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Nota Editorial. Ficción y realidad.

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Las autoras. Fantasía, romance y más.

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¡Y que viva México! Mariela Villegas R.

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Etérea. Andrea V. Luna

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Temores 365 de la A a la Z. Nuestra columna mensual en www.revista-nr.com

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Entrevista a Grace Lloper. Desde Paraguay al mundo.

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Algunas novelas. Andrea V. Luna – Mariela Villegas R.

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Contacto con las autoras Y canales de venta.

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Contratapa: A todos nuestros amigos lectores.

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Pensar las propias pasiones suele resultar en una suerte de catarsis terapéutica porque implica una mirada detenida hacia nuestro mundo interior, hacia la esencia de quiénes somos, de nuestros proyectos y de nuestras metas; detenernos a trazar la ruta que hemos de recorrer y cuál será el GPS que nos sirva de orientación. Muchas opciones hay en verdad y puede resultar una tarea abrumadora en verdad. Sin embargo, encontrar un compañero de ruta que tenga el mismo paso y las mismas pasiones es una verdadera bendición. Las muchas rutas de las comunicaciones humanas tal y como están planteadas hoy en día nos permiten interrelacionarnos con personas impensadas, conocer lo inaccesible, alcanzar lo que antes parecía imposible.

Cuando las rutas de dos escritoras apasionadas se cruzan de un modo mágico no habrá otro resultado que chispas de magia alborotando la atmósfera circundante. Ante la apatía que, si bien no es generalizada sí es notoria, persiste con fuerza ascendente en las sociedades actuales, proponer una impronta de determinación es un desafío. Somos la prueba de que el mundo de las letras fomenta el diálogo intercultural, crea lazos, realza el espíritu y modela el carácter. Ante la oscuridad enciendes una vela o aprender a ver en la penumbra. Como escritoras nos abocamos a ambas cosas, porque entendemos la Literatura como el alimento para una sangre que se hiela día a día ante la violencia que nos rodea. Proponer un mundo de fantasía no necesariamente es proponer una puerta de escape, porque toda ficción necesita de la

realidad para existir. La mirada del escritor no es otra cosa que la reelaboración del mundo de las cosas, su deconstrucción y reconstrucción en algo que nos crece.

Desde México y Argentina, queremos darles a los lectores que se acerquen nada más que nuestro punto de vista y, con él, nuestro espíritu todo… y nada menos.

Mariela Villegas R. Andrea V. Luna

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Mariela del Carmen Villegas Rivero, mejor conocida en el mundo literario como Mariela Villegas R., nació en Mérida, Yucatán, al sur de México el 29 de enero de 1983. Dedicó los años tempranos de su vida a estudiar y a la búsqueda de un propósito, algo por qué luchar y soñar. La palabra escrita dio a luz a esos sueños. Su carrera como autora inició a los 26 años con su primer libro “Luna Llena”, parte de lo que se convertiría en la trilogía Lunas Vampíricas. Desde entonces ha escrito diez novelas, principalmente de romance paranormal y contemporáneo con tintes de erotismo, y cinco libros de microcuentos y relatos de diversos géneros. Su estilo narrativo en bastante sencillo y fluye de manera natural, aunque siempre reta al lector a sobrepasar sus barreras y le invita a conocerse mejor con su sensibilidad sensual y artística. Es considerada una de las autoras mexicanas más prolíferas de la literatura independiente y es completamente autodidacta. Actualmente trabaja como profesora de idiomas en una escuela secundaria. En su opinión: “La inmortalidad se puede alcanzar mediante la trascendencia de nuestras ideas”.

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Se hizo conocer como Andrea V. Luna. Nació el 3 de noviembre de 1971 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pero reside en el Conurbano Bonaerense. Es profesora en Letras recibida en la Universidad Nacional de La Plata y es docente en escuelas secundarias. Si bien toda su vida fue una apasionada del mundo literario, recién a los 38 años decidió abordar la escritura lejos de los límites de un hobby, y lo hizo con apasionada dedicación, decidida a aportar una nueva visión de la realidad cotidiana lisa y llana. El Fantástico es su norte y ha experimentado todas sus variantes decidiéndose en sus novelas por el Realismo-Fantástico arraigado, con preferencia, en la Patagonia Argentina, lugar mágico por excelencia. La combinación de este ámbito de naturaleza exuberante con otros diametralmente diferentes o imaginarios es una de sus características esenciales, junto con la idea firme de que el mundo de las cosas no es tan rígido como lo imaginamos: más allá de lo que podemos ver hay todo un abanico de posibilidades inexplicables, asombrosas y dignas de ser contadas. Sus personajes (que cuentan sus vivencias de manera visceral) siempre son guerreros, en el sentido de que afrontan las atrocidades que la vida les plantea con un coraje que resurge de sus propios temores, conformando una serie de metáforas y alegorías que el lector encontrará catárticas.

