Menejo de conducta odontopediatria.

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Introducción. Cada autor tiene su propia opinión acerca del modelamiento de conducta del menor al ser tratado por un odontopediatra, unos piensan que es mejor hacer el tratamiento paso por paso y otros dicen que es mejor ser claros y de manera directa sin ser tan confusos o tan mimosos para el infante. Unos expresan su opinión libremente sobre cada paciente y como debe ser tratado. En la antigüedad a todos los pacientes se les trataba de igual manera ya sea menor o adulto. Ya que todo era bajo responsabilidad del padre o tutor. Hoy en día el Doctor a cargo es responsable de todo lo que suceda dentro de la clínica dental ya que está tratando con un menor. En este trabajo daré diferentes puntos de vista para entender un poco acerca de cómo es cada ser humano y como deben ser realmente tratados para que la consulta sea lo más agradable tanto para el Doctor a cargo como para el infante.

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Introducción.

Cada autor tiene su propia opinión acerca del modelamiento de conducta del menor al ser tratado por un odontopediatra, unos piensan que es mejor hacer el tratamiento paso por paso y otros dicen que es mejor ser claros y de manera directa sin ser tan confusos o tan mimosos para el infante.

Unos expresan su opinión libremente sobre cada paciente y como debe ser tratado.

En la antigüedad a todos los pacientes se les trataba de igual manera ya sea menor o adulto. Ya que todo era bajo responsabilidad del padre o tutor.

Hoy en día el Doctor a cargo es responsable de todo lo que suceda dentro de la clínica dental ya que está tratando con un menor.

En este trabajo daré diferentes puntos de vista para entender un poco acerca de cómo es cada ser humano y como deben ser realmente tratados para que la consulta sea lo más agradable tanto para el Doctor a cargo como para el infante.

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Manejo de la conducta.

Conducta inicial. (Esta es iniciada por los padres).

El padre o la madre, por lo general, hacen el primer contacto con el consultorio dental por teléfono. Esta conversación inicial entre lo padres y la recepcionista del consultorio es importante. Brinda la primera oportunidad de atender las dudas o intereses de los padres mediante respuestas concisas. La recepcionista debe tener una voz amable y amigable y la capacidad de comunicarse claramente.

Clasificación de la cooperación de los niños en cuanto a su cooperación.

Se han desarrollado numerosos sistemas de clasificación de la conducta de lo niños en el ambiente odontológico. Este tipo de sistemas ayuda o le da una ventaja al odontólogo para poder ayudarle con la orientación.

Una de las clasificaciones clínicas agrupa a los niños en tres categorías:

Cooperadores Con falta de capacidad para cooperar Potencialmente cooperadores.

Los niños cooperadores están razonablemente relajados. Tienen un mínimo de aprensión. Pueden están entusiasmados. Y pueden ser tratados con un abordaje directo y conciso. Ya cuando sean establecido pautas de conducta.

En contraste de los niños cooperadores se halla el niño al que le falta la capacidad de cooperación. Esta categoría incluye a los niños muy pequeños con los cuales no se puede establecer una comunicación y de los cuales no puedes esperar comprensión. La causa de su no cooperación puede ser la edad.

Un factor que puede ser influyente del no cooperador son niños que presentan una discapacidad. La gravedad de su estado impide su cooperación de estado habitual. Algunos no presentan grandes cambios en su conducta.

Los niños potencialmente cooperadores es la de los niños con “problemas de conducta”. Este tipo de conducta difiere de la de aquellos que carece de la capacidad de cooperar, es una diferencia importante. El niño como potencialmente cooperador presenta diferentes cambios en el estado de ánimo como son:

Descontrolados. Desafiantes. Tímidos Cooperadores tiesos y quejosos.

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Otro sistema de modelamiento de la conducta con definiciones más específicas fueron las de Escala Frankl. Él lo dividió en cuatro conductas yendo desde la definidamente positiva y definidamente negativa.

Tipo 1: definitivamente negativa.

Rechaza el tratamiento, grita fuertemente, esta temeroso o tiene cualquier otra evidencia de negativismo extremo.

Tipo 2: negativo.

