Medicina vol 1 (1) julio 1873

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( ~ .. ORGANO DE' LA S-OCIEDAD DE MEDICINA DÉ. BOGOTA REDAOTOR, DOCTOR PIO RENGIFO SERIE I. NúM.,l.o' EXTRACTO DE LAS ACTAS DE LA. SOCIEDAD DE MEDICINA. JUNTA PUEPARATOnIA PARA LA cnEACIoN DE LA' SOCIEDAD DE :I.lEDICINA DI~ nOGOTÁ. ~l dia 3 de Enero do 1873, reunidos en junta prepnrn· toria los señores <loutorelll\I. Plntn Azuoro, Nicolns Osa- rio, Liborío Zorda, Abraha/il Aparieio, Leoncio Barrcto y Evaristo García, convinieron en cremo uIIa Sociedad que tuviese por objeto el estudio y a<lel¡\nto de las cien- \ cias médieas y naturales, así como tambien el de dar so- lidaridad al cuerpo méJico y unidad al ejercicio de la profellion. . . El sefior doctor Rengifo dejó do concunG· á esta junta con legítima escusa, y los dornas profcfiorcs estaban fuo- ra de In ciudad. Provisoriamente nombró la jUllta Pre~idente y Se- cretario á 10B señores doctores 1\1. Plata Azuel'o y, A. Aparicio. El soñar doctor el reglamento. El Recretario, A. Apm·icio. 6ESJON DEL IlJA !l DE l'Ellmmo. Presidencia del seilo)' doct01' M. Plata; AZlIero. Concur;'ieron los señores Aparicio, Barreta, Cori'edor, Fajardo, García, Gómcz, MOllina, ?tIontoya, Pizano, Pla· ta Azuero, Osorio, nengifo, nacha Castilla, nívas Fede- rico, Sarmiento, Ospina y Zurda L. Estaban legítima· IIHlilte excusados los sefiores doctores Pardo y Rívas L. So <lió lectura al reglamento presentado por el señor doctor L. Zerda, el cllal con algunas adiciones fué aproo bada. ~ IJa Soeiccbd se deelar6 definitivamente estahlecida, y aprobó la 8igllicllte proposieion: "N"Jfnbreso por el Pre- sidente una comil;lion encargada de Jll'e~cntal' un proyec-. to relativo á la pnblícacion del periódico de la Sociedad." ¡rué nombrado el scITor doctor Medina. El Secrotario, .A. Aparicio. SWJION DEL lJl A 20 Die I'lmmmo. Presidencia del senor docto}' .J¡r. rlai(l Azltcl'o. Concurrieron los seiíores Aparicio, Bayon, Buonavcn. tura, BuelHlía, García, Montoya, JHedin:J, Plata AZlle- ro, Hoelm Castill:l, I{engifo, Sarmiento, Súenz· y Zerda Bayon. Entraron desplles los Beliíores Barreta, Castaiíe- (la, G6rnez, Osario, PizalTo, TUvas L, Zerda Liborio y Michclssen. Faltaron con excusa los señores Gspina, Pilr- do y Hívas Fedcrico; y sin ella los soiíores Conedor y Fajal'do. Se leyó y aprobó el acta de la sesion pasada. El sefior doctor J\Iedina prcsentó nn informo relativo lÍ. la puhicacion del periódico de la Sociedad acompañado de un acuerdo lijando laR base~ y domas condiciones fJ\lC para tal objeto creyó convenientes. Dicho aeuerdo, con alguuas mod(licaeiones y adiciones, fué aprobado. SERIaN DEL DJA 2 DE 1IIAYO; Presi(lencia del señ01' doct01' .111. Plata A'zuero. Concurrieron los señores Aparicio, 13ucndía; 13al'l'oto, Bllell!lventura,Castaiíeda, Gurcía, Medina, Osario, Par·· do, Plata AZUCl'O, Sarmiento y H,engifo;.· Se leyó y aprobó el acta de la sesíon del 20 de Fobro· ro. Con10 el señor doctor Rocha C. insistiéra nuevamen· mente en la aclmision de la renuncia de Redactor prinoi. pal del periódico de la Sociedud, ésta aceptó por último tal c1imision y procedió nombrar al que debia reempla- zarlo. La votaeioll clj6 poí' resultaclo el nombramiento' del señor doctor Pio Hengifo pam Iteclaetor,principal y el sefior doctol' Liborio Zerda parnRecluctor suplente. I'rocedióse luego al nombramiento de Presidente, :Vi•. cepl'esidento y Seúretal'io, y se decluraron electos respec· tivamcntc ti los señores doctores.Manuel Plata Azuero; Audres 1IIaría Pardo y Abraham Aparicio. Do conformidad con lo dispuesto pór el Reglament.o so hieieron los nomlJramientos de las eomisiones que de· be haber en el Bono de la Sociodad ; yfuoron olectos:: . Para la eomisioll de l~eglamento: 111. Plata Azu81'o; ,IJihorio ZCl'da y nernal'dino l\fedina;. ,".t.:.' Para la eomision do vacuna y epidemias: J.]\f. Buen. día, Antonio Ospina y Evaristo García; . Para la comision do salubridad pública: R. Rocha C, N. Osario y Francisco DayoD.

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(

~..ORGANO DE' LA S-OCIEDAD DE MEDICINA DÉ. BOGOTA

REDAOTOR, DOCTOR PIO RENGIFO

SERIE I. NúM.,l.o'

EXTRACTO DE LAS ACTAS DE LA. SOCIEDAD DE MEDICINA.JUNTA PUEPARATOnIA PARA LA cnEACIoN DE LA' SOCIEDAD

DE :I.lEDICINA DI~ nOGOTÁ.

~l dia 3 de Enero do 1873, reunidos en junta prepnrn·toria los señores <loutorelll\I. Plntn Azuoro, Nicolns Osa-rio, Liborío Zorda, Abraha/il Aparieio, Leoncio Barrctoy Evaristo García, convinieron en cremo uIIa Sociedadque tuviese por objeto el estudio y a<lel¡\nto de las cien- \cias médieas y naturales, así como tambien el de dar so-lidaridad al cuerpo méJico y unidad al ejercicio de laprofellion. . .

El sefior doctor Rengifo dejó do concunG· á esta juntacon legítima escusa, y los dornas profcfiorcs estaban fuo-ra de In ciudad.

Provisoriamente nombró la jUllta Pre~idente y Se-cretario á 10B señores doctores 1\1. Plata Azuel'o y, A.Aparicio.

El soñar doctorel reglamento.

El Recretario, A. Apm·icio.

6ESJON DEL IlJA !l DE l'Ellmmo.

Presidencia del seilo)' doct01' M. Plata; AZlIero.Concur;'ieron los señores Aparicio, Barreta, Cori'edor,

Fajardo, García, Gómcz, MOllina, ?tIontoya, Pizano, Pla·ta Azuero, Osorio, nengifo, nacha Castilla, nívas Fede-rico, Sarmiento, Ospina y Zurda L. Estaban legítima·IIHlilte excusados los sefiores doctores Pardo y Rívas L.

So <lió lectura al reglamento presentado por el señordoctor L. Zerda, el cllal con algunas adiciones fué aproobada.~ IJa Soeiccbd se deelar6 definitivamente estahlecida, yaprobó la 8igllicllte proposieion: "N"Jfnbreso por el Pre-sidente una comil;lion encargada de Jll'e~cntal' un proyec-.to relativo á la pnblícacion del periódico de la Sociedad."¡rué nombrado el scITor doctor Medina.

El Secrotario, .A. Aparicio.

SWJION DEL lJl A 20 Die I'lmmmo.

Presidencia del senor docto}' .J¡r. rlai(l Azltcl'o.Concurrieron los seiíores Aparicio, Bayon, Buonavcn.

tura, BuelHlía, García, Montoya, JHedin:J, Plata AZlle-ro, Hoelm Castill:l, I{engifo, Sarmiento, Súenz· y ZerdaBayon. Entraron desplles los Beliíores Barreta, Castaiíe-(la, G6rnez, Osario, PizalTo, TUvas L, Zerda Liborio yMichclssen. Faltaron con excusa los señores Gspina, Pilr-do y Hívas Fedcrico; y sin ella los soiíores Conedor yFajal'do.

Se leyó y aprobó el acta de la sesion pasada.El sefior doctor J\Iedina prcsentó nn informo relativo

lÍ. la puhicacion del periódico de la Sociedad acompañadode un acuerdo lijando laR base~ y domas condiciones fJ\lCpara tal objeto creyó convenientes. Dicho aeuerdo, conalguuas mod(licaeiones y adiciones, fué aprobado.

SERIaN DEL DJA 2 DE 1IIAYO;

Presi(lencia del señ01' doct01' .111. Plata A'zuero.Concurrieron los señores Aparicio, 13ucndía; 13al'l'oto,

Bllell!lventura,Castaiíeda, Gurcía, Medina, Osario, Par··do, Plata AZUCl'O, Sarmiento y H,engifo;.·

Se leyó y aprobó el acta de la sesíon del 20 de Fobro·ro. Con10 el señor doctor Rocha C. insistiéra nuevamen·mente en la aclmision de la renuncia de Redactor prinoi.pal del periódico de la Sociedud, ésta aceptó por últimotal c1imision y procedió lí nombrar al que debia reempla-zarlo. La votaeioll clj6 poí' resultaclo el nombramiento'del señor doctor Pio Hengifo pam Iteclaetor,principal yel sefior doctol' Liborio Zerda parnRecluctor suplente.

I'rocedióse luego al nombramiento de Presidente, :Vi•.cepl'esidento y Seúretal'io, y se decluraron electos respec·tivamcntc ti los señores doctores.Manuel Plata Azuero;Audres 1IIaría Pardo y Abraham Aparicio.

