Manejo del espacio geomorfológico en un valle intermontano de...

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Acta geológica lilloana 20 (1): 29–39, 2007 29 Manejo del espacio geomorfológico en un valle intermontano de la provincia de Tucumán durante la época prehispánica R E S U M E N Se presenta un análisis del manejo prehispánico del espacio en el valle de Trancas (provincia de Tucumán-Argentina). Dicho análisis se basó en la realización de un mapa geomorfológico en el que se destacaron las diferentes unidades de paisaje que componen el valle (glacís y terrazas, principalmente). Asimismo, se caracterizaron los diferentes sitios arqueológicos localizados teniendo en cuenta su asignación cultural dentro del rango temporal correspondiente al período Formativo – Desarrollos Regionales. Se determinaron las relaciones espaciales existentes entre las unidades geomorfológicas y los sitios arqueológicos asociados a ellas. Finalmente se discutieron las implicancias de las relaciones espaciales establecidas en el valle. PALABRAS CLAVE: Relaciones espaciales, geomorfología, arqueología, geoarqueología. A B S T R A C T “Management of the geomorphologic space in a valley of Tucumán province during the Prehispanic Time”. An analisys of prehispanic space managment at Trancas valley (Tucumán province, Argentina) is presented. This analisys is based on the elaboration of a geomorphological map were different landscape units, that are part of the valley, are highlight (glacis and terraces mainly). Also, diferent archaeological sites were characterized taken account of their cultural assignment into the temporal rank, corresponding to the Formative Regional Developments period. Spatial relationships between geomorphological units and archeological associated sites were settled. Finally, spatial relationships stablished for the valley are disccussed. KEYWORDS: Spatial relationships, geomorphology, archaeology, geoarchaeology. Caria, Mario A. Instituto de Geociencias y Medioambiente (INGEMA). CONICET – Instituto Superior de Estudios Sociales. Miguel Lillo 205, (4000) San Miguel de Tucumán. [email protected] INTRODUCCIÓN Existen pocos estudios realizados en la provincia de Tucumán sobre las relaciones entre las unidades de paisaje y las ocupa- ciones humanas prehispánicas. Entre ellos, cabe destacar los estudios realizados por Sampietro (2002) en el valle de Tafí, don- de relacionó las diferentes unidades ar- queológicas y su distribución espacial en el cono del Río Blanco. Caria (2003) realizó un estudio sobre los aspectos paleoambien- tales en relación a la arqueología de la cuenca Tapia-Trancas, en el cual destaca- ba la importancia de relacionar las dife- rentes unidades geomorfológicas con los diferentes tipos de sitios arqueológicos. También asoció estas relaciones con los eventos paleoambientales que afectaron el área estudiada, proponiendo tres modelos de ocupación del espacio. Para la zona del Infiernillo, Caria et al. (2006) realiza- ron un estudio sobre los diferentes tipos de sitios arqueológicos asociados a las diver- sas unidades geomorfológicas, generando un modelo de ocupación diferencial del espacio durante el Formativo. Por último, Miguez (2006) realizó un trabajo donde estableció el sistema de ocupación prehis- pánico en relación al paisaje del piede- monte de las sierras de San Javier. El presente trabajo ofrece la cartografía geoarqueológica realizada en el centro- Norte de la provincia de Tucumán-Argenti- na, específicamente en el valle intermonta- no de Trancas. Se muestran las relaciones entre las diferentes unidades geomorfológi- cas y los tipos de sitios arqueológicos de- tectados y ubicados en el valle para el período Formativo – Desarrollos Regiona- les. Para ello se usaron técnicas de mapeo y control de campo, que se especifican en la metodología. Igualmente se explican los parámetros utilizados para definir la asig- nación temporal y cultural de los sitios prospectados en el valle. Recibido: 30/11/06 – Aceptado: 07/06/07

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Manejo del espacio geomorfológico en un valleintermontano de la provincia de Tucumán durante laépoca prehispánica

R E

S

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E

N — Se presenta un análisis del manejo prehispánico del espacio en el valle de Trancas

(provincia de Tucumán-Argentina). Dicho análisis se basó en la realización de un mapa geomorfológico enel que se destacaron las diferentes unidades de paisaje que componen el valle (glacís y terrazas,principalmente). Asimismo, se caracterizaron los diferentes sitios arqueológicos localizados teniendo en cuentasu asignación cultural dentro del rango temporal correspondiente al período Formativo – DesarrollosRegionales. Se determinaron las relaciones espaciales existentes entre las unidades geomorfológicas y lossitios arqueológicos asociados a ellas. Finalmente se discutieron las implicancias de las relaciones espacialesestablecidas en el valle.

PALABRAS CLAVE: Relaciones espaciales, geomorfología, arqueología, geoarqueología.

