Marti y Martinez Estrada: Historia de una Simbiosis Espiritual

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Marti y Martinez Estrada: Historia de una Simbiosis Espiritual En 1974, el critico irlandes Denis Donoghue public6 un libro titulado ThievesofFire, 1 examen breve e ingenioso de un estado mental -- imaginativo -- que denomin6 prometeico, estado que estA reflejado en las obras de Milton, Blake, Melville y D.H. Lawrence. El alegato del Profesor Donoghue consiste en apuntar un proceso imaginativo que describe la dAdiva del entendimiento humano -- metafora del "fuego" robado a Zeus por Prometeo -- como el modelo ejemplar, paradigmAtico, del quebrantamiento de todos los preceptos abstractos -- por ende, irreales -- en nombre de la humanidad; o sea, una rebeli6n contra todo c6digo, aiin contra los divinos. Escritores con ese tipo de mentalidad, alega Donoghue, son aquellos en quienes la obstinaci6n, la porfia y aun la herejia son la raz6n y guia de su existencia, acompafadas estas cualidades con una confianza y fe en si mismos tan poderosa que ninguna otra pudiera siquiera compardrseles en intensidad o en vehemencia. Este sentir prometeico, dice Donoghue, proporciona al agente un sentimiento de exaltaci6n ante lo riesgoso, asi como la determinaci6n de sostener tal experiencia por medio de un acto siempre conciente y perenne de la voluntad. Con ese sentido preponderante de su fuerza, tales mentalidades imaginativas intentan encontrar en el medio ambiente y en el hombre mismo los medios para sus fines, no cediendo jamas -- ni siquiera al final de su vida -- al dominio de lo inconsciente o de lo oculto. Cabe Martinez Estrada en este pante6n? Creo que si. Ahora bien, si compardramos lo dicho sobre este tipo de actitud imaginativa con la misma mentalidad en Ezequiel Martinez Estrada, encontrarfamos que estudiosos de su obra literaria no han encontrado el mismo nivel dogmatico-imaginativo que el Profesor Donoghue cree ver en la imaginaci6n candente de escritores como Melville y D.H. Lawrence. En un libro reciente, el Profesor Peter Earle resuelve cualquier problema sobre este particular -- si bien de manera un poco simplista -- al declarar a Ezequiel Martinez Estrada miembro de "una distinguida asociaci6n de intelectuales desajustados que incluye a Montaigne, Schopenhauer, Thoreau, Nietzsche y Kafka." 2 Esta visi6n elemental del 1 Denis Donoghue, Thieves ofFire (New York: Oxford University Press, 1974) pp. 15-30. 2 eter Earle, PrQphet in the Wilderness (Austin: University of Texas Press, 1971) xii.

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Marti y Martinez Estrada:Historia de una Simbiosis Espiritual

En 1974, el critico irlandes Denis Donoghue public6 un libro titulado ThievesofFire, 1examen breve e ingenioso de un estado mental -- imaginativo -- que denomin6 prometeico,estado que estA reflejado en las obras de Milton, Blake, Melville y D.H. Lawrence. Elalegato del Profesor Donoghue consiste en apuntar un proceso imaginativo que describe ladAdiva del entendimiento humano -- metafora del "fuego" robado a Zeus por Prometeo --como el modelo ejemplar, paradigmAtico, del quebrantamiento de todos los preceptosabstractos -- por ende, irreales -- en nombre de la humanidad; o sea, una rebeli6n contratodo c6digo, aiin contra los divinos. Escritores con ese tipo de mentalidad, alegaDonoghue, son aquellos en quienes la obstinaci6n, la porfia y aun la herejia son la raz6n yguia de su existencia, acompafadas estas cualidades con una confianza y fe en si mismos tanpoderosa que ninguna otra pudiera siquiera compardrseles en intensidad o en vehemencia.Este sentir prometeico, dice Donoghue, proporciona al agente un sentimiento de exaltaci6nante lo riesgoso, asi como la determinaci6n de sostener tal experiencia por medio de un actosiempre conciente y perenne de la voluntad. Con ese sentido preponderante de su fuerza,tales mentalidades imaginativas intentan encontrar en el medio ambiente y en el hombremismo los medios para sus fines, no cediendo jamas -- ni siquiera al final de su vida -- aldominio de lo inconsciente o de lo oculto. Cabe Martinez Estrada en este pante6n? Creoque si.

Ahora bien, si compardramos lo dicho sobre este tipo de actitud imaginativa con lamisma mentalidad en Ezequiel Martinez Estrada, encontrarfamos que estudiosos de su obraliteraria no han encontrado el mismo nivel dogmatico-imaginativo que el ProfesorDonoghue cree ver en la imaginaci6n candente de escritores como Melville y D.H.Lawrence. En un libro reciente, el Profesor Peter Earle resuelve cualquier problema sobreeste particular -- si bien de manera un poco simplista -- al declarar a Ezequiel MartinezEstrada miembro de "una distinguida asociaci6n de intelectuales desajustados que incluyea Montaigne, Schopenhauer, Thoreau, Nietzsche y Kafka." 2 Esta visi6n elemental del

1 Denis Donoghue, Thieves ofFire (New York: Oxford University Press, 1974) pp. 15-30.2 eter Earle, PrQphet in the Wilderness (Austin: University of Texas Press, 1971) xii.

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perfil imaginativo de EME no nos indica en modo alguno la verdadera naturaleza de lascoordenadas -- constantes -- de la psiquis del ensayista argentino ni tampoco nos abreperspectiva alguna hacia la clase de interacci6n imaginativa entre el mundo -- circunstanciadel escritor -- y 6ste; interacci6n que bien puede considerarse consistente y s6lida a travesde toda su obra, desde sus primeros articulos, publicados en octubre y diciembre de 1917en la revista Nosotros, pasando por Radiografia de la pampa, La cabeza de Goliat, Sar-miento, Muertey transfiguraci6n de Martin Fierro, hasta su etapa final -- su examen de lavida y la ideologia de Jose Marti, obra de tres tomos.

Parte de mi prop6sito en este estudio sera tratar de determinar algunos de los radiosvectores del partmetro imaginativo de Ezequiel Martinez Estrada, para llegar a los con-ductores que desde su alma lo empujaban hacia un rumbo constante, fijo, a traves de todasu vida, aunque pudiera ser que alg6n observador poco atento ie la obra de este autornotara tan s6lo un pantano ca6tico, con base en un ciego y mal considerado anarquismo agran escala, veteado de paranoia y de complejos de martirologio.

Ante todo, debemos dejar a un lado el epiteto de "negativista" con el cual se asociafrecuentemente a Martinez Estrada, asi como la palabra "inutilidad" con la cual se asociala aparente ataraxia del espiritu. "Martinez Estrada fue, espiritualmente, un anarquista,"nos informa el Professor Earle -- "que -- como tantos otros anarquistas -- se consumi6 enpensamientos revolucionarios y que redujo su participaci6n en la lucha a la palabra escrita yoral." 3 En esta misma linea, el entonces joven peronista Juan Jose Sebreli titul6 sufilipica contra nuestro autor Ezequiel Martinez Estrada -- una rebeli6n intitil. Creo quela linea seguida por Sebreli es, para los prop6sitos que nos ocupan, un callej6n sin salida, yque la misma s6lo puede conducir a la repetici6n de lugares comunes peronistas sobre elvalor trascendente de un activismo fantico, que si esta bien para "actuar" en un cafe, notiene por que ser considerado cuando se evalia seriamente la labor de Don Ezequiel.

