“Manifestaciones psicopatológicas en la transición de ... · Desigualdades sociales. 3.1.3....

80
See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/224920962 Manifestaciones psicopatológicas en la transición de Europa Central y del Este: Una revisión sistemática de la literatura Thesis · May 2006 CITATION 1 READS 64 2 authors, including: Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Proyecto VIVO View project Derechos, Ciudadanía y Salud Mental (Investigación Acción Participativa) View project Francisco Jose Eiroa Orosa University of Barcelona 128 PUBLICATIONS 571 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Francisco Jose Eiroa Orosa on 26 February 2015. The user has requested enhancement of the downloaded file.

Transcript of “Manifestaciones psicopatológicas en la transición de ... · Desigualdades sociales. 3.1.3....

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/224920962

Manifestaciones psicopatológicas en la transición de Europa Central y del

Este: Una revisión sistemática de la literatura

Thesis · May 2006

CITATION

1READS

64

2 authors, including:

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Proyecto VIVO View project

Derechos, Ciudadanía y Salud Mental (Investigación Acción Participativa) View project

Francisco Jose Eiroa Orosa

University of Barcelona

128 PUBLICATIONS   571 CITATIONS   

SEE PROFILE

All content following this page was uploaded by Francisco Jose Eiroa Orosa on 26 February 2015.

The user has requested enhancement of the downloaded file.

“Manifestaciones psicopatológicas

en la transición de Europa Central y del Este: Una revisión

sistemática de la literatura.”

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

Universidad Autónoma de Madrid

Francisco José Eiroá Orosa Tutor: Marina Muñoz Rivas

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 2

RESUMEN

Objetivo: Presentar un modelo derivado de los resultados de una revisión sistemática

de publicaciones relativas al deterioro psicosocial de las poblaciones de Europa

Central y del Este durante la transición posterior a la caída del Bloque Soviético.

Método: Tras desarrollar una búsqueda sistemática de literatura relacionada e

identificar y describir tres tipos de variables: derivadas del cambio, relacionadas con la

salud mental y mediadores entre ambas; realizamos una revisión de modelos teóricos,

contrastando su validez en el análisis de estudios empíricos.

Resultados: Finalmente presentamos una formulación alternativa en la que factores

subjetivos como el control percibido, explican la relación entre los cambios

macrosociales y el deterioro psicosocial.

ABSTRACT

Objective: To present the results of a systematic review of literature related to the

psychological deterioration of population in Central and Eastern Europe during the

transition period subsequent to the fall of the Soviet Block.

Method: After developing a systematic search of related bibliography and identifying

and describing three types of values: derived from change, related to mental health

and mediators between both; we carried out a revision of theoretical models verifying

their validity in the analysis of empirical studies.

Results: Finally we present an alternative formulation in which subjective factors such

as perceived control, explain the relation between macrosocial changes and

psychosocial deterioration.

Manifestaciones psicopatológicas 3

ÍNDICE.

1. INTRODUCCIÓN.

1.1. Descripción del problema.

1.2. Justificación.

1.3. Contexto histórico.

1.4. La salud mental en la encrucijada.

1.5. Revisión de la literatura: la etiología social de la enfermedad mental.

1.6. Objetivos del estudio.

2. METODOLOGÍA.

2.1. Población.

2.2. Materiales y procedimiento.

3. REVISIÓN DE VARIABLES.

3.1. Variables derivadas del cambio.

3.1.1. La actitud hacia el cambio político.

3.1.2. Desigualdades sociales.

3.1.3. Reforma laboral y desempleo.

3.1.4. Cambios en el sistema de salud mental.

3.2. Variables de salud mental.

3.2.1. Epidemiología.

3.2.1.1. Región báltica.

3.2.1.2. Región eslava.

3.2.1.3. Hungría.

3.2.1.4. Alcoholismo.

3.2.2. Implicaciones psicosomáticas y mortalidad relacionada.

3.2.3. Suicidio.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 4

3.3. Revisión sistemática de artículos.

4. CONCLUSIONES

4.1. Enfoques teóricos utilizados.

4.1.1. Modelo ecológico de Bronfenbrenner.

4.1.2. Modelo transaccional del estrés.

4.1.3. Teorías sobre control.

4.1.4. Enfoque cognitivo-conductual.

4.1.5. Enfoque constructivista.

4.2. Modelo explicativo.

4.2.1. Descripción del modelo.

4.6.2. Modelo gráfico.

Manifestaciones psicopatológicas 5

1. INTRODUCCIÓN.

1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA.

En 1989, tras la caída del Telón de acero, Europa central y del Este inicia una

transición política de características únicas en la historia, no solo comienza un cambio

democrático, si no que éste va acompañado de un giro copernicano en la economía.

Aunque en términos políticos ambas transformaciones no son disociables y siguen una

única doctrina, si hablamos de la tolerancia psicológica de la población al proceso,

debemos tener en cuenta esos factores por separado. Si bien la transición democrática

ha gozado de gran popularidad, los esfuerzos de la ciudadanía por adaptarse al nuevo

orden económico empiezan a dañar, no solo la opinión subjetiva respecto a sus

nuevos dirigentes, sino también su salud mental. No es el objetivo de este trabajo

hacer crítica ni alabanza de ninguno de los dos sistemas políticos que se cruzaron en

ese momento histórico, sino recopilar los elementos que parecen haber producido un

contraste en la salud mental de los habitantes de esta zona. Partiendo de la certeza

del incremento generalizado de la morbilidad mental y la disminución de los índices de

salud percibida en Europa Central y del Este, nos proponemos documentar

suficientemente este fenómeno y organizar un constructo explicativo.

1.2. JUSTIFICACIÓN.

Elegimos analizar este momento histórico por la posibilidad única de análisis

que ofrece. Si bien los medios de comunicación prestan mayor atención al tránsito a la

democracia y sus resultados políticos a nivel internacional, a la hora de analizarlo bajo

una óptica psicológica, la situación reviste mucha más complejidad. En una editorial

del American Journal of Psychotherapy, publicado al principio de la transición, Lesse

(1990) describe los acontecimientos como: “una oportunidad magnífica para observar

la interrelación entre estas transiciones y sus efectos macro-psicosociales”. La

transformación democrática, que ocupa un lugar evidente en este estudio, no es

exclusiva de este proceso y aun hoy en día se siguen abriendo procesos similares. Sin

embargo, el abrupto cambio económico que se produjo fue un acontecimiento único

tanto por la rapidez de los acontecimientos como por la gran diferencia de modos de

vida que creó. Las consecuencias psicosociales de este cambio son las que ocupan la

mayor parte de nuestra atención.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 6

La aparición del desempleo y la transformación de las relaciones laborales de

manera casi instantánea, constituyen procesos desconocidos en la historia de las

sociedades industrializadas. En estos países, el paro no existía por ley y el trabajo

asalariado se encontraba en un supuesto proceso de extinción. En contraste, la

capacidad de elección individual en lo referente tanto al consumo de bienes y servicios

básicos como a las libertades civiles se encontraban mermadas. En pocos meses

estas características se invirtieron; el libre mercado y las libertades fundamentales se

configuraban a la vez que mucha gente veía peligrar los puestos de trabajo que habían

desempeñado durante décadas. Como es evidente esto hizo cambiar el estilo de vida

de la población y, por tanto, su manera de enfrentarse a la frustración y el estrés.

Otras transformaciones como la aparición de clases sociales al estilo occidental, la

privatización de los servicios públicos en tiempo record partiendo de un modelo que

mantenía una férrea política de protección y las reformas en los sistemas sanitarios

también ocupan buena parte de este análisis.

1.3. CONTEXTO HISTÓRICO.

Durante casi medio siglo en el caso de los países bajo influencia soviética, y

setenta años en el caso de la propia URSS, el sistema político imperante fue el

llamado Socialismo Real en su vertiente Estalinista, exceptuando ciertos cambios bajo

mandato de Kruschev después del famoso vigésimo congreso del PCUS, y la

Perestroika de Gorvachov antes del ocaso del sistema. Después de la Segunda

Guerra Mundial, tras la conferencia en Yalta, la URSS afianza su dominio pactado con

Occidente en Europa Central y del Este, todos los países de la zona abrazan el

Socialismo Soviético tras una etapa de elecciones, tachadas de estafa por la

oposición.

El sistema político del Campo Socialista se caracterizaba por el control estatal

de la totalidad de los medios de producción, del aparato burocrático y de las

instituciones políticas a través de sistemas de partido único. Esto configuró un poder

regional, en mayor o menor medida dominado por la Unión Soviética a través de

alianzas económicas (COMECON) y militares (Pacto de Varsovia). La situación de la

población, deficitaria en lo referente a los derechos civiles, llegó a estar cerca de los

estándares occidentales en lo que a comodidad económica se refiere.

Las transformaciones no fueron sencillas y tuvieron consecuencias que

cristalizaron en enfrentamientos civiles y militares. Hungría, por ejemplo, llegó a estar

bajo dominio de una coalición nacionalista tras un levantamiento armado en la década

de los cincuenta, pero la Unión Soviética, aún gobernada por Stalin, intervino con

Manifestaciones psicopatológicas 7

dureza a favor del gobierno oficial. Una vez sofocada la revuelta, la nueva ejecutiva

nacional se vio obligada a crear una versión moderada del socialismo soviético debido

a la baja popularidad de la clase dirigente.

Otros como Polonia veía con ojos escépticos el cambio, entre otras cosas,

debido a la mala relación histórica con Rusia y las dos invasiones Soviéticas previas a

la Segunda Guerra Mundial, la segunda pactada con la Alemania Nazi tras la famosa

reunión entre Molotov y Riventrop. Polonia fue uno de los países de menor grado de

estalinización. Por ejemplo, en lo referente a la propiedad del suelo, muchos

campesinos siguieron siendo propietarios, cuando en principio la propiedad de la tierra

debía ser colectiva en todos los países satélites.

Aparte de estos dos ejemplos quizá más significativos, se producen decenas de

sucesos que endurecen las posiciones a ambos lados del telón de acero, como el

bloqueo de Berlín Occidental por parte de la República Democrática Alemana con el

objetivo de anexionar Berlín Oeste, la tolerancia estadounidense al régimen del

dictador Franco en España, la dureza exhibida por el Pacto de Varsovia en la

Primavera de Praga, la crisis de los misiles en Cuba etc.

El deterioro y final caída del sistema se debe a varias razones. Los antiguos

opositores atribuyen a la protesta civil la mayor parte del protagonismo en el proceso.

Este tipo de organizaciones estuvieron apoyadas por las agencias de Inteligencia

occidental (sobre todo a partir de la década de los setenta), por la clase eclesiástica

(como en el caso del sindicato polaco Solidaridad que recibió la ayuda directa del

Vaticano), y por una parte creciente durante todo el periodo, de la ciudadanía local. El

movimiento estaba formado por un abanico muy amplio de ideologías desde leninistas

descontentos con la burocratización del sistema, hasta la ultraderecha nacionalista,

pasando por defensores de los derechos humanos y plataformas cívicas de índole muy

variada (Gelidaghine, 1973).

Los dirigentes del bloque Soviético perdieron gran parte del apoyo incondicional

del movimiento comunista internacional después de los sucesos de la Primavera de

Praga, que daba paso a un profundo debate sobre el derecho a la soberanía nacional y

la creación del Socialismo en democracia que dividiría a todos los partidos comunistas

europeos. El deterioro de las bases comunistas en los propios países del Bloque se

produjo probablemente debido a la disonancia ideológica de muchos de sus militantes.

Estos, veían incrementar el contraste entre el discurso obrero y optimista de sus

dirigentes con un paulatino incremento de la burocracia y las medidas totalitarias en

los partidos gobernantes. Las consecuencias individuales, aunque difíciles de

conceptualizar, han sido descritas por el psiquiatra y antiguo opositor Jochen

Newmann (1991). En un artículo sobre transición y psiquiatría, habla de “viejos,

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 8

convencidos y honestos militantes comunistas en un estado de anomia personal y

política”.

Otras fuentes no atribuyen tanta importancia al deterioro ideológico de los

regímenes, sino a la grave crisis económica que sacudió la zona a finales de los años

70, causa y efecto de la desaceleración del crecimiento económico y la incapacidad de

mantener la carrera armamentística con EE.UU. Esta última hipótesis, aunque goza de

menor popularidad, Figura como explicación principal en artículos sobre las

implicaciones macro-psicosociales del cambio (Lesse, 1990, por ejemplo).

La transición de estos estados se produce bajo la influencia principal de la

Unión Europea, en plena expansión y del ganador de la Guerra Fría, Estados Unidos y

sus respectivas doctrinas económicas. Se pasa de un sistema centralizado y cuyos

servicios dependían en su totalidad del estado, a uno cuyo nivel de liberalización, hace

poner en riesgo hoy en día la supervivencia de su sistema de protección social. Según

datos de la ONU (Lewis et al., 2001), en 1998 solo Polonia, Eslovaquia y Eslovenia

habían incrementado su producto nacional bruto; los niveles de desempleo han

sobrepasado a los de sus vecinos occidentales y, en general, se ha producido un

rapidísimo incremento de los niveles de pobreza a la vez que ha emergido una nueva

elite social que ha sabido aprovechar el cambio en su propio favor.

La inestabilidad de los últimos años de dictadura creó un estado de

incertidumbre social que agravó el descontento social con el régimen. Paradójicamente

la percepción control, central en la investigación de los fenómenos que nos ocupan,

parece haber disminuido en el nuevo sistema político (Bobak, Pikharta, Roseb y

Hertzmanc, 2000). Como veremos existe un estrecho vínculo entre la inestabilidad

laboral y la percepción de control.

1.4. LA SALUD MENTAL EN LA ENCRUCIJADA.

Si bien hasta los años ochenta, el desempleo o la incertidumbre económica no

existían en la vida del ciudadano medio, los expertos colocan las acusaciones sobre la

influencia negativa de este sistema principalmente en la falta de libertades que

producía una sensación de falta de control (Newmann 1991). Sin embargo, la última

época del régimen y la transición hasta la actualidad, funciona como un perfecto caldo

de cultivo para todo tipo de trastornos, hecho en apariencia confirmado por los datos

que reflejan un primer incremento de la incidencia de trastornos, primer paso hacia lo

que iba a ser un proceso sin freno hasta la actualidad.

Los contrastes aumentan al mismo ritmo que se produce un deterioro general

de la salud, en términos tanto objetivos como subjetivos, de sus habitantes. En la

Manifestaciones psicopatológicas 9

antigua Unión Soviética enfermedades superadas en gran medida como la

tuberculosis, la difteria o la sífilis…se incrementan y la esperanza de vida disminuye al

mismo ritmo. En Europa Central los resultados son mejores pero distan aun de Europa

Occidental. Sin embargo la salud mental sigue una trayectoria opuesta: mientras que

los nuevos socios de la Unión Europea registran prevalencias e incidencias de

enfermedades mentales en crecimiento exponencial, sus vecinos miembros de la CEI

sufren este problema de manera menos acusada como se aprecia en las Figuras 1.1 y

1.2.

Figura 1.1. Prevalencia de trastornos mentales en los nuevos miembros de la UE y la

antigua Unión Soviética (CEI). (World Health Organization, 2005).

2.3

2.4

2.5

2.6

2.7

2.8

2.9

3

3.1

3.2

1990 1995 2000 2005 2010

7 nuevos miembros de la UE CEI

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 10

Figura 1.2. Incidencia de trastornos mentales en los nuevos miembros de la UE

y la antigua Unión Soviética (CEI). (World Health Organization, 2005).

