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CUANDO LA IGLESIA PERDIO LA SENCILLEZ(LIBRO)MARIO E. FUMEROUna investigacin de la evolucin de la fe cristiana a travs de las circunstancias histricas, que revela la decadencia de la sencillez en la iglesia del siglo XXI. Serie: Doctrina e historia.1996/ 20001. 1996.Mario E. Fumero2000. Segunda Edicin2. Publicado para pagina web.(Se autoriza la publicacin parcial de artculos de este libro para fines religiosos o culturales)Citas bblicas usadas de la versin: Sociedad Bblica, versin actualizada de Reina -Valera de Publicaciones Bautista.PRODUCCIONES PENIEL S. DE R.L.Apartado 15134, Suc Kennedy, Tegucigalpa, M.D.C.La primera edicin de este libro fue en el 1996, pero en enero del 2000 se le hizo una nueva revisin, y se volvi a publicar con algunas modificaciones relacionadas a la ampliacin de algunos temas y ms datos bibliogrficos.CONTENIDOPRLOGO 7I- UNA VIDA SENCILLA 9II- LA SENCILLEZ EXTERNA 15III- CUANDO EL CULTO FUE SENCILLO 29IV- LA SENCILLEZ PERSONAL 45V- POR QU SE PERDI LA SENCILLEZ?- 57VI- UN EDIFICIO LLAMADO IGLESIA 69VII- LA TRISTE REALIDAD MISIONERA- 83VIII- UNA TEOLOGIA SENCILLA- 97IX- COMO APRENDER A SER SENCILLO- 107EPILOG 119PRLOGOCuantos desearamos ver una iglesia cristiana acorde con el patrn bblico, y cuantos buscaramos ese espritu de fraternidad, sinceridad, sencillez y humildad que caracteriz a los primeros cristianos. Pero nuestra realidad es otra, la iglesia ha prosperado como estructura, como denominacin, y como masa de gente, pero ha menguado en su poder de testimonio, y sobre todo, en su humildad y sencillez. Cuando vemos la realidad predominante en nuestro entorno nos decimos; a dnde ir a parar la iglesia, si Cris-to no viene pronto?. Son fuertes las corrientes modernistas y humanistas que luchan por dominar al telogo. Son gran-des los esfuerzos por trasladar las dinmicas mercantiles del mundo secular, a la vida de la iglesia y su obra evan-gelizadora, por lo que estamos llegando a una secularizacin generalizada de la sociedad y a una fuerte influencia mundana en la vida de la Iglesia. Como Iglesia debemos modernizar nuestras tcni-cas de evangelismo, con esto estoy de acuerdo. Hay que usar todos los medios disponibles a nuestro alcance para llevar el evangelio a todo lugar. La velocidad, la tecnologa de la comunicacin y la informtica deben ser sometidas al Seoro de Cristo para proclamar a todas las naciones la verdad del evangelio, pero no debemos permitir que estos nuevos recursos humanos maten la sencillez que nos queda, y la cual ha ido en un proceso de deterioro en la medida que hemos crecido, prosperado y alcanzado un papel importante en los destinos de muchas naciones. En mi primer libro[1]hablaba de los peligros que asedian a la iglesia en los ltimos tiempos. Ahora quiero detenerme en ese gran peligro que es perder la sencillez, para ser arrastrados por los afanes de este siglo, y adquirir una vida presuntuosa, en donde la humildad y la natu-ralidad se pierden. No estoy en contra de los estudios, ni tampoco a que un cristiano aspire a vivir dignamente, pros-perando dentro de los parmetros de una correcta bendicin de Dios. Lo que no apruebo, y condeno radicalmente, es el afanarnos tanto por saber y tener, que llegamos al punto de hacer de esto un todo, y creernos que por adquirir sabidura humana y bienes materiales somos y valemos ms delante de Dios, cuando en realidad la posibilidad es que sea todo lo contrario. Comenc a escribir este libro en noviembre del 1995, movido por una realidad que se esta generalizando en las iglesias de los Estados Unidos y Amrica Latina. No me mueve un espritu de crtica, y cuando cito a algunos au-tores, lo hago con todo el respeto que merecen los mismos. Omito nombres y detalles de experiencias personales, y me concreto a generalizar hechos aislados, pero que estn presentes en todos los marcos de nuestras comunidades cristianas. Reciban esta investigacin, y este enfoque, como una ayuda para poder volver a las sendas antiguas, y forjar una iglesia humilde, sencilla e impregnada del Espritu de Cristo, y ser fiel as a los postulados de la gran comisin. Con mucho cario.Mario E. FumeroCAPTULO l -UNA VIDA SENCILLAA los seres humanos nos gusta complicar las cosas. Nos hemos vuelto muy sofisticados, no solamente en lo tecnolgico y laboral, sino tambin en nuestro ser, en el estilo de vida que vivimos. Hemos hecho de todo un derroche de trmites, vueltas, ceremonias, etiquetas, modas, apariencias, protocolo, dialcticas etc. En conclusin, hemos perdido la sencillez. Pero qu es sencillez? En el diccionario de la lengua castellana se define comouno que no tiene artificios ni composicin, ingenuidad, llaneza, sinceridad, naturalidad, afabilidad.Ser ingenuo, que es un equivalente a ser sencillo, es no vivir todo el tiempo esclavo de la malicia, desconfianza y suti-leza, cosas que daan tremendamente la relaciones perso-nales. Dentro del trminoSENCILLOhay un sin nmero de elementos que definen cualidades del ser en su diario vivir. En la sencillez se esconden otras virtudes que la complementan, para hacernos conforme al deseo de Dios. Cuando se es sencillo se es humilde, natural, accesible y afable. Es por ello que Dios ha prometido guardar a los sencillos:Jehov guarda a los sencillos; estaba yo postrado, y l me salv.(Salmos 116:6). Debemos alcanzar esta cualidad en nuestro estilo de vida, pues es la credencial con la cual demostramos al mundo de que somos un pueblo diferente:Porque nuestro motivo de gloria es ste: el testimonio de nuestra conciencia de que nos hemos conducidoen el mundo (y especialmente ante vosotros), con sencillez y la sinceridad que proviene de Dios,y no en sabidura humana, sino en la gracia de Dios.(2 Corintios 1:12). Nuestro mensaje no se fundamenta en una falsa apariencia contradictoria, ni en una sabidura humana desprendida de los ttulos o teoras, hechas en un labo-ratorio llamado aula, sino en una actitud sencilla y sincera envuelta de la gracia de Dios. La crisis en nuestro cris-tianismo se debe a la decadencia en la calidad de vida, junto a los escndalos de hombres amadores de los deleites (2 Timoteo 3:4.) ms que de Dios, los cuales han llevado al pueblo a una prdida total de la sencillez, para dar lugar a la ostentosidad, vanagloria y excelencia hu-mana. Esto a producido una teologa lucrativa mal llama-da prosperidad que desencadena junto a la codicia, el espritu de prepotencia humana[2].Cuando hablamos de sencillez nos referimos a todo un estilo de vida. Involucra la forma de vestir, vivir, trabajar, comer, servir, e incluso el adorar y predicar a Jess. La Iglesia primitiva se caracterizaba por ser sencilla. Los dis-cpulos eran sencillos, todos compartan, como un solo cuerpo:Ellos perseveraban unnimes en el templo da tras da, y partiendo el pan casa por casa,participaban de la comida con alegra y con sencillez de corazn,(Hechos 2:46).Analicemos la expresinalegra y sencillez de corazn,Qu significa sencillez de corazn? En la Biblia el corazn representa los sentimientos, es la parte que siente, anhela y expresa la vida emotiva: Digo: No me acordar ms de l, ni hablar ms en su nombre. Pero hay en mi corazn como un fuego ardiente, apresado en mis huesos. Me canso de contenerlo y no puedo.(Jeremas 20:9). En l se muestra la sensibilidad espiritual en las relaciones, tanto hacia adentro (vida espiritual), como hacia afuera (vida natural o afectiva). Cuando el pecado domina, el corazn se endurece, por lo que hay un divorcio entre el espritu y la mente:Teniendo el entendimiento entenebrecido,alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazn.(Efesios 4:18)No endurezcis vuestros corazones como en la provocacin,en el da de la prueba en el desierto,(Hebreos 3:8, ver 4:7).Cuando se pierde la sencillez, se pierde la sen-sibilidad. Dejamos de ser naturales, como Dios nos hizo. La sencillez, est vinculada al corazn, porque emana de la sensibilidad que se expresa en la sinceridad de una vida normal, donde no hay fingimiento, ni adornos que oculten la transparencia del ser:acerqumonos con corazn sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. (Hebreos 10:22). Cuando en el corazn se concibe la soberbia, entonces aparece el orgullo, y ste carcome, como un cncer, nuestra sencillez. La loca carrera del tener nos desposee de la sencillez del ser, y caemos en el torbellino del afn y la ansiedad, convirtindose nuestras vidas en una gran farsa, llena de vanidades y fantasa. Entonces aparece el espritu de grandeza, y es ah cuando el enemigo nos atrapa.Cuando aceptamos a Jess encontramos un cambio de vida, pero no de personalidad. La sencillez (que es naturalidad y humildad) debe permanecer, e incluso, debe de tomar fuerza y presencia. No nos hacemos superiores a los dems, sino que ms bien conquistamos un don excelente; la salvacin, la cual debemos compartir con otros. Pero la realidad presente en la iglesia nos muestra como muchos, tomando a Jess como estandarte, han promovido la superioridad, jactancia, excelencia, vanagloria y soberbia humana, forjando una falsa teologa de presuncin y prosperidad que ha llevado al pueblo de Dios por el camino de la esperanza fatua, que forja una vida dbil. Nos convertimos como dijo Jeremas 5:28 gordos y lustrosos Pensamos ms en la fama y el bienestar, que en la entrega y el sacrificio. Y cmo puedo hacer tan dura afirmacin? Basta ver la majestuosidad de muchos templos, con su msica y adoracin. Los conciertos, y la forma de vestir y vivir de muchos cristianos, que imitan comple-tamente los esquemas del mundo[3]evidencia estos hechos. Sus conciertos son replicas exactas de los show mundanos, con luces, humo, vestuario estrambtico y un largo etctera, lo cual nos deja ver con tristeza que hay de todo, menos sencillez[4]. La vanagloria y la ostentocidad son los parmetros con los cuales medimos la bendicin de Dios. La tendencia humana a buscar, por medio del espectculo, un impacto espiritual o evangelstico se ha convertido en una de las metodolgicas ms usada por la iglesia en nuestro tiempos. Se imaginan ustedes el derroche de dinero que se emplea para ejecutar actos evangelsticos donde se in-vierten millones tan solo para atraer a los mismos evan-glicos a un estadio, auditorio o saln de conferencia donde a veces se les manipula emocionalmente! Esto produce un mercantilismo en torno a los dones y talentos que es escalofriante, pues muchos grandes predicadores y cantantes cristianos se cotizan a altos precios. La situacin de degradacin religiosa hace que muchos maestros en la Palabra planteen panoramas que hasta cierto punto son alarmantes. David Wilkerson afirma:Mi corazn sigue sufriendo porque los que de todo co-razn se estn volviendo al seor representan slo un pequeo y despreciado remanente. La mayora de los cristianos Incluso los pastores- estn prestando odos sordos al sonido de la trompeta, y estn haciendo caso omiso del clamor del viga. La ceguera espiritual de las masas que asiste a la iglesia crece de un modo intolerable para Dios, ya que ahora vemos cmo l se esta moviendo con rapidez y delante de todos para juzgar a su pue-bloapenas estamos viendo el comienzo de sus tremendo juicios contra la falta de honradez, las mentiras, los engaos y las distorsiones