Un modo de acercarse a Martinez Estrada seria edificar un pante6n con sus escritorespredilectos -- aquellos autores hacia quienes se sentia atraido poderosamente. Como hasugerido el Profesor Earle, es cierto que estos escritores tienen todos algo del hombreinsurrecto, pero es igualmente cierto que todos y cada uno de ellos poseen la facultad de oir,de escuchar atentamente la voz de su conciencia, o como lo expresara magistralmenteHenry D. Thoreau, "marchan al compas de un tamborilero que solamente ellos puedenoir." Al mencionar a Thoreau tenemos que detenernos un momento para convertirlo unejemplo del tipo de imaginaci6n que tratamos de concretar. La famosa cita de Thoreau nostrae a la mente el encarcelamiento de su autor, asi como el hecho de que su teoria sobreDesobediencia Civilfue motivada por el impuesto adicional sobre ingresos implantado porel gobierno de los EE. UU. para poder costear -- y mantener -- su guerra con Mexico. Enun articulo publicado en el primer nimero de la Revista de la Casa de las Americas(1960) yluego recogido en la colecci6n de articulos titulada En torno a Kafka, Martinez Estradamuestra una honda simpatia por el metodo de Thoreau:

3 Ibid., p. 19.4 Juan Jose Sebreli, Martinez Estrada: Una rebeli6n initil (Buenos Aires: Editorial Jorge Alvarez, 1967). 2 a ed.

(La 1 a edici6n es de 1960).

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Empero, preso por no pagar el impuesto que se le exigia para robarle tierra a.Mexico y matarle su gente, concibi6 (Thoreau) la idea de que contra el fusil s6lo eseficiente la voluntad que dice "no quiero." Decir que no, resistir y dar la vida si espreciso, es la inica fuerza que hoy tienen los pueblos inermes para defenderse yliberarse de sus carceleros atraillados... 5

Ese "no", esa negaci6n a todo lo que no sea humano, a todo lo estratificado, a todo loestructurado, codificado y abstracto, es, para Thoreau y para EME, el 6nico m6todocorrector con el cual la superestructura del estado puede ser moldeada para satisfacer lasnecesidades del ser humano. Y este anteponer la necesidad de libertad humana a lasnecesidades del estado, arrastra a EME -- como antes arrastrara a Thoreau -- al campo de larevoluci6n y la utopia hechos realidad. Es a partir de este punto, como utopista, queexaminar la obra de Martinez Estrada. Los aspectos negativos, tan arbitrariamentediscutidos por sus criticos, son simplemente una faceta inicial de renuncia psiquica, pasospreliminares encaminados hacia un programa y una estructura y una orden, que le ofreceraal mismo tiempo la emancipaci6n personal y politica. Esto, a su vez, significa que aEzequiel Martinez Estrada no se le puede considerar de otra forma que no sea comorepresentante de todo aquello que nos es humanamente sagrado--y es posible que en untiempo no muy lejano EME sea considerado como el sumo sacerdote de un humanismopolitizado, prototipo de un panteismo ilimitado, libre, sin trabas, un verdaderocomunalista espiritual. Al llegar aqui surge nuevamente la figura de D.H. Lawrence.Tanto este como EME afioraban no el mundo presente sino el de los comienzos--lesexasperaba no haber participado en los comienzos de la experiencia humana sobre el.planeta. Ambos sentian afinidad con el mundo animal y vegetativo: for ninguna jamas leshabia insultado o habia sido obstaculo en el camino de su libre albeldrio. " La ilusi6n delibertad en un medio ristico--ese beatus ille--que EME compartia con su fraternal amigoHoracio Quiroga se convertira en una de las ideas constantes, fundamentales, de su vida ycomo tal debe tenerse en cuenta cuando analizamos el itinerario que siguieron las ideas denuestro ensayista. Como veremos, esta visi6n paradisiaca guiard la interpretaci6n que nosdard EME del regreso de Marti a Cuba, luego de quince afios de exilio forzoso en losEE.UU. Asi, podemos decir que Martinez Estrada y Marti se sentian como hijos de lamadre naturaleza, parte de esos seres que, como Thoreau, "Luchan casi siempre conriesgo de su bienestar y de su vida, para desbrozar el mundo primario en que vive satisfechoel ciudadano de las grandes urbes cosmopolitas. Con s61o la preceptiva de los antiquisimosfil6sofos de los bosques, sin sociologia politica, Thoreau no s61o pens6 paradojas de estaclase sino que las puso en prActica viviendo conforme a ellas...Construy6 su casa, vivi6 de loque 61 producia, y, sin metAforas, al partir dej6 a su pais un poquito mss limpio, ordenado ydichoso de como lo encontr6." 7 Lo mismo se puede hacer con ottos de sus escritoresfavoritos; asi, a su manera, cada uno de ellos tiene algo que decirnos sobre EME, cada unode ellos viene a ser como una parte, como una pieza en el rompecabezas de la visi6n de sus

S 'La mansa idea revolucionaria de Thoreau, " En torno a Kafka (Barcelona: Seix Barral, 1967) p. 100.6 Ver Donoghue, op. cit., p. 29.7 "Henry David Thoreau,' En torno a Kafka, p. 90.

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heroes--Balzac, Nietzsche, Quiroga, Schopenhauer, Simone Weil, para citar algunos--y desu idolatria. Pero debemos mencionar otra figura, que aparece casi al final de su vida--unsemidi6s, un ente casi divino--Jose Marti--prototipo del heroe que persevera en su empresaa pesar de barreras infranqueables, hasta lograr el triunfo de su causa. Es debido a esacaracteristica, a ese tes6n, que creo que Marti revolucionario (el primer volumen de latrilogia) sea el legado mas importante que nos ha dejado EME, mis importante ain queRadiografta de lapampa. Esta iltima obra ha sido considerada, sin embargo, como su obratipica, 6nicamente desde el punto de vista de su analisis critico sobre los males queaquejan a la Argentina; pero es un analisis falto de alegatos politicos y econ6micos, obraque es mis bien su visi6n de la pampa y la ciudad de Buenos Aires, "su" cabeza de Goliat.

Si consideramos el campo de su imaginaci6n como sobreextendidndose por encima delcampo politico y literario, veremos como EME no fue el paradigma de la victima resignadacon su destino y con su suerte que alguna critica negativa nos presenta. El inico sentido depredestinaci6n o aceptaci6n de un determinismo psiquico en EME reside en elsometimienito voluntario a su voz interior, su obediencia a los dictados de esta y nunca a losplaceres o atracciones mundanas. Esta voluntad de acero que encontr6 en la vida deNietzsche, por ejemplo, tambien la hall6 en la vida de Marti, que poco a poco e1 inviste conlos atributos de una grandeza mitica, asi como de un sentido ucr6nico y mesianico queEME asocia con una edad homerica que, si bien ya perdida, se podria recuperarnuevamente a traves de la vida del pr6cer.

Nos estamos refiriendo, como lo habiamos hecho al principio de nuestro estudio, a uncierto mecanismo imaginativo que es y sera siempre constante en Martinez Estrada, o sea,la voluntad de un "hereje" en funci6n de un Ezequiel de antaiio que consideraba el mundocomo lugar injusto y moralmente envilecido. Si esta visi6n del mundo es prometeica, estambien sumamente, profundamente moral ya que el portador del fuego se percata de que sino encuentra quien reciba su dadiva, esta se perderd, y su raison d' tre en el mundodejard de tener sentido.

