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Revista Magisterio de la Secretaría de Educación

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Magisterio, órgano de difusión de la Dirección General de

Educación Normal y Desarrollo Docente. Publicación

Bimestral. Año 1 Núm. 3 Enero-Febrero de 2002. Esta edición

consta de 5, 000 ejemplares.

Número de autorización del Comité Editorial de la

Administración Pública Estatal: A: 205/4/024/02-1

Las opiniones contenidas en los artículos son responsabilidad de

los autores. No reflejan necesariamente la opinión de la

Dependencia. Se autoriza la reproducción de los materiales,

siempre que se cite la fuente.

Favor de enviar toda colaboración a la Dirección General de

Educación Normal y Desarrollo Docente. Av. José Vicente

Villada 112. Primer Piso. C. P. 50000. Toluca, Méx.

Teléfonos 2 14 13 79 y 2 14 80 36 Fax: 2 14 16 85. Correo electrónico:

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Esta revista es elaborada con papel reciclable

Lic. Arturo Montiel Rojas Gobernador Constitucional

del Estado de México

Ing. Alberto Curi Naime Secretario de Educación, Cultura

y Bienestar Social

Lic. Rogelio Tinoco García

Subsecretario de Educación

Básica y Normal

Profr. Víctor Serrano Guerra Director General de Educación Normal

y Desarrollo Docente

DIRECTORI

Roberto Sebastián Nava Fabela Coordinador Editorial

Antonio Toledo Guerrero Corrector de Estilo

Consuelo Cardona Estrada Diseño Gráfico y Formato

Bertha Susana Montoya Gómez Captura

Logo

CXX ANIVERSARIO DE

LA EDUCACIÓN NORMAL

EN EL ESTADO DE MÉXICO

3

2 Simbolismo

Representa la historia del Normalismo en

la Entidad.

EDITORIAL

4 En el Estado de México se cumplen ciento veinte años

de la educación normal, es importante reconocer sus

hechos y comprometerse con una formación docente

de calidad.

7 Cronología normalista (Estracto) Alfonso Sánchez García

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

NORMAL MEXIQUENSE

El normalismo mexiquense ha

pasado por diversos episodios

trascendentes en la formación de

maestros, entre los que destacan

ideología, mística y vocación de

servicio.

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S

U M A R I O

18 Cuestión de dígitos... Pleito de normales Alfonso Sánchez García

Desde las páginas del pasado de la

educación normal estatal, el

“Profesor Mosquito”, en 1993

compart ió con las nuevas

gene rac iones de maes t ros

normalistas una anécdota sobre las

Escuelas Normales Número 1 y

Para Profesores de Toluca, y que

hoy se publica para recordar el

estilo peculiar del maestro

Sánchez, y el inicio de las

normales toluqueñas.

20 Del Normalismo antes de 1882 Jorge Velásquez Martínez

En este artículo se recuerdan diversos tiempos y

espacios en la formación de docentes previos al 4 de

mayo de 1882.

EXPRESIÓN ARTÍSTICA

44 Te juro, bien amada José Santos Valdés

46

48

La gran aventura de los libros Alicia Ramírez Cortés

Carta a Don Quijote Jóse Loreto Anselmo

Alquisiras

La escuela rural mexicana durante los gobiernos posrevolucionarios 1921-1934 Antonio López Espinosa y María del Rosario López Espinosa

64

EXPERIENCIA EDUCATIVA

31 La formación de docentes Rubén Becerril Báez

Las escuelas normales están

comprometidas en favorecer la

formación de docentes con

fortaleza de espíritu, voluntad

férrea, conciencia clara y

honestidad profesional a toda

prueba.

39 La escuela primaria en la formación de los futuros docentes Esteban Araujo García

La escuela primaria y sus profesores titulares deberán

reconocerse como expertos en educación para

desempeñar la formación de asesores, mediadores,

maestros de técnica y maestros de didáctica o

laboratorio de docencia.

50 La estructura simbólica del ser docente a través del discurso y la ejecución de las prácticas pedagógicas Víctor Ambrosio Espinoza Chávez

Los estilos de pensamiento, mediante la recuperación de

actos simbólicos encontrados en la reconstrucción de

historias de vida de alumnos de la escuela normal,

permiten encontrar las representaciones del mundo

escolar que viven.

Educación ambiental: compromiso del normalismo mexiquense con la sobrevivencia y la dignidad humana Rosalinda Martínez Morales

Las Escuelas Normales Números 1,2,3 y 4 de

Nezahualcóyotl, la Normal de los Reyes y la Normal de

Texcoco desarrollan el proyecto de mantenimiento a la

reforestación en la zona de Texcoco.

59

La escuela rural de educación primaria de 1921 a 1934 es el

inicio, desarrollo, consolidación y culminación de los esfuerzos

de los gobiernos posrevolucionarios.

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2

SIMBOLISMOS

El conjunto de estos elementos

El propósito de una educación integral, que comprende la formación física, artís-

tica, técnica y humanística del ser humano.

abc

La razón misma del docente: La enseñanza.

Antena y computadora

Representan los avances técnicos en la comunicación,

aplicados a la difusión de la cultura.

Alumnos, aula y maestro

Simbolizan el acto educativo proyectado hacia

la formación integral donde interactúan docente y alumnos.

La figura humana

y la estrella

El ser humano, protagonista del acto educativo,

siempre en dinámico movimiento de superación,

iluminado por la luz del conocimiento,

representado por la estrella.

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3

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EDITORIAL

4

l normalismo mexicano se ha constituido en uno

de los principales impulsores de la educación

pública. Dos aspectos lo hacen peculiar: vocación

y mística de servicio. Su fortaleza radica en la

formación inicial que imparten las escuelas nor-

males, promotoras de una educación basada en la

ciencia, tecnología y el humanismo; cuyas peculiaridades la distin-

guen como laica, democrática, gratuita y obligatoria. Todo ello, pro-

ducto de la lucha de los mexicanos por las grandes causas sociales de

beneficio colectivo, que a través de la historia y a lo largo del tiempo

se han suscitado para alcanzar mayor madurez política.

El normalismo en nuestro país ha representado una alternativa de

preparación profesional para los jóvenes que desean servir a la na-

ción, desde el pedestal de la cátedra, por eso, ser normalista implica

compromiso con las instituciones y amor pedagógico que se traduce

en la entrega permanente del mayor esfuerzo para educar a la niñez y

juventud mexiquense con alto sentido profesional y humano.

E

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El normalismo se ha forjado a base del arduo que-

hacer educativo desarrollado en las aulas por los ma-

estros, su responsabilidad les demanda y les exige

actualizar sus saberes y mejorar sus actitudes, para

educar y orientar a las nuevas generaciones e inte-

grarlas de manera positiva a la estructura funcional

de nuestra sociedad.

El normalismo es código de conducta profesional y

compromiso vivo de mujeres y hombres que han

abrazado la carrera de la docencia. Tener conciencia

normalista es ser solidario de las causas más nobles

del ser humano, como pueden calificarse las de la

cultura, la justicia, la libertad y los valores que han

permitido al ser humano ir desde las cavernas hasta

las estrellas.

Poseer conciencia normalista es justipreciar la obra

de quienes han cumplido ejemplarmente, a través del

tiempo y del espacio, con la misión social de conver-

tirse en guía, paradigma y motivo de legítimo orgullo

de los que hoy continúan su obra, lo mismo en la

escuela dotada de múltiples medios y recursos didác-

ticos, que en la que tiene sólo carencias, lo mismo en

el aula citadina que la escuela rural, y el reto es igual

para el maestro de uno u otro medios: ofrecer un ser-

vicio de calidad, para orientar a sus alumnos a la

realización plena de su personalidad.

En el Estado de México oficialmente se cumplen

ciento veinte años de la educación normal, desde el 4

de mayo de 1882, fecha en la que se creó la Escuela

Normal para Profesores. Desde entonces el normalis-

mo mexiquense ha sido impulsado por las diferentes

administraciones gubernamentales. En el siglo XX

durante las décadas de los sesentas y setentas, la edu-

cación normal se expandió, a causa de la necesidad

de maestros en diversas regiones nacionales.

Hacia 1984 por acuerdo del Ejecutivo Federal, la

educación normal es elevada al grado de Licenciatu-

ra, con ello, se revaloró la función social del docente.

La carrera de profesor adquirió un sesgo teórico e

ideológico, pero aún con la necesidad de relacionar

estrechamente la formación inicial docente con la

práctica desarrollada en la educación básica.

En 1997 el gobierno federal, a través de la Secretaria

de Educación Pública y los gobiernos de los estados,

implementó el Programa de Transformación y Forta-

lecimiento Académicos de las Escuelas Normales,

con el propósito de elevar la calidad del servicio.

Hoy se avanza en la formación docente acorde con

las necesidades del subsistema educativo estatal y el

perfil de egreso del nuevo maestro, pero sin descono-

cer problemáticas generales y específicas que para

cada institución representan desafíos, ante los cuales

es imprescindible actuar con profesionalismo, trabajo

colegiado y valorar cada una de las participaciones

magisteriales, porque la revaloración social de los

maestros, empieza por el reconocimiento del trabajo

educativo de cada compañero profesor, sobre todo y

ante todo, por el respeto a la diversidad de personali-

dades, anteponiendo el interés social al individual.

La docencia es uno de los trabajos más elevados y

delicados que desarrolla el ser humano. De los maes-

tros depende en parte la calidad humana de los ciu-

dadanos, y por tanto la grandeza de una nación.

¿Quién no se debe a los maestros? El normalismo es

impulsor de la movilidad social , es esencia de traba-

jo y presencia de una sociedad cada vez mejor.

Así ha sido evidente desde nuestros antepasados, con

dos grandes instituciones educativas de la vida pre-

hispánica: El Calmécac y los telpochcalli. Tras la

conquista se crearon los colegios San José de Belén

de los Naturales, el de Santa Cruz Tlatelolco, el de

Nuestra Señora de la Caridad, entre otros.

La educación impartida por los conquistadores se

estructuró con base en la cultura europea y la cual

estaba a cargo de clérigos. En el siglo XVI se fundó

la Universidad de México, no obstante la mayor par-

te de la población era analfabeta.

El movimiento de Independencia trajo consigo el

interés por educar a toda la población con base en el

laicismo, la libertad, la democracia, entre otros facto-

res que permitieron el surgimiento de la Escuela

Lancasteriana.

Para el Dr. José María Luis Mora ―el mejor apoyo al

sistema democrático es la educación‖, hoy a ciento

5

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6

veinte años seguimos dedicados a la tarea de ofertar

una educación democrática como un sistema de vida,

en el cual se apuesta a que todos los mexicanos reci-

ban el beneficio educativo, para así abatir la delin-

cuencia, la marginación social, el analfabetismo,

entre otros problemas que afectan a la nación.

En esta gran tarea educativa, encontramos en el de-

venir histórico del normalismo mexiquense grandes

maestros como Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel

Altamirano, Laura Méndez de Cuenca, Remedios

Colón, Gregorio Torres Quintero, Agustín González,

Heriberto Enríquez, Juan Rosas Talavera, Luis

Herrera Montes, Agripín García Estrada, Carlos

Hank González, Adrián Ortega Monroy, Alfonso

Sánchez García, Esteban Nava Rodríguez, Domingo

Monroy Medrano, Horacio Zúñiga, Josué Mirlo, Ro-

dolfo García Gutiérrez, Cristina Fiebrent, Filiberto

Navas Valdés, Manuel Hinojosa Giles, Hermino

González Robles, Eudoxia Calderon Flores, entre

otros.

Todos ellos han legado a las nuevas generaciones su

actitud de unidad y solidaridad y que se sintetizan en

su dedicación permanente al servicio educativo de la

población en edad escolar, con base en su conciencia

de responsabilidad ética y política, con el apoyo de

las concepciones universales e ideas y paradigmas

que coadyuvan a mejorar la vida de los mexicanos.

El mayor ejemplo de trabajo que es cimiento de la

escuela pública y del normalismo es indudablemente

el legado del Lic. Benito Juárez García ―Benemérito

de las Américas‖, el compromiso de servir a la patria

con base en una educación laica, por eso ser norma-

lista es pertenecer a la esencia de la unidad nacional,

en pro del advenimiento de una sociedad cada vez

más educada, con pleno ejercicio de la libertad de

conciencia, y una permanente labor educativa basada

en la ciencia. Como expresa el Lic. Arturo Montiel

Rojas, Gobernador Constitucional del Estado de

México, ―Al recordar a Juárez, siguen vivos los pre-

ceptos de justicia, de sinceridad y serenidad, de sus

justos conceptos sobre el origen del poder y la uni-

dad nacional, de la dignidad de la nación y hasta de

la estrategia militar. Juárez vive en cada mexicano

que hace suyas estas ideas.‖ Y es que en Juárez en-

contramos el ejemplo de un educador donde su pala-

bra estaba plenamente articulada con su actitud, con

sus hechos, en el normalista prevalece el compromi-

so de ser el mejor ejemplo de conducta para las nue-

vas generaciones de mexicanos abreven de él, porque

su palabra esta empeñada en la gran causa de educar.

Para la administración del gobierno de la entidad que

encabeza el Lic. Arturo Montiel Rojas es una priori-

dad la educación, al ser el medio más valioso del

desarrollo individual y social, asimismo herramienta

de la justicia social. Por eso al celebrar ciento veintes

años de educación normal ratifica su compromiso de

seguir impulsando a la educación estatal y le recono-

ce al magisterio normalista su trabajo al servicio de

los mexiquenses, porque juntos avanzamos en el la

responsabilidad hacia la labor que a cada quien co-

rresponde.

El normalismo mexiquense seguirá asumiendo el

compromiso de ejercer la profesión magisterial con

los más altos valores éticos, acciones didácticas, es-

trategias de aprendizaje , sentido humano y el mayor

esfuerzo para impulsar un servicio educativo de cali-

dad.

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7

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN NORMAL

MEXIQUENSE

Septiembre: El diputado local Carlos Riveroll, propone ante la Legislatura del Estado que se

establezca por Ley la carrera de maestro (o preceptor, como se les llamaba entonces), a fin de

darle la respetabilidad necesaria a su importante servicio. Indicaba una formación lancasteria-

na, que, en su concepto, era la única que había dado buenos resultados hasta entonces. 1849

ALFONSO SÁNCHEZ GARCÍA

Profesor, Escritor, Historiador y

Periodista.

Cronología

Normalista

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8

3 de Mayo: El Gobernador, Lic. José Zubieta establece por Ley una Junta

Superior de Instrucción Pública Primaria, cuya cláusula sexta ordena termi-

nantemente: ―Se establecerá una escuela normal para profesores y otra para

profesoras en la capital‖. 1881

16 de Octubre: El Gobernador, Lic. Mariano Riva Palacio, emite la Ley de

Instrucción Pública conocida por el año de su expedición, que incluye las

propuestas del Diputado Riveroll en sus artículos 5° y 11°. Circunstancias

políticas influyeron para que estos ordenamientos legales no llegaran a la

práctica.

1850

19 de Octubre: El Gobernador, Lic. Alberto García decreta la

nueva Ley Orgánica del Instituto Literario de Toluca, en cuyo

currículum de carreras se incluye la de profesor de instrucción

primaria, para la que se podían obtener títulos de primera y

segunda clase, según la duración de los estudios. Cinco años

de la primera, con inclusión de materias pedagógicas. Tres

años de la segunda, a base sólo de materias instructivas. Este

intento no se puede considerar aún como Escuela Normal.

1872

10 de Abril: El Gobernador, Lic. José Zubieta, en uso de las facultades que le concedía el

decreto del 3 de mayo 1881, ordena el establecimiento de la Escuela Normal de Profesores,

con el objeto de formar profesionales, que entonces se consideraron de primera, segunda y

tercera categoría, en las condiciones que imponía específicamente el propio Decreto. Éste

indicaba también que provisionalmente el nuevo plantel funcionaría en El Beaterio, local en el

que se encontraba establecida la Escuela de Niñas anexa al Instituto Literario de Toluca.

1882 “Escuela normal para profesores.

―Ayer a las siete de la noche y bajo la presiden-

cia del C. Gobernador del Estado Lic. José

Zubieta, se inauguró solemnemente en el lugar

donde era la capilla del Beaterio, una escuela

con el nombre con que encabezamos estas

líneas. El acto estuvo de lo más lucido y

animado, tanto por el sin número de personas

que á el concurrieron, como por las piezas

literarias que se recitaron‖.

4 de Mayo: ESTA SEÑALADA FECHA

DEBE ESTABLECERSE EN DEFINITIVA,

COMO LA QUE INDICA LA FUNDA-

CIÓN DE LA NORMAL DE PROFESO-

RES, Y POR ENDE, LA INICIACIÓN

FORMAL DEL NORMALISMO EN EL

ESTADO DE MÉXICO. La gaceta del

Gobierno, llamada entonces ―La Ley‖, pu-

blicó un anuncio que comprueba de modo

fehaciente la anterior aseveración; damos a

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9

23 de Mayo: El Gobernador, Lic. José Zubieta decreta y da a conocer el Reglamento Para la

Expedición de Títulos de Profesoras de Instrucción Pública, que señala el primer intento serio

de incluir a las mujeres en el beneficio de la educación superior normalista. No habiendo plan-

tel femenino, sólo se exigía a las jóvenes un mínimo de dos años de práctica, y la presentación

del examen recepcional con demostración directa en la Escuela de Niñas.

1884

15 de Diciembre: Se imprime a la educación normalista su primera reforma de fondo, al in-

cluirse en las carreras para preceptores de primera y segunda categorías, un currículo de mate-

rias como Higiene Infantil y Escolar, Elementos de Psicología, Métodos de Enseñanza, Peda-

gogía Práctica, Administración Escolar, etc. Como dato sustancial debe asentarse que fue

entonces cuando se inició la exigencia para los aspirantes de la ―práctica en un estable-

cimiento público”.

1886 Diciembre: La Escuela Normal para Varones se

desliga total y definitivamente del Instituto Litera-

rio, al pasar a depender sólo de la Junta Superior de

Instrucción Pública. El Gobernador Zubieta juzga

conveniente que también salga del edificio del

Instituto, y ordena que se inicien las gestiones para

la construcción de una casa para la Normal. Cues-

tiones económicas impiden la realización de este

proyecto.

Febrero: Se inaugura en la ciudad de México la Escuela Normal para

Profesores, que más tarde sería la Nacional de Maestros. A instancias del

poeta Ignacio Manuel Altamirano se había decretado la creación de ese

plantel desde el 17 de diciembre de 1885; sin embargo, fue hasta poco

más de un año después que comenzó sus funciones. La inauguró el Gral.

Porfirio Díaz.

1887

14 de Junio: Se instituye en México, D.F., la Escuela Normal para Profesores, en lo que fuera

la Escuela Nacional Secundaria para Niñas. Inmediatamente se produce en Toluca una co-

rriente favorable hacia la creación de un tipo similar de establecimiento. 1888

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El Gobernador Villada, disuelve las Juntas de Instrucción Pública en el Esta-

do, igual que la Superior que funcionaba en Toluca y las sustituye por las

Académias Municipales de Preceptores. Funcionó de manera muy eficiente

la de la capital del Estado. Editó ―El Boletín Pedagógico‖ e imprimió a la

educación su matriz modernista, logrando que se considerara a la Normal del

Estado como institución modelo.

10

24 de Septiembre: El Gobernador, Cnel. José Vicente Villada

decreta la creación de la Escuela Normal para Profesores y

Artes y Oficios, en el establecimiento conocido como Asilo

para Niñas Huérfanas y que ocupaba los anexos del ex conven-

to del Carmen.

1891 14 de Octubre: Se incorpora a la Escuela Normal de Profeso-

res el importante plantel de educación media (secundaria) que

llevaba el nombre del Cnel. José Vicente Villada.

21 de Julio: El Gobernador Villada decreta la nueva Ley Orgánica para la Realización de los

Estudios de Maestro, que habría de regir en las dos normales. 1899

Enero: Se da a conocer el Reglamento Interior de la Escuela Normal

para Profesoras, que se habrá de conservar durante un tiempo largo.

El Gobernador Villada envía a las profesoras Silvina Jardón y Elvira

Nozari a Italia, con la maestra María Montessori, a fin de que se capa-

citen para imprimir a la Educación Normalista reformas de gran tras-

cendencia. Posteriormente, ambas maestras serían directoras de la

Normal de Profesoras e influyeron también en el planteamiento técnico

de la Normal de Profesores. 1900

1890

En su afán de suplir las carencias de maestros, especialmente en el interior del Estado, el Go-

bernador Villada determina la creación, dentro de las escuelas primarias de Toluca, de los

―Departamentos de Instrucción Pedagógica‖, donde en un año o año y medio se preparaban

―Profesores Prácticos y Científicos‖, que se preferían a los solamente prácticos. Esta promo-

ción surgió de la Escuela Normal de Profesores y la supervisaron, todo el tiempo que estuvo en

vigencia, los pedagogos de ese plantel.

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Se crea el organismo consultivo Consejo Superior de Enseñanza Secundaria, al que se encarga

la elaboración de los programas de estudios medios y superiores, y uno de sus primeros traba-

jos es la formulación de los que se debían seguir en la Normal de Profesoras. 1902

2 de Febrero: Se expide la Primera Ley Orgánica de la Escuela Normal de Profesores de Ins-

trucción Primaria del Estado, ya totalmente separada de la Ley Orgánica del Instituto.

2 de Abril: Se implantan en la Normal de Profesores los Programas de Estudios elaborados por

el Consejo Superior de Enseñanza, que ya venían siendo aplicados en la Normal de Profesoras.

Con base en estos instructivos, la enseñanza en ambas normales se encaminó especialmente a la

preparación científica, así como profesional y práctica de los futuros mentores, con amplia

utilización de materiales didácticos traídos del extranjero y el aprovechamiento integral de los

talleres que ya existían en las escuelas de artes y oficios.

1903

27 de Septiembre: con la presencia del plenipoten-

ciario español Marquéz de Polavieja, y del Gober-

nador Gral. Fernabndo González, se inaugura el

edificio de la Normal de Profesores en una solemne

ceremonia. 1910

El Gobierno del Estado instrumenta todo lo necesario para la construcción

del edificio de la Normal de Profesores. Se escoge el terreno y se enco-

mienda la obra al Arq. Vicente Suárez Ruano, notable toluqueño, hijo de

don Carlos Suárez Ruano y discípulo distinguido de Rodríguez y Arangoity

y Rivas Mercado, dos de los más grandes constructores del siglo pasado.

Pedagogos de la Normal intervienen para dictaminar sobre las adaptaciones

del edificio a las necesidades de la carrera. Era gobernador el General

Fernando González.