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–¡Mexicanos al grito de guerra! –Exclamó el hombre que corría a través del zócalo capitalino con una multitud acompañándolo detrás, corriendo a tropel para tomar el Palacio de Gobierno. Los rostros iracundos y llenos de indignación de los jóvenes, mujeres y niños que habían sufrido la violenta batida de las nuevas leyes de “bota sobre la cabeza” mal llamadas Reformas –siendo en realidad planes como los de antaño, Planes de San Luis, Planes de Ayutla, Planes de Iguala, desfigurados en una mezcla de letras e incrementos a los impuestos que estaban acabando con el raciocinio del “populacho”, como quiso motearles el Gran Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

–¡El acero aprestad y el bridón! –Continuó una mujer que ondeaba la hermosa bandera tricolor de nuestra patria, cuya águila sobre un nopal devorando a la serpiente, relucía bordada con hilos dorados mientras en viento la atravesaba, realzando su verde, símbolo de vida, aquella que los ciudadanos darían con gusto por ver corregidos los errores de quienes les habían escupido al rostro, pisoteado su integridad y tergiversando sus deseos y anhelos de una patria primermundista con igualdad y democracia para todos. El tono rojo de nuestra enseña, rojo de la sangre derramada al correr de los tiempos en aquél mismo zócalo, temblaba ante la indignación de la multitud, tornándose escarlata en la negrura de la noche solamente iluminada por las antorchas que cargaban los verdaderos mexicanos.

–¡Y retiemble en su centro la tierra, al sonoro rugir del cañón! –Completó el verso un pequeño que venía montado en un antiguo y oxidado cañón arrancado de las entrañas del castillo de Chapultepec y llevado hasta ahí. Su única función era la elevación del ánimo y dar potencia a la memoria de los

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caídos. Nadie poseía balas de antaño. No pretendían destruir uno de sus legados culturales, solamente querían la destitución del ladrón de ladrones a quienes los “representantes” de las cámaras habían ensalzado. ¡El presidente, fuera! Se escuchaba a coro de miles de voces.

–¡Alto! ¡Soy su líder! Irme no es una opción –rugió lleno de ira desde el balcón el joven con cara de ángel que ocupaba la silla presidencial, pero había que recordar que hasta el mismo diablo era hermoso, y eso no impidió que Dios les desterrara del paraíso. Al percatarse de que la turba no dimitía su cólera, el joven sacó un arma y apuntó hacia ellos, completamente loco, perdiendo todo rastro de estribos. Un destello de rabia combinada con temor, brilló como esquirlas de rubíes en sus pupilas. Presionó el gatillo y la bala se alojó asertivamente en el pecho del pequeño niño que venía montado en el cañón, tumbándole de bruces al piso, provocando que todos y cada uno de los ciudadanos se detuvieran momentáneamente. El aullido desgarrador de la madre del niño se dejó escuchar con tremenda desolación. Por un instante, el aire guardó luto y cesó su soplido.

–¡Asesino! ¡Asesino! –Susurraron los militares que estaban debajo del balcón del Palacio de Gobierno, pretendiendo poner fin a la rebelión. Sus almas se habían partido en dos como la vida de aquél inocente. Se miraron y, en una exhalación, supieron qué hacer. Rompieron formación y subieron a aprehender a aquél malévolo hombre. Mientras tanto, las lágrimas abatían el mismo cielo que tronaba enardecido, desatándose en pequeñas gotas que

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comenzaban a caer sobre los apesadumbrados rostros de la multitud.

