Lo Místico en El Joven Hegel

8/19/2019 Lo Místico en El Joven Hegel

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IES N° 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo”

Seminario de Filosofía Moderna y contemor!nea

"rofesora# Ma$el %o&as

Mar'o ()1*

+os rastros místicos resentes en el &o,en -eel/

por Salvador Goldberg


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0ndice/

Introduccin/

"rimer momento/

Seundo momento/

2ercer momento/

3i$liorafía


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Introduccin/

Acerca de los textos de juventud de Hegel se escribieron muchísimas páginas. Cosa

razonable si se piensa en que acerca de los textos digamos maduros del !il"so!o tambi#n

se escribieron muchísimas páginas. $esde %a se aclara que en este texto no se van a

encontrar líneas novedosas nunca antes vistas &aunque tampoco sea la intenci"n.

'o que se va a encontrar en este trabajo son algunas re!lexiones en torno al joven

Hegel en general % su poema Eleusis en particular. (n concreto trataremos de mostrar los

rastros místicos presentes en el )nico poema completo de Hegel que ha llegado hasta

nosotros Eleusis. $e hecho esa es la idea que mueve este trabajo. (!ectivamente existen

rastros místicos en el joven Hegel. *rataremos de se+alarlos en el poema pues.

$e acuerdo a lo dicho este trabajo está dividido en tres momentos. (n el primer

momento se intentarán se+alar algunas características de lo místico del !en"meno místico.

*odo con el prop"sito de ir delineando justamente lo que se habrá de buscar en el joven

Hegel. Así habremos de dar cuenta de algunas noticias sobre lo místico trataremos de

se+alar algunas de sus características % de indicar algunas de sus mani!estaciones concretas

a lo largo de la historia.

(n el segundo momento veremos c"mo es dable encontrar los rastros místicos en el

joven Hegel justamente donde varios de sus comentaristas interpretan que existen

in!luencias del romanticismo que lo cruzan desde su juventud. (n e!ecto podemos ir

adelantando este dato se tomarán !ragmentos de la obra de ,ichard -roner El desarrollo

filosófico de Hegel que son esclarecedoras al e!ecto de se+alar los rastros de lo místico en

el joven Hegel. Así donde es lícito leer hebras románticas que in!luenciaron al pensador

como se viene haciendo en todo este tiempo tambi#n es posible colegir en esas hebras que

la in!luencia va más allá del movimiento romántico % se remonta venimos a decir a

diversas !uentes místicas como lo !ueron los misterios (leusinos por ejemplo.

/ en el tercer momento que !unge a la vez como conclusi"n del trabajo daremos

rienda suelta al análisis del )nico poema completo que ha llegado a nosotros del joven

Hegel titulado Eleusis. (n #l trataremos de colegir esos rastros de lo místico que


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comenzamos a vislumbrar en el segundo momento. Así esperamos que en este momento el

de la conclusi"n llegue a verse claramente el rastro presente en ese poema el de lo místico

en el joven Hegel.

"rimer momento/

012S*3CA. 4'at. 1%stica.5 !. 6arte de la teología que trata de la vida contemplativa %

de la direcci"n de los espíritus. &!am. Arg. Sentimiento di!uso con un alto grado de

simbolismo a trav#s del cual un grupo !unda su identidad.

13S*3C3S17. m. (stado de las personas dedicadas a $ios o a las cosas espirituales. &

$octrina que ense+a la comunicaci"n directa entre el hombre % la divinidad en la

visi"n intuitiva o en el #xtasis.

12S*3C7 CA. adj. 8ue inclu%e misterio. &6erten. a la mística9

$iccionario (nciclopedico Clarin.

$ijimos que el motor de este trabajo era mostrar los rastros de lo místico en el joven

Hegel. / es cierto es a lo que apuntan estas líneas. 6ero antes en este primer momento

habremos de hacer un recorrido &que no pretende exhaustividad: sobre lo místico.

A decir verdad no se nos escapa que la primera impresi"n que podría causar la relaci"n

mística % !iloso!ía sería la de extra+eza. 6or decir lo menos. ;o sería descabellado suponer

que habría más de una reacci"n airada en contra de tal relaci"n. 6ues claro


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historia la que hará los es!uerzos por unirlos por reintegrarlos a una unidad que alguna vez

supieron tener que los superará conservándolos &en suma.

>ale lo dicho para ir preparando el terreno para el abordaje de lo que sea lo místico que

es lo que se pretende para este primer momento del presente trabajo. A primera vistamística % !iloso!ía pueden parecer que están en bandos contrarios. Sea. 6ero una mirada

más atenta que no se quede sin avanzar más allá de la contraposici"n verá que las

relaciones existen. / que son varias. (so trataremos de ir mostrando a continuaci"n.

6ara precisar qu# entendemos por lo místico hemos consultado a diversos autores de

distintos campos disciplinares. (n la ma%oría casi la totalidad de los escritos consultados

se constata la necesidad expresa por parte de los autores de delinear qu# entienden ellos por

mística misticismo lo místico. 6or ejemplo ?uan 1artín >elasco un estudioso de la!enomenología de la religi"n toda una eminencia en el tema así lo mani!iesta en el

mismísimo comienzo de su obra El fenómeno místico@ 0Cualquier intento de comprensi"n

del !en"meno místico debe comenzar por aclarar el signi!icado de la palabra con que se lo

designa9 .

