Mariposas Diurnas de La Provincia de Avila

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  • EDITA: Excma. Diputacin Provincial de vi laAUTORES: Juan Carlos Vicente Arranz y Beatr iz Parra Arjona

    Todas las fotograf as del l ibro han s ido rea l izadas por Juan Car los Vicente Arranz, sa lvo las de la pgina 182 y 223, izqda. cuya autor a es Car los Romeral Langa.

    IMPRESIN: ANCARES artes grf icas, s. l .DISEO Y MAQUETACIN: Imagen Creative DiseoDepsito Legal: M-41302-2010

    Ilustracin de Portada : L imonera (Gonepteryx rhamni),

    Gi lbuena (vi la).

  • M A R I P O S A SD I U R N A S

    Juan Carlos Vicente ArranzBeatr iz Parra Arjona

    D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • Por muy pequeos que sean la mayor parte de los insectos,por poco apreciados que sean en general y aunque muchasveces pisemos estos seres sin acordarnos de que nuestro piedestruye las maravillas de la creacin, ninguna otra clase delreino animal contiene ms bellos rasgos de la sabidura ybondad del creador

    Historia natural de los insectos, (1846)

    Juan Mieg (1780-1859)Profesor, naturalista e ilustre entomlogo del siglo XIX

  • Presentacin de la Diputacin Prlogo Introduccin Autores

    CAPITULO 1 E l m e d i o f s i c o d e l a p r o v i n c i a d e v i l a Situacin geogrfica El relieve Geologa y suelo Red hidrogrfica El clima La vegetacin Los espacios naturales

    CAPITULO 2 L a s m a r i p o s a s Generalidades Anatoma Biologa Ecologa Clasificacin

    CAPITULO 3 L a s m a r i p o s a s d e l a p r o v i n c i a d e v i l a Historia de la entomologa en la provincia de vila Metodologa de trabajo Resultados del estudio Especies de inters Lugares de inters para las mariposas La conservacin de las mariposas Catlogo sistemtico de las mariposas abulenses

    CAPITULO 4 Fichas de las 135 especies censadas en vi la Familia Hesperiidae Familia Papilionidae Familia Pieridae Familia Nymphalidae Familia Lycaenidae

    Glosario Bibliografa ndicedeespeciesNombrescientficosndicedeespeciesNombrescomunes Agradecimientos

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    I N D I C E T E M T I C O

    020305

    07

    0910182022232428

    313133343740

    4343465054

    616472

    7778

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    236238241242243

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A 01

  • 02 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    El libro que el lector tiene entre sus manos, es fruto de un exhaustivo estudio sobre las mari-posas diurnas realizado en la provincia de vila durante los aos 2009 y 2010, por Juan Carlos Vicente y Beatriz Parra, entomlogos con una amplia trayectoria profesional y editorial relacio-nada con las mariposas espaolas, especialmente en lo que tiene que ver con las mariposas de Castilla y Len.

    Los resultados de este trabajo han servido para dar a conocer la gran riqueza que alberga la provincia de vila, en lo que a mariposas diurnas se refiere. Los datos que se aportan son muy interesantes y esclarecedores: los autores han censado hasta 135 especies de lepidpteros distintos y pertenecientes a cinco familias diferentes, de los cuales muchos de ellos nunca se haban detectado antes en la geografa abulense. Dicho de otro modo, en la provincia de vila podemos encontrar hasta el 59% de las especies ibricas y el 71% de las que habitan en Castilla y Len. De gran inters cientfico ha sido la aparicin de algunas especies rarsimas, cuya pre-sencia en nuestra regin se limita exclusivamente al territorio abulense, tal y como ha sucedido con la ajedrezada rusa (Pyrgus cinarae), una de las mariposas ms escasas y localizadas de toda la Pennsula Ibrica.

    Antes de adentrarnos en dar a conocer a las protagonistas de esta obra, los autores nos ha-blan del relieve, la geologa, el clima o la vegetacin de nuestra provincia, factores -por otro lado-, determinantes para la presencia o ausencia de determinadas especies de mariposas. Tras introducirnos en el conocimiento de la anatoma, la biologa y ecologa de las mariposas, se explica la metodologa utilizada para llevar a cabo este estudio y los resultados del mismo, as como detalles curiosos de la historia entomolgica de vila. Para finalizar, se muestran los lugares ms importantes del territorio abulense por su riqueza en mariposas, apuntando algunas consideraciones sobre la importancia de conservar estos espacios naturales y las especies ms amenazadas y raras que los habitan.

    Todas las mariposas abulenses quedan recogidas en el libro en unas fichas descriptivas, donde adems de estar representadas por bellas fotografas realizadas en su medio natural, se men-cionan algunos aspectos relacionados con su biologa y ecologa, as como su distribucin en el territorio que nos ocupa. Se acompaa adems de un glosario donde se explican los trminos tcnicos con los que el lector puede que no est familiarizado, de un apartado que recoge toda la bibliografa relacionada con este trabajo y de un ndice de bsqueda de todas las especies tratadas.

    Sin lugar a duda, el lector encontrar en este bello libro profusamente ilustrado y dedicado a las mariposas diurnas de la Provincia de vila, un motivo ms para acercarse a conocer la naturale-za que nos rodea, muchas veces cercana y paradjicamente tan desconocida.

    P r e s e n t a c i n

    Agustn GonzlezPresidente de la Diputacin de vila.

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A 03

    En un momento inmejorable, antes de finalizar el Ao Internacional de la Biodiversi-dad, Juan Carlos Vicente y Beatriz Parra nos sorprenden con una nueva obra de ex-celente calidad y rigor, magnficas fotografas -como ya nos tienen acostumbrados-, y de una cuidada y meditada maquetacin.

    Ambos han emprendido un gran proyecto personal, convirtindose, poco a poco, en unos de los autores ms prolficos de nuestro pas, en materia de mariposas, rea-lizando aportaciones de gran importancia para el conocimiento de los ropalceros espaoles. Pero, tambin, y lo que es a mi juicio ms importante, estn transmitiendo ese conocimiento; y lo hacen desde una actitud realmente conservacionista y respe-tuosa.

    Y es que, es en la conservacin, donde actualmente debemos concentrar nuestros esfuerzos. Atrs quedaron ya los das en que era suficiente con llenar pginas de libros, artculos o comentarios, ms o menos pblicos, de lamentos y predicciones referentes a la desaparicin de nuestras mariposas. Ya no basta con eso. El estado de la cuestin requiere una participacin activa del pequeo ejrcito de amantes de las mariposas que se esconde por todos los rincones de Espaa, pero que, pienso, no termina de convencerse de que en su mano est el poder poner en marcha una solu-cin. Este proyecto, que ya hemos comenzado de la mano de ZERYNTHIA, permitir, esperemos que ms pronto que tarde, no slo alcanzar grandes logros, como una red de microrreservas, que permitan la proteccin fsica del territorio; sino tambin -ms humilde, pero igualmente gratificante-, la posibilidad de acercar al gran pblico la importancia de las mariposas, a travs de programas de educacin ambiental o pu-blicaciones como la que nos ocupa. Nos alegra poder decir que los autores participan de este necesario reto, apoyndonos en todo lo posible.

    Juan Carlos y Beatriz, dos expertos lepidopterlogos, han realizado un magnfico tra-bajo de investigacin en tan solo dos aos. Contra todo pronstico, dado lo ambicio-so del proyecto, trasladan a la provincia de vila de una situacin de total abandono cientfico de sus mariposas diurnas, a ser una de las regiones mejor estudiadas de nuestro pas. Nos han demostrado que, con disciplina, es posible prospectar grandes regiones de nuestra geografa en relativamente poco tiempo y hacen que nos plan-teemos cmo es posible que tengamos an un conocimiento tan escaso de nuestros lepidpteros en amplios espacios de la geografa peninsular.

    P r l o g o

  • 04 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Otras provincias y comunidades autnomas tienen la oportunidad de seguir el ejemplo de trabajos como ste, brindando su ayuda a los expertos, para llegar a hacerlos posi-bles. Son necesarios en la prctica totalidad de provincias de nuestro pas, incluyendo el resto de Castilla y Len, donde los datos disponibles se caracterizan por ser, de forma muy generalizada, no solo escasos, sino antiguos o dudosos, requiriendo un anlisis en profundidad. sto proporcionar un adecuado conocimiento de nuestras mariposas que nos permitir protegerlas de forma ms efectiva y, tambin, acercarlas al pblico en general, posibilitando que pueda aprender a amarlas y respetarlas -retroalimentan-do el proceso-, a travs de obras de calidad, como la que tenemos entre las manos.

    La tarea que los autores estn llevando a cabo, no comienza y acaba con este libro. Se remonta mucho tiempo atrs, siendo de hecho, Juan Carlos, pionero en nuestro pas de la fotografa profesional de mariposas, tan extendida actualmente, cuan-do los equipos eran mucho menos accesibles (ahora, todos nos atrevemos a decir que sacamos fotos). Su trabajo tambin se proyecta hacia el futuro; no solo porque sus obras quedarn ya para siempre al alcance de todos los amantes de las mariposas, o de la Naturaleza en general, que deseen consultarlos; sino por-que, sin duda, tendrn continuidad por muchos aos. Va en su naturaleza el estar en permanente contacto con las mariposas, disfrutando de su presencia mientras las fotografan o, simplemente, las admiran. En ellos convive, de forma envidia-ble, el estudio cientfico con el mismo embelese que, imagino, tendran en su infan-cia hacia ellas. Todo esto lo hacen desde una motivacin intrnseca, sin instrumen-talizarlas para otros fines. Esta mirada es la que nos transmiten, libro tras libro.

    Sin ms dilacin, os invito a disfrutar de este excelente libro de mariposas que supe-ra, si cabe, las anteriores obras publicadas por estos autores.

    Yeray Monasterio LenPresidente de la Asociacin Espaola para la Proteccin de las Mariposas y su

    Medio (ZERYNTHIA).

  • 05 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Han pasado ya muchos aos desde nuestros primeros escarceos montaeros por la abulense sierra de Gredos, ascendiendo a sus principales cumbres, recorriendo extraordinarios parajes salvajes, disfrutando de su maravillosa naturaleza y por qu no decirlo tambin, en busca de lo que eran para nosotros nuestros pequeos tesoros en forma de joyas aladas, las mariposas.

    Al da de hoy, dcadas despus conociendo y recorriendo estos y otros espacios naturales de la geografa castellano-leonesa, estudiando y fotografiando las mari-posas de nuestra regin, hemos vuelto a recorrer ya no solo la Sierra de Gredos, como antao lo hiciramos, sino cada uno de los hermosos rincones de toda la geografa abulense.