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud basado en informes

de los propios Ministerios de Salud de estos países (World Health Organization, 2001),

los factores que afectan a la salud mental son el desempleo, el creciente consumo de

alcohol, la edad de la población y el alto nivel de estigmatización de las personas que

sufren desordenes mentales. En una Conferencia Ministerial Europea organizada por

la propia OMS, Puras (2005) alerta sobre los peligros para la población joven, menos

favorecida en todo el proceso. Otro informe de la misma institución (World Health

Organization, 2003), plantea más problemas: la mortalidad derivada del creciente

estrés durante la transición; la exclusión social derivada de las diferencias entre las

nuevas clases sociales; la institucionalización y carencia de servicios comunitarios, con

el consiguiente nivel de masificación y deshumanización de los enfermos, y los

crecientes niveles de suicidio en la zona constituyen las líneas maestras de los planes

de la Red Europea de Salud Mental auspiciada por la OMS. Según Jenkins, Klein y

Parker (2005), las limitaciones derivadas del cambio político y económico y el legado

estructural del régimen, son la principal causa de estos problemas además de la mayor

dificultad para atajarlos.

Durante la época socialista la versión oficial del origen de los trastornos

mentales estaba determinada por la inadaptación social. En contraste con los

100

200

300

400

500

600

700

800

1985 1990 1995 2000 2005 2010

7 nuevos miembros de la UE

CEI

Manifestaciones psicopatológicas 11

movimientos marxistas antipsiquiátricos en Occidente, en estos países la

responsabilidad de la sociedad en el trastorno era inadmisible por evidentes motivos

ideológicos. Esta concepción del paciente como un enfermo inadaptado da lugar a un

sistema psiquiátrico fuertemente institucionalizado en el que los enfermos mentales

eran encerrados y estigmatizados y la intervención comunitaria no existía.

El sistema de diagnóstico e intervención también difería del occidental. Pero

esto no era siempre de este modo, por ejemplo, la práctica de psicoanálisis, prohibido

a nivel oficial, era habitual. Llama la atención el uso ocasional de las dependencias

psiquiátricas como cárceles para disidentes en la URSS, que aunque a nivel

estadístico sea despreciable, pone de manifiesto el control político de la psiquiatría

durante este periodo y la dificultad que esto implica para la investigación

epidemiológica. Todo esto dificulta las posibles comparaciones anteriores a 1989 con

otros países cercanos, ya que las diferencias en el uso de las dependencias, la

escasez de tratamiento ambulatorio y las diferencias de diagnóstico distorsionan las

cifras de prevalencia e incidencia. Aún hoy en día este problema no ha sido solventado

y la Unión Europea tiene abiertos procesos unificadores, un buen ejemplo de ello es el

proyecto “Establishment of the indicators for mental health monitoring in Europe” (The

National Research and Development Centre for Welfare and Health, 2002).

1.5. REVISIÓN DE LA LITERATURA: LA ETIOLOGÍA SOCIAL DE LA ENFERMEDAD

MENTAL.

George Rosen (1968) en Locura y Sociedad, hace una gran revisión de los

diferentes puntos de vista sobre la relación entre cambio social y psicopatología

durante doscientos cincuenta años, que pasamos a resumir. Según Rosen el estudio

conjunto de estos dos fenómenos es inaugurado por el representante de la ilustración

en América, Benjamín Rush que publica en 1774 un trabajo sobre los cambios políticos

y la salud, en el que destacaba las relaciones entre estado de salud y fertilidad de las

familias partidarios de la revolución contra Gran Bretaña. Más tarde Pinel, psiquiatra

francés abanderado de la liberación de los enfermos mentales en la Revolución

Francesa, atribuyó a ésta un incremento en la incidencia de la psicosis. Marc Antoine

Petit, más prudente que Rush en establecer relaciones causales, coincide con esta

tesis, mismo modo que muchos responsables de instituciones psiquiátricas de la

época.

Ya en el siglo XIX dos autores británicos, Halliday y Burrows asientan la idea de

la etiología social de la enfermedad mental. Browne, autor que atribuía a la

industrialización estos incrementos, utiliza datos estadísticos para poner en relación la

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 12

clase social y las epidemias psíquicas hallando diferencias significativas pero no

concluyentes. Además este autor no atribuye la enfermedad mental a los cambios

políticos si no a la manera de ejercer el poder y cómo éste afecta a las costumbres

individuales. El americano Jarvis, que no cree que existan datos suficientes para la

investigación, califica la locura como un precio que pagamos por la civilización.

Virchow es el primero en desarrollar una teoría de las epidemias como

“manifestación de la inadaptación a los cambios sociales” a mediados del siglo XIX,

probablemente la época de mayores convulsiones políticas hasta entonces, mientras

que su colaborador, Neumann hace lo propio considerando un periodo de 400 años

coincidiendo en la misma tesis. Durante el siglo XX, otros autores (Hellpach, Scheunert

y Sigeris) han estudiado aspectos concretos de estos fenómenos, pero la teoría en su

totalidad nunca fue confirmada. Sin embargo, el alemán Wilheim Griesinger destaca

las diferencias entre países en contraposición con la teoría que culpa al avance de la

civilización. En esta línea, Andrews intenta explicar la distribución de las enfermedades

mentales en Estados Unidos por zonas hallando diferencias significativas, hecho

confirmado por Wright descubriendo que en EEUU son las zonas más antiguas las que

mayor proporción de demencia presentan. Los aspectos preventivos también se

inauguran en este siglo con Hawkes mientras que otros autores como Sheppard presta

especial atención a los problemas derivados de los métodos de investigación.

En el siglo XX, Brinton utilizando un enfoque diferencial contradice la creencia

de que los grados inferiores de cultura son menos patológicos. Para este autor lo único

exclusivo de las culturas avanzadas son las “enfermedades por agotamiento mental y

nervioso”. En concordancia, William A. White basándose en los estudios de Wright,

pone como ejemplo los estados del Oeste de creciente tejido minero cómo ejemplo de

cómo las tensiones por la supervivencia se convierten en tensiones mentales.

En Gran Bretaña se asienta también el estudio diferencial con investigaciones

como las de MacDermott. Este autor, a través del estudio de familias asentadas

durante generaciones en la misma zona, consigue hacer constante el factor

poblacional para poder poner atención en los demás elementos.

El estudio bajo una óptica materialista se inaugura con el alemán Hellpach

empezando a entrelazar la idea de neurosis y las ideas marxistas con el estudio del

cambio social. En esta línea, durante el siglo XX se popularizó la idea de la sociedad

como fuente de trastornos neuróticos.

Carmelo Monedero (1978) habla de Psicopatología sociogenética en referencia

a la génesis social de la enfermedad mental. Los sociopsicoanalistas, de tendencia

marxista, son el mejor ejemplo de ello. Willheim Reich, Karen Horney y Erich Fromm,

entre otros, coinciden en describir la sociedad capitalista como enferma. Si bien es

Manifestaciones psicopatológicas 13

muy difícil analizar la caída del Campo Socialista desde esta óptica, por las

implicaciones ideológicas que tiene, el concepto de libertad de Fromm (1968) explica

buena parte del descontento de la población con este sistema. Mientras que la

participación en el sistema productivo que preconizaba Marx es una señal de salud

social para Fromm, la burocratización real del sistema tiene mucho más del

determinismo socio-económico criticado por este autor.

Hoy en día todavía carecemos de un modelo explicativo sobre la patología ante

el cambio social. Pinquart y Silbereisen (2004) estiman insuficiente la consideración de

las teorías psicológicas en el estudio del impacto de los cambios sociales en el

desarrollo individual. En un artículo focalizado en el mismo tema de este proyecto,

destacan la utilidad de teorías como el paradigma ecológico de Bronfenbrenner, el

enfoque conductual, la teoría transaccional del estrés y el reciente desarrollo de teorías

de control y enfrentamiento.

1.5. OBJETIVOS DEL ESTUDIO.

La finalidad de este trabajo es, en primer lugar recopilar sistemáticamente la

bibliografía que relaciona los cambios sociopolíticos a los que nos hemos referido y el

deterioro psicosocial de la población. Con esta información intentaremos encontrar los

procesos cognitivos que median entre los cambios macrosociales y los trastornos

psicopatológicos y psicosomáticos de la población.

Para relacionar estos fenómenos tenemos en cuenta que se cumplen los tres

requisitos clásicos de la causalidad: unas variables anteceden a otras, existe una clara

covariación, y en este grupo podemos descartar, al menos en este periodo específico,

causas alternativas de una significación comparable. Como se puede observar, en

cuanto al estudio de estos fenómenos, la situación histórica a la que nos referimos es

óptima.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 14

2. METODOLOGÍA.

2.1. POBLACIÓN.

Para esta investigación hemos escogido ocho de los antiguos países del

Bloque Soviético admitidos en la Unión Europea en 2004 (Polonia, Hungría, República

Checa, Eslovaquia, Lituania, Letonia, y Estonia), por su relativa homogeneidad tanto

cultural como económica. Todos cumplen el criterio de encontrarse por encima de los

4000 dólares de Producto Nacional Bruto per. Cápita. Excluimos Bulgaria y Rumania,

futuros miembros de la Unión ya que, a pesar de que las diferencias culturales con

Centro Europa no son mayores que en el caso de las repúblicas bálticas, las

diferencias económicas son, al menos de momento, insalvables; situándose a poco

más de 2000 dólares per. Cápita. Del mismo modo hemos descartado los países de la

CEI, estos en grave estado de deterioro socioeconómico (por debajo de los 1800

dólares per. cápita) y político.

La zona de la antigua Yugoslavia, no alineada con la Unión Soviética durante la

Guerra Fría pero objeto de una transición similar, tampoco ha sido tomada en cuenta

por la interferencia de los efectos de la guerra. Aunque Eslovenia ha sido uno más de

los países aceptados en la UE y logró mantenerse fuera del conflicto, presenta dos

características que la diferencian del resto: ser el país más próspero de la región,

duplicando el PIB per. cápita medio de los países seleccionados (11.800 dólares frente

a 5700); y recibir refugiados provenientes del conflicto en los Balcanes con evidentes

necesidades de tratamiento psiquiátrico. La antigua República Democrática Alemana

no forma parte del estudio ya que la unificación, y sus consecuencias económicas y

políticas difieren mucho de las del grupo elegido. De todas formas, los países excluidos

serán objeto de cita y comparación en muchos apartados.

Hemos dividido los ocho países en 3 zonas: Báltica (Letonia, Lituania y

Estonia), Eslava (República Checa, Eslovaquia y Polonia) y Hungría. Este último, país

de cultura no eslava e históricamente poseedor de datos epidemiológicos nefastos en

morbilidad psiquiátrica y suicidios, será objeto de tratamiento especial en diferentes

apartados. En muchos estudios utilizados se tiene en cuenta la confesión católica de

Polonia a diferencia del resto, de confesión mayoritaria protestante. Además su

población supone más del cincuenta por ciento de la total estudiada con lo que ello

supone para los estudios epidemiológicos.

Manifestaciones psicopatológicas 15

2.2. MATERIALES Y PROCEDIMIENTO.

Hemos extraído la información de las dos principales bases de datos en

psicología y psiquiatría: Medline y Psycinfo, buscadores online como Google, informes

de organismos internacionales y bibliografía relacionada con el tema. Las palabras

clave utilizadas en la búsqueda no pueden ser incluidas en su totalidad por problemas

de espacio, pero los criterios fueron los siguientes:

Se utilizaron todos los términos que hacen referencia a la patología mental:

adaptativo, adicciones, afectivo, alcoholismo, ansiedad, conducta, epidemiología

psiquiátrica, estado de ánimo, estrés, depresión, fobia, histeria, neurosis, personalidad,

psicopatología, psicosis, psicosomático, salud mental y somatomorfo; acompañados

de los nombres de todos los países que conformaban el Campo Socialista y términos

afines como telón de acero, comunista, socialista. Este proceso se inició en inglés y se

repitió en su totalidad en español y parcialmente (por la necesidad de ampliar datos

exclusivamente epidemiológicos del país más poblado de la zona) en polaco. Una vez

completado este proceso, comprobamos todas las referencias de las publicaciones

encontradas, añadiendo los artículos relacionados con el tema. Este proceso se repitió

varias veces hasta que encontramos cruces entre varias referencias completando así

una red de artículos interconectados.

Esta información fue clasificada según su carácter, descriptivo o empírico. Los

trabajos descriptivos han sido utilizados para la ubicación de las variables, mientras

que los empíricos que establecen relaciones causales útiles para la materia que nos

ocupa, son los que han formado parte de la revisión.

Este trabajo de investigación tiene tres partes. La primera consiste en una

revisión de las variables derivadas directamente de los cambios políticos. La segunda

consta de datos epidemiológicos y empíricos que recogen las influencias de estos

cambios en el deterioro psicosocial de la zona. La tercera es la exposición de

resultados de una revisión sistemática de la literatura de estudios realizados en Europa

Central y del Este comparados o no con Europa Occidental, centrados principalmente

en hallar factores cognitivos que median entre el cambio social y la salud. Para

presentar los resultados se ha elaborado un listado de estudios, sus características, las

variables que trata y las conclusiones de cada uno de ellos.

Por último, en las conclusiones exponemos las teorías que dan explicación al

origen etiológico de estos cambios y un modelo derivado de la revisión sistemática.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 16

3. REVISIÓN DE VARIABLES.

3.1. VARIABLES DERIVADAS DEL CAMBIO.

El criterio de inclusión en este grupo ha sido en principio ser procesos

colectivos que hayan implicado transformaciones estructurales o comportamentales en

la sociedad, derivados directamente de la transición y susceptibles de producir

cambios en la salud mental de los individuos. Según la bibliografía consultada para

realizar la revisión sistemática son cuatro los principales grupos: la actitud hacia el

cambio político, las desigualdades socioeconómicas, la transformación del mercado

laboral y la reforma del sistema sanitario. Esta división está basada en la forma en que

hemos encontrado la información más que en una diferenciación real de estos

procesos que en realidad son diferentes manifestaciones de un único cambio

sociopolítico. En algunos estudios hemos encontrado valoraciones objetivas de la

situación económica y política, pero como demostramos en cada apartado, es la

valoración subjetiva de estos procesos lo que influye en las variables de salud y, por lo

tanto, lo que consideramos valioso para esta investigación. Solo en el caso de la

reforma sanitaria tenemos en cuenta un factor objetivo, debido a que en este caso las

características estructurales son más significativas o al menos igualmente valorables

que la actitud hacia ella.

Este criterio deja fuera sistemas intermedios que deben ser tenidos en cuenta.

En términos de la teoría ecológica de Bronfenbrenner, lo que analizamos en este

apartado es el macrosistema (Pinquart y Silberstein, 2004), descartando influencia en

sistemas intermedios como la transformación de la familia. Estos factores serán

analizados en la revisión sistemática de investigaciones, ya que en estas aparecen

como mediadores entre el cambio macrosocial y el deterioro psicológico.

3.1.1. LA ACTITUD HACIA EL CAMBIO POLÍTICO.

Independientemente de las características políticas del proceso, es el

funcionamiento subjetivo de la población lo que ha sido relacionado con las variables

dependientes que nos ocupan (Aluojaa, Leinsalub, Shlika, Vasara y Luuka, 2004, por

ejemplo).

En un estudio sobre la valoración personal de la transición, Svenjar (2002) cita

una encuesta elaborada en la República Checa, Polonia y Hungría en la que más de la

mitad de los habitantes se mostraban partidarios del cambio político y económico. Pero

en contraste, valoraban como más importantes las pérdidas que las ganancias del

Manifestaciones psicopatológicas 17

proceso. Otros autores han relacionado los malos resultados de los partidos políticos

reformistas con el desempleo (Fidrmuc, 2000). Incluso se han llegado a plantear

modelos matemáticos que ponen en relación variables socioeconómicas, ingresos,

educación, género, localización estado laboral, edad y la opinión sobre el cambio

(Orviska, Kaplanova, Medvev y Hudson, 2002). Aunque en este trabajo se hace

referencia a factores ideológicos (compromiso patriótico y obligaciones cívicas) como

mediadores de la opinión sobre el libre mercado, también se cita la diferencia

constatada entre la satisfacción con el nuevo orden económico y con el sistema

político. Estas diferencias derivan de la visión relativamente disociada de la población

sobre ambos procesos, no culpando del fallo económico al cambio democrático.

También puede constituir un reflejo de las demandas políticas de índole no económica

de los entrevistados.

Örkény y Székelyi (2000), estudiaron la legitimación social del sistema de

distribución, encontrando que la percepción había disminuido entre 1991 y 1996.

