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FACULTAD [)¡.; CIENCIAS N.-\TCIl \LES y ~ILSEO REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA LOS RASGOS ][ORII'OESHWCTUHALES U~ lA PROVI~CIA HE LA 1l10,IA r SUS IU;LACIO~ES CO~ EfJ OES.\lUWLLO DE LOS GIWSI~CLIN \llES ~JN}JL OESTE ARGE~n~O The Pampean and Traspampean ranges, Precordillera, Frontal COl'diller:1, Puna ¡¡nd Guandacol-Talampaya basin, are described in this papel' as geologic eIemrnts related with the geosynclinal evolution of La Rioja, an area 01' Northwestern Argentina. The last geologic element was considered a true exogeosyncline "nd is a newimportant structure in the regional frame of the country. Another new uspect for geology is the brief description of the last proterozoic sedimentary and submetamorphic rocks of North La Rioja, included in the Infracambrian time. The author noted some details on geomagmatism mainly related with Early Pa- leozoic to Tertiary tectonic cycles. El territorio riojano aharca un área extensa en el sector occidental de la Argentina yes, desdc el punto de vista geológico, una desus caractesticas salientesel poseer elcmentos tectogeomórficos Je ver. dadero enlace entre las estructuras del centro oest,e del país y de 1:Is llamadas del orteoNoroeste Argentino. No mcnos llamativas aparecen las relaciones tectónicas de las uni.· dades en lascomarcas del orientc de La Rioja con las quepasan a integrar el cuadro de las conocidasSierras Pa¡mpeanas. Podría decirse entonces queen el suelo riojano existe lwa singular convergencia dc ámbitos morfoestructurales, cuyos pormenores hrindan en conjunto un cuadro excepcional para el estudio comparado de su composición geológica y de la de sus sectores adya.eentes. Cierto es que dado -el carácter extensivo que presentan las aludidas

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FACULTAD [)¡.; CIENCIAS N.-\TCIl \LES y ~ILSEO

REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA

LOS RASGOS ][ORII'OESHWCTUHALES U~ lA PROVI~CIA HE LA 1l10,IAr SUS IU;LACIO~ES CO~ EfJ OES.\lUWLLO DE LOS GIWSI~CLIN \llES

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The Pampean and Traspampean ranges, Precordillera, Frontal COl'diller:1, Puna¡¡nd Guandacol-Talampaya basin, are described in this papel' as geologic eIemrntsrelated with the geosynclinal evolution of La Rioja, an area 01' NorthwesternArgentina. The last geologic element was considered a true exogeosyncline "ndis a new important structure in the regional frame of the country. Another newuspect for geology is the brief description of the last proterozoic sedimentaryand submetamorphic rocks of North La Rioja, included in the Infracambrian time.The author noted some details on geomagmatism mainly related with Early Pa-leozoic to Tertiary tectonic cycles.

El territorio riojano aharca un área extensa en el sector occidentalde la Argentina y es, desdc el punto de vista geológico, una de suscaracterísticas salientes el poseer elcmentos tectogeomórficos Je ver.dadero enlace entre las estructuras del centro oest,e del país y de 1:Isllamadas del orte o Noroeste Argentino.

No mcnos llamativas aparecen las relaciones tectónicas de las uni.·dades en las comarcas del orientc de La Rioja con las que pasan aintegrar el cuadro de las conocidas Sierras Pa¡mpeanas. Podría decirseentonces que en el suelo riojano existe lwa singular convergencia dcámbitos morfoestructurales, cuyos pormenores hrindan en conjuntoun cuadro excepcional para el estudio comparado de su composicióngeológica y de la de sus sectores adya.eentes.

Cierto es que dado -el carácter extensivo que presentan las aludidas

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unidades morfoestructurales sólo en parte las mIsmas están represen-tadas cn cl área de La Rioja. Sin embargo las porciones expuestas de-notan su naturaleza geológica inconfundible y hasta incluyen aspecl03propios o locales significativos. Debe destacarse que la estructura delbloque de Famatina es considerada virtualmente propia de La Rioja,aunque se prolongue su límitc septentrional a la si·crra de Narváezy alrededores, en C'Itamarea.

Los elementos morfoestructurales que participan cn la composH'londcl paisajc riojano son de Est·e a Oeste, los siguientes: Sierras Pam-peanas; Sierras Traspampeanas; Prccordillera; Cordillera Frontal yPuna. Los mencionados son los elementos positivos; entre los relati-vamente positivos debe señalarse la estructura o fosa de Guandacol-Ta-lampaya, que desde cl centro y Sur de La Rioja se extiende al Norted la provincia de San Juan.

La descripción de los elementos indieauos se cOllsiuera sumaría-mente en los términos que si;;uen, siendo de consignar que algunoshechos nuevos se ofrecen en lo que atañe a problemas estratigráficos,con vistas a ampliar cl conocimiento geológico regional dc La Riojay sectores contiguos.