    Gracias al inters en dar a conocer los valores naturales de la provincia, la Excma. Diputacin de vila nos encomend realizar este libro que el lector tiene ahora entre sus manos. Para los autores de este trabajo, aunque llevar esta propuesta a cabo en un principio era un reto un tanto complicado, tambin ha constituido todo un placer, que nos ha reportado un buen nmero de gratificantes momentos y satisfacciones. El reto lo era porque apenas haba informacin sobre las mari-posas abulenses y, si queramos hacer un buen trabajo sobre stas, tendramos que lograr la informacin buscando directamente a sus protagonistas, all donde estuvieran.

    Por este motivo recorrimos a lo largo de dos aos todas las comarcas e infinidad de rincones de la provincia de vila, desde las zonas serranas y lugares ms ele-vados de Gredos, hasta las partes ms bajas del Titar, desde los espacios ms agrestes y forestales de la serrana abulense, a las reas ms humanizadas de tierra de campos en La Moraa. Nuestro objetivo no era otro que llegar a conocer la realidad sobre la diversidad de especies de mariposas diurnas existentes, saber donde vivan, cuando volaban y algunos otros aspectos relacionados con su biolo-ga, pero principalmente tener una idea aproximada de su distribucin dentro de la provincia.

    Desde luego, tratar de conocer bien las mariposas de una provincia, con tan esca-sa informacin publicada y en tan poco espacio de tiempo, pareca una tarea algo tediosa y hasta inabarcable, pues habra que dedicar muchas horas de campo a realizar labores de investigacin y muestreos, a fin de obtener los datos y la infor-macin relativa a estos insectos que precisbamos para culminar con razonable xito este proyecto.

    I n t r o d u c c i n

  • 06 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Echando un vistazo hacia atrs, y analizando el esfuerzo realizado a lo largo de es-tos dos aos que el proyecto nos ha mantenido activos, lo cierto es que albergamos un grato sentimiento de satisfaccin por el trabajo realizado y por los resultados obtenidos.

    Y no es para menos, pues gracias a este trabajo la provincia de vila pasa de ser una de las provincias de la que menos se conocan sus mariposas, a ser una de las mejor muestreadas y estudiadas, ya no solo de toda nuestra regin, sino de toda Espaa. De momento, es la primera provincia de nuestra Comunidad de la que existe un atlas de distribucin completo de especies de mariposas diurnas y una de las primeras que presenta un catlogo de mariposas acorde con la realidad de su territorio.

    Prueba de este esfuerzo y tesn de investigacin, es la confirmacin de varias espe-cies que se crean dudosas y de las que haba escasas citas. Tambin lo es el hallaz-go de nuevas especies nunca antes citadas para la provincia, que han aparecido du-rante el transcurso de este trabajo y, en el mejor de los casos, el descubrimiento de especies rarsimas que habitan en muy pocos enclaves de la Pennsula Ibrica, y de las que slo se conoce su presencia, en nuestra regin, en el territorio abulense.

    Finalmente, han sido 135 las especies de mariposas diurnas que hemos podido con-firmar en toda la provincia de vila. El estudio no es del todo definitivo, ni tampoco est concluido, pues es posible que en un futuro no muy lejano aparezca alguna nue-va especie para sumarse a las ya existentes; especies que aparecern si se realizan nuevos muestreos o se intensifican stos en reas propicias para ello.

    Es el deseo de los autores, que este trabajo no slo se convierta en un bello libro repleto de hermosas fotografas y de informacin interesante sobre las mariposas, sino que, adems, promueva e incite a las personas que lo lean, a interesarse de lleno en el estudio de estos delicados insectos y a observarlos en su medio natural. Slo si se comprende que su presencia est intrnsecamente ligada a la conserva-cin de los ecosistemas donde viven, llegaremos a valorar mejor la fragilidad de estos fascinantes y maravillosos seres vivos.

    Los Autores

  • 07 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Juan Carlos Vicente Arranz:

    Valladolid, 1970. Naturalista y entomlogo, es tambin educador ambiental y fotgrafo de naturaleza. En Sanchonuo (Segovia), ya desde muy joven, creci su inters por la naturaleza. Hace muchos aos, fusion sus dos grandes pasiones: la entomologa y la foto-grafa de naturaleza. Sus fotografas sobre insectos han aparecido en multitud de revistas espaolas, desde GEO hasta National Geo-graphic de Espaa. Ademas de colaborar en una veintena de libros, es autor o coautor entre otros trabajos editoriales, de la Gua de las mariposas diurnas de Castilla y Len, Mariposas diurnas de la Comunidad de Madrid y Las mariposas de Espaa peninsular. Ha escrito numerosos artculos divulgativos sobre temas ambientales, realizado charlas, exposiciones y audiovisuales, casi siempre rela-cionados con las mariposas ibricas. Actualmente, trabaja en varios estudios cientficos de catalogacin de mariposas en espacios natu-rales de Castilla y Len, as como en otros proyectos de divulgacin y conservacin de especies de invertebrados. Pertenece a varias asociaciones fotogrficas y entomolgicas, y colabora con institu-ciones cientficas y organizaciones como ZERYNTHIA y la Butterfly Conservation Europe.

    Beatriz Parra Arjona:

    Madrid, 1974. Entomloga y naturalista vocacional, ha colaborado con Juan Carlos Vicente en diferentes trabajos de catalogacin de mariposas, en diversos espacios naturales de Castilla y Len, espe-cialmente en la provincia de Segovia. Es coautora entre otros, del estudio e inventario de las mariposas diurnas del Parque Natural de las Hoces del Ro Riaza (Segovia), del libro Mariposas diurnas de la sierra de Aylln en la provincia de Segovia y de varios artculos entomolgicos, publicados en revistas divulgativas, como Argutorio o Quercus, y cientficas, como el Boletn de la SEA. Actualmente, est trabajando en la elaboracin del catlogo de mariposas diurnas de Segovia, con el objetivo de publicar en un futuro, junto a Juan Carlos Vicente, un libro dedicado a las mariposas diurnas de esta provincia. Colabora en la realizacin de montajes y audiovisuales divulgativos sobre mariposas y otros insectos, realizando charlas y conferencias, trabajos que desempea habituamente en el campo de la docencia. Atrada por la belleza de la naturaleza salvaje, ha recorrido numerosos espacios naturales europeos desde los pases nrdicos hasta los Balcanes; y tambin de Sudamrica.

    AUTORES

  • 08 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    El Pico Almanzor, con sus 2.592 m, es la cota ms elevada de la provincia as como de todo el Sistema Central

  • Para llegar a conocer bien las mariposas de un determinado territorio, en este caso de la pro-vincia de vila, hemos de llegar a conocer otros factores naturales y ambientales que influyen directamente en nuestras protagonistas, las mariposas. Tales factores son, entre otros, la geologa y la composicin qumica del suelo, la orografa, el clima predominante en la zona, la altitud donde nos encontremos o la vegetacin representativa del lugar.

    Todos estos condicionantes influyen de manera directa en la presencia o ausencia de las maripo-sas en el espacio geogrfico que nos ocupa. De ah que pasemos a repasar de forma detallada todos estos aspectos.

    C a p t u l o 1EL MEDIO FSICO DE LA PROVINCIA DE VILA

    Primavera en los alrededores de la ciudad de vila

    09

  • 10 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    SITUACIN GEOGRFICA

    La provincia de vila tiene una extensin aproximada de 8.048 km2, lo que representa el 159 % del territorio nacional. Es una de las provincias espaolas menos pobladas, pues cuenta con 171.680 habitantes en su conjunto repartidas por 248 municipios, lo que da una densidad media de 21 habitantes por km2.

    Navasequilla, uno de los pueblos ms altos de Espaa, ubicado en la serrania de Gredos

    Mapa de las diferentes comarcas de la provincia de vilaMapa de situacin de vila en Castilla y Len, y en la Pennsula Ibrica

  • 11 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    vila es una de las 9 provincias que conforman la Comunidad Autnoma de Castilla y Len y se encuentra enclavada al sur de la regin cas-tellano-leonesa, en pleno centro peninsular, al noroeste de la Sierra de Guadarrama. Limita al norte con la provincia de Valladolid, al este con Segovia y Madrid, al oeste con Salamanca y al sur, con Cceres y Toledo.

    A su vez, toda la provincia queda dividida en 6 comarcas bien definidas, que pasamos a men-cionar y a describir de forma somera. Son las siguientes: Valle del Alberche y Tierra de Pina-res, Valle del Titar, Valle del Corneja, Valle del Tormes y Gredos, Valle del Ambls y Sierra de vila, y por ltimo la comarca de La Moraa.

    V a l l e d e l A l b e r c h e y T i e r r a d e P i n a r e s

    Podemos decir que son dos comarcas agrupadas en una y situadas al sureste de la provincia, prxi-mas a las vecinas Segovia, Madrid y Toledo. Son muy variables en relieve, altitud y clima. Por un lado, el valle del Alberche est formado por gargantas granticas de gran belleza siendo atravesado por el ro del mismo nombre, que es uno de los afluentes principales del Tajo.

    Algo ms al noreste se sita la comarca conocida como Pinares-Bajo Alberche, formada por grandes extensiones de pinares y robledales, adems de pastizales y reas de rocas granticas. Destacan de esta comarca las siguientes poblaciones: El Barraco, Cebreros, El Tiemblo, Burgohondo y Las Navas del Marques.

    Praderas y robledal en la Sierra de la Paramera, con Pea Cabrera al fondo

  • 12 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    V a l l e d e l T i t a r

    Esta comarca se encuentra situada en el extremo ms meridional de la provincia, y se la conoce tam-bin como la Andaluca o la Extemadura de vila, debido a la benignidad de su clima. Hay un elevado contraste entre la cadena montaosa de la Sierra de Gredos que supera los 2.000 m, protegiendo as a este valle del fro del norte, y los 400 m de altitud de media del fondo del valle.

    Cebreros desde el Puerto de Arrebatacapas

    Valle de las Cinco Villas con vistas de Mombeltrn y al fondo el Puerto del Pico

  • 13 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    V a l l e d e l C o r n e j a

    Se encuentra situado en el suroeste de vila y al norte del Valle del Tormes, en su lmite pro-vincial con la vecina Salamanca. Este valle que lleva el nombre del ro que atraviesa la comarca,

    En el Valle del Titar existen una gran variedad de vegetacin y de cultivos, desde olivos, cere-zos, castaos, y naranjos, hasta pinares, higue-ras y madroos. Son importantes los municipios de Arenas de San Pedro, Candeleda, Mombel-trn, Pedro Bernardo, Piedralaves, La Adrada y Sotillo la Adrada.

