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    1Este artculo se prepar con base en la informacin generada por el estudio Perfil sociolin-gstico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Regin (CONADI - UTEM) y el Proyecto

    Fondecyt N 1060973 Comunidades translocales: grupos y redes sociales indgenas en un con-texto de postcomunalidad.2Antroplogo, Doctor en Sociologa, profesor e investigador en el Instituto de Investiga-

    ciones Arqueolgicas y Museo (IIAM), Universidad Catlica del Norte. E-mail: [email protected], Magster en Lingstica, investigadora independiente. E-mail: [email protected], Doctorando en Antropologa, Universidad Catlica del Norte. E-mail: alcla-

    [email protected], investigador independiente. E-mail: [email protected]

    E ,

    Mapuzugun, a language in recession

    Hans Gundermann2, Jaqueline Canihuan3,Alejandro Clavera4, Csar Fandez5

    RESUMEN

    Este artculo presenta resultados de un estudio de evaluacin de la competencia lin-gstica mapuche con su lengua originaria, el mapuzugun, en las regiones del Biobo,Araucana, Los Ros, y Los Lagos. Se destaca la heterogeneidad inter e intrarregionalde la vigencia de la lengua nativa. La distribucin recesiva de la lengua originaria y ladinmica que adquiere en tiempos modernos permiten definirla como un idioma enrpido retroceso ante el avance del castellano.

    Palabras clave: Bilingismo, pueblo mapuche, competencia lingstica, desplazamiento.

    ABSTRACT

    This article presents the results of an evaluation study of Mapuche peoples linguisticcapacity in their original language, Mapuzugun, in Southern Chile in the regions ofBiobo, Araucana, Los Ros and Los Lagos. The study shows a high degree of hetero-geneity among and between regions in the use of the native language. The recessive

    pp. 11

    ISSN 0716-1840

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    distribution of the original language and the dynamic acquired in modern times allowsus to define it as a language quickly losing ground to Spanish.

    Keywords:Bilingualism, Mapuche People, linguistic competence, displacement.

    Recibido: 20.11.09. Aceptado: 15.06.10.

    INTRODUCCIN

    LA inestabilidad en el bilingismo, la competencia entre lenguas y losfenmenos de desplazamiento son comunes en la dinmica de lascomunidades plurilinges de cualquier parte del mundo. La tenden-cia general durante el siglo XIX y, sobre todo en el XX, es a la expansin delenguas y variedades constituidas en nacionales y oficiales, en desmedro deaqullas subnacionales, regionales y de minoras tnicas. Con ms fuerza

    en las ltimas dcadas se asiste a la difusin de lenguas globales o genera-les a grandes regiones del planeta (Romaine, 1996: 69). Resulta frecuenteen la dinmica de las lenguas indgenas de Latinoamrica una transicindesde el monolingismo indgena, pasando por un bilingismo sin diglo-sia con competencia por dominios, a la eventual desaparicin de la lenguaverncula6. El mapuzugun7, la lengua originaria del ms numeroso puebloindgena de Chile, se encontrara, segn la evidencia hasta ahora publicada,sujeto a una dinmica de este tipo8. En efecto, atendiendo a la informa-cin provista por un estudio patrocinado por el Ministerio de Educacin

    en 2003 y publicado ms tarde (Vergara y Gundermann, 2005) y a los re-sultados de la Encuesta Mapuche del Centro de Estudios Pblicos en 2006(Ziga, 2007), la lengua mapuche presenta un contingente de hablantes,rurales y urbanos, visiblemente disminuido. La tendencia observable es aldecrecimiento de los hablantes y a una disminucin de los niveles de com-petencia entre aquellos que todava la mantienen9.

    6Adelaar (1991: 83-138) hace una caracterizacin del panorama sudamericano actual. Parauna discusin ms general, vase Crystal, 2001, y Hagge, 2002.

    7Utilizamos la grafa del mapuzugunpropuesta por la Corporacin Nacional de DesarrolloIndgena (CONADI).

    8Vergara y Gundermann, 2005; Ziga, 2007.9Existen estudios sociolingsticos previos del mapuzuguny lenguas andinas del norte de

    Chile. Se llevaron a efecto con base en observaciones de campo, anlisis de fuentes secundarias,estudios de caso o cuantificaciones de alcance local y regional. Un listado no exhaustivo incluyea Alvarez-Santullano y Contreras, 1995; Chiodi y Loncn, 1995 y 1999; Croese, 1983; Durn,1988a y b; Durn y Ramos, 1986 y 1987a y b; Fernndez, 1986; Fernndez y Hernndez, 1984;

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    Las dos recientes investigaciones que mencionamos se basan en encues-tas masivas y desarrollan inferencias acerca de la vigencia y el cambio socio-lingstico; con alcance a las regiones del sur de Chile la primera (Vergara yGundermann, 2005), y a stas y la Regin Metropolitana la segunda (Zi-ga, 2007). No habindose realizado con arreglo a mediciones directas, los

    resultados alcanzados por los estudios indicados suscitaron algunas dudasacerca de la fiabilidad de la informacin alcanzada a travs de declaracionesde conocimiento y competencia. Un reciente estudio sociolingstico deamplia cobertura en el sur de Chile (Gundermann et al.,2008) ofrece laposibilidad de ampliar y discutir con ms detalle la tesis del desplazamien-to10del mapuzugunpor el castellano y, a la vez, de hacerlo con resultadosalcanzados mediante la aplicacin de procedimientos de medicin directose indirectos.

    En las pginas que siguen entregaremos antecedentes, primero, acerca

    de la metodologa de la investigacin de base. Luego presentaremos resul-tados del test de competencia en mapuzuguny antecedentes provenientesde la encuesta de caracterizacin sociolingstica de hogares, a partir delos cuales pueden realizarse inferencias acerca de algunos cambios en ladistribucin del bilingismo. De all nos dirigiremos a una discusin de ladinmica sociolingstica, para concluir con un intento de definicin deltipo de desplazamiento que tan intensamente afecta a esa lengua.

