Líneas de Acción Pastoral Socio-Caritativa · de México, el Compendio de la Doctrina Social de...

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Arquidiócesis Primada de México Vicaría Episcopal de Pastoral Secretariado de Pastoral Social Líneas de Acción para la Evangelización de las Culturas en la Ciudad de México a través del Testimonio de la Pastoral Socio - Caritativa Un aporte para la planeación Pastoral arquidiocesana 2005-2007

Transcript of Líneas de Acción Pastoral Socio-Caritativa · de México, el Compendio de la Doctrina Social de...

Arquidiócesis Primada de México Vicaría Episcopal de Pastoral Secretariado de Pastoral Social

Líneas de Acción

para la Evangelización de las Culturas

en la Ciudad de México

a través del Testimonio

de la Pastoral Socio - Caritativa

Un aporte para la planeación Pastoral arquidiocesana

2005-2007

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PRESENTACIÓN 1. En fidelidad al mandato de Cristo que, como sus discípulos, nos envía por todo

el mundo a predicar la Buena Noticia, nuestra Iglesia Arquidiocesana viene realizando la Misión Permanente, especialmente en sus etapas de primer Anuncio, formación de pequeñas comunidades y acompañamiento Catequético. En este contexto buscamos, también, una pastoral que sea "expresión del ministerio de evangelización social, dirigido a iluminar, estimular y asistir la promoción integral del hombre mediante la praxis de la liberación cristiana, en su perspectiva terrena y trascendente... la expresión viva y concreta de una Iglesia plenamente consciente de su misión de evangelizar las realidades sociales, económicas, culturales y políticas del mundo"1. Hoy, efectivamente, urge que nos hagamos más conscientes del invaluable valor del testimonio de las obras organizadas a favor de los más desprotegidos de nuestra gran Ciudad, especialmente ante el panorama cotidiano de familias empobrecidas, la carencia de empleos dignos y bien remunerados, el avance amenazador del uso de drogas entre nuestros jóvenes, el incremento de hermanos y hermanas nuestras, que, ante la ausencia de oportunidades, deciden emigrar del país, el abandono de ancianos y enfermos etc.

2. Hoy más que nunca, el anuncio del Evangelio tiene que revestir formas

nuevas, si es que queremos entrar a los ambientes más alejados, en donde se vive la cultura de la muerte y se experimenta con dolor desgarrador la aparente ausencia de Dios. En un mundo altamente tecnificado y lleno de mensajes que nos invaden por todos lados, corremos el riesgo de quedarnos hablando palabras —ciertamente de gran trascendencia cuando se trata de la Palabra de Dios—, pero compitiendo humanamente en desventaja frente al enorme poderío de los medios de comunicación, que a menudo prefieren atender otros intereses.

3. Nuestra Iglesia local, a través de cada comunidad eclesial —sea ésta

parroquial, escolar, hospitalaria, religiosa, etc.—, debe "Actuar de tal manera que los pobres... se sientan como "en su casa"... Sin esta forma de evangelización, llevada a cabo mediante la caridad y el testimonio de la pobreza cristiana, el anuncio del Evangelio, aún siendo la primera caridad, corre el riesgo de ser incomprendido... La caridad de las obras corrobora la

1 Pontificio Consejo "Justicia y Paz", Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, (CDSI) N. 524).

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caridad de las palabras”, tal como lo expresaba el siempre recordado Papa Juan Pablo II en su Carta Novo Millennio Ineunte 2.

4. La aparición del “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia” es un paso

providencial en la tarea de presentarle a todos los cristianos de hoy —laicos, religiosas, religiosos, sacerdotes, diáconos y obispos— el antiguo y a la vez nuevo esfuerzo de la Iglesia por salir al paso del hermano más frágil y de los conglomerados humanos más carentes, en las múltiples realidades sociales del mundo actual. La reflexión social orgánicamente estructurada a la luz de los Principios Evangélicos y del Magisterio de todos los tiempos, aporta el marco referencial para todo aquel bautizado que, deseando actuar de manera comprometida en los variados aspectos del campo social, quiere hacerlo sin negar su fe y más aún, porque en los pobres ha encontrado a Cristo, el Señor. Es aquí donde ubicamos el ámbito de la Pastoral Socio-Caritativa como la práctica de un amor activo y concreto con cada ser humano, por amor a Aquél que es El Amor y en apertura a las ingentes necesidades de la humanidad.

5. Por todo lo anterior, considero que también son muy oportunas las "Líneas de

Acción para la Evangelización de las Culturas en la Ciudad de México a través del Testimonio de la Pastoral Socio-Caritativa" preparadas por el Secretariado de Pastoral Social, que presento a toda nuestra Comunidad Arquidiocesana como un aporte para la planeación pastoral, incorporando toda la riqueza de la Doctrina Social Cristiana y su praxis pastoral, a la gran obra de la Misión Permanente.