malignas de su evangelio[5]y esto evidencia la crisis de fe que estamos viviendo, cosa que opaca nuestra humildad y sencillez. Pero ser mejor detallar, paso a paso la realidad de hoy, comparada con la de ayer (la iglesia nuevo testa-mentaria), y lo haremos a travs de una analoga contra-dictoria entre ambas pocas, y que conste, no lo hago con un espritu crtico, sino en plan de reflexin, porque deseo que la realidad de Jess no muera en la iglesia del TERCER MILENIO.CAPTULO 2 -LA SENCILLEZ EXTERNAEra una larga jornada para poder visitar unas iglesias de las montaas de Guatemala. Habamos llegado a Uspan-tn, de ah seguimos a lomo de bestia hacia el interior de las selvas de una zona, en donde visitaramos congregaciones de la Iglesia de Dios, en el Dpto. del Quich, invitado por el misionero Oscar Romeo Castillo. En Guatemala existe una gran diversidad de grupos indgenas, con dialectos y ropa muy peculiar. Cada tribu, o grupo tnico, tiene una forma distintiva de vestir, y aunque sus costumbres alimenticias y del diario vivir son idnticas, sus trajes y lenguas varan. Llegamos por fin a la aldea de destino, y el pastor sali a recibirnos, vistiendo su traje tpico. Era un humilde indgena de un poblado donde casi todos haban aceptado al Seor. Se haba convertido un domingo cuando baj al pueblo a vender su cosecha, y en un culto al aire libre acept a Jess. Al volver a su aldea, le cont a todos su experiencia, y con una Biblia que compr, ayudado por su hijo que saba leer, inici un grupo que se convirti en una floreciente igle-sia. Esa noche celebramos un gran culto, alumbrado por dos lmparas Coleman, y en una choza hecha con ramas de rboles, donde las bancas estaban fijas al piso, y muchos se sentaron en el suelo, eran como unas 90 personas. Pero, cun grande fue mi asombro al ver al pastor que nos recibi con su ropa tpica, vestido con un saco que no le quedaba, y una corbata ancha, ya pasada de moda. Yo me quede sorprendido, pues el resto de los hermano vestan sus trajes tpicos de esa regin. Al terminar el culto, y mientras comamos unas tor-tillas de maz con frijoles, le pregunt al pastor por qu se haba puesto esa ropa, dejando de usar su traje tpico? Con una voz impregnada de sencillez me dijo:Es que en una convencin, en Chuhicaca, me ensearon que el ministro de Dios debe usar saco y corbata cuando va a ministrar, para as tener credibilidad, y el misionero norteamericano nos regal sacos y corbatas.Uno de los graves errores de la gran mayora de los misioneros es llevar un evangelio impregnado de su propia cultura, imponiendo junto con el mensaje evanglico, sus esquemas de trasculturizacin. Esto ha formado una serie de ideas dogmticas relacionadas con la ropa, y hemos perdido la sencillez en la forma de vestir. Es por ello que se manejan conceptos populares, que dominan la sociedad occidental, afirmndose queuno vale por la ropa que viste.Es no-torio el caso de Amway[6], una empresa dedicada a la venta de productos, la cual ha utilizado los principios del disci-pulado cristiano, junto a las ideas de la excelencia humana y el afn por las riquezas, para promoverse y ganar adeptos, inducindole a vestir, hablar y pensar de una forma esque-matizada, de acuerdo a los conceptos del marketing. Lo mismo hacen muchos misioneros y predicadores, cuando dejando su tierra, llevan justo al mensaje evangelstico, sus esquemas de conducta y cultura, estando stos desposedos de la sencillez bblica.Notamos que en la iglesia de nuestro tiempos ha habido una evolucin idntica a la que hubo despus del Edicto de Tolerancia, (313 d.c.) cuando los cristianos, despus de vivir 300 aos en persecucin, pasaron a ser parte del sistema romano, y lentamente fueron imitando las costumbres paganas de stos, por lo que asociaron la auto-ridad, el poder y la superioridad espiritual, a la forma de vestir y aparentar externamente. Este fenmeno ha tomado dos directrices a travs de la historia: Una va en direccin a tratar de diferenciarnos de los dems con hbitos y formas externas de ropa, para revelar con ello que somos religiosos, de ah viene el refrn popular de queel hbito no hace al monje.Lo mismo hacan los fariseos en la poca de Jess. La otra es el vestir de forma ostentosa, y de acuerdo a los esquemas sociales e influencias dominantes (modas), sin pensar en la honestidad y el decoro, usando como argu-mento justificatorio el serhijo de un rey y por la tanto debo vestir como tal,o simplemente argumentar que debemos adaptarnos a los cambios de los tiempos, y aunque estoy de acuerdo de que el tiempo produce cambio, es bueno limitar esto a lo que podemos catalogar como una forma normal de vestir, de acuerdo a la moral y a nuestra cultura. Este espritu de vestir ostentosamente, buscando la presuncin, para mostrar ms de lo que soy por medio de la apariencia externa, ha matado la sencillez en la forma de presentarnos delante del mundo, y nos ha llevado a fabricar conceptos que atentan contra ste. Pero para ser fieles a la verdad, debemos ir a la Palabra a la hora de analizar como debe de ser un cristiano en relacin a este elemento que llamamos apariencia externa.Lo primero que debemos considerar es; qu es presuncin? El diccionario la describe como derivada de presumir, que indica vanagloriarse, tener alto concepto de s mismo[7].Tiene que ver con moda, pinturas, adornos atractivos, etc. Este no es un mal de nuestros tiempos, ya que siempre, en la historia de la humanidad, ha habido esta inclinacin carnal. Era una caracterstica de los pueblos paganos en la poca de los Judos. Dios luch arduamente para que su pueblo, Israel, mantuviese su peculiaridad que lo diferenciara de los pueblos vecinos, y mostraran por medio de ellos su gloria. Esta demanda de ser diferentes a los dems pueblos, les obligaba a desposeerse de muchas cosas catalogadas como vanidades y presunciones. El deseaba un pueblo dominado por su Palabra, y no por las influencias del medio. Un pueblo fiel, santo y sencillo. Fue por ello que Isaas le trasmite a Israel el sentir de Dios en cuanto a la realidad de su entorno, definiendo como deban ser sus hijas, las cuales, olvidando las demandas de su Dios, se haban dado a imitar a los pueblos vecinos, por lo que les exhorta:Asimismo dijo Jehov: Por cuanto las hijas de Sin son altivas, andan con elcuello erguido, lanzanmiradas seductoras, caminan zapateando y hacen resonar los adornos de sus pies, el Seor pelar con tia la cabeza de las hijas de Sin; Jehov desnudar sus frentes. En aquel da el Seor quitarlos adornosde los tobillos, las diademas, las lunetas, los aretes, los brazaletes, los velos, los adornos de la cabeza, los adornos de los pies, las cintas, los frasquitos de perfume, los amuletos, los anillos,los joyelesde la nariz, las ropas festivas, los mantos, los pauelos, los bolsos, los espejos, la ropa ntima, los turbantes y las mantillas. Y suceder que habr hediondez en lugar delos perfumes, soga en lugar de cinturn, rapadura en lugar de los arreglos del cabello. En lugar deropa finahabr ceidor de silicio; porque en lugar de belleza habr vergenza.(Isaas 3:16-24)Veamos las costumbres que Dios rechaza de sus hijas:Cuellos erguidos= Sinnimo de soberbia, orgullo, altivez.Miradas seductoras= Ojos provocativos, exaltados conmaquillaje. En el original se refiere aojos desvergonzados o pintados.Raer la cabeza= Se tean el pelo y usaban peinadosprovocativos, por eso les raer la cabeza.Adornos en el cuerpo= Cintas en los tobillos, brazaletes,velos, joyas, amuletos, anillos etc. toda una serie de objetos para llamar la atencin de los hombres o vinculado con fetiches idoltricos.Perfumes= Para provocar a los hombres, y excitarlos sexualmente.Ropa fina= Con doble sentido, que era costosa, y a la veztransparentaban las carnes. En estos pasajes hay mucho que analizar, pero alguno argu-mentar que pertenece al Antiguo Testamento, a la ley, y ahora estamos en la gracia. !Cuidado! No vaya ser que nos volvamos tan permisivos en la gracia, que caigamos en desgracia. Muchas iglesias, que afirman esto, s toman del Antiguo Testamento otras cosas para afianzar su estilo de culto. Tenemos el caso de una congregacin que tiene un culto de adoracin basado en todo lo que es la enseanza del Antiguo Testamento, y tomadas del tabernculo de David. All hay danzas estilo judo, cnticos impregnados de salmos, con meloda hebrea, pero sus mujeres se visten, maquillan y actan como las que describe Isaas. Quiere decir que, toman una parte del A.T. e ignoran otra, pero, s una parte no tiene vigencia, Cmo podemos defender la otra?.La conducta fsica revela la vida moral, y muestra la sencillez. Cuando nos arreglamos fsicamente con qu fin lo hacemos? El fin justifica los hechos? El vestir es una necesidad natural, originada como consecuencia del pecado (Gnesis 3:7), pues la maldad est envuelta en el desear lo que est prohibido por ley moral. Debemos definir dos realidades en la apariencia externa:PRIMERO:{Vestimos para cubrir nuestra vergenza, y protegernos del fro, calor, polvo y los peligros del medio.SEGUNDO:{Cuidamos el cuerpo porque es templo del Es-pritu Santo, y debemos cumplir las normas de higiene or-denadas por Dios. Debemos de hacer ambas cosas, sin caer en la ostentosidad, vanidad o vanagloria, porque esto mata la sencillez. Cmo debemos vestir para mantener la sencillez, y evitar caer en la vanidad? Lo primero que debemos asumir es que para Dios lo externo no es importante, por ms gua-po, alto o hermoso que sea. Aunque uses muchos adornos, o vestidos costosos, el Seor no te juzga como lo hace la sociedad moderna:Porque Jehov dijo a Samuel:-No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque Jehov no mira lo que mira el hombre:El hombre mira lo que est delante de sus ojos,pero Jehov mira el corazn. .(1 Samuel 16:7). Hoy da vestimos y nos arreglamos tratando de causar siempre una buena impresin, lo nico que esa apariencia muchas veces traiciona la realidad, aparentando ms de lo que somos, por lo que caemos en una presentacin ostentosa, con la cual tratamos de sobresalir ante los dems, es por ello que Pablo afirma:No nos recomendamos otra vez ante vosotros,sino que os damos ocasin de gloriaros por nosotros, con el fin de que tengis respuesta frente a los que se gloran en las apariencias y no en el corazn.(2 Corintios 5:12). El grave error del sistema actual es que juzgamos ms la apariencia que la vida que se vive. Existe un concepto popular, de que uno vale por lo que tiene, y por lo que viste. De ah proviene la vanidad de este siglo, envuelta de artificios, que hacen caer a miles de sinceros cristianos en una vida llena de fantasa y apariencia fsica presuntuosa.Pero Cul es la posicin de los primitivos cristianos al respecto? Si partimos de las evidencia de los Hechos y las epstolas, veremos que ellos no tenan nada como suyo propio, que se despojaban de sus bienes, y vivan como pobres, siendo ricos. Pero comenzaremos a analizar esta realidad partiendo de las enseanzas del Seor, que es nues-tro modelo perfecto. Cuando naci Jess no tuvo nada, tan slo un pesebre prestado, calentado por los animales que le ro-deaban, pues no haba para ellos lugar en el mesn, y care-can de recursos para alquilar una casa. Durante su minis-terio vivi sencillamente, no cargaba equipaje, ni buscaba los mejores puestos o lugares en su andar por los caminos de Jerusaln. l ense a sus discpulos a no acumular bienes, sino a compartir:Respondiendo les deca: El que tiene dos tnicas d al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.