Do conformidad con lo dispuesto pór el Reglament.oso hieieron los nomlJramientos de las eomisiones que de·be haber en el Bono de la Sociodad ; yfuoron olectos:: .

Para la eomisioll de l~eglamento: 111. Plata Azu81'o;,IJihorio ZCl'da y nernal'dino l\fedina;. ,".t.:.'

Para la eomision do vacuna y epidemias: J.]\f. Buen.día, Antonio Ospina y Evaristo García; .

Para la comision do salubridad pública: R. Rocha C,N. Osario y Francisco DayoD.

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2 R E V 1S T A ]\'1 E DIe A ,=

~uliij 2, 187J., rOl' último, el sellor doctor B. Mellina fué elegido

unánimemente Agente general del perióJico y TesoreroBibliotecario de la SocieJall.

Pl'esentacion do trnbajos.El seíior doctor Nicolas Osorio presenta un tntbajo

sobro la clasificacion de las quinas, acompaíiado de l:imi-Das que complementan la descripcion; y dibujadas éstaspor el jóven Leon Villaveees. Esta rnelJioria pasó al es-tudio del seITor doctor N. Sáenz;

1, El Secretario, A.' ArARIClO.

"REVISTA MEDIOA.

El iman irresistible quo atrao 6. los hombres y los uneentre' sí, es la identidad do principios, do deberes, doderechos y de aspiraoiones. Esto resultado preciso do lasociabilidad inherente ií lluestnt naturaleza, eoustituye,en la plenitud de su fuerza, la familia hUlllann, y obrandoen menor cscala, forma grupos parciales, ó asociacionesquo vinculan sus esperanzas en un mismo peusamiento.

Las relaciones frecuentes, entro los hombres que tienenla misma vocacion, son un gérmen prolífico do dondebrota una omulacion activa en su forma, lnudaulo en suconato, fructífera en sus efeetos. llajo su poderoso estí-mulo, las facultades intelectuales se désanollan y descu-bren nuovos horizontes. Do la consideracion do los ouje-tos en S(JS diferentel! aspectos se desprende natlll'nJmenteel eucadenmniento que los eslabona. Discurriendo sobrenuestros lll'incipios, nos sorprende el error de algnnas denuestras creencias m:is firmes. A proporcion quo nueA-tro criterio se acrisola pordemos nuostrll ilimiLaua con-fianza en nosotros mismos; pero, en cambio, ganamosmodestia y tolerancia. Deducimos, como regla de con-ducta, la obligacion de respetar las opiniones ajenas, yla necesidad de auxiliamos unos ú. otros. - Crea ademasla comunicacion repetida con nuestros colegas, l'elacio-

~l\.es amistosas quo despiertllU la benevolencia, la cordiali·'dad-'y la justicia, y son un medio eficaz do suavizarnuestras costumbres. En consecuencia, el compafíero dejade ser un rival cuyo triunfo nos vulnera, cuya desgrncianos' recrea, 'cuya ignorancia explotamos, para convertirseen amigo. Con él simpatizamos en las penas quo le flfli-gen j cubrimos sus errores con el manto de la caridad;y venimos en ayuda á su iueptitud, ó utilizamos sus ap-titudes y habilidades.

Si, por un lado, In comunidnd de atribuciones noscompacta on defensa do nuestros derechos, por otro, nosata,con un nuevoy vigoroso lazo: el espíritu de cuerpo.Es esto un' sentimiento do pundonor que se extiendo á

todos los afiliados, quo desarrolla los ,m:is generosos im-pulsos del corllzón humano; comuate la unjeza, prohijael desinteres, libra al hombre del egoismo que le extra-vía con ,sus nugestiones, le hace, en fin, digno en sus as-piracion,es; honrado en sus me~ios, humanitario en susmiras y obrero ontusiasta del progl;cso social.

'Toda asociacion se propono un fin principal. Para lle-varlo á cabo so incorpora los elementos individuales dis-persos é informes; reune los medios y objetos particula-res, on un todo completo sobre el cual estampa 01 sellode la uniuau y do la armonía. Somejanto al arroyuelo,en Sll.cuna incierto hilo de .agua, al quo acrecientan pro-gresivamentolascorrientes tributarias hasta dilatarle eumajestuoso y caudaloso rio, la órbita estreclla de la acti-vidad individual:"recibe ,por medio do la asociacioll elcontingente do 'oada 'uno d!3 sns miembros, crece, se en-!lancha, riega por mucllas partes su influencia, y sin lavacilante debilidad de su orígen, siguo firmo y vigorosa

,hollando con intrepidez los numerosos escollos sembradosen su camino •. La experiencia demuestra que por subli·me que sea: un pensamiento, y porgrnndo quo sea el

genio q\1O le proclame, es comparativamente estéril, si lacooperacion siUlu!t:inca Ó RlIccsiva tic otras inteligenciasno le presLa su apoyo, le comunica BU impulso y le gene-mI iza.

El objeto de una socied[\J eienLílica CA e! cultivo de11110 Ó varios mm o:'! del saber hnmaflo. Su seno Be abreá la accion fecunda de iuvesLigadores animados por lamisma idea, movidos por el mismo estímulo. Los traba-jadores aoumulan un rico caudal de hecho:'! y conocimien-tos, fondo comun qno ntiende :i la:'! necesidac1e8 de todoslos BOcios y de cada uno de ellos en particular. V cámoslas ventajas incalculable:'! de esLas corpornciones pnr.1 fa-cilitar el adelanto y el desenvolvimiento dc Ins ciencias.

Merced ú. la subllivision de! trauajo, los asociados sedistribuyen entro sí el vasto campo do operaciones, lerecorrcn por diversos senderos en tOlla uireccion, Jlerocon la mirada fija en el centro COlllUIl, á donde dcbenconoul'I'ir lns inc1ngaeiones scparallfls. Sin la subllivision,110es posiulo haoer un efltu<1io profl1n<10 del terreno, niadquiril' un conocimiento exacto hasta de sus más insig-nificantes detalles.

Las conquistas intelectuales, conseguillas lÍ [uorza dotiempo, de brio y de constancia, aisladas é inconexas,son infructuosas: uniformadas y encadenad::R, puedencOlllpamrse. confirmarse las U11:1Sá las otras, y llegar áser piodraR fundamental<'s dcl cllificio comU11 de In ciencia.

En el campo recorrido, así como en la exploraeion delinconmcnsurablo país de lo desconocido, los invcstiga<1o-res so necesitan altcl'lIativalnente unos á otros. El quehoy alumura un sellllero con la antorcha <le su experien-cia y de su saller, maiiana requiere la I,uz del compaüero,pam disipar In oAeuridr\(l qno lo eierra cl e:1mino.

Finnlmente, la dilucillacion de eUl'stiones cienLíficas enel sella do una sociedad, es 1In medio tan cfie:¡z comoameno de Ilegal' al conocimiento exacto de los hechos,de asimilarlos, do comparar opiniones y <lo pesar en laualanza los argumcntos adncidos. Estas discnsiones pre-sentan cuadros sinópticos lle cuyo fondo se desprendenlos puntos principales de ulla cuestion, y nos ineitah vi-vamento nI estndio serio soure que versan. La confol'lni.dad de uuestro dictámen con el de los <lemas, aiíade unelemenLo de certeza á nuestros jnicios. IJa di\'el'genciade opioiones obliga :í. anali7.ar, :í llelinir, á ,limitar la ex-tension de las conclusiones; precisa las comee1lencias yasigna la debida suuordin:1cion :í lo cierto y lo probable,lo du<1080 y lo' desconoeido. En una palabra, estofl <1e-bates fijan el estado do la eicncia sobro Inl punto dado yresuelven on lo posiLle cada problema.

Alumbrada por la ciencia y urgitla por cl amor á laverdad, sin el cual 110 hay estudio útil posible, la ra-zon,' agena de pasiones que 1:1ofusq¡¡en, campea en estasluchas. En ellas:1 nadie Jebe sonrojar el ser voncido, por-que en los comuaLes que libra el ingenio cn lmsca de larealidnd, todos conquisLan igual dl'reel1o para 8el' ceiíidoscon los laureles de la victoria .. ¿ N o CAcierto qlto si e8un triunfo hacer brillar In verdad con tOllo Sil c81'lendor,no lo cs menor, el auantlonar un error 811stcnido do bue-na fe, sojuzgar nnestro alllor propio y off'ccerle con va·liento abnegaoion, como saerificio en el a1l.ar sagrado dola verdad? ¿ Quién <lutla, que marfil y Jilosófic:1lnontohablando, el vcnccl"~e :¡sí misnlO, Aea lIW>do los triunfoAmás envidiaulcfl y dignos de imiLacion ?

A primera vista parece una corp,oracion científica co-mo UIla institncion do intores limitado, sin trascenllenciaalgun:1 para la Socieuatl, que en este supuesto, debe mi-l'f1rla con completa indifcrOllei:1.

,No hay dlllla, de que el bellcficio inmediato de talasociacion, recae <lirectamenLe sobro sus miemhrM. nas-ta, sin emhnrgo, reflexiollar aoure la condicion inuispen- 'saulo do toda sociedad lícita, no segun la ley, sino segunla 1'azon y la conciencia, para comprender tod:, SIl iUl-

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REVIST A MEDICA. 3portancis, y cuán grande es la utilidad que reporta deella la comunidad en general.