No mentirse a si mismo, no tener miedo, no detenerse a mitad del camino sinollegar hasta las iltimas consecuencias, o hasta las 6ltimas posibilidades de Ilegar;ser un vikingo, esa es su misi6n 8 (la de Nietzsche)...En fin, su destrucci6n de todofundamento racional del cristianismo le restituye su primigenia fuerza... 9

Otro aspecto de la personalidad de EME pudiera set una bisqueda de su propiohistoricismo, bisqueda para lograr una meta final con la cual dar cima a su carrera deescritor y de critico social, desmintiendo asi a aquellos que tranquilamente le acusaban denegativo, autor de initiles jeremiadas contra todo y contra todos. Creo que este su con-cepto de historicidad personal estd aliado a su concepci6n -- de tipo patol6gico -- de loheroico. Esto es en si importante y hay que aclararlo. En la Radiografta de la pampa en-contramos el siguiente pasaje:

Es preciso que exista un estado de historicidad, una forma hist6rica completa

8 "Nietzsche, fil6sofo dionisfaco, " en Heraldos de la verdad (Buenos Aires: Editorial Nova, 1957) p. 189.9lbid., p. 176.

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para que el hecho tenga un sentido vivo y no de complemento circunstancial. Ental medio hist6rico cuanto acontece es irremisiblemente historia...cualquiera quesea el valor intrinseco de nuestras batallas, quedan desgajadas del Arbol geneal6gicode la historia. 10

Un modo de interpretar la residencia de EME en Cuba, su participaci6n en el destinode dicho pafs y, finalmente, la preparaci6n de los tres vol6menes sobre Jose Marti, seriaconsiderar todo esto como su iltima tentativa hacia el logro de la historicidad del individuo,i.e., su propia historicidad dentro de un medio que e1 consider6 como "una forma hist6ricacompleta.' Dicho de otra manera, sugiero la interpretaci6n de que, consciente o in-conscientemente, EME intuy6 su residencia en Cuba (asi como la simbiosis de su espiritucon el de Marti) como la confirmaci6n definitiva del papel con el que siempre habia sofadopero que habia tenido que "vivir" en la vida de otros (Montaigne, Schopenhauer,Nietzsche, Unamuno, Kafka, et al) y que jamas pudo realizar en la Argentina. De ahi queveamos su fase cubana como un esfuerzo masivo por parte de su voluntad para llegar asatisfacer sus deseos de militancia politica activa y reencarnar de la mejor maneta posible --a traves de la figura mitica de Marti -- la militancia, el activismo y el fervor que tantoadmir6 en aquellos heroes del pasado que fueron sus predilectos.

Ahora bien, cudles fueron los elementos que en EME y en la circunstancia politica dela Argentina y Cuba que le condujeron hacia esa especie de apocalipsis ideol6gica queconverge sobre l durante su periodo cubano? Primero que nada, debemos recordar que en1955, con la caida de Per6n, EME se recuper6 de la neurodermitis meldnica -- enfermedadde caracter psicosomatico -- que habia convertido su piel en una especie de cuero oscuro, alque se referia como "mi piel de elefante." Al desaparecer Per6n de la vida politica,desaparece tambien el mal que aquejaba a Martinez Estrada y que e1 habiaautodiagnosticado como "peronitis." En 1957 fueron publicadas las siguientes obras: Elhermano Quiroga, Heraldos de la verdad (que contiene estudios sobre Montaigne,Nietzsche y Balzac), asi como se reeditaron la Radiografia de la pampa y La cabeza deGoliat; ademis, la Sociedad Argentina de Escritores organiz6 una ceremonia con-memorativa del vigesimoquinto aniversario de la publicaci6n de Radiografia.... Aparen-temente, en vista de todo lo anterior, pareceria como que EME, al fin, comenzaba a recibirla fama que su pais le habia negado durante veinte afos. Sin embargo, en 1958, Juan JoseSebreli termin6 el manuscrito de una obra que vino a ser el ataque mis frontal y vitri6licocontra EME y los trabajos cumbres de este publicados hasta aquel entonces. Me refiero aMartinez Estrada, una rebeli6n initil. Existe un pasaje en esta obra -- tendenciosa ymaliciosa como un folletin -- que toca el punto de la inercia, del inactivismo politico enMartinez Estrada y que sospecho tiene que haber afectado profundamente a Don Ezequiel:

Como los antiguos epicireos, Martinez Estrada reniega de toda forma deacci6n: el pensador debe aislarse del mundo, despreocuparse de la cosa p6blica,encerrarse en si mismo para consagrar toda su vida a la buIsqueda de la ver-dad...Pero, si pensamos...que la tVerdad es esencialmente temporal, que se varevelando a medida que se crea en el curso de la historia, entonces el pensador debe

10 Radiografla de lapampa (Buenos Aires: Editorial Losada, 1961) p. 91, (5aed.).

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huir de la soledad y del aislamiento absoluto, para confundirse con el mundo...PeroMartinez Estrada no quiere que su critica de la sociedad se realice nunca. Se

complace en su indignaci6n frente a una sociedad injusta y teme de que esta seaverdaderamente cambiada, porque no tendria entonces motivo para indignarse, esdecir, se quedaria sin su raz6n de ser, sin su papel de denunciante

profesional...Como el neur6tico se aferra a su enfermedad, EME se aferra a su

escepticismo y no quiere la construcci6n de un mundo mejor, ya que tendria queaceptarlo y resignarse a ser como todos...11

Aunque es dificil saber a ciencia cierta cuando haya visto EME el manuscrito de eselibro--fue publicado por fin en 1960--creo vislumbrar un cambio en su manera de pensarhacia fines de 1958. Por ejemplo, en su "Homilia a los estudiantes, " un discurso dado enla Universidad Nacional del Sur, en Bahia Blanca, el 20 de diciembre de 1958, EMEamonesta a "los educadores...que corrompen y envilecen. Desoid, pues, los malos

ejemplos con que se deseduca al pueblo y se le inculcan enseianzas perniciosas; y noolviddis que, seg6n testimonio fidedignos, Satands habla desde los palacios de los poderosos

y el Senor desde las cabafias de los pescadores...Los educadores mis efectivos son los queenseian con el ejemplo." 12

Al concluir este discurso, EME declara que

Si yo tuviera que vivir dialogando con Ford, Taylor y Stajanov en vez que conMontaigne, Balzac y Nietzsche, me sentiria muy desdichado. Me sentiriaesclavizado, enyugado en una noria de complicado mecanismo.