A B

S

T

R

A

C

T — “Management of the geomorphologic space in a valley of Tucumán province during

the Prehispanic Time”. An analisys of prehispanic space managment at Trancas valley (Tucumán province,Argentina) is presented. This analisys is based on the elaboration of a geomorphological map were differentlandscape units, that are part of the valley, are highlight (glacis and terraces mainly). Also, diferentarchaeological sites were characterized taken account of their cultural assignment into the temporal rank,corresponding to the Formative – Regional Developments period. Spatial relationships betweengeomorphological units and archeological associated sites were settled. Finally, spatial relationships stablishedfor the valley are disccussed.

KEYWORDS: Spatial relationships, geomorphology, archaeology, geoarchaeology.

Caria, Mario A.

Instituto de Geociencias y Medioambiente (INGEMA). CONICET – Instituto Superior de Estudios Sociales.Miguel Lillo 205, (4000) San Miguel de Tucumán. [email protected]

INTRODUCCIÓN

Existen pocos estudios realizados en laprovincia de Tucumán sobre las relacionesentre las unidades de paisaje y las ocupa-ciones humanas prehispánicas. Entre ellos,cabe destacar los estudios realizados porSampietro (2002) en el valle de Tafí, don-de relacionó las diferentes unidades ar-queológicas y su distribución espacial en elcono del Río Blanco. Caria (2003) realizóun estudio sobre los aspectos paleoambien-tales en relación a la arqueología de lacuenca Tapia-Trancas, en el cual destaca-ba la importancia de relacionar las dife-rentes unidades geomorfológicas con losdiferentes tipos de sitios arqueológicos.También asoció estas relaciones con loseventos paleoambientales que afectaron elárea estudiada, proponiendo tres modelosde ocupación del espacio. Para la zonadel Infiernillo, Caria et al. (2006) realiza-ron un estudio sobre los diferentes tipos desitios arqueológicos asociados a las diver-

sas unidades geomorfológicas, generandoun modelo de ocupación diferencial delespacio durante el Formativo. Por último,Miguez (2006) realizó un trabajo dondeestableció el sistema de ocupación prehis-pánico en relación al paisaje del piede-monte de las sierras de San Javier.

El presente trabajo ofrece la cartografíageoarqueológica realizada en el centro-Norte de la provincia de Tucumán-Argenti-na, específicamente en el valle intermonta-no de Trancas. Se muestran las relacionesentre las diferentes unidades geomorfológi-cas y los tipos de sitios arqueológicos de-tectados y ubicados en el valle para elperíodo Formativo – Desarrollos Regiona-les. Para ello se usaron técnicas de mapeoy control de campo, que se especifican enla metodología. Igualmente se explican losparámetros utilizados para definir la asig-nación temporal y cultural de los sitiosprospectados en el valle.

Recibido: 30/11/06 – Aceptado: 07/06/07

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Se utilizaron para este estudio un totalde 21 sitios arqueológicos (tabla 1) co-rrespondientes a los detectados en los tra-bajos de campo realizados durante losaños 1998-2002 (Caria, 2003, 2004) y losmencionados en la bibliografía arqueológi-ca existente para el área de estudio (He-redia, 1974, 1976; Berberián y Soria,1970; Berberián et al., 1977; Esparrica,1997, 1999).

Finalmente, se realiza una discusiónsobre las posibilidades de inferir criteriosde regularidad en la ocupación espacialen el valle durante los períodos prehispá-nicos considerados.

CARACTERÍSTICASDEL ÁREA DE ESTUDIO

Ubicación.— Uno de los principales rasgosgeográficos que particularizan a la provin-cia de Tucumán es su variabilidad topográ-fica. Se distinguen dos grandes regiones:una de llanuras, en el Este y Sur y unamontañosa, que ocupa mayormente el occi-dente de la provincia. Su orografía estáconstituida por: 1) el Sistema de SierrasSubandinas que ocupa el Noreste de la pro-vincia y comprende las Sierras de Medina,Nogalito, La Ramada y del Campo, concotas que varían entre los 600 msnm y los2000 msnm y 2) el Sistema de Sierras Pam-peanas que ocupan el Oeste de la provin-cia, donde se destacan las Sierras de Quil-mes, Cumbres Calchaquíes y Sierras delAconquija (Sesma et al., 1998).

El valle de Trancas se encuentra ubica-do (26°15’ S, 65°35’ W punto Noroeste y26°35’ S, 65°19’ W punto Sureste) entre losfaldeos orientales de las Cumbres Calcha-quíes y los faldeos occidentales de las Sie-rras de Medina. Limita al Este con lasSierras de Medina y al Norte con lasCumbres de Yarami. Al Oeste, desde elNorte al Sur, con Sierra de La Totora,Cumbre de Taco Yaco culminando en lasCumbres de Taficillo. Las poblaciones másimportantes son Trancas, Choromoro, Vi-pos, Tapias y Ticucho (Alderete, 1998).

