Marxismo y Revolución

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    Marxismo y revolución. UNA CRÍTICA MARXISTA DELANARUISM!

    I. Teor"a y #r$c%ica &el anar'uismo ()*Durante los últimos años la idea central que la burguesía ha transmitido a través de los medios de

    comunicación de masas, de sus ideólogos, sociólogos, subrayaba que el sistema social capitalistaes el fin de la historia. Para ellos, todos los intentos de transformar la situación y de cuestionar su

    poder son considerados, como mínimo, una lamentable pérdida de tiempo. tros, de una forma m!s

    condescendiente, en la medida en que perciben que esos intentos aún est!n muy frescos en la

    memoria colectiva, optan por presentarlos como actos cargados de utopía" simp!ticos pero sin

    ninguna posibilidad de triunfo. #n ese sentido, el tratamiento que la burguesía dio y sigue dando al

    $ayo del %& francés es un e'traordinario modelo de manipulación histórica. (lgo parecido ocurre

    con el proceso revolucionario de )hile que acabó con el golpe de #stado de Pinochet en *+-. Pero

    esos acontecimientos y muchos otros como la /evolución de los )laveles en Portugal de *+0, la

    /evolución /usa de *+* o la revolución española en los años treinta, por encima de la visión

    caricaturi1ada y simplificada que nos presenta la burguesía, fueron verdaderos procesos

    revolucionarios. #ran el refle2o del cambio brusco que se produ2o en la conciencia de millones detraba2adores, 2óvenes, campesinos... y que les impulsaron, parafraseando a 3rots4y, 5a tomar el

    destino de la historia en sus propias manos6.

    7a idea del fin de la historia no es nueva. 8iempre la clase dominante cree que el sistema que le

    permite obtener sus privilegios, sus beneficios, su prestigio es el único posible, el m!s 2usto, y que

    por lo tanto es el encumbramiento del progreso humano, la reali1ación de la sociedad ideal tras

    siglos de perfeccionamiento y evolución gradual. 8e olvidan u ocultan deliberadamente que el propio

    sistema capitalista fue también producto de un proceso revolucionario.

     

    9n sistema condenado

     

    8i el capitalismo fuera lo único posible la humanidad estaría condenada a una pesadilla eterna. #lsistema social capitalista significa desigualdad creciente, e'plotación, desempleo, opresión,

    militarismo, hipocresía, manipulación, violencia, ignorancia.

    :i siquiera en el periodo posterior a la ;; . 3an sólo en #uropa ccidental, según cifras

    oficiales, hay cerca de *& millones de parados, el *>,%? de la población activa. 7a cifra para el

    #stado español es de un *%?. Pero incluso en (lemania, el país 5fuerte6 de #uropa, el desempleo

    ha superado los cuatro millones por primera ve1 desde la época de @itler.

    #l nivel de pobre1a en los países capitalistas avan1ados ha llegado a niveles nunca vistos. Por 

    primera ve1 en generaciones, tal como plantea el conocido ;nforme Petras sobre la situación de la

     2uventud en el #stado español, los hi2os no superar!n el nivel de vida de sus padres. 7a

    independencia familiar, el empleo estable es una perspectiva casi imposible para la 2uventud.

    7a otra cara de la moneda son los beneficios millonarios que las multinacionales y los grandesbancos est!n obteniendo. Aeneficios que salen no tanto de la creación de rique1a como de la

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    reducción generali1ada de los salarios y de los gastos sociales, de la intensificación de la

    e'plotación de la fuer1a de traba2o, de la oleada de privati1aciones de empresas públicas rentables

    y, por supuesto, del saqueo de los países subdesarrollados.

    7a concentración de la rique1a ha llegado a niveles desconocidos. #n ##99, B>> grandes

    monopolios controlan el +C? de los ingresos nacionales. ( escala mundial, las mil mayores

    compañías tenían ingresos por valor de ocho billones de dólares, lo que equivale a una tercera partede los ingresos mundiales. #n ##99, el >,B? de los hogares m!s ricos posee la mitad de los

    activos financieros en manos de individuos.

    Pero paradó2icamente donde m!s han calado todas esas patrañas de la burguesía acerca de las

    linde1as del mercado es en los dirigentes de las organi1aciones sindicales y políticas de la clase

    obrera. #s lógico que la burguesía trate de convencernos de la 5inevitabilidad6 de su sistema y de la

    superioridad de la economía de mercado. 7o que no es tan lógico es que esto lo crean los dirigentes

    de las organi1aciones obreras.

    Pero esto tampoco es un fenómeno nuevo. 7os periodos de crecimiento capitalista m!s o menos

    prolongados, aun aquellos que sólo han beneficiado a una pequeña parte de los traba2adores de

    todo el mundo, han tenido un efecto en los dirigentes de los partidos y sindicatos obreros en el

    sentido de aumentar su confian1a en el capitalismo, abandonando cualquier pretensión detransformar la sociedad.

     

    ;lusiones en el capitalismo

     

    #ste fenómeno también se produ2o tras el boom económico de finales del siglo ; y la primera

    década del sigo . 7os dirigentes de los sindicatos y los partidos obreros de masas de entonces

    creyeron que el capitalismo había superado sus crisis, confundiendo una recuperación temporal con

    la superación definitiva de la enfermedad. (bandonaron las ideas revolucionarias que originalmente

    habían defendido y pasaron a ideas m!s 5realistas6, entiéndase reformistas..

    7a aceptación de la lógica del sistema capitalista les llevó muy le2os. (quel boom económico,

    desembocó en una crisis aguda y en la ;

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    #se es el factor m!s importante de la situación política actual, no sólo en el #stado español sino en

    todo el mundoH el ale2amiento de los dirigentes de las aspiraciones y de los sentimientos de los

    traba2adores y de la 2uventud. 7os años de gobierno del P8#, con una política que giró

    progresivamente a la derecha, su 5oposición de terciopelo6 a la política del PP una ve1 en la

    oposición, la política sindical de los dirigentes de 9

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    #n todo caso, el reconocimiento del papel negativo, de freno, que 2uega el reformismo es al mismo

    tiempo un reconocimiento implícito de su influencia efectiva en el movimiento obrero. #sa influencia

    negativa, y sin embargo real, no es algo caprichoso. bedece fundamentalmente a la ausencia de

    una alternativa revolucionaria de masas frente a los planteamientos reformistas y proOcapitalistas de

    las direcciones de la organi1aciones obreras.

    7as tres o cuatro décadas posteriores a la ;; y eso obedece ara1ones sociales y políticas de fondo, que luego e'plicaremos. 8in embargo, en la actual situación

    política, ideas antipartido, antiorgani1ación, antipolítica pueden tener cierto eco entre un sector de la

     2uventud como respuesta a la nefasta política del reformismo. (lgunos grupos anarquistas incluso

    recha1an la lucha por reivindicaciones inmediatas, como si éstas, al igual que la política o la

    e'istencia de dirigentes fueran, al margen de cualquier otra consideración, una manera de

    integración en el sistema.

    #ste tipo de planteamientos aparentemente radicales cuanto m!s apoyo alcan1an m!s contribuyen

    a los intereses ob2etivos de la burguesía y del reformismo, aumentan la desorgani1ación del

    movimiento y contribuyen al desprestigio de las ideas verdaderamente revolucionarias.

    8in embargo, antes de entrar en las diferencias de fondo entre el anarquismo y el mar'ismo,

    queremos hacer una aclaración importante.#n la historia del movimiento obrero internacional y concretamente en el #stado español, ba2o la

    bandera del anarquismo lucharon millones de traba2adores, campesinos y 2óvenes revolucionarios.

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    7a ):3 en los años -> era la organi1ación que agrupaba mayoritariamente los sectores m!s

    combativos y sacrificados del movimiento obrero, que entregaron su vida en los frentes combatiendo

    el fascismo. #l espíritu de los traba2adores anarquistas en los años -> sí debe ser para todos los

    revolucionarios una fuente de inspiración desde luego para los mar'istas es así y una prueba de

    la capacidad revolucionaria de la clase traba2adora. :osotros distinguimos como un hecho muy

    positivo el 5espíritu anarquista6 de luchar contra la opresión del #stado, contra la hipocresía y lasmaniobras de la burguesía, contra la participación de los dirigentes obreros en estas maniobras,

    contra la mentalidad pr!ctica y posibilista que caracteri1a a la burocracia que se forma en los

    partidos y los sindicatos obreros. :o sólo compartimos este 5espíritu anarquista6 sino que lo

    consideramos también parte del verdadero 5espíritu mar'ista6" es en realidad un 5espíritu

    revolucionario6 que se genera espont!neamente en las masas y que est! presente hoy en muchos

    traba2adores y sobre todo, 2óvenes.

    7o que no compartimos es la ideología anarquista que, como el mar'ismo, es un sistema completo

    de ideas y no simplemente un espíritu, o la simple suma de nociones sueltas.

     

    I. Teor"a y #r$c%ica &el anar'uismo (+*

    M;ndividualismo o lucha de clasesN 

    Por supuesto que el capitalismo es un verdadero tapón para el desarrollo individual de las personas.

    :o podría ser de otra manera trat!ndose de un sistema que obliga a la inmensa mayoría de la

    población del planeta a concentrar todas sus preocupaciones en la supervivencia cotidiana. Para

    millones de seres humanos el simple hecho de estar vivos al día siguiente Isuperando las

    inclemencias de la naturale1a, el hambre y violencias de todo tipoJ constituye un auténtico é'ito

    personal. :o es ésa la me2or situación para el desarrollo de todas las inquietudes individuales

    implícitas en el género humano. 3odo lo contrarioH el capitalismo nos retiene con fuer1a en un modo

    de vida mucho m!s animal que auténticamente humano. #n ese sentido, la lucha contra el

    capitalismo y por una sociedad socialista significar! un desarrollo sin precedentes de todo el

    potencial creativo, intelectual, físico y moral de los individuos y cómo no, de toda la colectividad.Pero una cosa es eso y otra muy distinta es situar al individuo, contrapuesto a la clase obrera, como

    el agente fundamental llamado a acabar con la opresión capitalista y del #stado.

