Más allá de la bicameralidad

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Más allá de la bicameralidad Preferencia por el sistema congresal GRÁFICO 1 Una sola cámara como en la actualidad Dos cámaras, una de diputados y otra de senadores D EMOCRACIA En una encuesta realizada por el Instituto Integración 1 , el 50% de los encuestados cree que el Con- greso de la República debería mantenerse con una sola cámara, como en la actualidad. La brecha que separa a los que creen en la unicameralidad de aquellos que apoyan la bicameralidad es de apenas 10% de acuerdo al gráfico 1. 54% 37% 43% 42% 57% 30% 45% 38% 46% 45% percepción de gran parte de los ciudadanos es que tenemos un Congreso desprestigiado y que no nos representa. Para muchos, aplicar las dos cámaras generaría más gasto para el Estado y procesos más lentos en la promulgación de leyes a cargo de congre- sistas que no demuestran ser eficientes. Percy Medina, jefe de la misión para el Perú de IDEA Internacional, opina que contar con un sistema bicame- ral en el Perú es una gran oportunidad de reforma siem- pre y cuando la norma esté bien elaborada; si se vuelven a aplicar las dos cámaras en el Perú, no debería existir duplicidad de roles entre los senadores y diputados, Esta no es la primera vez que se propone el retorno a la bicameralidad. La Comisión de Constitución del Congreso ha planteado ya una propuesta de ley que busca restituir el sistema parlamentario bicameral en el Perú, lo cual supondría aumentar el número de congresistas de 130 a 190. La propuesta establece que a partir del 2016 el Congreso estaría compuesto por dos cámaras: la de Diputados, con 130 representantes, y la de Senadores, denominada la cámara reflexiva, con 60 representantes. Esta última tendrá a su cargo la revisión, perfeccionamiento y aprobación en segun- da instancia de las leyes, la ratificación de embajado- res, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, del defensor del Pueblo y de los direc- tores del BCR, entre otras funciones. También se revive la figura del senador vitalicio para el caso de los presidentes constitucionales, quienes tendrían inmu- nidad permanente. Falta que la medida sea discutida y aprobada por el Pleno del Congreso. Más allá de aumentar el número de congresistas, el hecho de preferir la bicameralidad es quizá una búsqueda de los ciudadanos por contar con un Parla- mento más coherente. Según la misma encuesta de Integración, 7 de cada 10 peruanos desconfía del Congreso de la República, al tratarse de la institución con peor reputación para los entrevistados. Más aún, la encuesta revela que las personas que más descon- fían del Poder Legislativo son las que tienen un mayor rechazo hacia la bicameralidad (ver gráfico 2). David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica (PUCP), afirma que por más que se haga cualquier reforma en el Perú, la PERÚ URBANO LIMA NORTE CENTRO COSTA SUR SIERRA SUR ORIENTE 50% 40% N.O.: 9% 52% 40% (1) La encuesta se realizó a 2,200 personas en 19 regiones del país. El campo fue realizado en setiembre del 2013 por la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI). www.integracion.pe Informe2014-07 1 Fuente: Integración

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Page 1: Más allá de la bicameralidad

Más allá de labicameralidad

Preferencia por el sistema congresal GRÁFICO 1

Una sola cámara como en la actualidad

Dos cámaras, una de diputados y otra de senadores

DEMOCRACIA

En una encuesta realizada por el Instituto Integración1, el 50% de los encuestados cree que el Con-greso de la República debería mantenerse con una sola cámara, como en la actualidad. La brecha que separa a los que creen en la unicameralidad de aquellos que apoyan la bicameralidad es de apenas 10% de acuerdo al gráfico 1.

54%

37%

43%42%

57%

30%

45%38%46%

45%

percepción de gran parte de los ciudadanos es que tenemos un Congreso desprestigiado y que no nos representa. Para muchos, aplicar las dos cámaras generaría más gasto para el Estado y procesos más lentos en la promulgación de leyes a cargo de congre-sistas que no demuestran ser eficientes.