Paralelamente, se había producido un acusado incremento de la percepción de

factores externos como claves para el éxito. En 1991 se percibía el talento, la habilidad

y el trabajo duro por encima de los antecedentes y las conexiones sociales; en 1996

esta percepción se había invertido. Por otro lado, se observó que estas percepciones

meritocráticas dependen del estatus social.

Sorprendentemente al medir la legitimación del sistema político, hallaron poca

diferencia entre países de larga tradición democrática y países en transición. Además,

excepto en Hungría esta percepción se redujo entre 1996 y 1991.

La opinión de la intervención del estado en la justicia social evoluciona de

manera paralela al desarrollo económico. En los países menos beneficiados con el

cambio como Bulgaria y Rusia, la población opina mayoritariamente a favor del

intervencionismo estatal. Dentro de cada país son los más vulnerables, como los

pensionistas, los que ven con mejores ojos la intervención estatal.

3.1.2. DESIGUALDADES SOCIALES.

En el estudio que acabamos de citar se medía también la percepción de la

desigualdad social. Comparado con Europa occidental, cuya población percibe la clase

media como casi la totalidad de la población, en el Este la percepción está mucho más

polarizada y las diferencias continúan incrementándose como podemos ver en la

Figura 3.1.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 18

Figura 3.1. Percepción de la distribución de clases entre los años 1991 y 1996 (Örkény

y Székelyi, 2000).

Además al pedir predicciones, mayoritariamente vaticinaron un incremento de

las desigualdades sociales. El análisis factorial de las atribuciones de la causa de la

pobreza arroja resultados significativos: Mientras en checos y en menor medida en

húngaros dominan las atribuciones a factores individuales, rusos y búlgaros mantienen

mayoritariamente una explicación estructural de la pobreza. Los alemanes pasaron de

la primera a la segunda atribución entre 1991 y 1996, ver Tabla 3.1.

Tabla 3.1. Puntuaciones factoriales de la explicación de la pobreza en 1991 y 1996

(Örkény y Székelyi, 2000).

1991 1996

Explicación

Individual

Explicación

Estructural

Explicación

Individual

Explicación

Estructural

Bulgaria -0.07 0.18 -0.52 0.40

Alemania Oriental -0.10 -0.28 -0.37 0.11

Hungría 0.14 -0.05 0.11 -0.01

Rusia 0.14 0.07 0.25 0.36

República Checa 0.18 -0.55 0.26 -0.74

Manifestaciones psicopatológicas 19

En general los estudios demuestran que el pertenecer a una clase social alta

depende de los ingresos más que del nivel educativo aunque éste es un factor

protector contra la pobreza, en Lituania solo un 2,5% de las familias dirigidas por

titulados universitarios están por debajo del nivel de la pobreza (Puras, Germanavicius,

Povilaitis, Venirte y Jasilionis 2004). Las desigualdades sociales se incrementan y,

como veremos a continuación, el desempleo es un determinante de ello.

Como en el caso de la transición política, la valoración subjetiva de la

desigualdad es mejor predictor del deterioro psicosocial que factores objetivos. Por

ejemplo, Pikoa y Fitzpatrick (2001), demostraron que entre los adolescentes Húngaros

la salud psicosocial (bienestar psicológico, salud autopercibida y sintomatología

somática) está estrechamente relacionada con la percepción subjetiva del estatus

social, más que con marcadores objetivos como la categoría profesional de los padres.

3.1.3. REFORMA LABORAL Y DESEMPLEO.

La reforma laboral es una de las consecuencias más evidentes del cambio.

Después de cuarenta y cinco años bajo un sistema de protección estatal y trabajo

garantizado por ley, millones de personas tuvieron que aprender a buscar trabajo o

simplemente a permanecer desempleados durante años. Esta situación cambió de raíz

las características psicosociales del mercado laboral.

Las características psicosociales del trabajo han sido relacionadas con

sintomatología ansiógena y depresiva (Andrea et al. 2004, por ejemplo). En la época

del Socialismo Real, se condujeron algunos estudios sobre estrés laboral. En Polonia

durante los años ochenta se logró realizar un estudio que relacionaba condiciones

laborales con enfermedades mentales, úlceras y enfermedades cardiovasculares

(International Labour Organization, 2000). En este país se mantuvo una base de datos

sobre absentismo hasta el año 1996; durante el periodo crítico de la transformación se

incrementó en un diez por ciento el absentismo relacionado con enfermedades

mentales. Como veremos en la revisión sistemática, algunos estudios realizados en

países poscomunistas demuestran que la sintomatología depresiva en población

trabajadora está determinada por un desequilibrio en el sistema de esfuerzo-

recompensa.

El desempleo es un fenómeno creciente en la zona y que no se ajusta a las

fluctuaciones típicas de Europa occidental como podemos ver en la Figura 3.2. Por otro

lado, la amenaza de desempleo es una de las razones por las que algunos derechos

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 20

de los trabajadores se ven mermados sin que estos se movilicen en contra. Según los

estudios de la Organización Mundial del Trabajo que acabamos de citar, la ansiedad

de la población relacionada con el desempleo se incrementó en un 50 por ciento entre

1997 y 1999 (únicos años con información disponible), y esto ha sido relacionado con

un detrimento de los derechos de los derechos laborales. Además, según datos de

esta organización, las fluctuaciones del desempleo en este país correlacionan

positivamente con el número de suicidios.

Figura 3.2. Evolución del desempleo en la Unión Europea entre 1980 y 2003. (World

Health Organization, 2005).

0%

5%

10%

15%

1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Antiguos miembros de la UE 7 Nuevos miembros de la UE

Manifestaciones psicopatológicas 21

3.1.4. CAMBIOS EN EL SISTEMA DE SALUD MENTAL.

Esta variable es la única que consideramos como estructural, ya que la

organización y los recursos de las instituciones sanitarias inciden directamente en el

estado de la salud. Variables subjetivas como la estigmatización son, evidentemente

susceptibles de cambiar durante la transformación, pero no derivan directamente de

los cambios políticos, de hecho apenas se han modificado en estos años.

Durante años y aún hoy en día el sistema de salud mental en Europa Central y

del Este ha estado caracterizado por un alto nivel de institucionalización en grandes

asilos, los programas comunitarios han comenzado a desarrollarse desde hace muy

poco tiempo (Jenkins et al., 2001). Según datos de la Organización Mundial de la

Salud, el proceso de cambio es esencial para mejorar la asistencia y eliminar la

estigmatización, y sin embargo no se dedican suficientes recursos (Ruth, 2001).

Jenkins et al. (2001) relacionan el déficit en salud mental a alteraciones del

funcionamiento social y condiciones facilitadotas de la pobreza. Como podemos inferir,

esto está asociado al desempleo y a la inadaptación a los cambios políticos que ya

hemos descrito como determinantes de carencias en el bienestar psicológico.

Los países en transición presentan dos características que afectan a la mejora

de estos servicios: por un lado se está produciendo un auge de los enfoques

comunitarios en el tratamiento de la enfermedad mental pero, por otro, se ha producido

una disminución en el nivel de protección social. Las perspectivas difieren según la

zona, mientras que los países miembros de la CEI presentan dificultades políticas para

la mejora de los servicios de salud mental, los nuevos miembros de la UE han

comenzado a introducir medidas legislativas para su cambio. Sin embargo, como se

puede ver en un estudio realizado en Polonia, la inclusión de tarifas en el sistema

dificulta el acceso a estos servicios dependiendo de la política de cada región

(Pawłowski y Kiejna 2004).

Las consecuencias sobre nuestro estudio son claras en Europa Central:

mientras que el enfoque socio-rehabilitador es incluso más patente que en Europa

Occidental, las restricciones económicas impiden conformar una alternativa real a la

institucionalización (Kallert et al., 2004).

La atención de pacientes internos también está cambiando y

desinstitucionalizandose, pero de manera poco uniforme (Rittmannsberger et al.

2004).En el estudio que acabamos de citar se llega a la conclusión de que la duración

de los ingresos no disminuye en todos los países de igual manera, sin embargo como

podemos ver en la Figura 3.3, las camas hospitalarias disminuyen, teóricamente en

favor de la atención comunitaria.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 22

Figura 3.3. Evolución del número de camas en los Hospitales. (World Health

Organization, 2005).

Existen buenos ejemplos sobre las posibles influencias en las variables de

salud mental; como los programas de prevención del suicidio en Hungría, que ha

experimentado una disminución espectacular de sus tasas. Por ejemplo, en Polonia se

ha investigado la importancia de los servicios comunitarios en la rehabilitación y la

disminución de los ingresos hospitalarios, encontrando evidencias de reducciones de

entre 100 y 200% en las hospitalizaciones de pacientes incluidos en programas de

apoyo social (Zaluska y Paszko, 2002).

3.2. VARIABLES DE SALUD MENTAL.

Hemos incluido aquí las variables más estudiadas en salud mental: la

incidencia y la prevalencia de trastornos mentales, salud percibida y mortalidad

relacionada y suicidio.

Como se puede observar todas ellas han experimentado cambios significativos

durante la transición. A continuación exponemos detalladamente estas variaciones

según las categorías que hemos enumerado.

50

100

150

200

250

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungria Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Manifestaciones psicopatológicas 23

3.2.1. EPIDEMIOLOGÍA.

La investigación en epidemiología psiquiátrica es poco uniforme. Por lo general,

los datos epidemiológicos oficiales se efectúan bajo diferentes parámetros

dependiendo de cada país. Sin embargo, existen estudios realizados por instituciones

internacionales que han intentado medir de distinta manera el bienestar psicológico en

diferentes partes del Mundo.

Por ejemplo, la OMS utiliza la Carga Global de Enfermedad (Murray y López,

1996), una medida utilizada para estimar la cantidad relativa de deterioro en la salud

relacionada con muerte la prematura y la discapacidad. La unidad que se utiliza son

los DALYs (Discapacidad Ajustada Años de Vida, Disability Adjusted Life Years en el

original). Según los cálculos de la OMS, el 10% de esta carga es atribuible a trastornos

neuropsiquiátricos a nivel mundial. Estos niveles se ven aumentados 17,5% en la

Europa ex-comunista y en un 25% en los países desarrollados (Jenkins et al., 2001).

Dentro de los trastornos psiquiátricos destaca la depresión con un 4,4% de la carga

mundial y el cuarto puesto en el ranking general de enfermedades (Ustun, Ayuso-

Mateos, Chatterji, Mathers y Murray, 2000).

Otro estudio sobre prevalencia de los trastornos mentales en Europa

Occidental (Alonso et al., 2004), muestra resultados alarmantes. Un 14% de los

encuestados informaron haber sufrido algún trastorno del estado de ánimo durante su

vida, el 13,6% de ansiedad y el 5,2% alcoholismo. Durante el último año, las cifras

eran del 4,2%, el 6% y el 1%, respectivamente.

Según el proyecto Mental Health Country Profile (Tomov, Mladenova, Lazarova,

Sotirov y Okoliyski, 2004), la incidencia y prevalencia de trastornos mentales era muy

similar durante la Guerra Fría como se puede observar en la Tabla 3.2. Estos datos

contrastan con los datos de la Organización Mundial de la Salud expuestos

anteriormente.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 24

Tabla 3.2. Incidencia y prevalencia de desórdenes psiquiátricos en antiguas economías

socialistas (FSE) y economías de mercado establecidas (EME) por 100000 habitantes.

(Tomov et al. 2004).

Estimaciones FSE Estimaciones EME

Desorden Incidencia Prevalencia Incidencia Prevalencia

Esquizofrenia 17 719 20 898

Trastorno

bipolar 255 316 266 303

Depresión

unipolar mayor 2240 1311 2319 1299

Epilepsia 131 750 63 565

Demencia 97,3 682 120,2 888

Hoy en día, sin embargo, parece que esta tendencia se está invirtiendo. Por

ejemplo, investigaciones comparadas entre estudiantes universitarios de las dos partes

de Europa muestran una puntuación media en el BDI (cuestionario de depresión de

Beck) mayor entre alumnos del Este (Wardle et al., 2004).

Aunque estas medidas todavía se encuentran lejos de ser exactas nos dan una

idea de la posible relación entre las condiciones de las sociedades industrializadas y

enfermedad mental. Parte de esto se debe a las mejores condiciones sanitarias que

aumentan la edad media de la población y por tanto las enfermedades psicogeriátricas,

pero también a la mayor prevalencia de depresión y ansiedad en la población general

del Este (Jagger, 2001).

Ya nos referimos en la introducción a la dificultad que conlleva hacer un análisis

riguroso en el Este de Europa debido a las diferencias de criterio entre distintas épocas

y a la escasez de estudios epidemiológicos. Aun así hemos extraído datos de varias

fuentes con el objetivo de presentar un panorama general válido para el análisis, al

menos en términos de comparación longitudinal.

Se ofrecen datos extraídos de la Base de datos Europea de la Organización

Mundial de la Salud, (HFADB, World Health Organization, 2005). La OMS (1992),

define la prevalencia de desórdenes mentales como el número acumulativo de

pacientes con este tipo de trastornos registrados al final del año (mostrado en

porcentaje sobre la población total). La incidencia se define como el número de

pacientes diagnosticados por primera vez en sus vidas (mostrado por 100000

habitantes). Estas estadísticas tienen una validez relativa ya que los pacientes

Manifestaciones psicopatológicas 25

registrados dependen en gran medida de las características locales del sistema

sanitario, que como ya vimos se encuentra en plena reforma. De todas formas, la

tendencia general sirve como guía para el estudio del fenómeno. Estos datos oficiales

registrados por instituciones psiquiátricas apuntan a un incremento de la morbilidad,

sin embargo ofrecen una visión general poco homogénea como se puede apreciar en

la Figura 3.4, 3.5, 3.6 y 3.7. Debemos tomar en consideración que estos datos

provienen de los servicios de psiquiatría y, dada la correlación de enfermedades

mentales con somáticas, muchas veces los pacientes son atendidos en servicios no

especializados.

Figura 3.4. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en los nuevos miembros

de la UE (World Health Organization, 2005).

2.4

2.5

2.6

2.7

2.8

2.9

3

3.1

3.2

1990 1995 2000 2005 2010

7 nuevos miembros de la UE

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 26

Figura 3.5. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en los nuevos miembros

de la UE, por países (World Health Organization, 2005).

Figura 3.6. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en los nuevos

miembros de la UE (World Health Organization, 2005).

1

2

3

4

5

6

7

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

400

500

600

700

800

1990 1995 2000 2005 2010

7 nuevos miembros de la UE

Manifestaciones psicopatológicas 27

Figura 3.7. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en los nuevos

miembros de la UE, por países (World Health Organization, 2005).

Estos datos se complementan, con estudios epidemiológicos más

concluyentes. La mayoría de ellos están enfocados a la detección de sintomatología

depresiva. Como veremos, los resultados de estos estudios apuntan a un incremento

generalizado de estos trastornos en toda la zona.

3.2.1.1. REGIÓN BÁLTICA.

ESTONIA.

Según los datos de la OMS, en este país se ha producido uno de los

incrementos más acusados. Ambas gráficas extraídas de HFADB no dejan lugar a

dudas, el incremento es continuo, la incidencia se ha cuadriplicado mientras que la

prevalencia casi se ha doblado desde 1989 (ver Figura 3.8 y 3.9).

0

500

1000

1500

2000

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 28

Figura 3.8. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en Estonia (World Health

Organization, 2005).

Figura 3.9. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Estonia (World

Health Organization, 2005).

3

4

5

6

7

1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Estonia

0

500

1000

1500

2000

1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Estonia

Manifestaciones psicopatológicas 29

Según un estudio epidemiológico realizado recientemente (Aluoja et al. 2004),

un 11% de la población entrevistada había sufrido síntomas depresivos significativos

en las últimas cuatro semanas. No se registraron diferencias entre poblaciones rurales

pero si gran correlato con variables económicas, como la inactividad (desempleados,

pensionistas y estudiantes) y psicológicas, como el control percibido.

LETONIA.