(Lucas 3:11). Y cuando dio instrucciones para enviarlos a predicar, les orden usar zapatos humildes, y no poseer muchas prendas de vestir:Entonces llam a los doce y comenz a enviarlos de dos en dos. Les daba autoridad sobre los espritus inmundos. Les mand que no llevasen nada para el camino: ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinto, sino solamente un bastn; pero que calzasen sandalias y que no vistiesen dos tnicas. (Marcos 6:7-9). En este mandato notamos que su enseanza era la sencillez,no vestir dos tnicas,pero aun en s mismo, Jess era sencillo en su forma de ser y de vestir, pues dice la Biblia que su tnica erasin costurade una sola pieza:Cuando los soldados crucificaron a Jess, tomaron los vestidos de l e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Adems, tomaron la tnica, perola tnica no tena costura;era tejida entera de arriba abajo.(Juan 19:23).Algunos comentaristas, principalmente los predi-cadores de la prosperidad[8], afirman que la ropa que Jess usaba era muy cara, pero en realidad hay dos hechos que revelan su sencillez: 1- Era de una sola pieza, 2- Y tejida de algodn. Por lo general, las tnicas caras eran de varios elementos, y contena seda. Para demostrar ms la sencillez del Maestro, en las escrituras se describe su entrada a Jerusaln montado en un pollino prestado (Mateo 21:2), Y por qu no us un caballo brioso? Y para celebrar su ltima cena tuvo que pedir una casa prestada (Lucas 22:7-13), y al morir, fue enterrado en una tumba prestada, (Lucas 23:50-56) propiedad de Jos de Arimatea. Queremos ms eviden-cia de su sencillez?Los cristianos primitivos no daban mucha impor-tancia a la apariencia fsica, como punto de referencia para medir la espiritualidad o la posicin de autoridad. Todos eran iguales, no haba diferencia, y no exista imposiciones dogmticas en cuanto a la forma de vestir, pero se era muy estricto en cuanto a la modestia y el decoro en la forma de ser. Es por ello que encontramos referencias claras al respecto en 1 Pedro 3:3-4:Vuestro adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro, ni en vestir ropa lujosa; sino que sea la persona interior del corazn, en lo incorruptible de un espritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios. Y aunque en este pasaje se hace alusin a la mujer, tambin puede relacionarse con el hombre, pues Pedro confiesa en la puerta de la Hermosa que No tengo oro ni plata (Hechos 3:6). Por otro lado Pablo le dice a su hijo Timoteo:Asimismo, que las mujeres se ataven con vestido decoroso, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos; sino ms bien con buenas obras, como conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios.(1 Timoteo 2:9-10). Por qu se enfatiza tanto en la forma de vestir de la mujer y no se incluye al hombre? Porque en la poca de Cristo las ms dadas a la vanidad externa en el vestir y ser eran las mujeres, ya que en ese tiempo la feminidad mas-culina no era costumbre general, aunque s la practicaban los romanos, principalmente aquellos con tendencia homo-sexual o bisexuales. Hoy la propaganda ha hecho que el cuidado y la presuncin fsica invada tambin al sexo masculino, sin ser seal de homosexualidad. Los hombres, al igual que las mujeres, han buscado las modas, los estilos de cabellos, los salones de belleza, las manicura y las cremas faciales para embellecer el cutis, incluso, algunos hasta se maquillan. El afeminamiento masculino es una tc-nica del marketing, para extender los cosmticos al mundo de los hombres. Antes bamos a un barbero, ahora estn desapareciendo, y surgen los salones de belleza Unisex[9]. Las peluqueras y peluqueros atienden a hombres y mujeres, ofreciendo opciones de estilos, tintes y maquillajes. De dnde proviene este espritu de apariencia? De la vanidad de la mente. De un mundo desposedo de sencillez, y presa de la moda, imitacin y fantasa. Puede afectar todo esto la sencillez de la Iglesia? He visto por canales de televisin programas cristianos con mujeres que tienen una apariencia tan escandalosa, que negaban con su fsico, lo que proclamaban con su boca. Peinados ostentosos, pintura hasta ms no poder, joyas y escotes provocativos, y proclamando la sencillez de Jess, Qu irona! Sus vidas hacen tantos escndalos, que sus palabras llegan vacas al que les escucha, y muchos toman tales ejemplos para seguir llevando adelante un cristianismo fatuo, de falsa apariencia.Lo terrible de la apariencia fsica es que en algunos marcos la forma de vestir se ha convertido en un dogma impositivo, como el de la sotana en la edad media. Recuerdo el aprieto que pas una vez que fui a predicar a una iglesia pentecostal de New York. Con el apuro se me cay la corbata en el automvil, (era de esas que se cuelgan en la camisa con un gancho). Cuando lleg el momento de predicar, el pastor me mir, y dijo:En lo que el hermano Mario se prepara, cantemos un corito.Yo estaba listo, y no entenda que pasaba. Despus de repetir lo mismo otra vez, le pregunt: Hermano, estoy listo y mirndome, me hizo una sea al cuello. Descubr que la corbata se me haba cado en el camino. Le hice ver que no la tena. Luego l dijo a la congregacin: Hermanos, al predicador se le cay la corbata, pero se lo vamos a perdonar, estn de acuerdo? Y pas a predicar, entonces dije: Hermanos, lamento no traer la corbata, se me cay en el camino, pero den gracias a Dios que yo estoy aqu para predicar, lo malo hubiera sido que la corbata hubiera venido, y yo me hubiera quedado.De dnde sacamos la doctrina de la corbata y el traje? De dnde sac la iglesia catlica la sotana y el cuello clerical, heredado despus por los luteranos y por los dems evanglicos?[10]Qu tratamos de decir con esto? Qu somos ministros, religiosos, diferentes al resto del pueblo? En el principio Jess y los discpulos se fundan con el pueblo, al grado tal que eran uno mas en la multitud. El peligro de la apariencia radica en la importancia que sta toma en muchos crculos mundanos, y como estos conceptos se introducen en la Iglesia. El hombre no vale por la ropa que viste, ni por los zapatos que calza, sino por la vida que vive delante de Dios. Debemos plantearnos de nuevo una vida en sen-cillez, en donde el decoro y el ornamento modesto sea una caracterstica de los hijos de Dios, desechando toda opu-lencia y soberbia que nos lleve a una vanidad fsica que est contra la vida del Espritu[11]. Enseemos la humildad en todo, para que podamos ser bienaventurados y portadores de la verdadera imagen de Jess. Respetemos la forma de vestir de los pueblos, no impongamos costumbres, excepto cuando stas atenten contra el decoro, la modestia y el pudor del ser. Cuando comenzamos nuestro trabajo en Honduras con jvenes provenientes del mundo de las drogas, todos venan con una pinta terrible en su forma de vestir. Pelo largo, pantalones tipo vaqueros, sin camisa y con tirantes, etc. Cuando iba a la iglesia con ellos a predicar, les miraban como seres extraos, solo porque no vestan elegantemente, como los dems. Ellos se sintieron rechazados en una Iglesia que debera recibirlos tal como son, pues la obra es del Seor. Tiempo despus el Seor los cambi y algunos se adaptaron tanto al sistema que con el tiempo vestan saco y corbata, y rechazaban a los que no fuesen como ellos. No debemos imponer costumbres, ni juzgar segn la apariencia. Lo que hace a una ropa aceptable delante de los dems y de Dios es su limpieza, decoro y sencillez, lo contrario es vanidad de vanidades. Cuando nos vestimos lo hacemos no para sobresalir, sino para vivir de acuerdo al medio en donde estoy. Recordemos que vestimos para vivir y no vivimos para vestir. El ser no sta en tener, sino en vivir conforme a los parmetros de la Palabra del Seor.

CAPTULO 3 -CUANDO EL CULTO FUE SENCILLOEra La primavera un da domingo del ao 58 d.c. En una casona de tres pisos, en los suburbios de Troas, se congregaba un gran nmero de personas para celebrar un culto cristiano. Hombres, mujeres y nios se apiaban en un aposento alto para compartir el pan y celebrar la fiesta de la Palabra. Ese da haban una visita especial, que haban venido de lejos, y estaban ansiosos por escuchar sus pala-bras. No haban asientos para todos, por lo que los ms jvenes se sentaban en el piso y en los bordes de las venta-nas y barandas del tercer piso, para participar de la reunin. Comenzaron a orar y a cantar de forma espontnea. Vestan de forma sencilla, y no haba instrumentos. Sus voces se unan, sin tener a uno que presidiera la reunin de alabanza. De pronto comenzaron a salir oraciones, lenguas y palabras de testimonio de diferentes lugares del saln. Haba un ambiente de familiaridad y entusiasmo, y aunque apenas quedaba un espacio libre, todos formaban una masa com-pacta con alegra y sencillez de corazn. Se comenzaron a encender lmparas de aceite para alumbrar bien el saln, y de uno de los extremos un anciano se puso en pie y alzando la voz exclam:- Mis queridos hermanos, ha llegado el momento de recibir la Palabra. Hoy tenemos con nosotros a nuestro hermano Pablo, que acaba de llegar de Macedonia y Grecia, deseo dejarle para que comparta sus experiencias, y nos d la Palabra del Seor.-Un silencio de expectacin inund el ambiente. De entre la multitud sali la figura de Pablo. La gente le rodeaba, por lo que no poda apenas dar un paso, all no haba un ambos[12]como en las sinagogas judas.- Queridos hermanos, quiero compartirles las grandes cosas que el Seor ha hecho con nuestros hermanos en las re-giones de Asia y Grecia.-Y as el apstol comenz a contar sus experiencias, como tambin las cosas maravillosas que el Seor estaba haciendo con su iglesia. Despus continu relatando como el Seor se le apareci en el camino de Damasco, y como le haba hecho siervo de Jesucristo, siendo un abortivo. El tiempo transcurri rpidamente, haban pasado dos horas, y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en el borde de una ventana que daba a la calle, comenz a cabecear, haba trabajado mucho, y despus de una larga jornada a pie, estaba extenuado, y el sueo le embargaba, de pronto el joven se durmi, y perdiendo el equilibrio, cay al vaco. Todos los que les rodeaban gritaron. Pablo dej de hablar, y un gran alboroto llen la habitacin, algunos corrieron hacia la calle a ver que le haba pasado al muchacho.-.Est muerto, se ha desnucado.-Exclam alguien. El apstol, sin perder la ecuanimidad, sali detrs de los hermanos a la calle, calmando a la multitud, y acercndose al cuerpo de Eutico, se tendi sobre l en la acera y dijo:-.Tranquilos hermanos, no perdamos la calma, ni os alarmis, pues el muchacho est vivo.