Fitogeográficamente la vegetación co-rresponde al bosque de transición entre laYunga y el Bosque Chaqueño (Cabrera,

1976). En el valle de Trancas el BosqueChaqueño ocupa el centro Norte y la Yungael Oeste del valle. En esta región, las zo-nas de los glacís presentan principalmentebosques xerófilos de horco-quebracho (Schi-nopsis marginata), quebracho blanco (Aspi-dosperma quebracho-blanco), yuchán (Ceibaspeciosa), brea (Cercidium praecox), tusca(Acacia aroma), Capparis sp., algarroboblanco (Prosopis alba), tipa (Tipuana tipu),garabato (Acacia furcatispina), mistol (Zyzi-phus mistol), sombra de toro (Jodina rhom-bifolia), guayacán (Caesalpinia paragua-riensis), chañar (Geoffroea decorticans) yvarios géneros de cactáceas (Trichocereus,cardones [Cereus sp.], tunas [Opuntiaspp.]). En las áreas deprimidas, la salini-dad y las restricciones en el drenaje condi-cionan la composición florística, dando lu-gar a comunidades halófitas.

Geomorfología general del valle de Tran-cas.— Según Sayago et al. (1998), el va-lle de Trancas constituye una cubeta tectó-nica flanqueada por los cordones de lasCumbres Calchaquíes y Medina-Candelariaal Oeste y Este respectivamente, a los quese adosan sedimentos cretácicos y tercia-rios intensamente plegados y fracturados.Biselando el sustrato precuaternario, loscursos fluviales de carácter subsecuente(controlados por las estructuras) han desa-rrollado un conjunto de valles fluviales encuya génesis y evolución han tenido un rolimportante los paleoclimas y la neotectóni-ca cuaternaria. Las formas más destaca-bles por su extensión y desarrollo son losglacís que truncan el sustrato sedimentariocretácico y terciario, de los cuales es posi-ble distinguir dos niveles que alcanzarondesarrollo regional. El nivel superior y másantiguo, está mejor conservado en el con-tacto con los cordones montañosos quemarginan la cuenca (a veces cubierto conun manto detrítico que le da el carácterde glacís cubierto), mientras que en elcentro aparece como relicto mesetiformeaislado, producto de la destrucción de laprimitiva superficie del glacís. El nivel in-ferior presenta mayor continuidad espacialocupando las explanadas y el fondo de losvalles en artesa generados por la disección

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de los sedimentos precuaternarios queconstituían el nivel más antiguo. Debido alcarácter poligénico de las formas de apla-namiento es difícil establecer su edad. Lacubierta clástica que recubre estas superfi-cies podría atribuirse tentativamente alPleistoceno tardío y al Holoceno por extra-polación de dataciones efectuadas en depó-sitos similares en el ámbito provincial.

Las formas fluviales están representadaspor los sistemas de los ríos Tala, Acequio-nes, Choromoro y Vipos, que desembocanen el río Salí. Presentan un nivel de terra-za bien definido que, por el carácter delos sedimentos que lo componen y recu-rrencia en todo el valle, sugiere una géne-sis bajo condiciones climáticas más húme-das que las actuales. La cubierta loésicacon la que generalmente culmina la terra-za indicaría un período posterior más secocon manifiesta disminución o inexistenciade escurrimiento, seguido finalmente porel desarrollo de la llanura de inundaciónactual con el retorno de condiciones máshúmedas.

Una unidad de paisaje característica delcontexto arqueológico del valle correspon-de al glacís cubierto. El glacís es unaunidad topográfica de pendiente longitudi-nal neta (media entre 1 y 5%) constante oligeramente cóncava, pero sin pendientelateral. En el extremo superior de un gla-cís puede hallarse una montaña, una zonade vertiente poco elevada, una cresta es-tructural aislada o un monte aislado.Aguas abajo, el glacís puede desembocaren una terraza aluvial, una pedillanura, ala que se une sin solución de continuidad,o a una zona de acumulación. Los glacísen general se desarrollan bajo climas ári-dos a semiáridos, condiciones con las cua-les adquieren mayor relevancia los proce-sos de desgaste de las rocas y transportede detritos (Collantes, 2001). Asimismo,especialmente en condiciones semiáridas,cambios muy pequeños en las precipitacio-nes o de origen antrópico, pueden producircambios considerables en la cobertura ve-getal, a los cuales responde el paisaje. Siesos cambios implican una disminución dela vegetación se produce, en consecuencia,una tendencia a la erosión y a la forma-

ción de nuevos cursos de drenaje. Viers(1974: 109) sostiene que “como la mayorparte de los glacís han sido disecados porla erosión lineal, es fácil leer en ellos, enbuenos cortes naturales, su evolución. Casisiempre, encima de un sustrato de roca insitu se puede observar un manto aluvial dedesigual espesor que va desde unos decí-metros a algunos metros. Cuando el mantoesconde el sustrato completamente, se lla-ma glacís cubierto”. Estas geoformas, ca-racterísticas del valle de Trancas, ademásde las laderas denudativas, son el elemen-to de altura que le da carácter al relievegeneral del valle.

