patentado el ideario por las poderosas siglas, y convertido al instante en bestiario, los que no vivimos de ello, sino para ello, oficialmente somos ninguneados por los que viven de ello pero no para ello, como suele ocurrir.

¿Victimismo acaso, buscamos dar lástima, nos creemos tan buenos que el mundo no nos merece, nuestra tarea es ir monstrando los muñoncitos de nuestra inutilidad masoquizada? Nosotros no nos reconocíamos, ni nos reconocemos, en esos reproches, que proceden de quienes a la primera caída del dólar hipean pidiendo árnica a papá Estado. Nosotros trabajamos para el Reino, que no es de este mundo aunque ya haya comenzado en él, planteando la lucha para un hoy perfectible y quebradizo, con esa (auto)crítica que sólo cabe corriente arriba, contra las inercias propias y ajenas, desde la libertad no apegada, bailando con lo más feo del mundo. Y todo esto no por purismo o inadaptación a lo real, ni por narcisismo pueriloide, ni por resentimiento contra nada ni contra nadie, ni por envidia de malos profesionales, sino por convicción serena, por dignidad, por exigencia de humanidad, aunque cueste tiempo y dinero, pues lo que no cuesta tiempo ni dinero no es gratuito, y si no es gratuito termina traicionando los ideales. Nunca hemos puesto precio alguno a nuestras actividades. Entre nosotros quien quiso aportó su óbolo y comenzó a caminar cuanto quiso, cuando quiso y como quiso. Impécunes y adinerarios hemos salido adelante sin sueldos, con las meras cuotas de los simpatizantes, que en la mayoría de los casos apenas basta para pagar la revista que reciben, «Acontecimiento». Sin embargo, cuando hay gratuidad jamás existe problema económico. Lo nuestro sí podría ser una Organización No Gubernamental, y no las financiadas estatalmente, forzosamente dependientes de quien subvenciona.

1.5. Pero la idea rueda más deprisa que las piernas. El espíritu está presto, mas la carne es débil

1.5.1. Una militancia de bajísima intensidad

Pese a nuestros entusiasmos y quimeras, y ojalá que no falten nunca, en el IEM ha habido de todo, de los de cabeza y de los de cola, predominando lo mediocre, conforme

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al espíritu del tiempo que imprime su carácter. Sobre todo, ha habido entre nosotros «transeúntes»40. Pero tampoco han faltado los problematizados, los maltratados por la vida, y a éstos les respetamos sin reproches, al fin y al cabo el IEM tiene vocación samaritana, pese a no ejercerla casi nunca a la hora de la verdad, que es la de la acción. Por ello ha sido farmacopea para personas más necesitadas de cura propia que capaces de procura del bien común. Sólo una minoría ha visto en el IEM el lugar de realización personal y de servicio al prójimo a través de los modestos caminos que éste ofrece, casi todos -de corta, mediana o larga duración- añadiendo o coyuntando este esfuerzo a otros esfuerzos que también llevan a cabo en otros lugares, dada su condición de militantes policéntricos a quienes el proyecto del IEM no les ha llegado a servir de centro referencial. Sólo un puñado ha hecho de la experiencia del IEM su proyecto de acción preferencial, a su vez por periodos de tiempo mayores o menores.

En líneas generales la militancia en el IEM ha sido algo mejor que la ambiental, lo cual constituye un mérito bastante relativo. Hemos pasado años (y no pocos) definiendo y redefiniendo nuestra «identidad», siempre presumiendo de ser «de izquierdas», pero definir, que es mejor que indefinir, es desde luego menos que actuar: los más definidores no han sido los más definitorios. Siendo difícil el paso a la acción práctica, en lugar de hacer cosas con palabras -lo más difícil- casi todos tendemos a quedarnos en lo fácil, a saber, en hacer palabras sin las cosas, o de las cosas palabras. De ahí el déficit de militantes y el superavit de predicadores.

La militancia es para el personalismo comunitario la entrega existencial de nuestro sentido vital, la construcción del yo-y-tú en el nosotros personal. Por eso denunciamos cuanto vaya en dirección contraria.

a. Militante estudianteEn su ardoroso su corazón bien dispuesto,

está convencido de que los demás hombres y mujeres que le precedieron en el impulso regeneracionista fueron un poco inútiles porque no supieron ganar la batalla social ¡con lo fácil que es!. Venera de momento a determinados adultos que le han puesto ¡a él, nada menos que a él! en la ruta del compromiso, pero a no tardar terminará el brevimilitante

40    ? En 1994 el Instituto se ve obligado a distinguir entre «militante», quien trabaja en el Instituto a través de sus grupos, y «simpatizante», «resto al que no se le puede pedir lo que él no desee dar por las razones que fueren. Seremos los militantes quienes asumamos la causa hasta cuando podamos y hasta donde podamos. O no corren tiempos nuevos, o si corren nosotros no sabemos dar con ellos» (Correo del Sur Nº 12, noviembre de 1944).

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conmiserando a sus ex-admirados iniciadores: asentada la cabeza, el flamante dentista se conformará con limpiar las caries dentales olvidando las anímicas; ahí le tienes, platónico, sí, pero ahora no para sacar al esclavo del fondo de su caverna, sino de la caverna bucal.

b. Militante mutante Una vez sentadas las «sólidas» bases del

diálogo en su escaño correspondiente no añora platónicamente el pasado para resignarse a un presente más acomodado, sino que torna la grupa de sus venablos contra aquellos mismos que ayer constituyeron las delicias de la propia causa; continúa militando, en efecto, pero ahora contra aquello que había defendido enardecidamente, y si hace falta prohibirá consultar las hemerotecas que le recuerdan su pasado. Aquella su rápida marcha hacia adelante de otrora ha mutado ahora en lenta marcha hacia atrás, apresando como puede en su caminar retrogradante con sus tenazas todo lo que encuentra, hasta aferrar el sillón. Sentido común ante todo, nada de utopías juveniles; mucho racionalismo crítico, salud y buenos alimentos, la próstata...

c. Militante selectivo Siempre tasa lo que da, como «canguros» que

cuidan niños por horas; son militantes de un par de horitas semanales, para tranquilizar la conciencia y en severa dependencia respecto de las horas laborales que permite la abrumadora jornada de trabajo, pues ya se sabe que «quien hace lo que puede no está obligado a más», aunque nunca se defina qué es lo que se puede, ni qué relación podría caber entre el saber/querer/poder/esperar. En definitiva, militancia en forma de apéndice, aunque para la empresa no haya límite horario. Hay que mantener la cabeza fría sin olvidar el momentito del corazón.

d. Militante paréntesisNunca sometido a responsabilidades

orgánicas (a veces incluso las acepta, lo cual resulta peor) aparece y desaparece cual Guadiana cuando menos te lo esperabas. ¿Dónde estuvo nuestro militante? Urgido por nuevas y más picantes causas, por más novedosas excitaciones, y así hasta la próxima. Pero no se te ocurra hacerle el menor reproche, no vayas a pedirle puntualidad, nada de pasar lista pues al menor gesto de exigencia te abandonará indignado. O le tomas como es, o le dejas, pues militancia es hija de libertad.

e. Militante mírame-y-no-me-toques No es capaz de vender una idea ni una

revista a su convecino , aunque a decir verdad las cosas lucen tan mal para el asociacionismo que el flojeras en cuestión resulta a la postre un militante muy apañadito en la medida en

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que hace bulto en las reuniones periódicas, de ahí que también pueda denominársele militante-consuelo o militante-compaña porque gracias a él podrá tener lugar la famosa conferencia anunciada con un desaire menor para el conferenciante al que tanto trabajo te ha costado llevar al foro. ¡Cómo estarán las cosas, que hoy vale más flojeras apocopado en mano que ciento volando!

f. Militante catecúmeno De piñón fijó, lo suyo es la formación, la

formación para la formación, porque fuera de eso no le sacas el menor gesto de acción, el formarse para formarse mejor, caperucita. Gazmoño de la formación, mister Cursillo no se pierde un diploma ni por lo más remoto. Eso sí, no le busques en la manifestación porque a él no se le ha perdido nada en esos sitios, ni eso forma parte de la «verdadera» formación. Ya se sabe, la militancia está en la teoría, del griego theorein, la esencia pura que no incluye la existencia impura. Formarse seriamente, no dejarse manipular, repite hasta el propio eco el militante-cursillista abriendo mucho los ojos, ¡pero hombre, cómo te van a manipular a ti, caballero inexistente, al menos el manipulador tiene manos!

g. Militante matapadres Habiendo descubierto, oh decepción, que el

lider idolatrado dista de la perfección que él mismo le había atribuído, y no soportando cerca de sí líder alguno de carne y hueso, ya se encuentra en condiciones no solamente de abandonar su anterior militancia dorada, sino incluso (aprovechando la clarita) toda militancia en general, y de moralizar como escéptico sobre la maldad del líder-padre para darse la vidorra-madre, con un nihilismo barato y de garrafón.

h. Militante laxo Ni paga las cuotas, ni asiste ni insiste,

desiste o consiste, ni sabes muy bien si lo suyo es realidad o quimera, ausencia o rapto, o si murió en su casa y lleva meses sin ser notado, el caso es que un sospechoso tufillo sale de su domicilio, habrá que avisar a los bomberos... En resumen, militancia hija de Vacuna y de Flojera.

1.5.2. ¿Mea culpa? Dice el proverbio que cuando todos te llamen mono tú debes ponerte a comer cacahuetes de entrada, luego ya se verá: ¿habremos puesto tan alto el listón, que casi nadie dé la talla?, ¿habremos propiciado la conciencia culpabilizadora por hiperexigente?, ¿o será que no se quiere en el fondo cambiar de vida sino sólo de discurso, por lo que se mide mal el alcance de la propia convicción, se magnifica el propio valor, se calcula erróneamente el peso de la novedad, y

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se abandona la neomilitancia excitante pero frágil? Y luego viene la defección sin autocrítica ni memoria, superficial, inmadura, si te he visto no me acuerdo. Como mucho, abre una página webb para hacer turismo electrónico, no para compartir el dinamismo de la vida. En la red, una imagen vale más que mil palabras, y una palabra mil veces más que un acción militante. Pese a todo, amamos aquella «conciencia de visionario» de Machado:

«Hay dos modos de conciencia:Una es luz, y otra paciencia.Una estriba en alumbrarun poquito el hondo mar;otra en hacer penitenciacon caña o red, y esperarel pez como el pescador».

B. Un 1984 que no ha muerto

1. Y sin embargo... El militante que el IEM quiere

1.1. Perseverante

El militante ha muerto, viva el militante insumiso a quien la dificultad de ser lo que quisiera ser lo impele a buscar significados plenos, pues ni la adversidad ni los propios fallos desalientan su perseverante compromiso. No es militante quien toma parte ocasionalmente en un movimiento, y luego presume de sus locuras de juventud, sino quien envejece sobre el banco de pruebas contra el espíritu de la época y los ídolos del tiempo. El sufrimiento (el martirio mismo) sella la posición del militante que dice valientemente las verdades del barquero, precisamente aquellas que más irritan.

Hay militantes afamados y otros anónimos, los hay brillantes y grises, pero, si lo son, la militancia les costará vida privada. Si miramos con perspectiva histórica la mística de los militantes clásicos, éstos jamás obtuvieron dietas ni privilegios, en todo caso cobraban salarios mínimos. Viajando de pueblo en pueblo, a pie o a lomos de mula, o en los duros asientos de los coches de tercera del ferrocarril, o incluso sobre el techo de los vagones de mercancías, mientras organizaban nuevos grupos o dirigían campañas de propaganda aquellos austeros y fervorosos apóstoles de la idea soportaron heroicamente las represalias, las cárceles, las brutalidades policiales, realizaron huelgas radicales por el bien de los últimos, vivieron como vegetarianos y abstemios, como frailes

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mendicantes de la hospitalidad que les podían ofrecer sus hermanos obreros menos ahogados en la miseria.

Hay quienes asumen heroicamente muertes sublimes, ciertamente, pero también hay quienes mueren por grandes ideales porque no son capaces de vivir día a día por ellos, o porque consideran que el esfuerzo cotidiano es excesivo. Por eso a veces resulta más fácil morir como un idealista que vivir como tal, y hasta morir heroicamente que pensar con rigor, o que vivir con honor41.

41    ? No nos resistimos a narrar el caso de José Aguirre, un más que octogenario habitante del caserío Benitua, en Antzuola. Nuestro buen anciano, rosario en mano, caminaba por los aledaños de su hermoso paisaje pidiendo por todos, también por nosotros. Eternamente jóven, el más joven militante del IEM, sin otras bachillerías que las de su lejana escuela primaria («mi título es ser el primer barrendero de Antzuola -Anzuola, Antzuola; politiqueríos)» nos escribía el 12/9/1991 dejando el margen derecho de la carta libre tras haberlo visto en la nuestra: «He aprendido esto: la forma de no llenar todo el papel con las letras, y dejar un espacio (como cediendo el paso). Gracias, amigos, que todos tenemos que ser grandes. Pienso y creo que pronto nos encontraremos saludando alegres en el Eter y nos reiremos de estos días. Vuestros cuadernos de formación me parecen tan necesarios como el librito de catecismo que aprendimos de niños. Incluso los que no sabemos hacer discursos, leyendo cada cuaderno podríamos hacer discursos de una hora. Agur, y abrazos». Este barrendero más que octogenario nos manda el 10/1/1992 esta carta: «Os envío 20.000 pesetas para pagar los cuadernos que recibí hace cuatro meses y también para pagar la suscripción para este nuevo año. Hoy no tengo fundamento para más. Perdonadme». Y también nos envía poemas como éste del 17/4/1991: «Para Julia y Carlos/ y demás amigos/ quiero saludaros/ de mis lejanos prados./ Por el orden de vuestros trabajos/ que lleváis sembrados/ de trigos y otros granos/ en la tierra de los cristianos./ Pues cambian los tiempos/ y en ellos estamos/ de inviernos a veranos/ y de primaveras a otoños./ Lo sabemos los campesinos/ y con esperanza vivimos/ de nuevos frutos y granos/ con tiempos lluviosos o soleados./ En el Ser todos caminamos/ sin temor a desengaños/ con el aliento y Espíritu unidos/ a la Verdad de los cristianos./ En la Verdad caminamos/ si a Cristo le miramos/ clavado pies y manos/ por pecadores redimidos./ Con paciencia esperamos/ la unión de los humanos/ en el bien y el mal mezclados/ con la Verdad crucificados./ Albricias amigos todos/ mis humildes peregrinos/ ni Intgr ni prog somos/ los que a la Verdad y la Vida amamos./ Personas libres somos/ porque en la Verdad vivimos/ maduros, niños y ancianos/ los que al cielo caminamos./ Aleluya».

El día 9/8/1991 añadía. «Yo ando estudiando

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1.2. Benevolente

No hay que sacar pecho, pisando fuerte y porque se puede: «Muchas personas de buena voluntad, y que quisieran hacer algo por los demás, se sienten cohibidas porque no se creen capaces de hacerlo. Por desgracia, durante muchos años nos han presentado como héroes o como santos a aquellas personas que hicieron de su vida un servicio en la entrega a los que sufrían. En realidad son personas como nosotros que supieron descubrir a tiempo que se enriquece más el que da que el que recibe y que, cuando uno se atreve a servir, las cosas se desarrollan con toda naturalidad. Uno no sabe de lo que es capaz hasta que se pone a hacerlo. De repente, descubre que ha estado perdiendo un tiempo lastimosamente, que se agobiaba por aparentes problemas que pierden su virulencia ante las auténticas desgracias que uno descubre cuando se asoma a los umbrales de la marginación y de la desesperanza. Y uno se pasma de haber estado pasando tantos años junto al dolor y junto a la soledad de los que estaban ahí, a la vuelta de la esquina. No es menester ni tan siquiera 'ser bueno' para empezar a hacer cosas buenas. Aviados estaríamos. Nunca comenzaríamos. Lo que importa es echarse a andar, abrirse al sufrimiento de los demás, a sus necesidades, a sus realidades más verdaderas, suspendiendo el juicio, callando la crítica frívola o el comentario imprudente. Es preciso aprender a amar a los demás sin condiciones ni prejuicios, gratuitamente con amor de

cómo arreglarme para que la gente se interese por la idea: personalismo. Ando preparando algunas cosas que, si salen bien, ya os voy a contar. Ya tengo dicho a algunas personas que en septiembre empezaremos a hacer algunas reuniones semanales en el salón parroquial y, para que no me falte desde el primer día el material suficiente, quisiera que me mandárais cuadernos de formación».

Pero lo mejor aún está por llegar. Un buen día (6 de diciembre de 1992, según la magnífica memoria de nuestra hija Esperanza) un taxista llama a nuestra puerta preguntando por nosotros. Dentro, José Aguirre, que ha tenido la ocurrencia de venir a vernos y a pasar con nosotros la Navidad. Quería conocernos. Y no era necesario avisarnos. Estaba seguro de que nos encontraría. Nos encontaría, aunque era la primera vez que venía a Madrid, si mal no recuerdo. Era también la primera vez, según nuestro hijo Carlos, que veía un polvorón. Y se comporta con una delicadeza, exquisited e ingenuidad que nuestros hijos jamás olvidarán. Por si fuera poco, hace coincidir su visita con la llegada de una hermana monja que procede de misiones en ultramar, aunque no sabe el día ni la hora en que llega su vuelo a Barajas. Y, pese a todo, un día u otro, termina acertando. Llevaba décadas sin verla, y tenía que hallarla. Nuestros hijos lo recuerdan todavía hoy como un regalo de los Reyes Magos.

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amistad y sin esperar nada a cambio, sino la emoción de verse realizado en un proyecto creativo en el que reconoceremos lo mejor de nosotros mismos» (García Fajardo).

1.3. Caminante

No pocos, en el ejercicio de su acción, e incluso antes de comenzarla, se preguntan con gran retórica: ¿cuánto me faltaría aún en el supuesto hipotético de que yo quisiera arrimar mi hombro a la causa de los humildes? Ponen así ellos la venda antes de la herida, y pasan a justificar acto seguido con larguísimos razonamientos la inacción que tanto estaban deseando. Estos egocartesianos suministran con tal proceder miles de posibles buenas razones para una sola mala causa, comportamiento que tiene lugar día sí y día también en el ideolecto de los genes tramposos, descalificando además con el remotete de «utópico» (para ellos sinónimo de medio bobo) a quien orienta su lucidez hacia la acción. Ellos ignoran que las personas de carácter, sabedoras de sus propias fragilidades, prefieren no echar cuentas ni especular, aunque sí dosifican su esfuerzo -a cada día su afán-, dejando a un lado los libros de contaduría en favor de los de caballería, pues sin libros ¿de qué nos nutriríamos nosotros, pequeños ratones acostumbrados a esos grandes relatos de la humanidad que nos ha enseñado a querer ser? ¡También hemos conocido esperpentos como aquel que, obtenida la plaza de agregado en Formación Profesional, se dió de baja del Instituto porque «ya soy funcionario»!

Si se contemplan en frío los números rojos de la humanidad, la enorme deuda acumulada junto con sus intereses, y frente a ella las enanas posibilidades de enjugarla algún día con el mero jornal de uno, entonces ¿para qué poner a trabajar a esta fragilísima hormiguita militante? Muchas aportaciones sociales no se hubieran llevado a efecto de haberse evaluado a priori las dificultades. Jornadas enteras renunciarías si le echaras un pulso al entorno. Pero entonces el militante sencillo toma sus reconfortantes espinacas a la Popeye para empezar a trabajar hasta donde pueda, porque no todos podemos por igual. Los mejores militantes son conscientes de que al final de la jornada siervos inútiles, bastándoles con haber intentado hacer lo que tenían que hacer, lo cual ni siquiera coincide con lo que hubieran querido hacer, y mucho menos con lo que les hubiera gustado obtener. Pero ¡fuera congojas! La primera cosecha consiste en haber sembrado. Una parte caerá en tierra buena y dará abundante fruto. Lo importante es abrir el surco. Surco a surco, verso a verso. Volver a surcar, abrir caminos al futuro. Siembra derecha con surcos torcidos, desde luego. En cierta ocasión hicimos por carretera el trayecto Madrid-Sevilla para dar una conferencia con objeto de captar gente para el Instituto, pero nos tuvimos

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que volver sin un sólo oyente. Es el destino de ciertos payasos sin publico en determinadas coyunturas de la historia. Otra vez, tras impartir la lección inaugural de curso de la Escuela de Magisterio de la Iglesia de Córdoba, nos volvimos sin haber vendido un solo libro. Fue interesante tornar la grupa cargados de «fracaso». En ocasiones nos hemos equivocado y llegado en la renqueante furgoneta a San Sebastián en medio de una gran nevada, pero como íbamos con tiempo pudimos volver y llegar por los pelos a dar la conferencia en Vitoria. Desde allí, otra vez a la carretera para seguir a las máquinas quitanieves o las rodaderas de los camiones oyendo «Lo Cortés no quita lo Cabral». Eso tampoco nos lo quitarán.

Y si -en el caso límite- las gentes de carácter militante estuvieran seguras del no-futuro, por si acaso seguirían sembrando. Por si acaso. Han descubierto que sembrar es lo que saben hacer y lo creen necesario. La siembra de quien muere sembrando será ya la primera cosecha. Cada vez que alguien pone la mano en ese arado se renueva el milagro: la humanidad recobra su aliento. La humanidad descubrirá el buen camino, comprenderá que el sesgo inconducente de lo malo. Las personas pasan, pero sus gestos quedan, y serán apreciados por la humanidad venidera, la que aún no ha cursado sus primeras letras. Tras las generaciones huérfanas están los nietos sabios. Esas batallas se ganan póstumamente, como El Cid Campeador. Aún reconociendo la fuerza del pasado, éste debe ser un trampolín, no una hamaca. La humanidad cambia muy despacio, pero con tiempo y con paciencia la hoja de la morera se convierte en vestido de seda; por lo demás, nosotros ignoramos totalmente el valor real de nuestro esfuerzo. Y, cuando hayas sido capaz de envejecer a pie de ruta, entonces habrás llegado, porque la meta está al final del viaje. He aquí la prueba para verificar si tu misión en la tierra ha concluído: si estás vivo, no ha concluído aún. Por fortuna podemos contarlo, es decir, cantarlo.

1.4. Testificante

Lo esencial del testimonio es la atestación. Atestar es más que hacer constar, más que afirmar: es comprometerse tanto en lo que se afirma, que negar aquello de lo que se ha hecho testigo equivaldría a negarse a sí mismo. «Además de hablar del hombre, aspiramos a luchar por el hombre. Nadie trata objetivamente del ser humano. Pero como es de buen gusto disfrazar la imparcialidad con ropaje científico, preferimos declarar a pecho decubierto que nuestra ciencia, sin dejar de ser honesta, constituye sin embargo una disciplina combatiente»42.

En resumen, para el testigo que se dispone

42    ? Mounier, E: Tratado del Carácter. Obras, II. Ed. Sígueme, Salamanca, 1991

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a dar razón con su vida, para ése la palabra no es un acto teatral espúreo, ni una representación escénica, ni una concesión al espectáculo, ni la búsqueda de aplauso, ni el recurso para movilizar emociones multitudinarias, ni un elemento decorativo más entre la parafernalia de disfraces, pancartas, pegatinas, banderolas y semejantes accesorios propios de cualquier circo electoral al uso. No. El testigo orienta su palabra hacia el desvelamiento de lo que es verdadero, y al hacerlo busca concitar las voluntades ajenas, convencido del carácter dialogal de lo eterno verdadero, teniendo como lema no dejar para los otros lo que pueda hacer él mismo, pues todos somos responsables de todos y yo más que nadie, y una responsabilidad que cedes a otro ya no es responsabilidad. Afortunadamente conocemos testimonios luminosos de resurrección: hemos resucitado en aquella mujer pobre que tras una charla en una iglesia suburbial de México D.F. puso un billete de diez pesos sobre nuestra mano para agradecer nuestras palabras. Hemos resucitado en esos oyentes que, tras nuestras pobres palabras, nos han dicho: «por favor, léame el alma». Hemos resucitado en las lágrimas de quienes, enamorados de nuestro proyecto, han visto sacudido su espíritu radicalmente por un movimiento de conversión. El sobrecogimiento ha llegado incluso hasta la muerte. Hemos resucitado muchas veces, casi siempre, en los más pobres del otro lado de la mar océana.

1.5. A ningún militante se le impedirá llegar hasta el martirio, si así lo desea

El martirio constituye la prueba suprema del amor. Quien asume hasta el límite de su vida el «id y enseñad a todas las gentes»43, quien no se limita a pescar confortablemente en la orilla sino que pesca en alta mar, quien desarrolla la misión hasta la última testificación, ése asume su testimonio como la epifanía y realización del plan de Dios en el mundo. Aunque nos falte a quien predicar, nosotros no faltemos a esa hora, siquiera sea con un paupérrimo testimonio. Peor que no tener público será obtener el aplauso de cierto público, «quedar» bien sin que tras el aplauso haya «quedado» nada. ¿Qué músculo mueve el aplauso en la sociedad del espectáculo, por qué no continúa moviendo más tiempo?

2. Una larga acción disciplinada

Conviene recordar las palabras del entonces recien elegido presidente del IEM, Luis Ferreiro, escritas en el Correo del Sur de noviembre del año 1944: «Queridos amigos y

43    ? Mt 28

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hermanos: llevo tres años en el IEM, y apenas he tenido tiempo de acostumbrarme a su agonía permanente, a la reedición de sus crisis y a su eterna voluntad de renacer. Con todo, lo primero que deseo expresar es el reconocimiento de una deuda con cuantos habéis puesto vuestro trabajo mucho antes que yo, pues los mejores logros han sido posibles gracias a esos esfuerzos. Es de justicia daros las gracias aunque el cansancio -único salario que habéis recibido- os haya alejado. Aun tengo reciente la grata sorpresa que fue para mí descubrir lo que me pareció un oasis de sabiduría, amistad y sensibilidad comprometida. Ese juicio prevalece sobre las torpezas y tropiezos.

Este año hemos superado una dificultad más, tal vez no sea la última, sin embargo estoy firmemente convencido de nuestras grandes potencialidades. Para desarrollarlas sólo necesitamos más fe militante, un decidido esfuerzo personal, una formación esmerada y una más cuidada organización. Preguntarnos si esto es necesario es no haber aprendido nada del personalismo. Mounier rechazaba rotundamente 'toda tentativa de utilizar el término personalismo para la pereza histórica' y 'la tentación, muy fuerte para algunos, de llamar personalismo a su incapacidad para soportar una larga acción disciplinada'.

Esta pretensión de una acción de amplios horizontes en el tiempo y en el espacio es la única respuesta posible, desde el personalismo comunitario, a una toma de conciencia de nuestra implicación en la grave y apasionante época histórica que nos toca vivir, grave porque la suerte de la humanidad futura también se juega en la generación actual, y apasionante porque en ella se esconde y se manifiesta una llamada al ser, una vocación para todos y cada uno de nosotros. Mientras el Sur agonice y los pobres sean cada vez más pobres, mientras la paz no llegue y las víctimas de todas las tiranías de corto y de largo alcance sean cada vez más numerosas, mientras en el Norte, espiritualmente muerto, millones de hombres asistan impasibles al drama de sus semejantes y al vacío que les invade, mientras todo eso ocurra permanece actual la vocación histórica a la rebeldía contra el desorden establecido.