-Y echndose sobre su cuerpo, le impone las manos, y le ayud a levantarse. Despus del susto, subieron de nuevo al aposento, y la gente comenz a participar de la cena del Seor. Unos a otros compartan el pan y el vino, alabando a Dios por sus maravillas, hasta que ray el alba.Con este relato que se encuentra en Hechos 20:7-12 quiero ilustrar la sencillez de las reuniones cristianas en la poca primitiva. No haba un programa detallado, ni la gente miraba el reloj. La Palabra era el centro del culto, junto al compartir el pan unos con otros. Cmo son nuestras reu-niones hoy da? Hay iglesias donde todo est estrictamente programado: Se debe orar no ms de dos minutos, el devocional unos 20, y el mensaje debe durar 20 minutos, y en una hora debemos haber terminado. Hay tantas es-tructuras de programacin, que no queda espacio para que el Espritu Santo pueda hablar. En la Iglesia de los Hechos no haba comodidad, ni alfombra, ni un gran edificio llamado iglesia. Las cere-monias (bodas, bautismos, cena) se ejecutaban sin tanta pompa y liturgia. Todo era sencillo, natural, espontneo. Los ancianos (o ministerios) se mezclaban con el pueblo, eran uno ms entre la multitud. El culto distaba mucho de ser como el nuestro, pues en las reuniones se proporcionaba una intimidad y ayuda mutua tan natural que la ministracin era sencilla, predominando la confesin y reconciliacin en medio de comunin del pan y el vino[13]. Recuerdo una vez que fui a predicar a una iglesia, el pastor me pas a su oficina y me dijo:Hermano Mario, el culto termina a las 12.00, yo le entrego a las 11.35 para que predique el mensaje, as que tiene 25 minutos, ahora bien, si usted quiere seguir predicando despus de esa hora, no hay problema, pero a las doce los hermanos se van.No quiero decir con esto que los cultos no deben ser ms o menos estructurados. Hay un orden, un esquema mnimos, pero en ellos debemos dejar que sea el ambiente, el Espritu y la necesidad la que determine el tiempo. Puede durar una hora, o dos o tres, el tiempo es del Seor, la programacin se crea para controlar una situacin cuando carezcamos del mover de Dios, pero no debe ser una costumbre dogmtica.El peligro actual es que nuestros cultos giran alre-dedor del ministro, en donde todos los ojos se enfocan. Es el que predica desde un plpito el que lo dice todo, esta-blecindose un monlogo[14], sin interpelacin de la asam-blea. De igual forma, hay un director de alabanza que controla todo lo que los hermanos cantan y hacen, por lo que tenemos una alabanza dirigida, que muchas veces se dege-nera en una manipulacin, desapareciendo la esponta-neidad y los cnticos espirituales[15]. En la medida en que la gente ponga su atencin en el que dirige, la distraccin priva de una comunin profunda. No podemos llevar, a la fuerza, un culto largo, ni debemos cortar un ambiente de adoracin por terminar a la hora, ambos extremos son destructivos para la salud de la iglesia. Lo que debemos buscar es sabi-dura y equilibrio dentro de un ambiente de sencillez. Debemos reflexionar sobre la diferencia de nuestro culto con aquel culto primitivo. Al respecto el pastor James R. Spruce escribe:Al llegar a los ltimos aos el siglo XX, creo que hay varios factores en la iglesia que estn creando dilemas que nuestros antepasados no enfrentaron. Entre ellos estn: (1) Ambigedad en la definicin de adoracin; (2) creciente popularidad de la iglesia en el mundo y del mundo en la iglesia; (3) falta de claridad en la expresin de nuestras emociones y espontaneidad; (4) aparicin de la mentalidad espectculo-espectador; (5) una perspectiva bblica e histrica vaga; (6) la tendencia que lleva a un extremo el control pastoral y la subsecuente parlisis del ministerio de los laicos en la renovacin de la adora-cin[16].Eran las fiestas de las pascuas (ao 35 d.C.) y un carruaje procedente de Etiopa regresaba de Jerusaln. En l viajaba un funcionario de la reina de Etiopa, residente en Candace, el cual haba sido castrado desde nio, para servir en el palacio de la reina, as que le llamaremos el eunuco etope. Este eunuco era un devoto judo, y haba ido a cumplir su peregrinacin al templo de Salomn. Cruzaba el desierto contento, porque cada ao pagaba sus votos a Jehov, y mientras su sirviente llevaba el carro, ste lea un manuscrito en Isaas 53:7-8.El fue oprimido y afligido, pero no abri su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco l abri su boca. Por medio de la opresin y del juicio fue quitado.Y respecto a su generacin, quin la contar? Porque l fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la transgresin de mi pueblo fue herido. De pronto el sirviente observ a un hombre a lo lejos y exclamo:Mi Seor, hay un desconocido en medio del camino. Detente a ver quien es, pues este lugar es desiertoExclam el Eunuco. El carruaje se detuvo, y aquel hombre se acerc al eunuco.Quin eres y para dnde vas?-.-Pregunt el Eunuco. Me llamo Felipe, y el Seor me sac de Samaria y me trajo al desierto para hablarte de su gloriaY mirando el pergamino que llevaba en su mano le pregunt:Qu lees?. Leo a Isaas captulo 53Replic el Eunuco.Y entiendes lo que lees? Inquiri Felipe.Y cmo podr entender si no hay quien me ensee? Acaso tu conoces las Escrituras y sabes lo que dices?-Y Felipe le respondi. S, claro, y es mas, conoc a aquel de quien habla Isaas.Y subindose al carro le cont al Eunuco todo lo que en Jess se haba cumplido. Le present la salvacin, le habl del bautismo y del camino del arrepentimiento, de pronto el Eunuco ordenando detener el carro, exclam:.He aqu hay agua. Qu impide que yo sea bautizado?.Entonces Felipe dijo:Si crees con todo tu corazn, es posible.Y respondiendo, dijo:Creo que Jess, el Cristo, es el Hijo de Dios. Entonces Felipe y el Eunuco descendieron al agua, y l le bautiz. Cuando subieron del agua, el Espritu del Seor arrebat a Felipe. Y el Eunuco no le vio ms, y sigui su camino go-zoso.(Hechos 8:26-40)Que sencillo fue todo. No haba all una iglesia, ni le llev a sta para que se bautizara. No haba un coro, ni instrumentos, ni programa. No haba nada!, y para mayor contradiccin con nuestros tiempos, Felipe no era un ministro, sino un simple dicono[17]. No hubo un cursillo de catecmenos, ni un reglamento que dogmatizara el tiempo para bautizarse, ni un manual de bautismos con una ceremonia complicada. Todo era natural, fcil, sencillo. All estaban los elementos necesarios para ejecutar el bautismo: La Palabra, el cielo, la tierra, el agua, un convertido predicando y un nuevo creyente que confesaba a Jess como su Seor. Y qu ms hace falta?Recuerdo una vez que viaj a predicar a una aldea de las montaas de Copn,. All haba una iglesia pastoreada por un humilde hermano de ese lugar. Estando realizando una campaa, el pastor me pregunt: Hermano, usted puede bautizar?Y le respond que s. Entonces me dijo:Hace 8 meses no viene el misionero, y tengo varios her-manos para el bautismo, podra hacerlo usted?y le dije que no haba problema, pero le pregunt:Por qu no los bautiza usted si es el pastor, y los gan para Cristo?Y mirndome fijamente como asustado me respondi: Es que no soy ministro ordenado, tan solo un predicador laico.Cun complicada hemos hecho las cosas, cuando en su origen todo era tan sencillo! Se que muchas normas se crearon para evitar abusos y desvirtuaciones, pero me luce que nos hemos ido tan lejos de la sencillez verdadera, que hemos cado en un extremo peligroso. Muchos han abusado del ejercicio de los sacramentos, y como freno para evitar falsos maestros y charlatanes, se han establecido pautas que controlen esta accin, pero a veces la dogmatizamos, y caemos en actitudes que chocan abiertamente con la Palabra de Dios.Era un lugar cualquiera de feso, aproximadamente en los aos 63 d.C. Se haban reunidos un centenar de cristianos de diferentes lugares de la ciudad para celebrar su asamblea semanal. Era una casona antigua, pero grande. Segn iban llegando, se colocaban de forma circular, hasta que se junto un gran nmero de hombres y mujeres de todo aspecto. Haban judos conversos, griegos y romanos pro-slitos, y algunos de las clases ms desposedas, incluso hombres importantes que llevaban a sus esclavos, y los cuales tenan en sus cuerpos los smbolos de la servidumbre. Sin embargo, todos estaban sentados juntos, formando una sola masa, y se alistaban para adorar al Seor. Uno de los ancianos comenz a orar en voz alta, cuando ste iba a terminar, todos comenzaron a clamar, y el lugar se llen de un murmullo que expresaba un tremendo fervor. Cuando termin la oracin congregacional, una hermana de la multitud comenz a cantar un salmo de David, algunos le acompaaron, otros seguan orando suavemente. Una vez concluido el salmo, uno de los presentes comenz a recitar unas palabras del Antiguo Testamento, y concluyendo ste, se escuch una exclamacin de jbilo, para dar paso a un mover maravilloso del Espritu Santo. Una hermana comen-z a hablar en lenguas, y otra le interpret. Despus un joven enton una oracin en forma de cntico espiritual, y algunos comenzaron a llorar, otros caan de rodillas, y una fragancia de alabanza inund el ambiente. As paso el tiempo, nadie ordenaba, nadie diriga, nadie mandaba, todo brotaba de forma espontnea, con naturalidad y sencillez en medio de la asamblea de los santos. Pero, dnde estaban los pastores o ancianos? Mezclados entre el pueblo, como uno ms entre la masa compacta. Despus de un tiempo de silencio, se levant un anciano de barba blanca, y comenz a proclamar el mensaje de Jesucristo. Al terminar, todos se abrazaron, se besaban con sculo santo, y se iban entre las sombras de la noche, para continuar en sus casas haciendo discpulos.Lo relatado es una visin propia hecha de los textos de Efesios 5:19:20, 1 Corintios 14:26, Romanos 12:10, 16:16, 2 Pedro 1:7, 1 Tesalonicenses 5:26.Estamos ahora en el siglo XXI, y vamos a celebrar una asamblea de la Iglesia. Un gran saln con un buen equipo de sonido, y en el plpito un grupo musical se alista para comenzar el culto. Uno de los msicos toma el micrfono y comienza:A ver cuantos trajeron sus manos, btanlas. Todos de pie, Salude al que est al lado. Cuantos tienen un grito de guerra. Vamos a cantar y a proclamar victoria etc.Y los msicos comienzan a entonar una cancin alegre, proclamando guerra, victoria, poder. Al terminar, todo el mundo grita, silban, y alguno emite un sonido inarticulado de entre la multitud. Se comienza otra cancin, y el que dirige ordena a todos batir las manos y as pasan 15 minutos. De pronto cambian el ritmo y comienzan a adorar, el ambiente se calma, un coro suave inunda la congregacin, y por otros 15 minutos se mantienen cantando coros de adoracin. Despus pasa un hermano con los anuncios, se recoge la ofrenda y viene algn especial. Despus el mensaje, acto seguido la invitacin, un coro alegre, y una que otra motivacin para buscar sanidad, bendicin, prosperidad, etc.. y se acab el culto. Los ministros salen por la puerta de atrs, los msicos a un cuarto especial, el pueblo se va corriendo a abordar su transporte, y en corto tiempo, el lugar qued desierto. Qu ocurrira en uno de nuestros cultos si se fuera la luz elctrica? Recuerdo que una vez estaba en un culto donde todo estaba bien organizado, de pronto se fue la luz, y todo se detuvo: guitarra, sintetizador, sonido, etc., slo qued la batera. La gente perdi la meloda de la msica, no saban que hacer. El que diriga interrumpi el cntico, y empez a animar a los hermanos y a pedirles que esperaran a que volviera la luz, para seguir cantando. Se que cuesta trabajo reconocerlo, pero dependemos tanto de las cosas, para adorar a Dios, que cuando faltan stas, se acab la adoracin. Saben por qu? Porque queremos hacer las cosas tan bien, que hemos perdido la