Qut para Ilegar por fin a la libertad de Montaigne, Thoreau y Simone Weil es

preciso atravesar el infierno de las f6bricas y de las carceles? De acuerdo: pero nocon la resignaci6n de quedarnos en ellas sino para atravesarlas, como Dante, hacia

el paraiso: una estada infernal hacia la libertad y la justicia verdaderas.13

Ese matiz ut6pico se tornard en el sello caracteristico de los escritos de Martinez Estradadurante su periodo cubano. Poco mis o menos un afo despues, comienza Don Ezequiel sus

importantes colaboraciones en las revistas literarias de la Revoluci6n. Entre esascolaboraciones podemos senialar dos articulos dclave: "Proleg6menos a una revaluaci6n delas letras argentinas," que apareci6 por primera vez en Nueva Revista Cubana, 10 numero,1960, y "La mansa idea revolucionaria de Thoreau," publicado originalmente en LaRevista de la Casa de las Americas, 10 numero, junio-julio de 1960. Tales trabajosconllevan, de por si, aspectos significativos, sobre todo cuando en el articulo de NuevaRevista Cubana senala EME que

El escritor ha sido, en los EE.UU., desde los albores de la nacionalidad, agente

11 Sebreli, op. cit., pp. 99-102.12 "Homilia a los estudiantes," enPara una revisi6n de las letras argentinas (Buenos Aires: Losada, 1967) p. 169.13 Op. cit., p. 177.

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de independencia individual y de progreso, francotirador o anarquista intelectual,como tambien se lo ha liamado. Hemos buscado en ellos a nuestros modelos,como los hemos buscado en los te6ricos de las libertades politicas y de laorganizaci6n de Estado? Siempre hemos preferido imitar las formas, lo que podriadesignar como el aspecto ret6rico y formulario de las ideas. Cuando resolvimosemanciparnos de Espana buscando nuestra propia expresi6n caimos en la tutela deFrancia y nos enrolamos en otras tropas1'4

De lo anterior concluimos que estA claro que EME (no tan s6lo en el articulo citado sinotambien en el otro) reconoce que la emancipaci6n politica no tiene casi nada que ver con laemancipaci6n espiritual y que el abandono masivo de la ideologia occidental sobre la teoriadel "progreso" y sobre el "gradualismo politico" es el sine qua non para encontrar lo queel lama la expresin nacional. En este punto, debemos tener presente Les Damnds de laterre, de Frantz Fanon, y las ideas que alli se encuentran, sobre todo en el capitulo que tocasobre el nacionalismo cultural. Esta obra, a la que se refiri6 Martinez Estrada en el pr6logode su iltima obra, publicada por el Fondo de Cultura Econ6mica-- Antologia--, bajo elepigrafe "Pr6logo Initil," 15 confirm6 en forma virulenta muchas de las tendenciasfilos6ficas del pensamiento de Don Ezequiel durante su participaci6n en los primeros anosde la Revoluci6n Cubana. Claramente, dicha participaci6n indicaria un gran interes porparte de Martinez Estrada no tan s610o. en las actividades de la Casa de las Americas, sinotambien en la suerte y el destino de la Revoluci6n, por aquel entonces en su fase inicial mscritica. Lo cierto es que EME habia sido invitado por el F.C.E. (en Setiembre de 1959), aparticipar en las ceremonias conmemorativas del vigdsimo quinto aflo de la fundaci6n delFondo. Al mismo tiempo, la Universidad Nacional Aut6noma de Mexico le -habia ex-tendido otra invitaci6n, de tipo acadmico, para que ocupara por espacio de un ano lacatedra de profesor visitante en la Escuela de Ciencias Politicas. Pero justamente tambidnpor la misma epoca, comienza su correspondencia con Roberto Fernandez Retamar. Laprimera carta estd fechada durante el otonio de ese aflo, el 19 de setiembre de 1959, para serexactos. En ella, habla del destino de Cuba:

Como ni mi cuerpo ni salud tienen nada que ver conmigo, quiero servir a mishermanos cubanos en cuanto pueda y sepa, y sin ning6n interbs...Ansio estar conusted en estos momentos decisivos en que Cuba puede decidir la suerte de laAmerica Latina, y recibir de usted la firmeza y seguridad de ideas que todavia notengo claras. Ire, pues, a recibir mucho mss que a dar. No se haga ilusiones sobreel provecho que puedan ustedes obtener de mi visita: piense mss bien en que esmucho lo que tengo que aprender de ustedes, y con ese Animo voy.'6

Martinez Estrada lleg6 a Cuba el 16 de febrero de 1960 para quedarse unos meses. Durante

14 Articulo luego recogido en Para una revisi6n. ,., pp. 11-24.15 (Mexico: FCE, 1964) Tambien publicado por Cesar Fernandez Moreno en su La realidady los papeles (BuenosAires: Aguilar, 1967) pags. 581-587.16 Samuel Feij6o, "Para un epistolario cubano de Ezequiel Martinez Estrada" Islas, (julio-septiembre 1965,) VolVII, n6m 2, pp. 72-73.

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esta estancia di6 dos conferencias sobre Marti y comenz6 una investigaci6n en gran escalano s61o sobre los escritos y la vida del pr6cer, sino tambidn sobre los posibles aspectosmitico-aleg6ricos de su vida, una vida entregada total y plenamente a la consecuci6n de lalibertad de Cuba y a un ideal de Revoluci6n. La mejor prueba de lo completamente imbuidoque estuvo Martinez Estrada en esta tarea la tenemos no tanto en los tres vokimenes sobreMarti, sino mas bien en la antologia que intitul6 Mi experiencia cubana. Creo que elensayo dclave de esta obra es el que lieva por titulo "El mausoleo de Marti," 1 7 sobre todoporque en esas pAginas estd grabada hasta el detalle mas insignificante, la idea de su misi6nen Cuba: ante todo, edificar un monumento de tipo epico a Marti y al ejemplorevolucionario dado por 6ste, arrancar a Marti del nivel de "frivolidades suntuosas deprovinciano lucimiento, "18 o, todavia mejor, salvar a Marti de los especialistas en JoseMarti, que producen, en la opini6n de Martinez Estrada, tan s6lo "bagatelas propias deprofesor de liceo."' 19 Ademis--y sobre todo--queria salvarlo de los estetas martianos.Entonces, su Marti sera todo menos un "Marti de mArmol" -- sera un ente vivo,palpitante, completamente humano. El medium que efectuard la resurrecci6n de Marti ennuestra 6poca sera un avatar de Marti: Ezequiel Martinez Estrada, imitador obsesionadode Marti; Ezequiel Martinez Estrada, ente envuelto, al fin, en una relaci6n de tipo sim-bi6tico para con los principios heroicos de la vida que Marti ejemplifica tan evidentemente;Ezequiel Martinez Estrada, nuevo ac6lito de la religi6n de pureza moral y de acci6nrevolucionaria; Ezequiel Martinez Estrada, en adelante no " l" mismo sino "Ezequi--ElMarti--nez Estrada." De esa manera firm6 su nombre en la extraordinaria carta del 17 deagosto de 1962 que dirigi6 a Samuel Feij6o. 20 Volviendo ahora al ensayo-meditaci6nescrito por Don Ezequiel ante la tumba de Marti, veremos alli dos o tres ideas importantes:Martinez Estrada menciona c6mo su "habilidad natural al culto de los heroes," sedespierta nuevamente en el, inquietAndolo, al contemplar el mausoleo de Marti, pero esesentimiento surge precisamente porque el mArmol imperterrito no posee esencia humanaalguna:

El sentimiento o el instinto de la grandeza humana, y lo dire, el respeto y elculto a los heroes, los santos, los sabios, los artistas y los filAntropos llegan en mi ala idolatria, pero no al fetichismo, a la iconolatria de los imagineros, de loscustodios de los trofeos, las panoplias y otras reliquias de armeria...21

En la cita anterior, el eje principal parece ser: iC6mo reconciliar el impulso heroico conaquel que lleva hacia la falsificaci6n, la distorsi6n de un heroe vivo para convertirlo en unidolo muerto, inhumano, en un mito vacuo? En estas pAginas, EME ve claramente la labora realizar:

17 Mi experiencia cubana, (Montevideo:' El siglo ilustrado, 1965) "El mausoleo de Martf" se encuentra en laspdgs. 207-219.18 MartiRevolucionario (La Habana: Casa de las Americas, 1967), p. 527.19 Op. cit., p. 486.20 Islas, op. cit., p. 81.21 "El mausoleo de Marti," p. 210.