Todas las ciencias, realmente dignas del nombre, estáníntiruamente ligadas con el adelantamiento material y conel progreso social de la humanidad; por lo cual el cultivode una de ellas, conduce indefectiblemente, aunque seade un' modo indirecto, á la consecucion de estos tiñes.N o hay objeto que merezca ocupar el espíl'itu del hom-bre, si por algun sendero, aunque extraviado, no le haceavanzar un paso en la via de la perfeccion, es decil', con·tribuyendo á enseñarle la justa apreciacion de sus debe-res é inculcándole su estricto cumplimiento. De aquíresulta para una sociedad científica, la obligacion funda.mental, de propender al mejoramiento de la especie entodos sentidos y de comprender en BU esfera de accion,tan solo medias morales: la propagacion de conocimien·tos útiles; la discusion libre, pero sincera; la observacion .fiel; la interpretacion recta de los fenómet;los, todo locual conduce á la enseñanza exclusiva de la verdad, ycontribuye poderosamente al desarrollo completo denuestro ser físico, intelectual y moral.

Las consideraciones anteriores han influido en el espí-ritu de los médicos.deesta capital Pal':\ fundar la Socie-dad de Medicina y Ciencias naturales, con la esperanzade hacerla más duradera que las anteriormente instaladas.

La Sociedad está llamada á 'representar los derechosdel cuerpo médico; á mantenerle á la altura que le perotenece, tanto por la respetabilidad, como por el númerode sus miembros; á afianzar el cumplimiento de sus de-beres para con la comunidad, ilustrándose y moralizandoel ejercicio de su sagrado IÜinisterio. Todos los médicoscolombianos tenemos obligacion de prestar nuestro apo-yo moral y material, á est~ gran pensamiento; pues lasociedad nada tiene de exclusivo, y su reglamento eco·nómico abre las puertas á cuantos llamen á ellas, llenandolas fáciles condiciones que él prescribe para ser admitidocomo miembro. Tampoco es para los médicos cuestionde libre eleccion, sino de hon1'a y de dignidad, el colocarsU'profesion al nivel del movimiento intelectual que enColombia se hace sentil' en todas dil'ecciones.

Infecundo seria el objeto principal que se propone laSociedad de medicina, al restringir la uoticia de sus actosy de sus tareas al reducido número de sus miembros.Para que todos cosechen el fr'uto de SUB labores, y quesus beneficios no queden limitados á tan pequeño círculo,es indispensable la ch'culacion extensa qe sus trabajos:un periódico es el complemento necesario del pensamien-to que ha presidido á su fundacion, y ellaba creado, pOI'esta razon, la Revista Médica cuyo programa va insertoal principio. - Deseosos, ante todo, de acumular materialespara la creacion de una medicina nacional, los trabajosprácticos originales tienen derechó á un lugar preferente.Publicaremos un extracte sustancioso de los adelantos ydescubrimientos en la medicina y las ciencias colate·rales, y darémos cuenta de las obras más importantes,que en· estos ramos se publiquen, sin omitir algunas noti·cias industriales de utilidad genera\.

La publicacion de un periódico de esta naturaleza esuna empresa sumamente laboriosa, que solo puede aco-meterse por patriotismo y por ser de imperiosa necesi-dad en el estado actual de nuestro país. A nadie puedeocur1'Írsele, que ella pueda ofrecer luero algunb. Por lomismo nuestl'os coprofesores comprenderán que debensecundarnos para poder sostener el periódico, y paraque llene su laudable Jlropósito. Seria un egoismo injus-tificable y un descrédito para los médicos colombianos,el continuar en un silencio culpable, y notable en mediode la actividad de nuestra prensa, rehusando así su con-tingente á la ilustracion y al progreso generales.

Si hubiéramos consultado nuestras fuerzas, habriamosdeclinado el honor que nos ha conferido la Soci~dad de

Medicina, al elegirnos redactor en jefe de la RevistaMédica. Nuestra aquiescencia á su nombramiento, esuna prueba inequívoca de nuestl'« deferencia por su voto,y el resultado del convencimiento que abrigamos: quesentar el precedente de una repulsa de cargos onerOS08,es para una sociedad incipiente, de perjudiciales y fatalesconsecuencias. Esta confesion nos hace acreedores á laindulgencia de nuestros lectores; pero no pretendemosque nos exhonere del diligente desempeño del cargohonorífico á la par que laborioso que se nos ha confiado.j Felices nosotros, si nuestra consagracion y nuestrosbuenos deseos sirven de ejemplo, para qlie más tarde al.guno de nuestros comprofesores, gala de la patria yador.no de la ciencia, se decida á hacer justicia al puesto quetan bondadosamente se nos ha asignado! .

Como un homenaje de justicia tributamos al' doctorManuel Plata Azuero, nuestro Presidente, un voto degratitud por la iniciativa que ha tomado en la formacionde la Sociedad de Medicina y Oiencias naturales. El haconvocado á los médico,s, y con celo entusiasta y patrió-tico intel'es trabaja por la ilustracion de la juventud ypor el adelanto de la medicina nacional. Es un deberdecirlo: él ha sido el alma del proyecto de asociacion,y merece los agradecimientos de todos los médicos aman-tes de la profesion á que han consagrado y consagran SUBdesvelos.

Bogotá, Junio 29 de 1873. PIo RENGIJi'O.

REVISTA EXTRANJERA.

TERAPEUTICA MEDICA.Por el doctor A. Bordier.•

ELIl\IlNACIONDE LOSMEDICAMENTOS..La terapéutica nació el dia en que. el pl'imer hel'ido se

envolvió con vendas, en que el pI'imer febricitante usóde bebidas ácidas y temperantes para calmar la sed. Estaciencia vió la luz simultáneaJuente con la patología, aUD-que ellas tenian .que crecer y desal'1'oHarse de un mododiferente. En efecto, en el órden lógico lli\.obsel'vacionde la enfermedad precede á la aplicacion del remedio yá la apreciacion de sus resultados. Así es que la cienciaprimogénita condujo á su hermana menor al travcs detodasllls peripecias de su lento progreso secular, y lasteorías que reinaron sucesivamente dominaron igualmenteá ambas.

Miéntras que toda enfermedad se consideró como ltnazote de que disponian las potencias superiores paracastigar la humanidad, la terapéutica fué acogida comola mano providencial de los dioses apaciguadOs y comouna señal de perdono El castigo y la gracia eran del do·minio de lo desconocido; el hombre tímido y agradecidose sometia sin profundizar el misterio. .

La intervencion providencial perdió despues el presti-gio. El hombre, sinembargo, no pudo acostumbrarse á.ver en la enfermedad más que un enemigo, siempre dife- .rente de su propio organismo, entidad viviente momentá.neamente adherida á él, cual ladroD :1 su presa. El m!3-'dicamento, otl:a entidad viviente tambien, era un defen-sor contra los ataquesde la enfermedad. Lleno de ansie·dad el enfermo aguardaba el resultado de la lucha cuerpoá cuerpo entre ellaB.' .

Hoy que el ontologismó ha perdido para siempre sUtrono, y que, apoyada (ln siglos de obsel'vacion, la pato"logía, llena de confianza, emprende el camino difícil de laexperimentacion, la terapéutica se queda atraso La rutinay el empirismo son aun sus guias. Todavía hay muchosprácticos que proclaman la eficacia soberana de los anties-pasmódicos y anticatarrales; ellos no dudan de los reciosgolpes, que el espasmo y el catarro recibirán del me'dica·mento, sin que se les ocurra inquirir cuidadosamente la

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4 REVISTA MEDICA. ~ttlin2, lBj~.

táctica empleada por el <lllmpeon que combate en su nomobreo El médico, satisfecho con haber introducido el me·dicamento en el cuerpo del enfermo, cOJDoen un alambi·que viviente, aguarda su operacion, seguro de la sagazeleccion de sus drogas por 6rganos determinados, comoel higado, la medula,.&c, &c.

A despecho de teorías, las relaciones del organismo ydel medicamento están reglame'ntadas de antemano, yestas s610 serán lo que las leyes que rigen á aquel le peromitan ser.

En lugar de encontrar un organismo' más una enfer·medad, el medicamento s6lo encuentra un organismo vi·viente, pero viviendo de un modo diverso del que viveen su estado fisiológico. Es á esta vida modificada, peroinscrita aun en sus aberraciones en el círculo de leyesinmutables de la materia organizada y viviente, tí laquellamamos enfermedad. Una vez introducido el medica·mento, por decirlo así, como pábulo en el organismo, élentra en el rodaje de la vida, hace parte del organismo,que se portará con él como con los otros alimentos; su-fre desde luego su accion tópica, la modifica más 6 mé·n03, le absorbe, si es susceptible de absorcion, le asi·mila, le admite ~n el coeficiente de la,vida ya' modificadapor él, ·le anoja fuera de sí, como elimina sus propioselementos en su inces!l¡nte renovacion molecular, y segunel modo como se hace la eliminacion, se efectúa 6 no laacoion local en los emunctorios .. La marcha nlterior del medicamento es la misma, cual·

quiera que Sea la via de introduccion.Introducido pOI' las vias naturales, sufl'e en el tubo di·

gestivo la influencia de los ácidos,de los álcalis, de lqscloruros alcalinos, del ox.ígeno y del hidrógeno sulfurado.Más tarde, cuando por medio de la absorcion entra enlos vasos, encuentra 1m medio albuminoso : la sangre,cuya.accion es de importancia capital.

La albumina ejerciendo ent6nces sus propiedades di-solventes, forma con las sales insolubles albuminatosmetálicos, dotados de una solubilidad y de una estabilidadpreciosas para la terapéutica, que ve en ella la garantíade la absorciou de estos medicamentos; Pero por otrolado, como en tésis general lo ha establecido el dbctorGubler, es tambien la albumina la que se opone á loscambios moleculares que resultarían del juego de las afi-nidades entre las sustancias en que ella se incorpora.