6or caso puede leerse a ,aimundo 6aniBBar que en su obra De la mística a!irma@ 0'a

palabra místicaD es tan vaga % polis#mica que exige delimitar su sentido9E. 7 a la $ra. 6az

Flanco que mani!iesta un argumento similar % repasa algunos diccionarios al respecto@ 0'amística es un t#rmino ambiguo e impreciso por su extensi"n % porque se aplica a numerosos

!en"menos. $e ello dan cuenta los diccionarios por ejemplo el Casares anota@ estado de

la persona que se dedica mucho a dios % a las cosas espiritualesD9 .

,esulta claro que la palabra 0mística9 es usada con diversas acepciones conteniendo

una polisemia que hace que cualquier abordaje del tema % que pretenda un mínimo rigor

tenga que especi!icar el contenido del t#rmino. 6or eso >elasco mani!iesta que 0todos

1 >elasco ?uan 1artín El fenómeno místico 1adrid@ *rotta EII p. J.

2 6aniBBar ,. De la mística Farcelona Herder EIIJ p. KE.

3 6az Flanco 1aría ,osario Lenguaje y experiencia en la mística judía 1adrid LniversidadComplutense de 1adrid EIIM p. N.


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cuantos intentan aproximarse a su signi!icado se sienten en la necesidad de llamar de

entrada la atenci"n sobre su polisemia % hasta su ambigOedad9K.

*"mese por caso la cita que !igura como epígra!e a este primer momento. (s una cita de

un diccionario de Clarín. Sobre mística dice que es una 0parte de la teología que trata de lavida contemplativa % de la direcci"n de los espíritus9. / como segunda acepci"n se constata

una de las tantas emanaciones de la polisemia porque se a!irma que en Argentina la palabra

mística puede signi!icar un 0sentimiento di!uso con un alto grado de simbolismo a trav#s

del cual un grupo !unda su identidad9.

'uego de consultar diversas !uentes que serán citadas en su momento podemos a!irmar

que la visi"n de este diccionario es sesgada. Así es porque es bastante discutible la idea de

que la mística es 0una parte de la teología9. / más discutible es el argumento acerca de quela mística trata sobre la 0direcci"n de los espíritus9 sea lo que sea tal cosa.

6ero no conviene apresurarnos a discutir ahora con la sesgada visi"n de un simple

diccionario. 1ejor será ir desarrollando lo que a nuestro parecer es un camino adecuado

para dar cuenta de qu# sea lo místico. *al camino es el de la historia. 6or eso diremos

algunas cosas acerca de la etimología de la palabra mística. 6ero parece inevitable

con!rontar con ese diccionario que remite la palabra a su origen en latín sin precisar que &

como taantos otros t#rminos: esa es una lectura que se hizo de un t#rmino del griegoantiguo. (s que así !ue la etimología en pro!undidad remite a su origen en la antigua

Grecia. / no es algo que se nos ocurra a nosotros nada de eso. (ntre otros así lo a!irma

?uan >elasco@ 01ísticoD en las lenguas latinas es la transcripci"n del t#rmino griego

mystikos que signi!icaba en griego no cristiano lo re!erente a los misterios 4 tá mystika5 es

decir las ceremonias de las religiones mist#ricas9. (stas religiones sobre las que diremos

algo más adelante tambi#n entre las cuales se encontraba la religi"n de los misterios de

(leusis o eleusinos consistían en que 0el iniciado 4mystes5 se incorporaba al proceso demuerte:resurreci"n del dios propio de cada uno de esos cultos9P.

4 >elasco ob. cit. p. J.

5 >elasco ob. cit. p. N.


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/ >elasco lleva la etimología del t#rmino mística hasta las raíces donde encuentra que

mystika mystes mystikos todas son palabras que se derivan del verbo myo 0que signi!ica

la acci"n de cerrar aplicada a la boca % a los ojos9. ,astro que da la pauta de que se hacía

re!erencia a 0realidades secretas ocultas es decir misteriosas9. 6ues bien se tiene entonces

que en el origen existe una re!erencia a mantener cerrada la boca % los ojos. Como veremos

luego esto se relaciona directamente con el secretismo que caracteriz" a todos los iniciados

en &por ejemplo: los misterios eleusinos.

(n esta interpretaci"n de la etimología de la palabra de a qu# nos remite en la historia

coincide tambi#n con lo que venimos diciendo la mirada de $iego GolombeB bi"logo

argentino que en una de sus )ltimas obras se ocup" del tema de tratar de estudiar a nivel

neurol"gico las mani!estaciones de lo religioso. Así puede leerse en el libro Las neuronas

de dios@ 06arecería que en la base misma de los !en"menos místicos necesariamente debe

haber un velo de oscuridad@ la propia palabra místico proviene del griego % signi!ica algo

así como ocultarD que podría re!erirse a rituales secretos9Q.

/ a nosotros nos parece pertinente citar ahora la de!inici"n que propone >elasco para la

palabra mística dado que resulta bastante clara % abarcadora. $ice el !enomen"logo de la

religi"n que@

Así pues con la palabra 0mística9 nos re!eriremos en t#rminos todavía mu%

generales e imprecisos a experiencias interiores inmediatas !ruitivas que tienen lugar

en un nivel de conciencia que supera la que rige en la experiencia ordinaria % objetiva

de la uni"n &cualquiera que sea la !orma en que se la viva: del !ondo del sujeto con el

todo el universo el absoluto lo divino $ios o el (spírituJ.