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A Marti se le ha tratado en tamafio gigantesco, no en magnitud gigantesca,ahora lo-veo, porque no se le ha querido de coraz6n con humildad filial... No se lorescatarA, no se lo repatriard, no se lo traer del destierro de mArmol y bronce, nose lo hospedard y se le lavarin los pies de su peregrinaci6n en el hogar de todos. enla reptiblica de trabajo, honra, amor y paz?...Devolvamoslo a toda Cuba en vez deencerrarlo en una cripta...que no tenga una efigie de marmol a de bronce que se leparezca...dconde un grupo de cubanos se reine para adelantar la liberaci6n de Cuba.estd el...

Esta labor de evangelista--gigantesca desde el punto de vista de sus ambiciones comobi6grafo martiano y al mismo tiempo un ejercicio de autohumillaci6n, devoci6n total yentrega absoluta--encarna la tarea que EME se impone como meta final para con lagrandeza y dignidad humana, y esta a su vez representada por la figura de Marti,-una figuraque aglutina y cambia los destinos de una naci6n. Este trabajc sera tambien, a fin decuentas, tanto una labor de autodescubrimiento del autor come de develamiento del papelde Marti como hombre y como pensador politico. "Yo creo un deber martiano sacarlo dedebajo de los escombros y los confetti que le han echado encima los sefiores profesores deRet6rica para que le veamos a la luz del sol."

Tengamos presente mientras tanto, que el genero "biografa" siempre gust6 aMartinez Estrada. Prueba de ello son sus volimenes sobre Sarmiento, Nietzsche, WilliamHenry Hudson, asi como los estudios brillantes,,mss breves, sobre Pedro HenriquezUrefa, Helen Keller, Simone Weil y otros donde la visi6n psicol6gica es penetrante.Tendriamos ahora que preguntarnos si existe alguna explicaci6n para este gusto en DonEzequiel. Despues de todo, los personajes elegidos por 1 no caen en la categoria debiografiados' 'populares" como, por ejemplo, aquellos a los que se dedica Andre Maurois.Las biografias de Martinez Estrada son, frecuentemente, transposiciones psiquicas de su yointerno hacia otros tiempos y sujetos. A esto hay que afadir que sus biografiadosson entesque se desbordan al piano simb6lico y a niveles historicistas: para EME no hay vida que sedesarrolle en un vacio, cada vida es una alegoria del tiempo que le cupo vivir. De acuerdocon esta visi6n, no hay accidentes, sucesos en la historia: aun en el pasado, todo y todostienen un papel que realizar, papel de importancia organica en el devenir de la historia.Asi, la tarea del bi6grafo sera dar la mayor historicidad posible a la figura de la que se ocupa.Este acercamiento --recuerdese a Spengler; mejor a6n, a Herder--podemos verlo en unacita de EME que encontramos en su Sarmiento:

La inclinaci6n de Sarmiento a escribir biograflas, por lo tanto, se concierta en1el con una modalidad conminatoria de la realidad, y hasta en eso refleja su iden-

tificaci6n con los problemas y con la vida del pals...todas sus biografias, argentinaso americanas, condensan en contenido mental formas fundamentales de su con-cepci6n de la historia...La biografla asi considerada asume--cualquiera sea su ex-tensi6n--el valor de un simbolo, o para decirlo con mss estrictez, de una metafora,

22 Op. cit., pags. 212, 213, 218-19.

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como medio de hacernos mAs comprensibles lo abstracto o las relaciones abstractasentre las cosas. 23

Lo anterior es importante no s61o porque clarifica el impulso historicista en EME sinoporque es tambien una dclave de la clase de biografia total que tenia como ideal; los hechos,desde luego, pero junto a ellos cada impulso, idea y pasi6n que los produjo. EME comenz6sus trabajos sobre Marti luego de haber sido invitado en firme por la Casa de las Americas,en octubre de 1960. Residird en Cuba por espacio de dos anos poco mis o menos,trabajando en su libro y dictando seminarios sobre teoria politica. No se marchard hastanoviembre de 1962, deteniendose brevemente en Mexico y siguiendo hacia Bahia Blanca,Argentina. Segin indican sus cartas a Samuel Feij6o, Martinez Estrada deseaba ver suobra final en prensa antes de morirse, pero esto no le serfa concedido, ya que moriria el 3 denoviembre de 1964, en su hogar en Bahia Blanca. Por una de sus ltimas cartas a Feij6o,sabemos que la trilogia estaba casi completa al morir su autor: el primer volumen, tituladoMarti revolucionario, leva el subtitulo de "La personalidad, el hombre." La segundaparte, segin creo ain no publicada (el manuscrito todavia estA en Bahia Blanca) se titula Ladoctrina, el ap6stol. El tercer volumen, un examen critico del ethos revolucionario eideol6gico de Marti, tiene por nombre Martt: el hdroe y su acci6n revolucionaria. Elprimer volumen ha sido publicado por la Casa de las Americas; el tercero, por Siglo XXI,de Mexico. Se espera que el comite profesorial de la Universidad del Sur darn pronto a laimprenta el segundo volumen.

En mi opini6n, el interes principal de la trilogia reside en el primer volumen, ya quees en este y solamente en este donde podemos observar atentamente la personalidad de EMEen la etapa final de su desarrollo espiritual. En este libro, Martinez Estrada edifica su visi6nprometeica de Marti; alli lo eleva de un ente fisico, real y concreto, hasta convertirlo enuna fuerza inefable y mistica, un semidi6s sujeto a ritos de iniciaci6n y a pruebas de fuegohasta llevarlo finalmente a la consecuci6n de una muerte apote6sica. Todo esto, de caracterclaramente mitico, esta a la vez documentado por las condiciones de vida miserable en quevivi Marti junto a su noble idealismo; cada hecho apuntado por el bi6grafo esti visto nosolamente desde el hecho en si, sino como punto de referencia sostenedor de una estructurafatalmente determinista, con un sentido casi suicida de predestinaci6n y muerte.

El Marti visto y sentido por EME reine los hechos cotidianos inseparados de unaalegoria ucr6nica, presentado todo en una estructura biografica inica. Esta biografia seconvierte asi en un esfuerzo que, parad6jicamente, eleva la figura de Marti a cimas nuevasde significaci6n y sentido, pero que, al mismo tiempo nos presenta a un Marti incrustadoen su s6rdida, degradante y opresiva circunstancia econ6mica, sobre todo durante sus aflosde exilio en Nueva York. El hilo conductor que une los hechos con la alegoria es,claramente, la penetrante visi6n de EME con respecto al sentimiento de misi6n prometeicade Marti, misi6n de una idea politica por la cual supo abandonarlo todo-inclusive esposa ehijo-con tal de levarla a su consecuci6n. A pesar de que su visi6n de id6latra martianopresenta a Marti muy favorablemente, no podemos dejar de ser impresionados por lo quedicha obsesi6n Ileva implicito: el precio psiquico y humano pagado por Marti durante toda

n Sarmiento (Buenos Aires:" Sudamericana, 1969) 3a ed. pags. 117-118.