Esto explica cómo cierta caqtidad de sangre, á la cualse añade lactato de fieno, disimula tan bien la pres(mciade esta sal, que el prusiato de potasa es incapaz de reve-larla en la mezcla.

Gracias á este medio albuminoso, en donde están las8Ustanciascomo en un tel'reno, neutro, pueden los ácidoscirculal' alIado del álcali de la sangl'e sin combinal'secon él: son una prueba de ello los ácidos tánico y gálico,que despues de habel' atravesado la circulaciou, salen conlas orinas oajo la misma forma qU,ímica, que presentabaná su entraua en el organismo.

La mayor parte de las sustnncias intro(lucidas en lasangre circulan por consiguiente incógnito bajo una es-pecie de máscara albuminosa. Hay,sinembal'go, ciertonúmero de ellas ouya afinidad por ciertas partes de lasangre, los glóbulos pOI' ejemplo, venoe el podél' inhibi.torio de la albumina: el ácido prúsico que se adhiere ála -hemoglobina (Hoppe Seyler). Hay tambien cuerpos'que sufren en la sangre una verdadera oxidacion: el súl.furode potasio se trasforma en gran parte en sulfato depotasa. Algunas sustancias son roduoidas: el sulfato deper6xido de 6el'1'Ose convierte en sulfato de protóxido;el prusiato rojo de potasa pasa al estado de prusiato ama·rillo; el yodato de potasa se transforma en yoduro depotasio (Melsens). Con todo, éstas son excepciones, yengeneral las sustancias disueltas en la albumina pierden lamayor parJ.e de sus propiedades químicas, y no presentan

las reacciones que les son habituales en otras condiciones.De aquí se deduce que, durante su tl'ánsito por las

vias de la circulacion, en general el medicamento no in.fluencia el organismo sobre el cual debe obrar: él se di· \rige solamente hácia su punto dO' operaciones, que co-mienza al verse libre del medio albuminoso que le en-berraba

Despues de haber recorrido sucesivamente canales de·crecientes, la sustancia medicamentosa llega al fin á loscapilares viscerales.

La molécula medicamentosa, como las que sirven parala I1utricion de' los 6rganos, pertenece en adelante alplasma nutritivo que la ha disuelto y llevado; ella con·tribuirá á la alimentacion de las células correspondientes,y convertida en parte integrante de una célula del orga-nismo, sufrirá los destinos de las otras moléculas de quese compone esta célula. La sangre la ha eliminado ya;el organismo acaba de hacerse á ella, y aquí comienza sumomento térapéutico 6 tóx.ico. El doctor Gubler ha da-do una demostracion irrefl'agable de esta integracion de1l1smoléculas, con motivo de.un envenenamiento por elácido al'senioso, (Art, Albumin?rie Diction. Encyclopéd).

'N o es por otra parte la casualidad del encuentro la quedirige tal molécula medicamentosa ti tal órgano; ménosaun se debe esto ,á la predileccion inteligente de la mo·lécula por el 6rgano. Las leyes físico-químicas que obrande acuerdo con las biológicas, de las, cuales hacen parte,lo disponen de otro modo: la imbibicion y la afiniclaa,obrando con la mira, ya de una disolucion recípl'oca, 6 ,con la de una combinacion poco estable, tl'8zan ~u carni.no a~ medicamento; es así como el alcohol y el éter sedirigen á la sustancia grasosa y ti la sustanlJÍa nerviosa.

Anteriormente se creia que el hígado de los animalesconvenia á las personas que sufl'en del hígado, que loshombres impotentes se mejoraban con el uso_de testícu-culos de animales y con la leche de pescado. Esta creen-cia, que ha encontrado en el olvido la suerte que merecia,deja empero entrever, como mucbas viejas creencias, losconfusos lineamentos de una verdad establecida, descu·bierta y claramente formulada por la cÍenda ,moderna, sibien en otl'O tiempo el instinto la habia hecho presentircon vaguedad y proclamar groseramente.

Esta verdad, promulgada por el doctor Gubler, es quelas sustancias extrañas al organismo van á reunÍl'se tiaquellos principios inmediatos normales, que les son se.mejantes 6 análogos. He aquí por qué las sustancias que,como el azufre, el fósforo, el fierro, el manganeso, tienenBUS represeutantes en la economía, van á unirse al azufre,al fósforo, al fierro y al manganeso, Las que solo tienenanálogas en la economía se encaminan hácia ellas: elselenio al azufre, el arsénico al fósforo, el bromo al cloro.

Una vez fijas en tal ó cual 6rgano, en vil,tud' de estasleyes, las moléculas cOl'l'en, como lo hemos dicho, lamisma suerte que los elementos histol6gicos de los cualesya hacen parte integrante. Puede suceder, sinernbargoque librcs de todo vínculo durable, la absorcion intersticial se apodere desde temprano de ellas; pero, segun eldoctor Gublel', solo despues de habel' sufl'Ído pérdidas enmateria, 6 en fuerza, condicio~ indispensable de su accionfisiológica.

Por pequeña que sea la parte que tengan en unácombinacion estable, de modo que, por decirlo así, for-men cuerpo con el elemento histol6gico, ellas no se des-truyen sino con éste y ga~tan en desaparecer el mismotiempo que los elementos que ellas contribuyen á formaremplean en renovarse. Por esta razon las sustancias ca·paces de retardal' la renovacion molecular prolongansu pel'manencia; aquellas por el contrario, que, como elyoduro dc potasió, activan la denutricion acelerando estarenovacion, disminuyen el tiempo de su incorporacionen la economía. Si se trata de una sustancia tóxica, estas

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8ustancias.faVOl'ecen la curacion, nocion que, sea dichode paso, tiene mucha importancia en la tel"apéutica delos envenenamientos. La totalidad de la materia medi-camentosa extraida de la sangl'e por los tegidos, no le esrestituida: hay una parte de ella que se fija én el inters-ticio de los elementos al estado insoluble, la cual peromanece inm6vil en medio de la renovacion de cuantola rodea y constituye verdaderos dep6sitos metálicos.(Gubler.)

La coJoracion pizarreña, ó aceitunada de los tegumen-tos en el argirismo cr6nico es un ejemplo de esto. Allíhay un depósito de plata (Patterson), 6 de óxido de plata(Brande), ,6 quizá de a1J:mminato de plata (Kramer).

Sinembargo aparte de esta fmccion mínima fijada enlos tegidos, la mayor parte de la sustancia absorbida seelimina sucesivamente y con mayor ó menor rapidez.

La ley que rige esta elirninacion habia sido entrevistapor Fourcroy, cuando hizo la observacion de que las saoles con base de soda son mejor toleradas que las de basede .potasa, porque la soda está esparcida en toda la-economía.

En términos más positivos: "Se puede sentar comoregla general que las sustancias medicamentosas so acep-tan tanto mejor por la economía, miéntras más aúalogíatienen con los principios químicos ~sparcidWl en nuestroorganismo. Cuando quiera que las· sustancias· medica-mentosas no tienen semejantes en el Seno del organismo,ellas no parecen susceptibles de asimiláclon y deben, POI"consiguiente, ser expulsadas de él." (GublerArt. deformulcr.)

Las sustancias normales son, pues, toleradas en gran-des proporciones; las similares ó análogas á las que cons·tituyen el organismo lo son bastante b~en; la economíase rebela contra las heterogéneas y se apresura á elimi·narlaL •

PQr este motivo las sales de soda son mejor toleradasque las de potasa; los cloruros alcalinos mejor que losbromuros y yoduros; las sales dll fi,erro mejor que Il\s decobre, y la glucosa urinaria mejor que el azúC;;¡l"de uva.

De esta diversidad de tolel'ancia resulta, que el médicose dejará guiar en su eleccion de las sustancias medica·mentosas, por su mayor ó menor heterogeneidad conrespecto al organismo.

¿ Se quieren efectos durables, se quiere modificar len·tamente el organismo, se quie¡'e, ell n,napalabra, emplearla medicacion alterante? Es necesario que el Roledica-mento permanezca en estrecha intimidad con el ol'ganis-lIlo por mucho t,iempo ; para esto se necesita una sustan-cia semejante, ó por lo méllos amíloga con lo!! componen-tes de la eqonomía; las sales de soda serán preferiblesá. las de potasa. ¿ Se quiere, al contrario, tan sólo ;moverel organismo por medio de un contacto rápido, ó no se exi.ge del medicamento sino que influencie tal ó cual emunc-torio en su tránsito por sus canales?' :Euc~ugaremos deesta mision á un medicamento que se elimine l'ápidaJnepteno teniendo nCcellidad de ser admitiqo en.el organismo,puesto que solo so requiere de él u~a nccion de salida;se tomará una eustancia heterogénea; el q.itrato de po-tasa será más diurético que el nitrato Q.e soda. ,

La rapidez de la :eliminooion /le encuentra así bajo lainftuencia del estado hetérog~neo, 6 no de las sustanoiasintroducidas Q~, la economía;, pero tambien lo está deciertas otras condiciones; faeilidad de absorcion, mayor6 menor aclhe,¡;ion, dqracio,I;1más q ménos larga de la re-novacion molecular.' De ~s modos la elin,lÍnacion tienelugar si no si.empre en su totalidad, por lo ~énos en larn~y¡Ol·PJtr~e.}lel.medi~ent~, bien directamente, 6 biendespUéS de una pérmanimoia más 6 ménos larga en ,loselementíH! b~tQI6gioos, los cuales .lll fin le. ~es*~en á la-absorciOll il'\tel1lticial., , .C_. "

H.moa vist9 en,suma q~eol mÓJllen~~ t~~apéutico.de

una sustancia es el de su eliminacion sea en los emuno-torios, sea en los elementos histol6gicos1 lo que ya es,por parte de la sangre, una prirr.era eliminacion, si no de-finitiva, por lo ménos real. En ambos casos el medica.-mento ha sido sustraido al medio albuminoso que para·lizaba su accion ; esto es el todo.