6 GolombeB $iego Las neuronas de dios. Una neurociencia de la religión la espiritualidad y lalu! al final del t"nel Fuenos Aires Siglo RR3 EIK p. EK.

7 >elasco ob. cit. p. EE.


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$ecimos que nos parece pertinente la de!inici"n citada porque como en tantas otras

cuestiones dependiendo el autor que se consulte se puede llegar a una visi"n distinta del

tema elegido. 6or eso el libro de >elasco es mu% )til %a que repasa distintas lecturas acerca

del !en"meno místico por eso puede dar cuenta de la variedad de interpretaciones que del

t#rmino se hicieron a lo largo de la historia.

,esulta evidente que un autor inmerso en los campos de la teología tiene muchas

probabilidades de con!erir a las mani!estaciones religiosas de lo místico el ma%or grado de

0misticidad9 por decirlo de alguna manera. Así para los autores cristianos la )nica mística

verdadera original digna de ese nombre es la que puede constatarse en las experiencias

místicas de los cristianos. Así se le deniega el carácter de místico a experiencias que tienen

la marca de otras religiones o que no tienen la marca de ninguna religi"n. / si se

pro!undiza en la investigaci"n varios autores judíos marcan lo mismo con respecto a su

religi"n o tambi#n vale para el islamismo o el budismo. $e ahí lo valioso de la de!inici"n

propuesta por >elasco que trata de dar cuenta de lo que tendrían en com)n todas las

experiencias místicas haciendo algo de abstracci"n con respecto a su contexto religioso o

cultual. Si bien en su obra va a ir deshilvanando la de!inici"n % como si dij#ramos

puli#ndola a los !ines de este trabajo resulta )til la de!inici"n citada.

*enemos entonces que lo místico es aquello que hace re!erencia a una experiencia de

uni"n entre el sujeto % lo trascendente que dependiendo del contexto en que se d# la

experiencia podrá ser llamado de di!erentes maneras $ios el universo la naturaleza el

(spíritu. (s claro entonces que in!lu%e mucho en la manera en que se hace re!erencia a la

experiencia la situaci"n del que la vive.

'o dicho hasta ahora no implica que lo religioso no sea un !actor de suma importancia a

la hora de tratar de re!erir algunas características de lo místico. ,escatamos la de!inici"n de

>elasco porque trata de contener como si dij#ramos a los opuestos@ lo religioso % lo pro!ano. $e hecho #sta es la primera distinci"n que establece dentro de lo místico. >elasco

distingue entre mística religiosa % mística pro!ana. 'a di!erencia radica en la situaci"n en la

que se mani!iesta lo místico. (s decir si acontece en una situaci"n religiosa por llamarla de

alguna manera o si acontece en una situaci"n pro!ana. (n suma podría resumirse la

distinci"n argumentando que si la persona que mani!iesta haber tenido una experiencia


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mística se considera inserta dentro de alguna religiosidad en ese caso se estaría ante una

experiencia mística religiosa. (n cambio si la persona mani!estara no participar de ninguna

concepci"n religiosa en ese caso tendríamos una mani!estaci"n mística pro!ana. (n el caso

que nos ocupa el de Hegel seg)n esta divisi"n lo místico rastreable en sus obras sería algo

místico religioso dada la ostensible religiosidad del joven Hegel. Así dice >elasco@

1e parece claro que existen numerosos casos de experiencia que por el tipo de

conciencia que suponen por la !orma de conocimiento que ejercen por las

repercusiones que tienen sobre la vida de las personas e incluso por la realidad a la

que se re!ieren merecen el nombre de 0místicas9 pero que son vividas !uera de ese

ámbito de realidad determinado por la categoría de 0lo sagrado9 en el que se inscriben

las di!erentes religiones de la historia. 'os hechos !uerzan pues a reconocer la

existencia de experiencias místicas no religiosas % en ese sentido pro!anasM.

6arece su!iciente con lo dicho hasta ahora para ver que esa de!inici"n propuesta por el

diccionario citado es sesgada. ,esulta claro que existe un tamiz eclesiástico por el que

cruza la in!ormaci"n brindada. Se constata que no hace re!erencia a las experiencias

místicas sino a una especie de generalizaci"n que enmarca todo dentro de la teología. ;adamás lejano. ,epasemos@ para este diccionario lo místico es algo perteneciente a la mística.

/ la mística es 0una parte de la teología9 que trata sobre la 0vida contemplativa % la

direcci"n de los espíritus9. (l en!oque por el que optamos trata de no enclaustrar la visi"n

total del !en"meno místico. $e ahí que adoptemos sin ambages la de!inici"n de >elasco

sobre lo místico previa a la distinci"n entre religioso % pro!ano. 6ero nos desviamos.

$e hecho sirve este contrapunto con el diccionario porque nos lleva a la re!lexi"n de

que la condici"n de posibilidad de que o!rezca semejante de!inici"n !ue que a lo largo de lahistoria diversas personas mani!estaron haber tenido experiencias que pueden llamarse

místicas. (s decir es a raíz de las mani!estaciones de lo místico ante la realidad humana &

por decirlo sartreanamente: que puede un diccionario decir que el misticismo es una

8 >elasco ob. cit. p. NK.


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doctrina % que la mística es una parte de la teología. 6ero en semejante de!inici"n quedan

excluidas las características de las experiencias místicas origen de 0la mística9. (l en!oque

!enomenol"gico de >elasco que adoptamos lleva a tomar en cuenta justamente el n)cleo

subjetivo de estas mani!estaciones. Así es que Hegel viene a ser nuestro caso. 6ero antes de

eso habrá que garabatear algunas líneas más acerca de los misterios eleusinos uno de los

tantos rastros de lo místico en el joven Hegel.