Siguiendo el critcrio expuesto por Stelzner aplicase la denomina-ción indicada para designar, en el caso específico de La Rioja, loselementos geológieos del ámbito oriental de dicha provincia, situadosal nacicnte del meridiano 67° L. O. de Gr,eenw. Dos secciones mon-tañosas integran este ambiente geológico: al Norte, la sierra de Am-bato (parte meridional), la sierra Mazán y la de Velaseo, inolu-yendo la si,erra de Paganzo y de Vilgo hacia el límite provincialaustral; al Sur, la sierra de Los Llanos, Malanzán, Chepes y IDapes.La pequeña Sierra Brava en el Nordesde de La Rioja, no lejos dellímite een Catamarca, queda comprendida en ,esta región estructural.

Stelzner (1885), Braekebuseh (189]), Bodenbender (1911) y Groe-lJer (1940) y en parte Tapia (1941) proporcionaron los datos infor-mativos relacionados con el conocimiento fundamental del área men-cionada. A través de tales conocimientos y por los estudios que efec-tuaron otros geólogos, sobre todo en -el tiempo má5 reciente, entreellos Sgrosso (1949), Erdmann (1951), González Bonorino (1951)

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y el suscripto (1962) es posible a la fecha aludir C01l ciertos detalles

a la presencia de dos grupos litológicos distintos, qne son en SUlUalos que participan en la composición axial de las Sicl'1'as Pampeanas

locales. Un tercer componente litológico, de menor edad relativa,

está representado por el granito. El Neopaleozoico sedimcntario es

el siguiente término estratigráfico. El Terciario cier'a el ciclo estra·

tigráfico cn el área, cubierto por los depósitos aluvionales y evaporitas

recientes.

Las rocas más antiguas asignadas al Proterozoico afloran particn-larmente en la sierra de Los Llanos y en la de Ve laaco; son gneisses,

esquistos anfibólicos y micacitas en lo esencial, los cualca están pene·trados por ¡'ocas dioríticas (Bodenbender, 1911). Las rocas magmá·

ticas se observan en largas fajas bordeantes a los ejes graníticos dc lasierra de Vdasco. Calizas granudas han sido indicadas en el valie deVilgo (Bodenbender, op. cit.). El granito las penetra en los :.lsomos

expuestos en la sierra de Ambato (González Bonorino, 1951). La

potencia de 'esta sucesión puede ser calculada sólo con aproximacióncn unos 2000111 en sus secciones aflorantes; su base no está cxpuesta

a la observación y a lo que parece únicamente podría encontr::ll'~een los macizos de estructuras antiguas expuestas hacia el Este, cn terri.torio cordobense.

Por encima se observan potentes serIes de estratos metamorfizadús

o submetamórfieos de edad neoprecámbriea. Bodenbender ~19 11)generalizó la asignación del ciclo precámbrico-cámbrico de los con·

juntos que participan de la constitución del área sur de La Rioja.Además reconoció una menor edad para rocas de carácter semejante

expuestas en la sierra norte de Córdoba. Al llamar Tapia (1941) laatención sobre la asociación de rocas del basamento eon otros que,dcntro dcl mismo, se revelan en las Sierras Pampeanas de Catamarca,

como depósitos de menor edad (Paleozoico, sic) la tendencia resultó

de consideración constante desde entonces en el estudio de problemas

de esa y de otras provincias del NoroeGte ArgentinG. Ya en 1916,Rassmuss y Bonarelli y Pastore se refirieron a los asomos de estratos

psammíticos que asignados al Cámbrieo o Precámbrico alto, habríansido localizados en el Norte de Tucumán. Este aserto no ha sido acep-