MARCO METODOLÓGICO

Sayago (1982) destaca que todo mapao carta debe ser manejable manualmentedentro de una escala acorde a la comple-jidad y volumen de la información repre-sentada. De esta forma, la recomendaciónde una escala para un determinado nivelde complejidad clasificatoria, debe presen-tar suficiente flexibilidad en relación a ladistribución espacial de los elementos con-siderados.

La fotointerpretación tiene la caracte-rística de que puede abarcar grandes ex-tensiones en una única fotografía permi-tiendo el estudio de correlaciones entrerasgos que son imposibles de apreciar enel terreno. Además, muestra los patronesde distribución que hacen más fácil la de-tección y delimitación de posibles áreas deestudio. Sin embargo, la complejidad delmapeo cartográfico, a partir de fotografíasaéreas y la detección de los sitios arqueo-lógicos en el terreno, radica en las carac-terísticas de la geografía del valle, propiade un ambiente de transición entre el Bos-que Chaqueño y la Yunga.

Para la base cartográfica geomorfológi-ca se utilizaron fotografías aéreas a escala1:50000 (2765-002-16 a 26; 003-8 a 19;004-9 a 18 y 005-2 a 16. Año 1978), anali-zadas con los criterios del ITC de Holanda.Posteriormente se efectuaron los controlesde campo para corroborar el mapeo.

Desde el punto de vista arqueológico serealizaron prospecciones de campo me-

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diante medios pedestres, lo que permitiólocalizar y ubicar los diferentes tipos desitios. La localización no pudo hacerse através de la fotointerpretación, puesto quelas condiciones de visibilidad por la vege-tación y la escala de análisis —1:50000—no lo permitieron. En algunos de ellos serealizaron excavaciones y en otros se rele-varon las estructuras y se recolectaron ma-teriales superficiales.

Los sitios fueron definidos a partir deindicadores como ser: estructuras de pie-dra, concentraciones de materiales artefac-tuales (cerámica, lítico, instrumentos demolienda, entre otros). No se señalan eneste trabajo los análisis que se efectuaronal material recuperado de las excavacio-nes y de las recolecciones superficiales.Solamente se mencionan aquellos rasgosque sirvieron al objetivo específico del pre-sente trabajo (las características arqueoló-gicas del valle de Trancas fueron señaladasen Caria (1998, 2004).

La identificación de los sitios en cuan-to a su posible asignación cultural y tem-poral se basó en las características delpatrón de asentamiento (forma de la es-tructura, asociación con otros elementos;e.g., cerámicas). Dado que no en todos lossitios se contó con fechados absolutos,1 serealizó un análisis comparativo teniendoen cuenta los atributos definidos para lostipos de asentamientos estudiados por He-redia (1974) y Berberián y Soria (1970)en el área de estudio y alrededores. Estoes importante de señalar ya que en losanálisis espaciales y elaboración de mapasde distribución arqueológica la temporali-dad de los sitios arqueológicos es de granimportancia (Hodder y Orton, 1990). Ladificultad de definir la relación espacialentre los sitios arqueológicos está dadapor las diferencias en la cronología decada uno de ellos. Por eso es importantetener claro el esquema temporal que ca-racteriza a cada sitio o al conjunto de si-tios presentes en un espacio concreto. Deesta manera las relaciones espaciales esta-blecidas sobre la ocupación del espaciotendrán un sesgo de error menor al mo-mento de realizar las interpretaciones per-tinentes (Johnson, 2000).

Los trabajos de campo posteriores alanálisis cartográfico estuvieron orientadosal control in situ de las unidades geomor-fológicas mapeadas y de los sitios arqueo-lógicos estudiados en las décadas de 1960y 1970.

RESULTADOS

Unidades geomorfológicas.— El área de es-tudio se caracteriza por la presencia deladeras denudativas, glacís de Nivel 1 y deNivel 2 (glacís cubierto), paleocauces, va-lles de fondo plano, terrazas fluviales, lla-nura de inundación y cauces fluviales (fi-gura 1). Estos crean una unidad morfoló-gica relativamente llana, donde se desta-can las unidades de glacís como elementosde altura.

Glacís cubierto: Los glacís que fueronpuntualizados en el análisis espacial res-pecto a los sitios arqueológicos, presentanlas siguientes características (figura 1):

Los glacís del Este del valle se orientanen su eje longitudinal de NNO a SSE. Susuperficie suele presentar vegetación carac-terística del bosque montano, y por lo ge-neral suele tener una cubierta detrítica su-perficial muy pobre. Entre las quebradasque separan los distintos sectores de losglacís se abren grandes cárcavas comoproducto del escurrimiento del agua du-rante las épocas de lluvia.