No cabe lamentarse de que somos pocos y débiles, de que no tenemos medios y de que no nos hacen caso. Eso puede ser verdad, pero los revolucionarios de los siglos pasados y del actual lo tuvieron mucho más difícil. Así, cuando surgió Esprit en los años 30, tenía que confrontarse con las crecientes fuerzas del fascismo y del estalinismo. En comparación nuestras dificultades son un juego de niños y lo tenemos más fácil que quienes dieron su vida para transmitirnos una herencia espiritual.

La diferencia es aquellos tuvieron la voluntad de poner, junto a la fragilidad, la ambición y el

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entusiasmo: un inmenso, coraje, una 'lúcida ingenuidad' y una entrega sin cálculo de posibilidades. Nada nos impide a nosotros ser igualmente intrépidos. Y si hay algún impedimento ¿por qué no arrojarlo por la borda para emprender singladuras de mayor riesgo? ¿Comodidades, ridículas seguridades, prestigio, curriculum, carrera profesional? Nada de esto sirve para suturar las heridas de la humanidad. Dejemos a un lado la frivolidad de una vida sin tensión militante».

El propio Luis Ferreiro escribe en septiembre de 1995 estas hermosas palabras: «Contraponer lo personal a lo militante es una reacción que tiene sus razones, pues han sido muchas las experiencias en que la militancia se ha planteado desconociendo la vocación, el ritmo y el crecimiento de la persona. A mi entender cualquier contraposición entre estos conceptos que los presente como polos opuestos es ilegítima. La tensión será inevitable, pero debe ser fecunda, sobre todo cuando se plantea desde el personalismo comunitario que pretende la construcción de una civilización en la cual cada persona pueda realizar su vocación. La militancia es una concreción y una perfección del compromiso, la adopción de una fidelidad creadora presupone la existencia de una comunidad a la que se quiera ser fiel, atiende a una promesa comunitaria...

En tiempos difíciles, la militancia se hace más necesaria, pues los grandes ideales no se alcanzan por sí solos. A quien no lo crea así le recomiendo que medite estas palabras de Maritain: 'hay que tener el espíritu duro y el corazón amable. Cuánta gente cree tener el corazón amable y no tiene más que un espíritu blando'. O estas otras de Mounier en diálogo con Nietzsche: 'Son sutiles, sus virtudes tienen los dedos finos. Pero les faltan los puños: sus dedos no saben articularse en los puños. Una religión de la yema de los dedos no agarra nnada, ni siquiera el Reino de Dios'...

'Viejo burgués... Tú has construído tu paz a fuerza de cegar con cemento, como lo hacen las hormigas blancas, todas las salidas hacia la luz. Te has enroscado en tu seguridad burguesa, entre tus rutinas, en los ritmos sofocantes de tu vida provinciana. Has alzado tu humilde muro contra los vientos y las mareas y los astros. No quieres inquietarte por los grandes problemas, Ya tienes bastante trabajo con olvidar tu condición de hombre... no te planteas preguntas sin respuesta... Nadie se preocupó por sacudirte los hombros cuando aún era tiempo. Ahora la arcilla de que estás formado se ha secado, se ha endurecido'. Estas palabras de Saint-Exupéry también son para nosotros. Porque nos miramos los unos a los otros y en el desconcierto o la abulia del otro encontramos la excusa para nuestro escepticismo, el antídoto contra los sueños y la coartada para la inacción».

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C. Una tensión permanente

1. El milímetro que separa el elitismo del populismo en el caso del fundador

1.1. Aventurerismo infantil

Cuanto más pura es la idea, más difícil su cumplimento, y más al descubierto la propia incompetencia. Echada la vista atrás, hoy vemos que el Instituto Emmanuel Mounier (IEM) ha sido obra de muy pocos, a la que hay que añadir el impulso puntual de otros muchos que un buen día aparecieron llevados por su voluntad de aventura y de curioseo (también de ignorancia de las propias fuerzas y desconocimiento de sí mismos), de entrar y salir, de opinar, de ser notados, de tensar la propia cuerda y engolar la voz, de enfatizar, de decidir, todo lo que podríamos calificar como democracia folclórica de impúberes. Más derechos que deberes: esa mala peste de la que Platón decía que había que huir en una ciudad bien organizada y de una política entendida «como justicia y pudor».

En el IEM hemos soportado el paso de no pocos, dado voz y voto a los recien llegados, cedido el puesto, y hasta hemos sido arrastrados por el aventurerismo de los más irresponsables entre ellos, que al cuarto de hora ya habían desaparecido. Ellos, los heterodoxos: como dijera Chesterton, «un hombre debe ser ortodoxo en muchas cosas, o nunca encontrará tiempo para predicar su propia herejía». Comenzar por la heterodoxia y el gesto rebalde sólo conduce a la final ortodoxia respecto del dinero.

¿Hemos pecado de libertarios y asamblearios, o hemos tenido miedo a decir «no» para no ser tildados de castrantes en una época de ultrapermisividad? Probablemente esto último. ¿La prueba? Muchos de los que en nuestra vida asociativa jugaban con lo del común porque era de ningún, en su vida privada organizaban más juiciosamente las decisiones. Utopía en el común, «realismo» en la administración de las propias cuentas44.

44    ? Un ejemplo: la coordinadora de 29-30 de enero de 1994 decide entregar al Tercer Mundo el 10% de los exiguos fondos del IEM (procedentes de los esfuerzos de muy pocos militantes que son los únicos que venden libros y hacen suscriptores), por partes iguales a un proyecto de desarrollo en Bolivia (vía Ángel Nistal), y a otro en Chiapas (vía Mariano Moreno), sin pensar en que ese poco dinero lo necesitamos para hacernos presentes más militantemente dentro y fuera del país. Con el dinero del IEM hemos sido generosos, pero me gustaría saber si

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1.2. La tentación del caudillismo

A la vista de este aventurerismo infantil, nada más lógico por reacción que la dictadura de los esclarecidos, la capacitocracia, el caudillismo, a lo que se llega no tanto por convicción cuanto por desesperación. Sí, de dictaduras y caudillajes tienen tanta culpa dictadores y caudillos como la amorfía ameboide del común que las propicia desde la base. Quien diga que este alegato trasluce pesimismo ignora la condición humana. El pesimismo no está en reconocer lo que somos, sino en tratar con látigo de zar a quienes están pidiendo a gritos ser zar...andeados, en tratar como esclavo al que lo merece, aunque lo merezca. Ahora bien, tratar como personas a quienes como esclavos engendran mala peste en la ciudad exige ser realista y no maquiavélico, lúcido sin dejar de ser utópico, generoso a pesar de la humana fragilidad, «dar a cada uno lo suyo» superando la lógica de la equidad con amor inigualitario, no devolver golpe por golpe, rebasar las leyes hacia la ciudad armoniosa del perdón que restaura, regenera y devuelve energía para el encuentro personal(izador).

1.3. Las tensiones del funda(do)r

Las instituciones reproducen los defectos de sus fundadores. A veces, es la misma personalidad de quien pone en marcha un movimiento la que le impide crecer. Si además el padre fundador es intemperante, cambiente de humor, impaciente y exigente, él mismo necesitado de madurar, entonces se juntan el hambre y las ganas de comer. No diría yo que éste no haya sido también en buena medida nuestro caso. A los defectos personales han de añadirse los generacionales, y así, cuando la exigente cultura epocal del maestro no coincide con la menos rigurosa de los discípulos, tras un periodo de fascinación se produce en los últimos la freudiana necesidad de liberarse del «padre fundador». Otros grupos, no sé si más afortunados o más desgraciados, se las ingenian y terminan beatificando al Fundador tabuizado, invocado para evitar las discordias civiles y para exorcizan sus propios demonios, aunque también ese rito tenga su peaje.

Por lo general, cuando se ha llegado al límite de la tensión, no se sabe demasiado bien qué hacer. En efecto, cuando el ritmo del líder se reputa excesivamente rápido por quienes marchan a la zaga cansinamente, incrementando paulatinamente su rezago en un pelotón de cola más y más nutrido, desde el que los descontentadizos lanzan invectivas cada vez mayores contra la vanguardia, ¿es más

cada cual ha cumplido el otro acuerdo tomado en la misma Coordinadora, a saber, «aportar el 1% del propio sueldo para el Tercer mundo, o para asilos, etc, al menos como gesto».

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correcto ralentizar el paso para permitir el reagrupamiento de las filas, acomodarse a los postreros para no perderlos en el camino, o continuar el propio ritmo olvidándose de los lentos que nada aportan al común y sólo sirven de rémora?, ¿es más beneficioso abandonar la cabeza ya sin cuerpo de marcha que la siga y dejar el gobierno a los lentos, convertir la democracia en mediocricracia, o quedarse solos los mejores, algo siempre preferible a estar mal acompañados?, ¿es más rentable no tomar ninguna decisión al respecto, dejando que mientras tanto todo se pudra, o alentar el pábulo vacilante y la llama que aún humea para que recupere su vitalidad? Si el fundador es responsable, no dejará de ser un sufridor cuando estas tensiones se producen45.

1.4. ¿Cómo ser fiel a «la» causa elegida?

El problema que late bajo esta tensión es el de la fidelidad. El fundador perverso querrá que se lo agradezcan eternamente, y cobrárselo en vasallaje. Pero si busca la fidelidad a lo eterno, a la causa que es «la» causa y no sólo «su» causa, entonces ¿cómo no re-accionar contra la infidelidad a la causa, contra el va y viene superficial de los manoseadores que la invocan sin pudor? Fidelidad: si dejo sólo

45    ? Pidiendo disculpas por las omisiones involuntarias, quisiera dejar aquí constancia de los nombres de los colaboradores más activos, aunque haya sido fragmentariamente a veces. Galicia: Miguel Fernández Blanco, Pablo y Andrés Simón Lorda (luego en Madrid), Xosé Manuel Domínguez. Madrid: Juan Ramón Calo, Emilio Andreu, José Manuel Alonso, Julia Pérez, José Ángel Moreno, Javier Cortigueira, Encarna Ayuso, Emmanuel Buch, José María Vegas, Lourdes Fernández, Lidia Parrilla, Francisco Cárceles, Carlos Sureda, Luis Narvarte, Mercedes Muñoz, Luis Capilla, Alberto Orío, José Manuel Linares, Soedade López. Zaragoza: Antonio Calvo, Antonio Puértolas, Ismael Guallar. Murcia: Mariano Moreno. La Rioja: Luis Enrique Hernández. Valencia: Gerardo López, Juan Biosca. Sevilla: José Seco, Domingo Vallejo, Luis Ferreiro, Rafael Soto, Pablo López. Málaga: Rubén Vázquez, Natiadory Checa, Sergio, Alfonso Gago. León: María Dolores Hoyos, Ángel Nistal, Julio González, Agustín Lera. Barcelona: José Luis Vázquez Borau. Vitoria: Daniel Corral.

Viven también en nosotros: José María Mendizábal, sacerdote vasco de Mondragón, fiel desde el principio hasta su muerte; Juan Luis Ruiz de la Peña, a distancia tan presente; Teófilo Pérez Rey, maestro de vida; Alfonso Gándara, romántico y hablador dotado de una memoria inigualable; Adonila López, religiosa alegre y fuerte; el Padre Argimiro, sabio y modesto abulense; Ruben Vázquez...

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las raíces del árbol, ya no es un árbol, y termina pereciendo. Tengo que permitir que se haga un tronco y crezcan unas ramas, y en ellas se hagan presentes las flores y los frutos. Es decir, lo interesante es una fidelidad fructífera, como en la parábola de los talentos. Sospecho que sólo se puede desarrollar esa fértil y creativa fidelidad si se deja uno elegir por la causa que uno ha elegido: si pone su acción en manos de la gracia.

D. Corriente arriba

1. 2000: ¿Un IEM cansalmas?

En Navarra se dice cansalmas de la persona que, tozuda y machaconamente, sin respeto por nuestro interes, nos repite hasta la saciedad el mismo relato a modo de idea fija u obsesión, nos comunica idénticos propósitos e invariables quejas y agobios echándonos encima su fardo. Su eterna salmodia versa sobre un agravio o afrenta de los que se cree presunta víctima, cansando a los demás sin jamás cansarse, moliéndonos el alma, triturándonosla a fuerza de pasarla por su monotemático molino. Nosotros, por desgracia, podemos llegar a parecer ya unos cansalmas. De ser considerados profetas hace aún muy poco por una sociedad que hablaba como si quisiera utopías, quizá estemos pasando a ser tildados de cansalmas por esa misma sociedad que ya abomina de todo menos del Inserso. Es un papel triste, sobre todo, cuando los agravios de los que nos hacemos eco los padecen sobre todo aquellas gentes que ni siquiera tienen voz ni fuerza para cansar alma alguna, partida la suya propia, molido su espíritu, quebrantados sus huesos. Sin embargo, por el mero denunciar la corrupción del alma de este sistema hemos pasado a ser tildados de corruptores, forma en que el envilecido se defiende: tratando de envilecer al mensajero, denigrándole. El cansalmas es presentado como un tipo torvo cuando la sociedad se regocija en el jajajajijijí de las vacaciones tontas; carece de humor, porque su mundo no está para fiestas comparado con la seriedad de su causa y no cejará hasta obtener la rendición de todos los demás. He aquí al resentido insaciable que no conoce más deber que el infinito que todos le deben.

2. Hay más almas cansadas fuera, que dentro del IEM

Pero no. En todo caso, también los anti-

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cansalmas son cansalmas-anti-cansalmas, aunque quede bonito hacer el anti-canso desde los medios hegemónicos a los que hoy se sirve cual eterna voz de su amo. Nadie puede saltar por encima de su propia identidad, ni de la sombra de su historia, ni del dolor de los pobres, aunque la nueva generación esté unida por un cierto interés social que ha sustituido al compromiso político, el gusto por la estética y la apariencia, la pasión por los medios audiovisuales y la sensación de que el tiempo se ha eliminado: el instante es esencial y prima tanto en el ocio como en la información. La idea de conservarse siempre inmaduro, siempre ocupado en diversiones, de no asumir riesgos ni responsabilidades, ese fenómeno se ha agudizado. Se tiene derecho a la educación, en la mayoría de los casos se maneja más dinero que nuestros padres a nuestra edad, no existe ninguna presión para que nos independicemos, e incluso el trabajo no resulta algo urgente durante los muchos años en los que nos estamos formando. Ni siquiera el sexo, que durante siglos pesó como carga, está ya prohibido. La generación 2000, en todo caso, vive de un espejismo, mal augurio. Cree ella que ya no cree en nada que no sea la vida fácil, pero seguramente no ha habido época más fanáticamente creyente que la suya, aunque el sistema haya logrado el milagro de que crea ser increyente. Así como el pez no puede saber que vive en el agua, así también los «increyentes» de hoy desconocen que sus actos los dictan unos idolillos invisibles, pero los idolos ocultos, aquellos que ni siquiera tienen nombre, suelen durar milenios.

Seguramente conviene que haya aún quien recuerde estas elementales verdades del barquero, pues la verdad es la verdad, ya la diga Agamenón, su porquero, o nadie. Nosotros, que no somos los mejores, ni siquiera buenos, no tenemos vocación de cansalmas, y nos recordamos a nosotros mismos nuestras incoherencias, desfallecimientos y rutinas. Pero a denunciar el mal y proponer el bien con gusto y arte, con creatividad y energía, con felicidad militante, no vamos a renunciar mientras nos quede un poco de dignidad y de memoria histórica, de inteligencia analítica, y de voluntad militante. Aunque sólo sea un poco.

3. El que esté libre de cansancio, que arroje la primera piedra

3.1. El Rubicón no vadeado de la madurez personal

También nosotros estamos algo cansados. Sin que confundamos cansancio con agotamiento, y mucho menos con defección o abandono de la causa, lo que más rompe la alegría del proyecto personalista comunitario es ver al pájaro poner

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los huevos en un nido y gritar en otro, «efecto verborrea» que se manifiesta en el incumplimiento sistemático de los acuerdos adoptados con vuelta recidivante a los mismos para de nuevo incumplirlos sin entonar la menor autocrítica y como si nada hubiera pasado, con un diletantismo tan insuperable como inadvertido. Estas vidas vividas bajo el signo de la inconsecuencia son también las más irrealistas, e incluso las más broncas cuando sus propias propuestas fantasiosas son rechazadas por inviables. Gentes que así se comportan en un colectivo que no retribuye económicamente están marcadas dilemáticamente: o nunca llegarán a nada en una empresa seria donde se exija rendimiento, o si llegan será porque sólo saben tomarse en serio un trabajo remunerado. Son éstas también las personas más «demócratas», porque alzan rápidamente el brazo para votar, aunque sea lo único que mueven, pues el resto del cuerpo permanece apoltronado. ¡Cualquiera les dice que la democracia formal del voto entre los militantes no vale nada, si no está amalgamada con la democracia real del trabajo! Si tal ocurre en el IEM, donde estamos los «mejores», cómo serán los peores.

Y todo esto enraiza en la carencia de experiencia. Sin conocimiento en primera persona de los males estructurales del mundo, ¿qué solidaridad con los parias puede esperarse de universitarios de países ricos, vocingleros pero incapaces de sacrificio y de renuncia? La madurez surge de la realidad, y ésta tiene que ver con lo difícil, con el dolor que mana de dentro y se reconoce en el encuentro con las pobrezas ajenas. Me duele, luego existo. No hay redención sin asunción de ese dolor. Sin él, todo comienza en mítin y termina en happening, en juerga. Además produce falsa conciencia. ¡Cuántos «autogestionarios» progres lo fueron -también en el interior del IEM- porque la izquierda era una apuesta a caballo ganador, o ni siquiera eso, porque era una ideología en alza, o ni siquiera eso, porque reforzaba el narcisismo del yo, o ni siquiera eso, porque se ligaba más!. Debajo ¿qué había? Cero en experiencia, en veracidad, en identidad.

Y, claro, cuando luego comenzamos a trabajar profesionalmente, cuando ya todo el tiempo se lo lleva la Empresa, para la otra empresa, la militante, ya no quedan sino migajas, o sonrisas de suficiencia: cosas quince o veinteañeras. Cuando el matrimonio consolida esta situación, entonces requiescat in pace. Lo peor es que terminan yéndose a donde ellos mismos habían dicho que no había que irse y, ahora que están allí más o menos instalados, o instalándose, extirpan del cerebro el lóbulo de la memoria, y ponen a trabajar la inteligencia para que ésta justifique lo injustificable. Cuando vengan las úlceras y los kilos de más y las horas de la banalidad, ya hablaremos. No molesta que se hayan ido del Instituto, sino a dónde se han ido. Ojalá se hubieran ido para poblar movimientos más radicales, para impulsar propuestas más

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humanizadoras, pero no: han emprendido el vuelo para adentrarse en una jaula de oro, una jaula cuyos barrotes nadie percibe porque la jaula es grande, pero en la cual no caben largos vuelos de altura. El 9 de noviembre de 1989 la primera persona en cruzar el muro de Berlín con luz y taquígrafos, Angélica Wacke, de 34 años, decía: «Ya no siento que esté viviendo en una prisión». Todo es acostumbrarse, Ángela, a la jaula de oro. Los rebeldes no han terminado en revolucionarios, sino en pájaros de jaula o de aula. He ahí la gran enseñanza, si no sobre la naturaleza humana, sí sobre muchos comportamientos humanos. Tampoco nosotros hemos sabido vadear ese Rubicón que nos separa de los pobres y nos acerca a la madurez personal desde la experiencia.

3.2. Pero no nos damos por vencidos

Sin embargo, seguimos intentándolo. No estamos vencidos, porque vivimos convencidos de la bondad de nuestra propuesta. Es difícil, pero aquí queremos estar, abiertos también al reconocimiento de nuestra propia falibilidad, pues si fuéramos mejores habríamos ensanchado el surco y tendríamos renuevos. Otros más puros lograrán metas más altas, aunque la perfección siempre se desplaza, por fortuna. Puesto que el proyecto del IEM merece la pena tendrá su momento histórico, su mañana, probablemente en el tercer mundo, en el Sur. Nunca olvidaré al P. Argimiro Rodríguez, vinculado al proyecto desde el primer momento hasta su muerte46, quien desde su abulense Colegio Diocesano nos decía con asombrosa clarividencia: «lo que vosotros intentáis es mucho más difícil que la vida de estricta clausura, pues vosotros queréis ser monjes activos en el mundo».

Y si, tras haberlo intentado, volviéramos a fracasar, lo intentaríamos de nuevo. El fracaso nos ha hecho más realistas respecto del primer mundo, el Norte, cerrado a cal y canto a todo que no sea su mercado. Ahora conocemos mejor el terreno, un terreno que a pesar de todos los pesares está sediento. Hemos comprobado a lo largo de años y de cientos de encuentros que la gente ve bien el proyecto del IEM (al menos «le gusta», o «le gustaría»), y sabemos que es bueno. El Reino no es de este mundo, pero comienza con proyectos como el nuestro, y demanda nuestro esfuerzo, desde la Gracia que se nos concede al poderlo intentar. Nos consideramos afortunados en medio de todo. No felices de cualquier modo, cual cerdo en cochinera, sino dignos.

4. Esto es lo que queremos ser

46    ? Bajo el título «Cuando un amigo se va», C. Díaz despide en «Acontecimiento» (nº 16, febrero de 1990) a Heriberto Ampudia, Luis de Diego y Argimiro Rodríguez.

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Tenemos voluntad de luz, pues la luz es un eidos, un faro que se ofrece a las travesías desnortadas por la turbulencia axiológica. Mantener encendida la llama durante la noche sin aurora puede ayudar a muchos en su naufragio, aunque también sabemos que la luz ofende a las almas innobles, que se refugian en la tiniebla.

Queremos seguir aglutinando luces, ser sinergia de puntos microlumínicos, sumar y no restar, aglutinar los esfuerzos militantes de las gentes de buena voluntad, a pesar de que hoy aglutine más El Corte Inglés, los espectáculos embrutecedores, la venereofilia, la domestología, la prensa del corazón, el poder, el dinero, y todos esos trajines.

Queremos a través de nuestros medios seguir presentando a quienes nos llaman, e incluso a quienes todavía no nos han llamado, de forma pacífica, culta, bella, una alternativa liberadora, igualitaria y fraterna con el gozo de nuestro compromiso activo, gratuito y cercano.

Queremos seguir creyendo que hay en el ser humano más cosas dignas de admiración que de desprecio; que sólo se posee lo que se regala; que da más fuerza sentirse amado que creerse fuerte; que la persona es fin en sí y no medio, un fin en sí abierto a lo que -más grande que él- constituye su fin último y su plenificación.

Y queremos seguir queriendo seguir, como Emmanuel Mounier lo quería. Él, mejor que nosotros, además contaba con un ambiente social y político mucho más favorable a la causa asumida; sin embargo, su obra apenas ha sobrevenido medio siglo a su muerte. Aunque lo básico, filtrado por las arenas del tiempo sigue adelante.

E. Nuestras tesis: lo que decimos que somos

He aquí nuestro programa. A la pregunta ¿qué quiere ser el IEM? respondemos:

1. Un ámbito de encuentro entre intelectuales, profesionales, estudiantes, trabajadores y gentes activas en general, con una memoria histórica y un común deseo transformador. Su memoria se remonta a la sociedad civil del 1789 libre, igual y fraterno; al 1860 de la Primera Internacional de Trabajadores; al 1932 de la fundación del movimiento Esprit; al 1933 republicano y militante; a las colectivizaciones libertarias, federales y autogestionarias; al presente de los pueblos del Sur que se afanan por su liberación en torno al 'lo tenían todo en común'. Su deseo es una sociedad de adultos liberados del afán de posesión y tendentes a un común personalista y comunitario.

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2. Buscamos aquella sociedad que, desde el «a cada cual según su trabajo» apunta al «a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus posibilidades». Nos interesa la democracia formal en la medida en que ésta refleje la democracia social, sin paro ni diferencias salariales al uso, sin salario incluso, por no aceptar la propiedad privada de los medios de producción ni la herencia. Al margen del capitalismo multinacional y del poder del dinero que todo lo define, queremos el federalismo solidario que trasvasa sus bienes según la ley de los vasos comunicantes, y que niega las reproducciones atomizadas del Estado (como lo son las autonomías al uso). Sueña con una economía presidida por el valor de lo humano y defiende las relaciones de producción apátridas como aspiración internacionalista.

3. El Estado no es la Razón, y ni siquiera hay razón para el Estado, que aun en su forma de Estado de derecho representa el monopolio de una oligarquía militar (aparato represivo), político-burocrático (Administración), y económica (resultado de las anteriores), siempre mantenida por los aparatos ideológicos que la publicitan y reproducen (masa, escuela). Resulta imposible levantar el edificio personalista y comunitario sobre el caótico mundo del consumo, elegido por el Estado como motor de la historia. Este 'anestatismo' conlleva trabajar contra el desorden establecido y contra el que trata de establecerse desde su raíz estatal.

(Esta tesis fue reelaborada en la Asamblea de Alcobendas, 16-17 de septiembre de 1995, quedando así: «Hoy más que nunca hemos de trabajar por rechazar razonadamente toda forma de Estado que no sea más que una concentración de poder en manos de partidos, de hecho una dictadura. El Estado sólo puede tener sentido para nosotros como el pueblo mismo organizado en un orden institucional que, a fin de ser verdaderamente democrático, exige la autogestión responsable desde su base popular. Cuando el Estado se desarraiga del pueblo constituyéndose en una entidad independiente del mismo, automáticamente se transforma en un poder despótico que tiraniza al pueblo primero y le envilece después y contra el que, por consiguiente, resulta legítima cualquier forma de desobediencia civil.

Hoy más que nunca afirmamos que el Estado no tiene sentido constitucional cuando no expresa la voluntad popular, a la que debe someterse. A su vez la voluntad popular se expresa mediante la socialización, la participación, la autogestión.

A pesar de todo, para nosotros la voluntad popular tampoco puede ser dogma. La voz del pueblo no es la voz de Dios. A veces en favor del pueblo habrá que cantarle las cuarenta.

Aunque lo ideal sería la desaparición del Estado en su forma actual porque no promueve la socialización,

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la participación ni la autogestión, sin embargo, mientras el Estado subsista (pues el Estado mínimo según el modelo neoliberal resultará lesivo para los más necesitados), mientras tanto sólo reconocemos al Estado si actúa subsidiariamente, es decir, ayudando al desarrollo de la sociedad civil allí donde ésta aún no llega: salud, vejez, enseñanza, bienes necesarios para el mantenimiento de la vida. Desmantelar ese mínimo para entregarlo al capitalismo liberal anestatista sería como dictar sentencia contra los humildes.

La sociedad autogestionaria exige una estructura social compuesta por comunidades organizadas en las que cuantos las compongan participen activa y responsablemente en la dirección y en la realización de la tarea común.