1907

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12

Al intensificar las actividades revolucionarias y entrar en crisis el país, desaparece la Normal

de Profesores. Por lo que toca a la Normal de Profesoras, asume la Dirección la maestra Re-

medios Colón, quien a duras penas logra sostener la escuela y alimentar a las internas, ya que

ninguna autoridad atendía estos problemas. La maestra Colón hizo el translado de su plantel

del Carmen al edificio nuevo de las calles de Independencia.

1913

Superada la crisis, la maestra Colón entrega el man-

do de la Normal Femenil al maestro Anacleto

López. La Constitución de 1917 habrá de imprimir

nuevos derroteros a la enseñanza normal en el Esta-

do de México.

Se establecen, atendiendo el Artículo 229 de la

propia Constitución, las Escuelas Prácticas Norma-

les. Eran diurnas y nocturnas. Egresaban profesores

de educación rudimental o elemental. Se dice que

produjo muchos de estos instructores, antecedente

directo de los maestros rurales, pero no se menciona

en ninguna parte en qué lugares funcionaron.

25 de Marzo: Se implanta en el local de Independencia la Pri-

mera Escuela Normal Mixta que funcionó en el Estado de Méxi-

co.

17 de Julio: El violento cambio sufrido por nuestra sociedad,

obliga también al cambio de estructuras educativas. Este día se

dan a conocer los nuevos Planes y Programas Educativos para la

Normal Mixta.

1918

Como un hecho notable en la vida de nuestra Escuela Normal, se hace cargo

de su Dirección el maestro Gregorio Torres Quintero, notable pedagogo de

fama internacional, autor del célebre Método Onomatopéyico para la ense-

ñanza de la lectura y la escritura.

1920

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13

20 de Abril: La educación normalista en el Estado da un paso atrás

al decidirse, por parte del Gobierno del Gral. Abundio Gómez, que

se liquide la escuela Mixta y se vuelva al sistema unisexual, que-

dando el plantel femenino en las calles de Independencia y el mas-

culino otra vez anexo al Instituto.

1921

El Gobernador Carlos Riva Palacio crea la Dirección General de Educación Pública, que habrá

de prevalecer con el tiempo dentro del cuadro de mandos que prescribe para el Gobierno la

Ley Orgánica del Poder Ejecutivo. Se designa como primer Director al maestro Ignacio

Quiroz Gutiérrez. 1925

1921 21 de Octubre: Después de una serie de ins-

trumentos especiales destinados a ordenar la educa-

ción, de los cuales fue el último un llamado Conse-

jo General Universitario, el Gobernador Abundio

Gómez decide, al fin, crear un instrumento oficial

de mayor eficacia: la Dirección Técnica de Educa-

ción Pública, este sí verdadero antecedente de la

Dirección actual. Se designa Director al eminente

pedagogo Agustín González. Entre otros instru-

mentos burocráticos nace el Consejo Técnico, del

que forman parte los directores de las Normales.

Después de una temporada de mediocridad, a la sombra

del Instituto, se establece la Escuela Normal de Profeso-

res, ocupando el edificio anexo al templo del Carmen.

Reforma los planes de estudio una comisión integrada

por los maestros Enriqueta Aman, Ildefonso Velázquez,

Remedios Colón, Carolina Romero, Silvina Jardón,

Consuelo Mendoza y Heriberto Enríquez. La carrera que

se establece es de 5 años.

1926

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14

15 de Marzo: Se establece en la antigua hacienda “La Tenería” de Tenancingo, la primera

Escuela Normal Agropecuaria, que se conoció mucho tiempo con el nombre de Escuela Gran-

ja. (Hoy Escuela Normal Rural). El Gobernador don Carlos Riva Palacio la dotó de 500 hectá-

reas de terreno y desde un principio trabajó con éxito. Vino a cristalizar el fallido intento de la

Normal Rural de Capultitlán, que realmente no pasó del plano experimental y que nunca pudo

realizarse, por malos manejos de sus dirigentes.

1929

Los estudiantes normalistas que ya en 1920 habían dado muestras de sus

inquietudes sociales, intervienen en las luchas del magisterio por sus reivin-

dicaciones laborales y apoyan ese año a la ―Liga del Magisterio‖, en su

huelga contra el Gobierno de don Filiberto Gómez. Son factor esencial en

el arreglo del conflicto y la restitución de los maestros que habían

sido cesados.

1932

La primera huelga en el Instituto Científico y Literario, es apoyada también por el estudiantado

normalista, que cada vez se hace más consciente de su situación social y política como institu-

ción de raigambre popular.

1934 Agosto: El ingeniero Enrique E. Schultz, director

honorario de la Escuela Normal de Profesoras; orga-

niza el Consejo Consultivo de Educación Normal, en

el que intervienen los más destacados maestros, para

estudiar las reformas a los planes de estudio. De la

Normal emerge también el Instituto de Orientación

Socialista, que pretende dar una idea clara de lo que

es y busca la educación socializada al estilo carde-

nista.

Año crucial para el normalismo. Se adoptan en ambos plante-

les, el femenil y el masculino, los Planes de Estudios de la

Nacional de Maestros. El ingeniero Schultz es autorizado por

el Consejo Facultativo de la Normal de Profesoras, por el

Consejo Técnico de Educación y por la Junta General de Nor-

males (abarcaba los dos de Toluca) para crear la Normal Mix-

ta, separándole la secundaria: otros de sus planteamientos

fueron vertebrar definitivamente la escuela secundaria, y reins-

talar en las normales la práctica pedagógica, que había sido

suprimida desde los tiempos de la Revolución.

1935

Page 17: Magisterio3

15

Enero: Se realiza la fusión de las dos normales,

ocupando el edificio de

Independencia. El internado de varones permanece

en el edificio de El Carmen y se encomienda la

Dirección al ingeniero Schultz.

Una violenta huelga da al traste con las reformas y

aunque el movimiento se resuelve favorablemente a

los maestros, sale de la Normal el ingeniero

Schultz.

1936

Llega a la Normal el notable pedagogo Luis Herrera Montes, quien reestructura la secundaria e

introduce nuevos derroteros al aspecto vocacional, a la utilización de talleres para dar salidas

colaterales a los estudiantes y crea el Departamento de Psicopedagogía, elemento nuevo dentro

de la Normal. Se estructura y empieza a funcionar la Sociedad de Alumnos. Por otra parte,

planea técnicamente las prácticas pedagógicas. Este trabajo lo había iniciado en su breve paso

por la Normal don Mariano Miranda Fonseca.

1938

Algunos movimientos estudiantiles de importancia agitan la Normal, especialmente bajo la

dirección del Lic. Roberto Garcíamoreno. 1939

La última huelga importante sacude al magisterio. A fines de ese año el Bloque Magisterial se

enfrenta al Cnel. Wenceslao Labra en solicitud de mejores sueldos, prestaciones, etc. En masa,

el estudiante normalista sigue a los maestros en su lucha. Movimiento que se pierde. Varios

maestros cesados. Se suprime el internado de varones.

1940

Por acuerdo plenario, el estudiantado normalista se afilia a la Federación Nacional de Estudian-

tes Normalistas, filial de la Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM) e interviene activa-

mente en las luchas de este organismo. A partir de esta fecha se toma parte también en la Con-

ferencia Continental de la Juventud por la Victoria, que buscaba contribuir activamente en la

batalla crucial contra el nazifascismo.

1941

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Egresa la primera generación de la Normal Nocturna, que ya

había adoptado el nombre de ―Escuela Miguel Hidalgo‖.

21 de Agosto: El Presidente Ávila Camacho decreta la Ley de Emergencia

contra el Analfabetismo. Los estudiantes de Normal se suman entusiasta-

mente a la cruzada y ocupan en gran número los puestos de instructores.

Se establece en la Normal Mixta el Plan de Estudios para 6 años, involu-

crando en ellos a la Secundaria, a la que se le introducen materias específi-

cas de la carrera. Esto no impide que muchos estudiantes de secundaria

pasen a la Preparatoria sin problemas.

1944

Febrero: Llega a la dirección de la Normal el profesor Pedro Romero Quiroz, y se establecen

definitivamente los talleres con maquinaria propia, dentro de la Normal. Hasta esa fecha las

clases respectivas se recibían en los talleres de la Escuela de Artes. En general, en este lapso

se busca la preparación integral de los maestros, por lo cual sufren una reestructuración a fon-

do los anexos, laboratorios, bibliotecas, campo deportivo, etcétera.

1943

16

Diciembre: El Gobernador, Lic. Isidro Fabela instituye el Instituto de Capa-

citación Magisterial, en su primer intento. Trabaja durante las vacaciones en

el edificio de la Normal Mixta y sólo dura dos años. Posteriormente los

maestros rurales que ahí se preparaban, habrán de continuar sus estudios en

la Normal Nocturna.

A fines de este año se desmiembra la Normal Mixta por

presiones ejercidas de parte de la Secretaría de Educación

Pública. El edificio de independencia queda en calidad de

Normal de Señoritas y los pocos estudiantes varones pasan

a engrosar la Normal Nocturna, que se establece a princi-

pios de 1950 en el edificio anexo al Carmen, donde ya

funcionaba desde años atrás la Secundaria Número. 1.

1949

1952

Page 19: Magisterio3

El Presidente, Lic. Gustavo Díaz Ordaz, inaugura el nuevo

edificio de la Escuela Normal del Estado, que hasta entonces

había funcionado en edificios ajenos.

3 de Junio: El Gobernador Lic. Juan Fernández Albarrán

establece la Escuela Normal Superior del Estado de México.

Se inicia la creación del gran sistema de Escuelas Normales en el interior del Estado, que en

ese año de 1982, cuenta ya con 53 establecimientos de educación superior en materia pedagó-

gica. Las escuelas pioneras son las Normales de Atlacomulco, Tlalnepantla, Chalco y Tejupil-

co.

Se inaugura el edificio de la Escuela Normal Superior y de la Nor-

mal de Educadoras.

Siendo Director de Educación Pública el profesor Domingo Monroy Medrano,

se crea el Departamento de Enseñanza Secundaria y Normal, cuyo primer

titular es el destacado maestro y político Carlos Hank González. 1953

17

Se crea la Escuela Normal de Educadoras.

1967 Se instituye formalmente la Escuela Normal del Estado, en plan

coeducativo. Su primer director es el profesor Agripín García Estrada.

Surge el Instituto Superior de Ciencias de

la Educación. 1953

1971

1967

Page 20: Magisterio3

as maestras egresa-

das de la Normal

( de Independencia

le decíamos para

diferenciar ) que

alguna vez fuera

de señoritas, se preguntaron con

cierto grado de indignación: ¿Por

qué si la escuela que significa la

distingue la bellísima casa Art No-

veau y que fue inaugurada en 1910,

es más antigua que la de Isidro Fa-

bela, ésta última tiene como núme-

ro el uno y la nuestra el número

dos? Debía ser al contrario.

Algunas, en especial las que se han

organizado como patronas para la

restauración del edificio de Inde-

pendencia, incluso han pensado

muy seriamente en solicitar se co-

rrija eso que ellas consideran en-

tuerto.

¡FUERA MACHOS!

La razón del mismo es muy fácil de

identificar. En 1951 (acusan los

liberales toluqueños), el gobernador

del Mazo Vélez, el alcalde Felipe

Chávez y el obispo Arturo Vélez,

se confabularon para terminar con

la normal mixta.

Nunca la coeducación había produ-

cido situaciones conflictivas o que

dieran pábulo al escándalo.

Parece ser que la única intención

era que las señoritas, hijas de La

burguesía media y alta del Estado

de México, tuvieran un plantel don-

de estudiar sin la siempre peligrosa

tentación de los varones.

LOS VUELVEN

NOCTURNOS

De modo que la de Independencia

quedó exclusivamente para el bello

sexo. ¿Y qué paso con los varones?

Para que pudieran terminar su ca-

rrera se abrió en el local de la Se-

cundaria Uno, una escuela nocturna

en la que, además, se propició a los

profesores no titulados que trabaja-

ban por las mañanas, que ahí reali-

zaran su carrera completa. Esta fue

la Normal ―Miguel Hidalgo‖ que,

al fortalecerse pasó a ser diurna y

funcionó en el edificio del Centro

Escolar ―Justo Sierra‖.

Su primer y más importante direc-

tor fue Agripín García Estrada.

18

ALFONSO SANCHEZ GARCÍA

Investigador de la Escuela Normal de

Santiago Tianguistenco.

Candidato a Maestro en Ciencias

de la Educación.

Autor del libro: Ser docente,

el cambio por la actitud.

L

1 2 1 2 1 2 Cuestión de dígitos...

Pleito de normales

Page 21: Magisterio3

MACHOS Y

HEMBRAS, SÍ

En 1958 llega a la presidencia

Adolfo López Mateos. Y decide

poner en vigor su ―Plan de Once

Años para la Educación‖ que, entre

otras cosas, exigía la preparación

inmediata de muchos mentores.

Para ello se tomó el acuerdo de

fortalecer a las normales estatales,

con un generoso subsidio que su-

maba varios millones de pesos.

De manera que los funcionarios de

la SEP recorrieron el país para de-

signar a los planteles normalistas

que serían favorecidos. Vinieron a

Toluca, los atendió Joaquín Murrie-

ta, a la sazón director de educa-

ción en la entidad. Lógicamente,

antes que otra cosa los llevó a la

Normal de Independencia.

Lo malo fue que los altos jefes de la

SEP sólo vieron ahí mujeres, por lo

que manifestaron su extrañeza. Joa-

quín les explicó que sólo era Nor-

mal de señoritas. La respuesta fue

contundente:

ESA SÍ ERA NORMAL

–Entonces es una Normal... muy

anormal.

Ya se iban, cuando Murrieta se

acordó de la Normal de Agripín,

que sí era mixta.

Los jocorones de la educación en el

país fueron a ver la escuela de la

―Justo‖ y dijeron:

–¡Ah! Pues esta sí. Ésta es la que

necesitamos. Hagan ustedes de las

dos solamente una.

Y FUE

LA NORMAL UNO

Joaquín explicó que eso era imposi-

ble. De modo que la solución final

fue la siguiente:

–Tengan ustedes todas las Norma-

les que quieran y páguenlas. Pero el

gobierno federal, a través de la

SEP, se va a dedicar a esta, que es

mixta, y que llevará el nombre de

“Normal Número Uno del Estado

de México”.

Las autoridades federales regis-

traron también la “de señoritas”

pero con el número dos.

A las autoridades estatales no les

convenía, en ese momento crucial,

andarse con pequeñeces. El subsi-

dio fue gordo y además, la federa-

ción construyó el edificio en lo que

era entonces la calle Guadalupe

Victoria.

Esa es la historia de tan debatidos

números. ( En Calmécac, año 1,

número 3, Toluca, México, sep-

tiembre de 1993, p. 3).

19

1 2 1 2 1 2

Page 22: Magisterio3

n el Estado de México, y en especial en sus Es-

cuelas Normales, se considera al cuatro de mayo

de 1882 como el inicio institucional del Normalis-

mo, por haberse inaugurado en esa fecha los cur-

sos de la Escuela Normal para Profesores, con

base en el decreto de Gobierno del 10 de abril de

ese año. Sin embargo, antes de ello existe ya un significativo proce-

so formador de docentes e incluso una concepción normalista. De

todo ello, se puede intentar un esbozo histórico tomando en cuenta

las siguientes consideraciones:

1. LO SIMBÓLICO DE LAS FECHAS

Y DEL CUATRO DE MAYO

La trascendencia de las fechas es como la trascendencia de las per-

sonas, de las cosas, de las plantas, de los animales, de los procesos o

de las diversas realidades. Se determina por consensos o circunstan-

cias específicas al instituirse o al percibirse como algo que existe o

ha existido socialmente, como algo significativo para los seres

humanos. Otras consideraciones que se pueden tomar en cuenta son:

Las fechas no son trascendentes por una sola circunstancia o aconte-

cimiento, sino por un contexto significativo. Lo simbólico lo ad-

quieren en el transcurso del tiempo y la validación y sociohistórica.

El cuatro de mayo implica un dato, documentos, conceptos, senti-

mientos y la conciencia de ser normalista mexiquense.

20

JORGE VELÁSQUEZ

MARTÍNEZ

Optante al grado de Maestro en

Tecnología Educativa.

Del Normalismo

antes de 1882

E ... Llegué hace más de

2000 años

al Valle, era

una Sacerdotisa-

Maestra, después fui

Maestra-Misionera,

“Miga” o “Amiga”,

Institutora,

Preceptora,

Profesora de

Institución

o Instrucción,

y para 1882 arribé

al grado

de Profesora de

Educación Primaria,

aunque la sociedad en

reconocimiento

a mi origen y

mi función, siempre

me ha llamado

cariñosamente

maestra...

Page 23: Magisterio3

TEMPLO DE QUETZALCOATL.

CALIXTLAHUACA, MÉXICO.

21

2. El ORIGEN DEL QUEHACER

DOCENTE

La historia de la formación de docentes o de la

Educación Normal, es un proceso existencial, es

una realidad colectivamente percibida y en el con-

texto del desarrollo del conocimiento científico, es

un espacio disciplinario, es una dimensión a conti-

nuar estudiando.

Tal vez lo existencial ha estado en los incontables

microprocesos formativos, acerca de cómo condu-

cir el proceso enseñanza-aprendizaje. Lo que tiene

lugar a cada momento en todos los tiempos y los

espacios. Cada microproceso con sus particulari-

dades, y ningún desarrollo a la luz de un modelo,

porque cada uno es un existir cambiante, que se

determina por la dialéctica de los circunstanciales

particulares.

Quizás lo real de la historia normalista, se desarro-

lle tomando en cuenta las diversas concepciones

que han existido acerca de cómo formar docentes,

sin que hayan sido estudiadas, se hayan difundido

o se hayan documentado.

Y seguramente que la historia normalista en su

dimensión disciplinaria, se integraría por el con-

junto de documentos, que con intencionalidad sis-

tematizada, tratan de explicar el pasado existen-

cial y real del proceso formador de docentes.

En este contexto general, el inicio de la formación

de docentes se explicaría a partir de los tiempos

del origen, cuando las comunidades humanas eran

muy pequeñas, gens, hordas, clanes; entonces tuvo

lugar la división natural del trabajo o la división

natural de tareas, actividades o funciones, así los

hombres se dedicaron esencialmente a una cosa y

las mujeres a otra. Luego las comunidades o so-

ciedades se agrandaron un poco más y tuvo lugar

la división social del trabajo o de las funciones,

las actividades o las tareas, y surgieron los reco-

lectores y los cazadores. Después los pastores, los

agricultores, los artesanos, etc. En este proceso de

crecimiento de las comunidades humanas o socie-

Page 24: Magisterio3

22

dades, es que se fueron dando cada vez más divi-

siones del trabajo, de las funciones, de las activi-

dades o de las tareas humanas. Así es como en

una de esas divisiones, se desarrolla la necesidad

de que haya personas dedicadas esencialmente a

formar a otras, cuya vida tienen que dedicar a la

conducción de la educación escolarizada.

3. DESDE LO ANTERIOR,

UN POSIBLE ORIGEN DE LA FORMA-

CIÓN

DE DOCENTES

Una primera aproximación explicativa, señalaría

que de la misma forma como pudiera haberse ini-

ciado la educación escolarizada y la formación de

docentes en Asia o Europa, también pudo haber

tenido lugar en América, y particularmente en el

espacio geográfico que actualmente ocupa la Re-

pública Mexicana. Lo que se apoyaría en explica-

ciones como la del historiador Valmiki, conocido

como el Herodoto hindú, quien asienta en el

―Ramayana‖ Volumen I, escrito en el siglo IV

A.C.:

―Los mayas partiendo de su tierra de nacimiento

en el Este como misioneros de religión y conoci-

mientos, fueron primero a Burma y allá instruye-

ron a los Nagas; de Burma fueron al Deccan en la

India, de donde llevaron su religión y conoci-

mientos a Babilonia y Egipto‖.1

Valmiki también asienta que:

― Los naacales salieron de la India y se estable-

cieron en Babilonia, donde enseñaron su religión

y ciencia... Establecieron colegios donde

―enseñaban el naga-maya, los sagrados misterios,

artes y ciencia. Muchos de los israelitas, cuando

se hallaban cautivos en Babilonia posteriormente,

consiguieron el privilegio de estudiar. Daniel fue

uno de ellos. Por haber estudiado maya pudo leer

la frase que apareció en la pared del Rey, y se la

tradujo al monarca. En la corte de Nabucodono-

sor, los que entendían el naga-maya eran clasifi-

cados como astrólogos y magos‖.2

En América, ya consolidadas las primeras cultu-

ras, una de las bases de la sociedad prehispánica

fue el comunitarismo indígena, un tanto diferente

de lo que en otros continentes se identifica como

comunismo primitivo. Este comunitarismo indí-

gena está asociado a una visión cósmica del mun-

do y la vida, en el que se percibe la concepción de

que: ―Al margen de nuestras diversas funciones o

de nuestras características físicas, todos somos

iguales, no sólo ante los dioses, sino también ante

las otras personas‖.

Otra de las bases es el culto a la palabra, como

expresión de correlación humana y social. Preci-

samente por esto es que el sacerdote-maestro pre-

hispánico predica la palabra no acordada y la pa-

labra acordada. En el futuro, el sacerdote religioso

habrá de ocuparse de la prédica de la palabra no

acordada o acordada con los dioses, y el sacerdote

científico al que nombra maestro se ocupará de la

prédica de la palabra acordada entre los hombres.

Es de precisarse que con estas relecturas, es con

las que se sigue ratificando el concepto de la

formación de docentes o normalismo, como el

proceso educativo sistemático a través del cual

1 Magaloni Duarte, Ignacio.

Educadores del mundo. 5ª. Edición,

Costa-Amic Editores, México.

1995. p. 56.

2 Ibídem. pp. 84-85.

Page 25: Magisterio3

tivado su difusión en México, a

partir del levantamiento armado

del primero de enero de 1994.

4. DESDE LO

LEGENDARIO,

EL ORIGEN DE LA

EDUCACIÓN Y

LA FORMACIÓN DE

DOCENTES EN EL

ESTADO

DE MÉXICO

La revisión histórica del proce-

so social y educativo, del ori-

gen de los pueblos que habita-

ron en el actual Estado de

México, ha de implicar el reco-

nocimiento de que como seres

humanos, ellos respondían a

imperativos normales dentro

La historia de la formación de docentes o de

la Educación Normal, es un

proceso existencial, es una realidad colectivamente

percibida y en el contexto del desarrollo del

conocimiento científico, es un espacio dis-

ciplinario, es una dimensión a continuar estu-

diando.