En la actualidad el hombre no ocupaeste tipo de relieve para residencia, perosuelen encontrarse claros de vegetacióncomo producto de la extracción de made-ras y pastoreo bovino.

Al Oeste del valle, los glacís se orien-tan longitudinalmente de NNE a SSO, si-guiendo la orientación de los ríos Tacanasy Tipas. Estos glacís presentan una cober-tura vegetal del bosque de transición a laYunga. La vegetación es más cerrada yabundante, propia de un ambiente máshúmedo en relación al que se presenta enlos glacís del Este. Tienen suelos más de-sarrollados y por ende los carcavamientosson poco frecuentes, los que a su vez estánestabilizados por la vegetación. Estos gla-cís suelen utilizarse para residencia de lapoblación actual.

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Figura 1. Mapa geomorfoarqueológico de la Cuenca Tapia-Trancas. Sitios: 1) El Cadillal; 2) Los Ribero;3) Acequia; 4) Ticucho 1; 5) Yago; 6) La Cortada; 7) San Vicente (T:10); 8) Chuscha (T:3); 9) CementerioZárate Sud; 10) Zárate Sud; 11) Tambo; 12) Moya; 13) Molleyaco; 14) Rupachico; 15) Monte Bello; 16)Mortero Hachado; 17) La Ovejería; 18) La Esquina; 19) Potrero Grande; 20) Rodeo Grande.

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Terrazas fluviales: Las terrazas se en-cuentran presentes en mayor número sobreuna de las márgenes de los diferentes sis-temas fluviales que conforman la fisono-mía del valle, variando de tamaño segúnsu localización. Estas unidades varían en-tre 100 m a 1.500 m de ancho, presen-tando las mayores dimensiones las que seencuentran sobre la margen Sur de losríos Vipos, Choromoro y Acequiones. Sobreestas terrazas se desarrolla una parte im-portante de la actividad agropecuaria dela zona (Páez, 2000).

Tipos de sitios arqueológicos.— Se deter-minaron tres tipos de sitios arqueológicosque se presentan con cierta regularidad enel valle: 1) habitacionales, 2) entierros y3) arte rupestre (tabla 1; figura 1).

1) Los sitios habitacionales se identifi-caron en el terreno por la presencia depiedras dispuestas en forma sub-circular ocircular (1,5 a 3 m de diámetro), o biencomo alineamientos de piedra de 1 a 2metros de largo que están relacionados, enla mayoría de los casos, con las estructu-ras circulares. Este patrón, típico de lossitios identificados como Candelaria porHeredia (1974, 1976) en el valle de Tran-cas, sufrió pocas modificaciones en cuantoa su arquitectura durante todo el Formati-vo.2 Los sitios habitacionales correspon-dientes al período de Desarrollos Regiona-les han sido mencionados por Berberián ySoria (1970) en Zárate Sud, al Noroestedel valle y el de Mortero Hachado, alOeste del valle (Esparrica, 1997, 1999).Estos sitios presentan un patrón similar aldescrito para los de la cultura Santamaria-na en el valle de Santa María (Tarragó,1987; Nastri, 1998, 1999).

2) Los sitios de entierro del Formativose identificaron en el terreno mediante ladetección de huaqueos que dejaron al des-cubierto lajas y grandes fragmentos perte-necientes a las típicas urnas Candelaria(en algunos casos pudieron recuperase res-tos óseos en diferentes condiciones de con-servación [Colaneri y Caria, 2000 a y b]).Los sitios de enterratorios asociados alperíodo de Desarrollos Regionales presen-tan urnas típicas del estilo Santamariano y

de cistas de piedra con entierros humanosmúltiples (Tarragó, 1987). En el valle, losmateriales característicos de la culturaSantamariana aparecen asociados a mate-riales Candelaria (e.g., urnas) (Berberián ySoria, 1970; Berberián et al., 1977 y Es-parrica, 1997, 1999).

3) Los sitios de arte rupestre se carac-terizan porque se encuentran sobre sopor-tes rocosos (bloques o paredones) próximosa los ríos o arroyos (Marcos, 2005). Sue-len estar asociados a sitios habitacionales,aunque no se han realizado estudios alrespecto. Estos sitios han sido estudiadospor Heredia (1968) y Marcos (2005) y fue-ron ubicados, tentativamente, como perte-necientes al Formativo temprano y medio.