El último fin de la comunidad es la amistad y la convivencia pacífica, libre y justa -libre, igual y fraterna-. Pero no existe paz sino en la justicia. El orden no es un valor en sí mismo que haya de prevalecer a costa de todo lo demás. Sólo un orden justo tiene derecho a conservarse y ser defendido. El orden injusto carece de tal derecho. Alterar el injusto cuando va encaminado a la consecución del justo es no sólo legítimo, sino una acción verdaderamente pacificadora.

En consecuencia, más que nunca, cuando el pueblo mismo está dormido y arrastra los vicios que él mismo denuncia, hay que recordar que todo poder radica en el pueblo, y que ninguna autoridad debería ser nunca legitimada como atributo caudillista, partitocrático u oligocrático ni siquiera sancionado por las urnas, sino como un servicio a la comunidad conferido por la elección y ejercido siempre bajo un control efectivo del pueblo mismo.

Frente al riesgo permanente de corrupción, tanto en los gobernantes como en el pueblo mismo, es necesario establecer los mecanismos en cada momento eficaces para hacer realidad el control del poder en todos los ámbitos y niveles, no sólo mediante la periódica emisión del voto, sino por cauces de participación que supongan poder disponer de ese voto en cada momento. Más allá de estas inmediatas e ineludibles exigencias de control, la última y radical solución estará en un ser humano nuevo capaz de asumir simultáneamente una transformación estructural cualitativamente distinta. Esta es para nosotros la cuestión siempre pendiente de la revolución personalista y comunitaria).

4. En un orden de prioridades nos situamos a la vez contra el gasto bélico y contra la existencia de los ejércitos, que son una de las raíces de la militarización de nuestra cotidianidad y de nuestras propias inercias agresivas. Nos queremos antimilitaristas, antibelicistas y pacifistas, noviolentos activos. Objetamos contra la fiscalidad, contra la obligatoriedad del servicio militatr, contra la cultura de las armas, frente a la que proponemos las armas de la cultura. Trabajamos en las escuelas por una infancia desarmada, crítica

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y activada hacia la noviolencia subversiva frente al mal, porque el primer objetivo de la violencia es segar la vida.

5. No hay paz sin vida. Nuestro pacifismo es ecologista, pues tiende a fructificar la tierra allí donde la sociedad industrial la asola, y a dejar a las generaciones futuras en heredad un mundo renovadamente limpio y embellecido. Tal ecopacifismo no se reduce a una actitud regresiva y bucólica, sino que acepta el reto de humanizar la civilización tecnológica sin tener que renunciar por ello a sus éxitos. Tiene además una visión integral de la realidad, por lo que asume como propias todas las causas justas de la humanidad. Cualquier forma de terracentrismo o de zoologismo nada nos dice: no hay ecologismo sin personacentrismo, lo cual no concede al hombre derecho a la devastación.

6. Estamos, pues, en favor de la vida, que comienza desde el instante mismo de la fecundación. La vida del ser humano es sagrada, por cualitativamente distinta del resto, y consideramos aberrante a quien pide la occisión del no-nato; por eso también nos oponemos a la pena de muerte y a la eutanasia, donde los débiles llevan la peor parte, y a la tortura y al genocidio por hambre, y a todo lo que degrada o dificulta la vida. Del lema 'libertad, igualdad, fraternidad', la fraternidad no es posible sin amar y valorar previamente la vida. Y sin fraternidad no cabe igualdad, y sin igualdad no cabe libertad. Por eso constituye una triple aspiración, donde si falta alguna faltan todas; y se dice en singular, no en plural; no queremos las libertades burguesas sino la libertad, que es indivisible.

7. En el centro de nuestro discurso político situamos a la persona. Por política entendemos lo que todos hacemos todos los días, lo que repercute en todos. Pero sustituir unas estructuras políticas por otras, sin que ninguna tenga al ser humano como centro, conduce a resultados finalmente idénticos, tanto en lo que se llama «derecha», como en lo llamado «izquierda». Para nosotros, por el contrario, la persona es un fin en sí misma, y ante ella no vale el lema de «el fin justifica los medios». Cualquier política desplegada al margen de esta convicción la tenemos por enemiga, pues nada es comparable en dignidad al ser humano. Mientras las cosas tienen precio, las personas ponen precio porque valen, de ahí que ellas sean la medida y lo mensurante, no lo medido.

8. Tampoco existen causas históricas autónomas al margen del ser humano. Ningún tipo de dictadura justifica el sufrimiento de un solo inocente: ni las políticas -tanto en su versión descaradamente tiránica, como en la encubierta por «razones de Estado» o «de Progreso»-, ni las económicas, ni las científico-tecnológicas, ni las históricas, etc. Ingenierías genéticas, seudomísticas totalitarias, Clubs de Ricos y calenturas hiperpersonales tendrán en el personalismo comunitario su peor enemigo, porque nada en este

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mundo se justifica a costa de las víctimas que pagan el precio.9. Decíamos que todo es política, pero no

basta con que así sea para que una política se legitime; en nuestra opinión sólo merece el nombre de política la que se sitúa en la entraña misma de la sociedad y al mismo tiempo se centra en la persona. Somos hasta el tuétano personalistas por políticos, y políticos por personalistas: enraizados en la naturaleza, convivientes en la ciudad, dotados de racionalidad, a nosotros toca administrar nuestra convivencia. A ese quehacer vital comunitario y a la vez personalísimo le llamamos, pues, política. Precisamente por ello esta visión de lo político sobrepasa el estrecho ámbito de los partidos y de las urnas, así como el estrecho cálculo de posibilidades (votos) en torno a la toma del poder organizado desde la propaganda y el dinero, donde ya la toma del poder es el precio único y la razón de la actividad. Amamos la permanente participación asamblearia, la cultura que la genera y la sazona, y el poder compartido por el pueblo, pues el único poder legítimo es el poder compartido. De ahí que no tengamos nada contra la política al uso, y a la vez lo tengamos todo. Sabemos que a la inercia actual se la denomina democracia, y al statu quo madurez.

(Esta tesis fue reelaborada en la Asamblea de Alcobendas, 16-17 de septiembre de 1995, quedando así: El I.E. Mounier, así las cosas, se articula en tres niveles -en realidad cuatro- que se exigen mutuamente, por lo que abstraerlos sería mutilador:

Nivel uno: nivel de presencia testimonial, de acción transformadora, entre los humildes. No se trata de creerse salvadores, sino de realizar una opción por la austeridad, al mismo tiempo que avanzamos en la opción por la causa de los empobrecidos, sabiendo que la pobreza es un mal evitable.

Nivel dos: nivel de la reflexión y del estudio, de la elaboración de una teoría sólida y contrastada con la vida, que ayude a salir del caos y de la indefinición espiritual en que se debate nuestro fin de milenio. Aquel nivel uno de la presencia testimonial en las grietas del sistema se quedaría en poco a medio y largo plazo sin la capacidad crítica y de contrapropuesta.

Nivel tres: nivel de la presencia institucional, tendente a articular en la medida de lo posible una presencia institucional, desde los niveles más modestos (asociaciones de barrio, sindicatos, etc) hasta los más elevados (partidos, etc) si cabe. Será expresión real cuando el Instituto vaya funcionando; de no producirse será que el Instituto se mirá autocomplacido pero insensible en última instancia a lo que pasa en sociedad.

Nivel cuatro: o metanivel, o nivel cero, cero a la izquierda si se quiere, porque no se «contabiliza», ya que es gratuito, pero no superfluo, el de la conversión del

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corazón. Cada cual deberá tratar de examinar hasta qué punto lo considera imprescindible, y qué ha de hacer para tratar de ejercerlo).

10. Hemos sido fecundados como políticos en la matriz de lo ético, y por ello al decir política decimos también moral, hombre político es hombre moral. La política, contra la moral o sin ella, es, en nombre del realismo, una de las más ponzoñosas causas antipersonales. Frente a esto queremos retomar la primacía de lo espiritual, patrimonio secular de la izquierda antigua. Sólo es profundamente de izquierdas, y así nos queremos nosotros, quien se comporta de modo permanentemente ético. Ser ético no es quedar al margen del error o de la duda, ni siquiera ser mejor; es orientar la vida de otro modo. Y, si nos reclamamos éticamente de izquierdas, tampoco nos preocupa demasiado la localización topográfica, pues a la vista del abuso actual, en que una misma crisis de moral arrastra a las derechas y a las izquierdas en el poder, y dada la creciente aminoración de sus mútuas diferencias, prefiriríamos evitar la taxonomía al uso. Dicho de modo claro: más vale no ser de izquierdas ni por el forro, si para serlo hay que parecerse a la socialdemocracia en ejercicio.

11. Por esta no adecuación a los moldes al uso siempre seremos extranjeros incluso allí donde más querida resulte nuestra opción. Frente al pragmatismo utilitarista de la partitocracia actual pareceremos demasiado utópico-angelicales- ingenuos-ignorantes; frente al apoliticismo biempensante y satisfecho pareceremos demasiado vulgares-iguales-que-todos-, «interesados en la conquista del poder». Ante nosotros, que somos de militancia única, tendremos de contínuo un doble frente, y no es fácil pensar en que pueda ser de otro modo. Para decir lo que queremos nos veremos obligados a negar lo que no queremos; a veces incluso hasta las afirmaciones comunes tendrán una orientación de ultimidad muy diferenciadora. Es tan grande y cotidiano el corazón del desorden establecido, que antes de pensar en ínsulas de felicidad habremos de bregar dejándonos la piel corriente arriba. La tarea es larga y exige convicción y paciencia.

12. Pero no basta (ni siquiera es necesario) tener un carnet para considerarse político; lo de menos es la cuota al día, pues no se tiene un corazón político si no se posee un alma y una cultura políticas, a falta de lo cual se producen los consabidos fanatismos y doctrinarismos. Estas serían las líneas maestras de una cultura política de resistencia y de insistencia, desde la convicción de que lo que se hace sin formar una mentalidad carece de sentido: pasión por el saber en todas sus manifestaciones, tanto teóricas como prácticas o artísticas; amor por la lectura, la tertulia, la confrontación dialéctica, el debate ideológico al hilo de los días; vivencia de la música y de las artes plásticas como

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vehículo de expresión y experiencia de lo inefable con la palabra; convicción del valor de lo bello; orgía de creatividad; cultivo de la expresión lingüística y de la originalidad en la construcción, etc.

13. Una identidad cultural personalista no podría jamás prescindir de la dimensión crítica en un mundo más y más manipulado. Busca con amor lo que hace progresar en la medida del ser, y no en la medida del tener. Por eso una vida así orientada será generosa más que egoísta; ascética más que epicúrea; axiológica antes que nihilista; abierta al Misterio y no inmanentista; crítica y no agotada en sus propias palabras (para no hacer nada después de todo), sino orientada hacia un compromiso de acción.

14. Cualquier identidad político-cultural conlleva una mística; para nosotros valen estas palabras de Péguy todavía al respecto: «Mística republicana la había cuando se daba la vida por la República, política republicana la hay ahora que se vive de ella». ¡Y cómo se vive ya de ella! Aquella mística de Péguy era la de los pobres de la Tierra, y sabía que la liberación de los últimos es cosa de los últimos mismos, conscientes de padecer tanto la explotación como la opresión y de no quererla para nadie. Es, pues, una mística del Sur: el Sur como lugar de mística, fuente de política y fuerza de cultura. Tal fuerza se alimenta de mucho trabajo, mucho estudio, mucha reflexión. A veces tendremos la sensación de hacer el primo trabajando para el hermano, gratis y a destajo. Cuando los demás, bien pagados, se van a casa con los honores nosotros seguimos caminando. Hará falta valor para afrontar este camino infinito.

15. No es la ética del resultado, sino la de la convicción, lo que nos mueve. Su máximo enemigo será siempre la odiosa comparación. No importará tanto el éxito, cuanto la presencia. Precisamente por eso tendrá por detestable ñoñería el purismo absoluto, con mucha frecuencia enemigo de la pureza, y el impurismo de anchas tragaderas, albergue de los fanáticos de la vulgaridad. Una ética del testimonio político habrá de mostrar cuán compatible es lo mejor y lo bueno, el fin y los medios, el maximalismo y el minimalismo. No rechazará los buenos resultados, pero no los buscará a cualquier precio.

16. Desde esta voluntad de presencia buscaremos a todos los que puedan caminar con nosotros. Pero no esperaremos a que vengan, iremos nosotros hacia ellos, y lo propio haremos con cada persona. Somos, pues, acérrimos de la categoría de encuentro, de la decidida vocación de aglutinación, comunión o confederación. Nos repugnan los grupos de sectas, las políticas de campanario, las insidias de camarilla, los reinos de taifas y las sociedades de Narcisos. Sabemos que el mal aisla y divide.

17. Decir que el mal divide no es un lujo de biempensantes ni una moda, antes al contrario, el mal está

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ahí con su obstinada fealdad golpeante, no erradicado por el progreso, a veces incluso por él multiplicado. Y, si nuestra causa consiste en hacer el bien y evitar el mal, tenemos que abrirnos al Bien como posibilidad: quien quiere lo bueno se abre al Bien, pues la religión es la afirmación del Absoluto-Dios presencializado en la vida humana, es decir, la afirmación absoluta del hombre a la luz de Dios. Una religión al margen de lo humano o inculta estaría vacía; a su vez toda cultura implica una actividad religiosa, quizá no siempre en sus concretas tareas materiales inmediatas, pero sí en su intencionalidad y fundamentación últimas. Según ello, una idea de la existencia humana que se despide del Absoluto corre el riesgo de pactar con lo fáctico. Sin el reconocimiento de lo divino se oscurece el reconocimiento de lo humano. Las personas son fines en sí, no el final de sí mismas. Y esto, sin confesionalismos.

18. Nadie da lo que no tiene, y no se puede hacer un esfuerzo transformador grande si el interior de uno se encuentra demasiado dañado. Sin una seria identidad personal la política irá derecha a la corrupción. Por eso el personalismo recaba a la vez la transformación del interior humano y de las estructuras ambientales: la Revolución será personal o no será; simultáneamente, será socioeconómica o no será, y olvidar esto sería hacer el tonto por angelismo. Hay que reconciliar -decía Mounier- a Kierkegaard y a Marx, lo religioso y lo sociológico, tarea inédita para el pensamiento filosófico desde hace más de un siglo.

19. Este nuestro programa se precipitaría en el voluntarismo del quiero y no puedo si no diese razón de su esperanza. Esta se alimenta del reconocimiento del carácter misterioso y gratuito de la existencia, que nadie en este mundo se debe a sí mismo. Lo mejor de lo real nos ha sido conferido sin nuestro concurso, y gratis. A esta misteriosa donación originaria responderemos con nuestro agradecimiento, por ello nos sentimos llamados a multiplicar lo que teniendo valor no tiene precio, a encajar el mal sin devolverlo, y a mostrar operativamente que el bien es más fuerte que el mal.

20. Gratuidad es sencillez, que no exije supermanía-superwomanía, sino que pide los momentos de diástole, de reparación del descanso. Solo trabajaremos para lo eterno el día en que, asimismo, dejemos que lo eterno trabaje en nosotros para nosotros. Y, a tal efecto, sin el debido retiro y sin el necesario descanso, una vida tensa desquicia y termina por hacer de la supuesta palabra profética rabieta, muletilla, pose, o incluso odio: falsos profetas sólo toleran junto a sí fanáticos y sólo propician escisiones contra los disidentes. Conocemos tales fariseísmos dentro y fuera de nosotros, y sabemos bien que es un camino cortado, un callejón sin salida.

21. Quisiéramos también conjugar la

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magnitud de nuestro deseo con el reconocimiento de nuestra limitación. Para que lo pequeño pueda ser tomado algún día por hermoso hace falta mucha madurez política y humana. Podríamos decir incluso que la esperanza es la virtud de lo pequeño, pues sólo ella sabe confiar en su ulterior crecimiento, viendo en lo que apenas apunta lo que será luego frondoso. Pequeños en lo grande y grandes en lo pequeño, sabremos así dar en nuestro pecho entrada a esa indisoluble unidad de microcosmos y macrocosmos que somos cada uno. Grande es, deberíamos creer, quien ve la playa debajo del asfalto; pequeño es (pero ahora tirando a ridículo) quien oculta la gran luna tras su dedo regordete.

22. Sin momentos o periodos de fecunda soledad no habrá grandes momentos de acción, pues no es bueno moverse a remolque dependiendo del ajeno liderazgo. O crecemos cada uno desde la interioridad inimitable del propio carisma, o acabaremos imitando al hoy líder mañana borreguero.

23. Pero todos estos valores quedan en poco cuando no se viven desde la amistad. Me reconozco en lo profundo del otro cuando me sitúo en sim-patía con él, cuando hago un esfuerzo de descentramiento, cuando procuro ponerme en su perspectiva. Desde aquí es desde donde cabe esperar una reprobación propositiva, una corrección fraterna. Pues, mientras las teorías o las filosofías dividen, sólo une lo nacido en el suelo nutricio de la fidelidad amistosa. Quien en política pierde la amistad pierde la razón de ser, y aun el ser de su razón. Sin la amistad, todo lunar se convierte en mancha y toda mancha en chivo expiatorio.

24. Amistad y magisterio son lo mismo. Nos reclamamos por ello miembros de un colectivo de educadores-educandos, porque preexiste en cada uno de nosotros tanto una necesidad de enseñar como de ser enseñados. Nuestra era, tan abundante en aulas como carente de maestros, ha de aprender a enseñar de otro modo, sustituyendo el magisterio de la sospecha por el ministerio (servicio) de la ingenuidad que consiste en creer lo que se dice, decir lo que se cree, y hacer lo que se cree y se dice. Precisamos a la altura del nuevo bimilenio rehacer el Renacimiento de las escuelas desde la voluntad del magisterio como pluralidad y libertad.

25. No existe estupidez que de algún modo no nos sea imputable, ni desorden alguno del que podamos vernos distantes. A veces somos como aquel Gribouille que se metió en el río para huir de la lluvia; otras, en vez de confesar nuestra ignorancia, pensamos que por ir de fracaso en fracaso estamos cada vez más cerca de la sabiduría final; en ocasiones, al efecto engañoso de las seudodisidencias añadimos el de nuestra hipercrítica, a la que tan dada es la Absurdia de nuestra clientela ultraizquierdista. En otras, pretendiendo hablar en nombre del hombre nuevo, seguimos siendo en el fondo hombres viejos. Tenemos, pues, que permanecer atentos y

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vigilantes, si no queremos sumirnos en la mera nostalgia. Sumergidos en la nulidad ambiental, expuestos al coma intelectual, podemos recalar finalmente en la egocracia, en el enyosamiento que nos compartimenta en pedazos pequeñoburgueses.

26. Loado sea el Hermano Humor.

Estas «tesis», redactadas por Carlos Díaz, fueron aprobadas como documento base en la Asamblea Extraordinaria del Instituto Emnmanuel Mounier celebrada en Alcobendas (Madrid) en octubre de 1988.

F: Lo que estamos haciendo

1. Lo organizativo

1.1. La persona

Ha sido, es, y será miembro del IEM quien lo desee, sin necesidad de limpieza de sangre, ni de requisito alguno diferente al de querer trabajar en las tareas del IEM para abrazar la causa del personalismo comunitario. Ni siquiera debe aportar una cuota, aunque sí suscribirse a la revista «Acontecimiento» y pagarla si tiene dinero. Si lo desea, dará lo que quiera cuando quiera.

1.2. El grupo

A diferencia del mero suscriptor simpatizante, el miembro del IEM, si cuenta con algún grupo en su zona, o después de haberlo creado si no lo había, se reunirá con él con la periodicidad que dicho grupo fije para desarrollar una formación sistemática y para poner en marcha los proyectos de trabajo con plena autonomía, lo que no impide que, en alguna ocasión, esos proyectos puedan a la vez ser comunes a la totalidad de los grupos del IEM. Cada grupo elige y renueva a su(s) responsable(s).

1.3. La asamblea

La asamblea es soberana, y se reúne una vez al año. A ella pueden asistir todos los miembros. Nombra a la Coordinadora47.

47    ? En circular de noviembre de 1988 se recordaba: «El órgano supremo del IEM es la asamblea, soberana. En ella participan todos los socios del Instituto. Lo único que se pide es no confundir legalidad y moralidad: es legal que pesen todos los votos por igual, no es moral que quienes no trabajan decidan

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1.4. La coordinadora

Está constituída por el presidente, el secretario, el tesorero, el responsable de cada grupo, y el director de cada una de las publicaciones o actividades. Sus tareas son las encomendadas por la Asamblea, así como la coordinación y seguimiento de la vida de los grupos y de las tareas del IEM. Se reúne trimestralmente, y se renueva trienialmente.

2. Los cuatro niveles de presencia

El IEM asume la convicción de Mounier: se ha de cambiar a la vez la estructura social imperante, y el corazón de la persona; por eso exige transformar todas las estructuras, en los siguientes niveles:

- Nivel uno. Como opción preferencial, la cercanía y la solidaridad con los pobres, que son los que más sufren la explotación y los que peor lo pasan, sin que tengan el monopolio de ello. Desde arriba los cambios nunca son profundos. Hay que «tocar pobre», estar ahí, y -a ser posible- serlo.

- Nivel dos. Las causas estructurales de ese sufrimiento son hondas y se ocultan. Es necesario estudiar críticamente la realidad para poder proponer remedios profundos, ya que lo que se hace sin formar una mentalidad carece de sentido. Desgraciadamente las universidades y centros culturales del sistema no sirven para esto.

- Nivel tres. Esa reflexión crítica y propositiva hay que sacarla a la calle. Queremos tener presencia social en la vida pública, pues estudiamos para servir a la vida, autogestionariamente, a fin de no dejar en manos de los partidos siempre arriba lo que afecta a los más pobres siempre abajo. A nivel particular, quien así lo desee puede trabajar en cualquiera de los demás niveles del compromiso comunitario, desde las asociaciones locales hasta el Parlamento, siempre que lo haga con perspectiva personalista y comunitaria.

- Nivel cuatro. Los creyentes del IEM -que es de suyo aconfesional para que puedan en él trabajar creyentes y no creyentes- celebran entre sí la vida de fe que

como si lo hicieran. Con este juego de libertad y moralidad sabremos convivir: así se estableció en la Asamblea de Alcobendas (22/23 octubre). Es obvio que todos estáis invitados a participar-decidir al máximo, y esa es la prueba de que no somos meramente demócratas, sino además realmente solidarios».

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funda su opción personalista y comunitaria48.

3. Lo que mejor hemos hecho

Aunque no renunciamos a ninguno de estos niveles, sin embargo nos movemos mejor en el segundo. Ahí es donde, en resumen, hemos sacado adelante realidades tales como:

3.1. La revista «Acontecimiento»

El primer número de esta revista, que tiene voluntad de vivir la historia en forma de presente activo («el acontecimiento será nuestro maestro interior», decía Mounier), aparece en enero de 1985, con una periodicidad al principio cuatrimestral, siendo su director durante los doce números primeros, es decir, durante cuatro años, el teólogo y religioso agustino Gonzalo Tejerina49. En enero de 1989 (número 13), con un formato mayor que el anterior, asume la dirección el periodista Emilio Andreu50 hasta el número 20 (junio de 1991), en que se hace cargo de dicha dirección el pastor evangélico Emmanuel Buch51, hasta el número 29 (diciembre de 1993). Desde

48    ? Un ejemplo: el número 36 de Acontecimiento (1995) publica esta carta de María Bautista Bilbao: «Trabajando en todos los campos se fueron los años de mi juventud y de mi edad adulta. Pero mira por dónde me llegan los años de la jubilación y con ellos unas circunstancias que me obligan a ser María. ¡Me ha tocado por fin la mejor parte!... Quiero ser militante y no puedo actuar. ¡Pero puedo amar! En mi vida actual tan limitada por mis achaques y por la siutuación en casa con una persona de 94 años que necesita ayuda para todo tengo tiempo para orar. Dejadme repetir la frase de Teresa de Lisieux: 'en el corazón (del Instituto) seré el amor'. Quiero ser militante con mi oración y con ella os acompañaré en vuestros trabajos, ilusiones, éxitos, fracasos».

49    ? Consejo de redacción: Pedro Ortega, María Arroyo, Javier Espinosa, Alfonso Espinosa, Lidia Parrilla y -sin aparecer en la mancheta- Carlos Díaz. Ahora el precio de la suscripción anual es de 1.000 pts, dejando atrás las ochocientas de salida.

50    ? Consejo de redacción: Luis A. Marcos, Antonio Calvo, J.M. Vegas, Santiago Cardenal, Félix García, Gonzalo Tejerina, Carlos Díaz, Emilio Andreu, José A. Moreno, José M. Alonso, Lidia Parrilla, Juan Ramón Calo, Julio González.

51    ? Consejo de redacción: Juan Ramón Calo, Carlos Díaz, Félix García, Julio González, José María Vegas, Tomás Domingo, Pablo Simón. Desde 1993 la cuota de suscripción (ya cuatro números)

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enero del 1992 la revista, que era cuatrimestral, pasa a ser trimestral.

Un nuevo y aún mayor formato, y una distribución interior nueva -mantenidas hasta la fecha- adquiere Acontecimiento bajo la dirección del economista José Ángel Moreno52 desde el número 30 (enero de 1994) hasta el número 34 (enero de 1995). Esta etapa, en que se trabaja muy intensamente, intenta además hacia el exterior la densificación de las relaciones con otros grupos y revistas. A la vez, como se lee ya en la presentación del número 30, «Acontecimiento se convierte real y prácticamente en un instrumento del diálogo nacido del diálogo», más que en un órgano de expresión de las propias posiciones del Instituto, lo cual es rechazado por éste, por entender que -desde el diálogo, no sin él- lo prioritario en una España en libertad, donde a nadie se le prohibe ya expresar su opinión, es subrayar la identidad personalista y comunitaria, tan necesitada de voceros. La crisis, lamentablemente, se produce.

La vuelta a la tradición del IEM se retoma en el número 34 (enero de 1995), bajo la dirección de Carlos Díaz53 hasta el número 45 (octubre de 1997), fecha en que se hace cargo de la dirección Luis Ferreiro, habiendo sobrepasado ampliamente el medio centenar de números, todo ello con fuerza de voluntad y fe en la santa causa, que no es poco54.

3.2. Los Cuadernos de Formación y de Clásicos del Personalismo

Mientras tanto, a partir de febrero de 1990, y hasta noviembre de 1992, el IEM edita -con el magnífico entusiasmo y el serio trabajo editorial de los hermanos Pablo y

sube a 2.000 pesetas anuales.

52    ? Consejo de redacción: Juan Ramón Calo, José Manuel Alonso, Emilio Andreu, Ángel Barahona, Emmanuel Buch, Carlos Díaz, Julio González, Teófilo González, Francisco León, Andrés Simón, Carlos Sureda, Federico Velázquez. Además hay coordinadores y colaboradores de Economía, Ecología, Educación, Pensamiento, Religión y Cultura.

53    ? Consejo de redacción: Luis Ferreiro, Jesús M. Ayuso, Antonio Calvo, Luis Capilla, Teófilo González Vila, Pedro Mariscal, Manuel Sánchez, Andrés Simón, Mercedes Muñoz, Luis A. Aranguren, José María Vegas, Rafael A. Soto, Eduardo Martínez.

