Manual de Tecnicas

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Manual de técnicas demontaña e interpretación de

la naturaleza

Por:

Javier A. Melendo SolerNieves Arbonés Cobos

Luis Cancer PomarPilar Maza Rodríguez

Fernando Lampre Vitaller

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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacion escrita de los titulares del copyright,bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra porcualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informáti-co y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamos públicos.

Dibujos: Miguel Ánge Campos© 2002, Javier A. Melendo Soler

Nieves Arbonés CobosLuís Cancer PomarPilar Maza RodríguezFernando Lampre Vitaller

Editorial PaidotriboC/ Consejo de Ciento. 245 bis, 1º 1ª08011 BarcelonaTel. 93 323 33 11 - Fax. 93 453 50 33E-mail: [email protected]://www.paidotribo.com

Primera ediciónISBN: 84-8019-592-4Fotocomposición: Bartolomé Sánchez de HaroImpreso en España por: A&M gràfic

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PRÓLOGO

Querer transmitir las sensaciones que se producen cuando nos desplazamos por lanaturaleza, subimos a las montañas, o simplemente contemplamos un paisaje es mássencillo cuando contamos con la experiencia vivida de quien ya lo conoce.

Hasta los más urbanos de los hombres tienen cerca un parque, un río o unas zonasperiféricas a su ciudad, en las que no impera el hormigón, y los ruidos de los cochesson superados por el trinar de los pájaros o el correr del agua. Donde tal vez, han podi-do percibir la tranquilidad del lugar y la placidez del silencio.

Pero nuestra intención va más allá del apreciado paseo entre paisajes cercanos.Cuando cinco personas, de ámbitos diferentes, pero con un mismo nexo común deamor a la naturaleza y a las actividades que se pueden practicar en ella, decidimosescribir sobre cómo podemos acercarnos a ésta sin riesgo, aceptamos el reto de inten-tar transmitir aquello que a nosotros nos enseñaron, tamizado por nuestra propia expe-riencia.

El acercamiento a la naturaleza, desde nuestra experiencia cómo senderistas, mon-tañeros, escaladores, barranquistas, esquiadores y otras actividades vinculadas a éstas,nos hace conscientes de los riesgos que entrañan y, por lo tanto, de la forma en quedebemos abordarlos. Encaramarnos a lo alto de una cumbre, seguir los viejos senderosque atravesaban los collados, no va a ser tan sencillo como andar por nuestro parque.

Sea cual sea la forma en la que decidamos acercarnos a los entornos naturales,deberemos tener unos conocimientos básicos que irán desde la orientación y la inter-pretación de los fenomenos meteorológicos, hasta las medidas preventivas ante posi-bles situaciones inesperadas, pasando por una correcta nutrición y preparación física ytécnica. La artificiosa división en: baja, media y alta montaña nos servirá como basepara describir las diferentes técnicas que debemos utilizar para nuestros desplazamien-tos a pie por esos terrenos, así como los diversos materiales técnicos más adecuados.

La naturaleza y en especial las zonas montañosas son terrenos cambiantes, espe-cialmente en función del clima. La variabilidad es tan grande, que en pocas horas nospodemos encontrar con una situación o un terreno con unas características totalmentediferentes. La capacidad para adaptarnos al medio es algo que fundamentalmenteaprendemos “in situ”. No pretendemos ser los sucedáneos de esa necesaria experien-cia, ni sustituir a ese compañero más experimentado, o a ese guía, que nos inician poresta senda natural.

Este libro, escrito a modo de manual, aspira a recoger lo más sustancioso de las téc-nicas utilizadas en montaña y los conocimientos previos con los que deberíamos acer-carnos a ella. Pretendiendo, tambien, llenar el vacío que existe, ante la ausencia delibros para la enseñanza de los novedosos Ciclos Formativos de Actividades Físico-Deportivas en el Medio Natural, labor en la que alguno de los autores estamos directa-mente implicados.

Con la lectura de este libro, esperamos transmitir al lector no sólo los conocimien-tos básicos necesarios, sino también la ilusión y el placer que produce su práctica.

Javier A. Melendo Soler

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INTRODUCCIÓN

El manual que está ante ti pretende recoger los aspectos técnicos más importantesque hay que contemplar para desplazarnos por el medio natural: desde las excursionespor senderos a las escaladas en la alta montaña.

Los capítulos correspondientes han sido elaborados por diversos autores que tantopor afición, como por profesión, están vinculados con los contenidos de cada uno deellos.

Para su mejor comprensión, el libro está estructurado en doce capítulos, con nume-roso soporte gráfico, que recogen de la forma más completa posible los aspectos quedebemos conocer al adentrarnos en el medio natural. El orden y la composición de loscapítulos son los siguientes:

Orientación y cartografíaSe describen los sistemas de referencia y las técnicas de orientación sustentadas en

ellos. La utilización de mapas, brújulas y otros instrumentos, necesarios para planificarnuestros itinerarios. La interpretación de los mapas de los lugares por los que nos des-plazamos es el soporte principal para el desarrollo de nuestra excursión y el mejormedio para no extraviarnos.

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montañaEl senderismo, la media montaña, la alta montaña sin necesidad de utilizar vías de

escalada, forman el contenido de este capítulo. Caminar por diferentes tipos de terrenoy conocer el material adecuado para la actividad. ¿Qué debemos llevar puesto?, ¿quématerial debo transportar? son algunas de las preguntas que todos nos hacemos y quetratamos de contestar. El cálculo de la duración de la excursión, así como sus períodosde pausa, nos obligará a establecer tiempos en función de los desniveles o de la longi-tud por correr.

MeteorologíaGracias a los medios informativos actuales, no deberíamos comenzar nuestras acti-

vidades sin informarnos de la meteorología prevista. La interpretación de ésta no ter-mina con la televisiva imagen de unas nubes encima de un mapa. El conocimiento dela dinámica atmosférica y la interpretación de los signos naturales evolutivos permiti-rá evitarnos más de una situación comprometida, o al menos estar preparados paraenfrentarnos a ella. Se expone un detallado estudio sobre las temperaturas, las precipi-taciones y la presión atmosférica.

Interpretación del paisajeLa mirada requiere un adiestramiento para contemplar. Diferentes personas pueden

acercarse a un mismo paisaje y tener percepciones diferentes. El presente capítulo pre-tende dotar al observador de un bagaje instrumental que le permita interpretarlo. Losmétodos de estudio utilizados serán: las unidades del paisaje, su caracterización, sudinámica propia de un terreno vivo y su valoración tanto individual como grupal.

Organización de campamentos y travesías de media montañaCuando nuestra actividad ocupa más de un día, se hace necesaria la acampada. La

organización de un campamento fijo, o un campamento itinerante, está sometida a unascondiciones y a una normativa que es imprescindible conocer. Desde el respeto almedio natural, deberemos elegir las ubicaciones más seguras para la acampada. El

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equipo de acampada que debemos transportar, tanto personal, como colectivo, com-plementa a los materiales necesarios para el desarrollo de la actividad.

Senderos y caminosEl auge del senderismo ha provocado la creciente señalización de muchos caminos.

Son muchas las zonas que están incentivando el uso de los caminos tradicionales, oincluso abriendo nuevos caminos. La autora nos acerca a la actual normativa y regula-ción de estos senderos.

La interpretación del medio ambienteLos efectos resultantes de la modificación que el hombre imprime al medio natural

condicionan su protección. Los contenidos de este capítulo se orientan hacia las pautasde conducta que debemos adoptar. El conocimiento de la normativa medioambiental ennuestro país, así como la evaluación del impacto ambiental, nos ayudarán a conseguireste objetivo.

Seguridad en montaña, utilización del material de seguridad y técnicas básicas deescalada en roca

La progresión en la montaña con seguridad requiere conocer las normas que debe-mos cumplir en caso de un accidente, o para solicitar socorro. El conocimiento de téc-nicas básicas de escalada, así como el material necesario para éstas, es importante tantosi nuestra actividad es la escalada, como si a lo largo de nuestro recorrido tenemos queutilizar, para nuestra seguridad, cuerdas u otro material auxiliar.

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdasEn continuidad con las maniobras de seguridad, se describen los principales nudos

y los anclajes, tanto naturales como artificiales. Las maniobras con cuerdas son el com-plemento imprescindible en terrenos escarpados, o con dificultades naturales infran-queables. El rápel, las técnicas de ascenso, las de aseguramiento, autorrescate, o eltransporte de accidentados, forma parte de éstas.

SupervivenciaLa prudencia y nuestra preparación colaboran a evitar los accidentes. El sentido

común y algunos conocimientos básicos pueden ser imprescindibles ante situacioneslímite. Saber utilizar los recursos naturales y propios, para obtener agua, alimentos, obien procurarnos un refugio, son algunos de los apartados tratados en este capítulo.

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturalezaEl acercamiento a unas actividades más exigentes requiere alcanzar un adecuado

nivel de condición física. Si no queremos que nuestras excursiones se conviertan enuna tortura, deberá estar en consonancia nuestra capacidad física con los objetivos aalcanzar. El autor describe las normas básicas para el entrenamiento de excursionistasy montañeros, así como los sistemas de obtención de la energía, en los que se sustentauna nutrición e hidratación adecuadas.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio naturalSe recoge un amplio abanico de las lesiones y accidentes que pueden darse en el

medio natural. La necesidad de una rápida instauracion de medidas de auxilio, así comouna correcta aplicación de éstas, nos obliga a ser insistentes en su conocimiento. Lalejanía de cualquier centro sanitario hace todavía más necesario que las personas que sedesplazan por la naturaleza conozcan a fondo las maniobras de primeros auxilios.

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ÍNDICE

1. Orientación y cartografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92. Técnicas de progresión por senderos

e itinerarios de media y baja montaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . .373. Meteorología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .654. Interpretación del paisaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .995. Organización de campamentos y

travesías de media montaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1276. Senderos y caminos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1457. La conservación del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1618. Seguridad en la montaña. Utilización del

material de seguridad y técnicas básicasde escalada en roca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

9. Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas . . . . . . . . . . . . . . . . 21310. Supervivencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23911. Preparación física y nutrición para la

realización de actividades en la naturaleza . . . . . . . . . . . . . . . 25712. Medidas preventivas y primeros

auxilios en el medio natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281

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Capítulo 1

ORIENTACIÓN Y CARTOGRAFÍA(Fernando Lampre Vitaller)

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1. INTRODUCCIÓN

2. LA LOCALIZACIÓN ESPACIAL Y LOS SISTEMAS DE REFERENCIA• Localización y coordenadas

• Sistemas de referencia de una, dos y tres dimensiones• Las coordenadas geográficas

• Las coordenadas U.T.M.• Designación de zonas• Identificación de los cuadrados de 100 km• Designación de un punto con aproximación de 100 m

3. TÉCNICAS BÁSICAS DE ORIENTACIÓN• La búsqueda de la dirección Norte-Sur• Orientación diurna con el Sol

• El gnomon y la determinación de la meridiana• Orientación con el reloj

• Orientación nocturna con la Estrella Polar• Orientación con la brújula

• Partes de una brújula

4. INTERPRETACIÓN Y UTILIZACIÓN DE MAPAS• Los mapas y las proyecciones cartográficas

• Los sistemas de proyección cartográfica• ¿Cómo se hacen los mapas?• Partes y elementos de un mapa

• La escala de los mapas• Pequeña y gran escala• Adaptación de la escala al uso y formato de los mapas

• Las curvas de nivel• La equidistancia• Curvas maestras y curvas auxiliares• Cotas y vértices geodésicos

• La declinación magnética y otros Nortes• Los nortes en el mapa: Norte geográfico y Norte magnético• Cálculo de la declinación magnética actual• El Norte de la red

• La cartografía en España: el Mapa Topográfico Nacional

5. PLANIFICACIÓN DE ITINERARIOS• Orientación del mapa con ayuda de la brújula• Obtención de rumbos con brújula

• Rumbo y acimut• Obtención del rumbo de un itinerario• Salvar obstáculos de un itinerario mediante brújula

• Pendientes y perfiles topográficos• Cálculo de pendientes• Realización de perfiles topográficos

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1. INTRODUCCIÓN

Mucho antes de la invención de laescritura, el hombre ha expresado susinquietudes por medio de todo tipo de sig-nos e ideogramas. Las necesidades vitales(recolección y caza, desplazamientos, refu-gio, etc.) y, por qué no, también la curiosi-dad, posibilitaron el desarrollo de una seriede capacidades, tan antiguas como lamisma presencia humana: la observacióny, lógicamente, el sentido de la localiza-ción.

Aunque al principio de una forma com-pletamente inconsciente, la plasmación deobservaciones espacio-temporales sobretodo tipo de soportes (piedra, arena, arcilla,pieles, madera, hojas, etc.), demuestra laintención de transmitir elementos de refe-rencia, representaciones de lugares y acci-dentes del terreno, ubicación de recursosnaturales, etc.; en definitiva mapas. Cual-quier civilización, cultura o pueblo, por pri-mitivo que sea, posee sus propios sistemasde referencia y orientación, su propiaforma de representar el espacio (e inclusoel tiempo) sobre un plano.

A lo largo de la historia, la navegación,los grandes viajes y los descubrimientos,junto con el desarrollo y la evolución de lasciencias geográficas, matemáticas y expe-rimentales, fueron perfilando la madurezde los sistemas de referencia, perfeccio-nando la representación cartográfica delmedio físico y humano.

La revolución tecnológica del siglo XX

(la aviación, la informática, los satélites, elSistema de Posicionamiento Global oG.P.S., etc.), así como la globalización delos medios de comunicación, han configu-rado un marco conceptual normalizado yuniversal. Obviamente, todo el camino noestá recorrido. Pero gracias al proceso des-crito, la humanidad ya nunca volvió aextraviar su camino.

2. LA LOCALIZACIÓNESPACIAL Y LOS SISTEMAS

DE REFERENCIA

LOCALIZACIÓN Y COORDENADASCualquier punto, objeto o fenómeno de

la superficie terrestre puede ser localizado.Su localización exacta implica el conoci-miento de su posición mediante un sistemade referencia, formado siempre por unpunto denominado origen y unas coorde-nadas (puntos, ejes o planos). Las coorde-nadas nos permiten establecer la posiciónnumérica del punto, objeto o fenómeno dela superficie terrestre a localizar.

Los sistemas de referencia y las coorde-nadas no sólo nos facilitan la localizaciónde los fenómenos, sino que también nospermiten cartografiar e interpretar conexactitud cualquier punto u objeto de lasuperficie terrestre, posibilitando con ello latransmisión del conocimiento geográfico.

Sistemas de referencia de una, dosy tres dimensiones

Nuestra estancia en la naturaleza es, odebería ser, un ejercicio continuo y diná-mico de localización e interpretación carto-gráfica, por ejemplo a la hora de seguir unitinerario. En este caso estamos ante un sis-tema de referencia lineal o de una únicadimensión (nuestro camino o itinerario),donde es preciso conocer un punto de ori-gen (por ejemplo, el comienzo del sendero)respecto al cual posicionaremos cualquierotro punto de interés en nuestro itinerario.Para ello mediremos la distancia de cadapunto de interés (por ejemplo, una fuentedonde abastecernos de agua o un refugiopara pernoctar) al punto de origen: la fuen-te se encuentra a 3 km de nuestro punto departida, el refugio está a 7,5 km del inicio,etcétera.

El sistema de coordenadas puede com-plicarse sucesivamente empleando sistemasde referencia de dos dimensiones (respectoa dos ejes ortogonales o perpendicularesentre sí), o incluso de tres dimensiones. El

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ejemplo más sencillo de las dos dimensio-nes nos lo encontramos en el cruce de coor-denadas de la divertida “guerra de barcos”,donde la posición de las naves es referencia(cruce o corte) de dos ejes proyectadosdesde un punto origen, un eje de letras y uneje numérico (filas y columnas): H5 agua,H6 tocado, H7 hundido.

Las coordenadas geográficasPor su parte, las coordenadas geográ-

ficas constituyen un clásico sistema dereferencia en tres dimensiones: un puntocualquiera de la superficie terrestre quedaposicionado respecto a tres ejes perpendi-culares que, a su vez, dan lugar a tres pla-nos ortogonales entre sí. En la esferaterrestre se puede calcular el valor lineal deese punto respecto a los tres planos men-cionados o, más comúnmente, establecer elvalor angular del punto: longitud respectoal meridiano de Greenwich (barrio londi-nense que da nombre, desde el año 1884, almeridiano considerado universalmentecomo origen) y latitud respecto al Ecuador(paralelo origen). Como dato curioso algu-nos mapas españoles, no demasiado anti-guos (ediciones anteriores a los años 70),todavía expresan la longitud respecto almeridiano de Madrid.

El interválo de longitudes (Este uOeste) está comprendido entre los 0º delmeridiano Greenwich y los 180º del Antimeridiano. Respecto a la latitud (Norte oSur), el interválo se desarrolla entre los 0ºdel Ecuador y los 90º de los Polos. Elejemplo de la Figura 1.1 expresa las coor-denadas geográficas de un punto (P) situa-do a 40º de longitud Este y 50º de latitudNorte.

LAS COORDENADAS U.T.M.El sistema sexagesimal de las coorde-

nadas geográficas (valores angularesexpresados como grados, minutos y segun-dos) es bastante complejo de cara a lanavegación, aviación comercial, usos mili-tares, etc., por lo que se ha sustituido pau-

latinamente por el sistema de coordenadasU.T.M. (Universal Tranverse Mercator).Se trata de un sistema, muy preciso, dedesignación cartesiana de un punto, con laparticularidad de que expresa las distan-cias métricas respecto a una cuadrículaestablecida.

Los Mapas Topográficos Nacionales(M.T.N.), confeccionados en España por elInstituto Geográfico Nacional (I.G.N.) ypor el Servicio Geográfico del Ejército(S.G.E.), utilizan como sistema de referen-cia las coordenadas U.T.M., derivadas a suvez de la proyección cartográfica homóni-ma (Ver el epígrafe del M.T.N. en el capí-tulo sobre interpretación y utilización demapas).

Designación de zonas Como se puede observar en la Figura

1.2, la representación del globo terráqueose realiza sobre 60 husos de 6° de anchura(668 km cada huso), numerados de Oeste aEste desde el antimeridiano de Greenwich,

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Figura 1.1 Determinación de las coor-denadas geográficas de un punto (P) dela superficie terrestre, situado a 40º delongitud Este y 50º de latitud Norte.

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situado a una longitud de 180° (recorde-mos que la referencia básica es el meridia -no 0° de Greenwich). Los husos se dividende Sur a Norte en 20 bandas de 8° de lati-tud que se identifican con letras mayúscu-las, desde los 80° Sur a los 80° Norte (losCírculos Polares quedan excluidos de laproyección U.T.M.). El resultado son 1.200zonas (60 husos x 20 bandas), cuya desig-nación referencia en primer lugar el huso y,en segundo lugar, la banda. La PenínsulaIbérica queda incluida en las zonas 29T,30T, 31T, 29S, 30S y 31S.

Identificación de los cuadrados de100 km

Como hemos visto, la determinación dezona constituye el primer elemento de iden-tificación de las coordenadas U.T.M. Cadazona se divide en cuadrados de 100 km delado designados por dos nuevas letrasmayúsculas (referenciadas normalmenteen el ángulo inferior izquierdo del reversodel mapa), ordenadas de Oeste a Este y de

Sur a Norte. Esta designación cartesiana tiene toda-

vía una mayor precisión, puesto que sobreel mapa aparece una nueva cuadrículaU.T.M. que subdivide el cuadrado de 100km en cuadrados de 10 km de lado (líneanegra o azul más gruesa), y éstos a su vezen cuadrados de 1 km de lado (líneanegra o azul más fina). Estos últimos sonlos que componen la red básica U.T.M.,cuyas referencias numéricas aparecen rotu-ladas a lo largo y ancho del marco delmapa topográfico.

Designación de un punto con apro-ximación de 100 metros

Tomando como referencia la cuadrículaconstituida por cuadrados de 1 km de lado,observamos cómo los dígitos aumentan suvalor conforme nos desplazamos hacia elEste y, por el contrario, disminuyen si nostrasladamos hacia el Oeste. En la latitudaumenta el valor de los dígitos hacia elNorte, disminuyendo hacia el Sur.

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Figura 1.2 Designación de zonas en la Proyección U.T.M.

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Para una aproximación de 1 km, ladesignación de un punto cualquiera de lasuperficie del mapa vendrá señalada por lanumeración de las dos coordenadas máspróximas a él, y siempre en el orden queindicamos: en primer lugar por la izquierda(barras verticales de la longitud), y ensegundo lugar por debajo (barras horizon-tales de la latitud). En ambos casos se uti-lizan los dos dígitos grandes que intitulancada una de las barras. Si pretendemosalcanzar una aproximación de 100 m,deberemos añadir un tercer dígito a cadauna de las coordenadas estimando, en déci-mas partes del intervalo de cuadrícula, ladistancia del punto a las barras vertical yhorizontal. En la Figura 1.4 se recoge unejemplo que nos ayudará a adquirir mássoltura en este imprescindible sistema decoordenadas.

3. TÉCNICAS BÁSICAS DEORIENTACIÓN

Antiguamente orientarse era buscar eloriente, es decir, determinar el lugar pordonde salía el Sol. Sin embargo, debido avarias razones que vamos a comentar enlas próximas líneas, esta idea originaria haido evolucionando hacia conceptos másexactos y complejos: orientarse es buscarla denominada dirección Norte-Sur.

LA BÚSQUEDA DE LA DIRECCIÓNNORTE-SUR

Cuando nos orientamos estamoshaciendo un ejercicio de posicionamiento.Aunque a veces de forma inconsciente,estamos trazando un mapa mental con unsistema de referencia que sea válido desdela posición en que nos encontramos.

Así se entienden nuestras explicaciones

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Figura 1.3 Proyección U.T.M. Identificación de los cuadrados de 100 km sobre laPenínsula Ibérica.

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en cualquier situación de la vida querequiera orientarse. Ante la típica pregunta¿dónde está determinada calle o monumen-to?, las instrucciones son referencias desdenuestra posición (punto origen): avanzarrecto hasta aquel edificio de ladrillo rojo,tomar la calle de la derecha y seguirla hastauna plaza con un quiosco de música, etc.

Pero para evitar múltiples sistemas dereferencia (tantos como observadores opersonas), hemos adoptado un sistema dereferencia y de localización universal ynormalizado, es decir, tenemos un sistemaválido e invariable para todas las personas.Se trata de la dirección Norte-Sur , coinci-dente a grandes rasgos con el eje de rota -ción de nuestro planeta. Como veremos,buscar el lugar por donde sale el Sol (anti-guo concepto de orientación) no cumpleexactamente con los requisitos fijados enun sistema de referencias.

La orientación es el ejercicio dereconocer la dirección Norte-Sur.Gracias a ella posicionaremos geo-gráficamente los puntos cardinales(Norte, Sur, Este y Oeste).

Históricamente, la humanidad ha bus-cado en el firmamento referencias fijas yprecisas que posibilitaran su orientación.El Sol y algunas otras estrellas por la nocheson nuestros puntos de referencia funda-mentales. Veamos algunas técnicas básicasde orientación diurna y nocturna.

ORIENTACIÓN DIURNA CON EL SOLEl Sol es una estrella fija en el centro de

un sistema planetario del que forma partela Tierra. A pesar de sus aparentes varia-ciones a lo largo del día y de las estacionesdel año, consecuencia de la rotación denuestro planeta y de la inclinación del ejede rotación sobre el plano de la eclíptica(plano de la órbita circunsolar), el Sol es unelemento de primera magnitud para orien-tarnos durante el día, y sus “movimientos”son regulares y bien conocidos.

Sabemos que, básicamente, el Sol salepor el Este y se pone por el Oeste. Peroesto sólo sucede exactamente durante dosdías al año: 21 de marzo y 23 de septiem-bre (equinoccios de primavera y de otoñorespectivamente). El resto de días cambiapaulatinamente el lugar por el que sale y seesconde el Sol: durante el invierno y la pri-mavera, el Sol se desplaza gradualmente

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Figura 1.4 Proyección U.T.M. Ejemplo de designación de un punto con aproxima-ción de 100 metros.

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hacia el Norte, alcanzando la distanciamáxima el solsticio de verano (21 dejunio), mientras que, a partir de esta fecha,el Sol retrocede nuevamente hacia el Sur,alcanzando la distancia mínima el solsticiode invierno (21 o 22 de diciembre). Esteplanteamiento explica la diferente duracióndel día y de la noche en nuestra latitud(sólo en los equinoccios día y noche duranexactamente lo mismo: 12 horas cada uno).

Ante esta pequeña variación anual,el único argumento válido es que elSol, al mediodía (cenit o punto demáxima altura del Sol sobre el hori-zonte), se alinea con la meridianadel lugar en que nos encontremos.Es decir, el Sol se alinea al mediodíacon la dirección Norte-Sur, mo-mento en que la sombra proyectadapor un objeto nos señalará el Nortegeográfico (el Sol está exactamentesituado en el Sur sobre el horizonte).

El gnomon y la determinación dela meridiana

Todos estos aspectos fundamentalespodemos certificarlos en el campo (porejemplo en un campamento) con la sombraproyectada por un gnomon, sencillo ins-trumento que consta de un estilo vertical(podremos utilizar un bastón, palo o esta-ca) ubicado en el centro de una circunfe-rencia horizontal, en la que iremos seña-lando sucesivamente el extremo de la som-bra que proyecta el estilo vertical. Como sepuede ver en la Figura 1.5, trazamos la cir-cunferencia con el radio que nos proyectala sombra del estilo al amanecer (la sombradel estilo al atardecer tocará también elarco de la circunferencia). El segmentoentre P y A limita el extremo de la sombraproyectada por el estilo entre el amanecer yel atardecer (cada hora podemos señalarsucesivamente la sombra), y su mediatriz,coincidente con la sombra más corta delmediodía, indica la dirección Norte (en

dirección opuesta se encuentra la direcciónSur). Acabamos de establecer con exacti-tud la meridiana del lugar, la direcciónNorte-Sur.

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Figura 1.5 Determinación de la meri-diana de un lugar (dirección Norte-Sur)mediante un gnomon.

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Orientación con el relojSiempre que el Sol sea visible, un reloj

con manecillas también puede ser un preci-so instrumento de orientación. Si se dispo-ne de un reloj digital, podemos dibujar enun papel o en el suelo su homónimo consaetas.

Antes de comenzar el ejercicio, debere-mos poner el reloj en horario solar, (enmuchos países, la hora solar no coincidecon la hora oficial: en España la hora solarsuele ir retrasada 1 hora en invierno y 2horas en verano). Para ello, tal y como seindica en la Figura 1.6, colocaremos laaguja horaria (saeta pequeña) señalando laposición del Sol en ese momento. Mental-mente trazaremos la bisectriz del ánguloformado entre las 12 del reloj y la agujahoraria que señala el Sol. La bisectriz nosindica la dirección Sur. Es obvio que, si esmediodía (12 hora solar), el Sol se encuen-tra en la posición Sur.

El mismo procedimiento del relojpuede ser empleado por la nochecon la Luna, pero ¡atención! sólocon la Luna llena (plenilunio).

ORIENTACIÓN NOCTURNA CON LAESTRELLA POLAR

En el hemisferio boreal, la orientaciónnocturna no ofrece dificultades especialesgracias a la Estrella Polar, astro situado enla constelación de la Osa Menor, visible enel cielo durante todo el año y fácil de reco-nocer gracias a algunas constelacionesvecinas muy características.

Curiosamente, una fotografía nocturnade la Estrella Polar, con una exposición devarias horas a lo largo de la noche, nosmostrará una serie de circunferencias con-céntricas que, aparentemente, han realiza-do otras estrellas alrededor de la Polar.Esto es debido a que el eje Norte-Sur derotación de La Tierra apunta hacia la

Estrella Polar, motivo por lo cual emplea-remos esta estrella para encontrar la direc-ción Norte.

Para encontrar la Estrella Polar primerohabremos de localizar la conocida OsaMayor o Gran Carro, constelación que, enEuropa, nunca se halla por debajo del hori-zonte. Trazaremos mentalmente, como sepuede ver en la Figura 1.7, una línea rectaque pase por las dos estrellas del extremode la Osa Mayor. Si prolongamos 5 vecesen el cielo la distancia entre estas dos estre-llas, nos toparemos con la Estrella Polar.La constelación de Casiopea tambiénpuede ayudarnos a localizar la Polar.

Una vez colocados de cara a la EstrellaPolar, bajando la vista perpendicularmentehacia el horizonte podremos ubicar elNorte geográfico, delante nuestro, el Sur anuestra espalda, el Este a la derecha y elOeste a la izquierda.

En el hemisferio austral no sucede estefenómeno con ninguna estrella visible ocaracterística que señale el Sur. Se puedeobtener cierto grado de aproximacióndireccional con la constelación de la Cruzdel Sur.

Orientación y cartografía 17

Figura 1.6 Determinación de la direc-ción Norte-Sur mediante un reloj.

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ORIENTACIÓN CON LA BRÚJULAAunque de orígenes inciertos, la brúju-

la ha sido desde la Antigüedad un valiosoinstrumento de orientación y navegación.El principio de la brújula es muy simple.Se trata de una aguja imantada que se ali-nea con el campo magnético terrestre (laTierra se comporta como un gigantescoimán). La brújula es indispensable en cual-quier ejercicio de orientación cuando nopodemos recurrir a la posición del sol o delas estrellas (por ejemplo, en situaciones decielo cubierto), en terrenos desconocidos y,especialmente, cuando debemos confirmarnuestro rumbo o nuestra dirección en undesplazamiento.

Pero, a pesar de la infalibilidad de esteprocedimiento de orientación (tenemos unareferencia fija y universal a escala huma-na), conviene matizar que la brújula noseñala el Norte geográfico (recordemos ladirección Norte-Sur). El campo magnéticode la Tierra se alinea bastante bien con eleje de rotación (dirección Norte-Sur), perono coincide exactamente con él. En con-creto, el Norte magnético señalado por la

punta roja de la brújula está desplazadoactualmente unos 11,5º al Oeste del NorteGeográfico. A este ángulo lo denominamosdeclinación magnética.

La declinación magnética tiene unaligera variación anual. Estudios sobre elmagnetismo de las rocas que constituyen lalitosfera han demostrado variaciones conti-nuas, aunque no periódicas, en la polaridadde nuestro planeta. El valor de la declina-ción también varía según la longitud y lati-tud del lugar en que nos encontremos. Enel capítulo sobre interpretación y utiliza-ción de mapas se indican algunas instruc-ciones para estimar la variación de la decli-nación magnética, aspecto ineludible parauna correcta orientación.

Partes de una brújulaUna brújula consta de una aguja iman-

tada que puede girar libremente sobre uneje perpendicular a su soporte, caja o aloja -miento. La aguja gira normalmente sobreun círculo graduado de 360º. Existenmuchos tipos de brújulas según caracterís-ticas, forma y accesorios (nivelado del apa-rato, punto de mira, trazado de visuales,frenado de la aguja, etc.). En este manualhemos optado por referirnos a las brújulasde limbo giratorio (modelos Silva ySuunto), montadas sobre una placa de basetransparente, y muy empleadas en eldeporte de orientación. Sus partes funda-mentales son (ver Figura 1.8):• Caja o alojamiento de la brújula. En el

caso que nos ocupa dispone de unlimbo giratorio, corona o círculo gra-duado de 0 a 360º en el sentido de lasagujas del reloj, con los puntos cardina-les a lo largo del borde: Norte (0 y360º), Este (90º), Sur (180º) y Oeste(270º). Intervalos normalmente de 2º.El limbo móvil, que gira independiente -mente de la aguja magnética, nos per-mite establecer rumbos en nuestros iti-nerarios.

• Aguja magnética. Con uno de los extre-mos, el que señala el Norte magnético,

18 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 1.7 Localización de la direc-ción Norte durante la noche mediantela Estrella Polar.

Page 20: Manual de Tecnicas

pintado normalmente en color rojo.• Flechas de dirección y línea índice. Se

encuentran grabadas en la caja o aloja -miento de la brújula (girando solidaria -mente con el limbo), y también sobre laplaca o base transparente. Sirven paraestablecer, visualizar y seguir los rum-bos establecidos.

• Placa de base transparente. Sobre ella semonta la caja o alojamiento de la brúju-la. Tiene bordes rectos para facilitar eltrazado de direcciones y el estableci-miento de rumbos. Esta placa puedellevar impresa una regla graduada demedición, o también incorporar dife-rentes escalas gráficas para la prácticadeportiva de la orientación (1:25.000,1:15.000, etc.), así como otros acceso-rios complementarios: una lupa paraidentificar pequeños elementos delmapa, etc.

Es conveniente recomendar algunasprecauciones a la hora de utilizaruna brújula, debido a que su agujaimantada puede verse afectada porperturbaciones que afecten a la pre-cisión del instrumento y, en conse-cuencia, generar errores de lectura.Hay que mantener la brújula alejadade objetos metálicos y magnéticos,así como de todo tipo de campos

electromagnéticos (aparatos y tendi-dos eléctricos, antenas, etc.). De lamisma forma es aconsejable realizarlas lecturas de la brújula sobresuperficies completamente planas.

4. INTERPRETACIÓN YUTILIZACIÓN DE MAPAS

NOTA. Al final de este capítulo seofrece al lector una selección de 4fotografías de diferentes parajesnaturales y de sus respectivas repre-sentaciones cartográficas (en estecaso fragmentos del Mapa Topo-gráfico Nacional escala 1:50.000 delServicio Geográfico del Ejército,con sus datos indicados al pie). Laescala de los mapas ha sido manipu-lada con el objeto de incluir, en cadapágina del manual, la porción delmapa que se puede contemplar encada fotografía. Aunque no se pre-sentan criterios específicos para suanálisis e interpretación, recomen-damos al lector su familiarizacióncon los 4 pares que se adjuntan(fotografía + mapa), de forma que,una vez observados los principalesrasgos del relieve que aparecen enlos paisajes fotográficos, se puedancomparar con los elementos plani-métricos y altimétricos (curvas denivel) de los mapas.

LOS MAPAS Y LAS PROYECCIONESCARTOGRÁFICAS

Un mapa es una representación, sobreun plano y a escala, de una parte o de latotalidad de la superficie terrestre. Es unarepresentación selectiva y simplificadadonde se destacan algunos elementos y seeliminan otros en función de la escala y eluso. Como veremos, los mapas a mayorescala son los que contienen más informa-ción y mayor detalle: topografía, red flu-

Orientación y cartografía 19

Figura 1.8 Partes de una brújula conlimbo móvil.

Page 21: Manual de Tecnicas

vial, vegetación, poblaciones, redes decomunicaciones, etc.

La cartografía, por su parte, es la cien-cia que estudia la elaboración de mapas y,por extensión, designa la acción de realizarun mapa.

Casi hay infinitos tipos de mapas, yaque un mapa es capaz de ofrecer informa-ción sobre cualquier fenómeno susceptiblede ser localizado sobre un territorio. Deforma general, los clasificaremos en dosgrandes grupos:• Mapas múltiples: un único mapa mues-

tra diferentes categorías de fenómenos(naturales y antrópicos), utilizando granvariedad de símbolos. Es el caso de losmapas topográficos, realizados por ins-tituciones oficiales (ver epígrafe delMapa Topográfico Nacional). Sonmapas que incluyen información muyvariada: relieve, usos del suelo, límitesadministrativos, poblaciones, comuni-caciones, senderos, etc.

• Mapas temáticos: el mapa representauna única categoría de datos. En estegrupo hay realmente tantos mapascomo fenómenos. Podemos encontrarmapas históricos, meteorológicos, geo-lógicos, de vegetación, vientos, riesgode aludes, de inundación, días de hela-da, migración de aves, demográficos,del Camino de Santiago, etc. Aquí lalista podría ser interminable y cada lec-tor podría completarla con infinitosejemplos.

Los sistemas de proyeccióncartográfica

El principal problema con el que seencuentra cualquier tipo de cartografía loconstituye la conversión de la forma esféri-ca del globo terrestre a un plano horizontal(es una imposibilidad geométrica desarro-llar una esfera sobre un plano). Para ello seutilizan distintos sistemas de proyeccióncartográfica (la esfera es proyectada sobreun cilindro, sobre un cono o sobre unplano), que ofrecen ventajas o inconvenien-

tes en función de la región o de la finalidadde nuestra representación cartográfica.

Las proyecciones cartográficas nuncaconsiguen una transferencia exacta delterreno; todas ellas sufren algún tipo dedeformación: las proyecciones sobre uncilindro (cilíndricas) sufren mínimas defor-maciones en las zonas ecuatoriales, perograndes desproporciones en las regionespolares (en algunos mapamundis se puedenapreciar las importantes deformaciones deAlaska, Groenlandia, Norte de Siberia,Antártida, etc.), problema que puede sercorregido con las proyecciones cónicas

20 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 1.9 La representación topográ-fica de la superficie terrestre (A) cons-ta de elementos altimétricos (B) y pla -nimétricos (C).

Page 22: Manual de Tecnicas

(mínima deformación en latitudes medias),etcétera.

Es importante recordar que la únicaimagen exacta y proporcional de nuestroplaneta es su representación, a escala, enun globo terráqueo (una “bola del mun-do”), pero obviamente no caminamos porla montaña con una esfera o “pelota” devarios cientos de metros de diámetro(tamaño que debería tener nuestro globopara poder apreciar con precisión los ras-gos del relieve). Esto no sería manejable.Por ello elaboramos mapas.

¿Cómo se hacen los mapas?El proceso de confección de muchos

mapas comienza en un avión, con la reali-zación de fotografías aéreas verticales delterreno. A continuación, y mediante restitu-ción fotogramétrica de la tercera dimen-sión, se representa la altimetría (represen-tación del relieve por medio de curvas denivel). Finalmente se incorpora la plani-metría (representación en dos dimensionesdel resto de elementos que constituyen elpaisaje: red hidrográfica, poblaciones,carreteras, etc.). Una aproximación esque-mática a estos conceptos la encontramos enla figura 1.9 El trabajo se completa nor-malmente con revisiones de campo queincorporan toponimia y otras informacio-nes geográficas necesarias para la correctainterpretación del territorio.

Partes y elementos de un mapaEn los mapas topográficos podemos

distinguir tres partes: el campo, el marco yel margen. Cada parte engloba una seriede elementos.

El campo contiene la representacióndel territorio a escala, es decir, el mapapropiamente dicho. El marco separa elcampo del mapa de su margen, recogiendolos sistemas de referencia empleados: lascoordenadas geográficas aparecen normal-mente en las cuatro esquinas del mapatopográfico, mientras que las coordenadasU.T.M. están rotuladas a lo largo y ancho

Orientación y cartografía 21

Figura 1.10 Diferentes signos conven-cionales que aparecen en los mapastopográficos del Instituto GeográficoNacional.

SIGNOS CONVENCIONALES

Page 23: Manual de Tecnicas

del marco. Por su parte, el margen recogetoda la información necesaria para lacorrecta interpretación del mapa: designa-ción de zonas e identificación de los cua-drados de 100 km en las coordenadasU.T.M., escala (numérica y gráfica), pro-yección cartográfica empleada, declina-ción magnética, punto de origen altitudinal(nivel medio del mar en Alicante), equidis-tancia de las curvas de nivel, leyenda (todotipo de signos convencionales que rotulanel mapa), e incluso otros datos comple-mentarios (estadísticos, demográficos,administrativos, vértices geodésicos, etc.).

La información complementaria que,por cuestiones de formato de la hoja, noaparezca en el margen normalmente esrecogida en el reverso del mapa.

LA ESCALA DE LOS MAPASLa escala de un mapa es la proporción

que existe entre la realidad y su represen-tación en el plano. Dicho de otra forma, laescala es la relación numérica que existeentre la distancia que medimos sobre unmapa y su distancia equivalente medidasobre la superficie terrestre (sobre el terre-no). Su expresión matemática es la si-guiente:

d 1=

D X

donde d es la distancia medida en el mapa;D es la distancia medida en el terreno y Xes el denominador de la escala del mapa.

La relación de proporcionalidad de laescala implica el empleo obligado de lasmismas unidades de medida en el plano yen el terreno, aunque lógicamente, una vezrealizada la relación numérica, adaptare-mos las unidades de medida que utilicemosa las medidas más usuales o convenciona-les, tanto en el plano como en el terreno.Veamos un ejemplo:

Un mapa con una escala 1:50.000expresa que 1 cm del mapa equivalea 50.000 cm sobre la superficieterrestre (¡Atención! porque podía-mos haber empleado cualquier otraunidad de medida con la precauciónde emplear siempre la misma en larealidad y en el plano, en el numera-dor y en el denominador: dm, mm,palmos, pies, pulgadas, varas arago-nesas o castellanas, etc. Un palmodel mapa son 50.000 palmos en larealidad...). Como no resulta lógicohablar de 50.000 cm sobre el terre-no, concluiremos la razón con unasencilla conversión: 50.000 cm son500 m (0,5 km), es decir, en una car-tografía escala 1:50.000, 1 cm delmapa equivale a 0,5 km del terreno.

La escala, como vemos, viene definidapor una fracción o relación numérica. Es loque denominamos escala numérica. Pero,normalmente, también viene acompañadapor una escala gráfica que consiste en unsegmento subdividido o graduado según larealidad (km, m). Este recurso facilita unalectura rápida de las distancias del mapa (aveces incluso de un vistazo), ya que nospermite transportar a la escala gráficamedidas realizadas en el mapa (por ejem-plo, con un compás o una regla), siempreque no sean demasiado grandes. La propiacuadrícula U.T.M. de 1 km, impresa sobremuchos mapas topográficos, facilita laslecturas de las distancias como si de unaescala gráfica se tratase.

Pequeña y gran escalaLógicamente la escala condiciona el

detalle y la precisión del terreno cartogra-fiado. Hablaremos de mapas de pequeñaescala en todos aquellos mapas con cifraselevadas en el denominador (por encima de1:100.000), mientras que designaremoscomo mapas de gran escala los mapas oplanos cuyo denominador esté por debajode 1:25.000. Es necesario recordar que

22 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 24: Manual de Tecnicas

cuanto más alto es el denominador, máspequeña es la escala, mientras que cuantomás bajo es el denominador, más grande esla escala.

Los mapas de pequeña escala tienen laventaja de representar grandes superficiesde terreno, aunque carecen de detalle. Porel contrario, la gran escala tiene a su favorla precisión y el detalle de la superficie car-tografiada, pero ésta es obviamente unaporción muy pequeña. Digamos que cadaescala cumple su papel y que cada mapaestá destinado a un uso determinado.

Adaptación de la escala al uso yformato de los mapas

Vamos a ver algunos ejemplos orienta -tivos donde la escala se adapta a nuestrosobjetivos y necesidades. En función de lasuperficie terrestre a cartografiar y delsoporte papel u hoja que utilicemos (siem-pre dentro de unos formatos razonable -mente manejables por parte del usuario),nos encontramos:• Mapamundis y planisferios: general-

mente a escala 1:100.000.000 (formatoatlas escolar). Debido a su escaso deta -lle (pequeña escala), estos mapas sóloreflejan aquellos elementos geográficosde gran relevancia a escala planetaria.

• Mapas geográficos continentales: de1:20.000.000 a 1:10.000.000 (por ejem-plo, Europa en un atlas escolar). Enéstos sólo quedan reflejados los gran-des ríos y sistemas montañosos, lasgrandes ciudades, etc.

• Mapas estatales y regionales: España a1:1.000.000 (típico mapa que se poneen las paredes de aulas, despachos,etc.). Los mapas de comunidades autó-nomas oscilan entre 1:500.000 y1:200.000 (Aragón a 1:300.000 ocupaun formato de 90 x 120 cm). Muchosmapas de carreteras y viajes poseenestas escalas.

• Mapas topográficos en general:1:100.000, 1:50.000, 1:25.000. Esta-mos ante mapas que ya representan una

menor superficie de terreno. Debido asu detalle, estas escalas son las másrecomendables para trabajar en elcampo del montañismo, senderismo,estancia en la naturaleza, etc. En un for-mato de papel de 100 x 100 cm puedequedar cartografiado un macizo monta-ñoso, un valle pirenaico o un ParqueNatural.

• Mapas y planos a gran escala: 1:10.000,1:5.000 para zonas urbanas y poblacio-nes (planos de ciudades por ejemplo), omayores (1:500, 1:100) para planoscatastrales, trabajos de arquitectura,ingeniería, obras públicas, etc.

LAS CURVAS DE NIVELPara representar el relieve recurrimos a

un ejercicio conceptual que supone cortarel terreno con una serie de planos equidis-tantes, como si una montaña la convirtiéra-mos en una pirámide escalonada (verFigura 1.11). Los cortes de esos planosimaginarios con el relieve son las curvasde nivel, también denominadas isohipsas.Éstas son líneas que unen los puntos delterreno (y por extensión del mapa topográ-fico) que se encuentran a la misma cotaaltitudinal: la curva de nivel de 1.500 mune todos los puntos del terreno que estána 1.500 m de altitud. En los mapas suelenir trazadas de color marrón.

Orientación y cartografía 23

Figura 1.11 Representación altimétricade un relieve mediante curvas de nivel.

Page 25: Manual de Tecnicas

Como también se puede observar en laFigura 1.11, las curvas de nivel son siem-pre estructuras cerradas, es decir, siemprerodean completamente todos los relieves(si este aspecto no se percibe en un mapatopográfico concreto, podremos cerrarcualquier isohipsa en mapas contiguos).Esta afirmación también implica que lascurvas de nivel nunca se cruzan o bifurcan.

A veces, como complemento a las cur-vas de nivel, en los mapas topográficosadaptados al excursionismo también seemplean sombreados que realzan visual-mente el relieve, o tintas hipsométricas quecolorean interválos altitudinales (por ejem-plo, en color verde el intervalo entre 0 y500 m de altitud, en color marrón claroentre 500 y 1.000 m, en color marrón oscu-ro entre 1.000 y 1.500 m, etc.).

La equidistanciaEn un mapa topográfico, el desnivel que

se encuentra entre dos curvas de nivel con-secutivas es siempre el mismo. Es lo quedenominamos equidistancia. A medidaque aumenta la escala y el detalle, disminu-ye la equidistancia: en los mapas escala1:50.000 la equidistancia es 20 m (curvasde nivel cada 20 m), mientras en los topo-gráficos escala 1:25.000 la equidistancia es10 m (curvas de nivel cada 10 m).

Curvas maestras y curvasauxiliares

En el mapa sólo llevan indicada la cotaunas isohipsas que aparecen rotuladas conun trazo más grueso: son las curvas maes-tras, cada 100 m en los mapas escala1:50.000 y cada 50 m en los 1:25.000. Elresto de curvas de nivel es cartografiadocon un trazo más fino y no lleva rotulada lacota. Para ponderar su altitud, simplemen-te tomaremos como referencia las curvasmaestras y la equidistancia de las curvas denivel.

De forma general, cuando las curvas denivel aparecen muy juntas, estamos anteuna ladera de fuerte pendiente (un ejemplo

extremo sería una pared vertical, donde lascurvas de nivel se aprietan considerable -mente o, incluso, llegan casi a superponer-se). Si las isohipsas se separan, disminuyela pendiente de las laderas. En las zonasllanas de considerable extensión escaseanlas curvas de nivel, hasta el punto de que aveces es necesario introducir curvas auxi-liares que, aunque no corresponden a laequidistancia especificada en el mapa,aportan información topográfica y altimé -trica suplementaria. Habitualmente las cur-vas auxiliares tienen un trazo discontinuo.

Cotas y vértices geodésicosAdemás de toda la información altitudi-

nal que expresan las curvas de nivel, exis-ten también alturas absolutas que designanaquellos puntos clave o de interés (cimas,collados, ríos, puentes, edificios aislados,etc.) que superan la altitud de la isohipsainmediatamente inferior, pero no llegan asuperar la curva de nivel inmediatamentesuperior. Son las cotas, representadas conun punto de color marrón.

Los vértices geodésicos son cilindrosde 120 cm de altura y 30 cm de diámetromontados sobre una base cuadrangular(una placa recuerda que son propiedad delantiguo Instituto Geográfico y Catastral,ahora I.G.N.). Constituyen puntos básicosde referencia, posición, altura y distanciaen las denominadas redes de triangulación(conjunto de operaciones geodésicas ytopográficas realizadas desde estos vérticescon el fin de establecer la red de coordena-das de un territorio). Muy habituales en lascumbres y picos de las montañas, perotambién en otros lugares cuando no hayrelieves relevantes. Están representados enlos mapas con triángulos.

LA DECLINACIÓN MAGNÉTICA YOTROS NORTES

Los nortes en el mapa: Nortegeográfico y Norte magnéticoRealmente sólo existe un Norte. Es el

Norte geográfico, Polo o extremo de lo

24 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 26: Manual de Tecnicas

que habíamos denominado en el capítulode las técnicas básicas de orientación comodirección Norte-Sur o dirección del meri-diano. Sin embargo, también hemos vistoque existe un Norte magnético, resultadodel campo magnético dipolar de la Tierra.Desde ambos Nortes es factible establecerreferencias válidas para orientarnos, puestoque ambos guardan una relación.

El campo del mapa topográfico apare-ce orientado según el Norte geográfico,razón por la cual las coordenadas geográfi-cas coinciden plenamente con los bordesdel mapa: margen superior (Norte), margenderecho (Este), margen inferior (Sur) ymargen izquierdo (Oeste), o dicho de otraforma, los bordes superior e inferior sonparalelos, y los márgenes laterales sonmeridianos (se alinean con la direcciónNorte-Sur y por tanto convergen en unPolo).

Puedes coger una regla y medir lalongitud de los bordes del campo oterritorio representado en un MapaTopográfico Nacional de España.Observarás cómo los laterales(meridianos) miden igual, mientrasque los márgenes superior e inferior(paralelos) miden distinto: el bordesuperior (Norte) mide siempremenos que el inferior (Sur) en elhemisferio boreal, de forma que loslaterales o meridianos convergen enel Polo Norte. Sucede a la inversa enel hemisferio austral. En definitiva,has constatado que el campo delmapa representado no era un rectán-gulo, sino un trapecio.

El Norte magnético, utilizado paraalgunas medidas geodésicas y para laorientación mediante brújula, apareceseñalado específicamente en el margen delmapa. Como se puede observar en laFigura 1.12, el ángulo entre el Norte mag-nético y el Norte geográfico, denominadodeclinación magnética, tiene una varia -

ción anual que, aunque sea poco importan-te, es necesario tener en cuenta en la reali-zación de itinerarios que precisen de brúju-la. Es necesario recordar que la declinacióntambién varía según el lugar en que este-mos.

Cálculo de la declinaciónmagnética actual

Este cálculo es muy útil para la trans-formación de rumbos magnéticos en geo-gráficos y viceversa. Tomemos comomodelo un mapa topográfico que, comonos indica la Figura 1.12, el 1 de enero de1999 (fecha de realización del mapa)expresa una declinación magnética de 2º 11’ Oeste, con una variación anual quedisminuye 6,9’ (esto quiere decir que,según el mapa que hemos tomado comoejemplo, el Norte magnético se aproximaal Norte geográfico al ritmo de 6,9’ cadaaño). A continuación estimaremos el tiem-po transcurrido desde entonces y hasta lafecha de cálculo: suponiendo que nuestrocálculo fuera el 1 de enero de 2001, habrí-an transcurrido 2 años completos, es decir,habría disminuido la declinación 13,8’. Laresta final (2º 11’ – 13,8’ = 1º 58’) nos dacomo resultado una declinación magnéticade 1º 58’ para la fecha 1-1-01.

Si queremos obtener el NorteGeográfico a partir de esta declinaciónmagnética, sólo habrá que añadir a la direc-ción que señale la brújula, 1º 58’ hacia elEste.

El Norte de la redEl sistema de proyección empleado

para la confección del mapa también poseesu propio Norte o Norte de la red, emplea-do en geodesia, y que no coincide ni con elNorte geográfico (por esta razón las cua-drículas de la proyección U.T.M. no sonparalelas a las geográficas de los bordesdel mapa), ni tampoco con el Norte mag-nético. El ángulo entre el Norte geográficoy el Norte de la red se denomina declina-ción de red o convergencia de cuadrícula.

Orientación y cartografía 25

Page 27: Manual de Tecnicas

El ángulo existente entre el Norte de la redy el Norte magnético se llama declinaciónmagnética de red. En nuestras actividadespor la montaña o la naturaleza, normal-mente no utilizaremos el Norte de red.

LA CARTOGRAFÍA EN ESPAÑA: ELMAPA TOPOGRÁFICO NACIONALEn el año 1870 se funda el Instituto

Geográfico Nacional (I.G.N.) , con lamisión de realizar el mapa topográfico1:50.000 de toda España. Un poco antes,en 1810 había comenzado a trabajar lo queposteriormente (1939) se llamará ServicioGeográfico del Ejército (S.G.E.). Estosdos organismos oficiales son los que cen-tralizan la edición del denominado MapaTopográfico Nacional (M.T.N.) 1:50.000y de otras diversas escalas.

El M.T.N. 1:50.000 comprende 1.130hojas identificadas mediante una numera-ción y el nombre de la población de mayornúmero de habitantes de la hoja. A su vez,cada mapa 1:50.000 contiene 4 mapas

1:25.000 (luego el M.T.N. a escala1:25.000 comprende unas 4.520 hojas). Enla práctica el número de hojas es menor,debido a que algunas no existen y otras,con escasa superficie de territorio cartogra-fiado, han sido fusionadas a hojas vecinas.

La cartografía escala 1:50.000 delS.G.E. y, más recientemente, la del I.G.N.se realizan con una proyección U.T.M.(Universal Transverse Mercator), sistemaque ya nos resulta familiar a raíz de lascoordenadas homónimas que hemos vistoen el capítulo de la localización espacial ylos sistemas de referencia. Esta proyeccióncartográfica, inventada en 1569 por el car-tógrafo flamenco Gerhard Kremer (nombrelatinizado como Gerardus Mercator), escilíndrica, transversal y conforme. Los dosprimeros términos significan que la pro-yección de la esfera terrestre se realizasobre una superficie cilíndrica transversal ala esfera, mientras que el tercer término(conforme) equivale a decir que mantienelos ángulos en el proceso de conversióncartográfica, es decir, conserva las formaso contornos pero no las áreas (éstas aumen-tan exageradamente en altas latitudes),aspecto casi inapreciable al trabajar coneste grado de detalle.

El M.T.N. constituye la base cartográfi-ca fundamental para la confección de otrosmapas: temáticos (geológicos, de vegeta -ción, usos del suelo, etc.), editados por ins-tituciones o centros de investigación, ymapas excursionistas, realizados por partede numerosas asociaciones o editorialesque publican en España un amplio catálo-go de productos relacionados con la mon-taña y la naturaleza.

26 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 1.12 Norte geográfico (NG),Norte magnético (NM) y Norte de laRed (NC). Ejemplo de valor medio dela declinación magnética y variaciónanual.

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Orientación y cartografía 27

Fotografía 1. Ibón y pico de Anayet. Término de Sallent de Gállego, Valle de Tena(Pirineo aragonés). Fragmento del M.T.N. de Sallent de Gállego, 29-8 (145).

Lugar de la realizaciónde la fotografía.

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28 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Fotografía 2. Macizo de LaMaladeta y pico del Aneto. Términode Benasque, Valle de Benasque(Pirineo aragonés). Fragmento delM.T.N. de Benasque, 32-9 (180).

Lugar de la realizaciónde la fotografía.

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Orientación y cartografía 29

Fotografía 3. Circo de Soaso ymacizo de Monte Perdido. Términosde Torla y Fanlo, Valle de Ordesa(Pirineo aragonés). Fragmentos delM.T.N. de Bujaruelo, 30-8 (146), yde Broto, 30-9 (178).

Lugar de la realizaciónde la fotografía.

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30 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Fotografía 4. Meandro de Sástago y río Ebro. Término de Sástago, Valle del Ebro(Aragón). Fragmentos del M.T.N. de Gelsa, 29-16 (413), y de Híjar, 29-17 (441).

Lugar de la realizaciónde la fotografía.

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5. PLANIFICACIÓN DEITINERARIOS

En este capítulo vamos a proponeralgunos métodos básicos a la hora de pla -nificar un itinerario en la montaña o en lanaturaleza. Llegados a este punto, todos losconceptos vistos hasta ahora como unasecuencia teórica comienzan a constituiruna globalidad sumamente compleja. Sucorrecta interpretación puede permitirnosacometer, con unas ciertas garantías, un iti-nerario o un desplazamiento en un terrenodesconocido.

ORIENTACIÓN DEL MAPA CON AYUDADE LA BRÚJULA

Hemos visto que los márgenes delcampo de los mapas apuntan en la direc-ción de los meridianos (dirección Norte-

Sur). Ahora vamos a orientar el mapa,operación que consiste en situar exacta-mente los contenidos del mapa respecto alNorte, de forma que un vistazo sobre unmapa orientado nos permite reconocersobre el territorio los elementos visiblesque allí aparecen (normalmente puntosdestacados o característicos del mapacomo montañas, poblaciones, una antena,un castillo, etc.). Los pasos son lossiguientes:• Colocamos la brújula sobre el mapa: el

borde de la placa de base transparentedebe coincidir con el margen o lateraldel campo del mapa.

• Mover el limbo giratorio de la brújula,de forma que el 0º (Norte) quede en labase de la línea índice.

• Como se indica en la Figura 1.13, gira-remos el mapa con la brújula apoyadasobre el lateral del campo de éste (semueven ambos a la vez, mapa y brúju-la), hasta que la punta roja de la agujamagnética coincida con la línea índicede la brújula o 0º Norte (también puedecoincidir la aguja imantada con las fle-chas de dirección impresas en la caja oalojamiento de la brújula).

• En este momento tenemos el mapaorientado con el Norte magnético. Paraobtener la dirección del Norte geográfi-co se debe añadir en dirección Este(caso de una declinación Oeste) o restaren dirección Oeste (caso de una decli-nación Este) el valor de la declinaciónmagnética.

OBTENCIÓN DE RUMBOSCON BRÚJULA

Rumbo y acimutCuando iniciamos un trayecto o despla-

zamiento, podemos referir su orientación(en el mapa y en la realidad), bien respectoal Norte geográfico, o bien respecto alNorte magnético. Suponiendo una direc-ción A-B, denominamos rumbo o rumbomagnético al ángulo que forma dichadirección con el Norte magnético. De la

Orientación y cartografía 31

Figura 1.13. Orientación del mapatopográfico con ayuda de una brújula.

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misma forma, el ángulo de la dirección A-B con el Norte geográfico es el acimut orumbo geográfico (ver Figura 1.14). Losvalores de ambos se expresan en grados, de0 a 360º, en el sentido de las agujas delreloj. Operando sobre la declinación mag-nética, como ya hemos visto, podremosconvertir un acimut en rumbo o viceversa.

Obtención del rumbo de unitinerario

Cualquier itinerario con brújula pre-cisará de las pertinentes correcciones (enfunción de la declinación magnética cal-culada) para obtener rumbos geográfi-cos. La brújula, obviamente, señala elNorte magnético, por lo que, como hemosvisto, operaremos sobre la declinaciónmagnética.

Para calcular el rumbo de un itinerariocon la brújula seguiremos los siguientespasos, reflejados de forma sintética en laFigura 1.15:

Orienta el mapa topográfico con ayudade la brújula y de la declinación magnética.Recuerda que el Norte geográfico está enel margen superior del mapa y los lateralesson las únicas líneas que van de Norte aSur. (Figura 1.13).

• Ubicar los puntos de inicio y destino delitinerario. Ahora coloca la brújula enci-ma del mapa orientado, de forma queuno de los bordes de la placa de basetransparente, o también la línea índice,coincidan o sean paralelos al itinerariodel que queremos obtener el rumbo.

• Girar el limbo hasta que la flecha dedirección que aparece grabada en lacaja o alojamiento de la brújula quedealineada con la aguja magnética, comose puede observar en la Figura 1.15.Leer entonces el rumbo del itinerario(cifra del limbo que se encuentra bajo lalínea índice). En el ejemplo que adjun-tamos en la Figura 1.15 sería un rumbode 120º Norte, es decir, casi direcciónSureste.

• Seguir el rumbo de la línea índice, deforma que la aguja magnética siempreesté alineada con la flecha de direcciónque aparece grabada en la caja o aloja -miento de la brújula. En la naturaleza,como vamos a ver, puede resultar muycomplicado.

Lo más habitual es emplear esta téc-nica de forma continuada a lo largode todo un itinerario (un únicorumbo entre nuestro inicio y nuestrodestino, puede conducir a errores,especialmente si el itinerario es deuna cierta longitud), estableciendopuntos de referencia intermedios(a ser posible visibles entre). Esdecir, calcularemos todos los rum-bos que sean necesarios en el trans-curso de un itinerario: un primerrumbo A-B (donde B es visibledesde A), un segundo rumbo B-C(donde C es visible desde B), etc.Este ejercicio puede ser de grancomplejidad, debido a múltiplesfactores: relieves muy abruptos oaccidentados, dificultades para en-contrar puntos de referencia inter-medios (por ejemplo en un bosque),falta de visibilidad (con niebla), etc.

32 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 1.14 Norte magnético (NM) yNorte geográfico (NG). Rumbo y aci-mut de una dirección A-B.

Page 34: Manual de Tecnicas

Salvar obstáculos de un itinerariomediante brújula

Esto es algo absolutamente frecuenteen la naturaleza. Hemos trazado un itinera-rio y hemos calculado los rumbos pertinen-tes. En su planificación previa desestima -mos atravesar algunos obstáculos que habí-amos reconocido en el mapa tras una minu-ciosa interpretación (por ejemplo, un lago,una garganta, una montaña, etc.) Pero tam-bién pueden surgir sorpresas que no había -mos interpretado y que nos obliguen aefectuar pequeñas modificaciones delrumbo del itinerario sobre el terreno: unescarpe infranqueable, un edificio, etc.

Proponemos tres métodos para superarestos obstáculos con brújula, como se indi-ca en la Figura 1.16, regresando en todosellos a la dirección de partida.

En el caso número 1 salvamos el obstá -culo mediante un desvío rectangular: nosdesviamos 90º en A-B, B-C y C-D. En Drecuperamos la dirección inicial con otros90º. Las distancias recorridas en A-B y C-D deben ser idénticas, mientras que la dis-tancia B-C debe ser suficientemente largacomo para superar el obstáculo. Tambiénhay que indicar que la dirección B-C tiene

el mismo rumbo que la que llevábamosantes de toparnos con el obstáculo.

En el ejemplo número 2 franqueamos elobstáculo mediante un desvío triangular:nos desviamos 45º de nuestra direcciónprevia, 90º de B a C, y recuperamos en Cnuestra dirección inicial con 45º. A-B y B-C deben ser distancias iguales.

En el caso número 3, el obstáculo estambién superado mediante un desvíotriangular, pero, a diferencia del ejemplo2, nos desviamos 60º de nuestra direcciónprevia, otros 60º de B a C, retomando nues-tra rumbo original en C con otros 60º. A-By B-C deben ser, obviamente, iguales.

Con un cierto grado de aproxima-ción, podremos calcular distanciasiguales en los desvíos efectuadospor medio de nuestros pasos (con-tando los pasos mentalmente omediante podómetro).

Orientación y cartografía 33

Figura 1.16 Métodos para salvar losobstáculos de un itinerario medianteuna brújula.

Figura 1.15 Cálculo del rumbo de unadirección con una brújula de limbomóvil.

Page 35: Manual de Tecnicas

PENDIENTES Y PERFILESTOPOGRÁFICOS

Cálculo de pendientesSi conocemos cualquier distancia, gra-

cias al uso de la escala, y también conoce-mos los desniveles topográficos que nosproporcionan las curvas de nivel, podemoshallar la pendiente de un itinerario. Ésta esla relación que existe entre el desnivel asuperar y la distancia o recorrido horizon-tal. Se expresa habitualmente en porcenta-jes (%), pero también se puede designar engrados sexagesimales.

Por su sencillez, planteamos el cálculode porcentajes:

P (%) = (h / d) x 100

donde P es la pendiente, expresada en %, hes el desnivel a superar (en metros) y d esla distancia horizontal (también en me-tros). Al multiplicar esta relación por 100,obtenemos el porcentaje. Ver la Figura1.17.

Por ejemplo, una pendiente de un 15 %significa que cada 100 metros recorridosen la distancia horizontal se superan 15metros de desnivel.

El ángulo de la pendiente (∝), medidoen grados sexagesimales, se puede obtenerde varias formas: mediante un clinómetro;por medio de razones trigonométricas; otambién mediante un transportador deángulos si reflejamos en un triángulo,como se puede ver en la Figura 1.17, losconceptos que nos ocupan (P, h y d). Acontinuación, como referencia, se enume-ran algunas equivalencias de grados sexa-gesimales y porcentajes: 5º de ángulo sonel 8,7 % de pendiente, 10º son 17,6 %, 20ºson 36,4 %, 30º son 57,7 %, y 45º sonexactamente el 100% (remontar una rampade 45º implica ascender 100 m de alturacada 100 m de la horizontal). Los valoressuperiores a 45º aumentan hasta el infinito:50º son 119,2 %, 70º son 274,7 %, 80º son567,1 %, 90º es un % infinito.

Se puede comprobar que, cuanto más

largo sea un itinerario para subir un mismodesnivel, menor será la pendiente y, lógica-mente, más descansado será. En las monta -ñas abundan los ejemplos: los caminos deherradura, trazados en zig-zag, constituyenel paradigma de un diseño racional y razo-nable de las comunicaciones en el pasado.

Realización de perfilestopográficos

Para completar nuestro análisis delrelieve en la planificación de itinerarios,ofrecemos un complemento del cálculo dependientes: la realización de un perfiltopográfico. Se trata de un gráfico en elque se representa un corte transversal delrelieve en una determinada dirección,seleccionada en función de nuestro recorri-do o interés. Esta sección del relieve setraslada sobre el eje horizontal, mientrasque la altitud se representa en el eje verti-cal. El resultado es una imagen bastantefidedigna de las formas que tiene el corte operfil ejecutado: montañas, valles, ascen-sos y descensos, pendientes, etc.

Pasos para confeccionar un perfil topo-gráfico:• La forma de elaborar un perfil comien-

za con la selección del mismo, puestoque hay que tener en cuenta el trazadode la línea de corte sobre nuestro mapatopográfico: debemos procurar que ladirección establecida corte de forma

34 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 1.17 Magnitudes relacionadascon la medida de una pendiente entre Ay B.

Page 36: Manual de Tecnicas

transversal la totalidad o la mayor partede las curvas de nivel (evitar que lalínea corte varias veces sucesivas lamisma isohipsa).

• Después se toma un papel milimetradoy se coloca, sobre el mapa, a lo largo dela línea de corte seleccionada. A conti-nuación se señalan los puntos de inter-sección o corte de las curvas de nivelsobre la hoja de papel.

• Los siguientes pasos nos llevan a laconfección de dos ejes cartesianos: uneje horizontal donde trasladaremoscada punto de intersección o corte delas curvas de nivel, y un eje verticaldonde asignaremos un valor altitudinala cada punto del corte. En el eje hori-zontal se representa la dirección denuestro perfil a la escala del mapatopográfico. Pero en el eje vertical

podemos elegir escala: lo más usual esoptar por una escala vertical idéntica ala del eje horizontal (la escala del mapatopográfico empleado), obteniendocomo resultado un perfil aproximadode la realidad. Si esto no resulta expre-sivo, se puede reducir 2 o más veces laescala vertical respecto a la horizontal,de forma que el perfil se exagera comose puede observar en la Figura 1.18.

• Finalmente se unen todos los puntos delgráfico, obteniendo el perfil de la direc-ción o corte seleccionado. Sobre el per-fil topográfico podemos referenciaraltitudes, identificar accidentes delterreno y elementos de interés (picos,ríos, poblaciones, etc.), así como otrasindicaciones complementarias: orienta-ción del corte, coordenadas y escala delmismo, etc.

Orientación y cartografía 35

Figura 1.18 Perfil topográfico (A-B) de un relieve. Nótese la expresividad del mismoen función de la escala vertical empleada.

Page 37: Manual de Tecnicas

BIBLIOGRAFÍACALVO, J.L.; PELLICER, F. (1985): Las

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STRAHLER, A.N.; STRAHLER, A.H.(1978): Geografía física. Omega.

36 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 38: Manual de Tecnicas

Capítulo 2TÉCNICAS DE PROGRESIÓN POR

SENDEROS E ITINERARIOS DE MEDIAY BAJA MONTAÑA

(Javier A. Melendo Soler)

Page 39: Manual de Tecnicas

1. NOS DESPLAZAMOS• ¿Cómo andamos?• Beneficios de las marchas por la naturaleza

2. FORMAS DE PROGRESIÓN, ANDANDO, EN DIFERENTES TIPOS DE TERRENO• Caminar por terreno llano• Subir por terrenos con pendiente• Bajar por terrenos con pendiente

• Bajar por pendientes pedregosas• Bajar por pendientes herbosas

• Atravesar un rio• Caminar por la nieve

• Materiales que podemos utilizar en la nieve• Atravesar un nevero

• Caminar por nieve dura o hielo

3. ESTABLECER ITINERARIOS BASÁNDOSE EN EL TIEMPO Y LA DISTANCIA• Elección del itinerario• Duración de la excursión

• Longitud del recorrido• Desnivel• Períodos de pausa• El ritmo• Refugios y medidas de seguridad

4. MATERIAL BÁSICO PARA NUESTRAS EXCURSIONES• Protección de los pies: Botas

• Botas de senderismo• Botas de alta montaña estival• Botas de alta montaña invernal• Calcetines

• Prendas exteriores• Sistema de capas• Pantalones• Protección de la cabeza• Protección de los ojos• Protección de las manos

• Polainas• Mochila• Materiales complementarios

• Bastones• Piolet• Crampones

• Material necesario para nuestras excursiones• Material necesario para una excursión de un solo día• Material necesario para una excursión de varios días

5. CAMINAR EN GRUPO

Page 40: Manual de Tecnicas

Caminar por un entorno natural nos vaa permitir descubrir paisajes, recorrercaminos poco frecuentados y aproximar-nos a una naturaleza, muchas veces olvida-da. La posibilidad de acercarnos a ella ydescubrir lugares nuevos, al menos paranosotros, sólo va a depender de nuestrospies.

El desplazamiento por itinerarios demedia y baja montaña es una actividad alalcance de casi todas las personas, el niveltécnico que se necesita no es muy alto,aunque es necesario conocer las caracterís-ticas del terreno por donde nos movemos ycómo debemos desplazarnos por éste.

1. NOS DESPLAZAMOS

Existen diversas maneras de acercarnosa la naturaleza, pero, de todas ellas, la quenos permite una mayor aproximación yrelación con la naturaleza es andando. Apie podemos descubrir lugares recónditos alos que posiblemente no podremos accedermediante vehículos a motor, ni incluso enbicicleta de montaña o a caballo, aunqueéstos nos facilitarán el acercamiento a laszonas que deseamos recorrer.

La realización de marchas o excursio-nes a pie puede requerir la utilización demateriales específicos en función del tipode terreno que recorramos, ya sea en terre-nos con nieve, hielo, pedrizas o terrenosescarpados; para estos tipos de terrenosnecesitamos conocer las técnicas de pro-gresión que resulten más adecuadas y eluso de los materiales específicos.

¿CÓMO ANDAMOS?Cuando nos desplazamos no solemos

pensar cómo lo hacemos, nos limitamos arealizar un movimiento que hemos automa -tizado y a repetirlo cíclicamente. Nuestralocomoción pone en marcha simultánea-mente una serie de acciones en las queintervienen de forma conjunta los siguien-tes músculos y articulaciones:

• Las articulaciones del pie y especial-mente la del tobillo que soportarán elpeso del cuerpo facilitando el impulso yla amortiguación.

• La rodilla interviene en la marcha pormedio de sus movimientos de flexión yextensión, facilitando la deambulacióny elevando el peso del cuerpo.

• La cadera realiza un movimiento derotación y una basculación de la pelvis;estos movimientos son seguidos por lacolumna vertebral.

• Los brazos realizan un movimientosimultáneo al de la pierna del ladoopuesto que favorece la estabilidaddurante la marcha.

Como podemos ver, la biomecánica dela marcha es una acción complementaria dediversas partes del cuerpo. De su correctarealización dependerá un buen desplaza-miento y el mantenimiento de nuestro equi-librio. Nuestro centro de gravedad se modi-fica durante la marcha; cuando estamos depie en una posición estática, está localizadoaproximadamente en nuestro ombligo o unpoco por debajo de él.

Cuando nos desplazamos modificamosnuestro centro de gravedad, todos losmovimientos compensatorios como elbalanceo de brazos, rotación de caderas,etc., contribuyen a favorecer nuestro equi-librio reajustando el centro de gravedad;así, por ejemplo, nuestro cuerpo se inclinahacia delante cuando subimos una pendien-te o hacia atrás cuando bajamos por lamisma pendiente.

Los músculos que intervienen en ladeambulación son fundamentalmente losde la extremidad inferior. En el medio natu-ral los terrenos por los que nos movemosson irregulares, de manera que a diferenciade la marcha por un terreno llano, habráuna serie de grupos musculares que utiliza-remos según ascendamos por una pendien-te o descendamos por ella. En general, parala realización de marchas excursionistas,los músculos realizarán esfuerzos de tipo

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 39

Page 41: Manual de Tecnicas

aeróbico, priorizando la duración delesfuerzo a su intensidad.

Músculos que intervienen en la marchaSubiendo por una pendiente:

Parte posterior de la pierna:• Gemelos y sóleoParte anterior del muslo• CuádricepsZona pelviana:• Psoasoilíaco• Glúteos mayor y medio

Bajando por una pendiente:• Cuádriceps• Gemelos y sóleo• Glúteos

Articulaciones que intervienen en lamarcha

Extremidad inferior• Tobillo y pie• Rodilla• CaderaExtremidad superior• Cinturón escápulo-humeralColumna vertebral

BENEFICIOS DE LAS MARCHAS PORLA NATURALEZA

Tradicionalmente se recomienda andar,como un tipo de ejercicio simple y básicopara mantenerse en forma. Andar por lanaturaleza, además de los beneficios fisio-lógicos que nos proporciona, ejerce unainfluencia positiva sobre nuestra mente ypor extensión sobre nuestro sistema ner-vioso, liberándonos del estrés cotidiano.

Los beneficios sobre el aparato cardio-circulatorio son los propios de toda activi-dad de tipo aeróbico, aumentando, con elentrenamiento, el volumen del corazón yreduciendo la frecuencia cardíaca, mejo-rando con ello el rendimiento del corazón.Asimismo, aumenta la frecuencia respira-toria durante el ejercicio, mejorando laventilación pulmonar.

La musculatura se va adaptando a la fati-ga en función de la distancia e intensidad denuestras caminatas, favoreciéndose la utili-zación de la energía y la respiración celular.

Nuestros huesos y articulaciones evitanla pérdida de calcio, retrasando o impidien-

40 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Caminando hacia Peña Gratal (Huesca).

Page 42: Manual de Tecnicas

do la aparición de osteoporosis y favore-ciendo la movilidad articular.

La vida sedentaria actual con sus ries-gos de sobrepeso, aumento de colesterol,riesgo de infartos o accidentes vasculares,cerebrales, puede evitarse simplemente an-dando y mejor si es por la naturaleza.

Psicológicamente, los beneficios de lasmarchas por el medio natural procederántanto de la tranquilidad que nos induce,como del placer visual de la contemplacióndel paisaje e incluso del propio esfuerzopara alcanzar la meta propuesta o descubrirlugares nuevos.

2. FORMAS DEPROGRESIÓN, ANDANDO,EN DIFERENTES TIPOS DE

TERRENOS

Caminar por la naturaleza puede sermuy diferente según lo hagamos en un tipode terreno u otro; asimismo, dependerá denuestro material, de nuestra carga y porsupuesto de nuestra preparación.

CAMINAR POR TERRENO LLANOCuando nos desplazamos por un terre-

no llano, no es necesaria ninguna técnicaespecífica, basta con que caminemos tal ycomo haríamos por nuestra ciudad. Sinembargo, la naturaleza no es un caminoasfaltado, en ella encontraremos diversasirregularidades, como piedras, montículos,oquedades, que nos obligarán a prestaratención de una forma especial. Una vezque hemos elegido el camino a seguir, yasea con nuestro mapa, libro informativo dela zona o con la ayuda de personas o guíasque nos lo indiquen, siempre hemos deprocurar que éste discurra por el trayectomás sencillo, generalmente, todos loscaminos trazados cumplen este requisito ybastará con seguirlos.

El desplazamiento por este tipo deterrenos no debe ser fatigoso; para ellonuestra marcha dependerá del tiempo y

longitud de nuestro recorrido, y de nuestrogrado de condición física. Es convenienteque la longitud de nuestra zancada no seaexcesiva, que nuestro ritmo respiratorio nosea alto, por ejemplo que nos permita irhablando con nuestros compañeros deexcursión y que las pulsaciones cardíacasse mantengan en unos límites ligeramentesuperiores a los que tenemos, por ejemplo,cuando caminamos por la ciudad. Porsupuesto, estamos excluyendo las activida-des competitivas que serían un capítuloaparte.

SUBIR POR TERRENOSCON PENDIENTE

Subir caminando por una pendiente, sinnecesidad de efectuar apoyos con lasmanos, no requiere ninguna técnica espe-cial, sin embargo, cuando la pendienteaumenta hemos de tener en cuenta variascuestiones que favorecerán nuestra progre-sión.

En primer lugar, cuando ascendemospor zonas con pendiente, la línea recta noes el trazado más conveniente, subir comosi fuéramos por una escalera es mucho máscansado, deberemos avanzar trazando dia-gonales, aunque nos parezca que así pro-longamos más el camino. Normalmente,los senderos que seguimos han sido traza-dos teniendo en cuenta este hecho, de talmanera que bastará con que los sigamos,cumpliendo de esta manera con otro de lospreceptos más importantes en los entornosnaturales: no salirse de los caminos; deesta manera evitaremos la erosión delterreno que los propios caminantes provo-can especialmente en las laderas de lasmontañas.

En segundo lugar, hay que avanzar conpasos cortos, manteniendo el ritmo propio.Al subir es importante evitar dar grandeszancadas que acabarán produciendo unafatiga muscular más precoz y una sobre-carga sobre nuestras articulaciones, espe-cialmente la rodilla. Una de las frases másescuchadas en boca de montañeros experi-

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 41

Page 43: Manual de Tecnicas

mentados es la de: anda como un viejopara llegar como un joven. Para alcanzarnuestras metas, sobre todo, cuando éstasson exigentes, hay que ser todavía másconscientes de este aforismo y aprender adosificar nuestro ritmo, dejemos la rapidezpara los que participen en alguna competi-ción.

Hay que fijarse en el terreno por el queascendemos, eligiendo el más sencillo; a lolargo de nuestros desplazamientos encon-traremos lugares por los que tengamos quetrepar o utilizar medios auxiliares. Procu-raremos pisar apoyando toda la planta delpie, hay que evitar en la medida de lo posi-ble andar de puntillas. Mantendremos unaposición erguida y nuestro centro de gra-vedad se ajustará al grado de la pendientey al peso que transportemos en nuestraespalda.

Subir por una pendiente• Andar con pasos cortos• Avanzar trazando diagonales• Mantenerse erguido, con el peso bien

distribuido en la mochila• Elegir los caminos más sencillos

BAJAR POR TERRENOS CON PENDIENTEBajar puede resultar más difícil y en

ocasiones según el grado de la pendientemás fatigoso. Personas poco experimenta -das pueden presentar cierto temor a des-cender por una pendiente, sobre todo segúnel tipo de terreno por el que discurra.

En general en las bajadas podemosseguir una trayectoria más recta; en caso defuertes pendientes, descenderemos trazan-do diagonales. Al caminar por senderosmarcados nos ceñiremos a ellos, evitandoconvertir la montaña en una red de surcosque la erosionen.

La posición de bajada será erguida,pero con los hombros ligeramente inclina-dos hacia delante y las rodillas flexionadaspara amortiguar el choque de la planta delpie con el suelo. La utilización de bastonespermite amortiguar, todavía más, la bajadapor fuertes pendientes, retrasando la fatigamuscular del cuádriceps.

Descenderemos con los hombros y lamirada orientada de cara hacia la pendientedel valle; el peso de la mochila debe estarbien repartido y la mochila sujeta a nuestraespalda para evitar los desequilibrios.

La zancada suele ser más amplia que enla subida y descenderemos con más rapi-dez, aunque, procuraremos no cogermucha velocidad para evitar desequilibrar-nos y caer al suelo. Conviene que apoye-mos toda la planta del pie.

Bajar por una pendiente• Andar con pasos mas largos• Avanzar en línea recta, en caso de

gran pendiente trazando diagonales• Mantenerse erguido con los hombros

inclinados hacia delante y con el pesobien distribuido en la mochila

• Orientar los hombros hacia la pen-diente del valle

• Flexionar las rodillas

42 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 2.1 Subiendo por una pendiente.

Page 44: Manual de Tecnicas

Bajar por pendientespedregosas

En general descenderemos por la líneade máxima pendiente. Cuando las piedrasson finas, de un tamaño como garbanzos,llevaremos cuidado por las posibles caídas,aunque en muchas ocasiones nos permiti-rán descender deslizándonos sobre ellas

Cuando las piedras sean aproximada-mente del tamaño de una pelota de tenis,podemos avanzar dando saltos apoyandolos talones, que nos permitirán moderar lavelocidad del descenso, o bien dando gran-des zancadas. En ambos casos, hay queprever que al deslizarnos arrastraremospiedras, por lo que caso de ir con más per-sonas deberán descender en una trayectoriadiferente a la nuestra.

En bloques de piedras grandes, normal-mente de granito, podemos progresar conbastante seguridad, aunque deberemosestar atentos. Alcanzaremos el bloque con-tiguo evitando dar pasos muy largos, esposible que alguno de estos bloques sea

inestable, por lo que tendremos que estaratentos a su estabilidad y a sujetarnos encaso de una posible caída sobre todo sitenemos que saltar de un bloque a otro; eneste caso, tantearemos primero los bloques.Hay que prestar especial atención a que elpie no nos quede atrapado entre dos blo-ques.

Bajar por pendientes herbosasDescender por una pendiente con hier-

ba requiere un mayor control por nuestraparte, la superficie que nos ofrece esmucho más resbaladiza, especialmente siestá mojada, por ello la velocidad de des-censo deberá ser más moderada que en unasuperficie con piedras.

La posición del cuerpo será similar a ladel descenso en otros tipos de superficies,procurando apoyar toda la planta del pie yevitando en este caso apoyar sólo los talo-nes.

Las pendientes con hierba pueden estaren zonas cercanas a un cortado, por lo queuna caída en ellas puede tener graves con-secuencias. Puede ser necesario ayudarnoscon material auxiliar, como los bastones, oincluso colocarnos los crampones en lostramos más peligrosos.

ATRAVESAR UN RÍOCuando en el transcurso de nuestro

recorrido nos veamos obligados a cruzarun río, comprobaremos si hay un puente enlas cercanías de nuestro camino. En oca-siones encontraremos un puente más omenos improvisado con troncos, pero, deno ser así, buscaremos el lugar más accesi-ble para vadearlo.

Localizaremos algún estrechamientodel río que podamos saltar o si es demasia-do ancho miraremos si lo podemos cruzarsaltando de piedra en piedra; en períodoestival sin tormentas, suele ser fácil cruzarlos ríos.

Cuando el río es más caudaloso o lasaguas fluyen rápidas, tendremos que valo-rar la posibilidad de meternos en el agua;

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 43

Figura 2.2 Bajando por una pendiente.

Page 45: Manual de Tecnicas

en este caso, seguiremos los siguientespasos:• Elegir el lugar más adecuado para va-

dearlo. Hay que elegir los lugares en losque el agua fluya con menos fuerza; porejemplo, después de la curva del río, lacorriente va menos rápida que al finalde un tramo sin curvas.

• Intentaremos comprobar la profundidaddel río con algún palo o bastón, o lan-zando alguna piedra; arrojaremos algu-na rama que flote para observar la velo-cidad de la corriente.

• No es conveniente descalzarse paravadearlo, puesto que nos podemos cor-tar con una roca afilada del fondo, o conalgún cristal o lata arrojada por des-aprensivos. Es interesante llevar un cal-zado de repuesto, por ejemplo unaszapatillas de deporte que también nosservirán en los momentos de descanso.Si fuera necesario utilizaremos nuestraspropias botas y nos quitaremos los cal-cetines, si no tenemos otros secos derepuesto.

• Hay que utilizar un bastón o una ramaque nos permita tanto comprobar laprofundidad del cauce durante nuestro

avance, como proporcionarnos un ter-cer punto de apoyo, formando un trián-gulo con nuestras piernas.

• Hay que aflojar las correas de la mochi-la, y soltar la correa del cinturón deésta, por si se nos llevará la corriente yhubiera que desprenderse rápidamentede ella.

• Cruzaremos siempre en diagonal, si lacorriente es fuerte lo haremos a favorde ella, si no es muy fuerte podemoshacerlo contracorriente.

Otras medidas que podemos tomar son:En caso de serios peligros nos podemos

atar una cuerda a la cintura mientras vadea-mos el río, aunque, algunos autores des-aconsejan este procedimiento. Es preferi-ble colocar una cuerda de lado a lado delrío por encima de nosotros, para sujetarnosa ella mientras avanzamos. Otro procedi-miento útil es pasar de dos en dos; paraello, nos colocaremos uno frente a otro yapoyaremos nuestras manos en los hom-bros del compañero, en esta posición nosdesplazaremos por el cauce dando peque-ños pasos transversales. Este procedimien-to nos dará una mayor estabilidad.

44 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 2.3 Atravesando un río.

Page 46: Manual de Tecnicas

En casos extremos, si tuviésemos queatravesar el río a nado, lo haremos en dia -gonal, a favor de la corriente y con unacuerda de seguridad.

Medidas para atravesar un río• Mejor después de una curva del río

que en una larga recta• Ponerse otro calzado• Utilizar un bastón como tercer

punto de apoyo• Cruzar en diagonal, a favor de la

corriente• Aflojar las correas de nuestra

mochila, y soltar el cinturón• Podemos apoyarnos en los hombros

de otro compañero para tener másestabilidad

CAMINAR POR LA NIEVELos senderos de media montaña por los

que transitamos con normalidad en verano,durante el invierno pueden verse cubiertosde nieve. Movernos por ellos requerirá deunos conocimientos técnicos diferentes,según queramos desplazarnos con esquís,raquetas o andando.

Las disciplinas de montaña invernal,como el esquí de pista, el esquí de fondo oel esquí de travesía, son un medio intere-

sante y atractivo para poder practicar acti-vidades en la naturaleza con mayor omenor exigencia.

Cuando nuestra intención sea la deandar por la montaña o por los senderos,aunque estén nevados, hemos de conocerla utilización de unos materiales más espe-cíficos que describiremos con más detalleen un posterior capítulo.

Materiales que podemos utilizaren la nieve

En primer lugar hemos de revisar nues-tras botas, que han de ser impermeables,preferentemente de materiales plásticoscon botín interior, si utilizamos botas decuero o membranas impermeables; ademásrealizaremos un mantenimiento periódico,tal y como exponemos en el capítulo dedi-cado al material.

El piolet es un elemento auxiliar nece-sario cuando nos movemos por territorioscon nieve o hielo. Se utiliza como instru-mento de apoyo para detenernos en caso decaída en una pendiente. Cuando lo que pre-tendemos es simplemente andar por lanieve, puede ser de más utilidad usar unosbastones con arandela grande. Sin embar-go, el piolet es muy útil en los glaciares,como describiremos en el capítulo sobre

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 45

Figura 2.4 Dos personas juntas atravesando un río.