El hombre con rostro de ángel supo que no había salida. Había cometido el máximo error ante todo su pueblo, revelar su verdadera faz. La voz de la madre que lloraba, se dejó escuchar entre los sollozos, mientras miraba dentro de las pupilas del hombre que le arrebató a su pequeño:

–Mexicanos al grito de guerra “ El acero aprestad y el bridón “ Y retiemble en su centro la tierra “ Al sonoro rugir del cañón. Un disparo estruendoso estalló en los oídos de todo

aquél que se encontraba en el zócalo capitalino. Las miradas se posaron en el cuerpo que caía violentamente desde el balcón. La maldad se había destruido a sí misma, porque la perseverancia del pueblo la amedrentó sin necesidad de violentarla, y así contribuir a su alimentación. Orgullosos de ser mexicanos, los soldados de la patria, hijos del mismo Dios, se tomaron de las manos con aire triunfal. Ninguna bota se atrevería a volver a pisar sus cabezas… jamás.

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Ella lloraba. Aun cuando estaba demasiado lejos como para oírla o ver

las pequeñas convulsiones de su cuerpo, podía notarlo en la congoja que me acercaba el aire salado que manaba del mar: las olas rompían con fuerza socavando la roca con el tesón de años de experiencia. Sentada en la saliente, miraba el lejano horizonte. Mientras tanto, millares de gotitas se dispersaban, incluso sobre ella, reflejando el rojo crepuscular de la madrugada teñida de violetas.

Ella lloraba y el mundo entero se estremecía a sus pies. Yo estaba lejos y la veía etérea y mágica; creo que casi se

me figuraba traslúcida como el velo de una novia, pero era sólo un juego provocado por la iridiscencia de la espuma de mar. Tan sólo un aroma confuso y algo de mugre en la costa quedaban como prueba de la feroz tormenta de la noche anterior en ese sector de la playa, habitualmente desierta.

Lloraba y me dolía en el alma. Estaba sentada y la creciente cada vez mojaría más su

vestido blanco. Pronto me encontré recordando los cuentos de hadas que me habían contado de niña cuando no me quería dormir. Aminoré el paso hasta casi detenerme… me gustaba correr por la arena húmeda antes que la gente comenzara a salir de sus casas y se convirtieran en meros objetos a esquivar, apenas despuntar el día… en realidad, en verano, me gustaba ver los amaneceres. No podía decidir si acercarme más a ella o no, aunque lo cierto es que yo ya estaba de vuelta y, necesariamente, debía pasar por allí para volver a mi casa.

El viento me acercó un suspiro. Di unos pasos distraídos y me perdí con una almeja que

buscaba refugio entre mis pies descalzos… me distrajeron su velocidad y su instinto de supervivencia. Llevaba las zapatillas atadas entre sí y colgando del hombro… cuando levanté la

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cabeza para acomodarlas, vi horrorizada que la mujer ya no estaba. Entonces me desesperó un pensamiento macabro, pues pronto la encontré con las olas a la cintura y los brazos extendidos hacia el océano lejano. Grité, pero pareció no oírme, intenté correr hacia ella pero no pude, una fuerza invisible me contenía. No había nadie cerca para pedir ayuda y sola no podía… no podía.

El vestido pegado a la piel, los cabellos escurriendo por su cara, el cuerpo encorvándose hacia adelante. “¿Qué locura estará por hacer?”, pensé y le grité de nuevo. Nada. Vociferé la mejor de mis groserías, pero ella seguía sin oír. Me desesperé. La volví a llamar. Nada. Por un instante no la vi, ¡qué desesperación!, no la vi y me sentí estúpidamente culpable y cerré los ojos con toda la fuerza que pude reunir.

El frio subiéndome por los tobillos y la sensación de hundirme en la arena me devolvieron a la realidad. Lentamente enfoqué la mirada y lo que vi no era lo que esperaba ver: la joven salía del agua junto a un hombre de torso desnudo, pantalones grises, descalzo.

Ya en la orilla se abrazaron mientras él enjugaba el llanto de ella con sus besos. La mujer colocó sus manos sobre su costado y pude notar ¿sangre? Entrecerré los ojos y los cubrí del reflejo que el sol comenzaba a extender sobre la playa, con mi mano abierta. Quería ver mejor, observar los detalles, acercarme, pero no podía: descubrí con estupor que se me estaba permitido retroceder pero no avanzar. Sí, él estaba herido: con su brazo ella lo sostenía en pie, pero pronto sus fuerzas flaquearon, las de ambos, y él cayó de rodillas, primero y hacia atrás, después.

Extendí una mano, luego la otra: yo también quería sostenerlo.