54    ? Consejo de redacción: Luis A. Aranguren, Angel J. Barahona, Antonio Calvo, Luis Capilla, Carlos Díaz, Luis Ferreiro, Teófilo González, Eduardo Martínez, Mercedes Muñoz, Manuel Sánchez, Andrés Simón, Rafael A. Soto, José María Vinuesa, José Fernández, José María Berro.

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Andrés Simón Lorda, desde Galicia- una colección de cuadernos (entre 35 y 85 páginas) de presencia física muy modesta, algunos de los cuales se reeditan hasta tres veces55, que quieren contribuir de forma sistemática a un plan de formación, con la siguiente filosofía de fondo:

1. En la adopción de una identidad no cabe partir de cero; en todo planteamiento formativo hay que optar por unos determinados presupuestos filosóficos, antropológicos, sociales, utópicos, etc. Lo que importa es articularlos razonadamente.

55    ? Cuadernos de Formación 1. La persona, fin en sí (Carlos Díaz, 3ª ed). 2. El hombre y Dios (Carlos Díaz, 3ª ed). 3. El sentido de la vida (José Seco, 2ª ed). 4. Ser persona, no cosa (Orencio León, 2ª ed). 5. Ser mujer (Mª Dolores Hoyos, 2ª ed). 6. Una economía al servicio de la persona (José A. Moreno, 2ª ed). 7. Introducción al concepto de persona (José Mª Vegas, 2ª ed). 8. Ética y jurídica: los derechos humanos (Soedade López, 2ª ed). 9. El hombre: constitución y destino (N. Lorenzo y V. Chillón). 10. Los nuevos movimientos sociales (José Taberner). 11. Trabajo y paro (Antonio Calvo). 12. Propuestas para un mundo solidario (Agustín Domingo). 13. Líneas fundamentales de una cultura personalista y comunitaria (Mª José Criado). 14. Sindicalismo y política (Félix García). 15. Macro-microeconomía (Félix Fernández de Aguirre). 16. Persona y rostro del otro (Ildefonso Murillo). 17-18. La autogestión (Alfonso Gándara). 19. La economía hoy (Charo Prieto). 20. Por una escuela crítica (Javier Ortiguera y José Medina). 21. La noviolencia (Pablo Simón). 22. Hacia un nuevo modelo energético (Federico Velázquez). 23. Optar por el Sur (José María Callejas). 24. Reencantamiento de la realidad en clave personalista (José María Vegas). 25. Alteridad, ética y gratuidad (Margarita Díez). 26. Ecologismo y persona (Jesús Romero). 27. Valores y normas éticas (José Luis Martín). 28. Hacia una educación personalista (Carlos Sureda). 29. Criterios personalistas en sanidad (Encarna Ayuso). 30. Las nuevas tecnologías (Miguel Rodríguez y José Manuel Alonso).

Cuadernos de Clásicos básicos del personalismo 1. Introducción al pensamiento de Martin Buber (Carlos Díaz, 3ª ed). 2. Emmanuel Mounier (I) (Carlos Díaz, 2ª ed). 3. Emmanuel Mounier (II) (Antonio Ruiz). 4. Introducción al pensamiento de Gabriel Marcel (José Seco). 5. Introducción al pensamiento de José Manzana (Carlos Díaz). 6. Introducción al pensamiento de Maurice Nédoncelle (J.L. Vázquez Borau). 7. Introducción al pensamiento de Jacques Maritain (J.M. Jiménez). 8. Introducción al pensamiento de Paul Ricoeur (Agustín Domingo). 9. Persona humana y realidad en Xavier Zubiri (Ildefonso Murillo). 10. Introducción al pensamiento de Emmanuel Levinas (Margarita Díez). 11. Psicología humanista (Jesús Rey). 12. Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardin (Fernando Riaza). 13. Introducción al pensamiento de

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2. Optamos por una formación para la presencia, buscamos actitudes más que saberes (no sin ellos), talante, modo de situarse ante lo real. Porque la formación es un despliegue permanente de la personalidad, y no algo que «se tiene», ha de ayudar a construir la totalidad del sentido de la propia experiencia, más allá del teoreticismo, del intimismo, del espiritualismo, y también más allá del pragmatismo o del practicismo.

3. Pero no cabe prescindir de las circunstancias o de los ritmos subjetivos de crecimiento. Entre el contexto de descubrimiento y el contexto de realización siempre media tiempo e inconsecuencia, de ahí la necesidad de paciencia.

4. Deseamos promover el máximo de coherencia entre los medios y los fines, entre los métodos y las utopías, entre la política y la ética, entre la economía y la ecología, etc; asimismo debemos madurar en la relación entre individuo y grupo, vida personal y vida familiar, etc. Nadie está obligado como personalista a hacer el tonto por angelismo, ni a vivir como bestia por monetarismo.

5. Buscamos una formación para el encuentro y el diálogo, para la comunicación y la docencia, para la discencia y el avance en profundidad. No podemos aceptar la derrota de la segunda ley de la termodinámica, haciéndonos creer que toda relación del hombre con el hombre, y del hombre con la naturaleza, está llamada a aumentar el grado de desorden o entropía finales.

6. Hay que neutralizar la tendencia destructiva del mal orientando eutrópicamente nuestra acción: el sentido de nuestra actividad se quiere crítico respecto del desorden establecido o estableciente, por eso favorecerá el bien desde su base, optando siempre contra el mal radical, que daña en su raíz a los más pobres y débiles.

7. A fin de criticar constructivamente haremos una cultura creativa y propositiva, aunque para ello haya que comenzar por abandonar obsoletas nociones de uso común, y que proponer términos nuevos a modo de ABC del futuro.

8. Abrimos a tal efecto la consulta y pedimos el apoyo de todos vosotros, miembros del Instituto, recabando sugerencias, apoyos de cualquier clase, así como participación activa en el proceso. Pues el primer postulado de la racionalidad personalista dice así: no dejes que haga el otro aquel bien que hoy puedas hacer tú mismo».

3.3. Las Obras Completas de E. Mounier

Jean Lacroix (Antonio Calvo). 14. Introducción al pensamiento de Max Scheler (José María Vegas). 15. Tradición libertaria (Félix García).

Precio, irrisorio: 200 pesetas por cuaderno (6.000 pts en total), a pagar en tres plazos, dos, o uno.

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Cuando el IEM surge, sólo hay en el mercado el volumen I de las Obras de Mounier (Ed. Laia, Barcelona) prologado por Alfonso Carlos Comín, así que nos lanzamos a la edición entera, a pesar de que no faltaron opiniones tan pintorescas como la de editar cada uno de los libros de las Obras sucesivamente y por separado. Al final, tras contactos diversos, sólo Ed. Sígueme (Salamanca) se dejó seducir, eso sí, siempre que el IEM le diese todo hecho, y corriese además con la mitad de los gastos, a cambio de los correspondientes ejemplares para nosotros: así de mercantilmente funcionan las más altruístas de las editoriales católicas. Pero la generosidad que no se presenta en unos lugares, sí en otros: los Padres Escolapios nos ayudaron sin contrapartida dos veces, primero en diciembre del 1988, y después en mayo de 1993 (cada vez con un millón de pesetas) para la edición de los dos primeros volúmenes. Siempre les estaremos agradecidos56.

Sacamos primero el vol. IV con traducción espléndida de Antonio Ruiz, que, como los demás, la regaló al IEM, a finales del 1988. Aunque pedimos mejores condiciones económicas para la coedición del volumen III, la Ed. Sígueme no cedió un milímetro, y el tomo III apareció en 199057.

Así las cosas, el 28 de mayo de 1990 escribíamos al responsable de Ed. Sígueme respecto del tomo siguiente según nuestro proyecto, el I, que aparecería en 199258: «Ahí tienes las segundas pruebas corregidas, más los índices onomástico y temático. He consumido 298 horas en total, pues además leí dos veces las primeras pruebas. No necesito recordarte que este agotador esfuerzo, junto con el de la traducción que también ha corrido entera a nuestro cargo, esperan su valoración económica por vosotros.

No sé si esta vez os parecerá pertinente

56    ? También llegamos a un acuerdo con las cooperativas de Mondragón, fundadas por el P. Arizmendiarreta, admirador de Mounier. A cambio de su aportación de un millón de pesetas les entregamos por nuestra parte 250 ejemplares del volumen IV. La operación ya no se repitió más. La razón que se nos dió fue clara: a esas alturas de la historia, a los discípulos directos de Arizmendiarreta les habían sucedido nuevos ejecutivos más cercanos al mercantilismo que al cooperativismo de origen personalista y comunitario, del que ya no querían saber nada. Otras anécdotas más personales al respecto, y más duras, prefiero no relatarlas.

57    ? Traductores: Carlos Díaz, Juan Carlos Vila, José Luis Martín, Michèle Berger, Pedro Ortega, Gonzalo Tejerina, José Ángel Moreno y Carmen Pitarque.

58    ? Traductores: Juan Carlos Vila, Tomás Domingo, Agustín Domingo, María Dolores Hoyos, Isaac González, Domingo Vallejo.

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incluir en alguna parte del libro el nombre del Instituto Emmanuel Mounier, dado el importante concurso que aportamos; nada pasará sin embargo si consideráis que tenemos que seguir en el anonimato. Testimonios más grandes de servicio se han visto, que no han reclamado presencia.

Nunca te dije, querido Germán, que nosotros no recibimos apoyo económico alguno, y que hacemos este trabajo un reducido grupo de locos convencidos de la necesidad del mismo, sobre todo porque compartimos en su mayoría una misma convicción de fe. Mira a ver si nos podéis ayudar, pues. Ya sé que vosotros también hacéis esta publicación en plan casi testimonial, pero ¡sois incomparablemente más fuertes!. Un abrazo, Carlos Díaz».

Finalmente, el tomo II apareció en el 199359. Tras media docenas de años, al final las Obras estaban en la calle. Hoy, esas obras están ya agotadas.

3.4. La colección «Esprit»

Un pueblo es también las lecturas de sus gentes. En España, las lecturas filosóficas se habían orientado hacia el tomismo, filosofía adoptada por los vencedores de la Guerra Civil, pero ya fosilizada y sin capacidad de diálogo con el mundo moderno. Así las cosas, cierto ya lejano día el Obispo de Badajoz, don Antonio Montero, consciente de la dificultad de misionar sin instrumentos teóricos a la altura de los tiempos, y sabedor del distanciamiento de la Iglesia católica respecto de la Universidad, aprovechó una conferencia nuestra en el seminario de Badajoz para encargarnos un proyecto hermosísimo, que por nuestra parte también habíamos pensado antes: publicar obras de filósofos personalistas célebres, pero desconocidos en España, a fin de poner en diálogo vivo cultura y fe, ofreciendo a los hijos del mañana recursos con que alimentar reflexivamente su fe. El proyecto, que incluía personalistas judíos, protestantes, católicos, etc, no pudo sin embargo llevarse a cabo en la Editorial P.P.C., entonces cercana al episcopado español, porque al ecónomo administrador le pareció aquello un riesgo económico excesivo, mientras prefería -eso sí- continuar financiando por las mismas fechas a un diario como el «Ya», nominalmente católico, con pérdidas asombrosas y con una filosofía impresentable, anticristiana no sólo en materia social. Fue así como el Obispo y yo nos quedamos con un palmo de narices. ¡Cuántas veces, ay, hemos sentido desde entonces una indignación semejante, al comprobar reiteradamente cómo ordenes, congregaciones, institutos seculares, etc, vacías de la menor sensibilida y de la urgencia de grandes proyectos, empeñadas cada una en hacer la guerra por su cuenta, resultan incapacitadas para hacer inteligible la fe en un mundo dominado

59    ? Traductores: Antonio Ruiz, Jesús Mª Ayuso, Félix Cabello, Francisco León, Antonio Calvo.

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por el materialismo vulgar y el nihilismo! ¡Cuánta pereza, ignorancia, y abulia misionera, en esta Europa por misionar!

Pero lo que no quiso la miopía inculta lo quiso, y por tanto lo pudo, corriente arriba60, algunos años después un puñado escaso de militantes del IEM, al comenzar a editar la Colección Esprit a razón de seis libros por año. El proyecto, al principio ruinoso, pues algunos de los autores se traducían por vez primera al español a pesar de ser muy conocidos fuera de nuestras fronteras, ha terminado al menos sin pérdidas, pues director61, consejo de dirección, traductores y autores trabajan gratis, siendo hoy una colección conocida y admirada en España y en Latinoamérica, habiéndose hecho multitud de recensiones de primera línea y por escritores prestigiosos en diarios de gran tirada, así como en innúmeras revistas especializadas. Si lo decimos con orgullo es sobre todo para mostrar cómo se puede llegar hasta donde uno no se imagina, cuando se quiere, y para animar a otros quereres dormidos62.

60    ? Botón de muestra: La Ambassade de France en Espagne (Service Culturel) escribe esta carta a Andrés Simón el 16 de diciembre de 1994: «Estimado señor. En respuesta a su solicitud de ayuda respecto al libro de Gabriel Marcel, Être et avoir, lamento comunicarle que será imposible conseguir una ayuda en este caso, por no constituir este libro (y la filosofía de inspiración cristiana) una prioridad dentro de los Programas de Ayuda a la Publicación organizados conjuntamente por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés y el Servio Cultural de la Embajada de Francia para el año 1995. Quedando a su disposición para cualquier información complementaria, le saludo atentamente, Olivier Biaggini, Responsable del Libro».

61    ? Quede constancia del esfuerzo generoso e inteligente del director de la colección, Andrés Simón Lorda, alma mater de la realización del proyecto. Especial mención también a Miguel García-Baró, que ha dado la «última mano» a muchas traducciones, a veces no tan última. Y, desde luego, a todo el Consejo de redacción.

62    ? He aquí los títulos publicados desde su origen en 1993. 1. Yo y tú (Martin Buber. Trad. de Carlos Díaz, 3ª ed). 2. Ensayos sobre lo absoluto (Miguel García-Baró). 3. Prolegómenos a la caridad (Jean-Luc Marion. Trad. de Carlos Díaz). 4. El resentimiento en la moral (Max Scheler, ed. de José María Vegas, 2ª ed). 5. Amor y justicia (Paul Ricoeur. Trad. de Tomás Domingo, 2ª ed). 6. Humanismo del otro hombre (Emmanuel Lévinas. Trad. de Graciano González, 2ª ed). 7. Diez miradas sobre el rostro del otro (Carlos Díaz). 8. La gravedad y la gracia (Simone Weil. Trad. de José Pensas y Alejandro del Río). 8 bis. El sentido de lo humano (Emilio Jiménez). 9. Introducción al cristianismo (Olegario González de Cardedal,

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El surco queda abierto para que otros grupos lo continúen. Y, como en el Consejo de redacción comenzaron a abrirse dos posibilidades, la de continuar editando clásicos vivos, o la de hacer comentarios académicos y eruditos sobre ellos, el IEM decidió, conforme a su inspiración, cerrar esa colección para seguir buscando por otros medios aquello que puede y debe ser conocido, traducido, y vivido por los pobres de la Tierra, aquellos por los que queremos optar preferencialmente.

Juan Martín Velasco, Xavier Pikaza, Ricardo Blázquez, Gabriel Pérez). 10. El libro del sentido común sano y enfermo (Franz Rosenzweig. Trad. Alejandro del Río, 2ª ed). 11. De Dios que viene a la idea (Emmanuel Lévinas. Trad. de Graciano González y Jesús Mª Ayuso, 2ª ed). 12. El encuentro con Dios (Juan Martín Velasco, 2ª ed). 13. Ser y tener (Gabriel Marcel. Trad. Ana María Sánchez). 14. Ensayo sobre el problema de la muerte (Paul Louis Landsberg. Prólogo de Paul Ricoeur. Trad. Alejandro del Río). 15. El Dios escondido y revelado (Peter Schäfer. Trad. de Laura Muñoz-Alonso). 16. El hombre como persona (Mariano Moreno). 17. La palabra y las realidades espirituales (Ferdinand Ebner. Trad. de José Mª Garrido). 18. Job y el exceso del mal (Philippe Nemo. Trad. Jesús Mª Ayuso). 19. Contra la melancolía (Elie Wiesel. Trad. de Miguel García-Baró). 20. La reciprocidad de las conciencias (Maurice Nédoncelle. Trad. José Luis Vázquez y Urbano Ferrer). 21. Dos modos de fe (Martin Buber. Trad. Ricardo de Luis). 22. La barbarie (Michel Henry. Trad. de Tomás Domingo). 23. Ordo amoris (Max Scheler. Trad. de Xavier Zubiri. Edición de Juan Miguel Palacios, 2ª ed). 24. Persona y amor (Jean Lacroix. Trad. de Luis Aranguren y Antonio Calvo). 25. Ayudar a sanar el alma (Carlos Díaz). 26. Mounier en la revista Esprit (Emmanuel Mounier. Edición y trad. de Antonio Ruiz). 27. Fuera del sujeto (Emmanuel Lévinas. Trad. de Roberto Ranz y Cristina Jarillet). 28. Ensayo sobre el mal (Jean Nabert. Trad. de José Demetrio Jiménez). 29. Una fe que crea cultura (Juan Luis Ruiz de la Peña). 30. La llamada y la respuesta (Jean-Luc Chrétien. Trad. Juan Alberto Sucasas).

31. La frivolidad política del final de la historia (Josep M. Esquirol). 32. Modernidad y crisis del sujeto (Gabriel Amengual). 33. El cristiano y la angustia (Hans Urs von Balthasar. Trad. de José María Valverde). 34. Lo justo (Paul Ricoeur). 35. Poética de la libertad. Lectura de Kierkegaard (Francesc Torralba). 36. El ser y el espíritu (Claude Bruaire. Trad. de Eduardo Ruiz). 37. Metafísica e idea de Dios (Wolfahrt Pannenberg. Trad. de Manuel Abella). 38. Las caras del símbolo: el ícono y el ídolo (Mauricio Beuchot). 39. Perplejidades y paradojas de la vida intelectual (Francesc Torralba y Josep M. Esquirol, eds). 40. Por qué filosofía (Armando Rigobello). 41. Los hombres contra lo humano (Gabriel Marcel. Prólogo de Paul

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3.5. Sinergia

Una nueva aventura nos esperaba para retomar la inspiración originaria: la de editar libritos de bolsillo amenos, populares, y con capacidad de propuesta frente al sistema, la colección «Sinergia». Son seis al año, tres de serie verde (biografías de personajes modélicos donde se pudiera aprender testimonio militante) y tres de serie roja (monografías) entre 100 y 130 páginas63. A la venta por suscripción se añade la directa en puestos callejeros, conferencias, etc, pero no en librerías. El esfuerzo recae sobre unos pocos, todo hay que decirlo; sin embargo, esos pocos lo han intensificado tanto, que se alcanzaron los 950 suscriptores y se hicieron reediciones espectaculares64.

Ricoeur. Trad. de Jesús Mª Ayuso). 42. El conocimiento del hombre. Contribución a una antropología filosófica (Martin Buber. Trad. de Andrés Simón).

63    ? El precio, bajísimo: 2.500 pts los seis libros anuales, ya en el domicilio del suscriptor, por la gratuidad del trabajo del IEM. De alguna forma, nuestro subconsciente nos transportaba a las serie roja y verde de la Editorial obrera cristiana ZYX, en la que algunos nos habíamos formado como divulgadores populares (cfr. Díaz, C: Memoria y deseo. Ed. Sal Terrae, Santander, 1983; Para venir a serlo todo. Ed. San Pablo, Madrid, 1995; España canto y llanto. ACC, Madrid, 1996).

64    ? Recordemos que «Sinergia», más que un título de una colección, es una vocación de agrupar esfuerzos. Por eso se coedita con Acción Cultural Cristiana, con Solidaridad Tecnológica (Solitec), con ISO (Valencia) y con IMDOSOC (Instituto Mexicano de Documentación Social). Ojalá se sumen más. Esta misma voluntad sinérgica se ha hecho presente también en Esprit, a la que se sumó a partir del número 31 en 1998 la catalana «Fundació Blanquerna».

He aquí lo editado hasta el momento, desde su inicio en 1998. Serie Roja 1. Diez palabras clave para educar en valores (Carlos Díaz, 11ª ed). 2. Como levadura en la masa (Luis E. Hernández, 4ª ed). 3. Memoria para la esperanza (Miguel Fernández, 4ª ed). 4. Hacia el desarrollo sostenible (Federico Velázquez de Castro, 2ª ed). 5. Diez términos sociológicos para el tercer milenio (José Taberner, 2ª ed). 6. La solidaridad de Dios ante el sufrimiento humano, 2ª ed). 7. Hijos del Viento, la Luz y el Espíritu (Raúl Berzosa). 8. Las nuevas tecnologías y los valores humanos (Alfonso Gago). 9. Posees lo ajeno cuando posees lo superfluo (Juan Biosca e Irene Mora).

Serie Verde 1. Gandhi (Esperanza Díaz, 3ª ed). 2. Martin Luther King (Emmanuel Buch, 2ª ed). 3. Teresa de Calcuta (Javier García-Plata, 2ª ed). 4. Concepción Arenal (Ana

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3.6. La Editorial Mounier

La colección «Sinergia», pensada para animar los pequeños recorridos, ha visto completado su radio de acción desde el año 2000 con una nueva publicación, en realidad ahora ya una Editorial65, con libros de formato grande, en torno a las 150 páginas, de calado más hondo, aunque sin renunciar a la sencillez. La colección «Persona y militancia», destinada a la formación de personas que ya hayan experimentado un despertar en el compromiso por la transformación social, ya ha comenzado a editar. Si esta nuestra Editorial consigue ir adelante habremos de plantearnos un reto mayor: cómo hacernos con un local a la vez oficina, almacén, y centro de reunión. El logro de una Editorial es un proyecto largamente acariciado -desde la Asamblea de octubre de 1990, se reitera en 1993, en 1996, aquí incluso se habla de una distribuidora, etc- que ahora llama a nuestras puertas militantes demandando generosidad también económica, la cual advendrá sin problemas si fortalecemos el compromiso militante. Ante esta hora de la verdad, tampoco nosotros deberíamos arrugarnos nunca por dinero.

3.7. Las Aulas de Verano66

I. Aula. Santiago de Compostela (Colegio

de La Salle), 25 a 29 de julio de 1990: «¿Y para cuándo la solidaridad»?

Día 26 - Adela Cortina (catedrática universidad de

Valencia): «Ética de la solidaridad».- Cine-Forum.Día 27- Paco Etxebeste (sociólogo): «Racionalidad

político-social, racionalidad económica y racionalidad solidaria».

- Teófilo Pérez (ex-Director General del Insalud de La Rioja); José Suárez (Secretario General de

María Rivas, 2ª ed). 5. Monseñor Oscar Romero (Carlos Díaz, 2ª ed). 6. Carlos de Foucauld (José Luiz Vázquez). 7. Ángel Pestaña (Antonio Saá). 8. Emmanuel Mounier (Carlos Díaz). 9. Víktor Frankl (Xosé Manuel Domínguez).

65    ? Desde la Fundación Emmanuel Mounier, que ha surgido a su vez desde el Instituto Emmanuel Mounier.

66    ? A excepción de las dos primeras, la abnegada labor de coordinación de las Aulas ha venido recayendo luego sobre Luis Enrique Hernández (Haro, La Rioja).

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Asamblea Nacionalista Canaria); Juan Serna (Ex-Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura): «¿Cabe ser solidario desde el poder?»

Día 28- Heleno Saña (escritor): «Perspectivas de

la solidaridad tras la caída del muro de Berlín».- Ana Rivas (Movimiento Autogestionario

Cristiano); Juan Biosca (Comisión de lucha contra el paro de Valencia); Víctor Renes (Servicios Centrales de Cáritas); Félix García (Fundación Salvador Seguí): Eduardo Rojo (Centro Cristianismo y Justicia), José Ángel Moreno (IEM): «La solidaridad, diversos enfoques».

Día 29- J.R. López de la Osa (teólogo dominico):

«Aspiración ética solidaria frente a racionalidad corporativa».

II Aula. Burgos (Seminario Mayor), 24 a 28 de julio de 1991: ¿Ítaca, o becerro de oro?67

Día 25- César Moreno (profesor universidad de

Sevilla): «El papel del individualismo en la civilización actual».

- Salvador Sánchez (monje franciscano de la ermita de Chelvá); Jesús Lezáun (sacerdote, abertzale); Mayte Etxegaray (comunidades del Arca), y un representante del SOC: «Entre el vértigo y el éxtasis, o la plenitud del vacío: vidas en ruptura radical».

Día 26- Nicolás Alexandrov (periodista de la

Agencia TASS): «La situación internacional: análisis y perspectivas».

- Visita a la ciudadDía 27- Mariano Zañartu, s.j. (profesor

universidad católica de Chile): «¿Es posible una economía simultáneamente eficaz y solidaria?».

- Antonio García Santesmases (PSOE-Izquierda Socialista); Rubén Gallego (Izquierda Unida); José María Gil Robles (Partido Popular); Diego López Garrido

67    ? Hay que resaltar que la prensa de Burgos, y en especial el Diario de Burgos, cubre puntualmente desde este Aula cada uno de los días de todas ellas. Asimismo las emisoras de radio y también a veces la televisión. A la rueda de prensa previa a cada Aula, convocada por Raúl Berzosa, acuden casi todos los periodistas activos durante el mes de julio en Burgos. Este año, además de los reportajes de cada evento, el Diario de Burgos dedica a Mounier cuatro páginas centrales del domingo 21 de julio con profusión de fotos del propio Mounier y textos de Antonio Ruiz, así como una entrevista a C. Díaz, y el 18 de julio otras dos páginas centrales con texto de Jesús Yusta.

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(Comisión de Derechos Humanos): «Las ¿diferentes? propuestas político-económicas de los partidos políticos españoles». Coordina: Teófilo Pérez Rey (ex-Director General del Insalud de La Rioja)

Día 28- José Ángel Moreno (economista, del IEM):

«El capitalismo neoliberal como proyecto político-económico imperante».

III Aula. Burgos (Seminario Mayor, Burgos), 22 a 26 de julio de 1992: ¿Dónde está tu hermano en el 92?

Día 23- José Luis Rubio (profesor universidad

complutense): «El 92: un marco politicoeconómico y sociocultural»

- Fernando Rovetta (IEPALA, Instituto de Estudios para América Latina); Santiago Matutes (Misionero seglar); Elena Barinaga (Solidaridad Internacional); MCC (Movimiento Cultural Cristiano): «¿Qué filosofía sustenta a las ONGs y qué trado de alternativa ofrecen?

Día 24- Emilio Rosich (misionero comboniano en el

Chad): «La otra mirada: el Norte visto desde el Sur».- Visita a Silos y a Covarrubias.Día 25- Graciano González (profesor universidad

complutense): «El otro en la cultura occidental actual».

- Manuel Herrera (Cáritas Española); Gonzalo Crespo (Director General de Política Migratoria, Junta de Andalucía); Juan Chozas (Subdirector Gral de Inmigración); Francisco Soriano (CCOO): «Situación de los inmigrantes en España».

Día 26- Jesús Mª Ayuso (catedrático de Filosofía,

INB): «La pregunta por el otro en el personalismo

IV Aula. Burgos (Facultad de Teología, Burgos), 22 a 26 de julio de 1993: La política como organización sistemática de la caridad.