sencillez en el culto. Recuerdo que en el ao 1976 celebrbamos en las Brigadas de Amor Cristiano[18]de Tegucigalpa unos cultos especiales. El grupo musical compuesto por tres jvenes guitarristas no se apareci esa noche, y el que diriga no saba que hacer. Fue all cuando comprend el dao tan grande que habamos hecho al depender de un instrumento para hacer un culto de adoracin, y como medida senadora, suprim por varios meses el uso de instrumentos, a fin de aprender a cantar por nosotros mismos, usando nuestra voz y nuestras manos solamente. Aprendimos a expresar al unso-no melodas que a veces se perdan por los sonidos de los instrumentos. Despus de un tiempo, cuando la iglesia se educ, restituimos otra vez los instrumentos, pero apren-dimos la leccin, el adorar y cantar no depende de los instrumento, sino del fervor y la gratitud del corazn. Existe un patrn bblico que establezca una nor-mativa de culto determinada? Tena la iglesia primitiva un grupo artstico que animara la alabanza con danzas y movi-miento? Tenan instrumentos en los cultos, como parte vital de la adoracin? Se imaginan a Pablo dando una campaa y cargando con un grupo musical? Los primitivos cristianos no tenan estos recursos, por lo tanto, no se hicieron esclavos de estos instrumentos. Muchos historiadores y estudiosos de la liturgia cris-tiana consideran que en la medida que el culto se centraliz en un edificio, las formas se convirtieron en liturgias y len-tamente se perdi la sencillez:El uso de casas para culto era comn, pero a partir del III siglo en adelante, los cristianos comenzaron a edificar iglesias para sus cultos[19]Y cuando se construyeron esos edificios llamados iglesia?: La religin se convirti en una ceremonia externa sin relacin alguna con el carcter y la vida. Al seguir esta orientacin, la gente no tena hambre por la Palabra y la iglesia no tena un mensaje que entregar; el sermn se consider una parte sin importancia en el culto y muchas veces fue eliminado por completo. La adoracin lleg a ser un imponente ritual dramtico y simblico[20].No quiero que piensen que estoy en contra de estas cosas. Las acepto como elemento complementario en el esfuerzo evangelstico, pero lo que quiero afianzar es que en el culto a Dios lo que cuenta es la sencillez en la adoracin, y no el profesionalismo y la tecnologa como medio de manipulacin[21]. Hemos hecho una asamblea de tteres a travs del que dirige, y anulamos la libre expresin del pueblo:Levanta la mano, di esto, di lo otro, dile al que esta al lado estoy contento, aplaude, grita, salta, danza etc.No parecemos ovejas que siguen a un pastor para comer pastos verdes, sino a un puado de borregos manipulados dentro de un establo. Qu hemos ganado con estos mtodos? Ser igual a un teatro, atraer ms a los que tales cosas les gusta. Edificar una iglesia que funciona ms por atractivos humanos, que por conviccin espiritual. Qu hemos perdido? La espon-taneidad del pueblo, la libertad de expresin, la sencillez en el orar, cantar, hablar, compartir, recibir profecas, la posibilidad de que el Espritu hable, la capacitacin del desarrollo propio para una adoracin plena y personal, etc. La anulacin en la participacin del pueblo al culto queda limitado a una lite selecta de msicos, cantantes y minis-tros que lo hacen todo, y esto es el error ms grave que se est cometiendo en nuestras estructuras eclesiales. Lo te-rrible es que mezclamos los ritmos mundanos, con el cual la gente rinde culto a la carne, moviendo el esqueleto, para traer delante del altar de Dios un fuego extrao como frmula de adoracin. Adems,a Dios le desagradan todos los actos de adoracin que sean simples formulismos, sin relacin alguna con la vida moral[22]. Considero que estamos llegando a un punto de desvirtuacin cristiana en el culto, que temo que lleguemos a hacer del mismo una rplica de los esquemas existentes en las discotecas o centro de espectculos del mundo. David Wilkerson escribe al respecto Hoy da el diablo no tiene necesidad de seducir, arengar ni escribir cartas a personas as. Es porque ya domina a esa parte de la iglesia! En efecto, ha colocado en los plpitos a sus propios ngeles de luz. Les ha entregado una religin tibia, mezclada: una dosis suficiente de tradicin, combinada con una gran cantidad de maldad[23].Las influencias de las nuevas corrientes musicales tales como el rock, rap, salsa, rumba etc. han convertido el culto en una rplica del estilo mundano, ignorando aquel texto que dice:No amis al mundo, ni las cosas que estn en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no esta en l1 Juan 2:15Y David Wilkerson lamenta que hayan Pastores y evan-gelistas que se sienten hroes, que gastan millones de dlares en sueos egostas o en empresas para su ego, han dejado a millones de ovejas golpeadas, confundidas y hundidas[24] llevndoles a una falsa adoracin con elementos extraos dentro de su contenido.Volvamos a la sencillez del culto. Retornemos a una evangelizacin genuina, y no hagamos de ella un espec-tculo en torno a un individuo. Practiquemos una adoracin de calidad, pero con sinceridad y sin manipulacin. No confundamos cantar con adorar. La adoracin es un todo, el cantar una parte[25]. Usemos los recursos tecnolgicos y musi-cales que tengamos, pero no nos hagamos esclavos de ellos. No permitamos que el profesionalismo convierta la iglesia en un teatro, y anule la espontaneidad y naturalidad expre-siva de la vida cristiana. No dejemos que los esquemas de ritmos mundanos, muchas veces de origen satnicos y se-xuales, nos inunden en la alabanza. Sepamos distinguir entre lo que es del Espritu Santo, y viene de arriba, de lo que es de la carne y vienen del mundo. No permitamos que el emocionalismo carnal nos lleve a una bendicin electr-nica, rtmica o pasional y tratemos que nuestra vida de culto sea profundamente espontnea. Recordemos quela libertad espiritual, la sencillez de la adoracin pentecostal, ha caracterizado a la iglesia desde su inicios. La gente es atrada y retenida por la libertad gozosa en el ministerio de la Palabra y los testimonios felices sobre la gracia sal-vadora, los cuales pueden asegurar por s mismo que el movimiento se mantendr como fuerza espiritual[26], pese a las tormentas de los tiempos. Razonemos todo lo expuesto, y busquemos ese culto sencillo, en el cual es el Espritu es el que obra, y no los hombres, son con su metodologa psicolgicas y persua-sivas. Es necesario que hagamos todas las cosas como dice la Palabra: Se haga todo decentemente y con orden(1 Corintios 14:40).Entendiendo por orden una disciplina, y pordecenciauna accin sincera y honesta, que nazca del corazn, y no de la imposicin o el deseo de protagonismo. El Seor nos ayude.CAPITULO 4 -LA SENCILLEZ PERSONALCuando hablamos de sencillez personal nos re-ferimos a una serie de actitudes o virtudes relacionadas con la forma de actuar siendo natural, espontneo o ingenuo. Pero no es ser ingenuo en el sentido de tonto o igno-rante, sino de crdulo y no malicioso en las relaciones personales. Quizs algunos digan; si acto as, podr ser vctima de engao? No necesariamente, porque uno puede confiar en las personas a sabiendas de que se corre un ries-go, pero en mi actuacin tendr prudencia, sin mostrar rechazo o desconfianza. Jess hizo una comparacin muy singular. Toma el modelo de conducta de un nio, para indicar lo que debera de ser nuestra actitud cristiana:ess llam a un nio, lo puso en medio de ellos y dijo: De cierto os digo que si no os volvis y os hacis como los nios, jams entrarisenel reino de los cielos. As que, cualquiera que se humille[27]como este nio, se es el ms importante en el reino de los cielos.(Mateo 18:2.4). Qu quiere decir ser como nios? Es ser crdulo, sincero, no usar siempre la lgica, actuar sin temor y naturalidad, no mirar la apariencia, no tener arrogancia. En el sentido del texto, Jess se refiere a actuar de forma natural, no se refiere a ser inexperto en la palabra, como dice Hebreos 5:13, ni tampoco a ser inestable (Efesios 4:14), o inmaduro (1 Co-rintios 13:11), pues en el contexto vemos que se hace alusin al comportamiento del discpulo en relacin a su sencillez, ya que usa la palabra humillar. Cmo podremos aprender a ser sencillos? Mirando la conducta del nio en su forma de actuar, pero enten-demos esto? Una vez el gran cientfico Alberto Einstein[28]visit la ciudad de New York para dar unas conferencias sobre la ley de la relatividad. En el aeropuerto haba una comisin de recepcin compuesta por polticos, cientficos y decanos de universidades norteamericanas, que acudieron para darle una gran bienvenida. Al llegar el Dr. Alberto, re-cibi los honores protocolares, y despus lo encaminaron a un lujoso vehculo que lo esperaba. De pronto, y mientras cruzaba el saln del aeropuerto, el cientfico vio un nio ju-gando con unos cochesitos sentado en el suelo, y se le acerc, y sentndose junto a l, comenzando a jugar con el nio, sus colegas le miraron asombrado. Despus se levant, y acercndose a sus anfitriones les dijo:Es bueno a veces ser como un nio.Cuando nos hacemos adultos, nos convertimos en hostiles, nos volvemos superiores, desconfiando, depen-diendo demasiado en nuestra propia suficiencia. Creamos barreras de clases, y nos formamos prejuicios. Cuando so-mos adultos, comenzamos a medirlo todo con el parmetro de la lgica. Una vez que alcanzamos una posicin elevada, difcilmente estamos dispuestos a descender, y si esto ocurre, nos sentimos humillados, vejados o frustrados.La historia del hombre es la lucha continua por buscar una superioridad sobre lo externo. Primero quiso ser como Dios, despus tuvo envidia de su hermano, por ltimo, edific una torre de sabidura carnal[29], para establecer un gobierno humano, y por ltimo, se entreg a toda clase de concupiscencia, para satisfacer sus apetitos carnales. Lo mismo ocurri con la iglesia cristiana. En los primeros 300 aos de historia fue una iglesia sencilla, sin castas ni jerarquas prepotentes. Se aceptaba la autoridad con humildad, y se ejerca con paternidad espiritual. Los an-cianos, pastores u obispos eran parte del pueblo, y no tenan hbitos o vestimentas[30]que los diferenciaran de los dems. Segn los escritores de la poca, los ministerios y los feli-greses eran todos iguales, incluso, los pastores o ancianos de la iglesia reciban la misma ayuda econmica que se le daba a los pobres o viudas, de ellos escribe David W. Bercot:Para servir como anciano u obispo en la iglesia primitiva, un hombre tena que estar dispuesto a dejarlo todo por Cristo. Lo primero que dejaban eran sus posesiones materiales. Dejaban su empleo y el salario con que sostenan a su familia. Y no lo deja-ban para luego recibir un buen salario de la congregacin. De ninguna manera. Slo los herejes pagaban un salario a sus obis-pos y ancianos. En la iglesia primitiva los ancianos reciban lo mismo que reciban las viudas y los hurfanos. Usualmente, reci-ban las cosas necesarias para la vida, y muy poco ms[31]. Pero deseamos ser ms especficos en la realidad de la conducta personal del cristiano, mxime del ministro, y es por ello que debemos reflejar una sencillez manifestada en diferentes aspectos de nuestra conducta:SENCILLEZ ES SER MODESTO EN EL VIVIRSe cataloga modesta a aquellas personas que pu-diendo ser ms, se hacen menos o igual. Es el que teniendo bienes materiales en abundancia, o siendo rico, vive de forma austera, o aquel que sabiendo mucho, se calla, y no muestra sus conocimientos, o revela sus ttulos, a menos que esto sea requerido. Sin embargo, el espritu de modestia se ha perdido como consecuencia de la contina exaltacin al hombre, a travs de una serie de actitudes prefabricadas. Se han impuesto conceptos (muy populares entre los cris-tianos) que establecen la importancia de reconocer nuestras virtudes, y alimentar nuestra autoestima[32]. El nfasis a la autoestima ha desarrollado toda una serie de dinmica de conducta, donde los aplausos, ttulos, nfasis a la exce-lencia, vanagloria, etc., estn de moda, anulando la mo-destia, y dando lugar a la prepotencia y jactancia. Algunos se han atrevido a afirmar pblicamente que:el Seor me usa poderosamente, soy excelente, y todo lo que pido reci-bo, y lo que pienso, se hace realidad[33]. Algunos compran ttulos de doctorado sin estudiar, y colocan antes de su nombre todos estos ttulos fraudulentos, para que se les reconozca como personas importantes. Todas estas co-rrientes entran en franca contradiccin con la Palabra de Dios, la cual dice:Fiel es esta palabra y digna de toda aceptacin: que Cristo Jess vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.