María Sabina

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La leyenda de María Sabina Enclavada en lo más profundo de la sierra oaxaqueña, Huautla de Jiménez es la tierra de Maria Sabina, la curandera indígena más famosa de México por haber popularizado los hongos alucinógenos. Aún después de muerta su tradición prevalece por uno de sus nietos quien, asegura, ha podido ver a Dios y su abuela en sus "viajes". CRÓNICA Por Roberto Aguilar Grimaldo Huautla de Jiménez, Oaxaca La noche del 29 de Junio de 1955, el periodista norteamericano Robert Gordon Wasson y la investigadora rusa Valentina Pavlona tomaron hongos alucinógenos con la indígena mazateca María Sabina, entonces de 61 años de edad. A la mañana siguiente comentaron asombrados las visiones que tuvieron en aquella experiencia que calificaron como "extraterrenal". "Una bestia mitológica jalaba una carroza real, hubo colores armoniosos, motivos artísticos, piedras preciosas. Luego las paredes desaparecían y el espíritu se liberaba para ver las cordilleras con caminos áridos en las que caminaban camellos", relataron. Lo que ambos vivieron los impactó de tal manera que Gordon Wasson no sólo desobedeció la advertencia de Sabina de no mostrar a nadie las fotografías tomadas durante la velada, sino que las publicó en la revista norteamericana Life quien en el número correspondiente al mes de Mayo de 1957 presentó el reportaje: "Culto a los hongos sagrados".

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La leyenda de Mara SabinaEnclavada en lo ms profundo de la sierra oaxaquea, Huautla de Jimnez es la tierra de Maria Sabina, la curandera indgena ms famosa de Mxico por haber popularizado los hongos alucingenos. An despus de muerta su tradicin prevalece por uno de sus nietos quien, asegura, ha podido ver a Dios y su abuela en sus "viajes".