Si la detencion de las moléculas medicamentosas no esobra del acaso, tampoco lo es la separacíon de ellas del

.'organismo. Ahora bien, importa saber que una sustanciaserá eliminada por la piel, por el riñon~ por los pulmones6 que aunque sea eliminada por la sangre no abandonará laeconomía. Testimonio de ello son los medicamentos, queeliminados en el líquido céfalo-raquidiano se encuentranen posicion, grAcias á este medio no albuminoso, de baoñar los centros nerviosos y de ejercer sobre ellos unaaccion directa que la soja imbibicion basta para explicar.

Quizá se encuentra aquí un punto muy importante dela historia de los venenos nerviosos (Gubler). Sea comofuere, lo que sabemos del poder inbibitorio de la albu.mina, da grande importancia á la ausencia de esta SllS-tancia en un líquido tan vecino de los centros nerviososcomo lo es el céfalo.raquidiano.

Al dejar de perteneceríll orianismo los medicamentos,no están sujetos á ninguna ley especial; ellos están some-tidos á la suerte comun de todos los elementos molecu-lares, que, en un momÉmto dado, han hecho parte. inte-grante del organismo. Cuando reciben la direcciou espe-cial hácia ciertos orificios de salida, variables para cadauno, tan solo siguen las leyes cuya aplicacion nos de-muestra la patología ; tan cierto es que el organismo esuno y que el elemento mórbido, el elemento fisioI6gioo ..y el terapéutico 13stáutodos bajo su gobierno. '

El ejemplo de las fiebres el'Uptivas nos muestra que elorganismo ie conduce con los venenos mórbidos comocon los venenos terapéuticos ó medIcamentos.

Cuando el veneno de la escarlatina ha penetrado en lasangre, un período de silenoio, llamado de incubacion, eselpl'elucliQ de los acciden~s que :V811 á b~cer.su explo-sion. Estos accidentes, que constituyen para nuestrossentidos la apal'Ícion de la enfermedad, coinciden con laaparicion de este principio desconocido, pero modificadoy amoldado, sin que sepamos c6mo, por el organismo;esta eliminacion se traduce por fen6menos en la gargan-ta y la piel. En la vil'Uela es igualmente la eli.l;ninacionde lo que se.llamaba humor peoante por la piel (exan.tema) ó por las superficies mucosas (enantema), la queconstituye para nosotros la objetiVidad de la enfer.medad.

La intensidad de la eliminadon es para nosotros corre-lativa de la intensidad (gravedlld)' del mal, y por otrolado, la necésidad de ll~ta eliminacion nos está dernostra-da. Aunque sabemosqne en todos los ~aSOS.e8taelimina-cíon no es más quo el último acto de nn dmUla, cUYQprincipio desconocido palla, nosotros ha cOr)lenv;ado porla absorcion y laintus-suscepcion del veneno, considera-mos que la .enfermedad comienz.a con la eliminaoion 6 porlo mél¡lps con los fen6menospatológicps ql,l~'la prepar~n.El momento patológico del veneno, como el momentot~rapéutico del medicamento, o,wienza para nosotroscon la eliminacion.

Pero si ignoramos por qué ollda fiebre eruptiva tienesu lugar de erupcion 6 de eliminacion particular, estamosalgo más enterados de las razones que determinan losmedicamentos en la eleccion de su punto de eliminacion ;es taplbien la ley que dispone de la tendencia de tal me-dicmnento hácia tal 6rgano: las sustancias extranjeras alorganismo .van á reunirse con sus análogos ó semejantesentre los principios normales, para eliminarse con ellos.~<a~~er).. , ._ :qna:~l~a."general á la composicion química de algu-nos~9 los emunctorios nOll suministr~ la primera Docion

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REVIST A MEDICA.de la dirección que deberán tomar en su evacuacion lasprincipales sustancias químicas:

SALIVAy .rUGOPANcRÉATIco.-Sales neutras, sulfucia·, Duro de potasio, soda.

- BíLIs.-Soda,áuidos grasos, cuerpos grasos neutros,colesterina, }'esina, pigmento ferruginoso. '

ORINA.-Sales neutras, sustancias que hacen el papelde ácidos, materias gras¡ls, aglla, pigmento ferrllginoso.

HALEINA.-Gl\Ses, vapores.LEcHE.-Caseo, lactina, ácidos grasos volátiles, mante-

ca, sales neutras.SUDOR.-Sales neutras, ácidos volátiles y ácidos grasos.Tal eR, en efecto; el modo como se efectúa el movi-

miento de eliminacion: las sales neutras se eliminan porconsiglliente, hasta cierto punto por todas partes, prin.cipalmente por la saliva, el sudor y la orina.

Las materias grasas por la bílis y álln por la orina, porltl, leche y por las glándulas sebáceas: por ejemplo, elaceite de hígado de bacalao. La glicerina al interior po-dria quizá. emplearse como modificador de sus vi as deeliminacion, los folículos sebáeeos de la piel.

Las sustancias gaseosas 6 volátiles, como el ácido cal'·bónico,el prot6xido de ázoe, el hidr6geno sulful'3do, elfósforo, las esencias líquid'3s, los alcanfores y el almizcle,se eliminan por los sudores y por la respil'acion.

No podemos tocar este estudio sino do ün modo ge-neral, y seria fastidioso citar sucesivamente las vias deeliminacion do los principales medicamentos.

Bástenos mencionar algunos, sea como ejemplos ó co·mo prueba de las modificaciones y aún de las' inf¡oaccio-nes á las leyes que se derivan de este cuadro general: elbromuro de potasio que se elimina por las' orinas y lasaliva, parece deber á ciertas condiciones particulares de8U eliminacion, una parte de sus efectos sobre la gargan-ta y los órganos génito-urinarios.

La trementina se sépara en el organismo y para satis·facer á las necesidades de sueliminacion, la esencia salepor la vía pulmonar; lal'esina por la bílis y la orina, endonde es-fácil descubrir su presencia. I"a cubeba y la co-paiba se encuentran en el mismo caso; es así como la re-sina de copaiba tiene la ventaja de producir su efecto enlas enfermedades del aparato géuito-urinario, sin tener elinconveniente de revelar su presencia por la eliminacionpulroonal' de la esencia. Por otro lado, la esencia de en·oalyptus apénas se oxida, tiene la ventaja de exhalarse,la mayor parte por las vhs reRpiratorias, y de modificar.las en su paso, cuando sufren .de un catarro cr6nico.

De nn m9do general y como deduccion práctica, pue·de decirse, ql}e para obrar sobre las vias pulmonares, de·be darse la preferencia á los aceites esenciales; es neceosario, al contrario, recurrir á los balsámicos resinificadoscuando se i:l';¡jerecombatir un catarro vesical. Los exan·temas y los enantemas consecutivos á la eliminaciou deciertos medicamentos por las mucosas ó por la piel (cu-beba, copaiba,opio)¡ son ejemplos de lo que deben pro·ducir ciertos medicamentos sobre los emunctorios ocul-tos á nuestra vista. Así es que la cantaridina, cuyas pro·piedades conoeemos cuando se aplica á la piel, produce'en el riñon un efectos;nálogo, ima verdadera vesicacionen su paso al traves de los túbulos de este órgano. Si losvasos pueden llevarla impunemente hasta el- riño n endonde su accion tópica comienza, es, gracias al podel' yamencionado de la albumina que la encubre (Gubler). Fi.nalmente, ciertas sustancias se eliminan por vias múlti·pIes sin que las leyes de las cuales hemos hablado, noshayan hecho prever la mayor parte de sus emunctorios.El nitrato de plata se elimina por la saliva (Guipon) porla piel donde produce una especie de eritema papuloso(BaH y Charcot), por las orinas (Cloez); el mercurio seha encontrado en la saliva y en las orinas' (Bordier, co-municacion á la Sociedad médica de observacion -1868),

en la bílis y aun en la serosidad de, los vegigatorios yde las llagas.

La estricnina parece ser una de esas sustancias, queescogen la via de eliminacion, eú la cual no ha mncho in.sistiamos, y obran en razon de la ausencia de albuminaen el medio que la recibe; parece atraida por el líquidocéfalo-raquidiano. ,

El curso de cada medicamento hácia su punto de de-terminacion, no es tan regular como podria pendarse.

Puede suceder, que el encuentro con ciertas otras sus-tancias, produzca por resultado la direccion del medica·mento hácia una via que no es la suya, ó que le cierre lapuerta, por decirlo así, por la cual debia salir. El yodoparece determinar una corriente general de eliminacionhá"CÍa sus propios emunctorios; en esta virtud~ él arras-tra al fierro que se elimina por las glándulas salivares.Por otra parte, el alcanfor que no se elimina por la orina,parece cerl'ar esta via á las cantáridas, y á otras sustan-cias irritantes para' los canales uriníferos. (Gubler).

No se crea tampoco que los emlmctorios se limitansiempre á retirar el medicamento del medio albuminoso,del cual le separan con su propia secre,cion, sin obrarsobl'e él. Con fl'ecnencia para el medicamento y siemprepara la secrecion, hay no solo simple separacion, sino unaelaboracion verdadera.