Tipo de sitios arqueológicos vs. unidadesde paisaje.— El análisis de los diferentestipos de sitios arqueológicos y su ubica-ción en el relieve puede utilizarse paradefinir ciertas relaciones en cuanto al ma-nejo del espacio en el valle. Para esto esimportante también tener en cuenta laasociación temporal definida para cadasitio y su relación con las unidades depaisaje:

1) Relación entre tipos de sitios:3 deltotal de sitios estudiados el 52% (11) co-rresponde a sitios habitacionales, el 29%(6) a sitios de entierros y el 19% (4) aarte rupestre (tabla 1).

2) Relación entre unidades de paisaje:de las unidades de paisaje que están enrelación con los sitios arqueológicos el71% (15) corresponde a unidades de glacísy el 29% (6) a unidades de terrazas.

3) Relación entre sitios habitacionalesy unidades de paisaje: el 64% (7) de lossitios habitacionales se ubican sobre losglacís y el 36% (4) sobre terrazas.

4) Relación entre sitios de enterratoriosy unidades de paisaje: el 67% (4) de lossitios de entierros se ubican en los glacísy el 33% (2) en las terrazas.

5) Relación entre sitios de arte rupes-tre y unidades de paisaje: el 100% (4) deestos sitios se encuentran asociados a gla-cís (sobre las laderas o pendientes suavesque terminan cerca de los ríos o arroyos).

6) Relación entre sitios del Formativo y

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Sitio

San Pedro deColalao (T-T)

Choromoro(T-T)

San Vicente(T-T)

Ticucho (T-T)

Ticucho (T-T)

Ticucho (T-T)

Ticucho (T-T)

San Pedro deColalao (T-T)

San Pedro deColalao (T-T)

San Pedro deColalao (T-T)

San Vicente (T-T)

San Pedro deColalao (T-T)

Abra de La Esquina(T-T)

Rodeo Grande (T-T)

Potreo Grande (T-T)

San Pedro deColalao (T-T)

Zárate Sud(T-T)

Rearte (T-T)

Zárate Sud(T-T)

El Cadillal(TV-T)

El Cadillal(TV-T)

Molleyaco:sitio T-18

Chuschasitio T-3:

San Vicente:sitio T-10

Ticucho 1

Acequia

Los Ribero

Yago

Moya

Tambo

Rupachico:sitio T-17

La Cortada

Monte Bello

Piedra deLa Esquina

Rodeo Grande(El Cajoncito)

Potrero Grande

La Ovejería

Recintoshabitacionalessit io 2:

Mortero Hachado

Cementerio 1sit io 1:

Villa cariñosit io 1:

Entrada Río Tapiasit io 2:

Ubicación*Asignación

culturaly temporal

Tipode

sit io**

Unidadgeomorfo-lógica***

Cita

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Heredia (1968, 1974)

Heredia (1974)

Heredia (1970, 1974)

Caria (1998, 2004)

Caria (2004)

Caria (2004)

Caria (2004)

Caria y Páez (2000,2001)

Caria (2004)

Heredia (1968, 1974)

Colaneri y Caria(2000 a, b)

Caria (2004)

Marcos (2005)

Marcos (2005)

Marcos (2005)

Heredia (1968)

Berberián y Soria(1970)

Esparrica (1997,1999)

Berberián y Soria(1970)

Berberián et al .(1977)

Berberián et al .(1977)

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Candelaria-Formativo

Formativo

Formativo

Formativo

Candelaria-Formativo

Santa María-Desarro-llos Regionales

Santa María-Desarro-llos Regionales

Santa María-Desarro-llos Regionales

Santa María-Desarro-llos Regionales

Santa María-Desarro-llos Regionales

Tabla 1. Sitios considerados en el análisis espacial. *(T-T): Trancas-Tucumán; (TV-T): Tafí Viejo-Tucumán;**H: habitacional; E: enterratorios; AR: arte rupestre; ***G: glacís; T: terraza.

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Desarrollos Regionales: se estableció queel 76% (16) pertenecen al período Forma-tivo y el 24% (5) al de Desarrollos Regio-nales.

7) Relación entre tipo de sitios delFormativo: el 56,25% (9) son habitaciona-les, el 18,75% (3) son entierros y el 25%(4) son de arte rupestre.

8) Relación entre tipos de sitios del pe-ríodo Desarrollos Regionales: el 40% (2)son habitacionales y el 60% (3) correspon-de a entierros. No se identificaron sitioscon arte rupestre para este momento(Marcos, 2005).

9) Durante el Formativo los glacís fue-ron ocupados o elegidos en un 75% (12) ylas terrazas en un 25% (4). Mientras quedurante los Desarrollos Regionales los gla-cís fueron ocupados en un 60% (3) y lasterrazas en un 40% (2).