El mar pareció enfurecer aún más su rugido y golpear con extrema rudeza las rocas donde ella había estado sentada,

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ella que ahora trataba de reanimar al hombre con sus besos y caricias, sin importarle que la sangre le hubiera teñido tanto la mano que sujetaba la herida, como su vestido y su rostro… quería contenerlo, ayudarlo, reanimarlo, evitar lo que, sabía, era inevitable.

Las violetas del cielo en vez de aclarar con el amanecer, parecieron sumirse en las sombras mientras la arena bajo mis pies se estremeció con congoja infinita. Una oleada de niebla blanquecina envolvió a la pareja y a todo lo que nos rodeaba. Mis oídos escucharon un último suspiro y, otra vez, el llanto infinito. La muerte había vencido.

Un silencio inconmensurable se apoderó del mundo… hasta el mar se atemperó en señal de duelo; en tanto, el cielo, lenta y ceremoniosamente, retomó su color habitual. La niebla se dispersó con un soplo lastimero y, al hacerlo, descubrí que la playa había quedado nuevamente desierta. Había, por fin, amanecido.

Sentí que las piernas se me aflojaban y caí sentada con el corazón compungido y temblando. Lloré como nunca antes lo había hecho, como nadie lo había hecho por otro; con las manos cubriéndome la cara y bañadas con mis propias lagrimas… y las de ella. Lloré, y mi llanto también pareció eterno.

–¿Los viste? ¿De verdad? –me

preguntó doña Mirta, la dueña del almacén–. Nadie sabe quiénes son–, agregó– pero dicen que se los puede ver al amanecer después de las tormentas. Dicen que verlos es un buen augurio.

Yo nunca más los volví a

encontrar, y eso que hace años que los busco… quiero preguntarles por qué llevo, desde entonces, esta mancha roja en la palma, como si mi mano hubiera sido la de ella intentando curar las heridas de su amante.

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Todas tenemos miedos, ¿a qué negarlo? Descubrirlos, aceptarlos y, por qué no, tomarlos con humor tal vez pueda ser el primer paso para evitar males mayores.

Ante todo, recuerda:

Este no es un consultorio psicológico ni pretenderá serlo. ¿Te ha pasado alguna vez que te encuentras con los ojos

cerrados de un modo tan pero tan fuerte que crees que tus párpados te harán reventar los globos oculares? Esa es una sensación horrible de verdad, porque normalmente ocurre junto con otros síntomas también incómodos: el corazón te late descontrolado, te sudan las manos y, a veces, la nuca y las sienes… ¿sabes qué es eso? Simple: miedo a algo. Muchas veces nos encontramos con algún temor tan sin fundamento que al rato nos provoca risa. Nuestra escritora invitada de hoy, Mariela Villegas Rivero, nos habla de algo así en su microrrelato.

Brontofobia: Su mano comenzó a rozar la comisura de mis labios.

Nuestras miradas se cruzaron y las palpitaciones de mi corazón se aceleraban. Me gustaba más de lo que podía admitir, aunque mis padres no me permitían tener novio en ése entonces. Él estiró la palma y me tomó de la barbilla. Su boca se estampó en la mía, primero con castidad y pureza, y luego con frenesí. El estómago se me hacía nudo, pero el compás de nuestra alianza adolescente comenzaba a consumarse en ese maravilloso entrelace.

De pronto, el sonido de un trueno anunciando la inevitable tormenta, hizo que se separara súbita, agresiva e irracionalmente de mí. Me empujó hasta el otro lado de la sala y corrió a esconderse debajo de la mesa. Caí de trasero contra la punta del inmenso sofá negro, lo que me impidió caminar por varios días.

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Supe, entonces, que éramos demasiado niños y que, definitivamente, no todos los primeros besos son ideales... ¿no?

Brontofobia, astrafobia, astrapofobia, ceraunofobia o

tonitrofobia es el miedo infundado a las tormentas, los rayos, tempestades y truenos. Normalmente, es un temor muy característico de la infancia y algo de lógica tiene: mamá o papá

no pueden detener aquello que nos causa susto como sí pueden hacerlo con otras cosas

como encender la luz si nos asusta la noche. A veces es, justamente, la falta

de control sobre algún asunto lo que nos desestabiliza el ánimo, nos p one de mal humor y nos hace ver todo de color negro… como una noche de tormenta.