    Para el mar'ismo el motor de la evolución histórica es la lucha de clases. 5@ombres libres y

    esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabraH opresores y

    oprimidos se enfrentaron siempre I...J" lucha que terminó siempre con la transformación

    revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna6, afirmaban $ar' y

    #ngels en #l $anifiesto )omunista. 7a perspectiva de transformación revolucionaria de la sociedad

    se basa en el an!lisis de las propias contradicciones que genera la sociedad de clases. 7a

    consolidación del modo capitalista de producción frente a la economía de tipo feudal, el desarrollo y

    la concentración de los medios de producción, la generali1ación del traba2o asalariado, han creado

    las condiciones ob2etivas para la transformación socialista de la sociedad. #sas condiciones sonesencialmente dosH un nivel de desarrollo económico y tecnológico que permita al ser humano

    planificar conscientemente la obtención y la reposición de lo necesario para vivir dignamente y la

    e'istencia de una clase social revolucionaria, la clase obrera, con la fuer1a suficiente para derrocar a

    la burguesía, a los e'plotadores.

     (sí, aunque tanto el anarquismo como el mar'ismo tienen como ob2etivo inmediato la lucha contra la

    opresión Ihablando en términos muy generalesJ, ocurre que para los primeros la base que sustenta

    esta lucha es la del individuo Ien generalJ, contra el #stado Ien generalJ y para los segundos es la

    lucha de los traba2adores Iuna clase social con intereses históricos y características determinadosJ

    contra la burguesía Iotra clase social que también tiene intereses propios y una forma de actuar 

    característicaJ y su #stado Iel #stado capitalista o burguésJ.

    #l pensamiento anarquista cl!sico lleva implícita una visión ahistórica de los procesos sociales. #lindividuo, llamado a restablecer la 2usticia, no pertenece a ninguna formación social determinada,

    como tampoco le ocurre a la autoridad a combatir. #l surgimiento del #stado, por tanto, aparece

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    desligado de los procesos económicos y sociales y es un fenómeno que tiene su origen en el

    pensamiento puro, que pudo haberse producido en cualquier momento de la historia de la

    humanidad. Por la misma lógica desaparecer! la opresión simplemente por otro acto de voluntad,

    pero esa ve1 de signo contrario. #n este sentido el anarquismo abra1a completamente al idealismo

    en el campo del pensamiento filosófico, desembocando en una visión conspirativa y organi1ativa de

    los métodos de lucha. 

    7a naturale1a de clase del anarquismo

     

    #l anarquismo y el mar'ismo tuvieron una influencia clarísima en la lucha de clases desde mediados

    del siglo ;. )ualquier ideología que alcan1a determinado eco e influencia refle2a también Ide una

    manera m!s o menos directa, m!s o menos conscienteJ los intereses de determinadas clases

    sociales. #stablecer estas relaciones ayuda siempre a comprender la auténtica naturale1a de esas

    ideologías y situarlas en su conte'to histórico.

    #l anarquismo proclama como ob2etivo alcan1ar una sociedad en la que los individuos se relacionen

    libremente, según su propia voluntad. #n el terreno económico esto se concreta en la defensa de

    una sociedad libre de productores que intercambian libremente las mercancías, asoci!ndoselibremente entre ellos.

     ( principios del siglo ;, la gran masa social estaba compuesta por pequeños productores en el

    campo y en la ciudad. #l individualismo anarquista tenía una base social en la que apoyarse. 7os

    pequeños productores querían preservar esa libertad característica de la fase inicial del capitalismo

    frente al surgimiento de grandes f!bricas, al creciente papel de la banca y la actuación del #stado al

    servicio de la gran burguesía.

    De hecho, Proudhon, el precursor m!s inmediato del anarquismo, defendía una economía mercantil

    pero sin su desarrollo ulterior inevitableH la concentración del capital, la desaparición de la libre

    producción como efecto de la libre competencia, y la aparición del monopolio... es decir un

    capitalismo imposible. #n el terreno político aspiraba a la disolución del poder central en pequeñas

    comunidades inspiradas en la época medieval.7os anarquistas del siglo ; denominaban al anarquismo como 5la ;dea6. (unque el radicalismo

    anarquista atra2o a sectores descontentos y oprimidos de la sociedad, los primeros activistas de la

    5;dea6 no proclamaban la lucha de clases sino el humanismo. /efiriéndose al anarquismo en la

     (ndalucía rural de finales del siglo ;,

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    primero en traducir y difundir los te'tos de Proudhon en el #stado español fuera Pi i $argall, artífice

    del movimiento federalista pequeño burgués de finales del siglo ;.

    7a característica fundamental de este periodo es que la clase obrera no había puesto su sello en los

    acontecimientos. 7a presencia del anarquismo en #spaña, ;talia y /usia era debida precisamente a

    su atraso económico en comparación con los dem!s países capitalistas y la consecuente debilidad

    de la clase obrera.7a crisis del anarquismo de fin de siglo, m!s que por los efectos de la represión policial, era el refle2o

    de que la lucha se polari1aba cada ve1 m!s claramente entre la burguesía y la clase obrera.

    7a ;nternacional ba4uninista celebró su último congreso en *&. Después de esta fecha, una crisis

    en la industria relo2era arruinó a las pequeñas empresas familiares de los (lpes sui1os, cuyo espacio

    fue ocupado por la producción a gran escala en

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    7a clase traba2adora, en la que incluimos los traba2adores asalariados del campo, no es la única

    clase oprimida de la sociedad" también lo son los pequeños comerciantes, los campesinos pobres,

    las personas que ni siquiera tienen el privilegio de ser e'plotadas y que forman grandes bolsas de

    miseria en las grandes ciudades, etc. Pero ninguna de esas clases puede 2ugar un papel decisivo e

    independiente en la lucha por la transformación de la sociedad. Debido a las condiciones en que

    traba2an, viven y se relacionan, los traba2adores alcan1an un nivel de conciencia, de capacidad deorgani1ación y de lucha al que no llegan otras clases sociales. #videntemente hay que entender que

    este proceso no es autom!tico y que pasa por diferentes etapas.

    #l papel que atribuye el mar'ismo a la clase obrera no tiene por lo tanto nada de rom!ntico" se basa

    en el an!lisis científico y en la e'periencia. :aturalmente el car!cter revolucionario de los

    traba2adores se revela cuando actúa realmente como clase, es decir colectivamente y

    organi1adamente. 7a clase no es la mera suma de los individuos que la componen y no

    encontraremos todas las propiedades de la clase en cada uno de los individuos y en cualquier 

    momento. )uando la clase obrera actúa como clase se diluyen los intereses individuales, los

    sectores m!s decididos arrastran a los m!s indecisos, los m!s conscientes ayudan a los menos

    conscientes, etc.

    7a concepción del anarquismo acerca de la naturale1a del proletariado es muy imprecisa. Aa4unin,por e2emplo, defendía que la clase m!s revolucionaria era el lumpemproletariado, porque 5estando

    casi totalmente incontaminada por toda la civili1ación burguesa, lleva en su cora1ón, en sus

    aspiraciones, en todas las necesidades y las miserias de su situación colectivista, todos los

    gérmenes del socialismo futuro, y que es la única con suficiente poder hasta hoy en día para iniciar 

    la /evolución 8ocial y conducirla hasta el triunfo6.

    $ientras el mar'ismo ve en el desarrollo del proletariado, por todas las ra1ones que hemos

    apuntado m!s arriba, una me2ora de la correlación de fuer1as en la lucha contra el capitalismo, la

    concepción ba4uninista se fi2aba en los sectores de la sociedad m!s afectados por la

    descomposición social que implica el capitalismo, otorgando al lumpen un papel revolucionario que

    nunca podr! tener.

    :o falta en la actualidad quien vea en la clase obrera 5contaminación burguesa6 por el hecho detener un coche, o un vídeo u otras pequeñas necesidades que pueden cubrirse con un salario. #s un

    factor que tienen en común tanto los reformistas como los grupos ultrai1quierdistas y anarquistas.

    9nos pretenden 2ustificar con esta idea la imposibilidad de luchar por transformar la sociedad y otros

    para lan1arse en busca de oprimidos 5descontaminados6 al margen de las relaciones de producción,

    a los que otorgan una capacidad revolucionaria 5pura6.

     

    #l papel de la organi1ación

     

    7a clase traba2adora, desde su aparición en la escena de la historia hasta hoy día, también ha tenido

    un aprendi1a2e.

    #l primer paso de la clase traba2adora fue unirse en sindicatos para enfrentarse organi1adamente alos patronos. Primero en el !mbito de cada empresa y luego a nivel de distintos sectores de la

    producción, hasta llegar a escala estatal.

    Pero la e'periencia demostró que la organi1ación sindical, si bien era un paso fundamental, no era

    suficiente. 7as me2oras salariales, la reducción de las horas de traba2o, las vacaciones..., ni eran ni

    son conquistas duraderas. 3arde o temprano, lo que la burguesía da en un momento determinado lo

    quita en otro en el que la correlación de fuer1as le es m!s favorable. Pronto quedó claro para la

    vanguardia del movimiento obrero, la necesidad de una lucha m!s global contra la burguesía. Para

    hacer las conquistas m!s permanentes, era necesario dar una perspectiva m!s general a la lucha

    económica y por me2oras inmediatas. 3ambién se hacía necesaria la lucha por derechos que no se

    podían arrancar f!brica a f!brica, como el derecho a reunión, manifestación, el derecho a la libre

    propagación de ideas... #ra necesario hacer frente a las maniobras de la burguesía, a la utili1aciónque ella hacía de las diferencias culturales y lingSísticas de los traba2adores, de las diferentes

    formas de #stado Idemocracia, dictadura, monarquías constitucionales, y dem!sJ, de la guerra, etc.

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    #n definitiva, era necesaria la participación de los traba2adores en la política como forma de alcan1ar 

    la plena libertad y emancipación de los oprimidos.

    ;gual que la organi1ación en sindicatos, la participación en la vida política surgió como una

    necesidad de la lucha de la clase traba2adora. 7a clase obrera no podía quedar limitada a la

    actividad sindical mientras la burguesía actuaba en todos los frentes de la vidaH político, ideológico,

    filosófico, cultural, etc... ;ndudablemente el é'ito en el terreno de la lucha inmediata, sindical, est!totalmente ligado a una lucha política e ideológica correcta, que sea capa1 de animar, de hacer 

    comprender los procesos generales.

    De hecho la utili1ación del aparato represivo del #stado no es el único método, y en muchos

    periodos ni siquiera el m!s importante, que utili1a la burguesía para mantener su dominación. #n

    muchas ocasiones a la burguesía le basta que cua2e la idea de que cambiar su sistema es

    imposible, de que es insustituible" le basta infundir al proletariado la sensación de que es impotente

    para hacer frente a un sistema aparentemente tan poderoso y de encabe1ar la lucha por otra

    sociedad.