México, D. F., Julio 20, 2005

† Norberto Cardenal Rivera Carrera Arzobispo Primado de México

2 Juan Pablo II, Novo Millenio Ineunte N. 50

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LÍNEAS DE ACCIÓN PARA LA EVANGELIZACIÓN DE LAS CULTURAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO A TRAVÉS DEL TESTIMONIO

DE LA PASTORAL SOCIO - CARITATIVA ANTECEDENTES Introducción 6. La Iglesia, como pueblo de Dios, ha entrado en el tercer milenio de la Era

Cristiana, viviendo entre luces y sombras, pero guiada siempre por los impulsos del Espíritu que nos llena de gran esperanza.

7. El II Sínodo de la Arquidiócesis de México puso el énfasis del ser y quehacer

de nuestra Iglesia en la evangelización de las culturas que coexisten en la Ciudad de México, teniendo como prioridades la atención a las familias, los alejados, los pobres y los jóvenes.

8. Las razones por las que fueron escogidos estos campos prioritarios se fueron

evidenciando y clarificando a través de la subsiguiente reflexión sinodal; se aludió a dos criterios principales: el ejemplo de Jesús que, sin excluir a nadie, ciertamente privilegia a los pobres y a los alejados, aquellos que manifiestan mayor necesidad de las buenas noticias del Reino de Dios; el segundo criterio se refiere a la experiencia pastoral de la Iglesia que considera a la familia y a los jóvenes como realidades básicas y fundamentales de la vida humana y que, en las circunstancias actuales de la Ciudad, manifiestan un preocupante derrumbe de valores humano-cristianos y reclaman, con particular urgencia, una Nueva Evangelización (Decreto General del II Sínodo de la Arquidiócesis de México, Nº 66).

9. Cuando en el Decreto General del Sínodo se habla de los Agentes

Evangelizadores, entre las características que se señalan como indispensables están las siguientes:

"Poner un especial acento en el testimonio y defensa de la justicia en todos los niveles, de acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia, así como en la inculturación del Evangelio, con su dimensión de auténtica promoción humana" (Ibíd. Nº 79).

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10. Al abordar los medios de Evangelización, el Sínodo enfatizó la importancia de la Pastoral Social y de la consiguiente promoción humana en algunos de sus principales aspectos:

a) Difundir el conocimiento de los derechos humanos, a fin de que sean

debidamente respetados; b) acrecentar la conciencia ecológica; c) promover la solidaridad y la justicia; d) apoyar el justo reparto y uso de la tierra; e) participar en el esfuerzo por dignificar el trabajo; f) iluminar un nuevo orden económico; g) atender pastoralmente el fenómeno de la movilidad humana; h) estimular el orden democrático y la recta gestión política (Ibíd. Nº 90).

11. Cuando en el Decreto del Sínodo se plantea la Organización Pastoral

requerida, se pide "poner en marcha procesos evangelizadores... que privilegien la promoción humana" (Ibíd. Nº 103 y 104).

12. A lo largo del capítulo 4, dedicado a las Líneas de Acción para la Opción

Prioritaria Sinodal, un eje que las recorre es el interés por la acción y el testimonio socio-caritativo. (Para una visión panorámica de tal hilo conductor, véase el Apéndice en el que se presenta un extracto de los ordenamientos que abordan los variados aspectos que pueden revestir nuestras acciones testimoniales).

13. Recordemos además, que el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia,

recientemente presentado al pueblo de Dios, nos indica que "la Doctrina Social de la Iglesia es parte constitutiva esencial de su ministerio de evangelización" (CDSI No. 67), y que es, "en sí misma un instrumento válido de evangelización y ha nacido del siempre nuevo encuentro del mensaje del Evangelio y la vida social..." (CDSI 67). Más aún, sigue diciendo el mismo documento: "la primera destinataria de la doctrina social es la comunidad eclesial en todos su miembros, porque todos tienen responsabilidades sociales qué asumir" (CDSI 83).

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Desafíos a los cuales la Iglesia tiene que hacer frente 14. A más de 11 años de publicado el Decreto del II Sínodo Arquidiocesano, la

Iglesia local ha incrementado su espíritu misionero y ha caminado a través del itinerario de la Misión Permanente, pero aún falta en algunos Agentes de Pastoral la convicción profunda de emprender acciones testimoniales organizadas, integrales y realizadas en actitud de comunión. Muchas son aún las carencias y limitaciones que se perciben en nuestra gran Ciudad. Entre otras, podemos mencionar las siguientes:

a) Desconocimiento y/o indiferencia de buena parte de la población sobre los

Derechos Humanos fundamentales, lo que facilita la proliferación de violaciones de todo tipo, acentuándose en quienes menos tienen.

b) Pobreza y marginación bajo expresiones múltiples, en amplios sectores de

la Ciudad. c) Proliferación de migrantes nacionales y extranjeros, muchos de los cuales

desean ir hacia los Estados Unidos, en busca de mejores niveles de vida y reunificación familiar.

