Manzanera Juan, El Placer de Meditar

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    El placer de meditar

    Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002.

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    Sufrimiento y enseanzas negativas.

    Naturaleza budista.

    Viendo que la causa primordial del sufrimiento eran las emociones negativas, y qusu vez se originaban en la ilusin que proyectamos en los fenmenos, resultaba apaexplorar los mecanismos que funcionaban en mi mente. Quizs lo ms impordescubrir mi propia naturaleza, lo que en el budismo se llama naturaleza bdicahaba sido una idea atractiva al principio, se convirti en una intuicin clara y real.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 23.

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    Meditacin y desapego.

    Trabajo de largo plazo.

    Recordaba las palabras de Buda cuando le preguntaron qu haba ganado con la mNo he ganado nada, lo he perdido todo. Me repeta a mi mismo que tena demexpectativas, que el camino espiritual era un proceso lento y largo, que fuera msSin embargo, mi problema no era haber ganado nada, mi problema era no habenada. Pareca tener los mismos apegos, los mismos miedos, la misma ignorancia.

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    Ego y deseos.

    Es el enemigo interno.

    El ego, por su naturaleza, est constantemente persiguiendo placer y huyendo acabar con ese modelo repetitivo es una forma de acabar con el ego. El eg reenfermedad, de manera que aceptarla es una manera de atacar al ego, que despues el principal obstculo a las realizaciones.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 27.

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    Estudiar la mente.

    Analizar la mente.

    Con ayuda de la psicoterapia comenc a explorar la parte de mi mente que no habDescubr mis tendencias y condicionantes, tambin mi miedo al contacto y a la eentend que una parte de mi camino espiritual haba sido una huida. Al mismoreconoc con mucha ms certeza lo verdaderamente espiritual que s haba desCuidadosamente se fue desenmaraando la red en la que estaba atrapado.

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    Estamos completos as.

    Ya somos lo que somos.

    No necesitamos ninguna cosa que nos mejore ni nos perfeccione; en esenecesitamos crecer ni desarrollarnos ni evolucionar. Si viviramos plenamente code lo que somos seramos tremendamente felices, estaramos satisfechos y llenos ddel humor; tendramos ms capacidad para solventar los problemas cotidianos y semenos ansiedad; nos encontraramos ms seguros, menos amenazados por el eviviramos la vida como un juego y llenos de gozo.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 35.

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    Apego a los ocho intereses mundanos.

    Cambiar el punto de referencia.

    Dicho de otra manera: necesitamos apoyarnos en la salud, el prestigio, el aprecio, sentirnos seguros. En lugar de basar la felicidad en lo que somos, la basamos estamos. As es imposible alcanzar un bienestar perdurable, nuestra situaccambiando constantemente y siempre lo har, por tanto, que no podemos ni debemnuestra felicidad en esto.

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    Identidad y sentidos.

    Nos identificamos con agradable y desagradable.

    Es evidente que si delimitamos la definicin de nosotros mismos a lo que experimetravs de los sentidos, cuando percibamos cosas agradables sean sonidos, oloressabores o texturas-- nos sentiremos felices, mientras que cuando sean desasentiremos malestar. Precisando un poco ms: cuando lo que percibimos es compla imagen que hemos construido de nosotros mismos nos sentiremos contentos, y cincompatible, nos sentiremos incmodos y frustrados.

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    Realidad y actitud mental.

    Distorsin emocional de la realidad.

    Los trabajos para que emerja nuestra realidad interior son nuestros mismos mentales y, ms especficamente, aquellas actitudes mentales que distorsionan lade lo que percibimos. Las autnticas causas de nuestra infelicidad son la codiciaenvidia, la vanidad y todas nuestras pasiones.La funcin de estas emociones es hacernos percibir las cosas de una forma errneso se definen como negativas. No son algo que podamos controlar, son ms bienque nos controlan a nosotros. Nos hacen vivir llenos de fantasas, proyecciones, p

    racionalizaciones y dems, con lo cual nos mantienen al margen de la realidconsiguiente, lejos de nuestra esencia.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 41.

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    Deseo y realidad.

    Apego al Yo.

    Para eliminar las pasiones es preciso reconocer su causa. Tras una minuciosa invepodemos encontrar que todas ellas tienen en comn una misma idea subyaconcepto de yo necesito. Estamos identificados con una idea mental de nosotros dos aspectos: por un lado un to concreto y slido, y por otro la creencia de queprecisa de algo para completarse.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 42.