Difícilmente acepte el tratamiento, no coopera tiene algunas evidencias de actitudes negativas pero no pronunciadas (arisco, lejano).

Tipo 3: positivo.

Acepta el tratamiento a veces es cauteloso; muestra voluntad para acatar Çal odontólogo, a veces con reservas, pero el paciente sigue las indicaciones del odontólogo cooperando.

Tipo 4: definitivamente positivos.

Buena relación y armonía con el odontólogo, interesado por los procedimientos odontológicos, ríe y disfruta.

Fundamentos de la conducta del niño.

La dirección o manejo de la conducta es el medio por el cual el equipo odontológico realiza eficazmente el tratamiento de un niño y, al mismo tiempo, le infunde una actitud positiva hacia la odontología.

Efectivamente: se refiere a que le brinda una atención odontológica de alta calidad. La introducción debe ser suave y con la mayor facilidad. Finalmente da el resultado de la actitud positiva en los niños.

De los siguientes principios de manejo de la conducta se centran alrededor de la actitud e integridad de todo el equipo odontológico:

El abordaje positivo: hacer afirmaciones positivas a la conducta de los niños aumentan las posibilidades de éxito de los niños. Son más efectivas que las preguntas o indicaciones irreflexivas.

Actitud del equipo: los factores de personalidad, como la calidez y el interés, pueden transmitirse sin necesidad de hablar. Una sonrisa amable. Puede ser el que niño se sienta cómodo llamándolos por su sobrenombre. El conocimiento de las actividades extra escolares de los niños ayuda a iniciar futuras conversaciones demostrando una actitud positiva y amistosa.

Organización: se debe de disponer de un plan de tratamiento con el instrumental listo para comenzar el trabajo así como contar con el trabajo de a cuatro manos para hacer un tratamiento más rápido y menos cansado para el niño. Las demoras e indecisiones pueden crear aprensión al niño.

Veracidad: la veracidad es extremadamente importante, considera una regla fundamental para tratar con los niños.

Tolerancia: el nivel de tolerancia varía de una persona a otra. Se refiera a poder controlar la conducta del niño si esta se presenta negativamente. El mantenimiento de la postura. Evitar la pérdida de autocontrol.

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Flexibilidad: dado a que a los niños les falta madurez, el equipo debe de estar preparado para cualquier cambio en el niño, el niño puede comenzar a inquietarse y el tratamiento propuesto debe ser cortado.

Comunicación con los niños.

Muchas técnicas efectivas son la comunicación. Estos puntos clave son las pautas, no reglas flexibles porque en el mundo impredecible de los niños debemos estar preparados para improvisar.

Hay muchos modos de comenzar la comunicación verbal y la efectividad de estados abordajes difiere según la edad del niño.

Debemos tener en cuenta tres aspectos importantes al momento de comunicarnos como son:

1) Determinación del comunicador: deben tener la capacidad de poder comunicarse con los niños

2) Claridad del mensaje: el mensaje debe ser comprendido en el mismo sentido tanto como para emisor como para el receptor.

3) Control de la voz: se usan órdenes súbitas y firmes la atención del niño o para que el niño suspenda lo que está haciendo. Usado de forma correcta en la situación apropiada, el control de la voz es un instrumento de dirección efectivo de la conducta.

Los padres de los pacientes pediátricos.

Los padres moldean la conducta de sus hijos, desde el momento que nacen, por medio de un esfuerzo y un rechazo selectivos de algunos comportamientos específicos.

Al reconoces esta deficiencia, Writht, Starkey y Gardner describieron las siguientes actitudes problemáticas de los padres, detectadas en la práctica odontológica y de ahí surgieron unas estrategias de abordaje.

a) Padres que protegen en exceso al niño: las conductas de los padres que muestran una protección excesiva hacia su hijo, impiden una evolución natural hacia la independencia.

b) Padres manipuladores: estas actitudes se manifiestan por una demanda de actitud exagerada. Este tipo de conductas influye en el diagnóstico y tratamiento del niño. El odontólogo es incapaz de manejar la situación.

c) Padres manipuladores: los padres que dudan de la necesidad de un tratamiento muestran una conducta hostil. En general no es solo la cuestión de desconocimiento, si no que enfrentan un problema de desconfianza. El odontólogo ha de tener paciencia con estos padres, puesto que en ocasiones ocurre que sencillamente no entiende el tratamiento que les proporcione.

d) Padres negligentes: a este tipo de padres no se les identifica al momento. Se descubre por el incumplimiento de las citas programadas. A pesar de llevar a su hijo al odontólogo, algunos padres no están concientizados de las ventajas de una buena educación oral.