d) Corrupción en todos los niveles del sistema de procuración e impartición

de justicia: ministerios públicos, policías, defensores de oficio, jueces, sistema penitenciario, custodios, directivos de las cárceles, estaciones migratorias, etc.

e) División entre Fe y Vida de buena parte de la población mexicana, como

consecuencia de años de educación liberal positivista, excluyente de Dios y de toda fe a nivel social.

f) Desconocimiento generalizado de la Doctrina Social de la Iglesia y sus

implicaciones en la vida y acción de los cristianos. g) Políticas de Salud Pública reduccionistas que atentan contra la Vida

Humana del embrión, desde su concepción hasta su nacimiento. h) Religiosidad popular superficial, sin nexo con las exigencias del Evangelio,

e incapaz de transformar las realidades sociales. i) Descrédito de la política al haberla convertido en plataforma para lucir

afanes desmedidos de poder, pero sin tomar en cuenta el bien común.

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j) Desempleo abierto y encubierto, que genera comercio informal, narcotráfico, violencia e inseguridad y frustración social, entre otras expresiones.

k) Proliferación de adicciones (alcohol, droga, tabaquismo) desde edades muy

tempranas, produciendo daños muy severos, especialmente en niños y jóvenes.

l) Popularización de la "cultura de la muerte": hedonismo, sexualismo, tráfico

de personas, consumismo, superficialidad, escándalo, violencia, secuestro, miedo...

m) Epidemiologías en expansión: VIH, enfermedades venéreas, hepatitis,

tuberculosis, etc. n) Violencia intra-familiar y desintegración creciente de la institución familiar,

como resultado de la pérdida de valores humanos, morales y religiosos. o) Líderes sociales carentes de valores y escrúpulos, generadores de modelos

clientelares y distorsiones en la verdad que trasciende a la opinión pública, a través de medios de comunicación cuyo interés esencial es la ganancia.

p) Apatía de cierto número de Ministros de la Iglesia Católica, ante la

promoción de proyectos sociales y la necesidad del ejercicio de una sana autocrítica.

q) Carencia de iniciativas para proponer programas conjuntos de trabajo

social, contando con la participación de los diferentes credos religiosos existentes en la Ciudad de México.

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PROPUESTA 15. Ante este panorama, las Comisiones que integran el Secretariado de Pastoral

Socio-Caritativa de la Arquidiócesis de México (Comisión de Pastoral de la Salud, Comisión de Pastoral Penitenciaria, Comisión de Migrantes, Comisión de Justicia y Paz y, Cáritas, Arquidiócesis de México), retomando las directrices del II Sínodo Arquidiocesano, proponen las siguientes Líneas de Acción, que quieren ser una contribución al trabajo de planeación de las Vicarías Episcopales y otras instancias eclesiales, en el esfuerzo común por ser fieles al Evangelio.

16. Objetivo General

Encarnar el Amor de Dios en los diferentes ambientes y culturas de la Ciudad de México, a través de las acciones testimoniales evangélicas de las comunidades católicas, con una visión de Pastoral Integral que articule las dimensiones profética, litúrgica y socio-caritativa, contando con el apoyo, promoción y acompañamiento de las instancias de la Pastoral Socio-Caritativa de la Arquidiócesis de México, siguiendo los lineamientos del Magisterio de la Iglesia.

17. Objetivos específicos

17.1. Poner a disposición de todas las instancias pastorales de la Arquidiócesis de México, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, propiciando su estudio y aplicación, así como una Catequesis socio-caritativa para todos los niveles.

Acciones Sugeridas:

a) Estimular el interés de Obispos, Decanos, Delegados de Pastoral y

Responsables de la Pastoral Socio-Caritativa de cada Vicaría, sobre el espíritu y contenido del Compendio.

b) Propiciar el estudio sistemático del Compendio a través de Talleres

dirigidos a los Agentes de Pastoral de cada Vicaría, Decanato, Parroquia, Movimientos y Grupos Eclesiales.

c) Difundir una síntesis pastoral del Compendio entre los fieles cristianos de

la Arquidiócesis, propiciando compromisos concretos, a nivel de cada

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comunidad Parroquial, en sus acciones proféticas, litúrgicas y socio-caritativas.

17.2. En coordinación con la Vicaría de Pastoral y la Vicaría de Agentes,

poner a disposición de todos los Agentes de pastoral, incluyendo a quienes están inmersos en la Misión Permanente, herramientas técnico-pastorales que hagan posible conocer y analizar la realidad socio-económica y cultural de cada ambiente territorial y humano, bajo la mirada de Cristo.