Page 47: Manual de Tecnicas

seguridad en la montaña. Utilizaremos un piolet clásico, de

mango algo más largo, a modo de bastón,cuando transitemos por terrenos nevados ycon escasa pendiente. Lo cogeremos por lacruz con la palma de la mano apoyada en lapala y la correa auxilar o dragonera puesta.El pico mirará hacia delante en el sentidode la marcha, y la pala hacia atrás; lo lle-varemos en el lado de la pendiente quemira a la montaña, apoyando el regatón(punta de la parte más larga del piolet omango) en el suelo cada vez que avance elpie correspondiente al mismo lado. No nosdebemos olvidar de cambiar el piolet demano cuando nos desplacemos por el otrolado de la pendiente.

Las raquetas de nieve son uno de loscomplementos más interesantes para des-plazarnos por la nieve. Tradicionalmenteutilizadas en los países nórdicos, han reco-brado un nuevo auge en nuestras monta-ñas. Su utilización no requiere ninguna téc-nica especial, pudiendo utilizarse en cual-quier tipo de terreno nevado, incluso por elhielo, gracias a unas pequeñas cuñas fija-das a su suela. Se sujetan al pie mediantecorreas o fijación automática, son preferi-bles aquellas que permiten dejar la talone-ra libre. Unos bastones con arandela gran-de son el complemento ideal para ayudar-nos a mantener el equilibrio.

La utilización de esquís forma parte delos tradicionales deportes de invierno. Lasmodalidades de alpino y de fondo requie-ren unas pistas previamente acondiciona-das y un aprendizaje técnico. El esquí demontaña o de travesía nos permitirá ascen-der con esquíes por fuertes pendientesnevadas y deslizarnos posteriormente porellas. Son aconsejables los esquís con fija-ciones especiales y otros elementos comolas pieles sintéticas que se adhieren pordebajo de éstos, impidiendo que nos desli-cemos hacia atras. La simbiosis entre alpi-nismo y esquí hace de esta disciplina unade las más atractivas, pero también de lasque requieren una mayor preparación físi-

ca y técnica, así como un gran conocimien-to del medio.

Atravesar un neveroLos neveros son zonas residuales de

nieve, de tamaño variable, que persisten alcalor del verano, generalmente situados enlas zonas altas y umbrías, especialmente enla cara norte de las montañas. En nuestrasexcursiones veraniegas, ya dentro de la altamontaña, es frecuente que tengamos queatravesar alguno de estos neveros.

Al introducirnos en el nevero, especial-mente si está sobre terreno pedregoso o debloques de piedras grandes, el primer pie losituaremos lo más alejado posible delborde, para evitar que ceda la nieve, si notiene la suficiente consistencia.

La forma de atravesarlos dependerá delestado en que se encuentre la nieve. A lamadrugada y a primeras horas de la maña-na, podemos encontrarnos con la nievehelada, en estos casos y según la longitud,pendiente o la presencia de posibles hue-llas en el nevero, utilizaremos los crampo-nes y el piolet. Conforme avanza el día, lanieve se ablanda, y permite realizar unabuena huella que nos facilita la travesía delnevero. Es conveniente que todos los com-ponentes del grupo vayan por la mismahuella abierta por el primero, que tambiénnos servirá para nuestro regreso.

Utilización de un piolet a modo de bastón• Cogerlo por la cruz apoyando la

mano sobre la pala• El pico del piolet debe mirar hacia

delante• Lo cogeremos con la mano del lado

de la pendiente• Lo cambiaremos de mano cuando

giremos en la pendiente• Nunca olvidaremos sujetarlo con la

dragonera

Procuraremos que la huella que haga-mos sea lo más profunda posible, cami-nando erguidos y con precaución de no

46 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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resbalarnos, sobre todo si el nevero está enuna zona con pendiente. Como previsiónante posibles caídas, deberemos llevarpantalones largos, jersey de manga larga, yguantes, para evitar las heridas por abra-sión que nos produciría el roce con lanieve. Si resbalamos y no llevamos un pio-let para detener nuestra caída, nos coloca-remos a cuatro patas de cara a la nieve, uti-lizando nuestras manos y pies para evitardeslizarnos.

CAMINAR POR NIEVE DURA O HIELOEl terreno más sencillo se puede con-

vertir en una zona peligrosa cuando nos loencontramos helado; atravesarlo sin losconocimientos y el material adecuadopuede provocar nuestra caída. Cuando ten-gamos previsto realizar una excursión o laascensión a una montaña en invierno debe-mos llevar en nuestra mochila, entre otrosmateriales, unos crampones y un piolet.

Ante cualquier situación de riesgo por

una placa de hielo, aunque ésta sea pequeña,es preferible que perdamos un poco de tiem-po poniéndonos los crampones.

Los crampones son un material másespecífico de la alta montaña. Se trata deuna plataforma metálica sobre la que apo-yaremos la suela de la bota, que está rema-tada por una serie de puntas, normalmentedoce, que se introducirán al andar sobre lanieve dura o el hielo. El sistema de sujecióna las botas puede ser mediante correas omecanismos automáticos, tal y como des-cribiremos en el capítulo sobre el material.

Para su utilización es necesario, en pri-mer lugar, que estén ajustados a nuestrasbotas. Aunque ésta sea una labor que debe-remos realizar en casa, es conveniente quellevemos una pequeña llave fija y un des-tornillador por si fuera necesario. Ensegundo lugar hay que tensar conveniente-mente las correas, hebillas o colocar bienlos sistemas rápidos mediante palancas desujeción. Los de correas hay que apretarlosfuertemente para evitar que se nos salganen el momento más inoportuno, pero notanto como para impedir que circule la san-gre por los pies. En tercer lugar, al andar yen función de la pendiente, utilizaremoslos crampones clavando siempre todas laspuntas, hay que evitar clavar solamente laspuntas de un lateral. Inclinaremos nuestropie en función de la pendiente para queapoye toda su superficie.

Un problema que se nos puede presentarcuando andamos con crampones es la acu-mulación de nieve debajo de ellos (zuecosde nieve), que impide que las puntas se cla-ven adecuadamente. Por el peligro que pue-de causar, vigilaremos constantemente suposible formación, golpeándolos con elpiolet, para evitar que la nieve se quedeadherida. Existen en el mercado unos anti-zuecos de laminas de látex, que se colocanen los crampones y evitan su formación.

En casos extremos de terrenos heladosy con fuertes pendientes, puede incluso sernecesario tallar escalones en el hielo connuestro piolet.

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 47

Figura 2.5 Andando por la nieve ohielo, con crampones y piolet.

Page 49: Manual de Tecnicas

Medidas de seguridad para elmanejo de los crampones

• Ajústalos, antes de la excursión,según la medida de la suela de tusbotas

• Aprieta bien las correas o el sistemade fijación que lleven

• Al andar con ellos apoya siempretodas sus puntas

• Procura no engancharte con las pun-tas de los crampones las polainas oel pantalón

• Vigila periodicaménte que no se for-men placas de nieve debajo de ellos(zuecos)

• Ayúdate del piolet para avanzar

3. ESTABLECERITINERARIOS BASÁNDOSE

EN EL TIEMPO Y LADISTANCIA

El termino de senderismo o el de excur-sionismo incluye actividades tan diversascomo un simple paseo por un sendero depequeño recorrido, hasta un trekking dealgunos días por el Himalaya.

Una excursión de varias horas, con bue-nas condiciones meteorológicas, en unterreno sin dificultades y sin peso a nuestrasespaldas, nos permitirá disfrutar del contac-to con la naturaleza, estando al alcance decasi todas las personas, con independenciade su condición física o edad.

Una excursión de uno o varios días, enla que pretendemos alcanzar un desnivelimportante, recorrer una larga distancia oque tenga pasos complicados, va a reque-rir una preparación previa de las etapas.Hemos de calcular el tiempo que tardare-mos en alcanzar nuestro objetivo, y queéste no supere las horas de luz del día, onuestras propias capacidades físicas o téc-nicas.

ELECCIÓN DEL ITINERARIOLa mayor parte de las personas que se

quieren adentrar en la naturaleza comien-zan a hacerlo a partir de libros, revistas odocumentales. El primer contacto con elitinerario elegido será desde nuestra propiacasa. Hemos de proveernos de mapas de lazona y de las guías editadas que nos pro-porcionarán la máxima información. Otrasforma de acercarnos a estos territorios des-conocidos es mediante las personas que yalos hayan recorrido, ya sean éstas amigos,miembros de un club de montaña o de acti-vidades en la naturaleza, o se trate de guíasprofesionales.

Aunque elijamos que otra persona nosguíe, es importante que también nosotrossepamos en todo momento por dónde nosestamos desplazando. Para ello llevaremosun mapa y comprobaremos periódicamenteque seguimos el camino correcto.

Cuando decidamos la actividad y el iti-nerario, no se nos debe olvidar que nuestraelección estará condicionada por nuestraspropias posibilidades físicas, la disponibi-lidad del material necesario y nuestrosconocimientos técnicos. Nuestra seguridady la de las personas que nos acompañandeben primar por encima de todo, no sea-mos uno más de los que engrosan las esta -dísticas de accidentados.

DURACIÓN DE LA EXCURSIÓNEn la actualidad hay gran cantidad de

guías publicadas que detallan los recorri-dos por senderos y caminos de montaña.Aunque su utilización es casi obligada, nonos hemos de olvidar de la informaciónque nos proporcionan los habitantes dellugar. Hablar con los lugareños, además defomentar la cordialidad, tan extendidaentre montañeros y senderistas, nos brinda-rá información sobre nuestro recorrido yquizás algunos datos o problemas que nosean contemplados en nuestra guía.

La información proporcionada por lasguías, e incluso por algunos mapas, queincluyen un anexo de recorridos, nos indi-cará la duración aproximada de ciertasexcursiones, así como datos de su longitud,

48 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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desnivel, y otros datos de interes.Los criterios a la hora de calcular la

duración de un recorrido dependerán de sulongitud, del desnivel a salvar, de los perí-odos de pausa que establezcamos y de lasdificultades del terreno que recorramos.

Longitud del recorridoEl estudio detallado del mapa nos per-

mitirá calcular de forma aproximada lalongitud de nuestro recorrido. Si medimosen línea recta desde el punto donde preten-demos ir hasta el punto donde pretendemosllegar, y sabemos la escala del mapa,mediante un simple cálculo averiguaremosla distancia reducida.

La mayor parte de los mapas que utili-zamos en nuestros desplazamientos son deescala 1:50.000 o similares. Esta escala nosindica que 1 cm en el mapa equivale a50.000 cm en la realidad.

Para calcular cuál es la longitud denuestro recorrido, deberemos medir cuán-tos centímetros hay desde nuestro punto departida hasta el punto de llegada. Una vezconocida la distancia que queremos reco-rrer en el mapa, habremos de calcular ladistancia en la realidad. Para ello bastarácon multiplicar los centímetros que mida elrecorrido en el mapa por el denominadorde la fracción de la escala, en este caso50.000, con lo que obtendremos la distan-cia a recorrer en centímetros, que transfor-maremos en metros o kilómetros paranuestra comodidad.

El cálculo de esta distancia reducida,aunque útil como orientación, no se ajustaa la distancia real. Para su cálculo correctohemos de tener en cuenta el desnivel supe-rado durante ese trayecto, que nos vieneindicado por las curvas de nivel. Medianteestos datos obtendremos la denominadadistancia geométrica que comentamos enel primer capítulo.

A pesar de todo, hemos de tener pre-sente que la distancia real es la que medi-mos sobre el terreno; por ello, cuando lasguías nos proporcionan este dato será el

más fiable, aunque lo podamos cotejar connuestros cálculos.

Una persona de condición física nor-mal, con una carga ligera, viene a recorreruna distancia de unos 4 a 5 kilómetros a lahora, dependiendo del desnivel del terreno.

DesnivelEl desnivel medio del trayecto vendrá

dado por la diferencia de altitud entre elpunto de salida y el punto de llegada,teniendo en cuenta que a lo largo de nues-tro recorrido podemos encontrar subidas ybajadas que modificarán el desnivel total.

El cálculo del desnivel lo haremosfácilmente, con sólo mirar las curvas denivel del mapa. Sin embargo, este desnivelpromedio, aunque nos va a ser de utilidadpara determinar la duración de nuestrorecorrido, no nos indicará en qué parte delrecorrido será mayor la pendiente. No va aser lo mismo que casi todo el desnivel lorealicemos al principio del recorrido, a quese distribuya proporcionalmente en toda lalongitud del camino.

Una persona de condición física nor-mal, con una carga ligera, recorre de 300 a350 metros de desnivel a la hora.

Para averiguar de una forma aproxima-da la duración de una excursión cruzare-mos los datos de la longitud y el desnivel.En primer lugar, calcularemos en el mapala distancia reducida desde el punto de ori-gen hasta nuestro objetivo; considerandoque la velocidad media es 4 km/h, obten-dremos el tiempo que nos cuesta nuestrodesplazamiento sin tener en cuenta el des-nivel. En segundo lugar, averiguaremos eldesnivel de nuestra excursión mediante lascurvas de nivel, obteniendo el tiempo quetardamos en subir este desnivel, teniendoen cuenta una ascensión media de 300 m/h.

De los tiempos obtenidos sumaremos elmayor de los dos, con la mitad del tiempomenor. Este cálculo nos dará el tiempoaproximado de nuestra excursión sin pau-sas. Cuando realizamos el desnivel pero endescenso el tiempo será, aproximadamen-

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 49

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te, un tercio menos del total calculado coneste procedimiento.

Períodos de pausaUna de las cosas más importantes, y a

su vez uno de los mayores problemas cuan-do vamos en grupo, es decidir cuándo rea-lizamos los descansos. La adecuada conju-gación de las pausas y el ritmo de progre-sión permitirá que disfrutemos de nuestraexcursión.

Cuando calculemos el tiempo aproxi-mado de la duración de nuestra excursión,deberemos incrementarlo de un 10 a un20% más por los descansos y posiblesimprevistos.

La cantidad y duración de las pausasdependerán fundamentalmente de nuestracondición física y motivación. Lo idealsería que nuestra preparación nos permitie-se realizar el recorrido sin efectuar apenasparadas; pero si no somos personas habi-tuadas a las grandes caminatas por la natu-raleza, evitaremos someter a nuestro cuer-po a esfuerzos tan intensos o prolongados,que nos impidan concluir nuestra excur-sión o tengamos agujetas al día siguiente.

La primera pausa, sobre todo cuandovayamos en grupo, la realizaremos hacialos 15 o 20 minutos de comenzar a andar,es una pausa técnica, muchas veces nece-saria, para quitarnos la ropa, que por errornos hemos dejado puesta, o para ajustarnos

nuestras botas y correas de la mochila. Estaparada será breve.

Tradicionalmente se aconseja pararunos cinco minutos por cada hora de mar-cha. Esta norma no la tomaremos en unsentido estricto, aunque cuando vayamosen grupo con diferentes niveles de condi-ción física puede ser interesante que lacumplamos. Las paradas serán de cinco adiez minutos, y puede ser un buen momen-to para disfrutar del paisaje que muchasveces olvidamos pensando sólo en llegar ala meta.

Durante estas pausas nos abrigaremospara evitar enfriarnos, beberemos agua obebidas isotónicas aunque no tengamos sedy aprovecharemos para tomar alguna barraenergética o hidratos de carbono de rápidaasimilación. Podemos quitarnos nuestramochila o descargar su peso apoyándola enalgún resalte del terreno; además, serásaludable realizar algún estiramiento.

Parar nuestro ritmo puede implicar unenfriamiento de los músculos y un esfuer-zo suplementario para reiniciar la marcha;por ello, estos descansos serán breves y aser posible activos, relajando los músculosy movilizándolos ligeramente.

Cuando la excursión es larga, realizare-mos una parada de mayor duración paracomer, aproximadamente de media hora.La comida será poco copiosa, con alimen-tos energéticos, tal y como indicamos en el

50 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Norma para el cálculo aproximado de la duración de una excursiónDistancia reducida 4 km/hDesnivel 300 m/h

Duración total: Tiempo mayor + ½ tiempo menor(Por ejemplo, si el recorrido de la distancia reducida lo estimamos en dos horas,y el desnivel en una, el tiempo total será la suma del tiempo mayor –dos horas–,más la mitad del tiempo menor –una hora–, es decir, en total dos horas y media).

• Añadir el tiempo de pausas (10-20%)• En las bajadas el tiempo es aproximadadmente un 30% menos• Tener en cuenta las dificultades del terreno• Número de personas

Page 52: Manual de Tecnicas

capítulo sobre nutrición, beberemos abun-dantemente.

Pausas durante una excursión• Recuerda que las pausas además de

para descansar nos servirán paradisfrutar del paisaje

• Procura que tus paradas sean breves.• Abrígate cuando pares y aprovecha

para beber y tomar algún alimentoenergético

• No te tumbes, una pausa ligeramen-te activa facilitará la continuaciónde la marcha

El ritmoEl paso que llevemos durante nuestra

excursión va a ser determinante para evitarla fatiga muscular. Es muy frecuente quelas personas poco habituadas comiencenuna larga excursión a un ritmo demasiadorápido, teniendo que pararse con muchafrecuencia, e incluso sin poder concluirla.

El ritmo de la marcha debe adaptarse alas dificultades del terreno, por ejemploserá menor cuando la pendiente aumenta, ya las características personales, como lalongitud de la zancada, nivel de condiciónfísica o al peso que transportamos.

Al comenzar a andar, sobre todo si nohemos calentado previamente los múscu-los, lo haremos a un ritmo lento. La respi-ración fluida y acompasada con nuestramarcha nos permitirá ir hablando con nues-tros compañeros; las pulsaciones cardíacasdeben mantenerse entre 100 y 140 porminuto.

El ritmo debe ser regular, cada cami-nante individualizará sus propios pasos,procurando que éstos no sean muy am-plios, y sin dejarse influir por las diferenteszancadas de otros compañeros. Hay mu-chas personas que a un ritmo aparentemen-te lento, su ritmo, recorren considerablesdistancias, y tal vez disfrutando más.Aquellos que decidan ir más rápido debenser conscientes de su nivel de entrenamien-

to y no olvidarse de que están en un medioimpredecible, donde hasta los mejores atle-tas pueden verse superados por los fenó-menos naturales.

Otro factor importante mientras cami-namos es la actitud mental: una larga cami-nata implica cierta dosis de sufrimiento.Conforme nos acercamos a nuestra meta,ésta parece no llegar nunca, la voluntad dealcanzar nuestro objetivo es fundamentalpara mantener nuestro ritmo. En casos defatiga muscular y respiratoria podemosadoptar un paso más lento, durante el querealizaremos un pequeño descanso en cadaapoyo, acompañándolo con nuestra respi-ración: inspirando cuando avanzamos lapierna atrasada y espirando al apoyarla.

Refugios y medidas de seguridadDurante nuestro desplazamiento por la

naturaleza, pueden surgir problemas conlos que no contábamos inicialmente. Puedesuceder que en una excursión prevista paraun solo día se nos haga de noche. Cuandono tenemos costumbre de andar en la oscu-ridad, puede complicarse nuestro regreso;por ello, como medida de seguridad, debe-remos llevar en nuestra mochila una linter-na, ropa de abrigo, algo de comida y, si esposible, una funda de vivac, como descri-biremos en el capítulo sobre el material.

Esta situación, o la posibilidad de sufrirun accidente durante nuestra excursión, oun imprevisto cambio de tiempo, hacennecesario que antes de iniciarla, tengamoslocalizados los posibles refugios que pode-mos encontrar en nuestro camino.

La mayor parte de las veces encontrare-mos alguna cabaña de pastores, mejor opeor cuidada, o en el mejor de los casos unrefugio guardado en el que podemos tenercobijo y provisiones. Cuando nuestra ex-cursión es de un solo día, conocer suemplazamiento es de utilidad, pero cuandonuestra excursión es de varios días es im-prescindible, salvo que pretendamos dor-mir exclusivamente en tienda de campañao hacer vivac. Como medida de seguridad,

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 51

Page 53: Manual de Tecnicas

muchos de estos refugios cuentan con emi-soras de radio, por lo que es útil tenerloslocalizados.

4. MATERIAL BÁSICO PARANUESTRAS EXCURSIONES

En este capítulo vamos a hacer una des-cripción de los materiales necesarios parauna excursión a pie, con una duracióndesde unas horas a varios días, en todo tipode terrenos y factores climáticos. Losmateriales más específicos para técnicas deescalada serán descritos en un capítuloposterior.

PROTECCIÓN DE LOS PIES: BOTASCuando nos decidimos a emprender

una excursión una de las preguntas máshabituales que nos hacemos es: ¿qué calza-do me pongo? La elección correcta del cal-zado puede ser la diferencia entre una insu-frible marcha o un desplazamiento que nospermita disfrutar de la naturaleza.

El primer aspecto a la hora de elegir uncalzado u otro es decidir para qué lo vamosa utilizar. No necesitaremos el mismo cal-zado para una excursión no muy larga ocon poco desnivel que para una excursiónde varios días y por alta montaña.

En líneas generales, hemos de tener encuenta que las zapatillas de deporte no sonadecuadas cuando el terreno es irregular ola pendiente pronunciada. Es lamentable,cuando andamos por nuestras montañas,ver a personas que van con un calzadodeportivo normal o incluso zapatos de usodiario, transitar por terrenos escarpados,con nieve, o hielo, sin la mínima protec-ción que nos dan unas botas de montaña.Aunque reconocemos que el precio de estecalzado es alto, también lo son las presta-ciones que nos da. Nunca debería ser ésteun motivo suficiente para exponernos auna lesión.

Botas de senderismo o trekkingBajo este epígrafe vamos a englobar

todas las botas que podemos utilizar, desdeuna marcha breve a una excursión devarios días. Hace no demasiados años lasbotas disponibles eran muy escasas,debiendo adaptarse nuestros pies a lasescasas hormas o a la dureza de los mate -riales. Hoy en día, la disponibilidad de cal-zados de montaña es tal, que es difícil deci-dirnos.

Si nuestro recorrido es poco exigentenos puede bastar con un calzado específicode caña baja y suela adherente; pero, engeneral, es preferible una bota de caña alta.

Las botas de excursionismo o senderis-mo han de responder a las siguientes carac-terísticas:• La suela, compuesta de varias capas,

favorece la amortiguación y previene latorsión del pie. Debe ser flexible ycombinar una buena adherencia conuna gran resistencia

• La plantilla interior debe ser cómodapara evitar la producción de rozaduras yha de permitir una buena absorción dela humedad.

• La horma de la bota debe adecuarse a laforma de cada pie, tanto en longitudcomo en anchura. Además, las botas decaña alta protegen el tobillo.

• Los materiales habituales son la cordu-ra o los derivados de la piel: cuero,serraje, nobuck, etc. A estos materialesse les puede añadir membranas imper-meables y transpirables como el Gore-Tex o similares.

Consejos para comprar tus botas• Ten presente para qué las vas a utili-

zar• Pruébate la bota de cada pie, con el

calcetín que vayas a utilizar• Anda con ellas por la tienda, tómate

el tiempo que necesites• Los dedos de los pies no deben tocar

la punta de la bota

52 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 54: Manual de Tecnicas

Mantenimiento de las botas• Limpia tus botas después de cada

excursión• Cuando se mojen no las seques

directamente con calor• Impermeabilízalas antes de cada

excursión, si son de piel con cerassiliconadas o con aerosoles especia-les en caso de la cordura

• Vigila el dibujo de la suela, de él vaa depender tu seguridad

Botas de alta montaña estivalLas botas de alta montaña o de alpinis-

mo, en general aquellas que vamos a utili-zar en alturas superiores a los 2.500metros, tienen algunas diferencias respectoa las de senderismo.

La suela es más rígida para facilitar eldesplazamiento por itinerarios más difíci-les y el uso de los crampones. La adheren-cia y el grado de resistencia del cauchoexterno de la suela, o sus sustitutos sintéti-cos, en algunos casos pueden ser mayores.Estas diferencias dependerán de los mode-los, teniendo en cuenta que algunos fabri-cantes intentan hacer botas más polivalen-tes, aptas para casi todo tipo de terrenos.

Al igual que en las botas de senderis-mo, la plantilla interior extraíble ha de per-mitir una buena absorción de la humedad.

Los materiales externos pueden ser decuero o de materiales sintéticos. El cuerode las botas es sometido a diversos proce-dimientos industriales que le confierenunas peculiares características.

La piel utilizada suele ser de animalesde raza bovina, según el corte de la pielobtendremos la denominada piel flor o elserraje.

La piel flor corresponde a la capa exter-na, donde está el pelo del animal. Es la másutilizada para las botas de alta montaña,por ser la más impermeable. Para su utili-zación se somete a un proceso de curtido,que transforma la piel del animal en cuero.

El serraje es la capa interna de la piel

del animal; es menos impermeable, peromucho más flexible y suele utilizarse comorefuerzo o en las botas de senderismo.

Otras variantes son la piel vuelta, quees una piel flor pero con el lado más imper-meable hacia el interior y el lado externo,más suave, puede ser tratado obteniéndoseun aspecto aterciopelado. El Nobuck seobtiene puliendo el cuero de la piel flor.

Otros materiales que podemos encon-trar en el exterior de las botas son los deri-vados del nailon como la cordura, quepodemos encontrar solos, especialmente enlas botas de senderismo, o junto con elcuero.

En casi todas las botas de alta montañase agregan unas membranas impermeables,que consisten en unos forros microporososcon un alto índice de impermeabilidad,pero que a la vez permiten evacuar latranspiración. Las más utilizadas son elGore Tex, Simpatex, y Dry Line. Aunqueson útiles, con el tiempo se van deterioran-do, como consecuencia de la flexión repe-tida del material al andar, que produce des-garros en estas membranas, y por la accióndel ácido del sudor de los pies.

Al elegir una bota hemos de procurarque esté fabricada en una sola pieza.Cuantas menos costuras tenga, ma-yor será la impermeabilidad.

Botas de alta montaña invernalAlgunas de las botas descritas anterior-

mente pueden ser utilizadas solas o conalgún complemento como las polainas olos cubrebotas en los terrenos nevados. Eneste apartado nos vamos a referir a lasdenominadas botas rígidas.

Son un tipo de botas específicas paraglaciar o extensos terrenos nevados, tam-bién, aunque con diferencias técnicas lasincluiríamos entre las utilizadas para elesquí de travesía y la escalada en hielo.

Están constituidas por una carcasa deplástico que garantiza una total impermea-

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 53

Page 55: Manual de Tecnicas

bilidad. Su rigidez favorece la utilizaciónde los crampones. La funda interna o botín,que puede ser extraíble, tiene una altacapacidad de retención térmica. La rigidezde estas botas no las hace aptas para andarpor los senderos, siendo, sin embargo,extremadamente útiles para la alta montañanevada y en condiciones extremas.

CalcetinesNo nos hemos de olvidar de nuestros

calcetines. En la actualidad existe unaamplia gama de modelos y materiales,desde los tradicionales de lana y algodón,hasta las fibras sintéticas. Las fibras sinté-ticas permiten una mayor absorción de lahumedad y un secado más rápido. Suelentener distintos grosores en las zonas demás rozamiento, en la puntera y en eltalón. El calcetín debe ajustarse al pie sincomprimirlo. Es muy importante que nonos haga arrugas puesto que se puedenproducir ampollas en las zonas de roza-miento.

Respecto al uso de uno o dos calcetines,no existe una opinión unánime. En generaly si nuestras botas son de la talla adecuada,bastará con un calcetín, pero en ocasionespuede ser necesario llevar un calcetín inte-rior más fino. En casos de frío extremopodemos llevar un calcetín interior sintéti-co y uno exterior de lana.

PRENDAS EXTERIORESLa vestimenta del excursionista y en

especial del practicante del montañismo ha

cambiado mucho en los últimos tiempos.No hace demasiados años podíamos verpor la montaña a intrépidos pioneros, quese desplazaban con su jersey de lana grue-sa, su camisa de cuadros y sus pantalonesde pana bávaros. La nostalgia de esta ima -gen, reconociendo el mérito que teníaaventurarse en condiciones extremas conmenos recursos, está hoy en día superadapor la gran disponibilidad de prendas espe-cializadas y materiales novedosos.

La investigación de nuevos tejidos estáen constante evolución, mejorando susprestaciones. Sin embargo, la ingente can-tidad de materiales y el bombardeo deinformación a que estamos sometidos haceque en muchas ocasiones no sepamos quéprendas son las más convenientes para nos-otros.

El primer criterio que debemos aplicara la hora de elegir nuestra ropa es: ¿paraqué la vamos a utilizar? Si solamente pen-samos hacer excursiones en verano, no vaa ser necesario que compremos los mejoresmateriales que nos aíslen del frío. Hay queelegir la ropa en función de nuestros obje -tivos, si bien es verdad que unas buenasprendas nos van a ser útiles cuando empeo-re el clima.

El segundo criterio es la polivalencia.Lo ideal es que el menor número de pren-das nos sirvan para el mayor número deactividades. Esta máxima no siemprepodemos cumplirla, bien sea porque hayprendas más específicas para ciertas activi-dades, bien porque los propios fabricantes

54 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 2.6 Botas de alta montaña y senderismo.

Page 56: Manual de Tecnicas

tienden a fomentar el uso de una prendadistinta para cada actividad.

Otros criterios para elegir nuestrasprendas son su duración y resistencia, susprestaciones en condiciones fuera de lonormal y, por supuesto, el precio. Dado queson prendas relativamente caras, hemos deprocurar que tengan una adecuada relaciónentre su calidad y su precio. Es interesanteque comprobemos que sean prendas homo-logadas y hayan pasado los correspondien-tes controles de calidad y que sigamos alpie de la letra las instrucciones para su cui-dado y mantenimiento. No nos hemos deolvidar de los gustos propios y las caracte -rísticas personales, como nuestra constitu-ción, la predisposición a padecer frío o asudar, etc., que nos inclinarán hacia un tipou otro de prendas.

Sistema de capasPara protegernos de las condiciones cli-

matológicas adversas, se ha comprobadoque es más eficaz llevar varias capas deropa fina, que una única capa de ropa grue -sa. Cada una de las capas ha de tener unascaracterísticas concretas, contribuyendotodas ellas a evitar la pérdida de calor delcuerpo, mediante la creación de una cáma -ra de aire entre ellas, y a permitir unacorrecta transpiración.

La cantidad de capas que llevemosdependerá del clima. La gran ventaja delsistema de capas múltiples es que podemosquitarnos o ponernos capas según nuestrasnecesidades, favoreciendo la comodidaddurante nuestro desplazamiento. Normal-mente, respecto al tronco y a las extremida-des superiores, distinguiremos tres capas.

Primera capaEs la que está en contacto con la piel,

actúa como primera barrera que impide lapérdida del calor y elimina el sudor y lahumedad, permitiendo que la piel estéseca. Esta primera capa es la que en veranonos protegerá del sol o de los roces y ara-ñazos.

Los tejidos que mejor nos facilitan laeliminación del sudor son las fibras sintéti-cas, especialmente el poliester, polipropile-no o la clorofibra, que se utilizan en diver-sas proporciones según los fabricantes. Lasprestaciones de todas ellas son similares,pero superiores a las del algodón. Éstesería uno de los tejidos usados tradicional-mente que absorbe la humedad pero laretiene, por lo que puede contribuir aenfriar el cuerpo. Está especialmente des-aconsejado en invierno o con temperaturasfrías.

Si nos vamos a desplazar por zonasmuy frías, el grosor de esta capa serámayor, en este caso abrigará más, aunquetambién transpirará menos. Estas prendasdeben ajustarse completamente al cuerpo,cubriendo bien todo el tronco y permitien-do realizar todos los movimientos.

Recomendaciones para elegirla primera capa

• Preferentemente de fibras sintéticas• Procura que se ajuste a tu cuerpo• Que sea suave al tacto y te cubrabien, por debajo de la espalda

Segunda capaLa capa intermedia va a ser la más

importante, en lo que se refiere a retener elcalor corporal. La lana ha sido una de lasfibras naturales más utilizadas, por sucapacidad de abrigo. Sin embargo, presen-ta el problema de que se seca mal, por loque aumenta su peso al retener la humedad.La mezcla de la lana con alguna fibra sin-tética mejora sus propiedades.

El forro polar es, actualmente, la pren-da más utilizada. Se trata una fibra sintéti-ca, el poliester, que imita al algodón. Secaracteriza por absorber poco la humedad,se puede mezclar con otras fibras o incor-porarle membranas, para conseguir unamayor impermeabilidad o resistencia con-tra el viento.

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 55

Page 57: Manual de Tecnicas

En las tiendas especializadas los tene-mos de todas las formas y colores. Cuandodecidamos comprar uno, nos fijaremos ensu grosor, éste se mide en gr/m2, oscilaentre los 100 y los 300, los más habitualesson los de 200 gr/m2.

Las prendas confeccionadas con plumasson los mejores aislantes térmicos. Laspodemos encontrar para ser utilizadascomo capa intermedia, o formando partedel relleno de una prenda que actúe tambiéncomo capa exterior. Las plumas utilizadasproceden generalmente de ocas, patos y cis-nes. Las plumas de mayor calidad, denomi-nadas plumón o duvet, proceden de lasocas, especialmente del pecho de las aves.El plumón o duvet debido a su estructuratridimensional almacena el aire calientemejor que las fibras sintéticas. La propor-ción entre plumón y plumas será del 85 -90% de plumón frente al 10 - 15% de plu-mas, en las prendas de mayor calidad.

El inconveniente de las prendas de plu-mas, además de su elevado precio, es que

son muy voluminosas, aunque se compri-men con facilidad, y si se mojan pierden sucapacidad aislante.

Tercera capaLa capa exterior es la encargada de pro-

teger del viento, de la lluvia y de la nieve.La evolución en este tipo de prendas hasido considerable. Las actuales membra-nas impermeables nos brindan unas presta -ciones muy altas.

Al igual que sucedía con las botas,antes de adquirir uno de estos productosdebemos pensar en qué condiciones sole -mos realizar nuestras excursiones. Si sola -mente las realizamos en verano, posible -mente va a bastar que llevemos en nuestramochila una capa de plástico.

Las capas o ponchos de plástico puedenestar confeccionados con mangas o sinellas, pueden llevar aberturas laterales ycapucha. Cumplen la función de impedirque pase el agua al interior, protegiendotambién la mochila. Como prenda imper-meable su eficacia es completa, pero sugran problema es que no permite pasar latranspiración, con lo que al cabo del rato,solemos estar tan mojados por nuestrosudor, como si nos hubiera caído la lluviaencima. Por otra parte, en terrenos escarpa-dos o con vegetación puede engancharse,impidiendo nuestra marcha. A veces, sidurante nuestra excursión no necesitamosemplear las manos y no hace viento puedeser útil la utilización del paraguas, pense-mos en los pastores cuando van a recogerel ganado.

Cuando nuestros objetivos son más exi-gentes, hemos de pensar en una prenda téc-nica que nos proteja del exterior y permitala transpiración. Estas prendas están con-feccionadas con una membrana impermea-ble como el Gore Tex u otras similares. Setrata de una membrana microporosa deri-vada del Teflón, cuya particularidad es queimpide el paso del agua del exterior, pues-to que los poros de esta membrana son20.000 veces más pequeños que una gota

56 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 2.7 Disposición de la ropa, sis-tema de capas.

Page 58: Manual de Tecnicas

de agua y, sin embargo, permiten el pasode la transpiración, ya que una molécula devapor de agua es 700 veces menor que elporo de la membrana. Estas membranasvan inducidas o pegadas a otros tejidos,disponiéndose en dos o tres capas.

Aunque la eficacia de estas prendas esalta, no hemos de pensar que son comple-tamente impermeables, ni totalmentetranspirables. Las costuras son uno de lospuntos débiles y hemos de procurar queestén termoselladas. Por otra parte, su uso,un mal cuidado o la rotura de la membranapueden dar lugar a zonas vulnerables porlas que pasa el agua. A veces, nuestra pro-ducción de sudor es tan elevada que lamembrana no puede evacuarlo. Aunque lautilidad de estas prendas es patente, su ele-vado precio hace que tengamos que saberbien para qué las vamos a utilizar.

Las prendas exteriores con relleno noson tan manejables respecto a su utiliza-ción en un sistema de varias capas. Lasprendas exteriores con rellenos de plumóno de fibras estarán indicadas para condi-ciones de frío extremo.

PantalonesNormalmente bastará con una o dos

capas. Los pantalones suelen ser mezclasde algodón y fibras sintéticas o exclusiva-mente de materiales sintéticos. Existendiversidad de modelos y colores; los quellevan fibras resistentes como el laster o lacordura son una opción interesante. Enverano podemos llevar un pantalón corto,con los inconvenientes de que al no prote -gernos del sol podemos sufrir alguna que-madura solar o diversas heridas por araña-zos o erosiones en las piernas descubiertas.Debido a esto y a los posibles cambiosmeteorológicos, no hemos de olvidarnosde transportar un pantalón largo en lamochila.

En excursiones invernales una buenaalternativa son unas mallas de ropa interiortérmica, de características similares a lascomentadas en el capítulo de las prendas

interiores, y en el exterior un pantalón demembrana impermeable tipo Gore Tex osimilares.

Protección de la cabezaEn verano no se nos ha de olvidar una

gorra, sombrero con ala o, aunque sea, unpañuelo, para evitar una insolación. En lacara utilizaremos cremas de protecciónsolar para evitar las quemaduras.

En invierno, o con temperaturas bajas,podemos perder una gran cantidad de calorcorporal por la cabeza. Hemos de llevar ungorro de lana o de forro polar y si el vien-to es fuerte, utilizaremos la capucha denuestra prenda exterior.

Protección de los ojosConforme subimos en altitud, la expo-

sición a los rayos ultravioletas y a los infra-rrojos aumenta. Es imprescindible que pro-tejamos nuestros ojos de la exposición aestos rayos. Para ello debemos ponernosunas gafas con una protección 100% a losrayos ultravioletas y casi total a los infra-rrojos.

Hay que ser muy cuidadosos para ele-gir nuestras gafas, puesto que no todascumplen las condiciones adecuadas. Esinteresante que el modelo que elijamostenga protecciones laterales. Si utilizamosgafas graduadas debemos colocarnos unosfiltros de protección.

Protección de las manosCuántas veces hemos visto documenta-

les en los que algún alpinista sufría conge-laciones en los dedos de la mano. Losguantes son imprescindibles en invierno yrecomendables en verano, sobre todo, enzonas de alta montaña.

Cuando el frío es intenso podemos uti-lizar también el sistema de capas, con dosguantes, uno interior de fibras sintéticas yotro exterior tratado con membranas im-permeables.

Las manoplas mantienen las manosmás calientes que los guantes, pero no son

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 57

Page 59: Manual de Tecnicas

adecuadas si tenemos que hacer algunamaniobra más precisa.

Los guantes o manoplas han de cubrir-nos la muñeca. Es útil que lleven una cintaque nos permita sujetarlos a la muñecapara que cuando nos los quitemos no seextravíen. Por si acaso, hay que llevar unpar de guantes de repuesto en la mochila.

Los guantes no sólo nos protegen delfrío, también de las posibles heridas porabrasión en el caso de una caída por terre-no nevado.

POLAINASLas polainas contribuyen a impedir que

penetre nieve y agua por la parte superior ocaña de las botas. Están confeccionadas demateriales impermeables y resistentes, tiponailon, cordura o kevlar. En algunos casostambién incorporan membranas impermea-bles como el gore tex.

Las colocaremos por encima de lasbotas y del pantalón por medio de una cre-mallera lateral y un cable metálico quepasaremos por debajo de la suela.

MOCHILAEs el método más utilizado para trans-

portar todo aquello que vamos a necesitaren nuestras excursiones. La diversidad demochilas es tal que existe una para cadaactividad. Si bien esto es ventajoso, tam-bién es cierto que nuestro armario se va lle-nando de objetos que sólo utilizamos oca-sionalmente. Al igual que con otros mate-riales hemos de buscar su polivalencia.

Básicamente podemos encontrar dostipos de mochilas: la mochila clásica conbastidor externo, actualmente en desuso, yla mochila anatómica con diversas formasy materiales, según la actividad para la queesté diseñada.

Los materiales utilizados para confec-cionarlas son poliamidas o fibras de poliés-ter que pueden ser tratadas con revesti-mientos impermeables. Una de las fibrassintéticas más utilizadas por su resistenciaes la Cordura.

58 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 2.8 Polainas.

Figura 2.9 Mochila anatómica.

Page 60: Manual de Tecnicas

Al elegir nuestra mochila es muyimportante que tenga el tamaño adecuado anuestra talla. Antes de comprarla hemos decomprobar lo siguiente:

• Primero, el ajuste a nuestros hom-bros, los tirantes deben apoyar sobrelas clavículas sin impedir la movili-dad de los hombros.

• Segundo, respecto a la longitud de lamochila, su base debe estar sobrenuestra zona lumbar. Existen mode-los para mujeres que tienen el cuer-po de la mochila adaptado a unaespalda más corta favoreciendo elreparto de la carga sobre la cintura.

• Tercero, que posea un cinturón quepermita trasladar parte del peso dela carga a la cadera.

Otros detalles a tener en cuenta son: lacalidad del almohadillado del cinturón ylos tirantes; la presencia de una correa pec-toral que impedirá los balanceos de lamochila; que tenga tensores de aproxima -ción de carga en los tirantes de la espalda;que disponga de los accesorios que necesi-temos para nuestra actividad, por ejemplo,correas laterales porta esquís, porta piolets,bolsillos, etc.

El diseño de la parte posterior de lamochila es el que le va a dar su principalcaracterística. El más simple es un acol-chado que se ajusta a la espalda, con undiseño ergonómico que evita que la cargase nos clave en ésta. Se utiliza en lasmochilas de tamaño pequeño o mochilasde ataque, de entre 30 y 35 litros de capa-cidad. Son adecuadas para las excursionesde un día.

Las mochilas de tamaño medio, entre35 y 55 litros, tienen un respaldo reforzadopor una estructura interna, que le confieremás solidez, recubierto de un acolchadosimple o de un respaldo regulable.

Las mochilas de gran tamaño, más de55 litros de capacidad, están construidaspor una armazón interna semirrígida, y unaespalda almohadillada regulable. El peso

de éstas es mayor, pero permite llevar car-gas pesadas más cómodamente. Este tipode mochilas son las adecuadas para trave-sías de dos o más días.

Características de una mochila• Cuerpo de la mochila: ha de ser ade-cuado a la talla, no debe apoyarsesobre los glúteos, ni sobre los hom-bros

• Espalda de la mochila: siempre debeestar acolchada, con respaldo regu-lable o estructura rígida, según sutamaño

• Los tirantes y el cinturón debenestar almohadillados y bien dimen-sionados

• Es útil la correa pectoral y los tenso-res de aproximación de la carga

• Disponer de los accesorios necesa-rios para nuestra actividad

¿Cómo llenar una mochila?Aunque cada uno puede tener su forma

personal de llenar la mochila, hay una seriede normas para hacer de nuestra mochilaun objeto más compacto y cómodo detransportar.• En primer lugar hemos de dejar a mano

aquellos objetos que podamos utilizarcon más frecuencia, como el mapa, brú-jula, chubasquero, guantes, etc. Paraello podemos utilizar el bolsillo supe-rior o si lleva, alguno de los laterales.

• Los objetos más pesados hay que colo-carlos lo más cerca posible de la espal-da y en la zona alta, cerca de nuestrocentro de gravedad.

• El saco de dormir y la ropa de recambiolos colocaremos en la parte baja de lamochila.

No hay que colocar ningún objeto col-gando de la mochila. El piolet se sujetaráen las correas dispuestas para ello, y la col-choneta aislante la podemos colocar en lascorreas de cierre de la parte superior.

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 59

Page 61: Manual de Tecnicas

MATERIALES COMPLEMENTARIOSOtros instrumentos que podemos nece-

sitar en nuestras excursiones son los basto-nes que resultarán útiles para desplazarnospor cualquier tipo de terreno, pero especial-mente en los descensos; y los crampones yel piolet en terrenos con nieve y hielo.

BastonesDe forma espontánea algunas personas

que se desplazan por la naturaleza cogenalguna rama del suelo y la utilizan a modode bastón. También podemos ver que lospastores llevan alguna vara o utilizan bas-tones, entre otras cosas, para facilitar sumarcha.

La utilización de uno o dos bastonesnos permite apoyarnos y tomar impulso enlas subidas, pero su gran utilidad es en lasbajadas, sobre todo si llevamos una cargapesada. También son de utilidad para va-dear ríos o en terrenos nevados.

Los bastones que usamos para excur-sionismo suelen ser plegables, de formaque podemos guardarlos en nuestra mochi-la cuando no los necesitemos. Su punta esmás resistente que la de los bastones deesquí, y llevan una arandela o roseta máspequeña.

Hay muchos excursionistas a los que noles gusta utilizar bastones, prefiriendo lle -var libres sus manos. El inconveniente dela utilización continuada de los bastones esque puede producir una alteración de nues-tra dinámica de desplazamiento, al despla -zarnos utilizando varios puntos de apoyo.

Los bastones suelen llevar una drago-nera o correa para sujetarlos a nuestramuñeca. Su utilización habrá que limitarlaa aquellas zonas en las que no hay posibi-lidad de caída, por las posibles lesiones demuñeca que puede ocasionar. Es preferibleque perdamos el material a que tengamosuna lesión.

PioletEn una excursión durante el verano, lle -

var un piolet en nuestra mochila no nos vaa aportar ninguna ventaja. Si lo que preten-demos es utilizarlo como apoyo es preferi-ble que llevemos un bastón o que utilice-mos una rama que encontremos sobre elsuelo.

Cuando nuestra excursión se realice porla alta montaña y exista la posibilidad deque haya nieve o hielo, deberemos llevarlocomo medida de seguridad.

En la actualidad existe gran cantidad demodelos de piolets. Esta gama varía desdelos específicos para escalada en hielo, hastalos clásicos de travesía, pasando por losultraligeros utilizados en el esquí de mon-taña.

Para nuestras excursiones y pensandoen su posible utilidad como material com-plementario, ante la presencia de nieve ohielo, nos interesa el piolet clásico de tra-vesía.

Su tamaño debe ser lo suficientementelargo como para poder utilizarlo como bas-

60 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 2.10 Partes de un piolet.

Pico

Pala

Mango

Regatón

Dragonera

Page 62: Manual de Tecnicas

tón; en general, su longitud oscila entre los50 y los 70 cm. Los piolet más técnicos sonalgo más pequeños, variando la morfologíadel piolet clásico tanto en la pala y en lahoja, como en el mango.

CramponesSon imprescindibles en la montaña

cuando en nuestro recorrido vayamos adesplazarnos por una zona de hielo o nievedura.

Están formados por una base metálicasobre la que se apoya la suela de la bota,rematada en unas puntas a modo de clavos,que nos permitirán fijarnos a la nieve durao al hielo. Podemos encontrarlos de 8, 10 o12 puntas, las puntas delanteras estánorientadas de tal manera que permitan cla -varse frontalmente.

En esta base metálica podemos diferen-ciar una parte delantera y una parte trasera,que en función del grado de solidez de suunión se clasifican en crampones articula -dos, semirrígidos y rígidos.

El sistema de sujeción a las botas puedeser de tres tipos:

• Correas. Es el procedimiento mássimple, y se adapta a todo tipo debotas. Su colocación es laboriosa.

• Fijación automática. Requiere botasrígidas con reborde en talón y pun-tera, para encajar los cierres auto-máticos. Son más cómodos y rápi-dos.

• Combinados o semiautomáticos.Utilizan simultáneamente las corre-as y la fijación automática. Por laparte delantera el crampón se sujetaa la bota por correas y por la parteposterior mediante un cierre auto-mático a una hendidura de la bota.Este sistema puede ser utilizado conlas botas rígidas, e incluso con unasbotas semirrígidas, siempre y cuan-do se fije bien el cierre automáticosobre el talón.

La elección de los crampones va a

depender de la actividad que elijamos. Paraalpinismo utilizaremos unos cramponesarticulados, semirrígidos, mientras quepara la escalada en hielo hemos de utilizarunos rígidos.

Por otra parte, las botas que llevemosvan a condicionar el que podamos utilizarun modelo de crampón u otro. Unas botasde senderismo sólo podrán llevar crampo-nes con correas, precisando de una suelarígida y de muescas de sujeción en el talóny la puntera para el uso de los cramponessemiautomáticos y automáticos.

Si se forman en nuestros cramponeszuecos de nieve pegados entre la base y las

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 61

Figura 2.11 Crampones con cierre porcorreas, semiautomático y automático.

Page 63: Manual de Tecnicas

puntas, podemos utilizar unas láminas delátex a modo de doble suela que impidensu formación.

MATERIAL NECESARIO PARANUESTRAS EXCURSIONES

Elegir el material que necesitamos es, aveces, una de las tareas más comprometi-das. La norma fundamental es: transportarsólo lo estrictamente necesario. El peso denuestro equipaje va a ser uno de los facto-res que condicionen el desarrollo y el dis-frute de nuestra actividad.

Lógicamente no llevaremos el mismomaterial si nuestro objetivo es subir a unamontaña, donde podemos necesitar la ayu-da de una cuerda auxiliar, o quizás hayanieve y precisemos llevar un piolet, que sivamos a dar un paseo de varios kilómetrospor un sendero de pequeño recorrido.

Independientemente del material técni-co que será necesario en algunas circuns-tancias, podemos elaborar nuestra propialista de material. Cada vez que vayamos asalir de excursión, bastará con que la mire-mos y cojamos los objetos que tenemosapuntados.

La lista de material necesario diferirátambién según el tiempo de duración denuestra excursión y de la estación en que selleve a cabo. La confección de nuestra listadebe contener entre otros los elementosque indicamos a continuación.

Material necesario para unaexcursión de un solo día

RopaEn este punto distinguiremos la ropa

puesta y la que llevemos de repuesto ennuestra mochila. Dependerá de las condi-ciones climáticas y de la época del año.Aunque la ropa puesta variará en funcióndel clima, deberemos llevar camiseta, forropolar, pantalones, calcetines y botas.

Ropa de repuesto: • Impermeable. Preferiblemente una capa

con capucha.

• Calcetines, guantes.• Una camiseta interior.• Pañuelo para el cuello.• Gorro de lana o forro polar.• Zapatos de deporte (optativo).

Protección ante los rayos solares• Crema solar.• Barra de protector labial.• Gafas de sol.• Sombrero o visera para el sol.

Botiquín de primeros auxiliosLo describiremos a fondo en un poste -

rior capítulo.

Material de orientación• Mapas.• Brújula.• Altímetro. Barómetro.• Papel y bolígrafo.• Silbato.• Linterna, mejor de tipo frontal (por si la

excursión se retrasara).

Artículos de uso personalLos mínimos para un solo día.

• Papel higiénico. Pañuelos de papel o detela.

Documentos y dinero• Cartera con carnet, dinero, tarjetas de

crédito, cartilla médica, números deteléfono de urgencia, carné de conducir,etcétera.

Comida y bebida• La necesaria para las paradas más lar-

gas.• Comida de “ataque”, energética, para

las paradas breves.• Cantimplora con agua o bebidas isotó-

nicas.• Comida de reserva para posibles emer-

gencias.

Otros• Navaja y utensilios para comer.

62 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 64: Manual de Tecnicas

• Bolsas de plástico, para proteger elmaterial dentro de la mochila y almace-nar la basura.

• Hilo de coser y aguja.• Funda de vivac, o manta térmica, sobre

todo si la excursión es en alta montañay por algún problema hemos de quedar-nos a pasar la noche.

Material necesario para unaexcursión de varios días

Además del material descrito anterior-mente, utilizaremos otros materiales quevariarán en función de los días que dure laexcursión.

RopaIncluiremos más ropa de repuesto

según los días que tengamos previstosestar.

Comida y bebidaCalcularemos la comida necesaria para

todos los días o los lugares donde podamosreponer nuestras existencias.

Material para acampada• Tienda de campaña.• Saco de dormir.• Colchoneta aislante.• Hornillo.• Cazuela, plato, vaso y cubierto.

5. CAMINAR EN GRUPOUna de las normas de la montaña es no

ir solo. Cualquier accidente en el medionatural entraña un mayor riesgo si no tene-

mos a alguien cerca que nos pueda ayudar.Una simple torcedura de un pie, que nosimpida seguir la marcha, se convierte, sivamos solos, en un serio problema. Caminaren grupo con nuestros amigos tiene, ade-más, el placer añadido de la compañía.

En la actualidad hay una gran cantidadde asociaciones y clubes que realizan acti-vidades de todo tipo, en el medio natural.En ellos siempre encontraremos personascualificadas para realizar actividades querequieran conocimientos técnicos.

Cuando nos desplazamos en grupohemos de mantener unas pautas de actua-ción; por ejemplo, hay que saber adaptarseal ritmo de los demás miembros del grupo.Si hay personas con diferente nivel de con-dición física, procurarán caminar según losgrupos de nivel, estableciendo lugares dereunión a lo largo del camino.

Las personas más preparadas controla-rán el desarrollo de la marcha, pero todoslos miembros del grupo deberían saber entodo momento por dónde van y si se vacumpliendo el horario previsto. Sentir queaunque nos estén guiando tenemos unpapel activo, nos hará disfrutar doblemen-te de nuestra excursión.

Guiar un grupo siempre es una respon-sabilidad que requiere tener suficienteconocimiento del medio. La experiencia seadquiere practicando, pero cuando se pre-tende ser un guía profesional se han deobtener los títulos correspondientes. Cuan-do nuestra actividad sea potencialmentedifícil, y especialmente si vamos en grupo,la ayuda de un guía profesional es insusti-tuible.

Técnicas de progresión por senderos e itinerarios de media y baja montaña 63

Page 65: Manual de Tecnicas

BIBLIOGRAFÍAAA.VV. Guía para excursionistas. Ed.

Omega. 1996, Barcelona.AA.VV. Ibiltari . Ed. Aralarko. 1995,

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pleta de montañismo. Ed. Blume. 1999,Barcelona.

FAUS, A. Andar por las montañas. Ed.Palabra. 1999, Madrid.

HERZOG, M. La montaña. Ed. Labor,1967.

LÓPEZ, G. Manual práctico de excursio-nismo. Ed. Prames.1998, Zaragoza.

PETERS, ED. Manual práctico de monta-ñismo . Ed. Martínez Roca. 1987,Barcelona.

SALAMERO, E, Y COLS. Manual de des-censo de barrancos. Ed. Prames. 1999,Zaragoza.

STÜCKL, P; SOJER, G. Manual completode montaña. Desnivel, 1996.

64 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 66: Manual de Tecnicas

Capítulo 3METEOROLOGÍA

(Luis Cancer Pomar)

Page 67: Manual de Tecnicas

1. INTRODUCCIÓN• La importancia de la predicción meteorológica• Meteorología y climatología

2. QUÉ ES LA ATMÓSFERA

3. LAS TEMPERATURAS• Energía solar• Valores representativos• Gradiente térmico vertical• Inversiones térmicas• Sensación térmica

4. LAS PRECIPITACIONES• Proceso de formación y reparto• Algunos tipos de lluvia• Valores pluviométricos representativos• Tipología de las precipitaciones

5. EVAPORACIÓN Y EVAPOTRANSPIRACIÓN

6. LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA

7. LA DINÁMICA ATMOSFÉRICA• Anticiclones y borrascas, centros de acción y vientos• Dinámica general y dinámica local• Masas de aire y frentes• La Jet Stream o Corriente en Chorro

8. INTERPRETACIÓN DE MAPAS DEL TIEMPO Y PREDICCIÓN METEOROLÓGICA

9. APARATOS DE MEDICIÓN METEOROLÓGICA Y CONDICIONES DE LA TOMA DE DATOS

10. OBSERVACIÓN DE SIGNOS NATURALES

11. COMPORTAMIENTO ANTE SITUACIONES PELIGROSAS

12. BIBLIOGRAFÍA Y CENTROS DE INFORMACIÓN METEOROLÓGICA

Page 68: Manual de Tecnicas

1. INTRODUCCIÓNLA IMPORTANCIA DE

LA PREDICCIÓN METEOROLÓGICASi hay un condicionante clave sobre las

actividades en el medio natural, éste es sinduda el meteorológico-climático. De lostipos concretos de tiempo o de las caracte -rísticas climáticas de un territorio van adepender multitud de actividades, desdelas económicas y cotidianas hasta las lúdi-cas y deportivas. Hasta tal punto son deter-minantes las variables climáticas, que mar-can incluso el carácter de las sociedades ysus formas de vida.

El estudio del clima y de la meteorolo-gía resulta siempre interesante, muy enparticular en los espacios naturales (monta -ña, costas, ríos...), donde es necesario paraplanificar cualquier actividad, dado sucarácter cambiante. Si además tenemos encuenta las características de nuestro país,con condiciones geográficas muy variadas,entenderemos la existencia de contrastesclimáticos muy marcados en su interior.

La comprensión y predicción de lostipos de tiempo no es tarea sencilla. Elexcursionista de vocación debe dedicar elesfuerzo necesario para formarse en estosapasionantes –e imprescindibles– conoci-mientos si quiere salir a la naturaleza consuficientes garantías de seguridad.

La meteorología es una ciencia que sebasa en la física de la atmósfera. El proble -ma de la predicción meteorológica depen-de fundamentalmente de la gran cantidadde variables que intervienen en la determi-nación de los tipos de tiempo, de las que enel actual estado de la ciencia sólo se con-trolan algunas.

METEOROLOGÍA Y CLIMATOLOGÍALa meteorología es la ciencia que estu-

dia los tipos de tiempo atmosféricos, mien-tras que la climatología estudia los climas.Los conceptos “tiempo” y “clima” estánmuy relacionados y con frecuencia se con-funden, e incluso se utilizan indistintamen-te como si se tratase de términos sinóni-

mos. Sin embargo, son distintos.Por Tiempo entendemos el estado de la

atmósfera (representado por valores con-cretos de presión, viento, temperatura,humedad, nubosidad...) en un momentodado y sobre un espacio determinado. Porsu parte, el Clima es la resultante de lasucesión de tipos de tiempo en un lugarconcreto.

La noción de tiempo hace referencia auna situación meteorológica pasajera,hasta el punto de que no hay dos exacta-mente iguales. Al contrario, la forma decombinarse los factores meteorológicos esprácticamente infinita. Mientras que lostipos de tiempo son absolutamente cam-biantes, el clima se caracteriza por su per-manencia. Para caracterizar adecuadamen-te un clima se necesitan un mínimo de 30años de observaciones meteorológicasrigurosas y continuas.

Veamos algún ejemplo para entendermejor lo anterior. Si nos centramos en elconcepto “tiempo”, el uno de agosto pode-mos tener una temperatura máxima de25°C, lluvia y ráfagas de viento de 50 km/h;al día siguiente puede amanecer cubierto ypasar a las 12 h a cielo despejado, tempera-tura de 30°C y viento en calma. Se trata,pues, de situaciones que pueden cambiarrápidamente en pocas horas y en cortosespacios. En el caso del clima, la estabilidad–a la escala humana del tiempo, no a laescala geológica– es la norma. Cuandohablamos de clima mediterráneo (el carac-terístico de la mayor parte de España) nosreferimos a un clima determinado por dosestaciones bien marcadas y dos intermedias,con veranos calurosos y secos e inviernossuaves desde el punto de vista térmico. Esprecisamente la sucesión de tipos de tiempola que permite describir bien un clima. Deahí que, a mayor número de años de obser-vaciones, la caracterización climática seamás precisa.

A la hora de planear actividades en lanaturaleza, ambas nociones –tiempo yclima– son necesarias. La del tiempo, por-

Meteorología 67

Page 69: Manual de Tecnicas

68 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.1 Imagen de un mismo paisaje con dos tipos de tiempo contrastados.Las variaciones en los tipos de tiempo tienen un acusado reflejo en el paisaje. En losdibujos reproducidos podemos apreciar las diferencias entre un día despejado de vera-no y uno nuboso de invierno. En este último caso, la existencia de nieve llega a enmas-carar las formas topográficas.

Page 70: Manual de Tecnicas

que su estado o su previsión marcará quépodemos o no hacer en un momento con-creto (ante un riesgo de tormenta o de des-censo térmico, por ejemplo). La del clima,porque, en condiciones normales, nos indi-cará las características meteorológicasesperadas en un determinado territorio paraciertos períodos. Así, el riesgo de precipi-taciones en los países mediterráneos serámayor en otoño que en verano, por lo quesi queremos plantear una campaña de des-censo de barrancos, este dato deberíamostenerlo en cuenta.

Un aspecto a tomar en consideración esel de la información meteorológico-climá -tica disponible. La mayor parte de losobservatorios oficiales están situados enpoblaciones importantes o en sus alrededo-res, mientras que en las zonas más despo-bladas o de difícil acceso suelen ser bas-tante escasos. Este problema afecta sobretodo a las zonas de alta montaña, de mane-ra que ante la habitual carencia de datosdirectos no queda más remedio que realizarextrapolaciones a partir de otros datosobtenidos en estaciones meteorológicascercanas, con los consiguientes erroresinducidos.

2. QUÉ ES LA ATMÓSFERA

La atmósfera es la capa de aire querodea las superficies sólidas y líquidas dela Tierra. El aire es una mezcla de gases ypartículas en suspensión. En los primeros100 km atmosféricos (los más cercanos a lasuperficie de la Tierra, que constituyen lacapa denominada Homosfera), la composi-ción química del aire es la siguiente:

Nitrógeno (N2) 78,08%Oxígeno (O2) 20,95%Argón (Ar) 0,93%Dióxido de carbono (CO2) 0,03%

además de cantidades menores de otroselementos, vapor de agua (en cantidades

muy variables) y partículas en suspensión(polen, cenizas, polvo, sal...)

La atmósfera está ligada a la Tierra porla fuerza de la gravedad. Las capas másbajas son las más afectadas por la atraccióngravitatoria, presentando consiguiente-mente las mayores densidades, mientrasque en las capas más externas (el límitemás aceptado se sitúa a unos 10.000 km dealtura) los valores de densidad son casiinapreciables.

La capa más próxima a la Tierra, ladenominada Troposfera, tiene unos 12 kmde espesor medio (siendo mayor sobre elEcuador, 17 km, que sobre los Polos, 9 km)y cuenta con el 80% de la masa atmosféri-ca. En ella se generan la mayor parte de losmovimientos turbulentos verticales y hori-zontales propios de la dinámica atmosféri-ca. Se caracteriza, además, por contener elvapor de agua procedente de la evaporaciónterrestre (entre un 0 y un 4% de la compo-sición volumétrica del aire), que da lugar ala formación de las nubes y a las precipita-ciones, y por presentar una disminución tér-mica conforme aumenta la altitud.

Dentro de la Troposfera se puede dife-renciar una subcapa, denominada CapaGeográfica, de sólo 3 km de espesor (losmás próximos a la superficie terrestre), quees la más influida por los intercambiosenergéticos entre la superficie de continen-tes y océanos y la envoltura gaseosa atmos-férica, además de por las turbulencias en elaire debidas al relieve.

Las características físicas de la atmós-fera tienen un reflejo directo sobre los cli-mas y los estados del tiempo, que estaránrepresentados mediante una serie de valo-res expresados en datos numéricos. En losapartados siguientes veremos los más sig-nificativos.

3. LAS TEMPERATURASENERGÍA SOLAR

Las temperaturas sobre la superficieterrestre son un reflejo directo de la energía

Meteorología 69

Page 71: Manual de Tecnicas

solar calorífica que llega a cada territorio,la cual va a depender de dos condicionan-tes básicos: la estación del año (dos solsti-cios: verano e invierno, y dos equinocios:primavera y otoño) y la mayor o menoroblicuidad con que los rayos solares llegana la superficie terrestre. Este ángulo estácondicionado por la estación (los rayosinciden más perpendicularmente en veranoque en invierno) y por la latitud (los rayosinciden más perpendicularmente cerca delEcuador que cerca de los Polos).

En las regiones de montaña se produce,además, otro fenómeno: la existencia devertientes o laderas opuestas explica quehaya importantes diferencias en cuanto a lainsolación recibida por unas y por otras. Enel Hemisferio Norte, las laderas expuestasal sur –solanas– son, como su nombre indi-ca, más soleadas y más cálidas que lasexpuestas al norte –umbrías–. Cualquiermontañero conoce bien que la innivación–o presencia de nieve en el suelo– es másfrecuente y abundante sobre las laderas deumbría. También es distinta la vegetaciónde una misma montaña en dos laderas deexposiciones opuestas: especies adaptadasal calor y a la insolación en las solanas;especies adaptadas al frío, sombra y hume -dad en las umbrías. La arquitectura popularde los pueblos de montaña conoce muybien estos condicionantes, de manera quelas habitaciones más importantes de la scasas, así como los balcones y terrazas,suelen estar orientadas al sur.

70 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.2 El efecto invernadero.Algunos componentes atmosféricos(como el CO2) participan en propor-ción variable, dando lugar –en funciónde su cantidad– a procesos físico-quí-micos complejos. Este gas absorbe laradiación infrarroja saliente o reflejada.Dado que los rayos infrarrojos soncaloríficos, el aumento de la propor-ción de CO2 provoca incremento térmi-co. Es lo que se conoce como “efectoinvernadero”. Ciertas prácticas hu-manas ligadas a los modernos modosde vida ocasionan aumentos artificialesde la proporción de este gas. Es el casode la utilización masiva de combusti-bles fósiles, ricos en carbono: vehícu-los a motor, calefacciones, procesosindustriales, etc. El denominado cam-bio climático, reflejado entre otrasvariables en un generalizado aumentode las temperaturas de la Tierra, estámuy relacionado con este fenómeno.

Page 72: Manual de Tecnicas

Meteorología 71

Figura 3.3 Glaciar en la Vallée Blanche (Alpes franceses).Algunos indicadores ambientales propios de los ámbitos de la alta montaña certificanclaramente el aumento térmico generalizado que está experimentando la Tierra en lasúltimas décadas. Es el caso de los glaciares, que están sufriendo importantes regresio-nes (pérdidas de superficie y volumen) en la mayor parte de las regiones glaciadas,tanto de altas montañas como de altas latitudes (zonas polares).

Figura 3.4 Incidencia más o menosperpendicular de los rayos solares ysuperficie afectada.Una misma sección de rayos solaresdebe calentar más superficie si la inci-dencia es oblicua. El resultado es quela temperatura es más baja que cuandola incidencia es más perpendicular. Escomo si con una estufa de la mismapotencia pretendemos calentar unahabitación de 10 m2 o una de 20 m2.Además, según vemos en la imagen, enlas altas latitudes los rayos solares, alser más oblicuos, deben atravesarmayor sección atmosférica, por lo quese registran mayores pérdidas energéti-cas.

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VALORES REPRESENTATIVOSLas temperaturas, junto a las precipita-

ciones, son los meteoros más utilizados enla caracterización climática. En el caso delas primeras, son los valores medios anua-les los más empleados. Sin embargo, por símismos y sin complementarlos con otrosvalores térmicos, son muy poco válidospara conocer la realidad climática de unterritorio. Zonas con comportamientosmuy diferentes pueden dar medias anualesmuy similares. Valga el ejemplo de las ciu-dades expuestas en el cuadro.

Por eso, resulta imprescindible comple-tar las medias anuales con otros datos,como las medias mensuales, o las máximas

y mínimas absolutas en un período deter-minado de tiempo, etc.

En el caso de valores extremos (máxi-mas y mínimas absolutas), conviene tener-los en cuenta para las actividades a realizaren la naturaleza. Se trata de registros muypoco frecuentes (se trata de eventos excep-cionales), pero no por ello debemos des-preciarlos pensando que a nosotros no nosvan a suceder. Al contrario, deberíamosprepararnos para su posible ocurrencia.Estos valores extremos responden a situa-ciones meteorológicas muy concretas,donde la influencia de determinados facto-res climáticos –centros de acción, masas deaire, frentes, gotas frías...– resulta decisiva.

72 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.5 “Solanar” en un edificio de Zermatt (Suiza). Los balcones y las más impor-tantes dependencias miran al sur, para aprovechar mejor el sol.

Tª media anual Tª media enero Tª media agosto

Santander 13,9 9,3 19,3

Huesca 13,5 4,7 23,5

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A pesar de su escasa frecuencia, su impor-tancia es fundamental en aspectos como laadaptación de la vegetación al medio, latipología de las construcciones o el tipo decultivos.

Algunos ejemplos ilustrativos serviránpara entender mejor su importancia: encuanto a las máximas absolutas, por debajode los 700 m de altitud se sobrepasan los40°C en toda España, salvo en algunos sec-tores costeros del Cantábrico y del medite-rráneo. Máximas superiores a 45°C se re-gistran en los sectores centrales de las cuen-cas del Guadiana y Guadalquivir. En estaúltima se ostenta, posiblemente, el récordde las temperaturas más altas de Europa(Sevilla: 51°C, el 30 de julio de 1876; pan-tano de Guadalmellato, en Córdoba: 52°C,en agosto de 1916). Se trata de registros tér-micos no muy alejados de la máxima abso-luta mundial, de 58°C en el desierto deLibia, el 13 de septiembre de 1992.

Respecto a las mínimas absolutas, entodo el territorio peninsular y en Balearesse registran valores inferiores a 0°C, salvoen una estrecha banda costera de Almería,Granada y la Costa del Sol. Pero tambiénse alcanzan valores por debajo de -10°C enbuena parte de la Península, salvo en laperiferia costera, tierras bajas del Tajo yGuadiana y depresión del Guadalquivir.Por debajo de los 700 m de altitud, lasmínimas absolutas las ofrece la provinciade Albacete (-25°C), mientras que porencima de esa altitud son la Meseta Nortey el Sistema Ibérico las áreas más frías(excepción hecha de las altas montañas, endonde apenas hay observatorios). Así, enCalamocha (provincia de Teruel) se llegó a-30°C en diciembre de 1963.

En el caso de las actividades en la mon-taña, debemos estar preparados para sopor-tar situaciones térmicas de calor o fríoinhabituales. Los cambios meteorológicospueden ser muy rápidos, de forma que en lamochila del montañero nunca debería fal-tar el equipamiento necesario para hacerfrente a situaciones imprevistas.

GRADIENTE TÉRMICO VERTICALDesde la superficie de la Tierra hacia el

límite de la Troposfera, la temperaturadecrece una media de 0,65°C por cada 100m de ascenso. Ello es debido a que losrayos caloríficos llegan a la superficieterrestre, la calientan más o menos segúnvarios parámetros físicos (color y texturade los materiales, incidencia más o menosoblicua de los rayos solares...), y desde allíse transmite el calor a las capas bajas de laatmósfera, proceso que continúa hasta el

Meteorología 73

Figura 3.6 Gráficos de curvas térmicas.Estos gráficos indican los valores detemperatura media mensual. Permitenapreciar la evolución a lo largo de unaño de los valores térmicos y las dife-rencias existentes entre los distintosmeses. Éstas pueden ser muy acusadasen un clima continental como el deMoscú o casi inapreciables como en unclima ecuatorial, (Douala, Camerún).

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límite superior de la Troposfera (en lascapas atmosféricas superiores, los procesostérmicos son diferentes). Este decrecimien-to de calor en función de la altitud se deno-mina gradiente térmico vertical, y sus valo-res concretos en cada territorio dependende variables como la orientación o lahumedad atmosférica, entre otros.

INVERSIONES TÉRMICASPero no siempre las variaciones térmi-

cas en altitud se comportan según el esque-ma normal acabado de ver. En ciertas épo-cas del año (meses fríos, habitualmente)puede existir un comportamiento peculiarque recibe la denominación de “inversióntérmica”, consistente en que en el fondo delvalle la temperatura es inferior a la existen-te a más altura. Son, por lo tanto, fenóme-nos típicos de zonas con contrastes orográ-ficos importantes: cordilleras, depresionesenmarcadas por relieves montañosos, etc.Estas situaciones van unidas generalmente

a potentes anticiclones (altas presiones) queestabilizan el aire en su base. Por un lado, elanticiclón proporciona cielos despejados enaltura; por otro, la irradiación nocturna pro-cedente del fondo de los valles en los díasde frío acusado no puede dispersarse, demanera que queda aprisionada entre esefondo y las laderas circundantes.

El fenómeno de las inversiones térmi-cas va muchas veces asociado a nieblasque cubren los fondos de valle, y que mien-tras el anticiclón persista no se disiparán.Estas nieblas, muy estratificadas, procedende la humedad generada por las masashúmedas existentes (ríos, lagos, suelomojado...). En estos días, la imagen de unfondo de valle cubierto por la niebla mien-tras por encima luce un sol radiante es muyhabitual. Cuando los “mares” de nubesbajas empiezan a desaparecer, indican uncambio de tiempo, una debilitación delanticiclón que será sustituido por una situa-ción de presiones más bajas.

74 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.7 Mar de nubes en fondo de valle. Mientras el fondo del valle está envuelto entre nubes, por encima luce el sol.

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SENSACIÓN TÉRMICAAdemás de la temperatura de la atmós-

fera, en la sensación térmica de frío o decalor influyen otros parámetros. Entreellos, la velocidad del viento es el másimportante.

Viendo los datos anteriores, quedaclaro que el viento es un factor de primerorden en cuanto a la sensación térmica delos seres vivos. Ello explica, por ejemplo,la necesaria adaptación de las plantas enzonas sometidas a frecuentes vendavales.El practicante de actividades en el medionatural debe tener en cuenta esta realidad yadaptar su vestimenta a las condicionesesperadas. Conviene indicar que la ropa noda calor (a diferencia de una estufa o unahoguera, que sí que producen calor). Laropa contribuye a que el calor biológicogenerado por el cuerpo humano no se disi-pe, creando una barrera entre la piel y lascondiciones atmosféricas del exterior. Enel caso del viento, convendrá utilizar teji-dos que frenen en lo posible el paso delviento. Es fácil comprender que a mayorvelocidad del viento, más rápida disipa-ción del calor corporal.

Los valores de humedad atmosféricatambién influyen en la sensación térmicade los seres vivos. Mientras que unaatmósfera seca favorece la sensación defrescor, una atmósfera húmeda provoca elefecto contrario. Por ejemplo, una tempe-ratura ambiente de 20°C supone, con unahumedad relativa baja (del 25%) una sen-sación térmica de 18°C, mientras que conuna humedad relativa alta (95%) la sensa-ción asciende hasta 21°C. Esto explica que

los días cálidos y húmedos resulten espe-cialmente sofocantes en nuestras activida-des al aire libre.

Un fenómeno fisiológico como es el dela transpiración –sudor– también se veinfluido por el grado de humedad atmosfé-rica. Partiendo de la base de que a másaltas temperaturas más transpiraremos, lapermanencia del sudor sobre la piel se veráfavorecida por los valores altos de hume-dad ambiental. En efecto, el aire seco tieneelevada capacidad de absorción del vaporde agua, mientras que el aire muy húmedo,cercano al punto de saturación (100% dehumedad relativa) apenas puede acumularmás vapor de agua. Ello explica que eneste último caso el sudor quede sobrenuestra piel, sin pasar al aire que nos rodeaen forma de vapor.

4. LAS PRECIPITACIONESPROCESO DE FORMACIÓN Y REPARTO

Para que se produzcan precipitaciones,el aire debe estar saturado (al 100% dehumedad relativa) y condensado (el vaporde agua se condensa a partir de minúsculosnúcleos sólidos flotantes, pasando del esta-do gaseoso al líquido –agua– o sólido–hielo– según la temperatura ambiente). Lasaturación se puede alcanzar bien porquelleguen aportes de humedad (mediante unamasa de aire húmeda), o bien mediante elenfriamiento del aire (pues la capacidad deretención de vapor de agua del aire frío esmenor que la del cálido). Una vez cumpli-das las dos condiciones anteriores, faltatodavía una tercera: el aumento del tamañoy peso de las minúsculas gotas de agua ohielo iniciales para que puedan caer porgravedad, contrarrestando los movimientosascendentes de las nubes. El tamaño másadecuado de las gotas para que se produzcaeste fenómeno es entre 0,5 y 3 mm de diá-metro. Tamaños menores dan lugar a esalluvia fina tan característica llamada, segúnlas regiones, llovizna, calabobos, chirimiri,etcétera.

Meteorología 75

Cuadro de sensación térmica por efecto del

viento

Vel. viento (km/h) Temperatura (°C)

Calma 10 0 -10 -15

16 5 -7,5 -17,5 -25

32 0 -12,5 -25 -35

64 -2,5 -20 -35 -42,5

Page 77: Manual de Tecnicas

El reparto de las precipitaciones en laTierra se halla determinado fundamental-mente por la circulación general de laatmósfera, que explica la llegada de masasde aire húmedas o secas y su frecuencia enlos distintos territorios. A su vez, esa circu-lación depende de la disposición de loscentros de acción (anticiclones y bajas pre-siones). Además, como factores comple-mentarios, pero de gran importancia local,deben añadirse la continentalidad y latopografía. Esto último es básico paraentender el comportamiento pluviométricode las zonas montañosas.

ALGUNOS TIPOS DE LLUVIALa disminución de la temperatura del

aire ya hemos visto que facilita la existen-cia de precipitaciones. Por eso, al chocarlas masas de aire contra relieves montaño-sos y producirse el ascenso altimétrico y eldescenso térmico consiguientes, la proba-bilidad de que se produzcan precipitacio-

76 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.10 El “Efecto Föehn”.Formación de nubes y lluvias en lasladeras expuestas a los vientos húme -dos.En las laderas a sotavento de las masasde aire húmedas, éstas (que ya han des-cargado su humedad) desciendensecas. Se trata del denominado “EfectoFöehn”. Esta dismetría pluviométricatiene una traducción directa en los pai-sajes, algo que se puede comprobar enmuchas cordilleras españolas: vertien-tes verdes y húmedas inmediatamenteal lado de otras secas y ocres.

Figura 3.8 En la imagen vemos cómola disposición de los centros de acciónenvía masas de aire, en este caso marí-timas/húmedas, al norte de la penínsu-la ibérica.

Figura 3.9 Mapa del repar-to mundial de las precipita -ciones.

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nes es mayor. Son las denominadas preci-pitaciones orográficas. Por esta razón, engeneral, las cordilleras reciben precipita -ciones más altas que las de su entorno, yconforme ascendemos en altitud, los volú-menes de precipitación son mayores.

Otra modalidad muy frecuente de llu-vias son las frontales, provocadas por laascensión de tipo dinámico en zonas defrentes (o de contacto entre masas de airede distintas características).

VALORES PLUVIOMÉTRICOSREPRESENTATIVOS

En el análisis de las precipitaciones nosólo interesan los valores totales anuales.Éstos deben completarse con otros referi-dos a su reparto. Los diagramas de barraspermiten apreciar gráficamente el repartomensual de los volúmenes de precipita-ción. Su observación permitirá conocerqué meses, según datos estadísticos, sonmás húmedos y más secos, y planificar enconsecuencia nuestras actividades en lanaturaleza.

Pero para completar el análisis delreparto de las precipitaciones deben mane-jarse otras dos nociones: las de frecuencia eintensidad, de gran importancia a la hora dedeterminar los diferentes medios naturalesy también para prevenir situaciones de ries-go. La frecuencia nos indica el número dedías en el que se registran precipitaciones(normalmente, el número de días al año),mientras que la intensidad se refiere a losvolúmenes máximos por unidad de tiempo(normalmente, precipitación máxima en 24horas).

Veamos algún ejemplo de la Españapeninsular que ayudará a comprenderambas nociones. Comenzando por la fre-cuencia, más de 120 días de precipitación

Meteorología 77

Figura 3.11 Génesis de lluvia frontal.Dos masas de aire entran en contacto.Al ser sus caracteres de densidad ytemperatura distintos, la más densa secoloca en cuña por debajo de la menosdensa, obligándola a subir. En esteascenso altimétrico, se produce un des-censo térmico que facilita la precipita-ción.

Figura 3.12 Ejemplos de reparto mensual de precipitaciones.En Argel, estación de clima mediterráneo, apreciamos una acusada estación seca enverano; por contra, en Hilo (Hawaï) todos los meses cuentan con valores altos de pre-cipitación.

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al año se registran en el Norte, Noroeste yen el sector septentrional del Pirineo cen-tral y occidental, de manera que, en todoeste sector, a unas precipitaciones anualeselevadas se añade un reparto bastante regu-lar de las mismas, con lo que el aprovecha-miento del agua (por plantas y animales,además de por las personas) es mayor. Enel extremo opuesto, valores muy bajos, conmenos de 40 días de precipitación al año,se obtienen en el Sureste, en zonas delLevante interior y en el sector más árido dela Depresión del Ebro. En estos territorios,a unos volúmenes anuales de precipitaciónescasos se une un reparto muy irregular,con pocos días de lluvia.

En cuanto a la intensidad, los valoresmás altos peninsulares se registran en lascostas cantábricas y, sobre todo, mediterrá-neas. En las regiones del interior se obtie-nen los valores menores. En la costa medi-terránea llama la atención que zonas contotales anuales bajos (Comunidad Valen-ciana, Almería, Granada) registren valoresde intensidad muy elevados, de manera queel factor irregularidad se agrava considera-blemente. No son muy extraños valores demás de 100, 200 e incluso 300 mm en sólo24 horas. Es decir: bajo determinadas situa-ciones climáticas, en algunas zonas puedencaer en pocas horas volúmenes de lluviaequivalentes a la media estadística del totalanual de precipitaciones. Los problemas

ambientales consiguientes (riadas, inunda-ciones, destrozos, pérdidas económicas yde vidas...) son bien conocidos.

Los datos de intensidad de las precipi-taciones son muy irregulares en el tiempo yen el espacio. Los estudios estadísticosreferidos a este tema emplean el conceptode período de retorno para realizar sus pre-visiones: período temporal esperado paraque un evento se produzca. En la catástro-fe del barranco de Arás (Pirineo Oscense)de agosto de 1996, en la que murieron 87personas por el desbordamiento de untorrente de montaña que arrasó un cám-ping, se registraron 160 mm en la vecinaestación meteorológica de Biescas. Talvolumen coincide con el esperado para unperíodo de retorno de 100 años (es decir, laprobabilidad estadística de que una preci-pitación de 160 mm se produzca es de unavez cada 100 años).

A pesar de que la mayoría de los datosde intensidad disponibles se refieren a pre-cipitaciones/24 horas, generalmente lasprecipitaciones intensas se registran enperíodos menores de tiempo (3, 5, 10horas, o incluso 15 o 30 minutos tan sólo),de manera que los problemas derivados seagravan considerablemente. En el caso deArás, el volumen indicado se registró enunas 2 horas y cuarto, aunque el mayorvolumen se concentró en 30 o 45 minutos.

La carencia generalizada de datos pre-

78 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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cisos referidos a esta tipología de precipi-taciones se agrava, ya que en muchos casoslos pluviómetros se han desbordado, demanera que no hay constancia real de losvolúmenes caídos. Esto es precisamente loque ocurrió en la pequeña cuenca de Arás.Se sabe con certeza que llovió mucho másque en la mencionada estación de Biescas,pero no cuánto.

Dada la peligrosidad de estas precipita -ciones de gran intensidad, cualquier activi-dad en el medio natural las debe tener encuenta, en particular las acampadas,huyendo de localizaciones cercanas a cau-ces fluviales que pudieran verse desborda-dos.

TIPOLOGÍA DE LAS PRECIPITACIONESLas precipitaciones pueden ser, según

el estado físico del agua, de tres tipos: llu-via (agua), nevadas (cristales de hielo yaire) y granizo (cristales de hielo macizo,con escasa presencia de aire). Las dos pri-meras dependen directamente de la tempe-

ratura ambiental, de manera que por enci-ma de los 0°C se producen lluvias y pordebajo, nevadas. Pero el granizo tiene unaexplicación diferente, no teniendo que versu formación –al menos directamente– conel hecho de encontrarnos en una u otraestación del año. Cuando en las nubes seproducen violentos movimientos, con rápi-dos ascensos y descensos, pueden coaligar-se las iniciales gotas microscópicas dehielo dando lugar a grandes núcleos hela-dos que caen por gravedad. Estas situacio-nes de violentos movimientos son muyhabituales en verano, en días de tormenta.

En el caso de las precipitaciones denieve, cuando este elemento se mantengasobre el suelo (innivación) en zonas dependientes fuertes o medias habrá queprestar atención especial al riesgo de alu-des. Es éste uno de los peligros objetivosmás importantes del montañismo. Los par-tes periódicos del riesgo de aludes elabora-dos por el Instituto Nacional de Meteo-rología deberán ser consultados antes de

Meteorología 79

Figura 3.13 Rambla en la isla de Mallorca. Estas ramblas, que habitualmente estántotalmente secas, pueden convertirse en cauces con volúmenes espectaculares de cau-dal.

Page 81: Manual de Tecnicas

planificar cualquier actividad en la altamontaña durante los meses de habitualinnivación (normalmente de noviembre amayo, en nuestras latitudes).

5. EVAPORACIÓN YEVAPOTRANSPIRACIÓN

En el análisis climático no sólo intere-san las entradas de agua a través del proce-so de la precipitación: también las salidasdebidas a la evaporación y evapotranspira-ción. Según los balances resultantes habla-remos de exceso o de déficit de agua.

La evapotranspiración indica la canti-dad de agua que vuelve a la atmósferadesde la superficie de la Tierra (continentaly oceánica) en forma de vapor de agua,bien directamente desde las láminas deagua y zonas húmedas (proceso de la eva-poración), bien indirectamente a través dela transpiración de los seres vivos (anima-les y vegetales, teniendo la transpiraciónvegetal mucha más importancia).

La evapotranspiración depende devarios elementos del clima: valor de lastemperaturas, nivel de humedad atmosféri-ca, velocidad del viento..., de manera queen las regiones más cálidas, soleadas yventosas se registran los mayores valores.En el caso de España, allí donde las preci-

80 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.14 Barranco de Arás (Huesca) tras la riada del 7 de agosto de 1996 de efec-tos devastadores.

Figura 3.15 Mapa de evapotranspira-ción potencial. Valores medios anuales.Fuente: Méndez y Molinero (1993):Geografia de España, Ariel, Bar-celona.

Page 82: Manual de Tecnicas

pitaciones son menores generalmente, laspérdidas por evapotranspiración son mayo-res, por lo que las condiciones ambientalespara el desarrollo de los seres vivos y paramuchas actividades humanas resultan difí-ciles.

6. LA PRESIÓNATMOSFÉRICA

El aire, como cualquier materia, pesa.En el año 1640, Galileo realizó el experi-mento que permitió conocer el peso delaire: 1,293 gr/dm3. Pero no se trata de unacifra uniforme e invariable; al contrario,existen importantes diferencias tanto en lahorizontal como, sobre todo, en la verticalde la atmósfera. Las capas atmosféricassuperiores comprimen las inferiores por el

efecto de la atracción gravitatoria, demanera que en éstas se registran las mayo-res densidades.

Conforme ascendemos en altura, la pre-sión disminuye. Pero este descenso no esproporcional al aumento de altura. En losprimeros 1.500 m el descenso es muy rápi-do (11 mb/100 m de altura por términomedio), mientras que más arriba el descen-so es más lento.

Una de las razones de la dificultad de lavida humana en altitud es la débil presiónatmosférica. Por encima de los 4.500 m nohay asentamientos estables.

También hay variaciones de presión enla horizontal. La superficie de la Tierratransmite a la atmósfera unas condicionesfísicas de temperatura y humedad distintas,según los lugares. Así, el aire cálido esmenos pesado que el frío, lo cual puede

Meteorología 81

Figura 3.16 Chumberas cerca del cabo de Gata (Almería).La transpiración de los seres vivos está condicionada, además de por las variables cli-máticas intervinientes, por la actividad por ellos desarrollada (a más actividad, mástranspiración) y por sus propias características morfológicas. Así, los árboles de hojasgrandes y blandas transpiran más que los de hojas pequeñas y duras, llamadas coriá-ceas –de coraza–. Ello explica el predominio de especies vegetales ahorradoras deagua en toda la España seca.