tado por González Bonorino (1950 (. En el corte de la quebrada de

La Cébila una sucesión de cuareitas y areniscas cuarcíticas, bancos

Iilíticos y micacítieo' se suceden desdc la Aguadita (río Mistol-río

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Agua) por Talas al ponientc dc Chumbicha hasta Chinchiyacu, al-canzando, desde el Este, a rehasar la sierra de Ambato. Los depó-sitos fuertemente dislocados no se l'evelan dc modo alguno comoformaciones del tipo basamento pampeano y tras un espacio dc frac-turación ocupado por sedimcntitas neopaleozoicas están sucedidos porun conjunto scmejante compncsto, según González Bonorino (op.cit.), por micacitas y cuarcitas que han sido penctradas por filonepcgmatíticos diversos. Sgrossa (1949) mencionó en la misma secuen-cia bancos de caliza en concordancia sobrepuestas a las cuarcitas. Eneste último cl conjunto que González Bonorino (op. cit.) ha descriptocomo Fornu~ción La Cébila al que Teconoeiera como de menOT edadque las migmatitas que forman la cstructura de las Sicrras Pampcanas.Altamente probable es que las metasedimentitas que componen elindicado tramo oriental de la sierra de Ambato perteneZca a la se-cuencia suprapToteTozoica. Ante ello cabría instituir :como nucvaentidad estratigráfica al Grupo Antbato (Ambatiano) compuesto deabajo hacia arriba (Este a Oeste) en la serranía de Teferencia porlos depósitos cuarcíticos filíticos y micacíticos o Fcrmación Talas(también nueva entidad formacional), la Fornwción La Cébila y laFormación Colana basada en descripción original dada 'por Lapidus(1946) dc la comarca del mismo nombre situada en Catamarca cn elflanco occidental de la sierra dc Ambato, cerca dc Pomán. En estesector la última de las formaciones nombradas está ,caracteTizada pordepósitos semimetamórficos que encierran un miembro con¡rlomel'á-dico ((Conglomerado Colana) de más de 200-600 m de cspesor, el cualpodría en parte hasta Tepresentar una facics de la Formación La C¡;bila.Fracturas longitudinales sirven de límites a estas formaciones. Elespesor total del grupo podría sobrepasar el valor de los 4000 m, aun-que no se conocen sus términos de base y tccho y menos las Telacionescon su verdadero substratum proterozoico de las Sierras Pampeanas.

El Ambatiano, que igualmente asoma en el Tío de Los Sauces (LaRioja), es homologablecomo unidad neoprecámbricacn cierto modoal Rifeico de Urales y por sus facies revela un Tégimen evidente detipo miogeosinclinal. El grupo también estaría Tepresentado pormasas psefílicas arcósicas y depósitos submetamórficos en Zapallar yotros pal'ajes de la sierra norte de Córdoba (Lucero, 1958). Sus Tela-eiones con los depósitos calcáreos y micacíticos ("Caucetiano"), entreotros, del área que más al Sur y al Este de San Juan se extiende a

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las sierras de La Huerta y Pie de Palo, son objeto de investigacionesgeológicas en el tiempo actual. Como estructura de fase geosinclinalquedal'ía el Ambatiano situado en el ciclo del Assyntico de Stille(1955) cuyo significado por su distribución en el país y, en general,en Sudamérica, ha sido oportunamcnte expresado por el mismo inves,tigador (Stille, 1958). Sin embargo, si bien podría admitirse su surrec-ción eocámbrica, la fase diastrófica mayor (orogellética y plutónica)es de situar en el Paleozoico inferior o medio, si cabe extender a estesector las relaciones de granitizaeión post.ordovícica comprobada cnla sierra de Famatina.

El granito predomina entre los componentes litológicos de las Sie-rras Pampeanas de La Rioja. La mayor distribución local es alcan-zada por esta roca, según Bodenbender (1911), en la sierra de Velasco,área en la cual la magnitud de la llamada facies granitoporfírico dela base metamórfica, tal como lo expresan Quartino y Villar Fabre(1962), adquiere las proporciones de un campo batolítico, aunqueadmiten quc la migmatización es la determinante del fenómeno res-pectivo. En divel'sos scctores al granito se asocian pegmatitas, v. gr.:sierra de Ambato. E.n conjunto como roca (batolítica) 'se caracte·riza por su color rojo o rojizo y a trechos en el ambiente pampeanopresenta la estructura porfiroide señalada por González Bonorino(1950). Conforme con este autor la sierra de Velasco está formadapor el granito de un cuel'po apotectónico (discordante) irregular deconsiderable extensión entre el extremo snr de la Puna y el centrode La Rioja. Al referirse a laccmarca de Mazán, Keidel y Schiller(1913) admitieron la presencia de dos granitos, el más joven de loscuales sería altamente ácido (sic). Heim (1946) en cambio, ha aludidoal tipo de procesos de granitización en la sierra de Vela~co (l'ío deLos Sauces) de la que procederían !'U granito compacto y el granito"gneisífero", anotando los efectos de la inyección grallítica y de lamigmatización, evidentes y conexos. Zonas de migmatización l'econo-ció González Bonorino (1950) a ambos lados del vasto batolito deCatamarea-La Rioja en medio de las cuales los gneisses generadosproceden de esquistos inyectados y llevan, incluso, artel'Ítas y otras 1'0-

cas similarcs. Teniendo a los depósitos sedimentarios como infra-cámbricos, la edad de la granitización cabría en un ciclo del tiempocaledónico o prebretónico dentro del cual la succsión en fases de másde un granito es admisible conforme a los estadios de pl'e, sin y pos-iectonismo, vigentes en los procesos geosinclinales. Turner (1962) ad·

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hiere, en princIpIO, a la idea relacionada a la existencia de más de ungranito en los serranías del Norte de La Rioja, uno de los cuajes seinferiría como de fecha paJeozóica antigua (Granito Ñuñorco).