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    Apego y aversin.

    Son porque somos incompletos.

    Cuando uno se cree incompleto, impotente y pobre, siente una gran atraccin haquello que le favorece y le protege, e intenta conseguirlo por todos los medios. Asisentirse vulnerable y frgil, experimenta una fuerte aversin hacia lo que le amenazde apartarlo de su vida lo ms posible. Estas dos respuestas, junto con el concepto yo independiente y permanente, son las tres pasiones que sirven de base para el res

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 42.

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    Ignorancia.

    Emociones negativas.

    Por ejemplo, la vanidad, el orgullo, la avaricia, la lujuria y la gula, surgen del apego; la crueldad, la envidia, los celos y la agresividad, surgen del enfado; y la pdeshonestidad, la jactancia, la cobarda y la desconsideracin, surgen de la ignoranc

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 42.

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    Dedicarse a lo externo.

    Buscar lo interno.

    Es como si escribisemos unas palabras en la arena de la playa y cada da el mar lacuando sube la marea. Sin preparar las condiciones externas cambiando nuestrde vivir cualquier progreso acaba siendo anulado y no llegaremos a ninguna ppues, en el inicio debemos poner un esfuerzo especial en conseguir las condicifavorezcan la toma de conciencia interior, lo que significa cambiar algunos de hbitos cotidianos.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 62.

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    Atrapados en los sentidos.

    Superar dukha.

    Si seguimos buscando la estimulacin y slo valoramos lo que experimentamossentidos, seguiremos atrapados con la comprensin que tenemos hasta ahora. As forma de acabar con las insatisfacciones, frustraciones e incertidumbres que imnuestra vida. Y esto sucede incluso en quienes entran en un proceso de evolucin puesto que leer libros espirituales o meditar tambin pueden ser formas de estimulslo refuerzan la identificacin sensorial.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 63.

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    Respuestas compulsivas.

    Llenar el vaco interno.

    De hecho, mientras no reconozcamos esto, seguiremos tratando de llenar compulsesta especie de agujero que sentimos en nuestro interior. En principio, a la presencisentimiento de vaco existencial respondemos con la sensacin de que hay algo en que no nos pueden querer, que nos van a rechazar o abandonar, que somos culpay luego intentamos compensarlo, unos con el prestigio y la fama, otros con el sexo, el dinero, otros con el trabajo y otros incluso con la bsqueda espiritual. Pero sresuelto el sentimiento base seguimos atrapados y sometidos a compor

    compulsivos. Darse cuenta de esto es fundamental.

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    Bsqueda compulsiva de la felicidad.

    Produce profunda insatisfaccin.

    Hay que tener contentamiento. Estar contento con lo que se presente es fundamela paz interior. Por el contrario, la estimulacin constante a la que nos sometemantiene la insatisfaccin y la infelicidad. Y a su vez la insatisfaccin nos habuscando estmulos sin cesar. En el grado de conciencia en el que estamos, la vida de llenarnos plenamente y algo nos dice en nuestro interior que es posible alcafelicidad estable y duradera. Por esta razn empleamos muchsima energa persigsin encontrarla; sin embargo, a pesar de nuestros esfuerzos, lo nico que consegu

    momentos de bienestar efmeros y fugaces, con lo que seguimos buscando, y emental que induce este proceso es la insatisfaccin.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 65.

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    Camino espiritual.

    Evitar daos.

    Cuando deseamos profundizar en nuestro interior, lo que ms nos interesa es manmodo de vida armonioso con el entorno y con los dems, y esto significa estar nuestros actos para evitar lo ms posible el dao. De modo que otro requisito impornos aporta una armona interna es la tica de nuestra conducta.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 69.

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    Emociones negativas.

    Evitar que aparezcan.

    La mayor parte del tiempo, las emociones negativas ocupan nuestra mente y, hoynos resulta muy difcil evitarlas; un primer paso para frenarlas consiste en dejar dlas acciones impulsadas por ellas. En esto se basa la conducta tica. Hay unaacciones que en la mayora de los casos estn provocadas por las pasiones, y vivir nos lleva a dejar de realizarlas.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 69.

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    Naturaleza esencial igual a todos.

