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Manos que bordan su fe para el buen vivir 5

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Manos que bordansu fe para el buen vivir

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UN APORTE DEL

Serie Somos patrimonioMujeres, oficios y artesanías patrimoniales

Manos que bordansu fe para el buen vivir

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INSTITUTO IBEROAMERICANO DEL PATRIMONIO NATURAL Y CULTURAL DEL CONVENIO ANDRES BELLO, IPANC-CAB

Patricia Ashton DonosoDIRECTORA EJECUTIVA

INVESTIGACIÓN Y FOTOGRAFÍA

Giovanna Valdivieso Latorre

PRODUCCIÓN EDITORIAL

Francisca de la TorreAnabel BilbaoJorge Luis Ruiz

DISEÑO, FOTOGRAFÍA Y DIAGRAMACIÓN

Jhonny Obando Rueda / IPANC-CAB

AUTOR: IPANC-CAB. Representante legal Sra. Patricia Ashton Donoso.

CRÉDITOS

• CONVENTO DEL BUEN PASTOR

SUPERIORA

Madre Ilda

COORDINADORA

Madre Lis

• A TODAS LAS PERSONAS QUE AMABLEMENTE PARTICIPARON DEL REGISTRO PARA ESTA PUBLICACIÓN

AGRADECIMIENTOS INSTITUCIONALES

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PRESENTACIÓN

El Instituto Iberoamericano del Patrimonio Natural y Cultural de la Organización del Convenio Andrés Bello, IPANC-CAB, de forma permanente, en el marco de sus objetivos misionales conducentes a la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial y material, realiza acciones que propendan a fortalecer la labor artesanal mediante estrategias de sensibilización y transferencia y que conduzcan a la apropiación de saberes y cono-cimientos para la construcción de ciudadanía en la región.

Manos que bordan su fe para el buen vivir es la quinta publicación de la serie “Mujeres, oficios y artesanías patrimoniales. Para esta edición, se ha tomado en cuenta a las mujeres que confeccionan y bordan vestidos y atuendos para imágenes religiosas católicas. Ellas forman parte de una dinámica de fe que se inscribe en las manifestaciones religiosas populares de los pueblos iberoamericanos, las que se articulan con lo simbólico y con la ritualidad, pero que al mismo tiempo tienen que ver con prácticas sociales en las que está presente el imperativo de que una Virgen María, un Niño Jesús o un santo deben estar engalanados y vestidos de acuerdo a la festividad que se celebra.

Estas mujeres, también protagonistas de esas prácticas sociales desde su quehacer, son las encargadas de transmitirlo a otras generaciones para su salvaguarda y promoción. Ellas poseen conocimientos y técnicas altamente significativas desde un punto de vista en que la identidad cultural de un pueblo depende también de sus símbolos religiosos. Es por tanto, en ese sentido, en lo que radica el enfoque patrimonial del trabajo que ellas hacen para las distintas regiones del Ecuador.

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INTRODUCCIÓN E l Instituto Iberoamericano del Patrimonio Natural y Cultural de la Organización del Convenio Andrés Bello presenta su quinta publicación de la Serie Somos Patrimonio “Mujeres, oficios y artesanías patrimoniales”, la que se enfoca en el oficio patrimonial de confección de trajes para vírgenes y santos realizada por mujeres que han aprendido este oficio a partir de saberes ancestrales y conocimientos adquiridos.

Las artesanas son el testimonio de una tradición ininterrumpida, de saberes que evidencian un trabajo arduo, variado y creativo en medio de una relación multidimensional con otros actores que practican el oficio arte-sanal y diversas manifestaciones culturales. El producto de esta serie de relaciones es símbolo y representación que se conjugan a partir del dominio de una técnica1 con el espíritu creativo propio de cada artesana. En este sentido, se puede entender la cultura como el patrimonio de los hombres y mujeres de cada uno de los pueblos y como un elemento fundamental en la formación de su identidad, por lo que resulta importante y necesaria la conservación, salvaguarda y respeto del patrimonio, manifestaciones diversas y participación equitativa en el desarrollo de estos ámbitos.