Percy Medina, jefe de la misión para el Perú de IDEA Internacional, opina que contar con un sistema bicame-ral en el Perú es una gran oportunidad de reforma siem-pre y cuando la norma esté bien elaborada; si se vuelven a aplicar las dos cámaras en el Perú, no debería existir duplicidad de roles entre los senadores y diputados,

Esta no es la primera vez que se propone el retorno a la bicameralidad. La Comisión de Constitución del Congreso ha planteado ya una propuesta de ley que busca restituir el sistema parlamentario bicameral en el Perú, lo cual supondría aumentar el número de congresistas de 130 a 190. La propuesta establece que a partir del 2016 el Congreso estaría compuesto por dos cámaras: la de Diputados, con 130 representantes, y la de Senadores, denominada la cámara reflexiva, con 60 representantes. Esta última tendrá a su cargo la revisión, perfeccionamiento y aprobación en segun-da instancia de las leyes, la ratificación de embajado-res, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, del defensor del Pueblo y de los direc-tores del BCR, entre otras funciones. También se revive la figura del senador vitalicio para el caso de los presidentes constitucionales, quienes tendrían inmu-nidad permanente. Falta que la medida sea discutida y aprobada por el Pleno del Congreso.

Más allá de aumentar el número de congresistas, el hecho de preferir la bicameralidad es quizá una búsqueda de los ciudadanos por contar con un Parla-mento más coherente. Según la misma encuesta de Integración, 7 de cada 10 peruanos desconfía del Congreso de la República, al tratarse de la institución con peor reputación para los entrevistados. Más aún, la encuesta revela que las personas que más descon-fían del Poder Legislativo son las que tienen un mayor rechazo hacia la bicameralidad (ver gráfico 2). David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica (PUCP), afirma que por más que se haga cualquier reforma en el Perú, la

(PUCP), sostiene que si bien el sistema bicameral se encuentra en países grandes y con democracias más estables, no existe ni en la teoría ni en la realidad ejem-

como sucedía con el Congreso regido por la Constitución de 1979. Sin embargo, Medina advierte que en el Perú no existen tantos políticos con la capacidad de liderazgo necesaria para asumir las importantes funciones de un Senador si es que en el país se asume la bicameralidad.

En América el 56% de los países son bicamerales, mientras que 44% son unicamerales, según IDEA Interna-cional. Además, de los trece países que conforman Améri-ca del Sur, solo cinco son unicamerales (Perú, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam). Cabe recordar que el Perú dejó de ser bicameral con la nueva Constitución de 1993, Venezuela abandonó las dos cámaras en 1999 durante el Gobierno de Hugo Chávez, mientras que Ecuador eligió un parlamento de una sola cámara en 1979.

Fernando Tuesta Soldevilla, profesor principal de ciencia política de la Pontificia Universidad Católica

PERÚ

URB

ANO

LIM

A

NORTECENTRO COSTASUR

SIERRA

SUR

OR

IENTE

50%

40%

N.O.: 9%

52%40%

(1) La encuesta se realizó a 2,200 personas en 19 regiones del país. El campo fue realizado en setiembre del 2013 por la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI).

plos que sostengan que este sistema es superior al unicameral o viceversa4 . En principio, la unicameralidad puede generar una serie de beneficios como menores costos para el Estado y evitar la duplicación de órganos parlamentarios de administración y control, lo cual promueve procesos legislativos más cortos y simples.

José Elice, director Ejecutivo de Reflexión Democrá-tica, considera que el sistema bicameral permite la revisión de los proyectos de ley de forma más minuciosa y por ende generaría mejor calidad en la producción de normas. El Comercio5 añade que la bicameralidad es beneficiosa porque permite dividir el poder Legislativo en grupos diferentes que no responden a los mismos intereses. Eso hace más difícil la captura del Congreso por parte de lobbies privados o el poder Ejecutivo.

Hasta al año 1992 el Perú tenía un Congreso de 240 representantes y había un parlamentario por cada 41,722 electores6. Sin embargo, hoy un congresista

debe representar a 153,461 electores. Al respecto, Tuesta Soldevilla cree que un Parlamento con 130 integrantes, como se propone, es inviable para un electorado de 20 millones de habitantes ya que el número de legisladores debe estar en función del tamaño de la población. El especialista cree que por más que tengamos muy buenos legisladores, si se aplica la bicameralidad seguiremos teniendo pocos representantes para el total de ciudadanos.

Si tomamos en cuenta la importancia de la descen-tralización, José Elice precisa que en la actual propuesta de ley para restablecer la bicameralidad no se ha especificado quiénes van a representar a la nueva Cámara Reflexiva. Si actualmente el número de congresistas por región es proporcional a su población electoral, se podría desencadenar un problema muy grande de representación si no se define el número de Senadores necesarios que velen por los intereses de cada territorio. Carlo Magno Salcedo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, agrega que si efectivamente se quiere fortalecer el proceso de regionalización en el Perú (que implica otorgar más competencias a los gobier-nos regionales), sería pertinente impulsar una segun-da cámara que funcione como un organismo represen-tativo de las regiones dentro del parlamento. Ello, además, contribuiría a superar la actual inexistencia de una instancia de articulación entre los gobiernos regionales y el nivel nacional del Estado peruano.