DISCUSIÓN

La importancia de establecer cuantitati-vamente la relación de los sitios arqueoló-gicos con las unidades de paisaje, radicaen que permite fundamentar con mayorexactitud cómo fue la dinámica o el pro-ceso de ocupación del valle. El resultadode los valores porcentuales obtenidos esun indicador para analizar el uso diferen-cial del espacio durante gran parte de suocupación. Por ejemplo, puede visualizarseque el 64% de los entierros están relacio-nados a los glacís. Por otra parte, resultaclaro que la predominancia de los sitioshabitacionales (52%) se explica en quesiempre tendrán mayor representatividad,dado que los grupos humanos, ya seacomo familias extensas o pequeños pobla-dos, poseen por lo general un solo espaciode enterratorio que puede o no coincidircon las unidades habitacionales (González,1960; Berberián y Nielsen, 1988).

En el caso del valle de Trancas los es-pacios dedicados a los entierros estánapartados de las unidades habitacionales(Heredia, 1976), por lo que ocupan unespacio diferencial. Esta característica seda incluso durante el período de Desarro-llos Regionales en el valle (Berberián ySoria, 1970; Esparrica, 1993). Hasta el

momento no se han localizado sitios habi-tacionales con entierros dentro de estos.

Si bien el número de sitios identifica-dos para los Desarrollos Regionales (5) enel valle es mucho menor que para los delFormativo (16), se observa un aumento delos sitios de enterratorio respecto a loshabitacionales. Esta característica podríaestar reflejando, hipotéticamente, situacio-nes de estrés en la población, motivadopor un desmejoramiento en las condicionesambientales hacia el 1000 AP, y que ha-brían producido un índice de mortalidadmayor respecto a los momentos anterioresde ocupación del valle (Caria, 2004). Nose identificaron, hasta ahora, sitios conarte rupestre para momentos tardíos.

Las unidades de terrazas son las quemenos relaciones tienen con el sistema deocupación en el valle (25%) a lo largodel Formativo. Durante el momento deDesarrollos Regionales las terrazas fueronocupadas en un 40% en relación a los gla-cís, aumentando su frecuencia respecto almomento anterior. Una posible explicaciónen el uso diferencial de las terrazas fluvia-les, en uno y otro momento, puede estardada por el comportamiento paleofluvial.Estudios realizados para el valle en base aperfiles pedológicos y polínicos asociadosa sitios arqueológicos indican que duranteel Formativo prevalecieron condiciones demayor humedad que las actuales (sitioAcequia), mientras que a partir del 1000AP se instalaron condiciones más secas (si-tio Ticucho 1) (Caria y Garralla, 2003,2006; Caria, 2004). Esto podría explicar,tentativamente, que los sitios habitaciona-les y de enterratorios ocupen mayoritaria-mente los glacís durante el Formativo yno las terrazas (que podrían haber sidoafectadas por las variaciones estacionalesdel caudal de los ríos, provocando inunda-ciones periódicas). Durante el Tardío, ladisminución de esas variaciones habríaposibilitado el uso de las terrazas, tantopara habitación como para cementerios.

Los sitos de arte rupestre localizadoshasta el momento se encuentran en la par-te más occidental del valle y fueron asig-nados al Formativo Temprano. Según Mar-cos (2005) existe una clara relación entre

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el emplazamiento del arte rupestre y laproximidad con los cursos de agua y consendas o antiguos caminos de paso a otrosambientes. Durante el Formativo, esta re-lación con los cursos de agua se podríavincular, a su vez, con la presencia de si-tios de enterratorios que se encuentran so-bre las terrazas fluviales y los ubicados enlas laderas de los glacís que miran hacialos ríos del valle. De esta forma estaría-mos, en términos de Criado Boado(1993), ante una racionalidad simbólicadel espacio. Es decir, los emplazamientosde los sitios de entierro (por lo menos enmás del 30% de los casos) y los de arterupestre (100%) estarían respondiendo apautas estrictamente culturales más que acaracterísticas propias de las unidades depaisaje. Si los sitios de arte rupestre fue-ron utilizados, entre otras funciones, comoseñales o indicadores de vías de accesocon áreas externas al valle, puede señalar-se entonces que sirvieron como elementode enlace: por un lado, entre las diferentesunidades de paisaje que conforman el va-lle, y por otro, entre los sitios propios delvalle con los ubicados en los sectores su-periores y el piedemonte occidental de lasCumbres Calchaquíes y el valle de SantaMaría. Relaciones de movilidad de estetipo se analizaron para el extremo Sur delpiedemonte tucumano y los valles de Tafí,La Ciénega, Campo del Pucará, entreotros (García Azcarate y Korstanje, 1995).