Día 22- «¿Qué entendemos por política?»- Mesa redonda: juventud y acción

sociopolítica.Día 23- Pedro Lezcano (Presidente del Parlamento

de Canarias): «Grandeza y miseria del ejercicio político».- Salida a Covarrubias.Día 24

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- Carlos Díaz (Del IEM): «Más que nunca: o fascismo, o personalismo».

- Manuel Rodriguez (Alcalde de Elche); Francisco Santiago (Alcalde de Telde); David León (Ex-Gobernador Civil de Burgos); Francisco Beltrán (Ex-Alcalde de Fraga); Diego Aisa (Ex-Alcalde de 14 pueblecitos. Huesca). Coordina: Teófilo Pérez Rey (ex-Director General del Insalud de La Rioja).

Día 25- Teófilo González Vila (Consejero Técnico

de la Dirección General de Coordinación y de la Alta Inspección): «Educación política personalista».

V Aula. Burgos (Facultad de Teología), 21-25 de julio de 1994: Renacimiento, Reforma, Ilustración.

Día 22- Emmanuel Buch (Pastor Evangélico):

«Renacimiento, Reforma, Ilustración».- Alfonso Gago (católico); Manuel López

(evangélico); representante judío; representante mulsulmán: «Gracia y eficacia. Religión y negocios». Coordina: Jesús Conill (profesor universidad de Valencia).

Día 23- Julio Trebolle (Director del Instituto de

Ciencias Religiosas de la universidad Complutense de Madrid): «Mapa político del monoteísmo: catolicismo, protestantismo, islam y judaísmo».

- Federico Velázquez (del IEM); representante de la Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris; representante de Fe Bahai; representante de Sai Baba. Coordina: Eloy García Bueno (profesor de la Facultad de Teología de Burgos).

Día 24- Vicente Merlo (profesor universidad de

Valencia): «La Ilustración en el mundo oriental».- Visita a «los Burgos podridos» (Virgilio

Mazuela, conductor)- Luis Capilla (Acción Cultural Cristiana):

«Personalismo y vida comunitaria».Día 25- Francisco Marcellán (profesor universidad

Carlos III, Madrid): «Autonomía de la razón militante y laica»; Gerardo López: «Autonomía de la razón gozosa y laica» (profesor universidad de Castilla-La Mancha).

VI Aula. Burgos (Facultad de Teología), 21 a 25 de julio de 1995: Presupuestos éticos para una democracia real.

Día 22- Agustín Domingo (profesor universidad de

Page 106: Mi encuentro con el personalismo comunitario.doc

Valencia): Fundamentos axiológicos de la democracia.- PP, PSOE, IU, PA: «La democracia en los

partidos».Día 23- Enrique Bonete (profesor universidad de

Salamanca): Teorías sobre la democracia.- Víctor Renes (Asociación de Vecinos); Sr.

Tabernero (Jóvenes Empresarios); AEDENAT: «Presupuestos éticos para una democracia real».

Día 24- Mariano Moreno y Pablo López (Instituto

Emmanuel Mounier): «El Estado».Día 25- Antonio Colomer (Profesor universidad de

Valencia): «Democracia autogestionaria».

VII Aula. Burgos (Facultad de Teología), 19 a 23 de julio de 1996: Trabajo-Paro: El último desafío posmoderno.

Día 20- Andrés Aganzo (Cáritas): «El paro,

¿problema económico, o del sistema?»- Video Forum- Testimonio: crónica de un emigrante.Día 21- Antonio Calvo (del IEM): «Visión ética

del paro».- Ruta turística.Día 22- Julián Gómez del Castillo (Fundador del

Movimiento Cultural Cristiano) y Arturo García Lucio (Profesor de la Escuela Social del Obispado de San Sebastián): «¿Qué hacer? Entre la posibilidad y la utopía».

Día 23- Exposición de las tareas que en la lucha

contra el paro están llevando a cabo los distintos grupos del IEM.

VIII Aula. Burgos (Facultad de Teología), 23 a 27 de julio de 1997: Afrontar el paro.

Día 24- Víctor Díaz (Consejero de Empleo de

Canarias): «El paro, síntoma del desorden estructural».- Video-forum.Día 25- Francisco Zumaquero (Director General de

Trabajo de la Comunidad de Canarias): «Estado, ¿amigo o enemigo de los parados?

- Ruta turística.Día 26

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- Carlos Díaz (Fundador del IEM): «El movimiento obrero: aprender del pasado, mirar al futuro».

- Sercoval (Servicios Cooperativos de Valencia); Traperos de Emaús; CGT (Chema Berro); SOC (Sindicato de Obreros del Campo): «Respuestas organizadas desde el paro».

Día 27- Luis Ferreiro (Presidente del IEM): «A

grandes males, grandes remedios. Nuestra postura como Instituto Emmanuel Mounier».

IX Aula. Burgos (Facultad de Teología), 22 a 26 de julio de 1998: Economía sin paro ni hambre.

Día 23- José Ángel Cuerda (Alcalde de Vitoria):

«Análisis de las alternativas al paro desde el Norte: Renta mínima».

- David Anisi (catedrático de la universidad de Salamanca): «Análisis de las alternativas al paro desde el Norte: Tercer sector».

- Eduardo Rojo (catedrático de la universidad de Gerona): «Reorganización del tiempo de trabajo».

- Debate con los tres ponentes.Día 24- Joaquín Arriola (profesor de la

universidad del País Vasco): «¿Qué ofrece el Norte al Sur?»- Ruta turística.Día 25- Manuel García Nájera (militante): «Un

modelo universalizable. ¿Qué necesita el Sur?»- Juan Manuel Pérez Charlín (misionero de

África): «Un modelo universalizable. ¿Qué necesita el Norte?»- Instituto Emmanuel Mounier: «Modelo

universalizable».Día 26- La propuesta del IEM.

X Aula. Burgos (Facultad de Teología), 21 a 25 de julio de 1999: De la propiedad capitalista a la propiedad humana.

Día 22- Jesús Castillo (profesor de la

universidad de Valladolid): «La propiedad en la Historia».- Joaquín Arriola (profesor de la

universidad del País Vasco): «Propiedad y poder».- Juan Luis Herrero (Comisión 0'7%):

«Restituir lo robado».Día 23- José María Vinuesa (catedrático de

filosofía, INB): «Legitimación de la propiedad».- Rafael Soto (profesor de filosofía, INB):

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«Poseer, ¿para qué?».- Ruta turística: Atapuerca.Día 24- Juan Torres (catedrático universidad de

Málaga): «Propietarios y expropiados».- Alfonso Gago (catedrático universidad de

Málaga): «¿De quién es la tecnología?».Día 25- Castor Bartolomé (profesor de filosofía,

Brasil): «El poder de los desposeídos».

XI Aula. Burgos (Facultad de Teología), 19 a 23 de julio de 2000: Mounier: un maestro para nuestro tiempo (1905-1950).

Día 20- Antonio Calvo (del IEM): «Mounier: el

arte de ser persona»- Carlos Díaz (del IEM): «Mounier y su

generación».Día 21- Luis Capilla (del IEM): Nuevos rostros

del desorden establecido».- Alfonso Gago (del IEM): «Vigencia del

personalismo comunitario».- Entrega de premios certamen 50

aniversario de la muerte de Emmanuel Mounier.

Día 22- Xosé Manuel Domínguez (del IEM): «De la

revolución interior».- Luis Narvarte: «Revolución comunitaria en

Mounier».Día 23- Instituto Emmanuel Mounier de México.

«Revolución personalista y comunitaria en el III Milenio».

3.8. La formación de formadoresEl IEM ha querido siempre formar a sus

militantes para que éstos a su vez formasen a otros dando cursos y alentando grupos. El 26-27 de enero de 1991 se celebra en Madrid el primer cursillo de Formación de Formadores, al que asisten 22 personas. En él se perfilan los bloques que tendría un posible cursillo de introducción al personalismo comunitario, a saber: metafísica, sociopolítica, persponalismo y praxis. Los distintos bloques fueron preparados por C. Díaz, Agustín Domingo, José María Vegas, y Pablo y Andrés Simón. Desde entonces hasta hoy, con mejor o peor fortuna, esa formación ha continuado invariablemente tres veces al año68, si

68    ? Como informa el Correo del Sur de junio de 1991, el 25-26 de mayo tiene ya lugar en Colmenar el segundo cursillo de

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bien se han recibido más cursos de los que se han impartido hacia el exterior. De todos modos, ya en el 1990-91 se hace una programación de salidas. A Trujillo se acerca Pablo Simón primero, y Carlos Díaz después. A Zaragoza, José Mª Vegas, Tomás Domingo y Carlos Sureda. A León José Mª Vegas, Domingo Vallejo y Carlos Sureda. A Sevilla Carlos Díaz y César Moreno. A Galicia, Jesús Mª Ayuso y Antonio Calvo...

Asimismo, el grupo de formadores se comprometió en 1993 a redactar para Cáritas de Valencia cinco carpetas de cien folios cada una con sus correspondientes fichas didácticas en torno a otros tantos núcleos temáticos fundamentales que pudieran ser asumidos por los jóvenes que reciben formación personalista y comunitaria en los talleres ocupacionales de Cáritas Valencia. Las carpetas -en las que nos jugábamos mucho- eran: Lo que significa ser persona y crecer comnitariamente; La memoria histórica de los pobres; El valor de la sociedad civil; Los valores humanos básicos; El trascender. Con pena tenemos que decir que no todas llegaron a realizarse, y que no cumplimos bien el encargo. Fallamos a los pobres.

G. El difícil día a día. Mirada retrospect(at)iva

1. Correo del Sur

Junto a las publicaciones dirigidas hacia el exterior, recordemos también a nuestro modesto «Correo del Sur», en el que damos cuenta a los miembros del IEM de las actividades que vamos asumiendo en los diferentes grupos, y de los proyectos que estamos tratando de hacer viables. Como recuerdo y resumen somero de las muchísimas acciones que hemos venido emprendiendo a lo largo de los años, y que sería de todo punto imposible relatar aquí por prosaicas razones de espacio, he aquí tan sólo unos pocos testimonios:

Formación de Formadores. A él asisten quince personas. C. Díaz analizó el «Árbol genealógico del personalismo», y la Ilustración; Domingo Vallejo y Jesús María Ayuso hacen una «Introducción al personalismo judío» (Buber, Rosenzweig, Levinas). El 26-27 de octubre hay ponencias de José Mª Vegas («Reencantamiento de la realidad en clave personalista») y de Carlos Díaz («Y Dios creó la persona»). El 1-2 de febrero del 1992 José Mª Vegas expone a Max Scheler y Antonio Calvo a Jean Lacroix. Carlos Sureda habla de educación. El 1-2 de mayo Tomás Domingo expone a Ricoeur, Carlos Díaz a Ebner, y Encarna Ayuso diserta sobre la sanidad en España. Como decimos, los cursos han seguido hasta hoy.

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1.0. 1984

El 18 de septiembre escribe C. Díaz a Juan Biosca: «¡Qué distancias humanas entre la adhesión verbal y el desentendimiento real! ¡qué gastada está la palabra, cuántas organizaciones, cuántas administraciones, y qué pocos hombres disponibles! Vamos creciendo como los niños, lentejita a lentejita, ya somos una veintena, de desigual disponibilidad. ¡Qué profesión de humildad se necesita!». Estas palabras de los primeros días podrían valer hasta hoy.

El 29 de septiembre de 1984, desde la sede del IEM (el domicilio de Juan Ramón Calo, c/ Silvio Abad 6, 2º dcha, 28026 Madrid) J.R. Calo y C. Díaz firman esta carta: «Querido amigo: Con alegría te invitamos a participar en el primer encuentro del Instituto, que tendrá lugar en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid (Ciudad Universitaria, Nuevo Edificio, Auditorio, Planta Baja) el sábado 27 de octubre. Orden del día.

10-10'30: Presentación (Carlos Díaz).10'30-11'15: Ponencia: «Por qué Esprit en

Francia, por qué el Instituto Emmanuel Mounier en España» (Antonio Ruiz).

11'15-12'30: Coloquio.12'30-13'00: Descanso13'00-13'30: Comunicación I: «El lugar

teórico del personalismo hoy» (José E. Candela).13'30-16'00: Comida y descanso.16'30-17'15: Coloquio sobre la Comunicación

I.17'15-17'30: Pausa.17'30-18: Comunicación II: «Tomas de

posición del personalismo en la sociedad española» (Félix García).

18'00-18'45: Coloquio sobre la comunicación II.

18'45-19'15: Descanso.19'15-20: Propuesta final y clausura. En la revista «Cáritas» (nº 236, octubre

de 1984) presenta C. Díaz el IEM: «Por un mundo personalizado: el Instituto E. Mounier». Terminaba con un «si te intersa el proyecto, escríbenos», y la respuesta fue cero. Se inauguraba una situación que, por desgracia, iba a repetirse.

1.1. 198569

6 enero: Carta de Paulette Mounier

69    ? La Fundación Santa María concede 200.000 pts de ayuda. Una nueva petición de la misma cantidad nos será negada dos años después (19-2-1987).

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alentándonos por el surgimiento del IEM. Gracias a la generosidad de los hermanos

de La Salle, que nos ceden sus instalaciones, el grupo de Madrid -entre 20 y 24 personas- se reúne cada sábado en Marqués de Mondejar, 32 (San Pío X), y así durante muchos años70.

2 marzo: II Asamblea Nacional. 35 personas71.

26 de abril: En el Saló Llavors (Valencia), presentación pública por C. Díaz del IEM. El grupo valenciano reune de 12 a 20 miembros cada 40 días.

28-29- 30 de mayo: Fundación Banco Exterior, ciclo «Mounier hoy»: «El personalismo y la filosofía española del siglo XX» (José Gómez Caffarena), «Dos lecturas políticas de Mounier» (Reyes Mate y Carlos Díaz); «Vigencia de Mounier» (José Luis Aranguren, José Eugenio Candela, Félix García, Manuel Maceiras).

Viaje de Juan Ramón Calo y Carlos Díaz a Zafra (Badajoz) y a Sevilla para hacer la presentación del IEM, sin apenas audiencia.

Se imparten siete conferencias al grupo Acción Cultural Cristiana sobre el presente de Mounier (Carlos Díaz, Daniel Barcala, Gonzalo Tejerina, Juan Ramón Calo y Félix García).

26 octubre: III Asamblea nacional: 50 personas. Informan los grupos de Madrid, Valencia, León y Valladolid. Tratan de comenzar Santander y Asturias72.

1.2. 1986

El IEM está presente con su pancarta en la gran manifestación ANTI-OTAN de febrero, repartiendo además esta octavilla:

«IEM. Gainza 19, 5º dcha. 28041, Madrid.Aunque fuera verdad que con la OTAN

estuviéramos mejor defendidos (que no lo estamos);Aunque fuera verdad que con los políticos

estuviéramos mejor representados (que no lo estamos);Aunque fuera verdad que con la economía

belicista tuviésemos más trabajo (que no lo tendremos);Nosotros estamos en favor de una

70    ? Cargos de Madrid: Secretaría y Administración, Juan Ramón Calo y Juan Carlos Vila. Coordinación, Javier Espinosa. Relación con otras autonomías, Lourdes Fernández. Relación con otros grupos afines, José Ángel Moreno y Daniel Barcala.

71    ? Cargos: presidencia, Carlos Díaz; secretaría, Juan Ramón Calo y Lourdes Fernández; tesorería, Juan Carlos Vila.

72    ?Cargos: presidencia, Juan Biosca; secretaría, Juan Ramón Calo y Lourdes Fernández; tesorería, Juan Carlos Vila.

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civilización personalista y comunitaria, que implica:En economía, gestión obrera autónoma.En política, sociedad civil y no Estado.

En filosofía, cultura y no armas.Nosotros decimos NO a la OTAN que

institucionaliza la lucha.Nosotros decimos NO al Mercado Común, que

es el mercado de los ricos.Nosotros decimos SÍ a los pueblos oprimidos

y a los pobres de la Tierra: SÍ al Sur.¡0TAN NO, SUR SÍ! 19 de mayo: presentación en Madrid del

número 5 de Acontecimiento «Dimensiones y problemas de la paz» (Carlos Díaz, Pedro Ortega, Félix García, Enrique Palenzuela, Juan Ramón Calo).

1.3. 1987

marzo: Viaje a las cooperativas de Mondragón (Lourdes Fernández, Juan Ramón Calo, José Ángel Moreno, Carlos Díaz)73.

1.4. 1988

22-23 de octubre: Medio centenar de socios. Asamblea extraordinaria en los dominicos de Alcobendas. Quedan aprobadas como filosofía del IEM las -desde entonces conocidas como- «25 Tesis»74. Hay conciencia de que se está en una segunda etapa: «Habíamos comenzado a sobrepasar los cuatrocientos socios, y cada vez éramos más débiles, multum sed non multa. Pasivos, meramente numerarios, ni siquiera al día en sus cuotas, se dejaban ir y parecían estarnos haciendo un favor recibiendo gratis Acontecimiento. No eran todos los que estaban, en un país donde todos los héroes han muerto y los genios se eclipsan mientras los santos y los ángeles están marchando. Hoy apenas quedamos doscientos, la mitad, tras dar de baja (y no por motivos ideológicos) a quienes prosaicamente

73    ? Cfr. el artículo de nuestro amigo, fallecido en 1985, José María Mendizábal «Relato crítico de la experiencia cooperativa de Mondragón». Acontecimiento, 9 de octubre de 1987, pp. 63-71.

74    ? Cargos: presidencia, Carlos Díaz; formación, José Ángel Moreno, Luis A. Marcos, José Manuel Alonso, Lourdes Fernández; archivo, Esperanza Alcover; publicaciones, Andrés y Pablo Simón Lorda; coordinación, Julio González; tesorería, Pedro Gómez; administración y difusión, Lidia Parrilla y Alfonso Espinosa; secretaría, M.J. Pérez.

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ni siquiera habían abonado sus pagos desde 198675. Aunque hubiésemos querido mantener a estos miembros no hubiésemos podido, porque no tenemos medios.

Somos, pues, menos, pero queremos ser más, y sólo lo vamos a lograr si nos comprometemos mejor. Esta Asamblea aceptó al efecto la libre y voluntaria dedicación de cada cual al Instituto, por considerar que cualquier signo positivo es valioso y expresa una voluntad buena. Pero a todos, en la medida de vuestras posibilidades, os pedimos mayor grado de militancia, pues de lo contrario todo el trabajo va a seguir recayendo en la decena de socios hormiga. Respetamos, en fin, que estéis trabajando en muchos sitios, pero no vemos cómo esa pluralidad de dedicaciones no pueda traducirse en una atención mayor a nuestro Instituto, ya sea aportando más apoyo económico, colaborando más activamente con las tareas organizativas, al menos comunicándonos lo que hacéis y a la gente a la que conocéis en nuestra línea con la que podríamos colaborar o contactar.

No pediríamos militancia, ni siquiera estaríamos en el Instituto, si no fuésemos conscientes de que nada igual existe en nuestro país: una asociación no-confesional que aún busca una nueva cultura del Sur capaz de cambiar la vida de la gente en orden a su humanización. Una asociación que no se resigna a vivir mejor a costa de los que viven peor, ni a una cultura de libro incapaz de oradar la costra de la vida social: eso queremos ser y ya somos aun siendo poco.

Obviamente los pasivos nos magnificaréis pensando que nosotros somos Supermanes, mientras os minusvaloráis creyendo que sólo servís para seguir nuestros

75    ? En una circular del mismo C. Díaz, abril de 1989 vuelve la misma cantinela: «Por lo que hace al número de nuestras gentes, de nuevo hemos vuelto a ser los cuatrocientos de antaño, tras la baja o 'purga' de doscientos por falta de pago. Podemos, pues, estar orgullosos, pues en seis meses hemos logrado, creo que casi milagrosamente, a casi doscientos más, duplicando el número, ahora mucho más ajustados a realidad, es decir, mucho más al corriente de las cuotas. Esto no impide que aproximadamente el cuarenta por ciento de los actuales no haya hecho efectiva aún su cuota del 89. Estamos dispuestos, en todo caso, nuevamente a que los negligentes queden en libertad, y volvemos a escribirles al respecto: no tenemos vocación de remolcadores de ballenas». Nuevas «purgas» de los ficheros son anunciadas el 1 de septiembre de 1989, donde se habla de 438 miembros, con un 20% de morosos, etc. Según el Correo del Sur de noviembre de 1991, hay 305 personas suscritas a los cuadernos de formación que no han pagado nada, ni una parte de las 9000 pts. Otras 220 sólo han pagado el primer plazo, y tan sólo 235 son gente seria... Y así siempre.

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pasos. Allá vosotros, hermanos»76. Entonces se ignoraba que esta misma

situación, lejos de marcar una nueva era en el IEM, iba a definerle y a reproducirse permanentemente. Botón de muestra: en colaboración con la Fundación Salvador Seguí y el Movimiento Cultural Cristiano, únicos grupos que han aceptado de entre los varios invitados (partidos, sindicatos, asociaciones ecologistas, ciudadanas, de ayuda al Tercer Mundo, ideológicas, etc, con la única restricción de que pertenecieran a un espectro ideológico más o menos próximo al de la izquierda, entendida en un sentido amplio), el entusiasta grupo de formación de Madrid prepara para el curso 1988-89 un ambicioso seminario sobre «Sociedad civil y autogestión», con este programa: 8-11-88: El Estado, ¿instrumento de la sociedad civil, o arma contra ella? (Ricardo Montero. Universidad Autónoma, Madrid); 22-11-88: Análisis de las clases sociales en la sociedad contemporánea (Fundación Salvador Seguí); 13-12-88: El asociacionismo en el Estado de bienestar (Sindicatos, partidos, movimientos); 20-12-88: La identidad histórica de la izquierda y su crisis actual (Javier Martínez Cortés, Instituto Fe y Secularidad, junto con Francisco Porcar, HOAC); 10-1-89: Formas de defensa de la sociedad civil en el capitalismo moderno (Luis Enrique Alonso, universidad Autónoma, Madrid, y Movimiento de Objeción de Conciencia); 24-1-89: ¿Es posible una alternativa transformadora? (Jesús Albarracín, Liga Comunista Revolucionaria); 7-2-1989: Realidades autogestionarias en la historia (Julián Gómez del Castillo, MCC); 21-2-89: La autogestión hoy (Fundación Salvador Seguí); 7-3-89: El sujeto social de la autogestión en nuestro tiempo (Antonio Colomer, Instituto Intercultural para la Autogestión y la Acción Comunal); 28-3-89: Antropología del sujeto autogestionario y cultura de la autogestión (Ana Rivas, MCC); 11-4-89: ¿Cómo avanzar en la práctica hacia el socialismo y la autogestión? (Emilio Andreu y José Ángel Moreno, IEM); 25-4-89: ¿Cómo avanzar en la práctica hacia el socialismo y la autogestión (Enrique Prieto, MCC); 10-5-89: ¿Cómo avanzar en la práctica hacia el socialismo y la autogestión? (Carlos Díaz y Félix García, IEM).

El grupo envía esta circular el 10 de noviembre de 1988: «En el Área de formación hemos pensado que sería muy bueno intentar que este seminario pudiese ser aprovechado por todos los miembros del Instituto, no sólo por los de Madrid. Para ello se nos ha ocurrido enviar a todos los socios que estén interesados unas copias de las ponencias, en envíos mensuales. Acompañaremos cada ponencia con unas breves reflexiones elaboradas por nuestra cuenta, en las cuales, más que comentar la ponencia, intentaremos subrayar los puntos que nos parezcan más relevantes para los fines propios del Instituto, esto es, el desarrollo de un socialismo

76    ? Circular de C. Díaz (noviembre de 1988).

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autogestionario». Además, el grupo notifica cada conferencia a la sección «Actos del día» del diario El País, ofrece reproducir partes específicas del seminario en otras ciudades, y busca establecer a través del mencionado seminario contactos estables con asociaciones próximas a nuestro pensamiento...

«Pronto, sin embargo -reza el abatido informe del Área de Formación-, y pese a la relativa calidad de las ponencias, se apreció el reducido interés que despertaba el curso, que congregó una escasísima y decreciente audiencia, así como el paralelo nulo interés de los compañeros del Instituto por iniciar un debate de las ponencias a través del correo. Tan es así que, tras varias sesiones con una asistencia de 6 ó 7 personas, se decidió en marzo la suspensión de las sesiones.

No obstante, y como quiera que se habían iniciado contactos con compañeros de otras ciudades con vistas a reproducir en ellas algunas de las sesiones, se montó en León -con la ayuda inestimable de los compañeros de la zona77- una jornada recopiladora de algunos de los temas tratados en el seminario. Esta jornada, que llevó el título genérico de 'Perspectivas actuales de la izquierda', funcionó, paradójicamente, muy bien, registrando una asistencia en torno a 50 personas, con la presencia de varios compañeros de Galicia, Burgos, Asturias, así como de Madrid, al margen naturalmente, de la mayoría leonesa.

En resumen, un claro y contundente fracaso,

77    ? El grupo leonés, coordinado por María Dolores Hoyos, contaba en julio de 1989 con 16 personas. Disciplinado, serio, cumplía con rigor y puntualidad las reuniones, y difundía muy bien la revista Acontecimiento (en la citada fecha vendía una media de 70 u 80 revistas), así como los Cuadernos de Formación y Clásicos. Más tarde se dividió, yendo otro a Astorga, iniciado por José María Fínez y luego coordinado por Ángel Nistal y Agustín Lera. En Ponferrada, aunque había unas cuantas personas, no llegó a cuajar el grupo. Por su parte, Julio González asumió durante el 1989 la vocalía de coordinación, contactando con Asturias (en donde Isaac González presentó el tomo IV de la Obra de Mounier el día 27 de abril de 1989 en el Club de Prensa de Oviedo, con la presencia de Carlos Díaz), encuentro al que asistieron cinco leoneses. También contactó con Valladolid (Tomás García de la Santa), donde más tarde se hicieron varios intentos con varias personas pero sin llegar a nada, con Salamanca (Juan Antonio Marcos y Ricardo de Luis), con idéntico resultado, y con Burgos, donde se articuló un grupito que se mantuvo durante algún tiempo en torno a Virgilio Mazuela y Luis Antonio Marcos (informe de la vocalía de coordinación de León, 7 de julio de 1989).

Durante el curso 92-93, sin embargo, María Dolores Hoyos se va a Madrid y deja el grupo. Y Ángel Nistal visita Bolivia. El grupo se debilita, aunque sigue.

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del que el Área de Formación se siente responsable, y sobre el que merecería la pena reflexionar en esta Asamblea».

Lo que aquel grupo de Formación bienintencionado aún no podía sospechar era en primer lugar, a gran escala, la inminente caída del muro de Berlín, con la subsiguiente muerte del izquierdismo que el Instituto planteaba; en segundo lugar, que esa caída les arrastraría incluso a ellos mismos, al Área de Formación, cuyo entusiasmo era juvenil e ideológico.