La producción editorial Mujeres, oficios y artesanías patrimoniales: Manos que bordan su fe para el buen vivir, se basa en el trabajo que realizan mujeres poseedoras de conocimientos tradicionales, creatividad enfocada en la producción de vestidos y trajes artesanales que encierran en sí mismas un alto valor que proviene del trabajo manual incorporado y de la riqueza simbólica, contenido creativo y estético con significado religioso. Con esta publicación se pretende aportar al conocimiento de una más de las diversas manifestaciones cultu-rales que existen en el Ecuador y que son comunes a los países iberoamericanos.

La artesanía patrimonial, “es un objeto que sirve para la conservación y transmisión de la memoria2.” no es un elemento aislado, sino representativo del imaginario de un colectivo y de las relaciones sociales, productivas y culturales que se tejen al interior de ese conglomerado, pero que a la vez reflejan el imaginario y el espíritu creativo de quien la realiza.

1 Técnica se refiere a “medios mecánicos” o de” herramientas manuales” en la elaboración artesanal. “Las técnicas necesarias para la crea-ción de objetos de artesanía son tan variadas como los propios objetos y pueden ir desde trabajos delicados y minuciosos, como los exvotos en papel, hasta faenas rudas como la fabricación de un cesto sólido o una manta gruesa.” Técnicas artesanales tradicionales.

http://www.unesco.org/culture/ich/?lg=es&pg=00057. UNESCO.

2 Muguira Pérez, Romina. La artesanía en México hoy: su inserción en el modelo capitalista de consumo. Tesis profesional. Universidad de las Américas Puebla. Facultad de Humanidades. México. Mayo 2010. Capítulo 1

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EL OFICIO DE BORDADORA DE VESTIDOS PARA IMÁGENES RELIGIOSAS

Este oficio se fundamenta en el conocimiento adquirido o heredado por las artesanas, las que han desarro-llado su oficio en torno a la confección y bordado de vestidos y atuendos para imágenes religiosas católicas, especialmente para la Virgen y el Niño Jesús. Su experiencia y creatividad permiten que se mantenga activa una actividad que como oficio se inscribe como patrimonio cultural inmaterial3, mientras que las piezas con-feccionadas y bordadas forman parte del patrimonio cultural material del Ecuador, así como de otros países que conservan la tradición de confeccionar y bordar ajuares para figuras religiosas.

La actividad de bordado religioso forma parte del patrimonio cultural inmaterial como un ejercicio de recrea-ción de la memoria a partir de un oficio tradicional y el uso del producto de ese oficio por parte de las comu-nidades, las que incorporan, en el caso de los vestidos bordados para vírgenes y santos, a su vida cotidiana y a sus ritos de modo que no sólo lo revalorizan, sino que dan lugar a la preservación de ese patrimonio. “El patrimonio vale para el grupo social y no al revés; es decir, el patrimonio cultural tiene un valor real y simbólico para el grupo humano que lo ha heredado. En consecuencia, el patrimonio cultural no vale en sí mismo sino porque el grupo humano le da valor. Es el grupo humano —las personas que lo heredan— el que lo sostiene y lo transmite a las generaciones venideras. Es así como el Convenio Andrés Bello ha acuñado el término Somos Patrimonio, por cuanto son las personas las herederas y portadoras de la valoración del patrimonio cultural”4.

De este modo, las instituciones, los devotos practicantes u observantes del culto religioso católico se conjugan con quienes han desarrollado el oficio de la confección de vestuario para imágenes religiosas. Esto se da en un entorno en el que se articula la ritualidad con las manifestaciones y expresiones populares, la religiosidad con la tradición y las celebraciones, procesiones, festividades, etc., todas entendidas como práctica social, en las que las imágenes religiosas engalanadas con vestidos, trajes y capas especiales, cuidadosamente bordadas, ocupan un lugar preponderante. Esta indumentaria de las imágenes tiene un significado simbólico expresado a través de los motivos de los bordados, los que en su elaboración están pensados en una imagen específica, sea de vírgenes, niños o santos con miras al culto cotidiano o a una festividad determinada.