    Pico Almanzor desde la Garganta de Chilla

    Sierra de la Horcajada, vista desde la Sierra de Villafranca

  • 14 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    V a l l e d e l T o r m e s y G r e d o s

    Enclavado al suroeste de la provincia, est arro-pado por las cumbres de la Sierra de Gredos al sur y las sierras de Castillejos, Piedrahita y Villafranca al norte. Posiblemente sea la comar-ca ms agreste y montaosa de toda vila. Es atravesada de este a oeste por el bello ro Tor-mes, al que vierten sus aguas a su vez otros numerosos ros y arroyos que discurren por las gargantas del corazn de Gredos.

    el Corneja, nace al oeste de La Serrota y mue-re en el Tormes. Tambin se incluye dentro de esta comarca la parte alta del ro Alberche. Es una comarca marcadamente serrana, caracte-rizada por sus hermosos robledales, extensos piornales, y sus verdes praderas y pastizales de las zonas ms elevadas.

    Los encinares, choperas, huertos y la mayora de los pueblos, se encuentran diseminados por el fondo del valle. Destacan por su importancia los pueblos de Piedrahita, Villafranca y Bonilla de la Sierra, La Aldehuela, Santa M del Berro-cal y Villanueva del Campillo.

    Primavera en el Valle del Corneja

    Laguna y Circo de Gredos

  • 15 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    El paisaje representativo de este lugar son montaas y gargantas de origen glaciar, bosques de pinar y robledal, verdes pastizales, piornales y sus bellos pueblos serranos.

    Son importantes en esta comarca los pueblos de El Barco de vila, Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino, San Martn del Pimpollar, Navacepeda, Navalperal y La Aliseda de Tormes, Bohoyo, Be-cedas, Navatejares o Navalonguilla.

    V a l l e A m b l s y S i e r r a d e v i l a

    Comarca situada en el rea central de la provincia, situada al sur de La Moraa. Por su amplio valle discurre el ro Adaja que nace en el Pto. de Villatoro y llega hasta la ciudad de vila, para seguir su paso en busca del Duero por La Moraa. El Valle Ambls se encuentra rodeado por la Sierra de vila, Paramera y La Serrota. Los extensos encinares y los grandes berrocales granticos de las laderas, contrastan con los cultivos del fondo del valle.

    La Sierra de vila y la de Ojos Albos son, por otro lado, las mximas elevaciones en su transicin al norte con tierra de campos o La Moraa abulense.

    Algunas poblaciones importantes son, adems de vila capital, Solosancho, Cardeosa, Cabezas del Villar, San Pedro del Arroyo, Miruea de los Infanzones, Muana, Chamartn, Cilln y Aldeavieja.

    La hermosa cuenca del ro Aravalle, con la Sierra de Bjar y de Candelario al fondo

  • 16 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    L a M o r a a

    Esta comarca forma parte de la meseta norte castellana y de la denominada Cuenca del Duero, y en ella est incluida la Tierra de Arvalo.

    Se encuentra situada en el extremo norte de la provincia y el paisaje predominante es la gran lla-nura cerealista, que caracteriza a esta tierra. Los campos de cebada, trigo y centeno, que cam-bian de color segn la poca del ao, contrastan con los pequeos pinares, encinares o chope-ras a modo de oasis isla. En su zona ms oriental, discurre el ro Adaja que atraviesa una gran extensin de pino resinero, denominada como Tierra de Pinares. Destacan las poblaciones de Arvalo, Madrigal de las Altas Torres, Fontveros, Adanero, Flores de vila y Tiosillos.

    La Serrota en primavera

    El amplio Valle Ambls con la Sierra de la Paramera al fondo

  • 17 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Primavera en los alrededores de Madrigal de las Altas Torres

    Campos de cereal en las inmediaciones de Horcajo de las Torres

  • 18 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    E L R E L I E V E

    Puede decirse que la provincia de vila se en-cuentra dividida en dos reas o sectores bien diferenciados. Por un lado, la llanura situada al norte, que queda comprendida dentro de la Me-seta Castellana y, por otro, la montaa al sur, que es parte integrante del Sistema Central.

    La campia de La Moraa, que forma parte del hundimiento de la fosa del Duero, est cons-tituida por el depsito aportado de materiales erosionados del Sistema Central. Grandes ex-tensiones de estas tierras se aprovechan para el cultivo, principalmente de cereal.

    La mitad sur de la provincia es atravesada por cuatro cadenas montaosas que conforman parte del conjunto del Sistema Central. Son las siguientes: Sierra de Gredos, Sierras Centra-les, Sierra de vila y Sierra de Ojos Albos.

    La mayor de todas es la Sierra de Gredos, que

    con una longitud de unos 100 km de largo, tiene su continuidad en las sierras del Barco y Bjar hacia el oeste. Gredos hace de divisoria ade-ms, entre los valles del Tormes y Alberche al norte, y el Titar al sur. Las mayores elevacio-nes de la provincia se encuentran en esta sierra y tiene en el Pico Almanzor (2.592 m) su mxi-mo exponente.

    Las Sierras Centrales parten hacia el oeste desde las estribaciones de la Sierra de Guada-rrama en Cueva Valiente (1.902 m), en pleno lmite provincial de vila con Madrid y Segovia. Desde aqu se prolongan por la Sierra de Mala-gn y la Cuerda de los Polvisos hasta la Sierra de la Paramera, que tiene en el Pico Zapatero, (2.146 m), su mayor elevacin. Esta sierra tiene su continuidad por la Sierra de los Baldos has-ta La Serrota (Cerro del Santo, 2.294 m) y ter-mina hacia el oeste en las sierras de Villafranca y Piedrahita.

    Paisaje cerealista representativo de La Moraa

  • 19

    Mapa fsico del relieve y la hidrografa de la provincia de vila

    Campos agostados en las inmediaciones de la Sierra de la Paramera

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A20

    La Sierra de vila, asciende por el este cerca de la capital abulense y tiene su continuidad hasta el valle del Corneja, hacia el oeste. Esta sierra se aproxima a La Serrota en el Pto de Villatoro y por la Sierra de Villanueva, y tiene en el Cerro Gorra (1.727 m), su mayor elevacin. Por otro lado, en la Sierra de Ojos Albos, que hace de divisoria con la vecina provincia de Segovia y de excelente mirador del mar de castilla, se producen las elevaciones ms septentrionales de la provincia (Cruz de Hierro, 1.662 m).

    G E O L O G A Y S U E L O

    Gran parte del territorio abulense est consti-tuido por un sector montaoso, de dominio de tierras elevadas, de litologas metamrficas y plutnicas, tpicas del Sistema Central. Los ma-teriales son silceos paleozoicos y constituidos por granitos, gneises, pizarras, o cuarcitas. Es-tos materiales los podemos encontrar en la ma-yora de las sierras que atraviesan la provincia, desde la Sierra de vila y de Malagn, hasta La Serrota y Gredos, pasando por las parameras.

    En estas sierras predominan las moles granti-cas y gneis, denominadas berrocales, que pue-den variar en textura y forma, pudiendo ser s-tos uniformes, esfricos o acastillados. Tambin se conservan sistemas y modelados glaciales y

    Barrancos arcillosos y arenosos en las proximidades del ro Adaja

    Parque elico en la Sierra de Ojos Albos

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A 21

    periglaciales, con encajonamientos fluviales y alteraciones de rocas, especialmente visi-bles en algunas cabeceras de varias gargan-tas de la Sierra de Gredos y en La Serrota.

    Otra parte del relieve abulense son las llanuras que pueden aparecer a distintos niveles, y que se producen por la acumulacin de sedimen-tos ocasionada por la erosin de las monta-as. Este otro sector de tipo llano, suele estar formado por sustratos arcillosos y arenosos de origen terciario y cuaternario. La comarca que representa bien este tipo de suelos, es la de La Moraa situada al norte de la provincia.

    Escasean en la provincia los suelos propiamen-te calizos o bsicos, por lo que, igualmente, son escasas las mariposas asociadas a este tipo de terrenos calcreos, tpicas del interior de la Espaa peninsular. Algunas especies de mari-posas con predominancia a este tipo de sus-tratos, se concentran en determinadas reas cuyos suelos presentan un PH de baja acidez, concretamente en la mitad norte y al este de la provincia.

    Atlas del Medio Natural y de los Recursos Hdricos de la provincia de vila

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    La AdradaPiedralaves

    Arvalo

    Navaluenga

    Sotillo de la Adrada

    El Tiemblo

    El Barraco

    CebrerosPiedrahita

    El Barco de vila

    Arenas de San Pedro

    Candeleda

    Muana

    Fontiveros

    Las Navas del Marqus

    Tiosillos

    Navalosa

    Maello

    La Horcajada

    Cabezas del Villar

    Madrigal de las Altas Torres

    Sanchidrin

    El Hoyo de Pinares

    Navalperal de PinaresSolosancho

    Hoyos del Espino

    Horcajo de las Torres

    San Pedro del Arroyo

    Navarrevisca

    Santa Mara del Berrocal

    10 5 0 10 20 kmEscala 1:200.000

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    Leyenda

    ociozoneC

    oiranretauC

    33 Aluvial y fondos lacustres: cantos, arenas, limos, arcillas y travertinos

    32 Terrazas uviales: conglomerados, gravas, arenas, limos y arcillas

    31 Arenas elicas: arcosas

    30 Abanicos aluviales, glacis y sup. complejas: gravas, arenas, limos y arcillas

    29 Coluviones y depsitos glaciares: gravas, limos y arcillas

    onegeN

    28 Raa: conglomerados silceos, arenas y lutitas

    27 Serie conglomertica silcea nimiocena: congl., arenas silceas y lutitas

    26 Facies de la Cuestas: margas, calizas, dolomas, arcillas y yesos

    25 F. Tierra de Campos: arenas y lutitas con int. de calcretas y paleosuelos

    24 Serie conglomertica polignica miocena: conglom. polig., arenas y limos

    23 Series rojas: lutitas, arenas lutticas y conglomerados silceos rojos

    Palegeno 22 Serie detrtica eo-oligocena: conglomerados, areniscas y lutitas

    Mesoz.-Cenozoico Cret. Sup.- Palegeno 21 Serie siderolticas: conglomerados, arenas y lutitas

    Mesozoico Cret. Sup 20 Serie carbonatada del Cret. Sup.: calizas, margas, calcar., dolom. y arenas

    Paleozoico - Jursico19 Rocas lonianas cidas: cuarzo, aplitas y pegmatitas y prdos

    18 Rocas lonianas bsicas: diabasas, microdioritas y lamprdos

    ociozoelaP

    17 Leucogranitos de grano medio-grueso y dos micas

    16 Leucogranitos de grano no-medio y dos micas

    15 Leucogranitos moscov. con o sin turmalina y complejos aplopegmatticos

    14 Granitoides biotticos de grano grueso con o sin cordierita

    13 Granitoides biotticos de grano grueso con o sin anfbol

    12 Granitoides biotticos de grano medio-grueso con o sin moscovita

    11 Granitoides biotticos de grano no-medio con o sin moscovita

    10 Rocas bsicas e intermedias

    9 Migmatitas y granitoides inhomogneos

    8 Ortogneises

    7 Pizarras y areniscas del Ordovcico medio y superior

    6 Cuarcita armoricana

    5 Cuarcitas, areniscas y pizarras del Ordovcico inferior

    4 Fm. Calizas de Tamames: calizas y dolomias

    Precmbrico-Paleozoico

    3 Series metasedimentarias indif.: congl., cuarcitas, pizarras y carbonatos

    2 Fm. Aldeatejada y Aren. Tamames: arenisc., carbonat., calcoesquist. y piz.

    Precmbrico 1 Fm. Monterrubio: pizarras y conglomerados

    Fallas Principales

    Proyeccin U.T.M.Longitudes referidas al meridiano de Greenwich

    Elipsoide internacionalCoordenadas U.T.M. Huso 30. Datum ED50.