1.5. 1989

Es el gran año del grupo de Galicia. El 8 de enero tiene su Asamblea, a la que ya asisten cincuenta personas: «Es un proyecto que desde Galicia mira al Sur, a los desposeídos, a los últimos, para ponerse de su lado en la lucha constante contra el desorden establecido y venidero. Desde la izquierda, pues, y sin confesionalismos, puesto que cristianismo y personalismo no se identifican al moverse en planos diferentes»78. Muy atento a este postulado, Andrés Simón recrimina el 11 de abril de 1989 a la revista «A Mocidade» haber incluído al IEM entre otros grupos confesionales.

El grupo trabajará con fuerza y generosidad, hasta convertirse, después de Madrid, en el más significativo del IEM. Tienen frecuentes reuniones para su propia formación y encuentro. Se hacen presentes en el ambiente universitario, en Institutos de Bachillerato y colegios privados, en ambientes eclesiásticos, en los medios (en Irimia, en Encrucillada, etc), en contacto directo con el público en general, en manifestaciones, en conversación con grupos afines, etc. Promocionan bien Acontecimiento, lo distribuyen en librerías, fomentan las suscripciones en bibliotecas, lo venden en mesas callejeras. Organizan cursos, cursillos, encuentros, conferencias, jornadas79. Se encargan de preparar el Primer Aula

78    ? Coordinador, Pablo Simón Lorda; secretario, Andrés Simón Lorda; tesorero, Odilo Martiñá. El 14 de noviembre de 1989 una circular a los miembros del IEM en Galicia comunica que, tras los nombramientos de Pablo (presidente) y Andrés a nivel nacional, Miguel Fernández Blanco pasa a nuevo coordinador de Galicia, Odilo Martiñá a tesorero, y Belén Costa a secretaria.

79    ? Por ejemplo, en la Semana de Santo Tomás (22-28 de enero) están presentes Emilio Andreu y Carlos Díaz. En la Casa de Ejercicios de Santiago de Compostela se imparte un curso al que asisten 27 personas los días 1 y 2 de abril: «El personalismo comunitario: una respuesta en la era del vacío» (Antonio Ruiz: Trayectoria histórica del movimiento personalista; José María Vegas: Introducción al concepto de persona: confrontación entre humanismos y antihumanismos actuales; Juan Biosca: Persona y sociedad: por una praxis personalista hoy). «Se envió

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de Verano. Y también se responsabilizan de la producción de los Cuadernos de Formación y Clásicos, 45 en total, mes a mes, con rigor y puntualidad.

Curso 1989-90, León: magnífico ambiente entre los diez o doce asistentes (Manuel G. Anta, Máximo Carracedo, Caty Peña, Ángeles Martín, Ángel Nistal, Paco González, Yoli Fuentes, Charo Prieto, Félix Castro, Mª Dolores Hoyos, J. M. Fínez, Agustín Lera...), que se reunen mensualmente, lo cual no está mal si tenemos en cuenta que algunos tienen que recorrer de 100 a 230 km. cada vez. En Ponferrada se inicia un segundo grupo del IEM.

Además, siempre bajo la infatigable labor de María Dolores Hoyos, alma del grupo, el cinco de mayo se organiza en el Colegio de las Dominicas una jornada en torno al tema de la solidaridad. Presentación de Ángel Nistal; «Los movimientos sociales y la solidaridad» (Pablo Simón); «Solidaridad e insolidaridad en la política española» (Miguel Fernández).

9 de marzo: Valencia, intento de relanzamiento del IEM80.

propaganda -reza la Memoria de Actividades- del cursillo y del Instituto a todos los departamentos de la Facultad de Filosofía, a los profesores del Instituto Teológico compostelano, a residencias universitarias y a los Departamentos de Religión y Filosofía de todos los Institutos de Bachillerato de Santiago, a la CNT, se estuvo en contacto con el Centro de Teología para Seglares presentando el cursillo por las clases. Se repartieron folletos entre toda la gente conocida a la que pudiera interesar, y se escribió un artículo acerca del Instituto y del cursillo que se envió a las revistas Irimia y Encrucillada, siendo publicado en la primera. De unas 60 invitaciones enviadas sólo asistiío al cursillo una persona, y otra más nos escribió interesándose por nosotros. La publicación del artículo en Irimia incitó únicamente a un lector a interesarse por nosotros. Sin embargo esto no nos desanima, porque sabemos que nuestro proyecto no es lo que se lleva hoy en día, ni siquiera se apuntan a él los que nos parece que en teoría deberían estar más interesados. Somos conscientes de lo solos que estamos, de lo difícil que es marchar siempre corriente arriba cuando las sirenas socialdemócratas nos invitan continuamente a dejarnos llevar, a abandonarnos al goce de lo inmediato». Del 10 al 14 de Mayo, en las jornadas de A Toxa sobre la Trilateral, invitan a Luis Capilla. Ponen mesas en las III Aulas de Uran Fe-Cultura, en el cursillo nacional de Pastoral Juvenil, en la Jornada Mundial de la Juventud, etc.

80    ? Calle Bretón de los Herreros, 3, bajo. Firman la convocatoria Jesús Conill y Juan Biosca: «Aprovechando la próxima visita a Valencia de C. Díaz, actual presidente del

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21 de abril: Centro Cultural Conde-Duque. Presentación del número 14 de Acontecimiento, «¿Le sobra a Europa la revolución?» (José Ángel Moreno, Teófilo Pérez Rey, Juan Agudo, Jesús Albarracín, Antonio Rivera).

¿Cómo darnos a conocer? En Vida Nueva ofreciendo stocks atrasados81, en Acción Educativa escribiendo una autoentrevista82, en Le Monde Diplomatique83.

30 de junio de 1990: fecha límite de recepción de originales del Primer Premio de ensayo Emmanuel Mounier con ocasión del cuarenta aniversario de su muerte.

Instituto, hemos pensado convocar una reunión para que, haciendo punto y seguido con la etapa anterior, continuemos el discurso viendo y concretando lo que podemos hacer, si ya no con la ilusión del novicio, sí con la perseverancia y la paciente esperanza del hombre/mujer que sabe que la injusticia, el mal y la impotencia no son la última palabra».

81    ? 29-4-89: «en vista de que están agotándose nuestros 'stocks' queremos ofreceros los números aún existentes: número 5. 7, 8, 9, 10, 13, 14... Os ofrecemos todos estos números al precio total de 1400 pts». ¡Santa ingenuidad! ¿Esperábamos vender siquiera uno solo de los números «aún existentes», es decir, invendibles, por este procedimiento? Pues en aquella época tal vez sí... Por lo demás, en abril de 1989 nos vemos obligados a reducir la tirada de Acontecimiento de 2000 a 1600 ejemplares, y aún así sobran muchos ejemplares.

82    ? Acción Educativa, Julio de 1989, pp. 35-38: «Instituto Emmanuel Mounier: Entrevista a C. Díaz». Además, José A. Moreno, Félix García, Carlos Díaz y Emilio Andreu participan en el ciclo de conferencias «¿Quién educa hoy?», julio de 1989, organizado por la escuela de Verano de Madrid (Acción Educativa) y coordinado por José Medina. El IEM está presente también en la XV (julio 1990) y en la XVI Escuela de Verano (julio 1991). Coordinados por José Medina imparten ponencias Agustín Domingo (La reforma descafeinada: una lectura antropológica), Luis E. Hernández (Educar como quien sirve), Luis Capilla (El desorden económico mundial). En otras ocasiones también irán Pablo Simón y otros.

83    ? Le Monde Diplomatique, edición latinoamericana, Buenos Aires, julio-agosto de 1989, reseña del número 14 de Acontecimiento; La Crónica de León, reseña del 13; Diario de León, reseña del 13, etc.

El caraqueño CIDAL (Centro de Información, Documentación y Análisis Latinoamericano) nos dice el 4-10-89 que «aquí en Venezuela se creó en los años 60 una fundación Emmanuel Mounier, estamos tratando de conseguir sus estatutos para enviárselos más adelante». Nunca más se supo.

Aunque el IEM nunca ha hecho esfuerzos por

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Cuantía 50.000 pts. Es declarado desierto84. 21-22 de octubre: Asamblea en Colmenar

Viejo (claretianos). El IEM se consolida en sus grupos85. Noviembre: El grupo de Sevilla inicia su

andadura: muchos los llamados por Domingo Vallejo, pocos los elegidos86.

27 de noviembre: Dentro del ciclo «Penseurs français d'aujourd'hui», organizado por todo lo alto por el Servicio Cultural de la Embajada de Francia, el encuentro con Jorge Semprún, José Luis Aranguren, y Jean Marie Domenach, moderado por Carlos Díaz, se suspendió. El otro encuentro, «Esprit y el personalismo», entre Jorge Semprún, Jean Marie Domenach y Carlos Díaz, se celebró sin la presencia de Semprún. Estas grandes parafernalias con traductores simultáneos y bombos oficiales, a la hora de la verdad sólo sirven para el curriculum, pero no «hacen afición».

13, 15 y 18 de diciembre: el IEM de Burgos, en sinergia con otras organizaciones, prepara las conferencias de Helena Norberg, Fernando Salas, y Víctor Renes. El IEM actúa en los diversos grupos87, alcanza su velocidad crucero.

1.6. 1990

contactar con otros países, el 12 de abril de 1991 nos escriben desde el Ministerio de Cultura y Educación del Gobierno de Mendoza (Argentina) explicando «la profunda identidad de inspiración que poseemos, sobre todo al habernos nutrido del pensamiento de Mounier».

84    ? También será declarado desierto en una segunda convocatoria relativa a «Formas de presencia del personalismo comunitario en la vida pública hoy, y posibilidades concretas de actuación». Premio, 50.000 pts. Plazo de presentación: 31 de septiembre de 1992.

85    ? Cargos: presidencia, Pablo Simón Lorda; secretaría, Julia Pérez; archivo, Begoña Delgado; tesorería, Paco Cárceles; exteriores, J.M. Alonso; publicaciones, Andrés Simón; formación, Carlos Díaz.

86    ? Para potenciar el grupo incipiente, Domingo Vallejo invita a las charlas que da Carlos Díaz el 19 de enero de 1990 en el I.B. Mairena del Alcor («El hombre y Dios») por la mañana, y en el I.B. Morón de la Frontera por la tarde; al día siguiente, 20 de enero, en la Casa Provincial Salesiana sobre «Fe y cultra». Por la noche, reunión con el grupo del IEM.

87    ? Hasta en Mallorca lo intenta Juana Estella durante los años 89 a 92...

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En Madrid, este año y el siguiente, se inicia una interesante experiencia: el grupo «Tomás Moro», que reune una vez cada tres semanas a pensadores afines, no necesariamente pertenecientes al IEM. Tratará trimestralmente temas como «la modernidad y su crisis», «ética civil y religión civil», etc.

26 de enero: Zaragoza, Centro Pignatelli: Presentación del IEM. Conferencia: «Lineas fundamentales del personalismo» (Carlos Díaz). Intervenciones ulteriores de Pablo Simón (Presidente), Carlos Díaz (Formación), José Manuel Alonso (Exteriores).

Febrero, Correo del Sur. Resulta interesante, por lo que tiene de lúcida denuncia de un síntoma dañino para el mismo IEM, esta saludable reflexión que escribe el entonces Presidente del IEM, Pablo Simón: «Dado que resulta evidente -al menos para mí- en cuál de las dos definiciones hay que encuadrar a la inmensa de aquellos a los que en nuestro país se les llena la boca diciendo que son 'de izquierdas', me gustaría que todos nosotros aprendiéramos con Mounier a reirnos de las palabras. De verdad que me preocupa que a veces parezcamos eternamente preocupados por si seremos 'suficientemente de izquierdas' mientras olvidamos y descuidamos al mismo tiempo el cuidado del 'hombre interior', la vivencia contemplativa de la realidad, la coherencia en el discurso sobre el valor de la vida, la solicitud por las personas concretas, la dedicación profunda y continuada a la formación y el estudio, el cultivo de la amistad, de la disponibilidad, de la generosidad, el aprendizaje en el compartir de la cotidianidad y de la cotidianidad en el compartir, la valoración de la soledad comunicada, la apertura a la dimensión trascendente... Solamente, y estoy convencido de ello, quien mima todo esto adquiere potencial revolucionario auténtico y suficiente para acometer la enorme tarea de transformar radicalmente las estructuras individuales y colectivas, económicas y culturales, políticas y sociales que a diario atentan contra la realidad de la persona. En caso contrario, sin que nos demos cuenta, nos metamorfoseamos imperceptiblemente, inexorablemente, en aquellos 'políticos' de los que con desdén hablaba Péguy. Reducidos a pura exterioridad, vacíos por dentro y maniobrando en el discurso y en la acción para no separarnos de aquel sector de la sociedad española cuya única originalidad parece que consiste en gritar hasta desgañitarse que ellos 'son de izquierdas y progresistas' -sin conseguir que aclaren qué demonios quieren decir con tal aserto-, acabaremos así traicionando la inspiración fundamental que animó la creación del Instituto, la misma que animó a Mounier... Y, en vez de 'izquierda', hablemos con Carlos Díaz de 'metaizquierda', para evitar topografías que, al menos para mí, me desagradan cada vez más».

16-18 de abril: Salamanca, «La reforma

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educativa a debate» (Fernando Vela, Félix García, Agustín Domingo, Carlos Díaz).

23-25 de abril: Galicia (Santiago de Compostela), «El salario social. Las posibilidades de lo imposible». 19-20 mayo, de nuevo Galicia (Arnela-Puerto del Son, Noia): Cursillo de formación de Carlos Díaz («al que asisten su mujer Julia, y su hija Esther»).

Asamblea de 20-21 de octubre en los dominicos de Alcobendas88.

Curso 1989-90. El IEM ha organizado un seminario sobre «¿Qué es el personalismo?» a petición del Colegio Mayor Santiago Apóstol. Asisten entre 20 y 30 universitarios, y los ponentes son miembros del IEM. Dura todo el año.

1.7. 1991

Curso de 1990-91, Madrid (Marqués de Mondejar, 32. De 7'30 a 9'00).

22 de noviembre: ¿Rationalis naturae individua substantia, la única forma de ser humano? ¿Ignorar a Marx-Freud-Nietzsche, o aprovecharles? (Carlos Díaz)

29 de noviembre: Homo capax Dei: ¿Lutero, Calvino, Kierkegaard volviendo al pasado, o rehacer el Renacimiento? (Carlos Díaz).

13 de diciembre: ¿Nuevo Orden Económico, nuevo desorden personal? (José Ángel Moreno).

20 de diciembre: ¿Nuevo Orden Económico, II? (José Ángel Moreno).

10 de enero: La persona, entre el ángel y la bestia: sencillamente «entre» (Carlos Díaz).

24 de enero: Corrientes actuales de pensamiento personalista (Andrés Simón).

7 de febrero: «Entre» los otros, «desde» sus rostros: la intencionalidad que quiere, o la persona como presencia comunicada (Carlos Díaz).

21 de febrero: ¿Cabe una praxis personalista y comunitaria? Vivir la política concreta desde la polis real de hoy (Carlos Díaz).

17 de marzo: Querer-poder: cuando surge el conflicto de voluntades, o la persona afrontada (Carlos Díaz).

21 de marzo: Ser persona: finitud y culpabilidad (Soedade López Campo).

4 de abril: Radicalidad, utopía. ¿Y si nos quedáramos solos? Alma bella, corazón duro, y «final de la Historia» (Carlos Díaz).

88    ? Nuevos cargos: presidencia, Andrés Simón; secretaría, Julia Pérez; tesorería, Paco Cárceles; publicaciones, Oscar Domínguez; formación, Carlos Díaz; exteriores y archivo, Pablo Simón.

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18 de abril: Ilustración versus religión: apología y necrología de la Ilustración (Carlos Díaz).

9 de mayo: Lo que significa vivir. Sí a la gratuidad (Pablo Simón Lorda).

23 de mayo: Desfondamiento y fondo: quisiera que mi persona no se perdiera, quisiera que tu persona no se perdiera: ¿bastará con ello para que no nos perdamos? (Carlos Díaz).

Curso 90-91. En Barcelona se reune un grupo del IEM en torno a José Luis Vázquez Borau, nuestro más fiel amigo en Cataluña. Desde allí nos escribe: «Entiendo y comprendo que se exija esfuerzo organizativo, pero tendrá que ser siempre 'el mínimo necesario'. Por ejemplo, aquí en Catalunya, que hay ciento y una fundaciones y organizaciones, y con el hecho 'nacionalista' y autóctono, con el hecho diferencial lingüístico, implantar una estructura grupal del Instituto no lo veo mucho, quizás es una postura de opinión personal. Que conste que respeto los distintos grupos que surgen. Personalmente, en esta época de auge de nacionalismos, no iría por esta línea. El IEM ya existe, y aquellos que sintonizan con el espíritu personalista-comunitario se agrupan para potenciar y difundir este mensaje. Por así decirlo, como el Club de Roma, que con sus análisis de la realidad orienta a la comunidad. Bueno, comprendo que todo esto es opinable. De todos modos habría que dejar una posición muy abierta por parte del Instituto en la que las distintas posiciones personales y las distintas posibilidades de cada uno hagan que todos nos sintamos cómodos en el seno de una misma familia, sin privilegios para los hijos buenos o malos. Si no es así, quien no encaje en una dirección muy estricta se sentirá marginado y no podrá considerarse en su casa. La propuesta es no ser rígidos. Lo que puede funcionar en Córdoba a lo mejor no va en Huesca, etc. Y que conste que esto no quiere decir 'esconder el ala'. Si estamos hablando de personalismo comunitario hay que aceptar y respetar a las personas con sus peculiaridades y también los lugares donde éstas están ubicadas. Pero no estoy por una tarea organizativa».

Esta posición, que Vázquez Borau manifiesta fraternalmente desde una autonomía como Cataluña, también es la de otros miembros de otras comunidades autónomas que entienden al IEM como un centro cultural. Obviamente, el IEM respeta a quienes no quieren implicarse en tareas organizativas militantes, pero él mismo sí es una organización militante, y gracias a que lo es, pueden sus simpatizantes-no-militantes beneficiarse del esfuerzo organizativamente mayor de los más comprometidos. Por eso en la Asamblea de septiembre de 1994 se asumió que «militante es quien trabaja en el Instituto a través de sus grupos, y el resto es simpatizante, resto al que no se le puede pedir lo que él no desee dar por las razones que fueren». Por lo demás, el IEM no busca discípulos para hacer

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discipulina, sino para vivir en disciplina, es decir, en esfuerzo y compromiso: «sustituiremos el bloque de las adhesiones por la cadena de compromisos, y la propaganda masiva y superficial por el injerto celular. La táctica central de toda revolución personalista no será, pues, reunir fuerzas incoherentes para atacar de frente el poder coherente de la civilización burguesa y capitalista. Consiste en colocar en todos los órganos vitales, hoy bajo la esclerosis de la civilización decadente, los gérmenes y el fermento de una civilización nueva. Estos gérmenes serán unas comunidades orgánicas, formadas en torno a una institución personalista embrionaria o de un acto cualquiera de inspiración pesonalista, o simplemente del estudio y difusión de las posiciones personalistas» (Mounier).

18 de febrero: Valencia no se resigna a ese tira y afloja que le caracteriza desde el principio. Juan Biosca, Paco Cobacho y Juan Eduardo Santón vuelven a convocar para reasumir la marcha del Instituto. Valencia, una ciudad llena de buenos y valiosos amigos en los campos del pensamiento y del mundo laboral, es siempre una espina clavada en el corazón del IEM.

6 de abril: Sevilla. José María Vegas habla en la Escuela de Magisterio de la «Aproximación a una filosofía de la persona» y Pablo Simón de «Por un proyecto personalista y comunitario en la España de hoy».

En Andalucía, J.L. Ortiz de Lanzagorta comienza a editar unos «Cuadernos Mounier de Humanismo solidario y crítica cultural». Que sepamos, sólo aparece el número 1 (Oct-Nov-Dic, 1991).

1-15 de julio: Cursos de Verano de la universidad Complutense (El Escorial) titulado «Ética y modernidad», en el que participan Paul Ricoeur, Jean-Luc Marion, Manuel Maceiras y Carlos Díaz.

21-22 de septiembre: Asamblea89. Canarias ya informa como grupo, coordinado por Antonio Guedes.

1.8. 1992

Curso 1992-93: Madrid. Nivel uno: (responsable Julia Pérez). Curso

elemental para personas mayores semianalfabetas impartido por el grupo de Madrid en un barrio madrileño de clase baja, Vallecas. Horarios: lunes, martes y miércoles de 4'30 a 6 y de 7'30 a 9. Esta hermosa experiencia de acercamiento de la teoría

89    ? Cargos: presidencia, Andrés Simón; secretaría, Julia Pérez; tesorería, Encarna Ayuso; formación, Carlos Díaz; formadores, Soedade López; archivo informático, Carlos Sureda; Correo del Sur, Pablo Simón; maquetación, Javier Cortiguera, José M. Alonso, Luis M. Esteban.

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a los más desprotegidos intelectualente se ha mantenido hasta el año 2000, en que, por consunción del alumnado, se termina.

Nivel dos: curso de formación de diez conferencias impartidas por C. Díaz bajo el título «Diez miradas sobre el rostro del otro».

20 de febrero: presentación del IEM por Carlos Díaz en Las Palmas de Gran Canaria. Coordina José Alonso Morales. Entrevista a C. Díaz en «Diario de Las Palmas», 22-2-92.

A estas alturas el IEM cuenta ya con 800 socios en toda España, aunque la mayoría pasivos90.

28 de marzo: Sevilla, Paraninfo de la Universidad: «¿Dónde está tu hermano en el 92»?: César Moreno: «La alternativa como espectáculo: del individuo al prójimo»; Carlos Díaz: «El 92. Orden nuevo, desorden viejo». Además, durante el curso, además de las sesiones de formación periódicas, del puesto de ventas callejero, etc, se ha participado en la Comisión de Derechos Humanos en concentraciones públicas de protesta por la muerte de inmigrantes en el Estrecho de Gibraltar; se ha hecho la marcha de Navidad contra la injusticia Norte-Sur; se ha participado en Córdoba en un encuentro de economía alternativa con asistencia de más de 100 personas; se han dado charlas en parroquias, institutos; se ha ido a Marruecos (Tetuán) para emprender proyectos de ayuda. Lo que fue el grupo del IEM de Galicia en testimonio presencial lo es ahora Sevilla con Luis Ferreiro. Para el curso próximo prepara una intensificación de su ya sólida presencia, extendiéndose en sus miras hacia Córdoba, Granada, Huelva, etc. Se participa en el Colectivo «Con los pobres de la Tierra» y se coedita el periódico CUNAM en colaboración con «Cristianos en solidaridad con América Latina», etc.

22 de mayo: Galicia, presentación pública del IEM en la Facultad de Geografía e Historia de Santiago al que asistieron como ponentes Antonio Calvo y Jesús Mª Ayuso. Misma intensa actividad: apoyo a insumisos, a jóvenes reinsertados con cuentas pendientes con la Administración de Justicia, campaña por el voto en blanco, reuniones quincenales con otros grupos, etc.

Hay un momento en que Extremadura parece tomar fuerza. El grupo de Trujillo (Jesús Mª Ayuso) genera otro nuevo en Badajoz. Difunde durante un mes materiales propios en la Feria del Libro de Badajoz.

90    ? Son coordinadores en 1993: Canarias, Antonio Guedes; Andalucía, Luis Ferreiro; Madrid, Carlos Díaz; Galicia, Miguel Fernández; León, María Dolores Hoyos; Zaragoza, Antonio Calvo; La Rioja, Luis E. Hernández; Extremadura, Jesús Mª Ayuso; Cataluña, José Luis Vázquez; Baleares, Juana Estella. No todos los grupos tienen la misma presencia, los tres últimos sólo testimonial.

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26-27 de septiembre. Asamblea91.

1.9. 1993

El grupo de Madrid alquila un local (Avda del Manzanares, 144) para sus reuniones. Tendrá vida efímera, de un año, por estar en lugar incómodo, ser pequeño, y no saber darle función. Allí, en todo caso, tienen lugar las siguientes sesiones de formación: 14 de octubre y 13 de noviembre: C. Díaz, «Cristianismo y política»; 25 de noviembre: J. March, «Crisis de la conciencia emancipatoria»; sobre el mismo tema, 2 de diciembre, José Mª Vegas; 16 de diciembre, Tomás Rodríguez Villasante; 18 de diciembre, excursión a La Pedriza; 13 y 27 de enero, Teófilo González: «Malestar y cultura del bienestar»; 10 de febrero, Juan Martín Velasco; 12 de marzo, «Malestar y cultura del bienestar»; 14 de abril, José Ángel Moreno; 28 de abril, «Educación, hoy»; 12 de mayo, Federico Velázquez de Castro; 26 de mayo, «Horizontes educativos hoy».

Continúan las clases de alfabetización en Vallecas.

Curso 93-94: El grupo de Galicia organiza el ciclo «La cuestión social: una propuesta personalista y comunitaria» en el Colegio La Salle: del 11 de noviembre al 12 de mayo, con intervenciones de X.M. Domínguez (muy activo en Orense) y Miguel Fernandez.

6-7 de marzo: Sevilla, Colegio Mayor La Luz, I Seminario de Personalismo Comunitario, impartido por C. Díaz y con asistencia de 50 personas. Organizan: IEM, Colectivo de Arquitectos ASA, Seminario de Asistencia Religiosa de la Universidad. Previamente, conferencias del 3 al 5 en la escuela de Arquitectura, en la Facultad de Económicas, y en el Paraninfo de la propia universidad. 18 de noviembre: J.M. Ayuso: «Utopía, ética y política»; 19 de noviembre: C. Díaz. «Christiani ad leonem»; 20-21 de noviembre: II Seminario de Personalismo Comunitario impartido por C. Díaz en el Colegio Mayor Hernando Colón.

El 3 de octubre Andrés Simón presenta la Colección Esprit en la Facultad de Filosofía, en el Centro de Estudios Teológicos y en la Delegación de Ecumenismo.

El 21 de diciembre en el Ateneo Verde Esteban de Manuel participa en mesa redonda sobre «Consumismo navideño y solidaridad». Al día siguiente, participación en la marcha por la Justicia en las relaciones Norte-Sur organizada por el Colectivo «Con los pobres de la Tierra».

19-21 de marzo: Las Palmas de Gran Canaria. I Curso de formación personalista impartido por C.

91    ? Es presidente, y también secretario, Carlos Díaz. Formación, Soedade López: fichero, Carlos Sureda; tesorería, Encarna Ayuso.

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Díaz. Colegio de Licenciados. Asistencia, 30 personas. Además, conferencia en la Asociación de Vecinos de Telde (Gran Canaria), con nutrida asistencia de agentes populares. El grupo de Canarias edita el libro de C. Díaz «Para ser persona».

22-24 de abril: Valencia, Tis de Canaán. Curso básico de personalismo, del que se hacen videos, impartido por C. Díaz. 25-26 de junio: nuevo curso de personalismo comunitario impartido por C. Díaz en ISO (Instituto Social Obrero).

28 de mayo: charlas de Juan Ramón Calo y Carlos Díaz en Astorga (León).