3 El patrimonio cultural inmaterial, PCI, consiste en “usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconoz-can como parte integrante de su patrimonio cultural” Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial Artículo 2: Defini-ciones. Párrafo 1. UNESCO. 32ª reunión. París, septiembre del 2003

4 Querejazu Leyton, Pedro. La apropiación social del patrimonio. Antecedentes y Contexto Histórico. Convenio Andrés Bello. Somos Patrimo-nio No. 3, Bogotá. 2003

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Nora Hidalgo Quito:

La gente prefiere el bor-dado, nunca se acaba esa tradición, nunca. Claro que han venido unas organzas que ya vienen con sus lentejue-las, son bonitas. También se venden pero sigue el bordado y nosotros nos hemos caracterizado por el bordado.

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Oliva Cabrera Cuenca:

Antes se bordaban fol lones, mantos rel igiosos, manteles, sombreros. Por las computadoras que bordan tanta gente se ha quedado sin trabajo. Pero yo trabajo a mano y más le gusta a la gente así. L levo unos 48 años bor-dando y el oficio no me ha dado grandezas pero he podido vivir de eso.

Nuestro bordado es a mano y en estas máquinas de coser, nada hacemos a computadora. Los diseños se los dibujan en papel, de nuestro invento y esto s i rve como molde.

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Antiguamente, los trajes para imágenes religiosas se confeccionaban y bordaban completamente a mano. Con el paso del tiempo, si bien aún se trabaja a mano, también se ha incorporado la máquina de coser o bordar5 como herramienta facilitadora del proceso; sin embargo, este artefacto no le resta el carácter de artesanal al oficio pues lo que prima es la creatividad para trasladar a la tela los símbolos que quien lo realiza quiere expresar, además de un esmerado y detallista trabajo que plasma la visión y características propias de cada una de las artesanas.

5 Las primeras máquinas bordadoras aparecieron en 1880.

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Mercedes Coello Riobamba:

El proceso de elabora-ción de los trajes co-mienza con los moldes, yo aquí tengo estos moldes, estos son de mi misma creación. Los mol-des van por tal la, hay desde el más chiquit ito. Entonces de ahí se dibu-ja a la tela, se pasa a la máquina, todavía estoy con el tambor, máquina manual. Entonces uno mismo va cambiando de hi lo, se va dibujando. Después ya sale el bor-dado y de ahí se corta y se arma. La adornada, esto se va pegando a mano, cada lentejuela se va poniendo una por una. Se hace una doce-na a la semana. Los ta-maños de trajes de Niño, la numeración va desde el cero hasta el 10.

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Un elemento clave en el oficio, que permite se lo siga considerando como artesanal, es el que no se con-fecciona ni borda en serie. Cada pieza es distinta a la anterior desde el diseño pensado en la imagen que se quiere vestir, la elección de materiales decorativos, tales como encajes, mullos, abalorios, cuentas o chaquiras, cintas y otros; la elaboración de moldes, el uso de tambores o bastidores para tensar la tela al momento del bordado, la selección de los hilos, etc., entre otros elementos que permiten a las artesanas bordadoras mate-rializar cada una de sus ideas mediante un proceso de permanente y cuidadosa vigilancia en cada una de sus fase y detalles de manera que el resultado final sea único.

Pastora RamosRiobamba:

Se uti l iza terciopelo, gamuza, forro, grecas doradas, chaquira, lentejuela, canuti l los, to-das esas cositas para los detal les. La máquina de coser, que todavía son las básicas, y claro con el bastidor se borda todavía.

Oliva Cabrera Cuenca:

En los bordados uso hi lo de seda, chaquira, lentejuelas, mullos, arroci l lo. En terciopelo se trabajan los ponchos. Los diseños son de claveles, rosas, botones. También se hace sólo de perlas, de mullos.