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su vida con tal de realizar, lograr, las metas revolucionarias de su misi6n. Asi, lo que esbiografia en esta obra desaparece - o cuando mas, pasa a un segundo plano, y se convierte enhistoria de Cuba; la personalidad martiana pasa a ser el principio vivo, activo, derevoluci6n y rebeli6n hacia el logro de la justicia social. La subliminaci6n del principioeg6latra es una caracteristica esencial que se reitera constantemente a traves de las 617paginas del primer tomo. EME observa en Marti un sentido de disociaci6n para con su yo,y esto le parece parte integral de la grandeza del heroe. Este aspecto se describemagistralmente en la siguiente cita, de Marti revolucionario:

Aquellos sofiadores j de realidades venideras, constructores de una nuevasociedad sobre las ruinas de una sociedad decrdpita... renunciaban a la familia y acuAntos bienes se ofrecen... Para ellos la felicidad inicamente existe en nosotros, ypara si escogen la senda de pedregal y fango, y esto con una voluntadinquebrantable. .. para Marti la vida fue agonia y deber, y el precio que tuvo quepagar por esa elecci6n del camino del Calvario fue la totalidad de los bienesmateriales que se le ofrecia como tentaci6n: el hogar con la familia, la pazbueguesa, la gloria literaria y el respeto de los que a su vez son respetados. (p.252)

Masoquismo a gran escala, ciertamente, pero de carActer fundamental tanto paraMarti como para su bi6grafo: de ahi se desarrollard toda una teoria, coherente y secular,de un exaltado dgape hacia la humanidad, en juego con un ocultado sentimiento er6tico,intimo y a la vez mundano. Don Ezequiel, para cimentar su ponencia, cita a Hlderlin; eltema: la santificaci6n del hombre, del ser humano:

Ese ha de destruir su propia casa y destrozar, como si fuera enemigo, lo que lees mas querido; y ha de ver sepultados en sus escombros a su propio padre y a suspropios hijos; si no, nunca sera como los dioses, nunca se vera nimbado de suluz.

Creo que aqui reside el eje central del libro, el primum mobile de Marti, segin la visi6nde Martinez Estrada. Finalmente, debido a la voluntad de acero de Marti, la figura delhombre resultar por siempre enigmatica, no s6lo para los lectores de esta biografia, sinotambian para su autor mismo. Es por la exaltaci6n abstracta de la humanidad-'"afec-tuosidad generosa y dadivosa, de entrega de si como obsequio y prueba de mutuo ligamen,como hubo de ser el amor entre los cristianos primitivos," (p. 46), que advierte EME enMarti el corolario inevitable de ese impulso abstracto- '"el amor sexual fue debil en Marti,comparado con el Eros cosmog6nico o ecumenico del que su culto a la familia y la amistaderan reflejos." (p. 46) Explicar lo anterior le resulta dificil a Martinez Estrada. A pesar deque fue-por inclinaci6n y entrenamiento-una suerte de seguidor de las ideas de Hip6litoTaine en lo tocante a la critica literaria y al genero biografia con sus imperativos de raza,ambiente y momento hist6rico-EME no puede indicar c6mo estos elementos entran en laformaci6n del carActer de Marti en su infancia o en su adolescencia-se queda el bi6grafoconfundido por la caracteristica ex-nihilo de los impulsos del pr6cer:

La. kbrmaci6n de esta extraordinaria personalidad, aparte las cualidades innatasdel genio, que lo fue por igual en los tres dominios de la inteligencia, del sen-

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timiento y de la voluntad, es de por si un enigma, pues ni los antecedentes defamilia ni los de educaci6n y de experiencia,. . . concurren a modelarla yrobustecerla, ni hall6 coyunturas propicias para su desarrollo primario y su naturalmadurez. Todo lo que fue lo debe a su extraordinaria fuerza de voluntad, a sussobrenaturales dotes humanas nativas, a su heroico y estoico designio de ser lo quesentia que era, y de hacer lo que, en raz6n de eso que autenticamente era, tenia eldeber de hacer. (p. 9)

La metifora mis adecuada para representar esa obligaci6n final es la de un dios-hecho-hombre crucificado; curiosamente, fu la madre de Marti, quien humilde yemocionadamente recrimina en vano a su obsesionado hijo. Al recriminarlo nos esti in-dicando cabalmente el ideal de la vida de Marti. En carta de 19 de agosto de 1881, le dice:

Te acordards de lo que desde nifo te estoy diciendo, que todo el que se mete aredentor sale crucificado, y que los peores enemigos son los de su misma raza, y telo vuelvo a decir; mientras to no puedas alejarte de todo lo que sea politica yperiodismo, no tendrds un dia de tranquilidad.\(p. 35)EME nos presenta un Marti cuya vida es un simbolo del apAtrida, un Marti que

renuncia voluntariamente a todo aquello que amaba intimamente, un Marti que se niegaain las infimas necesidades de la vida; un Marti, en conjunto, enclavado revolucionario,vidente politico, profeta en el erial del periodismo, exilado en un mundo de salteadores decamino y "robber barons," redentor que no pudo redimirse sin quedar aniquilado en elproceso. Aunque la idolatria de Martinez Estrada no deja lugar a la critica, a traves de todala obra hay, a pesar de su partidarismo, momentos en que el bi6grafo se detiene areflexionar sobre este lado oscuro de Marti y, a veces, preguntas ret6ricas le detienenmomentineamente en el panegirico de las caracterizaciones que hace del heroe. En unmomento dado, EME inquiere un poco plafideramente:

Cuando encontramos en Marti efusiones de gozo? Cuando la alegria desentirse libre, ligero, luminoso, sino cuando esta en marcha al suplicio? Toda suobra trasciende una pena secreta que en las crisis agudas se exhala en ayes desoledad y cansancio, una intima y rec6ndita angustia que anubla su mirada,presentandole el mundo como un lugar de penitencia, trabajo, ingratitud, in-comprensi6n y enfermedades. (p. 257)Tratando de iluminar un poco la cita anterior, me parece que Martinez Estrada estA

sugiriendo-si bien no explicitamente, claro-alg6n trauma de la nifiez, alg6n dafopsiquico que, aunque cauterizado luego durante su adolescencia y madurez, dej6 en elMarti hombre algo muerto, quizas todo un campo de comunicaci6n er6tica, total ydefinitivamente excluido de su vida. En realidad, Marti casi dijo esto en una carta de 1894,y bien pudieramos considerar sus palabras como su declaraci6n al respecto:

El hombre intimo estd muerto y fuera de toda resurrecci6n, lo que seria elhogar franco y para mi imposible, adonde estA la unica dicha humana, o la raiz detodas las dichas. Pero, el hombre vigilante y compasivo esta aun vivo en mi, comoun esqueleto que se hubiese salido de la sepultura. (p. 260)

Asi, en la bisqueda del verdadero Marti, EME llega a la conclusi6n de que ese Marti es

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casi inaccesible, perdido para todos, menos para los sujetos individuales; las cartas deMarti estAn lienas de sugerencias y ecos solamente, fueron escritas en un c6digo que edificauna pared defensiva alrededor de su alma. Sin embargo, en su bisqueda, EME logra cuajaruna manera 6nica de reevaluaci6n y esto lo consigue a traves del "Diario de campana deMarti. Esta obra, donde residen las fuerzas telricas revivificadas en Marti con su regreso aCuba, le parece a EME "la imagen...mas fiel que ninguna otra...el resto es biografia,historia, cultural y moral, politica y arte: esto (el Diario de campaia) es Marti" (p. 381).