    El granito es la roca representativa de la Sierra de Gredos

    Mapa Geolgico de la provincia de vila

  • 22 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    R E D H I D R O G R F I C A

    La provincia de vila est constituida por las cuencas de los ros Duero y Tajo, situadas al norte y al sur de la provincia respectivamente.

    Los principales ros que afluyen en busca del Duero, aparecen por su margen izquierda y son los siguientes: Voltoya, Adaja, Tormes, Zapardiel y Trabancos. A su vez otros ros secundarios de menor importancia y que desembocan en estos primeros son los siguientes: El Arevalillo, Almar, Gamo, Margan, Aravalle y Corneja.

    Los ros Alberche y Titar son los principales afluentes del Tajo. Estos, a su vez, son alimen-tados por el caudal de numerosos arroyos y gargantas menores que tributan sus aguas a los

    mismos, siendo el Acea, Cofio y el Becedas, algunos de los ms importantes. No obstante, durante el esto veraniego, la mayora de los ros mencionados llegan a perder su caudal de agua.

    Asimismo, existen varios pantanos y embalses a lo largo del curso de numerosos ros de la pro-vincia, que son utilizados para la agricultura o el abastecimiento humano. Los ms importantes por su extensin son los siguientes: Rosarito en el Titar, Burguillo, Charco del Cura y San Juan en el Alberche, Cogotas en el Adaja, Serones en el Voltoya y la Acea en el ro del mismo nombre.

    El ro Trmes a su paso por la localidad de El Barco de vila

    El Ro Titar antes de ser embalsado en el pantano de Rosarito

    Nubes de tormenta en La Moraa

  • 23 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    E L C L I M A

    El clima, al igual que la vegetacin y la altitud, es un factor determinante para la presencia de diferentes taxones de mariposas en distintos periodos del ao. Igualmente, el ndice de pre-cipitaciones determina la existencia de comuni-dades vegetales y afectar directamente en la abundancia o escasez de muchas especies de mariposas.

    En general, el clima de vila es ms bien de tipo mediterrneo continentalizado, lo que se traduce en inviernos muy fros y veranos caluro-sos. En el interior de la provincia, el clima es de marcado carcter continental, siendo algo ms moderado en tierra de campos, hacia el norte. Es posible que se presenten grandes variacio-nes locales, por lo que las temperaturas pueden diferir bastante en las mismas fechas, de unas comarcas a otras.

    En el interior y zonas elevadas, los inviernos son intensamente fros y secos, siendo los veranos templados. En zonas ms bajas, los inviernos son algo ms suaves y los veranos muy calu-rosos. Pueden producirse heladas continuas du-

    rante siete meses seguidos al ao en las zonas de montaa o del interior. La temperatura me-dia a lo largo del ao es de 11,5C, aunque, en el invierno, el termmetro puede llegar a bajar hasta los 16C y, en verano, se pueden alcan-zar los 40C, especialmente en las cotas ms bajas de la provincia.

    Igualmente, la pluviometra tambin puede ser muy variable, dependiendo del lugar que nos encontremos. Al sur, pueden registrarse pre-cipitaciones superiores a 800 mm/ao, en el rea central, entre 400-600 mm/ao y, en el norte, las precipitaciones son inferiores a 400 mm/ao. En la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, donde el clima es ms templado y

    Nubes de tormenta en La Moraa Copiosa nevada en los alrededores de Peguerinos

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A24

    suave que en el resto de la provincia, pueden alcanzarse los 1.600 mm anuales. La mxima inten-sidad de las lluvias se produce fundamentalmente durante la primavera y el otoo, siendo julio y agosto los meses ms calurosos y con menor nmero de precipitaciones del ao.

    L A V E G E T A C I N

    La vegetacin potencial de un territorio, determina en mayor o menor grado la presencia o ausencia de determinadas especies de mariposas, pues existe una relacin muy estrecha entre las maripo-sas y las formaciones vegetales. La provincia de vila est incluida en tres unidades corolgicas distintas: la luso-extremadurense (Valle del Titar y zona occidental de la provincia), la castellano-maestrazgo-manchega (cuenca terciaria), y la carpetano-ibrico-leonesa (Sistema Central).

    La vegetacin de la provincia viene condicionada, fundamentalmente, por parmetros tan importan-tes como la altitud y el clima, que determinan la temperatura, y la humedad ambiente de cada lugar donde nos encontremos. Por tanto, la vegetacin viene determinada segn el piso bioclimtico don-de aparece y podr variar por otros factores como la inclinacin de las laderas o su orientacin. De ah que podamos encontrar hasta tres pisos de vegetacin diferentes o pisos bioclimticos en toda la provincia. Son los siguientes de menor a mayor altitud: piso basal, piso montano iberoatlntico y el piso oromediterrneo.

    Grfico 1-Temperaturas y precipitaciones en la provincia de vila. Fuente:INM

    Existen amplias extensiones de encinar por toda la provincia. En la imagen, la Sierra de la Higuera

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A 25

    El piso basal, tambin conocido como piso mesomediterrneo, se encuentra representado por la encina (Quercus ilex subsp. ballota), bien sea en forma de bosque espeso o adehesado, o por matorral arbolado. Este piso aparece si-tuado entre los 350 m de las partes ms bajas de los fondos de los valles, hasta los 800-1.000 m de altitud. En laderas soleadas y expuestas, este piso bioclimtico puede ascender hasta los 1.300 m.

    Existen buenas masas de encinares repartidas por toda la provincia, pero quizs destaquen por su extensin los de la Sierra de vila, Valle del Corneja, o los de los alrededores de la capital. A veces, la encina se encuentra acompaada por el enebro (Juniperus oxycedrus) y por otros arbustos como el torvisco (Daphne gnidium), aladiernos (Rhamnus alaternus), bercedas (Stipa gigantea) y retamas (Sarothamnus sp.). Tambin suelen estar asociados al monte medi-terrneo los cantuesos (Lavandula sp.), tomillos (Thymus sp.), jaras (Cistus ladanifer) y romeros (Rosmarinus officinalis). Adems, muchos de los encinares de la provincia fueron sustituidos

    por masas de pino pionero (Pinus pinea) y por pino negral (Pinus pinaster).

    Los encinares del valle del Titar y de otros valles bajos y clidos, se acompaan de una gran variedad de rboles y arbustos tpicos del rea mediterrnea, como acebuches (Olea europaea), madroos (Arbutus unedo), alcor-noques (Quercus suber), fresnos (Fraxinus an-gustifolia), majuelos (Crataegus monogyna), o cornicabras (Pistacia terebinthus). Cuando los encinares se encuentran degradados, son susti-tuidos por jaras, cantuesos, brezos y aliagas.

    El segundo de los pisos de vegetacin es el montano iberoatlntico, tambin conocido como supramediterrneo, representado por el roble (Quercus pyrenaica). Este piso se encuentra si-tuado entre los 800-1.000 m y los 1.700-2.000 m de altitud. Los robledales mejor conservados de la provincia se encuentran en los alrededo-res del Pto. de Villatoro, y en las sierras de Villafranca y Piedrahita hacia el oeste. Existen tambin buenas manchas de robles en los valles del Alberche, Tormes y Titar, compartidos con

    Manchas de robledal y castao en los alrededores de Mijares

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A26

    fresnedas, aunque muchos de ellos han desaparecido o se han reducido considerablemente y han sido sustituidos por masas de pino albar o silvestre (Pinus sylvestris), pino negral (Pinus pinaster), y en menor medida por castaos (Castanea sativa). A esta altitud aparecen los prados de siega, los pastos para el ganado y el matorral, constituido por retamas (Genista sp.), brezos (Erica sp.), o piornos (Cytisus sp.), en sustitucin del bosque.

    El oromediterrneo o subalpino, es el tercer piso biocliomtico de vegetacin. Se encontrara situado por encima de los 1.700-2.000 m, hasta llegar a las cumbres ms altas de nuestras montaas, y es-tara representado por el matorral arbustivo rastrero. Es una zona pobre en especies vegetales, por lo general de pequeo porte, adaptadas a vivir bajo adversas condiciones metereolgicas. La escasa vegetacin representativa de esta altitud seran los matorrales de piornos y enebros rastreros, y los pastizales abiertos para el aprovechamiento ganadero formados por cervunales (Nardus stricta) y otras gramneas montanas (Festuca sp.).

    En muchos casos los diferentes pisos de vegetacin no estn del todo bien delimitados y pueden mezclarse entre ellos a diferentes alturas, dando lugar a zonas de transicin entre dos o ms comu-nidades ecolgicas y a formaciones vegetales muy concretas. Por ejemplo, los bosques riparios aparecen tanto en el piso basal como en el montano. En estos lugares, donde la humedad es constante, podemos encontrarnos rboles como sauces (Salix sp.), alisos (Alnus glutinosa), fresnos (Fraxinus angustifolia), chopos (Populus sp.), olmos (Ulmus minor) y algunos arbustos como majuelos (Crataegus monogyna), endrinos (Prunus spinosa), zarzas (Rubus sp.) y madreselvas (Lonicera sp.).