El Neopaleozoico se reduce a las fajas angostas que circundan lasmasas de montaña. El flanco nordeste de la sierra de Los Llanos, loscontornos de la sierra de Vilgo y en fosas tectónicas como la del valledel Tío Los Sauces, por ej., el Carhónico-Pérmico con potencias va·riahles (200-800m) se advierten compuestos por sedimentitas ten·í·genas (psefitas, psamitas y pelitas) en parte plantíferas que depósitosterciarios cuhren en discordancia desde La Rioja a Chepes, prefercn.temente. Amos y Zardini (1962) han aludido al carácter autónomoque en el caso de la cuenca del río Los Sauces, al poniente de la ciudadde La Rioja, denota el desarro]]o de la sedimentación del tiempo neo·paleozoico. El perfil de Malanzán (sierra de Los Llanos) descriploprolijamente por Bracaccini (1946) advieTte a un Neopaleozoicopotente (1000 m de espcsor) altamente psefítico, apoyarlo en mam-fiesta discoTdancia sohre su hase de filitas (Amhatiano).

Este ambiente geomOirfiClocomprende fundamentalmente en LaRioja a la sierra de Famatina, donde el relieve abrupto qt:.e lo integraalcanzó su máxima altitud en el ccrro La Mejicana de 6250 m dc altura.Borreno (1956) dio a e~ta unidad el nombrc de Bloque Famatina-Narváez; Harrington (1956) la designó como Sierras Trampampcanasy Leanza (1958), al hrindar una sílitesis de sus caract';fc" hubo dedenominada como Sistema de Famatina. Hacia el Norte la estructurapasa hacia la sierra de Narváez, Catamarca; en su prolongación me·ridional alcanza a la sierra de Sañogasta. Su bordc oriental coincidecon el eje granítico de Paimán (Sicrras Pampeanas). siendo aproxi-madamente el meridiano de Jagué su límite occidental, que lo conectaa la Cordillera Frontal y al hloque de la Pnna.

Los principales estudios de la geología regional se dehen a Stelzner(1885), Brackshmch (1891), Bodenbender (1896, 191tí, 1922, 1924),Groeber (1940), Tognon (1945), Cuerda y Gareca 19t!6·1930 y Tur·ner (1960). Este último ha producido una síntesis actualizada de lageología de las Sierras Traspampcanas en relación con "ns caractcrcsde unidad estructural y expuesto nuevos datos geológicos para el áreaVelasco-Famatina (1962).

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Entran en la composlcJOn del tramo medio de la sierra de Famatinalas rocas prepaleozoicas (infracámbricas?) tenidas generalmente enla asociación del basamento cristalino; filitas, micacitas, cuarcitas alas cuales Turner (1960) agregó los esquistos cuarzo·micáceos másgranito y granodiorita (Formación Espinal.F. Negro Peinado·F. Glla.cachico). Otras l'ocas antiguas son: actinitas, cornuhianitas y migma-ticas, presentes, en parte, en la prolongación catamarqueña del am-biente, o sea en la sierra de Narváez. El Paleozoico inferior sc earae-

Fig, 1. - Cuesta <le ~[irauda. Gmnito atravesado por filones de rOC;\ b{tsic;t (lampr6firo)eu 1:.1 proximidad al Este de Bordo Atmvesado

teriza por las facies marinas del Ordovícico, en cuyo análisis estrati-gráfico advertimos según el mismo autor: Formación Volcancito (Tre-madociano inferior) lutítica, con la fauna de Parabolinn argentina,Grupo Famatina (Llanvirniano) con lutitas y areni5cns donde se loca-lizaroon en distintas formaciones correspondientes a las zonas de Hoe-kaspis megacanth(~ y Proetiella wllecheU'i. El espesor del ÜI'dovícicoes de unos 850 m. La sucesión revela facies geosinclinales compara-bles a las del autogeosinclinal (Kay, 1951). De Alba (1956) ha de·mostrado que el granito que domina en la constitución de la sierrade Famatina tiene edad post.tremadociana y precarbónica. Ello valesobremanera para establecer la edad de la granitizaeión en éste y::;tros ambientes similares de La Rioja. Turne;: ha juzgado que elgranito tiene una edad geológica mayor le reconoce posición en el

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basamento por cuanto en Catamarca forma, en situación primitiva,

la base de los depósitos ordovícicos.El Paleozoieo superior (en parte hasta medioi comprende una se-

cuencia de casi 2.500 m de espesor de terrenos continentales dividitia

en: .Formación Morado (vulcanitas e intrusivas; según Harrillf!;ton

(1958) riodacitas mississipianas); Formación Agua Colorada y For-

mación La Cuesta (conglomerados, arcosas y lutitas con restob plantí-feros de la llamada Flora de Rhacopleris). Reiteradas discordancias

limitan los conjuntos mencionados, a los que suceden a través deldesarrollo estratigráfico, las capas de conglomerados, areniscas y tohas

triásicas de la Formación El Crestón y otras dc 3000 m de espesor, yterciarias asimilables al Ca1chaquense-Jujeño, de igual composición

y facies terrestres. El Cenozoieo alcanza un desarrollo de espesor de

más de 8000 m en este ambiente. Acarreos y sedimtntos de origenglacial cubren en algunos lugares a los depósitos enunciados.