Los datos de este país son contradictorios, en las gráficas de la HFADB

parece haber una pequeña disminución, incluso menos clara según los datos del

gobierno (ver Figuras 3.10 y 3.11). Pero aún menos clara es la evolución de la

incidencia (ver gráficas 3.12 y 3.13). Según datos de las fuentes consultadas, no se

incluyen los trastornos derivados del uso de sustancias psicoactivas. Estas fuentes

apuntan que incluyendo datos de adicciones la prevalencia aumenta hasta un 4.3 por

ciento. Esto puede explicar la disparidad con los datos epidemiológicos de sus

vecinos. Según el gobierno la situación es crítica ya que muchos pacientes son

tratados en otros servicios y podríamos estar hablando de prevalencias mucho

mayores, sobre todo en el caso de los trastornos del estado de ánimo. El ministerio

atribuye los problemas de salud mental de la población al estrés, depresión y

dificultades de adaptación. (Ministry of Health of Latvia, 2005).

2.5

2.6

2.7

2.8

2.9

3

1985 1990 1995 2000 2005 2010

Letonia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 30

Figura 3.10. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en Letonia (World

Health Organization, 2005).

Figura 3.11. Prevalencia por 100.000 habitantes de trastornos mentales en Letonia

(Ministry of Health of Latvia, 2005).

200

300

400

500

600

700

1985 1990 1995 2000 2005 2010

Letonia

Manifestaciones psicopatológicas 31

Figura 3.12. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Estonia

(World Health Organization, 2005).

Figura 3.13. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Estonia

(Ministry of Health of Latvia, 2005).

LITUANIA.

Según datos estadísticos nacionales y la OMS, la prevalencia de enfermedades

mentales se incrementa como podemos ver en las gráficas correspondientes, mientras

los datos de incidencia son mucho menos claros. Registros gubernamentales apuntan,

sin embargo a un incremento uniforme. El registro estadístico nacional informó en 1990

de 145.688 personas diagnosticadas de desordenes mentales (3.9%). En 1997, el

número se había incrementado a 155.490 (4.2%); la incidencia era de 130 por 100000

habitantes en 1995, y de 132 en 1997 (World Health Organization, 2001).

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 32

Figura 3.14. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en Lituania

(World Health Organization, 2005).

Figura 3.15. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Lituania

(World Health Organization, 2005).

2.5

3

3.5

4

4.5

5

1970 1980 1990 2000 2010

Lituania

250

300

350

400

450

500

1970 1980 1990 2000 2010

Lituania

Manifestaciones psicopatológicas 33

Teniendo en cuenta investigaciones epidemiológicas y el índice de suicidios,

varios estudios infieren una altísima prevalencia de trastornos depresivos en aumento,

en contraste con los trastornos esquizofrénicos que se mantienen estables (Puras et

al., 2004). Estos datos se ven confirmados por estudios empíricos que atribuyen mayor

sintomatología depresiva a los jóvenes Lituanos en comparación con otros países de

Europa Occidental (Stock et al. 2003).

3.2.1.2. REGIÓN ESLAVA.

ESLOVAQUIA.

Los datos registrados por la OMS no son concluyentes. La incidencia de

trastornos mentales disminuyó hasta 1996 para luego incrementarse de manera

drástica hasta hoy en día, con una pequeña disminución entre 1998 y 2000 que no

invirtió la tendencia. Estos datos contrastan con los de prevalencia que tras un

incremento entre 1995 y 1997 situándose en un 6,22%, disminuye hasta el 3,72% en

2001, encontrándose en ligero ascenso en la actualidad. Un análisis general nos

llevaría a pensar que el incremento de la incidencia se produce solo en forma de casos

agudos que no llegan a cronificar y por ello se produce un descenso de la prevalencia.

Figura 3.16. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en Eslovaquia (World

Health Organization, 2005).

3

4

5

6

7

1990 1995 2000 2005 2010

Eslovaquia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 34

Figura 3.17. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Eslovaquia

(World Health Organization, 2005).

En un artículo publicado en prensa (Beata Balogová, 2004) se citaban los datos

del programa Nacional de Salud Mental que muestra una perspectiva más pesimista.

Según esta fuente la incidencia no ha parado de aumentar desde 1992 y los enfermos

mentales se sitúan en el rango de población activa (70%).

Aunque no sea estrictamente epidemiológica, destaca una línea de

investigación sobre conductas desadaptativas de la población adolescente según el

estrato social (Geckova, van Dijk y Groothoff, 2002, por ejemplo). En estos trabajos se

aprecia las dificultades de las clases menos favorecidas para asumir los cambios.

POLONIA.

Una revisión de las gráficas de HFADB no deja lugar a dudas, la incidencia y

prevalencia de trastornos mentales crecen. Por lo que podemos deducir de los datos

ya citados, son los trastornos del estado de ánimo los que incrementan los índices, ver

Figura 3.18 y 3.19.

800

900

1000

1100

1200

1300

1400

1990 1995 2000 2005 2010

Slovakia

Manifestaciones psicopatológicas 35

Figura 3.18. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en Polonia (World

Health Organization, 2005).

Figura 3.19. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Polonia

(World Health Organization, 2005).

1.5

2

2.5

3

3.5

1995 2000 2005 2010

Polonia

300

400

500

600

700

800

1970 1980 1990 2000 2010

Polonia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 36

Según fuentes gubernamentales (World Health Organization, 2001), un 3% de

la población es tratada anualmente en clínicas externas, incluyendo centros de

adicciones. Entre los años 1990 y 1996, el número de desórdenes de naturaleza no

psicótica en clínicas externas se incrementó en un 45%, mientras que los desórdenes

por alcoholismo se incrementaron en un 25% y por abuso de drogas en un 100%.

Entre 1996 y 2003 los pacientes externos aumentaron casi un 100%, la mayoría de

ellos son clasificados como “neurosis” (Zaburzenia nerwicowe) y “trastorno afectivo”,

(Zaburzenia nastroju afektywne), esta diferenciación procede de la utilización de

metodología diagnóstica anticuada (Zaklady Psychiatrycznej oraz neurologicznej opieki

zdrowotnej, 1980 - 2004), ver Figura 3.20. Hay que tener en cuenta la adopción del

ICD-10 desde 1997, lo que dificulta la comparación temporal.

Tabla 3.3. Numero de pacientes externos por 100.000 habitantes (Instytut Psychiatrii i

Neurologii w Warszawie, 1980-2004).

Numero de pacientes externos por 100.000 habitantes

Diagnóstico 1980 1990 1995 1997*

Trastornos derivados del

abuso de alcohol 286 261 274 310

Psicosis

Esquizofrenia

Trastornos afectivos

434

190

86

466

217

105

566

243

148

X

230

318

Trastornos no psicóticos

Neurosis

Trastornos ansiedad

803

545

838

569

972

667

X

X

531

* En este año se cambia de metodología diagnóstica pasando al CIE-10.

Más de 160.000 pacientes son hospitalizados anualmente. El número de

registros hospitalarios por psicosis es de 63 por 100.000. Mientras que los pacientes

ingresados con desórdenes no psicóticos no varió entre 1990 y 1996 (debido a la

desinstitucionalización muchos de estos pacientes fueron atendidos de manera

externa), los de alcoholismo y drogas se incrementaron en un 42% y en un 117%,

respectivamente. En 1997 los pacientes ingresados por trastornos depresivos eran un

50% menos que los tratados por esquizofrenia (41 y 83 por 100.000 habitantes,

respectivamente). Sin embargo, las nuevas admisiones de pacientes depresivos han

Manifestaciones psicopatológicas 37

superado a los esquizofrénicos, 18% y 12%, respectivamente (World Health

Organization, 2001).

Al analizar todos estos datos debemos tener en cuenta que solo incluyen el

sistema público de salud que atiende al 70% de los pacientes, con lo que las cifras

reales de prevalencia e incidencia de trastornos, especialmente depresivos puede ser

mucho mayor.

Una investigación conducida entre 2000 personas entre 1991 y 1997

(Czapinski, 1999 en International Labour Organization 2001) revelaba un acusado

incremento de las enfermedades mentales entre 1993 y 1995, especialmente en la

prevalencia de depresión. En este estudio, elaborado con el “test T”, se preguntaba a

la gente “¿En el pasado mes con que frecuencia estaba tan deprimido como pensar en

suicidarse?”. El número de personas respondiendo “nunca” se incrementó entre 1993 y

1996 pero disminuyó drásticamente en 1997. Un estudio paralelo conducido entre

1994 y 1997 utilizando el inventario de Beck, indicaba que los auto-registros de

depresión disminuyeron para luego estabilizarse en el mismo periodo.

La relación entre estas variaciones queda patente en estudios como el dirigido

por Modrzejewska y Bomba (2001). En él, se aprecia una diferencia entre las

variaciones en prevalencia en los distritos más sacudidos por el desempleo en

Cracovia.

En definitiva, todo apunta a que mientras los trastornos psicóticos mantienen

una cierta estabilidad, los de origen depresivo aumentan constantemente tanto en

pacientes registrados (externos e internos) como en la población en general. La

importancia de los trastornos depresivos se ha convertido en una prioridad junto con

las adicciones y, como se ha puesto de manifiesto en apartados anteriores, las

medidas estatales para intentar atajar este problema, se muestran insuficientes.

REPÚBLICA CHECA.

Este país presenta un modelo de evolución en la morbilidad de enfermedades

mentales muy parecido al de sus vecinos polacos. Tanto la incidencia como la

prevalencia se incrementan de manera acusada. Mientras que la incidencia sigue un

patrón continuo desde principios de los 90, la prevalencia, aunque sigue un patrón de

incremento desde los 70, disminuyó en tres ocasiones en los primeros años de

régimen democrático, coincidiendo con un acusado aumento de la incidencia, ver

Figura 3.23. La razón de esta aparente contradicción puede estar relacionada con la

adopción de nuevos métodos diagnósticos.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 38

Figura 3.20. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en la República Checa

(World Health Organization, 2005).

Figura 3.21. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en la República

Checa (World Health Organization, 2005).

1.5

2

2.5

3

3.5

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa

500

600

700

800

900

1000

1100

1990 1995 2000 2005 2010

República Checa

Manifestaciones psicopatológicas 39

Estudios epidemiológicos de campo (Bobak et. al, 2003, por ejemplo) muestran

una alta prevalencia de sintomatología depresiva en la población general, al igual que

en los demás países.

3.2.1.3. HUNGRÍA.

Según datos del gobierno, la prevalencia de la depresión en este país es del

15.1% en la población entre 18 y 65 años (Prevalencia en un mes: 2.6%). En el caso

de los trastornos afectivos y de ansiedad es similar, situándose en un 15% en la

población de pacientes de medicina general (World Health Organization, 2001).

Los datos de la HFADB (Figura 3.22 y 3.23) arrojan cambios optimistas, tanto la

incidencia como la prevalencia disminuyen de manera discontinua y moderada pero

con una clara tendencia a la baja. De todas maneras aunque esta tendencia se

vislumbra en la actualidad, no fue tan clara hasta 1995 siguiendo un esquema contrario

hasta este año. Podríamos afirmar que Hungría ha disminuido la morbilidad de

enfermedades mentales aunque se mantiene en niveles muy altos.

Figura 3.22. Prevalencia en porcentaje de trastornos mentales en Eslovaquia (World

Health Organization, 2005).

1.2

1.3

1.4

1.5

1.6

1.7

1.8

1.9

2

2.1

1985 1990 1995 2000 2005 2010

Hungría

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 40

Figura 3.23. Incidencia por 100000 habitantes de trastornos mentales en Hungría

(World Health Organization, 2005).

Sin embargo datos de la Oficina Central de Estadística reflejan un incremento

de pacientes adultos registrados en instituciones psiquiátricas a la vez que disminuyen

los pacientes jóvenes. Y de la misma manera evoluciona el número de pacientes

registrados. Parece que se están produciendo dos procesos inversos, mientras que los

jóvenes húngaros acuden o necesitan menos las instituciones de salud mental, los

adultos acuden cada vez más. Esto concuerda con los datos que relacionan el

desempleo y la alta incidencia de trastornos mentales, ya que probablemente sean los

afectados por peores condiciones sociales los usuarios de estos servicios.

Los datos sobre depresión parecen ser independientes de la epidemiología

registrada. Un estudio conducido entre 1988 y 1995 (Kopp, Csboth, Réthelyi, 2004),

muestra una acusado aumento de síntomas depresivos del cuestionario de Beck entre

la población, de manera paralela a la falta de control en el trabajo y el deterioro

prematuro de la salud de los habitantes de este país. Este incremento es uniforme

como se puede ver en la Tabla 3.4.

390

400

410

420

430

440

450

460

1990 1995 2000 2005 2010

Hungría

Manifestaciones psicopatológicas 41

Tabla 3.4. Evolución de los síntomas depresivos en Hungría entre 1988 y 1995 (Kopp,

Skrabski, 1996).

.

Puntuación 0-9 No

depresivo

10-18

síntomas

depresivos

leves

19-25

síntomas

depresivos

moderados

26 o más

síntomas

depresivos

severos

1988 75.7% 16.8% 4.6% 2.9%

1994/95 68.2% 17.7% 7.0% 7.1%

3.2.1.4. ALCOHOLISMO.

Incluimos este trastorno mental en un apartado independiente debido a sus

peculiaridades e importancia, especialmente en la zona estudiada. El alcoholismo es

tanto una causa del aumento de morbilidad como una consecuencia de ésta. Según

informes gubernamentales y la Organización Mundial de la Salud (World Health

Organization, 2001), el número de psicosis alcohólicas se incrementa dramáticamente.

Sin embargo, el patrón de aumento del consumo real de alcohol no es muy significativo

sobre todo comparado con la Comunidad de Estados Independientes (ver Figura 3.24,

3.25, 3.26 y 3.27). Es imposible, sin embargo, hacer una comparativa con países

europeos occidentales dada la poca homogeneidad que presenta el fenómeno

dependiendo de la latitud.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 42

Figura 3.24. Incidencia por 100000 habitantes de psicosis alcohólica (World Health

Organization, 2005).

Figura 3.25. Incidencia por 100000 habitantes de psicosis alcohólica, por países (World

Health Organization, 2005).

0

50

100

150

1990 1995 2000 2005 2010

7 Nuevos miembros de la UE CEi

0

50

100

150

200

250

1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Manifestaciones psicopatológicas 43

Figura 3.26. Consumo de alcohol puro en litros per. cápita (World Health Organization,

2005).

Figura 3.27. Consumo de alcohol puro en litros per. Cápita, por países (World Health

Organization, 2005).

4

5

6

7

8

9

10

11

1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

7 Nuevos miembros de la UE CEI

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 44

El alcohol aparece como riesgo psicosocial para la salud en multitud de

estudios relacionados con esta zona como el ya citado de Kopp (2004). También como

una variable independiente muy significativa para predecir el suicidio, sirva de ejemplo

un estudio utilizado para analizar el fenómeno suicida (Mäkinen, 2000), que

analizaremos más a fondo más tarde. En relación a la inestabilidad laboral, un estudio

(Bobak et al., 2005) señala que es la percepción de desequilibrio entre esfuerzo y

recompensa lo que activa conductas de riesgo por encima del control percibido, como

hemos visto en la sintomatología depresiva. Y como es evidente hay elevada

comorbilidad con la inmensa mayoría de trastornos mentales como se puede en el

DSM IV-TR (American Psychiatric Association, 2002) y la CIE-10 (Organización

Mundial de la Salud, 1992).

El problema del alcoholismo es, sin embargo, demasiado complejo en esta

zona como para poder hacer un análisis más detallado en este trabajo. Las posibles

manipulaciones de los datos hechas por los antiguos gobiernos, el control estatal del

alcohol y el consumo de bebidas de destilación casera durante el Socialismo Real y, el

uso incontrolado de la publicidad de estos productos en los años de transición hacen

patente la extensión de la cuestión.