Nadie puede garantizar que restablecer el sistema bicameral mejorará automáticamente el Congreso. De hecho, Geoffrey Cannock, socio gerente de APOYO Consultoría, precisa que si se aplica la bicameralidad en el Perú, la iniciativa debería ser planteada solo como un elemento adicional dentro de un conjunto de reformas políticas que deben ser coherentes entre sí7. Eso incluye la redefinición de los distritos electo-rales y su respectiva lógica de representación, replantear el número de congresistas a elegir por distrito electoral, renovar el sistema de partidos políticos y mejorar la relación del Parlamento con el Poder Ejecutivo.

Milagros Campos, docente del Departamento de Cien-cias Sociales de la PUCP, dice que un sistema bicameral no garantiza el fortalecimiento de la democracia8 y que la calidad de las leyes no va a mejorar necesariamente si existe un Senado, pues eso depende de otro tipo de aspectos, como la implementación de un adecuado servi-cio de información dentro del Congreso o del presupues-to que se dispone para la aplicación de una norma.

Adicionalmente, los especialistas refieren que antes de aplicar cualquier reforma, hace falta fortalecer el Poder Legislativo y contar con congresistas con la suficiente preparación en gestión pública para que formulen leyes acordes a las necesidades de los ciudada-

nos y tomen las decisiones más adecuadas para el país. En el Perú la Constitución no contempla un nivel mínimo de preparación para tener un curul en el Congreso; los requisitos son solamente tres: ser peruano de nacimien-to, ser mayor de veinticinco (25) años y gozar del derecho de sufragio. Dada la desconfianza que existe hacia el Parlamento, estos requisitos podrían ser más estrictos: cualquier persona que desee ser legislador debería contar con un récord crediticio limpio y no tener antece-dentes policiales ni penales. De lo contrario, se seguirá deteriorando la imagen de un cuerpo de representantes que se supone debe velar por los intereses de la mayoría y las minorías cualquiera sea la coyuntura por la que atravesamos.

www.integracion.peInforme2014-07 1

Fuente: Integración

Page 2: Más allá de la bicameralidad

¿Existe un mejor sistema congresal?

www.integracion.peInforme2014-07 1

percepción de gran parte de los ciudadanos es que tenemos un Congreso desprestigiado y que no nos representa. Para muchos, aplicar las dos cámaras generaría más gasto para el Estado y procesos más lentos en la promulgación de leyes a cargo de congre-sistas que no demuestran ser eficientes.

Percy Medina, jefe de la misión para el Perú de IDEA Internacional, opina que contar con un sistema bicame-ral en el Perú es una gran oportunidad de reforma siem-pre y cuando la norma esté bien elaborada; si se vuelven a aplicar las dos cámaras en el Perú, no debería existir duplicidad de roles entre los senadores y diputados,

Esta no es la primera vez que se propone el retorno a la bicameralidad. La Comisión de Constitución del Congreso ha planteado ya una propuesta de ley que busca restituir el sistema parlamentario bicameral en el Perú, lo cual supondría aumentar el número de congresistas de 130 a 190. La propuesta establece que a partir del 2016 el Congreso estaría compuesto por dos cámaras: la de Diputados, con 130 representantes, y la de Senadores, denominada la cámara reflexiva, con 60 representantes. Esta última tendrá a su cargo la revisión, perfeccionamiento y aprobación en segun-da instancia de las leyes, la ratificación de embajado-res, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, del defensor del Pueblo y de los direc-tores del BCR, entre otras funciones. También se revive la figura del senador vitalicio para el caso de los presidentes constitucionales, quienes tendrían inmu-nidad permanente. Falta que la medida sea discutida y aprobada por el Pleno del Congreso.

Más allá de aumentar el número de congresistas, el hecho de preferir la bicameralidad es quizá una búsqueda de los ciudadanos por contar con un Parla-mento más coherente. Según la misma encuesta de Integración, 7 de cada 10 peruanos desconfía del Congreso de la República, al tratarse de la institución con peor reputación para los entrevistados. Más aún, la encuesta revela que las personas que más descon-fían del Poder Legislativo son las que tienen un mayor rechazo hacia la bicameralidad (ver gráfico 2). David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica (PUCP), afirma que por más que se haga cualquier reforma en el Perú, la

(PUCP), sostiene que si bien el sistema bicameral se encuentra en países grandes y con democracias más estables, no existe ni en la teoría ni en la realidad ejem-

como sucedía con el Congreso regido por la Constitución de 1979. Sin embargo, Medina advierte que en el Perú no existen tantos políticos con la capacidad de liderazgo necesaria para asumir las importantes funciones de un Senador si es que en el país se asume la bicameralidad.