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Variables que influyen en la conducta del niño durante su atención odontológica.

Resulta axiomático que un niño temeroso o ansioso que supone que su visita al odontólogo será desagradable, probablemente tenga tal experiencia, en comparación con un niño con menor grado de temor o de ansiedad.

Por la misma razón la odontología tiene cierta dificultad para poder identificar los diferentes estímulos que llevan a que se comporten mal en el consultorio estos incluyen los antecedentes del niño.

Ansiedad maternal: antes era costumbre de llevar a los niños al odontólogo, por esta razón, la ansiedad materna. Los padres tienen que ver con la actitud negativa hacia la consulta si ellos aún no han tenido previa orientación la ansiedad de los padres tiende a afectar de manera negativa la conducta de sus hijos.

Historia médica: esto es una variable de complejidad, algunos odontopediàtras creen que tiene poca importancia en cuanto a la conducta del niño en el consultorio, mientras que otros lo consideran un factor primordial que afecta a la cooperación. Lo que importa es el aspecto emocional de las visitas pasadas, más que la cantidad. El dolor experimentado durante anteriores visitas al médico es otra consideración en la historia médica del niño.

Conocimiento del problema odontológico: algunos niños llegan al odontólogo sabiendo que tienen un problema bucal. El problema puede ser serio como un absceso dental o una simple coloración extrínseca,Esto ayuda al odontólogo a educar a los padres acerca de que sus hijos hagan al odontólogo antes de tener un problema.

Técnicas del manejo de la conducta Aversivas.

El Castigo en sentido técnico se refiere sólo a la operación empírica que reduce la frecuencia de aparición de una respuesta, y no siempre comprende dolor físico. De manera que el Castigo es un procedimiento de modificación de conductas.

Desde hace muchos años, y desde la perspectiva cognitivo-conductual, no está indicado el castigo físico como método de modificación de conductas en los niños, para quien el castigo físico por una parte representa un irrespeto absoluto a los

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derechos humanos y sobre todo de los niños, y por otra ha demostrado hasta el cansancio que no tiene poder para corregir conductas disruptivas en los niños.

Tipos de castigos.

En la modificación conductual se han desarrollado muchas formas de castigo con base en si se presentan eventos aversivos, se retiran eventos positivos, o se requiere esfuerzo o trabajo por parte del sujeto después de la ejecución de determinada conducta.

Los eventos aversivos primarios lo son de manera inherente, por ejemplo, un choque eléctrico, ataque físico intenso, luces brillantes y ruidos fuertes son estímulos aversivos primarios y sus propiedades aversivas no son aprendidas.

Los estímulos aversivos secundarios o condicionados, adquieren sus propiedades aversivas al apareárseles (relacionárseles) con otros eventos aversivos como dolor físico o pérdida de privilegios.Los estímulos aversivos secundarios incluyen gestos, cabeceos, fruncimiento de ceño y boletas de tránsito.

1.- afirmaciones verbales.

Las afirmaciones verbales en forma de reprimendas, advertencias, desaprobación, decir no, y las amenazas, suelen emplearse en las interacciones cotidianas entre maestro y alumno, padre e hijo y entre hermanos, esposos, amigos y enemigos. De manera ocasional, las afirmaciones verbales se han utilizado para suprimir conducta.

La manera en que se hacen las afirmaciones verbales puede afectar su efectividad. El castigo verbal tiene probabilidad de perder su efectividad con el tiempo. Cuando las amenazas son vanas (no respaldadas por la consecuencia amenazada) tienden a perder su efecto con rapidez. 