    MATERIAL Y MTODO

    La informacin aqu presentada proviene de una investigacin cuya fase decampo se realiz entre mayo y julio de 2007 en las regiones del Biobo, laAraucana, y las actuales de Los Ros y Los Lagos. El estudio se dise conbase a encuestas y consider, complementariamente, un componente cua-litativo de entrevistas a personalidades culturales y polticas mapuches. Lasencuestas fueron de tres tipos: una de atributos sociolingsticos a hogaresmapuches, otra de actitudes referidas a lengua y cultura indgenas y unatercera de medicin de competencia. La aplicacin de estos instrumentos

    Forno, 2003; Giannelli, 2005; Gundermann y Godoy, 2005; Gundermann, Gonzlez y Vergara,2007; Hernndez, 1993; Hernndez y Ramos, 1979, 1983 y 1998; Lagos, 2004; Salas, 1992, 1996;Snchez, 1993-1994; Seplveda, 1984. Construyen una base de conocimientos significativa paradimensionar el bilingismo mapuche contemporneo y su dinmica.

    10Hablamos de desplazamiento para denotar la dinmica de reemplazo del mapuzugunpor elcastellano en la sociedad mapuche en tanto que comunidad bilinge, a consecuencia de un juegocomplejo de factores histricos y sociales tanto externos como internos.

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    contempl el uso de la lengua nativa por parte de entrevistadores, hom-bres y mujeres, hablantes competentes en el mapuzugun. Con ello se busc,adems, disminuir durante el proceso de entrevista la posibilidad de ocul-tamiento y autorrepresin lingstica. Las consultas a personalidades cultu-rales y sociales mapuches tuvieron por objeto facilitar la contextualizacin

    de la informacin obtenida por medio de los instrumentos de encuesta.El estudio se circunscribi a 58 comunas con mayor presencia de po-

    blacin mapuche (igual o superior a 8% segn el ltimo censo nacional depoblacin en 2002), con lo cual se garantiza la representacin directa del82% de la poblacin mapuche residente en las regiones del centro sur delpas. La limitacin de cobertura se fundamenta en el significativo nmerode municipios con baja densidad de poblacin mapuche, y las limitacionesdel marco muestral: el INE no entrega informacin a nivel de vivienda, quepermita identificar en terreno los hogares que se declararon pertenecientes

    al pueblo mapuche en el ltimo censo, y slo se cuenta con informacin alnivel de entidades censales y manzanas. Dentro de la agrupacin de las 58comunas definidas como la poblacin objetivo se utiliz un muestreo es-tratificado por residencia (rural / urbana) a partir de la informacin prove-niente del Censo de Poblacin y Vivienda 2002 (INE, 2002). Y por el gradode competencia conocido en el uso de la lengua mapuche segn la encuestaCASEN 2003 (MIDEPLAN, 2003), lo que diferenci comunas con alta ybaja competencia (se emple como demarcacin el criterio de un tercio dela poblacin declarada hablante). Con lo anterior se busc obtener estima-ciones ms precisas y con niveles de error estadsticos similares en cada es-

    trato. La seleccin de la muestra se realiz por conglomerados, facilitandola identificacin de los hogares a encuestar. El procedimiento de seleccinde las unidades muestrales fue multietpico debido a la existencia de msde un nivel de sorteo (entidad o manzana censal, hogar e individuo)11. Paraestimar los errores muestrales a priori, se supuso que la seleccin corres-ponde a un muestreo aleatorio simple para estimadores de proporcin convarianza mxima y un nivel de confianza de 95%.

    El tamao de la muestra ascendi a 2.017 hogares con 7.801 integran-tes de estos ltimos, a los que se aplic el cuestionario con preguntas de

    11Las unidades primarias de muestreo se seleccionaron con probabilidad proporcional a sutamao, medido ste en cantidad de hogares o familias mapuches. La seleccin de las unidadessecundarias de muestreo, los hogares, se hizo con probabilidad igual. En el rea urbana, en cadamanzana se seleccion en promedio 5 hogares, y en el rea rural, en cada entidad censal se selec-cion en promedio 20 hogares. Finalmente, para el test de actitudes y el de medicin de compe-tencia, fue necesario sortear al azar en cada hogar una persona de 10 aos o ms.

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    caracterizacin general, cultural y sociolingstica. Al interior de ellos seprevi entrevistar igual nmero de personas de 10 aos o ms, sorteadasaleatoriamente dentro de cada hogar encuestado mediante una tabla deseleccin aleatoria o de Kish (uno por hogar), a los que se aplic un test deactitudes y uno de evaluacin de competencia en mapuzugun. Finalmente

    se consideraron 2010 casos. La informacin resultante fue luego elabora-da, lo que consider la preparacin de los cuestionarios para su ingreso amedio magntico, la codificacin de las preguntas de respuesta abierta y lavalidacin final de los datos. Las fichas del test de competencia fueron con-trastadas con el archivo de audio que contena la grabacin de la entrevista

    y codificadas por la investigadora encargada del anlisis de este componen-te del estudio. Mediante el proceso de validacin de los datos se detecta-ron y corrigieron los errores cometidos durante el trabajo de campo y deingreso de la informacin. Este proceso comprendi el diseo de la malla

    de validacin y un listado de combinaciones de respuesta que no es posibleque ocurran en la experiencia de los hablantes. Complementariamente, sedesarroll un programa computacional de validacin que permiti identi-ficar el error detectado y desplegar el registro errneo para su edicin final.

    Realizadas la depuracin y correcciones previamente descritas se estuvoen posicin de efectuar anlisis de datos, para lo cual se emple el progra-ma Statistical Package for Social Sciences (SPSS) versin 10.0. Las distribu-ciones de datos y tablas se prepararon con arreglo a un protocolo de anlisisque incluye las dimensiones y atributos que interesaba medir en el estudio.Informacin secundaria (informes y publicaciones originadas en estudios

    previos) y aqulla originada en las entrevistas cualitativas se emplearonpara contextualizar e interpretar los datos de encuesta12.