(1 Timoteo 1:15). Mientras se enfatiza la exaltacin de lo que hace-mos, Pablo enfatiza su realidad como pecador arrepentido, para no gloriarse en su vida prctica. Se dice que la mejor manera de no repetir un error es tenerlo siempre presente. As se desarrolla la dinmica de los Alcohlicos An-nimos. Hay que recordar el problema, para no caer vctima de nuestra propia confianza. Jess repudi la caracterstica de exaltacin humana que exista en su poca, y que atentaba contra la modestia. En varias ocasiones se refiri a los Fariseos como expo-nentes de la exaltacin. En Lucas 18:9-14 encontramos una clara alusin a esta realidad:Dijo tambin esta parbola a unos que confiaban en s mismos como que eran justos y menospreciaban a los dems: Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; y el otro, publicano. El fariseo, de pie,oraba consigo mismode esta manera: Dios, te doy gracias que no soy como los dems hombres: ladrones, injustos, adlteros, ni an como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo. Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no quera ni alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo:Dios, s propicio a m, que soy pecador. Os digo que ste descendi a casa justificado en lugar del primero. Porque cualquiera que se enaltece ser humillado, y el que se humilla ser enaltecido.(Lucas 18). La actitud definida como farisaica era de jactancia[34]. Si observan el verso once, vern que oraba consigo mismo, mientras que el publicano, en vez de autoestimarse, se con-sideraba indigno de alzar sus ojos al cielo, alcanzando mise-ricordia de Dios. Cunto ms indignos nos sentimos, ms dignos nos hacemos delante de los hombres. La mejor manera de no pecar, y ser santo, es reconocer nuestras debilidades y proclamar la santidad de Dios en nosotros. La modestia nos lleva a una vida normal, y es la mejor vacuna contra la vanagloria humana.SENCILLEZ ES SER HUMILDE EN LA ACTITUD.La humildad va ms all de la modestia. Es una actitud que regula el comportamiento social, considerando a los dems como superiores, y aunque ste principio choque con los conceptos de autoestima, enseados en seminarios cristianos, pues es claramente enseado en la Palabra:Pero entre vosotros no ser as. Ms bien, el que entre vosotros sea el importante, sea como el ms nuevo;y el que es dirigente, como el que sirve. Porque, cul es el ms importante: el que se sienta a la mesa, o el que sirve?No es el que se sienta a la mesa?Sin embargo, yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.(Lucas 22:26-27, Mateo 20:26-27). Esta actitud de humildad se manifiesta mediante un proceso de humillacin, y negacin, por medio de la cual nos hace aptos para someter nuestro ego altivo a una servidumbre espiritual:Ms bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, despus de haber predicadoaotros, yo mismo venga a ser descalificado.(1 Corintios 9:27).Poner mi cuerpo en disciplina no significa flagelarlo, o mal-tratarlo, como se crea antiguamente, pues el mismo es tem-plo del Espritu Santo, y debemos cuidarlo, pero a su vez, hay que doblegarlo y someterlo a la obediencia, por eso aade:y lo hago obedecer, sojuzgando su orgullo al Seo-ro de Cristo. Toda esta accin conlleva una actitud de hu-mildad y sujecin lgica[35]. En Romanos 12:16 se ordena: Tened un mismo sentir los unos por los otros, no siendo altivos, sino acomodndoos a los humildes.No seis sabios en vuestra propia opinin.Y en Filipenses 2:3 Pablo define esta realidad diciendo:No hagis nada por rivalidad ni por vanagloria,sino estimad humildemente a los demscomo superiores a vosotros mismos; . Estas claras enseanzas son contraras a la proclama del xito y la exaltacin humana proclamada por los predi-cadores actuales. Dave Hunt escribe al respecto:El nombre del juego, actualmente, es el xito, no solo afuera, en el mundo, como tambin en la iglesiaEl xito y la autoestima han venido a ser tan importante en la iglesia que parece eclipsar todo lo dems[36].Por lo que la humildad ha desaparecido, y en su lu-gar se ha entronizado la soberbia. Y es que a caso no escu-chamos a predicadores decir en sus mensajes ideas tales como:Yo tengo la iglesia ms grande. Soy el predicador ms popular usado en Amrica. El Seor me ha revelado cosas que nadie sabe. Tengo una uncin especial del Espritu?[37].Mientras algunos predicadores se consideran los ms cotizados de Amrica[38], los grandes hombres de Dios en la Biblia se exaltan en sus sufrimientos (Hebreos 11:21, 2 Timoteo 3:12). La humildad debe ser proclamada, y no en-vuelve ni autoestima, ni menosestima, simple y llanamente me hago pequeo, aunque sea grande, para que Cristo Jess crezca en mi vida.SENCILLEZ ES SER ACCESIBLE EN LA RELACIN.Cuando perdemos la sencillez, tenemos un concepto muy elevado de nosotros mismos, y comenzamos a aislarnos de las personas, al considerarlos inferiores. Se ensea, incluso en algunas escuelas misioneras, que se debe man-tener la distancia de los nativos, o por ser populares y famosos, debemos conservar la distancia y la imagen ministerial delante de los feligreses. Los conceptos ejecu-tivos de las empresas mercantiles se han infiltrado en la iglesia, por lo que al espritu jerrquico ya existente, se le ha sumando el concepto empresarial de oficina, secretaria, fa-ma y eminencia, que convierte a los siervos en Seores, cometiendo el grave error de aislarse del pueblo[39].En el ao 1979 conoc en Miami a un hermano humilde, con gran deseo de servicio. En varias ocasiones comimos y platicamos junto al Pastor Adib Eden, a cuya iglesia perteneca. Pasaron los aos, y en el 1994 supe que tena una gran iglesia, y Dios le haba bendecido en su ministerio, por lo que le llam por telfono. Primero me sali su secretaria, despus de un interrogatorio (igual al que hace la polica) me pas con su asistente, ste de nuevo me interrog, y despus, me dijo:l le devolver la llamada porque esta ocupado.Su llamada jams lleg, pero un da en una reunin de pastores se apareci, me le acerqu a saludarlo, y framente me saludo, siguiendo con su comitiva que le llevaba el maletn. Entonces comprend que la fama, prosperidad y excelencia afectan la memoria y matan la sencillez. Una vez me visit una hermana para pedirme con-sejo sobre su problema. Ella era de otra iglesia, por lo que despus de escucharla, le pregunt; por qu no ha ido a su pastor para compartirle el problema? Y me contest: Es que es un hombre muy ocupado y difcil de ver, pues hay que pedirle audiencia. Cmo se puede pastorear sin estar en medio del rebao? La soberbia espiritual nos conduce a actitudes similares a las del mundo, pero qu diferentes eran los cristianos de la iglesia primitiva!Ya sabes que se apartaron de m todos los de Asia,(En vez de apartarse l, los hermanos lo rechazaron, quizs por su predicacin)entre ellos Figelo y Hermgenes.El Seor conceda misericordia a la casa de Onesforo,porque muchas veces me reanim y no se avergonz de mis cadenas(Evidencia el sufrimiento por predicar, cmo encaja esto en una poca de exaltacin ministerial de xito). Ms bien, cuando estuvo en Roma, me busc solcitamente y me hall,(Era una persona accesible)[40].(2 Timoteo 1:15,16).Los apstoles, vivan como Jess, en medio de la multitud. Los predicadores de hoy hasta cargan guardaes-paldas, y al disear sus templos, establecen un lugar aparte, en alto, con puertas de salida que les lleven directo a su oficina, evitando el contacto con el rebao. Ser este el espritu de Cristo.SENCILLEZ ES SER NATURAL EN EL HABLAR.Los cristianos de la iglesia primitiva seguan la dinmica sencilla de la predicacin de Jess, el cual en-seaba usando un vocabulario popular, a grado tal, que muchos intelectuales de su poca no entendan lo que ste deca. Noten el asombro de Nicodemo cuando Jess le dijo:-De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.(Juan 3:3). Por lo que ste pregunt:Cmo puede nacer un hombre si ya es viejo? Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?(Juan 3:4). El sabio religioso, experto en leyes y antiguo tes-tamento, qued perdido, porque su intelecto no le permita razonar las cosas naturales. Hay una tendencia a inte-lectualizar el evangelio, o lo que sera peor, introducir den-tro del mensaje evanglico, teoras, fbulas y terminologas humanas. Hay personas que no slo usan un lenguaje muy elevado, (muchos tienen, como se dice vulgarmente, un pi-quito de oro), o un poder persuasivo y de retrica, sino que algunos, apelando a tcnicas de elocuencia fingida, con-vinadas con arte dramtico, montan sermones que ms pare-cen un drama que una predicacin. Muecas, lgrimas de cocodrilo, exageraciones premeditadas etc., hacen de los plpitos, escenario de escarnios y vergenza. Debemos seguir el ejemplo de Jess y de los santos apstoles. Ellos hablaban claro, sencillo y preciso. Seguan los patrones del Maestro, usar las cosas naturales, para mos-trar las espirituales. Se cuidaban de las influencias mun-danas en las expresiones. Cuidado en perder la sencillez al decir la verdad de Dios. Sigamos los consejos Bblicos:Algunos de ellos, habindose desviado,se apartaron en pos devanas palabreras,(1 Timoteo 1:6). Y las recomendaciones de Jess:Y al orar, no usis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que sern odospor su palabrera.(Mateo 6:7). El mensaje debe ser natural, entrando al corazn de la gente. Para lograrlo debemos descender a su nivel, y hablar en su idioma popular: Me he hecho dbil a los dbiles, para ganar a los dbiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a alguno, y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartcipe de l(1 Corintios 9:22-23) Es necesario dejar que ellos tambin se expresen, y viendo su necesidad, ministrarles palabra de sabidura, pero proce-dente del Espritu, y no del mundo:Sin embargo, hablamos sabidura entre los que han alcanzado madurez; pero una sabidura, no de esta edad presente, ni de los prncipes de esta edad, que perecen.