Posibles ejemplos de reforzamiento positivo:

a) En el ámbito clínico: alabar al paciente por llevar a cabo una exposición a una situación temida o por los progresos logrados. Dedicarle tiempo a sus actividades extracurriculares (hobbies). Darle un incentivo para premiar dicha

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buena conducta. Interesarse acerca de lo que le suceda en su entorno.

Reforzamiento negativo.

Un estimo aversivo, también conocido como reforzamiento negativo, es un estímulo cuya retirada o prevención contingente a una conducta da lugar a un aumento o mantenimiento de esta.

El reforzamiento negativo consiste en retirar, reducir o prevenir un supuesto estimulo aversivo o terminar o prevenir la pérdida de un estímulo positivo

Los especialistas en las técnicas de modificación de conductas se han preocupado por el mal uso y abuso que se hace del castigo, ya que esto favorece problemas en niños y adolescentes.

Primera cita.

En la primera cita o visita del niño al consultorio puede obtenerse información adicional y la ficha se conserva. La primera visita se considera educacional para el paciente. Se le enseñan medidas de educación para el cuidado hogareño de la salud y las responsabilidades que implica.

La relación entre el odontólogo y los padres se basa sobre la confianza que puede ser generada mejor inicialmente por una recepcionista que haya sido informada acerca de los patrones de conducta y preocupaciones posibles de los hijos. Es importante la motivación de los padres para concretar una nueva cita

De igual manera los servicios deben ser afectivos y placenteros.

Conocimiento mutuo de padres e Hijos.

La orientación correcta de la conducta del niño y de sus padres es la clave para examinar los tejidos orales del niño, esto ayuda a minimizar el desarrollo de problemas de conducta.

Es importante tener el consentimiento de los padres a cualquier tratamiento realizado, así como el intervalo de citas que se le van proporcionando al paciente.

Una de las cuestiones más importantes para tener la libertar de poder manejar la conducta del niño es la confianza entre paciente e infante, para que este pueda dar el paso más importante la separación de los padres del niño así como el niño a los padres.

Esto ayudara a:

a) Ayuda al odontólogo a dedicarle toda su atención al niño en el consultorio mismo.

b) Permite al odontólogo descubrir las ansiedades que puedan tener los padres acerca de la visita en general.

c) Comunica el niño un sentido de normalidad ambiental como resultado de la autorización de los padres para que él vaya solo.

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Segunda visita del niño.

Cuando los padres vuelven con el niño para la segunda visita, puede suponerse que en general han aprobado la orientación del equipo de asistencia en los procedimientos iniciales.

(Consulta del tratamiento)

La presentación del caso clínico odontopediàtrico es una reunión, primero entre el personal de recepción y los padres, después el odontólogo a los padres. Este tiempo de reunión ofrece a los padres para discutir el estado bucal del niño y sus necesidades futuras. El dialogo deber ser sin prisa y la atmosfera relajada.

El odontólogo debe de ilustrar las ubicaciones de los hallazgos orales del niño para iniciar el tratamiento.

Usualmente puede mejorar la comunicación con los padres.

El odontólogo debe mostrar interés en el niño y transmitir esa actitud positiva, comprensiva y tranquilizadora.

Después de la consulta del odontólogo con el padre o la madre, tanto los dos como su hijo son conducidos por la recepcionista al área de educación para la salud.

Frecuencia de las visitas por tratamientos complicados.

Cuando el niño experimenta una seria de visitas consecutivas al odontólogo reforzamos más el conocimiento de la importancia de la salud bucal, porque siempre habrá un refuerzo de la concientización de los niños y los padres.

Cuando el niño finaliza esta serie de tratamientos siempre se recurre ante un tipo de premiación al niño por su buen comportamiento eso tiende a reforzar la armonía que existe entre los pacientes y eso le hará sentir más a gusto y el pedirá ir al odontólogo consecutivamente porque ya se hizo parte de su rutina mantener una boca limpia y saludable.

Visitas para el control.

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Las visitas para control de los niños pueden ser clave de la odontología preventiva.

En una visita de control, la higienista presentara un tipo de cepillo para los niños a los padres.

Luego de una serie de visitas de control que demuestran que la salud bucal del niño no tiene complicaciones y que su dentición se desarrolla normalmente, se considera la derivación del niño al odontólogo generalista de la familia.