Acciones Sugeridas:

a) Sensibilizar y capacitar a los Agentes de la Misión Permanente y a los

demás Agentes Pastorales, en cuanto al conocimiento y análisis de las realidades sociales, económicas, políticas, culturales y ambientales de los Sectores en los que trabajan.

b) Propiciar que con tal conocimiento, elaboren Análisis Sectoriales y

Parroquiales de recursos y debilidades en materia social, de tal forma que cada Comunidad Parroquial, Decanato y Vicaría pueda orientar debidamente sus esfuerzos evangelizadores y litúrgicos, reforzados con acciones testimoniales.

17.3. Formar Agentes de Pastoral Socio-Caritativa en cada Vicaría, capaces

de sensibilizar y formar a otros Agentes.

Acciones Sugeridas:

a) Integración de un equipo de laicos, religiosas, diáconos y sacerdotes en cada Vicaría Episcopal Territorial y en la Vicaría de Guadalupe, que sean promotores de la acción pastoral Socio-Caritativa en su ámbito de trabajo, (Evangelización, Catequesis, Litúrgica, etc.). En su integración participarían Agentes de los diferentes Decanatos, y estarían coordinados por el Representante de Pastoral Socio-Caritativa de cada Vicaría.

b) Realización de un Programa de Formación Socio-Pastoral para cada uno

de los Equipos Vicariales, encarnado en la realidad de la Ciudad de México, encaminado a hacer posible que el equipo se convierta en formador de otros Agentes de Pastoral Socio-Caritativa que estén dispuestos a trabajar en los diferentes ambientes.

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d) Las Comisiones del Secretariado de Pastoral Socio-Caritativa, en el contexto del Manual Operativo Parroquial que se ha dado a conocer ya en nuestra Arquidiócesis en su versión preliminar, pone a disposición de todos los Agentes interesados, el capítulo correspondiente a las propuestas metodológicas y formativas de la pastoral Socio-Caritativa, el cual puede ser Documento Base para el trabajo.

e) Para vivir en el espíritu de una Pastoral de Conjunto, se propone trabajar

en coordinación con los diferentes Organismos Arquidiocesanos que inciden en la formación de Agentes y la promoción y comunicación de las acciones pastorales.

17.4. Promover la creación y acompañamiento de Cáritas Parroquiales.

Acciones Sugeridas:

a) Contando con la labor promotora de los miembros del Equipo Socio-

Caritativo de cada Vicaría, despertar interés para crear, en cada Decanato, al menos una Cáritas Parroquial que constituya un punto de referencia y estímulo para el surgimiento de otras en las diferentes Parroquias y Comunidades.

b) Realización del programa de formación y acompañamiento de Cáritas

Parroquiales, incluyendo los elementos metodológicos y de fortalecimiento de los Voluntarios correspondientes.

c) A partir de las Cáritas Parroquiales, promover el surgimiento de acciones

conjuntas que den respuesta a problemáticas concretas que se viven en la gran ciudad, como el fenómeno migratorio (en este aspecto, impulsar el proyecto para crear la Casa de Cultura y Albergue del Migrante de la Arquidiócesis de México), así como impulsar los modelos de intervención social desarrollados por cada una de las Organizaciones Cáritas específicas.

17.5. Caminando Hacia el Futuro:

Una vez que en nuestra Arquidiócesis se haya consolidado en los corazones y en la práctica pastoral la Doctrina Social Cristiana, podremos incursionar en acciones pastorales que también son urgentes y quizá poco atendidas como:

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a) Pastoral Laboral: Obreros, empleados, empresarios, santificación del trabajo, el fenómeno del desempleo, empleo, fuentes de empleo, bolsas de trabajo, Sindicatos.

b) Pastoral de las Realidades Urbanas cotidianas: Alejados, niños y

jóvenes en riesgo, el mundo de las adicciones, prostitución, economía informal, discapacitados, redes de informática, medios de comunicación (TV, Radio, Prensa), Campesinos, Migrantes, Medio Ambiente, Biotecnología, uso y administración del Agua, Turismo.

c) Pastoral de las relaciones Iglesia - Gobierno Local: Legisladores,

Autoridades Delegacionales, Procuraduría de Justicia DF, Gobierno del Distrito Federal, la alternancia política, la estabilidad social ciudadana, el Consejo de Seguridad de la Ciudad de México, Instituto Electoral del Distrito Federal, la consolidación democrática, vías de participación en los procesos de análisis y revisión del presupuesto local.

d) Pastoral de la coherencia Fe-Vida: Democracia y participación

ciudadana, justicia, verdad, trasparencia, tolerancia, pluralidad, diversidad, perspectiva de género, derechos reproductivos, nuevas estructuras familiares, discriminación y medio ambiente, sistema educativo.

e) Pastoral de la Economía: Macro y micro estructuras, globalización, neo-

liberalismo, socialismo, sentido cristiano de las realidades temporales, la alternativa cristiana, economía justa, desarrollo vs. crecimiento acelerado / desacelerado / nulo, productores y productos agropecuarios, manipulaciones bio-tecnológicas (transgénicos), re-localización de empresas.

f) Pastoral Universitaria: Ámbitos educativos, directivos, profesores y

alumnos de los diferentes niveles de formación, experiencias testimoniales de los universitarios en ambientes de marginación y carencia social.