    Hay que destacar que la vegetacin potencial mencionada anteriormente, en muchos ca-sos ha sido modificada por la accin del hombre. As, las zonas ms bajas y planas de los fon-dos de los valles, se han dedicado por lo general al aprovechamiento agrcola, especialmente de

    En las cotas ms elevadas de las sierras el matorral sustituye al bosque

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A 27

    10 5 0 10 20 kmEscala grca

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    La AdradaPiedralaves

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    Cebreros

    Piedrahita

    El Barco de vila

    Arenas de San Pedro

    Candeleda

    Muana

    Fontiveros

    Las Navas del Marqus

    Tiosillos

    Navalosa

    Maello

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    Cabezas del Villar

    Madrigal de las Altas Torres

    Sanchidrin

    El Hoyo de Pinares

    Navalperal de PinaresSolosancho

    Horcajo de las Torres

    Hoyos del Espino

    San Pedro del Arroyo

    Navarrevisca

    Santa Mara del Berrocal

    Tierras de labor.Prados y praderas en mosaico con cultivos.Dehesas.Arbolado de frondosas naturales perennifolias.Arbolado de frondosas caducifolias y marcescentes.Conferas y zonas de matorral con pinos.Bosques mixtos de frondosas y conferas, y matorral boscoso mixto.Pastos supraforestales.Pastizales mediterrneos.Matorrales esclerlos mediterrneos.Roquedos, berrocales y canchales.Frutales en secano.Olivar.Viedo.Lagos, lagunas y embalses.Autova.Usos y equipamientos urbanos.

    cereales en zonas de secano, o al regado en reas con presencia de agua y, cuando no, al cultivo de frutales, olivares o viedos. Muchas reas que han sido modificadas por el

    hombre, se dedican tambin al aprovechamien-to ganadero, especialmente de vacuno, o a la explotacin maderera, por lo que grandes su-perficies de terreno original han sido sustituidos por otro tipo de vegetacin o han desaparecido.

    Bosque de ribera en el Valle de Iruelas

    Mapa de vegetacin de la provincia de vila

  • 28

    L O S E S PA C I O S N A T U R A L E S

    Existen en la provincia de vila diferentes espa-cios naturales que, debido a su alto valor eco-lgico, cuentan con alguna figura de proteccin legal. El ms importante y conocido de todos ellos es el Parque Regional de la Sierra de Gre-dos, que posee algo ms de 86.000 hectreas de extensin. En este espacio, o en sus inme-diaciones, podemos encontrar hasta 124 espe-cies, es decir, una buena representacin de las mariposas abulenses. Otros espacios naturales protegidos de gran belleza natural, son el Valle de Iruelas y el Pinar de Hoyocasero, lugares am-bos donde adems de localizarse destacadas y relictas joyas botnicas, podremos observar mariposas muy interesantes que aparecen sola-mente en estos enclaves y otros pocos lugares de la provincia, tal y como sucede respectiva-mente con las raras mariposas: topacio (Thecla betulae), y la nia de los geranios o raya corta

    (Aricia eumedon). Son igualmente de gran inte-rs entomolgico la Sierra de la Paramera y La Serrota, que, al igual que ocurre con la Sierra de Gredos, son espacios montanos con gran diversidad de taxones de mariposas, debido a su accidentada orografa y su elevado gradiente altitudinal, lo que motiva la presencia de dife-rentes pisos climticos y de vegetacin.

    Hay otros numerosos espacios naturales del territorio abulense que, dada su importancia medioambiental, han sido catalogados como Lugares de Inters Comunitario (LIC) o Zonas de Especial proteccin para las Aves (ZEPA). Todos estos ecosistemas y los anteriores espa-cios protegidos, aparecen recogidos en un mapa para su fcil localizacin, as como sus figuras de proteccin. En total, tales espacios incluidos dentro de la Red Natura 2.000 de la provincia de vila suman unas 340.000 hectreas, lo que representa el 42 % de su superficie.

    Valle de Iruelas Sierra de Gredos

    NOMBRE DEL ESPACIO NATURAL

    Campo Azalvaro-Pinares de Peguerinos

    Cerro Guisando

    Dehesa de los Ros Gamo y Margan

    Encinares de la Sierra de vila

    Encinares de los Ros Adaja y Voltoya

    Humedales de los Arenales

    Pinar de Hoyocasero

    Pinares del Bajo Alberche

    Riberas del Ro Adaja y afluentes

    Riberas del Ro Alberche y afluentes

    Riberas del Ro Tormes y afluentes

    Sierra de Gredos

    Sierras de la Paramera y Serrota

    Tierra de Campias

    Valle de Iruelas

    Valle del Titar

    Valles del Voltoya y el Zorita

    FIGURA DE PROTECCIN

    LIC y ZEPA

    LIC y ZEPA

    ZEPA

    LIC y ZEPA

    LIC y ZEPA

    LIC

    Plan de Espacios Naturales y LIC

    LIC y ZEPA

    LIC

    LIC

    LIC

    Parque Regional, LIC y ZEPA

    Plan de Espacios Naturales y LIC

    ZEPA

    Reserva Natural, LIC y ZEPA

    LIC y ZEPA

    LIC y ZEPA

    Tabla 1 - Relacin de Espacios Naturales Protegidos en la provincia de vila

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • 29 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Mapa con la Red de Espacios Naturales catalogados en la provincia de vila

    En Pinares Llanos, Peguerinos, una gran placa conmemora el descubrimiento en 1853 de la mariposa isabelina

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A30

  • 31

    GENERALIDADES

    Las mariposas son insectos que pertenecen al Orden Lepidptera y se caracterizan por tener las alas cubiertas por escamas y reali-zar una metamorfosis completa, a diferencia de otros grupos de insectos. El nombre de le-pidptero deriva de la unin de dos palabras griegas: lepis, que significa escama y pteron, que significa ala. Por tanto, en este grupo es-taran todos los insectos que tienen las alas recubiertas por escamas, ya sean mariposas diurnas o nocturnas.

    Las mariposas, son el tercer grupo de in-sectos con mayor diversidad de especies en nuestro planeta, tan solo superado por los colepteros y los himenpteros. A su vez, es-tos bellos insectos se pueden dividir en dos grandes grupos artificiales atendiendo a una serie de caracteres morfolgicos externos y ecolgicos. Las mariposas diurnas, propiamente dichas -el grupo del que se ocupa el

    C a p t u l o 2LAS MARIPOSAS

    presente trabajo-, estaran comprendidas-dentro de los ropalceros, mientras que las mariposas de hbitos nocturnos, denomi-nadas comnmente como polillas o falenas, perteneceran al grupo de los heterceros. Si nos fijamos bien, advertiremos aspectos f-cilmente diferenciables entre ambos grupos. Por ejemplo, las antenas de los ropalceros terminan en forma de maza, ensanchndose en la punta, adems de plegar las alas ver-ticalmente al estar en reposo. En cambio, las antenas de los heterceros pueden tener formas muy diversas, pero nunca la forma de maza, y cuando estn en reposo, las alas es-tn siempre en posicin horizontal y cubrien-do el cuerpo.

    Se han descrito en el mundo unas 150.000 especies de lepidpteros, de las cuales, algo ms de 4.000 estaran presentes en el inte-rior de la Pennsula Ibrica. De esta cantidad, tan solo unas 230 seran ropalceros o ma-riposas diurnas, y el resto perteneceran al grupo de los heterceros o nocturnas.

    A los lepidpteros diurnos tambin se les denomina ropalceros. En la imagen, la mariposa pavo real (Inachis io)

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Aunque esta cantidad en principio nos parezca pequea, la Pennsula Ibrica es en realidad un verdadero paraso para las mariposas dentro de la regin Palertica europea, debido fun-damentalmente, a la riqueza y diversidad de especies de muy diversos orgenes que podemos encontrar aqu, muchas de ellas exclusivas de nuestro territorio.

    En Castilla y Len y hasta la fecha, hemos catalogado 190 taxones diferentes de mariposas diurnas, algunos citados en fechas muy recientes. Es muy posible que en la inmensidad de este territorio, poco explorado, pueda surgir alguna nueva especie en prximos estudios, tal y como ha ocurrido al realizar este trabajo sobre las mariposas de vila. El presente estudio se centra exclusivamente en dar a conocer la gran riqueza de mariposas que podemos encontrar en la provincia de vila. En estas pginas el lector podr conocer cuantas especies viven en el territorio abulense, cuales son las ms raras y escasas, cmo se llaman, en qu lugares viven o a qu peligros se enfrentan para sobrevivir. Pero para conocerlas mejor y antes de profundizar ms en el tema, ser necesario que contemos con algunos conocimientos bsicos relacionados con su biologa y ecologa.

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    La isabelina (Graellsia isabelae), es un hetercero o lepidptero de hbitos nocturnos

    Las diminutas escamas que cubren las alas de las mariposas, le confieren su singular colorido y belleza

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A 33 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    ANATOMA DE UNA MARIPOSA

    Ya hemos comentado que las mariposas tie-nen la peculiaridad de tener las alas cubier-tas por escamas. Son insectos cuyo esque-leto externo es duro y quitinoso, adems de estar dividido en tres partes bien diferencia-das: cabeza, trax y abdomen.

    En la cabeza, las mariposas tienen sus r-ganos sensoriales, como un par de antenas, un aparato bucal y un par de grandes ojos globosos compuestos a su vez por miles de otros ms pequeos llamados omatidios. El aparato bucal lo forman la espiritrompa y dos palpos labiales situados a los lados de la misma. La espiritrompa es un doble tubo hueco, que permanece enrollado de forma espiral bajo la cabeza en estado de reposo, pero que se estira a la hora de absorber ali-mento, bien sea de las flores o de las sales minerales disueltas en el agua.

    En el trax aparecen insertados los rganos de locomocin de las mariposas, como son las patas y las alas. Poseen tres pares de patas simtricas y aptas para la marcha aun-que, por ejemplo, la familia de los ninflidos tiene el primer par de patas atrofiadas. Cada pata se subdivide a su vez en cinco partes: coxa, trocnter, fmur, tibia y tarso.

    Presentan dos pares de alas a cada lado del trax, situadas de forma simtrica, siendo las superiores de forma triangular y las inferiores algo ms redondeadas. Las alas poseen una nerviacin caracterstica que constituyen los vasos sanguneos, y unas formas y colores determinados, segn el tipo de familia o del gnero que se trate. Estas estn recubiertas por pequesimas escamas, imbricadas unas sobre otras en forma de tejadillo, otorgndo-las el colorido y la belleza que las caracte-riza. Adems, algunas especies poseen her-mosos colores iridiscentes o tornasolados producidos por la refraccin de la luz sobre las escamas.

    Detalle de las escamas de un ala de la mariposa pavo real (Inachis io)

    Las diminutas escamas que cubren las alas de las mariposas, le confieren su singular colorido y belleza

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    Los machos de algunas especies presentan unas escamas gruesas visibles en las alas delan-teras denominadas escamas androconiales, que les sirven para emitir seales olorosas (fero-monas), y as poder atraer a las hembras de su especie. La coloracin de las alas vara en una mariposa, segn lo veamos por el anverso o por su reverso, y tambin puede variar si se trata de un individuo macho o de una hembra. Estos detalles tendremos que tenerlos en cuenta para llegar a identificarlas correctamente.