Es oierto que hay un número de sustancias que pero,manecen intactas, y se encuentran sin alte1'3cion algunaen las secreciones, particularmente en la orina: por ejem-plo, los carbonatos, nitratos, sulfatos, silicatos y cloratosde potasa y soda; el sulfociariul'o de potasio y el ferro-cianuro; los cloruros, bromuros, yoduros, ciertos princi-pios colorantes, como el índigo, la rubia, las resinas y losaceites esenciales. Pero tambien es cierto, que algunasveces se forman combinaciones con otros cuerpos quehacen parte de las mismas secreciones: ciertos áddosenérgicos desalojan el ácido úrico.

Aun pnede suceder que algunos de los cambios que secree. tengalJ por teatro la sangre, tengan lugar en )osparenquimas glandulares, por ejemplo, ciertos fenómenosde oxidacion. El ácido tánico se trasforma en ácido gá-lico y pil"Ogálico, compuestos más oxijenados que él.

Algunas veces se ven metales combinándose en lascavidades mucósas con el hidrógeno sulfurado provenien-te de la descomposicion pútrirla de las sustancias protéi-caso Así se forma el cordoncillo saturnino sobre la eneia(Gubler).

Finalmente, á veces se presentan nuevas combinacio.nes: ciertos enfermos tIue toman yoduro ó bromuro depotasio, tienen un olor de yodo ó de bromo en )a orina,porque los áddos normales de ellas han reemplazadoestos dos c_uerpos en sus combinaciones con el potasio.

Añadirémol'l, últimamente, gue ciel'to número de sus·tancias no aguardan la elaboracion de los emunctoriospara modificarse: las vias dijestivas, los parellquimasviscerales y aun la sangre, excepcionalmente y á pesarde la' aCclon general,de la albumina, ban sido sitio detrasformaciones que algunas veces se'completan en estosreservatorios.

Sin que sea siempre fiicil precisar cual ha sido el teatrode la JIlntnCion, esta se muestra á la salida del ma·dicamento, bien haya habid'O combinacion como paralos ácidos tartárico, oxáliéo, benz6ico, qtlesalen en elestado de sales de soda; 6 bien, que haya habido reduc-cion ó descomposicion; Aúumás, algunos cuel'¡>os se en·cuentran á su salida en un estádo químico indeterminadohasta ahora: el arsénico, el antimonio, el estaño, el bis·muto, el plomo, el mercudo, la plata y el oro están, eheste caso. '

De todos modos, dominando todas las nocion~s secun-darias hay un hecho oapital que sobresale del euidado

. que bemos pues~ el1 seguir el medicamento desde su

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REVIST A MEDICA, 7

. entrada en la economía, hasta su salida; es, que de un loslóbnlos anteriores del encéfalo. Si la simetria es la ley general, la pa·ridad está mny léjos de ser constante; y no son solamente los agentes

modo general el momento terapéutico comienza cuando mecánicos del eerebro los que están bajo su depcndencia directa, como ella sangre deposita el medicamento en los elementos his· tacto, la vista, el oido y el olfato, los que se encuentran más desarrolladOll

de nn lado que del otro. Uua disparidad auáloga se obseva en órganostológicos, ó en los aparatos excretores 6 secretores que -de la vida de nutrieion con los cuale~ el cerebro, ó no tiene ninguna re-abriéndose en una superficie mucosa, derraman allí con su lacion, ó la tiene muy indirecta. Todos sabemos, en efecto, que el cora-

zon izquierdo es más fuerte que el derecho; que los dos pulmones sonsecrecion el medicamento que acaban de eliminar. desigualmente lobulados; que el riñon izquierdo es, ocho sobre diez ve., En resúmen, la farmacodinámica se reduce siempre á ces, más voluminoso y la cuarta parte más pesado que su congénere ;no

se ignora qne de los.dos testiculos el izquierdo es habitualmente más vo·una accion t6pica, pues la accion general de un medica· luminoso y que desciende más que el derecho; se sabe que el ütero Bnmento sobre un sistema, no es más que la resultante de vez de estár directamente situado en la linea mediana, se dirige oblicua·

mente de arriba hácia abajo y de la izquierda báeia la derecha; la grandelas acciones locales que se ejercen sobre los elementos vena ázigos, que no es un órgano mediano, porgue se aloja en un lado dehistol6gicos de los 6rganos de los cuale.s este sistema se la gotera vertebral, no tiene correspondiente sImétrico; fácil seria pro·

longar eata lista de desigualdades: limitémonos á concluir estl) .asuntC?,compone. . recordando que el gran Bichat, el elocuente promotor de la 'prmdad Sl-

La patología Te disminuir de dia en dia el campo de metrica, tenia un cerebro desigualmente lobulado. Se puede ver en el1 í atlas de Leuret, que en Bichat e11óbulo anterior izquierdo, era más pro- ••.las neurosis, gracias á los progresos de a anatom a plltO- minenteque el derechO y notablemente.m:;yor; .

lógica, que más bien presiente que encuentra lesiones El señor Fleury resumelos datos prlllClpales que permiten establecerla desigualdad funcional de los hemisfsrios cerebrales. Estos datos seque interesan el estado molecular, y que muestran que, apoyan en tres órdenes de hechos: hechos anatómicos; hechos fisiol~gi-

así como no hay fisiología sin 6rganos sanos, tampoco cos; hechos patológicos y clínicos.d dEn la primera linea de los hechos anatómicos, es necesario citar el he·bay patología sin 6rganos altera os aun cuan o sea en cho de Piene Gratiolet demostrando que en el feto, al terminar-el desa-

un' grado inaocesible á nuestros sentidos, 1'1'0110de los hemisferios, se ven las huellas de las anfractuosidades, los. 1 b" h' primeros rastros de citcunvoluciones aparecer en el lóbulo anterior i:¡-Es necesano la ltuarse a pensar que no ay aCClOn quierdo ántes de mostrarse en el derecho. El señor Broca ha demostrado

terapéutica sin un cambio molecular, químico 6 de otra especialmente por medidas y pesos precisos, que el peso medio del lóbu·d'd I d' 1 I lo izquierdo es superior al del derccho. Eu Inglaterra se ha llegado á re-naturaleza, pro UCI o por e me lCamellto en e e ernen- sultados análogos por diferentes procedimientos, principalmente estable-

to histológico. Ya se ha podido probar la pigmelltaeion ciendo las relaciones de proporclOn entre la cantidad del tegido blanco1 d . d I '1 I . d I conectivo y la de la sustancia celular-gris.y a estrUCClon e liS ce u as nervIOsas y e sus pro on- Entre los hechos fisiológicos, hay uno general que todos conocen. En

gamientos en el envenenamiento por la nicotina; una al- todas las épocas, en todos 10s pueblos, el hombre hace generalmente usod . l' 1 . l' del miembro derecho. Ahora, en virtud del entrecruzamiento de los ner-teraoion O la mle ma en e envenenamiento por e OpIO vios de origen cerebral en el bulbo, esta superioridad del miembro supe.

(Roudanowski). Lesiones aun desconocidas para noso- rior derecho sobre el izquierdo, indica uua superioridad inversa del he·tros. existen sin duda, que quizá no sean sino estados misferio izquierdo sobre el dcrecho. La inversion cutre los zurdos de los

mismos fenómenos es adquirida, por lo menos plU'ael orador, segun suamoleculares diferentes; en todo caso, )a sangre deposita numerosas observaciones. _ 'el elemento terapéutico al sufrir el contacto del elemento Patológica yclinicamente, la historia de la fisiología patológiea del

lenguaje articulado ha servido de base al profesor Broca, ,para establecerhistológico, y es muy de desear, que estuviesemos tan desde luego el sentido de la palabra en la tercera circunvolucion frontalbien informados de la tm'a'Péutica celular como )0 esta. izquierda, y algunos años despues, la superiorida~ del cerebro izquieTdo

sobre el derecho, como órgano de PRODUC'fIVIDADllltelectual, (comulllcQ-mos de la patología celular. cion de 1861 á la Sociedad deauatomía, y de 1861 á la Sociedad de antro-

En tro tiempo las vías de introduccion de los mediell. pologia.) El profesorBouil!aud, el primero que demostró QUE,EL PODEBLEGISr.ADoaDE LA PAL~BlUresíde en los lóbulos anteriores, ha tenido

mentos preocupaban mucho á los médioos. Mas impor ocasion de discutir en 1865, con motivo de una relacion del señor Léluttante es conocer las de eliminacion, pues si se quiere en- sobre una memoria de! señor Dax, concerniente á esta localizacion, el ha-

cho singular á primera vista de la desigu&ldad furieional de los dos 16-contrar un equivalente á este adajio: 001p01'a non agun- bulos anteriores. Bouillaud concluye diciendo, que nada extraño le pare·nisi sobtta, pllede decirse: (JQ1·•.•ora non agunt nisit ceria el ver al hombre usar el hemisferio izquierdo del cerebro, asi como

r generalmente usa la mano derecha. Investi,:¡aciones personales permitensecreta, . . . citarestos dos grandes órdenes de hechos en coufirmacion de estos datos.