23

se forman profesionistas para

que adquieran dominios teórico

metodológicos acerca de cómo

conducir el proceso enseñanza-

aprendizaje, para fortalecer el

desarrollo de conocimientos.

Entendiendo al proceso de la

enseñanza como el sistema de

alimentación del cerebro y el

corazón, del conjunto de pensa-

mientos, sentimientos, saberes

y conocimientos, que permitan

una existencia humana plena de

realizaciones por medio de acti-

tudes y destrezas que emanen

de la información y la voluntad

para ser personas.

Así es como, tomando en cuen-

ta expresiones como aquélla

que sostiene:

―El día que despierten estos

pueblos de América-India se

irán para arriba. Cuentan con

un maravilloso pasado, incom-

parable, único. Son la reserva

moral del mañana. No mienten,

no roban, no son ociosos. La

moral cósmica de estos indios

puede ser la base de las socie-

dades del futuro.‖ (Girard, his-

toriador europeo). Ahora se

puede considerar que una de las

bases de la sociedad del futuro,

puede ser la reconceptualiza-

ción histórica de la educación

prehispánica, misma que hoy

subyace en la colectividad del

pensamiento indígena. De ese

pensamiento del que se ha reac-

del comunitarismo primitivo,

que caracteriza el estableci-

miento de las primeras formas

de organización social en este

medio.

Lo característico durante el pre-

hispánico, son los señoríos diri-

gidos culturalmente por las sa-

cerdotisas-maestras o por los

secerdotes-maestros, quienes

dentro de la educación social

del estado-escuela son la base

de la sociedad.

Otra forma de referir esto, sería

que a nuestro Valle arribó un

grupo errante de hombres y

mujeres, que al encontrar con-

diciones favorables para vivir,

se hicieron sedentarios, al mis-

mo tiempo, fortalecieron la cul-

tura social que les caracterizaba

como seres humanos, acostum-

brados a no conflictuarse entre

ellos, sino a colaborar entre

todos para resolver sus necesi-

dades de habitación, comida y

vestido; tomaban como base un

sistema educativo, que era diri-

gido por una adolescente sacer-

dotiza-maestra, asesorada por

un grupo de abuelas y abuelos.

Esa forma social, funcionaba

como un estado-escuela en una

convivencia comunitarista pri-

mitiva, de la que se enorgullec-

ía, quien la dirigía espiritual-

mente. ELLA, tenía su piel co-

lor canela, era alta y muy boni-

ta, decía que predicaba la pala-

Page 26: Magisterio3

CALIXTLAHUACA, MÉXICO.

24

bra acordada con los dioses y la

palabra acordada con los hom-

bres; la palabra que siempre le

encuentra sentido a la vida indi-

vidual y colectiva. Con ello

mantenía la cordura y el pro-

greso constante de ese pueblo,

que la quería, la admiraba y

respetaba.

Sucedía que mientras para to-

dos los demás el tiempo pasa-

ba, ELLA se conservaba igual,

con características físicas de

adolescente y con una ternura y

cariño hacia todos los demás,

que trascendía su cotidiana la-

bor. Pasaron miles de años y

ELLA continuaba con su acti-

vidad, aunque ya sólo predican-

do la palabra acordada con los

hombres, es decir, aquélla que

en su sentido más puro integra

las ciencias. Entonces le empe-

zaron a llamar maestra.

Transcurrieron otros cientos de

años, llegaron gentes violentas,

que por medio de la guerra y la

mentira impusieron otro siste-

ma social. Ellos traían otra cul-

tura, no sólo diferente, sino

incluso opuesta. En cuanto a su

educación, aunque ésta buscaba

una orientación muy diferente a

la que le había precedido, se

vio obligada a integrar parte de

esa cultura para consolidar el

nuevo sistema, en este contexto

la iglesia-escuela fue lo carac-

terístico. Estas circunstancias

hicieron posible que la adoles-

cente, la maestra angelical, con

cierta nostalgia, retornara al

sendero de la prédica de la pa-

labra acordada con sus dioses y

otros, con su gente y otras gen-

tes, y se reconociera como ma-

estra-misionera.

Al preocuparse la maestra-

misionera por enseñar el arte de

leer, escribir y las cuentas, se

alejó nuevamente de la religión

y entonces empezó a ser acredi-

tada por medio de documentos

que le reconocían la profesión

de institutora, en tanto tenía la

función de pregonar o educar

con base en la palabra o los

principios instituidos social-

mente. Esto, mientras sus alum-

nos y la colectividad le seguían

llamando genéricamente maes-

tra.

Devino el tiempo, aunque no

para ella; su piel se hizo más

clara; los pueblos del Valle re-

cobraron mucho de su libertad;

recuperaron parte de su alegría.

Organizaron como base de su

educación escolarizada las Es-

cuelas de Primeras Letras; para

su atención se reconoció a

E L L A c o m o “ M i g a ” ,

“Amiga”, o “Preceptora”. En

algunos casos con el apoyo de

monitores atendía a cientos de

alumnos de primeras letras. En

sus clases la entusiasmaba el

Page 27: Magisterio3

25

principio de libertad, igualdad y fraternidad, y el

nombre de preceptora obedecía a que educaba a

partir de preceptos. Aunque sus alumnos le segu-

ían llamando maestra.

3. EDUCACIÓN Y LA FORMACIÓN

DE DOCENTES EN EL ESTADO DE

MÉXICO

Con el establecimiento del Estado de México, en

1824, se da un proceso asistemático de formación

de recursos especializados para las distintas acti-

vidades que requieren, no sólo de un ejercicio

práctico previo, sino sobre todo de una reflexión y

una interacción comunicacional sistémica, en el

contexto de un salón de clase. Este es el caso de

algunos de los primeros profesionistas, como son

los abogados, docentes, literatos y médicos. Esto

habrá que tomarlo muy en cuenta, porque si des-

pués, el pensamiento tecnocrático, pragmático-

utilitarista, ha querido encontrar en la escuela el

espacio dedicado fundamentalmente al adiestra-

miento para la productividad, y la realidad no lo

ha permitido ni lo hará posible, es precisamente

porque sus orígenes y el proceso social a que co-

rresponde históricamente, así lo determinan.

Precisamente, la sistematización inicial en la for-

mación de profesionistas, se vincula con la prepa-

ración de Abogados, Literatos y Docentes, es de-

cir, con profesionales para las Ciencias Sociales y

las Humanidades. Si en ese cauce, los docentes

fueron encuadrados fuera de las profesiones privi-

legiadas, como requisitos para servir de adminis-

tradores del poder de las clases dominantes, ello

obedece más a la conformación de una estructura

social que poco atiende a los derechos históricos,

así como limitada claridad tienen sus aparatos de

estado, lo que es esencialmente importante para

acelerar los desarrollos necesarios en el progreso

estructural general.

El 4 de septiembre de 1827 se funda el Colegio

Seminario en San Agustín de las Cuevas, Tlal-

pan, donde con 167 niños y 137 niñas, se confor-

man las Escuelas Lancasterianas para niñas y para

niños. El 3 de marzo de 1828, se reconoce como

Instituto Literario al Colegio Seminario. El 29 de

agosto de 1830, se clausura el Instituto y los po-

deres públicos se trasladan a Toluca, en donde

continuarán su existencia las Escuelas Lancaste-

rianas. Es en estas escuelas donde los monitores,

al aprender no sólo un conjunto de contenidos

sino también el cómo enseñar esos contenidos, se

inicia un proceso asistemático de formación

docente. Porque la preparación adquirida en

las escuelas lancasterianas era, en ese tiempo,

suficiente para que al egresar el alumno, se con-

virtiera en preceptor de primeras letras, funcio-

nando de esa forma un flujo cíclico de informa-

ción y relativamente de saberes. Y precisamente

la división en escuelas de niños y niñas es lo que

fue conformando la necesidad de que inicialmente

se establecieran normales para varones y para

señoritas por separado.

Sólo que para fortalecer la preparación en el nivel

superior de estudios, se requiere que sean profe-

sionistas, que no sólo repitan lo que han aprendi-

do, sino que desarrollen ejercicios reflexivos acer-

ca de cómo repetirlo, sobre todo en las escuelas

de primeras letras; ello conduce a la necesidad de

separar la formación de docentes institucional-

mente. Todo ello aunado al hecho de que se van

requiriendo más profesionales dedicados a diver-

sos ramos, lo que tiende a fortalecer a las institu-

ciones que preparan a los sectores intelectuales,

que participan del poder y sobre todo, que desde

Page 28: Magisterio3

clase propietaria de medios de producción , por

controlar a la educación escolarizada, porque ésta

le ayudaba a conseguir sus fines ideológicos de

control.

Hacia la década de los treintas del siglo antepasa-

do, se continúa el proceso de formación de docen-

tes ya con cierta sistematicidad, a raíz de la visita

al Estado de México de Don Rafael Boudinot,

quien instruye a un grupo de alumnos acerca del

sistema antiangular de escritura. Estos alumnos

pertenecían a un estrato social de alta solvencia

económica, y por ello, no resulta difícil considerar

que estaban comprometidos socialmente con el

proyecto de estado de los liberales. Es también a

partir de esta década, cuando se empiezan a inte-

grar en suelo mexiquense, las primeras reflexio-

nes intelectuales dentro del quehacer docente para

su fortalecimiento, y alcanzan determinado nivel

de generalización, pues se proyectan socialmen-

te, publicándose, lo que tiene gran aceptación ,

incluso fuera de la entidad.

Se advierte en estos tiempos, la concepción acer-

ca de que los procesos del saber individual de los

alumnos, están más determinados por el método

de enseñanza y por el discurso del docente, que

por las necesidades, los intereses y los circunstan-

ciales generales del alumno, que desde otra pers-

pectiva, debieran considerarse como más determi-

nantes. Por otro lado, se manifiestan indicios

sobre la posibilidad de que la profesión docente

algún punto de vista, son indispensables para el

fortalecimiento del naciente proyecto de estado.

Es decir, que mientras los filósofos, abogados

y literatos, administraban y protegían al esta-

do, los docentes circunscritos a su escuela de pri-

meras letras, se preocupaban porque sus alumnos

aprendieran a leer y escribir. Sin embargo, a pe-

sar de que las instituciones de educación superior

y el estado mismo, necesitaban más de lo aparen-

te, de un sistema formador de docentes, lo que en

el discurso se aceptaba, en la práctica los recur-

sos no se otorgaban para establecer una Escuela

Normal. Es así como se establece formalmente

el Instituto Literario de Toluca, dejando para

después el proyecto normalista, aunque dentro del

mismo Instituto, se venía desarrollando un proce-

so de formación de docentes a través de las

Escuelas Lancasterianas.

Las Escuelas Lancasterianas, dentro del Instituto

Literario, fueron una para niños y otra para niñas,

reflejándose la concepción prevaleciente acerca

de que la sociedad de ese tiempo tendía a dividir-

se en sexos; modificación conceptual que opera

más tarde, cuando las funciones dentro del proce-

so productivo, que en muchos sentidos son simi-

lares entre hombres y mujeres, conducen a una

sociedad más incisivamente organizada en clases

sociales.

Con el fin de fortalecer el proceso educacional

escolarizado, se integran experiencias docentes

llegadas del extranjero, como de Inglaterra, mis-

mas que adquieren una fisonomía local y son asu-

midas por los preceptores mexiquenses, como

posibilidades consecuentes para avanzar en las

formas de enseñar.

Algunos de los primeros recursos financieros para

sistematizar la formación de preceptores, fueron

aportados por los nacientes capitalistas y otros por

el gobierno, con lo que se aprecia el interés de la

La división de escuelas de niños y niñas es lo que fue conformando la necesidad de que inicialmente se establecieran normales para

varones y para señoritas por separado.

26

Page 29: Magisterio3

27

ESCUELA NORMAL

PARA PROFESORES.

pudiera ser libre; el hecho de

que en el desarrollo de ese pro-

ceso, se haya tenido que some-

ter al control del estado, resulta

por una parte, de la incapacidad

social e histórica inicial del sec-

tor docente, para constituir a

partir de sus esfuerzos, un con-

sistente sistema privado; lo que

se puede entender a la luz de

que siempre sus esfuerzos fun-

damentales han estado más en-

focados a la noble tarea cultu-

ral, que a las pretensiones de

poder o de enriquecimiento

que caracteriza a otros sectores

de la sociedad. Por otra parte,

al hecho de lo determinante que

fue el proceso de conformación

del estado mexicano, para que

de acuerdo con sus intereses, la

escuela quedara en sus manos,

porque como es de entenderse,

por razones políticas, requiere

ejercer un control directo sobre

el sistema escolarizado, aun

cuando pueda ser relativo en

algunos casos.

Paralelamente al desarrollo del

sistema educativo, se viene ad-

virtiendo la insistencia en la

necesidad de la preparación

formal de los docentes, lo que

no es difícil de interpretar como

el hecho de que más de alguna

autoridad, lo haya visto como

la posibilidad para un desenvol-

vimiento cualitativamente sig-

nificativo de los estudios esco-

larizados; esta esperanza de lo

ideal es lo que provoca sobre-

valoraciones de lo que pudiera

o debiera conseguir la escuela,

que si bien tiene una función

relevante en lo social, no es la

única que determina los avan-

ces o atrasos en las sociedades.

El contexto demográfico-

económico en el que se apre-

cian estos desarrollos educacio-

nales y de formación de docen-

tes, está determinado por el

hecho de que la mayor parte de

la población de la entidad, se

encontraba diluida en el medio

rural, como resultado de que la

base de la formación económi-

co social, era la producción

agrícola, la que no requiere de

grandes concentraciones de

población para poder operar. El

advenimiento consistente de la

industria, en el siglo siguiente,

forzaría a la existencia de gran-

des núcleos urbanos, y a la pre-

paración masiva de ejércitos

para el trabajo industrial, por

medio de las escuelas.

Desde los años cincuentas de la

centuria antepasada, en el con-

Page 30: Magisterio3

28

1870, todas las pretensiones

para el establecimiento de una

Normal en el Estado de Méxi-

co, carecen de un proyecto ofi-

cial consistente, siendo hasta

este tiempo cuando el gobierno

integra un proyecto de decreto

que especifica que esos estu-

dios corresponden al nivel se-

cundario; sin embargo, ese

documento no pasó a la Cámara

de Diputados. Es hasta 1872

cuando se emite un decreto que

ubica la Carrera de Profesorado

de Instrucción Primaria en el

nivel Preparatorio, dentro del

Instituto Literario de Toluca.

La carrera se cursaría en dos

años, y tomando en cuenta esto,

así como el hecho de que ya

existían personas cursando

esos estudios, se titulan los pri-

meros profesores como tales,

precisamente en 1872. Así se

estableció el Departamento

Normal del Instituto, también

llamado Escuela Normal. Para

algunos historiadores, ese es el

cierto mundial se generalizó la

inquietud de que las funciones

que se desarrollaban como re-

sultado de estudios sistemática-

mente realizados en institucio-

nes educativas, tuviesen como

respaldo un título profesional.

En la docencia se generó enton-

ces, un significativo movimien-

to en pro de ello, y cuál sería la

denominación con la que se

extenderían estos documentos.

Así, en coincidencia con el

nombre dado en otros lugares,

se estableció que éste sería el

de Profesor de Instrucción, o

Educación Primaria. En con-

cordancia con esto, el gobierno

de Mariano Riva Palacio, de-

creta el establecimiento de la

Escuela Normal en el Estado de

México, lo que no se llevó ple-

namente a la práctica, aunque

en su lugar se inicia la imparti-

ción ininterrumpida de la Clase

de Pedagogía, como comple-

mento de la formación adquiri-

da en las escuelas lancasteria-

nas, y como requisito para ejer-

cer la docencia.

Así es como, hasta antes de

año que pudiera considerarse

como el del inicio del normalis-

mo, porque desde entonces ya

hay un proceso continuo de

formación de docentes, que

cuenta con el sistema de otor-

gamiento de títulos profesiona-

les.

También en 1872 se integran y

difunden las primeras ideas de

Pedagogía Científica. Por otra

parte, ya desde 1871, habiendo

recurrido a la aportación de

personas notables, el gobierno

estatal había materializado la

instalación de la primera escue-

la para mujeres, que fue el Asi-

lo o Colegio de Niñas Huérfa-

nas, dirigido por Sor María

Oviedo, donde se impartía la

clase de pedagogía y en algún

sentido se formaba docentes.

Después de un período de rela-

tiva inestabilidad social y polí-

tica, hacia 1881, se hace evi-

dente la reorientación en la

ESCUELA OFICIAL No. 1 “MIGUEL HIDAL-

GO”,

DONDE ESTUVO LA NORMAL PARA VARO-

NES HOY NORMAL No.1 DE TOLUCA.

Page 31: Magisterio3

29

educación superior del Estado de México, al mis-

mo tiempo que en lo económico, el capitalismo

era ya el modo de producción dominante. En tan-

to, docentes como Agustín González Plata, desde

los espacios intelectuales del Instituto Literario,

han integrado diversos materiales teórico-

pedagógicos, de y para educación, donde exponen

diversas experiencias docentes y manifiestan inte-

resantes cúmulos de conocimientos acerca de la

trascendencia del proceso educacional. Todos

estos circunstanciales sociohistóricos son deter-

minantes para que el 10 de abril de 1882, se de-

crete el establecimiento oficial de la ESCUELA

NORMAL PARA PROFESORES, anexa al Insti-

tuto Literario; tomando como base, la existencia

desde 1872, del Departamento de Normal de esta

institución. Acción que se operativiza el cuatro

de mayo. Se fortalece así un proceso socioeduca-

cional que incidirá profundamente en la existen-

cia del Estado de México, para el futuro de la for-

mación escolarizada de sus habitantes.

Por todo lo mencionado, es que al cuatro de mayo

de 1882 no arribamos fortuitamente: un complejo

proceso histórico de educación y formación de

docentes quedaba atrás, donde nuestros anteceso-

res habían predicado la palabra acordada con los

dioses y la palabra acordada con los hombres,

después nos hicimos dos de uno, los otros se en-

cargan de predicar la palabra no acordada entre

los hombres y nosotros la acordada. Con las expe-

riencias de ese proceso y algo más, integrado a

los desafíos actuales, podemos reconfigurar nues-

tro futuro y así rememorar que ...

Llegamos hace más de 2000 años a Calixtlahuaca,

éramos Sacerdotes-Maestros, después fuimos

Maestros-Misioneros, Institutores, Precepto-

res, Profesores de Institución o Instrucción y

para 1882 Profesores de Educación Primaria;

aunque la sociedad, en reconocimiento a nuestro

origen y función, siempre nos ha llamado respe-

tuosamente maestros.

Nuestros antecesores habían predicado la palabra acordada

con los dioses y la palabra acordada con los hombbres, después

nos hicimos dos de uno, los otros se encargan de predicar la palabra

no acordada entre los hombres y nosotros la acordada.

Page 32: Magisterio3

15. Ménez Espinosa, Omar. Matlazincas, periódico “El Financiero”,

Sección Centro, jueves 21 de marzo de 1996, p. 11.

16. Tank de Estrada, Dorothy. La Ilustración y La Educación en

la Nueva España. Colección Biblioteca Pedagógica.

Ediciones El Caballito-SEP. México,

1985. 160 pp.

PASILLO DE LA ESCUELA OFI-

CIAL

No. 1 “MIGUEL HIDALGO”.

30

BIBLIOGRAFÍA

1. Arce Gurza, Francisco et al. Historia de las Profesiones en México.

Secretaría de Educación Pública (SEP), México, 1982, p. 406.

2. Barbosa Heldt, Antonio. Cien Años en la Educación de México. Editorial

Pax-México, Segunda Reimpresión, México, 1984, p. 318.

3. De la Barrera, Gabriel. Chichen-Itza, Uxmal y Kabah.

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4. Escalante, Pablo. Educación e Ideología en el México Antiguo. Colección

Biblioteca Pedagógica. Ediciones El Caballito-SEP. México, 1985, p. 160.

5. Espinosa Enríquez, Ignacia, et al. 150 Años de la Educación en el Estado

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7. Gonzalbo, Pilar. La Educación de la Mujer en la Nueva España. Colec-

ción Biblioteca Pedagógica. Ediciones El Caballito-SEP. México, 1985. p.

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8.——————El Humanismo y la Educación en la Nueva España.

Colección Biblioteca Pedagógica. Ediciones El Caballito-SEP.

México, 1985. 160 pp.

9. SEP. Historia de la Educación en México. SEP. México, 1976. 154 pp.

10. Jiménez Alarcón, Concepción. Escuela Nacional de Maestros,

sus Orígenes. SEP. México, 1987. 302 pp.

11. Larroyo, Francisco. Historia Comparada de la Educación en México.

Editorial Porrúa, 13ª. Edición. México, 1978. p. 70

12. López Agustín, Alfredo. La Educación de los Antiguos Nahuas 1.

Colección Biblioteca Pedagógica. Ediciones El Caballito-SEP.

México, 1985. 160 pp.

13. López Gerardo y Sergio Velasco. Aportaciones Indias a la Educación.

Ediciones El Caballito. México, 1986.160 pp.

14. Magaloni Duarte, Ignacio. Educadores del Mundo. 5ª. Edición,

Costa-Amic Editores. México, 1995. 206 pp.

Page 33: Magisterio3

ablar de la formación de los

nuevos maestros implica un

enorme compromiso, sobre

todo cuando se ha tenido parti-

cipación directa en la toma de

decisiones desde distintos ámbitos de competen-

cia y durante varias generaciones.

ANTECEDENTES

El Programa para la Transformación y Fortaleci-

miento Académicos de las Escuelas Normales,

propio de la reforma a la educación normal inicia-

da en 1997 con la Licenciatura a la Educación

31

EXPERIENCIA EDUCATIVA

RUBÉN BECERRIL BÁEZ

Maestro en Pedagogía.

Supervisor de Escuelas Normales.

La formación

de docentes

ESCUELA NORMAL DE SULTEPEC.

H

Page 34: Magisterio3

32

Primaria y, posteriormente, en

1999 con las Licenciaturas en

Educación Preescolar y

Educación Secundaria, rescata

la trascendencia de la carrera

normalista y aporta elementos

de gran valía para la forma-

ción de los nuevos docentes.

El programa atiende a cuatro

líneas principales: la transfor-

mación curricular, la actualiza-

ción y perfeccionamiento pro-

fesional del personal docente

de las escuelas normales, elabo-

ración de normas y orientacio-

nes para la gestión institucio-

nal y la regulación del trabajo

académico y el mejoramiento

de la planta física y del equi-

pamiento de las escuelas nor-

males.