    Finalmente, el abdomen es la parte ms blanda de una mariposa y en ella se sitan los estig-mas, diminutos espacios por donde respira. En esta parte del cuerpo -que aparece dividida en 12 segmentos-, encontramos los rganos vitales de una mariposa, como son: el aparato circulatorio, digestivo, nervioso, respiratorio y reproductor.

    BIOLOGA DE UNA MARIPOSA

    Los lepidpteros son insectos que presentan una metamorfosis completa, y que a lo largo de su vida pasan por distintas fases antes de llegar a adultos. Las fases o estados de una mariposa son: huevo, larva u oruga, pupa o crislida, y mariposa o imago.

    Las hembras de las mariposas, una vez fecun-dadas, colocarn los huevos sobre las plan-tas nutricias de la que ms tarde se alimen-tarn las futuras orugas. Estos huevos son colocados de forma aislada o en pequeos grupos, segn cada especie, incluso algunas, los dejan caer desde el aire y en pleno vuelo, cerca de las plantas. La forma de los huevos puede ser muy variada: esfricos, alargados, lenticulares, etc., igualmente su color: blan-cos, amarillos, verdes, etc.

    La espiritrompa le permite a las mariposas libar el nctar de las flores. Limonera (Gonepteryx rhamni), Gilbuena (vila)

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

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    Si tenemos en cuenta estos detalles, nos facilitarn la identificacin de una especie cuando localicemos una puesta sobre alguna planta.

    A los pocos das o tras varios meses desde la puesta, segn la especie, -incluso algunas pueden invernar en este estado-, nacern las pequeas orugas. Las larvas acumulan energa y crecen poco a poco, a medida que se alimentan vorazmente de las plantas, lle-gando a mudar de piel en varias ocasiones. Dependiendo de la familia y la especie de que se trate, poseern unas formas y coloridos u otros. Hay muchas especies cuyas orugas se alimentan durante el da, mientras que otras tienen hbitos nocturnos. Estas larvas pueden ser de diversas formas, tamaos y colores, e incluso llegar a tener el cuerpo re-cubierto por espinas, bellos o pelos, algo que las conferir un aspecto que las ayudar a

    defenderse de posibles predadores.

    Cuando las orugas han alcanzado su mxi-mo desarrollo, se preparan para pupar y para ello buscan un lugar tranquilo donde hacer-lo. Segn la biologa de cada especie, a la hora de crisalidar podrn efectuarlo de tres formas bien diferentes: una es adhirindose a una roca o a una planta con un pequeo cngulo de seda a modo de arns; otra es colgndose boca abajo sobre alguna plan-ta o piedra, mediante un gancho sedoso a la base de la crislida llamado cremster; o ms bien, preparando un pequeo refu-gio de seda bajo el suelo para enterrarse.

    Dentro de esta pupa o crislida, se producen los importantes cambios qumicos y orgni-cos que permiten el milagro de la transforma-cin de la oruga a la mariposa. Tras varias se-manas o meses, algunas especies hibernan

    La forma y el tamao de los huevos de las mariposas pueden ser muy variados, en la imagen, huevos de topa-cio (Thecla betulae)

    Segn la especie y familia de que se trate, las orugas tendrn un color y una forma caracterstica, en la imagen, oruga de topacio (Thecla betulae)

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • en este estado-, segn la especie en cuestin, eclosionar la futura mariposa. Sorprendente-mente, algunas crislidas pueden permanecer en este estado incluso dos y tres aos antes de eclosionar. Las crislidas pueden tener, al igual que las orugas, diversas formas y colores pero, por lo general, suelen mostrar una coloracin similar al del entorno donde habitan, para pasar lo ms desapercibidas posibles.

    Por otro lado, hay una mayora de especies que tienen una sola generacin anual, mientras que otras presentan dos generaciones de vuelo al ao, e incluso, hay unas pocas ms que llegan a tener tres o ms generaciones en condiciones climticas favorables. Cuando las mariposas nacen, tratan rpidamente de emparejarse y, tras la cpula, la hembra buscar las plantas donde depositar los huevos para, de esta forma, perpetuar la especie. As vuelve a iniciarse el asombroso ciclo de la vida cada temporada.

    Las orugas a la hora de crisalidar pueden enterrarse, adherirse a una planta o colgarse, como en est imagen. Pupa de topacio (Thecla betulae)

    El imago o adulto es la ltima fase de la metamorfosis de los lepidpteros. Mariposa topacio (Thecla betulae)36

  • ECOLOGA DE LAS MARIPOSAS

    Es importante saber que no todas las es-pecies vuelan en los mismos lugares, ni tampoco vuelan todas a la misma vez. Esto depender de la ecologa de cada taxn de mariposa y de los requerimientos que ne-cesiten para sobrevivir, normalmente regu-lados por factores como el clima, la altitud, la temperatura o la presencia de su planta nutricia.

    La abundancia o rareza de ciertas especies de mariposas sobre otras, viene dado princi-palmente por su adaptacin al medio y sus exigencias ecolgicas. Las mariposas que necesiten para vivir unas condiciones espe-ciales y determinadas de humedad, tempe-ratura, altitud o alimentacin (monfagas), tendrn que sujetarse a estos condicionan-tes y, por tanto, sern especies ms bien raras y de distribucin escasa o restringida. Sin embargo, las que sean capaces de adap-tarse a todo tipo de terrenos y de altitud, a variedad de ambientes climticos y cuya alimentacin sea muy variada (polfagas), consegirn ser ms abundantes y de amplia distribucin.

    sto, explica por qu a algunas mariposas podemos verlas volar de forma comn y dis-tribuidas por cualquier rincn de la provincia y, en cambio, a otras especies para observar-las tenemos que buscarlas en determinados

    biotopos concretos donde viven muy locali-zadas. Por ejemplo, para lograr encontrar a las dos especies cuyas orugas viven exclusi-vamente de las hojas del madroo (Arbutus unedo), -concretamente Charaxes jasius y Callophrys avis-, tendremos que ir a bus-carlas donde se encuentre este arbusto de ambiente mediterrneo, que en la provincia de vila es principalmente en el Valle del Titar.

    Las mariposas de estas especies y de otras que viven asociadas a plantas muy concre-tas, por lgica, no se alejarn mucho de las mismas. Para poder encontrar a stas o a otras especies, tendremos que saber algo de sus costumbres. Por ejemplo, las maripo-sas permanecen, por lo general, posadas o sobrevuelan cerca de sus plantas nutricias y raramente bajan a libar en las flores cer-canas, como ocurre en el caso anterior de las dos especies que viven a expensas del madroo. Cada especie, gnero o familia de mariposas, prefieren unos ambientes o requerimientos ecolgicos diferentes, por ejemplo: lugares floridos, espacios abiertos, zonas pedregosas, zonas boscosas, ambien-tes con cierta humedad, praderas y pastiza-les, zonas batidas por el viento, barrancos secos, etc. Es ah y en cada uno de esos lu-gares donde tendremos que ir a buscarlas si queremos observarlas.

    Debido a los factores ambientales de los que dependen las mariposas para volar, es lgico pensar que empezarn a hacerlo antes en los lugares donde el clima sea ms benigno para

    Madroeras del Valle del Titar, plantas nutricias de dos raras especies de mariposas abulenses: (Cha-

    raxes jasius) y (Callophys avis)

    Las orugas de la mariposa (Charaxes jasius), se alimentan exclusivamente de las hojas tiernas del madroo

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  • ellas. De ah que una misma especie de ma-riposa, por ejemplo el arlequn (Zerynthia ru-mina), empiece a volar al sur de Gredos en el Valle del Titar, -entre los 400-600 m de alti-tud-, en la temprana primavera desde finales de febrero o comienzos de marzo. A medida que se suceden las semanas, y el tiempo y las temperaturas aumentan, esta mariposaempieza a eclosionar y a volar a altitudes ms altas. As pues, para finales de abril podremos observarla volar a 1.000 m de altitud y para mediados de junio la veremos llegar hasta los 1.700 m en la cara norte de Gredos. Esto quiere decir que los periodos de vuelo de una misma especie pueden variar bastante, de-pendiendo del lugar, la altitud y la temperatu-ra. A cotas ms bajas, la mariposa vuela antes y por el contrario, a mayor altitud, la misma especie puede retardar su eclosin y vuelo.

    Aunque muchas mariposas son sedentarias y viven en pequeas colonias, sin alejarse mu-cho de sus plantas nutricias, otras especies, sin embargo, son de hbitos migratorios y buscan lugares nuevos para colonizar, des-plazndose decenas o cientos de kilmetros de sus lugares de origen. Es algo que pode-mos observar en algunas especies de la fami-lia de los Piridos y Ninflidos. Por ejemplo, durante la primavera del ao 2009 se produ-jo una importante y llamativa migracin de miles, posiblemente millones de individuos, de la especie Vanessa cardui que se des-plazaban direccin sur-norte, algo que suele suceder de forma cclica cada ciertos aos.

    Otro caso curioso de mariposas migradoras, es la aparicin en el territorio abulense de un ejemplar divagante de la especie Danaus chrysippus, concretamente en el termino municipal de Candeleda, en junio de 2007. Su origen es incierto, aunque esta primera cita para el centro peninsular de una especie que habita localizada en la costa mediterr-nea, confirma la gran capacidad de vuelo de esta vigorosa y bella mariposa.

    Un aspecto interesante del comportamiento gregario que realizan muchas especies, son las concentraciones en pequeos o grandes grupos sobre el suelo, normalmente a orillas de arroyos y pequeas charcas. Lo hacen con la intencin de absorber sales minera-les disueltas por el agua. Pueden permane-cer concentrados durante horas, decenas y hasta centenares de individuos de diferentes especies, posados con la espiritrompa esti-rada sobre el suelo, ofreciendo sin duda todo un espectculo.

    Los lepidpteros y sus orugas cuentan con numerosos depredadores naturales, entre los que destacan numerosas aves insectvo-ras y otros pequeos vertebrados, adems de multitud de pequeos insectos y arcni-dos. Para contrarrestar estos ataques, las mariposas y larvas pueden utilizar diferentes estrategias instintivas a fin de evitar estas amenazas.

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    La mariposa arlequn (Zerynthia rumina), vuela entre marzo y junio segn a la altitud en la que se encuentre

    La vanesa de los cardos (Vanessa cardui), es una gran viajera que puede realizar desplazamientos de miles de kilmetros

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

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    cuerpo, en el caso de las orugas. Algunas especies de mariposas de la familia de los Papilinidos y Ninflidos poseen ocelos lla-mativos a modo de falsos ojos. Ciertas es-pecies de orugas se dejan caer al suelo, para ocultarse entre la vegetacin, otras perma-necen pasivas e inmviles hacindose las muertas, algunas construyen pequeos re-fugios con hojas o seda, mientras que otras se asocian con diferentes insectos para pro-tegerse, etc. Evidentemente, cualquier tc-nica es buena para evitar ser presa fcil de un posible depredador.