Lo ideal, como siempre, sería no perder la calma y tener en

cuenta algunos tips que nos pueden mantener a salvo de los rayos, que sí

son cosa seria. Entonces, ¿qué hacer durante una tormenta? Si estás en el exterior,

alejarte de los árboles, postes o cualquier objeto que sobresalga por su altura y, de ser posible, correr a refugiarse dentro de alguna edificación o de tu auto (o cualquier otro vehículo que puedas mantener cerrado, ya que conducen la electricidad por su parte externa debido a lo que se denomina jaula de Faraday). Dentro de tu casa, cierra todas las puertas y ventanas, colócate en el centro de la habitación más amplia y no toques nada de metal ni metas las manos en el agua, menos aún con la canilla abierta. De encontrarte al aire libre y no puedas realizar nada de lo que te he contado, agáchate lo más que puedas para que quedes bien abajo y no toques el suelo con nada más que los pies bien calzados.

¿Te he hecho asustar? Espero que no, recuera que siempre conocer a fondo aquello que nos atemoriza hace que nos sintamos más valientes y poderosas para afrontarlo. Recuerda siempre algo: las mujeres somos más valientes de lo que creemos y eso es lo que Mariela nos ha querido contar.

¿Tienes otros miedos? Te invito a compartirlos conmigo y a que nos volvamos a encontrar el mes entrante.

Un agradecimiento especial a Norita Rodríguez, Grace Lloper y Bea Sylva por posibilitarnos trabajar juntas en esta

maravillosa columna mensual. Vean la actual en www.revista-nr.com

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Antes que nada, es un inmenso placer tenerte aquí en

nuestra revista, querida Grace. Eres una autora con una gran trayectoria y cuya visión es digna de ser admirada.

–Muchas gracias, Andrea y Mariela… ser introducida con esas hermosas palabras –¿será cierto? ¡Qué compromiso!– me hace sentir cómoda y apreciada. Un buen inicio para soltarme la lengua.

–Cuéntanos un poco de ti, ¿cómo te describes a ti misma? –Soy una escorpiana de pura cepa, atrevida, apasionada,

intento ser original siempre, me gusta divertirme aun cuando esté haciendo algo serio y también ayudar. Soy la mejor amiga que pueden tener, pero así también la peor enemiga de quienes intentan hacerme daño a mí o a cualquiera a quien yo aprecio. Como dicen de mi signo: «el veneno está en la cola», mientras no me la pisen, soy pura dulzura. ¿Las asusté? Nooo… ¡si a ustedes las adoro!

–¿Podrías decirnos cómo decidiste convertirte en escritora? –Creo que en este aspecto mi respuesta será totalmente

convencional: empecé como lectora compulsiva igual que la mayoría. Pero con una diferencia: de niña dibujaba mis historias, cuadernos y más cuadernos llenos de garabatos con nubes como diálogos, así como los comics de antaño. Y bueno, después de tanto leer y dibujar a mediados del 2010, me hice la gran pregunta: ¿Por qué no escribir mis propias historias? Así surgió todo. Tomé uno de los cuadernos que habían sobrevivido de mi adolescencia y convertí una novelita contemporánea dibujada en un romance histórico ambientado en la época de la colonia en Sudamérica, de ese modo surgió mi primera trilogía: "Doncellas Coloniales".

–Tu trabajo es admirado por muchas personas. ¿Cuál es el género al que más te abocas como novelista y por qué?

–A lo largo de toda mi vida, he leído cuanto libro ha caído en mis manos, de todo tipo de géneros, algunos realmente insoportables. Pero el romance casi nunca me ha defraudado, por

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eso lo prefiero, no porque no sea capaz de entender ningún otro tipo de lectura, nada más lejos de la realidad (creo ser una persona bastante culta) sino porque ninguna la disfruto tanto. Cuando decidí escribir mis propias historias, obviamente opté por la literatura romántica, porque al ser un pasatiempo, deseo disfrutarlo. No pretendo escribir filosófica mente ni dar cátedras magistrales sobre nada, mi intención es solo entretener, hacer fantasear a mis lectoras con relaciones personales en las que el amor es el elemento primordial.

–He incursionado en casi todos los sub-géneros del romance: histórico, erótico, contemporáneo e incluso homoerótico, ya que mi serie "Crucero erótico" es temática (son cinco libros, dos de ellos todavía no escritos).