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VESTIDOS DE IMÁGENES RELIGIOSAS

Características del vestuario tradicional: Trabajos ejecutados a mano. Los trajes tradiciona- les son vestidos o túnicas de mangas anchas con la apertura en la parte posterior. O también peche- ras sin mangas. Las capas suelen ser largas y abier tas en la parte posterior.

Características de vestuarios actuales: Se utilizan telas con simbología religiosa asociada a la imagen. En pueblos y comunidades diseños de trajes regionales femeninos y masculinos; también trajes que representan personajes cotidianos, profesiones y oficios: policías, militares, bomberos, médicos, etc.

Tipo de materiales: Las telas utilizadas antes de 1950 fueron general- mente elaboradas con fibras naturales: seda, lana, algodón o lino. Posteriormente se introdujeron tam- bién fibras sintéticas.

Técnicas utilizadas: Bordado, brocado, estampado.

Elementos utilizados: Encajes, encajes primordiales, pasamanería, bro- ches metálicos, repujados, cintas, hilos metálicos dorados o plateados y pedrería entretejida con el bordado.

Fuente: Instituto Nacional del Patrimonio Cultural. Guía de identificación de bienes culturales y patrimoniales. Ecuador, 2009.

ORIGEN E HISTORIAEl bordado es una forma de costura o entramado de hilos de origen textil o metálico sobre pieles o tejidos. De él se han encontrado vestigios de hace 30.000 años. Cumple desde sus inicios la función de ornamento y a la vez la de representación simbólica, e incluso de demostración de poder, de las culturas que lo han utilizado. A raíz de las Cruzadas los monasterios lo adoptaron como labor decorativa, e incluso los mismos cruzados lo utilizaron como una forma de adorno. Fueron ellos quienes lo trajeron a occidente desde el Imperio Bizantino donde el bordado y brocado estaba tan valorizado que los obsequios para los Papas se realizaban con bor-dados bizantinos. Ya en este periodo se utilizó en el ámbito religioso

Mediante su aplicación en representaciones iconográficas. De igual forma, durante la conquista musulmana de parte de la de la península ibérica, el bordado, como costumbre que proviene de la cultura árabe, pasó a formar parte de la ornamentación de prendas de vestir.

La tradición del bordado religioso surge con el objeto de engalanar y ornamentar las imágenes devocionales. Los primeros bordados, como ya se dijo, se realizaron en los monasterios y luego se extendieron a los conventos donde aparecieron talleres de bordado. Es entonces donde cobra fuerza este tipo de trabajo artesanal, el mismo que llega a América con la conquista, y se convierte en un oficio dedicado a preparar los atuendos que llevarán las imágenes de Cristo, la Virgen, el Niño Jesús y los santos durante para las festividades religiosas, celebraciones como las de Semana Santa, procesiones, etc.

EL oficio del bordado, al igual que otros oficios artesanales, lo desarrollan mujeres, tema que ya se trató en la anterior publicación de esta serie, Manos que bordan y tejen el buen vivir. Son las mujeres las que generan vín-culos al interior de las comunidades, las que aportan al sustento familiar y, a la vez, son quienes transmiten el oficio, esos saberes, a otras generaciones como una forma de asegurar la existencia de ellos en el tiempo. Su labor, además, es importante en tanto el producto de su trabajo forma parte de aquellos componentes cuya presencia ocupa un lugar en el marco de los ritos, celebraciones y festividades afincadas en la tradición popular.

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Rosario Cornejo Quito:

“Fuimos los pioneros en elaborar las ropas para los Niños Jesús. Luego otros v iendo que noso-tros hacíamos los túni-cos, empezaron a ha-cer también. Aquí han aprendido, han l levado mis diseños, mis dibujos y todito se ha expandi-do; les dejo como una herencia, aunque hubie-ra quer ido que un fami-l iar mío heredara”.

Nora Hidalgo Quito:

Mi sueño a futuro, sería que no me pidan el local y que todas las chicas que trabajan conmigo aprendan y s igan con este negocio porque si da, es rentable aunque es un poco sacrif icado.