CRNICA

Por Roberto Aguilar GrimaldoHuautla de Jimnez, OaxacaLa noche del 29 de Junio de 1955, el periodista norteamericano Robert Gordon Wasson y la investigadora rusa Valentina Pavlona tomaron hongos alucingenos con la indgena mazateca Mara Sabina, entonces de 61 aos de edad. A la maana siguiente comentaron asombrados las visiones que tuvieron en aquella experiencia que calificaron como "extraterrenal"."Una bestia mitolgica jalaba una carroza real, hubo colores armoniosos, motivos artsticos, piedras preciosas. Luego las paredes desaparecan y el espritu se liberaba para ver las cordilleras con caminos ridos en las que caminaban camellos", relataron.Lo que ambos vivieron los impact de tal manera que Gordon Wasson no slo desobedeci la advertencia de Sabina de no mostrar a nadie las fotografas tomadas durante la velada, sino que las public en la revista norteamericana Life quien en el nmero correspondiente al mes de Mayo de 1957 present el reportaje: "Culto a los hongos sagrados".El autor, queriendo cumplir con parte de su compromiso con Mara Sabina de no revelar los secretos del uso del teonancatl sagrado -como le llaman los indgenas a los hongos alucingenos- dijo que tal experiencia haba ocurrido en la Sierra Mixteca de Mxico, con una curandera de nombre Eva Mndez.Sin embargo, el impacto de la historia fue tan grande que al poco tiempo hubo quienes quisieron vivir la experiencia y salieron en bsqueda de la verdadera protagonista del reportaje hasta encontrarla.As naci la leyenda de Mara Sabina, quien por aos fue visitada por escritores, artistas, periodistas e investigadores de todo el mundo quienes llegaron hasta Huautla de Jimnez, el pequeo pueblo enclavado en la difcil sierra oaxaquea donde vivi la curandera y desde donde salt a la fama mundial.Fue tan grande el atractivo de Mara Sabina, que el apacible municipio oaxaqueo lleg a convertirse en un atractivo turstico para las oleadas de hippies extranjeros quienes lejos de acudir con la intencin de experimentar rituales sagrados, viajaban atrados por el imn que representaba el consumo de hongos alucingenos naturales.Buscando repetir la experiencia, este reportero se traslad hasta la tierra de la curandera indgena ms importante de Mxico, o por lo menos la ms conocida, donde se recorrieron sus rincones, se recabaron testimonios de quienes la conocieron, visitamos su tumba, se obtuvo material indito en video y hasta se vivi una experiencia con los hongos alucingenos en compaa de un nieto de la famosa indgena.He aqu los detalles de este extraordinario viaje mstico en busca de Mara Sabina, quien aunque ya muri cuenta con un legado que sigue ms vivo que nunca."VEO A MI ABUELA MUERTA"Para llegar a Huautla de Jimnez, Oaxaca hay que viajar durante cuatro horas y media en auto por las estropeadas carreteras de la sierra local en un camino que concluye cuando por fin entre las nubes se asoma este pequeo municipio que se encuentra a mil 582 metros al nivel del mar.Aunque las curvas y lo estropeado del camino marean a cualquiera, el escenario es digno de una postal con la mayora de los pobladores vistiendo a la usanza indgena y hablando el dialecto mazateco.Contrario a lo que se pudiera pensar la comunidad no es tan pequea; segn datos oficiales este municipio tiene 27 mil 191 habitantes gobernados por una administracin prista encabezada por Camilo Garca Guzmn, quien es el encargado de encontrar a Filogonio Garca, nieto de Mara Sabina que habita en el terreno donde vivi su abuela y se dedica a la misma actividad de su famosa pariente.En entrevista Filogonio Garca acept hablar de los momentos que pas a lado de su abuela."Era noble, siempre de buen humor. Nos induca a la pacificacin, todo con respeto. Cuando comenc a curar yo, ella me dijo que no haba impedimento, pero que no poda darle su herencia propia, que nadie podra igualarla".Record que su abuela comenz a "curar" cuando vio que su to Emilio Cristino fue sanado con hongos. Adems, cuando slo tena siete aos de edad, ella y su hermana Ana descubrieron los hongos y los comieron.Cuando habla, Filogonio lo hace con un dialecto donde parece que est cantando, con el que recuerda el momento en que su abuela recibi de su padre muerto la iluminacin de lo que sera su vida: "Una maana en que mi abuela haba comido honguitos vio a su padre que haba muerto quien le dijo: reza y desde ahora t curars con el poder de los hongos.-"Usted ha visto a Mara Sabina?"- se le pregunta.-"S, desde que he curado ella se manifiesta siempre. Durante los viajes se manifiesta mi abuelita. Lo sobrenatural existe, lo nico que queda en la tierra es el cuerpo, los pecados".-"Ha visto a Dios?".-"S, l viene en las ceremonias de manera en que los hombres podemos visualizarlo.En los viajes me ha dicho que le duele la maldad en el mundo terreno. Un ejemplo, en los ltimos aos se han perdido las cosechas. El hombre no conoce a Dios, por eso las guerras, el odio, el hambre. Nos hemos alejado de lo bueno"- responde.Al preguntarle si considera que su abuela fue una gran chamana, el curandero reprueba la clasificacin."El trmino est mal, ella es curandera", dice.