Este Marti verdadero, "real," puede redescubrirse, pero tan s61o a traves de lasfuerzas telkricas que devela EME desde el alma del pr6cer. Anteo moderno, Marti serealize en Marti tan s6lo en las paginas iltimas de su Diario de campafa y en su otro diarioguatemalteco, anterior a este. Y surge aquf un nuevo aspecto de la relaci6ri spiritual entreMartinez Estrada y Marti; o sea, el de la tendencia telirica-heroica-pastoril," que destila atraves de las paginas de la biograffa de Marti, principalmente en las secciones tituladas"Sentido Telirico de la Tierra," y "La Madre Tierra y el Hijo Pr6digo." En el mundo-creaci6n de Dios, todos los seres son maravillosos y admirables;

No hay aqui jerarquias .ordenaciones artificiales, hechas conforme a las pautasde la clasificaci6n y valoraci6n por su utilidad, o prestancia, o belleza; es lanaturaleza sin privilegios ni preferencias, la madre universal ecuAnime... el amor aCuba, a su naturaleza virginal y a sus gentes incontaminadas, es la contraparte alrechazo de la civilizaci6n fabril y mercantil norteamericana. (p. 401-2)

Este sentir un mundo primario despierta en EME la mas extraordinaria concatenaci6nasociativa: Marti, buc6lico con ecos de Virgilio y Hesfodo; Marti, dentro del Nirvanabudista; Marti, iniciado en los ritos de Demeter y Persefone; Marti, Col6n descubridor deuna utopia americana de caracter paradisiaco; Marti, ac6lito de Tolstoi. Esta ltimacaracterizaci6n de Marti la propongo yo porque las descripciones y pinturas del guajirocubano parecen salidas de un lienzo tolstoiano, copia de la alabanza exagerada del sencillopoder espiritual de los mujics rusos:

Estos guajiros, hombres y mujeres ocupados en las tareas comunes deprepararse el sustento en los trabajos cotidianos de vivir ganandose su pan con lasmanos que escarban la tierra, y sufriendo cada cual su suerte sin blasfemar y sinquejarse; estos hombres y estos nihos hablan una lengua rdstica pero que suelenexpresarlas mas altas ideas de.la filosofia sapiencial, de la experiencia y del saber de

2 Despues de todo, Zqud mayor defessor del poder tehirico que EME en su Radiografta de la pampa? Y allf, enparticular, con la secci6n titulada "Las fuerzas de la tierra" ? Y que otro aspecto del pensamiento de MartinezEstrada caus6 mayor discusi6n que 6ste? Bernardo Canal Feij60, en una resefia de la Radiograffa... protest6 ar-dieritemente contra esta veta en EME, refiriendose a ella como "un bastante pueril geomorfismo espiritual, " un"primario animismo" ejemplo de "mudos terrores informes." Sin embargo, mas de 40 aflos despues, MartinezEstrada demuestra que su telurismo no solo no permaneci6 inalterado sino que se refin6, dej6 de ser pesimista, segeneraliz6 y espiritualiz6 al contacto con el panteismd de aquellos escritores con quienes sinti6 afinidad. Despues detodo, EME, como Horacio Quiroga, tenia algo de espiritu franciscano, algo de Rousseau y Thoreau, algo de Tolstoiy D.H. Lawrence. Ese algo de que hablamos es la tendencia heroico-pastoril que tambidn sentfan Marti y EME atraves de la cual sus deseos de una vida libre dentro de la naturaleza estaban ligados a un sentir revolucionario in-cipiente y anrquico contra la deshumanizaci6n del hombre en la sociedad urbana. De acuerdo con esta concepci6n,los verdaderos poderes del hombre s6lo pueden encontrarse a traves de una uni6n, comuni6n, con la naturaleza,sobre todo ya que Natura jambs niega nada al hombre, nunca lleva implicita negaci6n alguna; todo en ella esafirmaci6n, exaltaci6n del cuerpo, culminaci6n del yo, vida plenamente vivida.

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cosas, tal como brotan en su alma para hablar o para cantar. (pp. 407-408)El impulso hacia una Arcadia, o el impetu ut6pico en EME y en Marti, nos guiard

hacia el problema total de la insistencia, por parte de Don Ezequiel, en la intemporalidad dela figura de Marti, en su compulsi6n mitificadora y arcaizante del heroe-' 'sobrevivien-te'"'-nos lo asegura el bi6grafo-''de una Edad de Oro en la Edad del Hierro, como uncaballero de la corte de Arturo en el bric-a-brac de los Estados Unidos: Odiseo u Orestesque reencarna despues de treinta siglos, ... discipulo de Plat6n y Jenofonte, de la galeria deTucidides, Plutarco y Carlyle" (p. 464). Este extraordinario pante6n se edifica s61o paraelevar a Marti y situarlo fuera del campo de sus escritos; separarlo, alejar su figura heroicade aquellas presiones naturales a cualquier biografla minuciosa y anexarlo a los llamados"hombres representativos, " que tanto Emerson como Carlyle sefalaron durante el sigloXIX como paradigmas de humanidad heroica y autosacrificada. Queda asi Marti con-vertido en un principio abstracto, un ente dominado por su visi6n de poseso. Comoconclusi6n final, EME afirma que "efectivamente la dclave para interpretar la gran-deza humana de Marti es el mito," y, ciertamente, no hay otra manera de acercarse a lalectura de este esfuerzo gigantesco de simbiosis espiritual y uni6n psiquica si no es desde elpunto de vista del mito, viendo c6mo los hechos concretos son elevados consistente ysistemAticamente al campo de la alegoria y la ejemplaridad abstracta.

Ese sentido de la unidad de visi6n entre Marti y Martinez Estrada es sintomAtico de latecnica utilizada por Marti en sus medallones biogrAficos, y EME nos presenta a Martiposeedor de los instintos de un Balzac, discipulo de Klages y Spranger, asi como de lapseudociencia-tan bien mirada en el siglo XIX-de los tipos psico-caracteriol6gicos. Sibien Martinez Estrada no aboga por la frenologla, numerosas piAginas estAn dedicadas a unescrutinio grafol6gico de los manuscritos martianos. Esto conduce claramente a una ciertaclase de tipologia del carActer que practic6 Marti y de la que se apropia EME comodepositario que fuera de un romanticismo bien tardio. Alguien pregunt6 una vez a Martic6mo habia podido penetrar en la psiquis del General-y luego Presidente de los EE.UU.-Ulysses S. Grant:

-" Donde conoci6 usted al hombre, que parece que lo ha retratado usted pordentro? "

Marti responde:

- "Lo conoci en los hombres! Los espiritus humanos se dividen en familias, comolos animales." (pp. 491-492)

Asi, podemos explicar las afinidades tipol6gicas en los bosquejos biograficos de Marti comola relaci6n espiritual entre el autor y el personaje que le ocupa. Vale la pena recordar lasdescripciones hechas por Marti del heroico norteamericano Wendell Phillips-reformador,abolicionista, defensor de los derechos de los indios y de las sufragistas- hechas por Martf.Alli ocurren las visiones extraordinarias, penetrantes e incisivas que encontraremostambidn en los bosquejos martianos sobre San Martin, Bolivar, Lincoln y Emerson.