Pastora Ramos Riobamba:

En mi t rayector ia de vida, aprendieron mis dos hermanos varones mayores. Les gustó lo que yo hacía y se de-dicaron a aprender, t ienen sus propios tal le-res. Mi hermana también borda y aprendió con-migo y una cuñada. Son bastantes en la fami l ia.

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La confección y ornamentación de vestidos para imágenes religiosas, como se puede evidenciar en los testi-monios, es un oficio que se comparte y transmite y al que las comunidades lo consideran propio y que forma parte de sus tradiciones. Ese patrimonio cultural es considerado relevante y digno de transmitirse a otras gene-raciones. La reproducción del oficio garantiza que éste no pierda continuidad. El apropiarse de ese conoci-miento permite el reconocerse y al adquirir un sentido de apropiación por parte del colectivo al que se suma también un sentido de pluralidad como manera de fortalecer los lazos al interior del conglomerado en torno a tradiciones religiosas muy arraigadas en lo popular.

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Rosa Mendoza Riobamba: Yo me dedico al borda-do desde los 15 años. Yo soy la única de las hi jas que continúa con esta labor. As í no se pierde porque las generaciones de ahora no les interesan las tareas artesanales. Yo s iento un orgul lo y cuan-do converso con mis hi jos decimos esto no lo hace cualquiera, esto lo hace-mos sólo los artesanos y s i queremos ser mejores como artesanos tenemos que capacitarnos y ser mejores.

Mercedes Coello Riobamba: Doy un mensaje a las nuevas generaciones, que sigan porque este es un oficio bueno y los jóvenes que vienen atrás de uno, mujeres sobre todo, que pueden aten-der su hogar, sus hi jos y con esto pueden mante-nerse tranquilamente.

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En el marco de la tradición religiosa el sentido de apropiación es tal que a las figuras religiosas se las trata con un sentido de familiaridad tal que se puede visualizar a través del esmero y cuidado que los creyentes les otorgan. El vestir a las imágenes, como si fueran personas reales, responde a esa interacción que impulsa el sentimiento religioso. Se establece una suerte de intercambio entre el devoto que solicita favores a los santos y el pago del favor concedido a través del regalo de vestidos o trajes adornados con detalles que demuestren y estén a la altura de ese agradecimiento, e incluso ajuares completos. En este comportamiento reflejado en formas de intercambio se conjugan una serie de elementos que manifiestan costumbres y tradiciones deriva-das de la cotidianidad de la práctica religiosa y la religiosidad de quienes las realizan.

A través del oficio de bordadora de vestidos religiosos las mujeres aportan al sustento familiar. Muchas tomaron el oficio a partir de la necesidad de generar recursos para sostener a su grupo familiar.

Rosario Cornejo Quito: He hecho vestuar ios para Jesús del Gran Poder, Vi rgen del Quin-che. Todo eso he diseñado yo. En marzo y abr i l son las colchas de toros. En junio otra vez las colchas. En diciembre es la venta más alta para los Niñitos.

Oliva Cabrera Cuenca: Cuando uno salía de la escuela, los papás daban oficio a cada hijo. Mi hermana aprendió a bordar y no le gustaba, a mí sí me gustaba pero mis papás me pusieron a que aprenda a coser. Yo me cogía las cosas que mi hermana bordaba, así surgió mi amor por el bordado.

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Pastora Ramos Riobamba:

El bordado, todo lo relacionado a manualidades me gustaba desde muy pe-queña, así que busqué la manera de tratar de aprender a bordar. Entonces entré a una academia de bordado, la Cruzada Social aquí en Riobamba.

Zoila Mendoza Riobamba:

En la escuela me gustaba bastante el bordado a mano. Entonces una vez, cuando tenía 10 años, viene una señora y le dice a una inqui l ina que le preste su máquina. Yo me fui de curiosa y pregunto que qué están hacien-do, me dicen bordando. Qué l indo el bordado le digo, me encanta, a mí me gusta bordar a mano.