—¿Consideras que has tenido el éxito deseado en tus novelas?

–Mucho más del que me merezco, siendo que todo esto no es más que un juego para mí. Creo que jamás esperé llegar a donde estoy. Todos los días me sorprendo, cada amanecer es un nuevo descubrimiento, en mi muro, en mi correo electrónico o en mi página web siempre tengo una palabra de aliento o el cariño de mis lectores. Sinceramente, todavía no puedo creerlo.

—Por lo que he investigado, veo que eres una autora autopublicada y publicada en formato digital. ¿Cuál fue la razón por la cual elegiste el camino de la autopublicación?

–Porque soy muy ansiosa y lo quiero todo rápidamente. Las editoriales serias que podrían publicar mis libros en papel tienen un ritmo tan lento que destroza mis nervios y unos contratos leoninos que alteran mis hormonas de por sí caóticas. Además,

pienso que desvalorizan el trabajo de un escritor, y lo digo con conocimiento de causa, ya que he leído varios contratos, no me agradaron. Y otras (las editoriales menos serias) solo quieren embaucarte, como ya les pasó a varias de mis colegas. Mis escritos son míos, no le cedo el derecho a nadie… hago lo que quiero con ellos, lo prefiero así por ahora. Aunque no me cierro, quizás algún día una editorial me convenza… no lo sé, cierro puertas pero dejo abiertas las ventanas.

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—Sé que algunas veces es muy difícil responder a esta pregunta, pero la considero necesaria. ¿Cuál de tus novelas crees que es la que mejor describe a Grace Lloper como autora?

–La última, sin duda alguna. Creo que es lo mejor que he escrito hasta ahora, es una novela del género romántico erótico contemporáneo, se llama "Dibújame" y forma parte de la serie "Santuario de colores", será un dueto… ahora estoy escribiendo la continuación, que se llamará "Píntame".

—¿Con cuál de tus personajes te identificas más y por qué? –Eso es muy fácil de responder. Tengo una serie llamada

"Mujeres independientes", basada en mis amigas de la vida real. Son cuatro libros, uno de ellos todavía no escrito. Básicamente tomé las personalidades de mis amigas más íntimas y creé para ellas el hombre perfecto que se merecen (y que no encuentran). Uno de esos libros está basado en mí… ¿cuál? No lo diré. Tienen que leerlos y adivinar, varias de mis lectoras ya lo descubrieron, aunque mi respuesta siempre es la misma: «Ahhh, puede ser…».

—Además de escribir, ¿a qué otras actividades de dedicas?

–Tengo una vida real y una virtual. Y no se mezclan, para nada. Si les digo que "ni mi madre me conoce", no les estoy mintiendo porque no tiene idea de mi alter ego. Soy una profesional independiente en una ciudad pequeña donde todos se conocen, y en un rubr

o que les aseguro, no tiene nada que ver con la escritura. Agua y aceite, perro y gato. Mejor mantenerlos separados.

—¿Qué es lo más curioso o divertido que un fan te ha preguntado o comentado?

–Transcribo la experiencia de una lectora por mensaje privado del Facebook, porque fue extremadamente cómica: "Grace, anoche probé con mi marido la técnica del Halls negro que Geral y Phil utilizaron. No tenía idea de que podía ser así. Volé por los aires, creo que desperté a todo el vecindario con mis gritos. ¿De cuántas cosas me estoy perdiendo? Voy a practicar más, definitivamente me siento una bobalicona… no tenía idea, y eso que llevo casada 15 años".

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—¿Qué palabras le dejarías como consejos a los futuros autores del mundo?

–Que perseveren, nada se consigue de la noche a la mañana. Dedicación y amor a lo que haces es la clave para todo. Y si llegan arriba, nunca se olviden cómo empezaron y quiénes los ayudaron a escalar. Como dice Michael P. Watson: "Strong people don't put others down, they lift them up" (Las personas fuertes no intimidan a otros, las elevan). La cooperación es un arma importante, olvídense de los celos, ayuden a otros y serán recompensados.

—¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en el mundo de la literatura?

–Sin duda alguna conocer a Bea Sylva, mi editora y amiga. Y por intermedio de e

lla a una gran cantidad de escritoras a quienes adoro y considero mis amigas además de colegas. Estoy convencida de que el éxito no se mide por la cantidad de dinero que obtienes cada día, sino por la calidad de las personas que te rodean, me siento afortunada y millonaria por eso.