    Lo ms sencillo es tratar de pasar desaper-cibidas y ocultarse de los posibles enemigos, tal y como hacen muchas orugas y mariposas que presentan una coloracin crptica de ca-muflaje, que les sirve para mimetizarse con el entorno, confudindose con hojas o ramas de la propia vegetacin. Otras estrategias pasan por tratar de intimidar al depredador presentando falsas espinas y pelos en el

    Los satirinos se mimetizan con el entorno y cuando pliegan las alas sobre el suelo pasan desapercibidos, en la imagen una Hipparchia semele

    Una mantis religiosa devorando una colias comn (Colias crocea)

    Oruga de lepidptero simulando a una rama para evitar ser detectada

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • CLASIFICACIN

    Los nombres de las mariposas, al igual que el del resto de seres vivos de este planeta, ya sean animales o plantas, estn regulados por el Cdigo Internacional de Nomenclatu-ra Zoolgica. A tenor de este sistema de cla-sificacin binominal, las mariposas poseen dos nombres cientficos que se han de es-cribir siempre en cursiva. El primer nombre se escribe en mayscula e indica el gnero, yendo acompaado de un segundo nombre en minscula, que define a la especie como tal. Al ser dichos nombres cientficos de ran-go universal, los podemos utilizar y nos pue-den entender en cualquier idioma. Los dos nombres cientficos suelen ir seguidos por el nombre del descriptor de la especie y del ao de publicacin de la misma.

    Explicar de forma sencilla la ubicacin de las mariposas dentro del reino animal resulta paradjicamente- un tanto complejo, y ms en un trabajo como ste que persigue un en-foque divulgativo. A fin de evitar tecnicismos innecesarios y complicados de entender, di-remos, sencilla y resumidamente, que en la Pennsula Ibrica, al igual que en la provincia de vila, habitan especies que representan a cinco diferentes Familias, como son las siguientes: Hesperiidae, Papilionidae, Pieri-dae, Nymphalidae y Lycaenidae. Estas cinco Familias se dividen a su vez en Subfamilias, y stas de nuevo se subdividen en Gneros y a su vez en especies. Por tanto, las mari-posas que presentan caractersticas morfo-lgicas y biolgicas similares, suelen estar englobadas o bien en los mismos gneros, o bien en las mismas familias, segn el grado de afinidad.

    Para complicar un poco ms este aspecto, a veces, cuando los ejemplares de algunas especies viven en colonias muy alejadas en distancia de otras, y no tienen contacto ge-ntico con otras poblaciones debido a este aislamiento, pueden presentar caracteres morfolgicos y biolgicos diferentes.

    Entonces es posible que se las pueda con-siderar como una subespecie diferente a la nominal, asignndolas un tercer nombre. Tal es el caso de la Parnassius apollo graellsi. El primer nombre designa al gnero, el segundo a la especie y el tercero a la subespecie, en este caso una poblacin de apolo aislada en La Serrota y que fue descrita en 1996.

    Aunque se recomienda utilizar los nombres cientficos que designan a cada especie, entendemos que los nombres comunes que suelen acompaarlos son ms fciles y c-modos de utilizar. Sin embargo, como estos nombres comunes pueden variar en diferen-tes trabajos y de unos lugares a otros, se puede dar lugar a equvocos.

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    La mariposa c-blanca (Poligonia c-album), muestra una letra C bien visible en el reverso de sus alas

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

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    Los nombres comunes utilizados en las fichas de este libro, son los utilizados en los libros y guas ms recientes que sobre mariposas se han publicado en Espaa, y que fueron pro-puestos en su mayora por Ramn Agenjo en el ao 1964.

    Normalmente estos nombres comunes sue-len referirse a detalles morfolgicos distinti-vos propios de cada especie, algo que nos ayudar a distinguir unas especies de otras prximas. Otras veces los nombres nos indi-carn la planta nutricia de la que se alimentan las larvas o los lugares ms caractersticos donde estas especies viven. Incluso, a veces, son los nombres castellanizados de la mitolo-ga que la ciencia les atribuy para asignarlos en latn como especies, o estn dedicados a algn personaje celebr del pasado o relacio-nados con la propia entomologa.

    Por lo general, los rasgos morfolgicos de una mariposa sirven para diferenciar unas especies de otras, aunque ocurre que existen especies tan prximas y tan parecidas entre s, que es muy difcil a veces el poder iden-tificar correctamente a un ejemplar por su anatoma externa a simple vista. Por esta ra-zn, a veces, ser necesario realizar un estu-dio mas detallado de la armadura genital del ejemplar dudoso encontrado, algo que suele suceder con algunas especies de los gneros Pyrgus, Pieris y Melitaea, que presentan una morfologa similar y cuyas diferencias visi-bles radican en su aparato reproductor.

    La blanca del majuelo (Aporia crataegi), se denomina as por el color de sus alas y por que sus orugas se alimentan de este arbusto

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

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    La mariposa isabelina (Graellsia isabelae), est considerada como el lepidptero nocturno ms bello de Europa

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

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    C a p t u l o 3LAS MARIPOSAS DE LA PROVINCIA DE VILA

    Hasta la fecha, la provincia de vila no haba contado con ningn estudio previo que abar-cara por completo las mariposas de su terri-torio, ya fueran stas diurnas o nocturnas. Por lo tanto consideramos que la realizacin de este trabajo sobre lepidpteros diurnos, estaba de por si ms que justificado.

    Y es que la provincia de vila, a pesar de ser uno de los lugares donde se han llevado a cabo interesantes descubrimientos para la historia entomolgica de nuestro pas, ado-leca de la realizacin de un estudio serio sobre su fauna de mariposas, pese a ser una provincia especialmente interesante y rica desde el punto de vista entomolgico. Ade-ms, sorprende todava ms, por el hecho de gozar de bastantes visitas de un gran n-mero de entomlogos a lo largo de dcadas, tanto nacionales como extranjeros, atrados siempre por su gran riqueza de insectos.

    Desafortunadamente, la historia entomol-gica de vila y de nuestra regin castellano-leonesa es, ms bien, pobre, a pesar como hemos mencionado antes, de ser un espacio que ha atrado a un sinfn de lepidopterlo-gos espaoles y de fuera de nuestro pas. A modo de resumen y sintetizando, vamos a hacer un repaso general por algunos de los hechos ms importantes desde el pun-to de vista lepidopterolgico de la provincia de vila, apuntando algunas breves reseas histricas de trabajos publicados con an-terioridad a ste que el lector tiene en sus manos.

    Uno de los pioneros en explorar la provincia

    de vila fue el riojano Don Mariano de la Paz Graells, quien visit con asiduidad la tierra abulense. Hace ms de siglo y medio, Graells,como director e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, realiz numerosos trabajos de campo en la bsqueda de diferentes taxones de fauna y flora para el museo, lo que le llev a recorrer infinidad de lugares, entre ellos algunos rin-cones de la serrana abulense.

    Fue en 1853 cuando se produjo uno de los mayores descubrimientos cientficos en la his-toria entomolgica de nuestro pas. Se tratadel hallazgo de la mtica y endmica ma-riposa conocida como Isabelina (Graellsia isabelae), concretamente en el rea de Pi-nares Llanos, en el termino municipal de Peguerinos, en vila. El descubrimiento del que es considerado como el ms bello lepi-dptero nocturno, se le atribuye al doctorGraells, eso s, alentado por su colega en-tomlogo Juan Mieg, quien le indic su pre-sencia en la Sierra de Guadarrama. En los pinares donde hace ms de 157 aos se des-cubri tan singular mariposa, se ha erigido el nico monumento conocido en nuestro pas a una especie concreta de lepidptero ibrico.

    Este no fue el nico descubrimiento singu-lar relacionado con las mariposas abulensesque protagoniz el ilustre Graells. En 1852 public un trabajo donde cit la presencia de la mariposa apolo en algn punto inconcreto del rea de La Serrota, algo que cay en el olvido durante siglo y medio por parte de la comunidad entomolgica.

    Han sido muchos los entomlogos naciona-les y extranjeros que, a lo largo del pasado siglo, recorrieron algn rincn del territorioabulense, salvo unos pocos, la mayora sin dejar testimonio escrito de sus hallazgos. Por ejemplo el ingls Chapman public en 1903

    HISTORIA DE LA ENTOMOLOGA EN LA PROVINCIA DE VILA

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • mariposas en algn espacio natural concreto, como el de la Sierra de Gredos.

    No fue hasta el ao 1988, cuando los ento-mlogos Viejo Montesinos y Martn Cano, gracias a una beca de investigacin, pudie-ron realizar un primer catlogo de mariposas para la Sierra de Gredos, publicndolo en un artculo titulado: Las mariposas del Macizo Central de Gredos. En este espacio natural llegaron a censar hasta 97 especies de ma-riposas diurnas durante los cuatro aos que dur el estudio (1984-1987), analizando la diversidad, abundancia y reparto geogrfico de las mariposas de Gredos, y basndose en los datos obtenidos de 2.365 ejemplares co-lectados y depositados actualmente en la co-leccin cientfica de la Universidad Autnoma de Madrid.

    Algunos aos despus, ya en 1996 y tras varios aos de investigacin y de bsqueda intensa, los entomlogos Fernndez Vidal y Expsito Hermosa publicaron el redescubri-miento de la colonia de la mariposa apolo, que Graells citara de La Serrota en 1852 y que haba quedado en el olvido. Ambos autores describieron una nueva subespecie de esta tpica mariposa de montaa, algo distinta a la de la Sierra de Guadarrama, dedicndosela a su primer descubridor en su honor y denomi-nndola como Parnassius apollo subespecie graellsi.

    En el ao 2004, se publica el Atlas de las mariposas diurnas de la Pennsula Ibrica (Garca-Barros, et al.), donde mediante ma-pas de distribucin por cuadrculas UTM, se muestran citas de todas las especies ibricas recogidas en la bibliografa entomolgica y a lo largo de toda la historia lepidopterol-gica ibrica. De la informacin reflejada de los mapas de distribucin, se desprende la presencia de hasta 114 taxones diferentes para la provincia de vila, basado en cerca de 600 registros o cuadrados bibliogrficos.

    Para el ao 2007, se publica la primera obra editorial dedicada por entero a dar a conocer la riqueza entomolgica de nuestra Comunidad,

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    Graells (1808-1898) descriptor de la mariposa isabelina, fue junto con Juan Mieg, uno de los en-tomlogos pioneros en recorrer tierras abulenses

    un artculo titulado Contributions to the fau-na of Spain: Bjar, vila, etc, tras uno de sus muchos viajes por la geografa espaola. La mayora de estos artculos no aportan in-formacin relevante.