En marzo de 2002 se im-

planta el Programa de Mejo-

ramiento Institucional de las

Escuelas Normales Públicas,

que pretende contribuir a ele-

var la calidad de la forma-

ción inicial de los docentes,

mediante el fortalecimiento de

las dos últimas líneas citadas

en el párrafo anterior, lo que

ratifica el interés de las autori-

dades educativas para super-

ar las metas hasta ahora

alcanzadas y propiciar condi-

ciones favorables para el de-

sarrollo académico de las

instituciones formadoras de

docentes.

El plan de estudios define muy

claramente los rasgos deseables

del perfil que debe tener el nor-

malista al término de su forma-

ción inicial, entre ellos poseer

habilidades intelectuales es-

pecíficas y ejercitarlas como

parte de la práctica docente en

cada una de las asignaturas cur-

sadas, dominio amplio de los

contenidos de enseñanza, pero

también de las competencias

didácticas que le permitan la

aplicación de métodos y estra-

tegias que favorezcan el apren-

dizaje de sus alumnos; capaci-

dad de percepción y respuesta a

las condiciones sociales del

entorno de la escuela; en fin, no

pretendo abordar detalladamen-

te este apartado que está perfec-

tamente descrito en los planes

de estudio a que hago referen-

cia, más bien, enunciar que la

Page 35: Magisterio3

33

formación de los nuevos docentes no se circuns-

cribe, de ninguna manera, al conocimiento amplio

de teorías pedagógicas o al dominio de los conte-

nidos de planes y programas de la educación

básica en sí mismos, sino que trasciende al

ámbito de lo social, en tanto se concibe a la

educación como elemento de desarrollo y al

maestro como agente de transformación.

EL COMPROMISO

La labor de las escuelas normales va entonces

más allá de la idea de formar docentes con una

amplia cultura general y con un interés permanen-

te hacia la adquisición de saberes. Es imprescindi-

ble no perder de vista que el docente, además del

dominio de contenidos, debe poseer la capacidad

de encontrar los mecanismos que posibiliten a sus

estudiantes la comprensión, el análisis, la re-

flexión y, sobre todo, la aplicación de los conoci-

mientos, experiencias y habilidades que se van

adquiriendo en la vida escolar, a situaciones re-

ales de su entorno y a las condiciones que enfren-

tará en un futuro próximo.

El docente que se forma en las aulas de las escue-

las normales, debe ser capaz de identificar que los

problemas de aprendizaje, el ausentismo, la deser-

ción o la reprobación, pueden tener diversidad de

causas y no necesariamente debido a las expre-

siones que cumunmente escuchamos entre los

maestros: ―están mal alimentados‖, ―no ponen

atención a la clase‖, ―los padres de familia no

se interesan en ellos‖, ―no trabajan‖, etc., causas

la mayoría de las veces, ajenas a la escuela o a la

función específica del maestro; en otras palabras,

el nuevo docente debe aprender a reconocer la

parte de responsabilidad que le corresponde en

este problema, para tener la posibilidad de diseñar

estrategias para enfrentarlo y modificar sus efec-

tos, sin desconocer la importancia que puedan

tener otros factores.

Se procura que el docente en formación desarro-

lle, entre otras, su habilidad para leer críticamen-

te, para comprender la esencia de los textos que

pasan por sus manos y para expresar sus puntos

de vista y comentarios de manera clara y objetiva.

La lectura se fomenta no sólo como un placer

estético, sino, además, como un instrumento in-

ESCUELA NORMAL DE EDUCACIÓN

FÍSICA

“GRAL. IGNACIO BETETA”.

Page 36: Magisterio3

34

dispensable de comunicación humana. El dominio

de la lengua como instrumento de comunicación,

contempla también, la necesidad de saber escu-

char y expresarse apropiadamente, por tanto ―...la

educación lingüística no es patrimonio de un área

o una asignatura en particular, sino que compete a

todo el currículo‖,1 de allí la importancia del Pro-

grama Nacional de Lectura para la Educación

Básica y Normal puesto en marcha reciente-

mente.

El docente en formación debe aprender en las es-

cuelas normales, que los alumnos de preescolar y

primaria están envueltos en un proceso de desa-

rrollo de las capacidades cognitivas y, en muchos

casos, ―...tienen por primera vez contacto sistemá-

tico con objetos de conocimiento que no han for-

mado parte de sus experiencias cotidianas...‖,2

hecho que debe ser debida y cuidadosamente

atendido por los docentes, a efecto de evitar el

fracaso escolar por causas que pueden ser

perfectamente previsibles; de esta forma facili-

tará los procesos de aprendizaje que se dan de

manera natural en el niño y se reducirá el riesgo

traumático que representa para muchos pequeños

el primer acceso al sistema escolarizado.

En el Estado de México, la inmensa mayoría de

los docentes que laboran en educación básica han

sido formados en las escuelas normales de la enti-

dad, por tanto, es importante señalar que su des-

empeño laboral es, en gran medida, responsabili-

dad de las instituciones formadoras de docentes.

Ciertamente, podemos decir en descargo de estas

instituciones que, en muchas ocasiones, el docen-

te en servio se enfrenta a circunstancias adversas,

que no le permiten alcanzar las metas que se pro-

pone; sin embargo, la escuela normal debe prepa-

rarle para enfrentar esas circunstancias y contri-

buir, en la medida de sus posibilidades, para mo-

dificarlas o, al menos, para promover acciones en

la escuela y entre la comunidad, para identificar

los problemas esenciales y encontrar las alternati-

vas que, de manera conjunta, puedan adoptarse

para solucionarlos. Si las escuelas normales, me-

diante la aplicación de los nuevos planes y pro-

gramas de estudio, no logran consolidar así la

formación de los nuevos docentes, no estarán

cumpliendo cabalmente con su cometido.

Por ello la importancia de que los estudiantes nor-

malistas cuenten con una formación sólida, que

sean capaces de apreciar que los retos y los desaf-

íos son también áreas de oportunidad que les per-

miten empeñar su actuación, su voluntad y su

compromiso con las causas que dan sustento a

la misión de la función educativa. Que compren-

dan que la conclusión de su carrera, de ninguna

manera constituye el final de su formación, más

bien, es el primer escalón en la especialidad elegi-

da y, por tanto, tienen la obligación de continuar

participando permanentemente en actividades

académicas, que les den solvencia en el cumpli-

miento eficiente de su responsabilidad. Aquí vale

la pena mencionar que no es suficiente acumular

cursos que, ciertamente, les posibilitarán ganar

puntos escalafonarios y les permitirán participar

en el programa de carrera magisterial, que puede

llevarles a alcanzar algunos beneficios personales,

pero que no siempre repercuten directamente en

su desempeño profesional.

El resultado de estos cursos se convierte, la ma-

yoría de las veces, en ―...experiencias inevitable-

mente superficiales, que se olvidan pronto y que

1 Torres, Rosa María. Como aprenden los niños.

Biblioteca del Normalismo. S:E:P: 1997.

2 Plan de Estudios 1997 de la Licenciatura en Educación Primaria.

Page 37: Magisterio3

35

ESCUELA NORMAL

DE EDUCACIÓN FÍSICA

“GRAL. IGNACIO BETETA”.

no van más allá de la memori-

zación de nombres, de corrien-

tes teóricas y de títulos de

obras...‖,3 que no repercuten de

manera efectiva en el trabajo

docente, si no se socializan en

sesiones de trabajo colegiado,

se internalizan y se vinculan

directamente con la actividad

cotidiana.

Los normalistas desde su incor-

poración a la institución, deben

encontrar un ambiente acadé-

mico de calidad, un espacio

abierto a la reflexión y al análi-

sis de la realidad social de su

entorno, con sus injusticias e

inequidades, sus problemas y

sus complicaciones, sus con-

trastes, sus divergencias, pero

también en un centro educativo

pletórico de posibilidades, con

una población estudiantil llena

de aspiraciones, de expectativas

de progreso y superación, un

amplio espacio que les permita

desarrollar su iniciativa y su

creatividad; un campo en donde

perciban y asimilen que la edu-

cación de los niños, en sus

primeros años escolares, im-

plica el compromiso de una

profunda profesionalización,

una preparación sustentada en

el conocimiento del niño, en

sus necesidades y en su pro-

ceso de aprendizaje.

Esta situación conlleva la res-

ponsabilidad intrínseca de co-

nocer a los alumnos, de identi-

ficar sus necesidades, sus cuali-

dades y sus limitaciones; de

apreciar en cada uno de ellos a

un ser diferente con enorme

potencial; pero a la vez, requie-

ren conocer qué procesos de

aprendizaje se desarrollan en el

interior de los estudiantes, co-

mo resultado de la interacción

maestro-alumno-medio am-

biente, así como las respuestas

afectivas de los niños cuando

aprenden y le dan sentido a los

contenidos educativos; que re-

flexionen sobre los factores

externos que inciden directa o

indirectamente en el logro edu-

cativo de los escolares y que

tengan la capacidad y la habili-

dad necesarias para actuar en

consecuencia.

El normalista debe entender

desde los inicios de su carrera,

que su profesión no debe ser

aquélla que reconoce la socie-

dad por la paciencia y toleran-

cia que muestran los docentes

3 Cohen H., Doroty. Como aprenden los niños.

Biblioteca del Normalismo. S:E:P: 1997.

Page 38: Magisterio3

36

en su diaria labor, por el cuida-

do y atención hacia los niños,

que son, a final de cuentas, el

centro de preocupación y la

razón de ser de los padres de

familia; más bien, debe perca-

tarse que su labor es de enorme

trascendencia, de un valor so-

cial y cultural verdaderamente

impresionante, por la influencia

que tienen las primeras expe-

riencias, tanto familiares como

escolares, en la conformación

de la personalidad del niño que

puede, inclusive, determinar el

éxito o fracaso en su proceso

educativo posterior.

Una buena parte de las posibili-

dades de desarrollo futuro del

niño, están determinadas por

los aprendizajes tempranos que

le dan confianza, elevan su au-

toestima y le permiten adquirir

la seguridad necesaria para em-

pezar a trazar lo que en breve

se convertirá en su proyecto de

vida.

La escuela normal está compro-

metida en favorecer la forma-

ción de docentes con fortaleza

de espíritu, con voluntad férrea,

con conciencia clara y con

honestidad profesional a toda

prueba, para reconocer que las

condiciones de trabajo, en mu-

chos casos, distarán bastante de

las ideales; que la labor es ar-

dua, que encontrarán edificios

escolares con severas limitacio-

nes de tipo material y con ca-

rencias graves en servicios, que

deberán trabajar con un grupo

numeroso de niños, probable-

mente mal vestidos y, lo que es

peor, mal alimentados, pero

que tienen sus esperanzas pues-

tas en el maestro. Por ello, de-

ben poseer actitudes de com-

prensión hacia las diversas eta-

pas en el desarrollo del niño,

sensibilidad para apreciar sus

cualidades, objetividad para no

exagerar sus limitaciones y es-

tabilidad emocional para actuar

con buen juicio ante la ambiva-

lencia, la hostilidad y el ímpetu,

a veces contrastante, de sus

alumnos.

El Programa para la Transfor-

mación y el Fortalecimiento

Académicos de las Escuelas

Normales, contempla en los

planes de estudio 1997 y 1999,

la incorporación de los docen-

tes en formación a la práctica

de la profesión en el 7° y 8°

semestres, en los cuales aplican

los modelos pedagógicos, las

teorías y las iniciativas sobre

los procesos de enseñanza, que

se han explicado en las clases

regulares y en las sesiones de

seminario de análisis del traba-

jo docente, pero además, apro-

vechan la oportunidad de

ESCUELA NORMAL

DE ATLACOMULCO.

Page 39: Magisterio3

aprender también de los docentes de educación

básica, su planeación, sus métodos y estrategias

para promover el aprendizaje en los alumnos; en

fin, para identificar cuáles son las prácticas esco-

lares adecuadas a las características y condiciones

del grupo de alumnos que tienen bajo su respon-

sabilidad.

Las escuelas normales se empeñan en formar do-

centes con una visión clara de sus expectativas

profesionales y de sus responsabilidades labora-

les, interesados en aprovechar al máximo los

tiempos reales de enseñanza y reducir, por tanto,

tiempos destinados a prácticas poco productivas o

con escasa repercusión en el aprendizaje de sus

alumnos (elaboración de informes, participación

en festivales y concursos, revisión de aseo, forma-

ción de los alumnos para entrar al salón, etc.);

evitar los retardos, las ausencias y el cumpli-

miento de ―comisiones‖ en el horario regular de

clase. Por otro lado, aspiran a formar docentes

con elementos que les permitan desarrollar traba-

jo en equipo, analizar, reflexionar y discutir la

problemática de sus alumnos y de la escuela en

colectivo, desarrollar estrategias de relación, de

apoyo y colaboración con el personal de la escue-

la, con sus autoridades y con la comunidad en

general.

En las Escuelas Normales, el personal directivo y

los responsables de las áreas sustantivas de traba-

jo, dedican cada vez más tiempo a estimular la

actividad académica, a desarrollar programas que

estimulen la participación de los estudiantes en la

vida escolar y mejoren su propia formación, a

promover el trabajo colegiado, el análisis y la

discusión sobre los métodos, las estrategias y los

medios de enseñanza. Su responsabilidad esen-

cial es el diseño de escenarios, que permitan am-

bientes de trabajo que favorezcan aprendizajes

idóneos para sus estudiantes, la promoción de la

superación académica de su personal y el mejora-

miento de la vinculación con la educación básica

y con otras instituciones de educación superior.

Naturalmente, si estas condiciones se dan en las

instituciones educativas formadoras de docentes,

los normalistas extrapolarán en su ejercicio profe-

sional estas prácticas, y contribuirán de mejor

manera, a conformar instituciones con caracterís-

ticas de escuelas efectivas, escuelas de calidad.

EL RETO

Para elevar los niveles de calidad del servicio

educativo en el nivel básico, es imprescindible

empezar por superar la eficiencia en la formación

de los nuevos docentes, lo que implica contar con

formadores de docentes de excelencia, seleccio-

nados minuciosamente; con amplio dominio del

nivel en el que se forma a los futuros docentes,

pero además, con una sólida formación académica

y un desempeño profesional de excelencia.

El personal de las escuelas normales debe ser eva-

Nuestros antecesores habían predicado la palabra acordada

con los dioses y la palabra acordada con los hombbres, después

nos hicimos dos de uno, los otros se encargan de predicar la palabra

no acordada entre los hombres y nosotros la acordada.

37

Page 40: Magisterio3

38

luado periódicamente, para propiciar su actualiza-

ción permanente y favorecer así un desempeño

eficiente. En las instituciones formadoras de do-

centes existen excelentes profesores, con eleva-

dos niveles de preparación, entusiastas y dedica-

dos, responsables y preocupados por los alumnos

que tienen en sus manos, pero ciertamente existe

también la necesidad de la actualización y la su-

peración profesional permanente, a efecto de po-

der responder a los planteamientos de los actuales

planes de estudio.

A las autoridades educativas corresponde, por su

parte, optar por las medidas necesarias para regu-

lar la formación de docentes en función de las

necesidades sociales del estado; de esta manera se

privilegiará el perfil académico para la contrata-

ción y asignación de plazas, se contribuirá, así, a

superar los niveles del servicio educativo y se

reducirá la reprobación y la deserción escolar

BIBLIOGRAFÍA

1. Arce Gurza, Francisco et al. Historia de las Profesiones en México.

Secretaría de Educación Pública (SEP), México, 1982, p. 406.

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Torres, Rosa María. Qué y cómo aprender.

Biblioteca del Normalista.

S.E.P. 1998.

Page 41: Magisterio3

39

l Plan de estudios

1997 para la for-

mación de profe-

sores de educa-

ción primaria,

reconoce explíci-

tamente, la im-

portancia de

acercar gradualmente a los estudiantes nor-

malistas, desde el inicio de sus estudios, a

las exigencias y problemas que maestros y

alumnos enfrenten en el trabajo diario.

Para tal efecto el Plan contempla tres

áreas de actividades de formación:

Actividades principalmente

Escolarizadas.

Actividades de acercamiento a la prácti-

ca escolar

Prácticas intensivas en

condiciones reales de trabajo

Las actividades principalmente escolariza-

das, están diluidas en 35 asignaturas, a des-

arrollar en 6 semestres, agrupadas en 7

grandes campos, bloques, series o conjun-

tos:

1. Bases que constituyen al sistema educa-

tivo nacional. Análisis de retos y pro-

blemas que caracterizan a la educación

básica. Análisis de propósitos y conteni-

dos de lo que es la educación primaria.

2. Formación de habilidades para el estu-

dio y para el manejo de fuentes de

información e interpretación.

3. Reflexión del sentimiento y pensamien-

to educativo.

4. Bases teóricas de la enseñanza y del

aprendizaje. Estudio de la asignatura,

contenidos específicos, graduación y su

didáctica. Dificultades de aprendizaje.

5. Estudio integral del desarrollo del

niño. Análisis del desarrollo cognitivo

del niño.

6. Análisis de la problemática específica

de la región.

7. Elaboración de tipos de planes de traba-

jo.

8. Participación de los maestros y el

mejor funcionamiento de las escuelas.

Las actividades principalmente escolariza-

das, están diseñadas para que los maestros

en formación adquieran conocimientos,

habilidades, valores y actitudes para el

ejercicio de la docencia.

Las actividades de acercamiento a la prácti-

ca escolar se desarrollan a través de seis

asignaturas, durante seis semestres. Con

este tipo de actividades el plan de estudios

reconoce a la escuela primaria como un

espacio fundamental para que el estudiante

normalista se acerque al conocimiento real

y gradual de:

La escuela

primaria en

la formación de

los futuros

docentes

ESTEBAN ARAUJO GARCÍA

Profesor de la escuela normal No. 1

de Toluca.

E

Page 42: Magisterio3

―Las condiciones y la organiza-

ción del trabajo en la escue-

la.

Las estrategias de enseñanza de

los maestros en el aula.

La interacción y la participación

de los alumnos en la clase y las

escuelas.

La circulación y uso de los ma-

teriales y recursos educativos.

Las relaciones de la escuela

con la familia y la comuni-

dad‖.1

Se pretende que mediante de las activi-

dades de observación y práctica docen-

tes, los estudiantes adquieran experien-

cias formativas, que propicien en ellos el

desarrollo de habilidades y competen-

cias profesionales. Por ello, la escuela

primaria y específicamente los profeso-

res titulares que acepten en su grupo a

uno de los maestros en formación, de-

berán en principio, reconocerse a sí

mismos como expertos, y por conse-

cuencia podrán desempeñar la función

de asesores, mediadores, maestros de

técnicas y maestros de didáctica o labo-

ratorio de docencia. El diseño curricu-

lar de este grupo de actividades apela a

la experiencia, las orientaciones y los

apoyos de directivos y maestros de gru-

po para que este tipo de saberes sean

transmitidos a los maestros en forma-

ción, durante las estancias en la escuela

primaria.

La formación gradual de los estudiantes

normalistas en el ámbito de la escuela

primaria, implica necesariamente la

participación conjunta de los profesores

de las escuelas normales y de las prima-

rias, para lo que se habrá de establecer

un proyecto de vinculación entre ambas

instituciones.

Con el desarrollo de actividades de vin-

40

1 SEP (1999). Licenciatura en Educación Primaria.

Plan de estudios 1997,

México. p. 64.

culación, se da a conocer el Programa

para la Transformación y el Fortaleci-

miento Académicos de las Escuelas

Normales y sus características, los ras-

gos deseables del nuevo maestro: perfil

de egreso, criterios y orientaciones para

la elaboración del plan y la organización

de las actividades académicas, análisis

del mapa curricular, análisis del

propósito formativo de las observacio-

nes y las prácticas, y cómo a través

de ellas, los estudiantes adquieren –de

manera gradual y sistemática– conoci-

mientos, habilidades y actitudes indis-

pensables para el ejercicio profesional;

la relación que existe entre el plan y

programas de estudios 1993 de primaria

y el plan de estudios de 1997 para la

licenciatura en educación primaria, or-

ganización de las jornadas de observa-

ciones y prácticas docentes, la metodo-

logía didáctica a emplear, los lineamien-

tos y características para desarrollar la

práctica, tipo de planeación, registro de

seguimiento y evaluación y cronograma

de prácticas. Asimismo, por medio de la

toma de acuerdos y compromisos, se

señalan los apoyos que pueden ofrecer

directivos y maestros de educación pri-

maria, para enriquecer la experiencia de

los estudiantes en la escuela.

Las actividades de acercamiento a la

práctica escolar, fueron diseñadas para

que mediante el trabajo conjunto de

directivos y maestros de educación pri-

maria y de educación normal, los maes-

tros en formación se preparen para el

futuro desarrollo del ejercicio docente.

La práctica intensiva en condiciones

reales de trabajo, se concentra en cuatro

asignaturas a desarrollar en los dos últi-

Page 43: Magisterio3

41

mos semestres, las asignaturas del traba-

jo docente I y II se desarrollan totalmen-

te en el espacio de la escuela primaria,

bajo la tutoría de un profesor de educa-

ción primaria y la orientación de un

asesor de seminario de análisis de traba-

jo docente, durante la mayor parte del

ciclo escolar.

Durante los 2 últimos semestres, los

maestros en formación desarrollan 3

actividades principales y una comple-

mentaria, vinculadas estrechamente

entre sí:

Trabajo docente con un grupo

de alumnos de educación pri-

maria.

Análisis y reflexión sistemática

acerca del desempeño frente al

grupo de niños, así como de las

experiencias obtenidas en la

escuela primaria y su contexto.

Elaboración del documento

recepcional:

- Informe del Servicio

Social.

El trabajo docente se desarrolla median-

te la práctica intensiva en dos etapas por

semestre.

En la primera etapa asisten a la escuela

primaria durante las tres primeras sema-

nas del ciclo escolar, para participar en

la inscripción, organización de grupos,

organización de comisiones, asistencia a

los talleres de actualización, elaboración

de la planeación anual, aplicación de la

evaluación diagnóstica, conocimiento

del grupo escolar, observación del traba-

jo en el aula, actividades de ayudantía al

maestro tutor, etc. Los maestros en for-

mación regresan a la escuela normal

durante las dos siguientes semanas, para

organizar y participar en las sesiones del

Seminario de Análisis del Trabajo Do-

cente y la elaboración del Plan General

de Actividades para cada período de

prácticas (referente para elaborar el in-

forme del servicio social), y de los pla-

nes de clase del primer período de

práctica intensiva (aproximadamente las

siguientes nueve semanas). Después de

estas actividades, vuelven a la escuela

primaria para dirigir el aprendizaje de

los contenidos de todas las asignaturas

que señala el plan de estudios de educa-

ción primaria, según el grado asignado,

y de acuerdo con los enfoque de cada

una de las asignaturas, así como para

participar en el desarrollo de actividades

de fomento a la lectura, conocer al gru-

po en general y a cada uno de sus alum-

nos por medio de la observación, con-

versación, organización de juegos, pro-

porcionar apoyo cuando lo requieran o

soliciten, intervenir en las reuniones de

Consejo Técnico, en reuniones con ma-

dres y padres de familia, apoyar al titu-

lar en el desarrollo de visitas o recorri-

dos didácticos, recolectar evidencias que

permitan elaborar el portafolios para

analizar (en el Seminario de análisis del

Trabajo Docente), verificar el resultado

de sus experiencias docentes registradas

en el diario de trabajo y elaborar el in-

forme de actividades desarrolladas.