    #l principal factor con el que 2uega la burguesía es la inconsciencia de la clase traba2adora de su

    propia fuer1a.

    #l dominio ideológico es mucho m!s cómodo y seguro que la represión directa. 7a burguesía utili1alos m!s mínimos rasgos que diferencian a un sector de la clase obrera de otro para dividirles y echar 

    una cortina de humo sobre la verdadera causa de todos los problemas que es la e'istencia del

    capitalismo. 9tili1an las diferencias culturales, lingSísticas, incluso las diferentes condiciones

    laborales que ellos mismos han impulsado para intentar crear división.

    )omo reacción a la utili1ación combinada de todos estos factores, la clase obrera ha respondido con

    la única arma a su alcanceH la fuer1a de su unidad, primero en la lucha económica organi1!ndose en

    sindicatos y luego en el terreno político e ideológico, creando partidos.

    #videntemente la participación de las masas en esos procesos no es autom!tica ni simult!nea.

    7a gran mayoría de los traba2adores no se organi1an en sindicatos o participan en la vida política por 

    inspiración teórica, sino por la conclusión que sacan de su e'periencia cotidiana. G cuando lo hacen

    tampoco abra1an directamente la idea de la revolución socialista o de la transformación radical de lasociedad. 9n sector de los traba2adores y de los 2óvenes sí lo hacen, pero a la inmensa mayoría de

    la gente le resulta m!s f!cil aceptar la idea de un cambio gradual de la situación mediante la suma

    de pequeñas me2oras sucesivas, evitando así un cambio brusco, traum!tico. 7a idea de transformar 

    la sociedad mediante pequeños cambios y reformas parece bastante m!s pr!ctica que la revolución.

    #so es muy normal, la mente también tiende hacia la línea de menor resistencia... hasta que la

    realidad se hace insoportable.

    7a conciencia humana no es un factor acelerador de los procesos históricos. $uy a pesar de lo que

    piensan los idealistas, que sitúan la evolución histórica a remolque de las ideas, los procesos se dan

    precisamente al revés. 7a conciencia tiene tendencia a adaptarse a la situación hasta límites

    insospechados. 5#sto est! mal, es cierto. Pero si siempre ha sido así, no es posible cambiarlo6.

    )uando la inmensa mayoría de los traba2adores y 2óvenes deciden romper con esta rutina e intentancambiar las cosas, no lo hacen por haber leído ni una línea de mar'ismo o anarquismo, entre otras

    cosas porque el capitalismo agota las energías de los traba2adores en largas horas de traba2o, hasta

    el punto de que lo último que se propone al llegar a casa por la noche es leer algo 5de teoría6. 7a

    conciencia siempre refle2a con retraso los procesos que se dan en la base material de la sociedad.

     

    M#s mala la participación en políticaN

     

    7a política es un refle2o de la disputa entre las diferentes clases sociales por la hegemonía social,

    aunque normalmente esa disputa apare1ca de forma muy distorsionada y diluida.

    #s sólo cuando el enfrentamiento entre las clases es m!s abierto, por e2emplo durante una huelga

    general, cuando se hace inevitable un posicionamiento m!s claro por parte de todos los políticos, lospartidos, los sindicatos, los intelectuales, los sociólogos y hasta de todos los que teóricamente

    ab2uran de la política o de Rlos asuntos terrenalesQ, como los curas y los 2ueces.

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    7a política de la burguesía es el con2unto de maniobras, ideas, t!cticas, que utili1a para mantener su

    dominación. 7a política burguesa est! hecha para confundir, dividir y desmorali1ar a los

    traba2adores. M)ómo contrarrestar esta influenciaN

    Para los mar'istas hay que participar en política defendiendo una auténtica política de clase,

    denunciando las maniobras y los engaños de la burguesía. @ay que defender y demostrar que e'iste

    un tipo de sociedad diferente que podemos construir, sin desempleo, sin miseria, con 2usticia y conigualdad. @ay que utili1ar todas las formas posibles para que esas denuncias y alternativas lleguen

    al m!'imo número de traba2adores y 2óvenes. @ay que agrupar a todos los sectores m!s

    conscientes de la clase obrera para que este traba2o sea m!s efica1, para evitar la dispersión de

    fuer1as. @ay que participar en política, para que las ideas revolucionarias tengan una influencia

    masiva y se conviertan en una fuer1a material.

    7a participación en la vida política ha sido considerada por parte de la clase traba2adora como una

    necesidad en la lucha contra la burguesía a lo largo de la historia. 7e2os de ser una imposición

    Re'ternaQ o RantinaturalQ la creación de partidos políticos obreros, a finales del siglo ; fue producto

    de una maduración interna de la clase obrera, de su capacidad de actuar como clase de una forma

    independiente, con fines propios y contrapuestos a los de la burguesía.

     ( la teoría anarquista le ocurre con la política lo mismo que con el poder o el #stado, es decir, lequita su car!cter de clase, dando m!s importancia a la forma que al fondo. curre lo mismo con los

    partidos, la centrali1ación, la disciplina, las decisiones 5desde arriba6, los líderes, etc. :o importa si

    proceden o est!n al servicio de la burguesía o del proletariado.

    #n sus inicios los ideólogos anarquistas proclamaban un odio furibundo contra la lucha sindical de

    los traba2adores. Desde su punto de vista, la lucha sindical por me2oras salariales era, por su propia

    naturale1a, el reconocimiento del sistema de e'plotación burgués en tanto que se reconocía la

    aceptación de un salario. )ualquier acto que no condu2ese inmediatamente a la huelga general

    revolucionaria contra el poder era conciliarse con ese mismo poder. #l bandolero, el lumpen, la

    sociedad medieval con sus pequeños gremios de traba2adores autónomos eran la fuente de

    inspiración de los ideólogos anarquistas y no el sindicalismo obrero.

    #sos planteamientos chocaban evidentemente con los traba2adores industriales e iban a contrapelodel propio desarrollo económico y social. #l anarquismo si quería sobrevivir tenía que ganarse el

    apoyo del movimiento obrero y con ello de2ar cada ve1 m!s atr!s sus postulados originales.

     

    II. ,or una or-aniación revolucionaria ()*7a revoluciones son acontecimientos totalmente e'cepcionales en la historia de la humanidad.

    3rots4y en @istoria de la /evolución /usa señalaH 5#l rasgo característico m!s indiscutible de las

    revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos. #n tiempos

    normales, el #stado, sea mon!rquico o democr!tico, est! por encima de la nación" la historia corre a

    cargo de los especialistas en este oficioH los monarcas, los ministros, los burócratas, los

    parlamentarios, los periodistas. Pero en momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace

    insoportable para las masas, éstas rompen con las barreras que las separan de la palestra política,derriban a sus representantes tradicionales y, con su intervención, crean un punto de partida para el

    nuevo régimen. De2emos 2u1gar a los moralistas si esto est! bien o est! mal. ( nosotros nos basta

    con tomar los hechos tal como nos los brinda su desarrollo ob2etivo6.

    7as revoluciones, la forma en que éstas se producen, no es arbitraria. 7as revoluciones tienen

    características propias, al margen de las intenciones de los propios hombres que las protagoni1an, y

    pueden y deben ser estudiadas por todos los revolucionarios serios.

    )omo señalaba 3rots4y el rasgo característico de las revoluciones es la intervención directa de las

    masas en los acontecimientos. #ste fue el rasgo esencial de la )omuna de París, de la /evolución

    /usa, de la /evolución #spañola, del $ayo del %& francés...

    7os mar'istas revolucionarios hoy, en el #stado español y en todo el mundo, creemos que

    efectivamente estos periodos especiales se van a reproducir aquí y en otros países en el futuro. #nesto los mar'istas revolucionarios nos diferenciamos de todas la dem!s corrientes políticas que ya

    han descartado desde hace tiempo esta perspectiva.

  • 8/17/2019 Marxismo y Revolución

    11/44

    Para nosotros la perspectiva de la revolución no es un acto de fe, sino la comprensión de dos

    procesos fundamentales y que est!n totalmente interrelacionadosH la incapacidad del capitalismo de

    hacer avan1ar m!s la sociedad en líneas progresistas y el proceso de toma de conciencia de la

    clase traba2adora, su capacidad de 2ugar un papel revolucionario.

    Precisamente sobre esos dos aspectos, la compresión del car!cter del capitalismo y la capacidad de

    actuación de la clase traba2adora, es donde se sitúa el meollo de las diferencias entre otrascorrientes de pensamiento político del movimiento obrero y el mar'ismo.

    7a incapacidad del capitalismo de satisfacer las necesidades de la mayoría y su necesidad de

    empu2ar a los traba2adores a condiciones de vida cada ve1 peores, no tiene un efecto instant!neo de

    poner como tarea inmediata acabar con el capitalismo. 7a conclusión de que es necesaria una

    revolución, rompiendo con la rutina del día a día, sólo surge en la medida en que millones de

    mu2eres y hombres comprendan que no hay otra salida posible. )omo hemos dicho, la conciencia

    humana es bastante reticente a los cambios bruscos. Por eso la sociedad funciona a saltosH largos

    periodos de relativa calma seguidos de choques virulentos entre las clases.

    ;ncluso la perspectiva inevitable de este enfrentamiento, de la revolución, no garanti1a

    autom!ticamente su triunfo. De hecho, si las revoluciones son e'cepcionales todavía lo son m!s las

    revoluciones triunfantes. 7a revolución 2am!s se produce con independencia de la contrarrevolución,de los intentos de la clase dominante de echar hacia atr!s la rueda de la historia, de ahogar en

    sangre el movimiento obrero y de la 2uventud, de recuperar como sea sus tradicionales palancas de

    dominio, su #stado, etc.

    7a victoria o el fracaso de la revolución ha dependido de que en los momentos decisivos, los

    sectores de la clase obrera que han sacado las conclusiones m!s avan1adas, que han comprendido

    las tareas y los pasos que hay que dar, sobre la base de su e'periencia y el estudio de los procesos

    revolucionarios de la historia, hayan ganado el apoyo no sólo de la vanguardia sino de las amplias

    masas de los oprimidos. #n otras palabras, la calidad de la dirección revolucionaria es fundamental

    para asegurar el triunfo.

     

    7a importancia de la dirección 

    #n este sentido no da igual el signo político de los que encabecen el movimiento obrero en el

    momento en que se produ1ca una situación revolucionaria. 8i los mencheviques hubiesen

    mantenido su predominio sobre el movimiento revolucionario ruso en *+* no cabe duda que la

    /evolución de ctubre no se hubiese producido o hubiera fracasado.