    Como curiosidad podemos contar que en 1935, el entomlogo alemn Reisser, que ex-plor la Sierra de Gredos para estudiar los lepidpteros nocturnos, describi una nueva especie hasta aquel momento desconocida, a la que denomin Costignophos avilarius, en base a una serie de ejemplares encontrados en el rea de esta sierra. Esta pequea espe-cie nocturna de la familia de los geomtridos, endmica y propia de las sierras del centro peninsular, es el nico lepidptero que lleva a modo de gentilicio la referencia de vila, al ser esta la provincia donde se encontr por primera vez.

    Como hemos mencionado al principio de este captulo, desde los tiempos de Graells hastael presente trabajo, no se ha realizado nuncaun trabajo de catalogacin o de distribucin de las mariposas abulenses. A lo sumo, algu-nos artculos recopilatorios con algunos datossueltos o bien citas espordicas de unas po-cas especies, o como mximo un listado de

  • titulada: Gua de las mariposas diurnas de Castilla y Len, (Vicente Arranz y Hernndez Roldn, 2007). De los mapas de distribucin y de los textos de este manual bellamente ilustrado, se extrae la presencia de al menos 125 especies de mariposas para todo el te-rritorio abulense.

    Al ao siguiente se presenta una segunda obra editorial dedicada al mismo tema: Las mariposas diurnas de Castilla y Len, (Agua-do Martn, 2008). Del anlisis de las fichas de distribucin se desprende un total de 114 especies para la provincia de vila, aunque en los mapas confeccionados a modo de at-las de distribucin UTM, slo se muestra in-formacin detallada y registros de 107 taxo-nes, basados en 460 registros o cuadrados de informacin para toda la provincia reco-pilados a lo largo de 6 aos (2002-2007). Se incluye en este trabajo, adems, un censo de lepidpteros para el Parque Regional de la

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    Sierra de Gredos, citndose hasta 123 espe-cies de mariposas diurnas, aunque varios de los taxones mencionados no se encuentran presentes en la actualidad en este espacio natural, al tratarse de confusiones con otras especies o de citas dudosas no confirmadas.

    Finalmente, este trabajo que presentamos ahora y que se ha realizado casi en su totalidad durante los aos 2009-2010, cierra a modo de broche este captulo dedicado a nuestra historia entomolgica. Como resultado del mismo se ha podido catalogar y confirmar la presencia hasta la fecha de 135 especies de mariposas diurnas para todo el territorio de la provincia de vila. Este estudio est basa-do fundamentalmente en la informacin ob-tenida durante las labores de muestreos de campo, aunque se ha completado con citas de algunos colaboradores y se han aadido algunos datos bibliogrficos de otros autores.

    En total se han obtenido alrededor de 6.000 cuadrculas con informacin sobre especies, obtenidos y filtrados de las ms de 10.000 citas o registros de campo, un trabajo de in-vestigacin y de informacin que no se haba realizado hasta el momento en ninguna otra provincia de nuestra Comunidad. Gracias a este estudio salen a la luz nuevas especies para la Comunidad Autnoma de Castilla y Len, tambin varios nuevos taxones que nunca antes se haban citado de la provincia de vila, confirmando la presencia de espe-cies poco o raramente citadas y amplindose la distribucin de la mayora de las especies presentadas en este trabajo.

    Tras lo expuesto anteriormente, podemos decir con criterio y cierto orgullo, que el te-rritorio abulense ha pasado de ser una gran desconocida, a ser la provincia de nuestra regin mejor estudiada en lo que a lepidp-teros diurnos se refiere. El trabajo de inves-tigacin no ha terminado todava y creemos con seguridad que si se siguen haciendo nuevos estudios en reas propicias para ello, seguirn apareciendo nuevas especies en el futuro, algo que animamos desde estas l-neas a continuar desarrollando.

    Primera publicacin sobre mariposas en Castilla y Len que recoge informacin relativa a las espe-cies abulenses

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

  • M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    Para comprender mejor la realidad sobre las mariposas de la regin abulense, ha sido necesario recorrer las diferentes comarcas en distintas ocasiones del ao, a fin de tener una idea general de la diversidad y la abundancia de sus especies. La metodologa que hemos seguido para la consecucin de este trabajo ha sido la siguiente: Se visitaron metdicamente cada una de las 92 cuadrculas UTM seleccionadas de 10x10 Km. de lado, de las 106 cuadrculas en las que queda dividida la provincia de vila, con el objetivo de observar el mayor nmero de especies en cada una de ellas. La mayora de las cuadrculas se han visitado en al menos 5 ocasiones y en diferentes pocas del ao. Las reas que presentaban una orografa y una vegetacin muy contrastada, se han visitado en un mayor nmero de ocasiones, de 6 a 10 veces, a lo largo de los dos aos que ha durado el estudio.

    Los trabajos de campo comenzaron a finales de marzo de 2009 y concluyeron en agosto de 2010. Los lugares seleccionados donde se realizaron los muestreos de campo, se escogieron buscando los biotopos idneos de cada cuadrcula en los que pensamos que pudieran alber-gar una mayor diversidad de especies, procurando muestrear diversas cuadrculas en cada jornada para sacar el mayor nmero de especies de las mismas. Para seleccionar previamente los biotopos de cada cuadrcula, nos servimos de mapas topogrficos del IGN o del ejrcito 1: 50.000 de toda la provincia, estudiando previamente el terreno a travs de ortofotos con-sultadas en el SIGPAC o analizando los mismos y buscando su idoneidad en el transcurso de cada jornada de campo. Los muestreos se realizaron de forma sistemtica y peridica durante todas las semanas a lo largo del tiempo que dur el estudio, intensificndose los mismos en el periodo de mxima actividad de estos insectos, durante los meses de junio, julio y agosto.

    Hay que apuntar que la adversa climatologa durante las dos estaciones de primavera de este estudio, afect de manera negativa y significativa los trabajos de campo, pues no pudieron encontrarse las mariposas tpicas de esa poca durante las fechas de muestreo en las cua-drculas y lugares previamente seleccionados. A pesar de este inconveniente metereolgico primaveral, los trabajos de campo siguieron su curso durante el resto de la temporada y con la normalidad prevista.

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    Mapa con las 92 cuadrculas visitadas y estudiadas en el presente trabajo

    METODOLOGA DEL TRABAJO

  • 47 M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

    La fotografa de mariposas en libertad requiere, entre otras cosas, mucha paciencia, pero reporta momentos muy gratificantes

  • La principal fuente de datos presentados en este trabajo, se ha obtenido en base a la in-formacin de campo conseguida durante los muestreos por los autores y realizados du-rante el periodo 2009-2010. Tambin se han aportado algunos datos de aos anteriores, especialmente durante la elaboracin de la Gua de las mariposas diurnas de Castilla y Len (Vicente y Hernndez, 2007), trabajo que fue llevado a cabo por uno de los au-tores del presente estudio. Se han aadido muchas citas fehacientemente contrastadas, que hemos conseguido solicitando informa-cin a diversos colegas entomlogos.

    Durante los muestreos realizados en las jor-nadas de campo, se anotaban en unas fichas de campo, todas las especies determinadas in situ, mediante observacin directa o por captura con manga entomolgica, soltando nuevamente todos los ejemplares captura-dos, una vez clasificados. Por lo general, los estudios que se realizan sobre estos delica-dos insectos, implican la muerte innecesaria de los ejemplares capturados para deposi-tarlos despus en colecciones cientficas. La metodologa de trabajo empleada en este caso, permite el anlisis directo de miles de ejemplares sin causar su muerte, algo que aconsejamos realizar a otros equipos de in-vestigadores en futuros trabajos.

    Cuando algn ejemplar capturado planteaba alguna duda de determinacin por su morfo-loga externa, se fotografiaba y era puesto nuevamente en libertad, o bien, si su com-plejidad lo requera -solamente algunas po-cas especies de los gneros Pyrgus, Pieris y Melitaea-, era recogido para su posterior anlisis en el laboratorio.

    En las anotaciones de las fichas de campo, adems de apuntar las especies observadas como adultos o mariposas, huevos, orugas o crislidas, se dejaba registro del lugar o pa-raje, municipio y cuadrcula UTM, posicin GPS para el cartografiado de su distribucin, anotando otros datos de inters como la alti-tud, las plantas nutricias donde se encontra-ron los estados inmaduros, tomando asimis-mo numerosas fotografas para la confeccin posterior de este trabajo.

    Los trabajos de investigacin se han lleva-do a cabo siempre por un equipo mnimo constituido por dos personas, emplendose alrededor de 90 jornadas de campo en es-tos muestreos, la mayora de las mismas con una media de 10-12 horas por jornada, lo que equivale a un mnimo de 900 horas em-pleadas. Adems se han realizado muestreos algunas noches para localizar las larvas de especies cuyos hbitos son nocturnos. Los kilmetros recorridos a pie durante los tra-bajos de campo, o por carretera para llegar

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    Realizando fotografas para este libro

    Muestreando en el corazn de la Sierra de Gredos

    M A R I P O S A S D I U R N A S D E L A P R O V I N C I A D E V I L A

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    a lugares seleccionados a muestrear, y tan necesarios para obtener la informacin que ha servido para realizar este trabajo, han sido muchos, quizs miles de ellos.

    Las fichas y los mapas de distribucin de cada especie que recoge este trabajo, plas-ma toda la informacin obtenida durante el mismo. Los mapas de distribucin de las ma-riposas abulenses se han confeccionado por cuadrculas UTM de 10x10 Km. de lado, del tipo rejilla o mayado, por ser normalmente stos los mapas ms utilizados para repre-sentar las distribuciones de la fauna y flora de una determinada rea.

    Para ello, nos hemos valido principalmente de los datos obtenidos en los trabajos de campo y de la informacin de nuestros colaborado-res que, prcticamente, son la mayora de

    los mismos, llegando a contabilizar 5.852 cuadrados o registros de informacin, que corresponden a la suma de todas las cuadr-culas UTM con puntos de informacin de los mapas de distribucin. Estos registros con-firmados por los autores, representan, el 98 % del total de los obtenidos en este trabajo. Para completar los mapas se han aadido 140 cuadrados de informacin ms, recopi-lados en la bibliografa que preceda a este estudio y que representan alrededor del 2 % del cmputo total de los mismos.

    Los registros bibliogrficos se han obtenido de los mapas de distribucin del Atlas de las Mariposas diurnas de la Pennsula Ibrica, (Garca-Barros et al., 2004), y del trabajo Mariposas diurnas de Castilla y Len, (Agua-do Martn, 2008), eliminndose previamente algunas citas por ser muy dudosas o ser cla-ros errore