En América el 56% de los países son bicamerales, mientras que 44% son unicamerales, según IDEA Interna-cional. Además, de los trece países que conforman Améri-ca del Sur, solo cinco son unicamerales (Perú, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam). Cabe recordar que el Perú dejó de ser bicameral con la nueva Constitución de 1993, Venezuela abandonó las dos cámaras en 1999 durante el Gobierno de Hugo Chávez, mientras que Ecuador eligió un parlamento de una sola cámara en 1979.

Fernando Tuesta Soldevilla, profesor principal de ciencia política de la Pontificia Universidad Católica

(2) Reglamento del Congreso de la República.

plos que sostengan que este sistema es superior al unicameral o viceversa4 . En principio, la unicameralidad puede generar una serie de beneficios como menores costos para el Estado y evitar la duplicación de órganos parlamentarios de administración y control, lo cual promueve procesos legislativos más cortos y simples.

José Elice, director Ejecutivo de Reflexión Democrá-tica, considera que el sistema bicameral permite la revisión de los proyectos de ley de forma más minuciosa y por ende generaría mejor calidad en la producción de normas. El Comercio5 añade que la bicameralidad es beneficiosa porque permite dividir el poder Legislativo en grupos diferentes que no responden a los mismos intereses. Eso hace más difícil la captura del Congreso por parte de lobbies privados o el poder Ejecutivo.

Hasta al año 1992 el Perú tenía un Congreso de 240 representantes y había un parlamentario por cada 41,722 electores6. Sin embargo, hoy un congresista

debe representar a 153,461 electores. Al respecto, Tuesta Soldevilla cree que un Parlamento con 130 integrantes, como se propone, es inviable para un electorado de 20 millones de habitantes ya que el número de legisladores debe estar en función del tamaño de la población. El especialista cree que por más que tengamos muy buenos legisladores, si se aplica la bicameralidad seguiremos teniendo pocos representantes para el total de ciudadanos.

Si tomamos en cuenta la importancia de la descen-tralización, José Elice precisa que en la actual propuesta de ley para restablecer la bicameralidad no se ha especificado quiénes van a representar a la nueva Cámara Reflexiva. Si actualmente el número de congresistas por región es proporcional a su población electoral, se podría desencadenar un problema muy grande de representación si no se define el número de Senadores necesarios que velen por los intereses de cada territorio. Carlo Magno Salcedo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, agrega que si efectivamente se quiere fortalecer el proceso de regionalización en el Perú (que implica otorgar más competencias a los gobier-nos regionales), sería pertinente impulsar una segun-da cámara que funcione como un organismo represen-tativo de las regiones dentro del parlamento. Ello, además, contribuiría a superar la actual inexistencia de una instancia de articulación entre los gobiernos regionales y el nivel nacional del Estado peruano.

Nadie puede garantizar que restablecer el sistema bicameral mejorará automáticamente el Congreso. De hecho, Geoffrey Cannock, socio gerente de APOYO Consultoría, precisa que si se aplica la bicameralidad en el Perú, la iniciativa debería ser planteada solo como un elemento adicional dentro de un conjunto de reformas políticas que deben ser coherentes entre sí7. Eso incluye la redefinición de los distritos electo-rales y su respectiva lógica de representación, replantear el número de congresistas a elegir por distrito electoral, renovar el sistema de partidos políticos y mejorar la relación del Parlamento con el Poder Ejecutivo.

www.integracion.peInforme2014-07 2

Milagros Campos, docente del Departamento de Cien-cias Sociales de la PUCP, dice que un sistema bicameral no garantiza el fortalecimiento de la democracia8 y que la calidad de las leyes no va a mejorar necesariamente si existe un Senado, pues eso depende de otro tipo de aspectos, como la implementación de un adecuado servi-cio de información dentro del Congreso o del presupues-to que se dispone para la aplicación de una norma.