Nora Hidalgo Quito:

Hay una señora que trabaja aquí conmigo y t iene 90 años. La conocí hace unos 20 años, el la se había criado haciendo estos trabajos, el la me enseñó. La señora se l lama Lel ia Mediavi l la, el la hace estos bordados, s igue trabajando.

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El bordar en muchos casos es un conocimiento heredado aprendido de la madre o la abuela; pero hay mu-jeres que buscaron quien les enseñe, como lo reflejan algunos testimonios, por iniciativa propia con miras a establecer un negocio que les permita la subsistencia propia y la de otras personas que participan de él. Aun así, más allá de que esas mujeres lo conciban como un negocio, la dinámica asociada a lo religioso y que tie-ne como vehículo de comunicación los atuendos para imágenes, les permite insertarse en un mercado activo que demanda permanentemente de esas piezas y que permite reforzar no sólo el sentido de religiosidad, sino la enseñanza del oficio a otras mujeres , lo que permite mantener la cadena de transmisión de conocimientos tradicionales como herencia a otras mujeres que aprenden a confeccionar y bordar atuendos religiosos, lo que hace de éste, un patrimonio cultural vivo y permanente.

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Pastora Ramos Riobamba:

Hemos generado fuentes de trabajo. Son prácti-camente unas 10 personas las que trabajan aquí o desde casa. La gente que ha venido a trabajar aquí ha aprendido. Algunas se han independizado, ¡qué bien por el las que trabajen! ¿no? Mis hi jos saben. Por ejemplo cuando es de pegar a mano el los me ayudan. A mi hi jo al mayor le molesto s iempre, le digo “de lunes a viernes eres ingeniero sábado y domingo ¡a coger la aguja!”.

Zoila Mendoza Riobamba:

Antes cuando yo me inicié había una sola persona que hacía, entonces de ahí y con el transcurso del tiempo, obreras que he cogido, tenía hasta 10-12 obreras. Yo les he enseñado cómo se hace, luego se han abierto, han abierto su propio negocio. Yo di clases en la Cruza-da Social, una academia, algunos años.

VESTIMENTA DE SANTOS Y RELIGIOSIDAD POPULAR

El oficio de bordadora de vestidos para imágenes religiosas está vinculado con la religiosidad popular, lo que lleva a entenderlo como como un elemento más que la refuerza y que forma parte del imaginario colectivo en torno a las creencias, ritualidades y celebraciones. Los ritos muestran una realidad social inmersa en un con-texto social más amplio y son a la vez elementos de cohesión y reproducción al interior de una comunidad. En el contexto religioso en el que las imágenes son representaciones simbólicas de seres superiores o divinos, las expresiones de religiosidad como el vestir a la Virgen o a los santos o regalar vestimentas para las imágenes del Niño Jesús, se convierten en un elemento de mediación entre la solicitud, el agradecimiento o las necesidades de los fieles y la respuesta, como intermediario entre quien pide y Dios.

En ese escenario de ritualidades los preparativos son importantes y uno de ellos es el preparar el mejor atuendo para las imágenes que van a ser protagonistas de la celebración religiosa o en muchos casos, de la festividad patronal. Esta acción forma parte de la apropiación social del patrimonio, a partir de la cual se construye de forma continua identidades en un contexto de diversidad en el que los actores sociales reproducen las tradi-ciones para hacerlas parte de su vida cotidiana.

Las expresiones de religiosidad popular, entonces, simbolizan un proceso de construcción de la realidad desde el imaginario de quienes participan de ellas. Estas expresiones contribuyen a dar forma a esa realidad a través de actos de devoción, procesiones, misas, preparación de santos con vestidos apropiados para la celebra-ción y accesorios que dan cuenta del sentimiento y la fe que las motiva. Estas expresiones forman parte de las tradiciones religiosas que se transmiten de una generación a otra y a las que se incorpora ese sentido de religiosidad propio del sincretismo cultural y que forma parte del patrimonio intangible de nuestros pueblos.