3.2.2. IMPLICACIONES PSICOSOMÁTICAS Y MORTALIDAD RELACIONADA.

Mientras que hasta mediados de los noventa se produjo una caída en los

índices de esperanza de vida de los países bálticos y Hungría al igual que el resto de la

antigua URSS, a partir de entonces se está produciendo un incremento general en los

países estudiados y una cierta estabilización en la CEI (Ver Figura 3.28 y 3.29). La

situación sanitaria está en una verdadera crisis, no hay recursos y la situación de

desigualdad funciona como fomentador de conductas de riesgo. Los trabajos de Kopp

y Skrabski (1996) revelan unos sorprendentes incrementos en la mortalidad

relacionados con el cambio social.

Manifestaciones psicopatológicas 45

Figura 3.28. Evolución de la esperanza de vida en Europa (World Health Organization,

2005).

Figura 3.29. Evolución de la esperanza de vida por países (World Health Organization,

2005).

65

70

75

80

1970 1980 1990 2000 2010

Miembros de la UE antes de mayo de 2004 7 nuevos miembros de la UE

CEI

65

70

75

80

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 46

Sin embargo, estudios sobre la mortalidad debido a trastornos cardiovasculares

(Ginter, 1996), ponen de manifiesto los problemas relacionados con hábitos insalubres

y factores psicosociales que constituyen un gran problema de salud pública en estos

países. Este autor aduce dos factores principales para explicar la todavía importante

diferencia de mortalidad con Europa Occidental: a) el estrés oxidativo (alcoholismo,

tabaquismo, altos niveles de polución ambiental y déficit alimenticios derivados

básicamente de una carencia de antioxidantes producida por un bajo consume de

fruta, verdura y aceite vegetal) y b) los factores psicosociales derivados del cambio

(estrés crónico, tensión, agresividad, frustración y apatía que conducen a una

disminución del interés en la salud propia). De todas maneras, la mortalidad

relacionada con patologías del sistema circulatorio disminuye progresivamente, como

vemos en la Figura 3.30.

Figura 3.30 Evolución de las enfermedades del sistema circulatorio en la UE. (World

Health Organization, 2005).

Los estudios ya citados en Hungría, (Kopp, Csoboth y Réthelyi, 2004) ponen de

manifiesto la estrecha relación que guarda la salud y los síntomas depresivos. Los

síntomas depresivos se incrementan en Hungría y son excelentes previsores del

estado de salud somática que se ve deteriorada en mayor medida entre los estratos

sociales menos favorecidos con la transición.

200

300

400

500

600

700

1970 1980 1990 2000 2010

Miembros de la UE antes de mayo de 2004

7 nuevos miembros de la UE

Manifestaciones psicopatológicas 47

La mortalidad prematura sigue siendo un problema en muchos de estos países,

especialmente en hombres de mediana edad y se ha relacionado con depresión,

suicidio, adicciones y comportamiento y estilos de vida destructivos (Kopp et al. 2004,

Rutz, 2001) y deprivaciones socioeconómicas (Puras et al. 2004).

El nivel de salud autopercibido parece ser el mejor predictor de la salud mental

que otras medidas objetivas (Zuccala, Cocchi y Carbonin, 1995). Los estudios

empíricos apuntan a que el nivel de control es un buen predictor del nivel de nivel de

salud auto percibido y de bienestar psicológico (Carlson, 1998).

3.2.3 SUCIDIO

Europa Central y del Este sufre una de las tasas de suicidio mayores del

mundo. En un estudio sistemático sobre la transición post-comunista en Europa y el

suicidio, Mäkinen (2000), elabora una clasificación de países según la evolución de su

tasa de suicidio. Se incluyen las repúblicas bálticas en un grupo llamado de “elevado-

suicidio de distribución desigual por género”, no solo la tasa es alta si no que se sigue

elevando, pero solo en hombres. Hungría aparece como país de “elevado suicidio de

distribución desigual por edades”, sin embargo la tasa disminuye progresivamente. Los

países eslavos de nuestro estudio son clasificados como países de baja tasa de

suicidio pero con ciertas peculiaridades. Eslovaquia y Polonia tienen una distribución

desigual entre sexos mientras que la República Checa tiene una distribución desigual

por edades. Estos datos son confirmados por las gráficas de la HFADB, como

podemos observar en las Figuras 3.31, 3.32, 3.33, 3.34, 3.35 y 3.36.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 48

Figura 3.31. Evolución del suicidio por 100.000 habitantes en la UE. (World Health

Organization, 2005).

Figura 3.32. Evolución del suicidio por 100.000 habitantes por países. (World Health

Organization, 2005).

10

15

20

25

1970 1980 1990 2000 2010

Miembros de la UE antes de mayo de 2004

7 nuevos miembros de la UE

10

20

30

40

50

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Manifestaciones psicopatológicas 49

Figura 3.33. Evolución del suicidio masculino por 100.000 habitantes por países.

(World Health Organization, 2005).

Figura 3.34. Evolución del suicidio femenino por 100.000 habitantes por países. (World

Health Organization, 2005).

20

30

40

50

60

70

80

90

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

0

5

10

15

20

25

30

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 50

Figura 3.35. Evolución del suicidio por debajo de los 64 años, por 100.000 habitantes,

por países. (World Health Organization, 2005).

Figura 3.36. Evolución del suicidio por encima de los 64 años, por 100.000 habitantes,

por países. (World Health Organization, 2005).

10

20

30

40

50

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

110

1970 1980 1990 2000 2010

República Checa Estonia Hungría Letonia Lituania Polonia Eslovaquia

Manifestaciones psicopatológicas 51

En el estudio de Mäkinen, se relaciona el suicidio con variables muy similares a

las analizadas en el capítulo anterior como los sentimientos optimistas o frustrados

ante el cambio político, la valoración de las circunstancias socioeconómicas, el

desempleo y la calidad de los servicios sanitarios.

Hungría, como se citó en el apartado de metodología constituye un enigma en

el estudio epidemiológico del suicidio. Mientras que algunos autores lo relacionan con

las carencias en el tratamiento de la depresión (Arato, 1996), en recientes estudios se

ha relacionado la distribución de la etnia Fino-Húngara y su adaptación evolutiva al

frío, con la predisposición genética al suicidio (Voracek, Fisher, y Marušic, 2003).

Estas tendencias se mantienen incluso en poblaciones finougrias y bálticas que

migraron a Rusia durante la edad media (Kandrychyn, 2004), lo que puede dar

explicación a varias de las tendencias que aun se mantienen en la actualidad.

Por otro lado, el suicidio infantil, se incrementa de manera alarmante. En la

republica Checa se dobló y en Polonia aumentó en un 50% entre 1990 y 1994. Estas

tendencias alarmantes son atribuidas a la desprotección social de la infancia en los

países en transición (Ciment, 2000).

3.3 REVISIÓN SISTEMÁTICA DE ARTÍCULOS

En esta parte hemos revisado estudios que reflejan las variables mediadoras

entre el cambio social y la sintomatología descritas. Hemos tenido que descartar el

estudio de la influencia del cambio del sistema sanitario debido principalmente a que

solo se puede medir la influencia de estos cambios en personas que ya han sido

diagnosticadas y la mayor parte de estos estudios solo tratan la influencia del nuevo

enfoque comunitario. No nos ha sido posible encontrar estudios que analicen los

efectos de las nuevas políticas de prevención sobre la población general. De todas

maneras, estas políticas son aún reducidas como ha sido reconocido por la Asamblea

Parlamentaria del Consejo Europeo (Parlamentary Assembly, 2005).

Se ha utilizado un formato estructurado en fichas para facilitar la posterior

revisión y elaboración de conclusiones. Los parámetros que hemos incluido son los

siguientes:

Referencia: Referencia del artículo según reglas de redacción APA.

Título: Título completo de la publicación en inglés.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 52

Países participantes: Países en los que se ha realizado la investigación. No siempre

coincide con la nacionalidad de las instituciones participantes.

Método:

- Tamaño de la muestra, sexo, rango de edades y periodo de medida.

- Instrumentos de medida.

- Metodología de análisis utilizada.

Variables independientes: Variables independientes del el estudio.

Variables dependientes: Variables dependientes encontradas del estudio.

Variables mediadoras: Variables de naturaleza cognitiva que modulan la influencia de

las variables independientes sobre las dependientes.

* Las variables encontradas en los estudios no coinciden entre sí ni con las propuestas

en nuestra investigación. Esto será aclarado en el capítulo siguiente al proponer un

modelo explicativo. En caso en que los estudios incluyan variables mediadoras de

naturaleza no cognitiva será explicado debidamente.

Resultados y Conclusiones: Resumen del producto y valoración de los autores sobre

los estudios.

3.3.2 REVISIÓN SISTEMÁTICA DE ESTUDIOS SOBRE POBLACIÓN GENERAL

1.- Referencia: Aluoja, Leinsalub, Shlika, Vasara y Luuka, (2002).

Título: Symptoms of depression in the Estonian population: prevalence,

sociodemographic correlates and social adjustment.

Países participantes: Estonia.

Método:

- 4711 personas de ambos sexos, edades 15-79. 1996-97.

- Estonian Health Interview Survey, cuestionario EST-Q que refleja ansiedad y

depresión, entrevistas estructuradas sobre factores sociodemográficos y ajuste

social.

- Análisis de la varianza, regresión lógica.

Variables independientes: Datos sociodemográficos y valoración subjetiva del ajuste

social.

Variables dependientes: Estado emocional (sintomatología depresiva). Salud

autoevaluada.

Variables mediadoras: Control percibido. Vinculación afectiva.

Resultados y Conclusiones: Se detectó sintomatología depresiva en un 11,1% de los

entrevistados (n = 4711). Se encontró gran correlato de depresión en ciertos grupos

sociodemográficos: mujeres (14,9 frente a 6,7 masculino), ancianos, gente sin pareja,

Manifestaciones psicopatológicas 53

grupos étnicos minoritarios (sobre todo rusos con un 15,3%), grupos de baja renta y

desempleados (desempleados 17,3; 7,5 empleados y 15,8; no activos). El grupo que

mostró sintomatología tenía peor pronóstico sobre el futuro y peor salud autoevaluada.

Como veremos en otros estudios la relación entre síntomas depresivos y percepción

subjetiva de pobre ajuste social se mantiene incluso controlando factores objetivos, lo

que confirma la importancia de la valoración sobre otros marcadores. El control

aparece como factor más importante de funcionamiento subjetivo, siendo muy

significativa la ocurrencia de síntomas depresivos entre aquellos con bajo control (23%

frente al 11.1% de la población total del estudio). Otro mediador muy importante que

controla el vínculo entre estatus bajo y depresión es la carencia de vínculos afectivos,

el 27% de los sujetos sin relaciones de confianza y el 66% que la tenían solo con su

familia presentaban sintomatología.

2.-Referencia: Bobaka, Pikharta, Roseb, Hertzmanc y Marmota (2000).

Título: Socioeconomic factors, material inequalities, and perceived control in self-rated

health: cross-sectional data from seven post-communist countries.

Países participantes: Rusia, Estonia, Lituania, Letonia, Hungría, Polonia, Republica

Checa.

Método:

- 5330 hombres y mujeres de edades comprendidas entre 20 y 60 años. 1996-

98.

- New Democracies Barometer, New Baltic Barometer y New Russia Barometer

(salud autoevaluada, control percibido, factores socioeconómicos).

- Regresión lógica, grupo sub-command en STATA.

Variables independientes: Variables socioeconómicas: Educación, estado civil,

deprivación material. Medidas ecológicas: Índice de desigualdad y coeficiente de Gini.

Variables dependientes: Salud autoevaluada, mortalidad.

Variables mediadoras: Control percibido.

Resultados y Conclusiones: La mortalidad es consistente con la salud autoevaluada, y

ésta toma valores especialmente bajos en Rusia y Hungría. Deprivación educativa y

material son buenos predictores de la salud autoevaluada. El control se muestra

fuertemente asociado con la salud autoevaluada. Durante la época del socialismo real,

las diferencias en educación explicaban la variabilidad en mortalidad, mientras que

después de la transición las desigualdades materiales parecen haberlo sustituido

aunque estos datos pueden estar contaminados por la diferente manera de informar en

los cuestionarios. Con respecto a las medidas ecológicas, aunque en una primera

regresión se relacionaba fuertemente con mortalidad, al controlar los efectos del

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 54

agrupamiento no se encontró significación estadística. Estos resultados confirman el

control percibido como mediador de los efectos de la desigualdad y la deprivación

educativa y material, como se ha probado en otros estudios.

3.-Referencia: Bobak et al. (2005)

Título: The association between psychosocial characteristics at work and problem

drinking: a cross-sectional study of men in three Eastern European urban populations.

Países participantes: Rusia, Polonia y Republica Checa.

Método:

- Hombres y mujeres de entre 45 y 69 años. 1999-2000.

- Estudio correlacional.

- Cuestionario que incluía: Historia médica, estatus socioeconómico, factores

psicosociales y dieta. Test cognitivo, examen médico. Medida de la ingesta de

alcohol con el método de frecuencia graduada. Cuestionario sobre trabajo que

incluía: esfuerzo y recompensa en el trabajo, control del trabajo y una pregunta

sobre demanda de empleo. Escala CES-D de depresión.

Variables independientes: Desequilibrio esfuerzo-recompensa en el trabajo.

Variables dependientes: Alcoholismo.

Variables mediadoras: Sintomatología depresivos.

Resultados y Conclusiones: El desequilibrio en el esquema de esfuerzo recompensa

esta relacionado con el incremento de la ingesta de alcohol, y problemas de

alcoholismo. Los ajustes realizados para la variable de deprivación material no cambió

los resultados, pero si la gravedad de los síntomas depresivos. La sintomatología

depresiva que funciona aparentemente como mediador, es tanto un antecedente como

una consecuencia, los autores apuntan más a una consecuencia en el caso de los

hombres. Sin embargo el bajo control en el trabajo no se relacionó con problemas de

alcoholismo.

4.- Referencia: Carlson (1998).

Título: Self-perceived health in East and West Europe: another European health divide

Países participantes: 25 países europeos. Se incluyen todas las naciones de nuestro

estudio excepto Eslovaquia.

Método:

- Muestra de 11490 personas, ambos sexos, 35-64 años. 1990.

- World Values Survey: Escala de salud autopercibida y datos

sociodemográficos.

- Comparación de medias, regresión múltiple (OLS).

Manifestaciones psicopatológicas 55

Variables independientes: País, edad, sexo, nivel educativo, pertenencia a ONGs,

control, satisfacción laboral, libertad para hacer decisiones en el trabajo, satisfacción

económica, interés en política, Importancia de los amigos, importancia de la familia.

Variables dependientes: Salud autopercibida.

Variables mediadoras: Se cita el estrés y la distribución económica y política como

predictores de la relación entre transición y la diferencia social en salud, morbilidad y

mortalidad. En las conclusiones del artículo solo se cita el control como variable

mediadora en ambos grupos de países, pero era mayor en países occidentales.

Resultados y Conclusiones: La actividad cívica (medida en función de la participación

en ONGs), la alta percepción de control (mayor en países del Oeste) y, sobre todo la

satisfacción económica son buenos predictores de una alta salud autopercibida. La

clase social no produjo los resultados esperados, aunque clásicamente destaca como

gran predictor, en este estudio no se demuestra e incluso hay países en los que no hay

significación estadística (Hungría). La percepción subjetiva de la situación laboral

muestra efectos moderados siendo los más satisfechos (básicamente los trabajadores

occidentales) los que mejor salud perciben. Entre las variables más significativas

creemos que hay una relación jerárquica, es decir, la pertenencia a un grupo y la

satisfacción económica no solo correlacionan con el control percibido si no que

contribuyen a incrementarlo de manera directa (Pikhart, 2002).

5.- Referencia: Grob, Little, Warner, Wearing and Euronet (1996).

Título: Adolescent’s well-being and perceived control across 14 sociocultural contexts.

Países participantes: Países ex-soviéticos: Bulgaria, República Checa, Hungría,

Polonia, Rumania, Rusia, Transilvania (Minoría húngara residente en Rumanía).

Países occidentales: Finlandia, Francia, Alemania, Noruega, Regiones franco y

germanófonas de Suiza, Estados Unidos.

Método:

- 3800 adolescentes, residentes en ciudades de más de 100000 habitantes.