La porClOn septentrional de la Precordillera del Oeste argentinoalcanza el área del sudoeste de La Rioja y se cxtien!le al poniente de

GuandacoL En dirección al límite nortc dc San Juan y frontera con

Chile su distribución es trocada por los depósitos quc constituyen ]acstructura de la Cordillera Frontal. Su límitc norte dista dc la masa

puneña debido a la expansión de los elementos de transición que me-

dian en el área de su borde septentrional (Sicrra de Villa Unión),

Umango) .

De Bodenbender (1902) a Furque (1956) sólo contamos con suma-

rias referencias geoló!gicas para el sector boreal de la Precordiller:l,

en suelo r.iojano. Del segundo de los autores mencionados se disponede los datos procedentes de sus observaciones efectuadas al sur del

paralelo 29°30' lato sur, que abarcan la sección al poniente dc Guan-dacol, acaso las más representativas de cuantas pueden ser escogidas

para caracterizar su desarrollo regionaL

Acorde con sus resultados entran en la composición del extremoprecordilIerano de La Rioja, sobre el eje del río Guandacol: sedimcn-

titas ordovícicas en facies lutíticas y calcáreas (formación GuaIca-

mayo y Formación San Juan) y tales conglomerados y otros depósitossedimentarios (Formación Trapiche). La potencia del conjunto ordo-vícico es de unos 3.500 m. La presencia de graptolites pertcnecientes

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Fig. 2. - Río Guandacol. Facies ue lntitas con graptolites arenigianos. Las capasestán fuertemente (lisloc,tdas

Fig. 3. - Río Gu:tndacol. Capas del Curbonífero Contincntal (primer plano, dere"ha)en el sector dcl Puesto Piedra Blanca. por fractnras intercaladas entre dep6sitoscalcrtreos de Oruovícico medio. Al fondo ~l Cerro La Liga sobre ellfmite con S'tll Juan.

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a la Zona del Didymograptus nitidus en la primera formación citada;

de invertebrados marinos repreFentados por la fauna dp, Proetiellatellecheai en la segunda y de graptolites de la zona de Dicrcmograptllsnicholsoni en la restante, revelan condiciones tectónicas de sedimen-

tación vinculadas a un régimen de t)'ansfacies. Calizas, lutitas y are-niscas del Carbonífero (contenicndo los niveles dc origen marino con

la fauna de Septo!syrir"gothyris Keideli) yacen cerca del límite con

San Juan sobre capas neopaleozoicas formadas de scdimclltitas dc viva

tonalidad. Concordantemente el Pérmico, seguido cn Jiscordancia porsedimentos terrígenos terciarios, completan el cuadro de la gl"ología

local en el que resaltan las rOcas derivadas de un magmatismo ácido,v. gr. granitos (Devónico) y pórfiros y andesitas, mcsozüico y tercia-

Tios, respectivamente.

En la distinción de las unidades sedimentaria:: que permiten iden-tificar el ámbito precoTdilleTano sirven inexcusablemente los depó::itos

del Paleozoico inferior. Las transfacies indicadas p:men de mani.ifesto la proximidad del ambiente en geosinclinal que coincide con

la extensión de la zona conocida como Cordillera Frontal, hacia elponiente. Debe destacarse la discordancia que cercena a 105 estratos

ordovícicos en su cúspide, y lo que cabe situar cronológicamcllte cn unciclo precarbónico con el cual se ]'elaciona el discontinuo empl, ••"a.miento postorogénico del granito, hasta grandioritas, del sector de laPrecordillera extenso a lo largo del tramo transversal de La Rioja-

San Juan, inmediatamente al mr del río Guandacol. En cuanto a la~

referidas intrusiones cabe decir que en medio de la Precordi]Jera nose conocen con seguridad, granitos o granodioritas sinorogénicas que

parecen conservar su exclusividad dentro del espacio de la CordilleraFrontal, cuanto menos en San Juan y Mendoza.

No se dispone de observaciones geológicas sobre los elementos deconexión geotectónica entre la faja del miogeosinclinal aludido y laque corresponde a la zona eugeosinclinal ubicada en el campo de la

Cordillera Frontal de La Rioja y San Juan, a la altura de la latitudde Guandacol y tramos vecinos de los Andes local e::.