(1 Corintios 2:6). Cuanto ms sencillos seamos en nuestras palabras, ms cerca estaremos del corazn de las personas.CAPITULO 5 -POR QU SE PERDI LA SENCILLEZ?No podemos negar que en el cristianismo de hoy se tiende a todo, menos a la sencillez. Pero Cmo hemos podido evolucionar tan negativamente? Por qu no apren-demos de las experiencias pasadas? La historia es un fen-meno repetitivo, al menor descuido, se cuelan las zorras pequeas que echan a perder la via(Cantares 2:15) porque :un poco de levadura, leuda toda la masa (1 Corintios 5:6, Glatas 5:9). El Pueblo de Israel padeci el problema que hoy padece la Iglesia, perdieron la sencillez, y cayeron en el pecado de la soberbia, que les llev a la idolatra, pues queran imitar los esquemas de los pueblos paganos que le rodeaban (el mundo). Vemos como, de forma continua, re-caan en el mismo pecado, y en varios versculos del libro de los Jueces aparece la expresin:Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehovsirvieron a los Baales.(Jueces 2:11, 3:7,12 4:1, 6:1, 10:6, 13:1,) El error que mat la sencillez de Israel es el mismo que padecemos hoy, el tratar de introducir conceptos y principios seculares en la vida espiritual. La filosofa, psico-loga, tica y ciencia estn saturadas de las influencias diablicas del pensamiento de la Nueva Era, la cual proclama una serie de mentiras hechas verdad en la sociedad actual, tales como:Somos dioses, nuestro poder es infinitoSe desarrolla una antropologa en la cual los hom-bres son el centro, dndoseles poderes inmensos. Al res-pecto afirma el escritor espaol Dr. Csar Manzanares, el cual desenmascara a la Nueva Era; El ser humano est dotado de unos poderes (que desconoce) que lo convierten realmente en Dios. Precisamente por ello, la Nueva Era tiene un especial inters en la potenciacin y apoyo de ese tipo de poderes. Se trata de desplazar a Dios a un segundo plano, para colocar al hombre como un dios, y parece que esta influencia est calando en muchos crculos evanglicos, pues las nuevas corrientes de la prosperidad enfatizan esta idea, elevando al hombre a la deidad, y degrado a Dios a la servidumbre humana[41]. Cuando penetramos en el fondo de esta deificacin humana, mediante la teologa de los pequeos dioce-citos[42]nos introducimos a la influencia gnstica, de origen filosfico, que ha minado tremendamente muchos prin-cipios bblicos y convirtiendo a Dios en un vasallo del capricho humano.Somos reyes y debemos vivir como talesEste principio es proclamado por la gran mayora de los predicadores de la Teologa de la prosperidad, prin-cipalmente Kenneth Copeland. Tambin podemos descubrir que David (antes Paul) Yonggi Cho escribi un libro en el cual prevalece esta idea ms all de una superacin normal, y ensea que debemos demandarle a Dios las riquezas de este mundo[43], claro, debemos considerar su educacin e influencia oriental en su forma de plantearse el cristianismo, y no necesariamente como parte de la Nueva Era., aunque en la cultura oriental existen elementos explotados por esta corriente dentro de los pases occidentales.Somos excelentes, debemos por lo tanto buscar el xito y la riquezaEsta es una de las ideas que ms se ha infiltrado en los predicadores actuales. Estos conceptos proceden de la filosofa griega, la cual deificaba al hombre. Su difusin actual se debe al escritor secular, y con influencia diablica, Napolen Hill. Su libroPIENSA Y ENRIQUZCASE (Think and Grow Rich), ha impactado en muchos crculos evanglicos, a tal grado que algunos escritores religiosos lo citan. Tambin tenemos a Og Mandino, y otros muchos que son absorbidos por estas corrientes sincrticas. Esta influen-cia ha inundado a las grandes transnacionales, que han for-mado seminarios de excelencia y rendimiento, para aumen-tar la produccin, y esto se ha infiltrado dentro de la iglesia, matando la sencillez y dando origen a la ambicin, mez-clada con falsas apariencias e hipocresa[44].Nuestra meta: xito y poderSe basa en las enseanzas que en forma de semi-narios han desarrollado los seguidores de Napolen Hill, al proclamar el Secreto Supremo, y con ello toda una dinmica denominadaAMP(ActitudMentalPositiva), lo cual ha creado la ciencia del xito, introducida como dinmica de la mercadotecnia, y aplicada a los cursos de Dale Carnegie, afianza las tcnicas de relaciones personales, pero no deja de contener influencias de este tipo[45], y aunque pueden ser positivas en el campo mercantil, dentro de la iglesia nos lleva a graves errores.Debemos potenciar el poder infinito de la menteOtras ideas propagadas por la Nueva Era, y pro-cedente de corrientes orientales, como el Yoga Hind, el Zem japons y el Tai Chi chino han entrado encubierta-mente en la iglesia cristiana. De ah se desprende una serie de actitudes por medio de las cuales la mente humana puede hacer cosas insospechables, incluso manipular a Dios para hacerlo un esclavo del capricho humano, obligndolo a actuar segn lo que nuestra fe determine, por lo que la fe no descansa en Dios, si no en nuestro poder mental. De ello escribe Dave Hunt y T. A. McMahon:Este poder de la creencia (mental) capacita a los que han sido iniciados (hablando de la AMP) en sus secretos aordenar a las fuerzas para que obedezcan sus pensamientos. Si cualquiera puede hacer que suceda un milagro entonces no es un milagro genuino de Dios, sino hechicera, y el hombre est ahora jugando a ser Dios[46].Este principio lleva a muchos a negar el dolor, a buscar viajes astrales (fuera del cuerpo), a buscar contacto extraterrestre, a desarrollar el poder de la telepata, la visualizacin de las cosas, etc. Todas estas tendencias tien-den a fortalecer los nuevos principios del psquico, que es un espiritismo solapado que se ha infiltrado con las supuestas modernas tecnologas. Si la mente es tan poderosa para hacer milagros y cambiar la realidad de las cosas para qu necesitamos a un Dios, si a la largo yo soy un dios? Podemos conquistar y atar al diabloUna influencia moderna a las creencias relacionadas con el poder del maligno, y la cual se est imponiendo a nivel mundial, es el nfasis exagerado que se le da al poder satnico, hasta el punto que a veces parece tener ms poder que el mismo Dios. Los maestros de esta corriente llamada Guerra Espiritual establecen el criterios de un poder abso-luto del diablo sobre el hombre a travs de la conquista del territorio, sobrepasando la realidad del cumplimiento proftico, para conferirle a los cristianos un poder ilimitado, del cual el mismo Cristo y los apstoles no gozaron, ya que ellos fueron tentados y atacados por Satans. La Biblia afirma que debemos resistir al diablo para que por medio de nuestra firmeza, y no por simples conjuros, huya de no-sotros (Santiago 4:7, 1 Pedro 5:8-9), pues el poder del mal ser destruido despus del milenio (Apocalipsis 20). Tam-bin nos ensea que aunque todo mal tiene su origen en el pecado y la desobediencia, Dios puede usar las pruebas para glorificarse en nosotros[47]. Desde pocas antiguas los cristianos aceptaron la lucha contra el mal como algo real, para lo cual hay que estar preparado, sin la fantasa de ser super hombres o poseer el conjuro perfecto (idea del ocultismo), sabiendo que sta es la nica forma de liberar al hombre del poder del mal, y no el desalojarlo del planeta, barrio o ciudad. Las fuerzas del diablo, y sus demonios, son reales, as lo define Tertuliano (145 al 218 d.C.) en su libro Apologtica cuando escribi;Todo los poetas admiten la existencia de los demonios, y hasta el vulgo ignorante recurre a ellos en sus continuas imprecaciones[48]; pues invoca a Satans, prncipe de los espritus malos, como expresin ntima de la conciencia en su juramento. Platn no niega la existencia de los ngeles, y los magos persas afirman que hay dos clases de espritus: ngeles y demonios[49].Esta realidad, es tan antigua como la misma iglesia, y no puede ser subestimada, ni sobrevalorada, pues la labor del cristianos es redimir al hombre de este mal, y esperar la redencin mediante el poder final del Seor Jess sobre Satans. Hay un serio peligro en sobre enfatizar el mal en su forma social, en vez de luchar contra l a travs de la salvacin del perdido.La prosperidad es bendicin,la pobreza maldicinTal afirmacin es una tremendaABERRACIN Y HEREJA, sin embargo, es el lado fuerte del evangelio de la oferta y prosperidad. Cuando el Diablo trat de seducir a Jess qu le ofreci? Su oferta atractiva para que le adorar era la riqueza y el poder:Otra vez el Diablo le llev a un monte muy alto, y le mostr todos los reinos del mundo y su gloria. Y le dijo: Todo esto te dar, si postrado me adoras.Entonces Jess le dijo:Vete, Satans, porque escrito est:Al Seor tu Dios adorars y a l solo servirs.(Mateo 4:8-10). El aceptar estA creencia nos llevara a determinar que todos los discpulos, incluyendo al mismo Jess, fueron vctimas de una maldicin. Pero las evidencias bblicas no aceptan, ni aprueban esta realidad de la prosperidad, al contrario, la previene como un serio peligro para la vida de los cris-tianos[50]. Sin embargo la pobreza era una virtud que for-taleca la sencillez en los cristianos primitivos.Los milagros son imprescindibles.Esto determina que la bsqueda de experiencias extrasensoriales o fantsticas es el mvil por el cual muchos buscan a Jess, crendose un evangelio en que su fuerte son las seales y milagros. Es un grave peligro buscar a Cristo por inters, a travs de un evangelio de oferta. Jess rechaz el hecho de ceder a los deseos populares de buscar seales y milagros:Entonces le dijeron: Qu seal, pues, haces t, para que veamos y creamos en ti? Qu obra haces?Nuestros padres comieron el man en el desierto,como est escrito: Pan del cielo les dio a comer.Por tanto Jess les dijo: De cierto, de cierto os digo que no os ha dado Moiss el pan del cielo,sino mi Padre os da el verdadero pan del cielo.Porque el pan de Dios es aquelque desciende del cielo y da vida al mundo.(Juan 6:30-33).El respondi y les dijo: Una generacin malvada y adltera demanda seal, pero no le ser dada ninguna seal,sino la seal del profeta Jons.(Mateo 12:39). Los milagros operan por el Espritu, para persuadir a los incrdulos, pero no para satisfacer el gusto, placer o caprichos de los que conociendo la verdad, buscan a travs de ella sensaciones, y no convicciones. Los milagros prece-den a un avivamiento, pero no era la frmula comn de actuar de Jess, y sus milagros tampoco fueron un medio de propaganda para hacer adeptos. Acaso sus discpulos fue-ron atrados por un milagro, o por un llamamiento directo y personal? Todas estas influencias tratan de destruir la realidad de la sencillez del cristianismo, para forjar una religin de apariencia y no de realidades. Analizando lo expuesto, podemos establecer la conclusin de que los enemigos de la sencillez y humildad cristiana son:EL DESEO DE RIQUEZA Y BIENESTAR:El cual aparta al hombre de su realidad humilde para llevarle a sentirse con poder, por medio del dinero. Se dice que el que tiene el dinero, tiene el poder. Si estudiamos la sociologa del comportamiento humano, de acuerdo a sus riquezas, descubriremos la realidad de lo que Jess ense: Que la riqueza, hace al hombre esclavo de los bienes. Que el bienestar excesivo mata el espritu de lucha por alcanzar algo. Y para qu alcanzarlo, si ya lo tenemos todo? Esto nos lleva a vivir sin esperanza, ilusin o deseo de luchar por algo. Aparece la frustracin, depresin, ociosidad y se agiganta el vaco interior. Observemos a los pases ms ricos, y veamos el ndice de suicidios entre los que han alcanzado la felicidad material, de la llamada sociedad del bienestar[51]. Donde es que est en crisis el cristianismo? Puede la acumulacin de bienes materiales satisfacer las necesidades espirituales del ser humano?