"AC HAY MEJORES QUE MARA SABINA"Durante dcadas, el profesor y licenciado en echnolingstica, Florencio Carrera Gonzlez, ha sido testigo de la herencia cultural de Mara Sabina en su pueblo investigando a los curanderos que hay en la regin mazateca. Por eso opina que el periodista Gordon Wasson desacredit la cuestin mstica y sagrada de los hongos."Me toc escuchar en Europa grabaciones con la voz de Sabina, de las que hizo l. Luego de su reportaje una oleada de visitantes lleg a Huautla donde muchos tomaron como una droga a los hongos, como estimulante. Pero si eso fuera, nuestros hijos los usaran como estimulante, como droga y no es as.Aqu sigue an vivo el sentimiento sagrado, pero ya no con el mismo respeto.Antes era un secreto", dice.Carrera Gonzlez recuerda que ha habido extranjeros que han llegado a consumir hongos y luego se quedan en el "viaje", como se le conoce a la experiencia alucingena."En 1968 cuando venan los hippies hubo orgas de sexo y 'viajes' sin control.Chupaban de forma descontrolada, incluso yo conoc a una norteamericana que se volvi loca, la atropellaron luego en Tehuacn. Otro muchacho que viva en Aguacatitla vino a probar y tampoco regres", narra.Al referirse a la curandera dice:"Fue una mujer original, sencilla, sin preparacin, pero que desarroll mucho el pensamiento y el vocabulario, la retrica que se da en los hongos alucingenos. Ella se dio el valor de decir: aqu est esto, interprtenlo".Sin embargo, lanza una opinin que tal vez impresione a ms de uno."Como mujer indgena s es la mxima figura como mazateca que tenemos. Pero ac hay an muchos elementos, personas dentro de la curandera que son mejores que Mara Sabina".Como ejemplo nombra a un compadre suyo quien trabaja en la lectura del llamado orculo mazateco, que se realiza utilizando maz, copal y cera amarilla pura.Por su parte, Miguel Angel Pineda quien ha tenido experiencias con los hongos alucingenos, asegur que se necesita fe para tener los "viajes"."Yo vi a un hombre que fue curado por su propia madre. Aqu ms gente sigue trabajando con los honguitos".