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provocar desigualdades de los valores depresión a una misma altitud, en función delas diferencias de temperatura.

7. LA DINÁMICAATMOSFÉRICA

Los factores explicativos del clima decualquier territorio pueden agruparse endos grandes categorías: por un lado, los decarácter geográfico, como son la localiza-ción latitudinal, la existencia o no de masasmarinas, la altitud...; por otro, los de tipodinámico, que explican el comportamiento

de la atmósfera en función de la disposi-ción y variabilidad de los centros deacción, masas de aire y frentes. Ambascategorías pueden presentar grandes varia -ciones en territorios pequeños, de maneraque el mosaico de climas resultante puederesultar muy heterogéneo.

ANTICICLONES Y BORRASCAS,CENTROS DE ACCIÓN Y VIENTOSLas variaciones de presión, representa -

das por las líneas isobaras en los mapasmeteorológicos, dibujan individuos isobá-ricos (anticiclones y borrascas) que evolu-cionan en el tiempo y en el espacio. Estaevolución es continua y a menudo muyrápida, de manera que no hay dos situacio-nes meteorológicas idénticas.

82 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Cuadro de variación de la presiónsegún la altitud

Altitud (m) Presión (mb)0 1013

500 9541000 8991500 8462000 7952500 7473000 7013500 6574000 6165000 5406000 4717000 4108000 3559000 307

Estos valores permiten entender eldenominado “mal de altura”, que puedeafectar a partir de unos 3.000 m, altituden la que la presión normal al nivel delmar se ha reducido casi en una terceraparte. Mientras, en las mayores alturasde la Tierra, por encima de los 8.000 m.,la presión es sólo 1/3 de la existente alnivel del mar.

Figura 3.17 El experimento deTorricelli.Torricelli introdujo un tubo de cristalde 1 m de longitud, abierto por ambosextremos y relleno de mercurio, en unrecipiente con el mismo elemento. Laaltura de la columna de mercurio varía(desciende más o menos) según la pre-sión, en proporción directa. El valormedio al nivel del mar es 760 mm(valor que corresponde a una presiónde 1.013 mb –milibares–). Los moder-nos mapas meteorológicos expresanlos valores de presión en milibares ohectopascales (1 milibar equivale acien pascales, es decir, a un hectopas-cal). 1 milibar es la presión ejercida poruna fuerza de 1.000 dinas sobre 1 cm2.

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El viento, o aire en movimiento, es ori-ginado por las variaciones de presión, demanera que cuando éstas son muy débiles,el aire está en calma, y viceversa: a grandesvariaciones de presión les correspondenvientos muy fuertes. El viento circulasiempre desde los anticiclones a las borras-cas, comportándose como cualquier fluido:se desplaza desde las zonas sometidas afuertes presiones a las de débil presión.

Determinadas células de altas y bajaspresiones de grandes dimensiones tienden apermanecer en zonas concretas, o a regene-rarse en las mismas en caso de desaparecer.Son los denominados Centros de Acción yconstituyen factores climáticos de primeramagnitud, que influyen en los elementosdel clima (temperaturas, precipitaciones...)enviando masas de aire con característicastérmicas y de humedad dependientes de suárea de procedencia. Los anticiclones pro-

vocan estabilidad (que no necesariamenteva ligada al “buen tiempo”), mientras quelas borrascas provocan inestabilidad.

Los centros de acción pueden tener ori-gen dinámico o térmico. En el primer caso,son debidos a la dinámica atmosférica–convergencia y divergencia de vientos–,mientras que en el segundo son consecuen-cia del calentamiento o enfriamiento de lasmasas de aire en contacto con la superficiede la Tierra.

• Centros de acción de origen dinámico:los movimientos verticales y horizonta-les del viento generan acumulaciones yvacíos coincidentes respectivamentecon anticiclones y borrascas.

• Centros de acción de origen térmico: elaire cálido es menos denso y pesadoque el frío, de forma que el primeroprovoca anticiclones y el segundoborrascas.

Meteorología 83

Figura 3.18 Individuos isobáricos. Mapa meteorológico.Las líneas isobaras unen puntos de igual presión a una determinada altitud. Estas lí-neas pueden dibujar individuos isobáricos, entre los que destacan los anticiclones oaltas presiones (representados con la letra A) y los ciclones o bajas presiones, tambiéndenominadas borrascas (representadas por la letra B). En ambos casos, como vemos,rodeadas por unas circunferencias.

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DINÁMICA GENERAL Y DINÁMICALOCAL

Los vientos que afectan a un territorioestán condicionados por factores generales(dinámica general de la atmósfera), depen-dientes fundamentalmente de la latitud a laque nos encontremos (zona tropical, o tem-plada, o polar, etc.) y por otros de tipo máslocal. En otras palabras: la dirección de losvientos no sólo está motivada por la locali-zación atmosférica de los anticiclones yborrascas. Partiendo de la ley general deque el viento discurre desde los primeroshasta las segundas, en su dirección tambiéninfluyen otros factores geográficos de tiporegional y local, como la disposición decontinentes y océanos o el relieve, etc. Porejemplo, este último ocasiona los efectosbarrera, encauzamiento y desviación.

En función de la disposición normal delos grandes centros de acción terrestres(anticiclones y bajas presiones), en cadabanda latitudinal se registran vientos domi-nantes de procedencia concreta. Por ejem-plo, en la banda de latitudes intermediasdel hemisferio norte (latitudes templadas),en la que se encuentra la Península Ibéricay la mayor parte de Europa, los vientos

dominantes (o “zonales”) son del Oeste.Pero un factor local, como por ejemplo ladisposición de valles y cordilleras, puedetrastocar esta dirección general, obligandoal viento a encajarse según la disposicióndel valle.

84 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.19 Comportamiento en la vertical y en la horizontal de anticiclones y borras-cas.Los anticiclones tienen un comportamiento descendente en la vertical y divergente enla horizontal, mientras que en las borrascas ocurre lo contrario: ascendencia en la ver-tical y convergencia en la horizontal.Cuando se afirma que las borrascas provocan inestabilidad es debido a que el vacíoque deja esta ascendencia vertical es ocupado por vientos procedentes de áreas exter-nas (convergencia en la horizontal).

Figura 3.20 Dinámica general atmos-férica.Dirección general de los vientos en lasdistintas bandas zonales, debida a ladisposición de los cinturones latitudi-nales de anticiclones y bajas presionesy al efecto de rotación de la tierra.

A B

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Meteorología 85

Figura 3.21 Efectos de origen topográfico en la determinación de la dirección localdel viento.Ejemplos: desviación por un obstáculo, encauzamiento por un valle enmarcado porcordilleras y embudo por un estrechamiento topográfico.

Figura 3.22 Esquema con dirección regional de los vientos: ejemplo de los monzo-nes, entre India y China.El calentamiento diferencial entre los océanos y los continentes provoca vientos regio-nales de gran importancia. Es el caso de los Monzones, entre el Océano Índico y el surde Asia. Con la llegada de la estación cálida, el continente se calienta más y antes queel océano, generándose por lo tanto dos grandes centros de acción de origen térmico:una borrasca sobre el sur de Asia y un anticiclón sobre el océano. El viento, cargadode humedad, sopla desde el océano hasta el continente, provocando precipitacionesmuy importantes. Es el Monzón de verano. En invierno ocurre lo contrario: el conti-nente se enfría más y antes que el mar, generándose un anticiclón continental y unaborrasca oceánica. Los vientos, secos y fríos, soplan desde el continente hasta el mar.Es el Monzón de invierno.En las expediciones montañeras al Himalaya estos comportamientos del viento debentenerse en cuenta. Los temidos monzones húmedos provocan nevadas de gran inten-sidad en las montañas, que suelen desbaratar muchos intentos de ascensiones.

China

India India

OcéanoÍndico

Vientoshúmedos

Vientossecos

Monzón de Verano Monzón de Invierno

OcéanoÍndico

China

AB

BA

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En los comportamientos locales delviento influyen en gran medida los proce-sos de calentamiento-enfriamiento diferen-cial de las masas de aire sobre zonas deescasa superficie. Ese comportamiento tér-mico provoca a su vez variaciones en lapresión del aire: el cálido pesa menos queel frío, de manera que aquél tiende a ascen-der y éste a descender. Un ejemplo concre-to lo constituyen las brisas en las zonas demontaña, derivadas del distinto calenta-miento entre los fondos de valle, laderas ycimas. En condiciones normales, el calen-tamiento diurno de los fondos de valleprovoca, sobre todo por las tardes, brisasascendentes. Mientras, el enfriamientonocturno de las cimas ocasiona que a pri-mera hora de la mañana predominen lasbrisas descendentes.

En las zonas costeras ocurre un fenó-meno similar, motivado por el calenta-miento diferencial del aire sobre la tierra ysobre el mar. Por las tardes, el aire terres-tre, más cálido y menos denso, permite laentrada de brisas marítimas, mientras quepor las noches y primeras horas de lasmañanas se invierte la situación.

MASAS DE AIRE Y FRENTESLas masas de aire son grandes volúme -

nes atmosféricos caracterizados por pre-sentar condiciones de humedad, tempera-tura, densidad y presión relativamentehomogéneas en su interior, y diferentes alas de otras masas vecinas. La zona de con-tacto entre dos masas se denomina frente,por lo que estos representan superficies dediscontinuidad que separan masas de airede origen y características distintas.

Por ejemplo, el Frente Polar es el quemás afecta a la Península Ibérica y a buenaparte de Europa. Separa la masa de airepolar (fría) de la tropical (cálida). Asciendey desciende latitudinalmente según lasestaciones, empujado por las oscilacionesde los principales centros de acción.Mientras que en verano está muy al Nortede España, sobre las islas Británicas eincluso en las inmediaciones de Islandia,por lo que sus perturbaciones apenas nosafectan, en invierno puede situarse hacialos 37-40° de latitud norte, por lo quedomina casi todo el territorio español. Susefectos son especialmente marcados enotoño y en primavera, estaciones de conti-

86 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 3.23 Brisas de montaña. Figura 3.24 Brisas marítimas.

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nuos avances y retrocesos y en las que, porefecto de estos movimientos, se producenlas más importantes perturbaciones y cam-bios del tiempo.

LA JET STREAM O CORRIENTE ENCHORRO

En la dinámica atmosférica tiene granimportancia la circulación de vientos enaltura. La Jet Stream es una corriente dealtura. En la alta troposfera se produce unacirculación general del Oeste en todo elplaneta, como efecto de la rotación en sen-tido Oeste-Este de la Tierra, que arrastra alos vientos por la atracción gravitatoria.Esta circulación es especialmente impor-tante en las latitudes templadas o interme -

dias, por que allí se ponen en contacto dosmasas de aire (tropical y polar) de caracte-rísticas muy distintas y porque viene asumarse a la circulación general del Oestede vientos de superficie propia de las ban-das templadas.

Esta corriente del Oeste en el Hemis-ferio Norte alcanza su máxima importanciahacia los 50° de latitud (dando lugar a laJet Stream) aunque asciende y desciendesegún el ritmo estacional. Afecta, por lotanto, de manera preferente a las regionesdel norte de España, y puede provocargotas frías como consecuencia de su discu-rrir sinuoso. En estos casos, se generanprecipitaciones violentas y descenso acusa-do de las temperaturas.

Meteorología 87

Figura 3.25 Mapa meteorológico con representación de varios frentes.Fuente: Instituto Nacional de Meteorología.Los frentes aparecen representadas en los mapas meteorológicos mediante símbolosnormalizados. Los frentes fríos se identifican con una línea adosada a triángulos,mientras que los cálidos se corresponden con una línea adosada a semicírculos.Cuando la representación es en color, los fríos van en azul y los cálidos en rojo.

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8. INTERPRETACIÓN DEMAPAS DEL TIEMPO Y

PREDICCIÓNMETEOROLÓGICA

“El mapa del tiempo es como unafotografía de la atmósfera. Una ins-tantánea hecha con una luz especialque permite ver cosas que no seobservan a simple vista. La sucesiónde tales mapas sería como la pe-lícula cinematográfica del tiempo;como un serial interminable en elque podría verse cómo la atmósferaes algo vivo, cómo las borrascas, losanticiclones y los frentes nacen, se

desarrollan, se multiplican a veces,se trasladan, mueren...”Mariano Medina (1976). Iniciacióna la Meteorología. Paraninfo,Madrid, p. 18.

Los mapas del tiempo nos informan dela situación meteorológica en un momento

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Figura 3.26 Mapa de Europa conFrente Polar, masa polar y masa tropi-cal. Fuente: Gourou-Papy (1972).El Frente Polar es uno de los factoresdel clima que más determinan los tiposde tiempo y las variedades climáticaseuropeas.

Figura 3.27 Génesis de una gota fría apartir de oscilaciones de la corrientedel chorro.Las gotas frías son pequeños volúme -nes de aire frío desgajados de su masafría matriz, que penetran en una masade aire más cálido, provocando un acu-sado descenso de las temperaturas ytambién, muy frecuentemente, fuertesprecipitaciones. En algunas regiones deEspaña (Norte, Levante...) son frecuen-tes en el otoño. Representan un impor-tante factor de riesgo para las activida-des en la naturaleza.

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dado y nos permiten prever situaciones dehoras o días posteriores. En España, es elInstituto Nacional de Meteorología (INM)el organismo encargado de la elaboración ydifusión de estos mapas. En los informati-vos de las televisiones o radios y en laprensa escrita se reproducen estos mapas yse facilitan las predicciones pertinentes.

En la interpretación de estos mapasdeberemos tener en cuenta varios factoresclave: las distintas masas de aire que nosafectan, la procedencia y el recorrido de lasque puedan afectarnos próximamente y laubicación de los frentes, así como su natu-raleza: fríos o cálidos. Algunas nocionesfundamentales servirán para centrar el pro-blema.

Advección: movimiento horizontalde las masas de aire y de otros fac-tores del clima asociados a las mis-mas, como los frentes. Mediante lasadvecciones se propagan las condi-ciones térmicas, de humedad o depresión de unas zonas a otras. Porejemplo, cuando sobre España llegauna advección del Noroeste, quieredecir que la situación atmosféricaque nos afecta tiene su procedenciaen el Atlántico Norte.

La importancia de la procedenciade las masas de aire. Según cuál seala procedencia de las masas de aire,podremos saber con bastante exacti-tud sus características térmicas y dehumedad. En condiciones normales,si proceden del Norte serán frías,mientras que las procedentes del Surserán cálidas; si proceden de áreascontinentales serán secas, a diferen-cia de las procedentes de áreas oce-ánicas, que serán húmedas.

Para comprender la procedencia de lasmasas de aire es necesario tener unas míni-mas nociones de interpretación de losmapas meteorológicos. Ya hemos visto quelos aires –y, por lo tanto, las masas de aire–se desplazan siempre desde las altas a lasbajas presiones. Pero no lo hacen en línearecta. Sobre cualquier cuerpo en movi-miento en la Tierra actúa la denominadaFuerza de Coriolis, de manera que todoslos cuerpos en movimiento en el Hemis-ferio Norte se desvían a la derecha de sutrayectoria, mientras que en el HemisferioSur el desvío es hacia su izquierda. Estadesviación es consecuencia del movimien-to de rotación terrestre. Al movernos sobreun cuerpo que a su vez también se mueve,

Meteorología 89

Figura 3.28 Fuerza de Coriolis actuando sobre los anticiclones y borrascas en amboshemisferios.

A A

BB

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se producen las desviaciones de trayectoriaacabadas de indicar.

La actuación de la Fuerza de Coriolissobre los anticiclones y las borrascas expli-ca que, en el Hemisferio Norte, los vientosgiren en los primeros según el sentido delas agujas del reloj, y en sentido contrarioen las segundas. En el Hemisferio Sur es alrevés.

A partir de esta noción, ya podemosentender sobre un mapa meteorológico laprocedencia de las masas de aire y frentesy su trayectoria. Ambas, en definitiva, nospermitirán prever con escaso margen deerror el tiempo que se espera en las próxi-mas horas.

9. APARATOS DE MEDICIÓNMETEOROLÓGICA Y

CONDICIONES DE LA TOMADE DATOS

Los meteoros más usuales en la infor-mación meteorológica son la temperatura,la existencia o no de precipitaciones, lahumedad relativa del aire, la velocidad delviento y la presión atmosférica. Las fuen-tes de información son varias: básicamentelas tomadas a nivel de suelo, en las esta -ciones meteorológicas y las realizadas acierta altura, mediante globos sonda yradares (de gran interés para las áreas dealta montaña). También está la muy impor-

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Figura 3.29 Mapa meteorológico. Fuente: Instituto Nacional de Meteorología.El estudio del trazado de las líneas isobaras y de la disposición de los centros de acciónen este mapa nos permitirá prever el tipo de tiempo para las horas venideras. El anti-ciclón situado al sur de Inglaterra y la borrasca ubicada sobre Italia canalizan por elcentro de Europa vientos del Noreste, procedentes de Rusia y Siberia. El tiempo quese espera en buena parte de Europa y en la Península Ibérica será frío.Podemos examinar también el mapa meteorológico de la figura 3.25. En este caso, elpotente anticiclón situado al sur de la Península Ibérica y la profunda borrasca exis-tente en Escandinavia se alían para enviar vientos atlánticos del Norte-Noroeste.Además del descenso térmico, esperaremos lluvias en toda Europa Occidental, que enel caso de España serán especialmente importantes en la fachada cantábrica.

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tante información suministrada por lossatélites, que proporcionan imágenestomadas a gran altura sobre procesos dedinámica atmosférica, como frentes, masasde aire, cobertura nubosa, etc. En EuropaOccidental y Central es el satélite Meteosatel encargado de proporcionar estos datos.

Para que los datos meteorológicos seanconsiderados válidos en estudios de clima -tología y de meteorología, han de ser regis-trados bajo condiciones estandarizadas. Anivel del suelo, los valores de temperaturay humedad tomados en garita meteorológi-ca son los únicos que pueden ser conside-rados plenamente fiables. En estas garitas,los aparatos están a una altura del suelo de1,5 m y protegidos mediante pared dedoble lámina de la insolación directa y dela reflejada desde el suelo. Por contra, losdatos tomados en los aparatos caseros o losofrecidos por los abundantes termómetrosurbanos (expuestos directamente a la inso-lación, o adosados a paredes frías o calien-tes, o en lugares sin ventilación...) rara vezcumplen con las mínimas condiciones para

ser considerados fiables. Resulta fácil deentender que sólo las mediciones realiza-das en las condiciones estandarizadas ante-dichas son válidas para establecer compa-raciones entre unos lugares y otros.

La temperatura se mide con termóme-tros de alcohol o mercurio basándose en ladilatación o contracción de estas sustan-cias. Las escalas de valores utilizadas sonvarias, siendo la más habitual la de gradosCelsius. Todas tienen dos puntos de refe-rencia básicos respecto al comportamientofísico del agua: la temperatura a la quepasa a hielo y la del hervor.

Meteorología 91

Figura 3.30 Garita meteorológica.

Valores de referencia de varias escalasde temperatura

Escala Hielo HervorCelsius 0 100Fahrenheit 32 212Kelvin 273 373

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Respecto a las precipitaciones, los valo-res se miden en los pluviómetros que refle-jan la cantidad de agua caída por unidad desuperficie. Un aspecto importante a teneren cuenta es la correcta ubicación del apa-rato, de manera que los registros no se veanafectados por distorsiones varias. Porejemplo, debajo de un árbol o junto a unapared que frenase la llegada oblicua delagua, los valores serían erróneos.

Los datos de precipitación suelen ex-presarse de dos maneras distintas: en volu-men o en altura. En el primer caso, es muyhabitual ofrecer los datos en litros/m2. Enlas publicaciones especializadas, normal-mente se expresan los valores según laaltura de la columna de agua sobre unasuperficie determinada (generalmente,mm/m2). Ambas expresiones son equiva-lentes en cuanto a los datos proporciona-dos, porque una columna de 1 mm de altu-ra sobre 1 m 2 representa un volumen de1 litro.

La humedad relativa es un valor querefleja lo que le falta a la atmósfera paraalcanzar el punto de saturación (100% dehumedad relativa), a partir del cual aquéllaya no admite más vapor de agua y se pue-den producir las precipitaciones. Si el valorde humedad relativa es el 55%, quieredecir que todavía faltan 45 puntos paraalcanzar ese punto de saturación, mientrasque si el valor es el 95%, estamos muycerca de conseguirlo.

Los anemómetros y las veletas miden,respectivamente, la velocidad y la direc-ción del viento. Deben ubicarse lejos deelementos que ejerzan el efecto barrera,algo que es difícil de conseguir en los luga-res habitados; en muchas de las zonasdonde están ubicadas suele haber masas dearbolado, fachadas de edificios, etc., quemodifican esos parámetros.

La presión, como ya se ha indicado, seexpresa normalmente en milibares, unidadde medida utilizada en los mapas de infor-mación meteorológica de prácticamentetodo el mundo. Esto es válido para los

mapas de presión en superficie –con valo-res siempre normalizados al nivel del mar,pues si se indicasen los realmente medidosen cada observatorio, el mapa resultantereflejaría directamente las variacionestopográficas, de altitud, entre los distintospuntos–. Pero también se facilita informa -ción sobre la presión existente a cierta altu-ra de la atmósfera. En estos casos, el pro-ceso de información es el inverso: en vezde dar valores de presión, se indica la alti-tud a la que se localiza un determinadovalor de presión.

10. OBSERVACIÓN DESIGNOS NATURALES

Además del necesario análisis de losmapas del tiempo, la observación de algu-nos signos naturales visibles tendrá granimportancia a la hora de planificar nuestrasactividades en la naturaleza. Por ejemplo,la llegada de nubes nos indicará que seacerca un frente húmedo; además, exami-nando su trayectoria deduciremos su pro-cedencia y las características de la masa deaire correspondiente: fría o cálida, etc. Unfuerte viento repentino será consecuenciade una importante diferencia de los valoresde presión entre dos zonas cercanas. Por suparte, las variaciones bruscas de tempera-turas serán el resultado de que nos afectanmasas de aire y/o frentes distintas a las queantes teníamos.

La existencia de cielos cubiertos o des-pejados es un factor importante a la hora deplantearnos cualquier actividad al aire libre.Como es bien sabido, la nube antecede a laprecipitación, de manera que un cielo muynuboso puede indicar una alta probabilidadde precipitaciones líquidas o sólidas.

Las noches intensamente estrelladassuelen ser anticipos de tiempo despejado yestable. Pero un día despejado a primerahora de la mañana no es garantía de que talsituación vaya a permanecer: debemosanalizar también la existencia de vientos

92 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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Figura 3.31 Dos ejemplos de mapas de presión: superficie y topografía de los 500 mb.Fuente: Instituto Nacional de Meteorología.

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que puedan traer a nuestra zona masasnubosas. En este sentido, habrá que anali-zar la dirección del viento, lo cual permiti-rá conocer su origen y su destino, es decir,prever sus características de humedad ytérmicas. Así, por ejemplo, si los vientosproceden de zonas oceánicas cercanas, pre-visiblemente nos traerán nubes, mientrasque si provienen de áreas continentales, laprobabilidad de mantenimiento de cielosdespejados es mayor. Para conocer ladirección del viento, lo primero es situar-nos en zonas donde el factor topográficono modifique su dirección general. Si esta-mos en el fondo de un valle cerrado, elviento no tiene otra alternativa que adap-tarse a la dirección marcada por las estruc-turas de relieve, encajándose como si de unpasillo se tratara. Por eso, convendrá salir azonas despejadas o bien, en las zonas mon-tañosas con gran energía de relieve, subir acotas más altas en donde el efecto pasilloantedicho no exista. La movilización de lavegetación será un buen indicador de ladirección del viento. También podemosexperimentar esta dirección en nosotrosmismos, exponiéndonos al viento y com-probando de dónde procede y hacia dóndese desplaza. Para éste, como para tantosotros casos en la naturaleza, la utilizaciónde la brújula nos sacará de muchas dudas.

Pero además de la comprobación deestos signos en la naturaleza, previamentedeberemos habernos informado de la pre-visión meteorológica. Así, por ejemplo, sisabemos que un frente frío y húmedo va abarrer nuestra zona, de la existencia actualde un cielo despejado deduciremos queserá efímera, pues en el momento en quellegue ese frente el tiempo cambiará,pudiendo incluso provocar precipitaciones.

Un fenómeno meteorológico fundamen-tal en nuestra observación es la presiónatmosférica. Pero, a diferencia de otros, nolo podemos comprobar directamente me-diante los sentidos. Necesitaremos ayudaauxiliar. Por eso, un elemento que nuncadebe faltar en la mochila del excursionista

es el barómetro, aparato insustituible en lacomprobación de los signos meteorológicosnaturales. La observación del barómetronos pondrá alerta sobre los cambios rápidosde presión. Si éstos se producen como con-secuencia de nuestros ascensos o descensosaltitudinales es normal: al ascender en altu-ra, la presión baja, mientras que al descen-der ocurre lo contrario, como ya hemosvisto anteriormente. Pero si manteniendoaltura hay variaciones importantes en elvalor de la presión, ello quiere decir quenuevos centros de acción nos están afectan-do. Así, una bajada brusca de presión indicaque llega una fuerte borrasca o depresiónbarométrica, lo cual es sinónimo de inesta-bilidad atmosférica, con el previsibleempeoramiento del tiempo. En los casos dedescensos bruscos de presión deberemosdesechar cualquier actividad –sobre todo lasde riesgo– en el medio natural.

Un meteoro de gran interés y fácilmen-te observable es la nubosidad. Las nubes seforman, en su mayor parte, en la capaatmosférica denominada Troposfera, quees, como ya hemos visto, la que está máscercana (y en contacto por su base) a lasuperficie de la Tierra. El proceso de for-mación de las nubes sigue una trayectoriavertical de abajo a arriba: las gotas de aguaque constituyen las nubes proceden delvapor de agua evaporado desde la superfi-cie de la Tierra, allí donde hay zonas húme -das que permiten el proceso de la evapora-ción (especialmente, desde los océanos).Este vapor ascendente, bajo determinadascondiciones de humedad, presión y tempe-ratura, puede condensarse dando lugar alas nubes. Pero también hay movimientosy turbulencias de estructura horizontal, demanera que el vapor de agua y la nube seencuentran sometidos a continuos movi-mientos.

Las nubes suelen clasificarse según laaltura a la que se encuentran, que a su vezsuele determinar su aspecto visual.

Dentro del grupo de las nubes altas(sobre los 5 a 12 km de altura) se pueden

94 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 96: Manual de Tecnicas

diferenciar los Cirros, Cirrocúmulos yCirroestratos. Se trata de nubes de colorblanco intenso y, debido a su altitud, sonlas que primero reciben iluminación alamanecer y más tarde quedan en oscuridadal anochecer. Al tratarse de nubes de des-arrollo horizontal de poco espesor y pocadensidad, no impiden el paso del sol, demanera que con ellas en el cielo, los obje -tos de la superficie terrestre pueden pro-yectar sombras.

En las nubes medias (sobre los 2 a 7 kmde altura) encontramos los Altocúmulos,Altoestratos y Nimboestratos. Suelen sermayores que las anteriores y más densas,de manera que ocultan el sol. Son nubestípicas de lluvia o nieve (según la tempera-tura ambiental).

Finalmente, las nubes bajas (entre 0 yunos 2 km) se pueden dividir en losEstratocúmulos y Estratos. Las primerasson las mayores y facilitan las precipitacio-nes. Las segundas, con aspecto de jirones,suelen disponerse muy bajas y se hallanespecialmente afectadas por los vientos aras de tierra, muy afectados por el factortopográfico.

Pero también hay nubes de gran des-arrollo vertical que no responden al esque-ma anterior, tratándose de masas con subase a una altura muy inferior a la de sucúspide. En los casos más extremos, labase puede estar a ras de suelo (0 km) y lacúspide llegar a los 12 km. Los tipos prin-cipales son los Cúmulos y los Cumu-lonimbos. La amplia banda de altitudes

Meteorología 95

Altitudes normales de los tipos de nubes Cirros

Cúmulonimbos Estratocúmulos

Figura 3.32 Formas típicas de los géneros nubosos y sus niveles altitudinales.Fuente: Martín Vide, Grimalt y Mauri (1996).

Page 97: Manual de Tecnicas

que comprenden facilita la transición decolores en su seno, desde los blancos inten-sos en la cúspide a los grises oscuros en labase. Son nubes características de tormen-tas con aparato eléctrico y también de pre-cipitaciones de granizo, relacionadas conintensos movimientos turbulentos vertica-les en su interior.

Es muy frecuente que sobre el cielopodamos descubrir no sólo un tipo, sinovarios de los acabados de exponer, cadauno de ellos asociado a las característicasfísicas de cada nivel de altura atmosférica.

Una tipología muy particular de lasnubes son las nieblas. Hablamos de nieblascuando la masa nubosa está en contactodirecto con la superficie de la tierra, y suefecto más inmediato es la reducción de lavisibilidad, ya que las gotas de condensa-ción envuelven todo nuestro entorno. Aveces, una nube desciende en altitud provo-cando nieblas. Pero más frecuente es lasituación de que éstas se formen, sobre todoen el fondo de los valles, por el efecto deirradiación térmica del suelo, en las horasmás frías (noche y amanecida). En estoscasos, la masa de niebla es de débil espesory va asociada a situaciones de anticiclonesque dificultan la disipación de la nube. Esmuy característico que en estos casos,mientras los fondos de valle permanecentapados, por encima brille un sol radiante.

11. COMPORTAMIENTOANTE SITUACIONES

PELIGROSAS

La meteorología en las zonas de monta-ña y en el medio natural en general puededar lugar a situaciones peligrosas ante lasque debe estarse preparado. Por sí mismo,el clima en muchos enclaves naturales essuficientemente duro como para resultarpeligroso incluso en condiciones normales.Valga el ejemplo de las condiciones climá-ticas invernales de las altas montañas, conmuy bajas temperaturas y elevada probabi-

lidad de precipitaciones de nieve, de ven-davales o de escasa visibilidad por nieblas.

El punto de partida del montañero o delexcursionista responsable es la predicciónantes de partir. Para ello se consultarán lasfuentes de información meteorológica dis-ponibles.

Un aspecto clave es disponer del equi-po adecuado para las actividades planea-das. La ropa será acorde a las condicionestérmicas y pluviométricas más extremasque podamos encontrar. En muchos casos,no la utilizamos toda, por lo que simple -mente habrá servido de peso en la mochila.Pero cuando realmente nos haga falta agra-deceremos el haber cargado con ella. Noobstante, de nada servirá llevar esa ropa sise nos moja. Por eso es tan importante pro-tegerla del agua. Un truco tan sencillocomo llevarla bien envuelta en bolsas deplástico resulta muy efectivo. Además, sicontamos con mochilas de tejidos querepelen el agua o con fundas impermea-bles, mucho mejor.

La capa de plástico es un elementoimportante en cualquier mochila. No sóloprotege a la persona y a su carga de posi-bles precipitaciones intensas, frente a lasque incluso los más modernos materialessintéticos de anoraks y chubasqueros pocopueden hacer, sino que nos sirve comorefugio provisional ante una tromba quenos obligue a permanecer quietos.

Las cuevas naturales o las viseras paraprotegernos de la lluvia, o los agujeros en lanieve son refugios naturales para proteger-nos mientras haya condiciones meteoroló-gicas difíciles. Para protegernos de lasbajas temperaturas. En ocasiones, la mismavegetación nos ayudará a evitar las hipoter-mias: en el interior de un bosque las tempe-raturas y la velocidad del viento serán mássoportables que en campo abierto. Inclusola vegetación de porte bajo (matorrales,hierbas) nos permitirá, semienterrados enella, salir de algún apuro. En todos loscasos, las posiciones corporales recogidas(tipo fetal) contribuirán a disminuir la disi-

96 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 98: Manual de Tecnicas

pación del calor corporal.Las precipitaciones fuertes de lluvia

pueden ocasionar crecidas repentinas en lostorrentes de montaña. Si coinciden ademáscon elevación térmica en zonas nevadas, seprovocará la correspondiente fusión nival yel aumento de los caudales. Será especial-mente necesario evitar los estrechamientosde cauces donde pueda haber súbitas creci-das (sobre todo al practicar el barranquis-mo). Y, por supuesto, nunca acampar enzonas de posibles inundaciones –como loslechos mayores de los cursos de agua.

En ocasiones, la falta de visiblidaddebida a las nieblas o la lluvia dificultaránuestra orientación. En estos casos debere-mos extremar las precauciones al circularpor lugares peligrosos. Cuando la visibli-dad sea muy reducida, convendrá caminarsuficientemente despacio como para poderlocalizar puntos de referencia que impidanel extravío. En caso de duda o de pérdida,es mejor permanecer quietos en un lugarseguro y lo más protegido posible hastaque las condiciones sean mejores, antesque proseguir la marcha.

Uno de los peligros objetivos másimportantes de las tormentas con aparatoeléctrico es la caída de rayos. Si no tene-mos posiblidad de refugiarnos en lugaresseguros (edificios con pararrayos, cuevas,etc.) deberemos guardar las necesarias nor-mas de autoprotección. En primer lugar,separarnos de objetos metálicos como pio-lets o crampones. Nos colocaremos aleja -dos de elementos que atraen los rayos,como las aristas rocosas o los árboles ais-lados. Convendrá que localicemos valles ovaguadas –aunque no junto a cursos oláminas de agua– o bosques densos, sinsituarnos junto a los árboles más altos. Siestamos en alta montaña, buscaremos luga-res a media ladera (pedrizas, pastizales,etc.) alejados de las paredes del entorno. Esimportante mantener la calma y no correr.Es mejor mojarse que, por correr, exponer-se en mayor medida al peligro. Cuando nohaya ningún lugar donde guarecerse, debe-

remos –teniendo en cuenta las recomenda-ciones anteriores– colocarnos en cuclillas,recogidos sobre nosotros mismos, evitandoel tumbarnos.

12. BIBLIOGRAFÍA YCENTROS DE

INFORMACIÓNMETEOROLÓGICA

Si tienes posibilidades de “navegar”por Internet, puedes acceder a bastantespáginas WEB de información meteorológi-ca y climática. En ellas encontrarás datosde los elementos del clima, mapas meteo-rológicos, imágenes de satélite, prediccio-nes del tiempo... Algunas direcciones inte-resantes son las siguientes:http://www.wmo.ch Página de la Organiza-

ción Meteorológica Mundial, referida ala estructura y funcionamiento de esteorganismo, actividades, publicaciones.Ofrece conexión con otras direccionesde información meteorológica.

http://www.inm.es Página del InstitutoNacional de Meteorología (INM) deEspaña. Ofrece imágenes del Meteosat,datos de temperaturas y precipitacionesde las últimas 24 horas, pronóstico deltiempo general de España y porComunidades Autónomas.

http://www.noa.gov Página de la NationalOceanic and Atmospheric Adminis-tration estadounidense (NOAA). Imá-genes sobre los satélites de finalidadmeteorológica y medioambiental ges-tionados por este organismo, datos cli-máticos actuales e históricos, pronósti-cos del tiempo.En España, el INM ofrece informa-

ción vía telefónica o mediante Internet(en la dirección acabada de facilitar).Teléfonos:

Predicción general del España: 906 3653 65

Predicción por provincias: 906 36 53 máslas dos primeras cifras del código postal.

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Page 99: Manual de Tecnicas

BIBLIOGRAFÍACANDEL VILA, R. (1986). Atlas de

Meteorología. Jover, Barcelona.CUADRAT, J.Mª; PITA, Mª. F. (1997).

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GIL OLCINA, A.; OLCINA CANTOS, J.(1999). Climatología básica. Ariel,Barcelona.

HARDY, R. et al. (1983). El libro delclima. H. Blume, Madrid.

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TOHARIA, M. (1984). Tiempo y clima.Col. “Temas Clave”, Salvat, Barcelona.

98 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 100: Manual de Tecnicas

Capítulo 4INTERPRETACIÓN DEL PAISAJE

(Luis Cancer Pomar)

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1. NOCIÓN DE PAISAJE

2. MÉTODO DE ESTUDIO• Las unidades de paisaje• La caracterización del paisaje• La dinámica del paisaje• La valoración del paisaje

3. ALGUNOS INSTRUMENTOS ÚTILES PARA EL ESTUDIO DEL PAISAJE• Mapas de vegetación y usos del suelo• Mapas geológicos• Fotografía aerea

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1. NOCIÓN DE PAISAJE

El término “paisaje” se deriva, en laslenguas románicas, de la palabra latinapagus, que significa país. Las lenguas ger-mánicas presentan un claro paralelismo através de la expresión originaria land, de laque derivan landschaft (alemán), landsca-pe (inglés), landschap (holandés), etc. Entodos los casos, incorpora un significadode lugar, sector territorial. Según la RealAcademia Española, el paisaje es la“extensión de terreno que se ve desde unsitio”. Y lo que se ve es una mezcla decomponentes de muy diversa naturaleza:aspectos físicos y humanos, con susmutuas influencias. El paisaje refleja losavatares históricos y económicos de unterritorio, así como sus condicionantesnaturales: clima, relieve, vegetación, etc.Así, el paisaje es una manifestación sintéti-ca de las condiciones y circunstancias que

concurren en un país, un puzzle de todoslos rasgos que, con sus complejas interde-pendencias, aparecen en un territorio.

El paisaje tiene, por lo tanto, claro sig-nificado fisionómico: representa la formade un sector de la superficie terrestre, ruralo urbana, natural o antrópica. Pero el pai-saje no sólo es forma, también es algo máscomplejo y profundo, pues traduce visual-mente las interacciones entre los diferenteselementos del sistema natural y entre éstosy los elementos humanos. Podríamos decirque el paisaje es la expresión plástica delmedio ambiente. La imagen o la forma delpaisaje no es más que la combinación delos elementos tierra, agua, aire y vida. Lapalabra combinación representa la clave delo que es el paisaje.

A partir de esta definición resulta fácil-mente comprensible que el paisaje seaobjeto de estudio compartido por numero-sas disciplinas científicas y artísticas.

Interpretación del paisaje 101

Figura 4.1 Paisaje resultante de la combinación de elementos naturales (bosques, cos-tas, acantilados...) y antrópicos (bancales agrícolas, edificios...) en Mallorca.

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102 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 4.2 Un mismo paisaje de montaña, visto con o sin nieve, presenta rasgos esté -ticos muy diferentes. En las fotos, el pico Anayet, en el Pirineo aragonés.

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Desde las que centran su atención en elanálisis de algunos de sus componentes(por ejemplo, la biología o la geología)hasta aquéllas interesadas por la estética ocalidad del paisaje (arte, arquitectura). Noobstante, los estudios más genuinamentepaisajísticos son los dedicados a captar laurdimbre del amplio complejo de elemen-tos constitutivos del sistema paisaje.Ciencias como la geografía o la ecologíaintentan adentrarse en estos análisis.

El paisaje es una realidad dinámica,cambiante. La perspectiva temporal esimprescindible para entender un paisaje.Sus rasgos actuales pueden ser muy distin-tos a los de hace medio siglo. Incluso unmismo paisaje es marcadamente diferentevisto al amanecer o al medio día, en invier-no o en verano. Cualquier paisaje es elresultado de un largo proceso del que sólopercibimos la imagen actual. Para com-prenderlo cabalmente debemos conocer suevolución. Dado que ésta ha acaecidosobre un territorio concreto, el paisaje tieneuna doble dimensión: espacial y temporal.

Desde planteamientos antropocéntri-cos, la noción de paisaje va unida a la pre-sencia del hombre como ser observador,como ser que mira. Recordando la defini-ción de paisaje de la Real AcademiaEspañola (extensión de terreno que se vedesde un sitio) se puede deducir que la ideade paisaje no se encuentra tanto en el obje -to como en la mirada. No es sólo lo queestá delante, sino lo que se ve. Es decir, lapercepción del paisaje es siempre subjeti-va, hay tantos paisajes percibidos comoobservadores. Esta realidad explica el augede los estudios psicosociológicos del paisa-je, que intentan analizar científicamente lasdiferentes percepciones y preferencias enfunción de condicionantes tales como elnivel cultural, el lugar de residencia o laposición socioeconómica.

Ante un mismo panorama (por ejemplo,un bosque surcado por numerosas infraes-tructuras) el biólogo no suele tener lamisma percepción que el ingeniero de

caminos. La mirada requiere un adiestra-miento para contemplar. Un detalle quecentra la atención de la persona en él inte-resada pasará desapercibido para el granpúblico. De ahí la evidencia de que paralograr un adecuado conocimiento del pai-saje es necesario dotar al observador de unbagaje instrumental que le permita inter-pretarlo. Una introducción a esta tarea es loque pretendemos con el presente capítulo.

2. MÉTODO DE ESTUDIO

El estudio del paisaje debe acometersesegún una sistemática que facilite la apre-hensión de su realidad y permita entender-lo en su complejidad. Comenzaremos porla noción de unidad de paisaje para pasarluego a su caracterización y al estudio desu dinámica. Terminaremos con una intro-ducción a los sistemas valorativos de esterecurso.

LAS UNIDADES DE PAISAJEEl territorio objeto de un estudio de pai-

saje puede tener gran extensión y fuertesvariaciones naturales y antrópicas –en defi-nitiva, paisajísticas– en su interior. Porejemplo, en Andalucía Oriental encontrare-mos paisajes tan contrastados como lasmontañas nevadas alpujarreñas o los encla-ves semidesérticos del Cabo de Gata. Poresta razón, un punto de partida habitual enel estudio del paisaje es la división de lazona de trabajo en sectores más reducidos,que faciliten su análisis y que resulten sufi-cientemente operativos de cara a la tomade datos y a su caracterización precisa. Lasunidades resultantes de esta compartimen-tación reciben la denominación de Uni-dades de Paisaje, y cuanto más pequeñassean más homogéneas resultarán y másfielmente se podrán caracterizar. Por uni-dades de paisaje entendemos territoriosque –a una escala determinada– presentanuna fisonomía relativamente homogénea yuna evolución similar.

Interpretación del paisaje 103

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La división del territorio en estas unida-des se lleva a cabo atendiendo a los aspec-tos visuales considerados como definito-rios del paisaje. En general, allí donde exis-ta notable energía de relieve, con cuencas ydivisorias fluviales claramente marcadas,se pueden delimitar fácilmente unidades depaisaje a partir fundamentalmente de losaspectos topográficos. Las unidades resul-tantes suelen tener formas cóncavas.

En esta delimitación conviene combi-nar técnicas de observación directa (traba-jo de campo) con las observaciones indi-rectas, por lo que deberán manejarsecorrectamente los documentos de informa-ción indirecta disponibles: mapas topográ-ficos y temáticos, fotografías aéreas, imá-genes de satélite, etc.

En otros casos, cuando los cierres topo-gráficos sean poco evidentes, o inclusoinexistentes (como en las zonas llanas),

debe recurrirse a los criterios delimitadoressegún homogeneidad de contenido. Losusos del suelo tendrán, en este sentido, unaimportancia fundamental. Las fronteraspodrán situarse en el contacto entre usosdiferentes. Por ejemplo entre zonas arbola -das y desarboladas, o entre campos desecano y de regadío, o entre lagos y zonassecas, etc.

LA CARACTERIZACIÓN DEL PAISAJEUna vez que el territorio se ha compar-

timentado en unidades de paisaje, elsiguiente paso consiste en caracterizar cadauna de forma suficientemente precisa. Paraello debe seleccionarse un conjunto devariables que intenten definir de formacompleta y adecuada los rasgos fisionómi-cos del paisaje. Las variables paisajísticasson los factores perceptibles a la vista enque puede desagregarse el territorio y que

104 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 4.3 Las imágenes de satélite pueden ser documentos muy útiles para realizaruna primera delimitación de unidades de paisaje. En este caso, la notable energía derelieve permite apreciar claramente las cuencas fluviales y las correspondientes divi-sorias de agua (Foto Juan de la Riva).

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pueden agruparse en cuatro grandes aparta -dos: tierra, agua, vegetación y estructurasartificiales.

Esta definición es imprecisa respecto ala configuración de un listado concreto devariables. De ahí que haya una gran varie -dad de enfoques, desde los que sólo em-plean unas pocas hasta los que se aproxi-man al centenar. En cualquier caso, me -diante la correcta desagregación del paisa-je global en sus elementos constitutivos (ovariables), se pretende que la caracteriza-ción de cada uno pueda alcanzar un eleva-do grado de precisión y objetividad.

De todas formas, no hay que olvidar queel paisaje no es sólo la mera adición de suscomponentes, y que la forma que éstos tie -nen de combinarse puede ser más determi-nante que los componentes mismos.

En la selección del conjunto de varia -bles se aconsejan las siguientes pautas:

• Número de variables: el necesario paraconseguir una completa y precisa carac-terización del territorio.

• Diversificar las áreas temáticas delinventario de datos.

• Evitar las redundancias en los elemen-tos del inventario.

• Incluir variables susceptibles de sercomparadas en las distintas fases tem-porales del estudio (con posibilidadesde evolución según la escala temporalseleccionada).

• Dedicar la atención debida a las varia-bles referidas a aspectos antrópicos, porsu cada vez mayor influencia en la con-figuración de los paisajes.

• Prestar especial atención a los elemen-tos paisajísticos específicos del territo-rio estudiado, elementos que no seencuentran en otras zonas.

• Las categorías estéticas, de difícil obje-tivación, tendrán una limitada represen-tación. Por ejemplo, los aspectos rela-cionados con la calidad o belleza delpaisaje.

• No se incluirán los factores causales dela existencia de elementos o variablesconcretas. Por ejemplo, un clima lluvio-so favorecerá la presencia de bosques.El bosque es una variable paisajística,mientras que el clima es un factor.

• No existe un listado de validez univer-sal. Las variables se deben elegir enfunción de las características de la zonaobjeto de estudio.

• Ajustar el listado tras un trabajo decampo y de gabinete. Hacer pruebasprevias a la selección definitiva.

Una vez llevada a cabo la elección delas variables, hay que pasar a la etapasiguiente: la determinación de sus tipos ocategorías, entendiendo por tales cada unade las agrupaciones o divisiones de un ele-mento (variable) en función de sus caracte-res, cualidades o de su situación en lamisma etapa de un proceso.

La elección ideal es aqulla que lograreflejar todas las variedades reales existen-

Interpretación del paisaje 105

Figura 4.4 Los contactos entre usosdel suelo netamente contrastados pue-den ayudar a la delimitación de secto-res paisajísticos. En la imagen, el rega-dío aparece en los tonos más oscuros(negro), mientras que los grises mediosy claros corresponden al secano.Sector central de la depresión del Ebro,con la ciudad de Zaragoza y su entor-no. (Foto: Juan de la Riva).

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tes. Por esta razón, los tipos inicialmentepensados se deben ampliar o reducir a lolargo del trabajo de campo hasta alcanzarsu conformación definitiva, intentandoconfigurar una gradación tipológica queresulte a la vez manejable y respetuosa conla variedad real de situaciones estudiadas.

Veamos algún ejemplo:

VARIABLE “CURSOS DE AGUA”. TIPOS:Posibilidad A

1 Presencia2 Ausencia

Posibilidad B1 Importantes2 Medios3 Poco importantes4 Ausencia

VARIABLE “PENDIENTES”. TIPOS:Posibilidad A

1 Fuertes2 Débiles

Posibilidad B1 Más del 80%2 Del 50 al 80%3 Del 30 al 50%4 Del 10 al 30%5 Del 0 al 10%

En función de la naturaleza de cadavariable, o de las situaciones reales ennuestra zona de estudio para cada una deellas, el listado de tipos suele caracterizar-se por su heterogeneidad: desde algunasvariables en las que sólo existen dos tipos(por ejemplo y como acabamos de presen-tar, para detectar la presencia o ausenciadel elemento analizado) hasta otras conbastantes categorías distintas.

A través de este proceso, una vez dise-ñado el cuadro de variables y tipos, se estáen disposición de caracterizar con preci-sión cada unidad. Para ello resulta de granutilidad la elaboración de una ficha defini-dora de cada una.

También interesa conocer la distribu-ción de tipos de cada variable en las dife-rentes unidades de paisaje: ver qué tiposdominan más o menos en cada una denuestras zonas de estudio, analizar larazón de tal distribución, etc. Muy fre-cuentemente, la gran cantidad de datoscon que se cuenta obliga a aplicar trata-mientos estadísticos para su correcto aná-lisis: valores de tendencia central (medias,modas...) y de dispersión, entre otras posi-bilidades.

106 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

LISTADO 11. Relieve2. Agua3. Vegetación4. Infraestructuras

LISTADO 21. Forma2. Pendientes3. Desnivel4. Cierres visuales5. Complejidad topográfica6. Bosques7. Matorral8. Herbáceas

9. Cultivos10. Cursos de agua11. Lagos12. Saltos de agua13. Tamaño de la unidad14. Visibilidad exterior15. Usos agrícolas16. Usos industriales17. Usos urbanos18. Carreteras19. Caminos20. Líneas de ferrocarril21. Líneas de alta tensión22. Presas

Figura 4.5 En el listado 1, configurado por muy pocas variables, la precisión de caraa la caracterización paisajistica será muy inferior a la que permite el listado 2. Peroeste último no agota en absoluto las posibilidades. Pueden elaborarse listados muchomás detallados.

Ejemplos de configuraciones de listados de variables paisajísticas

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Interpretación del paisaje 107

Finalmente, conviene representar carto-gráficamente la distribución territorial delos tipos. De esta forma dispondremos deun documento gráfico y a escala que nosmostrará visualmente la configuración ter-ritorial respecto a un determinado atributopaisajístico.

LA DINÁMICA DEL PAISAJEEl paisaje es algo vivo por propia natu-

raleza. Muchos autores utilizan la expre-sión “paisajes secuenciales” al referirse ala dinámica del paisaje. Se trata de unaevolución continua en el tiempo y en elespacio.

El funcionamiento del paisaje, queexplica su dinámica, depende del compor-tamiento de sus elementos constitutivos yde las relaciones que se establecen entreunos y otros. Mientras que algunos evolu-cionan con gran rapidez, otros lo hacenmuy lentamente. Ejemplo del primer casopuede ser el de un bosque caducifolio quecambia de aspecto según el ritmo de lasestaciones; ejemplo del segundo, un acan-tilado al borde del mar, afectado en susformas por el golpeo de las olas y por elritmo de las mareas.

Figura 4.7Cuadro con análisis estadís-tico de reparto de tipos en una variable.Variable “Desnivel”.

Figura 4.6 Ejemplo de ficha paisajísti-ca para una unidad de paisaje.

VARIABLES TIPOS

1. Forma 22. Pendientes 13. Desnivel 44. Cierres visuales 25. Complejidad topográfica 36. Bosques 47. Matorral 18. Herbáceas 29. Cultivos 5

10. Cursos de agua 111. Lagos 212. Saltos de agua 113. Tamaño de la unidad 414. Visibilidad exterior 315. Usos agrícolas 216. Usos industriales 317. Usos urbanos 118. Carreteras 319. Caminos 120. Líneas de ferrocarril 121. Líneas de alta tensión 222. Presas 1

Tipos Frecuencia Porcentaje

1 11 8,12 22 16,23 39 28,94 57 42,25 6 4,4

Media: 3Moda: 4Varianza: 599Desviación estándar: 24,4

Figura 4.8 Este mapa, referido a lavariable “vegetación”, permite apreciarla distribución de los distintos tiposconsiderados. A cada uno le correspon-de un color distinto.

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108 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

El análisis evolutivo se puede realizarsegún escalas temporales diferentes: desdela geológica a la actual, pasando por la his-tórica, con cambios que ocupan desdemillones de años hasta unos pocos segun-dos. Así, los cambios debidos a los proce-sos estrictamente naturales pueden serrepentinos (segundos o décimas de segun-dos, como un breve terremoto o un alud denieve) o bien ocupar millones de años(como la actividad erosiva que acaba con-formando un valle fluvial).

En la evolución histórica (en la que par-ticipa el ser humano como un componenteespecialmente activo del sistema terrestre),la perspectiva temporal se limita conside-rablemente. La evolución histórica sólorepresenta una rápida instantánea en laevolución general del paisaje.

Las metodologías de estudio de unas yotras escalas temporales son distintas. Las

ciencias involucradas en su análisis, tam-bién. Por ejemplo, un geógrafo o un geólo-go pueden estudiar los paisajes glaciaresdel Cuaternario según los restos morréni-cos existentes; por su parte, un historiadorpuede reconstruir el paisaje urbano desiglos pasados de una ciudad según ladocumentación contenida en archivos his-tóricos.

También es posible conjugar diferentesescalas temporales y estudiar combinada-mente los cambios climáticos, geomorfoló-gicos, biogeográficos, hidrográficos, etc.,en definitiva paisajísticos, de períodos geo-lógicos recientes junto a los debidos, porejemplo, a acciones antrópicas.

En el caso de los estudios de evoluciónreciente, las mejores fuentes para lareconstrucción de paisajes son las visuales.Ello permite realizar estudios evolutivosbasados en la realidad objetiva que propor-

Figura 4.9 Las variables antrópicas del paisaje suelen cambiar más rápidamente quelas naturales. Los hoteles y bloques de apartamentos levantados junto a la playa sonelementos más variables (en su propia existencia, en sus volúmenes o en sus colores)que el soporte físico sobre el que se instalan.

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Interpretación del paisaje 109

ciona esta documentación gráfica. Porejemplo, las fotografías que muestran acu-sados cambios paisajísticos.

Uno de los recursos fundamentales paraestos estudios lo constituyen las fotografí-as aéreas tomadas en distintas fechas, o losmapas temáticos elaborados en años dife-rentes (por ejemplo, los de vegetación yusos del suelo).

De lo hasta aquí explicado puede dedu-cirse que la evolución del paisaje es conse-cuencia de dos factores: procesos naturalese impactos ambientales. Mientras que laevolución natural de los paisajes está liga-da a procesos naturales muy variados, por

ejemplo un alud de nieve que arrasa unbosque, la evolución antrópica es conse-cuencia de los impactos ocasionados por elhombre.

La estructura actual de los paisajes esconsecuencia de procesos complejos repe-tidos a lo largo del tiempo geológico y quecontinuarán repitiéndose –en el mismo oen otros lugares– en el futuro. Por ejemplo,muchas especies vegetales están adaptadasa ciertos procesos naturales que se repitencon frecuencia en un mismo lugar: inunda-ciones, incendios o avalanchas; o bien cua-lesquiera de los valles alpinos actuales conperfil en U son consecuencia del modelado

Figura 4.10 Ejemplo de fases de evo-lución de un paisaje a partir de unaestructura plegada.La evolución paisajística motivada porlos procesos geológicos y geomorfoló-gicos puede ser de gran magnitud, a lavez que muy dilatada. Muchos paisajesactuales son el resultado de lentos pro-cesos naturales que ocupan millones deaños.

Figura 4.11 En muchas zonas ruralesde media montaña, el abancalamientode las laderas con fines agrícolas (ins-talación de cultivos) o forestales (repo-blaciones) ha sido una práctica muyhabitual. Una fotografía aérea comoésta permite apreciar la magnitud delos cambios paisajísticos acaecidos.

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110 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

de los glaciares que por ellos descendíanen períodos de clima frío. La sucesión deprocesos naturales de todo tipo (climáti-cos, hidrológicos, geomorfológicos, bioge-ográficos...), que a menudo han supuestola modificación total o parcial de los ele-mentos paisajísticos preexistentes, es la

responsable de estos magníficos paisajesactuales.

Cualquier persona interesada en el estu-dio del medio natural y del medio ambien-te en general puede, sin necesidad de serexperta en la materia, plantearse el estudiode la dinámica paisajística de un territorio.

Figura 4.12 Mar de Aral, entre lasrepúblicas asiáticas de Kazajstan yUzbekistan.La abusiva utilización para usos agra-rios de los ríos que alimentan el Aralestá provocando la progresiva deseca-ción de este mar interior. En la imagencartográfica apreciamos la reducciónde su superficie, entre los años 1960 y2000. Los mapas evolutivos, como lospresentados en esta imagen, son instru-mentos muy útiles para analizar y com-prender los cambios paisajísticos.En la imagen superior podemos obser-var algunas consecuencias del procesode desecación: barcos abandonadosanclados en arenas, alejados de laactual línea de costa.

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Interpretación del paisaje 111

En las siguientes líneas vamos a dar unaspautas para intentar en lo posible sistema -tizar el proceso de análisis evolutivo.

En primer lugar, es necesario prestarmucha atención para descubrir no sólo losaspectos externos o visibles de la dinámi-ca, sino también las causas de tal evolu-ción. Así, un elemento del paisaje visual,como es la presencia actual de campos decereal allí donde antes había bosques,puede explicarse por la necesidad de auto-abastecimiento de productos alimenticios

de un grupo social en décadas o siglospasados.

Conviene insistir también en que laevolución del paisaje presenta múltiplesfacetas. Una misma causa puede provocarefectos distintos según, por ejemplo la fra-gilidad de los medios afectados. Conti-nuando con el ejemplo anterior, el abando-no de esos campos de cereales cuando lasnecesidades que explicaron su aparicióncesan puede dar lugar a una progresivainvasión del bosque en esas superficies, de

Figura 4.13 Arinsal (Principado deAndorra).Los aludes de nieve son procesos natu-rales que en muy pocos segundos pue-den modificar las características paisa-jísticas previas de la zona por donde dis-curren. En la foto se aprecian dos corre-dores de aludes, desprovistos de vegeta-ción arbórea, consecuencia de los arras-tres ocasionados por la nieve en movi-miento. Foto: Fernando Lampre.

Figura 4.14 Caldera de Taburiente(Isla de La Palma, Canarias).El pino canario es una especie muybien adaptada a los fuegos que con fre-cuencia asolan estos parajes. De estamanera un proceso (natural o antrópi-co, según cual sea el agente causante)como el fuego puede tener un impor-tante papel en la configuración de lospaisajes.

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112 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

manera que el paisaje vuelve a su situaciónanterior. Pero también puede ocurrir que lafragilidad ambiental haya sido elevada y sehayan perdido o degradado los suelos, demanera que tras el abandono de los camposel bosque no pueda colonizar, es decir, nopueda recuperarse el paisaje natural de esazona.

El listado de aspectos a considerar en elanálisis evolutivo es prácticamente ilimita -do, por lo que los renglones mostrados acontinuación son sólo una guía genérica decómo enfocar el problema. Comenzaremospor un planteamiento del mismo previo al

Figura 4.15 Lago Morskie-Oko (cordi-llera de los Tatra, Polonia).Este lago ocupa una cubeta de sobreex-cavación glaciar. Se trata de un valle enartesa (perfil en forma de U) que fuelabrado por los glaciares que por éldescendían durante los períodos fríosdel Cuaternario.

Figura 4.16 Cauce de río pirenaico afectado por extracción de gravas.

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Interpretación del paisaje 113

estudio concreto de la zona que nos intere-se. Podemos hacernos, entre otras, las si-guientes preguntas:

• Tipología de los medios afectados.• Aspectos destacados de la dinámica del

medio natural.• Evolución en el grado de antropización

y en los usos del suelo.• Relaciones entre el medio físico y la

actividad humana.• Carácter de la dinámica paisajística.• Componentes del medio natural afecta -

dos.• Velocidad de los procesos.• Causas de la evolución.• Consecuencias: afecciones en el paisaje

visual.• Consecuencias: afecciones en el fun-

cionamiento del medio natural.

Una vez en la zona de estudio, intenta -remos dar respuesta a estos interrogantes.Vamos a examinar la fotografía que acom-paña a estas líneas (figura 4.16), la cual nosservirá como guía para responder a estaspreguntas. Se trata de un fondo de vallefluvial afectado por una intensa extracciónde gravas (o de “áridos”, según la jergapropia de las actividades extractivas).

• Tipología del medio afectado: espaciofluvial. Amplio fondo de valle, plano,cubierto por cantos rodados. Vege-tación originaria de ribera en los már-genes.

• Aspectos destacados de la dinámica delmedio natural: desaparición de los ini-ciales pequeños canales de agua muynumerosos y sinuosos (trenzados), sus-titución por canal rectilíneo. Unifor-midad topográfica actual del fondo devalle, desaparición de las discontinui-dades fruto de la dinámica acumulativay erosiva del río. Ausencia de vegeta -ción de ribera: han desaparecido espe-cies características como sauces, cho-pos o abedules.

• Evolución en el grado de antropizacióny en los usos del suelo: antropización

muy superior ahora que antes, usos delsuelo dedicados a la extracción actualde gravas frente a inexistencia de ex-plotación anterior.

• Relaciones entre el medio físico y laactividad humana: deficientes, excesivapresión, aprovechamiento intensivo.

• Carácter de la dinámica paisajística:regresiva, porque nos alejamos de lasituación clímax (o más concordantecon las características del medio natu-ral), porque se han perdido calidad ydiversidad paisajísticas.

• Componentes del medio natural afecta-dos: microrrelieve, agua, vegetación.

• Velocidad de los procesos: desde proce-sos continuos pero casi imperceptiblesa la escala humana del tiempo (como ladinámica acumulación de gravas-ero-sión fluvial) hasta otros casi instantá-neos, como consecuencia de la entradade la maquinaria en el cauce (palasexcavadoras, camiones, hormigoneras,etcétera).

• Causas de la evolución: naturales yantrópicas. Estas últimas, las más im-portantes en los últimos años.

• Consecuencias: afecciones en el paisajevisual. Muy intensas. Un tramo fluvialnatural ha sido intensamente transfor-mado. Las formas, colores, texturas yvolúmenes de la composición escénicahan variado totalmente. La armonía delconjunto ha desaparecido. La calidaddel paisaje ha disminuido.

• Consecuencias: afecciones en el fun-cionamiento del medio natural. Modi-ficaciones de la calidad de las aguas,aumento de la erosión lineal provocadapor el canal rectilíneo, modificacionesmicroclimáticas debidas a la elimina-ción de formaciones vegetales de ribe-ra, etc.

LA VALORACIÓN DEL PAISAJEEn la asignación de usos del suelo

–agrarios, industriales, recreativos, resi-denciales, áreas protegidas, etc.– debetenerse en cuenta la valoración del paisaje,

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114 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

de la misma forma que se valoran otrosrecursos del medio natural, como la dispo-nibilidad de agua o el tipo de suelo. Estavaloración lleva implícita la noción decalidad, de manera que en función delgrado de calidad de un paisaje, la aptitudpara unos u otros usos del territorio que losustenta variará. Por ejemplo, no seríaaceptable hacer pasar una autopista por unparaje de excepcionales y muy singularesrasgos naturales, no repetidos en unaregión o país concretos.

Sin embargo, valorar el paisaje no estarea fácil, pues su calidad debe relativizar-se en función de distintos criterios, entre loscuales es especialmente importante la sub-jetividad inherente al proceso. Tal valora-ción se intenta abordar mediante consultas ala población o a expertos, utilizando diver-sas metodologías de encuesta. En cualquiercaso, depende en gran medida de los facto-res de la personalidad individual y grupal.

En un intento por simplificar la exposi-ción de este problema, puede señalarse quela valoración del paisaje presenta dos ver-tientes netamente diferenciadas que, enocasiones, pueden coincidir pero en otrasno: la valoración científica y la valoraciónsocial.

La valoración científica se encarga aespecialistas en las diferentes ramas de lasciencias involucradas en el paisaje. Se tratade una valoración objetivable, tamizadapor filtros que escapan al común de lapoblación y que explican la diferenciaentre la observación científica y la percep-ción del gran público. Los aspectos que setienen en cuenta pueden ser variados, peroentre otros pueden citarse los siguientes:cualidades ecológicas del territorio, gradode naturalidad (cada vez más apreciado,por la escasez creciente de espacios deestas características), integración armónicade elementos físicos y antrópicos, existen-cia de elementos singulares (que dotan alpaisaje de un componente inhabitual dignode resaltar), diversidad de ambientes, con-diciones de visibilidad, etc.

Desde estos planteamientos, paisajessumamente contrastados pueden recibiralta valoración. Puede ser el caso de unpaisaje fluvial, con dominancia del ele -mento agua, y de un paisaje desértico. Losespecialistas sabrán apreciar en amboscasos ciertas cualidades que probablemen-te escaparán al gran público.

En contraposición a estos criterios cien-tíficos, cualquier encuesta realizada paraatisbar las preferencias paisajísticas delcomún de la población demuestra que lospaisajes de alta montaña, o arbolados, ocon presencia de ríos y lagos... son muchomás valorados que los desérticos o semide-sérticos. Respecto a estos últimos, tanabundantes en España, la sequedad se haconsiderado tradicionalmente como algonegativo, como un factor limitante para eldesarrollo. Y es cierto que para muchasactividades sí que lo es. Pero existen otrasperspectivas y otras posibilidades de valo-rar un recurso, de forma que pueda dárselela vuelta a esa inicial valoración negativa.Así, los enclaves áridos y semiáridos espa-ñoles (sureste, sector central de laDepresión del Ebro, zonas de Canarias,etc.) son áreas absolutamente singulares enel conjunto de Europa. Es decir, paisajesúnicos, no repetidos en el resto del conti-nente, a los cuales puede sacárseles (y yase está empezando a hacer) alta rentabili-dad (por ejemplo, como destino turístico).

Esta evidente divergencia –en ocasio-nes– entre los criterios del científico y losdel gran público ha sido puesta de mani-fiesto en numerosas ocasiones y desdevariados campos del conocimiento. Es nor-mal afirmar que los científicos pueden veren la superficie terrestre cualidades o cosasinaccesibles a la percepción de la mayorparte de las personas. Esta aseveración,que quizás pueda parecer un tanto presun-tuosa a los no especialistas, es –por el con-trario– plenamente defendible. De lamisma forma que los físicos o los matemá -ticos, por ejemplo, pueden ver y manejaren sus respectivos campos de estudio

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Interpretación del paisaje 115

hechos y fuerzas no alcanzables por elcomún de la gente, los especialistas en pai-saje, también.

Respecto a la denominada valoraciónsocial del paisaje, suele llevarse a cabosegún sus cualidades estéticas. Por lo tanto,la belleza es el factor preponderante. Sinembargo, está suficientemente demostradoque la percepción de la estética depende defactores psicosociológicos muy complejos.

A pesar de las dificultades, debe inten-tarse valorar la estética del paisaje segúnmétodos que cuenten con las suficientesgarantías. No en vano, esta valoracióntiene gran importancia en la asignación deusos del suelo, especialmente en la decla -ración de espacios protegidos, pues ade-más de los criterios científicos, la opinióndel gran público debe ser tenida en cuenta.

La principal dificultad de la tarea radi-ca en que la percepción del entorno puededepender más de las actitudes del sujeto

que de los atributos del medio ambiente.No debe olvidarse que la apreciación delpaisaje resulta inseparable de los condicio-nantes emocionales del individuo, demanera que la belleza se reconoce deforma distinta según los distintos observa-dores, e incluso según un mismo observa-dor en momentos diferentes. Esta respues-ta hacia la belleza se explica según trestipos de factores:

• Condiciones y mecanismos sensitivos yperceptivos inherentes al propio observa-dor: forma de mirar, capacidad de imagi-nación, experiencias anteriores, etc.

• Condicionantes educativos y culturales:influencia en el observador de las acti-tudes culturales hacia el paisaje des-arrollados por la sociedad en que vive.

• Relaciones del observador con el obje-to a contemplar: familiaridad con elpaisaje, inclinación personal hacia untipo u otro de paisaje, etc.

Figura 4.17 Borde norte del desierto del Sahara en Marruecos.Un paisaje desértico puede gozar de alta valoración paisajística. En este caso, la inte-gración de formas, volúmenes y cromatismo entre el poblado y su entorno es digna demención.

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116 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

En el análisis de la calidad visual delpaisaje se plantean, pues, tres cuestiones:calidad intrínseca, respuesta estética yvaloración.

Las técnicas valorativas de esta aprecia-ción social de la calidad del paisaje hansido muy variadas, desde que comenzarona experimentarse en los años 70. La másfrecuentemente utilizada y que pareceaportar datos más fiables consiste en la decomparación de pares de fotografías. Esteprocedimiento consiste en el análisis depreferencias de distintos grupos de indivi-duos a partir de la muestra de una colec-ción de pares de fotos de paisajes.Utilizando dos proyectores de diapositivas,se proyectan estas imágenes de dos en dos,con mucha rapidez, y los encuestados ano-tan la que prefieren. La razón de pasar conrapidez los pares no es otra que conseguirque el encuestado responda según su pri-mer estímulo, sin disponer de tiempo parapensar o razonar su elección.

Otro método consiste en la ordenaciónde un conjunto de fotografías según elgrado de preferencia de la población con-sultada. Tras aplicar este método a diferen-tes grupos de encuestados, los análisis deresultados darán las pautas de preferenciade los distintos tipos de paisajes.

Los resultados obtenidos mediante laaplicación de estas técnicas demuestranque en la elección de los paisajes más valo-rados, los factores intervinientes no depen-den únicamente de las propias característi-cas de la imagen o paisaje visual, sino que,en muy alto grado, se hallan influidos poraspectos como la edad, sexo, profesión,procedencia rural o urbana o de distintosmedios geográficos, además de los rasgosde personalidad de los encuestados.Conviene recalcar al respecto que los pai-sajes los observamos a través de los filtrosy tamices culturales de cada individuo,encuadrados en un contexto histórico ysocial.

Un interesante sistema de percepciónsocial de la calidad del paisaje mediante

pares de fotografías se centra en la valora-ción de impactos ambientales con inciden-cia visual. Deben compararse imágenes desituaciones con concurrencia de impactoscon imágenes de esos mismos paisajes,pero sin el impacto acaecido. Ambas debenvalorarse comparativamente.

Estos sistemas valorativos basados enencuestas deben aplicarse a grupos socialessuficientemente amplios, diversos y repre-sentativos para que resulten fiables. Ellono impide que las personas interesadas enla materia puedan utilizar sus archivosfotográficos para realizar ejercicios en estalínea. Sobre una selección de fotos o dia -positivas, pueden plantearse pequeñasencuestas –siguiendo los métodos aquíexplicados u otros– a los grupos o personasindividuales a los que se tenga acceso oque se estime que puedan ofrecer opinio-nes interesantes, contrastadas, etc. Porejemplo, sería interesante detectar la valo-ración de un paisaje afectado por unembalse entre ecologistas o entre agriculto-res de regadío. O la opinión que le mereceun paisaje estepario a quien vive en él todoel año y al turista que sólo va allí de visita.

3. ALGUNOS INSTRUMENTOSÚTILES PARA EL

ESTUDIO DEL PAISAJE

En las páginas precedentes hemosexplicado que el paisaje representa unarealidad globalizadora resultante de la par-ticipación de muy numerosos componenteso elementos, naturales y humanos.Centrándonos en los de carácter natural(los más definitorios, pues el factor huma -no siempre se apoya en ellos) podemosdestacar varios especialmente significati-vos a la hora de definir y comprender unpaisaje: relieve, vegetación y caracteresgeológicos. Todos ellos pueden ser obser-vados directamente en el campo, peroresulta muy conveniente apoyar esa obser-vación con una serie de documentos que

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Interpretación del paisaje 117

Figura 4.18 (1)

Figura 4.18 (2)

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118 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 4.18 (3)

Figura 4.18 (4) En estas imágenes se presentan cuatro fotografías, como ejemplo delsistema valorativo de comparación por pares. En primer lugar, los encuestados debe-rían elegir entre 4.18 (1) y 4.18 (2), para pasar luego a elegir entre 4.18 (3) y 4.18 (4).

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Interpretación del paisaje 119

ayuden a su comprensión y que, incluso,nos ofrezcan información no apreciable asimple vista.

El relieve ha sido objeto del capítulo 1de este libro, referido a la interpretación demapas topográficos que ofrecen una com-pleta información a este respecto a partirde las curvas de nivel. Caracteres como lasaltitudes o las pendientes de la zona quenos interese son ofrecidos directamente(caso de las altitudes) o indirectamente(caso de las pendientes) por estos mapas.En las líneas siguientes nos centraremos enla información que podemos extraer de dostipos de mapas muy útiles (imprescindiblesen algunos casos) para nuestras estanciasen la naturaleza: los mapas de vegeta -ción/usos del suelo y los geológicos.Además, también prestaremos atención a

las fotografías aéreas, de gran interés pormostrarnos la realidad tal cual es.

Los mapas suponen una representaciónselectiva de la realidad a escala, medianteuna serie de símbolos convencionales. Larepresentación cartográfica es, en la mayorparte de los casos, plana, y se refiere a unmomento dado (fecha de edición). En cier-tos mapas, por ejemplo en los de usos delsuelo, esta última característica debe sertenida en cuenta, pues ciertas variables pai-sajísticas pueden cambiar con bastanterapidez. Convendrá, por lo tanto, disponerde mapas lo más actualizados posible.

Los mapas geológicos y de vegeta-ción/usos del suelo se representan sobrefondo topográfico. En otras palabras: sobreun mapa topográfico se añade la informa-ción temática seleccionada. Quiere esto

Figura 4.19 En estas imágenes podemos apreciar un mismo paisaje, antes y despuésde la instalación de una estructura impactante. Las fotos de la izquierda muestran lasituación inicial, mientras que en las de la derecha se aprecia el cambio acaecido. Laspersonas encuestadas pueden valorar comparativamente las imágenes de cada uno delos pares (entre 0 y 5, por ejemplo) para de esta forma obtener una valoración cuanti-tativa del impacto paisajístico.

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120 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

decir que para interpretarlos correctamenteel requisito previo es saber leer un mapatopográfico. De ahí la importancia delcapítulo 1 de esta obra, referido a la inter-pretación de mapas y centrado específica-mente en los topográficos.

MAPAS DE VEGETACIÓN Y USOS DELSUELO

Existen diferentes modalidades en estacategoría de mapas. Por su muy estrecharelación con la interpretación del paisajenos centraremos en los oficialmente deno-minados Mapas de Cultivos y Aprove-chamientos, editados por el Ministerio deAgricultura, también conocidos popular-mente como mapas de usos del suelo. Suinterpretación permite apreciar las imbrica-ciones entre los usos del suelo y las caracte-

rísticas del medio físico y socioeconómico.Se encuentran editados a dos escalas

diferentes: 1: 200.000 y 1: 50.000. Los pri-meros adoptan el formato provincial, demanera que aparecen cartografiadas lassuperficies provinciales completas. Cubrentodo el territorio español. Más interesantespara el trabajo de campo son los de escala1: 50.000, aunque se cuenta con el proble -ma de que bastantes zonas españolas seencuentran sin cartografiar, además de quelas ediciones disponibles son en generalanticuadas. No obstante, su buen nivel dedetalle los hace muy útiles a la hora deinterpretar y comprender correctamente unpaisaje. Su numeración, denominación yextensión coinciden con las de los mapastopográficos correspondientes a escala 1:50.000.

Figura 4.20 Reproducción de un mapa de cultivos y aprovechamientos y de sus leyen-das.

Page 122: Manual de Tecnicas

Interpretación del paisaje 121

La interpretación de estos mapas essencilla. Mediante unas claves de color,tramas y códigos alfanuméricos se indicanlos distintos tipos de cubrimiento del suelo,desde la vegetación espontánea a las varia -das modalidades de cultivos.

La información acerca de las distintasmodalidades de vegetación y usos delsuelo existentes, de su distribución y de surelación con aspectos naturales tales comoel relieve (representado por las curvas denivel o base topográfica de estos mapas)los hace muy apropiados para la interpreta -ción del paisaje.

MAPAS GEOLÓGICOSEl mapa geológico es la representación

sobre fondo topográfico de los materialesaflorantes en la superficie de la Tierra, asícomo de su edad y de las deformacionesque les afectan.

En España, el organismo de elabora-ción de estos mapas más importante es elITGE (Instituto Tecnológico Geominero deEspaña). Las ediciones normales se pre-sentan en dos escalas diferentes: 1:200.000 y 1: 50.000. La numeración, deno-minación y superficie de cada hoja resul-tante coinciden con las correspondientes delos mapas topográficos.

La interpretación de estos mapas esbastante compleja y requiere cierta dedica-ción. Mediante unas claves de color y códi-gos alfanuméricos se indican los distintostipos de materiales (rocas) y su edad; ade-más, unos símbolos indican en su caso laexistencia de deformaciones tectónicas(pliegues, fallas...).

Resulta sumamente interesante cotejarla información del mapa topográfico con ladel mapa geológico. Por ejemplo, la rela-ción entre los tipos y la edad de los mate-

Figura 4.21 Estructuración de un mapa geológico.El mapa geológico aparece estructurado en el cuerpo central del mapa, leyendas varias,cortes geológicos y columnas estratigráficas, como elementos de mayor interés.1. Número y nombre de identificación, 2. Esquema tectónico a escala 1:250.000,3. Esquema regional a escala 1:1.000.000, 4. Columnas estratigráficas, 5. Leyenda,6. Signos convencionales, 7. Cortes geológicos.

1

MAPA

GEOLÓGICO

2

3

4

76

5

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122 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

riales y la ubicación de los fondos de valleo de las crestas divisorias resulta, por logeneral, muy significativa. Muchas veceslas características geológicas de un territo-rio no son directamente visibles, pues estánenmascaradas por la vegetación o por lasformaciones superficiales y los suelos. Poreso, la comprensión paisajística aconseja eluso frecuente de estos mapas, que nos pro-porcionarán datos a veces ocultos, peroabsolutamente básicos para comprender laconfiguración actual de los paisajes.

FOTOGRAFÍA AÉREASe trata de fotografías de la superficie

de la tierra tomadas desde el aire (normal-mente desde aviones y avionetas).Muestran, como cualquier otra fotografía,la realidad tal cual es, aunque desde unpunto de vista inhabitual: desde arriba.Ello exige un esfuerzo de adaptación cuan-

do nos enfrentamos a su interpretación: deun árbol veremos su copa; de un edificio, eltejado, frente a la perspectiva horizontal ala que estamos acostumbrados.

Las fotos aéreas presentan escalas muyvariadas, en función de la altura del vueloy del objetivo utilizado (distancia focal).Para los estudios de interpretación delmedio natural suelen utilizarse fotos deescala 1: 20.000 o 1: 30.000 aproximada-mente, aunque otros valores pueden serplenamente válidos.

Los organismos encargados de la tomade fotos aéreas son variados: empresas deingeniería, Comunidades Autónomas,Ministerios, Ejército... En el momento deplantearnos qué fotos comprar, lo más sen-cillo es acudir a algún punto de venta espe-cializado (por ejemplo, algunas librerías yempresas de equipamientos para los estu-dios de naturaleza) para informarnos de los

Figura 4.22 Reproducción de un mapa geológico y de sus leyendas.

Page 124: Manual de Tecnicas

Interpretación del paisaje 123

vuelos existentes. La fecha del vuelo y laescala de las fotos serán los dos criteriosprincipales para decantar nuestra elección.También será interesante conocer si losfotogramas son en color o en blanco ynegro.

El aspecto más interesante de la explo-tación de la información fotogramétrica esla visión estereoscópica. Las fotos aéreascorrelativas tienen una particularidad: el50% como mínimo de cada una se repite enla siguiente. Esta imagen repetida, vistamediante unos aparatos denominados este -reoscopios, consistentes en unas lupasmontadas sobre una carcasa, permitenapreciar la imagen fotografiada en tresdimensiones. Es decir, permiten apreciar elrelieve.

La visión de la realidad que proporcio-nan las fotos aéreas, y además en tresdimensiones, tiene múltiples aplicaciones.Una de ellas es la interpretación del paisa-je. Aspectos como las características delrelieve, distribución y tipo de la vegeta-ción, localización de las infraestructuras yde los núcleos de población, etc. son direc-tamente visibles en estas fotos. La visiónestereoscópica requiere cierto adiestra-miento, pero una vez conseguida facilitaenormemente las tareas de las personasinteresadas en los estudios de paisaje.

El trabajo con la fotografía aérea, apo-yado y complementado con los mapastopográficos, de cultivos y aprovechamien-tos y geológicos (entre otras fuentes deinformación), permite describir y explicar

Figura 4.23 Reproducción de un parde fotos aéreas correlativas quemuestran el solapamiento en la ima-gen (ciudad de Jaén y su entorno).En estas imágenes podemos apreciarque la mitad derecha de la foto de laizquierda se repite en la mitadizquierda de la foto de la derecha

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Figura 4.24 Reproducción de estereoscopios. Los estereoscopios de espejos se usanpreferentemente en gabinete; los de bolsillo, de pequeñas dimensiones, son muy úti-les en el trabajo de campo.

Estereoscopio de espejos Estereoscopio de bolsillo

124 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

las características paisajísticas de un terri-torio. A continuación exponemos una pro-puesta de guión de trabajo práctico paralograr tal fin. Los resultados obtenidosconvendrá cotejarlos con la realidad in situdel trabajo de campo.

Descripción y análisisA partir de la selección de la zona de

estudio que nos interese sobre la fotografíaaérea y los mapas de apoyo, pueden llevar-se a cabo, entre otras, estas tareas:

• Delimitar el contorno de los núcleos depoblación.

• Dibujar el trazado de las vías de comu-nicación.

• Marcar la disposición de la red hidro-gráfica, diferenciando los cursos fluvia-les según su importancia.

• Delimitar las zonas cultivadas.• Diferenciar mediante colores o tramas

las zonas de secano y de regadío.• En su caso, localizar y señalar las áreas

de cultivos abandonados.• Localizar las zonas de vegetación natu-

ral y discriminar sus distintas categorí-as: bosques, matorral, pastizales, etc.

• Señalar otras realidades no indicadas enlos apartados precedentes (afloramien-tos rocosos, por ejemplo).

• Elaborar una leyenda interpretativa delmapa o esquema realizado (medianteun conjunto de símbolos).

• Comparar nuestro mapa resultante delproceso anterior con otros mapas de esa

zona ya editados. Deberemos tener encuenta las muy probables diferencias deescala entre unos y otros.

Explicación• Analizar la distribución de los usos del

suelo en relación con las característicasdel medio físico (por ejemplo, relaciónentre usos del suelo y factores condi-cionantes como las pendientes o el tipode rocas aflorantes).

• Establecer una relación entre el trazadode las vías de comunicación, la ubica-ción de los núcleos de población y losdistintos usos del suelo.

• Determinar los principales factores queintervienen en la distribución de laszonas cultivadas.

• Determinar los principales factores queintervienen en la distribución de lasáreas de vegetación natural.

• Apreciar relaciones entre el tipo derelieve y el sustrato geológico.

Valoración crítica y propuestasde ordenación

Teniendo en cuenta las característicasdel medio físico y las necesidades de losgrupos sociales de la zona, determinar cuá-les serían los aprovechamientos del suelomás apropiados atendiendo a criteriosvarios, como la conservación del medioambiente, la obtención de la máxima pro-ductividad, etc.

Page 126: Manual de Tecnicas

Interpretación del paisaje 125

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Page 128: Manual de Tecnicas

Capítulo 5ORGANIZACIÓN DE CAMPAMENTOS

YTRAVESÍAS DE MEDIA MONTAÑA

(Pilar Maza Rodríguez)

Page 129: Manual de Tecnicas

1. INTRODUCCIÓN

2. ORGANIZACIÓN DE UN CAMPAMENTO: PRIMEROS PASOS

3. REQUISITOS DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO

4. EL EQUIPO HUMANO: TITULACIONES Y EXPERIENCIA PROFESIONAL

5. SELECCIONAR UNA UBICACIÓN SEGURA PARA ACAMPAR

6. EL RESPETO AL MEDIO NATURAL

7. MATERIAL DE ACAMPADA: EQUIPAMIENTO INDIVIDUAL Y COLECTIVO• El equipamiento básico personal

• El saco de dormir• El aislante o colchoneta• La mochila• La ropa y las botas• La linterna o frontal• La brújula• Gorra o pañuelo, gafas de sol, crema protectora y cacao para los labios• La cantimplora• Los utensilios de cocina y la navaja• Neceser básico y toalla

• El equipamiento colectivo• Las tiendas de campaña• Hornillo. Material de cocina. Comida• Iluminación: lámpara de gas• Repuestos y otros• Mapas• Botiquín y fichas médicas de todos los participantes• Bibliografía básica• Comunicaciones: transceptor/telefonía móvil• Recursos lúdicos y deportivos. Material fungible para las actividades

y evaluaciones• Caja de herramientas

Page 130: Manual de Tecnicas

1. INTRODUCCIÓN

Un campamento es una actividad gru-pal de tiempo libre que se desarrolla en elmedio natural y cuya organización requie -re una experiencia importante en la con-ducción de grupos, el conocimiento delmedio natural en el que vamos a desarro-llar la actividad y, exige, además, el cum-plimiento de la normativa vigente.

De la misma manera, la organizaciónde una actividad individual, entre amigos oen un grupo de montaña, exige los mismosrequisitos.

Si bien un aspecto básico cuando nosplanteamos la organización de un campa-mento es que tengamos claro cuáles van aser los objetivos de nuestras actividades yla filosofía general del campamento, no vaa ser éste el tema de nuestro capítulo.

Para organizar un campamento tendre-mos que observar, además de los citadosobjetivos y filosofía, cuáles son los requisi-tos de obligado cumplimiento, las titula -

ciones necesarias, el tipo de grupo y seg-mento de edad al que se dirigen nuestrasactividades, el lugar donde vamos a ubicarnuestro campamento, el material necesarioy la preparación de nuestro programa deactividades.

El campamento puede ser fijo, que es lomás frecuente, o itinerante. En este últimocaso se le conoce como travesía de monta-ña. Existe un término muy generalizado, laacampada1, habitualmente mal utilizado encastellano. En muchas ocasiones, al pre-guntar a personas qué actividad deportivarealizan en la montaña, nos hemos encon-trado con la respuesta: acampada. Que-remos aclarar que la acampada no es unaactividad deportiva en sí, sino que es unatécnica para pernoctar al aire libre, y encualquier tipo de paisaje (playa, estepa,nieve…).

La organización de excursiones y trave-sías de montaña es muy frecuente, al mar-gen de los colectivos de educación de tiem-po libre, en pequeños grupos de amigos ygrupos de montaña, por lo que también estecapítulo aporta información interesante atodos aquellos que a título personal deseenorganizar una actividad de estas caracterís-ticas.

2. ORGANIZACIÓN DE UNCAMPAMENTO:

PRIMEROS PASOS

¿Qué es un campamento? La respuestaimplica varias nociones: tiene una dura-ción en el tiempo, se desarrolla en elmedio natural, se realiza en el tiempolibre, está organizado por una entidad, esun proyecto de intenciones2, tiene un pro-grama de actividades, es una experienciagrupal, su organización exige un equipohumano, y su realización, unos participan-tes destinatarios.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 129

LA ORGANIZACIÓN DE UNAACTIVIDAD DE MONTAÑISMO(CAMPAMENTO, TRAVESÍADE MEDIA MONTAÑA,EXCURSIÓN…)EXIGE:

• Dominio de las técnicas de la acti-vidad: experiencia en la montaña yotros conocimientos básicos.

• Experiencia en la conducción degrupos.

• Conocimiento del medio natural enel que vamos a desarrollar la acti-vidad.

• Cumplimiento de la normativavigente.

1 Acampada: acción y efecto de acampar. Acampar: (del it. Accampare) detenerse y permanecer en despoblado, alojándose o no en

tiendas. Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, ed. 1997.2 Resumido del libro “Cómo organizar una colonia o campamento de verano” F. Asín, Ed. Flash Book (1997).