;o se crea que hablar sobre los misterios de (leusis nos aleja del n)cleo de este primer

momento que era sentar algunas pautas acerca de qu# entenderemos por lo místico. (n

e!ecto como %a se dijo la etimología nos remite a la antigua Grecia. ,ecordemos lo que

decía >elasco@

01ístico9 en las lenguas latinas es la transcripci"n del t#rmino griego

mystikos que signi!icaba en griego no cristiano lo re!erente a los misterios 4 tá

mystika5 es decir las ceremonias de las religiones mist#ricas 4las cuales

consistían en que5 el iniciado 4mystes5 se incorporaba al proceso de muerte:

resurrecci"n del dios propio de cada uno de esos cultos N.

/ como %a se dijo entre las religiones mist#ricas se encuentran los 1isterios eleusinos.

8ue se conocen así por tener lugar en (leusis. 6ero


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(n palabras de un experto en el tema 1ircea (liade@

Seg)n la tradici"n los primeros habitantes de (leusis !ueron los tracios. 'as más

recientes excavaciones arqueol"gicas han permitido reconstruir en gran parte lahistoria del santuario. 6arece ser que (leusis !ue colonizada hacia los a+os PMI:PII

a.C. pero el primer santuario 4una cámara con dos columnas interiores que soportaban

el techo5 !ue construido en el siglo R> a.C. *ambi#n en este siglo !ueron inaugurados

los 1isterios.

'os 1isterios se celebraron en (leusis durante casi dos mil a+os 'as

reconstrucciones realizadas a partir de la #poca de 6isistrato indican que el culto

conoci" allí un !lorecimiento % un prestigio crecientes. 'a vecindad % protecci"n de

Atenas contribu%eron ciertamente a situar los 1isterios de (leusis en el centro mismo

de la vida religiosa panhel#nica. 'os testimonios literarios % !igurativos se re!ieren

sobre todo a las primeras etapas de la iniciaci"n que no exigían el secreto Se

distinguen los 0peque+os 1isterios9 los ritos de los 0grandes 1isterios9 4telet$5 % la

experiencia !inal 4epopteia5. 'os verdaderos secretos de la telet$ % la epopteia jamás

!ueron divulgados.

'eemos en otra obra El camino a Eleusis a Carl ,ucB que mani!iesta@

'os escritores antiguos se+alan unánimemente que dentro del templo en el gran

telesterion o sala de iniciaci"n algo se veía. $ecir eso no estaba prohibido. 'a

experiencia consistía en una visi"n por medio de la cual el peregrino se convertía en

alguien que había visto un epoptes Había síntomas !ísicos que acompa+aban la

visi"n@ miedo % un temblor de las extremidades v#rtigo náusea % sudor !río. $espu#s

de eso sobrevenía la visi"n ;unca los ojos habían visto nada parecido la experiencia

misma era incomunicable pues no había palabras apropiadas para hacerloE.

11 %&íd. pp. JJ:JM.

12 ,ucB Carl 0'a soluci"n del misterio9 en Gordon Uasson ,. Ho!!man Albert ,ucB Carl Elcamino a Eleusis 1#xico VC( NMI pp. PP:PQ.


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Como se puede ver alrededor de lo que sucedía en (leusis predomin" un persistente

silencio que se debe en parte a la norma misma que tenían los iniciados de no poder hablar

acerca de aquello que habían experimentado % tambi#n a causa de la misma ine!abilidad delo visto. Cabe destacar en este punto que no son pocos los autores que escribieron acerca

del !en"meno místico pero en una de las cosas en las que ha% consenso ma%oritario es que

un rasgo del !en"meno místico es el de ser ine!able. Acá todos concuerdan los testimonios

de experiencias místicas de mani!estaciones de lo místico resaltan que las palabras no

llegan a servir para dar cuenta de lo que se mani!est" de lo que se pudo ver digamos.

6ara continuar con los 1isterios (leusinos declara 1ircea (liade que 0sabemos que la

visi"n !inal la epopteia se e!ectuaba en medio de una luz deslumbradora9. / contin)a@

6uede admitirse que la epi!anía de 6ers#!one % la reuni"n con su madre constituían

el episodio central de la epopteia % que la experiencia religiosa decisiva era suscitada

justamente por la presencia de las diosas. ;o sabemos de qu# modo se realizaba esta

reuni"n ni lo que seguía a continuaci"n 3gnoramos igualmente por qu# motivo se creía

que aquella visi"n cambiaba radicalmente el destino ultraterreno de los iniciados. 6ero

no cabe duda de que el iniciado percibía un 0secreto divino9 que lo convertía en0!amiliar9 de las diosas 'a iniciaci"n revelaba a la vez la proximidad con el mundo

divino % la continuidad entre la vida % la muerte. 3deas ciertamente compartidas por

todas las religiones arcaicas de tipo agrario 'a 0revelaci"n9 de la misteriosa

continuidad entre la vida % la muerte reconciliaba al epopt$s con la inevitabilidad de su

propia muerte.

(liade hace hincapi# en que por más di!undidos que estuvieran los 1isterios eleusinosen la antigua Grecia ello no signi!icaba que tales prácticas estuvieran opuestas a 0las

instituciones religiosas tradicionales de la ciudad9. / de ahí que Atenas admitiera %

13 (liade ob. cit. p. MK.