    LA DISTRIBUCIN RECESIVA DEL BILINGISMO

    La aplicacin del test de competencia por parte de hablantes desarrolladosrepresenta una oportunidad, privilegiada, para advertir la permanencia yel reemplazo o desplazamiento del mapuzugun. A su vez, datos de conoci-miento y empleo de la lengua nativa y el castellano por parte de la genera-

    12El trabajo estadstico del estudio de base se benefici de los conocimientos y experiencia deErnesto Castillo, profesional que integra el Observatorio Social de la Universidad Alberto Hur-tado.

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    cin de los padres y los abuelos segn las declaraciones de los entrevistadosconstituye tambin una buena posibilidad de evaluacin del cambio13.

    La variacin de la competencia evaluada a travs de los resultados del test

    interhablantes. El test de medicin de competencia fue construido con la

    finalidad de disponer de un medio de evaluacin directa de las habilidadesde produccin en la lengua indgena por parte de la poblacin mapuche. Sudiseo se basa en instrumentos del mismo tipo aplicados en Latinoamrica.Discrimina entre hablantes y no hablantes del mapuzuguny, al interior delos hablantes, entre pasivos y activos en los niveles de competencia bsica,intermedia y alta (para mayores detalles, confrntese Gundermann et al.,2008). De su aplicacin resulta que un 61,7% de la poblacin mapuche de10 aos o ms no tiene competencia efectiva de algn tipo en su lengua.Esta es una proporcin muy alta de personas, que se acerca a casi dos ter-

    cios del total. Muchos mapuches monolinges del castellano posiblementeconozcan algunos saludos y algo de vocabulario, pero no pueden comuni-carse siquiera de manera bsica o elemental con el mapuzugun. A la inversa,un 38,3% del total s tiene competencia. La competencia bsica (un 4,0%)e intermedia (un 9,6%) expresan grados de conocimiento, como lo indicacada una de las expresiones. Tienen en comn ser insuficientes para unabuena comunicacin con la lengua mapuche. Ninguna de las dos puedeentenderse, para la mayora de los casos, como una etapa de aprendizaje. Elgrueso de ellos corresponde a personas adultas o que ya desarroll compe-tencias comunicativas. Una competencia alta es poseda por un 24,7% de

    las personas mapuches, especialmente adultos y adultos mayores. Corres-ponde a la proporcin de la poblacin que posee el mayor capital lingsti-co en su idioma. Entre ellos se encuentran algunos mayores y ancianos que,adems, dominan mejor su lengua que el castellano; pero como sabemoshoy da esto es ms la excepcin que la regla. En situaciones de bilingismocomo las presentes, la lengua recesiva (la que retrocede y es desplazada)puede poseerse sin que las personas la empleen activamente en la comu-nicacin con otras. Entienden en mayor o menor medida, pero no hablan.Este fenmeno est presente, pero su cuanta no es muy significativa: sloun 5,2% del total es pasivo.

    13Entregamos la informacin indispensable por limitaciones de espacio.

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    Los resultados del test de competencia confirman que hay zonas en queel mapuzugunha desaparecido, en otras se conserva poco y en unas cuntasse mantiene vital. La Tabla 1 muestra esta variacin segn regiones admi-nistrativas. Las regiones de Los Ros y de Los Lagos presentan la situacinms problemtica de permanencia de la lengua. Apenas un 6,7% de la po-

    blacin mapuche de la zona principalmente mayores y ancianos poseecompetencia alta y sta se concentra en las comunas cordilleranas de laprovincia de Valdivia. La competencia intermedia y la bsica manifiestanporcentajes exiguos, lo que en su conjunto habla de la interrupcin de lacontinuidad de la lengua. Como resultado, un 90,8% del total no tienecompetencia alguna en la lengua originaria.

    En una posicin intermedia se encuentra la Regin del Biobo, pero re-cordando que all se presentan dos zonas con un marcado contraste. Poruna parte, el rea pehuenche en la comuna de Alto Biobo con muchos

    hablantes competentes de todas las edades y, por otra, el sur de la provinciade Arauco (comunas de Lebu, Caete, Los lamos, Contulmo y Tira), conuna situacin parecida a la de algunas reas de las regiones de Los Ros yLos Lagos. Tomado en su conjunto, slo un 10,8% de de las personas tienecompetencia alta, un 6,9% competencia intermedia y un 2,3% competen-cia bsica. En consecuencia, un 80,0% no tiene competencia alguna en sulengua y son monolinges del castellano.

    Tabla 1. Distribucin de la competencia con el mapuzugun segn regiones de re-

    sidencia: Biobo, Araucana, Los Ros y Los Lagos (en cifras ponderadas y proyec-tadas).

    Nivel de competencia en mapuzugunTotal

    Sin competencia Bsica Intermedia Alta

    Regin del Biobo 15.657 80,0% 445 2,3% 1.342 6,9% 2.121 10,8% 19.565 100%

    Regin de laAraucana 80.212 48,4% 8.715 5,3% 21.689 13,1% 54.974 33,2% 165.590 100%

    Regiones de Los Rosy Los Lagos 57.537 90,8% 738 1,2% 824 1,3% 4.245 6,7% 63.344 100%

    Total 153.406 61,7% 9.898 4,0% 23.855 9,6% 61.340 24,7% 248.499 100%

    Fuente: Test de competencia lingstica, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI.

    En la Regin de la Araucana las cosas mejoran considerablemente, perosin que la situacin all presente pueda ser considerada libre de problemas.