Page 131: Manual de Tecnicas

Para la organización de un campamentose deben tener en cuenta cada uno de estospuntos, y recordar que estamos trabajandocon personas, la mayor parte de las vecesmenores de edad. Estas personas, quedependen de nosotros durante el campa-mento, están participando en una experien-cia única e inolvidable. Debemos estar pre-parados y tener los recursos suficientes parapoder acometer un campamento con res-ponsabilidad.

También tendremos en cuenta las gran-des responsabilidades que se van a derivarde nuestro comportamiento como monito-res, sobre todo civiles.

Si bien es cierto que muchos de loscampamentos se organizan desde entidadessin ánimo de lucro, donde los monitorescolaboran de forma voluntaria, es impor-tante que el trabajo se realice con profesio-nalidad.

Volviendo a la descripción inicial deeste capítulo, un campamento tiene lugar enun período de tiempo variable, lo habituales que dure de diez a quince días (aunqueno hay una duración establecida, podría tra-tarse de menos o más días).

Otras peculiaridades son que tiene lugaren el tiempo libre y fuera del entornohabitual. Un campamento siempre se reali-za en el tiempo libre: es la época de ocio yvacaciones, por lo que suele ser una expe-riencia muy motivadora y elegida por lospropios participantes, que van muy predis-puestos al programa elegido. Lógicamente,se desarrolla fuera del entorno habitual: lamayor parte de las personas que se inscri-ben en un campamento vienen del mediourbano, viven con sus padres, y la instala-ción durante varios días en un medio natu-ral y poco conocido es muy sugestiva.

Los campamentos, fijos o itinerantes,siempre se desarrollan en el medio natu-ral. 1. El campamento fijo: habitualmente

tiene lugar en una pradera en la que seinstalan las tiendas de campaña. Lo nor-mal es que exista una infraestructura

básica de servicios: letrinas o aseos,fosas sépticas, lavabos, cocina, ener-gía… En el caso de no disponer de nin-guna instalación, el equipo de monitoresdeberá diseñar y preparar los serviciosbásicos. Lógicamente, es preferible bus-car una zona de acampada que poseaunas instalaciones mínimas, ya que nosólo estaremos más cómodos, sino quetambién respetaremos mejor el entorno.

2. En el campamento itinerante o trave-sía: el grupo se desplaza por sus propiosmedios por un itinerario preparado porel equipo de monitores. Esto supone quecada participante debe portear su equi-pamiento personal y parte del equipa-miento colectivo. Cada noche se per-nocta en un lugar diferente, instalandopequeñas tiendas de campaña (y ocasio-nalmente sin ellas). La comida se prepa-ra en pequeños grupos, que transportansu propia energía (gas) y alimentos.

¿Quién organiza un campamento?Normalmente hay diferentes entidades decarácter público y privado que organizancampamentos: asociaciones juveniles yotras, asociaciones de padres de alumnos,empresas de servicios, administraciones(central, autonómica y pública), colegios,federaciones deportivas, clubes de monta-ña, etc.

Para poder organizar un campamento,es preciso un marco legal: persona física(empresario autónomo) o jurídica (asocia-ción, sociedad, u otra). Ello posibilitaráaspectos como la contratación de los moni-tores, de un seguro, emisión de facturas orecibos, etc.

Si tenemos el marco legal apropiado,podemos organizar un campamento siem-pre y cuando contemos con la capacidadpersonal y material para poner en marcha elproyecto, así como la capacidad de gestiónnecesaria.

La correcta gestión es importante:debemos presupuestar todos los gastosderivados del campamento, como la ali-

130 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 132: Manual de Tecnicas

mentación, el transporte, los sueldos y lossalarios del personal, un buen seguro deresponsabilidad civil, seguros de acciden-tes para los participantes, el material, laenergía..., así como tener la previsión deingresos.

Por último, también debemos tenerclara nuestra capacidad de convocatoria:debemos llegar a los destinatarios de laactividad, porque sin ellos, no hay campa-mento.

Constituido nuestro equipo, elaborare-mos un proyecto de intenciones, con finesy objetivos. Es interesante que el diseño sehaga entre todo el equipo, para que sea unproyecto común que implique a todos.

Los fines del campamento siempre tie -nen una estrecha relación con los de laentidad organizadora: religión, deporte,juego, medio ambiente… Van a inspirar lafilosofía del equipo de monitores y la delcampamento.

Se definirán unos objetivos operativosque puedan ser alcanzados, y que se pue-dan evaluar.

Para elaborar el programa de activida-des, que va a depender mucho de la filoso-fía de los organizadores, se partirá de losobjetivos fijados y se realizará a través deuna metodología común, prefijada entretodo el equipo de monitores.

El programa de actividades quedarárecogido en un cronograma, que reflejarálos horarios día a día, desde la hora delevantarse, desayuno, actividades progra-madas, tiempos de descanso, baño…

Para fijar la metodología de trabajo esindispensable una experiencia profesionaly/o una formación adecuada del equipo demonitores. También se fijarán unas normasde comportamiento básico para todos losacampados.

Otro aspecto importante es la evalua-ción. El equipo de monitores realizará unabreve sesión al final del día para evaluarlos resultados de las actividades, valorán-dose los aspectos positivos y los negativos.

La evaluación continua posibilitará la

mejora de la programación, corrigiendoposibles defectos o subrayando ciertasactitudes, por ejemplo. También permitiráelaborar una memoria final enriquecidacon las aportaciones diarias, y en la quedebería contar la opinión de los partici-pantes.

¿A quién va dirigida nuestra activi-dad? Los destinatarios son habitualmenteniños y jóvenes.

3. REQUISITOS DEOBLIGA-DO CUMPLIMIENTO:LA NORMATIVA VIGENTE EN

EL ESTADO ESPAÑOLCuando organizamos una actividad con

menores de edad y con más de una nochefuera del domicilio habitual, se adquierenunas responsabilidades, y se está sujeto auna normativa.

El primer paso a dar será conocer lanormativa de la comunidad autónoma en laque vamos a realizar nuestra actividad.Normalmente se regula la titulación de losmonitores, el porcentaje de monitores titu-lados de nuestro equipo, los lugares de

Organización de campamentos y travesías de media montaña 131

UN CAMPAMENTO ES:• Un período de tiempo• Una vivencia que se desarrolla en el

medio natural• Se realiza en el tiempo libre, fuera

del entorno habitual• Una actividad organizada por una

entidad (asociación, empresa, ...) dela que se desprende una filosofía detrabajo

• Un proyecto de intenciones, conunos fines y objetivos

• Un programa de actividades• Una experiencia grupal, enriquece-

dora y educativa• Un equipo humano de monitores y

un grupo de participantes destina-tarios

Page 133: Manual de Tecnicas

acampada y las solicitudes de permisos, lamanipulación de alimentos y la higiene, losplanes de evacuación, el uso del fuego, etc.Todo esto se habrá de observar en todomomento para no incurrir en la ilegalidad.

Para realizar el campamento también esindispensable contratar un seguro de acci-dentes y, sobre todo, de responsabilidadcivil. El equipo de monitores asume la res-ponsabilidad del campamento o colonia, yse trata de un asunto muy serio que a vecesno se analiza en profundidad. Diversassentencias nos indican que el tema no sedebe descuidar nunca, y que vale máspecar de prudentes.

La normativa va a afectar tanto a la ubi-cación del campamento como a las titula-ciones necesarias para poder trabajar.

Independientemente de la normativa, laubicación de nuestro campamento deberácumplir unos requisitos de seguridad bási-cos que revisaremos en el apartadosiguiente.

En cada comunidad autónoma hay unasleyes específicas sobre la organización decampamentos y colonias. Por tanto, nuestraobligación es estar informados de lasmodificaciones normativas que haya sobreeste tema. Para ello acudiremos a las direc-ciones generales o delegaciones de juven-tud de nuestros gobiernos autónomos antesde organizar una actividad de estas caracte-rísticas.

4. EL EQUIPO HUMANO:TITULACIONES Y

EXPERIENCIA PROFESIONAL

La formación del equipo de monitoresen tiempo libre, deporte y educaciónambiental es fundamental.

La preparación de un campamentorequiere una experiencia y una formaciónque podemos adquirir en la enseñanzapública, asociaciones de tiempo libre,escuelas y grupos de montaña, y entidadespúblicas o privadas.

La legislación sobre las titulaciones delos monitores en España varía de unacomunidad autónoma a otra, por lo quedeberemos informarnos en las Direccionesde Juventud de nuestro gobierno autónomo.

La titulación generalizada es la deMonitor y Director en el Tiempo Libre.

También existen otras titulaciones equi-parables, como por ejemplo, en el decretode Aragón: Técnico de conducción de acti-vidades físico-deportivas en el medio natu-ral, Diplomado en Magisterio y Licenciadoen Educación Física.

El Real Decreto de 3 de marzo del 2000desarrolla las titulaciones deportivas demontaña.

Asimismo, el Instituto Nacional deEmpleo ha realizado cursos en el ámbito dela formación ocupacional para “guías”.

OTRAS NORMAS DE INTERÉSSimplemente añadiremos que existen

otras leyes que pueden afectar a la selec-ción del lugar para nuestro campamento:normativa de Espacios Naturales Prote -gidos, prohibición del uso del fuego.

Si estamos preparando un campamentoitinerante o travesía, a título personal opara alguna entidad, estudiaremos conatención nuestro itinerario, ya que es pro-bable que atravesemos lugares sometidos adiferentes normas, y debemos conocerlas.

132 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

CONOCIMIENTOS BÁSICOS DELMONITOR.• Tiempo libre• Socorrismo• Normas básicas de seguridad• Conocimientos básicos sobre calen-

tamiento y estiramiento muscular yarticular

• Orientación• Nutrición• Conocimiento del medio natural• Experiencia en media montaña• Meteorología

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La legislación actual diferencia losespacios naturales protegidos en variascategorías, destacando las figuras de par-ques, reservas naturales, monumentosnaturales, paisajes protegidos, etc.

En las administraciones autonómicas ylocales nos facilitarán esta información.

5. SELECCIONAR UNAUBICACIÓN SEGURA PARA

ACAMPAR

Independientemente de la normativaque hemos revisado en el apartado anterior,nuestra obligación a la hora de organizarun campamento ha de ser la de velar por laseguridad de las personas que nos acompa-ñan, ya que podría darse el caso de que lanormativa fuera muy ambigua o insuficien-te. Lógicamente, todas estas observacionesse han de tener en cuenta si organizamosuna excursión o travesía de forma indivi-dual, o con nuestro grupo de amigos, ytenemos intención de acampar.

Debemos tener en cuenta la orografíadel territorio en el que vamos a acampar, esimportante que alguno de los organizado-res del campamento o de nuestra actividadconozca la zona, y si no es así procurare-mos organizar un recorrido de reconoci-miento previo a nuestra actividad.

Nos informaremos en el municipio si enel lugar han acampado antes otras perso-nas, si ha habido algún tipo de incidentenatural (desprendimientos de piedras,incendios, crecidas de ríos, lugar de fre-cuentes tormentas, rayos, etc.).

Es interesante preparar un croquis yprever los posibles desastres naturales quepudieran sucedernos. Algunos consejosútiles:• Nos informaremos sobre los posibles

percances que hayan acontecido en ellugar donde vamos a acampar. Paraello, consultaremos con personas quevivan en la zona, y preguntaremossobre la meteorología del lugar en la

temporada, posibles inundaciones,incendios, etc.

• Evitaremos situarnos en las proximida-des de un cono de deyección de unbarranco.

• Nunca acamparemos a menos de 200 mde un cauce de agua.

• Localizaremos bien todos los accesos apie y rodados, para planificar una posi-ble evacuación con todas las garantías.

Por último, elaboraremos un plan deevacuación en previsión de un posibleincidente.• Nombraremos una persona responsable

de la posible evacuación. El equipo demonitores del campamento conocerá elplan de evacuación. El primer día,podríamos hacer un simulacro.

• Haremos un listado con los lugares máspróximos desde dónde poder dar avisoa los servicios de Protección Civil, ynombraremos a una persona encargadade dar este aviso.

• Conoceremos la red de pistas y carrete-ras con acceso rodado, si las hay.

• En nuestras excursiones, también debe-ríamos conocer dónde se encuentran losabrigos naturales, cobijos, refugios…para poder acudir en caso de accidente,tormenta u otra circunstancia.

• Importancia de la información-forma-ción de los acampados. Es interesantedar unas pequeñas normas de conductaen caso de accidente, evacuación, aquién acudir, qué hacer, etc.

6. EL RESPETO AL MEDIONATURAL

Los campamentos, fijos o itinerantes,se desarrollan en un medio natural. Hemosvisto la importancia de su ubicación conrespecto a la seguridad de los acampados,y en este apartado comentaremos la necesi-dad de que el campamento respete elmedio natural.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 133

Page 135: Manual de Tecnicas

La filosofía de nuestro campamentopuede estar motivada por el deporte, eljuego, la educación, el medio ambiente… olo más frecuente, por varios motivos a lavez. Es obvio que cada entidad organiza-dora va a tener sus fines, pero todos tene-mos algo en común: el medio en el que sedesarrolla nuestro campamento es el medionatural. Nuestra actitud en este medio debeser respetuosa y nuestra presencia debe serarmoniosa con el entorno, de manera quenuestro equipo humano y los acampadosestemos integrados en la naturaleza.

Para ser consecuentes, nuestra actitudcomo responsables de grupo no sólo serárespetuosa durante la actividad: tambiénpuede serlo a la hora de organizar el cam-pamento.

¿En qué aspectos podemos mejorarnuestro campamento para que sea respe-tuoso con el medio natural? Aportamos unaserie de ideas, partiendo de la base de quetenemos el equipo profesional adecuado,los medios necesarios y la ilusión de poderpreparar un campamento respetuoso con elmedio natural.• Nuestro campamento se ubica en un

espacio rural y natural, frágil y con unacapacidad de carga que en el períodoestival puede estar desbordada. A la

hora de buscar la ubicación para nues-tra actividad, tendremos en cuenta quela instalación posea unas condicionesde salubridad mínimas. Si hay aseos y

cocina con agua corriente, debería dis-poner de fosas sépticas para las aguasresiduales y grasas.

• Elaborando un programa variado deactividades que incluya la educaciónambiental. Debemos aprovechar laoportunidad de encontrarnos en elmedio natural para mostrar a los partici-pantes de nuestro campamento o colo-nia la fragilidad y belleza del entornonatural, inculcando los principios bási-cos de respeto a la naturaleza, e inte-grando este carácter en todas nuestrasactividades. Si nuestros objetivos noson medioambientales, y nuestra activi-dad se desarrolla en el medio natural,deberíamos incorporar actividades deconocimiento del medio, para potenciarel descubrimiento del entorno, y com-prender lo que nos rodea. Excursiones,juegos, observación e interpretación dela naturaleza serán un medio para con-seguir una mejor integración de nuestrogrupo en el medio natural.

• Organizando un transporte adecuado.En la medida de lo posible, utilizare-mos transportes públicos. Dado queesto es francamente difícil, ya que aveces este transporte es poco operativo,incluso inexistente, trataremos de orga-nizar el transporte colectivo conforme anuestras necesidades. Es decir, adaptan-do el tamaño del grupo al de los vehí-culos que vayamos a utilizar.

• Reducir, reutilizar y reciclar los resi-duos. Para reducir el volumen de resi-duos, intentaremos adquirir los produc-tos con el menor número posible deenvases y envoltorios. Trataremos decomprar el mayor número posible deproductos en la zona para favorecer elempleo y desarrollo locales (pan yleche, quesos y embutidos, fruta, etc.).

Se pueden reutilizar muchos resi-duos para realizar diversas actividades:los vasos de yogur, cajas o botellas deleche, etc., se aprovecharán por ejemplopara hacer talleres de objetos reciclados.

134 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Al preparar un campamento, tendremosen cuenta el componente ambientalen las tres partes del proceso:

• En la preparación inicial: compras,viaje, diseño del programa, selec-ción de la ubicación, etc

• Durante el campamento, en el día adía

• Cuando nos vayamos del campa-mento

Page 136: Manual de Tecnicas

El vidrio y el cartón se pueden sepa -rar para llevar a los contenedores máspróximos. Si no es posible realizar estetransporte a los contenedores, puede seruna actividad muy educativa la separa-ción de residuos, a pesar de que luego sedeposite todo en un mismo contenedor.

• El agua es un elemento escaso quedebemos que cuidar. Muchas vecesnuestros campamentos se ubican encabeceras de valles, donde nacen ríos ymanan fuentes. Para proteger al máxi-mo este recurso, evitaremos el usoexcesivo de ciertos productos. Porejemplo, lejía y salfumán no deberíanverterse indiscriminadamente, existenproductos alternativos menos dañinos,como el vinagre. En la cocina utilizare-mos los jabones imprescindibles. Incul-caremos a los participantes la necesidadde cuidar el agua. Existen variosmanuales en el mercado sobre produc-tos menos dañinos para evitar el vertidode tanta química3.

• Respecto al ruido: evitaremos el uso demegáfonos, silbatos y equipos de músi-ca, para reducir las molestias a lospequeños habitantes que rodean nuestrocampamento o colonia.

• Caminaremos siempre por los senderosy caminos que ya existen. De este modoevitaremos molestias a seres vivos(flora y fauna) y contribuiremos almantenimiento de los caminos.

• Hay ciertas actividades que no debe-mos permitir en nuestro campamento, yque hay que evitar a través de la educa-ción, como encender fuego, molestar alos animales, arrancar flores o dañar losárboles para construcciones.

En este apartado se han dado una seriede consejos para los responsables de activi-dades grupales. Sin embargo, también que-remos animar a la reflexión a aquellos que

organizan una excursión o travesía concarácter individual o con su grupo de ami-gos. Pasar una o varias jornadas en el medionatural implica la convivencia con otrosseres vivos, en ecosistemas frágiles, y por lotanto deberemos tener un comportamientode respeto. Nuestro objetivo ha de ser nodejar rastro alguno de nuestro paso: llevar-nos nuestra basura, evitar dar gritos o voci-ferar, no molestar a animales, o no salirse delos senderos, son normas básicas a seguir.

7. MATERIAL DE ACAMPADA:EQUIPAMIENTO

INDIVIDUAL Y COLECTIVO

La elección del material es fundamen-tal, ya que de él dependerá en gran medidanuestro disfrute de una actividad: que dur-mamos abrigados y cómodos por la noche,que no nos duela la espalda, que no pase-mos frío… Por este motivo, nos pareceinteresante describir el material básico yalgunas orientaciones sobre el mismo.

Partiendo de que estamos planificandouna actividad grupal, y teniendo en cuentaque para la organización de excursiones atítulo individual o en grupos de amigos seprecisa el mismo equipamiento, vamos adividir el material en dos apartados:

• Equipamiento básico personal• Equipamiento colectivo.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 135

PLANIFICA• Planifica con antelación el campa-

mento: su programa y la estructuraque se va a llevar

• Informa al equipo de monitoressobre el entorno

• Realiza un reconocimiento previode la zona

• Programa la recogida de basuras• Mantén la armonía del campamen -

to y del entorno

3 Hogar sin química, Brigitte Burger, ed. Integral 1993.

Page 137: Manual de Tecnicas

EL EQUIPAMIENTO BÁSICO PERSONALqueda resumido en el siguiente

cuadro:

• Saco de dormir• Aislante o colchoneta• Ropa adecuada en función de la

actividad ubicación del campamentoy botas

• Linterna o frontal• Brújula• Gorra y pañuelo, crema protectora

y cacao• Cantimplora• Utensilios de cocina. Navaja• Neceser básico y toalla pequeña• Papel higiénico y bolsas de basura• Documentación personal y dinero

Como norma general, y siempre quesea posible, elegiremos un material ligero,que se adapte a nuestras verdaderas necesi-dades y a nuestros bolsillos, y que nos vayaa durar mucho tiempo.

Consumamos conscientemente: nocompremos por comprar, sólo cuando lonecesitemos, y cuando tengamos claro queeste tipo de actividad nos gusta y vamos asalir a menudo a la montaña.

El saco de dormirEl saco de dormir es un elemento muy

importante, y que debemos seleccionar enfunción de nuestra actividad. No es lomismo realizar una actividad de acampadaen el fondo de un valle de tipo alpino, queen una sierra mediterránea o cerca de unaplaya.

Afortunadamente encontramos unagran oferta de sacos de dormir en estable-cimientos y tiendas especializadas en acti-vidades deportivas. Para orientar sobre lostipos de sacos, podríamos establecer unaclasificación muy básica:• Los sacos de “altura”: sacos diseña-

dos para las actividades de alta monta-ña, incluso en invierno, a temperaturasbajo cero, y en condiciones difíciles.

Son los sacos de pluma o duvet, y algu-nos sacos de fibras sintéticas y especia -les. Son bastante caros, y están reco-mendados para actividades invernales oextremas.

• Los sacos de media montaña: en esteapartado incluiríamos sacos de muchosprecios y calidades. Habitualmente elfabricante nos da un baremo de las tem-peraturas máxima y mínima en las quese supone que dormiremos en el saco deforma cómoda, aunque no hay quecreerse todo lo que nos digan. Para rea-lizar una actividad tipo campamento, ouna travesía itinerante de media monta -ña, podemos recomendar este tipo desaco. El material interior suele ser defibra sintética, y el exterior de nailon opoliéster. Elegiremos si es posible unsaco ligero, de poco volumen, pero quenos garantice que nos va a abrigar.

• Los sacos finos: están pensados paralas noches de verano en lugares cálidos.Si vuestras actividades se desarrollanen zonas de montaña (baja o media),son poco recomendables.

1.2. El aislante o colchonetaEl aislante o colchoneta es también un

elemento imprescindible. Su función esdoble: por un lado, nos aísla del frío y lahumedad y, por otro, nos permite que este -mos un poquito más cómodos. Su grosoroscila entre los 1,5 cm y 3,5 cm.

Existen varios tipos de aislantes o col-chonetas, con grandes diferencias de pre-cio, clasificados en dos grupos:1. El aislante clásico: se trata de una

lámina de espuma de poliuretano. Es elmás económico, aunque han aparecidootros modelos más perfeccionados queson más cómodos y también más caros.

2. El aislante de cámara de aire: se tratade una colchoneta autohinchable pocogruesa; mucho más cómodo para dor-mir que los anteriores y mucho máscaro. También requiere unos cuidadosmás especiales.

136 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 138: Manual de Tecnicas

Podemos afirmar que la función aislan-te es la misma en ambos casos, pero ladiferencia de comodidad es notable. Sinembargo, para recomendar a unos jóvenesque vayan a realizar un campamento, serásuficiente con un aislante clásico econó-mico.

La mochilaLa mochila va a permitir transportar

durante nuestras excursiones todo aquelloque podamos necesitar, debe ser cómoda yadaptada a nuestra espalda y, por supuesto,como en todo material de excursionismo,debemos adquirirla en función de nuestrasnecesidades.

Si nuestro campamento es itineranteprecisaremos una mochila grande, de 40 a60 litros, ya que tendrá que caber todonuestro material. Sin embargo, si estamosen un campamento fijo, será suficiente conuna pequeña mochila de máximo 30 litros,en la que llevaremos lo necesario para lasexcursiones diarias.

En una excursión de día vamos a llevarpoco peso: la cantimplora, la comida, algode ropa de abrigo, y poco más. Por tanto, noes especialmente importante su distribución.

Sin embargo, para una actividad itine-rante, el peso a llevar es sensiblemente dife-rente, y debemos distribuirlo de forma quese adapte mejor a nuestra espalda. Unabuena solución es hacerlo del siguientemodo:• En el fondo de la mochila hay que situar

el material más voluminoso y menospesado: nuestro saco de dormir, la ropade abrigo y de recambio. En definitiva,aquellas prendas que no se emplean confrecuencia.

• Pegado a la espalda de la mochila, colo-caremos lo más pesado: comida, cantim-plora llena y material específico.

• En la parte exterior de la mochila ytramo superior, llevaremos alguna pren-da de abrigo (chubasquero, forro polar ojersey), la linterna, la cantimplora (pega-da a la espalda porque irá con peso).

• En la seta o tapa, meteremos la docu-mentación, la navaja, la brújula y losmapas, algún alimento de energía rápida(barrita de cereales, frutos secos…) asícomo otros elementos que vayamos anecesitar.

Por último, anotar que el peso de lamochila en una actividad itinerante nodebería sobrepasar la sexta parte del pesodel que la lleva.

La ropa y las botasCon respecto a la ropa y las botas, os

remitimos al capítulo 2 de este libro.En cuanto a la ropa, comentaremos que

su uso va a depender del lugar donde sedesarrolle nuestro campamento. Si es enbaja o media montaña, proponemos aplicarel sistema de capas: varias capas de teji-dos finos son más eficaces que pocas detejidos gruesos.

No olvidemos el bañador, ya que encasi todas las actividades que se realizan encampamentos, se incluyen las visitas a ríos,piscinas, ibones o lagos, y otros lugaresinteresantes para el baño.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 137

Figura 5.1 Cómo distribuir el peso enla mochila.

Page 139: Manual de Tecnicas

La linterna o frontalLa linterna o frontal: no es un eleme-

no estrictamente básico para un campa-mento fijo, aunque nos será de gran utili-dad y al menos deberemos llevar una porcada grupo de cuatro o cinco. Sin embargo,sí que es básico para un campamento itine-rante.

Un frontal, para aquellos que no loconozcan, es una linterna que se ajusta conunas gomas a nuestra cabeza, quedando enla frente la cápsula con la bombilla, y en laparte posterior de la cabeza la batería. Ennuestras actividades al aire libre, es muchomás práctico el frontal, ya que nos permiterealizar cualquier actividad dejando libreslas manos, y siempre ilumina en la direc-ción hacia la que miramos. Por ejemplo,nos va a alumbrar cuando estemos cami-nando, nos permite buscar las cosas en lamochila, cocinar, etc.

Un pequeño consejo: antes de salir decasa, verificaremos que nuestra linterna ofrontal funciona correctamente y las baterí-as están en perfecto uso. Valoraremos lanecesidad de llevar o no una batería derepuesto, así como una bombilla.

La brújulaLa brújula tampoco faltará en nuestra

mochila, junto con el mapa de la zona en laque estemos y, por supuesto, de nada sirvellevarla si no sabemos hacer uso de ella.

Gorra o pañuelo, gafas de sol,crema protectora y cacao para los

labiosNuestras actividades se desarrollan

siempre en el medio natural y, por tanto,nuestra piel está sometida a las inclemen-cias del sol y del viento. Gracias a la gorrao pañuelo, gafas de sol, crema protecto-ra y cacao para los labios, podemos pro-teger nuestra piel y ojos para realizar nues-tras actividades con total garantía. Estepunto es mucho más importante de lo queparece, por lo que hay que tomarse muy enserio el tema de la protección solar, paraevitar lesiones o quemaduras.

Cuando caminamos al aire libre, inclusocuando parece que está nublado, el solcalienta nuestras cabezas. Muchas vecesestamos varias horas expuestos, y una gorracon visera, gorro tipo “tenis”, un pañueloatado o cualquier otra cosa sobre la cabezanos protegerán de una posible insolación.

El sol también puede dañar nuestravista, por lo que unas gafas de sol sonimportantísimas. Con los ojos no se juega,así que recomendamos unas gafas que pro-tejan de las radiaciones ultravioleta, y si esposible, que tengan alguna protección late -ral (este tipo de gafas se denomina “gafasde glaciar”).

Las partes de piel que queden al descu-bierto (cuello, cara, manos, …), se cubriráncon crema protectora, que será al menos defactor de protección solar 12, y no dudare-mos en repetir esta operación varias vecesal día, en función de lo curtida que esténuestra piel y de las horas de exposición.

En cualquier caso, siempre es mejor irtapados: un pantalón largo y fino evitaráque nos quememos, y de paso, también quenos pinchemos con zarzas, o que nospiquen insectos. Evidentemente, la elec-ción de la ropa es personal, y cada uno lle -vará lo que considere más cómodo.

La piel de la cara es especialmente sen-sible, por lo que habrá que cuidarla conespecial atención, sobre todo los labios:podemos llevar cremas especiales o cacao.

138 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 5.2 Linterna frontal.

Page 140: Manual de Tecnicas

La cantimploraLa cantimplora es imprescindible en

nuestra mochila, ya que de una correctahidratación dependen todas las funcionesvitales. Así que nunca saldremos de excur-sión, por corta que ésta sea, sin una can-timplora llena.

Existen en el mercado numerosos tiposde cantimploras, de diferentes materiales(plásticos, metales, esmaltados, etc.) dediversas formas y colores, y de capacidadtambién variada.

¿Cuál es la cantimplora que necesita -mos? Nos va a hacer el mismo papel lacantimplora más cara del mercado, que unabotella de refresco vacía de plástico resis-tente y boca ancha, con una diferencianotable: el precio.

Lo recomendable es llevar una cantim-plora de un litro, litro y medio, o dos litros.Cuando tengamos cualquier mínima dudasobre la calidad del agua que hayamoscogido, la potabilizaremos (remitimos alcapítulo 12 sobre potabilización de agua).

Los utensilios de cocina y la navajaHemos separado los utensilios de coci-

na de la navaja, porque esta última es unelemento importante que merece sercomentado de forma separada.

Entendemos por utensilios de cocina:los cubiertos (tenedor y cuchara), un vasoo cazo, un plato y un paño de cocina o ser-villeta. También se deberían incorporar eneste punto los medios para lavar nuestrosutensilios: un pequeño estropajo puede sersuficiente.

De nuevo en este apartado apelamos alsentido común: si en nuestra casa tenemosun tenedor y una cuchara relativamenteligeros, ya disponemos de nuestro cubierto.

Con respecto al vaso y al plato: se reco-miendan de metal ligero, aunque tambiénpueden ser de plástico. Si la comida nos lavamos a calentar nosotros, es obvio quedeberán ser de metal.

Por último hablaremos de la navaja. Sibien es un utensilio que emplearemos la

mayor parte de las veces para cortar ali-mentos, nos puede resultar de utilidad paraotras cosas. Por tanto, lo llevaremos amano. Recomendamos una navaja pequeñay ligera, evitando las multifuncionales queterminan siendo poco prácticas, caras ypesadas.

Neceser básico y toalla Para nuestro aseo diario, llevaremos

una bolsita o neceser. A la hora de prepa-rarlo, tendremos en cuenta que el campa-mento se desarrolla en un medio natural y,por tanto, cualquier elemento que dejemosallí va a ser agresivo. Estamos hablando dedeterminados jabones, geles de baño y pas-tas dentífricas.

Nuestra propuesta es llevar un jabónlíquido neutro, que utilizaremos para nues-tra higiene personal y el cabello. Por tanto,limitaremos el uso del jabón, y no interpre-temos esto como que nos tenemos quelavar poco: no es absolutamente necesarioenjabonarse todos los días para estar lim-pio, normalmente es suficiente con lavar-nos bien con agua para quitarnos el sudor.

Con respecto a la pasta de dientes, utili-zaremos también la menor cantidad posible.

Completarán nuestro neceser un peiney una pequeña cajita costurero, en la quellevaremos hilo, aguja e imperdibles. Estosútiles nos vendrán bien para reparar peque-ños descosidos en nuestra ropa, mochila otienda de campaña.

De llevar toalla, recomendamos sobretodo para los campamentos itinerantes quesea pequeña, ya que una toalla grande ocu-paría y pesaría demasiado.

EL EQUIPAMIENTO COLECTIVOEn lo concerniente al equipamiento

colectivo, podemos dividir este apartadoen dos grandes bloques.

El primero correspondería al equipa-miento colectivo de material necesariopara nuestro campamento: las tiendas decampaña, el material de cocina, los repues-tos, etc.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 139

Page 141: Manual de Tecnicas

Por otro lado, también hay una serie deelementos que forman parte del equipocolectivo, aunque están más relacionadoscon la logística y las actividades que se lle-ven a cabo en nuestro programa.

Las tiendas de campañaBásicamente, hay dos tipos de tiendas

de campaña: canadienses e iglús con todassus variedades.

Las tiendas tipo canadiense son las másclásicas, las encontramos fabricadas contejidos de algodón o nailon, sus varillas sonmetálicas y las piquetas también. Habi-tualmente son muy pesadas. Las tiendastipo iglú están disponibles en materialesmuy variados (tejidos de todo tipo, varillasde fibra de vidrio o aluminio, piquetas deplástico o metal, etc.) y, por tanto haymuchos modelos, pesos diversos y en con-secuencia precios muy diferentes.

Si nuestro campamento es fijo, poco vaa importar el peso y podemos aprovecharpara llevar las tiendas que verdaderamentenos gusten sin tener en cuenta su peso:tiendas grandes, tipo canadiense, de mate-

rial resistente y fuerte, y que se adapten anuestra actividad.

Ahora bien, para un campamento itine-rante, o para una actividad personal connuestros amigos, las cosas cambian mucho.La dificultad del recorrido (que deberáestar adaptada a la edad y al nivel de losparticipantes) será determinante para saberqué tipo de tienda vamos a necesitar.

Lo más sensato es llevar tiendas paratres, cuatro o cinco personas, de tejidosfuertes e impermeables, y de peso ligero.De entrada, no recomendamos las tiendastipo canadiense por su excesivo peso. Lastiendas tipo iglú son las mejores para estaactividad, aunque la gran variedad de tien-das (y precios) en el mercado nos harádudar sobre cuál es la mejor.

Nuestro consejo es que se elija la tien-da más simple y fácil de montar, de tejidoresistente e impermeable, con doble techo,de peso ligero y de varillas flexibles. Las

140 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

• Botiquín y fichas médicas de todoslos participantes

• Bibliografía básica• Comunicaciones: transceptor/telefo-

nía móvil y lista de las frecuenciasbásicas (refugios, protección civil)

• Lista con los télefonos básicos (pro-tección civil...)

• Recursos lúdicos y deportivos:balón, juegos...

• Material fungible para las activida-des y evaluaciones

• Tienda de campaña• Hornillo. Material de cocina.

Comida• Iluminación: lámpara de gas• Repuestos• Mapas de la zona

Figura 5.3 Arriba: tienda de campañatipo iglú. Abajo: tienda de campañatipo canadiense.

Page 142: Manual de Tecnicas

varillas se rompen con mucha facilidad, yno son baratas, así que hay que cuidarlasbien para que nos duren.

Para que el tejido de la tienda se man-tenga en buen uso, debemos plegarla siem-pre de forma adecuada, limpiar su interior,y nunca guardarla húmeda o mojada.

Respecto a dónde colocar nuestra tien-da, remitiremos al apartado de este capítu-lo “Seleccionar una ubicación segura paraacampar”.

Hornillo. Material de cocina.Comida

En el mercado existen diferentes tiposde hornillos para cocinar al aire libre, dediferentes tamaños y adaptables a las car-gas de combustible. Los hornillos más clá -sicos, con cartuchos de carga de gas, sonlos más recomendables para un campa-mento itinerante. También han aparecidoen el mercado hornillos que funcionan congasolina sin plomo y otros derivados delpetróleo. Muchos de ellos pueden funcio-nar con diferentes combustibles, por lo queson muy funcionales y prácticos. Los hayde diferentes tamaños y pesos, por lo queen función del tipo de actividad que vaya-mos a realizar, habrá que estudiar lascaracterísticas de cada uno.

Para un campamento itinerante, tendre-mos que planificar el material de cocina engrupos pequeños, de 5 a 10 personas. Cadagrupo contará con un hornillo mediano, laprevisión suficiente de gas, y los elementosde cocina básicos (olla con tapadera, abri-dor, cucharón). Obviamente, si se cuentacon un vehículo de apoyo, añadiremos otroselementos que harán nuestra cocina másfácil: escurridor, tabla de cortar, cuchillosde cocina, sartenes, barreños de plástico.

En un campamento fijo, llevaremostodo el material de cocina necesario: tantopara la cocina (ollas, fuentes de servir,jarras, cuchillos, espumaderas, coladores,cortafiambres…) como para los participan-tes (platos, vasos, cubiertos).

En todos los casos, también es impres-cindible adquirir un buen lote de productospara mantener la limpieza: trapos de coci-na, bayetas, cubo y jabón. En la medida delo posible utilizaremos limpiadores natura-les, como vinagre y sal.

Nos vendrá bien llevar unos metros decuerda de tender y pinzas.

La alimentación es un tema importantí-simo, y como no es el tema de este capítu-lo, tan sólo recordaremos que comer bienes fundamental cuando se está realizandouna vida sana al aire libre, máxime cuandoestamos realizando un campamento itine-rante y el desgaste físico es importante, porlo que elaboraremos con mucho cuidadounos menús equilibrados y con el cálculoenergético correspondiente.

Iluminación: lámpara de gasLa lámpara de gas es un elemento muy

útil en un campamento itinerante, para ilu-minar las cenas y veladas. Las hay devarios tamaños y se adaptan a las bombo-nas de los hornillos convencionales.

Repuestos y otrosEl equipo de monitores de un campa-

mento itinerante debe llevar algunosrepuestos, no lo consideramos tan impor-tante en un campamento fijo porque suelenestar muy próximos a núcleos habitados yes fácil adquirirlos.

• Camisas de recambio si llevamos lám-para de gas.

• Cargas de gas.• Gafas de sol, cacao, crema de protec-

ción solar y crema para después del sol.• Ropa de abrigo y recambio.• Mantas de salvamento.

Algún bastón telescópico de dos o trescuerpos, para utilizar en caso de algunasobrecarga de rodilla (cosa muy frecuenteen campamentos itinerantes).

El papel higiénico también es importante.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 141

Page 143: Manual de Tecnicas

MapasAl menos todos los monitores llevarán

mapa de la zona donde se realizarán lasexcursiones o travesía, y brújula. Lógi-camente, deberán saber manejarlos.

Botiquín y fichas médicas de todoslos participantes

En el apartado PRIMEROS AUXILIOSse describen los elementos de un botiquínbásico de montaña.

Tan sólo recordaremos que no pode-mos administrar medicamentos sin pres-cripción médica, por tanto, os recomenda-mos que en vuestro botiquín llevéis sóloaquello que podáis utilizar: desinfectantes,tiritas, aspirinas/paracetamol, tijeras, espa-radrapo y vendas. Será interesante llevaralguna pomada para dolores musculares,para picaduras y algún medicamento paralos casos de diarrea.

Hay un tema que no hemos tratado eneste capítulo: la potabilización de lasaguas. En un campamento fijo, es fácilcontrolar la potabilidad, incluso podemosllevar a analizar el agua que consumimos.Sin embargo, en un campamento itineran-te, tomaremos precauciones, incluso echa-remos yodo o pastillas potabilizadoras encaso de duda. Volvemos a remitir al capítu-lo 12 para ampliar la información sobreeste aspecto.

Nos parece fundamental que se hagauna ficha médica de todos los participan-tes, ya que nuestra responsabilidad es muygrande, y si alguien tiene problemas desalud extremaremos los cuidados. Aten-ción especial a las alergias.

Otra cosa son las alteraciones psíqui-cas. Con más frecuencia de lo que parecenos encontramos con que en nuestro grupode participantes se ha “colado” algún jovencon algún desequilibrio (hiperactividad,esquizofrenia…), y no nos han informadosobre el tema. En función de la experienciay cualificación de los monitores, se optarápor integrar a esta persona en el grupo,pero si no sabemos cómo hacerlo, habrá

que llamar a los familiares más próximospara exponer la situación y valorar suregreso a casa.

Bibliografía básicaEn el caso de un campamento itineran-

te, tenemos que reducir el peso al máximo,aunque puede ser interesante llevar unlibro sobre la zona en la que hacemos nues-tro recorrido, y alguna guía básica de natu-raleza si sabemos utilizarla (árboles, flora,aves, insectos…).

Sin embargo, en un campamento fijo,tenemos la suerte de poder llevar librospara las actividades, más libros sobre lazona: costumbres, geología, leyendas, his-toria… así como otros libros y guías denaturaleza.

También nos serán de utilidad libros dejuegos, por si acaso tenemos que modificarnuestro programa por causas ajenas a nos-otros, como por ejemplo varios días lluvio-sos, y se nos acaban los recursos.

Suele ser una buena idea elaborar unpequeño cuaderno de campo para todos losparticipantes. Con pocos medios (unasfotocopias grapadas, con el programa delcampamento, dibujos, referencias de lazona, croquis o mapas, y espacio paraescribir y dibujar), este cuaderno puede seruna herramienta útil para el monitor a lahora de desarrollar algunas actividades, ynormalmente es algo que gusta mucho alos participantes, ya que será un recuerdode las vivencias del campamento.

Comunicaciones:transceptor/telefonía móvil

El teléfono móvil se ha convertido enun medio de comunicación asequible, quepuede ser de gran utilidad en nuestras acti-vidades, siempre y cuando haya cobertura.En cualquier caso, es muy recomendablellevar al menos un teléfono móvil y, porsupuesto, saber que en caso de accidentehay que llamar al 112, EMERGENCIAS.

El medio más útil para comunicarse enlas excursiones entre monitores es el trans-

142 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 144: Manual de Tecnicas

ceptor (emisor-receptor), conocido comowalki. Sin embargo, hay que hacer varioscomentarios con respecto a los walkis: • elevado precio, aunque luego no hay

pagos posteriores como en un teléfonomóvil

• para su uso la ley exige una licencia yun diploma de operador

• es de gran utilidad para comunicarnosentre nosotros, no se precisa ningunaantena para que haya cobertura: sonprácticos cuando estamos llevando ungrupo numeroso, para hablar con elcampamento si estamos de excursión,advertir de irregularidades

• si hemos de pedir ayuda, hay que haceruso de repetidores, y para ello hay queconocer bien el manejo del equipa-miento

Lo ideal es llevar teléfono móvil yvarios walkis. Siempre revisaremos lasbaterías y nos aseguraremos de que estáncargadas y en perfecto estado.

Recursos lúdicos y deportivos.Material fungible para lasactividades y evaluaciones

En un programa de campamento suelehaber un gran componente de actividadeslúdicas y deportivas. Haremos una cuida-dosa lista de todos los recursos que vamosa necesitar para estas actividades.

Un elemento que no debería faltar es unbalón, tanto para actividades deportivascomo para juegos.

La lista de material suele ser muy per-sonal para cada equipo de monitores.Algunos materiales básicos serán: • Folios, bolígrafos y lapiceros.• Rotuladores, pinturas al agua y pinceles.• Cuerda de pita.• Tijeras y cúter.• Pegamento.• Celo, cinta americana, cinta de precinto.• Cartulinas de diferentes tamaños y

colores, papel de embalar, papeles decolores.

• Palillos y botones.• Globos.• Hilos de colores.• Abalorios.• Rollos de papel.

Caja de herramientasEn un campamento fijo, habitualmente

vamos a tener que hacer pequeñas chapuci-llas en la cocina, los grifos, etc.

Para ello llevaremos una caja de herra-mientas básica, que contendrá al menos ali-cates, llave inglesa, alambres, martillo, cla-vos, tornillos, destornilladores de estrella yplanos, bridas, alguna llave fija de tubo yplanas, abrazaderas de varios tamaños,cúter, cinta americana, cinta aislante, cable,algunos metros de manguera, y cuerda.

Organización de campamentos y travesías de media montaña 143

Page 145: Manual de Tecnicas

Esta página dejada en blanco al propósito.

Page 146: Manual de Tecnicas

Capítulo 6SENDEROS Y CAMINOS

(Pilar Maza Rodríguez)

Page 147: Manual de Tecnicas

1. EVOLUCIÓN DE LOS CAMINOS Y SENDEROS, DEL USOTRADICIONAL AL DEPORTIVO

2. ALGUNAS DEFINICIONES DE INTERÉS

3. LOS SENDEROS BALIZADOS: DEFINICIÓN DE GR Y PR

4. NORMATIVA Y REGULACIÓN DE SENDEROS• Brevísimo resumen histórico• El código civil• Regulación autonómica• Recomendaciones de la Unión Europea• El papel de las federaciones de montaña• La ERA

5. PREPARANDO UNA ACTIVIDAD DE SENDERISMO• Información previa: topoguías, mapas y folletos de senderos, clubes y

federaciones de montaña• La organización de la actividad• El material que necesitaremos• Otras recomendaciones

6. LOS SENDEROS EN ESPAÑA Y EUROPA• Los senderos en España• Los senderos en Europa

Page 148: Manual de Tecnicas

1. EVOLUCIÓN DE LOSCAMINOS Y SENDEROS,

DEL USO TRADICIONAL ALDEPORTIVO

El ser humano siempre ha tenido lanecesidad de desplazarse en el medio natu-ral: para buscar su alimento, para comer-ciar con el pueblo más próximo, para des-plazarse con su ganado, visitar otros luga-res por motivos diversos, …

Las comunidades neolíticas, co-nocedoras de la agricultura y gana-dería, abrieron los primeros caminos.Posteriormente, la capacidad cons-tructiva de los romanos permitióracionalizar los itinerarios, realizartrazados más rectilíneos, reduciendoasí el tiempo que se necesitaba pararecorrerlos (Rafael López i Monné).1

Las comunicaciones de hoy han revo-lucionado la vida del ser humano, y losmodernos medios de transporte nos permi-ten movernos cientos o miles de kilómetrosen poco tiempo.

¿Qué sucede en la época actual con lasredes de caminos y senderos? El uso gana-dero ha ido reduciéndose paulatinamente ylos pueblos están unidos por modernascarreteras. Este desuso va a hacer quemuchos caminos desaparezcan por la male -za y la erosión, aunque el incremento deluso deportivo también está permitiendo larecuperación de caminos que de otra mane-ra habrían estado condenados a su extin-ción.

En la sociedad actual existe un cre-ciente interés por las actividades deporti-vas y culturales en la naturaleza, y la acti-vidad que hoy conocemos como senderis-mo es quizás uno de los máximos expo-nentes.

La creciente señalización de muchoscaminos está permitiendo que esta activi-dad sea cada vez más conocida. Es impor-tante que exista una red de senderos bali-

zada, que facilite el acceso a personas que,de no existir marcas o balizas, no se atre-verían a comenzar un recorrido.

Esta iniciativa se gestó en Francia hacemás de cincuenta años, y siguiendo estemodelo, en España comenzaron en losaños 70 las entidades excursionistas catala-nas, siguiendo en las décadas 80 y 90 elresto de comunidades autónomas. Otrospaíses europeos también siguieron el ejem-plo francés, destacando Alemania, Suiza,Bélgica, Suecia y los Países Bajos.

¿Qué entendemos por senderismo?Este término reciente podría definirse co-mo realizar una excursión, con la finalidadde disfrutar de nuestro recorrido y aprove-char para conocer paisajes, caminos queunen pueblos o que nos acercan a un lugarconcreto. En definitiva, caminar por elplacer de hacerlo . Muchos tambiénentienden por senderismo, además de locitado, la práctica del excursionismo porcaminos balizados con las marcas inter-nacionales de GR y PR, que describimosen las siguientes páginas.

Para la FEDME (Federación Españolade Deportes de Montaña y Escalada), elsenderismo se caracteriza por ser una prác-tica lúdica y deportiva que no es exclusivadel ámbito montañero, y que impacta encírculos sociales mucho más amplios queven en él una manera fácil de practicardeporte en permanente contacto con lanaturaleza y que ofrece al mismo tiempo laposibilidad de acceder a un mejor conoci-miento del entorno y sus aspectos geográ-ficos, históricos y humanos.

El senderismo constituye una opciónmuy interesante para disfrutar de nuestroocio, descubrir nuevos paisajes desde unpunto de vista diferente y, además, mante-nernos en forma.

Para su práctica no se precisan unascondiciones físicas especiales. Depen-diendo de la edad, de la condición física yde los objetivos que se persigan con la

Senderos y caminos 147

1 Senderisme, R. López i Monné, Ed. Arola Editors (1999).

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práctica del senderismo, realizaremos unitinerario u otro.

Además otros factores pueden modifi-car la dificultad de un sendero, y se han detener en cuenta cuando estemos seleccio-nando un itinerario: longitud, desnivel, tipode terreno, condiciones meteorológicas;etc., como veremos más adelante.

2. ALGUNAS DEFINICIONESDE INTERÉS

Como hemos citado en el apartadoanterior, la aparición de la palabra sende-rismo es muy reciente en el idioma caste-llano. Otras lenguas han adoptado términosmás amplios que implican diferentesactividades relacionadas con la montaña,como randonnée en francés o hiking, ram-bling en inglés.

En el diccionario de la LenguaEspañola de la Real Academia Española,2

encontramos las siguientes definiciones:Sendero: senda, camino o vereda.Senda: camino más estrecho que la vereda,

abierto principalmente por el tránsitode peatones y del ganado menor.

Vereda: camino angosto, formado común-mente por el tránsito de peatones yganados. Vía pastoril para los ganadostrashumantes.

Cañada o camino de cabaña: vía para losganados trashumantes.

Camino: tierra hollada por donde se transi-ta habitualmente. Vía que se construyepara caminar.

Camino de herradura: el que es estrecho demodo que puedan transitar caballeríaspero no carros.

Trocha: vereda o camino angosto y excusa-do, o que sirve de atajo para ir a algunaparte. Camino abierto en la maleza.

3. LOS SENDEROSBALIZADOS: DEFINICIÓN

DE GR Y PR

Como hemos citado en el apartadoanterior, muchos recorridos se encuentranbalizados con unas marcas internacionales,conocidas como de GR y PR. Lógicamenteestas marcas van a facilitar nuestra excur-sión, ya que nos dan una garantía de segu-ridad, y habitualmente encontramos muchainformación sobre estos recorridos: mapas,folletos, topoguías y reseñas en revistasespecializadas.

El senderismo por caminos balizados,es una actividad segura y de fácil accesopara todos y, además, en España contamoscon una interesante red en la que nos infor-marán en cualquier federación autonómicade montañismo o excursionismo. Reco-mendamos el uso de los senderos balizadosa cualquier persona que le guste disfrutarde la naturaleza y caminar.

¿A QUÉ SE DENOMINA SENDERO DE GR Y

PR?Los senderos de Gran Recorrido

(GR) y de Pequeño Recorrido (PR) sonredes de itinerarios peatonales señali-zados, formados por la conexión desendas, caminos, veredas, pistas, etc.,que tratan de evitar, siempre que esposible, el tránsito por carreteras asfal-tadas y con tráfico rodado de vehículos.

Los GR se desarrollan a lo largo degrandes trayectos de cientos, e inclusomiles de kilómetros, uniendo puntosdistantes y recorriendo parajes, comar-cas, regiones o países muy lejanosentre sí. Se señalizan con marcas depintura blanca y roja3.

Para balizar de forma homologada lossenderos, en Europa se han registrado unas

148 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

2 Editado en 1997, revisado en 1992.3 Definición del comite de senderismo de la FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada).

Page 150: Manual de Tecnicas

marcas específicas, conocidas como seña -les de GR y de PR, que aportan al senderis-ta la información necesaria para seguir elcamino sin dificultades de orientación. Lasfiguras 6.1 y 6.2 nos muestran estas marcas.

Los PR poseen unos trayectos más cor-tos que muestran unos entornos específicoso llegan hasta una población, un refugio oun punto concreto de interés. Se señalizancon marcas de pintura blanca y amarilla4.

¿Quiénes son los destinatarios de estasinfraestructuras denominadas senderos dePR y de GR?

Los senderos de GR y PR se definen yrealizan habitualmente desde federacionesde montaña, clubes o grupos de senderis-mo, ayuntamientos, diputaciones y otrasentidades. Se conciben como infraestructu-ra turística y deportiva, y están destinadosa los practicantes del excursionismo, aaquellos que les guste disfrutar de lanaturaleza, observar el paisaje y conocerlo que caminar les ofrece.

La práctica del senderismo permite ade-más su combinación con otras aficiones:fotografía, dibujo, flora y fauna, patrimo-nio artístico, etc.

Las balizas de GR y PR facilitan lamarcha y permiten al senderista disfrutarde su actividad con gran comodidad.

Lógicamente, si estamos acostumbrados acaminar, nos orientamos bien con mapa ybrújula, no sólo nos limitaremos a los reco-rridos balizados, sino que podremos plani-ficar muchas otras excursiones sin necesi-dad de estas marcas. También existen lossenderos locales (SL) de menos de 10 km;y, de creciente creación, los senderos urba-nos (SU).

La ventaja añadida de los GR y PR esque, como hemos citado, tienen unas mar-cas internacionales, por lo que podemospracticar esta actividad en otros países,incluso existen algunos recorridos decarácter internacional (los senderos euro-peos), que citaremos en este capítulo.

Añadiremos otro dato interesante paralos amantes de esta práctica deportiva: sóloen España hay más de 25.000 km de sen-deros balizados.5

4. NORMATIVA YREGULACIÓN DE LOS

SENDEROSBREVÍSIMO RESUMEN HISTÓRICOLa importancia de los caminos ganade-

ros o vías pecuarias hace que el primer tes-timonio que recoge los movimientos de losganados trashumantes se remonte a los

Senderos y caminos 149

4 Comité de senderismo FEDME.5 Comité de senderismo FEDME (2000).

Figura 6.1 Marcas de GR (GranRecorrido). Marcas registradas propie-dad de la FEDME.

Figura 6.2 Marcas de PR (PequeñoRecorrido). Marcas registradas propie-dad de la FEDME.

Page 151: Manual de Tecnicas

siglos V-VI, con el “Fuero Juzgo del CódigoVisigótico”. En el año 1273, el rey AlfonsoX el Sabio creó el Honrado Concejo de laMesta, gracias al cual las vías pecuarias sedesarrollaron enormemente entre los siglosXIII Y XVIII. La Mesta fue abolida por lasCortes de Cádiz en 1836, y sustituida por laAsociación General de Ganaderos6.

Posteriormente hubo varias leyes, hastallegar a la Ley de Vías Pecuarias aprobadapor el Senado español el 23 de marzo de1995, que derogó todas las disposicionesanteriores y es actualmente la que está envigor, reconociendo a las ComunidadesAutónomas plenas competencias en su terri-torio.

EL CÓDIGO CIVILEn la actual normativa española, según

el Código Civil, los caminos son bienesinmuebles (art. 334) de titularidad públicao privada.

De titularidad privada: pueden estarsometidos o ser servidumbres de paso, biena favor de otra finca (art. 564), por contra-to o por ley, bien a favor de la comunidad,a favor del uso público. Sólo pueden esta-blecerse servidumbres de uso público com-prándolas al propietario. Por ley existen enlos márgenes de los ríos, rías y riberas delmar, y como servidumbres de paso o deacceso al mar.

De titularidad pública: normalmenteson de uso público (art. 334), lo que signi-fica que todos los ciudadanos tenemosderecho a usarlos. Son además de dominiopúblico, es decir, son inapropiables, im-prescriptibles y recuperables de oficio porla Administración.

REGULACIÓN AUTONÓMICAExisten tres decretos de carácter auto-

nómico en el Estado Español, y otrascomunidades autónomas están en vías depreparar y aprobar los suyos.

La Federación Vasca de Montaña cola-

boró con el Departamento de Agriculturadel Gobierno Vasco para establecer la nor-mativa del senderismo. El 16 de abril de1996 el Gobierno Vasco aprobó el Decretosobre Ordenación y Normalización delSenderismo, en desarrollo de la Ley deConservación de la Naturaleza de 1994.Dicho Decreto atribuye a las Federacionesde Montaña la facultad de establecer lasnormas de calidad y señalización de sende-ros, a las cuales habrán de homologarse losproyectos de recorrido de senderismo pro-movidos por personas o entidades, públi-cas o privadas. Homologados los proyec-tos, corresponderá su autorización definiti-va a los órganos forales competentes.

En el Principado de Asturias se aprobóen 1998 el Decreto sobre la Ordenación yNormalización del Senderismo en elPrincipado de Asturias, con objeto de regu-lar esta actividad: definir y clasificar losrecorridos de senderismo, normalizar sucreación, mantenimiento y gestión, asícomo crear una señalística de senderos deobligado cumplimiento.

Por último, el 20 de noviembre de 1998se aprobó el Decreto 64 por el que se regu-la la realización de senderos y uso públicoen el medio natural de la ComunidadAutónoma de La Rioja.

RECOMENDACIONES DE LA UNIÓNEUROPEA

La Comisión de Agricultura, DesarrolloRural y Pesca de la Unión Europea elaboróen mayo de 2001 un documento sobre la“Accesibilidad de las zonas rurales”, enel que se recomienda a las regiones deEuropa y a los Estados miembros queadopten una política que permita la máxi-ma apertura de las zonas rurales a activi-dades de ocio al aire libre y a formas sos-tenibles de turismo.

También se recomienda a las regionesque incluyan en sus planes de desarrolloregional unos proyectos de redes habilita-

150 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

6 Jarne A. y Blanco R. Historia general de las vias pecuarias.

Page 152: Manual de Tecnicas

das para el senderismo y el ciclismo, y que,en este contexto, consideren asimismo laposibilidad de crear extensas estructurasviarias (interregionales).

EL PAPEL DE LAS FEDERACIONES DEMONTAÑA

Cuando se empezó a hablar de senderosbalizados en España, este tema fue acogidocon gran interés por las entidades excursio-nistas y de deportes de montaña, recayendoenseguida la organización y responsabili-dad del proyecto, con ámbito nacional, enla Federación Española de Montañismo6,actual FEDME.

La FEDME (Federación Española deDeportes de Montaña y Escalada) tiene unComité de Senderismo que coordina losdiferentes comités y vocalías de las federa-ciones autonómicas y territoriales. Tam-bién se encarga de la elaboración de losPlanes Directores de Senderos, de caráctercuatrienal.

Los Comités y Vocalías de Senderismode las federaciones autonómicas son losencargados de revisar los proyectos deseñalización de senderos, solicitar elnúmero de registro y, una vez realizado elsendero, homologarlo si cumple las nor-mas de señalización.

El Registro General de Senderos esun documento interno del Comité deSenderismo de la FEDME. Actualizaanualmente toda la información sobre sen-deros de GR, PR, locales y urbanos detodas las federaciones autonómicas, y faci-lita la numeración que “bautiza” a cadasendero (por ejemplo, GR 18).

La FEDME también ha elaborado unManual de señalización de senderos queda las normas de señalización que debecumplir un sendero balizado con las mar-cas homologadas.

LA ERA7

La Asociación Europea de Senderismo,o European Ramblers Asociation8 es unaorganización internacional que se constitu-yó en 1970, cuando varios países centroeu-ropeos decidieron extender sus redes desenderos uniendo en sus fronteras los reco-rridos.

En España hay seis asociaciones miem-bros de la ERA: la Federación Española deDeportes de Montaña y Escalada, y lasFederaciones de Montaña Aragonesa,Catalana, Navarra, Valenciana y Vasca.

Forman parte de esta asociación inter-nacional países de la Unión Europea, otrosoccidentales no integrados y otros paísesdel este europeo.

La dirección de la ERA es:

5. PREPARANDO UNAACTIVIDAD DESENDERISMO

INFORMACIÓN PREVIA:TOPOGUÍAS, MAPAS Y FOLLETOS DE

SENDEROS, CLUBES Y FEDERACIONESDE MONTAÑA

Antes de preparar una actividad de sen-derismo, podemos acudir a diferentes fuen-tes de información.

Si nuestra actividad se va a realizar porun sendero balizado, las fuentes de infor-mación serán las topoguías, los mapas, losdatos que hay en clubes y federaciones demontaña, y los folletos. Si nuestro recorri-do discurre por un sendero no balizado, eldiseño de la excursión requerirá una bús-

Senderos y caminos 151

6 Pliego D., Cuaderno de las segundas jornadas estatales sobre senderismo, Zaragoza, 1994, organizadas por el Comité deSenderismo y la FEDME.7 Información facilitada por Juan M. Feliú, Director de senderismo FEDME. 8 Se conoce también como: EWW Europäische Wandervereiningung e. V. y AETP Association Européenne de Tourisme Pédestre.

EWW-ERA-ERPWilhelmshöer Alle 157-159D-34121 [email protected]

Page 153: Manual de Tecnicas

queda más exhaustiva de información, yaque si bien es cierto que existen muchaspublicaciones sobre excursionismo engeneral, la información va a estar más dis-persa. Por supuesto, también nos apoyare-mos en mapas, clubes y federaciones demontaña.

Topoguías, mapas y folletosde senderos

Una topoguía es un libro o cuaderno enel que se describe la totalidad de un sende-ro de GR o de una agrupación de senderosde PR, por etapas parciales, y que incluyelos tiempos (en el sentido de ida y vuelta),fragmentos de mapas y/o croquis, y otrasinformaciones prácticas.

Prácticamente todos los senderos bali-zados en España disponen de una topoguía,de diferente calidad. Se trata de una herra-mienta muy práctica, y que todo senderistadebe conocer.

Las topoguías tienen formatos diferen-tes, aunque siempre tienen unos contenidoscomunes:• La descripción del recorrido por etapas,

con una estimación horaria de la dura-ción de la actividad, desniveles y luga-res de interés.

• Un perfil del recorrido que nos indica lalongitud del recorrido y el desnivel.

• Descripción o enumeración de los ser-vicios básicos de las localidades por lasque pasa el sendero (médico, bar o tien-das, alojamientos, fuentes, etc.).

• Otras informaciones de interés: des-cripciones sobre flora y fauna, historialocal, cultura…y teléfonos de interés siprocede.

• Un mapa o croquis.

Las topoguías se suelen editar de for-mas variadas (diferentes calidades de des-cripción, maquetación y diseño, calidad depapel, formato, blanco y negro o color,etcétera).

Insistimos en que la topoguía es unaherramienta muy útil para el senderista:

nos ayuda a planificar nuestro recorrido, enfunción del tiempo que dispongamos, denuestra condición física y de nuestros inte -reses (deportivos, culturales, gastronómi-cos…), y nos permite acercarnos a un terri-torio aunque sea desconocido, aportandouna información valiosa.

Habitualmente las topoguías vienenacompañadas de un mapa desplegable,para cuyo uso precisaremos unos conoci-mientos básicos de cartografía y orienta -ción. Gran parte del interés de los recorri-dos balizados estriba en que las marcas nosvan a guiar por el sendero y que el uso delmapa va a ser anecdótico para conocernuestra posición, los nombres de los para-jes que nos rodean, o a qué distancia tene-mos el próximo pueblo, por ejemplo.

Las topoguías se pueden adquirir encualquier librería especializada en deportesde montaña o actividades al aire libre.

Si planificamos nuestra excursión porun sendero no balizado, el uso del mapa sehace entonces imprescindible y, por tanto,esto también nos exigirá más tiempo parapreparar nuestra excursión. Remitimos alcapítulo de orientación de este manual.

Los folletos sobre senderos también sondocumentos muy útiles para obtener infor-mación, ya que concentran datos de interéssobre nuestro recorrido, y habitualmenteson gratuitos. Se encuentran en oficinas deturismo y federaciones de montaña.

Clubes, entidades excursionistasy federaciones

Como hemos citado, cuando se empezóa hablar de senderos balizados en España,este tema fue acogido con gran interés porlas entidades excursionistas y de deportesde montaña. Han sido éstas las que hanpromovido y promocionado las redes desenderos balizados y, por tanto, en ellasencontraremos información interesantepara la organización de nuestras excursio-nes. Además, muchos de estos grupos tie -nen programas anuales con salidas de sen-derismo de uno o dos días, muy adecuados

152 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 154: Manual de Tecnicas

para la iniciación en esta actividad.Recomendamos dirigirse a la federa-

ción autonómica correspondiente, paracualquier información complementaria.

LA ORGANIZACIÓN DE LAACTIVIDAD

Pese al gran número de kilómetros bali-zados de senderos en toda Europa, no exis-te una graduación que nos de una idea de ladificultad de los recorridos, como porejemplo la que existe en escalada deporti-va. Es algo que se echa se echa en falta, yaque las graduaciones o clasificacionesencontradas pueden ser muy subjetivas yno obedecen a ningún criterio: por ejem-plo, podemos encontrar en folletos turísti-cos información sobre senderos en los quenos catalogan dificultad baja, media, alta…y sin hacer referencia a nada. Tal vez lo quepara una persona sea fácil, para otra seadifícil o viceversa.

Por tanto, para preparar una actividadde senderismo, elegiremos un recorridoteniendo en cuenta al menos los siguientesparámetros:1. Longitud, ¿cuál es la distancia que que-

remos/podemos recorrer?2. Tipo de terreno: pista, sendero, trocha,

tierra, piedra, hierba, gravilla, barro…3. Desniveles. La longitud de un recorrido

nada tiene que ver con el desnivel, porlo que es importante calcular el de laexcursión que estamos planificando,tomando como referencia la altitud a laque salimos, la máxima altitud del reco-rrido y la altitud en la que terminamos.

Con estos tres datos, deberemos sercapaces de calcular la duración de nuestraexcursión, aspecto especialmente impor-tante si no queremos que se nos haga denoche, y sin olvidar las obligadas paradaspara comer, beber y disfrutar de nuestropaso por algún lugar de interés.

El mapa y/o la topoguía son elementosfundamentales para estos cálculos prepara-torios, de los que dependerá el éxito de

nuestra excursión. Por dar una idea gene-ral, hay que calcular una hora por cada 300metros de desnivel en subida, o por cada500 metros en bajada. En terreno llano, esdecir, sin desnivel, hay que calcular que enuna hora podemos recorrer unos 4 o 5 km.

Otros datos a tener en cuenta serán:4. Señalización: tipo GR o PR, mojones de

piedra, sin marcar, con marcas anti-guas... Nos decantaremos por un reco-rrido balizado si no tenemos una granexperiencia en cartografía y orientación.

5. Condiciones climáticas: sol/sombra,características meteorológicas de lazona, previsiones para nuestra jorna-da… La estación también se ha de teneren cuenta, ya que las horas de luz sonmuy variables.

6. Habilidades y experiencia de las perso-nas que van a realizar la excursión:conocimientos de orientación, material,etc., incluyendo aquí nuestra condiciónfísica.

Si nuestro recorrido está balizado, denuevo remitimos a las federaciones demontaña de las diferentes comunidadesautónomas en las cuales haya una vocalía ocomité de senderismo. En todas las federa-ciones de montaña se dispone del RegistroGeneral de Senderos, donde se recoge lainformación de todos los senderos que haybalizados o en proyecto en España, su lon-gitud, el estado de sus balizas, y si existe ono alguna publicación o topoguía.

Senderos y caminos 153

ORGANIZACIÓN DE UNAACTIVIDAD DE SENDERISMO

Cálculo con el mapa o topoguía de:Longitud

Tipo de terrenoDesnivel

Otros datos a tener en cuentaSeñalizaciónMeteorologíaExperiencia

Condición física

Page 155: Manual de Tecnicas

EL MATERIAL BÁSICO QUENECESITAREMOS

Afortunadamente, el senderismo es unaactividad que requiere un material muybásico y bastante asequible.

Entre nuestro equipo no deberá faltar labrújula y mapa, y si el recorrido está bali-zado, la topoguía.

Por supuesto, necesitaremos un calzadoadecuado: las botas de excursionismo otrecking que se describen en el capítulo 2de este manual, una pequeña mochila en laque quepa todo lo que vamos a necesitardurante el día y la ropa adecuada para laestación y el recorrido serán suficientes.

Una cantimplora con agua y comidapara pasar la jornada completarán nuestroequipo, indispensables para nuestra hidra-tación y la aportación calórica necesariapara realizar el ejercicio de caminar unadistancia y superar los desniveles previstos.

OTRAS RECOMENDACIONESLa preparación física es importante, y

dependiendo de la longitud y desnivel denuestras excursiones, podremos planificarunos recorridos u otros.

Caminar es un ejercicio saludable,recomendado para todas las edades (ellema de la ERA es un día de senderismo,una semana de salud), por lo tanto, podríaser suficiente con estar acostumbrados acaminar, por el parque entre semana, y

saliendo con cierta regularidad en excur-siones de un día.

Lógicamente, si estamos hablando depreparar una larga ruta de varios días deduración, como por ejemplo, el Camino deSantiago, y no estamos habituados al ejer-cicio físico, es interesante que nuestroentrenamiento incluya además de caminar,ir a correr o montar en bicicleta, al menosdos días entre semana. Para no extendernosmás en este tema, remitimos al capítulo 11de este libro sobre condición física.

Por último, y teniendo en cuenta que elsenderismo no es sólo una actividad depor-tiva, sino que permite la contemplación, lainterpretación y el aprendizaje cultural,sólo queda añadir que la lectura, la foto-grafía, el dibujo y cualquier otra actividadque nos guste son compatibles con cami-nar. El senderismo nos va a permitir obser-var y aprender del medio natural y rural,disfrutar en libertad y sin prisas, y porsupuesto, manteniendo un comportamientorespetuoso con el entorno.

6. LOS SENDEROS ENESPAÑA Y EN EUROPA9

LOS SENDEROS EN ESPAÑALa descripción de todos los senderos de

Gran Recorrido y Pequeño Recorrido quehay balizados en todo el territorio españolprecisa de la redacción de un manual espe-cífico, por lo que en este apartado nos limi-taremos a enumerar los recorridos agrupa-dos por Comunidades Autónomas.

Animamos a todos los interesados adirigirse a su federación autonómica,donde les darán una mayor informaciónsobre cada recorrido y la existencia detopoguías, folletos y mapas.

ANDALUCÍAGR 7 Puebla de Fadrique-Algeciras.GR 39

154 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

MATERIAL BÁSICOBrújula y mapa/topoguía.Botas de excursionismo o trecking.Cantimplora.Mochila pequeña.Chubasquero y ropa adecuada para laestación y el recorrido.

9 La información recogida en este capítulo está resumida del folleto “Senderos españoles-Spanish Footpath”, editado por PRAMESpara el Comité de Senderismo de la FEDME, y de la publicación “Guía de Senderos del Estado Español”, Ed. PRAMES 1998.

Page 156: Manual de Tecnicas

GR 40 Cañada Real Soriana.GR 41 Cordel de las Buervas.GR 42 Cañada Real Leonesa Occidental.GR 43 Cordel de la Campiña.GR 47 Camino de las Minas.GR 48 Sierra Morena.Pequeños Recorridos del Norte de Huelva.Pequeños Recorridos del Municipio deSiles.

ARAGÓNGR 1 Sendero Histórico.GR 8 Maestrazgo, Gúdar, Javalambre.GR 10 Sierras de Albarracín y Javalambre.GR 11 Senda Pirenaica.GR 16 Senderos del Serrablo.GR 18 Senderos de la Ribagorza.GR 19 Senderos del Sobrarbe.GR 24 Senderos de Calatayud, Daroca yGallocanta.GR 45 Senderos del Somontano.GR 65.3 Camino de Santiago.GR 90 Tierras del Moncayo y SistemaIbérico Zaragozano.Pequeños Recorridos del Mezquín.Pequeños Recorridos del Alto Ésera.

Pequeños Recorridos de Tierra de Biescas.Pequeños Recorridos de Echo.Pequeños Recorridos de La Puebla deCastro.Pequeños Recorridos de Jaca.

ASTURIASGR 105 Ruta de las Peregrinaciones.Pequeños Recorridos de Mieres.Pequeños Recorridos del Concejo de Ibías.Pequeños Recorridos del Parque Naturalde Redes.

CASTILLA-LA MANCHAGR 10 Sendero de Guadalajara.GR 66 Sendero Castellano-Manchego.

CASTILLA-LEÓNGR 1 Sendero Histórico.GR 10 Ruta del Francia-Cuerpo delHombre.GR 14 Senda del Duero.GR 26 Senda de Tierra de Campos.GR 27 Senda del Valle Esgueva.GR 30 Montes de Torozos.GR 88 Provincia de Segovia.GR 89 Canales de Castilla.

CATALUÑAGR 1 Senda Transversal.GR 2 La Jonquera-Aiguafreda.GR 3 Sendero Central de Catalunya.GR 4 Puigcerdá-Montserrat-Mequinenza.GR 5 Sendero de los Parques Naturales.GR 6 Barcelona-Montserrat.GR 7 Andorra-Fredes.GR 8 Ulldecona-Ports de Beceite.GR 11 Senda Pirenaica.GR 65.5 Camino de Santiago.GR 92 Sendero Mediterráneo.GR 96 Camí Romeu a Montserrat.GR 107 Camí dels Bons Homes.GR 171 Pinós-Paüls.GR 172 Bellprat-Montserrat-La Mussara.GR 174 Sender del Priorat.

GALICIAGR 53 Sendero Panorámico de Vigo.

Senderos y caminos 155

Figura 6.3 La organización de unaactividad de senderismo: un mapa, unatopoguía (un libro), una brújula, unasbotas, una cantimplora, una mochilapequeña.

Page 157: Manual de Tecnicas

GR 94 Sendero Rural de Galicia.

MADRIDGR 10 Pontón de la Oliva-San Martín deValdeiglesias.GR 88 Pontón de la Oliva-Cerezo deAbajo.

REGIÓN DE MURCIAGR 7 Región de Murcia.Pequeños Recorridos de Majal Blanco,Espuña, Ricote, Cieza y Caravaca.

NAVARRAGR 1 Sendero Histórico.GR 9 Cañada Real de las Provincias.GR 11 Senda Pirenaica.GR 12 Sendero de Euskal Herria.GR 13 Cañada Real de los Roncaleses.GR 20 Vuelta a Aralar.GR 21 Camino Ignaciano.GR 65 Camino de Santiago.GR 220 Vuelta a la Cuenca de Pamplona.Pequeños Recorridos de Plazaola.Pequeños Recorridos de Aezkoa.Pequeños Recorridos de Baztán-Bidasoa.

PAÍS VASCOGR 1 Sendero Histórico.GR 11 Senda Pirenaica.GR 12 Sendero de Euskal Herria.GR 20 Vuelta a Aralar.

GR 21 Camino Ignaciano.GR 25 Vuelta a la Llanada Alavesa a pie demonte.GR 34 Donostia-Arantzazu.GR 38 Ruta del Vino y del Pescado.GR 98 Vuelta a la Reserva de Biosfera deUrdabai.GR 121 Vuelta a Guipuzkoa.GR 123 Vuelta a Bizcaia.Pequeños Recorridos del Parque deUrkiola.Senderos de la comarca de Lea Artibai(Markina-Xemein).Senderos de Gorbeialdea.Senderos del Municipio de Lagrán.Senderos del Valle de Arana.Senderos del Valdegovía.Senderos de Araia.

LA RIOJAGR 93 Sierras de La Rioja.Pequeños Recorridos de La SonsierraRiojana.

COMUNIDAD VALENCIANAGR 7 Fredes-Pinoso.GR 10 Puçol-Límite con Aragón.GR 33 Sender de la Lluna Plena.GR 36 Sierra de Espadán.Senderos de la Provincia de Valencia.Pequeños Recorridos del Rincón deAdemuz.

156 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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Senderos y caminos 157

Figura 6.4 Mapa de la ERA de senderos españoles © Ed. PRAMES.

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LOS SENDEROS EN EUROPAEntran en la península ibérica cuatro

senderos europeos, atravesando losPirineos: • E-3 Camino de Santiago• E-4 Arco del Mediterráneo• E-7 Portugal-Mar Negro• E-9 Cornisa del Atlántico.

El E-3 Camino de Santiago tiene unalongitud de 3.600 km, parte de los bosquesde Bohemia, recorre Alemania, Luxem-burgo y Francia y cruza los Pirineos atra-vesando después el norte de la península.En Francia y España el Camino deSantiago se denomina también G.R. 65.

El E-4 Arco del Mediterráneo tiene unrecorrido de 6.500 km, de los cuales 5.200km están señalizados. Une la isla de Cretay Grecia con Cabo San Vicente, pasandodespués por Bulgaria, Hungría, Austria,Suiza y Francia hasta llegar a España,donde se denomina G.R. 7, recorriendoCataluña, Valencia, Murcia y Andalucía.

El E-7 Portugal-Mar Negro tiene bali-zados 4.200 km, aunque hay varios tramossin señalizar, se situa próximo a la CostaAzul del Mediterráneo.

Por último, el E-9 Cornisa delAtlántico, con unos 4.600 km balizados,pretende unir el Estrecho de Gibraltar conSan Petersburgo.

158 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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Senderos y caminos 159

Figura 6.5 Mapa de la ERA de senderos europeos © Ed. PRAMES.

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Esta página dejada en blanco al propósito.

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Capítulo 7LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO

AMBIENTE(Luis Cancer Pomar)

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1. NOCIÓN DE MEDIO AMBIENTE

2. ALGUNOS ASPECTOS DE LA NORMATIVA MEDIOAMBIENTAL EN ESPAÑA

• Urbanismo y protección del medio ambiente• Espacios naturales y protección ambiental• Categorías de protección de los Espacios Naturales

3. LA EVALUACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL• ¿Qué es un impacto ambiental?• Calidad y fragilidad ambientales• Marco de actuación• Guía resumida de un Estudio de Impacto Ambiental• Efectos inducidos y sinergia

4. PAUTAS DE CONDUCTA

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1. NOCIÓN DE MEDIOAMBIENTE

La voz “ambiente” deriva del latínambiens -entis (que rodea o cerca). Según laReal Academia Española, por ambienteentendemos las “condiciones o circunstan-cias físicas, sociales, económicas, etc. de unlugar, una colectividad o época”, mientrasque el medio es el “conjunto de circunstan-cias en que vive una persona o grupo huma-no”, o bien “elemento en que vive o semueve una persona, animal o cosa”.Respecto a medio ambiente, se trata del“conjunto de circunstancias físicas querodean a los seres vivos; por extensión, con-junto de circunstancias físicas, económicas,sociales, etc., que rodean a las personas”. Deestas definiciones podemos extraer una rápi-da conclusión: ambiente, medio y medioambiente presentan un mismo significadoefectivo. La expresión medio ambiente, uti-lizada habitualmente y aceptada por la RealAcademia Española, resulta redundante, yaque sus dos palabras constitutivas significanlo mismo.

El medio ambiente, por lo tanto, va a serel conjunto de elementos y circunstancias detodo tipo que rodean a cualquier ser, bióticoy abiótico. Estos elementos y circunstanciaspueden ser de muy diversa naturaleza: físi-ca, química, biológica, cultural, social... Elambiente sólo es definible en relación conotra entidad: se trata siempre del ambientede algo o de alguien. Una persona tiene sumedio ambiente, pero también una roca ouna planta.

Todos estos factores conformadores delambiente actúan colectiva, integrada ysimultáneamente, de manera que la acciónde cada uno de ellos puede ser limitada ocondicionada por los restantes.

Desde una perspectiva antropocéntrica,el medio ambiente es el sistema vital resul-tante de la modificación que el hombreimprime al medio natural. De esta definiciónpuede deducirse la gran amplitud conceptualdel término, de manera que su estudio resul-

ta casi ilimitado. Buena prueba de ello es lagran cantidad de disciplinas científicas ytécnicas que abordan su análisis desde dife-rentes perspectivas: desde la biología a lasociología, pasando por las ingenierías, lageografía o el derecho. En este capítulolimitaremos nuestra atención a un apartadode gran importancia en el mundo presente:la protección del medio ambiente. Las agre-siones que sufre este complejo así como lanecesidad, cada vez sentida en mayor medi-da, de protegerlo, justifican sobradamente lapreocupación actual por dotar a la sociedadde medidas de control y protección ambien-tal efectivas.

2. ALGUNOS ASPECTOS DELA NORMATIVA

MEDIOAMBIENTAL ENESPAÑA

A pesar de los avances de los últimosaños, el marco legal aplicable en materiaambiental aún presenta notables carencias.La protección legal del medio ambiente ado-lece de la falta de un consistente tratamien-to de su gestión, así como de su protecciónfrente a usos y actuaciones irrespetuosas. Engeneral, se carece de planteamientos biendefinidos y abundan utilizaciones y norma-tivas ambiguas e incongruentes. Esta situa-ción no sólo es aplicable al territorio espa-ñol, sino también a ámbitos de referenciamás amplios. En este sentido, conviene indi-car que la legislación en esta materia en lospaíses miembros de la Unión Europea es–en los últimos años– muy similar, pues sonlas Directivas Comunitarias las que inspiranlas normas legales particulares de cadaEstado miembro, que las pueden adaptar asus características específicas siempre ycuando no abandonen el espíritu de aquéllas.

La Constitución española (de 8 dediciembre de 1978) en su artículo 45 expre-sa su preocupación medioambiental:

Artículo 45.1. Todos tienen el dere-cho a disfrutar de un medio ambiente

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adecuado para el desarrollo de la perso-na, así como el deber de conservarlo.

Artículo 45.2. Los poderes públicosvelarán por la utilización racional detodos los recursos naturales, con el finde proteger y mejorar la calidad de viday defender el medio ambiente, apoyán-dose en la indispensable solidaridadcolectiva.

Pero estos principios constitucionalesadolecen muy a menudo de desarrollo efec-tivo mediante leyes específicas relacionadascon el medio ambiente. En este punto apare-cen importantes lagunas que, en ocasiones,dejan sin aplicación práctica aquellos princi-pios. Así, aunque la conservación de la cali-dad medioambiental ha sido tenida en cuen-ta en la legislación española en bastantesleyes y decretos, falta una visión unitaria yglobal del problema, existiendo por el con-trario excesiva dispersión. Sólo a partir de lasegunda mitad de la década de los 80 seaprueban normas legales que tienden a uni-ficar criterios a este respecto y que se dedi-can expresamente a la protección del medioambiente, a diferencia de lo que ocurríahasta entonces, en que tal materia era trata-da de forma muy tangencial.

En los apartados siguientes veremosalgunas vertientes de esta protecciónambiental. Se trata de muestras significati-vas de tal tarea/necesidad, pero que en abso-luto pretenden ser una relación exhaustivade la normativa vigente. Para más informa-ción, remitimos al lector interesado a obrasde derecho ambiental publicadas.

URBANISMO Y PROTECCIÓN DELMEDIO AMBIENTE

El urbanismo no sólo afecta a las ciuda-des, sino a cualquier pequeño núcleo depoblación, y en sentido amplio a cualquierterritorio. De ahí que en un manual como elque nos ocupa, referido a la Naturaleza,también tenga cabida esta vasta materia.

La norma básica estatal que regula lasactuaciones urbanísticas es la Ley 6/1998, de

13 de abril, sobre Régimen de Suelo yValoraciones (B.O.E. nº 89, de 14 de abril de1998). En la exposición de motivos, punto 2de la Ley, se hace una primera referencia a laadecuación entre el desarrollo urbanístico yla preservación de valores varios a proteger:

(...) La presente Ley pretende facili-tar el aumento de la oferta de suelo,haciendo posible que todo el suelo quetodavía no ha sido incorporado al pro-ceso urbano, en el que no concurranrazones para su preservación, puedaconsiderarse como susceptible de serurbanizado. Y ello de acuerdo con elplaneamiento y la legislación territorialo sectorial, en razón de sus valoresambientales, paisajísticos, históricos,arqueológicos, científicos o culturales,de su riqueza agrícola, forestal, ganade-ra o de otra índole, o de su justificadainadecuación para el desarrollo urbano(...). En este amplio suelo urbanizableque, siguiendo este criterio, delimitenlos planes, podrán, por lo tanto, promo-verse actuaciones urbanísticas en lostérminos que precise la legislación urba-nística en cada caso aplicable, y siem-pre, naturalmente, de conformidad conlas previsiones de la ordenación urba-nística y de los planes y proyectos secto-riales (...)

Uno de sus objetivos fundamentales es elestablecimiento de categorías de suelo enfunción de criterios eminentemente cons-tructivos. El resultado es la clasificación deaquél en tres tipos (artículo 7): suelo urba-no, urbanizable y no urbanizable, o clasesequivalentes reguladas por la legislaciónurbanística. Entre los criterios que debenseguirse para aplicar la última figura se citanexpresamente los relacionados con la pro-tección medioambiental y paisajística, talcomo aparece en el artículo 9:

Tendrán la condición de suelo no urba-nizable, a los efectos de esta Ley, los terre-nos en los que concurran algunas de las cir-cunstancias siguientes:

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1.ª) Que deban incluirse en esta clase porestar sometidos a algún régimen espe-cial de protección incompatible con sutransformación de acuerdo con los pla-nes de ordenación territorial o la legis-lación sectorial, en razón de sus valorespaisajísticos, históricos, arqueológicos,científicos, ambientales o culturales, deriesgos naturales acreditados en el pla-neamiento sectorial, o en función de susujeción a limitaciones o servidumbrespara la protección del dominio público.

2.ª) Que el planeamiento general considerenecesario preservar por los valores aque se ha hecho referencia en el puntoanterior, por su valor agrícola, forestal,ganadero o por sus riquezas naturales,así como aquellos otros que considereinadecuados para un desarrollo urbano.

En cuanto a los derechos y deberes delos propietarios de los distintos tipos de sue-

los, hay algunas referencias indirectas a laprotección medioambiental. Así, el artículo19.1 señala que los propietarios de todaclase de terrenos y construcciones (...) que-darán sujetos (...) al cumplimiento de lasnormas sobre protección del medio ambien-te y de los patrimonios arquitectónicos (...).Mientras, el artículo 20.1 establece que lospropietarios del suelo calificado como nourbanizable tendrán derecho a usar, disfru-tar y disponer de su propiedad de conformi-dad con la naturaleza de los terrenos,debiendo destinarlos a fines agrícolas,forestales, ganaderos, cinegéticos u otrosvinculados a la utilización racional de losrecursos naturales y dentro de los límitesque, en su caso, establezcan las leyes o elplaneamiento. Por otra parte, en el artículo20.2 se indica que en el suelo no urbaniza-ble quedan prohibidas las parcelacionesurbanísticas, sin que, en ningún caso, pue-dan efectuarse divisiones, segregaciones o

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Figura 7.1 Los núcleos urbanos, tanto los tradicionales como los de nueva construc-ción, así como las edificaciones aisladas, deben cumplir con las prescripciones de lalegislación urbanística en cuanto a sus implicaciones ambientales.

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fraccionamientos de cualquier tipo en con-tra de lo dispuesto en la legislación agraria,forestal o de similar naturaleza.

La preservación de vistas panorámicas oel disfrute del paisaje de zonas de interésquedan contemplados en la disposiciónderogatoria, punto 1, de esta Ley (artículo138 b), que reza lo siguiente: En los lugaresde paisaje abierto y natural, sea rural omarítimo, o en las perspectivas que ofrezcanlos conjuntos urbanos de característicashistórico-artísticas, típicos, tradicionales, yen las inmediaciones de las carreteras ycaminos de trazado pintoresco, no se permi-tirá que la situación, masa, altura de losedificios, muros y cierres, o la instalaciónde otros elementos, limite el campo visualpara contemplar bellezas naturales, rompala armonía del paisaje o desfigure la pers-pectiva propia del mismo.

En conclusión, puede afirmarse que las

referencias a la protección del paisaje sonmuy escasas en la Ley 6/1998, además demarcadamente vagas. El hecho de que cual-quier suelo, mientras no se especifique locontrario, pueda ser urbanizable podría aca-rrear serios problemas medioambientales.En los próximos años se podrá valorar esteprobable fenómeno con la suficiente pers-pectiva. Pero posiblemente, el principalescollo con que se encuentra la aplicaciónefectiva de esta Ley es la falta de rigurosi-dad con que en muchas ocasiones se modifi-can las clasificaciones iniciales del suelo,llevando a cabo reclasificaciones relaciona-das con intereses inmobiliarios, de expan-sión urbana... que, en definitiva, dejan fre-cuentemente sin la necesaria protecciónlegal a los suelos previamente calificadoscomo no urbanizables en razón de sus valo-res ambientales, paisajísticos, científicos ode otro tipo.

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Figura 7.2 Glaciar Eyjaljalljökull, en Islandia. Espacio absolutamente natural.