Categorizados por género y edad (12-14 o 15-18).

- Cuestionario que medía bienestar subjetivo y control percibido.

- Estudio correlacional: media multigrupal (múltiple group mean) y covarianza

(MACS).

Variables independientes: Variables socioculturales dependiendo del país de

procedencia. Género, estatus social comparativo, edad, región.

Variables dependientes: Se operativizaron en cuatro constructos: Actitudes positivas y

autoestima conformando la variable “bienestar”, expectativa de control y apraissal de

control para la variable “control percibido”.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 56

Variables mediadoras: No aparecen como tal pero al explicar el constructo de

autoestima aparece como variable mediadora los procesos de comparación social. En

el caso del control percibido las expectativas sobre el cambio y factores culturales

aparecen como mediadores de la mayor percepción de control en el Este.

Resultados y Conclusiones: A diferencia de otros estudios revisados anteriormente, se

muestra que la conexión entre bienestar y control personal es relativamente robusto

ante las diferencias socioculturales. Los adolescentes del Este muestran peores

niveles de bienestar, achacado por los autores a los problemas económicos; sin

embargo muestran mayores niveles de control percibido. Los autores hipotetizan que

esto puede ser debido a las esperanzas derivadas del cambio democrático y a su estilo

de cultura colectivista. Quizá las contradicciones con otros trabajos se deriven

precisamente de esto ya que el estudio se realizó en 1992, justo después del cambio.

6.- Referencia: Kalediene, Petrauskiene (2004).

Título: Socio-economic transition, inequality, and mortality in Lithuania.

Países participantes: Lituania.

Método:

- Se tuvo en cuenta la mortalidad en todo el país entre 1990 y 2000.

- Consulta a la base de datos del Departamento Estadístico de Lituania.

- Regresión logarítmica.

Variables independientes: Desigualdad social.

Variables dependientes: Mortalidad.

Variables mediadoras: No aparecen. Al ser una investigación médica, el tabaquismo y

el desempleo se citan como factores explicativos.

Resultados y Conclusiones: La mortalidad desde 1990 se ha incrementado en mayor

medida en las áreas rurales. El incremento urbano rural masculino fue de un 15,2-

30,4%, mientras que el incremento en mujeres fue de 12,5-23,7%. La mayor

desigualdad fue descubierta en sectores jóvenes y de mediana edad. Las causas de

muerte tienen fuerte relación con el estado psicológico. La mayor causa son

enfermedades cardiovasculares (asociadas al estrés como vimos en el capítulo

anterior), suicidios, accidentes de tráfico y asesinatos. La relación entre suicidio y

asesinatos y la salud metal de esta población es evidente. Mientras que los accidentes

de tráfico se deben a más factores, aunque uno de ellos es la ingesta de alcohol.

Manifestaciones psicopatológicas 57

7.- Referencia: Kopp, Csboth, Réthelyi, (2004).

Título: Psychosocial Determinants of Premature Health Deterioration in a Changing

Society: The Case of Hungary.

Países participantes: Hungría.

Método:

- Formado por dos estudios: HUNGAROSTUDY 1988 (n = 20292) y

HUNGAROSTUDY 1995 (n = 12640). 1988-1995. Edades por encima de los 16

años.

- Contrastado con los datos de la Oficina Central de Estadística Húngara. Los

síntomas depresivos se evaluaron con BDI.

- Análisis de regresión lineal, análisis logarítmico lineal jerárquico (Hierarchical

log linear analyisis), prueba de Chi cuadrado.

Variables independientes: Factores sociales y psicológicos (género, ingresos

personales y familiares, educación, riesgos psicosociales: severidad de sintomatología

depresiva, ansiedad, hostilidad, apoyo social, control en el trabajo, y riesgos

tradicionales como Índice de Masa Corporal (Kg. /m2), años fumando, número de

cigarrillos consumidos por día, consumote alcohol de alta graduación, vino y cerveza y

morbilidad autoevaluada.

Variables dependientes: Estado de salud.

Variables mediadoras: Se citan los síntomas depresivos y el control en el trabajo como

mediadores entre la situación económica baja y sus consecuencias de riesgo. Al ser

una investigación eminentemente médica no aparecen variables de tipo cognitivo que

medien entre el cambio sociopolítico y los factores de riesgo. Sin embargo en las

conclusiones se citan “los factores psicológicos” como explicación de las relaciones

entre la deprivación psicosocial y la salud de la población.

Resultados y Conclusiones: En esta sociedad en transición los indicadores

macroeconómicos están en estrecha relación con la morbilidad, y con ciertas

limitaciones con la mortalidad, sobre todo en hombres. De la misma manera influyen

los ingresos personales, también con mayor significación en hombres. Los síntomas

depresivos también se perfilan como un gran factor de riesgo en mortalidad y

morbilidad. Los factores clásicos de riesgo se asociaron con morbilidad autoevaluada

de todo tipo aunque no fueron incluidos en el análisis, mientras que los riesgos

psicosociales, sobre todo la depresión, predicen las influencias de la situación

económica en la morbilidad autoevaluada y parte de los efectos del abuso de tabaco y

alcohol.

En 1995 la ansiedad era un factor de riesgo más importante en mujeres que en

hombres. El bajo control en el trabajo es un buen predictor de riesgo en ambos sexos.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 58

Mientras que la depresión aumentó, el control en el trabajo disminuyó entre 1988 y

1995. La ingesta de alcohol se incrementó también en ambos sexos.

Los efectos de la desigualdad en ingresos era más grande en hombres. Esto se

explica mediante dos hipótesis: los hombres han experimentado una desigualdad

mayor y que los hombres son más vulnerables a perder estatus social que las mujeres.

Las diferencias entre sexos pueden reflejar que las diferencias de género en la

conceptualización funcionan como mediadores.

8.- Referencia: Kopp, Skrabski, Szedmak. (2000).

Título: Psychosocial risk factors, inequality and self-rated morbidity in a changing

society.

* Esta publicación se basa en el mismo estudio que la anterior, solo se diferencian en

las Resultados y Conclusiones.

Resultados y Conclusiones: Se confirman factores psicológicos como mediadores

entre deprivación y salud. Hemos incluido esta investigación porque en este caso se

describen como variables psicológicas “subjetivas” y se cita bibliografía referente al

tema que utilizamos para conseguir más información. Otra contribución significativa es

que control en el trabajo y bajo apoyo social se relacionan directamente con

patologías cardiovasculares que como vimos se relacionan a su vez con estrés

oxidativo.

9.- Referencia: Leinsalu, (2002).

Título: Social variation in self-rated health in Estonia: a cross-sectional study.

Países participantes: Estonia.

Método:

- 4711 personas de entre 25 y 79 años separados por sexo.

- The Estonian Health Interview Survey (EHIS). Salud autoevaluada, estatus de

salud física, angustia emocional, locus de control y dimensiones de estructura

social (etnicidad, estado marital, educación, actividad económica, estatus

ocupacional e ingresos personales.

- Regresión logística.

Variables independientes: Dimensiones de estructura social

Variables dependientes: Salud autoevaluada, estatus de salud física, angustia

emocional, locus de control.

Variables mediadoras: No aparecen. En el texto se citan educación, ocupación e

ingresos como “mediadores” entre dimensiones estructurales y salud pobre, pero se

utilizan como variables independientes.

Manifestaciones psicopatológicas 59

Resultados y Conclusiones: El estudio revela diferencias sustanciales en salud

autoevaluada entre diferentes estratos. Sin embargo no se encontraron diferencias

significativas de género. Las dimensiones más significativas fueron: bajo nivel

educativo, pertenencia a etnia rusa, bajos ingresos y, en el caso de los hombres

residencia rural. Por otro lado aparecen fuertemente asociadas las dimensiones

psicológicas como: angustia emocional, locus de control y, en particular, estatus físico

autoevaluado.

10.- Referencia: Mäkinen (2000).

Título: Eastern European transition and suicide mortality.

Países participantes: Todos los países pertenecientes a la antigua zona de dominio

soviético más los países que pertenecieron a Yugoslavia (que pertenecía al grupo de

los no alineados a pesar de tener sistema socialista).

Método:

- Datos obtenidos de los anuarios de la Organización Mundial de la Salud. 1984-

94.

- Estudio correlacional.

Variables independientes: Cambios en el consumo de alcohol, situación económica,

nivel de estrés sociopatogénico, situación política y (des)organización social (estimado

con el nivel de homicidios).

Variables dependientes: Suicidio.

Variables mediadoras: El nivel de estrés sociopatogénico esta mediado por variables

subjetivas que aunque no incluidas en el estudio, son las mediadoras entre las

circunstancias objetivas y el nivel de estrés como veremos en las conclusiones.

Resultados y Conclusiones: Los diferentes grupos de países que resultaron ya fueron

descritos en el apartado “suicidio” de la descripción de variables. La mejor

combinación de variables independientes fue la interacción entre el consumo de

alcohol y esperanza de vida. La correlación con el desarrollo económico cambió de

signo en diferentes épocas. Los modelos, de todas formas fueron diferentes para cada

zona. Se elaboraron modelos matemáticos que explicaba gran cantidad de varianza

exceptuando los grupos en los que se encontró baja incidencia de suicidios. En uno de

ellos que incluía más del 50% de la población de la zona, se llegó a explicar un 92% de

la variabilidad en suicidio a través de las variables independientes (correlación positiva:

cambio en consumo de alcohol y cambios en tasa de homicidios; correlación negativa:

cambio en esperanza de vida y democratización).

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 60

11.- Referencia: Pikhart et al. (2004).

Título: Psychosocial factors at work and depression in three countries of Central and

Eastern Europe.

Países participantes: Rusia, Polonia, República Checa.

Método:

- 2815 trabajadores y trabajadoras de entre 45 y 64 años. 1999-2000.

- Cuestionario sobre esfuerzo y recompensa en el trabajo, control en el puesto,

escala de depresión CES-D, y otras características sociales (vocación,

deprivación material, experiencias de desempleo y otras características

personales).

- Regresión lineal, se construyó un modelo de relación entre la puntuación en

CES-D y el logaritmo esfuerzo-recompensa, para un incremento de 1 SD en el

logaritmo transformado le correspondía un incremento de 2 puntos en las

puntuaciones de depresión.

Variables independientes: Factores psicosociales en el trabajo. Como ya hemos

descrito antes los cambios en este sector han sido drásticos durante la transición y el

control y los sistemas de esfuerzo-recompensa son totalmente diferentes.

Variables dependientes: Sintomatología depresiva.

Variables mediadoras: Desequilibrio percibido entre esfuerzo y recompensa, control

percibido, variables sociodemográficas (deprivación material, estado civil).

Resultados y Conclusiones: Los resultados en depresión fueron de 10,5 para hombres

y 14,2 para mujeres. Los efectos negativos del desequilibrio entre esfuerzo y

recompensa no se ven sustancialmente mediados por el modelo de esfuerzo-

recompensa y se mantuvieron después de controlar características socioeconómicas y

demográficas. La regresión de este desequilibrio y los resultados del CES-D fueron

virtualmente idénticos. Los efectos del desequilibrio son más patentes en personas con

mayor deprivación material objetiva que aparece como único posible mediador. Otro

parámetro subjetivo es el control percibido en el trabajo que fue relacionado

inversamente con depresión en República Checa y Polonia pero no en Rusia, además

esta relación se vio eliminada controlando factores socioeconómicos. Se encontró gran

relación entre sintomatología depresiva, desequilibrio entre esfuerzo y recompensa,

deprivación material y estado civil. El estudio es comparado con otro realizado en

Japón con resultados similares, en una época de fuerte inestabilidad; lo que lleva a los

autores a establecer un paralelismo. Tomando perspectiva para nuestro estudio,

podemos concluir que la variable que media entre la reforma laboral en su conjunto y

la sintomatología depresiva que puede producir es la percepción del modelo de

esfuerzo recompensa, especialmente en sectores con fuerte deprivación económica.

Manifestaciones psicopatológicas 61

12.- Referencia: Piko, Fitzpatrick, (2001).

Título: Does class matter? SES and psychosocial health among Hungarian

adolescents.

Países participantes: Hungría.

Método:

- 1039 adolescentes del sur de Hungría (Szeged). 1996.

- Cuestionarios autoadministrados para evaluar estructura familiar, salud

psicosocial, estatus socioeconómico autoevaluado/objetivo y conductas de

riesgo para la salud.

- Correlación de Pearson, regresión múltiple.

Variables independientes: Estatus socioeconómico.

Variables dependientes: Salud psicosocial: Salud autoevaluada, bienestar psicológico,

sintomatología psicosomática.

Variables mediadoras: Visión subjetiva del estatus psicosocial.

Resultados y Conclusiones: Se examinó el rol de los factores socioeconómicos en la

predicción de la salud psicosocial. Se demostró que la visión subjetiva del estatus

social influye mucho más en la salud psicosocial que las medidas objetivas clásicas de

estatus socioeconómico. Hay un dato muy significativo: mientras que el desempleo en

padres disminuye la salud psicosocial el desempleo en madres lo disminuye, lo que

pone de manifiesto no solo las necesidades de afecto que pueden tener estos jóvenes

si no como median arquetipos culturales y sociales sobre los roles en la familia y el

cambio que han experimentado desde el final de la dictadura, en el que las mujeres

tenían una tasa de ocupación similar a los hombres.

13.- Referencia: Pinquart, Silbereisen, (2004).

Título: Changes in psychological distress among East German adolescents facing

German unification: The role of commitment to the old system and of self-efficacy

beliefs.

Países participantes: Alemania del Este. Aunque este país no esté en el estudio por las

diferencias que ya citamos en la introducción, nos parece que las conclusiones del

trabajo son suficientemente significativas como para incluirlo.

Método:

- 488 adolescentes de siete distritos de Leipzig en Alemania Oriental.

- Cuestionarios administrados durante las clases en la escuela en 6 ocasiones

entre 1985 y 1991.

- Análisis correlacional.

Variables independientes: Cambio político y reunificación Alemana.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 62

Variables dependientes: Estrés psicológico.

Variables mediadoras: Compromiso con el sistema político de la República

Democrática Alemana. Creencias sobre autoeficacia.

Resultados y Conclusiones: La muestra elegida estaba formada por jóvenes

comprometidos o no con el antiguo régimen. Se realizó durante los dos primeros años

después de la caída del muro de Berlín. Solo los jóvenes comprometidos y con pocas

creencias sobre autoeficacia antes de la unificación mostraron un incremento

significativo del estrés. Las creencias sobre autoeficacia se muestran como buenos

predictores de la buena adaptación al cambio social.

14.- Referencia: Stelmach, Kaczmarczyk-Chałas, Bielecki y Drygas, (2004).

Título: The association between income, education, control over life and health in a

large urban population of Poland.

Países participantes: Polonia.

Método:

- 1837 hombres y mujeres de entre 18 y 64 en la ciudad de Łódź (segunda en

extensión y población de Polonia), entre 2001 y 2002.

- Cuestionarios administrados durante visitas médicas, estandarizados para el

estudio CINDI de la Organización Mundial de la Salud que incluía: datos

personales, frecuencia de visitas del doctor, cuestionario de control sobre la

propia vida e historial médico.

- Análisis de regresión logística.

Variables independientes: Educación, situación marital, ingresos medidos durante los

cambios socioeconómicos.

Variables dependientes: Salud: Diagnósticos hechos 12 meses antes del estudio como

máximo, más un reconocimiento que incluyó: presión arterial, colesterol y nivel de

azúcar en sangre; número de visitas al doctor y salud autoevlauda.

Variables mediadoras: Control, valoración subjetiva de la salud.

Resultados y Conclusiones: El control vital esta fuertemente relacionado con

enfermedades crónicas. Según los autores, los generadores de esta carencia de

control pueden ser: necesidades diarias insatisfechas, insatisfacción laboral, trabajo

duro sin expectativas de recompensa, bajo control sobre el propio estilo de vida.

Aunque se probó la relación entre educación y dolencias coronarias y de espalda e

ingresos con hipertensión y gastritis, ningún medidor objetivo se ajusta como medida

universal. De todas maneras, educación superior y altos ingresos destacan como

predoctores de una buena salud tanto objetiva como autoevaluada.