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APÉNDICE

SÍNTESIS DE LINEAMIENTOS DEL SEGUNDO SÍNODO ARQUIDIOCESANO

EN LOS QUE SE HACE HINCAPIÉ EN LA PASTORAL SOCIO - CARITATIVA

A. La conversión que lleva a la aceptación de Cristo Jesús 18. Presentar al mundo la imagen viva de una Iglesia abierta a todos los hombres

como una casa común que, al mismo tiempo, tiene la fuerza de acoger y servir a los más pobres y necesitados (Decreto General del II sínodo de la Arquidiócesis de México No.113).

19. Fomentar una actitud más sencilla, humilde y autocrítica en la Iglesia, como

condición para una nueva disposición de diálogo con los creyentes y los no creyentes en sus diversos niveles, para un decidido compromiso común en favor de la defensa de los derechos humanos y por la fraternidad entre los hombres y los pueblos (Ibíd. 114).

20. Valorar y respaldar las acciones pastorales de toda la comunidad eclesial, más

que por su aparente o inmediata eficacia, por su significado testimonial en orden a la justicia, caridad, respeto a la dignidad personal y a los derechos humanos (115).

21. Propiciar que las acciones pastorales tengan, por su sentido testimonial, una

fuerza de convocación tal que despierten admiración, especialmente en los jóvenes y en los alejados del influjo de la evangelización (116).

22. Crear nuevas formas de presencia evangelizadora entre las mayorías alejadas

de la Iglesia, privilegiando los medios testimoniales, los de carácter misionero y de auténtica promoción humana; valorar los medios de comunicación social y, en ellos hacer presencia cualificada de Iglesia. Acercarse con el debido respeto y críticamente a las organizaciones populares y sociales que tienen propósitos semejantes, para brindarles apoyo y acompañamiento, como otro medio de credibilidad (117).

23. Mantener vivas y organizar mejor las variadas expresiones de asistencia social

(como dispensarios parroquiales, asilos y guarderías, distribución de víveres y medicinas) en beneficio de quienes sufren necesidades apremiantes,

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económicas y morales, buscando relación más estrecha con toda la comunidad y con otros servicios privados y públicos que pretenden los mismos fines (118).

24. Enriquecer las celebraciones litúrgicas con signos claramente testimoniales de

mayor solicitud en favor directo de los necesitados: colectas, presencia de los enfermos, plegarias, ofrecimiento de víveres y otras acciones apropiadas (119).

25. Favorecer en los Presbíteros tal presencia y estilo de vida, que los gozos y las

esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres y mujeres de la Ciudad, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, sean asumidos por su caridad pastoral en su contexto social (122).

26. Propiciar, en lugares y ambientes en donde hay fuertes carencias, la presencia

de los laicos comprometidos, para que evangelicen sobre todo con su testimonio y así, con sus acciones, promuevan la justicia y la dignificación de las personas (123).

27. Colaborar con diversos grupos, instituciones e instancias que trabajan por y

con los pobres, a fin de fortalecer la organización social en este campo (125). 28. Impulsar la pastoral social diocesana en la línea de la opción preferencial por

los pobres, favoreciendo su desarrollo individual y social para que ellos mismos sean actores de su liberación integral (126).

29. Crear conciencia en las comunidades parroquiales de que también forman

parte de ellas los pobres en extremo y quienes padecen alguna necesidad grave y de que, por tanto, la verdadera asistencia cristiana exige que cada comunidad se responsabilice y se organice para afrontar tales situaciones (127).

30. Privilegiar, en los esfuerzos educativos promovidos o animados por la Iglesia, a

los sectores marginados de la sociedad urbana: indígenas, migrantes, desempleados, menores en situación crítica, niños abandonados etc., sin olvidar la búsqueda de soluciones reales (128).

31. Revalorizar a los ancianos en los grupos familiares, en las comunidades y en el

ambiente del clero, para que tengan actitudes más positivas ante la vida y en relación a sí mismos, de manera que pongan los valores de su experiencia al servicio de los demás (129).

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32. Apoyar, con recursos materiales y espirituales, los asilos atendidos por Religiosas y promover, en los diversos ambientes pastorales, iniciativas de ayuda a las personas de la tercera edad: cursos de gerontología, centros de servicios, ocupación y esparcimiento, coordinación de actividades referentes a organismos y programas orientados a la atención a los ancianos (130).

33. Ofrecer a los mismos agentes de pastoral, que en gran parte pertenecen ya a la

tercera edad, servicios adecuados a su condición, para potenciar más su servicio apostólico (131).

34. Establecer centros de evangelización integral de la mujer, en donde puedan

tener superación como personas y formación como esposas, madres y educadoras en la fe (132).