(A B d' B II t' e' l d T.'h' t' El Se ha couvencido, en efecto, en siete años de observacion de hemiplegias• 01' ler. U e 'ln g nera e erapeu ¿que. apopléticas, que los sindromos de la hemiplegia están léjos de ser los

8utor advierte que esta artioulo es casi todo fundado en . mismos cuaudo el raptusapopléctico ataca el lado derecho óel izquierdo.I '" d t 't' I tI' De un modo general (y sin entrar en consideraciones sobre el sitio deos prlllClplOs e erapeu loa genera, expues os e.n a lalesion encefálica) la hemiplegia apoplética por consecuencia del ráp-facultM de }lediciua <le Paris por el' profesor Gubler.) tus hemorrágico, paralizando el LADODERECHODELCUERPO,se distingue

PIO RENGIFO.claramente por un observador' practico al punto de vista dc los sindro-mos, de. la hemiplegia apoplética que ha herido el lado izquierdo delcuerpo. En las hemlpl~glas del lado derecho (por consiguiente con foco

--~~-- opoplético en el c~rebro izquierdo) el pronóstico es siempre más grave:es la motilidad la· qne se encuentra directamente atacada, y uueve TecesF 1 S 1 O LaG 1 A . sobre diez la sensibilidad no sufre detrimento alguno; los movimientos

. mecánicos de la deglucion y de la respiracion son afectados en su funcio-El dlllamismn comparado de los hemisferios cerebrales en el houbre, por el dr.Fleury. namiento; son los músculos elevadores y depresores de los párpados,los,

motores de len,:¡ua, labios &c. los que se encuentran paresiados. En llltDespues de exponer los motivos de conveniencia qne le obligan á res- hemiplegia del lado izquierdo del cuerpo (por consiguieute col1foco apo·

tringir el cuadro de la cuestion, contentándose con desarrollar los puntos plético en el cerebro derecb<¡),el ictus apoplético es casi constantementepriucipales de asunto tau extenso. dice que no leerá su 'Voluminosa me· precedido por dolores que simulan la forma reumatoidea en las rodillr.s"moria y que se limitará á exponer los puntos demostrativos y experimen. codos, espalda y cadera &c. &c. Mas tarde. cl)ltndo el ráptus se inicia, !tet"les de sus investigaciones. puede ver que la sensibilidad tactil y cutánea, la sensibllidatl profunda

El hecho de la preeminencia funcional del hemisferio cerebral izquierdo en la masa de los músculos, más aúu la impresionabilidad sensorial, es-y sobre todo del lóbulo anterior sobre su congénere derecho, pue@ Con- titn tan embotados como disminuida la motilidad. I,a vista, eloido, elsiderarse hoy como un dato científicamente probado. El señor Fleury olfato, el gusto. el tacto cutáueo están mny embotados, ó algunas vecestratará sobre todo dc demostrar la razon directa ó la determinacion de hiperestesiados del lado izquierdo. Es sobre-todo en la determiuacion resta desigualdad funcional de los grandes centros nerviosos, deduciéndo· eu.la modalidad de la paralisis de la voz, que es interesante estudiar ella de un estucho nuevo de la di.~posicion y de la estructura del sistema diagnóstico diferencial de la hemiplegia apoplética derecha ó izquierda.arterial y veuoso, supra-aortico e1:lel homlne. Hace siete años que el se· La facultad de articular las palabras que desaparece casi siempre con lañor Fleury en uu Congreso médico, en Burdeos, presidido por el ilustre paralisis de los miembros derechos, se conserva casi siempre con la he-Presidente actual de la sesiou médica de este Congreso habia expresado miplegia de los miembros izquierdos; eu cambio, miéntras que en el pri.(pero entónces como una siml'le interpretaciou del espíritu) la idea de mer caso, el f!tcies expresa una inmovilidad y una indiferencia estüpidlUl,una relacion directa entre la dlsposicion del sistema arterial céfalo-bra· en el segundo caso, el hemiplegiado apoplétICO.se coumueve y se preo·quial y el desarrollo de los hemisferios cerebrales. En uua sucesion de cupa singularmente de las consecuencias posibles de su estado. En unapublicacionos diferentes sobre las funciones eucefálicas, él ha desarrolla- palabra; como aquel está más herido en la ejecutividad, éste lo está más'do más tarde los diferentes aspectos de este mismo hecho. Hoyes casi en la afectividad. l"[ada es tan interesante como el ivestigar en el quintotanto una reivindicacion como uua demostracion que el orador desea volúmen de la clinica de Andml, y aún mejor en la inmensa y admirablehacer; pues en el extranjero, especialmeute en Inglaterra, en la Sociedad coleccion de hechos del gran trabajo de Ellie Gintrac, la corresponden.Real de Lóndres, sabios distinguidos, en.tre ellos 8ir William Oxford, cia del sitio de la lesion cerebral con esta diferencia de sindromos. Estehan venido á presentar en 1872 como fruto de sus propias investigacio- exámeu nos conduce á la conclusion, no de que los mismos órganos ten.nes lo que él ocho años ántes hahia expuesto. gan propiedades diferentes en el uuo ó en otro hemisferio cerebral, sino.

La idea general de establecer una relacion de dependencia entre el de· de qué, en los hemiplegiados del lado derecho como eu los aellado izquier.sarrollo del sistema arterial y el del sistema nervioso central no perteue· do, existen ciertos puntos cerebrales más comunmente atacados de unce al autor. Fué expresada, deslle 1827 por Serres, (del Instituto J, quién lado que del otro.en sus invertigaeiones de anatomia comparada sobre el encéfalo de los El orador se ocupa en seguida de la hemiplegia histérica, y recuerdamamiferos, escribia que la sUl'resion de una arteria, la detencion de su Cluerenniendo los hechos de los autores, especialmente los de Briquet rdesarrollo, bastaba para dismllluir ó suprimir tal ó cual propiedad dQ Landouzy; comparando estos hechos con observaciones personales, éllos centros nerviosos. El hecho de una desigualdad funcional yaün orgá· ha demostrado que en la hemiplegia histérica, es el lado izquierdo del euer,nica, por lo ménos en cuanto al volúmen r al peso, entre los dos hemis- po el afectado, y muy particularmente en la sensibilidad, asi como en la.ferios cerebrales, no es por otra parte nn hecho excepcional y especial ío. hemiplegia cou atasia, es el lado derecho del cuerpo el paralizado, y muy

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8 REVIST A MEDICA. ~ulio2, 137~especialmente en la miotilidad. El señór Fleury sieute no poder repro-ducir aqui' el desarrollo de las consecuencias de estas observaciones quele han hecho concluir qué, por causa de cierta inferioridad dinámica quele hace ménos susceptible de descargarse por medio de movimientos re-flejos de las impresiones acumuladas, el hemisferio cerebral derecho, sin~ner por esto propiedades de un órden diferente, se afecta más especial-mente que su congénere por desórdenes de la afectibilidad y de la recep-tividad sensoriales, asi como el hemisferio cerebral izquierdo, como sedesprende de la historia de la afasia, sufre más especialmente de lasturbaciones de la PRODUCTIVIDADINTELECTUALY de 18 EFECTIVIDADMOTRIZ.

Un estudio atento de las hemiplegias consecutivas á las fiebres conti-nuas y septicémicas graves, tal cual lo ha hecho, el señor Macario deLion, prueba tambien que en estos casos es más bien el lado izquierdoque el derecho el que se afecta, y que los desórdenes predominantes sonauestésicos.

El señor Fleury examina· eu seguida las razones que le han hecho co-loeal' bajo la dependencia de una disfosicion especialmente asimétricadel sistema san guineo céfalo-braquia el desarrollo desigual de los lóbulos cerebrales. -

La exposicion detallada de esta parte de su trabajo, exigiria largas con-sideraciones de hidro-dinámica, que es inrposible"reproducir en un cortoespacio de tiempo.

La base de estos datos se apoya en el principio siguiente: "Cada vezque una masa liquida, sometida á una presion Igual constante, pasa brus-camente de un tnbo más grande á uno más estrecho, siendo las demascondiciones iguales, la rápidez y la intensidad de la circnlacion se au-mentan." Basta considerar del 'Iado derecho la disposicion del troncobrli.quio-cefálico y su calibre inicial: del izquierdo el nacimiento de lacarótida primitiva izquierda, y más allá el de la subclavia izquiarda, pa-ra comprender á primera vista que masas difereutes recorren en condi-ciones de intensidad y de celeridad igualmente diferentes, el brazo de.re-cho y el cerebro derecho por nn lado, y por otro el cerebro izquierdo y elbrazo izquierdo.

El cayado de la aorta estando siempre sensiblemente lleno, cuando lacolumna de fluido sauguineo que él lleva, se presenta con su fuerza deintensidad primitiva al orificio bráquio-cefálico que es.de una área de 71milimetros cuadrados, y al orificio de la carotida primitiva izquierda cu-ya área es sólo de 35 milímetros cuadrados, la velocidad debe necesaria-ment.e crecer más al subir hácia el hemisferio izquierdo que hácia el dere·cho; puesto quela misma masa de liquido sometIda á la misma fuerza ini-cial y comprimida por paredes más estrechas, se desliza tanto más rapida-mente en el sentido de su direcciono En la imposibilidad de entrar aquí,en detalles, el señor Fleury examiua sucesivamente tres clases de obje-ciones que pueden oponerse á esta teoría.

A. La primera, puede llamarse de Bichat. Se apoya en la hipótesis deque los vasos san guineos estando siempre y en todas partes llenos, la rá-pidez y la in~ensidad círculatoria son necesariamente Iguales en todos lospuntos, en la periféria como en el centro. PoisseuiUe ha tratado ennuestros dias, por medio de experiencias manométricas sobre las arteriasdel caballo, de prestar á esta asercion el apoyo de la experimentacion.Pero Claude Bernard, que ha repetido estas experiencias, ha demostradosu inexactitnd radical. Encajando una rama del manómetro cn la arteriailiaca, y 111otra eu la carótida primitiva, se demuestra que á cada impul-so del corazon ha)' una diferencia de nivel entre las dos columnas mercu·riules; el mercurIO se cleva más alto del lado de la arteria iliaca, lo queprueba que la presion es.cu ella más débil que en la carótida.