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patrocinara enseguida los 1isterios. / el patrocinio ateniense venía dado porque 0la

principal aportaci"n de (leusis era de orden soteriol"gico9K.


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antigOedad griega entre los que se cuentan las prácticas "r!icas los cultos dionisíacos % los

1isterios de (leusis.

(n la obra de ,ichard -roner El desarrollo filosófico de Hegel se pueden constatar

sendas re!erencias a tres temas que para -roner dan cuenta del bagaje romántico arraigadoen el joven Hegel. 'os t"picos son@ primero una convicci"n de la unidad de la totalidad de

lo real en la que se contienen las oposiciones que suelen presentarse dividiendo la vida

como sujeto % objeto raz"n % pasi"n etc. Segundo se constatan re!erencias a la di!icultad

de poner en palabras las cuestiones relativas a esta unidad de !ondo de la totalidad de lo

real. / tercero otra in!luencia romántica detectada por -roner en Hegel es la alta estima en

la que tenía a la antigua Grecia.

Sobre estos tres temas iremos pues dando ejemplos extraídos del texto de -roner &por supuesto % acompa+ándolos cuando corresponda con alguna relaci"n con los rastros

místicos que estamos buscando. 6orque son estos tres t"picos los que nos dan la pista de los

rastros místicos en Hegel a raíz de que como se verá donde se lee que Hegel tuvo

in!luencias románticas tambi#n puede leerse sin di!icultad que esas in!luencias !ueron más

que románticas que !ueron &en de!initiva: in!luencias místicas.

Acerca de la primera cuesti"n la de la unidad de los opuestos por llamarla de alguna

manera comienza -roner a!irmando que la primera !iloso!ía de Hegel !ue construida0mediante su oposici"n a la estricta di!erencia entre el deber % la inclinaci"n la moral %

el impulso natural la raz"n % la pasi"n9 EP. (s decir para el comentador de Hegel tuvo #ste

en su juventud ansias de oponerse a las di!erentes di!erencias que circulan por todos los

ámbitos de la vida. *uvo Hegel entonces la voluntad de oponerse a estas visiones

dicot"micas de la realidad. 6or lo expuesto cabe suponer que buscaba una unidad tenía la

convicci"n de que en de!initiva existía una unidad que contenía a las di!erentes

oposiciones a los distintos contrarios. / la buscaba a semejante unidad.

/ es por esta b)squeda de la unidad diríamos primigenia de lo real que -roner

a!irma que Hegel tiene in!luencias románticas. $ice así@ 03gual que Schiller HWlderlin % los

25 -roner ,. El desarrollo filosófico de Hegel Fuenos Aires 'eviatán NJ p. .


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románticos Hegel se opuso a esta tajante dicotomía que amenazaba la armonía de la

personalidad humana9EQ.

6ero esta b)squeda de la unidad originaria de la vida de lo real de eso que contiene a

contrarios tan distintos como lo objetivo % lo subjetivo


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del origen divino del hombre9EN. (n esta inclinaci"n 0los aspectos opuestos de la mente

humana están originalmente unidos@ subjetividad % objetividad naturaleza animal %

racional individualidad % universalidad9I.

(s di!ícil en nuestra lectura no ver en estas líneas de -roner una re!erencia cierta a losrastros místicos en el joven Hegel. S"lo que son leídos por -roner como meras in!luencias

del romanticismo. 6ero se ve que eso iba más allá. 6areciera bastante claro que existi" en

Hegel un arraigado sentimiento místico % religioso vivencial cabe sospechar marcado con

la b)squeda de esta unidad de esta uni"n que caracteriza a los !en"menos místicos.

/ e!ectivamente no podemos dejar de mencionar que es el mismísimo -roner quien

a!irma que en la base pro!unda de la !iloso!ía de Hegel existe una experiencia religiosa que

dej" en Hegel una certeza mística. 6ues bien semejantes declaraciones debieran quizáseximirnos de ma%or comentario acerca de los rastros místicos presentes en el joven Hegel

dado que así escribi" -roner@ 0la raíz más pro!unda del sistema de Hegel !ue una

experiencia religiosa personal9. / agrega algo que a nuestra lectura le viene bien

encontrar porque se diría que es un argumento que va en contra de que las in!luencias de

Hegel sean del todo románticas porque mani!iesta -roner que 0al vivir a trav#s de esta

experiencia impugn" todas las in!luencias de su #poca9 E entre ellas cabe pensar debieran

estar las románticas... / termina por decir -roner@ 0(n un intento por articular su certeza

mística % abrazar los contrastes del pensamiento propuso como !"rmula la uni"n de la

uni"n % a no uni"nD su !uturo sistema !ilos"!ico en una cáscara de nuez9 .

(n suma se ve claramente que en la base de las especulaciones !ilos"!icas del joven Hegel

existía una certeza mística para decirlo con palabras de -roner. Hubo una experiencia

29 %d .

30 %&íd . pp. E:.

31 %&íd . p. Q.

32 %d .

33 -roner ob. cit. p. Q.