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    Apenas un poco ms de la mitad de las personas mapuches tiene compe-tencia en su lengua (un 51,6%), pero slo un tercio del total (33,2%) de-muestra una competencia alta. Una competencia alta es la situacin de do-minio a la que se debe aspirar para asegurar la vitalidad de la lengua. Pero,

    junto con personas que pueden desenvolverse fluidamente con su idioma,

    encontramos tambin un 13,1% de los casos con competencia intermediay un 5,3% con competencia bsica. Los dems son hablantes exclusivos delcastellano. La Regin de la Araucana mantiene entonces el mayor reservo-rio de hablantes del mapuzugunen el sur de Chile, aunque no debe olvidar-se que el desplazamiento de la lengua tambin all se hace presente.

    Otro factor relevante de variacin en la vigencia de la lengua mapu-che es la residencia rural o urbana. Como cabe esperar, la permanencia delidioma es mucho mayor en las zonas rurales que en los pueblos y ciudadesdel sur de Chile. Los resultados indican que los hablantes son escasos en

    el grupo de residentes urbanos (un 6,0% de alta, un 5,3% de intermedia yun 2,1% de bsica) y aumentan bastante en las zonas rurales (un 33,0% dealta, un 11,5% de intermedia y un 4,8% de bsica). Las fuertes diferenciasentre uno y otro grupo pueden explicarse por la enorme presin que recibela gente indgena urbana para hablar el castellano, as como la ausencia deestmulos y de redes sociales suficientes para la transmisin y uso de la len-gua propia cuando se la posee.

    Las mediciones de competencia justifican un juicio pesimista acerca deldeclive intergeneracional de la lengua originaria. La Tabla 2 presenta cifrasponderadas y proyectadas al conjunto de la poblacin mapuche del sur de

    Chile segn tramos de edad en decenios. Es notoria la correlacin entrecompetencia y edad. Por ejemplo, slo un 14,3% de aqullos entre 10 y 19aos tienen competencia, especialmente bsica e intermedia y con un buennmero de pasivos. Algo similar se repite con los del tramo entre 20 y 29aos, entre quienes slo un 19,4% manifiesta alguna competencia. Ocurrea la inversa entre los mayores. En el tramo de edad de 70-79 aos un 73,3%tiene competencia, la mayora en el nivel de alta.

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    Tabla 2. Distribucin de la competencia en mapuzugunsegn estratos de edad en elsur de Chile (regiones del Biobo, Araucana, Los Ros y Los Lagos).

    Nivel de competencia

    Sin

    competencia Bsica Intermedia Alta Total10-19 aos 27.559 85,7% 1.993 6,2% 1.378 4,3% 1.209 3,8% 32.139 100%

    20-29 aos 30.864 80,6% 2.748 7,2% 3.177 8,3% 1.488 3,9% 38.277 100%

    30-39 aos 31.349 69,1% 1.617 3,6% 5.258 11,6% 7121 15,7% 45.345 100%

    40-49 aos 26.341 61,2% 1.345 3,1% 5.383 12,5% 9.968 23,2% 43.037 100%

    50-59 aos 16.586 47,5% 1.578 4,5% 4.354 12,5% 12.428 35,6% 34.946 100%

    60-69 aos 12.530 44,5% 183 0,7% 3.003 10,7% 12.422 44,1% 28.138 100%

    70-79 aos 5.205 26,7% 170 0,9% 1.016 5,2% 13.082 67,2% 19.473 100%

    80 y ms aos 1.417 25,4% 264 4,7% 270 4,8% 3.624 65,0% 5.575 100%

    Total 151.851 61,5% 9.898 4,0% 23.839 9,7% 61.342 24,8% 246.930 100%

    Fuente: Test de competencia lingstica, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI.

    Conocimiento y empleo del mapuzugun y castellano por parte de la gene-

    racin de los padres y los abuelos. La Tabla 3 ordena segn categoras de edady de generacin (la de los progenitores: la madre y el padre, y de los abue-los: abuelo y abuela paterna y materna) las respuestas entregadas por losrespondentes de la encuesta a hogares ante la pregunta acerca de cul era oes la lengua que habla o hablaba cada uno de estos tipos de parientes. Se le

    pidi a los entrevistados que, de acuerdo a su experiencia y conocimientos,asignara a cada uno de sus padres y de sus abuelos en la categora de losque hablan o hablaban, exclusiva o principalmente, mapuzugun, castella-no, o ambas lenguas de manera similar. Se advertir que es una preguntapor frecuencias de empleo y no por calidad de desempeo. Tampoco lo esexactamente por competencia, en el sentido de conocimiento y capacidadde produccin, pero resulta til de considerar porque el empleo exclusivoo mayoritario ayuda a dimensionar qu lengua o lenguas se poseen, en qumomento y con qu frecuencia relativa se las usa, considerando adems

    que en la generacin de los padres y de los abuelos existan contextos lin-gsticos en que mapuzuguny castellano podan emplearse extensivamente.De esta manera, sus resultados son de inters por partida doble: permitenuna visualizacin de la distribucin del bilingismo durante los ltimos

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    80 aos, aproximadamente, y ayudan a formar una imagen del reemplazopor el castellano que aqueja al mapuzugundurante el ltimo siglo y de ladinmica que toma el bilingismo durante este lapso.

    Tabla 3. Lengua empleada por la generacin de los padres y la de los abuelos en lasregiones de estudio segn categoras de edad de los respondentes.

    Generacin de los padres Generacin de los abuelos

    ReginBiobo

    ReginAraucana

    ReginLos Ros yLos Lagos

    ReginBiobo

    ReginAraucana

    Regin LosRos y Los

    Lagos

    CategoraA

    Slo oprincipalmentemapuzugun 20,1% 19,8% 16,9% 34,6% 35,3% 20,6%

    Slo oprincipalmente

    castellano 40,8% 21,0% 65,3% 21,6% 17,9% 48,8%Mapuzugunycastellano porigual 39,1% 59,2% 17,8% 43,8% 46,8% 30,6%

    CategoraB

    Slo oprincipalmentemapuzugun 31,9% 28,4% 24,4% 43,8% 46,3% 36,7%

    Slo oprincipalmentecastellano 31,0% 16,0% 48,7% 28,5% 18,7% 34,6%

    Mapuzugunycastellano porigual 37,1% 55,6% 26,9% 27,7% 35,0% 28,7%

    Fuente: Encuesta sociolingstica a hogares mapuches, mayo-junio 2007, UTEM - CONADI.Categora A: Respondentes de menos de 40 aos.Categora B: Respondentes de 40 aos o ms.