Esta primera etapa culmina cuando los

maestros en formación regresan dos

semanas a la escuela normal para des-

arrollar actividades específicas del Se-

minario de Análisis e iniciar formalmen-

te la elaboración del documento recep-

cional.

La segunda etapa del semestre se inicia

en la escuela normal (una semana), con

la elaboración de la planeación del se-

gundo período del trabajo docente, que

se desarrolla en la escuela primaria,

durante 3 semanas con la práctica de las

actividades ya enunciadas en el primer

período. Esta etapa culmina en la escue-

la normal con el desarrollo de activida-

des de análisis del segundo período y

los avances en la elaboración del do-

Page 44: Magisterio3

42

cumento recepcional. Con estas activi-

dades se da por terminado el séptimo

semestre.

El octavo semestre también comprende

dos etapas con distribución de activida-

des de manera similar a las del séptimo

semestre, y la permanencia el maestro

en formación, aproximadamente durante

12 semanas en la escuela primaria, des-

arrollando el trabajo docente en dos

períodos y siete semanas en la escuela

normal, dos de ellas para la planeación

de los períodos de trabajo y cinco

semanas para el desarrollo del Semi-

nario de análisis y elaboración del do-

cumento recepcional.

Durante el séptimo y octavo semestres,

el maestro en formación permanece

aproximadamente veintisiete semanas en

el ámbito de la escuela primaria y trece

en la escuela normal.

El análisis y reflexión sistemática acerca

del desempaño frente al grupo de niños,

así como de las experiencias obtenidas

en la escuela primaria y su contexto, se

desarrolla en el espacio de la escuela

normal, en sesiones de grupo y de ase-

soría individual. Los grupos tienen co-

mo máximo siete alumnos.

El producto del análisis y reflexión de

las experiencias obtenidas en el ámbito

de la escuela primaria, registradas y

evidenciadas, es el factor principal en la

determinación del tema, motivo del do-

cumento recepcional.

―El documento recepcional debe enten-

derse como un ejercicio intelectual deri-

vado de la reflexión sobre la práctica

para analizar con detenimiento y expli-

car –con base en la experiencia y en los

aportes teóricos pertinentes– un proble-

ma educativo concreto que dé cuenta de

las condiciones reales en las que se rea-

liza la labor docente, de los factores que

intervienen e influyen en ella y de las

relaciones que se dan entre éstos y las

formas en que funciona y se organiza la

escuela‖.2

―El documento recepcional es un ensa-

yo de carácter analítico y explicativo

en cuya elaboración los estudiantes

normalistas ponen en juego las com-

petencias que forman parte de los ras-

gos del perfil de egreso que establece

el Plan de estudios‖.3

2 SEP (2000). Orientaciones Académicas para la

Elaboración del Documento recepcional. Licenciatu-

ra en Educación Primaria. México. p. 11.

3 Ibídem p. 12.

Page 45: Magisterio3

43 EXPR

ESIÓ

N

ARTÍSTICA

MONUMENTO AL MAESTRO.

Page 46: Magisterio3

I

Tú me diste un saber

que llevo dentro

como semilla

que en la tierra

fructifica.

Tú me diste, también

¡Oh, Madre Escuela!

un rumbo claro

y un camino limpio

y, por ellos, mi vida

se irá dando:

el saber y la alegría

y la fe y el amor

por lo que eleva

y dignifica la vida,

engrandeciéndola ...

No lloro en el momento en que te dejo;

me conmueve saber que en esta hora

me despido de ti;

que tal vez nunca

vuelva a mirarte ni a sentir

el amparo de tus aulas y tu techo:

que las risas y los cantos

y la sabia protección

de tus maestros,

no estarán ya para inundar mi vida

y guardarla de peligros

y acechanzas.

II

Maestro normalista, ensayista, teórico de

la educación, investigador pedagógico, periodista, poeta, cuentista y dramaturgo.

Como maestro recorrió todo el escalafón,

desde maestro rural, director de escuela

primaria, inspector escolar, director de

Escuela Central Agrícola, Regional Campe-

sina, Normal Urbana, Normal Rural y Mi-sión Cultural, así como catedrático de Cha-

pingo y, por acuerdo presidencial (1970),

Inspector General de Educación Normal en el país.

Ejemplo preclaro del normalismo como

filosofía de vida profesional.

JOSÉ

SANTOS VALDÉS

MAESTRO NORMALISTA

TE JURO,

BIEN AMADA

44

JOSÉ SANTOS VALDÉS

(Matamoros, Coah. 1905 –

Cd. Lerdo, Dgo. 1990).

34

Page 47: Magisterio3

Todo es verdad:

pero te llevo siempre

en mí escondida

y saldrás a la luz a toda hora,

y nunca, mientras viva,

te has de apartar de mi memoria.

Donde quiera que vaya

Tú has de ir, porque soy

la prolongación de tu grandeza:

no saldrá de mis labios una frase,

ni en mi corazón habrá latidos,

ni tonos en mi voz que Tú no inspires.

¡No podrán crecer mis pensamientos

sin que, en todo cuanto diga o haga,

en todo lo que sufra o goce,

en todo lo que gane o pierda,

estés Tú, mi Escuela Bienamada!

III

Ya no estaré aquí para mirarte

y embriagarme con la dicha de otras almas,

y sufrir y luchar con mis hermanos;

pero al darme a los niños de mi México

allí estarás Tú.

Y la Normal Rural que me tomara niño

sacándome del pueblo –pues que estaba

en lo más profundo de su entraña–

hoy me dice que es hora

de partir hacia la lucha;

que es hora de ir por los senderos

donde se alzan,

de los hombres,

las ansias centenarias ...

IV

Ya no

Y te juro, Madre Escuela,

que no saldrá de mis labios una frase

que no lleve,

rotundo,

el sello de tu esencia.

Que en mi corazón no habrá latidos

que no sean la vibración de tus ideales.

Que los tonos de mi voz irán regando

la justa aspiración de tus acentos

y en mi mente sencilla

-de escolar simpleza-

sólo Tú, Escuela Bienamada,

podrás engendrar y hacer crecer

33 45 45

mis pensamientos.

Te juro, Madre Escuela,

que desde hoy mi vida queda

consagrada

para seguir la justa ley de tus mandatos,

para seguir la justa ley de tu enseñanza ...

V

Madre Escuela :

Te consagro desde hoy mi vida entera

y te la doy porque supiste

comprenderme como a hijo de mi pueblo,

como a hijo de lo más profundo de su entraña.

Te consagro mi vida

porque hiciste

con la clara luz de tu enseñanza

que aprendiera a querer,

con pasión reconcentrada,

justicia para el pueblo

con la paz, con el pan,

la cultura y el trabajo.

Te consagro mi vida

y donde quiera que mi ser aliente,

allí estarás Tú,

dándome la luz de tu doctrina,

para que vaya sembrando la simiente,

que en la niñez se volverá,

algún día,

acción clarividente

y decidida

que permita que mañana,

Escuela Bienamada,

México se llene con las risas,

con los cantos

y el trabajo de tus hijos.

¡Te consagro mi vida

y desde cualquier rincón

de mi Patria y de mi mundo,

señalando estará mi corazón

tu solo nombre para darme el rumbo,

tu solo nombre para hacerme fuerte;

tu solo nombre para que, con entereza,

mi voluntad salga triunfante

contra todos los vaivenes de la suerte ...!

Page 48: Magisterio3

ALICIA

RAMÍREZ PORTÉS

46

Todo comienza, cuando ya se acercaba un nuevo ciclo escolar, todo

estaba casi preparando para poder llevar los libros a todos los niños

y niñas de la República Mexicana; mientras tanto en la bodega de

regazo y hojas de rehuso, había un paquete de libros muy pequeñitos

e inofensivos que estaban olvidados, pero en su interior contenía toda

una herencia de información.

De repente uno de los libros llamado Naturalito se pudo percatar

como acomodaban a los libros nuevos para llevárselos y gritó

¡Compañeritos despierten!, ¡Esta es nuestra oportunidad de escapar

y ser utilizados por niños!, en eso contestó Numerito ¡no sueñes, a

nosotros no nos quieren porque no estamos escritos en castellano!

Letrita replico ¡Sí pero fuimos hechos especialmente para niños de

zonas especiales como son: La Huasteca Tarahumara y Purepechas

¡ánimo muchachos lo lograremos!

Y así el grupito de libros bebes emprendieron su salida, como los

otros libros viejos y rotos, no sabían que es lo que decían no pudieron

dar parte al director de la Comisión Nacional de los Libros de Texto

Gratuito; los libritos salieron muy despacito y sin que nadie se diera

cuenta se ocultaron muy bien en una caja y arribaron al camión; el

autobús emprendió la marcha y así durante largas horas de camino

uno a otro se reclamaban, pero la esperanza de Naturalito nunca mu-

rió su sueño de que algún día todos los niños lo leyeran estaba a

punto de hacerse realidad; cuando por fin llegaron a la isla de Janit-

zio, una región de Purepechas, los pobres libritos agotado y fatigados

con las hojas y la portada casi destruida no se rendían; con gran cui-

dado corrieron a una lancha; como la lancha era muy pequeña, los

pobres libritos fueron llevados en una orillita de la lancha de pronto,

el pescador aceleró la lancha y los pobres libritos resbalaron y como

eran muy pequeños e inofensivos no se pudieron sostener y cayeron

al agua; que desgracia su vida parecía empeorar, quizá se quedarían

allí para siempre o serían alimento de peces.

Al otro día muy de mañana, un pescador pobre y muy ignorante

pescó el paquetito de libros muy mojados, un minuto más en el agua

y el contenido de sus hojas hubieran desaparecido, el pescador no les

hizo caso y los aventó en un montón de pescados.

El pescador colocó toda su mercancía para poderla vender, los libri-

Alicia Ramírez Portés.

Alumna de la Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Lengua

Extranjera (Inglés).

LA GRAN

AVENTURA

DE LOS LIBROS

DAVID ALFARO SIQUEI-

ROBERTO MONTENE-

Page 49: Magisterio3

47

tos unos a otros se dijeron ¡Compañeros no nos rinda-

mos sigamos adelante! ¡Subamos a esa carreta! el ca-

mino del pescador era largo tenía que subir toda la isla,

los pequeños libros estaban cansados y querían descan-

sar en un librero como lo hacen la mayoría de los li-

bros.

Al final de su jornada el pescador se dio cuenta de que

no se pudo deshacer de ellos; en la noche los tomo y

los puso sobre la mesa, donde tenía un jarro de café y

cuatro tortillas con sal, el pescador se dirigía a cenar.

En ese momento los libritos le hablaron ¡Buenas no-

ches señor!, el pescador se sorprendió y contestó

¿Quién me habla?, todos respondieron ¡nosotros! Y se

empezaron a parar y a estirar, el pescador exaltado, los

miró con gran asombro y preguntó ¿Quiénes son uste-

des?, se había percatado que entendían lo que él decía

pues hablaban el mismo dialecto; Naturalito le dijo

¡tómame y disfruta todo lo que en mí puedes encontrar,

el hombre no entendía lo que querían los libros y dijo,

- no entiendo nunca los había visto en mi vida

¿Quiénes son ustedes?; el más pequeño se acercó y le

dijo - ¿no temas amigo! Yo soy Numerito y te puedo

proporcionar información de cualquier tipo en este

caso soy de Matemáticas y conmigo aprenderás mu-

chas cosas!

Salto otro librito y se presentó ¡Yo soy Letrita, pero

todos me conocen como el libro de Español y te puedo

ayudar para que aprendas a leer!. Por último esta el

libro de el Cuidado del Medio ¡hola mi honorable se-

ñor yo soy Naturalito y al igual que mis otros amigos,

yo te puedo brindar información sobre el medio en el

que vivimos y más a ti que eres pescador y andas de

mar en mar!

El pescador tomo con mucho agrado los libros porque

sabía que era la gran oportunidad para dejar de ser

ignorante y así fue, el señor aprendido y se hizo amigo

de los libritos; Los libros al ver que había terminado

con esa misión le dijeron ¡Señor creemos que ya te

hemos enseñado lo necesario y queremos seguir ense-

ñando a gente que no tiene los recursos y el aprendiza-

je necesario!

El hombre satisfecho con la decisión de sus amiguitos,

los guardó y los llevó a la escuela; en esta escuela pu-

dieron realizar su mayor sueño, poder ser leídos por los

niños que apenas empezaban a leer y que no les impor-

taba que sólo estuvieran en una caja de madera muy

vieja, pues la escuela no tenía para más recursos.

Finalmente uno de los libros dijo ¡me siento satisfecho

en donde ahora nos encontramos, quizá el lugar no

tenga todos los recursos necesarios, pero las ganas y

las energías que ponen estos niños por superarse no los

cambiaría por nada, lo más importante es que todavía

pueden descubrir lo que hay en mi, ya que no me

hubiera gustado estar en los botes de la basura!

Numerito le dice a Letrita ¡Considero que es conve-

niente que todos los niños y adultos sepan que al igual

que cada uno de lo libros, los maestros también deben

de ser valorados, porque él hace su trabajo con amor y

entusiasmo ―Por eso se debe corresponder dando las

gracias a todos los profesores y libros que les brinda-

mos una mejor preparación‖.

ALFREDO ZALCE. FERNANDO LEAL. RAÚL ANGUIANO.. LA PATRIA.

JORGE GONZÁLEZ CAMARE-

NA.

Page 50: Magisterio3

48

JOSÉ LORETO

ANSELMO ALQUISIRAS

Señor, Don Alonso Quijano:

Ingenioso hidalgo y caballero andante,

que por mil caminos tu huella dejaste,

a tu lado siempre, pendiente a la acción

iba Sancho Panza, tu fiel servidor.

En tí se construye el ideal de justicia

y en Sancho el sentido práctico de la vida.

Gracias por haberme enseñado el camino

de la democracia y la dignidad,

también te doy gracias

por tu rebeldía,

por tu grito sonoro

¡Libertad! ¡Libertad!

Que cruzó los mares y cruzó los vientos

y sonó cual látigo redentor

lleno de esperanza, angustia y fatiga

por todos los campos de la Mancha y Castilla;

gracias por creer en la gente buena,

en la gente noble, humilde y sincera,

por tu sí a lo bueno,

a lo positivo y a lo trascendente.

Cuando apenas era yo un adolescente,

la casa paterna, todo abandoné

dejando a lo lejos el paisaje agreste

del pueblo pequeño que me vio nacer;

me instalé angustiado en la gran ciudad

¡Inmensa metrópoli,

llena de siniestros!

De fantasmas vivos y fantasmas muertos,

de gente sin rostro, colmada de intrigas

de manos pedigüeñas, dulces o agresivas,

de seres atados con cadenas kafkianas e invisibles,

de gente con ojos cansados y tristes,

otros con angustia, otros con rencor,

con la fe perdida, buscando el amor.

Y supe de usted Don Alonso Quijote

apenas cursaba como normalista

en el primer año.

Hablaban de usted,

de aquel Don Quijote,

ingenioso hidalgo de mil aventuras,

caballero andante de la triste figura;

de un tal Sancho Panza de la misma aldea

CARTA A

DON QUIJOTE

José Loreto Anselmo Alquisiras.

Profesor de la Escuela Normal de Santa Ana Zicatecoyan.

Page 51: Magisterio3

49

y de un amor sublime por su Dulcinea.

Le busqué los ojos y hallé en su mirada

grandes horizontes lejanos e inciertos

me nació en el fondo seguirle su ejemplo

de tomar las armas y desfacer entuertos

y tuve de pronto al pasar el tiempo,

mi primer batalla en desigual encuentro

con fieros gigantes molinos de viento.

En muchos momentos y en mil ocasiones

sentí el costillar de aquel Rocinante

bajo mis arreos, bajo mis talones

y empuñé gallardo mi débil adarga,

con la frente en alto y justas razones.

Cuantas cosas buenas aprendí de usted,

sabias experiencias que no olvidaré;

deambulando siempre con el pensamiento,

por esos lugares que usted fue regando

con el agua fresca de la honestidad,

con esa locura limpia de maldad.

Pasaron los años de una larga espera,

un viejo maestro soy de humilde escuela;

hice concesiones para conseguir

el pan que me ayuda a sobrevivir,

dudas tengo muchas, las tengo a conciencia,

sigo conservando el interrogatorio

de mi ya cansada y penosa existencia.

Siento mucha angustia y mucha tristeza

por todos los niños que la vida empiezan,

por todos los hombres del planeta Tierra

que cosechan flores y cultivan guerras;

por aquel anciano solo, abandonado

y por aquel niño sin pan, sin calzado.

También siento pena por el hombre bueno,

por aquel Jesús

que aún sigue derramando

su sangre en la cruz;

por el lobo humilde de Rubén Darío

cruelmente maltratado por el lobo humano.

Más quiero decirle Señor de Castilla,

que creo en usted

y en sus frases llenas de filosofía;

también sepa usted Señor de la Mancha,

que mientras haya entuertos que desfacer,

molinos de viento contra quien luchar,

viejas armaduras que desenmohecer.

¡No desistiré!

Mientras haya un hermano a quien ayudar,

tiernos corazones de dulcinas que conquistar,

mercaderes que arrojar a chicotazos de nuestro hogar

y un estúpido a quien convencer.

¡No desistiré!

Y mientras haya un árbol que plantar,

palabras de aliento que regalar

y una sonrisa que aceptar.

¡No desistiré!

Mientras haya esto y más por hacer

voy a decirle a rocinante.

¡Arre, arre caballito hermoso!

¡Arre caballito andante!

Que ancho es el mundo para cabalgar.

Page 52: Magisterio3

INTRODUCCIÓN

n la propuesta curricular de los planes de estudio

de la educación normal, ha sido frecuente encon-

trar dos campos de formación: uno correspon-

diente a la estrategia académica que organiza el

tratamiento de materias o asignaturas correspon-

dientes al dominio teórico de aspectos pedagógicos, didácticos, psi-

cológicos y metodológicos para la enseñanza y el aprendizaje en

educación básica; otro que fomenta la aplicación de los mismos en

el campo institucional al que va dirigida la formación profesional;

éste en el espacio y tiempo crea el escenario en donde apa-

recen actos simbólicos,1 interrelaciones, experiencias y cono-

cimientos que el alumno normalista reconoce como prácti-

ca pedagógica, denominada a partir del plan de estudios

1997, práctica docente.

La estructura simbólica del

ser docente

a través del discurso y

la ejecución de

las prácticas pedagógicas

VÍCTOR AMBROSIO ESPINO-

ZA

CHÁVEZ

Optante al grado de Maestro en Cien-

cias de la Educación.

Investigador Educativo en la Escuela

Normal de Zumpango.

E

SEGISMUNDO

1 Para Freud lo simbólico es un proceso de encubrimiento y desvelamiento de un evento

psíquico del pasado, que sólo aparece en la actividad propia del hombre como una

conformación simbólica en el presente, el acto simbólico es la expresión metafórica

que expone una temporalidad psíquica que se traslada de un momento a otro,

apareciendo o enlazándose a un hecho concreto de la vida cotidiana del sujeto;

la estructuración simbólica del ser docente es entendida desde este referente como

el armado de actos simbólicos que aparecen en el quehacer del sujeto; una acción que

equilibra las temporalidades en el psiquismo del sujeto para hacer frente a

los requerimientos de un pasado, reconocido como la herencia de la profesión frente

a las demandas del presente y el futuro incierto.

50

Page 53: Magisterio3

Este tipo de práctica ha sido un

factor determinante en la forma-

ción de los docentes, es y ha

sido la puesta en activo de estra-

tegias de aprendizaje, herra-

mientas de enseñanza, didácti-

cas, enfoques y conocimientos

disciplinares; por ello se ha con-

vertido en el elemento más im-

portante en la construcción

histórica de la profesión docen-

te; en ella se encuentran discur-

sos escritos u orales que se refie-

ren a la formación de docentes,

estructurados de tal forma que

señalan el estilo de pensamiento

(Douglas: 1998), de la sociedad

y de los docentes en torno a un

determinado contexto.

Este trabajo plantea un acerca-

miento a los estilos de pensa-

miento, a través de la recupera-

ción de actos simbólicos encon-

trados en la reconstrucción de

historias de vida de alumnos de

la Escuela Normal; en los escri-

tos, como las tesis elaboradas

durante la experiencia obtenida

en el 7º y 8º Semestres de la Li-

cenciatura en educación Prima-

ria; en los comentarios de los

docentes en servi-

cio, así como también por parte

de profesores jubilados, quienes

al compartir sus experiencias en

torno a la enseñanza y el apren-

dizaje en la escuela primaria,

permitieron encontrar las repre-

sentaciones del mundo escolar

que viven; los entrevistados

comparten sus prácticas de do-

cencia, y con ello, lo que ha sig-

nificado su ejecución; el encuen-

tro con sus aprendizajes, conoci-

mientos y preocupaciones, pero

también las demandas que

hacen a la formación de

docentes.

El DESVELAMIENTO DE

LA IDENTIDAD DOCENTE

A TRAVÉS DE LA

PRÁCTICA

PEDAGÓGICA

En 1997, al entrar en vigencia el

nuevo Plan de Estudios de la

Licenciatura en Educación Pri-

maria, se desarrollaron los Ta-

lleres Nacionales y Regionales

de Actualización, promovidos

por la Secretaría de Educación

Pública, a través de la Subsecre-

taría de Educación Básica y

Normal; en uno de estos espa-

cios académicos encontré a una

profesora que preocupada por la

seguridad que tenía de perder la

vista,

había escrito su autobiografía

titulándola ―Una aprendiz de

maestra‖, en cuyo texto se

encontraba la pregunta ¿a quién

dedicaré mis letras?... y seguía

la respuesta:

―Sólo a ti, querido niño, que

amas sin límite, sin repro-

che, sin trabas, ni condición; a

ti, que pagas inmensamente

con tu cándida sonrisa; a ti, la

flor más bella de mi patria

y a quien el maestro valora

tanto. A ti, que perdonas y

olvidas las debilidades e impa-

ciencias, y hasta la ignorancia

de tus profesores, y que para

mí has sido inspiración, des-

velo... vida‖.2

Lo anterior parece ser una ex-

presión cotidiana en la privaci-

dad del acto de escribir de un

docente; sin embargo, hay coin-

cidencia con los siguientes tex-

tos de la misma época en que

ella vivió su formación docente,

en cuanto al significado de en-

trega a la profesión magisterial

sin demanda alguna:

51

2 Sánchez Rodríguez, Ma. Luisa. “Una aprendiz

de maestra”. Autobiografía, mayo de 1997.