    7os mencheviques, que descartaban la revolución socialista, tenían una presencia mayoritaria en el

    movimiento obrero apenas ocho meses antes de la /evolución de ctubre, cuando, sin e'agerar,

    los bolcheviques eran una minoría casi desconocida para la gran masa de traba2adores de la ciudad

    y sobre todo para los campesinos. 8in embargo, en este corto espacio de tiempo los bolcheviques

    fueron capaces de aumentar su influencia en el movimiento y desbancar a los mencheviques de la

    dirección.7a /evolución de ctubre barrió definitivamente las vie2as instituciones 1aristas y burguesas y de2ó

    en evidencia el papel reaccionario de los mencheviques Ique acabaron pas!ndose al bando de la

    burguesíaJ. #so sólo fue posible porque los bolcheviques, bas!ndose en una perspectiva correcta

    Ila /evolución /usa no tenía que dar el poder a la burguesía sino a la clase obrera y era por tanto

    una revolución socialistaJ adoptaron en los diferentes momentos del proceso revolucionario una

    t!ctica correcta.

    8e podr! ob2etar lo que se quiera a la /evolución /usa y a la política de los bolcheviques para

    nosotros es una fuente de inspiración impresionante pero lo cierto es que, partiendo de una

    posición minoritaria en el movimiento, arrebataron la mayoría a los reformistas de entonces y

    consiguieron romper con el aparato del #stado 1arista. #n las diferentes etapas de la /evolución, e

    incluso antes de la /evolución de Febrero, los bolcheviques adoptaron un mismo método Ielevar elnivel de comprensión de los traba2adores, favorecer un movimiento independiente de la clase obrera

    partiendo de su propia e'perienciaJ, pero diferentes t!cticas.

  • 8/17/2019 Marxismo y Revolución

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    Para nosotros, y para los cl!sicos del mar'ismo, la t!ctica, las consignas, el lengua2e, las formas

    organi1ativas, los ob2etivos puntuales de las luchas, son 5correctos6 o 5incorrectos6 si ayudan o no a

    que un sector cada ve1 m!s amplio de los traba2adores comprendan que el capitalismo es la causa

    fundamental de sus problemas, que sí e'iste una alternativa al capitalismo y que la clase traba2adora

    sí tiene fuer1a suficiente para hacer frente a la burguesía y su aparato represivo. #n otras palabras,

    si ayudan al proceso de toma de conciencia y arman a los traba2adores con un programa viable parael derrocamiento del capitalismo.

     

    #l parlamentarismo y la revolución

     

    $ientras que para el anarquismo la participación en el parlamento es por principio negativa para el

    mar'ismo es una cuestión t!ctica que se deriva del an!lisis concreto de una situación dada. :o

    basta decir que el parlamento es una institución burguesa y que no sirve para resolver los problemas

    de los traba2adores. (nte todo hay que hacer que esa verdad sea asumida por los propios

    traba2adores en base a su e'periencia.

    #n la cuestión del parlamento es muy ilustrativa la e'periencia de la revolución de )hile de principios

    de los años > que acabó con el golpe militar de Pinochet.M)u!l fue el error de (llende y de los dirigentes socialistas en todo el proceso revolucionarioN

    MParticipar en las eleccionesN MFormar gobierno después de ganarlasN #n absoluto.

    @ay que anali1ar los procesos tal como son. 7a victoria electoral de (llende fue el producto de una

    situación de enorme radicali1ación de los traba2adores, que habían padecido con miseria y represión

    los anteriores gobiernos de la derecha, pero a su ve1 la victoria de (llende y el hecho de que el

    gobierno tomara medidas en beneficio de los traba2adores Igratuidad de la leche en los colegios,

    incremento de la escolari1ación, aumentos salariales, construcción de viviendas populares, por 

    e2emploJ y en contra de los monopolios imperialistas que saqueaban el país Inacionali1ación de las

    minas de cobreJ, actuó como un revulsivo impresionante, animando a las masas a participar 

    directamente en la toma de decisiones. Por primera ve1 un gobierno actuaba en su favor y no a

    favor de los de siempre, por primera ve1 la perspectiva era cambiar sus miserables condiciones dee'istencia por una vida me2or.

    De hecho, la preocupación para la burguesía y el imperialismo adem!s de las medidas del

    gobierno de (llende, que sí afectaron sus intereses era el hecho de que los traba2adores, en

    defensa de lo que consideraban su gobierno, habían empe1ado a establecer el control de las

    empresas, a crear comités de abastecimiento y otros órganos de participación directa al margen de

    las instituciones oficiales. #ran medidas que los traba2adores tomaban para contrarrestar el boicot

    de la reacción a las decisiones del gobierno.

    #l error de (llende no fue participar en las elecciones ni formar gobierno, su error fue confiar en que

    era posible alcan1ar el socialismo por la vía parlamentaria, por la vía legal. 7a victoria de la 9nidad

    Popular en las elecciones, la formación de un gobierno de i1quierdas, el permanente boicot de la

    reacción al gobierno de i1quierdas sirvieron para demostrar ante millones de traba2adores queefectivamente la única manera de acabar con la miseria y la opresión era a través de la revolución

    socialista.

    #n un momento determinado del proceso, cuando la posibilidad de un golpe militar era ya obvia, los

    traba2adores una y otra ve1 pidieron armas. Ga no era suficiente el voto, ya no eran suficientes las

    manifestaciones de apoyo masivas, ya no era suficiente el control de las empresasH era necesario

    aplastar a la reacción y establecer una nueva sociedad en base a una planificación socialista,

    consciente y democr!tica de los recursos económicos.

    #n ve1 de aprovechar el enorme potencial revolucionario de las masas y su disposición a llegar 

    hasta el final, los dirigentes socialistas y del P))h optaron en los momentos decisivos por la

    5moderación6, por llegar a un acuerdo con la Democracia )ristiana para 5calmar los !nimos6. 9na

    situación funesta de indecisión y par!lisis que acabó propiciando el golpe.7a e'periencia de la /evolución )hilena fue una lección sobre todo para el reformismo y su tesis

    según la cual es posible transformar la sociedad utili1ando la legalidad y las instituciones burguesas.

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    Pero esa e'periencia no demuestra para nada que desde el punto de los intereses de la revolución,

    la participación en las elecciones y en el parlamento sean negativas siempre y en todo momento.

    #so, como cualquier otra cuestión t!ctica, depende del an!lisis de las circunstancias concretas. 7a

    clase obrera no vive en una urna de cristal en la que sólo tiene oídos para los revolucionarios. 7a

    burguesía influye en el modo de pensar de los traba2adores, los reformistas también" ciertamente

    m!s que todo eso influye su propia e'periencia, pero eso es un proceso que pasa por diferentesetapas.

    Tue el parlamento burgués es una institución burguesa y que no sirve para transformar la sociedad

    es un principio. Pero no es un principio que la me2or manera de que los traba2adores comprendan

    eso sea la no participación en el parlamento así como la no utili1ación de otros recursos legales que

    tiene el sistema burgués para defender ideas revolucionarias.

    7a cuestión es Mpara qué utili1ar el parlamento y cómo hacerloN

    7os reformistas utili1an el parlamento como un fin en sí mismo, creen que desde allí se puede

    cambiar sustancialmente la realidad social. (dem!s lo hacen cayendo en el cretinismo

    parlamentario, se acostumbran a las frases grandilocuentes y vacías de contenido para convencer a

    5sus señorías6, y por supuesto a las venta2osas condiciones de vida que otorga el acta de

    parlamentario.#n cambio para los mar'istas revolucionarios, en un momento determinado, el parlamento puede

    ser utili1ado como un altavo1 de un programa revolucionario. #n el parlamento no defenderíamos el

    consenso ni nos dirigiríamos a 5sus señorías6 sino directamente a los traba2adores. Defenderíamos

    un programa basado en la reducción de las horas de traba2o, la eliminación de los contratos basura,

    en un salario decente para todos y un subsidio de desempleo indefinido para todos los parados

    hasta encontrar traba2o. #'plicaríamos públicamente cómo saca sus beneficios la Aanca, cómo con

    su nacionali1ación ba2o control obrero se podría utili1ar ese dinero para garanti1ar e incrementar 

    gastos en sanidad y en educación. Defenderíamos el levantamiento del secreto comercial y

    haríamos públicos todos los 5secretos de #stado6. Denunciaríamos la propia utili1ación que hacen

    los burgueses del parlamento, los sueldos que cobran, sus comisiones, cómo utili1an su tiempo y

    sus influencias para sus negocios. #'igiríamos también que todos los diputados obreros cobrasen elsueldo de un obrero, e'plicaríamos también cómo en la pr!ctica el parlamento no decide nada,

    cómo los parlamentarios pueden hacer todo lo contrario de lo que han prometido en la medida en

    que no e'iste la revocabilidad inmediata por parte de los que les han elegido, etc.

    M3endría un efecto positivo o negativo esa utili1ación del parlamento en la conciencia de los

    traba2adoresN M:uestra presencia fortalecería o debilitaría esa institución frente a los traba2adoresN

    M7os reformistas se sentirían m!s cómodos o menos cómodos con unos cuantos diputados

    mar'istas de este tipo en el parlamentoN Parece que las respuestas se desprenden por sí mismas.

     (dem!s, una t!ctica correcta presupone un programa correcto.

    :i siquiera todo eso que hemos apuntado agota la cuestión de la t!ctica frente al parlamento o unas

    elecciones. #fectivamente, en momentos determinados, sería correcto el boicot del parlamento. :o

    hacemos ningún fetiche de la participación Icomo lo hacen los reformistasJ ni de la no participaciónIcomo lo hacen los anarquistasJ.

    7enin, en su maravilloso libro #l i1quierdismo, enfermedad infantil del comunismo, escrito pocos

    años después del triunfo de octubre, respondía de esta manera a los elementos ultrai1quierdistas

    del comunismo alem!n que abogaban por el boicot al parlamento y la salida de los sindicatosH

    5(unque no fueran RmillonesQ y RlegionesQ, sino una simple minoría de obreros agrícolas la que

    siguiese a los terratenientes y campesinos ricos, podría asegurarse ya sin vacilar que el

    parlamentarismo en (lemania no ha caducado todavía políticamente, que la participación en las

    elecciones parlamentarias y en la lucha desde la tribuna parlamentaria es obligatoria para el partido

    del proletariado revolucionario, precisamente para educar a los sectores atrasados de su clase. I...J

    $ientras no teng!is fuer1a para disolver el parlamento burgués y cualquier otra institución

    reaccionaria, est!is obligados a actuar en el seno de dichas instituciones, precisamente porque haytodavía en ellas obreros idioti1ados por el clero y por la vida en los rincones m!s perdidos del

    campo. De lo contrario correréis el r iesgo de convertiros en simples charlatanes6U.