Al Sur del paralelo 28° lat. S y sobre el meridiano 69° long. O de

Greenw., afloran, en La Rioja, los depósitos de la Cordillera Frontal,los cuales, hacia el Oeste, penetran en territorio de Chile. Su limite

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norte es el borde austral de la Puna; en dirección meridional tras-cicnden a la provincia de San Juan.

Bra.ckebusch (1891), Penck (1920), Hausen (1921), Groeber (1940),Cuerda (1948), Borrello (1955) y Leanza (1958) entre otros geó-logos, proporcionaron datos sobre la constitución y estructura deeste ambiente de relieve empinado y desértico cuyas cLlmhres ma-yores sobrepasan la cota de los 5.800 m s. n .m. en algunos puntosituados en la línea fronteriza con Chile, al sur del paralelo 28° lato S.

En realidad se trata del ámbito menos conocido en relación, decuantos componen el paisaje geolllórfico de La Rioja. Los principaleselementos geológicos son: sedimentitas, escasas, del Paleozoico infe-rior (?) a medio, de mayor desarrollo en la Cordillera Frontal deSan Juan (CordiJIera de San Juan) en facies eugeosinclinal penetra-dos por granitos (sinorogénicos a po"torogénicos) entre el río Blancoy Pucha-Pucha, de singular propagación en la zona cordillerana deSan Juan. A estos cuerpos plutónicos postbretónicos en lo cEenciaJ,siguen los efusivos ácidos del ciclo secuente permotriásico. Los depó-sitos carboníferos se reducen a monótonas series continentales conintercalaciones de depósitos morrénicos y de otros marinos, que en-cierran formas de la fauna de Septosyringothyris keidcli y que en loprincipal denotan disposición transgreEiva sobre su substratulll deelaboraeió:n precarbónica. El término del Paleozoico está represen-tado por sedimentitas rojizas, sin fósiles. Cuerda (1948), ha descriptoporfiritas y meláfiros entre las Tocas vuleaníticas secuentes, y andesitasen vulcanismo asociado a los procesos diastróficos del tiempo ceno-zoico.

Dado que en dirección septentrional esta estructura se hunde debajode los depósitos de la Puna, en la zona contigua a la misma no faltanlas ¡'ocas efusivas neoterciarias y pleistocénicas. Por igual, sedimen-tos derivados de la acción glacial del Cuaternario se extienden en elárea del río delInca y cordón de la Brea.

La esquina noroeste de La Rioja desde el límite con Catamareay la frontera con Chile a la cuenca de la Laguna Brava y nacientesdel río del Peñón coincide con la extensión del extremo austral dela Puna. El relieve de esta comarca se eleva en conjunto a más de4.500 m s.n.m. El cerro Monte Piscis (Pissis) de 6.770 y el cerro

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Bonete de 6.730 m s.n.m. configuran a los máximos topográficos loca-

les de esta unidad geomórfica fundamental Los datos de Brackebusch

(1891), Penck (1920) y Groeber (1940) sirven para integrar en el

caso una somera descripción de carácter geológico actualizado. Enla misma caben según un orden cronológico esencial, en primer tér.

mino las rOcas del basamento s'. l. en el que afloran esquistos, migma-

titas y otras rocas densamente -penetradas por granito. No es impo~ible

que las rocas aludidas en conjunto pertenezcan aún a la sucesión del

tiempo neoproterozo.ico y que el granito y rocas del ámbito batolítico

puedan tencr, a su vcz, ubicación en el cuadro de episodios paleozoicos.

Al 'sudeste del cerro Bonete el Carbonífero linda con el macizo de laPuna y está compuesto por sedimentitas psefíticas, psammíticas y rocas

volcánicas diversas. Estas últimas rocas aparecen con una distribuciónmayor, respecto de las sedimentitas enunciadas y se caracterizan porpresentar a tipos ígneos básicos, mesosilícicos y ácidos. La edad del

prnceso geomagmático ha de situarse dentro del tiempo cenozoico;se trata de las típicas efusivas neógcnas, hasta pleistocénicas en parte,

que coronan el tablcaux elevado de la Puna. Depósitos glaciales y alu-viales se observan con menor difusión en el paisaje puneño, singuJ.:¡r-

mente desértico, sobre cuya superficie no faltan, en cuencas reducidas,los depósitos salinos del tipo evaporitas.

Entre la Precordillera y las Sierras Pampeanas el ambiente tectónicoque en el Sudoeste de La Ricja se extiende desde la sierra de Villa

Unión, cn dicha provincia, a la sierra de Valle Fértil, en la provincia

de San Juan, revela condiciones geológicas tan propias como indepen.

dientes respecto de los amhientes geológicos circundantes. Cabc, pues,arbitrarle debida consideración con vistas a incluirlo en el cuadro

estructural pertinente de La Rioja y comarcas contiguas del ocste anoroeste argentino.