Page 54: Magisterio3

finalmente lo destacó en su

ofrecimiento.

Las metáforas cuentan una his-

toria (Ricoeur: 1995), ahí se

encuentra el amor hacía el niño,

la entrega incondicional a la

reivindicación del pueblo, el

compromiso de saber y conocer

para engrandecer al otro, su

alumno.

Así, a través del análisis de

este lenguaje metafórico,

constituimos una realidad

social (Chartier: 1999) que

permite dar cuenta del con-

texto que estructura simbó-

licamente a la identidad

docente.

Como procesamiento de

una evidencia en torno a lo

expresado anteriormente,

presento algunos de los ras-

gos característicos del do-

cente que son expresados

por Enrique C. Rébsamen en el

documento El renovador de la

instrucción primaria en Méxi-

co:

“Vais a oírme, ¡escuchad!... lo que

caracteriza a la escuela normal es

la aplicación teórico-práctica de la

doctrina para formar hombres y

para formar ciudadanos y esta

doctrina como tal, debe ser

científica y debe ser práctica‖.

La maestra vieja

Sus manos acarician cabecitas doradas,

una risa de ensueño

le sube a la garganta; no puede estarse quieta

y corre alborozada a formar en la ronda

y danza... danza... danza.

En su cabeza brilla

una nueva alborada, se enciende en sus pupilas

una luz de esperanza;

se ha vuelto jovencita la viejecita blanca,

porque piensa en sus niños

y danza... danza... danza.

Profr. Luis Tijerina Almaguer

El sembrador

Maestro: Que suele ser más padre y más madre que los padres mismos,

porque cuántas veces después de haber nacido,

fatalmente una vez, por mandato supremo de Cupido,

olvidan su misión y te entregan un hijo, como

sacándole el cuerpo al sacrificio.

Entonces tú, adivinando la tragedia que abre sus brazos por detrás del niño, le das calor

de números y letras, pero sobre todo, le das cariño.

Manuel Bernárdez

Estas expresiones literarias no

hacen únicamente la apología

de la profesión, son la

representación de la idea que se

tenía del docente; así la

profesora lo aprendió, y así lo

asumió a lo largo de su

e x p e r i e n c i a l a b o r a l y

52

Page 55: Magisterio3

Hacer científica la tarea de enseñar correspondía a

la necesidad de organizar el Sistema Educativo en

México; la docencia, además de ser innovadora y

recuperadora de las corrientes de pensamiento

más actuales en su momento, debería estar

sometida a la experimentación, por lo que se

requeriría hacerla práctica.

La expresión como tal hace referencia a la memo-

ria colectiva que predomina en esa época: lugar,

situación social, cultural y política que se vive, en

síntesis al contexto en que se forma a los docen-

tes, creando la historia en torno a los rituales de

los profesores formadores, las representaciones de

las prácticas institucionales, grupales y de los su-

jetos que se encuentran involucrados en ellas; esto

se convierte en la herencia que se deja a las futu-

ras generaciones, se abre el campo profesional a

la inscripción del futuro docente con la condición

de que cumpla con los requisitos; formas de ense-

ñanza, estilos de pensamiento, vivencias, conoci-

mientos y hasta factores emocionales que se con-

vierten en afectos hacia los otros sujetos afines a

la propia actividad laboral, características funda-

mentales para la génesis de la identidad docente.

La retórica determina en sí misma los significan-

tes que dan sentido a la práctica pedagógica como

acto simbólico que construye al docente.

Analicemos la evidencia, materialidad que conno-

ta el campo de lo simbólico en el fragmento de

una historia de vida:

―En la misma normal nos comentaban que el maestro

debería vivir al día, con sus propias experiencias y con

lo que surgiera en su entorno e irlo tomando como

base para su enseñanza...

...en el mundo actual, el maestro no tiene necesidad de

gastar tanto en material didáctico, tiene su salón al

alcance y de ahí puede hacer maravillas y fíjate que es

cierto... porque puede uno sacarle, vamos a decir,

hacer centros de interés...‖

―Y ustedes que van a ir a pueblitos más humildes se

van a encontrar que van a ir a lavarle la colita a un

niño, le van a limpiar los moquitos, pues teníamos que

ir a eso, a entrar a una casa a ayudarle a una mamá a

barrer, a lavar sus trastes, a quitarles el tizne; todo eso

es enseñanza... hijas, tienen que enseñar sin criticar,

sin hacer gestos y tienen que guardarse ustedes todo,

de ir a espulgar a un niño, sí, sí, irle a matar los pioji-

tos a los niños, eso es enseñar, decirle a la mamá, mire

esto lo va a corregir así, pero con cariño, no la van a ir

a regañar‖.3

Entramado lingüístico que representa la ardua

labor que hacían los docentes en la Escuela Nor-

mal para crear una conciencia de participación en

los alumnos, de promover la colaboración con los

padres de familia, señalar la humildad y la hones-

tidad como indicadores característicos del docen-

te, convocar a ser cuidadosos con la economía de

la comunidad, promoverlos como sujetos creati-

vos y convertirlos en promotores de la salud, con

el propósito de crear vínculos afectivos e identita-

rios con la docencia.

Las palabras expresadas por las profesoras y las

expresiones literarias de la época, se han converti-

do en fuentes orales y escritas, que señalan la es-

tructura simbólica que identifica la idea del do-

cente en un mundo de representaciones sociales.

La concepción que se tiene de la práctica docente

desde estas representaciones, y por el alumno nor-

malista, corresponden a una expresión de las con-

figuraciones históricas y sociales de la profesión,

de tal manera que la actual formación de docentes

en las escuelas normales no puede dejar de reco-

3 Historia de vida de la profesora Clementina Pacheco Domínguez.

53

Page 56: Magisterio3

nocer que las prácticas pedagó-

gicas se han visto determinadas

por esta sujeción.

Así pues, algunos actos simbó-

licos de esta identidad preser-

vada (Chartier:1996) siguen

estando presentes y son ellos

los que generan una distinción

entre esta profesión y otras. La

demanda de amor y cariño

hacia los niños, el vínculo do-

cente, padre de familia, la sen-

cillez, humildad y honradez

siguen siendo demandas socia-

les para el profesor; el desarro-

llo intelectual unido a la figura

de participación política y a la

toma de decisiones son recla-

mos que la historia le hace

en este momento.

Una vez analizado el proceso

de establecimiento de algunas

representaciones del ser docen-

te a través de la experiencia del

sujeto, y de su vinculación con

el contexto que le rodea, pre-

sento a continuación algunos

actos simbólicos que se han

instalado en la vida institucio-

nal de las escuelas normales,

creando una tradición que cons-

tantemente reconstruye la histo-

ria de la profesión sin importar

cuántas reformas se implemen-

ten.

LA EVIDENCIA

DE UN DISCURSO:

REALIDAD O FICCIÓN

DESDE LA PRÁCTICA

PEDAGÓGICA

―Cuando ya nos decían que tenía-

mos que hacer nuestra semana de

práctica intensiva, pedíamos a las

maestras nuestros temas para toda

la semana, entonces nos daban de

todas las materias y teníamos que

globalizar la enseñanza, para que

no nos costara tanto trabajo tener

que encajar con un núcleo de ense-

ñanza, encajar todo lo que nos

habían pedido las maestras y ela-

borábamos nuestro material, el

propio del maestro y además tenía-

mos obligación de llevar material

para todos los niños‖.

(Alumna normalista entre los años

de 1958-1960).

Una de las grandes preocupa-

ciones respecto a la formación

de docentes en las escuelas nor-

males, es la puesta en práctica

de los conocimientos adquiri-

dos a través del diseño curricu-

lar, esto se debe a que durante

la trayectoria académica, el

alumno normalista conoce la

teoría pedagógica, las estrate-

gias de enseñanza, los diferen-

tes enfoques de trabajo didácti-

co en cada una de las discipli-

nas del conocimiento, desarro-

lla habilidades para la lectura,

la escritura, la apreciación artís-

tica, la danza, la música, el di-

bujo; practica y conoce los

principios elementales de los

diferentes deportes, todo ello

como parte de su tránsito por

las aulas normalistas.

Por otro lado, es la práctica pe-

dagógica el espacio en donde se

reúnen las preocupaciones, an-

gustias, dominios y ausencias

de conocimiento, es un campo

que se convierte en fuente de

entramados que complejizan la

tarea de formar docentes y la de

formarse como docente:

“A pesar de que las prácticas jue-

gan un papel trascendental en

cualquier profesión porque es un

lugar, un momento donde se apli-

can conocimientos o teoría, en la

Escuela Normal juega el mismo

papel sólo en el discurso, desgra-

ciadamente la realidad es otra, su

finalidad pareciera estar más enca-

denada a la cuestión administrati-

54

Page 57: Magisterio3

va que a la formativa; es decir, el

cumplimiento de requisitos mera-

mente institucionales, tanto por los

profesores encargados en el pro-

ceso de prácticas pedagógicas,

como en sus ejecutores‖.4

Es frecuente encontrar en el

alumno normalista un reconoci-

miento al espacio destinado a la

práctica pedagógica, pues con-

sidera que los docentes y alum-

nos de la escuela primaria le

posibilitan un espacio de for-

mación, ahí aprende a trabajar

con los alumnos, detecta sus

aciertos y sus defectos en la

aplicación de cierta metodolog-

ía de enseñanza, ejercita lo

aprendido en el aula normalista,

traslada la teoría a la práctica,

conoce los estilos de aprendiza-

je de los alumnos y el estilo de

enseñanza de los docentes; sin

embargo, dice ―la realidad es

otra‖, reconoce que lo aprendi-

do en la Normal es lo ―teórico‖,

que mantiene una distancia con

lo que ―vive‖ en la práctica pe-

dagógica, sabe que es un espa-

cio idóneo para su formación

como docente de educación

primaria, pero demanda que los

docentes formadores de docen-

tes, se interesen por lo que

aprenden con sus alumnos.

Para el normalista esta expe-

riencia puede ser enriquecedo-

ra, en tanto se considere hacer

de las prácticas un mecanismo

de transformación en la ense-

ñanza; sin embargo,. hasta el

momento se ha observado que

la función principal va encami-

nada a repetir las experiencias

y no a experimentar o construir

alternativas de enseñanza y

aprendizaje; ―esta forma de

desarrollar las prácticas estanca

profesionalmente a los docen-

tes, haciéndolos dependientes

de decisiones exteriores a su

propia práctica‖. (Stenhouse,

1991).

De esta manera, el proceso

de planear y ejecutar la

práctica pedagógica descubre

un discurso que liga las ac-

ciones del presente con las

ideas preconcebidas en la

historia; sin embargo, no son

las mismas, algo ha cambia-

do y algo ha permanecido.

¿Qué cambió? ¿Qué permane-

ce? ¿Por qué cambió? o ¿por

4 Comentario realizado por un alumno de sexto

semestre del Plan de Estudios de la Licenciatura

en Educación Primaria 1985, en el Estado

de México.

ESCUELA

NORMAL

DE ZUMPAN-

55

Page 58: Magisterio3

5 Rodríguez Hernández, Éricka. La comprensión lectora y sus

efectos en el aprendizaje escolar. Ensayo presentado

para obtener el título de Licenciado en Educación Pimaria.

Escuela Normal de Zumpango,

agosto de 2001.

qué no se transformó? Son planteamientos

enigmáticos que me permiten argumentar algunas

explicaciones desde la denominada historia cultu-

ral.

Para iniciar este planteamiento haré referencia a

la explicación que hace la profesora en torno a su

experiencia en la Escuela Normal durante el pe-

riodo 1958-1960. Si bien hay un apoyo pedagógi-

co y metodológico para desarrollar su clase, éste

es muy parecido a lo que actualmente se le solici-

ta al normalista que aplique en el aula de clase

durante su práctica pedagógica; sin embargo, la

ritualidad sobre el orden y la flexibilidad de la

estrategia son totalmente distintos; una alumna

que ha cursado su formación con el plan de estu-

dios 1997 afirma:

―En la normal se le daba mucha relevancia a la re-

flexión, la autocrítica, el análisis, la observación, la

imaginación, el trabajo en equipo, el compartir expe-

riencias de la vida cotidiana, la redacción de vivencias,

descripciones, juegos, cantos y el abrir un espacio a

la creatividad de cada individuo sin obstaculizarlo.

Haciendo un recuento de cómo aprendí, me di cuenta

que mis conocimientos eran casi nulos, pues tenía una

gran tarea que comenzar, y no iba a consistir en ir

a pararme al salón de clases, como muchos de mis

compañeros y yo pensamos alguna vez‖.5

Para el primer sujeto había que seguir bajo el ri-

gor de la disciplina y aplicar todo el proceso pe-

dagógico y metodológico que se le había indica-

do, reconociendo que la institución le proporcio-

naba todos los recursos teóricos para su me-

jor desempeño docente, asumiendo sin ma-

yores cuestionamientos su labor docente.

En tanto, el segundo hace el recuento de su

pasado en términos de ausencia de dominios

y competencias, reconoce que la institución

no le ha proporcionado lo que ella esperaba,

de tal manera que no le encuentra sentido a

lo que enseña en la práctica y no sabe qué

sentido tiene para los niños aprender lo que

ellos enseñan; sin embargo, asume su res-

ponsabilidad con respecto a su accionar,

este nivel de conciencia sólo se adquiere a

EDUCADOR UNIVERSAL.

56

Page 59: Magisterio3

través de la actitud crítica que

ha desarrollado a lo largo de su

trayectoria académica, y que

sin llegar a señalarlo, ha sido la

Escuela Normal el escenario en

donde ha encontrado espacio

para la reflexión y el análisis;

así podrá aplicar las mismas

estrategias pedagógicas o me-

todológicas que la herencia

profesional le proporciona; sin

embargo, el acto simbólico ya

tiene otros significantes.

En el siguiente texto se encuen-

tra una de las estructuras

simbólicas que han transitado

desde lo más profundo de la

memoria colectiva; el docente

como sujeto omnipotente, la

tradición institucional que le

permite asumirse como repre-

sentante del poder, la autoridad

que le faculta para disciplinar,

eso lo hace semejante a los

otros que ya están ahí:

―En las primeras semanas (nombre

del alumno) frecuentemente pedía

permiso para ir al baño o se levan-

taba con el pretexto de conseguir

puntas, en estos casos empecé a

negarle los permisos para salir,

aquí fue importante el papel de

autoridad que pude lograr frente al

grupo, a pesar de ser practicante,

los niños me veían igual que a la

maestra titular, en cuanto a autori-

dad se refiere‖.6

―Toda progresión lenta termina

un día; el tiempo de las verda-

deras revoluciones es también

el tiempo en que florecen las

rosas‖.7 Esta cita me permite

afirmar que existe un discurso

y un acto connotativo en las

prácticas pedagógicas que tie-

nen su origen en la estructura

simbólica de lo que es la do-

cencia. La presentación que se

ha hecho a lo largo de esta ex-

posición del acto simbólico que

entreteje y forma la estructura

de la profesión, se hace presen-

te con frecuencia; sin embargo,

como se ha observado, la trans-

formación existe aunque con

vestigios de un estilo de pensa-

miento basado en la historia

cultural de los docentes.

Cerraré este diálogo con un

texto que encontré en un ensa-

yo y que permite continuar con

la discusión, así que no hay

conclusión, más bien una invi-

tación al debate:

―Si bien es cierto que mediante el

plan de estudios con el que fuimos

formados, se vio incrementado por

mucho, el tiempo de la práctica en

comparación con anteriores pla-

6 Documento de trabajo proporcionado por la SEP

en los Talleres Regionales de Actualización sobre

las actividades académicas del 7º y 8º Semestres,

Licenciatura en Educación Primaria, Plan 1997,

del l al 5 de octubre de 2001.

7 Braudel. Lección inaugural en el Colegio de

Francia impartida el 1 de diciembre

de 1950.

8 Vargas Alarcón, Nadia. “El rol del maestro

desde la perspectiva de: Alumnos,

padres de familia y maestros”.

Ensayo para obtener el título de

Licenciado en Educación Primaria.

p. 5-6.

nes, cuestión que fue benéfica

para adquirir cierta seguridad y la

aproximación a la vida cotidiana

de las escuelas primarias, este

tiempo no ha sido el suficiente

como para lograr en nosotros, el

sólido desarrollo de cada uno de

los rasgos que se persiguen me-

diante nuestro perfil de egreso. En

este caso quiero hacer alusión

directa al cuarto rasgo que se re-

fiere a la Identidad Profesional y

Ética ...‗reconocer, a partir de

una valoración realista el signifi-

cado que... el trabajo docente...

tiene para los alumnos, las fami-

lias de éstos y la

sociedad‘ (SEP. 1997 p. 34)‖.8

57

Page 60: Magisterio3

Los atribuidos a los alumnos como: la pasividad

para ser receptores y ejecutores de una práctica

prediseñada y no construida por ellos mismos,

esto desde su propio punto de vista; sin embargo,

la viven y la estructuran con los recursos que po-

seen, habilidades intelectuales, competencias y

capacidades didácticas.

Los alumnos saben que hay un discurso que poco

tiene que ver con su experiencia, pero lo asumen,

sin descartar la posibilidad de establecer nuevas

alternativas en su formación.

En la historia de cada uno de los alumnos y

docentes se encuentra la concepción de su mundo,

sus referencias en cuanto a su profesión, sus

valores, conocimientos y emociones, y así se dan

cuenta en el planteamiento de su discurso, el

sentido que tiene para ellos mismos, ser docentes.

EL ÚLTIMO VESTIGIO

Hasta el momento, se determina que la estructura-

ción simbólica de la práctica pedagógica como

espacio de aprendizaje y de enseñanza para los

futuros docentes de educación primaria, es inter-

venida por factores que van desde el ideal de do-

cente que se diseña en el plan de estudios, las al-

ternativas que genera la administración central,

Jefes de Departamento, Directores de las Escuelas

Normales en vinculación con los modelos de do-

cencia que se diseñan y experimentan, y así llega

a los normalistas un discurso denominado

―estrategias para la formación de docentes‖.

Otros factores que entretejen la red simbólica son:

los docentes, su preparación profesional, los siste-

mas de actualización, la experiencia laboral pre-

via, básicamente la obtenida en educación pri-

maria, pero también los rasgos de personalidad,

como los niveles de tolerancia para el trabajo

en equipo, y la apertura para la discusión teó-

rico-empírica de la práctica docente.

58

MONUMENTO

AL MAESTRO.

EDIFICIO DE

RECTORÍA.

BIBLIOGRAFÍA

Chartier, Roger. El mundo como representación. Historia cultural:

entre práctica y representación. Edit. Gedisa,

Barcelona, España, 1999.

——————Escribir las prácticas. Foucault, de Certeau, Marín.

Edit. Gedisa, Buenos Aires, Argentina, 1996.

Darnton, Robert. La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia

de la cultura francesa. Edit. FCE. México, 2000.

Douglas, Mary. Estilos de pensar. Edit. Gedisa, Barcelona, España, 1998.

Maldonado Barrera, Selene. La lectura de comprensión: Una secuencia

didáctica. Ensayo presentado para obtener el título de Licenciada

en Educación Primaria. Escuela Normal de Zumpango,

agosto de 2001.

Ricoeur, Paul. Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de sentido.

Edit. Siglo XXI-Universidad Iberoamericana, México, 1995.

Sánchez Rodríguez, Ma. Luisa. Una aprendiz de maestra.

Autobiografía, mayo de 1997.

Vargas Alarcón, Nadia. El rol del maestro desde la perspectiva de:

alumnos, padres de familia y maestros. Ensayo para obtener

el título de Licenciada en Educación Primaria. Escuela Normal

para Profesores, Toluca, México, agosto de 2001.

Page 61: Magisterio3

59

Educación ambiental:

compromiso del

normalismo mexiquense

con la sobrevivencia y

la dignidad humana

ROSALINDA MARTÍNEZ

MORALES

Coordinadora Operativa

del Programa de Mantenimiento

de Reforestación en el Ejido de

San Miguel Tlaixpan, Texcoco,

Estado de México.

n el umbral del siglo XXI el

deterioro del medio ambiente

global representa uno de los

peligros más graves para la

sobrevivencia humana. Como

se planteó en la Cumbre de la tierra (Río de Ja-

neiro 1992) de no atenderse inmediatamente, sus

efectos pueden ser devastadores, pues la pro-

blemática abarca los grandes sistemas de soporte

de la vida en la biosfera del planeta: la altera-

ción del clima de la tierra y los ciclos bio-

geoquímicos, la acumulación de desechos, el

agotamiento de los suelos y el agua; la pérdida de

los bosques y la declinación de las comunidades

ecológicas.1 Esta destrucción no es accidental, es

la consecuencia del desequilibrio que hoy experi-

mentamos entre desarrollo, respeto a la naturale-

za y la participación de los seres humanos en su

conservación y mejora.

E

1 Tierra, agua, aire, biodiversidad y población urbana son subsistemas con una

lógica propia, por lo cual son considerados

como comunidades. Miller.

1994.

Page 62: Magisterio3

60

Los maestros sabemos que la

única manera de garantizar el

futuro es construyéndolo en el

presente, por medio de acciones

que favorezcan el uso racional

de los recursos naturales y el

equilibrio de los ecosistemas.

Estas reflexiones tienen la fina-

lidad de exponer brevemente

los avances del Proyecto de

mantenimiento a la reforesta-

ción en la zona de Texcoco, un

esfuerzo de comunicación y

trabajo conjunto entre las Es-

cuelas Normales números

1,2,3 y 4 de Nezahualcóyotl,

la Normal de Los Reyes y la

Normal de Texcoco (que en

esta ocasión tiene a su cargo la

coordinación del proyecto),

para contribuir a la recupera-

ción de nuestros bosques, mis-

mo que se inscribe en el Pro-

grama Estatal de Reforestación.

Es importante destacar que par-

ticipar en estas actividades se

hace con la convicción de que

salvar al planeta es una nece-

sidad impostergable para lo

cual no bastan los discur-

sos.... ¡se requieren hechos!