Adicionalmente, los especialistas refieren que antes de aplicar cualquier reforma, hace falta fortalecer el Poder Legislativo y contar con congresistas con la suficiente preparación en gestión pública para que formulen leyes acordes a las necesidades de los ciudada-

nos y tomen las decisiones más adecuadas para el país. En el Perú la Constitución no contempla un nivel mínimo de preparación para tener un curul en el Congreso; los requisitos son solamente tres: ser peruano de nacimien-to, ser mayor de veinticinco (25) años y gozar del derecho de sufragio. Dada la desconfianza que existe hacia el Parlamento, estos requisitos podrían ser más estrictos: cualquier persona que desee ser legislador debería contar con un récord crediticio limpio y no tener antece-dentes policiales ni penales. De lo contrario, se seguirá deteriorando la imagen de un cuerpo de representantes que se supone debe velar por los intereses de la mayoría y las minorías cualquiera sea la coyuntura por la que atravesamos.

DEMOCRACIA

Cómo se hacen las leyes en el Perú2 Los ciudadanos o los congresistas presentan proposiciones de ley al Congreso de la República.

La Ley se publica en el Diario Oficial El Peruano. La ley es obligatoria desde el día siguiente.

1La oficina especializada la recibe y la registra.

2

La proposición es enviada a una o dos comisiones de trabajo.

3

Si el dictamen es favorable, pasa a debate en el Pleno del Congreso, de lo contrario pasa al archivo.

4

Se discute la ley en el Pleno del Congreso y se procede a votación para determinar si se aprueba.

De ser aprobado el dictamen, se redacta el documento de Ley y se envía al Presidente de la República para su promulgación.

5

6

Si el Presidente no promulga la Ley dentro de los 15 días, el Presidente del Congreso lo hará.

7

8

En el Congreso existen 24

comisiones de trabajo

Plazo máximo para expedir el dictamen de la

proposición de ley

30 días

Plazo para que el Presidentede la República

promulgue la ley

15 días

GRÁFICO 3

El Presidente puede tener

observaciones al documento de Ley en el plazo

de 15 días.

Grupo que apoya la unicameralidad

Grupo que apoya la bicameralidad

Apoyo a la bicameralidad según nivel de confianza en el Congreso

53%52%

38%41%

Fuente: Integración

Población que confía en el

Congreso

Población que desconfía en el

Congreso

GRÁFICO 2

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percepción de gran parte de los ciudadanos es que tenemos un Congreso desprestigiado y que no nos representa. Para muchos, aplicar las dos cámaras generaría más gasto para el Estado y procesos más lentos en la promulgación de leyes a cargo de congre-sistas que no demuestran ser eficientes.

Percy Medina, jefe de la misión para el Perú de IDEA Internacional, opina que contar con un sistema bicame-ral en el Perú es una gran oportunidad de reforma siem-pre y cuando la norma esté bien elaborada; si se vuelven a aplicar las dos cámaras en el Perú, no debería existir duplicidad de roles entre los senadores y diputados,

Esta no es la primera vez que se propone el retorno a la bicameralidad. La Comisión de Constitución del Congreso ha planteado ya una propuesta de ley que busca restituir el sistema parlamentario bicameral en el Perú, lo cual supondría aumentar el número de congresistas de 130 a 190. La propuesta establece que a partir del 2016 el Congreso estaría compuesto por dos cámaras: la de Diputados, con 130 representantes, y la de Senadores, denominada la cámara reflexiva, con 60 representantes. Esta última tendrá a su cargo la revisión, perfeccionamiento y aprobación en segun-da instancia de las leyes, la ratificación de embajado-res, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, del defensor del Pueblo y de los direc-tores del BCR, entre otras funciones. También se revive la figura del senador vitalicio para el caso de los presidentes constitucionales, quienes tendrían inmu-nidad permanente. Falta que la medida sea discutida y aprobada por el Pleno del Congreso.

Más allá de aumentar el número de congresistas, el hecho de preferir la bicameralidad es quizá una búsqueda de los ciudadanos por contar con un Parla-mento más coherente. Según la misma encuesta de Integración, 7 de cada 10 peruanos desconfía del Congreso de la República, al tratarse de la institución con peor reputación para los entrevistados. Más aún, la encuesta revela que las personas que más descon-fían del Poder Legislativo son las que tienen un mayor rechazo hacia la bicameralidad (ver gráfico 2). David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica (PUCP), afirma que por más que se haga cualquier reforma en el Perú, la

(PUCP), sostiene que si bien el sistema bicameral se encuentra en países grandes y con democracias más estables, no existe ni en la teoría ni en la realidad ejem-

como sucedía con el Congreso regido por la Constitución de 1979. Sin embargo, Medina advierte que en el Perú no existen tantos políticos con la capacidad de liderazgo necesaria para asumir las importantes funciones de un Senador si es que en el país se asume la bicameralidad.