    No hay diferencia entre humanos.

    La reflexin nos ayuda a darnos cuenta de que todos somos seres que buscamofelicidad, todos somos iguales en esto. Unos lo buscamos de una manera y otrospero no existe ninguna diferencia fundamental intrnseca entre nosotros. Tambienfermedad, la vejez y la muerte somos iguales. Aunque nos sentimos ms cercapersonas que de otras, no hay nada que indique que haya seres mejores que otrosnaturaleza esencial es idntica. Es la manera de buscar la felicidad lo que nos dunos la buscan con ms inteligencia y otros de una manera ms torpe, eso es todo.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 72.

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    Desarrollo budista.

    Cuatro pasos.

    Hacer que vivir sea favorable

    1. Reconocer los estmulos y reducir su cantidad.2. Nutrir la mente y los estados mentales positivos.3. Vivir sin daar.4. Despertar el potencial de amar.

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    Cinco emociones negativas.

    Bloquean el presente.

    Es bastante obvio que si estamos irritados o muy agitados no podremos estar muy lo que nos sucede, ms bien mantendremos una tendencia obsesiva a repetidamente al objeto de nuestra ira o de nuestra agitacin. Por ejemplo, cuandoenfadados porque un conocido nos ha hecho algo que no nos gusta, es muy difcil potra cosa, o cuando estamos muy nerviosos porque estamos esperando una notpodemos fijarnos en o que tenemos delante. Al igual que la ira y la agitacin, tadeseo, el sopor y la duda nos impiden entregarnos plenamente al momento presente

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    Deseo.

    Base de la mente negativa.

    Tenemos el hbito de desear. A veces, incluso sentimos que si no deseamosestamos plenamente vivos. Muy a menudo nos encontramos con gente que decada y apagada cuando no tiene deseos. Los deseos de comprar ropa, de hacerde conocer gente, etc., parecen ser necesarios para sentirnos vivos. Nos hemos palguna vez la verdad de esta creencia?

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 79.

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    Mecnica del deseo.

    Ansiedad.

    Es curioso, la cuestin no es que deseemos algo, sino que buscamos desear algo, bdesear disfrutar de tal cosa, de conocer tal lugar, o de encontrarnos con tal persondeseos nos produce tal ansiedad, que ni siquiera los tenemos espontneamente, nopasado de rosca hasta el punto de desear el desear. Hemos llegado a tal locurafrecuencia uno de nuestros anhelos habituales es huir del vaco insoportable dedeseos.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 79.

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    Base del deseo.

    Exagerar la cualidad positiva.

    Normalmente el deseo surge debido a una valoracin excesiva de algn placer quexperimentado. Despus de algn tiempo de haber vivido algo que nos dio cierto blo recordamos de un modo desfigurado, diferente a cmo realmente sucedi. eliminar lo incmodo y lo ordinario de la experiencia, recordamos tan slo lo excepcexageramos. Esto hace que lo busquemos de nuevo. Lo que no somos capaces que eso que ahora buscamos no existe porque es una idea deformada de lo quenunca existi como lo pensamos.

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    Superar el deseo.

    Observarlo como tal.

    Una actitud bastante efectiva es observar directamente nuestro deseo sin demasiada atencin y verlo simplemente como algo que nos sucede, y que tal surgido desaparecer. Como una nube que aparece en el cielo, el deseo apareconciencia. Si esto no nos ayuda, podemos tambin intentar poner ms atencin estamos haciendo y fijarnos ms en los detalles.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 83.

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    Ira: su base.

    No cumplir expectativas.

    Solemos apegarnos a los daos que recibimos, las situaciones que nos incomoproyectos que nos salen mal, y por ello nos enfadamos. A menudo las cosas no sadeseamos y reaccionamos con disgusto. Es decir, cuando algo deja de satisfacerexpectativas solemos responder con irritacin.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 83.

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    Vivir en paz los problemas.

    No enfado.

    Esto es lo habitual, lo que todos vivimos cotidianamente; sin embargo, no e responder con irritacin ante estas situaciones. Hasta ahora, la mayora de lrespondemos con enfado ante cualquier frustracin y a menudo no queremos actumanera. Es como si tuvisemos la fantasa de que enfadndonos pudisemos actodos los males que nos aquejan. El resultado de esta actitud suele ser malestar, fsicas, incapacidad de disfrutar, complicaciones en las relaciones, distanciamiendems, etc.