    Como era esperable encontrar, mientras ms atrs en el tiempo nos si-tuemos (en la generacin de los abuelos de los respondentes adultos y adul-tos mayores) con ms frecuencia se califica a los antecesores como hablan-tes exclusivos del mapuzuguno que al menos hacan o hacen uso prevalentede l. Algo digno de notar es la rapidez del declive del mapuzuguncuando

    se pasa de una a otra generacin en favor, sea del empleo equivalente delas dos lenguas, sea del monolingismo castellano: ambos se incrementana medida que el primero declina. De esta manera, en cosa de tres o cuatrogeneraciones se pasa de un monolingismo funcional mapuche (se puede

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    saber algo de la otra lengua, pero no se la emplea notoriamente) cercanoa la mitad de los casos, a otro que no alcanza a un quinto del total en lageneracin de los padres y, adems, circunscrito a ciertas reas geogrficas.

    Durante el siglo XX el bilingismo mapuzugun-castellano es un fen-meno de gran envergadura en las cuatro regiones consideradas por el estu-

    dio. Con todo, su distribucin y evolucin seran diferentes segn las zonasy momentos que se considere. Porcentajes que oscilan entre poco ms de lamitad y un quinto de los casos corresponden a bilinges en la generacinde los padres y la de los abuelos, con una variacin a la baja si considera-mos los parientes de los respondentes ms jvenes. El castellano est tam-bin extensivamente incorporado, sea bajo formas de bilingismo, o comomonolingismo. Este ltimo estado se encuentra en todas las generacionescon porcentajes que oscilan entre dos tercios y un quinto de las personas,con frecuencias menores en la generacin de los abuelos y en el grupo de

    los padres de los respondentes mayores. La presencia estable del castellanotambin depende de las zonas que se considere. En la provincia de Araucoy la regin ms meridional los procesos de reemplazo lingstico son mstempranos que en las restantes reas, por lo que el castellano est presentede manera ms extendida y sostenida en el tiempo.

    Los resultados anteriores se refieren a realidades rurales, ms favorablesal mapuzugunmientras ms atrs en el tiempo nos remitimos. A la inversa,mientras ms nos acercamos en el tiempo (la generacin de los padres),mayor incidencia tienen los hogares mapuches urbanos. Los datos reuni-dos ponen en evidencia la fuerte presencia del castellano en la vida urbana

    mapuche, en la generacin de los padres e incluso en la de los abuelos. Elmonolingismo castellano prevalece en la generacin de los padres de losmapuches urbanos de las regiones del Biobo, Los Ros y Los Lagos, y enla de los abuelos se aproxima al 40%. El empleo de la lengua mapuche ycastellano de manera equivalente en ambas generaciones de estas dos re-giones tambin es bajo. Como en otros aspectos, la Regin de la Araucanapone de manifiesto en sectores urbanos la mejor situacin relativa para elmapuzugun. Aquellos antecesores de la generacin de los padres o de losabuelos hablantes exclusivos o mayoritarios del castellano son proporcio-nalmente menos que sus equivalentes en las otras regiones estudiadas. Por

    consiguiente, el uso del mapuzugun(en posicin dominante, o en conjuntocon el castellano) tambin es mayor.

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    PERMANENCIA Y DESPLAZAMIENTO DELMAPUZUGUNEN LA POBLACIN MAPUCHE DE LAS REGIONES DEL SURDE CHILE, DISCUSIN DE RESULTADOS

    Los resultados alcanzados con el test de competencia arrojan un contin-

    gente de hablantes del mapuzugun, rurales y urbanos, visiblemente dismi-nuido. De la poblacin mapuche de 10 aos y ms slo un 38,3% seranhablantes de su lengua, parte importante de los cuales, adems, presentaniveles bsicos o intermedios de desempeo. Una pequea proporcin delos hablantes son pasivos (entienden, mucho o poco, pero no hablan), loque para fines de comunicacin efectiva decrece la proporcin de aqulloscon capacidad de produccin verbal en la interaccin social cotidiana. Larestante comunidad indgena es monolinge del castellano. Posiblemen-te muchos de estos ltimos tengan algn conocimiento (conocen algunas

    palabras, identifican trminos, entienden algunas frases, etc.), pero no soncapaces de generar una interaccin siquiera bsica en lengua mapuche conun hablante ms desarrollado. Todos los indicadores invocables son con-vergentes y refuerzan esta definicin.

    Por otra parte, el poco ms de un tercio de hablantes resultante de lamedicin de competencia debe considerarse como el indicio de un estadode decrecimiento de la comunidad de hablantes y no como una situacinestabilizada. En efecto, tanto si se considera la distribucin de los hablantessegn estratos de edad como las declaraciones de prevalencia de uso porparte de la generacin de los padres y los abuelos segn categoras de edad

    de los entrevistados (jvenes y adultos de menos de 40 aos y adultos y ma-yores de 40 aos o ms), se advierte un constante y progresivo retroceso dela competencia y el empleo del mapuzugun. Esa progresin es notablemen-te ordenada y as se puede apreciar desde los resultados del test de com-petencia. Por lo dems, las observaciones informales que se logran en lainteraccin con personas mapuches, la percepcin de ellos mismos acercade lo espordico del uso de la lengua, la aceptacin de que una mayora delos mbitos de interaccin comunicativa estn penetrados extensivamentepor el castellano, las propias declaraciones de personalidades culturales ypolticas del pueblo mapuche lo atestiguan sobradamente y confirman el

    sentido general de los resultados presentados.Estudios previos basados en encuestas tambin entregaron resultados

    sombros y comparten la preocupacin por el extendido retroceso del ma-puzugun;uno de ellos se limit a las regiones de vida mapuche tradicionaldel sur de Chile y el otro consider en la muestra la extendida distribucin