En América el 56% de los países son bicamerales, mientras que 44% son unicamerales, según IDEA Interna-cional. Además, de los trece países que conforman Améri-ca del Sur, solo cinco son unicamerales (Perú, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam). Cabe recordar que el Perú dejó de ser bicameral con la nueva Constitución de 1993, Venezuela abandonó las dos cámaras en 1999 durante el Gobierno de Hugo Chávez, mientras que Ecuador eligió un parlamento de una sola cámara en 1979.

Fernando Tuesta Soldevilla, profesor principal de ciencia política de la Pontificia Universidad Católica

DEMOCRACIA

plos que sostengan que este sistema es superior al unicameral o viceversa4 . En principio, la unicameralidad puede generar una serie de beneficios como menores costos para el Estado y evitar la duplicación de órganos parlamentarios de administración y control, lo cual promueve procesos legislativos más cortos y simples.

José Elice, director Ejecutivo de Reflexión Democrá-tica, considera que el sistema bicameral permite la revisión de los proyectos de ley de forma más minuciosa y por ende generaría mejor calidad en la producción de normas. El Comercio5 añade que la bicameralidad es beneficiosa porque permite dividir el poder Legislativo en grupos diferentes que no responden a los mismos intereses. Eso hace más difícil la captura del Congreso por parte de lobbies privados o el poder Ejecutivo.

Hasta al año 1992 el Perú tenía un Congreso de 240 representantes y había un parlamentario por cada 41,722 electores6. Sin embargo, hoy un congresista

debe representar a 153,461 electores. Al respecto, Tuesta Soldevilla cree que un Parlamento con 130 integrantes, como se propone, es inviable para un electorado de 20 millones de habitantes ya que el número de legisladores debe estar en función del tamaño de la población. El especialista cree que por más que tengamos muy buenos legisladores, si se aplica la bicameralidad seguiremos teniendo pocos representantes para el total de ciudadanos.

Si tomamos en cuenta la importancia de la descen-tralización, José Elice precisa que en la actual propuesta de ley para restablecer la bicameralidad no se ha especificado quiénes van a representar a la nueva Cámara Reflexiva. Si actualmente el número de congresistas por región es proporcional a su población electoral, se podría desencadenar un problema muy grande de representación si no se define el número de Senadores necesarios que velen por los intereses de cada territorio. Carlo Magno Salcedo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, agrega que si efectivamente se quiere fortalecer el proceso de regionalización en el Perú (que implica otorgar más competencias a los gobier-nos regionales), sería pertinente impulsar una segun-da cámara que funcione como un organismo represen-tativo de las regiones dentro del parlamento. Ello, además, contribuiría a superar la actual inexistencia de una instancia de articulación entre los gobiernos regionales y el nivel nacional del Estado peruano.

Nadie puede garantizar que restablecer el sistema bicameral mejorará automáticamente el Congreso. De hecho, Geoffrey Cannock, socio gerente de APOYO Consultoría, precisa que si se aplica la bicameralidad en el Perú, la iniciativa debería ser planteada solo como un elemento adicional dentro de un conjunto de reformas políticas que deben ser coherentes entre sí7. Eso incluye la redefinición de los distritos electo-rales y su respectiva lógica de representación, replantear el número de congresistas a elegir por distrito electoral, renovar el sistema de partidos políticos y mejorar la relación del Parlamento con el Poder Ejecutivo.

Hacia una representación adecuada

Reformas conjuntas

27%

20%

En países con Congreso unicameral

En países con Congreso bicameral

Valoración de la labor de sus legisladores

Fuente: Barómetro de las Américas 20123

(3) Elaboración propia a partir de la base de datos del Barómetro de las Américas por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP), www.LapopSurveys.org.(4) En: Blog de Fernando Tuesta Soldevilla http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta(5) Editorial “Bicameralidad, pero no así” publicada en el diario El Comercio Domingo 01 de diciembre del 2013. (6) En: Blog de Fernando Tuesta Soldevilla http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta. (7) Cannock, Geoffrey. Bicameralidad: ¿Calidad legislativa o simple incremento de costos? Artículo publicado en Gestión el 3 de septiembre del 2012.

Milagros Campos, docente del Departamento de Cien-cias Sociales de la PUCP, dice que un sistema bicameral no garantiza el fortalecimiento de la democracia8 y que la calidad de las leyes no va a mejorar necesariamente si existe un Senado, pues eso depende de otro tipo de aspectos, como la implementación de un adecuado servi-cio de información dentro del Congreso o del presupues-to que se dispone para la aplicación de una norma.