El heroismo martiano, segin Martinez Estrada, es igual o superior al de heroessimilares de la antigiledad, sobre todo porque Marti se form6 a si mismo con las cualidades

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que encontr6 en si mismo, sin la ayuda de un medio ambiente y circunstancias propicias asu desarrollo. Es curioso que, a pesar de ser esta obra un panegirico de la vida de Marti,encontramos en ella juicios criticos severos-desde el punto de vista literario-sobre la obraescrita del pr6cer. Por ejemplo, en un pArrafo casi al final de la'biograffa, EME intentadesviar el valor de los articulos periodisticos de Marti para que 6stos, con su poco valor, noresten importancia al verdadero merito del hombre:

... es indiscutible que durante todas sus obras pesan sobre ellas, porque pesansobre el, los malos ejemplos de un teatro de zarzuela, de una critica de gacetilla, deuna poesia de profesores de poetica y de una filosofia de seminaristas... las maculasque hallamos en su estilo de prosista y de orador, en sus versos en que la facilidaddel genio suena muchas veces a descuido y frivolidad, se deben a los malos ejemplosde su juventud. . . ninguna influencia perniciosa de esta clase observamos en laformaci6n y el desarrollo pleno de su personalidad, y s61o perjudica a la ex-terioridad estilistica, a la forma de una parte de su obra (p. 512).

Aunque a primera vista puede parecer que el juicio anterior es demasiado severo paracon el Marti esteta, creo que es una opini6n bien sintetica de la revisi6n total de las ideas deMartinez Estrada en lo tocante a la relaci6n entre literatura y sociedad efectuada en 61durante su estancia en Cuba. No olvidemos que la visi6n de EME hacia Marti subraya elhecho de que

...la inteligencia no es un capital privado que pueda usarse en propio beneficio ycaprichosamente, sino que su aplicaci6n y usufructo pertenece, como todo biensocial, a la comunidad (p. 528).

Estas palabras, que sitian las obras de la imaginaci6n al servicio de la sociedad--sobretodo de la sociedad revolucionaria--reflejan la atenta y cuidadosa lectura por parte de EMEdel discurso de Fidel Castro "Palabras a los intelectuales," (junio de 1961). Ejemplo yprueba de la intensidad de su lectura y de c6mo esta le afect6, la tenemos en un importanteensayo titulado "Por una alta cultura popular y socialista cubana." En el mismo, luego decitar pasajes extensos de Fidel Castro sobre la responsabilidad social del artista para con elpueblo y con el proceso revolucionario, Martinez Estrada injerta un comentario que asociaen linea directa las teorias literarias de Castro con el ejemplo practico de Josh Marti mediosiglo antes. La modula del ensayo esta en las siguientes palabras:

Imagino la extrafieza que habra producido en los escritores y artistashispanoamericanos que hayan tenido la rara oportunidad de leer las"Palabras a losintelectuales," sobre todo si no conocen a Marti sino por las antologlas. Tanto ensu obra escrita...cuanto en la consagraci6n de su vida entera, tenemos el paradigmade los deberes del intelectual para con la sociedad, y el reproche implicito de lo queno hemos hecho...El primer sacrificio de Marti, en el presidio politico, en aras delbien del pr6jimo, es el de su inteligencia que afina y fortalece para que sirva comouna espada bien templada a la libertad de Cuba y no su bienestar y su fama. Una

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fuerza sobrenatural lo sostuvo, ilumin6 su pensamiento, purific6 su alma y arm6su brazo: su amor al puebloJ25

Esta visi6n de un santo secular de la literatura y de la revoluci6n conlleva en lapresentaci6n de Marti ecos de Moises, Ismael y Jeremias. No hay otra forma de entender elimpulso hacia la redenci6n espiritual en Marti y en EME si no es examinando a amboscomo modelos catequizantes de un culto laico hacia y por la humanidad, culto que se refiereno a las parodias grotescas de la ley civil sino a una ley superior dentro de cada individuoque, como en el Oversoul de Emerson, alumbra el camino del hombre y le sirve de guiaincorruptible. "El derecho que Marti respeta y aplica es el derecho de origen religioso quese transfiere al pueblo y que no reconoce ninguna instancia superior al dictamen de laconciencia." Conciencia que gui6 a Benito Juarez--bienamado de Marti--, la conciencia, sise quiere, de Thoreau en su tratado sobre la Desobediencia civil. Es hacia esta mentalidadde conciencia social, insiste EME, que la imaginaci6n literaria del autor debe dirigirse; laresponsabilidad social del escritor debe dominar, a fin de cuentas, todo tipo de esteticainitil, todas las fantasias nacidas en cualquier torre de marfil. Afirma Castro en sus"Palabras a los intelectuales," y asiente EME citarlas:

El revolucionario pone algo por encima de todas las demas cuestiones: elrevolucionario pone algo adn por encima de su espiritu creador: pone laRevoluci6n por encima de todo lo demas, y el artista mis revolucionario sera aquelque estuviera dispuesto a sacrificar hasta su propia vocaci6n artistica por laRevoluci6n... 26

Se sacrifica--se crucifica?--al escritor y a la escritura? Bien puede ser, pero es un sacrificiollevado a cabo voluntariamente por la causa revolucionaria, y debemos suponer que losentes prometeicos, a pesar del sufrimiento, encuentran en su martirio una ilusi6n y unaesperanza interior.

Para finalizar, deseo notar que Emanuel Carballo formul6 la siguiente pregunta a EMEal pasar 6ste por Mexico, de regreso a Bahia Blanca y a su muerte;

E.C.--'' ,Es el mismo Don Ezequiel que se fue de Mexico a Cuba en 1960 y el queregresa rumbo a la Argentina en 1962?

E.M.E.--Yo puedo decirle que en ml mismo se ha operado, en cierto grado, encierta escala, un fen6meno religioso de transmutaci6n...Yo he recibido en Cuba laconsagraci6n de mi devoci6n. Hasta entonces yo era un practicante secular o laicode un credo de redenci6n humana. Despubs de haber estado en Cuba considero queese credo no es meramente filos6fico o intelectual sino que es de caracter humano,moral y religioso...De modo que he vuelto hecho un sacerdote, mi amigo: ateoincredulo, antieclesiastico, Acrata, todo lo que usted quiera, pero religioso. Eso es

25 "Por una alta cultura popular y socialista cubana" en Mi experiencia cubana, pp. 186-187.26 Op. cit., p. 183.

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lo que yo he aprendido en Cuba." 27

Marti y Ezequiel Martinez Estrada, dos en uno--el muerto ha convertido al vivo sobretodo a su doctrina de sacrificio y redenci6n por la humanidad. En esta .transfiguraci6n, DonEzequiel es el vehiculo--el medium--a traves del cual el alma de Jose Marti nos es dada atodos, para siempre.

New York University ALEXANDER COLEMAN

Traducido del ingles por

PEDRO BOVI-GUERRA

2'7Revista de lai Casa de las Americas, Nov-Dic. 1965, Num 33, pp. 48-49.

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