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    geogrfica actual del pueblo mapuche, Regin Metropolitana incluida. Enel primero, para comunidades escolares rurales indgenas en reas de im-plementacin del Programa de Educacin Bilinge Intercultural del Mi-nisterio de Educacin, los resultados arrojan para la Regin del Biobo un45,6% de personas con 18 aos o ms, auto adscritas como mapuches, que

    manifiestan poseer algn grado de competencia en la lengua nativa. En laAraucana este porcentaje se empina a un 67,1% y en las de Los Ros y LosLagos baja a un 33,1%. Conviene recordar que tales resultados se origi-nan de localidades con alta concentracin mapuche y mayor conservacinrelativa de la lengua; es sabido tambin que entre nios y adolescentes seencuentran las distribuciones menos favorables a la lengua (Gundermann,2005: 55-56, 68-70 y 86-87). En este mismo estudio y con diferencias ori-ginadas en la especificidad de la dinmica regional del bilingismo sonmuy evidentes los indicios de un sostenido retroceso de la lengua nativa

    (Gundermann, 2005: 64-66; 81-83; 94-95)

    14

    . En el segundo, el anlisis dela Encuesta Mapuche 2006 del Centro de Estudios Pblicos (CEP, 2007)consigna un 43,6% de hablantes entre activos y pasivos (rurales y urbanos,incluida la Regin Metropolitana) (Ziga, 2007:18)15. Este mismo autor

    14En cosa de tres generaciones la situacin se ha invertido (el castellano pasa): de lenguasecundaria a lengua dominante y de lengua especializada a lengua general. El mapuche, de lenguageneral a lengua minoritaria y, segn las tendencias actuales, lengua en proceso de desplazamien-to que se aproxima a fases crticas de pervivencia (Gundermann, 2005: 83).

    15Se habr advertido que las proporciones de hablantes que arroja uno y otro estudio difieren

    bastante. Ello es atribuible a las distintas muestras y universos de referencia: comunidades esco-lares rurales con alta presencia indgena en zonas de mayor conservacin relativa de la lengua;mapuches rurales y urbanos del sur de Chile y la Regin Metropolitana y, en la ms reciente inves-tigacin, mapuches rurales y urbanos de las cuatro regiones meridionales de residencia tradicio-nal mapuche. Cambian tambin los registros de edad que se consideran para efecto de cmputos.No obstante, en la ms reciente investigacin, los resultados del test de competencia (medicindirecta) son inferiores en 8,3 puntos porcentuales de los que arroja la encuesta a hogares (me-dicin indirecta basada en autodeclaraciones de competencia). Esto ltimo es atribuible a losmtodos e instrumentos y slo parcialmente a las muestras. Es decir, que cuando se trabaja condeclaraciones de competencia se tiende a incluir individuos que bajo un escrutinio directo (testde competencia) no logran calificar como hablantes. Algo incide la tendencia de los entrevistadospor aparecer ante entrevistadores mapuches hablantes competentes en su lengua integrandohogares con ms haberes lingsticos que los que efectivamente poseen. Cuestin asociable tam-bin al aumento de la identificacin mapuche y a cambios en la valoracin de la cultura indgena.

    Por otra parte, el instrumento empleado para registrar comprensin y produccin declarada uninstrumento que quiso ser sensible a todas las condiciones de posesin de la lengua, aun las mselementales incluy un cierto nmero de casos con conocimientos tan bsicos de la lengua quecon el filtro del test ya no pudieron quedar inscriptos como hablantes. Ntese que los resultadosvan a contracorriente de lo supuesto en el sentido de que con un instrumento de medicin indi-recto se esperaba encontrar subdeclaracin de competencia. Y, por el contrario, con este ltimose obtiene sobredeclaracin.

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    concluye su artculo manifestando una viva preocupacin por la rpidadisminucin del bilingismo mapuche16.

    La variacin en las proporciones de hablantes y en las caractersticasque el dominio de la lengua adopta (los niveles de competencia) segn re-giones, reas y tipos de residencia pone en evidencia la considerable hete-

    rogeneidad del bilingismo mapuzuguncastellano en el sur de Chile. Su-ficientemente indicativas son las diferencias por regiones que manifiestanlos datos de las tablas 1 y 3. Proporcionan tambin indicios de la existenciade importantes asincronas dentro de un proceso general que se orientapor tendencias de reemplazo. Tales diferencias debemos considerarlas unreflejo o resultado de la ausencia de uniformidad en el proceso de cambioslingsticos.

    El bilingismo mapuzugun-castellano es un hecho de larga data en laexperiencia lingstica mapuche. Con posterioridad a la incorporacin de

    la Araucana y su sujecin a la administracin del Estado nacional a fi-nales del siglo XIX, se estructura un sistema de relaciones sociales entremapuches y chilenos muchsimo ms intensa que en el pasado y, com-plementariamente, se difunde paulatinamente la educacin bsica misio-nal y fiscal17. Ello arranc antes en el rea meridional mapuche18y en lazona de Arauco. Algunos lugares aislados y con visibles fricciones intert-nicas, como en el Alto Biobo, lo hacen todava ms tarde. Las demandasde aprendizaje del castellano se refuerzan entre s: la educacin formal di-

    16Tanto los datos presentados como las consideraciones hechas sobre la vitalidad etno-lingstica del mapudungunson alarmantes. Obsrvese que no hay contradicciones: todo apuntaen la direccin de una lengua minoritaria que est siendo abandonada por un nmero sustancialde sus hablantes (op. cit., 22).