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    Enfado: bases: primer causa.

    Existencia de los dems.

    El primer elemento que nos induce a la ira son los dems. Nos enfadamos con alguest daando ahora, si lo hizo en el pasado o si pensamos que lo har en el futuro;con quien est perjudicando a nuestros amigos y personas queridas ahora, lo hizcreemos que lo har; y finalmente, con quien ayuda o favorece a nuestros enemiglo hizo anteriormente o sospechamos que lo har.

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    Enfado: 2 causa.

    Aversin a los dems.

    Si no soporto el orgullo de alguien, estoy frenando mi capacidad de ser humilsoporto su cobarda estoy limitando mi capacidad de valenta, si no soporto su egoslimitando mi capacidad de altruismo y amor. Cualquier forma de aversin hacia loshacia uno mismo, nos limita, y mantiene el grado de conciencia densa en el que esta

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    Enfado: 3 causa.

    Incomodidad y fracaso.

    De nuevo en este caso conviene ser ms realistas y contar con imprevistos desagNo es lgico esperar que todo salga como queremos o que todos nomaravillosamente bien. En cada situacin intervienen muchos factores, y en muchson imposibles de prever. Hemos de asumir la idea de que vivir implica un incomodidad y dolor, de manera que cuando algo suceda nos parezca normreaccionemos con rechazo o negando la situacin.

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    Atencin sin accin.

    Ver el enfado.

    En general, una buena tcnica de meditacin para disolver la ira es distanciarnoEsto significa reconocer que es algo que sucede en la conciencia y que, siendo scomo el espacio sin forma, ni tamao, ni lmites--, el enfado slo es un pequeo suocurre dentro de algo mucho mayor. Por ejemplo, si nos ponemos un libro muy cerojos no veremos nada a nuestro alrededor, pero en cuanto lo alejemos, ademsempezaremos a percibir el resto de las cosas que hay en el lugar. De la misma mconseguimos distanciarnos de la irritacin, la sentiremos como una pequea cosa

    sucede y no afectar nuestro comportamiento.

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    Compulsin mental.

    Hay que reducirla.

    Apenas podemos acallar el monlogo interno un momento, y la compulsin a hacernos deja tranquilos; suele coincidir con pocas en las que estamos ocupademasiadas cosas. As no encontraremos sosiego. Aunque la agilidad mental seacuando tratamos de sentir lo que sucede en nuestro interior necesitamos la actitudde receptividad y atencin continua. Para encontrar paz y apreciar nuestros aspentimos tenemos que ser capaces de reducir tanta actividad mental.

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    Meditacin.

    Romper hbitos.

    Lo primero que hemos de hacer es tratar de tener ms control sobre nuestra medejarnos llevar por los hbitos y la inercia. La agitacin impide la estabilidad, de msin tener dominio sobre este factor mental es imposible enfocar la atencin y ptravs de los velos de distorsin que filtran nuestra experiencia interna. Es como cllama de una vela ests en una corriente de aire, tiembla y no ilumina bien.

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    La mente no es su contenido.

    Es quietud y claridad.

    Aunque nuestra mente est agitada, su naturaleza sigue siendo quietud y claridad. decamos, la mente es como el espacio, no tiene dimensiones ni contornos. conciencia de esta espaciosidad podemos permitir que la agitacin se mueva por emisma tcnica que usbamos anteriormente, y con ella descubrimos que no somsucede en la mente y podemos dejar de identificarnos con ello. Con ella aprendemosomos los contenidos mentales, es decir, las nubes no son el cielo ni las olas el mar

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 97.

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    Agitacin mental.

    Su base es la insatisfaccin.

    Muchas veces la agitacin est producida por la insatisfaccin, empezamos a estar de lo que nos est sucediendo en la vida presente y mentalmente comenzamofantasas, a traer recuerdos o a hacer planes. Esto nos va alejando ms y ms demismos hasta que nos perdemos. En este caso conviene que seamos capaces de resos primeros momentos de aburrimiento y aceptarlos sin rodeos.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 97.

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    Duda: obstculo a meditacin.

    Bloquea presente.