— ¿Cuáles son tus planes a futuro? ¿Dónde se ve Grace en unos cinco años?

–Grace es tan volátil que no hace muchos planes para el futuro. Grace vive el momento, el día a día. Llevo cuatro años en esto: doce libros y cuatro antologías, pienso que en unos cinco años duplicaré ese número, eso espero porque las historias siguen bullendo en mi cabeza. Pero me conozco, y sé que el día que este mundo de la literatura ya no me divierta, doy vuelta la página y a otra cosa, mariposa. Eso no me hace inconstante, sino simplemente enamoradiza. No me gustan los compromisos a largo plazo, por eso soy soltera… por vocación y convicción, aunque tengo un hijo a quien adoro, él es mi único compromiso.

Mil gracias por tu cariño y por tu tiempo, Grace. Ha sido un privilegio enorme que nos hayas dejado tus palabras y un poco de tu sabiduría y experiencia.

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Gracias a ustedes, queridas amigas y colegas. Es un honor y una gran alegría para mí haber sido seleccionada para llenar un pedacito de su hermosa revista. ¡Felicidades y éxitos en este maravilloso emprendimiento!

*Proporciónanos dos páginas donde los lectores puedan

encontrar tus libros y la portada con sinopsis de una de tus historias. Un gran beso. Mariela y Andrea.

http://www.nuevaeditoradigital.com/#!grace-lloper/c1442 http://www.amazon.com/dp/B00K61QMLY (y en los demás

Amazon, en e-Book y en papel) "DIBÚJAME" (Santuario de colores #1) Me llamo Geraldine, hija única y heredera de August Vin Holden

un conocido petrolero, soy artista y poseo todo lo que cualquier mujer desea: belleza, glamour, poder, fama y fortuna. Formo parte del exclusivo jet-set de Los Ángeles, pero… ¿soy feliz? No lo sé, lo dudo. Mi equipaje es muy pesado.

Phil Girardon llegó a mi vida como un soplo de aire fresco, lo conocí una tarde mientras corría por la playa, él estaba limpiando la piscina de una de las mansiones de la costa de Malibú donde tengo mi residencia.

Yo necesitaba un modelo para mi siguiente colección de pinturas, lo encaré y él se prestó al juego bajo ciertas condiciones. Las acepté. Me encantaba jugar, y ese trato prometía deliciosas tardes fuera de lo común en mi estudio, o como yo lo llamaba: mi "Santuario de colores".

A partir de ese momento y sin buscarlo, los lazos entre nosotros se volvieron cada vez más fuertes y estrechos. Al parecer Phil tenía la extraña cualidad de brindarme lo que yo emocionalmente necesitaba en el momento preciso, sin necesidad de pedírselo.

Pero… ¿qué sabía realmente de él? Solo que estaba cuidando la casa donde vivía, que era un hermoso, dulce y apetitoso sudamericano de algún país que pocos conocen y al cual pronto volvería.

Mientras tanto, fiel a mi forma de ver la vida, disfrutaré de él, aunque me gustaría descubrir más…

¿Me acompañas?

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De Joyas y Guerreros I: Tres Siglos de Separación.

¿Qué ocurriría si alguien te dijera que el mundo que te rodea, tal como lo conoces, se puede romper? Y, ¿qué harías si tu mejor amigo, ese que hace años creías que estaba muerto en realidad no lo está y que, para peor, te pide ayuda para que un caballero inglés que dice que viene del siglo XVII se reencuentre con su dama que quedó… bueno, en el siglo XVII?

Si América toda es concebida como un lugar mágico de por sí, ya desde los primeros europeos que pusieron un pie en estas tierras, entonces la Patagonia argentina es uno de sus puntos culmines. El encuentro entre culturas, el respeto por quien es, en apariencia, diferente, la búsqueda de un camino, el autodescubrimiento, la amistad, el amor, en esencia, la vida misma son lo que prolifera en

esta novela de desarrollo atrapante, tanto por la historia que cuenta como por lo vertiginoso de su prosa… y de sus versos que invitan al lector a adentrarse en un mundo nuevo, a ser uno más de los protagonistas a ver las cosas como si fuera la primera vez.

Disponible para su compra digital en: www.nuevaeditoradigital.com La saga completa en:www.marcelmaidana.com

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Lunas Vampíricas I: Luna Llena.