[52].LA BSQUEDA DEL CONOCIMIENTO:Se ha dicho que un pueblo culto es un pueblo sabio, pero, de qu sirve esta sabidura humana, si perdemos la sensibilidad, creamos la intelectualidad, y caemos en la deshumanizacin? Hay que diferenciar cultura de educa-cin. En mis viajes por Amrica descubr que la gente llamada humilde, (porque no tienen preparacin acad-mica,) son ms respetuosas y amables con sus semejantes que aquellos que detentan ttulos y doctorados. Cuando viv en las selvas de Guatemala, Per, Honduras y Nicaragua, encontr a indgenas y campesinos que tenan un concepto del respeto entre padre e hijos que no lo encuentro en las ciudades y personas con una gran preparacin acad-mica. Los hijos honran a sus padres, piden la bendicin, y son sujetos al orden familiar establecido, por ms emprico que ste sea. Mientras que los educados en universidades son irreverentes, ingratos con sus padres, infatuados, y mal hablados. Salomn dijo una vez que:Adems de esto, hijo mo, queda advertido:El hacer muchos libros es algo sin fin,y el mucho estudio fatiga el cuerpo.(Eclesiasts 12:12). La desgracia del intelectualismo es que cuanto ms sabemos, ms nos creemos, y nos deshumanizamos, porque el mucho conocimiento envanece.LAS INFLUENCIAS DE UNA FALSA RELIGIOSIDAD:Muchos asocian la salud y prosperidad como indi-cio de fidelidad a Dios. Hemos pasado de un misticismo arcaico, a un materialismo desbocado. La vida cristiana debe ser equilibrada, debemos plantearnos un cristianismo cuyo motor generador del vivir sea el asumir la humildad y pobreza, como caracterstica de vida. Cuando hablo de pobreza, no me refiero a un voto de miseria, como se hace en algunas rdenes de monjes cat-licos. (La pobreza no es la renunciacin al tener, o el ser pobre materialmente, sino a una actitud de humildad en el tener, a la actitud de renunciacin, si fuera necesario, al bienestar para servir.) Es, no darle a los bienes materiales la supremaca sobre las dems verdades proclamadas por la Palabra. Es compartir, usar los recursos materiales con coherencia. Es no sobrepasar los lmites del bienestar para caer en la ostentosidad, aunque pueda hacerlo, o apoyarme en lo que tengo para ser ms. Es entender la religiosidad como una expresin de fe, pero de una fe que est dispuesta a todo, incluso a sufrir y padecer comobuen soldado de Jesucristo (2 Tim 2:3).Contentarnos en cualquier situacin que nos toque vivir, como dijo el apstol Pablo:No lo digo porque tenga escasez,pues he aprendido a contentarme con lo que tengo.S vivir en la pobreza, y s vivir en la abundancia.En todo lugar y en todas las circunstancias, he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad.Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!(Filipenses 4:11-13). Ser religioso no es renunciar a tener (hacer un voto de pobreza), o tener para ser[53](concepto de la prosperidad), sino aceptar el designio divino con confianza sabiendo que:Mi Redentor vive, y que al final se levantar sobre el polvo.Y despus que hayan deshecho esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios, a quien yo mismo he de ver!Lo vern mis ojos, y no los de otro.Mi corazn se consume dentro de m.:(Job 19:25-27).CAPITULO 6 -UN EDIFICIO LLAMADO IGLESIAEn el ao 1975 particip, con los discpulos que tena en Honduras, en un congreso pastoral de renovacin espiritual, en San Jos, Costa Rica. En el encuentro el orador principal era el pastor argentino Jorge Himitian. ste expuso varios temas sobre la Iglesia en los tiempos de avivamiento. En una de sus exposiciones, en un hermoso edificio de una iglesia tradicional, el hermano Himitian expres: Nosotros somos la iglesia, el cuerpo de Cristo aqu en la tierra, y es una aberracin llamarle a este edificio iglesia, principalmente cuando ustedes se van del mismo.Estas pala-bras ofendieron tremendamente al pastor anfitrin, y surgi un gran revuelo, porque algunos consideraron erradas las palabras de Himitian, pero: Y no es esta una verdad teo-lgica?. Qu es la Iglesia? Por lo general, (aunque sea teri-camente,) todos las denominaciones, incluso los Catlicos Romanos, tienen el mismo concepto teolgico: Son los creyentes, el pueblo de Dios. La Iglesia surge de la fe y la unidad de dos o tres reunidos en torno a Jess. En el nuevo catecismo de la iglesia Catlica Romana se define as:La Iglesia es una debido a su alma: El Espritu Santo que habita en los creyentes y gobierna a toda la iglesia, realiza esa admirable comunin de fieles y une a todos en Cristo tan ntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia[54].Esta presencia de Cristo en los nacidos de nuevo forma un pueblo, llamado por el mismo catecismo catlico pueblo de Dios, y definido por la teologa evanglica como la congregacin de los santos. El trmino Iglesia, del griegoECCLESIA,esta-blece el sentido de una asamblea de ciudadanos, pero apli-cado a la iglesia, establece un concepto ms profundo, una asamblea de redimidos, que buscan ser diferentes, vivir en comunin, y proclamar y adorar a su Seor[55]. Es el conjunto de los redimidos por la sangre de Cristo, que buscan ganar a los perdidos para hacerlos discpulos de Jess, siendo fiel a su gran comisin. Pero aunque en este concepto coincidan todas las denominaciones cristianas, no existe otra realidad prctica contraria al hecho bblico e histrico? A caso no decimos:- Vamos a la iglesia (edificio) a buscar a Dios -.- En la iglesia (edificio) est la gloria de Dios -.- Vamos a limpiar la iglesia (refirindose barrer el piso del edificio)- etc. Y es que para la mente de los cristianos, sea de la deno-minacin que sea, la iglesia es un edificio. De esta manera conservamos algo de la herencia del catolicismo romano, en el cual, al salir del edificio, dejamos al Seor encerrado en una cajita de 30 cm. por 30 cm., llamada sagrario, hasta la siguiente visita. Esto produce una dualidad de vida, pues una cosa somos en el edificio llamado iglesia, y otra en la calle o en la casa.La Iglesia no es un gran edificio, o una catedral, o un saln con un nombre afuera que diga: IGLESIA DE LA SANTSIMA TRINIDAD. La iglesia no es una liturgia, ni una estructura arquitectnica, ni un orden de cosas materiales, !NO. La iglesia son los redimidos por Jess, donde quiera que se junten. Es triste ver como gastamos miles de millones de dlares en un edificio al cual llamamos iglesia, templo, catedral, baslica o santuario[56], ignorando la miseria del mundo que nos rodea.. Pero el nombre que le demos al lugar no revela necesariamente la realidad de Jess, pues ste vive en la vida de sus seguidores. La competencia en la apariencia de edificios es otra causa que ha hecho que la sencillez se haya perdido en nuestro tiempo, pues le damos ms importancia a las formas y a la estructura, que a las necesidades humanas y espiri-tuales de las personas. Muchos de estos grandes edificios son elefantes blancos, donde viven personas en pecados, sin conocer la vida profunda de Cristo. Es cierto que la deco-racin, la msica, la arquitectura y las luces producen im-pacto psicolgico en los oyentes, y muchos salen impresio-nados por todos estos factores, pero y qu logramos con emocionarlos, si no los confrontamos con su pecado y la verdad de la Palabra? Al respecto escribe Charles Corson:Quin es el que no dice:Voy a la iglesia? Al lugar en que adoramos lo llamamos la iglesia. Y cuando decimos que estamos construyendo una iglesia queremos decir que estamos esforzndonos por levantar un edificio, no estamos solidificando hombres y mujeres en su madurez espiritual. Hay un millar de expresiones comunes en las que se da por sentado que la iglesia es un lugar, y nada ms. Esto no es simple coloquialismo, porque tal manera de hablar pre-supone y condiciona nuestra perspectiva de la iglesia, creando lo que muchos han llamado correctamente el complejo de edificio, por el cual se mide la importancia y el buen xito de la iglesia de acuerdo con el tamao, la belleza y la funcionalidad de su estructura fsica[57].Antes los cristianos funcionaban dentro de su entor-no natural; calles, plazas, cuevas, salones, hogares, etc., y la iglesia se extenda por todo lugar. El centro del culto era el adorar, evangelizar y ayudar a los necesitados. Esto consu-ma todas las entradas econmicas de la iglesia primitiva. Hoy da el 60%, o ms de las entradas las consume un edificio llamado Iglesia, y pedimos ms para estas super estructuras, que para remediar el hambre, dolor y miseria que nos rodea. Un ejemplo de este fenmeno est en mu-chas majestuosas iglesias, ubicadas a veces cerca de los barrios de miserias, que rodean las grandes ciudades pobres del tercer mundo[58]. Recuerdo una conversacin de un pastor dicindole a otro que iba a construir un templo valorado en dos millo-nes de dlares, el interlocutor le pregunt: Y cunto aporta para el programa misionero, de los ingresos anuales de tu iglesia?, y con orgullo respondi, el 10%. La majes-tuosidad ha matado la sencillez. Mucha gente busca la iglesia, que es un edificio, por la comodidad que sta le ofrezca; buenos asientos, aire acondicionado, alfombra, sonido digital, programa atrayente, etc., ignorando que ste no es el propsito de Jess para con su pueblo, pues mientras los entretenemos cmodamente, millones mueren de hambre y sin salvacin. Lo que l desea es que seamos iglesia en nosotros mismos, y realicemos la gran comisin. Lo triste es que muchos de estos grandiosos edificios no nacen de un espritu sincero de crecimiento genuino, sino de un protagonismo competitivo, para demostrar que gru-po es el ms grande y fuerte en la ciudad, surgiendo esa tendencia medieval, que dio orgenes a grandes catedrales a orilla de un mundo lleno de miseria e ignorancia. Esta mentalidad es tan ampliamente aceptada en nuestros das que la gente est ms dispuesta a aportar fondos para los proyectos de construccin de edificios, que para cualquier otro motivo[59]o necesidad de la congregacin. Se puede construir cuando haya necesidad, pero al hacerlo, no podemos ignorar la ayuda al necesitado y la obra misionera, adems una cosa es buscar espacio para atender las nece-sidades de la congregacin, y otra el buscar lujo y prota-gonismo mediante un majestuoso edificio. Pero de dnde emanan los conceptos de templo, santuario, estructura del edificio llamado iglesia, y la forma de sentarnos y actuar en los mismos?Si estudiamos las Escrituras y las costumbres de la antigedad, veremos una evolucin entre lo que Dios quera ensear, y lo que los hombres forjaron del cristianismo. En el libro de Gnesis Dios se revelaba y trataba al hombre dentro de su realidad natural. Le habl a Adn y a Can (Gn 3:9-24, 4:9-15) en medio de su entorno. A No se le manifest, y le revel sus planes de enviar un diluvio, estando en su casa (Gn 6:13). A Abram le habl directa-mente dentro de un pueblo pagano llamado Ur de los Cal-deos (Gn 12:1-3). Dur