Marco Teórico

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Marco Teórico 1. Identidad personal desde el posracionalismo 1.1 Posracionalismo: antecedentes 1.1.1 Primera ola posracionalista 1.1.2 Segunda ola posracionalista 1.2 Identidad narrativa y la pregunta por el ¿quién? 1.2.1 Identidad narrativa como dialéctica entre mismidad e ipseidad 1.2.2 Identidad narrativa y temporalidad 1.1 Posracionalismo: antecedentes 1.1.1 Las diversas categorías de la configuración de la identidad permiten, así, definir redes de significación a través de las cuales puede combinarse la modalidad del posicionamiento emotivo (carácter, estructuras de temperamento, regulación emocional, autoafecto, estructuras de la reciprocidad) con la organización y coherencia semántica de la historia personal. La particularidad de estos ‘objetos’ es la de estar construidos, por así decir, desde dentro; es una objetivización que no está mediada por la expropiación del origen del sentido, sino por el reconomiento irreductible de la persona como generadora de significado (Arciero, 2008) 1.2 Identidad narrativa y la pregunta por el ¿quién? La persona de la que se habla, el agente del cual depende la acción tiene una historia, es su propia historia (Ricoeur, 1991) Mediante la reflexión, la experiencia pre-reflexiva se organiza como una historia: la historia propia. En efecto, consideramos la construcción de la identidad personal como un

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Marco Teórico

1. Identidad personal desde el posracionalismo1.1 Posracionalismo: antecedentes

1.1.1 Primera ola posracionalista1.1.2 Segunda ola posracionalista

1.2 Identidad narrativa y la pregunta por el ¿quién?1.2.1 Identidad narrativa como dialéctica entre mismidad e ipseidad1.2.2 Identidad narrativa y temporalidad

1.1 Posracionalismo: antecedentes

1.1.1 Las diversas categorías de la configuración de la identidad permiten, así, definir redes de significación a través de las cuales puede combinarse la modalidad del posicionamiento emotivo (carácter, estructuras de temperamento, regulación emocional, autoafecto, estructuras de la reciprocidad) con la organización y coherencia semántica de la historia personal. La particularidad de estos ‘objetos’ es la de estar construidos, por así decir, desde dentro; es una objetivización que no está mediada por la expropiación del origen del sentido, sino por el reconomiento irreductible de la persona como generadora de significado (Arciero, 2008)

1.2 Identidad narrativa y la pregunta por el ¿quién?

La persona de la que se habla, el agente del cual depende la acción tiene una historia, es su propia historia (Ricoeur, 1991)

Mediante la reflexión, la experiencia pre-reflexiva se organiza como una historia: la historia propia. En efecto, consideramos la construcción de la identidad personal como un proceso de interpretación, apropiación y reconfiguración de la experiencia pre-reflexiva. Este proceso hace que la experiencia adquiera el sentido de propiedad; la experiencia pre-reflexiva me implica, y así podemos decir que me pertenece, pero es sólo a través de la referencia a la primera persona singular que se vuelve propiamente mía (Arciero, 2008)

1.2.1 Identidad narrativa como dialéctica entre mismidad e ipseidad

Identidad como mismidad (latín: idem; inglés: sameness) y como ipseidad (latín: ipse; inglés: selfhood)

La mismidad es un concepto de relación y una relación de relaciones. Primer componente: Identificación > Identidad numérica a la cabeza > unicidad > entendida en el sentido de reidentificación de lo mismo, que hace que conocer sea reconocer la misma cosa dos o más veces. Segundo componente: Identidad cualitativa > semejanza extrema. Tercer componente: continuidad interrumpida > entre el primer y último estadio de desarrollo de lo que consideramos un mismo individuo > el tiempo es factor de desemejanza, por lo tanto se necesita un principio de permanencia en el tiempo > idea de estructura

¿Una forma de permanencia en el tiempo se deja vincular a la pregunta ¿quién? en cuanto irreducible a la pregunta ¿qué? Una forma de permanencia en el tiempo que sea una respuesta a la pregunta: ¿quién soy?

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Al hablar de nosotros disponemos de dos modelos de permanencia en el tiempo: el carácter y la palabra dada. La polaridad de ambos modelos reside en que la permanencia del carácter expresa la casi completa ocultación mutua de la problemática entre idem e ipse, mientras que la fidelidad a sí en el mantener la palabra dada marca la distancia extrema entre la permanencia del sí y la del mismo, atestiguando, por tanto, plenamente la mutua irreductibilidad de las dos problemáticas.

Carácter > ídem e ipse tienden a coincidir > conjunto de rasgos distintivos que permiten identificar a alguien como siendo el mismo > designa de forma emblemática la mismidad de la persona, pues engloba como rasgos descriptivos la identidad numérica y cualitativa, la continuidad ininterrumpida y la permanencia en el tiempo > primeramente conceptualizado como manera de existir según una perspectiva finita que afecta la apertura al mundo de las cosas, ideas, valores y personas > para la identidad, resulta una disposición adquirida > conjunto de disposiciones duraderas en las que reconocemos a una persona > dimensión temporal > la costumbre proporciona una historia al carácter

> es el qué del quién

Promesa > mantener la palabra dada > mantenimiento de sí a través de la fidelidad

La mediación entre la mismidad del carácter y el mantenimiento de la palabra dada hay que buscarla en el orden de la temporalidad > este ‘punto medio’ es el que viene a ocupar la noción de identidad narrativa > oscila entre dos límites, uno inferior donde la permanencia en el tiempo expresa la confusión del idem y del ipse, y un límite superior en el que el ipse plantea la cuestión de su identidad sin la ayuda y el apoyo del idem

1.2.2 Identidad narrativa y temporalidad

La identidad personal sólo puede articularse en la dimensión temporal de la existencia humana