La híbrida de vampiro y mortal llamada

Danielle Riviere, está enamorada de un licántropo amigo de su clan, Brandon. Nunca lo ha confesado por temor al rechazo y él tampoco a ella. Su amor transcurre de manera silente y pacífica, disfrazado de una hermandad. Sin embargo, el día menos esperado, alguien llegará para querer arrebatar lo que el tiempo y la magia habían construido. Shawn, un inmortal vil y despiadado, es contratado por el rey del mundo vampírico para que envuelva a Danielle entre sus redes y así poder herir de muerte al clan Riviere, ya que es el único que podría derrocarle. Existe una historia detrás de todo esto… un pasado entretejido y tergiversado, una confusión casi letal y las vidas de muchas personas que peligran, y sólo la decisión de Danielle podrá

salvarles o hundirles una eternidad en el olvido. ¿Vampiro o lycan? Esa es la pregunta.

Disponible para su compra digital en: www.nuevaeditoradigital.com

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Luz de dos Lunas 24

A todos nuestros amigos lectores:

El ser escritor, conlleva una serie de sacrificios y recompensas que queremos compartir con ustedes. Redactar una novela de cualquier extensión, requiere muchísimas horas de trabajo alejados de las personas que amamos, entre otras cosas. Una novela, cuento o relato, no solamente se escribe y sale a la venta. Una vez que el autor termina de redactarla, hay que revisarla numerosas veces, reescribirla, editarla, darle formato y enviarla a una editorial, eso si no somos escritores autopublicados –lo que lleva aún más tiempo de preparación y publicidad-. A eso hay que añadirle el dinero de las promociones que llevamos a cabo y que invertimos para hacerles llegar una obra de la mejor calidad. Hacemos esto con mucho amor para que nuestros lectores reciban novelas que les lleguen al corazón y que les hagan volar, sentir, imaginar, sonreír, amar, llorar o estremecerse, dependiendo del tipo de obra a la que sean aficionados. Cada vez que alguien descarga gratis una novela de nuestra autoría sin nuestro consentimiento, se está robando no sólo una obra, sino miles de horas, dinero y esfuerzo invertidos. Esto, sin duda alguna, es un plagio. Existen cientos de sitios webs y blogs que distribuyen nuestras novelas de manera gratuita, cuando los mismos autores lo hacemos de forma controlada y adecuada a las necesidades de todos. Sabemos que esto no ocurre con todos, pero es una triste y devastadora realidad. Se roba parte de nuestras almas, de nuestras vidas. Conocemos las necesidades de nuestros lectores y por ello proporcionamos libros de manera gratuita cuando hacemos publicidad en páginas autorizadas. Queremos que nuestras historias se conozcan, para eso las hacemos, pero todo tiene un límite que hay que respetar. No se trata de reprochar ni buscar culpables, sino soluciones. Para que podamos seguir creando mundos, debemos mantener el nuestro limpio de estas situaciones. Por ello les pedimos, por favor, NO DESCARGUEN LIBROS SIN LA AUTORIZACIÓN DEL AUTOR, y tampoco regalen sus archivos. Es tan simple como esto: si haces tus deberes de escuela y alguien viene a querer tomarlos sin permiso, te enojarías porque invertiste tiempo y esfuerzo para llevarlos a cabo. Tampoco se los “prestarías” a alguien si sabes que esa persona no ha “pagado” el precio por ellos. Se le llama INTEGRIDAD, y es un valor que todos debemos fomentar. La lectura es un tesoro invaluable que nos regala la oportunidad de sentir y vivir en planos distintos a los nuestros. Si quieren que sobreviva, DIGAN NO A LA PIRATERÍA. Valoren el esfuerzo de los demás. El universo en su infinita sabiduría lo retribuirá y les dará mil veces más. Esa es una ley ineludible. “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Eviten la vergüenza de resultar expuestos como “ladrones”. Es mejor hacer lo correcto y apoyar la lectura dentro de los márgenes que nos dictan la consciencia y la sociedad. Esperamos sinceramente que este manifiesto sea

considerado. ¡Apoyemos a nuestros autores predilectos para que podamos

tener obras mejores y más novedosas!

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autor (apropiadamente certificado) reclama retirarlas o agregarles su nombre, siéntase libre de hacerlo.