Los sitios de habitación que se encuen-tran localizados sobre los glacís tienenuna orientación visual hacia los cursos deagua, específicamente los colectores secun-darios del Río Salí. En el mapa de distri-bución de sitios (figura 1) puede observar-se que estos se encuentran siguiendo la lí-nea de agua. Esto es, los ríos Vipos, Cho-romoro, Acequiones, Tacanas y Tipas. Estarelación pudo haberse mantenido en eltiempo, incluso hasta la época de contac-to. Según las fuentes etnohistóricas, estadistribución, además de tener su causa fun-damental en la disponibilidad inmediatade agua, se debió también a que “los pue-blos ejercían su territorialidad en espaciosde una a dos leguas cuadradas” (Noli,1999: 212) y “de cuatro a ocho leguas

cuadradas” (Noli, 1998: 36) desde los cur-sos de agua más cercanos, ya que sobreellas ejercían el trabajo agrícola por seca-no, la pesca y recolección de frutos. Tam-bién, la disponibilidad de especies para lacaptura o caza era más factible cerca delos cursos de agua permanente, dada laetología de las especies de presunta consu-mición.

CONCLUSIONES

Del análisis y discusión de los datos sepuede concluir que:

1) La unidades geomorfológicas utiliza-das con regularidad en el valle de Tran-cas, durante toda la época prehispánica,fueron los glacís y las terrazas fluviales.

2) Durante el Formativo las tres cuar-tas partes de los sitios arqueológicos seencuentran ocupando los glacís, siendo lasterrazas fluviales menos recurrentes paraeste momento. Mientras que en el períodode Desarrollos Regionales, hay un aumentoen el porcentaje de sitios que ocupan lasterrazas (si bien se considera que el nú-mero se sitios registrados no es significati-vo, puede interpretarse como una tenden-cia, la cual puede contrastarse en el futu-ro con nuevos hallazgos). Posiblemente esteaumento esté respondiendo a condicionan-tes paleoambientales, afectando los ciclosde crecida estacionales de los cursos deagua que conforman el valle.

3) Los sitios de habitación son más nu-merosos en relación a los enterratorios y dearte rupestre. Como ya se discutió, esto res-pondería a que los espacios habitacionalesestarían sujetos, por ejemplo, a la movili-dad del grupo, a la incorporación de nue-vos miembros o a la disponibilidad de losrecursos estacionales (Caria 2004). Por elcontrario, los lugares de entierro suelenocupar un único espacio, como lo demues-tran los estudios de Heredia (1976) y Ber-berián y Soria (1970).

4) La generación de una cartografíageomorfoarqueológica posibilitó visualizarla distribución de los sitos arqueológicos.Ello, junto con los controles de campo,permitió establecer que prácticamente to-dos los sitios están relacionados a los cur-

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sos de agua. Esta relación respondería,por un lado, a la accesibilidad de los re-cursos naturales (recolección de frutos,posible práctica de agricultura por secano,caza de mamíferos, pesca, etc.) para lossitios de habitación y por otro, a cuestio-nes de carácter simbólicas o sagradas (en-tierros en espacios diferenciados y arte ru-pestre).

5) Finalmente, se considera que el es-tudio de las relaciones espaciales prehispá-nicas en un ámbito acotado, como es elvalle de Trancas, y con una ocupaciónprácticamente continúa de más de 1000años, permite comprender las diferentesracionalidades que pautaron la dinámicasocio-cultural de los grupos indígenas.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo se financió con el ProyectoPICTO 884 y PIP 6211. El autor agradeceal Dr. Sayago, Dra. Collantes, Lic. Neder,Lic. Páez, Lic. Gómez Augier y a los árbi-tros por sus observaciones.

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NOTAS

1 Únicamente existen hasta el momento seissitios con fechados absolutos en el contexto arqueo-lógico del valle y sus alrededores: El Ceibal: 1545± 35 AP y El Quebrachal: 910 ± 45 AP (Heredia,1974); Sitio 1) Villa Cariño: 910 ± 100 AP y Sitio2) Entrada Río Tapia: 910 ± 130 AP (Berberián etal., 1977) y Acequia: 3420 ± 40 AP y Ticucho 1:1020 ± 35 AP (Caria, 2004).

2 Heredia (1974) realizó una secuencia cronoló-gica de ocupaciones Candelaria en la cual estable-ció una serie de Fases culturales que abarcabatodo el Formativo (200 a.C al 1000 d.C). Ademásestableció el típico patrón de asentamiento Cande-laria, patrón que se repetía en toda el área dedispersión de Candelaria (Heredia, 1976). Si bien laprimera y la últ ima fase fueron cuestionadas ymodificadas posteriormente en base a un análisisestrictamente esti l íst ico de la cerámica (NúñezRegueiro y Tartusi, 2002), las características de lasestructuras habitacionales no presentan cambiossustanciales y se las sigue considerando propiasdel Formativo del área.

3 En un trabajo anterior (Caria, 2003) estosporcentajes priorizaban a los sitios de entierros comomás representativos. A la luz de los nuevos trabajosde campo (Caria, 2004; Marcos, 2005) esos porcen-tajes se invirtieron y son los que se presentan eneste trabajo.

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