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ESPACIOS NATURALES Y PROTECCIÓNAMBIENTAL

Con la expresión de espacios “naturales”se hace referencia, en la mayoría de las oca-siones, a espacios que en sentido estricto nogozan de tal cualidad. En realidad, espaciosnaturales de verdad quedan muy pocos en laTierra, normalmente limitados a zonas dealtas latitudes (regiones polares) y de eleva-da altitud (altas montañas), además de aotros enclaves más o menos dispersos (jun-glas tropicales, desiertos...) Pero en un paíscomo España los espacios auténticamentenaturales desaparecieron hace décadas osiglos. Esto mismo ha ocurrido todavía enmayor medida en casi toda Europa. Sí queconservamos todavía amplios territoriosdonde las actuaciones humanas son de bajaintensidad, y a éstos es a los que se les otor-

ga habitualmente la consideración de natu-rales. Baste el ejemplo de nuestros ParquesNacionales, en muchos de los cuales se hanejercido hasta tiempos recientes (e inclusoen la actualidad) aprovechamientos econó-micos más o menos intensos; o de algunasreservas biológicas, en donde los procesosnaturales se desarrollan bajo un estricto con-trol humano (por ejemplo, para facilitar laconservación de especies en peligro deextinción).

Muchos supuestos espacios “naturales”,por ejemplo tantos y tan variados prediosrurales, son realmente espacios culturales,consecuencia en sus rasgos paisajísticos oen su funcionamiento ecológico de siglos degestión humana. Cuando visitamos un bos-que o reposamos en un prado, deberíamossaber que muy probablemente sean resulta-

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Figura 7.3 Este paisaje rural es el resultado de siglos de manejos agrarios, por lo queentra en la categoria de paisaje cultural. Las superficies dedicadas a prados o a bos-ques responden a intereses económicos, aunque en la actualidad muchos de ellos esténen franca decadencia.

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do de largos períodos de actividad económi-ca: de roturaciones forestales o de repobla-ciones, de selección de especies adaptadas aintereses económicos, etc.

En España, la norma legal más directa-mente relacionada con el objetivo de prote-ger y gestionar los espacios más o menosnaturales es la Ley 4/1989, de 27 de marzo,de Conservación de los Espacios Naturalesy de la Flora y Fauna Silvestres (modificadapor la Ley 41/1997, de 5 de noviembre). Susaspectos más interesantes en lo referente a laprotección genérica del medio ambiente seexponen a continuación:• En sus prolegómenos o exposición de

motivos se incluyen varios principios degran interés, entre los cuales merece des-tacarse la voluntad de extender el régi-men jurídico protector de los recursosnaturales más allá de los espacios natu-rales protegidos mediante alguna figuralegal, para lo cual se ha arbitrado la apa-rición de los Planes de Ordenación de losRecursos Naturales (PORN). Por otraparte, la Ley quiere atender no sólo a laconservación y restauración, sino a laprevención de los espacios naturales,para lo cual se contempla un régimen deprotección preventiva aplicable a zonasbien conservadas actualmente pero ame-nazadas por un potencial factor de per-turbación.

• El Título II de esta Ley se dedica al pla-neamiento de los recursos naturales, através de los PORN, entre cuyos objeti-vos (artículo 4.3) merece la pena desta-carse la definición y estado de conserva-ción de los recursos y ecosistemas delámbito estudiado, la previsión de medi-das limitantes de los posibles usos delsuelo en función del estado de conserva-ción del medio, el establecimiento deregímenes de protección precisos, pro-mover medidas de conservación, restau-ración y mejora de los recursos que loprecisen y formular los criterios orienta-dores de las políticas sectoriales y de laordenación de las actividades económi-

cas y sociales, tanto públicas como pri-vadas, para que sean compatibles con lasexigencias señaladas. En el apartadodedicado al contenido de los PORN(artículo 4.4), además de volver a reite-rar lo especificado en el artículo 4.3, semenciona la posible aplicación de algu-nos de los regímenes de protección queestablece esta Ley, así como la concre-ción de obras o actividades que debansometerse a la Evaluación de ImpactoAmbiental.

• Un aspecto muy importante respecto a laaplicación efectiva de los PORN quedaexpresado en la exposición de motivosde la Ley: Las disposiciones contenidasen estos PORN constituirán un límitepara cualesquiera otros instrumentos deordenación territorial o física, prevale-ciendo sobre los ya existentes, condiciónindispensable si se quiere atajar el gravedeterioro que sobre la naturaleza haproducido la acción del hombre. Sobreeste particular se vuelve a insistir en elartículo 5.2: Los instrumentos de orde-nación territorial o física existentes queresulten contradictorios con los PORNdeberán adaptarse a éstos. La importan-cia de tal declaración es obvia, especial-mente en los muy numerosos casos enque actuaciones como la expansión urba-na, la construcción de infraestructuras ola localización de actividades molestas oinsalubres choca con los intereses con-servacionistas. Tanto la AdministraciónCentral del Estado Español como las delas Comunidades Autonómas, si real-mente tienen intención política de prote-ger la naturaleza, disponen de una figuralegal muy efectiva. Los PORN son, porlo tanto, instrumentos de planificaciónfísica muy útiles para la protección decualquier medio bien conservado, inde-pendientemente de su grado de naturali-dad, al permitir la protección jurídica deespacios no incluidos en alguna de lascategorías protectoras existentes. De estamanera se facilita, por ejemplo, la pre-

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servación de paisajes antropizados degran valor ecogeográfico, como puedenser los paisajes rurales tradicionales deEspaña (dehesas, combinaciones de pra-dos y masas arboladas, laderas abancala-das...)

CATEGORÍAS DE PROTECCIÓN DE LOSESPACIOS NATURALES

Independientemente de que la normativalegal en materia medioambiental incide enla necesaria protección genérica del medioambiente en cualquier circunstancia o situa-ción (algo en lo que también se insiste en lospaíses culturalmente avanzados desde varia-dos ámbitos -educativo, social, político...-),lo cierto es que desde hace bastantes déca-das se han acotado ciertos espacios comozonas de especial protección (valga el ejem-plo de la declaración en el año 1918 de losprimeros Parques Nacionales españoles,Covadonga y Ordesa) por sus excepcionalesvalores paisajísticos o naturalísticos, zonas

en donde los poderes públicos han veladopor su preservación, quizás por el convenci-miento de que en el resto del territorio losprocesos de degradación eran e iban a conti-nuar siendo de tal magnitud que era necesa-rio conservar al menos esas “islas” de lanaturaleza que constituían los espacios pro-tegidos.

En relación a este interés conservacio-nista de espacios específicos, el título III dela Ley 4/1989 especifica que aquellos espa-cios del territorio nacional (...) que conten-gan elementos y sistemas naturales de espe-cial interés o valores naturales sobresalien-tes, podrán ser declarados protegidos deacuerdo con lo regulado en esta Ley (artícu-lo 10.1). La protección de estos espaciospodrá obedecer, entre otras, a alguna deestas finalidades (artículo 10.2): constituiruna red representativa de los principalesecosistemas españoles; proteger las áreasy/o elementos naturales que ofrezcan interéssingular desde variados criterios: científico,

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Figura 7.4 Parque nacional de Guama (Cuba).

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cultural, educativo, estético, paisajístico yrecreativo; favorecer la supervivencia deespecies o comunidades necesitadas de pro-tección, a través de la conservación de sushábitats; y colaborar en los programas inter-nacionales de conservación de espaciosnaturales de los que España forma parte.

Las categorías de protección que estable-ce esta Ley son las siguientes (artículo 12):• Parques.• Reservas Naturales.• Monumentos Naturales. • Paisajes Protegidos.

Estas figuras son las que establece lalegislación estatal española. Ello no impideque las Comunidades Autónomas que lodeseen elaboren leyes propias sobre estamateria, y bastantes ya lo han hecho. Enestos casos, las Leyes 4/1989 y 41/1997 seplantean como puntos de partida insoslaya-bles, como leyes de mínimos. Ninguna leyautonómica puede contradecir el espíritu deaquéllas, pero nada impide que sus disposi-ciones sean más estrictas o que se establez-can más figuras de protección. De hecho, asíestá ocurriendo en los últimos años, demanera que estamos asistiendo a una ciertaproliferación de figuras autonómicas (másde 20 en estos momentos) con variadasdenominaciones, aunque muy frecuente-mente las diferencias afectan más a lasemántica que al fondo de las modalidadesprotectoras.

Centrándonos en las figuras de protec-ción estatales, comentaremos brevementelas características de cada una. Los Parquesson áreas naturales poco transformadas porla explotación u ocupación humanas, convalores paisajísticos, ecosistémicos, biológi-cos o geomorfológicos dignos de conserva-ción. Las Reservas Naturales son espaciosnaturales cuya creación tiene la finalidad deproteger ecosistemas, comunidades... quepor su rareza, fragilidad, importancia o sin-gularidad merecen valoración especial. LosMonumentos Naturales son espacios o ele-mentos de la naturaleza constituidos por for-

maciones de notoria singularidad, rareza obelleza, objeto de protección especial. Porúltimo, los Paisajes Protegidos son aquelloslugares del medio natural que por sus valo-res estéticos y culturales sean merecedoresde protección especial.

Dentro de los Parques, se establece lacategoría especial de los Parques Na-cionales, cuando su conservación se declarecomo de interés general para la Nación. Lapauta que a este respecto lleva España, aligual que otros países, es proteger con estafigura los espacios más representativos delos diferentes ecosistemas españoles, demanera que se configure una red de ParquesNacionales mediante la cual el potencialvisitante de todos ellos obtenga una visióncompleta de los ecosistemas más significati-vos del país, los cuales se agrupan en tresgrandes regiones biogeográficas: laEurosiberiana, que comprende el sectornorte peninsular (regiones cantábricas ymontaña pirenaica); la Mediterránea, a laque pertenecen las tierras ribereñas delmediterráneo y también la mayor parte de laEspaña interior; y la Macaronésica, queafecta a las Islas Canarias. Se trata de regio-nes con diferentes características en cuantoa clima, vegetación, suelos... y, en general,con paisajes naturales netamente contrasta-dos.

170 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

REGIÓN EUROSIBERIANA

REGIÓN MEDITERRANEA

REGIÓN MACARONÉSICA

REGIÓNMEDITERRANEA

Figura 7.5 Mapa de zonificación de lasregiones biogeográficas representadasen España.

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Estos ecosistemas son los siguientes(anexo de la Ley 41/1997):

Región Eurosiberiana:• Sistemas ligados a zonas húmedas con

influencia marina.• Sistemas ligados a zonas costeras y pla-

taforma continental.• Provincia orocantábrica: sistemas liga-

dos al bosque atlántico.• Provincia pirenaica:

-Sistemas ligados a formaciones lacus -tres y rocas de origen plutónico y fenó-menos de glaciarismos.-Sistemas ligados a formaciones deerosión y rocas de origen sedimentario.

Región Mediterránea:• Sistemas ligados al bosque mediterrá-

neo.• Sistemas ligados a formaciones estepa-

rias.• Sistemas ligados a zonas húmedas conti-

nentales.• Sistemas ligados a zonas húmedas con

influencia marina.• Sistemas ligados a zonas costeras y pla-

taforma continental.• Sistemas ligados a formaciones ripíco-

las.• Sistemas ligados a la alta montaña medi-

terránea.

Región Macaronésica:• Sistemas ligados a la laurisilva.• Sistemas ligados a procesos volcánicos y

vegetación asociada.• Sistemas ligados a zonas costeras y pla-

taforma continental.• Sistemas ligados a los espacios costeros y

sistemas ligados a los espacios marinos.

Los Parques Nacionales actualmentedeclarados no cubren la totalidad de estossistemas naturales, de manera que progresi-vamente deberá completarse el listado. Laactual red de Parques Nacionales españolesestá constituida por los siguientes:

• Picos de Europa (Asturias, León yCantabria, 64.660 ha.)

• Ordesa y Monte Perdido (Huesca,15.608 ha.)

• Aigües Tortes y Estany de Sant Maurici(Lérida, 10.230 ha.)

• Tablas de Daimiel (Ciudad Real, 1.928ha.)

• Cabañeros (Ciudad Real, 41.000 ha.)• Sierra Nevada (Granada, Almería,

86.208 ha.)• Doñana (Huelva, Sevilla, 50.720 ha.)• Marítimo-Terrestre de Cabrera (Isla de

Cabrera, 9.715 ha, de las que 1.836 sonterrestres).

• Caldera de Taburiente (Isla de La Palma,4.690 ha.)

• Garajonay (Isla de La Gomera, 3.984ha.)

• Teide (Isla de Tenerife, 13.571 ha.)• Timanfaya (Isla de Lanzarote, 5.107 ha.)

La conservación del medio ambiente 171

Figura 7.6 Mapa de localización de losactuales Parques Nacionales españoles.

1. P.N. de los Picos de Europa.2. P.N. de Ordesa y Monte Perdido.3. P.N. de Aigües Tortes y Estany de

Sant Maurici.4. P.N. de Cabañeros.5. P.N. de las Tablas de Daimiel.6. P.N. de Sierra Nevada.7. P.N. de Doñana.8. P.N. Marítimo-Terrestre de Cabrera.9. P.N. de la Caldera de Taburiente.

10. P.N. del Teide.11. P.N. de Garajonay.12. P.N. de Timanfaya.

• • •

12

13

45

67 9 10

11

12

8••

•• • ••

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En cuanto a las disposiciones concretasde uso y gestión de los espacios afectadospor las categorías de protección previstaspor la legislación estatal española, la Ley4/1989 establece la figura de los PlanesRectores de Uso y Gestión (PRUG), poste-riormente precisados por la Ley 41/1997, deaplicación obligatoria en los Parques (tantoNacionales como no Nacionales). LosPRUG serán revisados periódicamente yprevalecerán sobre el planeamiento urbanís-tico (artículo 19 de la Ley 41/1997), lo cualsupone, al menos sobre el papel, una garan-tía para los intereses conservacionistas. Apesar que la ley sólo contempla la elabora-ción de PRUG en los Parques, no indica quetal figura de planificación física no se puedaaplicar a las otras categorías, lo cual explicaque ya se hayan aprobado PRUG en espa-cios no calificados como Parques.

Las categorías de protección contempla-das en la Ley 4/1989 (y en las normas parti-culares de las Comunidades Autónomas)promueven de una manera directa la preser-vación medioambiental. Sin embargo, lascríticas surgen a la hora de analizar su apli-cación. Intereses de particulares o de lasadministraciones afectadas dificultan ladeclaración de espacios protegidos, general-mente por causa de las limitaciones de usosinherentes a cualquier figura de protección(aunque debería tenerse en cuenta que losespacios protegidos también generan nue-vas actividades y rentas: por ejemplo, favo-recen el turismo). La insuficiencia en laaplicación se constata al comprobar el toda-vía pequeño porcentaje de espacios sujetosa las modalidades de figuras protectorasestatales y autonómicas existentes, sobre el12% del territorio español en estos momen-tos, aunque esta cifra aumentará con todaseguridad en los próximos años. Además,las declaraciones de espacios protegidos soncon frecuencia más propagandísticas queoperativas, ante la habitual falta de losrecursos económicos y del personal cualifi-cado necesario para hacer efectiva una deci-dida política de conservación.

3. LA EVALUACIÓN DEIMPACTO AMBIENTAL (EIA)¿QUÉ ES UN IMPACTO AMBIENTAL?

La Evaluación de Impacto Ambiental esuno de los instrumentos preventivos másútiles y efectivos para la conservación y ges-tión del medio ambiente. Mediante la EIA sepretende detectar, valorar y gestionar losimpactos resultantes de una determinadaactuación.

Por impacto ambiental entendemoscualquier alteración del medio ambientecuyo origen sea antrópico, de manera que elimpacto ambiental se identifica con losefectos o consecuencias de la actividadhumana sobre el medio. Estos efectos pue-den desglosarse en dos grupos: modifica-ción de los sistemas naturales y de los siste-mas sociales.

Aunque generalmente la expresiónimpacto ambiental se asocia a algo indesea-do o negativo, no tiene por qué ser necesa-riamente así. La modificación medioam-biental (o impacto) puede ser de signo posi-tivo (contribuye a mejorar las condicionesiniciales) o negativo (las deteriora, originauna pérdida de calidad ambiental). Podemostomar como ejemplo de impacto positivo elde una repoblación forestal que, de acuerdocon los condicionamientos ecológicos dellugar, permite progresar hacia una forma-ción vegetal más compleja y estable.

En muchos casos, un impacto concretopuede actuar positivamente sobre ciertoscomponentes del medio y negativamentesobre otros. Esta situación se aprecia muyfrecuentemente cuando se analizan porseparado las consecuencias de una actua-ción humana sobre el medio físico y sobrelos elementos socioeconómicos. Por ejem-plo, la apertura de una nueva carreterapuede tener consecuencias muy positivassobre los grupos humanos afectados (facili-ta las comunicaciones, el comercio, etc.),pero a la vez ser dañina para el paisaje opara la fauna del lugar.

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CALIDAD Y FRAGILIDAD AMBIENTALESExisten dos atributos ambientales (cali-

dad y fragilidad) que en buena medida van acondicionar la respuesta del medio a unaactuación impactante.

Por calidad del medio entendemos sugrado de excelencia. Supone una muyimportante cualidad para su conservación yse define tanto por el valor ecológico (esta-do de los ecosistemas, presencia de elemen-tos singulares de especial rareza o interés...)como por los valores paisajísticos (sensa-ción de grandiosidad, belleza, etc.) y cultu-rales (monumentos históricos, conjuntosurbanos...) existentes en el entorno analiza-do. En la actualidad, los medios de elevadacalidad ambiental son cada vez más escasos,afectado como está nuestro planeta pornumerosos impactos.

Por fragilidad se entiende la capacidadde absorción de elementos extraños, esdecir, de impactos. Viene condicionada porel grado de susceptibilidad a la transforma-

ción ambiental, o por la facilidad para queun componente del medio, o éste en su con-junto, se degrade ante influencias humanas.De esta forma, ante una misma intensidad deactuación, se causará un impacto más graveallí donde la fragilidad sea mayor.

El concepto de fragilidad puede enten-derse según dos puntos de vista: fragilidadintrínseca y fragilidad condicionada. El pri-mer caso se refiere a la susceptibilidad aldeterioro de cualquier componente delmedio sin especificar qué situaciones o cir-cunstancias concretas la provocan. En elsegundo caso se define la fragilidad en fun-ción de una actuación concreta, de maneraque el elemento del medio analizado tendrárespuestas distintas según qué evento incidasobre él.

La toma en consideración de la fragili-dad intrínseca en una primera fase permitedelimitar las áreas más vulnerables, aquellasen las que habrá que tener más cuidado anteposibles actuaciones impactantes. Poste-

La conservación del medio ambiente 173

Figura 7.7 En la foto destaca el impacto ambiental provocado por las intensas talasforestales llevadas a cabo.

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174 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 7.9 Galacho de Juslibol (Zaragoza). Las zonas de vegetación palustre suelenser muy frágiles a gran cantidad de impactos.

Figura 7.8 Un medio de elevada calidad puede tener cierta abundancia de elementosantrópicos, siempre que se encuentren bien integrados con su entorno.

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riormente, podrá pasarse ya a la definiciónde impactos concretos y a su incidenciaespecífica sobre los distintos componentesdel medio afectados, fase en la que se anali-zará la fragilidad condicionada de cada uno.

Los valores de calidad y fragilidad de unterritorio deben considerarse al mismo tiem-po. Aquellos espacios de mayor calidad y, ala vez, de mayor fragilidad, serán en princi-pio los más necesitados de protección. Porcontra, los espacios ya muy degradados, convalores bajos de calidad, o aquéllos poco frá-giles, tendrán menos urgencias protectoras.

No obstante, conviene desterrar una ideabastante extendida según la cual sólo losespacios de mayor calidad merecen ser pro-tegidos. En realidad, las prácticas protecto-ras, de mayor o menor intensidad, deberíanser habituales en cualquier lugar, ya que losmedios de menor calidad –por hallarse másdegradados o ser menos espectaculares–también merecen protección, muy a menudoa corto plazo si no se quiere asistir a su dete-rioro irreversible.

Independientemente de los valores decalidad y fragilidad, un aspecto que sueletenerse en cuenta a la hora de diseñar medi-das protectoras o de restauración ambientales el número de usuarios de un determinadolugar. Según esta teoría, aquellas zonas más

visitadas o más vistas deberían ser especial-mente cuidadas, y viceversa. Así, es normalacometer tareas de restauración o de oculta-ción de zonas degradadas en los márgenesde una autopista o junto a una zona de espar-cimiento. Esta forma de actuar tiene su lógi-ca, pero no hay que olvidar que la accesibi-lidad y el uso de un espacio pueden sufrirvariaciones en el futuro, debidas por ejem-plo a las modificaciones de los sistemas deacceso, o a a la demanda de determinadosparajes, de manera que deben realizarse lasnecesarias previsiones. Posiblemente, a nin-gún pastor de nuestras montañas se le ocu-rrió pensar hace un siglo que las laderas enlas que entonces pastaban sus rebaños seríanzonas de gran demanda turística.

MARCO DE ACTUACIÓNEn todos los países miembros de la

Unión Europea, el primer marco legislativoregulador de la E.I.A. fue la Directiva delConsejo 85/337/CEE, de 27 de junio de1985 (D.O.C.E. nº L 175/40, de 5 de julio de1985), “relativa a la evaluación de las reper-cusiones de determinados proyectos públi-cos y privados sobre el medio ambiente”, lacual fue modificada por la Directiva97/11/CE, de 3 marzo de 1997 (D.O.C.E. nºL 73/5, de 14 de marzo de 1997).

La conservación del medio ambiente 175

Figura 7.10 Matriz valorativa combinada de calidad y fragilidad.En esta matriz apreciamos que allí donde la calidad es mayor (valor 3) o donde exis-te elevada fragilidad (valor 3), los niveles de protección son los más altos; por contra,cuando confluyen escasa calidad (valor 1) con poca fragilidad (valor 1), el nivel deprotección resultante es bajo.

1 2 3

1 BAJA

CALIDADFRAGILIDAD

MEDIA ALTA

2 MEDIA MEDIA ALTA

3 ALTA ALTA ALTA

Page 177: Manual de Tecnicas

Los proyectos que deben contar conE.I.A. obligatoria, especificados en el anexoI, de la Directiva 97/11/CE se refieren aveintiuna modalidades relativas a industriasenergéticas y de otro tipo, actividadesextractivas, infraestructuras de transporte,eliminación y tratamiento de residuos, apro-vechamiento de recursos hídricos o críaintensiva de algunos animales. Se trata delas siguientes, expuestas de forma resumida(para conocer con el suficiente detalle estelistado de proyectos, debe acudirse a la pro-pia Directiva, pues en la exposición resumi-da que aquí presentamos no se incluyen pre-cisiones, especificaciones, exclusiones ni,en algunos casos, umbrales de magnitud):1. Refinerías de petróleo bruto. Insta-

laciones de gasificación y de licuefac-ción de carbón (umbral 500 tonela-das/día).

2. Centrales térmicas y otras instalacionesde combustión (umbral 300 MW), centra-les nucleares y otros reactores nucleares.

3. Instalaciones de reproceso y almacenajede combustibles nucleares irradiados, asícomo de producción o enriquecimientode combustible nuclear.

4. Plantas integradas para la fundición ini-cial del hierro colado y del acero, insta-laciones para la producción de metalesno ferrosos.

5. Instalaciones de extracción, tratamientoy transformación de amianto (umbralesvarios).

6. Instalaciones químicas integradas.7. Construcción de vías ferroviarias de

largo recorrido; aeropuertos (umbralpista básica 2.100 m); autopistas y víasrápidas; nuevas carreteras de cuatrocarriles o más (umbral 10 km).

8. Vías navegables y puertos de navegacióninterior, puertos comerciales, muellespara carga y descarga (umbral barcos dearqueo 1.350 toneladas).

9. Instalaciones para deshacerse de resi-duos peligrosos mediante incineración,tratamiento químico o almacenamientobajo tierra.

10. Instalaciones para deshacerse de resi-duos no peligrosos mediante incinera-ción o tratamiento químico (umbral 100toneladas/día).

11. Proyectos para la extracción de aguassubterráneas o la recarga artificial deacuíferos (umbral 10 millones m3/año).

12. Obras para el trasvase de recursos hídri-cos entre cuencas fluviales (umbralesvarios).

13. Plantas de tratamiento de aguas residua-les (umbral: capacidad equivalente de150.000 habitantes).

14. Extracción de petróleo (umbral 500toneladas/día) y gas natural (umbral500.000 m3/día) con fines comerciales.

15. Presas y otras instalaciones destinadas aretener agua o almacenarla permanente-mente (umbral 10 millones m3).

16. Tuberías para el transporte de gas, petró-leo o productos químicos (umbral 800mm. diámetro y 40 km longitud).

17. Instalaciones para la cría intensiva deaves de corral o de cerdos (umbralesvarios).

18. Plantas industriales para la producciónde pasta de papel; papel y cartón (umbral200 toneladas/día).

19. Canteras y minería a cielo abierto(umbral 25 ha.); extracción de turba(umbral 150 ha.).

20. Construcción de líneas aéreas de energíaeléctrica (umbral 220 kw y 15 km longi-tud).

21. Instalaciones para el almacenamiento deproductos petrolíferos, petroquímicos oquímicos (umbral 200.000 toneladas).

En el anexo II figuran los proyectos deevaluación optativa por parte de los Estadosmiembros. Se trata de un amplio listado demás de ochenta tipos, agrupados en los treceepígrafes siguientes:1. Agricultura, silvicultura y acuicultura.2. Industria extractiva.3. Industria energética.4. Producción y elaboración de metales.5. Industrias del mineral.

176 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 178: Manual de Tecnicas

6. Industria química.7. Industria de productos alimenticios.8. Industria textil, del cuero, de la madera y

del papel.9. Industria del caucho.10. Proyectos de infraestructura.11. Otros proyectos.12. Turismo y actividades recreativas.13. Cambios o ampliaciones de los proyec-

tos de los anexos I o II, ya autorizados oejecutados, que puedan tener efectosadversos sobre el medio ambiente, asícomo los proyectos del anexo I que sir-van únicamente para desarrollar o ensa-yar nuevos métodos o productos y queno se utilicen por más de dos años.

En los proyectos encuadrados en esteanexo, los Estados determinarán si son obje-to de evaluación en función de un estudioparticular caso por caso o bien mediante elestablecimiento de umbrales o criterios,aunque también pueden decidir la aplicaciónde ambos procedimientos (según indica elartículo 4.2). Independientemente de laopción elegida, y tal como establece el artí-culo 4.3, se tendrán en cuenta los criteriosde selección establecidos en el anexo IIII,apareciendo éstos agrupados en varios epí-grafes: características de los proyectos, ubi-cación de los mismos y características delpotencial impacto (anexo III, puntos 1, 2 y 3respectivamente).

Todos los Estados miembros de la UniónEuropea deben adaptar su legislación parti-cular en materia de E.I.A. a la Directiva97/11/CE. España lo ha hecho mediante elReal Decreto Ley 9/2000, de 6 de octubre(B.O.E. núm. 241, de 7 de octubre de 2000).

Los factores ambientales a tener encuenta en la EIA son el ser humano y los res-tantes seres vivos (flora y fauna), el suelo, elagua, el aire, el clima y el paisaje; los bien-es materiales y el patrimonio cultural. Elanálisis debe efectuarse para cada uno deellos por separado y también para las inter-acciones que pueden establecerse entre unosy otros.

La Evaluación de Impacto Ambiental esun proceso administrativo que consta devarias fases. La más destacada es la elabora-ción del Estudio de Impacto Ambiental, con-sistente en un conjunto de documentos cien-tífico-técnicos cuya finalidad es determinarlas alteraciones que un proyecto generasobre el medio ambiente y plantear lasoportunas medidas correctoras. Pero laEvaluación de Impacto Ambiental es máscompleja, porque exige el sometimiento delEstudio de Impacto Ambiental a informa-ción pública y su posterior aprobación –ensu caso– por el órgano ambiental competen-te (del Estado o de las ComunidadesAutónomas), que emite la Declaración deImpacto Ambiental, la cual debe ser publi-cada en el B.O.E. (en los casos de compe-tencia estatal) o en los Boletines Oficialesde las Comunidades Autónomas. Las perso-nas o colectivos preocupados por la proble-mática ambiental pueden realizar sus aporta-ciones en la fase de información pública.

GUÍA RESUMIDA DE UN ESTUDIO DEIMPACTO AMBIENTAL

Los Estudios de Impacto Ambiental(Es.I.A.) deben ser realizados por especia-listas en la materia, por profesionales decada uno de los aspectos involucrados en laproblemática ambiental. Ello no impide quecualquier persona interesada en el medioambiente pueda expresar sus sugerencias,como acabamos de ver. Para facilitar estatarea cívica, vamos a exponer a continua-ción los componentes fundamentales quetodo E.I.A. debería tener. Se trata de lossiguientes:1. Descripción del proyecto. Consiste en un

breve resumen/presentación de las carac-terísticas de la actuación a realizar.

2. Examen de alternativas. Normalmente,una actuación impactante suele tenervarias alternativas. Por ejemplo, unembalse para abastecimiento de regadíospuede tener varias ubicaciones posibles,o una repoblación forestal puede reali-zarse con diferentes especies.

La conservación del medio ambiente 177

Page 179: Manual de Tecnicas

178 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 7.11 Algunas actividades sometidas obligatoriamente a Evaluación de ImpactoAmbiental. Las autovías, los puertos de mar y las grandes transformaciones de losusos del suelo, entre otras muchas actuaciones, deben contar con evaluaciones deimpacto ambiental previas a su aprobación.

Page 180: Manual de Tecnicas

3. Inventario ambiental. Supone un análisisdescriptivo y explicativo de los compo-nentes y valores ambientales de laszonas afectadas.

4. Identificación y valoración de impactosde cada alternativa.

5. Medidas correctoras de impactos cadaalternativa. Con la finalidad de minimi-zar los impactos ocasionados. Por ejem-plo, si una actuación activa los procesoserosivos, deberán diseñarse medidaspara controlar y disminuir este proble-ma.

6. Justificación de la alternativa elegida.No sólo según los condicionantes econó-micos (alternativa más barata) sino tam-bién según los ambientales (alternativamenos impactante).

7. Programa de vigilancia ambiental, paraser llevado a cabo a lo largo de períodostemporales suficientemente dilatados.

8. Documento de síntesis.

Para desarrollar estos contenidos sesuele seguir una metodología basada en unconjunto de fases secuenciales ordenadas deuna manera lógica, de forma que cada unapermite acceder a la siguiente. En primerlugar se presentan las fases fundamentales,para posteriormente mostrar el conjuntocompleto.

A. Fases fundamentales.1. Análisis de la situación preoperacional

(o anterior a la realización o implanta-ción de la actividad previsiblementeimpactante).

2. Análisis de impactos (se trata de un estu-dio predictivo).

- En la fase de construcción.- En la fase de explotación (una vez que

la actividad impactante entra en funcio-namiento).

3. Medidas correctoras de impactos.4. Impacto residual (tras la aplicación de

las medidas correctoras).

B. Fases detalladas.1. Descripción del proyecto.2. Delimitación del ámbito de estudio.

- Variables del medio físico y antrópico aconsiderar. Se elegirán en función deltipo de impacto.

- Extensión territorial (que no tiene porqué ser la misma en todas las variables.Por ejemplo, la contaminación atmosfé-rica derivada de una central térmicapuede afectar a zonas más extensas queel impacto sónico ocasionado por lamisma central).

3. Análisis de la situación preoperacional.- Estado actual de las variables (elementos

del medio).Medio físico.Medio socioeconómico.Paisaje.(Las variables que integran estos tresconjuntos pueden desagregarse con máso menos detalle, según las característicasy exigencias del estudio).

- Valoración de estas variables.La valoración se realiza por separadopara cada uno de los elementos físicos,antrópicos y paisajísticos que se han des-agregado en la fase anterior.Se tienen en cuenta criterios como: pro-ductividad, singularidad, fragilidad,naturalidad, diversidad, aproximación alclímax, calidad... (no se trata de un lista-do cerrado, sino meramente indicativo).No en todas las variables se valorannecesariamente todas las cualidades (porejemplo, la productividad se puede valo-rar en la variable “vegetación”, pero noen la variable “clima”). La valoración supone una comparacióncon el entorno más o menos inmediatode referencia.

- Valoración global de la situación preope-racional.

4. Identificación de las actuaciones del pro-yecto susceptibles de producir impactos.

La conservación del medio ambiente 179

Page 181: Manual de Tecnicas

5. Descripción de las alternativas u opcio-nes del proyecto.

6. Análisis de impactos de cada alternativa.- El análisis se efectúa por separado para

dos fases diferenciadas: construcción yexplotación.

- Identificación y descripción de impactos(para cada una de las variables analiza-das en el estudio de la situación preope-racional).

- Valoración de cada impacto.Según estos criterios: carácter (positivo onegativo), magnitud (o extensión),importancia (o intensidad), duración, pro-yección temporal (a partir de quémomento se va a producir el impacto),proyección espacial (qué territorios sevan a ver concernidos), afección a singu-laridades, probabilidad de ocurrencia,reversibilidad, etc. (no se trata de un lis-tado cerrado, sino meramente indicativo).Algunas valoraciones pueden o debenser cuantitativas y otras cualitativas.

- Calificación del impacto: desde elimpacto leve hasta el impacto crítico,pasando por los intermedios.

7. Medidas correctoras de los impactos pre-vistos.Deben ser expuestas y argumentadas conla suficiente concreción, además de rea-listas.

8. Impacto residual.Es el que se mantendrá tras la aplicaciónde las medidas correctoras. Si éstas sonefectivas, el impacto residual será demenor entidad que el inicial. Por ejem-plo, uno que inicialmente se haya califi-cado como severo, podría pasar a com-patible. En otros casos, la dificultad oimposibilidad de aplicar medidas correc-toras provoca que el impacto residualmantenga la misma calificación que elinicial.

9. Comparación de las distintas alternati-vas. Elección de la más adecuada desdeel punto de vista ambiental.

- La comparación debe realizarse en fun-

ción de los impactos residuales previs-tos. Aquella alternativa que se considere,globalmente, como la menos impactanteserá, en principio, la recomendada.

- En muchos casos, un factor a considerares el coste económico de las distintasalternativas, que a menudo supone el cri-terio principal de selección. Esta tareasupone una decisión de carácter políticoque escapa a las competencias del equi-po redactor del E.I.A.

10. Plan de seguimiento (programa de vigi-lancia ambiental).

- Consiste en la elaboración de una estra-tegia para controlar que las previsionesdel E.I.A. –sobre todo en lo referente alcomportamiento de las medidas correc-toras y a la calificación y caracterizaciónde impactos– se cumplen.

- Caso de que existan importantes desvia-ciones entre las previsiones y la realidaddeberán adoptarse las decisiones am-bientales pertinentes para minimizar losefectos negativos imprevistos. En estoscasos, la flexibilidad de las prescripcio-nes del E.I.A. debería garantizarse.

11. Documento de síntesis (resumen no téc-nico del E.I.A.)Se elabora, además de por imperativolegal (anexo IV, punto 6, de la Directiva97/11/CE), para facilitar la participaciónpública en la fase de consultas y alega-ciones. Debe ser elaborado de manerafácilmente entendible por los no exper-tos en la materia.

12. Resumen de las eventuales dificultadesencontradas a la hora de recoger lasinformaciones necesarias para elaborarel E.I.A.Se referirá a lagunas técnicas, falta deconocimientos sobre alguna materia, etc.Está previsto en el anexo IV, punto 7, dela Directiva 97/11/CE.

El seguimiento escrupuloso de las fasesacabadas de presentar no garantiza por símismo que un E.I.A. tenga la calidad sufi-

180 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 182: Manual de Tecnicas

ciente, lo cual dependerá también de la vali-dez de los datos de partida y de los análisisrealizados por el equipo redactor. Pero sí queindica, como mínimo, que el estudio se hahecho de manera ordenada y que ninguna desus fases constitutivas ha quedado olvidada.Además, y esto es lo que previsiblementemás puede interesar a los lectores de las pre-sentes líneas, el respetar esta estructuracoherente y lógica facilitará la consulta delE.I.A. en la fase de información pública.

EFECTOS INDUCIDOS Y SINERGIAPara que un E.I.A. sea completo, a las

fases presentadas en el apartado anterior hayque añadir otros aspectos a los que debeprestarse la atención debida. Se trata de losefectos inducidos y de la sinergia.

En el E.I.A. hay que considerar, ademásde las alteraciones directamente provocadaspor el proyecto, los efectos inducidos queéste ocasiona o hipotéticamente podría oca-sionar. Un ejemplo significativo puede ser laapertura de una pista forestal. Además de losimpactos más fácilmente previsibles (denu-dación de la cubierta vegetal, modificacio-nes en el relieve y en el paisaje, emisión decontaminantes por parte de los vehículos,etc.), habría que considerar un posible efec-to inducido como es el aumento de la fre-cuentación humana, y las consecuencias aque puede dar lugar: pisoteo de la flora,molestias a la fauna, abandono de basuras,ruidos generados...

Muchas veces, estos efectos inducidosson más impactantes que los previstos contotal o casi total seguridad, de manera queresulta imprescindible diseñar medidascorrectoras efectivas. Es muy convenienteestudiar antecedentes de actuaciones simila-res a las analizadas en el E.I.A. y comprobarcuáles han sido los efectos inducidos provo-cados, para tomar las medidas oportunas.

Respecto a la sinergia, supone la consi-deración global de diferentes impactos sobreun mismo espacio. Representa el efecto acu-mulativo (2 + 2 puede ser igual a 6 o 7,según el efecto sinérgico). Es habitual que

los E.I.A. analicen con la suficiente correc-ción los impactos particulares que una deter-minada acción ocasionaría sobre el medioambiente, pero también lo es que olviden elefecto acumulativo de diferentes impactossobre un mismo territorio. Según el efectosinérgico, a partir de tres tipos de impactosdistintos que han sido calificados –por ejem-plo– como moderados, se puede generar unefecto acumulativo que permita calificar elimpacto global o sumativo como severo.Supongamos el caso de una pequeña pobla-ción que va a ser afectada en sus proximida-des por una explotación minera a cieloabierto. La consideración individual de cier-tos impactos (afección paisajística, ruidospor las voladuras, tránsito de maquinariapesada, etc.) quizá no alcance, en ningunode los casos, gran gravedad. Pero la consi-deración conjunta de todos ellos muy proba-blemente resultará altamente impactante.

4. PAUTAS DE CONDUCTA

En el momento de plantearnos o de lle-var a cabo actividades en la naturaleza debe-mos intentar cumplir la máxima de “deja elespacio como si tú no hubieras pasado porallí”. Pero no sólo se trata de no causar alte-raciones visibles; también deberemos tenerun comportamiento respetuoso con los res-tantes seres vivos de ese territorio. En bas-tantes zonas, el mantenimiento de la tran-quilidad exigirá evitar ruidos o movimientosque puedan resultar molestos para ciertasespecies. Conviene tener en cuenta quealgunos espacios naturales son auténticossantuarios y nuestro comportamiento debeadaptarse a tal cualidad.

Las normas elementales de educación yrespeto a los demás y a nuestro entornodeben tenerse en cuenta. Posiblemente,quien esté acostumbrado a tirar basura o amolestar en la ciudad también lo hará en elcampo, y viceversa. Pero, además de las nor-mas elementales de civismo que no es preci-so reproducir en este capítulo, habrá que

La conservación del medio ambiente 181

Page 183: Manual de Tecnicas

tener presente que muchos espacios natura-les tienen normativa propia de obligadocumplimiento. Muy en particular, los ENP(Espacios Naturales Protegidos) cuentan conun elenco de normas que pretenden su ade-cuada conservación. Cuando planeemos visi-tar uno de estos espacios, convendrá que pre-viamente nos informemos de las actividadespermitidas y prohibidas, o de las limitacionesde tránsito por ciertas zonas, etc. En cual-quier caso, las oficinas de información o elpropio personal nos podrán sacar de dudas.

Es frecuente que existan divergencias decriterios en cuanto a las medidas restrictivasde los ENP, por ejemplo entre los habitantespermanentes de esos ENP o de su entorno y

los visitantes esporádicos, o entre gruposcon intereses económicos y colectivos con-servacionistas. Lo ideal es que las normas degestión y protección (Planes Rectores deUso y Gestión, Planes de Ordenación de losRecursos Naturales...) sean resultado delmayor consenso. Y para ello es imprescindi-ble examinar esos documentos en las fasesde información pública, presentando las ale-gaciones que se estimen convenientes.Cualquier particular o colectivo lo puedehacer, y la Administración está obligada aresponder. Proceder de esta forma supone laposibilidad de influir directamente en elmanejo de los ENP en las fases administra-tivas previstas para ello. Esta práctica, poco

182 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 7.12 Efecto inducido. Imagen del Col du Midi (3.532 m, macizo del MontBlanc). La existencia del teleférico de la aguja de Midi y del cercano refugio deCosmiques (en el promontorio rocoso ubicado en la parte de la derecha de la foto)anima a muchas personas a acampar en este collado de alta montaña. Desde la cerca-na población de Chamonix el teleférico citado deja a los montañeros/esquiadores amedia hora de este collado. Por otro lado, la proximidad del refugio supone una garan-tía en caso de mal tiempo. Ambas infraestructuras provocan, por lo tanto, un evidenteefecto inducido, como es la frecuentación y estancia en estos parajes, con las lógicasconsecuencias: ruidos, ausencia de tranquilidad, posible abandono de basuras, etc.

Page 184: Manual de Tecnicas

La conservación del medio ambiente 183

Figura 7.13 Ejemplo de sinergia: varios impactos sobre un mismo territorio. Entreotros, pueden diferenciarse los siguientes impactos: roturaciones de tierras, carreterasy caminos, núcleos de población, minería a cielo abierto...

Page 185: Manual de Tecnicas

habitual, evitaría muchas discusiones y dis-conformidades una vez que los planes deprotección ya están aprobados.

Un aspecto que convendría tener encuenta es la colaboración de los visitantes alsostenimiento de los espacios protegidos. Esun hecho que la conservación de la naturale-za, en nuestra actual sociedad, resulta cara;y que los territorios objeto de normas res-trictivas de protección ven frecuentementemermadas las posibilidades de explotaciónde sus recursos naturales. Por eso, determi-nados desembolsos económicos que muchasveces son obligatorios en la visita de estosENP (aparcamientos con ticket, accesos envehículos de pago, billetes de entrada...)deberíamos asumirlos con espíritu positivo.De la misma forma que comprendemos yaceptamos que la visita de una catedral omuseo se efectúe comprando el correspon-diente billete de entrada, deberíamos aceptarel pago por el disfrute de auténticas maravi-llas naturales que resulta muy gravoso man-tener.

En la misma línea, conviene comprenderque bastantes de las actividades de las eco-nomías rurales tradicionales han sido limita-das o prohibidas (talas forestales, pasto-reo...), y que muchos habitantes de estaszonas han debido dedicarse a otros sectores:taxis de montaña, hostelería, artesanía, etc.En la medida de las posibilidades de cadacual, contribuir a la pujanza de estas nuevasactividades supone un impulso decidido a lapervivencia de estos espacios como entesvivos y dinámicos.

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La conservación del medio ambiente 185

Page 187: Manual de Tecnicas

Esta página dejada en blanco al propósito.

Page 188: Manual de Tecnicas

Capítulo 8SEGURIDAD EN LA MONTAÑA,

UTILIZACIÓN DEL MATERIAL DESEGURIDAD Y TÉCNICAS BÁSICAS DE

ESCALADA EN ROCA(Nieves Arbonés )

Page 189: Manual de Tecnicas

1. SEGURIDAD EN LA MONTAÑA• Peligros al desplazarnos por la naturaleza

• Peligros subjetivos• Peligros objetivos

• Comportamiento en caso de accidente • Solicitud de socorro• Señales internacionales de socorro• Actuación en caso de rescate aéreo

2. MATERIAL DE SEGURIDAD Y ESCALADA• Cuerda• Cintas y cordinos • Arnés • Casco • Calzado:

• Pies de gato• Mosquetones • Cinta exprés • Descensores:

• Ocho • Placas de freno y tubos • Autofrenos • Descensores de poleas • Barras móviles • Disipadores

• Aparatos auxiliares: • Puños • Bloqueador ventral o de pecho • Autoseguro para rápel • Poleas

3. TÉCNICAS BÁSICAS DE ESCALADA• ¿Qué es la escalada? • Modalidades de escalada • Cómo se escala • Comunicación en la cordada • Técnicas de progresión • Graduaciones

Page 190: Manual de Tecnicas

1. SEGURIDAD EN LAMONTAÑA

Al hablar de seguridad en la montañaqueremos referirnos a disfrutar de la natu-raleza en toda su magnitud sin sufrir nin-gún contratiempo.

Siempre debemos invertir en seguridad:por un lado, adquiriendo el material apro-piado a la actividad que queremos desarro-llar y, por otro, dedicando parte de nuestrotiempo al aprendizaje y práctica de las téc-nicas y usos de materiales que necesitare-mos en nuestras salidas.

Aunque nuestra inversión sea grande,debo admitir que la seguridad absoluta enla naturaleza o en la montaña no existe.

Al hablar de seguridad hablaremos deaccidentes y de las causas que los provo-can. Un elevado porcentaje de los acciden-tes en la montaña suceden en recorridosrelativamente sencillos: excursiones, víasclásicas de escalada, etc.

PELIGROS AL DESPLAZARNOS POR LANATURALEZA

Cualquier estancia en el medio naturalimplica una serie de peligros. Pero si ade-más nos internamos en el medio montaño-so, éstos adquieren mayor fuerza. Podemosclasificar los peligros en dos tipos:• subjetivos: aquellos que derivan del

propio comportamiento del hombre; esdecir, la infravaloración de la actividad,supravaloración personal, inconscien-cia, desconocimiento de los posiblespeligros, etc.

• objetivos: producidos por causas natu-rales como desprendimientos de rocas,

nevadas, aludes, cambios bruscos de lascondiciones meteorológicas, etc.

Aunque algunos de estos temas hansido tratados o van a serlo de forma másamplia y exhaustiva, aquí también vamos acomentarlos.

Peligros subjetivosPreparación física y técnica

El excursionismo, montañismo, etc.,son actividades físicas. Como tales requie-ren de una preparación adecuada. No esta-mos hablando de ser grandes atletas ni deutilizar todos los recursos técnicos demanera magistral. Hablamos simplementede dedicar algo de nuestro tiempo, por unlado, a trabajar cualidades físicas como laresistencia (andando, trotando, corriendoen bicicleta, etc.) y, por otro, a familiari-zarnos con actuaciones ( formas de mover-nos, los materiales, etc.) que pueden serútiles en el transcurso de cualquier activi-dad.

En ocasiones, es útil contar con unaexperiencia previa que contemple situacio-nes que puedan producirse en nuestraexcursión. Esto lo podemos adquirir a tra-vés de salidas con amigos más expertos, ymediante cursos en clubes de montaña ofederaciones relacionadas con la materia

EquipamientoPodemos poseer una condición física

excelente, técnicamente rozar la perfec-ción, pero un buen aliado a la hora de lle-var a cabo nuestro propósito es el equipa-miento. Éste debe encontrarse en perfectas

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 189

En nuestro acercamiento a las monta -ñas debemos ser conscientes de la exis-tencia de peligros. El primer paso enseguridad lo habremos dado al com-prender que de la naturaleza, la monta -ña, los amigos… siempre estamosaprendiendo.

Es evidente que los riesgos y peligrosexisten en la montaña. Están ahí, perotambién es cierto que una adecuadapreparación, nuestra prudencia y laexperiencia adquirida día a día, atenua-rán sus efectos, permitiéndonos disfru-tar de la montaña con mayor seguri-dad.

Page 191: Manual de Tecnicas

condiciones de uso, conviene revisarlodespués de cada salida y, además, debemossaber emplearlo correctamente y cómosacarle el mayor partido posible.

AlimentaciónLas actividades en la naturaleza suelen

prolongarse durante horas, por lo que tene-mos que prever que necesitaremos ingeriragua y comida durante este período detiempo. No obstante, este aspecto va a más:el cuerpo humano no es como un coche alque le echamos combustible sólo cuandovamos a circular; debemos ser minuciososcon nuestra alimentación e hidrataciónsiempre, y de manera especial los días pre-vios y posteriores a nuestra salida.

Saber renunciarPara realizar actividades en la naturale-

za hay que conjugar numerosos factores:meteorología favorable, llevar en la mochi-la todo lo que necesitemos, estar física, téc-nica y anímicamente preparados, etc. Sipor cualquier razón alguno de estos facto-res no jugase a nuestro favor, deberíamosestudiar beneficios y perjuicios y, si es pre-ciso, renunciar, dar media vuelta e intentar-lo otro día en el que todo nos sonría.

Peligros objetivosDerivados de la meteorología

En cualquier salida a disfrutar de lanaturaleza, un elemento de vital importan-cia es el tiempo en cualquiera de sus aspec-tos (sol, frío, nubes, etc.). Cualquier perso-na que decide ir a la montaña debe consul-tar el parte meteorológico de la zona quetiene previsto visitar. Además convieneaprender a interpretar todos los indiciosnaturales que indican posibles cambios detiempo.

Radiación solarSi imaginamos el día ideal para realizar

una excursión, lo primero que nos viene ala cabeza es un cielo azul, sol reluciente yninguna nube asomando por el horizonte.

¿Bonito, no? Debemos saber que el excesode sol puede resultar perjudicial. Si nosadentramos en la montaña, debido a la alti-tud, los efectos dañinos de los rayos ultra-violeta (UV) aumentan. Conviene prote -gernos del sol cubriéndonos con ropa lige-ra y aplicando cremas protectoras en laszonas de nuestro cuerpo que quedenexpuestas a los rayos solares, como cara,labios, etc. Y los ojos, especialmente sensi-bles, deberemos protegerlos con gafasoscuras de buena calidad y con filtro UVadecuado para el sol de montaña.

Otro aspecto que debemos consideraren los días soleados es la especial predis-posición a la deshidratación. Es convenien-te que bebamos líquidos con frecuencia enpequeñas cantidades, aunque no tengamossed.

Y por último, dos de los mayores peli-gros que derivan de la radiación solar sonla insolación y el golpe de calor, que pue-den llegar a provocar en casos extremosgraves daños físicos e incluso la muerte.Pueden prevenirse con una correcta hidra-tación, cubriendo la cabeza con algunaprenda clara y llevando ropa ligera yamplia. Al programar cualquier actividadconviene evitar que ésta se desarrolledurante las horas del día de mayor insola -ción.

Frío, lluvia y vientoCon la ropa adecuada, bien alimentados

y un poco de ejercicio, el frío desaparece;un buen chubasquero evitará que nos moje -mos en caso de lluvia y actuará de corta -vientos si Eolo es quien sopla. Pero, si nose ha actuado con previsión y se carece delequipo adecuado, la combinación de estostres factores puede provocar una hipoter-mia.

Debemos tener en cuenta que no sólonos mojamos cuando llueve, sino tambiénpor efecto de nuestra transpiración. Porello, además del chubasquero, convieneque dispongamos de ropa de repuesto seca,aunque anuncien buen tiempo.

190 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 192: Manual de Tecnicas

El viento, además de mermar nuestrocalor corporal aumentando la sensación defrío, provoca también un desgaste impor-tante en nuestro cuerpo. Su fuerza, además,puede ser peligrosa en determinados casos,haciéndonos perder el equilibrio y caer.Evitaremos, en días de fuerte viento, loslugares más expuestos como aristas, cimasy zonas encajonadas.

Tormenta eléctricaLa tormenta es un peligro real y con-

viene reconocerla con anticipación. Si nosvemos metidos en una, deberemos evitarlas cumbres, las aristas, o cualquier puntoelevado. Nos alejaremos de cualquier pro-minencia: árboles aislados, postes, chime -neas, ganado, etc. No correremos, puestoque las turbulencias que creamos puedenatraer al rayo; buscaremos una zona planao poco pendiente, distanciaremos cualquiermaterial metálico (no por atraer al rayo,sino por ser buen conductor) y esperare-mos a que se aleje la tormenta.

La posición más segura es en cuclillas,puesto que la superficie de contacto entreel suelo y nosotros es menor, alejados deárboles o rocas solitarias y procurando ais-larnos del suelo sentándonos en una esteri-lla o sobre la mochila. Evitaremos prote -gernos bajo paredes rocosas extraplomadaso cerca de cursos de agua que pueden serconductores de la corriente eléctrica. Una

cueva puede servirnos de protección si eslo suficientemente grande. También puedeser seguro un bosque, o paredes altas siem-pre que estemos separados de ellas al me-nos 2 metros, etc.

NieblaLa niebla no es más que una nube que

se ha quedado enganchada en el relieve.Sus consecuencias más directas son: eldescenso de la temperatura al estar tapadoel sol, la sensación de frío aumentada porla humedad y la pérdida de visibilidad queimpide reconocer el terreno. Para solucio-nar los problemas debidos a la niebla, ade-más de ir bien equipados, deberemos cono-cer las técnicas de orientación y llevarsiempre los instrumentos necesarios: brú-jula, mapa y altímetro. Con niebla tambiénevitaremos caminar por zonas amplias depastos, pedreras, etc. con caminos pocomarcados o con pocas referencias. Estasituación es especialmente desagradable aldesplazarnos sobre terreno nevado donde,tanto el suelo como el horizonte y el cieloson del mismo color y los percibimos en unsolo plano.

DesprendimientosPuede haber diversas causas que provo-

quen la caída de piedras o rocas. La máshabitual es la gelifracción en la que el aguapenetra en las pequeñas fisuras de lasrocas, se hiela, aumenta su volumen y,actuando a modo de cuña, hace que la rocase quebrante, pierda puntos de sujeción yse precipite. Suele suceder cuando se pro-ducen grandes variaciones térmicas, y laszonas habituales de desprendimientos se

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 191

Figura 8.1 Dimensiones de una cuevaque puede protegernos en caso de tor-menta.

En caso de tormenta:• Evitar zonas mojadas• Ocupar poco espacio• Aislarse del suelo• Alejarse de pequeñas depresiones,

de salientes y de pequeñas cuevas

Page 193: Manual de Tecnicas

suelen reconocer por los canchales que hayen la trayectoria, por las huellas en la nieveo por los impactos con otras piedras.

Otra causa que provoca desprendimien-tos son los animales, tanto de dos como decuatro patas: los humanos al no poner laatención debida al andar y los de cuatro alhuir.

También es habitual la caída de piedrasdespués de lluvias, pues los elementosterrosos que las sujetan, al ser reblandeci-dos por el agua, dejan de sostener los blo-ques y estos caen.

Otro tipo de desprendimientos seríanlos aludes. Aunque son poco frecuentes enmedia y baja montaña, después de nevadascopiosas debemos ser precavidos.

Condiciones del terrenoTerreno nevado, helado, barrizales, pra-

dos de hierba mojados, zonas descompues-tas, etc. Cuando el suelo está mojado hayque llevar el calzado adecuado y pisar concuidado pero con decisión, pues determi-nadas zonas se convierten en verdaderaspistas de patinaje.

La oscuridadNo es en sí misma un peligro, pero

según las condiciones meteorológicas, lasituación, el equipamiento o la fatiga, quese eche la noche encima puede contribuir asituaciones potencialmente peligrosas.

A plena luz del día podemos encontrar-nos ante la oscuridad de un túnel que debe-

mos atravesar, o de una cueva en la que nosintroducimos para protegernos.

Aun en el caso de portar una linterna,en muchos casos el camino puede hacerseirreconocible. En este supuesto la mejorprevención es una buena planificación y,en un momento dado, saber renunciar atiempo. Si aun así surge, no está de más lle -var una funda de vivac o una manta térmi-ca y conocer los métodos más apropiadospara pasar una noche en las mejores condi-ciones posibles.

COMPORTAMIENTO EN CASO DEACCIDENTE

La prevención, basada en la prudencia,la formación adecuada y el conocimientode los peligros son las mejores herramien-tas para minimizar los riesgos de cualquieractividad en la naturaleza. Sin embargo,nunca podemos decir que no existe ningúnpeligro. Una simple imprudencia, un des-piste o la mala suerte nos pueden hacersufrir un accidente. En esta situación, loimportante será saber cómo actuar.

¿Qué hacer en caso de accidente?• Actuar inmediatamente en cuanto se

presencie un accidente. Atender cual-quier petición de auxilio que se observeo escuche.

• Mantener la calma. Analizar la situa-ción y establecer un orden de actuación.

• Prevenir el agravamiento de la situa-ción: proteger al accidentado, rescatar-lo, balizar el lugar si es necesario, evi-

192 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Cómo evitar los accidentes:• Buena preparación física• Equipo adecuado• Ser objetivos con nuestro nivel de

preparación y conocimientos• Estudiar el itinerario• No salir solos• Informarnos de la meteorología• Dejar dicho el itinerario• Prudencia, mucha prudencia

Peligros subjetivos:• Preparación física y técnica• Equipo• Alimentación• Saber renunciar

Peligros objetivos:• Derivados de la meteorología• Desprendimientos• Condiciones del terreno• Oscuridad

Page 194: Manual de Tecnicas

tar riesgos para el rescatador.• Aplicar los primeros auxilios, para los

que se esté realmente capacitado.• En caso de necesitar auxilio, pensar en

el punto de aviso más cercano (teléfo-no, refugio, radio-socorro…) y la formamás rápida de llegar hasta él.

• Avisar personalmente y asegurarse deque se ha transmitido correctamente elmensaje.

• Si es posible, nunca dejar solo al heri-do. Si fuera necesario, se le dejará asalvo de peligros objetivos, abrigado ycon provisiones a su alcance. Se señali-zará el lugar exacto lo más claramenteposible, tomando nota de algunas refe-rencias para indicarlas a los grupos derescate.

• Una vez se ha dado el aviso, se debepermanecer localizado y a disposiciónde los grupos de rescate, por si fueranecesario colaborar con ellos.

SOLICITUD DE SOCORROUna vez ocurrido el accidente, hay que

pensar en la forma más rápida, segura yefectiva de dar el aviso. Si disponemos deteléfono móvil y éste tiene cobertura, lacosa se simplifica: marcamos el 112 deProtección Civil o el 062 de la GuardiaCivil de Montaña y contamos lo sucedidode manera concreta y concisa. En caso deutilizar emisora de radio de 2m., la fre-cuencia de Protección Civil es 146.175MHz. Si no disponemos de esta modernatecnología, deberemos pensar en el puntode aviso más próximo (refugio, radio-soco-rro, teléfono, etc.) y la forma de llegar a élen el menor tiempo posible y sin sufrircontratiempos.

Una vez dado el aviso, hay que perma-necer perfectamente localizado para, en elcaso de ser necesario, colaborar en laslabores de rescate.

La situación actual en España respectoa los grupos de rescate todavía es variada,pero poco a poco se va unificando. Encomunidades como Andalucía, Aragón,

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 193

En caso de accidente:• Mantener la calma• Evitar el agravamiento de la situación• Aplicar los primeros auxilios• Dar aviso y/o evacuar

Teléfonos de emergencia:• Protección Civil: 112• Guardia Civil: 062Frecuencias para emisoras de 2m.:• Protección Civil: 146.175 MHz.

Servicios de socorro en las distintasComunidades:Andalucía:

Emergencia Sanitaria tnº. 061GREIM Granada tnº 958157322

Aragón:SOS Aragón tnº. 112GREIM Benasque tnº 974551008Boltaña tnº974502083Jaca tnº 974361350Mora de Rubielos tnº 978800030Panticosa tnº 974487006Tarazona tnº 976199120Asturias:CEISPA tnº 112GREIMCangas de Onís tnº 985848056Mieres tnº 985460698

Canarias:GREIMSta Cruz de Tenerife tnº 922648500

Cantabria:GREIM Potes tnº 942730007

Catalunya:Bomberos Generalitat tnº 082GREIMCamprodom tnº 972740039Pobla de Segur tnº 973660128Puigcerdá tnº 972880146Viella tnº 973640005

Page 195: Manual de Tecnicas

Canarias, Cantabria, Castilla-León, Gali-cia, Madrid y Navarra, en caso de acciden-te actúan los Grupos de Rescate eIntervención en Montaña de la GuardiaCivil ( GREIM ). En Asturias, además delGREIM, los rescates son llevados a cabopor el Grupo de Socorro del Principado deAsturias ( CEISPA ). En Cataluña actúanlos GREIM y los Bomberos de la Ge-neralitat. Y, por último, en la ComunidadValenciana carecen de grupos profesiona-les de rescate en montaña, pero la Fe-deración Valenciana de Montañismo reúnea un grupo de voluntarios que forma, entre-na y coordina con otras instituciones.

DATOS PARA SOLICITAR LA AYUDAPara que la intervención de los grupos

de rescate sea rápida y eficaz, a la hora de

solicitar su ayuda es fundamental propor-cionar una serie de datos:• Quién solicita la ayuda: datos persona-

les.• Qué ha ocurrido: cómo ha sido el acci-

dente, en qué lugar, cuántos heridoshay, gravedad y tipo de lesiones.

• Cuándo ha ocurrido el accidente: día yhora del suceso.

• Dónde se encuentra el o los accidenta -dos: lugar exacto, coordenadas según elmapa, características del terreno yalgún dato de interés que no pueda lle -var a error.

• Condiciones meteorológicas: visibili-dad, viento, etc., en el lugar del acci-dente.

• Datos de la víctima: nombre, direc-ción, etc.

• Número de personas que se encuen-tran con el accidentado, así como cuán-tas pueden prestar ayuda.

SEÑALES INTERNACIONALES DESOCORRO

Existen una serie de señales que habi-tualmente se utilizan para solicitar ayuda,especialmente aérea, y responder a los tri-pulantes de los helicópteros. Estas señalesson reconocidas internacionalmente, debenser utilizadas de manera responsable y suejecución debe ser clara y precisa.

Tipos de señales• Señales luminosas: seis intervalos

luminosos en el transcurso de un minu-to con otro minuto de pausa. La res-

194 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Castilla - León:GREIMArenas de San Pedro tnº 920370004Barco de Ávila tnº 920342002Sabero tnº 987718004Riaza tnº 921550010

Comunidad Valenciana:FVM tnº. 965434747

Euskadi:SOS Deiak nº 112

Galicia:GREIMPuebla de Trives tnº 988330033

La Rioja:Ezcaray tnº 941354002

Madrid:GREIM Navacerrada tnº 918521012

Navarra:Bomberos de Navarra tnº. 088GREIMBurguete tnº. 948760006Pamplona tnº 948296850Roncal tnº 948475005

Otros:Bomberos de Andorra tnº 082Gendarmería Francesa - CRS tnº 112

Datos para solicitar ayuda:• Quién• Qué• Cuándo• Dónde• Condiciones meteorológicas• Datos de la víctima• Número de personas

Page 196: Manual de Tecnicas

puesta por parte del equipo de rescateserá de tres intervalos luminosos en unminuto con otro de descanso. Tambiénes habitual el uso de bengalas o cohe-tes: rojo, necesitamos ayuda; verde, no,no necesitamos ayuda.

• Señales sonoras: seis intervalos sonorosen el transcurso de un minuto con otrode pausa; como respuesta de los equi-pos de rescate escucharemos tres inter-valos sonoros en un minuto y con lamisma pausa.

• Señales visuales: Son las más claras yfáciles de interpretar, especialmente enel rescate aéreo. No necesitamos ayuda: La persona per-manece inmóvil levantando un solobrazo. Así su figura asemeja a una N de“no”.Sí, necesitamos ayuda: La persona semantiene de pie, con los brazos levan-tados y permanece inmóvil durantetoda la llamada. Su cuerpo forma algoparecido a una Y de “yes”.

Otras señales visuales utilizadas encaso de necesitar ayuda son: lanza-miento de un cohete en el que la estelasea de color rojo o la utilización de untrapo rojo de forma cuadrada y de 1metro de lado en el que en el interiorhemos dibujado un círculo blanco de 90cm de diámetro.

ACTUACIÓN EN CASO DE RESCATEAÉREO

El helicóptero es el medio más rápidopara realizar cualquier rescate si las condi-ciones meteorológicas y orográficas lo per-miten. Si la ayuda viene desde el aire, con-viene tener en cuenta las siguientes reco-mendaciones de seguridad:• Buscaremos en las proximidades de

donde se encuentre el accidentado unazona que se considere apta para el ate-rrizaje del helicóptero, esto es, que notenga una pendiente pronunciada y queesté alejada un mínimo de 20 metros decualquier elevación (árboles, una pared,un promontorio, etc.)

• Acondicionaremos una zona de aterri-zaje de 4x4 metros, alejando cualquierobjeto susceptible de ser levantado porel viento. La forma más sencilla demarcar la zona es colocar a una personade espaldas al viento y de cara al lugardel aterrizaje, con los brazos levantadosen posición de “sí, necesitamos ayuda”y sujetando en una de sus manos unpañuelo que indicará al piloto la direc-ción del viento. Si estamos sobre unazona nevada, previamente habremoscompactado la nieve.

• Cuando el aparato vaya a tomar tierra,el grupo debe permanecer agrupado,todos agachados y siempre a la vista delpiloto. La persona que indica la zona deaterrizaje se agachará y permaneceráasí aguardando instrucciones de la tri-pulación.

• Como norma general, al aproximarse alhelicóptero hay que evolucionar siem-pre por la zona frontal y a la vista delpiloto; si éste percibiera alguna manio-bra irregular de cualquier persona des-pegaría y surgiría el problema de unnuevo aterrizaje.

• En los movimientos cerca del helicóp-tero, no hay que perder de vista losrotores (principal y de cola).

• Si además portamos unos esquíes, pon-dremos especial cuidado en la aproxi-

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 195

Figura 8.2 Señales visuales

Page 197: Manual de Tecnicas

mación al aparato, llevándolos horizon-tales.

• Si el aparato está sobre una pendiente,nos acercaremos por la zona baja, esdecir, por donde tengamos mayor dis-tancia entre el suelo y el helicóptero.

• Si tenemos que entrar al helicóptero yllevamos crampones puestos, debere-mos quitárnoslos. Si no es posibleentraremos en el aparato gateando, derodillas o sobre el trasero.

• Una vez dentro del helicóptero notoques nada ni a nadie.

• Durante el despegue del helicóptero, laspersonas que quedan en tierra permane-cerán agachadas, de la misma maneraque cuando aterrizó.

2. MATERIAL DESEGURIDAD Y ESCALADA

LA CUERDAEs un elemento indispensable para la

seguridad en la escalada.Las cuerdas de escalada son productos

textiles de alta tecnología, poseen ligereza,gran resistencia y una alta capacidad deabsorción de energía gracias a su elastici-dad.

Se componen exteriormente de unafunda o camisa de nailon entretejido querecubre el alma trenzada del interior. Lafunción de la camisa es proteger el alma dela abrasión y de la suciedad; y el alma esquién se encarga de proporcionar a la cuer-da sus propiedades físicas (resistencia,elongación, etc.). Los fabricantes dotan alas fundas de multitud de colores pero elalma siempre la encontramos de colorblanco, lo cual nos facilita el identificarcualquier deterioro.

Hay varios tipos de cuerdas:

Dinámicas: Por ser más elásticas sonlas que se usan principalmente en escalada.Dicha elasticidad determina una mejorabsorción de la caída y menos brusquedaden el tirón, lo que las hace capaces de dete -ner la caída libre de una persona, recibien-do un impacto limitado. Pueden ser devarios tipos:• Cuerdas simples: 10-11 mm de diáme -

tro, las usamos individualmente. Soncapaces de detener caídas graves.

• Cuerdas dobles: 8,5-9 mm de diámetro,se usan siempre combinadas con otracuerda de iguales características. Puedenusarse simultánea o alternativamente.

196 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.3 Zonas de peligro en la apro-ximación a un helicóptero.

Rescate aéreo:• Buscaremos, acondicionaremos y

señalizaremos una zona de aterrizaje• El grupo permanecerá agrupado,

agachado y a la vista del piloto• Seguiremos estrictamente las órde-

nes de la tripulación

Page 198: Manual de Tecnicas

• Cuerdas gemelas: 8-8,5 mm de diáme -tro, son usadas a pares y paralelas, co-mo si de una única cuerda se tratase.

Semiestáticas: más duras y menos elás-ticas, se emplean generalmente en espeleo-logía, en rescates, como línea de seguridaden los trabajos de altura o como cuerdasauxiliares y para ascender y descender porellas.

Estáticas: son las que se usan principal-mente para construcciones de puentes decuerda y tirolinas. No son capaces deabsorber energía y por lo tanto no son aptaspara asegurar personas. A simple vista dis-tinguiremos este tipo de cuerdas por sucamisa blanca entretejida con algún hilo decolor rojo o azul.

Todas las cuerdas que utilicemos debenestar homologadas por la UIAA (UniónInternacional de Asociaciones de Alpinis-mo), lo que indicará que han pasado losdebidos controles de calidad.

La longitud más habitual de las cuerdasde escalada oscila entre 45 y 60 metros.Para escalar podemos usar dos cuerdas de9 mm de diámetro o una de 11 mm Ele -giremos una opción u otra en función deltipo de escalada, del itinerario, del descen-so y de las posibilidades de abandonar elrecorrido. Cuando queramos asegurarpasos delicados mediante pasamanos ocuerdas fijas, utilizaremos cuerdas auxilia -res estáticas del mismo diámetro que las deescalada.

A mayor grosor de la cuerda, mayorresistencia por metro. La carga de rotura dela cuerda oscila entre los 180 kg de las de3 mm de diámetro y los 2.400 kg de las de11 mm.

Las cuerdas no sólo pierden sus cuali-dades con el uso, sino también con el tiem-po. Aunque estén almacenadas correcta -mente (condiciones adecuadas de luz, tem-peratura, humedad, etc.) y no se empleen,los fabricantes recomiendan no usarlas másallá de cinco años desde la fecha de sufabricación.

Para que las cuerdas nos duren debe-mos repasarlas después de cada uso.Evitaremos pisarlas, ya que al hacerlo seintroducen polvo y microcristales de rocaen el alma a través de la camisa y, aunqueno se pueda decir que esto debilite en exce-so la cuerda, sí contribuye a deteriorarlaprematuramente. Evitaremos también losrozamientos en cantos afilados de la roca yno la expondremos muchas horas a losrayos del sol.

En cuanto a su conservación, la lavare-mos con agua dulce cuando sea necesario,utilizando un jabón neutro, la secaremosalejada del sol y de fuentes de calor, no laexpondremos a productos químicos y laguardaremos en lugares frescos y oscuros.Los fabricantes dan siempre con cada cuer-da una serie de normas y consejos quedeberemos seguir al pie de la letra.

A la hora de elegir una cuerda, tendre-mos en cuenta los siguientes datos técnicoshomologados: resistencia a la caída, fuerzade choque, elasticidad, flexibilidad, elon-gación, desplazamiento de la funda y resis-tencia a la abrasión.

Al margen de estos términos expresa-dos en cifras, se tienen en consideraciónotros factores como son: la textura, el usorecomendado y los tratamientos específi-cos (antiabrasión, hidrófugo, etc.).

Una cuerda de escalada no debe serjuzgada nunca por una sola de sus caracte-rísticas, pues es el conjunto de éstas lo quedetermina su valoración cualitativa. Evi-dentemente, a la hora de comprarla elegire-mos el tipo de cuerda en función del usoque vayamos a darle.

CINTAS Y CORDINOSUna parte importante del equipamiento

de todo aquel que salga a la montaña sonlas cintas y cordinos.

Las cintas, anudadas o cosidas forman-do anillos, se emplean desde para comple-tar un anclaje de seguro hasta para impro-visar un arnés de fortuna en un momentode apuro. Existen en cuatro anchos diferen-

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 197

Page 199: Manual de Tecnicas

tes y según su confección o estructura pue-den ser tubulares o planas.

Las cintas y cordinos auxiliares queempleamos han de tener una resistenciasimilar a los mosquetones, puesto que ocu-pan el mismo lugar en la cadena de seguri-dad.

La resistencia nominal de un cordino secalcula mediante la fórmula:

R=Ø 2x20 (Donde R es la resistencianominal y Ø es el diámetro de la cuerda ocordino). Por su parte, la de la cinta planadepende del número de bandas longitudi-nales en el dibujo de una de sus caras, cadabanda equivale a 500 kg.

La resistencia de cordinos y cintas sepuede ver afectada por varios factores,como los acodamientos sobre ángulos y losestrangulamientos. Por ello, los nudossiempre restan resistencia a estos elemen-tos. Conviene, siempre que sea posible,utilizar cintas cosidas y mosquetones paraunir los diversos elementos.

Los cordinos de diámetro inferior a 7mm sólo deben emplearse para usos auxi-liares que no requieran gran responsabili-dad, debido a su débil resistencia y a surápido envejecimiento. Se usan para sopor-

tar esfuerzos, pero no para absorber ener-gía. Existen unos cordinos especiales de“kevlar” que resisten, a igual peso y diá -metro, entre 3 y 4 veces más que los de nai-lon, aunque resultan más rígidos que éstos.Se fabrican en 5,5 y 6 mm de diámetro.

Al igual que todos los productos texti-les empleados en escalada, su vida útil encondiciones de seguridad es unos cincoaños. Para su conservación utilizaremoslos mismos consejos que para las cuerdas.

ARNÉSEl arnés es el instrumento que emplea

el escalador para unirse a la cuerda. Sumisión principal es la de distribuir correc-tamente el impacto que provoque una caídasobre el cuerpo.

Existen diversos tipos de arneses:• Arnés de pecho, cinta cosida que, rode-

ando el tórax y los hombros, nos permi-te pender de él.

• Arnés de cintura, formado por una cintamás o menos ancha que rodea la cintu-ra y dos más, en forma de anillo, por lasque se introducen las piernas. Todo elloestá cosido y forma una sola pieza.Posee, además, unas anillas ancladas enel cinturón donde podemos colocarordenadamente el material.

• Arnés integral, combinación de losarneses de pecho y cintura. Es el único,por su seguridad, homologado por laU.I.A.A. y recomendado especialmentepara niños, adultos sin formas marcadasy en escaladas con mochila o cuandoexista la posibilidad de caídas descon-troladas.

La unión del escalador a la cuerda a tra-vés del arnés la realizaremos pasando lacuerda por el anclaje central en el depecho; por el anclaje de la cintura y de laspiernas en el de cintura; y, en el caso de losarneses integrales lo haremos uniendo losdiversos puntos de anclaje. En todos loscasos seguiremos las indicaciones delfabricante.

198 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.4 Arnés de pecho, cintura eintegral.

Page 200: Manual de Tecnicas

Actualmente existen en el mercadomodelos específicos para cada actividad:para la escalada, de tamaño y peso reduci-dos; para el alpinismo, regulables según lacantidad de ropa que llevemos; para el des-censo de barrancos, reforzados en laszonas de mayor abrasión, etc.

Lee atentamente las instrucciones decada arnés que uses y síguelas al pie de laletra. Revisa dos veces su colocación antesde alejarte del suelo.

Los arneses improvisados con cinta,cordino o con la propia cuerda son pésimospara retener una caída o para permanecersuspendidos de ellos. Conviene evitarlos yusarlos exclusivamente en circunstanciasexcepcionales, siempre que no exista laposibilidad de “vuelos” o de permanecermucho tiempo colgados.

CASCOEs un elemento imprescindible, pues

protege nuestra cabeza de impactos provo-cados por los desprendimientos de piedraso por caídas incontroladas.

Están fabricados con fibras y materialesplásticos de gran ligereza, elevada resisten-cia mecánica y una buena absorción delimpacto. Están acolchados en el interior,poseen eficaces sistemas de ventilación ypueden ser adaptados a distintos usuariospor medio de sistemas de regulación.

Debe ser utilizado siempre, en cual-quier tipo de escalada, y no valen excusastales como que es incómodo, da muchocalor o es excesivamente pesado.Actualmente, con la tecnología de nuestrolado, estas excusas carecen de fundamento.

Conviene colocarlo correctamente,ajustarlo al tamaño de nuestra cabeza de

forma que no bascule y en una posiciónque cubra desde media frente hasta el occi-pital.

CALZADOUna parte importante del equipo de las

actividades en la naturaleza es el calzado.En él podemos buscar y encontrar calidez,comodidad, versatilidad, etc. Actualmentela oferta es tan grande que conviene mati-zar algunas características particulares delcalzado para cada actividad.

Tanto para la alta montaña como para elsenderismo, deberemos tener en cuenta laligereza, la relación impermeabilidad trans-piración, la capacidad de absorción deimpactos contra el suelo, la adherencia de lasuela y el grado de flexibilidad. Además,deberemos tener muy en cuenta la comodi-dad, su robustez, capacidad de sujeción yprotección del pie, rapidez de secado, etc. Enalta montaña deberemos contemplar, ade-más, el aislamiento térmico, una mayor re-sistencia a la abrasión y una mayor rigidez.

Es primordial elegir bien el modelo y latalla, ya que todos los pies no son iguales.

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 199

Cuerdas, cintas, cordinos y arneses sonelementos textiles que requieren un man-tenimiento y unas condiciones especialesde conservación .

Figura 8.5 Casco bien colocado.

Page 201: Manual de Tecnicas

Antes de comprar recuerda probarte siem-pre los dos pies, ya que hay pequeñas dife-rencias entre ellos.

Pies de gatoCon este nombre se conocen las zapati-

llas de escalada, material imprescindibleen la progresión por la vertical.

Este calzado posee una suela especial,fabricada con goma cocida. Ésta tiene laspropiedades de adherencia y flexibilidad,lo que nos permite apoyarnos en presasminúsculas y progresar por placas lisas.Con un uso habitual, es frecuente el tenerque cambiarlos con una cierta asiduidad.

Un zapato de escalada, una vez calzado,debería quedar “confortablemente ajusta-do” y no causar daño en ningún punto. Loszapatos bien calzados, después de algúntiempo, se estirarán y producirán un “ajus-te personal”, lo que debe ser tenido encuenta a la hora de probarlos.

Podemos distinguir diversos tipos depies de gato:• Atendiendo a la rigidez: los blandos,

indicados para la escalada de adheren-cia donde la musculatura del pie juegaun papel fundamental, por lo que noson apropiados para los principiantes; ylos rígidos, ideales para presas peque-ñas o regletas, facilitándonos el canteo.

• Atendiendo a la sujeción del tobillo:con modelos tipo bota o zapatilla.

• Atendiendo a la sujeción del pie:mediante cordones que permiten unajuste perfecto, o con gomas elásticaspara mayor comodidad y rapidez a lahora del calzado.

• Atendiendo a su polivalencia: si noqueremos tener una zapatería completa,buscaremos aquellos pies de gato quemás se adecuen al tipo de escalada quehabitualmente practicamos. Como-didad para la alta montaña y la granpared; y sujeción y precisión para esca-ladas cortas y difíciles

Limpieza y mantenimiento: Convienefrotar con un trapo húmedo, eliminando lamayor suciedad posible; secar con un trapoo con aire seco y luego cepillar, tanto laparte textil como la goma a lo largo de lasuela. La forma más efectiva y sencillapara mantener un rendimiento óptimo de lagoma es limpiar las suelas antes de escalar.Si no queremos sustituir nuestro pie degato tenemos la posibilidad de cambiarle lasuela una vez desgastada.

MOSQUETONESEl mosquetón es un anillo metálico que

nos permite conectar los diversos elemen-tos de la cadena de seguridad. También esútil para la organización y para el transpor-te del material.

Están constituidos por un aro incomple -to de metal realizado en aleaciones de alu-minio, con un cierre tipo leva que sólopuede abrirse hacia dentro, y que, debido ala acción de un muelle cierra de golpe encuanto se deja de ejercer presión sobre él.

Todos los mosquetones llevan grabado,además de la marca de fábrica, la garantía

200 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.6 Pies de gato

Al adquirir calzado, y especialmente elde montaña, no olvides probarte los dospies.

Page 202: Manual de Tecnicas

de la U.I.A.A. (si la poseen); la resistenciaa la rotura longitudinal, transversal y con elcierre abierto; y la palabra “tested” que sig-nifica que cada mosquetón ha sido probadoindividualmente.

Existen cuatro diseños básicos: ovaladoo simétrico, HMS o de pera, en forma de Dy en forma de D asimétrica. Estos diseños

los podemos encontrar con una protecciónque impide que el gatillo se abra de formainvoluntaria. Son los llamados mosqueto-nes de seguro, que pueden ser manualescon seguro roscado, de bayoneta (muellecon deslizamiento o con giro sobre el gati-llo) o automáticos.

Los simétricos se emplean para llevarmaterial y como mosquetones auxiliares;

los HMS, debido a su gran tamaño y a suusual cierre de seguridad, son los queemplearemos para asegurar y rapelar; y losde forma en D y D asimétrica se usan enmaniobras de seguridad, rapel y asegura-miento cuando poseen cierre con seguro, yen los seguros intermedios.

Es importante verificar los mosqueto-nes de vez en cuando, engrasando el mue-lle si es necesario, y prescindiendo de ellossi dudamos de su buen estado tras un golpefuerte o tras varios años de uso.

CINTA EXPRÉSUna cinta exprés es el conjunto de una

cinta plana, cosida o anudada, y dos mos-quetones. Generalmente se emplean paraello dos mosquetones en forma de D, utili-

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 201

Figura 8.7 Detalle de los datos de unmosquetón.

Figura 8.8 Tipos de mosquetón.

Figura 8.9 Mosquetón con seguro.

Page 203: Manual de Tecnicas

zándose a menudo uno de gatillo recto yotro de gatillo curvo.

Su uso principal es para unir la cuerda alos puntos de seguro, de forma que el mos-quetón con el gatillo recto se coloca en elpunto de seguro y el curvo se emplea parapasar la cuerda, pues su curvatura facilitala entrada de ésta.

Los impactos de caída producen unenvejecimiento prematuro de la cinta, puesestá compuesta de un elemento textil seme-jante al de la cuerda de escalada. Es normalque al utilizar un gran número de cintas seadifícil controlar el número de caídas que hasoportado cada una de ellas, y por ésta faltade control podamos llevar su uso hastaextremos peligrosos, incluso de rotura.Para desechar una cinta exprés podemostener en cuenta:• Pérdida apreciable del color.• Aumento considerable del volumen del

cuerpo de la cinta. • Hilos rotos o gastados, síntomas de fati-

ga en las costuras.

La longitud de una cinta exprés depen-de del tipo de uso que le vayamos a dar.Los escaladores deportivos las prefierencortas, puesto que el itinerario de las víasno suele ser muy sinuoso. Para otros tiposde escalada y para las maniobras de seguri-dad las utilizaremos algo más largas.

DESCENSORESSon elementos que actúan frenando el

deslizamiento de la cuerda a voluntad delescalador. Esta característica permite suuso para descender por una cuerda (rapel),

asegurar y realizar diversas maniobras(rescate, izado de material, etc.)

Tradicionalmente se ha usado el nudodinámico (del que hablaremos más amplia -mente en el capítulo de nudos) como ele -mento descensor-asegurador. Es sencillode realizar y de utilizar, y posee una exce-lente capacidad de frenado. Por ello tantola UIAA como la EEM (Escuela Españolade Montañismo) lo recomiendan como elmétodo más idóneo para un aseguramientodinámico. Sin embargo, en la actualidadhay gran cantidad de aparatos diferentescon prestaciones y fiabilidad iguales omejores que las de este nudo, por lo que suuso ha quedado un poco relegado.

Existen multitud de ingenios y cadacual tiene sus ventajas e inconvenientes.Su diferencia fundamental es su maniobra-bilidad: facilidad de manejo y usos posi-bles. Atendiendo a su forma, los descenso-res actualmente disponibles en el mercadopodemos agruparlos en varios tipos: ocho,placas de freno, tubulares, autofrenos, des-censores a poleas, de barras móviles y disi-padores.

OchoA pesar de encontrarse en un estado de

relativo desuso por la aparición de disposi-tivos con mayor fuerza de frenado, el des-censor más extendido en escalada, alpinis-mo y para las maniobras de seguridad hasido el denominado “ocho” (por su seme -janza con el número cardinal) debido a suligereza, fácil uso y diseño simple. Susprincipales defectos radican en rizar (retor-cer) las cuerdas en demasía, provocandobucles que entorpecen el descenso o asegu-ramiento, y en su poca capacidad de frena-do (en comparación con otros) en caídas defactor alto. Paradójicamente, debido a estasegunda desventaja, es interesante paraalpinismo o escaladas con seguros preca-rios, pues frena la cuerda de manera muydinámica.

En su concepción más simple, el“ocho” se utiliza fijándolo al arnés me -

202 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.10 Cinta exprés.

Page 204: Manual de Tecnicas

diante un mosquetón de seguridad. Los“ochos” en general aceptan cuerdas endoble o en simple a partir de 9 mm de diá -metro. Si la cuerda es de menor diámetro,o si se utiliza en simple y se quiere descen-der lentamente, en algunos modelos sepuede aumentar el roce utilizándolos alrevés o cruzando la cuerda sobre sí misma.

Un problema que pueden presentar los“ochos” es el de formar una presilla dealondra con la cuerda y bloquearse. Estosólo puede ocurrir si dejamos la cuerda sintensión mientras lo utilizamos. Para mini-mizar este posible problema se han busca-do soluciones como la de modificar laforma del anillo grande o incorporarle unoscuernecillos (fig. 8.12).

Suelen estar fabricados de duraluminioo aleaciones similares, lo que los convierteen ligeros y resistentes, aunque no tantocomo para que tengan una vida eterna; elroce de la cuerda termina por provocarunas muescas y los golpes pueden crearpequeñas fisuras que disminuyen su resis-tencia. Conviene cambiarlos de vez encuando.

Como ya hemos comentado anterior-mente, podemos regular la velocidad defrenado usándolo en diversas posiciones;

aunque estas posibilidades requieren expe-riencia y precaución.

También podemos usarlo como elemen-to de bloqueo (fig. 8.13).

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 203

Figura 8.11 Ocho y forma de pasarcuerda.

Figura 8.12 Ocho con presilla de alon-dra

Figura 8.13 Otras formas de usar elocho.

Page 205: Manual de Tecnicas

Placas de freno y tubosSon elementos sencillos de manejar,

aunque no por ello dejan de requerir laatención del usuario; y de peso mínimo.

Existen dos concepciones básicas: lasplacas y los tubos. Ambos son adecuadaspara el aseguramiento y para el rápel. Lasprimeras provocan un mayor desgaste a lacuerda debido a la poca superficie de con-tacto de ésta con el aparato, mientras quelos segundos, debido al poco espesor desus paredes, disipan menos el calor.

En general, y dependiendo de modelosy fabricantes, pueden ser usados con cuer-da simple o doble. Mantienen siempre lascuerdas separadas, de forma que evitan loslíos y el rizamiento. En caso de utilizardoble cuerda, permiten suministrar la cuer-da al primero de forma alternada y tambiénasegurar a dos segundos a la vez.

Hay que leer las instrucciones de usocon atención (fig. 8.14).

AutofrenosSon los más jóvenes dentro de la fami-

lia de los frenos. Fueron una revolución yactualmente, a pesar de estar muy desarro-llados, siguen evolucionando.

Como aparatos de aseguramiento detie-nen al instante cualquier caída. Ademáspueden usarse en el rápel. Hay variosmodelos y cada uno con unas característi-cas muy específicas. Podemos destacar el“gri-gri” de Petzl, ideal para la escaladadeportiva, que se usa con cuerda simple yretiene la caída de forma estática; “logic”de Cassin, una alternativa económica al

anterior; o “twin”, también de Cassin, ver-sión que nos permite usar doble cuerda(fig. 8.15).

Al igual que placas y tubos, requierenleer con atención las indicaciones delfabricante; un mal o inapropiado uso puedecostarnos un susto, e incluso un disgusto.