EL CONTEXTO

El Programa de Apoyo a la Re-

forestación que impulsa el Go-

bierno del Estado de México a

través de la Secretaría de Edu-

cación, Cultura y Bienestar

Social, con el apoyo de diferen-

tes instituciones como Protecto-

ra de Bosques (PROBOSQUE)

y las comunidades de las distin-

tas localidades participantes,

con sus representantes legales,

los Comisariados Ejidales, es

una herramienta decisiva para

el mejoramiento ambiental y el

desarrollo sustentable del país.

Este esfuerzo por actuar de ma-

nera responsable y las estrate-

gias para la protección de los

recursos naturales, y por tanto,

del equilibrio ecológico, se de-

rivan del PROGRAMA NA-

CIONAL DE REFORESTA-

CIÓN (PRONARE), proyecto

federal vigente desde 1998,

cuyo propósito primordial es

incrementar la cobertura de

vegetación del país y restaurar

ecosistemas deteriorados, por

medio de la plantación de espe-

cies adecuadas a las condicio-

nes ambientales de las regiones,

enfatizando las labores de man-

tenimiento de áreas forestadas

o reforestadas, mediante el fo-

mento de la cultura ecológica y

la participación de la sociedad

en su totalidad; organismos

públicos, en los tres órdenes de

gobierno (federal, estatal y mu-

nicipal), las comunidades di-

rectamente afectadas, las orga-

nizaciones sociales no guber-

namentales y la iniciativa pri-

vada. Esto, mediante la pro-

moción y la descentralización

de acciones para la planea-

ción, coordinación, operación y

ejecución de los programas de

reforestación. Uno de los obje-

tivos fundamentales es optimi-

zar resultados en términos de

áreas atendidas en forma efecti-

va y con beneficio ambiental y

social.

Gracias a la movilización so-

cial, a tres años de su creación,

Page 63: Magisterio3

61

el PRONARE se ha consolida-

do como un programa perma-

nente y con perspectiva de lar-

go plazo, desarrollándose me-

diante tres líneas de acción:

producción de planta, forma-

ción de cuadros técnicos y edu-

cación ambiental en los progra-

mas de educación primaria y

secundaria, incorporado al ni-

vel medio superior y superior a

partir del actual ciclo escolar

2001-2002. Entre los apoyos al

Programa Nacional de Refores-

tación, destaca el Programa de

Incentivos. En el caso particu-

lar del Estado de México, el

Premio Estatal de Ecología

abre la posibilidad de que las

escuelas participen de manera

activa en la conservación y re-

generación forestal, contribu-

yendo con su trabajo sistemáti-

co y comprometido, a preservar

los predios reforestados, al mis-

mo tiempo que contienden por

los premios.

LA TAREA

El citado Programa de Activi-

dades en apoyo a la Refores-

tación se lleva a cabo en 6

hectáreas de la zona conocida

como ― Rodal 8 ‖, ubicadas en

―Valle 1‖ de la Sierra Nevada,

perteneciente al Ejido de San

Miguel Tlaixpán, Texcoco, Es-

tado de México; tendrá una du-

ración de 7 meses, pues dio

inicio en diciembre de 2001 y

culminará en junio de 2002.

Cabe mencionar que las activi-

dades de mantenimiento consis-

ten en la realización del

“cajete” o cepa; la limpieza del

predio; el tutoreo (colocación

de ―varas‖ de apoyo para que el

árbol crezca derecho y poda si

es necesaria); ―brecha corta

fuego‖, que se refiere a despe-

jar de toda vegetación y dese-

chos flamables, un área de 6

metros alrededor del predio; y

finalmente, seguimiento del

desarrollo de los árboles, hasta

el mes de junio, para garan-

tizar su sobrevivencia.

La tarea cobra mayor dificultad

si tomamos en cuenta las carac-

terísticas de las hectáreas bajo

la responsabilidad de las Escue-

las Normales citadas: se trata

de terreno irregular ya que está

ubicado en el bosque, en la la-

dera del cerro, los árboles tie-

nen poca altura, pues fueron

sembrados entre mayo y junio

de 2001.

En cada Escuela Normal sabe-

mos que cuidar el ambiente

debe ser una misión que involu-

cre a los diversos protagonistas

de la tarea escolar, estudiantes,

profesores y directivos, mante-

niendo abierta la invitación pa-

ra que los padres de familia se

unan a este esfuerzo. Hasta

hoy cada institución ha

―subido al cerro‖, como dicen

los campesinos, en 3 ocasiones,

con un contingente de aproxi-

madamente 50 personas: alum-

nos, docentes y asesores u

orientadores, médico escolar y

personal directivo.

La finalidad de este proyecto es

fortalecer la cultura ecológica

entre quienes damos vida al

NORMALISMO MEXI-

QUENSE, a la par de impulsar

el desarrollo de los contenidos

transversales del currículum,

implícitos en el cabal logro de

la formación integral de Licen-

ciados en Educación, así como

de los Bachilleres, ambos esta-

blecidos en sus respectivos Pla-

nes de Estudios, tales como: el

respeto hacia la naturaleza, la

conciencia de la interdependen-

cia entre los seres vivos, la

identidad regional, la convic-

ción de que hoy, ante la crisis

de creencias que atraviesa nues-

tro mundo, habitarlo hace indis-

pensable actuar desde la solida-

ridad y la tolerancia para cons-

truir un futuro con sentido. Es

decir, consideramos la activi-

dad como una oportunidad

para construir una cultura

ecológica que posibilite a

nuestros estudiantes y maes-

tros, colaborar en esta lucha

por la sobrevivencia y la digni-

dad humanas. ¡Ése es el reto!

En el caso particular de los do-

centes en formación, es impor-

Page 64: Magisterio3

62

tante considerar esta participa-

ción como una experiencia de

aprendizaje que habrá de per-

mitirles un desempeño más efi-

caz en su práctica docente, en

el sentido de la capacitación

obtenida en la organización de

este tipo de tareas, el fortaleci-

miento de los valores involu-

crados en la perspectiva am-

bientalista y, sobre todo, en el

conocimiento del medio y del

contexto cultural. En el caso

de los jóvenes bachilleres, se

pretende contribuir al fortaleci-

miento del sentido de responsa-

bilidad y compromiso, funda-

mental en el desarrollo psico-

social que viven, en tanto ado-

lescentes, el cual se traduce en

una herramienta de singular

valor en la definición de su

Proyecto de Vida. Sabemos

que para algunos docentes no

es fácil, pues no se trata de

realizar actividades aisladas,

sino de una línea de trabajo

colectivo, que hace necesario

diseñar las estrategias de vincu-

lación académica pertinentes,

para que operen de manera sig-

nificativa para el alumno y de-

ntro de las asignaturas idóneas.

¿QUÉ OPINAN

LOS PROFESORES Y

ALUMNOS PRACTICAN-

TES?

Consideramos que lo más va-

lioso de cada jornada es la posi-

bilidad de compartir, maestros

y alumnos de las Escuelas Nor-

males que participan en este

proyecto, especialmente al refe-

rirnos a los riesgos que vivimos

al llevar a cabo las tareas.

Al decir de muchos normalistas

y docentes de las diferentes

escuelas, tanto de preparatoria

como de licenciatura:

―...Son jornadas de trabajo

muy pesadas, pues debemos

salir de nuestra escuela desde

la hora de entrada (7:00

horas) y regresar a ella alre-

dedor de las 16:00 horas...

Sin embargo, resulta muy

gratificante el contacto di-

recto con la naturaleza...

nos hace sentir vivos y muy

contentos... con muchas ga-

nas de regresar‖.

―Participar en este tipo de

actividades es significativo ya

que nos permite conocer di-

rectamente lo que pasa con el

medio ambiente, así como

colaborar en la conservación

del lugar en el que vivimos‖.

―La intención de contribuir a

‗salvar la tierra‘ es buena,

pero... las condiciones de

traslado que nos ofrecieron

los ejidatarios no fueron

favorables y sí sumamente

agotadoras... El transporte fue

muy peligroso pues los ca-

miones de ‗volteo‘ o de

‗redilas‘ en las que nos lleva-

ron al cerro no estaban del

todo habilitados: las puertas

estaban ‗flojas‘y en los mo-

vimientos bruscos se corría el

riesgo de que se abrieran...

además de que por falta de

espacios en la misma ‗caja‘

donde viajamos nosotros,

todo el tiempo de pie y sin

tener de donde sostenernos,

también iba la herramienta de

trabajo (palas y azadones)...

¿Ustedes lo pueden creer?, en

un solo camión de ‗volteo‘

cupimos 50 personas... ¡Esa sí

que fue una aventura!‖

―Considero que como una

futura educadora debo respe-

tar el interés por cuidar la

naturaleza, de lo contrario

no lo podré fomentar en

mis futuros alumnos‖.

―Lo que más me gustó es que

el trabajo fue compartido por

maestros y alumnos por

igual... ¡Hasta la directora

participó!‖

―La experiencia fue muy inte-

resante, es un ejemplo de

cómo el maestro y el estu-

diante pueden convertirse en

agentes sociales, favorecien-

do así la revalorización social

del papel del maestro‖.

Page 65: Magisterio3

63

HACIA DÓNDE VAMOS

La educación ambiental puede

ser una herramienta muy po-

derosa en la transformación

de la conciencia de los ciudada-

nos. Pero no se trata de una

cuestión de ‗conocimiento‘, es

un problema de concienciación

que implica reflexionar en la

complejidad de relaciones

que entraña el mundo actual.

Hoy sabemos que el ―efecto

mariposa‖ es una realidad que

cruelmente nos pasa la factura,

por ejemplo a través del

“fenómeno del niño‖, o del

cáncer de la piel, producido por

el adelgazamiento de la capa de

ozono. Pero saberlo no basta, es

imprescindible trabajar de ma-

nera sistemática en la construc-

ción de una nueva cultura con

enfoque ecológico. ¿Cómo lo-

grar que quienes destruimos el

medio ambiente ahora tomemos

el compromiso de cuidarlo?

¿Cómo educar en valores si

habitamos en un mundo

profundamente intolerante,

insolidario y violento? ¿De

qué manera desplazar el mode-

lo de consumismo de la cultura

dominante, causa fundamental

del uso irracional de los recur-

sos naturales, para abrir una

oportunidad hacia la visión

holística que requiere salvar a

la nave tierra? Quizá la res-

puesta esté en la creatividad

docente de la cual hoy, más

que nunca, requieren nuestros

alumnos. Diseñar nuestros pla-

nes de asignatura y actividades

de extensión académica desde

una perspectiva ecológica, no

es sólo una demanda de Gea, la

Madre Tierra, es un compromi-

so de los normalistas y de todos

los seres responsables, en rela-

ción con el tiempo que nos tocó

vivir.

BIBLIOGRAFÍA

Miller, Tyler. Ecología y medio ambiente.

Ed. Grupo Editorial Iberoamericana,

México, 1994.

Gobierno Federal. Programa Nacional de

Reforestación (PRONARE), 2001.

Page 66: Magisterio3

n México, de 1921 a 1940, la educación fue un

sector en el que se reflejaron en forma sensible

los problemas sociales del país y las fluctuacio-

nes políticas de los regímenes, pues para los

gobiernos posrevolucionarios la educación re-

presentó un elemento generador del cambio social inmerso en el

contexto histórico.

El desarrollo de la educación en nuestro país, hasta 1911, había sido

eminentemente mayor en el medio urbano, la escuela

en las grandes ciudades mexicanas había alcanzado

un óptimo desarrollo, seguramente comparable

con la de algunos países desarrollados, pero en el

México posrevolucionario en donde la población

era predominantemente rural, y carecía de servi-

cios, entre ellos la educación, los gobiernos de

esta etapa tuvieron como propósito instruirla, co-

mo una posibilidad de incorporarla al desarrollo

general.

En el presente artículo abordaremos lo referente a

la escuela rural de educación primaria de 1921 a

1934, porque es el inicio, desarrollo, consolida-

ción y culminación de los esfuerzos que los go-

biernos posrevolucionarios le brindaron, a través

64

La escuela rural mexicana du-

rante los gobiernos posrevo-

lucionarios

1921-1934

ANTONIO LÓPEZ ESPINOSA

Optante al grado de Maestro en Edu-

cación.

Investigador del ISCEEM.

MARÍA DEL ROSARIO

LÓPEZ

ESPINOSA

Alumna del 4o. Semestre de la Maestr-

ía en Ciencias de

la Educación del ISCEEM.

Pedagogo “A” en la Escuela Normal

No. 3 de Toluca.

E

GENERAL DE DIVISIÓN

ALVARO OBREGÓN.

Page 67: Magisterio3

65

de los maestros ambulantes, las misiones cultura-

les, las escuelas de circuito y el papel tan impor-

tante que tuvieron varias instancias en su consoli-

dación, como lo fue la labor de los Inspectores-

Instructores.

La escuela rural nace para servir a los grandes y

pequeños grupos tradicionalmente marginados, es

decir, ―enfoca toda su acción educadora a las co-

munidades de indígenas y campesinos, a los que

concibe como el marco natural y social en que

se desenvuelve la persona humana y no como

una simple unidad política o geográfica que

debe ajustarse mecánicamente al engranaje de

la vida nacional o internacional‖.1

Es así como las escuelas rurales se establecieron

en gran parte del territorio mexicano, como una

posibilidad de incorporar al progreso a la gente

del campo, por tal motivo se buscó que su acción

llegara a la mayoría de los pueblos, rancherías y

aldeas, buscando además que la educación no sólo

contemplara a los niños sino a la población adul-

ta... ―buscaban a través de ésta el mejoramiento

de la comunidad, mejorar la salud de los habitan-

tes, es posible que muchos campesinos aprendie-

ran a leer, escribir y contar‖.2

La educación en México empezó a ser una reali-

dad, dejó de ser un tema en los discursos políticos

y el esfuerzo se concentró en ―mejorar sus escue-

las, sus métodos, sus guías, se vio que la educa-

ción era tan apremiante y tan cristiana como darle

de beber al sediento, había un ambiente evangéli-

co para enseñar a leer y escribir al prójimo‖.3

Creada como una prioridad de los gobiernos pos-

revolucionarios, en 1921, durante el gobierno de

Alvaro Obregón, se le encomendó a José Vascon-

celos elaborar una propuesta a partir de las expe-

riencias educativas emprendidas, y en particular

rescatar las bondades de la escuela rudimentaria,

―retomando la idea de Alberto Correa, de incorpo-

rar para la titánica tarea a los maestros ambulan-

tes‖,4 confiando en que éste tipo de maestros iba a

despertar el interés de la población rural y a forta-

lecer la conciencia de sus necesidades, por lo cual

debían ser ―buenos conferencistas, relacionarse

bien con los maestros rurales y administrar los

materiales escolares‖.5

Vasconcelos, ―asumió el compromiso de llevar la

educación a los sectores populares, como una for-

ma de contribuir con la justicia social y encaminar

al país hacia la unidad nacional‖.6

Los maestros ambulantes en quienes se pensaba,

debían ser egresados de una escuela normal, ya

que su preparación les permitiría preparar, aseso-

rar a los maestros rurales que se fueran a incorpo-

rar a las escuelas, o bien, a aquéllos que ya esta-

ban laborando en el campo, el requisito para ser

profesor de una escuela primaria rural era tener el

cuarto año de primaria y su preparación se reali-

zaba en escasos meses, además de prepararlos

para la docencia, se les enseñaba por parte de los

maestros ambulantes, actividades relacionadas

con la agricultura y todo tipo de habilidades.

Los maestros rurales por lo general vivían cerca

1 Solana, Fernando et al. Historia de la educación pública en México. SEP.

Fondo de Cultura Económica. México. 1981. p. 203.

2 Ramírez, Rafael. La enseñanza por la acción dentro de la escuela rural.

SEP. México. 1925. p. 36.

3 Monroy Huitrón, Guadalupe. Política educativa de la Revolución

(1910-1940). SEP. Setentas. México. 1975. p. 23.

4 Meneses Morales, Ernesto. Tendencias educativas oficiales en México

1911-1934. Centro de Estudios Educativos, A.C. México.

1986. p. 321.

5 Ídem. p. 322.

6 Sepúlveda Garza, Manolo. Las Misiones Culturales en México 1921-1938.

Page 68: Magisterio3

66

de los maestros ambulantes,

quienes vigilaban entre otras

cosas sus hábitos de higiene,

prácticas de moral, el desempe-

ño en el grupo, sus métodos de

enseñanza, lo que permitía al

maestro ambulante darle suge-

rencias sobre algunos tópicos

de su labor, ya fuera en el gru-

po o respecto a las actividades

que desarrollaba en la comuni-

dad.

El maestro ambulante, además,

alistaba a los miembros ilustra-

dos de la comunidad como ma-

estros honorarios. No hubiera

sido posible la creación de

cientos de escuelas rurales, si

no se hubiera contado con la

cooperación plena del campesi-

nado.

Durante el gobierno de Plutarco

Elías Calles, el Secretario de

Educación fue Manuel Puig

Casauranc, también durante su

gestión, como se ha enunciado

líneas arriba, la escuela rural,

buscaba para los pueblos su

incorporación al progreso, era

la institución más democrática

según Casauranc, pues se bus-

caba la inclusión cultural del

indio, además de enseñarle

castellano como base para su

incorporación.

La escuela rural mexicana

t e n í a c o mo o b j e t i vo s :

―conservar la salud y la vida,

elevar la ocupación habitual,

desarrollar el estado económi-

co, alfabetizar a niños y adul-

tos, cultivar los sentimientos

cívicos y patrióticos y la orga-

nización del vecindario‖.7

Se veía que la escuela rural

contribuiría al desarrollo

económico de la comunidad,

organizando a los vecinos para

abrir caminos, crianza de ani-

males domésticos, la enseñanza

del castellano, la lectura, escri-

tura, nociones de cálculo

aritmético, geométrico y de

geografía.

Es así como el maestro rural se

convirtió en el líder, en un tra-

bajador social que intervenía en

todos los asuntos de interés co-

lectivo y en la dignificación de

los hogares, creando cooperati-

vas, asociaciones, infinidad de

comités, siendo uno de éstos,

el Comité Pro Educación, a

través del cual se construyeron

una gran cantidad de escuelas;

de esta manera y de muchas

otras, la comunidad fue partíci-

pe importante en las actividades

escolares.

Esta tarea no fue nada sencilla,

pues existían comunidades don-

de estaban cercanos algunos

planteles, pero se quería tener

en cada comunidad el suyo, era

el reclamo de las poblaciones,

con la aparición del apoyo de

algunos políticos de la época o

bien la presencia de algunos

caciques que intervenían para

presionar. Estas y otras circuns-

tancias motivaron la expedición

de ciertas reglas para establecer

escuelas rurales, sólo en pobla-

dos que carecieran de estableci-

mientos educativos, a más de

tres kilómetros por lo menos,

de otra escuela, sin considerar

las fincas de propiedad particu-

lar, fábricas o haciendas de

campo, ya que de acuerdo con

el Artículo 123, los propietarios

tenían la obligación de fundar y

sostener escuelas.

Para dar una idea del aumento

progresivo de escuelas y maes-

tros, mencionaremos que en

1924 existían, según memoria

de la SEP, 1, 044 escuelas,

1,105 maestros rurales, 47 ins-

pectores y 76,076 alumnos. El

Departamento de Escuelas Ru-

rales Primarias tenía un presu-

puesto de $ 1,682,816, de los

cuales, según la memoria de la

SEP 1924-1928, se destinaba

para el pago de salarios a los

maestros rurales $ 1,540,128,

es decir, casi todo el presupues-

to del Departamento señalado

se destinaba a los salarios de

7 Puig Casauranc, J. M. El esfuerzo educativo en

México 1924-1928. SEP. México. p. 20.

Page 69: Magisterio3

67

los profesores, cuyo pago era de $ 2.00 diarios,

eso cuando les pagaban puntualmente, pues en

ocasiones se les llegaba a tardar más de seis me-

ses.

A medida que transcurrió el tiempo, en muchas

comunidades rurales se apoyó fuertemente el de-

sarrollo de las escuelas, la matrícula creció, por lo

cual se mejoraron los edificios, los cuales en el

inicio eran construcciones abandonadas, jacales o

salones de las iglesias, además de que se incorpo-

raron otros maestros, etc. La escuela rural pre-

tendía modificar el medio social, no sólo educan-

do a los niños, sino influyendo en las costumbres

e ideales de las comunidades; existen muchos

ejemplos de cómo a través de la escuela se orga-

nizaron éstas, no sólo para mejorar sus edificios,

sus áreas de cultivo o la plaza del pueblo, sino

también en la organización de eventos y la vincu-

lación con las Juntas de Mejoras Materiales, con

quienes colaboraban para organizar la mano de

obra y materiales para construir el gallinero de la

escuela, el botiquín escolar o campañas de vacu-

nación, la construcción del teatro al aire libre, la

instalación del telégrafo, es decir, se buscaba que

la labor del maestro rural se tradujera en un bene-

ficio real, palpable y material en la vida de los

campesinos; y en no pocas ocasiones, muchas

acciones se pudieron cristalizar con las aportacio-

nes del salario del maestro. Ejemplo de estas acti-

vidades, es digno de mencionar lo señalado en el

periódico El maestro rural de 1933, ―...sobre la

economía del agua para el riego, cómo alimentar

el ganado lechero, cómo elaborar juguetes de

cartón, economía doméstica, información sobre

huertos; en el pueblo de San Andrés Ixtlán, Jalis-

co, se estableció una agencia de correos creada a

iniciativa del profesor del lugar, quien organizó a

la comunidad para comprar el grabado de los

sellos y demás útiles para una nueva oficina”.

Los edificios escolares, en la mayoría de los ca-

sos, eran los mejores de la comunidad, por la lim-

pieza que imperaba en ellos, muchos contaban

con campos anexos para trabajos agrícolas, los

cuales contenían parcelas que se destinaban a hor-

talizas o cultivos generales, se reservaban para

labores colectivas para que los trabajaran los ni-

ños, y el dinero, producto de la venta, se destinaba

para comprar mobiliario o útiles escolares; tam-

bién contaban con gallineros, espacios para la cría

de puercos, conejeras, construcciones para cabras,

borregos y vacas, además de campos para juegos

y deportes. “Un maestro de Puebla, con ayuda de

la comunidad pavimentó la escuela. Adquirieron

un reloj mural, lámparas, construyeron dos galli-

neros, conejeras, glorietas, un jardín público, un

teatro al aire libre. En Uci, Yucatán, el maestro

construyó anexos para la escuela como cajas de

abejas, conejos y palomas, les donaron una bom-

ILUSTRACIÓN TOMADA DE HISTORIA DE

LA REVOLUCIÓN MEXICANA 1934-1940,

DE VICTORIA LERNER. EL COLEGIO DE MÉXI-

CO 1979.