La honda cisura abierta en el borde precordillerano después de losmovimientos ocurridos al término del período devóllli1co dentro de la

fase bretónica, trajo como consecuencia la habilitación subsidente de

una cuenca en la porción nornordeste de la actual Precordillera rio·jana. La fosa de forma aproximadamente elíptica mantuvo su eje demáxima exhondación sobre la dirección noroeste-sudeste, o sea el rumbo

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Fig. 4. - Cerro Bola, tlauco norte, compuesto de capa::- c.le Pa,lC'ozoico Stlpel'ior,flexiollac!a". Ell ]Jl'imer plallo (izquierda J dCl'eelm) depósitos del Triú"ieo sllperiorcon tineo tal.

Fjg. 5. - Capils basales de la, sucesión tri(tsica, y granito en el sector ue La Torre(Patq 1I1a-Pagalleillo)

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que en parte se advierte en la alineación de su borde oocidental desdeel frente del cerro Bola (Guandacol) hacia el Sur. Toda la secuencia

sedimentaria que rellena esta depresión tectónica comprende a con-juntos de fase terrestre y abarca formaciones bien definidas desde el pun.

to de vista estratigráfico situadas cronológicamente entre el Carbónico

inferior a mcdio y el Triásico superior. Las formaciones Tupe, Patquía

(Paganzo I·II de Bodenbender) totalizan 3.500 m de espesor en la

cuenca aludida y siguen, hacia arriba, el Triásico bajo (Paganzo III,o Famatinense, Bodenbender, 1911 y Groeber, 1952) y las capas de las

formaciones Ischichuca, Los Rastros, Ischigualasto y Gualo (Los Co-lorados) de una potencia total de 3.310 m. Fanglomerados, areniscas,

lutitas, lechos de carbón y sustancias carbonosas son componenteslitológi1cos comunes a navés de esta sucesión. En medio de la;;; capas

mesozOlicas mencionadas aparecen elementos de la flora de DicroidiUln;además las capas triásicas se distinguen por alojar los singulares restosde cinodontes, rincosaurios y dinosaurios saurisquios.

Hacia el nacicnte se observa una marcada reducción del desarrollo

de las secuencias neoplacozoicas y comeoozoicas. Más pronunciado aún

es el hiseJamiento de las mismas en dirección a la porción central dela Precordillera, donde incluso faltan los estratos de unidades forma-cionale enteras, entre ellas las neopaleozoicas más jóvenes y las trjá-

sic as. La base de las capas triásicas en el sector de Paso del Molle(La Torre) a la altura del Km 78 de la nueva ruta Patquía-Villa Unión

(y Pagancillo) está l'epresentada por masas de granito gris rosado que

asemejan el fresco emplazamiento de los granitos de flexura. Zardiniy Quartino (1963) admiten, tras largo estudio, que la relación entre

granito y sedimentitas es decididamente erosiva. Sedimentos cenozoi.

cos (Santamariense-Araucanense) completan la secuencia estratigní.

fica en la cuenca de Guandacol y Talampaya, sobrepasando los 1.500metros de espcsor.

Conforme con los caracteres geotectóllicos expuestos el área ocupadapor la fosa de referencia coincide con el desenvolvimiento de una

estructura de tipo exogeosindinal (cisorogénico, o sobre el flanco ano

terior de la Precordillera). El estilo tectónico, obviamente paratec-

tónico, se encuadra en las formas del orden germánico; las plegadurJsdel borde exterior de la fosa (cerro Bola, cerro Rajado, por ej.) son

por igual de índole secundaria y deben conservarse dentro del ordenaludido, ya que configuran a elementos originados en la reacción

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compresiva local a lo largo de la gran fractura que corre desde losPozuelos hacia el Norte, coincidentc con la base de la Precordillera

en suelo de La Rioja.En el extremo septentrional de la fosa continental, que fuera des-

cripta, los remanentes de rocas prepaleozoicas expuestos en la sierra

de Villa Unión, Maz y Umango acaso reproduzcan los caracteres de

un elemento local de transición entre la Puna y las Sierras Pampea-

Fig. 6. - Estratos tcrríg;enos de la porelOll media del conjunto triásico expuesto en.1<;1Chiflóu (L •• Torre) al sllr dof camiuo P'lt'lui",-Pagancillo, en posicióu casi SII],-

llOl'izOJJ tal.

na3. Hauscn (1921) Heim (1946) y De Alba (1954), entre otros obscr-vadores, han brindado información sobre la composición litológica

de los mismos y por lo tanto se sabe que filitas micacíticas y cual'·zasas, anfibolitas, calizas cristalinas y rocas aplíticas y pc;.rmatíticaspredominan entre las mctamórficas localcs. Bodcnbender (1911) señaló

una edad precámbrica para cstas rocas; Hausen (op. cit.) en camhioprefirió asignarlas al tiempo eopaleozoico. En el cuadro de las nuevas

ideas estratigráficas, que seguimos para otras comarcas del paí~, lasrccas de referencia cabrían en el lapso del Infracámb,:ico. Como quicra

que esto sea el conjunto tiende a situarse a manera dc una dorsal in·termedia entre el ambiente de Famatina y el de la Precordillera deloeste de La Rioja. Su traza oblicua en el rumbo es virtualmente

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subparalela al eje de máxima exhondación de la fosa de Guandacolaludida.