B. Heaqui la segunda: el orificio del trouco bráquio-cefálico, presen-tándose al aflujo sanguineo ántes que el de la carótida primitiva izquier-d', debe llenarse más fácilmente y apoderarse más eficazmeute de la in-tensidad primera de la progresion sistólica de la sangre. Esta objecionseduce á primera vista; pero tan solo es aparente. En efecto, si se consi-dera el modo deimplantacion de los tubos arteriales que uacen de la aorta,se nota desde luego, que la direccion del tronco braqnio-cefálico es tal,que ella coutraria el curSo norlllal de la sangre eu el cayado: pues este1ronco es oblicuo de abajo hácia arriba y de la izquierda hácia la derecha,miéntras que la sangre impulsada por el ventrículo izquierdo circula dela derecha hácia la izquierda. La asceusion de la sangre eucuentra, pues,un obstáculo en este tubo J;lorla l'esiteucia que resulta de esta direccionen sentido inverso. La carotida primitiva izquierda por el contrario,. na-ce perpéndicularmente al eje longitudinal dei cayado aórtico, y la colum-na de fluido sanguiueo que se presenta á su abertura no encuentra nin-guna1eausa de resistencia. Observemos, en fin, que la sub-clavia izquier-da, la más distante de los tres vasos, se inclina desde su 0Tigen sensible·mente de la derecha hácia la izquierda, en el sentido de la trayectoria dela. sangre, implantación contraria á la deLtronco bráquio-cefálico. Unaserie de hechOSclinicos concluyentes vieue por otra parte á probar, quela sangre no solamente penetra tan fácilmente en la carótida primitiva!.11:quierdacomo en la derecha, sino tambien qué, si un coágulo fibrinosose desprende del corazon y produce una embolia del lado del encéfalo,es ocho sobre diez veces en la silda izquierda y no en la derecha que seproduce la obturacion embólica. [Véase la Estadística de Lancereaux.]

Esta observaciou clinica parece conclnyente;C. La tercera clase de objeciones es más séria en el sentido de que se

apoya en el mismo principio invocado como ley del mQvimiento de loslíquidos. Se nos concede que la sangre se presenta á un orificio más estre·cho que la del cayado de la aortapenetra con más intensidad y rápidez enla carótida izquierda que en el tronco bráquio-cefálico. Pero se dice: enla bifurcacion de el tronco bráquio-cefálico, para dividirse en la subcla-via y en la carótida primitiva, derechas, el repentino estrechamiento aroterial se reproduce aquí, como para la carótida primitiva izquierda en suorigen. Es éste un hecho incontestable, que debe tomarse, ciertamente,en cousideracion. No es exacta, siu embargo, la asimilncion de los dos8asos, porque, miéntras que, la carótida primitiva izquierda, se presentatoda la masa sanguínea del cayado aórtico, con una fuerza de presionigual al peso de esta masa, para abrirse paso por el vaso, no sucede lomismo en la bifurcncion del tronco bráquLO-cefiilíco; en éste, la masa dela sangre se encuentra dividida en dos partes, de las cuales la más consi·derable se desvJ.a,á la derecha y entra en la subclavia del mismo lado,miéntras que lá parte menor sólo atraviesa el orificio de la carótida. Con-sidérese ademas que la presencia del inglete contra el cual viene á estre-llarse la columna de saugre, produce un choque, causa de retardo, y quela carótida al nacer forma un codo y por consiguiente nn ángulo, nnevacausa de demora.

El señor Fleury ha buscado en el adulto, en el muo y eu el feto, elcalibre medio del tronco bráq nio-cefálico de lás dos subclavias y de lasCarótidas. No puede detallar aquí los procedimientos adoptados para ha-

cer exactas cstas medid·as; pero el orador exhibe algunas piezas natura-les para justificarlas. La relaciones entre las diferentes áreas de estos V""sos, son las siguientes:

Area del tronco bráqnio-cefálico .......•........•• 71 milimetres c.de la subclavia derecha 49

- de la subclavia izquierda ......•.•...•....... 38- de la carótida pdmitiva derecha ...•....•...• 81- de la carótida primitiva izquierda 35

Estas medidas permiten las siguieutes deducciones:La carótida interna del lado izquierdo recibe un poco más de sangre

en el mismo espacio de tiempo que la carótida del lado derecho, en la re.lacion de 35 á 31. La subclavia derccha, por el contrario, recibe notable'mente más sangre que la izquierda, en proporcion de 49 á 38, en los indi-viduos que ejecutan mucho el brazo derecho. De modo que por un con·cierto verdaderamente maravilloso, se encucntra, que el cerebro izquierdoque debe gobernar el miembro derecho, es aquel cuya hematosis es másrica, y que el miembro superior izquierdo, que obedece al cerebro dere-cho, posee una subclavia de menor calibre.

En suma, el tronco bráquio-cefálico que lleva más sangre al brazo de-recho dá ménos al lóbulo anterior derccho.

Muy notable es, que esta desigualdad sea especial á los lóbulos anterio-res del cerebro; en efecto, en la parte posterior del encéfalo, la simetriaexiste, porque allí no hay diferencia fisiológica: las dos vertebrales selÍnen para formar el tronco basilar; y las comuuicantes posteriores, comola cerebral de esta region, estáu uniformemente distribuidas. En cuantoá las comunicantes anteriores, ellas sirven sobre todo á. la hematósis delcuerpo calloso. La cerebral mediana, la silvia, he aquí las arterias de laporClou noble del cerebro. Estas arterias que proceden, (la cerebral me-diana] de la carótida interna, estas arterias están sometidas á la ley dela desigualdad de las carótidas primitivas en cuanto á la longitud, enorigen &c. &c.

Sumamente Curioso es buscar en la' disposicion de la circulacion ve-nosa, de vuelta del "erebro, la confirmacion ó la contradiccion de estosdatos suministrados por el sistema arteria!. El señor Fleury, cita pasajesde diferentes anatómicos, particularmente de Cruveilhier, que estableceque eltrouco ve.noso bráquio-cefálico izquierdo es siempre más largo ymás capaz que el del lado derecho, y que si se atribuye esta desigualdad lÍque la mamaria interna y la tiroidea inferior, más~ diafragmática supe-rior, la timica y la pericardlaca desembocan en el trouco venoso bráqUl~cefálico izquierdo, no en el derecho, obsérvese que la yugular interna,vcrdadera vena de desagüe del cerebro correspondient.e á la carótida in-terna, es segun la opinion de Cruveilhier, generalmente más grnesa á laizquierda que á la derecha; pues él nos dice, que las yugulares internasestán generalmente en la misma proporcion que los troncos venososbráquio-cefálicos.

El orador muestra en seguida numerosos trazos esfigmográficos toma-dos simultáneamente v con grau cuidado en el mismo nivel de las doscarótidas primitivas. Él estudio de éstos, demuestra que á. la derecha latension arterial es más irregular el plato superior más acentuado, la lineadc decenso más brusca y más angulosa.

. En la izquierda, la tension arterial es menor, la linea de descenso se1Íneá la de ascenso por un plato ménos l?ronunciado, más suave; de estelado hay más "egularidad y más continUIdad en la ouda delliquldo.

El señor Fleury añade, que las investigaciones sobre el sistema arte-rial de once órdenes de mamifer,ps, dan por resnltado en el mismo órden,segnn los géneros, sistemas de':írculacion arterial supra-aórticas muydifereutes. Estos sistemas están siempre en relacion con las costumbres,los instintos y las aptitudes de los .animales. Asi, entre los roedores elcastor y la ardilla, tienen exactamente la misma disposicion supra-aórti-ca que el hombre. •

Ellos usan generalmente el miembro derecho. Del mismo modo, elchimpacé yel gorrilla tienen esta disposicion, miéntras que otros monos,de costumbres crueles, tienen la extructura supra-aórtica de los tigres yde los leones. El señor Fleury, forma diversos sistemas muy distmtos:los de la"'dexteridad, ite la celeridad, de la ferocidad, de la solidez y losde los ambidextros. Siente mucho que el tiempo no le permita exhibirpiezas en apoyo de esta nueva clasiflcacion. En flu, el orador termina di-ciendo, que experiencias dc termometría comparada para cada parte delencéfalo se harán por él, merced á la boudad del profesor Broca, que haprometido hacerle enviar de Paris la corona termométrica que ha hecho

-...construir.lArtículo de la " Revista Hebdomadaria," número 38. Setiembre. 1872.[En la " Revista de la Sesion de Ciencias médicas," de la " Association

frangaise pour l'avancement des scieuces &c. &c."]f PIORENGIFO.

OORRESPONDENCIA.Jnlio 1.0 de 1873.

SR. DR. TOMAS(JONTRERAS: Guddutu-Recibido el valor de sususcricion á la primera serie.

SR. DR. BASILIO MORA: Buga-Recibido el valor de su suscri,erieion á la Revista Médica.

SR. DR. APARICIO PEREA: Ruga-Igualmente he recibido elvalor de su suscricion.

SR. DR. MIGUELURREA: Manizáles-Recibido el valor de cuatrosuscriciones colocadas en esa villa.

SR. DR. ANASTACIOESPINEL: Cáqueza-Su recomendado nodejó el valor de su suscricion á la primera serie de la RevistaMédica, con referencia á su carta de 18 de Mayo.

SR. DR. MARCELINOVARGAS: Gachetlj-En oontestacion á sucarta del 22 de Mayo, diré, que no dejaron el valQr de tres sus-criciones.

SR. DIl. ANTONIOA. TATIS_: Oartagena-Los senores eamachoRoldan Hermanos mo cubl"Íeron el valor de su susericion á la pri.mera serie.

SR. DR. PABLOVEGA: Soc01'ro-Recibí el valor de su sUBcriciOD.SR. DR. QUERUBIN CAllllIZOSA: Zapa loca-Recibí $ 4 valor desu suscricioll á las dos primeras series.

De ustedes atento servidor. BERNA.RDINOMEDINA.