Descensores de poleas y de barrasmóviles

Usados fundamentalmente en espeleo-logía, permiten descender grandes vertica-les donde el peso de la cuerda dificulta eldescenso. Permiten regular el frenado yreparten de forma eficaz el calor provoca-do por el rozamiento.

DisipadoresA pesar de no ser estrictamente descen-

sores ni frenos, los he incluido en esteapartado por la función que realizan.

Se utilizan frecuentemente como auto-seguro en vías ferratas. Son de funciona-miento algo complicado pero podemosdefinirlos como automáticos ya que actúanen el momento que la cuerda lo solicita. Sumisión es la de disipar parte de la energíaque generamos en una caída, haciendo quela retención sea dinámica.

204 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.14 Placas de freno y descen-sor tubular.

Figura 8.15 Grigri, logic, twin.

placa de frenoDesc. tabular

Page 206: Manual de Tecnicas

APARATOS AUXILIARESEn el mercado existe una amplia gama

de instrumentos para ascender, descender,asegurar y realizar multitud de maniobrascon las cuerdas. Si bien conociendo deter-minadas técnicas casi siempre pueden sersustituidos por cordinos, nudos y mosque-tones, su uso es recomendable pues estánconcebidos de manera específica paradichas maniobras, y presentan un alto nivelde seguridad

Los bloqueadores son unos aparatosque, colocados en la cuerda, deslizan en unsólo sentido y, al ejercer fuerza en el senti-do contrario, se bloquean.

Cada uno de ellos tiene una utilidadmuy específica, por lo que hay que usarlosólo para lo que está concebido y prestarespecial atención a las recomendacionesdel fabricante.

PuñosTambién conocidos con el nombre de

“jumars” (por su fabricante), son el blo-queador más extendido. Trabajan con diá-metros de cuerda entre 8-9 y 12-13 mm.(según fabricantes) y existen modelos paraambas manos (izd. y dch.)

Bloqueador ventral o de pechoCon el mismo mecanismo que los puños

pero con distinta geometría, se colocaanclado al arnés de pecho y al de cintura.

Autoseguro para rápelDestaca por su popularidad el “shunt”

o “pato”. Es el complemento ideal para lasmaniobras de rápel y de descenso; tambiénse puede emplear para progresar por lacuerda o asegurar, pero prestando atencióna las recomendaciones del fabricante.

Hay más aparatos que pueden serempleados para estas funciones aunque suuso principal sea el aseguramiento: ocho,grigri, abs, gi-gi, tapir, etc.

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 205

Figura 8.16 Descensores de poleas ybarras móviles.

Figura 8.17 Disipador.

• Hay que leer y seguir al pie de la letralas instrucciones y recomendacionesde los distintos fabricantes.

• Aprender el manejo de los diversosaparatos en el suelo.

• Un mal uso puede acarrear conse-cuencias indeseables.

Barrasmóviles

Descensorde poleas

Figura 8.18 Jumar, croll, shunt.

Page 207: Manual de Tecnicas

PoleasMención aparte merecen estos aparatos

que son de una utilidad incuestionable enel montaje de polipastos, ya que eliminanrozamientos y facilitan las maniobras concuerdas.

Las poleas, que son ruedas acanaladasque giran libremente sobre un eje, sirvenpara cambiar la dirección del movimientoo para mejorar el deslizamiento de unacuerda. Son más eficaces y requierenmenos esfuerzo cuanto mayor sea su radiode giro.

3. TÉCNICAS BÁSICAS DEESCALADA

¿QUÉ ES LA ESCALADA?Escalar es un juego con la gravedad. Es

el encadenamiento de armoniosos movi-mientos en los que la pared nos presta pun-tos de apoyo y nos permite esa irreal satis-facción de vencer a las leyes físicas.

La siguiente pregunta sería ¿por quéescalamos? Algo difícil de responder, cadauno y en función de cada momento tene-mos nuestras propias razones: el riesgo, lasganas de superación, la belleza natural, elconjunto de movimientos, la necesidad dedestacar, observar la vista desde allí arribapodrían ser algunas de estas razones.

La escalada cada día atrapa a más adep-tos por ser una práctica deportiva que sedesarrolla en plena naturaleza y en la que

priman la estética de los movimientos y ladificultad, siempre adaptados a cada prac-ticante. Al igual que en otros deportes,esta adaptación es variable: unos la practi-can por placer y otros, en su afán de supe-ración deportiva, elevarán constantementeel listón de las dificultades.

Pero, ¿no es una actividad difícil y peli-grosa? Pues bien, en cuanto a la dificultad,todo depende del grado en el que nosmovamos. Es preciso iniciarse en itinera-rios sencillos, donde los agarres estén biendispuestos y la única dificultad que debasuperarse sea el miedo, que impide con-centrarse en los movimientos. La seguri-dad es fácil de conseguir: un buen aprendi-zaje de la técnica puede convertir undeporte de apariencia peligrosa en una acti-vidad con muy poco riesgo.

MODALIDADES DE ESCALADAEn función de los medios que utilice-

mos para progresar, también podemos dife-renciar dos estilos o métodos:

Escalada libreEn la que no se utilizan ayudas artifi-

ciales para la progresión. Así, las cuerdas,los mosquetones, o cualquier otro materialsólo se usarán como medio de asegura-miento.

Escalada artificialEn contraposición con la escalada libre,

no usaremos solamente los brazos y piespara progresar por la pared, sino que nosvaldremos de cualquier ayuda artificialcomo puede ser: puntos de seguro, anclajesque soporten nuestro peso, etc.

Como ya hemos mencionado, si atende-mos a la magnitud, al terreno y a la exposi-ción de la escalada, podemos diferenciar:

Escalada en rocódromosUn rocódromo es una pared artificial

habilitada para la práctica de la escalada.Varían mucho tanto las formas como las

206 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.19 Polea.

Page 208: Manual de Tecnicas

dimensiones, así como los emplazamien-tos, que pueden ser móviles o fijos.

Existen infinidad de posibilidades a lahora de construir un rocódromo. Desde unasencilla instalación casera que el escaladorpuede fabricarse colocando presas y apo-yos en una pared de su casa, hasta las lla -madas esculturas escalables en las que,además de ser posible la escalada por susdistintas vertientes, se pueden ubicar en unparque o plaza públicos, como un elemen-to ornamental más de la ciudad.

Entre ambos extremos encontramosrocódromos articulables, en los que sepuede variar la inclinación del muro; volú-menes de formas diversas que se adhierena una pared lisa creando diferentes figurasy formaciones, generalmente imitando laroca natural; y cualquier posibilidad que laimaginación de escaladores y diseñadorespueda crear.

En cuanto a su construcción, pueden serde obra (muros y figuras de piedra, hormi-gón, ladrillo, etc.), de madera o de fibra devidrio, combinándose a menudo las distin-tas técnicas.

Escalada en bloqueTambién llamada “boulder”, comenzó

como una forma de calentamiento y/oentrenamiento, pero actualmente se ha lle -gado a concebir como un tipo de escaladaespecífico. Se realiza en pequeñas paredeso bloques de poca altura, que nos permitensaltar al suelo con seguridad en caso decaída. No se utilizan cuerdas ni puntos deaseguramiento, solamente el calzado ade-cuado (pies de gato) y ocasionalmente elmagnesio. La escalada en bloque persiguela realización de los más difíciles y “explo-sivos” pasos.

Escalada en escuelaDenominamos “Escuela de Escalada” a

una zona rocosa utilizada habitualmentepara la práctica de la escalada y en la queexisten multitud de itinerarios perfecta -mente equipados y no excesivamente lar-

gos. Allí el escalador puede encontrar reco-rridos de todos los niveles de dificultad, yasea bajo, medio o elevado, y de caracterís-ticas y tipo de escalada diferentes. Al estarcolocados los seguros, son zonas en las queel riesgo es mínimo, y resultan idóneaspara la iniciación, entrenamiento y búsque-da de los mayores niveles de dificultad.

Escalada en grandes paredesEscalada en grandes paredes, también

llamada clásica o en terreno de aventura, esaquella que podemos realizar en macizosmontañosos y en las paredes de gran longi-tud que no presentan más dificultades quelas que comporta la técnica de progresión.Normalmente poseen pocos seguros (salvoen algunos pasos clave) y en ellas no seexcluye el uso de artificial. Debido a lalongitud de las rutas puede ser necesaria lapernocta en la pared.

Escalada en alta montañaLa escalada en alta montaña comparte

el compromiso y la longitud del terreno deaventura y añade características propias dela alta montaña: uso de técnicas y materialpara progresar sobre hielo y nieve, peligrossubjetivos como los meteorológicos, dealejamiento de lugares habitados, etc., ypeligros objetivos en la aproximación, enel descenso etc. Este tipo de escalada com-porta una tensión psíquica que se suma a laascensión por sí sola.

CÓMO SE ESCALA

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 207

Modalidades de escalada:En función de los elementos que emple-amos para progresar:• Escalada libre• Escalada artificialSegún la magnitud, el terreno y laexposición de la ascensión:• Escalada en rocódromos• Escalada en bloque o boulder• Escalada en escuela• Escalada en grandes paredes• Escalada en alta montaña

Page 209: Manual de Tecnicas

Quién no se ha preguntado, ante lavisión de dos escaladores en una pared,aquello de ¿existen cuerdas tan largascomo alta es la pared? o ¿quién pone lascuerdas? Vamos a resolver estas cuestio-nes.

Cierto es que, habitualmente, utiliza-mos cuerdas de 50 o 60 metros. No menoscierto es que las paredes que escalamossuperan con creces esta altura. Este proble-ma de diferencias de longitud lo podemossolucionar, de forma sencilla, dividiendonuestra pared en tantos tramos, de longitudno superior a la longitud de nuestra cuerda,como sea necesario.

La segunda respuesta es sencilla en lateoría pero expuesta y esforzada en la prác-tica. Son los propios escaladores quienescolocan la cuerda durante su progresión.

Aquí introducimos un término nuevo:cordada y lo definimos como el conjuntode dos o más escaladores atados a unamisma cuerda.

Comienza la diversión para los escala-dores y el espectáculo para el público. Eshora de abandonar el suelo y comenzar ajugar con la gravedad. El primer escalador,cabeza de cordada, vigilado atentamentepor el compañero que le asegura, se enca-rama a la pared sirviéndose, para ascender,de las protuberancias y agujeros que éstaposee. En su progresión encuentra o colo-ca, a espacios regulares, diversos elemen-tos que les servirán para retener una posi-ble caída.

A una distancia establecida encuentra la“reunión”, lugar seguro y cómodo dondeespera la llegada del compañero. Ésteasciende, siguiendo el mismo itinerarioque su predecesor y asegurado por éste,retirando todo aquel material que su com-pañero ha ido colocando en el tramo depared.

Una vez ambos en la reunión, intercam-bio de impresiones, organización del mate-rial y a proseguir de manera análoga al pri-mer tramo. Es habitual que el segundoescalador llegado a la reunión continúe el

siguiente tramo (largo en el argot escala -dor) en cabeza de cordada.

Todo este proceso lo repetiremos tantasveces como sea necesario por seguridad,longitud, comodidad o estado físico.

COMUNICACIÓN EN LA CORDADADecíamos que son, al menos, dos las

personas relacionadas con el manejo de lacuerda y el material: el que escala hacien-do de cabeza de cordada y el asegurador,que sujeta la cuerda del escalador, dando orecogiéndola según vaya precisando éste y,por supuesto, bloqueándola rápidamenteen caso de caída. Estos papeles se inviertende tal manera que el primero de cuerdatambién es luego asegurador y viceversa.

Escalando es frecuente el perder el con-tacto visual o auditivo con el compañero.En estos momentos la seguridad del esca-lador puede depender de pequeños detallesque, a simple vista, pueden carecer deimportancia. Se hace imprescindible co-municar y hacer entender correctamentenuestras intenciones al compañero.

Es recomendable tener una serie decódigos: palabras clave, movimientosvisuales, sensaciones a través de la cuerda,etc. que nos permitan interpretar las inten-ciones de nuestro compañero para que enningún momento puedan llevarnos a error.

TÉCNICAS DE PROGRESIÓNPara cualquier aficionado a la escalada,

una forma de recreo podría ser el conjuntode depurados movimientos atléticos yarmoniosos, elegantes y sencillos que con-juga un buen escalador. Alcanzar estepunto requiere un aprendizaje, un entrena-miento de nuestro cuerpo y una buena con-centración de nuestra mente.

Un aprendizaje que nos lleve a familia -rizarnos con los materiales que utilizamosy con las normas de seguridad. Un entrena-miento que predisponga nuestro cuerpo alos esfuerzos a los que va a ser sometido ynos ayude a realizar esos movimientos queparecen irrealizables. Y, por último, el

208 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 210: Manual de Tecnicas

escalador debe progresar concentradoexclusivamente en sus movimientos, algodifícil al principio por la atracción queejerce el vacío que tenemos a nuestros pieso por la peligrosidad de cierto pasaje. Estasensación de inseguridad, este miedo, esuna barrera que cuesta trabajo franquearpero que, una vez sobrepasada, la escaladase habrá convertido en un divertido juegode movimientos instintivos y naturales.

Para desplazarnos por el terreno verti-cal utilizaremos como “agarres” laspequeñas cavidades o protuberancias quenos ofrece la roca, y que aprovechamospara progresar. Pero antes de comenzar aescalar hay que tener presentes tres princi-pios fundamentales:

Mínimo esfuerzoSiempre que subamos por una pared lo

haremos utilizando únicamente la fuerzaimprescindible. Es preciso ahorrar energí-as, ya que nunca se sabe con seguridad loque puede suceder más arriba.

Escalar sobre las piernasPor muy fuertes que seamos, somos

bípedos. Esto nos predispone a poseer másfuerza en las piernas que en los brazos. Espor eso por lo que debemos trasladar aellas el máximo esfuerzo de la escalada.Siempre que la pared lo permita, tenemosque progresar tan sencillamente como sisubiéramos por una escalera. Los brazossirven exclusivamente para mantener elequilibrio.

Tres puntos de apoyoAl desplazarnos, moveremos sólo una

de las extremidades, mientras las otras trespermanecerán apoyadas sobre alguna presao agarre. En las vías difíciles donde pocasveces encontramos los agarres necesarios,hay que buscar el equilibrio del cuerpopara evitar cualquier pérdida de estabilidady malgastar nuestras fuerzas.

Existen además otras reglas secunda-rias que es preciso tener en cuenta:

• Evitar en lo posible apoyar las rodillas.Éstas no nos transmiten sensaciones,contrariamente a lo que sucede con lospies, y además podemos dañárnoslas.

• Variar los movimientos con el fin dealternar el trabajo de los diferentesmúsculos; esto contribuye a un ahorrode energías.

• Utilizar presas cercanas, tanto paramanos como para pies, lo cual nos evi-tará realizar movimientos de granamplitud, economizando así nuestraenergía.

La roca que encontremos en cada maci-zo montañoso, en cada pared y en cada víade escalada, puede ser de morfología, tex-tura y características muy distintas. Así,podemos encontrar paredes más o menosverticales, con más o menos agarres o apo-yos, con fisuras o abombamientos, etc.Cada pared es diferente, y en función deestas características se requiere una técnicaespecífica para cada tipo de terreno.

Progresión en adherenciaEste tipo de escalada se caracteriza por-

que los agarres son pequeños o inexisten-tes. La progresión se realiza apoyando lamáxima superficie tanto de las manoscomo de los pies y ejerciendo fuerza sobrelas superficies de contacto. Suele darsenormalmente en paredes lisas y tumbadas.

Progresión por fisurasUna fisura es una grieta que recorre la

pared, o una parte de ella.A menudo progresar por ellas es com-

plejo. Para superar fisuras emplearemoslos denominados empotramientos o cerro-jos, que consisten en encajonar en la rocadiversas partes de nuestro cuerpo de mane-ra que, al ejercer una fuerza sobre ellos, nose salgan y nos permitan avanzar. Haydiversos tipos de empotramientos: dededos, de mano, de puño, de pie, de pierna,por oposición brazo-mano, por oposiciónhombro-mano, por oposición espalda-rodi-

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 209

Page 211: Manual de Tecnicas

llas, por oposición espalda-pies, etc.

Progresión en chimeneasCuando entre los dos lados de una fisu-

ra hay una distancia considerable, nosencontramos las denominadas chimeneas.Para progresar por ellas, normalmente uti-lizamos oposiciones que consisten en ejer-cer fuerzas opuestas con diversas partes denuestro cuerpo. Es habitual la oposiciónentre la espalda y las rodillas o bien entrela espalda y los pies. Si las chimeneas sonextraordinariamente anchas, separaremoslas piernas y progresaremos con las extre-midades colocadas en “X”, oponiendo lasplantas de los dos pies y de las dos manos.

En este tipo de escalada se ha de procu-rar que los movimientos sean acompasadosy continuos; en caso contrario nos fatigarí-amos enseguida.

Progresión en desplomes y techosTanto los desplomes como los techos se

caracterizan porque la línea vertical delescalador al suelo está fuera de la pared.Este tipo de escalada requiere una granfuerza además de una depurada técnica.

Progresión por diedrosUn diedro es la intersección de dos pla-

nos que forman un ángulo determinado.La forma de superar pasajes en forma

de diedro, al igual que en las chimeneasanchas, es la técnica de escalada en “X”,similar a la empleada en las chimeneas.Esto consiste en efectuar alternativamenteagarres de presión y tracción manteniendolas extremidades separadas, utilizandoambas caras o planos del diedro. Requiereritmo y coordinación de movimientos paraque la fatiga no aparezca prematuramente.

Progresión en bavaresaTambién denominada “dulfer”, se reali-

za en lajas adosadas a la pared. Se haceoposición entre manos y pies, con todo elcuerpo colgando sobre el vacío. Los brazosse estiran y los pies hacen presión contra la

pared, con la mayor parte posible de lasuperficie de la suela de nuestro calzado.

GRADUACIONESEn España, como en Francia, los nive-

les de dificultad de escalada están estructu-rados en una escala abierta de nueve gra-dos. Cada grado se subdivide, a su vez, entres subgrados: a, b y c; a éstos además seles añade un superíndice “+” o “–“ si ladificultad está un poco por encima o pordebajo de la graduación indicada con elnúmero y la letra.

1º, 2º y 3º van de la marcha hasta lacolocación de las manos para mantener elequilibrio.

La escalada propiamente dicha comien-za en el 4º. Es en este nivel donde la coor-dinación de los movimientos, la precisiónde tocar las presas y el equilibrio del cuer-po permiten franquear pasajes rocosos.

210 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 8.20 Montaña con placas, fisu-ra, diedro, desplome, techo, gendarme,arista, chimenea, etc.

Page 212: Manual de Tecnicas

El nivel 6º es el principio de lo que sedenomina escalada deportiva, es decir, elnivel a partir del cual las condiciones natu-rales no son suficientes para superar unpasaje, y en el que ya se requiere un míni-mo de entrenamiento, técnica y experien-cia.

Los niveles 7º, 8º y 9º están reservadossólo a los deportistas de alto nivel y fuertemotivación.

Para vías de varios largos de cuerda,existe una cotación que trata de reflejar ladificultad global del recorrido: fácil, pocodifícil, difícil, muy difícil, extremadamen-te difícil y abominable. Esta cotación, porsus iniciales: F, PD, D, MD, ED, ABO danuna indicación general. Pero es necesariobuscar o dar graduaciones más detalladaspor largos y, por supuesto, el estado delequipamiento y su situación.

BIBLIOGRAFÍA

AA.VV. Alpinismo Moderno. HispanoEuropea. Barcelona, 1980.AA.VV. Mini Biblioteca Práctica. Desni-vel, Madrid, 1995.FUERZAS ARMADAS DE LOS EEUU.Manual Práctico del Montañismo. Peters,Barcelona, 1987.RODES I MUÑOZ, PERE. Aludes. Edi-torial: El autor Madrid, 1992.SOJER Y STÜCKL. Manual completo deMontaña. Desnivel, Madrid, 1995.VALLS, ALFONS. Escalando en Libre.Pleniluni, Barcelona, 1990.

Seguridad en la montaña, utilización del material de seguridad ... 211

Antes de comenzar a escalar:• Las maniobras con cuerdas serán

programadas sin precipitación.• Todos los nudos deben ser realizados

perfectamente, las cuerdas, cintas ycordinos han de estar en perfectoestado.

• Leeremos y aplicaremos las normasde uso y conservación del material.

• Antes de abandonar el suelo, revisa-remos el nudo, la colocación delarnés y confirmaremos que nuestrocompañero está preparado.

• Los anclajes se realizarán en puntossólidos.

• Conviene preparar el paso de lascuerdas, previniendo su abrasión.

• Limpiar el lugar de partida, de paso yde llegada de bloques y piedras suel-tas.

• Siempre estaremos asegurados.

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Esta página dejada en blanco al propósito.

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Capítulo 9NUDOS, ANCLAJES Y MANIOBRAS

CON CUERDAS(Nieves Arbonés )

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1. NUDOS• Nudo de encordamiento

• Nudo de ocho• Nudos de unión de dos cuerdas

• Nudo de pescador• Nudo de ocho

• Nudos de reunión• Gaza con nudo simple• Gaza con nudo de ocho• Ballestrinque

• Nudo de aseguramiento• Nudo dinámico• Nudo de fuga

• Nudos autobloqueantes• Nudo prusik• Nudo machard• Nudo machard con mosquetón• Nudo swicero o belunés

• Otros• Nudo cinta plana• Nudo mariposa• Nudo de siete• Nudo de nueve• Nudo corazón

2. ANCLAJES• Tipos: naturales y artificiales• Usos: reunión, seguros intermedios

3. MANIOBRAS CON CUERDAS• Rápel• Técnicas de encordamiento: arneses de fortuna• Marcha en ensamble • Técnicas de aseguramiento

• Autoseguro• Aseguramiento en ascenso• Aseguramiento en descenso

• Técnicas de ascenso: ascenso por cuerda fija • Montajes especiales

• Pasamanos• Tirolinas

• Consejos para las maniobras con cuerdas• Técnicas de autorrescate• Transporte de accidentados

Page 216: Manual de Tecnicas

1. NUDOS

Debido a las nuevas técnicas y nuevosmateriales, podemos caer en el error depensar que la cuestión de los nudos en laescalada y en las maniobras con cuerdasdeba quedar en un segundo término. Nadamás alejado de la realidad. Como vamos air viendo poco a poco, los nudos son unaparte muy importante de la escalada, de lasmaniobras con cuerdas y de la seguridad.

Podemos considerar un nudo comoideal para un uso determinado cuando essencillo de hacer, fácil de reconocer, no sedeshace sólo y puede soltarse fácilmentedespués de estar sometido a tensión y, porúltimo, tiene una carga de rotura elevada.

Conviene recalcar que al realizar unnudo sobre una cuerda o cordino estamosmermando su resistencia nominal debido alos dobles y estrangulamientos. Por estarazón es recomendable “peinar” bien losnudos, es decir, que estén correctamentehechos: sin retorcimientos y tensados; esto,además, facilita su inspección. Una correc-ta ejecución nos lleva a la máxima resis-tencia del nudo y facilita el deshacerlo.

Algunos términos empleados en cabu-yería son los siguientes:

• Cabo: extremo de una cuerda que utili-zamos para la realización de un nudo.

• Gaza: lazo que resulta al realizar unnudo sobre la cuerda.

• Chicote: punta de un cabo.• Seno: curvatura que se forma en una

cuerda sin tensión.

Denominamos nudo por seno cuando esrealizado con una gaza y nudo por chicotecuando lo realizamos oponiendo el cabo ala dirección del nudo de origen.

Hay gran cantidad de nudos y cada unode ellos con unas características propias.Conviene recordarlos de vez en cuando;así, en el momento en que haya que utilizaralguno de ellos, no existan dudas sobre suuso y su realización. Vamos pues a dar unrepaso a los nudos que utilizaremos ennuestras próximas escaladas y maniobras.

NUDO DE ENCORDAMIENTONudo de ocho

Es el más conveniente para encordarse,también puede llamarse “ de doble ocho”.

El nudo de ocho es el más empleado enescalada, tanto en escuela, como en altamontaña. Es el punto de unión entre lacuerda y el escalador, por lo que se puede

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 215

Características de un nudo:

• Fácil de hacer y reconocer.• No se deshace solo y se suelta fácil-

mente después de someterlo a ten-sión.

• Carga de rotura elevada.

Figura 9.1 Cabo, gaza, chicote y seno.

Figura 9.2 Nudo por seno y por chicote.

Page 217: Manual de Tecnicas

decir que es el nudo más importante, y enel que más cuidado debemos poner al rea-lizarlo.

La ventaja de este nudo es que se des-hace muy fácilmente aunque hayamos ejer-cido una presión muy fuerte sobre él; porejemplo tras una caída, habiéndonos colga-do de él en una reunión...

NUDOS DE UNIÓN DE DOS CUERDASNudo de pescador

Es el nudo de rápel por excelencia, ycomo tal es sencillo, seguro y rápido. Seusa en la unión de dos cuerdas, especial-mente si éstas son de distinto diámetro.Después de tensión o con las cuerdas moja-das cuesta trabajo deshacerlo. Para desha-cerlo es conveniente frotarlo entre lasmanos a fin de que el nudo pierda la ten-sión que ha soportado durante el rápel.

Conviene dejar al final del nudo uncabo de unos 10 cm de cuerda libre paraevitar que al apretarse el nudo se pudieradeshacer por deslizamiento.

El nudo Pescador Doble es exactamen-te igual salvo que se le hace un bucle ovuelta de más. Además tiene la carga derotura más elevada de los nudos de unircuerdas por lo que es el más recomendable.

Nudo de ochoEs exactamente igual al nudo que utili-

zamos al encordarnos con la salvedad deque el recorrido inverso al primer nudo lorealizamos con la segunda cuerda.

Es un poco voluminoso, lo cual aumen-ta la posibilidad de que se quede empotra-do en alguna grieta al recuperar la cuerda.Sin embargo se deshace más fácilmenteque el pescador después de haberlo some -tido a tensión.

Se recomienda para unir cuerdas delmismo diámetro.

NUDOS DE REUNIÓNCuando se llega a la reunión es total-

mente imprescindible el autoasegurarse.Lo haremos anclándonos directamente del

216 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.3 Nudo de ocho para encor-darse.

Figura 9.5 Nudo de ocho para unir doscuerdas.

Figura 9.4 Nudos de pescador y pesca-dor doble

Page 218: Manual de Tecnicas

arnés a la reunión mediante el cabo decuerda con el que estamos encordados, sinsoltar bajo ningún concepto el nudo delarnés. Para ello emplearemos los nudossiguientes.

Gaza con nudo simpleTomamos un bucle de cuerda y sobre él

hacemos un nudo sencillo por seno. Tienecomo inconveniente que bajo una cargafuerte es un poco difícil de deshacer.

Gaza con nudo de ochoIgual que la gaza con nudo simple, pero

utilizando un nudo de ocho para realizarla.Es el resultado de realizar un ocho porseno.

Es una gaza muy sencilla de deshacertras haber estado sometida a una fuerte ten-sión, pero es un poco voluminosa.

BallestrinqueSobre un mosquetón con seguro es sufi-

ciente para soportar el peso de un escala -dor, siendo rápido de hacer y deshacer. Esconveniente tener la precaución de dar unpequeño tirón al cabo del que nos vamos acolgar para tensar el nudo.

Tiene la ventaja de que se puede hacercon una sola mano y se puede regular, deforma sencilla, la longitud del cabo deanclaje del escalador facilitando así lasmaniobras en la reunión (fig. 9.7).

NUDO DE ASEGURAMIENTONudo dinámico

También denominado medio ballestrin-que, es muy útil para asegurar al compañe-ro cuando no tenemos otro medio. Tambiénes válido para rapelar. Su inconvenienteradica, al igual que cualquier aparato malempleado, en que riza mucho las cuerdas sino se usa correctamente. La posicióncorrecta es cuando el ángulo formado entrela cuerda de entrada y de salida es de 0º.

Es recomendable realizarlo sobre mos-quetones HMS. Una ventaja de este nudo,al igual que cualquier aparato que no seamecánico (tubos, placas, ocho…), es quepuede ser bloqueado mediante un nudo defuga (fig. 9.8).

Nudo de fugaNudo utilizado en el bloqueo de una

cuerda sometida a tensión. Se desbloqueafácilmente y es de gran utilidad en lasmaniobras con cuerdas (fig. 9.8).

NUDOS AUTOBLOQUEANTESLos nudos autobloqueantes tienen la

propiedad de estrangularse sobre la cuerdacuando están sometidos a tensión, y desli-zar cuando ésta desaparece. Por ello se uti-lizan como nudos de autoseguro y de pro-gresión por cuerdas fijas.

Muchos de los nudos autobloqueanteshan sido sustituidos por diversos aparatos

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 217

Figura 9.6 Gaza con nudo simple ycon nudo de ocho.

Figura 9.7 Nudo ballestrinque.

Page 219: Manual de Tecnicas

mecánicos que bloquean la cuerda, permi-tiendo ascender por ella mediante las técni-cas adecuadas. Sin embargo, es aconseja-ble conocer algunos de estos nudos, puesnos pueden sacar de más de un apuro. Pararealizarlos conviene llevar algún cordinode sección redonda de aproximadamenteun metro de longitud y 4 mm de diámetro.

Nudo prusikEl nudo prusik se utiliza para ascender

por una cuerda, autoasegurarse mientras serapela, en operaciones de izado de petatesy maniobras de rescate. Realizado sobreuna cuerda fijada a la reunión, bloqueacuando recibe una tensión en cualquiersentido, es bidireccional; y puede deslizarpor dicha cuerda cuando cesa la carga.

Cuanto mayor es la diferencia de diá-metro entre el cordino auxiliar con el quehacemos el prusik y la cuerda soporte,mejor es el bloqueo. Antes de utilizar estenudo comprobaremos que funciona correc-tamente, comprobando que el número devueltas sobre la cuerda es el apropiado parala tensión que va a soportar.

Es muy aconsejable enganchar un mos-quetón en la gaza que cuelga del nudo parautilizarlo como bloqueo y como punto deapoyo. Hecho útil para todos los nudosautobloqueantes.

Nudo machardSe basa en idénticos principios que el

prusik. Para realizarlo es necesario tenerambas manos libres, y hay que poner aten-ción y enrollarlo siempre en el mismo sen-tido en el que se desea que apriete. Alcanzasu carga óptima de trabajo con el mínimode vueltas. Posee una ventaja sobre el pru-sik: desliza con mayor facilidad cuando selo solicitamos (fig. 9.10).

Nudo machard con mosquetónTambién denominado Bachman, es un

nudo de bloqueo que sólo trabaja en unadirección (nudo unidireccional). La venta -ja de este nudo es la facilidad con que sepuede hacer deslizar (fig. 9.11).

Nudo swicero o belunésNudo unidireccional que bloquea con

cuerdas del mismo diámetro. Se puede rea-lizar con un cabo de la propia cuerda y sinnecesidad de cordino. Hay que prestaratención en ajustarlo correctamente y en la

218 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.8 Nudo dinámico y de fuga.

Figura 9.9 Nudo prusik.

Figura 9.10 Nudo machard.

Page 220: Manual de Tecnicas

realización del nudo de remate, ya que sieste se suelta, se nos deshace todo el nudo.También requiere atención cuando lo reali-zamos con cuerdas estáticas o poco usadas(fig. 9.12).

OTROSNudo cinta plana

Este nudo se usa habitualmente parahacer anillos de cinta plana con los queconstruir bagas o bien equipar árboles,puentes de roca, etc. Es el único modo deunir dos cabos de cinta plana o tubular.

Nudo mariposaTambién denominado papillón, es utili-

zado para anclar cuerdas fijas horizontalescomo pasamanos.

Nudo de sieteUtilizado para fijar la cuerda a anclajes

intermedios puesto que mantiene la tensiónen la dirección establecida.

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 219

Figura 9.11 Nudo machard con mos-quetón.

Figura 9.12 Nudo swicero.

Figura 9.13 Nudo cinta plana.

Figura 9.14 Nudo mariposa.

Figura 9.15 Nudo de siete.

Page 221: Manual de Tecnicas

Nudo de nueveNudo utilizado para el anclaje de cuer-

das fijas que deban soportar grandes ten-siones. Se deshace más fácilmente que lagaza en ocho y posee una mayor carga derotura.

Nudo corazónSistema de freno que permite a la cuer-

da un autobloqueo unidireccional confor-me la recuperamos. Útil en maniobras deautorrescate. Para realizar este nudo sonnecesarios dos mosquetones iguales.

Como hemos comentado al principiodel capítulo, al realizar un nudo sobre unacuerda estamos mermando la resistencianominal de la misma. Según el nudo quehayamos realizado, la resistencia de lacuerda será:

2. ANCLAJESDenominamos anclajes a todos aque-

llos elementos que fijamos a la pared paraasegurarnos o para progresar. Actualmentehay gran cantidad de instrumentos deanclaje de alta calidad, pero de poco valeun buen anclaje si su colocación no ha sidola correcta.

ANCLAJES NATURALESMediante cintas y cordinos podemos

aprovechar los numerosos anclajes natura-les que nos ofrece la propia estructura deuna pared, como puentes de roca, bloques,árboles o columnas de hielo. La resistenciade estos anclajes es difícil de evaluar por loque conviene ser prudente al respecto.

220 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.16 Nudo de nueve.

Figura 9.17 Nudo corazón.

NUDOS:• Encordamiento: ocho• Unión de cuerdas: pescador, ocho• Reuniones: gazas, ballestrinque• Aseguramiento: dinámico y nudo de

fuga• Autobloqueantes: prusik, machard,

bachman, swicero• Otros: cinta plana, mariposa, siete,

nueve, nudo corazón

NUDO RESISTENCIATOTAL

Cuerda sin nudo 100%Nudo de ocho 65%Nudo pescador simple 50%Nudo pescador doble 70%Gaza 65%Ballestrinque 60%Nudo de fuga 50%Cinta plana 60%Mariposa 50%Nueve 80%

* Tener en cuenta que estos datos son estric-tamente teóricos.

Page 222: Manual de Tecnicas

Arboles y arbustosSon los anclajes naturales más eviden-

tes, y su resistencia varía en función de suestado, de su grosor y de cómo estén enrai-zados en el terreno.

Lajas, bloques y pitones de rocaAntes de utilizarlos hay que revisar su

estabilidad, además de no hacer brazos depalanca y evitar las aristas afiladas.

Puentes de roca, bloques empotradosUn puente de roca (túnel en la roca con

orificios de entrada y salida) o un bloqueencastrado en una fisura pueden ser utiliza-dos generalmente como anclajes naturales.Son multidireccionales y la evaluación desu resistencia es fundamentalmente visual,dependiendo del tamaño y del tipo de roca.

ANCLAJES ARTIFICIALESAnclajes móviles

Pitones para rocaTambién denominados clavos, es el sis-

tema de anclaje más antiguo, aunque hoyen día están algo en desuso por la existen-

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 221

Figura 9.18 Formas de lanzar un anclaje natural.

Figura 9.19 Árbol como anclaje natu-ral.

Figura 9.20 Laja, bloque, pitón.

Figura 9.21 Puente de roca y bloqueempotrado.

Page 223: Manual de Tecnicas

cia de artilugios más cómodos y rápidosque, además, no deterioran la roca.

Habitualmente se introducen en aguje-ros, grietas o fisuras que presenta la roca.Existen multitud de formas y tamaños parautilizar según el ancho de la fisura, pero suprincipal diferencia es el material con elque están fabricados. Los hay blandos (dealeaciones de acero dulce) y duros (de ale-aciones de acero-cromo-molibdeno). Laresistencia de ambos es variable y dependede factores como su colocación y el tipo deroca en el que los empleemos.

Son colocados a martillazos, y sentimossu buen emplazamiento por el sonido quede la maza se desprende; en el argot, deci-mos que un clavo está bien colocado cuan-do “canta bien” .

EmpotradoresSon cuñas metálicas que atascamos en

las fisuras, de ahí que también se lesconozca con el nombre de fisureros. Sefabrican infinidad de modelos, en los quevaría el diseño de la cuña, y en una ampliagama de tamaños, para poder ser adaptadosal tamaño de la fisura.

Su facilidad de colocación y extracciónhace que hayan sustituido, en gran medida,a los pitones. La resistencia es variabledependiendo del tamaño y su ubicación,pero como norma general, serán más resis-tentes cuanto mayor sea la superficie decontacto con la roca y cuanto más coincidala dirección del posible tirón con el sentidoen que más se empotra la cuña.

La desventaja que ofrecen frente a lospitones es su unidireccionalidad, aspectoque hay que tener muy en cuenta cuandohagamos uso de ellos.

FriendsEmpotradores mecánicos de expansión

por levas. Se colocan y se extraen rápida-mente con una sola mano y pueden ser uti-lizados en fisuras completamente parale -las, incluso abiertas hacia abajo.

Su utilización no es complicada perorequiere cierto hábito. Su diseño permiteque la tracción ejercida se convierta enuna gran fuerza de expansión en las levas;por esta razón hay que poner atención enutilizarlos en rocas compactas y fisurassólidas.

222 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.23 Algunos modelos deempotradores y su colocación.

Figura 9.22 Clavos, formas y empla-zamientos.

Page 224: Manual de Tecnicas

Anclajes fijosLlamaremos así a los anclajes que son

colocados en la pared de forma permanen-te en agujeros previamente perforados.

La resistencia de cualquier anclaje fijoestá en función de tres factores:• La resistencia del material del anclaje,

perno y chapa.• Su correcta colocación.• La calidad de la roca en la que se ins-

tala.

Hay gran variedad de este tipo de ancla -jes. Cada uno tiene características muyespecíficas que los hace más o menos apro-piados para cada tipo de roca o terreno. Denada servirá un excelente anclaje si la rocaen la que se instala no es la aconsejablepara sus características.

Tacos autoperforantesEl popular “spit”, anclaje muy extendi-

do que, en su momento, fue una revolu-ción. Por existir anclajes más idóneos,actualmente está desaconsejado en rocasduras. En rocas blandas es peligroso por supoca resistencia. Su duración es muy limi-tada y pueden existir problemas, poco per-ceptibles a simple vista, en su colocación.

Pernos de autoexpansiónConocidos comúnmente como “para-

bolt”. Es el anclaje más utilizado en laactualidad para los equipamientos deescuelas de escalada y de barrancos. Loshay de diferentes longitudes y diámetros.Aunque se pueden colocar a mano, es reco-mendable hacerlo con la ayuda de unamáquina taladradora; esto nos ahorraráesfuerzos. Poseen gran resistencia y su lon-gevidad está calculada en unos 15 años,siempre dependiendo del correcto empla-zamiento, de las características de la roca yde las condiciones climáticas de la zona.

Sellamientos con resinasEs el anclaje permanente más sofistica-

do y resistente; se le conoce por el nombrede “químico”. Consiste en un tensor deacero que se cementa, con unas resinasespeciales, en un agujero practicado en lapared. El conjunto adquiere una resistenciaextraordinaria, por lo que se recomiendapara todo tipo de rocas, especialmente paralas blandas. Como desventaja de este tipode anclaje figura la laboriosidad de sucolocación y su elevado precio.

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 223

Figura 9.24 Friends y colocación.

Figura 9.26 Parabolt.

Figura 9.25 Spit.

Figura 9.27 Químico.

Page 225: Manual de Tecnicas

REUNIÓNUna reunión debe ser como nuestra

casa: el lugar donde nos sentimos seguros,protegidos y cómodos. Además es el lugarde reposo y donde nuestro compañero nostoma el relevo.

La calidad de la reunión juega un papelfundamental en la seguridad de la cordada.No es tarea sencilla el montar una reuniónsegura, esto es, que sea capaz de soportarelevadas cargas en cualquier dirección. Enesta labor no es recomendable el escatimartiempo y esfuerzo, ya que de su correctomontaje depende nuestra seguridad.

El montaje de la reunión se rige por elprincipio del denominado “punto central”,que es el punto del que depende la propiaseguridad, así como la de los compañeros.Es el punto donde confluyen gran parte delas tensiones que se generan en el caso deuna caída y, por ello, ha de estar unido atodos los anclajes de la reunión.

Nunca montaremos una reunión de unsolo punto de anclaje, salvo en el caso deanclajes naturales como árboles gruesos,sanos y fuertemente enraizados, bloquesempotrados que nos den absoluta confian-za, o puentes de roca de dimensiones con-siderables. En caso contrario, buscaremossiempre anclajes complementarios.

Siempre que se utilicen dos o más pun-tos de anclaje para la reunión, intentaremosestablecer una conexión que:• Reparta la tensión de la caída entre

todos los anclajes atendiendo a susresistencias respectivas.

• Aun en el caso de rotura de uno de los

anclajes, la reunión no ceda por com-pleto.

• Se monte con la menor cantidad dematerial y esfuerzo.

Hay dos métodos que alcanzan el puntoóptimo en cuanto a seguridad, siempre quese utilicen de forma adecuada: triángulo defuerzas y montaje en línea.

Triángulo de fuerzasSe basa en la idea de repartir la fuerza

de la caída en todos los puntos por igual,mediante un montaje como el de la figura9.28:• El nudo o la costura del anillo de cuer-

da debe encontrarse tan próximo comosea posible a uno de los puntos deanclaje.

• Hay que hacer un bucle en el anillo ypasarlo por el mosquetón de seguridad.Si esto no se hace así o hacemos dosbucles, en caso de ceder uno de losanclajes se puede desenhebrar todo elsistema.

• El ángulo del triángulo de fuerzas nodebe ser superior a 60º.

• Tanto el aseguramiento propio como eldel compañero se han de pasar por elmosquetón del punto central.

La construcción del triángulo de fuerzaresulta especialmente recomendable cuan-do se cuenta con dos puntos de anclaje deuna calidad similar y la distancia que lossepara no supera el medio metro. Para queel sistema no se desplace y reparta las fuer-zas de forma homogénea, podemos blo-quear el triángulo mediante en nudo simpleo en ocho.

Montaje en líneaSe usa cuando los anclajes a unir tienen

una resistencia desigual o están muy aleja -dos. Su intención es transmitir la mayorparte de la carga al anclaje que se encuen-tre en mejores condiciones, evitando asíque, en caso de rotura de un seguro, toda la

224 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

ANCLAJESSón elementos que fijamos a la paredpara asegurarnos o para progresar.• Naturales: árboles, arbustos, lajas,

bloques, puentes de roca, etc.• Artificiales:

• Móviles: clavos, empotradores y friends.

• Fijos: spits, parabolts y químicos.

Page 226: Manual de Tecnicas

reunión ceda. Se procede de la siguientemanera:1º Se pasa una gaza por el punto de ancla -

je inferior. 2º El punto de anclaje superior se une en

línea mediante un ballestrinque y setensa según la distribución de cargasque se pretenda.

3º El aseguramiento del compañero sepasa por el punto central, formado eneste caso por la gaza del seguro inferior.

También se utiliza este método cuandola distancia horizontal entre los anclajessea significativa, circunstancia en la que elpunto central se monta en el anclaje masfiable. Sin embargo, hay ocasiones en lasque quizás se deba asegurar éste suplemen-tariamente, ya que su rotura podría tenerdesagradables consecuencias.

Cuando existan más de dos puntos deanclaje, se puede utilizar el triángulo defuerza y el montaje en línea combinados.

SEGUROS INTERMEDIOSPara que nuestras progresiones o ascen-

siones sean realmente seguras no es sufi-ciente un buen material, una buena técnicao un compañero competente. Necesitamostrasladar la teoría anteriormente expuesta ala práctica.

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 225

Figura 9.28 Triángulo de fueza con 2 ycon 3 anclajes.

Figura 9.29 Triángulo de fueza blo-queado.

Figura 9.30 Montaje en línea.

Page 227: Manual de Tecnicas

Una vez estudiado el itinerario, prepa-rado el material y coordinado con nuestrocompañero, comienza la ascensión propia-mente dicha. En el momento en que nosseparamos del suelo existe el riesgo decaída, y las lesiones pueden ser mayoresconforme ganamos altura. Este riesgo lopodemos minimizar colocando segurosintermedios, esto es, situando en determi-nados puntos de la pared, a espacios equi-distantes o en las zonas donde hay mayorposibilidad de caída, anclajes que nos per-mitan quedar suspendidos de ellos en casode caída.

En el transcurso de una escalada, al irganando altura solicitamos cuerda a nues-tro compañero y, cuando alcanzamos unanclaje (previamente dispuesto o colocadopor nosotros) colocamos el mosquetónrecto de nuestra cinta exprés en el anillodel anclaje y pasamos la cuerda, que lleva-mos atada a nuestro arnés, por el mosque-tón de cierre curvo de la cinta, conformeindica el dibujo. Si la cuerda no está pasa-da correctamente corremos el riesgo deque, en caso de caída, ésta se salga porapertura del mosquetón.

En el supuesto de una caída, la distan-cia recorrida sería el doble de la distanciaque hay entre nosotros y el último segurocolocado. A esto habría que sumar algomás debido a la elasticidad de la cuerda, lacapacidad de frenado del descensor utiliza-do y el tiempo de reacción de nuestro com-pañero.

3. MANIOBRAS CON CUERDASRÁPEL

El rápel es el descenso, de forma con-trolada, por una cuerda previamente ancla -da. Se utiliza para bajar de los lugaresdonde el descenso es demasiado difícil,laborioso o expuesto para hacerlo cami-nando o destrepando.

En el momento de efectuar un rápeltiene tanta importancia el anclaje de la reu-nión, el estado del material y la perfectaunión de las dos cuerdas, como la adecua-da técnica de descenso que utilicemos.Conjugar debidamente todos estos elemen-tos puede convertir la tarea de descenderen una amena actividad.

Actualmente lo habitual es emplear unrapelador, aparato que, mediante fricción,disminuye la velocidad de la cuerda quepasa por él. Aumentamos o disminuimos elrozamiento por medio de movimientos dela mano que coge la cuerda.

A la hora de montar un rápel procedere-mos de la siguiente manera:• Nos aseguraremos de que el material a

utilizar está en perfecto estado y lacuerda es de la longitud apropiada.

• Elegiremos una reunión sólida, que nospermita una salida cómoda.

• En todo momento permaneceremosautoasegurados.

• Pasaremos la cuerda de forma que latensión se reparta entre los distintosanclajes.

• Sujetando la cuerda para que no existala posibilidad de una pérdida accidental,la arrojaremos al vacío de forma orde-nada y avisando de que cae la cuerda.

226 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.31 Forma de pasar la cuerdapor la cinta exprés.

Page 228: Manual de Tecnicas

• Protegeremos la cuerda del rozamientocon cantos vivos.

• Procederemos al descenso de formaque la primera persona que rapele estéexperimentada en las labores de desen-redo de cuerdas.

• Al llegar al punto de destino, avisará alresto de compañeros que ya ha finaliza-do su descenso para que puedan bajarlos siguientes.

Para descender por la cuerda seguire-mos estas pautas:• Instalamos el descensor sobre la cuer-

da.• Nos anclamos a él.• Sujetamos la cuerda.

Ahora viene el momento más crítico deun descenso en rápel: la salida al vacío.Para ello nos echamos ligeramente haciaatrás hasta sentir que nuestro peso reposasobre el arnés y es soportado por la manoque sujeta la cuerda. Ya podemos comen-zar el descenso.

La posición a adoptar mientras bajamosserá de piernas perpendiculares a la pared,separadas y semiflexionadas, que nos per-miten mantener el equilibrio e impiden quenos golpeemos contra la propia pared. Lavelocidad será uniforme y controlada, y seevitará dar saltos. Las manos, que irán pordebajo del descensor, son las encargadas decontrolar la velocidad. En caso de llevar elcabello un poco largo, tendremos la pre-caución de sujetarlo con una goma y demantener la cabeza alejada del descensor,pues podría enredarse con éste.

Para recuperar la cuerda, el primero queha descendido comprueba que ésta deslicecorrectamente sobre la reunión. En casocontrario son los compañeros los encarga-dos de rectificar el emplazamiento. El últi-mo de los escaladores descenderá separan-do las dos cuerdas, cosa que resulta senci-lla si pasamos un mosquetón por una de lascuerdas y lo hacemos deslizar con nos-otros.

Una vez abajo tiraremos del cabo decuerda que no haya pasado por la reunión,para evitar que el nudo se atasque en losanclajes, y recuperaremos toda la cuerda.

En el caso de rápeles dudosos o que notengamos seguridad de que nos lleguen lascuerdas, es conveniente hacer un nudo enel extremo de la cuerda para que éste nopueda pasar por el descensor y descendercon algún método de autoseguro (prusik,machard, pato…).

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 227

Figura 9.32 Persona rapelando, aten-ción a la posición.

PRECAUCIONES AL RAPELAR• Instalaremos el tinglado en una reu-

nión absolutamente segura• Aseguraremos la cuerda antes de

arrojarla al vacío• Evitaremos rozamientos con cantos

vivos• Verificaremos la correcta colocación

del material y la ejecución de losnudos

• Comenzaremos el descenso mante-niendo una velocidad controlada yuniforme

• Avisaremos a los compañeros alfinalizar el descenso

Page 229: Manual de Tecnicas

TÉCNICAS DE ENCORDAMIENTO:ARNESES DE FORTUNA

Un tipo de arneses especiales son losimprovisados que, por su confección arte-sanal, son pésimos para retener una caída opara permanecer suspendidos de ellos.Conviene evitarlos y usarlos exclusiva-mente en circunstancias excepcionales y,por supuesto, siempre que no exista laposibilidad de “vuelos” o de permanecercolgados.

Arnés de pechoEl más sencillo y rápido de realizar es

el siguiente:Inconvenientes de encordarse por el

pecho: En caso de caída el choque losoporta tanto la columna como la caja torá-cica Si quedamos suspendidos, en brevenos falta la respiración como consecuenciade la compresión, por parte de la cuerda, dedicha caja torácica. Además las personasdelgadas pueden llegar a escurrirse delarnés.

Arnés de cinturaHay diversos modelos, pero los más

utilizados por rapidez o comodidad son losindicados en la figura 9.34.

La ventaja del primer modelo radica ensu rapidez y sencillez de ejecución. Comoinconveniente a destacar es su incomodi-dad si no está muy ajustado; al andar lovamos perdiendo.

El segundo modelo, más laborioso ensu ejecución pero algo más cómodo en eluso.

Inconvenientes de encordarse en la cin-tura: En caso de caída, podemos caer decabeza; además, la columna y las costillas,especialmente las flotantes pueden sufrirlesiones producidas por un choque brusco.

Arnés combinadoUtilizando simultáneamente un arnés de

pecho y otro de cintura obtenemos un arnéscombinado o integral. Se hace impres-cindible que ambos arneses formen unaúnica pieza. Esto lo conseguimos uniendoambas partes mediante un cordino auxiliar.

Se recomienda su uso en niños, perso-nas delgadas o cuando portemos mochilaspesadas.

MARCHA EN ENSAMBLEHablamos de progresión en ensamble

cuando los diferentes componentes de unacordada progresan simultáneamente, ata -

228 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.33 Arnés de pecho y su colo-cación.

Figura 9.34 Arnés de cintura y sucolocación.

1º 2º

Page 230: Manual de Tecnicas

dos a una misma cuerda. La utilización dela cuerda tiene como objetivo la seguridad,de forma que los integrantes de la cordadase puedan ayudar mutuamente en caso denecesidad.

Conviene recalcar que, al marchar enensamble, toda la cordada es una únicaentidad de forma que se aprovechan lascapacidades positivas de todos, pero cual-quier equivocación compromete a todo elconjunto. Por esto es preciso que la perso-na que se integre en una cordada sea cons-ciente de la responsabilidad moral y mate -rial que este hecho trae consigo.

Es una técnica que se usa habitualmen-te en las marchas por glaciares, en la pro-gresión por aristas o en vías de escaladasencillas en las que no exista la posibilidadde una caída al vacío.

Si suponemos una cordada de tresmiembros, se atarían, a distancias entre 10y 15 metros, de la siguiente manera: el pri-mero, el más experto, va a la cabeza en elascenso o el último en el descenso. Debemarchar atado al arnés y con 3 o 4 anillosde cuerda en una de sus manos, que permi-tirán asegurar en caso de caída de algúncompañero. El segundo, generalmente elmás inexperto, se atará en la mitad de cuer-da, manteniendo siempre una semitensión

en la cuerda dirigida al compañero que leprecede. Va atado a su arnés por medio deuna gaza en ocho y un mosquetón de segu-ro. Y por último el tercero, que cierra lacordada y, al igual que el segundo, mantie-ne cierta semitensión sobre la cuerda, deforma que ésta no se arrastre por el suelo yesté lista para reaccionar pronto en caso denecesidad.

En el caso concreto de la marcha porglaciares, es frecuente que el más experi-mentado se sitúe en segundo lugar, puestoque posee más habilidad a la hora de pararuna caída y tiene mayores conocimientosen rescate.

La longitud de la cuerda a emplear vaen función del terreno y el número de per-sonas que integren la cordada. Gene-ralmente, cuanto más cerca, más controlasal compañero y antes puedes reaccionar.La cuerda sobrante la llevará el más exper-to alrededor del tronco, plegada en anillosconvenientemente sujetos. También es re-comendable realizar algunas gazas en ochosobre la cuerda, las cuales nos posibilitaránlas maniobras de rescate y, debido a suvolumen, pueden hacer las veces de empo-tradores en el borde de la grieta.

Un problema que surge en la progresiónen ensamble es la dificultad de sincroniza-ción de todos los miembros, por lo que cor-dadas de más de cinco personas resultandesaconsejables.

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 229

Figura 9.35 Arnés combinado.

Figura 9.36 Cortada de tres en ensam-ble.

m m

Page 231: Manual de Tecnicas

TÉCNICAS DE ASEGURAMIENTOAl hablar de aseguramiento hacemos

referencia al hecho de estar anclados entodo momento de forma que, en el caso deprecipitarnos al vacío, quedemos colgandode los puntos de seguro.

AutoseguroAl realizar cualquier maniobra con

cuerdas solemos trabajar en posicionesprecarias e inseguras, y expuestos a unaposible caída. Para minimizar este riesgoes recomendable autoasegurarse por mediode la cuerda, a través de una cadena de cin-tas o mediante los denominados “cabos deanclaje”.

En algunos momentos, autoasegurarnospor medio de la cuerda no resulta posible,pues la estamos empleando para otrosmenesteres. La cadena de cintas exprés noes un sistema recomendable, puesto queinterviene gran cantidad de material.Además, los mosquetones pueden abrirse

accidentalmente si no son de seguro. En estas situaciones el sistema más efi-

caz y seguro son los cabos de anclaje, queconsisten en un cordino de 8 mm de diá -metro como mínimo y unos 2 o 3 metros delongitud (en función de la envergadura delusuario) atado al arnés por medio de unnudo de ocho del que saldrán dos caboslibres de distinta longitud. Uno igual a ladistancia entre el arnés y el hombro, y elotro a la existente entre el arnés y la muñe-ca (con el brazo estirado). En cada extremoharemos una gaza en ocho y colocaremosun mosquetón de seguro.

Además de actuar como autoseguro, loscabos de anclaje son útiles para conectar elarnés con los aparatos de ascenso y des-censo (fig. 9.38).

Aseguramiento en ascensoAl alejarnos del suelo, existe la posibi-

lidad de la caída. Para detener una posiblecaída y minimizar sus riesgos, es necesarioque la energía que en ella se produce sedisipe y se reparta por los diferentes ele -mentos que integran la cadena de seguri-dad en la escalada. Así, buena parte de laenergía será absorbida por el cuerpo delasegurador, el aparato empleado para ase-

230 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.37 Forma de llevar los anillosde cuerda.

MARCHA EN ENSAMBLE• Encordamos a una distancia razona-

ble: 10-15 m• Avanzar con precaución vigilando

los movimientos de los compañeros• Mantener la concentración en lo que

estamos realizando

Figura 9.38 Cabos de anclaje.

Page 232: Manual de Tecnicas

gurar, la cuerda, los seguros intermedios ylas cintas exprés. De este modo, el impac-to recibido por el propio escalador serámínimo.

El sistema que empleemos para asegu-rar debe permitirnos detener una caída, ybloquear la cuerda sometida a tensión.

Al detener “el vuelo” de un escaladoren cabeza de cordada, la persona que ase-gura puede verse desplazada de su sitio porel tirón de la cuerda. Por ello es conve-niente asegurar anclados a algún punto deseguro para evitar, por ejemplo, el golpear-se violentamente contra la pared.

Asegurar al segundo de la cordada con-siste en recuperar la cuerda de éste confor-me gana altura. Esta maniobra requiere undispositivo de freno y toda nuestra aten-ción. Es recomendable hacerlo directamen-te sobre la reunión para que, en caso decaída, el escalador no quede colgando delcuerpo de quien le asegura.

Aseguramiento en descensoRápel con autoseguro

Sistema que maneja el propio individuoque rapela, pudiéndose bloquear voluntariao involuntariamente en caso de necesidad.

Podemos usar como autobloqueadoresmedios mecánicos como shunt, gri-gri,etc., o también nudos como prusik, ma -chard, etc.

La disposición de los elementos en elrápel será la siguiente:• El descensor a la altura de la cara,

unido, por medio de una cinta, al puntode anclaje del arnés.

• El autoseguro se instalará por debajodel descensor, unido directamente alpunto de anclaje del arnés mediante unmosquetón de seguro.

• Es importante, para el correcto funcio-namiento del conjunto, que exista unaseparación de unos 25 cm entre el des-censor y el autoseguro.

Este sistema tiene el inconveniente deque resulta difícil y fatigoso subir, si por

ejemplo, te pasas la reunión. Sin embargopodemos asumir este problema por la segu-ridad que nos proporciona (fig. 9.40).

Rápel asegurado por compañerosSi por algún motivo no se puede recurrir

al autoseguro, también podemos descenderasegurados por compañeros por medio deuna cuerda auxiliar que será manejada poréstos desde arriba.

También puede asegurarse desde abajosujetando las cuerdas que utilizamos para

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 231

Figura 9.39 Asegurar al 1º y al 2º decordada.

Figura 9.40 Colocación del autoseguroen el descenso.

Descensor

Autoseguro

1º 2º

Page 233: Manual de Tecnicas

descender. En caso de necesidad, tirandode ellas podemos provocar la parada delasegurado o controlar su velocidad.Mencionar que este sistema no puede serutilizado cuando la persona que rapelaemplea, como elemento de freno, el nudodinámico.

TÉCNICAS DE ASCENSOCuando hay alguna razón que nos

imposibilita el descenso, podemos optarpor ascender. Pero ascender no es sencillo.Jugamos en contra de la gravedad, lo quesupone que el resultado de las fuerzas queactúan sobre todo el sistema (anclajes,materiales, etc.) es muy elevado.

No solo debemos contar con una buenacondición física, sino que además habre-mos de ser precavidos a la hora de valorarel esfuerzo real que está soportando elmaterial para no acercarnos a sus límites deresistencia. El ascenso requiere muchotiempo, un gran esfuerzo y gran cantidadde material.

Ascenso por cuerda fijaEl ascenso por cuerda fija es utilizado

para acceder a lugares de difícil acceso, o

para recorrer repetidas veces el mismo tra-yecto, como sucede en el caso de aperturade vías de escalada.

Ascender por una cuerda fija consisteen subir por una cuerda, normalmente está -tica, anclada en una reunión. Para evitarrozamientos de la cuerda con la pared ypara que ésta siga un recorrido apropiado,se realizan fraccionamientos. Éstos consis-ten en dividir el ascenso en tramos inde-pendientes de manera que, en cada inicio yfinal de fracción, la cuerda queda anclada ala pared mediante nudos (siete, ocho omariposa) y seguros intermedios tantasveces como sea necesario.

Existen diversos métodos de progresarpor una cuerda fija. Aquí vamos a describirel sistema clásico, en el que se emplea:• Un bloqueador pectoral tipo “croll”

sujeto al tórax mediante un arnés depecho, y cogido al arnés de cintura através de un mosquetón de seguridad.

• Un bloqueador de puño tipo “jumar”,del que parten dos cordinos o cintas:uno de seguridad atado al arnés; y otroal pie, que es el que utilizaremos paraimpulsarnos (pedal o estribo).

Para ascender, introduciremos la cuerdaen los aparatos atendiendo al sentido debloqueo. Primero y más alto colocaremosel de puño. Por debajo de él, el de pecho.Izaremos el puño manteniendo un pie en elestribo, tan alto como sea posible. Utili-zando el estribo como apoyo y el puñocomo agarre nos impulsaremos hacia arri-ba. Con esta maniobra el bloqueador depecho ascenderá por sí solo (al principionecesita cierta tensión de la cuerda haciaabajo). Esto nos permite permanecer col-gados de él para repetir de nuevo la manio-bra, y así sucesivamente a lo largo de todala cuerda fija.

Este sistema conviene personalizarlo,es decir, hay que adaptar la longitud de loscordinos de seguridad, así como la delestribo, a las características de cada indi-viduo.

232 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.41 Asegurar desde abajomediante tensión en la cuerda.

Page 234: Manual de Tecnicas

Paso de fraccionamientosHemos comentado la necesidad de rea-

lizar fraccionamientos que eviten el roza-miento de la cuerda con la pared y posibi-liten que ésta siga un recorrido apropiado.Por motivos de seguridad, siempre debe-mos estar asegurados (a la cuerda o a losanclajes) con, al menos, un sistema.

El paso de fraccionamientos es unamaniobra sencilla pero que no permiteerrores. Una vez alcanzado el primer frac-cionamiento, procederemos de la siguientemanera:• Sin hacer tope con el puño en el nudo,

dejaremos que todo el peso de nuestrocuerpo repose en el arnés mediante elbloqueador ventral.

• Liberaremos el puño y lo colocaremospor encima del nudo que fracciona lacuerda.

• Cargaremos nuestro peso sobre el estri-bo que pende del puño.

• Liberaremos el bloqueador ventral y locolocaremos por debajo del puño y porencima del nudo del fraccionamiento.

• Proseguimos con nuestro ascenso.

MONTAJES ESPECIALESPasamanos

Hay ocasiones en las que, debido a loaccidentado y expuesto del terreno, con-viene asegurar nuestra progresión median-te un pasamanos.

Un pasamanos consiste en el anclaje deuna cuerda auxiliar, a modo de barandilla,en un trayecto horizontal. Para asegurarnosintroducimos la cuerda fija en el mosque-tón, con el cierre hacia fuera, de nuestroscabos de anclaje y nos desplazamos hacia

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 233

Figura 9.42 Cuerda fija con fracciona-mientos.

Figura 9.43 Posición de los aparatos yuniones

Al ascender por una cuerda fija, nosmovemos en contra de la gravedad loque supone que nuestro esfurzo se sumaa la tensión sufrida por la cuerda, y todoello repercute en la reunión. Esto nosobliga a ser prudentes a la hora de valo-rar el esfuerzo al que sometemos la reu-nión y el material.

Al pie

Page 235: Manual de Tecnicas

nuestro destino. En el caso de sufrir un res-balón, penderíamos de la cuerda instaladay de nuestro cabo de anclaje.

Si en el montaje hemos necesitado dealgún fraccionamiento, necesitaremos usarun cabo de anclaje doble para nuestra segu-ridad. Al llegar al fraccionamiento, soltare-mos uno de los cabos del primer tramo delpasamanos y lo anclaremos al otro lado dedicho fraccionamiento. Una vez hechoesto, y nunca antes, pasaremos el segundocabo para poder continuar adelante. Esvital que siempre estemos asegurados poruno de los cabos.

TirolinasUna tirolina consiste en una cuerda

tensa, que mantiene una dirección horizon-tal y está situada a una altura concreta. Pormedio de una tirolina podemos desplazar-nos en una dirección no vertical y alejadosdel suelo. Resulta útil para salvar obstácu-los como ríos, barrancos, etc.

No es una maniobra compleja perorequiere que tengamos en cuenta una seriede hechos:• Las fuerzas ejercidas sobre los anclajes

por la tensión de la cuerda son muy ele-

vadas, por esto sólo realizaremos estamaniobra sobre reuniones de gran soli-dez.

• En el desplazamiento sobre la cuerdahay mucho rozamiento. Utilizaremosvarios mosquetones gruesos o poleas.

• Para evitar sobresfuerzo a la cuerda,conviene destensarla mientras no se useel sistema.

Para tensar una tirolina emplearemosun tensor pasabloc, que permite tensar ydestensar el sistema con facilidad.

CONSEJOS PARA LAS MANIOBRAS CONCUERDAS

• Las maniobras con cuerdas serán pro-gramadas sin precipitación.

• Todos los nudos deberán ser realizadosperfectamente, las cuerdas, cintas y cor-dinos deberán estar en perfecto estado.

• Leeremos y aplicaremos las normas deuso y conservación del material.

• Antes de abandonar el suelo, revisare-mos el nudo, la colocación del arnés yconfirmaremos que nuestro compañeroestá preparado.

• Los anclajes se realizarán en puntossólidos.

• Conviene preparar el paso de las cuer-das previniendo su abrasión.

• Limpiar el lugar de partida, de paso yde llegada, de bloques y piedras sueltas.

• Siempre estaremos asegurados.

TÉCNICAS DE AUTORRESCATEAl igual que en el capítulo anterior,

insisto en el hecho de que es mejor nohacer nada a hacerlo mal. Por ello, si noestamos capacitados o dudamos de la efec-tividad de nuestro sistema de rescate, esmejor esperar a la llegada de profesionalesque lo realicen con total garantía.

Sin colaboración del accidentadoPolipastos

Denominamos polipastos a los sistemasque nos permiten el desdoblamiento de

234 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.44 Polipasto fijo, móvil ycombinado.

Page 236: Manual de Tecnicas

fuerzas. Para su montaje empleamos, entreotros materiales, las poleas y sistemas debloqueo, bien mecánicos o mediante nudos.

Existen diversos tipos de polipastos:fijos, móviles y combinados.

Es frecuente la utilización de polipastosen el izado de petates a lo largo de vías deescalada. También pueden sernos de utili-dad en el caso de rescate de accidentadosque no pueden colaborar, pero es una ma-niobra muy laboriosa.

Con colaboración del accidentadoSistema alternativo

Método que requiere la colaboraciónactiva de la persona que queremos ascen-der. La distancia máxima a la que se puedeencontrar el accidentado es la mitad de lalongitud de cuerda disponible.

Tenemos una persona colgando en elextremo de una cuerda que hemos ancladoa la reunión mediante un nudo de fuga. Através de un prusik sustituimos el nudo defuga por un sistema de autobloqueo.

Lanzamos al compañero el otro cabo decuerda con una gaza en su extremo, deforma que introduzca el pie en ella y puedaincorporarse sobre él. También acercará lacuerda al cuerpo introduciéndola en unmosquetón anclado al arnés. Asi mismo,este cabo de cuerda estará anclado a la reu-nión por medio de otro sistema de autoblo-queo.

Ahora, y de forma sincronizada, iremosizando y bloqueando alternativamente lacuerda del pie y la del arnés.

Sistema de autopoleaCuando la colaboración del accidentado

no es tan activa como en el caso anterior,podemos usar el sistema de autopolea.Consiste en la aplicación de una poleamóvil. La distancia máxima a la que sepuede encontrar el herido no debe ser supe-rior a la tercera parte de la cuerda disponible.

Tenemos a una persona suspendida enel extremo de la cuerda. Bloqueamos lacuerda mediante un nudo de fuga, coloca-

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 235

Figura 9.45 Sistema alternativo.

Figura 9.46 Sistema de autopolea.

Page 237: Manual de Tecnicas

mos un prusik sobre la cuerda para permi-tirnos maniobrar con seguridad y sustitui-mos el nudo de fuga por un sistema auto-bloqueante (bloqueador mecánico, nudocorazón, ocho en posición de bloqueo).

Alcanzamos al accidentado un seno dela misma cuerda con un mosquetón deseguridad que anclará al anillo del arnés.

Simultáneamente, el accidentado trac-cionará de la cuerda anclada al sistema deautobloqueo mientras que el compañero lohará por medio de la cuerda que pasa por elmosquetón situado en el arnés.

TRANSPORTE DE ACCIDENTADOSUna vez ocurrido el accidente, situado

el accidentado fuera de la zona de peligro yrealizados los primeros auxilios, viene loque tal vez sea la parte más dura de un res-cate: el traslado.

Cuando sospechemos que hay lesionesimportantes, esta labor la dejaremos enmanos de los equipos de rescate, que sonquienes tienen los medios y los conoci-mientos para realizar la evacuación de unherido en estas condiciones.

Hay que advertir que el transporte conmedios improvisados es incómodo para elaccidentado y agotador para los socorris-tas. Utilizaremos un sistema u otro en fun-ción de la importancia de las lesiones, asícomo de la localización de las mismas.

Con medios manualesSi contamos con un solo socorrista, el

transporte lo podemos realizar a cordere-tas, sobre los hombros, o en brazos. Siestán dos o más personas disponibles,podemos utilizar la “sillita de la reina” oimprovisar un asiento con algún trozo demadera.

Silla con cintaPara ello emplearemos dos trozos de

cinta o cuerda que colocaremos uno en cadahombro del porteador, a modo de bandole-

236 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.48 Tirolina.

Figura 9.49 Pasabloc.

Figura 9.47 Pasamanos y forma depasarlo.

Tirolina

Cuerda auxiliar de seguridad

RESCATESi colabora el accidentado• Sistema alternativo• Sistema de autopoleaSi no colabora el accidentado• Utilización de polipastos a través de

un sistema fijo, móvil o combinado

Page 238: Manual de Tecnicas

ra. Colgando de ambas cintas cruzaremos, ala altura de la zona lumbar, un elementorígido (bastón, tronco, tienda de campañaplegada, etc.) sobre el que el accidentadopueda sentarse con cierta comodidad.

CacoletUn cacolet es un sistema de transporte

que permite llevar a un accidentado deforma que su peso recaiga, de maneracómoda, sobre los hombros del porteador.

Podemos fabricarnos un cacolet ple -gando una cuerda en anillos regulares de

tamaño adecuado al accidentado y al porte-ador. Sujetamos con un nudo de remate ydividimos los anillos en dos mitades.Introducimos las piernas del accidentado,una en cada grupo de anillos, y a modo demochila cargamos al accidentado sobre laespalda del porteador.

Es conveniente que el porteador utiliceunos bastones para mantener mejor el equi-librio. Además, el transporte resultará máscómodo si con alguna prenda acolchamoslas zonas de contacto de la cuerda con elporteador y el accidentado.

Este sistema resulta eficaz si contamoscon un solo socorrista o si el accidentadoes una persona ligera.

CamillaCualquier camilla improvisada suele

ser muy incómoda. Además antes de deci-dir su uso deberemos evaluar si existe laposibilidad de agravar las lesiones del acci-dentado; si es así, daremos aviso y espera-remos a los profesionales del rescate.

En una situación en la que necesitemosun transporte en camilla es preciso utilizartodo nuestro ingenio para poder improvisaruna. Podemos usar bastones, mástiles detienda, o cualquier palo largo que encon-tremos (que sea suficientemente resistente)para darle rigidez; crearemos el soportecon alguna mochila, ropa resistente, etc. Si

Nudos, anclajes y maniobras con cuerdas 237

Figura 9.50 Transporte utilizando lasillita de la reina.

Figura 9.51 Silla con cinta.

Figura 9.52 Cacolet.

Page 239: Manual de Tecnicas

además queremos que sea “confortable”, laacolcharemos con alguna prenda más.

En el caso de disponer de una cuerda, lacosa se simplifica. Para la ejecución de estacamilla procederemos de la siguientemanera: colocaremos la cuerda extendidasobre el suelo, formando unas 16 curvas de180º. La distancia entre las curvas debe seraproximadamente la anchura de la víctimay las 16 curvas deben tener la longitudaproximada de la víctima. Con el resto decuerda hacemos primero un ballestrinquesobre cada curva y, posteriormente, intro-ducimos los cabos de la cuerda entre losbucles y el ballestrinque. Una vez pasadatoda la cuerda alrededor de la camilla, ajus-tamos los ballestrinques, atamos los extre-mos y acolchamos la base que soportará elcuerpo del accidentado, especialmentedesde el cuello hasta las caderas.

Para transportar a un herido en camillanecesitamos al menos, cuatro personas.

Para largos trayectos, los porteadorespueden engancharse la camilla a una cintaen bandolera (fig. 9.54).

BIBLIOGRAFÍAAAVV. Alpinismo Moderno. Hispano

Europea. Barcelona. 1980LÓPEZ SARRIÓN, M. Esquí de

Montaña. Desnivel. Madrid. 1995MURCIA, M. Prevención, Seguridad y

Rescate. Desnivel. Madrid. 1996SCHUBERT, P. Seguridad y Riesgo.

Desnivel. Madrid. 1996

238 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 9.54 Camilla y forma dehacerla.

Figura 9.53 Camilla y forma dehacerla.

Hay que tener presente que un mal trans-porte puede agravar las lesiones del acci-dentado.

Page 240: Manual de Tecnicas

Capítulo 10SUPERVIVENCIA

(Nieves Arbonés)

Page 241: Manual de Tecnicas

1. ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA SUPERVIVENCIA

2. REFUGIO• Condiciones adecuadas para el refugio• Partes de un refugio• Construcción en zona boscosa

• Vivacs con toldo• Cabañas

• Construcción en zona nevada o helada• Construcción en el desierto• Amarres

3. OTRAS INSTALACIONES• Almacén de alimentos• Servicios: Letrinas y lavabos• Basurero

4. RECURSOS NATURALES PARA LA OBTENCIÓN DE AGUA

5. RECURSOS NATURALES PARA LA OBTENCIÓN Y MANIPULACIÓN DE ALIMENTOS

• Utensilios de cocina, parrillas y asadores• Cocinas• Cocina de fortuna• Alimentos: obtención y manipulación

6. TEMPERATURA• Calor corporal• Fuego

Page 242: Manual de Tecnicas

Sobrevivir, según el Diccionario de laReal Academia de la Lengua Española, esvivir después de un determinado suceso.Múltiples sucesos pueden desembocar enuna situación de supervivencia. Para salirairosos de esta situación debemos ser pru-dentes, mostrar una actitud positiva y utili-zar el sentido común. No dejaremos nadaal azar. Además deberemos tener especialcuidado con plantas y animales peligrosos,aguas contaminadas y accidentes causadospor el fuego o por las construcciones quehayamos realizado.

Todos nuestros antepasados eran exper-tos supervivientes, a ello dedicaban suvida. Obtenían todo lo necesario de laNaturaleza. Nosotros lo obtenemos de losgrandes almacenes y nos ayudamos de latecnología.

Pero, ¿quién no puede verse, en algúnmomento, en situaciones que requierantécnicas de supervivencia? Por esto es con-veniente conocerlas de antemano y practi-carlas para que, llegado el momento, poda-mos emplearlas correctamente.

Que nuestro ejercicio de supervivenciasea más o menos efectivo dependerá delterreno en que nos encontremos, de lascondiciones climáticas y de los medios de

que dispongamos, así como de nuestraimaginación y nuestra predisposición asobrevivir.

Como pilares básicos para la supervi-vencia ante hostilidades podemos conside-rar cinco, todos ellos de igual importancia:• Ganas de sobrevivir• Refugio• Hidratación• Alimentación• Temperatura

1. ASPECTOSPSICOLÓGICOS

No quiero, ni puedo, hablar en profun-didad de la respuesta de la mente humanaen condiciones extremas. En este apartado,sólo pretendo matizar unos aspectos queconviene tener en cuenta.

¿Quién sobrevive sin ganas de vivir?Sobrevivir es seguir viviendo y, en situa-ciones apuradas, deberá convertirse en unaobsesión. Pensando desde nuestro cómodosillón, tal vez no veamos sentido a estaafirmación. Sin embargo, cuando lo quenos pide el cuerpo es parar, descansar ydarlo todo por perdido, esa lucha interior

Supervivencia 241

Figura 10.1 Supervivientes.

Page 243: Manual de Tecnicas

cuerpo-razón es francamente dura. Aquísólo debe primar la voluntad, una voluntadpreviamente educada y entrenada, dondesólo hay sitio para el optimismo objetivo ydonde nunca debe caber el pesimismo.

Este esfuerzo por parte de la voluntades más llevadero si nos encontramos encompañía, puesto que en un grupo, cuandolas fuerzas físicas y mentales nos fallan,siempre hay alguien que en ese momentoestá pletórico y puede hacerse cargo dereconducir la situación.

En la marcha en grupo juega un papelmuy importante los sentimientos de unidady solidaridad, evitando ese egocentrismoinnato en el ser humano que, además, se veacrecentado en situaciones difíciles. Comoejemplos evitaremos ocupar el sitio máscómodo y cálido en el refugio, consumirmás comida o agua que el resto, etc. Estolo dejaremos para los enfermos o los másdébiles. También hay que ser conscientesde la susceptibilidad de algunos individuoscuando las condiciones se vuelven extre-mas.

En situaciones de peligro inminente, aligual que los ojos se cierran automática-mente cuando algún cuerpo extraño se va aintroducir en ellos, nuestro cuerpo reaccio-na muchas veces de manera automática eincontrolada, puesto que la conciencia esmás lenta que los reflejos. Sin embargo,esto también debe quedar bajo nuestro con-trol. Debemos tener presente, para que elgesto o la acción se automatice, qué reac-ción deberemos tener en cada situación, esdecir, conseguir que las reacciones seansiempre voluntarias y eficaces. Podemosaprender de nosotros mismos al experi-mentar las reacciones involuntarias denuestro cuerpo.

Pero ¿qué sucede cuando, a pesar devernos en la necesidad de sobrevivir, esta-mos realizando la tarea de forma satisfac-toria? Hemos encontrado cobijo, tenemosalimento y agua suficiente, la temperaturaes confortable e incluso compartimos laexperiencia con buenos amigos. En pocas

palabras: carecemos del reto de sobrevivir.¿Y en el caso contrario? Cuando todo nosparece imposible o la dificultad es excesi-va. En ambos casos puede aparecer el des-ánimo y la depresión.

En el primer caso, tenemos que hacerfrente a la inactividad provocada por tenerlos problemas resueltos. Deberemos, aligual que en la vida cotidiana, buscar untiempo dedicado a las obligaciones, otro alocio y otro al descanso; siendo muy estric -tos en su cumplimiento. Esto deberá sermás riguroso, si cabe, en condiciones desoledad.

En el segundo caso, lo primero que pro-curaremos es plantearnos metas próximasy factibles para que no cunda el desánimo.Los retos irán, progresivamente, ganandoen dificultad hasta que la situación quedecontrolada. Después será satisfactorioactuar de la misma manera que en el pri-mer caso.

2. REFUGIO

En condiciones climáticas adversas ocuando la noche se echa encima, podemosencontrar la calidez y el bienestar pormedio de la construcción de un refugio ovivac. Esto requerirá tiempo, esfuerzo y lautilización de materiales como cuerdas,palas, hachas, etc., además de una grandosis de imaginación. Vendrá determinadopor el terreno y los materiales de que dis-pongamos.

CONDICIONES ADECUADAS PARA UNREFUGIO

A la hora de ubicar nuestro refugio ten-dremos en cuenta las posibilidades delterreno, la situación y la orientación.• Buscar caras S o SE: son las más solea-

das y por tanto las más secas y cálidas.

242 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Para sobrevivir hay que tener voluntad,ser solidario y cierta dosis de optimismo.

Page 244: Manual de Tecnicas

• Hondonadas secas de forma que nocorra viento y alejadas de zonas húme -das como pantanos, ríos, etc.

• En terreno llano, taludes y matas espe-sas son buena protección.

• La cubierta vegetal nos proporcionamullido y también nos informa de lahumedad del subsuelo. Evitaremos lavegetación de ribera (chopos, helechos,juncos, etc.).

• Un árbol frondoso aislado nos protegedel rocío pero un bosque mantienemucha humedad. Como contrapartida,en el bosque se mueve menos viento.

PARTES DE UN REFUGIOUn refugio puede estar compuesto por

tres elementos: lecho, paredes y techo. Notodos son imprescindibles ya que dependede las condiciones del terreno y meteoroló-gicas.

En primer lugar nos proveeremos de unlecho que nos aísle del frío y de la hume -dad del suelo. Esto, en función de los mate -riales de que dispongamos y del terrenodonde estemos, lo podemos realizar conplásticos, que impiden que pase la hume -dad, y ramas y hojarasca, que crean unacapa de aire entre el suelo y nosotros quenos protege del frío. Si vamos a descansarsobre él varios días conviene airearlo.

Las paredes nos resguardan del viento.Para su construcción, apoyándonos sobreárboles, rocas, o taludes, podemos utilizarplásticos o toldos, realizar enramados,muros con barro, piedras, nieve, hielo, etc.Lo más habitual es la utilización de variasde estas posibilidades simultáneamente.

Por último, para protegernos del rocío,lluvia, nieve, etc. construiremos un tejadode manera semejante a las paredes.

En cualquier caso, evitaremos el con-tacto directo de plásticos con nuestro cuer-po por la gran condensación que estopuede producir.

CONSTRUCCIÓN EN ZONA BOSCOSASería la situación “ideal” para una cons-

trucción improvisada, puesto que dispone-mos de diversidad de materiales: árbolesque hacen las veces de pilares, de palos demadera que pueden ser las vigas y de lahojarasca que se convertirá en un buen ais-lante térmico y de la humedad.

Conviene tener en cuenta que un bos-que es un conjunto de seres vivos y, comotales, hay que respetarlos. Evitaremos cual-quier posible daño o deterioro a la flora o ala fauna. Recordar que es un bien de todosy el legado que dejaremos a generacionesfuturas, por esto debemos velar por sucorrecta conservación.

Vivacs con toldoPodemos aprovechar un escalón natural

del terreno y sobre él apoyar un toldo quepuede estar sujeto mediante piedras, picasde madera etc. Puede tener una o dos entra-das.

También podemos construir un refugiocon un toldo alrededor de un árbol, o suje-to entre dos árboles por medio de unacuerda.

CabañasUna observación general y un estudio

del terreno nos facilitarán la labor a la horade improvisar un refugio. Estudiaremos lascondiciones atmosféricas (posibilidad delluvia, dirección del viento, etc.), la situa-ción y la orientación. A partir de aquí dedu-ciremos qué tipo de protección necesita-

Supervivencia 243

Figura 10.2 Talud y toldo.

Page 245: Manual de Tecnicas

mos: un lecho, un techo, paredes o algunacombinación de ellos.

Buscaremos árboles o arbustos densos,una trinchera natural, alguna cavidad, for-maciones rocosas, etc. Podemos levantarpequeños parapetos a base de piedras,ramas y terrones de tierra.

Lo más habitual es la utilización de téc-nicas mixtas, esto es, combinar los diferen-tes recursos con mucha imaginación.

Las cabañas las podemos construir deforma semejante a los vivacs con toldo,con la salvedad de que sustituimos el toldopor enramados, muros de piedra y barro,etcétera.

Algunos ejemplos podrían ser:• Aprovechando un talud, un árbol caído,

un desnivel o alguna roca, colocamosdos largueros a una distancia de unos 2m. de forma que entre el suelo, el taludy el plano originado por los palos forme

244 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 10.3 Toldo sobre un árbol conuna sola entrada.

Figura 10.4 Toldo sujeto a dos árbolesy con dos entradas.

Figura 10.5 Cabaña aprovechando untalud.

Figura 10.7 Cabaña entre dos árboles.

Figura 10.6 Cabaña apoyada en unárbol.

Page 246: Manual de Tecnicas

un prisma. Usando estos largueroscomo base, hacemos un enramado quenos protegerá del viento y la lluvia.

• Usando un árbol como soporte princi-pal.

• Mediante dos árboles.• Construyendo a partir de un trípode

que tiene uno de los lados más largo.

CONSTRUCCIÓN EN ZONA NEVADA OHELADA

Este terreno da sensación de frío, peroun refugio bien construido permite estar enél con una temperatura constante y dentrode unos límites aceptables.

En terreno nevado, con un espesor denieve considerable (por encima de 1metro), podemos cavar una trinchera y,por medio de palos y ramas (si disponemosde ellos) hacer un techado. También utili-zaremos ramajes extendidos por el suelopara que hagan de aislante. Si la trinchera

la cavamos pegada a algún árbol grande,nos evitaremos esfuerzos y estaremos algomás aislados (fig. 10.9).

Si no tenemos vegetación, lo más con-veniente es buscar una pendiente para, enella, cavar una cueva (fig. 10.10).

En algunos casos no es necesario unrefugio completo, puede bastarnos conhacer un muro que nos proteja del viento ode la ventisca (fig. 10.11).

Si disponemos de hielo o nieve dura,podemos refugiarnos construyendo uniglú. Éste es una construcción de hielo onieve. Tiene forma de semiesfera huecacon un pequeño orificio que hace las vecesde entrada.

Es un trabajo difícil y laborioso. Paraello necesitamos una sierra que facilite lalabor de corte de los bloques de hielo y unapala que utilizaremos para sacar los mis-

Supervivencia 245

Figura 10.9 Trinchera en la nieve contecho a base de un enramado.

Figura 10.10 Cueva de nieve con agu-jero de ventilación.

Figura 10.11 Muro de roca y nieve.

Figura 10.8 Cabaña basada en un trí-pode.

Page 247: Manual de Tecnicas

mos. Buscamos una zona llana, marcamosel perímetro de nuestro futuro refugio y enel centro hacemos un agujero de unos 40cm de profundidad sobre un cuadrado de40 cm de lado. Comenzaremos a sacar blo-ques, alrededor del agujero inicial y de lasdimensiones antes mencionadas. Los blo-ques obtenidos los colocamos sobre elperímetro anteriormente marcado, prestan-do atención a las uniones y dejando unespacio abierto que hará las veces de entra-da. Comenzamos la segunda fila de blo-ques situándolos sobre las uniones de losanteriores y un poco hacia el interior; aquípodemos completar la circunferenciateniendo especial cuidado en la zona queserá la puerta. Proseguimos de manera aná-loga hasta ir cerrando el iglú. Dificultadañadida posee la correcta colocación delúltimo bloque, el que cierra toda la semies-fera. En la entrada cavaremos un poco paraentrar con comodidad y evitar que puedaentrarnos viento y nieve.

Otro iglú más sencillo lo podemos rea-lizar amontonando mochilas, ramas, blo-ques u otros objetos voluminosos queluego podamos desplazar. Sobre este mon-tón de cosas acumulamos nieve y la vamoscompactando. Una vez endurecida poracción de la temperatura y de la presiónque hemos ejercido, procedemos al vacia-do del interior. Arreglamos los pequeñosdetalles como la puerta y ya disponemos de

un confortable iglú de nieve dura. Estemodelo de refugio es especialmente intere-sante cuando la capa de nieve es escasa(por debajo de 50 cm).

Tanto en la construcción de iglúescomo de cuevas de nieve, conviene teneren cuenta la necesidad de una buena venti-lación para evitar condensaciones. Sepuede conseguir, perdiendo un poco decalidez, a través de algún orificio practica-do en las paredes o en el techo.

Para evitar que la posible condensacióngotee sobre los ocupantes, durante la cons-trucción colocaremos el techo de formaabovedada. Las paredes internas estarán lomás lisas posible y, por último, haremos uncanalizo en la base de la pared para que cir-cule el agua.

Pondremos atención a que los agujerosde ventilación estén permanentementeabiertos; pueden cerrarse por nevadas en elexterior, por ventiscas, etc.

246 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 10.12 Construcción de un iglú

Figura 10.13 Iglú vaciado.

Page 248: Manual de Tecnicas

CONSTRUCCIÓN EN EL DESIERTOPor las características climáticas y del

terreno, lo habitual será necesitar, exclusi-vamente, la protección contra el frío. Esdifícil encontrar vegetación; de haberla,estará en vaguadas sombrías y profundas.Una buena solución nos la puede dar laconstrucción de un colchón y una mantade hierba. Esto puede ser completado conun pequeño parapeto que nos proteja lacabeza.