Una relaoión sumaria de los procesos vinculados a la evolu~ión geo-tectónica del área comprendida por el espacio riojano y sus adya-cencias que incluya los sucesivos aspectos fundamentales del diastro-fismo puede proporcionarse conforme con los siguientes lineamicntosgeológicos:

1) Consolidación de la estructura del basamento protcrozoico (pre-infracámbrico) conservado en el profundo substratum del oriente deLa Rioja. Regoneración tectónica del mismo y, subsecuentemcnte,rehabilitación del proceso de subsidencia geosinclinal.

2) Evolución geotectónica del área marginal pampeana y desarrollode una estructura neoproterozoica de culminación assyntica en elsentido de Stille (1958). El tipo respectivo estaría representado porel grupo Amhatiano con formaciones compuestas por depósitos ori-ginalmente propios de facies miogeosinelinales. Es posible que haciael poniente se cuente con las sedimentitas de ambiente eugeosinclinal,aún no diferenciadas como tales. Los movimientos tectónicos pudie-ron alcanzar el tiempo cámbrico.

3) Emplazamiento geosinclinal en el ambiente geotectónico de laactual sierra de Famatina durante el lapso eopaleozoico. Sobre iahase ambatiana el nucvo elemento estructural resulta de tipo autogeo-sinclinal acorde con la clasificación de Kay (1951). Término de la se-dimentación ordovícica (hasta silúrica ?) y acción de Un moderadodiastrofismo caledónico. En la Precordillera el ciclo sediment1!.riose prolongaría hasta el término mismo del Ordovícico. Como esteambiente s revela con mayor naturaleza ortogeosinclinal el sectorexpuesto hacia la región limítrofc con la provincia de San Juan abar-caría sucesivamente las zonas de sedimentación de miogeosinclinal atmnsfacies. La zona eugeosinclinal debiera circunscribirse hacia elOeste, tocando el área entonces de la Cordillera Frontal. Sobre todoen la parte norte de la Precordillera sanjuanina, no lejos del límitecon La Rioja persiste la sedimentación hasta el Silúrico medio, bajorégimen ortogeosinclinal, en realidad afectado por el diastrofislllocomplexivo tacónico-caledónico.

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4) Granitización postcaledónica-prebretóllJica (o presudética). Enel desenvolvimiento de los fenómenos respectivos sería admisihle lapresencia de más de un granito quc en distintas áreas, ejercc su efectosohre los depósitos del Amhatiano y Eopaleozoico. Migmatización;formaoión de cuerpos pegmatíticos.

5) Apertura de las fosas cisorogénicas postbretónicas; relleno delexogeosinclinal de Guandacol. Prcscncia de vulcanismo básico irre-gularmente difundido en su medio. En el centro y estc de La Rioja elNeopaleozoico se distrihuye aisladamente como cubierta y rellena de-presiones autónomas de evolución facÍalmente distinta. En d sectoroccidental (Precordillcra-Cordillcl'a Frontal) el Neopalcozoico insu-mió procesos de scdimentación epieugcosinc1inal (Kay, op. cit.), ha-biendo en ello la incidencia de una forma de regeneración tcctónicaespecíf~ca (Borrello, 1963). Entre las facies se anotan las marinas ylas glaciales. Los pórfiros y porfiritas del lado occidcntal riojanosugieren la presencia de un vulcanismo secuente (subsecue,nte). Elgranito local es considerado hasta postorogénico (intercedente ?).

6) Desenvolvimiento de los cpisodios neoídicos, en el caso restrin-gidos al lapso cretácico-cenozoico; movimientos andinos. Fascs de se-dimentación terrígena. Vulcanismo secuente ulterior, de caráctcr an-dcsítico y l'iolítico, sobre todo desarrollado en la región de la Puna.Desenvolvimiento de las fosas calchaquenses semejantes a los tafro-geosiclinales (Kay, op. cit.). Discontinuidad de la sedimentación neó-gena y repetidas discordancias, hiatus y diastemas en el cuadro desu secuencia estratigráfica. Advenimicnto del paisaje contemporáneocon la sobreelevación de los grandes bloques de montañas. Quedadeterminada la red del desagüe hídrieo vigente.

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