    17En esta regin se lleva a efecto una progresin, junto con el retroceso del manejo exclusivoo principal del mapuzugun, hasta aproximadamente la dcada de 1960, en que el bilingismo seextiende y generaliza. La dinmica lingstica en la Araucana hasta esa generacin sera la de unaumento de la adquisicin del castellano sin prdida en la proporcin de hablantes de la lenguaverncula. Como sabemos, desde aquel entonces los vectores de transformacin tomaron otradireccin. Habra entonces un punto de inflexin reciente que en el caso de las zonas willicheseprodujo, conjeturamos, durante la primera mitad del siglo XX, precedindole algo equivalente alo de la Araucana.

    18La evolucin de la realidad lingstica de los willichede las regiones de Los Ros y Los Lagos

    es anloga a la Araucana y Arauco en cuanto a la tendencia al desplazamiento de la lengua abori-gen, pero sus inicios son ms tempranos, se presentan heterogeneidades propias y los resultadosdel desplazamiento son ms avanzados. Esta extensa zona meridional manifiesta hacia finalesdel siglo XIX una todava importante presencia de la lengua originaria, aunque ya con un bilin-gismo extendido en aquellas reas ms relacionadas a grupos de poblacin castellano-hablantes(Chilo y Llanquihue, en particular). A su vez, las comunas cordilleranas de la actual provincia deValdivia poseen un capital lingstico y, suponemos, una historia lingstica menos intensamenteafectada por la sobreimposicin del castellano.

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    funde la lengua nacional que se requiere para enfrentar una vida social yeconmica progresivamente ms integrada a regiones en que los indgenasvan constituyndose como minoras demogrficas; las necesidades de co-municacin derivadas de una progresiva intensificacin de la relacin concastellano hablantes en pueblos y ciudades, espacios laborales o agencias

    pblicas estimulan la adopcin del castellano, lengua que puede adquirirsetempranamente en establecimientos educacionales19. El proceso de adqui-sicin de la lengua oficial se amplifica a medida que se profundiza el patrnde integracin mapuche a sus regiones y que se generaliza la educacinpblica (y la conscripcin militar). Las migraciones y movilidad a centrosurbanos cercanos y al centro del pas se hacen ms intensas desde mediadosdel siglo XX. Nuevos cambios en la residencia y la movilidad espacial se ha-cen presentes durante las ltimas dcadas (Gundermann y Gonzlez, 2008;Gundermann, Gonzlez y De Ruyt, 2009). Inicindose el presente siglo el

    castellano es ya una lengua ampliamente dominante.Durante largo tiempo los hablantes indgenas transmiten, emplean ycultivan activamente su lengua a medida que se difunde y masifica la len-gua nacional. No obstante, con el incremento de la dependencia econmica

    y las relaciones externas, la difusin cada vez ms amplia del castellano, elempleo de esta lengua en prcticas de comunicacin internas que antes nola ocupaban, y con la cada del prestigio social del mapuzugun, la repro-duccin de la lengua nativa sufre presiones cada vez ms intensas. Comoconsecuencia de lo anterior, la cantidad de hablantes disminuye, se inte-rrumpe el proceso de aprendizaje por las nuevas generaciones, se la emplea

    principalmente en asuntos de comunicacin internos y tradicionales20

    . Encosa de un siglo se transita, con desfases segn las regiones que se exami-nen, de un monolingismo extendido a un bilingismo subordinado de lalengua extraa, para de all transitar a uno ms inestable (hacia las dcadas

    19Los inicios de la incorporacin moderna del castellano en la sociedad mapuche y el papelque en ello le cupo a la escuela misional han sido tratados por Durn y Ramos (1988).

    20Debemos insistir, si de suyo no se hizo evidente, en la necesidad de contar con suficientesetnografas de las prcticas lingsticas. Estudios de dominios lingsticos y mbitos de uso delmapuzuguny castellano, prcticas de code switching, procesos de enseanza y aprendizaje de la

    lengua nativa, la cuestin de la lealtad cultural y lingstica, aspectos referidos al prestigio de lalengua, etc., son cada vez ms necesarios para afinar el conocimientos de las dimensiones socio-lingsticas del bilingismo mapuche. Ello supone estudios insensivos en hogares, con periodosde observacin prolongados, el uso de entrevistas focalizadas y de grupo, etc. No es suficiente,aunque representa un paso indispensable, el conocimiento de las prcticas lingsticas al interiorde una familia mapuche (Hernndez y Ramos, 1983). Tampoco de ello puede derivarse una suertede promedio del bilingismo en su conjunto. La generalizacin de resultados en la investigacinetnogrfica es terica (Strauss y Corbin, 1990).

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    de mediados del siglo XX). Este bilingismo no se estabiliz ni diferencifunciones sino que, por el contrario, abri paso al bilingismo subordina-do de la lengua originaria y al monolingismo castellano dominantes hoy.

    Podra pensarse que la lengua logra reproducirse (emplearse y trans-mitirse) y por ello mismo mantenerse vital, aunque slo en algunas par-

    tes, habida cuenta de las considerables variaciones encontradas. Ello pordesgracia es slo parcialmente cierto. Lo es en el sentido que hay regiones

    y zonas particulares en su interior donde se mantiene ms vigorosa. Esaproposicin es tambin vlida para microzonas y, sobre todo, para gruposlocales y redes parentales. Otro tanto se puede decir de familias, por desgra-cia pocas que, yendo un paso ms all de sus lealtades culturales, despliegancon sus hijos un sostenido esfuerzo de inculcacin y ejercicio de la lengua.No lo es en cuanto a aspectos decisivos de la vida social del mapuzugunenuna posicin de bilingismo subordinado, aun en aquellas reas de mejor

    conservacin. En stas como en las otras, aunque con avances mayores omenores en el desarrollo del reemplazo, el proceso general de cambios es elmismo. En efecto, la lengua qued o est cada vez ms quedando relegadaa las generaciones de mayores y ancianos sin que se produzca una transmi-sin extensiva de la misma. Su empleo se limita a quienes la manejan, sufrecuencia de uso se enrarece y las situaciones sociales que la implican soncasi exclusivamente intratnicas. Expresin definida de todo lo anterior sonlas muy desfavorables distribuciones de la lengua en nios, adolescentes yadultos jvenes.