Manifestaciones psicopatológicas 63

15.- Referencia: Stock et al. (2003)

Título: Differences in health complaints among university students from three European

countries.

Países participantes: España, Alemania y Lituania.

Método:

- 2343 estudiantes universitarios de primer año de carrera en diferentes

facultades de las universidades de Navarra, Bielefeld y Kaunas.

- Cuestionario que incluía: información sociodemográfica, datos de salud

autopercibida y datos de comportamiento respecto a la salud.

- Análisis factorial, regresión logística multifactorial.

Variables independientes: Sociodemográficas: Edad, género, universidad (país), tipo

de estudios, estatus marital, ingresos).

Variables dependientes: Conductas de riesgo ante la salud (tabaco y alcohol), quejas

somáticas y psicosomáticas,

Variables mediadoras: Diferencia cultural de informar de la enfermedad, diferencias de

género, estrés psicosocial.

Resultados y Conclusiones: Al realizar el análisis factorial aparecen tres factores:

estrés relacionado con género, universidad (lugar) y factores psicosociales. En cuanto

al género, se comprobó que era menor el número de hombres con quejas

psicosomáticas. La universidad de Navarra se tomó como referencia, las otras dos

universidades informaron de menos quejas gastrointestinales, los alemanes menos

quejas psicosomáticas y los lituanos menos quejas de cuello y cabeza. El estrés

psicosocial se relacionó con todos los tipos de quejas. En la universidad lituana

destaca la mayor aparición de nerviosismo y depresión, que coincide con una menor

valoración del apoyo social que perciben. En general la Universidad de Navarra fue la

que mayor número de registros de quejas somáticas tuvo y en mayor medida muestra

altas tasas de conductas de riesgo. Sin embargo en el caso lituano esto no parece

coincidir con la alta mortalidad de este país, por lo que los autores hipotetizan que sea

debido a una diferente manera de informar sobre la enfermedad.

16.- Referencia: Supranowicz, (2005).

Título: Parents' unemployment, selected life conditions, adolescents' wellbeing and

perceived health.

Países participantes: Polonia.

Método:

- 783 estudiantes de entre 14 y 15 años de diez escuelas de educación

secundaria (gymnasiums) en Varsovia.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 64

- Cuestionario que incluía eventos vitales negativos, que habían ocurrido en el

año anterior, pérdida de trabajo del padre o la madre. Salud percibida:

autovaloración de salud y bienestar psíquico y físico.

- Análisis correlacional.

Variables independientes: Desempleo parental.

Variables dependientes: Salud percibida.

Variables mediadoras: No aparecen.

Resultados y Conclusiones: Los hijos de desempleados valoraron significativamente

peor su salud y bienestar físico y psíquico. Los niños cuyos padres habían perdido el

trabajo en el último año informaban de peor ambiente familiar, discusiones, falta de

apoyo, trastornos de salud de los padres, exceso de obligaciones en casa,

empeoramiento de condiciones de habitabilidad, falta de dinero e imposibilidad de

tener vacaciones. Estas diferencias se agudizaban en caso de que los dos padres

estuvieran desempleados.

17.- Referencia: Wardle et al. (2004).

Título: Depression, Perceived Control, and Life Satisfaction in University Students from

Central-Eastern and Western Europe.

Países participantes: Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía, Eslovaquia comparados

con Bélgica, Francia, Alemania, Inglaterra y Holanda.

Método:

- 3571 estudiantes universitarios de Europa occidental comparados con 4793 de

Europa Oriental (en Alemania solo de la parte Occidental).

- Cuestionario propio que incluía control, satisfacción vital y locus de control

sobre la salud.

- Análisis descriptivo de variables, agrupamiento ajustado utilizando el programa

STATA.

Variables independientes: Efectos de la transición medidos en dos momentos.

Variables dependientes: Síntomas depresivos (puntuación en el BDI), satisfacción vital,

salud autoevaluada.

Variables mediadoras: Control y dominio percibido sobre sucesos vitales y sobre la

propia salud. Locus del control:

Resultados y Conclusiones: Los resultados de este estudio (1999 – 2001), están

comparados con los de otro similar realizado durante los primeros años de transición

(1989 -19991). Los síntomas depresivos y la insatisfacción vital eran y son mayores en

los países del Este. Las diferencias en salud autoevaluada entre las dos muestras

actuales son mucho menores, aunque los autores lo achacan al que la población del

Manifestaciones psicopatológicas 65

estudio es joven. En lo referente al control, los estudiantes del Este lo consideraban

bajo en lo referente a las oportunidades pero, sin embargo, cuando se les preguntó por

lo que podían conseguir con su propia acción, era mayor que en Europa Occidental, lo

que refleja mayor pragmatismo. La percepción del control sobre la salud sigue un

patrón que indica que durante los años noventa se ha incrementado la percepción de

responsabilidad y, según los autores esto está asociado al nuevo modelo de sistema

de salud. Al relacionar control y satisfacción se encuentra un patrón consistente:

depresión y baja satisfacción se asocia a bajo control, bajo dominio y locus del control

situado en la oportunidad. Pero el bajo control solo explicaba el 24% de las diferencias

regionales. Aunque esta relación es consistente con nuestras conclusiones los

resultados de este estudio apuntan a que el control percibido es más importante para

explicar variaciones de salud dentro de sociedades que entre poblaciones.

4. CONCLUSIONES.

Como podemos observar, los resultados de la revisión sistemática son muy

complejos. Incluso en ocasiones, lo que en algunos aparece como variables

dependientes en otros aparece como mediadoras. Sin embargo queda claro que entre

las variables macrosociales y las manifestaciones psicopatológicas existen

moduladores subjetivos de naturaleza cognitiva.

El objetivo de esta conclusión es elaborar un modelo de génesis y

mantenimiento del problema. Para ello creemos necesario abordar el problema desde

diferentes perspectivas teóricas, ya que solo con la integración de estas podemos

elaborar un constructo teórico que incluya los todas las variables descritas.

4.1. ENFOQUES TEÓRICOS UTILIZADOS.

Antes de describir la formulación que proponemos es necesario exponer

brevemente las distintas teorías que vamos a utilizar.

4.1.1. MODELO ECOLÓGICO DE BRONFENBRENNER.

El postulado básico del modelo ecológico que propone Bronfenbrenner explica

como el desarrollo humano, supone la progresiva acomodación mutua entre un ser

humano activo, que está en proceso de desarrollo por un lado, y por otro las

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 66

propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que esa persona en

desarrollo vive (García 2001).

Esta visión dinámica del desarrollo humano nos sirve como punto de partida

para la construcción de nuestro modelo. La reestructuración radical del entorno en los

países que estudiamos no ha hecho posible la acomodación mutua de la que habla

este autor. Concretamente la transformación del macrosistema ha funcionado como

una ficha de dominó que ha producido el cambio de demás niveles hasta llegar al

deterioro de los microsistemas. Por ejemplo las políticas de reforma laboral han

producido cambios en la vida diaria de las oficinas, o la introducción de factores que

potencian la cultura individualista ha transformado los patrones de relación

interpersonal.

4.1.2. MODELO TRANSACCIONAL DEL ESTRÉS.

Lazarus y Folkman (1986), definen el estrés psicológico como una relación

entre individuo y entorno que es evaluado por éste como amenazante o desbordante

de sus recursos y que pone en peligro su bienestar. Las transacciones se definen

como procesos dinámicos de interacción entre sujeto y medio.

Trasladando los tres componentes principales que describen estos autores al

problema que nos ocupa, obtenemos lo siguiente.

1. La situación inicial que activa la búsqueda de recursos. Como

hemos visto los desencadenantes más habituales de este

proceso suelen ser los cambios o desaparición del medio laboral.

2. Una evaluación cognitiva que tiene como resultado la

interpretación de este acontecimiento como peligroso para la

integridad del individuo (evaluación primaria), evaluación de

recursos y como manejarla (evaluación secundaria).

3. Activación del organismo estréstrastornos somáticos.

En un estudio basado en esta teoría (Kim, Jungsik, 2001), se pone de

manifiesto la importancia de la valoración subjetiva del cambio político y como afectan

a la percepción de bienestar (y por extensión a la salud mental). Aunque en este caso

se trata de una comparación entre trabajadores con y sin empleo en Corea, el modelo

es fácilmente trasladable a los países de nuestro estudio. Las conclusiones del estudio

explican como la valoración subjetiva del cambio político y social puede influir en la

evaluación de los recursos disponibles. En contraste con los estudios expuestos

anteriormente en los que se ponen de relieve como los habitantes de Europa Central y

Manifestaciones psicopatológicas 67

del Este han dejado de ver con buenos ojos las reformas y privatizaciones llevadas a

cabo por sus gobiernos. Sirva de ejemplo Polonia, quizá uno de los países que más

entusiasmado recibió el nuevo régimen político y económico, cuyos ciudadanos ahora

desaprueban la práctica totalidad de las privatizaciones llevadas a cabo. Según este

modelo, una parte de la responsabilidad del deterioro psicosocial recae sobre la

percepción negativa de las reformas que disminuye la tolerancia a la escasez de

recursos para afrontarlas.

4.1.3. TEORÍAS SOBRE CONTROL.

Como hemos visto el control es un buen predictor de la salud autoevaluada.

Según Wallston (1992, en Fernández y Edo, 1994) el locus de control interno predice

el nivel de salud porque este da lugar a motivación para emitir conductas saludables.

El control percibido también es esencial en el manejo de la ansiedad, en específico el

afrontamiento del estrés laboral, enfermedades crónicas y estrés cotidiano. Alloy y

Abramson (Fernández y Edo, 1994) demostraron que ese control ni siquiera debe ser

real si no que basta con una ilusión de control, una simple percepción subjetiva. Estos

autores incluso han llegado a recopilar evidencias de que los individuos más

adaptados tienen una percepción distorsionada (del control, frente a una visión más

realista en individuos tendentes a la depresión.

Bandura (1986), define autoeficacia como una expectativa más específica y

ligada a la experiencia que el control percibido. En concordancia con el estudio alemán

sobre adolescentes (Pinquart y Silbereisen, 2004), este autor describe a las personas

que se creen que son capaces de emitir conductas que sirvan para prevenir o curar

enfermedades realizarán con mayor probabilidad esas conductas.

Según Fernández y Edo (1994), las situaciones estresantes producen una

interrupción que hace aparecer conductas guiadas más por emociones que por los

resultados. Al aparecer esa interrupción, las creencias sobre control favorecen la

realización de una conducta efectiva y reducen la magnitud y duración de esos estados

emocionales.

4.1.4. ENFOQUE COGNITIVO-CONDUCTUAL.

Nos parece necesario citar un concepto propio de este enfoque, fundamental

para entender el mantenimiento del problema. Una vez el individuo ha perdido su

empleo y su estatus sociolaboral, percibe que las estrategias de afrontamiento que

posee no son válidas en el nuevo entorno, se produce el fenómeno conocido como

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 68

indefensión aprendida (Selligman, 1981). Una vez establecido el individuo pasa a tener

un déficit en la adquisición de respuestas susceptibles de ser exitosas.

Desde el punto de vista de Beck se podría explicar las diferencias de género de

los estudios analizados. Según este autor la excesiva autoexigencia que el define

como una distorsión cognitiva, sería uno de los factores generadores de sintomatología

depresiva. En el caso de los hombres se sigue manteniendo el rol de cabeza de familia

y encargado de la manutención, y esto puede ser el origen de esta autoexigencia que

no puede ser llevada a cabo por las circunstancias.

4.1.5. ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA.

La concepción del hombre como científico de George Kelly (1955) también es

de gran utilidad. Según este autor, y en concordancia con las teorías ya descritas, el

ser humano trata constantemente de predecir y controlar el futuro a través de sus

constructos personales. El concepto de constricción de constructos describe como el

individuo se ve obligado a estrechar el ámbito de validez de sus constructos debido a

una falta de correspondencia con su experiencia. Esto reduciría la ansiedad producida

por la situación pero también la capacidad de reacción y produciría un mantenimiento

del problema por evitación. Frente a las concepciones cognitivas racionalistas este

enfoque nos ofrece una ventaja, y es que la depresión en esta población no se debe a

la irracionalidad, ya que esos esquemas han sido válidos durante décadas, es más

bien la pérdida de capacidad predictiva de estos esquemas lo que produce la génesis

de trastornos psicológicos.

4.2. MODELO EXPLICATIVO.

En el primer capítulo hablamos de modelos complejos para analizar este

fenómeno, hemos utilizado como modelos de partida el la ecuación estructural de Kim

(2000), el modelo teórico de Pinquart y Silberstein (2004) y la teoría “vitamínica” del

desempleo de Warr (1983). Estos modelos nos han servido para integrar las teorías

que acabamos de describir y los datos obtenidos en la revisión. El trabajo de Pinquart

y Silberstein esta aplicado a este mismo momento, pero desde una perspectiva teórica,

por lo que hemos utilizado los elementos que hemos observado en los trabajos

empíricos utilizados. Del trabajo de Kim hemos aprovechado el peso de la percepción

subjetiva del cambio político, como fenómeno (relativamente) diferenciado de sus

consecuencias socioeconómicas. Finalmente, la teoría vitamínica de Warr es una gran

herramienta para situar la importancia del control percibido en el contexto laboral.

Manifestaciones psicopatológicas 69

4.2.1. DESCRIPCIÓN DEL MODELO.

El énfasis de nuestro modelo está en el proceso cognitivo de evaluación del

cambio. En primera instancia, el cambio propicia la evaluación de tres procesos

interrelacionados. Estos son:

El cambio político en si mismo, lo que implica una opinión subjetiva sobre la

situación política que actuará de prejuicio a la hora de evaluar sus

consecuencias. Como hemos visto esta evaluación esta condicionada por

valores ideológicos y la situación material derivada de la transición. La

valoración de la democracia amortigua la visión negativa del cambio

económico.

La reforma laboral. La transformación de los centros de trabajo y la proliferación

del desempleo, acompañado por el rápido cambio en las estrategias válidas

para encontrar puestos han afectado al control percibido de los individuos como

ya hemos visto. La percepción del sistema esfuerzo recompensa también se ha

visto seriamente modificada, como vimos en el tercer capítulo, la meritocracia

ha sido sustituida por una visión de la carrera laboral condicionada a la posición

social.

Las desigualdades sociales. Afectan especialmente a los menos favorecidos

por el cambio, que empiezan a ver la transición desde una óptica diferente. Sin

embargo, la visión subjetiva de la desigualdad es lo que realmente afecta a la

salud, modificando los mediadores cognitivos como ya hemos señalado.

El proceso tiene una consecuencia objetiva fundamental, la deprivación

material, con lo que ello implica para la salud en general. La modificación del concepto

de familia, el paso de una cultura colectivista a una excesivamente individualista, el

fomento de valores consumistas y la visión materialista del estatus social son otras

consecuencias a nivel de macrosistema.

Estos cambios en el macrosistema afectan a todos los sistemas intermedios

hasta llegar al microsistema (individuo y familia). Los constructos personales que en

otros tiempos eran eficaces, se vuelven disfuncionales e incluso son sancionados por

recordar a los valores del antiguo Estado. Sin embargo no se ha producido una

adaptación al nuevo sistema, los adultos tienen problemas de ajuste a las nuevas

estructuras y los jóvenes, aunque mantengan actitudes más funcionales ante las

instituciones, desarrollan conductas de riesgo, probablemente debido a la presión de

factores como la falta de oportunidades de empleo cualificado, estudios, etc.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 70

La evaluación de una situación que requiera búsqueda de recursos va a pasar

por varios mediadores:

La evaluación del cambio, como hemos descrito anteriormente.

Las anteriores creencias sobre autoeficacia.

Otras variables como son el sexo, la capacidad económica o la educación.