Page 70: Magisterio3

68

ba para regar el jardín y la huerta”.8 En todo el

país existió el mismo espíritu en el maestro rural.

Justo es decir que así como en algunas escuelas se

contaba con buenos pupitres o mesas de trabajo,

en la gran mayoría se improvisaban los mesaban-

cos, con cajas o vigas sobre ladrillos que servían

de bancas y mesas para los alumnos; y en otros

casos, cada niño llevaba su silla; en algunos salo-

nes seguramente existían pizarrones, tela apiza-

rrada y gises; en otros, el pizarrón era una pa-

red con yeso pintado y en muchas otras el piso

de tierra sustituyó al pizarrón.

El horario escolar, según una circular expedida en

1925, consistía en que... “los maestros rurales ten-

ían la obligación de trabajar seis horas diarias,

distribuidas de la siguiente manera: dos sesiones,

una de cuatro horas para los niños y niñas en edad

escolar y otra de dos horas para recibir a los adul-

tos y adultas del pueblo‖.9

La SEP sugirió a los maestros rurales adquirir una

pequeña biblioteca que les permitiera actualizar-

se, la cual ―constaba de 12 volúmenes cuyo

precio era de $18.79, los cuales podían pagar en

abonos; los títulos eran: La república mexicana,

Métodos de proyectos en clase, Los derechos in-

dividuales, La aritmética de Thorndike, Méto-

do de lengua castellana, Estudio experimental

de plantas y animales, Trabajo de agricultura, La

civilización en México, Historia de la pedagogía

y Diccionario de la lengua española. Algunos

maestros rurales no pudieron adquirir esta colec-

ción por las precarias condiciones de sus sala-

rios‖.10

La escuela rural fue el centro de reunión de los

campesinos, donde concurrían a tratar asuntos

comunes y a discutir sus problemas sociales, era

común que en muchas escuelas se organizaran

exposiciones de los trabajos realizados, al mismo

tiempo participaban en los festivales en donde los

alumnos demostraban sus aptitudes artísticas y

deportivas.

Una instancia que apoyó fuertemente al desarrollo

de la escuela rural mexicana lo constituyeron las

Misiones Culturales, donde se establecía que ―vía

la educación, el pueblo indígena se podría

incorporar a la civilización europea‖,11 por lo

cual emprenden una cruzada en donde se unirían

los cerebros con las manos trabajadoras, tomando

como modelo a los primeros misioneros; el Bo-

letín de la SEP de 1923 Nos. 5 y 6 las describía

8 El Maestro Rural. Organo de la SEP. No. 12. México. 1933.

9 Puig Casauranc, J, M. op. cit. p. 31.

GENERAL DE DIVISIÓN

PLUTARCO ELIAS CALLES.

Page 71: Magisterio3

69

como un cuerpo docente de

carácter transitorio que desarro-

lla una labor educativa en cur-

sos breves para maestros, se

pensaba que el grupo de misio-

neros al trabajar en equipo,

podrían discutir problemas co-

munes, métodos, metas, así

como orientar a los maestros

rurales en las propias comuni-

dades.

Se pretendía fundar misiones en

lugares poblados mayormente

por familias étnicas como cen-

tros de acción, con escuelas,

campos de cultivo, ―así es co-

mo la primer misión cultural

contó con maestros con expe-

riencia en la escuela rural, fa-

bricantes de jabones y perfu-

mes, curtidores de piel, exper-

tos en agricultura, música, arte,

un maestro de deportes y un

doctor‖.12 Siendo la escuela

rural el eje sobre el cual giraba

el sistema educativo, las misio-

nes culturales propiciaron el

desarrollo armónico e integral

de las comunidades mediante

la acción de la escuela rural,

―no tenían un plan rígido, ca-

recían de presupuesto y de

matrícula, no operaban el plan

escolar tradicional, no toman

como escenario a la escuela,

sino a la comunidad donde se

establecen y a la región, buscan

hacer del maestro un guía so-

cial‖.13

Las misiones culturales capaci-

tan al maestro sin más prepara-

ción que su buena voluntad, su

celo de misionero y su calidad

de líder social; según la memo-

ria Esfuerzo educativo 1924-

1928, existieron siete misiones

culturales que cubrían escasa-

mente la mitad del territorio.

Las misiones culturales atend-

ían a los maestros ambulantes y

rurales durante el período de

vacaciones, los cursos eran

eminentemente prácticos y rela-

cionados con el medio, y fue tal

el impacto que causaron, que se

convirtieron en un apoyo deci-

sivo en la educación rural

mexicana. ―Otros logros impor-

tantes que tuvieron las misiones

culturales fueron: proporciona-

ron al maestro rural contacto

con expertos de la SEP, se evitó

la dispersión de esfuerzos, se

conocieron técnicas más avan-

zadas, colaboraron a mejorar la

calidad de vida rural, ya que

ayudaban a mejorar las escue-

las, abrir fosas sépticas, teatros

al aire libre, parques, etcéte-

ra‖.14

―En 1926 las misiones cultura-

les, como señalamos, tenían

entre otras finalidades proveer

al mejoramiento cultural y pro-

fesional de los maestros en ser-

vicio; algo que preocupaba so-

bremanera era la improvisación

de los maestros, por lo que era

urgente colaborar en la forma-

ción de acuerdo a las necesida-

des del magisterio rural, este

esfuerzo se concretó mediante

los cursos que ofrecieron,

además del apoyo que dieron

las escuelas normales rura-

les‖.15 Además de los Institutos

de Mejoramiento para los ma-

estros en servicio que funciona-

ban durante cuatro semanas, los

cuales tenían como metas mejo-

rar cultural y profesionalmente

a los maestros y promover acti-

vidades en las comunidades

para mejorar en lo cultural, lo

económico y lo social.

La misión cultural fue la ins-

tancia que posibilitó el

r e s u r g i m i e n t o d e l a

escuela rural, pues ―al terminar

el período de Vasconcelos en

1928, existían 722 Casas del

Pueblo, 62 misioneros y 1084

maestros rurales‖.16

Al término del gobierno de Ca-

lles, se reconoció que pocos

maestros habían acreditado su

carácter de normalistas, la ne-

cesidad de trabajar los orilló a

conformarse con su modesta

10 Ídem. p. 32.

11 Kay Vaughan, Mary. Estado, clases sociales y

educación en México. SEP. /80, Fondo de

Cultura Económica. México. 1982. p. 250.

12 Meneses Morales, Ernesto. op. cit. p. 329.

13 Solana, Fernando. op. cit. p. 208.

Page 72: Magisterio3

70

situación en la jerarquía de los

puestos educativos, pues los

maestros rurales, en su mayor

parte, consideraban que se de-

dicaron a la enseñanza por vo-

cación, o bien, por las exigen-

cias de la vida, y continuaron

con gusto en la profesión, por

eso se les ofrecieron variadas

oportunidades para que consi-

guieran su perfeccionamiento, y

para que elevaran su salario,

que como mencionamos era

de $ 2.00 diarios, mientras

que el de los profesores urba-

nos y semiurbanos oscilaba

entre $ 5.00 y $ 8.50 diarios.

Estas diferencias en el pago,

aunadas a que numerosos maes-

tros trabajaban en sitios o esta-

dos apartados de sus lugares de

origen, trajo como consecuen-

cia que muchos renunciaran, lo

que motivó que se creara la Ley

de Estabilidad del Magisterio,

que protegía a los maestros ru-

rales, siempre y cuando conta-

ran con la preparación suficien-

te que requería el escalafón.

La renuncia y las múltiples

solicitudes de cambio, originó

que el Secretario Casauranc,

emitiera un oficio relativo al

arraigo de los maestros rurales,

dirigido al Director de Educa-

ción Federal, a quien invitaba a

dejar de hacer cambios frecuen-

tes de maestros rurales, procu-

rando por el contrario arraigar-

los en los poblados, buscándo-

les comodidades económicas y

sociales que les permitieran

hacer una labor digna del obje-

tivo que perseguía el gobierno

federal al establecer escuelas de

este tipo.

Durante el período de Calles

prosiguieron su labor las misio-

nes culturales y los profesores

ambulantes, además de que se

incrementó el número de casas

del pueblo, se organizó de ma-

nera más cuidadosa toda la edu-

cación rural y se le dio mayor

énfasis a enseñar más fuera del

aula que dentro de ella.

En el interinato de Portes Gil,

Ezequiel Padilla, Secretario de

ILUSTRACIÓN TOMADA DE HISTORIA DE

LA REVOLUCIÓN MEXICANA 1934-1940,

DE VICTORIA LERNER. EL COLEGIO DE

MÉXICO 1979.

14 Ídem. p. 209.

15 Meneses Morales, Ernesto. op. cit. p. 331.

16 Ídem. p. 331.

Page 73: Magisterio3

71

Educación, continuó apoyando a la educación

rural mediante cursos de orientación y perfeccio-

namiento para maestros misioneros. La SEP pro-

curaba tener un mejor y mayor control, por lo cual

impulsó la supervisión de los docentes, que

―había sido interrumpida durante la revolución,

pues algunos maestros que figuraban en las nómi-

nas, no daban clases, abundaba el ausentismo, la

impuntualidad y la improvisación‖.17

Se racionalizó el sistema de inspección para tener

mayor control sobre los maestros, pero además

colaboraban en la preparación de éstos, junto con

las misiones culturales y la Casa del Estudiante

Indígena.

―Los Inspectores-Instructores eran los órganos a

través de los cuales la SEP controlaba las escue-

las, apoyaban en actividades materiales, culturales

y sociales, además de colaborar profesionalmente

con los maestros; en esa época se pedía que los

Inspectores-Instructores visitaran las escuelas

constantemente, y que hicieran mínimo tres visi-

tas organizadas de la siguiente manera: la primera

de forma sorpresiva para conocer las circunstan-

cias y necesidades de la escuela, del medio social,

presentarse con los padres de familia y fundar los

Comités de Educación.

La segunda era de manera más formal, destinando

dos días completos a cada escuela para ver el ac-

tuar del maestro, interviniendo el mismo inspector

en las tareas escolares. La tercera visita era al ter-

minar el año, en donde asistían a las fiestas de fin

de cursos‖.18

Dado que se requería un número importante de

Inspectores-Instructores, la SEP estableció para

los aspirantes reunir las siguientes condiciones:

ser profesor normalista, tener antigüedad de cinco

años y haber sido ayudante y director de una es-

cuela primaria elemental o superior. En virtud de

que los maestros Misioneros realizaban tareas

similares a la de los Inspectores, la SEP deter-

minó años después que tanto los Misioneros co-

mo los Inspectores quedaran en un solo grupo

denominado Inspectores-Instructores, llegando a

existir 117.

Los Inspectores debían recabar ciertos datos y

remitirlos al Departamento respectivo, entre ellos:

personal de la escuela, inscripción, asistencia de

los alumnos, edificio, equipo, campos de cultivo,

locales para la cría de animales, bibliotecas, co-

operativas y sociedades de padres de familia.

Los Inspectores se convirtieron en un nexo entre

los pueblos y autoridades, Delegados, Comisarios

o Presidentes Municipales, en la gestoría de apo-

yos para las actividades de las escuelas rurales.

Lamentablemente una cosa era la que se pedía y

otra la que realizaban los Inspectores. En un tra-

bajo elaborado por el maestro Rafael Ramírez,

pidió a un grupo de maestros rurales su opinión

acerca del trabajo de los Inspectores; algunas opi-

niones fueron las siguientes: ―durante dos años

consecutivos nunca visitó la escuela, se dedicaba

sólo a inspeccionar, nunca dio una orientación

para mejorar el trabajo, sólo se dedican a censurar

el trabajo del maestro, el Inspector era activo y

laborioso, fundó una revista escolar‖.19 Según

Ramírez, a pesar del esfuerzo de la SEP porque

los Inspectores cumplieran con sus responsabili-

dades, casi nunca lo hacían, en largos años ―no

17 Kay Vaughan, Mary. op. cit. p. 244.

18 Puig Casauranc, J. M. op. cit. p. 71.

Page 74: Magisterio3

72

hacer una ―crítica constructiva de la labor des-

arrollada por las misiones‖.21

Las misiones culturales ampliaron su radio de

acción y penetraron por primera vez en varios

estados. Su éxito se reflejó en las peticiones que

hacían las comunidades a la SEP para que pudie-

ran permanecer más tiempo. Portes Gil afirmó: Mi

esfuerzo principal se ha concentrado en satisfacer

la urgente necesidad de extender la enseñanza

rural en la República. Se crearon los Circuitos

Rurales, que consistían en que la SEP pagaba a un

maestro encargado de inspeccionar y dirigir los

trabajos de otros que ejercían su labor en lugares

pertenecientes al circuito; las comunidades sos-

tenían las escuelas, ―la SEP les dotaba de un ma-

estro central, material escolar, folletos, periódi-

cos, libros, el auxilio de las misiones cultura-

les, consolidándose la obra del maestro ambu-

lante iniciada por Vasconcelos‖;22 llegaron a

existir 582 Circuitos Rurales, y otro punto que

favoreció a la escuela rural, fueron las cooperati-

vas escolares.

En la época de Pascual Ortiz Rubio, Aarón Sáenz

estuvo al inicio de su gobierno como Secretario

de Educación, y aunque en dos años de gobierno

existieron cinco Secretarios del Ramo, el esfuerzo

se centró en aumentar el número de escuelas de

Circuito y la distribución de libros de primero a

cuarto grados para todas las escuelas, consideran-

do a las rurales, y se siguió apoyando a las mi-

siones culturales.

visitaban las escuelas de su jurisdicción ni una

sola vez, reducen su papel sólo a la de inspección

y papeleo, sin ayudar a los maestros, escuelas y

comunidades, existen pocos Inspectores que se

preocupan por el progreso de la enseñanza, visitan

escuelas, presencian las clases de los maestros,

ofrecen lecciones, recomiendan libros, publican

revistas, se vinculan con los habitantes de las co-

munidades".20

Ante esta problemática, el Departamento de Es-

cuelas Primarias, atendiendo al papel que deben

tener los Inspectores, les hizo una serie de reco-

mendaciones: el inspector es quien debe ilustrar a

los maestros en actividades docentes, debe dejar

el papel de vigilante para estimular a los docentes,

se le pide que dedique la mayor parte del tiempo a

labores docentes y técnicas, dejando un mínimo

para cuestiones de tipo administrativo; debe acon-

sejar principalmente a los maestros de buena vo-

luntad y sin preparación; que viaje, que sea orga-

nizado, que el trabajo administrativo no lo absor-

ba, que en los informes no sólo destaque las defi-

ciencias de los maestros rurales, sino que mani-

fieste también sus excelencias de maestros.

En 1928 existían 117 Inspectores, de los cuales el

Estado de México tenía el mayor número (9),

mientras que entidades como Aguascalientes, Co-

lima y Tabasco, sólo contaban con uno, cada

cual.

Después de los avances conseguidos durante el

gobierno de Calles, la educación rural siguió te-

niendo una atención preferente en todos los go-

biernos, y el de Portes Gil, no fue la excepción,

Ezequiel Padilla organizó un curso de orientación

y perfeccionamiento para maestros misioneros; en

esta época la SEP se proponía entre otras cosas:

investigar los problemas de orden sociológico que

afectaban el progreso y la vida del país, así como

19 Ramírez, Rafael. Supervisión de la Educación Rural.

SEP. México. 1963. p. 37.

20 Ídem. p. 39.

Page 75: Magisterio3

la de un asalariado que se redu-

ce sólo a recoger su soldada

y firmar una nómina, su mi-

sión es entregarse por comple-

to a la salvación de las co-

munidades indígenas‖.25 Ac-

tualmente existen ―13 misiones

culturales que son insuficientes

para cumplir la función princi-

pal que tienen encomendada,

pues deben atender acerca de

7,109 escuelas rurales”.26

Finalmente durante el período

del General Cárdenas inició,

como Secretario de Educación

Ignacio García Téllez, quien

Narciso Bassols, continuó al

poco tiempo en la Secretaría,

orientando sus planes hacía el

mejoramiento de las clases po-

pulares, en especial del obrero

y campesino, elevando su cul-

tura y su nivel social; él desea-

ba retomar lo positivo de los

grupos indígena y mestizo, y

fortalecer los valores indígenas

para crear una auténtica raza

mexicana. Pretende ―que la es-

cuela rural no sólo enseñe es-

critura y lectura, sino que tenga

una preparación más honda y

efectiva para hacer frente a los

problemas diarios de la vida‖.23

Bassols amplió las misiones

culturales a tres tipos: ambulan-

tes, permanentes y especiales

urbanas, que seguían dando sus

cursos durante cuatro semanas,

el salario de los Misioneros

oscilaba entre $2.00 y $3.00

diarios.

Abelardo L. Rodríguez, con-

firmó en la Secretaría a Bas-

sols, quien siguió impulsando

la educación rural; al poco

tiempo le sucedió Eduardo Vas-

concelos, y durante su ges-

tión impulsó fuertemente las

misiones culturales rurales, y

se estableció la revista El

Maestro Rural, como órgano

informativo de la SEP.

En el periódico señalado, se

mencionaba que ―las misiones

culturales son la obra más po-

pular en provecho de las clases

campesinas, la escuela actual es

buena, pero es necesario que se

transforme para que se convier-

ta en fuerza social‖.24

La misión del maestro rural ―no

puede ser la de un empleado, ni

73

LICENCIADO EMILIO PORTES GIL.

21 Meneses Morales, Ernesto. op. cit. p. 536.

22 Ídem. p. 536.

Page 76: Magisterio3

74

pensaba establecer durante su

gestión 2,200 escuelas rurales

más, aunque fue una etapa difí-

cil por la implantación de la

educación socialista, las misio-

nes culturales, que fueron im-

portantes en la educación rural,

preparando maestros y abrién-

dose paso en las comunidades,

cubrieron una etapa difícil con

la propaganda de la educación

socialista y ―cuando se pensó

que habían cumplido su finali-

dad, fueron disueltas en 1938,

todas esas unidades que hab-

ían cubierto la época heroica

de la educación rural‖.27

CONSIDERACIONES

FINALES

Después de la revolución mexi-

cana, los gobiernos vieron la

necesidad de impulsar una edu-

cación popular dirigida a las

clases más desprotegidas

económica y culturalmente;

durante el gobierno de

Obregón algo que posibilitó

el desarrollo de la educación a

nivel nacional fue la creación

de la Secretaría de Educación

Pública, a través de la cual

se inició la lucha contra el

analfabetismo, participando de

manera importante los maestros

ambulantes, quienes tiempo

después, a través de las misio-

nes culturales, realizaron una

destacada y noble tarea, en don-

de la obra titánica de los maes-

tros rurales sobresale entre los

esfuerzos oficiales dados a la

educación pública, pues el pre-

supuesto destinado al ramo

educativo era reducido, como

se puede observar en las cifras

de los salarios asignados a pro-

fesores en esos años. Otro as-

pecto que influyó en la educa-

ción durante el período analiza-

do, fue el cambio de los titula-

res de la SEP. La educación en

los años señalados tuvo la in-

fluencia de los modelos educa-

tivos extranjeros, desde Vas-

concelos, que veía en el maes-

tro misionero un modelo que

podía civilizar en cualquier me-

dio del país, hasta en el régi-

men de Calles, donde cobra un

INGENIERO PASCUAL ORTIZ RU-

23 Monroy Huitrón, Guadalupe. op. cit. p. 36.

24 El maestro rural. op. cit. No. 9.

25 Ídem. No. 14. p. 1.

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75

nuevo impulso la educación rural, surgen las Ca-

sas del Pueblo o escuelas rurales, así como las

normales rurales.

Podemos decir que en el período posrevoluciona-

rio fueron incorporadas por fin las clases despro-

tegidas a la educación; que en ellas se centró el

esfuerzo educativo para asociarlas al progreso, y

que la integración de la sociedad mexicana se po-

sibilitaría a través de la escuela rural, pues ésta se

convirtió en el centro de actividades de la comu-

nidad.

25 Ídem. No. 14. p. 1.

26 Ídem. No. 10. p. 16.

27 Solana, Fernando. op. cit. p. 293.

GENERAL LÁZARO CÁRDENAS.

Page 78: Magisterio3

76

BIBLIOGRAFÍA

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Kay Vaughan, Mary. Estado, clases sociales y educación en México.

SEP./80, Fondo de Cultura Económica. México. 1982.

Meneses Morales, Ernesto. Tendencias educativas oficiales en México

1911 - 1934. Centro de Estudios Educativos, A. C. México. 1986.

Monroy Huitrón, Guadalupe. Política educativa de la Revolución

(1910 - 1940). SEP. Setentas. México. 1975.

Puig Casauranc, J. M. El Esfuerzo educativo en México 1924 - 1928.

SEP. México. 1925.

————————— La Educación Pública en México, a través de

los mensajes presidenciales desde la consumación de

la independencia hasta nuestros días. SEP.

México. 1926.

Ramírez, Rafael. La enseñanza por la acción dentro de

la escuela rural. SEP. México.1925.

—————— Supervisión de la Educación Rural. SEP. México. 1963.

———————— México pedagógico. Editorial Patria. México. 1933.

Sepúlveda Garza, Manola. Las Misiones Culturales en México

1921 - 1938.

Solana, Fernando et al. Historia de la educación pública en México.

SEP. Fondo de Cultura Económica. México. 1981.

Vasconcelos, José. Textos sobre educación. SEP./80, Fondo de Cultura

Económica. México. 1981.

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La revista Magisterio, es el órgano de difusión pedagógica de la Dirección

General de Educación Normal y Desarrollo Docente, tendrá una periodicidad

bimestral, contendrá información sobre las acciones de educación que

desarrolla el Gobierno del Estado de México, e incluirá artículos sobre las

siguientes temáticas:

Práctica educativa.

Historia, política y administración de la educación.

Formación de docentes.

Constará de las siguientes secciones fijas de interés general: Sección editorial,

Investigación educativa, Expresión artística y Experiencias educativas.

Magisterio se constituye en foro abierto a las diversas opiniones de los

maestros, de quienes se esperan sus valiosas aportaciones.

Las colaboraciones deberán ser inéditas y se someterán a corrección de estilo.

Tendrán una extensión de 3 a 5 cuartillas escritas a doble espacio, en tamaño

carta. En el trabajo se indicará el nombre del autor, dirección y teléfono, así

como las datos básicos de su currículum y la institución donde labora. Las

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