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    7o m!s significativo aquí es el método de 7enin para acercarse a una cuestión t!ctica. /especto al

    parlamento, hay que utili1arloH *VJ para denunciar el sistema y CVJ mientras no haya fuer1a suficiente

    para apoyarse en los organismos revolucionarios creados por la propia clase traba2adora para

    destruir el aparato del #stado.

    )omo se ve, la postura mar'ista nada tiene que ver con el reformismo ni con el formalismo

    antiparlamentario de los anarquistas. #n momentos determinados la burguesía se ve obligada aconceder una serie de derechos democr!ticos y una serie de me2oras económicas para evitar 

    perderlo todo" en otros momentos, como se vio en la revolución española de los años treinta o en los

    años setenta en )hile y (rgentina, opta por suprimir hasta los mínimos derechos democr!ticos y

    establece dictaduras feroces.

    Para los mar'istas no hay ninguna duda de que la democracia burguesa sigue siendo un

    instrumento de dominación de clase. De hecho las decisiones fundamentales que afectan a la vida y

    al futuro de la mayoría de las personas, no se toman ni siquiera en el parlamento sino en los

    conse2os de administración de las grandes empresas, bancos y monopolios y en los estados

    mayores. #n las inversiones, los despidos, en lo que se produce o se de2a de producir no interviene

    para nada el parlamento" lo mismo ocurre con los aspectos fundamentales del funcionamiento del

    #stado, que se llevan con un sigilo e'tremo.Por otro lado no hay que confundir los 2uicios con los pre2uicios. 7a participación electoral de los

    traba2adores no es una Raceptación del sistemaQ, de la misma manera que la aceptación de un

    salario, mientras e'ista capitalismo, no es la aceptación de la e'plotación.

    7os traba2adores no votan a los partidos obreros que tienen direcciones socialdemócratas o

    estalinistas porque sean 5borregos6 y estén con la 5cabe1a comida6, ni porque estén de acuerdo con

    su política. #l voto no se contradice con la lucha pr!ctica. 8alvando todas las distancias cuando los

    traba2adores votaron al Frente Popular en febrero del -% no lo hicieron por 5borreguismo6, porque

    aceptasen el sistema o porque pasaran por alto todos los errores de la política de los dirigentes de

    los partidos obreros. 8abían, a pesar de que los dirigentes no tenía un programa revolucionario y

    muchos de ellos habían 2ugado un papel nefasto en el -*O--, que votar a la derecha fascista era un

    suicidio. #n cierta manera las masas traba2adoras establecieron 5un pacto6 con sus dirigentes y laprueba m!s palpable de que eso no era 5aborregamiento6 fue el hecho de que meses después la

    masas pasaron a la acción revolucionaria contra el fascismo en la calle. 7a propia ):3, como hemos

    visto, tuvo que abandonar su postura abstencionista que tan desastrosas consecuencias tuvo en

    *+--. Durruti, abiertamente, pidió el voto al Frente Popular para liberar presos políticos del RAienio

    :egroQ.

     

    Por un sindicalismo revolucionario

     

    @emos dicho que el dominio ideológico de la burguesía y la rutina son dos factores fundamentales

    para la supervivencia del sistema. 9n factor que viene a complicar aún m!s todo el proceso es la

    e'istencia de organi1aciones de la clase obrera, con influencia de masas, cuya dirección acepta, enla teoría y en la pr!ctica el sistema capitalista como único posible.

    Por tanto en esta evolución de la conciencia de la clase traba2adora a la conclusión de la necesidad

    de la revolución socialista no sólo aparecen como obst!culo los pre2uicios y las ideas que transmite

    la burguesía directamente sino la que transmite la burguesía a través de los dirigentes de la clase

    obrera.

    Desde el punto de vista del mar'ismo revolucionario es necesario defender un programa y unos

    métodos que ayuden a comprender a los traba2adores y la 2uventud no sólo el papel del capitalismo

    y de la burguesía sino del reformismo. @ay que demostrar la incapacidad del programa reformista de

    satisfacer las necesidades de los oprimidos, y restar así su influencia a favor de las ideas

    revolucionarias. #ste último aspecto es importante sobre todo porque en momentos determinados la

    burguesía, una ve1 ha usado a los dirigentes reformistas de la clase obrera y éstos est!ndesprestigiados, trata de que este desprestigio favore1ca directamente a las ideas reaccionarias.

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    /especto a la actitud de los revolucionarios en las organi1aciones dominadas por los reformistas,

    una ve1 m!s, lo importante es el método para llegar a una t!ctica adecuada, huyendo de recetas

    preconcebidas.

    Para restar influencia a los dirigentes reformistas son necesarias dos condicionesH que quede en

    evidencia que el programa reformista no sirve desde el punto de vista de las aspiraciones de las

    masas y, no menos importante, que e'iste una alternativa a ese programa.Para ese punto volvemos una ve1 m!s al citado libro de 7eninH

    5MDeben entrar los revolucionarios en los sindicatos reaccionariosN 7os i1quierdistas alemanes

    consideran que pueden responder con una negativa absoluta a esta pregunta. ( su 2uicio, el vocerío

    y los gritos de cólera contra los sindicatos RreaccionariosQ y RcontrarrevolucionariosQ I...J bastan para

    demostrar la inutilidad y hasta la inadmisibilidad de que los revolucionarios, los comunistas, actúen

    en los sindicatos contrarrevolucionarios I...J.

    57os sindicatos fueron un progreso gigantesco de la clase obrera en los primeros tiempos del

    desarrollo del capitalismo por cuanto significaba el paso de la dispersión y de la impotencia de los

    obreros a los rudimentos de la unión de clase. )uando empe1ó a desarrollarse la forma superior de

    unión de clase de los proletarios, el partido revolucionario del proletariado Ique no merecer! este

    nombre hasta que no sepa ligar a los líderes con la clase y las masas en un todo único eindisolubleJ, los sindicatos comen1aron a manifestar fatalmente ciertos rasgos reaccionarios, cierta

    estreche1 gremial, cierta tendencia al apoliticismo, etc. Pero el desarrollo del proletariado no se ha

    efectuado ni ha podido efectuarse en ningún país de otro modo que por medio de los sindicatos y

    por su acción con2unta del partido de la clase obrera I...J.

    57os mencheviques WreformistasX de ccidente se han RatrincheradoQ mucho m!s sólidamente en los

    sindicatos, ha surgido allí una capa mucho m!s fuerte que en nuestro país de Raristocracia obreraQ,

    profesional, me1quina, egoísta, desalmada, !vida, pequeñoburguesa, de espíritu imperialista,

    comprada y corrompida por el imperialismo. I...J #s preciso librar una lucha implacable y continuarla

    de manera obligatoria, como hemos hecho nosotros Wlos bolcheviquesX, hasta poner en la picota y

    arro2ar de los sindicatos a todos los 2efes incorregibles del oportunismo I...J.

    5Pero la lucha de la Raristocracia obreraQ la sostenemos en nombre de las masas obreras y paraponerlas de nuestra parte" la lucha contra los 2efes oportunista y socialchovinistas la sostenemos

    para ganarnos a la clase obrera. 8ería necio olvidar esta verdad elementalísima y m!s que evidente.

    G tal es, precisamente, la necedad que cometen los comunistas alemanes Rde i1quierdaQ, los cuales

    deducen del car!cter reaccionario y contrarrevolucionario de los cabecillas de los sindicatos la

    conclusión de que es preciso... KKsalir de los sindicatosLL KK/enunciar al traba2o en ellosLL KK)rear 

    formas de organi1ación nuevas, inventadasLL 9na estupide1 tan imperdonable que equivale al me2or 

    servicio que los comunistas pueden prestar a la burguesía I...J.

    5:o actuar en el seno de los sindicatos reaccionarios significa abandonar a las masas obreras,

    insuficientemente desarrolladas o instruidas, a la influencia de las ideas reaccionarias, de los

    agentes de la burguesía, de los obreros aristócratas. I...J Para saber ayudar a la RmasaQ y conquistar 

    su simpatía, su adhesión y su apoyo, no hay que temer las dificultades, las quisquillas, las1ancadillas, los insultos y las persecuciones de los R2efesQ I...J y se debe traba2ar sin falta allí donde

    est!n las masas6 .

    7a línea divisoria entre una política reformista o revolucionaria no estriba en absoluto en la

    participación o no en los sindicatos y en las organi1aciones de traba2adores. (l igual que en el caso

    de las elecciones y el parlamento la cuestión clave es para qué y cómo.

    7a t!ctica es algo fle'ible, lo importante es el ob2etivo que se persigueH restar influencia al

    reformismo y ganar influencia para las ideas revolucionarias. )omo hemos repetido la revolución es

    un proceso de masas, por tanto el ob2etivo es ganarlas. 8ólo lo podremos hacer si contrastamos

    nuestras ideas con las de los reformistas allí donde est!n los traba2adores.

    :i siquiera eso agota la cuestión de las organi1aciones de la clase obrera. #n cada etapa del

    proceso revolucionario la clase obrera crea y participa en determinados organismos. 7a forma m!selemental de organi1ación son los sindicatos y los partidos obreros pero en momentos de auge en la

    lucha se crean comités de f!brica con la participación de sectores no organi1ados, esos comités se

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    pueden crear en comunidades de vecinos, institutos, etc. y luego unirse creando organismos m!s

    amplios. (sambleas de barrios o incluso de localidad que asumen no sólo la defensa de

    determinadas reivindicaciones sino que empie1an a gestionar directamente aspectos de la vida

    cotidiana. #so lo vimos en los )hile en la época de la 9nidad Popular, en Portugal tras la revolución

    de abril de *+0, en (lbania en febrero de *++, en /usia en *+*, y en estos momentos en los

    acontecimientos revolucionarios de (rgentina. #sos órganos son bastante m!s amplios ydemocr!ticos que los sindicatos, eligen y revocan a sus representantes de forma permanente según

    la evolución de los acontecimientos. 7a discusión y la toma de decisiones es mucho m!s fluida que

    ningún otro tipo de organi1ación. #sos organismos son característicos de períodos

    prerrevolucionarios o revolucionarios y son e'tremadamente participativos.