    La duda que aparece como obstculo es el estado mental de incertidumbre ante cosa que surge una vez que hemos sopesado una situacin y elegimos actuar. Lainterpone en nuestra conciencia del presente. Si tenemos que llegar a algn squedamos pensando en si hacerlo o no, probablemente no llegaremos muy lejos.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 106.

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    Base de la meditacin.

    Conocer la mente.

    Se trata de impedir que nuestra propia mente siga interfiriendo en la experiencia demismos tal como somos. Por consiguiente, es crucial conocerla y saber culespautas, hbitos y formas de reaccionar. Tenemos que aprender a mirar dentro demismos con objetividad y desapego. Este es el comienzo de la meditacin.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 117.

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    Siete puntos de la postura meditativa.

    Detalle de cada uno.

    En el budismo clsico se describe que la postura ideal consta de siete caracterstconcretas. Las piernas cruzadas en la postura del loto, la espalda derecha y cenmanos en el regazo con la derecha sobre la izquierda y los pulgares tocndose, lalos hombros ha de estar horizontal y paralela al suelo, los hombros abiertos y loarqueados dejando que pueda pasar el aire por las axilas, la lengua tocando al paladfin de segregar el mnimo de saliva, los labios y la mandbula relajados, laligeramente inclinada hacia delante para que los msculos del cuello y los hombros

    el mnimo esfuerzo y los ojos ligeramente abiertos para que puedan percibir un poco

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 119.

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    Percepcin distorsionada.

    Por estar evaluando.

    Nos pasamos la vida valorando y comparando todo lo que encontramos, poraramente apreciamos el valor de las cosas, tenemos la tendencia a juzgar todo como malo, agradable o desagradable, etc., ponemos etiquetas a todo, y en lugar de vees, lo percibimos a travs de ellas. As, siempre nos llega todo filtrado y empobrmanera que es muy valioso mantenerse atento sin ningn juicio de la experiencia.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 122.

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    Pensamientos fijos.

    Mente estacionada en hbitos.

    Cuando conocemos a alguien o nos encontramos con una situacin nueva, estaatentos y despiertos, pero una vez que la vivimos varias veces nos hacemos una vivimos con ella. Ya no vemos a la persona ni a la situacin como es, no vemotenemos delante, sino el concepto que nos hemos formado. Tambin cuando obsnuestra mente tenemos una idea y nos quedamos en ella, rara vez somos capacesque hay aqu y ahora.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 122, 12

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    Sensaciones son slo presente.

    Uso del cuerpo meditativo.

    Las sensaciones corporales slo se viven en el presente, para ellas no hay pasadode modo que la observacin del cuerpo nos sirve para anclar la atencin y volvernuestro cuerpo, dejando de lado fantasas, recuerdos y planes futuros. Prestandodespertamos todas las clulas a vivir cada instante, como si cada una tuviera confuera a realizar la meditacin.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 131.

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    Atencin: base de la meditacin.

    Ubicado en el presente.

    La cualidad fundamental en el proceso interior es la atencin. Sin atencin no sescapan muchas cosas que suceden a nuestro alrededor, sino que adems nos alenosotros mismos, desconocemos cmo nos afectan las cosas y cmo respondemante todo, la atencin es lo que nos permite descubrir todo lo que somos en el presente.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 134.

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    Meditacin en el pensamiento.

    Uso de la intuicin.

    Observa atentamente de dnde provienen los pensamientos, dnde ocurren y a dLos pensamientos no son la mente, trata de experimentarlo. Al igual que las olas dson el mar, los pensamientos son movimientos en el espacio ilimitado de la conciende observar la conciencia misma.Descubre que la mente no tiene forma ni tamao ni contornos ni lmites. Si ests ateuna cierta luminosidad o transparencia en la naturaleza de la mente. Realmente palabra es una distorsin. Usa tu intuicin para contemplar la mente.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 138.

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    Atacar el Yo.

    Todo cambia en el ego.

    En lo ms ntimo nos sentimos muy importantes, muy especiales, nos sentimos el cUniverso y queremos que todo gire a nuestro alrededor. Pero la realidad es de otrslo somos como un granito ms en un desierto de arena. No somos algo especial ndistinto. Y la vida quiere, ante todo, ensearnos esa leccin mediante los cambios, las estaciones, mediante los amigos que se van para no volver y, sobre todo, nuestra propia fragilidad y nuestra muerte.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 146.

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    Atencin: es una habilidad.