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religiosa leímos tambi#n del mismo autor. (sos hechos !undacionales que no sería

descabellado imaginar como una secuencia donde de la experiencia religiosa que tuvo el

joven Hegel pudo obtener una certeza mística. / no sería descabellado suponer que esa

certeza puede haber sido la de la unidad misteriosa % viviente que todo lo abarca en la que

están arrojados lo objetivo % lo subjetivo el alma % el mundo la raz"n % la pasi"n que

constitu%e &pues: la totalidad de lo real. (sta senda conclusi"n extraída de la lectura del

libro de -roner pareciera validar lo que venimos diciendo que existen rastros místicos en

el joven Hegel. 6ero nosotros vamos a ir más allá porque nuestra idea es rastrearlos ir a

por ellos. / no tan s"lo quedarnos en una escueta re!erencia casi a pie de página que es lo

que hizo -roner.

6ero habrá que continuar el recorrido trazado para estas líneas. Se dijo que el

segundo t"pico en el que es dable colegir los rastros místicos del joven Hegel es la

di!icultad de poner en palabras estos sentires de uni"n con lo Absoluto con la totalidad de

lo real digamos. (ste hecho sin duda se puede relacionar con la ine!abilidad atribuida a los

!en"menos místicos a las experiencias de este tipo rasgo que destacamos en el primer

momento de este trabajo.


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6odemos pasar entonces a tratar el tercer tema que nos permitirá colegir los rastros místicos

en el joven Hegel. Como dijimos este t"pico es el de la alta estima que sentía Hegel por la

antigua Grecia. 0Sentimiento !ilohel#nico9Q puntualiza -roner.

'o que pretendemos se+alar en este caso es que como lo muestran los comentadores del joven Hegel tuvo #ste un sentimiento !ilohel#nico o nostalgia por Grecia al decir de

,am"n RirauJ % que eso lo relaciona con varios exponentes del romanticismo. 6or caso

-roner destaca que@

Hegel se volvi" a la religi"n del pueblo griego porque #sta exhibía la unidad de la vida

nacional % la creencia religiosa. (l sentimiento !ilohel#nico es en sí un rasgo

romántico. A los románticos les agradaba rememorar cierto estado de per!ecta !elicidad

% belleza equivalencia romántica del paraíso bíblico caracterizado por una naturaleza

aparentemente hist"rica. Así Hegel llam" a Grecia el 0paraíso del espíritu humano9M.

(n el mismo sentido se puede leer a Rirau que mani!iesta@ 01ucho se ha escrito sobre la

nostalgia que Hegel siente por Grecia. (sta nostalgia es típica del romanticismo alemán del

romanticismo ingl#s % encuentra sus raíces en el ,enacimiento9N. / es cierto que el autor

no se expla%a mucho más en ese anhelo !ilohel#nico de Hegel apenas hace re!erencia a una

cuesti"n terminol"gica sobre la libertad que Hegel entendía en estricto sentido plat"nico

seg)n mani!estaba. 6ero no más que eso. 6arecería no haber otro inter#s en el joven Hegel

por la antigua Grecia que esa idealizaci"n de la polis unida sin con!lictos internos

36 -roner ob. cit. p. KI.

37 Rirau ,am"n 0Hegel juvenil@ entre >iena % VranB!urt9 en Diánoia vol. EP ;X EP NJN p.EIE.

38 -roner ob. cit. p. KI.

39 Rirau ob. cit. p. EIE.


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cre%endo todos en una misma religi"n. 6ero venimos a decir que probablemente ha%a algo

más.

8ueremos hacer notar que en medio de ese sentir nostalgioso por la antigua Grecia se

puede constatar la existencia de re!erencias a las mani!estaciones de lo místico que no decasualidad encuentra su original expresi"n en ese período.

$e hecho una a!irmaci"n de Rirau viene a respaldar la existencia de un rastro

místico en el joven Hegel pero de nuevo como si dij#ramos dilu%#ndolo en una emanaci"n

de su romanticismo. $ice Rirau 0la obra hegeliana es en buena medida romántica por lo

menos en dos sentidos de la palabra romanticismoD@ emotividad % tendencia a una mística

que tiene sus orígenes en FWhme sentido dinámico de la vida % la historia9KI. (l mismo

autor reconoce una tendencia a una mística % la rastrea hasta la obra de ?acob FWhme quevivi" hasta la d#cada del veinte del siglo R>33. Cosa que pareciera razonable %a que este

hombre FWhme ejerci" gran in!luencia en varios autores alemanes entre otros pero a la

vez puede pensarse que llegar hasta ese punto en el rastro místico es quedarse corto más

teniendo en cuenta que de la obra po#tica del joven Hegel pocas muestras nos han llegado

% apenas un )nico poema completo que justamente se titula Eleusis % es el que

pretendemos analizar en el venidero tercer % conclu%ente momento de este trabajo.

;o quisi#ramos aburrir pero una menci"n más nos parece pertinente. 6uede leerseal pro!esor Heleno Sa+a que mani!iesta un argumento en el sentido del rastro místico en

Hegel % hace una re!erencia a la in!luencia de ?acob FWhme. $ice Sa+a@

;o menos decisiva !ue la in!luencia ejercida por el misticismo alemán sobre Hegel

particularmente por ?acobo Foehme Sobre #l dirá Hegel@ 0Su teoso!ía es uno de los

más notables intentos por comprender la naturaleza íntima del ser absoluto9. (n otra

parte enjuicia la obra de Foehme como 0una !iloso!ía pro!unda pero de una

pro!undidad turbia9.

Georges Gurvitch ha se+alado@ 06ara saber de d"nde viene Hegel ha% que

empezar por analizar sus obras teol"gicas de juventud 'as sorprendentes analogías

40 %&íd. p. N.