    CONCLUSIONES

    Los datos obtenidos de la aplicacin de un test de competencia lingsticaponen en evidencia un bilingismo mapuzugun-castellano claramente des-favorable para la lengua mapuche. Tomados en su conjunto, los resultadosde la medicin de competencia en cuatro regiones del sur de Chile y a resi-dentes indgenas rurales y urbanos muestran la universalidad del castellano(y, por tanto, la ausencia de monolingismo mapuche), al mismo tiempoque una proporcin de bilinges apenas algo por encima de un tercio de la

    poblacin indgena (un 38,3% del total). Segn esto, la lengua verncula hallegado a ser minoritaria.

    El bilingismo estudiado es considerablemente heterogneo. Y lo es porpartida doble: por la variacin en los niveles de competencia lingstica enmapuzuguny por la variedad de situaciones de vigencia inter e intrarregio-

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    nales. En cuanto a lo primero, destaca el que poco ms de un tercio de loshablantes presenta dificultades de produccin con su lengua, situndoseen niveles intermedios o bsicos. Y a esto se asocia la variacin del nivel decompetencia por tramos de edad, donde aquellos hablantes de generacio-nes ms jvenes presentan con ms frecuencia problemas de desempeo

    con su lengua. En cuanto a lo segundo, el bilingismo presenta notoriasdiferencias segn la regin que se considere: la del Biobo con un rea con-servadora y otra con fuerte desplazamiento; la de la Araucana con un es-tado relativo de vigencia de la lengua indgena mejor, aunque tambin condiferencias zonales, locales y entre los grupos y redes parentales, a veces enun mismo sector; las regiones de Los Ros y Los Lagos, a su vez, manifiestanuna situacin de prdida de la lengua mapuche muy avanzada y, al interiorde este panorama poco esperanzador, sectores donde el grado de desplaza-miento no es tan profundo.

    Dicho de manera sinttica: el mapuzugun transit durante el ltimosiglo desde un monolingismo mapuche generalizado con, proporcional-mente, pocos bilinges, hasta el estado recesivo actual en que el nmero dehablantes y la competencia lingstica de aquellos que lo mantienen retro-cede rpidamente. Durante un momento intermedio, por razones histri-cas antes en algunas reas, ms tarde en otras, un bilingismo extendidocaracteriz el panorama sociolingstico mapuche. Sin embargo, no se es-tabiliz ni se diferenciaron dominios y funciones especficas para la lenguaverncula y el castellano, con lo cual ms bien se desarroll un bilingismosin diglosia con competencia por dominios.

    Ahora bien, este resumen sucinto describe el curso de los cambios, perono explica por qu ellos tomaron esa trayectoria y no otra21. Al respecto,conviene distinguir niveles de explicacin: uno histrico estructural, ex-terno y, otro, correspondiente a lo que Salas (1992: 47) denomin la posi-cin personal o interna sobre la lengua. Acerca del primero, hemos dadoa entender que desde finales del siglo XIX en adelante, a medida que lasregiones meridionales se estructuran, al mismo tiempo y como parte deello se desarrollan activos procesos de integracin mapuche. El incrementoexponencial de las relaciones sociales y econmicas con espacios regionalesen proceso de modernizacin, junto a la vinculacin progresivamente ms

    intensa con agentes culturales privados y pblicos (por ejemplo, escuelas

    21En otro trabajo hemos presentado una discusin y detalles acerca de lo que consideramosun argumento explicativo suficiente para entender la dinmica recesiva de la lengua mapuche(Gundermann et al., 2009).

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    misionales y del Estado), incide en la paulatina generalizacin del bilingis-mo. En este nuevo sistema de relaciones la lengua nativa result relegadacada vez ms a los espacios sociales intratnicos. En las dcadas presentesla vida social y econmica est crecientemente referida hacia afuera (ex-pansin de las migraciones, aumento de la movilidad laboral, acceso a me-

    dios y tecnologas de comunicacin y transporte). Tocante a lo segundo,los proyectos de familia y persona se orientan cada vez ms en direccin ala integracin con el resto de la sociedad (vida urbana, acceso a educacin,profesionalizacin, movilidad socioeducacional). Por va de consecuencia,entonces, las prcticas comunicativas de los grupos y redes sociales ma-puches internas, distribuidos ahora sobre espacios sociales cada vez msdistendidos, se castellanizan extensivamente. En paralelo y reforzando loanterior, las valoraciones sobre la lengua se hacen plurales y ambiguas. Elvalor subjetivo otorgado a la lengua compite con nociones como las de ci-

    vilizacin y progreso, asociados a la vida moderna y al castellano. En nopocos casos se adopta una perspectiva abiertamente desvalorada y negativasobre ella. De esta manera, disminuyen visiblemente las condiciones socia-les y subjetivas internas favorables a la continuidad de la lengua.

    Visto histricamente lo anterior, todo apunta entonces en el sentido quedesde los contextos sociales regionales, y durante el ltimo medio siglotambin el nacional e internacional surgen presiones para una masiva cas-tellanizacin. Mientras ella ocurre y desde las propias condiciones socialesinternas a la sociedad mapuche la reproduccin de la lengua se hace ms di-ficultosa, generndose una inflexin recesiva. Esta consiste en el abandono

    de la lengua en la casi totalidad de los dominios de comunicacin lings-tica intratnica, y en la interrupcin de su transmisin intergeneracional.Logrado esto, nos encontramos plenamente en la dinmica de retrocesopresente.

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