LA EXPERIENCIA DE UN "VIAJE" FRUSTRADOLa cita para nuestro "viaje" o ceremonia con los hongos es la misma noche del da de la entrevista, en la casa Filogonio Garca. De todos los visitantes, slo el reportero y uno de los locales, Miguel Angel Pineda, aceptaron participar en el ritual que se realizar dentro de una rstica habitacin de techo de lmina y piso de tierra donde sobresale un sencillo altar en el que se mezclan imgenes religiosas con fotos de Mara Sabina.Filogonio vierte oraciones sin parar, en lengua mazateca. Quema incienso, hace algunas pausas para permitir que un traductor revele sus instrucciones antes del "viaje".De pronto avisa que saldr por unos momentos y se dirige a otra habitacin ubicada a unos metros donde encabeza un ritual similar con un grupo de norteamericanos que llegaron de Puebla. Las prximas horas las alternar entre ambas sesiones.De pronto, ah frente a nosotros muestra los hongos, los que dan un aspecto aejado y se disculpa: "Es mala poca, el efecto no ser el mismo ya que los conseguimos en conserva. Los buenos son en otra temporada, cuando estn frescos y se logran viajes casi inmediato".Siguiendo las instrucciones de los que se dice saben, el curandero coloca los hongos en pares dentro de tres vasos diferentes desde donde hay que tragarlos utilizando una cuchara.La primer sensacin fue de amargura, quiz por la fermentacin del producto, pero haba que vivir la experiencia. Los primeros minutos transcurrieron con los recuerdos infantiles del complicado momento de comer alimentos desagradables o tomar algn medicamento que fueron interrumpidos por el curandero quien nos pidi no hablar y mantener fija la mirada en algo. "El resto llegar solo", asegur.Los minutos pasaron y lleg una relajacin total seguida por una sucesin de imgenes sicodlicas en la mente provocada por mantener la imagen fija en la llama de las velas que estaban en el altar.Lo que fue imposible controlar fueron los continuos bostezos que llegaron aunque no tenamos sueo. Era como si la boca estuviera fuera de control, bostezando y bostezando.La experiencia fue diferente con el constante temor a lo desconocido. Sin embargo y aunque por instantes pareca que s se lograra el objetivo no hubo "viaje" y las maletas se quedaron esperando a la puerta del subconsciente.Cuando finalizamos Filogonio nos anunci: "Los gringos s tuvieron 'viaje', ellos s pudieron".Luego de las despedidas, aparecieron los extranjeros del ritual vecino con la mirada perdida pues continuaban en su "viajecito". Sin embargo, su olor nos descubri porque ellos s pudieron "viajar": haban estado fumando mariguana adems de consumir los hongos.Y aunque no logramos nuestro objetivo, pagamos al nieto de Mara Sabina los 50 dlares que nos pidi para convertirse en nuestro gua en esta fallida experiencia dentro de la tierra mstica sumergida entre las montaas mazatecas.Copyright 2003 Todos los derechos reservadosHora Cero, El Momento de la VerdadMara Sabina viva feliz en la sierra mazateca de Oaxaca, en un pueblo pequeo llamado Huautla. Venda pan y velas, y haba procreado cuatro hijos y tres hijas con su esposo, que muri en la Revolucin con el grado de Mayor. Dos de sus hijos fueron asesinados tambin por aquel entonces... Mara Sabina recuerda que era una nia cuando conoci por primera vez los hongos alucingenos que la haran famosa en el mundo entero. Yo cuidaba pollos y chivos en el monte, pero siempre tena hambre. Un da com hongos sin saber si eran buenos o malos, pero me sent bien y comenc a or voces que me hablaban de la tierra y del aire, de otros mundos y del ms all y del ms ac, y tambin escuch la voz de Dios.Mara Sabina tuvo el privilegio de conocer el poder y la fuerza de los hongos, y lleg a dominarlos. Algunos decan que era bruja y otros la llamaban chamana, pero ella deca que era una mujer-doctora... En 1957 lleg a Huautla el arquelogo norteamericano Tom Wasson con una carta de las autoridades donde le pedan a Mara Sabina que le enseara a Wasson todo lo que saba de los hongos, porque l quera conocer los secretos de la sierra mazateca... Mara le revel lo que saba de los hongos, y se los dio a probar, y entonces Wasson se maravill y cont toda la historia al mundo entero, elogiando lo mgico y lo maravilloso que eran aquellas pequeas sombrillas vegetales que nacan a ras del suelo, y que se coman crudas o hervidas, y lo elevaban a uno a dimensiones desconocidas.A Huautla llegaron en romera hombres de todas partes del mundo, y con ellos lleg la maldad, dijo Mara Sabina. Todos queran encontrar en los hongos alucingenos la solucin a sus problemas del cuerpo y del alma... Lleg un obispo, viejo y enfermo: quera una muchacha y juventud. Otros queran que los hongos fueran como un tnel del tiempo para escapar de la realidad y de las miserias en que vivan. Coman toda clase de hongos y nadie cuidaba los viajes que hacan, los coman y vomitaban. Los hongos comenzaron entonces a clasificarse, y el peyote y la pastora fueron catalogados como narcticos y se prohibi su venta. Los hombres blancos y negros se fueron entonces de Huautla y la normalidad volvi al pueblo.Los ltimos que llegaron fueron los jipis: ellos vistiendo en forma desastrosa y ellas largas y transparentes tnicas, y adornando sus cabellos con flores. Alcanzaron los ltimos hongos malos y hacan sus viajes bailando en la calle, haciendo el amor con los indgenas, y quedndose dormidos en la calle. Pero ante la intervencin de las autoridades, tambin se fueron... Ahora los hongos son slo de los mazatecos, que los usan para sus fantasas silenciosas y para acercarse a Dios, como ellos dicen. Tambin para olvidar el hambre y sus miserias como yo lo hice, dijo Mara Sabina poco antes de morir... La gran chamana de Huautla se haba hecho vieja, desdentada y calva. Sus ltimos das fueron de triste soledad despus de que su nombre y su retrato aparecieron en todas las revistas del mundo, y sobre la que se escribieron libros y artculos periodsticos en varios idiomas. La choza de Mara Sabina en Huautla est tapizada de fotos y recortes de esos peridicos, es una atraccin turstica, pero ya no hay ms hongos alucingenos, y el recuerdo de Mara Sabina queda slo como algo mgico y legendario.El Siglo de Torren.

http://www.museocjv.com/mariasabina.htm 27/08/14