    #so no significa que la consigna central que debamos lan1ar los revolucionarios ahora en el #stado

    español sea la formación de comités obreros" ahora el punto central es transformar los sindicatos en

    auténticas organi1aciones de lucha sobre la base de la defensa de un programa revolucionario y el

    combate contra la burocracia sindical. #n el futuro la batalla tendr! otro car!cter" en una situación

    revolucionaria donde la cuestión fundamental sea el triunfo de la revolución o de la contrarrevolución

    la participación de los traba2adores superar! los estrechos límites organi1ativos y políticos de los

    sindicatos y el punto en el que tendríamos que poner énfasis sería otro.7a t!ctica, las medidas a corto pla1o, siempre deben estar supeditadas a la estrategia que es la

    transformación socialista de la sociedad. #n todo caso el ob2etivo siempre es ayudar a crear un

    movimiento independiente y revolucionario de la clase obrera.

     

    II. ,or una or-aniación revolucionaria (+*7a lucha por reformas parciales

     

    #l papel que 2uegan las reivindicaciones es un punto también muy importante. 53odas las

    revoluciones se han generado en el seno del pueblo. =am!s revolución alguna apareció de pronto,

    armada de los pies a la cabe1a, como $inerva surgiendo del cerebro de =úpiter. :o hay revolución

    que no haya tenido su periodo de incubación, su proceso evolutivo, durante el cual las masas, trashaber formulado modestísimas demandas, llegan a concebir la necesidad de cambios m!s

    profundos y m!s completos. (sí se les ve crecer en osadía y en arro2o, lan1!ndose a las m!s

    atrevidas concepciones sobre los problemas del momento y adquiriendo cada ve1 mayor confian1a y

    mayor dominio de sí mismas, al emerger de su letargo de desesperación y ampliar bravamente su

    programa y sus e'igencias. Poco a poco, paso a paso, Rlas humildes peticionesQ se truecan en

    verdaderas demandas revolucionarias6. KTué bien queda refle2ada en esta frase la relación entre las

    reivindicaciones, la toma de conciencia, la confian1a en sus propias fuer1as por parte de las masas

    y la revoluciónL MTué añadir m!sN KPero no es una frase de 7enin que podría asumirla sin

    problemas sino del anarquista Eropot4inL

    7a /evolución de Febrero en /usia empe1ó con una huelga del sector te'til de las mu2eres de

    Petrogrado" los sucesos revolucionarios que sacudieron a (rgentina adquirieron su punto culminantecon el robo de miles de millones de dólares a los pequeños ahorradores, pero estuvieron precedidos

    por siete huelgas generales e insurrecciones populares en distintas localidades.

    7a forma m!s elemental de lucha de los traba2adores y de la 2uventud es la lucha por me2oras

    inmediatas en sus condiciones de vida. $e2oras salariales, condiciones de traba2o, gastos sociales,

    etc. Desde el punto de vista mar'ista la lucha por me2oras parciales, por reformas, es

    e'traordinariamente positiva. 7os mar'istas no nos diferenciamos de los reformistas porque los

    primeros sólo sepan proclamar la revolución socialista como loros y los segundos luchan por 

    me2oras cotidianas. 7o que caracteri1a a los reformistas es que las únicas reformas a las que

    aspiran son las que el capitalismo ob2etivamente puede permitirse.

    #n periodos de ascenso de la economía capitalista, hecho que no se da ahora, efectivamente

    algunas reformas son posibles. Pero en la fase que estamos actualmente, de crisis aguda delcapitalismo, los reformistas siguen aspirando a ser gestores del capitalismo. #n una situación en que

    ni las m!s mínimas reformas son posibles sin una lucha seria y contundente desde aba2o, se

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    convierten en reformistas sin reformas o abiertamente en reformistas a favor de contrarreformas,

    como 3ony Alair, 8chroeder o Felipe

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    )omo dice Eropot4in, en la medida en que las masas adquieren m!s confian1a en sí mismas

    pueden 5ampliar bravamente su programa y sus e'igencias6. #fectivamente una reivindicación

    b!sica siempre es algo relativo, depende de la e'periencia del propio movimiento. #n la /evolución

    /usa en febrero de *+* era b!sico reivindicar 5Pan, Pa1 y 3ierra6 como lo hacían los bolcheviques,

    pero a partir de un momento determinado, por la propia evolución de los acontecimientos y la

    e'periencia de la clase obrera era fundamental, para hacer posible esas aspiraciones, lareivindicación de 53odo el poder para los soviets6. 7as reivindicaciones inmediatas cambian.

    9na ve1 m!s vemos cómo lo importante es el método y no un recetario de libro aparentemente

    infalible y radical.

    7igar las aspiraciones inmediatas con una perspectiva de lucha m!s amplia es fundamental para

    que el movimiento avance, adquiera conciencia de su papel, de las tareas que est!n por delante.

    Pero no siempre esta relación se establece f!cilmente ni con la suficiente rapide1 como para que

    este movimiento o lucha obtenga una victoria. De ahí que sea decisiva la e'istencia de una

    organi1ación revolucionaria con una influencia de masas que haya asimilado la e'periencia histórica

    de la lucha de los traba2adores y se haya ganado una autoridad en el propio movimiento. 8e podr!

    estar de acuerdo o no con la /evolución /usa, pero lo que est! claro es que sin el Partido

    Aolchevique ésta no hubiese triunfado" hubiese sido descarrilada por los mencheviques ysocialrevolucionarios IamObos partidos eran reformistasJ.

    7a idea 53odo el poder para los soviets6 refle2aba el sentir mayoritario de las masas traba2adoras en

    un momento determinado de la lucha, en ctubre de *+*" pero los bolcheviques la defendieron

    desde antes, cuando todavía no estaba asumida por la mayoría de los traba2adores. 7os

    bolcheviques confiaban en que su postura conectaría con los traba2adores en la medida en que

    éstos iban aprendiendo de la e'periencia, de la incapacidad del gobierno Eerens4i para acabar con

    la participación de /usia en la guerra, para dar la tierra a los campesinos, poner fin al colapso

    económico y frenar a la reacción interna.

    9na de las acusaciones cl!sicas de los reformistas contra los mar'istas es de reivindicar cosas 5que

    no piensa la gente6, de ser unos 5visionarios6, de estar desconectados de la 5realidad cotidiana6. De

    hecho uno de los métodos de los dirigentes reformistas para mantener el movimiento obrero dentrode unos límites tolerables para el capitalismo es aislarlo en luchas de barrio, de f!brica, de

    comunidad, evitando como a la peste un movimiento general de la clase obrera. 7a ra1ón es

    sencilla, un movimiento general de la clase pone m!s en evidencia las carencias generales del

    sistema, e'ige por tanto una alternativa general al sistema que los reformistas no tienen.

    Durante todo el proceso de desmantelamiento industrial de principios de los años ochenta

    emprendido por los gobiernos del P8#, vimos cómo los dirigentes sindicales hicieron lo posible, y

    lo consiguieron, para evitar un movimiento estatal de la clase obrera contra la destrucción de

    empleo. #n lugar de organi1ar una lucha coordinada y contundente, empe1ando por una huelga

    general de C0 horas planteando la oposición a la destrucción de un sólo empleo, dividieron la lucha

    en líneas nacionales. )anali1aban el descontento con consignas como 58alvar

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    económico en beneficio de la mayoría y no en beneficio privado se creara empleo para todos. 7a

    respuesta de los reformistas a este programa es que 5no es realista6, pero lo que realmente no es

    realista es que se resuelva el problema del desempleo y de las sucesivas reconversiones dentro del

    marco capitalista.

    #n general, un movimiento puede empe1ar en un barrio o por un conflicto puntual, etc. Pero lo m!s

    revolucionario es intentar hacerlo lo m!s amplio posible y ligar esas reivindicaciones a otras quedemuestren que sí es posible resolver los problemas pero que eso implica una lucha contra el

    sistema. #so no significa abandonar el ob2etivo de conseguir me2oras puntuales, pero sirve para

    elevar el nivel de participación y de compresión de las causas de fondo de los miles de problemas

    que acechan a la 2uventud y a los traba2adores día a día.

    )uriosamente los reformistas siempre han considerado el programa mar'ista como algo 5a2eno a lo

    que piensa la gente6. 8e basan en que las masas 5no piden la nacionali1ación de la banca6, o no

    5ven6 convocar una huelga general, o no 5apoyan6 la lucha por el socialismo, todo para inhibirse de

    sus responsabilidades. #l oportunismo es una característica b!sica del reformismo. Por otra vía

    distinta el anarquismo también acusa al mar'ismo de lo mismo porque 5introduce reivindicaciones

    desde fuera6, 5porque defiende un programa discutido en un partido6, etc." de esa manera el

    oportunismo se hace m!s estridente, con una envoltura m!s radical, pero es oportunismo al fin y alcabo.

    :o es ninguna casualidad que la idea de que 5la revolución tiene que empe1ar por uno mismo6 sea

    común tanto del anarquismo como del reformismo. Para el reformista esa idea va de perilla porque

    5mientras la gente no cambie6 ellos no se ven en la obligación de plantear ninguna revolución

    general. Para el anarquista lo fundamental es garanti1ar la integridad del individuo, que no puede

    ser violentado por una din!mica de lucha en la que los intereses de clase estén por encima de los

    intereses individuales.

    9na lucha amplia y seria del movimiento obrero necesariamente implica formas de movili1ación y de

    organi1ación que sobrepasan con creces los esquemas organi1ativos de laboratorio de la doctrina

    anarquista Iun movimiento 5sin líderes6, 5sin política6, 5sin partidos6J de ahí que la tendencia de los

    movimientos anarquistas sea limitar la lucha y sus perspectivas, manteniendo así su 5pure1a6 y almismo tiempo su esterilidad, o si efectivamente esta lucha alcan1a un nivel m!s amplio y ellos est!n

    en la cabe1a de la misma incumplen punto por punto todo el abecé de su ideario organi1ativo.

     

    M8on aceptables los acuerdosN

     

    MTué aporta el anarquismo en el terreno de la lucha pr!cticaN

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    correlación de fuer1as con el empresario I!nimo en la plantilla, nivel de organi1ación sindical,

    conte'to general de luchas, etc...J, no a consideraciones de tipo moral, se lan1ar! otra ve1 a la

    lucha. #l car!cter m!s inmediato o m!s general de las aspiraciones de esta lucha depender!

    siempre de muchos factores.