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Oliva Cabrera Cuenca: Todo el año trabajamos para esta temporada, diciembre, es cuando se venden los bordados para las imágenes. También hay temporadas para los santitos, como para la Virgen del Quinche, la Virgen de la Nube y otros más como en noviembre y diciembre, donde sale lo que todo el año uno se pasa bordando.

Zoila Mendoza Riobamba: En el Rey de Reyes hay muchísimos Niños y pe-didos. En el Carnaval para Guamote que hacen toros. En Guamote hay El Jesús del Gran Poder, San Carlos, San Juan bautista, San Luis Rey de Francia. En diciembre, la Virgen de Guano, en-tonces esas imágenes son las que trabajo.

Rosario Cornejo Quito: También hago folclore, tanto para gente como para las muñecas. Tengo trajes bor-dados de la Mama Negra, payasos, la chola cuencana, de Zuleta, de Otavalo y de Ca-yambe en miniatura.

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Los ritos, celebraciones y festejos populares se caracterizan por reordenar y reorientar cíclicamente las relacio-nes al interior de un grupo o comunidad lo que permite se reproduzcan a sí mismos a través del traspaso de los símbolos portadores de su identidad para formar parte de un patrimonio vivo que mediante la apropiación social se recrea continuamente.

La confección de vestidos para imágenes religiosas es una tarea de larga data en el Ecuador. En la Iglesia del Cisne, por ejemplo, en la provincia de Loja, conservan vestidos de los siglos XVII y XVIII; desde entonces se constituyen en piezas importantes en las tradiciones y celebraciones religiosas. Así se puede enunciar, por ejemplo, los pases de Niño, festividades dedicadas a la Virgen como la de Virgen del Cisne, la Virgen de Baños de Agua Santa; las procesiones de Semana Santa como la del Jesús del Gran Poder o la Fiesta de los Diablos de Alangasí, las festividades de Santa Rosa o San Jacinto, en Manabí, entre otras.

A partir de estos elementos se puede decir, entonces, que las celebraciones que incorporan un sentido de religiosidad popular se pueden entender como un culto en tanto se desarrolla en torno a un conjunto de creencias y valores que derivan en comportamientos y creación de espacios comunes a un colectivo a través acciones realizadas por la comunidad de forma extraordinaria generalmente periódica y más o menos codifi-cada6 y lógica en la que las vestimentas para imágenes de vírgenes, niños y santos juegan un papel integrador del imaginario colectivo con la realidad.

6 Escobar, Ticio. Un estudio de las fiestas populares tradicionales en los países del Convenio Andrés Bello 2002.

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Mercedes Coello Riobamba: Esto de aquí no va a decaer nunca porque así es la fe. Claro que han bajado ventas, se han cambiado muchos de rel igión pero se s igue haciendo. Todos mis hi jos han optado por otras profesiones pero si hay unita que le estoy incentivando.

Pastora RamosRiobamba: Tengo clientes en el extranjero. A España sale bastante. Es gente que ha estado aquí y ha recomendado. Me piden para la Virgen del Cisne, Virgen del Quinche y para los Niños Dios. Aquí en Riobamba ya no les gusta mucho el bordado a mano. Pero les gusta bastante en Ambato, Quito, Cuenca y Cañar

Nora Hidalgo Quito: En diciembre nosotros tratamos es de l lenar-nos de mercadería porque se necesita, es el que nos salva todo el año y así hasta febrero. Me piden para la Virgen del Quinche, para la Virgen del Cisne, de la Merced, de ellas son lo que más se trabaja. Las colchas de toro son todo el año, antes parece que había por tem-poradas pero ahora todo el año compran para diferentes pueblos.

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El convento del Buen Pastor

Localizado en Quito, en el barrio la Recoleta, en el centro histó-rico a las faldas del Panecillo encierra un precedente único en tanto conserva tradiciones conservadas en un museo para el cual han logrado recuperar aproximadamente trescientos ob-jetos que reflejan la historia y evolución de la cultura quiteña producto del sincretismo cultural propio de las culturas latinoa-mericanas.