El control percibido actúa como un catalizador del proceso de evaluación, y

como tal tiene la capacidad de potenciarlo o inhibirlo. Solo una de las diecisiete

investigaciones consultadas (Bobak, 2005), demuestra que no siempre el control

funciona como un claro mediador. Esto demuestra como la percepción subjetiva es el

principal regulador de la conducta en situaciones de demanda. La evaluación cognitiva

se desarrolla como describimos en el modelo transaccional del estrés. Si el resultado

es negativo, por ejemplo, cuando se valora como injusto el sistema de esfuerzo-

recompensa, o como inútiles los esfuerzos por mejorar, se producen consecuencias:

El locus de control se externaliza. Las conductas que se emiten tienden a

ser erróneas, o mal dirigidas. La combinación de ambos produce

indefensión.

Se pierde capacidad predictiva como consecuencia del paulatino

estrechamiento de los constructos personales del individuo para evitar

adaptar los sucesos a su sistema de constructos.

Una vez el individuo pierde la confianza en sus actuaciones para poder

recuperarse de sus problemas y se establece un esquema conductual de tipo evitativo,

los mecanismos que van a mantener la sintomatología ya están presentes.

En el siguiente y último apartado presentamos un gráfico que nos ayudará a

comprender el modelo.

Manifestaciones psicopatológicas 71

4.2.2. MODELO GRÁFICO.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 72

REFERENCIAS.

Aluoja, A., Leinsalu, M., Shlik, J., Vasar, V., Luuk, K. (2004). Symptoms of depression

in the Estonian population: prevalence, sociodemographic correlates and social

adjustment. Journal of Affective Disorders, 78, 27–35.

American Psychiatric Association (2002). DSM IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico

de los trastornos mentales. Barcelona: Masson.

Arato M. (1996). The Hungarian suicide enigma. L'Encephale, 4, 25-7.

Andrea, H., Bultmann, U., Beurskens, A.J., Swaen, G.M., Van Schayck, C.P., Kant I.J.

(2004). Anxiety and depression in the working population using the HAD Scale:

psychometrics, prevalence and relationships with psychosocial work

characteristics. Social psychiatry and psychiatric epidemiology, 39(8), 637-46.

Aluojaa, A., Leinsalub, M., Shlika, J., Vasara, V., Luuka, K. (2004). Symptoms of

depression in the Estonian population: prevalence, sociodemographic correlates

and social adjustment. Journal of Affective Disorders, 78, 27–35

Bandura, A. (1986). Social foundations of thought and action: A social cognitive theory.

Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall.

Beata Balogová, 2004. (2004, Octubre 11). Do not board the Ship of Fools. The Slovak

Spectator, versión digital.

Beck,A., Rush,J;Shaw,B., Emery, G. (1979). Terapia cognitiva de la depresión. Bilbao.

DDB, 1983.

Bobak, M., Pikhart, H., Kubinova, R., Malyutina, S., Pajak, A., Sebakova, H., Topor-

Madry, R., Nikitin, Y., Caan, W., Marmot, M. The association between

psychosocial characteristics at work and problem drinking: a cross-sectional study

of men in three Eastern European urban populations. Occupational and

Environmental Medicine, 62, 546-550.

Bobak, M., Pajak, A., Kubinova, R., Malyutina, S., Sebakova, H., Topor-madry, R.,

Nikitin Y., Marmot, M. (2006). Depressive symptoms in urban population samples

Manifestaciones psicopatológicas 73

in Russia, Poland and the Czech Republic. The British Journal of Psychiatry 188:

359-365.

Bobaka, M., Pikharta, H., Roseb R., Hertzmanc, C. (2000). Socioeconomic factors,

material inequalities, and perceived control in self-rated health: cross-sectional

data from seven post-communist countries. Social Science & Medicine, 51, 1343-

1350.

Carlson, P. (1998). elf-perceived health in East and West Europe: another European

health divide. Social Sceince and medicine, 46, 1355-66.

Ciment J. (2000). Health situation in former communist bloc is dire, says Unicef. The

Western Journal of Medicine, 172, 61.

Czeslaw, J., Bohdan D., Dudek, B., Krasucki, P., Pietrzykowska, P., Brodniak, W.,

International Labour Office. (2000). Mental Health in the Work Place. Situational

Analysis: Poland. International Labour Organization. Geneva, Switzerland.

Fernández, J., Edo S. (1994). ¿Cómo influye el control percibido en el impacto que

tienen las emociones sobre la salud? Anales de psicología, 10, 127-133

Fromm, E. (1968). El miedo a la libertad. Madrid, España, Paidós.

García, F. (2001). Conceptualización del desarrollo y la Atención Temprana desde las

diferentes escuelas psicológicas. XI Reunión Interdisciplinar sobre Poblaciones

de Alto Riesgo de Deficiencias Factores emocionales del desarrollo temprano y

modelos conceptuales en la intervención temprana Real Patronato sobre

Discapacidad. Madrid.

Gelidaghine, V. (1973). La oposición en la URSS. (Crespo A.C. Trad.). Madrid,

España: Cambio 16.

Geckova, A., van Dijk, JP., Groothoff, JW. (2002). Socio-economic differences in health

risk behaviour and attitudes towards health risk behaviour among Slovak

adolescents. Sozial und Praventiv Medizin,47, 233-9.

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 74

Ginter, E. (1996). High cardiovascular mortality in postcommunist countries:

participation of oxidative stress?). International Journal for Vitamin and Nutrition

Research, 66, 183-9.

Grob., A., Tod, D., Wearing, A., (1996). Adolescent’s well-being and perceived control

across 14 sociocultural contexts. Journal of personality and Social Psychology,

71, 785-795.

Instytut Psychiatrii i Neurologii w Warszawie (1980-2004). Zakłady Psychiatrycznej

oraz neurologicznej opieki zdrowotnej. Rocznik Statystyczny. Instytut Psychiatrii i

Neurologii, Warszawa.

Jagger, C. (2001). Mental health indicators in Europe. United Nations Statistics Division

United Nations Children’s Fund Statistical Office of the European Communities

Centres for Disease Control and Prevention of the United States of America.

International Seminar on the Measurement of Disability. New York

Jenkins, R., Klein, J., Parker, C. (2005). Mental health in post-communist countries.

Recuperado el 4 de octubre de 2005, de

http://bmj.com/cgi/content/full/331/7510/173.pdf

Jenkins, R., Tomov, T., Puras, P., Nanishvili, G., Kornetov, N., Sherardze, M.,

Surgurladze, S., Rutz, R. (2001). Implementing hospital reform in central and

eastern Europe and central Asia: a special issue of Eurohealth newsletter

eurohealth. Vol 7 No 3 Special Issue. London, United Kingdom.

Kalediene, R., Petrauskiene , J. (2004). Socio-economic transition, inequality, and

mortality in Lithuania. Economics and Human Biology, 2, 87-95.

Kallert, TW., Glockner, M., Priebe, S., Briscoe, J., Rymaszewska, J., Adamowski, T.,

Nawka, P., Reguliova, H., Raboch, J., Howardova A, Schutzwohl

M.A.Comparison of psychiatric day hospitals in five European countries:

implications of their diversity for day hospital research. Social Psychiatry and

Psychiatric Epidemiology, 39, 777-88.

Manifestaciones psicopatológicas 75

Kandrychyn, S. (2004). Geographic variation in suicide rates: relationships to social

factors, migration, and ethnic history. Archives of Suicide Research, 8, Number 4,

303-314.

Kelly, G. A. (1955). The psychology of personal constructs. New York, NY: Norton.

Kim, J., Hawaii, U., (2000). Social change and psychological wellbeing: a structural

equation model. Dissertation Abstracts International: The Sciences &

Engineering, 61, 3902.

Kopp, M., Csoboth, C., Rethelyi, J. (2004). Psychosocial Determinants of Premature

Health Deterioration in a Changing Society: The Case of Hungary. Journal of

Health Psychology, 9, 99-109.

Kopp, M., Skrabski, A., Szedmak, S. (2000). Psychosocial risk factors, inequality and

self-rated morbidity in a changing society. Social Science and Medicine, 51, 1351-

61.

Kopp, M., Skrabski, Á. (1996). Behavioural Sciences Applied to a Changing Society.

Budapest: Bibliotheca Septem Artium Liberalium.

Lazaruz, R., Folkman, S. (1986). Estrés y procesos cognitivos. Barcelona: Ediciones

Martínez Roca.

Leinsalu, M. (2002). Social variation in self-rated health in Estonia: a cross-sectional

study. Social Science and Medicine, 55, 847-61.

Lesse, Stanley. (1990). The political and economic changes in central and eastern

Europe: possible macro-psychosociologic implications. American Journal of

Psychotherapy, 44, 2.

Lewis O., Sargent J., Friedrich W., Chaffin M., Cunningham N., Cantor PS. The impact

of social change on child mental health in Eastern Europe. Child & Adolescent

Psychiatric Clinics of North America, 10, 815-824.

Mäkinen (2000). Eastern European transition and suicide mortality. Social Science and

Medicine, 51, 1405-1420

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 76

Marmota, M., Fidrmuc, J., (2000), Economics of Voting in Post-Communist Countries,

Electoral Studies, 19, 199-217.

Ministry of health of Latvia. (2005). Mental Health Government Hgency. Mental Health

care in Latvia 2004. Statistics yearbook. Riga.

Monedero, C. (1978). Psicopatología General. Madrid: Biblioteca Nueva.

Newmann, J. (1991). Psychiatry in Eastern Europe today: mental health status,

policies, and practices. The American Journal of psychiatry, 148, 1386-1389.

Modrzejewska, R., Bomba J. (2004). Prevalence of depression in Krakow population of

17 years old students in years 1984 and 2001. Psychiatria Polska, 38, 13-27.

Murray CJL, Lopez AD, (1996). The global burden of disease: a comprehensive

assessment of mortality and disability from diseases, injuries, and risk factors in

1990 and projected to 2020. Harvard School of Public Health on behalf of the

World Health Organization and the World Bank. Boston, MA.

Organización Mundial de la Salud. (1992). Clasificación Internacional de Trastornos

Mentales y del Comportamiento (CIE-10): Descripciones Clínicas y Pautas para

el Diagnóstico. Ginebra.

Örkény, A, Székelyi, M. (2000), Views on Social Inequality and the Role of the State:

Posttransformation Trends in Eastern and Central Europe. Social Justice

Research, 13, 199-218.

Orviska, M., Caplanova A., Medved, J., Hudson, J. (2002). Attitudes to Change in

Central and Eastern Europe. Recuperado el 30 de mayo de 2005, de

http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/NISPAcee/UNPAN01744

9.pdf

Parliamentary Assembly (2005).Improving the response to mental health needs in

Europe.Doc. 10544.10 May 2005.Report Social, Health and Family Affairs

Committee Rapporteur: Mr Claude Evin, France, Socialist Group. Resolution

Manifestaciones psicopatológicas 77

1460. Recuperado el 12 de junio de 2005 de

http://assembly.coe.int/Documents/WorkingDocs/Doc05/EDOC10544.htm

Pawłowski T; Kiejna A. (2004). Pathways to psychiatric care and reform of the public

health care system in Poland. European Psychiatry, 19, 168-71

Pikhart H. (2002). Social and psychosocial determinants of self-rated health in Central

and Eastern Europe. Boston: Academic Publishers.

Pikhart H, Bobak M, Pajak A, Malyutina, S., Kubinova, R., Topor, R., Sebakova, H.,

Nikitin, Y., Marmot, M. (2004). Psychosocial factors at work and depression in

three countries of Central and Eastern Europe. Social Science and Medicine, 58,

1475-1482.

Pikoa, B., Fitzpatrick, K.M. (2001). Does class matter? SES and psychosocial health

among Hungarian adolescents. Social Science & Medicine, 53, 817–830.

Pinquart, M., Silbereisen, R. K. (2002). Changes in psychological distress among East

German adolescents facing German unification: The role of commitment to the

old system and of self-efficacy beliefs. Youth & Society, 36, 77-101.

Pinquart, M., Silbereisen, R. K. (2004). Human development in times of social change:

Theoretical considerations and research needs. International Journal of

Behavioral Development, 28, 289-298.

Puras, D., Germanavicius, A., Robertas, P., Veniute, M. Jasolinis, D. (2004). Lithuania

mental health country profile. International Review of Psychiatry, 16, 117–125.

Puras (2005, 15 de enero). Mental health of children in countries of central and eastern

Europe: Obstacles and opportunities for implementation of best practices. Informe

presentado a la conferencia Ministerial de la Organización Mundial de la Salud en

2005. Resumen recuperado el 20 de abril de 2005, de

http://www.euro.who.int/document/mnh/esum14.pdf

Rittmannsberger H, Sartorius N, Brad M, Burtea V, Capraru N, Cernak P, Dernovcek M,

Dobrin I, Frater R, Hasto J, Hategan M, Haushofer M, Kafka J, Kasper S, Macrea

R, Nabelek L, Nawka P, Novotny V, Platz T, Pojar A, Silberbauer C, Fekete S,

Francisco José Eiroá Orosa Universidad Autónoma de Madrid 78

Wancata J, Windhager E, Zapotoczky HG, Zochling R. (2004). Changing aspects

of psychiatric inpatient treatment. A census investigation in five European

countries. European Psychiatry, 19, 483-488.

Rosen, G. (1974). Locura y sociedad Sociología histórica de la enfermedad mental (de

la Torre M.T. Trad.). Madrid: Alianza Editorial.

Rutz, W. (2001). Mental health in Europe: problems, advances and challenges. Acta

Psychiatrica Scandinavica, 104, 15.

Seligman, M. (1981). Indefensión. Madrid: Editorial Debate.

Stelmach, W., Kaczmarczyk-Chalas, K., Bielecki, W., Drygas, W. (2004). The

association between income, education, control over life and health in a large

urban population of Poland. International Journal of Occupational Medicine and

Envirmoental Health. 2004;17(2):299-310.

Stock, C., Kucuk, N., Miseviciene, I., Guillen-Grima, F., Petkeviciene, J., Aguinaga-

Ontoso, I., Kramer, A. (2003). Differences in health complaints among university

students from three European countries. Preventive Medicine, 37, 535-543.

Supranowicz, P. (2005). Parents' unemployment, selected life conditions, adolescent’s

wellbeing and perceived health. Przeglad Epidemiologizny, 59, 773-80.

Svejnar, J. (2002). Transition Economies: Performance and Challenges. Journal of

Economic perspectives, 16, 3-28.

The National Research and Development Centre for Welfare and Health. (2002).

Establishment of the indicators for mental health monitoring in Europe. Final

Report. Helsinki, Finland.

Tomov T, Mladenova M, Lazarova I, Sotirov V, Okoliyski M. (2004). Bulgaria mental

health country profile. International Review of Psychiatry, 16, 93-106.

Voracek, M., Fisher, M. L., Marušic, A. (2003). The Finno-Ugrian Suicide Hypothesis:

Variation in European Suicide Rates by Latitude and Longitude. Perceptual &

Motor Skills, 97, 401-406.

Manifestaciones psicopatológicas 79

Warr, P. (1983). Jobs and unemployment. Bulletin of the British Psychological society,

36, 305-311.

Wardle, J., Steptoe, A., Gulis, G., Sartory, G., Sek, H., Todorova, I., Vogele, C., Ziarko,

M. (2004). Depression, Perceived Control, and Life Satisfaction in University

Students from Central-Eastern and Western Europe. International Journal of

Behavioral Medicine. Vol. 11, No. 1, pp. 27–36

World Health Organization. (2001). Country reports from the WHO European Network

on Mental Health. WHO Regional Office for Europe. Recuperado de

http://www.euro.who.int/document/E76230.pdf

World Health Organization. (2002). The world health report 2001 - Mental Health: New

Understanding, New Hope. Geneva.

World Health Organization. (2003). Mental health in WHO’s European Region. WHO

Regional Office for Europe. Recuperado de

http://www.euro.who.int/document/rc53/edoc07.pdf

World Health Organization. (2005). Health For All Data Base (Versión electrónica).

Regional ofice for Europe.

Zaluska, M., Paszko, J. (2002). The importance of community services for rehabilitation

and social support to decrease psychiatric hospitalization. Psychiatria Polska, 36,

953-966.

View publication statsView publication stats