    @ay acuerdos y acuerdos. Pero esos son positivos o negativos dependiendo de factores que van

    mucho m!s all! del acuerdo Ren síQ. 7as luchas tienen su propia din!mica y lo fundamental esanali1ar la correlación de fuer1as de cada momento. M#s un mal pacto un B? de aumento salarial

    netoN Depende. Por e2emplo en un caso hipotético en que la lucha ha llegado a una ocupación total

    de las f!bricas, millones de traba2adores se han manifestado durante días en la calle, el e2ército se

    descompone y una parte de los soldados dan muestras de simpatías en la lucha..., en fin una

    situación en la que se impone acabar con el poder de la burguesía, qué duda cabe que aceptar un

    B? de aumento salarial es una verdadera traición.

    #videntemente es un e2emplo e'tremo pero es útil para comprender el car!cter relativo de los

    pactos.

     (ctualmente la mayoría de los pactos a que los dirigentes sindicales llegan con la patronal y el

    gobierno son negativos. Pactos como la reforma del mercado laboral, las pensiones, el pacto de

    3oledo, implican un retroceso en los derechos conquistados por los traba2adores en el pasado y hansido presentados como grandes conquistas por los propios dirigentes sindicales.

    Pero para combatir eso no sirve de nada limitarse a gritar a los dirigentes 5traidores, traidores6..." eso

    no es ningún programa de lucha y con eso no se construye nada ni se añade nada a lo que todo el

    mundo puede ver con sus propios o2os. @ay que demostrar que la lucha podía haber ido m!s all!,

    poner e2emplos de luchas internacionales, demostrar dónde est! el dinero para nuestras

    reivindicaciones, basarse en los sectores que ya est!n movili1ados, organi1ar me2or y e'tender el

    movimiento, dotarlo de un programa serio y ob2etivos claros, apelar directamente al con2unto de la

    sociedad, etc. 7a única forma de restar la influencia y el apoyo de los dirigentes reformistas es

    demostrando que se puede ganar y luchando hombro a hombro con los traba2adores en sus

    organi1aciones de clase.

    #l problema fundamental de las luchas no es la incapacidad de los traba2adores y de la 2uventud deir m!s all!, sino sus direcciones. Por tanto la alternativa en positivo y el método no sectario hacia las

    organi1aciones obreras es fundamental para que las ideas revolucionarias vayan alcan1ando m!s

    posiciones.

     

    II. ,or una or-aniación revolucionaria (/* (cción individual o acción de masas

     

    )uriosamente el anarquismo, que obtuvo una cierta prórroga histórica como reacción al oportunismo

    reformista, comparte con éste sin embargo una raí1 comúnH la desconfian1a total en que las masas

    puedan 2ugar un papel revolucionario.

    7os reformistas, al desconfiar en la capacidad revolucionaria de los traba2adores, tienden a intentar maniobrar con el aparato burgués y acaban utili1ando sus instituciones como un fin en sí mismo.

    )reen que así pueden cambiar gradualmente el sistema pero, carentes de la fuer1a de la clase

    obrera y desligados de ella acaban convirtiéndose en un 2uguete de la burguesía, muy útil en

    momentos determinados. #l anarquismo reacciona frente al reformismo con una fraseología radical

    pero es incapa1 de atraerse a las masas. #l anarquismo, al no comprender el proceso de toma de

    conciencia de los traba2adores, que es un proceso ob2etivo, acaban despreci!ndoles también y

    responsabili1!ndoles de la pervivencia del sistema. (sí la 5masa6 se contrapone al 5individuo6 como

    el elemento pasivo al elemento activo.

    7a incomprensión de los procesos de toma de conciencia lleva a la desesperación, a la acción

    individual y al terrorismoH 5la acción individual6 contrapuesta a la acción de masas. 7a compresión de

    los procesos, la intervención en los acontecimientos, pierde todo el sentido en la din!mica de la5acción individual6. #n aras del realismo sustituyen la política por la química y la 5violencia6 que se

    convierte una ve1 m!s en un fetiche totalmente desligado de los dem!s elementos del proceso.

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    =ohann $ost, un anarquista de finales del siglo ; que se afincó en ##99, publicó un folleto en

    *&&B titulado significativamenteH 5)iencia de la guerra revolucionariaH $anual de instrucción en el

    uso y preparación de nitroglicerina, dinamita, algodón, pólvora, mercurio fulminante, bombas,

    fulminantes, venenos, etc., etc.6.

    #se apasionado de la 5acción individual6 decía que 5al proporcionar la dinamita a los millones de

    oprimidos del globo, ha hecho la ciencia su me2or obra. 7a preciosa sustancia puede llevarse en elbolsillo sin peligro, al tiempo que es un arma formidable contra cualquier fuer1a militar, policía o

    detectives que se propongan ahogar el grito en favor de la 2usticia que surge de los esclavos

    víctimas de la e'plotación6.

    8in embargo la química no ha podido sustituir a la política ni, como diría 3rots4y, la educación

    política no puede ser sustituida por la sensación política.

    7os mar'istas no estamos en contra del terrorismo individual por ra1ones morales sino porque

    dificulta el proceso de toma de conciencia y altera la correlación de fuer1as entre la burguesía y la

    clase obrera a favor de aquélla.

    7a lucha contra el #stado burgués 2am!s ser! victoriosa si se enfoca como un simple combate de

    individuos armados contra el con2unto del sistema. 7a Rfuer1a físicaQ es el lado menos vulnerable del

    #stado. :ingún individuo ni comando especial puede reunir m!s fuer1as que el e2ército y la policía.7as Rba2asQ causadas con el asesinato de generales, empresarios u otros representantes del #stado

    burgués, son r!pidamente sustituidas. #n cambio las ba2as que la represión puede causar entre los

     2óvenes y traba2adores luchadores son mucho m!s dañinas y difíciles de restituir.

    7a e'periencia de las acciones de #3( son enormemente esclarecedores acerca de los efectos

    perniciosos que produce el terrorismo individual. 7os atentados terroristas no sólo no ayudan, sino

    que dificultan tremendamente la compresión del auténtico car!cter de clase que tiene el #stado. #l

    terrorismo individual, que es un fenómeno que tiene raíces políticas, no es la causa de la represión,

    la responsabilidad de ella es de la burguesía, pero los atentados facilitan la tarea de 2ustificar las

    medidas represivas ante la población. (yudan a 2ustificar la aplicación de medidas reaccionarias, el

    refor1amiento del aparato represivo" medidas todas que luego no sólo se utili1an contra los grupos

    terroristas sino contra el movimiento obrero, 2uvenil y sus organi1aciones.#n la medida que los grupos terroristas, o los grupos de RconspiraciónQ basados en métodos

    individuales, fracasan en su enfrentamiento con el #stado ayudan a fortalecer la idea de que el

    #stado burgués es fuerte, indestructible. Fortalecen la idea que m!s tenemos que combatir.

    7a acción directa organi1ada de las masas, aun con ob2etivos modestos, tiene un valor infinitamente

    m!s importante que la espectacularidad de la acción individual. 7a lucha reivindicativa basada en las

    huelgas, en las manifestaciones ponen en evidencia las contradicciones de todo el sistema, m!s all!

    del odio individual a sus representantes. (dem!s, las organi1aciones de tipo terrorista, que

    conspiran en pequeños grupos y en la clandestinidad, tienden a crear un modo de vida propio,

    desligado de la lucha diaria de las masas, el me2or caldo de cultivo para el desarrollo de vicios

    burocr!ticos.

    7os mar'istas no renunciamos al uso de la fuer1a para defendernos de las agresiones de laburguesía, pero sabemos que incluso el pilar fundamental del #stado burgués, el e2ército, sufre en

    su seno la polari1ación entre las clases que se da en situaciones revolucionarias.

    3odas las revoluciones provocan tensiones en líneas de clase dentro del aparato del #stado,

    especialmente del e2ército. #sta escisión puede llegar tan le2os como vimos en la revolución en

    Portugal en *+0 en la que los soldados y suboficiales se unieron a los traba2adores y a los 2óvenes

    de2ando a la burguesía totalmente impotente para recuperar el orden. )uando un movimiento

    revolucionario alcan1a proporciones verdaderamente de masas, con ob2etivos claros y una dirección

    decidida, la destrucción del #stado burgués puede ser una tarea relativamente pacífica. 7a

    revolución rusa es otro e2emplo de cómo se destruyó la otrora todopoderosa maquinaria represiva

    del #stado 1arista sin apenas derramamiento de sangre, insignificante comparado con los

    accidentes laborales, los millones de muertos por hambre y enfermedad o las víctimas inocentes delas agresiones imperialistas que se producen ba2o el capitalismo.

     

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    M8on necesarios los dirigentesN

     

    7legados a este punto el argumento de los anarquistas podría serH 5sí, toda la crítica que habéis

    hecho al reformismo est! bien, pero tiene un problemaH vuestra alternativa no elimina los líderes, ni

    los partidos, ni la disciplina, ni todos aquellos elementos de autoritarismo que ahogan al individuo6.

    #fectivamente, para el anarquismo una buena parte de nuestro ra1onamiento contra los reformistasnos la podíamos haber ahorrado puesto que el problema fundamental de la lucha es el car!cter 

    5vertical6 de las organi1aciones, etc.

    7os revolucionarios consideramos necesario y positivo, porque ayuda a ese proceso de toma de

    conciencia, estar organi1ados políticamente. :o todos los traba2adores y 2óvenes llegamos

    simult!neamente a la conclusión de la necesidad de transformar la sociedad. Diferentes

    e'periencias, tradiciones familiares, características individuales, el enorme peso de la rutina, las

    presiones de la vida laboral, hacen que esto sea así y es inevitable que una minoría llegue a

    conclusiones de que esta sociedad est! caduca históricamente, que es necesario acabar con el

    sistema capitalista, antes de que lo haga el con2unto de la clase. 7a revolución 2am!s puede ser obra

    de una minoría Mpero no sería absurdo que los sectores de la 2uventud que ya han llegado a la

    conclusión de que hay que hacer la revolución no se organi1asen para transmitir esa idea alcon2unto de su claseN M:o sería absurdo pensar que los sectores m!s avan1ados de la 2uventud y

    de los traba2adores se considerasen un producto Ra2enoQ a esta misma claseN Por último Mno es

    ra1onable pensar que cuanta m!s influencia tenga el sector m!s avan1ado y m!s decidido de la

    clase traba2adora sobre el resto, en me2ores condiciones estar! el con2unto de la clase obrera para

    hacer frente a los ataques de la burguesíaN

    #l anarquismo afronta estos ra1onamientos con dos aspectos contradictorios entre síH primero en la

    teoría dicen que independientemente de la t!ctica, programa.... la actuación de cualquier grupo

    político Isea de derechas, de i1quierdas, reformista o mar'istaJ es negativo por definición, porque

    cualquier grupo político, por el hecho de serlo, manipula la voluntad de los individuos. #n segundo

    lugar los propios anarquistas se organi1an políticamente Iaunque no reconocen esta fatal

    contradicción que seguidamente demostraremosJ para defender otros métodos de luchadeterminados.