2-3 de octubre: Asamblea92. «Unas palabras para resumir mi experiencia como presidente y secretario saliente a la vez: en lo personal, cansancio y satisfacción por el deber cumplido. En lo colectivo, constatación de que la mies es más que los trabajadores; de que los frentes presenciales que se nos abren son de magnitud superior a nuestra entrega; de que se necesitan militantes históricos para transmitir el relevo; de que para crecer (para no morir) necesitamos jóvenes a quienes entusiasmar con nuestro proyecto y ejemplaridad.

Mientras tanto hemos cumplido ya diez años; durante este decenio de historia se ha ratificado a nuestro alrededor la ley del rendimiento decreciente de las víctimas: cada vez existe menos respeto por ellas. Yo sigo pensando, empero, que el IEM sólo puede querer la felicidad trabajando por la justicia y viviendo esa búsqueda desde la caridad, aunque ello conlleve determinadas pérdidas de felicidad, cuya vigencia resulta a la sazón socialmente hegemónica (felicidad mimética con mímesis de apropiación y autosuficiencia que produce violencia). No quisiera yo erigir la felicidad en imperativo categórico si se tratase de una felicidad elevada sobre la realidad hipotética de los pobres, y si además ejercida en la opción disyuntiva de 'justicia, o barbarie'. A mí no me preocupa que nuestra opción nos ponga en minoría, si nos pone en verdad; la primera opción será el testimonio, aunque el éxito nos parezca bueno (no a costa del testimonio), y allende la disposición del ánimo o ética de la mera intención necesitemos un buen balance de resultados. Para ese balance, nulla redemptio sine sanguinis effusione: trabajemos, creemos un banco de sangre, es decir, de dinero, de tiempo, de vida, para transfundirla; si alguien no se ha hecho aún el carnet de donante, que analice su sangre y si es buena la entregue, así tendremos sangre 'con denominación de origen' y destino» (C. Díaz).

Noviembre: La Rioja, «La sociedad a debate», ciclo de siete conferencias. Actúan Antonio Calvo,

92    ? Cargos: presidencia, Juan Ramón Calo; secretaría, Encarna Ayuso; tesorería, Ofelia Buch; formadores, Julia Pérez; exteriores, Rosa de Miguel; Correo del Sur, Carlos Díaz.

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Jesús Mª Ayuso y Carlos Díaz.

1.10. 1994

Los tiempos están cambiando. Ejemplo uno: José María Vegas presenta la colección Esprit en el zaragozano Centro Pignatelli, debiendo pagar por ello 17.000 pts. ¡En el Pignatelli, que durante la transición española había sido el espléndido buque insignia de la rebeldía y de la gratuidad! ¡cobrarnos a nosotros, además!

Ejemplo dos: Galicia se ha desfondado: no existe como grupo, porque sus escasos integrantes trabajan en distintos colectivos. Y porque, en esta década feroz, sin gratuidad, muchas identidades militantes se han aminorado o desaparecido.

Por contrapartida, Sevilla no para: es nuestra joya. Además de las numerosas reuniones internas de estudio y formación (nivel uno), se hace presencia pública (nivel dos), 21 de enero: presentación del número 30 de Acontecimiento (José A. Moreno, Teófilo González, Luis Ferreiro); 24 de febrero: Luis Ferreiro, «Los suburbios en el Tercer mundo»; 11-12 de marzo: «Jornadas sobre paro, ética y economía»: J. Bosco, José Luis Martín, Francisco Salinas, Ana Rivas, Diego Cañamero: «La economía del paro y la marginación»; 19 de mayo: Facultad de Arquitectura. Presentación de Acontecimiento, nº 31: «El malestar en el reino del bienestar», por Luis Ferreiro; 18 y 22 de noviembre, nuevas actuaciones de L. Ferreiro.

Campaña de boicot a Nestlé en el Instituto de Morón de la Frontera (Domingo Vallejo); encuentro de «El Vivar» (happening de tres días) con participación de C. Díaz (septiembre).

Por mediación de Luis Ferreiro, cuatro conferencias de Ana Rivas y Carlos Díaz en Tánger y Tetuán (Marruecos).

Iniciativa experimental: Caja de Solidaridad, que apoya con un préstamo desinteresado por un año a un grupo de seis personas que en la provincia de Granada intentan crear sus puestos de trabajo mediante un vivero de especies autóctonas para la repoblación forestal de la Sierra de Baza.

Nivel tres: colaboración con la caja de resistencia de los jornaleros andaluces (SOC) en apoyo a las movilizaciones contra el paro en el campo andaluz. «En los tres niveles podemos más de lo que hacemos, pero no queremos forzar el ritmo, hemos dado pasos andando, el momento de aprender a correr y a saltar deberá llegar; mientras, debemos acumular la fuerza y la resistencia de espíritu necesarias».

Madrid: continúa la reunión mensual, de nuevo en Marqués de Mondejar 32 (San Pío X), tras abandonar el

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alquiler del piso, con una reunión mensual para estudiar el «Manifiesto para los humildes» de C. Díaz. Continúan las clases de alfabetización en Vallecas.

24-25 de septiembre: Asamblea (El Espinar, Segovia)93.

Las Palmas de Gran Canaria, Semana Santa: cursillo de fe cristiana (C. Díaz), con asistencia de treinta personas. 19-21 de octubre. Colegio de Licenciados. Aula Manuel Alemán: «Entre Epicuro y Nietzsche, el personalismo», por Carlos Díaz. Se hace eco el Diario de las Palmas, 19-10-94. El día 22 Antonio Guedes y Carlos Díaz presentaron en Santa Cruz de Tenerife el IEM a un pequeño grupo articulado en torno a José Hermógenes Martín. También, campañas de recogida de alimentos para ayudar al Sahara y a Cuba.

La Rioja: Luis Enrique Hernández, en su abnegada labor solitaria, confecciona Boletín informativo mensual y un programa de radio semanal de un cuarto de hora en Onda Cero. Van a Haro Jesús Mª Ayuso y C. Díaz.

29-30 de enero, Astorga: Juan Ramón y Carlos Díaz imparten sendas charlas sobre «Propuesta teórica y práctica para una alternativa social». Ángel Nistal va y viene a Bolivia.

1.11. 1995

El IEM asume un proyecto -común para todos sus grupos- que abarcaría tres años de trabajo sobre lucha contra el paro a dos niveles: nivel uno, presencia en las organizaciones de lucha contra el paro; nivel dos, estudio y publicaciones. Será coordinado por Antonio Calvo desde Zaragoza.

Zaragoza desarrolla once conferencias sobre «Trabajo y persona. Un desafío cultural», coordinadas por Antonio Calvo, desde el 28/11 del 95 hasta el 7/5/96.

Sevilla, 19 de enero: «Antropología cristiana», Juan Luis Ruiz de la Peña». 20 de enero: «El hombre ante la ciencia y el pensamiento del siglo XX» (Jose Mª Garrido). 9-11 de marzo, seminario de Teófilo Pérez y Carlos Díaz «Ética y valores del movimiento obero»; charla de Luis Ferreiro sobre «Memoria histórica» (Escuela de Arquitectura); 17-19 de abril, Escuela de Misiones: conferencias de Antonio Saa, Luis Capilla y Carlos Díaz. 28-30 de abril: participación de Luis Ferreiro en el II Encuentro de Economía Alternativa (Córdoba), con notable éxito de ventas de nuestros libros. Domingo Vallejo actúa en la televisión de Morón, recoge medicinas para Marruecos, anima a un grupo juvenil, etc. En marzo, nuevo viaje a Marruecos de tres miembros del IEM. La Diócesis de Tánger pide cooperación para la restauración y

93    ? Cargos: presidencia, Luis Ferreiro; secretaría, Encarna Ayuso; Correo del Sur, Carlos Díaz; tesorería, Ofelia de Buch.

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transformación de la Iglesia de Río Martil (Marruecos) en biblioteca para universitarios de Tetuán y centro de promoción laboral de la mujer. La parte técnica de la construcción la cubre la Asociación Arquitectura y Compromiso Social, de la que es responsable Esteban de Manuel, del IEM de Sevilla. El coste, cinco millones de pesetas. 8-18 de Julio: catorce personas (dos de Astorga, dos de Madrid, cinco de Murcia y cinco de Sevilla) hacen un campamento de trabajo físico (instalación eléctrica de la Biblioteca). La mañana se dedica al trabajo manual, y la tarde a las actividades culturales (aproximación al Magreb, etc). Se envían asimismo libros. También debiera haber impartido allí un cursillo básico de personalismo comunitario C. Díaz, pero, tras atravesar el Estrecho de Gibraltar en barco, hubo de volverse por no encontrar a la gente del IEM que le estaba esperando al otro lado de la frontera.

14 de diciembre, C. Díaz en Cádiz: «Una propuesta ética para la vida pública». 15 de diciembre, universidad de Sevilla: «¿Por qué se habla tanto de tolerancia?». Facultad de Psicología. Día 16, de 10 a 20 horas, IV seminario de personalismo comunitario: «El ABC de la ética social» en el Colegio Mayor Hernando Colón.

Madrid: continúan las reuniones y la presencia en la alfabetización de Vallecas. 18 de marzo el presidente Luis Ferreiro habla de tareas organizativas. 1 de Junio, Asociación de la Prensa: Bajo el título «Dios por pensar», y con introducción del infatigable Andrés Simón, presentación de libros de Esprit con la presencia de Juan Luis Ruiz de la Peña, Olegario González de Cardedal y Juan Martín Velasco en el Club de Prensa de Madrid, con asistencia de unas 200 personas. El cartel de los espadas era insuperable, y tal vez haya sido la última vez que se les ha podido ver juntos. El 16 de noviembre, dos conferencias de Philippe Nemo, una en la universidad Complutense, y otra en el Instituto Francés, presentándose su libro de Esprit.

Los demás grupos siguen su marcha, pequeña pero testimonial, ahora en torno al paro, conforme a lo acordado. La falta de espacio nos impide dar noticia.

13-15 de julio: Instituto Social Obrero de Valencia, Curso de personalismo comunitario a cargo de Carlos Díaz. Se graban videos.

16-17 de de septiembre: Asamblea (Alcobendas)94.

Septiembre: la presencia de Carlos Díaz en México (Universidad Pontificia, IMDOSOC (Instituto Mexicano de Doctrina Social), Instituto Salesiano de Estudios Superiores, etc) auguran una respetuosa presencia futura del

94    ? Cargos: presidencia, Luis Ferreiro; secretaría, Eduardo Martínez; Correo del Sur, Domingo Vallejo; tesorería, Soedade López; coordinación proyecto de paro, Antonio Calvo; archivo, Carlos Sureda; formación, Julia Pérez.

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IEM en el Nuevo Mundo. De ahí surge el IEM de México. 28 de octubre, Astorga (León): Curso de

formación personalista (Seminario) impartido por Miguel Fernández (Lugo) y Pablo López (Valladolid).

1.12. 1996

Luis Enrique Hernández (La Rioja) diseña y confecciona una camiseta con la figura de Mounier y el nombre del IEM. Se tiran mil... ¡y a Carlos Díaz le toca vender más de quinientas en sus conferencias! Pero mereció la pena.

15 al 17 de enero, Canarias: cursillo básico de personalismo, por C. Díaz; 17 de enero, «Solidaridad y tolerancia»; 25-26 de abril: «Personalismo y compromiso político» y «Personalismo y solidaridad»: ciclo de formación social y política en la Consejería de Cultura y Solidaridad del Ayuntamiento de Telde (Gran Canaria), impartido por C. Díaz. Además, seminario de «Autonomía y heteronomía de la ética», por C. Díaz (Aula Fe-Cultura Manuel Alemán de la universidad de Las Palmas de Gran Canaria).

Curso 96-97, Madrid: continúa con sus reuniones, con el trabajo en la Escuela de Adultos de Vallecas, y con la presencia de la siempre abnegada en tareas administrativas y engorrosas Julia Pérez en el SOIE (Servicio de Orientación e Integración para el Empleo).

Abril, La Rioja: Antonio Calvo «La democracia a examen». La Rioja sigue con todas sus prácticas cotidianas de cercanía respecto al mundo de los marginados.

Zaragoza: Lección inaugural en el Instituto Superior de Teología sobre Mounier. Curso básico en la Escuela de San Valero (cinco grupos). Introducción del IEM en Internet: www.pangea.org/~spie/iem/iem.html

Mayo, Sevilla: Conferencias en la Escuela de Teología para seglares. Día 9 «Increencia e indiferencia» (Luis Miguel Arroyo); día 16 «Valores del futuro que viene» (Carlos Díaz). Charlas: «El paro juvenil» (Escuela de arquitectura, Rafael Soto): «El compromiso político» (Parroquia de la Blanca, Luis Ferreiro). Mesa redonda en la universidad de Almería, dentro del programa «Doce horas diferentes» (Luis Ferreiro). Se pone en marcha un segundo grupo del IEM, centrado en la formación para la lucha contra el paro. Colaboraciones con otros grupos: ETEA de Córdoba (jesuítas), FAECTA (Federación de cooperativas de Andalucía), etc. Publican (21 de junio de 1996) un periódico de cuatro hojas, «Encuentro al Sur», en coordinación con el Grupo Tercer Mundo S. Benito, colaborando con dicho periódico además: Arquitectura y compromiso social, Amigos de África, Amnistía Internacional, CVX y Centro Vida, Colegio Portaceli, Sevilla Acoge, y Delegación de Misiones.

28-29 de septiembre: Asamblea (Colmenar

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Viejo)95. Agosto-diciembre, México: presencia

docente en la Universidad Pontificia de México (a la que el IEM regala doscientos libros para sus estudiantes) de Eduardo Martínez. También Carlos Díaz vuelve a dar clase allí: muy receptivo el alumnado, que hace bastantes trabajos sobre el personalismo. Además estudia con Adela Cortina en Valencia durante dos meses Francisco Salas (Vicedecano de la Facultad de Filosofía), y visita Madrid el decano, Erasmo Bautista, a quien acompañamos a la universidad Complutense para ver el modo de ayudar institucionalmente, pero en vano, y el rector, Raúl Duarte.

1.13. 1997

El IEM crea la Fundación Emmanuel Mounier, para poner en orden su cobertura legal, sin convertirse en ONG. Firman la carta fundacional el 29 de noviembre de 1997 Antonio Calvo (Presidente del IEM), Eduardo Martínez (Secretario del IEM), el nuevo presidente de la FEM, Luis Ferreiro, el nuevo secretario de la FEM, Eduardo Martínez, la nueva vicepresidenta de la FEM, Julia Pérez, el nuevo tesorero de la FEM, Antonio Calvo, y el nuevo vocal de la FEM, Andrés Simón. La fianza necesaria de 1.000.000 de pesetas se cubrió en buena parte con aportaciones de militantes.

Un entusiasta grupo de Málaga se incorpora al Instituto por mediación de Rubén Vázquez, fallecido dos años después cuando todo apuntaba hacia una gran presencia militante.

Solitec (Solidaridad Tecnológica, Málaga) comienza a colaborar estrechamente con el Instituto, potenciándolo generosamente, fraterna relación entre dos organizaciones.

Asamblea, 27-28 de septiembre96.

1.14. 1998 19-21 de enero, Las Palmas de Gran

Canaria: «Estudiar desde y para la solidaridad», por Carlos Díaz (organizan: IEM, Aula Mateo Alemán, Plataforma universitaria de derechos humanos y solidaridad).

Agosto-septiembre, México: Docencia de Eduardo Martínez y Rafael Soto en la Universidad Intercontinental. Eduardo firma con ella (4 de septiembre de 1998), en nombre del IEM, un convenio de cooperación.

95    ? Cargos: presidencia, Luis Ferreiro; tesorería, Soedade López; secretaría, Eduardo Martínez.

96    ? Cargos: presidencia, Antonio Calvo; vicepresidencia, Julia Pérez; secretaría, Eduardo Martínez; tesorería, Mercedes Muñoz.

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30 abril, Burgos, casa de cultura: «Los parados como fuerza social»: Teófilo Pérez y Eduardo Martínez.

26 de septiembre de 1998, Madrid: dada la voluntad sinérgica del IEM, y por la iniciativa de José Manuel Linares, tiene lugar la segunda reunión de la coordinadora de «grupos afines» -la primera, a comienzos de año- que aprueba este manifiesto programático común redactado por Carlos Díaz: «Reunidos en Madrid, en septiembre de 1998, y revisados estos puntos (en continua revisión y renovación), podemos afirmar que queremos tener en común:

Una experiencia abrahámica: continuamos sintiéndonos interpelados por la misma llamada que hizo Dios a Abraham para salir de la tierra de cada cual hacia una Tierra nueva, bajo unos cielos nuevos, en una fraternidad común, a la luz del Amor originario y del rostro de Jesús de Nazaret.

Al servicio de los empobrecidos de este mundo, y de las múltiples y diversas pobrezas colectivas e individuales: es una opción preferencial, que conlleva la denuncia del desorden establecido y del que trata de establecerse desde una actitud militante, a favor de la verdad, de la justicia, de un mundo solidario y fraterno, donde los pobres puedan recuperar su dignidad y protagonismo, y que suponga la vivencia anticipada de otro orden nuevo en todos los ámbitos de la vida.

Desde una perspectiva autogestionaria, en que cada persona protagonice su vida personal y colectiva, presidida por la democracia del trabajo y por el lema 'todos para uno, uno para todos', sin absorción de los más débiles por los más fuertes, con una estructura confederada, entre hermanos libres e iguales.

Trabajando por una cultura personalista y comunitaria donde el ser prevalezca sobre el tener, la persona sea tomada como fin en sí misma, y la comunidad como persona de personas. Mucho es lo que hay que trabajar dentro y fuera de nosotros mismos en este terreno, pues de ello depende en gran medida la conversión del corazón y el cambio estructural, ambos simultáneos.

Y todo esto aunando esfuerzos, formando una sinergia de microutopías, una interacción o intercambio gratuito que se inspira en la 'toma del montón': a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus capacidades.

Nada es fácil, y el pecado de protagonismo egocéntrico puede ser el obstáculo principal de nuestro proyecto. Desconfianzas, diferentes procedencias, distintas militancias, etc, pueden hacerle fracasar. Toda autocrítica será poca, y la corrección fraterna habrá de saludarse como una bendición. Al fin y al cabo, hermanos, todos y cada uno de nosotros seguiremos siendo siervos inútiles a la caída de la tarde». El texto fue asumido por los once grupos convocados: Asociación para la promoción de militantes cristianos,

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Instituto Emmanuel Mounier, Promoción Solidaria, Arela, Colectivo 'Ayúdame a vivir', Justicia y Paz de Burgos, Solitec, Acción Cultural Cristiana, Candela, Escaguis y Los Fraguels.

A partir de ahí viene reuniéndose cada seis meses para ir buscando acercamientos y prácticas comunes: 6 de marzo del 1999 (Colmenar Viejo), 18-19 de septiembre de 1999 (Ávila), 12 de febrero del 2000 (Madrid), coincidiendo con la Campaña de lucha contra el hambre. Y así sucesivamente.

3-4 de octubre, Asamblea. Se propone la elaboración de textos formativos axiológicos para Educación Secundaria. Coordinan Eduardo Martínez y Rafael Soto.

18-19 de diciembre, Sevilla: cursillo sobre «El movimiento obrero, una mística de la política», por Carlos Díaz. 25 personas. Organizan: IEM, Parroquia Santísimo Redentor, Asociación para la Solidaridad, Grupo Tercer Mundo San Benito.

1.15. 1999

Curso 1999-2000, La Rioja: se ha trabajado en el nivel uno en el programa de Cáritas diocesana sobre «Pueblos de menos de 500 habitantes»; en el nivel 2, en el foro «La sociedad a debate», juntamente con Zaragoza; en el nivel, 3, a través de la Asociación de vecinos de Haro (Luis Enrique Hernández).

Curso 1999-2000, Zaragoza: además del propio extenso plan de formación del grupo, colaboración con el Instituto Diocesano de estudios teológicos para seglares en un curso sobre «La persona en Mounier y la teología política», impartido por Antonio Calvo de febrero a mayo todos los martes.

17-2-99 a 28-4-99, Madrid: Escuela de reflexión político-social del IEM en Vallecas, coordinada por Luis Narvarte. Curso «Revolución personal y estructural»: 17-2-99 «Antropología neoliberal» (Juan Ramón Calo); 24-2-99 «Análisis Norte-Sur. Multinacionales y grupos financieros» (Luis Capilla); 3-3-99 «Revolución, ¿hacia dónde? Propuesta personalista y comunitaria» (Carlos Díaz); 10-3-99 «Memoria histórica» (Carlos Díaz); 17-3-99 «Testimonios de Luther Küng y de Gandhi» (Emmanuel Buch y Esperanza Díaz); 24-3-99 «La escuela ante esta realidad» (Gonzalo Romero); 14-4-99 «Relación yo-tú» (Carlos Díaz); 21-4-99 «Relación de pareja» (Carlos Díaz); 28-4-99 «Relación padres-hijos» (Carlos Díaz). Asistencia sostenida de cuarenta personas.Además, presencia en radio Vallecas.

curso 1999-2000, Sevilla: formación en antropología teológica sobre los textos de Juan Luis Ruiz de la Peña; campaña de la deuda externa; programa de formación política: 18-19 de diciembre, «El movimiento obrero, una mística de la política» (Carlos Díaz); «Curso de militancia política», (Luis Capilla); «Cuestiones básicas de economía

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política» (mayo, Juan Torres). Mayo, Feria del libro de Madrid. José

Manuel Linares pone una caseta con libros del IEM, junto con Ed. Caparrós y ACC.

4-5 de junio, Orense: Invitado por Xosé Manuel Dominguez, C. Díaz imparte un seminario de ética. Xosé Manuel Dominguez se muestra muy activo dando todo tipo de charlas y cursillos a lo largo del año, especialmente en el «Foro de Crecemento Persoal e Parella». Más adelante, el 25-11, conferencia en Ourense de Eduardo Martínez: «La educación en valores».

26-28 de julio, Burgos: curso de formación para jóvenes coordinado por Luis Narvarte, con la presencia especial e impartido por Carlos Díaz. Vinieron de Málaga (¡cuánto te echamos de menos, hermanito Rubén!), País Vasco y Madrid unos veinte jóvenes.

Verano: presencia de Rafael Soto en México D.F (universidad Intercontinental).

Presencia de Carlos Díaz en Brasil, donde se abren expectativas. Presencia en México. Presencia en Paraguay, donde un grupo entusiasta de docentes de la Universidad católica de Asunción funda el IEM.

Presencia activísima de Alfonso Gago en Durango (México), convirtiéndose en un verdadero referente del IEM para nuestros hermanos del IEM duranguense. Parece un hecho la presencia transoceánica del IEM, donde el trabajo rinde mucho. Aprenderemos más de cuanto enseñemos, tomando en serio una relación sistemática y sostenida entre los distintos Institutos, en libertad igual y fraterna. Existen muchísimas (¡muchísimas!) posibilidades aún inexploradas.

1.16. 2000

12 de febrero: Presencia en la manifestación contra el hambre que convoca el IEM junto con los otros grupos afines con los que está coordinado.

24 de enero al 10 de abril, Madrid: Escuela de reflexión político-social del IEM en Vallecas, coordinada por Luis Narvarte. Curso «Una sociedad humana para el nuevo milenio». Doce sesiones: 24-1, Dimensión sociopolítica de la persona (C.Díaz); 31-1, La situación mundial: la globalización (Luis Narvarte); 7-2, El cambio que ha habido en España (C.Díaz); 14-2, Mounier en su época: la revolución personalista comunitaria (C.Díaz); 21-2, El problema de la propiedad (Encarna Ayuso); 28-2, Una economía al servicio de la persona (Mercedes Muñoz); 6-3, El problema de la militancia política (C. Díaz y José Manuel Linares); 13-3, Una escuela para crear personas, Eduardo Martínez; 20-3, La familia (Julia Pérez); 27-3, Una alternativa al mundo laboral (Alberto Orío); 3-4, ¿Cómo vertebrar la sociedad? (Luis Capilla); 10-4, La

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propuesta del Instituto Emmanuel Mounier (Carlos Díaz). Durante todo el curso académico, curso

quincenal de historia de la filosofía por C. Díaz (grabado, pasado a orfdenador, y estudiado, con vistas a su edición bajo el título «Breve historia de la filosofía»), y curso quincenal sobre militancia impartido por él mismo en su propio domicilio a un pequeño grupo de miembros del IEM.

11-13 de mayo, Valencia: Curso de personalismo comunitario en el Instituto Social del Trabajo con asistencia de 60 personas, por Carlos Diaz.

Junio-Julio: Estancia de Carlos Díaz en México.

30 de agosto-1 de septiembre: Asamblea. Agosto-Septiembre: nueva estancia en

México. 5-6 de octubre, París: Luis Ferreiro,

Antonio Calvo, Luis Enrique Hernández, Julia Pérez representan al IEM en París, con ocasión del acto conmemorativo del cincuenta aniversario.

Noviembre: nueva estancia en México de C,D.

Y la historia continúa...

2. Habrá un mañana mejor para los pobres, si lo hacemos deshaciéndonos y rehaciéndonos

Como escribía Luis Ferreiro en el Correo del Sur de junio de 1995 recordando a Helder Cámara, la fuerza de la unión es mayor que la energía atómica. Lo nuestro es esperar, sí, pero esperar actuando. Con temor y temblor, sí, pero temblando y temiendo allí donde debemos temblar y temer. Nuestro primer y mayor enemigo somos nosotros mismos, por eso nuestra primera victoria será sobre el escepticismo, enfermedad mortal de la capacidad. Hay que vencer actuando juntos, construyendo el IEM como sujeto social eficaz. A falta de masas, núcleo militante sólido y lo más amplio posible, centrado generosamente en torno a sus ejes de acción propios, actuales y futuros, enfatizando la exigencia que hemos asumido: ser humilde instrumento de transformación del mundo desde abajo para que los más humildes de los seres humanos tengan un lugar digno en él. Los pobres son para nosotros no un objeto de análisis, no eso que uno explica, sino las personas ante quienes nos explicamos, y con quienes nos explicamos. Será posible un mañana, si lo propiciamos también a partir de Antonio Machado:

La España de charanga y pandereta, que hoy no es de cerrado y sacristía,

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sino de Caín y de la CÍA,ha de tener su mármol y su día,su infalible mañana y su poeta...Mas otra España nace,aunque no del cincel y de la maza,con esa eterna juventud que se hacede un futuro que ya no es de la raza.Una España implacable y redentora,España que alboreacon un libro de la que es autora:el libro del amor que en el personalismo comunitario

verdadea.

CAPÍTULO VI

SEIS TAREAS FUTURAS DEL PERSONALISMO COMUNITARIO

1. Primera tarea: descubrir la persona como voluntad que quiere y es querida

Quienes, aun sabiéndonos Norte, pretendamos colaborar humildemente y desde abajo en la mejoría del mundo, habremos de aunar fuerzas y reinventar la historia. No serán, empero, las ciencias positivas las que puedan auxiliar si se sitúan contra las ciencias humanas o a espaldas de ellas, pues ciencia sin ética es tan ciega como es vacía la ética sin técnica. Ni el mito progresista del desarrollo emancipatorio por la máquina, ni la fe redentora en la ciencia demiúrgica podemos compartirlas. Pero tampoco hay que entusiasmarse demasiado con unas ciencias «humanas» complacidas en su propio ombligo y en la proclama de vaguedades respecto de un hombre genérico o abstracto: la barbarie puede consistir, más aún que en la incultura evidente, en su velada degeneración narcisista, esa que hace que las ciencias humanas sean el pueblo de las dos

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mentiras: ni humanas, ni ciencias. Es decir, estudios curriculares sin amor, sin deseo, sin utopía, sin cosmovisión, mero ornato, lucidero.