Adicionalmente, los especialistas refieren que antes de aplicar cualquier reforma, hace falta fortalecer el Poder Legislativo y contar con congresistas con la suficiente preparación en gestión pública para que formulen leyes acordes a las necesidades de los ciudada-

nos y tomen las decisiones más adecuadas para el país. En el Perú la Constitución no contempla un nivel mínimo de preparación para tener un curul en el Congreso; los requisitos son solamente tres: ser peruano de nacimien-to, ser mayor de veinticinco (25) años y gozar del derecho de sufragio. Dada la desconfianza que existe hacia el Parlamento, estos requisitos podrían ser más estrictos: cualquier persona que desee ser legislador debería contar con un récord crediticio limpio y no tener antece-dentes policiales ni penales. De lo contrario, se seguirá deteriorando la imagen de un cuerpo de representantes que se supone debe velar por los intereses de la mayoría y las minorías cualquiera sea la coyuntura por la que atravesamos.

GRÁFICO 4

Porcentaje de encuestados en países de las Américas que tiene una buena percepción sobre la labor de su parlamento. La encuesta se aplicó a 15 países de toda América, incluyendo EE.UU. y Canadá.

www.integracion.peInforme2014-07 3

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percepción de gran parte de los ciudadanos es que tenemos un Congreso desprestigiado y que no nos representa. Para muchos, aplicar las dos cámaras generaría más gasto para el Estado y procesos más lentos en la promulgación de leyes a cargo de congre-sistas que no demuestran ser eficientes.

Percy Medina, jefe de la misión para el Perú de IDEA Internacional, opina que contar con un sistema bicame-ral en el Perú es una gran oportunidad de reforma siem-pre y cuando la norma esté bien elaborada; si se vuelven a aplicar las dos cámaras en el Perú, no debería existir duplicidad de roles entre los senadores y diputados,

Esta no es la primera vez que se propone el retorno a la bicameralidad. La Comisión de Constitución del Congreso ha planteado ya una propuesta de ley que busca restituir el sistema parlamentario bicameral en el Perú, lo cual supondría aumentar el número de congresistas de 130 a 190. La propuesta establece que a partir del 2016 el Congreso estaría compuesto por dos cámaras: la de Diputados, con 130 representantes, y la de Senadores, denominada la cámara reflexiva, con 60 representantes. Esta última tendrá a su cargo la revisión, perfeccionamiento y aprobación en segun-da instancia de las leyes, la ratificación de embajado-res, la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, del defensor del Pueblo y de los direc-tores del BCR, entre otras funciones. También se revive la figura del senador vitalicio para el caso de los presidentes constitucionales, quienes tendrían inmu-nidad permanente. Falta que la medida sea discutida y aprobada por el Pleno del Congreso.

Más allá de aumentar el número de congresistas, el hecho de preferir la bicameralidad es quizá una búsqueda de los ciudadanos por contar con un Parla-mento más coherente. Según la misma encuesta de Integración, 7 de cada 10 peruanos desconfía del Congreso de la República, al tratarse de la institución con peor reputación para los entrevistados. Más aún, la encuesta revela que las personas que más descon-fían del Poder Legislativo son las que tienen un mayor rechazo hacia la bicameralidad (ver gráfico 2). David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica (PUCP), afirma que por más que se haga cualquier reforma en el Perú, la

(PUCP), sostiene que si bien el sistema bicameral se encuentra en países grandes y con democracias más estables, no existe ni en la teoría ni en la realidad ejem-

como sucedía con el Congreso regido por la Constitución de 1979. Sin embargo, Medina advierte que en el Perú no existen tantos políticos con la capacidad de liderazgo necesaria para asumir las importantes funciones de un Senador si es que en el país se asume la bicameralidad.

En América el 56% de los países son bicamerales, mientras que 44% son unicamerales, según IDEA Interna-cional. Además, de los trece países que conforman Améri-ca del Sur, solo cinco son unicamerales (Perú, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam). Cabe recordar que el Perú dejó de ser bicameral con la nueva Constitución de 1993, Venezuela abandonó las dos cámaras en 1999 durante el Gobierno de Hugo Chávez, mientras que Ecuador eligió un parlamento de una sola cámara en 1979.

Fernando Tuesta Soldevilla, profesor principal de ciencia política de la Pontificia Universidad Católica

plos que sostengan que este sistema es superior al unicameral o viceversa4 . En principio, la unicameralidad puede generar una serie de beneficios como menores costos para el Estado y evitar la duplicación de órganos parlamentarios de administración y control, lo cual promueve procesos legislativos más cortos y simples.