    @asta qué punto el anarquismo mitifica la forma en detrimento del fondo e incluso es incapa1 de

    comprender la forma que adquieren los procesos comple2os en la realidad se ve claramente en esa

    diferencia entre lo que predican y lo que practican.

    #n su ataque contra los 5partidos políticos6 Isin ninguna distinción de claseJ, los anarquistas atacan

    sus manifestaciones, es decir su organi1ación Ique estrangula la espontaneidadJ y sus líderes Ique

    tiene como consecuencia, siempre según los anarquistas, la sumisión de los dem!s a los 2efesJ.

    /efle'ionemos un pocoH cualquier persona que se haya preocupado de conocer mínimamente la

    historia del movimiento obrero y de la primera internacional sabe que Aa4unin organi1ó una alian1a

    secreta dentro de la ; ;nternacional, la (lian1a por la Democracia 8ocialista, por cierto, altamente

    centrali1ada y conspirativa.Dentro de la ):3, por no hablar de la ):3 misma, e'istía otra organi1ación política, la F(;,

    independientemente de que se presentara o no a las elecciones.

     (parte de nuestras discrepancias con el programa de la F(;, el hecho es que ésta era una

    organi1ación abiertamente política y enormemente autoritaria aplicando los propios par!metros

    anarquistas.

    Yeamos las apreciaciones que hacía )ésar $. 7oren1o sobre la F(;H 5#structurada de manera muy

    poco estricta, a base de grupos autónomos compuestos por docenas de hombres por término

    medio, contaba con un )omité Peninsular... que hacía las veces de órgano de enlace... 8u

    verdadera cohesión procedía de la intransigencia ideológica de sus miembros, enemigos feroces de

    la autoridad, de la 2erarquía, de la política, del #stado, de la acción legal y de la contempori1ación.

    7os 5faístas6 emprendieron la conquista de la ):3, imponiendo su radicalismo, la violencia de sulengua2e, sus críticas incesantes, predicando cada día para el siguiente la revolución social... I...J 8u

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    verdadero epicentro se situó en )ataluña, cuna y hogar siempre ardiente del movimiento libertario. G

    no iba a tardar en convertirse en un R#stado dentro del #stadoQ en el seno de la ):36U.

    )omo vemos toda una oda al espontaneismo. #s de destacar que el hecho de que la F(; empe1ara

    como 5grupos autónomos6 no impidió que acabaran siendo un 5#stado dentro del #stado6. Pretender 

    que la F(;, cuya cohesión se basaba en 5la intransigencia ideológica de sus miembros6, fuera un

    grupo apolítico, es poco menos que ridículo.Finalmente, lo m!s significativo de todo eso es que, aparte de contradecirse con los postulados

    antiautoritarios que conforman los pilares del anarquismo, toda la 5intransigencia contra el #stado y

    la contempori1ación6 no impidió que en los momentos decisivos de la /evolución española los

    dirigentes de la ):3 contribuyeran a la reconstrucción de #stado burgués y contempori1aran con los

    postulados del estalinismo y del reformismo, como ya hemos e'plicado en p!ginas anteriores.

    #l movimiento anarquista siempre ha tenido sus propios líderes. M:o era un líder, por su autoridad

    moral y su capacidad de inspiración, Aa4uninN M:o era un líder DurrutiN M:o fue un individuo con la

    capacidad, la trayectoria y la e'periencia suficientes para organi1ar a decenas de miles de milicianos

    en el frente de (ragón para hacer frente a los fascistasN 8i eso no es un líder Mqué esN #s m!s,

    Mqué anarquista, en su sano 2uicio, consideraría negativo la e'istencia de este tipo de líderes, en

    plena batalla contra los fascistasN M(caso no sería me2or mil líderes como DurrutiNPor último, Macaso Durruti no tenía que tomar decisiones en plena batallaN M(caso cualquier cambio

    t!ctico del enemigo no implicaba la necesidad de tomar decisiones que afectaban a otros

    individuosN

    #l e2emplo militar también es aplicable en tiempos de pa1, en el que la lucha de clases no

    desaparece. 3odo eso parece obvio.

    #l movimiento anarquista tenía sus líderes, tenía su estrategia, su t!ctica, en definitiva su propia

    política. 8i a consecuencia de sus postulados teóricos a todas luces impracticables no daban a

    la lucha política todo el empu2e necesario, si a consecuencia de sus pre2uicios no daban la suficiente

    cohesión al movimiento, eso es otra discusión, pero lo que es innegable es que pese a todo

    incluso la defensa del abstencionismo político el movimiento anarquista era un movimiento político

    con todas sus manifestaciones.M:o sería verdaderamente patético que una organi1ación que agrupaba millones de traba2adores,

    los m!s combativos, no pudiesen tomar decisiones y llevarlas a la pr!ctica para no incurrir en el

    pecado del RautoritarismoQN :o era cierto que estas decisiones, cualesquiera que fuesen, afectaban

    la voluntad de otros RindividuosQ que pudiesen tener ideas contrarias.

    M(caso no podemos llegar finalmente a la conclusión de que sin organi1ación, sin actuar de una

    forma coordinada, sin la aceptación por parte de la minoría de las decisiones de la mayoría, sin

    delegar tareas determinadas, la clase obrera se limitaría simplemente a ser una masa indefensa de

    e'plotados a merced de las decisiones de la burguesíaN

    7os traba2adores y la 2uventud sólo despliegan todo su potencial revolucionario cuando actúan

    colectivamente, como clase. @ay un principio del materialismo dialéctico según el cual el todo no es

    la simple suma de las partes. #so es verdad en la naturale1a y en la sociedad.#l hecho de que la clase obrera tienda precisamente a actuar como clase, de una forma colectiva,

    sacrificando sus intereses e inclinaciones individuales por los intereses generales, es una

    característica peculiar de la clase obrera que la distingue de las dem!s clases sociales, que surge,

    como hemos apuntado anteriormente, de su posición en la producción.

    9n traba2ador sabe que el sistema ferroviario de un país, por e2emplo, no podría funcionar sin un

    determinado grado de organi1ación. 3iene que haber una determinada división del traba2o, unos

    horarios de traba2o, alguien tiene que decidir qué tren tiene la preferencia de paso cuando coinciden

    en su trayecto por una sola vía. 7a autoridad y la disciplina también es necesaria para su

    funcionamiento, hay que aceptar unos horarios de entrada y de salida. 8i un individuo se dedicara a

    cambiar los sem!foros de las vías graciosamente, siguiendo su libre albedrío, todos estarían de

    acuerdo en que este empleado, muy a pesar de sus derechos individuales, debe ser apartado deltraba2o.

  • 8/17/2019 Marxismo y Revolución

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    :o sólo en la esfera de la economía, también en la esfera de la lucha sindical y política los

    traba2adores distinguen muy bien entre la disciplina impuesta por el patrón a la disciplina necesaria

    para la lucha, a la disciplina proletaria.

    #sto es una característica de la clase tan poderosa, tan arraigada, tan necesaria para dar cualquier 

    paso efectivo en el terreno de la lucha que se refle2ó en las propias organi1aciones anarquistas, en

    la medida en que éstas estaban formadas por traba2adores y tenían una mili tancia masiva.)uando una asamblea de traba2adores decide si ir a la huelga o no, lo hacen por decisión

    mayoritaria. 8i en plena lucha contra el patrón, en la que es necesaria la m!'ima unidad de la

    plantilla a alguien se le ocurriera defender el Rderecho individualQ de los esquiroles a romper la

    huelga y ponerse a traba2ar, seguramente sufriría en sus carnes todo el peso autoritario de la clase

    obrera. G le estaría bien empleado.

    8i cuando los traba2adores de esta misma f!brica deciden elegir un comité de huelga, compuesto

    por los traba2adores que han demostrado m!s capacidad de lucha, m!s capacidad de e'presión,

    tener m!s ideas, alguien saltara diciendo que la e'istencia del comité en sí mismo es un acto de

    traición, que los traba2adores se representan a sí mismos y que por lo tanto no necesitan que nadie

    hable por ellos, con toda seguridad le tacharían de un agente provocador de la policía o del patrón.

    #l problema no son los 5líderes6 en abstracto, sino qué política defienden, cómo actúan, quécapacidad de control e'iste por los traba2adores sobre esos líderes, qué posibilidad hay que del

    propio movimiento, por su capacidad y abnegación, sur2an personas que puedan 2ugar un papel

    destacado ayudando a su é'ito.

    Para el mar'ismo la organi1ación tiene que estar supeditada a los ob2etivos de la revolución. MPara

    qué sirve una organi1ación sin líderes, sin mayorías ni minorías, sin decisionesN #so se convertiría

    en un impotente grupo de discusión y en la sociedad no faltar! quien se sienta atraído por ello. Pero

    pensar que ese debe ser el modelo de lucha de la 2uventud y de la clase obrera es otra cuestión.

     

    7a lucha contra la burocracia

     

    7a lucha contra el burocratismo y contra los dirigentes con af!n de privilegios constituyen unaobligación en toda organi1ación revolucionaria. Pero esa lucha sólo se puede reali1ar con ideas, con

    participación, con un programa. 7as ideas 2am!s pueden ser sustituidas por bonitos 5modelos

    hori1ontales6 organi1ativos.

    Por cierto, el reformismo y el estalinismo también encubren su control burocr!tico con ese tipo de

    engaños, con 5modelos federales6 y 5descentrali1ados6, cuotas femeninas, listas abiertas, etc.

    Para el mar'ismo, sin democracia, sin participación, es imposible crear un movimiento

    revolucionario. Pero a eso hay que añadir algunas cosas m!sH nivel político, un programa

    revolucionario, unas perspectivas correctas..." sin eso una organi1ación a