35. Promover apostolados en favor de las mujeres que se encuentran en

situaciones difíciles: madres solteras, viudas, enfermas física o mentalmente, detenidas en cárceles etc.; atender también a quienes se encuentran en situaciones de explotación (133).

36. Estimular el establecimiento de centros formativos (culturales, deportivos, de

diversión y esparcimiento) en donde los jóvenes cultiven los valores humanos y satisfagan sanamente sus inquietudes (134).

37. Respaldar iniciativas que buscan rehabilitar a jóvenes dañados por

desintegración familiar, crisis emocionales, marginación y otras situaciones de emergencia; impulsar igualmente la prevención de dichos problemas (135).

38. Aprovechar las grandes multitudes congregadas por motivo de fiestas y

celebraciones —especialmente en los santuarios y también en los demás templos— para enriquecer, con el Evangelio y con mensajes de tipo catequético, las valiosas expresiones de la fe del pueblo, y suscitar así la coherencia entre la fe y la vida, el verdadero sentido comunitario y el compromiso cristiano (137).

39. Buscar, dentro del contenido propio del primer anuncio, nuevas expresiones

metodológicas de la evangelización, de acuerdo a la diversidad de ambientes culturales en que vivimos, para afirmar lo que es bueno y denunciar lo que es contrario a los valores del Evangelio (142).

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B. Inserción en la Comunidad 40. Promover y apoyar a quienes buscan el desarrollo de su propia persona, de su

familia y de su comunidad, y que aceptan realizar la catequesis personal y familiar como un proceso continuo de maduración de la fe: conversión a partir del anuncio explícito de Jesucristo, testimonio, adhesión a Jesús expresada en el ingreso a la comunidad de fe, en la celebración de los sacramentos y en la trasformación de las estructuras mediante los valores del Evangelio (148).

41. Cultivar metodologías que insistan en los grandes valores humanos —

contenido precatequético— y que favorezcan la evangelización integral a través de las diversas dimensiones y aspectos de la pastoral, mediante la atención a las múltiples necesidades de quienes son evangelizados (149).

42. Integrar en la catequesis, y en general en cualquier tipo de formación de niños,

jóvenes y adultos, un proceso educativo, encaminado al cuidado del medio ambiente y de la vida, a la formación de la conciencia crítica, a la defensa de los derechos humanos y a la participación política (153).

43. Revisar los contenidos de la educación cristiana que se da en asociaciones y

movimientos, de modo que sea acorde con la realidad sociocultural y con las exigencias de una fe verdaderamente comprometida (154).

44. Promover una catequesis juvenil que permita, en sus pasos metodológicos, la

actuación de los jóvenes frente a sus comunidades, de manera que se dé gran importancia a la educación de actitudes y al papel de los jóvenes como protagonistas de una sociedad mejor (158).

45. Celebrar las acciones litúrgicas no sólo como experiencias internas o

comunitarias de fe, sino también como estímulo del compromiso personal y social con Dios y con los hermanos, para la construcción del Reino de Dios en el ámbito de la vida y de las estructuras seculares (160).

46. Subrayar en las celebraciones sacramentales la presencia de las familias, y

hacer sentir que juntas forman la gran familia del Pueblo de Dios, cuyo sentido comunitario consiste, principalmente, en la proyección hacia el compromiso cristiano con los demás (163).

47. Proponer a los responsables de la sociedad —personas e instituciones— unirse

en un gran esfuerzo encaminado a la promoción juvenil en diversos campos, dando énfasis a la educación vivencial de los valores para una nueva sociedad

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basada en la justicia, en la fraternidad y en la custodia de la dignidad de todos los seres humanos (170).

48. Promover una cultura de respeto a los derechos humanos —incluidos los

políticos— a través de una difusión permanente y sistemática de los mismos, juntamente con la capacitación de agentes y la sensibilización de las comunidades cristianas (171).

49. Enfrentar la crisis sociocultural que afecta actualmente a la juventud,

promoviendo la actividad consciente de los mismos jóvenes, para que generen un cambio cultural que implique la apreciación, vivencia y difusión de los valores propuestos por el Evangelio (172).

50. Incluir como objetivo fundamental del proceso educativo, en todas sus etapas,

la unidad de vida como valor opuesto a la ruptura entre hogar y escuela, entre trabajo y familia, entre actuación pública y conducta privada, entre Evangelio y cultura (173).

51. Enseñar a los adultos, a través del diálogo, a superar la visión errónea que en

muchos casos se tiene en torno al fenómeno juvenil y sus manifestaciones de legítima búsqueda e inquietudes; concientizarlos, así mismo, acerca de que los niños y jóvenes problema son generados por una situación social deteriorada (174).

52. Promover, con la colaboración de la comunidad, el establecimiento de

escuelas parroquiales allí donde sea posible; favorecer la creación de programas de enseñanza abierta (clases nocturnas, teleaulas, alfabetización para adultos) en beneficio de las personas necesitadas y como centros que puedan irradiar el Evangelio (177).