La ciencia que proponemos afirma, por el contrario, que las cosas no solamente son como son, sino también como podrían ser hechas por un humano capaz de crear objetos ideales. Cuanto existe, primero es en la intención y después en la realización. El mundo humano es voluntad y representación formal y final, y a ello hay que añadir la causalidad eficiente y material. No es posible eludir el imperativo del «querer ser más», del que el simplón y mero «querer más» no es sino una depauperación. Resisto, insisto, consisto, persisto, luego ex-sisto. Esto en nada se parece al mito de Batman o de Superman, por eso realistamente añade: «yo puedo hacer algo, aunque no pueda hacerlo todo».

Y, como la voluntad está en el origen de la acción, una generación a la medida del hombre no será aquella que teorice más o menos apologéticamente sobre la tarea del héroe, sino aquella otra que, reconociendo la tensión entre el querer y el poder, tenga actitudes compasivas con los que quieren y no pueden, esperando convertir en querer bueno el querer común de los caídos. Al preguntarme a mí mismo «¿qué hacer cuando quiero y puedo?», tendré siempre en cuenta a quienes a la vez se preguntan: «qué haré cuando quiero y no puedo?»; y, sobre todo, «¿qué hará conmigo quien puede pero no (me) quiere?» Y, ante esto, la respuesta personalista no vendrá dada por la aspiración egoísta del amo, ni por el subyugado servilismo del esclavo, sino por la del libre solidario que, afirmándose como voluntad que quiere, se sabe sostenido por la voluntad querida, lo que le convierte a la par en fuerte y en débil, y todo ello no desde arriba, sino al lado de los pobres y desde ellos.

2. Segunda tarea: orientar la voluntad personal en el sentido de una mística activa

Semejante empeño podría degenerar en mera lucubración idealística sobre la voluntad, si no estamos firmemente asidos a la realidad. Emmanuel Mounier escribió que olvidar las condiciones impuestas por la materialidad sería hacer el tonto por angelismo. Como dijera Proudhon, «yo no creo más que a aquél que tiene su idea en la palma de su propia mano (dans le creux de sa main»). Sinceramente: ¿a qué queda reducida la realidad de tantos eunucoides cuando salen de su biblioteca? No se transforma la realidad con mera retórica volitiva, sino poniendo en juego la acción contra las tendencias desagregadoras tan operantes en cada cotidianidad.

Se trata, pues, de construir una semántica

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remontando la profundidad misteriosa de cada alma, es decir, instalando en el subconsciente ciertos mensajes dignificantes con la esperanza de convertirlos en símbolos de liberación. Más diremos: es que estamos obligados a vivir el presente a sus niveles conscientes y subconscientes, pero arrancando de su memoria. La auténtica voluntad narrativa vive en el tiempo y en el espacio, una identidad narrativa no se da en tercera persona: yo existo tempóreamente con una existencia cursiva, y espacialmente con una espaciosa y corporal.

Una voluntad desaforada, ignara de las condiciones impuestas por la realidad, toma por real lo ensoñado y por irreal lo que anhela (sic volo, sic iubeo). Fue mérito de Foucault haber puesto a la polis -y no al Estado- en el centro de la genealogía de la voluntad, a la sociedad como matriz ontológica en su condición de cruce de epistemes o aprioris históricos de los cuales nadie puede prescindir, pues están ahí a modo de espacio corporal histórico donde se origina el pensar, aunque Foucault no haya sabido descubrir con la misma lucidez que esa trama no puede reconocerse sin el sujeto humano. Cuando hablamos de orientar la voluntad personal en el sentido de una mística activa, pues, no proponemos ningún misticismo de vía estrecha, sino una voluntad de rigor atenida en lo posible al dato, sin ignorar que también el dato puede ser modificado por la voluntad. Y a trabajar, como don Antonio nos invita:

«De la mar al percepto,del percepto al concepto,del concepto a la idea.¡Oh, la linda tarea!De la idea a la mary otra vez a empezar».

Desde ahí la ciudad personalista y comunitaria habrá de ser inspirada por un socialismo místico, o, si se prefiere, religioso, pues, como señalara Leon Tolstoy, «solamente existe un medio, la transformación religiosa de las almas humanas». Toda obra de la voluntad cuyos límites excluyan a Dios y al ser humano resultará siempre demasiado estrecha para nuestra voluntad, que quiere dejarse eternizar. Por eso en este proyecto cabe todo ser humano de buena voluntad; como dijera un pensador personalista prontamente fallecido, José Manzana, «religión sin socialismo es espíritu desencarnado y, en consecuencia, tampoco es verdadero espíritu; socialismo sin religión es carne desespiritualizada y, en consecuencia, tampoco es verdadera carne»97.

97    ? Deberíamos reeditar algún día aquel nuestro número cinco de los Clásicos Básicos del Personalismo Introducción al pensamiento de José Manzana. Instituto Emmanuel Mounier, Madrid, 1990, 67 pp. Manzana fue un gran pensador personalista.

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3. Tercera tarea: encaminar la mística activa hacia la formación de un «nosotros esencial»

«Entiendo por nosotros -escribe Martin Buber- una unión de diversas personas independientes que han alcanzado ya la altura de la 'mismidad' y la responsabilidad propia, unión que descansa precisamente sobre la base de esta 'mismidad' y responsabilidad propia y se hace posible por ellas. La índole peculiar del nosotros se manifiesta porque en sus miembros existe o surge de tiempo en tiempo una relación esencial; es decir, que el nosotros rige la inmediatez óntica que constituye el supuesto decisivo de la relación Yo-Tú. El 'nosotros' encierra el 'Tú' potencial. Sólo personas capaces de hablarse realmente de 'Tú' pueden decir verdaderamente de sí 'nosotros'».

Un nosotros esencial no puede aceptar dentro ni fuera ninguno de estos tres monstruos:

- ningún tipo de Estado basado en una sociedad dual de poseedores y desposeídos.

- ninguna relación imperialista dominantes-dominados.- ninguna mimetización cultural que

produzca pensadores y pensados.Contra esto sólo sirve una polinización

ministerial, una sinergia de servicios mediante la unión de personas y familias en comunidades solidarias e intercomunicadas. No cabe la voluntad de secta, pues el espíritu del personalismo, en la medida en que sea parte de una espiritualidad común, está en todas partes. Sócrates nos ha enseñado a decir a cualquiera que vaya de camino: «Pasa, forastero, háblanos». Y siempre con un diá-logo abierto e inter-esante, no por obligación, ni por tertulianismo de salón, sino por convicción ardorosa, intususpectiva. A nosotros nos interesa el diálogo no sólo por sí mismo, sino también para transformar el mundo. A nosotros, pues, nos sobran las demasiadas palabras.

«Tanto fue lo que él hablóque, aunque ya no llegue a hablar,nunca llegará a callara donde el hablar llegó».

No hemos venido al personalismo para obtener un máster en personología, sino para comunizar humanizadoramente la ciudad y la gente, haciendo en el límite comunidad personal de comunidades personales y todo comunidad

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personal. Giordano Bruno lo escribe así de lacónicamente: «de la traducción viene toda ciencia». Pues nada será personalista que no sea comunitario, ni nada comunitario que no sea personalista; como dijera Roland Barthes, «la comunicación entre dos pasa por el universo entero».

4. Cuarta tarea: ayudar a ser (mejor) persona

Pero tampoco basta con transformar la sociedad mientras se pudre el yo. Primero se comienza por parasitar al prójimo, después se holgazanea, más tarde se confía en el Estado como varita mágica, y finalmente aparece el hiperpersonalismo (fascismo, comunismo, etc). Mal camino.

Mas ¿por qué no intentar cambiar también poco a poco el «sí mismo», aunque resulte difícil? No es que venga primero la revolución del corazón y después la estructural, sino ambas simultáneamente. Resulta vanamente ilusorio el cambio en las relaciones humanas sin el parejo cambio en las económicas, y a la inversa. El sujeto rapaz convierte el vergel en desierto, el hombre bueno troca las lanzas en rejas de arado. Hay que intentar cambiar el corazón en todos sus recovecos, y no sólo en alguno de ellos. Eterna canción, pese a su repetición, inaudita (inaudita: no oída; y, por no oída, inaudible, impermeable, increíble).

El personalismo habla de la conversión integral, no sólo de la que afecta a la inteligencia discursiva. La conversión exige el paso de la inteligibilidad a la verdad, y de la verdad a la acción: el poder del concepto sólo se prueba en el poder de la palabra, y ésta sólo en el poder del acto. Una sociedad vive enfermizante si el conocimiento que tiene de sí misma y de su subjetividad no se conforma con el reconocimiento experiencial de su propia particularidad. Hay que vivir la verdad, ¡il faut revenir à la vie!

Aquí el personalismo espera cada día a sus pedagogos, y por eso en tal sentido conviene recordar las siguientes palabras: «resulta significativo que, después del bergsonismo, ninguno de los filósofos o teóricos de Francia sea susceptible de una traducción pedagógica, con excepción del personalismo de Emmanuel Mounier»98.

¿Dónde están los santos? ¿Para que sirve el personalismo, si no es para hacer santos en una sociedad destrozada? Una y otra vez se desata el mal sobre el asfalto. Familias que son destrozadas, personas que son extorsionadas, bienes quer son dañados, convivencia que queda fracturada,

98    ? Doménach, J.M: Ce qu'il faut enseigner. Ed. du Seuil, Paris, 1989, p. 26

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vidas que estallan contra el asfalto por el sumarísimo procedimiento del tiro en la nuca, enemistad de todos contra todos, terrorificación de la vida ciudadana, si es que a tal cosa se le puede llamar vida ciudadana. El mal-eante, el male-ficiador, el mal-igno no cesa. ¿Cuál es su lógica? La carencia de lógica. ¿Cuál es su expectativa? El triunfo de la violencia ¿Cuál es su proyecto? La consolidación del abatimiento del resto de los proyectos. ¿En qué basa su afirmación? En la negación de todo lo demás. ¿Consiste en eso la lógica del mal? El mal no tiene lógica, pero, si la tuviera, desde luego consistiría en todo eso que estamos tratando de describir (tratando de describir, porque estas cosas son inenarrables y nunca se pueden describir del todo: el mal es inefable, no puede ser dicho).

He ahí la violencia, escrita con letras mayúsculas, y como proyecto autosacralizador. Lo que parece increíble se impone, lo que debería ser creído se depone: ¿hasta cuándo?

En estas circunstancias me gustaría decirle una vez más al mal (ya que el mal no da la cara y no se presenta nunca como el malo, por elusión del sujeto: el mal esconde su rostro) que la verdad es patrimonio de todos y, por eso, no es propiedad de nadie. Que se halla en medio para que, en torno suyo, vivan los que la aman. Que lo que es común dista igualmente de todos, y de todos está igualmente cerca. Que la verdad, en última determinación, no es tuya ni mía para que pueda ser tuya y mía. Que, en consecuencia, sólo puede afirmarse pacífica y dialogalmente.

Me gustaría decirle, aunque sé que el mal no escucha (el mal no tiene oídos, es sordo de oídos, es ab-surdo) que la suavidad de la luz hiere a los ojos enfermizos: lo que es alegría para otros es dolor para ellos. De la misma forma, el pan de la verdad sabe amargo a los mentirosos; por eso odian a sus mensajeros.

Me gustaría decirle también que las puertas sólo se abren a quienes giran el picaporte, no a quienes dan una patada. Trata a una persona como es y seguirá siendo como es. Trátala como podría ser, y se convertirá en lo que debe ser. A la verdad hay que prepararla el camino, pues sólo con quien amas puedes mostrarte fuerte sin producir en él una reacción de fuerza o de violencia.

Me gustaría decirle, aunque sea con un personaje tan desolador y asolante como Eugen Cioran, que ese violentar del violento y de su absurda violencia además de sorda es ciega: «un ciego, por una vez verdadero, tendía la mano: en su actitud, en su rigidez, había algo de conmovedor que cortaba la respiración. Transmitía su ceguera» (E. Cioran). El dolor victimatorio es ciego, pues hacer sufrir es la única manera de equivocarse. Cuando somos desdichados, herimos. Las heridas del odio son ciegas, los pensamientos, pesares. La

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violencia es sorda, la violencia es ciega, la violencia no tiene sentidos ni sentido, es un sinsentido.

Me gustaría decirle que amargos son los efectos del odio, pues la justicia sin amor te hace duro. La inteligencia sin amor, cruel. La amabilidad sin amor, hipócrita. La fe sin amor, fanático. El deber sin amor te hace malhumorado. La cultura sin amor, distante. El orden sin amor, complicado. La agudeza sin amor, agresivo. El honor sin amor, arrogante. La amistad sin amor, interesado. El poseer sin amor, extraño. La responsabilidad sin amor, implacable. El trabajo sin amor, esclavo. La ambición sin amor, injusto. Los enemigos del amor no muestran auténtico cariño. Conocen la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, pero no les importa. Hieren a los demás sin razón. Aunque sean superficialmente encantadores, sólo atienden a sus propias necesidades. Actúan cruelmente con los más débiles. No sienten culpa ni remordimiento. Piensan que es mejor ser malo. Creen que lo único incorrecto es ser atrapados. Fomentan la discordia.

Y, por fin, me gustaría decirle que a medida que me hago viejo veo cuán necesario es que los que se pretenden superiores den ejemplo y no hagan lo que no permitirían hacer a los demás. «El ministro debe morir más rico de buena fama y de benevolencia que de bienes»99. Recuerden que se trata de un texto ni más ni menos que de Maquiavelo: cuidado con los hipermaquiavelistas más maquiavélicos que el propio Maquiavelo.

¿Cómo a estas gentes bárbaras que barbarizan cuando llaman bárbaro al otro recordarles que cuando son dos a cabalgar en un caballo, uno de ellos tiene que ir detrás, pues tres no caben? ¿Cómo podría yo hacerles ver a estos ciegos y sordos, que en realidad sí hablan, pero que rompen su mudez con la dinamita, hablan con olor de pólvora? ¿Cómo hacerles ver que un conservador sabio y un sabio radical pueden ponerse de acuerdo: sus principios son los mismos, aunque su modo de pensar sea otro? El problema es cuando los candidatos a «justicieros» no son sabios: entonces hacen de lo pequeño grande, y de lo grande pequeño, empequeñeciendo al país y engrandeciendo sus problemas.

¿Cómo podríamos hablar con quien no oye, no ve, no sabe balbucir otro lenguaje que el de la dinamita ni argüir otro recurso dialéctico que el del terror?

Sólo desde una Palabra llena de esperanza que funda toda palabra y todo silencio y que es anterior a todo discurso podrá ser posible la paz. Sólo desde esa Palabra. Hoy más que nunca se necesitan místicos, santos y orantes, fes capaces de mover montañas de esperanza y continentes de amor. Es la hora de la metapolítica: es la hora, una vez más, de la esperanza cristiana activa. Pero esa esperanza se alimenta de una cotidianidad diferenciada, que no es la usual. En

99    ? Maquiavelo: Pensieri XIV, 26

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consecuencia, o nos convertimos, o no habrá salida.

5. Quinta tarea: elaborar la mejor metafísica para la mejor voluntad

No estamos seguros de que el lema «la mejor educación para los mejores es la mejor educación para todos» sea a su vez el mejor reclamo publicitario educativo, aunque nos gustaría -¡cómo no!- afirmar que la excelencia está en todo el mundo.

Pero la mejor metafísica es aquella que sin miedo es capaz de mirar cara a cara a la realidad, y allí solazarse con ella. No en la exaltación de la masa, como tampoco en la del individualismo, está la verdad, sino en el enraizamiento de la convicción en lo profundo de lo real, porque lo que se hace sin abrazar como Anteo el suelo nutricio de lo que es sólo constituirá un permanente peligro. Y, desde esa perspectiva, hay que elaborar una gran cultura personalista y comunitaria, en lugar de declamar banalidades.

6. Sexta tarea: ser capaces de reinterpretar los propios mitos

No podemos reinventar el lenguaje que ya hablamos y con el que somos dichos. Como ya ha ocurrido con muchas otras palabras más queridas por nosotros (anarquismo, comunismo, metaizquierda, utopía, voluntad, conversión, amor, persona, etc), sobre las que hay que reconocer que ha caído todo el desprestigio con que la hábil burguesía ha sabido sobarlas hasta desfigurarlas, lo que hace también especialmente difícil nuestro discurso hacia el exterior es que hasta el término «personalismo» ha quedado tocado de ala. Y no digamos nada si, en una sola expresión, hablamos del «mito del personalismo». Empero, si para las teologías de raíz bultmaniana, por ejemplo, mito es toda representación del allende con categorías del aquende, y para Dibelius mito es cualquier relato donde aparece lo sobrenatural, mito es, en todo caso, el vocabulario de lo sagrado. Pero lo enemigo del hombre no será nunca lo sagrado, sino lo idolátrico, porque el ídolo es la tentación del hombre de manejar lo sagrado en el ídolo mismo, el cual, él sí, siempre resulta manejable.

Ahora bien, nada más opuesto al ídolo que una autocrítica que también sabe intercambiar puntos de vista heterocríticos. He aquí, pues, algunos de nuestros flancos posiblemente peor guarnecidos, y que queremos poner nosotros mismos al descubierto sin complejos desde el interior de

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nuestra propia utopía. Toda sugerencia superadora será bien venida, como es natural:

a. A la vista de las enormes dificultades habidas para organizar fácticamente un movimiento personalista100, ¿no habrá que pensar que el personalismo consiste -en todo caso- en preparar gente para un compromiso que luego resulta incapaz de articularse, dada la versatilidad de sus desembocaduras? Pero ¿significará esto a su vez que el personalismo que así concluye carece de lógica en sus premisas, dado lo vaporoso de sus vagas generalizaciones sobre el universo personal, siempre inconcluyentes?

b. ¿No habrá que renunciar a una contraglobalización o virtualización formalizadora del personalismo, que hasta la presente no ha logrado asumirse sino parcial o fragmentariamente por los distintos individuos y colectivos que lo proclaman?

c. ¿No resulta un poco maniqueo o cátaro, como si sólo él tuviese las ideas claras?

d. ¿Por qué buscar el sentido de la existencia fuera de esa Europa que, a pesar de su eurocapitalismo y de todos sus pesares, ha sido al propio tiempo la cuna de las mejores tradiciones personal-comunitarias, la creadora de la doctrina del bien común?

e. ¿Cómo embarcarse en el personalismo, dada la envergadura de sus propuestas y las exigencias radicales que plantea, sin romper radicalmente con la sociedad establecida?

No pretendemos despachar tan complejas cuestiones con respuestas rápidas, están ahí por derecho propio; en todo caso tampoco quisiéramos magnificar su sentido, por lo que deseamos proponer al menos la siguiente respuesta de carácter general: late en el personalismo comunitario la permanente tentación de caer en la reducción piadosa, abandonando el esfuerzo reflexivo, lo cual constituirá siempre al fin y al cabo una pia fraus, algo fraudulento. En lugar de

100    ? Los neorricos son felices con Internet, que les ha regalado el Polo Norte, pues les ha heho «exploradores» capaces de «abrir ventanas», y además sin necesidad de moverse del sitio. Desde su soledad autoclausurada o egorrelativa han abandonado el espacio social, su masa energética; han prescindido de su tiempo futuro, acomodados al fin de la historia, reducida la memoria y la esperanza al presente; han relegado la relación; han perdido su identidad intelectiva para entender sólo los mitologemas y los fecalomas de los medios; han ignorado su voluntad de lucha, ¿para qué tirar piedras contra su propio tejado, el de la propiedad privada? Este enfermo terminal, que muere por un ataque de exceso de glóbulos, sólo piensa ya en sus propias constantes vitales. ¿Cómo devolverle la vida, cómo ejercer el arte de ayudar a sanar el alma?

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ello, el personalista exigente tratará de articular sus asertos fragmentarios en un sistema abierto, vivo y coherente mostrando que, ni todas las afirmaciones rapsódicas sobre la identidad personal valen a pesar de que acá y allá puedan asumirse fragmentariamente101 (Mounier habló al respecto de la necesidad de «perspectiva, método y exigencia»), ni importa tampoco demasiado una cierta asistematicidad, porque la persona es incodificable y asistematizable. Lo cual nada tiene de relativismo.

En todo caso, si aramos torcido, sirva para que otros corrijan el surco, no para que se burlen:

«Arando estaba el buey y, a poco trecho,la cigarra, cantando, le decía:-¡Ay! ¡Ay! ¡Qué surco tan torcido has

hecho!Pero él le respondió: -Señora mía,si no estuviera lo demás derecho,usted no conociera lo torcido.Calle, pues, la haragana reparona:que a mi amo sirvo bien y él me perdonaentre tantos aciertos un descuido»(Tomás de Iriarte: «El buey y la cigarra»).

ÍNDICE

PRESENTACIÓN

CAPÍTULO I. MOUNIER: SU TIEMPO Y EL NUESTRO

1. La historia de las gentes con historia y de las gentes sin historia1.1. La historia pueblerina1.2. La historia kairológica2. El kairós bélico de la primera mitad del siglo XX

101    ? Cfr. Díaz, C: El don de la persona. Ed. Encuentro, Madrid, 2000

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2.1. La primera Guerra mundial (1914-1919)2.2. La revolución rusa (1917)2.3. El paréntesis de los felices años veinte2.4. El crack de Wall Street (1929) 2.5. La guera civil española (1936-1939)2.6. La guerra imaginaria 3. La Náusea3.1. La náusea existencialista3.2. La náusea burguesa3.3. La náusea totalitaria: dos hiperpersonalismos3.4. El estalinismo4. La segunda Guerra mundial5. Nous ne nous engageons jamais que dans des combats discutables sur des causes imparfaites5.1. Agosto de 1941-agosto de 1944: cierrre de Esprit5.2. 1942, el magisterio interior de diez meses de cárcel 5.3. ¡Liberación de París, agosto de 1944! 6. La posguerra7. La Guerra Fría (1947-1950)8. La pobreza, viento de libertad luminosa8.1. Los pobres, sujeto histórico8.2. El optimismo trágico del pauperismo real8.3. Los perdedores tratados como objeto9. El tiempo de Mounier, y el tiempo nuestro9.1. De la guerra mundial a la mundialización9.2. Mecanismos de inclusión globalizadora9.3. Mecanismos de exclusión globalizadora9.4. Mecanismos de concentración globalizadora9.5. Mecanismos de dispersión globalizadora

CAPÍTULO II. SARTRE, MARITAIN, Y MOUNIER EN LA CULTURA ESPAÑOLA

A. SARTRE1. Cuando el tomismo era «tó mismo» y no había lugar para la diferencia en España2. Retraso en la llegada de Sartre3. Derrota final del existencialismo y del personalismo, por diversos motivosB. MARITAIN1. Por qué ha tenido tan mala fortuna el personalismo comunitario en España2. La conjura española contra Maritain3. Los defensores de Maritain4. Significado del «caso Maritain»

CAPÍTULO III. MOUNIER Y EL PERSONALISMO EN ESPAÑA

1. Orígenes del personalismo en España2. Algunas hipótesis sobre la presencia/ausencia de Mounier

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en la cultura española, o España por pensar3. Algunas hipótesis sobre la presencia/ausencia de Mounier

en la política española, o España por pensar

CAPÍTULO IV. MI ENCUENTRO CON LA OBRA DE EMMANUEL MOUNIER

1. Las tres etapas en el descubrimiento de un maestro1.1. El descubriento del maestro de ética personal1.2. El descubriento del maestro de compromiso social1.3. El descubrimiento del maestro de identidad cristiana1.4. ¿Habrá más descubrimientos? Conocimiento e interés2. Reconciliar a Marx y a Kierkegaard3. Rehacer el Renacimiento4. El acontecimiento, maestro interior5. Desde la izquierda mística 6. Salvar al sujeto en su totalidad

CAPÍTULO V. EL INSTITUTO EMMANUEL MOUNIER (HISTORIA Y PRESENCIA DE UNA UTOPÍA)

A. 19841. Se alza el telón, la idea comienza a rodar: 19841.1. Recordar1.2. 1984. Una novela de ciencia-ficción1.3. 1984. ¿Un Instituto Emmanuel Mounier deciencia-ficción?1.4. El Instituto Emmanuel Mounier: otra España nace en el deseo1.5. Pero la idea rueda más deprisa que las piernas. El espíritu está presto, mas la carne es débilB. Un 1984 que no ha muerto1. Y sin embargo... El militante que el IEM quiere1.1. Perseverante1.2. Benevolente1.3. Caminante1.4. Testimoniante1.5. A ningún militante se le impedirá llegar hasta el martirio, si así lo deseaC. Una tensión permanente1. El milímetro que separa el elitismo del populismo en el caso del fundador1.1. Aventurerismo infantil1.2. La tentación del caudillismo1.3. Las tensiones del funda(do)r 1.4. ¿Cómo ser fiel a «la» causa elegida?D. Corriente arriba1. 2000: ¿Un IEM cansalmas?2. Hay más almas cansadas fuera, que dentro del IEM3. El que esté libre de cansancio, que arroje la primera piedra3.1. El Rubicón no vadeado de la madurez personal

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3.2. Pero no nos damos por vencidos4. Esto es lo que queremos serE. Nuestras tesis: lo que decimos que somosF. Lo que estamos siendo1. Lo organizativo1.1. La persona1.2. El grupo1.3. La asamblea1.4. La coordinadora2. Los cuatro niveles de presencia3. Lo que mejor hemos hecho3.1. La revista «Acontecimiento»3.2. Los Cuadernos de Formación y de Clásicos del Personalismo 3.3. Las Obras Completas de E. Mounier3.4. La colección «Esprit»3.5. Sinergia3.6. La Editorial Mounier3.7. Las Aulas de Verano3.8. La formación de formadoresG. El difícil día a día. Mirada retrospect(at)iva1. Correo del Sur1.1. 19851.2. 19861.3. 19871.4. 19881.5. 19891.6. 19901.7. 19911.8. 1992 1.9. 19931.10. 19941.11. 19951.12. 19961.13. 19971.14. 19981.15. 19991.16. 20002. Habrá un mañana mejor para los pobres, si lo hacemos deshaciéndonos y rehaciéndonos

CAPÍTULO VI. SEIS TAREAS FUTURAS DEL PERSONALISMO COMUNITARIO

1. Primera tarea: descubrir la persona como voluntad que quiere y es querida2. Segunda tarea: orientar la voluntad personal en el sentido de una mística activa3. Tercera tarea: encaminar la mística activa hacia la formación de un «nosotros esencial»4. Cuarta tarea: ayudar a ser (mejor) persona5. Quinta tarea: elaborar la mejor metafísica para la mejor

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voluntad6. Sexta tarea: ser capaces de reinterpretar los propios mitos