    Abrir la mente.

    El desarrollo de la atencin no es una cuestin de voluntad, sino de habilidad paraconceptos que nos enlazan con las percepciones habituales. La atencin con calidasabidura, amor, comprensin, humildad y muchas otras cualidades, y esto no se basndose en la fuerza de voluntad, sino en el ejercicio constante.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 152.

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    Mente, habla y cuerpo.

    Tres campos de accin.

    Todo lo realizamos con el cuerpo, el habla o la mente, y los centros del entrecejo, lay el corazn estn asociados con estas tres maneras de actuar, de modo que sobre ellos puede alcanzarse la purificacin de todas las actividades.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 157.

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    Meditacin y naturaleza de mente.

    Mente como espacio vaco.

    Descubrir nuestra naturaleza esencial est ntimamente relacionado con el conocimnuestra mente. La mente o conciencia se define como el fenmeno que es capaz dey que no tiene forma ni tamao, ni es tangible. La exploracin de la naturaleza denos lleva a una sensacin de espacio muy cercana a lo que verdaderamentConstantemente pasamos por cambios y situaciones difciles, a menudo nos vemosy densos; una de las principales causas de nuestro sufrimiento es aferrarnos a losucede. El problema no es el placer y el dolor, el problema es ms bien la ment

    aferra a ellos.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 170.

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    Sufrimiento y existencia inherente.

    Somos agregados.

    Lo que mantiene todos nuestros conflictos y malestares es la conviccin de que tenerealidad intrnseca que existe independientemente de lo que nos rodea. Sin embaslo observar un poco no es difcil darse cuenta de que somos algo mucho msPodemos encontrar que tan slo somos la agrupacin de un conjunto de clulas y de estados mentales, y no mucho ms. No obstante, aunque intelectualmente entender fcilmente nuestra realidad interdependiente, seguimos estando profunconvencidos de la existencia de algo inherente a lo que llamamos yo.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 177.

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    Meditacin sobre el yo.

    Desmantelar sus presupuestos.

    Observa el yo. Contmplalo lo ms objetivamente posible. Si este yo existe tieneposible identificarlo con algo. Comienza el proceso de buscarlo, pero ten presente qbuscas es el yo con las caractersticas de solidez, permanencia e independencia, crees. No se trata de buscar un yo cualquiera, sino de hallar la base de la creencalguien con realidad intrnseca. Si un yo con esas caractersticas existiese, tendra qencontrarse en alguna parte. Y slo hay dos posibilidades: bien es algo totalmente del organismo y la conciencia o bien es uno con ellos. Reflexiona sobre esto hasta q

    completamente convencido de que slo existen estas dos posibilidades.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 178.

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    Meditar en la mente.

    Tal y como es.

    Medita en la naturaleza relativa de la mente. Adquiere conciencia de sus peculiaridtiene forma ni color ni caractersticas fsicas, es como el espacio. La mente es un fque conoce y posee claridad. Observa que tu mente es como un espejo interior qtodos los fenmenos. No trates de rechazar los pensamientos que surgen y observacomo olas en el ocano que elevndose vuelven a formar parte del mismo. reconocer que todo lo que aparece en la mente tiene por naturaleza la clarconocimiento.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 182.

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    Crtica a los condicionamientos.

    Cambio de hbitos por meditacin.

    Estamos muy condicionados. A lo largo de la vida hemos ido desarrollando costumbres que nos dejan muy poca libertad para vivir conscientes, con frecuevemos reaccionando ante las cosas sin ninguna eleccin. Una de las dificultades dede conocimiento interior es romper con la inercia y con estos condicionamientestamos sometidos. Cambiar los hbitos y responder de una manera genuina ante loencontramos requiere un enorme esfuerzo.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 187.

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    Respuestas compulsivas.

    A los estmulos externos.

    En algunas ocasiones nos daremos cuenta de que vivimos reaccionando compulsivtodos los estmulos, de que estamos llenos de dependencias o de qutremendamente negativos y crticos; entonces, ser conveniente que nos distancpoco de todo y contactemos de nuevo con nuestro centro para volver a vivir desdeun retiro conseguimos adquirir una perspectiva diferente de la vida cotidiana, que vivirla de una manera ms rica.

    El placer de meditar, Manzanera Juan, Ediciones Dharma, Espaa, 2002, p. 189.

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