53. Estimular y apoyar a los laicos y religiosos que trabajan en el campo de la

educación, y buscar el modo de unir toda esa fuerza para formar, con sentido evangélico, las nuevas generaciones, a fin de que influyan positivamente en los cambios de la sociedad (179).

C. Compromiso Eclesial 54. Crear espacios de fe comunitaria donde se viva el Evangelio en dimensión de

familia y de familias, para trasformar por la fe en Cristo las estructuras, los ambientes y la escala de valores de nuestra sociedad (185).

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55. Generar corrientes de diálogo con diversas autoridades civiles, manteniendo la identidad y libertad evangélica de la Iglesia, para que las mejores iniciativas de apoyo comunitario se vean alentadas y convenientemente respaldadas (186).

56. Reconocer, impulsar y acompañar a las comunidades eclesiales de base, signo

e instrumento para la Nueva Evangelización en la Ciudad de México, particularmente para la integración de las familias, para el acercamiento y acogida de los alejados, para la solidaridad con los sectores empobrecidos, para la promoción humana y cristiana de los jóvenes (190).

57. Impulsar un cambio en la comprensión de la palabra "apostolado", para

entenderlo no sólo como acciones organizadas o estructuradas dentro de la Iglesia, sino también como parte integrante de la vida cristiana (194).

58. Dar la debida importancia a la Doctrina Social de la Iglesia para esclarecer

cada vez más, en los pastores y en los fieles, la conciencia acerca de la responsabilidad que tienen las estructuras eclesiales y los cristianos en el cambio social, económico, político y cultural, según el Espíritu de Jesús (200).

59. Crear centros de promoción y defensa de los derechos humanos; generar

programas que desarrollen la formación de valores humanos en el ámbito de la Arquidiócesis de México, las Vicarías, los Decanatos y las Parroquias (201).

60. Favorecer el diálogo con grupos y organizaciones sociales, la solución de los

ingentes problemas que afectan a los estratos humanos más desprotegidos (202).

61. Enjuiciar la cultura generadora de la pobreza y de la marginación, de modo

que, por los criterios evangélicos, haya una iluminación que lleve a una acción trasformadora y un cambio social inspirado en los valores de la justicia y de la fraternidad (203).

62. Despertar la conciencia crítica frente al creciente embate antievangélico del

consumismo, del afán de dominio, del hedonismo, de la cultura de muerte, de la corrupción, de modo que se favorezca la creación de comunidades en las que se vivan testimonialmente los valores del Evangelio (204).

63. Acompañar desde el Evangelio las actividades y compromisos sociales,

económicos, políticos y culturales de los laicos en la comunidad; así como responsabilizarse con ellos de forma comprometida en los movimientos laicales cuando buscan tales fines (205).

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64. Iluminar con la luz del Evangelio los medios de comunicación social, de manera que promuevan y difundan, en favor de las familias y de los individuos, los auténticos valores referentes a la vida, la fraternidad, la justicia, la solidaridad (206).

65. Propiciar una mayor participación de agentes cualificados en los medios de

comunicación social, a través de diversos planes que presenten los valores evangélicos en un claro lenguaje humano y cristiano (207).

66. Realizar una formación adecuada —en tiempos, modos y lugares— para los

agentes laicos; esta formación comprenderá tanto lo vivencial como lo doctrinal y apostólico, con énfasis especial en el ministerio profético y social; particular atención habrán de recibir quienes se forman para ser catequistas (212).

67. Buscar, con el apoyo y la asesoría de los organismos diocesanos, la formación

integral de agentes y ministros al servicio de la prioridad sinodal, para que las familias, los alejados, los pobres y los jóvenes lleguen a ser los destinatarios privilegiados de la evangelización (215).

68. Dar una singular importancia a la formación de los laicos a través de diversas

iniciativas, sistemas y métodos, sin descuidar el conocimiento de las realidades socioculturales, sus causas y consecuencias, para que promuevan su vocación apostólica ante las cuestiones apremiantes de la sociedad de hoy (216).

69. Vigorizar un laicado —adulto en su fe y joven de espíritu— que colabore en la

Nueva Evangelización, siendo luz y fermento en los campos de la política, de la economía, de las actividades culturales y de la ecología, con especial atención a los asuntos educativos (217).

70. Promover liderazgos laicales —masculinos y femeninos— auténticos

promotores de la fe de sus hermanos, en los diferentes ámbitos de la actividad social, que ayuden a los pobres a tomar conciencia de su realidad y puedan organizadamente superar su condición (218).

71. Considerar a los laicos como animadores, promotores y corresponsables en la

elaboración y no sólo en la ejecución de los planes de la pastoral orgánica; cuidar la promoción y reconocimiento de los diferentes grupos y organismos de apostolado, tanto civiles como eclesiales, insertados en la realidad social, teniendo como especial objetivo la familia, los alejados, los pobres y los jóvenes de la Arquidiócesis (221).