José Elice, director Ejecutivo de Reflexión Democrá-tica, considera que el sistema bicameral permite la revisión de los proyectos de ley de forma más minuciosa y por ende generaría mejor calidad en la producción de normas. El Comercio5 añade que la bicameralidad es beneficiosa porque permite dividir el poder Legislativo en grupos diferentes que no responden a los mismos intereses. Eso hace más difícil la captura del Congreso por parte de lobbies privados o el poder Ejecutivo.

Hasta al año 1992 el Perú tenía un Congreso de 240 representantes y había un parlamentario por cada 41,722 electores6. Sin embargo, hoy un congresista

debe representar a 153,461 electores. Al respecto, Tuesta Soldevilla cree que un Parlamento con 130 integrantes, como se propone, es inviable para un electorado de 20 millones de habitantes ya que el número de legisladores debe estar en función del tamaño de la población. El especialista cree que por más que tengamos muy buenos legisladores, si se aplica la bicameralidad seguiremos teniendo pocos representantes para el total de ciudadanos.

Si tomamos en cuenta la importancia de la descen-tralización, José Elice precisa que en la actual propuesta de ley para restablecer la bicameralidad no se ha especificado quiénes van a representar a la nueva Cámara Reflexiva. Si actualmente el número de congresistas por región es proporcional a su población electoral, se podría desencadenar un problema muy grande de representación si no se define el número de Senadores necesarios que velen por los intereses de cada territorio. Carlo Magno Salcedo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, agrega que si efectivamente se quiere fortalecer el proceso de regionalización en el Perú (que implica otorgar más competencias a los gobier-nos regionales), sería pertinente impulsar una segun-da cámara que funcione como un organismo represen-tativo de las regiones dentro del parlamento. Ello, además, contribuiría a superar la actual inexistencia de una instancia de articulación entre los gobiernos regionales y el nivel nacional del Estado peruano.

Nadie puede garantizar que restablecer el sistema bicameral mejorará automáticamente el Congreso. De hecho, Geoffrey Cannock, socio gerente de APOYO Consultoría, precisa que si se aplica la bicameralidad en el Perú, la iniciativa debería ser planteada solo como un elemento adicional dentro de un conjunto de reformas políticas que deben ser coherentes entre sí7. Eso incluye la redefinición de los distritos electo-rales y su respectiva lógica de representación, replantear el número de congresistas a elegir por distrito electoral, renovar el sistema de partidos políticos y mejorar la relación del Parlamento con el Poder Ejecutivo.

•José Élice, director Ejecutivo de Reflexión Democrática.• Carlo Magno Salcedo, profesor de ciencias políticas de la UNMSM. • Percy Medina, jefe de la misión para el Perú de IDEA Internacional. • David Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la PUCP. • Fernando Tuesta Soldevilla, profesor principal de ciencia política de la Pontificia Universidad Católica (PUCP).

AGRADECIMIENTOS:

DEMOCRACIA

Milagros Campos, docente del Departamento de Cien-cias Sociales de la PUCP, dice que un sistema bicameral no garantiza el fortalecimiento de la democracia8 y que la calidad de las leyes no va a mejorar necesariamente si existe un Senado, pues eso depende de otro tipo de aspectos, como la implementación de un adecuado servi-cio de información dentro del Congreso o del presupues-to que se dispone para la aplicación de una norma.

Adicionalmente, los especialistas refieren que antes de aplicar cualquier reforma, hace falta fortalecer el Poder Legislativo y contar con congresistas con la suficiente preparación en gestión pública para que formulen leyes acordes a las necesidades de los ciudada-

nos y tomen las decisiones más adecuadas para el país. En el Perú la Constitución no contempla un nivel mínimo de preparación para tener un curul en el Congreso; los requisitos son solamente tres: ser peruano de nacimien-to, ser mayor de veinticinco (25) años y gozar del derecho de sufragio. Dada la desconfianza que existe hacia el Parlamento, estos requisitos podrían ser más estrictos: cualquier persona que desee ser legislador debería contar con un récord crediticio limpio y no tener antece-dentes policiales ni penales. De lo contrario, se seguirá deteriorando la imagen de un cuerpo de representantes que se supone debe velar por los intereses de la mayoría y las minorías cualquiera sea la coyuntura por la que atravesamos.

(8) Entrevista realizada a Milagro Campos por Punto EDU. “La calidad de las leyes no va a mejorar necesariamente si existe un Senado”. http://puntoedu.-pucp.edu.pe/entrevistas/bicameralidad-leyes-parlamento-peruano.

www.integracion.peInforme2014-07 4