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entre la concepci"n del joven Hegel % las de los místicos alemanes de una #poca

anterior de (cBhart % sobre todo de ?acobo Foehme tienen una claridad tales que

saltan a la vista % no es posible negarlas seriamente9K.

6ero en de!initiva lo que pretendemos mostrar es que lo místico en Hegel puede

rastrearse con re!erencias hasta la antigua Grecia cosa notoria al leer su poema Eleusis.

2ercer momento/

Si bien algo dijimos acerca de lo poco que ha llegado hasta nosotros de los escritos

po#ticos de Hegel no está de más citar las palabras de un entendido en el tema. Ln

!ragmento de la introducci"n a los escritos de juventud de Hegel por ?os# ,ipalda@

*ampoco los poemas de Hegel nos han llegado en su ma%or parte más que en !orma

!ragmentaria. 'os de la #poca de VranB!urt re!lejan % expresan en !orma indirecta la

problemática !ilos"!ica de Hegel. 6ese a que no son !áciles de interpretar estos poemas

no podían ser relegados 3ncluso en el caso aparentemente extremo del poema a su

perro unas rimas para pasar el rato se encierra una re!lexi"n sobre el tema de la

libertad (n cambio el poema (leusis además de alcanzar a ratos altura !ormal

literaria tiene el contenido de un ensa%o !ilos"!ico. 6or lo demás los misterios

eleusinos eran en el sur de Alemania una consigna de revolucionarios esot#ricos

conspiradores % contemplativos. Su in!lujo es perceptible en H"lderlin &a quien va

dedicado el poemaKE.

41 Saña, Heleno, Lo! "ae!#ro! de He$el%, en Revista de la UNAM, &' 11, ()lio

de 1974, pp. 17*18.

42 ,ipalda ?. 1. 4(d.5 Hegel+ escritos de ju(entud 1#xico VC( NJM.


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hu%" del pro!anado sepulcro de los hombres

de la inocencia el genio que aquí les encantabaT

*us sabios sacerdotes callaron de tus sagrados ritos

no lleg" hasta nosotros tono alguno (n vano busca

el investigador más por curiosidad que por amor

a la sabiduría

6or dominarlas cavan en busca de palabras

que conserven la huella de tu excelso sentidoT

(n vanoT S"lo atrapan polvo polvo % ceniza

en las que no retorna nunca jamás tu vida.

Aunque lo inanimado % el moho les contenta

a los eternos muertosT... 'os mu% sobriosT... en balde

;o ha% se+al de tus !iestas ni huella de tu imagen.

(ra para tu hijo tan abundante en altas ense+anzas tu culto

tan sagrada la hondura del sentimiento inexpresable

que no cre%" dignos de ellos secos signos.

6ues casi no lo era el pensamiento aunque sí el alma

que sin tiempo ni espacio absorta en el penar de lo in!inito

se olvid" de sí misma % se despierta ahora de nuevo a la conciencia.

6ero quien de ello quiera hablar a otros

aun con lengua de ángel sentirá en las palabras su miseria.


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/ le horroriza tanto haberlas empleado en empeque+ecerlo

al pensar en lo sagrado que el habla le parece pecado

% en vivo se clausura a sí mismo la boca.

'o que así el consagrado se prohibi" a sí mismo una le% sabia

prohibi" a los más pobres espíritus hacer saber

cuanto vieran o%eran o sintieran en la noche sagrada

para que a los mejores su estr#pito abusivo

no molestara su recogimiento ni su hueco negocio de palabras

les llevara a enojarse con lo sagrado mismo % para que #ste

no !uera así arrojado entre inmundicias para que nunca

se con!iara a la memoria ni tampoco

!#rula del muchacho piadoso % tan vacío

quedara al !in que solamente en eco extra+as lenguas

siguieran conservando raíces de su vida.

6orque tus hijos $iosa no exhibieron

por calles % por plazas tu honor sino que avaros

en el santuario de su pecho lo guardaban.

6or eso no vivías t) en su boca.

*e honraban con su vida. A)n viven en sus hechos.

*ambi#n en esta noche te he escuchado divinidad sagrada

a ti que me revelas a menudo la vida de tus hijos

a ti que %o presiento que a menudo eres el alma de sus hechosT

(res el alto pensamiento la !e sincera


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que una $eidad aunque todo se hunda nunca se desmoronaKP.

;os parece que no podemos coincidir plenamente con un comentador de este poema

Anacleto Verrer que le dedica un artículo al mismo 0pese al exiguo valor literario de estos

versos9KQ porque a su entender 0son ricos9 en los planos documental % !ilos"!ico. ;os

parece que no es exiguo su valor literario pero despu#s de todo no somos qui#nes para

hablar sobre el tema aunque quizás tampoco lo !uera Verrer &pero qui#n sabe.