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D. Formación de Agentes 72. Comprender y estimular los carismas singulares de aquellos agentes de pastoral

que buscan una presencia e inserción en situaciones y ambientes difíciles, los cuales plantean graves exigencias al compromiso cristiano y a la fidelidad evangélica (222).

73. Estimular a los Institutos Religiosos y equipos especializados que desarrollan

ciertas actividades conectadas con la llamada asistencia y promoción social, mayormente si es su carisma particular o un objetivo específico de sus trabajos (223).

74. Dinamizar las comunidades religiosas para que, en la Iglesia y en el mundo,

sean efectivamente fermento de comunión desde la opción preferencial por los pobres (226).

75. Hacer sentir, dentro de la opinión pública de la Iglesia, la conveniencia e

incluso necesidad de los ministerios laicales —reconocidos o instituidos— que se ejerzan en la vida secular: médicos y enfermeras, comunicadores, sociales, maestros etc. (228).

76. Desarrollar en los laicos un sentido evangelizador —implícito en todas sus

acciones— de manera que vivan y luchen en favor de los valores evangélicos dentro de sus ambientes, incluso donde no es posible mencionar el mensaje cristiano, ya que ellos son los agentes primordiales de la inculturación del Evangelio (229).

E. Organización de la Pastoral 77. Conocer a fondo, por un trabajo realizado en las Vicarías, Decanatos y

Parroquias, cuál es la realidad de las familias, los alejados, los pobres y los jóvenes, en orden a señalar pistas concretas y respuestas adecuadas en estos campos de actividad pastoral (235).

78. Organizar efectivamente la pastoral diocesana no sólo con criterios

territoriales, sino con base en las exigencias de los principales ambientes (trabajadores asalariados, estudiantes, desempleados y subempleados etc.) (237).

79. Promover entre Parroquias de problemática semejante el intercambio de

experiencias formativas del laicado; planear incluso la programación de

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actividades comunes de laicos comprometidos en sus propios medios específicos: ambientes laborales, vecinales y cívico-políticos (244).

80. Desarrollar la creatividad pastoral en respuesta a las necesidades de los fieles

mediante una evangelización que, sin dejar de darle su debido lugar al culto, busque estar más cerca de los pobres y de los alejados, con un trato más personal y personalizante (245).

81. Impulsar y actualizar el análisis de la realidad con relación al fenómeno del

alejamiento y del empobrecimiento, y en relación a la problemática juvenil y a las situaciones familiares para que, descubiertas en todo ello las "Semillas del Verbo", se emprenda una verdadera pastoral de inculturación del Evangelio, con base en los recursos eclesiales y no eclesiales, mediante un trabajo conjunto fraterno y solidario (246).

82. Procurar —en particular a través de la formación permanente de todos los

agentes— el cambio de mentalidad hacia una pastoral de conjunto más decidida, en la que se dé acompañamiento a los procesos educativos y sociales orientados a las familias, los alejados, los jóvenes y los pobres (249).

83. Realizar estudios interdisciplinares y aprovechar los datos de diversas

instituciones sobre la situación económica, tipo de habitación, lugar de procedencia de las personas, trabajo predominante etc., para poder determinar una cierta tipología de Parroquias y poder aplicar también distintos y adecuados modelos de pastoral (250).

84. Preferenciar el trabajo de evangelización en favor de los alejados y de los

pobres, evitando las posiciones meramente apologéticas ante las sectas y grupos que atacan la fe católica (251).

85. Mantener viva la opción prioritaria por los jóvenes, brindándole a esa opción

el suficiente respaldo en recursos y planes, de suerte que hacia ella confluyan otras acciones pastorales de catequesis, promoción social, formación de agentes especializados etc. (255).

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Índice PRESENTACIÓN ............................................................................................................................... 2 Líneas de Acción para la Evangelización de las Culturas en la Ciudad de México a Través del Testimonio de la Pastoral Socio-Caritativa .................................................................................... 4 ANTECEDENTES .......................................................................................................................... 4 Introducción................................................................................................................................. 4 Desafíos a los cuales la Iglesia tiene que hacer frente................................................................... 6 PROPUESTA................................................................................................................................. 8 Objetivo General.......................................................................................................................... 8 Objetivos específicos................................................................................................................... 8 APÉNDICE.................................................................................................................................. 12 Síntesis de Lineamientos del Segundo Sínodo Arquidiocesano en los que se hace hincapié en la Pastoral Socio - Caritativa ........................................................................................................... 12 A. La conversión que lleva a la aceptación de Cristo Jesús ......................................................... 12 B. Inserción en la Comunidad .................................................................................................... 15 C. Compromiso Eclesial ............................................................................................................ 16 D. Formación de Agentes. .......................................................................................................... 19 E. Organización de la Pastoral.................................................................................................... 19