AMARRESAl improvisar un refugio con palos y

ramas necesitaremos amarrar los distintoselementos mediante cuerdas. Si carecemosde ellas, podemos utilizar fibras vegetalespara fabricarlas, como la paja del centenoen pequeños fardos humedecidos, tallos delino, manojos de juncos, esparto o tiras dela corteza de la retama, del castaño o delsauce. No son tan flexibles ni resistentescomo las cuerdas adquiridas en una tienda,pero cumplen su función.

Además de los nudos comentados en elcapítulo 9, hay otros que con frecuenciautilizaremos para el amarre. Son lossiguientes:

Amarre redondo: Utilizado para unirdos ramas o troncos paralelos.

Amarre cuadrado: Empleado para launión de dos palos colocados en cruz deforma que uno sujeta el peso del otro.

Amarre para trípode: Nos resulta útilcuando disponemos de tres palos y los que-remos unir para construir un trípode.

Un pequeño truco a la hora de atar unalona o plástico con cuerdas sin tener querasgarla es mediante una pequeña piedraenvuelta en la lona que estemos utilizando.

Supervivencia 247

Figura 10.14 Colchón y manta de hier-ba con un parapeto (con hierba, conmochila, plásticos y arena).

Figura 10.15 Amarre redondo.

Figura 10.16 Amarre cuadrado.

Figura 10.17 Amarre para trípode.

Decidiremos el tipo de construcción enfunción del medio y de los materiales deque disponemos.• Bosque: toldos y cabañas• Nieve: trincheras e iglúes• Desierto: aislante del suelo y parapeto

Page 249: Manual de Tecnicas

Si no disponemos de cuerdas para elamarre o queremos limitar su uso, pode-mos utilizar ramas y palos con horquillassobre los que apoyar la construcción.

3. OTRAS INSTALACIONESALMACÉN DE ALIMENTOS

Al igual que nosotros, hay otros anima-les que intentan sobrevivir. La tarea lesresulta cómoda si nos cruzamos en sucamino y les proporcionamos toda nuestracomida. Esta supervivencia es unacompetición de ingenio: Nosotros ponien-do a buen recaudo nuestros víveres y losanimales burlando nuestra despensa.

Llegados a este punto hay una preguntaobligada: ¿de quién queremos protegernuestras viandas? Unos invitados frecuen-tes son los roedores, capaces de estropearmucha comida en muy poco tiempo. Todolo prueban y lo llenan de excrementos.Tienen especial debilidad por frutos secos,galletas, pan, etc. Si no queremos que nossorprendan, una solución será introducirtoda la comida dentro de bolsas de plásti-co, bien cerradas, y éstas dentro de lamochila que también cerraremos. A losroedores no les cuesta gran esfuerzo el tre-par por una pared hasta el estante de lacomida o descolgarse por el alambre dondetenemos colgado el desayuno.

Animales más grandes como zorros,ciervos, jabalíes, lobos y osos no son fre-

cuentes puesto que, en principio, huyen dela presencia humana. También es verdadque cuando el hambre aprieta son másvalientes. Podemos salvaguardar nuestrosricos manjares colgándolos de algún árboly a una altura por encima de 2 metros.

Respecto a los animales debemos tenerpresente que hay especies en algunas zonasen las que, al igual que el oso “Yoggui” enYellowstone, son los dueños y señores y notienen ningún reparo en aproximarse a loscampamentos y robarte la comida en tuspropias narices.

248 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 10.18 Lona sujeta por medio depiedras envueltas.

Figura 10.19

Figura 10.20

Page 250: Manual de Tecnicas

SERVICIOS: LETRINAS Y LAVABOSTanto desde el punto de vista de nuestra

higiene como del respeto medioambiental,es conveniente la construcción y el poste -rior uso de unos servicios completos.Dicho de esta manera parece que vayamosa disponer de las comodidades del cuartode baño de casa; a ello vamos a intentaraproximarlo.

Normalmente lo más urgente es laconstrucción de una letrina. Para ello bus-caremos un lugar protegido del viento y,sobre todo, alejado de cursos de agua.Cavaremos una trinchera de unos 30 cm deancho, 50 cm de profundidad y con unalongitud apropiada al número de usuarios.Después de cada utilización nos esmerare-mos en su limpieza, tapando los excremen-tos con la tierra obtenida al cavar el hoyo y,si disponemos, añadiremos encima algúndesinfectante ecológico.

Si buscamos algo más de comodidadpodemos construir una base sobre la quenos podamos sentar y un respaldo para apo-yarnos, todo ello a la altura conveniente.

Al lavarnos o ducharnos no es impres-cindible el uso de jabones. En caso de usar-los, emplearemos jabones ecológicos, queno dañen el medio ambiente. Para evitarproblemas de contaminación del agua,siempre nos lavaremos fuera del curso deésta, utilizando un barreño o palanganapara coger el agua y arrojando después ésta

lejos del río, fuente, etc. Así, mediante fil-tración, ésta se incorporará de nuevo al ríolimpia. Si no disponemos de recipiente,emplearemos nuestra cantimplora echán-donos agua poco a poco, siempre alejadosdel río. Si el agua está muy fría podemosdejarla calentar al sol en alguna garrafa.

BASUREROLa misión de un basurero es alejar los

olores y los insectos de los desperdicios.Conviene distinguir entre los residuos bio-degradables (restos de alimentos, líquidos,etc.) y los no biodegradables. Para los pri-meros cavaremos un agujero dentro delcual arrojaremos los desperdicios. En elcaso de los segundos, no biodegradables,los separaremos en aquellos susceptiblesde ser incinerados, que procederemos a suquemado, y aquellos que no. Estos últimoslos introduciremos en una bolsa de plásticoy los depositaremos en un contenedor debasura una vez hayamos retornado a lacivilización.

4. RECURSOS NATURALESPARA LA OBTENCIÓN DE

AGUA

El ser humano puede pasar varios díassin comer, pero no sin ingerir líquidos. Elhidratarse no es algo tan sencillo comoarrimarse a un río y beber. Debemos pro-curar que los líquidos que ingiramos esténlibres de agentes contaminantes. Siempredesconfiaremos de la potabilidad del aguaque encontremos, bien sea una charca, unrío de aguas cristalinas o una fuente.

Lo recomendable sería llevar y utilizaralgún tipo de pastillas potabilizadoras. Sinembargo, si nos vemos en la necesidad deingerir líquidos de dudosa calidad y no dis-

Supervivencia 249

Figura 10.21 Persona utilizando laletrina.

Para mayor confort durante nuestraexperiencia como supervivientes, seránútiles otras instalaciones como la des -pensa, letrinas, lavabo y basurero.

Page 251: Manual de Tecnicas

ponemos de medios químicos, podemosobtenerlos de las siguientes maneras:

Si tenemos suerte y está lloviendo,podemos recoger el agua que escurra sobreel tejado de nuestro refugio. Debemostener en cuenta que esta agua carece desales minerales.

También podemos cavar un hoyo, a unadistancia de varios metros de la orilla de unrío. Cuando estemos por debajo del nivelde agua, lo común será que esta mane lim-pia. Observaremos si en el curso superiorhay ganado, habita gente, alguna explota-ción agrícola o alguna industria.

Otra posibilidad sería la fabricación deun filtro. Podemos llevarlo a cabo practi-cando un pequeño orificio en el fondo deun recipiente y, mediante capas, colocare-mos en el fondo un pañuelo limpio, sobreél una capa de arena fina, otro pañuelo, unacapa de cenizas, otro pañuelo, una capa dearena gruesa y, sobre todo el conjunto, unúltimo pañuelo. Haremos pasar poco apoco agua por este sistema de capas y larecogeremos, una vez filtrada, colocandoun nuevo recipiente debajo de nuestro fil-tro. Es conveniente dejar reposar el aguafiltrada para que se posen los posibles res-tos de ceniza o arena.

Si estamos sobre terreno nevado pode-mos fundir nieve con nuestro hornillo y unrecipiente, si disponemos de ellos. Preverque el gasto de combustible es importante.Otra alternativa sería el llenar con nieve una

bolsa de plástico, preferiblemente oscura yque no sea de basura pues suelen llevar pro-ductos químicos nocivos, y colgarla enalgún lugar soleado y protegido del viento.Practicaremos un agujerillo en la bolsa ydebajo colocamos un recipiente. Nos arma-remos de paciencia hasta que éste se llene.

En cualquier caso, siempre convienehervir el agua que vayamos a beber, almenos, durante 10 minutos. Si no dispone-mos de pastillas potabilizadoras, una buenasolución puede ser añadir dos gotas deyodo por litro de agua, esperando 30 minu-tos hasta consumirla.

250 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 10.22 Goteo de un tejado.

Figura 10.23 Hoyo próximo a un río.

Figura 10.24 Filtro.

Page 252: Manual de Tecnicas

5. RECURSOS NATURALESPARA LA OBTENCIÓN Y

MANIPULACIÓN DEALIMENTOS

UTENSILIOS DE COCINA, PARRILLAS YASADORES

Si carecemos de utensilios de cocina,podemos improvisar algunos. Un elementocortante, que haga las funciones de navaja,lo podemos fabricar buscando alguna pie -dra puntiaguda. Esta labor no será sencillasi nos encontramos en las proximidades deríos con abundancia de cantos rodados.Podemos construirnos algún pincho o tene-dor con ramas, preferiblemente verdes, alas que sacaremos un poco de punta.

Para tomar alimentos un poco elabora-dos, tal vez lo más socorrido sea una losade piedra, lo más delgada posible, quecolocamos sobre el fuego o las brasas, apo-yada sobre tres piedras. Sobre ella pode-mos, a modo de parrilla, asar o calentaralgunos alimentos.

Otra alternativa es suspender los ali-mentos sobre el fuego por medio de algúnsoporte. Éste puede constar de tres ramasapoyadas entre sí a modo de trípode; delvértice colgamos el recipiente que usare-mos para nuestro guiso.

Si lo que queremos es asar o tostar ali-mentos podemos emplear una rama verdeen la que, una vez pelada, ensartamos elalimento o colgamos el recipiente de calen-tar la comida. La rama la colocaremossobre las brasas apoyada en dos horquillas.Constantemente deberemos girar la ramacon los alimentos para que éstos se cocinenhomogéneamente. Este sistema nos puede

servir para asar carnes o pescados, tostarpan o calentar el desayuno.

COCINASEn situaciones con viento, una simple

hoguera puede que no sea suficiente parapoder cocinar nuestra comida. Es posibleque necesitemos proteger el fuego parasacarle el máximo rendimiento. Una formaútil y socorrida es hacer un pequeño murode piedras, bien alrededor de la hoguera,bien cubriendo la dirección del viento. Encaso de no ser un terreno pedregoso, tam-bién resulta eficaz el cavar un pequeñoagujero en la tierra, apropiado a la dimen-sión de la hoguera. En ambos casos colo-caremos los recipientes de cocinar sobre elfuego apoyados sobre unas trébedes. Éstaslas podemos improvisar con ramas verdeso con piedras.

En cualquier tipo de hogar hay queprestar atención a que el fuego se manten-ga vivo, favoreciendo la correcta ventila-ción.

Supervivencia 251

Figura 10.25 Piedra como plancha deasar.

Figura 10.26 Trípode para colgarcazuelas.

Desconfiad siempre de la potabilidaddel agua.Podemos obtener agua:• del goteo de un tejado• por filtración• mediante la fusión de nieveEn cualquier caso hervir el agua o utili-zar pastillas potabilizadoras.

Page 253: Manual de Tecnicas

A la hora de preparar comidas con estetipo de cocinas deberemos calcular, bien lacantidad de calor que transmite nuestrafogata, bien la distancia a la que tenemosque colocar los alimentos para que éstossean cocinados correctamente. Si haymucho fuego o están muy cerca de llamaso brasas es posible que los quememos. Encaso contrario, puede ser que no lleguensiquiera a calentarse.

COCINA DE FORTUNASi no disponemos de ningún utensilio ni

recipiente, podemos cocinar alimentossólidos utilizando hojas, que no sean tóxi-cas, con las que envolveremos el alimentoque queramos cocinar. Una vez hecho esto,envolveremos el conjunto en barro y, final-mente, lo introduciremos entre las brasas.Al cabo de aproximadamente una hora,

tendremos nuestro alimento listo para sercomido.

Si nos encontramos sin la posibilidadde generar barro podemos proceder de lasiguiente manera: Los alimentos envueltosen las hojas los cubrimos con una capa depiedras no muy voluminosa, y sobre ellaencendemos la hoguera. Conforme se vaconsumiendo, las brasas y las cenizascalientes caen entre las piedras y van coci-nando el alimento. Una vez transcurrido untiempo mínimo de una hora (en función delalimento y del tamaño de los trozos delmismo), o cuando el fuego se haya apaga-do, levantaremos las piedras y descubrire-mos nuestra comida.

ALIMENTOS: OBTENCIÓN YMANIPULACIÓN

Existen multitud de alimentos pero notodos los consideramos aptos para el con-sumo por razones meramente culturales.De todas formas, cuando la necesidadaprieta, lo que tradicionalmente nos parecerepugnante será un exquisito manjar.

A la hora de alimentarnos de animales,es conveniente saber sus costumbres yespecialmente el tipo de alimentación quellevan. Pueden darse casos de envenena-miento al consumir animales que previa -mente han ingerido plantas u otros anima -les que pueden resultarnos tóxicos.

Conviene recordar que tanto la cazacomo la pesca son dos actividades queestán reguladas.

Caza: mamíferos y avesSu captura requiere habilidad y expe-

riencia. Será más sencilla la caza de peque-ños roedores que de animales de grandesdimensiones. Estos animales no estánexentos de parásitos que en algunos casosson difíciles de eliminar.

Se conservan en buen estado si proce-demos a su ahumado. Esto lo hacemos col-gándolos cerca de una hoguera hecha conmaderas que no tengan resina. Tambiénpodemos salarlos o secarlos al sol.

252 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 10.27 Asador de rama sobredos horquillas.

Figura 10.28 Cocina sobre piedras ycocina sobre un hoyo.

Page 254: Manual de Tecnicas

PescaCuando decidamos pescar, observare-

mos la calidad de las aguas donde viven losanimales, desechando aquellas con indi-cios de contaminación.

El consumo de peces, moluscos o crus-táceos lo haremos poco después de su cap-tura. Por lo general el pescado resulta ape-titoso asado y los moluscos y crustáceoscocidos. El pescado, además, tambiénpodemos conservarlo ahumado o seco, aligual que la carne.

Otros animales: insectos, reptiles,anfibios

Ante todo precaución en las capturaspor razones obvias: picaduras y mordiscosprincipalmente.

Insectos como grillos, cigarras, salta -montes, escarabajos, etc. los capturaremoscon mucha paciencia. Ello lo podemoshacer a mano o empleando alguna red paramariposas. Cuando el tiempo es frescoestán adormecidos y resulta más sencilla sucaptura. Los podemos preparar cocidoshabiéndoles quitado, previamente, la cabe-za, las extremidades y todas las partesduras.

La carne de lagartos y culebras, nor-malmente, es comestible y, además, deli-ciosa. Evitaremos consumir la cabeza.

De los anfibios, cazados en las orillasde ríos y charcos, podemos aprovechar lasancas una vez hemos pelado al animal.

Derivados de animales• Leche: Es el alimento materno por

excelencia. Aunque es difícil obtenerlade animales salvajes, tal vez podamosencontrarnos alguna cabra asilvestradaque se deje ordeñar. La leche hay quehervirla antes de su consumo.

• Huevos: Obtenidos de aves, se puedencomer crudos. Pero si nuestro paladarlos prefiere cocinados hay que perforar-los para evitar que estallen. Desechar laidea de asaltar nidos de aves en peligrode extinción.

• Miel: Para poder coger miel sin el ries-go que ello supone, deberemos invitar alas abejas a que abandonen la colmena.Esto lo haremos quemando un poco deleña húmeda, que desprende muchohumo, debajo de ella. Además la miel lapodemos utilizar como antiséptico enheridas y quemaduras.

Plantas silvestresComo premisa, comeremos sólo aque-

llas plantas silvestres que conozcamos yque el cuerpo humano acepte, no aquellasque veamos comer a otras especies anima-les. Exponemos una pequeña relación deplantas silvestres comestibles.

• Frutas: Moras de zarza, arándanos,frambuesas, escaramujos, madroños,frutas del serbal, etc.

• Verduras: Berro, espárrago triguero,ortiga, puerro silvestre, etc.

• Frutos secos de árboles como: avellano,castaño, almendro, nogal, pino, haya,encina, etc.

• Tubérculos y raíces: regaliz, nenúfar,zanahoria silvestre, escorzonera, dientede león, ajo silvestre, etc.

• Setas y hongos: níscalo, boletos, col-menillas, champiñón, seta de cardo, dechopo, trufa, etc.

• Condimentos: laurel, hierbabuena,menta, tomillo, orégano, etc.

Aunque las frutas y frutos secos cocina-dos son un manjar exquisito, emplearemospoco tiempo y esfuerzo si los comemos cru-das. Además, de esta manera es como mejorconservan sus propiedades alimenticias.

Las verduras y tubérculos los ingerire-mos cocidos o asados. También puedenresultar apetitosos si los preparamos enensalada.

Los tubérculos y las raíces los comere-mos cocidos, el agua de la cocción la des-echaremos.

En general, los hongos y setas grandesserán cocidos mientras que los pequeñoslos podemos comer asados. Hay que tener

Supervivencia 253

Page 255: Manual de Tecnicas

presente el peligro que supone ingerirlos sino se conocen.

A todos nuestros guisos les podemosañadir los condimentos naturales que haránlas delicias de nuestro paladar y romperánla monotonía de la alimentación.

Plantas venenosasHay variedad y cantidad de plantas que

pueden resultarnos tóxicas. Por ello, insis-to: ante la duda es mejor no comer nada.Algunas de ellas son: lirios, ajenjo, fruto dela sabina, del muérdago, madreselva, bella-dona, rododendro, acebo, cicuta, adormi-dera, boj, etc.

TEMPERATURACALOR CORPORAL

Para sobrevivir no solo necesitamostener ganas de vivir, beber, comer y unrefugio. También debemos procurar quenuestra temperatura corporal se mantengaestable entre 36 y 37ºC. Esto lo podemosconseguir bien evitando cualquier pérdidade calor corporal, bien mediante el fuego.

Mantendremos nuestro calor corporalaislándonos con ropa térmica e impermea-ble (si las condiciones así lo requieren),incluida la cabeza y evitando ropas que nosopriman. Además es necesario un buenrefugio y una correcta hidratación y ali-mentación.

FUEGONosotros, al igual que los primeros

pobladores de la tierra, utilizaremos elfuego para nuestra supervivencia.

Atención a la normativa vigente sobrela regulación del fuego. Si no es por extre-ma necesidad, no hacerlo. Si hay el másmínimo riesgo de incendio (viento, seque-dad ambiental, temperatura elevada, etc.),tampoco.

Al encender una hoguera en el campodebemos ser exquisitamente prudentes a lahora de elegir el lugar: lejos de árboles omaleza. Observaremos la dirección del

viento y lo protegeremos, mediante laconstrucción de un parapeto, para evitarque salten chispas y prendan en algún lugarno deseable. Es imprescindible tener amano agua, arena o cualquier elemento quedetenga la combustión, además de mante -ner el fuego en unas dimensiones quesiempre estén controladas.

Al decidir encender una hoguera, nues-tra primera misión será aprovisionarnos deleña, a ser posible seca. En ningún casoarrancaremos árboles o ramas vivas de losmismos. Con un poco de esfuerzo encon-traremos madera sin deteriorar el bosque.Conviene que ésta la organicemos segúndimensiones: fina, mediana y gruesa.

Si hemos previsto encender fuego ten-dremos papel tipo periódico, petróleo sóli-do, etc. En caso contrario recogeremosalgo de hojarasca que hará las funciones deyesca.

Como norma general colocaremos yes-ca, papel o maderas finas y sobre esto lasmaderas medianas. Con una cerilla prende-remos el papel o la yesca y dejaremos queel conjunto arda, prestando atención a queen ningún momento falte el oxígeno atodos los elementos para la perfecta com-bustión. Una vez haya prendido colocare-mos los troncos gordos y sobre ellos lamadera que tengamos que secar.

Tener en cuenta que la madera fina pro-voca mucha llama, mientras que los tron-cos gordos hacen más brasa. Para mantenerel fuego durante bastante tiempo y evitarun consumo excesivo de madera, es mejorevitar las llamas altas. Las brasas, ademásde dar más calor, son más cómodas para laslabores de cocinado.

Una vez consumida la madera apaga-remos los restos de brasa con agua yarena. Ambas impiden que el oxígeno seponga en contacto con la madera incan-descente y continúe la combustión. Esconveniente, para que se regenere el sueloque ha sufrido las elevadas temperaturas,remover las cenizas con tierra fértil de lasproximidades.

254 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 256: Manual de Tecnicas

Encender una hoguera en el campo essencillo si disponemos de ramas o maderaseca y cerillas o mechero. La cosa se com-plica en climas húmedos, si la madera estáverde o si no disponemos de encendedor.

Si ha llovido o el terreno está húmedo,encontraremos la mejor leña en las ramasmuertas de los árboles; las que están sobreel suelo tienen gran cantidad de humedad.Mejor maderas con corteza lisa ya queabsorben menos agua y se secan antes.También podemos pelar los troncos, pues-to que la humedad se queda en la corteza yel núcleo permanece seco.

Para obtener yesca lo suficientementeseca para que pueda prender, buscaremoshojas y hierba vieja en lugares protegidos,como debajo de rocas, troncos, etc. Otraalternativa pueden ser pequeños palitosimpregnados en resina, algodón (mejor siestá impregnado en alcohol), etc.

Una vez decidido el lugar para la hogue -ra, haremos un lecho seco a base de piedrasy sobre él procederemos de la forma expli-cada en los párrafos precedentes.

En el caso de no disponer de cerillas oencendedor, si el día es soleado podemosemplear un espejo, una lupa o unas gafasde aumento, de forma que hagamos incidirlos rayos de sol sobre la yesca, de maneraque se concentre gran cantidad de calor yésta prenda.

Otra opción más laboriosa sería laobtención de chispas golpeando dos piedrasde pedernal, cuarzo o sílice; tambiénmediante golpes secos de un piolet contraalguna roca tipo granito. La dificultad deeste sistema estriba en que las chispas hande caer sobre la yesca y ésta tiene que pren-der.

BIBLIOGRAFÍA

AAVV. Manual de Supervivencia. Mar-tínez Roca. Barcelona, 1980.

DONOSO, C. Supervivencia II. Integral.Barcelona, 1989.

LIZAMA J.C. Manual básico de supervi-vencia. Desnivel. Madrid, 1998.

MEDIANO, L. Supervivencia I. Integral.Barcelona, 1989.

Supervivencia 255

Figura 10.29 Hoguera con proteccióny agua a mano.

Figura 10.30 Forma de encender unahoguera sin cerillas.

Mucha precaución a la hora de encenderuna hoguera.Atender a la normativa vigente.Prever la forma de apagar el fuego.

Page 257: Manual de Tecnicas

Esta página dejada en blanco al propósito.

Page 258: Manual de Tecnicas

Capítulo 11PREPARACIÓN FÍSICA Y NUTRICIÓN

PARA LA REALIZACIÓN DEACTIVIDADES EN LA NATURALEZA

(Javier A. Melendo Soler)

Page 259: Manual de Tecnicas

1. CONDICIÓN FÍSICA Y SISTEMAS DE OBTENCIÓN DE LA ENERGÍA• Desarrollo de la resistencia. Vias metabólicas para la obtención de energía• Párametros valorables para el control de la condición física

2. ENTRENAMIENTO PARA EXCURSIONISTAS Y MONTAÑEROS• Programas de entrenamiento• Calentamiento antes de la excursión

3. RECUPERACIÓN TRAS EL ESFUERZO FÍSICO• Pautas para la prevención de la fatiga

4. NUTRICIÓN E HIDRATACIÓN• Nutrientes esenciales• Los alimentos y su composición • Proporción de los nutrientes• Necesidades energéticas, metabolismo basal

5. ALIMENTACIÓN DIARIA Y PREVIA A NUESTRAS EXCURSIONES

6. ALIMENTACIÓN DURANTE LAS EXCURSIONES

7. ALIMENTACIÓN DESPUÉS DE LAS EXCURSIONES

8. PAUTAS DE HIDRATACIÓN

Page 260: Manual de Tecnicas

Desplazarnos a pie por el medio naturalrequerirá, necesariamente, un esfuerzo deintensidad variable según cuáles sean nues-tros objetivos. Es evidente que incluso unsimple paseo o una excursión fácil puedeser más agradable si tenemos una buenacondición física. Un entrenamiento regu-lar, o mejor, realizar excursiones con ciertafrecuencia es el mejor método para poderdisfrutar de nuestros recorridos.

Nuestro nivel de condición física, asícomo nuestro nivel técnico, estará en con-sonancia con la dificultad de nuestros obje -tivos. Estos dos aspectos junto con unabuena nutrición e hidratación, son los pila -res básicos del organismo para poder reali-zar con facilidad nuestros desplazamientospor el medio natural.

La planificación de un entrenamientoprevio a nuestras excursiones o, si nuestrotiempo no nos lo permite, un diseño lógicoy progresivo de la distancia, desnivel ydificultad de las actividades, será funda-mental para que éstas no sean meros episo-dios aislados.

1. CONDICIÓN FÍSICA YSISTEMAS DE OBTENCIÓN

DE LA ENERGÍA

Nuestra capacidad para realizar esfuer-zos de mayor o menor intensidad, en undeterminado tiempo, utilizando adecuada-mente nuestras reservas energéticas, nos vaa delimitar el grado de exigencia física denuestras excursiones. Será preciso unabuena conjunción entre las fases de ejerci-cio, los descansos, la nutrición e hidrata -ción y la corrección de posibles defectosfísicos o fisiológicos, durante nuestros des-plazamientos.

La cualidad física que permite un mejordesarrollo de nuestra condición física es laresistencia, sin detrimento de un entrena-miento que también desarrolle otras cuali-dades físicas, como la fuerza, la flexibili-dad o la velocidad.

DESARROLLO DE LA RESISTENCIA.VÍAS METABÓLICAS PARA LA

OBTENCIÓN DE ENERGÍADentro de los componentes de la condi-

ción física, hemos de entrenar las cualida-des físicas básicas, resistencia, fuerza, fle-xibilidad y velocidad. De ellas, la resisten-cia será la principal cualidad física quedebemos desarrollar.

La resistencia es la capacidad de reali-zar una actividad física prolongada, sinque aparezcan síntomas de fatiga. Estacapacitación de nuestro organismo para elesfuerzo está especialmente reflejada en elaparato respiratorio, cardiovascular y mus-cular.

Cuando realizamos un esfuerzo físicode mayor o menor intensidad, nuestroorganismo responde con una serie de adap-taciones. Así, los músculos, cuando se vensometidos a un mayor trabajo, necesitaránun aporte suplementario de energía y deoxígeno para realizar sus funciones meta-bólicas. La utilización de los diversos sis-temas energéticos y el aporte de oxigenoque recibe el músculo condicionarán eltipo de resistencia que desarrollamos y, porlo tanto, la resistencia a la fatiga respecto ala actividad que estamos realizando.

Desde el punto de vista bioquímico lasmoléculas de ATP son las encargadas deaportar a las células la energía que necesi-tan. El ATP (adenosín trifosfato) es unamolécula compuesta de adenosina y tresenlaces fosfato de alta energía, la rupturadel enlace fosfato produce energía según lasiguiente reacción de la página siguiente.

En esta reacción, al descomponerse lamolécula de ATP, obtenemos otra molécu-la que es el ADP (adenosín difosfato), esdecir, la molécula de adenosina con dosenlaces fosfato, y lo que es más importan-te este proceso nos proporciona de 7 a 12kilocalorías de energía. Esta molécula deADP puede ser utilizada para, a partir delas vías metabólicas que describiremosposteriormente, resintetizar nuevas molé-culas de ATP.

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 259

Page 261: Manual de Tecnicas

Las reservas de ATP a nivel celular sonmuy limitadas, debiendo reponerse deinmediato a partir de diversas reaccionesbioquímicas, que utilizan como sustrato losprincipios inmediatos o diversos compues-tos ricos en fósforo.

Básicamente existen tres vías metabó-licas para la obtención de la energía: 1. Vía metabólica anaeróbica aláctica o

sistema del fosfágeno.Esta vía metabólica implica una

serie de reacciones químicas que sedesarrollan en ausencia de oxígeno. Sebasa en unas moléculas ricas en fósforo– fosfágenos–, especialmente la fosfo-creatina, que en situaciones de máximaexigencia son capaces de ceder sugrupo fostato al ADP (adenosín difosfa-to) para la resíntesis de ATP.

Este sistema energético se utilizapara esfuerzos breves y de gran intensi-dad, por lo que su utilidad en las largasexcursiones es limitada.

2. Vía metabólica anaeróbica láctica osistema del ácido láctico.

Se trata de otra vía de obtenciónde energía que actúa en ausencia deoxígeno. Este sistema obtiene la ener-gía a partir de la degradación parcial dela glucosa o el glucógeno (forma dealmacenamiento de la glucosa), para laobtención de ATP. Este sistema brindaun aporte energético rápido, pero enmenor cantidad que en la vía aeróbica;su principal inconveniente es la produc-ción de ácido láctico, uno de sus pro-ductos finales de degradación, cuyaacumulación puede ocasionar una fati-ga pasajera del músculo.

Este sistema energético se utilizapara esfuerzos breves e intensos, perode mayor duración que los del sistemadel fosfágeno. Aunque no es la víametabólica predominantemente utiliza-

da durante los esfuerzos de larga dura-ción en los desplazamientos por elmedio natural, se pondrá en funciona-miento si el nivel de nuestro esfuerzoasí lo requiere.

3. Vía metabólica aeróbica u oxidativa. Esta vía resintetiza el ATP a partir

de los hidratos de carbono (principal-mente glucógeno), grasas y en menormedida proteínas, en presencia de oxí-geno. Es la vía metabólica que resinte -tiza mayor cantidad de ATP y, por lotanto, de energía. Esta vía proporciona39 moles de ATP a partir de 180 g deglucógeno, frente a los 3 moles de ATPque proporciona la degradación de lamisma cantidad de glucógeno por la víaanaeróbica láctica, pero a diferencia deesta última proporciona la energía deforma más lenta.

Es el principal sistema de obten-ción de energía para las actividades delarga duración como los desplazamien-tos en el medio natural, y tiene la ven-taja de no ocasionar productos de des-echo que originen fatiga.

En función de la vía metabólicaque utilicemos, según el oxígeno apor-tado a nuestros músculos durante elesfuerzo, podemos desarrollar dos tiposdiferentes de resistencia:

260 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

ATP ADP+P+Energía (7-12 Kcal)

Sistemas de obtención de la energía.1. Vía metabólica anaeróbica o sistema

del fosfágeno• Esfuerzos breves y muy intensos

2. Vía metabólica anaeróbica láctica o glucólisis anaeróbica

• Esfuerzos de gran intensidad duranteuno a tres minutos

3. Vía metabólica aeróbica u oxidativa• Esfuerzos prolongados de intensidad

moderada

Page 262: Manual de Tecnicas

• Resistencia aeróbicaEs la que se desarrolla durante la utili-zación de la vía metabólica aeróbica, esdecir, durante los esfuerzos de largaduración y media o baja intensidad, porejemplo los desplazamientos en la natu-raleza, aunque en realidad, siempre hayalguna fase anaeróbica durante el des-arrollo de nuestras actividades físicas.

• Resistencia anaeróbicaEs la que se desarrolla durante la utili-zación de las vías metabólicas anaeró-bicas, es decir, en los esfuerzos de cortaduración y gran intensidad, en los quelos músculos requieren una gran canti-dad de energía, llegándoles poco oxíge-no. Sería el tipo de resistencia desarro-llada durante pruebas cortas, o en fasesde mayor intensidad, como por ejem-plo, trepadas o la ascensión a fuertes ycortas pendientes.

PARÁMETROS VALORABLES PARA ELCONTROL DE LA CONDICIÓN FÍSICA

Nuestro organismo responde de formaintegral ante el esfuerzo con unas variacio-nes que se manifiestan principalmente anivel de nuestro aparato respiratorio y car-diovascular. Estas modificaciones nos per-mitirán saber, de una forma indirecta, nues-tro estado de condición física y la respues-ta de nuestro organismo al esfuerzo.

1. Frecuencia cardíaca.Es uno de los parámetros más sen-

cillos de controlar y que nos aportarádatos sobre nuestro régimen de trabajoaeróbico o anaeróbico. Para contar elnúmero de latidos por minuto, coloca-remos los dedos índice y corazón juntos(no hay que tomar el pulso con el dedopulgar) sobre las siguientes zonas:

• Arteria radial, sobre la cara anterior dela muñeca en el lado del pulgar, porencima del radio. Es la localizaciónmás adecuada para tomar el pulso,sobre todo en reposo.

• Arteria temporal, por delante del oído.• Arteria carótida, en el cuello, entre la

traquea y el músculo esternocleidomas-toideo, en su parte anterosuperior.

• Latido de punta del corazón, colocandola mano directamente sobre el corazón.Es especialmente evidente tras el es-fuerzo.

En general, tras la actividad física,tomaremos la frecuencia cardíaca en cual-quiera de las localizaciones anteriores,durante 6 o 10 segundos, multiplicando lacantidad obtenida por 10 o por 6 respecti-vamente, para obtener el número de pulsa-ciones por minuto, obteniendo una aproxi-mación razonable de la frecuencia cardía-ca. Este dato hemos de contrastarlo connuestra frecuencia cardíaca en reposo; paramedirla, contaremos el número de pulsa-ciones en 15, o en 30 segundos, y multipli-caremos por 4 o por 2 respectivamente.

La frecuencia cardíaca máxima la cal-cularemos mediante una de las reglas másextendidas, que la determina de formaaproximada en función de la edad:

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 261

Figura 11.1 Principales zonas para lalocalización del pulso.

Frecuencia cardíaca máxima = 220-edad

Page 263: Manual de Tecnicas

Para calcular si estamos realizando unesfuerzo de resistencia aeróbica o anaeró-bica, se establece que cuando la frecuenciacardíaca está comprendida entre las 120 y160 pulsaciones por minuto, estamos tra-bajando la resistencia aeróbica, mientrasque cuando las pulsaciones aumentan porencima de las 160 o 170 pulsaciones porminuto (según autores), desarrollamos laresistencia anaeróbica.

De forma práctica, el control de nuestraspulsaciones durante la excursión nos va apermitir estimar cómo realizamos el esfuer-zo y nuestra adaptación a él. En líneasgenerales, a lo largo de una excursión devarias horas con una pendiente positivamantenida, las pulsaciones oscilarán entrelas 100 y las 140 por minuto. Sólo en zonasen las que haya un aumento de la pendien-te, o cuando realicemos cambios de ritmo,superaremos las 140 pulsaciones por minu-to, pudiendo entrar en un régimen anaeró-bico.

Básicamente, las adaptaciones que seproducen tras un entrenamiento continuadode resistencia en nuestras excursiones son:• Aumenta el consumo máximo de oxí-

geno.• Aumenta la capacidad del músculo para

almacenar glucógeno, es decir, paratener un sustrato a partir del cual obte-ner energía.

• Con el tiempo aumenta la capacidad deutilizar las grasas como sustrato energé-tico.

• Mejora la capacidad de asimilación delácido láctico.

Un entrenamiento continuado puedeproducir modificaciones cardiorrespirato-rias objetivables incluso en reposo, comoun aumento del tamaño del corazón, unahipertrofia de sus paredes, especialmentecon el trabajo anaeróbico y un descenso dela frecuencia cardíaca.

2. Frecuencia respiratoria.Sin entrar en complejos estudios fisio-

lógicos, citaremos los fenómenos de com-pensación que se producen a nivel respira-torio cuando realizamos largos desplaza-mientos a pie.

La ventilación pulmonar es el procesocíclico de entrada y salida del aire en lospulmones; es lo que vulgarmente se deno-mina respiración pulmonar. La ventilaciónminuto es el volumen corriente (volumende aire que inspiramos y espiramos duran-te una respiración normal), multiplicadopor la frecuencia respiratoria (número deveces que respiramos por minuto).

En reposo, la frecuencia respiratoriamedia es unas 12 respiraciones por minutoy el volumen corriente equivale a unos 0,5litros. Durante un ejercicio intenso la fre-cuencia respiratoria puede superar las 30 o40 respiraciones por minuto, si bien anteejercicios de intensidad leve o moderada elaumento de la ventilación minuto se debemás a un aumento del volumen corrienteque de la frecuencia respiratoria.

Un entrenamiento de resistencia conti-nuado mejora el consumo de oxígeno; locontrario sucede en una persona no entrena-da que deberá aumentar su ventilación paraalcanzar el mismo consumo de oxígeno.

3. Fatiga muscular.Nuestros músculos esqueléticos, los

que sostienen y permiten la movilidad denuestro cuerpo, están formados por diver-sos tipos de fibras musculares que se clasi-fican básicamente en dos:• Fibras musculares de contracción lenta,

o tipo I, o fibras rojas, u oxidativas.• Fibras musculares de contracción rápi-

da, o tipo II, o fibras blancas.Pueden ser: tipo II A; II B, II C.

La distribución de estas fibras no esigual en todos los músculos de una mismapersona, ni todas las personas tienen la

262 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Ventilación minuto = Volumen corriente x Frecuencia respiratoria

Page 264: Manual de Tecnicas

misma proporción de fibras muscularestipo I o tipo II.

Según estudios fisiológicos, las fibrastipo I poseen gran cantidad de mitocon-drias y utilizan las vías metabólicas aeróbi-cas u oxidativas como fuente de produc-ción de energía, a partir de los hidratos decarbono y los triglicéridos. Este tipo defibras está adaptado a la realización deactividades prolongadas y de moderadaintensidad. Por esta razón, son las que uti-lizamos en el trabajo aeróbico propio de lasexcursiones en el medio natural.

Por el contrario, las fibras muscularesde contracción rápida o tipo II, con susdiversos subtipos II A, II B y II C, estánadaptadas, en general, a actividades brevese intensas, son fácilmente fatigables y másapropiadas para las vías metabólicasanaeróbicas de obtención de energía.

El entrenamiento físico puede producircambios en el predominio de un tipo u otrode fibras musculares, especialmente en lasde contracción lenta o tipo I, independien-temente de otros cambios que se producenpara mejorar el rendimiento, como un au-mento de la capilaridad, del contenido de lamioglobina del músculo o la mejora deltransporte de oxígeno.

Durante el transcurso de nuestra mar-cha, la fatiga de nuestros músculos va aestar en relación con diversos fenómenosen los mecanismos de contracción delmúsculo, como:

• Descenso de los depósitos de glucóge-no muscular. Su utilización como fuen-te energética se ve limitada, añadiéndo-se además una disminución del glucó-geno hepático. Esto puede provocar undescenso de la glucemia.

• Descenso del ATP y de la fosfocreatinaen el músculo, que son las moléculasenergéticas de utilización directa. Sudescenso dependerá del tipo de ejerci-cio, siendo en general rápido al princi-pio y posteriormente más progresivo.

• El acúmulo de ácido láctico contribuye

a la fatiga muscular por la acidosis queprovoca. Se consideraba que la cristali-zación de partículas de ácido láctico enlos músculos era la causante de las agu-jetas; actualmente esta teoría se haabandonado.

• Otras causas de la fatiga muscular tie-nen su origen en la unión de los nerviosy el músculo, en el aporte de oxígeno, oen la liberación de ciertas sustancias.

4. Fatiga general.La adaptación provocada en nuestro

organismo, como respuesta a la “agre-sión” tras un esfuerzo, tiende a mantenerel equilibrio biológico, tal y como fue des-crito por Seyle en el Síndrome General deAdaptación. Nuestro organismo reaccionacon la fatiga cuando se ve sometido aalteraciones neuroendocrinas, e inclusopsicofísicas, por el estrés que supone elesfuerzo.

Esta situación de fatiga es normal, y esproporcional al aumento de la exigencia ala que sometemos nuestro cuerpo, tras unesfuerzo de mayor o menor duración eintensidad. Sin embargo, hemos de teneren cuenta que nuestra respuesta adaptativamejorará con el entrenamiento regular ycon una disposición psicológica adecuada.

En el caso de la fatiga producida trasesfuerzos físicos prolongados, además delas modificaciones musculares anterior-mente dichas, especialmente la acumula-ción excesiva de ácido láctico, podemosencontrar un descenso del ATP y de hor-monas como la noradrenalina, así comoun aumento de la frecuencia respiratoria, ymodificaciones de la tensión arterial y lafrecuencia cardíaca, descendiendo lacapacidad para seguir realizando esfuer-zos, pudiendo llegar a un agotamientototal.

Los esfuerzos de gran intensidad ycorta duración, predominantemente anae-róbicos, producen una fatiga momentánea,que puede requerir una recuperación com-pleta para continuar con el esfuerzo físico.

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 263

Page 265: Manual de Tecnicas

5. Entrenamiento en altura.Modificaciones sanguíneas.Gran parte de nuestras excursiones se

realizan en zonas de montaña. Conformeascendemos en altura, nuestro rendimientofísico disminuye, debido a que la presiónparcial de oxígeno (PO2) del aire inspiradoes menor, provocando hipoxia, o sea, unadisminución del oxígeno disponible ennuestros tejidos. No es que descienda lacantidad de oxígeno del aire que respira-mos, sino la presión a la que éste seencuentra.

Otro parámetro que disminuye cuandoaumenta la altitud, es el consumo máximode oxígeno (VO2máx), es decir, el oxígenoabsorbido que se transporta a los músculosy que éstos consumen por minuto. Pode-mos encontrar un descenso del consumo deoxígeno en personas no entrenadas a partirde los 1.500 metros de altitud; entre los3.000 y los 4.000 metros este consumomáximo de oxígeno se ve reducido entreun 15% y un 20% de sus cifras medidas anivel del mar, pudiendo llegar hasta un80% de reducción en cotas superiores a los8.000 metros.

Debido a la disminución del oxígenoque llega a nuestros tejidos (hipoxia),nuestro organismo provoca una respuestade ajuste o acomodación inicial que es lahiperventilación (aumento del intercambiodel aire del exterior al interior de nuestros

alvéolos); aumentando nuestra frecuenciarespiratoria y la profundidad de nuestrasrespiraciones, también se producirá unaumento de la frecuencia cardíaca (taqui-cardia). Estas respuestas de ajuste o aco-modación se mantendrán si permanecemosmucho tiempo en altura, produciéndose enmayor o menor grado una aclimatación aésta. Esta reacción de hiperventilación esmás perceptible a partir de los 3.000metros de altura, con un factor de variabi-lidad personal.

Otra respuesta rápida a la hipoxia es lapoliglobulia, o aumento del número de gló-bulos rojos o hematíes en sangre, lo queimplicará un aumento de la concentraciónde hemoglobina. Esto favorecerá el trans-porte del oxígeno en sangre arterial. Paraque se produzca una adecuada aclimata -ción en estos niveles, es necesario perma -necer en altura durante varios días.

2. ENTRENAMIENTO PARAEXCURSIONISTAS Y

MONTAÑEROS

Nuestras excursiones por la naturalezapueden adaptarse a todos los gustos y nive-les de condición física de quienes las prac-tican, desde un simple paseo de pocashoras en zonas con escaso desnivel, hastala superación de grandes desniveles enzonas montañosas. En el caso de que nues-tra elección sea solamente la de dar paseos,podrá bastarnos con mantener a lo largo denuestra vida cotidiana un buen hábito decaminar, de forma que un paseo de fin desemana no suponga un cansancio desmedi-do; por supuesto, siempre hay que valorarque nuestro objetivo no supere nuestrasposibilidades.

El auge actual de los deportes de mon-taña y del excursionismo ha provocado uncambio de mentalidad en muchos de suspracticantes, de tal manera que no sólo sonexcursionistas ocasionales de fin de sema -na, sino que tratan de mantener algún tipo

264 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 11.2 Montañero con fatigamuscular.

Page 266: Manual de Tecnicas

de actividad física durante el resto de lasemana que sea compaginable con su vidalaboral y familiar.

Un entrenamiento periódico para “estaren forma” va a permitir incrementar lacapacidad física y la sensación de bienes-tar. El proceso de entrenamiento debeadaptarse a cada uno en particular, en fun-ción de su nivel previo de condición física,su edad y los objetivos que desea alcanzar.

Respecto a la edad, en los niños, hemosde respetar el desarrollo evolutivo, deforma que hasta los 10 años los niños rea-lizarán una preparación física de base,especialmente lúdica y que mejore su psi-comotricidad; desde los 10 a los 14 añospodemos incrementar su actividad física deuna forma general, con un desarrollo de suscualidades físicas y especialmente conactividades de tipo aeróbico, como las delexcursionismo; es aproximadamente, apartir de los 15 o 16 años, cuando podre-mos incrementar el volumen de las cargasdel ejercicio, con participación en activida-des de mayor intensidad, por ejemplomayores desniveles; además, es el mejormomento para iniciar una preparación téc-nica específica.

En los adultos, el nivel óptimo de con-dición física se alcanza entre los 26 y los28 años, con alguna modificación según elnivel de entrenamiento. Lo cual no quieredecir que personas de 40 a 70 años, inclu-so más, no se puedan encontrar en un másque adecuado nivel de condición física ytécnica, tal y como podemos observar ennuestras montañas.

PROGRAMAS DE ENTRENAMIENTOLa planificación de un entrenamiento

para personas de condición física normal opoco habituadas deberá estar acorde a losobjetivos que pretende lograr; no vamos adesarrollar la preparación física de losdeportistas de alto rendimiento o que quie -ran competir puesto que excedería las pre-tensiones de este libro.

Cuando decidamos mejorar nuestra

condición física, comenzaremos por plani-ficar un entrenamiento, precisando clara-mente nuestros objetivos y reservándonosun tiempo para su realización. Si nuestrosconocimientos sobre el tema no son sufi-cientes, lo mejor es que nos pongamos enmanos de un profesional que nos asesore.Básicamente, para nuestras actividades enel medio natural tendremos que mejorar laresistencia aeróbica y nuestra condiciónmuscular general.

La duración de nuestro entrenamientoserá de 3 a 4 sesiones por semana, incre-mentando poco a poco nuestras capacida-des. En primer lugar, mediante un acondi-cionamiento físico general en el que predo-mine la duración del trabajo que realice-mos sobre la intensidad. Poco a poco,podemos ir incrementando la intensidaddel ejercicio e incluso realizar ejerciciosmás específicos para la actividad que haya-mos elegido. Un entrenamiento de estascaracterísticas nos va a permitir, al cabo dedos meses, observar resultados positivosen nuestro rendimiento.

Hay que tener en cuenta ciertos princi-pios del entrenamiento como el de la espe-cificidad, que nos indica que no todos losentrenamientos van a permitir una transfe-rencia adecuada con otros deportes o disci-plinas; así, por ejemplo, ejercicios de fuerzamáxima sobre nuestros brazos no van aaumentar nuestra resistencia aeróbica alcaminar, sin menoscabo de que una prepa-ración física más genérica también nosaportará sus ventajas. La magnitud de nues-tro entrenamiento ha de ser suficiente paraque nuestro cuerpo se adapte y produzcauna supercompensación; pero ésta no puedeser excesiva, puesto que entraríamos en unafase de sobreentrenamiento. Para ellohemos de establecer períodos de recupera-ción que nos permitirán progresar en nues-tro nivel de acondicionamiento físico. Porsupuesto, cada entrenamiento debe ser indi-vidualizado en función de las característicasfísicas, fisiológicas, la edad y el nivel decondición física previo de cada persona.

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 265

Page 267: Manual de Tecnicas

Para el entrenamiento de nuestra resis-tencia aeróbica realizaremos ejercicios delarga duración y escasa intensidad comopor ejemplo, la carrera continua, el ciclis-mo, la natación y otros deportes que per-miten, en parte, una transferencia con lasactividades en el medio natural, aunquealgunos de ellos desarrollen grupos mus-culares más específicos. • La carrera continua es uno de los mejo-

res entrenamientos para las marchasexcursionistas. Su duración oscilaráentre los 15 y los 60 minutos segúnnuestro nivel, con un ritmo medio deunos 5 a 6 minutos por kilómetro, man-teniendo las pulsaciones entre las 120 ylas 160 por minuto. La frecuencia car-díaca será de un 70 a un 80% de la fre-cuencia cardíaca máxima, calculada apartir de la regla de 220 menos la edad.

• El fartlek es un entrenamiento basadoen la carrera, donde en un régimen decarrera aeróbico se producen cambiosde ritmo en distancias variables, desdelos 100 a los 500 metros. Este tipo deentrenamiento, también continuo, per-mite incrementar la intensidad del ejer-cicio, con alguna fase anaeróbica.

• Los entrenamientos fraccionados, ca-racterizados por la repetición de ca-rreras de menor distancia a gran veloci-dad, aunque interesantes, pueden resul-tar menos útiles para los excursionistasque no pretendan competir.

• Las carreras en cuesta y el “entrena-miento total”(carrera alternada conejercicios gimnásticos) son otros siste-mas interesantes para el incremento denuestra resistencia.

Para el entrenamiento de la condiciónmuscular trabajaremos globalmente todoslos grupos musculares. Sin entrar a fondoen los sistemas de entrenamiento, mencio-nar que este fortalecimiento muscular serealizará inicialmente en personas pocoentrenadas, mediante repeticiones de ejer-cicios gimnásticos sencillos que trabajen

diversos grupos musculares, como losmúsculos abdominales y dorsolumbares, yespecialmente en nuestra actividad losmúsculos de las piernas. Tras un períodode entrenamiento con ejercicios gimnásti-cos, cuando nuestro nivel de fuerza hayaaumentado, podemos incluir ejercicios concargas, aparatos, pesas, u otros, pero quesean un complemento para nuestra activi-dad. En estos casos es preferible que nosasesoremos por un especialista. La mejorade nuestra fuerza debe ir acompañada deun entrenamiento de la flexibilidad articu-lar y de la elasticidad muscular.

Existen otras muchas actividades físi-co-deportivas que nos permiten mejorarnuestra condición física, como, por ejem-plo, el ciclismo, el esquí de fondo o lanatación, actividades que favorecen tantonuestros procesos aeróbicos como muscu-lares.

CALENTAMIENTO ANTES DE LAEXCURSIÓN

Es norma común y obligada que antesde cada sesión de entrenamiento dedique-mos un tiempo no inferior a 12 o 15 minu-tos para preparar nuestros músculos y elaparato cardiocirculatorio a la actividadque vamos a realizar posteriormente. Sinembargo, cuando vamos a realizar nuestrasexcursiones, pocas son las personas querealizan ejercicios de calentamiento pre-vios a la marcha.

Comenzar a andar despacio para calen-tar nuestros músculos es una pauta adecua-da, pero insuficiente cuando vamos a reali-zar una excursión de varias horas, sobretodo si tiene grandes desniveles. Además,a veces el desnivel está nada más comen-zar a andar, lo que exige un esfuerzo con-siderable a nuestros músculos. Es conve-niente antes de empezar a caminar, hacerunos minutos de estiramientos y ejerciciossencillos de movilidad articular mediantegiros y rotaciones suaves, sin rebotes, querealizaremos en las principales articulacio-nes, dedos del pie, tobillos, rodillas, cade-

266 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 268: Manual de Tecnicas

ras, columna vertebral, cuello, hombros,codos y muñecas.

Ejercicios de elasticidad: (figura 11.3).Proponemos realizar una serie de esti-

ramientos de los grupos musculares quevan a estar implicados en la marcha.Aunque existen diversos procedimientos,optaremos por el más simple que consisti-rá en mantener la posición durante 20 a 30segundos de forma pasiva, actuando espe-cialmente sobre los músculos de las pier-nas, cuádriceps, isquiotibiales, gemelos,aductores, etc., y sobre los músculos deltronco, espalda y hombros.

3. RECUPERACIÓN TRASEL ESFUERZO FÍSICO

La fatiga es un estado fisiológico pro-ducido tras la realización de esfuerzos demayor o menor intensidad; las reaccionesque produce conllevan unas complejasmodificaciones metabólicas que, en defini-tiva, condicionarán la imposibilidad paracontinuar nuestra marcha.

Es importante diferenciar la fatigafisiológica, es decir, proporcional al esfuer-zo realizado según nuestro nivel de acondi-cionamiento físico previo, de la fatiga psí-quica que se produce fundamentalmentepor la falta de motivación o de satisfacciónpor la actividad que estamos realizando.En ocasiones se puede producir una sensa-ción de cansancio superior a lo que seríanormal cuando en nuestro camino nosencontramos alguna dificultad técnica parala que no estamos preparados, lo que nosproduce un alto nivel de estrés.

También hemos de tener en cuenta lafatiga crónica que puede darse en personasque estén agotadas como consecuencia deesfuerzos repetidos sin los adecuados perí-odos de descanso, aunque ésta sería unasituación derivada más de la competición ydel sobreentrenamiento.

El cansancio que se produce como con-

secuencia de las marchas por la naturalezatras un esfuerzo de moderada intensidad yde larga duración, es un cansancio genera-lizado. Se manifiesta por una pérdida defuerza, agotamiento de la energía de nues-tros músculos, descenso de nuestra capaci-dad de trabajo y movimientos descoordina-dos. Es una fatiga transitoria cuya recupe-ración es variable según factores persona-les como la motivación o el nivel de condi-ción física previo; el adecuado uso delritmo y los períodos de pausa; y las técni-cas de recuperación, como los estiramien-tos o los masajes.

El proceso de recuperación del cansan-cio tiene una primera fase, inmediata a lafinalización del ejercicio, que dura algomenos de cinco minutos, durante la cualobservamos un descenso de la frecuenciacardíaca y respiratoria. También se recupe-ra el fosfágeno muscular y las reservas deloxígeno almacenado por la mioglobina, asícomo la deuda de oxígeno alactácida, esdecir que no depende del acúmulo delácido láctico, aunque en esta fase se produ-ce un incremento de la concentración deéste.

En la segunda fase de recuperación seproducirá una cancelación de la deuda deoxígeno, que corresponde a la diferenciaentre la cantidad de oxígeno consumidadurante la recuperación, frente a la canti-dad de oxígeno que consumiríamos en con-diciones de reposo. El ácido láctico que seacumula en la sangre y en los músculosorigina una fatiga muscular pasajera; sueliminación se ve favorecida mediante unproceso de recuperación activa que consis-tirá en ligeros ejercicios de movilidad oestiramientos como los indicados anterior-mente.

El glucógeno muscular, principal fuen-te energética junto con las grasas en lasexcursiones de larga duración, es el quemás tarda en reponerse, especialmente si elesfuerzo ha sido largo y prolongado, esti-mándose según autores, en unas 46 horas sitomamos una dieta rica en hidratos de car-

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 267

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268 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 11.3 Estiramientos previos a la marcha.

Page 270: Manual de Tecnicas

bono. No obstante, como veremos poste -riormente, la reposición del glucógenomuscular es muy rápida durante las diezprimeras horas.

PAUTAS PARA LA PREVENCIÓN DE LAFATIGA

En primer lugar tal y como hemos indi-cado en otros capítulos, durante nuestraexcursión hemos de respetar los tiempos dedescanso, aprovechándolos para la reposi-ción de líquidos y alimentos energéticoscomo indicamos en el apartado sobre nutri-ción e hidratación. Hay que mantener unritmo constante a lo largo de la excursión,modificándolo, claro está, en función delos desniveles del terreno, pero sobre todo,que sea nuestro ritmo; éste es uno de losmejores métodos para evitar un cansancioexcesivo.

Una vez concluida nuestra excursión,en primer lugar es conveniente que realice-mos estiramientos suaves y ejercicios demovilidad articular, similares a los descri-tos para el calentamiento, manteniendo losestiramientos entre 30 y 60 segundos. Lapráctica de un automasaje, principalmenteen nuestras piernas y pies, además de sermuy agradable puede contribuir a evitar lastemibles agujetas.

Por otra parte, durante nuestro procesode recuperación haremos una correctareposición de líquido y nutrientes, evitare-mos las bebidas demasiado frías, bebiendoa pequeños sorbos a razón de un litro

durante la primera hora. No son aconseja-bles las bebidas azucaradas, lo mejor es elagua mineral o las bebidas isotónicas conla salvedad de su elevado coste. La comidano ha de ser inmediata a la conclusión denuestra excursión, evitando las ingestasmuy copiosas, reponiendo sobre todo líqui-dos y sales minerales, por ejemplo con cal-dos; el resto de la comida debe contenerabundantes hidratos de carbono.

4. NUTRICIÓN EHIDRATACIÓN

Al igual que un montañero, escalador oexcursionista adquiere mediante el entre-namiento una preparación física y psíquicaadecuada, también debe controlar su ali-mentación, conociendo los nutrientes queforman parte de sus alimentos e ingiriendolos más adecuados antes, durante y des-pués de sus actividades.

NUTRIENTES ESENCIALESBásicamente, sin entrar en una descrip-

ción nutricional profunda, existen diversosnutrientes que componen nuestros alimen-tos y que distribuiremos en dos tipos:

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 269

Figura 11.4 Montañero durmiendo,recuperandose tras el esfuerzo físico.

Pautas para la prevención de la fatiga:• Calienta tus músculos antes de

comenzar la excursión• Distribuye los descansos según la

duración y dificultad de la excursión • Bebe líquidos, incluso antes de tener

sed• Toma alimentos energéticos de rápi-

da asimilación durante tus descansos• Mantén tu ritmo, sin apresurar la

marcha• Al acabar la actividad realiza una

recuperación activa con estiramien-tos

• No te olvides de reponer, con mode-ración, los líquidos y nutrientes per-didos

Page 271: Manual de Tecnicas

1. Nutrientes utilizados como combustibleo fuente energética.

2. Nutrientes no energéticos.

1. Nutrientes energéticos. Principios inme-diatos. Los principios inmediatos son las sus-

tancias nutritivas que el organismo utilizacomo fuente de obtención de energía, aun-que no es su función exclusiva. Los princi-pios inmediatos son tres:• Hidratos de carbono o glúcidos.• Grasas o lípidos.• Proteínas o prótidos.

Hidratos de carbonoTambién denominados glúcidos o car-

bohidratos, pueden clasificarse según sunúmero de moléculas en monosacáridos,disacáridos y polisacáridos; destacaremosde entre los monosacáridos la glucosa, y deentre los polisacáridos el glucógeno. Sufunción principal es la producción de ener-gía, a través de una serie de transformacio-nes, en el transcurso de las cuales se pro-ducirán moléculas de ATP (adenosín trifos-fato), que es el verdadero combustible delas reacciones energéticas.

Los hidratos de carbono son junto conlas grasas el principal sustrato energéticodurante los esfuerzos prolongados, espe-cialmente el glucógeno almacenado en losmúsculos, que se transformará en glucosamediante las vías metabólicas aeróbicas yanaeróbicas proporcionando al organismo3 moléculas de ATP por la vía anaeróbicafrente a 39 moléculas de ATP por la víaaeróbica, a partir de 180 gramos de glucó-geno.

Grasas o lípidosLas grasas que tomamos en nuestra ali-

mentación sufren un proceso de digestión yposterior resíntesis, produciendo entreotras, los triglicéridos, que se almacenanen el tejido adiposo y en los músculos.Éstos son utilizados como fuente energéti-ca, para lo cual se transformarán en ácidos

grasos libres. Conforme aumenta la dura-ción del ejercicio, tal y como sucede en lasmarchas en el medio natural, se utilizanestos ácidos grasos libres como principalsustrato energético, puesto que tienen laventaja de proporcionar una mayor canti-dad de moléculas de ATP que el glucógeno,contribuyendo de esta manera a la demorade la fatiga.

Las grasas no sólo actúan como com-bustible, sino que también tienen otras fun-ciones, como la de aislarnos del frío, servirde vehículo transportador a algunas proteí-nas, o formar parte de la propia membranacelular.

ProteínasSon imprescindibles para la vida, su

principal función es formar la “estructura”de nuestro cuerpo. Forman parte de todaslas células y tejidos del organismo, inter-vienen en las reacciones del metabolismocelular, actúan en la defensa contra lasinfecciones, y a nivel muscular forman laestructura contráctil de éstos. Desde elpunto de vista energético, las proteínas noson un buen sustrato, se estima que contri-buyen, solamente, entre un 10 y un 15 porciento del total de la energía utilizadadurante el ejercicio, siendo más utilizadasen condiciones extremas, cuando la dura-ción de un ejercicio hace que se agoten losdepósitos de glucógeno.

2. Nutrientes no energéticos. Vitaminas yminerales.Tanto las vitaminas como los minerales

son sustancias imprescindibles, cuya ca-rencia puede provocar serios trastornos.Una dieta equilibrada aporta las vitaminasnecesarias, no siendo preciso tomar suple -mentos vitamínicos para mejorar el rendi-miento físico, aunque algunos autores con-sideran que en personas sometidas a fuer-tes entrenamientos es conveniente unsuplemento vitamínico. En caso de caren-cias por una alimentación inadecuada, opérdidas producidas en situaciones de

270 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 272: Manual de Tecnicas

estrés, puede requerirse un aporte suple -mentario; así una carencia de vitaminas By C produce una disminución del rendi-miento físico. De cualquier manera hemosde tener en cuenta que la ingestión indis-criminada de vitaminas puede dar lugar aalteraciones patológicas por hipervitami-nosis, fundamentalmente vitaminas liposo-lubles como la vitamina A y la D.

Los minerales como el sodio, cloro,potasio, magnesio, zinc o cobre, sufrenabundantes pérdidas por el sudor y la orina,durante el ejercicio intenso. Su pérdida hayque reponerla de inmediato y para ello hayque tener en cuenta que las aguas de mon-taña son pobres en sales minerales, por loque habremos de añadirlas, como indica-mos en el apartado sobre hidratación, obien tomar bebidas isotónicas.

LOS ALIMENTOS Y SU COMPOSICIÓNLos nutrientes y otros bioelementos sinpoder nutritivo como la fibra se combinanen distintas proporciones en los alimentosque tomamos; es interesante que conozca-mos la composición de los alimentos paratomarlos en la proporción adecuada.

Existen diversas clasificaciones de losalimentos de las que elegiremos aquellaque los clasifica en función de los nutrien-tes que componen cada alimento, segúnésta pueden ser:

• Alimentos proteicosSu componente más importante son las

proteínas, prácticamente no existe ningúnalimento cuyo componente sea exclusiva-mente proteico. Los que contienen másproteínas son: la carne, el pescado, los hue-vos, las legumbres y los frutos secos.

• Alimentos lipídicosPueden ser de origen animal o de origen

vegetal, como los aceites, mantequilla, mar-garina, pasteles, helados, ciertos alimentospreparados, patatas fritas y similares.

• Alimentos glucídicos

Dentro de éstos podemos distinguir losglúcidos de absorción lenta más ricos enpolisacaridos y los glúcidos de absorciónrápida, normalmente monosacáridos. Entrelos glúcidos de absorción lenta destacare-mos: las patatas, los cereales (trigo, arroz,avena, maíz) y sus productos derivadoscomo el pan, las pastas (macarrones, fide-os, etc.), galletas y repostería en general,que también contienen glúcidos de absor-ción rápida y materia grasa.

Entre los glúcidos de absorción rápidapodemos destacar: la sacarosa que encon-tramos en el chocolate, pasteles, bebidasazucaradas, y el azúcar que utilizamoshabitualmente; la lactosa que encontramosen la leche (junto con otros componenteslipídicos y proteicos); y la glucosa y fruc-tosa que encontramos en las frutas (ricasademás en vitaminas y fibra).

• Alimentos ricos en vitaminasLas vitaminas están contenidas en

mayor o menor cantidad en los diversosalimentos. Vamos a indicar aquellos queposean un mayor contenido de cada vita-mina:Vitamina A: Hígado, yema de huevo,

atún, grasa de la leche, zanahoria,tomate, col.

Vitamina D: Hígado de pescado, atún, sar-dinas, salmón, yema de huevo. Tambiénse sintetiza por la acción de los rayossolares sobre ciertas sustancias precur-soras de nuestro organismo.

Vitamina E: Aceite de girasol, de maíz ode oliva, frutos secos y cereales.

Vitamina K: Hígado, col, espinacas,lechuga, guisantes.

Vitamina B1 y B2: Levadura de cerveza,judías, frutos secos, hígado, carne decerdo.

Vitamina B6: Levadura de cerveza, ger-men de trigo, hígado, carne de vacuno,de cerdo y de cordero, sardinas, sal-món, plátanos, legumbres.

Vitamina B12: Hígado, riñones, paté, atún,queso, yema de huevo.

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 271

Page 273: Manual de Tecnicas

Vitamina C: Naranja, limón, kiwi, fresas,legumbres, patatas, espinaca, col.

• Alimentos ricos en mineralesRespecto a los minerales sólo vamos a

comentar algunos de ellos y los alimen-tos en los que se encuentran en mayorproporción.

Calcio: Leche y derivados, frutos secos yalgunos vegetales.

Hierro: Carnes en general, moluscos,legumbres, pan.

Potasio: Levadura de cerveza, legumbres,patatas, plátanos, chocolate, pescado,carne.

Cloro y sodio: Se suele tomar en forma desal común (NaCl) añadida a las comi-das, aunque está extensamente reparti-da en muchos alimentos.

PROPORCIÓN DE LOS NUTRIENTESUna dieta equilibrada es aquella que

guarda una proporción correcta entre susnutrientes.

Según las opiniones de la mayoría delos dietistas deportivos, la proporción deprincipios inmediatos en las personas quedesarrollan una actividad física, indepen-dientemente de la cantidad total de caloríasque necesiten, debe contener el 15% deproteínas, el 30% de lípidos y el 55% dehidratos de carbono, de los cuales el 10%serán de absorción rápida y el 45% restan-te de absorción lenta.

Existen dietas en las que estas propor-ciones se modifican, como en diversas die-tas de adelgazamiento, o en dietas especia-les aplicadas al deporte de competición,como las modificaciones en las proporcio-nes de los nutrientes los días previos a lacompetición.

NECESIDADES ENERGÉTICAS,METABOLISMO BASAL

Nuestro cuerpo necesita energía parapoder realizar sus actividades, tanto las demantenimiento de sus funciones vitales,como las derivadas de la actividad física.Como ya hemos comentado, obtenemos laenergía a partir de la degradación de losnutrientes contenidos en los alimentos, quedenominamos principios inmediatos (hi-dratos de carbono, lípidos y proteínas), quemediante una serie de procesos metabóli-cos aeróbicos (en presencia de oxígeno) yanaeróbicos (con poco oxígeno), nos van apermitir obtener una mayor o menor canti-dad de moléculas de ATP (adenosin trifos-fato), que es la molécula energética que enúltima instancia utilizamos como combus-tible.

También podemos sintetizar ATP a par-tir del denominado sistema del fosfágeno,en el que compuestos fosfatados como lafosfocreatina (PC) pueden ceder su grupofosfato al ADP (adenosín difosfato), paraformar ATP (adenosín trifosfato), reacciónque permite obtener una cantidad de ener-gía limitada, pero con gran rapidez.

Las necesidades energéticas de nuestroorganismo se utilizan para:• El metabolismo basal.• El desarrollo de las actividades físicas.• El gasto energético derivado de la di-

gestión, almacenamiento y transforma -ción de los alimentos.

1. Metabolismo basal.Es el gasto energético de un individuo

en reposo, que se utiliza para mantener elcalor corporal, para la formación de sustejidos (la síntesis de proteínas precisa deun 30 a un 40% de esta energía), y para elfuncionamiento de todos sus órganos. Lasnecesidades energéticas para nuestro man-tenimiento varían en función del sexo,edad, clima, talla, peso, raza e inclusonuestro estado emocional.

El metabolismo basal se mide en calo-rías, por métodos fisiológicos directos pro-

272 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Proporción de los principios inmediatos:Hidratos de carbono 55%Lípidos 30%Proteínas 15%

Page 274: Manual de Tecnicas

pios de la investigación médica. Existen,también, otros procedimientos indirectosque nos permiten averiguar de forma apro-ximada el metabolismo basal de una perso-na, utilizando unas tablas que relacionan elpeso, la talla y la superficie corporal; segúnla edad y el sexo. De forma rápida y apro-ximada el metabolismo basal en el hombreadulto equivale a 1 kilocaloría por kilogra-mo de peso y por hora, mientras que en lamujer equivale a 0,95 kilocalorías por kilo-gramo de peso y por hora; o bien multipli-car 24 o 25 calorías por kilogramo de pesoen el hombre, y 22 o 23 calorías por kilo-gramo de peso en la mujer, lo que supone,sin tener en cuenta la edad, ni otros facto-res, unas cifras medias de 1.600 caloríaspor día en el hombre adulto de unos 70 kgde peso, y unas 1.500 calorías en la mujer.

La unidad que se utiliza para expresarlas necesidades energéticas es la kilocalo-ría. Una kilocaloría es la cantidad de calornecesaria para elevar en un grado centígra-do un kilo de agua, concretamente para ele -var la temperatura de esa cantidad de aguade 14,5ºC a 15,5ºC. Incorrectamente se uti-liza el termino “calorías” cuando nos esta -mos refiriendo a kilocalorías, pero por elamplio uso de este término se hace necesa-rio que lo tengamos en cuenta. Tambiénpodemos encontrar como unidad de energíael Julio, concretamente el kilojulio; el pro-cedimiento de conversión de estas unidadeses muy simple, bastará con saber que 1kilocaloría equivale a 4,18 kilojulios.

2. El desarrollo de las actividades físicas.Al gasto metabólico basal hay que

sumar el gasto energético necesario pararealizar el trabajo muscular, es decir, parael desarrollo de las actividades físicas. De

este gasto energético, el 75% se utiliza enel trabajo de termorregulación ya sea en lalucha contra el frío o contra el calor, el25% restante se utilizará en el trabajomecánico.

Para el cálculo del gasto por actividadfísica existen diversas tablas que nos dan elgasto energético en función del tipo de tra-bajo, ya sea éste ligero, moderado, duro, omuy duro; estas tablas nos dan unos valo-res aproximados por minuto, por horas oincluso por día.

En lo que respecta a las actividades físi-cas en general y a las desarrolladas en elmedio natural en particular, existen otrasserie de tablas que nos indican el gastoenergético medio durante el desarrollo delas distintas actividades, así por ejemplo: • Caminar (5 km/h) 0,06

kcal/kg/minuto.• Correr (8-10 km/h) 0,15

kcal/kg/minuto.• Montar a caballo 0,11

kcal/kg/minuto.• Montar en bicicleta 0,12

kcal/kg/minuto.• Montañismo, esquiar 0,15

kcal/kg/minuto.

(según datos de G. Varela y F. GrandeCovián)

3. El gasto energético derivado de ladigestión, almacenamiento y transfor-mación de los alimentos. También denominado efecto térmico de

los alimentos o acción dinámico específi-ca, supone aproximadamente el 10% delgasto calórico total. Este parámetro estácontemplado en los valores calóricos refle-jados en las diversas tablas de alimentos,

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 273

Método aproximado para la determinación del metabolismo basalHombre: 1 kilocaloría • kilogramo de peso •hora

Mujer: 0,95 kilocalorías • kilogramo de peso • hora

ADP + Fosfocreatina ATP + Creatina

Page 275: Manual de Tecnicas

por lo que no requiere cálculos comple-mentarios.

La ingestión de alimentos debe propor-cionar una cantidad de calorías similar a laque consumimos, así como una proporcióncorrecta de éstos. La cantidad de caloríasque debe consumir una persona es por lotanto variable, además de por su edad ysexo, por el tipo de actividad que realiza,por lo que no podemos establecer una can-tidad estandarizada, sino que habrá quecalcularla en cada individuo. Las necesida-des calóricas diarias pueden variar desdelas 2.000 a las 3.500 según su actividad enun hombre de unos 25 años y 70 kilos depeso.

Una de las principales formas de saber

si nuestra ingestión calórica es correcta, escontrolando nuestro peso. Existen diversosprocedimientos para saber si éste está den-tro de los límites adecuados, uno de losmás utilizados es el denominado índice deMasa Corporal (IMC) o índice de Quetelet,que consiste en dividir el peso por la tallaen metros al cuadrado, su resultado nosindicará nuestra situación respecto a nues-tro peso ideal.

Según este índice diremos que nuestropeso es adecuado cuando el IMC, estécomprendido entre 20 y 24,9. Las variacio-nes de este resultado nos indicarán unadesviación del peso normal y posiblementela necesidad de tener que llevar una dietacorrecta.

274 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Gasto energético medio en la actividad física*

Actividad ligera 2,5 a 4,9 kcal por minuto 75 a 100 kcal por horaOficinistas, profesionales liberales, trabajos mecanizados, labores del hogar con electrodomésticos, etc,.

Actividad moderada 5 a 7,4 kcal por minuto 100 a 300 kcal por horaAlbañiles, electricistas, agricultores con máquinas, dependientes, labores del hogar sin electrodomésticos, actividad física moderada como bailes, bicicleta de paseo, andar por terreno llano.

Actividad intensa 7,5 a 9,9 kcal por minuto 300 a 500 kcal por horaMineros, agricultores sin máquinas, diversos deportes como fútbol, tenis, senderis-mo con desniveles medios.

Actividad muy intensa 10 a 25 kcal por minuto 500 a 1.100 kcal por horaTrabajos muy duros, herreros, leñadores, deportes de competición, natación, carre-ras pedestres, alpinismo.

* Los valores medios estimados son para un hombre de unos 25 años, según la clasifica-ción adaptada de Davidson y Passmore. Estos valores se modifican según la edad, sexoy la duración e intensidad de la actividad.

Índice de masa corporal (IMC)= Peso (kg) / Talla (m2)

Normopeso o tipo 0 20 - 24,9 Peso adecuadoSobrepeso o tipo I 25 - 29,9 Sobrepeso moderadoObesidad o tipo II 30 - 39,9 Sobrepeso severoObesidad mórbida o tipo III >40 Obesidad patológica

Page 276: Manual de Tecnicas

5. ALIMENTACIÓN DIARIAY PREVIA A NUESTRAS

EXCURSIONES

Comer diariamente es un acto rutinariodel que no hacemos complicados cálculosde las calorías o de sus nutrientes, si bienes cierto que saber lo que comemos nosayudará a alcanzar un estado nutricional yde salud óptimo. En lo que respecta a nues-tras excursiones o ascensiones a las monta -ñas, no basta con que prestemos atención anuestra alimentación solamente 3 o 4 díasantes de ella, los buenos resultados losobtendremos cuando esta alimentación seasiempre lo más correcta posible.

Las comidas diarias se adaptarán a lasnecesidades calóricas y de nutrientes habi-tuales; no es necesario llevar ningún régi-men de comida especial. La distribución delas comidas la haremos en 4 o 5 tomas quecubrirán nuestras necesidades energéticasdiarias. La distribución puede ser:

• Desayuno 20-30%• Almuerzo 10%

(en dependencia del desayuno)• Comida 30-35%• Merienda 10%• Cena 25-30%

Los hábitos dietéticos de nuestra civili-zación y el ritmo de vida acelerado nosiempre permiten mantener esta distribu-ción de las comidas, siendo frecuenteserrores nutricionales como un desayunoescaso, comidas excesivamente rápidas ocenas muy copiosas. Respecto a los nu-trientes existen algunos hábitos perniciososque deberíamos erradicar, por ejemplo laexcesiva ingestión de lípidos e hidratos decarbono de cadena corta, que ingeridos deforma habitual en nuestra dieta nos acaba-ran produciendo sobrepeso, aumento delcolesterol y las enfermedades derivadas deéstos, y, por supuesto, para nada van afavorecer nuestro rendimiento. Otros hábi-tos que contribuirán a empeorar nuestrasalud y nuestro rendimiento físico son elalcohol y el tabaco.

No queremos decir con todo esto quetodas las personas que realicen actividadesfísicas y por extensión actividades en elmedio natural deban ser casi ascetas, queno beban, no fumen y que sus comidassean estrictas; pero, hay que tener claro loque queremos hacer: si pretendemos reali-zar actividades excursionistas exigentes,tal vez subir a una montaña de 3.000 me-tros, descender un barranco o cualquierotra actividad de aventura, tenemos que serconscientes de nuestras capacidades, anali-zar nuestros hábitos, si queremos modifi-car los incorrectos. En cualquier caso,sobre todo si empezamos a edad adulta,conviene consultar a nuestro médico yrevisar nuestro estado de salud. Obten-dremos óptimos resultados si mejoramosnuestra condición física con un entrena-miento regular, asesorados por un entrena-dor cualificado. Sin olvidarnos de adquirirun buen nivel técnico, para lo cual existendiversos cursos de formación organizadospor los clubes de montaña, las federacio-nes, o el propio sistema educativo.

Como ya hemos visto en los diversosprocedimientos para calcular el gasto ener-gético derivado de la actividad física, elgasto calórico varía según su intensidad.

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 275

Figura 11.5 Alimentación diaria.

Page 277: Manual de Tecnicas

Aquellas personas que realizan actividadesfrecuentes e intensas en el medio naturalprecisan un mayor aporte calórico, perorespetando el equilibrio de sus nutrientes.En principio y salvo indicación médica, noson necesarios los suplementos proteicos,ni vitamínicos.

Ya hemos comentado anteriormenteque los sustratos energéticos que utiliza-mos en nuestros desplazamientos por lanaturaleza son el glucógeno y las grasas.Los depósitos de glucógeno son muy limi-tados respecto a los depósitos de grasas;recordemos que durante el ejercicio losdepósitos de glucógeno muscular disminu-yen progresivamente, pudiendo llegar aagotarse tras unas tres horas de ejerciciointenso. Conforme aumenta la duración delejercicio, las grasas van incrementando supapel como sustrato energético, de talforma que hacia las 4 horas de ejercicio lasgrasas se utilizan en torno a un 60% comosustrato energético.

Los alimentos que tomemos van adeterminar la utilización de un sustratoenergético u otro; si la proporción de nues-tros nutrientes es la indicada anteriormen-te se utilizan, en primer lugar, los hidratosde carbono y progresivamente se van utili-zando las grasas. Si nuestra alimentaciónes excesivamente rica en grasas utilizare-mos con preferencia y desde un principioéstas, lo que nos dará un menor rendimien-to y un agotamiento más rápido. Existendiversos procedimientos para incrementarlas reservas de glucógeno, el más simpleconsiste en tomar una dieta rica en hidratosde carbono los 3 o 4 días anteriores a nues-tra actividad. Otro procedimiento que per-mite una mayor recarga del glucógenomuscular consiste en agotar las reservas deglucógeno mediante ejercicio intenso yposteriormente tomar una dieta rica enhidratos de carbono como en el punto ante-rior. Un tercer método más complicadoconsiste en vaciar los depósitos de glucó-geno, mediante el ejercicio, a la vez que setoma una dieta rica en grasas y proteínas

durante tres días; en los tres días siguientespasaremos a una dieta rica en hidratos decarbono. Mientras se toma la dieta dehidratos de carbono, no hay que realizarejercicios intensos. Estos métodos no estánexentos de ciertos problemas, especial-mente el último.

Los manuales sobre fisiología deportivarecomiendan que la comida previa al ejer-cicio se haga entre dos horas y media y treshoras antes de comenzar; que sea rica enhidratos de carbono de cadena larga, evi-tando las comidas ricas en grasa y carnesde más lenta digestión, y que el consumode azúcares o bebidas azucaradas se evite apartir de los 30 minutos anteriores al ejer-cicio, puesto que podría provocar una hipo-glucemia reactiva, lo que no sucede si suingestión se hace durante el ejercicio.

La comida previa a nuestras excursio-nes o a la jornada alpina suele ser el des-ayuno que se realiza a horas muy tempra-nas y que, por lo tanto, no es posible guar-dar las normas horarias que se aplican enlas competiciones deportivas. No podemosesperar dos horas y media o tres desde quedesayunamos o comemos, hasta que co-menzamos a andar, por ello nuestro desa-yuno será poco copioso, puede estar com-puesto por fruta o zumo, café o té calienteligeramente azucarado, y algún hidrato decarbono, como rebanadas de pan con mer-melada y mantequilla, galletas, cereales,etcétera.

6. ALIMENTACIÓNDURANTE

LAS EXCURSIONES

La alimentación durante las excursio-nes cuenta con un problema añadido: hayque transportarla. Cuando empezamos ameter en nuestra mochila el material técni-co, crampones, arnés, cuerda, piolet, laropa de repuesto, los utensilios de cocina,etc., observamos con un creciente temor eltamaño y peso de nuestra mochila, mo-

276 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 278: Manual de Tecnicas

mento en el que empezamos a decidir quetal vez no nos quepa esa hogaza de pan quehabíamos comprado, o que tanta fruta nonos cabe, o que esas latas que nos íbamos allevar pesan demasiado.

Cuando nuestra excursión se pretenderealizar en el día estos problemas son fácil-mente solucionables, pero si pretendemostransportar la comida necesaria para variosdías de travesía por nuestras montañas,tenemos que reducir nuestro material y ali-mentos a lo estrictamente necesario, y quepodamos transportar sin mayores dificulta -des.

Durante la marcha la norma más razo-nable es realizar varias tomas con pocacantidad de alimentos. Imaginemos quenuestro objetivo es alcanzar la cima de unamontaña que las guías estiman en treshoras. En función de nuestro ritmo, nivelde condición física y las propias caracterís-ticas del terreno, podemos pensar en dosparadas técnicas, quizás alguna parada máspara ajustar el material, más o menos cadahora. Durante esas paradas que procurare-mos no duren más de 10 minutos, bebere-mos abundante agua, mejor con salesminerales, tal y como exponemos en elapartado de hidratación, y tomaremos ali-mentos de fácil digestión preferiblementehidratos de carbono de absorción rápida omedia, como los cereales, azúcar, miel,chocolate, galletas, barritas energéticas, ofrutos secos. Cuando lleguemos a nuestroobjetivo, podemos hacer una comida másabundante, ya sea un bocadillo o algo simi-lar a lo tomado en las anteriores paradas.De cualquier forma esta comida no puedeser excesiva, ya que hemos de tener encuenta que todavía nos queda el tiempo deregreso.

Más de un montañero se ha visto endificultades por no tener la precaución detomar algún alimento durante su marcha.Ya hemos visto como en las actividades delarga duración vamos consumiendo el glu-cógeno muscular, situación que nos puedeconducir a una hipoglucemia, es decir, a un

descenso de los niveles de glucosa en san-gre. Se trata de una sensación pasajera deagotamiento, lo que denominamos “pája-ra”, que se manifiesta por una perdida defuerza, palidez, sudoración, sensación dehambre y somnolencia progresiva. Enestos casos, tal y como podemos ver en elcapítulo de primeros auxilios, deberemostomar líquidos azucarados.

7. ALIMENTACIÓN DESPUÉSDE LAS EXCURSIONES

Tras una dura jornada es fundamentalque recuperemos los líquidos perdidos,para ello lo más adecuado es beber aguamineral o bien bebidas isotónicas; tambiénson agradables los caldos y zumos. Losrefrescos, con su alto contenido en azúca-res, no nos hidratarán suficientemente, porlo que habremos de acompañarlos con másagua; las bebidas alcohólicas no son reco-mendables.

No es conveniente comer nada más ter-minar nuestra actividad, dejaremos trans-currir un tiempo que podemos aprovechar

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 277

Figura 11.6 Comiendo en un alto delcamino.

Page 279: Manual de Tecnicas

para realizar nuestros estiramientos, rela-jarnos y, si es posible, darnos una duchacaliente. La comida fuerte del día la hare-mos hacia las dos horas de haber acabadola excursión. Ésta puede comenzar con unasopa para reponer nuestros líquidos y sales,seguida de un plato rico en hidratos de car-bono de absorción lenta, pasta, patatas,arroz, etc.; las proteínas las tomaremos enmenor cantidad ya sea en forma de fiambreo tal vez carne elaborada si nos encontra-mos en un refugio guardado. Es conve-niente que tomemos alguna pieza de frutafresca. Esta comida, que no ha de ser exce-sivamente copiosa, nos va a permitir recu-perar los depósitos de glucógeno, lo queserá especialmente importante si al díasiguiente pretendemos hacer alguna otraactividad montañera.

Cuando la excursión es de varios díastenemos que decidir qué tipos de alimentosnos llevamos. Entre los más apropiadosestán los alimentos deshidratados o liofili-zados; se trata comidas precocinadas,como arroz, pasta, sopas, purés, algunascarnes y pescados sometidos a procesos dedeshidratación, que tras su cocción recupe-ran sus propiedades y un agradable sabor.Tienen la gran ventaja de ser poco pesadosy ocupar poco espacio, su principal incon-veniente es que su cocción con aguarequiere mucho tiempo y más cuando nosencontramos en zonas de mucha altitud, enlas que este proceso es lento, por lo que elconsumo de combustible para su cocciónes elevado. Otro tipo de alimentos intere-santes son los alimentos en conserva, suprincipal problema es el peso y el volumende las latas. Para mantener la ingestión deproteínas llevaremos queso y embutidosdiversos o carne seca. Los glúcidos deabsorción lenta los tomaremos con el pan,cereales, o con los alimentos deshidratadoso en conserva que tengamos previsto lle-var. Por supuesto a estos alimentos habre-mos de sumar los que tomemos durante lasparadas, como hemos indicado anterior-mente.

Los suplementos dietéticos no son nece-sarios en aquellas personas que siguen dia-riamente una dieta equilibrada; si el aportede nutrientes es correcto, no hace falta to-mar proteínas suplementarias. Es preferibleque tomemos la fruta, verdura y demásnutrientes que nos aporten las vitaminasimprescindibles que ingerir preparadosvitamínicos, que en todo caso deberíamoshacerlo por indicación médica. Si nuestraactividad deportiva es muy intensa o pre-tendemos realizar una expedición a las altasmontañas de los Andes o del Himalaya, ten-dremos que asesorarnos sobre nuestra ali-mentación y los suplementos dietéticos queaquí sí serán convenientes.

8. PAUTAS DEHIDRATACIÓN

El ser humano tolera peor las pérdidasde agua que la falta de nutrientes; en casosextremos una persona que no beba líquidosni tome alimentos fallecerá en un plazo deunos 15 días, mientras que con la privaciónde alimentos pudiendo tomar líquidos sepuede sobrevivir más de 40 días.

Nuestro organismo está formado en un60% por agua, en condiciones normalesnecesitamos beber unos 2,5 litros de aguaal día, para reponer nuestras pérdidas pororina, por heces, por sudoración y por laevaporación pulmonar. La reposición delos líquidos se hace por el agua procedentede los alimentos y de su oxidación, lo queviene a ser la mitad de nuestras necesida-des, y el agua que bebemos que oscilaráentre 1,3 y 1,5 litros. En relación con ladiferencia de peso se puede estimar que lasnecesidades de agua de una persona que norealice esfuerzos intensos son 40 ml por kgde peso. En personas que realicen activida-des físicas más intensas se estima en fun-ción a la cuantía de su aporte energético, enuna proporción de 1 ml de agua por cadakilocaloría aportada.

Cuando realizamos actividad física,

278 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 280: Manual de Tecnicas

generamos una gran cantidad de calor porel trabajo muscular, a ello hay que sumarlas condiciones climáticas que en el medionatural son muy variables, imaginemosuna dura excursión en un día de verano.Por esta razón, nuestro organismo pone enmarcha sistemas para eliminar este calor,puesto que el ser humano debe mantener sutemperatura corporal constante, dentro deunos estrechos márgenes.