Aclarado esto podemos pasar a tratar de seguir los rastros de lo místico en el poema

Eleusis. 6ero habrá que advertir tambi#n que no estamos a!irmando que el poema en

cuesti"n es el !ruto el testimonio poetizado de una experiencia mística que pudo haber

tenido Hegel en agosto de JNQ. (n e!ecto no pareciera ser el caso. $e ninguna lectura del

poema podría in!erirse claramente esa conclusi"n. Sí decimos que ha% rastros de un

misticismo rastros místicos presentes en el poema. (sos rastros puestos a especular es

probable que remitan sí a una experiencia mística que sí es probable que Hegel ha%a

tenido sin que se pueda precisar con exactitud cuándo % c"mo !ue. (n otras palabras si es

el caso como pretendemos a!irmar que en el poema existen rastros místicos que remiten a

este tipo de !en"menos místicos de los que venimos hablando desde el primer momento no

podemos saber a ciencia cierta a qu# experiencia concreta remiten. Sin embargo más alláde eso de cuándo ha%a podido suceder tal cosa es claro que esos rastros apuntan a ella. 7

ellas


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momento. *odo se va dicen los astros lo deseado % lo querido entonces se puede

descansar dejarse estar un rato@

1i vista hacia la eterna b"veda celestial se alza

hacia vosotros astros radiantes de la nocheT

% el olvido de todo deseos % esperanzas

de vuestra eternidad !lu%e % desciende.

'uego de ese dejarse ir ante el mensaje de los astros eternos vienen los versostachados en el manuscrito. 8ue qui#n sabe por qu# !ueron tachados por qu# Hegel los

tach" luego de escribirlos. $e todas maneras es un patente rastro místico el que quiso

como si dij#ramos borrar no dar a conocer. 6ues sí en los versos siguientes puede leerse

un claro intento de testimonio de una experiencia mística.

4(l sentir se dilu%e en la contemplaci"n

lo que llamaba mío %a no existe

$e alguna manera puede ir sigui#ndose la evoluci"n del !en"meno místico. 'o que

en un primer momento era un sentir vago di!uso se di!umina en la mera contemplaci"n.

Fasta %a de recuerdos de ataduras. Se pierde entonces ese sentir de lo propio lo 'ue

llama&a mío ya no existe.

'e sigue entonces una entrega completa sin dobles intenciones de coraz"n se diría.

/ siendo así se estaría en el n)cleo del sentir de unidad con la totalidad de lo real.

Semejante experiencia puede sin dudar ser entendida como el %o que se hunde en lo

inconmensura&le. $e ahí la evidencia la certeza mística aludida por -roner bien podría


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haberse vivenciado así por Hegel@ so% en ello dice en lo inconmensurable todo so% dice

todo ello tambi#n so%.

Hundo mi %o en lo inconmensurable

so% en ello todo so% so% s"lo ello.

/ luego sucede lo com)n vuelve la conciencia ordinaria. >uelve con el mensaje

habitual de que eso es raro es extra+o todo lo que se estaba vivenciando


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/ con este !ragmento damos por concluido este escueto análisis. ;os parece que

e!ectivamente en este poema Eleusis se constata la existencia de rastros místicos en el

joven Hegel. ;o se nos escapa que puedan hacerse otras lecturas pero la nuestra nos parececonvincente. ;o nos aventuramos a lanzar grandes a!irmaciones tajantes sin retroceso.

;ada más venimos a mostrar que pueden leerse estos versos como rastros de un

sentir místico arraigado en el joven Hegel. ;o decimos nada acerca del devenir del

!il"so!o que en algunas cuestiones hubo de tomar caminos distintos a los que para el

momento de escribir el poema quizás había pensado. (so quedará para otra vez. 8uisimos

se+alar sí los rastros de lo místico en el poema Eleusis que van desde el mismísimo título

del poema que nos lleva a los 1isterios que originaron la historia del t#rmino 0místico9hasta las mismas declaraciones del poeta Hegel que esperamos haber podido se+alar más o

menos mínimamente.

3i$liorafía/

(liade 1ircea Historia de las creencias y las ideas religiosas *omo @ 0$e la edad

de piedra a los 1isterios de (leusis9 Farcelona 6aidos NNN.

:: Lo sagrado y lo profano Farcelona 6aidos NNM.

:: ,ito y realidad Farcelona 'abor NNE.

Verrer Anacleto Hegel en Eleusis disponible en

[email protected]!=

sequenceZ[isAllo\edZ%

GolombeB $iego Las neuronas de dios. Una neurociencia de la religión la

espiritualidad y la lu! al final del t"nel Fuenos Aires Siglo RR3 EIK.

http://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/35180/035943.pdf?sequence=1&isAllowed=yhttp://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/35180/035943.pdf?sequence=1&isAllowed=yhttp://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/35180/035943.pdf?sequence=1&isAllowed=yhttp://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/35180/035943.pdf?sequence=1&isAllowed=y


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Gordon Uasson ,. Ho!!man Albert ,ucB Carl El camino a Eleusis 1#xico

VC( NMI.

?ames Uilliam Las (ariedades de la experiencia religiosa citado en Cadavid

,amirez 'ina 1arcela 0(xperiencia mística. Hacia una de!inici"n naturalizada9en *ráxis filosófica n)mero N julio:diciembre EIK.

-roner ,ichard El desarrollo filosófico de Hegel Fuenos Aires 'eviatan NJ.

6aniBBar ,aimundo De la mística Farcelona Herder EIIJ.

6az Flanco 1aría ,osario Lenguaje y experiencia en la mística judía 1adrid

Lniversidad Complutense de 1adrid EIIM.

Sa+a Heleno 0'os maestros de Hegel9 en ,evista de la L;A1 ;X julio de

NJK. $isponible en

http@YY\\\.revistadelauniversidad.unam.mxYojs]rumYindex.phpYrumYarticleYvie\YI

IEYEJI

>elasco ?uan 1artín El fenómeno místico 1adrid *rotta EII.

Rirau ,am"n 0Hegel juvenil@ entre >iena % VranB!urt9 Diánoia vol. EP ;X EP

NJN.
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