En 1871, en el periodo presidencial de Gabriel García Moreno, llegaron al Ecuador monjas de origen canadiense con el obje-to de crear un centro de rehabilitación y acogida de mujeres abandonadas o huérfanas. Al interior del Convento del Buen Pastor hay un museo, una capilla, la Escuela Ángel de la Guar-da, una casa de acogida y varios locales en arriendo que pro-porcionan recursos para su autogestión y para el desarrollo de obras sociales.

Dos tareas se realizaban tradicionalmente al interior de este convento, ellas eran la confección y bordado de las bandas presidenciales, atuendos y ajuares para sacerdotes, éstos últi-mos hasta la fecha. En el museo del convento se conserva ves-tuario preparado para figuras de santos, niños y vírgenes que se cuidan con gran esmero en tanto representan el trabajo reali-zado por novicias que pasaron por este convento.

Museo del Convento de El Buen Pastor

Atención: Lunes a sábado.Horario: 15:00 a 17:30.

Valor de la entrada:

Público en general $ US 2.00. Estudiantes $ US 1,00niños $ US 0,50.

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ANEXOS

Oliva Cabrera Cuenca:

Rosario Cornejo(Quito)

Artesanías y bordados “ZHIGZHAZ”

Ofrece toda clase de ropa folclórica para f iestas tradi-cionales, además vestimen-tas y art ículos para imáge-nes rel igiosas.

Tarqui 6-61 y Calle LargaTel: 07 285 0894Cel: 099 616 7559Cuenca- Ecuador

Creaciones “Charito”Trabajo de mano artesana calif icada

Rocafuerte 1742 y CuencaDe 10:00 a 18:00 Tel: 2257 1617Quito-Ecuador

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Nora Hidalgo(Quito)

M e r c e d e s Coello (Riobamba)

Creaciones GlendaMantos para imágenes, túnicas de Niño Jesús, col-chas de toros.

Rocafuerte oe4-20 y Vene-zuelaTel: 228 1292 Cel: 0998592075

Bordados AlexandraTúnicos, mantos y ornamen-ta rel igiosa.

Guayaquil 2727 y PichinchaTel: 03 296 4599Riobamba - Ecuador

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María Pastora Ramos Guaraca(Riobamba)

Zoi la Y Rosa Mendoza(Riobamba)

Bordados ItaliaTúnicas, mantos y orna-menta rel igiosa, colchas de toros.

Rocafuerte 3151 y MéxicoTel: 03 236 0360 Cel: 099 594 4654

El Bordado Francés

Pichincha 1722 y ColombiaTel: 03 294 0530Riobamba - Ecuador

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El Instituto Iberoamericano del Patrimonio Natural y Cultural del Convenio Andrés Bello, IPANC-CAB, es un organismo de derecho público internacional, conforme el Convenio de Sede suscrito por el Gobierno de la República del Ecuador. Contribuye al fortalecimiento de los procesos de integración y desarrollo de un espacio cultural común entre Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España, México, Panamá, Paraguay, Perú, Rep. Dominicana y Venezuela. Proyecta su acción en torno a la cultura, memoria social y el patrimonio cultural de los países latinoamericanos, relevando las raíces y lazos comunes que los unen.

MISIÓN INSTITUCIONAL

Instituto Iberoamericano del Patrimonio Natural y Cultural de la Organización del Convenio

Andrés Bello, IPANC-CAB

Diego de Atienza Oe3 -174 y Av. AméricaTelfs.: +5932 255 3684 / 255 4908

Fax: +5932 256 3095Email: [email protected]

Quito - Ecuador

Primera Edición1.000 ejemplares

Este folleto fue impreso en:NEW PRINT Pasaje A E10-122 y Av. Eloy Alfaro(entre Juan Molineros y los Helechos)Telfs.:(593-2) 3464-568 / 2805-321E-mail: [email protected] - Ecuador2014

Mujeres confeccionando vestimentas religiosas / foto: IPANC-CAB