El principal sistema para eliminar elcalor corporal es mediante la sudoración.El sudor está compuesto en un 98% poragua y el 2% restante son electrólitos comoel cloro, sodio, potasio o magnesio. Unaexcursión de varias horas expuestos a altastemperaturas, nos puede llegar a produciruna pérdida de varios litros de agua. Seestima que una pérdida de sudor del 2% delpeso corporal implica un descenso del ren-dimiento en torno a un 20%, que origina undesequilibrio potencialmente perjudicialque nos conduciría a una deshidratación oa un golpe de calor cuyos sintomas y trata -miento podemos ver en el capítulo sobreprimeros auxilios.

Mantener una buena hidratación será elmejor medio para evitar estos problemas.Tenemos que beber antes de comenzarnuestra excursión, puede ser la leche o elzumo de nuestro desayuno, pero ademásconviene que bebamos agua. Durantenuestra marcha beberemos agua en todaslas paradas que hagamos, aunque no hayuna norma exacta puesto que no todas lasexcursiones tienen el mismo grado de difi-cultad, ni el peso de nuestras mochilas seráel mismo, o bien las temperaturas son muyaltas o tal vez vayamos excesivamenteabrigados. Podemos tomar como pautareponer unos 200 a 250 ml de agua cada 30minutos. Lo que no hay que hacer es espe-rar a tener sed para beber, esto en muchoscasos puede suponer una pérdida de rendi-miento con una deshidratación progresiva.

Esta necesidad de reponer líquidos nosplantea un problema añadido, su transpor-te. Siempre en nuestra mochila debemos

llevar una cantimplora o recipiente con unmínimo de un litro de agua u otras bebidasadecuadas. Su reposición puede ser un pro-blema que hay que tener en cuenta cuandodiseñemos nuestra excursión; hay queconocer los lugares por los que pasamos yestudiar la posibilidad de coger agua. Estono tiene mayor problema cuando pasamospor pueblos o refugios, pero en la alta mon-taña muchas veces nos vemos obligados areponer agua de arroyos o manantiales.Esto entraña un peligro para la salud, por laposibilidad de contaminación de sus aguas,ya sea por ganado que esté cerca, o lo quees peor, por la actividad humana. Nuncabeberemos sin depurar las aguas de ríosque hayan pasado por núcleos habitados, oaquellas que estén por debajo de zonas depastos. Es muy común que en nuestraexcursión de un día al cabo de unas horasnos hayamos bebido el litro o litro y medioque portábamos; si además estamos ha-ciendo una travesía de varios días, no nosva a quedar más remedio que beber aguade los arroyos, o el agua de fusión de lanieve cuando nos desplazamos en inviernopor la alta montaña; lo más conveniente enestos casos es que utilicemos alguno de los

Preparación física y nutrición para la realización de actividades en la naturaleza 279

Figura 11.7 Reponiendo agua de unafuente del camino.

Page 281: Manual de Tecnicas

procedimientos de potabilización de aguaque indicamos en el capítulo sobre prime-ros auxilios.

En cuanto a la composición de la bebi-da, a veces el agua puede ser insuficiente,sobre todo cuando la pérdida de sales esimportante tras una sudoración profusa. Enestos casos podemos añadir al agua, azú-car, sal, bicarbonato sódico y el zumo dealgún limón o naranja, o bien recurrir a lasbebidas isotónicas con una proporción de60-80 g de hidratos de carbono y unos 400-500 mg de sodio por litro de agua. La pro-porción de estos electrólitos variará con latemperatura, la proporción de azúcar serámenor cuando haga calor y mayor cuandohaga frío. Es importante que añadamossales al agua de fusión de la nieve puestoque carece totalmente de ellas, y nos puedecausar algún problema intestinal.

Y al finalizar nuevamente agua, quepuede estar acompañada de algún caldo deverduras, que además de ayudarnos a repo-ner nuestras sales tonificará nuestro cuer-po, sobre todo si hace frío.

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LÓPEZ, J.L. Manual práctico de alimenta-ción sana. Ed. Edaf. Madrid, 1986.

280 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 282: Manual de Tecnicas

Capítulo 12MEDIDAS PREVENTIVAS YPRIMEROS AUXILIOS EN

EL MEDIO NATURAL(Javier A. Melendo Soler)

Page 283: Manual de Tecnicas

1. LESIONES MÁS FRECUENTES EN EL MEDIO NATURAL

2. PAUTAS DE ACTUACIÓN ANTE UN ACCIDENTADO

3. BOTIQUÍN PARA NUESTRAS EXCURSIONES

4. HEMORRAGIAS

5. HERIDAS

6. TRAUMATISMOS• Contusiones• Traumatismos articulares: Esguince, Luxación• Fracturas• Traumatismos musculares y tendinosos• Traumatismos menores

7. AGRESIONES POR EL CALOR• Insolación• Golpe de calor• Quemaduras directas por el sol

8. AGRESIONES POR EL FRÍO• Hipotermia• Congelaciones

9. LESIONES OCASIONADAS POR EL RAYO

10. MAL DE ALTURA O MAL AGUDO DE MONTAÑA

11. PATOLOGÍAS AGUDAS EN EL MEDIO NATURAL• Angina de pecho, infarto de miocardio• Diarrea• Dolor de abdomen• Picaduras y mordeduras• Hipoglucemia• Asfixia por cuerpos extraños en las vías respiratorias

12. PÉRDIDA DE CONOCIMIENTO• Lipotimia• Síncope• Colapso, shock• Coma

13. MANIOBRAS DE REANIMACIÓN

14. MEDIDAS PARA POTABILIZAR EL AGUA

15. PREVENCIÓN DE LOS ACCIDENTES EN EL MEDIO NATURAL

Page 284: Manual de Tecnicas

Cuando nos adentramos en la naturale -za o vamos ascendiendo por la alta monta -ña, las posibilidades de recibir una aten-ción médica en caso de accidente se vanalejando de nosotros. Los accidentes, aun-que ocasionales, pueden suceder, y seráentonces cuando tendremos que afrontarloscon nuestros propios medios y conoci-mientos.

Un aprendizaje básico en primerosauxilios puede ser tan importante comodominar los medios técnicos necesariospara llevar a buen fin nuestras “aventuras”.Este capítulo pretende ser un complementoa los cursos de primeros auxilios que, cree-mos, todo el mundo debería hacer.

La prevención es la primera norma atener en cuenta para evitar accidentes. Losaspectos que debe incluir son: la planifica-ción de las actividades en función de nues-tras posibilidades; transportar y conocer lautilización del material adecuado para cadaactividad y, por supuesto, mantener unaadecuada condición física y técnica.

Pero cuando el accidente se produce,nuestra actuación va a ser fundamental. Unaprendizaje básico en primeros auxiliosnos aportará los recursos necesarios paraafrontar estas situaciones.

Hemos de pensar que los accidentesque en la ciudad carecen de importancia,como un esguince leve, en mitad de lamontaña pueden significar un serio proble -ma. En este caso seremos nosotros y no unservicio médico de urgencias los que haga-mos una primera cura de la lesión, o enúltima instancia los que tenemos que sabercómo hemos de solicitar ayuda.

1. LESIONES MÁSFRECUENTES EN EL

MEDIO NATURAL

Las lesiones más frecuentes en la prác-tica de los deportes de montaña y las acti-vidades en la naturaleza son las patologíastraumáticas. Lo más habitual son patologí-

as menores como: rozaduras, ampollas,contusiones, tendinitis y lesiones muscula-res. También se pueden producir otraslesiones de mayor entidad, como: luxacio-nes, esguinces y fracturas.

También son característicos los proble-mas derivados del entorno en el que nosmovemos. Dentro de la patología medio-ambiental destacaremos: la producida porexposición al sol (quemaduras, insolacióno golpe de calor) y la producida por expo-sición a las bajas temperaturas (hipotermia,congelaciones).

En este mismo contexto podemos in-cluir otras patologías derivadas del mediopor el que desarrollamos nuestra actividad;así cuando nos desplazamos por altitudessuperiores a los 3.000 o 3.500 metrospuede presentarse un problema de aclima-tación a la altitud que denominamos malagudo de montaña o mal de altura. (MAM).

Por supuesto, nos podemos encontrarcon cualquier otra patología aguda, comolas hemorragias o heridas de diversa consi-deración. En casos extremos tras un acci-dente se puede presentar una parada car-diorrespiratoria, que puede requerir unareanimación urgente e inmediata.

Todas estas patologías no diferirán delas explicadas en otros textos de primerosauxilios, pero en nuestro medio tienen ensu actuación unas dificultades añadidas. Laprecariedad de medios muchas veces nosobliga a la improvisación de recursos, y lalejanía de cualquier centro asistencialrequiere una actitud inmediata y precisa.Es importante transportar un botiquín conel material adecuado para nuestras excur-siones.

El aprendizaje de las técnicas de prime-ros auxilios incluirá, además, los conoci-mientos sobre cómo y dónde hemos desolicitar ayuda, y las técnicas para el tras-lado de los accidentados. Estos conoci-mientos teóricos y las prácticas que haya-mos podido realizar no nos eximen de loque es más importante desde el punto devista preventivo: evitar el riesgo innecesa-

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rio y aplicar todas las medidas de seguri-dad en el desarrollo de nuestra actividad.

2. PAUTAS DE ACTUACIÓNANTE UN ACCIDENTADO

Cualquier persona que se desplaza porel medio natural puede ser víctima de unaccidente o verse en la necesidad de tenerque ayudar a alguien que lo ha sufrido.Nuestra formación, que no tiene por queser la de un sanitario, precisa, sin embargo,unos conocimientos para actuar con efica-cia y, sobre todo, no empeorar más la situa-ción. Quizás si nos dejamos llevar por elprincipio médico: “primero no dañar”,nuestra actuación tratará de ser eficaz, peroestará igualmente regida por la prudencia.

Lo primero que debemos hacer es valo-rar la situación. De este primer vistazovan a depender el orden y la urgencia denuestra actuación; lógicamente no va atener la misma urgencia vital una paradacardiorrespiratoria que un traumatismo enuna persona que puede desplazarse. Enesta primera valoración habremos de deci-dir el orden de nuestras actuaciones, porejemplo si hay varios accidentados atende-remos primero a las urgencias más vitales,o si un mismo accidentado presenta diver-sas alteraciones, por ejemplo una fracturaabierta con una fuerte hemorragia, atende-remos a las potencialmente más peligrosas,en este caso primero cohibiremos la hemo-rragia.

Proteger al accidentado y, por exten-sión a nosotros mismos de la causa que haoriginado el accidente. Las especiales con-diciones en las que se desenvuelven estasactividades, como son los terrenos abrup-tos o escarpados, los posibles desprendi-mientos u otras condiciones adversas,requieren una protección diferente a la deun accidente en carretera o en otra activi-dad deportiva. Vamos a entender esta pro-tección como un alejamiento del lugardonde se ha producido el percance, a fin de

evitar que esa situación se repita sobre elaccidentado o sobre nosotros al socorrerle.Por ejemplo, a un politraumatizado por undesprendimiento de rocas, lo prudente trasuna primera valoración podría ser nomoverlo; sin embargo, si existe un riesgoelevado de otro desprendimiento, debere-mos trasladarlo a un lugar protegido, eso sírespetando escrupulosamente las normasde transporte de heridos para no provocar-le más lesiones.

Estas medidas de protección incluyenen el caso de personas inconscientes o queno se puedan mover, su colocación en unaposición adecuada. En el caso de trauma -tismos craneales o de columna vertebral seinmovilizará al accidentado. En los casosen los que mantengamos inmovilizados alos accidentados, deberemos abrigarlospara que no pierdan el calor corporal.

Las medidas de socorro al accidentadotambién han de responder a un orden deprioridades, según la gravedad de las lesio-nes. 1. Mantener las funciones vitales. Si es

preciso realizar las maniobras de reani-mación.

2. Evitar agravar posibles lesiones. Pará-lisis provocadas por maniobras intem-pestivas o por precipitación.

3. Aplicar los primeros auxilios corres-pondientes a cada problema. Esto re-quiere tener unos mínimos conocimien-tos y disponer o improvisar unos mate -riales. En los posteriores apartadosestudiaremos las pautas de actuaciónconcretas a cada patología.

4. Vigilar la posible aparición de lesionesocultas, sobre todo hemorragias inter-nas que surgen después del accidente.También deberemos controlar el estadode conciencia y la evolución del acci-dentado.

Avisar a los servicios de rescatedependerá de la gravedad de la situación yde nuestras posibilidades para hacerle fren-te. En el capítulo 8, referimos el comporta -

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miento a seguir en caso de un accidente ylos procedimientos para solicitar ayuda.

3. BOTIQUÍN PARA NUES-TRAS EXCURSIONES

Es difícil decidir qué llevamos en nues-tro botiquín. Por una parte, podemos creerque es un peso de más y que no lo vamos anecesitar. Por otra, habrá medicamentoscuya utilidad desconozcamos y que preci-sen conocimientos médicos para su admi-nistración.

El contenido del botiquín va a dependerdel tiempo que dure nuestra excursión y delo aislados que estemos durante su desarro-llo. También dependerá del lugar pordonde transcurra nuestra actividad; así, sirealizamos la excursión por el desierto, opor países tropicales, o por zonas de granaltitud, tal vez debamos añadir a nuestrobotiquín medicamentos específicos paraestas situaciones.

Lo fundamental es que el botiquín quetransportamos sea útil, de nada nos sirvetransportar medicamentos o aparatos queno sabemos utilizar. La mayor parte de laspersonas que realizan estas actividades noson sanitarios, por lo cual pudiera cuestio-narse la utilización de medicamentos porparte de ellos; sin embargo, hay que teneren cuenta que el aislamiento en el que seencuentran puede hacer imposible recibirayuda a tiempo. Por todo ello, es recomen-

dable que las personas que realicen activi-dades en el medio natural asistan a algúncurso de socorrismo y primeros auxilios.

Aunque entendemos que el contenidodel botiquín es muy variable, vamos a pro-poner un botiquín básico y un botiquínmedicalizado.

1. Botiquín básico.

• Antisépticos. Por su utilidad y poliva-lencia recomendamos la “povidonayodada”, puesto que además de servirpara desinfectar las heridas nos será útilpara potabilizar el agua, como veremosposteriormente.

• Compresas estériles en bolsas indivi-duales.

• Vendas de 5 y 10 cm, las vendas elásti-cas y las adhesivas serán más útiles enel caso de querer inmovilizar mejor unmiembro.

• Esparadrapo de banda ancha, compro-bar que pega bien y que está en buenestado.

• Tiritas.• Agujas estériles, para pinchar ampollas. • Pinzas y tijeras.• Protector labial y protector solar (puede

formar parte de nuestro botiquín paraevitar olvidos).

• Analgésicos. Ácido acetilsalicílico y/oparacetamol.

• Productos con glucosa y vitaminas, quepodemos llevar con nuestros alimentoso de forma habitual en nuestro botiquínpara prevenir o tratar los síntomas defatiga o la hipoglucemia.

2. Botiquín medicalizado.Pensaremos en este tipo de botiquines

en el caso de permanecer alejados de cual-quier núcleo habitado durante mucho tiem-po, como es el caso de las expediciones oexcursiones de varios días. Además de loanterior constará de:• Analgésicos de mayor potencia como

los derivados pirazolónicos.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 285

Pautas a seguir en caso de un accidente• Valorar la situación• Proteger al accientado

• Si hay peligro retirarlo del lugar delaccidente

• Si no se puede mover, abrigarlo• Socorrerlo

• Mantener las funciones vitales• Evitar agravar posibles lesiones• Aplicar las medidas de primeros auxilios• Vigilar la posible aparición de lesiones

ocultas• Avisar a los servicios de rescate

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• Antibióticos, por ejemplo amoxicilina ypantomicina.

• Corticoides, dexametasona, útil entreotras patologías, para el mal de altura

• Colirios antibióticos, colirios con corti-coides, y con vasoconstrictores, por sise producen afecciones oculares.

• Antiinflamatorios no esteroideos.• Pomadas antihistamínicas para las pica-

duras.• Fármacos para la angina de pecho, co-

mo la nifedipina o los vasodilatadorescoronarios.

• Fármacos antidiarreicos, como la lope-ramida, es discutible por sus efectossecundarios; suero para rehidrataciónpor boca.

• Fármacos para la prevención o el trata-miento del mal de altura, corticoidescomo la dexametasona y diuréticoscomo la acetazolamida.

• Otros medicamentos para zonas deter-minadas, por ejemplo medicación parazonas tropicales.

• Medicamentos que estén tomando lospropios excursionistas por otras enfer-medades.

El uso de estos medicamentos requiereconocimientos médicos, por lo que consi-deramos que cualquier persona que tengaque utilizarlos, en el caso de desplazamien-tos por terrenos aislados, deberá asesorarsepor personal médico especializado de susindicaciones, dosis adecuadas y efectossecundarios. Tenemos que asumir que suutilización conlleva riesgos, por lo quecomo norma sólo los utilizaremos en casode extrema necesidad, cuando no podamosdisponer de ayuda profesional.

4. HEMORRAGIAS

Se producen tras la rotura de un vasosanguíneo y la salida de su contenido alexterior. Podemos encontrarnos con dostipos de hemorragias que presentan una

sintomatología diferente, hemorragiasexternas y hemorragias internas.

HEMORRAGIAS EXTERNASEn este caso la sangre sale al exterior,

tras la rotura de una arteria, vena o capilar.Por lo tanto, habrá un signo evidente, quees la sangre que brota por el punto hemo-rrágico. Sea cual sea el mecanismo de pro-ducción de la hemorragia, incisión con unobjeto cortante, contusión con heridaabierta, etc., nuestra actuación irá encami-nada en primer lugar a detenerla.

Pérdidas copiosas de sangre, por enci-ma de los 500 c.c., conducen a una situa-ción de colapso o incluso a un shock hipo-volémico, que describiremos en el aparta -do sobre la pérdida de conciencia. Tambiénhemos de tener presente que la sangre queperdemos es muy aparatosa, por lo quepequeñas cantidades de sangre nos puedendar la sensación de una gran hemorragia.

Las hemorragias pueden ser arteriales,venosas o capilares. En las primeras, lasangre surge de forma más brusca, brotan-do a la vez que los latidos del corazón; enlas hemorragias venosas la sangre sale deforma más continua y su color es un pocomás oscuro. En la práctica esta diferencia -ción no es fácil, por lo que apenas la ten-dremos en cuenta a la hora de aplicar losprimeros auxilios.

Medidas a tomar ante una hemorragiaexterna:

286 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Hemorragia externa:1. Compresión de la zona sangrante

• Colocar gasas o telas• No retirar las gasas empapadas• Mantener la compresión hasta su

traslado2. Colocar tumbado boca arriba y ele-

var la zona sangrante por encima delcorazón

3. Comprimir a distancia la arteria san-grante

4. Colocar un torniquete (sólo si fraca-san las medidas anteriores)

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1. Compresión de la zona sangrante.Ante cualquier hemorragia nuestra pri-

mera y principal acción será: comprimircon nuestra propia mano la zona que san-gra. Para ello colocaremos sobre la zonahemorrágica unas gasas, o un cojín hemos-tático (vendaje provisto de una espumapara favorecer la compresión en caso dehemorragia), y si no disponemos de éstos,un pañuelo, o cualquier trapo o ropa limpia.

Para mantener la presión podemoscolocar un vendaje compresivo. La com-presión se mantendrá hasta que el heridosea atendido en un centro médico. No hayque retirar las gasas o telas que hayamospuesto sobre la herida, por el riesgo de quevuelva a sangrar al arrancar los coágulos.En el caso de que la herida siga sangrando,colocaremos nuevas gasas encima de lasque habíamos puesto, y seguiremos mante -niendo la presión.

2. Colocar tumbado al accidentado y ele -var la zona afectada por encima delcorazón.Ante una hemorragia masiva con inmi-

nente riesgo de colapso, colocaremos alaccidentado tumbado boca arriba, a la vezque elevamos la zona afectada, especial-mente las extremidades. Tanto la elevaciónde la zona afectada, como la colocación enposición horizontal, serán simultáneas a lacompresión de la herida.

3. Cuando la presión local no sea suficien-te, presionaremos en una zona más ale -jada del foco de la hemorragia, corres-pondiente al trayecto de la arteria queocasiona la hemorragia.Esta maniobra requiere conocer el tra-

yecto que sigue la arteria sangrante. Ésta secomprime en determinadas zonas situadasentre el foco hemorrágico y el corazón. Sinentrar a fondo en sus recorridos, considera-remos tres zonas de compresión según lahemorragia corresponda a los brazos, laspiernas o el cuello. • La hemorragia de la arteria carótida, en

el cuello, se puede intentar detenercomprimiendo la arteria localizadaentre la tráquea y el músculo esterno-cleidomastoideo en la parte superior delcuello, con el dedo pulgar por delante,aplastándola contra la columna verte-bral, que sujetaremos con los otrosdedos por detrás del cuello.

• La hemorragia de la arteria humeral enel brazo puede tener dos puntos decompresión, en su parte superior secomprime con el dedo pulgar en elhueco existente por encima y dentro dela clavícula, contra la primera costilla.También podemos comprimir la arteriacon el dedo pulgar, en la mitad de lacara interna del brazo, justo por debajodel músculo bíceps, comprimiéndolacontra el húmero.

• La hemorragia de la arteria femoral enla pierna, la realizaremos con el puñocerrado, comprimiendo sobre la ingle.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 287

Figura 12.1 Zonas de compresión adistancia.

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4. Colocación de un torniquete.Solamente lo colocaremos en casos

extremos, cuando la hemorragia no secohíba mediante la compresión distal de laarteria. El torniquete se colocará en lasextremidades, entre la zona sangrante y elcorazón, siempre por encima de las rodillaso de los codos. Utilizaremos una tela ovenda ancha, nunca cordeles u objetosfinos que puedan cortar. Daremos variasvueltas con la venda o tela alrededor de laextremidad sujetándola con un nudo, en elcual pondremos un palo u objeto rígido,que giraremos hasta que cese el paso de lasangre y se detenga la hemorragia.

Cuando coloquemos un torniquetedeberemos poner un cartel en la personaaccidentada indicando que lo lleva, procu-rando, cuando lo tapemos para evitar quepierda el calor corporal, dejarlo visible.

Aunque hay opiniones contradictoriassegún autores, una vez colocado un torni-quete solamente debe ser aflojado en uncentro médico, por la posibilidad de produ-cirse una muerte súbita al soltarlo.

5. HERIDAS

Son producidas por diversos agentescausales que pueden ocasionar una roturade la piel y de otras estructuras internas,como los músculos, vasos sanguíneos, ner-vios, etc. Se trata, junto con los traumatis-mos, de una de las situaciones que vamos aatender con más frecuencia.

Existen diversas clasificaciones segúnsu forma, agente causal u otros parámetros.Ateniéndonos a un criterio eminentementepráctico, las podemos clasificar en superfi-ciales o profundas, según su grado de afec-tación interna. Según su gravedad, laspodemos clasificar en simples, complica-das o graves.

Las heridas simples son heridas super-ficiales que no afectan a estructuras inter-nas; éstas son las heridas que podemos tra-tar con medios sencillos. Las heridas com-plicadas y en un grado mayor las heridasgraves, afectarán a vasos sanguíneos, ner-vios, músculos, u órganos profundos.

Toda herida que sea profunda, muyextensa, esté infectada, o contenga cuerposextraños, debe ser tratada y suturada porpersonal médico. Nuestra actuación se cen-trará en las heridas simples, en las quepodemos hacer una primera cura, aunqueposteriormente debamos remitirlos a unservicio médico para que controlen su evo-lución y si es necesario se les aplique lavacunación contra el tétanos.

Medidas a tomar:

• En primer lugar cohibir la hemorragia,si la hubiera.

• En segundo lugar limpiaremos la heri-da. Tras haber lavado bien nuestrasmanos, le aplicaremos abundante aguaa chorro o agua oxigenada, para arras-trar los cuerpos extraños. Tambiénpodemos limpiar los bordes de la heri-da con agua jabonosa.

• En tercer lugar desinfectar la herida,podemos aplicar diversos antisépticosaunque quizás por su polivalencia elmás útil sea la povidona yodada.

Los cuerpos extraños que estén profun-damente clavados es preferible que losextraigan en un centro sanitario. Cuandolimpiemos las heridas con gasas hemos detener la precaución de hacerlo desde dentrode la herida hacia el exterior para evitarintroducir gérmenes en la herida, des-

288 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 12.2 Colocación de un torni-quete.

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echando aquellas gasas que hayan tocadoel exterior de la herida.

En el caso de que las heridas requieranser suturadas nos limitaremos a su desin-fección y colocación de una gasa o com-presa estéril sujeta con una venda, y lo tras-ladaremos urgentemente a un centro sani-tario.

Una situación especial son las heridasde tórax. Cuando se produce una heridacon perforación del tórax por un objeto quepermanece clavado, no lo quitaremos, alcontrario procuraremos que no se suelte ytrasladaremos urgentemente al accidentadoa un centro sanitario. Esto es debido a queal retirar el objeto es posible que penetreaire en la cavidad de la pleura, provocandolo que se denomina un neumotórax, quepuede colapsar el pulmón impidiendo larespiración.

6. TRAUMATISMOS

Se trata de uno de los accidentes másfrecuentes en el medio natural. Su gradovariará desde un simple golpe o contusióna una fractura con complicaciones asocia -das. Alguno de estos traumatismos puedenimpedir que sigamos realizando nuestraactividad, incluso que sigamos andando,teniendo que solicitar ayuda a los equiposde salvamento. Sin embargo, en aquellostraumatismos que no supongan una impo-sibilidad funcional absoluta, podemosinmovilizar el miembro afectado para queel accidentado pueda regresar aunque seacon ayuda, o si es necesario su transporteque no se agrave más su lesión.

CONTUSIONESSon lesiones producidas tras caídas o

golpes en cualquier zona de nuestra anato-mía. Las contusiones se diferencian de lasheridas en que en ellas no se produce larotura de la piel ni de las mucosas, por lotanto, si se produce una hemorragia perma -necerá en el interior.

Según su intensidad las contusiones sedividen en:• Contusión de primer grado: es lo que

normalmente denominamos moradurao cardenal, se trata de un golpe que pro-duce una rotura de pequeños vasos san-guíneos con salida de su contenido(equimosis), con una ligera afectacióndel tejido celular superficial y dolor.

• Contusión de segundo grado: se produ-ce por un traumatismo más intenso, queproducirá una rotura de vasos mayoresformando un hematoma o chichón,habrá una mayor hinchazón en la zonade la contusión por la salida de líqui-dos, y dolor.

• Contusión de tercer grado: tras un trau-matismo intenso se produce un aplasta-miento interior de músculos y otros teji-dos celulares, pudiendo llegar a lamuerte de estas células (necrosis).Puede acompañarse de lesiones de otrasestructuras cercanas como nervios ohuesos.

Medidas a tomar:Lo primero aplicaremos frío local,

abundante agua fría, nieve reciente o deneveros residuales, o si llevamos, algúnmedicamento que produzca frío local.Procuraremos que la zona contundida per-manezca en reposo y en las contusiones desegundo grado podemos colocar un venda-je compresivo. Hemos de tener en cuentaque en los casos más habituales las contu-siones simples van acompañadas de peque-ñas heridas o erosiones que también habre-mos de tratar como se indica en el aparta-do anterior.

Un error muy frecuente es aplicar caloren la zona golpeada e incluso dar masajes,en los primeros momentos esto no es útil.

La administración de medicamentospara el dolor o antiinflamatorios la reserva-remos para el personal médico, salvo queestemos realizando una expedición devarios días, en cuyo caso ya nos habremosinformado previamente de su utilización y

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 289

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formarán parte de nuestro botiquín deurgencia.

En las contusiones de tercer gradoinmovilizaremos la zona contundida yremitiremos al accidentado urgentemente aun centro médico.

TRAUMATISMOS ARTICULARESLas articulaciones son los lugares de

unión entre los huesos; según el grado demovilidad de la articulación varía el con-junto de elementos que la componen. Asíen las articulaciones móviles como la delhombro o la rodilla, encontraremos ele-mentos diferentes a una articulación semi-móvil como la de las vértebras.

La presencia de estos elementos, liga-mentos, cartílagos, tendones, membranassinoviales, etc., puede ocasionar diferenteslesiones. Nos vamos a limitar a describirnuestra actuación ante esguinces y luxacio-nes de las articulaciones de las extremidades.

EsguinceEs una separación pasajera de las super-

ficies articulares, hay un desencajamientomomentáneo de los huesos que afecta a losligamentos de la articulación. Los esguin-ces más frecuentes en estas actividades sonlos de tobillo por torceduras o traspiés,sobre todo el ligamento lateral externo deltobillo, y los de rodilla que pueden afectara los ligamentos lateral externo, interno o alos cruzados anteriores.

Los esguinces pueden ser de tres tipos,según el grado de afectación de los liga-mentos:• Esguince de primer grado: Se produce

una distensión del ligamento, sin roturade sus fibras.

• Esguince de segundo grado: Hay unarotura parcial de las fibras del ligamento.

• Esguince de tercer grado: Hay una rotu-ra total de las fibras del ligamento.

En los esguinces se producirá: dolor,hinchazón y una limitación para realizarlos movimientos propios de la articulación.

Medidas a tomar:Aplicar frío local, al igual que en las

contusiones, lo ideal sería que dispusiéra-mos de hielo que aplicaríamos durantequince o veinte minutos. Mientras aplica-mos el frío local procuraremos que man-tenga elevado el miembro.

Si el esguince es leve y puede caminarcon ayuda o descargando peso con algúnpalo o bastón, después de aplicar el fríolocal, le colocaremos una venda elástica oligeramente rígida para que pueda llegarpor sus propios medios a un centro médico.

Si el esguince es serio y no puede hacerapoyo con la articulación, colocaremos unavenda elástica sin apretar demasiado en lazona afectada y dispondremos su trasladobien con medios improvisados o solicitandoayuda a los equipos de rescate de la zona.

LuxaciónEs una pérdida de contacto permanente

de las superficies articulares. Hay unaseparación o dislocación del hueso que novuelve a su sitio y que es necesario reducir.La luxación va acompañada de la lesión dediversos elementos de la articulación,como la cápsula, el cartílago, o los liga-mentos, e incluso a veces hay fracturas aso-ciadas.

Una luxación de tobillo o rodillarequiere un traumatismo directo o indirec-to, de mayor intensidad que el necesariopara producir un esguince. Se manifiestapor una gran hinchazón con deformidad dela articulación, separación de sus superfi-cies articulares, dolor espontáneo y con elmovimiento, e imposibilidad para mover laarticulación.

Medidas a tomar:Serán similares a las de los esguinces,

pero en estos casos inmovilizaremos laarticulación adecuadamente sin intentarreducirla, puesto que podríamos provocarlesiones todavía más serias. Trasladaremosal accidentado urgentemente a un hospital,impidiendo que mueva esa articulación.

290 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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FRACTURASUn traumatismo directo o indirecto

puede ocasionar una fractura o rotura de unhueso. En ocasiones tras un fuerte golpe, esdifícil saber si nos encontramos ante unafractura o una contusión con lesiones departes blandas; en caso de duda actuaremoscomo si se tratase de una fractura, ponien-do todos los medios para su inmoviliza-ción.

Las fracturas que podemos encontrarpueden ser abiertas, es decir hay una rotu-ra de la piel provocada normalmente porlos fragmentos del hueso roto, o cerradasen las que la fractura no se comunica con elexterior.

Cuando se produce una fractura sepuede oír un chasquido, con un fuerte doloren el punto de la fractura y también almovilizar los extremos más alejados delhueso roto. Se produce una gran hincha-zón, incluso con deformidad de la zona, sihay desplazamiento de los huesos que sehan roto.

Las fracturas pueden ser completas oincompletas. En las primeras hay rotura detodo el hueso con desplazamiento de sussegmentos en diversas direcciones. En lasfracturas incompletas la línea de rotura noafecta a todo el hueso. Este tipo de fractu-ras no producen deformidad de la zona, loque puede hacernos confundirlas con unasimple contusión, por ello cualquier trau-matismo debe ser revisado en un centromédico.

Además de los síntomas generales delas fracturas, van a presentar otros sínto-mas según localización.

Medidas a tomar:Serán diferentes según su localización.

1. Fracturas de extremidades.En primer lugar nunca hemos de inten-

tar reducir la fractura de un miembro, nitan siquiera moverlo. Lo más inmediato esinmovilizar el miembro tal y como seencuentre, incluso por encima de la ropa.

La inmovilización será diferente según setrate de los brazos o las piernas.

En el caso de una fractura en el ante-brazo colocaremos unas tablillas o materialrígido a lo largo del antebrazo una a cadalado, teniendo la precaución de no colocarlos materiales de inmovilización encimadel foco de fractura, podemos almohadillartoda la zona con ropa o gasas. Para sujetarlas tablillas podemos colocar unas cuerdasgruesas o mejor pañuelos anudados.

En el caso de fracturas en el brazo o elhombro, se puede improvisar una inmovili-zación sujetando el codo y el hombro conun cabestrillo; la posición de inmoviliza-ción será con el brazo en ángulo recto.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 291

Figura 12.3 Brazo inmovilizado condos tablas, anudadas con pañuelos.

Figura 12.4 Inmovilización del brazoen ángulo recto, en cabestrillo.

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En las fracturas de los dedos, el proce-dimiento será juntar un dedo sano al dedofracturado. Podemos colocar una tablillaen el dedo fracturado, o incluso sin tablilla,y sujetarlo al dedo más próximo medianteun par de esparadrapos que colocaremossujetando ambos dedos por encima y pordebajo de la fractura.

En las fracturas de la extremidad infe-rior, al igual que en las de la extremidadsuperior, inmovilizaremos el miembro enla misma posición en la que se encuentre,sin intentar corregir la deformidad ocasio-nada por la fractura. Hay que impedir quese muevan los fragmentos óseos, quepodrían causar mayores lesiones.

La forma de inmovilizarlo será con elaccidentado acostado, uniendo la piernasana a la pierna herida. Podemos hacerloaprovechando los recursos que tengamos,desde una cuerda anudada a varias alturasde la pierna hasta trozos de tela o vendasanudados. Tendremos la precaución dealmohadillar la pierna, pudiendo colocarunas tablillas a ambos lados de ésta. Si lafractura está en el muslo, es convenienteque estas tablillas lleguen hasta el tronco.

El pie lo inmovilizaremos en ángulorecto, y la rodilla con una ligera flexión.Pero si existe una deformidad en el foco defractura, lo dejaremos tal y como esté,nunca lo intentaremos reducir.

Existen otros tipos de férulas como lasneumáticas o de otros materiales sintéticosque se adaptan a las extremidades. Su utili-zación presenta algunos problemas en

zonas muy frías, y en grandes alturas porlos cambios de presión, además tienen unelevado coste. Las férulas con armazonesarticuladas son difíciles de transportardurante nuestras actividades en el medionatural, salvo expediciones de varios díascon soporte médico, o en centros de soco-rrismo.

2. Fracturas de cráneo.Uno de los accidentes más peligrosos y

que requiere siempre un especial cuidadoson los traumatismos craneoencefálicos.Pueden ser fracturas de la bóveda craneal,generalmente producidas por un impactodirecto. Éstas son menos frecuentes y sugravedad dependerá del hundimiento delos huesos de la bóveda craneal; si hay unhundimiento con afectación del cerebro elpronostico es muy grave. Como medidapreventiva llevaremos casco, especialmen-te en las actividades de escalada y barran-quismo.

Las fracturas de la base del cráneo afec-tan a su interior, y se pueden producir trasfuertes caídas o golpes violentos. Producenunos síntomas manifiestos con pérdida deconocimiento, salida de sangre por la narizo líquido cefalorraquídeo por la oreja, unhematoma alrededor de los ojos y algunossignos neurológicos.

En otras ocasiones, no existen sinto-mas, debido a que la fractura de la base noha sido completa. En estos casos el peligroes que alguna maniobra brusca, como untransporte indebido del accidentado,aumente la lesión provocando de formainmediata todos los síntomas que hemosreferido anteriormente.

La medida principal y más importantees realizar una correcta inmovilización.Para ello colocaremos al accidentado enposición horizontal, si está inconsciente ovomita lo pondremos en posición de segu-ridad tal y como indicamos en la figura12.6, lo taparemos para que no pierda elcalor corporal y pediremos ayuda para sutraslado a un hospital.

292 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 12.5 Inmovilización de la pierna.

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3. Fracturas de columna vertebral.Los traumatismos en la columna verte -

bral pueden dar lugar a fracturas, luxacio-nes o esguinces.

Los síntomas de las fracturas van adepender del nivel vertebral donde se sitúela lesión, en general observaremos dolortanto espontáneamente como a la presión,contractura de los músculos cercanos a lalesión, posible deformidad, e imposibilidadpara realizar movimientos. Los signos degravedad vendrán dados por la existenciade una afectación de la médula, en estecaso podremos observar una pérdida dereflejos y de la sensibilidad, posibles pará-lisis y pérdida de orina o heces, según elnivel de la lesión.

Ante cualquier sospecha de fractura dela columna vertebral, no deberemos moveral accidentado, por el peligro de provocaruna sección de la médula. Excepcional-mente lo podríamos mover si estuviera enun lugar peligroso, como por ejemplo unazona de desprendimientos, en este caso tra-taremos de transportarlo como un bloquerígido, mediante alguno de los procedi-mientos de recogida y transporte, como seindica en la figura 12.7 y 12.8.

Cuando utilicemos estos medios derecogida o transporte, tanto en los casos defracturas de la columna vertebral como enlos traumatismos craneoencefálicos, unapersona se encargará de coger exclusiva-mente la cabeza, evitando cualquier movi-miento de ésta. Normalmente esta personaserá también la encargada de dar las orde-nes a los demás para actuar todos a la vez.

La camilla para el transporte podemosimprovisarla con palos y telas, una cuerdapara hacer un cacolet, o cualquier otrorecurso de los comentados en el capítulosobre seguridad en la montaña.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 293

Figura 12.6 Posición de seguridad.

Figura 12.7 Método de recogida de lacuchara.

Figura 12.8 Método de recogida delpuente.

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Si disponemos de un collarín lo coloca-remos alrededor del cuello del accidentadoo podemos improvisar uno con ropa yalgún material rígido. No nos hemos deolvidar de abrigarlo para que no pierda elcalor corporal.

Si precisamos de ayuda para el trans-porte del herido hemos de averiguar exac-tamente su localización, con el objeto deindicarlo a las patrullas de rescate. Tam-bién tomaremos referencias visibles dellugar en que nos encontramos, y lo marca-remos de forma evidente, incluso, si nos esposible, prepararemos una zona para unposible aterrizaje del rescate aéreo.

TRAUMATISMOS MUSCULARESY TENDINOSOS

Lesiones muscularesLas lesiones musculares son relativa-

mente frecuentes en estas actividades, aun-que lo normal es que no revistan ningunagravedad. El mecanismo de producción deestas lesiones suele ser por contusión y portracción de los músculos. Entre las máscomunes tenemos:• Contractura muscular. Se trata de una

contracción brusca del músculo, más omenos mantenida. En ocasiones puedeser secundaria a una lesión de otrazona, produciéndose una contracturarefleja, para evitar que se mueva lazona afectada. En general para su reso-lución, bastará mantener la zona afecta-da en reposo. Si no es secundaria a otralesión, podemos realizar estiramientoso aplicar un masaje suave.

• Calambres. Son contracciones bruscas,muy intensas y breves, que se suelenresolver espontáneamente. En nuestraactividad suelen ser indicativo de défi-cit de sales minerales, por lo que debe-remos reponerlas. En su fase aguda esútil realizar un estiramiento de los mús-culos afectados.

• Agujetas. Se trata de un dolor musculargeneralizado tras un ejercicio físico

intenso. Lo más importante es su pre-vención realizando un calentamientoprevio antes de la actividad y estira-mientos o algún ejercicio de relajaciónal acabarla. Se resuelven espontánea-mente, obligándonos al reposo y aveces puede ser necesario tomar azúcar,bicarbonato sódico e incluso analgési-cos como la aspirina.

Las lesiones musculares por tracciónpueden ser desde un simple estiramiento,hasta su rotura; así podemos encontrar:• Elongación muscular. Se trata de un

estiramiento brusco o mantenido, queno produce lesiones evidentes del tejidomuscular.

• Tirón muscular. En este caso ya hay unapequeña rotura de las fibras muscularespero de menor importancia, no hay unaafectación funcional del músculo.

• Rotura parcial de fibras o desgarros.En este caso se ven afectados variosgrupos de fibras musculares, lo queimpide la función normal del músculo.

• Rotura total de fibras. La rotura delmúsculo provoca una imposibilidadtotal de realizar los movimientos pro-pios.

En estos casos debemos evitar cual-quier movimiento de los músculos de lazona, podemos aplicar frío local, peronunca daremos masaje, puesto que puedeperjudicar su curación. Podemos colocarun vendaje compresivo suave y remitirinmediatamente a un centro médico.

Existen algunas lesiones muscularespor sobrecarga, que se producen tras unautilización excesiva y reiterada de algunosmúsculos durante la actividad, por ejemploal caminar sobre terrenos que exijan unamayor fuerza muscular como ir “abriendohuella” sobre nieve virgen, lo que puedeproducir un fuerte dolor inguinal que nosimpida continuar debido a una sobrecargadel músculo psoasilíaco, que es el encarga-do de la flexión de la cadera.

294 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 296: Manual de Tecnicas

Un caso especial es el del aplastamien-to muscular. Se trata de una contusiónmuscular producida por un objeto queaplasta alguna zona de nuestro cuerpo,pudiendo producir otras lesiones ademásde las musculares.

Si el objeto causante del aplastamientoestá sobre el accidentado, cuando hayantranscurrido menos de dos horas desde elaplastamiento, procederemos a retirarlo yrealizaremos los primeros auxilios de laslesiones.

Pero si ha pasado un período de tiemposuperior a dos horas desde que sucedió elaplastamiento, no retiraremos bruscamenteel objeto que produce el aplastamientopuesto que una descompresión brusca haríaque llegaran a la sangre una serie de pro-ductos tóxicos producidos en la zona con-tundida. Para evitar la descompresión brus-ca deberemos hacer lo siguiente:• Colocar un torniquete en la raíz de la

extremidad aplastada.• Aplicar frío en la zona afectada• Pedir ayuda y trasladarlo urgentemente

a un centro hospitalario.

Lesiones tendinosasSe puede producir una inflamación del

tendón o tendinitis y su rotura parcial ototal. Los tendones que se afectan más fre-cuentemente en los desplazamientos son eltendón de Aquiles y el tendón rotuliano.

En el caso de la tendinitis se produce undolor en la zona del tendón afectado que seacentúa al realizar movimientos que leafecten. En el caso de las roturas tendino-sas se produce un dolor súbito y en ocasio-nes podemos llegar a oír un chasquido,además según el grado de rotura, puedehaber una incapacidad para los movimien-tos que implican al tendón.

En cuanto a las medidas a tomar, sedeberá evitar cualquier movimiento queimplique el tendón, manteniendo la zonaen reposo. Podemos aplicar frío en la zonalesionada y trasladaremos al accidentado aun centro médico.

Cuando realizamos trepadas que re-quieran utilizar los brazos, sobre todo enpersonas poco habituadas y que no hayanhecho un calentamiento previo, puede pro-ducirse una inflamación del tendón de unmúsculo del hombro; es la denominadatendinitis del supraespinoso. Se manifiestapor dolor en la cara externa del hombro,con dificultad para separar lateralmente elbrazo del tronco. En este caso lo másimportante es la prevención de la lesiónmediante un calentamiento adecuado. Elreposo es la principal medida, en el caso dehaberse producido.

Existen otras lesiones tendinosas másespecíficas, como la que se produce en losescaladores, que puede afectar a los tendo-nes de los músculos flexores del tercer ycuarto dedos de las manos.

TRAUMATISMOS MENORESEn este apartado vamos a hablar de

aquellos problemas leves como las ampo-llas, rozaduras o pequeños hematomas, queson capaces de impedirnos realizar cual-quiera de nuestras excursiones.

Las rozaduras y las ampollas suelenproducirse en zonas de roce con los calce-tines o las botas. Para evitarlas convienellevar los calcetines apropiados al tamañode nuestro pie, y utilizar los materiales quemejor se adapten a él. En cuanto a lasbotas, tal y como hemos dicho en el capí-tulo sobre materiales, hay que elegir la botaadecuada a nuestro pie y al tipo de activi-dad que queremos practicar. Cuando estre-nemos botas haremos marchas cortas hastaque nos acostumbremos a ellas.

¿Que podemos hacer cuando tenemosuna rozadura que nos impide caminar? Laprotección con tiritas o mejor con espara-drapo puede impedir que la rozadura vayaa más, pero si nos encontramos con unarozadura importante podemos recurrir alos nuevos productos protectores de lapiel, que actúan como una doble piel, per-mitiendo que ésta se regenere más rápida-mente.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 295

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En cuanto a las ampollas podemoscolocar sobre ellas un esparadrapo, o si esnecesario pincharlas con una aguja decoser dejando un hilo para que drene.Aunque este sistema se ha utilizado tradi-cionalmente, conocemos casos cercanosque han tenido que ser intervenidos quirúr-gicamente, por una infección producidatras utilizar una aguja no esterilizada. Poresta razón recomendamos llevar en nuestrobotiquín alguna aguja estéril que nos sirvapara estos menesteres. Si la ampolla ya seha reventado podemos desinfectar la zonacon un antiséptico o incluso colocar algúnparche de los que hemos indicado anterior-mente.

Otro “pequeño” problema lo constitu-yen los hematomas en las uñas. Se pro-ducen por el choque continuado de losdedos contra la bota, principalmente en lasbajadas con gran pendiente. Se caracterizapor una uña negra como consecuencia delhematoma, que produce dolor al andar. Eltratamiento de este hematoma debe sermédico, pero lo más importante serán lasmedidas preventivas, procurando llevar uncalzado adecuado a nuestro pie, de formaque nos ajuste bien la bota para que no sedeslice el pie dentro de ella.

7. AGRESIONES POR ELCALOR

Vamos a revisar en este punto las agre-siones producidas por el sol y el aumentode la temperatura ambiente durante eltranscurso de nuestras actividades al airelibre.

La temperatura corporal del ser huma-no ha de mantenerse dentro de unos lími-tes que admiten poca variación. Nuestroorganismo desencadena una serie de reac-ciones para mantener la temperatura denuestro cuerpo, en torno a los 37ºC. En elcaso de una temperatura externa elevada ola incidencia directa de los rayos solaressobre el cuerpo, éste reacciona intentando

eliminar el calor, el mecanismo más eficazes la sudoración.

La sudoración es un proceso normal enel transcurso de nuestras actividades coti-dianas, que se incrementa más cuandoaumentamos nuestra actividad física. Aeste hecho, presente en el desarrollo denuestros desplazamientos por el medionatural, se une el factor de la exposiciónprolongada a altas temperaturas y el de laropa que llevamos. También tenemos queconsiderar un factor personal de acondi-cionamiento al calor, al igual que sucedecon la altura. La habituación al calor, per-mite una mejor acomodación de nuestrasreacciones a él, especialmente de nuestrasudoración. Por último no nos hemos deolvidar que una buena hidratación y lareposición de sales minerales pueden con-tribuir a evitar estos problemas.

INSOLACIÓNSe produce por la acción directa del sol

sobre la cabeza, tras un largo tiempo deexposición.

Como consecuencia de ello, se produceun aumento de la temperatura corporal quepuede llegar hasta los 40ºC, con enrojeci-miento de las zonas expuestas al sol ysudoración intensa. Se acompaña de dolorde cabeza, náuseas, vómitos y malestargeneral. En los casos graves puede provo-car una pérdida de conocimiento y delirio.

Las medidas a tomar consistirán en pri-mer lugar en retirarlo del sol y colocarlo a lasombra. Posteriormente le aplicaremospaños fríos para intentar bajar la temperatu-ra, o incluso si fuera necesario, le bañare-mos en agua fría, si la hubiera en las proxi-midades. Si está consciente le daremosabundante agua fría, nunca bebidas alcohó-licas, y le trasladaremos a un centro médico.

Lo más importante van a ser las medi-das preventivas. Así en el transcurso denuestras excursiones en días soleados eincluso en días cubiertos, y sobre todo en laalta montaña, nos cubriremos la cabezacon una gorra o sombrero.

296 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Page 298: Manual de Tecnicas

GOLPE DE CALOREs una alteración por la exposición al

sol y a las altas temperaturas, mientras rea-lizamos esfuerzos físicos.

A consecuencia de ello, se produce unaumento de la temperatura corporal que elorganismo trata de compensar. El principalmecanismo de compensación es el sudor. Elproblema se manifiesta cuando el individuono puede sudar, por ejemplo por una deshi-dratación. Si la persona deshidratada notoma líquidos, la sudoración disminuyepara no aumentar la pérdida del agua cor-poral.

Otra situación en la que suele producir-se un golpe de calor es cuando llevamosropas impermeables mientras realizamosun ejercicio intenso, y la temperatura esalta.

Los síntomas más peligrosos de ungolpe de calor se derivan del aumento de latemperatura corporal, incluso por encimade los 41ºC. Se produce malestar general,dolor de cabeza, y agitación, pudiendo lle -gar a ocasionar una perdida de conocimien-to. Es característica la falta de sudoracióncon una piel roja y seca, y una sed intensa.

Por el peligro que entraña esta situación,deberemos tomar medidas para que no seproduzca. La más importante es manteneruna hidratación adecuada, para ello remiti-mos al lector al apartado sobre pautas dehidratación del capítulo anterior. No obs-tante como norma, insistiremos en que hayque beber frecuentemente, incluso aunqueno se tenga sed.

Cuando la temperatura ambiente es muyalta, lo más prudente será que no realice-mos ninguna actividad física. Cuando pro-gramemos nuestras excursiones, sobre todoen verano, comenzaremos a andar demadrugada y procuraremos acabar antesdel mediodía, evitando las horas de máxi-mo calor.

Hemos de procurar no llevar ropas queimpidan la transpiración.

Cuando el golpe de calor ya se ha pro-ducido el traslado a un hospital debe ser

inmediato, mientras tanto lo colocaremos ala sombra, le quitaremos las ropas imper-meables y le aplicaremos paños fríos o sipodemos lo sumergiremos en agua fría. Siestá consciente le daremos a beber abun-dante agua fría a la que podemos añadirsales para reponer su pérdida.

QUEMADURAS DIRECTAS POR EL SOLVamos a revisar dos de las localizacio-

nes más frecuentes de quemaduras directaspor el sol, en la piel y en los ojos.

Quemaduras en la pielCualquier persona que haga excursio-

nes con frecuencia habrá sufrido algunaquemadura sobre la piel. La acción de laradiación solar se ve incrementada cuandosubimos a la montaña. También la presen-cia de nieve incrementa la acción de losrayos solares.

Las quemaduras pueden variar desdeun simple enrojecimiento hasta la forma-ción de ampollas, con pérdida de la pielquemada.

Las cremas de protección solar y la uti-lización de ropa adecuada son el medio deprevenirlas. Una vez producidas refresca-remos la zona con agua fría, también pode-mos aplicar alguna pomada analgésica oapropiada para quemaduras. En el caso deque haya ampollas nunca deberemos pin-charlas y si se revientan aplicaremos algúnantiséptico local para evitar la infección.

Quemaduras en los ojosLa denominada oftalmía de las nieves

se produce por acción directa de los rayossolares sobre los ojos. Se trata de una que-madura similar a la de la piel.

Produce un enrojecimiento del ojo, conlagrimeo, sensación de llevar algo en elojo, e imposibilidad de abrir los ojos antela presencia del sol. En grandes altitudesuna exposición prolongada puede llegar aproducir ceguera.

Es fundamental la protección de losojos con gafas que filtren los rayos solares,

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 297

Page 299: Manual de Tecnicas

en la alta montaña, preferiblemente conprotecciones laterales.

Una vez producida la oftalmía, pode-mos aplicar diversos tipos de colirios. Si notransportamos ninguno en nuestro boti-quín, colocaremos a la persona afectada enpenumbra o si es necesario le taparemoslos ojos, trasladándole urgentemente a uncentro sanitario.

8. AGRESIONES POR ELFRÍO

La presencia de frío intenso, especial-mente si va acompañada de viento, puedeafectar al desarrollo de nuestras activida-des. Llevar la ropa adecuada nos va a per-mitir enfrentarnos a las inclemencias mete-orológicas, pero, aun así, ante un importan-te descenso de las temperaturas, nuestroorganismo puede sufrir una perdida pro-gresiva del calor corporal, que originaráuna hipotermia, o trastornos locales comolas congelaciones.

HIPOTERMIA

Es producida por un frío intenso queafecta a todo el organismo. La pérdida con-tinuada de calor puede ser consecuencia dela asociación de frío y viento. Otros facto-res predisponentes son: llevar ropas moja-das, o presentar un mal estado físico, comoconsecuencia de agotamiento o una malaalimentación.

Las primeras reacciones cuando baja latemperatura corporal son: escalofríos,calambres musculares y contracciones dela mandíbula. Poco a poco se va entrandoen un estado de apatía y somnolencia pro-gresiva, con posible pérdida del conoci-miento, e incluso la muerte.

Llevar la ropa adecuada y transportaren nuestra mochila algún material para unposible vivac son el mejor medio para evi-tar una hipotermia.

Ante la presencia inminente de sínto-mas de hipotermia utilizaremos todos lo

medios a nuestro alcance para protegernosdel frío. Buscar un refugio cubierto, quitar-nos las ropas mojadas, movernos paraaumentar el calor corporal, son accionesespontáneas que realizamos cuando co-menzamos a sentir frío.

Le daremos bebidas calientes y le abri-garemos con todo lo que podamos, saco dedormir, ropa, etc., dejándolo en reposo. Nohay que dar bebidas alcohólicas. Es prefe-rible que vaya recuperando poco a poco elcalor sin maniobras bruscas de masaje osimilares.

CongelacionesSe trata de fenómenos locales, produc-

to del frío intenso, que ocasionan alteracio-nes vasculares, con posible destrucción delos tejidos afectados. Según la afectaciónlas congelaciones pueden ser de varios gra-dos, pasando desde un enrojecimiento consensación de pinchazos en las de primergrado, con posterior formación de ampo-llas y dolor en las de segundo grado, hastala muerte o necrosis de los tejidos en lascomplicadas congelaciones de tercergrado.

Al igual que sucede en otras patologías,la principal medida será la prevención.Para ello utilizaremos la ropa adecuada,principalmente en las zonas distales, pies,manos y cara, tal y como indicamos en elsegundo capítulo.

En las congelaciones de primer gradodonde sólo apreciaremos un enrojecimien-to de la zona, con hinchazón y sensación depinchazos, bastará con fricciones suaves,colocación de ropa seca, o bien sumergire-mos la zona afectada en un baño de aguatibia.

En general en las congelaciones, el pro-cedimiento a seguir consistirá en sumergirla zona afectada en un baño de agua tibia,aproximadamente a la temperatura corpo-ral. Hay que evitar los baños con agua muycaliente, y las fricciones enérgicas. Otrasmedidas que podemos tomar antes o duran-te su traslado a un hospital son mantenerlo

298 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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en reposo y administrarle líquidos. A esterespecto indicar que una buena hidratacióndurante el desarrollo de la actividad ayuda-rá a retrasar las congelaciones.

Las bajas temperaturas propias de laépoca invernal, y los cambios meteorológi-cos súbitos de la alta montaña, pueden lle -gar a ocasionarnos serias congelaciones,que incluso den lugar a la pérdida de losdedos de pies y manos.

Una congelación de segundo y tercergrados precisará de un tratamiento médicoespecializado, que en muchas ocasiones nose escapa de la cirugía. Las congelacioneslocales, aunque no sean un problema vitalcomo la hipotermia, requieren un trasladourgente a centros especializados dondeposiblemente podrán salvar los miembrosafectados.

9. LESIONES OCASIONADASPOR EL RAYO

El rayo genera una acción eléctrica quepuede ser similar a la de una descarga dealta tensión. En los desplazamientos por laalta montaña la formación de tormentascon fuerte aparato eléctrico es un fenóme -no habitual y peligroso.

La presencia de nubes de evolucióndiurna con un fuerte desarrollo vertical nosdeben alertar de la posibilidad de tormen-tas. En estos casos lo prudente es descen-der en altura y sobre todo alejarnos de las

cimas y crestas. Las medidas que hemos deadoptar en caso de vernos sorprendidos poruna tormenta con aparato eléctrico hansido comentadas en el capítulo 8, al queremitimos al lector.

Desde el punto de vista de las lesionesla caída de un rayo sobre una personapuede ocasionar lesiones derivadas de lacorriente eléctrica y lesiones térmicas.

Las lesiones eléctricas son las más peli-grosas. Pueden presentarse con mayor omenor intensidad, pudiendo llegar a ocasio-nar alteraciones del funcionamiento delcorazón, incluso una parada cardiorrespira-toria que precise la realización de manio-bras de reanimación que veremos posterior-mente. También, por el efecto eléctrico,pueden producirse contracciones muscula-res que si son intensas pueden llegar a pro-ducir fracturas óseas, y alteraciones de laactividad eléctrica del cerebro que ocasio-nan lesiones neurológicas secundarias.

Las lesiones térmicas son quemaduraslocales que encontraremos en la zona deentrada y de salida de la corriente.

Las medidas a tomar dependerán de laintensidad de las lesiones. El problemamás grave se deriva de la parada cardio-rrespiratoria. En estos casos hemos de rea-lizar inmediatamente las maniobras de rea-nimación, es uno de los casos en los que laactividad eléctrica del corazón puede serrecuperada.

El traslado a un centro hospitalariodebe realizarse siempre, aunque no hayahabido parada cardíaca, por la posibilidadde tener secuelas, principalmente neuroló-gicas.

10. MAL DE ALTURA O MALAGUDO DE MONTAÑA

Se trata de una serie de síntomas que seproducen cuando alcanzamos altitudessuperiores a los 2.500 metros. La produc-ción de estos síntomas tiene un alto gradode susceptibilidad personal, hay personas

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 299

Prevención de las congelaciones• Ropa adecuada. Sistema de capas.• Protección de los pies. Si hay nieve

es preferible las botas rígidas conbotín interior.

• Protección de las manos. Las mano-plas mantienen mejor el calor, aun-que hacen más difícil los movimien-tos finos.

• Beber abundantes líquidos retarda laaparión de las congelaciones.

Page 301: Manual de Tecnicas

que comienzan a sentirlos a los 2.500 me-tros y otras que alcanzando cotas de más de4.500 metros, no presentan ninguna altera-ción.

Los síntomas se producen al cabo devarias horas de haber alcanzado una altitudelevada, este tiempo puede variar de 4 a 24horas.

El mecanismo de producción se debe aldescenso de la presión atmosférica confor-me aumenta la altitud. Esto ocasiona undescenso de la presión de oxígeno, no de lacantidad de éste en el aire, lo que ocasio-nará que la sangre transporte menos oxíge-no. La consecuencia de todo ello será unamayor dificultad para realizar todos losmovimientos y los síntomas propios delmal de altura.

Existen una serie de mecanismos decompensación para evitar los efectos deldescenso de oxígeno en la sangre, quedenominamos aclimatación. Uno de losmecanismos más importantes de la aclima-tación es el aumento de los glóbulos rojoso hematíes, también denominado poliglo-bulia. Los glóbulos rojos, y más concreta-mente las moléculas de hemoglobina, sonlos encargados de transportar el oxígeno.Cuando se permanece en altura, se aumen-ta su producción, favoreciendo así el trans-porte de más cantidad de oxígeno.

Los síntomas del mal de altura son:malestar general, dolor de cabeza, náuseas,vómitos, insomnio, vértigo y una fatigaanormal. En su evolución puede ocasionardificultad para respirar incluso en reposo yorina escasa. Estos síntomas son indicati-vos de la posible producción de un edemapulmonar o un edema cerebral.

Las medidas para evitar el mal de altu-ra son:• Conforme sobrepasamos los límites de

altitud donde suele aparecer el mal dealtura, el ascenso debe ser más lento yse recomienda que no sea superior a los500 metros al día.

• Permanecer algún día en altura, pordebajo de la altitud en que se nos mani-

fiesten los síntomas, va a permitir laaclimatación. No obstante, en cuanto ala alta montaña en cordilleras de gran-des alturas, se recomienda no pasardemasiadas noches acampados a partirde 6.500 metros.

• Beber líquidos en abundancia facilita laaclimatación.

• Existen medicamentos para prevenir elmal de altura, como la acetazolamida(diurético) y la dexametasona (corticoi-de); su utilización requiere un controlmédico especializado.

Una vez instaurado el mal de altura, laprincipal medida a tomar es descender dela altura en la que nos encontremos. El cesede los síntomas suele ser inmediato.

Existen otros procedimientos para tra-tar el mal de altura, aunque su utilizacióndebe hacerse por equipos médicos especia -lizados. La aplicación de estos mediosextraordinarios se realiza cuando los sínto-mas son alarmantes, o cuando se instauraun edema agudo de pulmón o un edemacerebral.

Entre estas medidas tenemos: la utiliza-ción de oxígeno, la acetazolamida y ladexametasona en las dosis adecuadas, y lacámara hiperbárica. Respecto a esta últi-ma, se trata de un compartimento estancoen cuyo interior se coloca a la personaafectada, y al que se modifica la presión.Provocaremos en el interior de la cámarauna presión superior a la presión atmosfé-rica, lo que provocará al cabo de variashoras la reversión de los síntomas del malde altura. No obstante, es una reversiónpasajera y la persona afectada deberá des-cender en altitud.

300 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Mal de alturaAnte la presencia de síntomas de mal de altura,la primera medida que debemos adoptar es: des-cender.La aclimatación a la altura nos va a permitir rea-lizar los objetivos que nos hayamos propuesto.

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11. PATOLOGÍAS AGUDASEN EL MEDIO NATURAL

Bajo este título, vamos a englobar unaserie de cuadros clínicos, cuyo tratamientoes principalmente médico, pero su inespe-rada producción durante nuestras activida-des en el medio natural requiere por nues-tra parte una actuación decidida y eficaz.

Angina de pecho. Infarto de miocardioAunque existen diferencias manifiestas

tanto en su pronóstico como en las lesionesque producen, vamos a comentarlos en unmismo apartado.

Su incidencia será mayor en personasque han tenido transtornos cardíacos pre-vios, o en personas poco preparadas querealizan esfuerzos por encima de sus posi-bilidades.

Se suele manifestar por un dolor en elpecho, en la zona del corazón, que sueleirradiarse hacia el brazo izquierdo. Laduración será variable en función de que setrate de una angina de pecho o de un infar-to. Además de la sensación de opresión, seproduce palidez, dificultad para respirar ydesasosiego.

Nuestras posibilidades de actuación sonmuy limitadas y se centrarán en una eva-cuación inmediata. La sospecha de encon-trarnos en esta situación exigirá que la per-sona afectada se mantenga en reposo abso-luto, que controlemos sus constantes vita -les y tratemos de tranquilizarle, y que soli-citemos ayuda inmediatamente.

DiarreaLa presencia de una inesperada diarrea

puede acabar con nuestras excursiones.Sus causas son muy diversas, básicamenteen este entorno procederán de la posibili-dad de beber aguas contaminadas, de quetomemos alimentos en malas condiciones,o de tipo físico por ejemplo tras beber aguamuy fría.

Se produce un aumento del número dedeposiciones que adquieren una consisten-

cia más blanda. Suele acompañarse dedolores intestinales.

Su tratamiento puede ser cuestión devarios días y la deshidratación que a vecesocasionan, puede dar lugar a tener que sus-pender nuestras actividades.

Se recomienda el reposo intestinal,aplicar calor en el abdomen y beber abun-dantes líquidos, podemos darle té si dispo-nemos de él.

Si la diarrea no es muy intensa, o trasun período de reposo intestinal, puedetomar alimentos suaves y astringentes,como el arroz, manzanas o zanahorias. Lospreparados antidiarreicos como la lopera-mida, no siempre son recomendables, suutilidad se reserva a la presencia de depo-siciones muy frecuentes. Habrá que sospe-char la posibilidad de padecer una infec-ción intestinal, por ejemplo por la presen-cia de fiebre. En estos casos se precisa detratamiento médico antibiótico.

Dolor de abdomenLa presencia de dolor de abdomen

puede deberse a múltiples causas. Desdeun simple dolor digestivo inespecífico,pasando por dolores cólicos o apendicitis.

Las causas son tantas y tan diferentes,que no se pueden abordar en un manual deestas características.

La evidencia de que exista un dolor enel abdomen que no cede con el cese de todaactividad nos obligará a solicitar ayudapara su transporte a un centro hospitalario.En estos casos no le daremos de comer nide beber. Si está consciente, lo colocare-mos tumbado boca arriba, con las piernasligeramente flexionadas y bien abrigado.

Picaduras y mordedurasLas mordeduras más peligrosas en

nuestro entorno son las de algunas serpien-tes y animales domésticos o salvajes, comoperros, gatos, o zorros.

Las mordeduras de serpientes no vene-nosas no entrañan riesgo, dando lugar sola-mente a manifestaciones locales.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 301

Page 303: Manual de Tecnicas

Las serpientes venenosas que podemosencontrar en nuestro entorno son las víbo-ras. Si no hemos podido diferenciar el tipode serpiente que nos ha mordido, hemos deobservar cómo es la mordedura. En la mor-dedura de las serpientes venenosas obser-varemos dos puntos sangrantes más evi-dentes, que corresponden a los colmillos,puntos que estarán dolorosos e inflamados.

En el caso de sospecha de mordedurapor una víbora, evitaremos que la víctimarealice cualquier movimiento, le intentare-mos tranquilizar procurando que se man-tenga tumbado. Lavaremos la herida abun-dantemente con agua y jabón y aplicare-mos un vendaje compresivo sobre ésta.Podemos aplicar frío local en la zona.

Para este tipo de serpientes venenosasno se recomienda succionar la herida, nicauterizarla. Tampoco es preciso poner untorniquete, bastará realizar una ligera com-presión por encima de la herida, en todocaso pondremos un torniquete cuando eltraslado a un hospital pueda demorarsevarias horas.

El traslado a un centro hospitalariodebe hacerse lo antes posible, donde si esnecesario se le administrarán antisuerosespecíficos y la vacunación antitetánica.

Las mordeduras por otros animales,como perros, zorros, etc., requieren unlavado a fondo de la herida con agua yjabón, posteriormente aplicaremos antisép-ticos como la povidona yodada. El riesgoen estos casos es la posibilidad de que elanimal esté infectado y nos transmita algu-na enfermedad como la rabia. Será precisoque nos traslademos a un centro médicopara que nos administren vacunación anti-tetánica y antirrábica, si fuera necesario.

Las picaduras de insectos producendolor, picor e hinchazón de la zona. En elcaso de las picaduras de avispas y abejasserá necesario extraer el aguijón que per-manece clavado. Si el aguijón es de abejasdebemos extraerlo con mucho cuidado,para no exprimir el saco de veneno queestá unido a él.

Para su tratamiento deberemos lavarbien la zona de la picadura, no es conve-niente aplicar barro por la posibilidad deque se infecte. Podemos aplicar una poma -da antihistamínica para calmar el picor.

Otras picaduras como las de los escor-piones pueden provocar graves alteracionesespecialmente en niños, ancianos o personasdebilitadas. En general su picadura requeri-rá tratamiento médico, sobre todo si elpaciente pertenece al grupo de riesgo citado.

Como medidas preventivas se reco-mienda tener cuidado y mirar bien antes desentarnos o tumbarnos. Cuando dejemosobjetos al aire libre, por ejemplo las botas,comprobar antes de ponérnoslas que nohay dentro ninguno de estos animalitos

HipoglucemiaSe produce por un descenso de la canti-

dad de glucosa en sangre. Se puede presen-tar tras esfuerzos físicos importantes, sobretodo si hemos comido insuficientemente.El frío y la fatiga favorecen la producciónde la hipoglucemia.

Provoca una sensación de cansanciomuscular, con visión borrosa, mareos ysudoración. Se producen a la vez síntomasdigestivos, como náuseas y vómitos, consensación de hambre. Si la hipoglucemiacontinúa se pueden producir convulsiones,perdida de conocimiento e incluso comahipoglucémico.

Cuando aparezcan los síntomas, lasolución será permanecer en reposo ytomar alimentos, especialmente glúcidosde cadena corta (azúcar, chocolate, pasas,higos secos, alimentos energéticos comer-cializados, etc.).

Cuando la persona esté inconsciente nole podremos dar ningún alimento, debere-mos trasladarlo tumbado en posición deseguridad a un centro hospitalario.

302 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Siempre que tras un esfuerzo físico seproduzcan molestias, hemos de pensaren la posibilidad de una hipoglucemia.

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Asfixia producida por cuerpos extra-ños en las vías respiratorias.

La presencia de un cuerpo extraño enlas vías respiratorias, por ejemplo un ali-mento que no ha seguido su trayecto nor-mal hacia el esófago, provoca una imposi-bilidad para respirar que puede ocasionarla muerte.

En estos casos una actuación adecuaday decidida es fundamental. La maniobra deHeimlich es uno de los mejores métodospara expulsar el cuerpo extraño que obstru-ye las vías respiratorias.

La maniobra provoca un aumento de lapresión del aire en los pulmones que ayudaa expulsar el cuerpo extraño. Para realizar-la nos situaremos detrás de la víctima,colocando el puño cerrado con el dorso dela mano hacia arriba, justo por debajo delesternón, en la “boca del estomago”. Laotra mano se coloca abierta sobre el puñocerrado, presionando bruscamente haciaarriba y hacia nosotros.

Si la víctima está inconsciente, pode-mos hacer la presión con las manos estan-do ésta tumbada en el suelo.

La maniobra se repetirá las veces quesea necesario, hasta que se produzca laexpulsión del cuerpo extraño.

12. PÉRDIDA DECONOCIMIENTO

La pérdida de conocimiento se puedeproducir por diversas causas, que dan lugara diferentes cuadros clínicos, aunque elmecanismo de acción es el mismo en todasellas: una insuficiencia súbita de la circula-ción sanguínea.

Entre las causas de pérdida de conoci-miento están:

LIPOTIMIA

Es ocasionada por un descenso delvolumen de sangre en el cerebro. Éstepuede producirse por diversas causas comopor ejemplo: ayuno prolongado, permane-cer de pie mucho rato, ambiente agobiantey con poco aire, etc.

En esta situación no suele haber unapérdida completa de conocimiento, nor-malmente se produce un mareo, aumenta lasudoración y las pulsaciones son débiles.

Las medidas a tomar estarán encamina-das a favorecer el aflujo de sangre al cere-bro. Para ello tumbaremos a la personaboca arriba con los pies elevados, le afloja-remos las ropas y procuraremos que tengaespacio libre para su ventilación.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 303

Figura 12.9 Maniobra de Heimlich.

Figura 12.10 Colocación de un acci-dentado con pérdida de conocimiento.

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SíncopeSe produce una pérdida brusca de la

conciencia, con palidez intensa y pulsomuy débil o incluso ausente, que puederequerir medidas de reanimación urgentes.

Se produce un descenso brusco de lasangre que llega al cerebro, como conse-cuencia de una caída del volumen deexpulsión de sangre por el corazón. Losmecanismos de producción del síncope sonmuy diversos.

Las medidas a tomar van a ser vitales.En el caso de una parada cardiorrespirato-ria, deberemos aplicar las medidas de rea-nimación que se explican posteriormente.Como medidas comunes ante cualquierpérdida de conocimiento lo colocaremostumbado boca arriba con los pies elevadosy la cabeza ladeada, salvo que la causa pro-ductora del síncope, por ejemplo un trau-matismo, nos impida colocarlo en esa posi-ción, y lo abrigaremos para que mantengael calor corporal. Deberemos trasladarlourgentemente a un centro hospitalario.

Colapso. ShockSe produce una alteración progresiva

del nivel de conciencia, que va desde unasimple obnubilación hasta una pérdida dela conciencia. El pulso suele ser débil yrápido, con hipotensión arterial. Las extre-midades están frías y sudorosas, y dismi-nuye la cantidad de orina.

Se origina por la disminución progresi-va de la cantidad de sangre circulante, estoocasionará que la cantidad que llega a lascélulas sea insuficiente para que puedanrealizar su función, pudiendo incluso pro-ducir la muerte de éstas y por lo tanto delos órganos o tejidos que formen.

De entre sus causas podemos destacar:pérdidas masivas de sangre, alteracionescardíacas, o traumatismos graves.

En el caso de sospechar que una perso-na, por ejemplo tras un traumatismo, puedeestar entrando en un estado de shock, inme-diatamente lo trasladaremos o solicitare-mos ayuda para su traslado a un hospital.

Durante la espera lo colocaremos bocaarriba con los pies elevados y la cabezaladeada, (excepto si sospechásemos untraumatismo craneoencefálico o de colum-na vertebral), y lo taparemos para que nopierda el calor corporal.

En general no le daremos nada porboca, solamente si su traslado va a tardarmucho tiempo, le podemos dar algún líqui-do por boca, siempre y cuando no hayaperdido el conocimiento ni tenga vómitos.

ComaSe trata de un estado permanente de la

alteración de la conciencia, con una faltade respuesta a los estímulos. Existen variosgrados según el nivel de alteración de laconciencia, pudiendo llegar en su gradomáximo al coma profundo que es unasituación irreversible. La conmoción cere-bral es un estado pasajero de la alteraciónde la conciencia.

Las causas más frecuentes de coma enla montaña son: los traumatismos craneo-encefálicos, el edema cerebral que puedellegar a producirse en los casos graves delmal de altura, o como evolución del golpede calor, hipotermia, fulguración por elrayo, hipoglucemia, y deshidratación.

La persona en coma está inconsciente yno reacciona frente a ningún estímulo,incluso los dolorosos. Presentará ademáslos síntomas propios de la causa que haconducido al coma.

En cuanto a las medidas a tomar pasanpor la atención médica inmediata. Mientrastanto lo colocaremos en posición de segu-ridad, si no hay causas que lo contraindi-quen y lo abrigaremos. Puesto que estáinconsciente no deberemos darle agua.

13. MANIOBRAS DEREANIMACIÓN

Las técnicas de reanimación permitiránmantener con vida a aquellas personas quehayan sufrido una parada cardiorrespirato-

304 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

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ria súbita. Mediante las maniobras de rea-nimación suplimos de forma provisionallas funciones de bombeo de la sangre y deventilación pulmonar, hasta que recibanuna atención médica más precisa queintente hacer reversible el paro cardiorres-piratorio. El traslado a un hospital debe serurgente e inmediato, pero sin dejar dehacer en ningún momento las maniobras dereanimación.

En general se considera que no debe-mos realizar las maniobras de reanimacióncuando el individuo ha sufrido un paro car-díaco durante más de diez minutos. Laexcepción a esta norma serán los debidos aahogamiento o a hipotermia. Sin embargo,como a veces no sabemos el tiempo quepuede llevar en paro cardiorrespiratorio,procederemos a realizar las maniobras dereanimación, siempre que no existan yasignos de muerte cierta, como rigidez, livi-deces, etc.

La reanimación ante una parada cardio-rrespiratoria debe hacerse lo antes posiblepor la primera persona que atienda al acci-dentado.

Los pasos a seguir son:1. Ausencia de signos vitales.

Las manifestaciones clínicas de una para-da cardiorrespiratoria se basan fundamental-

mente en la ausencia de signos de funciona-miento del corazón y de los pulmones.

Observaremos una pérdida de concien-cia con intensa palidez o una coloraciónligeramente azulada. No se aprecia ningúnreflejo.

No se detectan movimientos respirato-rios, el tórax está inmóvil y no hay aleteonasal. El clásico método de colocarle unespejo delante de las fosas nasales y ver sise empaña no tiene excesivo valor.

No se palpan los pulsos carotídeo, ra-dial, femoral, latido de punta cardíaca, nise escuchan los latidos directamente sobreel corazón.

Las pupilas están dilatadas y no reac-cionan a la luz.

2. Controlar que las vías aéreas estén per-meables.Para ello colocaremos al accidentado

boca arriba sobre un plano duro. Despuésrealizaremos una hiperextensión de lacabeza, tirando con nuestra mano derechade la frente del accidentado hacia atrás, ycon la mano izquierda procederemos aabrir su boca traccionando de la mandíbulahacia arriba y hacia delante. Con esta ma-niobra impediremos que su propia lenguaproduzca una obstrucción.

Si no fuera suficiente la hiperextensióndel cuello podemos tomar otras medidascomo traccionar de la lengua; incluso, sidisponemos de ella podemos colocar unacánula de Guedel para mantener permeablela vía aérea. La utilización de esta últimarequiere un aprendizaje previo.

Otro tipo de técnicas especializadas,como la intubación traqueal, sólo deben serrealizadas por médicos expertos.

3. Eliminación de cuerpos extraños en lasvías respiratorias.Si hubiera cuerpos extraños en la boca,

que fueran fácilmente extraíbles, podemosintroducir los dedos envueltos en gasaspara retirarlos, con la precaución de nointroducirlos más adentro.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 305

Pasos a seguir ante una paradacardiorrespiratoria1. Comprobar la ausencia de signos

vitales.2. Controlar que las vías aéreas estén

permeables3. Eliminación de cuerpos extraños en

las vías respiratorias.4. Respiración artificial.

• Insuflación activa: Boca a boca o boca a nariz.

• Insuflación pasiva: Método de Silvester.

5. Reanimación cardíaca.

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Sin embargo, si los cuerpos extrañosestán obstaculizando las vías respiratorias,pudiendo estar alojados en la tráquea o losbronquios, y no podemos llegar a ellos,realizaremos la maniobra de Heimlich. Enestos casos haremos la compresión en elepigastrio (boca del estómago), estando elindividuo tumbado en un plano duro.

4. Respiración artificial.Si comprobamos que pese a las manio-

bras anteriores el individuo no respira,deberemos iniciar las maniobras de respi-ración artificial. Podemos diferenciar dostipos de maniobras para la respiración arti-ficial. Las que actúan insuflando activa-mente el aire, de las que destacaremos larespiración boca a boca, y las maniobras deinsuflación pasiva.

Respiración boca a bocaEs uno de los procedimientos más sim-

ples y eficaces. Se trata de una maniobrade ventilación activa, en la cual una perso-na insufla el aíre de su espiración sobre laboca o nariz de la víctima.

La persona que va a insuflar el aire sesituará en un lado de la víctima. Si se sitúaen el lado derecho, pondrá su mano dere-cha por debajo del cuello para mantener lahiperextensión. Inicialmente también po-drá realizar una doble maniobra, que con-sistirá en colocar su mano izquierda sobrela frente tirando de ella hacia atrás, y conla otra mano traccionará de la mandíbulahacia delante y hacia arriba.

Insuflará en su boca dos veces el airede la espiración, lo hará lentamente, mien-tras que con la otra mano le tapará la nariz.Si el aire lo insuflamos por la nariz, enton-ces deberemos taparle la boca.

Si disponemos de una cánula deGuedel (tubo curvado, adaptado a la formade la faringe), podemos colocársela parafacilitar la insuflación. Procuraremos quenuestra boca abarque completamente la dela víctima, para que no se pierda el aíre.Tras realizar las insuflaciones debemos

comprobar si recupera la respiraciónespontánea.

306 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 12.11 Respiración boca a boca.

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En el caso de lactantes o niños peque-ños nuestra boca puede abarcar su nariz ysu boca.

En condiciones normales, en el trans-curso de las actividades en el medio natu-ral, no solemos disponer de otros mediospara la respiración artificial, como puedeser un “ambú”(insuflador provisto de unbalón para almacenar aíre, al que se acoplauna válvula y una mascarilla), o una bote -lla de oxígeno con mascarilla. En campa-mentos o expediciones organizadas puedeser un material necesario. En cualquiercaso, la aplicación de oxígeno se hará porpersonal especializado.

Posteriormente si la respiración no serecupera continuaremos con la respiraciónartificial. Si además no presenta pulsohabremos de compaginarlo con el masajecardíaco según el ritmo que indicamos enel apartado referido a éste.

Insuflación pasivaSon métodos menos eficaces, normal-

mente se utilizan cuando es imposible rea-lizar alguno de los métodos de insuflaciónactiva.

Existen diferentes procedimientos, delos que vamos a destacar el denominadométodo de Silvester.

Para realizarlo hay que colocar a la víc -tima boca arriba. La persona que va a efec-tuar la maniobra se colocará de rodillas, a laaltura de su cabeza. En esta posición coge -remos a la víctima de las muñecas y lleva -remos sus manos cruzadas hacia su propiopecho, sobre el que realizaremos presióncon nuestro propio pecho, provocando deesta manera una espiración pasiva.

Después separaremos los brazos de lavíctima llevándolos estirados por encimade su cabeza hacia la posición en que nosencontramos nosotros para provocar unainspiración pasiva.

Las maniobras de respiración artificial,ya sean activas o pasivas, se realizarán conuna frecuencia aproximada de 8 a 12 vecespor minuto.

5. Reanimación cardíaca.Cuando no se palpan los pulsos y el

latido cardíaco está ausente debemoscomenzar a aplicar el masaje cardíacoexterno.

Consistirá en la realización de una seriede compresiones rítmicas y regulares sobrela base del esternón, en su tercio medio einferior. Las compresiones se realizarán

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Figura 12.12 Método de Silvester.

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con el talón de una mano que se colocaráen la zona anteriormente indicada. La otramano se colocará encima de la anterior,pudiendo entrelazar los dedos.

La víctima deberá estar tumbada sobreun plano duro para que las compresionessean eficaces. La persona que da el masajecardíaco externo se colocará al costado dela víctima, con las manos colocadas comohemos indicado, y los brazos estirados.

Realizaremos de 80 a 100 compresio-nes por minuto, evitando golpear la zona.Las manos no se separarán del pecho, pro-duciendo un hundimiento de unos 3 a 4 cmtras su compresión.

El masaje cardíaco externo debe combi-narse con los métodos de respiración artifi-cial, especialmente con el método boca aboca.

En el caso de haber un solo reanimador,el ritmo será de dos insuflaciones boca aboca, por quince compresiones. Para facili-tar la tarea, es conveniente que coloquealguna prenda o similar debajo del cuellode la víctima para mantener su hiperexten-sión.

Si hay dos personas para realizar lasmaniobras de reanimación, actuarán deforma coordinada de tal manera que unohará una insuflación boca a boca y actoseguido el compañero realizara cinco com-

presiones de masaje cardíaco. Normal-mente la persona encargada de la respira-ción artificial mantendrá en todo momentola hiperextensión del cuello, y taponará lanariz al insuflar el aire.

Las medidas de reanimación cardiopul-monar deben mantenerse hasta llegar a uncentro hospitalario. No se deben interrum-pir en ningún momento, en general se man-tienen durante, al menos, treinta minutos.Si las personas que lo están realizando seturnasen, deben hacerlo rápidamente y deforma coordinada.

Es recomendable que se realicen prácti-cas de lo que aquí hemos comentado teóri-camente, para lo cual, los cursos de prime -ros auxilios son el medio más idóneo.

14. MEDIDAS PARAPOTABILIZAR EL AGUA

Hemos comentado en el capítulo ante -rior la importancia de mantener una buenahidratación en el transcurso de nuestrasactividades en el medio natural. El proble -ma surge cuando la reserva de agua quetransportamos, normalmente cantimplorasde 1 o 1,5 litros, se nos acaba. Recordemosque las necesidades de agua aumentan conla actividad física y con las condicionesclimáticas.

Si nuestro recorrido discurre por zonassin fuentes o manantiales potables, el apro-

308 Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza

Figura 12.13 Masaje cardíaco externo.

Frecuencia de las maniobras dereanimaciónUna sola persona:

• 2 insuflaciones boca a boca• 15 compresiones (masaje cardíaco

externo).Dos personas:

• 1 insuflación boca a boca• 5 compresiones (masaje cardíaco

externo).

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visionamiento de agua lo podemos hacerde los ríos y arroyos, o incluso de la fusiónde la nieve. Descartaremos los cursos deagua que pasen cerca de poblaciones ozonas habitadas, y en los que haya ganadocerca.

Existen diversos procedimientos parapotabilizar este tipo de aguas de los quevamos a destacar los más útiles y prácticos.

• EbulliciónEs uno de los procedimientos más sim-

ples y fiables. Consiste en hervir el aguadurante unos diez minutos. El problema esque consume mucho combustible para sucocción. Este procedimiento es útil parafundir nieve.

• YodaciónSe trata de otro procedimiento intere-

sante, tanto por su eficacia como por lafacilidad de su uso. Existen diversos proce-dimientos, el más práctico es la utilizaciónde povidona yodada al 10%. Se trata de unantiséptico fácil de transportar, que se uti-liza a razón de cuatro gotas por litro deagua y se deja reposar durante treintaminutos, o bien ocho gotas por litro deagua si la dejamos reposar quince minutos.

• CloraciónEl procedimiento de cloración se reali-

za mediante el hipoclorito sódico (lejía).Tiene una eficacia ligeramente inferior a layodación. La cantidad de gotas de lejía quese añaden al agua depende de la concentra-ción de cloro que contenga la lejía.

Cuando la concentración de cloro sea80 a 100 gramos por litro, añadiremos sola -mente una gota de lejía por litro de agua;mientras que si la concentración de cloroes 40 gramos por litro, añadiremos 2 gotaspor litro de agua.

Existen otros procedimientos de potabi-lización del agua como los filtros, y otrosproductos químicos presentados en pasti-llas o gotas, eficaces frente a algunosmicroorganismos.

15. PREVENCIÓN DE LOSACCIDENTES EN LA

NATURALEZA

Prevenir los accidentes en nuestros des-plazamientos por la naturaleza debe ser unamáxima que nos ha de acompañar durantenuestras excursiones. La naturaleza es unmedio hostil a la par que hospitalario, en elque las medidas de seguridad formaránparte de nuestro acercamiento hacia ella.

Como hemos visto en el capítulo sobreseguridad en la montaña, los peligros pue-den derivarse de factores directamente atri-buibles a nosotros, como nuestra prepara-ción física y técnica, la utilización del mate-rial adecuado, o nuestra propia actitud; y aotros factores no controlables por nosotros,como las condiciones climáticas o los deri-vados de las condiciones del terreno.

La prevención de los accidentes pasará,por lo tanto, por mejorar nuestra condiciónfísica y nuestros conocimientos técnicos,transportando el material adecuado duranteel desarrollo de nuestras actividades.

El conocimiento de las técnicas deorientación y supervivencia nos permitiráenfrentarnos a las dificultades del terrenoy a las situaciones meteorológicas adver-sas, sin olvidarnos de una buena alimenta-ción e hidratación, que va a ser necesariapara el desarrollo una actividad física másexigente.

También hemos de tener en cuenta lasvacunaciones necesarias, según los lugaresdonde nos encontremos, sobre todo sivamos a zonas tropicales. Y en el peor delos casos, cuando el accidente se ha produ-cido, transportar un botiquín de emergen-cias y nuestros conocimientos de primerosauxilios nos permitirán salir airosos denumerosos problemas.

Procurar no adentrarnos solos por elmedio natural, y poner en conocimiento deotras personas los lugares a los que vamosy los objetivos que pretendemos alcanzar,formarán parte de las medidas razonablesde seguridad.

Medidas preventivas y primeros auxilios en el medio natural 309

Page 311: Manual de Tecnicas

Las diversas asociaciones, clubes, osimilares, o los servicios prestados por losguías profesionales, nos permitirán disfru-tar de la naturaleza de la mano de personasquizás más preparadas que nosotros.

El acercamiento a la naturaleza en cual-quiera de sus múltiples facetas se disfrutatodavía más si lo compartimos con nues-tros amigos.

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